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La iglesia - redil o gallinero?

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Desgraciadamente mi tema está lejos de ser romántico, pero es amoroso, digamos. Lo anima un espíritu de amor y de trato pastoral. Quiero hablarles, imagínense el titula “La iglesia redil o gallinero”, después de una música como esta, perdónenme. Dios tenga misericordia de ustedes con un pastor como este.

Lo bueno es que ya les he acolchonado la palabra con esta música hermosa. Pero quiero hablarles, esta palabra yo sé que es del Señor y va a permitir que nos amemos más unos a otros y que ustedes comprendan mejor a su pastor principal, su iglesia, sus pastores en general. Es parte de esta serie que hemos estado predicando sobre lo que es nuestra congregación y lo que es el liderazgo de nuestra iglesia, y qué es lo que creemos y qué es lo que yo, como pastor, creo acerca de elementos que nos afectan en una manera muy poderosa como congregación.

Y de paso, déjenme decirle algo acerca del amor, por ejemplo, el amor de matrimonio, el amor de esposa, esposo, novio, novia, familia, una de las cosas que se necesitan en el hogar para mantener la armonía es buena comunicación, ¿verdad que sí? Hablar de las cosas que hay que hablar, no cuando ya están encima de nosotros causándonos problemas sino preventivamente, proactivamente, manteniendo las tuberías limpias, siempre buena comunicación, buena definición de lo que creemos conocernos unos a otros.

Y de esa manera, pues sabemos el territorio en que estamos caminando. Muchas parejas no hablan entre sí, muchos matrimonios no se comunican, se limitan a las cosas cotidianas pero no hablan de esas cosas profundas y que muchas veces son las que afectan la vida de la pareja. Y uno tiene que ser proactivo, siempre tiene que estar hablando las cosas, aclarando las cosas y dando información a su pareja para que haya una buena relación que marche como es debido.

Y lo mismo tiene que darse entre el pastor y su congregación también, entre los líderes y sus diferentes ministerios. Tiene que haber una claridad acerca de quién somos, qué pensamos, cómo nos sentimos, cuáles son nuestros temores, cuáles son nuestros resentimientos, cuáles son las heridas que llevamos allí, que a veces no nos atrevemos a expresar y así nos conocemos mejor y nos tratamos en una manera más apropiada unos a otros, y eso mantiene limpio el amor y hace una gran diferencia.

Así que en esta serie de sermones, yo he estado hablando acerca de definición. Ustedes recordarán, los que estuvieron aquí el día de víspera de Año Nuevo, que hablamos que yo sentí del Señor que este año es un año de definición para León de Judá, es un año de definición y debe ser para tu vida y para la mía, donde Dios nos llama a estar claros, a definirnos, a decidirnos de una vez por todas, no andar queriendo ser esto o lo otro, y tratando de ser algo para todo el mundo, sino ser claros en lo que creemos y somos y sobre todo con respecto al Señor.

Entonces, en esta serie de sermones yo he querido definir mejor lo que somos como iglesia. Porque yo decía que a veces es difícil de ubicar, porque tenemos tanta diversidad entre nosotros, y tenemos una diversidad teológica y bíblica y pastoral tan grande y tomamos elementos de tantas diferentes fuentes que a veces es difícil para la gente saber si somos pentecostales, bautistas, evangélicos, ateos, la gente a veces no sabe qué es lo que somos.

Y entonces es importante definir estas cosas para que usted entienda la complejidad. No es confusión, como yo digo sino complejidad. Y por eso estamos tomando estos tiempos para hablar de temas que yo espero que sean de bendición para ustedes, de paso.

Yo durante años he resistido a hablar de estas cosas, les digo, sinceramente, por temor a confundir a mis hermanos, por temor de escandalizarlos, por temor de que no entiendan lo que estoy diciendo. Y ahora estoy saliendo del closet en la manera más positiva de la palabra. Aquí en el South End eso tiene otras resonancias diferentes, pero estoy confesándome con ustedes para que ustedes me conozcan, nos conozcamos unos a otros.

Es lo que he querido definir mejor mi propia visión de la Biblia, de la iglesia, del ministerio, etc. Así que en ese ánimo es que quiero predicar este sermón y finalmente yo les pido disculpas si para muchos de ustedes esto suena como una conferencia, o una charla más que como un sermón. Pero es la palabra de Dios, amén. Está fundamentada en principios muy bíblicos.

Por eso este tema, en un sentido es un poquito como jocoso. No lo tome totalmente en serio, esto del gallinero. Una hermana muy amable y linda vino después del primer servicio y muy atribulada, ‘Pastor, yo no soy una gallina,’ me dijo. ‘Usted tiene que aclarar eso porque usted nos está llamando gallinas y entonces qué es usted? Un gallo.’ Yo no sé, estaba confundida la pobre mujer acerca de eso. Yo pues, traté de animarla lo más que pude, yo no lo estaba llamando una gallina.

Hermana, esto es simplemente una metáfora, no lo tome demasiado en serio. Yo he querido simplemente esclarecer algunas cosas y usar esta ilustración. Es una ilustración, eso es todo, así que relájese.

Otra cosa que quiero decir antes de continuar. Yo le prometo delante del Señor que no estoy tirando indirectas a nadie. Me voy a curar en salud porque lo que voy a decir puede que usted piense como que se lo estoy dirigiendo a usted. Delante de Dios le puedo prometer que no tengo a nadie en mente. Este sermón yo se lo hubiera podido predicar aquí a asientos vacíos sinceramente. Así que, por favor, relájese que no le estoy tirando a nadie. Recuerde eso. Me prometen? Amén.

Otra cosa, yo no estoy frustrado, no estoy molesto con nadie tampoco. Yo amo mi congregación. Estoy feliz de ser pastor de esta iglesia. Amén. Creo que es una iglesia amable, amorosa, tolerante, es un idilio lo que tenemos ustedes y yo, y los demás pastores de la congregación. Así que no estoy expresando, no estoy ventilando frustraciones, no estoy tampoco vengándome de alguien o de algunos, nada por el estilo. Así que, le suplico, porque así mismo me voy a sentir más cómodo de expresar estas cosas y les aseguro que son expresiones que yo podría predicar esto en cualquier iglesia en cualquier lugar de conferencia cristiana y sería el mismo material.

Pero yo creo que esto puedo ayudarnos a esclarecer algunas cosas que… déjenme decirle por qué este tema? Porque yo creo que muchas veces entre los pastores y las congregaciones hay desajustes y las congregaciones esperan una cosa de sus pastores y no la reciben, y entonces se sienten a veces resentidos, se sienten desatendidos, se sienten maltratados y a veces los pastores esperan ciertas cosas de sus congregaciones y tampoco las reciben. Y entonces se sienten como que no son tratados adecuadamente.

Yo iba a leer un pasaje pero no lo voy a leer de Segunda de Corintios, capítulo 11, en los versículos del 1 al 11. Si usted lee la carta de los corintios, usted se dará cuenta la frustración que Pablo sentía como Apóstol, plantador de iglesias, pastor de esas congregaciones, él no se sentía comprendido, se sentía a veces mal interpretado, subestimado, se sentía que las congregaciones de Corinto no eran los suficientemente agradecidas de él ni que podían entender la complejidad de su ministerio.

Y entonces él escribe en varios capítulos de Segunda de Corintios ventilando su frustración y diciendo, por ejemplo, ustedes si alguien viene y les roba el dinero y los maltrata, ustedes lo reciben muy bien y lo bendicen, pero a mí, cuando yo vengo, dicen, su palabra es débil y no tiene mensaje, no tiene sermón, no tiene unción. Y así por el estilo.

Lo que yo quería usar en ese pasaje es mostrarles a ustedes que los malos entendidos entre pastores e iglesias han existido desde que la iglesia está en el mundo y que yo no soy diferente en eso y que es importante que uno aclare las cosas. Eso no es nada nuevo. Las iglesias y los pastores siempre han… y por eso es importante que se entiendan unos a otros.

Por ejemplo, yo quiero que a través de este sermón ustedes entiendan un poco de mi estilo pastoral, por qué yo hago ciertas cosas, por qué no hago otras, por qué me comporto en cierta manera en el trato pastoral con ustedes, por qué no hay a veces todas las cosas que ustedes quisieran que yo hiciera, así también los demás pastores de la congregación. Y quiero esclarecer un poco acerca de eso.

Por eso he llamado a este sermón, “La iglesia, redil o gallinero?” y son dos modelos de la iglesia. El modelo antiguo, bíblico, de donde viene la palabra pastor es el modelo que vemos en Jesucristo, en Juan capítulo 10, versículo 11, por ejemplo el Señor dice:

“…Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas…”

Y en ese capítulo el Señor Jesucristo se presenta a sí mismo como pastor de ovejas, como el excelente pastor. Yo pienso también en el salmo 23, cuántos no se lo saben?

“…Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugar de ese delicados pastos me pastoreará, confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia, por amor de nombre…”

Todas las intervenciones del pastor. Que hermosa forma de ilustrar lo que es la relación entre un líder espiritual y sus feligreses. Y esa metáfora del ministerio estará con nosotros hasta que Cristo venga.

Pero mirándolo por otra parte, cuando el Señor usó esa metáfora del líder, el siervo de Dios como un pastor, no quiso decir como que esa era la única imagen que debía usarse para la iglesia. Yo creo que esa imagen se presta a modificaciones y ajustes y mi teoría es, mi tesis, por así decirlo, es que en el siglo XXI, en el siglo XX inclusive, anterior, esa imagen de pastor, redil, ovejas, como que tiene que ser cambiada un poco, y tenemos que complementarla con otros entendimientos del ministerio, de lo que es una iglesia, lo que es una grey, lo que es una feligresía, y que al considerar otras metáforas, otras imágenes, otros modelos del ministerio, eso nos va a ayudar a entender mucho mejor nuestra realidad y la realidad del pastor.

Y eso es lo que yo quiero hacer. Aquí tiene usted una imagen clásica del pastor: sus ovejitas. Mire que lindas se ven, que gorditas, que mansas se ven allí, y el pastor vigilando en el horizonte para ver si viene algún lobo para darle con esa vara que él tiene en la mano. Él está en control, mire que él está al frente. Las ovejas están detrás de él, comiendo en sus pastos mientras él vigila y las guarda. Ese pastor conoce el nombre de cada una de sus ovejas, estoy seguro, y hay una relación íntima, personal directa, individual. Ese pastor seguramente hasta le ha dado nombre a cada una de esas ovejas.

Tenemos la imagen del himno Eran cien ovejas… donde el pastor deja las 99 para ir a buscar a Juanita que se quedó por allá en la maleza y que el lobo se la va a comer. Él la reconoció. Cuando metió a las 99 en el redil, dijo, me falta Juanita. Y se fue corriendo a buscarla, porque él la conoce individualmente.

Esa es la imagen clásica del pastorado. Pero es una imagen limitada en uso, como toda metáfora, como toda símile, como toda comparación, tiene un uso pero también necesita otras cosas para complementarse totalmente.

Y por qué yo creo que esa imagen del pastor, redil, oveja tiene que enriquecerse un poco más y matizarse con otras imágenes? Porque yo creo que las condiciones modernas del pastorado han cambiado. Ser pastor hoy no es lo mismo que haber sido pastor hace 50 años.

Hay gente que estuvo 50 años en la misma iglesia, cuando nosotros comenzamos en Cambridge, había unas viejitas, Rose Phillips era una viejita como de 90 años y Rose Phillips había pasado toda su vida en esa iglesia que nosotros heredamos, toda su vida, de jovencita, niña, hasta que murió, ahí le celebraron su funeral y esa iglesia enterró a Rose Phillips. Esa era la imagen, la continuidad, el pastor como el centro de la vida de una congregación, todo se refería en términos de él, de su cuidado de las ovejas. Y los pastores, yo creo que tenían un nivel de autoridad que muchas veces hoy en día no se tiene.

Una iglesia como la nuestra tiene gente profesional, gente muy segura de sí misma que hay que darles cuentas, hay que hacerle reportes, ellos quieren saber cómo se gasta el dinero. Yo tengo diáconos que son gente que las hemos escogido porque son gente pensante, individual en su forma de pensar y porque si tienen que cuestionar algo, lo cuestionan y me mantienen a mí en línea, y yo tengo que darles cuenta, y eso es bueno también.

Pero esa idea del pastor como que el gobierna, es la autoridad final, eso ha cambiado mucho, en nuestros vecindarios, en la comunidad. Los pastores ya no gozan del mismo prestigio y autoridad que antes. Mientras que esa imagen del pastor, la oveja, el redil, presupone una relación entre líder y congregación que ya ha cambiado con el paso del tiempo. Hay límites que tiene el pastor en un mundo democrático y con conceptos limitados de la autoridad. Hoy en día hay que dar más cuenta.

Y por eso y muchas otras razones, yo creo que se requiere un nuevo modelo, más ajustado a la realidad pastoral actual. Vivimos en un mundo dinámico, cambiante. Por eso tenemos que tener un modelo diferente de la iglesia, de las congregaciones y el trato pastoral, un modelo a largo plazo de la realidad pastoral y eclesiástica.

Por eso, hermanos, yo quiero reemplazar por un momento, no para siempre, la imagen del pastor por la imagen del granjero. Mire aquí la diferencia de ese pastor plácido y tranquilo, con 8 ó 10 ovejitas, y este pobre granjero que se ve frustrado y listo ya para irse para la casa, rodeado de miles de gallinas y él tiene que proveer para todas esas gallinas. Cómo va a hacer él eso? Él tiene que encontrar una manera, no individualizada, él no puede tener la misma relación con esas gallinas que tiene un pastor con un grupo de ovejas.

Si usted busca en YouTube, por ejemplo, cómo es una granja de gallinas, usted va a ver que depende mucho más de un sistema que del cuidado individual de cada una de las gallinas. Y por eso yo digo que ayuda mucho si nosotros pensamos por un ratito, sopórtenme, y vaya conmigo y vamos a ver qué provecho le podemos sacar a la comparación de una iglesia con un gallinero. Perdone que yo quisiera encontrar algo más elegante, pero yo creo que vamos a ver.

Porque una de las cosas que yo digo es que tenemos que ser realistas. No podemos vivir como con una imagen idealizada y romántica de la iglesia que no responde las realidades del trato pastoral. Por eso, hago esta aclaración, no pretendo desprestigiar el modelo original, vamos a seguir hablando del pastor, de Jehová es mi pastor, nada me faltará. Vamos a seguir hablando de la grey, vamos a seguir hablando de feligresía. Hay unas resonancias poéticas y espirituales de esa imagen que no deben abandonarse.

No se trata de cambiar una cosa por la otra, sino de usar estas dos imágenes, redil y granja de gallinas, para decirlo así, juntamente, es una cosa y la otra. Ahora, por qué es importante mirar la iglesia, por un momento como una granja de gallinas? Yo digo que hay un desajuste estructural entre estas dos formas.

Hoy en día nosotros queremos seguir usando estos términos de pastor, de ovejas, de redil, cuando la imagen que tienen las ovejas de sí mismas, ustedes, ha cambiado. Pero qué pasa? Que la imagen del pastor no ha cambiado. Las ovejas hoy en día se ven como con más opciones. Las ovejas hoy en día se sienten libres para cuestionar al pastor. Las ovejas se sienten libres, bueno si la iglesia no tiene un buen ministerio de niños, pues aunque yo ya he estado 10 ó 15 años, ya me casé, tengo niños ahora, si la iglesia no tiene un buen programa de niños, pues me voy a otra iglesia, donde yo pueda tener un programa para niños. Mis hijos son adolescentes, la iglesia no tiene un buen programa de jóvenes, pues me voy a otra iglesia.

El pastor pide mucho dinero, pues entonces me voy a una iglesia donde no piden tanto dinero. Oh, la iglesia es demasiado insistente en santidad, pues, van a una iglesia que es un poco más liberal. Las ovejas hoy en día, se sienten libres para cambiar de redil y cambiar de pastor, mientras que, por otra parte, al pastor, se le exige y se le pide el mismo comportamiento que tenían los pastores de antes.

Cuál es la imagen que tenemos del pastor? El hombre que se desvive por las ovejas. Ese pastor que usted lo puede llamar a las 3 de la mañana porque le duele el estómago, para que ore y lo unja, venga a la casa para ungirlo, para que usted pueda dormir tranquilo, porque tiene que trabajar mañana. La imagen del pastor que da su último sermón en el púlpito y después un ataque al corazón en el púlpito, y gloria a Dios, murió con las botas puestas, vamos a enterrarlo ahora, porque es un hombre de Dios.

El hombre que se desvive mientras que, por otra parte, las ovejas no sienten el mismo llamado a permanecer hasta la muerte y dar sus vidas por el pastor. Entonces, yo veo un desajuste allí. Por eso digo, no estoy tirándole piedras a nadie, es una realidad. ¿Sí o no? Y entonces yo creo que eso, lo que pasa es que crea una situación de injusticia y desigualdad.

Crea expectativas falsas del ministerio y del pastorado y en mi opinión, da lugar a pastores neuróticos y en conflicto consigo mismos, da lugar, inclusive, a familias neurotizadas, da lugar a hijos, sabe que los hijos de pastores son proverbialmente conocidos por ser rebeldes, por comportarse mal, por irse de la iglesia, por acusar a las iglesias de quitarle a sus padres, etc. Gracias al Señor, les digo hermanos, ustedes han sido una bendición. Yo le doy gracias al Señor de que nunca hemos sentido que ustedes… yo creo que nuestras hijas nunca se han sentido como que ustedes les han robado. Meche, estoy en lo correcto o no? Amén. Ella dice que me avala en eso. Y yo creo que si nuestras hijas estuvieran allí, dirían lo mismo. Ellas aman a esta iglesia, aman la iglesia, aman al Señor porque hemos mantenido un balance, pero no siempre es así.

Y entonces, muchas veces este conflicto que hay, pastores que se sienten maltratados, no tenidos en cuenta, tienen que estar continuamente para mantener a la gente contenta y en la iglesia, tienen que hacer esto, tienen que hacer lo otro, porque sino la gente se les va y entonces hay un desajuste entre esas imágenes que tenemos del pastor y las ovejas y la realidad.

Por eso, hermanos, yo quiero darle una metáfora más realista. En vez de ovejas, hablemos de gallinas. Dile a tu hermano, tu eres una gallina. Pero por un momento, considérese una gallina y considerémonos aquí un gallinero, por un instante solamente, después usted regresa a su identidad de oveja.

Vamos a ver qué ventaja le podemos sacar. Si por un momento nosotros, por un instante, consideráramos la iglesia como una granja de gallinas y al pastor como un granjero, qué ventaja le podríamos sacar a esto?

Mire, una de las cosas que me gusta acerca de la imagen de una granja es que es realista, opera de la realidad vivencial de la gente, admite el elemento de impureza, el elemento de pecado, el elemento de conflicto, el elemento de lucha, el elemento de proceso, el elemento de una humanidad caída, que son cosas que son reales en la iglesia.

Este miércoles, cuando nos reunimos los pastores, nos reunimos los miércoles por la mañana, de la congregación, Gregory estaba ahí sentado esperando a que yo llegara, y los otros pastores todavía no habían llegado y de una vez me fajó con una serie de problemas y situaciones en la congregación, hermanos que tenían esto, preguntas, etc., y pasamos como una hora y media hablando de diferentes situaciones pastorales en la iglesia. Y al final Gregory me dice, Roberto, te pido perdón porque caramba, te traje tantos problemas, ya te contaminé la mañana. Le dije, mira, Gregory, no te preocupes, cuando yo llegue a la casa me tomo dos aspirinas, me acuesto tranquilo. Esa es la realidad de la iglesia.

Qué médico, cuando termina el día y tiene las manos sucias de sangre, a veces y la bata de operar, dice, caramba, este hospital es una locura. Yo no vuelvo a este hospital porque siempre tienen gente enferma. Es un hospital. Es la realidad.

Si usted mira un hospital, cómo está construido un hospital? Es tomando en cuenta gente enferma, gente que se muere, gente que está frágil. Eso es. Por qué tienen linóleo y no tienen, por ejemplo, una alfombra de 2 pulgadas de grueso? Porque el linóleo aguanta mucho y eso es lo que se necesita en un hospital.

Y así es bueno tener un entendimiento realista de lo que es la iglesia, y por eso el gallinero, aunque no es tan romántico, me ayuda a mí a ver ciertos aspectos de la vida cristiana y del trato del pastor, como un granjero que cuida una economía total.

Mire, hablemos un poquito acerca de las gallinas. La naturaleza de las gallinas. Esto es un tratado filosófico bien profundo: la naturaleza de las gallinas. Cómo son las gallinas? Las gallinas producen cosas muy buenas, ¿verdad que sí? Carne, huevos, muchas cosas interesantes, así como ustedes producen cosas bellísimas. Las gallinas también son animales muy graciosos, aves muy graciosas e interesantes. Ustedes me proveen a mí un caudal interminable de ilustraciones, anécdotas. Meche y yo nunca nos aburrimos cuando vamos a comer juntos, porque tenemos tantas cosas de qué hablar, hermanos.

Ustedes son un caudal de humanidad increíble. Nunca nos aburrimos. Se los digo sinceramente. Y las gallinas, usted las ha visto cómo caminan y se mueven y son interesantísimas. Ahora, también producen mucha suciedad, perdone que se lo diga así. Usted sabe lo que producen las gallinas. Usted ha ido a un gallinero? El olor que producen las gallinas. Sabe que nosotros, así como cuerpo, en nuestra humanidad también producimos malos olores, producimos conflicto, chismes, perdone que se lo diga, producimos pecado. Hay muchas cosas también que no son honrosas al Señor ni dignas de alabanza, que se dan en una congregación como la nuestra, con tantos niveles de madurez y de posición en la jornada cristiana.

Sí, producen suciedad, otra cosa, son muchas y no se les puede dar demasiada atención individual. Mire solamente este cuerpo que está aquí. Esta mañana había un grupo similar al de ustedes a las 9 de la mañana, y a veces yo tengo dificultad en saber quién vino a las 9 y quién vino a las 12, si vino, si fue a su país de vacaciones, si está afuera por seis meses y vuelve otra vez. Es imposible darle atención individual a cada persona.

Así como ese granjero que ustedes vieron ahí, no puede darle atención a cada gallina individualmente. Otra cosa, las gallinas están en continuo movimiento, no se paran, son seres enérgicos, y las iglesias son así, siempre están en proceso, en cambio. Los niños están convirtiendo en adolescentes, los adolescentes en jóvenes. Hay muertes, matrimonios, bautismos, problemas, dificultades, gente se muda, gente viene. El siglo XXI es un siglo increíblemente dinámico y siempre está en movimiento, y en ese mundo es que nosotros ministramos como pastores.

Eso plantea una serie de retos para el pastor y para los líderes espirituales de una congregación. Qué otra cosa? Las gallinas generan mucho conflicto entre sí por el aglomeramiento y la competencia por recursos limitados. Yo estuve en una granja de gallinas este verano, y yo creo que de ahí saqué este sermón, dele gracias a Dios por esos días de vacaciones que tomamos. Y me fascinaba mirar estas 200, 300 gallinas peleándose por los granitos de maíz.

Caleb, nuestro nieto, le tiró unos granitos de maíz y todas se tiran, se abalanzan y se picotean unas a otras, para comerse los granitos. En una iglesia, hay mucho conflicto también y parte de lo que tiene que hacer el granjero, pastor, es trabajar con el conflicto. Pero se parece mucho a una granja.

Otra cosa, perdonen, las gallinas no son muy leales. Digan auch! Francamente vivimos en un tiempo en que esa idea de Rose Philips, 50, 60, 80 años en una congregación ya ha pasado. Hoy en día, la gente se toma la libertad de moverse en una manera mucho más libremente y de darse el privilegio de escoger o no escoger. Ustedes saben a lo que me refiero.

Y esa es la realidad de una iglesia y así es que nosotros vivimos. Nos movemos en ese mundo. Otra cosa, las gallinas aprenden con dificultad. No tienen un cerebro muy grande. No sé si usted se ha fijado. Tienen una cabecita muy pequeñita. Entonces, se toma tiempo instruirlas, enseñarlas, y hay que ser paciente con ellas, hay que tomar una visión a largo plazo, hay que ser comedidos, hay que repetir las mismas cosas una y otra vez. Y uno tiene que tener esa paciencia con las gallinas, con las congregaciones e ir poco a poco enseñándolas.

Y yo creo que es mucho mejor asumir eso desde el principio que frustrarse porque fulanito lleva 20 años predicando la misma cosa y todavía no se le entra en la cabeza. Las gallinas son difíciles de aprender y también difíciles de controlar. Y el pastor tiene que tener una idea más modesta de su capacidad para controlar las gallinas.

Entonces, mire unas comparaciones que nos pueden ayudar todavía a mejor entender esto. Una comparación entre redil y gallinero. En un redil, qué hay? Ovejas, ¿verdad? En un gallinero hay gallinas, por lo menos hay 5 ó 6 que están poniendo atención. Yo les dije que las gallinas tienen dificultad en aprender. Ahí ven.

Cómo son las ovejitas? Mansas y obedientes. Usted coge una ovejita y a mí me han dicho que una de las cosas terribles es ver una ovejita que va a ser llevada al matadero, y ella mansamente pone el cuellito para que le den mejor todavía el golpe de muerte. Son animales mansos y obedientes. Cómo son las gallinas? No tan mansas y obedientes. Esa es la verdad. Las gallinas son eléctricas, van por donde ellas les da la gana. Trate usted de llevar una manada de gallinas en el prado y usted verá qué es lo que le pasa. Se le van por todas partes. Las ovejas, olvídese, con un par de perritos y usted domina una manada inmensa de ovejas. Porque son mansas y obedientes.

Cómo es el redil? En el redil, el pastor es la figura preponderante, es el centro. Usted vio esa imagen del pastor en el centro, en el frente de la fotografía. Mientras que en una granja el pastor es menos central, el pastor más bien se preocupa por establecer un sistema que pueda alimentar y proteger y guardar a todas las gallinas a la vez. Entonces la figura del pastor es menos importante y lo más importante es el sistema que él introduce para cuidar a toda la multitud. Guarde eso en mente, porque una de las cosas que yo veo como pastor, yo tengo que hacer y los líderes pastores, e inclusive los líderes de otros ministerios, es establecer un sistema que funcione y entonces mantener ese sistema y mejorarlo cada día para que ese sistema alimente la vida de los que entran en él.

Entonces, qué otra cosa? En el redil el pastor depende del cuidado individual, como decía, conoce cada una de sus ovejas, las cuida, les quita las pulgas, lo que sea, la atiende, la venda, la busca, la mantiene dentro del redil. Mientras que en la granja lo principal es el proceso.

Si usted mira en YouTube por ejemplo, ponga la palabra gallinero o granja de gallinas, y usted verá que las granjas de gallinas son sitios muy científicos donde hay aparatos para mantener la temperatura, para regular que los huevos no se rompan cuando las gallinas los ponen, que el tamaño de las gallinas sea el preciso y si exceden, se ponen en otro lugar, el agua la administran por unas botellitas pequeñitas que ellas aprietan con el pico y sale una gota de agua. Todo tremendamente regulado.

El proceso es más importante que la persona. Y así yo creo que es en una iglesia, cuando llega a cierto punto, yo no puedo atender a cada individuo personalmente, o los demás pastores, y por eso hay que depender más de sistemas, protocolos que ayuden a que todos puedan funcionar juntos. Después voy a explicar un poquito más acerca de eso.

Otra cosa, las ovejas son pasivas. Pero las gallinas son dinámicas y hay que bregar con eso. Otra cosa, en el modelo pastoral, es un modelo más estático, más predecible, más unificado, mientras que el modelo de la granja es dinámico. Las gallinas corren por donde quieran, hay movimiento continuo.

Las intervenciones personales del pastor a diferencia del control estratégico. El pastor tiene que saber y medir en qué va a invertir su tiempo, si lo va a invertir en una reunión comunitaria que puede generar recursos para la iglesia o si lo va a invertir en irse con doña Chencha a tomarse un café a las 10 de la mañana y pasar tres horas hablando con ella y consolándola y diciéndole que Dios la ama.

Con quién va a pasar el tiempo, con un líder que bendice a 100 personas en la iglesia o con una persona que no tiene tanto que ver con la bendición de la congregación. Puede que sí, no hay que ser interesado todo el tiempo, pero el pastor tiene un tiempo limitado y tiene que determinar, bueno, en qué voy yo a invertir mi tiempo? Porque el sistema necesita esa intervención estratégica.

Las acciones del pastor son importantes en el redil, mientras que en la granja, los sistemas, los protocolos, son los que imperan. El sistema pastoral es autoritario. El pastor gobierna, controla, determina, dicta, dice, enseña, profetiza, declara y las ovejas se moldean.

Mientras que en el sistema de la granja, el pastor tiene que ser mucho más pensante y estratégico en cómo mueve la economía de todas esas gallinas. Su intervención es más indirecta.

En el redil, cuidado intensivo. En el gallinero, cuidado colectivo de la totalidad. El pastor activo, el granjero, estratégico. En el modelo del redil, el énfasis es sobre lealtades, el pastor ama a sus ovejas hasta la muerte. Las ovejas se pegan a su pastor hasta la muerte también. Mientras que en el gallinero, hay un énfasis sobre más bien el control del medio ambiente, de la totalidad del sistema.

Usted ven entonces que a mí me ayuda cuando yo examino la vida cristiana, y la vida de la iglesia desde la perspectiva de la granja de gallinas, del granjero, porque ilumina muchas cosas acerca de la realidad de una iglesia.

Yo diría otra cosa y es que el modelo del pastor no se presta a una iglesia grande, una iglesia dinámica, una iglesia creciente. Un pastor no puede pastorear individualmente a cada persona. En esta congregación yo creo que usted se beneficiaría mucho de entender que es como los supermercados, versus una bodega. Usted va a la bodega y ahí está el bodeguero con una libretita y usted le dice, don Pancho, hoy no me ha llegado el cheque, pero necesito una libra de carne y 4 plátanos y media libra de arroz, y una funda de habichuelas, y él dice, no te preocupes, muchachos, son 14.50 dólares, lo apunta en la libretita y el viernes usted viene, cambia el cheque y le paga. Pero qué pasa? Que esa bodeguita también tiene limitaciones. Si usted quiere una sopa de Wolfgang Puck no la va a encontrar allí. Si quiere 27 marcas de cereal, no la va a tener, va a encontrar 3 a lo máximo.

Pero váyase a un supermercado como Market Basket y usted va a ver un pasillo completo de cereal solamente o de comida de perro, o de servilletas. Por qué? Porque el supermercado no tiene quizás el trato personal de la bodega, pero por qué es que la mayoría de la gente se va al supermercado? Porque pueden hacer una comprar y comprarlo todo de un solo tirón. No tienen la ventaja pero hay otras cosas que compensan.

Y así, muchas veces una iglesia como esta, quizás no tiene ese cuidado intensivo, individual de cada persona, quizás usted no tiene el gusto de que su pastor vaya al quinceañero de su hijita, o que vaya a probar el nuevo sancocho que su esposa aprendió a hacer esta semana, pero hay otras cosas que usted puede disfrutar. Quizás usted puede disfrutar de un ministerio de adoración más rico, de un ministerio de discipulado más amplio, con más posibilidades, un ministerio de niños con más departamentos y maestros mejor preparados. Quizás usted puede disfrutar de una iglesia que va a ministrarle a su familia en una manera más efectiva, va a haber discipulados y clases de células o ministerio de células, va a haber buena administración, va a haber un espacio más grande.

Sí, usted está cambiando algunas cosas individuales, pero hay un sistema que lo alimenta y le da muchas más posibilidades, en vez de esas iglesias a veces fragmentadas, y gloria a Dios por ellas, amén. Pero uno tiene que escoger una cosa o la otra. Y yo creo que cuando una iglesia llega a cierto tamaño, ya es más importante el manejo de sistemas y yo pienso que mi rol como pastor principal de la iglesia es proveerles a ustedes un espacio virtual, una ecología, una economía donde usted puede encontrar algo para su vida.

Si usted quiere aprender a servir al Señor, bueno, mi deber es como hice años atrás, comenzar el ministerio de células, y cuántos hermanos se han beneficiado del ministerio de células. Si necesitamos clases de entrenamiento bíblico y de enseñanza bíblica, ahí tenemos los discipulados que se comenzaron hace tantos años atrás en Cambridge, y que alimentan tantas personas y los preparan para el servicio en el reino del Señor. Si usted es un apasionado del servicio social y del trabajo en la comunidad, bueno, hay ministerios para gente homeless, está Alfa, está Herck, si usted quiere aprender inglés hay posibilidades. Y mi labor es posibilitar estas cosas, encontrar las personas mejor capacitadas para dirigir esos ministerios y asegurarme de que esos ministerios corran bien, orar por ellos, hablar con los líderes, supervisarlos, retroalimentarlos, delegar.

Y entonces al yo hacer eso, ustedes encuentran esos espacios para conectarse con el llamado de Dios en sus vidas. Amén. Esa es mi función. Yo tengo que cambiar el privilegio de sentarme con usted, conocerlo a usted íntimamente y usted a mí, por el privilegio de abarcar más gente, de impactar una ciudad, de alcanzar sistemas, de crear una iglesia poderosa que impacte la ciudad y que haga cambios radicales en la sociedad.

Hay que cambiar una cosa por la otra. Pero el modelo del pastor tratando a 10, 20 personas en la semana, o 30 personas y hay 800 ó 900 ó 1200 que son ignoradas, y son descuidadas porque él tiene que estar atendiendo a esas 20 ó 30 ó 40, no da resultado. Y la gente cuando entra a este modelo de iglesia tiene que entender que hay un precio que pagar. El modelo del granjero sí se presta porque, como les digo, el granjero trata al nivel mayor.

Como el granjero, la función del pastor principal debe ser velar por el ambiente total de la congregación. Yo llamo a eso, mantener el espacio donde se dan las interacciones de los feligreses, a diferencia de micro manejar cada miembro o cada situación. Más que el guardián de cada oveja, el pastor debe velar por el ambiente donde ellas viven y se mueven. El granjero pastor, se asegura de desarrollar y darle mantenimiento a ese ambiente.

De manera que ese ambiente provea todo los nutrientes para el crecimiento y el sostén de las ovejas. Por eso yo me tengo que reunir, por ejemplo, digamos el ministerio de alabanza. Que bendición recibimos hoy de ese ministerio! Ahora, eso ha sido una lucha cuerpo a cuerpo de años, para formar ese ministerio. Yo tengo las heridas para mostrárselas, si tuviera tiempo y no los escandalizara les mostraría las llagas. Ha sido una lucha a largo plazo, yo me reúno con ellos continuamente, les doy mi visión pastoral de lo que es la adoración.

Mi parte es asegurarme de escoger buenos líderes, de asegurarme que cualquier conflicto se atienda a tiempo, de infundirles a ellos los valores bíblicos de esta congregación, de enseñarles cuál es mi concepto de lo que es una buena alabanza y una buena adoración. Y entonces, yo tengo que soltarlos a ellos para que ellos hagan su trabajo. Y cuando algo anda mal ellos me ven allí haciendo señas y moviéndome, y después del servicio hablamos, o en la próxima reunión conversamos. Porque si eso pasa, se da como es debido, aunque usted no me vea, yo estoy adorando con el grupo de adoración. Mi presencia está allí porque ya yo la dejé allí con ellos, cuando me reuní con ellos. Y así pasa con cualquier otro ministerio.

Eso es lo que yo llamo desarrollar y darle mantenimiento a ese ambiente para que mantenga a las ovejas en una forma saludable. En este modelo el pastor es más bien como un mayordomo, un facilitador, un partero de la vida de Dios en la economía de la iglesia. Yo veo cada día, hermanos, mi rol como pastor en una forma más humilde y más modesta. Yo no me engaño a mí mismo acerca de lo que yo puedo hacer en sus vidas. Lo único que yo puedo hacer es un delgado alambre a través del cual corra la gracia de Dios a sus vidas. Eso es todo.

Y cuando yo he cumplido mi función, yo tengo que echarme a un lado para que ustedes sigan tratando directamente con Dios. Yo tengo que saber que yo no puedo crear santos, eso lo hace el Espíritu Santo. Yo puedo quizás canalizar la palabra de Dios y esa palabra hace la obra en ustedes. Yo tengo que bregar con mi propia humanidad, mis propias limitaciones. Y yo les digo siempre a ustedes, no dependan de mí, no se apeguen a mí. Es más, no se apeguen a ningún hombre o ninguna mujer, hermanos, pongan su mirada siempre solamente en el Señor.

Ponga su mirada en el Reino y gócese en este sistema maravilloso que es la iglesia de Jesucristo. Pero muchas iglesia yo creo que sufren y sabe que muchos pastores le hacemos daño a la gente por pegarlos a nosotros y usar manipulaciones para que se enamoren de nosotros y como que se apeguen. Eso es un pecado. Yo veo tantas prima donas hoy en día en el Evangelio y Dios aborrece eso. El único que debe ser entronizado y glorificado es Cristo Jesús. Yo soy un dedo que apunta hacia el Señor y eso es todo.

Yo me veo más bien como uno que maneja y facilita y administra los dones del Espíritu Santo en ustedes. Esta iglesia no es mía, su dinero no es mío, su propiedad no es mía, las almas no son mías, los feligreses no son míos. Yo no me puedo aprovechar de nada de esta congregación porque todo pertenece al Señor. Yo simplemente soy un sirviente que al final del día tengo que darle gracias al Señor por dignarse usarme para su gloria y su honra. Eso es todo.

Yo les suplico, hermanos, nunca se dejen manipular por nadie. Nunca se apeguen a ningún hombre, es más, ni a ninguna iglesia tampoco, porque León de Judá no es nada sin el Espíritu Santo dentro de nosotros. El día que nosotros dejemos de vivir la palabra de Dios y de predicarla como es debido, esta iglesia se desploma, porque no es vida nuestra, es la vida del Reino de Dios a través de nosotros.

Por eso es que a mí me gusta más la idea de un hombre que está más bien siendo simplemente un canalizador de energías, en vez de uno que está sentado en el trono haciendo la labor que debe hacer el Espíritu Santo. Yo soy un facilitador, un partero, eso es todo.

Por eso, hermanos, en ese modelo de la granja, donde el pastor está trabajando a través del sistema y no es la figura central, es importante en ese sistema delegar, entrenar a la gente, discipular a la gente, retroalimentar a la gente. Qué hice bien? Qué hice mal? Después de este primer servicio, yo le pregunté a dos o tres personas, óyeme, qué te pareció el sermón? Por qué? Porque quería saber si lo podía predicar la segunda vez a las 12 o si tenía que abandonarlo y buscar otro sermón. Porque no estaba seguro totalmente de que la gente hubiera entendido lo que estaba diciendo, o que estaba diciendo lo correcto.

Yo mismo necesito retroalimentación. Y mis líderes necesitan saber. Esto que yo estoy haciendo ahora mismo de predicar esta serie de sermones, es parte de eso. Porque en una iglesia así se necesita mucha comunicación, mucha información, mucho entendimiento de los valores y los principios que rigen a la congregación.

Se requiere un modelo de atención colectiva y global, a diferencia de específica o individual. Hermanos, el pastor debe reconocer sus limitaciones y su realidad y proceder desde ahí. Por eso es que yo digo que es importante verlo de esta manera, porque, de nuevo, en la granja es el sistema lo que más importa y no tanto la figura central del individuo líder.

Yo he desarrollado en estos días, pensando y preparándome para este sermón, he desarrollado la idea esta de realismo pastoral. Me parece un buen concepto. Y es la idea de que yo, ustedes, nosotros, los líderes principales, los pastores de esta congregación, debemos adoptar una perspectiva modesta, limitada, realista y a largo plazo del pastorado y de la iglesia.

A mí me ha ayudado muchísimo verlos a ustedes y verme a mí mismo como… somos viajeros en una jornada a largo plazo. Dios está tratando con nosotros, está bregando con nuestra humanidad. A veces nuestra humanidad se sale de las casillas, nos ofendemos unos a otros, murmuramos unos de los otros, cometemos errores, pecamos unos con los otros y contra Dios.

Yo veo parejas en conflicto, veo gente diciendo una cosa y haciendo otra. Esa es la realidad de esta iglesia y de cualquier iglesia en el mundo. Yo veo gente que en un momento están aquí arrodillados, adorando al Señor, danzando, derramando lágrimas, y en otro momento abusando de su esposo o su esposa, siendo egoístas, viviendo vidas dobles, desobedeciendo en las cosas más básicas y esa es la realidad de la iglesia, hermanos.

Esa es la materia con la cual nosotros bregamos. Yo no quiero llamar a las cosas por otro nombre. De esa realidad tenemos que partir hacia la hermosa realidad que Dios tiene para nuestras vidas y tenemos que reconocer dónde estamos y por eso yo entiendo mejor la iglesia cada día. Y sabe qué? Eso me libera para no guardar resentimientos, eso me libera para no ponerme cínico cuando veo contradicción en la vida de la gente. Eso me libera cuando yo cometo mis propios errores. Eso me libera cuando me siento mal atendido, mal interpretado, maltratado, porque esa es la realidad de la iglesia desde que el mundo es mundo y desde que Cristo la fundó y será hasta que Cristo venga de esa manera.

Y yo creo que es bueno que nosotros partamos de un realismo pastoral. Y de ahí trabajemos para ir a la gloriosa visión que Dios tiene para nosotros. Quiera el Señor que nosotros podamos entender esto, de que mi rol y el rol de los pastores no es solamente llamarnos a la santidad, con este concepto, mire, aísle este concepto por un momentito. Yo veo dos cosas que tiene uno que hacer como pastor, uno es llamar al pueblo de Dios y llamarse uno mismo hacia una vida de santidad, proseguir al blanco, como dice el Apóstol Pablo, trabajar hasta que la imagen de Cristo sea forjada en nosotros, entregarle al Señor toda impureza, todo defecto, toda distorsión, toda imperfección de nuestro carácter y vivir deseando que la gloria de Dios se manifiesta en nuestras vidas, y trabajar arduamente para eso.

Pero ¿Sabe qué? Yo he aprendido también que en la iglesia hasta que Cristo venga, el rol de la iglesia también tendrá que ser proveer cercas para que el pecado no se desborde. Hay que regular el pecado, administrar el pecado. Mientras usted esté en esta iglesia usted va a tener cosas que no son de Dios, y mi rol como pastor, muchas veces va a ser simplemente mantener el pecado dentro de límites tolerables que no destruyan a la iglesia. Porque ustedes van a seguir pecando, yo voy a seguir pecando. Yo no sé si usted se escandaliza con eso que he dicho, pero todavía no he encontrado nadie que me contradiga efectivamente al respecto. Y todavía no he visto evidencia de lo contrario.

Muchos de los hermanos que más aman a Dios, que más adoran al Señor, que más hablan en lenguas, son a veces los que más necesitan de la misericordia y el trato de Dios. Se los digo por observación propia y por experiencia personal. Y mientras esta iglesia permanezca parte de nuestro rol va a ser entender eso y asegurarnos de que ese pecado no se desborde, que cuando se manifieste encuentre controles seguros, confrontación, disciplina, amor, corrección adecuada y eso es parte del trabajo del pastor. Al final del día tendré que bregar con mi propia humanidad, con la humanidad de mi pueblo, y decirle, Señor, gracias por la gracia que tu nos has dado. Gracias por la sangre de Jesús. Ayúdame a llevar estas ovejas finalmente al redil de tu mansión, de tu gracia, de tu misericordia eterna.

Y mientras tanto vamos a seguir adelante, hermanos, vamos a seguir tolerándonos, vamos a seguir amándonos, perdonándonos unos a otros y vamos a seguir reconociendo la realidad de la iglesia. Somos ovejas, pero somos gallinas también, hermanos. Somos un redil, pero también somos un gallinero. Y nuestro Señor Jesucristo es el pastor de pastores, pero tampoco le importa arremangarse la camisa y ser un granjero de vez en cuando también y mandar su Espíritu Santo para que nos guíe hacia toda verdad y delegarle al Espíritu Santo y a su iglesia el trabajo de redimir la humanidad.

Que bueno! Que bueno es Dios! Yo le doy gracias al Señor. Yo cada día me enamoro más de la iglesia de Jesucristo. Me enamoro más de ustedes, les amo más, a la misma vez que les conozco más y me conozco a mí mismo. Que el Señor les bendiga y que nos ayude a ser esa iglesia ejemplar que Cristo ama.

Vamos a ponernos de pie, hermanos. Padre, gracias por tu amor inagotable. Gracias porque tu nos amas a pesar de que nos conoces. Permite que esta congregación pueda habitar bajo tu mirada de aprobación, mientras Cristo venga, Señor, mientras estemos en la tierra llévanos a ser más y más aceptables delante de ti. Yo bendigo esta palabra, entiérrala en nuestros corazones, Señor, y saca todo lo que no sea de ti. Bendecimos a tu pueblo, Señor, en el nombre de Jesús. Y el pueblo de Dios dice, amén. Dios les bendiga, mis hermanos.

Perdonar es una llave de sanidad

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Quiero invitarle a preguntarse si realmente en su corazón, siente el perdón del Señor. Yo decía que no soy profeta desde el punto de vista que se asume ser profeta en estos tiempos, porque la pregunta que voy a hacer o la observación que voy a hacer puede hacerse en cualquier iglesia, en cualquier lugar a cualquier hora.

Pero creo que aquí el Señor está poniendo en nuestro corazón, en alguien, en algunas personas, la necesidad de entender que hay falta de perdón en el corazón. Que hay una actitud de rencor, de raíces de amargura, que aún no han sido totalmente entregadas delante del Señor. Yo quiero que con sus ojos cerrados, y en una actitud totalmente honesta frente al que todo lo vé, todo lo sabe, frente al que nos creó, podamos discernir en nuestros corazones esas áreas que necesitan ser sanadas, porque alguiens nos hirió, porque alguien maldijo nuestras vidas, porque alguien abusó de nosotros. El Señor quiere que estemos libres.

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura os estorbe y por ella muchos sean contaminados. Hebreos capítulo 12 versículo 15. "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura os estorbe y por ella muchos sean contaminados". Señor, encomiendo esta palabra Señor a través de tu Espíritu Santo al corazón de cada uno de nosotros, que necesitamos hacer una revisión de las áreas de nuestra vida, de nuestro corazón, frente a ti, en el nombre de Jesús, yo te pido que tu Espíritu Santo traiga convicción, traiga discernimiento, traiga arrepentimiento, y traiga restauración, en el nombre de Jesús, amén, amén.

¿Por qué razón podemos quedar o tener raíces de amargura en nuestras vidas?. Y probablemente una de las causas más importante, tal vez más definida o definitorias por las que pueden quedar raíces de amargura es falta de perdón. Perdonar es una llave de sanidad y de sanidad interior, que abre paso a la sanidad del alma. ¿Sabe?, perdonar es una decisión, y la falta de perdón hace que quede en nuestro interior raíces de amargura. En Efesios capítulo 4 versículo 32 nos dice: "Más bien sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo". Sabe, hoy día hablar de perdón no es tan fácil, alguno dirá mira pastor, probablemente tú no has pasado las experiencias que yo he pasado, a ti no te han perseguido, no te han abusado, probablemente no has sufrido de violencia, probablemente no has sufrido de indiferencia, no te han rechazado, no has pasado necesidad por alguna causa física o mental, pero es interesante como el Señor no miró ni siquiera cada una de nuestras debilidades o de nuestros pecados para morir en la cruz del calvario por cada uno de nosotros, con cada una de nuestras diferencias, con cada uno de nuestros pecados y nos perdonó a todos por igual.

Probablemente no tengo la experiencia de las heridas profundas que puede causar la vida en algunas personas, pero no por eso la palabra del Señor deja de tener autoridad para poder recomendar que las raíces de amargura traen ansiedades, traen enfermedades, traen situaciones a nuestra alma que pueden provocar que muchos sean contaminados.

Sabe, yo estoy hablando a un corazón, a una persona, a un grupo de personas hoy día, que de alguna manera aún no han entendido que el perdón de Dios significa ya no me acuerdo más de sus pecados. A veces nosotros ni siquiera hemos recorrido el camino de perdonar o de sentirnos perdonados, ni siquiera nosotros nos hemos perdonado, sabemos que el Señor nos perdonó, sabemos que Él derramó su sangre en la cruz del calvario para perdón y remisión de pecados, no excluye nada, ninguna circunstancia, ni muy simple ni muy extrema, Él murió en la cruz del calvario para traernos sobre nosotros perdón, remisión de pecados, darnos salvación y entregarnos vida eterna.

Muchos de nosotros tenemos claro eso, pero aún así, muchos de nosotros aún no hemos sido capaces de perdonarnos nosotros mismos por esas cosas que quedaron en el pasado. La palabra del Señor nos dice que si no perdonamos Dios no nos perdona. Alguien dijo una vez que perdonar es recordar las ofensas en paz. Yo no creo eso. Podemos asumir perdonar a la persona que nos ofendió pero no me la nombren más en mi vida. Había una frase política del país de donde yo vengo que decía, "ni perdón ni olvido", eso era todo lo que había que hacer. No hay perdón sin justicia. Sabe, que bueno que nosotros podamos dimensionar esta necesidad de escudriñar, de discernir dentro de nuestros corazones, el perdón del Señor se muestra, se está mostrando a través de nuestro propio perdón por nuestras propias acciones.

Muchas veces personas que han practicado ciertas cosas como abortos y han sentido el perdón del Señor, aún no se han sentido perdonadas, no han sentido la convicción de sentirse perdonadas ellas mismas. Hombres que han sido de alguna manera crueles, violentos, y han sentido el perdón del Señor por su abuso, aún sienten que en su vida esos recuerdos vienen y los traen a sentirse mal. Pero si yo era así, pero si yo vivía así, pero si yo hice esto, yo sé que el Señor me perdonó pero yo no me puedo olvidar. Sabe, el Señor nos está llamando a que podamos entender que el perdón que captamos a través de haber recibido a Jesucristo, es un perdón completo que trasciende el cuerpo, el alma, y el espíritu, y cada uno de nosotros debe aprender a experimentar eso.

El perdón ante todo es algo que debe suceder en nuestro corazón. Cuando perdonamos, perdonamos dentro de nosotros, y no hace falta que esté la persona necesariamente a la que tenemos que perdonar allí, ¿por qué decimos esto?, porque a veces sólo podemos perdonar en el recuerdo. Probablemente la persona que le hicimos daño o nos hizo daño ya ni siquiera exista, aún así debemos buscar que el perdón tenga una vida en nosotros. El perdón es algo que está dentro de nosotros, surge desde nosotros hacia aquéllas personas que pasaron por nuestras vidas y nos lastimaron. Eventualmente en nuestro diario vivir siempre nos vamos a encontrar con personas que van a hacer algo que nos vá a hacer sentir mal, y cada día debemos practicar ese perdón.

Otra razón por las que se brotan raíces de amargura es la autocondenación. No debemos seguir autocondenándonos porque el Señor ya nos perdonó. No debemos seguir reprochándonos nuestra conducta anterior porque el Señor ya nos perdonó, y cuando tenemos esa convicción, entonces podemos decir que todo lo pasado ya es viejo. Segunda de Corintios capítulo 5 versículo 17 dice que: "De modo que si alguno está", ¿dónde?, en Cristo, no en la religión evangélica, no en una iglesia determinada, "De modo que si alguno está en Cristo", ¿y quién es Cristo?, la roca, la piedra angular, el lugar donde nosotros nos paramos y comenzamos a caminar firmes, el que dió su vida por nosotros en la cruz del calvario, "De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, y he aquí que todas son hechas nuevas", incluyendo las heridas del alma, incluyendo aquéllos que te maltrataron alguna vez.

Tengo un caso en mi iglesia, él contó su testimonio, este muchacho, venía de otra iglesia, él aceptó a Cristo hace algunos años, pero nunca le dijeron que tenía que entender que él no era culpable de su situación, y que tenía que perdonarse. A los cinco años lo echaron de su casa en Guatemala, a los cinco años le dijeron no te queremos y él se acuerda claramente cómo sus padres le dijeron no te queremos, desde los cinco años vivió en la calle, ya lleva unos doce o trece años que vino a EEUU, yo creo que su familia ni siquiera sabe que él está acá, y vivió introduciéndose en el alcohol, en la vida que a Dios no le agrada, hasta que un día entendió que el Señor Jesucristo lo llamó y lo perdonó, y también le dijo tampoco es tu culpa, perdónate, no te autocastigues, no te infrinjas heridas porque no te quisieron en tu casa, no sabes por qué no te quisieron, perdona, si no puedes ir y perdonar, perdona de aquí, con los ojos cerrados, y deja que el Espíritu Santo trabaje en tu vida.

Sabe, este muchacho ha cambiado, este muchacho ha entendido que ahora sintiéndose perdonado con la convicción del Señor, él puede perdonarse incluso de sus malas decisiones y puede decir las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas, así que, en Hebreos capítulo 8 versículo 12 dice que: "Yo les perdoné sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados". Este es un nuevo pacto, el Señor ya no vá a tener presentes nuestros pecados, nos arrepentimos y nos perdonó, estamos en una nueva etapa, iniciamos una nueva vida en Él y que Él nos está dando esta nueva vida a través de Jesucristo. ¿Hay alguno aquí que todavía no experimente esa vida en Jesús?. ¿Hay alguno aquí que aún necesite entender que su vida puede ser una vida total y absolutamente diferente?.

Sólo abriendo su corazón y diciendo Señor Jesús perdóname. Señor, lávame con tu sangre, Señor restaura mi vida, aún el autor en el libro de Hebreos dice que, no debemos permitir que alguna raíz de amargura se desarrolle en nuestro corazón. ¿Cuántos quieren permanecer en la gracia del Señor?, ¿cuántos quieren permanecer ahí en la presencia del Señor?.

Sabe, el Nuevo Testamento nos habla de un Dios misericordioso, Él está mucho más presente, y Él quiere que cada uno nos perdonemos, quiere que podamos llegar delante de Él con un corazón limpio, sin heridas, sin raíces, que nuestra adoración fluya poderosa delante de Él. En Mateo capítulo 6 versículos 12 al 14 dice esta oración: "perdonando nuestras ofensas como nosotros también perdonamos a nuestros ofensores, y no nos dejes caer en tentación, si no que líbranos del mal, porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro padre celestial también os perdonará a cada uno de vosotros". Hay una consecuencia, necesaria, debemos abrir nuestro corazón, si alguien nos hirió, si alguien nos maltrató verbalmente, si alguien abusó y sabes su nombre, si sabes cuál es su imagen, en el nombre de Jesús declara perdón, por sobre todas las cosas para que tu corazón, para que tu alma, para que tu vida esté libre y puedas adorar al Señor con todas tus fuerzas.

Sabe, aún el Señor quiere que lleguemos, nos recomienda que lleguemos con alguna de nuestras ofrendas, pero antes de llegar al Señor tengamos cuidado si tenemos que pedirle perdón a alguien, dice vé a donde tu hermano, pídele perdón y luego ven al altar y ofrenda. No estoy sólo hablando de dinero, tu adoración, tu alabanza, tu servicio, tu trabajo dentro de la iglesia, muchos de nosotros por años nos hemos identificado con estar presentes dentro de la iglesia y muchos de nosotros conocemos cómo se vive y cómo se trabaja, pero también muchas veces nos olvidamos que necesitamos estar con nuestro corazón sano cada día, si a alguien ofendimos, si alguien nos ofendió y nuestro corazón lo recibió, aún antes de presentar ofrenda, aún antes de presentar adoración, aún antes de presentar acción de gracias, vamos, pidamos perdón, perdonemos.

Ninguno de nosotros es perfecto, ninguno de nosotros. Ninguno de nosotros puede decir que no puede perdonar, ninguno de nosotros puede decir que no debe sentir perdón, cada uno de nosotros necesitamos ponernos a cuenta con la línea del amor y del perdón de Jesucristo. Aún Mateo capítulo 18 versículo 21 dice: "Pedro se acercó y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré?", nosotros decimos yo le aguanto una, a la segunda le cierro un ojo y a la tercera le cierro los dos probablemente. En un mundo donde los extremos son normales, o te amo o te odio, aún a la iglesia traemos esos hábitos, aún a la iglesia traemos esa manera de vivir, aún hay gente en la iglesia que necesita entender que ya el perdón de Jesucristo está en su vida, por lo tanto deshágase de todas esas cosas que a Dios no le agradan y que le están haciendo daño a su alma. Aún no sólo la palabra del Señor lo enseña, aún la ciencia enseña que el hombre que vive amargado, con falta de perdón, hasta enfermo pasa.

Hay personas que están amargadas, sufriendo, personas jóvenes, y usted las vé y les echa el doble de la edad que tienen, no voy a mirar a nadie. Aún necesitamos trabajar esas áreas de nuestra vida, el Señor quiere rejuvenecernos, el Señor quiere que nos renovemos, el Señor quiere darnos cada día su vida, su aliento de Espíritu, pero su alegría no puede morar en corazones que sólo viven en amargura, que sólo hablan amargura, que sólo se quejan, que sólo traen amargura al mundo. Yo quiero hablar a su corazón, y quiero decirle que deje de lado todo aquéllo que le ha puesto en problemas por causa de raíces de amargura, aunque sea difícil, aunque la acción de perdonar sea el último sacrificio en esta batalla, procure perdonar, procure abrir su corazón, y aunque haya sido mucho el daño, deje que el Señor Jesucristo restaure su vida, deje que Él le muestre su amor, deje que Él traiga su bendición sobre usted, no se atrase, deje que el Espíritu Santo corra con libertad, que cuando usted levante sus manos a pesar de todas esas heridas del pasado, el bálsamo que es la unción del Espíritu Santo venga sobre usted, esas heridas pasan, se van cicatrizando y van tomando otro color, otra forma, ya no hay infección, hay sanidad.

Así que no viva de los recuerdos. La palabra dice en Colosenses: "Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, sobre todo tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre multitud de pecados". La falta de perdón nos separa de Dios, no podemos alabar a Dios con libertad, nos afecta en nuestras relaciones personales, en la iglesia o en la casa, no somos de bendición, ¿sabe por qué?, porque sólo ver a una persona que tiene amargura en su corazón trae tristeza, trae murmuración, trae queja.

La amargura, la raíz nos enferma, trae problemas de salud, afectamos a nuestros hijos, a nuestros esposos o esposas, ponemos semillas de falta de perdón, todo se une en nuestra casa, pueden nacer ánimos de venganza, y somos estorbo por no perdonar. No podemos dejar que la raíz de amargura nos estorbe en nuestra relación y cercanía con el Dios y Padre que está en los cielos. Aquél que nos proveyó del instrumento de salvación, a nuestro Señor Jesucristo. Así que si hay alguna raíz de amargura en su corazón, quiero invitarle a que cierre sus ojos ahora, perdonar a otros nos hace grandes, fuertes, ¿y sabe lo mejor?, que el beneficio es para nosotros mismos. Oremos.

Y comienze a declarar perdón, sobre quien usted crea que necesita perdonar, aún nosotros los pastores que estamos expuestos a hablar todas estas cosas, aún en el silencio de nuestro hogar, cuando usted nos vé predicando, muchas de estas cosas que también han afectado en nuestra vida, necesitamos sentirnos perdonados, necesitamos perdonar muchas veces las ofensas de otros. Aún nosotros debemos confesar que no somos perfectos, que aún hay heridas en nuestro corazón que tienen que ser sanadas, porque ya el Señor lo hizo, ¿qué fué eso que te ha marcado toda tu vida que hoy día necesita sanidad?. ¿Qué fué esa situación, quién fué esa persona, cuál fué esa circunstancia que aún el día de hoy cada ciertas horas o cada ciertos días del mes viene a tu mente, y te trae amargura, y te trae tristeza?.

Hoy día es el día que el Señor creó para que tú te libres de eso, para que tú te sanes de eso, para que le digas al Señor, Señor, saca toda raíz de amargura de mi corazón, saca toda palabra de maldición de mi boca, saca todo aquéllo que ha herido mi vida o aquéllo con lo cuál yo he herido a otros, enséñame a perdonar así como Tú me perdonaste, a pesar de la condición de mi vida. Enséñame Señor a llegar con manos limpias, con un corazón puro, con un olor grato delante de ti, porque Tú ahora habitas en mí, porque Tú habitas en nosotros, ya no habitas en templos por manos de hombres, si no que nosotros somos Tu templo vivo Señor. Señor yo oro por esa situación puntual en el corazón de mis hermanos, de violencia, de infidelidad, de malos tratos, a veces de palabras de maldición que fueron traspasadas desde la infancia, Señor yo oro para que Tu perdón se complemente Dios mío y fortalezca mi corazón para que aún entendamos, que debemos aprender a perdonarnos, y debemos aprender a perdonar a otros, gracias Señor, porque Tu palabra es viva, porque Tu palabra es eficaz, porque Tu palabra es cortante y penetrante como una espada de doble filo, que penetra hasta partir el alma y llega hasta la médula de los huesos.

Y yo te pido que esta palabra penetre en el corazón de los que necesitan hoy día, que se introduzca esta palabra en la médula de cada hueso Señor, y que Tu Espíritu Santo haga fluir, haga correr sangre nueva, la sangre de Jesucristo en cada una de sus vidas, gracias Señor, gracias Jesús.

La naturaleza de la Iglesia

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Les recuerdo que estamos tomando tiempo en estos domingos para meditar sobre aspectos que definen nuestra Congregación, son temas que nos ayudan a comprender el tipo de iglesia a la cual asistimos. Por qué creemos lo que creemos? Por qué muchas veces somos una iglesia que tiene sus complejidades y que, como decía yo el domingo pasado, unimos y aunamos diferentes elementos que hoy en día se ven en diferentes sectores del cuerpo de Jesucristo.

Creemos que Dios ha dado su revelación a través de los siglos y aún en nuestro tiempo a diferentes segmentos de la iglesia, el segmento pentecostal, el segmento evangélico, y a tantos otros grupos cristianos bíblicos y que hacemos bien en aprender un poquito de cada uno de esos segmentos de la iglesia y unirlos todos en una espiritualidad que refleje esas complejidad de la iglesia.

Y entonces, una de las cosas que yo siento que necesitamos hablar es cuál es el entendimiento de esta Congregación, de este pastor, del liderazgo de esta iglesia concerniente a lo que es la iglesia de Jesucristo, y lo que es una Congregación, lo que es una iglesia con i minúscula también.

Así que yo voy a hablar de la iglesia con I mayúscula, la iglesia universal de Jesucristo, y también quiero hablar acerca de la iglesia con i minúscula.

La naturaleza de la iglesia. Y lo primero que podemos preguntar es para qué existe la iglesia de Jesucristo en el mundo? Cuál es la misión y la visión de la iglesia? Primeramente déjeme decir algo, la iglesia de Jesucristo es esa comunidad de hombres y mujeres que han sido llamados, eso lo que quiere decir la palabra iglesia, de donde viene la palabra ─ del original eclesia. Esa comunidad de hombres y mujeres que han sido llamados a través de los siglos y de diferentes naciones para ser una comunidad salvada por Jesucristo, por la sangre de Jesús, que ejemplifica los valores del Reino de Dios.

Esa es la iglesia de Jesucristo esencialmente. Ahora, esa iglesia existe para ciertos propósitos. Tiene una misión y una visión que cumplir aquí en la tierra. Cuáles son las cosas que cumple la iglesia? Cuáles son los propósitos y las tareas?

