Sermones — Lion of Judah

omar soto

Los ojos de Dios están sobre ti

TRANSCRIPT

Mira, los ojos de Dios están sobre ti. No te pierde ni en las esquinas, ni en las cuestas, ni cuando es de noche ni cuando es de día. Los ojos de Dios están sobre ti. Hay un pasaje muy bonito, en Segunda de Crónicas, Capítulo 16, verso 9 que dice:

“… Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él…”

Esto suena duro, suena bonito pero suena duro. Porque tener un corazón perfecto para con Dios, interesting. Pero apúntelo por ahí.

Segunda de Crónicas, Capítulo 16, verso 9, es más para que lo lean ahí, dice:

“… Porque los ojos Jehová contemplan toda la tierra para mostrar su poder, no está diciendo cualquier otra cosa, está diciendo para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él…”

Déjeme no asustarlos muchos, mis hermanos, porque el que tenga un corazón perfecto no significa que tiene precisamente perfección, que usted vive a la perfección. Pero el que tiene un corazón perfecto, significa que usted tiene un corazón dedicado hacia él, devoto hacia Dios. Un corazón que se desvive por Dios.

Y miren este pensamiento que yo quiero traer con ustedes surge a la luz de todas estas reflexiones que hemos estado hablando acerca de la amistad, de poder desarrollar una buena amistad con Dios, con otras personas a nuestro alrededor. Cuán intencional uno tiene que ser, o la intencionalidad que se requiere para trabajar esa dinámica de amistad.

Y todo esto lo que me afirma es la idea de que Dios siempre se está fijando en nosotros. Amén. Al menos alguien escuchó lo que dije. Dios siempre se está fijando en nosotros. Ok, la mitad ahora me escuchó. Él siempre está prestando atención a todos los aspectos de nuestra vida. Dice Jesús en Mateo, Capítulo 6, que si el cuida de las aves, cuidará también de nosotros.

Si el se encarga de que cada uno de los pajarito que andan por ahí volando, que cada uno de ellos aunque sea pueda tener su granito de semilla o algo que pueda picar, que pueda comer, cuántos más él no se va a encargar de cuidar por nosotros, y de velar por nosotros, estar pendiente a nuestras necesidades, para así poder enriquecer nuestra vida. Porque yo creo que ese es el deseo de Dios: enriquecer nuestra vida.

Jesús mismo lo dice, que el enemigo vino para matar, robar y destruir, pero que Jesús ha venido para dar vida y darla en abundancia. Amén. Miren, yo creo que es bueno saber que los ojos de Dios están sobre nosotros. Es bueno tener esa certeza de que Dios nos está mirando, de que Dios está mirando y velando por nosotros. Y hay varias referencias bíblicas. Miren la Biblia está llena, si usted busca en una concordancia algo que hable acerca de los ojos de Dios, la palabra ojos sale un montón de veces.

Pero yo me enfoqué en la favoritas mías y de muchos de ustedes. En el salmo 32, verso 8, por ejemplo, miren cómo dice:

“… Te haré entender ─ esto es Dios hablándonos, dice ─…. Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar y sobre ti fijaré mis ojos…”

Te haré entender. hay alguien confundido aquí en esta noche? Nadie se quiere declarar confundido. Hay alguien que tiene algunas duda de qué va hacer mañana o cómo va a solucionarse cualquier situación que usted tenga? Digo, no es lo que le estoy diciendo amén a la confusión, conste. Pero yo sí le amén al hecho de que Dios nos va a hacer entender y nos va a enseñar el camino en que debemos andar. En otras palabras, nos va a enseñar la salida por donde podemos salir, válgame la redundancia.

Y sobre todas las cosas sobre ti fijaré mis ojos. El salmo 33 verso 18 dice:

“…El ojo de Jehová está sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia…”

Que lindo eso. El ojo, no los, el ojo, imagínese a Dios con un parche diciendo, el ojo de Jehová, no, no, imagínese el ojo de Dios, el ojo de Dios está sobre los que le temen. Nosotros le tememos al Señor? Tenemos temor de él? Reverenciamos quién él es? Honramos quién él es? Amamos lo que él es, lo que él significa en medio de nuestras vidas? Si es así, si ese temor está en nuestras vidas, podemos tener la certeza de que Dios va a estar pendiente a cada uno de nosotros: los que esperamos en su misericordia.

El salmo 34, verso 15 dice que:

“Los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos…”

Los ojos de Jehová están sobre los justos. Alguien se considera justo aquí? amén. Como que lo soy o no lo soy? Somos justos porque somos justificados por la sangre de Cristo, así que ahí es donde se ve nuestra justificación. Sino este, y atentos sus oídos al clamor de ellos.

Miren este otro, a mí me fascinó este, me hizo pensar mucho, Jeremías, Capítulo 24, los estoy llevando por distintos versos, así que apúntelo porque no estoy esperando que tengamos una competencia bíblica ahora. Pero apunten esos versos, Jeremías 24, del 4 al 7. Miren cómo dice esto, el profeta Jeremías está hablando y dice:

“…Vino a mí palabra de Jehová diciendo, así ha dicho Jehová, Dios de Israel, como a estos hijos buenos, así miraré a los deportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos para su bien... ─ verso 6 dice ─… porque pondré mis ojos sobre ellos para bien…”

Ay, ay, “…pondré mis ojos sobre ellos para bien y los volveré a esta tierra, los edificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré…”

Miren eso, o sea, si usted quería recibir una palabra de ánimo en esta noche, there you have it. Ya puedo cerrar aquí y se pueden ir a su casa y comer el mantecado, como yo siempre digo, o helado para los que entienden esa palabra, ice cream en inglés. En algún momento va a salir un comentario por internet. Ese pastor siempre le está diciendo a la gente que coma ice cream para la dieta.

Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien y los volveré a esta tierra, los edificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré. Y aquí es donde está, como quien dice, la fresa en el tope del frosting.

“… Y les daré un corazón para que me conozcan que yo soy Jehová y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios porque se volverán a mí de todo corazón…”

Mira eso que lindo. O sea, Dios le está diciendo saber, como que yo quiero que me conozcan. Como yo los conozco a ustedes, se recuerdan el miércoles pasado que estábamos hablando del salmo 139 que no está palabra en mi boca, y Señor he aquí tu la conoces. O sea, Dios nos conoce, mis hermanos. Y Dios quiere que nosotros lo conozcamos a él como él nos conoce a nosotros. Esto es grande, esto es profundo, porque eso es un conocimiento bastante amplio y Dios quiere que ese conocimiento esté ahí.

Y nos los deja saber que esa es su intención por qué? Porque nos dice, I’m watching you man. Te estoy velando, y no es que te estoy velando como que estás haciendo algo malo, sino que está presto, está atento a ti, a tu necesidad, a tu situación.

Miren, Dios observa, ese verso de Crónicas que estábamos leyendo, dice, Dios contempla, es como que los ojos de Dios están escaneando toda la tierra, observando toda la tierra para escoger aquellos a los cuales él quiere bendecir con una relación íntima con cada uno de ellos para usarles.

Yo les puedo mencionar algunos ejemplos. Ustedes saben la historia de Josué, ¿verdad? Cuándo es la primera referencia que sale de Josué en la Biblia? Deja ver, cuántos saben la Biblia? Esa es una pregunta difícil, porque me van a decir Josué 1:9 ¿verdad? Deuteronomio, Capítulo 31. Y cuál es la primera referencia de Josué. Tienen tarea ahí, después me dicen. Empieza por Números, por Números ahí es donde se empieza a leer el personaje de Josué.

Pero miren, Josué, Dios tenía sus ojos sobre él. Qué fue lo que hizo Josué? A Josué le tocó ser el sucesor de quién? De Moisés. Sí, comenzó como un espía, pero para ser el sucesor de Moisés se requería mucho. Eso significa que Dios lo estaba velando desde hace tiempo. Dios tenía sus ojos sobre él desde hace tiempo. Y cuando llegó el momento empezó a decirle a Moisés, Moisés, mira este muchacho que está ahí, este va a ser tu sucesor. Yo lo he visto, yo lo he escogido.

Otro personaje que también fue así fue Gedeón. Qué pasó con Gedeón? Gedeón se estaba escondiendo, tenía miedo. Y qué es lo que dice el relato bíblico? A mí me fascina esto, porque dice que el ángel de Jehová cuando se le apareció, dice que el ángel de Jehová le miró. No estaba diciendo que un pastorcito por ahí se apareció y lo miró con misericordia, parpadeando. No. el ángel de Jehová se le acercó y le miró, le dijo, hombre, varón fuerte, valiente, esforzado de Jehová. Yo? Sí, tu.

Esos ojos le penetraron hasta lo más profundo del alma a ese muchacho. Y le cambiaron toda la perspectiva de sí mismo, se la cambiaron por completo.

Otro más, David. Qué pasó cuando empezaron a desfilar todos los hermanos de David? Miren esto. Estamos hablando que el profeta Samuel que era high class, por así decirlo ese profeta, cuando llega allí a la casa de Isaí que empiezan a desfilar los hermanos de David, y salió el primero Eliab, cuando él lo vio alto, fuerte, así como Fabio, fornido y qué yo dije? Se me trabó la u con la o, perdón. Tengo que repasar el abecedario. Fornido. Mediten eso, por favor.

Cuando salió Eliab, qué fue lo que Samuel pensó? Samuel, profeta de Dios, el hombre inspirado de Dios, dice este es el que es. Y qué fue lo que Dios le dijo? No mires su apariencia, porque sea un hombre fornido, porque yo lo desecho. No es que yo te deseche a ti. No.

Y cuando siguieron desfilando, Dios decía, next. Next. Next. Y, ok, qué pasó? Tienes algunos más, tienes alguno más por ahí escondido? Ah, sí el menor de todos que está por allá en el campo ensuciándose con las cabras y las ovejas. Vete, tráelo. Cuando lo trajo, qué fue lo que dijo? Dios le dijo a Samuel, este es el que es. El más debilucho, el chiquitito, ese sí estaba fornido, pero ese fue el que Dios escogió.

Miren esto, miren que interesante. Jesús cuando estaba escogiendo sus discípulos. Yo quiero que usted se imagine esto, porque Mateo, Marcos, Lucas y Juan hablan de esto. Que cada vez que Jesús fue a escoger uno de sus discípulo, qué es lo que decía? Jesús iba predicando, enseñando en la sinagoga, haciendo milagros y de repente, sale una frase, y mientras Jesús paraba, pasaba por allí, vio a fulano y fulano. Los vio en lo que estaban haciendo y les dijo, síganme.

Seguía enseñando por ahí, y de repente, pasó por otro lado y vio a mengano y zutano y les dijo, vengan en pos de mí. Y le siguieron. En Lucas a mí me gusta mucho más, porque después que él tenía como quien dice, una multitud de gente a su alrededor, de personas que lo estaban siguiendo, tal vez por los días que él empezó su ministerio, Lucas dice, y esto está en Lucas, Capítulo 6, verso 12, dice que:

“… Jesús tomó tiempo para irse a orar antes de elegir a sus 12 discípulos…”

Y esto me está muy particular porque fue una combinación de prestarle atención a la gente, de mirar a la gente, ver, conocer lo que está en el corazón de gente, y no eran hombres perfectos, consta, pero cuando se fue allá arriba a orar, quién sabe si Jesús tenía un listado como de 30 personas, como que mira, estaba hablando con Dios, él y Dios solos. Papá, mira estas 30 personas, son todos potenciales candidatos, muy buenos. Pero qué tu crees, vamos a ir sacando nombres de aquí. no era que eran malos, pero había un propósito específico con esos 12 y en ese tiempo de oración él fue check, check, check y ahí fue donde sacó sus 12.

Pero lo que más me gusta es que él se fijó en ellos. Ellos estaban allá, haciendo sus cosas. Mire, aquí es donde está lo bonito de esto. Usted puede estar haciendo sus cosas, you can be minding your own business, y con todo eso sin que usted lo sepa Dios le está mirando, Dios le está observando. En la oficina cuando estás trabajando, estás organizando papeles a los regañadientes, o estás como que, guau, gracias Señor, porque al menos tengo un trabajo, otros no lo tienen y aquí estoy yo. O estás allí lavándole la ropa a tu familia, y estás a lo cascarrabias, oh, tengo que estar aquí lavando ropa en vez de ellos lavar sus propios calzones. Dios está mirando esa acción. Dios está mirando ese pensar.

Ah, mira, aquel pastor que se cree que lo sabe todo. Hey, Dios está mirando eso y nos cubre a nosotros los pastores también. Miren, esto es lo más interesante, saben que el pastor ha estado predicando de Hechos los domingo, volvió a retomar esas predicaciones. Yo no sé cuántos de ustedes escucharon cuando él empezó a hablar de Saulo. Llegaron a escuchar eso?

Miren, yo tuve una epifanía, por así decirlo, cuando yo lo escuché a él hablando de Saulo, porque la primera vez que hablaba de Saulo es cuando estaba apedreando a Esteban ¿verdad? Y la misma Biblia lo dice así, es más, este sí que lo voy a buscar, Hechos, Capítulo 8, miren cómo dice, a mí me gustó esto, empezando en el 7, perdonen. Hechos Capítulo 7, verso 55 dice:

“…Pero estaban llenos del Espíritu Santo puestos los ojos en el cielo vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios y dijo, he aquí veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios, entonces ellos, dando grandes voces se taparon los oídos y arremetieron a una contra él, y echándole fuera de la ciudad, lo apedrearon, y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo…”

Ahí es donde empieza, se recuerdan cuando el pastor dice que de repente en esta escena es como que la cámara se fija en este personaje, la cámara va pasando y se ve a Saulo recogiendo la ropa de la gente, presenciando todo esto que estaba sucediendo, y se va de la escena. Miren lo que dice el Capítulo 8, verso 1:

“… Y Saulo consentía en su muerte…”

En otras palabras, que Saulo estaba dando el visto bueno, luz verde sobre la muerte de Esteban. Y el verso 3 dice:

“…Y Saulo asonaba a la iglesia y entrando casa por casa arrasaba hombres y a mujeres y los entregaba en la cárcel…”

Miren, cuando yo leí esto y estaba escuchando la prédica del pastor, yo me decía, guau! Esto está súper interesante. Porque cómo dice que sucedió la conversión de Saulo? Mientras iba de camino a Damasco lo rodeó una gran luz, y qué? Lo tumbó de dónde? Lo tumbó del caballo. Usted está seguro? Vamos a confirmar eso. Dice caballo o no dice caballo? Cuántos dicen que dice caballo? Vamos a la Biblia. Hechos, Capítulo 9, versículo 3 dice:

“… Más yendo por el camino aconteció que al llegar cerca de Damasco repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía, Saulo, Saulo por qué me persigues?..”

Obviamente uno dice que lo tumbó del caballo porque uno se imagina que va viajando pero puede haber sido un caballo, pudo haber sido un burrito, pudo haber sido un camello, pudo haber sido una bicicleta, pudo haber estado a pie.

Pero miren esto. El punto que les quiero decir es que Jesús escogió a Saulo. Escogió a uno de los hombres que más estaba persiguiéndolo a él, a sus hijos, a sus escogidos. Y yo me puse a pensar, yo no sé si usted estaría de acuerdo conmigo, pero conocemos que Saulo era un fariseo. Saulo se crió como quien dice, a los pies de Gamaliel que era uno de los fariseos y sacerdotes más reconocidos en el tiempo judío. Saulo se paseaba por las mismas sinagogas que Jesús también se paseaba. And I can only wonder, y yo tan solamente me puedo imaginar que quién sabe si Jesús en una de esas visitas, durante su tiempo que estaba en vida, sus tres años de ministerio, quién sabe si Jesús en una de esas sinagogas que se metió, quién sabe si vio a Saulo. Quién sabe si en una de esas ocasiones Saulo estaba dando una cátedra de Isaías 42 o algo así, y Jesús se metió y lo escuchó, y dijo, este muchacho está interesante. Tiene un poquito de rough edges, pero puedo trabajar con eso muy bien, pero muy interesante.

Es más, yo hasta me puse a pensar, quién sabe si cuando Jesús iba cargando con la cruz de camino al calvario, quién sabe si uno de los fariseos que estaba en toda esa procesión era Saulo. Quién sabe si Jesús lo vio también? Es así, Jesús iba cargando con su cruz y de repente un ojazo le tiró así, te tengo fichado, viste. Me voy a desquitar contigo. Estoy cargando esta cruz por causa tuya, pero yo te cojo bajando. Te cojo bajando de camino a Damasco. Y así sucedió, Dios tenía sus ojos sobre él.

Miren, como bien dije ahorita, es algo bello y precioso saber que los ojos de Dios están sobre nosotros. Que Dios te está mirando en todo momento. Y miren, hay grandes beneficios para pensar en esto, hay grandes beneficios yo saber que Dios me está mirando. Yo puedo contar entonces con el cuidado y la protección de Dios. Si sus ojos están sobre mí, si sus ojos están sobre ti, tu puedes contar que Dios está cuidando por ti´.

Qué es lo que decía el salmo 91 cuando lo leímos los unos a los otros? A ver si se acuerdan? Cómo empezaba? El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Ese salmo de lo que habla es de la protección de Dios sobre nuestras vidas. Caerán mil a tu izquierda y diez mil a tu diestra pero a ti no llegarán.

Así que ese aspecto de que Dios está fijándose, nos está mirando. Podemos contar seguramente de que la protección de Dios está sobre nuestras vidas. Un segundo punto que puedo mencionar es el mero hecho que él va a estar dispuesto para enseñarnos, para darnos dirección, para darnos la guía que nuestras vidas necesitan.

Como ese salmo 32 que leí al principio. Te enseñaré y te mostraré el camino en que debes andar, y sobre ti fijaré mis ojos.

Dios desea que nosotros seamos un pueblo que sepa y que conozca. Dios no quiere que sus hijos y sus hijas estén caminando por ahí ignorantes, dando cantazos por la vida. Él desea que nosotros podamos estar bien entendidos de cuál es su voluntad, sus propósitos para nuestras vidas, y él los quiere dar a conocer. Por eso es que nos está mirando.

Y un tercer punto que puedo decir es que esto muestra su deseo, el deseo de Dios, su intención, su interés de estar activo en cada uno de nuestras vidas. Miren, si hay alguien que es bien hyperactive es Dios, y no lo estoy diciendo en el sentido malo de la palabra, lo estoy diciendo en el sentido de que Dios siempre tiene este deseo de poder hacer algo en medio de nosotros, de poder hacer algo a través de nosotros, de que tal vez las situaciones alrededor en la vida nos dicen como que, tu no vales nada, tu no puedes hacer nada, tu eres un cero a la izquierda y bien, bien a la izquierda. No, Dios te dice, no, todo lo contrario, tu eres un cero a la derecha. Tu le das valor a la ecuación, porque yo te doy valor, y yo quiero trabajar contigo y yo quiero trabajar en ti, sanar tu corazón, sanar tus heridas, equiparte, prepararte para que entonces tu puedas ser de bendición a otros también. Esas son las cosas que yo quiero hacer en ti. Por eso es que tengo mis ojos puestos sobre ti.

Y hay veces que tu querrás huir de mis ojos, como bien decía, vuelvo de nuevo, el salmo 139, que estábamos hablando el miércoles pasado, ah, si cogiera las alas del alba y habitare en el otro extremo del mar, como quiera allí me alcanzarías tu. Si me trato de esconder en la oscuridad, como quiera allí tus ojos me están mirando.

Dios desea estar activo en medio de nuestras vidas, en tu vida. Déjeme avanzar entonces. Esa va a ser la… del mensaje. Ahora, así como hay beneficios, también están sus lados duros. Cuál sería el lado difícil del hecho de que los ojos de Dios están sobre nosotros? Lo más que yo puedo pensar es, cuidado con lo que haces. Cuidado con lo que haces porque te están velando. Omar, cuidado con lo que haces porque te están velando. Me lo digo a mí mismo.

Ahorita leí de Jeremías 24, ahora les leo de Jeremías 16, el verso 16 y 17 que dice, miren, Dios está hablando y dice:

“… Yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré a muchos cazadores y los cazarán por todo monte, por todo collado y por las cavernas de los peñascos. Porque mis ojos están sobre todos sus caminos los cuales no se me ocultan, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos…”

Dios es bien claro. Así como él dice que sus ojos están sobre los justos y bendice a los justos, el que no es muy justo que digamos, va a necesitar agua como yo. Dios es muy claro, mis hermanos. Si nosotros no vivimos en una forma que sea placentera a los ojos de Dios.

En Deuteronomio él dice, hey, he aquí que yo pongo delante de ti la vida y la muerte. Se te da un examen de selección múltiple. Este es tu examen, pongo delante de ti la vida y la muerte. Escoge. A, B, A: la vida, B: la muerte. No hay un c que diga todas las anteriores, no? y mira si Dios está bueno que te da la respuesta, que entonces te dice, escoge la vida. Te da la respuesta al examen. Escoge la vida. La vida que él da.

Miren, si fuera a terminar esto, mis hermanos, yo entiendo que nosotros tenemos que agradecer el hecho de que Dios está mirando sobre nosotros. Cuando se estaba construyendo el templo con Salomón, él le dijo, ahora mis ojos van a estar pendiente sobre esta casa, las oraciones, las plegarias que se hagan sobre esta casa, mi gloria va a estar aquí.

Y yo creo, que en la misma forma, los ojos de Dios están sobre esta casa también. Los ojos de Dios están aquí en este lugar y cuando los ojos de Dios están aquí sobre este lugar, mira, eso significa que cuando usted se meta aquí, póngase el cinturón porque va a salir volando. Hay algo que Dios hace cuando usted entra aquí en este lugar. Y yo no estoy diciendo que es magia o algo así, pero el mero hecho de que usted sea parte de una iglesia como esta, cuando la atención de Dios está fijamente sobre esta iglesia, mire, hay algo que sucede, hay algo que sucede en el lugar como también en su vida. Usted se está metiendo, como quien dice, en una nube radioactiva y cuando usted se meta ahí, no es que va a salir con un tercer ojo en la frente, pero sí va a salir con algo en su corazón de parte de Dios.

Así que hay que agradecer ese hecho de que Dios tiene a sus hijos, sus ojos sobre nosotros. Que en vez de nosotros acobardarnos, debemos tener el ánimo y el valor para enfrentar la vida sabiendo que él vela por nosotros. En vez de ver un problema, eso está feo, eso está difícil, yo no puedo lidiar con eso. Mire, cobre ánimo, cobre valor, porque Dios lo está mirando, está velando sobre usted, le está dando la fuerza, las herramientas, los recursos que usted necesita para poder enfrentar eso y aún mucho más.

Y por último, mire que Dios nos de la sabiduría para vivir de tal forma que siempre traigamos gozo a sus ojos. Pasaje que dice, el gozo del Señor es mi fortaleza. El gozo del Señor proviene cuando nosotros vivimos de la forma que él quiere que nosotros vivamos. Si yo le traigo gozo a los ojos de Dios, yo estoy seguro que él me va a dar a mí la fortaleza, la sabiduría, todo lo que necesito para poder salir adelante.

Así que, mis hermanos, yo les dejo con esta palabra. Yo espero que esta palabra sea de ánimo, de sostén a sus vidas. Así que recuerden, como usted salga de aquí, Dios le está mirando, Dios está velando sobre su vida.

Terminamos con un testimonio. Amén.

Consta que yo no sabía que él iba a predicar de eso hoy. Tanto tiempo que yo tengo participando de los miércoles antes, estaba allá de aquel lado y ahora aquí. Hay momentos en que me han pasado cosas que cuando veo el mensaje de Omar, como que mi corazón se agita, es como tu me estás hablando a mí, Señor. Y ayer, yo tuve un día muy difícil. Yo he venido teniendo por meses, muchos cambios en mi vida, cambios, y cambios y cambios y en los últimos tiempos me he sentido con una tristeza tan grande y que no la encuentro como mucha explicación.

Y ayer yo estaba sola en mi casa con mi hijo, que tiene dos años, y llegó un momento en que él estaba que quería jugar conmigo y que quería hacer tantas cosas, y a mí me embargó una tristeza tan y tan grande, que yo no sabía ni qué hacer. Y yo me senté en el mueble y lo miraba que él caminaba, jugaba, quería que yo estuviera con él. Pero yo no me sentía bien, yo me sentía tan y tan triste. Y yo comencé a orarle al Señor, yo le dije, Señor, sana mis emociones, Padre, mira, no me des más nada, yo pongo todas las peticiones que tengo delante de ti, de dinero, de finanzas, de trabajo, de papeles, mira, no me des nada de eso, sana mis emociones, Señor, porque mi hijo necesita una mamá sana. Mi esposa necesita una esposa sana. Sana mi mente, sana mi voluntad, sáname, Señor porque yo no me siento bien.

Bueno, oré así y en una ya no podía más, me tiré en la cama. Y mi hijo está rondándome, rondándome, rondándome y hace así y prende el radio. Usualmente cuando él prende el radio y el escucha música o cualquier cosa, él lo cambio o lo sube de volumen, o lo baja, o cambia la emisora, pero no lo deja ahí. Y él tocó, era el radio de mi despertador, y cuando él tocó el botón que el radio encendió, había un predicador diciendo:

“El Señor quiere sanar tus emociones. El Señor quiere sanar tu voluntad. El Señor quiere sanar tu mente. El Señor quiere sanarte.” Y comenzó ese hombre a predicar y a predicar de una manera, pero fue en el momento preciso. Y cuando yo oí eso, yo no lo podía creer lo que yo estaba escuchando y yo decía, o sea, cuando yo escuché esas palabras, exactamente tan textuales, exactamente como yo lo había orado al Señor, yo comencé a llorar y a llorar. Yo decía, Dios mío, tu me estás mirando. Y digo, Dios mío, no puedo creer que mi hijo haya prendido el radio en ese momento y que yo estoy escuchando exactamente las palabras que yo necesitaba escuchar. Yo decía, Dios mío, y yo corría por toda la casa y yo lloraba, y yo decía, Dios mío tu me estás mirando. Tu me estás mirando. Tus ojos están puestos en mí. Yo le di a Dios gracias, Omar, por esa palabra. Gracias.

Gracias, Señor Jesús. Póngase de pie, mis hermanos, vamos a orar. Gracias Señor porque tus ojos están puestos sobre nosotros, mi Dios. Tu estás velando cada paso que nosotros damos, Señor, tu miras nuestro acostar y nuestro levantar, Señor, nuestra entrada y nuestra salida, Jesús. Todo lo que hacemos, todo lo que decimos, Señor, tu estás tan pendiente de cada una de esas cosas y lo más que haces es extender tu gracia y tu favor sobre nuestras vidas constantemente, Señor, como una fuente que no cesa.

Padre, yo te pido que a cada uno de mis hermanos y hermanas aquí en esta noche, los que están aquí y los que nos han visto por el internet, Señor, yo te pido que esta palabra que se ha hablado hoy, Señor, que esta palabra cobre vida en nuestros corazones. mira Señor, que cuando salgamos de aquí podamos sentir el peso de tus ojos sobre nosotros, el peso de tu mirada, Señor, pero no una mirada que abruma, sino una mirada que inspira confianza, que inspira certeza, que inspira esperanza sobre nuestras vidas, sabiendo, Señor Jesús, que tu estás en total control de lo que nosotros somos.

Así que, Padre, mira salimos de aquí con ánimo, salimos de aquí con firmeza, Señor, salimos de aquí sabiendo que tu estás fijándote en nuestras vidas, Señor, y que tu quieres extender tu bendición sobre nosotros. Así que, Padre, nos vamos de aquí confiadamente, Señor, sabiendo que tu eres lo mejor que nosotros podemos tener, Señor, que nuestras peticiones están seguras en ti, Señor, y que las respuestas tu las darás en su momento oportuno, Dios.

Llévanos con bien a nuestros hogares, Señor, permítenos descansar en esta noche, reponer energías, Señor Jesús, y que mañana si así tu lo permites, Padre, mira que podamos echarle mano a un nuevo día y poder alcanzar aquello para lo cual tu nos llames a hacer.

Bendice a tu pueblo, Señor, en esta noche. Sobre cada uno de nosotros concédenos tu paz, tu gracia, tu bendición, por tu Hijo Jesús oramos y te damos las gracias. Amén, Señor Jesús. Gracias, Dios. Gracias, Señor.

El privilegio de conocer a alguien bien

TRANSCRIPT

Salmo 139. Hay muchas canciones que van con ese salmo. No hay una nada más, hay muchas. Se recordarán que el miércoles pasado estuve hablando acerca de nuestra amistad con Dios, ¿verdad? De cómo poder desarrollar una amistad con Dios, sólida, fuerte, una amistad en la cual nos nutre a nosotros para nosotros así poder tener amistades saludables también con otras personas a nuestro alrededor.

Y basado en esa reflexión que tuve el miércoles, podría decir que esto es, no la parte número 4, sino que es una reflexión nueva que sale de ahí. Y yo quisiera comenzar hablándoles acerca de una película, para ustedes que no ven películas, yo estoy seguro que ustedes no ven películas, yo soy el único pecador aquí que ve películas. Esa cajita del diablo.

Miren, hay una película que no sé cuántos de ustedes la han visto que protagonizó Mel Gibson y Helen Hunt, una película que se llama “What women want” (Qué es lo quieren las mujeres) no sé si han visto esa película. Ok. Para los que no lo sepan es una película cómica, una comedia pero para los que no lo sepan, la trama de esa película es de este hombre, Mel Gibson, que obviamente creció en un trasfondo medio mujeriego, por así decirlo, y el hombre tenía mujeres por todas las esquinas. Y él en un momento se le da, lo que yo diría un don, y es el don de poder escuchar lo que piensan las mujeres a su alrededor. él puede escuchar los pensamientos de las mujeres.

Y a medida que la película va progresando él se abruma tanto y tanto y tanto, cuando él empieza a escuchar todos los pensamientos de las mujeres a su alrededor que el hombre pensaba que se estaba volviendo loco. Y termina yendo a una psicóloga y la psicóloga lo que le dice, “No, tu lo que tienes es un don, de poder escuchar lo que la mujer piensa y poder conocer sus necesidades como ningún otra persona lo puede conocer.”

Y la cosa es que él, como quien dice, lo empieza a usar para su provecho y empieza a salirse con la suya, hasta que se cruza con una mujer que verdaderamente lo hizo reflexionar y decir, espérate, yo estoy haciendo las cosas mal. Y no obstante, justamente como ya estaba enderezando su vida, ese don se le fue quitado. So, fue un don momentáneo.

Pero yo me digo, mis hermanos, hombres les pregunto a ustedes hombres, y atrévanse por show de manos. Es más, déjeme empezar con las mujeres. Hombres, a cuántos de ustedes les gustaría saber lo que piensa una mujer? La levanto a medias la mano, la levanto a medias. Mujeres, a cuántas de ustedes les gustaría saber lo que piensa un hombre o cómo piensa un hombre? Hay algunas que se pueden parar y gritar amén, ¡Aleluya!

Pero mire, tenga cuidado con lo que pide, ok? Porque yo creo que ambas mentes son peligrosas, por así decirlo. Y saben por qué yo uso esta ilustración? Esta ilustración vino de esta meditación de este salmo 139. Y usted va a decir, pastor Omar, cómo va a ser que usted se ponga a pensar en una película así leyendo ese salmo? Es como que una no suma con la otra.

Pero miren esto, miren cómo dice el salmo 139.

Oh Jehová, tu me has examinado y me has conocido, tu has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposa, y todos mis caminos te son conocidos. Miren esto, pues aún no está la palabra en mi lengua y he aquí, oh Jehová, ya tu la sabes toda.

Déjeme dejarlo ahí por ahora. Voy a seguir al resto ya mismo. Ahora, pero yo le pregunto a usted, ya que aquí obviamente está exaltando el hecho de que Dios nos conoce a nosotros como una radiografía, usted cree que Dios se abruma al conocer lo que nosotros pensamos? No, obviamente no. guau, si Dios se abrumara con lo que nosotros pensáramos. Ay, Dios mío, eso sería peligroso. Yo no quiero que Dios se abrume.

Imagínense, si soy yo en una semana y tal vez, digamos que yo puedo escuchar a 3, 4 personas en un día, y salgo aturdido después de haber escuchado a 4 personas. Eso soy yo, imagínese Dios que escucha, cuántos millones de voces y pensamientos de la gente alrededor del mundo entero. Él no se abruma. Él puede mucho más que nosotros.

Aunque yo me imagino que él dirá, como que ay, mira este lo que está pensando, o mira aquella en lo que está pensando. Pero miren, mis hermanos, hay algo bien particular que quiero compartir en los pocos minutos que me quedan con ustedes, porque esto a mí me trajo mucha luz y me trajo mucha luz a la luz de lo que estaba hablando de esa dinámica, de tener ese sentido de amistad con Dios.

Porque cuando usted conoce a una persona, y digo, cuando usted conoce a una persona como es, eso le da a usted un privilegio y una responsabilidad bien grande de cuidar de esa relación que usted tiene con esa persona. No todo el mundo tiene la oportunidad de conocer los detalles minuciosos de la vida de alguien. A no todo el mundo se le da ese privilegio.

Y miren, aún en contextos de pareja, yo hasta me atrevo a decir que no todas las parejas conocen los detalles más minuciosos de su cónyuge y en cierto aspecto viven como una nébula de qué será lo que está pensando mi esposa o mi esposo. O cuáles serán sus necesidades o sus deseos para yo poder buscar cómo satisfacerlo, si es que Dios me da la gracia y la capacidad de poderlo hacer.

Hay veces que los hijos, yo no sé, me imagino que en algún momento qué es lo que están pensando mis padres de mí para yo saber cómo funcionar o viceversa, o los padres es distinto, porque los padres lo que queremos es meternos en la cabeza de ellos para cambiarlos y que funcionen como uno quiere. Pero está esa idea de poder conocer lo que está en ellos, la forma en que ellos están pensando, cuáles son las influencias que tienen ahí. Cuáles son sus anhelos, cuáles son sus deseos, cuáles son sus dudas, cuáles son sus temores.

Mire, si yo empiezo a enumerar tantas y tantas cosas, mis hermanos, puede ser algo bien abrumador para nosotros, que tal vez hasta lleguemos al punto de pensar como que, no, yo no quisiera conocer todas las cosas, porque entonces me voy a tener que ir a sentar yo en el couch de un psicólogo o algo así para que me ayude.

Pero sí yo estoy certero de la idea, mis hermanos, de que conocer a alguien bien, es de suma importancia. Y mucho más a la luz de esa dinámica de poder establecer una relación saludable, sana, con esa persona.

Miren, si vengo al texto, miren cómo el salmista está diciendo, estás palabra para mí son bellas y preciosas. Dice:

“… Señor Jehová, tu me has examinado y me has conocido, tu has conocido mi sentarme y mi levantarme…”

Estamos hablando de acciones, mi sentarme y mi levantarme, todo lo que yo hago, dondequiera que yo voy, dondequiera que yo me meto tu sabes lo conoces.

Mire, si yo paro ahí nada más y yo le digo, haga un viaje en retrospección de su vida, de todo lo que usted ha hecho, de cuál ha sido su sentarse y su levantarse y piense cómo se sentirá Dios al respecto. Es más, si yo le pregunto, cómo se siente usted? Muchos de nosotros podemos mirar en retrospectiva y es como que ay, mamá, qué vergüenza, que yo hice eso, que yo dije aquello, que yo pensé lo otro. Ay, ay, ay. Las muchas millas que se han corrido.

Has entendido desde lejos mis pensamientos, mira eso, de lejos, no de cerca. Está diciendo que lo ha entendido desde lejos. O sea, aquí se está exaltando la soberanía de Dios a un nivel mucho más allá de lo que nosotros podamos comprender. Hay veces que yo estando al lado de una persona no logro ni entender lo que me está diciendo, cuánto más poder entender lo que está pensando.

Y esto es bien interesante porque esto nos ayuda mucho en nuestra comunicación cuando estamos hablando con alguien, hay veces que nos espaciamos y nos vamos a Babilonia en la cabeza, y la persona nos está hablando, hablando, hablando, hablado y uno está pensando en el arroz con pollo que se va a comer después. Y cuando la persona te dice y te pregunta, me estás escuchando lo que te estoy diciendo? Sí, sí, sí, me estabas hablando del traje que te compraste. No, te estaba hablando de la discusión que tuve con mi colega de trabajo.

Y como que oímos, pero no escuchamos o al revés, escuchamos pero no oímos, ¿entienden la idea? Oímos pero no escuchamos. Pero es la idea de poder conocer qué es lo que la otra persona está pensando, qué es lo está sintiendo, cómo está procesando su experiencia de vida, cómo está procesando su experiencia de fe para entonces uno poder entender aún más el lugar donde está esa persona y saber entonces cómo proceder, cómo responder o cómo no responder.

Y Dios, por ese lado, Dios sí, Dios entiende desde lejos nuestros pensamientos. Ha escudriñado nuestro andar y nuestro reposo y todos nuestros caminos le son conocidos.

Oiga, y cuando habla de todos nuestros caminos, no solamente está hablando de nuestros caminos de antaño, está hablando también de los caminos que están por venir.

Esta es la parte que más le gusta a todo el mundo. Como dice después? Pues aún no está palabra en mi lengua y he aquí, oh Jehová, tu la sabes toda.

A cuántos se le ha zafado una mala palabra en algún momento? Confiese. Si usted no la ha dicho pero la ha pensado, sabe qué? Ok, cuántos no la han dicho pero la han pensado? Dejen ver las manos. Podemos pedirle perdón al Señor porque él todavía la sabe todas.

Y he aquí, oh Jehová, tu la sabes. Miren esto, me encantan estas palabras, por detrás y por delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Miren esa frase, hermanos, que preciosa es, sobre mí pusiste tu mano. Miren esto qué tricky es. Porque la tendencia es que cuando uno se pone a pensar en su vida pasada, en todo lo que uno ha hecho, en todos sus caminos, la tendencia es de pensar mayormente en las cosas negativas que uno ha hecho.

Es como la naturaleza humana en vez de exaltar lo bueno que uno hace, uno tiende a pensar, ay, pero yo ya he hecho esto, he hecho aquello, lo otro. Dios no me ama. Dios no me quiere. Y miren esa es la mentira del diablo que lo que quiere es que usted se hunda en un vaso de agua cuando Dios lo que tiene es algo de gracia para usted.

Entonces, nosotros, miren que interesante, el salmista a medida que está expresando todo esto acerca de Dios, tu me conoces la palabra, mis pensamientos, todo, todo y yo me imagino que él está diciendo, Señor, yo sé que no son buenos así que perdóname. Pero con todo y eso, él se atreve a decir, pero mira, aún a pesar de esas cosas tu mano está, qué? Sobre mí.

El salmo 73 que leí al principio, qué es lo que decía, el salmo 73, miren, yo quisiera que usted si lo ha leído, pero lea ese salmo 73 completo en su totalidad, porque ese salmo 73 lo que está diciendo, está hablando Assaf, fue el que lo escribió, y Assaf era uno de los líderes de alabanza del templo que trabajaban con David también. Entonces Assaf, al ser un líder, mire cómo dice los primeros versos, él empieza diciendo,

“…Ah, ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón, pero en cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies, por poco resbalaron mis pasos, por qué? Porque tuve envidia de los arrogantes viendo la prosperidad de los impíos….”

El hombre empezó a dudar de su propia fe, era un líder de alabanza de los que se paran acá arriba, y cantan, y alaban y glorifican y tal vez tocaba uno de los instrumentos, pero tenía un lado humano también el hombre. Tenía un lado bien humano donde él mismo reconoció delante de Dios. Dios mira, estoy teniendo dudas en esta área, y como que mi fe me está fallando ahora mismo. Y él empieza a enumerar una serie de cosas, de la envidia que él siente de aquello. Oye, yo soy cristiano, me estoy cuidando, me estoy perseverando para ti y aquel que es un sinvergüenza está con una mansión con carro nuevo, todo lo que tiene alrededor, y yo aquí comiendo migajas de pan.

Gracias a Dios que son migajas de pan, que no son cebollas, ¿verdad? Pero miren, el verso 17 dice:

“… Hasta que entrando yo en el santuario de Dios comprendí el fin de ellos…”

O sea, este hombre él está haciendo como un viaje de introspección y él mismo se está confirmando y recordando de que esas cosas por las cuales él se está quejando, no se tiene que quejar verdaderamente, porque él sabe cuál es el destino de esas personas y él sabe cuál es su destino en Dios también. Por ende, él termina diciendo:

“… A quién tengo yo en los cielos sino a ti, fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen pero las rocas de mi corazón y mi porción es Dios para siempre…”

Este hombre conocía a Dios y Dios lo conocía a él también. Y él sabía que él se podía expresar con toda libertad delante de Dios porque Dios le iba a entender y lo iba a ayudar en su caminar, lo iba a afirmar, lo iba a fortalecer, no importando la situación por la cual estuviera pasando.

Y eso, mis hermanos, para mí es poderoso. Esas palabras de Assaf lo que me indican a mí es que la mano de Dios estaba sobre él, como estaba diciendo acá. “Detrás y delante me rodeaste y sobre mí pusiste tu mano.”

Sobre mí pusiste tu mano. Oiga cuántas veces, mis hermanos, yo quiero que piensen esto, cuántas veces nosotros no nos hemos dicho nuestra oración como que, Señor, yo no soy digno, yo no soy digno de que tu gracia y tu misericordia sea sobre mí.

Pero mire, con todo y eso, esos son los pensamientos que cuando Dios los ve dice, no voy a hacer caso a esos pensamientos, caso omiso. Yo sé, yo sé lo que yo he puesto en ti, yo sé lo que tu eres, quién tu eres. Yo lo conozco muy bien.

Yo creo que por eso es que entonces el salmista dice, “tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, alto es, no lo puedo comprender…”

Mire por más…., yo me encuentro muchas veces en mi tiempo de oración diciendo, Señor, yo quiero conocerte, yo quiero conocer más de ti, yo anhelo descubrir cosas nuevas de parte de tuya. Y mira yo estoy seguro, amén, el Señor dice, mira, sí, ven, conóceme. Ven, acércate a mí y yo me acercaré a ti. Esas son cosas que el Señor mismo afirma a nosotros.

Pero yo sé que mientras yo viva como quien dice, en esta mente tan finita, yo no voy a poder conocer cuán alto, cuán ancho, cuán profundo y cuán largas son las dimensiones del amor de Dios. Cuando yo crea que ya lo he conocido todo, me doy cuenta de que el horizonte es más largo todavía. Y ese es el amor que Dios nos brinda a cada uno de nosotros. Ese es el conocer que Dios nos da a nosotros.

Y hay veces que es tan abrumador que mire, la tendencia de nosotros es querer huir. Cuando nos vemos, nos damos cuenta de que, guau, el amor de Dios es bien grande. Miren cómo dice:

“… a dónde me iré de tu espíritu y a dónde huiré de tu presencia…”

Vieron por donde va el pensamiento de este salmista? Como que en esa reflexión profunda, interna del alma, se está dando cuenta de que este hombre es tan imperfecto, que la tendencia de la naturaleza humana es salir corriendo de la presencia de Dios, como que no, yo no soy digno de él. Y por eso es que él dice,

“…A dónde me iré de tu espíritu, y a dónde de presencia, si subiera a los cielos, claro está, allí me voy a encontrar contigo y si me fuere al sol e hiciere mi estrado allí, he aquí que allí también tu estás. Si tomare las alas del alba, como la mañana y me fuera hasta el otro extremos del mar, aún allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra…”

Si dijere, ah, ciertamente cuando apague la luz de mi cuarto, toda la oscuridad, me voy a esconder y ahí tu no me vas a ver. Dios prende la luz de nuevo y te puede ver con rayos x. no, verdad, no tienes que prender la luz porque Dios tiene night vision y te ve a través de night vision también. Has visto night vision que se ve todo medio verde y negro? Pero Dios nos sigue viendo todo a color.

Por qué? Por qué vamos a querer huir de Dios? Cuando reconocemos esa maravillosa omnipresencia de Dios… estoy teniendo una epifanía ahora mismo. Miren que interesante.

Hay un salmo donde David dice, alma mía alaba a Jehová y no te olvides de ninguno de sus beneficios, ¿verdad? O no fue así? Él está obligando a su alma como quien dice, que tiene que alabar a Dios. Por qué? Porque el alma donde está esa naturaleza humana es la que más se revela con el espíritu. Esa guerra que ahí adentro. Y cuando Dios comienza a revelar todas las intenciones de su corazón, esa alma entra en conflicto consigo mismo. Dice, no, that’s too much. Esto es demasiado para mí, no puedo. Y tiene la tendencia de salir corriendo.

Como es un amor tan grande, tan amplio, tan ancho, tan profundo no lo puede comprender en su totalidad y cuando no comprende algo en su totalidad, cuando no lo entiende es como que no, no puedo lidiar con eso. That’s too much for me. Tiene la tendencia de salir corriendo.

Pero una vez más, nos afirma el sentido mis hermanos, de que nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios. Dondequiera que vayamos ese amor de Dios va a estar ahí, va a estar presente, va a estar latente, va a estar mirando, va a estar discerniendo las cosas que están en nuestro corazón y cuando Dios le ha marcado a usted su vida, mire, no importa dónde usted se meta, aunque sea en el cajón, en un basement de su casa, aún ahí el Señor lo va a encontrar. Él se va a meter con usted en ese cajón y lo va a encontrar como quiera.

Es más se va a meter con usted en el cajón y va a decir, qué haces aquí metido? Qué haces aquí metida? Estoy en el salmo 139, otra vez:

“… Porque tu formaste mis entrañas, tu me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré porque es formidables y maravillosas son tus obras…”

Él está hablando de sí mismo, se está echando un poquito de aire. Ah, Señor, tu me creaste, maravillosas son tus obras, claro que sí. No fue encubierto mi cuerpo, eso era para que se rieran un poco. Los noto un poquito tensos, hello. En qué están pensando?

“… Mi embrión vieron tus ojos y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas…”

Óigame yo entro en conflicto con ese verso. Sabe por qué? Porque alguna persona tradicional una vez me dijo, ah, eso es que tu todo lo que tu has hecho en tu vida Dios lo conoce ya y ya estaba todo escrito. Y yo le digo, so tu me vas a querer decir que las veces que yo fallé intencionalmente delante de Dios, ya Dios lo sabía y lo tenía marcado y escrito? Cuántos dicen que no a eso? Cuántos le dicen que sí a eso?

Mira si sí o si no, Dios es tan omnisciente que yo sé que lo sabe todo. Y obviamente no me voy a meter en este campo porque yo sé que entonces vamos a hacer media vigilia y yo quiero que usted se vaya antes de que empiece a nevar. Si no se habían enterado, va a caer nieve.

Pero eso les va a dar oportunidad de que reflexionen, cuando usted salga y vea la nieve caer, que usted pueda decir, Señor, límpiame como la nieve para ser tan blanca como la nieve, y que así usted no se… ah, está nevando todavía. No, no, piense. Llévelo a ese nivel espiritual.

“…En tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar una de ellas…”

Dígame usted si Dios sabe o no? que la calva tuya estaba en el libro de Dios, que Dios sabía que tu a esta edad ibas a tener esa calva. Que esos chichitos que tienen de más ya Dios lo sabía que iban a estar ahí. La arruga que tenía debajo de los ojos también Dios sabía que eso iba a estar ahí.

Mira, mañana cuando estés conduciendo, si alguien se te cruza en frente y lo que tu le deseas a esa persona, ya Dios sabía que tu se lo ibas a desear. La persona en el trabajo que te dijo algo y cuando volteó la espalda tu dices, hrhrhrhrhrr, ya Dios sabía que tu ibas a hacer eso de esa persona. Tu esposo te vino con una cosas en la mañana y te quitó la paz y tu como que, llévatelo. Ya Dios sabía que tu ibas a decir eso. Bueno, yo me estoy ciñendo a lo que dice el texto, ok?

“…Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos, cuán grande es la suma de ellos. Si los enumero se multiplican más que la arena. Despierto y todavía no he terminado, aún estoy contigo. Amén…”

Ahora, pero miren esto:

·… De cierto harás morir al impío, apartaos pues de mí hombres sanguinarios porque blasfeman y dicen ellos contra ti, tus enemigos toman en vano tu nombre y no odio, oh Jehová, los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos. Los aborrezco por completo, los tengo por enemigos…”

Miren, el salmista pone esos 4 versos ahí y dice, hermanos, solamente para identificar que aquellas personas que no conocen de Dios, mira, verdaderamente se están perdiendo de un gran beneficio. El beneficio de ser conocido por el ser mayor de toda la existencia. Y se están perdiendo algo grande, que no lo pueden disfrutar, que no lo pueden entender, que no lo pueden percibir.

Y finalmente el salmista termina diciendo estas palabras:

“… Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón…”

Qué dice? Cómo dijo? Tu estás seguro? Estás seguro que eso es lo que dice? Porque tu le estás dando permiso a Dios de que te pruebe. Tu quieres que Dios te pruebe? Tu quieres que Dios te examine y ponga a prueba verdaderamente lo que está ahí? Tenga cuidado con lo que pide.

“…Pruébame y conoce mis pensamientos y ve si hay en mí camino de perversidad en mí y guíame en el camino eterno…”

Vieron como todo se resume en esos dos versos, mis hermanos. Nosotros somos conocidos para conocerlo a él como él nos conoce a nosotros. Mire, mi secreto de esta noche es el siguiente: cuando usted conoce a alguien tal y como es, de alguna forma misteriosa Dios le da un amor especial para esa persona, cuando usted le conoce tal y como es.

Un amor especial, yo no estoy diciendo que es un amor sentimental, y ay, cuchi, cuchi. No, yo no estoy diciendo eso. Yo estoy diciendo un amor especial de parte de Dios. Porque si nosotros conocemos a la gente, no sé si acuerdan cuando hablé un par de miércoles atrás, que le dijo que cada persona viene con un tag que dice ‘as is’ o sea, tal y como es. Así es como usted tiene que lidiar con la gente. Esa persona viene con un tag que dice, mire, si usted se lo lleva de esta tienda se lo lleva tal y como es, y no hay retornos. Y si lo retorna, si lo devuelve otra persona se lo va a tener que llevar tal y como es, con los daños que usted le haya hecho, o los arreglos que le haya hecho.

Pero al yo pensar en esto, mis hermanos, que Dios nos conoce así con nuestras asperezas y nuestros lados buenos, y Dios como quiera insiste en tratar con nosotros. Eso es un ejemplo que Dios nos da de cómo debe ser nuestro trato con otras personas a nuestro alrededor. si yo le puedo decir a Dios, Dios, examíname, mira mi corazón, ponme en la máquina de tu …, hazme un city scan de mi vida y ve si hay perversidad en mí y guíame por el camino que tu tienes para mi vida.

Al usted hacer eso es otra forma de usted decir, ‘Señor, así cómo tu lo haces conmigo, que yo lo pueda hacer con otros también’. Tal vez usted no tiene la capacidad de hacerle un city scan a la otra persona, pero a medida que usted conoce a la otra persona, y que entonces usted pueda decir, ‘Señor, ayúdame a yo andar en el camino que debo andar con esta persona’.

O sea, que mi proceder con esta persona sea el correcto. Que yo pueda hablar lo que tengo que hablar en el momento que lo tengo decir o cuando yo tenga que callar, que yo calle en el momento que tengo que callar. Ese trato que se da, que pueda fluir. A medida que nosotros vamos conociendo más a Dios y que nos conocemos a nosotros mismos como Dios nos conoce a nosotros, mire, eso nos da a nosotros la puerta para entonces poder conectar con otras personas a nuestro alrededor como Dios lo hace con nosotros.

Esto es un misterio, mis hermanos, de verdad que mi plan no es explicárselo al dedillo para que usted salga de aquí y, guau, entendí un misterio de Dios hoy por completo. Yo solamente les estoy compartiendo lo que yo conozco en mi cabeza limitada, y allá Dios que lidie con usted. Usted a medida que usted va conociendo a Dios y que usted pueda ir conociendo el amor de Dios en su vida, eso le nutre a usted para poder conocer a otros a su alrededor y amarlos como Dios también los ama a ellos. Me gustó eso, es mejor de lo que yo lo había pensado. Gracias.

Mientras conocemos a Dios y el amor que él tiene sobre nuestras vidas, eso nos equipa a nosotros para poder conocer a otros y amarlos como Dios los ama a ellos. No como usted lo quiere amar a ellos, como Dios los ama a ellos.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Guau, Señor, gracias. Señor, son misterios que no logramos comprender, de cuán grande, Señor, es tu amor, cuán expansivo es tu amor, Señor. Que aún a pesar cuando somos seres tan imperfectos, tu amor se sigue derramando día tras día, por cada uno de nosotros, Señor. Tu sigues buscando abrazarnos con tu amor, abrazarnos con tu poder, abrazarnos con tu gracia y con tu misericordia.

Y no necesariamente para añoñarnos sino para darnos a conocer, mi Dios, los planes, las intenciones que tu tienes en tu corazón para con nosotros. Tu quieres que seamos hijos e hijas de un Rey firmes, parados en el conocimiento de aquel que nos perfecciona día tras día, de aquel que perfecciona su obra en nosotros día tras día.

Y, Señor, mira, tal vez yo no le hecho total justicia a este salmo 139 hoy con las palabras que he compartido, Señor, hay tanto ahí para cortar. Pero sí lo más que te pido Señor, es que las palabras que yo haya compartido lleguen al corazón de mis hermanos y hermanas, y que tu, Señor, que tu uses esa semilla que se planta hoy, que tu la uses para darles a conocer, Señor, cómo tu quieres trabajar en medio de ellas y de ellos, en las etapas de vida en la cual ellos se encuentren, Señor.

Tal vez algunos se están mirando a sí mismos con un sentido de vergüenza y que tal vez al leer estos versos se sienten impropios, pero, Señor tu mano está sobre ellos, como bien afirma este salmo. Tu mano está sobre ellos, Señor, tus ojos están sobre ellos y sobre ellas para restaurarles, para quitar cualquier perversidad y ponernos a todos, Señor, en tu camino recto, en el camino eterno. Así que Señor, mira, repetimos estas palabras, y lo decimos, Señor, examínanos y conoce nuestro corazón, pruébanos, Dios, por más dolorosa que pueda ser esa prueba y conoce nuestros pensamientos, y Señor, ve si hay en nosotros algún camino de perversidad y guíanos, guíanos en tu camino, Señor, guíanos en tu luz.

Padre, queremos agradarte en todo lo que hacemos, en todo lo que pensamos, en todo lo que hablamos, y sabemos que somos una obra en progreso, we are a work in progress, y creemos y confiamos, Señor, de que tu como el arquitecto principal de nuestras vidas, como ese que tiene todos los detalles de nuestra vida ya escritos, que tu te vas a encargar de que cada una de esas cosas que tu tienes escritas para nuestras vidas se lleven, se cumplan en medio de nosotros.

Así que, Señor, que a medida que nos preparamos para salir de aquí, que podamos salir con un sentido de esperanza y no de derrota, que podamos salir con un sentido de convicción de tu conocimiento de nuestra vida, de tu amor para con nosotros, Señor, y que no salgamos de aquí con ningún tipo de vergüenza, Señor, que nos hunda. Todo lo contrario, Señor, tu nos amas, la convicción que trae tu espíritu, Señor, es para edificación de nuestras vidas y no para destrucción de las mismas.

Así que, Señor, llévanos con esta palabra que pueda seguir haciendo eco en nuestro corazón, mi Dios, y que sobre todas las cosas nos acerque más a ti para llevar vidas como tu quieres que nosotros las llevemos, Señor. Te amamos, mi Dios, porque tu nos has amado primero. Concédenos un buen descanso en esta noche y que mañana, si así tu lo permites, si es tu voluntad, podamos levantarnos una vez más y cumplir con aquellas cosas que el día de mañana traerá. Gracias por la porción de esta noche. Y en el nombre de tu Hijo Jesús oramos y te damos toda la gloria. Amén. Amén. Gracias Señor Jesús. Gracias Dios.

La importancia de un amigo (parte 3)

TRANSCRIPT

He hecho ya dos mensajes en este tema y hoy quisiera tratar de resumir la última parte. Obviamente yo les estuve hablando acerca de la importancia de uno poder tener amistades sanas, saludables, de cómo uno poder desarrollar esas amistades, cómo uno se puede cuidar de algunas amistades, o cómo uno puede influenciar sobre otros, cómo uno debe aprender a valorar a esas personas que Dios pone a nuestro alrededor y entender también que nosotros no podemos ser un billete de 20, eso lo tengo ahí pegado, no podemos ser un billete de 20 o de 100 para todo el mundo. Con algunos le voy a caer a otros tal vez no le voy a caer tan bien. Está en mi carácter y aunque yo trate de hacer ajustes esa va a ser la realidad. Algunos les voy a caer gordo aunque no lo sea, a otros le voy a caer flaco, como flaco soy.

Pero el asunto es, mis hermanos, que la última parte de este mensaje se centra, diría yo, en la parte más importante de lo que es la amistad o dónde se engrana y se fundamenta la amistad. Y esto es, en nuestra amistad con Dios. Nuestra relación de conexión con Dios. Y yo entiendo, mis hermanos, que en nuestra experiencia de fe, en nuestra vida de fe, nosotros tenemos distintas formas en las cuales nosotros podemos acercarnos a Dios. Obviamente nos acercamos a Dios como nuestro Dios, como nuestro Señor, como el rey sobre nuestras vidas, términos en los cuales nosotros definimos esa relación que hay. Y por ende, cuando lo vemos así a esa altura, a ese nivel, como ese Dios que sí es grande, que ha sido el creador del cielo y de la tierra, que reina por encima del universo y como quien dice, tirándolo allá bien arriba pero que a la misma vez es un Dios que se acerca bien a nuestro corazón.

