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Quiero invitarlos a ir a Primera de Corintios, Capítulo 14, vamos al versículo 20 hasta el 33. Yo voy a leer esta palabra, póngale atención mientras la lee porque en algún momento del mensaje yo voy a entrar en una exposición de esa palabra y la introducción mía está basada en esa palabra. Y quiero continuar con la serie de sermones que interrumpimos por navidades y otra cosas que intervinieron, esa serie de sermones que yo titulé ‘Fe compleja’, en ánimo de continuar exponiendo qué es lo que nosotros creemos, qué es lo que yo creo como pastor principal de esta Congregación, y por qué nosotros hacemos las cosas como las hacemos y por qué no las hacemos como no las hacemos, y por qué a veces es difícil ubicarnos, si somos pentecostales, si somos evangélicos de 4 por 4, qué es lo que somos y por que a veces es difícil ubicarnos dónde nosotros estamos. Y yo espero que es porque estamos dentro de la complejidad de la palabra de Dios que es compleja.
Escuche cómo Pablo razona, porque nosotros tenemos que aprender a través del Espíritu Santo, él está razonando. Y usted dice, bueno, si el Espíritu Santo lleva a Pablo a razonar así, así es que yo tengo que aprender a razonar también en mi propia vida y en las cosas del espíritu. Dice el versículo 20:
“…hermanos de León de Judá y de los que me escuchan a través de la internet y de la radio también, hermanos, no seáis niños ─ en otras palabras, no sean inmaduros ─ en el modo de pensar, ─ de razonar, de estudiar la palabra, de analizar la palabra de Dios ─ no sean niños en el modo de pensar, de razonar la Biblia, de vivir la vida del espíritu, sino sed niños en la malicia…”
Hay algunos en la iglesia que tienen un doctorado en malicia, pero necesitan ir a kindergarten en términos de sabiduría espiritual. Perdone si usted se siente aludido, pero si se siente aludido es porque necesita algo ahí, porque no se lo estoy diciendo a nadie en particular.
“… sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar…”
Ahí usted tiene lo que yo persigo, lo que yo quiero que nuestra iglesia, por eso las clases de crown, las clases de discipulado, todo lo que hacemos con trabajo de justicia social con nuestros jóvenes. Es que queremos producir una cultura de cristianos maduros, balanceados, no solamente con un fuego pentecostal falso, sino con la totalidad de la palabra del Señor, gente madura, gente balanceada, gente sobria.
Y Pablo dice, él ahora está razonando y ilustrando lo que él acaba de decir. Porque él está hablando acerca de las lenguas y el uso de las lenguas, pero en ese Capítulo 14 es más que las lenguas. Yo veo ahí una forma de conjugar las cosas del espíritu en general y eso es lo que me interesa. Esto es simplemente un caso administrativo con las lenguas, de algo mucho más amplio que eso.
“…En la ley está escrito, ─ es decir, en la Biblia que ellos conocían que era el Torá, el Antiguo Testamento que nosotros llamamos el Antiguo Testamento ─ … en la ley está escrito en otras lenguas y con otros labios, hablaré a este pueblo y ni aún así me oirán, dice el Señor…”
Eso se encuentra en Isaías 28, de paso, del 11 al 12. Él está citando un texto de Isaías.
“… En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo…”
Él está diciendo, las lenguas fueron profetizadas ya por Isaías, lo que nosotros estamos ahora practicando… él está hablando de una iglesia pentecostal, Pablo. Pablo pentecostal, le habla a una iglesia pentecostal en Corinto.
“… Y ni aún así me oirán, dice el Señor. ─ entonces mire la conclusión, cuando él estudia este pasaje bíblico él dice ─ … así que las lenguas son por señal no a los creyentes sino a los incrédulos….”
Por qué? Porque lo que él acaba de citar, ni aún así no me creerán. Es decir, son incrédulos y por eso el Señor les habla en lenguas para que le crean. Entonces Pablo dice, bueno, si es así, entonces parece que las lenguas son una señal no para los creyentes, sino para los incrédulos.
“…Pero la profecía ─ hay una diferencia en la mente de Pablo entre lenguas y profecía ─ pero la profecía no es para los incrédulos sino a los creyentes….”
Ahora, en la mente de Pablo la palabra profecía quería decir muchas cosas. Esencialmente lo que nosotros vemos por lo que podemos entender en la Biblia, la palabra profecía es una palabra que viene directamente de la boca del Señor para una persona, para una comunidad. Esa palabra puede ser algo acerca del futuro, pero puede ser simplemente una palabra de corrección, o una palabra de estímulo, pero que viene directamente de la boca de Dios para una persona en particular.
Porque a veces pensamos que la profecía es solamente predecir el futuro. No es solamente predicción, puede ser también corrección, confrontación. Algunos profetas escribieron y no hay nada ahí acerca del futuro, es simplemente una confrontación acerca del pecado, acerca de la injusticia en la nación o lo que sea. La diferencia está, dice Pablo, en que la lengua entre otras cosas es… hablo una lengua que a veces no se entiende, pero la profecía sí es una palabra en español, en nuestro caso, en inglés, para una comunidad angloparlante. Entonces,
“…La profecía no es a los incrédulos sino a los creyentes. Si pues toda la iglesia se reúne en un solo lugar, como en este culto, y todos hablan en lenguas ─ todo el mundo está hablando en lenguas, no hay profecía, solamente lenguas ─ y entran indoctos o incrédulos…”
Cuáles son los indoctos? Los inmaduros, la gente crudita en el Evangelio. La gente no docta, no instruida en la palabra de Dios, que no conocen mucho de la Biblia. Como en nuestra iglesia, que hay mucha gente que apenas está entrando en el Evangelio. Están todavía como buscando, tratando de encontrar su derrotero, su lugar en el Evangelio.
Si entran indoctos, gente nueva en el Evangelio, o incrédulos, gente que simplemente está ahí porque alguien los trajo o porque la esposa lo jaló y lo amenazó con divorciarlo o no cocinarle más si no venían a la iglesia ese domingo, o están simplemente como buscando, pero no han hecho todavía una decisión a favor del Señor, si entra gente así indoctos o incrédulos y los ven a usted todo el mundo en un salpafuera gritando y hablando en lenguas y no hay orden, todo es un salpafuera, un desorden. Dice,
“… No dirán que ustedes están locos ─ cuanta gente que ha ido a una iglesia y dicen, yo fui a esa iglesia y salí de allí con un dolor de cabeza, y dije, yo jamás vuelvo. Hay personas que una mañana se levantan con un deseo ardiente de buscar de Dios y dónde voy? Ah, una iglesita que hay por ahí en el vecindario. Van allí y salen escandalizados porque no entendían lo que estaba pasando y lo que vieron fue algo que `más bien les dio miedo. ¿Sí o no? Eso pasa. Y claro, cuando la gente se va de allí, ah, ese es un impío, los impíos no saben de Dios, el Señor los reprenda, que se vayan al infierno porque nosotros somos los verdaderos. Aquí somos los marines de la fe, etc. esta excusando simplemente una incompetencia espiritual.