Para qué existimos? Qué funciones llevamos a cabo nosotros como iglesia de Jesucristo? Lo primero, yo diría, que hace la iglesia en la tierra es adorar y trabajar para la gloria de Dios. Nosotros existimos primeramente para glorificar al Señor, se hacen muchas cosas en la vida de la iglesia, se dan diezmos, se evangeliza, muchas cosas, pero al final de cuentas como comunidad nosotros existimos para dar gloria y honra al Señor. Y todo lo que nosotros hacemos, los esfuerzos, las misiones que emprendemos, la vida misma que nosotros vivimos aún yo diría, que nuestras agonías, nuestros sufrimientos y aún nuestras caídas, cuando nos arrepentimos y venimos ante el Señor, todo esto redunda en última instancia en gloria y honra para el Señor.

Pero la iglesia tiene que ser una comunidad de adoración, tiene que ser una comunidad que sepa que existimos para dar gloria al Señor. Esta tarde, por ejemplo, cuando nosotros estábamos aquí en este tiempo de alabanza yo sé que estábamos cumpliendo algo que es muy cercano y muy amado por el Señor. Y es cuando su pueblo se suelta y le rinde gloria y menciona los atributos de Dios y reconoce todas las cosas bellas del Reino de Dios, y nuestro corazón se abre en adoración al Señor. A Dios le agrada eso.

Imagínese que en ese momento nosotros estábamos en comunión con literalmente millones de cristianos en toda la tierra adorando el nombre del Señor. Porque en alguna parte del mundo a las 12:30 y a la 1:00 cuando nosotros estábamos adorando al Señor, en algún lugar eran las 9:00 de la mañana, las 10:00 de la mañana y había una Congregación que estaba comenzando a adorar al Señor.

Y sabe algo? Que la iglesia de Jesucristo nunca cesa de adorar, porque si usted mira las 24 horas del día en alguna parte alguien se está levantando cuando alguien se está acostando. Y en alguna parte del mundo hay un hombre o una mujer que se está levantando para ir a su trabajo y está adorando al Señor mientras otro se está acostando, regresando de su trabajo. 24 horas al día el pueblo de Dios siempre está adorando al Señor.

Que hermoso! Piense eso. Nunca cesan las alabanzas de parte de la iglesia, elevándose ante el trono del Señor. Porque siempre hay alguien, siempre hay comunidades adorando y glorificando al Señor. Siempre hay alguien ayunando, siempre hay alguien declarando el señorío de Cristo sobre la tierra. Somos una comunidad que adora, y en todo lo que nosotros hacemos, recuerde eso siempre, que en última instancia la iglesia existe para adorar y para traer gloria y honra al Señor.

Primera de Pedro, Capítulo 2, déjeme leer rápidamente aquí. Vamos a estar yendo a la palabra. Primera de Pedro 2:5, dice:

“…Vosotros también ─ nosotros, iglesia ─ como piedras vivas sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo…”

Eso es lo que nosotros estábamos haciendo esta tarde, ofreciendo sacrificios espirituales al Señor, a través de esa adoración. Pero ahora, mientras yo proclamo la palabra en esta forma verbal, yo también estoy adorando al Señor. Y mientras usted escucha, usted está adorando al Señor también. Es decir, que la iglesia es una máquina de, por así decirlo, de adoración y gloria para Dios.

Además de eso, también nosotros somos llamados para proclamar el Evangelio, somos llamados para anunciar continuamente las verdades de la palabra de Dios. Sabe que la iglesia es una institución y no solamente una institución sino una comunidad que siempre está declarándole al mundo la palabra del Evangelio. Estamos haciéndolo evangelizando almas, primeramente. Declaramos lo que Cristo hizo en la cruz, declaramos que él murió y resucitó por nuestras vidas.

Y cuando yo hice llamamiento esta tarde, después de la adoración, por qué nosotros insistimos en hacer llamamientos y en traer almas a Cristo e iniciarlos en su caminar cristiano? Porque esa es una de las responsabilidades más grandes que tiene la iglesia y tu y yo, nuestra vida, tiene que ser vivida siempre siendo instrumentos de que otros vengan al conocimiento de Jesucristo.

Yo espero que nuestra iglesia nunca tenga que estar dependiendo de formas artificiales de hacer evangelismo. Por qué? Porque nuestros miembros, los miembros de esta Congregación sean evangelistas cada uno de ellos. Recuerda que cuando tu invitas a un compañero de trabajo, a un familiar a la casa del Señor, tu les estás proveyendo una oportunidad a esa alma para ordenar su vida con Cristo, recibir al Señor, comenzar un camino nuevo en el Señor.

Así que siempre hay una oportunidad, y no solamente tiene que ser el pastor quien haga llamamiento, tu lo puedes hacer en tu trabajo. Si tu ves que alguien tiene un hambre y te ha dado una oportunidad para hablar de Cristo, preséntale el Evangelio, invítalo a orar contigo, invítalo a entregar su vida al Señor. Tu puedes hacer eso continuamente. La iglesia es una comunidad evangelística.

En primera de Pedro, Capítulo 2, versículo 9, dice:

“… Más vosotros ─ de nuevo, refiriéndose a nosotros, la iglesia,─ vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa…”

Todas esas son definiciones, de hecho, de lo que es la iglesia de Jesucristo. “…pueblo adquirido por Dios para que anunciéis ─ ahí está proclamación ─ para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…”

Nosotros tenemos que estar siempre proclamando lo que Dios hizo por nosotros. Esa es la mejor palabra evangelística, lo que Dios hizo por mí. Dale a la gente testimonio de cómo Dios cambió tu vida, cómo Dios impactó tu vida.

Pero nosotros como Congregación León de Judá siempre insistiremos en proclamar el Evangelio y tendremos que darle lugar a ese aspecto de nuestra vida como iglesia de Jesucristo en todas las cosas que hacemos.

Una tercera función que tiene la iglesia de Jesucristo es preservar las enseñanzas de Jesús y de los Apóstoles hasta que Cristo venga por segunda vez. Sabes tu que como iglesia, nosotros hemos sido hechos custodios de la palabra del Señor, la revelación de Dios que está en las Escrituras. A la iglesia se le ha confiado la administración de las verdades del Evangelio contenidas desde Génesis hasta Apocalipsis.

Nosotros tenemos el cuidado de ese tesoro y tenemos que preservarlos exactamente como fue dado a nosotros. No podemos cambiarlo, no podemos quitarle ni añadirle, tenemos que ser fieles a la palabra del Señor y ¿Saben qué? Otra cosa, tenemos que defender esa revelación de Dios.

Por qué digo esto? Porque en el tiempo en que vivimos el Evangelio de Jesucristo está siendo sometido a todo tipo de perversión, siendo diluido, siendo reajustado. La Biblia dice que vendrá el día en que tendrán comezón de oír y no se sujetarán a la palabra del Señor y se buscarán maestros para que les hable conforme a los apetitos de su corazón y estamos en esos tiempos ahora mismo.

Y la iglesia de Jesucristo tiene que pararse y decir, nosotros vamos a defender la revelación de Dios y tenemos que hablar esa palabra pura. Por eso es que, de nuevo, en esta Congregación siempre trataremos de predicar un Evangelio que refleje la complejidad y el contenido de la palabra del Señor. No nos vamos a llevar de lo que vemos, las modas que vemos allá afuera, o lo que a la gente le gusta oír, o lo que la gente sofisticada quiere oír cuando viene a la iglesia. Nosotros queremos custodiar la revelación de Dios exactamente como nos ha sido confiada a nosotros. Amén.

Y tenemos que contender por ello. Si vemos dondequiera que haya una doctrina falsa, aunque se parezca mucho a la doctrina original, tenemos que aclarar eso y señalar lo que es verdaderamente de Dios y lo que no es de Dios.

Hay un pasaje en Judas, versículo 3, porque Judas solo tiene un Capítulo, cuántos sabían eso? Judas es el libro más corto de la Biblia, solamente tiene un Capítulo y en el versículo 3 de Judas, dice así:

“…Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente, ─ mire cómo nosotros tenemos que relacionarnos con la palabra de Dios en este tiempo. Sabe lo que quiere decir contender ardientemente? Quiere decir pelear con dientes y uñas. Por qué? ─ … por la fe que ha sido dada una vez a los santos…”

En otras palabras, el Evangelio fue anunciado una sola vez y ya nosotros lo recibimos y ahora tenemos que preservarlo exactamente como ha sido revelado y si hay que pelear para defenderlo en el sentido de argumentar, de aclarar, de confrontar, lo hacemos. Porque hay que defender la revelación de Dios en este tiempo en que esa revelación está siendo sometida a todo tipo de ajustes falsos y de herejías.

El Apóstol Pablo, de hecho, lo declara en una forma todavía más seria en Gálatas, Capítulo 1, en el versículo 8, él dice allí:

“… Más si aún nosotros o un ángel del cielo ─ imagínese – os anunciare otro Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema…”

Eso quiere decir, sea maldito. Esa es la verdad, sea condenado. Y lo repite una vez más, “… como antes hemos dicho, también ahora lo repito, si alguno os predica diferente Evangelio del que habéis recibido sea anatema…”

Preservar la integridad del Evangelio es cosa seria, hermanos. Y por eso muchas veces nosotros tendremos que predicar un Evangelio que no le va a gustar a la gente. Yo siempre me he lamentado pero creo que es un precio legítimo para pagar. Nuestra iglesia podría tener una cantidad de personas bien importantes, bien involucradas en la sociedad, y en la cultura y en la política, si yo diluyera un poquito el Evangelio que predicamos.

Hay mucha gente que viene aquí y dicen, ah, León de Judá es una iglesia que tiene servicios sociales y brega por la justicia social. Y de nuevo, creen que somos una iglesia más liberal de lo que somos y de momento se tropiezan con una enseñanza del pastor y dicen, ah, no, aquí me voy porque no me gustó lo que predicó el pastor.

Pero amén, es el precio que tenemos que pagar, gloria a Dios, porque nuestro deseo no es agradar a la carne, sino agradar al Señor que confió su Evangelio. Y tenemos que ser fieles a la palabra del Señor. No importa que no le guste a quien no le guste, cuando la gente entra por las puertas de la iglesia tiene que ajustarse a la doctrina de la iglesia, no la doctrina de la iglesia a la gente, por más ricos, más importantes, más intelectualmente desarrollados que sean, no importa. La iglesia de Cristo es la nodriza de la humanidad y tiene que proclamar la verdad de Dios aunque el diablo se moleste y haga lo que quiere. Así que preservamos las enseñanzas de la palabra de Dios.

Otra cosa que hacemos es hacer discípulos. La iglesia existe para hacer discípulos, instruir y para preparar a los santos para el servicio del Evangelio. Mire lo que dice Efesios, Capítulo 4, versículos 11 y 12.

“… Y el mismo, Dios mismo, constituyó a unos Apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros…”

Para qué hizo Dios todo esto? Para qué Dios creó toda esta serie de personas importantes en la economía de la iglesia, los pastores, los maestros, evangelistas, profetas? Dice:

“…a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo…”

Para qué yo predico? Para qué existe esta iglesia? Para qué tenemos clases de discipulado? Para prepararte a ti para la obra del servicio del Señor. Mucha gente viene a la iglesia y creen que la iglesia existe, más bien para pasarle la mano por encima, consolarlos, añoñarlos, como decimos los dominicanos, chinearlos, como dicen los guatemaltecos, y secarle las lágrimas. Todo eso es bueno, es importante, pero ¿Saben qué? La gente debe venir a la iglesia para equiparse para servir a Cristo Jesús, para ser maestros, para ser evangelistas, para el servicio de la obra del Señor.

Y la iglesia tiene que proveerle a la gente las herramientas que necesita para ser testigos efectivos de Jesucristo y siervos de Dios. Esa es la función principal de la iglesia. Por eso es que, hermano, hermana, tu tienes que cambiar tu esquema. Mucha gente creció en la iglesia y para ellos su modelo era, bueno, yo voy a la iglesia a persignarme y, no estoy aludiendo a ninguna religión ni nada, voy allí para estar 20 minutos, hacer unas cositas allí rápidamente y después me voy a mi casa y vuelvo al otro domingo y hago lo mismo.

No, la iglesia es una escuela. La iglesia es un hospital. La iglesia es un lugar de formación. La iglesia es un ejército, es un lugar de entrenamiento donde la gente viene, recibe palabra, recibe enseñanza, recibe restauración de Dios y entonces salen saludables para servir a Jesucristo y ser instrumentos de Dios.

Y por eso nuestra iglesia enfatiza tanto el discipulamiento, la preparación de nuestros niños, las células, el desarrollo de líderes para que puedan ser gente útil y efectiva para la obra del Evangelio.

Otra función de la iglesia es transformar el mundo. Sabe que la iglesia existe para cambiar la sociedad. Nosotros estamos aquí para ser levadura. El Señor dijo que el reino de los cielos es como levadura que entra en la masa y es algo chiquitito. La levadura es algo mínimo, pero cuando entra en una masa inmensa, leuda toda la masa, la penetra y la infla, hace sentir su efecto en ella. Y eso es lo que es la iglesia. La iglesia es un agente transformador.

Por eso es que tenemos que mezclarnos con el mundo, mientras preservamos nuestra identidad como cristianos, pero tenemos que ser siempre agentes de cambio en el mundo. La iglesia confronta la injusticia, confronta la inmoralidad, confronta la guerra, confronta la pobreza, la enfermedad, todo lo que es contrario a la bendición de Dios, al elemento luminoso, vivificante del Evangelio es enemigo de la iglesia y la iglesia declara guerra contra ello.

Y la iglesia existe para cambiar las estructuras de la sociedad. Somos sal de la tierra, somos luz del mundo. Tenemos que afectar la sociedad y afectar la cultura, y por eso es que tenemos que ser parte de un esfuerzo. Yo creo que Dios llama a su iglesia, en este tiempo como nunca antes, a cambiar el mundo y a no conformarnos simplemente con anunciar el Evangelio espiritualmente, sino que tenemos que afectar los gobiernos, tenemos que afectar el sector de la salud pública, tenemos que afectar el sector financiero, tenemos que declarar la palabra de Dios y lo que Dios quiere a todos esos segmentos de la sociedad.

Dios quiere que seamos transformadores de vida. Yo quiero ver jóvenes, adultos, meterse en la política de esta ciudad y de esta nación, evangélicos, convencidos, preparados como José que entró en Egipto y cambió la sociedad, porque tenía la unción de Dios en él.

Tenemos que entrar en todas esas áreas, en la policía, en el ejército. Yo creo que en todas esas áreas debe haber cristianos viviendo un Evangelio vital, apasionado y siendo sal y ejemplo para todos esos sectores de la sociedad. Somos una cultura.

Y por eso también nuestra iglesia cree en el involucramiento comunitario y en todas las cosas que hacemos. Esta semana nuestro hermano, el pastor Samuel Acevedo, yo no pude ir, pero Samuel fue en representación nuestra, estaba sentado con 6, 8 personas en una mesa con el gobernador de Massachusetts, hablando acerca de asuntos de justicia social y de cuestiones penales y todo esto. Gloria a Dios que nuestra iglesia puede figurar en ese lugar y afectar y declarar lo que la iglesia de Cristo piensa acerca de esos asuntos.

Y nosotros tenemos que estar involucrados en esas cosas, porque Dios nos ha llamado a eso. Cómo dice Segunda de Corintios Capítulo 10, versículos 4 y 5:

“…Porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas ─ y mire aquí lo que me importa, dice ─ derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo Jesús…”

En otras palabras, donde quiera que haya una filosofía, un sistema, un gobierno, una práctica que no se conforma a la verdad de Dios, nosotros tenemos que estar allí trabajando para cambiarlo y traerlo a sujetarse a la verdad de Dios. Tenemos que contender para que las palabras del Evangelio se hagan reales en todos los aspectos de la sociedad. Somos agentes de transformación como la iglesia también.

Otro elemento de la iglesia es que hemos sido llamados, y esto es algo misterioso, hemos sido llamados a testificarle a los principados y a las potestades del plan de salvación y la sabiduría de Dios.

Uno diría, bueno, los demonios ya están condenados al infierno, así que nosotros no tenemos que decirles nada a ellos. Por qué hay que decirles algo? ¿Saben qué? Porque a Dios le glorifica cuando su pueblo le anuncia y le muestra a los demonios que Cristo es el Señor y que Dios está sentado en su trono y que el mundo pertenece a Cristo y no a ellos y que se equivocaron cuando se metieron con Dios, trataron de sustituirlo a él.

Nosotros tenemos esa función también. y usted dice, bueno, pastor Miranda, dónde está eso? Vaya conmigo a Efesios, Capítulo 3, versículo 10, dice allí:

“…Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales…”

Guau! Entiende usted lo sublime que es la función de la iglesia en ese sentido? Que nosotros hemos sido llamados, inclusive hasta los mismos demonios, a Satanás mismo, anunciarles Jesucristo es el Señor.

Cuando nos involucramos en ese tiempo de adoración que le rendimos gloria, honor al Señor, y dijimos, tu eres el Señor. Le estamos diciendo eso a Cristo, pero también se lo estamos diciendo a los principados y a las potestades. Les estamos diciendo, ustedes tienen unos reclamos falsos. Satanás no es señor de este mundo, Cristo es el Señor.

Y la iglesia con su vida, con su forma de relacionarnos unos a otros declaramos el señorío de Cristo a los principados y a las potestades.

Dos cositas más que hace la iglesia. Modelar una humanidad redimida ante el mundo. Sabe que nosotros tenemos que ser una comunidad ejemplar. Si usted lee la visión de nuestra iglesia dice, ser una iglesia ejemplar que ejemplifique los mejores valores de la palabra de Dios.

La iglesia de Cristo en su vivencia, en la manera en que nos relacionamos unos con los otros, nos tratamos unos a otros, la manera en que vivimos, somos una señal y somos un ejemplo al mundo. Y le decimos al mundo, miren, esta es la manera que se supone que vivan aquellos que han sido tocados por la sangre de Jesús. Cuando la iglesia vive como Cristo lo ha mandado a vivir, ejemplifica lo que Dios quiso que fuera este mundo cuando lo creó.

Por eso es que es importante, hermanos, que la calidad de nuestra vida, cuando nosotros nos relacionamos unos con los otros, ejemplifique algo diferente a lo que se encuentra allá en el mundo. Por eso es que nosotros, los cristianos, debemos ser la gente más bien hablada del mundo, debemos tratarnos con generosidad, mansedumbre, debemos perdonarnos unos a otros, tolerarnos, amarnos unos a otros, apoyarnos, si alguno cae, en vez de darle una patada para que se vaya más al piso, lo levantamos, lo restauramos.

Si alguien te ofende, en vez de tu decir, no te apures, que te agarro en la vuelta de la esquina, usted lo perdona y pide la bendición de Dios sobre él o sobre ella. Si alguien cometió un error y lo ofendió, usted es el primero en buscar reconciliación con esa persona y perdonarla.

En la comunidad cristiana no debe existir, hermanos, la hipocresía, la murmuración, el meter el cuchillo en la espalda, la ley de diente por diente y ojo por ojo, la palabra abusiva, la manipulación, el rencor, el retener el agravio, el hablar mal unos de los otros, el criticarnos desnudamente unos a otros. La iglesia de Cristo tiene que ser un modelo para la humanidad.

¿Verdad que sí? Amén. Por lo menos una hermana está de acuerdo conmigo. Porque al hacer eso nosotros estamos modelándole al mundo. Que triste es cuando la gente viene a la iglesia y ve exactamente lo que ve en el mundo, y dice, hey, para qué voy yo? Gozo más allá afuera y no tengo que estar con todas las demás limitaciones. La gente cuando venga a la iglesia debe ser intrigada, guau, cómo es que esta gente llegó a una altura tal espiritual y moral y ética?

Para mí esto es bien importante porque cuando yo hablo acerca de santidad y vamos a dedicar un sermón acerca de eso en el futuro, yo estoy pensando no solamente en la santidad en el sentido de santidad pelo, pantalón y pintura, como dicen muchas iglesias por allí. No, estoy hablando de la totalidad de la vida cristiana, la parte vertical, moral, con Dios pero también la parte horizontal, la manera en que nos tratamos unos a otros, y tratamos a nuestros semejantes.

Para mí la vida cristiana tiene que ser, la lucha, la agonía para mí de la vida cristiana es esa parte de cómo yo puedo someter mi carne al carácter de Jesucristo? Cómo yo puedo ser como Cristo cada día más? eso es lo que a mí me causa agonía porque nunca llego a ello. Y a cada rato el viejo hombre, que no está tan viejo, está vivito y coleando dentro de mí, se sale y se manifiesta y tengo que volver a empujarlo para que se meta otra vez de donde vino.

Eso es lo que hace la vida cristiana agónica verdaderamente. Es muy fácil decir, bueno, yo no adultero, yo no robo, yo no mato, yo no fumo, yo no me emborracho. Ah, pero qué difícil es someter el yo, qué difícil es someter la boca, por ejemplo. Dice el Apóstol Santiago que la lengua es chiquita pero crea unos desastres en el mundo terribles.

Y así, todos los demás apetitos de la carne y de las deformaciones del carácter. Esa es la guerra verdadera en mi vida y en la tuya también, por si acaso. Por eso tenemos que modelar una humanidad redimida. Miren lo que dice Primera de Pedro, 2:11 y 12, dice:

“…Amados, yo os ruego, como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación al considerar vuestras buenas obras…”

Que lindo! Que cuando la gente nos vea y considere la manera en que vivimos glorifiquen a Dios y digan, me rindo, me tiro a los pies del Señor, sí, definitivamente, aquí está Cristo.

Tenemos que vivir una vida así y esa es la batalla más grande y tenemos que pelearla, modelar una humanidad redimida y transformada por el poder de Dios ante la humanidad y ante el diablo también, que se avergüence cuando nos vea vivir como nosotros vivimos. Amén.

Y lo último que hace la iglesia es proveer compañerismo y apoyo para los creyentes. Coinonía, usted sabe esa palabra? Comunión, comunidad. La iglesia debe ser un lugar donde el solitario encuentre compañía, donde el hermano, el hermana que dejó a sus niños en Centroamérica o Sudamérica o el Caribe y está solo aquí comiéndose un cable, encuentre a alguien que lo invite, venga usted a mi casa, vamos a cenar esta tarde. Ven conmigo.

Cuántos hermanos al final del servicio se tienen que ir solos? Invita a alguien a tu casa. La hospitalidad es algo maravilloso, es un valor del Evangelio. La iglesia de Cristo debe ser un lugar donde lloramos con los que lloran y nos reímos con los que se ríen, celebramos con los que celebran.

Como yo decía el domingo pasado, me dio tanto gusto en estos días en que un par de familias perdieron sus seres queridos, y que lindo fue ver esos hermanos y hermanas visitando a gente que estaba agonizando en el hospital, consolando a los que habían perdido a un padre, a una madre, yendo al cementerio en temperaturas bien frías, declarando el amor de Dios a esas familias. Eso glorifica al Señor. Que bueno es cuando nosotros no vemos a alguien porque el pastor no puede hacer ─ yo a veces no sé quién está, quién no está, pero tu posiblemente lo sabes porque tu tienes un grupo más reducido de gente.

Si tu ves una hermana, un hermano, que hace días que no lo ves en la iglesia, no esperes al pastor, llámalo tu. Ora con él o con ella. Por eso, para mí, las células son tan maravillosas, porque son comunidades pequeñas donde la gente se ama, se apoya, se edifican mutuamente, se educan, se discipulan unos a otros y se expresan el amor de Cristo.

Una iglesia tiene que ser un lugar de familia. A veces espiritualizamos, oh, Dios le bendiga, hermano, hermana, pero lo llamas amigo, es tu amigo, porque hermano, es una palabra ya tan usada, pero Dios quiere que seamos amigos también, que nos amemos unos a otros, que nos comuniquemos. En una iglesia como la nuestra, tan diversa, tantas nacionalidades, niveles socio económicos, dos servicios, una cantidad de cosas, es fácil que la gente se pierda en la multitud. Se tu un pastor. Preocúpate tu por alguien, llama a alguien, ora por alguien, invita a alguien a tu casa a comer. La iglesia tiene que ser un lugar de respaldo y de coinonía, de amor unos para con los otros.

Primera de Pedro 4:8, dice:

“… Y ante todo tened entre vosotros ferviente amor ─ entre vosotros ferviente amor─ porque el amor cubrirá multitud de pecados… ─ y mire aquí lo que dice – porque nosotros podemos entenderla, entre vosotros ferviente amor. Es un lenguaje muy espiritual, pero mire él va y mete el cuchillo un poquito más hondo, dice, -…hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones…”

Auch, eso sí que duele. Invitar a alguien a tu casa y sentarlo a tu mesa y cocinar para él o para ella, sin estar respingando, refunfuñando. No, no, hazlo con gusto. Dice la Biblia que algunos hospedaron a ángeles sin darse cuenta. Quien sabe cuántos angelitos están disfrazados de gente común y corriente, cuando tu lo invitas a tu casa tienes la presencia de Dios allí. Algún día nos sorprenderemos cuando veamos esa hermanita que parecía toda desgreñada y nos reciba con una presencia angelical y nos diga, ven y entra a la casa del Señor. Un ángel en disfraz estaba allí.

“… hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones, cada uno según el don que ha recibido minístrelo que los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios…”

Que lindo! Tenemos a ser una comunidad hospedadora. Dios quiere ese compañerismo, ese apoyo entre los creyentes.

Hay dos modelos de la iglesia. Usted se pregunta, bueno por qué el pastor Miranda, por qué los líderes de esta Congregación, por qué esta iglesia se mueve cómo se mueve? Y en realidad, esto es una de las cosas que yo más quería trabajar con ustedes.

Yo veo en la Biblia y veo también a través de la historia en las diferentes manifestaciones de la iglesia, y de las iglesias, como dos modalidades de iglesia. Y de paso les digo, que yo me suscribo más al segundo modelo que les voy a presentar en un momento. Y yo creo que al usted entender esto, creo que me va a entender un poquito más y cómo nosotros tratamos con muchas cosas.

Hay dos modelos de iglesia en el mundo. Hay un modelo que ve la iglesia como una comunidad santa, pura, apartada del mundo, que existe para glorificar a Dios y usted ha escuchado que eso es todo lo que yo he predicado hasta ahora. Pero como que este modelo de iglesia enfatiza eso y se enfoca en eso. La iglesia como una comunidad santa y pura. La iglesia de santidad como que se enfocan más en ese aspecto de la iglesia. Es una comunidad apartada del mundo. Lo ven como en formas verticales.

Ese tipo de iglesia tiene claros requisitos para membrecía, y participación de privilegios, es una iglesia que tiene una doctrina, enfatiza mucho la doctrina, enseñanza clara, bien definida. Y si tu quieres tomar la santa cena tiene que ser bautizado, tiene que haber pasado por una clase de 6 meses o 3 años, tiene que haber hecho una cantidad de cosas. Y si cometiste un pecado antes de venir a la iglesia ese domingo, ya no puedes participar de la santa cena. Tiene claros requisitos, participación de privilegios y tiene una fuerte disciplina para los que violan sus estatutos también. Hay reglas claras, hay patrones bien definidos y usted dirá, bueno pastor, qué tiene eso de malo? No tiene nada de malo.

Como digo, más bien es el énfasis. Ese tipo de iglesia es una iglesia estática, es una iglesia que personalmente, yo estoy exagerando quizás un poquito, pero quiero más bien aislar estos elementos para que ustedes entiendan.

Generalmente esa iglesia no es muy flexible. Es una iglesia que es monolítica en su composición, segundo punto. Por qué? Porque normalmente en una iglesia así, tan estricta, tan rígida en sus patrones, vendrá mucha gente pero no se van a sentir cómodos, porque normalmente en una comunidad donde está viniendo gente nueva, hay cantidad de cosas que no están en orden. Hay que gente que no se ha casado y están conviviendo. Han tenido pero nunca se han arreglado su vida en ese sentido. Hay personas que están bregando con luchas y tendencias a tantas diferentes cosas. Mentes que no han sido tocadas todavía por el Señor, adicciones a drogas, al alcohol, vidas familiares que están en desorden, dudas acerca de Dios, deformaciones del mundo allá afuera, divorcios, convivencia, desorden sexual, una cantidad de cosas, mucha de esa gente tiene hambre de Dios pero si vienen a una iglesia y encuentran una iglesia muy rígida, muy cuadrada, esa gente dice, no, hombre, yo aquí no quepo. Y se van.

Entonces, ese tipo de iglesia es una iglesia que siempre como que se queda pequeña y el tipo de persona que cabe en ella es un tipo de persona muy definido, no tiene mucha gente nueva. Se especializan por esa idea de que el camino es estrecho. Les gusta ese versículo, estrecha es la senda y pocos son lo que entran en ella, y se sienten bien contentos porque están dentro de esa senda estrecha. Pero la senda estrecha no cabe mucha gente en ella desgraciadamente. Son iglesias conservadoras.

Ahora, les digo, hermanos, hay muchos elementos allí que yo aprecio, amo y yo voy a dedicar todo un sermón solamente hacia la santidad, así que no les voy a decir cuándo para que no se queden en la casa. Quiero hablar acerca de la santidad, la importancia extremada.

La iglesia es una comunidad pura, santa, agradable a Dios. pero si ese es el elemento definidor de la iglesia, eso muchas veces crea unas distorsiones en la totalidad de la vida que la incapacita para hacer otras cosas muy importantes que tiene que hacer la iglesia en el mundo también.

Ahora, hay otro modelo. Es un segundo modelo, y de nuevo, les digo, yo estoy exagerando un poquito para hacer más clara la diferencia. Y les estoy diciendo que muchos de esos elementos yo los aprecio porque, de nuevo, quiero ser redundante en eso para que no haya mal entendido acerca de lo que estoy predicando.

Ahora, el modelo al cual yo me suscribo, como pastor de ustedes, y que yo creo que es lo que esta iglesia ─ esa es la doctrina oficial de León de Judá. Si usted oye algo diferente en una célula o si usted ve un modelo diferente, entienda que eso no representa el sentir del pastor principal y yo creo que del ethos, el sentir de esa iglesia en general.

El segundo modelo es de la iglesia como una comunidad evangelística, dedicada a traer a los inconversos empleando métodos creativos y expresando flexibilidad a fin de resultar atractiva y traer a la gente al conocimiento de Dios.

Yo creo que Cristo ha dejado su iglesia en el mundo para que sea un organismo de conquista y de evangelización al mundo, traer a la gente al conocimiento de Cristo. Y en ese proceso la iglesia se adapta, no cambia el Evangelio como dije al principio, pero cambia a veces la forma de expresarlo, es flexible para ver si atrae al mayor número posible de personas.

Ahora, dentro de esa énfasis sabe que tiene que glorificar a Dios, sabe que tiene que vivir una vida santa, sabe que tiene que hacer guerra espiritual, sabe que tiene que perpetuar la palabra de Dios y todas estas cosas, pero yo creo que Cristo dejó a su iglesia aquí en el mundo, como decía antes, para ser sal de la tierra, para poseer, conquistar, establecer la bandera de Cristo y atraer al mundo para el Señor.

Y en ese proceso, si queremos hacer eso, tenemos que ser, como dice el Señor Jesucristo, astutos como serpientes, mansos como paloma. Tenemos que contextualizar el Evangelio, tenemos que ser gente campechana. Tenemos que oler a la gente allá afuera, porque si el incoverso viene aquí y huele solamente angelitos, que no los va a oler les aseguro, porque hay muchos de nosotros que necesitamos trato del Señor, dice, no, esto no es para mí.

La iglesia tiene que oler a la humanidad allá afuera, que cuando vengan se reconozcan en nosotros. Yo me imagino que el Señor no convive con la gente santurrona, porque yo creo que el Señor era un hombre, y es un ser campechano, sencillo, fácil de tener acceso.

Mire cómo el se acerca a Saqueo. Saqueo es un criminal, un corrupto, pero tiene algo en su corazón que le dice, yo necesito perdón. Y Saqueo ni se atreve a acercarse a Jesús, se sube en un árbol esperando ver a este ser que le ha comunicado esperanza. Saqueo habrá dicho, yo me conformaré solamente con verlo cuando pase entre la multitud porque no merezco ni siquiera tocar el borde de su manto.

Y ahí va el Señor caminando con sus discípulos y la multitud siguiéndolo, y de momento él se da cuenta, aquí está este hombre, y le dice, Saqueo, bájate de ese árbol, prepárame un sancocho que voy a ir a tu casa esta noche a cenar contigo. Y allá está el Señor sentado, hablando con los publicanos y me imagino, diciendo hasta algunos de los mejores chistes que se han oído en todo la historia del universo, porque si alguien podía decir un buen chiste me imagino que era Jesucristo.

Y ahí están los fariseos comiéndose un cable y molestos porque el Señor no les ha aplicado las cuatro leyes del Evangelio y no los ha llamado a arrepentirse pecadores. Y ahí viene Saqueo, se levanta en un momento después de la comida y dice, señores, Dios ha tocado mi vida, y quiero decirles que si le he robado a alguien, se lo devuelvo, primero la mitad de mis bienes la voy a distribuir a los pobres, y si a alguien le he robado se lo voy a dar cuadruplicado. No solamente se lo voy a devolver, sino que se lo voy a multiplicar.

El Señor no había disparado ni un solo tiro, pero qué conmovió el corazón de Saqueo y de sus amigos? El amor de Cristo.

Óigame, yo he aprendido eso, hermanos, que muchas veces, sí, muchas veces lo que la gente está buscando, no es que usted les lea un sermón de tres puntos y un poema. Lo que la gente está buscando es ver su vida en Cristo, su pasión por el Señor, lo que Cristo ha hecho en usted, y una actitud de amor, misericordia, compasión, campechana, usted no se cree la última Coca Cola en el desierto. Usted sabe que usted es un pecador también arrepentido y perdonado y la gente cuando ve eso, se tira a los pies y dice, dónde tengo que ir? Quiero entregarme al Señor Jesucristo.

Si la iglesia fuera así más transparente, más accesible, yo creo que ya hubiéramos conquistado el mundo entero. Yo creo que busque una espiritualidad sana, una espiritualidad sencilla, no una espiritualidad estratosférica con tanta artificialidad, que eso es lo que echara al mundo fuera.

Ahora, tenemos que ser santos, puros, limpios, pero no estar afectando una santidad que en realidad, no agrada ni siquiera al Señor.

Yo veo que el Señor era así, era sencillo, fácil, accesible. Y nosotros tenemos que hacer lo mismo. Primera de Corintios, Capítulo 9, yo espero que no estén aburridos, hermanos, yo espero que usted esté recibiendo del Señor. Yo sé que el tiempo pasa pero estas son enseñanza que tenemos que atesorar en nuestros corazones. Tenemos que tomarnos tiempo para expresar la palabra del Señor.

Mire cómo Pablo, cuál era la postura de Pablo, Primera de Corintios, Capítulo 9, versículo 19 dice Pablo:

“…Por lo cual siendo libre de todos, me he hecho siervos de todos para ganar a mayor número…”

Qué era lo que determinaba el estilo ministerial de Pablo? El deseo de ganar el mayor número de gente posible a Jesucristo. Él vivía para eso. Dice:

“…Me he hecho a los judíos como judío para ganar a los judíos. A los que están sujetos a la ley, aunque yo no estoy sujeto a la ley, como si fuera sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley. A los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de Cristo, para ganar a los que están sin ley…”

En otras palabras, a veces mire, usted tiene que usar métodos creativos para ganar a alguien al Señor Jesucristo. Le voy a decir un secreto, los otros días un hombre de negocios, por larga cosas de explicar, yo lo invité a comer en agradecimiento por cosas que ha hecho a favor de la construcción y de la iglesia. Es un hombre sofisticado y que ha sido bendecido por el ministerio de León de Judá y que varias veces me ha dicho acerca de cómo Dios está obrando en su vida por la exposición. Un norteamericano, gringo, gringo, de esos 6 pies con 4 pulgadas.

El caso fue que estábamos en un ambiente y mire, por esas cosas largas de explicar, en ese momento cuando llegó el momento de comer y de servir la comida, yo creo que él se sentía un poco como avergonzado de orar en público y ¿Saben qué? Yo sentí del Señor no orar por la comida sino continuar el diálogo y provocarlo a él a una conversación espiritual. Algunos dirían no, es que tu eres el pastor, tienes que orar y dar testimonio. Mire, toda la conversación esa noche fue acerca del Señor, en una manera u otra. Y yo no creo que necesariamente en ese momento yo pecaba si decidía no orar. A veces usted puede provocarle inquietud a la gente y por qué no ha orado? Ore, por favor, y le van a suplicar que ore. Lleve a la gente a desear que usted le hable del Evangelio.

A veces nosotros cansamos a la gente y los enajenamos con una insistencia, en vez de esperar el momento de Dios. y encarnar en nuestra vida la integridad del Evangelio, la belleza, la armonía y el gozo, la paz, la soltura del Evangelio.

Yo sé que quizás usted no está de acuerdo conmigo, pero a veces yo prefiero usar un estilo zen, si no sabe no se preocupe lo que quiero decir con eso, pero yo prefiero usar una forma contraria de lo que se espera para provocar en la gente inquietud para que se pregunten por qué esta persona vive como vive.

Y yo he descubierto que eso tiene su provecho y tiene su ─ este hombre, yo sé que ha sido transformado su vida, y este hombre va a entregar su vida al Señor. Yo lo estoy seduciendo poco a poco para traerlo al Evangelio. Hay que usar métodos creativos.

Por eso Pablo dice, “… a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley. Me he hecho débil a los débiles para ganar a los débiles…”

Eso no quiere decir, no se vaya a ir a un prostíbulo ahora para ganar a las personas que… No, no, no me venga con eso. La idea es que cuando usted ve algo, un complejo en una persona, una debilidad, mire, identifíquese con ellos. No venga afectando esta superioridad, esta seguridad, esta súper espiritualidad, creyendo que con eso usted lo va a… no, al contrario, lo va a enajenar y va a decir, no, yo jamás puedo vivir como este hombre. Él está ya casi con los pies en el cielo y aquí estoy yo en la tierra bregando con mi humanidad.

No, enséñele también su lado débil, su lado flaco. Yo creo que tenemos que ser transparentes, tenemos que ser flexibles, tenemos que ser campechanos, tenemos que ser humildes y humanos en vez de estar afectando una espiritualidad que ni nosotros tenemos, hermanos, esa es la verdad.

Identifíquese con la gente y hable de sus propias luchas y cómo Cristo está obrando para sanar esa parte de su vida. Comuníquele victoria y esperanza pero también háblele de sus batallas y de esa manera usted le comunica un Evangelio real, de carne y hueso, que la gente pueda identificarse con él.

Dice, “…me he hecho débil a los débiles, a todos me he hecho de todo para que de todos modos salve algunos…”

Pablo decía, mira, de cualquier manera, si yo puedo entrar un alma al Reino de Dios, si me tengo que torcer en 8, lo voy a hacer para que entre a los caminos del Señor.

Yo creo que eso es lo que yo veo que es el tipo de comunidad con la cual yo identifico esta iglesia. Ese tipo de iglesia paga el precio en términos de su disciplina y estatutos claros y flexibles. Es decir, va a tener que pagar un precio. Se nos van a ensuciar un poquito las paredes cuando venga gente que no está tratada completamente por el Evangelio, pero qué? Le ponemos un poquito más de pintura a las paredes, eso es todo. Hay un precio, a veces tenemos que incomodarnos, como yo decía antes, que todo lo que nosotros hacemos lo tenemos que hacer con miras a los que entran a la iglesia.

Por qué Pablo dice? Mira, las lenguas. Sujétenlas. Las manifestaciones de los dones, sujételos, cuando están en la Congregación, porque si viene alguien de fuera, un inconverso, un indocto que pueda digerir lo que está pasando entre ustedes. Y eso es un sacrificio para algunos de nosotros que somos más apasionados y que queremos estar continuamente adorando. Podríamos pasar 6 horas aquí hoy y no hay problema, pero la mayoría de los seres humanos no son así, y la iglesia tiene que encontrar un balance para hacer posible el avance del Evangelio.

Entonces, ese tipo de iglesia está en perpetuo proceso, atrayendo gente nueva y no discipulada. Ese tipo de iglesia es dinámico, agresiva, tiene una diversidad de madurez y conformación a los estatutos, y es multigeneracional. Es capaz de alcanzar diferentes generaciones y es capaz de existir a través de los años, como una iglesia conquistadora, que siempre está renovándose y creciendo y trayendo nueva gente, y bregando con la realidad humana en todas sus manifestaciones.

Cuántos entienden lo que estoy diciendo? Yo me identifico más con ese modelo, aunque creo también, que dentro de ese modelo tenemos que insistir en la santidad, tenemos que insistir en ser separados del mundo.

Uno de mis versículos favoritos que siempre me persigue es ese versículo que dice, “no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Presentad vuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que vuestra verdadera adoración…”

Yo creo en todo eso, pero creo que la iglesia es una comunidad ante todo, conquistadora, militante, agresiva. Por eso es que la palabra dice que el reino de los cielos se hace fuerte y los valientes lo arrebatan.

La idea es de que el Evangelio avanza como un témpano de hielo, poquito a poquito, pero va cubriéndolo todo, rompiendo montes, derribando… muchas de esas grandes montañas que usted ve en el norte, en Maine, y eso, son producto de grandes mazas de hielo que avanzaron un cuarto de pulgada cada siglo, pero en varios miles de años, fueron empujando todo lo que estaba frente de ellos, y fueron empujando la tierra y esa tierra se fue amontonando y se convirtió en muchas de las montañas que nosotros vemos hoy en día, los cañones, todo esto.

Y así yo veo la iglesia. La iglesia de Jesucristo tiene dos mil años en la tierra y procede poco a poco, pero debe ir avanzando y rompiendo todo lo que se pone en su camino y configurándolo conforme a los propósitos de Dios en la tierra. Y tenemos que tener esa visión del Evangelio para poder ser la iglesia que Cristo quiere que seamos. Una iglesia debe ser celosa de la gloria y de la santidad de Dios, primero.

Segundo, debe ser activa en su comunidad. Debe ser multigeneracional, como dije. Debe ser flexible para atraer a los inconversos. Debe tener un corazón pastoral, paciente y con visión a largo plazo para la gente que está siendo trabajada por Dios. la santificación es un proceso largo. Yo voy a hablar acerca de santidad y santificación. Y debe estar adaptada a su contexto.

Termino con esto, diga gloria a Dios. Hermanos, déjeme decirle algo, la iglesia de Jesucristo estará aquí hasta que Cristo venga. A la iglesia le ha sido encomendada la difícil tarea de ser mayordomo de la revelación de Jesucristo hasta la segunda venida. La iglesia custodia los dones, el poder y la autoridad de Jesucristo en la tierra. La iglesia confronta al mundo con la verdad de Dios y los valores del Reino de Dios.

La iglesia tiene que ser una presencia profética en el mundo, confrontando el mal, confrontando la injusticia, confrontando todo lo que se levanta contra la verdad de Dios. y la iglesia tiene que moverse con autoridad y realismo, no siendo melindrosa ni mística en cuanto al pecado o la pureza.

Tenemos que ser reales. Le ministramos a gente de carne y hueso, gente que está penetrada por el pecado. La iglesia es un hospital, la iglesia es un lugar de tratamiento. Aquí viene la gente que curarse de todo ese pecado que se le ha pegado en el mundo. Y estamos aquí todos bregando, incluyendo el que les habla, por ser agradables al Señor. Y tenemos que tratarnos con esa humildad, esa sencillez, esa transparencia, esa paciencia, esa visión a largo plazo.

Un santo se toma mucho tiempo para producirse, hermanos. No se toma de la noche a la mañana. Y la iglesia tiene que ser realista. Somos médicos de guerra. Estamos en el campo de batalla, las balas nos están silbando, no tenemos tiempo para hacer una operación en un lugar totalmente perfecto y abrimos el cuerpo y hacemos lo que podemos y seguimos adelante.

Y el Señor está contento con eso. Está bien. Nos ha delegado una tarea difícil, pero si somos demasiado melindrosos, a veces yo creo que exageramos lo delicado que es Dios. Dios es delicado pero también es fuerte y él sabe que sus hijos tenemos una tarea difícil que hacer en la tierra. Y él trabaja con nosotros.

Finalmente, la iglesia es una institución que encarna en el mundo, es decir, aterrizamos sobre la tierra y nos mezclamos con la historia, con el tiempo, el espacio, las instituciones, las leyes, los gobiernos, las finanzas. Esa es la realidad de la iglesia. Bregamos con todo eso.

Mi entendimiento de la iglesia es que es algo robusto, es algo pesado, es algo fuerte, es algo real y tenemos que ser así unos con los otros y tratarnos de esa manera. Y por lo tanto, la iglesia tiene que moverse como que está así, tenemos que sujetarnos a las leyes del mundo. Estamos en el mundo, Cristo dijo, denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Estamos en el mundo, no somos del mundo pero hay condiciones que el mundo nos impone. Somos una corporación legal, por ejemplo, y tenemos que bregar dentro de eso.

Ahora, mientras reconocemos que estamos en el mundo, también sabemos que nos movemos encima del mundo, y que nuestros valores no son los del mundo. Nuestro poder, como dice Pablo, no es el poder del mundo, sino son armas espirituales, de luz. Y nuestra vida interna debe reflejar los valores del Reino de Dios.

Hermanos, esa es la comunidad que nosotros debemos ser como iglesia, es la comunidad que Cristo quiere que seamos. Yo le pido al Señor que nuestra iglesia pueda reflejar esa complejidad de la iglesia según la palabra del Señor la refleja.

Vamos a ponernos de pie. Yo le pido al Señor ─ vamos a pedirle al Señor que León de Judá siempre sea una iglesia multifacética, multiforme, que refleje la palabra de Dios en toda su complejidad, que seamos la iglesia de Jesucristo como el Señor la quiere, una comunidad ejemplar, una comunidad transformadora, una comunidad evangelística, una comunidad restauradora, una comunidad de misericordia y de verdad. Dios nos ayude a ser esa iglesia para gloria del Señor.

Padre, entregamos esta enseñanza a ti y te pedimos que estas palabras se conviertan en puntales para esta Congregación y para mí, como su pastor principal, y para todo pastor, todo líder, todo servicio, todo ministerio de esta iglesia. Nos entregamos a ti, Señor, en este día. Sigue trabajando en nosotros y haznos una comunidad de adoración, una comunidad de santidad, una comunidad de evangelismo, una comunidad dadivosa y generosa de servicio a ti, Señor. Sigue purificándonos, sigue tratando con nosotros.

Te adoramos y te bendecimos. Gracias por todo lo que has hecho hoy y lo que harás, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Hermanos, que la gracia y la paz del Señor sea con todos ustedes. Dios les bendiga.

Tomar el riesgo y vivir de acuerdo a la verdad

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Los animo a que de vez en cuando visiten la página de internet, vea los sermones que van a lo largo del año, vea la temática, mis hermanos, que están corriendo ahí. Porque yo creo que hay cosas que Dios nos está hablando. Hay cosas que Dios nos está queriendo dejar saber. Y yo sé que cada mensaje tiene como su enfoque, su tonada específica, pero cuando usted empieza a ver el conglomerado de todas esas cosas y la totalidad de lo que Dios nos está comunicando, uno puedo hacer sentido de distintas cosas. Y yo creo que eso es una de las cosas más bellas de la palabra de Dios.

Cuando la Biblia que la palabra de Dios es viva y eficaz, es eso, que tiene una vida y tal vez para alguien, una palabra que escuche hoy va a tener un impacto que otra persona que lo escuche por otro lado. Y puede ser que de aquí a dos semanas usted vuelva a escuchar ese mensaje y como que otra parte le capta la atención y eso lo hace reflexionar en otro aspecto de su vida.

La vida de la palabra de Dios es así, versátil, no es estática, es bien diverso y uno tiene que aprender a ver a Dios en todos esos aspectos. A qué voy con toda esta introducción? Es que esta mañana yo tenía un dilema, voy a compartir un poquito de mi dilema con ustedes. Para qué otro dilema, pastor, no necesito más ya, con los míos suficiente.

Pero el asunto es, mis hermanos, que miren esto, obviamente uno como pastor recibe muchas noticias de situaciones que están sucediendo en la vida de distintos hermanos y hermanas y hay veces que uno como que se abruma, es como que guau! Cuándo va a parar todo esto? Cuándo va a parar estos escenarios medio negativos y vamos a empezar a escuchar historias un poquito más positivas? Y de repente, yo recordé esas primeras palabras que se compartieron en el servicio de año nuevo, cuando el pastor estaba diciendo que este año obviamente, él no puede prometerte un año libre de problemas, pero sí te podemos prometer un año lleno de victorias.

Y a la misma vez estaba diciendo que en distintas formas todos nosotros nos vamos a ver expuestos a experimentar algún tipo de pérdida, algún tipo de frustración, algún tipo de situación o problema que será bien difícil, algo bien inesperado y que uno va a haber un momento donde uno se va a sentir como que y ahora qué hago? De dónde saco esto? Cómo hago para resolver esta situación?

Pero lo que venía detrás de esa palabra, es que con todas esas situaciones Dios te dará la victoria y Dios va a glorificarse en medio de ello. Yo me ponía a pensar, Señor, habremos nosotros dicho una mala profecía o algo así? Pero no, no es así. Es que la vida es la vida y sea como sea, uno va a tener sus riesgos, unos va a tener sus momentos duros, difíciles.

Orábamos por el esposo y la esposa, y tal vez hoy tu esposa estaba cuchi cuchi contigo, mañana se levanta y es como que Gua! O viceversa. Porque a los hombres les pasa igual, hoy el hombre está todo zalamero. Mi amorcito, mañana cuando se levanta es como que, uf. La vida le pisa.

Es así, y uno tiene que aprender a cómo vivir con todas esas cosas. Hoy un compañero en el trabajo te saludó y tu te quedaste como guau! Me saludó. Espéralo mañana y te pasa por el lado, y es como una mosca en la pared. Y qué pasó con el saludo de ayer? La gente tiene sus momentos.

Pero miren, en medio de todas estas cosas, mientras yo pensaba esta mañana, yo me dije, Señor, qué podemos hacer en medio de todas estas cosas? O sea, cuando la vida se pone así, dura, difícil, qué hay en tu palabra que nosotros podemos sacar de ella? Y me puse a escuchar un podcast de uno de mis predicadores favoritos y el que me encontré hoy él estaba hablando acerca de riesgo. Los riesgos de la vida.

Yo me atrevo a pensar que muchas veces cuando hablamos de riesgos, los riesgos es como algo… tiene una dimensión de temor porque cuando tu estás hablando de un riesgo es que estás corriendo un peligro. Hay algo que puede suceder o que vaya bien o que vaya mal, y eso es la definición de riesgo. O sea, tu te estás atreviendo a hacer o decir o actuar en una manera donde el resultado tu no lo sabes si va a terminar siendo bueno o va a terminar siendo malo.

Y muchas veces nosotros evitamos vivir en esa línea del riesgo. Pero el asunto es que tarde o temprano cada uno de nosotros nos enfrentamos a algún riesgo. Cuando usted venía aquí a la iglesia usted se pudo haber corrido el riesgo de que algo le pasara en el camino. Dios lo libre, que no le pase. Pero están esos riesgos.

Cuando cae la nieve que hay hielo ahí afuera, usted sale a caminar, usted camina con el riesgo de que no se vaya a resbalar y darse un cantazo bien fuerte. Si alguien trabaja en construcción imagínese usted. Si alguien que trabaja en construcción, que trabaja arreglando techos o algo así, siempre que alguien va subiendo una escalera tu corres el riesgo de que en algún momento tu pie se resbale o algo.

Hoy yo me puse a tirar fotos desde el techo del nuevo edificio. Y cuando me dijeron sube al techo, que yo voy subiendo por esa escalerita, digo, aquí yo me estoy cogiendo un riesgo. Porque tras que el viento estaba soplando y yo tan flaco, el viento me coge y me puede volar por el borde del techo. Uno se toma sus riesgos.

Y ¿Saben qué? La Biblia está llena de historias de personas que corrieron riesgos. Y yo me crucé con algunas que se las quiero traer a colación en estos próximos minutos.

Segunda de Reyes, Capítulo 7, quiero contarles esta historia que me pareció muy jocosa, pero que es muy interesante acerca de esta dinámica de riesgos. Segunda de Reyes, Capítulo 7 empezando en el verso 3. Esto es un relato que el profeta Eliseo está haciendo para traer una moraleja a un grupo de personas. Y en este relato miren lo que él dice:

“…Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, lo cuales se dijeron el uno al otro, ‘Para qué estamos allí hasta que muramos? Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad vamos a morir en ella. Y si nos quedamos donde estamos, también moriremos. Así que vamos pues ahora y pasemos al campamento de los sirios, si ellos nos dieran la vida pues, viviremos, y si nos dieren la muerte, pues sea como sea, vamos a morir…”

Vieron los gozos de esta historia, es como los Three Stooges estaban hablando consigo, bueno, okay vamos a ver qué podemos resolver de este dilema que tenemos? Estamos leprosos, es una enfermedad que puede causar la muerte, si nos quedamos aquí donde estamos sentados, vamos a tener una muerte lenta y dolorosa. Si nos metemos a la ciudad, si ustedes saben los parlamentos de ley en aquel entonces, era que un leproso tenía que irse fuera de la ciudad, hasta que se curara para entonces volver a entrar. Si ese leproso entraba a la ciudad cuando estuviera leproso todavía se podía correr el riesgo de que lo apedrearan, porque estaba rompiendo una ley. So, ellos dicen, hey, si entramos a la ciudad o morimos porque nos apedrean, o morimos porque hay hambre en la ciudad, una de las dos. Y si nos quedamos aquí sentados nos morimos en los laureles en los que estamos.

Y entonces, de repente pensaron, ahora si nos vamos al campamento de los enemigos quién sabe si allí, si nos rendimos, levantamos la bandera blanca, hey, venimos en son de paz y nos dejen entrar allí, pues, viviremos. Tal vez nos den una esquinita en el campamento donde nadie entre en interacción con nosotros, pero allí estaremos.

El asunto de esta historia, mis hermanos, es que estas cuatro personas estaban decidiendo si tomaban un riesgo o no. hay otra historia en el libro de Ester, para hablarle a las mujeres también. Esta es una de las líneas que más impacta de toda la Escritura. Es cuando el pueblo, los israelitas que estaban viviendo ahí en ese tiempo de cautiverio, se había pasado este edicto de que los iban a eliminar a todos y Ester obviamente, mujer judía pero que estaba como una de las concubinas del rey, ella estaba tranquila. Entonces viene su tío Mardoqueo y le dice, hey, quién sabe si para un momento como este Dios te permitió que tu estuvieras en el lugar donde estás. Y miren cómo dice el relato, Ester, Capítulo 4 empezando en el verso 13, le dice:

“…Dijo Mardoqueo que le respondieran a Ester, no pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío, porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos, más tu y la casa de tu padre pereceréis. Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Ester, dijo que le respondiesen a Mardoqueo, ve, y reúne a todos los judíos que se hayan en Susa y ayunad por mí, no coman ni beban en tres días, noche y día, yo también con mis doncellas haré igualmente. Entonces entraré a ver al rey aunque no sea conforme a la ley y si perezco, que perezca…”

Ahí está el riesgo. Esta mujer se estaba arriesgando a perder su vida, pero se atrevió, tomó el riesgo.

Un tercer ejemplo, en el libro de Daniel, tres de mis personajes favoritos, Sadrac, Mesac y Abednego, amigos de Daniel. En el Capítulo 3 de Daniel se habla acerca del relato donde el rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro para que todo el mundo adorase a esa estatua, que cuando sonaren todos los instrumentos, trompetas, bocinas, címbalos, todo, dondequiera que estuviera la gente, en cualquier punto de la ciudad, todo el mundo se tenía que inclinar en dirección a esta estatua y adorarla. Qué pasó con Sadrac, Mesac y Abednego? ellos no lo hicieron así, porque su única adoración iba dirigida a Dios, no a ningún ídolo, ninguna estatua. Y miren qué interesante relato de estos tres varones. Daniel Capítulo 3 en el verso 16, miren cómo dice:

“…Sadrac, Mesac y Abednego respondieron al rey Nabucodonosor diciendo, ‘Rey, no es necesario que te respondamos sobre este asunto, porque he aquí que nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo y de tu mano, oh rey, nos librará… ─y aquí es donde se ve el riesgo─ … y si él no nos librase… ─miren lo que están diciendo, estos tres muchachos son guapetones, son tigres─ … y sino sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado…”

Ahí fue donde se vio el riesgo de estos tres personajes. Cómo sigue la historia? El rey se encendió `más que el horno, los tiró a los tres en el horno a quemarse, y después de unos minutos, el rey se asomó otra vez y qué vio? Tres muchachos bailando en el fuego con un cuarto. Dime tu, por qué? Por qué les estoy hablando de esto, mis hermanos?

Yo creo que como el mensaje que traje en el primer miércoles, donde yo les estaba hablando acerca del fracaso como la matriz para el éxito, se recuerdan de ese mensaje los que lo pudieron escuchar? Esa idea, mis hermanos, del riesgo está bien involucrada en toda esta temática. Muchas veces nosotros queremos vivir alejados de ese margen de riesgo porque nos gusta estar en una vida cómoda, nos gusta saber que tenemos todo bajo control, nos gusta saber que yo estoy en control de mis finanzas, que estoy en control de pagar todas las deudas en mi casa, que mis hijos están bien alimentados, bien vestidos, bien calentitos ahora en el invierno. Me gusta saber que tengo una vida donde yo me levante mañana y sé qué es lo que va a pasar, porque tengo mi agenda ahí al dedillo.

Pero cuando nos acercamos a ese margen de riesgo, cuando ya yo me estoy metiendo en una dimensión de que lo que suceda va a ser algo desconocido, ya ahí muchas veces evitamos vivir ahí. Pero la idea es, mis hermanos, que ahí en esa línea es donde más podemos conocer a Dios. No es que Dios no esté contigo en el área de confort, de comodidad y de seguridad. Dios está contigo ahí y Dios quiere que vivas ahí, pero también Dios te provee y quiere que tu tengas esos momentos donde tu te atrevas a arriesgarte y a vivir cosas que de alguna manera u otra van a transformar tu vida.

Déjeme darle distintos ejemplos. Ya que estábamos orando por los matrimonios, dígame ustedes si estoy en lo correcto o no, que muchas veces las parejas evitan conversaciones por evitar conflictos. ¿Sí o no? que tu sabes que tu sabes, que tu sabes que si tu traes a colación este tema se va a colmar la copa y algo va a suceder, o al menos así es como tu estás asumiendo que va a pasar. ¿Verdad? ahí hay alguien que está totalmente de acuerdo conmigo.

Si tu estás en tu lugar de trabajo y tu ves que tienes un colega que está haciendo algún tipo de trato o trabajo que no va de acuerdo a los principios de la compañía donde tu estás y tu sabes lo que está sucediendo, tu te tienes que tomar un riesgo, en que vas a tus superiores y les dejas saber lo que está sucediendo o evitas un problema con tu colega de trabajo, y para que tu no te metas en problemas con él, y quién sabe si con otros colegas, pues, tu dices, yo no vi nada, conmigo no es.

Hay veces que surgen problemas entre familia, padres con hijos, la suegra se quiere meter y tomar decisiones en el matrimonio también, o el suegro, y cuando surgen ese tipo de dinámicas así muchas veces es como que ay, la suegra. Si usted quiere escuchar buenos mensajes acerca de las suegras, les recomiendo que oigan a Dante Gebel, ese hombre es un maestro hablando de las suegras. Búsquelo en Google quién es Dante Gebel, habla muy bien de las suegras. Dante Gebel dondequiera que esté, no nos conocemos pero le di una buena promoción.

El asunto es, mis hermanos, que en esas dinámicas de familia muchas veces surgen situaciones que usted sabe que si usted trae a colación un tema o que usted tiene que confrontar a un hermano o una hermana concerniente a algo, usted sabe que si usted se toma ese riesgo, el tiro le puede salir por la culata de alguna manera u otra.

Yo no sé por qué siempre nos ponemos a pensar que las cosas van a salir mal en vez de pensar que las cosas se pueden resolver. Por qué será que a nosotros como humanos la tendencia casi siempre es pensar, si digo algo, olvídate, la cosa se va a acabar de empeorar, y no pensamos del otro lado. No, tengo que decir algo porque si lo digo, yo sé que esto se va a resolver. Y puede ser que usted sea una de esas personas bien positiva que está aquí, si usted lo es, lo aplaudo, gloria a Dios. Siga siéndolo.

Pero el asunto es, mis hermanos, que nosotros tenemos que aprender a vivir en esa línea de riesgos, de atrevernos a decir algo que se tiene que decir sea porque estamos viviendo bajo los principios de la palabra de Dios, o sea porque una acción va a traer una consecuencia que de alguna manera u otra va a traer algún tipo de reconciliación a lo que esté sucediendo. Pero el punto es que uno se tiene que atrever a cruzar esa línea del riesgo, uno se tiene que atrever a vivir en esa línea del riesgo porque por más incómodo que sea, mis hermanos, nos tenemos que atrever a vivir ahí.

Mientras yo pensaba en esto yo me decía en mi cabeza, guau, cuántas preguntas a mí me gustaría hacerle a mi papá, pero yo sé que si se las hago vamos a terminar discutiendo. Pero en algún en mi corazón yo sé que yo necesito tener esas conversaciones con él porque van a traer algún tipo de claridad a mi corazón que me van a ayudar a poder tratar con él en una manera totalmente distinta, y él conmigo. Pero no nos atrevemos porque no queremos tomar el riesgo.

Tu esposa, tu esposo, cuando tu llegas a tu casa, si no está aquí o si lo tienes ahí al lado tuyo, ahora mismo tu me estás escuchando pero aquí al lado de tu cabeza, tu sabes que está situación entre nosotros dos, y como que el pelo te pesa más de ese lado. Y tus ojos me miran, ah, pastor Omar, si usted supiera! Yo no tengo que estar ahí. Yo me imagino cómo es.

Pero tu sabes que tienes que tomar el riesgo. Tienes que recoger los calzoncillos una vez más para que el mensaje se comunique. Tienes que halagarla a ella para que el mensaje se comunique. Tienes que caminar con ella por el mall aunque no te guste, aunque sea window shopping pero tienes que caminar lado a lado con ella. Tienes que coger ese riesgo de cargar las bolsas de ropa por ella, y de zapatos aunque no sean tuyos, ya aquí estoy en desventaja. Yo me estoy tomando un riesgo bien grande al decir esto.

Pero, mis amores, muchachas, ustedes no se quedan atrás. Tienen que tomar el riesgo de decirle a él, oye, quedó bien esto, aunque no sientas decirlo. Que tal vez por la mañana tuvieron una discusión saliendo de la casa, pero ahora estás a punto de regresar a tu casa otra vez y tu sabes que sabes que ahora mismo tu estás diciendo, no le quiero ver ni la cara a ese… bendito, pero en vez de pensar así, tu riesgo se va a ver en el hecho de que tu puedas ir, sentarte al lado de él en la cama, aunque sea, y atreverte a decirle, mira, tenemos nuestras diferencias pero quiero respetarte. Quiero poder acercarme a ti aún más. Quiero tratar de restaurar las cosas. Aunque un 90 por ciento de tu corazón esté diciendo lo contrario, pero que ese diez por ciento te atreva a vivir en esa línea de riesgo y confiar en Dios de que el resultado va a ser bueno.

