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He aquí, una de las historias favoritas mías de toda la biblia, y tal vez nos dirá algo aún distinto esta noche, Segunda de Samuel capítulo 6 versículo 1, la historia de David trayendo de nuevo el arca de Dios a Jerusalén, ¿se acuerdan de esa historia?, David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, y se levantó David y partió de Baalá, de Judá, con todo el pueblo que tenía consigo para hacer pasar de allí el arca de Dios, y me encanta esto hermanos, lee esto como si estuvieras leyendo un lector de una novela, porque hay más. Él no se queda meramente en decir qué es el Arca de Dios, pero si acaso usted no sabe del donde que él está hablando, si acaso usted lo vá a equivocar, usted lo vá a equivocar con otro Arca de Dios él nos aclara de qué está hablando.
Él dice el Arca de Dios sobre el cual era invocado Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines, y esto fué literalmente. El Arca de Dios fué una caja por así decir que el Señor específicamente dictó todos los detalles de este Arca a Moisés, porque posado sobre esta Arca caminaría la gloria del Señor, lo que llamamos la gloria Shekinah del Señor, y al lado de cada Arca había un querubín de oro, y en ese espacio entre las alas de los querubines moraba la nube de Jehová, y ustedes saben la historia. Este es el mismo instrumento, el mismo Arca que dirigió al pueblo de Israel en el desierto, ¿verdad se acuerdan?.
Brinquemos al versículo 5, y David y toda la casa de Jehová danzaban con toda clase de instrumentos de madera de haya, con arpas, salterios, panderos, flautas y símbalos. Cuando llegaron a la era de Nacon, Usa extendió su mano al Arca de Dios y la sostuvo, buenas intenciones, porque los bueyes tropezaban, y el furor de Jehová se encendió contra Usa, y lo hirió por esa temeridad, y cayó muerto ahí en el Arca de Dios, poderoso este instrumento aún después de miles de años, el poder de la unción de Dios no se disminuyó nada, y el momento en que este hombre tocó el Arca de Dios tanta fué la unción de Dios, respondiendo a este gesto irreverente, que lo mató en este momento.
Bueno, y se entristeció David, por haber herido Jehová a Usa, y fué aquél lugar llamado Peres-Usa, hasta hoy, "Y temiendo aquél día David a Jehová dijo: ¿cómo ha de venir a mí el Arca de Jehová?. De modo que David no quiso traer para sí el Arca de Jehová a la ciudad de David, y la hizo llevar David a casa de Obed-Edom Geteo, ahora imaginenselo ustedes. Alguien toca la puerta de Obed-Edom, Dios sólo sabe qué estará haciendo él en ese momento, lavando los platos, abre la puerta, ahí está el Rey David, detrás de él todo un desfile de sacerdotes y de levitas, etc., un carrito sobre el cual estaba el Arca del Señor, y detrás de ese carrito estaba otro carrito tal vez, y esta detrás de una sabana tal vez lo que quedaba del cuerpo de Usa. Le tocan la puerta y le dicen tuvimos un problema en el camino, y estábamos, no pudimos cambiar una llanta que yo quería, tuvimos un problema, nuestra intención era llevar al Arca a Jerusalén, y acaba de matar a nuestro amigo, ¿usted nos hace un favor?, quédese con el Arca un ratito, tal vez tenerlo en su sala, hasta que nosotros podamos decidir qué hacer con ella, qué tal. You might have it on your living room for a while.
Y Obed-Edom concedió esto y abrió su hogar al Arca de Dios, y dice la palabra: "Y estuvo el Arca de Jehová en la casa de Obed-Edom Geteo tres meses, y bendijo Jehová a Obed-Edom y a toda su casa. Fué dado aviso al Rey David diciendo, fué bendecida la casa de Obed-Edom, y todo lo que tiene a causa del Arca de Dios. Entonces David fué y llevó con alegría el Arca de Dios a casa de Obed-Edom a la ciudad de David." Primero mis hermanos, les insisto, llévense la gloria de Dios a su casa. Primeramente, qué es lo que el Señor nos dice de esta palabra, David, entendía que necesitaba como rey la presencia de Dios cerca de él. Su anhelo era estar cerca de la presencia de Dios, ¿qué es lo que está pasando aquí?.