Por eso yo le pedí esta mañana al Señor, Padre, ayúdame a ser comedido en lo que digo, no darle palos a la gente, no dejarme intoxicar demasiado por las palabras.
“….No dirán que están locos? Pero si todos profetizan ─ si todos hablan en una forma comprensible, edificante, coherente, con algo que pueden entenderse y que tiene materia espiritual digerible ─ pero si todos profetizan y entra algún un incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado…”
Mire este momento precioso aquí en que estaban estos hermanos acá, y de momento el espíritu me mueve… porque yo le había dicho a Omar, Omar, 10 minutos o sino el miércoles en la reunión de pastores nos vamos a jalar los moños tu y yo. Pero yo estoy allí escuchando y algo sucede aquí y en mí el espíritu se enardece y digo, no, cómo es posible que entre creyentes… yo entiendo… miren, yo comprendo muy bien, no estoy aludiendo a nada con respecto a eso, pero yo digo, si estamos aquí y estamos creciendo en el Señor, cómo es posible que no, que alguien no pueda dar un testimonio, claro que sí.
Y entonces, esta hermana Betania Ester. Entonces Betania comienza a hablar acerca de su vida. Ella en un sentido está profetizando porque está hablando en el espíritu, no era algo que estaba preparado ni nada, sino que el espíritu mueve al espíritu. Ella habla de su vida, habla de su experiencia. Otra hermana entonces también testifica, otro hermano por acá, conmovido por lo que Dios ha hecho en su vida, otro habla de la diferencia que ha hecho crown en su vida y cómo ha cambiado y habla de la prudencia en las finanzas. Cómo Dios ha edificado su vida. Eso es profecía, hermanos, diga amén aunque usted no lo crea.
Eso es profecía, porque la profecía no es, así te dice el Señor, pueblo de Dios, oh, siento el espíritu en este momento… eso es necesariamente profecía. Profecía es una palabra que sale del espíritu de Dios, pasa a través del espíritu de un hombre, una mujer, y llega recién horneada a la vida de los hijos de Dios. Eso es profecía.
Para mí, eso fue un momento profético. Ahora, piense en una persona que llega de afuera, está sentada allí, una persona coherente, pensante, escucha todo eso, no cree usted que va a ser conmovido? O está muerta o Dios lo tiene ya destinado para el infierno, o va a salir de aquí tocado por el espíritu? Sí, Señor.
“…Por todos es convencido, por todos es juzgado…”
Qué quiere decir juzgado? Redargüido. Óyeme, por qué no estoy yo también metido en esto? Esta gente tan linda que se ve. Mira cómo hablan. Mira cómo Dios las está bendiciendo y yo acabo de venir de una discoteca anoche, borracho y estoy aquí resacado. No, yo necesito hacer algo con mi vida. Es juzgado por todos, es convencido por todos, confrontado, redargüido, edificado, hay bendición. Amén.
Eso es lo que Pablo está diciendo. Hermanos, francamente yo prefiero eso. Si tengo que escoger, porque lo bueno es que no hay que escoger entre una cosa o la otra. Yo prefiero eso a un lenguaraje que nadie entiende y todo el mundo jalándose y empujándose y cayéndose, y no hay nada. Mucho polvo y después todo queda igualito. Yo prefiero transformación de vidas, que una parranda espiritual que yo me gozo pero eso no deja nada. ¿Sí o no? Esa es la diferencia.
Entonces, Pablo está diciendo a esta gente, “… es juzgado por todos cuando hay profecía. Pero si todos profetizan y entra un incrédulo, por todos es convencido, por todos es juzgado, lo oculto de su corazón se hace manifiesto…”
Escuchando todo esto la gente… hay algo aquí que sale a la luz. Ahora entiendo, ya, claro que sí. Es confrontado.
“…Y así, postrándose sobre el rostro adora a Dios declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros…”
Quién puede negar que Dios está entre este cuerpo de gente? Quién puede negar que a la iglesia que está haciendo esto posible tiene el espíritu del Señor dentro de ella? Eso es lo que está diciendo Pablo. Usted entiende? Y así es que uno tiene que juzgar las cosas del espíritu, hermanos.
No es solamente lo llamativo, lo místico, lo espectacular, lo estrepitoso, fuego y el azufre. Es, qué queda cuando el polvo bajó, qué queda? Cuando nos fuimos a nuestra casa y el diablo está ahí esperándonos afuera con tres demonios fumándose un cigarrillo, esperando que salgamos para pelear. Saliste con más fuerza que cuando entraste? Eso es lo que cuenta verdaderamente, no cuánto saltaste, cuánta lenguaraje. No, no, saliste edificado, fortalecido, mejor preparado para vivir la vida cristiana, para evangelizar a otro, para ser ejemplo a tu comunidad, para bendecir a tu familia. Esa es la diferencia, hermanos.
Entonces Pablo dice, “…Qué hay pues, hermanos, cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación…”
En otras palabras, se refiere, mire todo lo que hemos hecho en nosotros en este servicio, ha habido adoración y alabanza, música, testimonios, anuncios, predicación, quién sabe qué otras cosas, ofrendas y diezmos que se han tomado. Ha habido un poquito de todo, himnos, revelación de parte de Dios, yo creo que aquí inclusive hubo un poquito de revelación. Dice;
“…Hágase todo para edificación…”
Diga conmigo, hágase todo para edificación. Diga otra vez, edificación. Eso es lo que nosotros buscamos en todo lo que la iglesia hace, tiene que preguntarse al final, hubo edificación? Hubo crecimiento? Hubo instrucción? Hubo progreso? Yo siempre pregunto eso. Nuestra comunidad, esta hermosa gente que está aquí reunida, hay una diferencia entre lo que era 5 años atrás y lo que es hoy? Yo creo que sí. Yo veo ya como el gadareno, muchos demonios que se han ido y ya la gente está sentada en su asiento, cuerdos y bien vestidos. Dios está haciendo la obra de limpieza. Nuestros niños están creciendo, están adorando al Señor mejor. Nuestros jóvenes están estudiando, se están disciplinando, están entrando en las cosas, con unos tumbones de vez en cuando, pero siguen para adelante en el nombre del Señor. Hay edificación. Yo siempre pregunto eso. Cuánto ruido se hizo este domingo en el servicio, sino cuánta edificación hubo? Porque al diablo no le importa cuántas hojas tiene la higuera, sino cuántos frutos tienes. Y a Dios tampoco. A Dios le importa fruto, bendición, crecimiento. Entonces, usted entiende cómo juzga y razona la palabra de Dios?