Tienes que atreverte a vivir en el riesgo de que si tienes que delatar a alguien, no te estés preocupando porque vayan a decir, soy un chota ahora, nadie va a confiar en mí. Digo, yo no sé si esa palabra está bien dicha, pero eso es un chivar, es como delatar a alguien, déjeme decirlo en español fino, de la Real Academia Española. Si tienes que delatar a alguien porque se está escondiendo de algo y lo tienes que delatar con algún superior, no te preocupes porque los otros van a decir, ah, este está delatando a todo el mundo. No, no te preocupes por eso, vive de acuerdo a la verdad.

Vive de acuerdo a la verdad. Tómate ese riesgo. Camina en ese lugar desconocido y Dios se va a encargar de exaltarte por encima de tus enemigos.

Tuviste un percance con alguien hace tiempo atrás y eres de esas personas que dice, yo perdono pero no olvido. Y tu sabes cómo yo soy con esa teoría, yo creo que yo he sido bastante claro aquí en la iglesia con esa teoría. Esa teoría está bastante cierta. Tu puedes perdonar y tampoco te olvidas de lo que sucedió, pero ese rencor que aguantas en tu corazón eso es lo que hace la diferencia.

Y tu sabes que tal vez tienes que tener una conversación donde tengas que pedir perdón o te tengas que acercar a alguien para, hey, tu me heriste pero yo te perdono. Y tienes que caminar en el riesgo de esa situación. Y atreverte a que lo que va a surgir de ahí Dios se encargue de traer victoria.

Miren, mis hermanos, yo sé que es easier said than done, es más fácil decirlo que hacerlo. Yo mismo conozco la incomodidad de caminar en esas aguas, pero por algo leímos Isaías 43. Yo creo lo que dice la palabra, que si caminamos por esas aguas, no nos vamos a ahogar, y si nos metemos por ese fuego, la llama no va a arder en nosotros. Son caminos duros para andar en ellos, son caminos difíciles y si los medimos a través de los ojos de este mundo, puede parecer hasta que sea injusto, pero la justicia de este mundo no se iguala a la justicia de Dios.

Y muchas veces la justicia bajo la cual Dios quiere que nosotros vivamos está mucho más alta de la justicia de este mundo. So, el riesgo no es necesariamente hacer justicia aquí, sino es hacer justicia a nivel de lo que Dios pide. Cuando caminamos en esa zona de lo desconocido, de lo misterioso, porque uno nunca sabe cómo Dios vaya a tornar la tortilla y qué ingredientes le vaya a poner, uno tiene que confiar de que las cosas van a suceder.

Tienes una decisión que tomar, una decisión bien apremiante, que la tienes ahí que te está exprimiendo el corazón hasta más no poder. Y tienes miedo porque sabes que de una o de otra la situación puede salir en una manera deseable o no deseable. Y aquí es donde viene esa idea de que tal vez con esas decisiones uno tiene que experimentar ciertas pérdidas, pero que a medida que caminas por esas aguas, y por el fuego, de nuevo, no te vas a ahogar, no te vas a quemar, pero vas a salir al otro lado victorioso, victoriosa. Solo porque te atreviste a tomar ese riesgo inicial.

Cuando tomas ese riesgo vas a poder ver esa presencia adicional caminando contigo dentro de ese horno de fuego. Mira, escucha bien, cómo te estoy diciendo. Yo no te estoy diciendo que tu conversación con tu esposo o tu esposa te vaya a ir color de rosa. Puede ser que las cosas se pongan como el horno ese de la historia de Daniel. Puede ser que las cosas se pongan así, pero yo creo que dentro de ese horno tu y tu esposa, Dios va a estar ahí con ustedes caminando en ese fuego para sacarlos al otro lado, y que sus ropas salgan planchaditas, con vapor de horno.

Mis hermanos, yo sé que estamos en unos tiempos donde Dios está haciendo una serie de cosas y ajustes con nosotros, sus hijos, a través de toda la iglesia. La iglesia a nivel del cuerpo es universal lo que es la iglesia. Yo sé que Dios está tratando con nosotros. Y en una forma Dios nos está retando a que nosotros tomemos ese riesgo de que yo me pueda hacer responsable con alguien, que si yo estoy luchando con algo, con alguna debilidad, con algún hábito en mí que no es saludable, que yo tome el riesgo de atreverme a abrir mi boca y encontrar a alguien de confianza y poder decir, mira, te tengo que decir esto. Yo no sé cómo va a resultar la situación, pero me voy a atrever a hablarlo contigo, confío en Dios, confío en ti de que me vas a ayudar a orar y cada semana quiero hablar contigo, reportarme contigo de cómo estoy haciendo. Y te doy permiso para que me corrijas a mí también. Atrévete a tomar un riesgo como ese, y yo te aseguro que vas a ver la mano de Dios en tu vida. Tanto para hombres como para mujeres, los dos.

Yo los dejo con esto, mis hermanos, somos como el barro en las manos del alfarero. Y eso requiere un riesgo en sí como tal, dejar que otro ponga sus manos sobre mí para que me moldee, eso duele, aprieta, pero si lo estamos haciendo en el nombre del Señor, creyendo y confiando de que al otro lado del río las cosas se van a poner súper mejor, atrevámonos a tomar ese riesgo, mis hermanos.

Atrevámonos a vivir en esa línea riesgosa. Que bueno es pensar que nosotros somos una iglesia que vive en esa línea de riesgo. Asómese ahí afuera, y dígame si nos hemos tirado un riesgo grande o no. pero una cosa es tirarnos un riesgo así, confiando en Dios, que confiando en el hombre. Atrevernos a meternos a evangelizar en una sociedad que está totalmente anti Dios, anti Cristo, eso es un riesgo en sí como tal. Más sin embargo, nos atrevemos. Nos atrevemos a hacer células, nos atrevemos a compartir en nuestras áreas de trabajo, nos atrevemos a ponernos una camisa cristiana en un lugar donde tal vez te vas a sentir como una mosca en la pared, okay, tengo una camisa cristiana, y qué?

Tienes amigos a tu alrededor, hay una racha de divorcios a tu alrededor y tu propio matrimonio está como que siendo tentado a entrar en esas aguas. Te vas a tomar el riesgo de decir, no, yo voy a cubrir mi matrimonio, voy a hacer todo lo posible por fortalecer mi matrimonio, voy a buscar de Dios. voy a buscar que Dios inyecte una dosis de amor insulínico en nosotros para que podamos sobrevivir esto. Guau! Hoy no es domingo, Omar, hoy es miércoles.

Amor insulínico, guau, me gustó eso. Lo tengo que apuntar. Pero entienden la idea, mis hermanos, ¿verdad? es más, miren, piénselo de esta forma, quién sabe que el riesgo que tu tienes que tomar, que yo tengo que tomar, es atrevernos a tan solamente creer en Dios aún más todavía. Yo creo que son unos de los mayores riesgos que nosotros tenemos ahora mismo. Atrevernos a creer en Dios.

Señor, yo no sé cómo se van a tornar las cosas, pero voy a tomar el riesgo de creer en ti, de creer en tu palabra, de creer en tus promesas. Me voy a morder la lengua y voy a dejar que seas tu haciendo lo que se tiene que hacer. Si perezco, que perezca. Pero yo estoy seguro que tu no me vas a dejar perecer.

Atrévase a confiar en Dios. Tome ese riesgo. Amado Dios, decir estas palabras me llena de gran temor porque yo sé que me estoy hablando a mí mismo. Así como también le hablo a cada uno de mis hermanos que están aquí, los que oyen por el internet, y yo lo creo en mi corazón que tu nos estás llamando a tomar ese riesgo de creerte a ti aún más de lo que hacemos ahora, de creerte a ti en medio de las situaciones de nuestras familias, matrimonios, relaciones con hijos o hijas, creerte a ti en la situación de nuestro ámbito de trabajo. Creerte a ti aún en el ámbito ministerial aquí en la iglesia, Señor, y los distintos conflictos que puedan surgir entre una persona u otra.

Atrevernos a hablar, Señor, atrevernos a hablar con respeto, Señor, pero buscando que las cosas se puedan resolver o que las cosas se puedan contemplar de una perspectiva distinta para conocer algo nuevo de parte tuya. Atrevernos a perdonar, como también pedir perdón. Atrevernos a vivir de acuerdo a los principios de tu palabra, Señor, y no necesariamente por los principios de este mundo.

Sí, Señor, es un riesgo creer esta palabra pero lo tomamos. Tomamos el riesgo de creerte a ti, Señor, de creer que cuando nos movemos en tu nombre, Señor, que tu nos darás la victoria. Tomamos el riesgo, Señor, de creer que al hablar en la forma que tu nos enseñas a hablar, o el actuar en la forma que tu nos enseñas a actuar, aunque la situación por un momento se ponga un poco más turbulenta, pero tomamos el riesgo creyendo que al otro lado, Señor, tu nos darás la victoria. Y que podremos ver tu mano, podremos ver tu gloria en una manera totalmente nueva y que esos riesgos nos va a ayudar a conocerte a ti aún más, conocer algo nuevo de parte tuya.

Señor, yo no sé cómo esta palabra podrá llegar al corazón de mis hermanos, pero sí algo te pido, que tu hagas llegar este mensaje a sus corazones, tu eres el único que puede hacer esta palabra relevante a la situación de vida que están viviendo cada uno de ellos en estos mismos momentos. Así que, Jesús, yo te pido que tu nos ayudes a recibir esta palabra, a discernirla bien de acuerdo a los propósitos que tu tengas con nuestras vidas en estos momentos, que nos des la fuerza, nos des el valor para poderla asimilar y poder vivir de acuerdo a esta palabra, Señor, creyéndote a ti y no a ninguna persona.

Así que, Señor, como siempre digo, te pido que esta palabra siga haciendo eco en los corazones de mis hermanos y hermanas, que aún durante el sueño de la noche esta palabra haga reverberar verdades en medio de nuestras vidas y que mañana si así tu lo permites, cuando nos levantemos, Señor, podamos levantarnos con una perspectiva totalmente nueva y atrevernos a creerte a ti. Lleva a mis hermanos y hermanas con bien hasta sus hogares, protégelos en su camino, Señor, y que ellos puedan ir con tu paz, con tu amor y con tu gozo a sus respectivos hogares.

Gracias, Señor, una vez más y a todos danos tu bendición. Por tu Hijo Jesús oramos, amén, amén. Dios les bendiga, mis hermanos.

Una espiritualidad diversa

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El domingo pasado hablamos acerca de una espiritualidad práctica, una fe práctica. Cuántos recuerdan algo de ese sermón? Balance entre lo espiritual y lo práctico. Déjeme ver si quizás rápidamente puedo descubrir algo aquí. yo escribí un resumen del sermón del domingo para que ustedes recuerden, donde Pablo, en el Capítulo 14 habla acerca de mantener un balance cuando expresamos los dones del espíritu a la luz de una serie de diferentes consideraciones: el amor, edificar a otros, atención a los visitantes y los no creyentes, una serie de cosas.

Déjeme leer rápidamente algo del sermón de la semana pasada para que ustedes puedan tener una idea de a dónde voy. Porque quiero habar esta mañana acerca de una espiritualidad diversa, una espiritualidad variada, diversificada. Pero antes de eso yo titulo este resumen ‘Los dones solo se deben expresar dentro del marco del amor.’

Yo digo aquí esto, hermanos, frecuentemente observamos en la iglesia una falsa polémica. Esto no está aquí en la presentación de esta tarde. Observamos en la iglesia una falsa polémica entre los creyentes que enfatizan el orden en el culto y los que insisten en la libertad y la espontaneidad en el espíritu cuando la iglesia se reúne para adorar.

Cuántos saben a qué me estoy refiriendo? Entonces, muchas iglesias yo digo, son tan insistentes en un servicio ordenado, bien coreografiado, que terminan constriñendo el espíritu y estancando el libre fluir de las bendiciones que Dios quiere enviar a sus hijos, mientras lo alaban con libertad y entusiasmo, esa es un ala.

Otros, desean tanto darle libre curso al espíritu que se van al otro extremo, desdeñan las estructuras, es decir, las desprecian o las desconsideran, se olvidan de los límites del tiempo, admiten cualquier expresión emocional o cualquier impulso de los hermanos y terminan creando una mezcla poco saludable de emocionalismo desenfrenado y expresiones genuinas del mover de Dios en el servicio. Dos extremos.

Pablo escribió Primera de Corintios, 14, lo que leímos el domingo pasado, para establecer un sano balance entre ambos extremos. Establece como punto de juicio elementos tales como el amor y la consideración por los demás, la atención a los nuevos creyentes y a los no creyentes en el culto, un espíritu de servicio para con el prójimo, y la prioridad de buscar la edificación de los demás antes que la satisfacción personal. Estos son los valores que exaltan los principios del Evangelio, las nobles actitudes que verdaderamente reflejan el espíritu de nuestro Señor Jesucristo, quien se despojó e incomodó a sí mismo para servir y salvar a los demás.

Los dones siempre deben expresarse en el espíritu de Jesús, que es un espíritu de qué estará pensando el otro, cómo está afectando mi comportamiento a los demás, está siendo de edificación, bendición, estoy despojándome yo para que otro sea bendecido, o estoy yo simplemente celebrando mi propia fiesta y cada cual que se atienda sus propias necesidades?

No debemos hacer nada solo para edificarnos a nosotros mismo, sino sobretodo para bendecir y edificar a los que adoran al Señor con nosotros. Por eso Pablo dice, y nos anima a imitarlo, prefiero hablar 5 palabras con mi entendimiento para enseñar también a otros, que 10 mil palabras en lengua desconocida.

El valor preponderante aquí no es el expresarme o edificarme a mí mismo, no es ni siquiera darle expresión pública a una energía genuinamente espiritual, es más bien expresar el amor de Cristo, eximirme de hacer algo que pueda causarle confusión o serle de piedra de tropiezo a la persona débil e ignorante, es en suma, glorificar el espíritu amable y considerado de nuestro Señor Jesucristo, imitarlo en su comportamiento gentil y generoso.

Esta es la mayor de todas las alabanzas y la más alta expresión del espíritu compasivo y amoroso de nuestro Padre celestial. Amén.

Lo voy a dejar allí. Hay muchas cosas más que escribí en ese resumen, pero quiero entrar de lleno en la presentación. Pero quiero que ustedes vean un fluir de la enseñanza. Nosotros buscamos una iglesia balanceada, una iglesia compleja, una espiritualidad que reúna los diferentes matices de la palabra de Dios y a través de esta serie de sermones yo he querido darme a explicar, darme a entender y que ustedes también sepan la iglesia a la cual ustedes asisten, y los pastores y el liderazgo espiritual que ustedes tienen, que nos definamos en este año en que el Señor nos ha llamado a definirnos.

Ahora bien, quiero hablarles hoy, como decía, acerca de una espiritualidad diversa. Estoy usando la palabra espiritualidad, lo primero que yo creo que tenemos hacer es qué es una espiritualidad? Cuando hablamos de espiritualidad, porque quiero armar algo. Por eso les digo, relájense, si dejaron las habichuelas puestas, corra, apáguelas y venga otra vez.

Estos sermones son arriesgados, son complejos pero muchas veces uno se exime de pronunciarlos por temor y a veces yo creo que les faltamos el respeto a la gente. Ustedes son capaces de manejar la complejidad, yo estoy seguro de eso. Amén.

La primera pregunta que yo quiero que examinemos es, qué es, cuando yo hablo de espiritualidad, qué es una espiritualidad? Yo digo aquí, es una manera específica de enfocar las cosas del espíritu. Es una cierta disposición espiritual de un individuo o un grupo religioso. En nuestro caso, hay espiritualidades cristianas. Hay diferentes espiritualidades, es el punto, y yo quiero que analicemos algunas de ellas para que usted entienda la diversidad que hay en el cuerpo de Jesucristo. Hay diferentes espiritualidades, como diferentes enfoques, diferentes maneras de manejar la sustancia del espíritu.

Es una actitud del espíritu. Yo hablo aquí también que una espiritualidad es una especie de constelación de elementos, es un grupo, un conjunto de elementos y actitudes espirituales, que juntos constituyen una forma de relacionarse con Dios y con los demás tanto en el cuerpo de Jesucristo como en el mundo exterior.

Una espiritualidad es reconocible por las cosas que enfatiza y aísla, como que la espiritualidades ven algo en la Escritura, les llama la atención eso y como que lo enfatizan y lo aíslan. Yo no voy a dar unos ejemplos de ello, de parte de las Escrituras. Una espiritualidad se distingue por aquello en lo cual se enfoca, aquello a que le da importancia primordial, aún mientras reconoce que hay otras cosas de valor en el Reino de Dios y en la palabra.

Hay diferentes espiritualidades, a través de la historia se han manifestado diferentes enfoques acerca de la Escritura. Hay grupos que cada uno se distingue por un énfasis de aspectos de la palabra del Señor, un interés, una prioridad en un sentido. Son cosas distintivas de los diferentes tribus y sectores del pueblo de Dios. Hay diferentes espiritualidades.

Por ejemplo, les voy a hablar de algunas de ellas. Yo espero que esto sea de edificación para que usted entienda cuando usted mira el variado panorama de la iglesia de Jesucristo, usted pueda reconocer alguno de ellos. Esta es mi propia agrupación de las diferentes espiritualidades o tradiciones, podríamos decir también que vemos en el pueblo de Dios.

Hay lo que yo llamo, espiritualidad litúrgica y ortodoxa. La palabra liturgia, hoy en día como que para los evangélicos se ha hecho una palabra peyorativa, pero es una palabra noble. Hay una espiritualidad litúrgica y ortodoxa. Dentro de esa espiritualidad yo incluyo grupos como los católicos, los griegos ortodoxos, los rusos ortodoxos, las diferentes iglesias ortodoxas que hay en el mundo, las iglesias episcopales, anglicanas, que enfatizan, número 1, el rito dentro del culto, el simbolismo, la riqueza del santuario, una progresión anual bien organizada de oraciones, el guardar los diferentes festivales de la tradición cristiana.

Hay otra cosa también, hay una consciencia, ese tipo de espiritualidad tiene una consciencia de la acumulación de enseñanza que ha habido a través de la historia en los 2000 años de vida de la iglesia. Hay una celebración de los grandes hombres y mujeres que han aportado sus conocimientos y experiencias a la sabiduría de la iglesia y el conocimiento teológico, Santo Tomás de Aquino, San Agustín, Lutero, Calvino, Santa Teresa de Jesús, San Francisco de Asís, en nuestros tiempos también, Bonheoffer y Bart, hay una acumulación de verdades y de enseñanzas. La espiritualidad litúrgica se caracteriza por ese apreciación y celebración de esa larga historia cristiana.

Hay lo que yo llamo también, la espiritualidad pentecostal, todas las iglesias pentecostales en el mundo que enfatizan el Espíritu Santo, los dones del espíritu, el poder en la vida cristiana, la vida sobrenatural, guerra espiritual, sanidad, profecía, revelación. La espiritualidad pentecostal ve a Dios manifestándose cada día y el poder del Espíritu Santo.

Yo diría que su versículo clave es, “No es con espada, no es con ejército, sino con mi espíritu, dice el Señor.” Es una espiritualidad maravillosa y hay miles y miles de iglesias que se suscriben a eso y enfatizan esa dimensión aunque son más que eso, como ustedes ven. La espiritualidad no excluyen demás cosas pero como que se distinguen y enfatizan un área.

Hay lo que yo llamaría también la espiritualidad evangélica. Nosotros somos evangélicos pero la diferencia entre la espiritualidad que yo llamo evangélica y la pentecostal, es que en la espiritualidad sencillamente evangélica no hay un énfasis tan fuerte sobre los dones del Espíritu Santo y sobre la guerra espiritual, y sobre esa dimensión de guerra y de agresividad en el espíritu, que enfatiza tanto el mundo pentecostal.

A esa espiritualidad se incluyen iglesias y denominaciones como los metodistas, los bautistas, templo bíblico, presbiterianos, luteranos, iglesias congregacionales, que son iglesias evangélicas y bíblicas, pero no se suscriben tanto a la dimensión Pentecostal, enfatizan eso sí la palabra, la prioridad de la palabra, la enseñanza, la reflexión teológica, el carácter, el orden, el guardar la fe de la iglesia hasta que Cristo venga en orden y en sobriedad y en armonía. Eso es algo muy bello también.

Hay una diferencia por eso digo, los pentecostales son evangélicos pero no necesariamente los evangélicos son pentecostales. Hay una diferencia.

Hay lo que yo llamaría también, la espiritualidad activista, hay toda una constelación de grupos que de filosofías y teologías que se suscriben a eso, que es una espiritualidad que enfatiza el actuar sobre la historia, el cambiar las estructuras de la sociedad, el traer cambio aunque sea forzadamente, pero cambiar la injusticia y cambiar las estructuras desiguales de la historia.

Por ejemplo, todo lo que se llama la teología de la liberación que estuvo muy fuerte en los años 70 y hasta un poco de los 80 en Latinoamérica, que sobretonos de marxismo y de transformación a veces inclusive, a mano armada, como en Nicaragua, en otros países, donde elementos de la iglesia católica participaron en las revoluciones, en el Salvador y en Colombia y en otros países también.

Y está también lo que se llama Dominium Theology, teología de dominio, que habla acerca de convertir Estados Unidos, por ejemplo, en una sociedad cristiana y si hay que tomar el poder a través de las elecciones para que Estados Unidos sean una sociedad cristiana, amén. Pero es una teología que no se conforma simplemente con reflexionar teológicamente, sino quieren actuar también y tomar parte activa en los asuntos de la humanidad.

Teología feminista, que quiere por ejemplo, corregir los aspectos de dominio del hombre y muchas veces se quejan de que la teología cristiana es una teología vista a través de los ojos de los hombres y que hay de las mujeres, dicen ellas. Y entonces habla de la liberación de la mujer por medio del estudio de la Biblia también. eso es lo que yo llamo espiritualidad activista.

Hay otra espiritualidad que yo llamo espiritualidad profética que habla de justicia social, del cuidado de las minorías, los que no tienen el poder político, la misericordia, el darle atención a las ciudades con sus problemas específicos. Y hay una diferencia entre la profética y la activista en el sentido de que la activista es profética, pero no toda teología profética es necesariamente activista. No toda la gente que reconoce las inigualdades y la importancia de la misericordia necesariamente quieren entrar en el activismo político o en la revolución u otras cosas así. Pero usa, yo le llamo profética, porque usan esos textos en el Antiguo Testamento y en otros pasajes de la Escritura donde los profetas denunciaron la injusticia y denunciaron el abuso de los pobres y la desconsideración hacia los que no tienen el poder, las viudas, los huérfanos, los que están en prisión, etc. es una espiritualidad profética que habla mucho acerca del amor y la misericordia hacia los pobres y los desamparados.

Está también lo que yo llamo una espiritualidad fundamentalista, que enfatiza los fundamentos, por eso la palabra, de la palabra de Dios. Y es una espiritualidad concebida en el conflicto con esas teologías liberales que estuvieron aquí en Estados Unidos, sobretodo en los años 40 y los 50, cuando comenzó verdaderamente a afectar mucho en esta nación todo el movimiento liberal. Y muchos evangélicos viendo lo que le estaba pasando a esta nación, que se iba más y más hacia la herejía, como ha seguido, se levantaron en protesta y comenzaron a enfatizar los distintivos de la fe cristiana para contrarrestar y contrapesar ese movimiento hacia la herejía del cristianismo aquí en Estados Unidos.

Es decir, que es una espiritualidad que se levanta en contra de, es polémica por eso digo, es militante muchas veces. Y también esa espiritualidad yo la veo mucho, por ejemplo, en como los baasistas del sur, por ejemplo, son muy enfáticos en la doctrina y a veces son resistentes, por ejemplo, al movimiento pentecostal, resisten las lenguas, por ejemplo, y los bautistas del sur han llegado hasta el extremo de pedirle a sus misioneros y a la gente que va a trabajar con ellos que tienen que rechazar las lenguas y si no las rechazan en su confesión doctrinal, no pueden trabajar para ellos.

Yo respeto mucho a los bautistas del sur pero quiero señalar esa polémica que hay contra los dones del Espíritu Santo también y del movimiento pentecostal. Los fundamentalistas van a los fundamentos, y dicen, ahí nos paramos y eso es lo que somos. Y es una mentalidad un poco polémica siempre.

Pero esto es importante porque tenemos que reconocer. si uno no reconoce el terreno en el cual usted está manejando se va a perder, se va a desorientar y eso le pasa a muchos cristianos. Me dan un ratito para desarrollar todo esto? Yo creo que es bueno.

Hay lo que yo llamo también una espiritualidad de santidad, todo lo que tiene que ver con el énfasis sobre la santidad al Señor. Servimos a un Dios santo, tenemos que ser moralmente íntegros, tenemos que consagrarnos al Señor y ser un pueblo apartado. Recuerdo las enseñanzas de los hermanos Wesley en el siglo XVIII, el movimiento de santidad en el siglo XIX y aún en el siglo XX, las iglesias afroamericanas, y en las iglesias latinas, pentecostales también. hay iglesias que enfatizan la santidad en el vestido, en el comportamiento, todas estas cosas.

Hay sectores pentecostales que son sectores de santidad también y mezclan las dos cosas. El movimiento pentecostal en el avivamiento de Azuza, mucha de la gente que se metió en el movimiento pentecostal, venía del movimiento de santidad. Y por eso hay una mezcla de las dos cosas, pero hay una separación allí porque no todos los de santidad son necesariamente pentecostales.

Y hay lo que yo llamo también una espiritualidad separatista, sobretodo en el siglo XVIII se vio mucho con los anabaptistas, en Alemania, los menonitas en nuestro tiempo, que vienen de toda esa tradición, los brethren, los hermanos y otros grupos también así, el conde de Zinzerdorf en Alemania y Austria. Los separatistas, como dice la palabra, quieren separarse del mundo en una manera radical. No juran a banderas, no van a la guerra, no declaran the Pledge of Allegiance, el juramento a la bandera norteamericana. Quieren ser una comunidad como separada del mundo, pero no son activistas, rechazan el mundo, rechazan el pecado y se salen de la sociedad en un sentido y quieren ser como una iglesia pura que rechace la mundanalidad y que rechaza inclusive las corrupciones de otras iglesias, como ellos la ven.

Estos son diferentes espiritualidades, diferentes grupos y sensibilidades del espíritu que se manifiestan en el cuerpo de Jesucristo. Están allí, cuando yo voy a una iglesia anglicana o católica, veo un tipo de espiritualidad. Cuando voy a una iglesia de store front en Roxbury, pentecostal puertorriqueña o caribeña o guatemalteca, veo la espiritualidad pentecostal. Cuando visito una iglesia menonita o de quakers veo ese aspecto de separación del mundo veo también en las iglesias cuáqueras todo el aspecto de justicia social y otras cosas por el estilo.

Es decir, hay diferentes tipos de… cuando voy a una iglesia bautista del sur o templo bíblico veo esos hermanos bien correctos, enfatizando la Biblia y enfatizando el orden de la iglesia y la santidad de la iglesia. Hay una mezcla de espiritualidades que usted ve en todos los grupos de la iglesia de Jesucristo.

Y por eso yo digo, hermanos, que es importante reconocer esas diferentes espiritualidades y las personas que han dado nacimiento a esas sensibilidades, con sus enseñanzas, personas como San Agustín, el padre Las Casas en el siglo XV, cuando vinieron los españoles a América y habló acerca de la justicia para los indígenas que estaban siendo explotados por los españoles y los conquistadores. Lutero, que se levantó contra las corrupciones de la iglesia católica y dio lugar a la reforma de la cual nosotros somos descendientes. Calvino, acerca de predestinación y el señorío y la soberanía de Dios en la iglesia.

George Whitefield, que habló acerca de la predicación, un hombre que trajo avivamiento. Jonathan Edwards aquí en Nueva Inglaterra, padre de un gran avivamiento pentecostal y un pensador increíble, un filósofo de primera categoría. Yale tiene todo un departamento dedicado al estudio de la mente y el desarrollo intelectual que este hombre permitió, un hombre de Dios, en fuego por Dios pero con una mente incandescente para la teología y la ética y la estética, muchas cosas tremendas. Un hombre rico.

Lo que quiero, hermanos, es sugerirles a ustedes entre otras cosas lean más allá de lo que ustedes están acostumbrados a leer. Yo a veces me temo de que muchos de mis hermanos piadosos se limitan a estas novelitas evangélicas sabrosonas y jugosas de testimonio, de sanidad y de conversión y de esto y de lo otro, y no le dedican tiempo a esas cosas más sustanciales. Lea el pensamiento de Calvino. Lea acerca de la reforma en el siglo XVI en Europa y cómo llegó aquí a América. Lea acerca del pensamiento de un Karl Barth o de Dietrich Bonhoeffer o de Martin Luther King jr. Porque estas cosas son importantes, estas son gente que Dios ha bendecido con un entendimiento especial y han dado lugar a muchas cosas maravillosas en el seno de la iglesia.

Oriéntense, lean acerca de esto, porque nosotros somos parte de esa herencia. Esa gente de Dios enriquece y matiza nuestro pensamiento religioso. Debemos conocerlos y aprender cada día más de ellos.

Lo que estoy diciendo, hermanos, es que cada una de estas espiritualidades se enfoca en y enfatiza una parte de la verdad de la Escritura. Porque en la Biblia hay santidad, hay fuego del Espíritu Santo, hay misericordia por los pobres, hay un llamado a retener la fe una vez dada a los santos sin cambiarla, hay un llamado a apartarnos del mundo, todo eso está ahí adentro, pero que muchas veces nos fascinamos con un aspecto de la Escritura y entonces como que nos olvidamos de lo demás. La gente que se enamora tanto de los dones del Espíritu Santo se olvidan del fruto del Espíritu Santo, por ejemplo. Los corintios hicieron eso. Pablo dice, oh, entre ustedes hay muchos dones, muchas señales, pero jalándose los moños todos los días unos a otros, peleándose, llevándose a la corte, división, herejía, superficialidad espiritual, como vemos hoy en día en muchos pentecostales. Y entonces tenemos que mirar esas dimensiones complejas de la Escritura.

Cada una de estas espiritualidades se enfoca en y enfatiza una parte de la verdad de la Escritura, pero lo que vemos es que la Biblia, a su vez, las encierra e incluye a todas. La Biblia es la mina de donde sacamos esas pepitas de oro diferentes, y las llevamos luego a nuestras casas, oh, my precious, como dice el personaje de la trilogía, esta maravillosa del cine. Como que idolatramos un pedacito de la verdad mientras que alrededor de nosotros hay oro, hay diamantes, hay plata, hay bronce, hay de todo y no celebramos la totalidad de la palabra de Dios.

Esto es bien importante. Nosotros en esta iglesia, su pastor principal, creo que los pastores de la iglesia, el liderazgo de esta Congregación en León de Judá encontramos valor y utilidad en cada una de estas diferentes tradiciones y espiritualidades. Celebramos de cada una de ellas, incluimos elementos de cada una en nuestra práctica como Congregación.

Eso es lo que nos hace, a veces, difíciles de definir. Y que mucha gente tiene dificultad de entender por qué el pastor hace esto, por qué no hace lo otro, por qué oh, el culto estaba tan sabroso y Dios se estaba moviendo y parece que se iba a volar la tapa del techo, y el pastor viene y comienza, ah, ahora vamos a colectar los diezmos y las ofrendas. Cortó la bendición, este hombre no sabe discernir el espíritu.

Es porque no entendemos que en ese momento yo estoy mirando las otras dimensiones de la vida cristiana, la iglesia sigue adelante, la iglesia necesita… Si ustedes se me van sin darme los diezmos y las ofrendas, imagínese, quién me va a pagar al final del mes. No, estoy jugando. Pero necesitamos pagar las luces, necesitamos pagar la calefacción, necesitamos pagar las misiones y las cosas que queremos hacer. Hay un tiempo para todo.

Yo veo la iglesia como una cosa compleja, es parte espíritu y es parte carne y huesos, está en la tierra, es una institución y hay que darle lugar a todo. Hay que alabar al Señor, hay que colectar diezmos y ofrendas, hay que predicar la palabra y edificar al pueblo del Señor, hay que celebrar la santa cena, hay que educar a los niños, hay que discipular a personas, hay que evangelizar a los visitantes, hay que hacer de todo y hay una diversidad de cosas y tratamos de incluirlas todas. Y nuestra iglesia trata de mantener ese balance.

Por ejemplo, yo doy gracias al Señor, porque esta semana yo he visto el amor de nuestros hermanos manifestado para familias que han perdido seres queridos durante la semana. Yo he visto hermanos y hermanas orar con gente que ha estado en dolor, ir a los hospitales y estar allí, tiempo, ir a visitar… lamentamos reconocer, la hermana Mayra [inaudible], no sé cuántos la conocieron, falleció esta semana. Estuvo un par de años con nosotros, conoció al Señor aquí en la iglesia, se fue con el Señor esta semana.

Yo pude ver cómo hermanos de esta Congregación, doy gracias a la hermana Anita Valverde, Mayra y otros, cómo estuvieron allí con ella a través de meses visitándola en su casa, ministrándole, ella estaba tan agradecida. Yo fui la semana pasada a visitar un hospital para personas que están en las últimas y me encontré allí con 10 guerreras, cada una con su espada en la mano orando por esa hermana y ministrándole. Que bendición.

Y por ejemplo, yo creo, sin embargo, cuando vamos a visitar hermanos que están enfermos en el hospital, no solamente nos preocupamos, bueno, quiero hacer la buena obra de visitarlo, sino que tenemos que pensar, okay, no me quiero quedar demasiado tiempo tampoco. Quiero poner atención a que esta persona no se siente bien, retirarme después de unos minutos de orar por ella y bendecirla y entonces continuar.

Es decir, que aún en el hacer el bien uno tiene que estar pensando en diferentes cosas. Es lo que yo llamo espiritualidad balanceada. Si usted va a visitar una persona que acaba de dar a luz, mire, gloria a Dios, pero tampoco esa hermana no tiene su make-up puesto, se va a sentir… espere a que esté un poquito mejor y entonces vaya y visítela, pero muchas personas dicen, no, tengo que ir…

Hermanos, entienden lo que quiero decir? Tenemos que tener balance en la vida y nuestra espiritualidad tiene que estar balanceada de esa manera.

Lo que yo digo es que en León de Judá nosotros le damos valor a esas diferentes tradiciones. Por ejemplo, si usted mira nuestra iglesia en el área de transformación social y justicia social tenemos Alfa, tenemos el centro de recursos académicos, tenemos el ministerio de jóvenes en el área de la sexualidad Vale esperar. Tenemos ministerios de consejería, inglés como segunda lengua. Hay diferentes ministerios porque nosotros creemos en la justicia social, creemos que la iglesia es una fuerza transformadora en la cultura y dedicamos tiempo, dinero, espacio, energía a esa dimensión de la vida cristiana y con eso nos identificamos con esas espiritualidades que enfatizan la justicia social, las necesidades del pobre, la transformación en la ciudad, todas estas cosas importantes.

Por otra parte, también, tenemos una parte que se parece mucho a la espiritualidad de santidad porque hablamos de la santidad, la moralidad, y de paso digo, no solamente por ejemplo, fuimos muy activos en la cuestión de la controversia con el matrimonio, creemos en la santidad del matrimonio, pero también creemos que en el matrimonio el esposo no debe oprimir a la esposa, y eso es santidad, que la esposa debe respetar a su marido también. Amén.

Y que tenemos que ser cuidadosos de los demás también, que tenemos que preservar matrimonios, que sean de bendición para nuestros hijos. Todo eso es santidad y yo voy a dedicar un sermón acerca de lo que yo veo como una santidad abarcadora y compleja, que no es solamente moral, no es solamente adulterio, promiscuidad, homosexualidad sino que es también fruto del Espíritu Santo, consagración al Señor, entrega de todo nuestro ser al Señor, eso es una verdadera santidad. Pero nosotros enfatizamos la santidad.

Nos parecemos a los evangélicos al enfatizar mucho las Escrituras, por eso tenemos las clases de discipulado, por eso enfatizamos tanto la educación en nuestros hijos, por eso tenemos I wanna, que es una enseñanza sistemática y queremos darle a nuestros hijos fundamentos sólidos de la palabra. Creemos que las manifestaciones de los dones tienen que estar enmarcadas en la palabra de Dios y que aunque algo parezca espectacular, sabroso, sensacional, si no está avalado y cabe dentro del marco de la Escritura, no va para ninguna parte entre nosotros.

En ese sentido nos parecemos mucho a los evangélicos en su énfasis sobre las Escrituras. Somos pentecostales, nos parecemos mucha a las iglesias pentecostales, en el sentido de que usted ha visto la soltura con que alabamos al Señor, el tiempo que le damos a la adoración, creemos en guerra espiritual, sanidad, liberación, todas las cosas que pasan… cuando el pueblo alaba a Dios, suceden cosas… sabemos que el poder de Dios se mueve en medio de la alabanza, y en eso nos parecemos mucho a la tradición pentecostal.

Y yo creo, inclusive, yo aprecio aspectos del catolicismo y de la ortodoxia cristiana. Yo me he beneficiado del estudio de los grandes pensadores de la iglesia a través de los siglos. Amo ese respeto por la autoridad apostólica que yo veo en las iglesias católicas y griegas ortodoxas. Yo amo a veces entrar a una iglesia y sentir esa atmósfera de recogimiento que hace posible los vitrales hermosos de una catedral o el olor del incienso o la madera oscura, o la luz tenue de una catedral o de una iglesia anglicana, episcopal, católica.

No estoy de acuerdo con muchas de sus enseñanzas, pero amo ese sentido de que cuando tu entras a ese lugar santo, respiras ese silencio, esa quietud. Muchas veces en las iglesias evangélicas no hay una reverencia adecuada para la presencia de Dios y entonces somos como muy familiares con el Señor, y Dios es santo, terriblemente santo.

Yo creo que debemos preservar un poquito de ese respeto y esa reverencia y ese respeto por la autoridad que yo veo en los hermanos católicos y la jerarquía, que yo creo que también, sanamente, tiene su lugar en la vida cristiana.

Es decir, que yo veo valor y veo bendición en muchas de esas tradiciones y yo creo que lo que yo digo, una espiritualidad cristiana sana toma un poquito de esas diferentes cosas. Para mí el texto bíblico que se me olvidó leerlo al principio es Primera de tesalonicenses, Capítulo 5:21 que dice, “Examinadlo todo y retened lo bueno…”

Nosotros tenemos que hacer eso siempre. Examinar, nuestro radar está mirando todas las diferentes espiritualidad y tradiciones y aprendemos de esto, de lo otro, cogemos de aquí, cogemos de allá, desechamos cosas y nos quedamos con lo bueno y nos salimos con la nuestra siempre, porque estamos en todos los mundos. Siempre y cuando sea de la palabra del Señor.

Yo trazo una ilustración de las artes marciales mixtas. Usted sabe que por muchos, muchos años, las artes marciales se han mantenido en la atención pública separados unos de los otros. Tenemos el tae kwon do, tenemos yuyitsu, tenemos yudo, tenemos las artes marciales que vienen de Tailandia y de Asia Occidental, del Japón, de la China, algunas místicas, otras puramente físicas, como el Tae kwon do, pero todas estas diferentes… kick boxing que fue un comienzo de esa mezcla de boxeo con tae kwon doy, y fíjense lo que ha pasado con el tiempo, la gente se dio cuenta, sobretodo cuando vinieron los brasileños al escenario de las artes marciales, los brasileños hicieron una mezcla de yuyitsu, de lucha, de yudo, de boxeo, una cantidad de cosas, y cuando vieron unos grandes competencias mundiales, se quedaron con todos los títulos. Y la gente se dio cuenta, guau, es bueno mezclar las diferentes tradiciones marciales y hacer una síntesis de ella. Nadie podía bregar con ellos porque habían hecho una mezcla de diferentes artes e hicieron una síntesis invencible.

Y hoy en día, eso explica en parte la gran locura que hay por las mixed martial arts. Han tumbado la lucha libre, los diferentes estilos de artes marciales aunque todavía existen, pero se han dado cuenta. De paso, yo no celebro las artes marciales mixtas en la televisión, tampoco las condeno abiertamente pero yo no creo que hay que celebrar esa violencia, esa brutalidad que se manifiesta. Pero sí celebro el principio de mezclar aptitudes y coger lo bueno de una cosa y de la otra y sintetizarlo y usar lo mejor de cada tradición.

Yo veo la ventaja que aporta la diversidad y la inclusividad en la vida cristiana y en otras dimensiones también de la experiencia humana. La gente, hermanos, está acostumbrada a ver solo uno o dos de estos elementos espirituales que yo he señalado, estas espiritualidades, conviviendo en una iglesia o en un ministerio. Y cuando ven varios de ellos piensan, no, esta gente está confundida, esta gente son indecisos, esta gente no se han definido bien, y cuando ven esa mezcla no saben qué hacer con esa mezcla.

Mucha gente no entiende, bueno, qué es León de Judá? Es una iglesia pentecostal, evangélica, de santidad, de justicia social, liberal, conservadora, fundamentalista? Qué somos? Porque están acostumbrados a ver como una sola cosa o dos a lo máximo. Nosotros decimos, no, hay de bendición en todas estas energías. Nosotros cogemos de aquí, de allá y hacemos una mezcla que yo creo que es la mezcla bíblica, es la mezcla del Espíritu Santo más bien.

Mucha gente ve contradicción o ve indecisión en esa mezcla de cosas. Pero yo creo que lo que hay en realidad es más bien, una complejidad. Es una mezcla de las diferentes cosas, hermanos, que creemos que son parte de la síntesis bíblica. Es importante, hermanos, crear una consciencia histórica del desarrollo del pensamiento de la iglesia, de ver cómo el pensamiento y la teología de la iglesia cristiana se ha ido desarrollando y matizando a través de los siglos, ver esa progresión.

Por ejemplo, yo veo en la Escritura en el libro de los Hechos, cómo los Apóstoles bregaron en un momento con la cuestión de que estaban entrando los gentiles a la iglesia y no estaban preparados para eso, y tuvieron entonces que lidiar, qué vamos a hacer con estos gentiles? Los convertimos en judíos o los dejamos con sus tradiciones y respetamos sus tradiciones y simplemente nos limitamos a las cosas más básicas del Evangelio? Y eso fue lo que hicieron.

La iglesia siempre ha tenido que desarrollar su pensamiento. Cuando llegó el momento del conflicto con los judíos y los griegos, desarrollaron todo esto que tuvo que ver con lo que llamamos los diáconos de la iglesia. Entonces, la iglesia siempre ha estado desarrollando esto, los pensamientos de la iglesia ha tenido que bregar con esas cosas.

Yo creo, hermanos, el estar conscientes de esa diversidad a través de la historia, de las diferentes tradiciones de la iglesia, nos libra de muchos errores, errores que ya se han experimentado en el pasado y que podemos evitarlos cuando entendemos esta trayectoria de la iglesia.

Por ejemplo, el exceso que yo veo hoy en día entre los grupos que enfatizan la profecía, a veces el desorden, la falta de cuidado en lo que usted le dice a la gente supuestamente bajo la unción. Yo creo en eso y hermanos, aquí hay libertad para la profecía. La Biblia dice no menospreciemos las profecías, pero a veces la gente se puede enamorar tanto de la profecía que no son cuidadosos en el uso de la profecía y desprestigian la profecía.

Pero si nosotros tuviéramos la historia de la iglesia, veríamos que el movimiento montanista en el siglo IV se distinguió por eso, un exceso de atención a la profecía que llevó al desastre y llevó a unos excesos terribles que desprestigiaron la profecía para muchos.

Si nosotros entendemos eso, tenemos más cuidado. El docetismo, una doctrina que niega la importancia de la carne y que decían, no, Jesús no vino en carne al mundo, él no encarnó, eso era un espejismo, era una ilusión. Él no fue crucificado tampoco, porque el cuerpo no redime, el cuerpo es malo. Niegan el cuerpo, niegan la materia, ven la materia como algo malo. Y no, yo creo que Dios creó al mundo y dijo, todo es bueno. Yo amo una buena comida, yo amo el arte, yo amo una buena puesta de sol y yo creo en la bendición de la naturaleza, creo que la iglesia no es una institución desencarnada, como yo decía el domingo pasado, meramente espiritual. Es una institución legal, es una institución transformadora, está en la historia, está en el tiempo y hay que ponerle atención a esas cosas. Hay que ponerle atención a las necesidades materiales de la gente.

El Señor les dijo a los discípulos, dadle vosotros de comer. Los discípulos decían, no Señor, ya les dimos la palabra mándalos para su casa. Y el Señor le dijo, no, denles de comer ustedes. Enfatizó la comida también, enfatizó las necesidades del cuerpo. Y el docetismo en el siglo IV y el gnosticismo decían que el cuerpo era malo. Yo creo en la belleza de la sexualidad, creo en una sexualidad sana, dentro de los parámetros del Señor, eso es hermoso, es digno.

Todas estas cosas son importantes, lo que estamos buscando es el orden y el balance de todas estas cosas. Pero si estudiamos las diferentes tradiciones y las herejías de la iglesia nos damos cuenta que muchas de las cosas que hoy en día hacemos, si entendiéramos el pasado, nos cuidaríamos de ellas.

Yo creo también que nos libra, no solo de errores, sino también de presunción, de creer que somos lo único, que hemos descubierto algo trascendental e inusitado, que nunca se ha dado antes. Yo pienso en los Testigos de Jehová que si usted mira ellos dicen, nosotros somos los únicos. Si usted no es Testigo de Jehová y no se bautiza con los Testigos de Jehová, usted se pierde, no es salvo. Yo digo, guau, y qué les pasó a los 20 siglos de la historia de la iglesia? Dios se desentendió de la iglesia hasta el siglo XX? Dijo, oh, espérate, si tengo aquí un grupo de gente que yo mandé a mi hijo a morir por ellos y se me olvidó…

Qué presunción creer como que nosotros somos los únicos. Y hay grupos que se creen, si usted no se bautiza con ellos, si no es con ellos, usted no es salvo. Y yo creo que hay que entender la riqueza de la iglesia, cómo Dios se ha revelado a través de los siglos. No somos los únicos, hay muchos que han pensado muchas cosas ricas y eso nos ayuda a ser humildes, a celebrar los logros y las enseñanzas de los demás.

Yo creo que eso también nos debe hacer más sobrios, más inclusivos, cuando vemos por allí un nuevo predicador, predicando una doctrina rara y nueva, y nos dejamos deslumbrar. Ese movimiento nuevo, esa iglesia que está creciendo a pasos agigantados, y todo el mundo, ah, vamos a ir a esa iglesia porque allí el Espíritu Santo está moviéndose.

La persona que conoce el mover de la iglesia a través de los dos mil años y que ha estudiado esos diferentes movimientos, dice, okay, vamos a esperar, vamos a ver qué pasa. Porque así ha habido muchos movimientos en la iglesia que han avanzado dramáticamente y después se han explotado. Como dijo, Gamaliel, si esto es de Dios permanecerá, si no es de Dios se va a disolver con su tiempo.

Hay movimientos que son como luces de bengala, iluminan el firmamento y la noche por un momento pero asimismo desaparecen en un instante también. Cuando usted entiende esto usted dice, okay, déjame examinar esto a la luz de la palabra del Señor. Suena muy lindo, pero vamos a ver qué dice la Biblia. Y si es de Dios usted lo acepta, no lo rechaza porque sea nuevo, pero si no es de Dios, usted dice, bueno, otro día.

Eso también creo que nos debe ayudar a ser más tolerantes de las personas que aparentemente son diferentes a nosotros pero que tienen algo allí que podemos también aprender de ellos y celebrar. Nos ayuda a ser menos dispuestos a condenar irreflexivamente o a adoptar impulsivamente. Como dice la palabra, terminamos examinándolo todo y reteniendo lo bueno.

Hermanos, ya termino con esto, lo que estoy diciendo es que nuestra iglesia, mi propio énfasis espiritual, yo creo que se distingue por ese reconocer que hay mucho en la familia de Dios de lo cual aprender y celebrar, y que nosotros tenemos que aún a veces cuando discrepamos violentamente de lo que piensan ciertos grupos de la iglesia cristiana, tenemos que decir, okay, por qué ellos le están dando tanto énfasis a eso? Habrá algo en la Biblia que yo puedo aprender? Y cuando vamos a ver, oh, sí, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con esto de justicia social. Hay muchos grupos liberales, yo no me suscribo al liberalismo, yo creo en la doctrina y la palabra una vez dada a los santos, pero creo que también muchas veces los cristianos conservadores nos hemos olvidado de los derechos del pobre, y nos hemos ido con los poderes y a los ricos no los hemos llamado a capítulo con su descuido y su explotación del pobre.

Yo creo que la iglesia, para su vergüenza, no ha sido esa voz profética que debiera ser, que debiera haber sido, por ejemplo, aquí en Estados Unidos durante el tiempo de la esclavitud, o durante el tiempo de la exclusión de los afroamericanos. Para su vergüenza la iglesia en Alemania durante el tiempo de Hitler se fue detrás de Hitler y solo unos pocos cristianos alemanes, denunciaron a Hitler. Dónde estaba la revelación de Dios?

Entonces, yo he aprendido que esos hermanos que a veces son tan liberales que me dan ganas de ahorcarlos, pero tienen una intuición de la Biblia de amar al pobre, al desvalido, a la viuda, al huérfano, de visitar al prisionero, de amar a los que no tienen poder, de la misericordia y yo he aprendido de ellos. He retenido lo bueno y he rechazado lo que yo creo que no es de Dios. Nosotros tenemos que hacer eso también.

Finalizo con una ilustración que muchos de ustedes quizás han escuchado, es el relato de los 6 ciegos y el elefante. En ese relato es una historia bien famosa de la literatura mundial, donde se dice que 6 hombres ciegos se acercaron a un elefante, nunca habiendo visto un elefante, no sabían lo que era un elefante, ciegos de nacimiento, se acercaron a un elefante y cada uno comenzó a tocar una parte del elefante. Y el ciego que tocó la trompa del elefante dice, un elefante es como un tubo y esa es su esencia, un tubo.

Otro tocó las piernas del elefante y sintió su fortaleza y su dureza y dijo, no, el elefante es como una columna. Otro tocó las orejas inmensas del elefante y dijo, no, el elefante es como un abanico de mano. Otro tocó la cola del elefante, dijo, no, eso no es así, un elefante es como una soga. Otro tocó el vientre del elefante y sintió su fortaleza, su dureza y dijo, no, un elefante es como un muro, como una pared. Y cada uno estaba peleando con el otro porque decía, no, el elefante es así, no, el elefante es así, y llevaron a los seis ciegos ante el rey y les dijo, el problema está en que ustedes solamente están viendo una parte del elefante. El elefante es todas esas cosas, porque está compuesto de todas esas cosas.

Y yo creo que asimismo, hermanos, yo diría que Dios es mucho más complejo que un elefante. La doctrina cristiana es tremendamente compleja y muchas veces nosotros peleamos unos con los otros en el cuerpo de Jesucristo porque uno ha visto una cosa del reino, otro ha visto otra, y decimos, no, eso no es así, en vez de mirar la belleza que hay en esas diferentes intuiciones.

Yo creo que lo que nosotros tenemos que hacer en el Reino de Dios, hermanos, es ver lo bueno que hay en cada una de esas tradiciones y aprender de ellas. No estoy abogando por, lo que yo llamaría, un relativismo indiscriminado. No estoy diciendo, oh, cada cual crea lo que quiere y vamos a celebrar todas las herejías y nadie diga nada de las cosas que son falsas. No, yo creo que lo que estoy diciendo es que cada tradición cristiana tiene aspectos de verdad y también tiene aspectos de limitaciones y falsedad. Tenemos que discriminar sabiamente, examinarlo todo, retener lo bueno.

Yo diría lo primero es que tenemos que conocer bien a Dios, tener experiencias con Dios, estudiar la palabra, empaparnos de la palabra. Por eso es que yo les animo, tomen las clases de discipulado, lean su Biblia, estudien los grandes temas de la Escritura, los grandes personajes, los grandes Capítulos, los grandes principios de la palabra de Dios, compenétrese bien, porque vivimos en tiempos de gran herejía donde es muy difícil a veces distinguir la mentira de la verdad y necesitamos cada uno de nosotros llenarnos primero de la palabra de Dios, conocer bien quién es Dios y entonces analizar estos diferentes movimientos y aprender de ellos, y retener lo que es de Dios en ellos.

Y de esa manera yo creo que vamos a ser cristianos saludables, cristianos sólidos. Debemos empaparnos de la sabiduría de Dios que viene por medio del escrutinio de su palabra y luego abordarlo todo, examinarlo todo a la luz de ese entendimiento divino. Eso es lo que yo busco, hermanos, una iglesia que sea sólida, una iglesia que sea balanceada, una iglesia que sea compleja, una iglesia que reconozca la belleza de la revelación de Dios en todo su cuerpo.

Que el Señor nos ayude, hermanos, a hacer esto y a ser ese tipo de iglesia. Amén. que Dios les continúe bendiciendo y Padre, nosotros pedimos tu sabiduría, pedimos sobriedad para discernir lo que es tuyo y lo que no es tuyo y ser un pueblo sobrio, un pueblo inteligente, sabio, un pueblo que pueda beneficiarse de todas las bendiciones hermosas que tu les has dado a tus hijos a través de toda la historia de tu iglesia.

Celebramos tu complejidad, Señor, celebramos la belleza multifacética de tu palabra. Ayúdanos a ser como Cristo, balanceados, complejos, abarcadores, Señor. Así lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Cuando la gloria del Señor entra a tu casa

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He aquí, una de las historias favoritas mías de toda la biblia, y tal vez nos dirá algo aún distinto esta noche, Segunda de Samuel capítulo 6 versículo 1, la historia de David trayendo de nuevo el arca de Dios a Jerusalén, ¿se acuerdan de esa historia?, David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, y se levantó David y partió de Baalá, de Judá, con todo el pueblo que tenía consigo para hacer pasar de allí el arca de Dios, y me encanta esto hermanos, lee esto como si estuvieras leyendo un lector de una novela, porque hay más. Él no se queda meramente en decir qué es el Arca de Dios, pero si acaso usted no sabe del donde que él está hablando, si acaso usted lo vá a equivocar, usted lo vá a equivocar con otro Arca de Dios él nos aclara de qué está hablando.

Él dice el Arca de Dios sobre el cual era invocado Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines, y esto fué literalmente. El Arca de Dios fué una caja por así decir que el Señor específicamente dictó todos los detalles de este Arca a Moisés, porque posado sobre esta Arca caminaría la gloria del Señor, lo que llamamos la gloria Shekinah del Señor, y al lado de cada Arca había un querubín de oro, y en ese espacio entre las alas de los querubines moraba la nube de Jehová, y ustedes saben la historia. Este es el mismo instrumento, el mismo Arca que dirigió al pueblo de Israel en el desierto, ¿verdad se acuerdan?.

Brinquemos al versículo 5, y David y toda la casa de Jehová danzaban con toda clase de instrumentos de madera de haya, con arpas, salterios, panderos, flautas y símbalos. Cuando llegaron a la era de Nacon, Usa extendió su mano al Arca de Dios y la sostuvo, buenas intenciones, porque los bueyes tropezaban, y el furor de Jehová se encendió contra Usa, y lo hirió por esa temeridad, y cayó muerto ahí en el Arca de Dios, poderoso este instrumento aún después de miles de años, el poder de la unción de Dios no se disminuyó nada, y el momento en que este hombre tocó el Arca de Dios tanta fué la unción de Dios, respondiendo a este gesto irreverente, que lo mató en este momento.

Bueno, y se entristeció David, por haber herido Jehová a Usa, y fué aquél lugar llamado Peres-Usa, hasta hoy, "Y temiendo aquél día David a Jehová dijo: ¿cómo ha de venir a mí el Arca de Jehová?. De modo que David no quiso traer para sí el Arca de Jehová a la ciudad de David, y la hizo llevar David a casa de Obed-Edom Geteo, ahora imaginenselo ustedes. Alguien toca la puerta de Obed-Edom, Dios sólo sabe qué estará haciendo él en ese momento, lavando los platos, abre la puerta, ahí está el Rey David, detrás de él todo un desfile de sacerdotes y de levitas, etc., un carrito sobre el cual estaba el Arca del Señor, y detrás de ese carrito estaba otro carrito tal vez, y esta detrás de una sabana tal vez lo que quedaba del cuerpo de Usa. Le tocan la puerta y le dicen tuvimos un problema en el camino, y estábamos, no pudimos cambiar una llanta que yo quería, tuvimos un problema, nuestra intención era llevar al Arca a Jerusalén, y acaba de matar a nuestro amigo, ¿usted nos hace un favor?, quédese con el Arca un ratito, tal vez tenerlo en su sala, hasta que nosotros podamos decidir qué hacer con ella, qué tal. You might have it on your living room for a while.

Y Obed-Edom concedió esto y abrió su hogar al Arca de Dios, y dice la palabra: "Y estuvo el Arca de Jehová en la casa de Obed-Edom Geteo tres meses, y bendijo Jehová a Obed-Edom y a toda su casa. Fué dado aviso al Rey David diciendo, fué bendecida la casa de Obed-Edom, y todo lo que tiene a causa del Arca de Dios. Entonces David fué y llevó con alegría el Arca de Dios a casa de Obed-Edom a la ciudad de David." Primero mis hermanos, les insisto, llévense la gloria de Dios a su casa. Primeramente, qué es lo que el Señor nos dice de esta palabra, David, entendía que necesitaba como rey la presencia de Dios cerca de él. Su anhelo era estar cerca de la presencia de Dios, ¿qué es lo que está pasando aquí?.

David en los capítulos anteriores, acaba de recibir la corona como Rey de Israel y de Judá, después de 32 años de espera, muchas veces durmiendo en el desierto o en cuevas, o a donde la noche lo cogía, más de 30 años así después de la promesa de Saúl, por fin él es el rey, como le prometió el Señor sobre Israel y sobre Judá. No tan sólo eso, el Señor le dió la dicha y la gracia de conquistar a Jerusalén, sacar de allí los Jebusitas, y antes de David Jerusalén no era Jerusalén. Lo que hizo Jerusalén, la capital de Israel, y la ciudad santa como lo conocemos ahora fué la conquista de David de esa ciudad, y ahora él vivía en una fortaleza llamada la ciudad de David, y estaba él seguro allí, y el dijo ¿sabes qué?, pero me falta una cosa, a donde yo esté gobernando, y donde yo esté viviendo, yo necesito que la presencia de Dios esté cerca de mí.

Y hermanos no se crean que esto fué algo automático o por sentado, Saúl fué rey durante cuarenta años antes de David y nunca se le ocurrió a Saúl traer el Arca a donde él estaba, Saúl estaba muy contento en gobernar una ciudad y el arca lo tenían guardado en unas tiendas lejos de él, y para Saúl el Arca era meramente, era como si fuera una arma secreta, y en un momento cuando Israel estaba rodeado por sus enemigos él mandaba a buscar el Arca de Dios, como si fuera una cajita mágica para vencer a sus enemigos. Primeramente mis hermanos, tenemos que vencer esa mentalidad, si usted ha estado aquí con esa mentalidad, y usted ha tratado a Dios buscándolo en apuros, ¿sabes qué?, Dios no negó su presencia en esos momentos, Dios los acompañaba en las batallas, en la alta mayoría de los casos la presencia de Dios estuvo aquí, ahí y los sacó de sus apuros, pero Dios desea algo más contigo.

Y comienza con esto, y si están anotando algo anoten esto: no se trata de la caja. Sabe, el Arca lo que hacía era la presencia de Dios. Lo que hacía esta caja especial, era la idea que la gloria del Señor estaba sobre esta caja. Separa la gloria de Dios del Arca y lo que tiene usted es una caja, eso pasó una vez a propósito. El Señor se molestó tanto como decimos los boricuas, se enfogonó tanto con Israel que un día en medio de batalla dijo, bye, see you pass, los dejó ahí y ellos marcharon con su caja a la batalla, y no fué lindo lo que pasó allí, los filisteos descubrieron en poco tiempo, esto es una caja, su Dios no está aquí. Hermanos, sin la presencia de Dios, la caja, mira, usted está buscando un lugar a donde guardar los adornos de navidad, los puede guardar en esa caja, usted está buscando guardar las herramientas, lo puede guardar ahí, los motetes que tú ya no te los has puesto en diez años, los puedes guardar ahí, porque sin la presencia del Señor, es una caja, ¿y sabes qué?, muchas cosas que para nosotros, esa caja representa nuestros símbolos religiosos, las cosas que nosotros tanto atesoramos, lo que es religión, porque, bueno, si somos evangélicos o si somos pentecostales, si cantamos gospel, si levantamos la mano, si hablamos en lenguas, y nosotros nos podemos enfocar, solamente en la caja, y olvidarnos de lo más importante que es la presencia del Señor.

Hermano, ¿usted se quiere preocupar por algo?, preocúpese por la presencia del Señor, preocuparse por la caja y preocuparse por la presencia del Señor, ambos requieren energía, usted no puede gastar la misma energía preocupándose por la caja y por la presencia del Señor, el que se preocupa por la caja constantemente se está preguntando, ¿se sentirá bienvenido el Espíritu Santo aquí?, ¿estará preparado el ambiente de tal manera que el Señor se siente, se sentirá a gusto aquí?, ¿qué desea Dios para que se sienta libre en nuestros medios?, ¿qué es lo que ha dicho Dios, cómo se sentirá el Señor a morar en mi corazón a donde yo esté?. Eso es suficiente energía, si usted se quiere preocupar por algo preocúpese por eso, por agradar a la presencia del Señor, por tenerla cerca, y eso es lo que él quería, David quería la presencia del Señor donde mismo él iba a gobernar sobre Jerusalén.

Hermanos yo les quiero compartir algo, esta iglesia anhela avivamiento, yo, para mí, para muchos, esto sí quieren una marca que distingue la congregación de León de Judá, y no solamente nosotros, como nosotros hay otros locos más, que no creen que el avivamiento es una obra de ficción por ahí, es algo, yo lo espero ver, y acaso creo que ya estamos experimentando sombras de una visitación poderosa del Espíritu de Dios, ¿cómo lo sabemos?, ¿cómo sabemos nosotros que el Señor está reinando sobre Boston como lo hemos pedido, que el Señor está reinando sobre Nueva Inglaterra?. Hermanos yo les sugiero que muchas veces nosotros estamos buscando señales en los lugares equivocados, estamos buscando señales sobre la Casa Estatal, estamos buscando tal vez señales sobre la Casa Blanca, sobre las escuelas, las instituciones gubernamentales, las leyes, la economía, sabe yo también lo busco ahí, yo quiero ver y yo anhelo ver la transformación de esas instituciones, yo creo que así será.

Pero antes, yo creo que estamos buscando en un lugar equivocado, antes de que el avivamiento llegue a esas instituciones, la presencia del Señor tendrá que habitar nuestras casas, la presencia del Señor tendrá que invadir nuestros hogares, y eso pasó con Obed-Edom, le trajeron el Arca de Dios, y algo entendía él del poder de Dios y la presencia del Señor, y le dió la bienvenida, y algo en su corazón tenía Obed-Edom que le agradó a Dios. Y en los tres meses que estuvo el Arca de Dios en la casa de Obed-Edom, el Espíritu Santo se sintió bienvenido allí, en otras palabras, como decimos los latinos, el Espíritu Santo se sintió entre su casa. Se sintió en su hogar.