David en los capítulos anteriores, acaba de recibir la corona como Rey de Israel y de Judá, después de 32 años de espera, muchas veces durmiendo en el desierto o en cuevas, o a donde la noche lo cogía, más de 30 años así después de la promesa de Saúl, por fin él es el rey, como le prometió el Señor sobre Israel y sobre Judá. No tan sólo eso, el Señor le dió la dicha y la gracia de conquistar a Jerusalén, sacar de allí los Jebusitas, y antes de David Jerusalén no era Jerusalén. Lo que hizo Jerusalén, la capital de Israel, y la ciudad santa como lo conocemos ahora fué la conquista de David de esa ciudad, y ahora él vivía en una fortaleza llamada la ciudad de David, y estaba él seguro allí, y el dijo ¿sabes qué?, pero me falta una cosa, a donde yo esté gobernando, y donde yo esté viviendo, yo necesito que la presencia de Dios esté cerca de mí.
Y hermanos no se crean que esto fué algo automático o por sentado, Saúl fué rey durante cuarenta años antes de David y nunca se le ocurrió a Saúl traer el Arca a donde él estaba, Saúl estaba muy contento en gobernar una ciudad y el arca lo tenían guardado en unas tiendas lejos de él, y para Saúl el Arca era meramente, era como si fuera una arma secreta, y en un momento cuando Israel estaba rodeado por sus enemigos él mandaba a buscar el Arca de Dios, como si fuera una cajita mágica para vencer a sus enemigos. Primeramente mis hermanos, tenemos que vencer esa mentalidad, si usted ha estado aquí con esa mentalidad, y usted ha tratado a Dios buscándolo en apuros, ¿sabes qué?, Dios no negó su presencia en esos momentos, Dios los acompañaba en las batallas, en la alta mayoría de los casos la presencia de Dios estuvo aquí, ahí y los sacó de sus apuros, pero Dios desea algo más contigo.
Y comienza con esto, y si están anotando algo anoten esto: no se trata de la caja. Sabe, el Arca lo que hacía era la presencia de Dios. Lo que hacía esta caja especial, era la idea que la gloria del Señor estaba sobre esta caja. Separa la gloria de Dios del Arca y lo que tiene usted es una caja, eso pasó una vez a propósito. El Señor se molestó tanto como decimos los boricuas, se enfogonó tanto con Israel que un día en medio de batalla dijo, bye, see you pass, los dejó ahí y ellos marcharon con su caja a la batalla, y no fué lindo lo que pasó allí, los filisteos descubrieron en poco tiempo, esto es una caja, su Dios no está aquí. Hermanos, sin la presencia de Dios, la caja, mira, usted está buscando un lugar a donde guardar los adornos de navidad, los puede guardar en esa caja, usted está buscando guardar las herramientas, lo puede guardar ahí, los motetes que tú ya no te los has puesto en diez años, los puedes guardar ahí, porque sin la presencia del Señor, es una caja, ¿y sabes qué?, muchas cosas que para nosotros, esa caja representa nuestros símbolos religiosos, las cosas que nosotros tanto atesoramos, lo que es religión, porque, bueno, si somos evangélicos o si somos pentecostales, si cantamos gospel, si levantamos la mano, si hablamos en lenguas, y nosotros nos podemos enfocar, solamente en la caja, y olvidarnos de lo más importante que es la presencia del Señor.
Hermano, ¿usted se quiere preocupar por algo?, preocúpese por la presencia del Señor, preocuparse por la caja y preocuparse por la presencia del Señor, ambos requieren energía, usted no puede gastar la misma energía preocupándose por la caja y por la presencia del Señor, el que se preocupa por la caja constantemente se está preguntando, ¿se sentirá bienvenido el Espíritu Santo aquí?, ¿estará preparado el ambiente de tal manera que el Señor se siente, se sentirá a gusto aquí?, ¿qué desea Dios para que se sienta libre en nuestros medios?, ¿qué es lo que ha dicho Dios, cómo se sentirá el Señor a morar en mi corazón a donde yo esté?. Eso es suficiente energía, si usted se quiere preocupar por algo preocúpese por eso, por agradar a la presencia del Señor, por tenerla cerca, y eso es lo que él quería, David quería la presencia del Señor donde mismo él iba a gobernar sobre Jerusalén.