Eso implica que es un sentido de reverencia que tenemos que darle a esa relación, un nivel de respeto que se le debe a Dios a ese nivel. Otra forma en la cual también nos dirigimos a Dios es cuando lo vemos a él como un Padre. Y yo sé que tal vez para algunos en el trasfondo de nuestra psicosis por así decirlo, hay mucha gente que tal vez no tienen el mejor ejemplo de un padre, físico, en carne, aquí en la tierra, y por ende se las hace difícil proceder con Dios como si fuera un papá también.

Pero precisamente como Dios es ese Padre también perfecto, nos ayuda a sanar y restaurar esas heridas del pasado que tal vez un padre causó en nosotros y Dios restaura esa imagen paternal, en medio de nuestras vidas, o maternal también, por así decirlo, porque la Biblia también describe a Dios como una Madre, una gallina que nos arrulla bajo sus alas y nos protege también. También identifica a Dios así.

Pero también obviamente, mis hermanos, y aquí es donde está esta parte que es bien bella, es el mero hecho de que Dios también tiene ese lado que es bien personal, que se acerca más a uno, que es como un amigo en medio de nuestras vidas. Esa persona, ese pana, como quien dice, con quien podemos contar. Y claro está, ese sentido de la amistad se transmite mucho más a través de la persona de Jesús.

Y miren, en la Biblia, yo puedo decir que hay ejemplos bien limitados de personas que se identifican como amigos de Dios, o que tenían cierta intimidad de Dios directamente. Uno de ellos quién fue? Abraham, claro que sí, Abraham. Miren, Abraham hay dos pasajes que yo encontré, uno es en segunda de Crónicas, capítulo 20 y en Santiago 2:23 que son dos de los versos que hablan bien específicamente que Abraham fue considerado como amigo de Dios directamente.

Otro ejemplo que podemos mencionar quién es? Enoc. Por qué Enoc? Enoc caminó con Dios, así lo identifica la Biblia, como un hombre que caminaba con Dios y si yo recuerdo bien la historia, él no vio muerte, sino que parecido a quién más? A Elías, él fue arrebatado con Dios. No vio la muerte definitivamente el hombre. So, Enoc ahí hay otro ejemplo que no había considerado ese.

Quién más? A Moisés. Claro está, Moisés. Díganme ustedes aquí en la Biblia le pueden decir, o le pueden atribuir el hecho de que hablaba con Dios cara a cara? A Moisés, ahí definitivamente Dios tenía una relación de intimidad, de amistad, de cercanía con Moisés que no la tenía ninguna otra persona. Imagínate, hasta logró ver las espaldas de Dios.

Había una amistad ahí. Pero de ahí en adelante no hay muchos otros que la Biblia pueda decir como que verdaderamente sí fueron amigos de Dios, que tenían una cercanía con Dios. Aún el mismo Jesús, ustedes si se recuerdan que yo les he dicho esto también, que aún el mismo Jesús tenía sus niveles de amistades con las personas que él tenía alrededor. Y yo vuelvo y lo digo, él tenía su grupo de 12 discípulos, pero dentro de esos 12 discípulos él tenía 3 bien particulares, con los cuales se iba aparta a orar con ellos, y de esos 3, solamente había uno que Jesús permitía que recostara su cabeza sobre su pecho. Solamente uno, Juan, el discípulo amado.

Y miren, yo les voy a decir esto, yo entiendo sin duda alguna, que esta relación de amistad con Dios está basada en amor. Si no hay amor, no hay nada. Si el amor no es existente en una relación, sea cual sea la relación, mire, usted puede pensar obviamente, uno piensa una relación matrimonial, si no hay amor en una relación matrimonial, se seca la cosa.

Si no hay amor entre una relación entre un padre con sus hijos, una madres con sus hijas, se va la cosa a juste. Si no hay una relación entre una maestra con sus estudiantes, esa dinámica de maestra y estudiante va a ser bien difícil. A la primera que le de un problema el estudiante, la maestra dice, vete por donde mismo viniste, entonces.

Una enfermera si no siente amor por sus pacientes el trato que le va a dar, cada vez que lo tenga que pinchar, lo va a hacer sufrir, no te encuentro la vena, y tortura al pobre hombre o la pobre mujer o el pobre niño. No hay amor en ese trato.

Es más, un paramédico, si tomo a Nelva de ejemplo, piensen ustedes tener que estar respondiendo emergencias a cualquier hora del día, acaso ustedes no creen que una persona como ella va a necesitar amor para poder atender a un extraño o una extraña en alguna situación en la calle? Claro que hace falta amor. Tal vez hay algunos paramédicos que no lo ven así, pero yo entiendo que Nelva sí lo ve así, por eso es que ella está aquí, entera en una pieza, y no ha perdido la cabeza como otros.

Hace falta el amor. Y en esa relación de amistad hace falta el amor. Si yo les hago una pregunta, esto es algo que yo hablo en la clase de sicipulado en nivel cuatro, si yo les hago esta pregunta, cuál es el propósito que busca alcanzar el amor? Si yo los pongo a pensar ahí, cuál es el propósito que busca alcanzar el amor? Cuántos han tomado nivel 4? Aquí tengo algunos, los más recientes están por ahí, están pensando qué fue lo que había dicho. Piense.

Cuál es el propósito que busca el amor? Miren esto, voy a hacer una exploración de versos bíblicos con ustedes. Cuántos saben lo que dice Primera de Juan, capítulo 4, verso 8? Qué es lo que dice este pasaje? Hay hasta una canción, exacto, que Dios es amor. La Biblia lo dice, Dios es amor, vuelve y lo repite…

Esto es lo que dice Primera de Juan, capítulo 4, verso 8 y 16, dos veces: Dios es amor. Y Romanos, capítulo 5, verso 5, también hay otro pasaje que yo uso que dice, que el amor de Dios ha sido derramado en nosotros.

Ahora, cuál fue la mejor forma, la mejor expresión que hizo Dios con respecto a su amor? Mandando a su hijo Jesús. Fue la mejor expresión de amor que hizo Dios para con nosotros. Juan 3:16, “porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo.” Era una perspectiva distinta para pensar en un verso que es tan conocido.

Es en la persona de Jesús donde nosotros vemos cómo ese amor de Dios se encarga, en una forma tangible. Ahora, si ese amor se ha demostrado en la persona de Jesús, cómo nosotros podemos responder a ese amor de Dios? Cuál es uno de los mandamientos que Jesús nos dejó a nosotros? Ejemplo, Mateo 22, qué es lo que dice? Amarás a Dios con todas tus fuerzas, con tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma. En otras palabras, con todo vas a amar a Dios. No dejes ni una gotita afuera.

Y qué es lo que dice después? El segundo mandamiento es igual de importante que ese, amarás a quién? Dile a la persona que está al lado tuyo, yo te amo. Dilo. Para que te sea más fácil dile: Yo te amo con el amor del Señor que se está perfeccionando en mí cada día. Y aunque se me haga difícil deseo obedecer ese mandato.

Oiga, mire lo que usted dijo, decido obedecer ese mandato. Sabe por qué? Porque es un mandato de parte de Dios. Amar no es una opción, amar es un mandato el cual nosotros tenemos que obedecer. Ay, pero pastor, es que me pisan los callos a cada rato. Aguanta el pisotón. Ay, que me quiere… ese muchacho. Ama. Que a cada rato me tienden una trampa en el trabajo. Ama. Y pon la otra mejilla.

Sin duda alguna aquí es donde se comprueba que amar a Dios y al prójimo es un mandato, en esos versos que hemos hecho mención de ellos. Por ende, amar es una decisión. Usted decide amar a su prójimo. Usted decide obedecer ese mandato de Dios o no. Usted decide cumplir con lo que Dios pide de usted o no. Está en usted. Es más, a mí siempre me gusta llevarlo a este nivel, usted decide obedecer ese mandato de Dios hasta de amarse a usted mismo también.

Oiga, se ama usted mismo o usted misma? Usted se da su cariño de vez en cuando? O usted es de los que se azotan tipo Opus Dei? Ahora miren, déjenme hacer una pregunta un poquito de mayor profundidad. Y estoy basando esta pregunta en versos bíblicos, hermanos, no me estoy sacando las cosas de la manga, consta, voy a llegar a un punto. A mí siempre me gusta enfatizar esto.
Hay dos versos que quiero hacer mención para esta pregunta, uno está en Primera de Juan capítulo 2, dice así, verso 9 al 11:

“Si alguno dice que está en la luz pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano vive en la luz y no hay nada que lo haga caer, pero el que odia a su hermanos –esto es su prójimo- vive y anda en la oscuridad y no sabe a dónde va porque la oscuridad lo ha dejado ciego…”

El segundo verso que quiero leer es Primera de Juan capítulo 3, verso 14, que es um poquito más profundo que este, dice:

“Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida y lo sabemos porque amamos a nuestros hermanos – mire eso – Si usted quiere saber si hay un lado muerto en usted no espere que le de un stroke, mejor vea, analice si usted está amando a su hermano, a su prójimo, a su alrededor como Dios manda.

“El que no ama aún está muerto, conocemos – verso 16 – conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros y así también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos…”

Verso 18, “Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra sino que también se demuestre con hechos…”

Esta es pregunta que les quiero hacer. Cómo podemos demostrar en una forma práctica nuestro amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo? Cómo lo podemos demostrar en una práctica? Porque no es solamente mirar hacia la otra persona y decirle, yo te amo en el amor del Señor porque se está perfeccionando en mí, porque yo solo no lo puedo hacer. No.

Les voy a dar otro ejemplo bíblico, miren, Mateo, capítulo 25, Jesús le está hablando a la gente y le dice:

“Los justos van a preguntar, Señor, cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer o cuándo te vimos con sed y te dimos de beber, o cuándo te vimos forastero y te dimos alojamiento, sin ropa y te la dimos, o cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte. Y el rey Señor le responderá diciéndole, yo les aseguro que todo lo que ustedes han hecho por uno de estos, mis hermanos más pequeños y humildes, ustedes lo hicieron por mí.”

Un segundo pasaje que puedo hacer referencia es el de Juan, capítulo 13, este me gusta mucho, los versos del 12 al 15. Miren cómo dice esta historia:

“Después de haberle lavado los pies, Jesús volvió a ponerse su toga, su ropa, se levantó otra vez a la mesa y les dijo, ustedes han entendido lo que yo he hecho? Jesús les empieza a preguntar a sus discípulos, ustedes han entendido lo que yo he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor y tienen razón, porque lo soy. Si yo, el Maestro y el Señor, les he lavado a ustedes los pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros. Yo les he dado un ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho…”

Cómo podemos demostrar ese amor en una forma práctica, mis hermanos y hermanas? Sirva. Sirva a la gente a su alrededor de alguna forma u otra. Desde los más cercanos a su núcleo familiar hasta los que sean extranjeros, en la forma en que Dios le permita a usted poderlo hacer. Sirva a la gente. En todas las relacione mire, esto para mí fue como una luz que me alumbró de repente canté, ja, yo tenía una luz. Y trató de venir un viento para apagarla pero no la apagó porque se quedó prendido el bombillo.

Pero miren, en todas las relaciones que usted tenga, mis hermanos y hermanas, todas las relaciones que usted tenga, como dije, desde el núcleo más íntimo de su hogar, sea su pareja, sus hijos, algún otro familiar, hasta gente en el trabajo, gente aquí en la iglesia, gente en su vecindario, en el gimnasio, dondequiera que usted vaya, mire, si usted sirve en la forma que sea, si usted sirve a alguien, usted está demostrando su amor por Dios. Porque al fin y al cabo lo que usted hace por esa persona, lo está haciendo al mismo Dios, lo está haciendo usted.

y esto es bien interesante porque esto tiene otro lado. Porque cuando hacemos lo contrario, cuando herimos, cuando acusamos, cuando le tiramos el golpe al otro, saben a quién se lo estamos haciendo? Yo quiero que asimilen esto, mis hermanos, porque nada más de haber dicho a mí me dan ganas de tirarme de rodillas y pedir perdón, porque yo quebranto esas veces esa relación de amistad con Dios.

Por un lado estoy orando, Señor, yo quiero mayor intimidad contigo, y por otro lado estoy cortando esa oración. Cuando el amor es la base de toda relación que yo establezco, sea de familia, amistad, de trabajo, o ministerial, qué es lo que yo estoy haciendo, mis hermanos? Yo estoy reflejando la imagen y el carácter de Dios. Cuando yo sirvo a alguien, cuando yo demuestro ese amor en servicio a alguien, yo estoy reflejando el amor, la imagen y el carácter de Dios a esa persona. Aunque esa persona no lo vea así, pero al menos yo sé que delante de Dios eso es lo que yo estoy haciendo.

Por lo tanto, yo vuelvo a hacer esa pregunta inicial que hice al principio. Cuál es el propósito final que busca alcanzar el amor después de haber dicho todo esto que dije? Pero pastor Omar, usted no estaba hablando de amistad de Dios. Sí. El amor lo que busca es qué? Se acuerdan? No? El amor lo que busca es volver una vez más a su originador. Si el amor es Dios y el amor sale de Dios a través de la persona de Cristo, y ese amor se manifiesta en nosotros, es que se me olvidó decirlos un verso. Saben qué es lo que dice Segunda de corintios capítulo 5, verso 17 al 20? Si yo lo digo así muchos de ustedes van a saber qué es lo que dice, si alguno está en Cristo nueva criatura es. Estaban esperando que el pastor dijera la primera parte.

Si alguno está en Cristo nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Quién sabe lo que viene después? Okay, déjenme ayudarlos, el verso 18.

Y todo esto proviene de Dios quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo y nos dio qué? Qué ministerio te dio? Dite a ti mismo, Dios me ha dado el ministerio de la reconciliación.

Verso 19, Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, ahí está la respuesta de nuestra pregunta, cuál es el propósito del amor? Volver otra vez al originador de todas las cosas.

“…Reconciliando consigo al mundo no tomándonos en cuenta a los hombres sus pecados y a las mujeres también y a los niños y a los jóvenes, vamos a añadir a todo el mundo y al abuelo y a la abuela, todos caen en esa lista, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

Verso 20, “…. Así que somos qué? Somos embajadores de Roberto Miranda. Somos embajadores de Gregory Bishop. Somos embajadores de Tito Jackson que hay que votar por él. Somos embajadores en el nombre de Cristo como si Dios rodase por medio de nosotros, le rogamos en el nombre de Cristo la mejor amistad que nosotros podemos tener con Dios es cuando nosotros respondemos a él en amor a través del amor que le damos a otros, y que asimismo como Dios nos alcanzó a nosotros con su amor, nosotros buscamos alcanzar a otros y dirigirlos una vez más a esa relación de amor con Dios.

Mire, hasta el perro y el gato, diríjale esa relación de amor con Dios. Son creación de Dios, por qué? Cuántos oran por sus perros o sus gatos o sus cotorras o lo que sea? Alguien una vez me hizo la pregunta, que si las mascotas de nosotros van al cielo. Yo estoy con Fanny, Fanny es diaconisa aquí en la iglesia y ella dice que sí. Yo digo que sí. Allá yo voy a tener toda la retraída de animales que yo he tenido en mi vida.

Acaso no dice en Apocalipsis que el león y el cordero van a habitar juntos? Los perros… miren, déjenme no irme por la tangente. Déjenme volver a la amistad. Ese tema lo hablo otro día. Hay algunos por ahí que están diciendo, este pastor Omar, como que… sí, obviamente si usted no ha tenido una mascota pues…

Mire, aunque haya sido un hámster o algo.

Miren mis hermanos esta pregunta que yo he discutido aquí con ustedes y tengo otras cosas, pero no voy a poder terminar todo. Pero, esto es la base de lo que es nuestra relación de amistad con Dios. El último verso que quiero mencionarles es el primer verso que yo usé cuando inicié este tema. Y este sí quiero que lo leamos todos, Juan, capítulo 15, versos 14 y 15. Este fue el verso que yo usé para iniciar toda esta conversación acerca de la amistad. Aquí es donde vemos a Jesús hablando en un momento bien íntimo con sus discípulos y él le dice a sus discípulos:
“… Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando….”

Válgame, qué tipo de amistad tan condicional. Se recuerdan el ejemplo que yo les di de mi hijo que yo estaba jugando con él y de repente porque yo no estaba jugando de acuerdo a sus reglas, él me dijo, ah, pues ya no eres mi amigo. Solamente porque no estaba jugando de acuerdo a sus reglas. Es como si el mismo Jesús nos dijera, tu quieres ser amigo mío? Pues, aquí están mis reglas. Si no las cumples, pues vas a ser un conocido nada más.

Verso 15, “… Ya no los voy a llamar siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor pero yo los llamo amigos porque todas las cosas que yo oí de mi Padre, yo se les he dado a conocer…”

Óigame, los mejores bochinches en el mundo entero los dio a conocer Jesús a sus discípulos. Bochinches divinos, por así decirlo. No de nosotros, de categoría humana. Los secretos del cielo, suena más bonito así. Jesús los dio a conocer, no a cualquiera, se los dio a conocer a sus amigos. Esto por un lado me da a entender a mí, consta, esto me da a entender a mí, yo estoy muy seguro de esto, me atrevo a escribirlo en una piedra, que ese verso lo que significa es el deseo, la intención de Dios con cada uno de nosotros. De tener esa conexión, esa relación cercana con cada uno de nosotros, esa relación de amistad. Él sí quiere que lo podamos ver como Dios, como Señor sobre nuestras vidas, que lo podamos ver como Padre y que le demos el respeto que él también merece, pero mira, de vez en cuando que podamos acercarnos como hizo Jesús.
Es verdad que Jesús lo dijo en un momento de mucho dolor, pero que nosotros podamos tener esa confianza de poder decir, Aba, Papi. Uno llega a un nivel de intimidad totalmente directo y cuando yo oigo a Jesús diciendo esto, “yo no los llamo siervos” porque si te dejo como en categoría de siervo, tu no vas a saber los secretos del Reino. Y Dios quiere que tu conozcas esos secretos.

Él quiere que tu conozcas los secretos que él tiene para ti, para tu vida, en particular y él también quiere que tu conozcas los secretos de cómo al él darte esos secretos en tu vida personal, cómo eso puede bendecir a otros a tu alrededor, cómo lo puedes pagar así, pay forward, págalo de adelantado, a todos los demás. Haz con otros como Dios hace contigo.

Ahí es donde se basa, mis hermanos, los principios, los fundamentos de ese deseo de Dios de tener esa conexión con nosotros bien directa. Nosotros somos los que nos alejamos muchas veces, pero no Dios.

Vuelvo y digo una vez más, quién nos separará del amor de Dios? Todo lo que dice, es más, déjenme leérselo, Romanos, capítulo 8, verso 35, dice:

“…Quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, o peligro, tu espada. Ante todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, por lo cual estoy seguro que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, nos podrá qué?

A ese verso, tu sabes lo que yo le añado también, mira, ni usted, ni usted mismo, ni usted misma se puede separar del amor de Dios. Una vez ese amor ha sido sellado en su corazón, ni usted puede tratar de irse cuantas veces usted quiera y Dios siempre va a volver a atraparlo una vez más. Ah, te quieres ir? Es como un pescado, cuando se pega a la línea que están pescando que el pescador le da línea, ve, pelea, aléjate, y tu ves el pesado alejándose, como que cansándolo. Lo que el pescador está haciendo es cansando al pescado, pero cuando llega el momento, okay, ahora me toca a mí y empieza a jalar, a jalar hasta que coge el pescado y mira qué lindo, le tiran la foto y vuelve y lo pone en el lago otra vez.

Miren, mis hermanos, yo uso todas estas ilustraciones para que nosotros podamos comprender la profundidad de ese amor de Dios. Que no importante la circunstancia, el amor de Dios se mantiene fiel, se mantiene constante para alcanzarnos en cualquier situación en la cual nosotros podamos estar. Esto nos debe llenar a nosotros de esperanza y no dejarnos caer ante las circunstancias y adversidades de la vida.

Él quiere ser tu amigo. Él quiere llamarte amigo, él quiere llamarte amiga, él quiere revelarte los secretos del reino para tu vida y darte a conocer todos los misterios que están encerrados en él.

Quiera Dios que nosotros podamos responder a ese llamado de crecer en ese sentido de amistad con Dios. Cómo usted se comporta con un amigo? Así de repente de la nada, mira, podemos hablar? No me siento bien. Hey, hablemos entonces. Así es Dios.
Que usted pueda dirigirse a él en algún momento, Dios mira, no me siento bien, tu crees que podamos hablar? Hey, vamos a caminar al parque y hablemos. Vamos a comer mantecado, vamos a comernos una pizza. Mi mejores conversaciones con Dios yo las he tenido comiendo mantecado a las diez de la noche. Pero eso soy yo. Algunos de ustedes tal vez no lo pueden hacer. Cómanse una fruta mejor.
Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Padre, te damos las gracias en esta noche por lo bello y hermoso que tu eres con cada uno de nosotros, Señor, y cómo en tantas formas, Señor, tu nos demuestras tu amor constantemente, día tras día, noche tras noche, hora tras hora, minuto a minuto, segundo a segundo, en cada respirar que nosotros hacemos, tu nos demuestras tu amor y tu deseo de estar en relación con nosotros.

Padre, tu nos has creado, tu nos has formado para estar en relación contigo y con otros a nuestro alrededor. Y Señor, de todas las cosas que hemos hablado en este tema, Padre, hay veces que hasta yo mismo mientras me preparo hay veces que yo mismo no logro entender por qué estoy hablando de este tema, Señor, hay veces que me cruzaba por la mente, por qué mejor no hablo de la oración, por qué no hablo del fuego de Dios o por qué no hablo de algún otro tema de mayor envergadura, pero Señor, por alguna razón tu me has puesto a hablar de ese tema de la amistad.

Y como yo siempre te pido, Señor, yo ruego desde lo más profundo de mi corazón, que esta palabra no regrese atrás vacía, sino que cumpla el propósito con el cual la he proclamado Señor en tu nombre, creyendo de que va a cumplir ese propósito, Señor. Hay gente aquí que necesita ese sentido de conexión unos con otros y contigo también Señor. Y yo solamente te pido, mi Dios, que día tras día, al pasar de nuestra vida, Señor, que tu nos ayudes a entender y a comprender la profundidad de tu amor.

Como bien dice la Biblia, tu amor es demasiado alto, demasiado profundo, demasiado ancho, demasiado largo para que nuestra mente lo pueda entender, pero Señor, tu nos invitas a meternos en esas dimensiones de tu amor y conocer quién tu eres como tu nos conoces a nosotros, Señor.

Padre, te pido que a medida que nos acerquemos a ti que tu te acerques también, Señor. Como bien dice tu palabra, buscadme mientras pueda ser hallado, Señor, y estamos en ese tiempo de que tu puedes ser hallado todavía. Permite que al nosotros buscarte, Señor, encontremos y te conozcamos aún más como tu nos conoces a nosotros. Yo bendigo a tus hijos e hijas en esta noche, Señor, llévalos a sus casas con tu bendición, mi Dios, que tu les cubras, Padre, yo declaro tu sanidad de ahora en más sobre sus vidas, que aquél que está tal vez, atribulado, cargado por algo, Señor, mira que hoy pueda recibir tu paz y que se vaya tranquilo y tranquila sabiendo que tu, Señor, en ti está la respuesta, mi Dios.

Concédenos un sueño reparador, Señor, que a pesar de las circunstancias, mi Dios, que tu nos concedas un sueño reparador en esta noche, que podamos recuperar fuerza y energía para que mañana, si es tu voluntad, si así tu lo permites, podamos echarle mano a un nuevo día, Señor, con nuevas oportunidades, con nuevos retos y sobre todas las cosas con una nueva oportunidad de acercarnos a ti y de reflejar tu amor a otros.

Bendícenos a todos en esta noche, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Gracias, Dios.

La importancia de un amigo (parte 2)

TRANSCRIPT

Cuántos de ustedes se acuerdan yo diría, hace ya como unas tres semanas, casi un mes, que yo había comenzado a hablarles acerca de la amistad, la importancia de tener buenos amigos. Cuántos se recuerdan de eso? Deja ver. Se recuerdan? Ok. Los que no, pues, breve resumen.

Hablé de la amistad. Y la forma en que hablé de la amistad fue Dios puso una inquietud en mi corazón, de poder hablar acerca de ese tema porque yo diría, que tal vez, en los últimos 3, 4 meses he estado como en conversaciones con distintas personas de aquí de la iglesia, que por alguna razón u otra, ha surgido ese aspecto de la necesidad que tenemos de poder tener amistades genuinas. O sea, personas con las cuales uno pueda contar, personas con las cuales uno puede reír, personas con las cuales uno puede desahogarse, personas con las cuales uno puede salir y pasear y disfrutar una tarde de juegos, o personas que puedan confrontarnos en toda confianza, sabiendo que no es que nos están criticando sino que lo están haciendo para edificar nuestras vidas.

Son cosas que están en nosotros. Yo recuerda que esa primera vez que yo hablé, yo estaba diciendo que esto es parte de la naturaleza de Dios en nosotros, es parte de esa imagen de Dios que está en nosotros, que está en ti. Es esa necesidad de poder tener contacto, relación, conexión con otras personas a tu alrededor. y muchos de nosotros tenemos esos contactos a través de nuestras familias, sea ya que lo tengas a través de tu esposo, tu esposa, tu papá, tu mamá, tu hijo, tu hija, tu tío, tu abuela, sea quien sea. Tenemos esas relaciones pero también está esa necesidad con conectar con otras personas.

Ya cuando hablamos del círculo de hermanos y hermanas en la iglesia, pero aún dentro de este círculo están esos otros círculos de intimidad que … ya tienes tu amigo o tu amiga, el que tu te atreves llamar a la medianoche y tu sabes que te va a responder el teléfono y van a poder hablar. Tal vez después que te diga dos o tres, qué estás llamando a esta hora? Pero ¿Saben qué? Después de un ratito se despierta y habla contigo o sino hace una cita para el próximo día y a primera hora se sienta contigo a tomarse un café.

Esos son los tipos de amistades de los cuales estábamos hablando. Otra cosa que también dije es que no todo, o sea, no todo el mundo puede esperar ser un billete de 100 para todo el mundo, no todas las amistades son iguales. Hay distintos niveles de amistad. Yo no puedo esperar ser amigo de todos aquí y a un nivel de intimidad que yo pueda, como quien dice, contar toda mi historia. Yo sé que voy a tener esos espacios, esa dinámica con distintas personas y yo hablaba que eso pasa con Jesús.

O sea, el mismo Jesús tenías sus distintos círculos de amistades con sus discípulos. Tenía sus 12 discípulos, pero dentro de esos 12 tenía 3 que la Biblia especifica con los cuales él se iba a parte a orar con ellos. Y tenía una mayor intimidad con esas tres personas. Y dentro de esas tres personas, solamente había uno que Jesús le permitía recostar su cabeza en su pecho. A ese nivel de intimidad vivían.

Así que están esas dinámicas ahí en esas relaciones de amistad. Otra cosa que yo también dije que yo como que voy a ver si puedo recapitular en este punto, que es cuando estaba hablando acerca del amor que hay entre una relación de amistad de que muchas veces esas amistades tienen sus condiciones. Yo no sé cuántos de ustedes se acuerdan que también el domingo, después que yo hablé de eso, yo prediqué en una parte de mi sermón de que el amor muchas veces lo romantizamos mucho, diciendo que todo tipo de amor es incondicional. Pero que entonces, yo salgo y digo de que también tiene esa dinámica de que es condicional.

Y yo como que, después que yo revisé el mensaje, yo me dije, guau, yo tuve que haber aclarado esto un poco más, porque sonó como si yo estuviese diciendo que es uno o el otro. Pero no es eso, es una combinación de ambos. Es tanto uno como el otro. It’s not either or but it’s both and.

O sea, el amor que nosotros experimentamos tanto de parte de Dios, como el amor que podemos tener con otras personas, es tanto incondicional como condicional. Decía acerca del amor incondicional de Dios porque el amor de Dios es incondicional y hay pruebas en las Escritura de que es así.

Como dice la Escritura, que aún cuando nosotros éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. O sea, ahí se ve ese amor incondicional de Dios. Dios nos recibe tal y como somos. Ahí se ve ese amor incondicional de Dios. Pero entonces, una vez si nosotros aceptamos ese amor, y es bien cómico, bueno no cómico, pero es interesante porque yo hasta en un momento me puse a pensar acerca de la salvación y nosotros también podemos decir que la salvación es incondicional en el sentido que la salvación es por gracia, no es por obras.

Pero aún para tu poder tener la salvación tu tienes la condición de que si no lo confiesas, si no la recibes pues no la vas a tener. Así que una y la otra, no es una o la otra, pero son las dos funcionando juntas. Y a la luz de eso, pues yo seguí elaborando este tema de la amistad, de cómo está esa dinámica en la cual todos nosotros tenemos como que bailar este juego de cuánto doy, cuánto no doy, cuánto recibo, cuánto no recibo.

Y hoy, pues, a medida que me preparaba para la segunda parte, pues, me estoy tirando ahora por este lado de cómo es esa dinámica de relaciones interpersonales. Y yo me crucé con un libro que había leído hace mucho tiempo, pero que me volví a cruzar con él hace poco y lo volví a retomar y el título del libro fue el que resaltó. El título es de una autor que se llama John Orburn, es un señor americano, él es pastor en California y él escribió un libro que en inglés se titula “Everybody is normal till you get to know them”. En español se diría “Todos somos normales hasta que nos conocen”.

Se lo puedo decir otra vez? A ver si les hace sentido? Todos somos normales hasta que nos conocen. Se pueden reír, porque está intencionado a que se pueda reír. Napoleón, tu eres normal hasta que yo te conozca de verdad. Orlando, tu eres normal hasta que yo te conozca de verdad. Yo voy a ser normal para ustedes hasta que ustedes me conozcan de verdad.

Y aquí es donde viene la dinámica. Este autor hace mención de dos puntos en particular que vienen con ese tema. Y el primero, él está haciendo una ilustración, de por ejemplo, en las tiendas cuando usted va a la sección de Clearance, por ejemplo, sea ya una tienda de muebles o de ropa o cosas así, usted sabe que la mayoría de las veces esa ropa, o mercancía, vamos a hablar de mercancía de muebles, cuando usted va a la sección de Clearance, que se los tienen así, que tiene el precio también tiene un tag, un ticket que dice tal y como es, o as it. O sea que el instrumento o lo que sea, se lo venden tal y como está. O sea, usted no puede ir y reclamar después que lo compró, ah, mira que tenía el lado rayado o algo. Ah, eso se vendió tal y como es. Usted va a lo comprar tal y como es. O mira que tenía un tornillo suelto y a ver si lo puedo devolver. Sorry, usted lo compró as is, tal y como es. Mira que le abrí la gaveta y se me cayó… sorry, lo compró tal y como es. Exacto, no hay return en eso.

Y el asunto es que este autor está comparando que nosotros como seres humanos, venimos con ese tag que dice, as is, tal y como es. Me da gracia porque Orlando, ahorita, perdona que te coja de punto, Orlando, él cumplió años ayer así que por eso es que lo estoy cogiendo de punto. Como fue su cumpleaños ayer, hoy llegó con este sweater nuevo que tenía el tag todavía. So para mí eso fue algo de confirmación, de que lo que tenía que hablar era lo correcto. Y estaba en clearance.

Eso para mí fue confirmación de que tenía que hablar esto. O sea, que nosotros como seres humanos venimos con esa etiqueta que dice, tal y como es. Usted, si se verifica bien, así en la espalda, le va a tener que decir a alguien, mira a ver si tengo una etiqueta por ahí. Y esa persona le va a decir, mira sí, la tienes y es bien grande la etiqueta. Algunos la etiqueta es más chiquita para otros la etiqueta es más grande.

Pero todos tenemos ese tag que es tal y como es. Y eso lo conecta a otro punto que es mucho más profundo todavía. Y esto para mí es algo tan revelador. Yo estoy seguro de que si yo lo digo y usted se pone a pensar, usted va a decir, “Oye, es verdad.”

Pero este autor conectando ese punto también decía que cuando nosotros procedemos a conocer a una persona por primera vez, subconscientemente en nuestra mente hay una pregunta que surge sin nosotros poderla controlar. Y es la pregunta que dice, “Yo le caigo bien a esa persona o no?”

Pregúntese usted si cuando usted va a conocer a una persona por primera vez, si tal vez usted no se recuerde, pero si usted se pone a pensar, cuando usted conoce a alguien por primera vez, le sale esa pregunta ahí en su cabeza: yo le caeré bien a esa persona? Le gustaré a esta persona? Esta persona querrá establecer algún tipo de contacto conmigo? Qué debo hacer, como quien dice, para caerle bien a esta persona?

Para mí eso fue bien revelador y mucho más cuando estoy pensando acerca de este tema de la amistad, porque es lo mismo. Cuando usted se hace esa pregunta, esa pregunta va a determinar la forma en que usted va a proceder en poder conocer e interactuar con esa persona o no. hay algunos que cuando escuchan esa pregunta en su cabeza, son tan y tan intimidados que deciden no proceder en conectar. Porque tal vez la persona muy ocupada, o lo ven muy distanciado, o como que parece que la persona no está prestando interés, pues, fine, no me voy a conectar con esa persona. Y sigo por acá buscando alguna amistad en algún otro lugar.

Pero hay otras personas cuyo carácter aunque tienen esa pregunta le dice, le caeré bien a esa persona o no? se tiran a la aventura y dicen, “Bueno, there’s only one way to find out” Vamos a ir y empezar a conocer a esta persona a ver si funciona o no.

Y ahí es donde entonces empieza lo que yo estaba diciendo, esa dinámica, ese baile, como que cuánto doy, cuánto recibo, cuánto me dan, para yo poder dar otra vez. Miren, yo me crucé con varios versos bíblicos que de alguna forma u otra le dan luz a lo que estoy diciendo. Y lo pueden apuntar por ahí para que ustedes lo lean después.

Pero uno fue el que yo leí la primera vez que es Proverbios, Capítulo 17, verso 17 que dice:

“… En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de la angustia, en todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de la angustia…”

Y está obviamente hablando de lo que describe un amigo, o sea, ese nivel de intimidad, ese nivel de profundidad que no importa las circunstancias siempre está ahí dispuesto para.

Otro verso, en Proverbios Capítulo 18, verso 24, dice:

“… Hay amigos que llevan a la ruina ─ y estoy leyendo de la nueva versión internacional, porque la Reina Valera como que la forma en que leía como que no me gustó y lo busqué en otra versión y dice así: ─ … Hay amigos que llevan a la ruina y hay amigos más fieles que un hermano…”

Miren esto que interesante. Podemos tener amigos que los consideramos amigos, pero su fin es como que, nos hacen la vida imposible, pero también están esos amigos que pueden tener un nivel de intimidad que es como si fuera, como dice un refrán por ahí en inglés que dice: my brother from another mother; mi hermano de otra madre, por así decirlo, porque está esa afinidad.

Otro proverbio, Proverbios, Capítulo 27, versículo 10, mira a mí me gustó este, dice:

“… No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre… ─ mira esto que interesante, porque ya está hablando de una amistad que trasciende generaciones y sigue diciendo ─ … No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema porque más vale un vecino cercano que un hermano distante…”

Eso a mí me habló mucho porque obviamente yo tengo toda mi familia de sangre está por allá, por Puerto Rico, so si yo tengo un problema o algo qué me va a salir más económico, pagar un ticket para ir a Puerto Rico y desahogarme con mami allá, o tener a un amigo aquí cerca de mí que yo puedo, tal vez, gastar 50 centavos de gasolina en ir de una esquina a otra y sentarme a hablar con él. Obviamente la segunda es la respuesta.

Pero lo que está diciendo es que está hablando de esta dinámica de lo que un amigo puede hacer por uno, cómo inspira la vida de uno y aún cuando yo veo esa primera frase que dice, no abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, o sea, cuando lo pone ya a ese nivel.

Mire, si yo pienso en los amigos de mi padre, que yo no conocí muchos de ellos, pero al menos algunas de las personas con las que él se relacionaba, lo que esto quiere decir es que sí, yo tengo un amigo que puede ser contemporáneo mío, pero también están esas personas que van un poquito más allá que yo, que yo sé que puedo agarrarme de ellos, contar con ellos, recibir un sentido de sabiduría y de dirección de parte de ellos también.

O sea, que la amistad no es algo que es solamente aquí a nivel mío, sino que también va un poquito más allá. El último verso que les voy a leer, Eclesiastés y este yo sé que ustedes lo conocen, Capítulo 4, versículos 9 y 10, dice:

“…Mejor son dos que uno porque tienen mejor paga de su trabajo porque si cayeren el uno levantará a su compañero, pero ay del solo, que cuando cayere no habrá un segundo que lo pueda levantar…”

Necesitan una ilustración con esto? Miren el verso 11 dice:

“… También si dos durmieren juntos se calentarán mutuamente…”

Esto obviamente lo usan mucho para las parejas pero, hace poco estaba viendo en la televisión este programa, yo no sé si lo han visto, un programa que se llama I shouldn’t be alive, Yo no debería estar vivo? En el canal de Animal Planet, estaba viendo un episodio de dos muchachos que se perdieron en un hike que estaban haciendo en una montaña y cayeron en una tormenta de nieve y cosas así y ellos estaban hablando que una de las cosas que les permitió a ellos sobrevivir, fue que los dos se metieron en un sleeping bag para calentarse el uno al otro.

Y yo recuerdo que yo vi eso en una película y se vio como que medio, why, dos hombres metidos en un sleeping bag, pero cuando lo vi en vidas reales de cómo… esto es bien interesante, mis hermanos, porque esto es comprobado científicamente. Hay una diferencia bien grande tratar de calentarse, como quien dice, con la ropa puesta, pero es bien diferente calentarse cuando es contacto piel con piel. y obviamente no quiero que se vayan a poner una imagen demasiado más allá de lo que deberían pensar. Pero se ha probado científicamente que en una situación así de emergencia, que si dos personas se quedan perdidas en el desierto de la nieve, la mejor forma para que esas personas puedan sobrevivir es que se puedan calentar piel con piel, porque la ropa, al mojarse, o al ponerse demasiado fría lo que hace es que le drena el calor del cuerpo aún más rápido todavía.

Así que la única forma para ellos poderse mantener calientes es piel con piel. Okay, no se imaginen cómo es pero…

“… También si dos durmieren juntos se calentarán mutuamente más cómo se calentará uno solo… ─ y aquí es donde está la otra parte ─ … y si alguno prevaleciere contra otro, dos le resistirán y el cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente…”

Así que vieron, mis hermanos, esta idea de poder trabajar las amistades, mis hermanos, es de suma importancia. Así que cuando ustedes estén en ese proceso de, sea ya de establecer nuevas amistades, sea ya con gente de dentro de la iglesia o fuera de la iglesia, como usted decida hacer, usted tiene que saber que están estas preguntas en su cabeza.

Primero que nada usted tiene un tag que dice, tal y como es, usted viene con ese tag y la otra persona viene con ese tag. Y a la misma vez, usted va a estar pensando, ¿Le caeré bien a esta persona? Esa otra persona va a estar pensando de usted, le caeré yo bien a esa persona? Algunos dirán, ni me importa, pero esos son los que menos amigos tienen, por así decirlo.

Pero cuando usted esté en ese proceso y yo animo que usted entre en ese proceso, más cuando estamos hablando de la familia de fe, miren lo que les voy a decir, para que tenga esto en cuenta. Toda amistad que uno establezca siempre va a llevar consigo un nivel de riesgo. Toda amistad que uno establezca siempre va a llevar consigo un nivel de riesgo. Me explico.

Riesgo de que tal vez un amigo nos pueda herir o nos pueda malinterpretar. Y eso yo me imagino que la mayoría de todos nosotros lo hemos vivido en algún momento u otro en nuestras vidas, que tal vez usted procede con una amistad con las mejores de la intenciones, pero la otra persona tal vez no tenía su mente clara o en el lugar correcto, en el lugar perfecto, y lo que usted hacía o lo que usted decía era malinterpretado y lo ponían a funcionar en contra de usted.

O tal vez usted tenía una amistad que ya llevaba años y de repente cuando menos usted se lo esperaba esa persona, le entierra un cuchillo en la espalda, por así decirlo, y eso puede dañar y destruir a uno que a veces uno hasta termina diciendo, para qué tener amigos?

Pero son riesgos que uno se tiene que tomar. Pero asimismo como digo eso, también está esta dinámica de los riesgos de que ese amigo nos pueda confrontar a nosotros a vivir más allá de nuestras comodidades, o de acuerdo a los valores que nosotros decidimos vivir. Me expliqué ahí? Está ese riesgo de que una persona, o ese amigo o esa amiga te confronte a ti más allá de tu nivel de comodidad, dentro de esa relación de amistad, o que te confronte que tu poder vivir de acuerdo a los valores que tu dices que vives, que te riges por ellos.

Miren un ejemplo, bien bíblico, pueden ir conmigo al libro de Job. Job tenía tres amigos, y no son los tres amigos de la película. Job tenía tres amigos, se recuerdan la historia, ¿verdad? Cuando Satanás, el verso 7 en el Capítulo 2, dice:

“… Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza…”

Ahí es donde empieza el desenvolvimiento de esta historia. Pero miren el verso 11, ahí en el Capítulo 2, dice:

“… Y tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar, porque habían convenido en venir juntos para condolerse y para consolarle…”

Miren que interesante, estos tres hombres de los lugares donde vivían, cuando se enteraron de todo lo que estaba pasando con Job y su familia, ellos se llamaron, mira, vamos allá a casa de Job a darle ánimo. Fueron y miren cómo hicieron:

“… Los cuales, alzando los ojos desde lejos no le conocieron y lloraron a gritos y cada uno de ellos rasgo su manto y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo y así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba porque veían que su dolor era muy grande…”

Miren esto que interesante, mis hermanos. A mí eso me pareció tan interesante porque nosotros somos bien rápidos en quererle resolver los problemas a nuestros amigos, ¿verdad? Somos bien rápidos, como que vienen y nos empiezan a hablar y tal vez lo que quieren es desahogarse y nosotros ni los dejamos terminar de hablar y rápido empezamos a sí, sí, sí, yo he pasado por eso y esto fue lo que yo hice y empezamos a contarle nuestra historia y no dejamos que él o ella termine de decir su historia.

Y a mí me pareció tan particular que estos tres hombres cuando se acercaron a Job, se hubiésemos uno de nosotros hispanos, rápido hubiésemos ido, mira, te traigo este remedio de mi mamá, de aceite con vinagre y sal para que te limpies todas las llagas y te cures. O sino, mira, vete y métete en la playa siete veces de espalda y se te va a curar la sarna. O quien sabe se hubiésemos empezado a decir un montón de barbaridades.

Pero la cosa es que estos tres hombres cuando vieron a su amigo así, tan acongojado, ellos se identificaron con él, hicieron duelo y se quedaron ahí. Usted se imagina lo que es siete días y siete noches delante de tu amigo sin decir una palabra. O yo sé lo que se siente. Qué tu sabes, tu tienes sarna, tu has tenido sarna en tu vida, ¿verdad que no?

Miren, que interesante el verso 8 dice:

“… Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él…”

Pueden visualizar eso? Yo me imagino que ese tiesto era bien grande y como que si puedo ser un poquito visual, yo no sé si las cámaras llegan así, para que no se vea en el internet, pero es como que… rascarse así con la pared. Así está desesperado, no Job, yo te entiendo. Qué? Vete, ráscate en la pared para ver si me entiendes o no.

Se quedaron ahí, estáticos, solamente se empezaron a identificar con la necesidad de su amigo, antes de decir alguna palabra. Pero obviamente como eran amigos, eran eruditos, tenían que decir algo. En el Capítulo 4 empieza Elifaz a hablarle y miren cómo empieza a decirle, miren que interesante, y aquí es donde yo veo la dinámica de la naturaleza humana, porque nosotros sabemos como conocemos la historia, nosotros sabemos que este relato de Job fue una conspiración divina que sucedió. Esto fue un trueque entre Dios y el diablo que decidieron, como quien dice, ok, quieres probar a uno de mis hijos? Pues, ahí tienen a Job. Es como que, guau, pero Dios lo vendiste ahí, como quien dice, lo tiraste al matadero al pobre Job. Y Dios, yo sé lo que estoy diciendo.

Tu quieres hacer algo? Go ahead. Y allá de ese caos divino, pues vino toda esta dinámica acá. Y entonces yo lo que veo es a Elifaz, a Bildad y a Zofar como que tratando de interpretar lo que le estaba sucediendo a Job y tratando de darle ánimo dentro de sus capacidades. Miren lo que Elifaz le dice en el Capítulo 4:

“…Si probaremos hablarte te será molesto…”

En otras palabras, si tratáramos de decirte algo te vas a molestar.

“… pero quién podrá detener las palabras? He aquí tu enseñabas a muchos ─ le están diciendo a Job ─ tu enseñabas a muchos y fortalecías las manos de los débiles, al que tropezaba, enderezaban tus palabras, y esforzaba las rodillas del que decaía, más ahora que el mal ha venido sobre ti te desalientas y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. Hey, acaso no es tu temor a Dios tu confianza? No es tu esperanza la integridad de tus caminos. Hey, recapacita ahora…”

Miren como Elifaz empezó a animar, tratando de animar a Job y uno lee esas palabras y es como que un poquito rough, es como que men, prefiero seguir rascándome con la pared que tu me digas estas palabras. Pero era la forma de Elifaz, como que tratando de animar a su amigo.

Miren más adelante, Bildad, en el Capítulo 8 también empieza a darle toda esta retraída de palabras, y después en el Capítulo 9, Job responde una vez más. Después de él, en el Capítulo 11, viene Zofar también con toda otra retraída de palabras hasta acusándolo de que lo que le estaba sucediendo era por culpa del, porque él estaba en pecado. Y cuántas veces hemos tenido amigos que nos han dicho eso. Ah, lo que te está pasando es porque tu estás en pecado, o bueno, tal vez no son tan rough, pero sabes, vienen a decirlo en una forma más santica, más espiritual. Y dice, oye, tu no has considerado que tal vez lo que te está pasando es porque estás en un pecado escondido que nadie sabe? Me puedes contar, si tienes un chisme que decir, yo soy tu amigo, me lo puedes decir a mí.

Pero el asunto es que al yo ver esta historia, yo veo estas tres personas que tenían una conexión con este hombre de Dios, los tres, los cuatros eran hombres de Dios y en su forma estaban buscando cómo interpretar lo que estaba sucediendo. Pero decidieron dar ese ánimo.

Miren, se tomaron el riesgo de hablarse fuera de su zona de comodidad, pero lo que eso causó fue una relación fortalecida al final. Y eso son los amigos que uno verdaderamente tiene que aprender a valorar y buscar, las personas que se atreven a decirte la verdades en la cara, con mucho amor, con mucho cariño, con mucho respeto, pero si estás haciendo algo te lo dicen, y viceversa, si él también está haciendo algo uno también se lo dice a él o a ella.

Y eso, si es una amistad saludable, genuina puede sobrepasar esas dificultades, y al final termina siendo una amistad mucho más sólida todavía. No le gusta a nadie, porque uno no quiere tener ese tipo de disgusto con una persona que uno aprecia tanto, pero a la misma vez son necesarios esos momentos también.

Miren, si yo les digo que Jesús mismo tuvo sus riesgos cuando decidió relacionarse con los discípulos, acaso uno no lo negó? Y el otro lo vendió? Óigame y con todo, piensen en esto, con todo lo que Jesús sabía que lo iba a vender lo cogió como uno de sus discípulos. Obviamente ahí está este misterio divino que es para que se cumpla lo que dicen las Escrituras, pero lo hizo como quieras. Decidió meterlo a la intimidad de su vida y ya sabemos cómo se desenvolvió la historia. No me había dado cuenta del tiempo.

To be continued. Miren, basados en esta pregunta yo voy a terminar con esto, se los prometo, tres minutos. Regálenme tres minutos. Después de haber dicho esto, yo hago esta pregunta: De quién debo ser amigo entonces? O quién debería ser mi amigo?

Hemos todos escuchado ese refrán que dice, dime con quién andas y te diré quién eres. ¿Verdad? Lo hemos escuchado. Ese es un refrán bíblico, ¿verdad? O no? o eso es del barrio. Eso es del libro de Omar, Capítulo 6, verso 32, Omar mi tatarabuelo, dondequiera que esté. Pero miren ese refrán, dice miren con quién andas y te diré quién eres.

Sabes que a Jesús le pasó esto. Mateo, Capítulo 11, miren esta historia. Mateo, Capítulo 11 en el verso 16 dice, Jesús le está hablando a los fariseos, dice:

“… Con qué puedo comparar esta generación…”

Ustedes se parecen a los niños sentados en la plaza que le gritan a los demás, oye, mira, te toqué la flauta pero no bailaste, entonces le cantamos por los muertos, pero ustedes no lloraron. Y Jesús le dice,

“…Pero mira, porque vino Juan, que no comía y no bebía y ustedes le dice, ah, este hombre tiene un demonio más ahora el hijo del hombre, porque come y bebe, ustedes dicen que él es un glotón, un borracho y un amigo de publicanos y de recaudadores de impuestos. Es un amigo de pecadores…”

Aquí se ve literalmente que Jesús está diciendo, como que, ok, o te peinas o te haces rolos. O soy o no soy? Me estás diciendo que porque me siento a comer con un saqueo, o porque visito a un levi a su casa y comparto con ellos una cena porque dejo que una supuesta ramera me bañe los pies con perfume, entonces me estás diciendo que soy amigo de pecadores.

Acaso eso no es el refrán que dice, dime con quién andas y te diré quién eres. De ahí salió ese refrán. No es de los campos de allá, de Puerto Rico o de Santo Domingo, salió de ahí. Pero es la visión de los fariseos y eso es lo que está diciendo, ah, ah, not so. Yo sé de quién yo soy amigo. Yo sé quién yo soy.

Y yo creo, mis hermanos, que nosotros también al yo ver este ejemplo de Jesús, yo me pongo a pensar, mira uno tiene que evaluar. Sí hay una verdad en ese refrán, porque yo lo comprobé, yo sé que muchos de nosotros lo hemos comprobado, cuántos de nosotros no teníamos una juntilla que después al fin y al cabo nos dimos cuenta como que ok, esta juntilla no conviene. y uno tiene que hacer ajustes.

Pero a la misma vez, al yo ver esta dinámica de Jesús, obviamente no voy a tener el tiempo para darle justicia a esto que acabo de leer. Pero yo quiero que piensen en esto, mis hermanos. Yo sé que Dios nos llama a nosotros a ser luz en medio de las tinieblas y sí nosotros tenemos que tener esos círculos concéntricos de amistades, que Dios quiere que nosotros podamos tener, amistades íntimas con las cuales uno se pueda desahogar, pero también el Señor nos llama a ser amigos, y digo esto con mucha cautela, porque yo sé que también está ese verso que no podemos ser amigos del mundo y amigos de Dios a la misma vez. Pero cuando uno le ve desde la perspectiva de poder alcanzar a otros como esta historia de Jesús, ahí es donde nosotros tenemos que poder aprender a ponernos en el pensar y en el sentir apropiado.

Ahora sí puede decir to be continued. Los dejo ahí para la próxima. Así que vamos a ponernos de pie. Yo solamente le estoy tirando estos mensajes para que ustedes puedan pensar y meditar. Usted necesita amigos, amigas, pero a la misma vez, usted es amigo de alguien, usted es amiga de alguien. Y a lo largo de esa relación usted tiene que saber cómo distinguir que usted se va a relacionar y a conectar con esa persona.

No esperen como estaba diciendo que usted le va a caer como un billete de 100 a todo el mundo, mis hermanos, porque tal vez no suceda. Para algunos usted va a ser un billete de cien, para otros va a ser un billete de uno. Pero que Dios le de sabiduría de acuerdo a lo que acabo de leer ahora, que Dios le de sabiduría, con quién se va a peinar y con quién se va a hacer rolos.

La última parte que voy a tocar de esto solamente para darle un Premium, es lo que significa ser un amigo de Dios, porque todo esto que estoy hablando, lo estoy hablando al nivel horizontal, pero todo esto va conectado a ese nivel vertical, de nosotros poder desarrollar esa amistad con Dios. El mero hecho que Jesús nos idéntica como amigos y no como siervos, se acuerdan ese pasaje de Juan Capítulo 15, ahí es donde voy a volver a resumir todas estas cosas.

Yo quiero que piensen en eso, mis hermanos, hay una relación de amistad que nos define con Dios. Hay esa conexión de familia y eso es lo nos nutre a nosotros y nos informa a nosotros para saber cómo llevar a cabo nuestras vidas aquí y en el mundo en el cual nosotros estamos, sobretodo ama a Dios sobre todas las cosas y después a tu prójimo como a ti mismo.

So, he hablado en parte de esa dimensión horizontal, después vamos a hablar de esa dimensión vertical, que ahí es donde todas las cosas se engranan. Así que vámonos a nuestras casas con eso.

Señor, te doy las gracias por la oportunidad de reflexionar aquí en tu palabra, Señor, y ver la vida que emana de la misma, cómo eso nos ilumina a nosotros para saber cómo llevar a cabo nuestras vidas.

Señor, yo te pido que tu nos dirijas en esa dinámica de cómo desarrollar amistades genuinas, sinceras, saludables, y que a la misma vez esto nos haga a nosotros una iglesia amigable, Señor, una iglesia donde el extranjero, donde aquel que no te conoce, Señor, pueda llegar aquí y sentir ese atmósfera de amistad, de hermandad, Señor, como tu deseas que nosotros podamos transmitir eso a otros.

Señor, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas que a medida que nos preparamos para salir de aquí hoy, que tu seas con nosotros, que tu nos lleves con bien hasta nuestras casas, Señor, y que a lo largo de la noche, tu espíritu siga inquietando el nuestro, Señor, para buscarte, para acercarnos más a ti.

Yo te pido que tu nos des un sueño tranquilo, reparador, que repare las fuerzas y la energía de nuestro cuerpo para que mañana si así tu lo permites, podamos levantarnos y echarle mano a un nuevo día, Señor. Danos tu bendición a todos, Señor, llévanos con bien hasta nuestros hogares, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén. Amén.

Gracias Dios. Hermanos, que el Señor.

El privilegio de ser discípulo

TRANSCRIPT

Es un privilegio poder ser un discípulo del Señor. Yo no sé cuántos de ustedes pensarán igual, pero yo creo que es un privilegio el poder ser eso, poder ser un discípulo de Cristo. Y obviamente, cuando digo un discípulo de Cristo no me refiero a la denominación, al grupo denominacional, pero estoy hablando del concepto de discipulado genuina, que se encuentra aquí en las Escrituras y que nosotros aprendemos.

Y yo no sé cuántos de ustedes en algún momento, el algún momento en su historia, la historia de su vida, usted ha tenido un maestro, o una maestra que de alguna forma u otra transformó su vida. Y no me estoy refiriendo necesariamente a los tipos de maestros o maestras que tal vez le rompían una regla encima. No me refiero a ese tipo de maestros. Sino que más bien me refiero a un maestro, una maestra que verdaderamente hizo la diferencia, marcó su vida, sea ya por su ejemplo, sea ya por su estilo de enseñanza, o sea por el mero hecho de que tomó en algún momento un tiempecito para sentarse con usted y llevó la milla extra.

Pero yo puedo pensar o puedo entender que la mayoría de nosotros sí hemos tenido personas así, que los recordamos y podemos traer a memoria esos momentos que uno dice, como que guau, si no hubiese sido por este maestro, o esta maestra que me dijo aquello, me dijo lo otro, quién sabe dónde yo hubiese estado ahora.

Yo por mi parte, yo puedo decir que sí, yo he tenido maestros, he tenido pastores, he tenido mentores. Y yo recuerdo a uno de mis pastores, que yo puedo decir que tengo tres pastores que han hecho la diferencia en mi vida. Obviamente uno de ellos es el pastor Roberto y él lo sabe, yo se lo digo, y no es por lamberle el ojo consta, pero yo se lo digo porque es la verdad. otro de los pastores que yo he tenido es el pastor Rafael Osorio, que él está en una iglesia bautista aquí en la ciudad de Springfield, en Massachusetts.

Pero uno de los pastores que más yo recuerdo en mi vida, es el pastor Samuel Caravallo, él fue el primer pastor que yo tuve en Puerto Rico. Y la razón por la cual yo recuerdo a este hombre, no era tan solamente por su dinamismo en su estilo pastoral, sino más bien es por lo que él hacía después de ese rol pastoral. Este pastor era mi entrenador de atletismo cuando yo estuve en mis años de escuela superior. Y yo recuerdo que siempre, de lunes a viernes, después que se acaba la escuela, él nos montaba en la guagua, en el bus, y nos llevaba al parque del morro, allá en la punta de San Juan, en Puerto Rico.

Y era allí en el morro donde él nos mandaba a correr, a darle vueltas al morro, subiendo y bajando colinas y respirando todo el salitre que salía del mar. Y una de las cosas que más yo recuerdo de él, mis hermanos, que más memorable era para mí, era que cuando nosotros nos cansábamos, que ya no podíamos correr, él había veces que venía y se paraba al lado de nosotros y empezaba a correr a lado de nosotros y nos decía: “tranquilo, respira, concéntrate y sigue corriendo”. Y tenía que seguir corriendo. Y después al final, cuando resumíamos la práctica, él se sentaba con nosotros, mientras nosotros hacíamos nuestra estiramiento de flexibilidad y cool down, él nos hablaba, él encarnaba lo que era la Biblia en nosotros. Usaba precisamente esas experiencias de entrenamiento, el sufrimiento que uno pasaba, los dolores de cabeza que uno pasaba, utilizaba eso y traía a la luz verdades bíblicas para enseñarnos a nosotros en esos momentos.

