Resplandecer la gloria de Dios

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Les invito a abrir sus Biblias al libro Segunda de Corintios, Capítulo 3. A cuántos de ustedes les gusta hacer resoluciones de Año nuevo? Y cuántos las pueden mantener? Yo soy un fanático bien grande de lo que son las resoluciones de Año Nuevo. Es una buena disciplina poder tomar tiempo para mirar nuestras vidas y de evaluar cómo estoy haciendo y cómo puedo crecer y cambiar. Y yo entiendo que también no es tan solamente hacerlo una vez al año, sino también en una forma regular.

Yo tengo un amigo que toma el primer lunes de cada mes para evaluar su vida, evaluarse a sí mismo y ver cómo él está haciendo. Así que yo me considero muy buen fanático de una introspección sana y saludable. Pero hay un pequeño problema si nos apoyamos solamente en nuestras propias resoluciones.

Todo aquel que trabaja en un hacer ejercicios en un gimnasio sabe que el mes de enero es el mes más ocupado. El lugar está lleno de personas y están ocupados por todo un mes, pero cuando llega el día de San Valentín, todo vuelve a la normalidad. Porque todas esas resoluciones usualmente no llegan a convertirse en un estilo de la vida que la persona lleve a cabo.

El concepto bíblico no es necesariamente una resolución sino más bien una revolución. No es tan solo por nuestra propia fuerza de voluntad sino por el poder Espíritu Santo. Así que lean conmigo Segunda de Corintios Capítulo 3 y pueden leer del verso 1 en adelante.

Se dan cuenta que una palabra que está siendo bien repetida aquí? la palabra gloria. Voy a leer ese último verso en español:

“…Porque el Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor ahí hay libertad. Por tanto, nosotros todos mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor…”

Padre, te damos las gracias por la realidad de esta promesa de libertad, de transformación en el poder del Espíritu Santo. Te doy las gracias, Señor, por este proyecto grandioso de resplandecer tu gloria a través de las luces nuestras. Padre, que pensamiento tan grande. Yo te pido que hoy esto sea más que un pensamiento, sino que inspires un sentido de fe de que tu puedes transformar y hacer una revolución en nuestro corazón, en el nombre de Jesús. Amén.

Hay una palabra clave que se usa en el verso 18, y es un verso tremendo si usted verdaderamente le presta atención. Dice que nosotros estamos mirando hacia la gloria de Dios sin ningún velo en nuestro rostro. La comparación es con Moisés, como cuando él veía el shekiná, la gloria de Dios cuando estaba en el Monte Sinaí, y la gloria como que se le pegaba a él. Era algo contagioso y era tan majestuoso que el pueblo de Israel tenía miedo de mirar a Moisés y por eso es que él se cubría con un velo.

Y Dios dice, ese era el viejo pacto, el nuevo pacto es mil veces mejor y la gloria es mayor que aquella del viejo pacto. Y cuando nosotros tornamos nuestras vidas al Señor hay un velo que se nos quita.

Han experimentado eso en algún momento? Que cuando uno se torna a Jesús y uno cree en él y confiesa sus pecados y uno pone su mirada en él, es como si un velo se te quitara de tus ojos. Es como dice el himno, oh, sublime gracia, cuán grata es, y al final el verso dice, estaba ciego pero ahora puedo ver.

Yo recuerdo cuando tenía 16 años que acepté al Señor en mi corazón, y yo miraba alrededor y yo decía, quién habrá tornado los colores de la naturaleza su color más intenso. Por qué de repente el mundo estaba como en Hd, high definition. Y por qué la Biblia de repente se puso en tres dimensiones. Cuando yo estaba en la iglesia antes escuchaba algunas canciones que me parecían un poco raras, pero al tornarme a Jesús esas mismas canciones traían lágrimas a mis ojos.

Es porque hay un velo que se nos quita. Y la Biblia dice que nosotros mirando a la gloria del Señor y como dice en la versión en español en el verso 18, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor.

Ahora, para nosotros, mirarnos en un espejo es que estamos viendo algo que refleja una imagen devuelta a nosotros, y es algo bastante claro. Pero en este caso, en este tiempo bíblico un espejo era como un metal brumoso, nublado, que la imagen que transmitía era una imagen que no estaba muy clara. Es por eso, como también dice, cuando vemos a través de un espejo que vemos las cosas como un poco nubladas, pero que cuando estemos en el cielo podremos ver las cosas tal y como son, cara a cara.