“…Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos o a lo más tres, y por turno, y uno interprete, y si no hay interprete calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios…”
Hay muchas veces que las lenguas son para tu edificarte directamente. Es como para tu irte a tu casa y sacar dos bolas de mantecado y comértela tranquilito que nadie te vea. Es decir, muchas veces las lenguas, si no hay interpretación, Dios te va a alimentar intravenosamente, directamente, te va a dar el alimento.
Ahora, si hay un servicio aquí, por ejemplo, hay una hermanita comienza a hablar en lenguas, yo digo, hermanita, siéntese, por favor, porque yo estoy profetizando y el espíritu de Dios está hablando a través de mí así que espere su turno. Venga en algún momento y diga, pastor, Dios me ha dado algo, un mensaje, y yo quiero compartirlo con la iglesia. Yo le digo, hermana, sí, dígame. Y entonces yo juzgo en el espíritu, espero, y entonces determino… Las cosas tienen que hacerse con orden. Entiende?
Ahora, contradice eso el espíritu? En ninguna manera. Es que las cosas de Dios son coherentes. Ahora, de vez en cuando puede haber una excepción, puede pasar algo raro. Amén. y tenemos que estar también abiertos a discernir el espíritu en ese momento. Pero normalmente hay un orden, hay una coherencia en que se hacen las cosas cuando el Espíritu Santo, y hay entendimiento de la palabra de Dios.
“…Así mismo los profetas hablen dos o tres y los demás juzguen, ─ es decir, interpreten, examinen, midan si es de Dios o no ─ … y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero porque podéis profetizar todos uno por uno para que todos aprendan y todos sean exhortados y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz…”
Hay que me dice cuando yo trato de poner algún orden en alguna cosa, en alguna manifestación, por eso es que el Espíritu Santo no se manifiesta más en esta iglesia. Y quieren echarme a mí un sentido de culpabilidad, porque usted no es pentecostal, usted no sabe si es en el espíritu. No, a veces creemos que para que el espíritu de Dios se manifieste, tiene que haber desorden. Y no es así. Las cosas en el espíritu son en orden, hay un patrón que se sigue.
Violé mi propio propósito de no meterme en exégesis de la Biblia mientras la leía. Pero está bien. lo que quiero hablar, hermanos, es de una espiritualidad que tiene la mira en las cosas del espíritu pero que también tiene los pies sobre la tierra. Es las dos cosas.
Lo que yo veo aquí es Pablo, un hombre lleno del espíritu, tiene todos los dones del Espíritu Santo, escribió dos terceras partes del Nuevo Testamento, subió al tercer cielo y oyó cosas que ni siquiera él era digno de decírselo a los demás, conocía del Señor en una manera tremenda. Jesucristo se le apareció varias veces, fue escogido desde la fundación del mundo, también hablando con un orden, una coherencia, una sobriedad impresionante. Tiene los pies sobre la tierra. Este es un hombre que ha plantado muchas iglesias, es un fariseo, ha estudiado en las mejores universidades y seminarios de su tiempo. Ha viajado, es un ciudadano del país más poderoso, Roma, aunque es judío también. Es un hombre que ya lo ha visto todo. Been there, done that, como dice and bought the tee shirt, inclusive.
Y ya él sabe lo que es verdadero y lo que no. ha estado en todas las iglesias, ha visto de todo, y ya un hombre maduro, escribiendo para el Señor, sabe lo que verdaderamente es importante y lo que no, lo que es paja y lo que es sólido, lo que es bueno, si tiene otros elementos, pero que no es bueno necesariamente en sí, simplemente porque sí.
Y eso es lo que yo quiero formar en ustedes, mis hermanos. Un espiritualidad que a la misma vez que vive en el mundo del espíritu, pero también tiene los pies sobre la tierra. Como pastor yo deseo dar a luz un pueblo práctico, con una espiritualidad sana, que le permita prosperar y vivir una vida sabia y prudente.
Óigame, dónde están esos hermanos de adoración perdiéndose estas joyas y estas perlas de enseñanza que yo estoy dando? Diles si pueden venir por acá un momentito y sentarse allí donde yo los vea. Disculpen, hermanos. Yo le dije al Señor, Padre, ten misericordia de mí esta mañana. Les aseguro no peleé con la mujer, desayuné bien, no estoy de mal humor.
Un pueblo práctica, con una espiritualidad sana, que le permita prosperar y vivir una vida sabia y prudente. Se ha fijado algo, hermano? Que en el mundo evangélico parece haber una división en dos partes. Por una parte está el mundo pentecostal, con mucha aparente unción, y mucho aparente poder, pero muchas veces pobre, relativamente ignorante, con poco impacto sobre el mundo y la sociedad, con iglesias pequeñas y débiles. Perdóneme, yo hablo como pentecostal, pero es cierto o no? los que supuestamente tienen la gran unción y el poder y los dones, usted ve que sus vidas económicamente, su matrimonio, su vida familiar, honestamente cuando usted lo observa objetivamente, no tienen la supuesta bendición y prosperidad que ellos tanto predican, que nosotros predicamos, mejor dicho.
Por una parte está ese mundo, y yo sé que me van a caer chinchas cuando todo esto salgo por la radio, por el internet, pero sepan que lo hablo con amor y porque amo, hablo la verdad.
Por una parte está ese mundo pentecostal que es una contradicción viviente entre lo que profesa y predica y lo que vive en última instancia. Y está el mundo evangélico no pentecostal, los presbiterianos, metodistas, luteranos, todo este grupo que aunque no supuestamente enfatizan tanto los dones y el poder de Dios y la unción, y todas estas cosas, usualmente son más prósperos, más ordenados y disciplinados, con iglesias de larga permanencia, gente bien educada, financieramente exitosa, con más impacto sobre la cultura, que los que tenemos el conocimiento de los dones y del Espíritu Santo.