Yo creo que eso es una de las razones por las cuales yo recuerdo tanto esta persona. Y lo estimo aún hasta el día de hoy. Y si él me estuviese viendo por el Internet también se lo dejo saber que, pastor Caravallo, usted sigue siendo un ejemplo en mi vida aún hasta el día de hoy. Y si estoy aquí es por usted también, y por eso le doy gloria a Dios también.

Pero la razón por la cual menciono esto, mis hermanos, es porque de eso uno aprende lo que es un discipulado genuino. Mire, hay una diferencia bien grande entre ser un estudiante y ser un discípulo. Un estudiante es la persona que llega a la clase, se sienta, hace su tarea, lee los libros, hace uno que otro comentario en la clase y ya. Pero el discípulo es el que además de hacer eso, busca aprender mucho más allá de lo que un libro puede enseñar, busca estar en contacto con el maestro, la maestra. Si tiene una pregunta o una duda, va directamente donde el maestro y quiere sacarle información directamente de él o de ella, porque no se conforma con lo que recibe sentado en un pupitre, sino que necesita tener esa conexión directamente con el recurso de información que está impartiendo esa clase. Eso es lo que define un verdadero discípulo.

Es más, yo podría decir que un verdadero discípulo es esa persona que hasta está tan y tan afinado con su maestro, su maestra, que le conoce tan y tan bien, que es capaz de terminar sus oraciones antes de que las termine. Y saben, en la Biblia hay un ejemplo acerca de este tipo de discipulado, que es muy importante, y es muy para cada uno de nosotros. Es importante para aquellos que se han graduado de sus discipulados como también para el resto de todos nosotros en nuestra vida cristiana. Porque sea que usted esté tomando una clase de discipulado o no, el mero hecho de que usted esté aquí, usted se convierte en un seguidor de Cristo, en un discípulo de Cristo. Usted es un alumno del Señor Jesús.

Y cuando yo miro la Biblia, la Escritura, uno de los mejores ejemplos de discipulado que yo tengo se encuentra en el libro de Juan, y quisiera que vayan ahí conmigo, al Libro de Juan, capítulo 15. yo diría que esto es una de mis partes favoritas de toda la Biblia, los capítulos del 13 al 16 del libro de Juan, del Evangelio de Juan, es una de mis partes favoritas. Y la razón por la cual digo esto, es porque aquí es uno de los pocos momentos donde nosotros vemos que Jesús se abre como un libro y comienza a compartir con sus discípulos los secretos más íntimos del Reino de Dios.

Es aquí, en estos capítulos donde Jesús se atreve a quitarse su bata y amarrarse una toga y lavarle los pies a sus discípulos, algo que no lo hubiese hecho en algún otro contexto. Pero en ese nivel de intimidad con sus discípulos, lo hizo. Fue en ese nivel de intimidad donde Jesús logró identificar la persona quien lo iba a traicionar, y fue en ese nivel de intimidad donde Jesús vertió todas las verdades del Reino de Dios para que sus discípulos lo pudiesen entender, lo pudiesen conocer, lo pudiesen saber y supiesen cómo vivir a la luz de esto. Juan, capítulo 15, vamos a comenzar a leer desde el verso 4, dice así:

“…Permaneced en mí y yo en ustedes. Así como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes son los pámpanos. El que permanece en mí y yo en él, este lleva muchos frutos, porque separados de mí nada pueden hacer. El que en mí no permanece será echado fuera como pámpano y se secará y lo recogen y los echan en el fuego y arden. Pero, si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho...”

Cuántos de ustedes pueden decirle amén a esa parte de la Biblia? Cuántos de ustedes le pueden amén a la parte que dice, si permanecen en mí y mis palabras en ustedes? Ah, okay, los voy a coger ya mismo.

Miren, mis hermanos, cada vez que nosotros leemos esto, para mí estos versos me son bien reveladores. Porque cuando yo oigo a Jesús decir, “pidan todo lo que quieran y le será hecho”, eso es una oferta bastante generosa, ¿verdad? Eso es una oferta muy grata, muy digna. Le da a cualquier persona como que un sentido de estímulo. Pues, espérate, vamos a pensar entonces qué puedo pedir aquí?

Cuando uno ve la dinámica que Jesús tenía con sus discípulos en estos momentos, que Jesús les estaba dando a conocer estos secretos. Eso que Jesús dijo ahí es un secreto y se lo estaba dando a conocer a sus discípulos.

Y miren, yo les puedo decir, uno de los beneficios más grandes de uno ser un discípulo, es el mero hecho de que usted pueda conocer, que usted pueda saber algo. Yo no sé usted, pero el que usted sepa algo le da a uno como que un sentido de valor, le da a uno un sentido de importancia. Es bien diferente ser una persona ignorante, que no sabe nada de la vida, y usted lo ve que anda por ahí, como que espaciado en el aire, a ser una persona que conoce cosas de la vida.

Una persona que tiene conocimiento de distintas etapas de la vida, es una persona que vive con un sentido de estima fuerte, alto y seguro y segura de sí mismo y de sí misma. Solamente porque conoce algo. Miren, yo les cuento una historia. Aquí en la iglesia hay un hermano que se llama Tonio Díaz, tal vez alguno de ustedes no lo conocen, pero el hermano Tonio Díaz, cuando yo compré mi primera casa en Randolph, la cocina se tenía que renovar por completo. Era un desastre esa cocina, yo sabía que estaba comprando una casa que iba a necesitar remodelación. Pero obviamente yo no sé remodelar y no teníamos el presupuesto para pagarle a alguien. Así que el hermano Tonio me dijo, “Mira, yo te voy a ayudar.” Y yo, “Pero, Tonio, si yo no sé ni cómo trabajar con una caladora y tu me vas a ayudar a mí? No te apures”

Él se tomó dos semanas de vacaciones. Obviamente él es dueño propio de su trabajo, so él se tomó dos semanas de vacaciones, y en esas dos semanas el hermano Tonio llegaba a mi casa, y él no hacía el trabajo, él me decía, “Mira, Omar, así es como se hace esto. Así es como tu tienes que medir.” Este hombre me enseñó a trabajar con una caladora, con una sierra, con una sierra de mesa. Me enseñó cómo agarrar la madera y hacerle un corte bien fino. Él me enseñó a cómo poner gabinetes, cómo poner los countertops. Él me enseñó a cómo hacer plomería de fregadero. Él me enseñó a cómo tirar cables de electricidad para el counter. Él me enseñó a cómo hacer la mezcla para las losetas y cómo poner las losetas o la losa. Él me enseñó a hacer todo esto, mis hermanos, y ¿saben qué? A este hombre yo lo voy a recordar por el resto de mi vida porque sacó de su tiempo para enseñarme algo, y el mero hecho que me enseñó a mí, cuando la gente llega a mi casa, y me dicen, “Guau, Omar, que cocina tan bonita” es como que… quién te hizo ese trabajo? Yo, con un poquito de ayuda. Dios me libre, Tonio sabe que le debo mucho a él.

Pero en ese sentido, mis hermanos, cuando usted sabe hacer algo, cuando usted conoce algo, le da a usted un sentido de honorship, es como guau, yo sé hacer esto. Yo sé lo que significa esto.

Sabe otro contexto donde esto pasa mucho? En las parejas. Cuántas parejas tenemos aquí? Y las parejas que se están formando también por ahí. Miren, no hay nada más preciado para un cónyuge, sea hombre o sea mujer, que cuando está hablando con su pareja y de repente surge un tema y la otra parte, como que no está muy al tanto del tema, y uno sí sabe lo que uno está hablando, porque a mí me ha pasado con Heidi, que estamos hablando y de repente traemos un tema y ella dice, y de qué tu me estás hablando? Y yo, oh, espérate, tu no sabes este tema? Y cuando ella me dice que no, yo tengo que freezar, tengo que congelar ese momento y absorberlo. Estoy explicándole algo a mi esposa que ella no sabe, pero pasa viceversa, porque hay veces que ella me tiene que hablar de algo que yo no estoy muy al tanto, y ella también desearía freezar ese momento por horas, solamente para absorber el hecho de que yo no sé y ella me está explicando algo.

Pero, eso mis hermanos, trae un sentido de llenura, de satisfacción, el uno poder conocer y darle una información a otra persona que puede edificar la vida de esa otra persona y elevarla a un nuevo nivel. Ese conocer, mis hermanos, nos ayuda a impartirle una bendición a otras personas a nuestro alrededor.
Otro contexto que yo puedo mencionar. Cuántos de ustedes tienen buenos amigos? ¿Verdad? Cuando ese amigo le comparte un secreto, algo bien íntimo de su vida, cómo usted se siente? Verdad que usted se siente importante? Usted se siente como que guau, esta persona me está compartiendo algo muy personal. Y no es que usted va a ir ahora, como un vocero por ahí, a decirle todo lo que esta persona le compartió. No, no, pero cuando yo estoy hablando dentro del contexto de una amistad genuina, que uno valora esa confidencialidad, esa confianza que le dan a uno, el yo conocer esas cosas íntimas de esa persona, me hacen sentir importante a mí, porque estoy compartiendo la jornada de vida que lleva esa persona, y esa persona me ha compartido eso a mí para yo ayudarle, sostenerle, motivarle a lo largo de cualquiera sea la situación que compartió conmigo.

Y ese conocimiento, mis hermanos, nos da un sentido de guau, espérate, esto es importante. En la misma forma pasa con este contexto de discipulado de Jesús, en el cual Jesús está dando a conocer los secretos del Reino de Dios a sus discípulos y los discípulos entonces se quedan como que, guau, espérate, esto es bien importante. Esto me está dando a mí un nivel de privilegio que otros no tienen, porque Dios a través de Jesús está dándome a demostrar lo que él quiere hacer conmigo.

Pero, aquí viene el pero, porque mis hermanos, no todo en la vida es gratis, ¿verdad? a menos que usted vaya a Stop and Shop y se encuentre un producto que diga, compra uno y el segundo le sale gratis, ¿verdad? pero ¿saben qué?, eso no es verdad, porque lo que están haciendo es reduciendo el precio y más o menos lo están haciendo mitad y mitad. Se supone que se rieran ahí.

El asunto es este. Miren cómo dice esto. “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran y les será hecho.” Verdad, que suena bien bonito, mis hermanos? Pero ese pedir viene con una condición, viene con un precio. Para tu poder pedir y recibir lo que anhelas y deseas en tu vida, tienes que permanecer en el Señor, tienes que permanecer, ser obedientes a sus mandamientos, a las cosas que él pide de ti.

Miren, yo les hago una pregunta. Cuántos de ustedes creen en el amor incondicional? Déjenme ver, por mano, una muestra de manos. Cuántos de ustedes creen en el amor incondicional? Okay. Cuántos de ustedes creen que el amor es condicional? Hay algunas manos que están como que no sé. Okay, déjame explicarme.
El único amor que yo conozco en el mundo entero que sea incondicional es el amor de Dios. Amén, gloria a Dios. Al menos eso lo podemos responder bien. Es incondicional en el sentido de que aún cuando nosotros éramos pecadores, qué pasó? Cristo murió por nosotros. Es incondicional en el sentido de que la salvación es por gracia y no por obras. Suena bien lindo hasta ahí, ¿verdad? pero, cuando usted decide aceptar ese amor, cuando usted decide vivir a la luz de ese amor, sigue siendo incondicional? O es una combinación de ambos? Es una combinación de ambos, mis hermanos.

Qué pasó con los diez mandamientos? Qué eran los diez mandamientos? Eran una muestra del amor incondicional de Dios? Es más, el mero hecho de que Dios diga, si tu quieres experimentar mi bendición no puedes tener ningún otro Dios sino yo, todo tu amor es para mí. Eso suena incondicional? Eso es un amor bien condicionado. Y con unas expectativas bien claras y bien marcadas.

Saben que de los diez mandamientos a lo largo de toda la Escritura hebrea del Antiguo Testamento surgieron alrededor de 600 y pico de leyes que salen a la luz de los diez mandamientos y el pueblo de Israel se regía por esos 600 y pico de leyes. Pero en la persona de Jesús, claro está, esas leyes fueron, como quien dice, consumadas en la persona de Jesús y ahora Jesús se convierte en nuestra ley. Nosotros vivimos de acuerdo a lo que Jesús pide de nosotros.

Pero como quiera, sigue siendo un amor condicional. Es más si sigo leyendo un poquito más adelante. Miren el verso 12, cómo dice?

“… Este es mi mandamiento que ustedes se amen unos a otros como yo les he amado. Nadie tiene mayor amor que este que uno ponga su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo os mando…”

Miren, les voy a contar un chiste. Hoy estoy medio jocoso con chistes yo. Mi hijo Lucas está en esa etapa de la vida donde a todo le pregunta, are you my friend? Eres mi amigo? Lucas y yo estábamos jugando con uno de sus trencitos hace poco en la sala de la casa, y obviamente tenemos dos trenes. So él, bien contento, cada vez que yo le digo, vamos a hacer el trencito? Uf, él se luce y “Okay, papi, this is your train, this is my train.” Y él a mí me da el tren que corre más lento. Así que montamos la pista de Thomas Train, la montamos y él cada vez que él me dice, “Papi, hazlo así” es porque él quiere que el trencito pase por debajo, como si fuera un puente. So, yo tengo que hacerme el ingeniero y el arquitecto y hacer el tren de tal forma. El asunto es que cuando estamos corriendo los trenes, como el tren de él se mueve más rápido, pues, alcanza al mío y entra a chocar. Entonces él me dice, “No papi, no puedes chocar”, y él quiere coger el trencito y sacarlo. Y yo le digo, “No, pero Lucas, we’re sharing, we’re sharing.” Y es como que se empieza a molestar. Okay, él lo coge y lo pone al frente y cuando vuelve y da la vuelta pues choca con él. “No papi, estás chocando.” La cosa es que mi chico se molestó. Y va allá a donde su mamá y le dice, yo lo oigo desde acá de la sala, y le dice, “Mami, papi is not sharing.” Digo, “mami, no te apures, todo está bajo control.”

El asunto es, miren qué estratega es mi hijo. Él molesto, con chu, se sienta en el piso, justamente al lado de la pista del tren. Y cuando ve que mi tren va pasando, lo coge y lo saca, y dice, “You’re not my friend any more.” Pero ven acá. O sea, primero que nada yo no le enseñé eso, consta, y lo segundo que yo me digo, miren que interesante que hasta la niñez en esa etapa pueden desarrollar un amor condicional. En el sentido de que si jugamos, tienes que jugar de acuerdo a mis términos. Y yo estoy seguro que muchos de ustedes aquí cuando estaban en la escuela elemental, si alguno de sus amigos no jugaba de acuerdo a sus términos, usted le decía, “ah, no te voy a hacer caso, tu no eres mi amigo más.” O me equivoco? No, todos ustedes son unos santitos, claro.

Pero el asunto es, mis hermanos, esto de lo cual yo les estoy hablando, se basa en un amor, mis hermanos, que tiene sus condiciones. Una pareja, mire, si alguien aquí, si una de las parejas aquí viene y me dice, “Ay, pastor, yo amo a mi esposo o a mi esposa incondicionalmente”, mmm… y digo esto con mucho respeto, mis hermanos, consta. Pero de todo lo que yo he visto, si usted coge un vaso lleno de agua y lo empieza a verter en otro vaso, y no hay nada que llene este vaso de agua. Qué va a pasar con ese vaso? Se va a vaciar en algún momento.

So, ese amor tiene una condición, yo te amo, pero espero recibir tu amor para atrás también. No esperes que yo te esté lavando los calzones, planchándote la ropa, haciéndote comida todo el tiempo si tu no vas a hacer algo por mí en algún momento. Amen.

Ahí se movió el Espíritu Santo, yo lo sentí. Jesús está haciendo lo mismo en este contexto, mis hermanos, de lo que es el discipulado, y un discipulado genuino, es un discipulado que está basado en amor, que está basado en una intimidad, en una afinidad que Jesús tenía con sus discípulos y que él quería que sus discípulos lo tuvieran con él.

Cuando Jesús le estaba diciendo a sus discípulos, miren, ya yo no los voy a llamar más siervos, los voy a llamar amigos, porque el siervo no sabe lo que está haciendo el dueño o el padre, pero el amigo sí lo sabe. Miren, yo sé que muchos de nosotros, hay veces que nuestro vocablo religioso, decimos, ah, no, si yo soy un mero siervo humilde del Señor. Miran, amén, somos todos siervos del Señor, pero si usted me dice, yo prefiero decir, yo me considero un amigo de Dios y antes que eso me considero un hijo de Dios. Prefiero ser un hijo, y después un amigo y después un siervo. Si usted me pregunta mis prioridades yo las pondría así: prefiero ser un hijo primero, después un amigo y después un siervo. Por qué? Por el mero hecho de intimidad, de cercanía que uno puede disfrutar con Dios.

Y es una cercanía que el Señor no las quiere dar a todos nosotros, pero hay veces que nosotros somos un poco medio testarudos y queremos que dar frutos fuera de la vid. Nos creemos que por nuestra propia cuenta podemos hacer todas las cosas y miren, sí, si usted ve la vida por ahí, hay cosas que la gente logra alcanzar por su propia fuerza. Pero lo hace como quien dice, hasta cierto nivel. Pero cuando uno tiene a Dios por el lado, yo te digo, las posibilidades son mayores entonces, son ilimitadas.

Y miren, yo les digo, mis hermanos, esto que Jesús le estaba diciendo a sus discípulos de permanecer en él, no se los estaba diciendo por decirlo, se los estaba diciendo en un momento bien importante. Jesús está hablando de esta intimidad con sus discípulos momentos antes de ser arrestado. Y él le estaba diciendo, ustedes tienen que permanecer en mí, en mis enseñanzas porque Jesús sabía que al momento que él fuera arrestado, sus muchachos se iban a escandalizar. Y ahora qué hacemos? Nuestro maestro, nuestro líder, nos lo han quitado, lo quieren matar. El líder que nosotros pensábamos que iba a restaurar todo Israel, ahora de repente no se encuentra.

Él sabía que sus muchachos iban a salir corriendo cada cual por su lado. Y por esa misma razón, el Señor les estaba diciendo, mira, ustedes tienen que permanecer en mis enseñanzas, en mi palabra. Si ustedes verdaderamente quieren demostrar que me aman, tienen que permanecer ahí.

Miren, yo les digo algo muy revelador, mis hermanos, yo ahora estoy trabajando con un libro, estoy leyendo un libro, que habla acerca de lo que es la generación, la filosofía, el idealismo desde una generación postmoderna. Y eso es algo bien difícil de explicar pero en la noche y en una forma bien resumida. La generación postmoderna se describe por el mero hecho de que no creen en una verdad absoluta. Y con eso me refiero, una persona que si usted le dice, Cristo es el camino de la verdad y la vida, esa persona te va a decir, “Hm, eso es lo que tu te crees, pero no es lo que yo necesariamente creo.”
Nosotros decimos que Jesús es el único camino, la mente postmoderna dice, hay muchos caminos para llegar a Dios. Esa es la generación en la cual nosotros estamos viviendo ahora. Gente, miren cómo va la cadena, que al no creer en una verdad porque no tienen esa verdad entonces su identidad personal está abierta a cualquier otra verdad que venga por ahí y si esa identidad está abierta a cualquier tipo de influencia, mire, eso significa que la identidad de esa persona va a estar insegura en todo tiempo, porque un día va a creer una cosa y otro día cuando salga la nueva Pompeya, ah, pues vamos a creer esto ahora. Y cuando salga la nueva moda de ropa, pues, ah, pues ya no me gusta el pantalón hasta los tobillos, ahora me quiero poner el pantaloncito pegado de cuero para que se me vea lo poquito que tengo.

Así es como piensa la gente en esta generación. Así que, lo tanto cuando uno está diciendo estas palabras, guau, mira, sí, yo quiero pedir lo que yo quiero, pero me están dando una condición, la generación postmoderna va a decir, por qué yo voy a vivir de condiciones? No. Yo pongo mis propias condiciones y se empeñan en eso, en poner sus propias condiciones.

Por qué estoy diciendo eso, mis hermanos? Porque hoy día, más que nunca, esto que Jesús nos está diciendo presenta un reto bien grande para nuestras vidas. Que para uno poder ser un discípulo, una discípula bien genuino, bien claro, bien real, al tuétano, uno tiene que saber cómo enfrentar estas cosas que van a tratar de contradecir lo que nosotros creemos. Una generación postmoderna tal vez le hubiesen dicho a Jesús como que, y por qué yo tengo que permanecer en lo que tu estás diciendo, lo que tu me estás pidiendo? Por qué no puedo creer en lo que este otro mengano por acá me está diciendo, que suena más fácil que lo que tu me estás proponiendo?

Pero no, mis hermanos, nosotros somos esa generación que permanece fiel a lo que el Señor Jesús manda de nosotros. Porque hemos visto que él es esa verdad sólida, es ese eje donde todas las demás cosas se agarran y si uno se sale de ahí, como está bien diciendo el texto, “… si tu eres un pámpano que quiere vivir fuera de la vid, qué te va a pasar? Mira vas a terminar como una pasita de arrugada, sin fruto, sin sabor y sin nada. Pero si permanecemos conectados a lo que él es, lo que él significa, tu vida va a llevar un fruto bien grande, mis hermanos.

Y es por eso que yo comparto esto con ustedes, de ese privilegio que nosotros tenemos, mis hermanos, de poder ser llamados discípulos del Señor Jesús. Primero que nada tenemos un acceso directo al Padre. Miren, cómo Jesús dice en el capítulo 14. Déjenme leerles esto rapidito. En el capítulo 14, verso 12 dice:

“…De cierto les digo, el que cree en mí, las obras que yo hago, él también las va hacer y aún mayores porque yo voy al Padre y todo lo que le pidan al Padre en mi nombre, yo lo haré para que sea glorificado a través del Hijo…”

Y otra vez enfatiza, todo lo que pidan en mi nombre subráyelo, él dice, lo haré. Pero para nosotros poder vivir a la altura de ese secreto, tenemos que ajustarnos a lo que él está pidiendo. Y lo bello de todo esto, mis hermanos, es que eso no es un proceso que lo vamos a hacer nosotros solos por nuestra propia cuenta o por nuestra propia fuerza o por nuestra propia intuición, por decir algo más místico, sino que es algo que viene de la obra de Dios a través del espíritu en nosotros.

Miren cómo dice también, más adelante en el verso 14:

“… El que me ama, mi palabra guarda y mi Padre le va a guardar a él y vendremos y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras y la palabra que ustedes han oído no es mía sino que es directamente de Dios y yo les he dicho estas cosas estando con ustedes, pero el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y los recordaran todo lo que yo les he dicho…”

Miren la obra del Espíritu Santo que nos ayuda en todo este proceso, mis hermanos. No nos deja solos cuando él vaya a ser quitado, sino que él está ahí a través del Espíritu Santo como una presencia viva, tangente en nuestro ser que nos ayuda a nosotros poder conocer qué es lo que Dios tiene para nuestras vidas.

Cada vez que cantamos esa canción Rey de gloria, que decimos quién es ese Rey de gloria. Que me persigue con su amor. Me asombran sus palabras, susurrando en mi interior. Y miren, cómo dice: mi conciencia me recuerda que necesito su perdón. Él es el Rey de gloria que me lo ofrece hoy. O sea, estas palabras son tan profundas, mis hermanos, porque reflejan precisamente este dinámica de cómo el Espíritu Santo a través de distintos eventos, momentos en nuestra vida, está como manteniéndonos on check, manteniéndonos on check de qué es lo que Dios quiere, pide y demanda de nosotros. Recordándonos cuáles son sus propósitos para nuestras vidas.

Qué mejor privilegio podemos tener que ese? Un acceso directo al Padre, los misterios que él tiene en su corazón para cada una de nuestras vidas y que no son misterios que se quedan en uno nada más, sino que nos mueven a compartirlos con otros también. Y que es una obra que en una forma misteriosa se opera a través del Espíritu Santo morando en nosotros.

Y por último, mis hermanos, el mero hecho de que Jesús nos llame amigos. Óigame, yo le doy gracias a Dios por los amigos íntimos que yo tengo, de verdad. la vida pastoral puede ser un poquito medio solitaria, en el sentido de que uno siempre tiene como esa tendencia de guardar su vida personal, su privacidad. Pero yo le doy gracias a Dios por amigos íntimos con los cuales uno puede decir, Mira, podemos ir a tomarnos un café? Vamos, como no. Y nos sentamos, hablamos, hacemos chistes y soltamos las cosas que tiene uno por dentro. Por qué? Porque yo sé que ese amigo no va a, como quien dice, a, “tu, que eres pastor, cómo va a ser”.

Mire, si yo empezara a compartir algunas de mis intimidades que yo tengo, la mitad de ustedes saldría corriendo de aquí. Pero no voy a pensar, yo no soy tan malo por favor, yo soy un hombre en proceso, igual que todos ustedes. Pero ahí es donde yo veo, mis hermanos, la validez de poder tener un amigo, una amiga, una persona en quien uno pueda confiar. Y eso lo digo con mucho cuidado porque tal vez algunos de nosotros hemos sido traicionados por alguien que nosotros considerábamos que era un buen amigo, una buena amiga, y son cosas que pasan. Pero no es la última Coca Cola en el desierto tampoco.

Dios tiene personas a nuestro alrededor. Y mire, al decir esto, yo no me estoy refiriendo que todos nosotros vayamos a ser un billete de cien para todo el mundo. Yo no puedo ser amigo íntimo de todos ustedes ni ustedes lo pueden ser de mí. Pero sí, como Jesús, que Jesús tenía sus círculos concéntricos de amistades, aún dentro de los mismos discípulos. Él tenía sus 12 discípulos pero solamente con 3 de ellos se iba aparte a orar, y solamente uno de ellos podía recostar su cabeza en el pecho de Jesús.
So, yo aprendo. Eso para mí es bien revelador del mismo Jesús, de que uno tiene que tener sus niveles de amigos. Y no es que uno no quiera más a unos que al otro, pero es que es así. Es así. Todo esto lo estoy compartiendo con ustedes, mis hermanos, para que podamos sacarle verdadero valor a esa dinámica de discipulado en la cual nosotros estamos. Sí, discipulado a través de las clases que se dan, pero discipulado al nivel de que Jesús es nuestro maestro, de que Jesús es ese amigo que quiere compartir los secretos que él tiene en su corazón para con cada uno de nosotros. Que son secretos que pueden transformar nuestra vida, son secretos que pueden movernos a nuevos niveles, son secretos, mira que sí nos van a confrontar en algún momento y nos va a jalar las orejas, y como que no.

Yo tengo aquí en la iglesia un amigo personal que en varias conversaciones me ha hecho eso. Me ha jalado las orejas, y me lo ha hecho con toda confianza y yo lo respeto por eso. Pero en la misma forma yo lo hago con él también. Y así mismo Jesús lo hace con cada uno de nosotros, mis hermanos. Él quiere sacar lo mejor de usted. El Señor quiere sacar lo mejor que está en ti porque él sabe lo que ha puesto en ti. Él sabe lo que él ha hecho en tu vida. Y es por eso que él quiere que tu veas el privilegio de lo que es ser un discípulo de él.

Así que yo los invito, mis hermanos, vamos a ponernos de pie y vamos a terminar, reflexionando en esto. La única manera de nosotros poder disfrutar de todas las cosas que yo les he dicho, es teniendo una relación estrecha con el Señor Jesús, es la única forma en la cual lo podemos disfrutar, mis hermanos. Si usted no permanece unido a esa vid, el disfrute va a ser a medias, va a ser como el disfrute de las multitudes, porque las multitudes le sacaban beneficio a Jesús sea como sea. Había milagros que se hacían aquí y allá, pero eran cosas bien esporádicas. Pero si usted quiere el beneficio total, no tan solamente de esas bendiciónes que puedan ser esporádicas y superficiales sino también de tener esa conexión íntima, esa conexión directa con el Padre, la clave está en permanecer en Jesús.

Tu quieres pedir todo lo que tu tienes en tu corazón? Pídelo. Dios te lo va a dar, pero para poder llegar ahí, you need that connection, my brother and my sister, if you don’t have that, you’re not going anywhere. Guau!

Sí, vas a llegar a algún lugar pero te vas a quedar a medias. Lo tengo que decir así. Dios anhela tener esa conexión con nosotros. Así que ahí donde tu estás, yo te quiero invitar a que tu cierres tus ojos y piensa en la etapa en la vida en la cual tu estás ahora mismo, piensa lo que Dios ha hecho por ti, los años pasados, lo que él está haciendo ahora, lo que él puede hacer, lo que él va a hacer.

Y Señor, ahora mismo, nosotros dirigimos nuestros pensamientos a ti, Señor, dirigimos nuestro corazón a ti. Gracias por esta palabra a la cual hemos sido expuestos, porque es una palabra de vida, Señor, que transforma nuestro ser. Gracias porque a través de ti, Jesús, tenemos un acceso directo a Dios, a los secretos, los misterios, los deseos que están su corazón. Y porque a través de tu Espíritu Santo nosotros podemos recibir ese tipo de llenura que proviene tan solamente de ti. Y gracias por el mero hecho, Señor, de que tu nos llamas amigos, tu nos llamas amigos, Señor Jesús. Al abrir tu corazón y compartir las cosas que están en ti y con nosotros, tus nos llamas amigos, y te mueves, mi Dios, a ese nivel de intimidad con nosotros.

Padre, yo quiero orar por mis hermanos y hermanas, Señor, si tal vez alguno de ellos se siente que tal vez se ha alejado un poco de la vid, que tal vez ha querido tratar de dar fruto por su propia cuenta, y estas palabras están trayendo esa conciencia, activándola y trayendo un sentido de convicción, Señor. Yo te pido que a cada uno de esas personas, dondequiera que se encuentren, que puedan ahora mismo, en este momento, Señor, restaurar esa conexión contigo, Señor.

Tu eres un experto en hacer injertos así que si tienes que hacer un injerto una vez más en la vid para que esa persona pueda dar el fruto que tiene que dar, Padre, tu tienes el poder para hacerlo. Padre, y si hay alguien que no ha conocido ese amor, si hay alguien que no sabe lo que es estar, aunque sea conectado a la vid, yo te pido que esta tarde sea un momento donde se pueda dar esa conexión, Señor, que hoy tu abras los cielos, mi Dios, y deposites sobre ese hombre, sobre esa mujer, sobre ese joven, esa convicción de lo que tu amor puede hacer en medio de su vida, Señor.

Yo les entrego en tus manos, a cada uno de mis hermanos y hermanas, Señor, a nosotros como iglesia, Señor, queremos permanecer en la vid, queremos permanecer contigo, Señor, en tus mandatos, en tus enseñanzas para poder dar el fruto que tu quieres que nosotros demos.

Ayúdanos, mi Dios, somos seres imperfectos. Ayúdanos y que nosotros podamos salir de aquí con esa convicción, con esa certeza, Señor, de que tu estás con nosotros, de que tu caminas con nosotros, que tu eres quien nos anima a lo largo del camino, que tu eres quien nos consuela, quien nos levanta, quien nos corrige, quien nos sana, quien nos restaura y que nos enseñas el camino en el cual debemos andar.

Yo bendición a cada uno de mis hermanos y hermanas aquí en esta tarde y sobre todos y cada uno de nosotros, Señor, derrama tu bendición. La anhelamos y la deseamos y te damos las gracias por ese privilegio de poder ser tus amigos, de poder ser tus discípulos, Señor, en este mundo en el cual vivimos. Te amamos, Señor, y te bendecimos por tu Hijo Jesús, amén y amén.
Gracias Señor.

La importancia de un amigo (parte 1)

TRANSCRIPT

Quisiera hablarle acerca de la importancia de un amigo. La importancia de un amigo. Y si yo fuera a hacer una pregunta, la voy a decir para que vayan pensando porque les voy a hacer una entrevista. Si yo les preguntara, qué significa para usted un amigo? Qué usted me respondería? Qué significa para usted un amigo, una amiga, sea lo que sea? Qué es un amigo para usted? Un hermano.

Qué es un amigo para ti? Alguien que se puede confiar. Qué es un amigo para vos? Eso mismo. Qué es un amigo para ti? Estamos iguales. Un amigo, qué es un amigo? Qué es un amigo? Una persona que se abre, que comparte. Qué es un amigo? Alguien a quien amamos y que nos ama. Voy terminando. Qué es un amigo? Un amigo es alguien que nosotros amamos y que nos ame y que nos entienda nuestras situaciones. Qué lindo se oye eso, yo no lo podría haber dicho mejor.

Hay una canción que dice, amigo es aquel que te extiende la mano, te cuida y vela por ti. Yo he sido el único que he escuchado esa canción o no? miren, vayan conmigo a Juan, Capítulo 15, porque este tema no me lo estoy sacando de la manga, consta. Juan Capítulo 15, verso 14. Enrique, en México qué significa un amigo? Oh, una responsabilidad, eso está bueno porque es bien cierto. Eso está bien cierto. Eso me gustó. Una responsabilidad, buena o mala? Buena.

Juan, Capítulo 15, verso 14, deja ver si este verso los hinca igual como me hincó a mí.

“… Jesús dice, vosotros sois mis amigos si hacen lo que yo les mando…”

Díganme acerca de una amistad con condiciones, eh? porque nosotros decimos, sí, yo te doy una amistad incondicionalmente. Pero hay amistades que tienen condiciones. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando, y el verso 15 dice:

“…Ya no los llamaré siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor, pero los he llamado amigos porque todas las cosas que oí de mi Padre, yo les he dado a conocer…”

Este es el texto que yo voy a usar como base para lo que yo entiendo que van a ser dos o tres mensajes. Ahí hay dos amigos que están hablando. Esto lo voy a tener que dividir como en tres partes, porque no me va a dar el tiempo para poder correr todo lo que tengo aquí.

Pero miren, basado en las respuestas que ustedes dieron y otras cosas que tengo aquí en mi cabeza, y si yo uso, por ejemplo, Proverbios 17, miren cómo dice Proverbios 17:17, dice:

“…En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia. En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia…”

Miren, hoy día hay muchas personas que buscan, que viven y anhelan, y desean tener amistades genuinas. Yo soy uno de ellos. Yo no creo que haya nada malo con poder decir eso. Y la razón por la cual están buscando eso es porque de alguna forma u otra hay un sentido de soledad en su interior. Y puede ser, nosotros habremos visto en algún momento, personas que tienden a aislarse, que ustedes los ven que están solos o solas por su cuenta y como que nadie me mire. Como también puede ser una persona que tiene a muchos otros a su alrededor y usted lo ve que es una persona bien social y qué sé yo, pero a pesar de eso, hay un sentido de soledad. No se siente genuinamente conectado con otra persona.

Y la gente está buscando ese sentido de amistad. Hay muchos que lo desean con ansias, con ganas. Hay otros que han sido traicionados por lo que pensaban que era una amistad genuina. O sea, esto es algo que abarca una multitud de cosas y yo espero en estos próximos miércoles que tenga la oportunidad de poder abarcar en este tema y tocar alguno de esos puntos.

Pero miren, ese sentido de amistad yo puedo decir que está engranado en la misma naturaleza de Dios. O mejor dicho, en la imagen de Dios en nosotros. Si nosotros somos creados a la imagen de Dios, y nosotros sabemos que Dios es un Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres seres habitando en uno, que hay una relación, una dinámica entre estos tres individuos que constantemente se hablan y se nutren y se informan el uno al otro, y toman acción el uno al otro. Esa misma imagen que está en Dios, esa misma imagen está en nosotros.

Por ende, en nosotros hay una necesidad de poder estar en conexión con otra persona. Muchos de nosotros encontramos esa conexión íntima en un cónyuge, un esposo, una esposa. Muchos de nosotros encontramos esa conexión en nuestros padres, o madres, o un hermano, o una hermana, un abuelo, una abuela, un tío, una tía, o en un pastor, o lo encontramos en un amigo, en una amiga que tenemos a nuestro alrededor. hay algunos que lo encuentran en el perro, en el gato o en la cotorra.

Válgame! Pero el asunto es que esa necesidad de conexión, de estar en relación, de interdependencia es algo innato en nosotros porque es parte de la naturaleza de Dios en nosotros. Así que el querer tener un amigo, una amiga es algo que se nos va a salir de los poros en alguna forma u otra.

Pero bueno, si yo les fuera a decir, cómo podemos definir la amistad? Ustedes me pueden creer que yo fui al diccionario de la Real Academia Española y no encontré una definición que me hiciera, hmm, que bueno se oye eso! No la encontré. La tuve que hacer yo.

So, les voy a dar una definición de acuerdo al diccionario de la Real Academia de Omar Soto. Miren lo que yo pienso que es una amistad, a ver si les convence, a ver si les puedo vender mi diccionario. Esto es lo que yo digo:

“La amistad, o un amigo, es una persona que profesa y vive una afinidad íntima con otro o con otra, de acuerdo a valores similares compartidos, sin exceder los límites de lo que pueda ser justo u honesto en esa relación.”

Es miércoles, Omar, no es domingo, por favor. Deja ver cómo puedo… déjenme darle para atrás un momento. Lo digo otra vez.

La amistad, o un amigo, es una persona que profesa y vive una afinidad íntima con otro o con otra, de acuerdo a valores similares compartidos, sin exceder los límites de lo que pueda ser justo u honesto en esa relación

Primero yo digo que es algo que se profesa y se vive. En otras palabras, no tan solamente María te estoy diciendo que soy tu amigo, sino que también en mi vida yo te muestro que soy tu amigo. Me siguen por dónde voy?

So, yo digo que soy amigo de una persona y mis acciones valorizan o le dan valor a lo que yo digo que soy. Así que se profesa, se vive. Cuando hablo acerca de una afinidad, estoy hablando de una afinidad basada en valores o intereses compartidos que puedan tener esas personas.

Y aquí esto puede ser un poquito tricky, porque puede ser que a una persona le gusta el futbol y al otro le guste el baseball, pero lo que pueden tener en común es que les gustan los deportes, ¿verdad? So, tal vez no hay algo genuino que comparten pero en esencia sí lo hay.

Por último, son personas que conocen sus límites y los respetan. En otras palabras, no están metiéndose todo el tiempo en sus cosas personales sino que le dan a la otra persona su espacio también.

So, qué tal ese definición, les convence sí o no? okay. Cómo surgen las amistades? Cómo surge una amistad? Aquí yo puedo decir que también esto depende, depende de cómo pueda surgir una amistad. Porque puede ser que una amistad se coja mucho tiempo, como puede ser que una amistad también empiece ahí del primer encuentro.

Miren un ejemplo bíblico. Vayan conmigo a Primera de Samuel, Capítulo 18, miren lo que pasó aquí, en el primer verso. Si les relato la historia que está antes, la historia que está antes es obviamente cuando David derrotó a Goliat, le cortó la cabeza y obviamente a él lo reportan y lo traen delante del rey Saúl y en una conversación entonces con el rey Saúl. Yo quiero que ustedes imaginen esto, en el palacio, David llega del campo ahí todo sucio, y tal vez con sangre salpicada en su cuerpo, y llega con la cabeza de Goliat, ahí en la mano. Y entonces está el rey Saúl sentado en su trono de frente, sus advisors están al lado de él, y por ahí, por una esquinita está su hijo Jonatán, viendo todo lo que está pasando. Entonces en Primera de Samuel, Capítulo 18, verso 1 dice:

“… Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl… ─él, siendo David ─ … el alma de Jonatán quedó ligada con la de David y lo amó Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día y no le dejó volver a la casa de su padre e hicieron pacto Jonatán y David porque él le amaba como a sí mismo y Jonatán se quitó el manto que llevaba y se lo dio a David y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte…”

Miren esto. Esto fue una amistad que salió corriendo del primer cantazo. Es como que Jonatán se dio por completo, se identificó con David. Hubo algo que cuando se miraron cara a cara, fue como una conexión directa el uno con el otro. Hijo, tu eres mi panita fuerte, se escupieron, pon la mano ahí, por no decir que cogieron cuchillos y se cortaron la mano y un pacto de sangre ahí por siempre.

Pero eso fue una amistad que surgió rápido. Sabe una amistad que se tomó mucho tiempo en surgir? A qué no saben cuál es? La de Jesús con sus discípulos. Por qué, pastor Omar? Se recuerdan el verso que acabamos de leer, Juan, Capítulo 15? Saben que a los discípulos les costó 3 años para escuchar de Jesús que saliera de su boca, que él pudiese decirle a ellos, ustedes son mis amigos. Porque estas palabras que Jesús les estaba diciendo a sus discípulos, se las estaba diciendo momentos antes de él ser arrestado. Así que si ustedes cuentan el tiempo en que Jesús comenzó su ministerio antes de haber escogido a sus discípulos, hasta que los escogió y siguió desarrollando con ellos una conexión de maestro, aprendices, y llegó a ese punto, horas antes de ser arrestado y ahí fue donde les dijo, ustedes son mis amigos.

Esa relación de amistad se tardó 3 años en desarrollarse. Muchas historias, muchas jornadas, mucho tira y jala, mucho cuestionamiento, mucho aprendizaje, hasta uno le dijeron “apártate de mí, Satanás. No te conozco.”

Se tardan algunas relaciones en crecer. Así que todo depende. Pero la clave que yo puedo decir para toda amistad es tiempo. Es el tiempo, el tiempo, miren cómo yo digo, el tiempo intencional que uno le dedique a conocer y darse a conocer. Hay dos partes aquí. el tiempo que tiempo que uno dedique intencionalmente en poder conocer a alguien y darse a conocer también.

Ok, me explico. Si yo fuera hablar de acerca de alguna de estas características. Voy a dejar eso un momento. Vuelvo ahí a esa parte de ser intencional. Miren algunas características de la amistad. Yo no sé cuántos de ustedes han visto un email que se titula “La amistad es un arte”, a mí una vez me enviaron un email que decía así. No lo han leído ese email?

Es un email que básicamente lo que dice es que la amistad es un arte, porque un amigo lo que quiere hacer es saludarte, hablarte, escucharte, abrazarte, molestarte, aconsejarte y puedo seguir diciendo otras cosas que tienen que ver con arte pero no las voy a decir, me voy a enfocar en esas nada más.

Por lo tanto la amistad es un arte y el arte es algo difícil, es algo que coge tiempo. Una cosa es tirar colores en un canvas y otra cosa es ir detalladamente dándole forma a ese arte. Pero a la misma vez que es un arte, yo puedo decir que la amistad tiene distintas variantes. Están las personas que son los conocidos, están las personas que son los amigos, y está el o la amigo o amiga. Tu manita fuerte, como quien dice. Tu uña o tu carne como le quieras decir.

Ahora, pero asimismo yo digo que uno no puede ser un billete de 20 para todo el mundo. So, para darle paz en su corazón, es más, hasta el mismo Jesús, yo me atrevo a decir que hasta el mismo Jesús tenía sus círculos concéntricos, sus círculos de amistades, el mismo Jesús tenía esos círculos de amistades, aún dentro de sus propios discípulos. Saben por qué? Cuántos discípulos eran? 12, ¿verdad? Uno de ellos hay que descontarlo, so, vamos a pensar que eran 11. So, imagínense eso, uno de esos amigos ya estaba designado a que lo fuera a traicionar.

Pero dentro de esos 12, ok, Jesús compartía con cada uno de ellos, pero dentro de esos 12 habían 3 en particular con los cuales Jesús se apartaba a orar con ellos 3. Quiénes eran esos 3? Juan, Pedro y Jacobo. Estaban esos tres. Pero de esos 3 había solamente uno que Jesús le permitía que se recostara sobre su pecho. No, no fue Pedro. Juan.

Así que si ustedes ven, o sea, si yo veo este ejemplo de Jesús, que Jesús como quien dice, tenía su grupillo, por así decir, tenía sus niveles con quién entraba en intimidad de alguna forma u otra, y es bien interesante si usted ve los cuatro Evangelios, usted va a ver esa dinámica que se repite en distintas formas. Pero el asunto por el cual digo esto, mis hermanos, es que para que usted tenga paz. O sea, hay otro proverbio que un hombre puede tener muchos amigos, pero amigo que sea como hermano, solamente hay uno. Y hay veces que uno en ese deseo de poder tener amistades, uno se quiere vender como si fuera el mejor amigo de todo el mundo, pero a la misma vez no está logrando alcanzar nada. Porque queremos abarcar mucho y apretamos poco.

Así que, de nuevo, usted puede que quiera ser un amigo, pero no a todo el mundo usted le va a caer como un billete de 20. Algunos usted va a ser un billete de 1, para otros tal vez un billete de 10, para otros tal vez un billete de 50 o uno de 100. Así que, no voy a decir que para nadie usted va a ser un centavo, por favor, no lo voy a bajar a ese nivel.

Ahora, voy terminando con esto. De nuevo, voy a tener que darle un ‘to be continued’ a esto. Obviamente las amistades no son fáciles para desarrollar. Qué es lo que dice Proverbios 27, verso 17? Esto es algo que hemos oído mucho. Dice:

“…El hierro afila el hierro y así mismo el hombre afila a su amigo…”

Suena bien bonito esto, en inglés suena mejor: “Iron sharpens iron”. Suena nítido así. Pero ¿Saben qué? Ese proceso de que un hierro afile otro no es nada fácil. El proceso de que el hierro afile otro pedazo de hierro es un proceso que es bien duro. Y es más, hasta algunas personas puede ser que le de dentera, por así decirlo. Es más, yo me atrevo que, usted se recuerda ese sonido que hace cuando alguien arranca las uñas en una ventana de metal? Puede ser que nada más de yo mencionar eso y usted recordarse de ese ruido, ya usted esté como apretando los dientes. Yo solía hacer eso de maldad cuando estaba en la escuela.

Me estoy dando a conocer. Pero miren esto, yo recuerdo que en mi casa, mi papá tenía una piedra de afilar machetes. Nosotros teníamos un árbol al frente de la casa que lo podábamos obviamente con un machete. En aquel entonces no había de esos trimmers que se usan ahora para podar árboles, así que nosotros usábamos un machete. Y cuando yo aprendí a usar esa máquina, obviamente la piedra viene en esta dirección, dando vueltas, y uno tiene que agarrar el machete en la dirección contraria, para que pueda coger filo.

So, yo recuerdo que como mis manos no eran tan fuertes, cada vez que yo pegaba el machete a la piedra, se me iba con la piedra, porque no lo podía aguantar. Y yo, al ver esa imagen, en yo pensar en esa imagen, yo me digo, guau, que interesante porque cuando un hierro está afilando otro, son dos metales súper duros que están yendo en direcciones opuestas, más sin embargo el mero hecho de que van en direcciones opuestas, ahí es donde se le saca su mayor provecho. O sea, ahí es donde se afilan. Y ahí es donde yo veo, mis hermanos, donde está la belleza de uno poder tener un amigo.

Y aquí es donde yo voy a resumir, al menos esta parte para terminar. Ahí es donde yo veo la belleza de tener un amigo. Porque un amigo no necesariamente es la persona que te va a estar haciendo reír en todo momento. Un amigo es la persona que también se va a atrever a confrontarte y decirte lo que estás haciendo mal. Sí, un amigo es la persona que te va a tirar el brazo y va a llorar contigo, y te va a aconsejar, pero un amigo real es el que si te ve que estás, como con quien dice, te cogió con las manos en la masa, te lo va decir, papito, mamita, hay que revisar algo aquí. es la persona que se atreve a verdaderamente apuntar a quien tu realmente eres. Eso es un amigo de verdad. Porque es el amigo el que sí se va a sentar contigo tomándose un café, te va a escuchar, va a buscar entenderte. Si no entiende algo de lo que tu dices va a hacer un esfuerzo adicional por, dime más de esto, porque quiero verdaderamente entender qué es lo que tu estás procesando, qué es lo que tu estás viviendo, qué es lo que tu estás sintiendo. Está ese sentido de empatía que me voy a quitar mis zapatos para meterme en los tuyo y aunque sean incómodos, pero quiero entender a dónde tu estás.

Y eso, obviamente, mis hermanos, yo tengo que entender que no todo el mundo lo puede hacer. No todo el mundo lo puede hacer. Es más, usted no lo puede hacer con todo el mundo. Usted no está diseñado a abrirse como un libro a tutti li mundi. No. solamente con aquellas personas que usted haya encontrado una afinidad, que usted pueda hacer como Jonatán, que usted se quita su manto y se lo da a esa persona, se quita su espada y se la da a esa persona. Es como quien dice, usted se está desarmando por completo, y vertiendo en esa persona lo que usted es, lo que usted tiene.

Ahí es donde verdaderamente se mide un verdadero amigo. Donde no tan solamente apuntamos a las cosas bonitas, sino que también vemos esas asperezas y buscamos cómo afilarnos. Es el amigo que te va a decir, mira, esto hay que arreglarlo. Y si en algún día tu ves algo en mí que yo tengo que arreglar, por favor, no te lo calles, dímelo. Digo, lo estoy diciendo en el contexto de la predicación, no es que me vayan a dar a donde mí, pastor Omar, estoy viendo esto en usted. Bueno. Si viene inspirado de Dios se lo recibo.

Pero, me siguen por dónde voy, mis hermanos? Miren, hay un punto al cual yo quiero llegar con todo esto. Obviamente no lo voy a hacer hoy. Pero yo quiero que usted vaya pensando en estas palabras que yo estoy compartiendo con usted. Usted necesita un buen amigo, una buena amiga, y yo sé que en Jesús tenemos el mejor de todos los amigos, pero hace falta tener ese amigo o amiga que nos podemos pulsear, bueno, no pulsear, pero que podemos ir ahí de tu a tu. Ese amigo hace falta. Es el amigo que si tu dices a las de siete de la tarde, mira, necesito ir a comerme a pizza, quieres ir conmigo? Pues, vamos a comernos la pizza. O si tienes que tomarte un café a las 9 de la mañana porque necesitas procesar algo antes de ir a tu trabajo y necesitas procesar algo con alguien y ahí está tu amigo, y tu sabes que él puede sacar su tiempo para sentarse contigo, lo hace. O que si estás en un momento de necesidad y necesitas saber de alguien que verdaderamente va a orar por ti, no que necesariamente tu le dices, mira, fulano, ora por mí. Y te dice, sí, sí, sí, no te apures que yo te voy a mantener en oración, pero que va a ser una persona que cuando tu lo llames, ahí mismo en el teléfono te va a decir, vamos a orar ahora mismo.

Hace falta tener esos amigos. Estamos viviendo en un mundo donde ese sentido de amistad, mire que interesante, las ironías de la sociedad en la cual vivimos. Vivimos en un mundo donde ese sentido de amistad se busca por todos lados, más sin embargo se tergiversa en el sentido de que nadie confía en nadie. Y obviamente todo eso viene por un bagaje de otras cosas que las diré después.

Pero mire, hay alguien que está buscando en usted un amigo o una amiga. Usted está buscando en alguien un amigo o una amiga. El propósito de Dios no es que nadie esté solo, y eso que se habla en Génesis, no tan solamente se aplica a un contexto de pareja de hombre y mujer. También se aplica a nuestro diario vivir de que nadie esté solo, sino que nosotros podamos saber, como que guau, tengo una persona en quien puedo contar, que si necesito hablar con alguien, mira, sí, lo podemos hacer. Los pastores, mira, puede ser que nosotros los pastores seamos un billete de 20 para algunos, pero puede ser que alguien, mejor que nosotros, sea un billete de 50 o sea un billete de 100 para su vida. Pero todos juntos formamos un conglomerado que nos permiten ser parte de una familia.

Y mire, no se sienta mal. Si usted quiere tener una amistad bien íntima con una persona, pero esa persona no le responde. Fine. Busque otra persona. No hay nada malo en eso. Lo peor que puede pasar es que usted se frustre como que fulano no me quiere. Si fulano o fulana no te quiere, búscate a zungana que lo más seguro ella sí te quiere, búscate a melano que lo más seguro es que sí te quiere. Eso es lo mejor que hizo Dios, creó a toda una humanidad.

Pero, miren, lo voy a dejar aquí. solamente los quiero poner a pensar, a reflexionar en esa idea. Jesús nos llama a nosotros amigos, esa es la otra parte que voy a leer, y qué de Dios, qué de Dios. Cómo él es nuestro amigo y cómo nosotros somos amigos de él? Así que continuará.

Padre, te doy las gracias por esta noche que hemos podido compartir con mis hermanos y hermanas. Señor, en esta noche yo te pido que a medida que ellos se preparan para salir de aquí hoy, que tu los lleves con bien, que tu los lleves con tu dirección y que en su descanso de la noche, que tu te encuentres con ellos, que tu hables en sus sueños, Señor, y que su espíritu, su alma podrá estar receptible a lo que tu tengas que decir, y que mañana si así tu lo permites, nos concedas la fuerza, la sabiduría y la energía para poder lograr hacer lo que el día de mañana y lo que tal vez no logramos terminar hoy.

Así que, Señor, todo está en tus manos. Yo bendigo a tus hijos e hijas. Llévanos con bien a nuestros hogares, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias, Señor. Bendiciones hermanos.

La mentalidad correcta para alcanzar tus metas

TRANSCRIPT

Ya que estamos comenzando este nuevo año, la gente siempre se pone sus resoluciones de cosas que quieren alcanzar y muchas veces nosotros siempre vamos a la mesa de dibujo, como quien dice, y empezamos a trazar planes de cosas que queremos alcanzar. Puede ser que hayan algunos planes del año 2010 que nosotros todavía traemos y tenemos que seguir trabajando en ellos para este próximo año. Como también puede haber cosas nuevas que estamos alcanzando, metas que tenemos por delante.

Y algo que el Señor puso en mi corazón fue el hecho de que para nosotros poder alcanzar esas metas todo depende de la forma en la cual nosotros pensamos. Nosotros nos podemos trazar las metas más descabelladas que uno se pueda imaginar, pero si no tenemos la mentalidad correcta para hacerlo, nunca lo vamos a hacer. Y obviamente yo estaba meditando en ese pasaje de Romanos, Capítulo 12, verso 2 que dice que nosotros tenemos que cambiar nuestra forma de pensar para que así pueda cambiar nuestra forma de vivir.

“…Transformaos pues, por la renovación de nuestro entendimiento para que así seamos transformados en nuestra forma de vida…”

Y cada vez que nosotros nos enfrentamos a un nuevo año que pensamos en resoluciones y yo estaba hablando de 4 áreas primarias. Yo estaba hablando a nivel personal y eso tiene que ver mucho con nuestra salud, mucha gente que dice, pues este año voy a perder 30, 40, 50 libras o hay algunos como yo que tal vez decimos que me gustaría ganar aunque sea 5 ó 10 libras. Yo siempre trato pero no puedo. Algunos me dicen, ay, Omar, dame ese don que tu tienes. Pero ahí vamos.

Otra área tiene que ver acerca de nuestra familia, tal vez, uno quiere ser mejor esposo, mejor esposa, mejor padre, mejor hijo, mejor hija y nos trazamos nuestras metas a ese nivel también, a nivel de vocación profesional. Uno quiere ser o un mejor empleador o un mejor empleado y uno se busca la forma de poder funcionar en esas distintas áreas, y claro está, esa dimensión de nuestra relación con Dios, de cómo siempre podemos crecer, mejorar en nuestra relación con Dios.

Y por eso es que yo les estaba diciendo esto, mis hermanos, que nosotros nos atrevemos a creerle a Dios. Dígale otra vez a la persona a su lado, ‘atrévete a creer’. Y por qué yo digo, atrévete a creer? Eso suena como si nosotros no creyéramos ya, pero ¿Saben qué, mis hermanos? Hay veces que yo voy bien esto, obviamente yo siempre les hablo de mi corazón así que hoy estoy abriendo mi corazón a ustedes también. Pero yo me atrevo a decir que muchas veces las distintas circunstancias de vida por las cuales uno pasa, como que tronchan ese sentido de nosotros poder creer, de poder confiar, de que Dios puede hacer algo. Y tenemos la tendencia de tomar nosotros el control de las cosas porque como vemos que Dios está tardando en hacer algo, en obrar de alguna forma, pues, nosotros queremos intervenir en nuestra forma. Y muchas veces ese tipo de actitud puede tronchar también los planes de Dios.

Muchas veces eso puede tronchar esa forma de cómo Dios quiere obrar en medio de nuestras vidas. Y miren, yo los dirijo a un pasaje que para mí es clave. Está en Juan, Capítulo 14, si pueden ir conmigo. Juan, Capítulo 14 del verso 12 en adelante, dice:

“…. De cierto les digo que el que en mí cree las obras que yo hago, él las hará también. Y aún mayores hará porque yo voy al Padre y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo… ─ Verso 14 dice: ─…Si algo pidieran en mi nombre yo lo haré…”

Que bonito, ¿verdad? Son palabras claves para nuestra fe cristiana, para nuestra certeza, nuestra confianza en el Señor. Porque obviamente son palabras que no vienen de ningún hombre, son palabras que vienen de Jesús, es una promesa que viene de Jesús y nosotros depositamos toda nuestra fe en esas palabras.

Y claro está, mis hermanos, a lo largo de mi vida yo he visto momentos en los cuales yo he podido ver esas palabras en acción. Y yo estoy seguro que todos nosotros en alguna forma u otra, hemos visto estas palabras y las hemos visto concretizarse en medio de nuestras vidas. Que hemos pedido algo a Dios en el nombre de Jesús y Dios en su forma, a su manera, lo ha hecho. Como también yo puedo testificar que yo he tenido momentos en mi vida donde estas palabras se han desparecido, porque he pedido, he pedido, y he pedido y nada, nada sucede. Y yo no creo que no sea porque Dios no quiera, yo creo que hay muchas otras circunstancias en el mundo que impiden el que esas cosas se lleven a cabo.