El punto que quiero decir es que cuando ese velo se nos remueve podemos ver la gloria de Dios pero sigue siendo algo brumoso, no está totalmente claro. Pero lo que vemos nos transforma. Lo que vemos se nos queda ahí con nosotros. Es por eso que la gente aún se ve diferente después de un tiempo de alabanza y adoración. Hay algo acerca de la gloria de Dios, a medida que la gente abre su corazón y el espíritu de Dios viene en ellos, hay una libertad y hay algo que la Biblia también llama una metamorfosis.

Dice que nosotros estamos siendo transformados. El griego dice metamorfumae. Es que la palabra metamorfosis es bien interesante. Como ustedes verán, una metamorfosis no es hacerle un cambio pequeño a algo, es una transformación radical, es una oruga que se convierte en una mariposa. Esa es la clase de transformación de la cual Dios está hablando aquí.

A menudo cuando pensamos en nuestra vida cristiana y el hacer resoluciones, pensamos en hacerlo con nuestras propias fuerzas, cuando lo que Dios quiere hacer es revolucionar nuestras vidas a través de su poder. La Biblia dice que si nosotros estamos en Cristo nueva criatura somos. Las cosas viejas han pasado y todo es hecho nuevo. Es una revolución donde está el espíritu del Señor, ahí hay libertad.

Yo quiero hablarles acerca de una transformación revolucionaria en nuestras vidas. Y lo primero que quiero decir es que una revolución trae una transformación holística a una sociedad. No es tan solamente cambiar una o dos leyes, es el hecho de tomar esa estatua de Sadam Hussein, o Lenin o el dictador que estaba ahí antes, y tumbarla por completo al piso. Es como tomar una vieja constitución y quemarla por completo, tiene que ver con un cambio total de gobierno, hay un nuevo gobernante, hay nuevas leyes, hay una nueva constitución.

Ahora, a menudo la historia nos enseñó que revoluciones humanas no terminaban en la mejor forma que digamos. Pero las revoluciones de Dios sí funcionan en nuestras vidas. No es un cambio promedio, sino que es una transformación total de cómo nos vemos a nosotros mismos como personas. Y tiene que ver con libertad.

Yo tengo un amigo que conocí mientras estuve en Puerto Rico y él nació en una de las islas vecinas a Puerto Rico, gobernada por un dictador bastante poderoso con una barba bien larga. Y solamente digamos que mi amigo no le gustaba la forma de dirigir de esta persona. este amigo mío era más gringo que yo en muchas formas. y siempre recuerdo el día que él consiguió su tarjeta de crédito, es como si hubiera tenido un bebé. Él estaba gozando de lo que era el capitalismo en aquel entonces. y yo le dije, “Mira, tienes que tener cuidado porque una tarjeta de crédito te puede meter en muchas deudas y problemas también.” y él me dijo algo muy profundo, “Sabes, Greg, yo puedo usar esta tarjeta para arruinar mi vida, pero eso tiene que ser una decisión que yo tengo que hacer.”

Y yo me pude percatar de que había algo mucho más grande que el mero hecho de la tarjeta en esto. Es el concepto de poderse sentir libre. El ser humano no está intencionado estar capturado en una caja, y cuando una persona se siente atrapada o esclavizada, hay algo en ellos que desea poder ser libre. Y de ahí es de donde salen las revoluciones.

La Biblia dice que todo aquel que peca es esclavo del pecado. Estamos atrapados en ello, pensamos que estamos haciendo lo que queremos hacer, pero realmente estamos haciendo lo que el pecado dice que nosotros hagamos. El diablo es el que está a cargo y no nosotros.

Pero también la Biblia dice que cualquiera que está y vive en la presencia de Dios ahí hay libertad, porque ser libre no significa que uno tengo alguien gobernando sobre uno, sino más bien significa tener el gobernante correcto sobre uno mismo. Significa tener ese rey que te hace libre. Es tener el Rey de Reyes, y Señor de Señores, significa tener al Dios que te creó a cargo de tu vida.