Por qué? Es porque hay una contradicción en nosotros, por una parte nos entra la unción del espíritu y por otra hay un boquete grande que se nos va todo, y desperdiciamos lo que Dios ha puesto en nuestras manos. Hablamos de prosperidad, oh, el Señor nos prospera y después nos vamos a nuestra vida totalmente desprovista de esa prosperidad. Y estos evangélicos que no creen ni en la luz eléctrica, muchas veces, se montan en sus Mercedes Benz y se van a sus vecindarios, a una casa de 500 mil dólares. Yo digo, bueno, Señor, o es que tu estás fallando en tus promesas o hay algo que no estamos haciendo que debiéramos hacer?
Me perdonan? Entonces, yo pienso, por ejemplo, mire Park Street Church, es una iglesia no pentecostal, ahí ni un nime suena cuando está la adoración. Es todo bien ordenado, tres himnos o dos a lo máximo, y ni un corito siquiera. En la tarde tienen música contemporánea, la llaman ellos. Yo amo Park Street Church, respeto a su pastor, un hombre de Dios, Gordon Hughenberg, un hombre educado.
Pero mire, esa iglesia, a pesar de que no hay nada supuestamente de los dones y todo esto, hace poco celebró sus 200 aniversario. Yo creo que yo he dicho esto antes, 200 años tiene esa iglesia allí en el mismo centro de la Ciudad de Boston, al lado de Boston Common. Allí ha predicado Billy Graham, esa iglesia el pastor, en los años ’50 de esa iglesia, ayudó a levantar el Seminario Gordon Conwell Theological Seminary y Christianity today, una revista muy poderosa aquí en Estados Unidos, sale de ese ministerio también. han tenido un impacto nacional. Es una iglesia histórica y 200 años han tenido allí manteniendo viva la palabra de Dios, no se han liberalizado. Y es una iglesia próspera, una iglesia que es impactante en la ciudad.
Y sin embargo, hay tantas otras iglesias que supuestamente tienen los dones y el Espíritu Santo y no hacen ni siquiera un movimiento leve en el radar de la cultura. Y las iglesias pentecostales duran 20, 30 años, 40 años y después se disuelven y se desaparecen. No tienen la longevidad que tienen muchas de estas iglesias evangelicas, supuestamente no pentecostales.
Dónde está la contradicción? Mire otro caso. Hay dos revistas que para mí son como una ilustración de esta contradicción horrible, Carisma Magazine, y la revista Christianity Today. Son dos revistas que para mí son como dos ejemplos de lo que pasa en el mundo carismático y en el mundo no carismático.
Christianity Today es una revista evangélica, sólida, periodísticamente de gran excelencia, artículos sólidos, escritores tremendos, con un presupuesto multimillonario, muy escrupulosa en lo que enseñan y los anuncios a ponen, una cantidad de cosas que esa revista yo se la echo a cualquier revista religiosa del mundo, sólida, pero evangélica, no pentecostal. Y a veces enseñan cosas que a mí mismo me molestan. Yo la leo porque me gusta leer de todo, pero a veces salgo con indigestión. Pero también muchas cosas muy buenas en ella.
Y entonces está Carisma Magazine. Cuántos han leído la revista Carisma? Es una revista pentecostal. Es la revista representativa del mundo pentecostal. Y la verdad es que es una revista inferior, escrita por yo creo que por estudiantes de escuela superior de periodismo a veces. Ahí lo que hacen es recortar artículos de libros y otra cosas y para mí es un cash cow, perdonen, es como que todo se va en anuncios y hacer dinero al dueño de la revista, que es de una familia que es con fines de lucro. Y es una revista inferior. Yo ya dos veces he cancelado la suscripción y como que por alguna razón vuelvo otra vez y la pongo y después me molesto otra vez con lo que veo, y vuelvo y la cancelo. Es una relación de amor y odio que tengo con ella.
Y yo digo, que pena que una revista que supuestamente reconoce la unción del espíritu y que está dedicada a exaltar los dones, es inferior a una que no se inmuta por esas cosas. Dónde está la contradicción? Algo anda mal. Yo digo que hay algo…
Mire esto, no me interesa necesariamente el tipo de espiritualidad evangélica que estoy señalando, no carismático, yo creo en los dones y yo no cambiaría una adoración como la que tuvimos esta mañana por nada del mundo. Yo creo en los dones y por eso es que estoy hablando de esta manera. Es para inquietar a la gente, para declarar la verdad de Dios.
Respeto esa espiritualidad evangélica no carismática, pero el punto está, hermanos, en que no tenemos que escoger entre una cosa y la otra. Podemos tener lo mejor de ambos mundos, eso es lo que quiero señalarles a ustedes. Y eso es lo que Dios quiere. Dios quiere la mentalidad de Pablo, que es una mentalidad espiritual pero pensante también. es una espiritualidad consciente de lo misterioso y lo sobrenatural, pero también con la mente de Cristo que piensa clara, sistemática, estratégica, coherentemente.
Y yo les digo, hermanos, si nosotros logramos mantener estos dos elementos de la espiritualidad cristiana como iglesia en tensión, esta iglesia un día va a explotar y el techo va a volar por todas partes porque la gloria del Señor se va a manifestar de una manera extraordinaria. Vamos a ver nuestra iglesia progresar, crecer, nuestros hijos ser prosperados, los chevrolets se van a cambiar por Cadillacs y Mercedes y las casas, los apartamentitos se van a convertir en casas grandes, lujosas, para gloria del Señor.
Ahora, no perdamos el amor al Reino de Dios, eso sí. Porque Dios prospera a su pueblo. Nuestros hijos serán mejores que nosotros, más espiritualidad y más prósperos, más bendecidos, más pensantes que nosotros. Estamos sembrando para el futuro.
Por eso les digo, siembren para gloria de Dios, siembren a largo plazo, siembren con una visión. Las iglesias no pentecostales usted ve que edifican templos de 40, 60 millones de dólares. Nosotros tenemos que estar arrancándole a la gente cada centavito para edificar un templo que por la gloria del Señor lo edificamos, porque él nos da sabiduría, pero ese templo costaría una fortuna. Pero dónde está? Los incrédulos, tienen más de la unción de Dios que nosotros? Los que solamente conocen una parte del Reino de Dios pueden hacer más que los que tienen la totalidad del Reino de Dios? es imposible. Algo anda mal.