La biblia no nos dá los detalles de lo que sucedió en esos tres meses. Lo que sí me dice la biblia es esto, y esto es mi deseo para usted, yo creo que este es el deseo del Espíritu Santo para usted en esta noche, llévese la gloria de Dios para su casa, porque Él desea, como Obed-Edom, bendecir toda su casa, traducido household, tu familia extendida, tu economía, todo lo que él poseía, no hubo una esquina de Obed-Edom que el Señor no tocó, yo creo que eso también fué, no creo que ese proceso fué también automático, yo creo que eso fué una invasión paulatina, como una radioactividad nuclear, yo me imagino tener esta caja digamos, la presencia de Jehová, primero ahí en su sala, y lo primero que uno entiende es esto, y tal vez Obed-Edom entiende esto, al Espíritu Santo tú no lo controlas, no es tu juguete, hay cierta reverencia, cierto temor de la presencia del Señor aún en tu casa, especialmente en tu casa, en tu intimidad, especialmente ahí caminas con una reverencia por la presencia que habita ahí, insistes, insistes en una reverencia, por la presencia de Dios que habita ahí, me imagino un Job levantándose de madrugada ofreciendo sacrificio por sus hijos para que el Espíritu de Dios que moraba en su hogar no se ofendiera, reverenciando la presencia del Señor.

Y la radioactividad de esa presencia se levanta y pasa a la cocina y a la despensa, y a donde guardamos la comida, corriendo al sótano, al aceite, a lo que controla nuestro hogar, subiendo esa radioactividad, perforando esas paredes, no hay nada que pare el Espíritu de Dios, entrando a nuestro dormitorio, cubriendo nuestra cama matrimonial, bendiciendo todo lo que está allí, y si eso fuera suficiente, no respeta paredes, sale de nuestra casa, porque cuando la presencia del Señor habita en tu casa, no hay manera de detenerlo o esconderlo, y comienza a radiar a la casa de mis vecinos, a toda esa cuadra, y dentro de poco todo Summerville la ciudad a donde vivo siente que hay algo diferente porque la presencia del Señor mora en el 162 Central Street, no saben por qué es, no saben por qué es, y usted verá que esta radioactividad comienza a cambiar cosas, comienza a insistir de nosotros ciertas cosas, comienza a trabajar bendiciendo todo lo que alcanza, sus finanzas, su intimidad con su cónyugue, su economía, la ética de trabajo, la manera en que usted se comunica con sus trabajadores, su relación con sus hijos, la presencia del Señor cubre la cuna de sus hijos, y yo estoy hablando espiritualmente, usted puede tener 50 y pico de años, sus hijos 20, 30 años, tendrán niños de ellos mismos, vivirán en el otro extremo del mundo, allí alcanza la radioactividad de la gloria de Dios, bendiciendo nuestra casa.

Y hermanos, entre poco, si hay suficiente Obed-Edoms que aparecen, si la gloria de Jehová comienza a habitar en nuestras casas, ya el rey sabe oh, ahora es seguro, hay campo libre, ahora sí podemos mover el Arca a la ciudad santa, al centro de gobierno, entonces veremos las señales que estamos pidiendo al Señor, pero comienza con nuestra casa. Les invito a ponernos de pie por una última intercesión, los adoradores, el adorador.

Mi hermano, ustedes han oído esa frase, al despedirnos, Señor, nos despedimos de este lugar, ¿cómo es?, nos despedimos de este lugar pero no de tu presencia, yo digo amén también, pero ahora vamos a orar eso individualmente, y con ganas, esto es un refugio para ti, gloria a Dios, pero sabes, ya el Espíritu Santo quiere acompañarte a tu casa, yo no sé lo que te espera allí, no sé lo que hay en tu trabajo, no sé lo que espera tu realidad, como cambiaría si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Dorchester si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Rocksberry si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Villa Victoria si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Cambridge si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Molden si el Espíritu de Dios morara allí.

Pero eso requiere que alguien, que usted le dé la bienvenida al Espíritu de Dios, de una forma activa, de una forma deliberada, de una forma intencional, let's do that, con tus ojos proféticos, te invito a captar esta imagen profética, tú llegas y no hay ninguna irreverencia en esto, el Señor se deleitaría si escuchara esto, en el baúl de tu carro mete el Arca de Dios, sube a tu apartamento, saca el Arca de Dios, descánsalo a donde mismito usted ora, sin pedir permiso, no te apures, a lo largo los vá a bendecir, a lo largo los vá a bendecir, y ya dirige, dirige el Espíritu de Dios, dále el lugar, dirige la influencia del Espíritu de Dios, dirige la sanidad del Espíritu de Dios.

Ahora recibe esta oración, comienza a recibir estas instrucciones, comienza a recibir esta intervención, sobre tus siervos, nombre nombre si es necesario, a dónde tú quieres que la radioactividad de la gloria de Dios alcanze, nombre hijos, nombre hermanos, nombre familiares, nombre jefes de trabajo, nombre supervisores, tú eres Obed-Edom en esta noche, y el Espíritu Santo desea morar contigo, desea morar contigo, desea estar contigo, habitando los espacios de tu vida, no lo dejes aquí, no lo dejes aquí.

Señor, en el nombre de Jesús invade nuestras vidas, invade nuestras vidas, no nos pidas que te dejemos, no nos pidas que dejemos tu presencia, acompáñanos Espíritu de Dios, llena Señor los espacios de cada hogar, de cada realidad, de cada vida, Señor, que tu presencia se haga sentir, abrimos nuestras mentes, abrimos nuestras carteras, abrimos Señor nuestra sala de trabajo, abrimos Señor nuestro caminar, donde quiera Señor te damos la bienvenida, no te quedes aquí, Espíritu de Dios, no te quedes aquí, no te quedes aquí, no te quedes aquí, amén.

Bendiciones y responsabilidades

23 de enero del 2012 - Por Carmen Ray-Calvo

En su carta a los Efesios el Apóstol Pablo nos recuerda que como creyentes gozamos de bendiciones en el Señor pero que también tenemos responsabilidades.

Entre esas bendiciones podemos señalar las siguientes:

Hemos sido escogidosEfesios 1:4

Adoptados a la familia de DiosEfesios 1:5; 2:19

Conocimiento de la voluntad de DiosEfesios 1:9

Una herencia eternalEfesios 1:11

Sabiduría y conocimientoEfesios 1:17

Poder divinoEfesios 1:19-20

Vida espiritual vida?Efesios 2:1-5

Ciudadanía celestialEfesios 2:19

Acceso a Dios a través de CristoEfesios 3:12

Este listado puede hacerse mucho más extenso, porque podemos disfrutar de muchísimas más bendiciones en el Señor; pero hay una parte que nos corresponde a nosotros como hijos de Dios, ya que tenemos la oportunidad como hijos de ser participes del plan de Dios para nuestra vida.

Algunas de nuestras responsabilidades son:

Guardar la unidad del EspírituEfesios 4:3-6

Usar nuestras habilidades para el beneficio de la iglesiaEfesios 4:7-13

Seguir creciendo y madurandoEfesios 4:14-15

Despojarnos de nuestras prácticas pecaminosasEfesios 4:17-24; 5:2-14

Hablar con honestidad y purezaEfesios 4:25-29

Seguir la dirección del EspírituEfesios 4:30

Andar en amorEfesios 5:2

Honrar a Dios en el matrimonioEfesios 5:22-33

Resistir las fuerzas de maldadEfesios 6:10-18

Como creyentes en Jesucristo tenemos que estar dispuestos a vivir una vida sometidos a El. El Señor nos llama a vivir en completa entrega a El; no podemos vivir para Dios y el mundo, tenemos que establecer una diferencia bien marcada y decidirnos a vivir una vida a plenitud para nuestro Dios; recordándonos a nosotros mismo que si queremos morar bajo la sombra del Omnipotente tenemos que habitar bajo su abrigo. Y esto solo lo lograremos cuando pasemos tiempo de intimidad con El, concentrándonos en El y renovando nuestro compromiso de buscar y seguir su voluntad.

Oración:

Señor vengo a ti reconociendo que te necesito más que el aire que respiro que sin ti soy menos que nada; quiero vivir totalmente para ti, para tú servicio, por esa razón rindo a tus pies la totalidad de mi ser. Hazme un vaso de honra para ti, para que otros puedan venir a ti a través de mi testimonio. En el santo nombre de Jesús, amén.

Hágase todo para edificación

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Quiero invitarlos a ir a Primera de Corintios, Capítulo 14, vamos al versículo 20 hasta el 33. Yo voy a leer esta palabra, póngale atención mientras la lee porque en algún momento del mensaje yo voy a entrar en una exposición de esa palabra y la introducción mía está basada en esa palabra. Y quiero continuar con la serie de sermones que interrumpimos por navidades y otra cosas que intervinieron, esa serie de sermones que yo titulé ‘Fe compleja’, en ánimo de continuar exponiendo qué es lo que nosotros creemos, qué es lo que yo creo como pastor principal de esta Congregación, y por qué nosotros hacemos las cosas como las hacemos y por qué no las hacemos como no las hacemos, y por qué a veces es difícil ubicarnos, si somos pentecostales, si somos evangélicos de 4 por 4, qué es lo que somos y por que a veces es difícil ubicarnos dónde nosotros estamos. Y yo espero que es porque estamos dentro de la complejidad de la palabra de Dios que es compleja.

Escuche cómo Pablo razona, porque nosotros tenemos que aprender a través del Espíritu Santo, él está razonando. Y usted dice, bueno, si el Espíritu Santo lleva a Pablo a razonar así, así es que yo tengo que aprender a razonar también en mi propia vida y en las cosas del espíritu. Dice el versículo 20:

“…hermanos de León de Judá y de los que me escuchan a través de la internet y de la radio también, hermanos, no seáis niños ─ en otras palabras, no sean inmaduros ─ en el modo de pensar, ─ de razonar, de estudiar la palabra, de analizar la palabra de Dios ─ no sean niños en el modo de pensar, de razonar la Biblia, de vivir la vida del espíritu, sino sed niños en la malicia…”

Hay algunos en la iglesia que tienen un doctorado en malicia, pero necesitan ir a kindergarten en términos de sabiduría espiritual. Perdone si usted se siente aludido, pero si se siente aludido es porque necesita algo ahí, porque no se lo estoy diciendo a nadie en particular.

“… sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar…”

Ahí usted tiene lo que yo persigo, lo que yo quiero que nuestra iglesia, por eso las clases de crown, las clases de discipulado, todo lo que hacemos con trabajo de justicia social con nuestros jóvenes. Es que queremos producir una cultura de cristianos maduros, balanceados, no solamente con un fuego pentecostal falso, sino con la totalidad de la palabra del Señor, gente madura, gente balanceada, gente sobria.

Y Pablo dice, él ahora está razonando y ilustrando lo que él acaba de decir. Porque él está hablando acerca de las lenguas y el uso de las lenguas, pero en ese Capítulo 14 es más que las lenguas. Yo veo ahí una forma de conjugar las cosas del espíritu en general y eso es lo que me interesa. Esto es simplemente un caso administrativo con las lenguas, de algo mucho más amplio que eso.

“…En la ley está escrito, ─ es decir, en la Biblia que ellos conocían que era el Torá, el Antiguo Testamento que nosotros llamamos el Antiguo Testamento ─ … en la ley está escrito en otras lenguas y con otros labios, hablaré a este pueblo y ni aún así me oirán, dice el Señor…”

Eso se encuentra en Isaías 28, de paso, del 11 al 12. Él está citando un texto de Isaías.

“… En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo…”

Él está diciendo, las lenguas fueron profetizadas ya por Isaías, lo que nosotros estamos ahora practicando… él está hablando de una iglesia pentecostal, Pablo. Pablo pentecostal, le habla a una iglesia pentecostal en Corinto.

“… Y ni aún así me oirán, dice el Señor. ─ entonces mire la conclusión, cuando él estudia este pasaje bíblico él dice ─ … así que las lenguas son por señal no a los creyentes sino a los incrédulos….”

Por qué? Porque lo que él acaba de citar, ni aún así no me creerán. Es decir, son incrédulos y por eso el Señor les habla en lenguas para que le crean. Entonces Pablo dice, bueno, si es así, entonces parece que las lenguas son una señal no para los creyentes, sino para los incrédulos.

“…Pero la profecía ─ hay una diferencia en la mente de Pablo entre lenguas y profecía ─ pero la profecía no es para los incrédulos sino a los creyentes….”

Ahora, en la mente de Pablo la palabra profecía quería decir muchas cosas. Esencialmente lo que nosotros vemos por lo que podemos entender en la Biblia, la palabra profecía es una palabra que viene directamente de la boca del Señor para una persona, para una comunidad. Esa palabra puede ser algo acerca del futuro, pero puede ser simplemente una palabra de corrección, o una palabra de estímulo, pero que viene directamente de la boca de Dios para una persona en particular.

Porque a veces pensamos que la profecía es solamente predecir el futuro. No es solamente predicción, puede ser también corrección, confrontación. Algunos profetas escribieron y no hay nada ahí acerca del futuro, es simplemente una confrontación acerca del pecado, acerca de la injusticia en la nación o lo que sea. La diferencia está, dice Pablo, en que la lengua entre otras cosas es… hablo una lengua que a veces no se entiende, pero la profecía sí es una palabra en español, en nuestro caso, en inglés, para una comunidad angloparlante. Entonces,

“…La profecía no es a los incrédulos sino a los creyentes. Si pues toda la iglesia se reúne en un solo lugar, como en este culto, y todos hablan en lenguas ─ todo el mundo está hablando en lenguas, no hay profecía, solamente lenguas ─ y entran indoctos o incrédulos…”

Cuáles son los indoctos? Los inmaduros, la gente crudita en el Evangelio. La gente no docta, no instruida en la palabra de Dios, que no conocen mucho de la Biblia. Como en nuestra iglesia, que hay mucha gente que apenas está entrando en el Evangelio. Están todavía como buscando, tratando de encontrar su derrotero, su lugar en el Evangelio.

Si entran indoctos, gente nueva en el Evangelio, o incrédulos, gente que simplemente está ahí porque alguien los trajo o porque la esposa lo jaló y lo amenazó con divorciarlo o no cocinarle más si no venían a la iglesia ese domingo, o están simplemente como buscando, pero no han hecho todavía una decisión a favor del Señor, si entra gente así indoctos o incrédulos y los ven a usted todo el mundo en un salpafuera gritando y hablando en lenguas y no hay orden, todo es un salpafuera, un desorden. Dice,

“… No dirán que ustedes están locos ─ cuanta gente que ha ido a una iglesia y dicen, yo fui a esa iglesia y salí de allí con un dolor de cabeza, y dije, yo jamás vuelvo. Hay personas que una mañana se levantan con un deseo ardiente de buscar de Dios y dónde voy? Ah, una iglesita que hay por ahí en el vecindario. Van allí y salen escandalizados porque no entendían lo que estaba pasando y lo que vieron fue algo que `más bien les dio miedo. ¿Sí o no? Eso pasa. Y claro, cuando la gente se va de allí, ah, ese es un impío, los impíos no saben de Dios, el Señor los reprenda, que se vayan al infierno porque nosotros somos los verdaderos. Aquí somos los marines de la fe, etc. esta excusando simplemente una incompetencia espiritual.

Por eso yo le pedí esta mañana al Señor, Padre, ayúdame a ser comedido en lo que digo, no darle palos a la gente, no dejarme intoxicar demasiado por las palabras.

“….No dirán que están locos? Pero si todos profetizan ─ si todos hablan en una forma comprensible, edificante, coherente, con algo que pueden entenderse y que tiene materia espiritual digerible ─ pero si todos profetizan y entra algún un incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado…”

Mire este momento precioso aquí en que estaban estos hermanos acá, y de momento el espíritu me mueve… porque yo le había dicho a Omar, Omar, 10 minutos o sino el miércoles en la reunión de pastores nos vamos a jalar los moños tu y yo. Pero yo estoy allí escuchando y algo sucede aquí y en mí el espíritu se enardece y digo, no, cómo es posible que entre creyentes… yo entiendo… miren, yo comprendo muy bien, no estoy aludiendo a nada con respecto a eso, pero yo digo, si estamos aquí y estamos creciendo en el Señor, cómo es posible que no, que alguien no pueda dar un testimonio, claro que sí.

Y entonces, esta hermana Betania Ester. Entonces Betania comienza a hablar acerca de su vida. Ella en un sentido está profetizando porque está hablando en el espíritu, no era algo que estaba preparado ni nada, sino que el espíritu mueve al espíritu. Ella habla de su vida, habla de su experiencia. Otra hermana entonces también testifica, otro hermano por acá, conmovido por lo que Dios ha hecho en su vida, otro habla de la diferencia que ha hecho crown en su vida y cómo ha cambiado y habla de la prudencia en las finanzas. Cómo Dios ha edificado su vida. Eso es profecía, hermanos, diga amén aunque usted no lo crea.

Eso es profecía, porque la profecía no es, así te dice el Señor, pueblo de Dios, oh, siento el espíritu en este momento… eso es necesariamente profecía. Profecía es una palabra que sale del espíritu de Dios, pasa a través del espíritu de un hombre, una mujer, y llega recién horneada a la vida de los hijos de Dios. Eso es profecía.

Para mí, eso fue un momento profético. Ahora, piense en una persona que llega de afuera, está sentada allí, una persona coherente, pensante, escucha todo eso, no cree usted que va a ser conmovido? O está muerta o Dios lo tiene ya destinado para el infierno, o va a salir de aquí tocado por el espíritu? Sí, Señor.

“…Por todos es convencido, por todos es juzgado…”

Qué quiere decir juzgado? Redargüido. Óyeme, por qué no estoy yo también metido en esto? Esta gente tan linda que se ve. Mira cómo hablan. Mira cómo Dios las está bendiciendo y yo acabo de venir de una discoteca anoche, borracho y estoy aquí resacado. No, yo necesito hacer algo con mi vida. Es juzgado por todos, es convencido por todos, confrontado, redargüido, edificado, hay bendición. Amén.

Eso es lo que Pablo está diciendo. Hermanos, francamente yo prefiero eso. Si tengo que escoger, porque lo bueno es que no hay que escoger entre una cosa o la otra. Yo prefiero eso a un lenguaraje que nadie entiende y todo el mundo jalándose y empujándose y cayéndose, y no hay nada. Mucho polvo y después todo queda igualito. Yo prefiero transformación de vidas, que una parranda espiritual que yo me gozo pero eso no deja nada. ¿Sí o no? Esa es la diferencia.

Entonces, Pablo está diciendo a esta gente, “… es juzgado por todos cuando hay profecía. Pero si todos profetizan y entra un incrédulo, por todos es convencido, por todos es juzgado, lo oculto de su corazón se hace manifiesto…”

Escuchando todo esto la gente… hay algo aquí que sale a la luz. Ahora entiendo, ya, claro que sí. Es confrontado.

“…Y así, postrándose sobre el rostro adora a Dios declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros…”

Quién puede negar que Dios está entre este cuerpo de gente? Quién puede negar que a la iglesia que está haciendo esto posible tiene el espíritu del Señor dentro de ella? Eso es lo que está diciendo Pablo. Usted entiende? Y así es que uno tiene que juzgar las cosas del espíritu, hermanos.

No es solamente lo llamativo, lo místico, lo espectacular, lo estrepitoso, fuego y el azufre. Es, qué queda cuando el polvo bajó, qué queda? Cuando nos fuimos a nuestra casa y el diablo está ahí esperándonos afuera con tres demonios fumándose un cigarrillo, esperando que salgamos para pelear. Saliste con más fuerza que cuando entraste? Eso es lo que cuenta verdaderamente, no cuánto saltaste, cuánta lenguaraje. No, no, saliste edificado, fortalecido, mejor preparado para vivir la vida cristiana, para evangelizar a otro, para ser ejemplo a tu comunidad, para bendecir a tu familia. Esa es la diferencia, hermanos.

Entonces Pablo dice, “…Qué hay pues, hermanos, cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación…”

En otras palabras, se refiere, mire todo lo que hemos hecho en nosotros en este servicio, ha habido adoración y alabanza, música, testimonios, anuncios, predicación, quién sabe qué otras cosas, ofrendas y diezmos que se han tomado. Ha habido un poquito de todo, himnos, revelación de parte de Dios, yo creo que aquí inclusive hubo un poquito de revelación. Dice;

“…Hágase todo para edificación…”

Diga conmigo, hágase todo para edificación. Diga otra vez, edificación. Eso es lo que nosotros buscamos en todo lo que la iglesia hace, tiene que preguntarse al final, hubo edificación? Hubo crecimiento? Hubo instrucción? Hubo progreso? Yo siempre pregunto eso. Nuestra comunidad, esta hermosa gente que está aquí reunida, hay una diferencia entre lo que era 5 años atrás y lo que es hoy? Yo creo que sí. Yo veo ya como el gadareno, muchos demonios que se han ido y ya la gente está sentada en su asiento, cuerdos y bien vestidos. Dios está haciendo la obra de limpieza. Nuestros niños están creciendo, están adorando al Señor mejor. Nuestros jóvenes están estudiando, se están disciplinando, están entrando en las cosas, con unos tumbones de vez en cuando, pero siguen para adelante en el nombre del Señor. Hay edificación. Yo siempre pregunto eso. Cuánto ruido se hizo este domingo en el servicio, sino cuánta edificación hubo? Porque al diablo no le importa cuántas hojas tiene la higuera, sino cuántos frutos tienes. Y a Dios tampoco. A Dios le importa fruto, bendición, crecimiento. Entonces, usted entiende cómo juzga y razona la palabra de Dios?

“…Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos o a lo más tres, y por turno, y uno interprete, y si no hay interprete calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios…”

Hay muchas veces que las lenguas son para tu edificarte directamente. Es como para tu irte a tu casa y sacar dos bolas de mantecado y comértela tranquilito que nadie te vea. Es decir, muchas veces las lenguas, si no hay interpretación, Dios te va a alimentar intravenosamente, directamente, te va a dar el alimento.

Ahora, si hay un servicio aquí, por ejemplo, hay una hermanita comienza a hablar en lenguas, yo digo, hermanita, siéntese, por favor, porque yo estoy profetizando y el espíritu de Dios está hablando a través de mí así que espere su turno. Venga en algún momento y diga, pastor, Dios me ha dado algo, un mensaje, y yo quiero compartirlo con la iglesia. Yo le digo, hermana, sí, dígame. Y entonces yo juzgo en el espíritu, espero, y entonces determino… Las cosas tienen que hacerse con orden. Entiende?

Ahora, contradice eso el espíritu? En ninguna manera. Es que las cosas de Dios son coherentes. Ahora, de vez en cuando puede haber una excepción, puede pasar algo raro. Amén. y tenemos que estar también abiertos a discernir el espíritu en ese momento. Pero normalmente hay un orden, hay una coherencia en que se hacen las cosas cuando el Espíritu Santo, y hay entendimiento de la palabra de Dios.

“…Así mismo los profetas hablen dos o tres y los demás juzguen, ─ es decir, interpreten, examinen, midan si es de Dios o no ─ … y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero porque podéis profetizar todos uno por uno para que todos aprendan y todos sean exhortados y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz…”

Hay que me dice cuando yo trato de poner algún orden en alguna cosa, en alguna manifestación, por eso es que el Espíritu Santo no se manifiesta más en esta iglesia. Y quieren echarme a mí un sentido de culpabilidad, porque usted no es pentecostal, usted no sabe si es en el espíritu. No, a veces creemos que para que el espíritu de Dios se manifieste, tiene que haber desorden. Y no es así. Las cosas en el espíritu son en orden, hay un patrón que se sigue.

Violé mi propio propósito de no meterme en exégesis de la Biblia mientras la leía. Pero está bien. lo que quiero hablar, hermanos, es de una espiritualidad que tiene la mira en las cosas del espíritu pero que también tiene los pies sobre la tierra. Es las dos cosas.

Lo que yo veo aquí es Pablo, un hombre lleno del espíritu, tiene todos los dones del Espíritu Santo, escribió dos terceras partes del Nuevo Testamento, subió al tercer cielo y oyó cosas que ni siquiera él era digno de decírselo a los demás, conocía del Señor en una manera tremenda. Jesucristo se le apareció varias veces, fue escogido desde la fundación del mundo, también hablando con un orden, una coherencia, una sobriedad impresionante. Tiene los pies sobre la tierra. Este es un hombre que ha plantado muchas iglesias, es un fariseo, ha estudiado en las mejores universidades y seminarios de su tiempo. Ha viajado, es un ciudadano del país más poderoso, Roma, aunque es judío también. Es un hombre que ya lo ha visto todo. Been there, done that, como dice and bought the tee shirt, inclusive.

Y ya él sabe lo que es verdadero y lo que no. ha estado en todas las iglesias, ha visto de todo, y ya un hombre maduro, escribiendo para el Señor, sabe lo que verdaderamente es importante y lo que no, lo que es paja y lo que es sólido, lo que es bueno, si tiene otros elementos, pero que no es bueno necesariamente en sí, simplemente porque sí.

Y eso es lo que yo quiero formar en ustedes, mis hermanos. Un espiritualidad que a la misma vez que vive en el mundo del espíritu, pero también tiene los pies sobre la tierra. Como pastor yo deseo dar a luz un pueblo práctico, con una espiritualidad sana, que le permita prosperar y vivir una vida sabia y prudente.

Óigame, dónde están esos hermanos de adoración perdiéndose estas joyas y estas perlas de enseñanza que yo estoy dando? Diles si pueden venir por acá un momentito y sentarse allí donde yo los vea. Disculpen, hermanos. Yo le dije al Señor, Padre, ten misericordia de mí esta mañana. Les aseguro no peleé con la mujer, desayuné bien, no estoy de mal humor.

Un pueblo práctica, con una espiritualidad sana, que le permita prosperar y vivir una vida sabia y prudente. Se ha fijado algo, hermano? Que en el mundo evangélico parece haber una división en dos partes. Por una parte está el mundo pentecostal, con mucha aparente unción, y mucho aparente poder, pero muchas veces pobre, relativamente ignorante, con poco impacto sobre el mundo y la sociedad, con iglesias pequeñas y débiles. Perdóneme, yo hablo como pentecostal, pero es cierto o no? los que supuestamente tienen la gran unción y el poder y los dones, usted ve que sus vidas económicamente, su matrimonio, su vida familiar, honestamente cuando usted lo observa objetivamente, no tienen la supuesta bendición y prosperidad que ellos tanto predican, que nosotros predicamos, mejor dicho.

Por una parte está ese mundo, y yo sé que me van a caer chinchas cuando todo esto salgo por la radio, por el internet, pero sepan que lo hablo con amor y porque amo, hablo la verdad.

Por una parte está ese mundo pentecostal que es una contradicción viviente entre lo que profesa y predica y lo que vive en última instancia. Y está el mundo evangélico no pentecostal, los presbiterianos, metodistas, luteranos, todo este grupo que aunque no supuestamente enfatizan tanto los dones y el poder de Dios y la unción, y todas estas cosas, usualmente son más prósperos, más ordenados y disciplinados, con iglesias de larga permanencia, gente bien educada, financieramente exitosa, con más impacto sobre la cultura, que los que tenemos el conocimiento de los dones y del Espíritu Santo.

Por qué? Es porque hay una contradicción en nosotros, por una parte nos entra la unción del espíritu y por otra hay un boquete grande que se nos va todo, y desperdiciamos lo que Dios ha puesto en nuestras manos. Hablamos de prosperidad, oh, el Señor nos prospera y después nos vamos a nuestra vida totalmente desprovista de esa prosperidad. Y estos evangélicos que no creen ni en la luz eléctrica, muchas veces, se montan en sus Mercedes Benz y se van a sus vecindarios, a una casa de 500 mil dólares. Yo digo, bueno, Señor, o es que tu estás fallando en tus promesas o hay algo que no estamos haciendo que debiéramos hacer?

Me perdonan? Entonces, yo pienso, por ejemplo, mire Park Street Church, es una iglesia no pentecostal, ahí ni un nime suena cuando está la adoración. Es todo bien ordenado, tres himnos o dos a lo máximo, y ni un corito siquiera. En la tarde tienen música contemporánea, la llaman ellos. Yo amo Park Street Church, respeto a su pastor, un hombre de Dios, Gordon Hughenberg, un hombre educado.

Pero mire, esa iglesia, a pesar de que no hay nada supuestamente de los dones y todo esto, hace poco celebró sus 200 aniversario. Yo creo que yo he dicho esto antes, 200 años tiene esa iglesia allí en el mismo centro de la Ciudad de Boston, al lado de Boston Common. Allí ha predicado Billy Graham, esa iglesia el pastor, en los años ’50 de esa iglesia, ayudó a levantar el Seminario Gordon Conwell Theological Seminary y Christianity today, una revista muy poderosa aquí en Estados Unidos, sale de ese ministerio también. han tenido un impacto nacional. Es una iglesia histórica y 200 años han tenido allí manteniendo viva la palabra de Dios, no se han liberalizado. Y es una iglesia próspera, una iglesia que es impactante en la ciudad.

Y sin embargo, hay tantas otras iglesias que supuestamente tienen los dones y el Espíritu Santo y no hacen ni siquiera un movimiento leve en el radar de la cultura. Y las iglesias pentecostales duran 20, 30 años, 40 años y después se disuelven y se desaparecen. No tienen la longevidad que tienen muchas de estas iglesias evangelicas, supuestamente no pentecostales.

Dónde está la contradicción? Mire otro caso. Hay dos revistas que para mí son como una ilustración de esta contradicción horrible, Carisma Magazine, y la revista Christianity Today. Son dos revistas que para mí son como dos ejemplos de lo que pasa en el mundo carismático y en el mundo no carismático.

Christianity Today es una revista evangélica, sólida, periodísticamente de gran excelencia, artículos sólidos, escritores tremendos, con un presupuesto multimillonario, muy escrupulosa en lo que enseñan y los anuncios a ponen, una cantidad de cosas que esa revista yo se la echo a cualquier revista religiosa del mundo, sólida, pero evangélica, no pentecostal. Y a veces enseñan cosas que a mí mismo me molestan. Yo la leo porque me gusta leer de todo, pero a veces salgo con indigestión. Pero también muchas cosas muy buenas en ella.

Y entonces está Carisma Magazine. Cuántos han leído la revista Carisma? Es una revista pentecostal. Es la revista representativa del mundo pentecostal. Y la verdad es que es una revista inferior, escrita por yo creo que por estudiantes de escuela superior de periodismo a veces. Ahí lo que hacen es recortar artículos de libros y otra cosas y para mí es un cash cow, perdonen, es como que todo se va en anuncios y hacer dinero al dueño de la revista, que es de una familia que es con fines de lucro. Y es una revista inferior. Yo ya dos veces he cancelado la suscripción y como que por alguna razón vuelvo otra vez y la pongo y después me molesto otra vez con lo que veo, y vuelvo y la cancelo. Es una relación de amor y odio que tengo con ella.

Y yo digo, que pena que una revista que supuestamente reconoce la unción del espíritu y que está dedicada a exaltar los dones, es inferior a una que no se inmuta por esas cosas. Dónde está la contradicción? Algo anda mal. Yo digo que hay algo…

Mire esto, no me interesa necesariamente el tipo de espiritualidad evangélica que estoy señalando, no carismático, yo creo en los dones y yo no cambiaría una adoración como la que tuvimos esta mañana por nada del mundo. Yo creo en los dones y por eso es que estoy hablando de esta manera. Es para inquietar a la gente, para declarar la verdad de Dios.

Respeto esa espiritualidad evangélica no carismática, pero el punto está, hermanos, en que no tenemos que escoger entre una cosa y la otra. Podemos tener lo mejor de ambos mundos, eso es lo que quiero señalarles a ustedes. Y eso es lo que Dios quiere. Dios quiere la mentalidad de Pablo, que es una mentalidad espiritual pero pensante también. es una espiritualidad consciente de lo misterioso y lo sobrenatural, pero también con la mente de Cristo que piensa clara, sistemática, estratégica, coherentemente.

Y yo les digo, hermanos, si nosotros logramos mantener estos dos elementos de la espiritualidad cristiana como iglesia en tensión, esta iglesia un día va a explotar y el techo va a volar por todas partes porque la gloria del Señor se va a manifestar de una manera extraordinaria. Vamos a ver nuestra iglesia progresar, crecer, nuestros hijos ser prosperados, los chevrolets se van a cambiar por Cadillacs y Mercedes y las casas, los apartamentitos se van a convertir en casas grandes, lujosas, para gloria del Señor.

Ahora, no perdamos el amor al Reino de Dios, eso sí. Porque Dios prospera a su pueblo. Nuestros hijos serán mejores que nosotros, más espiritualidad y más prósperos, más bendecidos, más pensantes que nosotros. Estamos sembrando para el futuro.

Por eso les digo, siembren para gloria de Dios, siembren a largo plazo, siembren con una visión. Las iglesias no pentecostales usted ve que edifican templos de 40, 60 millones de dólares. Nosotros tenemos que estar arrancándole a la gente cada centavito para edificar un templo que por la gloria del Señor lo edificamos, porque él nos da sabiduría, pero ese templo costaría una fortuna. Pero dónde está? Los incrédulos, tienen más de la unción de Dios que nosotros? Los que solamente conocen una parte del Reino de Dios pueden hacer más que los que tienen la totalidad del Reino de Dios? es imposible. Algo anda mal.

Y por eso es que tenemos que decirle, Señor, ten misericordia de nosotros. Ayúdanos a pensar en la manera en que razona tu palabra. Hasta aquí me están siguiendo? He dicho algo escandaloso o falso? Yo no creo.

Eso es lo que yo quiero, hermanos, que la gente entienda por qué yo hablo como hablo, pienso como pienso y practico la vida cristiana como la practico. Se requiere una espiritualidad sana, balanceada, una espiritualidad que tiene pasión y unción pero que también aprovecha la razón y aprovecha la sabiduría que hay en la palabra de Dios, piensa con cordura, se vale de todo los principios que encierra la Escritura, y no solamente de la parte más sabrosa y más llamativa. Balance. Conoce la palabra y sabe cómo coger un tema y desglosarlo a la luz del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, sabe pensar teológica, sistemáticamente.

Y no solamente se pega de un versiculito y con eso pretende manipular a Dios y forzarlo a hacer lo que uno quiere que él haga. Estamos con el pedacito de papel al Señor, mira, aquí está… no, leíste todo lo demás que yo dije en la Biblia? Y por eso nuestras oraciones a veces no son efectivas. Y por eso hablamos, hablamos y hablamos y no hay producto porque estamos falseando, violentando la palabra de Dios.

Mi metodología pastoral busca un sano balance entre ambos extremos. Por eso es difícil de entenderla. Los súper espirituales no saben porque dicen, no, este hombre no es pentecostal, esta iglesia dice… pero no son pentecostales porque están acostumbrados a un tipo superficial de razonamiento espiritual.

La gente súper espiritual no va a entender a León de Judá. Y algunos están en nuestra iglesia, lo digo con honestidad delante del Señor. De paso, qué es una persona súper espiritual? Yo diría de esta manera, alguien que solo pone atención a lo supuestamente, a lo superficialmente espiritual y no matiza sus juicios y decisiones con la prudencia, la totalidad de la palabra, la observación del comportamiento humano y de las reglas de la convivencia humana, el sentido común, la reflexión teológica. Todo es espíritu, espíritu, espíritu. Y yo no sé, pero si hay alguien aquí que es espíritu, espíritu, espíritu, es un fantasma y lo vamos a reprender en el nombre de Jesús y lo vamos a mandar al lugar de donde vino. Porque yo creo que aquí tenemos, cuerpo, mente, intelecto, espíritu, todo ahí metido en ustedes.

Y esta es una iglesia espiritual pero también es una institución y hasta ahora Dios no nos ha hecho solamente espíritu. Tenemos un edificio, hay que meterle calefacción y aire acondicionado en el verano, y sudamos y una cantidad de cosas que no nos gustan pero son la realidad, somos humanos.

Entonces, la persona súper espiritual como que ignora el cuerpo, ignora la carne y cree que todo es espiritual, espiritual, espiritual. De paso, me gusta esa imagen de cuando Jesús resucita que él llega ante los discípulos… yo prediqué alguna vez acerca de eso en un domingo de resurrección, y creen que es un fantasma. Y el Señor les dice, hey, búsquenme por ahí un pescadito frito con dos tostones, vamos a ver qué pasa? Y el Señor coge ahí el cuchillo y se mete su pescado y su poquito de ensalada y ellos ven que le entra y no se le sale como a Casper, the friendly ghost, por todas partes. Y dicen, miren a ver si un espíritu hace eso?

En otras palabras, era un cuerpo, el cuerpo del Señor era un cuerpo real, él no era un fantasma que está flotando con una bata que le llega hasta los pies. No, el Señor es cuerpo. Allá arriba, en el cielo, él tiene un cuerpo glorificado y todavía tiene las marcas de la cruz en él. Porque es que la iglesia no es un fantasma simplemente, no es una cosa desencarnada, encarna en la realidad. Es una corporación, es una institución legal, es una escuela de enseñanza, es un lugar de disciplina, de confrontación. Hay que pagar biles, es una realidad. Y los principios del Evangelio tienen que encarnar en ese cuerpo.

Pero la gente súper espiritual solamente vive allá en los aires, con dos alitas supuestas, volando por la estratósfera y queriendo servicios que sean simplemente espirituales, entre comillas. Y cuando se confrontan con el orden y la disciplina, y el sistema no saben qué hacer con ello.

Hay silencio total. Yo veo hermanos en la iglesia de Jesucristo que han caído en este error de la súper espiritualidad. Quieren agradar al Señor tanto que se vuelven místicos y todo es espíritu, profecía, dones, éxtasis, transes, revelación, santidad superficial, y se olvidan de las consideraciones prácticas del Evangelio, de las limitaciones del matrimonio, la familia, la vida congregacional, las limitaciones del cuerpo físico, los deberes del trabajo, las obligaciones cotidianas. Usted entiende?

Una esposa, por ejemplo, tiene hijos, tiene un esposo al cual darle cuenta y viceversa, pero si esa esposa… no, yo tengo que servir al Señor, y llega todos los días a la casa a medianoche porque estaba predicando el Evangelio y yendo a la clase de discipulado, y preparándose para el ministerio, y cuando llega a la casa lo que encuentra es un esposo malhumorado, deseoso de divorciarse de ella, echando pestes del Evangelio, porque dónde está mujer cuando la necesita? Y los hijos manga por hombro y la casa toda desordenada, porque ella supuestamente está sirviendo al Señor. Hay que ser prudentes, hermanos. ¿Sí o no?

Hay que pensar con cordura. El Evangelio tiene que aterrizar sobre la tierra. Y eso no lo empobrece, al contrario, impacta la tierra. Entonces, la sal para salar tiene que mezclarse con la sustancia. Si está afuera solamente siendo sal, y no se mezcla, no sala. ¿Sí o no? Al buen entendedor pocas palabras bastan.

Como dice el Señor, el que tenga oídos para oír, oiga. Hay muchas iglesias que todo es servicio para acá, servicio para allá. Siete días a la semana servicio para que la gente no tenga tiempo para pecar. Pero ¿Saben qué? Eso es lo contrario. La carne no se mata así tan fácilmente, y por eso hay divorcios, escándalos en la iglesia, jóvenes que no quieren saber del Evangelio, poco producto porque no se está poniendo atención a las demás cosas de la vida. Necesitamos una espiritualidad balanceada, una espiritualidad sana, una espiritualidad bíblica.

Hay creyentes que viven testificando en el trabajo, todo el tiempo que están en el trabajo. Testificando, porque supuestamente hay que predicar el Evangelio en todo tiempo. Y qué consiguen con eso? Se acarrean la mala voluntad de la gente, la condenación de los jefes, y un slip de despedida. Y luego le echan la culpa a los incrédulos, en vez de su propia falta de prudencia y de sabiduría.

Si usted está trabajando, trabaje. Y de vez en cuando, en su hora del almuerzo, pues, predique. Pero de qué le sirve a usted estar predicando y robándole dinero a su jefe? Ese hombre no cree ni en la luz eléctrica, así él no va a entender eso. Mejor dele lo que él le está pagando, sea el mejor trabajador posible y eso va a hacer de testimonio a él y a todos los que están alrededor de usted. Amén.

Hay una espiritualidad, hermanos, que no juzga las cosas como es debido. Y lo que nosotros buscamos es una espiritualidad balanceada, coherente, armoniosa, sólida y eso es lo que tratamos.

Ya prediqué el sermón y todavía me falta el texto que les dije que iba a examinar. Denme un momentito más. En este pasaje, en Primera de Corintios 14, tenemos un ejemplo de una sana sabiduría como caracterizaba al Apóstol Pablo.

Qué pasa en este pasaje? Había una controversia entre los corintios. Los súper espirituales decían, no contristemos el espíritu, démosle total libertad a los dones en el culto, métele allí hasta que explote el lugar. No se apuren, vamos para adelante, vamos hacer de todo aquí, porque esto es el espíritu. Que todo el mundo hable en lenguas con libertad y haga lo que sienta en el espíritu supuestamente, según los dirija el espíritu.

Entonces, cada culto era una cuestión…no había orden, no había coherencia. Porque si hay coherencia eso no es del espíritu supuestamente. Si hay una hora de comenzar, si hay un servicio bien organizado, eso supuestamente no es del espíritu. Y eso parece que estaba causando tensión en Corinto.

Pero había otros en la iglesia que quizás eran más sabios y más prudentes, más pensantes, que notaban que llegaban visitantes a la iglesia y salían disgustados. La gente entraba, pero no venía. La iglesia con mucha profecía, mucha cosa pasando, pero no crece, no prospera, no puede pagar los biles, porque no puede comprar un templo, están rentando un edificio por allí en un lugarcito pequeñito, donde nadie ni siquiera sabe que está la iglesia, y no hay progreso, a pesar de que supuestamente está pasando todo eso, mucha lengua, mucho hablar, mucha cuestión.

Esos visitantes salían disgustados, enajenados por lo que percibían como una falta de orden y armonía en los cultos cristianos y un sentido de que no sabemos lo que está pasando aquí. Un lenguaraje solamente pero no hay nada con lo cual nosotros podamos identificarnos.

Yo pienso que quizás por un momento, por un tiempo, todo el mundo en la iglesia disfrutó de ese desorden, de ese ambiente sabrosón de mucha intensidad. Pero a lo largo del tiempo se fueron dando cuenta que esa espontaneidad desaforada, estaba más bien empobreciendo la obra evangelística de la iglesia. En vez de bendecir a la gente y de que hubiera crecimiento, la iglesia estaba compuesta de un club élite, de unas cuantas personas que como los borrachos, hablaban entré sí y se entendían pero nadie más alrededor de ellos podía entender lo que estaban diciendo.

Porque esto es bien importante, hermanos, la obra a largo plazo de la iglesia requiere unos parámetros estratégicos, hay que entrar en una forma estratégica de actuar. No es solamente el momento, sino hay que pensar a largo plazo, cómo podemos conquistar nuestra ciudad, cómo podemos conquistar a los jóvenes y retenerlos, cómo podemos impactar la casa de gobierno, cómo podemos hacer un cambia, una mella en este mundo gobernado por el diablo.

Entonces, había esta lucha en la iglesia de Corinto, le enviaron un correo electrónico a Pablo, y le dijeron, Pablo, danos un consejo acerca de esto. Y Pablo les escribió y les envió el Capítulo 14 de Primera de Corintios para aconsejarlos pastoralmente.

Y entonces Pablo los llama en esa enseñanza a ser maduros en el modo de pensar y eso es lo que falta entre tanto creyente pentecostal, madurez, complejidad, balance, sobriedad. Y estoy hablando como un pentecostal. Por eso, de paso, hermanos, les digo, muchos no entendían a Pablo, en Corinto mismo, y no aceptaban su apostolado.

Lo comparaban con otros súper Apóstoles, con esa espiritualidad mística, llamativo, y cuando Pablito iba allí a enseñarles un estudio bíblico, un sermón expositivo, con tres puntos, decían, ah, no, pensábamos que era otra cosa. Tanto que se habla de Pablo y mira aquí dando un estudio bíblico. Nosotros queremos carne roja, queremos que se le cae la gente, que hablan con una voz estruendosa, que se comen los niños crudos. Eso es lo que quería la gente.

Entonces venía Pablo, maestro, pastor, plantador de iglesias, pensador estratégico, teólogo, inspirado por el Espíritu Santo, a instruir, a enseñar a edificar, y decían, eso no lo queremos. Queremos un plátano con dos chuletas fritas encima y no nos vengan con todas esas cuestiones.

Y eso molestaba. Porque hay muchas veces hermanos, la gente confunde, creen que unción es todo este levantar polvo. Y eso es necesariamente unción, eso es manipulación muchas veces. A veces, sí lo es. Yo creo, hermanos, yo creo en los dones del espíritu, yo creo que muchas veces Dios nos motiva, nos mueve a poner a un lado un sermón y todo lo demás y simplemente meter mano espiritualmente. Pero eso no puede ser la práctica de todos los domingos.

La vida es mucho más compleja que eso. La vida de iglesia tiene miles de años en la tierra y necesita algo… edificación, enseñanza, celebración de las cosas que Dios está haciendo en el pueblo de Dios. No siempre puede ser parranda todo el tiempo. Eso cansa a cualquiera, le quema el sistema nervioso al más bonito, hermanos.

Largo de explicar, pero Pablo sufría de ese problema, que decían, no, este hombre no es ungido. Queremos los grandes Apóstoles. Para edificación suya, déjeme leer solamente dos versículos, Segunda de Corintios 10, versículo 10 al 13. Por eso les digo esto es enseñanza, esto no es para que usted se vaya a la casa con el sistema nervioso quemado. No, el cerebro quemado pero no. Dice Pablo aquí:

“…Porque a la verdad dice la gente, las cartas son duras y fuertes ─ hablando de Pablo, ─ más la presencia de él es débil y las palabras menospreciables ─ como que no hay nada admirable en la palabra de Pablo ─ …esto tenga en cuenta tal persona que así como somos en la palabra por carta, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes, porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban así mismos pero ellos, midiéndose así por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos…”

Y eso continúa, léase después Segunda de Corintios, Capítulo 11, versículos 3 al 6:

“…Y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes Apóstoles… ─ él lo dice sínicamente, ─ pues aunque sea tosco en la palabra no lo soy en el conocimiento, en todo y por todo os lo hemos demostrado…”

Pablo está defendiendo su estilo ministerial. Porque es que a través de la historia de la iglesia, siempre ha habido lo mismo. La gente que cree que si hay solamente enseñanza sólida y buena predicación, nutriciosa, que eso no es unción. Lo que la gente quiere es el relajo, muchas veces, en los servicios, hermanos, y si usted le da comida sólida, dicen, no. háblele a la gente de la segunda venida de Cristo, de los demonios, de la sanidad, prosperidad y ellos están felices. Se quedan 4 horas. Pero háblele acerca del fruto del espíritu, de la transformación del yo, de la consagración verdadera al Señor, de todas estas cosas sólidas de la palabra y dicen, otro día te oiremos. No nos interesa eso, eso lo dejamos para los miércoles en la noche. Y no vienen los miércoles entonces.

Es así, la gente es así. La gente quiere pan con mantequilla y mermelada. No les interesa muchas veces la comida sólida de la palabra de Dios y ese es uno de los grandes problemas del mundo pentecostal, y por eso estamos como estamos. Por eso no crecemos y no somos bendecidos. Tenemos que ser más maduros que eso, hermanos.

En el versículo 22 Pablo lleva a la iglesia a la palabra, aquí dice.

“…Así que las lenguas son por señal no a los creyentes sino a los incrédulos, pero la profecía no a los incrédulos sino a los creyentes…”

Si usted examina todo el pasaje de Primera de Corintios Capítulo 14, usted ve a Pablo bregando, okay, qué es lo que dice la palabra? Vamos a entender lo que dice la palabra. Pablo descubre que las lenguas en la adoración congregacional son una señal primordialmente para los que no conocen al Señor, para los visitantes, no para los creyentes. Él está diciendo, lean en la palabra, qué es lo que dice? Para qué son las lenguas? Y cuál es el propósito de las lenguas?

Entonces, aplíquenlo de esa manera. No es para los creyentes, es para los visitantes, es para los que no conocen al Señor. El uso de las lenguas debe reflejar su propósito original, escritural.

Lo que yo quiero que usted observe es el razonamiento de Pablo. Es un razonamiento, valga la redundancia, razonable. Es un razonamiento sobrio. Y así nosotros debemos examinar el uso de los dones también. Pablo está siendo práctico, hermanos, y eso no lo hace menos espiritual.

Si llega la gente de afuera no iniciada en las cosas del espíritu, y ven el desorden dice Pablo, pensarán que estamos locos. Debemos, por lo tanto, matizar el uso de los dones y ajustar a las consideraciones prácticas de la vida institucional a los propósitos del Evangelismo y la conquista del mundo para Cristo.

Mire cómo razona Pablo en el versículo 18 y 19:

“…Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros ─ Pablo es pentecostal, él está anticipándose a aquellos que dicen, no, porque este hombre no tiene unción, no cree en los dones, no está ungido, etc. no, yo hablo en lenguas más que todos ustedes juntos ─ pero en la iglesia,─ digan todos, en la iglesia ─ en la iglesia, en una reunión congregacional como esta, en un tiempo de adoración colectivo, dice, yo prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento para enseñar también a otros que diez mil palabras en lengua desconocida…”

Diga gloria a Dios. pablo está diciendo, miren, no es que yo no crea en las lenguas, al contrario, yo las practico más que todo el mundo, yo creo en su producto, creo en su provecho, pero, hermanos, cuando estamos en una reunión congregacional no es necesariamente el tiempo para tener un lenguaraje sino es un tiempo para edificación del cuerpo de Jesucristo.

Ahora, entiéndame, no estoy diciendo que no sea importante y bueno de vez en cuando hablar en lenguas. Hay veces que el Señor nos dirige en eso. Yo muchas veces sentado allí estoy hablando en lenguas porque necesito fortalecerme en el espíritu. Yo creo en eso. Ahora no diga que el pastor Miranda dijo que ya no se puede hablar en lenguas los domingos en el servicio. No. lo que estoy diciendo es que lo hacemos tiene que estar condicionado por consideraciones de por qué nos reunimos.

Qué es lo que estamos buscando hacer a final de cuentas? Mire, cuando usted practica cualquier don y hay gente alrededor suyo, pregúntese lo que yo estoy practicando, está siendo de bendición para mis hermanos o de piedra de tropiezo? Me estoy sirviendo yo a mí mismo o estoy sirviendo al Señor y a mis hermanos?

Porque de qué me sirve a mi tener una gran parranda y emborracharme y estar escandalizando a la gente, sacándolos del Reino de Dios, creando confusión en su mente y haciendo un espectáculo. A quién glorifica eso sino a mí mismo? Yo estoy diciendo, hey, yo me voy a gozar y todo el mundo que se vaya para el diablo, eso es problema de ellos. Si no les gusta, que no se lo coman. Eso es lo que estamos diciendo. En vez de decir, no, yo lo que estoy haciendo debe bendecir al pueblo de Dios, debe glorificar, de ejemplificar el carácter armonioso, misericordioso de servicio de Cristo Jesús.

Los dones no es para que tu te sirvas a ti mismo, y te llenes a ti mismo. Los dones son para bendición de los demás. Por lo menos, en el contexto congregacional. Ahora, cuando estás en tu casa, cierra la puerta, cierra bien la ventana y grita todo lo que tu quieras, quítate toda la ropa, si tu quieres, desgréñate los pelos. No importa, estás tu y el Señor. Amén. Gloria a Dios.

Pero si tu estás en armonía con los demás tienes que entonces disciplinar tu espiritualidad. Mire, aún Pablo usa la estética para razonar, porque los conocimientos humanos no son extraños tampoco ni foráneos muchas veces, a razonamiento espiritual. Miren los versículos 7 al 9, ya estoy aterrizando, las ruedas de abajo ya pegaron, ahora faltan nada más las de adelante. Dice el Apóstol Pablo;

“…Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonido ─ es decir, todas las cosas inanimadas, por ejemplo, una trompeta, un piano, ─ las cosas inanimadas que producen sonidos como la flauta, o la cítara, la guitarra, si no dieren distinción de voces cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la guitarra?”

Piense en eso. Si hay 17 guitarristas, cada uno tocando su propia tonada, cómo va a saber la gente lo que están tocando? Él dice, no, mire, en el mundo de la estética hay un orden. Entonces dice;

“…y si la trompeta diere sonido incierto en una batalla, quién se preparará para la batalla?”

Si hay 8 trompetas tocando, por allá, por allá y por acá, dónde se reúnen los soldados para defenderse contra el enemigo? Tiene que haber un orden. Y cuando la iglesia se reúne es para la guerra, es para fortalecer a los soldados. Si cada uno está haciendo lo que le da la gana, no hay edificación, no hay bendición. Entonces dice;

“…Así también vosotros si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire…”

Y él sigue con su razonamiento muy interesante. Aprendamos del razonamiento, hermanos, y entonces usted debe aplicar eso a todas las demás áreas. Pablo pone la edificación por encima de todo lo demás. Y esa es una buena pregunta que tenemos que hacernos siempre. En qué manera lo que estoy haciendo supuestamente en el espíritu, edifica a los demás hermanos, a mi familia, mi propia vida, mi crecimiento espiritual? Cómo avanza esto el Reino de Dios? de qué sirve tener una gran fiesta espiritual en el culto si eso conduce al escándalo y a la confusión de los demás.

Dónde está el supuesto provecho? Tenemos que juzgar lo que hacemos a la luz de todos los valores de la palabra de Dios, incluyendo el amor, la misericordia, la compasión, la bondad. Si yo estoy escandalizando a mi hermano, no estoy ejerciendo bondad y amor para con él.

Voy a cerrar la Biblia para resistir la tentación de seguir. Lo último, ahora sí, puedes tocar un poquito para inspirar a la gente. Hay que distinguir el espíritu. Escuche esto, quiero que usted vea cómo estos principios se aplican a muchas diferentes situaciones de la vida.

Vamos ahora, por un momento, a Primera de Corintios, Capítulo 11, cuando Pablo habla acerca de la santa cena y él dice, la santa cena es algo sublime, algo que a través de la cual recordamos el cuerpo y el sacrificio y la cruz de Jesucristo. Y Pablo dice, y hay muchos de ustedes que cuando vienen a celebrar ese hermoso rito, lo que hacen es que vienen a jactarse, porque la santa cena en aquel tiempo era una comida completa, no se crean que era un pedacito de galletita con jugo Welsh. No, eso era una comida total. Ahí había arroz con gandules, pupusas, todo. Pupusas sin carne de res, eran vegetarianas.

Y entonces venían todos a comer juntos y cada uno traía su comida, era un padlock supper, y cada uno traía sus cositas por acá, suponía que todos comían a la misma vez, esperándose, cómo come la gente? Esperándose unos a otros. Cuando usted va un restaurante, cuando le traen a usted la comida primero, usted comienza comer enseguida y los otros esperando ahí, los pobres, a que le traigan la suya? No, usted espera y entonces todos comen juntos.

Entonces, Pablo dice, mire, cuando celebran la santa cena hay muchos de ustedes que vienen aquí y comienzan a comer enseguida y se olvidan de los demás y uno se están jactando de arroz con pollo, y ensalada, y cantidad de cosas buenas, y hay otros hermanitos con una tortillita con sal, y un poquitito de frijoles refritos encima, y ustedes comen y no les importa ese hermanito, en vez de compartir con ellos lo que ustedes tienen.

Y si no llegaron a tiempo, usted viene y come porque usted tiene hambre. Y Pablo dice, eso es un insulto a la mesa del Señor. Porque ustedes no están discerniendo el propósito por el cual se dio, el que ustedes lleven a cabo el ritual no es nada, al contrario, están comiendo y están comiendo veneno porque el amor no está gobernando lo que ustedes están haciendo. Tienen que esperarse unos a otros, tienen que tener misericordia unos de los otros, tienen que honrar el cuerpo de Cristo que fue magullado y molido por misericordia y amor y servicio a los demás.

Y usted no puede comer el cuerpo de Cristo en contradicción a lo que ese cuerpo representa. Y si usted lo hace, hay una contradicción estructural que conduce a enfermedad y a una muerte.

Y yo creo que por eso muchas iglesias, que supuestamente practican los dones, pero no se dejan matizar por los demás elementos de la palabra, están comiendo juicio contra sí mismas y por eso no progresan y no son bendecidas. Porque no lo están haciendo en el espíritu de Jesucristo y de la palabra de Dios.

Ahora, si usted conoce toda la palabra, todo el consejo, y busca aplicarla toda, incluyendo los dones, entonces esos dones van a bendecir y van a hacer prosperar a la iglesia y a la gente que los practica.

Usted ve cómo el razonamiento de la palabra es tan real, tan verdadero? Y yo podría tomar cualquier texto de la Escritura, o cualquier situación humana y conjugarlo y examinarlo a la luz de los elementos de la palabra del Señor y uno podría ver claramente cómo estos principios son universales. Úselo en su vida. Cómo mi espiritualidad está bendiciendo a mi familia? Cómo mi testimonio está bendiciendo al trabajo donde yo practico mi trabajo? Cómo mi testimonio es de edificación? Cómo mis dones, que Dios me ha dado, resultan en avance para la iglesia, en edificación para los demás, en la conversión de los incrédulos y en la edificación del cuerpo de Jesucristo? Esa es la pregunta.

Y eso es lo que yo llamo espiritualidad sana y balanceada. Que el Señor nos bendiga. Vamos a ponernos de pie, hermanos. Vamos a examinarnos cada uno como dice el Apóstol Pablo, cada uno examínese a sí mismo antes de participar de las bendiciones del Señor.

Yo le pido al Señor, Padre, ayúdame a mí, ayuda a esta iglesia, ayuda a nuestro liderazgo espiritual, a reflejar la armonía y la coherencia de tu sana palabra. Danos espíritu de entendimiento, espíritu de cordura y de sabiduría en todo lo que hacemos. Y que en todo, Señor, podamos ejemplificar y expresar el carácter de Cristo Jesús. Eso es lo que pedimos para esta iglesia, y para este pueblo al cual bendecimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Amén.

Hermanos, que la gracia del Señor sea con ustedes. Amén.

Viviendo conforme a la agenda de Dios

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Todos saben que fuimos creados con un propósito ¿verdad? Fuimos creados con un propósito y ese propósito lo vamos a cumplir en el nombre de Jesús. Estamos caminando en ese propósito? Estamos caminando en el propósito para el cual fuimos creados? O estoy caminando en mi propósito personal?

En esta noche vamos a estar hablando un poquito acerca de lo que es caminar en el propósito del Señor. Y yo creo que este es un tiempo maravilloso para nosotros. Caminar en lo que es la senda antigua, en lo que es la agenda de Dios. Cuántos están caminado en la agenda de Dios? todos, ¿verdad? ¡Aleluya! Yo los felicito. Ya comenzamos bien.

Pues ¿Saben qué? En esta noche vamos a hablar acerca de caminar, de que es tiempo de que nosotros caminemos en la agenda del Padre, porque por mucho tiempo a veces estamos caminando y estamos caminando en nuestra propia agenda. Vamos a ver si en esta noche en cuál agenda tu estás caminando, si en la del Padre, o en la propia tuya. Y para esto vamos a ir a nuestras Biblias y vamos al Libro de Mateo Capítulo 6, y vamos a comenzar en el verso 24. Vamos a leer esta pequeña porción completa porque dijimos que era refrescar nuestra memoria, ¿verdad? Por eso quiero leerla entera. Vamos a leerla en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo de Dios. Amén.

“…Ninguno puede servir a dos señores porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo, no os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo qué habéis de vestir. No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo que no siembran ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. No valéis vosotros mucho más que ellas?

Y quién de vosotros podrá por mucho que se afane añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen, no trabajan ni hilan, pero os digo que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, no hará mucho más a vosotros hombres de poca fe? No os afanéis pues diciendo, qué comeremos o qué beberemos, o qué vestiremos porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas. Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán, basta a cada día su propio mal…”

Que palabra más tremenda esta. Bendito el Señor. Ustedes saben que los niños tienen agenda. El niño suyo le dice a usted para dónde usted va? O el niño de 3 años, 5 años, cada día le dice, a dónde usted tiene que llevarlo? ¿Verdad que no? los niños no tienen agenda. La palabra dice que tenemos que ser cómo? Como niños.

Si nosotros, dice la Biblia, tenemos que ser como niños, entonces tenemos un papá, ¿verdad? Y ese papá, nosotros estamos diciéndole a él lo que nosotros tenemos que hacer o tenemos que esperar que el papá nos diga a nosotros lo que tenemos que hacer?

Tenemos nosotros que tener la agenda nuestra como niño en este caso de Dios, como hijos de Dios? o tenemos que dejar que él como Padre, diga lo que yo tengo que hacer? Usted es el que le tiene que hacer la agenda a su hijo, ¿verdad? mañana usted va al colegio, después del colegio, usted va a regresar y vamos a ir a tal o cual lugar. Y usted va a guiar su hijo porque él no sabe cómo hacer las cosas de la mejor manera. Quizás el tenga muchas cosas y muchos deseos en su corazón y en su mente, y cosas quiera hacer, pero él no tiene la capacidad para hacerlas porque todavía es muy pequeño.

En el caso nuestro, nosotros no tenemos la capacidad de guiarnos a nosotros mismos. Usted tiene la capacidad de guiarse a sí mismo? Pero nosotros no entendemos esto y siempre estamos haciendo las cosas como yo quiero, como me parece, como yo entiendo que es mejor. Y por eso todo nos sale mal.

Y estamos afanados, y estamos haciendo y trabajo aquí, trabajo allí, y me afano por trabajar y tener hasta 3 trabajos en el día, para poder tener un dinerito. Pues, para que el dinerito me rinda. Y me afano en los estudios, y hago una carrera, y me voy a graduar de otra, y de otra, pero todos esos afanes es para tener más qué? Más dinero.

Todos los afanes, si usted se pone a analizar, el por qué usted trabaja, el por qué usted estudia, el por qué usted hace esto, todo usted lo hace para tener una mejor remuneración. Y nos enfocamos en lo que realmente Dios no nos ha llamado a enfocarnos. Nos hemos estado enfocando en lo económico, en lo material y hemos estado viviendo una vida conforme a nuestros propósitos, no conforme al propósito para el cual hemos sido creados.

Hemos sido creados con un propósito grande y poderoso en el Señor. Pero muchas veces no lo conocemos porque estamos afanando tanto y estamos tan envueltos en las cosas cotidianas de la vida, y en los afanes de qué me pongo, de qué no me pongo, de qué voy a comer, qué no voy a comer, y nos envolvemos tanto en esto que nos hemos olvidado de que Dios nos ha hecho un llamado y que tenemos que responder al llamado que Dios nos ha hecho.

Estamos viviendo conforme a nuestra agenda, a lo que yo creo, a lo que a mí me parece. Y a veces no tenemos tiempo ni siquiera para orar. Y nos pasamos el día trabajando, trabajando, salimos de la casa, no tenemos tiempo para orar. Vamos al trabajo, venimos del trabajo, tenemos un segundo trabajo, a veces venimos a la iglesia y ¿Saben qué? Que a veces estamos hasta afanando en las cosas de la iglesia, pero no estamos dentro de la agenda de Dios.