Puede ser que hasta yo mismo esté pidiendo en una forma que no es correcta, y por eso es que Dios no lo permite. Pero lo que yo quiero enfatizar hoy, mis hermanos, es el asunto de que nunca podemos dejar de creer en Dios. Nunca podemos dejar de creer en Dios. Creerle a Dios. De que él se va a encargar de hacer lo que tiene que hacer en medio de nuestras vidas.

Yo miro aquí a lo largo del salón y yo me imagino la serie de novelas que se están llevando a cabo en medio de sus vidas. Y no estoy hablando de las novelas de Univisión, conste. Estoy hablando de las novelas de ustedes, de cómo ustedes se baten día tras día en todas las cosas que hacen, cómo ustedes lidian con sus alegrías, con sus gozos, con sus victorias, y cómo ustedes lidian también con sus dilemas, con sus frustraciones, y cómo yo me imagino, que Dios está en acción en medio de cada una de esas cosas. Situaciones que de repente salen que uno se queda como que, guau, espérate, y esto de dónde salió? Yo no me esperaba esto. Y uno tiene que enfrentar eso y echarle mano.

O hay veces que cuando sale uno se asusta tanto que entonces uno se echa para atrás, y dice, no, yo no voy a meter mis manos ahí. Pero sea como sea mis hermanos, estamos hablando que son circunstancias, situaciones que están ahí en la olla con nosotros y tarde o temprano vamos a tener que lidiar con ello. Son situaciones que o fortalecen nuestra fe o debilitan nuestra fe. Y está en nosotros el que una o la otra se de.

Claro está, si yo miro esas palabras que nosotros estamos leyendo es porque tenemos la certeza de que nuestra fe puede ser fortalecida en el Señor y que tenemos que creer a lo que él quiera hacer en medio de nosotros y cómo él quiere y cuándo él quiera. Si yo me dejo llevar mucho por ese aspecto de que mi fe se debilita, entonces es porque estoy quitando mis ojos de esa promesa que el Señor nos ha dado, de que todo lo que pidiéramos en su nombre él lo hará.

Saben por qué digo esto, mis hermanos? Yo hago referencia a este otro pasaje de Hebreos, Capítulo 12, que fue otro pasaje que usé anoche también. Hebreos, Capítulo 12, muchos de nosotros lo conocemos, pero para beneficios de aquellos que tal vez no están muy familiarizados con este pasaje, es el que dice:

“… por tanto nosotros también teniendo a nuestro alrededor una gran nube de testigos, despojémonos de todo el peso y del pecado que nos acedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante... ─ cómo dice después? ─… puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, pero yo diría de nuestra fe…”

Yo me imagino que cada uno de ustedes en las distintas resoluciones, metas, que usted se está trazando para este nuevo año, o las que usted está cargando del año 2010, las situaciones con las que usted se puede enfrentar porque póngale el sello de que van a salir circunstancias buenas que van a impulsar lo que usted pueda alcanzar esas cosas, como también van a salir circunstancias difíciles que lo van a poner perplejo y no va a saber cómo proceder. Pero en medio de todas esas cosas, mis hermanos, si hay algo que yo les puedo decir es que usted mantenga sus ojos puestos en el Señor. Mantenga sus ojos puestos en esas promesas que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, promesas que de acuerdo a nuestras vidas, el Señor se encarga de cumplirlas en su debido momento, en su debida forma, en la forma que él mejor entienda para usted.

Mira, puede ser que tal vez a este caballero que está ahí atrás, el Señor decida hacer algo con él en una forma distinta a cómo lo haga con este joven que está aquí al frente, también. Puede ser que la forma en que Dios obre conmigo sea una forma distintas de cómo lo que va a hacer también con esta niña aquí.

Mis hermanos, pero en medio de todas esas cosas, lo más importante de saber es que si Dios ha dado una promesa él va a cumplir su parte del trato, del deal, como quien dice. Él se va a encargar de cumplir eso. Está de nosotros entonces que nosotros nos atrevamos a creerle al Señor.

Miren, ustedes se recordarán de este proverbio, libro de Proverbio, Capítulo 3, solamente voy a hacer referencia a algunos de estos pasajes. Proverbios, Capítulo 3, verso 5, miren cómo dice:

“…Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus camino y él enderezará tus veredas. No te creas sabio en tu propia opinión, teme a Jehová y apártate del mal, porque será medicina a tu cuerpo y refrigerio a tus huesos…”

Este proverbio, cuando yo lo leo, para mí es clave. Al yo enfrentar un nuevo año, para mí esto es clave. Yo puedo hacer mucho planes y fácilmente dejar a Dios fuera de esos planes. Pero lo que estas palabras me están diciendo es que yo tengo que hacer esa acción intencional de reconocer a Dios en todo lo que yo hago.

Y ¿Saben qué? Esto yo lo puedo decir, ok, voy a escribir en esta libreta todos mis planes y después voy a decir, ok, Señor, qué tu crees de todo lo que escribí? Versus, primero decir, Señor, qué yo debería hacer en este nuevo año para entonces venir a la libreta y empezar a escribir en esa inspiración.

Y yo no estoy diciendo que una sea mejor que la otra, conste. No quiero decir eso porque yo creo que Dios honra también ese aspecto de que uno sea proactivo y que uno se trace sus planes y pedir el favor de Dios en eso. Pero muchas veces tenemos que aprender a irnos también por ese otro lado, aprender a buscar de parte de Dios, creer, miren cómo lo voy a decir, creer, creer que Dios tiene la capacidad de darnos revelación a nosotros de qué es lo que él quiere hacer en medio de nuestras vidas.

Y que no tan solamente creamos cuando Dios empiece a mostrarnos esas cosas, sino con esa creencia venga la sensibilidad de poder responder en una forma afirmativa a lo que Dios nos inquiete a nosotros a hacer. Que nosotros nos salgamos de nuestra comodidad un poco y podamos aceptar los retos que Dios traiga a nuestras vidas y alcanzar aquello para lo cual él nos está llamando a nosotros.

Y yo les soy honesto, mis hermanos, muchas veces nosotros queremos jalar a Dios a nuestros planes y decir, no Señor, esto es lo que yo quiero. Y de nuevo, está bien decir, Señor, mira, yo quiero esto, pero aunque que tengamos esa actitud, que nosotros también podamos ser lo sensible suficiente que si Dios nos dice a nosotros, tu quieres eso, pero que tal si consideramos esto? Me siguen por dónde voy?

Usted se quiere identificar como un verdadero hijo, una verdadera hija de Dios? Podemos ser una de dos clases de hijos: los que queremos amoldar a papá a nuestros planes, o podemos ser el tipo de hijo que si papá nos jala y nos dice, vamos a hacer esto primero, que lo hagamos. No a regañadientes, pero con un corazón sensible, humilde, dispuesto, obediente.

Yo no sé, mis hermanos, pero yo me atrevo a decir, es más, lo voy a decir para mí, si yo me atrevo a creerle a Dios que cuando él quiere hacer eso en mi vida las cosas van a ir bien, yo estoy seguro que voy a ver cosas grandes.

En la misma forma me atrevo a decir, que si usted se atreve a creerle a Dios cuando él empieza a hacer eso con usted, usted también va a ver cosas grandes. Podrá sonar sencillo lo que estoy diciendo, mis hermanos, pero yo sé que no lo es. A nadie le gusta que lo muevan de un lado a otro. A nadie le gusta, pero si entendemos que Dios es nuestro Padre, y tal vez algunos de nosotros venimos con un trasfondo donde la imagen paterna es medio turbia, esa figura de autoridad como que la resistimos a veces. Pero si esa es la situación, con más intención todavía Dios quiere agarrarnos, movernos, moldearnos, disciplinarnos para que entonces nosotros podamos ver lo él quiere hacer en nosotros.

Así que, mis hermanos, yo sé que solamente yo soy un poco más jocoso, pero hoy no es el momento de ser jocoso. Porque lo que estoy diciendo tiene un peso, lo que estoy diciendo lo estoy diciendo con temor y temblor. Porque yo sé que lo que estoy diciendo no es nada fácil de hacer. Muchos menos en el tipo de sociedad en la cual nosotros vivimos, donde se nos anima y se nos motivo, y se nos instruya a que nosotros asumamos control de nuestras vidas. Lo que yo estoy diciendo es que nosotros soltemos ese control al trato de Dios.

Y ahí es donde viene ese aspecto de atrevernos a creer que lo que sea que él quiera hacer en nosotros, es mucho mejor de lo que nosotros podamos hacer, mucho mejor de lo que nosotros podamos decidir o pensar. Fantástico, hagan sus planes, planeen su vida, sean proactivos, tomen acción, por favor háganlo. No se queden ahí sentados entonces esperando a que Dios haga algo. No, no, no, tome acción, haga las cosas que está haciendo o que planea hacer, reconozca a Dios en todos su camino, y él se va a encargar de enderezar sus veredas.

A eso es a lo que se refiere lo que yo estoy diciendo. Usted reconoce a Dios en su camino, y cuando él endereza… imagínese esa acción de enderezar algo. Usted tiene algo que está todo virado, torcido, que doloroso sería ese proceso de ponerlo todo en su lugar.

Miren, hay veces, yo no sé si usted se ha dado cuenta, pero hay veces que yo me jorobo y mi espalda se va para el frente y yo sé que eso puede ser un peligro para mí. Si yo mismo cuando yo trato de enderezarme, que yo mismo siento el dolor en mis vértebras cuando se acomodan otra vez, cuán más doloroso sería el que otra persona lo haga por mí, con la fuerza que necesita para poderme enderezar.

Suena bien bonito ese proverbio, “reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas.” Ese punto de Dios es doloroso. Pero miren, a través de ese dolor viene algo nuevo, algo bueno, porque entonces uno se siente más derecho, más firme para poder enfrentar cualquier cosa que venga.

Así que, mis hermanos y hermanas, yo los quiero dejar con esta palabra en esta noche. Sea cual sea la meta, los planes que usted tenga, sea cuales sean los retos, las dificultades que puedan llegar a su vida en este año 2011, miren, atrévase a creer. Atrévase a creer como dice el Señor Jesús, que lo que usted pida al Padre en el nombre de él, él lo va a hacer. Tal vez no lo haga a su tiempo, pero lo va a hacer.

Y reconózcalo en todos sus caminos, y cuando usted sienta el dolor de que lo están tirando en una dirección que usted no pensaba, suéltese y deje que el Señor lo enderece.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Padre, te doy las gracias, Señor Jesús, en esta bella noche, Señor Jesús. Cada vez que tenemos la oportunidad de exponernos a tu palabra, cada vez que tenemos la oportunidad de escuchar, Señor, lo que tu tienes para nosotros, es un privilegio, Dios. Yo lo considero como un privilegio. Y Padre, asimismo, yo tengo que reconocer que lo que tu pides de nosotros no es nada fácil, muchas veces, quieres darnos sí una vida abundante, una vida bendecida, pero también tiene sus procesos dolorosos.

Así que, Señor, yo te quiero pedir por cada uno de mis hermanos y hermanas, a medida que ellos continúan adentrándose a este nuevo año 2011, Señor, yo sí declaro tu cobertura, yo declaro tu protección sobre sus vidas, Señor, que tu los libres de todo mal, Padre, líbralos de todo mal. Que tu cuides su entrada y su salida, su acostarse y su levantarse, Señor, pero aún después de haber dicho esto, Señor, si llegaran esos momentos duros y difíciles en la manera que se puedan manifestar, sí sabemos que no podemos evitar las dificultades, Señor, nosotros podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, podemos tratar de cuidar nuestra salud, pero eso no impide que podamos enfermarnos en algún momento.

Podemos tratar de guiar con precaución pero líbranos, tu Señor, un accidente puede ocurrir en cualquier momento. Podemos luchar por tener familias sólidas y estables, pero eso no impide que haya momentos de roces, de corajes, de molestias. Pero no quiero enfocarme tampoco en esas cosas negativas, Señor, quiero también resaltar todas las bendiciones con las cuales nos vamos a encontrar. Quiero resaltar también esos momentos donde vamos a ver tu mano moviéndose con poder, Señor, donde vamos a ver peticiones que sean concedidas, Señor. Donde vamos a ver puertas que se abran de par en par, Señor, que nosotros no tengamos ninguna otra opción que decir, guau, Señor, esto definitivamente eres tu que te estás moviendo aquí! eres tu el que me ha dado la fuerza para hacer esta riqueza, o para escribir todas estas cosas. No ha sido la fuerza de mi propia mano, sino que has sido tu, Señor, el que lo has hecho.

Así que, mi Dios, yo te ruego, Padre, que a lo largo de lo que va comenzando de este año 2011, Señor, yo te pido que tu fomentes en cada uno de mis hermanos y hermanas, ese sentido de fe que todos necesitamos, Señor, para atrevernos a creerte a ti de que tu te encargarás de proveer las cosas.

Señor, mira, yo me atrevo a decir que van a haber personas aquí que van a tener que tomar decisiones riesgosas, van a tener que tomar decisiones donde si se dejan llevar por lo que pueda suceder, nunca lo van a hacer. Pero Señor, van a tener que tomar esas decisiones como quieran. Algunos van a tener que cambiar de trabajo, algunos van a tener que cambiar de localidad, algunos van a tener que cambiar de formas de pensar y concebir esa idea es bien difícil, pero, Señor, aún en medio de esos riesgos, yo declaro, Señor, que tu estarás ahí, que tu responderás a las oraciones de tus hijos e hijas, Señor, y que tu no los vas a dejar caer en vergüenza, Señor Jesús.

Padre, cualquiera sea el caso, Señor, desde lidiar con una persona difícil en el ámbito de trabajo, hasta lidiar con un cónyuge o una persona nueva que vayamos a conocer, Señor, yo te pido, por gracia, por discernimiento, Señor, nuestras palabras, atrevernos a creerte a ti, Señor, de que tu puedes infundir en nuestras mentes esa gracias para saber cómo hablar, para no ser tan rápidos de juzgar a otros, Señor, sino que sepamos ver a las personas como tu los ves a ellos primero, Señor.

Oh, Dios, mira, ayúdanos a enfatizar esta enseñanza que tu nos das. Que antes de quitarla la pajita que pueda tener otra persona en su ojo, que siempre podamos quitarnos nosotros primero las vigas que tenemos en nuestros ojos para poder ver mejor, Señor.

Padre, yo bendigo a tus hijos e hijas, Señor, en esta noche. Yo les bendigo, Padre, yo declaro sobre ellos, sobre sus familias, sobre todo lo que ellos hacen, sobre todo lo que ellos poseen, Señor, yo declaro tu bendición, yo cancelo cualquier obra del enemigo, Señor, que trate de destruir lo que tu estás haciendo en sus vidas, Señor, yo lo cancelo en tu nombre, y yo declaro que todas las cosas obrarán para bien, Señor, para todos aquellos que te aman, Señor, y yo sé que aquí hay un grupo bien grande de personas que te aman, Señor.

Sea cual sea la forma que tu quieras usar para llamarnos la atención, para enderezar nuestros caminos, ayúdanos a tener esa sensibilidad de espíritu y de corazón para poderte obedecer y responder en la forma que tu quieres que respondamos. A ti te damos toda la gloria y todo el honor, Señor, llévanos con bien hasta nuestros hogares, bendícenos, Señor, danos un sueño tranquilo, reparador, mi Dios, para las energías de nuestro cuerpo y que mañana si así tu lo permites, Señor, podamos echarle mano a un día más y poder lograr las cosas que estén a nuestro alcance y si tu nos das la oportunidad de hacerlo algo más por otra persona, Señor, mira, que nuestro brazo no se estreche, no se acorte, sino que podamos extender nuestras manos y servir a aquellos a nuestro alrededor.

Bendecimos tu nombre en esta noche, Señor, en el nombre de Jesús. Amén.

Una promesa de compañía

TRANSCRIPT

Déjeme ir a compartir algo que estaba meditando hoy y si se recuerdan bien, cuando comenzamos el servicio hoy, comenzamos leyendo ese salmo 91 donde habla acerca de tener a Jesús, ¿Cómo es que dice? El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo quién?

So, estamos hablando de un sentido de protección de parte de Dios, un sentido de compañía, de presencia. Y hoy yo quisiera hablarles acerca de este tema: Una promesa de compañía. Quiero hablarles de esto, una promesa de compañía. Así que si me puede hacer un gran favor, le puede decir a la persona que está al lado suyo, prepárate porque Dios te quiere hablar. Hay una palabra para ti hoy y así yo lo creo. Hay algo para usted hoy en el corazón, amén, yo lo recibo. Yo lo creo así, yo creo que ya Dios me dio mi porción y la voy a compartir con ustedes ahora.

Una promesa de compañía. Si yo le fuera a preguntar, mis hermanos, qué es una promesa? Yo me puse a buscar como buen estudiante, y encontré en el diccionario la siguiente respuesta o definición. El diccionario define una promesa como un ofrecimiento solemne, me gustó eso, un ofrecimiento solemne que es equivalente a un juramento de cumplir bien los deberes de un cargo o función que se va a ejercer.

Déjeme repetirlo. Un ofrecimiento que equivale a un juramente de cumplir bien, mira eso, cumplir bien los deberes de un cargo o función que se va a ejercer. Soy, en otras palabras, esto indica una persona que se compromete a cumplir o ejercer algo en favor o por el bienestar de otra persona.

Si yo les doy varios ejemplos de esto, cuando uno se casa en el altar, qué es lo que uno hace? Uno hace una promesa de estar por esa persona en tristeza, en alegrías, en pobreza o en riquezas, en salud, en enfermedad. Esos son los votos, esos son esas promesas y uno dice, mira yo, estoy haciendo un juramento con esta persona de que yo voy a cumplir bien esa promesa, de que voy a estar contigo, de que te voy a cuidar, que te voy a proteger, yo voy a suplir a tus necesidades.

Otra promesa que uno puede ver es, si usted tiene un hermano, una hermana, un amigo, una amiga que son uña y carne, como yo digo a veces, y esa persona usted la encuentra en una necesidad y usted se compromete con esa persona, y usted le dice, mira, yo te prometo que yo voy a orar por esta semana todos los días a las 9 de la mañana, yo voy a ponerte en oración. Pero yo no estoy diciendo de esas promesas de que sí, voy a orar, pero mañana se me olvida que le dije a esa persona que iba a orar. Yo estoy hablando de esas promesas donde uno dice, mira, yo te prometo que tal día, a tal hora, es más, en tal rincón de mi casa, yo voy a estar orando por ti. Tu puedes estar seguro de eso. Y por toda esa semana pasan los días y usted está a la hora que usted dijo, en el lugar que usted dijo, orando por esa persona. Y usted cumple con esa promesa y esa promesa trae bendición sobre esa persona.

Otro ejemplo que tal vez muchos de nosotros lo vemos muy bueno, es cuando usted firma un préstamo en el banco. Perdón no quise traer eso a su memoria!! Pero es otro ejemplo, porque usted está haciendo una promesa de pagar su casa a 15, 20 ó 30 años, y si usted no cumple con eso, hay consecuencias. Ok, pueden orar después por ustedes para que les perdonen.

Pero, claro está, el mayor gesto de una promesa, mis hermanos, se ve en la persona de Dios. Es el Dios de pacto del cual nosotros cantamos, del cual nosotros oramos, hablamos. Dios que se compromete con su pueblo. Como estaba diciendo hace unos minutos que aún cuando ese pueblo, muchas veces insiste en caminar de espalda a Dios, Dios se mantiene ahí. Dios dijo, no, no, no. yo he hecho un ofrecimiento solemne. Yo hice un juramento de que yo voy a cumplir bien mis deberes como Dios, de mi cargo como Dios y que las funciones que yo tengo que hacer, las voy a ejercer aunque tu me des la espalda, pero yo voy a estar ahí. Una promesa de compañía.

Miren, tal gesto, aquí es donde yo veo que está lo bello de una promesa, tal gesto va a generar en nosotros un sentido de esperanza. Acaso eso no es lo que hace una promesa? Si yo le prometo algo a usted, usted va a tener la esperanza de que va a recibir algo, de acuerdo a lo que se le ha prometido. Usted va a tener un sentido de esperanza que le va a dar a usted ánimo en dirección hacia el futuro y también le va a dar ánimo a usted concerniente a su presente. Porque entonces su presente, esa esperanza le nutre a usted y día tras día usted va en dirección a ese futuro, y por ende, estamos viviendo con un sentido de esperanza que nos llena tanto en este tiempo corriente en el cual estamos ahora, como también nos impulsa a seguir adelante.

Así que esa esperanza, por último, en la ecuación, como yo diría, esa esperanza nos da a nosotros un sentido de confianza. Si hay una persona que hizo una promesa que va a cumplir algo en mí favor, eso me va a dar esperanza y como estoy esperanzado, esa esperanza me va a dar un sentido de confianza en esa persona, de que esa persona no me va a traicionar, de que esa persona no me va a decepcionar, que puedo contar con esa persona. Y eso es Dios para nosotros.

Miren algo en un ejemplo bíblico. Vayan conmigo a Éxodo, Capítulo 33. Voy a dar distintos ejemplos bíblicos pero que yo creo que son bien claves, que nos pueden dar mucha luz en esto que estamos hablamos. Éxodo, Capítulo 33, voy a leer del verso 12 en adelante, una promesa de compañía, miren cómo Moisés está hablando con Dios en este suceso donde Moisés está, como quien dice, tanteando con Dios, mira, tu nos has traído hasta aquí y nos estás llevando ahora a la tierra prometida, pero antes de entrar a la tierra prometida, yo me quiero asegurar de que tu vas a ir con nosotros. Pues, miren, cómo se da esta conversación:

“….Dijo Moisés a Jehová, verso 12, mira, tu me dices a mí, saca a este pueblo y tu no me has declarado a quién vas a enviar conmigo. Sin embargo, tu dices, yo te he conocido por tu nombre y has hallado gracia también en mis ojos. Ahora pues, si yo he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino para que te conozca y halle gracia en tus ojos y mira que esta gente es pueblo tuyo…”

No sé, pero estas palabra son algo, como algo irónico, es como que, ok, Moisés le está diciendo, yo sé que he hallado gracia, pero te voy a pedir que me des gracia. Es como que, ok, o te peinas o te haces rulos, cuál quieres hacer? O la tienes o no la tienes? Pero si entendemos bien el contexto de este pasaje Moisés lo que está diciendo es como que desde el momento que tu me llamaste a sacar el pueblo de Egipto hasta aquí, tu me has mostrado, como quien dice, una porción de tu gracia, pero ahora de este momento en adelante yo necesito ver algo nuevo, más o menos eso es lo que Moisés le está queriendo dejar saber a Dios. Entendieron?

Entonces, miren cómo Dios responde, verso 14:

“… Mi presencia irá contigo y te daré descanso...”

Entonces, Moisés le dijo: “… Si tu presencia no va conmigo, no me saques de aquí…”

En otras palabras, yo quiero estar bien seguro. So, si tu presencia no está conmigo, para allá yo no voy.

“… Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y pueblo, sino en que tu andes con nosotros y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra…”

Si yo te parafraseo ese verso ahí, lo que Moisés le esta queriendo dejar saber a Dios es como que, mira la única forma en que nosotros podemos saber que tu presencia va con nosotros, es que dondequiera que nosotros nos metamos la gente, los pueblos donde nosotros estemos, se den cuenta de que tu estás con nosotros, que nosotros no tengamos que decir, Dios está con nosotros, sino que el mero de nosotros entrar en algún lugar, ya le de entender a la gente como que, guau! Esa gente tiene tremendo bodyguard con ellos. Por que se va a notar. So, eso es lo que Moisés le está queriendo pedir a Dios. Y entonces, miren, Dios tan bonachón él, no, no bonachón, tan bueno, Dios le dice a Moisés:

“…Sabes que? También voy a hacer esto que tu has dicho por cuanto has hallado gracia en mis ojos y te he conocido por nombre…”

Así que Dios está confirmando esta promesa a Moisés. En principio cuando lo llamó, miren el encuentro que Moisés tuvo con Dios en la zarza, en ese momento cuando Dios lo llamó, y le dijo, “Ve, saca a mi pueblo, preséntate a faraón y sácalos de ahí”. Y Moisés le empieza a decir, ah, quien soy yo, si yo soy un gago, yo no sé hablar, envía a Aarón. Qué fue lo que Dios le dijo? Él se lo dijo, “Yo voy a estar contigo”, le hizo esa promesa. Yo voy a estar contigo. Le hizo una promesa de compañía y la cumplió. Lo demostró con señales, con prodigios, la gaguera se le fue porque Aarón no tuvo que hablar por él sino que él lo hizo.

So, Dios le demostró esa promesa de compañía a Moisés. Y ahora aquí en este punto en la vida lo está reafirmando, diciéndole, mira, Papito, tu has hallado gracia conmigo, tu estás cool, hay buena onda entre tu y yo, pero si quieres más, mira, te lo voy a decir, me presencia va a ir contigo. Estoy reafirmando mi promesa de que yo voy a estar contigo. Y ya saben cómo la historia sigue.

Estuvo esa promesa, y esa promesa se trasladó entonces a este otro personaje que a mí me fascina y me encanta, y no es porque sea mi segundo nombre, pero estoy hablando de Josué. Cuando nosotros vemos la historia de Josué, miren Josué, capítulo 1, les dije un secreto, por si no lo sabían, mi nombre es Omar Josué. Miren cómo Dios le dice a Josué, Cuando Moisés muere, Josué, capítulo 1 Dios le dice a Josué:

“… Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tu y todo este pueblo a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como se lo había dicho a Moisés, todo lugar que pise la planta de tu pie, desde el desierto del Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar, donde se pone el sol, será tu territorio…”

Entonces aquí este verso a mi me fascina, recíbelo como si fuera Dios hablándote a ti. Mira cómo dice:

“…Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida, como estuve con Moisés, estaré contigo…”

Estaré contigo. Mira aquí lo afirma aún más todavía, le dice:

“…No te dejaré ni te desampararé…”

La promesa se renueva una vez más. Una promesa de compañía. Yo voy a estar contigo. Oigan miren esto. Déjenme hacer un paréntesis aquí.

Miren qué cosa más bonita. Como Dios nos pesca, por así decirlo. Dios nos da estas promesas tan bellas y tan hermosas, voy a estar contigo. No te voy a dejar. No te voy a abandonar. Me presencia va a estar contigo. Te voy a acompañar. Pero él no nos dice los problemas que nos vamos a encontrar en el camino. Yo creo que por algo obvio él le dijo a Josué en 3 ocasiones, esfuérzate y sé valiente, el verso 6. el verso 7 qué le dice?

“…Solamente esfuérzate y se muy valiente. Y entonces en el verso 9 qué le dice? Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas…”

Una promesa de compañía. Hoy usted se va a ir de aquí con esa frase grabada en su cabeza. Usted tiene una promesa de compañía. Y yo le voy a decir cómo usted puede comprobar que usted tiene una promesa de compañía. Pero mire, para terminar mi paréntesis. Sabe por qué le digo que Dios sabe cómo pescarnos y engatusarnos? Engatusarnos, no, no, no. Perdón, como atraparnos, cautivarnos, enamorarnos, a eso es lo que me refería. Él nos presenta todas estas promesas que son tan bellas, tan hermosas.

Hey, mira, dondequiera que tu pongas tu pie, eso va a ser tuyo. Tu quieres un carro? Ve y písalo, va a ser tuyo. Tu quieres una casa? Vete, písala, va a ser tuya. Es un chiste que yo escuché: tu quieres una esposa, un esposo? Písala, písalo, reclámale en el nombre del Señor. Si te dan un cantazo pues ya saben… pero reclama, eso, o sea son promesas bellas y hermosas que el Señor nos da. Uno ve todo el vislumbre de esas promesas que el Señor nos está dando, que nos está diciendo, que nos está mencionando y uno, guau!

Imagínense a Abraham cuando le dice, mira el cielo, mira las estrellas, tu ves todo eso? Así va a ser tu descendencia. Yo me imagino a Abraham ahí, las babitas así saliéndose. Guau! Pero no le dijo todos los problemas que iba a encontrar en el camino.

Miren, un detalle bien interesante de la historia de Josué. Saben cuántos reyes Josué tuvo que conquistar en su época? Josué, capítulo 11, miren esto, el verso 24, aquí te da el resumen porque si me empiezo a decirlo a todo los voy a marear. Pero Josué en total pudo derrotar 31 reyes, 31 reyes. Eso significa que por cada rey, estamos hablando que era una nación o un país distinto. So, no tan solamente derrotó a ese rey, sino que con ese rey también derrotó a todo el ejército que estaba de parte de ese rey. 31, en total.

En otras palabras, es como decir, 31 problemas tuvo que enfrentar en su vida y tal vez si usted se pone a sacar cuentas, usted me va a decir, ah, pues yo soy mejor que Josué porque yo llevo 67 o algunos de ustedes llevarán 80 y algo, no me lo tires tanto a 500.000, por favor. Eso es la naturaleza del hispano, del latino, es el hiperbólico. Dios tiene que tratar en esa área con nosotros. No, muchacho, que allí se formó una pelea y había como mil personas involucradas, y eran 3 nada más, yo lo vi todo.

Pero miren esto, mis hermanos, esto es un detalle que yo creo que es bien importante. Saben por qué? Porque con la promesa del Señor, obviamente no está diciendo que usted va a tener ausencia de problemas y de circunstancias que tiene que enfrentar. Pero lo que esto sí está queriendo decir, es con cada uno de esos 31 reyes que Josué tuvo que enfrentar, estaba la presencia de Dios con él. Por qué? Porque había una promesa de compañía, había una promesa de protección. Había una promesa que aunque David dijo esto, tiempo después, porque yo estoy seguro que quién sabe si el mismo Josué había pensado, el que habita a la sombra de quién? Morará bajo quién? Por eso es que les pregunto, porque es que a mí se me olvida. Quiero que me lo refresquen.

Aún en medio de adversidades, de problemas, o dificultades, la promesa se manifiesta en el hecho que la compañía de Dios va con cada uno de nosotros a lo largo de todas estas circunstancias. Dios no se aleja. Dios se mantiene con nosotros. Dios usa esas circunstancias para moldearnos, para tratarnos, para ponernos más de acuerdo a la imagen que él quiere que nosotros tengamos, el formato de cabeza, de pensamiento que él desea que nosotros tengamos, y Dios se vale, mis hermanos, de todas las cosas para tenernos ahí. Pero eso confirma aún más el mero hecho de que él tiene una promesa sobre su vida, y es el mero hecho, de que él quiere pasar tiempo con usted.

Cómo yo les puedo confirmar esto? Qué es lo que dice Jesús en Mateo, capítulo 28? Alguien me lo puede recordar. Qué dice la gran comisión? Porque a mí se me olvidó. Dígamelo, van bien, van bien… Jesús dice, por tanto id y haced… a dónde? Todas las naciones, y qué hay que hacer? Bautizarlos en el nombre del Hijo del Espíritu Santo enseñándoles que guarden todas las cosas que yo he mandado,

Mira cómo se confirma la promesa otra vez de la compañía de Dios. Qué es lo que dice después? Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Óigame, yo no sé usted, pero cuando yo pienso en eso, y yo miro hacia atrás, yo me digo, guau, Señor, tu estuviste con todas estas personas a lo largo de la historia y esa promesa de tu compañía no ha fallado, no ha cesado, no se ha acabado, porque en las palabras de Jesús, esas palabras donde él les estaba diciendo a los discípulos, vayan por todo el mundo, prediquen el Evangelio, bautícenlos, enséñenles todas las cosas que yo les he enseñado a usted, y con esa misma enseñanza viene ese punto donde el mismo Jesús está diciendo, y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo, todos los días hasta el fin del mundo.

Óigame, mi hermano, cuál es el propósito con yo compartir esta palabra con ustedes en esta noche? Cuando usted salga de aquí, váyase con un sentido de esperanza, váyase con un sentido de confianza sabiendo que el Señor está con usted, que no se oiga como un cliché. Sí, ya, la vieja historia de antaño, Dios está conmigo. Si usted piensa así, hmm, I wonder, si Dios verdaderamente esta ahí. Bueno, sí Dios está ahí, pero nosotros lo estamos ignorando.

Pero esa promesa, mis hermanos, va con nosotros dondequiera que nosotros vayamos. Pase lo que pase cuando usted salga de aquí de esta puerta, y obviamente que Dios le cubra, que Dios le proteja, que él lo arrulle en su sala y que los proteja bien, pero pase lo que pase, cuando nosotros salimos de aquí y llegamos a nuestra casa, nuestro trabajo, nos encontramos con nuestras amistades, colegas, amistades de antaño que cuando los miramos nos traen un tic nervioso como que, ay, esta persona. Mire, pase lo que pase, usted tiene una promesa de que Dios está con usted, de que Dios le está dando compañía, de que Dios lo está dirigiendo, de que Dios abre puertas y cierra puertas, de que Dios se ha comprometido con usted para cumplir una serie de funciones que están de su parte para bendecir su vida.

Y en la misma forma nosotros tenemos que vivir a la luz de esa palabra, mis hermanos y hermanas. Si Dios, como dice Pablo en Romanos, si Dios es por nosotros, quién contra nosotros? En medio de esas adversidades, mira sí problemas llegarán a nuestra vida y van a tratar de confundirnos, van a tratar de engatusarnos, ahí sí puedo usar esa palabra, para nosotros perder el enfoque de lo que Dios verdaderamente quiere hacer en nuestra vida, pero miren, aún en medio de eso, Dios mete su mano. Dios cubre, protege, saca, pone, él hace de las suyas para que nosotros podamos ver y entender que él está ahí con nosotros.

Así que, mis hermanos, como se le dice a Josué, yo les mando a ustedes a que se esfuercen y sean valientes. Cuando usted salga por esa puerta o por esta, cualquier puerta que usted salga, esfuércese, sea valiente. Que el frío no le congele los pensamientos, ni le congele el espíritu. Sea cual sea la situación que usted vaya a enfrentar cuando usted salga a esas puertas, póngale nombre, llene el espacio en blanco, sea cual sea la situación, esfuércese, sea valiente, no tema, no desmaye. Por qué? Porque Dios está con usted dondequiera que usted vaya.

Cuando vaya al trabajo, dígalo, Dios está conmigo. Cuando usted se vaya a acostar a dormir, el Señor está conmigo. Alguien le viene con un chisme, mira que si tu esto, aquello, lo otro, Dios está conmigo, neutraliza ese pensamiento. Dios le da a usted esa capacidad. Dios no hace de sus hijos monigotes blandengues que no puedan hacer nada, sino que Dios le a usted el poder y la autoridad para que usted pueda llevar a cabo todas esas cosas, todas las cosas que él quiere que usted haga.

Así que vamos a ponernos de pie, mis hermanos, y vámonos con esta palabra de ánimo, de esperanza, de confianza. Es más, vamos a leer el salmo 91 otra vez, por favor.

Tienen el salmo 91 ahí conmigo? Vamos a leerlo todos juntos. Esta va a ser nuestra oración.

El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quién confiaré? Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora, con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro. Escudo y adarga es su verdad. no temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en la oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya, caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, más a ti, no llegarán.

Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo, por tu habitación. No te sobrevendrá mal ni plaga tocará a tu morada, pues a sus ángeles mandará a cerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. en las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra, sobre el león y el áspid pisarás, hollarás al cachorro del león y al dragón, por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré, le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé. Con él estaré en la angustia, lo libraré y le glorificaré, lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.

Amado Dios, nosotros reconocemos que estas son palabras que tu le das a tu pueblo, le das a tus hijos e hijas. Son promesas tuyas, de tu compañía en medio de nuestras vidas. Y, Señor, yo declaro estas palabras, mi Dios, las hemos declarado juntos, las hemos confesado sobre nuestras vidas, sabiendo, Señor, que nuestra seguridad está en ti. Así que una vez más yo declaro este pueblo bendecido, protegido por ti, Señor, y juntos a una voz, también levantamos un clamor por un hermano de esta iglesia, Señor, por mi hermano David Muñoz.

Padre, tu conoces su situación de salud, mi Dios, cómo esta familia está viviendo distintas situaciones y adversidades en estos momentos. Padre, yo te suplico que esta palabras que se han predicado, Señor, es más, yo las envío ahora mismo sobre la vida de David y Señor, yo declaro que él pueda sentir tu compañía ahora más que nunca, Señor. Yo declaro que ninguna plaga llegará sobre su vida, Señor, y que tu eres quien le sana, que tu eres quien le liberta mi Dios. Ahora mismo la vida de él, Señor, está en tus manos y te pedimos que tu le levantes, que tu sanes su ser por completo y que esto sirva de testimonio a toda su familia de que tu estás con ellos, que tu estás en medio de ellos, que tu les das tu compañía, y que tu eres quien los proteges.

Padre, declaramos su vida bendecida por ti. Y asimismo, Señor, yo bendigo a este pueblo, mi Dios. Declaro que seas tu dirigiéndoles que al ellos salir de aquí, que ellos puedan salir con la certeza, la esperanza, la confianza de que esa promesa de tu compañía va con ellos dondequiera que ellos van. Gracias te damos, Señor Jesús, te amamos y te bendecimos en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias, Señor Jesús. Gracias Dios.

El mejor regalo que satisface

TRANSCRIPT

Yo estaba pensando mientras yo preparaba el mensaje anoche y me decía, Señor, qué rápido se ha ido este año. Yo no puedo creer que hace un par de días atrás nosotros estábamos celebrando la despedida del año 2009 y recibiendo el 2010. Y dónde estamos ahora? Estamos ahí de decirle, vamos al 2010 y recibir el 2011. Esto significa que el 2012 se acerca, así si el calendario azteca está correcto.

Pero mejor vamos a pensar que fue que se le acabó la piedra a los indios de aquel entonces. Vamos a pensarlo así mejor. Pero obviamente mis hermanos, estamos en el tiempo de Navidad. Cuántos de ustedes ya pusieron su arbolito de navidad ya en su casa? Vamos a ver. Okay. Pusieron los venaditos que mueven la cabeza con lucecitas y todo al frente de la casa. Ok. Los que no lo han hecho… oiga póngase al día, adorne su casa. Póngase en el jingle, las canciones de jingle bells y cosas así.

Pero, mis hermanos, el asunto es que es la época, como quien dice donde rápido empezamos a pensar en regalos. Particularmente los niños empiezan a pensar en sus listas de regalos, cosas que les gustaría, que desearían tener. Nosotros mismos, empezamos a tirarle hints al esposo o a la esposa y diciendo, oye, qué lindo se ve eso en la tienda! O me gustaría, decimos, oye soñé que tenía tal y tal cosa en mi mano. Y empezamos así a comunicar nuestros deseos y empezamos a darle la listita a mamá santa y papá santa, porque obviamente no es que yo creo en Santa Claus, pero la mamá santa de Dios y el papá santo de Dios, pues empezamos a repartirle la lista, ¿verdad? Y no las enviamos al Polo Norte sino que la enviamos al lugar de donde nosotros vivimos para llegue bien la lista. Yo espero que no le esté dañando la historia a ningún niño que esté por ahí.

Pero el asunto es, mis hermanos, que esta es la época donde nosotros comenzamos a buscar cómo satisfacer algunas necesidades que nosotros tenemos como seres humanos. Comenzamos a pensar en cómo puedo satisfacer algo, un anhelo, un capricho que tengo ahí en mi corazón de algo que me gustaría tener. Y obviamente yo estoy hablando concerniente a la época de navidad, pero saben que esto se da en muchos aspectos de nuestra vida.

Siempre estamos buscando cómo satisfacer alguna necesidad en nuestro interior. Algunas personas dicen, si tuviera x, ye, cantidad de dinero, mi vida sería muchísimo mejor de lo que es ahora. Algunas personas podrán decir, oh, si mi esposa o mi esposo hiciera esto, pues mi vida sería mucho mejor de lo que es ahora. O hay padres que tal vez dicen, caramba, si mi hijo o mi hija, hiciera x o ye cosa, la vida sería tan y tan buena. O tal vez algunos de nosotros piensa como, oye si mi jefe fuera de tal y tal forma, mi lugar de trabajo sería un cantito del cielo en la tierra.

Y el asunto es que tendemos a pensar que nuestra satisfacción, la mayor parte del tiempo depende de lo que otra persona y alguna otra situación pueda hacer por nosotros. Y yo me atrevo a decir, que el 99.9% de las personas que están aquí en este lugar, sin hacer excepción de ninguna, en algún momento ha pensado de esta forma. Yo soy el primero.

O me equivoco? Corríjame. Dígame que ninguno de ustedes nunca ha dicho, si yo tuviera tal cosa, si alguien hiciera esto por mí, es más, hasta si Dios hiciera esto por mí, mi vida sería mucho mejor, ¿verdad? Habremos dicho esto en algún momento.

Pero miren, yo les voy a decir una verdad que es muy verdadera, válgame la redundancia. y el asunto es que aún si usted tuviera esas cosas, aún si alguien hiciera lo que usted desearía que hicieran por usted, aún si usted tuviese la cantidad de dinero que usted desea tener, aún si usted tuviese un jefe que hiciera lo que usted le gustaría que hiciera, aún si usted tuviese una esposa, un esposo que hiciera lo que usted le gustaría que hiciera, con todo y eso, usted no estaría totalmente satisfecho.

Algo nuevo saldría que va a ocasionar en usted una insatisfacción y usted va a estar buscando alguna otra cosa. Y esto se transmite en distintas formas. Y uno de mis mayores deseos es que esto se de en nuestra vida espiritual, que nunca esté satisfecho en su vida espiritual, que siempre esté anhelando, buscando algo más.

Pero, volviendo a la época de navidad, el asunto que en esta época estamos buscando que algún deseo sea satisfecho en nuestra vida, en nuestro corazón, en nuestro ser. Y yo quisiera hablarles hoy acerca del mejor regalo que satisface. El mejor regalo que satisface. Pregúntele a la persona al lado tuyo, tienes tu el mejor regalo que satisface? Dígale a la persona, dame una sonrisa si tienes tu el mejor regalo. Es para los esposos y esposas que están ahí afuera. Mire a su hijo, a su hija, en la cara y dígale, tu eres mi mejor regalo, tu me satisfaces.

Miren, vayan conmigo al libro de Juan, Capítulo 4. En este Capítulo hay una historia que yo sé que muchos de nosotros hemos escuchado, y si no la han escuchado pues hoy se van a enterar de la historia. Pero es la historia donde en un momento Jesús salió de Judea e iba en dirección a Galilea, pero tenía que pasar por Samaria. Y en ese transcurso de Judea a Galilea, paró en un pozo y en ese pozo de agua, le dijo a sus discípulo, muchachos, por favor, vayan ustedes, consíganse algo de comer, saben estaba un poco cansado. Vayan ustedes, consigan algo de comer, que yo me cojo un break aquí y descanso. Pero Jesús sabía lo que él estaba haciendo, porque él sabía que se iba a encontrar con alguien allí en ese lugar y ese alguien fue una mujer. Recuerdan la mujer samaritana cuando llegó que ya venía con su cántaro a buscar agua? Cuando llega a ese lugar, obviamente Jesús le pide agua, y a lo largo de esto comienza una conversación. Pero hubo algo de esta historia que me cautivó por el propósito de este mensaje. Y es el mero hecho que la historia de esta mujer, era una mujer que no estaba satisfecha. Era una mujer que de acuerdo al relato bíblico nos dice que había tenido ya 4 esposos y ahora iba en el número 5. So, dígame usted si la mujer estaba insatisfecha o no. yo quiero que usted imagine esto conmigo.

Cada navidad, la primera navidad se dio cuenta que no estaba muy satisfecha y qué dijo? Espero que para la próxima navidad tenga algo mejor. So en la próxima navidad, llegó el nuevo candidato y dijo, ay, si este esposo hiciera esto y esto y esto, por mí, mi vida sería mucho mejor. Pero qué pasó? No funcionó. Vamos a la próxima navidad. Hay esperanza, otro regalo. Ay, si este esposo hiciera esto, esto y esto por mí, mi vida sería mucho mejor de lo que es ahora. Pero qué pasó? No funcionó. Ah, la cuarta navidad llegó. Y qué pasó? Tampoco funcionó. Llegó la quinta navidad y a la quinta navidad supuestamente, de acuerdo al relato bíblico, todavía no era su esposo, so, dígame usted si estaba satisfecha o no? no había satisfacción ahí. No había encontrado satisfacción. Es más, ¿Saben qué? Yo me atreví a mirar un poquito más allá en esta historia y quién sabe si cuando se cruzó con Jesús en el pozo, quién sabe si habrá pensado, hmmm, candidato número 6. Buen mozo, ojos de crisol, que voz, guapo, es un judíos, judíos y samaritanos no se llevan, so, ahí tal vez mis papás van a tener algún problema con eso, pero hey, quién sabe si de aquí viene mi esperanza? So, empezó la conversación, pero qué le dijo Jesús? No way. Eso no soy yo. Yo te puedo conocer, te puedo recomendar un candidato que sí te puede satisfacer de verdad. Y ahí fue, mis hermanos, donde Jesús sacó esta frase y le dice a esta mujer: mira mujer, dame un poco de agua, solamente para iniciar la conversación. Cómo tu me pides agua, tu eres judío, soy samaritana. Hello, tu y yo no nos llevamos, qué es esto? Y ahí fue donde Jesús le dijo:

“…si tan solamente conocieras el don de Dios y quién es el que te pide agua, tu le dirías a él, dame a beber de tu agua para no volver a tener sed…”

Si conocieras el don de Dios. Esa palabra don se puede traducir también como el regalo de Dios. Y yo quisiera hacer una pregunta, mis hermanos. Por qué nosotros tenemos que aceptar ese regalo? Por qué lo tenemos que aceptar? Y una primera respuesta que yo les puedo dar. Es el mero hecho que quien lo ofrece es Dios. No es ninguna otra persona. ¿Saben qué? Los regalos que nosotros podemos dar están limitados. Nuestros regalos siempre van a estar limitados, porque tal vez no tenemos suficiente dinero, o no podemos comprar lo que nos piden, o es demasiado grande, o es demasiado portentoso. So, siempre vamos a tener nuestros límites, pero Dios da sus regalos, como dice Filipenses 4:19, Dios da sus regalos, Dios pues suplirá todas las cosas de acuerdo a sus riquezas en pobreza. No, su riqueza en gloria, así es como Dios da. So, los regalos de Dios vienen de un recurso ilimitado.

Los regalos que nosotros damos dentro de dos o tres días, o dentro de dos o tres semanas, tienen su significado y su valor, más sin embargo los regalos que Dios da, duran por toda una eternidad, duran por toda una eternidad. Así que por qué vamos a aceptar ese regalo? Por quién lo está ofreciendo. No se lo estoy ofreciendo yo. No se lo está ofreciendo el pastor Mirando. No se lo está ofreciendo la persona que está al lado suyo. Se lo está ofreciendo Dios.

Miren, el significado de un regalo, mis hermanos, no tan solamente se encierra en el mero hecho del gesto que te lo dieron. Yo no sé cuántos de ustedes le ha pasado esto que le dan un regalito, bien sencillo y cuando usted lo abre, es como que, oh, y después le dice a la persona que se lo dio para que no se sienta mal, le dice, no te apures, si el gesto es lo que vale. el gesto es lo que vale.

Pero el verdadero significado de un regalo no está necesariamente en el gesto de lo que te dan, sino también en el contenido de lo que te están dando. Si a usted le regalan una corbata, qué usted hace con esa corbata? Usted la coge, la analiza, guau, que bonita, tela fina, cómo es la marca? Nueva York, Tommy Hilfigher, yo las compro marca Tiger y marca Coast. So, digo guau, que linda, y entonces uno las va clasificando de acuerdo al gusto de uno. Si a una mujer su esposo le regala un collar, le regala una pulsera, una sortija o algo, qué es lo que usted hace? Usted conoce ese regalo y usted lo primero que mire si es oro oro, oro blanco, si es titanio o de cuántos quilates es el oro, o de cuántos quilates es la piedra que tenga esa prenda también. Vemos todo eso y queremos conocerlo.

Si a usted le regalan una computadora, obviamente está el significado del gesto, guau, me regalaron una computadora, pero entonces usted lo que va a hacer es conocer ese artefacto. Y usted lo saca de la caja, lo conoce, va conectando todas sus partes hasta que usted se familiariza con esa computadora y la logra dominar con los ojos cerrados. En la misma forma, mis hermanos, ese regalo que nos da Dios, ese gesto tiene un significado, tiene un valor, pero el valor significado se ve en la complejidad del contenido de ese regalo. Que no es suficiente con el mero hecho de abrir una cajita y decir, ah, sí, que chévere, y la ponemos al lado, sino más bien, es el mero hecho, mis hermanos, de que hay un contenido que uno tiene que conocer, que uno tiene que explorar, que uno tiene que prestar atención a ello para ver que uno logra sacar de ese regalo.

Y aquí es donde yo veo, donde está la diferencia, mis hermanos, de cómo nosotros muchas veces procedemos con esta percepción que nosotros tenemos de poder recibir un regalo. Muchas veces yo me analizo a mí mismo, o sea, estoy haciendo aquí un examen de introspección. Muchas veces yo me analizo a mí mismo, y me digo, caramba, Omar, cuánto valor tu le das a los regalos que tu recibes? El regalo de la vida o regalos materiales que yo pueda tener a mi alrededor. y yo le saco sí su valor. Pero yo me doy cuenta cuán fácilmente después de par de semanas o algo ese regalo es como que ya está ahí cogiendo polvo. Y ya estoy pensando en una próxima cosa. Qué más puedo adquirir? O qué otra cosa puedo recibir? O qué otra cosa puedo dar?

Pero el regalo que se concentra en Dios, mis hermanos, no está diseñado para que coja polvo. El regalo de Dios está diseñado para que dure por toda una eternidad en medio de nosotros. Porque eso es lo que él quiere hace. Él lo que quiere es dar un regalo que pueda y que puede satisfacer todo lo que hay en ti. Pero para que tu pueda recibir eso, para que tu lo puedas aceptar, tiene que haber una sensibilidad en tu corazón.

Lo que estaba diciendo ahorita, te dan un regalo y tu lo abres y es como que, ay, bendito. Si yo lo podía conseguir. ¿Saben qué? Hay muchas veces que la gente trata el regalo de Dios así. Hay muchas veces que la gente cuando uno le habla de ese regalo de Dios lo ven como que, ay, bendito, eso nada más? Yo necesito otra cosa.

Cuando verdaderamente no entendemos que aunque esté en un paquetito chiquito, el regalo de Dios cuando usted lo abre es como… se abre todo un mundo de oportunidades. Pero para nosotros poder descubrir ese mundo hay que conocerlo bien. y hablando de conocerlo, mis hermanos, yo quiero hablarles de algo que, un regalo bien particular, un regalo que mi deseo como pastor, es que usted lo añada en su lista para esta temporada. Es un regalo que sin él la vida se nos puede hacer un poquito más difícil. Y yo les estoy hablando acerca del regalo del discernimiento.

El miércoles por la noche yo compartía esto con los hermanos que vinieron al servicio. Y Dios me movió a poderlo compartir hoy también. Y yo quiero animarles mis hermanos, que en este tiempo que usted pueda incluir en su lista de oración el pedirle al Señor que le de discernimiento.

Qué es el discernimiento? Si yo fuera a definir el discernimiento, el discernimiento se puede definir como la capacidad de poder distinguir entre una cosa y la otra, de poder percibir. Si estamos hablando en términos de algo que pasa con una persona, o algo que una persona le dice a usted, el discernimiento le ayuda a usted a poder distinguir, a poder percibir si eso que la persona le está diciendo, viene de origen de Dios o si viene de origen del diablo, o si viene de origen del propio capricho de esa persona, que lo que quiere es manipular algo.

Ahí es donde se ve el discernimiento. En la Escritura hay muchos ejemplos de personas que operaron en discernimiento o que pidieron en discernimiento. Uno de ellos que yo pienso es el rey Salomón, el hijo de David, cuando le tocó a él subir al reino. Dios se reveló a su vida en un sueño y en ese sueño le dice, pídeme todo lo que tu quieras que lo voy a hacer. Imagínese eso para una lista de regalos. Que Dios se le aparezca de frente y le diga, pídeme todo lo que tu quieras que you got it. Un cheque en blanco, yo lo firmo y tu pon ahí todo lo que tu quieras.

Pero Salomón qué fue lo que le dijo? Señor, tu me has puesto a gobernar este pueblo y es bien difícil, así que lo más que te voy a pedir es que me des sabiduría para saber cómo hacerlo y que me des el discernimiento para poder distinguir entre lo bueno y lo malo y poder gobernar a tu pueblo. Salomón lo necesitó y ya vemos el historial de Salomón. Es verdad que en un momento de su vida como que el discernimiento se le embotó y la fregó bien fregada, pero como quiera, Dios tuvo misericordia de él.

Otro ejemplo que puede hablar de esto fue Nehemías, cuando Nehemías estaba construyendo los muros de Jerusalén. A mí me gusta mucho esta historia. Sanbalat y Tobías estaban viniendo como que para amedrentarlo, para ponerle una traba, una trampa en los pies y engañarlo y tomarlo y eliminarlo para que no se siga la construcción de las murallas de Jerusalén. Y Nehemías, la palabra dice que Nehemías conoció, Nehemías comprendió, en otras palabras, discernió que lo que ellos estaban tramando en contra de él era un plan para eliminarlo y él entonces, por ese discernimiento que Dios le dio, no cayó en esa trampa y pudo completar aquello que Dios lo estaba llamando a hacer.

El mismo Jesús, las muchas peleas que Jesús tuvo con los fariseos, que en muchas ocasiones le dijeron, y quién es este para sanar enfermos en el día de reposo? O quién se cree este que puede perdonar pecados? Solamente Dios perdona pecados. Y qué es lo que dice el texto que cada vez que Jesús escuchaba eso, él conocía, discernía los pensamientos de estas personas para saber cómo responderles.

Nosotros necesitamos el discernimiento hoy día más que nunca, mis hermanos. Por qué? Vivimos en una sociedad allá afuera que día tras día está usando una subliminalidad bien directa para buscar cómo engañar a la a gente. Y nosotros necesitamos saber cómo discernir para saber cómo proceder en distintas situaciones o circunstancias de la vida. Para saber cómo responder a distintas amenazas que buscan cómo pararnos o frenarnos en nuestro progreso de nuestra vida cristiana y saber cómo escuchar verdaderamente y discernir lo que Dios quiere hacer en medio de nosotros.

Usted necesita discernimiento en su vida personal para decisiones que usted tiene que tomar. Nosotros no nos podemos dar el lujo de tomar decisiones solamente basadas en nuestro propio raciocinio humano o por lógica o por pura experiencia. Esos son recursos que usted puede usar pero no se puede reclinar solamente en ellos. Necesita ese discernimiento de parte de Dios para saber cómo identificar lo que usted tiene delante y saber cómo proceder.

Hay mucha gente que se pudieron haber evitado un dolor de cabeza o varios dolores de cabeza si le hubieses pedido a Dios discernimiento en medio de las decisiones que tenían que tomar. Usted tiene una situación con su hijo o su hija, ya ha ido al psicoloco, perdón al psicólogo pero no funciona con el psicólogo. Hay ido al médico le ha recetado medicina, y tampoco funcionan las medicinas. Ha hablado con el pastor y el pastor tampoco no ha podido hacer nada. Y usted ya está en su casa desesperado, desesperada y qué más voy a hacer? Mire, acuda a aquel, al admirable, como dijimos al principio del servicio, acuda al consejero de consejeros. Esa cajita cuando se abre de ahí sale el admirable, de ahí el consejero, de ahí sale el Dios fuerte, de ahí sale el príncipe de paz y por ahí puede seguir saliendo una multitud de cosas para ayudarnos a nosotros a saber cómo lidiar con las cosas que tenemos en nuestras manos.

Hay que pedirle a Dios discernimiento, mis hermanos. Saber discernir, mire, yo no me canso de decir esto. El mero hecho de que usted está aquí hoy, sea el trasfondo de que usted venga, pero cuando usted se mete aquí, usted se mete en un lugar peligroso, por así decirlo, porque esta iglesia si se distingue por algo, es una iglesia que quiere anhela y desea obedecer el llamado de Dios cueste lo que cueste. Que queremos estar en línea con lo que Dios quiere para esta iglesia y eso es algo peligroso, mis hermanos, porque muchas veces creemos que porque se canta lindo aquí, creemos que porque se mueve el espíritu de Dios que entonces es una iglesia bien vibrante, bien chévere, pues yo quiero ser parte de esa iglesia. Pero no nos damos cuenta que ser parte de una dinámica como esa tiene implicaciones bien grandes y es el mero hecho de que usted es parte de un ejército de personas que Dios está preparando para causar un impacto bien fuerte dondequiera que nosotros nos metamos.

So, el mero hecho de que usted llegue aquí, si usted llega aquí solamente con el sentido de que, ah, yo quiero ir para sentirme bien, esa iglesia es como una anestesia. Es como si estuviera en una nota, entra aquí y mira, viene por el parking refunfuñando y entra por la puerta, déjame sentarme aquí a absorber todo. Es como se hubiese metido en un sauna o algo así, un spa. Y mira, sí amén, que lindo, pero eso no lo es todo, mis hermanos. Cuando usted se mete aquí, usted recibe algo, usted recibe una energía, usted recibe un regalo, déjeme ponerlo así para seguir en línea, usted recibe un regalo cuando usted llega aquí y usted tiene la opción de coger esa cajita, alguien tiene una cajita, un Kleenex o algo, mira, a usted le dan un regalo, valga la ilustración, usted recibe un regalo y es como el bulto de Mary Poppins, usted mete la mano y saca, guau, espérate yo no sabía que eso estaba ahí? Y usted vuelve y mete la mano y puede volver a sacar otra cosa.