La Biblia dice que si el Hijo te hace libre serás libre de verdad. No hay nada que se compare con esa libertad. Y uno tiene que probarla, y uno tiene que experimentarlo, antes me solía sentir atrapado y ahora puedo respirar. Yo veo muchas veces la gente aquí arrodillados en el altar, levantando sus manos, personas que antes estaban atrapados en un complejo de inferioridad, y ahora danzan en la presencia del Señor, porque son libres y eso se siente bien.

Eso no significa que yo estoy a cargo de mi vida, sino que Dios está a cargo de mi vida, y ahora puedo respirar el aire puro que me rodea. Esto también significa un cambio de mi constitución personal, no significa que voy a ajustar un poquitito mis creencias anteriores, sino significa que las voy a quemar.

Sabes, como un nuevo creyente cuando tenía 16 años, yo traté de hacer lo siguiente, escribí todos los pecados de los cuales yo hice que yo me recordé. Y me tomó bastante tiempo. Una cosa llevaba a la otra, y la otra a la otra. Entonces, cerré la puerta del baño y tomé unos fósforos y tuve una pequeña fogata ahí en el baño. Mis padres estaban en la puerta preguntando, “qué estás haciendo ahí adentro?” “Estoy quemando mis pecados, papá:” “Vamos a llamar al psicólogo de niños contigo ahora.”

Tengo otro amigo que él ha compartido su testimonio en una forma muy abierta y pública en la cual él tenía una creencia de ateísmo muy profunda. Él sabía que no existía un Dios y él tenía una filosofía para probarlo. Y él tuvo una experiencia física con la presencia de Dios. fue visible, él vio como una nube que pasó a través de él y él sintió la sensación de esa nube moverse a través de él, y en el medio de esa nube, este pensamiento llegó a su cabeza: todo lo que yo he creído hasta este momento es completa basura.

Esa es la clase de revolución que Dios quiere hacer. Hay algunas religiones que solamente quieren añadir a Jesús a su repertorio, como quien dice, algo más en qué creer. Y quieren tratar a Dios como una mascota en sus vidas o como un amuleto de buena suerte. Y Dios dice, yo no soy tu amuleto de buena suerte, yo no soy tu mascota. Yo soy tu Rey y no podrás ser libre hasta que me conozcas a mí como tu Rey. Y significa tomar todo tu sistema de creencias que está redondeando en tu propia vida y usarlo como leña.

Dios no necesariamente está en los negocios de mejorar a la gente sino más bien de transformarla. Y ya saben, sí, he puesto una buena conexión ahí para buenas resoluciones de Año nuevo y eso está bien, pero eso no va a hacer de ti una mejor persona, Dios quiere una nueva persona en ti, una nueva persona en mí, si alguien está en Cristo nueva criatura eres. Lo viejo ha pasado, he aquí todas las cosas son hechas nuevas.

Dios cambia vidas y lo ha estado haciendo a través de toda la Escritura. Qué fue lo que le dijo a Abran? Él le dijo a Abran, sabes, hasta el día de hoy te has llamado Abrahán, pero de ahora en adelante te voy a llamar Abrahán, Padre de muchas naciones. Y a Sara le dijo, no vas a ser llamada Saraí, sino que vas a ser Sara. A Jacob le dijo, no vas a ser Jacob más sino que vas a ser llamado Israel, porque has luchado con Dios. A Oseas, no vas a ser Oseas, sino que vas a ser Josué, porque significa Dios salva. A Simón le dijo, no vas a ser llamado más Simón sino Pedro. Y sobre esta roca yo edificaré mi iglesia. No más Saúl sino Pablo.

Tu tienes un nombre. En Jesús eres una nueva persona, tienes una nueva identidad, una nueva razón para vivir y Dios puede hacer ese cambio en tu vida.

Quisiera que vayas conmigo a Romanos, Capítulo 6 y es un texto que tiene que ver con el bautismo. Cuántos aquí se han bautizado? Si no lo ha hecho, este es su año, los esperamos. Lo que hacemos aquí es que nosotros abrimos esta plataforma y hay una tina ahí adentro y la gente baja por un lado y los zambullimos en el agua y la persona se moja. Y la persona tiene que soltarse y dejar que otra persona lo meta en el agua, y esto puede ser un poquito tenebroso. Y entonces sale completamente empapados por aquí, por el otro lado y salen. Es una experiencia que no se olvida.