Usted sabe que hasta dentro de la iglesia nosotros hacemos muchas cosas que a Dios ni le interesa que la hagamos? Porque hay un llamado que Dios te ha hecho que tu tienes que identificarlo y la manera de identificarlo es buscando primeramente qué? El Reino de Dios y su justicia y dice que todas las demás cosas serán añadidas. Pero qué hacemos nosotros normalmente? Buscamos las añadiduras y si tenemos tiempo buscamos el Reino de Dios.

Nos afanamos por todas las añadiduras y si yo tengo tiempo voy a la iglesia. Estoy afanando en todas las cosas y buscando las añadiduras y si tengo tiempo yo podría trabajar en el ministerio, pero no creo que tenga tiempo. Y nos envolvemos en los afanes de este mundo y este país ni se diga. Porque aquí sí que hay afán. Mire que en mi país hay mucho afán, pero este país, si usted se lleva óigame usted no duerme, solo trabaja. Porque este es un país como solo de trabajo?

Entonces, el enemigo está envolviéndonos a nosotros de tal manera que estamos vivienda una agenda que no es la agenda de Dios porque la agenda de Dios dice que hay que buscarlo a él primero y él entonces va a dar todo aquello que tu necesitas. Y eso no quiere decir que te vas a cruzar de brazos. No. eso quiere decir que cuando tu buscas el Reino de Dios, cuando tu buscas su presencia, cuando tu te encargas de entregar toda tu vida al Señor y decirle, Señor, yo quiero que tu hagas conmigo lo que a ti te plazca. Dime qué es lo que tengo que hacer?

Y antes de nosotros tomar algunas decisiones nosotros podamos ir delante del Padre para que él nos diga cuál es la agenda que él tiene para mí. Pero estamos afanados, turbados, preocupaciones van, preocupaciones vienen, porque no hemos tomado esta palabra de una manera seria y contundente.

Dice que si la vida no es `más que el cuerpo? Si Dios nos dio la vida, no nos va a dar para mantener esa vida? Si nos dio el cuerpo nos va a dejar desnudos? No. nos va a proveer el vestido, pero tenemos que buscarlo a él primeramente. Tenemos que nuestra vida rendírsela a él.

Me decía una hermana que estábamos compartiendo esta palabra, me decía, pastora, pero es que mire, la gente trabaja mucho y entonces viene muy cansada y por eso no tiene deseos de ir a la iglesia. Le digo, efectivamente. Pero mira, cuando tu tienes pasión por Dios, no hay cansancio que te haga quedarte en tu casa. No hay cansancio que te impida alabar a Dios, no hay cansancio que te impida a ti reconocer su señorío, su grandeza. No hay cansancio que te impida a ti entender que Jehová es Dios.

Bendición el nombre del Señor. Pero ¿Saben qué? Hace falta pasión. Hace falta entrega. Hace falta que nosotros entendamos que Reino de Dios es la primero que tenemos que buscar. Si saliste del trabajo, guau, vete a la iglesia que Dios te va a dar descanso ahí. Bendito el nombre del Señor.

Y le decía, óyeme, allá en nuestra iglesia los martes tenemos culto, tenemos dos cultos. Y hay personas que vienen del otro lado de donde nosotros estamos, tienen que cruzar puente, y duran una hora y hasta hora y media en un …, aquí no sé cómo le dicen, tapón, ¿verdad? Allá le decimos tapón, y aquí le decimos el tráfico. Una hora y media de tráfico y esa gente llega a la iglesia y tenemos dos cultos y llegan cansados y van directito y se van al primer culto de las 6:30.

Y salen de ahí gozosos en el Señor porque la presencia de Dios se lleva el cansancio, se lleva la enfermedad, se lleva toda turbación, todo lo que te preocupa. Oye, se lo va a llevar la presencia del Señor. Bendito el nombre de Jesús pero tu le estás dando a Dios la prioridad en tu vida.

Por que no es que no trabajes, pero que entiendas que Dios está primero. Que yo tengo que buscar primeramente a Dios. Señor, qué es lo que tu quieres? Jesús iba predicaba, y hacía y luego que recorría toda la tierra, y empezaba a predicar, y ¿Saben qué? Jesús iba y se apartaba a orar al Padre. Es como quien dice, Padre, y ahora qué sigue?

Y es lo que Dios quiere en esta noche que nosotros entendamos. Tenemos que buscar a ver cuál es la voluntad de Dios. Señor, para qué tu me creaste? Tu me creaste para yo venir a trabajar a esta tierra y solo para trabajar? Tu me creaste para yo venir y hacer y obtener 5 títulos universitarios? Para eso tu me creaste? Para qué fuimos creados?

Fuimos creados por un propósito y es de servir a Dios, es de rendir nuestra vida al Señor, y luego de ahí, entonces, Dios va a cumplir cada uno de tus proyectos y propósitos, Dios los va a cumplir.

Sabe por qué no hemos visto la gloria de Dios en nuestras vidas? Porque hemos invertido la palabra. Hemos estado caminando conforme a nuestra agenda. Hemos estado haciendo lo que a mí me gusta, lo que me complace. Yo me siento bien haciendo esto. Y hemos vivido una vida tranquila y vengo a la iglesia, y alabo al Señor, y glorifico a Dios y todo está bien, pero todo me sale mal.

Por qué? Porque Dios no te creó para que te afanes tanto, porque de esos afanes él dice que él sabe que tu lo tienes, que tienes esa necesidad y que él te la va suplir. Dios te va suplir tus necesidades. No importa qué tan grandes sean. Él es fiel y él te creó y así como te creó, así él te ama. Y tiene cuidado de ti. Pero tienes que entender que tienes que caminar conforme a la agenda de tu Padre, no puedes caminar conforme a tu agenda.

Yo duré mucho tiempo caminando en mi propia agenda. Y todo me salía mal. Por qué es que todo sale mal? Cuando usted invierte la palabra, todo le va a salir mal. Y aunque algo parezca que le salió bien, usted va a concluir diciendo, no era así.

En esta noche qué es lo que yo quiero refrescar en su mente? Que tenemos que caminar conforme a la agenda que Dios ha planificado para nosotros. La palabra en Filipenses 4:6 dice:

“…Por nada estéis afanosos…”

Si usted se pone a hablar con cualquier cristiano, usted se da cuenta que eso no es afán, eso hay que llamarlo un chin más. La gente vive con un desosiego y un cansancio y un agotamiento pero no es para menos. Sabe que cuando tu andas en la agenda de Dios tu descansas. Sabes que cuando tu dejas que el Espíritu Santo sea quien te guie llega un momento en que tu te das cuenta que no eres tu?

A veces, los hermanos me dicen, pastora, pero usted sí trabaja? Y cómo es que usted logra hacer tantas cosas? Y entonces ahí yo me doy cuenta que no soy yo que lo estoy logrando, que es Espíritu Santo. Porque con mi fuerza yo no iba a poder lograr hacer todo lo que pude hacer en ese día. Cuando nosotros dejamos que sea Dios quien dirija nuestra agenda, óigame el tiempo nos va a rendir. Y todas las cosas van a salir tan perfectamente que usted se va asombrar. Y usted va a decir, pero por qué no lo hice antes?

Pero tenemos que entender que dice la palabra que por más que tu te afanes, tu no vas a añadir un codo a tu estatura. Cuántos años tienes afanando y dónde estás? Has podido lograr lo que has querido? Verdad que no lo has podido lograr?

Pero en esta noche yo te hago un reto. Empieza a caminar en la agenda de Dios y yo te aseguro que todo lo que tu has deseado lo vas a ver antes de que tu te lo imagines, va a llegar a ti. Te va a sorprender. Las bendiciones de Dios te van a sorprender. Bendito el nombre de Jesús. Te van a sorprender las bendiciones de Dios.

Porque vas a estar caminando en obediencia, y dice la palabra que cuando tu obedeces, las bendiciones qué hacen? Te alcanzan las bendiciones.

Nosotros tenemos que decirle al Señor, Señor, yo estoy cansada de trabajar y de vivir conforme a mi agenda, yo quiero saber cuál es tu voluntad en mi vida. Yo quiero saber para qué tu me llamaste, para qué me creaste, con qué finalidad tu me creaste, qué era lo que tu querías que yo hiciera? Yo estoy dispuesta a hacerlo.

Pero hay cosas que vas a tener que dejar. Hay cosas que vas a tener que soltar. Muchas cosas que tienes en la mano, que le estás haciendo porque tu quieres, no porque Dios te ha dicho, la vas a tener que soltar, y te va a doler. Porque andar en la agenda de Dios cuesta. Porque eso significa, ¿Saben qué? Negarme a mi misma. No hacer lo que yo quiero hacer sino lo que Dios quiere que yo haga. Y eso sí que duele.

Porque yo quiero tres trabajos, y Dios me está diciendo que es uno solo. Pero ¿Saben qué? Que con ese solo trabajo Dios te va a bendecir de tal manera que vas a recibir más de lo que recibes con los tres trabajos que estás haciendo. Dios te va a bendecir. Dios va a bendecir tu vida de una manera especial porque vas a entrar dentro de su agenda y todo lo que te falte Dios lo va a añadir.

No vas a tener ni que salir a buscarlo. Dice que todo lo que tu desees va a llegar. Por qué las cosas no están llegando? Porque estamos caminando conforme a nuestra agenda. Yo pasé mucho trabajo cuando estuve caminando en mi agenda. Porque Dios me decía, es por aquí, y yo decía, pero es que por aquí es que me gusta. Y el Señor, pero es que por aquí es que te quiero. Señor, pero esto se ve mejor. Porque yo lo veía con mis ojos.

Y entonces, yo llegó un momento cuando llegó la ansiedad porque ¿Saben qué? Que los afanes producen ansiedad, los afanes producen depresión, los afanes producen tormento. Tu vives atormentado, tu no tienes paz. Cuando estás afanado no hay paz en tu corazón. Pero si tu vas a Filipenses 4, del 6 al 7, dice:

“… Por nada estéis afanosos y no sean conocida vuestras peticiones delante de Dios con acción de gracia, dando gracia al Señor, y dice, que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestro corazón en Cristo Jesús…”

Por qué no sentimos paz? Por qué estamos siempre preocupados? Porque no hemos aprendido a descansar en el Señor. Cuando tu andas en la agenda de Dios tu descansas en él y sabes que todo lo que va a pasar va a suceder bien.

Recuerdo a veces en momentos donde estaba bien ansiosa, muy preocupada y con mil cosas. Quería hacerlas todas el mismo día. Y pensaba, Señor, voy a hacer esto, voy a hacer, y voy a hacer y voy a hacer. Y cuántas cosas voy a hacer? Y al fin y al cabo si hacía dos era mucho, de las 10 que tenía. Cuando empecé a andar en la agenda de Dios, entonces pude experimentar que el tiempo me rinde, porque Dios va poniendo cada cosa en su debido orden y tu te sorprendes y dices, guau, que maravilloso, el tiempo rinde, las cosas te llegan, lo que tu tenías en tu corazón, lo que anhelabas aparece alguien y te lo trae y tu dices, guau, pero Dios es tremendo.

Porque cosas insignificantes que tu tenías ahí, que no se las dijiste a nadie, Dios viene y envía uno de sus emisarios aquí en la tierra, uno de sus angelitos aquí en la tierra y va y te lo llevas, y tu dices, guau, Dios.

A veces tengo deseos de comerme cualquier cosa sencilla y se aparece alguien, pastora, mire lo que le traje. Yo dije, guau, Padre, tu eres tremendo, tu eres maravilloso. Y tengo que alabarlo, y tengo que gozarme porque en cosas tan sencillas que él no tenía ni que contestármelas, yo la quería pero si él no me la quiere contestar, yo no me afanaba. Pero es para que nosotros veamos lo tan pendiente que él nos tiene.

Es para que nosotros entendamos el cuidado tan especial que él tiene con nosotros. Y si nosotros entendiéramos esto, nos afanáramos menos o no nos afanáramos, si nosotros entendiéramos cuán preocupado por así decirlo, está Dios por bendecirnos.

Tu sabes que Dios está más ansioso por bendecirte que tu por recibir bendición? Lo único que él está esperando es que tu comiences a caminar en su agenda, que tu comiences a buscar su reino, su voluntad, su perfecta voluntad, qué es lo que tu quieres que yo haga? Cuando tu te metes dentro de la voluntad del Señor, óyeme, las cosas te van a salir bien, las cosas te van a llegar. No tienes que preocuparte, no, las cosas… dice la palabra, que te van a llegar.

Pero no podemos servir como dice la Biblia, a dos señores. O servimos a Dios o servimos a las riquezas. Porque todo nuestro afán es por tener dinero, por vivir cómodo, por tener profesión, por tener título y decir que tengo títulos. Y no estoy en contra de los títulos, líbreme Dios, y no estoy en contra del dinero, líbreme Dios, todo eso es bueno. Pero eso no debe ser nuestra prioridad.

Porque afán significa trabajo forzoso, trabajo penoso, significa ansiedad. Cuando usted está ansioso usted vive en tristeza, usted vive con una amargura. Y usted, cómo tu estás? Ahí, entre dos. Por allá decimos, entre [inaudible].

Y usted como que la vida, como que no le tiene ningún sentido, no le ve sabor a la vida. Pero mire, cuando usted vive en la agenda de Dios, la vida tiene sentido, y mientras más usted trabaja para el Señor, usted como que tiene más deseo de seguir trabajando, y usted sigue haciendo, y usted se goza y la vida es un continuo gozo.

Cuando usted decide servir al Señor, cuando usted se apasiona de Dios, cuando su deseo es agradarle por encima de todas las cosas, cuando su preocupación es adorarle, servirle, no me importa que yo esté cansado, yo voy a ir a la iglesia. No me importa qué tenga yo, pero yo tengo que ayunar, porque ¿Saben qué? Hay veces que ni nos gusta ayunar. Eso es come, come, y seguimos comiendo. Y no paramos de comer. Bendito el Señor.

No nos gusta ayunar. Por qué que la comida es tan buena y entonces el día que usted dice que va a ayunar, alguien que no le brinda nunca nada, le dice que lo va a llevar a un desayuno. Eso es así, yo no sé si usted le ha pasado. A mí me ha pasado. Y le brindan ese día lo que a usted más le gusta. Yo no sé pero es una cosa como mandada, como dicen. Todo lo que a usted le gusta, ese día se lo presentan. Y alguien que nunca le había brindado nada, ese día se aparece y le brinda.

Y nosotros decimos, bueno, imagínate, este nunca me ha brindado nada, tengo que aprovechar esto. Y ahí mismo rompe el ayuno. Pero no es posible, no puede ser, ni debe ser. Nosotros tenemos que aprender a agradar a Dios por encima de todo.

Me gusta comer pero yo voy a ayunar porque yo quiero estar más cerca de Dios, yo quiero que Dios hable a mi vida. Yo quiero que Dios haga algo en mi corazón. Y empezar a pedirle al Señor que queremos estar más cerca de él.

Bendición el nombre de Jesús y orar, orar, oh, pero nosotros oramos y vamos 5 minutos y nos arrodillamos y ¿Saben qué? Que en esos 5 minutos, saben lo que hacemos? Señor, Padre, yo quiero la jeepeta, Padre, yo quiero una casa. Mira, que yo necesito un apartamento, Dios mío. Señor, mira, un trabajo nuevo. Yo necesito otro trabajo porque este trabajo no es suficiente. Señor, mira… en el nombre de Jesús amén.

Usted cree que eso es posible? Somos crueles con Dios. Sabes, somos crueles. No nos presentamos a decirle gracias por lo que me has dado, Señor, gracias, tu eres bueno. Gracias por tus bondades y no tomamos un tiempito de acción de gracias. Eso es inmediatamente, nos arrodillamos eso es pedir, pedir y pedir.

Recuerdo la anécdota de algo, de unos ángeles que eran dos ángeles, uno llevaba las peticiones a Dios y el otro le correspondía llevar la acción de gracias a Dios. y el que llevaba las peticiones se pasaba todo el día sube y baja, sube y baja, sube y baja, y el de la acción de gracias, sentado en una esquina esperando. Y el otro ya estaba agotado, ya estaba cansado, y le dice, pero, qué es lo que tu haces? Yo estoy subo y bajo y tu sentado ahí? Estoy esperando a que alguien venga a darme una acción de gracias para llevársela al Padre, pero no ha venido nadie.

Porque nosotros no acostumbramos agradecerle al Señor por lo que nos ha dado. Nos pasamos la vida pidiéndole a Dios y no dedicamos un tiempo para hacer agradecidos con nuestro Dios. y cuando tu eres agradecido de Dios es porque realmente tu lo amas y tu anhelas que él siga contigo y siga bendiciéndote.

Y es algo que nosotros tenemos que aprender. Es parte del reino, aprender a dar gracias, porque cuando tu das gracias tu eres justo. Y el Reino de Dios es justicia, hasta agradecer a la gente que te ayuda, que te extiende la mano, eso es justicia. Por eso tenemos que buscar el Reino de Dios y su justicia. Todo lo que es justo tenemos que practicarlo. Pero tenemos que enfocarnos en Dios, en qué es lo que Dios quiere que yo haga, qué es lo que Dios quiere para mí. Señor, para qué me creaste? Dios nos creó con un propósito determinado y nosotros estamos haciendo muchas cosas fuera de lo que es el propósito de Dios. y estamos afanados haciendo y haciendo inclusive dentro de la iglesia, estamos en 10 ministerios y a Dios quizás ni le interesa en 9 de esos, nada más le interesa uno solo.

Queremos hacer cosas, es tiempo de que nosotros nos detengamos y volvamos a Dios. Volvamos a decirle al Señor, Señor, qué es lo que tu quieres que yo haga? Señor, para qué tu me creaste? Qué es lo que tengo que hacer para ti? porque nos afanamos mucho en todas las cosas y no vamos a preguntarle al Señor realmente qué es lo que él quiere.

Y estamos haciendo lo que queremos no lo que él quiere. En esta noche, yo te hago un llamado a reflexionar y a ver realmente buscando la dirección de Dios, qué es lo que Dios quiere que tu hagas? Señor, cuál es tu agenda para mi vida? Yo quiero que tu me muestres tu agenda, no quiero caminar en mi agenda porque todo lo daño. A veces Dios lleva las cosas muy bonitas, y nosotros venimos y nos ponemos a hacer cosas y dañamos lo que ya Dios ha hecho. Porque no le preguntamos, porque no le pedimos dirección para hacer algo.

Todo lo que tu vayas a hacer tienes que ir a la presencia del Señor. Y decirle, Señor, esto es lo que tu quieres para mí? Señor, tu estás de acuerdo con que yo haga este negocio? Tu estás de acuerdo con que yo vuelva y haga una carrera? Tu estás de acuerdo con que yo me case con ese hombre? O con esa mujer, tu estás de acuerdo con eso?

Que en todo lo que nosotros vayamos a hacer busquemos la dirección de Dios, busquemos cuál es la voluntad de Dios. No cuál es mi voluntad ni qué es lo que yo quiero hacer. Qué es lo que Dios quiere que yo haga? Porque eso es lo que te va a bendecir, eso es lo que va a bendecir tu vida. Bendito el nombre del Señor.

Esto es un tiempo donde el enemigo está tratando de desenfocarnos. Sabe, y si te desenfocas pierdes. Y fue algo que Dios me hizo entender. Cuando nos desenfocamos del propósito de Dios, perdemos y tenemos la historia de David. David cuando va a llevarle alimento a sus hermanos, uno de sus hermanos se levanta y dice yo sé a qué tu has venido. Yo me imagino diciéndole cuántas cosas.

Tu viniste a burlarte de nosotros, tu viniste… yo me imagino cuántas cosas le dije este hermano a David. Y David le responde, y ahora qué hice? Ese ‘y ahora qué hice?’ Parece que ellos estaban acostumbrados a decirle a David y a levantarle calumnias y David en este momento dice, y ahora qué hice? Porque a lo que vine fue a traerle comida. Eso es malo? Sí, yo sé a qué tu has venido. Viniste a ver… y David sabe qué hizo? Siguió su camino. No le guardó rencor porque si le guarda rencor, entonces David, dice, oye, le vengo a traer comida y mira con lo que me sale. Me voy a ir y no voy a dejar y me voy.

Pero David no le guardó rencor. David no tomó eso en cuenta porque él estaba enfocado en el propósito de Dios. Él dijo, oye, el hermano hablando y él va y sigue, como que lo ignora. Y va le pregunta, oye, que le vas a dar al que le arranque la cabeza a ese gigante, qué es lo que le vas a dar? David estaba enfocado en el propósito de Dios. David estaba, óyeme que nada ni nadie podía desenfocarlo del propósito para el cual Dios lo había llamado en ese momento.

Y entonces sigue hacia adelante y enfrenta a aquel gigante y le arranca la cabeza. Por eso, no deje que los afanes te desenfoquen del propósito de Dios. No dejes que los afanes te hagan salir de la agenda de Dios. Mantén tu mirada en cuál es el llamado que Dios te ha hecho para que puedas derribar los gigantes que están impidiéndote crecer. Esos gigantes que están impidiendo que tu puedas ver la voluntad de Dios. Esos gigantes que están impidiendo que tu puedas arrebatar las bendiciones que ya Dios determinó para ti.

No puede dejar desenfocar por los afanes de este mundo, porque Dios trae cosas grandes para ti. Dios te va a dar galardones grandes cuando tu le arranques la cabeza a esos gigantes que están tratando de impedir tu vuelo. A esos gigantes que están tratando de impedir que tu puedas crecer en Dios, que puedas desarrollarte. Cuáles son esos gigantes? El trabajo, la universidad, cuál es el gigante que tienes que arrancarle la cabeza para que entonces las bendiciones de Dios puedan llegar a tu vida?

Es momento de que nosotros entendamos cuáles son las cosas, los afanes que nos están desenfocando de buscar el Reino de Dios. Porque hasta que no nos enfoquemos en ese reino, no nos enfoquemos en esa presencia, no nos enfoquemos en esa voluntad de Dios, las cosas no nos podrán salir como nosotros anhelamos.

Sabe, desde que determiné andar en la agenda de Dios y a veces como que uno quiere salirse, porque a veces uno quiere salirse, a veces hay cosas que dicen, oye, pero cualquiera… pero hay que tener cuidado porque entonces lo que tienes lo vas a perder. Mejor es uno mantenerse y decir, Señor, hay veces que le digo, Espíritu Santo, no me sueltes, no me dejes hacer lo que quiero hacer, no me dejes, y se lo pido con ansiedad al Espíritu Santo, no me dejes hacer lo que yo quiero. Porque todo lo daño.

Yo no sé si a usted le ha pasado, pero Dios va muy bien y uno viene y lo daña desde que uno quiere andar en la agenda de uno, uno lo daña. Y le pido al Espíritu Santo, no me lo permitas, no me lo permitas. Y cuando veo que tengo muchas situaciones que quieren agobiarme, inmediatamente veo como un bombillito rojo que me dice, peligro. Y tomo Filipenses 4:6 y me voy suelto todo y me voy en oración. Señor, dime qué es lo que voy a hacer? Porque son tantas que no sé por cuál voy a comenzar. Dime qué es lo que debo hacer?

Y ahí empiezo a pedirle al Espíritu Santo que me diga qué es lo que voy a hacer? Y él va poniendo cada cosa en orden y a medida que voy derramando mi corazón delante de su presencia, voy sintiendo algo tan lindo, voy sintiendo esa paz que dice ahí la palabra, que sobrepasa todo entendimiento. Y ya cuando me paro de ahí, ya yo sé todo lo que tengo que hacer.

Pero ya siento paz, estoy tranquila, ya no estoy afanada, simplemente voy y hago lo que tengo que hacer en el tiempo de Dios no en el tiempo mío. Hay gente que usted la ve con afán de vida y yo vivía con un afán de vida, y no lograba nada. Ahora yo ando en el tiempo de Dios y hay gente que se desespera conmigo. Se desespera porque ellos quieren que yo haga cosas que yo no puedo, porque es que yo aprendí que por más que me afane, no voy a añadir un codo a mi estatura. Entonces, pastora, mire que usted sabe que mire, que hay que hacer… Sí, hay que hacerlo, vamos a orar. Vamos a orar porque no puedo hacer nada. Ya lo que humanamente tenía que hacer lo hizo, ahora nada, orar y que Dios haga lo que tiene que hacer porque no puedo.

Y hay muchas que hoy en día antes se desesperaban pero hoy en día me dicen, ay, pastora, yo quiero ser como usted, así con esa paciencia. Pero cuando tu tratas de andar en la agenda de Dios tu vas a sentir paz, vas a caminar con paz y la vida no te va a maltratar porque los afanes nos maltratan. Amén.

Así que en esta noche he querido traer esta reflexión porque en este tiempo nosotros tenemos que determinar andar como Dios quiere que nosotros andemos. Él es nuestro Padre, nosotros somos sus hijos y tenemos que andar en la voluntad de él, en lo que él ha determinado para mí.

Yo quiero que nos pongamos de pie en esta noche. ¡Aleluya! Bendito el Señor. Yo quiero que en esta noche si hay alguna persona que sabe que ha estado andando en su propia agenda, y que hoy le dice al Señor, Señor, yo te pido perdón por haber caminado conforme a mis deseos, conforme a mis placeres, conforme a mi voluntad, yo quiero que tu me perdones hoy y que tu me enseñes a andar en tu agenda, dentro de tu voluntad, a buscarte a ti primeramente, a buscar tu reino, a buscar tu voluntad perfecta para mi vida, Señor.

Yo quiero que si hay alguna persona que entiende que ha estado así en este tiempo, que pase aquí adelante y le diga al Señor, Señor, yo estoy dispuesta a caminar en tu agenda, yo estoy dispuesto a caminar en tu agenda. Yo estoy dispuesto a buscar tu reino, a buscar tu voluntad perfecta. Dios está buscando gente apasionada por él. Dios está buscando gente que realmente anhele tocar el corazón de Dios, gente que anhele su presencia permanente en su vida, gente que esté dispuesta a dejarlo todo con tal de agradar al Señor, de obedecer al Señor.

Bendito el nombre de Jesús. Dile al Señor lo que tu anhelas en tu corazón porque yo sé que hay anhelos grandes en tu corazón, pero los afanes no te han permitido a ti desarrollar esos anhelos que tu tienes para con Dios. dile al Señor en esta noche, háblale al Señor porque él está aquí, en esta noche Dios está en este lugar. Abre tu corazón. Derrama tu corazón ante su presencia y dile, yo te necesito, yo quiero más de ti, yo quiero más de tu presencia. Yo anhelo caminar en tu voluntad, Señor.

Yo te pido, Señor, que quites todo afán, toda ansiedad, toda preocupación, todo tormento. Abre tu boca y dile al Señor que quite toda ansiedad de tu vida, toda preocupación que hay en tu mente, todo lo que te hace a ti preocuparte, todo lo que te hace deprimirte, toda depresión en esta noche yo la cancelo en el nombre de Jesús.

Yo declaro que todo insomnio ahora es cancelado, todo aquello que no te permitía dormir, hoy el Señor se lo lleva en esta noche y tu vas a dormir placenteramente. Tu vas a dormir en paz porque los afanes se van en esta noche. Todo afán, toda ansiedad se va ahora en el nombre de Jesús. Solo abre tus labios y dile al Espíritu Santo que saque de ti todo aquello que no es de él.

Dile al Espíritu Santo que tu quieres hacer su voluntad. Dile que ya no quieres caminar conforme a tus deseos, que ya no quieres cumplir tus propósitos sino sus propósitos. Cuando tu cumplas sus propósitos él va a cumplir los tuyos. Él tiene cuidado de ti. Dios tiene cuidado de tu vida, lo que has anhelado, todo lo vas a recibir.

Deléitate asimismo en Jehová y él concederá las peticiones de tu corazón. Deléitate en su presencia. Deléitate en él y tu vas a ver todas las bendiciones como van a llegar a tu vida. Te van a sorprender. Bendiciones que has estado esperando te van a sorprender, cuando decidas descansar en el Señor, cuando decidas ponerle tu agenda en las manos al Señor.

Pon tu agenda en las manos del Señor en esta noche porque él está aquí para recibirla y darte una agenda nueva conforme al propósito para el cual él te creó. Bendito el nombre de Jesús. Espíritu Santo de Dios, toca estas vidas ahora, Señor.

Mira el deseo de su corazón de agradarte, Señor, mira el deseo de su corazón de servirte, de rendirse delante de ti, Dios, diciéndote, quiero caminar en tu agenda, Señor. Quiero caminar en tu voluntad perfecta. No quiero caminar en mis deseos, quiero caminar en los tuyos, Dios.

Padre, toca estos corazones ahora. El Espíritu Santo está ahí tocando tu vida. El Espíritu Santo está ahí recibiendo esa palabra que sale de tu corazón. El Espíritu Santo la está recibiendo. Esas lágrimas el Espíritu Santo las recibe ahora y pone en orden tu vida. El Espíritu Santo da sentido a tu vida, de hoy en adelante tu vida tendrá sentido, tendrá razón de ser porque él toma tu vida para guiarla.

Él es tu guiador. Deja que el Espíritu Santo sea quien te guie. Deja que él te tome, deja que él te muestre lo que debes hacer. Gracias, Espíritu Santo. Gracias por lo que haces, Señor. Padre, en el nombre de Jesús yo bendigo cada una de estas vidas, yo declaro tu gloria, tu voluntad sobre ellas, Señor. En el nombre de Jesús establece tu voluntad perfecta.

Yo declaro, Señor, que comienzan a andar conforme a tu agenda, al propósito para el cual tu los creaste, en el nombre de Jesús. Espíritu Santo de Dios, te damos gracias, Señor, en esta noche. Gracias porque tu marcas nuestras vidas, Señor, porque no seremos los mismos, Dios. Gracias. Gracias, Señor, gracias.

Dale gracias a tu Dios en esta noche. Dale gracias a tu creador. Oh, yo declaro una pasión grande en este pueblo. Yo declaro una pasión en tu corazón por su presencia, en el nombre de Jesús.

Gracias, Espíritu Santo de Dios. Gracias, Señor. Sabe, yo declaro que este es un pueblo apasionado por Dios y si están aquí en esta noche es porque son apasionados. Pero Dios aumenta esa pasión en ustedes. El Espíritu Santo enciende una llama poderosa dentro de sus vidas y yo declaro en el nombre de Jesús que tu vida no será la misma en el nombre de Jesús, lo declaramos, lo creemos y si tu lo crees dale un aplauso fuerte a Dios. Dale gracias al Señor. Voy a caminar en tu agenda, Señor. Voy a caminar dentro de tu voluntad, en el nombre de Jesús. Gracias, Señor.

Practica con tu armadura

16 de enero del 2012 - Por Myriam Díaz

Y dijo David a Saúl: “No puedo andar con esto, pues nunca lo practiqué. Entonces David se quitó aquellas cosas..." I Samuel 17:39

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en
las regiones celestes." Efesios 6:11-12

En estas navidades mi esposo quería regalarme un "Kindle" para que yo leyera mis libros. El insistía que era un regalo que yo usaría, que yo necesitaba y que me facilitaría el acceso a toda una librería. El insistía que yo podía tener todos mis libros al alcance de mis manos, él no entendía como yo no quería un "kindle".

El "Kindle" es un instrumento computarizado por medio del cual puedes comprar libros a través de Amazon.com, los precio son más bajo que en las librerías y una vez los compras los tienes todos a tu disposición sin necesidad de Internet o Wi-FI.

Yo tenía ya una costumbre y no quería cambiarla. No había experimentado la conveniencia del "Kindle", aunque sí había visto a otros usarlo y había escuchado a otros hacer comentarios de lo conveniente que era éste aparato. Mi esposo me llevó a la tienda y me lo enseñó, lo tomé en mis manos, pasé mi dedo sobre el “Kindle” y lo desprecié. Lo puse en su lugar y le aseguré a mi esposo que no lo necesitaba.

Llegó el día de la navidad y entre el sonido de papeles rasgados al abrir regalos descubrí el "Kindle". Como todas nosotras haríamos para no hacer sentir mal a la persona que nos regala, lo miré y procedí a abrirlo segura de que nada funcionaría tan perfecto como me lo habían pintado. Luego traté de buscar una palabra en el diccionario con el que llega equipado y se tardó un montón de tiempo y dije: “¿Vez? Te lo dije, es terrible". La terrible era yo. No solo por continuar despreciando un beneficio que no entendía, sino también por expresárselo a quien con tanto amor me lo regalaba. Unos minutos después mi esposo me dijo que podía comprar la Biblia y tenerla en el Kindle y que solo con un toque de mi dedo podía ver el significado de palabras que no entendía. Comencé a tocar el objeto y a familiarizarme con él, a entenderlo y a ver los beneficios. Con otro toque podía revisar las referencias de la Biblia y volver donde estaba antes. Ahora, delicioso es para mis ojos el "Kindle". El día siguiente al entrar a mi casa voceaba: "Kindle ¿dónde estas?" Ahora el Kindle se ha convertido en un "amigo" en algo placentero, en algo bueno, algo útil y la verdad es que no entiendo por que no lo quería, no entiendo por que lo rechazaba.

David rechazó en una época la armadura de Saúl, 1 Samuel 17: 39... Y dijo David a Saúl: “No puedo andar con esto, pues nunca lo practiqué. Entonces David se quitó aquellas cosas..." No las rechazó por que no eran útiles, las rechazó por que no estaba impuesto a usarlas, no podía usarlas, no había practicado, se sentía incomodo. Llego el día en la vida de éste rey en que poco a poco aprendió a usar su propia armadura, la armadura completa de un rey, la usó, la recogió poco a poco mientras batallaba, practicó y la pudo usar con confianza. Ganó batallas contra ejércitos que no hubiese ganado con una honda y cinco piedrecitas. Su fe y su fidelidad a Dios y su ejército compusieron la formula completa para ganar todas las batallas.

Dios nos da la armadura del Espíritu, nos enseña cosas nuevas tales como el mundo espiritual y nosotros despreciamos la armadura por que no sabemos como usarla, hemos visto a otros usarla pero no hemos practicado. Creemos que es para nosotros pero la despreciamos, como yo al "Kindle", como algo terrible que no funciona. Todo por que no sabemos usarla. Efesios 6:11-12 dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."

Mi esposo sonreía al verme usar el "Kindle" una y otra vez, sonreía y bromeaba respecto a mi primera reacción. Así Dios, en su paciencia nos mira, nos compra la armadura y nos la da y cuando la comenzamos a usar se deleita en nuestras conquistas olvidándose del primer desprecio. Por eso y por tanto más amo a mi Dios con todo mi corazón, mi alma y mi mente y viviré enamorada de El por siempre y hasta la eternidad. Gracias mi Dios por mi esposo. Amén.

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Pura gracia

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Quiero invitarles a ir a la Carta a los romanos en el Capítulo 3. Vamos a los versículos 21 al 26. Y este sermón yo lo voy a llamar Pura Gracia, suena como una marca de café o algo así pero me estoy refiriendo a algo muy importante y es que nuestra salvación es por pura gracia de Dios. Nuestra condición de hijos de Dios es por pura gracia del Señor. Y le voy a decir un poquito acerca del génesis, el origen de esta meditación, de este mensaje. Pero antes de eso vamos directamente a la palabra.

Trate de hacer la corrección entre perdón por gracia y el sermón que predicamos el domingo pasado, del salmo 32, que comienza diciendo, “Bienaventurado el hombre, por extensión bienaventurada la mujer, cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado.” Eso es como la segunda parte de ese mensaje. Dice aquí, el Apóstol Pablo:

“…Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios testificada por la ley y por los profetas. La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo ─ es una elaboración de lo que acaba de decir ─ para todos los que creen en él, porque no hay diferencia, porque cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente ─ esa palabra preciosa ─ por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios, Cristo, puso como propiciación por medio de la fe en su sangre para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto ─ es decir, de haber ignorado ─ en su paciencia los pecados pasados. Con la mira ─ es decir, con el propósito ─ de manifestar en este tiempo su justicia a fin de que él, Dios, sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Amén. Perdonados por gracia, hermanos. El sermón de la semana pasada, aquí está la conexión hablaba del perdón que viene como resultado de reconocer nuestro pecado, confesarlo y arrepentirnos delante de él.

Yo prediqué acerca de los beneficios que vienen como resultado del perdón que hemos recibido de parte de Dios. si uno lee [inaudible] dice, te haré entender y te enseñaré el camino por donde debes andar. Guianza, dirección, consejo para nuestra vida, como resultado de reconocer nuestro pecado, confesarlo ante el Señor y recibir perdón de él.

Y también hablamos en ese sermón acerca de que es necesario mantener una actitud de perpetuo reconocimiento de nuestra condición pecaminosa. Yo les decía que no es suficiente, ese salmo va más allá de simplemente llamarnos a ─ bueno, pecaste, confesaste y ya pecas otra vez, confiesas otra vez, ─ yo creo que ese salmo, si lo limitamos a esa dimensión de actos mecánicos, perdemos la esencia del salmo que nos invita, más bien, a una vida de perpetuo reconocimiento delante de Dios, de nuestra necesidad de su gracia.

Lo que Dios quiere, más bien, es que tu y yo vivamos aún mientras dormimos, aún mientras funcionamos en las cosas normales de la vida, como que ahí detrás de nuestra mente, siempre haya un reconocimiento. Como dice el salmista, se propicio a mi, pecador. Que siempre reconozcamos que somos reos de la gracia, prisioneros de la gracia del Señor. Que eso sea como una grabación que esté continuamente tocando en nuestra vida mientras nos reímos, disfrutamos de la vida, nos divertimos, trabajamos. Yo sé que necesito de la gracia del Señor. Por mí mismo, yo no puedo ganarme la salvación ni la aceptación de Dios.

Entonces, es un llamado a un perpetuo reconocimiento de nuestra condición pecaminosa. El hecho de que inevitablemente vamos a violar la ley de Dios y que constantemente requerimos de su gracia. Quién puede decir, hermanos, que ha pasado dos o tres horas, o una hora sin pecar delante del Señor. Es casi imposible, hermanos. Nosotros producimos pecados como producimos dióxido de carbono. Eso es algo simplemente que está allí.

A veces yo pienso, en el camino desde Summerville donde nosotros vivimos hasta Boston, los domingos puede tomar unos 15, 17, 20 minutos y si el acelerador se me pasa un poquito puede hasta ser un poquito menos. Pero sabe lo interesante de esto, son unas pocas millas, pero en ese camino de allá hasta aquí, por más que yo me esfuerce, por más comedido que yo sea, de alguna manera yo habré violado alguna ley de tráfico, aunque no quiera, porque quizás sin darme cuenta me metí un poquito, me pasé del carril, sin poner la señal, ya violé la ley. Y eso quizás lo hizo sin darme cuenta. Me metí un poquito en el carril del medio o doble línea amarilla, ya violé la ley. Si la luz se puso amarilla y yo, okay, qué hago? Sigo? Tengo alguien atrás y ya la pasé, y a violé la ley. Si el acelerador se me fue un poquito y pasé de 50 a 51 millas y era 45, 50, ya violé la ley. Es increíble.

Es imposible, aun en las cosas humanas, no violar las leyes mientras funcionamos en la vida. Siempre estamos transgrediendo alguna ley. Cuanto más la ley de Dios que involucra no solamente el movimiento de un solo vehículo, sino nuestra mente, pensamientos, deseos, energías, recuerdos subconscientes, acciones, palabras. Es imposible no violentar alguna ley de Dios.

Y por eso es que yo creo que pecado es más que simplemente ─ no es que nosotros somos pecadores en el sentido adrede, es que simplemente el mundo está lleno de barreras por dondequiera, el universo está lleno de pequeñas líneas invisibles las cuales es imposible no tocar en algún momento en nuestro funcionamiento humano, por lo tanto siempre violamos la ley de Dios y siempre necesitamos la gracia de Dios que nos cubra, y por eso es que es necesario siempre ese continuo Señor, yo sé que necesito tu gracia, yo sé que necesito tu perdón. Siempre, y eso es una cobertura para tu vida, increíblemente importante.

Yo llamo eso reconocimiento preventivo, el estar siempre consciente de que estamos en perpetuo estado de deficiencia delante de Dios y que solo por su misericordia que fluye constantemente podemos acercarnos a él y tener comunión con él.

Y decíamos también, hermanos, que no nos referimos a una culpabilidad, a un sentido de condenación que nos atormenta y debilita. Yo no me refiero a eso, sino más bien a un reconocimiento higiénico, natural que reconoce la perfecta santidad de Dios así como nuestra imperfección inherente, inevitable. Esa es nuestra constitución misma.

El salmista dice, en el salmo 51, he aquí en pecado me concibió mi madre, fíjense eso, es decir, que en maldad uno es formado. Es decir, eso es la sopa en que nosotros nadamos, nos cocinamos en esa sopa toda la vida. Eso es una condición humana. Y entonces, yo me refiero a que reconocemos la perfecta santidad de Dios y que somos inherentemente imperfectos, esa es la condición, el mundo en que vivimos.

Y en esa postura de humildad y entrega hay gran seguridad, y como decíamos, muchos importantes beneficios, como señala el salmista, en ese salmo 32. Nos movemos naturalmente en esa gracia. Reconocemos, okay, yo sé, para qué defenderme? Soy condenable, Señor, perdóname y ya resolvimos ese asunto. Seguimos con nuestra vida disfrutando de la gracia y la misericordia de Dios.

Cuando yo prediqué ese sermón pensé después que en verdad, el salmo 32 se trata de una hermosa exposición teológica de la doctrina del perdón, que luego se desarrolla en el Nuevo Testamento, en una forma mucho más abarcadora. Como que David, inspirado por el Espíritu Santo se adelantó a una cantidad de enseñanzas que luego el Apóstol Pablo iba a desarrollar en su teología, en Romanos, en Primera de Corintios, en Efesios, en diferentes pasajes que juntos hacen como un hermoso mosaico de lo que es la doctrina de la salvación por gracia.

Fíjense eso, que David escribe ese salmo 32 mientras está en función el sistema de los sacrificios y de todas estas cosas, pero Dios lo inspira y lo ilumina a entender que en última instancia, por los sacrificios y por guardar festivales, y no comer ciertas comidas, el hombre no puede ser salvo, sino que es simplemente por un reconocimiento de su pecado delante de Dios y por el Dios que le asigna gracia como resultado de su humildad.

Yo pensé que sería bueno este domingo terminar eso y redondearlo con una meditación, Nuevo Testamentaria de la doctrina del perdón y de la salvación por gracia, porque así es como que el círculo se cierra y tenemos una exposición total de esa enseñanza.

Por eso es que este sermón va a ser un poquito doctrinal, no es tanto un sermón como de gozarnos y decir gloria a Dios, ¡Aleluya! Es un sermón para que usted se ponga su sombrero de pensador, de teólogo y lo reciba, y que posiblemente eso le ayude a usted a poder llevar algún alma al conocimiento de Jesús, porque usted conozca lo que dice la palabra.

Inclusive yo podría… oí por ahí a Delmi que dijo amén, y a las células. Yo con mucho gusto les facilito el bosquejo de este sermón por unos 50 dólares por persona y lo pueden usar en las células esta próxima semana o la otra, no importa. Somos generosos, hermanos.

Pueden usarlo en una de las células para estudiar esto, porque es bien importante que ustedes tengan eso claro.

Esta es una buena ocasión, hermanos, para revisar brevemente esa doctrina de la salvación por gracia y entenderla mejor, tanto para nuestras vidas como para poder explicársela a otros.

Interesantemente, Pablo, esto me di cuenta esta mañana mientras elaboraba este sermón, Pablo en su exposición acerca de la doctrina del perdón por gracia, acude a este salmo 32. No me había dado cuenta acerca de eso, y es que el Espíritu Santo hace la conexión, así como yo la hice en mi mente, el Espíritu Santo llevó a Pablo a hacer esa conexión de que en el Antiguo Testamento David nos estaba dando una exposición de lo que vendría a ser la doctrina de salvación por gracia y no por obras, salvación que viene de creer que Dios es fiel, misericordioso, reconocer nuestro pecado, pedir perdón y entonces recibir misericordia y restauración.

En el salmo 32 Pablo encuentra esa misma exposición. Vayamos por un momento a Romanos, le advierto que vamos a usar la Biblia un poco más activamente, Romanos, 4, 6 al 10, miren lo que dice Pablo aquí:

“…Como también David habla, en el salmo 32, de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras…”

Si usted lee el salmo 32, ahí no hay obras, la persona esa que recibe, David mismo, perdón por sus pecados, no es porque fue al templo con un carnero, un elefante a quemarlo en el altar del sacrificio. No, simplemente dice, confesé mi pecado, no lo encubrí y Dios me perdonó.

Entonces no es nada que él hiciera, Pablo entiende esto y por eso Pablo dice, miren, siempre, judíos, dice, siempre la salvación ha sido por misericordia de Dios, no por las obras. Porque Pablo recuerda judicialmente que Abraham antes de que la ley fuera instituida, cientos de años antes de que la ley entrar en funcionamiento, antes de que Moisés viniera al escenario, ya Dios le había imputado a Abraham justicia no por obras sino por fe.

Entonces Pablo está aquí desarrollando ese punto y está diciendo, judicialmente, hay un antecedente jurídico que declara que la primera justificación de un hombre sobre la tierra no vino como consecuencia de un sacrificio que él hiciera, sino como consecuencia de creerle a Dios. y David dice Pablo, retoma esto en su salmo y lo desarrolla, de la misma manera que yo lo estoy haciendo ahora a la luz de Cristo Jesús con mucho más entendimiento de lo que eso quería decir.

Nosotros tenemos el privilegio de tener un asiento de palco, sentadito al frente, mirando esto porque ya tenemos el retrato completo. Entonces Pablo dice,

“…la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obra diciendo, bienaventurados aquellos, en este caso plural, cuyas iniquidades son perdonadas y cuyos pecados son cubiertos, bienaventurado el varón a quién el Señor no inculpa, ─ no inculpa, es decir, no le atribuye pecado ─ Es pues esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión? Es decir, solamente para los que están en el pacto mosaico de las obras y la justificación por obras, por los sacrificios y por todas estas cosas? O también es para los de la incircuncisión…”, es decir, para los gentiles en el caso de Pablo, y por extensión para nosotros en el siglo XXI?

Es decir, esa salvación que se da por medio de gracia y confesión y creerle a Dios es solamente para los judíos o es también para nosotros? Entonces la respuesta:

“…Porque decimos que Abraham le fue contada la fe por justicia, cómo pues le fue contada? Estando en la circuncisión, es decir, después de Moisés? No. o en la incircuncisión, antes de Moisés? Antes de Moisés. Dice, y se contesta él a sí mismo, no en la circuncisión, sino en la incircuncisión.

En otras palabras, Pablo es un teólogo increíble y como fariseo él había sido entrenado en una forma de elaborar sus argumentos. Él es muy lógico, es una progresión bien apretada la que él está haciendo. Él está estableciendo primeramente, el principio judicial de que a través de todos los tratos de Dios siempre a Dios lo que ha agradado es un hombre o una mujer que le cree lo que él dice. Cómo Abraham le creyó a Dios? cuando Dios le dijo a Abraham a los 75 años tu vas a tener un hijo, y lo vas a tener con una mujer que también está bien avanzada en edad, y nunca ha tenido hijos. Y yo te voy a dar un hijo y no solamente un hijo, sino que te voy a dar descendencia en tu vejez, ya en tu casi muerte, de manera que ni la arena del mar, si puede ser contada, serán contadas tu descendencias también.

Y qué dice la Biblia? Que Abraham en vez de escandalizarse y decirle, cómo te atreves a decir eso, Señor? Eso jamás se ha visto. Dice que le creyó a Dios. Y eso agradó al Señor. Y entonces Dios le imputó justicia, le dio un vale, le dio un crédito por justicia.

¿Saben qué? Lo que a Dios le agrada es un hombre, una mujer que le cree, que no cuestiona el carácter de Dios. Y cómo nosotros hacemos lo mismo? Cuando le creemos a Dios acerca de Jesucristo. Cuando creemos cuando Dios dijo, ese es mi Hijo amado, a él oíd. Él es el salvador del mundo, es el Mesías prometido. Cuando tu crees eso, puedes recibir la misma justificación que recibió Abraham. Tu también puedes agradar a Dios en la misma manera y recibir también la misma bendición.

Entonces, con respecto a Abraham recibió justificación porque le creyó a Dios cuando le prometió un hijo y gran descendencia en su vejez. Esto le fue contado por justicia.

Ahora, vemos esto, hermanos, que tanto en el salmo 32 como en toda la doctrina de salvación cristiana, se dice lo mismo, que si confesamos nuestros pecados Dios es fiel para perdonarlos. Que si le creemos a Dios en cuanto lo que él ha dicho acerca del sacrificio sustitucionario de Jesucristo en la cruz, el carácter mesiánico de Jesús, su resurrección de los muertos, el que simplemente decide creerle a Dios en estas cosas, se da una transacción mística, mágica, espiritual que ese creerle a Dios se convierte en una esencia de justicia en la vida de ese individuo.

Dice entonces, si confesamos nuestros pecados Dios es fiel para perdonarlos. Por qué es fiel Dios para perdonar? Por qué no dice el escritor que si confesamos nuestros pecados Dios es bueno, o misericordioso? Por qué? Porque Dios ha prometido que él nos perdonará si nosotros confesamos nuestros pecados. ¿Verdad que sí?

Si Dios te dice a ti, mira, confiesa tu pecado y yo te perdonaré. Y si tu confiesas tu pecado, qué tu esperas? Que Dios te va a perdonar, entonces al hacerlo eso, Dios se revela como que él es fiel en sus promesas. Quién puede dudar de la fidelidad de Dios?

Hermanos, yo quiero como subrayar esto. De nuevo, esto es arroz con habichuelas, esto es comida básica. Esto es papa con carne y una ensaladita. Porque esto es la doctrina básica del Evangelio, esto no es gran sutileza, lo que les estoy diciendo. Nuestra condición de justos, hermanos, no se debe a nada que nosotros hagamos, no se debe a tu des dinero a la iglesia, o que tu vengas a la iglesia, o que ayunes, o que pertenezcas al ministerio de los diáconos o los hujieres. Ninguna de esas cosas te gana la salvación sino el simple hecho, escucha esto, si tu eres nuevo en la iglesia, estás visitando hoy, escucha esto, el simple hecho de haber reconocido y confesado que hemos pecado delante del Señor, que existimos en una condición de pecado, y el remitirnos a la gracia y la misericordia de Dios, por medio de la obra que Cristo hizo en la cruz del calvario. Y cuando nosotros hacemos eso, Dios nos perdona. Es una obra de pura gracia, pura misericordia.

Ahora, déjeme aclarar algo, eso no quiere decir que no sea necesario obedecer la ley de Dios y portarse bien y hacer obras buenas y obedecer los mandamientos del Señor. Esto lo único que quiere decir, de salvación por gracia y no por obras, lo único que quiere decir es que las obras no son lo que nos hacen aceptables delante de Dios.

Lo que nos consigue el estado de justos ante Dios es el creerle a Dios lo que él ha dicho acerca de su Hijo Jesucristo. Ahora, después de eso, después que tu le crees a Dios, confiesas tu pecado, Dios te perdona y te justifica, ¿Saben qué? Se espera que ahora tu entonces hagas buenas obras, obedezcas al Señor, guardas los mandamientos, te santifiques, entres una vida entregada a respetar los principios de Reino de Dios.

Después que tu eres salvo. Hay gente que quiere poner la carreta delante del caballo. Y dice, yo no puedo pasar al frente, yo no puedo aceptar a Cristo porque no me he casado todavía. Estoy viviendo en concubinato o lo que sea, tengo muchos problemas, tengo que limpiar mi mente un poquito, tengo una adicción a las novelas o lo que sea, y entonces la gente dice, no, yo voy a esperar a que eso se arregle para entonces… No, lo primero que tiene que hacer es primero confiesa, reconoce, cree y entonces Dios dice, okay, ahora hablemos, ya podemos dialogar tu y yo.

Y entonces Dios, ahora que su gracia está fluyendo a través de ti, él te enseña y te lleva a cómo agradarlo y cómo obedecer sus mandamientos. Pero primero necesitas el Espíritu Santo dentro de tu vida para poder obedecer al Señor y hacer lo que él quiere que tu hagas. Porque si Dios no está dentro de ti, su espíritu no está fluyendo dentro de ti, nunca vas a poder agradar al Señor, nunca vas a tener la fuerza.

Por eso es que David dice, cuando Dios me perdonó, él me dijo, te haré entender y te enseñaré el camino por donde debes andar. Hay mucha gente que quiere que el Señor le enseñe el camino y los haga entender, para entonces buscar de él. Es todo lo contrario. Busca de él y él te enseñará el camino por donde debes andar.

Que maravillosa es la palabra del Señor. Entonces, lo que Dios hace, esto ha sido causa de mucha confusión a la gente. Bueno, es por gracia, es por obra, tengo que obedecer al Señor o simplemente ahora que soy libre ya puedo hacer lo que me de la gana? Dios no elimina ninguno de los elementos de la salvación, lo que hace es que yo creo que cambia el orden.

La gente decía antes, bueno, primero obra después salvación. Y ahora Dios dice, no, no, primero salvación y después obras. Esa es la diferencia en la economía cristiana. Después que tu eres salvo, después que tu eres justificado, después que tu tienes el Espíritu Santo dentro de ti, es necesario guardar la ley moral y espiritual de Dios.

De paso, eso es lo que la Biblia llama frutos de justicia. Miren Romanos 6:22, dice el Apóstol Pablo aquí:

“…Más ahora que habéis sido libertados del pecado, ─ ve, ahora que tu has sido limpiado, sanado, libertado, perdonado, justificado ─ y hechos siervos de Dios…”

Ahora que tu eres una sierva del Señor, porque tienes el Espíritu Santo dentro de ti, por medio de Cristo Jesús, “… tenéis por vuestro fruto la santificación…”

En otras palabras, después que tu eres ya hecho un siervo de Dios, una sierva del Señor, ahora tu te santificas, te consagras, vives como Dios quiere que tu vivas. Ahora, hay una razón adicional y es porque ahora tu eres miembro del Reino de Dios, tu estás destinado para la vida eterna. Cómo te vas a ensuciar?

Si dice Pablo que ahora el Espíritu Santo vive dentro de ti. Cómo tu vas a hacer el Espíritu Santo una especie de cónyuge o de compartir un comportamiento que no es debido. Ahora tienes que vivir conforme a tu condición. Mire el Capítulo 6, versículo 15 y 18, Pablo pregunta:

“…Qué pues? Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia?...”

En otras palabras, porque ahora es mucho más fácil entrar en relación con Dios, vamos a pecar, vamos a ser libertinos en nuestro comportamiento. Dice:

“…En ninguna manera… ─ y el versículo 18, ya lo leí, dice, ─ … y libertados del pecado vinisteis a ser siervos de la justicia…”

Qué pasó? Antes tu eras esclavo del pecado. Ahora en Cristo Jesús tu eres siervo de la justicia, eres esclavo de la justicia. A mí no me importa decir que yo soy esclavo del amor, de la bondad, de la santidad, de la justicia, de la misericordia, de la compasión, del gozo, de la paz, de la esperanza. Todas esas cosas yo me alegro de estar amarrado a todas ellas porque antes de Cristo estábamos amarrados al diablo, a la muerte, a la condenación, a la mentira, al adulterio, a la violación de todos los principios de Dios. Ahora, nosotros existimos para glorificar al Padre, y glorificar los principios del Reino de Dios.

Es decir, que es importante esa distinción. Hermanos, las buenas obras no son requisito para nuestra salvación pero son evidencia de nuestra condición. No son requisito pero son evidencia de nuestra condición de hijos de Dios.

Vamos ahora brevemente al pasaje de Romanos 3:21, quiero rápidamente tocar unos puntitos aquí. Dice el Apóstol Pablo,

“…Pero ahora, aparte de la ley se ha manifestado la justicia de Dios…”

Por qué dice Pablo ‘pero ahora’? antes de eso, en los versículos 19 y 20 Pablo aclara que en el viejo sistema de salvación por rituales, obras, dieta, todo el mundo estaba atrapado en una condición de culpabilidad porque nadie podía cumplir la ley perfectamente.

Sabe lo que dice Pablo, lo que dice la Biblia? Que la ley fue un ardid de Dios, fue una trampa de Dios. La ley fue un andamio que Dios usó para preparar a la humanidad para la venida de Cristo. La ley lo que hizo fue poner una señal que definía lo que es pecado y cuando el hombre se tropezó con esa señal se dio cuenta de que hay pecado.

Es como Adán y Eva, Adán y Eva mientras estaban en el jardín del Edén, estaban desnudos y no se daban cuenta que estaban desnudos, de momento, cuando desobedecieron al Señor, que entró la ley en función, qué pasó? Inmediatamente sintieron vergüenza de su desnudez y qué pasó? Se cubrieron.

La ley sirve para señalar algo. Entonces, Dios elaboró un sistema, lo primero que Dios hizo fue históricamente preparar al mundo y preparar al universo para este sistema permanente y eterno de salvación por gracia, y entonces primero dijo, Sabe qué? Vamos a probarle a la gente de que ellos no se pueden salvar por sí mismos. Vamos a hacerlos conscientes de pecado. Vamos a atraparlos en el pecado. Y que se revuelquen ahí tratando de justificarse ellos y cuando se hayan cansado y esté claro que no se pueden salvar por sí mismos, entonces yo voy a enviar a mi Hijo Jesucristo.

Entonces, por eso Pablo dice, ‘pero ahora’. Por qué? Porque mire lo que dice el 19 y 20:

“…Pero sabemos que todo lo que la ley dice lo dicen los están bajo la ley para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios, ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él…”

La ley siempre fue una ayuda en lo que venía lo verdadero. Y eso es todo, entonces Pablo dice:

Ahora, sin embargo, en el nuevo sistema es diferente. Ahora, Dios aparte de la ley, es decir, ya puso a un lado la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, lo verdadero ahora ha llegado. Quién es lo verdadero? Jesucristo. Cómo se manifiesta ahora la justicia si no es por la ley, cómo se manifiesta la justicia de Dios? por medio de la fe en Jesucristo.

Mire lo que dice, la justicia de Dios testificada por la ley, por los profetas. La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo.

Mire lo que dice Romanos Capítulo 10, versículos 8 y 10.

“…Esta es la palabra de fe que predicamos, que sin confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo…”

Uno puede casi oír el golpe del martillo del juez diciendo, esa es la manera. Si tu confesaste, eres salvo. Si tu creíste, eres salvo. Esa es la manera en que la justicia de Dios se manifiesta hoy en día.

La persona que quiera sentirse libre, justificada, salvada, sanada, lo único que tiene que hacer es creer que Cristo quién él dice que él es.

Qué dice Juan, Capítulo 1, versículo 12?

“… Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios…”

La nueva forma de manifestar Dios su justicia a la humanidad, aparte de la ley es simplemente cuando la gente le cree a Dios acerca de su Hijo. Porque dice aquí:

“… por medio de la fe en Jesucristo…”

Es en Jesucristo, nada más. No es un sistema, no es una iglesia, no es otro individuo, es a través de la persona de Jesús. Por eso la persona de Jesús es tan importante en la teología de la iglesia. Dice otro pasaje:

“…Porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres por medio del cual podamos ser salvos, sino por medio de Jesucristo hombre…”

Es Jesús, por medio de él, para todos los que creen en él. Es decir, sean judíos, sean gentiles, sean puertorriqueños, sean guatemaltecos, salvadoreños, bolivianos, lo que sea, todos los que creen en él reciben la justicia de Dios. No importa, todo el que se cobija la sangre y el nombre de Jesús y su obra salvífica, automáticamente es salvo. No hay diferencia. No trate de ponerle embeleco ni adornos a esa simple y sencilla doctrina.

El que tu seas de por allí, el que tu hagas esto, el que tu te portes bien, el que tu seas buena gente, nada de eso, es por medio de Cristo Jesús. No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, dice, todos hemos pecado y todos estamos destituidos de la gloria de Dios.

Sin Cristo tu no tienes acceso a la presencia de la gloria de Dios. sin Cristo tu estás muerto en tus pecados y tus ofensas. Por eso es que Cristo es tan importante, por eso es que nosotros nunca podemos jugarnos con la persona de Jesús, nunca, hermanos, escucha esto bien, nunca recibas ninguna enseñanza que le roba un ápice de importancia a Jesucristo.

Tu sabes cómo tu puedes saber cuando una doctrina es falsa? Hay mucha doctrina que se llaman cristianas y todo eso, pero tu sabes cómo tu puedes saber? Pregúntate qué nivel de centralidad le dan a Jesús? Si están claros en que Jesús es la única manera, el único mediador, el Hijo de Dios, Dios mismo, muerto en una cruz, resucitado al tercer día, la única forma de recibir gracia, perdón, salvación, estamos bien. Pero si le quita una cosita, aléjate a mil millas. Hay enseñanzas hoy en día, hay doctrinas que mezclan la ciencia con otras formas y otras cosas, y lo que están haciendo es robándole su realeza a Cristo Jesús.

Es solo Cristo, porque solamente hay un mediador, somos justificados por esa creencia, esa confesión, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Lo voy a dejar allí, hermanos, yo quiero que nos pongamos de pie un momentito.

Cuando David, en su salmo 32, habla bienaventurado el hombre, la mujer, cuya ofensa ha sido perdonada y cubierto su pecado. Él está diciendo, qué bendición, que privilegio es el uno pasar por ese cedazo de gracia y poder recibir perdón por medio de la obra de Cristo. Creerle a Jesús y recibir sanidad de esa manera.

Bienaventurada la persona que puede decir, yo he hecho lo que Dios me ha dicho que yo haga. Yo he creído que Jesucristo es el Hijo de Dios, el salvador de la humanidad, mi mediador, mi sustituto. Él ha pagado el precio y yo lo entiendo claro, lo recibo así.

Mire hermano, no le haga la vida muy difícil a la gente allá afuera. Cuando usted tenga la oportunidad de predicarles el Evangelio, dígale simplemente, mira, lo que dice la Biblia es que si tu de corazón, crees y tu lo confiesas con tu boca que Jesucristo es el Señor, el salvador de tu vida, tu eres salvo. Y una vez que tu has hecho eso, el Espíritu Santo entrará en tu vida y entonces tu puedes comenzar una relación por el resto de tus días donde él caminará contigo y te irán santificando gradualmente, mientras tu te mantengas pegado a él y sigas sus mandamientos.

Tan sencillo como eso. Hermanos, esa enseñanza la necesitan oír nuestros jóvenes allá afuera, la necesita oír tu compañero de estudio, o tu compañero de trabajo, memorízatela. Este pasaje, si tu lo sigues paso a paso te vas a dar cuenta de lo fácil que es desarrollar la doctrina de la salvación y nosotros creemos que Dios hace lo que él dice que va a hacer, cuando una persona confiesa a Cristo como Señor y salvador, y le cree a Dios, esa persona es un ciudadano del Reino de Dios y entonces puede comenzar una vida de relación íntima con él.

Yo quiero que bajemos nuestras cabezas un momento y yo le quiero dar gracias a Dios primeramente por lo consistente que es su doctrina, desde Génesis hasta Apocalipsis, hay una sola doctrina, salvación por gracia, salvación por creerle a Dios, salvación por confesar nuestros pecados, salvación porque Dios es generoso y él ha omitido la condenación que muy bien podría darnos.