So el mero hecho que usted es parte de esta iglesia, mis hermanos, usted está siendo parte de una conexión directa al cielo. Usted está siendo parte de una conexión que va directa a los recursos ilimitados de Dios, y no es porque ninguno de nosotros seamos merecedores de algo así, sino es porque Dios tiene sus ojos sobre este lugar. Y cuando usted entra por esa puerta, el pastor no lo está mirando, los hujieres no lo está mirando, es Dios el que está poniendo sus ojos sobre usted.

Y cuando Dios lo está mirando, ay mamá, él dice yo tengo un regalo para ti, do you want it? Quieren mi regalito o no lo quieres? Quieres papel rosado o quieres papel verde? Quieres guirnaldas alrededor de la cajita? El asunto es, mis hermanos, que ese regalo está ahí dispuesto para todos y cada uno de nosotros.

Miren esto, qué diferencia hace este regalo en nuestra vida? Toda la diferencia en el mundo. Si yo te doy un regalo hoy, ya mañana se te olvidó que hasta te di ese regalo. Porque a ese nivel es que puede llegar el regalo que yo te puedo dar. Mi regalo tiene límites. Mi regalo tiene dificultades. Mi regalo tiene imperfecciones. Te puede llevar de aquí a la esquina tal vez, o de aquí a par de días, déjeme no ponerme tan barato, perdón. Te puede llevar a par de semanas, par de meses, pero después de ahí se fue a juste el regalo.

Pero si nosotros miramos el regalo de Dios, si conociéramos ese regalo de Dios y quién es el que lo está ofreciendo, ah, nos tiraríamos de calle, y diríamos, Señor, come on, bring it on, tráelo, Señor, yo lo quiero, yo anhelo ese regalo. Y suena bien bonito, queremos ese regalo, todos nosotros lo queremos. Yo quiero ese regalo, pero así como Jesús hizo con esa mujer samaritana, le dijo, antes de darte el regalito, hay par de cositas que tenemos de arreglar, un par, no muchas, un par. Son 5. 5 y quién sabe si una más.

Jesús lidió con esa mujer, Jesús habló con ella y mira, esto, esto, y esto, y Jesús lo hizo porque él tuvo un sentido de amor, de compasión hacia esta mujer, quería edificar su vida, y a través de ella bendecir a los samaritanos. Acaso Dios no quiere hacer lo mismo con cada uno de nosotros? Él te lo dice, mira, hey, tengo este regalo para ti, lo tengo, lo tengo, está ahí, pero hay un par de cositas que quiero hacer contigo. It’s right there. But we have to take care of business.

Me gusta mucho. Escuché a alguien decir una vez lo siguiente, concerniente a la oración del Padre Nuestro, sabes la parte que dice, el pan nuestro de cada día dánoslo hoy, y después dice, y perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y es interesante, escuché a un predicador decir una vez, que Dios, escuche bien, Dios no negocia su pan con sus hijos, él te da el pan y después de comer te dice, ok, let’s talk. Vamos a hablar. Vamos a comer, te voy a dar este regalo, pero a medida que estás disfrutando este regalo, tenemos que tomar cuenta, los negocios, los asuntos que hay que hacer.

Y así es Dios, porque Dios quiere bregar con el interior en ti. Dios no quiere que tu te conformes con un regalito así que lo abras y, ah, no. Dios quiere que tu abras ese regalo, guau! Que sigas sacando, guau, mira esto. Acaso Pablo no dice que el amor de Dios es tan ancho, tan alto, tan profundo, tan largo que no se puede contar, no se puede medir, y ahí en toda esa dimensión está el regalo de Dios.

Por algo estaba diciendo que nosotros no nos podemos conformar con lo que hemos conocido de Dios en nuestra vida, en nuestra relación, en nuestra conexión con él, porque siempre, mis hermanos, hay algo nuevo que conocer. Si usted dice que lo sabe todo, reprendo ese pensamiento ahora mismo, porque ni yo mismo lo sé todo. Siempre hay algo nuevo que conocer, siempre hay algo nuevo que experimentar del amor de Dios. Y ese es el regalo que él nos ofrece hoy a todos nosotros.

Yo quiero hacer la pregunta, habrá alguien aquí que quiere recibir ese regalo? Habrá alguien que quiere decir, Señor, mira, quien sabe que yo soy como esa mujer samaritana. No estoy diciendo que has tenido 5 esposas, o 5 esposos, pero que sí has estado corriendo por la vida con una insatisfacción total. Has intentado tantas y tantas cosas y nada te satisface. Es más, quien sabe si has intentado un Evangelio que te lo predicaron como que medio cocido, y ese Evangelio no te ha satisfecho en su totalidad. Más sin embargo hoy Dios está aquí para darte una oportunidad y experimentar the whole fullness, la abundancia del amor de Dios, la abundancia de ese regalo que se encierra en la persona de Cristo Jesús. Tu consejero, tu pastor, tu ayudador, tu estandarte, el que te sana, el que te liberta, el que te perdona, el que te restaura, el que te levanta cuando caes, tu camino, tu luz, tu agua de vida, ese es el regalo del cual estamos hablando, que tal vez no se mide con cosas tangibles que podamos agarrar en nuestras manos, pero sí se mide con cosas que suceden en el interior, que nos llevan a toda una eternidad. Se disfrutan cosas materiales a lo largo del camino pero eso es nada, comparado con lo que él hace en el interior, y cómo a través de ti opera en otros.

Así que, mis hermanos, yo quiero tomar un momento para orar. Si hay alguien aquí en esta tarde que quiere recibir ese regalo, por primera vez, hay alguien en esta tarde que por primera vez quiere recibir ese regalo, y usted dice, mira pastor Omar, esta palabra me llegó hoy al corazón, yo quiero recibir ese regalo de Cristo Jesús. Yo quiero recibir esa razón de esta temporada, Jesús viviendo en mí vida. Si ese es usted hoy, yo le animo, póngase de pie ahí a donde está y yo voy a orar por usted bien rapidito. Póngase de pie, póngase de pie y vamos a orar por usted.

¡Aleluya! Mire, y este regalo se extiende a toda la casa. Este regalo se extiende a toda la casa. Este regalo se extiende también a los hijos que han conocido a ese Papá por años y años, y si usted también quiere este regalo, si usted quiere conocer más de lo que pueda salir de esa cajita, por usted también yo quiero orar hoy. Así que eso es usted, yo lo invito, póngase de pie, únase a mí aquí arriba, vamos a orar, vamos a pedirle al Señor conocer ese regalo, conocer ese regalo en una forma más grande, más abundante, una forma que transforme todo lo que somos, todo nuestro interior.

Padre, te damos la gloria y la honra, Señor, por lo que tu haces, por la forma en que tu nos hablas a cada uno en nuestras vidas, Señor Jesús. Padre, gracias por tus hijos e hijas que han escuchado esta palabra, en esta tarde. Todos nosotros que estamos siendo expuestos a esta palabra de vida, Señor, que tiene la capacidad de poder penetrar a lo más profundo de nuestro ser.

Jesús, yo te suplico que a esas personas que están recibiendo este regalo hoy por primera vez, yo te pido que tu les sorprendas, mi Dios, y que tu llenes en abundancia cada una de esas vidas y corazones. padre, sobre cualquier mujer, cualquier hombre que hoy ha tomado esta decisión, yo te pido Señor Jesús que tu les llenes a capacidad, que tu amor abrume a esas personas de tal forma, mi Dios, que ellos puedan saber y comprender de que tu eres real, Señor, y de que tu tienes el poder para obrar en medio de ellos. Dales la paz que ellos necesitan, mi Dios, dales el aliento, dales el consuelo que necesitan en este momento. Y sobre todos nosotros, los demás, miembros de esta iglesia, Señor, que te hemos conocido por muchos años, oh Padre, yo te pido que esta temporada que tu nos sorprendas a capacidad.

Señor Jesús, sorpréndenos. Danos encuentros contigo, Señor, donde nosotros no tengamos ninguna otra opción que decir, guau, Señor, tu verdaderamente has estado en medio de esta situación. Danos ese regalo del discernimiento, Señor, ese regalo de un corazón que es sensible a tu voz, que sabe distinguir entre una cosa y la otra, Padre, para saber cuando tu eres el que nos está moviendo a conocerte aún más. Padre, sea en tempranas horas de la mañana, sea en la noche, sea durante horas de trabajo, sea en el tráfico, sea donde sea, Señor, que tu nos des oportunidad donde te podamos conocer aún más.

Padre, y que en esta temporada de Navidad, donde celebramos, mi Dios, tu llegada a este mundo, Padre, que esa temporada cobre un significado como nunca antes, Señor Jesús. Yo pido eso sobre toda la iglesia, que nosotros entendamos que la navidad eres tu viviendo en medio de nuestros corazones. Es el regalo de tu vida, Señor, haciendo la diferencia en nosotros para impactar la vida de otras personas a nuestro alrededor. Llena nuestros corazones, llena nuestro ser, abunda en nosotros, Señor, y permite que de nosotros como bien dice este texto de hoy, que de nosotros salgan ríos de agua viva, Señor, que rebosen para la eternidad en medio de nuestros corazones.

Renuévanos con tu agua viva, Señor Jesús, renuévanos con tu agua viva que pueda satisfacer cualquier necesidad en medio de nuestros corazones, en medio de nuestras vidas, mi Dios. Padre, y nosotros como iglesia, te damos a ti toda la gloria, te damos a ti todo el honor porque solo tu lo mereces, en el nombre de Jesús oramos así, Señor, y te damos toda la gloria y toda la honra, oh Dios. Amén y amén. Gracias, Jesús. Gracias, Señor.

El regalo del discernimiento

TRANSCRIPT

Ha habido una presencia bien solemne de parte del Señor. Y yo reconozco que obviamente sí nosotros tenemos nuestros pesares, tenemos nuestras aflicciones, pero lo más bello que podemos experimentar en momentos como este es el mero hecho de poder experimentar la paz de Dios en medio de nosotros.

Y yo enfatizo el hecho, quiero reiterar, el hecho de lo que estaba mencionado en el tiempo de oración de que la paz del Señor no necesariamente significa la ausencia de las situaciones que podamos estar viviendo, sino que más bien se refiere a la presencia de algo mayor en medio de esas situaciones. Y ese algo mayor es la presencia de Dios que estabiliza, como quien dice, todo nuestro ser interior para nosotros poder sobrellevar cualquier cosa que esté abrumándonos ahora.

Así que si hay algo que usted pueda recibir con esta primera parte, reciba eso. En medio de las circunstancias el Señor es el que está ahí en medio de ustedes. Él no le ha dejado solo, no le ha dejado sola para que usted pueda experimentar esa paz interior que usted necesita para poder afrontar cualquier cosa que venga a su camino. Amén.

Y Señor, yo te pido ahora que esta breve reflexión que quiero compartir con mis hermanos, Señor, yo sé que viene de ti y es muy propia para este tiempo, así que te pido que tu la uses para que esto inspire a mis hermanos y hermanas en seguir adelante, te lo pido por favor en el nombre de Jesús. Amén.

Hermanos, les voy a hacer una pregunta. Cuántos de ustedes pueden creer que falten 30 días para que se acabe el 2010? Yo veo sus caras, es como que uuuuf. Cuántos de ustedes creen que el tiempo se ha ido, este año iba a 100 millas por hora y quién sabe si más. Muchas cosas que han pasado en este año, ¿verdad? Si usted se pone a ver, desde enero del 2010 usted puede decir, guau, muchas cosas han sucedido. Han pasado cosas buenas, han pasado cosas duras, han pasado cosas fuertes, como también algunos de nosotros hemos experimentado cosas gloriosas. Puede ser que alguno de nosotros estemos todavía como quien dice, en standby, como que yo no he visto nada suceder aún, pero eso no significa que no vaya a suceder.

Y yo pensando en esto, yo mismo me asusté, yo me dije, guau, que rápido se ha ido el tiempo. Pero yo me estaba diciendo, guau, Señor, este es el tiempo donde la gente empieza como a empezar a reflexionar sobre los deseos que tienen, hay algunos que empiezan a hacer sus listas de regalos de navidad y cosas así por el estilo. Algunos empiezan a trabajar en sus resoluciones para el próximo año. Otros tal vez continúan resoluciones que han empezado.

Pero yo quiero compartir algo con ustedes en esta noche que es bien importante. Siempre tengo algo importante que compartir. Pero hoy yo quiero hablar de un regalo en particular que yo quiero que usted añada a su lista. Y es el regalo del discernimiento. Eso es de lo que yo les quiero hablar hoy, del discernimiento.

Esto es un regalo que todos nosotros deberíamos tener, aspirar, desear, desde lo más profundo de nuestro ser y yo les voy a explicar por qué. Primero que nada, déjeme definir que es el discernimiento. Yo estoy seguro que la mayoría de todos aquí entendemos qué es el discernimiento, pero quiero solamente tirar algunas cositas ahí.

Si yo defino el discernimiento de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, lo define de la siguiente forma: distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Eso es el diccionario de la Real Academia Española.

Ahora, pero miren cómo la Biblia lo define: la Biblia lo define de la siguiente forma, habla acerca de distinguir, habla acerca de entender, habla acerca de examinar atentamente, habla acerca de percibir si las acciones, las palabras o las motivaciones de algo o alguien son de origen divino, de origen feo, o de origen humano, por así decirlo. Tres distintas dimensiones.

Miren algunas referencias bíblicas que yo encontré donde se habla acerca del discernimiento. Voy a mencionar solamente algunas. Y una de ellas es un pasaje que es bien conocido que está en Primera de Samuel, Capítulo 3, verso 8. Se acuerdan cuando Dios empezó a llamar a Samuel, al profeta Samuel, que Samuel no le conocía todavía, aunque funcionaba en la adoración y en el trabajo de las cosas del templo. Lo empezó a llamar y las primeras dos veces qué hizo Samuel. Samuel se levantó pensando que quien lo estaba llamando? Que Elí lo estaba llamando. Él iba donde Elí y no, vete acuéstate, yo no te llamé. A la tercera ronda qué fue lo que pasó? Cuando Samuel se levanta y viene donde Elí miren lo que dice el texto:

“… Y él se levantó y vino Elí y dijo, “Heme aquí para que me has llamado?, y dice, Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven…”

Esa palabra entendió implica que Elí discernió que no era obviamente él sino que era Dios el que estaba llamando, la que estaba captando la atención de Samuel.

Otro pasaje que también es bien conocido, tiene que ver con el personaje de Salomón, en Primera de Reyes, Capítulo 3. Cuando Dios se le presenta a Salomón en un sueño y le tocaba a Salomón asumir el trono de su padre, David, Dios se le presenta y le dice, “Pídeme cualquier cosa que quieres que haga por ti”, ¿verdad? Salomón le responde a Dios, le dice, miren, le dice:

“.. . Da pues a tu siervo un corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo porque quién podrá gobernar a este pueblo tuyo…”

Para discernir. La historia de Nehemías es una que me gusta mucho. Nehemías Capítulo 6, se empieza a ver este relato de reyes que estaban opuestos a la idea de que las murallas de Jerusalén se reconstruyeran y comenzaron a mandar mensajes a Nehemías, como quien dice, amenazas, como que, ah, ven te vamos a reunirnos para hablar, pero lo que querían hacer era eliminar a Nehemías. Y hay un texto donde Nehemías dice:

“… Y yo entendí que Dios no los había enviado sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat los habían sobornado…”

So, en este caso cuando Nehemías, dice y entendí lo que está diciendo es que yo pude discernir que Dios me estaba librando de un soborno, de yo caer en una trampa. So, el discernimiento pudo distinguir un soborno que estaba tratando de engañar a alguien.

Y claro está, si yo pienso en el personaje más interesante de todos que es Jesús, en Lucas, Capítulo 5, verso 21 y 22 miren lo que dicen:

“… Cuando los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar en contra de Jesús diciendo, quién es este que habla blasfemias? Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? Miren cómo dice, entonces Jesús conociendo los pensamientos de ellos…”

Ese conociendo, implica también que Jesús pudo discernir lo que esta gente estaba pensando, pudo leerle los pensamientos.

Mis hermanos, miren, yo quiero dejarlos en esta noche con esta idea, porque yo aquí yo creo que voy a comenzar algo que se puede cortar mucho aquí. Pero mi deseo es que así como estos relatos que yo he leído y muchos otros también que nosotros podamos incorporar en nuestro tiempo de oración, o en nuestras peticiones de oración, el que Dios nos de discernimiento.

Sí, yo sé que usted puede orar por muchas otras cosas, pero si hoy día hay algo que nos hace falta a nosotros como pueblo cristiano es el discernimiento. Precisamente todas estas cosas que nosotros hemos estado experimentando en estos días, miren, 4 fallecimientos en cuestión de una semana, o sea, eso es algo que a uno como que, guau, espérate, esto le cae fuerte a uno. Y muchas veces en vez de uno hundirse en la amargura o en el dolor de la situación, por qué mejor no decimos, Señor, dame discernimiento para poder entender todo lo que está sucediendo a mi alrededor.

Podemos escuchar noticias de familiares que su situación de salud empeora o cosas así por el estilo. Nosotros mismos, en nuestras propias vidas, hay veces que suceden cosas que es como que, guau, espérate, y esto de dónde salió? Tenemos que discernir.

Como iglesia, mis hermanos, miren, yo voy a compartir con ustedes una petición como pastor o no una petición, un sentir, mejor dicho. Todos nosotros sabemos que aquí en esta iglesia se han dicho tantas palabras proféticas de que Dios quiere hacer algo con esta iglesia, ¿verdad? Que hay algo que Dios está haciendo, hay un mover de Dios que está haciendo o que está llegando a nuestras vidas. Lo hemos escuchado de parte del pastor, lo hemos escuchado de parte mía, personas de afuera han venido y han hablado de esos mensajes aquí, y nosotros decimos amén a eso.

Pero se ha detenido en algún momento y ha pensado, Señor, qué implica esto? Qué implica todas esas palabras porque suenan bien bonitas a nuestros oídos. Suena como música a nuestros oídos, pero qué implica? Y cuando uno empieza a pensar en esos términos, ya uno está diciendo, Señor, dame el discernimiento para yo poder entender cómo esa palabra se aplica a mi vida para yo poder ejercer mi función como parte de esta iglesia.

Porque miren, si una palabra se da así en la iglesia, hello, como yo siempre les digo, quién es la iglesia? Nosotros somos la iglesia. La iglesia no son los pastores, la iglesia no son los que dirigen la alabanza. Bueno, sí somos, pero no somos los únicos, somos parte de la iglesia. Así que al nosotros escuchar una palabra como esa, mis hermanos, tenemos que pedirle a Dios discernimiento para saber cómo fluir en esa palabra de Dios.

Es más, cuando uno escucha esas palabras así, uno hasta le tiene que pedir discernimiento a Dios para saber si esa palabra es genuina de parte de él o si no, o si no es formulación de algún deseo humano o algo así. Es como si yo llegara aquí de repente y tuviera aire de profeta y le dijera a Fabio, Fabio, la esposa con la que tu estás ahora, no es la que Dios tiene para ti. Te tienes que casar con otra. Mire, eso usted me coge por el cuello y saca de aquí a patadas. No permita que eso suceda, por favor, aunque yo parezca ser el profeta más ungido de todos.

Pero sí, mis hermanos, es importante nosotros pedir qué? Por qué? Les voy a decir por qué? Varias cosas que les voy a mencionar. Apúntelas por ahí, para que piense en ellas después. Por qué necesitamos el discernimiento? Número 1, para entender la voluntad de Dios. La voluntad de Dios concerniente a qué? Número 1, los tiempos en los cuales estamos viviendo ahora mismo. Tenemos que entender los tiempos en los cuales estamos viviendo.

Romanos 13:11 dice, “…hagan todas estas cosas… estaba hablando acerca de amar al prójimo… hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que están viviendo, que ya es hora que despierten del sueño porque nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos…”

Tenemos que estar bien conscientes de los tiempos. Efesios 5:15 al 17 dice:

“… Así que tengan cuidado en su manera de vivir, no vivan como necios sino como sabios aprovechando al máximo cada tiempo, cada momento oportuno porque los días son malos…”

Y Colosenses Capítulo 4 verso 5 dice:

“… Compórtense sabiamente con los que no creen el Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno, cada tiempo, que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así sabrán cómo responder a cada uno….”

En los tiempos que vivimos, mis hermanos, nosotros tenemos que aprender a discernir. No porque tenga un guía de evangelista significa que voy ir a la primera persona que me encuentre en la calle y le voy a decir, arrepiéntete ahora mismo porque sino vas para el infierno. Y yo sé que algunos que tienen el don de hacer eso, y lo hacen mejor que yo y la gente termina convirtiéndose y entregando su vida al Señor. Pero no todo el mundo lo hace así.

Hay veces que si uno conoce a la persona que uno tiene que tener el discernimiento, Señor, ayúdame a discernir para saber cómo darle la vuela y enganchar a la persona. Hay que pedir el discernimiento también para entender los designios y propósitos de Dios eternos. A qué me refiero con esto?

Interesante. Ahorita estábamos hablando de esto, bueno, orando de esto. Nosotros tenemos esta fe, esta esperanza que aquellos que se han ido a morar con el Señor antes que nosotros que vamos a tener la esperanza de verlos otra vez. Eso es parte de nuestra fe. Eso es parte de nuestra razón de por qué creemos en Cristo. Porque tenemos la esperanza, tenemos la promesa de que nos vamos a encontrar con nuestros seres queridos, que vamos a vivir por la vida eterna junto con Dios. Que los tiempos finales se acercan, y yo sé que son un tema bien grande y bien amplio y bien difícil de agarrar por un solo lado. Pero el mero hecho de que esos tiempos se están acercando, que el Señor está más cerca ahora que antes, y puede ser que haya gente que me diga, ay, pastor Omar, yo llevo escuchando eso desde… pero mire, yo lo creo. Puede ser que se tarde 5, 10, 20 años más pero de que está más cerca, está más cerca.

Puede ser que haya algunos de ustedes aquí que tal vez no lo vean, pero las generaciones que vienen después de ustedes lo van a ver. Y precisamente por eso uno tiene que pedirle a Dios discernimiento concerniente a cómo vivir a la luz de esa realidad también. Y eso no significa, como también dice la Escritura, no significa que ah, voy a dejar de trabajar, voy de dejar de hacer cosas porque ya Cristo viene pronto así que me voy a tirar a morir. No. tampoco es eso. Pedirle a Dios discernimiento concerniente a sus designios y propósitos eternos.

Número 2: hay que pedirle a Dios discernimiento concerniente a la toma de decisiones. Es algo muy importante. Hay que pedirle a Dios discernimiento concerniente a la toma de decisiones. Mire, yo podría enumerar multitud de ejemplos concerniente a esto, pero no los voy a enumerar todos porque yo sé que ustedes se los están imaginando ahora mismo.

Pero necesitamos discernir concerniente a decisiones que tenemos que tomar. Si usted toma decisiones on the go, a la ligera, sus dolores de cabeza van a ser más que si usted hubiese detenido y hubiese pedido al Señor, Señor, ayúdame a entender esta decisión que tengo por delante? Lo estoy haciendo por mero capricho mío? Lo estoy haciendo por el capricho de otra persona? O lo estoy haciendo por capricho tuyo? Porque tu me estás moviendo a yo hacer esto?

Tenemos que discernir, mis hermanos. Quiero comprar una casa y estoy a punto de firmar como quien dice, los papeles, pero tu crédito está bien, tu crees, tienes la seguridad de trabajo de que vas a poder pagar eso a 30, 40 años, lo que sea? Tenemos que saber cómo discernir. No me siento cómodo en esta iglesia. Me quiero ir a otra. Estás discerniendo? Eso eres tu? Si el problema es la iglesia, si el problema eres tu?

Tomas decisiones concernientes a tu vida personal? Tomas decisiones concernientes a tu familia? Tomas decisiones concernientes a tus negocios? Es más, tomas decisiones concernientes a tu llamado y tu ministerio? Quiero hacer algo nuevo en mi ministerio. Discierne, es el tiempo de Dios para que hagas algo nuevo? O tienes que cogerte un tiempo, un poquito más, o sí es el tiempo de hacer algo nuevo, entonces tienes que discernir, ok, Señor, dame la estrategia, las herramientas para saber cómo hablar con fulano, mengano, y zutano para entonces poder incorporar estas cosas. Hay que discernir.

Miren, necesitamos discernimiento para saber cómo ministrar o servir a alguien. Saber cuándo ir y tocarle la puerta a alguien, saber cuándo hablarle en una palabra sazonada, a buen tiempo a una persona. Necesitamos saber cuándo es el mejor tiempo oportuno para darle un vaso de agua a alguien o no. necesitamos discernimiento para saber recibir o lidiar con las palabras o acciones de otras personas hacia nosotros. Eso es otra, también.

Muchas veces esto nos pasa cuando las personas nos quieren hablar en un sentido profético a nosotros, y dicen, mira, Félix, el Señor te dice así, así, así y así. Félix tiene la responsabilidad de hacer lo siguiente, el problema no es tan solamente la persona que lo está diciendo. Félix tiene la responsabilidad de aplicar lo que dice primera de Salonicenses, Capítulo 5, verso 21:

“… examinarlo todo, retener lo bueno, desecha lo malo…”

Un cristiano maduro hace eso. Porque no es que le vamos a decir amén y sí a cualquier palabra que nos den. Uno tiene que aprender a cómo escuchar, ok, vamos a analizar, vamos a evaluar esto. Señor, esto es una palabra que tu me estás diciendo en un buen tiempo en mi vida? Tengo que prestarle atención? Me voy a quedar con algunas partes, otras las voy a dejar, como quien dice, en standby? Uno tiene que aprender a cómo discernir esas cosas también, cómo proceder con cada uno de esas cosas.

Y miren, por último, voy a decir esto. Uno tiene que aprender a discernir para proteger nuestras vidas y nuestras familias de lo que yo llamo la subliminalidad engañadora del enemigo a través de la sociedad en la cual estamos viviendo. Eso se oyó grande, ¿verdad? La subliminalidad engañadora del enemigo a través de la sociedad en la cual estamos viviendo.

En buen español que podamos entender, tenemos que aprender a protegernos de las maquinaciones del enemigo en formas bien sublimes que tratan de desviarnos por otras ideas, por otras filosofías de la vida, que podrán parecer, como dice el proverbio, al hombre su camino le parece bueno, pero su final es…

Son tantas cosas, mis hermanos, tantas cosas que tenemos que discernir hoy día. Y miren, lamentablemente, yo me atrevo a decir esto. Lamentablemente muchas veces a todos nosotros, incluyendo esta persona, ese filtro, como que lo sacamos y se nos van cosas así y actuamos, tomamos decisiones, pensamos sin verdaderamente procesar las cosas como Dios manda que nosotros lo hagamos.

Miren, el discernimiento obviamente sí habla, si yo pienso en uno de los versos más conocidos es cuál, Primera de Corintios, 12 cuando está hablando del discernimiento como parte de ese conglomerado de dones que es impartido a través del Espíritu Santo, ¿verdad? Pero yo los dirijo a un verso aún mucho mejor. Primera de Corintios, Capítulo 2, voy a cerrar con esto, se los prometo, I promise. Primera de Corintios, Capítulo 2, lean conmigo desde el verso 9 en adelante. Abrid sus Biblias, disciernan dónde está Primera de Corintios, Capítulo 2, miren cómo dice:

“… Antes bien como está escrito, cosas que ojo no vio, ni oído oyó ni han subido en el corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman…”

Eso suena bien bonito, ¿verdad? A mí me gusta eso.

“…. Pero Dios nos las rebeló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña aún lo profundo de Dios porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él. Así tampoco, nadie conoció las cosas de Dios sino el espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos no con palabras enseñadas con sabiduría humana, sino con las que enseña el espíritu acomodando lo espiritual a lo espiritual y aquí es donde está el punch line,… en el verso 14… porque el hombre natural no percibe las cosas que son el espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente…”

Miren, déjeme romperles este pasaje de esta forma. Imagínense que el Espíritu Santo es el… esto va a ser una ilustración bien rara, pero… déjeme decirlo así, el Espíritu Santo es el reportero de Dios, conoce todas las cosas que están en el corazón de Dios. Es el espía, el que está ahí en el CIA, centro de inteligencia del cielo, por así decirlo, es el Espíritu Santo. Ese se mete en hard drive del corazón de Dios y descubre todos los secretos internos de Dios y no se queda con ellos, como es que dice? Cómo es que dice? Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

Miren, hay algo ahora mismo en el corazón de Dios que ya Dios lo ha concedido para usted. Hay algo ya. Póngale el sello, ahora mismo. En este tiempo de oración, en este de alabanza que hemos tenido hoy, hay algo que Dios ya lo concedió para su vida. Lo que falta ahora, es como yo siempre digo, es como si Dios nos dijera a nosotros, now, that’s for me to know and for you to find out.

Cómo nosotros lo podemos saber entonces? Hey, there is that secret agent. El Espíritu Santo de Dios que nos hace el favor de darnos a conocer los bochinches que están en el corazón de Dios, eso es lo que iba a decir ahorita. Y se me salió como quiera. El que nos cuenta los bochinches de Dios, el Espíritu Santo nos cuenta los chismes que hay en el corazón de Dios para cada uno de nosotros. Así que si usted se quiere enterar de los mejores chismes que hay en el mundo conéctese con el espíritu de Dios para que sepa los que están en el corazón de Dios.

No se ponga a ir a oír a la comai, por favor. Oiga el compadre mejor. Mire, mis hermanos, este texto para mí es tan inspirador. Cuántas veces usted se ha encontrado orando, diciendo, Señor, yo quiero conocer lo que tu tienes para mí, ¿verdad? Oramos mucho en esa forma? Miren, mis hermanos, la respuesta está ahí. La respuesta está dada. Nosotros solamente tenemos que abrir nuestras antenas, ponerlas bien paradita y decir, mira, Señor, tu lo has decretado, tu lo sabes ya, tu espíritu lo sabe, y tu no me has dado a mí ningún otro espíritu que no sea el tuyo, así que, hey, manda ese Espíritu Santo que me deje saber a mí lo que tu quieres.

Ahora, pero mis hermanos, para nosotros poder entender eso, aplíquele el discernimiento porque esta mente humana está tan y tan contaminada por tantas cosas que puede ser que Dios nos esté hablando día tras día dejándonos saber cosas y cosas, y cosas, pero nosotros estamos tan y tan tergiversados como que hay algo ahí como que no funciona bien, que nos ponemos a pensar, ah, no, ese soy yo. Esa fue una idea loca que se me ocurrió ahí, eso no puede ser Dios.

Miren, saben esta canción “Rey de gloria” que hemos estado cantando recientemente, sabe cuál es mi parte favorita de esa canción? Lo voy a decir un secreto mío ahora, es el verso que dice, mi conciencia me recuerda que necesito su perdón.

Cuántos de ustedes le hacen caso a su conciencia? ¿Saben qué? Yo estoy convencido hoy más que nunca, que mi conciencia es la vocecita de Dios que me deja saber lo que él tiene en su corazón para mí. Y hay veces que mi conciencia puede estar un poquito medio, como que errónea, pero yo estoy seguro que Dios sigue hablando ahí.

Así que, mis hermanos, a medida que nos acercamos al final de este año 2010 no se olvide de incluir el discernimiento en su lista de regalos. Esos son los dones, ¿verdad? Acaso los dones no son regalos? Hey, pide ese regalo, en vez de pedir el Wii para bailar de frente al televisor. Pida discernimiento. En vez de pedir la nueva maquinita de café …. Que usted pone y sale el café automático. Pida discernimiento. Vamos a ponernos de pie.

En vez de pedir que el pastor Omar termine, pida discernimiento a ver si es el tiempo de Dios para que yo termine o no. no, yo puedo discernir eso muy bien.

Padre, te doy las gracias por este tiempo que hemos tenido esta noche de poder estar delante de tu presencia, Señor, y de escuchar tu palabra y de descansar en ti, Señor. Sabemos que todas nuestras peticiones tu las tienes en tu corazón, tu las tienes bien presentes para cada uno de nosotros. Así que, mi Dios, como hemos escuchado esta palabra te pedimos que nos des discernimiento, Señor, hoy más que nunca necesitamos discernir tu mover en medio de nuestras vidas.

Así que, Padre, llénanos, dirígenos, ayúdanos a poder conocer tus designios en medio de nuestras vidas. Y Padre, que sobre todas las cosas cuando tu nos hables, cuando tu empieces a revelar esas cosas que están en tu corazón, mi Dios, que nosotros no nos abneguemos, que no nos echemos para atrás, sino que podamos responder que sí y amén a todas las cosas que tu tengas en medio de nuestras vidas. Te damos las gracias, Señor, por este tiempo en esta noche y a ti, mi Dios, encomendamos nuestras vidas, en el nombre de Jesús. Te bendecimos Dios. Amén, y amén.

Fe suficiente para dar un paso adicional

TRANSCRIPT

Seguimos adelante. Qué fue lo que yo estaba diciendo el miércoles pasado? No hay vocación perdurable que no sea antes sacudida, en otras palabras, no hay vida cristiana que no tenga sentido de sí sin que antes sea zarandeada. Estábamos leyendo en Lucas, capítulo 22, si pueden ir conmigo una vez más para refrescarle su memoria. Lucas, capítulo 22, el verso 31, es el suceso en el cual Jesús está en el proceso de instituir la cena y está identificando a la persona que lo iba a traicionar y de repente se dirige a Pedro, en el verso 31 y le dice:

“… Simón, Simón, he aquí que Satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado por ti – perdón, estoy en Lucas 22, verso 31, a los que no me oyeron antes, dice - … Simón, Simón he aquí que Satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo pero yo he rogado por ti para que tu fe no falte y tu una vez vuelta que puedas confirmar a tus hermanos…”

El miércoles pasado obviamente yo estaba hablando acerca de esta idea de cómo muchas veces nosotros tenemos este ideal de que si entramos a una vida cristiana, si entramos a una relación con Cristo, yo no sé por qué pero muchas veces tenemos este ideal utópica, que ah, bueno, si me hago cristiano que todo me va a salir bien, y no necesariamente es así. Es más, yo diría que es todo lo contrario. Cuando uno entrega su vida al Señor las cosas se ponen aún más duras y tal vez alguien allá afuera, oye, pero ustedes son unos masoquistas entonces que se tiran al sufrimiento de pecho. Pero no, es un sufrimiento que vale la pena, es un sufrimiento que edifica la vida, por así decirlo, edifica el ser, edifica el corazón.

Y claro está, mis hermanos, ese zarandeo, esas sacudidas que se dan en nuestro ser, pueden venir por muchas formas y yo estaba reflexionando el miércoles pasado en el personaje de Pedro, de cómo él a través de la experiencia que él tuvo, la cual fue también medida por Jesús, ya Jesús sabía que iba a suceder. Esa negación que se vio de Pedro, cuando el mismo Pedro se tiró como quien dice, de pecho, ah, Jesús aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré, yo estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y hasta morir contigo si es necesario. Y ahí fue cuando el mismo Jesús le dice, ay, Pedro, si tu supieras que ya mismito dentro de un par de horas tu me vas a negar 3 veces antes de que cante in quiquiriquí. El asunto es que así se dio.

Y saben, es bien interesante porque justamente el miércoles pasado cuando yo terminé de hablar, la hermana Clara, no sé si la hermana Clara está por ahí, no, no la veo, pero la hermana Clara se me acerca y me dice, oye pastor Omar, que interesante lo que usted dijo. Y ella me empezó a mencionar como quien dice, caso tras caso en la vida de Pedro de todas las cosas que Pedro experimentó con el Señor de cómo primero que nada Jesús lo identificó a él de la nada, un hombre que estaba destinado a ser un pescador triste en la esquinita. Jesús lo identificó y lo escogió a él y empezó a hacer de él un gran hombre. Pedro empezó a ver milagros de parte de Jesús, empezó a ver la multiplicación de panes, la multiplicación de peces, la sanidad de enfermos, la liberación de personas poseídas, endemoniadas, encadenadas de alguna forma u otra mental, emocionalmente, físicamente, sanidad de enfermos, no tan solamente eso, sino que estaba escuchando una enseñanza de el Maestro más importante en la historia y no tan solamente estaba escuchando la enseñanza de un Maestro más importante a nivel público sino que también tenía la oportunidad en la intimidad, como quien dice, de hacer un debrief de todas esas cosas y recibir una enseñanza más nutrida que le llegara al corazón .

Ese fue el Pedro mira que interesante, que en el monte de la transfiguración, no tan solamente vio a Jesús que sus vestiduras se cambiaron a un blanco que resplandecía y su rostro también le resplandecía, sino que también pudo ver a dos personajes adicionales que nunca antes había visto, a Moisés y a Elías. Se recuerdan que estaba haciendo referencia a ese pasaje donde él mismo, Jesús, estaba preguntando, y quién dicen ustedes que soy yo? Y nadie se atrevía a decir nada, y de repente, Pedro recibió esta revelación y dijo, Tu eres el Cristo, tu eres el Hijo de Dios”.

Así que con todas esas manifestaciones del poder de Dios que Pedro vio ocurrir, no tan solamente en Jesús sino a través de él también, con todo y eso, miren este secreto, Pedro lo negó, Pedro dudó de quién él era. Pedro no tuvo la fe suficiente para dar ese paso adicional. Y ¿saben qué? Yo me puse a reflexionar en esto porque yo me decía que nosotros somos bien similares a ese personaje también en muchas formas. Hay tantas cosas que nosotros hemos visto de parte de Dios en medio de nuestras vidas de cómo Dios se ha movido en nosotros, de cómo Dios nos ha dado palabras para animar nuestro ser y tal vez no estamos diciendo que Dios mismo nos hable así con una voz audible, que Dios pueda usar a otras personas en momentos claves y específicos para decirnos algo que nos prenda en el volvillo y nos ayuden a seguir adelante, que de repente no encontramos que estábamos en un aprieto y no sabíamos qué íbamos a hacer y se abrió una puerta y llegó la provisión en una forma milagrosa. Y con todo y eso que vemos esa forma de Dios obrar en medio de nuestras vidas, con todo y eso nosotros también le negamos en distintas formas, nos olvidamos de quién él es, de lo que él ha hecho y de lo que puede hacer.

Pero ¿saben qué? A mí lo que me da paz de esto que estoy diciendo por más oscuro y morboso que pueda sonar, lo que me da paz es que ya Jesús lo sabía y Jesús sabía que eso tenía que pasar. Si tenía que pasar en la vida de Pedro, yo me atrevo a decir que también él sabe que cosas como esas tienen que pasar en nosotros, para que nosotros verdaderamente podamos comprobar quién es la persona de Jesús en medio de nuestras vidas, para que nosotros verdaderamente podamos comprobar, como decía el pastor Greg el domingo pasado, que nos estamos pegando a una gloria, a un fuego, a un shekina que es peligroso, que tiene poder, sí para fortalecernos, para edificarnos, pero también tiene poder para aniquilarnos a la misma vez.

Y eso es lo que Dios quiere que nosotros podamos conocer de él. Y conste que yo no estoy diciendo que Dios quiera que nos eliminemos nosotros. No, no, no, pero hay algo que sí Dios quiere eliminar, y es lo que pasaba con el zarandeo que yo les estaba hablando el miércoles pasado. Lo que hace el zarandear es separar lo desechable de lo deseado, separar lo malo de lo bueno, lo que se puede comer de lo que no se puede comer. Eso es lo que hace el zarandeo.

Y Dios para poder usarnos a nosotros, para el verdaderamente poderse mostrar en medio de nuestras vidas él sabe que nosotros tenemos que ser tratados, tenemos que ser zarandeados en alguna forma u otra. Y yo miro aquí a lo largo de este salón, y es bien interesante porque algunos de nosotros ese zarandeo se da por circunstancias de la vida externas, pero para muchos de nosotros ese zarandeo viene de las personas que más amamos y más queremos, los más cercanos a nuestra vida.

Hay veces que viene así también y eso fue lo que le pasó a Jesús con Pedro. Uno de los discípulos más cercanos a él fue el que hizo esta fechoría, no necesariamente, pero que cometió esta… la fregó, okay, me entienden, la fregó bien mala y cómo lloró. No fue que lloró de poquito, oh, bendito, traicioné a Jesús y después se fue. No, la Biblia dice que este hombre lloró amargamente. Usted ha probado un dulce de esos que son amargos? Ustedes que tienen hijos que tal vez su hijo viene con esta bola que es así de grande y le dice, toma, prueba esto. Y cuando usted se lo pone en la lengua la cara se le arruga completa. Pues un llorar así fue lo que Pedro vivió. A él no se le arrugó la cara, a él se le arrugó el ser completo porque había traicionado a un hombre que él mismo había jurado que iba a estar ahí con él hasta el final.

Pero era necesario. Es bien interesante, mis hermanos, mientras yo pensaba en esto, hay algo que el Señor puso ahí en mi cabeza. Y lo voy a decir bien brevemente y es el mero hecho de que cuando parece que algo ha terminado, no significa que Dios haya terminado con usted. Déjenme decirlo de nuevo: cuando parece que algo haya llegado a su final, que haya terminado, usted no se puede detener, porque Dios no ha terminado literalmente con usted. La conclusión de una época, de una temporada en su vida no determina cuál es su destino, lo que Dios ha establecido ya para usted.

Y yo quiero que usted se grabe esto porque para Pedro en ese momento podía haber parecido que todo se acabó para él. Yo me imagino que parte de ese lloro angustiado que él tenía era que fíjate, ya, aquí Dios me descartó por completo, yo no sirvo, no me va a usar, aquí se acabó todo. Más sin embargo Dios tenía otros planes y bien grandes que eran esos planes, bien grandes.

Y para mí esto fue algo muy revelador, mis hermanos, porque hay veces que nosotros nos apegamos tanto a la situaciones que nosotros estamos viviendo, o temporadas en las cuales nosotros nos podemos encontrar que cuando parece que esas cosas han llegado a su final es como si nuestra vida completa se hubiese acabado y decimos, ya aquí, se acabó mi razón de ser, se acabó mi propósito. No hay nada más que buscar.

Y eso se da en muchas formas, o sea, hay muchas formas, gente lo experimenta en muchas formas, algunos lo experimentan tal vez cuando una relación matrimonial llega a un punto de divorcio y tal vez una de las partes dice, aquí ya se fue todo, no hay más nada que buscar. O cuando muere un ser querido, de repente, que la gente como que se dice, ah, esto me ha cogido de sorpresa, yo no me esperaba esto y pensamos que la muerte de esa persona ya, ahí se acabó mi vida y ustedes ven que la gente se deprimen, se encierran y es como que ya se desconectan del mundo, porque piensan que su vida entera se fue con esa persona.

Cuando alguien pierde un trabajo o que le den layoff o que se retire o lo que sea, que llega el final de una temporada y ya hay personas que dicen, y ahora qué voy a hacer? Yo que era un hombre, una mujer tan activa y ahora me encuentro sin hacer nada, pues, ya se acabó todo. No, lo que implica es que una temporada en la vida se acaba y otra comienza. Hay veces que hay temporadas que terminan en formas bien tristes y bien dolorosas porque son parte de la vida también. Pero aún con ese sentido de tristeza va a comenzar otra temporada también que va a traer sus gozos, va a traer sus alegrías como también va a traer sus nuevos llantos y sus nuevos sufrir y querenderes también.

Pero lo que yo veo en esto, mis hermanos, es que ese momentum de Dios, si se recuerdan que todo esto lo estoy hablando dentro de ese tema del momentum de Dios. Todo esto ocurre en nuestras vidas de alguna forma u otra. Es bien interesante porque yo estaba escuchando una ilustración de algo que sucede muchas veces en el aeropuerto. Ustedes se dan cuenta en el aeropuerto cuando usted va a cruzar del parking central a usualmente a la Terminal donde está Delta o American, ustedes saben que está esa.. no son las escaleras que van así, sino las escaleras que son flat completas, que se van moviendo de un lado para el otro. Yo no sé si a usted le ha pasado, pero a mí me pasó una vez que, obviamente cuando usted viene parado en esta correa, y usted se va moviendo y es entonces cuando usted para el otro lado, se siente como que si uno para de cantazo, pero no sabe que uno tiene que seguir caminando. Yo no sé si le ha pasado a usted que usted viene en esta correa, y usted viene con un grupo de personas detrás de usted y de repente cuando usted se va a bajar, la persona que está frente suyo, cuando llega al otro lado para en seco, y yo no sé si ha visto que entonces es como que… el momentum que traen las otras personas como que se van con esa persona y le caen encima también. Eso yo lo vi una vez pasar. Fue bien cómico pero fue una viejita la que estaba al frente y como que… toda la gente le cae encima a la señora y yo ahí, Padre, por favor.

Pero es bien interesante porque eso es una muy buena ilustración para entender esto que les estoy diciendo, que muchas veces nosotros en la vida podemos llevar un momentum y de repente que si parece que hay algo que llegó a su final, que uno como que lo corta y corta ese momentum y asimismo le cortamos el momentum a otras personas que están a nuestro alrededor o a otros planes que Dios tiene para nosotros, porque pensamos que todo se acabó ahí, cuando no necesariamente se acaba.

Tu sales de sales de la correa y te paras, pero tienes que seguir caminando. So, muchas veces el zarandeo puede causar eso en nuestras vidas, que nos provoque detenernos, perder la perspectiva, pero no es lo que Dios quiere. Lo que Dios quiere es que nosotros podamos proseguir, que podamos seguir moviéndonos hasta que quede un último aliente de suspiro en su vida, no se detenga.

Miren, déjenme ir resumiendo con esto. Cuáles son algunas áreas en las cuales nosotros podemos ser zarandeados en nuestra vida? Les voy a mencionar solamente algunas de las cientos que hay. Y una de las primeras que yo puedo mencionar es en el área del carácter. Ustedes saben que yo hablo mucho de esto, del carácter de uno, la integridad que uno pueda tener, lo que uno es delante de algunas personas, lo que uno es delante de otras personas, lo que uno es cuando uno está solo o sola, ahí es donde se mide mucho el carácter.

Y yo creo que Dios muchas veces permite que la situaciones de nuestra vida nos zarandeen en ese ámbito de nosotros. Hay veces que decimos, por qué a mí me pasa lo que a mí me pasa. Cuántos se han dicho eso alguna vez? Por qué a mí me pasa esto? ¿Verdad? Sean sinceros conmigo, yo lo he dicho, por qué a mí me pasa lo que me pasa? Por qué yo? A mí nada más me pasa esto, a nadie más, a mí nada más.

Y miren, muchas veces lo que nos pasa porque a nosotros mismos nos lo buscamos, damos y caballeros. En un momento de la vida que se nos fue el momentum, paramos, perdimos el enfoque, perdimos la visión y la fregamos nosotros mismos con las decisiones que tomamos, y mucho de eso está arraigado a ese sentido de carácter que nosotros tenemos.

Muchas personas, no ustedes que son bien duros de servicio, que son bien testaduras, que es como que no, una vez que yo me decido a hacer algo, me meto por ahí. Y mira que interesante, esto se ve también en la historia de Pedro. Que era como que aún después que se atrevió a decir, no, Señor, yo me tiro de pecho, que yo no te voy a negar, yo hasta puedo morir por ti. Después de haber dicho una confesión como esa, fue tan… que yo no sé cómo rayos se le olvidó que negó a Jesús, y es más, el nuevo Evangelio dice que él hasta maldijo cuando le dijeron, tu, tu te pareces a él. Tu hablas como él, tu hueles como él. Y él…. Yo no sé que palabrota le salió en hebreo a él de su boca pero maldijo, la palabra dice que él maldijo, en hebreo o en arameo, yo no sé en qué lengua, en uno de esos maldijo. Si en español se oye feo, imagínense como se oye en arameo.

Pero el asunto es que son cosas que están ahí en el carácter, y Dios necesita tratar con eso, mis hermanos. Y miren, ¿saben qué? Un secreto, miren que se los estoy advirtiendo. Una de las mejores formas que Dios zarandea, bueno no, perdón, rewind, delete. Una de las formas en que Dios permite que ese zarandeo se de en nuestras vidas, es que él lo hace a través de las personas más cercanas a nosotros, mis hermanos. Póngale el sello, que sea su esposa, su esposo, su hijo, su hija, su mamá, su papá, su abuelo, su abuela que en paz descanse, su hermano, su hermana.
Hay veces que las personas más cercanas a uno son los que más bregan allá adentro. Porque de alguna forma u otra son las personas que saben lo que hay ahí, y uno hay veces que lo quiere tratar de esconder pero mira, no lo escondan muchacho, muchacha, si te lo están diciendo. No seamos testarudos, y me incluyo en esto, no seamos testarudos sino aceptemos como Dios nos trata a través de esas personas también, cómo Dios nos trata a través de otros líderes en la iglesia.

Mire, si un líder en la iglesia le dice a usted con mucho respeto de su persona, le dice, mira, yo no sé tu pero yo me fijo que tu tienes esto y esto y esto, que yo creo que tu deberías trabajar. Pero qué se cree el pastor Omar para decirme eso? A mí nunca nadie me había dicho algo así. Ahí es donde sale el orgullo y se interpone. Y precisamente Dios pone esas personas a su alrededor para que poquito a poquito le aprieten como quien dice, sus botones, para que usted pueda despertar a esa realidad de que, espérate hay cosas en las cuales yo tengo que trabajar.

Así que el carácter es un área bien importante. Yo podría abundar más ahí, pero déjenme moverme. Obviamente el área de la familia también es otra de las cuales se da el zarandeo, que uno quisiera que su familia, su hogar, que todo esté perfectamente bien culiclean, como quien dice, que todo esté ahí a la perfección. Pero muchas veces las cosas no se dan a la perfección como uno quisiera. Hay veces que los cónyuges por más que se amen, siempre se van a estar jalando las greñas en alguna forma u otra, siempre va a suceder.

Por más que uno quiera que sus hijos se comporten en la forma más adecuada, siempre van a hacer algo que le va a hacer perder la paciencia. Por más que uno trate de mantener la cuenta de banco ahí, con un balance de 3000 dólares para arriba o algo, aquí yo pensando utópicamente también, pero siempre va a causar algo, siempre va a haber algo que va a poner los números en color rojo y yo uno se las va a tener que ver negras y uno va a tener que decir, okay, tenemos que ajustar el presupuesto. Y miren si me asusta que hasta se me va la voz cuando hablo de esto.

Es duro, Señor. Pero son cosas que nos trabajan. Y aún cuando hablamos a nivel de matrimonio también, yo no sé si yo mencioné esto el miércoles pasado pero a veces que esto también se da mucho a nivel del matrimonio cuando una de las dos partes no está satisfaciendo las necesidades del otro o de la otra, las expectativas que se tienen. ¿saben qué? La naturaleza humana de nosotros siempre va a tener la tendencia de empezar a pensar como que guau, que lindo se ve el pasto más verde al otro lado. Y les voy a hablar bien honestamente y bien sinceros, yo podría decir que habría un puñado bien diminuto de matrimonios que se atreverían a decir, no, yo nunca he pensado así, y aún si me dijeran eso, yo me diría, bueno, yo no lo sé pero Dios lo sabe, pero yo mantendría mi sentido de duda ahí. Y conste no es que estoy dudando de la gente, pero yes, lo hago.

Pero el asunto es que cuando eso no se da, miren, mis hermanos, la mente empieza a trabajar, dice ah, mira aquel muchacho, mira a aquella muchacha. O empezamos con el what if? Y que? Qué hubiese sido mi vida con fulano o con fulana? Y si nosotros dejamos que ese fantaseo en la mente se corra demasiado millaje, mire, ahí el zarandeo no está viniendo por cosa externa, ahí el zarandeo está viniendo porque uno mismo lo permite que entre. Y uno tiene que cuidar esas áreas en la vida a nivel natural.
Si yo le pongo otra área, su área de trabajo, en su vecindario, cosas así, miren, se pueden presentar personas que lo van a cucar por así decirlo. Y tal vez le sea una palabra o sea una mirada o sean un mover de pelo, o sea una muestra de brazos o algo, qué se yo, lo que sea que hagan los hombres o las mujeres para llamarse la atención. Son cosas que si uno no está bien claro en su vida, en su vida cristiana, en sus valores, en su relación matrimonial o en cualquier otro aspecto.
Es más, yo voy a llevarlo al nivel de los negocios, o sea, si usted está en su trabajo y usted está tratando de hacer una buena labor para que superiores estén contentos con su labor, y de repente hay otro que está ahí cuchicheando, mira, lo que está lambiéndole los ojos al jefe, como quien dice, para llegar más arriba, y si uno se deja llevar por esos comentarios, mira, pierde uno la perspectiva.

Y es por eso, mis hermanos, que uno tiene que estar bien pendiente cuando se da esos tipos de zarandeo, esos tiempos de situaciones que pueden poner a uno en situaciones un poco medio comprometedores, uno tiene que entonces evaluarse a sí mismo y entonces decir, okay, espérate, qué es lo que está pasando con esta situación? Qué es lo que yo estoy haciendo? Qué está provocando esta situación? O qué yo no estoy haciendo que debería estar haciendo? También. Y cómo esta situación puede sacar de mí lo que no es necesario a nivel de carácter, a nivel de pensamiento, a nivel de proyección, a nivel de personalidad. Qué cosas se tienen que sacar de mí para que entonces yo me pueda convertir en el tipo de hombre o en el tipo de mujer que Dios desea que nosotros podamos ser.
Obviamente, esto muchas veces se da a nivel, el zarandeo se da a nivel de la salud. Mire cuando uno recibe una noticia mala de que mira, te diagnosticaron con algo y es como que, híjale, y ahora qué? Cuando se dan esas cosas así, mire eso puede ser una situación que estremecen nuestra fe y como que crees o no crees? Qué es lo que va a pasar ahora?

Y asimismo, mis hermanos, también se da aquí en la iglesia. Aquí más todavía en la iglesia. A mí me da gracia porque hay veces que decimos, ay, ese pastor tan bueno que se ve, pero a la primera que el pastor le pise un callo, ya es como que ese pastor me cae mal. No quiero hablar con ese pastor, voy a habar con el otro, prefiero al otro. Y nos vamos con el otro pastor, pero cuando el otro pastor le pise el callo usted también, ah, no, es que tienen un compinche esos pastores, me voy a ir con otro pastor.
O sí, exacto, me voy para otra iglesia. Y cuando llega a la otra iglesia usted le pisa los callos a otra persona en esa iglesia, entonces lo tienen que botar de ahí para que se vaya a otra iglesia.

Miren, cuál es el propósito final de todo esto, mis hermanos, yo entiendo que cuando se dan esas oportunidades, o esas situaciones donde nuestras vidas son sacudidas de una forma u otra, yo entiendo que Dios lo que está provocando es pulirnos, sacar de nosotros lo que es desechable, lo que apesta, lo que es feo, lo que es sucio, lo que Dios no quiere que esté ahí.
Se me viene a la mente la imagen del alfarero trabajando con el barro que cuando lo está preparando y mete sus dedos ahí, esos dedos lo que están haciendo es sacando esas piedras sucias, pedacitos de madera de raíz que están en el barro, y hay que sacarlos para que esa vasija tenga la forma necesaria y que no se rompa. Eso es lo que Dios hace con cada uno de nosotros. Así que miren, mis hermanos, si ustedes en algún momento de ahora en adelante, yo espero que esto sea así. Esta va a ser mi oración, si usted en algún momento de ahora en adelante se encuentra en una situación donde usted pueda decir, como que mi vida está siendo zarandeada, piense lo siguiente: que ya el Señor lo sabía que iba a suceder. Y que a través de esa situación el Señor está sacando lo mejor de usted para que usted se pueda convertir en la persona que Dios quiere que usted se convierta. No piense que la persona o la situación a través de la cual está viniendo ese zarandeo no vaya a pensar, ese es el diablo, es una diabla que me está atacando la vida. No lo piense así. Porque rápido le echamos la culpa al diablo, y aunque el diablo puede ser que tenga algo que ver en esto, pero mire, enfóquese, mantenga su enfoque, su mente, su corazón, su espíritu pensando, okay, Señor, qué puedo sacar de esto? O qué tu quieres sacar de esto?

Y esto requiero un esfuerzo bien intencional, mis hermanos, porque nuestra tendencia va a ser lo mismo que hizo Pedro, que cuando llegue el zarandeo, salgamos corriendo como a las millas de cuchiflán. Le cogemos miedo a la situación. Nuestra fe se esconde, como decía el pasaje que leía el miércoles, seguimos a Jesús de lejitos para que no me identifiquen, pero no, ese no es el tipo de discípulo que el Señor quiere. Él quiere aquellos que verdaderamente van de cerca de él, que están ahí conectados con él. Y aunque sí pasen por esos tiempos de zarandeo, con todo y eso se mantienen firmes porque saben que esa situación los va a sacar a algo mayor.
Así que recuerden que si ustedes creen que esa situación está trayendo algo a su final, piensa lo siguiente que después de ese final algo nuevo va a comenzar. Como yo aprendí una vez, de hecho de parte de Miguel Pérez yo aprendí esto, que cuando uno se cree que una situación ha terminado los sueños de Dios con uno no terminan, los sueños de Dios con uno continúan, me gusto eso.