Por qué nosotros zambullimos a las personas? Cuál es el simbolismo detrás de esto? A menudo hablamos de esto como si fuera una limpieza. Yo tuve una mamá que me pidió que dejara a su hija debajo del agua por mucho tiempo. Y me dijo, put some chlorine in there as well. Ella necesita un buen baño.

En el Antiguo Testamento hay una historia muy rica acerca de esos ritos de purificación. Así que el bautismo encierra parte de ese simbolismo y de ese significado. Pero miren el significado de acuerdo a Romanos Capítulo 6, dice:

“…Qué pues diremos? Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera, porque los que hemos muerto al pecado, cómo viviremos aún en él? O no sabes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

El simbolismo más que nada es un entierro de tu propia persona, esta muerte, si eres un creyente, cuando llegue ese momento de tu morir realmente, esa va a ser tu segunda muerte, pero en el bautismo es la primera vez que nosotros morimos en nuestra vida.

Yo recuerdo esta historia, no sé si es real, pero me gusta, de un hombre que cuando fue bautizado que salió del agua, se paró en la orilla y cogió una roca bien grande y la tiró al agua, y cuando cayó en el agua la gente le preguntó, por qué hiciste eso? Esa es la lápida, hay un hombre muerto ahí adentro y ahora soy una nueva persona.

El bautismo significa ser enterrado con Cristo, estar conectados a su muerte para nosotros poder unirnos así también a su resurrección. Es algo revolucionario en naturaleza. Esa vieja persona tuya ya murió, y ahora hay una nueva persona.

Pero cuántos de nosotros sabemos que ese hombre o mujer muerto que está ahí, ese viejo Greg, el viejo Omar, aún cuando teológicamente y espiritualmente sabemos que esa persona ya está muerta y crucificada, que esa vieja persona no se rinde así fácilmente. En mí está ese nuevo hombre, ese nuevo yo en el espíritu de Dios pero también, como dice la Biblia, está mi carne pecaminosa que pelean una con la otra. Y ahí es cuando entramos en un proceso de cambio como creyentes.

Esta revolución no sucede de la noche a la mañana, es un proceso. Pero Dios nos llama a tener una pasión revolucionaria por ese cambio personal. Los revolucionarios son impacientes por naturaleza, hay como una urgencia de ese cambio que quieren ver. Hay un grupo de personas que escribieron la declaración de independencia y se la enviaron por correo al rey.

Y cuando primero hicieron esto en Filadelfia, la declaración de la independencia, no recuerdo quién fue que lo dijo, si fue Thomas Jefferson o John Adams, pero dijeron, bueno, muchas felicidades mis hermanos, ya hemos escrito nuestra sentencia de muerte. Nos vemos en el degolladero, como quien dice.

Así que esa es la mentalidad que dominaba a esas personas, ellos no querían un cambio parcial de las cosas, sino que querían renovar todo el sistema por completo. Y requiere un nivel de intensidad y pudiésemos decir, hasta un tipo de coraje concerniente al curso de cómo están las cosas en la actualidad. es como decir, ya estoy harto, hastiado de esto y no voy a lidiar más con eso. Es como Rosa Park, esta mujer afroamericana que después de un largo día de trabajo, cansada, entró al bus y se sentó y entró este joven blanco y le dice, señora, yo creo que usted se tiene que levantar porque un hombre blanco acaba de entrar a este bus. Y esa era la ley en aquel entonces, ella se tenía que levantar y quedarse de pie y darle su asiento a este muchacho blanco. Y ella en una forma bien callada dijo, No, gracias, yo estoy cansada y me voy a quedar aquí sentada. Señora, si usted no se levanta la vamos a arrestar. Ella le dijo, Me van a tener que arrestar porque estoy cansada de mi día de trabajo, y estoy cansada de esta ley también. esa urgencia por revolución y por cambio fue esa chispa que inició todo ese movimiento.

Jesús usa un lenguaje revolucionario concerniente a la actitud que nosotros debemos tener también en contra del pecado. Y obviamente no tan solamente hablamos del pecado en la sociedad en general sino también el pecado en nuestras propias vidas. Jesús dijo, si tu ojo derecho te causa pecar, pues, mira arráncatelo y tíralo. Es mejor que vayas al cielo con un solo ojo que al infierno con los dos.