Y por eso es que tenemos que decirle, Señor, ten misericordia de nosotros. Ayúdanos a pensar en la manera en que razona tu palabra. Hasta aquí me están siguiendo? He dicho algo escandaloso o falso? Yo no creo.
Eso es lo que yo quiero, hermanos, que la gente entienda por qué yo hablo como hablo, pienso como pienso y practico la vida cristiana como la practico. Se requiere una espiritualidad sana, balanceada, una espiritualidad que tiene pasión y unción pero que también aprovecha la razón y aprovecha la sabiduría que hay en la palabra de Dios, piensa con cordura, se vale de todo los principios que encierra la Escritura, y no solamente de la parte más sabrosa y más llamativa. Balance. Conoce la palabra y sabe cómo coger un tema y desglosarlo a la luz del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, sabe pensar teológica, sistemáticamente.
Y no solamente se pega de un versiculito y con eso pretende manipular a Dios y forzarlo a hacer lo que uno quiere que él haga. Estamos con el pedacito de papel al Señor, mira, aquí está… no, leíste todo lo demás que yo dije en la Biblia? Y por eso nuestras oraciones a veces no son efectivas. Y por eso hablamos, hablamos y hablamos y no hay producto porque estamos falseando, violentando la palabra de Dios.
Mi metodología pastoral busca un sano balance entre ambos extremos. Por eso es difícil de entenderla. Los súper espirituales no saben porque dicen, no, este hombre no es pentecostal, esta iglesia dice… pero no son pentecostales porque están acostumbrados a un tipo superficial de razonamiento espiritual.
La gente súper espiritual no va a entender a León de Judá. Y algunos están en nuestra iglesia, lo digo con honestidad delante del Señor. De paso, qué es una persona súper espiritual? Yo diría de esta manera, alguien que solo pone atención a lo supuestamente, a lo superficialmente espiritual y no matiza sus juicios y decisiones con la prudencia, la totalidad de la palabra, la observación del comportamiento humano y de las reglas de la convivencia humana, el sentido común, la reflexión teológica. Todo es espíritu, espíritu, espíritu. Y yo no sé, pero si hay alguien aquí que es espíritu, espíritu, espíritu, es un fantasma y lo vamos a reprender en el nombre de Jesús y lo vamos a mandar al lugar de donde vino. Porque yo creo que aquí tenemos, cuerpo, mente, intelecto, espíritu, todo ahí metido en ustedes.
Y esta es una iglesia espiritual pero también es una institución y hasta ahora Dios no nos ha hecho solamente espíritu. Tenemos un edificio, hay que meterle calefacción y aire acondicionado en el verano, y sudamos y una cantidad de cosas que no nos gustan pero son la realidad, somos humanos.
Entonces, la persona súper espiritual como que ignora el cuerpo, ignora la carne y cree que todo es espiritual, espiritual, espiritual. De paso, me gusta esa imagen de cuando Jesús resucita que él llega ante los discípulos… yo prediqué alguna vez acerca de eso en un domingo de resurrección, y creen que es un fantasma. Y el Señor les dice, hey, búsquenme por ahí un pescadito frito con dos tostones, vamos a ver qué pasa? Y el Señor coge ahí el cuchillo y se mete su pescado y su poquito de ensalada y ellos ven que le entra y no se le sale como a Casper, the friendly ghost, por todas partes. Y dicen, miren a ver si un espíritu hace eso?
En otras palabras, era un cuerpo, el cuerpo del Señor era un cuerpo real, él no era un fantasma que está flotando con una bata que le llega hasta los pies. No, el Señor es cuerpo. Allá arriba, en el cielo, él tiene un cuerpo glorificado y todavía tiene las marcas de la cruz en él. Porque es que la iglesia no es un fantasma simplemente, no es una cosa desencarnada, encarna en la realidad. Es una corporación, es una institución legal, es una escuela de enseñanza, es un lugar de disciplina, de confrontación. Hay que pagar biles, es una realidad. Y los principios del Evangelio tienen que encarnar en ese cuerpo.
Pero la gente súper espiritual solamente vive allá en los aires, con dos alitas supuestas, volando por la estratósfera y queriendo servicios que sean simplemente espirituales, entre comillas. Y cuando se confrontan con el orden y la disciplina, y el sistema no saben qué hacer con ello.
Hay silencio total. Yo veo hermanos en la iglesia de Jesucristo que han caído en este error de la súper espiritualidad. Quieren agradar al Señor tanto que se vuelven místicos y todo es espíritu, profecía, dones, éxtasis, transes, revelación, santidad superficial, y se olvidan de las consideraciones prácticas del Evangelio, de las limitaciones del matrimonio, la familia, la vida congregacional, las limitaciones del cuerpo físico, los deberes del trabajo, las obligaciones cotidianas. Usted entiende?
Una esposa, por ejemplo, tiene hijos, tiene un esposo al cual darle cuenta y viceversa, pero si esa esposa… no, yo tengo que servir al Señor, y llega todos los días a la casa a medianoche porque estaba predicando el Evangelio y yendo a la clase de discipulado, y preparándose para el ministerio, y cuando llega a la casa lo que encuentra es un esposo malhumorado, deseoso de divorciarse de ella, echando pestes del Evangelio, porque dónde está mujer cuando la necesita? Y los hijos manga por hombro y la casa toda desordenada, porque ella supuestamente está sirviendo al Señor. Hay que ser prudentes, hermanos. ¿Sí o no?
Hay que pensar con cordura. El Evangelio tiene que aterrizar sobre la tierra. Y eso no lo empobrece, al contrario, impacta la tierra. Entonces, la sal para salar tiene que mezclarse con la sustancia. Si está afuera solamente siendo sal, y no se mezcla, no sala. ¿Sí o no? Al buen entendedor pocas palabras bastan.
Como dice el Señor, el que tenga oídos para oír, oiga. Hay muchas iglesias que todo es servicio para acá, servicio para allá. Siete días a la semana servicio para que la gente no tenga tiempo para pecar. Pero ¿Saben qué? Eso es lo contrario. La carne no se mata así tan fácilmente, y por eso hay divorcios, escándalos en la iglesia, jóvenes que no quieren saber del Evangelio, poco producto porque no se está poniendo atención a las demás cosas de la vida. Necesitamos una espiritualidad balanceada, una espiritualidad sana, una espiritualidad bíblica.