Dios tiene sueños contigo y él tiene un momentun donde está bregando en cada uno de nosotros. Así que ya saben, mis hermano, mi hermana, que me escuchan, llévate esto esta noche. No hay llamado, no hay vocación, no hay ministerio, no hay una vida cristiana sólida y perdurable que antes no sea sacudida. Así que cuando su vida sea sacudida, no se quede sacudido, no se deprima, no sea achongue ni nada. Párese firme y diga, me caigo pero tengo alguien que me puede levantar, y que me puede afirmar para yo seguir adelante y que pueda enseñar a mi vida cómo debo proceder.
Así que vamos a ponernos de pie, y vamos a orar. Padre, te damos la gloria solamente a ti Señor, porque tu eres el que está en control de toda nuestra vida, Señor, tu eres el que nos dirige, tu eres el que marca nuestro caminar, Señor, tu eres el que permite que lleguen situaciones a nuestra vida que nos puedan moldear y que nos puedan acercar más a ti, Señor.
Tu deseo no es que nos alejemos, al contrario, tu deseo es que nosotros nos alleguemos más a ti. Y Padre, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche que han llegado aquí que estas palabras sobre las cuales hemos estado meditando, Señor, que animen nuestro caminar contigo, que animen y fortalezcan nuestra fe y que nos permitan saber, Señor, que aún a pesar de las circunstancias negativas que puedan llegar a nuestra vida, Señor, que tu estás ahí también. Y que tu permites, Señor, que nuestro ser, nuestro espíritu, nuestra mente en varias ocasiones pase por momentos difíciles pero es para sacar algo mejor de nosotros, Señor, para nosotros convertirnos en alguien mucho mejor, mucho más deseable delante de ti.

Así que, Padre, sigue trabajando con nosotros, Señor, yo afirmo lo que dice la Escritura, que tu no permites que llegue tentación alguna a nuestra vida que nosotros no podamos soportar. Así que si hay algo o alguien que trata de acusarnos o de tentarnos en una forma que no viene de ti, Señor, mira, libéranos de eso, pon ángeles que nos protejan en todo momento, Señor, y líbranos de esas situaciones.

Pero si son cosas que provienen de ti, que son permitidas por ti, Señor, entonces ayúdanos a tener el discernimiento y la sabiduría para poder saber cómo tu estás trabajando en esas cosas y poder confiar en ti, Señor. Afirmo esta palabra, poder confiar en ti, Señor, en tu persona, en tus propósitos para nuestras vidas de que tu sabes mucho mejor que nosotros lo que necesitamos.

Bendecimos tu nombre en esta noche, Señor. Gracias por cada uno de mis hermanos y hermanas que han llegado aquí en esta noche. Declaro sobre ellos tu bendición y Padre, que tu nos permitas un descanso profundo, reparador en esta noche y que mañana si es tu volunta podamos levantarnos, Señor, y echarle mano al día con todo lo que pueda traernos.

Bendícenos a medida que salimos de aquí en el nombre de Jesús.

No hay vocación perdurable que antes no sea sacudida

TRANSCRIPT

Yo los invito a ir al libro de Lucas. Y, hoy, he querido compartir con ustedes que está bien conectado al mensaje que estaba compartiendo el domingo. Dios me ha tenido reflexionando mucho en esa idea de lo que es el momentum… el momentum. El ímpetu del Espíritu de Dios moviéndose dentro de nosotros. Y yo les puedo decir, mis hermanos, hay tantas dimensiones, tantas variantes, tantas perspectivas que uno puede analizar de esto que yo podría seguir predicando de esto por lo menos dos semanas más. Amén.

Al menos a alguien le gusta ese mensaje. No le pagué, ¡válgame! Ah, verdad, si ustedes hablan, yo no predico, eso es así. Pero, miren, el domingo pasado después que yo terminé de predicar, que yo evalué mis notas yo me decía, ¡guau! Como que me comenzó a traer nuevas ideas a mi cabeza y anoche yo estuve compartiendo con el grupo de hombres en su reunión y estuve predicando también en una misma línea.
Y, después que terminé de predicar, el pastor Gilberto se paró y tuvo un momento para ministrar y él dijo una frase que estaba muy conectada con lo que yo estaba predicando que me prendió el bombillo aún más. Y yo me dije, pérate, yo creo que aquí hay algo. Si me perdonan voy a compartir mi corazón con ustedes, también. No es que me tengan que perdonar, o sea…

Pero, miren, qué tal si yo les digo lo siguiente… escuchen bien: No hay vocación perdurable que antes no sea sacudida. Ese es el tema que traigo en esta noche. No hay vocación perdurable – genuina – que antes no sea sacudida.

Voy a explicar esto. Yo les puedo decir que yo entendí la dolorosa verdad que estoy diciendo hoy. Y digo dolorosa porque la mayor parte del tiempo uno desearía que el envolvimiento que uno tenga en su vida cristiana sea libre de traumas o aflicciones o ansiedades. Pero obviamente eso sería un deseo utópico por así decirlo porque no es la realidad. Yo creo que uno tiene que aprender a hacer la paz con la idea de que en todo momento si uno quiere vivir genuina y honestamente como un discípulo de Cristo, tenemos que hacer la paz con la idea de que van a venir esos momentos en que nuestra vida va a ser sacudida en distintas formas.
Entonces, yo me pregunto cuál es la intención – ¿cuál es el propósito de esto? De esos momentos en los cuales nuestra vida es sacudida. ¿Por qué Dios a través de la persona de Jesús permite que el enemigo nos zarandee a nosotros? ¿Por qué Él permite que el enemigo nos zarandee?
Vamos a Lucas, capítulo 22. Lucas, capítulo 22; y vamos a leer en el verso 31. Y claro está, mis hermanos, estoy diciendo esto entendiendo el contexto en el cual lo digo. O sea, si nosotros anhelamos y deseamos ver un mover de Dios en medio de nuestras vidas, tenemos que hacer la paz con la idea de que con ese mover van a venir momentos de contienda, van a venir momentos de prueba – van a venir momentos de zarandeo por así decirlo. Pero sí, es una palabra bíblica.

Miren cómo dice el texto, Lucas 22, verso 31 dice: “Dijo también el Señor: ‘Simón, Simón, he aquí Satanás los os ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado por ti que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”

Déjame leer ese verso 31, otra vez, dice: Simón, Simón… o Juan, Juan… o Lucy, Lucy… Julia, Julia… o Miguel, Miguel… o Pedro, Pedro… o Mauricio, Mauricio… o Antonio, Antonio… puedo seguir diciendo nombres. O Felipe, Felipe. Omar, Omar, ¡válgame! ¡Por qué no voy a decir mi nombre, claro que sí! “… he aquí Satanás los os ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado…” Mira cómo dice, “yo he rogado”. Rogado tiene una intensidad mucho más grande que decir el mero hecho que yo he orado.

Orar es como, Señor, sí, cuídalos. Sé con ellos. Pero, rogar es como: ¡Señor! ¡Pare! Hay una fuerza interna que sale del vientre de uno cuando uno ruega, por así decirlo.

Pero miren, ¿qué significa zarandear? Nosotros que hemos tenido familiares en el campo o algo así que zarandean muchas cosas. Básicamente zarandear es separar una cosa de otra. Sí, pero yo se que se hace a través del meneo. Es más, si yo les digo, demuéstreme cómo usted zarandea a alguien, yo sé que todo el mundo me va a bailar el twist aquí.

Pero, el zarandear lo que está haciendo es separar una cosa de la otra, ¿verdad? Los constructores cuando están zarandeando la tierra, ¿qué es lo que están haciendo? Están separando las piedras grandes de la tierrilla que necesitan para poder construir, o con el cemento. Otro ejemplo, se habla mucho del trigo, ¿verdad? Cuando se zarandea el trigo, ¿qué es lo que se está buscando hacer con eso? Se está buscando sacar el grano del caparazón que cubre al trigo.

Si usted coge una alfombra y usted la sacude, ¿qué es lo que está haciendo? Usted está separando el polvo y el sucio y la tierra de esa alfombra, para que la alfombra pueda seguir siendo usable y que no huela mal y que no afee la casa. So, el zarandeo se da de distintas formas y lo usamos nosotros también para distintas formas. Pero, en la misma forma – se me quedó la palabra forma… formados. En la misma forma – en el mismo modo, nuestras vidas pasan por distintos zarandeos.
Y, miren, vamos a… déjenme analizar este texto con ustedes un momento. Este texto de Lucas 24. Voy a hacer un pequeño estudio bíblico aquí con ustedes, en tres minutos. Miren, si usted se fija en los versos del 24 al 27 de este pasaje. Perdón, empezando los pasajes del verso 14 al 23, usted lo puede leer; pero le voy a contar, resumido. Los versos del 14 al 23, Jesús está instituyendo lo que hoy nosotros conocemos como la Santa Cena con sus discípulos.

Y fue en este instante donde Jesús identificó la persona que… ¿qué? Que lo iba a traicionar. En los versos del 24 al 27, Jesús empieza a darles a sus discípulos una cátedra acerca de quién es el mayor en el Reino de los Cielos. En otras palabras, Jesús les estaba dando una lección acerca de lo que es el verdadero liderazgo. Quién es el verdadero líder. Y Él estaba diciendo que el verdadero líder no es el que se sienta primero a la mesa y los demás le sirven, sino que el verdadero líder es el líder-siervo. Es el que sirve a otros.

Ahora, aquí es donde yo veo una clave bien importante. El verso 28, si ustedes lo leen; miren cómo dice el verso 28. El verso 28 dice: “Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.” Ese verso para mí es clave en este contexto. Porque lo que significa es que Jesús está exaltando a sus discípulos por su fidelidad a Él a pesar de que ya se había identificado que había un traidor en medio de ellos.
Después de todos los traumas que Jesús había pasado enfrentándose a los fariseos, a los saduceos, a los mengueos y todos los demás que habían por ahí… después de todas las cosas que sucedieron; personas que lo rechazaban, personas que lo aceptaban, sus discípulos estuvieron allí, fielmente con Él. Y Jesús los estaba exaltando por eso.

Pero, en el verso 31, que es lo que acabamos de leer, yo digo que Jesús les vira la tortilla a los discípulos. Les dice algo que es como contradecirles. Porque después que los exalta diciéndoles, “¡Guau! Ustedes se han quedado conmigo hasta el final y yo estoy bien contento con eso.” Después viene y sale con eso, “pero, Satanás ha pedido zarandearlos como a trigo.” Óigame, yo no sé usted, pero eso a mí me parece muy particular.
Satanás los ha pedido para zarandearlos… en otras palabras aunque ellos estaban disfrutando de un mover de Dios en la persona de Jesús, en una forma bien tangible; no implicaba que ellos estaban libres de peligro o de tentación. ¿Me siguen por dónde voy?

Al contrario, ahora era que las cosas se iban a poner buenas. Después que Jesús fuera arrestado, allí era que las cosas se iban a poner de color de hormiga brava para todos ellos. Y es aquí, mis hermanos, donde yo entiendo que para poder tener un sentido de vocación – y con vocación me refiero a un sentido de llamado – vocación no es como que usted se va a una escuela vocacional y estudia para hacer secretario o carpintero. Esos son vocaciones; pero vocación, en este sentido, yo lo estoy usando como ese sentido del llamado.

Como esa razón de ser, ese propósito que Dios le da a nuestras vidas. Allí es donde yo me refiero, o ese es el uso que yo le estoy dando a la palabra vocación. Para nosotros poder tener una vocación, un llamado, un ministerio perdurable, hay que enfrentar momentos de zarandeo.

Miren qué fue lo que pasó con Pedro; qué fue lo que causó con él este zarandeo. ¿A qué se debió el fracaso de Pedro? Si ustedes recuerdan bien la historia, ¿dónde se dio el fracaso de Pedro? Si yo les sigo leyendo, qué fue lo que Pedro le dice: Dispuesto estoy, Señor, a estar contigo no solo a la cárcel sino también a la muerte. Pedro, te digo que el gallo no va a cantar hoy, antes de que tú me niegues… ¿qué? Tres veces que no me conoces.

Entonces, tú sabes, eso tiene que haber sido una cachetada en la cara de Pedro. O sea, es como que, “¡Válgame! Te estoy diciendo que estoy dispuesto a morir por ti o a morir contigo y a ir para la cárcel contigo y tú me estás diciendo que yo te voy a negar. Hello! ¿Qué es lo que pasa?” Sin embargo, Jesús sabía por qué lo estaba diciendo y se vio el fracaso de Pedro se vio en su negación.

¿A qué se debió el que Pedro negara a Jesús? Perdonen que les estoy haciendo tantas preguntas pero es que me gusta ponerlos a pensar. ¿Cuántos de ustedes – por muestra de manos – cuántos de ustedes creen que Pedro tenía miedo? Vamos a ver. Que la negación de Pedro fue por causa de miedo. Que él tenía miedo de lo que le iba a pasar. Okay. Les voy a dar otra opción. ¿Cuántos de ustedes creen que la negación de Pedro fue por falta de fe? Ah, no… Okay, la tercera opción, ¿cuántos de ustedes dicen que es la primera y la segunda?

Cubrí todas las bases entonces. Miren, no, no, no. Para mí la b) es la correcta. Saben que yo no creo que Pedro haya tenido miedo. ¿Acaso Pedro no le cortó una oreja a uno de los que vino a buscar – a arrestar a Jesús? ¿Tú crees que eso fue por miedo? ¡Ah, ya! Porque estaba al lado de Jesús se atrevió a cortarle la oreja. “Ah, sí, le voy a cortar…” Es un ímpetu, sí… un, pah. Allí se vio un momentum, le cortó un canto de oreja al soldado.

Pero no, mis hermanos, yo no creo que haya sido por miedo. Yo creo que fue más falta de fe. Y falta de fe en el sentido de creer en la persona de Jesús. Es interesante que unos capítulos antes, si ustedes leen esto en el capítulo 9 de Lucas. Miren esto, les estoy contando un secreto, una historia aquí.
Lucas, capítulo 9. Acaso en Lucas, capítulo 9, verso 18, ¿no se dio un momentum en la vida de Pedro? Miren cómo dice, Lucas 9:18, dice: Aconteció que mientras Jesús oraba aparte estaban con él los discípulos y les preguntó diciendo: ¿quién dice la gente que soy yo? Y ellos respondieron. Ah, unos dicen que Tú eres Juan el Bautista, otros dicen que tú eres Elías y otros dicen que tú eres algún profeta de los antiguos que ha resucitado. Y Él les dice, oye, y ustedes, ¿qué ustedes piensan de mí? ¿Qué ustedes creen que soy yo? ¿Quién ustedes creen que soy yo? Y allá se paró Pedro.

Yo me quiero imaginar ese momento. Yo me imagino a Jesús haciendo esa pregunta, y tal vez los muchachos estaban así sentados en el suelo, tal vez Pedro se estaba mordiendo un catito de trigo de esos así bien largos, estaba como que mordiéndolo y de repente oye esta pregunta de parte de Jesús: Y, ustedes, ¿quién ustedes dicen que yo soy?

Yo me imagino que él se quedó como que… Tú eres el Cristo, el hijo de Dios. Óigame, pero no me digo, ¡Gloria de Dios! todavía, ¿sabe por qué? ¿Qué fue lo que Jesús dice? Bienaventurado eres porque no te lo ha revelado carne ni sangre, sino que esto ha sido revelación de Dios sobre tu vida.
Miren esto, Pedro recibió esa revelación de parte de Dios. Sin embargo, la revelación no se hubiese cimentado o no se hubiese penetrado hasta lo más profundo del ser de Pedro, si él no hubiese sido zarandeado de la forma que fue. ¿Me entendieron o lo tengo que repetir?

Esta revelación que se dio en Pedro, no se hubiese cimentado en su vida si él no hubiese sido zarandeado de la forma que fue. Mire, esto para mí fue revelación, porque yo sé que nosotros podemos tener muchos profetas en medio nuestro. O que Dios pueda traer revelación en medio nuestro y yo amo eso, y lo deseo eso, que Dios hable pero el mero hecho de que haya una revelación en medio de nuestras vidas no significa que esa palabra se va a concretizar hasta que algo suceda entre nosotros que libere el poder de esa palabra. Amén.

¿Me están entendiendo o los estoy confundiendo? Yo creo que hay palabras que Dios trae a nuestras vidas, que en el momento suenan bien ricas, que en el momento suenan como que esto es gloria aquí en el monte de la transfiguración por así decirlo. Pero el mero hecho que usted haya recibido la palabra, no significa que usted vaya a experimentar el poder de esa palabra en su vida hasta que algo más abundante suceda en usted.
Hasta que algo más impactante no suceda en usted. Es como si decir que esa palabra que Dios le da lo mete a usted en una burbuja. Y usted está en esa burbuja, ¡guau! Qué palabra más linda. Y no es hasta que viene un suceso de la realidad, de la vida, que viene y le hace ‘pop’ y le explota la burbuja, que entonces cuando se explota esa burbuja usted entiende esa palabra de una forma totalmente distinta. Amén.

¿Dígame usted si eso no fue lo que sucedió en la vida de Pedro? Que Pedro con toda esa celebración que él recibió – y miren cómo se dio la revelación de Pedro, no fue solamente en ese instante que dijo, ¡Ah, tú eres el Cristo, el hijo de Dios! No, no, no. La revelación de Pedro se dio de muchas otras formas; el mero hecho que él pudo contemplar los milagros que Jesús hizo, es más que fue, como quien dice, copartícipe de esos milagros. Que también sanó enfermos, que echó fuera demonios, que anunciaba o decía unas cosas que tal vez antes él no pensaba que las podía decir, pero como estaba en presencia de Jesús estaba fluyendo ese poder a través de él.

Pero como que todavía no se había concretizado aún. Oh, sí, Jesús yo estoy dispuesto a morir contigo, a ir contigo a la cárcel. Pero él ni sabía lo que estaba diciendo.

¿Por qué? Porque él… Okay, se los voy a decir de esta forma: ¿cuántas veces Jesús no esta anunciando que él tenía que morir? Y, en cuántas ocasiones también Pedro, “Pero, Jesús, ¿qué estas diciendo? Tú eres el Rey de los Judíos. Tú eres el que vas a gobernar sobre nosotros.”

O sea, en varias ocasiones, en el instante bíblico se ve, que Pedro está persiguiendo a Jesús de la forma incorrecta. So, imagínense ustedes cuando le cogen a Jesús, que lo quitan, que lo arrestan. Él se queda como que… ¿y qué pasó aquí? No está tu poder, no están los ángeles que pueden venir y liberarte a ti. Y ahora te estoy viendo en el punto más vulnerable de tu vida. Te dan cachetadas, te escupen. ¿Quién no se va a confundir con eso? Obviamente cuando se da el momento de la negación, se pone más interesante la historia.

Pero, miren mis hermanos, déjenme ir avanzando porque son las nueve ya. Lo bello de este relato es lo siguiente. Y fue que el mismo Jesús se lo advirtió. En otras palabras, Jesús sabía que era necesario que esto aconteciese en Pedro. Es más, yo me atrevería hasta decir, que es por esto que Jesús mismo permite que nuestro enemigo se acerque a nuestras vidas y cause algún tipo de desajuste sin hacer estragos con el mero propósito de sacar lo mejor en nosotros.

Acaso la Biblia no dice lo siguiente: Por algo es que el Señor permite que el enemigo se acerque a nosotros y nos zarandee, pero sin causar estragos. Porque él quiere, como quien dice, usar al diablito este de conejillo de indias, lo voy a hacer como mi instrumento para sacar lo mejor que hay en ellos. Acaso la Biblia no dice lo siguiente, en Juan, capítulo 16, versos 33, que dice: “En el mundo ustedes van a tener aflicción…” Pero, ¿qué dice Jesús? Yo he vencido al mundo.

Romanos, capítulo 8, verso 31, nos dice: “Si Dios es por nosotros, quién contra nosotros.” Primera de Corintios, capítulo 10, verso 13 dice, “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al ser humano; pero, fiel es Dios que no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que…” ¿Qué? “… puedan resistir o aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, Él les va a dar…” ¿Qué? Lo va a hacer fácil: les va a dar la salida, también, con la tentación.
Y, en Primera de Juan, el favorito mío; en Primera de Juan, capítulo 4, verso 4 dice: “Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a estos falsos profetas…” ¿Por qué? “… porque el que está en ustedes es más…” ¿Que el que está dónde? Eso sí, puede venir a molestar nuestras vidas, pero no es que no nos va a destrozar o nos va a derribar. Es más, yo les puedo decir tantos otros versos bíblicos pero no tengo tiempo.
Miren, todos estos pasajes, mis hermanos, nos ayudan a entender que cuando Dios comienza a moverse en nosotros, hay otro que va a querer moverse también. Para que nosotros lleguemos a lo que Dios intenciona en nuestras vidas. Obviamente ese otro, ese enemigo, sabe que se va a quedar en desventaja si nosotros nos comenzamos a mover en la dirección de lo que Dios quiere para nosotros.
Déjame ir terminando aquí. Yo creo que esto se va a quedar, to be continued. Continuará la semana que viene. No, no, no. Déjame terminar aquí.
Yo es por eso digo, mis hermanos, que es importante reconocer cómo Jesús en su conocimiento infinito, sabe por dónde nos mete y a quién trae a nuestro camino. Déjame terminar reflexionando en esto concerniente a Pedro. Jesús sabía lo que iba a hacer con Pedro, y en la misma forma el Señor sabe lo que está haciendo con cada uno de ustedes. Aunque no parezca aquí, pero Él sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros.

Jesús sabía la capacidad y el potencial que tenía Pedro, así como también sabe y conoce el potencial y la capacidad que usted también tiene. Pero así mismo Él tenía que tratarlo. Jesús tenía que tratar con Pedro. Jesús, yo me atrevo a decir que Jesús mismo zarandeó a Pedro en muchas ocasiones. ¡Ay, se está haciendo tarde y hay mucha gente aquí! Vayan ustedes y denles de comer. Pero estas hablando de cinco mil personas y no tenemos nada. Vayan… ¿Acaso Jesús no está poniendo a prueba ahí mismo a sus discípulos? ¿Claro que sí!

Oh, no, déjame reírme.
Los voy a dejar en suspenso, los voy a dejar aquí. Allí mismo en ese capítulo de Lucas 22, verso 54 me encontré con algo que fue bien particular. Porque cuando Jesús fue arrestado, que se lo llevaron, miren lo que dice el verso 54: “Lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote.” Y dice…. “Y Pedro le seguía…” Allí si que puedo decir que el hombre tenia miedo.

Mire, ¿usted cree que este es el tipo de discípulo que Jesús quiere? El discípulo que se esconde, el discípulo tímido. El discípulo que está intimidado por las cosas o que se deja amedrentar por las circunstancias de la vida. Por algo es que Él quiere tratar con nosotros. Porque Él sabe lo que Él está haciendo en usted.

A nivel individual Él sabe lo que Él está haciendo en usted. Y como usted es parte, no de cualquier iglesia, sino que usted es parte de esta iglesia; con más razón el Señor quiere tratar con usted y conmigo. ¡Válgame! Déjame ponerme yo también allí.

So, usted tiene doble carga. Perdóneme que le rompa la noticia así, pero usted tiene doble carga. No tan solamente el Señor quiere trabajar con usted en forma individual, quiere trabajar con usted porque usted es parte de esta iglesia. Para un tiempo así, como le dijeron a la Reina Ester, para un tiempo así… “Para un tiempo como este, Dios te ha levantado para estar aquí.”
Así que yo los quiero dejar en suspenso.

Tú vocación no va a ser perdurable antes que no sea sacudida. Si quieres escuchar más, no te lo pierdas el miércoles que viene.

Vamos a ponernos de pie, mis hermanos, y vamos a orar. Padre, en el nombre de Jesús, reconocemos que estamos delante de ti, oh, Dios. Reconocemos que Tú tienes un llamado sobre nuestras vidas, Señor. Tú nos llamas, deseas que nosotros podamos vivir acorde con los deseos que Tú tienes para nuestros corazón; para nuestra vida como iglesia.

Y, Señor, Padre, lo que yo estoy diciendo… yo sé que nos reímos pero es algo bien serio, Señor. Porque no se nos hace fácil lidiar con ese zarandeo que viene en nuestras vidas. Al menos por esta primera parte, en las cosas que he compartido, Señor, yo te pido que Tú nos ayudes a comenzar a reflexionar en nuestro interior, bien profundo en nuestro corazón, Señor.
Que así como Tú trataste con tus discípulos, aquellas personas… esos hombres que caminaron tan de cerca contigo, Señor, y vieron maravillas de parte tuya. Así también Tú caminas en el día de hoy Tú también. Y Tú quieres tratar con nosotros; Tú quieres sacar también lo mejor de nosotros. Tú quieres que a través de la vida nosotros podamos ser zarandeados para sacar lo más valioso que Tú buscas en medio de nuestras vidas.

Así que Señor, en medida que continuamos meditando en esta Palabra, Señor, que estamos escuchando todos estos mensajes de el mover tuyo en medio de esta iglesia, en medio de nuestras vidas. El mover en Tú espíritu, Señor, y de cómo Tú deseas que seamos una iglesia de poder y de autoridad; yo te pido que también nos ayudes a meditar concerniente a esto; cómo Tu quieres trabajar nuestro carácter, trabajar nuestra persona para que podamos ser siervos efectivos, discípulos radicales comprometidos contigo, con Tu reino.

Padre, yo te pido que Tú bendigas a mis hermanos y hermanas en esta noche a medida que ellos salen de aquí, de este lugar, Padre, que esta palabra pueda salir haciendo eco en sus corazones y que los provoque a seguir buscando, estudiando más de Ti, Señor. Para ver qué descubrimos en la riqueza de Tu palabra, Señor. Que sea de bendición a nuestras vidas.

Permite que esta noche podamos tener un sueño tranquilo, reparador, mi Dios. Y que mañana, si así Tú lo permites, ¡guau! Nos levantemos como si hubiésemos dormido toda una semana corrida, Señor.

Así que, Padre, bendice a mis hermanos y hermanas. Te damos la honra y la gloria a Ti, Señor. Celebramos lo que Tú haces en nuestras vidas. Y a Ti te damos las gracias, en el nombre de Jesús. Amén. Y Amén. Mis hermanos Dios les bendiga.

Un momentum, un ímpetu divino

TRANSCRIPT

Quisiera compartir con ustedes algunas cosas que el Señor había puesto en mi corazón ya hace un mes y medio atrás, más o menos, podría decir yo, hoy más bien lo que voy a hacer es completar un poco más un mensaje que yo traje un miércoles comenzando el mes de septiembre, hace ya varias semanas atrás. Y tiene que ver con esta idea del mover de Dios en medio de nuestras vidas.

Y mucho de esto sale inspirado de toda esta serie que nuestro pastor Miranda ha estado predicando concerniente al libro de los Hechos, y cómo la iglesia en el libro de los Hechos experimentó un mover de Dios en medio de sus tiempos. Y fue un mover de Dios que no dependía de las circunstancias en las cuales ellos estaban viviendo, los cuales por algún lado se puede decir, que eran circunstancias negativas, era una ambiente que en alguna forma se oponía a todo lo que la iglesia estaba experimentando, pero con todo y eso, había un mover, había un momentum por así decirlo, un ímpetu de parte de Dios que se estaba moviendo en medio de sus discípulos y todos aquellos que decidían creer y aceptar su palabra.

Y yo creo, mis hermanos, que en la misma forma esas palabras que, o esas cosas que sucedieron en la iglesia de los Apóstoles hace siglos atrás, yo creo que Dios también lo está haciendo en medio de nosotros, en distintas formas. Pero que para nosotros poderlas discernir hace falta que nosotros precisamente tengamos eso, el discernimiento correcto en nuestra mente, en nuestro espíritu, la intensión correcta de nuestro corazón.

El martes pasado yo estaba en una de las reuniones de COPANI y estuvo predicando el superintendente de las iglesias metodistas libres del área del noreste de los Estados Unidos. Es un hombre americano y mientras él predicaba me estuvo tan particular porque él también comenzó a predicar del libro de los Hechos, y yo me decía, guau, ya el libro de los Hechos me sale por los poros. Pero algo hay en medio de esto, hay un propósito en medio de esto. Y ciertamente este hombre, mientras él iba predicando, al principio yo no se los puedo negar, yo estaba un poquito medio resistente a la forma en que él estaba comunicando, pero a mitad de mensaje este hombre se quebrantó. Yo creo que él se quitó su sombrero de pastor, superintendente de las escuelas metodistas y comenzó a hablarle a todos los pastores y pastoras que estaban allí como uno más de ellos.

Y a mí me fue tan particular el poder escucharlo a él decir, yo anhelo, yo tengo hambre, yo tengo sed de ver un mover de Dios en medio de nuestro tiempo. De verdaderamente poder ver esos milagros que ocurrían o que ocurrieron en la iglesia de los Hechos, de ver esos milagros ocurrir ahora en medio de nuestros tiempos, o de verlos en alguna otra forma, pero el mero hecho de que se manifieste algo y de nosotros poder saber y entender que Dios estaba en medio de esas circunstancias. Eso es lo que él estaba diciendo que anhelaba y deseaba ver.

Él no hizo una pregunta, qué tenemos que hacer nosotros para poder ver y comprender eso? Y yo no les puedo decir que yo tengo una respuesta específica o acertada, sí puedo mencionar algunas cosas que nosotros podemos hacer, pero, en gran parte ese mover, ese momentum. Y entienden a lo que me refiero con momentum. Yo mismo lo voy a explicar, pero me refiero a ese ímpetu. Es como una energía que proviene de Dios que nosotros no la podemos manipular sino que viene directamente de él.

Yo puedo mencionar este hecho reciente del cual todos nosotros hemos estado escuchando en las noticias, de los 33 mineros que salieron salvos de cuántos pies de profundidad? 2300 pies, 2600 pies bajo tierra, más sin embargo todos lograron salir.

Sí, obviamente los médicos dicen que van a tener complicaciones en el funcionamiento de sus pulmones, sus ojos que tal vez tanto tiempo que estuvieron en la oscuridad y ahora al ver la luz del sol, pero ¿Saben qué? Dios se las inventa para hacer de las suyas con la gente. Y a mí no me extrañaría que Dios decida contradecir las palabras de todos esos médicos que han hablado de las complicaciones que estos hombres van a tener y que esos hombres estén sanitos y salvos de aquí a par de semanas.

Pero yo lo más que a mí me impactó de esto fue el testimonio que esos hombres dieron delante de todo el mundo. Cuando cada uno iban saliendo con esa camisa que decía, Gracias, Señor Jesús así sobre sus hombros, y en la parte de atrás el verso del salmo 95, creo que es, salmo 95, verso 4, “las profundidades de la tierra y la anchura de los cielos está en la palma de la mano del Señor”.

Así que esos hombres sabían muy bien dónde ellos estaban. Y esos son los moveres, esos son los ímpetus, esos son los momentum que Dios está aprovechando para dejar saber que él está en acción en medio de la tierra, que él está haciendo algo en medio de su pueblo, que aunque tal vez habrá muchas personas que niegan su mover, que niegan su existencia, pero Dios aún en medio de todas esas cosas nos deja saber a nosotros, ah, I am not done, yo todavía no he terminado, yo estoy bien activo en medio de ustedes.

Pero nosotros tenemos que aceptar y recibir eso, mis hermanos. Y es por eso que yo me he movido a compartir esto con ustedes. Y yo espero que esta meditación de mi corazón llegue a algún rincón de su corazón y que le anime a usted poder comprender cómo Dios se mueve en medio de su vida.

Pero yo titulé este mensaje “Un momentum, un ímpetu divino”, un ímpetu, un mover. Y cuando hablo de momentum yo me imagino que usted en algún momento en su vida ha experimentado lo que es un momentum, ¿verdad? Suena redundante pero me entienden por donde voy. Es uno de esos momentos como que cuando usted se levanta por la mañana, usted se levanta con un sentido de energía y no hace más que poner los pies en el piso y ya los pies le cayeron en las chancletas rápido, no las tuvo que buscar, las chancletas estaban ahí, puso sus pies. Y fue de momento a la cocina y no tuvo que estar morroso buscando el café sino que ya fue… ya estaba, lo prendió y empezó a funcionar.

Es el tipo de día como que todos los pensamientos le empiezan a fluir uno detrás del otro y con una lucidez que usted dice, guau, espérate, qué me pasó a mí hoy? O si les doy un ejemplo más exacto, es como si usted viniera por la Mass avenue, digamos que usted venga desde Symphony Hall a llegar acá, y de repente en una forma milagrosa todas las luces se ponen verdes una detrás de la otra, y es como que se dividió el Mar Rojo delante de mí. Eso es un momentum divino. Como que Dios permite que todas las cosas se orquesten en favor de usted.

Si usted ha participado en algún deporte hay veces que en los deportes se experimenta esto mucho. Que cuando usted como que desde que usted sale del bloque hasta que llega a la línea final, es como que todos sus movimientos están fríamente calculados y usted no lo está haciendo con presión o con tensión, sino que todas las fibras de los músculos de su cuerpo están fluyendo de tal forma que cuando usted viene a ver si se acabó la competencia, usted llegó primero.

O que si usted está cocinando un bizcocho, un pastel, una torta o algo y antes tal vez usted leía la receta y era como que qué difícil, que punto viene ahora, y de repente, lo tira en la batidora y la harina salió volando por todos lados. Pero ahora cuando usted está en un momentum es como que todo fluye y cae y el pastel sale al final una delicia.

Me entienden por dónde voy con el momentum? Cuando yo hablo de un momentum divino, me refiero precisamente a eso, mis hermanos, me refiero al mero hecho que es como que Dios está metido en cada uno de las cosas, una detrás de la otra, y todo funciona para que los hijos y las hijas de Dios puedan crecer y experimentar lo que Dios está haciendo en medio de ellos.

Ahora, puede ser que los ejemplos que yo mencioné funcionan como quien dice, bajo las circunstancias correctas, como que cuando todo funciona perfectamente bien. Pero lo bueno de ese ímpetu de Dios es que no todo tiene que estar perfectamente bien para nosotros poder saber que Dios está en medio de las cosas. No todo tiene que estar bien del 1 al 10, de la A a la Z sino que Dios permite que todas las cosas operen como él intenciona.

Es más, aún en medio de la oposición, mis hermanos, el Señor se encarga de que esas cosas que parecen ser opuestas a lo que nosotros como hijos e hijas de Dios deseamos ver, Dios se encarga en que esas cosas funcionen, como dice la Escritura, para el bien de aquellos que aman a Dios.

Miren, déjeme darle algunos ejemplos en la Escritura de personas que experimentaron un momentum divino. Hay muchas personas pero me voy a enfocar en algunos. El primero que a mí se me ocurrió fue el personaje de José en Génesis. José el soñador, en Génesis, Capítulo 39, miren esto.

Obviamente nosotros sabemos que José vivió una serie de cosas de principio a final que podrían parecer que eran injustas basada en los sueños que Dios le había dado a José. Obviamente sus hermanos primero que nada sintieron envidia de él. Fue el primer cantazo que él recibió. De ahí lo tiraron a un pozo, del pozo lo sacaron y lo vendieron como esclavo. Después que lo vendieron como esclavo terminó siendo el guardador de Potifar, el que mantenía la casa, el mayordomo de la casa de Potifar. Obviamente allí hubo una conspiración en contra de él de parte de la esposa de Potifar, y dónde terminó de nuevo? En una cárcel. Y después de que estuvo ese tiempo en una cárcel, que supuestamente fue casi un período de 2 años, cómo terminó después? Interpretando uno de los sueños del faraón y después de haber interpretado ese sueño, el faraón lo puso como gobernador.

Miren que cosa. O sea, todas las circunstancias que podrían haber sido adversas a él, pero saben cuál fue la clave en todo esto? Miren cómo dice Génesis, Capítulo 39 verso 2, esto es algo que se repite en varias ocasiones, el verso dice:

“… Más Jehová estaba con José y fue varón próspero y estaba en la casa de su amo, el egipcio, y vio su amo que Jehová estaba con él….”

Más adelante en el verso 21, una vez más se repite: “…. Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel…”

Y una vez más el verso 23 enfatiza que “… porque Jehová estaba con José y lo que él hacía Jehová lo prosperaba…”

Cuando yo leo esos versos para mí es un ejemplo perfecto de un hombre que está en un momentum divino que a pesar de las circunstancias que se le aparecían en su vida, Jehová estaba con él. Y no importando lo que sucediera, las personas que conspiraran en contra de él, como Dios estaba con él y tenía un propósito, una intención con él, Dios se encargó de que todo funcionara en su favor.

Miren este otro ejemplo, en Éxodo, Capítulo 1, miren lo que habla acerca del pueblo de Israel, verso 7 dice:

“…. Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y esto vino obviamente después de la muerte de José, muchos años después de la muerte de José… fructificaron y se multiplicaron y fueron aumentados y fortalecidos en extremo y se llenó de ellos la tierra. Entre tanto se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José, por ende no conocía el legado de José, y dijo a su pueblo, “He aquí que el pueblo de los hijos de Israel es mayor y `más fuerte que nosotros, ahora pues, vamos a ser sabios para con él para que no se multiplique y acontezca que viniendo guerra ellos también se unan a nuestros enemigos y peleen contra nosotros y se vaya de la tierra. Entonces aquí fue donde comenzó el proceso de esclavitud de los israelitas. Entonces, pusieron sobre ellos comisarios de tribus que los molestasen con sus cargas y edificaron para faraón las ciudades de almacenaje, el verso 12, miren como dice, pero cuanto más los oprimían tanto más se multiplicaban y crecían de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel…”

Miren esto, que interesante mis hermanos, hablando de un ímpetu divino. El pueblo de Israel sabíamos que era el pueblo del pacto de Dios, el pueblo escogido por Dios, y aunque muchas veces este mismo pueblo se olvidaba de Dios, Dios con todo y eso no se olvidaba de las promesas que tenía sobre ellos. Y aunque otros pueblos trataren de oprimirlos, de ser una opresión para ellos, de tratar de frenarlos, de disminuir lo que estaba aconteciendo con ellos, nada podía contener lo que Dios estaba haciendo en medio de ellos.

Me siguen por donde voy? Cogieron bien esa idea de lo que dije? No es que el pueblo de Israel necesariamente se estuviese multiplicando ellos por su propia intencionalidad, aunque claro que sí había algo de eso, pero lo que más yo veo aquí es que nadie podía contener lo que Dios estaba haciendo en medio de ellos.

Hay veces que el momentum puede parecer que va en una forma reversible, por así decirlo. Se acuerdan del personaje Job en la Biblia? Qué fue lo que le pasó a Job? Una cosa detrás de la otra, iba como quien dice, en descuento. Le estaban haciendo una resta total. Es como si el IRS le estaba cobrando todo a Job. Iba una detrás de la otra. Ah, tus hijos…. Los cojo. Tus vacas… las cojo. Tus cabras, tus caballos, tus gallinas, tus gallos, todo lo que tu tienes… te lo voy quitando. Tu esposa también, dámela. Te la cogieron. Tu salud… la voy a apuntar ahí también. Es como que una cosa detrás de la otra se la iban quitando. Más qué fue lo que pasó al final? Dios se le devolvió todo otra vez. Dios se lo devolvió todo otra vez.

Miren, ¿Saben qué? Una vez, esto yo lo compartí cuando hice este mensaje, porque lo hice en el contexto de un servicio de los miércoles. Cuando yo empecé a dirigir los servicios de los miércoles, yo sentí que yo iba en un momentun regresivo también, por así decirlo. Y estoy hablando que esto fue como hace tal vez, como unos 3, 4 años atrás más o menos. Y yo recuerdo que cuando yo empecé, que el pastor me dijo, Omar, mira encárgate tu de los servicios de oración, yo sé que Dios está contigo. Echa mano. Vamos a ver cómo Dios hace crecer esto. Uy, yo ahí bien confiado, vamos a ver cómo Dios hace crecer esto? Y yo recuerdo que las primeras veces que estábamos aquí los servicios de los miércoles, tal vez llegaban como unas 40 personas más o menos, diría yo, que llegaban los miércoles a orar. Y obviamente en aquel entonces yo recuerdo que mi hermano Gonzalo estaba aquí solo con la guitarra, y él dirigía la alabanza y la oración y entre él y yo nos turnábamos de vez en cuando. Y como que mientras el tiempo iba pasando, mis hermanos, yo no sé qué pasó, que de 40 bajamos a 30, de 30 bajamos a 20 y así seguíamos por el estilo y hasta que llegamos al punto como que yo digo, con mucho respeto, que habíamos 2 ó 3 pelagatos aquí reunido los miércoles por la noche. Y yo triste solito con la guitarrita también. Y yo me decía, ay, Señor, y ahora qué hago?

Y yo venía donde el pastor y lloraba, pastor, no, no está viniendo la gente. Tu crees que deberíamos seguir con los servicios de oración? Sigue. Sigue. Sigue que como le decía a José, Jehová está contigo. Y te prosperará.

Pero miren, mis hermanos, yo llegué a un punto literalmente, yo creo que estos personajes que yo he mencionado de la Biblia también, tuvieron que haber sentido eso en un momento, porque hay momentos en los que uno desea tener ese momentum pero como que no lo hay. Uno desea ese second wind, ese aire que venga y levante a uno, pero no llega y uno se siente frustrado a veces. Y uno como que, guau, Señor, será algo que yo estoy haciendo, o algo que no estoy haciendo?

Y yo recuerdo que yo comencé a orar y yo me dije, Señor, yo necesito que tu empieces a proveer a esto, no tan solamente provee la gente que pueda venir y sacar tiempo para orar, pero provee otra cosas, otros recursos que me ayuden con este servicio porque yo estaba viendo así, es un servicio de la iglesia. Yo me decía, cómo va a ser que en una iglesia de 900 plus miembros, que solamente llegue un miércoles por la noche a orar 15 ó 10 personas nada más. Eso no hace justicia, como que no cabía en mi cabeza. Yo estaba tratando de razonarlo, pero no me cabía en mi cabeza. Y yo comencé a orar y yo, mira, Señor, tu te vas a encargar de proveer poco a poco. Y yo recuerdo que mi hermano Gonzalo seguí viniendo, de repente, empezó a llegar mi hermana Raquel y me ayudaba cantando. Y yo, pues ya no estoy cantando yo solo, y ahí nos batíamos en aquel entonces, llegó nuestro hermano Bruno también y empezó a ayudarnos en la alabanza. Después llegó Enrique, con su esposa Dulce, después llegó mi hermana Mirsa, y como que, guau, espérate, esto se está poniendo bueno porque a medida que crecían las cosas acá arriba, empezaban a crecer las cosas acá abajo. Y de 30 subimos a 40, de 40 subimos entonces a 50 y seguía viniendo la gente y yo me decía, guau, Señor, gracias, tu estás escuchando mis oraciones. Y yo recuerdo que también llegó mi hermano Rafael, y mi hermano Rafael, yo siempre lo identifico porque era una persona muy particular. Él siempre venía aquí a la oficina y me animaba, y me decía, Omar, sigue orando porque tu verás que los miércoles va a ser un servicio de bendición y mucha gente va a llegar para recargar sus baterías a lo largo de la semana. Y yo, amén. Yo celebraba eso.

Y miren, mis hermanos, el mero hecho de que ahora están viniendo aproximadamente 90 personas los miércoles por la noche y yo lo celebro como si fuera un servicio así de domingo total. Lo que parecía ser un momentum que iba en cuenta regresiva de alguna forma u otra, Dios lo tornó en un momentum de forma que va adelantándose ahora. Porque no es el mero hecho de que yo quiero ver un grupo de personas aquí un miércoles por la noche, sino es el mero hecho de que entonces yo estoy entendiendo de que la gente está sacando el valor de lo que es separar esos momentos para orar, para venir y congregarse, para buscar al Señor, para ver la cara de los hermanos y hermanas otro día durante la semana, que no necesariamente es el domingo.

Oigan, mis hermanos, y cómo disfrutamos de la presencia del Señor aquí los miércoles. Cómo se disfruta. O sea, yo sé que aquí los domingos se disfruta también, pero que hay como que una, diría yo, una formalidad y aunque los miércoles no se pierde esa formalidad, es otra. Aquí los miércoles la gente se siente libre de venir al altar, de reír y sentarse por ahí, quitarse los zapatos si quieren, y estar, como quien dice, en la presencia del Señor y disfrutar de esa hora y media completa. Así que un anuncio pagado, ya saben, mis hermanos, espero verlos los miércoles por la noche.

Tenemos cuido de niños también que estamos haciendo los miércoles por la noche. So, si eso le funciona a algunos también. Tenemos el estacionamiento del Boston Water …. Hasta julio también, so, si le preocupa el estacionamiento, lo tenemos ahí. Así que, vamos a ver a cuántos veo el miércoles por la noche.

Pero miren, mis hermanos, déjeme decirles algo, déjeme hacer una pregunta, qué puede detener un mover de Dios? Qué puede detener ese momentun de Dios? Y una de primeras cosas que yo puedo decir es que no estemos en la mentalidad correcta, que no estemos en la sintonía correcta con Dios.

Primera de Corintios, Capítulo 2, el Apóstol Pablo habla de lo siguiente, él menciona que “…Dios mandó a su espíritu, que nadie conoce las Dios como el espíritu de Dios, pero Dios nos las reveló a nosotros por su espíritu, porque el espíritu todo lo escrudiña, aún lo profundo de Dios, ─estoy leyendo en Primera de Corintios, Capítulo 2, versículo 10 ─ …. Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en él. Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios sino el espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha, miren esta palabra que bella, lo que Dios nos ha concedido…”

Óigame, lo que Dios me ha concedido es algo muy distinto como si hubiese dicho, lo que Dios está pensando darles. O lo que Dios está planeado hacer en un futuro. Cuando dice lo que Dios ha concedido, es qué? Que ya está hecho. Es algo que ya está hecho. Y obviamente nuestra mente humana lógica no puede percibir eso, no lo puede entender, pero como Dios nos ha dado a nosotros su espíritu, entonces sí nosotros lo podemos entender. y lo que Dios ha concedido no es algo que necesariamente se vea a nivel tangible, pero sí sabemos que si Dios lo ha concedido es porque él lo ha decretado, lo ha dicho ya, en algún lugar en los cielos está hecho. Y nosotros como bien cantaba nuestro hermano Jorge Michel ahorita, nosotros no andamos por visto sino que andamos por fe, estamos viendo las cosas que no se ven así es como si se fueran, exacto.

Por lo tanto, si ya Dios lo concedió, aunque no se ve, yo creo que él lo concedió y ando como que ya lo tengo, como que es algo que está en mí. El yo estar en la mentalidad correcta me ayuda entonces a percibir bien cuando Dios está haciendo algo para entonces yo poder correr con esa misma ola de Dios.

Pero qué más lo puede detener, mis hermanos? Incredulidad. Si yo no tengo fe, yo puedo parar, yo puedo cortar, yo puedo castrar cualquier movimiento que Dios pueda tratar de hacer. Hay que tener ese sentido, esa dimensión de fe de que Dios verdaderamente está haciendo algo. Ahora, yo no estoy diciendo, que necesariamente esto va a ser algo duradero porque no todos los días se cogen las luces verdes en masa desde Symphony Hall hasta acá. Obviamente. Hay momentos en los que esto se da. Y yo creo que Dios lo hace y lo intenciona así. Obviamente si nos está dando la misma cosa todos los días, miren, nosotros vamos a crecer como niños y niñas engreídos, como que Papá me da lo que yo quiero todo el tiempo. Y eso es necesariamente lo que Dios hace. Dios sí nos da, nos da como quien dice, estos insumos para que nosotros podamos ver que él sí está ahí.

Ahora, hay algo bien importante mis hermanos, y esto fue algo que yo lo aprendí de cuando lo prediqué hace eso varios miércoles atrás, y ahora mientras lo estaba revisando de nuevo yo, como que, re calculé algunas cosas en mi mente. Porque yo me estaba diciendo que no es que uno pueda manipular un mover de Dios, pero sí uno lo puede provocar. Eso era lo que yo entendí. Yo no puedo manipular, yo no puedo decir, voy a orar tantas horas, voy a ayunar tanto tiempo, voy a visitar a tantas personas en el hospital solamente para que Dios haga algo en mi vida. Yo no puedo manipular a Dios de esa forma.

Esas cosas que yo acabo de mencionar, las tengo que hacer. Qué yo puedo hacer? Yo tengo que seguir orando. El momento que yo deje de orar, eso es gasolina que yo voy perdiendo. Al momento que yo dejo de ser dadivoso y generoso con personas a mi alrededor, con la iglesia. Y no estoy hablando necesariamente de dinero, yo estoy hablando de mi tiempo, de mi fuerza, de mis energías. Al momento que yo acorte mi mano concerniente a esas cosas, esa gasolina se va a ir bajando, bajando, bajando.

El momento que yo dejo de congregarme, eso es otra cosa que va a disminuir la intensidad con que yo pueda experimentar ese mover de Dios. Acaso no hay un texto en la Biblia que dice, hermanos, os insto, no dejen de congregarse como algunos tienen de costumbre. Y yo no estoy diciendo que alguno de ustedes tengan esa costumbre aquí, porque yo sé que todos ustedes siempre vienen, excepto los miércoles y espero verlos ahora.

Pero miren, esa idea es bien importante, mis hermanos. Saben que soy un fanático del servicio de los miércoles, ¿verdad? Pero miren, mis hermanos, esto es ciencia básica. Cuando usted está haciendo barbecue, si usted toma una carbón y lo separa de donde está el resto de los carbones encendidos, qué va a pasar con ese carbón? Se va a apagar. Usted cree que ese carbón va a coger fuego por sí solo? No. Acaso no pasa lo mismo cuando nosotros dejamos de venir a la iglesia por algún tiempo, por alguna razón, o por alguna circunstancia? No hacemos, ah sí, Gonzalo, yo sigo orando en mi casa. Dios me escucha a mí en mi casa. Mira, amén, gloria a Dios. Dios te escucha aunque tu estés en el tope de Mount Washington, por ahí arriba en New Hampshire, Dios, es más, allá te va a escuchar más todavía porque vas a estar más cerca del cielo. Pero no significa que una cosa va a reemplazar a la otra.

Dios tenía un propósito con la formación de la iglesia. Dios tenía un propósito con que este cuerpo tomara su forma, con que cada cual con sus mañas y con sus vainas, pero que todo el mundo pudiese venir aquí y congregarse, calentarse unos a otros, poder entender que ahí, en esa unidad hay un misterio que Dios opera, hay una fuerza, hay un ímpetu, hay una energía que Dios infunde sobre esa Congregación, sobre dondequiera ese cuerpo esté reunido que promueve algo que proviene del corazón de Dios.

Y claro está, aunque somos parte de un grupo, de un contexto de personas de distintos trasfondos, culturas, y miren, muchas veces, bueno la mayor parte de las veces, no significa que tengamos que ser un cuerpo con personalidades totalmente perfectas, donde todo el mundo se lleve bien. No, mis hermanos, yo no estoy diciendo eso. Van a haber sus traumas. Le van a pisar los callos. Yo se los voy a pisar. Usted me los va a pisar a mí, vamos a tener esos roces, pero eso no implica que esos roces vayan a impedir que nosotros sigamos siendo el cuerpo de Cristo.

Y que así en esa forma entonces nosotros podamos seguir promoviendo ese momentum, ese mover de Dios en nuestra vida como iglesia. Tenemos que tener esa mentalidad correcta, mis hermanos. Mira, Dios sí quiere bendecir tu vida a nivel individual, Dios quiere llenar tu matrimonio, Dios quiere llenar a tus hijos, Dios te quiere bendecir a ti en tus estudios, en tu trabajo, en lo que sea que tu estés haciendo, pero esa bendición no es para que te la disfrutes tu solo, o tu sola, es para que tu también la puedas compartir con otros hermanos y hermanas a tu alrededor.

Es más, otra cosa que yo aprendí, también que yo reconozco que tal vez son pensamientos medio cocinados. Yo decía que tu no puedes correr el momentum de otra persona. Es como quien dice, tu no puedes correr la ola de otra persona. Si usted ve un ejemplo de los surfeadores, los surfistas, los que se meten en esas olas de diez pies para arriba, yo no sé si usted ha visto esto, pero muchas veces cuando ya uno de ellos se montó en una ola, si hay otro que se trata de montar le pasa por encima, porque no se puede detener. Obviamente cuando ya va con ese momentum, no hay quien lo detenga, y si se sale de la ola pues obviamente la pierde. Pero hay veces que hay gente que quieren correr la ola donde uno está montado, y no necesariamente eso se puede hacer así. Usted no puede depender todo el tiempo en las oraciones que otra persona pueda hacer por usted, no puede depender todo el tiempo en que otra persona ayune por usted, o que lea la Biblia por usted, o que vaya a visitarlo a usted. No todo el tiempo se puede depender de eso.

Mira, puedes decir que la ola de esa persona comience una en ti pero una vez que ya tu estás corriendo la tuya, disfrútala y sigue por ahí entonces. Descubre lo que Dios está haciendo en tu vida. Y que tu incites una ola para otros también.

Ahora, mis hermanos, cuando tu veas que ese momentum se ha detenido, como muchas veces se puede experimentar, muchas veces nosotros decimos que esto es el tiempo del desierto en medio de nuestras vidas, ¿verdad? Hemos experimentado eso? Como que la voz de Dios se apaga, como que, hello? Y como que no está ahí. O empezamos a oír otras voces que no tenemos que oír. Miren, como yo siempre digo, mis hermanos, esto es algo que para mí ha sido medicina al alma, cuando usted se encuentra en esos momentos, por favor, no piense que Dios se ha olvidado de usted. Imagínense cómo se sintió José.

Miren, yo hasta tuve que ver una película de niños para poder entender esto. Y válgame que lo vi allá arriba en el … y una vez que estaba pasando y precisamente tenían esta parte de la película de José. Y fue la parte donde le hicieron esa conspiración de parte de la mujer de Potifar y lo metieron en este calabozo. Y en ese calabozo pasó el tiempo cuando el panadero y el copero del rey salieron y José estaba llegando a un tiempo de desesperación, que él mismo de repente en la película, yo recuerdo así, él mismo sale y dice, Dios, dónde estás que todavía estoy aquí metido? Acaso tu no tenías sueños para mí? Y él se echó a llorar, en la película él se echó a llorar, y después de ese llanto de repente sale y dijo, Señor, yo seguiré confiando en ti.

Y ¿Saben qué? Esto es bien interesante porque en el relato de José no necesariamente sale eso. El relato de José no necesariamente dice que José dudó de Dios. No, no dice en el relato bíblico, pero a mí me gustó la creatividad de esa película porque presentó la humanidad de él en un momento. Quién no, después de tantas injusticias que le hicieron, quién no va a decir, bueno Dios, pero ven acá, tu no tenías sueños conmigo? Qué pasó con todos esos manojos de trigo que se inclinaron ante uno que estaba puesto en el medio? Y qué pasó con todas las estrellas que se inclinaron? Acaso no era yo el que estaba en el medio de esas estrellas? Qué pasó Dios?

¿Saben qué? Usted está en todo permiso de sentir o de pensar como que Dios tal vez en algún momento se esfumó, como que se alejó. Pero ¿Saben qué? No se confunda, no se equivoque. Cuidado. Eso no lo estoy haciendo yo, eso usted te lo hace Dios a ti. Dios te dice, mira, te estoy mirando. Podrá parecer que no estoy ahí, pero yo estoy ahí. Que fue lo que pasó con José? Decía, pero Jehová estaba con él y lo prosperaba en todo lo que hacía.

El momentum de Dios no había acabado porque Dios sabía las intenciones que él tenía con ese hombre, y así mismo Dios sabe las intenciones que él tiene contigo. En cualquier faceta que tu estés en tu vida, Dios sabe las intenciones que tu estés contigo.

Miren, a mí me recuerda las cosas que hemos estado hablando concerniente al libro de los Hechos y aún este último pasaje que nosotros hablamos de Hechos, Capítulo 6, cuando habla que los Apóstoles se encontraron con este dilema de las viudas de los judíos y de los griegos, y qué vamos a hacer? Miren, aún en eso, yo recuerdo las palabras que el pastor Greg decía que, tal vez usted se va a sentir que hasta los mismos pastores lo traicionan a usted, o que usted piensa que los pastores no se preocupan por usted o que usted no le importa.

Mira, no deje que su mente humana vaya a impedir el que ese mover de Dios se siga manifestando en su vida, porque ese no es la verdad. Eso es una mentira del diablo por ponerme pentecostal, por así decirlo. Miren, no, mis hermanos, cuando Dios tiene algo, cuando Dios provee esas oportunidades, cuando Dios trae esos momentum, son oportunidades sí para que usted se acerque más a él, para que usted experimente algo nuevo de él, para que usted conozca algo nuevo de usted mismo, de usted misma, y que entonces usted pueda crecer aún más y se pueda convertir en la persona, en el hombre, en la mujer, en el cristiano, la cristiana que Dios tiene verdaderamente intencionado para usted.

Eso es lo que Dios intenciona. Eso es lo que Dios provoca cuando ese ímpetu de vida viene así a nuestras vidas, tanto a nivel individual, como también a nivel congregacional, como cuerpo, como iglesia.

Miren, yo les digo algo, no es que yo me tenga guille fiero de profeta, pero aún yo me atrevo a pensar que esta situación que nosotros como iglesia hemos vivido con nuestro pastor, y aunque está recuperando y le damos gloria a Dios por eso, pero yo me atrevo a pensar, que aún esta situación va a traer un momentum nuevo y distinto, no tan solamente en la vida de nuestro pastor, sino en la vida de nosotros como iglesia.

Qué significa eso? No aplaudan todavía. Qué significa eso? Le puedo decir un secreto? Yo no sé. Cosas que ojo no vio ni oído nunca oyó, cosas que no han subido a corazón de ningún hombre, sino que están guardadas en el corazón de Dios. Esas son las cosas que yo entiendo que Dios va a traer a nuestra vida como iglesia. Cuál es nuestra responsabilidad ahora, mis hermanos?

Miren, solamente les digo esto, como quien dice un preview, y ya voy terminando porque sé que se me acabó el tiempo. Pero no vayan a pensar como que ya sí llegó el pastor de nuevo, ya todo está bien, life as usual. No, no, no. ya el pastor está aquí, él se va a encargar de todas las cosas. No, no, no.