Si un predicador hubiese venido aquí y predica eso desde este púlpito, qué haríamos? Se está saliendo un poquito de línea. Pero esto es lo que Jesús dijo después por si acaso no se habían ofendido lo suficiente, si tu mano derecha te causa pecar, córtala y arráncatela de tu cuerpo. Es mejor que vayas al cielo con una sola mano que te vayas al infierno con las dos.

Ahora, para que nadie vaya a pensar que nos estamos poniendo un poquito locos, entendemos que Jesús estaba usando un lenguaje medio hiperbólico, pero si él no hubiese querido causar ese tipo de impacto no hubiese hablado así.

Odiamos al pecado de esa forma? Estamos desesperado por un cambio? Podemos decir, Dios, ya estoy cansado de mi vida, quiero un cambio, quiero ser más como Jesús. Es como Simón cuando Jesús hizo esta pesca milagrosa, Simón salió de su barco y se tiró de rodilla a Jesús, y dijo, por favor aléjate de mí, yo no puedo con esto. Esto tiene que ver con estar ya hastiado con una existencia pacífica con tu propio pecado.

No se puede tener ningún tipo de arreglo con ellos, sino que en el nombre de Jesús declaramos una independencia, y decimos, somos una nueva criatura en Cristo. Tengo un nuevo corazón, tengo un nuevo espíritu y yo puedo vivir una nueva vida. Y declaramos esa independencia.

Dice la Biblia que Dios va a quitar ese corazón de piedra y va a poner un corazón de carne. Has tenido esa experiencia? Antes eran totalmente duro e insensible y ahora tienes un corazón suave y sensible para Dios. Dios no necesariamente quiere ajustar tu corazón, él quiere darte uno totalmente nuevo.

Cuál es el estado de tu corazón? Le han dado un poco de golpes recientemente? Tal vez está lleno de cicatrices y marcas? O tal vez tu corazón ha desarrollado como callos alrededor de sí, como las manos de un carpintero o las puntas de los dedos de un guitarrista, que no siente ya.

Yo conozco personas que dicen que hace años no lloran y que hasta ni recuerdan cómo llorar. Gente que dicen, yo tengo que velar por mí mismo porque nadie más lo va a hacer. Y Dios dice, yo estoy listo para darte un nuevo corazón, el corazón de un niño, si me dejas hacerlo, donde el espíritu del Señor está ahí hay libertad.

Pero esto no tiene nada que ver con nuestras propias resoluciones o nuestros propios esfuerzos. En algún momento has tratado de romper un hábito que es bien duro, bien fuerte? Tal vez tratar de renunciar al cigarrillo, o perder peso, o dejar de chismear? Acaso no se hace difícil?

Mira lo que le pasa al Apóstol Pablo cuando él trata de cambiar por su propio esfuerzo, Romanos Capítulo 7, el Apóstol Pablo por un tiempo estaba tratando de cambiarse a sí mismo, dice en el versículo 14;

“…Porque sabemos que la ley es espiritual, más yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago no lo entiendo pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco eso hago. Y si lo que no quiero esto hago, apruebo que la ley es buena, de manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo que en mí, esto es en mí carne, no mora el bien, porque el querer el bien está en mí pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero eso hago. Y si hago lo que no quiero ya no lo hago yo sino el pecado que mora en mí.

Y lo leí de esta forma porque el texto, la intención es como ver ese ciclo en el cual uno se enreda. Gracias a Dios que no ha nevado en estos días pero cuando nieva y tu carro se queda estancado en el hielo, en la nieve, uno aprieta el acelerador, y qué le pasa a las gomas? El carro se mueve? Qué hace uno, aprieta el acelerador más y lo más aprieto más a ver si se mueve el carro. Y está ahí dando vueltas, dando vueltas, y qué pasa con uno? Te quedas estancado.

Eso es lo que sucede cuando tratamos de cambiar por nuestras propias fuerzas. En el tiempo del Antiguo Testamento había un movimiento de auto ayuda que eran los que querían ser como judíos, judaizantes, es el término. Estas personas solían encontrar nuevos creyentes en las iglesias o en las sinagogas. Cómo son los nuevos creyentes? Cómo es ese tipo de carácter, de persona? tienes tu luna de miel con Jesús.