Hay creyentes que viven testificando en el trabajo, todo el tiempo que están en el trabajo. Testificando, porque supuestamente hay que predicar el Evangelio en todo tiempo. Y qué consiguen con eso? Se acarrean la mala voluntad de la gente, la condenación de los jefes, y un slip de despedida. Y luego le echan la culpa a los incrédulos, en vez de su propia falta de prudencia y de sabiduría.
Si usted está trabajando, trabaje. Y de vez en cuando, en su hora del almuerzo, pues, predique. Pero de qué le sirve a usted estar predicando y robándole dinero a su jefe? Ese hombre no cree ni en la luz eléctrica, así él no va a entender eso. Mejor dele lo que él le está pagando, sea el mejor trabajador posible y eso va a hacer de testimonio a él y a todos los que están alrededor de usted. Amén.
Hay una espiritualidad, hermanos, que no juzga las cosas como es debido. Y lo que nosotros buscamos es una espiritualidad balanceada, coherente, armoniosa, sólida y eso es lo que tratamos.
Ya prediqué el sermón y todavía me falta el texto que les dije que iba a examinar. Denme un momentito más. En este pasaje, en Primera de Corintios 14, tenemos un ejemplo de una sana sabiduría como caracterizaba al Apóstol Pablo.
Qué pasa en este pasaje? Había una controversia entre los corintios. Los súper espirituales decían, no contristemos el espíritu, démosle total libertad a los dones en el culto, métele allí hasta que explote el lugar. No se apuren, vamos para adelante, vamos hacer de todo aquí, porque esto es el espíritu. Que todo el mundo hable en lenguas con libertad y haga lo que sienta en el espíritu supuestamente, según los dirija el espíritu.
Entonces, cada culto era una cuestión…no había orden, no había coherencia. Porque si hay coherencia eso no es del espíritu supuestamente. Si hay una hora de comenzar, si hay un servicio bien organizado, eso supuestamente no es del espíritu. Y eso parece que estaba causando tensión en Corinto.
Pero había otros en la iglesia que quizás eran más sabios y más prudentes, más pensantes, que notaban que llegaban visitantes a la iglesia y salían disgustados. La gente entraba, pero no venía. La iglesia con mucha profecía, mucha cosa pasando, pero no crece, no prospera, no puede pagar los biles, porque no puede comprar un templo, están rentando un edificio por allí en un lugarcito pequeñito, donde nadie ni siquiera sabe que está la iglesia, y no hay progreso, a pesar de que supuestamente está pasando todo eso, mucha lengua, mucho hablar, mucha cuestión.
Esos visitantes salían disgustados, enajenados por lo que percibían como una falta de orden y armonía en los cultos cristianos y un sentido de que no sabemos lo que está pasando aquí. Un lenguaraje solamente pero no hay nada con lo cual nosotros podamos identificarnos.
Yo pienso que quizás por un momento, por un tiempo, todo el mundo en la iglesia disfrutó de ese desorden, de ese ambiente sabrosón de mucha intensidad. Pero a lo largo del tiempo se fueron dando cuenta que esa espontaneidad desaforada, estaba más bien empobreciendo la obra evangelística de la iglesia. En vez de bendecir a la gente y de que hubiera crecimiento, la iglesia estaba compuesta de un club élite, de unas cuantas personas que como los borrachos, hablaban entré sí y se entendían pero nadie más alrededor de ellos podía entender lo que estaban diciendo.
Porque esto es bien importante, hermanos, la obra a largo plazo de la iglesia requiere unos parámetros estratégicos, hay que entrar en una forma estratégica de actuar. No es solamente el momento, sino hay que pensar a largo plazo, cómo podemos conquistar nuestra ciudad, cómo podemos conquistar a los jóvenes y retenerlos, cómo podemos impactar la casa de gobierno, cómo podemos hacer un cambia, una mella en este mundo gobernado por el diablo.
Entonces, había esta lucha en la iglesia de Corinto, le enviaron un correo electrónico a Pablo, y le dijeron, Pablo, danos un consejo acerca de esto. Y Pablo les escribió y les envió el Capítulo 14 de Primera de Corintios para aconsejarlos pastoralmente.
Y entonces Pablo los llama en esa enseñanza a ser maduros en el modo de pensar y eso es lo que falta entre tanto creyente pentecostal, madurez, complejidad, balance, sobriedad. Y estoy hablando como un pentecostal. Por eso, de paso, hermanos, les digo, muchos no entendían a Pablo, en Corinto mismo, y no aceptaban su apostolado.
Lo comparaban con otros súper Apóstoles, con esa espiritualidad mística, llamativo, y cuando Pablito iba allí a enseñarles un estudio bíblico, un sermón expositivo, con tres puntos, decían, ah, no, pensábamos que era otra cosa. Tanto que se habla de Pablo y mira aquí dando un estudio bíblico. Nosotros queremos carne roja, queremos que se le cae la gente, que hablan con una voz estruendosa, que se comen los niños crudos. Eso es lo que quería la gente.
Entonces venía Pablo, maestro, pastor, plantador de iglesias, pensador estratégico, teólogo, inspirado por el Espíritu Santo, a instruir, a enseñar a edificar, y decían, eso no lo queremos. Queremos un plátano con dos chuletas fritas encima y no nos vengan con todas esas cuestiones.
Y eso molestaba. Porque hay muchas veces hermanos, la gente confunde, creen que unción es todo este levantar polvo. Y eso es necesariamente unción, eso es manipulación muchas veces. A veces, sí lo es. Yo creo, hermanos, yo creo en los dones del espíritu, yo creo que muchas veces Dios nos motiva, nos mueve a poner a un lado un sermón y todo lo demás y simplemente meter mano espiritualmente. Pero eso no puede ser la práctica de todos los domingos.
La vida es mucho más compleja que eso. La vida de iglesia tiene miles de años en la tierra y necesita algo… edificación, enseñanza, celebración de las cosas que Dios está haciendo en el pueblo de Dios. No siempre puede ser parranda todo el tiempo. Eso cansa a cualquiera, le quema el sistema nervioso al más bonito, hermanos.