Yo sé que en algún momento nosotros nos enteraremos de todas las cosas que Dios está trabajando con el corazón del pastor. Pero yo espero, y aquí yo les hablo a ustedes también como pastor, como colega del pastor, yo espero que todos nosotros estemos sacando el tiempo, las energías, la intencionalidad para poder descubrir qué es lo que Dios ha intencionado con todo esto aún en nosotros como iglesia.

Las cosas no pueden seguir como siempre han estado. Yo lo creo así, las cosas tienen que ser distintas. Nuevos líderes tienen que surgir. Y no es para reemplazar a líderes existentes, yo no estoy diciendo eso. Puede ser que los líderes existentes necesiten pasar por un renuevo también de alguna forma u otra, pero yo creo que esto va a traer un momentum de parte de Dios, un ímpetu, una fuerza, nosotros vamos a empezar a ver que las luces se van a empezar a poner verdes una detrás de la otra, que tal vez antes nos comíamos las amarillas pero yo creo que ahora va a empezar a llegar un momento donde todas las luces se van a empezar a poner verdes, donde todas las cosas van a empezar a aparecer en su lugar. Y nosotros como iglesia, vamos a podernos levantar a ese nuevo nivel que Dios nos ha estado hablando por mucho tiempo, mis hermanos.

Ahora, qué requiere eso de nosotros? Eso va a requerir que nosotros estemos pendientes a ese mover de Dios, que nosotros hagamos las cosas que tenemos que hacer, que no dejemos de orar, que no dejemos de congregarnos, que no dejemos de dar, de ser generosos con otros a nuestro alrededor, mis hermanos, saben por qué? Porque todas esas cosas van a causar que Dios empiece a infundir algo en medio de ustedes.

Así que yo quisiera orar ahora. Yo le invito a que usted se ponga de pie. Vamos a orar basados en esto, iglesia. Yo no sé si usted tiene el mismo deseo que yo, pero yo me siento movido delante de Dios para buscar ese momentum en mí vida, para buscar ese ímpetu de Dios en mí vida. Yo anhelo y deseo ver ese nuevo mover de Dios en medio de mí, estoy hablando yo a nivel personal. Y yo espero que usted también lo esté deseando sobre su vida también.

Miren, mis hermanos, no tengan temor de algún cambio que Dios pueda hacer a nivel de su pensamiento, de su forma de pensar. Yo creo que para muchos de nosotros nuestra forma de pensar tiene que cambiar. Yo creo que para muchos de nosotros Dios tiene que trabajar bien directo también a nivel de nuestro carácter, cosas bien profundas que están ahí, orgullos que están bien cimentados en nosotros que en vez de promover ese mover de Dios, lo que hacen es que lo limitan y lo detienen aún más.

Y yo creo que Dios está deseando trabajar a esos niveles en medio de nuestras vidas. Si no fuera así, mis hermanos, no sé qué más puedo decir, pero yo lo creo en mi corazón, yo lo creo en mi corazón, que Dios todavía está en acción.

Si lo ha demostrado en formas tan grandes allá en Chile, que lo pueda demostrar en una forma también en medio de su vida, permitiendo que tal vez sus papeles de inmigración de repente sean arreglados. Que tal vez usted siente que su relación con su cónyuge está medio shaky, y de repente usted empieza a experimentar cosas que empiezan a traer un aire nuevo en esa relación.

Mire, es más, si usted quiere experimentar algo nuevo en medio de su relación con su cónyuge no espere a que su cónyuge empiece a hacer cosas para usted. Empiece a hacer cosas usted por su cónyuge y usted verá como las cosas se van a empezar a mover por otra dirección. Tal vez en las primeras semanas, su cónyuge le va a decir, qué tu quieres que te estás portando así conmigo? Qué tu estás buscando? estoy buscando algo pero no te voy a decir todavía. Sigue haciendo lo que estás haciendo, lo que Dios te mueva a hacer. Ora por tu esposo, ora por tu esposa, unge la almohada donde duermen con aceite aunque huela mal después, pero úngela. La silla donde se sienta comer en la mesa, pon tu mano sobre esa silla y diga, Señor, que así de bueno que le caiga el café, que así también le caiga yo. Haz lo mismo por tus hijos, por tus hijas, y hazlo también por ti mismo, por el bienestar de tu propia vida. Pide al Señor que llene tu vida, pide al Señor, mira Dios, yo quiero experimentar un mover tuyo, a pesar de las distintas oposiciones o circunstancias que yo pueda experimentar en mi vida, yo quiero sentir que tu estás conmigo, yo quiero poder expresar como dice de José, que a pesar de las circunstancias Dios está conmigo y me hacía prosperar en todo lo que yo hacía. Pídelo así delante de Dios.

Obviamente mira, para tu poder experimentar esa prosperidad de parte de Dios, de nuevo, tu vida tiene que estar en el lugar correcto. Si tu vida y tu corazón no están en el lugar correcto delante de Dios, esa prosperidad yo creo que te vas a tardar en experimentarla. Pero si tu arreglas tus cuentas con Dios, si pides perdón en lo que hay que pedir perdón, si empiezas a cambiar tus actitudes donde hay que cambiar las actitudes, tus pensamientos, tus palabras, mira, yo estoy seguro entonces que Dios va a empezar a traer esa bendición en tu camino.

Así, Padre en el nombre de Jesús, yo he expresado, he comunicado este mensaje, esta palabra con mis hermanos y hermanas, y yo reconozco que cada uno de ellos está en distintos lugares en su jornada de fe, en su jornada de vida, en su jornada de familia, en su jornada personal, están en distintos niveles, Señor. Y yo me atrevo a decir, y confío que tu estás en cada uno de ellos, que tu te encuentras con ellos dondequiera que ellos estén, Señor. Como diría el pacto de un matrimonio en el altar, en enfermedad o en salud, en tristeza o en alegría, en pobreza o en riqueza, tu también estás ahí con cada uno de ellos, Señor. Y yo solamente te pido, Señor que ellos puedan, bueno, déjame decirlo así Dios, como dijo Elías con su siervo, yo te pido que tu abras nuestros ojos para poder ver tu poder en medio de nuestras vidas, para poder ver esa legión de ángeles que está alrededor de nosotros.

Y Señor, que nosotros podamos discernir tu mover, tus intenciones en medio de nuestras vidas, que no seamos tan endebles, Señor, que no seamos tan frágiles en nuestras vida de fe, en nuestra perspectiva de vida, Señor, sino que nosotros podamos mantenernos enfocados y saber que a pesar de las circunstancias, que no importa lo que venga a nuestra vida, Señor, que podamos tener el valor y la firmeza de decir y declarar que tu estás ahí en medio de las cosas, que tu puedes estar con nosotros en las profundidades de la tierra, Señor, como lo hiciste en Chile hace varios días atrás, como también puedes estar con nosotros en las alturas, mi Dios, como también puedes estar con nosotros caminando por el colmado, mi Dios.

Tu estás con nosotros en todo momento. Padre, permite que nosotros como iglesia podamos abrirnos a tu mover, a tu momentum, a tu ímpetu, Señor, que nuestro corazón pueda abrise a esa energía que tu anhelas y deseas derramar sobre cada uno de nosotros, Señor, ven y llénanos, mi Dios, llénanos con tu vida, llénanos con tu amor, llénanos con tu fuerza, Señor, ahora mismo en el nombre de Jesús yo te pido que tu quebrantes cualquier cosa que pueda detener a mis hermanos y a mis hermanas de experimentar tu mover en medio de sus vidas, Señor. Y yo desato ahora, Jesús, que tu espíritu se mueva sobre cada una de sus vidas, Señor, en formas nuevas, en formas refrescantes, Señor, en formas sutiles como también en formas obvias, que ellos puedan saber y confirmar que tu estás en medio de ellos y que todos juntos podamos decir, Jehová está conmigo. Jehová es el que hace prosperar mi caminar. Jehová es el que hace mis piernas fuertes para poder andar en mis alturas como tu también intencionas.

Te damos a tu ti la gloria y la honra, Señor, en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias Dios.

Cuando llueve, truena

TRANSCRIPT

Quiero tomar estos últimos 15 minutos, solamente para reflexionar en algo que lo quiero conectar con el mensaje que también estaba hablando el miércoles pasado. Y, en esta semana, no sé, por alguna razón, yo no sé si ustedes han escuchado esa expresión que dice, “Cuando llueve…” ¿Así es como dice la expresión? “Cuando llueve, truena.” O sea, cuando cae una cosa, cae de verdad.

Y en esta semana ha sido bien interesante porque, en una semana nosotros hemos estado lidiando con tres distintos funerales, aquí como iglesia. Y es algo que puede sonar bien abrumante, o sea, esta mañana - anoche, el Pastor Gilberto estaba en el funeral del papá de nuestro hermano, Tito Ortiz, que falleció también. Esta mañana el Pastor Gregg y mi persona, fuimos al entierro del mismo. Hoy estamos aquí con la familia Gonzalez. El Pastor Gregg está esta noche en la funeraria con la familia de la hermana Nelva Santiago, que también la mamá de Nelva Santiago falleció este fin de semana pasado. Así que todas estas cosas uno se dice, “¡Guau!” Muchas muertes. Lo que pasó es que, espérate, ¿qué es lo que está pasando aquí? Como que todo se acumuló así de repente en una semana.
Y yo me puse a pensar, “Espérate, Señor, aquí hay algo muy, muy interesante que yo creo que Tú quiere que nosotros le prestemos atención.” Y es el mero hecho de que muchas veces la gente le tiene un temor a la muerte, pero yo creo que la muerte no es tan solamente sino que el fin de una etapa que inicia otra. Eso es lo más que puedo decir. La muerte es el fin de una etapa que le da inicio a otra.

Y, miren, yo no sé obviamente los que no estaban aquí el miércoles pasado, voy a hacer esto más bien como resumen. El miércoles pasado yo estaba hablando acerca de este tema: Cuando lo que Dios hace no tiene sentido. Que hay veces en la vida que uno se queda como, Dios, pero por qué Tú permites que esto pase? ¿Por qué esta persona murió en un accidente? O, ¿por qué esta persona tan querida, que hace tanto por Ti, que te sirve, de repente muere de una enfermedad terminal?

Y muchas veces no podemos reconciliar las cosas que suceden en la vida, con nuestros meros pensamientos humanos. O sea, se requiere una mentalidad totalmente distinta para no necesariamente estar apuntando a Dios y tirándole la culpa a Él, sino sabiendo aceptar las circunstancias y saber cómo uno moverse adelante. En vez de esas palabras que yo estaba hablando, yo hice referencia a este relato de la muerte de Lázaro que está en el Libro de Juan, capítulo 11, que cuando Lázaro murió, Jesús se tardó cuatro días en ir a visitar a la familia. En vez de haber respondido, por ejemplo, nosotros nos enteramos de algo así y en media hora estamos en la casa de la persona y nos consolamos unos a otros.

Pero Jesús se tarda cuatro días en ir a consolar la familia de Lázaro. Pero en eso, Él tenía un propósito. Y el propósito que vimos y discutimos es que Él lo que verdaderamente quería era saber si la gente creía en Él o no, que Él podía hacer algo en medio de esa situación. Esa fue la conclusión de lo que estábamos hablando. ¿Crees tú en esto? Que fue una confrontación que el mismo Jesús hizo. ¿Sabes? Porque yo estaba diciendo, no sé si se acuerdan del ejemplo gráfico que yo hice. Que a veces venimos, lloramos y dejamos nuestras lágrimas aquí en el altar, pero salimos de la iglesia y seguimos viviendo nuestras vidas alocadas como si nada.
Venimos aquí, oramos, “Señor, ayúdanos con esto, ayúdame con lo otro.” Y venimos con todas estas cosas, pidiendo, pidiendo y pidiendo pero entonces nuestras vidas no reflejan, no demuestran un verdadero sentido de ver que Dios verdaderamente puede intervenir en medio de nuestras vidas. No creemos en que Dios verdaderamente pueda hacer algo. Nuestras acciones, nuestras actitudes, nuestra forma de pensar, nuestra forma de hablar contradice todo lo que podemos venir y decir y hacer aquí dentro de la iglesia. Aquí somos unos santurrones pero cuando nos vamos allá afuera, ¡Uh! La historia es otra. Y es la verdad.

Y por eso es que yo creo que en ese relato, en esa historia, cuando yo vi que Jesús confronta a María y le dice, “María no te preocupes, Lázaro va a resucitar.” “Ah, sí, Señor, yo sé que él va a resucitar en el día de la resurrección.” Como quien dice, estaba obviando lo que Jesús estaba diciendo, y Jesús estaba diciendo, “No, no, no, yo puedo hacer algo por Él ahora.” Y Jesús tiene que confrontar entonces a María, diciéndole, “¿Tú crees en lo que yo te estoy diciendo?” Allí es donde está la clave de todo esto, ¿tú crees en que yo puedo hacer algo en medio de tu vida? Y yo creo que muchas veces Jesús nos confronta así con esas palabras. En medio de nuestras vidas, en medio del trajin de lo que nosotros vivimos en el diario vivir, es como que hay veces que Jesús tiene que pararnos el caballo y decir, “Espérate, ¿vas a creer en mí, sí o no?”

Entonces, cuando yo me enfoco en estas palabras ahora de cómo Jesús verdaderamente quiere intervenir pero Él está esperando a que nosotros le demos esa entrada de decir, “Mira, Señor, yo creo. Haz como Tú quieras.” Allí entonces es donde yo veo esta idea de que, esa muerte que se da en nuestra vida representa el morir a algo para comenzar o terminar una etapa para iniciar otra. Miren, les voy a contar este relato. Éste yo lo cogí del Pastor Gregory, yo no lo había visto de esta forma.

Pero, ¿ustedes se recuerdan del relato del hijo pródigo, en la Biblia? La verdad, saben la historia del hijo pródigo, que fue el hijo que cuando estaba con su padre, obviamente, él le dio con la idea de irse a parisear, y pidió su herencia antes de tiempo. Miren qué interesante, y esto es un secreto, yo no sé si yo les había contado esto antes. Pero en el relato así del contexto judío, este muchacho, cuando le pidió a su papá su herencia. ¿Saben lo que le estaba diciendo al papá? Quiero que te mueras. Eso fue lo que estaba diciendo, porque el papá no estaba muerto, so al pedirle la herencia está diciendo, “estoy deseando que tú te mueras.”
¿Ven por donde voy? A veces nuestras acciones, nosotros creemos que estamos haciendo algo por mero placer momentáneo, pero lo que estamos haciendo behind the scenes, es otra cosa. So, el asunto es que este muchacho se va a coger todo su dinero y lo gasta en mujeres, lo gasta en todo lo que hizo de acuerdo al relato, y después que estaba metido en el hato de cerdos, comiendo algarrobas, apestando a… a rosas no olía, definitivamente, que él no olía a rosas. Tal vez tenía el fertilizante para sembrar rosas, pero él no olía a rosas.

So, el asunto es que en medio de esa situación este muchacho de repente como que recapacitó. El tipo se dio contra la pared, por así decirlo, y se dio bien duro. La nariz se le fue a la parte de atrás de la cabeza. Y perdónenme, familia Gonzalez, pero yo hay veces que me pongo un poquito jocoso cuando estoy aquí predicando los miércoles, así que, bear with me. Pero el asunto es, que este muchacho de repente decide, “no, pérate, aquí estoy yo con estos cerdos, mientras que en la casa de mi papá estaba mejor.” El asunto es que este muchacho dice yo voy a regresar donde mi papá y él dice, “mira, papá, yo sé que pequé contra ti, te ofendí y recíbeme solamente como uno de tus siervos.” Ese era el plan que él tenía.

Pero qué pasó, el final de la historia es este que cuando él estaba regresando el papá lo vio a la distancia, y el relato dice, ‘más…’ Les voy a leer esta parte para que vean que yo no me lo estoy inventando, sino que está allí. Miren, Lucas, capítulo 15… uh, ¿dónde estoy? Verso 20: ‘Y, levantándose, vino su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido misericordia y corrió y se echó sobre su cuello y le besó.’

Yo quiero que ustedes observen esto, porque de nuevo, esta historia está en un contexto. Recuerden que en aquél entonces, los hombres vestían, ¿cómo se dice? Sus robes… sus túnicas, así era como vestían los hombres en aquél entonces. Y este hombre se ofendió doblemente por así decirlo, digo, fue ofendido doblemente. Primero su hijo lo ofendió a él, y después él se ofendió así mismo, porque cuando dice que corrió, las mujeres que usan aquí batolas cuando están durmiendo, ¿si usted ha tratado de correr con una batola, se le hace difícil correr con una batola? Verdad que los pies se le… Qué es lo que usted tiene que hacer, usted tiene que coger la batola, levantársela y salir corriendo, ¿verdad?
Eso le pasa mucho a las novias cuando suben aquí al altar. Blanca, mírala allí. Les pasa a las novias que cuando vienen subiendo, las colas de los trajes son tan grandes que es como que se la tienen que subir para poder subir el escalón. Y miren, este hombre cuando sale corriendo, yo me imagino que se tuvo que levantar su batola, para poder salir corriendo y eso significa que ese hombre reveló sus bellas piernas fuertudas y llenas de vellos. Y, ¿saben qué? En aquél entonces que un hombre hiciera eso era una ofensa, también. El hombre se estaba ofendiendo; pero a ese hombre no le importó porque a quien vio fue a su hijo. Y a él lo que más le importaba era su hijo, de poder ir y recibir a su hijo y restaurarlo.
El pastor Gregory compartió hoy que esta historia se parece mucho a lo que sucede en el cielo, cuando alguien se nos va. Estamos aquí en la tierra viviendo nuestras vidas en la forma que la vivimos, pero cuando llegamos al cielo tal vez llegamos con un sentido de: “Ah, Señor, hice esto, perdóname pequé.” Y Dios de repente como que para el, ¿cómo se dice? El parlamento que nosotros habíamos preparado, Él lo para porque miren lo que dice.
Cuando… y el hijo le dijo al padre, ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado a tu hijo.’ Pero el padre dijo a sus siervos, ‘Sacad el mejor vestido, vestidle y ponedle un anillo en sus manos y calzado en sus pies.’ En otras palabras, el papá lo interrumpió, no dejó que él terminara. Él tenía toda una explicación y justificación de qué era lo que había hecho, sin embargo él lo interrumpió y dijo, ‘Mira no te apures, estás conmigo, yo te recibo. Yo me reconcilio contigo y te doy una identidad totalmente nueva.’ Ese muchacho pasó… ese hato de cerdos fue la muerte a una etapa en su vida y cuando llegó a los brazos de su papá fue el inicio a una nueva vida. ¿Me siguen por dónde voy?

Ese episodio allí solamente se puede dar cuando llegamos a ese encuentro en nuestras vidas, y miren, miren que estoy hablando de muerte en dos términos. Estoy hablando de muerte cuando nosotros pasamos de un estilo de vida a otro. Como un estilo de vida a otro. Como quien dice, renunciamos a una cosa para, como quien dice, absorber otro nuevo estilo de vida. Y también, obviamente, está esa muerte cuando morimos aquí esta vida, que se da esa separación de esos dos seres, el cuerpo se queda inerte, inmóvil aquí en la tierra y va debajo de la tierra, pero el alma regresa a aquél que la respiró primero.

Ese aliento de vida que tienen estos cuerpos ahora mismo… Mire, póngase a pensar ahora en esto, si de repente a Dios le daría con quitarme ese aliento de vida, este cuerpo que ustedes ven, se va a desplomar aquí. No va a tener movimiento, no va a tener nada. Y hay veces que nosotros nos preocupamos por este cuerpo y nos apegamos tanto a este cuerpo, pero este cuerpo es nada sin ese aliento de vida.

Así que cuando se da esa separación el cuerpo, así, se paga por completo. Pero Dios recibe el origen, la esencia de todas las cosas, la recibe una vez más. Yo estoy seguro que eso pasó con Milagros; eso pasó con el papá de nuestro hermano Tito; eso pasó con la mamá de nuestra hermana Nelva. Eso pasó con el hijo de Abdulia, también, con David. Eso pasó con tantos que nosotros conocemos, que ya han pasado a morar a un lugar mucho mejor de lo que nosotros estamos ahora. Pero aquí, mientras nosotros estamos, mis hermanos, allí es donde yo veo que se da ese episodio, esa etapa que nosotros siempre tenemos la oportunidad de morir a algo aquí en el ahora, en el ya, para poder iniciar una nueva etapa en nuestras vidas.

Cuando alguien querido se nos va representa el fin de algo, representa el fin de una etapa en nuestras vidas. Podrán representar el fin de que ya cuando venga la próxima comida de acción de gracias, va haber un espacio que no se tenía antes, pero ahora no. Tal vez que cuando estemos en las reuniones de familia, en Navidades que va haber algo que va a estar distinto, es el fin de una etapa, pero con todo y eso va a ser el inicio de otra.
Cómo nosotros procedamos con ese inicio de otra temporada, allí es donde depende si nosotros hacemos verdaderamente real a Dios en medio de esas cosas o no. Allí es donde verdaderamente se marca, ¿cómo diría yo? Ese punto culminante donde las cosas se pueden aguantar o se pueden caer. Y yo comparto estas palabras, mis hermanos, porque en distintas facetas en nuestras vidas, esto se puede experimentar. Sí, para los que perdemos un ser querido, esa persona nos deja un ejemplo. Y nosotros podemos determinar o imitar ese ejemplo o ignorarlo por completo, pero el ejemplo está allí. Cómo nosotros asumamos eso, puede marcar el inicio de una nueva temporada en nuestras vidas o no. Y a la misma vez concerniente a tantas otras cosas.

Mire, usted puede morir, le voy a enumerar algunas: usted puede morir a una forma de pensar. Usted puede morir a eso, decidir, no, yo no voy a pensar más así, voy a iniciar algo nuevo. Usted puede pensar… usted puede morir a una forma de carácter. Como siempre he dicho, “Ah, yo soy así, la gente me tiene que aceptar tal y como yo soy.” Mire, usted puede morir precisamente a ese carácter. Usted puede ser así – “yo puedo ser así, pero Dios me va a ayudar a cambiar, por e bien de mi familia, por el bien de mi esposa, de mis hijos, de mis colegas de trabajo…” Usted puede morir a eso y empezar algo nuevo. “Tengo un vicio de alcohol.” “tengo un vicio de fumar que parezco una chimenea.” Usted puede morir a eso y empezar una nueva etapa en su vida.

¡Hay tantas cosas! “Oh, vengo de un pasado con pensamientos depresivos.” Mire, usted puede morir a eso y en el nombre de Jesús, iniciar una nueva vida. Hay tantas cosas que se pueden dar en el aquí y el ahora, pero si la persona de Dios no está presente allí, como quien dice, sirviendo como el eje de toda esa maquinaria; esa nueva etapa que se inicie puede ser muy difícil y tumultuosa. Pero con Dios, yo creo, y lo creo fielmente, que aunque vengan las tormentas de la vida, mira, esa casa va a permanecer, mi vida va a permanecer y va a llegar el propósito que Dios la tiene intencionada.

Así que, mis hermanos, yo les animo a pensar en esto. Yo les animo a pensar en esto: por favor, cuando usted se esté enfrentando en un momento de transición en su vida, en cualquier forma esa transición se pueda manifestar, no se olvide que tal vez esa transición está trayendo una oportunidad de Dios para que podamos morir a algo e iniciar una nueva etapa. En cualquier forma eso se puede dar, pero yo creo que es una puerta, es una oportunidad, es una venta – es un momento en el tiempo, donde Dios nos dice, “Considérame a mí, cree en mí. ¿Cómo vas a llevar tu vida en adelante? La vas a seguir llevando al garete, como lo estabas haciendo tú por tu propia cuenta y tus propios criterios? O vas a empezar a considerar las cosas que yo quiero para tu vida? Para que tu vida y tus pasos se puedan ordenar un poco más. Cuando consideramos eso y respondemos esa invitación de Dios, miren mis hermanos, yo creo que las cosas – la vida coge un giro totalmente distinto.

Yo les quiero animar y los quiero dejar con esto, y quiero orar sus vidas, orar por ustedes familia Gonzalez e invitarles a que consideren estas palabras, de cómo en esta nueva etapa las cosas que Milagros aprendió y les enseñó de cómo muchas cosas se podían hacer tangibles en medio de sus vidas. Y así mismo yo lo digo para el resto de todos nosotros, mis hermanos, porque nadie se puede esquivar de esto. Esta palabra se puede aplicar a muchos contextos en nuestra vida. Dios siempre nos da una nueva oportunidad para terminar algo que se tiene que terminar e iniciar una nueva etapa para que él verdaderamente pueda fluir en medio de nuestras vidas. Así que yo les animo y les invito a considerar estas palabras.
Y yo quiero que oremos, mis hermanos, yo quiero que oremos y que estas palabras verdaderamente se cimenten allí en medio de sus mentes y de sus corazones. Que no salgamos de aquí como, “¡Ah, que lindo!” No, no. Esto no es qué lindo, esto es, ¡Guau, cómo Tú me estás hablando Dios! Y, ¿cómo yo te puedo responder a Ti?

Y miren, yo tomo la oportunidad… usualmente, yo no hago esto, pero yo tomo la oportunidad para hacer esto, si estas palabras verdaderamente al corazón y uno quiere considerar como tal vez él usó el hijo pródigo, pérate, yo tengo que hacer un maintenance check con Dios y enderezar mi vida, mis pasos. Si el sentir de algunos de ustedes, así es en esta noche, mire, allí donde usted está yo le pido que se ponga de pie y que nosotros podamos orar, también por usted. Que si usted dice, Señor, mira yo necesito organizar mi vida en alguna forma y pedir que tú seas dirigiendo mis pasos, yo quiero orar por usted en particular. Solamente si usted se identifica con estas palabras, yo quiero orar por usted y que Dios verdaderamente pueda incentivar su vida en una forma que usted pueda recibir esa fuerza de Dios para poder seguir adelante en esas nuevas etapas que de alguna forma u otra, Dios trae a su vida y que Dios las permite en su vida.
En cualquier forma que estas terminaciones e inicios se puedan dar, usted pueda ir, andar como Dios manda y como Dios quiere y da para usted. Señor, Jesús, en este momento, mira Señor, yo te presento a cada persona que están aquí, oh, Dios. Padre, ahora mismo, yo te ruego, Padre, que a estas personas que se han puesto de pie, Tú conoces su corazón, Tú conoces su sentir, mi Dios. Tú conoces cómo ellos se encuentran delante de Ti, así que yo te pido que ahora mismo, Tú vengas a sus corazones, Señor, y que Tú reconcilies su vida por completo contigo, Señor. Que ellos puedan sentir ahora mismo el arrullo tuyo, mi Dios, la cobertura de Tu presencia sobre ellos, mi Dios.

Y que Tú les afirmes en estas encrucijadas de su vida, en estas transiciones, en este cerrar de unos capítulos e iniciar otros capítulos en sus vidas, Señor, yo te pido que Tú traigas revelación de tus propósitos sobre sus vidas, Señor. Que ellos puedan ver Tu mano obrando en medio de ellos, Señor Jesús, y que sobre todas las cosas ellos te puedan conocer aún más y que puedan experimentar más de Ti de lo que habían echo antes. Señor, yo creo que Tú palabra tiene la capacidad de hacer la diferencia. Y aquí se ha hablado Tu palabra, mi Dios. Permite que esta palabra cave bien profundo en los corazones, Señor, y que nos mueva a llevar a cabo acciones que vayan de acuerdo a los deseos que Tú tienes sobre nuestras vidas.

Padre, bendigo a todos mis hermanas y hermanos aquí esta noche, Señor. Yo te pido que sobre cada uno de ellos, Tú deposites Tu paz, deposites Tu gracia, Señor, y que Tú les afirmes en medio de cada uno de sus corazones, el caminar de sus vidas. Bendícenos, Señor, a medida que nos preparamos para salir de aquí y regresar nuestros hogares, Señor. Sé con nosotros y que, mi Dios, aún en nuestro sueño que podamos sentir y experimentar Tu presencia en medio de nuestras vidas.

Te damos las gracias por todo, en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias Dios.

Cuando Jesús no se apura

TRANSCRIPT

En esta historia Jesús estaba en la ciudad de Betania, fuera de Jerusalén, lejos de Jerusalén, el asunto es que obviamente le llegan noticias de que Lázaro había muerto. Y yo he hablado de esto en otras ocasiones y siempre impacta esto, que cuando uno recibe una respuesta así es como que la reacción inicial es como que, guau, vamos allá y vamos a estar con la familia y cosas así.

Yo, por ejemplo, ayer recibí una noticia de que alguien cayó grave en el hospital, que le dio un stroke y a mí me impactó tanto esa noticia que yo dejé de hacer todo lo que estaba haciendo aquí en la oficina y salí corriendo al hospital. La reacción fue así.

Pero cuando yo veo lo que Jesús hizo aquí, qué fue? Qué pasó? Él salió corriendo a ir a ver a Lázaro? No, cuánto se tardó? 4 días. Se tardó 4 días en ir allá. 4 días. 4 días que pudieron haber hecho una diferencia.

Ahora, cuando yo estaba reflexionando en esto, mis hermanos, aquí fue donde yo vi el enganche de este pasaje. Porque cuando Jesús llega y se encuentra con Marta y con María ahí fue donde Marta le dice, Señor, en el verso 21 del Capítulo 11, dice:

“…Señor, si tu hubieses estado aquí mi hermano no hubiese muerto…”

Estaba reclamando por un lado. Pero después le dijo:

“…Pero también yo sé que todo lo que tu le pidas a Dios él te lo va a dar. Y Jesús le dice, “tu hermano va a resucitar”, y Marta le dijo, “ah, sí yo sé que va a resucitar en la resurrección en el día postrero”. Ya estaba hablando de otras cosas por allá, pero Jesús le estaba diciendo, “no, no, no, yo soy la resurrección en la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente…”

Miren la pregunta que le dice al final, qué es lo que le dice? Miren, es bien interesante porque en la conversación que yo tenía con Rafael, nosotros estábamos hablando, como que sabes que tu eres de esas personas que vienen semana tras semana a la iglesia, que tu los ves que llegan aquí, oran, dejan el altar lleno de mocos y todo eso y lágrimas y los ujieres tienen que venir a limpiarlos a ellos y limpiar el altar también.

Pero entonces cuando salen por esa puerta es como que, otra persona, se les olvidó de todo lo que dejaron aquí y por un lado es bueno que se olviden de todo lo que dejaron aquí, pero se olvidan literalmente de que hasta hay un Dios que existe y que puede hacer algo en medio de sus vidas.

Y cuando yo veo eso, mis hermanos, hay veces que yo me digo, guau, hay veces que nosotros necesitamos que Jesús nos confronte de primera porque venimos con este jueguito de que sí voy a cumplir con ir a la iglesia y orar 7 días de la semana, a tal hora porque esa es la hora que el Señor bendice, sino madrugo, pues Dios no me ayuda. No sé, tenemos como que estos mitos y estigmas que si cumplimos con eso vamos a tener la bendición de Dios.

Miren, yo sé que Dios bendice esas acciones pero no necesariamente lo manipulan, no es que manipulen a Dios esas acciones y muchas veces nosotros lo que tratamos de hacer es precisamente eso, manipular que Dios se amolde a lo que uno desea y lo que uno quiere. Y hay veces que Dios tiene que ponernos el freno.

Yo me imagino que, yo quiero que ustedes visualicen este escenario conmigo. Que usted esté en un funeral, tal vez no es el mejor escenario de todos pero obviamente cuando usted está en un funeral es como que todo es bien solemne, uno llega para darle sus condolencias a la persona, a los familiares del difunto, la difunta, y uno va con todo su cuidado y seriedad y cosas así, déjame no decir nada que hay veces que uno va a un funeral y es como que todo el mundo está diciendo, sí, lo vamos a ver en el cielo, pero ese era un hijo del diablo. Yo no sé en qué cielo lo vamos a ver, pero y uno no quiere decir nada que no vaya a ofender a nadie. Pero el asunto es que uno viene y procede con cautela, con cariño para animar a la persona.

Pero imagínense aquí a Jesús, él entra como que sí viene con todo su cuidado y de repente le dice a Marta como que, Marta, ven acá, pero qué es lo que sucede contigo? Acaso yo no te he dicho que hay algo que yo puedo hacer? Acaso yo no te he dicho que yo tengo el poder para poder hacer algo en medio de las cosas?

Es bien interesante, mis hermanos, porque esta historia cuando Jesús está diciendo que en él está la resurrección, él está hablando de que él es el que tiene el poder de la vida y de la muerte en sus manos. Él es el que tiene el control de todas esas cosas. Si ustedes leen el pasaje anterior, en el Capítulo 10, les voy a decir un secreto pero no se lo digan a nadie. Si ustedes leen el pasaje anterior de Juan, Capítulo 10, particularmente los verso 18. Miren cómo el mismo Jesús dice, él está hablando diciendo que “…nadie me quita la vida sino que yo de mí mismo la pongo. Yo tengo el poder para ponerla y tengo el poder para volverla a tomar. Este es mandamiento que yo recibí de mi Padre…”

Esa frase de Jesús, él mismo está diciendo que él es el que tiene poder sobre esas dimensiones de la vida que nosotros muchas veces hasta le tenemos miedo. Y después de haber dicho lo comprobó en la historia de Lázaro, que él es el que tenía el poder sobre todas esas cosas. Y miren, Dios anhela a través de su Hijo Jesús mostrar todo ese poder en medio de nuestras vidas. Pero hay veces que el problema más grande es que nosotros no creemos lo suficiente de que él lo puede hacer.

Venimos, oramos, pedimos, escuchamos los sermones, y nos sentamos una hora y media, dos horas, pero cuando salimos para allá afuera nuestras acciones, nuestros estilos de vida dicen todo lo contrario de lo que uno recibe acá. Y no estoy hablando de ninguno de ustedes, yo sé que esto no le aplica a ninguno, estoy hablando de otra gente, de los que no vinieron hoy estoy hablando.

Pero el asunto es ese, mis hermanos, cuando yo veo que Jesús le hace esa pregunta a Marta, le dice, “Tu crees esto?” O sea, en un momento de dolor, en un momento de trauma Jesús de repente le para el caballo, y le dice, ven acá, tu crees o no crees? O te peinas o te haces rolo? Qué es lo que va a hacer?

Y miren, si ustedes siguen leyendo después es que dice, ah, que Jesús se acercó a la tumba y que fue lo que dice, el verso más corto de toda la Biblia cuál es? Y Jesús lloró. Por qué habrá llorado Jesús? Usted no se ha preguntado por qué, de qué lloró Jesús? Acaso Jesús lloró porque había muerto Lázaro? Puede ser. Acaso Jesús lloró por la incredulidad de la gente? Yo creo que sí. Acaso había una combinación de todas estas cosas mezcladas? Yo creo que sí, que Jesús lloró por todas esas cosas. Sí lloró, porque el pasaje dice, ah, miren cómo lo amaba. Sí, él amaba a Lázaro, había un sentir ahí. Pero yo creo que lo que más le dolía a Jesús fue la incredulidad de la gente. Que aún esas personas que más compartían con él, porque miren, Marta y María eran dos de las mujeres en el relato bíblico que más compartían, que `más cercanas estaban a Jesús.

Acaso eso no le da un poquito de luz? Que nosotros nos matamos orando, ayunando, buscando a Dios y tenemos esa cercanía con él, más sin embargo, muchas veces domina la incredulidad en nosotros? Sí, es verdad mis hermanos, es verdad. Que muchas veces que las cosas que Dios hace no tienen sentido y hay un libro que se titula así, “Cuando lo que Dios hace no tiene sentido”. Pero acaso nosotros necesitamos que todo haga sentido en nuestros propios términos? O nosotros más bien nos tenemos que ajustar a los términos de Dios?

Miren, mis hermanos, yo les confieso, aún yo como pastor, yo no tengo todas las respuestas a las situaciones, hay veces que yo me enfrento a unas situaciones de vida que ustedes comparten con uno, que yo me quedo sin palabras. Que hay veces que yo no sé ni cómo orar por esas cosas. Es más, aún aquí mismo en el servicio, ahorita, cuando estábamos orando, mis hermanos, yo venía con una idea de cómo dirigir el tiempo de oración, pero cuando empezamos a orar aquí mi mente se fue en blanco. Yo me quedé como… o sea, hay veces que yo no logro entender qué es lo que Dios está queriendo hacer. Hay veces que yo no logro, como quien dice, grasp, no logro agarrar bien qué es lo que él está haciendo, cómo él se está moviendo y no es porque no tengo fe, no es porque no estoy suficientemente conectado con Dios. No, no, no, es que hay veces, mis hermanos, que Dios obra así.

Cuando la Biblia dice que Dios es un ser misterioso, es precisamente por eso, porque hay veces que él trabaja en formas que nosotros no necesariamente tenemos que entenderlo desde la A a la Z, sino que Dios nos dice ese famoso texto que dice, “… por fe andamos y no por vista…”

Mire, dondequiera que usted se encuentre ahora, sea las cosas que usted haya pasado o a las cosas a las cuales usted se vaya a enfrentar, tenga fe en esto: pase lo que pase, Dios se va a encargar de que todo obre para bien. No me digan amén todavía. Porque yo no quiero que esto suene como un cliché. Ah, pase lo que pase, no, no, no, yo no quiero que suene así. Es más les voy a dar el ejemplo de Sadrac, Mesac y Abed Negó. Ustedes recuerdan la historia de Sadrac, Mesac y Abed Negó? Cuando estaban tocando la trompeta que al toque de la trompeta todo el mundo se tenía que inclinar ante la estatua que Nabucodonosor había hecho y ellos se quedaron de pie. Y qué fue lo que pasó? Ah, la amenaza, vamos a pararnos del fuego y qué fue lo que ellos dijeron? Rey, queremos que sepas que no nos vamos a inclinar ante tu estatua, porque nosotros sabemos en quién creemos. Pero aquí es donde está el punto culminante, cuando ellos dicen, “… y aún si Dios no nos salvare, con todo no nos vamos a inclinar ante ese ídolo que tu hiciste…”

Esa parte de “aún si Dios no hiciese lo que nosotros estamos esperando que sea como él quiera”. Tu lo dijiste eso es fe. Eso es fe. Eso es fe. De dónde va a salir el dinero para hacer esto? Y aún si Dios no proveyera el dinero, mi fe está en él.

Mira, una bacteria que fácilmente podría fulminar a Ana María y yo escucharte lo que tu acabas de decir ahora. Cuando yo escuché esa primera noticia, yo digo, guau, aquí llegó. Hemos hecho todo lo que se podía, hemos orado, hemos ayunado, se ha intercedido, se le ha puesto mano y si no sucedes, pues, algo sacará Dios de esto. Pero mira, Dios viró la tortilla otra vez.

Crees esto? Miren la pregunta, crees esto? Crees que yo puedo hacer algo? Aún en ese punto más culminante, aún cuando las cosas están ahí apretando, como que te estás cayendo de un precipicio y la soga donde te estás agarrando, no es una soga sino que es uno de los hilitos nada más, y estás ahí como que… y aún ahí, uno puede decir, aún si me caigo, Dios puede responder.

Me recuerdo un sueño que tuvo una hermana en la iglesia aquí conmigo, que me vio que yo me tiré de un puente y me vio cayendo. Y ella me vio cuando yo caía al piso y reboté y todo en el piso, pero asimismo me vio que me levantó y cuando me levantó otro hombre se me acercó, me limpió, me tiró la mano, y siguió caminando conmigo. Ese sueño fue bien precioso, mis hermanos, y esa hermana se aguantó ese sueño, porque tenía miedo de decírmelo, porque ay, que el pastor no se va a sentir mal o algo. Pero cuando yo le pregunté cuándo fue que lo tuvo? Lo tuvo en un momento donde precisamente yo me estaba sintiendo así, que me estaba cayendo y que había rebotado en el piso.

Pero asimismo yo también sentí la presencia de Dios que me levantó, me esforzó, me animó para yo seguir adelante. En ese sueño yo no me estaba agarrando de un hilito, yo caí. No es que estoy diciendo que caí en un pecado ni nada por el estilo, era solamente una etapa en mi vida donde se sintió así, como que uno cae como una guanana en el piso. Pero asimismo Dios viene y levanta a uno.

Miren, mis hermanos, mi punto final en todo esto, ya me pasé por diez minutos. Mi punto final en todo esto es el siguiente, así como Jesús dice, crees en esto? Yo soy la resurrección, la vida, el que cree en mí, miren, va a vivir, el cree en mí aunque se le presenten del IRS en la puerta de la casa, esa persona va a vivir, aunque lo deporten a otro país, esa persona va a vivir en el otro país porque cree en Dios. Aunque venga una inundación de donde yo no sé dónde rayos, y el basement termine bajo agua, esa persona va a vivir. Aunque cumpla 50 años y estés pasando el midlife crisis, esa persona va a vivir. Aunque estás ahí sentado en la mesa de tu comedor a la medianoche y tienes todos los biles así y no sabes de dónde va a salir el dinero, cree que tu vas a vivir, que tu familia va a vivir y que Dios te va a proveer las herramientas para tu saber cómo descifrar todas esas cosas que tienes por delante. Solo cree.

Vamos a orar. Amado Dios, yo te doy las gracias una vez más, porque tus palabras me asombran, nos asombran, Señor, palabras tan sencillas, tan claras, pero que tienen tanta profundidad y tanto poder de llegar a nuestro ser. Señor, yo presento esta palabra que he compartido con mis hermanos y hermanas, y yo te pido que esta palabra siga haciendo eco en nuestros corazones y que tu nos inspires a saber cómo, mi Dios, llevar una vida como tu mandas, que no seamos por emociones, Señor, sino vivamos por la convicción de nuestra creencia en ti, de que aunque las cosas no salgan como uno espera, que tu estás en control, que tu puedes resucitar nuestra situación, Señor, sea cual sea, tu puedes traer vida, Señor, en medio de esos espacios que parecen estar muertos.

Tu eres el que trae vida, Señor, tu eres el que trae vida a corazones que están desalentados. Tu eres el que trae vida a cuerpos que están dolidos, tu eres el que trae vida a familias que están quebrantadas, a matrimonios que están enfrentando un divorcio, sea lo que sea, tu eres el que puede traer vida en el momento más preciso, Señor. Tu eres el que puedes traer vida a aquellas personas que están en una transición de un trabajo a otro, Señor, tu eres el que puede traer vida a estudiantes de escuelas superior y de universidad que están apretados con sus trabajos y no saben cómo todo va a surgir.

Tu puedes traer vida, tu puedes traer luz, tu puedes traer una respuesta, Señor. Tan solo pide que nosotros podamos creer en ti, poder creer en tu poder, en tu gracia, en tu favor sobre nosotros. Y tener el valor y la fe para poder decir que aún si tu no lo hicieras, con todo nos mantendremos fieles en ti, Señor. Con todo seguiremos diciendo que nuestra creencia, nuestra fidelidad está dirigida a ti, Señor. Por todo lo que tu has hecho, por todo lo que estás haciendo y por todo lo que harás.

Señor, bendice a mis hermanos y hermanas, a medida que se preparan para salir y regresar a su hogares, regresar a la realidad de lo que ellos están viviendo, Señor, yo te ruego, Padre, que estas palabras provean luz en medio de las tinieblas, y si hay una persona aquí, o personas, que están en esa luz, mi Dios, que esa luz resplandezca aún más y que contagien e iluminen a otros a su alrededor. Tu eres el que lo puede hacer posible, Señor, y nosotros te daremos la gloria y la honra siempre. Gracias de damos, Señor. Bendice a mis hermanos, llévalos con bien hasta sus hogares que puedan tener un sueño reparador, que tu renueves sus fuerzas, sus energías, y que mañana si así tu lo permites, sea un día fructífero, mi Dios, donde se puedan alcanzar a hacer las cosas que tu quieres que nosotros podamos hacer. Bendecimos tu nombre en el nombre de Jesús. Amén. Amén. ¡Aleluya!

Agradecer la misericordia de Dios en el desierto

TRANSCRIPT

Salmo 63, en el verso 1. Yo quiero que se fijen en el titular de este salmo, el titular de este salmo. Yo no sé si su Biblia lo dice, pero, así mismo como está en la pantalla dice, Salmo de David cuando estaba en el desierto de Judá.

Voy a explicarles un poquito esto. Dice:

“… Dios mío eres tu de madrugada te buscaré, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida, su labios te alabarán…”

Vamos a detenernos ahí. Miren esto, mis hermanos, cuando yo leo, si yo hubiese leído este salmo sin haberle prestado atención al título, yo lo hubiese leído como que guau, que lindo, lo más seguro David estaba caminando por el palacio y reflexionando en cuan bueno ha sido Dios con él. Porque decir una palabra como esa, guau, mejor es tu misericordia que la vida. Esas son palabras grandes, profundas, y eso usualmente uno puede asumir que esas son palabras que vienen de una persona que está bien. Ah, Señor, estoy experimentando tu bondad en mi vida y puedo decir que tu misericordia es mejor que cualquier cosa. Estoy en el Seventh Heaven, por así decirlo.

Y mis labios te alabarán, miren eso, o sea, el hablar de la bondad de Dios usualmente, de nuevo, uno asume que puede venir de una persona que tiene como quien dice, entre comillas, su vida all set, que todo lo tiene bien, lo tiene todo bajo control. Pero cuando nosotros le prestamos atención al título de ese salmo ya la historia es otra. El contexto es uno totalmente distinto porque cuando yo leo que estas palabras fueron inspiradas en el corazón de David cuando él estaba en el desierto de Judá, mis hermanos, no fue que salió del palacio y con su ropa real se fue a caminar por el desierto. No, no, no, esa no fue la época. La historia dice que él cuando escribió esto era el tiempo donde él todavía estaba siendo perseguido. Es verdad que no está claro si era perseguido por el rey Saúl o si era perseguido después de su reinado que fue perseguido por sus propios hijos, como Absalón que fue uno de ellos.

El asunto es que el hombre estaba en el desierto pero estaba en un estado de estrés por así decirlo, estaba en un estado de ansiedad, estaba en un estado de inquietud, estaba en un estado de inseguridad, porque no sabía que era lo que iba a acontecer con su vida. Más sin embargo, en medio de esa búsqueda yo quiero que usted se imagine una persona caminando por el desierto con sed, con sus labios que se están rompiendo por el sol y la sequedad y la deshidratación, y una persona en medio de esa ambivalencia en la cual se puede encontrar, de repente, sale de su boca el decir, Dios mío, tu eres mi Dios y yo te busco intensamente, mi alma tiene sed de ti y todo mi ser te anhela.

Si yo lo pongo a usted en el desierto de Sahara usted va a decir, mi boca tiene sed, y no es de ti sino de agua. Eso es lo que yo diría. Pero él en medio de esta situación, lo que le da por decir, mi alma tiene sed de ti, o sea que la sed de justicia que él tenía en su corazón era más que la sed que él podía estar sintiendo en su cuerpo físico. Es más, quién sabe si la sed de su cuerpo físico era un reflejo de lo que verdaderamente estaba pasando en su interior. Y en medio de todo eso, él puede decir estas palabras, todo mi ser te anhela.

Y él de repente, Señor, yo te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. En otras palabras, en medio de esa ansiedad él lo que está diciendo, ah, yo sé quién tu eres, yo sé lo que tu puedes hacer, yo te he visto en acción en mi vida. Yo sé que tu eres el Dios de los imposibles y en medio de todo eso poder decir entonces al final, Señor, tu misericordia es mejor que la vida.

Mis hermanos, yo quiero hacer hincapié en esa frase. Porque hay veces que nosotros llevamos la vida como si no le prestásemos atención verdaderamente a cuán bueno y cuán misericordioso es Dios con cada uno de nosotros.

Miren, el mero hecho de que nosotros estamos aquí ya es una expresión de la misericordia de Dios. Yo escucho testimonios como el de Daniel, o recuerdo muchos testimonios de sus propias vidas, o sea, yo veo sus propias caras y sus propias caras ya es un testimonio de la misericordia de Dios. De cómo nosotros en una forma sobrenatural podemos sacar fuerza de donde no las tenemos, podemos sacar ánimo de donde no existe ninguno, podemos tener una perspectiva distinta de la vida cuando las circunstancias a nuestro alrededor nos están apuntando a otra realidad y aún así poder decir, Señor, tu misericordia, tu amor, tu bondad, todo lo que tu tienes es mucho mejor de lo que me pueda pasar a mí en esta vida.

Y eso se manifiesta en tantas formas que cuando uno está alerta de esa bendición de Dios uno entonces puede decir, mis labios te alabarán. Esa expresión de que mis labios te alabarán, sabe lo que están diciendo? Es que mis labios van a testificar de todo lo que has hecho, de todo lo que tu haces.

Por eso fue que yo sentí hoy invitar a personas que pudiésemos testificar que Dios está haciendo. Porque esos testimonios mis hermanos, edifican nuestras vidas en tal forma que nos animan y nos ayudan, y nos impulsan a seguir adelante. Mira, tu vida no tiene que estar al cien por ciento perfecta para que tu puedas testificar de lo que Dios está haciendo en ti. Tu vida no tiene que estar en la perfección.

Yo me puedo parar aquí ahora mismo y yo les puedo decir, mira, mi vida no está al cien por ciento perfecta, como yo desearía o como Dios quisiera, pero aún así Dios me da la fuerza, me da el ánimo para yo poder hablar en fe de lo que Dios ha hecho, de lo que Dios está haciendo, y de lo que Dios va a seguir haciendo.

Yo les digo, miren, el yo escuchar estas cosas así, ver la gente orando por mí, y yo le doy gracias a Dios por eso. Hoy he celebrado mi cumpleaños ya tres veces. El staff aquí en la iglesia, me cogieron de sorpresa, rompieron una reunión que teníamos los pastores y llegaron con un pastel y cantamos. Ahorita los muchachos del grupo de alabanza de oración también tengo un pastel que me está esperando ahí ahorita. Es para mí. Para mí. Dice mi nombre. Y ahora el mero hecho de que estamos aquí en este tiempo de oración, eso es algo que bendice mi vida. Y yo no sé, bueno, yo estoy seguro que todos nosotros tenemos esos momentos donde de repente nos detenemos y paramos y reflexionamos y es como que, guau, Señor, dónde está mi da? Qué he logrado hacer? Qué estoy haciendo? En qué dirección voy? Qué nuevo tu quieres que yo haga? Qué puedo corregir?

Ustedes me entienden, es esa jornada de reflexión interna donde uno se dice, ok, Señor, vamos a hacer un maintainance check. Dónde estoy ahora mismo? Cómo están las cosas? Y hay algo que yo he logrado reflexionar en estos tres días pasados, y es el mero hecho, mis hermanos, que yo estoy más que agradecido con el Señor. Y de nuevo, mi vida no está al cien por ciento perfecta como yo quisiera, y yo sé que usted se puede identificar con eso, pero aunque no está al cien por ciento perfecta, mire, yo veo todo lo que está a mi alrededor y yo tengo que decir que realmente hay un Dios que está en los cielos y que se está moviendo aquí en medio de nosotros.

Yo anoche mientras estábamos celebrando en mi casa, a mi esposa le dio fiebre con hacer bizcocho ahora, con hacer pasteles y ayer estuvimos preparando el bizcocho, poniendo el frosting, ¿verdad? El suspiro? Eso es nuevo para mí. A lo dominicano, el suspiro, el frosting, lo dulce. El supiro.

Pero el asunto es que de repente ponemos el bizcocho en la isleta de la cocina y de repente yo tengo a mi esposa, que está agarrando a Sebastián, Lucas se enganchó en la pileta, y mi suegra por otro lado, y el mero hecho de yo poder escuchar a todos ellos cantando así sapo verde todo you, como nosotros… Happy Birthday, miren para mí yo estaba contemplando ese panorama y me decía, guau, Señor, la verdad es sin yo merecer esto, tu me has dado estos regalos. Una familia bella, preciosa.

Y entonces hoy en el tiempo que he estado aquí, cuando yo vengo y me paro de frente a ustedes y yo los veo a cada uno de ustedes yo me digo, Señor, qué mejor regalo yo puedo pedir, o sea, cada una de estas personas, en el nivel en que yo los pueda conocer a ustedes, a unos más a otros menos, pero cada uno de ustedes significa un regalo de Dios por que ustedes son una familia aquí, y yo sé y reconozco que uno está aquí en capacidad pastoral, pero yo los miro y yo veo una familia que Dios me ha permitido tener aquí.

Yo aquí ahora mismo veo cumplido lo que dice Jesús en Lucas, cuando él dice, si alguno dejare a madre o padre o hermano o hermana, o hijo o hija, o perro o gato, cotorra, por mí, por el Evangelio, recibirá cien veces más cada una de esas cosas. Y yo solamente tengo un perro, no tengo gatos ni tengo cotorras, pero sí yo puedo decir, como he dicho otras veces, tengo muchas madres, tengo muchos padres espirituales, tengo muchos abuelos y abuelas espirituales, y tengo muchos hermanos y hermanas, primos, primas, tíos, tías, puedo seguir ahí dando la lista.

Y todo eso, mis hermanos, es bendición de Dios, todo eso me permite a mí decir, Señor, tu misericordia es mejor que cualquier otra cosa que uno pueda desear o querer en la vida. El mero hecho de que tu provees este ambiente aquí y de nuevo, yo no estoy diciendo que este grupo sea un grupo de personas cien por ciento perfectas, porque yo sé que hay momentos en los cuales nos pisamos los cayos y rozamos hombros y hay veces que uno dice cosas que tal vez al otro le cae mal. O usted dice cosas que a mí pueden caer mal, y es como que, y ahora qué? Pero como quiera, acaso eso no es parte de una familia? Acaso eso no es parte de una familia? Como dice el verso 5, por favor, hablando de supiro, de frosting, ahora es de meollo. Qué es meollo, by the way? Lo que se mueve en la olla, ¿verdad? Yo voy a averiguar bien qué es lo que significa meollo, es que aquí lo estaba leyendo en otra versión.

En mi versión dice: “… mi alma quedará satisfecha como de un suculento banquete…”

Si suculento banquete significa meollo, yo creo que el que escribió esa versión de la Biblia tenía algo de hispano en su corazón. Creo que lo sacaron de Santo Domingo o algo.

“…Como de meollo y de grosura será saciada mi alma y con labios de júbilo te alabará mi boca. Cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite de ti en las vigilias de la noche porque has sido mi socorro y así en la sombra de tus alas me regocijaré…”

Miren, yo cierro con esto, mis hermanos y hermanas, yo no sé cuántos de ustedes se han levantado por la noche porque la ansiedad no los deja dormir. Cuántos le ha pasado eso? Que la ansiedad no los deja dormir. Y se levantan y están como que jalándose los pelos, qué va a pasar con esto. Ahora, escúchenme bien, yo no sé, aquí sí que yo no sé, porque esto no es muy usual, pero yo no sé cuántos de ustedes se levantan por la noche porque la satisfacción, el gozo, el deseo es tan y tan grande, y tan inmenso que uno no puede dormir. Le ha pasado? A mí me ha pasado también.

Mire, y de nuevo, de nuevo, estoy poniendo esto en contexto mis hermanos y hermanas, no significa que la vida tenga que estar cien por ciento perfecta, pero sí hay algo que… se recuerdan hace dos miércoles atrás que le estaba hablando acerca de ese momentum divino, de ese momentum espiritual que cuando Dios está haciendo algo, si uno no está alerta te va a pasar, y se fue la guagua, olvídate, te dejó a pie. Pero si uno está alerta, sensible a lo que Dios está haciendo, cuando viene ese momentum uno se queda como que, espérate, esta ola la tengo que surfear.

Pues, mire, así a veces pasa, hay veces que hay situaciones alrededor que vienen y amenazan, son duras, son fuertes pero en medio de todas esas cosas, se siente algo de Dios que es sobrenatural. Y es ese algo de Dios que es como mantiene a uno con una adrenalina arriba y uno siempre está a la expectativa, guau, que amanezca ya, yo quiero saber qué va a pasar en este próximo día, o qué puedo hacer nuevo en este próximo día.

Miren, mis hermanos, esas son las cosas, ese verso que decía en las meditaciones de la noche pienso y estoy conectado contigo. En mi lecho me acuerdo de ti. Mira cómo dice, me acuerdo de ti y pienso en ti toda la noche. Eso es una expresión de amor. Cuando usted conoció a su primer amor, su novio, su novia, cuantos de ustedes, vamos a confesarnos aquí y ahora, voy a poner una cortinita para que se confiesen conmigo, dígame hijo, dígame hija, cuántos de ustedes no enganchaban el teléfono a la una de la mañana y media hora después ya estaban pegados al teléfono de nuevo, porque es como que, papito, mamita, no puedo dormir, te tengo que escuchar otra vez. Mira allá están los dos ahí atrás, como eso parece que todavía pasa, ¿verdad? Te levantan a media noche, están durmiendo, están uno al lado del otro y se levanta a medianoche, como papito, te extraño.

Eso es lo que está diciendo David aquí, es como que, está a este nivel de emoción que, ok, me voy a dormir ahora Dios, pero no, no es que me haces falta. Tengo que despertarme de nuevo. Pensar en ti, hay algo que pasa.

Y miren, mis hermanos, eso es parte de ese momentum, de ese ímpetu, de esa fuerza que Dios pone en nuestras vidas y cuando eso sucede, miren, hay que aprovecharlo, porque uno nunca sabe lo que Dios pueda revelar a nuestras vidas en esos momentos.