La gente en la escuela pensaba que yo estaba borracho. Me decían, Greg, qué estás usando? Soy Dios ahora. Mis padres me querían mandar al psicólogo de niños, hay algo mal con mi hijo. Así que estos judaizantes querían conseguir nuevos creyentes con todo ese aire, esa luna de miel, los querían conseguir a ellos. Y venían y decían, okay, se acabó la fiesta, niños. Es tiempo de ponerse a trabajar. Ahora es tiempo de convertirse en judíos. Hay que circuncidarlos, hay que obedecer las leyes de nutrición, de dieta, y ellos tenían un listado de leyes para que ellos los pudieran seguir.

Y el Apóstol Pablo le dijo a la iglesia de los gálatas, la cual fue una de las iglesias que cayó bajo la influencia de estos judaizantes. Y les dice, qué pasó con ese gozo de ustedes? Ustedes saben que están tratando de ser cristianos sin Cristo cuando pierdes ese gozo, cuando estás tratando demasiado fuerte de obedecer muchas leyes, y de repente tu vida cristiana se convierte más en trabajo que en una relación viva, efectiva con Dios.

La Biblia promete una mejor forma. Y en Romanos, Capítulo 8, verso 1 dice:

“…Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…”

El pensamiento es, tengo que cambiar para convertirme en una persona mejor y así Dios me va a amar más. y Dios dice, yo no te puedo amar más de lo que ya yo te amo a ti. y así aún cuando tu cambies y vayas madurando y vayas creciendo, yo te voy a seguir amando de la misma manera que te amé cuando tu estabas en el caso más feo, o lo peor de tu vida. El asunto es que Jesús lo hizo todo por ti.

Yo recuerdo cuando tenía 16 años, como un año después de haberme convertido que todo ese gozo lo perdí, porque estaba pensando, no, tengo que hacer algo por convertirme en una mejor persona. yo era un chico bastante intenso, se pueden dar cuenta.

Yo recuerdo que yo tenía un trabajo de verano y el jefe mío me dijo, qué te pasa, muchacho? Vete a tu casa, estás como con mucho estrés. Y yo estoy ahí orando y ayunando y es como si yo hubiese tenido una visión de Jesús en la cruz y yo sentí al Señor decirme, hey, yo te amo. Y lo único que yo pude decir es, yo no lo merezco.

Y ese es el punto. No merecemos el amor de Dios. no podemos cambiarnos a nosotros mismos, sino que hay una medicina que cambia el corazón humano. Y es la sangre de Cristo Jesús. Es Jesús que tomó las penalidades del pecado por nosotros. Y desde ese momento aquella persona que cree en Jesús tu eres perdonado, tus pecados son lanzados tan lejos como lo es el este del oeste. Pero ese viejo tu está ahí todavía.

Por eso es que Dios te da algo para transformarte. Es una lista de reglas? Es un libro acerca de cómo puedes mejorar tu propia vida? No, él te da un poder revolucionario que se llama el Espíritu Santo. Es como por ejemplo, recientemente mi vida ha sido revolucionada porque mi papá me regaló un Gps. Ya no tengo que figurar cómo llegar de un lugar a otro con un mapa, ya pongo mi destino, y me dice por dónde ir y que puertas tomar, cada paso.

El Espíritu Santo en nuestro corazón es como un Gps divino. Es algo dentro de ti que te muestra el camino en el cual debes andar. Por eso es que Jesús lo llama el paracletos, porque va contigo, tu consejero que van en todo momento contigo enseñándote a dónde ir. No sé si esto te ha pasado cuando te convertirse al Señor, que fuiste a un lugar donde solías ir y hacer cosas que solías hacer, y algo dentro de ti dijo, no. nadie te lo tuvo que decir, nadie te tuvo que dar un listado de reglas, hay algo dentro de ti que se sentía triste, y no necesariamente porque te sentiste culpable, aunque la culpa puede ser un poco buena en ese momento, sino más bien porque estabas decepcionando a una persona que tu amas. Hay algo en ti que cambia.

Alguien te provoca a ira, y antes tu reacción hubiese sido que le dirías una, dos o tres cositas hirientes. Y de repente tu dices, qué pasa conmigo? No le estoy cortando la cabeza a esta persona. estoy cambiando, hay un nuevo espíritu en mí.