Si tu no has tenido el beneficio de dar ese paso de fe todavía, antes de cerrar este culto maravilloso yo quiero invitarte, yo quiero aislar a cada uno de mis hermanos y hermanas que todavía no han tenido el privilegio de decir, sabe qué? Yo quiero ser de la familia de Abraham que le creyó a Dios y le fue contado por justicia y yo quiero también irme de aquí hoy sabiendo que he pasado por el proceso que Dios ha definido, salvación por fe, salvación por creer.

Y si alguien en esta tarde, antes de irse, quiere probar lo que estoy diciendo, yo quiero invitarte a levantar tu mano, antes de salir de aquí y experimentar la salvación que vendrá como resultado de confesar tus pecados delante de Dios.

Habrá alguien que quiera dar ese paso, que no lo haya hecho antes? Si no lo ha hecho antes, y quiere antes de salir de aquí estar seguro de que está cubierto por ese sacrificio y por esa obra salvadora, si quieres levantar tu mano antes de irte, si no lo has hecho antes y quieres en esta tarde dar ese paso de fe, yo te invito. Queremos orar por ti, dondequiera que tu estés.

Habrá alguien que no lo ha hecho todavía? Si no lo has hecho todavía. Veo una mano que se ha levantado allí detrás. Amén. Alguien más? la hermana por aquí también. gloria a Dios.

Si confesamos nuestros pecados él es fiel para perdonarlos. Si confesamos con nuestra boca que Jesucristo es el Señor, creemos en nuestro corazón que Dios le levantó de los muertos, somos salvos. Alguien más? otro joven allí. Dios te bendiga.

Es tan fácil, hermano, en un sentido es fácil. Por eso es que es pura gracia, todo comienza con una confesión. No tienes que ir tan lejos. Es aquí. Tu no tienes que decir, voy a salir a buscar esa salvación, está a la mano. Simplemente creyéndole a Dios.

Veo manos levantadas por acá. Gloria al Señor. Alguien más? que linda oportunidad en que se expone la doctrina de la salvación tan sencillamente para que tu te asegures de tener tu pasaje preparado para ir ante la presencia de Dios.

Quiero invitar a esos hermanos, pasen por aquí un momentito. Alguien si la acompaña a esta persona. Pase por aquí un momento.

Dice el Señor Jesucristo, si me confiesas ante los hombres, yo te confesaré ante mi Padre que está en los cielos.

Pasa por acá. Alguien acompáñelo alguien para que se sienta acompañado. Vengan por aquí. Vamos a orar por ustedes. Vamos a entregarles al Señor.

Yo quiero que tu digas como el salmista ahí en tu corazón, yo confesé mi pecado y reverdeció mi vida. La gracia del Señor se manifestó de nuevo en mí. Esto es para gloria del Señor. Tan sencillo como eso.

Ojalá esta ciudad un día se viera revolucionada por miles de personas que vinieran al conocimiento de Jesús de esa manera, que le dijeran a Dios y recibieran justicia como resultado de ello.

En el nombre de Jesús yo declaro miles, miles de personas. Ustedes son el depósito. Un día el Señor va a abrir las tuberías de los cielos y vamos a ver miles de personas acudiendo ante el llamado de Dios y creyéndole a Dios y confesando que Jesucristo es su Señor y su salvador. Yo lo veo, lo celebro y lo declaro como un hecho esta tarde, y ustedes son comienzo, primicias del Señor.

Yo les bendigo y les invito a creerle a Dios. Ahí en su corazón y con su boca digan, yo creo que Jesucristo es mi salvador, es mi Señor, murió en la cruz, resucitó y está sentado a la diestra de Dios Padre, intercediendo por mí y viene un día por segunda vez y yo estaré ante su presencia por la eternidad, por medio de su sacrificio en la cruz y su resurrección.

O si tu crees eso, tu puedes irte a tu casa seguro, escribe eso donde tu puedas, dí, este día hice mi pacto, mi trato con Dios. Yo le creí al Señor y él fue fiel e hizo lo que él había prometido. Yo te aseguro de una cosa hoy, si alguien te pregunta si tu te mueres ahora mismo, te irías al cielo? Tu tienes que decirle con un grito, claro que sí porque yo mi pasaporte está sellado, mi visa está decidida, tu eres un hijo de Dios.

Ahora comienza a vivir como una hija como un hijo de Dios. Yo les animo a tomar en serio este paso que ustedes dan. Ahora tienen que vivir para Cristo, antes eran esclavos del mundo, de la carne, del pecado, del diablo, ahora son siervos de Cristo Jesús. Vivan a esa altura y comiencen ese caminar mano a mano con Jesucristo. Y yo les garantizo que el Señor les guiará, les bendecirá, les protegerá, les guardará, les proveerá para toda necesidad.

¡Aleluya! Porque él es el Señor y él es fiel. Les bendigo, quebranto toda maldición en sus vidas, quebranto toda acusación del diablo, quebranto toda trama contra su bienestar. Abrimos caminos despejados delante de ustedes y creemos que el Espíritu Santo entra a sus corazones, se instala en el centro de sus vidas. Ustedes son hijos del Reino de Dios. Vivan como hijos del Reino de Dios. Gracias, Padre, gracias por tu palabra, Señor. Oh, gracias por la muerte y resurrección de Cristo Jesús. En unas semanas vamos a tener bautismos, me encantaría verles a ustedes entrar a las aguas bautismales, porque eso es parte de la bendición también, a través del bautismo ustedes darán otra expresión de entrega al Señor, así que yo espero que se mantengan ahí fieles hasta que llegue ese día y vamos a gozarnos todos.

Yo sé que vamos a tener una gran fiesta con muchas más personas que han recibido al Señor en estos últimos días. Les bendecimos y si me hacen el favor, un momentito más, mis hermanos les van a acompañar un segundo para que les queremos regalar un Nuevo Testamento, una Biblia, orar por ustedes. Vayan un segundito allá rápidamente. Ya terminamos y sean bendecidos. Queremos bendecir sus vidas y ayudarlos en todo lo posible.

Hermanos, vamos a darle gloria y honra al Señor. Amén. Vamos a bendecir al Señor con una alabanza y gracias a él por todo lo bueno que él ha sido con nosotros.

Dios sigue creando tu vida

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Hermanos hoy quisiera como quien dice, compartir la segunda parte del mensaje que compartí el miércoles pasado, y para los que no estuvieron el miércoles pasado, un breve resumen, la semana pasada estuvimos hablando sobre el fracaso como la matriz para el éxito, reconociendo que muchas veces cuando empezamos cosas nuevas como por ejemplo el Año Nuevo, podemos encontrar aspectos que son bien difíciles, en distintos aspectos de nuestras vidas, y muchas veces pensamos que fracasar en esas áreas es lo más terrible que puede pasar.

Pero en la mentalidad de Dios eso se convierte en un semillero para que Él pueda hacer algo grande y mayor en nuestras vidas, vimos el ejemplo de personajes bíblicos que se puede decir que en algún momento fallaron en sus vidas, y como Dios los levantó a nuevas alturas, a nuevos niveles, y el mensaje con el que nos fuimos fué el hecho de que nosotros también a medida que procedemos en la vida vamos a enfrentar nuestros fracasos, y no podemos tener miedo de esas cosas, si no que tenemos que enfrentarlos con valor y en el poder de Dios, para así poder conocer esas nuevas dimensiones a las que Dios nos quiere llevar a cada uno de nosotros.

Por eso es que hoy he querido meditar en esta segunda porción de este mensaje que tiene que ver con ese contínuo desarrollo del propósito y el llamado de Dios en medio de nuestras vidas, el título que le puse hoy a este mensaje es, Dios sigue creando tu vida. Piensa eso, Dios está en el trabajo de seguir creando tu vida, Dios está formando cada detalle que envuelve quien tú eres, y Dios está usando todos los elementos a tu alrededor para crear en ti la mujer, el hombre que Él quiere forjar en tu persona. Y hoy yo me he sentido inspirado por un email que me mandó una hermana de la iglesia aquí acerca de una lectura basado en Génesis, que tiene que ver con esos primeros pasos de la creación del mundo de parte de Dios.

¿Cuántos de ustedes saben Génesis capítulo 1 verso 1?, ¿qué dice Génesis capítulo 1 verso 1, qué dice?, "En el principio creó Dios los cielos y la tierra", esa es la primera oración que sale en la biblia. Y yo me puse a indagar acerca de esto, y es muy interesante porque muchos intérpretes cuando ven esas palabras que Dios creó los cielos y la tierra no necesariamente hablan de que Dios creó el cielo y el planeta tierra como tal, si no que Dios formó el cosmos entero, poniendo distintos planetas, distintas galaxias en el lugar donde cada uno le corresponde, y en medio de todo eso se encontró con esta esfera, esta esfera que si yo miro el verso 2 miren lo que dice: "La tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo".

Miren qué interesante que hay como un contraste de estas dos imágenes, por un lado vemos esas etapas iniciales de Dios creando, de Dios formando, de Dios metiendo su mano y haciendo algo de lo que no era, pero que esa creación inicial aunque Dios la empezó a formar todavía no tenía forma, estaba desordenado, estaba lleno de tinieblas, no tenía como una esencia total aún, y tal vez yo voy a decir algo aquí que muchos intérpretes de la biblia dirían aquí como que Omar, lo estás interpretando mal, pero me voy a tomar este riesgo, yo creo que nos vá a hacer mucho sentido.

Saben nosotros muchas veces hemos leído este pasaje y pensamos wow, qué lindo, Dios creando la tierra, pero hay veces que no nos detenemos a pensar como que wow, ese toque inicial estaba como incompleto, le faltaba algo, qué interesante si yo traigo ese pensamiento a nuestras vidas ahora, que muchas veces nosotros podemos decir que podemos ver, o sentir que hemos tenido un toque inicial de Dios en nuestras vidas, pero las cosas se quedan como que desordenadas todavía, se vé como que medio oscura la situación, como que desordenado, las cosas como que no han caído en su lugar todavía, y uno tiende a pensar, o la tendencia es pensar.

¿Pero si Dios ha puesto su mano en mí por qué las cosas no caen en su lugar yá de una vez y por todas?, ¿por qué si yo me entregué al Señor, por qué sigo teniendo problemas con mi esposo o mi esposa?, ¿por qué sigo teniendo problemas con mis hijos?, ¿por qué mi vecino me sigue hinchando la vida con sus vainas allá?, ¿por qué?, ¿me siguen por donde voy?. Es que es como ese mero hecho de pensar que, yo pensaba que si me entregaba al Señor, que si le decía Señor entra en mi corazón, que ya fum, todo iba a arreglarse de una vez, yo pensaba que esta adicción que yo tenía ya pam, se iba a ir, yo pensaba que hablar mal a cada rato ya pam se me iba a ir, y mira todavía sigo ¡Uh!, pip pip pip, censurado, censurado.

Sigue diciendo el verso 2, "Aunque la tierra estaba desordenada y vacía y en tinieblas, dice que el Espíritu de Dios se movía sobre ésta", qué interesante saber que aún cuando para nosotros las cosas pueden parecer que están desordenadas y vacías Dios está ahí, yo puedo pensar que la situación en mi vida se vé como que medio oscura, sin esperanza, sin embargo, Dios tiene otro plan, ¿saben que en la biblia hay muchas imágenes que pueden hablar de esto?, de cómo la presencia de Dios habitaba en medio del pueblo aún cuando ellos pensaban que no estaba ahí, cuando el pueblo de Dios estaba en el desierto Dios estaba con ellos durante el día como una nube y durante la noche como una columna de fuego, la presencia de Dios, Moisés cuando se enfrentó a la zarza, Dios estaba en esa zarza, Elías, me gusta mucho éste, después de todo lo que hizo, salió huyendo al monte Orem, ¿cómo se manifestó la presencia de Dios?.

¿En un terremoto, en un fuego consumidor, o en un silbo apacible?, Jesús y sus discípulos en medio de un monte en la noche, ya todo el mundo se había acostado a dormir, y de repente hubo esta revelación, tres personajes con Jesús, y Jesús fué transfigurado completamente delante de sus discípulos, había presencia de Dios, y en la misma forma mis hermanos, por más oscura que pueda estar tu noche, por más desordenada que pueda parecer tu vida, por más vacía y sin sentido que tú te puedas sentir ahora mismo, Dios está ahí, el Espíritu de Dios está ahí, está flotando sobre tu vida, contemplando todo lo que tú eres, viendo todo lo que tú tienes, examinando distintas personas a tu alrededor, viendo cómo mejor mover todas esas partes para que todo funcione bien para ti.

Lo más bonito mis hermanos sobre esta historia mis hermanos, no quiero pintar una escena muy obscura aquí mis hermanos, en medio de ese desorden, de ese vacío, de esa oscuridad, tenemos que esperar la próxima palabra que Dios decreta en el tiempo de la oración, verso 3 dice: "Y dijo Dios", ¿qué dijo?, "Sea la luz", tienes que esperar a que la luz que Dios decrete ese tiempo de luz en tu vida. Mira, puede ser que ahora estés viviendo en una etapa de mucha luz y le doy gloria a Dios por eso, pero en ese tiempo de la creación, cuando Dios se dió cuenta que las cosas estaban un poco oscuras y tenebrosas, dijo mira, déjame hacer algo que haga contraste aquí, y es interesante porque cuando Él habló esa palabra sea la luz, y aquí es donde yo digo muchos intérpretes no van a estar de acuerdo conmigo, si yo estoy claro que Él mismo es ese verbo encarnado, yo estoy seguro que cuando Él dijo sea la luz, lo que Él hizo fué pararse en medio de esa tiniebla y Él mismo alumbrar todo lo que estaba sucediendo ahí, esa es la luz que yo entiendo que Dios vá a traer en medio de tu vida, en medio de tus circunstancias.

No es que alguien te vá a prender una vela, no es que alguien vá a prender un flash light, no es que te van a coger un faro de ahí en Boston y lo van a alumbrar en toda tu casa, si no que el mismo Dios se vá a hacer presente en tu vida, ese verbo encarnado, vá a hablar una palabra de luz sobre tu vida, y es Él el que vá a alumbrar en medio de esas tinieblas, oiga y en donde Dios está, ahí hay libertad, donde hay luz, allí todas las cosas comienzan a caer en su lugar, así que yo te animo mi hermano, mi hermana, este momento en tu vida es clave. Yo siempre cuando me paro aquí que estoy hablando estas palabras, yo me estoy fijando en sus rostros, y yo no puedo evitar el pensar o al menos imaginarme las distintas circunstancias por las cuáles ustedes pasan en su vida.

Yo puedo ver que muchos de ustedes están diciendo sí, amén, a las palabras que yo estoy diciendo, pero también me imagino que muchos de ustedes están como que hmm, como que no me atrevo a decirle amén todavía a eso, ¿pero sabes qué?, el tiempo de luz vá a llegar, yo no voy a traer esa luz, Dios mismo vá a traer esa luz, Dios mismo vá a alumbrar en tu situación, Dios mismo vá a alumbrar en tu mente, si acá arriba, si esta cabeza es lo que está desordenado y vacío, ahí mismo Dios vá a alumbrar, si es tu corazón que está desordenado, oscuro y vacío, ahí mismo Dios vá a alumbrar, si es tu cuerpo que de alguna manera u otra, tal vez por el sentido de culpabilidad que tú puedes sentir, que tú digas yo no soy digno, mi cuerpo está desordenado oscuro y vacío, Dios mismo puede alumbrar.

Ahora ¿qué tú vás a creer?, ¿vas a creer que Dios está alumbrando en tu vida?, ¿o vás a creer que es lo que es, no puedo hacer nada más acerca de esto?. Hm, let me think for a moment, this happens at times, ¿saben por qué digo esto mis hermanos?, porque una de las cosas que mencioné el miércoles pasado, es que inevitablemente van a haber situaciones que no necesariamente van a funcionar como uno quisiera, y van a haber pérdidas, y no es que me estoy convirtiendo en un profeta de cosas malas, sólo estoy diciendo la realidad, pero aún en medio de esas pérdidas, Dios puede entrar ahí y puede traer una nueva forma, a ese vacío que queda ahí, Dios puede traer una nueva forma a esa área en tu vida, Dios puede darle un nuevo sentido y una nueva dirección a tu vida.

Yo como pastor no lo puedo hacer, un psicólogo no lo puede hacer, un psiquiatra no lo puede hacer, tu mejor amigo, tu mejor amiga no lo puede hacer, pero Él sí puede. Yo te animo, vamos a ponernos de pie, this message will be continued, pero por ahora yo quiero que te vayas con esta palabra de afirmación, ¿acaso la biblia misma no dice que Dios es luz?, yo lo creo, yo creo que Él está trayendo un nuevo tiempo donde su luz vá a estar alumbrando sobre cada una de nuestras vidas, yo miro algunos de ustedes, y yo sé que tal vez su vida en este tiempo presente tal vez no empezó como usted esperaba, pero Dios está trayendo una nueva luz, yo lo quiero creer así, que Dios está trayendo una nueva luz sobre tu vida, sobre tu familia, sobre tus seres queridos, tu trabajo, tus luchas interiores, Dios está trayendo una luz nueva, ¿cómo van a tornar las cosas?.

Yo sé que de acuerdo al relato de la creación todo cae en su orden, ¿y sabes qué es lo más lindo de todo?, es que Dios termina diciendo que era bueno, Dios creó la luz y dijo qué bueno es, dividió las aguas de la tierra y dijo qué bueno es, creó los animales y dijo qué bueno es, creó al hombre y dijo qué bueno es, y cuando vió al hombre solo dijo, that is not too good, y lo hizo mejor entonces cuando trajo su compañera, lo que Dios vá a hacer en tu vida vá a ser bueno, créelo. Padre miramos hacia ti esta noche, y creemos con todas nuestras fuerzas, todo nuestro corazón, con toda nuestra mente, que lo que Tú vás a hacer será bueno, será deleitoso, será tu propia gloria en nuestras vidas.

Yo te pido que esta palabra Señor llegue bien profundo al corazón de cada uno de mis hermanos, mis hermanas, Tú conoces nuestras tinieblas, Tú conoces el desorden que pueda haber dentro de nosotros, pero decimos Señor, sea tu luz, trae tu luz, trae tu presencia, Tú eres luz, alumbra Tú nuestras tinieblas, aparece Tú en medio de nuestras vidas, y quita Señor todas esas cosas que le quitan sentido a nuestro ser, y trae Tu significado, trae Tu propósito, trae Tu dirección, trae Tu ánimo, trae alegría, trae paz, trae amor, trae visión, trae creatividad, Señor trae todas tus cualidades, que se hagan realidad en medio de nuestras vidas. Aunque duela pero creemos que lo que Tú traes será bueno, será bueno, será bueno, será bueno Señor, porque Tú eres bueno Señor y para siempre, a ti te damos toda la gloria y el honor esta noche, gracias por tu palabra, aleluya, amén y amén, gracias Jesús.

Conviertase en amigo de Dios

9 de enero del 2012 - Por Carmen Ray-Calvo

Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer. Juan 15:15

Un amigo es alguien a quien conocemos y con quien mantenemos una relación estrecha y conocen muchas cosas personales el uno del otro

Jesús en esta porción de las escrituras llama a sus discípulos amigos dando a entender la relación que existía entro ellos.

Proverbios 17:17 nos dice: “En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia”

También proverbios 18:24 dice que: “Amigos hay más unidos que hermanos”

Cuando usted se convierta en amigo de Dios esa relación le dará la audacia para venir a él tantas veces como sea necesario, llevandole confiadamente hasta el trono de la gracia.

No tenemos que ser perfectos para convertirnos en amigos de Dios, él es el único amigo que a pesar de nuestras faltas, flaquezas y debilidades nos sigue amando. Levántese cada mañana y cuéntele al Señor todas sus victorias, necesidades, fallos, fracasos. Hablele de usted y de aquellos que ama, El quiere ser ese amigo que usted necesita.

Cuando logres reconocer que no puede hacer nada sin El entonces se convertirá en un verdadero amigo de Dios.

¡Jesús nunca esta muy ocupado para atender a su llamada!

La dicha de una vida perdonada

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Quiero dirigir su atención en un pensamiento desarrollado que yo sé que va a bendecirles para el resto de este año. Yo le pido al Señor que me de la misma entrega y pasión por este mensaje que me dio esta mañana y que yo se los pueda compartir a ustedes también con efectividad. Salmo 32, vamos a la palabra del Señor. Dice:

“…Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre, la mujer, a quien Jehová no culpa de iniquidad… en otro pasaje de la Biblia dice a quién Jehová no inculpa, es decir, no le atribuye culpa aunque la tiene ─ a quién Jehová no culpa de iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras callé se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día, porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano. Se volvió mi verdor en sequedades de verano, mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije, confesaré mis transgresiones a Jehová, y tu perdonaste la maldad de mi pecado. Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado. Ciertamente, en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.

Tu eres mi refugio, me guardarás de la angustia, con cánticos de liberación me rodearás. ─esto es una promesa del Señor, ─ te haré entender y ten enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo o como el mulo sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque sino no se acercan a ti. Muchos dolores habrá para el impío, más al que espera en Jehová le rodea la misericordia. Alegraos en Jehová y gozaos justos y cantad un júbilo todos vosotros los rectos de corazón…”

Bendiga el Señor su palabra. Es un hermoso salmo. La dicha de una vida perdonada. La dicha de una vida perdonada. Déjeme decirle el origen de esta meditación y de este texto.

De nuevo, como muchas veces hago, le estaba pidiendo al Señor una palabra para ustedes apenas arrancando el segundo domingo del nuevo año. Todavía me siento como que todavía estamos despegando para este nuevo año. Y se me ocurrió lo importante que es tener consejo de parte de Dios, tener dirección de parte de Dios, saber cómo obtener sabiduría y guianza en los caminos de la vida. En este año vamos a tener situaciones en que no sabemos qué hacer quizás, situaciones complejas, familiares, financiera, quizás hasta legales, relacionales, trabajo, muchas cosas. Tenemos que saber cómo recibir consejo de parte de Dios para hacer lo correcto.

Yo pensaba, okay, eso es lo que quiero siempre al Señor hablarle al pueblo, cómo recibir consejo de parte de Dios en el año venidero y en tu vida futura. Y me vino ese pasaje porque Dios tiene ahí tantas cosas en nuestro espíritu. Uno lee continuamente la palabra de Dios y como que esos textos están flotando para ser agarrados. Se habla de la nube, the cloud, en la computadora hoy en día, como que todo está en una nube ahí arriba. De vez uno extiende su mano y saca algo de la nube y la baja.

En mi nube espiritual había muchos… y me vino este texto a la mente. Yo le decía a los hermanos esta mañana, por eso es que es tan importante usted tener la palabra de Dios moviéndose dentro de usted. Cuando usted medita continuamente en la palabra del Señor, Dios siempre va a tener algo sobre qué apoyarse. Cuando usted tenga necesidad va a venir una palabra de Dios, un texto, un himno, un coro, una palabra que alguien le dio, algo que usted leyó hace tiempo y como que va subir a su mente, y esa va a ser la palabra de Dios para usted.

Me vino a la mente ese versículo que dice ‘te haré entender y ten enseñaré el camino en que debes andar’. Yo dije qué precioso eso. Ese es un buen texto para apoyarme para hablar acerca de consejo, dirección. Y eso fue uno de los últimos pensamientos que tuve anoche antes de dormirme, porque me vino mientras yo estaba listo para dormirme. Ya no quería perder el sueño así que lo dejé ahí en la cloud. Y esta mañana me levanté y busqué para preparar el mensaje.

“Te haré entender y te enseñaré el camino por donde debes andar”, fui al salmo 32 en la concordancia. Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Y que bella promesa de Dios para nosotros. Yo te voy a dar entendimiento y te enseñaré el camino en que debes andar.

Pero entonces cuando comencé a explorar me di cuenta que esa promesa está insertada en una serie de otros pensamientos, pre condiciones, es todo un sistema que hace posible esa promesa de Dios para nuestras vidas. Y entonces entendí que esa promesa es parte de toda una meditación acerca del perdón, de la confesión del pecado, del arrepentimiento, de traer nuestra carga y nuestras deudas delante del Señor.

Para que nosotros podamos recibir consejo, sabiduría, enseñanza, tenemos que estar claros, tener cuentas claras con Dios. Entonces, todo este salmo es una bella meditación sobre la confesión de pecados, sobre venir ante Dios y reconocer nuestras faltas, pedirle perdón al Señor y ser perdonado por Dios. Esa es la pre condición para una vida bienaventurada, por eso es que dice, bienaventurado la persona que su deuda, su pecado ha sido perdonado.

Yo quiero hablarles a ustedes, hermanos, acerca de eso, que para nosotros tener buena comunicación con Dios necesitamos primero tener una relación clara delante del Señor. Este es un salmo masquil, es un tipo de salmo que tiene que ver con sabiduría. Es un salmo de instrucción y este salmo nos está dando una enseñanza bien poderosa acerca de la importancia del perdón en la vida de los hijos de Dios, y de confesar nuestro pecado.

Entonces, el salmista comienza con un pensamiento general diciendo, que bendición, que suerte tiene, que afortunado es, que dichosa es la persona cuya transgresión ha sido perdonado y cubierto su pecado. El hombre o la mujer a quien Jehová no culpa de iniquidad. Eso es una cosa bien importante que tenemos que recordar.

Ahora, aquí dice tres cosas, dice que tenemos que ser perdonados, nuestro pecado y que Dios no nos inculpe de iniquidad. Y yo creo que ahí hay una enseñanza que tenemos que tener en cuenta. Cuando Dios nos perdona, hay muchas cosas que se dan en nuestra vida.

Dice, cuya transgresión ha sido perdonada, es como que digamos una persona, que ha cometido un crimen y que debiera ser condenado por ese crimen, pero va donde un juez, y ese juez perdona el pecado de esa persona. se da una transacción judicial, ese juez dice, ¿Sabes qué? Deberías ir a la cárcel, pero estás perdonado. Y eso es lo que pasa cuando nosotros confesamos nuestros pecados delante de Dios, nuestras deudas delante del Señor. Lo primero que pasa es que esa deuda es borrada del record. Dios borra nuestras iniquidades cuando confesamos nuestros pecados delante del Señor.

Ya el diablo no puede venir y agarrarse de eso para atacarte, para criticarte, para hacerte daño. Dios ha dicho, tu estás perdonado. Esa persona, cuando es perdonada por la ley, ya su record está limpio otra vez.

Y segundo dice, aquella persona que su pecado ha sido cubierto, es decir, yo veo en esto, es como cuando uno ha pecado uno está en vergüenza con uno mismo, está en vergüenza con los demás muchas veces, está en vergüenza con Dios. es como una persona que está desnuda y desprovista de dignidad porque toda su desnudez está abierta. Pero viene alguien y le tira un manto por encima y cubre su desnudez y ya la dignidad de esa persona es restaurada.

Entonces cuando somos perdonados por Dios yo creo que eso quiere decir también, que somos libres para comparecer públicamente y para caminar en la vida sin un sentido de vergüenza. Podemos aceptar el perdón de Dios y vivir con una consciencia tranquila, podemos movernos en la vida, transaccionar diferentes cosas. No tenemos que tener esa cosa como persiguiéndonos continuamente, yo pequé, yo hice esto, yo hice lo otro. No, si Dios te perdonó, no mires hacia atrás, mira hacia adelante y vive la vida confiado de que ya arreglamos cuentas. Yo no tengo que estar otra vez visitando ese pecado, yo voy a seguir adelante ahora con una consciencia limpia delante de Dios. Dios encubrió, Dios escondió mi pecado.

Y en tercer lugar dice que buenaventura a quien Jehová no inculpa de iniquidad. Eso quiere decir, hermanos, cuando Dios perdona, Dios perdona. Cuando Dios perdona tu no tienes que sentirte como que no puedes volver delante de Dios. ya Dios te sanó, Dios te perdonó, ya Dios no tiene rencor contigo, ya tu puedes comparecer libremente delante del trono de Dios. Dios no está como recordando y estrujándote en la cara tu pecado. Dios es un Dios sencillo de corazón, cuando él te perdona, sigue adelante porque Dios ya está bien contigo y tu estás bien con Dios si hay arrepentimiento de corazón.

Ahora, ese la esencia que nosotros, hermanos, para poder vivir efectivamente la vida cristiana, nosotros tenemos que tener una vida de continuo comparecer delante de Dios y pedirle perdón al Señor por nuestras deudas, nuestros pecados y ser verdaderamente arrepentidos.

A mí me gusta este salmo porque este salmo te llama a ti, me llama a mí, a una vida muy consciente de que yo necesito continuamente la gracia de Dios en mi vida. ¿Saben qué? Mientras estemos sobre la tierra vamos a ofender al Señor inevitablemente, porque esa es la naturaleza de la vida humana, esa es la naturaleza de la condición humana. Pero por eso es tan importante que en nosotros haya siempre una actitud de continuo reconocimiento de nuestros pecados y de que yo necesito la gracia y la misericordia de Dios continuamente.

Yo creo que Dios quiere, hermanos, que nosotros continuamente estemos examinándonos a nosotros mismos. Pero yo quiero decir esto, que no es examinándonos con un sentido de paranoia, no es con un sentido como que de que yo estoy sucio, como esa gente que tiene una enfermedad neurótica compulsiva que siempre se están lavando las manos porque sienten que siempre tienen gérmenes. No, porque hay una forma de uno sentirse culpable que te debilita, te neurotiza y te frena y te impide vivir una vida feliz. Y eso es muy peligroso y el diablo muchas veces quiere que nosotros nos sintamos sucios y que siempre estemos como mirando por detrás para ver cuando Dios nos va a dar el próximo latigazo.

No, yo me estoy refiriendo, hermanos, a una actitud de humildad preventiva delante del Señor que reconoce que yo necesito la gracia de Dios 24 horas al día. Y que haya también una disposición en nosotros, hermanos, de agradar al Señor y de cambiar de estilo de vida.

Yo creo que uno tiene que vivir una vida arrepentida todo el tiempo. No me estoy refiriendo tampoco a una actitud donde, ah, ya Dios me perdonó, Dios es bueno, Dios es misericordioso y usted vive entonces como un sinvergüenza, como un chivo sin ley como dice Gregory muchas veces. Tampoco me estoy refiriendo a eso. No me estoy refiriendo como dicen por ahí a una gracia barata. No. yo me estoy refiriendo que yo creo que todos nosotros, si somos honestos, incluyendo a quien les habla, tenemos que estar continuamente conscientes de que hay cosas en mi vida que pueden mejorar, hay cosas en el año pasado, ayer, que hubiera podido vivir mejor delante de Dios y por eso es que yo necesito la gracia, la misericordia de Dios continuamente.

Oiga hermano, porque hay mucha gente que yo creo que abusa de la misericordia y la gracia del Señor, no se examinan, no nos examinamos. Creemos que con venir a la iglesia y pagarle una ofrendita a Dios, como que ya todo está bien y no hay ese sentido interior, de corazón, Señor, ten piedad de mí. Yo necesito de tu gracia. Yo necesito de tu perdón.

Y que entonces podamos venir delante de Dios y recibir ese bálsamo de perdón y de gracia. Lo que el salmista aquí nos llama, hermanos, es a una vida de confesión, una vida de reconocimiento de nuestros pecados, nuestras faltas delante del Señor, no subestimar la santidad del Señor.

Yo creo que este año Dios quiere que tu y yo vivamos con un sentido renovado de reverencia ante la santidad de Dios y nuestra deuda, nuestro pecado delante del Señor. Dios quiere un pueblo acongojado por su pecado.

Pero de nuevo, es una paradoja porque por una parte sentimos congoja por nuestros pecados, pero por otra parte también sabemos que tenemos un Dios misericordioso que se apiada de nosotros. Para mí ese es un balance idóneo porque hay un tipo de cristiano y hay un tipo de iglesia legalista que siempre está azotando a la gente, y lo que tienen es un látigo con cuatro bolitas de bronce para darle a la gente y abrirle zanjas en la espalda, y no hay una medicina. Eso es malo.

Hay iglesias, por otra parte, que todo es gracia, gracia, gracia, no prediques nada que moleste a la gente, que los incomode con su estilo de vida, su situación, sus prácticas, porque Dios es Dios de misericordia y de amor y Dios te entiende, etc. y eso también es terriblemente irresponsable.

Y yo creo que hay un balance entre esas dos cosas de una iglesia, un hombre, una mujer, que reconoce su pecado, reconoce que necesita mejorar y está consciente de ello y está abrumado en un sentido y apenado porque sabe que uno siempre se queda corto delante de Dios y que confiesa su pecado y hace propósito sano y honesto de mejorar y de cambiar de estilo de vida, pero que también sabe que Dios es un Dios misericordioso y cuando le confesamos nuestras faltas él nos cubre, nos tira el manto de la bendición y dice, okay, vamos a comenzar de nuevo.

La Biblia está llena de esos ejemplos. Les remito a la parábola del publicano y el fariseo. El publicano era un sinvergüenza, un empleado de la ciudad o del gobierno que abusaba de su posición y era corrupto y hacía daño con su comportamiento y este hombre, dice, que viene a la casa de Dios, y hay otro al lado que es un tipo que se cree santo, perfecto, y no se ha arrepentido de corazón, no reconoce sus faltas, solamente está viendo dos o tres cositas. Yo diezmo, yo voy a la iglesia, yo hago esto, yo hago lo otro, y solamente ve las cosas grosso modo pero no ha visto de corazón todas las cosas que tiene podridas por dentro.

Dice que el publicano se golpeaba el pecho y decía, ten misericordia de mí, Señor, pecador. Había un reconocimiento radical de su pecado y yo asumo que había también un deseo de cambiar, porque dice la Biblia que Dios vio su actitud y él se fue justificado para su casa.

Y a eso es que yo me refiero, hermanos, es una actitud donde tu lloras por tu pecado, tu sabes que tu has fallado. Pero eso no te paraliza tampoco, te permite continuar viviendo porque tu recibes la misericordia de Dios, tu sabes que Dios te está perdonando y que tu vas a ser mejor, estás mejorando, estás progresando, estás haciendo todo lo que está de tu parte. Hay congoja en tu corazón por tu pecado.

Por eso es que a mí me gusta el salmo 51 que dice, al corazón contrito y humillado no despreciarás tu, oh Dios. Yo pienso en el Apóstol Pablo, el Apóstol Pablo era un hombre que servía al Señor, lo había perdido todo por Dios, había sacrificado tantas cosas en su vida. Dios lo había usado tan grandemente y sin embargo él decía, yo soy el jefe de los pecadores. Porque Pablo sabía que a pesar de todo lo que él hacía, siempre había algo que él podía todavía mejorar. Había drama en su vida.

Dice que Dios le permitió un aguijón en su vida, y él le pidió muchas veces al Señor, líbrame de esto, dice, es un mensajero de Satanás, un aguijón en su carne. Y le pidió al Señor que lo librara, y Dios le dijo, no, te lo voy a dejar ahí para que tu aprendas a ser humilde. Y él dijo, bueno, Señor, está bien, lo que tu quieras.

Es decir, que yo creo que todo hombre, toda mujer de Dios por más que haga y obre para el Reino de Dios, siempre debe saber que hay cosas que tu le debes a Dios y que solo por la misericordia de Dios él no te tira un rayo que te parte por mitad, y te manda al fondo del infierno. Porque Dios es misericordioso, y eso nos impide ser orgulloso, arrogantes, legalista, acusadores de los demás y asumir que somos la última Coca Cola en el desierto. Por más que nosotros le demos al Señor, siempre vamos a estar endeudados de Dios, hermanos, porque esa es la naturaleza humana.

Yo creo que cuando tu reconoces eso, eso te cubre, el diablo no te puede acusar. Porque cuando quiera acusarte, Dios le dice, no, hombre, pero si ya ese delató hace 10 años, mira aquí está, ya yo lo perdoné. Y tiene que irse con la colita entre las piernas a buscar otro pecado del cual acusarte, porque ya ese… mira, delátate continuamente delante de Dios ante que vengan y te denuncien a ti. Eso es lo mejor.

Guarda cuentas cortas con Dios. Desde que tu descubres algo en tu vida que no está correcto delante del Señor, tírate a los pies del Señor y llora hasta que te salgan los mocos y pídele perdón, arrepiéntete, levántate y ahí restaurado y sigue adelante con un propósito mayor de servir a Dios.

Mire lo que dice el salmista, “mientras callé se envejecieron mis huesos, en mi gemir todo el día…”

Mientras callé, acerca de qué? De mi pecado. Hay gente por ahí que callan acerca de sus pecados y creen que si callan Dios no se va a dar cuenta, y el diablo tampoco. Y ese es el error más grande de todos. Dios siempre se da cuenta porque es Dios y el diablo porque es viejo y ya lleva muchos años en la tierra, tiene sus espías por ahí.

Sabe que mientras uno calla, mientras uno disimula su pecado, mientras uno lo llama otra cosa, oh, eso es una debilidad que yo tengo, eso es un defecto que me viene de mis padres, eso es de familia, no, es que yo soy honesto. No. no es que eres honesto, es que eres duro de boca, es que eres cruel con la gente, es que eres abusador de palabra. No lo llames honestidad. No disimules tu pecado, no disfraces tu pecado, no calles tu pecado, no lo escondas, no mires a otros peores supuestamente que tu, para entonces sentirte tu mejor que los demás.

Muchas veces los confinados en la cárcel tienen un sistema, las personas por ejemplo, que son abusadores de niños, los tratan malísimo en la cárcel porque los confinados dicen, no, eso sí que es algo que no se perdona. Eso es tontería, eso es para ellos sentirse mejor que el otro. Ah, no, yo por lo menos no abuso de los niños. Sí, yo maté a 17 mujeres pero abusar de un niño jamás. Es el hombre tratando de encontrar siempre algo para esconder su pecado y no mirarse a sí mismo.

Ah, no yo no soy como esa gente en la iglesia que vienen y están al frente, y levantan la mano, y están llorando, no, yo soy sincero con Dios. Mentira. Tu estás diciendo eso para no admitir que tu tienes un pecado que tienes que confesar delante del Señor. Esos hipócritas por allá. No, confiesa tu pecado, no te fijes en los demás. Mírate a ti mismo y reconoce dónde estás tu conforme a Dios y no estés mirando alrededor, no mires a nadie más para sentirte mejor que nadie ni tampoco peor que nadie. No te compares con nadie. Tu y Dios. No escondas tu pecado, reconócelo delante del Señor. Confieso.

Por eso digo que este salmo me llama a mí a una vida de confesión saludable donde yo sé que yo le debo al Señor. Yo nunca voy a poder ser perfecto para con Dios pero me voy a arrepentir, voy a reconocer, voy a confesar y voy a hacer un sano propósito de seguir adelante, porque si no lo hago, eso va a ser como una uña que va hincar y se va a meter adentro de mí, una uña que no quiere salir. Sabe lo que pasa? Que hinca la carne, perdonen lo gráfico. Un tumor que quiere salir, hay cortarlo, hay que sacarlo porque está obstruyendo un nervio, está obstruyendo el flujo de la sangre, está obstruyendo algo, una respiración.

Y en el pecado inconfeso es así. Muchos de nosotros vivimos un estilo de vida pecaminoso, hermanos. Y eso es un tumor que se va aumentando, va creciendo. Lo disimulamos y cuando se pone demasiado grande, le cortamos un pedacito para que salga un poquito de respiración, pero no lo cortamos completamente. Y a veces lo cortamos un poco más pero le dejamos la raíz porque queremos que vuelva a surgir otra vez. No se engañe. Dios conoce. Dios sabe a qué me refiero.

Yo he bregado mucho con mi propio pecado para no ser buen psicólogo del pecado. Yo sé cómo son los juegos que nosotros jugamos con Dios, hermanos. Mi Dios lo que quiere es una operación radical. Hay cosas en tu vida y en mi vida que vamos a tener que entregárselas a Dios para arrancarlas de raíz, porque si no la arranca de raíz el cáncer vuelve a brotar otra vez. Oiga, y te va doler.

Ese demonio principal que está ahí en el fondo va a chillar como una chincha cuando se la quieren arrancar de la carne, va a chillar, pero tienes que hacerlo, tienes que confesar, tienes que entregar tu vida, tienes que decir, Señor, radicalmente me arrepiento y voy a vivir una vida…

Yo les animo este año, así como me animo a mí mismo, que sea un año de, Señor, ya, corta el tumor, córtalo de raíz. Confieso mi pecado. Porque cuando tu no lo confiesas, cuando tu no te arrepientes de corazón, mira, dice, mis huesos se envejecieron, hay decadencia. La mano del Señor pesa, se agravó sobre ti, como que Dios está poniendo presión sobre ti. Esa presión te está debilitando espiritualmente. Cada día te estás hundiendo más en el pecado.

Dice, se volvió mi verdor en sequedades de verano. Sabe lo que pasa? Cuando la grama no se le echa agua y el sol comienza a brillar sobre ella y a quemarla, se pone saca, pajosa, estéril, rala, y el pecado inconfeso, el pecado con el cual no bregamos, el pecado del cual no nos arrepentimos conduce a la esterilidad espiritual, conduce simplemente a vivir en la superficie de la espiritualidad pero no ir hondo en el Señor, porque hay cuentas que pagar, hay cosas que arreglar.

El salmista dice, mientras yo callé no reconocí, disimulé, le proyecté mi pecado sobre otros, le eché la culpa a otros de los que yo hago, no reconocí mi comportamiento, permanecí en un estilo de vida inadecuado, la mano del Señor se agravó sobre mí. Mi vida se fue secando dentro de mí.

Ahora, gloria a Dios, que el salmista no se quedó allí. El salmista va a otra cosa, y dice, mi pecado que declaré, es decir, él se dio cuenta lo que estaba pasando en su vida y entonces fue donde el Señor finalmente, fue al templo, fue a donde un amigo, y le confeso, vamos a orar juntos. Clamó delante de Dios. dice, te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije, confesaré mis transgresiones al Señor.

En otras palabras, eso es lo que tenemos que hacer cada día, hermanos. Venir delante de Dios, reconocer nuestros pecados, confesárselos al Señor, arrepentirnos de corazón, arreglar cuentas con Dios y mire lo que pasa cuando usted hace eso: y tu perdonaste la maldad de mi pecado.

Yo puse una notita aquí al lado de mi Biblia, dice, no hay resistencia, Dios está dispuesto. En otras palabras, desde el momento en que él reconoce su pecado, Dios le dice, y tu perdonaste la maldad de mi pecado.

Mire, en el momento en que usted se sincera con Dios enseguida la misericordia de Dios está lista para fluir otra vez. Por eso le digo a la gente, no tenga temor, no juegue juegos con Dios por que no se puede jugar con Dios. y en segundo lugar, es porque cuando tu eres honesto con Dios enseguida Dios arregla cuentas contigo y él ya todo terminó allí. Ya dice, okay, vamos, sigamos adelante. Ya, todo está arreglado. Dios está dispuesto a perdonar cuando hay arrepentimiento de corazón.

Porque sino la alternativa es el estancamiento. Recuerdan el hijo pródigo? Se fue a un lugar lejano, lleno de orgullo, lleno de altanería, carnalidad, gozo en las cosas del mundo y no en las cosas de Dios y dice, que un día volvió en sí y dijo, sabes qué? Voy a volver donde mi padre y le voy a pedir perdón. Y su padre enseguida se lanzó sobre él desde que lo vio y no solamente lo restauró a la condición de un mero empleado de su casa, como él pensaba que iba a hacer, sino que le devolvió toda su dignidad, le puso el manto de realeza otra vez sobre él. Lo restauró a su condición de hijo, le devolvió todos sus bienes, su posición.

Porque así es que Dios es. Por eso es que yo les digo, hermanos, todos nosotros debemos siempre estar listos para venir delante del Señor y mantener nuestras cuentas claras delante de Dios, alegrarnos cuando descubrimos que hay algo que tiene que ser tratado por el Señor, porque si tu le pides al Señor, él te va a ayudar a seguir adelante.

Y entonces el salmista dice, por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado. En otras palabras, dado el hecho de que Dios está tan dispuesto a tratar con nosotros y a perdonarnos, por eso es que debemos orar delante del Señor, por eso debemos confesar nuestros pecados. No titubear y traer nuestras necesidades y nuestra condición delante del Señor.

Y entonces viene ahora una lista de beneficios adicionales, que vienen como consecuencia de esa vida de confesión preventiva y de reconocimiento continuo de nuestra falta y de nuestras necesidades delante del Señor.

Mire lo que dice, ciertamente, la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él, tu eres mi refugio, me guardarás de la angustia. Uno de los beneficios de ser perdonados por el Señor, es que Dios siempre estará contigo para rescatarte en el día de la angustia. Cuando tu estás claro delante del Señor, cuando tu sabes que tu nunca vas a ganarte la justicia de Dios por tus propias obras, entonces ahora Dios queda libre para socorrerte a ti cuando tu estás en apuros y en pruebas. En el día de la angustia el Señor te va a sacar adelante.

Yo les decía a los hermanos el domingo pasado, hermanos, yo no les prometo un año libre de pruebas, pero sí les prometo un año lleno de victorias. Las angustias van a venir, quizás van a venir pruebas a tu vida, yo no sé lo que te espera por delante, ni lo que me espera a mí, pero una cosa yo sé, es que si yo estoy bien con Dios, si mi vida está clara delante de Dios, aunque yo caiga en el hoyo, el Señor me sacará de allí.

La Biblia dice, muchas son las pruebas del justo, pero de todas ellas le librará el Señor. El salmista dice, pacientemente esperé a Jehová y me sacó del hoyo de la desesperación, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. ¡Aleluya!.

Cuando tu estás bien con Dios y cuando Dios está libre, porque tu has arreglado cuentas con él previamente, y tu te has cubierto con la sangre de Jesús y tu estás deseoso de agradar al Señor, entonces ya tu estás libre para que Dios siempre te saque de los problemas que puedan venir a tu vida.

Este año tu puedes estar seguro de que Dios, si te encuentras en una situación apremiante, aunque dure un día, 10 días, tres meses, seis meses, el Señor te va a sacar porque él vela sobre sus hijos. Pero es importante que tu estés claro delante de él y que tu hayas arreglado cuentas con él.

Dice aquí también, con cánticos de liberación me rodearás. Sabe, hermano, la persona que está bien con Dios y su iniquidad ha sido perdonada, es una persona que siempre está celebrando una victoria u otra. Siempre tiene una palabra de alegría para darle al Señor, siempre tiene un testimonio de algo que Dios hizo y lo sacó adelante. Cánticos de liberación.

Yo podría decir tantas cosas que Dios… tantos cánticos de liberación… esta misma semana el viernes comenzó con una cantidad de cosas y problemas y retos de la construcción y otras cosas, y cuando terminó la tarde, ya todo eso estaba resuelto. Increíble. Cánticos de liberación.

Dios me dio la sabiduría, le puedo compartir un pequeño testimonio acerca de eso? Cánticos de liberación. Mire, queremos comenzar a poner ladrillos esta misma semana, a pesar de que es invierno y eso tiene unas complejidades, pero había una traba que necesitábamos ver lo más pronto posible a una persona, una autoridad de la Ciudad de Boston. Si esta persona no daba la aprobación no podíamos comenzar a poner ladrillos y parecía que había que esperar un tiempo demasiado largo. Hay unas oportunidades que tenemos que aprovechar ahora mismo, y el arquitecto me dijo, no, no se puede esta semana, sencillamente, no hay manera.

Yo me quedé callado y me frustré por dentro pero iba manejando hacia otra reunión y me entró una de esas cosas, que a veces me entra, y dije, ¿Saben qué? Yo voy a llamar a esa persona directamente. Ahí en la Ciudad de Boston, como la reina Ester cuando dijo, yo no puedo entrar ahí a ver al rey porque sino me cortan la cabeza. Yo dije, ¿Saben qué? Yo me voy a confiar a la gracia del Señor. Este es un hombre con quien a través de todos estos años de construcción, de vez en cuando, cuando he estado en un gran aprieto yo le he pedido misericordia a él y he ido en mi calidad de pastor y le he dicho, no estoy aquí como un profesional, estoy aquí como un pastor que estoy preocupado por mi iglesia y necesito que tu me des una excepción a esto.

Y ese hombre es dificilísimo de alcanzar. El arquitecto nunca lo consigue, pero por alguna razón yo siempre que llamo lo consigo. Es una cosa rara. Nadie lo consigue. La última vez hace como 3 años lo llamé y me dijo, how did you get me? Nobody finds me in this phone ever. Él estaba como molesto y frustrado de que yo lo hubiera pillado en el teléfono. Dice, nadie me consigue cuando llaman.

Y de hecho esa vez le presenté mi causa y él me dio gracia. Y esta vez dije, Señor, ni siquiera había formulado las palabras, pero dije, Señor, aunque no tengo claro lo que le voy a decir, si él contesta ya voy a tomar eso como una evidencia de tu gracia y le voy a hablar lo que me salga. Óigame, iba manejando, iba tarde a una reunión y suena el teléfono dos veces, hello? Ni voy a decir el nombre de quién es, y yo dije, gracias Señor. Y entonces procedí, y le dije, mira, yo sé que esto es algo excepcional, mi arquitecto tiene miedo de llamarte otra vez. Te dejó un mensaje pero necesito esto y esto. Estoy llamando como pastor, no estoy llamando como contratista ni como nadie. A veces tu has tenido gracia para conmigo y esto es lo que yo necesito. Tenemos una necesidad y es un aprieto, si no vamos a perder una gran oportunidad. Él dijo, no se preocupe, yo voy a llamar al arquitecto y vamos a resolver esto.

Cerré el teléfono y llamé al arquitecto. Le dije, espera una llamada de esta persona. y cuando estoy hablando con él me dice, aquí me está llamando ahora mismo, tengo que cerrar el teléfono. Era este hombre llamándolo. Cánticos de liberación.

Hermanos, porque Dios no lo hace todo fácil para tu vida, pero cuando tu confías en la gracia del Señor, yo sé que no soy perfecto, pero yo sé que tengo gracia ante Dios. él conoce mi corazón.

Entonces, cuando tu tienes esa confianza, tu te atreves a hacer cosas. Cuando estás en aprietos, tu dices, bueno, yo y mi Dios estamos bien, no es que yo no tenga pecado pero él sabe toda mi vida, él sabe que yo estoy tirado a sus pies y que yo estoy claro, soy transparente delante de él, no tengo nada escondido delante de él, tengo su amor, tengo su gracia, tengo su misericordia. Usted se mete al hoyo mismo del infierno y usted sabe que Dios está con usted.

Y eso le da autoridad. Muchas veces nosotros somos como Adán y Eva, tenemos nuestros pecados encubiertos, nos cubrimos con hojas y Dios sabe. Y cuando Dios quiere venir y hablar con nosotros, nosotros nos escondemos de él porque no tenemos autoridad. Cuando usted sabe que usted necesidad la misericordia de Dios y que todo lo que Dios le de es porque él es misericordioso, compasivo, tierno, perdonador y tolerante, eso le baja la guardia al Señor enseguida. A Dios lo que no le gusta es la gente arrogante, la gente deshonesta, la gente que cubre su pecado, la gente de doblez de corazón, pero cuando Dios ve un corazón contrito, humillado, transparente, sincero, sencillo, el Señor no sabe qué hacer para bendecir esa persona.

Por eso yo les pido, hermanos, seamos tiernos para con Dios. seamos transparentes para con el Señor, seamos humildes ante nuestros hermanos y ante nuestro Dios porque eso siempre hará que en nuestra vida haya testimonios, muestras del favor de Dios. Tendremos pelea, tendremos batalla, tendremos momentos de aprietos pero de todas ellas nos librará el Señor y siempre habrá un cántico de liberación en nuestra boca.

Y entonces, ahí está la promesa de la cual yo les decía, el Señor dice, te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Cuando tu estás recto delante de Dios, cuando tu corazón está claro delante del Señor, mire, Dios te da sabiduría, te da entendimiento y te enseña cada día el camino en el que debes andar. Cada día viene el consejo de Dios a tu vida.

Yo dependo de eso, como pastor, como padre, como esposo, como consejero, como administrador, como persona que está metida en tantos diferentes ambientes, yo continuamente, Señor, dame sabiduría. Dame un consejo. Cómo resuelvo esto? Mañana tengo que predicar y no tengo nada, Señor. No quiero predicar un sermón genérico porque eso lo puede hacer cualquiera, yo quiero una palabra profética. Dónde está tu palabra? Dónde está tu consejo?

Y yo dependo de Dios, hermanos, 24 horas al día. Yo no le puedo decir cuántas veces mientras voy manejando, Señor, tengo una cita, tengo alguien a quien aconsejar, algo que decir, una situación que resolver, una reunión importante. Dame la palabra, dame el consejo.

Y cuando tu tienes cuentas claras con Dios, todas las líneas están limpias. Tu puedes recibir, no hay interferencia. La palabra del Señor baja clara, no es como cuando tu estás en el túnel que tu oyes la voz entrecortada de Dios, el diablo está tirando todo tipo de interferencias y tu no sabes lo que él te está diciendo. No, cuando tu vida está clara el Señor te habla en high definition, es claro. Te llega perfectamente clara la palabra del Señor. Dios te da entendimiento. Tu recibes intravenosamente la revelación de Dios, el consejo de Dios para tu vida.

Tu vida es una vida de sabiduría, de decisiones bien hechas y de corrección, cuando te equivocaste el Señor dirige las cosas en una buena dirección. Te enseñaré, te instruiré, te haré entender. Óigame, qué cosa? Eso es algo global, te haré entender. en otras palabras, tu sabrás quién eres? Cómo es el mundo? Cómo es la vida, la muerte, la enfermedad, las relaciones humanas, las finanzas, el trabajo, el matrimonio, los hijos? te haré entender y te enseñaré el camino por donde debes andar.

Pero todo comienza con tener cuentas claras con Dios. Una vida de confesión, una vida de reconocimiento y una vida de sanos propósitos, honestos propósitos de mejorar la manera en que caminamos con el Señor. Te haré entender, te enseñaré el camino.

Y finalmente dice, sobre ti fijaré mis ojos. Que promesa más bella. Puede usted visualizar eso? Sobre ti fijaré mis ojos. Yo espero que tu sientas que cuando tu caminas los ojos del Señor te siguen dondequiera que tu vas. Porque si Dios está mirándote, hermano, todo está bien con el mundo.

David vivía perseguido por eso. Mire lo que dice el salmo 33, versículo 18, “…he aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia para librar sus almas de la muerte y para darles vida en tiempo de hambre…”

Yo les había dicho acerca de ese sueño que yo tuve del Señor en forma de león de la tribu de Judá, y lo que yo vi fue este león, Cristo, el león de la tribu de Judá, posando sus ojos sobre la Ciudad de Boston cubierta de un enjambre de espíritus demoníacos. Y cuando yo vi los ojos del Señor en ese sueño, eran ojos poderosos, ojos de autoridad, ojos de sabiduría y ojos de misericordia. Y yo sabía que simplemente el él mirar era suficiente para ejercer control.

Sabe que Dios es extremadamente económico? Dios no tiene que estar dando batazos y sacar una lanza y una espada y cortar… no, no, Dios simplemente mira y él con sus ojos él gobierna el universo. Él no tiene que inmutarse demasiado.

Así que si Dios está mirando sobre ti la protección del Señor está sobre tu vida, en control de Dios, la bendición de Dios. yo siempre digo, Señor, que tus ojos no se quiten de mi vida. Que tus ojos no se quiten de esta Congregación. Que tu siempre estés mirando sobre este pedacito de tierra en el 68 de la Northampton street, porque si tu estás mirando sobre esta comunidad, esta comunidad será prosperada y será bendecida.

Ahora, cómo te aseguras tu de que los ojos del Señor estarán sobre tu vida? Guarda cuentas cortas. Cuando tu ofendas al Señor, inmediatamente confiesa y has un propósito sano de ser mejor y no encubras tu pecado.

Hay un verso correctivo, dice, no seas como el caballo o el mulo sin entendimiento que han de ser sujetados con cabestro y con freno porque sino no se acercan a ti. qué quiere decir eso? No seas obstinado, no seas rebelde, no te empecines en tu pecado, sino se sumiso, se tierno para con Dios.

No seas rebelde. Hermanos, hay personas en el Reino de Dios y aún en esta iglesia que llevan años y siempre es la misma cosa. Nunca cambian. Es siempre lo mismo. Su temperamento no cambia, su carácter no cambia, su personalidad no cambia, sus prácticas no cambian y necesitamos cambiar de actitud. Hay cosas que están haciendo daño en tu vida, hay cosas que le están haciendo daño a tus seres queridos. Hay cosas que están impidiendo que la gracia del Señor fluya en tu vida y Dios dice, no me obligues a ser cruel contigo. No me obligues a ejercer disciplina porque sino no me obedeces.

Siempre tenemos que tratar de adelantarnos a Dios y confesar nuestros pecados delante del Señor, y cambiar. Yo quiero que en este año tu hagas un firme propósito de entregarle a Dios todas aquellas cosas que no le agradan. Tu sabes cuáles son. No les pongas un nombre diferente. Y recuerde que yo siempre estoy llamándoles a ustedes a ir bien hondo en esas cosas que desagradan al Señor.

Porque muchas veces pensamos que yo no soy adúltero, yo no le estoy robando a nadie, yo no he matado a nadie, yo no ando por ahí dándole patadas a las viejitas en la calle, no les robo los dulces a los niños. Hay cosas, hay otras actitudes, hay cosas profundas en nuestro corazón, hay orgullo, hay rebeldía, hay malas actitudes, hay abuso verbal, hay rencores que no hemos soltado. Hay cosas que son actitudes que no son pecados grotescos, pero igualmente son tumores que hacen daño en nuestra vida.

Y yo creo que verdaderamente el hombre, la mujer de Dios llega a la madurez cuando deja de preocuparse por las cosas graves y serias y feas y entra a esa área ética de la vida. Esos pecados decentes y elegantes, pero que son siniestros y son destructivos y son igualmente de dañinos para el crecimiento espiritual. Entrégale esas cosas al Señor también, confiesa tu pecado para que la disciplina de Dios no caiga sobre tu vida.

Y entonces tu podrás tener todos esos beneficios de los cuales Dios habla. Yo soy el primero que tengo que decirle, Señor, ayúdame a ser honesto y transparente contigo, ten misericordia, ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades, borra mis rebeliones, lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado porque yo reconozco mis rebeliones y mi pecado está siempre delante de ti, contra ti solo he pecado y hecho lo malo delante de tus ojos, para que seas reconocido justo en tu palabra y tenido por puro en tu juicio.

He aquí, en maldad he sido concebido y en pecado me concibió mi madre, he aquí, tu amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto, me has hecho comprender sabiduría. Unifícame como hisopo y seré limpio, lávame y seré más blanco que la nieve, hazme oír gozo y alegría y se recrearán los huesos que has abatido.

Hermanos, esa es la actitud. Léase el salmo 51 para su devocional esta semana. Esa es la actitud que Dios quiere 24 horas al día, 60 minutos por hora, 60 segundos por minuto. Un corazón contrito y humillado, misericordioso, tierno para con Dios, reconocedor de que desde que tu te levantas, es más, mientras estás soñando ya estás pecando y necesitas que Dios siempre esté cubriendo tu maldad.

Y cuando tu vives así, el diablo no sabrá qué hacer contigo. La misericordia de Dios te cubrirá una y otra vez, quiera Dios que esa sea la actitud de esta Congregación.

Vamos a ponernos de pie, vamos a entregarle al Señor. No seamos rebeldes. No seamos soberbios delante de Dios. Humildes, sumisos, tirados al piso delante de la presencia del Señor, confiando en su misericordia, cada día. Eso es lo que yo deseo para mi pueblo, es lo que yo deseo para mí mismo. Este sermón yo tengo que meditar en él 10 veces, yo primeramente.

Nos toca a todos, hermanos. Dios desea que le entreguemos nuestra vida al Señor. Si tu no has entregado tu vida a Cristo en este día, deja ya de jugar con Dios y refúgiate en los brazos del Señor. Quiero invitar, si alguien no ha entregado su vida a Jesús todavía, y lo quiere hacer en este día, si tu quieres levantar tu mano, yo quiero orar por ti y ponerte en las manos del Señor.

Habrá alguien que no haya dado su vida a Cristo Jesús todavía y que no haya confesado sus pecados delante del Señor? Dios te bendiga, mi hermana, amén, amén. el Señor conoce tu corazón, y ahí comienza la justificación. La justificación comienza con un reconocimiento de pecado. De eso no hay que avergonzarse. Al contrario, que privilegio poder despojarnos de ese manto feo y sucio y recibir el manto de justificación que Dios quiere poner sobre nosotros.

Habrá alguien más que le diga al Señor, Señor, yo me arrepiento de mis pecados y entrego mi vida a ti. Amén, Dios te bendiga, hermana. Amén, Dios te bendiga. Aquí también, manos que se levantan. Gloria al Señor. Manos levantadas en señal de arrepentimiento.

Arriba quizás alguien también? puedo pedirles que pasen aquí al frente rápidamente. Vengan acá un momentito. Yo quiero orar por usted y entregarle su vida al Señor. Alguien que acompañe a esas vidas. Vengan por acá, no se preocupen. Esto es entre tu y Dios solamente. Ven. Quiero ponerte en las manos del Señor y presentar tu vida y quiero que tu camines así de esa manera, como hemos dicho, honestidad, honestidad, sinceridad delante del Señor. Pasen por acá.

Que esta sea la consigna este año para ti y para mí. Sinceridad delante de Dios. Transparencia delante del Señor. No encubras tu pecado. Muere, este el año de morir, este es el año de definir, este es el año de decidir. Este es el año de claridad delante del Señor. Defínenos, Padre, de una vez por todas.

Te entregamos todo lo que tenemos y todo lo que somos. Sinceridad dice el Señor, sinceridad, transparencia delante de mi, dice el Señor. Entréguenme todo y confiésenme todo y yo estoy más que dispuesto para caminar con ustedes. Yo nunca los voy a rechazar, nunca los voy a azotar, nunca los voy a regresar de mi trono, avergonzados. Si ustedes se acercan a mí contritos y humillados, siempre mi mano de misericordia se va a extender sobre ustedes. Y mi perdón siempre estará sobre ustedes.

Yo no les condeno. Si hay arrepentimiento yo no les condeno, dice el Señor. Camina con Dios este año. Camina con Cristo este año. Esto que tu haces de pasar aquí al frente, séllalo en tu corazón. Escríbelo en alguna parte, pon un papel en tu dormitorio, en alguna parte que tu lo veas todos los días. Señor, yo te di mi vida, yo te entregué mi corazón, yo reconocí mi pecado delante de ti. Ahora, quiero vivir en esa honestidad.

Ver el fracaso como la matriz del éxito

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Primer miércoles del año 2012, wow, eso para mí es grande, yo no sé ustedes pero para mí es grande. Esta mañana mi hermana Raquel me hizo la misma pregunta y me dijo, so, ¿cuál es el plan para este nuevo año con los servicios los miércoles?, y yo, seguir un miércoles detrás de otro a ver un Dios qué hace detrás nuestro, exacto, para atrás ni para coger impulso, como quien dice. Pero si hay algo que yo pueda decir mis hermanos respondiendo a esa pregunta mis hermanos es que, ver la mano de Dios obrando en medio de nuestras vidas, eso es lo más que yo deseo ver.