Largo de explicar, pero Pablo sufría de ese problema, que decían, no, este hombre no es ungido. Queremos los grandes Apóstoles. Para edificación suya, déjeme leer solamente dos versículos, Segunda de Corintios 10, versículo 10 al 13. Por eso les digo esto es enseñanza, esto no es para que usted se vaya a la casa con el sistema nervioso quemado. No, el cerebro quemado pero no. Dice Pablo aquí:
“…Porque a la verdad dice la gente, las cartas son duras y fuertes ─ hablando de Pablo, ─ más la presencia de él es débil y las palabras menospreciables ─ como que no hay nada admirable en la palabra de Pablo ─ …esto tenga en cuenta tal persona que así como somos en la palabra por carta, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes, porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban así mismos pero ellos, midiéndose así por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos…”
Y eso continúa, léase después Segunda de Corintios, Capítulo 11, versículos 3 al 6:
“…Y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes Apóstoles… ─ él lo dice sínicamente, ─ pues aunque sea tosco en la palabra no lo soy en el conocimiento, en todo y por todo os lo hemos demostrado…”
Pablo está defendiendo su estilo ministerial. Porque es que a través de la historia de la iglesia, siempre ha habido lo mismo. La gente que cree que si hay solamente enseñanza sólida y buena predicación, nutriciosa, que eso no es unción. Lo que la gente quiere es el relajo, muchas veces, en los servicios, hermanos, y si usted le da comida sólida, dicen, no. háblele a la gente de la segunda venida de Cristo, de los demonios, de la sanidad, prosperidad y ellos están felices. Se quedan 4 horas. Pero háblele acerca del fruto del espíritu, de la transformación del yo, de la consagración verdadera al Señor, de todas estas cosas sólidas de la palabra y dicen, otro día te oiremos. No nos interesa eso, eso lo dejamos para los miércoles en la noche. Y no vienen los miércoles entonces.
Es así, la gente es así. La gente quiere pan con mantequilla y mermelada. No les interesa muchas veces la comida sólida de la palabra de Dios y ese es uno de los grandes problemas del mundo pentecostal, y por eso estamos como estamos. Por eso no crecemos y no somos bendecidos. Tenemos que ser más maduros que eso, hermanos.
En el versículo 22 Pablo lleva a la iglesia a la palabra, aquí dice.
“…Así que las lenguas son por señal no a los creyentes sino a los incrédulos, pero la profecía no a los incrédulos sino a los creyentes…”
Si usted examina todo el pasaje de Primera de Corintios Capítulo 14, usted ve a Pablo bregando, okay, qué es lo que dice la palabra? Vamos a entender lo que dice la palabra. Pablo descubre que las lenguas en la adoración congregacional son una señal primordialmente para los que no conocen al Señor, para los visitantes, no para los creyentes. Él está diciendo, lean en la palabra, qué es lo que dice? Para qué son las lenguas? Y cuál es el propósito de las lenguas?
Entonces, aplíquenlo de esa manera. No es para los creyentes, es para los visitantes, es para los que no conocen al Señor. El uso de las lenguas debe reflejar su propósito original, escritural.
Lo que yo quiero que usted observe es el razonamiento de Pablo. Es un razonamiento, valga la redundancia, razonable. Es un razonamiento sobrio. Y así nosotros debemos examinar el uso de los dones también. Pablo está siendo práctico, hermanos, y eso no lo hace menos espiritual.
Si llega la gente de afuera no iniciada en las cosas del espíritu, y ven el desorden dice Pablo, pensarán que estamos locos. Debemos, por lo tanto, matizar el uso de los dones y ajustar a las consideraciones prácticas de la vida institucional a los propósitos del Evangelismo y la conquista del mundo para Cristo.
Mire cómo razona Pablo en el versículo 18 y 19:
“…Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros ─ Pablo es pentecostal, él está anticipándose a aquellos que dicen, no, porque este hombre no tiene unción, no cree en los dones, no está ungido, etc. no, yo hablo en lenguas más que todos ustedes juntos ─ pero en la iglesia,─ digan todos, en la iglesia ─ en la iglesia, en una reunión congregacional como esta, en un tiempo de adoración colectivo, dice, yo prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento para enseñar también a otros que diez mil palabras en lengua desconocida…”
Diga gloria a Dios. pablo está diciendo, miren, no es que yo no crea en las lenguas, al contrario, yo las practico más que todo el mundo, yo creo en su producto, creo en su provecho, pero, hermanos, cuando estamos en una reunión congregacional no es necesariamente el tiempo para tener un lenguaraje sino es un tiempo para edificación del cuerpo de Jesucristo.
Ahora, entiéndame, no estoy diciendo que no sea importante y bueno de vez en cuando hablar en lenguas. Hay veces que el Señor nos dirige en eso. Yo muchas veces sentado allí estoy hablando en lenguas porque necesito fortalecerme en el espíritu. Yo creo en eso. Ahora no diga que el pastor Miranda dijo que ya no se puede hablar en lenguas los domingos en el servicio. No. lo que estoy diciendo es que lo hacemos tiene que estar condicionado por consideraciones de por qué nos reunimos.
Qué es lo que estamos buscando hacer a final de cuentas? Mire, cuando usted practica cualquier don y hay gente alrededor suyo, pregúntese lo que yo estoy practicando, está siendo de bendición para mis hermanos o de piedra de tropiezo? Me estoy sirviendo yo a mí mismo o estoy sirviendo al Señor y a mis hermanos?
Porque de qué me sirve a mi tener una gran parranda y emborracharme y estar escandalizando a la gente, sacándolos del Reino de Dios, creando confusión en su mente y haciendo un espectáculo. A quién glorifica eso sino a mí mismo? Yo estoy diciendo, hey, yo me voy a gozar y todo el mundo que se vaya para el diablo, eso es problema de ellos. Si no les gusta, que no se lo coman. Eso es lo que estamos diciendo. En vez de decir, no, yo lo que estoy haciendo debe bendecir al pueblo de Dios, debe glorificar, de ejemplificar el carácter armonioso, misericordioso de servicio de Cristo Jesús.
Los dones no es para que tu te sirvas a ti mismo, y te llenes a ti mismo. Los dones son para bendición de los demás. Por lo menos, en el contexto congregacional. Ahora, cuando estás en tu casa, cierra la puerta, cierra bien la ventana y grita todo lo que tu quieras, quítate toda la ropa, si tu quieres, desgréñate los pelos. No importa, estás tu y el Señor. Amén. Gloria a Dios.
Pero si tu estás en armonía con los demás tienes que entonces disciplinar tu espiritualidad. Mire, aún Pablo usa la estética para razonar, porque los conocimientos humanos no son extraños tampoco ni foráneos muchas veces, a razonamiento espiritual. Miren los versículos 7 al 9, ya estoy aterrizando, las ruedas de abajo ya pegaron, ahora faltan nada más las de adelante. Dice el Apóstol Pablo;
“…Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonido ─ es decir, todas las cosas inanimadas, por ejemplo, una trompeta, un piano, ─ las cosas inanimadas que producen sonidos como la flauta, o la cítara, la guitarra, si no dieren distinción de voces cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la guitarra?”