La Biblia dice que aquellos que viven de acuerdo al pecado tienen sus mentes ocupadas en lo que el pecado demanda, pero aquellos que viven de acuerdo al espíritu tienen sus mentes ocupadas en lo que el espíritu demanda de ellos. Es ese Gps divino que va a dirigirte y a cambiar tu vida.

Y quisiera usar una ilustración que he usado muchas veces con el ministerio pero es año nuevo así que yo sé que me a entender un poco. Es la historia de una esposa que tenía un esposo malo y opresivo, él se portaba mal con ella, era rudo y hasta a veces era abusivo también. y él tenía un listado de reglas de lo que ella tenía con él, cómo cocina, cómo limpiar. Y ella era más como una esclava, limpiando, trabajando, trabajando por él, pero nunca era suficiente. Finalmente este hombre muere, y ella dice, no más matrimonio, no más hombres, estoy mejor sola que mal acompañada.

Pero de repente, un buen hombre llegó y él quería su amor, y finalmente ella dijo, está bien, está bien, voy a tomar una oportunidad nueva, me voy a casar con él. Y este hombre era tan bueno con ella, tan bondadoso y ella no encontraba nada más que hacerlo feliz a él. Y un día cuando llegó su cumpleaños ella dijo, voy a limpiar toda la casa, voy a arreglar todo, voy a cocinarle algo precioso, tremendo, delicioso para él, y ella está limpiando detrás del sofá y encuentra una de esas viejas listas que ella solía tener que seguir con su anterior esposo. Y ella lloró cuando se dio cuenta que ella estaba haciendo todas las cosas que estaban en esa lista y aún más, pero esta vez era por amor y porque ella estaba feliz y contenta.

Y esto es algo que lo produce el Espíritu Santo en nosotros. Hay un nuevo esposo, y su nombre es Jesús y él nos amó aún cuando éramos pecadores. Él nos limpió con su sangre, nos dio su Espíritu Santo y nosotros somos revolucionados por ese espíritu.

Dios tiene un proyecto en tu vida. Y él quiere hacerte tal como Jesús. A medida que nosotros contemplamos la gloria del Señor en adoración, en la palabra, en el compañerismo de otros creyentes, él quiere que nosotros seamos transformados para reflejar la gloria del mismo Jesús.

Y quiero cerrar con este verso de Romanos 8:28 y dice;

“…Sabemos que a todos los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien, esto es a los que conforme a sus propósitos son llamados, porque a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo…”

Dios puede tomar cualquier cosa, los buenos momentos y los malos momentos, aún nuestros propios fracasos, y usarlos para formarnos, transformarnos en personas que reflejamos más la gloria de Cristo. Que podamos ser personas que reflejen esa gloria, porque el espíritu de Dios está fluyendo en nosotros.

La Biblia usualmente no define verdaderamente lo que es el espíritu, pero provee imágenes para que nosotros entendamos quién es él. El espíritu es como aguas vivas que fluyen a través de nosotros. El espíritu es como un fuego que purifica y nos quema como el oro es purificado. El espíritu es como una paloma que descansa sobre nosotros y nos da paz cuando nos sentimos ansiosos.

El Espíritu Santo nos transforma. Yo quiero retarte a ti en este nuevo año 2012, el que tu puedas llegar a experimentar esa agua viva en tu interior, que tu puedas ser tocado por ese fuego, y que León de Judá sea un lugar que cuando las personas estén aquí ellos puedan oler la presencia del Señor, que cuando alguien te conozca pueda decir, hay algo diferente en esa persona, hay algo que se siente como Jesús en ellos, hay una mirada en sus ojos, hay un tono en su voz, y es Jesús alumbrando a través de ellos. Esa debe ser nuestra meta para el 2012.

Y vamos a poner eso en nuestro Gps, pongamos más como Jesús en nuestro Gps, vamos a poner, quiero amar a Dios con todo mi corazón, mi mente y mis fuerzas, y quiero amar a mi vecino como me amo a mi mismo. Y tan solamente deja que te guíe. Llégate a ese poder del Espíritu Santo, y ty vas a ver lo que va a suceder. Porque donde está la presencia del Señor, allí hay libertad. Amén.