Y yo he estado meditando y reflexionando no solamente en cosas mías personales si no también en ustedes cuando yo miro la iglesia desde acá arriba, cuando yo los veo a ustedes, y yo veo las distintas historias que están ahí inmersas, los distintos dramas que están en el proceso de desenvolverse, distintos capítulos que se han quedado por incompleto, capítulos que se han cerrado y capítulos nuevos que han comenzado, yo sé que hay de todo eso ahí entre medio de los asientos, yo sé que hay de todo eso allá en su casa donde usted nos está viendo, hay vidas que han terminado un año bien y están empezando el año bien, como también hay historias de personas que terminaron el año 2011 con una historia amarga y el año 2012 también están empezando así medio amargo, hay personas que están comenzando esta nueva temporada en sus vidas, con un sentido de expectativa como que algo bueno vá a suceder, que algo bueno vá a desenvolverse, hay personas que tal vez desde este punto presente cuando miran hacia el futuro no pueden ver muy claramente lo que está sucediendo lo que vá a suceder, pero de alguna manera u otra están como que, ok, vamos a ver qué sucede.

Y a mí me parece muy particular, porque el domingo pasado en el servicio de las 12, el pastor estaba predicando, y hubo un momento en su prédico que él dijo una frase que se me quemó en mi cabeza, se me quedó impregnada, de esta frase que dijo, y él estaba hablando de enfrentar este nuevo año así con una perspectiva bien positiva, con un optimismo de no ver el vaso mitad vacío si no de ver el vaso mitad lleno, de saber que Dios está con nosotros, vá a estar con nosotros, de que podemos enfrentar cualquier circunstancia que venga, que tanto en las buenas como en las malas Dios vá a estar ahí, nos vá a llevar a cabo. Pero de repente él dijo una frase que de verdad me chocó, porque no es una frase que uno está acostumbrado a escucharlo en un mensaje así, y es el mero hecho de, cuando yo escucho a mi pastor decir que en este tiempo algunos momentos para poder ver esa gloria, esa luz al final del túnel, primero van a tener que enfrentar sus tragedias, van a tener que enfrentar sus fracasos, y lo van a tener que hacer, no van a poder hacer un bypass, lo van a tener que cruzar.

Hay personas que van a tener que cruzar ese valle de lágrimas, y eso puede sonar medio duro, puede sonar medio feo, pero bendito, me van a empezar el año deseando que voy a cruzar el valle de lágrimas, de sombra, pero hermanos, miren la frase que él usó, él dijo: la vida cristiana necesita esos momentos de prueba y lucha, de soledad, de oscuridad, sin esos momentos, nosotros entonces no podremos disfrutar la esencia de vivir por fé y confiar de un Dios que todo lo puede. Sin esos momentos nuestra vida cristiana es nula, tan solamente es una teoría más de las que hay ahí afuera, so hacen falta esos momentos duros donde las cosas se ponen como que ajá, ¿y ahora qué?. Llego a un cruzacalle y tengo 4, 5 opciones y no sé por cuál de todas tirarme.

Y uno sufre en esos momentos, en esas épocas, en esas transiciones, uno lo sufre, se pierden cosas, se ganan cosas, se pelea con la gente, se reconcilia con la gente, hay distintas situaciones que suceden alrededor y no muchas de ellas son bonitas de apreciar, me gusta porque el pastor dice que si usted vé hasta una obra de arte, esas obras de arte, esa combinación de colores, está hecha de tonalidades de sombras, y las sombras muchas veces pueden representar en el lenguaje religioso, teológico, sombras puede representar tinieblas, oscuridad, de algo no muy deseado, pero cuando usted vé una obra de arte, son esas tonalidades de sombras lo que muchas veces le dá esa belleza a ese arte. Si usted agarra el color rojo y lo empieza a mezclar con el blanco, ¿qué vá a pasar?, se vá a tornar rosa, pero usted sabe lo que eso en esencia es?, es una sombra que usted le está añadiendo para degradarlo a otro, so la sombra hace falta en esa escenografía que dios está pintando en nuestras vidas.

So me puse yo a pensar qué puedo hablar con mis hermanos hoy, hoy 4 de enero del 2012, el primer miércoles del año, se me cruzó este tema, que nosotros podamos ver el fracaso como la matriz del éxito, que podamos ver, enfrentar, el fracaso como la matriz para el éxito, suena bien bonito pero no es fácil, a nadie le gusta el fracaso mis hermanos, nadie, nadie me puede decir yo vivo para fracasar, el que me diga eso vamos a orar por ustedes de verdad, porque su teología está medio rara. Pero sí yo me atrevo a decir mis hermanos que nosotros tenemos que aprender a aceptar esos fracasos cuando llegan, y verlos como oportunidades para nosotros mismos poder movernos a otro nivel.

Saben que en la biblia hay tantas historias de personas que fracasaron en alguna manera u otra a lo largo de toda la biblia, de tapa a tapa, yo me puse a pensar en algunos, yo pensé en Abraham, Dios le hizo una promesa a Abraham y en vez de esperar el tiempo que pasó terminó con una concubina y eso trajo un fracaso y causó una guerra entre dos pueblos que ha durado hasta los tiempos de nosotros, así como pensé en Abraham pensé en Sarah, el fracaso de ella se vió reflejado en el hecho de que ella se mofó de la noticia que el ángel estaba trayendo pero con todo y eso Dios cumplió su promesa. Qué pasó con Moisés, Moisés asesinó un egipcio por defender un israelita, so era un asesino, él asesinó a alguien, pero con todo y eso Dios, y Moisés tuvo muchos otros fracasos después de, pero con todo y eso Dios cumplió su propósito en la vida de Moisés.

¿Quién más puedo pensar yo?. José, ¿cuántos fracasos sufrió José?. Sus hermanos lo vendieron, estuvo como esclavo, pasó de una a otra, estuvo en cárceles, y con todo y eso Dios se encargó de cumplir su propósito en José. David, fué un adúltero, fué un asesino, después de eso su vida con sus hijos fué una tragedia detrás de la otra, pero con todo y eso Dios cumplió su propósito y su promesa en la vida de David y de sus descendientes. Daniel, Daniel, obviamente el fracaso de la vida de Daniel, Sadrac, Mezac y Abed-nego se podría haber dicho que fué que los vendieron a una tierra que no era la de ellos, y el ellos estar esclavos en ese lugar, con todo Dios se encargó de cumplir su propósito y su promesa en esa generación.

Si me voy al nuevo testamento, se puede decir que uno de los mejores fué la historia de Pedro, el fracaso de Pedro se vió cuándo, cuando negó a Jesús, y con todo y eso Dios se encargó de cumplir su propósito en él. El fracaso de Pablo se vió en el hecho de que abusó de cientos y cientos y cientos de cristianos, y con todo y eso Dios se encargó de cumplir su propósito en Pablo. Mire, hay gente que hasta cuando ven la muerte de Jesús en la cruz, piensan que ese fué el fracaso más grande, y con todo y eso Dios se encargó de cumplir su propósito en su hijo para traernos a nosotros redención y salvación, el fracaso como matriz para el éxito.

Hermanos, yo les digo, estas son cosas que a mí me han hecho pensar mucho, porque así como yo miro y puedo ver muy buenas historias que yo he visto que están en medio de nosotros, yo conozco muchas de esas historias, y que he compartido esas historias y en parte he tenido como quien dice un front role de ver esas buenas historias desenvolverse en medio de sus vidas, así yo también sé que están esas historias en sus vidas que no son muy buenas tampoco, que son bien duras, y las hemos compartido, hemos llorado, nos hemos afligido, hemos orado por las cosas y a veces hemos orado sin poder ver la respuesta que esperamos, y se puede considerar como fracasos, como que fallé en esto, fallé en aquéllo, y uno se frustra de pensar qué hice mal, o qué dije mal, qué no hice, y mira todas esas son cosas que uno se puede preguntar, y uno puede reflexionar en ello, pero lo importante es mis hermanos que no nos quedemos estancados en ese fracaso.

Déjenme hacerles recuerdo de una historia bien particular. Los voy a llevar un poquito a su niñez, ¿cuántos se acuerdan de Sansón?, ¿sí?, ¿cuántos se creían que eran un Sansón cuando más pequeños?. No necesariamente por el pelo si no por la fuerza, perdón Bruno no quise mirar en dirección tuya así con esa intención. Sansón. En Jueces capítulo 19 sale la historia de Sansón, y todos conocen la historia, era que Dios dijo a sus padres que no se le afeitara, que no se le cortara el pelo porque en ese pelo era donde estaba su fuerza, era la señal de un hombre escogido por Dios, y de ahí Dios lo iba a usar como uno de esos libertadores del pueblo de Israel, y todos sabemos, Sansón tenía una fuerza bruta, era como el Hulk del tiempo de los israelitas, por así decirlo.

Ése era sansón, y claro está, apareció el personaje de Dalila que era una filistea, y ella quiso buscar una forma de destruir a los israelitas para como quien dice derrotar a este enemigo principal, y después de dos intentos que estaba tratando como de seducir a Sansón, que estaba tratando de sobarlo por aquí, sobarlo por allá, y eso está en la biblia, lo que pasa es que lo estoy hablando en el lenguaje de la versión de Omar Soto, después de distintas cositas, buscando seducir al pobre Sansón, Sansón le decía no, si me hacen esto se me vá la fuerza, ¿ah de verdad?, cuando estaba medio dormido, guardias guardias, esto es lo que hay que hacer, iban y lo cogían y lo amarraban con cuerdas de oro, y qué se yo cuántas cosas más, y cuando Sansón despertaba paf lo rompía, los agarraba a ellos, y después venía Dalila, no mira no te apures, esto es lo que me pueden hacer, si me hacen eso.

La segunda vez después que estaba dormidito, mira, ahora sí descubrí qué es lo que se le puede hacer, y ahí vá con una vaina nueva, y tratan de hacerle otro trueque pero no funciona, Sansón viene, lo rompe otra vez con su fuerza, y viene Dalila, ah, me engañaste por segunda vez, me mentiste de nuevo, chico, ¿que pasó?, yo pensé que había ganado tu confianza, y ya después de la segunda vez ahí fué donde Sansón dijo, bueno mira, este es mi secreto, si me cortan el pelo ahí es donde me dominan. Miren cómo dice la escritura, dice capítulo 16 verso 19: "Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre que le rapó las siete guedejas de su cabeza", me imagino que eran las siete trenzas en su cabeza, "y comenzaron a afligirlo pues su fuerza se escapó de él".

Ahí se vió el fracaso de Sansón, que descubrió su secreto, hay gente que dice que su fracaso fué que se dejó seducir por Dalila, pero su fracaso más bien se dió en que él descubrió su secreto, él mismo se tiró al fracaso, y de nuevo estas cosas son cosas que me hacen pensar como que wow, qué fácil es muchas veces para cualquier ser humano en cualquier situación, de una manera u otra, pierda su destino, su propósito, y que nos dejemos llevar así por las cosas que nos rodean, los estreses del mundo, las cosas que atrapan nuestra atención del mundo, y se nos vá la fuerza, o mejor dicho nos roban la fuerza por así decir, y caemos en el fracaso.

Dice la porción que a él hasta le sacaron los ojos, y lo ataron, con cadenas para que moliese la cárcel, lo ataron como que a un molino, yo no sé con qué fuerza él podía moverla ahora pero esa fué su tortura, esa fué la paga de su fracaso, y aunque puede sonar un poquito morboso este escenario, pero miren dónde se vé la esperanza en el verso 22, dice que el cabello de su cabeza comenzó a crecer después que fué rapado, después que le afeitaron la cabeza, ¿qué pasó?, le comenzó a crecer otra vez. Ahí fué ese rayito de esperanza mis hermanos que muchas veces no podemos ver, tal vez le empezaron a crecer dos o tres tuquitos, y él decía esto no tiene ninguna fuerza, pero si dice que el cabello le estaba creciendo era porque obviamente porque el cabello le iba a volver a crecer al largo que tal vez lo tenía, o al menos al largo que fuera requisito como quien dice para que la fuerza volviera a entrar en él.

Pero la fuerza entró en él más adelante, a Sansón lo llevaron a este templo donde él estaba, los filisteos obviamente estaban haciendo una fiesta porque ya lo habían conquistado, y lo trajeron a esa fiesta para mofarse de él, para que dizque que actuara y los entretuviera a ellos pero más bien era una mofa lo que estaban haciendo con él. Me gusta este relato porque dice que él pidió a su acompañante que lo llevara a los pilares, a las columnas, ese gesto de Sansón de en medio de la bulla que estaban haciendo en contra de él, en medio de la mofa, tal vez lo estaban, yo hasta me puse a pensar cómo Jesús que lo estaban escupiendo, lo estaban golpeando, lo estaban burlando, ¡ah! mira este que se las creía todas y míralo ahora como lo tenemos aquí, sirviéndonos a nosotros, él es la razón de nuestra risa ahora mismo.

Y en medio de todo eso, yo me imagino a Sansón por un lado sintiéndose culpable, por un lado sintiéndose como un fracasado, por un lado tal vez diciendo Dios se ha olvidado de mí, olvídate, Dios no quiere nada conmigo, metí las patas aquí, descubrí algo que no tenía que haber descubierto, pero en medio de eso, él dijo lo siguiente, verso 26 dice: "Y Sansón dijo al joven que lo guiaba de la mano, acércame y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa para que yo me apoye sobre ellas, y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los Filisteos estaban allí, y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres que estaban mirando el escenario de Sansón, entonces clamó Sansón a Jehová y dijo: Señor Jehová, acuérdate de mí, y fortaléceme, te lo ruego, solamente esta vez". Mira eso.

Él sabía que lo que él estaba pensando hacer le iba a costar la vida a él, él sabía que al acercarse a las columnas, yo me imagino que ya estaba maquinando, Señor, yo lo único que quiero es que Tú me devuelvas la fuerza para yo empujar estas columnas y eliminar aquéllos que se están mofando de mí, por ende los que se están mofando de ti también, solamente esta vez, acuérdate de mí, y sácame de este fracaso en el cuál me encuentro. Miren hermanos, así fué: "Asió luego Sansón las columnas sobre las que descansaba la casa y hechó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra, y dijo Sansón: que muera yo con los Filisteos, entonces se inclinó con toda su fuerza y ¡paf!, cayó la casa sobre los principales, y todo el pueblo que estaba en ella, y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante toda su vida.

Qué interesante eso ¿ah?, obviamente tiene algo como sanguíneo, no quiero clasificar esta película R por toda la sangre que hay aquí, pero lo que yo veo en esencia es eso mis hermanos, el fracaso de este hombre se convirtió en la matriz que le produjo un éxito mayor, el mero hecho de que dice que en ese evento logró eliminar muchos más de los que había eliminado en toda su vida, me dá a entender algo muy grande. Todos los personajes que yo le mencioné me dan a entender algo muy grande, y eso es que cuando nosotros estamos en Dios, nuestras vidas, sea usted un líder ministerial o sea usted un participante más de la iglesia, si su vida está en el Señor, todos sus fracasos mis hermanos, Dios los puede tomar y los puede tornar en algo de gran valor, tanto para Él, para que Él se glorifique en eso como también para llevarlo a usted a un nivel de mayor influencia. de mayor alegria, de mayor entendimiento de quién es Dios en su vida, Dios solamente puede hacer eso. Si Sansón no hubiese clamado a Jehová y hubiese dicho ten misericordia, acuérdate de mí tan solamente esta vez por favor, si él no se hubiese acordado de Dios en ese momento, aunque hubiese tenido el pelo largo como quiera no hubiese tenido la fuerza que venía directamente de Dios.

Todos esos personajes que yo les mencioné, aún acordándonos del mismo Jesús, si no se hubiesen acordado del propósito de Dios, que Dios tenía con cada uno de ellos, sus vidas no hubiesen cobrado el sentido y el valor que tenían después de esos momentos de fracaso, así que mis hermanos, el mensaje que yo les quiero transmitir está bien claro en esto, yo me estoy predicando a mí mismo también, podrá sonar un poco medio tenebroso el que diga como que wow sí, quiero enfrentar este año nuevo con toda la fuerza de Dios pero a la misma vez tengo que ser sensible de que cuando vengan esos tiempos duros, de prueba, difíciles, una relación amorosa, que no funcionó, un trabajo que yo tenía, y yo pensaba que estaba bien y de repente me dan la carta que nadie quiere esperar, lo lamentamos pero te tenemos que dejar ir, vas en la calle en la 45 y de repente pran, se te revienta una llanta, se te revienta la segunda y solamente tienes un spare.

Estás en el servicio y de repente el pastor dice algo como que te dá pow, y dices wow, ¿de dónde salió eso?, no vengo más a esta iglesia. Estás ahí bien embollado en tu ministerio, y de repente la hermanita que menos tú te pensabas salió con una cosa y tú te quedas como wow, pero yo no me esperaba esto que saliera de esta persona, ¿qué hice mal, dónde fué la situación que me está saliendo con esta clavada de cuchillo en mi espalda ahora?. Ya no voy a seguir mencionando cosas porque no los quiero poner muy, sea lo que sea mis hermanos, sea lo que sea, piensa de esta forma, esos fracasos, esos traumas, esas situaciones imprevistas que puedan venir, dependiendo de la mentalidad que tengamos, ese outlook que tengamos hacia la vida, vá a ser el resultado que veamos después de, si creemos que Dios es un Dios grande como cantamos ahora, ah sí, cántalo todo lo que tú quieras, en el baño en la cocina, canta todo lo que tú quieras, pero si lo que estás cantando no lo estás cantando desde adentro de que Dios es grande, y de que él puede hacer lo que tú no puedes hacer, créelo de que ese fracaso que tú has experimentado se vá a tornar en algo de gloria para el Señor, y de que tú cuando estés a ese lado mirando para atrás vas a decir wow, Señor fué duro pero Tú estuvistes conmigo, esa es la mentalidad mis hermanos.

Yo recuerdo las palabras de Roberto el año pasado cuando decía yo no te puedo prometer un año libre de problemas pero sí te puedo prometer uno lleno de victorias, es la realidad, es la realidad. No podemos dejar que esas batallas perdidas nos intimiden o nos descorazones demasiado. Miren qué fácil es cuando uno se siente descorazonado la primera reacción es abandonarlo todo, ah, voy a rendirme de esto, no voy a hacer nada más, pero es no es lo que Dios quiere de sus hijos. Tal vez por un momento sí, vas a tener que sentir la carga de ese sentimiento como que, ay, la fregué, no me quedó bien, no pude completar esto, no pude hacer aquéllo, pero mira, bórra, levántate de nuevo, sigue caminando, ¿pero para dónde voy?, no sé para dónde voy, sigue caminando, pero pastor eso no me hace sentir, sigue caminando, en algún momento Dios se te vá a aparecer a lo largo del camino y te vá a dejar saber, este es el camino por donde Yo quiero que tú sigas ahora, aquí te vamos a mostrar algo nuevo que tú no has conocido todavía.

Así que mis hermanos yo les animo, es más hasta les voy a decir esto, se me ocurre esto ahora, no te sorprendas cuando escuches noticias que sean difíciles, no te sorprendas cuando tus oídos reciban noticias que te parecen escandalosas, mira, tan bueno que se veía, tan santito que parecía ser, no te sorprendas, créele a Dios, créele a Dios y confía en Él, que el que tiene la última palabra es Él, no soy yo ni tú, es Él, así que vamos a ponernos de pie mis hermanos, veamos el fracaso con esos ojos de positividad, yo no sé si es la palabra pero veámoslo así, el pelo te puede volver a crecer, jajaja.

Hay muchos calvitos que se están sobando el pelo por ahí, eso está bueno, pero créelo, el pelo te puede volver a crecer así como le creció a Sansón, el pelo te puede volver a crecer, y la fuerza de Dios puede volver a fluir en tu vida, para que tú puedas lograr alcanzar lo que Dios tiene determinado para ti, así que Dios yo declaro tu bendición sobre cada uno de mis hermanos y hermanas esta noche, Tú sabes el motivo, la razón por las cuáles he compartido estas palabras, y yo te pido que cada uno de mis hermanos, hermanas puedan salir de aquí con un sentido renovado de esperanza, de confianza, de certeza en ti Señor, y saber que Tú eres el único que hace posible que nuestros fracasos se conviertan en tesoros para nosotros alcanzar tus bendiciones, para poder alcanzar el éxito que Tú quieres que tengamos.

Señor en este primer miércoles del año 2012, yo te pido Señor que en estos servicios, nosotros podamos comenzar a ver tu mano en una forma nueva Señor, que nosotros podamos ver tu Espíritu moviéndose en formas nuevas alrededor nuestro, que estos miércoles en la noche Señor verdaderamente se conviertan en una fuente de energía, en una fuente de renovación, en una fuente donde tu palabra pueda fluir con libertad, en una fuente Señor por donde la alabanza y la adoración suba delante de Tu Presencia como olor grato delante de ti Señor, que estos servicios se puedan convertir Señor en un lugar donde la tristeza se convierte en gozo, donde el pobre pueda decir que es rico, donde el débil pueda decir que es fuerte, donde el quebrantado pueda ser levantado, donde el enfermo pueda ser sanado, donde el que está confundido pueda recibir claridad en su mente, donde podamos recibir sabiduría sobrenatural para saber cómo proceder con cualquier asunto que venga a nuestra vida.

Pero sobre todas las cosas Señor, que estas reuniones puedan ser ese momento donde nos encontremos cara a cara contigo Señor, sé con cada uno de mis hermanas, yo declaro Tu bendición en cada una de sus vidas, yo te pido que los prepares, que tu Espíritu hable a sus corazones, que los prepares para enfrentar no solamente esos momentos buenos y gratos que puedan venir a nosotros si no también esos momentos difíciles Señor, que podamos levantar nuestra mirada a ti y podamos saber que nuestro socorro proviene de ti. Gracias te damos Señor y a ti te damos toda la gloria, todo el honor, amén y amén, hermanas y hermanos que el Señor les bendiga, que el Señor les guarde.

¡No mires atrás!

2 de enero del 2012 - Por Miriam Carrasquillo

Génesis 19:17 - ... No mires tras ti...

La Biblia tiene muchas historias de mujeres que fueron bendecidas por su fidelidad y obediencia a Dios, pero en el Antiguo Testamento, hay una historia diferente... Una historia que llama mucho la atención. Es la historia de una mujer, que por un momento de debilidad; quizás por melancolía, o por amor a lo que dejaba atrás en su pasado, perdió su bendición. A Lot y su familia se les advirtió que al salir de Sodoma y Gomorra que no miraran atrás. Fue eso precisamente lo que hizo su mujer. Por una razón u otra la mujer de Lot desobedeció, y pagó muy caro su desobediencia.

El Señor no quiere que vivamos recordando el pasado, mirando lo que dejamos atrás, como lo hizo la mujer de Lot. El quiere que nos olvidemos, si es necesario por completo del pasado, y miremos nuestro futuro; confiando siempre en que Dios nos tiene un porvenir mejor.
Dios ya olvidó lo que tú eras antes de conocerle, hazlo tu también. El dice en su palabra en Hebreos 10:17 "Nunca más me acordaré de tus pecados e iniquidades”. Tú tienes bendiciones que recibir, no permitas que el enemigo te siga atormentando recordándote tus pecados pasados, Dios ya los tiró a las profundidades del mar (Miqueas 7:19).

Estos recuerdos pueden estar interfiriendo u obstaculizando tu presente, y peor aún tu futuro. Dios tiene planes preciosos para contigo, pero tú tienes que tomar lo que te está tomando a ti - los recuerdos del pasado - tíralos al olvido por completo. El Apóstol Pablo dice en Hebreos 12:1 “... despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante." Tenemos que olvidar las cosas que pertenecen al pasado, e ir tras las cosas que nos esperan.
Dios restaurará los años que perdiste (Joel 2:25), tiene un futuro lleno de bendiciones para ti y los tuyos. En Jeremías 29:11 el Señor te dice: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Arrebata tus bendiciones futuras; piensa en tu porvenir. Eres una nueva criatura desde que recibiste al Señor en tu corazón. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios. 5:17). Camina desde hoy en adelante con tu frente erguida, mirando hacia el futuro, y a las promesas que Dios te ha hecho. Confía en el Señor y el hará (Salmos 37:5).

Transiciones - Dios te va a hablar a través de tus esfuerzos

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Dice la palabra del Señor en Josué 1:1-7 “…Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehová, Jehová habló a Josué, hijo de Num, servidor de Moisés, diciendo, “Mi siervo Moisés ha muerto, ahora pues levántate y pasa este Jordán tu y todo el pueblo a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado como lo había dicho a Moisés todo lugar que pisare la planta de vuestros pies. Desde el desierto y el Líbano, hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los Heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo, no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y se valiente porque tu repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y se muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella, ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de ti, de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas, ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo en dondequiera que vayas…”

La palabra del Señor para nosotros. He escogido este pasaje porque es un pasaje que nos habla de transiciones. La palabra clave aquí es transición, cambios, ir de un espacio a otro, hacer una transición de una época a otra, con todo lo que eso conlleva. Aquí tenemos un momento clave en la historia del pueblo de Israel. Han pasado décadas en el desierto, han vivido eventos memorables, han visto las manifestaciones del poder y la gloria y la provisión de Dios, han peleado batallas, han tenido momentos de desastres, han vivido momentos épicos, han sido dirigidos por un líder muy especial, lleno de unción y lleno del poder de Dios, han vivido con la expectativa de que algo les espera al otro lado del Jordán. Y durante décadas esa juventud que nace en el desierto ha crecido oyendo las historias y las promesas de los antepasados y de lo que Dios ha de cumplir en el futuro.

Y ahora, están en un momento clave en su historia y Dios ha escogido a un hombre que se llama Josué, nacido y crecido en esa trayectoria en el desierto. Y es un momento de gran incertidumbre y de gran potencialidad también para el pueblo de Israel. Hay peligros y hay posibilidades también. y hay cosas desconocidas que les esperan al otro lado del Jordán.

Y el Señor se acerca a Josué y le habla estas palabras que tenemos aquí, pero también le está hablando al pueblo de Israel, y por extensión, nos está hablando a nosotros también. Cuantos saben que la Escritura no es simplemente un registro de cosas históricas que pasaron hace un tiempo para que las miremos y digamos, oh, que bueno que sucedieron? No. la Biblia nos habla de que son cosas ejemplares, son principios bíblicos, espirituales que están registrados en estos eventos y que son aplicables a nosotros también.

Y ciertamente aquí hay unos principios muy poderosos que nosotros podemos usar en este tiempo también porque estamos entrando en un año nuevo, estamos en un año nuevo. Estamos apenas despegando en este año y sabemos que, yo les decía anoche a los hermanos, el tiempo no tiene como divisiones, el tiempo no sabe que hoy es 1 de enero, el tiempo fluye como un río que no tiene barreras, sino simplemente fluye. Nosotros le asignamos separaciones, nosotros dividimos la vida en ciclos de un año, este mes, una semana, 24 horas, un minuto. Son conveniencias nuestras y eso es importante. Son ciclos de la vida y es bueno marcar la vida de esa manera. Y nosotros hemos marcado la vida en años y en todas las culturas del mundo, quizás los años no coinciden, los comienzos del año no coinciden exactamente, en Asia, en la China, ellos tienen un año diferente a nosotros, los celebran de otra manera, pero sí sabemos que es importante separar esos momentos de la vida y saber cuándo comienza algo, cuándo termina algo. Eso nos ayuda a vivir mejor la vida y a tomar cuenta de las cosas, las vivencias de la vida.

Entonces, nosotros estamos ahora al comienzo de un nuevo año y como Josué y como el pueblo de Israel delante de nosotros hay una tierra desconocida, como para esa gente. Se abría delante de ellos una tierra maravillosa de promesas, de peligros y de posibilidades también. y este año que nosotros comenzamos a vivir ahora, es un año también de posibilidades, de peligros y de promesas.

En realidad, le digo la verdad, yo no quiero saber lo que va a pasar este año. Yo creo que hay de todo, pero quizás habrá momentos también difíciles. Yo prefiero mejor que si vienen, cuando lleguen yo los confronto en nombre del Señor y Dios será fiel.

Pero hay de todo. Lo bueno es, sin embargo, que una de las cosas que vemos aquí es que Dios está en control. Pero lo importante en este momento del texto es que nosotros entendamos que como Josué, como el pueblo hebreo, nosotros también nos encontramos en un espacio, un tiempo, una tierra, esta tierra no es física aunque podría serla, es una dimensión de experiencias que están por delante de nosotros. Es un territorio virtual que nos espera allí 365 días de vivencias, de luchas, de guerras y de gigantes que vamos a conquistar en el Señor, ríos que vamos a pasar, cosas que vamos a descubrir dentro de nosotros que no sabíamos que estaban allí.

Saben que en Deuteronomio, Capítulo 8, el Señor habla de que te mantuve en el desierto para probarte, para saber lo que había dentro de ti, para enseñarte a depender a mí, a no depender de ti mismo. Y parte de las experiencias que Dios va a traer en este año son para que tu te descubras a ti mismo, para que te conozcas mejor y para que sepas cuándo ir al Señor y pedir misericordia, medirte a ti mismo y saber cuánto necesitas cambiar, cuánto necesitas entregarle al Señor.

No todo va a ser bueno, pero yo te aseguro que todo lo que sucede en tu vida es porque Dios tiene un propósito para ello, todo. Todo, todo. Los hebreos no sabían lo que les esperaba allá afuera. Dios les había dicho, yo les entrego pero había una masa de experiencia que les esperarían allí, mezclas de cosas buenas evidentemente y cosas malas aparentemente, pero que a la larga eran todas forjadas por Dios, para propósitos sublimes que él tenía, benévolos para con su pueblo.

Y así tu y yo nos encontramos ahora mirando hacia este año que viene, y ya está aquí con nosotros, Señor, esa tierra prometida que tu tienes para mí, qué encierra, qué cosas encierra?

Mire lo que dice aquí, comienza, “Mi siervo Moisés ha muerto.” Ahí yo veo varias cosas ya. yo veo que el comienzo de esta nueva tierra que Dios tiene para Josué y para ti y para mí, hay cosas ahí cuando miramos hacia atrás, hay cosas que pasaron en el año pasado que fueron también quizás negativas, Moisés ha muerto. A Moisés no le dieron un retiro con un seguro social y una pensión por los 40 años que estuvo sirviendo al Señor en el desierto. No es como que tenía una mansión en la tierra prometida con su nombre y un carro del año.

No, Moisés, su muerte fue una muerte un poquito problemática porque Moisés no se le dio entrar a la tierra prometida porque había fallada en una forma muy fuerte delante del Señor. Porque al que mucho se le da, mucho se le exige y había cometido una falla delante de la majestad y el señorío de Dios y Dios tenía un propósito para este hombre muy especial, y por lo tanto Moisés no le es dado entrar a la tierra prometida. Él muere pero ya Dios tiene el sustituto, Josué, a quien Moisés ha entrenado, a quién Moisés ha preparado. Un hombre de un corazón como Dios lo requería.

Y así hay cosas en tu vida que han tenido que morir. Por eso es que yo digo, hermanos, siempre recordemos algo acerca de Dios, Dios es soberano. Yo, por eso, cada día, como yo les decía en nuestro sermones acerca de fe compleja.

Yo entiendo una cosa y es que yo no puedo controlar a Dios, yo no puedo controlar los eventos de mi vida totalmente. Yo no puedo creer que todo lo que va a pasar en mi vida tiene que ser bueno necesariamente. Dios es soberano. Dios es fiel. Lo único que yo les digo de nuevo es esto, sabe algo, que si Dios hace algo en tu vida, si algo ha tenido que morir en tu vida, si has tenido que dejar algo en el desierto, si ha habido muerto, o si ha habido fracaso o si ha habido falta, si ha habido no dar en el blanco mismo, en el centro del blanco, Dios misteriosamente ha estado involucrado en todo eso. Y él tiene ya cosas buenas que van a salir de eso.

Porque de Moisés sale Josué. De la muerte sale la vida. De las experiencias difíciles que tu has tenido hay cosas buenas que Dios tiene preparadas para ti. la vida es así, la vida es compleja. Hay pérdidas. Ayer mismo, supe de la muerte de una persona muy cercana a mi familia, asesinado aquí en Boston, un joven lleno de futuro y de promesas. Se mete en una pelea para separar a dos personas y él resulta muerto. La vida es así, hermanos, es compleja.

Cristo dice, en el mundo hallareis aflicción, pero añadió, pero confiad, yo he vencido el muro. Así que yo veo aquí, lo primero es eso, que hay muerte, hay problematicidad. Yo creo que todos podemos señalar los puntitos negros en el año pasado, pero también yo te aconsejo que mires las bendiciones. Dios es el gran reciclador, yo siempre lo llamo así. Dios lo recicla todo. A Dios no se le pierde nada y Dios es un alquimista también por excelencia, él torna cosas burdas y feas en oro. A él le encanta tomar nuestras heridas, nuestras faltas, nuestras pérdidas, nuestras tragedias y glorificarse en eso y sacar algo mejor todavía de ello.

Pero tenemos que dejar que las cosas se mueran. Y tenemos que bendecirlas, guardarles luto, y entonces ir hacia adelante, porque Josué tiene que entrar en su función y Moisés tiene que morir para que Josué entre a la vida. Entonces, recuerda eso, en última instancia, tu no has perdido nada. Si tu tienes la fe y yo tengo la fe para creerlo, Dios se ha de glorificar en todo lo que ha sucedido en tu vida y se glorificará en este año también.

Encomiéndate a la gracia del Señor y di, Padre, si vivo, para ti vivo, si muero, para ti muera, sea que viva o que muera tuyo soy. Amén. Y a los que a Dios aman, todas las cosas ayudan a bien. Para mí esa es la carta final que yo me juego siempre. Yo le puedo pedir al Señor una cantidad de cosas y se las pido con pasión y pongo todo mi empeño en las cosas que yo anhelo y deseo y peleo por ella, pero yo sé que allá arriba en su record, el Señor tiene una carta que yo le firmé en blanco que dice, hágase tu voluntad y no la mía. Amén.

Y eso me da paz a mí. Tu puedes pelear por tus anhelos, batalla por ellos, ruega por ellos, ayuna por ellos, clama por ellos, pero al final dile al Señor, pero Padre, yo sé que tu tienes la última palabra. Y yo me encomiendo a tu gracia. Me encomiendo a tu misericordia, me confío a tus poderosos brazos. No sé lo que me espera pero yo sé que va a ser bueno al final de todo.

El Señor Jesús mirando la cruz, dice, Padre, líbrame, yo no quiero ir allí, pero que se haga tu voluntad. Óigame, y qué provecho le sacó Dios a esa cruz. Aquí estamos nosotros aprovechándonos de eso. Ese es el misterio y eso es lo que nosotros tenemos que entender.

Porque aquí en este pasaje hay, como digo, hay promesas, posibilidades, pero también hay cosas oscuras y peligrosas y llenas de temor. Esa es la vida. Pero que maravilloso es que, hermanos, en medio de todo eso, lo que impera es una tonalidad positiva, de victoria. Hay un tono menor que está por ahí, pero al final es un tono mayor de resolución, de todo está bien. Dios está en control.

Porque yo veo en este pasaje en todo momento hay bendición que espera, pero Dios es un gran pintor y usted sabe que no hay posible pintura sin sombra. Se necesita contraste para poder disfrutar de la belleza. Todo arte necesita contraste. Todo drama necesita un villano. Eso es necesario. Y la vida cristiana tiene que estar definida por momentos de lucha, sufrimiento, para poder disfrutar verdaderamente, sublimemente de lo que es la vida. No queremos esas sombras, pero las sombras son necesarias para la vida cristiana.

Pero a la larga, lo maravilloso de este pasaje es que el tono final es positivo. Mire lo que le dice en el versículo 2, dice, “a la tierra que yo les doy”, es decir, no que yo les voy a dar, no, yo se la doy, esa tierra es tuya. Yo se las estoy dando. Ya yo se la he dado. Hay un título que dice esta tierra es de mi pueblo.

Dios siempre habla en presente. Dice la Biblia que para él todo es sí y amén. Yo sé que en la mente de Dios, para mi vida, hay victoria, para tu vida hay victoria. Tu tierra Dios te la da, tu vives en el eterno presente positivo de Dios. Tu tienes que vivir con esa confianza, esa seguridad de que sí, vienen pruebas, vienen gigantes, me van a tirar una pedrada por aquí, alguien me va a tratar de acuchillar por allá, pero Dios está conmigo y al final yo tengo la victoria, porque Dios me da la tierra. Dios me entrega la tierra.

El versículo 3 dice, “yo os he entregado como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie”. ¡Aleluya!. Cuántos pueden creer eso? Amén. mira, tu puedes decir Dios me ha entregado los 364 que están por delante este año, Dios ya me los ha entregado. Cuando tu te despiertes por la mañana tu estás entrando en un terreno virtual, temporal, que ya Dios te entregó. La cuestión es ahora, simplemente que tienes que bregar con las particulares de ese terreno.

Porque ahí está el contraste. Dios le dice, “todo lo que ustedes pisen es de ustedes, yo se lo he dado,” ahora ahí había una cantidad de gigantes esperando a que pasaran el río para comenzar a tirarles palos, todo lo que tenían para defender su tierra. Pero había ese contraste. Dios le había dicho, espiritualmente, judicialmente, yo les he dado eso, ahora, van a tener que pelearlo.

Y esa es la paradoja de la vida cristiana. Que por una parte nos movemos en la buena voluntad, la bendición, la promesa de Dios. yo creo que, hermanos, esa debe ser la postura gobernante de todo hijo, toda hija de Dios. Nosotros tenemos que vivir our default posture, nuestra postura primordial, esencial, debe ser una de victoria, bendición, suficiencia, el amor de Dios, la aprobación de Dios. Tu no te tienes que ganar la aprobación de Dios, ya tu la tienes, tu vives dentro de la aprobación de Dios. tu no tienes que ganarte la buena voluntad, los buenos propósitos de Dios, ya Dios te los ha dado.

Ahora, dentro de eso tu vives y te mueves dentro de ellos. Tu vida va a depender, y los resultados de vida van a depender de la actitud con que tu entres a ella. Si tu entras a la vida con una mentalidad de insuficiencia, de carencia, de limitaciones, de ver el vaso siempre medio vacío, vas a tener problemas en la vida. Pero si tu, como hijo de Dios, como hija de Dios, te mueves y vives dentro de esa idea de que yo soy el preferido, yo soy la preferida de Dios, yo soy la niña de los ojos de Dios, Dios me tiene esculpido en su palma, dice la Biblia.

El Señor dice en un pasaje, mira, si la mujer se puede olvidar del hijo al cual le ha dado a luz, yo me voy a poder olvidar de ti. Eso ha cambiado un poquito hoy en día, ya no es tan válido, porque hay mujeres que se olvidan de los hijos y los abandonan. Pero lo que en el contexto cultural, la madre que ama a su hijo, y que no le deja por nada absolutamente, y Dios dice, mira, yo nunca te dejaré, nunca te desampararé, dice aquí la palabra del Señor.

También le dice a Josué, “yo estaré contigo dondequiera que tu vayas, yo estoy contigo, yo te he bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.” Tu tienes que cultivar esa postura de fe en tu vida.

Ahora, dentro de esa postura de fe, vendrán dificultades, vendrán luchas, vendrán gigantes, porque ese es el conflicto. Yo le he entregado, yo les he dado todo lo que ustedes pisen, pero hay que desarrollar eso en el terreno.

Esa es la paradoja de la vida cristiana. Pero yo te aconsejo que cultives. Yo creo que uno de los distintivos de la mentalidad pentecostal es esa positividad, que a veces exageramos, porque no vemos la problematicidad, pero la positividad de la vida cristiana. Yo creo que la postura esencial de la Escritura es una de un Dios benévolo que ama su creación, que ama a sus hijos, que dio a su Hijo por su iglesia. Nosotros somos parte de esa iglesia, nosotros podemos creer que los años que están por delante son años buenos, son años positivos, son años de bendición, Dios va a bendecir a mis hijos, va a bendecir mi familia, mi trabajo, mi salud, mis finanzas, porque él lo ha prometido.

Yo te he entregado la tierra que pise la planta de tus pies. Confía en el Señor y entra en este año creyendo en la buena voluntad de Dios, porque vivir de una mentalidad de suficiencia es como un imán que atrae cosas buenas y positivas. Si tu vives con incertidumbre y con temor en tu vida y con inseguridad acerca de si Dios va a hacerlo o no va a hacerlo, te va a amar, no te va a amar, esto y lo otro, vas a fallar.

Uno tiene que cultivar esa mentalidad positiva. Por eso es que es tan importante, hermanos, comer de la palabra de Dios continuamente. Escuchar buena música cristiana, no es que no escuche otras cosas también, está bien, pero sabe, yo he aprendido, hermanos, que según yo me alimento, así es mi estado físico y así espiritualmente. Como cristianos este año yo les aconsejo y me aconsejo a mí mismo, vamos a consumir buen material para que nuestra mente se llene de esa postura positiva.

Si usted se pone a leer una cantidad de cosas donde el malo siempre gana y tu no sabes si Dios está contigo o no, o lo que sea, así va a estar tu mente, complicada. Está bien, eso lo puedes hacer para enriquecerte y para aprender, pero la base misma de tu vida tiene que ser cosas que te alimenten esa postura de fe, de positividad, porque cuando tu adquieras esa postura positiva, en Cristo, eso va a traer cosas buenas, eso te va a motivar a tomar riesgo, eso te va a motivar a emprender cosas grandes para el Señor, eso te va motivar a cuando venga el gigante no mirar su grandeza, sino mirar el poder de Dios dentro de ti, que es más grande que todo gigante.

Por eso, Dios es escogió a Josué, y a Caleb, los únicos dos que entraron a la tierra prometida de la generación antigua, fueron Josué y Caleb. Todos los demás murieron y se quedaron, los que entraron fueron una nueva generación. Por qué entró Josué y Caleb? Y por qué Dios escogió a Josué? Dice porque había un espíritu diferente dentro de él. Cuando Dios mandó esos 12 espías, solamente dos dieron un buen reporte acerca de la tierra a la cual Dios los llamaba. Los 10 dijeron, no, ahí hay unos gigantes que son unos jugadores de basquetbol, miden 6.8, 6.7, 6.6 y nosotros aquí 5.2. nos van a comer y nos van a destruir, nos veíamos como renacuajos delante de ellos.

Sí, es verdad que hay cosas buenas allí, pero que va, olvídate, esa tierra se traga a sus moradores. Josué dijo, si Dios está con nosotros, le vamos a untar mantequilla y nos los vamos a comer como pan, dice. Josué tenía una mentalidad de fe, de suficiencia. Él dijo, si Dios está con nosotros, les vamos a caer a batazos a todos esos y van a estar huyendo en un minuto de nosotros, aunque sean grandes, mientras más grandes, más duro caen, decía Josué.

Y eso agradó a Dios. Así como desagradó a Dios esos 10 que dijeron, bueno, sí, es verdad, hay cosas buenas pero la verdad es que las cosas malas están por encima de las cosas buenas.

Yo te aconsejo cultiva una mentalidad positiva en Dios. y consume todo lo que tu puedas para promover eso en tu vida. Si tu vas a servir al Señor, trata de pasar un tiempo en ayuno, en oración, preparando tu mente. Si vas a venir a la iglesia, no veas una novela antes de llegar aquí. No, pasa 10 minutos en oración y bendice el servicio y ven forrado, lleno de cosas buenas.

Estamos en guerra, hermanos, y necesitamos fortalecernos para tener esa positividad de que no, la tierra es mía. Este año es bueno, va a ser un buen año. En la tierra fluye leche y miel, hay gigantes, pero serán vencidos. Vienen dificultades, pero Dios me va a dar el poder para salir adelante. ¡Aleluya!

Y eso va a agradar al Señor y él va a activar su poder a favor tuyo. Y verán la bendición. Yo no le garantizo un año libre de problemas pero le garantizo un año lleno de victorias. Al Señor sea la gloria. Recíbelo si eres capaz de recibirlo. Yo te he entregado todo lugar, todo día, toda hora, todo trabajo, toda relación, toda situación, toda dificultad, que pise la planta de pies, la vas a batear de jonrón. Todo lo que el diablo te tire, lo vas a sacar del campo porque yo estoy contigo.

Y Dios entra desde el desierto y el Líbano y hasta el gran río Éufrates, toda la tierra, los heteos, hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo. ¡Aleluya!.

A mí siempre me ha gustado eso. Como estuve con Moisés, estaré contigo también. Sabe porque nosotros a veces pensamos como que sí, las bendiciones y el poder y la victoria, eso es para los pastores, los evangelistas, los que tienen como un carné especial, una entrada excepcional para con Dios. Mire, el Señor está con cada uno de sus hijos, el mayor y el más humilde, Dios está contigo. El Dios que estuvo contigo el año pasado estará contigo este año. El Dios que te sacó del hoyo el año pasado, te va a sacar del hoyo otra vez este año.

La misericordia de Dios es continua. La buena voluntad, los buenos propósitos de Dios son eternos. Dice, yo te he amado, con amor eterno. El Dios que se manifestó en el Mar Rojo, se manifiesta hoy en la North Hampton Street, en Roxbury, en Dorchester, en Jamaica Plain, en Hyde Park, en Roslindale, en Chelsea, en Lawrence, dondequiera de donde tu vienes, pon nombre, el Señor está contigo, como estuvo con tu papá, tu mamá, que sirvió al Señor, está contigo también.

No le pongas trabas al Señor. Como estuvo en el libro de los Hechos, el Señor está con nosotros también. Para mí esta palabra es simplemente un punto de partida, eso es todo. Porque esta palabra, uno tiene que vivir dentro de ella. Yo tengo que poner mi nombre ahí donde habla Josué, tengo que poner mi nombre donde dice Josué, donde dice Moisés, donde dice Pablo, donde dice Jesús, porque es el mismo Dios. Esto es simplemente una manera de iniciarme en el trato de Dios.

Y esta gente son simplemente excusas, son andamios para que yo pueda entender lo que Dios quiere hacer para mi vida. Así que no le pongas trabas. No digas, oh, eso era para aquellos tiempos, los dones eran para aquellos tiempos. El Señor reprenda esa doctrina. Los dones son para hoy. Los dones de Dios son para hoy, para tu vida. Hoy Dios te puede dar revelación. Hoy Dios te puede dar sabiduría para los problemas de la vida. Hoy Dios puede darte liberación de los demonios que quieren destruir tu vida. Hoy Dios puede darte tus hijos, de manera milagrosa como se los dio a esos grandes héroes de la fe. Hoy Dios puede bendecirte, prosperarte, abrirte puertas, proveerte, sanarte, liberarte, iluminarte, respaldarte, defenderte. El mismo Dios que estuvo con Moisés está contigo hoy y estará mañana, y estará todo el año. Créelo y vive de esa manera en el nombre del Señor. Lánzate a emprender grandes cosas para gloria de Dios. Atrévete en el nombre del Señor.

¡Aleluya! Y no te dejes intimidar por batallas que has perdido o que perderás. Eso es una palabra que quiero que te grabes en tu corazón. No te dejes descorazonar por batallas que has perdido o que perderás. Porque lo importante es que la guerra tu la ganes y que aprendas de las batallas que vas a perder o que has perdido. Porque cuando este pueblo iba a entrar ahí, iba a perder batallas. Iban a pasar una cantidad de cosas horribles, no bien habían salido a Canaán ya tuvieron un problema, tuvieron la gran victoria de Jericó, vino el anatema que uno se quedó con un lingote de oro y un manto babilónico, y hubo mortandad y líos, hubo problemas. Esa es la vida del pueblo de Dios. en la vida del pueblo de Dios hay de todo.

Yo dije por ahí, que el que quiera moño alto que aguante jalones, el que quiera moño alto que aguante jalones. El que quiera bendición de Dios tiene que batallar, tiene que pelear también. Viene de todo. En la vida va a haber pérdidas, pero eso no quiere decir que Dios no va a estar contigo.

No dejes de soñar cosas grandes es lo que te quiero decir. Aunque perdiste una batalla, sigue soñando y sigue creyendo que Dios va a estar contigo en el futuro, confía en el Señor. Él te ha entregado toda la tierra y él que está con Moisés y estará contigo también.

Por eso tienes que esforzarte y ser valiente. Dice, esfuérzate y sé valiente. Aquí hay una paradoja y es que Dios le dice, yo te he entregado todo lo que pise la planta de tus pies pero le dice, esfuérzate y se valiente. Y Josué podría haber preguntado, bueno, pero cómo es eso? Si tu me has entregado todo por qué tengo que esforzarme? Lo que tengo que hacer es entrar en la bendición.

Dónde está esa casa que tu me dijiste que es mía? Voy a entrar a ella y voy a poseerla. La paradoja. Mire, Dios bendice a la gente esforzada, hermanos. Eso es una pequeño asterisco, la bendición de Dios está contigo, su buena voluntad está contigo, pero vas a tener que esforzarte, vas a tener que pagar el precio, vas a tener que invertir. Las bendiciones de Dios tienen un costo. La salvación es gratis pero las bendiciones extras hay que fajarse y trabajar por ellas.

A Dios le gusta la gente esforzada y valiente. Es una cosa que a mí me ha perseguido todos los días de mi vida, que Dios no lo hace todo por mí, yo tengo que trabajar, tengo que esforzarme, tengo que pelar pestañas. A veces yo le he dicho, Señor, pero por qué no me haces las cosas más fáciles? Dice, no porque estoy forjándome un hombre poderoso, un guerrero valiente y si te lo doy todo vas a ser un parásito, como un aguilucho abriendo la boquita para que la mamá venga y te mastique la comida y te la eche encima.

A Dios no le gusta eso. Dios honra la gente fajona, como dicen los caribeños, la gente trabajadora. Hay que darle al Señor, hay que leer la palabra para sacar las pepitas de oro que están dentro de ella. Hay que levantarse un poquito más temprano. Hay que dar, hay que invertir, hay que agonizar, hermanos. Yo no sé si es mi visión del mundo, pero hay que agonizar en la vida cristiana.

Y si tu quieres servir al Señor, tu quieres ser bendecido por Dios, tienes que fajarte. Hay gente que yo quisiera como metérmele adentro para que se despierten porque eso es lo que les falta para recibir la bendición de Dios. Pero hay ahí, el ay, bendito, y no se inmutan por nada, se muere uno de un ataque al corazón y ellos están tranquilos, llegarán a viejos tranquilitos, porque no sufren, no lloran, no hacen nada, si Dios quiere, amén. Así se pasan la vida, hermanos.

Yo he aprendido una cosa, que Dios honra al hombre, a la mujer esforzada y valiente. A través de toda la Escritura yo veo eso, hermanos. Yo veo siempre a Dios encontrando a sus siervos trabajando. a Moisés lo encuentra cuidando cabras por allá. A Eliseo lo encuentra cuidando unos bueyes. A Gedeón lo encuentra trillando el trigo para que no se los lleven los madianitas. A Pablo lo encuentra persiguiendo a los cristianos y lo tumba del caballo. Dondequiera que usted ve, usted ve gente trabajando. A Levi lo llama mientras está trabajando en la mesa de los cambio del dinero. A Pedro lo llama cuando está lavando las redes para pescar.

Por qué es que Dios siempre como que llama a su gente mientras están trabajando? porque son gente esforzada y valiente, están trabajando. a los pastores, se les revela mientras cuidaban a sus ovejas. Y yo creo que a los magos se les reveló mientras explorando las estrellas y tomaban notas acerca de la configuración de los astros. Qué es eso? Una estrella. Que raro, no se mueve. Y les habló.

Dios te va a hablar a través de tus esfuerzos. Trabajo. Generalmente Dios no te va a llamar mientras estás ahí batallando con la almohada y con las sábanas ya que no sabes qué hacer con ella porque está cansada de ti, pero tu te estás agarrando a ella y peleando para que no se te escape. Dios te va a hablar cuando estés orando, cuando estés leyendo la palabra, cuando estés sirviendo, cuando estés predicando, cuando estés invirtiendo. Ahí es donde Dios va a decirte, es el momento. Quiero decirte algo, esfuérzate, se valiente, no temas ni desmayes, Dios estará contigo. No digas, oh, estoy demasiado cansado, no puedo ir a la iglesia, no tengo suficiente dinero, no puedo dar. Estoy demasiado ocupado, no puedo servir.

Mira, lánzate en el nombre del Señor. Invierte en el nombre del Señor. Mientras más cansado estés, dale más al Señor. Dios te dará nuevas fuerzas. ¡Aleluya!

Yo tengo una lucha en mi vida, porque por una parte yo sé la importancia de descansar, de también cuidar las cosas de la familia y todo eso, pero he aprendido también que donde Dios más me ha bendecido es cuando yo entro en esa zona del sacrificio y le doy al Señor el fruto de mi cansancio y de mi desvelo. Es como que ahí es donde Dios bendice. Yo entiendo que es algo problemático, porque muchas veces yo he predicado la importancia del descanso y otras cosas, pero yo he aprendido, hermanos, también que es misterioso pero como Dios te renueva en el vuelo cuando tu le das al Señor.

Y hay una promesa en la palabra de Dios de renovación y de bendición, de fuerzas, por eso tu puedes atreverte a ser generoso con Dios y a dar un poco extra. Dáselo al Señor, no se lo des al diácono, no se lo des a Roberto Miranda, no se lo des a León de Judá, dáselo al Señor. Dice, Padre, esta es mi ofrenda, el sacrificio a ti. y Dios dice, los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas. ¡Aleluya! Correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán, aún en su cansancio Dios los renovará en el vuelo. Vive en ese nivel.

Porque es lo mismo, cuando damos al Señor, a veces estamos esperando a que la cuenta suba para darle al Señor. No, dale cuando la cuenta está baja y ahí es donde Dios te va a visitar y te va a bendecir. Ve a la iglesia cuando estés cansado y aburrido y no quieras ir, entonces di, sabes qué? Ahora es que voy a ir, y esa inversión sacrificial, yo voy a glorificar a Dios con ella y ahí es donde Dios te va a bendecir.

Le voy a pedir a los músicos que pasen por acá y el pueblo dice amén. Pasen por acá y vamos a celebrar la santa cena. Pero hermanos, yo quiero invitarles a postura de vida agresiva, militante, confiada en el Señor. Hay mucho más en este pasaje, mucho, mucho más. Voy a resistir la tentación de continuar rumiando.

Solamente apunto allí la importancia de la palabra de Dios. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley sino que de día y de noche meditarás en él para guarde y hagas conforme. Las bendiciones de Dios tienen sus pre condiciones, esfuerzo, meditación en la palabra. Recuerdan lo que les decía? Hay que meditar en la palabra, hay que alimentarse de ella, hay que saturarse de ella.

Los patrones de la palabra tienen que convertirse en nuestros patrones nerviosos, neurológicos también. Nuestro cerebro tiene que ser reprogramado por la palabra de Dios para que podamos pensar como piensa la palabra de Dios porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

Óigame, en un sentido yo quisiera que no estuviera eso ahí, y todo te saldrá bien, porque es problemático, porque no todo nos sale bien aparentemente. Lo que Dios dice es que te va a salir bien, al final te va a salir bien, al final te vas a pegar el premio. No te preocupes, habrá problemas en el proceso pero todo te saldrá bien. esa es la manera en que yo lo entiendo.

Pero lo importante es que tu creas que te va a salir bien. si tu emprendes las cosas en el nombre del Señor todo te saldrá bien. esa es la promesa de Dios. pueblo de Dios, Congregación León de Judá, al mirar hacia este año no temas ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Esa es la promesa de Dios para nosotros, la recibimos, la celebramos, y queremos vivir en esa profundidad y en esa altura de Dios. Vamos a ponernos de pie aunque sea un momento y darle la bienvenida a esa palabra en tu corazón y en tu vida.

Di, Señor, yo recibo tu buena voluntad para mí, he perdido batallas, te he fallado en algunas cosas, no he visto claramente tu bendición en algunos momentos, y yo sé que me esperarán momentos difíciles por delante, pero gracias, porque tu has dicho, yo te he entregado toda la tierra, yo te he entregado todos los días, yo te he entregado todas las circunstancias, yo estaré contigo el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, el sábado y el domingo. Y como estuvo con tus antepasados, como estuve con esos grandes hombres y mujeres de la Biblia, o con tus mentores y ejemplos del pasado, yo estaré contigo también. Mi gracia estará contigo como estuvo con Moisés, y como estuvo con Josué y como estuvo con el que tu eras el año pasado, que tuvo victorias, yo estoy con el que eres ahora también.

Solamente te digo, esfuérzate, se valiente, cree en mi promesa y vive la vida en los principios de mi palabra. Y no serás vencido ni vencida en ninguna situación que tu confrontes porque al final de todo yo me aseguraré de que mi fidelidad sea manifiesta en tu vida.

Así que atrévete a emprender cosas grandes. No mires hacia atrás, mira hacia adelante, la tierra que yo ponto este día delante de ti. Gracias Señor, gracias. Recibimos tu palabra, Padre.

Ayúdame a creer yo mismo lo que estoy predicando, Señor, ayúdame a internalizarlo y vivirlo y hazlo real en mi sistema nervioso, hazlo real en mi cerebro, hazlo real en mis emociones, hazlo real en mi voluntad, hazlo real en los tejidos de mi cuerpo, hazlo real, Señor, en los músculos de nuestro cuerpo, hazlo real en las decisiones de cada día, hazlo real en la cotidianeidad de la vida, hazlo real cuando pongamos el pie, cuando los apeemos de la cama, Señor, y pisemos el piso frío de nuestras casas, ahí podamos decir, Dios me ha entregado este pedacito de tierra que pisa la planta de mis pies y el próximo y el próximo, y el próximo, porque Dios ha prometido estar conmigo todos los días de mi vida.

Lo recibimos y te damos gracias porque podamos vivir la vida como ese gran Canaán que está delante de nosotros, Canaán es mío porque tu me has entregado la tierra. Mi vida te pertenece y me pertenece, no es al diablo, no es a las circunstancias, no es a los hombres, tu y yo, Señor, nosotros juntos somos más que vencedores. Queremos vivir nuestra vida así delante de ti, Padre, queremos consumirnos delante de ti de esa manera.

Te amamos y te bendecimos, Señor. Gracias, gracias, gracias, dale gracias al Señor. ¡Aleluya! Por su bondad y su misericordia, por su buena voluntad y sus favores, gracias Señor Jesús. Tomen asiento, hermanos.

Resplandecer la gloria de Dios

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Les invito a abrir sus Biblias al libro Segunda de Corintios, Capítulo 3. A cuántos de ustedes les gusta hacer resoluciones de Año nuevo? Y cuántos las pueden mantener? Yo soy un fanático bien grande de lo que son las resoluciones de Año Nuevo. Es una buena disciplina poder tomar tiempo para mirar nuestras vidas y de evaluar cómo estoy haciendo y cómo puedo crecer y cambiar. Y yo entiendo que también no es tan solamente hacerlo una vez al año, sino también en una forma regular.

Yo tengo un amigo que toma el primer lunes de cada mes para evaluar su vida, evaluarse a sí mismo y ver cómo él está haciendo. Así que yo me considero muy buen fanático de una introspección sana y saludable. Pero hay un pequeño problema si nos apoyamos solamente en nuestras propias resoluciones.

Todo aquel que trabaja en un hacer ejercicios en un gimnasio sabe que el mes de enero es el mes más ocupado. El lugar está lleno de personas y están ocupados por todo un mes, pero cuando llega el día de San Valentín, todo vuelve a la normalidad. Porque todas esas resoluciones usualmente no llegan a convertirse en un estilo de la vida que la persona lleve a cabo.

El concepto bíblico no es necesariamente una resolución sino más bien una revolución. No es tan solo por nuestra propia fuerza de voluntad sino por el poder Espíritu Santo. Así que lean conmigo Segunda de Corintios Capítulo 3 y pueden leer del verso 1 en adelante.

Se dan cuenta que una palabra que está siendo bien repetida aquí? la palabra gloria. Voy a leer ese último verso en español:

“…Porque el Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor ahí hay libertad. Por tanto, nosotros todos mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor…”

Padre, te damos las gracias por la realidad de esta promesa de libertad, de transformación en el poder del Espíritu Santo. Te doy las gracias, Señor, por este proyecto grandioso de resplandecer tu gloria a través de las luces nuestras. Padre, que pensamiento tan grande. Yo te pido que hoy esto sea más que un pensamiento, sino que inspires un sentido de fe de que tu puedes transformar y hacer una revolución en nuestro corazón, en el nombre de Jesús. Amén.

Hay una palabra clave que se usa en el verso 18, y es un verso tremendo si usted verdaderamente le presta atención. Dice que nosotros estamos mirando hacia la gloria de Dios sin ningún velo en nuestro rostro. La comparación es con Moisés, como cuando él veía el shekiná, la gloria de Dios cuando estaba en el Monte Sinaí, y la gloria como que se le pegaba a él. Era algo contagioso y era tan majestuoso que el pueblo de Israel tenía miedo de mirar a Moisés y por eso es que él se cubría con un velo.

Y Dios dice, ese era el viejo pacto, el nuevo pacto es mil veces mejor y la gloria es mayor que aquella del viejo pacto. Y cuando nosotros tornamos nuestras vidas al Señor hay un velo que se nos quita.

Han experimentado eso en algún momento? Que cuando uno se torna a Jesús y uno cree en él y confiesa sus pecados y uno pone su mirada en él, es como si un velo se te quitara de tus ojos. Es como dice el himno, oh, sublime gracia, cuán grata es, y al final el verso dice, estaba ciego pero ahora puedo ver.

Yo recuerdo cuando tenía 16 años que acepté al Señor en mi corazón, y yo miraba alrededor y yo decía, quién habrá tornado los colores de la naturaleza su color más intenso. Por qué de repente el mundo estaba como en Hd, high definition. Y por qué la Biblia de repente se puso en tres dimensiones. Cuando yo estaba en la iglesia antes escuchaba algunas canciones que me parecían un poco raras, pero al tornarme a Jesús esas mismas canciones traían lágrimas a mis ojos.

Es porque hay un velo que se nos quita. Y la Biblia dice que nosotros mirando a la gloria del Señor y como dice en la versión en español en el verso 18, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor.

Ahora, para nosotros, mirarnos en un espejo es que estamos viendo algo que refleja una imagen devuelta a nosotros, y es algo bastante claro. Pero en este caso, en este tiempo bíblico un espejo era como un metal brumoso, nublado, que la imagen que transmitía era una imagen que no estaba muy clara. Es por eso, como también dice, cuando vemos a través de un espejo que vemos las cosas como un poco nubladas, pero que cuando estemos en el cielo podremos ver las cosas tal y como son, cara a cara.

El punto que quiero decir es que cuando ese velo se nos remueve podemos ver la gloria de Dios pero sigue siendo algo brumoso, no está totalmente claro. Pero lo que vemos nos transforma. Lo que vemos se nos queda ahí con nosotros. Es por eso que la gente aún se ve diferente después de un tiempo de alabanza y adoración. Hay algo acerca de la gloria de Dios, a medida que la gente abre su corazón y el espíritu de Dios viene en ellos, hay una libertad y hay algo que la Biblia también llama una metamorfosis.