Hermanos yo les quiero compartir algo, esta iglesia anhela avivamiento, yo, para mí, para muchos, esto sí quieren una marca que distingue la congregación de León de Judá, y no solamente nosotros, como nosotros hay otros locos más, que no creen que el avivamiento es una obra de ficción por ahí, es algo, yo lo espero ver, y acaso creo que ya estamos experimentando sombras de una visitación poderosa del Espíritu de Dios, ¿cómo lo sabemos?, ¿cómo sabemos nosotros que el Señor está reinando sobre Boston como lo hemos pedido, que el Señor está reinando sobre Nueva Inglaterra?. Hermanos yo les sugiero que muchas veces nosotros estamos buscando señales en los lugares equivocados, estamos buscando señales sobre la Casa Estatal, estamos buscando tal vez señales sobre la Casa Blanca, sobre las escuelas, las instituciones gubernamentales, las leyes, la economía, sabe yo también lo busco ahí, yo quiero ver y yo anhelo ver la transformación de esas instituciones, yo creo que así será.
Pero antes, yo creo que estamos buscando en un lugar equivocado, antes de que el avivamiento llegue a esas instituciones, la presencia del Señor tendrá que habitar nuestras casas, la presencia del Señor tendrá que invadir nuestros hogares, y eso pasó con Obed-Edom, le trajeron el Arca de Dios, y algo entendía él del poder de Dios y la presencia del Señor, y le dió la bienvenida, y algo en su corazón tenía Obed-Edom que le agradó a Dios. Y en los tres meses que estuvo el Arca de Dios en la casa de Obed-Edom, el Espíritu Santo se sintió bienvenido allí, en otras palabras, como decimos los latinos, el Espíritu Santo se sintió entre su casa. Se sintió en su hogar.
La biblia no nos dá los detalles de lo que sucedió en esos tres meses. Lo que sí me dice la biblia es esto, y esto es mi deseo para usted, yo creo que este es el deseo del Espíritu Santo para usted en esta noche, llévese la gloria de Dios para su casa, porque Él desea, como Obed-Edom, bendecir toda su casa, traducido household, tu familia extendida, tu economía, todo lo que él poseía, no hubo una esquina de Obed-Edom que el Señor no tocó, yo creo que eso también fué, no creo que ese proceso fué también automático, yo creo que eso fué una invasión paulatina, como una radioactividad nuclear, yo me imagino tener esta caja digamos, la presencia de Jehová, primero ahí en su sala, y lo primero que uno entiende es esto, y tal vez Obed-Edom entiende esto, al Espíritu Santo tú no lo controlas, no es tu juguete, hay cierta reverencia, cierto temor de la presencia del Señor aún en tu casa, especialmente en tu casa, en tu intimidad, especialmente ahí caminas con una reverencia por la presencia que habita ahí, insistes, insistes en una reverencia, por la presencia de Dios que habita ahí, me imagino un Job levantándose de madrugada ofreciendo sacrificio por sus hijos para que el Espíritu de Dios que moraba en su hogar no se ofendiera, reverenciando la presencia del Señor.
