2 de enero del 2012 - Por Miriam Carrasquillo
Génesis 19:17 - ... No mires tras ti...
La Biblia tiene muchas historias de mujeres que fueron bendecidas por su fidelidad y obediencia a Dios, pero en el Antiguo Testamento, hay una historia diferente... Una historia que llama mucho la atención. Es la historia de una mujer, que por un momento de debilidad; quizás por melancolía, o por amor a lo que dejaba atrás en su pasado, perdió su bendición. A Lot y su familia se les advirtió que al salir de Sodoma y Gomorra que no miraran atrás. Fue eso precisamente lo que hizo su mujer. Por una razón u otra la mujer de Lot desobedeció, y pagó muy caro su desobediencia.
El Señor no quiere que vivamos recordando el pasado, mirando lo que dejamos atrás, como lo hizo la mujer de Lot. El quiere que nos olvidemos, si es necesario por completo del pasado, y miremos nuestro futuro; confiando siempre en que Dios nos tiene un porvenir mejor.
Dios ya olvidó lo que tú eras antes de conocerle, hazlo tu también. El dice en su palabra en Hebreos 10:17 "Nunca más me acordaré de tus pecados e iniquidades”. Tú tienes bendiciones que recibir, no permitas que el enemigo te siga atormentando recordándote tus pecados pasados, Dios ya los tiró a las profundidades del mar (Miqueas 7:19).
Estos recuerdos pueden estar interfiriendo u obstaculizando tu presente, y peor aún tu futuro. Dios tiene planes preciosos para contigo, pero tú tienes que tomar lo que te está tomando a ti - los recuerdos del pasado - tíralos al olvido por completo. El Apóstol Pablo dice en Hebreos 12:1 “... despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante." Tenemos que olvidar las cosas que pertenecen al pasado, e ir tras las cosas que nos esperan.
Dios restaurará los años que perdiste (Joel 2:25), tiene un futuro lleno de bendiciones para ti y los tuyos. En Jeremías 29:11 el Señor te dice: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Arrebata tus bendiciones futuras; piensa en tu porvenir. Eres una nueva criatura desde que recibiste al Señor en tu corazón. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios. 5:17). Camina desde hoy en adelante con tu frente erguida, mirando hacia el futuro, y a las promesas que Dios te ha hecho. Confía en el Señor y el hará (Salmos 37:5).