Dice que nosotros estamos siendo transformados. El griego dice metamorfumae. Es que la palabra metamorfosis es bien interesante. Como ustedes verán, una metamorfosis no es hacerle un cambio pequeño a algo, es una transformación radical, es una oruga que se convierte en una mariposa. Esa es la clase de transformación de la cual Dios está hablando aquí.

A menudo cuando pensamos en nuestra vida cristiana y el hacer resoluciones, pensamos en hacerlo con nuestras propias fuerzas, cuando lo que Dios quiere hacer es revolucionar nuestras vidas a través de su poder. La Biblia dice que si nosotros estamos en Cristo nueva criatura somos. Las cosas viejas han pasado y todo es hecho nuevo. Es una revolución donde está el espíritu del Señor, ahí hay libertad.

Yo quiero hablarles acerca de una transformación revolucionaria en nuestras vidas. Y lo primero que quiero decir es que una revolución trae una transformación holística a una sociedad. No es tan solamente cambiar una o dos leyes, es el hecho de tomar esa estatua de Sadam Hussein, o Lenin o el dictador que estaba ahí antes, y tumbarla por completo al piso. Es como tomar una vieja constitución y quemarla por completo, tiene que ver con un cambio total de gobierno, hay un nuevo gobernante, hay nuevas leyes, hay una nueva constitución.

Ahora, a menudo la historia nos enseñó que revoluciones humanas no terminaban en la mejor forma que digamos. Pero las revoluciones de Dios sí funcionan en nuestras vidas. No es un cambio promedio, sino que es una transformación total de cómo nos vemos a nosotros mismos como personas. Y tiene que ver con libertad.

Yo tengo un amigo que conocí mientras estuve en Puerto Rico y él nació en una de las islas vecinas a Puerto Rico, gobernada por un dictador bastante poderoso con una barba bien larga. Y solamente digamos que mi amigo no le gustaba la forma de dirigir de esta persona. este amigo mío era más gringo que yo en muchas formas. y siempre recuerdo el día que él consiguió su tarjeta de crédito, es como si hubiera tenido un bebé. Él estaba gozando de lo que era el capitalismo en aquel entonces. y yo le dije, “Mira, tienes que tener cuidado porque una tarjeta de crédito te puede meter en muchas deudas y problemas también.” y él me dijo algo muy profundo, “Sabes, Greg, yo puedo usar esta tarjeta para arruinar mi vida, pero eso tiene que ser una decisión que yo tengo que hacer.”

Y yo me pude percatar de que había algo mucho más grande que el mero hecho de la tarjeta en esto. Es el concepto de poderse sentir libre. El ser humano no está intencionado estar capturado en una caja, y cuando una persona se siente atrapada o esclavizada, hay algo en ellos que desea poder ser libre. Y de ahí es de donde salen las revoluciones.

La Biblia dice que todo aquel que peca es esclavo del pecado. Estamos atrapados en ello, pensamos que estamos haciendo lo que queremos hacer, pero realmente estamos haciendo lo que el pecado dice que nosotros hagamos. El diablo es el que está a cargo y no nosotros.

Pero también la Biblia dice que cualquiera que está y vive en la presencia de Dios ahí hay libertad, porque ser libre no significa que uno tengo alguien gobernando sobre uno, sino más bien significa tener el gobernante correcto sobre uno mismo. Significa tener ese rey que te hace libre. Es tener el Rey de Reyes, y Señor de Señores, significa tener al Dios que te creó a cargo de tu vida.

La Biblia dice que si el Hijo te hace libre serás libre de verdad. No hay nada que se compare con esa libertad. Y uno tiene que probarla, y uno tiene que experimentarlo, antes me solía sentir atrapado y ahora puedo respirar. Yo veo muchas veces la gente aquí arrodillados en el altar, levantando sus manos, personas que antes estaban atrapados en un complejo de inferioridad, y ahora danzan en la presencia del Señor, porque son libres y eso se siente bien.

Eso no significa que yo estoy a cargo de mi vida, sino que Dios está a cargo de mi vida, y ahora puedo respirar el aire puro que me rodea. Esto también significa un cambio de mi constitución personal, no significa que voy a ajustar un poquitito mis creencias anteriores, sino significa que las voy a quemar.

Sabes, como un nuevo creyente cuando tenía 16 años, yo traté de hacer lo siguiente, escribí todos los pecados de los cuales yo hice que yo me recordé. Y me tomó bastante tiempo. Una cosa llevaba a la otra, y la otra a la otra. Entonces, cerré la puerta del baño y tomé unos fósforos y tuve una pequeña fogata ahí en el baño. Mis padres estaban en la puerta preguntando, “qué estás haciendo ahí adentro?” “Estoy quemando mis pecados, papá:” “Vamos a llamar al psicólogo de niños contigo ahora.”

Tengo otro amigo que él ha compartido su testimonio en una forma muy abierta y pública en la cual él tenía una creencia de ateísmo muy profunda. Él sabía que no existía un Dios y él tenía una filosofía para probarlo. Y él tuvo una experiencia física con la presencia de Dios. fue visible, él vio como una nube que pasó a través de él y él sintió la sensación de esa nube moverse a través de él, y en el medio de esa nube, este pensamiento llegó a su cabeza: todo lo que yo he creído hasta este momento es completa basura.

Esa es la clase de revolución que Dios quiere hacer. Hay algunas religiones que solamente quieren añadir a Jesús a su repertorio, como quien dice, algo más en qué creer. Y quieren tratar a Dios como una mascota en sus vidas o como un amuleto de buena suerte. Y Dios dice, yo no soy tu amuleto de buena suerte, yo no soy tu mascota. Yo soy tu Rey y no podrás ser libre hasta que me conozcas a mí como tu Rey. Y significa tomar todo tu sistema de creencias que está redondeando en tu propia vida y usarlo como leña.

Dios no necesariamente está en los negocios de mejorar a la gente sino más bien de transformarla. Y ya saben, sí, he puesto una buena conexión ahí para buenas resoluciones de Año nuevo y eso está bien, pero eso no va a hacer de ti una mejor persona, Dios quiere una nueva persona en ti, una nueva persona en mí, si alguien está en Cristo nueva criatura eres. Lo viejo ha pasado, he aquí todas las cosas son hechas nuevas.

Dios cambia vidas y lo ha estado haciendo a través de toda la Escritura. Qué fue lo que le dijo a Abran? Él le dijo a Abran, sabes, hasta el día de hoy te has llamado Abrahán, pero de ahora en adelante te voy a llamar Abrahán, Padre de muchas naciones. Y a Sara le dijo, no vas a ser llamada Saraí, sino que vas a ser Sara. A Jacob le dijo, no vas a ser Jacob más sino que vas a ser llamado Israel, porque has luchado con Dios. A Oseas, no vas a ser Oseas, sino que vas a ser Josué, porque significa Dios salva. A Simón le dijo, no vas a ser llamado más Simón sino Pedro. Y sobre esta roca yo edificaré mi iglesia. No más Saúl sino Pablo.

Tu tienes un nombre. En Jesús eres una nueva persona, tienes una nueva identidad, una nueva razón para vivir y Dios puede hacer ese cambio en tu vida.

Quisiera que vayas conmigo a Romanos, Capítulo 6 y es un texto que tiene que ver con el bautismo. Cuántos aquí se han bautizado? Si no lo ha hecho, este es su año, los esperamos. Lo que hacemos aquí es que nosotros abrimos esta plataforma y hay una tina ahí adentro y la gente baja por un lado y los zambullimos en el agua y la persona se moja. Y la persona tiene que soltarse y dejar que otra persona lo meta en el agua, y esto puede ser un poquito tenebroso. Y entonces sale completamente empapados por aquí, por el otro lado y salen. Es una experiencia que no se olvida.

Por qué nosotros zambullimos a las personas? Cuál es el simbolismo detrás de esto? A menudo hablamos de esto como si fuera una limpieza. Yo tuve una mamá que me pidió que dejara a su hija debajo del agua por mucho tiempo. Y me dijo, put some chlorine in there as well. Ella necesita un buen baño.

En el Antiguo Testamento hay una historia muy rica acerca de esos ritos de purificación. Así que el bautismo encierra parte de ese simbolismo y de ese significado. Pero miren el significado de acuerdo a Romanos Capítulo 6, dice:

“…Qué pues diremos? Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera, porque los que hemos muerto al pecado, cómo viviremos aún en él? O no sabes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

El simbolismo más que nada es un entierro de tu propia persona, esta muerte, si eres un creyente, cuando llegue ese momento de tu morir realmente, esa va a ser tu segunda muerte, pero en el bautismo es la primera vez que nosotros morimos en nuestra vida.

Yo recuerdo esta historia, no sé si es real, pero me gusta, de un hombre que cuando fue bautizado que salió del agua, se paró en la orilla y cogió una roca bien grande y la tiró al agua, y cuando cayó en el agua la gente le preguntó, por qué hiciste eso? Esa es la lápida, hay un hombre muerto ahí adentro y ahora soy una nueva persona.

El bautismo significa ser enterrado con Cristo, estar conectados a su muerte para nosotros poder unirnos así también a su resurrección. Es algo revolucionario en naturaleza. Esa vieja persona tuya ya murió, y ahora hay una nueva persona.

Pero cuántos de nosotros sabemos que ese hombre o mujer muerto que está ahí, ese viejo Greg, el viejo Omar, aún cuando teológicamente y espiritualmente sabemos que esa persona ya está muerta y crucificada, que esa vieja persona no se rinde así fácilmente. En mí está ese nuevo hombre, ese nuevo yo en el espíritu de Dios pero también, como dice la Biblia, está mi carne pecaminosa que pelean una con la otra. Y ahí es cuando entramos en un proceso de cambio como creyentes.

Esta revolución no sucede de la noche a la mañana, es un proceso. Pero Dios nos llama a tener una pasión revolucionaria por ese cambio personal. Los revolucionarios son impacientes por naturaleza, hay como una urgencia de ese cambio que quieren ver. Hay un grupo de personas que escribieron la declaración de independencia y se la enviaron por correo al rey.

Y cuando primero hicieron esto en Filadelfia, la declaración de la independencia, no recuerdo quién fue que lo dijo, si fue Thomas Jefferson o John Adams, pero dijeron, bueno, muchas felicidades mis hermanos, ya hemos escrito nuestra sentencia de muerte. Nos vemos en el degolladero, como quien dice.

Así que esa es la mentalidad que dominaba a esas personas, ellos no querían un cambio parcial de las cosas, sino que querían renovar todo el sistema por completo. Y requiere un nivel de intensidad y pudiésemos decir, hasta un tipo de coraje concerniente al curso de cómo están las cosas en la actualidad. es como decir, ya estoy harto, hastiado de esto y no voy a lidiar más con eso. Es como Rosa Park, esta mujer afroamericana que después de un largo día de trabajo, cansada, entró al bus y se sentó y entró este joven blanco y le dice, señora, yo creo que usted se tiene que levantar porque un hombre blanco acaba de entrar a este bus. Y esa era la ley en aquel entonces, ella se tenía que levantar y quedarse de pie y darle su asiento a este muchacho blanco. Y ella en una forma bien callada dijo, No, gracias, yo estoy cansada y me voy a quedar aquí sentada. Señora, si usted no se levanta la vamos a arrestar. Ella le dijo, Me van a tener que arrestar porque estoy cansada de mi día de trabajo, y estoy cansada de esta ley también. esa urgencia por revolución y por cambio fue esa chispa que inició todo ese movimiento.

Jesús usa un lenguaje revolucionario concerniente a la actitud que nosotros debemos tener también en contra del pecado. Y obviamente no tan solamente hablamos del pecado en la sociedad en general sino también el pecado en nuestras propias vidas. Jesús dijo, si tu ojo derecho te causa pecar, pues, mira arráncatelo y tíralo. Es mejor que vayas al cielo con un solo ojo que al infierno con los dos.

Si un predicador hubiese venido aquí y predica eso desde este púlpito, qué haríamos? Se está saliendo un poquito de línea. Pero esto es lo que Jesús dijo después por si acaso no se habían ofendido lo suficiente, si tu mano derecha te causa pecar, córtala y arráncatela de tu cuerpo. Es mejor que vayas al cielo con una sola mano que te vayas al infierno con las dos.

Ahora, para que nadie vaya a pensar que nos estamos poniendo un poquito locos, entendemos que Jesús estaba usando un lenguaje medio hiperbólico, pero si él no hubiese querido causar ese tipo de impacto no hubiese hablado así.

Odiamos al pecado de esa forma? Estamos desesperado por un cambio? Podemos decir, Dios, ya estoy cansado de mi vida, quiero un cambio, quiero ser más como Jesús. Es como Simón cuando Jesús hizo esta pesca milagrosa, Simón salió de su barco y se tiró de rodilla a Jesús, y dijo, por favor aléjate de mí, yo no puedo con esto. Esto tiene que ver con estar ya hastiado con una existencia pacífica con tu propio pecado.

No se puede tener ningún tipo de arreglo con ellos, sino que en el nombre de Jesús declaramos una independencia, y decimos, somos una nueva criatura en Cristo. Tengo un nuevo corazón, tengo un nuevo espíritu y yo puedo vivir una nueva vida. Y declaramos esa independencia.

Dice la Biblia que Dios va a quitar ese corazón de piedra y va a poner un corazón de carne. Has tenido esa experiencia? Antes eran totalmente duro e insensible y ahora tienes un corazón suave y sensible para Dios. Dios no necesariamente quiere ajustar tu corazón, él quiere darte uno totalmente nuevo.

Cuál es el estado de tu corazón? Le han dado un poco de golpes recientemente? Tal vez está lleno de cicatrices y marcas? O tal vez tu corazón ha desarrollado como callos alrededor de sí, como las manos de un carpintero o las puntas de los dedos de un guitarrista, que no siente ya.

Yo conozco personas que dicen que hace años no lloran y que hasta ni recuerdan cómo llorar. Gente que dicen, yo tengo que velar por mí mismo porque nadie más lo va a hacer. Y Dios dice, yo estoy listo para darte un nuevo corazón, el corazón de un niño, si me dejas hacerlo, donde el espíritu del Señor está ahí hay libertad.

Pero esto no tiene nada que ver con nuestras propias resoluciones o nuestros propios esfuerzos. En algún momento has tratado de romper un hábito que es bien duro, bien fuerte? Tal vez tratar de renunciar al cigarrillo, o perder peso, o dejar de chismear? Acaso no se hace difícil?

Mira lo que le pasa al Apóstol Pablo cuando él trata de cambiar por su propio esfuerzo, Romanos Capítulo 7, el Apóstol Pablo por un tiempo estaba tratando de cambiarse a sí mismo, dice en el versículo 14;

“…Porque sabemos que la ley es espiritual, más yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago no lo entiendo pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco eso hago. Y si lo que no quiero esto hago, apruebo que la ley es buena, de manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo que en mí, esto es en mí carne, no mora el bien, porque el querer el bien está en mí pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero eso hago. Y si hago lo que no quiero ya no lo hago yo sino el pecado que mora en mí.

Y lo leí de esta forma porque el texto, la intención es como ver ese ciclo en el cual uno se enreda. Gracias a Dios que no ha nevado en estos días pero cuando nieva y tu carro se queda estancado en el hielo, en la nieve, uno aprieta el acelerador, y qué le pasa a las gomas? El carro se mueve? Qué hace uno, aprieta el acelerador más y lo más aprieto más a ver si se mueve el carro. Y está ahí dando vueltas, dando vueltas, y qué pasa con uno? Te quedas estancado.

Eso es lo que sucede cuando tratamos de cambiar por nuestras propias fuerzas. En el tiempo del Antiguo Testamento había un movimiento de auto ayuda que eran los que querían ser como judíos, judaizantes, es el término. Estas personas solían encontrar nuevos creyentes en las iglesias o en las sinagogas. Cómo son los nuevos creyentes? Cómo es ese tipo de carácter, de persona? tienes tu luna de miel con Jesús.

La gente en la escuela pensaba que yo estaba borracho. Me decían, Greg, qué estás usando? Soy Dios ahora. Mis padres me querían mandar al psicólogo de niños, hay algo mal con mi hijo. Así que estos judaizantes querían conseguir nuevos creyentes con todo ese aire, esa luna de miel, los querían conseguir a ellos. Y venían y decían, okay, se acabó la fiesta, niños. Es tiempo de ponerse a trabajar. Ahora es tiempo de convertirse en judíos. Hay que circuncidarlos, hay que obedecer las leyes de nutrición, de dieta, y ellos tenían un listado de leyes para que ellos los pudieran seguir.

Y el Apóstol Pablo le dijo a la iglesia de los gálatas, la cual fue una de las iglesias que cayó bajo la influencia de estos judaizantes. Y les dice, qué pasó con ese gozo de ustedes? Ustedes saben que están tratando de ser cristianos sin Cristo cuando pierdes ese gozo, cuando estás tratando demasiado fuerte de obedecer muchas leyes, y de repente tu vida cristiana se convierte más en trabajo que en una relación viva, efectiva con Dios.

La Biblia promete una mejor forma. Y en Romanos, Capítulo 8, verso 1 dice:

“…Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…”

El pensamiento es, tengo que cambiar para convertirme en una persona mejor y así Dios me va a amar más. y Dios dice, yo no te puedo amar más de lo que ya yo te amo a ti. y así aún cuando tu cambies y vayas madurando y vayas creciendo, yo te voy a seguir amando de la misma manera que te amé cuando tu estabas en el caso más feo, o lo peor de tu vida. El asunto es que Jesús lo hizo todo por ti.

Yo recuerdo cuando tenía 16 años, como un año después de haberme convertido que todo ese gozo lo perdí, porque estaba pensando, no, tengo que hacer algo por convertirme en una mejor persona. yo era un chico bastante intenso, se pueden dar cuenta.

Yo recuerdo que yo tenía un trabajo de verano y el jefe mío me dijo, qué te pasa, muchacho? Vete a tu casa, estás como con mucho estrés. Y yo estoy ahí orando y ayunando y es como si yo hubiese tenido una visión de Jesús en la cruz y yo sentí al Señor decirme, hey, yo te amo. Y lo único que yo pude decir es, yo no lo merezco.

Y ese es el punto. No merecemos el amor de Dios. no podemos cambiarnos a nosotros mismos, sino que hay una medicina que cambia el corazón humano. Y es la sangre de Cristo Jesús. Es Jesús que tomó las penalidades del pecado por nosotros. Y desde ese momento aquella persona que cree en Jesús tu eres perdonado, tus pecados son lanzados tan lejos como lo es el este del oeste. Pero ese viejo tu está ahí todavía.

Por eso es que Dios te da algo para transformarte. Es una lista de reglas? Es un libro acerca de cómo puedes mejorar tu propia vida? No, él te da un poder revolucionario que se llama el Espíritu Santo. Es como por ejemplo, recientemente mi vida ha sido revolucionada porque mi papá me regaló un Gps. Ya no tengo que figurar cómo llegar de un lugar a otro con un mapa, ya pongo mi destino, y me dice por dónde ir y que puertas tomar, cada paso.

El Espíritu Santo en nuestro corazón es como un Gps divino. Es algo dentro de ti que te muestra el camino en el cual debes andar. Por eso es que Jesús lo llama el paracletos, porque va contigo, tu consejero que van en todo momento contigo enseñándote a dónde ir. No sé si esto te ha pasado cuando te convertirse al Señor, que fuiste a un lugar donde solías ir y hacer cosas que solías hacer, y algo dentro de ti dijo, no. nadie te lo tuvo que decir, nadie te tuvo que dar un listado de reglas, hay algo dentro de ti que se sentía triste, y no necesariamente porque te sentiste culpable, aunque la culpa puede ser un poco buena en ese momento, sino más bien porque estabas decepcionando a una persona que tu amas. Hay algo en ti que cambia.

Alguien te provoca a ira, y antes tu reacción hubiese sido que le dirías una, dos o tres cositas hirientes. Y de repente tu dices, qué pasa conmigo? No le estoy cortando la cabeza a esta persona. estoy cambiando, hay un nuevo espíritu en mí.

La Biblia dice que aquellos que viven de acuerdo al pecado tienen sus mentes ocupadas en lo que el pecado demanda, pero aquellos que viven de acuerdo al espíritu tienen sus mentes ocupadas en lo que el espíritu demanda de ellos. Es ese Gps divino que va a dirigirte y a cambiar tu vida.

Y quisiera usar una ilustración que he usado muchas veces con el ministerio pero es año nuevo así que yo sé que me a entender un poco. Es la historia de una esposa que tenía un esposo malo y opresivo, él se portaba mal con ella, era rudo y hasta a veces era abusivo también. y él tenía un listado de reglas de lo que ella tenía con él, cómo cocina, cómo limpiar. Y ella era más como una esclava, limpiando, trabajando, trabajando por él, pero nunca era suficiente. Finalmente este hombre muere, y ella dice, no más matrimonio, no más hombres, estoy mejor sola que mal acompañada.

Pero de repente, un buen hombre llegó y él quería su amor, y finalmente ella dijo, está bien, está bien, voy a tomar una oportunidad nueva, me voy a casar con él. Y este hombre era tan bueno con ella, tan bondadoso y ella no encontraba nada más que hacerlo feliz a él. Y un día cuando llegó su cumpleaños ella dijo, voy a limpiar toda la casa, voy a arreglar todo, voy a cocinarle algo precioso, tremendo, delicioso para él, y ella está limpiando detrás del sofá y encuentra una de esas viejas listas que ella solía tener que seguir con su anterior esposo. Y ella lloró cuando se dio cuenta que ella estaba haciendo todas las cosas que estaban en esa lista y aún más, pero esta vez era por amor y porque ella estaba feliz y contenta.

Y esto es algo que lo produce el Espíritu Santo en nosotros. Hay un nuevo esposo, y su nombre es Jesús y él nos amó aún cuando éramos pecadores. Él nos limpió con su sangre, nos dio su Espíritu Santo y nosotros somos revolucionados por ese espíritu.

Dios tiene un proyecto en tu vida. Y él quiere hacerte tal como Jesús. A medida que nosotros contemplamos la gloria del Señor en adoración, en la palabra, en el compañerismo de otros creyentes, él quiere que nosotros seamos transformados para reflejar la gloria del mismo Jesús.

Y quiero cerrar con este verso de Romanos 8:28 y dice;

“…Sabemos que a todos los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien, esto es a los que conforme a sus propósitos son llamados, porque a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo…”

Dios puede tomar cualquier cosa, los buenos momentos y los malos momentos, aún nuestros propios fracasos, y usarlos para formarnos, transformarnos en personas que reflejamos más la gloria de Cristo. Que podamos ser personas que reflejen esa gloria, porque el espíritu de Dios está fluyendo en nosotros.

La Biblia usualmente no define verdaderamente lo que es el espíritu, pero provee imágenes para que nosotros entendamos quién es él. El espíritu es como aguas vivas que fluyen a través de nosotros. El espíritu es como un fuego que purifica y nos quema como el oro es purificado. El espíritu es como una paloma que descansa sobre nosotros y nos da paz cuando nos sentimos ansiosos.

El Espíritu Santo nos transforma. Yo quiero retarte a ti en este nuevo año 2012, el que tu puedas llegar a experimentar esa agua viva en tu interior, que tu puedas ser tocado por ese fuego, y que León de Judá sea un lugar que cuando las personas estén aquí ellos puedan oler la presencia del Señor, que cuando alguien te conozca pueda decir, hay algo diferente en esa persona, hay algo que se siente como Jesús en ellos, hay una mirada en sus ojos, hay un tono en su voz, y es Jesús alumbrando a través de ellos. Esa debe ser nuestra meta para el 2012.

Y vamos a poner eso en nuestro Gps, pongamos más como Jesús en nuestro Gps, vamos a poner, quiero amar a Dios con todo mi corazón, mi mente y mis fuerzas, y quiero amar a mi vecino como me amo a mi mismo. Y tan solamente deja que te guíe. Llégate a ese poder del Espíritu Santo, y ty vas a ver lo que va a suceder. Porque donde está la presencia del Señor, allí hay libertad. Amén.

Sermón 31 de diciembre 2011: Año de definición

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Quiero compartir con ustedes un pensamiento de la palabra de Dios para este año que siento que Dios me ha confiado. En el libro de Primero de Reyes, en el Capítulo 18, en el versículo 20. Esta es la palabra del Señor para todos nosotros en este tiempo, en este año, un llamado de Dios para nosotros como Congregación, para mi vida, para tu vida específicamente. Dice:

“… Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo dijo, ─ aquí comienza lo que yo creo que es la palabra del Señor para cada uno de nosotros ─ “Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle, y si Baal, id en pos de él.” Y el pueblo no respondió palabra…”

El llamado del Señor a nuestras vidas en esta noche y en estos meses que están delante de nosotros, se formula en términos de una pregunta, que es una pregunta pesada, hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? La implicación, la conclusión que nosotros debemos asumir de esta palabra es que no queremos continuar claudicando. Qué quiere decir la palabra claudicar? Quiere decir como debatirse entre dos cosas. Quiere decir como titubear, hasta cuándo titubearéis vosotros?

Claudicar tiene un tono también como de insinceridad, falta de definición, falta de determinación. Es como que quiero hacer una cosa pero algo me aguanta y entonces hago otra cosa. Oscilo, me debato, me muevo entre dos pensamientos. Hay una indecisión en mi vida, hay una falta de claridad y de definición.

Yo estaba fregando platos hace un par de días, y el Señor me habló, yo estaba pensando, Señor, dame una palabra para tu pueblo, para nosotros, este año, dame una palabra también para mi vida y para lo que yo debo enfocar las cosas en este año futuro. Y me vino esa palabra definición.

Y yo creo que este año mi petición delante de Dios, mi petición delante del Señor para mi vida y para mi Congregación, yo quiero que tu te lleves ese llamado para tu vida. Si tu estás involucrado en un ministerio, si estás en una situación en tu vida en que tienes que tomar una decisión, en tu matrimonio, en algo que Dios ha puesto en tu vida, yo te suplico que le pidas al Señor, Padre, ayúdame a definirme. Quiero definición en mi vida.

Porque Elías le está hablando a un pueblo que está indeciso y que se debate entre dos, él dice pensamientos, pero no son pensamientos solamente, son dos sistemas, son dos visiones del mundo, son como dos convicciones, dos religiones, dos posturas de vida y Elías confronta al pueblo de Dios y le dice, hasta cuándo van ustedes estar entre dos aguas? Y van a estar jugando con Dios y con el diablo? Ustedes tienen que definirse y adoptar una postura clara en su vida.

Elías les dice, si Dios es Dios entonces comprométanse con Dios y abracen todo lo que es de Dios en su vida y asuman el llamado de Dios, la responsabilidades de Dios, las demandas de Dios para su vida. Ahora, si Baal es el dios de ustedes, pues mire, váyanse con Baal y métanse en ese abismo, pero no estén queriendo estar con Dios y con el Dios, con Dios y con el mundo. Dios es mi rey, mi soberano, mi Señor, mi dueño, vivo para él, confieso a través de los himnos que canto, los coros que canto cuando voy a la iglesia, pero en mi mente no hay una definición, en mi estilo de vida no hay una definición, en mis prioridades no hay una definición, en mi corazón no hay una definición. Yo estoy en la iglesia pero la iglesia no está dentro de mí. Yo cargo la palabra de Dios pero la palabra de Dios no me carga a mí. Yo leo la Biblia pero la Biblia no me lee a mí, no me escudriña a mí?

Y entonces estamos como estaba Israel, estamos como están tanta gente por ahí, el domingo van a la iglesia, se persignan, hacen esto y lo otro y el lunes van a donde el curandero, donde la bruja, el santero, por si acaso Dios no está tan seguro como ellos piensan, pues cubrirse con una segunda posibilidad. Y así vivimos, entre claudicando entre dos pensamientos.

Una y otra vez yo veo en la palabra del Señor un llamado a definirnos. Israel tenía que definirse, porque eso Dios no lo bendecía, por esos sus enemigos se apoderaban de ellos y hacían lo que querían, por eso venían las plagas, por eso venían los sufrimientos, por eso la bendiciones que Dios había prometido a Israel cuando los trajo a la tierra de Canaán que dijo que las enfermedades de los egipcios no se manifestarían en ellos, que Dios bendeciría su salida y su entrada y que Dios le daría paz y protección de sus enemigos, que no habría mujer estéril entre ellos, que ellos disfrutarían de esta tierra que fluía leche y miel, que él les daría esa tierra para siempre y que nadie se la podría quitar.

Y muchas otras bendiciones que registra la palabra del Señor, pero esas bendiciones no se habían podido cumplir perfectamente en la vida del pueblo de Israel. Por qué? Porque amaban demasiado las modas espirituales de las tribus que estaban alrededor de ellos. No fueron capaces de servir y de consagrarse al Dios verdadero, y entonces seguían el ritual religioso pero no servían de todo corazón a Dios.

Y llega un momento en que hay que tomar una decisión. Y por eso Elías confronta al pueblo y les dice, hey, defínanse de una vez por todas, de quién son ustedes? Para quién viven y quién es su Dios y quién es su Señor?

Yo creo que en la vida de cada uno de nosotros tiene que venir ese momento. Y sabe, una de las cosas que también fortaleció mi convicción de que Dios nos estaba dirigiendo en esa dirección de definición, como un punto de meditación para este año. Estos últimos sermones que yo he compartido antes de los sermones navideños que compartimos, estábamos hablando acerca de qué clase de iglesia somos? Por qué nosotros somos como somos?

Por qué nosotros manejamos el espíritu, aunque el espíritu nos maneja a nosotros evidentemente también, pero Dios le da a su pueblo unas verdades en la Escritura y cada pueblo maneja esas verdades en maneras sutilmente diferentes, por qué nosotros conjugamos el espíritu en la manera en que nosotros lo hacemos como iglesia?

Somos un pueblo pentecostal, creemos en los dones del Espíritu Santo, creemos en las manifestaciones del Espíritu Santo, creemos en una vida energizada y potencializada por el poder del Espíritu Santo, pero también somos una iglesia un poco más compleja que eso, y creemos también en otras cosas. Porque creemos, por ejemplo, que la medicina es una bendición de Dios. Y creemos en los dones pero también yo creo que a veces Dios obra a través de la medicina también.

Hay veces que Dios quiere sanarte a través de un milagro radical, sobrenatural, incontrovertiblemente sobrenatural, y a veces Dios te va a decir, ¿Saben qué? Ve al médico y yo voy a obrar a través del médico y voy a darle fuerza a esa intervención y a esa medicina le voy a poner poder y ella te va a hacer más provecho que lo que te haría normalmente, y Dios nos sana también a través de la medicina. Y yo creo en eso. Hay muchas iglesias pentecostales que niegan completamente y yo creo que somos unos malagradecidos con los médicos.

Vamos donde los médicos, nos bendicen con sus artes, que Dios les ha dado, y luego decimos, no, yo no le doy créditos a los médicos, Dios fue quien me sanó. Amén. Dios te sanó pero también el médico tuvo que ver, dale gracia a Dios por el médico. Yo creo en esa complejidad de la vida cristiana.

Entonces Dios me llevó este año y me va a continuar llevando en los próximos sermones también acerca qué somos nosotros como iglesia? Porque tenemos que definirnos y que la gente sepa quién también les he hablado acerca de mi fe porque yo espero que para bien, yo soy el pastor principal de esta iglesia, y mi fe y mi forma de ver las cosas del espíritu, va a determinar en gran medida lo que esta iglesia es y cómo se manifiesta. Y yo he querido delante de ustedes definirme también y abrir mi corazón para que ustedes vean muchas veces las diferentes fuerzas con las cuales yo lucho dentro de la fe y las verdades diferentes y las cosas, para que ustedes entiendan mi corazón y por qué yo hago las cosas que hago y por qué no hago las cosas que no hago, y por qué soy de esta manera en mi trato pastoral con ustedes y por qué no lo soy así.

He querido exponer ese aspecto de mi vida delante de ustedes. Y entonces todo eso me llevó a que estamos definiéndonos. Yo he luchado mucho con muchas de las cosas que he compartido con ustedes porque siempre digo, Señor, yo no quiero diluir la fe de mi pueblo. Cuando yo hablo de la complejidad de la Escritura y de que no podemos estar ciento por ciento seguro muchas veces de todas las cosas que tenemos que estar abiertos a otras interpretaciones, otras visiones dentro del pueblo de Dios. no quiero tampoco decir como que no hay verdad, como que todo es igual, como que no podemos tener convicción. Claro que no, pero nosotros tenemos que creer ciertas cosas y pararnos y decir, esto es lo que yo creo. Amén.

Y muchas veces ustedes va a escuchar decir ciertas cosas y usted va a decir, bueno, pastor, en su corazón va a decir, sabe qué? Yo voy a coger eso y lo voy a rumiar, voy a dejar que el Señor me esclarezca si es verdad lo que usted dice o no. y usted tiene el derecho de hacer eso. Muchas veces yo podré decir ciertas cosas y yo creo que ustedes son gente madura y yo espero que ustedes conocen la palabra y ustedes podrán juzgar en el espíritu si el pastor Miranda tiene razón o no, y si usted puede abrazar eso que él ha declarado. Amén.

Porque tenemos que ser gente definida también. yo no sé todas las cosas. Sin embargo, yo creo en expresar lo que Dios pone en mi corazón pero como que nos ha estado llamando en una manera, a definirnos ante el mundo y Dios me ha estado a mí obligando en este tiempo a definir qué es lo que yo creo. Y a veces he agonizado de Dios, le digo, Señor, ayúdame porque yo quiero creer lo que tu quieres que yo crea. Yo quiero ver la palabra como tu la ves. Yo no quiero caer en una vida cristiana mediocre y tibia. Yo quiero un pueblo que sea fogoso, un pueblo de convicciones, un pueblo lleno del Espíritu Santo, que podamos adorar al Señor como lo hemos hecho en esta noche.

Pero también soy una persona compleja y Dios me ha estado hablando, defínete, y define delante de tu pueblo tus creencias. Y yo creo como que Dios nos está llamando porque yo siento que Dios tiene un propósito grandioso para esta comunidad y que nosotros no hemos entrado todavía en nuestra madurez espiritual. Nosotros no hemos entrado en todo lo que quiere hacer a través de este pueblo. Pero primero, antes de que Dios nos pueda usar como él quiere, nosotros tenemos que definirnos y saber por qué confesamos lo que confesamos, saber lo que creemos, saber lo que somos y vivir lo que somos.

Y yo pienso que quizás Dios ha querido que entremos en este tiempo de reflexión acerca de lo que creemos como una forma de prepararnos también para lo que viene adelante. Y que es importante que ustedes sepan por qué nosotros permitimos ciertas cosas, por qué no permitimos ciertas cosas, y que ustedes sepan de dónde partimos bíblicamente y lo que Dios quiere de nosotros.

Es decir, que yo creo que Dios nos ha metido en un proceso de definirnos, de definición en ese sentido. Qué creemos, qué somos y esto yo creo, que debe continuar más adelante. Pero definitivamente ese definirnos va más allá de simplemente de una definición teológica bíblica y nos habla también de definirnos en términos de nuestra actitud, nuestra posición delante del Señor.

Tenemos que definir como individuos, definirnos como individuos, asumir una postura clara concerniente, por ejemplo, a cómo vamos a vivir, si vamos a consagrar nuestra vida al Señor o si seguiremos claudicando entre dos pensamientos, viviendo entre dos aguas. Nosotros somos una Congregación de gente muy diversa, tenemos personas sencillas, de poca educación, que aman al Señor, que han dado sus vidas al Señor y que son una bendición muy especial. Tenemos gente también altamente educada, profesional. Tenemos personas intelectualmente muy desarrolladas también entre nosotros. Y tenemos personas que son nuevas en la fe, están apenas comenzando en los caminos del Señor.

Esta es una iglesia muy evangelística. Si usted mira, aquí hay muchas familias nuevas, gente que viene a través de nuestro programa de radio, a través del internet, son invitados por otros. Esta es una iglesia donde hay una buena porción de gente que siempre está entrando a la iglesia. Y Dios está haciendo obras en sus vidas. A veces se retiran por un tiempo, Dios les da un primer choque, los debilita, los marea pero vuelven y se paran y siguen otra vez, y vuelven otra vez, y hay que darle otro fuetazo más hasta que finalmente entran. Y se toma a veces años y meses.

Y yo creo en una iglesia de proceso también, una iglesia que permite un poco de espacio. A mi me decía, a mí me gusta esta iglesia, una pareja de gente bien preparada, jóvenes adultos con dos niñas, y me decía, pastor, una cosa, nosotros venimos de un trasfondo católico y una de las cosas que a nosotros nos gusta de esta iglesia es que no obligan a la gente. Yo sé que eso es un problema para otra gente de la iglesia que quisiera que fuéramos un poquito más duro con la gente. Pero para bien o para mal, y yo creo que es para bien, nosotros somos una iglesia que le permite a la gente un poco de espacio para que pueda Dios hacer su obra en ellos.

Pero, con eso, viene también el peligro de que la gente piensa como que no estamos definidos, en términos de los valores. No, yo creo que nosotros estamos claros acerca de los valores de la santidad, del compromiso con Dios, de una vida moral, ética, conforme a la palabra de Dios que afecta todas las dimensiones de nuestra vida. Pero, hay diferentes personas en diferentes estados de búsqueda del Señor y están aquí, esto es un enjambre de diferentes individuos, en diferentes etapas de su crecimiento y de su definición, pero dentro de todo eso, el Señor les dice, dondequiera que tu estés, en ese caminar con Dios, en tu etapa, Dios te dice, mira, defínete. No alargues el tiempo demasiado tampoco. No claudiques demasiado tiempo entre dos aguas. Tu tienes que zambullirte de lleno en las cosas del Señor porque si no tu corres el riesgo de pasar toda tu vida que no eres, como dicen los guatemaltecos, ni chicha ni limonada, no eres ni una cosa ni la otra. Y eso no es bueno tampoco.

Hay que definirse. Tienes que llegar un momento en nuestra vida que decimos, sabe qué? Basta, me voy a tirar de lleno en las aguas del Señor y bueno, soy evangélica y qué? Amén. Y ya hace una definición. Deja de estar jugando al agente encubierto. Muchos de nosotros somos así, como el agua, metemos el pie, el dedo gordo primero, y después lo otro, a ver si está fría. No, no, llega un momento en que tienes que zambullirte, tirarte y Dios te llama también a definirte en tu vida.

Yo quiero que sepan que nosotros estamos claros en eso. Como iglesia, nosotros tenemos que definirnos y el Señor te llama en este año a definir tu vida de una vez por todas, porque nos permitimos muchas libertades con el Señor y yo creo en un Dios misericordioso, un Dios de gracia, un Dios perdonador, pero también creo en un Dios que es fuego consumidor, un Dios que para tener trato con nosotros él necesita que nos purifiquemos, nos limpiemos y que cada día nos acerquemos más a él y vivamos más dentro de sus mandamientos.

Y hermanos, eso afecta todas las áreas de nuestra vida. La manera en que nos vestimos, la manera en que nos divertimos, nuestras conversaciones, nuestra vida de trabajo, la sinceridad con que nos tratamos unos a otros, la transparencia, la verdad con que hablamos, el decirle no a la mentira, el decirle no a la hipocresía, el decirle no a la murmuración, el ser trabajadores y obreros y profesionales honestos, y también dejar saber en lo que nosotros creemos. No estar por allí disimulando. Esta es una sociedad corrupta con unos valores terriblemente corrosivos para la salud del alma y nos ponen mucha presión en nuestros lugares de trabajo para que no tomemos una posición, una postura clara.

Y nosotros tenemos que decir, no, Señor, cuando me demanden qué es lo que yo creo, yo voy a estar listo para decir lo que yo creo, salga pato o gallareta, como decimos nosotros. Y que pase lo que pase, pero yo no voy a mentir, no voy a disimular. Hay tanta gente que yo veo haciendo eso, hermanos. Para no ocasionarse problemas con los demás, no toman una posición clara.

Entonces, hermanos, lo que quiero decir es que vivimos en una sociedad en que lo más fácil es la línea de menor resistencia. Es no declararnos, pero tenemos que declararnos, y muchos decimos, no me voy a declarar porque si yo ofendo al Señor, pues entonces no quiero desprestigiar el Evangelio. Pero yo creo que cuando tu te declaras, eso te obliga entonces a portarte mejor. Yo tengo dos stickers en las ventanas de mi carro que dicen, Congregación León de Judá y como tengo un mini van son unas ventanas grandes y se ven bien claro. Y a mí eso siempre me hinca, cuando yo estoy manejando, porque yo sé que si hago algo malo, de los dos lados ven Congregación León de Judá y yo tengo que dar buen testimonio y tengo que honrar eso que está allí.

De vez en cuando se me olvida que tengo los stickers y ya usted sabe. Digo, ay, espero que no lo vieran. Y he pensado hasta quitarlo, pero no, lo voy a dejar allí porque imagínese, si con ellos como soy, qué sería si no los tuviera allí. A veces hay que definirse en la vida, hermanos. Si tu estás en la guerra muchas veces tu tienes que tomar posiciones radicales porque en la guerra, si tu no estás bien claro, por qué estás peleando y contra quién estás peleando, te van a pasar por encima y se van a servir contigo.

Uno tiene que estar definido y estamos en guerra. Yo pienso en Ester y estos son tiempos muy parecidos donde el diablo, como estaba en la forma de este hombre que odiaba al pueblo de Dios, Amán, como nosotros odiados por Satanás y quiere destruirnos, y quiere destruir la iglesia. Y Ester era una mujer muy especial que Dios había puesto en una posición de mucha influencia y estaba en una posición que tenía acceso directo al rey. Ella podía interceder por su nación judía, contra la cual había un decreto de muerte y de exterminio. Y Ester, estaba dentro del palacio, potencialmente tenía acceso al rey para interceder por su pueblo pero no se atrevía, no quería definirse porque ella era judía también, y el rey no sabía, nadie sabía que ella era judía en el palacio. Y si se definía podía costarle a ella también la vida y su posición privilegiada. Y ella no estaba segura si el rey iba a acceder o no a su petición.

Entonces, no quería definirse. Y ustedes recuerdan la historia, que su tío, Mardoqueo, vino a donde ella y la retó a que se definiera. Dice, aquí en Capítulo 4 de Ester, dice:

“…Todos los siervos del rey, ─ eso fue lo que le dijo ella a Mardoqueo que le dijera ─ y el pueblo de las provincias del rey, saben que cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey sin ser llamado, una sola ley hay respecto a él, ha de morir, salvo aquél a quien el rey extendiere el cetro de oro el cual vivirá, y yo no he sido llamada para ver al rey estos 30 días…”

Ester le está diciendo, mira, es peligroso lo que tu me estás pidiendo, que interceda por el pueblo. Hay que tener un permiso especial para entrar en la presencia del rey y yo no he tenido ese permiso y él no me ha llamado en mucho tiempo. El rey tenía muchos diferentes concubinas. Ella decía, yo no tengo un permiso legal y el decreto es que si uno se aparece ante el rey sin autorización, tiene que morir. Era una excusa válida.

Nosotros a veces en la vida tenemos muchas áreas de nuestra vida que no hemos definido. Hay situaciones, hay relaciones, hay prácticas, hay costumbres, hay prioridades, no nos hemos definido. Por eso es que digo, que una iglesia como la nuestra que se caracteriza por eso, por no ponerle presión.

De paso, sabe por qué yo no le pongo tanta presión? Hay una presión que es como meter a la gente en una camisa de fuerza. Mire, usted puede crearse gente artificialmente santa, pero por dentro se están comiendo vivos, así mismos y están quemándose por dentro. Pueden tener un vestido que les llega hasta la planta de los pies, pero por dentro, están comiéndose. Y yo creo que las cosas tienen que ser genuinas, tienen que ser de adentro.

Ahora, el peligro con eso, como digo, hermanos, es que hay mucha gente que continua sin definirse y en nuestra iglesia yo creo que hay mucha gente, en una iglesia donde el pastor no está siempre dándole la cabeza a la gente con santidad, santidad, santidad, y a veces yo hablaré en algún momento acerca de mi definición y la complejidad de la santidad, pero el peligro está en que muchas veces yo me temo, que no hay una suficiente claridad en el llamado a esa convicción y a esa definición.

Ester amaba a Dios, era una buena muchacha, tenía un carácter especial, pero no se había definido como judía, como miembro del pueblo de Dios, no había tomado una postura, no había decidido usar la posición y los dones que Dios le había dado para hacer una intervención decisiva y muchos de nosotros tenemos oportunidad para hacer algo decisivo en nuestro lugar de trabajo, con un amigo, una amiga, cosas que tenemos que hacer para definirnos.

Entonces, Ester le daba una excusa, mira, que no puedo, las circunstancias no están propicias. Miren lo que le responde Mardoqueo, dice que le dijeron a Mardoqueo las palabras de Ester ─

“…Entonces le dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester, “No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío, porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación de alguna otra parte para los judíos, más tu y la casa de tu padre pereceréis y quién sabe si para esta hora has llegado al reino…”

Hay que definirse, lo que le dice Mardoqueo. Dios te ha llamado, Dios nos ha llamado como pueblo. Gracias al Señor Ester tomó las palabras en serio de su tío, Mardoqueo, y dio un paso de fe y Dios la honró mucho más de lo que ella jamás se hubiera imaginado. Y Dios la usó.

Y yo creo que para que Dios nos use en este año para que las bendiciones de Dios corran a través de mi vida, para que Dios pueda hacer algo. Yo veo esta pareja aquí, Dios está definiendo sus vidas. Que buena tu oración. Tu has pagado un precio y eso es una bendición para que Dios pueda cumplir sus propósitos. Hay que definirse, hay que dejar de estar claudicando entre dos aguas. Y la bendición se deja sentir.

Hay que pagar un precio. En el matrimonio hay que pagar un precio. Yo he escuchado de gente, aún en la iglesia, lo que es el compromiso, cuando usted le da una palabra a alguien. Hoy en día hay gente que se cansaron de su compañero, su compañera, y comienzan a claudicar y usted los ve meses antes, ya usted sabe para donde van. Están buscando la manera de zafarse del compromiso que hicieron, mayormente los hombres pero también las mujeres hoy en día. De los dos lados. No, cuando usted da su palabra, usted da su palabra. Los matrimonios hoy en día no van a prosperar y no van a permanecer a menos que no sea muchas veces por palabra, porque la pasión barata física, muchas veces no va a estar ahí todo el tiempo, o va a estar y no va a estar, o va a haber otra cosa por ahí fresca que te llame más, si tu no haces un compromiso de fidelidad a largo plazo y para toda la vida, hay que definirse.

Dios nos está llamando a la definición para que su poder pueda fluir en nuestra vida, para que esta pueda ser una iglesia como Dios quiere que sea, una iglesia de poder. Todavía nos falta definirnos más. Yo tengo que definirme más, todos tenemos que definirnos más. El peso del Señor está sobre nosotros diciendo, iglesia, Congregación León de Judá, pueblo de Dios, pon tu nombre allí, defínete, defínete. Definámonos. El tiempo se acerca ya para las 12 de la noche y yo sé que tengo que terminar dentro de un par de minutos más, pero yo quiero tu vida y marcar la mía.

Este año yo deseo ardientemente que sea un año de definición, también concerniente a nuestro santuario, que este año terminemos ese templo. Amén. Yo le digo, Señor, tenemos que definir, porque eso es una carga bien grande que yo llevo emocionalmente sobre mis hombros, sobre mi cabeza, y les pido que oren por mí, porque es una batalla. Yo tengo que estar continuamente alerta, y tengo que estar animando a los ingenieros y los arquitectos y todo el mundo, y a veces llamándolos a capítulo y me toma a veces conflicto con gente que amo, y hablar claramente en maneras que me son dolorosas muchas veces. Y eso es un sufrimiento que, no lo digo para que me tengan pena, porque eso es el privilegio que yo tengo, ser un guerrero delante de Dios, eso es un privilegio. No rehúyo de ello, pero es una carga. Y mi deseo es terminar con eso también.

Y ustedes, hermanos, Dios les dice, miren, defínanse porque yo les hice ciertas aclaraciones durante estas campaña y esas aclaraciones están valederas, todas. Lo que yo prometí que íbamos a hacer, lo hemos cumplido. Ustedes tienen un compromiso delante del Señor. Dios ha hecho su parte, el banco está haciendo su parte, nosotros estamos haciendo nuestra parte en la construcción. Hemos reducido costos, hemos hecho muchas cosas tremendas. Yo creo que ahora ustedes tienen que definirse.

Pero saben, hermanos? Miren, dependiendo de cómo usted se defina en el ámbito mayor determinará cómo usted se defina en las cosas específicas. En otras palabras, para quién tu vives? De quién es tu dinero? De quién es tu tiempo? De quién es tu propiedad? De quién es tu cuenta de banco? De quién es tu trabajo? Para qué tu vives en esta vida? Porque según tu definas eso, entonces eso te permitirá a ti ser generoso para con Dios y para con su obra y para con sus planes y las visiones del pueblo y la iglesia de Dios.

Cuando a ti te llamen para dar y para ser generoso, porque hay una necesidad legítima, tu no vas a estar allí diciendo, cuándo van a dejar de estar hablando de dinero? Ya estoy cansado. No. esto es la familia, me están hablando a mí, yo soy parte de la familia. Yo no soy un cliente allá afuera, yo soy parte de este trabajo. Y no me voy a ofender sino que todos estamos implicados en esto, y nosotros vivimos para el Señor.

Y la respuesta está dentro de ti. yo le pido al Señor, ayúdanos este año terminar con este santuario, terminarlo y poder tener nuestro certificado de ocupación. Defínenos. Ayúdanos a definirnos de este proceso y esta carga. El Señor me trajo las palabras de Romanos, dice:

“…Y si vivimos para él vivimos, si morimos para él morimos, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos…”

Eso es definición. En otras palabras, mi vida es simplemente lo que Dios quiere. Si yo vivo, yo vivo para el Señor, si trabajo, para el Señor trabajo, mis talentos son del Señor, mi profesión es del Señor. Mi dinero es del Señor, mi matrimonio es del Señor, mis hijos son del Señor, mi tiempo es del Señor, mi cuerpo es del Señor. Si yo vivo, para él vivo, si muero para él muera. Todo es de Dios. Yo estoy definido, yo estoy claro.

La última palabra del Señor está en Romanos Capítulo 12, donde Dios dice;

“…Os ruego que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios que es nuestro culto racional…”

Dios dice defínete, pon tu cuerpo, vive tu vida como un sacrificio delante de Dios, consumiéndose diariamente, continuamente. Cómo estas tu viviendo tu vida? Preservando tu vida o dispuesto a entregarla por Dios? es tu vida un continuo consumir delante de Dios? eres tu como una carne que está sobre las brazas y esas brazas a fuego lento la están cociendo poco a poco? Porque esa es la vida de un cristiano, es un sacrificio vivo.

Yo no he llegado a ese nivel, yo creo. Quisiera llegar a él, yo te invito a vivir de esa manera, queriendo que tu vida sea un sacrificio vivo. Defínete.

Dice como un sacrificio santo, agradable a Dios que se nuestro culto racional, dice, no os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que podáis comprobar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

En otras palabras, de acuerdo a nuestra definición será nuestro provecho. Para poder confirmar la buena voluntad de Dios, para confirmar las promesas de Dios a nuestra vida, tenemos que definirnos, tenemos que vivir como un sacrificio vivo. Tenemos que escoger no conformarnos a este mundo. Se entiende? Ese es el llamado de Dios en esta noche para nosotros.

Pueblo de Dios, defínete. Hasta cuándo claudicaremos? Yo me canso de mí mismo, francamente, hermanos, a veces me impaciento conmigo mismo y me canso de decirle al Señor las mismas cosas, pedirle al Señor las mismas cosas, confesar las mismas cosas. Dios dice, defínete. Definámonos.

A quién vamos a servir? De qué reino vamos a ser ciudadanos? A quién le vamos a dar nuestra lealtad? Pueblo de Dios, yo les digo en este año ojalá que sea un año de definición y Dios te dice, defínete. Quiera Dios que este sea un año de definición para muchos de nosotros. Amén.

Que entremos a otro nivel. Yo quiero ser más apasionado con Dios. Quiero más de los dones del Espíritu Santo. Quiero pensar menos y creer más. Quiero moverme más en el poder del espíritu de Dios. Quiero vivir una vida más cerca al Señor y reflejar más el carácter de Jesús y deseo ardientemente una iglesia ejemplar, una iglesia que refleje los mejores valores del Reino de Dios, una iglesia radicalmente comprometida.

Por qué estamos aquí esta noche? Sabe cuánta gente dice, que ustedes están teniendo un culto de despedida de año cuando mañana es domingo; recuerdan eso. Cuántos saben que mañana es domingo? Usted sabe, hubo un momento en que tenemos el servicio este o lo cancelamos? Yo dije no, vamos a tenerlo. Y mire, que bueno ver ese pueblo lleno. Hay iglesias que han cancelado el de esta noche y el de mañana. El Señor reprenda al diablo. Yo me gozo en el Señor de que hay un pueblo que ¿Saben qué? En vez de estar viendo televisión ahora mismo vamos a la casa de Dios a darle gloria al Señor. Eso es radical. Amén. Hay que vivir radicalmente delante de Dios. Hay que buscar la gloria de Dios en nuestras vidas. Y Dios se goza de un pueblo así, hermanos.

Vamos a ser radicales para el Señor. Dale al Señor lo mejor de tu vida. Entrega tu vida al Señor. ¡Aleluya! Dale gloria al Señor. Dile, Señor, me entrego a ti de nuevo. Me entrego a ti de nuevo. Quiero vivir radicalmente delante de ti, Señor. Glorifica el nombre del Señor. Reconságrate ahora mismo al Señor, reconságrate al Señor. Yo me entrego al Señor ahora mismo. Digo, Señor, me consagro a ti. entrego mi vida a ti.

¿De dónde viene mi socorro?

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Isaías capítulo 40, versos 25 al 31. En el contexto histórico de este pasaje, ya no existía la nación de Israel, el reino del Norte había desaparecido, solamente habían quedado las dos tribus que conforman el reino del Sur. Y de esa realidad para este pueblo del reino del Sur, es bien consistente con una tristeza, con una oscuridad, porque ellos se cuestionan ¿cómo es posible que siendo el pueblo de Dios, solamente quedamos dos tribus?. Solamente queda el reino del Sur.

Y cuando las cosas no nos ván bien, lo primero que nos ataca, que se nos pega, que se nos ocurre, que nos viene a nuestra cabeza, es la duda, y cuestionamos dónde está Dios. Muchas veces con nuestras voces, con nuestras bocas, declamamos, decimos, no, nunca hemos pasado por un momento de duda. Nunca hemos cuestionado dónde estaba Dios. Y muchas veces, como este pueblo, podemos estar en el desierto, podemos estar en el valle, podemos estar en la montaña, podemos estar en la arena, y cuando las cosas no nos ván bien, la duda hace centro de nuestras cabezas. Cuando tenemos dudas, estamos cuestionando si Dios sigue siendo Dios. Cuando tenemos dudas, no pensamos, en que no importando cómo seamos tú y yo, nos ocurre nuevamente esa pregunta dónde está Dios, porque en el desierto, a usted no le ha pasado que está ahorrando un dinero, y cuando usted cree que ya tiene ahorrado el dinero para lo que quiere hacer se le rompe la bomba de agua del carro y ahí se fué el ahorro.

Y cuestionamos dónde está ese Dios, y ahí es cuando nos tiene que recordar lo que dice Isaías, al pueblo Judío, cuando les dice con quién ustedes me están comparando, le dice ¿quién es igual a mí?, ¿con quién ustedes me están comparand, y quién que ustedes conocen es igual a mí?. Así que en el pasaje les dice a ellos, alzen sus ojos y miren a los cielos. No es solamente que alzemos nuestros ojos y nos miremos los unos a los otros, o miremos las estructuras, el principio bíblico es que no solamente estamos alzando los ojos como que estamos contentos, alzamos los ojos porque sabemos que nuestro socorro viene ¿de donde?, aleluya, estamos en el desierto que esté en el valle, en el desierto, ¿de dónde viene mi socorro?.

Aún cuando yo crea que soy la única persona en el desierto y nadie ha permanecido conmigo, cuando alzas tus ojos y miras a los cielos puedes ver al lado tuyo al caballero de la Cruz, que está junto a ti, que no te ha abandonado. Dice Jehová, a ellos: "Pueblo, ¿quién ha creado todo esto?", el que ordena la multitud de estrellas una por una y llama cada una por su nombre, Isaías dice: "Es tan grande su poder y tan poderosa su fuerza que no falta ninguna de ellas". Pero el pueblo Judío en este contexto se había olvidado de esto, porque ellos estaban viendo que sus hermanos habían sido destruídos, Señor te he dado todo y no prospero. Señor vengo a tu casa todos los días que tengo que venir y no consigo trabajo, Señor te he dado mi vida y mi familia está perdida, Señor te he sido fiel y no te puedo sentir, Señor estoy rodeado de gente pero me siento solo o me siento sola, ¿dónde estás Tú?, ¿dónde está ese Dios?. ¿Nunca ha pasado por esa situación?.

A veces creemos que lo que nos pasa a nosotros es la prueba más grande. Lo mío, hah, es la prueba más grande, la tuya no, la mía es la que es más grande. Escuchaba en una ocasión cuando estaba en Puerto Rico, escuchando el programa PTL en Español, entrevistaron a este ministro de Venezuela y él decía que estando abriendo una iglesia en unos campos, llegó una guerrilla, y cogió a su hija de dos años, y le dijo a este ministro: "mira, deja de predicar, o te matamos tu hija". Él siguió predicando, qué hicieron la guerrilla, le tomaron su hija, se la tiraron para arriba, y la niña cayó en la bayoneta, y se la mataron. ¿Dónde está Dios cuando pasan esas cosas?. Dios estaba ahí, ahíiii, hay mil maneras teológicas de entenderlo, ¿cómo es posible que siéndole fiel a Dios permitió que le mataran a su hija?.

Este ministro dice que tomó su niña y le dijo a la guerrilla, para que esta niña muriera había un propósito, porque muriendo esta niña ahora ustedes me tienen que escuchar a mí, ahora esta niña vá para el cielo, y yo tengo al que tiene la llave que me vá a permitir a mí verla a ella en el futuro en el cielo. Si yo te dijera esta noche decíle a este pastor, decíle a esta guerrilla, yo te ofrezco al Dios que vá a levantar a esta niña en el momento de la resurrección, que aunque yo estoy en un desierto porque me duele perder mi hija, pero no puedo dejar de decirte que al Cristo que yo le sirvo, sigue siendo Dios aunque las cosas estén oscuras, aunque las cosas estén cerradas, aunque no se vea la luz a través del túnel, aunque yo esté abandonado, aunque yo esté sin dinero, aunque yo esté triste, Dios sigue siendo Dios, aleluya.

Tú sabes la historia cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto, que estaban sufriendo que comenzaron a criticar, a murmurar, ¿por qué nos sacaste de Egipto?, nos trajiste aquí para matarnos, ellos eran esclavos, ellos eran esclavos, no tenían libertad, y lamentablemente en el siglo XXI nosotros no somos diferentes, cuando las cosas ván mal, sacamos el don, el talento del dedo, alguien tiene la culpa, alguien ha hecho algo, algo no huele bien. En alguna parte de la biblia yo creo que yo leí que Jesús dijo: "El que quiera seguir en pos de mí niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame." Toma tu cruz, no la del hermano, ni la del primo, ni la del vecino, toma tu cruz. Decía en la palabra de Isaías: "¿por qué murmuras?", estoy leyendo la versión internacional, dice: "¿por qué refunfuñas Israel?". Mire lo que dicen ellos, como no veían a nadie decían: "Mi camino está escondido del Señor", en otras palabras: "Dios se ha olvidado de mí", mi Dios ignora mis derechos, ¿dónde está ese Dios?.

Isaías entonces le dice al pueblo: "Acaso no lo sabes, acaso no te has enterado, que el Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable". Cuando estemos en ese valle o ese desierto, recuerda lo que dice el Señor, el Dios eterno. ¿Por qué hace este énfasis?, porque había otros dioses, pero éste del que está hablando Isaías es el eterno, el que no cambia, el que no desaparece de la escena, y eso es lo grande de mi Señor, que no importa que estemos en el desierto, o estemos en la montaña, o estemos solos, o tengamos problemas en la familia, o problemas en la comunidad, cuando ese Señor eterno llega a nuestra vida, la escena de vida cambia porque llegado el Señor eterno que tiene el control de todas nuestras escenas en nuestra vida.

¿Cuántos lo creen así?. Ay hermano pero dígalo que usted lo cree, ¿cuánto ha gritado el sábado en Nochebuena?. ¿Cuánto gritó cuando los Pétreos ganaron ah?. Gózese, gózese, ya se vá este año, ¿cómo lo comenzamos?, no importa, ¿cómo lo vamos a terminar?, sí importa, hacia dónde vamos, hacia donde tú estés, no importa donde tú estés, no importa donde tú estés, nuestro Dios es Dios del desierto, es Dios de la montaña, es Dios de la altura, es Dios de lo bajo, aleluya. Dice que Él fortalece al cansado, acrecienta las fuerzas del débil, ¿cuántas veces te has sentado, te has acostado a comer y estás solo?, ¿tú has pensado en eso?, estoy comiendo rodeado de personas pero estoy en un desierto. Estoy trabajando con compañeros de trabajo y tengo tantos problemas, y estoy solo. Estoy en la clase de discipulado, pero nadie sabe mi problema, so estoy solo, estoy sola. He venido el domingo a la iglesia, otros se gozan, yo no me he gozado y me siento solo, me siento sola, como que nadie se dá cuenta, de que yo estoy solo, de que yo estoy sola, de que estoy en el desierto.

Iglesia, iglesia, no estamos solos, no estamos solos. Díle al hermano que está a tu lado no estás solo, no estás solo, Dios no se ha olvidado de mí, Dios no se ha olvidado de mí, el Salmista decía, si Dios no hubiera estado presente, vivos nos hubieran tragado los enemigos, pero como Dios está presente los enemigos no nos han tragado todavía, y aunque si yo estoy en el desierto, por qué, o si estoy en la montaña, por qué, o si estoy en el valle, por qué, o si estoy solo, por qué, estés solo, desierto, montaña, como estés, yo en todo momento digo Señor, oh Señor Tú eres el Dios eterno, y si Tú estás conmigo no necesito a nadie más porque te tengo a ti, y si te tengo a ti lo tengo todo.

Quiero terminar leyendo los últimos dos versos al revés como lo leen los judíos ortodoxos. Caminarán y no se cansarán, correrán y no se fatigarán, volarán como las águilas, renovarán sus fuerzas, ¿por qué?, porque esperamos y confiamos en el Señor que es Dios eterno. Dice que la gente joven se cae y tropieza, se cansan y fatigan, pero Él acrecienta las fuerzas del débil, Él fortalece al cansado, ¿por qué?, porque aunque yo no lo sienta, aunque yo no lo vea, aunque mi fé me esté fallando, aunque no tenga el deseo de adorarle, Dios sigue siendo eterno, sigue siendo poderoso, autosuficiente. Cuando regreses a tu casa, ya sea el desierto, ya sea la montaña, ya sea el valle, ya sea tu soledad, acuérdate, no estás solo. El Dios eterno está contigo, está contigo, está contigo, créelo, aunque los tiempos digan una cosa diferente créelo, al Dios eterno hay que creerle.

Si no le creemos a Él ¿a quién le vamos a creer?. Vamos, Dios le bendiga, Dios le guarde.