Y la radioactividad de esa presencia se levanta y pasa a la cocina y a la despensa, y a donde guardamos la comida, corriendo al sótano, al aceite, a lo que controla nuestro hogar, subiendo esa radioactividad, perforando esas paredes, no hay nada que pare el Espíritu de Dios, entrando a nuestro dormitorio, cubriendo nuestra cama matrimonial, bendiciendo todo lo que está allí, y si eso fuera suficiente, no respeta paredes, sale de nuestra casa, porque cuando la presencia del Señor habita en tu casa, no hay manera de detenerlo o esconderlo, y comienza a radiar a la casa de mis vecinos, a toda esa cuadra, y dentro de poco todo Summerville la ciudad a donde vivo siente que hay algo diferente porque la presencia del Señor mora en el 162 Central Street, no saben por qué es, no saben por qué es, y usted verá que esta radioactividad comienza a cambiar cosas, comienza a insistir de nosotros ciertas cosas, comienza a trabajar bendiciendo todo lo que alcanza, sus finanzas, su intimidad con su cónyugue, su economía, la ética de trabajo, la manera en que usted se comunica con sus trabajadores, su relación con sus hijos, la presencia del Señor cubre la cuna de sus hijos, y yo estoy hablando espiritualmente, usted puede tener 50 y pico de años, sus hijos 20, 30 años, tendrán niños de ellos mismos, vivirán en el otro extremo del mundo, allí alcanza la radioactividad de la gloria de Dios, bendiciendo nuestra casa.
Y hermanos, entre poco, si hay suficiente Obed-Edoms que aparecen, si la gloria de Jehová comienza a habitar en nuestras casas, ya el rey sabe oh, ahora es seguro, hay campo libre, ahora sí podemos mover el Arca a la ciudad santa, al centro de gobierno, entonces veremos las señales que estamos pidiendo al Señor, pero comienza con nuestra casa. Les invito a ponernos de pie por una última intercesión, los adoradores, el adorador.
Mi hermano, ustedes han oído esa frase, al despedirnos, Señor, nos despedimos de este lugar, ¿cómo es?, nos despedimos de este lugar pero no de tu presencia, yo digo amén también, pero ahora vamos a orar eso individualmente, y con ganas, esto es un refugio para ti, gloria a Dios, pero sabes, ya el Espíritu Santo quiere acompañarte a tu casa, yo no sé lo que te espera allí, no sé lo que hay en tu trabajo, no sé lo que espera tu realidad, como cambiaría si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Dorchester si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Rocksberry si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Villa Victoria si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Cambridge si el Espíritu de Dios morara allí, como cambiaría Molden si el Espíritu de Dios morara allí.
Pero eso requiere que alguien, que usted le dé la bienvenida al Espíritu de Dios, de una forma activa, de una forma deliberada, de una forma intencional, let's do that, con tus ojos proféticos, te invito a captar esta imagen profética, tú llegas y no hay ninguna irreverencia en esto, el Señor se deleitaría si escuchara esto, en el baúl de tu carro mete el Arca de Dios, sube a tu apartamento, saca el Arca de Dios, descánsalo a donde mismito usted ora, sin pedir permiso, no te apures, a lo largo los vá a bendecir, a lo largo los vá a bendecir, y ya dirige, dirige el Espíritu de Dios, dále el lugar, dirige la influencia del Espíritu de Dios, dirige la sanidad del Espíritu de Dios.
Ahora recibe esta oración, comienza a recibir estas instrucciones, comienza a recibir esta intervención, sobre tus siervos, nombre nombre si es necesario, a dónde tú quieres que la radioactividad de la gloria de Dios alcanze, nombre hijos, nombre hermanos, nombre familiares, nombre jefes de trabajo, nombre supervisores, tú eres Obed-Edom en esta noche, y el Espíritu Santo desea morar contigo, desea morar contigo, desea estar contigo, habitando los espacios de tu vida, no lo dejes aquí, no lo dejes aquí.
Señor, en el nombre de Jesús invade nuestras vidas, invade nuestras vidas, no nos pidas que te dejemos, no nos pidas que dejemos tu presencia, acompáñanos Espíritu de Dios, llena Señor los espacios de cada hogar, de cada realidad, de cada vida, Señor, que tu presencia se haga sentir, abrimos nuestras mentes, abrimos nuestras carteras, abrimos Señor nuestra sala de trabajo, abrimos Señor nuestro caminar, donde quiera Señor te damos la bienvenida, no te quedes aquí, Espíritu de Dios, no te quedes aquí, no te quedes aquí, no te quedes aquí, amén.