Piense en eso. Si hay 17 guitarristas, cada uno tocando su propia tonada, cómo va a saber la gente lo que están tocando? Él dice, no, mire, en el mundo de la estética hay un orden. Entonces dice;
“…y si la trompeta diere sonido incierto en una batalla, quién se preparará para la batalla?”
Si hay 8 trompetas tocando, por allá, por allá y por acá, dónde se reúnen los soldados para defenderse contra el enemigo? Tiene que haber un orden. Y cuando la iglesia se reúne es para la guerra, es para fortalecer a los soldados. Si cada uno está haciendo lo que le da la gana, no hay edificación, no hay bendición. Entonces dice;
“…Así también vosotros si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire…”
Y él sigue con su razonamiento muy interesante. Aprendamos del razonamiento, hermanos, y entonces usted debe aplicar eso a todas las demás áreas. Pablo pone la edificación por encima de todo lo demás. Y esa es una buena pregunta que tenemos que hacernos siempre. En qué manera lo que estoy haciendo supuestamente en el espíritu, edifica a los demás hermanos, a mi familia, mi propia vida, mi crecimiento espiritual? Cómo avanza esto el Reino de Dios? de qué sirve tener una gran fiesta espiritual en el culto si eso conduce al escándalo y a la confusión de los demás.
Dónde está el supuesto provecho? Tenemos que juzgar lo que hacemos a la luz de todos los valores de la palabra de Dios, incluyendo el amor, la misericordia, la compasión, la bondad. Si yo estoy escandalizando a mi hermano, no estoy ejerciendo bondad y amor para con él.
Voy a cerrar la Biblia para resistir la tentación de seguir. Lo último, ahora sí, puedes tocar un poquito para inspirar a la gente. Hay que distinguir el espíritu. Escuche esto, quiero que usted vea cómo estos principios se aplican a muchas diferentes situaciones de la vida.
Vamos ahora, por un momento, a Primera de Corintios, Capítulo 11, cuando Pablo habla acerca de la santa cena y él dice, la santa cena es algo sublime, algo que a través de la cual recordamos el cuerpo y el sacrificio y la cruz de Jesucristo. Y Pablo dice, y hay muchos de ustedes que cuando vienen a celebrar ese hermoso rito, lo que hacen es que vienen a jactarse, porque la santa cena en aquel tiempo era una comida completa, no se crean que era un pedacito de galletita con jugo Welsh. No, eso era una comida total. Ahí había arroz con gandules, pupusas, todo. Pupusas sin carne de res, eran vegetarianas.
Y entonces venían todos a comer juntos y cada uno traía su comida, era un padlock supper, y cada uno traía sus cositas por acá, suponía que todos comían a la misma vez, esperándose, cómo come la gente? Esperándose unos a otros. Cuando usted va un restaurante, cuando le traen a usted la comida primero, usted comienza comer enseguida y los otros esperando ahí, los pobres, a que le traigan la suya? No, usted espera y entonces todos comen juntos.
Entonces, Pablo dice, mire, cuando celebran la santa cena hay muchos de ustedes que vienen aquí y comienzan a comer enseguida y se olvidan de los demás y uno se están jactando de arroz con pollo, y ensalada, y cantidad de cosas buenas, y hay otros hermanitos con una tortillita con sal, y un poquitito de frijoles refritos encima, y ustedes comen y no les importa ese hermanito, en vez de compartir con ellos lo que ustedes tienen.
Y si no llegaron a tiempo, usted viene y come porque usted tiene hambre. Y Pablo dice, eso es un insulto a la mesa del Señor. Porque ustedes no están discerniendo el propósito por el cual se dio, el que ustedes lleven a cabo el ritual no es nada, al contrario, están comiendo y están comiendo veneno porque el amor no está gobernando lo que ustedes están haciendo. Tienen que esperarse unos a otros, tienen que tener misericordia unos de los otros, tienen que honrar el cuerpo de Cristo que fue magullado y molido por misericordia y amor y servicio a los demás.
Y usted no puede comer el cuerpo de Cristo en contradicción a lo que ese cuerpo representa. Y si usted lo hace, hay una contradicción estructural que conduce a enfermedad y a una muerte.
Y yo creo que por eso muchas iglesias, que supuestamente practican los dones, pero no se dejan matizar por los demás elementos de la palabra, están comiendo juicio contra sí mismas y por eso no progresan y no son bendecidas. Porque no lo están haciendo en el espíritu de Jesucristo y de la palabra de Dios.
Ahora, si usted conoce toda la palabra, todo el consejo, y busca aplicarla toda, incluyendo los dones, entonces esos dones van a bendecir y van a hacer prosperar a la iglesia y a la gente que los practica.
Usted ve cómo el razonamiento de la palabra es tan real, tan verdadero? Y yo podría tomar cualquier texto de la Escritura, o cualquier situación humana y conjugarlo y examinarlo a la luz de los elementos de la palabra del Señor y uno podría ver claramente cómo estos principios son universales. Úselo en su vida. Cómo mi espiritualidad está bendiciendo a mi familia? Cómo mi testimonio está bendiciendo al trabajo donde yo practico mi trabajo? Cómo mi testimonio es de edificación? Cómo mis dones, que Dios me ha dado, resultan en avance para la iglesia, en edificación para los demás, en la conversión de los incrédulos y en la edificación del cuerpo de Jesucristo? Esa es la pregunta.
Y eso es lo que yo llamo espiritualidad sana y balanceada. Que el Señor nos bendiga. Vamos a ponernos de pie, hermanos. Vamos a examinarnos cada uno como dice el Apóstol Pablo, cada uno examínese a sí mismo antes de participar de las bendiciones del Señor.
Yo le pido al Señor, Padre, ayúdame a mí, ayuda a esta iglesia, ayuda a nuestro liderazgo espiritual, a reflejar la armonía y la coherencia de tu sana palabra. Danos espíritu de entendimiento, espíritu de cordura y de sabiduría en todo lo que hacemos. Y que en todo, Señor, podamos ejemplificar y expresar el carácter de Cristo Jesús. Eso es lo que pedimos para esta iglesia, y para este pueblo al cual bendecimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Amén.
Hermanos, que la gracia del Señor sea con ustedes. Amén.