Así que, mis hermanos y hermanas, piensen, mediten en estas palabras. Yo les estoy mirando las caras y mira sí, puede ser que usted tenga una necesidad bien crasa, bien fuerte. Hay algo que está ahí bien apremiante en su corazón, pero asumamos la actitud de David, que en medio de esos desiertos de la vida, cuando las cosas aprietan, y uno se siente que está en persecución, esa ambivalencia, esa inseguridad, qué va a pasar, qué me van a decir, o qué me van a hacer o qué yo voy a hacer, o qué yo voy a decir, y uno está así como que, mire, encuentre las fuerzas para poder decir eso, Señor, de madrugada, a las 9 de la mañana, a las 12 del mediodía, a las 3 de la tarde, el tapón, tomando café, tomando te, comiendo un hamburgher en Mc Donalds, sea donde sea, te voy a buscar, Señor.

Te voy a buscar, voy a estar en contacto contigo y ver cómo tu puedes inspirar mi vida de tal forma para que yo entonces pueda decir, tu misericordia es mejor que la vida, y mis labios te alabarán.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Gracias te damos, Señor Jesús, tu misericordia es mejor que la vida, Señor Jesús. Y por eso nuestros labios te alaban, nuestros labios te bendicen, Jesús, porque tu eres el que hace todas estas cosas posibles en medio de nuestras vidas, Señor Jesús.

Padre, yo te doy las gracias por cada uno de mis hermanos y hermanas, Señor, yo bendigo sus vidas dondequiera que estén, dondequiera que se encuentren, Señor Jesús, sea cual sea su necesidad, su situación particular, yo te pido que tu les visites donde ellos están ahí ahora mismo, Señor Jesús, y que ellos puedan recibir de ti ese aire que los levanta, Señor, ese aire por debajo de sus alas que los levantan a nuevas alturas. Señor que puedan experimentar esa misericordia tuya que los satisface, que los llena, que sacia su sed, que sacia su hambre y que aún en las meditaciones de la noche los mantiene despiertos. Pero es un despertar que trae energía, Señor, que trae fuerza, que trae nuevas perspectivas, nueva visión.

Señor, no dejes que nosotros nos endurezcamos hacia ti, Señor, sino permite que nuestro espíritu, nuestro corazón se mantenga sensible a escuchar tu voz y a obedecerla sobre todas las cosas. Te damos las gracias por lo que tu haces, por lo que tu has hecho y por lo que seguirás haciendo, Señor, gracias por cada uno de mis hermanos y hermanas, Señor, que han llegado hasta aquí en esta noche. Sobre cada uno de ellos declaramos tu bendición. En el nombre de tu Hijo Jesús, lo decimos así Padre, gracias te damos. Amén.

Un momento divino

TRANSCRIPT

Déjeme solo recapitular un poco sobre lo que hablé el miércoles pasado para beneficio de aquellos que no estuvieron. El miércoles pasado estuve hablando de segundo Capítulo de Ageo, donde estuvimos meditando en esa frase que Ageo, por ejemplo, en el Capítulo 2 decía meditad sobre vuestros caminos, que eso tenía que ver con la forma de proceder, la forma en que uno se ha comportado, la conducta que uno tiene. Y después en el Capítulo 12, el llamado de Dios a través del profeta, es decir, meditar en nuestro corazón. Meditar sobre vuestro corazón.

Y eso llamado es más bien a meditar sobre las actitudes, y las acciones de carácter que muchas veces se convierten en obstáculos para dejar que la bendición de Dios pueda fluir en nosotros. Y una cosa bien importante que yo mencioné es el mero hecho, mis hermanos, de que nosotros tenemos que estar bien alertas al mero hecho de poder identificar cuáles son las intenciones con las cuales nosotros llegamos delante de la presencia de Dios.

En ese Capítulo de Ageo algo que el profeto dijo en el primer Capítulo fue que, Dios, perdón, hablando a través del profeta decía, ah, para ustedes es tiempo de estar en sus casas mientras que la casa del Señor está completamente abandonada. Y él lo que estaba apuntando era precisamente eso, las intenciones de la gente, cómo la actitud de una persona fácilmente podía contagiar la actitud de muchas otras. Una persona que vino del exilio aquí a Jerusalén de nuevo con la intención de reconstruir pero que todavía en su corazón está como que, no, yo me voy a enfocar en mi propia cosa. Y cuando empieza a pensar de esa forma, ese pensamiento se empieza, como quien dice, a contagiar sobre otros. Y entonces dejan de prestarle atención a lo que verdaderamente Dios quiere que le presten atención y cada cual se empieza a enfocar en lo suyo.

Y fue por eso que Dios entonces tuvo que decir, ven acá, qué tiempo ustedes se creen que es? Ustedes se creen que es el tiempo de que ustedes abandonen mi casa y enfocarse en lo suyo nada más, o tu crees que tenemos que ir aquí más o menos de par en par. Bueno, Dios fue bien directo. No, aquí hay que prestarle atención a la casa primero para que después puedan trabajar en lo suyo.

Eso me recuerda mucho la palabra de Jesús cuando Jesús dice, buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas, qué? Se les van a ser atendidas. Es un principio del Reino de Dios que muchas veces nosotros lo ignoramos porque caemos en esta rutina de vida que fácilmente nos cega de lo que Dios verdaderamente quiere que nosotros podamos aprender y de la forma en que él quiere que nosotros podamos vivir.

Miren, esas palabras de Ageo, mientras yo iba meditando en ello, me hizo pensar, guau, hay veces que cuando Dios tiene algo, Dios se las trae. Yo no sé usted, pero cuando Dios tiene algo, Dios se las trae, Dios se va a buscar la forma de captar nuestra atención para que nosotros podamos responder a esas acciones que Dios está haciendo. Que si en medio de todo esto, mis hermanos, ¿Saben qué? Mi corazón se ha puesto a meditar en qué son, qué son esas acciones que Dios quiere hacer con nosotros. Qué es lo que Dios está tratando de hacer?

Y por algún, la semana pasada, yo estuve hablando con el pastor Miranda, salimos a almorzar y en un momento estuvimos hablando del servicio de los miércoles, de cómo Dios se está moviendo y cómo están sucediendo las cosas. Estuvo bien interesante porque él me dijo esta frase, como que, mira Omar, hay veces que uno tiene que entrar en ese momentum de Dios. Entienden ese término? Cuando uno tiene un momentun que es como un ímpetu, un impulso que nos está moviendo. Y uno tiene que aprender a discernir eso y poder como quien dice, ride that wave, de poder navegar esa ola de alguna forma u otra.

Yo no tengo duda, mis hermanos, de que Dios está haciendo esto alrededor de toda su iglesia. El lunes yo tengo un podcast, es como una serie así en audio que yo recibo de predicaciones de un pastor en Australia, saben por allá donde le dicen, el down under, allá en Australia, el sur del Japón, por allá. Este pastor de esta iglesia, …. Church, él se llama Brian Houston, da la cosa que el lunes cuando yo empiezo a oír esta reflexión, el tema de su prédica era A Divine Momentum, un momento divino. Y yo me dijo, vaya, más claro no canta un gallo. Yo me dijo, Señor, definitivamente algo tu estás haciendo en tu iglesia, en tu iglesia con I mayúscula. Y las palabras que este pastor estaba diciendo, estaban haciendo eco de esos mensajes que yo traje concerniente a Ageo. Él no estaba haciendo hincapié en Ageo, pero sí las palabras que yo había compartido con ustedes, él estaba diciendo exactamente lo mismo.

Y yo quisiera hoy, mis hermanos, compartir una inquietud que yo tengo en mi corazón con ustedes, y a la misma vez un deseo, que ustedes se puedan ir hoy de aquí de la mano. Esto tiene un fundamento bíblico también. Vaya a la Biblia conmigo al libro de Hechos, Capítulo 2, aunque yo me imagino que ya a esta hora ustedes tienen que saber de memoria el Capítulo de Hechos 2 y el 3 y el 4, porque ese ha sido el centro de las prédicas de los últimos domingos por hace casi un mes o un mes y medio, lo más seguro.

Así Hechos, Capítulo 2, 3 y 4 ya ustedes se lo tienen que saber de memoria. Es más, quién quiere venir aquí y recitar 3, 4 de memoria? Tampoco así. Pero miren esto, si yo solamente hago referencia a algunas partes de estos 3 Capítulos en el libro de Hechos. Miren esto, cuando llegó el Espíritu Santo sobre los discípulos, qué fue lo que pasó? Vamos a hacer un repaso aquí. Cuando llegó el Espíritu Santo que los discípulos estaban en el aposento alto, estaban allí orando, ayunando, buscando la presencia de Dios, qué fue lo que pasó cuando llegó el Espíritu Santo? Se manifestó en lenguas y ellos comenzaron a hablar en otros idiomas, otras personas que estaban allí de otros países los empezaron a entender, que estaban hablando en su propia lengua. El que hablaba árabe, en árabe, el que hablaba en arameo, en arameo, el que hablaba en jebuseo, en jebuseo, el que hablaba en guantanameno, guantanameno también lo entendían. Hablaban en todos los lenguajes.

Y qué pasó después? Se recuerdan? Cuando llegaron algunas personas que empezaron a decir, guau, esa gente está borracha ahora tan temprano por la mañana. Y qué fue lo que pasó con Pedro? Le entró un momentum a Pedro. Y abrió esa boca y sacó una letanía de mensaje que nadie se lo imaginó. Todo el mundo se quedó como que patidifuso. Han escuchado esa palabra, ¿verdad? Patidifuso es como atónito, se quedaron como que guau, pero este pescador que salió de la esquina, mira qué clase de mensajote se sacó ahí de repente.

Y qué fue lo que pasó? Miren como dice, el versículo 41 del Capítulo 2, el verso 41 del Capítulo 2. Dice:

“…Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados y se añadieron aquel día como 3000 personas… y si sigo leyendo…. Y sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas y vendían sus propiedades y sus bienes y los repartían a todos según la necesidad que tenían. Perseverando unánimes cada día en el templo y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, teniendo favor con todo el pueblo y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Dígame usted si eso no es un momentum divino. Usted ha experiementado en algún momento un momentum? Usted ha experimentado en su vida algo así? Yo no sé, pero mi mejor ejemplo yo lo puedo dar cuando yo en mi tiempo de high school, a mí me gustaba hacer mucho pista y campo, entonces uno de los eventos que a mí me dirigieron a practicar fue el salto a lo largo. Yo era flaco pero brincaba, yo no sé de dónde rayos sacaba fuerza pero yo brincaba con todo y que era flaco. Yo recuerdo que yo participaba en los eventos de mi escuela y tal vez no llegaba en primer lugar pero sí me tiraba mis buenas marcas. Y hubo un día que el entrenador mío me sugirió ir a un entrenamiento que se iba a dar en Tennessee. Y de Puerto Rico él me mandó allá con otra parte del equipo de los muchachos. Entonces pues amí me llevaron a un coach que era específico de salto a lo largo. Y ese señor me sentó a mí con los demás muchachos que estaban participando en ese evento. Nos sentó primero en un salón con una proyección y nos enseñó un video, y en ese video él nos enseñaba paso por paso como en cámara lenta, cómo uno tenía que tener la técnica apropiada desde que uno salía del bloque, cuando uno iba corriendo, la posición que uno tenía que asumir cuando uno tocaba la tabla, asegurarse que uno levantara el pecho hacia arriba, porque al hacer eso era lo que iba a dar uno el impulso para salir y llegar más lejos.

El asunto es que después de toda esa charla técnica teórica, obviamente qué pasa? Nos llevan al field, nos llevan al campo. Entonces pues uno empieza a practicar y obviamente los primeros intentos son medio torpes porque uno está aprendiendo a dominar una técnica, pero óigame cuando uno cae en sintonía, ay, ay, yo, el brinco mío yo lo logré superar por dos pies. Solamente por dominar bien una técnica, que en Puerto Rico yo recuerdo que yo hice como 18 pies brincando a lo largo. Cuando llegué de esta práctica yo terminé haciendo casi como 20 pies y medio más solamente por dominar la técnica.

Pero mis hermanos, experimentar un momentum, eso es gloria. Es como estar en una nube, es como uno de nada más dar un paso, puf, es como que el cuerpo mismo se impulsa porque ya hay algo que te está moviendo. Y esto se experimenta en muchas otras cosas. Yo no sé si a usted le ha pasado que usted se levanta una mañana y usted se levanta como que con unas energías que no sabe de dónde le salió, pero usted se levanta y está, pam, y hace esto y hace aquello, y hace lo otro, y logras preparar el desayuno antes de tiempo, y planchas tu ropa, y sales al trabajo. Cuando llegas al trabajo la guagua está ahí, digo, cuando sales a la parada la guagua está ahí y no tienes que esperar y te montas y llegas y coges el tren, y está todo ahí fluyendo. Llegas a la oficina, ya tus compañeros prepararon el café y tu no tienes que esperarlo. Me siguen por dónde voy?

Es como que tu vienes con este momentum donde todo fluye. Todo te lo tienen ahí, como quien dice, en la mano. Y tu no lo pediste, pero sucede así. Y en la vida eso se puede experimentar en muchas formas, en muchas formas.

Pero cuando estamos hablando de un momentum divino, un ímpetu que viene de parte de Dios, aquí es donde yo veo, mis hermanos, que uno tiene que prestar mucha atención. Miren, en la Biblia hay muchos ejemplos de distintas personas que experimentaron un momentum de parte de Dios.

Y si yo le pregunto a ustedes si creen que los momentum son solamente, como quien dice, para cosas buenas que todo termine en algo bueno? No necesariamente porque hay momentums que pueden empezar, que pueden ir de otro lado. Yo recuerdo cuando yo empecé a hacer este servicio aquí los miércoles por la noche, los primeros días habían como 40 personas. El primer miércoles, el segundo miércoles llegaron como 38, el próximo miércoles llegaron como unos 32 y así seguían y yo, guau, si sigo a este paso terminaré con 10 personas. Y mira literalmente había un momento que había 10 personas. So, el momentum iba como quien dice, del otro lado, y yo, Señor, ese no es el momentum que yo quiero ver. Perdóname, a mí me gustaría ver otra cosa.

¿Saben qué? En la Biblia hay otras personas que experimentaron eso. Qué le pasó a Job? Qué le pasó a Job? Óigame, un momentum que iba una detrás de la otra. Primero, se le secó todo lo que tenía en cuestión de los ganados, todo lo perdió, se le empezaron a morir los hijos. Después la esposa se le fue a juste, y encima de eso le salió lepra y encima de eso los amigos supuestamente lo estaban aconsejando, pero era como que, qué tu habrás hecho delante de Dios?

Mire, dígame si eso no es un momentum malo de verdad. Eso es un momentón por así decirlo, no un momentum, sino un momentón, que va en reversa. Saben otro personaje en la Biblia que tuvo un momentum así? José, el soñador. Óigame el momentum de él como que iba cogiendo despegue. Tuvo un primer sueño y como, esta revelación está buena y seguía y tuvo un segundo sueño, y guau, y lo contó pero ya cuando los hermanos dijeron, ah, ah, no más, qué pasa con ese momentum? Se estrelló. Los hermanos lo tiraron en un pozo, nada, vamos a sacarlo de ahí, vamos a venderlo mejor. Y si vemos ahora el momentum cuando lo vendieron por allá, qué pasó? Se fue de esclavo a otro sitio y después que terminó siendo de esclavo, qué pasó? Terminó en la cárcel y después que estaba en la cárcel qué pasó?

Después de la cárcel fue que el momentum volvió a coger vuelo de nuevo. Pero miren, saben lo más interesante de la historia de José, es que a pesar que ese momentum supuestamente iba bajando, bajando, bajando, la Biblia siempre dice que Jehová estaba con él. Jehová estaba con él y hacía prosperar todo lo que llegaba a sus manos.

Eso me dio entender a mí que no necesariamente porque el momentum se va como quien dice, cuesta abajo, significa que sea todo malo, porque Dios está ahí como quiera. Imagínese usted, o yo, que hay veces que en la vida parece que el momentum se va cuesta abajo también. No tengo suficiente dinero para pagar las deudas, el hijo, la hija se me fue o se me fue de la casa. No Luca no se me ha ido de casa. Perdón, se dan esos casos. Lo que yo esperaba que sucediera con mi esposo, con mi esposa, no se está dando y es como que el momentum sigue, sigue.

Es más, mire a nivel ministerial, si aquí tengo líderes de ministerio, yo creo que esto también se ve a veces hasta a nivel ministerial. Que uno está orando, que el ministerio que se ponga sólido, y que se yo, y hay veces que lo que pasa es lo contrario. El ministerio como que va como cuesta abajo, y uno como que , ay, Señor, pero qué está pasando aquí? No estoy orando lo suficiente? No estoy ayunando lo suficiente? No estoy pidiendo como debo pedir?

Pero miren, en medio de todo eso yo me atrevo a decir que Jehová está usted. Como le pasó a José. Jehová está con usted. Miren, un momentum es duradero, sí o no? o sea, permanente. Usted cree que un momentum es permanente. No? no? no, no, no, imagínese como es un surfeador, eso es en Spanglish, pero un surfer, un surfista, okay, un surfista, lo voy a decir así, de los que navegan las olas en la tabla. Imagínese un personaje de estos, sabe que cuando ellos se van mar adentro, qué es lo que ellos están haciendo? Ellos están esperando la mejor ola. Y qué es lo que pasa? Es una ola detrás de la otra, cada ola trae su momentum. Y él tiene aprender a idenficiar el momento oportuno para montarse en esa ola y ponerse de pie y hacer todas las maromas que vaya a hacer dentro de la ola para entonces como quien dice, llegar a su final. Y después de eso, qué? Vuelve a ir otra vez adentro para agarrar otra ola y por ahí seguirlo. Pero hay veces que cuando las olas bajan, qué es lo que tiene que hacerse? Se tiene que quedar ahí esperando y está ahí sentado en la tabla y chequeando que no vengan tiburones por abajo ni nada, hasta que de repente las olas vuelven de nuevo y empieza a subir otra vez y él vuelve y coge ese mismo fluir una vez más.

Miren, mis hermanos, así mismo pasa en esos momentums de Dios con nosotros. Hay veces que esas olas que Dios trae, las trae como quien dice, para impulsarnos a cierto nivel, para llevarnos a un nivel, para movernos del punto A al punto B y cuando llegas al punto B tienes que esperar a que venga otro momentum, otra ola para llevarte al punto C. y puede ser que el espacio que se de entre un y el otro sea bien variado. Puede ser que de la A a la B en 5 minutos venga uno, pero puede ser que de la B a la C te tengas que tardar 2, 3, 4 días y por ahí puedo seguir añadiendo más, más, más tiempo.

Pero el asunto es que en medio de todas esas cosas, Jehová está con usted, con nosotros. Qué puede detenerlos? Un momentum. Qué puede detenerlo? Mire, lo primero que me cruzó por la cabeza fue incredulidad. La incredulidad de qué? Incredulidad de qué? La mayor incredulidad que nosotros podemos tener es que Dios no vaya a hacer nada, que nosotros lo tengamos que hacer nosotros por nuestra propia cuenta, que ellos mismos tengan que provocar ese momentum.

Y mire, usted puede provocar el momentum en su propio plano, como quien dice, en su propia realidad, usted puede provocar una que otra cosa. Pero si es un momentum de Dios usted lo más que puede hacer es orar por eso. So, incredulidad es una. Conformismo, el yo quedarme conformado. Yo estoy bien. Mi realidad está chévere, yo estoy bien, tengo casa, tengo trabajo, tengo carro, tengo novio, tengo novia, tengo esposa, tengo esposo, tengo hijos, tengo todo, ya, ya estoy aquí. Déjame aquí tranquilo. Ese pensamiento de conformismo, mira, también puede tener ese momentum que Dios quiere hacer contigo.

Sabe otra cosa que lo puede detener? Tratarte de montar en la ola de otro. Tratar de correr el momentum de otra persona. Eso también lo puede detener. Sabe que los surfistas se pelean las olas y si una vez ya uno está montado en una ola, si otro se mete, se lo llevan enredado, no le va a decir, ah, perdona, tu estaba ahí, perdóname, me salgo entonces. No, que va. No, esa ola es mía y yo la estoy corriendo.

Lo que sí puede pasar es que el momentum de uno, de una persona pueda provocar un momentum en el tuyo. La ola que deja uno puede ser que esa ola cause un rip curl, como otra onda que te impulse a tu a tu poder encontrar como quien dice, tu propio ritmo, pero tu no puedes navegar la ola del otro. Tu tienes que esperar el momentum tuyo.

Otra cosa que lo puede detener es enfocarse en lo suyo propio demasiado, demasiado a expensas de otra persona. Si yo me enfoco demasiado en lo que yo quiero y como yo deseo ver ese momentum de Dios en mí vida, y me olvido de cómo otras personas puedan ser benediciadas, mira ese momentum de Dios se puede apagar también. Cuando Dios trae un momentum, cuando Dios trae algo, un mover, ese ímpetu, esa fuerza que te empieza a mover, que te empieza a impulsar a un nuevo crecimiento, a una nueva madurez, a un nuevo desarrollo, mira, Dios lo va a traer a tu vida, pero a través de tu vida va a impactar a otros también. La bendición de Dios es así. Tu puedes como quien dice, retenerlo para que otros no lo reciban y entonces tu problema va a ser uno de egoísmo porque es como que no, lo que Dios tiene para mí es para mí nada más. Pero no, eso no es lo que Dios quiere.

Dios lo que quiere es que nosotros podamos como quien dice, regar esa bendición en la vida de otros también. Así que miren, yo quiero aquí es donde viene, yo creo que ustedes han tomado ya la idea, aquí es donde quiero, como quien dice, dar el punto final, hoy voy a terminar temprano, y es esto, mis hermanos, estos últimos miércoles y domingos y aún esta vigilia que aunque yo no estuve, pero escuché muchas cosas, miren, yo no tengo la duda de que Dios está trayendo esas olas que nos están moviendo a otro nivel. Yo creo que Dios está trayendo un momentum divino, no tan solamente aquí en esta iglesia, sino que Dios está trayendo un momentum divino a través de su iglesia alrededor del mundo entero, y eso yo lo confirmé con esa predicación de este señor, miles de millas de distancia de aquí. Hay algo que Dios está haciendo. Y Dios está, como quien dice, diciendo, hello, wake up, despierta.

Dios no puso un maní ahí adentro, ni tampoco lo puse ahí para cargar pelo nada más. Hay algo ahí y también el Señor dice, como que, hay algo aquí dentro también? Miren, cómo se pueda manifestar eso en su vida, tal vez usted dice, pero usted pastor, usted debe saber pero yo no sé necesariamente. Eso le conviene a Dios. Y le conviene a usted. Yo puedo orar por usted, yo puedo estar en mi ola y puedo mojarlo a usted con mi ola a ver si pasa algo en su vida, pero créame que yo voy a seguir corriendo esta olita porque no es muy fácil correrla tampoco, uno tiene que aprender a discernir, mis hermanos.

Tenemos que, a ver cómo lo digo, tenemos que aprender a ver un poquito más allá de nuestras narices. Y poder comprender lo que Dios está haciendo en medio de todas las cosas, mis hermanos, y no es fácil, no es fácil. Miren, yo les digo, aún en este mismo fin de semana yo pasé a través de una experiencia que fue como que, Omar, tu sabes mejor, tu sabes mejor. Me dejo llevar por sentimientos personales que están ahí y empieza a hacer asunciones que no debo hacer para simplemente al fin y al cabo, para que Dios me diga como que, Omar, ven acá, qué tu estás pensando? O sea, usted cree que las cosas van a ocurrir solamente como tu piensas o como tu entiendes? O tu vas a aprender a poner tu mirada en lo que yo estoy mirando, vas a aprender a pensar en la forma en que yo estoy pensando. Vas a aprender a orar en la forma que yo quiero que tu ores, no como tu deseas necesariamente orar. Vas a empezar a proceder con la gente en una forma de reino o vas a proceder con la gente en una forma banal, de mundo, aquí, social como tutti li mondo.

No es fácil, mis hermanos, no es fácil. Hay veces que, miren, cuando un surfista se cae de la ola, eso es lo que le dicen en el …. Y esos …. Pueden ser bien feos, porque cuando esa ola cae, no se crea que el surfer se queda así en superficie flotando. Esa ola cuando cae la corriente de la ola lo lleva para abajo. Y allá abajo se queda en el rollo de la ola, y si hay arrecifes abajo, créame que esa persona va a llegar abajo, al arrecife. Fácilmente se puede quedar debajo del agua uno, dos minutos. So, los surfistas tienen unos pulmones de hierro, se lo puedo decir. Pero no se quieren caer, jamás.

Yo no me quiero caer de esa ola, porque yo sé que si me caigo me voy a ver en una situación donde voy a estar, como quien dice, Señor, sácame de esta. Pero mire, si estamos entendiendo el fluir de Dios, aún si nos caemos, el Señor vuelve de nuevo y nos saca y nos pone otra vez, ve de nuevo, coge otra ola y sigue. Tenemos que estar pendiente a eso, mis hermanos, de verdad. Tenemos que estar pendientes a ese mover de Dios, a esos hints que nos hace Dios a veces, a esa técnica de cómo Dios quiere que nosotros llevemos nuestras vidas. Si seguimos demasiado pendiente a nuestra situación particular, mire, vamos a perder de vista lo que Dios verdaderamente quiere hacer.

Uno se tiene que atrever, uno tiene que hacer riesgos. Si yo pienso que cuando yo estaba aprendiendo esa técnica de salto a lo largo, mire, uno tiene que hasta atreverse a hacer el ridículo de otras personas hasta que usted pueda dominar bien lo que tiene que hacer. Ahora, yo no estoy diciendo que eso le da licencia como quien dice, para ir y …. Yo no estoy diciendo eso, no es que usted y empieza, ah, pues voy a hacer errores porque el pastor me dijo que sí, tengo que hacer errores para poder, como quien dice, aprender la técnica. No, no, no, yo no estoy diciendo eso.

Pero sí yo estoy diciendo, mis hermanos, que cuando uno se tira de verdad a entender, a buscar, a discernir lo que Dios está haciendo. Miren, a lo largo del camino, vamos a cometer los errores, porque vamos a interpretar lo que Dios está queriendo hacer, es más, casi siempre nuestra interpretación va a estar contextualizada en lo que nosotros estamos pidiendo, sintiendo, experimentando en el momentum.

Si yo cojo un ejemplo bien básico, si yo le digo a Anthony ahora mismo el salmo 23, verso 9, yo le digo Anthony, Jehová es tu pastor y nada te faltará. Él lo va a interpretar en una forma, de que si yo se lo digo es ….

María, si yo le digo a María, Jehová es tu pastor y nada te faltará. Yo estoy seguro que María va a interpretar esa misma frase totalmente distinta a lo que lo está interpretando Anthony.

Si yo se lo digo a Arnold ahí atrás, Arnold también lo va a interpretar en una forma distinta. Si se lo digo a Suyen, Suyen lo va a interpretar en una forma distinta. Porque nuestra interpretación siempre está condicionada a donde nosotros estamos, donde estamos viviendo, qué estamos sintiendo, que estamos experimentando, qué pruebas tenemos, qué logros tenemos. Uno lo interpreta todo así, pero lo bello de Dios es que aunque lo interprete así, Dios puede llegar a la necesidad de su corazón en la forma que él quiere, a través de esa misma frase.

Ahora, pero no significa que yo voy a amoldar lo que Dios me está queriendo decir a mí necesidad, yo tengo que ajustar mí necesidad, mi condición, mi situación a lo que Dios verdaderamente está queriendo decir. Me siguen por dónde voy o los perdí ahí? Cogieron el momentum? Están en la ola conmigo. Sálganse que es mía.

Miren, mis hermanos, yo les digo esto, y se los digo obviamente desde una perspectiva pastoral, pero es más bien para alentarles, para que sus radares estén bien prendidos. En los detalles más mínimos hay algo que puede causar un mover, un ímpetu, una fuerza de parte de Dios. Puede ser una tragedia como puede ser un logro bien grande, como también puede ser un simple saludo que le haga una persona que usted jamás esperó que esa persona lo fuera a saludar así.

Como también puede ser que usted está ahí montándose en el autobús y en una fila bien grande y usted es el última y ya van a cerrar, y de repente, la última persona que está antes de usted, se echa a un lado y le dice, adelante. Y usted pasa y después entra otra persona.

Como puede ser algo así, cosas tan simples y sencillas que puede ser Dios diciéndonos, como que, hace tiempo que no hago esto. Te estoy mirando. No te duermas. Te estoy mirando. Yo tengo mis ojos sobre ti. Tengo mis ojos sobre ti, y hay alto que estoy trayendo a tu vida pero tu tienes que despertarte y estar pendiente a lo que yo estoy haciendo, porque si no estás pendiente te vas a perder.

Así que, mis hermanos, vamos a ponernos de pie. No voy a hablar más.

Despertar

TRANSCRIPT

Hermanos, vayan conmigo al libro de Hageo, Capítulo 1. Está en el Antiguo Testamento llegando casi al final, después de Sofonías y antes de Zacarías. Está ahí entre medio de esos dos, entre Sofonías y Zacarías. Hageo, Capítulo 1. Voy a leer algunos versos de aquí, este es bien interesante porque este pasaje me llegó hoy después de una conversación que tuve con una persona, después que hablé con esta persona, yo sentí en corazón irme a orar un rato, y yo estaba diciendo, Señor, yo necesito que tu me hables, basado en esa conversación, para mí fue una conversación tan reveladora, que yo dije, Señor, yo necesito que tu hables a mi espíritu, que confirmes algo. No tan solamente para mi vida personal, sino también para lo que tu estás haciendo en nosotros como iglesia. Para mí se ha convertido en una carga, pero una buena carga. El poder estar tan y tan en sintonía con el espíritu de Dios, particularmente los miércoles, mis hermanos, porque yo lo creo en mi corazón, que hay algo que Dios va a hacer con estos servicios de mitad de semana. Yo lo creo y lo confieso que aquí se van a dar unas visitaciones sobrenaturales. Yo sé que nosotros vamos a estar escuchando testimonios de personas que van a ser transformadas por el poder de Dios, que ya lo han sido, pero que también va a seguir sucediendo, que usted va a llegar aquí un miércoles por la noche, y se va a quedar, guau, espérate, hoy es miércoles, hoy es domingo, qué es esto? Un nuevo día en la semana o algo así.

Y mi carga se ha convertido en eso, mi carga se ha convertido en el sentido de poder orar intensamente pidiéndole al Señor esa visitación, mis hermanos. Por favor, en ningún momento hago este disclaimer, en ningún momento que Dios le libre, pensar que los miércoles por la noche es el show del pastor Omar, o el servicio del pastor Omar, Dios le libre de decir eso. Es más, que el Señor reprenda un pensamiento como ese. Porque esto no tiene nada que ver con el pastor Omar, yo sé que yo soy un recurso, yo me he puesto a la disposición de Dios, así como todos nosotros nos ponemos a la disposición de Dios. Pero esto es un servicio de la iglesia y es un momento donde nos encontramos con Dios, es un momento donde venimos, lo apartamos, lo tenemos ahí consagrado a él para llenarnos, para afirmarnos, para poder seguir adelante con los diarios vivir, y miren, para exponernos a la palabra de Dios que tiene tanto que ofrecer a nuestras vidas.

Este es cargando las pilas en el medio de la semana. Dale manigueta ahí. Hageo, comenzando en el verso 2, dice:

“… Así ha hablado Jehová de los Ejércitos diciendo: ‘Este pueblo dice… - y de hecho les dejo saber, esta palabra puede sonar un poco fuerte pero es importante, así que tengan eso en mente - … ‘este pueblo dice: no ha llegado aún el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada’…. - Miren por donde empieza esto -….Entonces vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo diciendo: “Acaso es para ustedes tiempo de habitar en sus casas artesonadas, más sin embargo esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los Ejércitos… -marquen esta frase- … ‘Meditad sobre vuestros caminos’…”

Mediten sobre sus caminos, mediten sobre sus andares, mediten sobre su conducta, mediten sobre su pensamiento, mediten sobre su forma de proceder, su forma de hablar, su forma de conectarse con Dios, su forma de ver la vida, mediten sobre su forma de si vemos el vaso mitad lleno o mitad vacío. Mediten sobre sus caminos. Miren cómo dice el verso 6:

“… ustedes siembran mucho y recogen poco, comen y no se sacian, beben y no quedan satisfechos, se visten y no se calientan y el que trabaja a salario, recibe su salario como en un saco roto. Así les ha dicho Jehová de los Ejércitos… -qué dice?- … meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte y traed madera y reedificad la casa y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado, ha dicho Jehová. Ustedes buscan mucho y hallar poco y se encierran en casa y ¿Saben qué? Yo lo disiparé de un soplo, por qué? Dice Jehová de los Ejércitos, porque mi casa está desierta y cada uno de ustedes corre a su propia casa…”

Brinquen al verso 12, dice:

“-…Y oyó Zorozábel … -que en aquel entonces estaba dirigiendo, gobernando Judá- … hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac que era el sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová, su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová, Dios, y temió el pueblo delante de Jehová. Pero entonces Hageo enviado por Dios, habló por mandato al pueblo diciendo: ‘Yo estoy con ustedes, dice Jehová’…”

Una afirmación muy importante en medio de todo esto: ‘Yo estoy con ustedes’. Y el verso 14, aquí es donde está el punch line, que les quiero traer:

“… Y despertó Jehová, el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá y el espíritu de Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los Ejércitos, su Dios. Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos…”

Diga conmigo: Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos. Ahora dígaselo a la persona al lado suyo. Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos. Dígaselo usted mismo: y despertó Dios el espíritu de mí persona.

Mire, yo creo que yo voy a coger este libro de Hageo y lo voy a repasar con ustedes los miércoles, porque aquí hay mucha tela que cortar, sin duda alguna. Pero hay algo que yo quiero hacer. Yo quiero poner un contexto para que todos podamos ir entendiendo por dónde va esta línea de estas palabras que está diciendo el Señor.

Déjeme darle un poquito de historia. Cuántos les gusta la historia? Les gusta la historia sí? Seguro, no mienta. Cuántos de ustedes estudiaban historia cuando estaban en el high school? Sí, pero lo hacían a regañadientes, ¿verdad? Lo hacían con la muelas de atrás. Ustedes eran los que se sentaban ahí a leer historia por las noches. Guau, que interesante!

Déjeme darle un poquito de historia. Este pasaje, mis hermanos, viene en el tiempo cuando el pueblo de Israel estaba regresando a Jerusalén después de sus 70 años en el exilio en Babilonia. Durante el exilio en Babilonia, quiénes fueron los profetas que hablaron al pueblo? Fueron Isaías, Jeremías y Ezequiel estaba como que en esa transición, al final del exilio, y entrando otra vez al tiempo que el pueblo volvía a Israel. Esos fueron los profetas más importantes durante el tiempo de exilio.

Pero una vez que estaban regresando, ahí fue donde Dios tuvo que levantar otros profetas para animar y dirigir al pueblo concerniente a lo que tenían que hacer una vez más y estuvieran en Judá.

Ahora, digo intencionalmente que los tenía que animar, por qué? Si yo preguntase, por qué el pueblo de Dios estaba desanimado con el mero hecho de que habían regresado a su casa, había regresado a su tierra prometida, habían regresado al lugar donde Dios los estableció y los afirmó? Por qué ese pueblo estaba, como quien dice, con su ánimo por el piso?

Vamos a explorar algunas cosas. Por un lado, mis hermanos, yo quiero que consideremos esto. Por un lado, después de 70 años en el exilio, yo me imagino que gran parte de este pueblo se había, como que acomodado al exilio. Como que hicieron de Babilonia su casa. Imagínate, uno aquí en Estados Unidos, después de 3, 5 años ya es como que… ya perdí mis esperanzas de regresar a mi país, pues me voy a quedar aquí, voy a hacer de Estados Unidos mi exilio, mi Babilonia, mi casa. Yo no sé cuántos de ustedes se sienten así, pero yo lo siento así. Aquí está mi casa ahora. Hay veces me siento como que estoy en dos bases todavía, pero no. estoy aquí.

Una segunda razón puede ser que tal vez algunas de las personas que estaban en el exilio, sus negocios les iban muy bien. Estaban ganando sus buenos chavitos, su buen dinero y regresar a Israel significaba tener que dejar todo ese esfuerzo, todas esas ganancias y tener que enfrentar una vez más los retos y los riesgos de tener que entrar a una ciudad que estaba abandonada y destruida. So, ahí había un sacrificio muy grande que tal vez no muchos estaban dispuestos a hacer. Aunque era palabra de Dios, que les llegó, pero tal vez no muchos estaban dispuestos a hacer eso.

Una tercera opción que tal vez les puedo dar, es que muchos de ellos, ¿Saben qué? Tal vez estaban bien enfocados en la palabra del profeta Jeremías. Si usted se recuerda en Jeremías, Capítulo 29, es una palabra que nosotros leemos mucho. Jeremías 29, miren cómo Dios le habló al pueblo de Israel en el exilio, durante el exilio a través de Jeremías y les dijo:

“… Así ha dicho Jehová de los Ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia… - mira cómo les dice - … edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed del fruto de ellos, casaos y engendrad hijos e hijas, dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas para que tengan hijos e hijas y multiplicaos allí y no se disminuyan, y procurad la paz de la ciudad a la cual los hice transportar y rogad a Dios por ella, porque en su paz tendrán ustedes paz…”

Quién sabe si algunas de esas personas recibieron esa palabra y estaban tan y tan afincados a esa palabra que pensaban, como que volver a Judá, no, pero si Dios nos dijo que nos quedáramos aquí, que hiciéramos casas, que nos casemos, que hiciéramos negocios, que nos fructifiquemos, y todo eso, esa fue la palabra de Dios, así que nos estamos afincando a esa palabra.

Y mire, ¿Saben qué? Puede ser que tengan razón. Pero eso era lo que Dios quería? No necesariamente. Y miren, una cuarta opción, yo creo que uno de los problemas más grandes que tenían en ese retorno a Judá era tener que enfrentar a los samaritanos y otros grupos étnicos que se apoderaron de sus tierras mientras ellos estaban en el exilio.

En otras palabras, tenían que volver a confrontar los enemigos que una vez pelearon contra ellos, cuando estaban en el proceso de conquistar la Tierra Prometida, me siguen por donde voy? Al menos ahí yo creo que había 4 razones que para muchos de ellos tenían que ser bien obvias, de por qué se sentían un poco como que, ay, volver a todo esto otra vez.

Así que si yo lo resumo sería por un lado, había una actitud de comodidad con la actualidad y conformarse con lo que tenían en el exilio. Comodidad y conformismo. Por otro lado, yo creo que también había un sentido de insensibilidad a responder al deseo del corazón de Dios. Y el deseo del corazón de Dios era volver a su pueblo al lugar donde él primero los plantó, los engendró. Una tercera es enfocarse en una palabra profética, como que no, esta fue la palabra de Dios y guau, se le mete entre ceja y ceja y no hay quién lo saque de ahí. Cuando tal vez esa palabra, mis hermanos, estaba intencionada a tener una efectividad por un período de tiempo específico y determinado.

Es más, cuando leemos esas palabras de Jeremías, nosotros podemos deducir que esa era la intención de esa palabra, que la intención de esa palabra cuando Dios dice, mira, cásense, hagan casa, hagan negocio, lo que Dios estaba diciendo era, yo necesito que mi pueblo se multiplique para que pueda permanecer. Mi pueblo en el exilio estaba, como quien dice, disminuyendo, se estaba muriendo las generaciones y si los judíos se hubiesen quedado entre los judíos nada más y no se hubiesen mezclado con otros, sus oportunidades de supervivencia hubiesen sido mínimas.

Entonces por algo Dios entonces está diciendo, hey, conéctense, cásense, vayan, hagan vivir, o sea multiplíquense porque una vez más el deseo de mi corazón es que ustedes puedan volver al lugar de donde yo los saqué, porque ahí es donde yo los quiero. Ok, pastor Omar, cómo se conecta todo esto a nosotros?

Esa es la pregunta que yo siempre me hago, créame cuando estoy viendo la palabra. Cuál es la relevancia que esto tiene a nuestras vidas? Yo entiendo que Dios está en un proceso de despertar a su pueblo. Dios desea despertarte. Dios quiere despertar tu espíritu. Dios quiere despertar tu corazón.

Y a qué me refiero con la palabra despertar? En la intención de esa palabra aquí en este texto, quiere insinuar el sentido de levantar, de excitar, de incitar, de provocar, de abrirle los ojos a alguien. Ese es el propósito de esa palabra ahí en el contexto de Hageo. Hay muchas referencias, varias referencias que puede hacer sentido, por ejemplo, déjeme decirle esto: en Isaías, para que vean que no me estoy inventando esto. Isaías, Capítulo 50, miren cómo él dice en el verso 4, dice:

“…Jehová el Señor, me dio lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado, despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios…”

Mira eso, el mismo Isaías está diciendo, Señor, tu eres el que me despierta para que yo preste atención a lo que tu me quieres dejar saber. Un poquito más adelante en Isaías 52, verso 1, qué es lo que dice?

“… despierta, despierta, vístete de poder, oh Sión, viste tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa porque nunca más vendrá a ti incircunciso o inmundo…”

Una vez más Dios está incitando el espíritu de su pueblo. Despierta, wake up! Otra referencia que también yo puedo marcar aquí está en el Capítulo 60, de Isaías, cuando dice:

“… Levántate y resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti…”

Ese sentido de levantarse significa eso, hey, despierta, wake up, smell the rose. Digo, en este caso sería smell the presence of God. Huele la presencia de Dios de cómo se está moviendo en tu vida. Saben por qué ese llamado de despertar a la gente? Dios tenía mucho cuidado con sus hijos e hijas, porque es que él sabía que una vez que sus hijos volvieran a su casa, se iban a encontrar con todo este meollo de cosas, que él sabía que se iban a desanimar. A lo largo de toda la Escritura en varias ocasiones, Dios siempre está animando sus escogidos, llamándolos a esforzarse, llamándolos a cobrar ánimo, llamándolos a ver las cosas como él las ve y no como ellos las ven.

Josué se lo dijo, esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que tu vayas. A Gedeón, qué fue lo que le dijo? Gedeón estaba ahí escondidito como un ratón, diciendo, quién soy yo para poder hacer algo como eso? Más sin embargo él le dice, hombre, varón, valiente esforzado, así te dice Jehová. No te veas con los ojos tuyos, despiértate. No es la realidad que tu estás viendo, es la realidad que está viendo Dios.

Y ¿Saben qué? Mis hermanos, nosotros tenemos que abrir nuestros ojos, nosotros tenemos abrir, despertar nuestro corazón para poder ver y discernir lo que Dios anhela y desea hacer en medio de nuestras vidas hoy más que nunca. Se han estado danto cuenta que yo estoy repitiendo esa frase mucho en estos últimos días? Hoy más que nunca el Señor quiere despertar nuestro corazón. El Señor quiere despertar a su pueblo, porque hay algo que él quiere revelar.

Y ¿Saben qué? Mis hermanos, yo le digo amén a esta palabra. Porque fácilmente cada uno de nosotros, si yo me pusiera a enumerar las distintas circunstancias que nosotros vivimos día tras día, esas circunstancias fácilmente nos pueden cegar nuestro entendimiento, fácilmente nos pueden distraer de lo que Dios verdaderamente quiere hacer. O es más, puede ser que las cosas te están yendo tan y tan y tan bien que tu te estás acomodando mucho, mucho, mucho a todas esas cosas que estás viviendo ahora, cuando tal vez el deseo del corazón de Dios es… flip your life around, y dirigirte en otra dirección. Pero no, el Señor me tiene en una iglesia tremenda. Esta es la mejor iglesia de todo Boston. Por qué Dios me va a querer sacar de aquí? Ah, la casa donde yo vivo, tengo el …. Y voy allí de frente al televisor de 57”, el carro que yo guío, ah la ropa con la que me visto, caché, Dolce & Gabbanna, como es Che Guevara. No, o Dolce & Gabbana, hay que decirlo con el acento francés. Yo no sé si eso es francés, tal vez eso es garabato mío.

Pero, entienden lo que estoy diciendo, mis hermanos? Esto se puede ir en muchas direcciones. Y yo entiendo que Papá quiere despertar algo en nosotros. Hay algo que el Señor nos está llamando la atención, mis hermanos, y no podemos dejar que las circunstancias de nuestro alrededor, las ansiedades y las preocupaciones así también como nuestros logros y conformidades, nos vayan a nublar de nosotros verdaderamente poder estar en sintonía con lo que Dios quiere hacer.

Miren, yo no sé cuántos de nosotros tal vez nos identificamos con esas palabras que dijo Hageo, siembra y recogen poco. Hay veces que uno está… mire, siembran mucho y recogen poco, comen y no se sacian, beben y quedan satisfechos, se visten y no se calientan y el que trabaja a jornales es como si viven del plato a la boca, es como quien dice, tu recibes tu cheque hoy y mañana es como, ooops, se me fue el cheque. Qué pasó? O te mandan un email que te dicen tu cuenta de banco no tiene suficientes fondos.

Miren, uno ve todas esas cosas y miren cómo Dios dice, hay veces que uno piensa como que, ay, válgame, la suerte que yo tengo, que mira cómo me están saliendo todas las cosas. Más sin embargo hay veces que el mismo Dios dice, miren cómo dice en el verso 9:

“… buscan mucho, hallan poco, se encierra en casa y yo lo disiparé todo por cuanto mi casa está desierta y cada uno de ustedes se va y corre a su propia casa…”

Saben lo que significa eso? Dios lo que está diciendo es, poder establecer prioridades. Esto no significa que uno desconsidere sus propias cosas. No es eso, porque no es que vas a tirar tu casa, tu familia a la borda. No es eso, pero sí de uno poder verdaderamente alinear esas prioridades y de saber reconocer a Dios en todo lo que uno hace.

Aquí obviamente había un caso que era craso, un caso importante. Y era el hecho de que el templo estaba en ruinas, el lugar más importante y eso era lo que Dios estaba llamando. Dios estaba llamando a restaurar el templo. Y miren, yo les invito a que ustedes estudien esto, porque hay veces que hablamos de Nehemías, y hay veces que hablamos de Esdras y todo eso, pero ¿Saben qué? Todos estos personajes funcionaron más o menos en el mismo episodio de tiempo. Hageo y Zacarías fueron los profetas que estuvieron hablando durante el tiempo del reinado de Zorobabel, y el llamado de Zorobabel fue a restaurar el templo.

Después de esto vino Esdras como otro de los gobernadores de Judá, y a través de Esdras se estima que el profeta que habló fue Malaquías durante el tiempo de Esdras. Y a través de él lo que sucedió fue un avivamiento en el pueblo para restaurar la experiencia del culto de adoración en el templo. Y después de Esdras vino entonces quién? A ver si saben? Nehemías. Cuantos de nosotros nos fascina la historia de Nehemías, ¿verdad?

Pero entonces llegó Nehemías y cuál fue el propósito de Nehemías? Restaurar las murallas que protegían la ciudad de Jerusalén. Esos 3 episodios que estamos hablando, que fueron casi como un promedio de 100 a 120 años más o menos, que sucedieron ahí. Dios lo que estaba haciendo era restaurando su pueblo y lo hizo a través de tres personajes específicos. Y en todo momento Dios estaba incitando al pueblo, Dios estaba provocando, Dios estaba causando ansiedad en el pueblo.

Y miren, yo no sé usted pero a mí últimamente me está dando esta piquiña en mi corazón de anhelar conocer lo que Dios tiene, de buscar no tan solamente cuáles son los propósitos de las intenciones de Dios para mi vida personal, pero poder buscar identificar cómo Dios quiere usar mi vida a la luz del contexto de esta iglesia. O a la luz del contexto de la iglesia con I mayúscula, alrededor del mundo entero de qué Dios quiere que yo pueda hacer, cómo Dios quiere que yo pueda contribuir con lo mucho o lo poco que Dios ha puesto en mis manos.

¿Saben qué? Cuando él dice, meditad sobre vuestros caminos, Dios lo que está diciendo, no te enfoques demasiado en tus propias cosas, broaden your perspectives, amplía tus horizontes. Y empieza a ver las cosas como yo las veo. No significa que Dios no va a proveer a tu necesidad personal, eso lo vamos a leer un poquito más adelante, pero sí implica que el deseo de Dios es que nosotros podamos estar más abiertos y dispuestos, disponibles, mejor dicho, a poder entender y discernir qué es lo que Dios quiere hacer, qué es lo que Dios quiere hacer en estos tiempos.

Miren, Efesios, Capítulo 5, verso 14 dice, es un verso muy interesante porque dice:

“… Despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo…”

Déjeme leerlo porque es chévere. Efesios Capítulo 5, verso 14, miren cómo dice el verso 14:

“… Por lo cual, dice, despiértate tu que duermes y levántate de los muertos y te alumbrará Cristo. Mirad pues, aquí es donde está la cosa, mirad pues con diligencia cómo andéis… -una vez más, esto se conecta con ‘meditad sobre vuestros caminos’.

Oye, dile un secreto a la persona al lado tuyo, dile, hey, medita sobre tus caminos. Tu que me estás viendo allá arriba, enfócate aquí, medita sobre tus caminos.

“…. Mirad pues con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. Por tanto, no seamos insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor…”

Oye, no andes por ahí emborrachándote con ….. Miller light, con Heinken, con cualquier otra cosa que se pueda mencionar, sino busca emborracharte con aquel que verdaderamente puede llenar tu vida por completo. En vez de beberse cerveza boca abajo con un tubo, bebe el espíritu de Dios como Dios intenciona que uno beba las cosas. Despierta, despierta, despierta, mis hermanos, tenemos que despertar. Yo lo creo así. No nos podemos conformar a lo cotidiano, a lo ordinario, no, no, no, mis hermanos.

Miren, el sábado pasado aquí en la actividad de soul revival con los jóvenes se cantó un himno que para mí es tan edificante. Y este himno decía, que no nos conformaremos con nada ordinario, te queremos a ti, Dios. Dice, we won’t be satisfied with anything ordinary, we won’t be satisfied at all, we won’t be satisfied with anything ordinary, all we want is you.

Y yo lo creo así, mis hermanos. Mire, voy a cerrar con esto, yo sé que me he extendido un poco, pero voy a cerrar con esto. Cuando usted llegue aquí a la iglesia, si hay una palabra que usted pueda recibir de mí como pastor, cuando usted llegue aquí a la iglesia Dios lo libre, es más, Dios nos libre de venir aquí con un sentido de, oh, otro servicio más, uy, válgame Dios. No, reprenda ese pensamiento, mis hermanos. Dios nos libre de venir con un pensamiento así. Dios nos libre de venir y sentarnos aquí y pensar, ahora el pastor Omar va a decir esto, y esto, y esto, o ahora el pastor Roberto va a orar de esta y esta otra forma. Y ahora es que viene la predicación, y ahora es que vienen las ofrendas y ya uno está como… next, next, next.

Mire, no, si usted viene así, ¿Saben qué? Usted va a arruinarle la fiesta a Dios. Vengamos siempre con un corazón dispuesto, con un corazón despierto. Venga ahí Señor, como que mira, tengo mis necesidades Papá, pero quiero conocer qué es lo que tu tienes. Señor, mira, mi cuenta de banco está un poquito baja, pero Señor, yo confío en ti, yo sé que tu eres el proveedor de todas las cosas y vengo a buscarte a ti. Señor, tal vez hoy no tengo el ánimo, me siento cansado, quiero quedarme en casa durmiendo. Señor, tal vez se explotó la goma del carro de camino aquí o en la casa, se me explotó la goma y no puedo salir.

Mire, cualquier razón, por no decir excusa, que nos podamos inventar, miren, no lleguemos a estos encuentros, no lleguemos a estos servicios a sentarse aplatanadamente como que, ah, sí, aquí vamos a cantar, ¡Aleluya! Gloria a Dios. No, no, no, venga con intencionalidad, venga a propósito, venga con la expectativa, venga como que guau, Señor, que hay, qué hay de nuevo hoy, viejo. Dígaselo al Señor, mire esté pendiente, esté pendiente porque usted nunca sabe cuándo Dios lo vaya, o la vaya a sorprender.

Es más, tal vez usted está viniendo aquí, me está escuchando a mí ahora, y usted está, como que, pastor, acabe que me quiero ir, quiero irme a comer un sándwich de jamón y queso con un poquito de Quick con leche. Digo, leche con quick y ya acostarme a dormir. Avanza, pastor, son las 9.15, te pasaste por 15 minutos.

Miren, mis hermanos, no, vengamos a la expectativa, vengamos a la expectativa, hay algo, hay algo, hay algo que Dios quiere, mis hermanos, y no me pregunten a mí qué es porque yo no sé, yo también estoy buscando. Yo también quiero saber. Yo tal vez puedo tener una idea pero no lo sé todo. Quién sabe si Dios te revela una parte a ti, y otra a ti, y otra parte a ti, entonces todo el conjunto de todo es como que, bing! Eso es lo que Dios quiere hacer.

Pero lleguemos, lleguemos a la expectativa. Vamos a contagiarnos con eso. Mire, ¿Saben qué? Mis hermanos, esto es algo que tenemos que aprender. Saben que mi papá estuvo visitándome en estos días y yo amo a mi padre, el Señor lo sabe, pero mi padre desde que llegó él estuvo conectado a las noticas de Guapa Televisión, manteniéndose enterado de cuánta gente mataban en Puerto Rico, que si la madre del niño, que si aquel otro lo asesinaron, y todas las noticas negativas, negativas, negativas. Yo creo que yo podría coger el televisor y mirarlo así de lado y salía sangre por todas las cosas negativas que estaban diciendo.

Y yo me senté a hablar con mi papá, y yo como que, papi, papi, para, para, hay algo positivo que tu me puedas decir de lo que está sucediendo en Puerto Rico? Ah, sí, pues claro que hay cosas positivas. Dime una aunque sea. Pero es que mataron a tantos y tantos y tantos. Y yo, no, no me digas eso, dime lo bueno que está sucediendo.

Miren, mis hermanos, hay veces que, dígame si la ha pasado o no? Omar, termina, termina. Oh, que bien voy, y sigo hablando. Miren, dígame si le ha pasado o no? que cuando ocurre algo malo, se riega como pólvora, ese es el bochinche, todo el mundo habla de lo malo. Pero si sucede algo bueno, dicen, ah, sí, mira qué chévere! Y ahí se murió. No dicen más nada. Oigan, mis hermanos, vamos a despertar, vamos a despertar nuestro espíritu, abrirnos, a decir, Señor, el vaso tu quieres que lo veamos mitad lleno, no mitad vacío. Tu quieres que nosotros podamos ver nuestras vidas literalmente a la luz de lo que tu tienes para nosotros. Tu no quieres que yo esté pensando, como que, guau, cuando salga de aquí me van a dar ganas de fumar. Mira, no pienses que te van a dar ganas de fumar, piensa en que Dios te va a dar la fuerza para no fumar. Piensa que tal vez cuando llegues a tu casa, vas a tener un esposo, una esposa ahí refunfuñón, y está como que, guau, ahora me tengo que enfrentar…

Mira, no, piensa positivamente. Si algo pasa, Señor, tu me vas a dar la paz para estar tranquilo, tranquila y para poder proceder en la forma que tu quieres que yo haga. Ah, mira me está esperando mi mamá, mi papá en casa, con una correa en la mano. Pues, ¿Saben qué? Si tienen una correa, ah… ponte una almohada por si acaso.

Pero, mis hermanos, tenemos que despertar. Yo me voy a callar la boca. Miren, mis hermanos, yo quiero ver, yo quiero, anhelo y deseo ver lo que Dios tiene, y estas cosas que yo he mencionado, esos 4 puntos, miren, en alguna forma u otra yo me veo en ese espejo. Hay veces que yo veo que yo me conformo con las cosas. Bueno, esta es mi rutina, pues así sigo, pero quién sabe si Dios lo que quiere es apuntarme en otra dirección.

Hay veces que yo me digo, bueno, pues, esto está yendo bien, por qué tirarme a la aventura de hacer algo nuevo? O tal vez no me atrevo a considerar los riesgos de hacer algo nuevo, y cómo eso puede afectar mi vida. Pero ¿Saben qué? Confiemos en el Señor.

Yo creo que ahí está la aventura de nuestra fe. Como que me fui de frente. Ahí está la aventura de nuestra fe, mis hermanos, en el mero hecho de que la fe no se mide porque ya escribimos todo lo que teníamos. No, es aburrido. La fe se mide porque hay algo nuevo, hay una aventura. Mira, créase que usted está en una película de Indiana Jones con Dios, que siempre hay una aventura, siempre hay un tesoro nuevo que buscar.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Ya me voy a callar la boca. Padre, hoy estoy híper. Mire, extienda la mano sobre la persona al lado suyo, póngale la mano ahí sobre el hombro a la persona. Ay, gracias, Señor Jesús, Padre te adoramos, te bendecimos. Gracias por tu palabra, Señor, tu palabra es tan rica, es tan dulce, Señor, poder escuchar, leer esta palabra, escucharla, Señor, internalizarla, digerirla, Padre. Y yo te pido que esta palabra, Señor, permanezca en nuestros corazones, Señor.

Oh, mi Dios, yo quiero y al igual que yo sé que muchos de mis hermanos y hermanas queremos despertar, queremos abrir nuestros ojos, Señor, queremos responder a esa forma que tu nos estás provocando, mi Dios, a poder responder a tu voz, al llamado tuyo en nuestras vidas, mi Dios. Y Señor, si hay alguno en nosotros que está frío, que está rígido, que está estéril, Señor, y que tal vez no percibe esa incitación de parte tuya de tu espíritu, mi Dios, ahora mismo yo declaro que esos corazones puedan empezar a abrirse, mi Dios, yo te pida, que esas mentes comiencen a abrirse, Padre, que cualquier pensamiento de rebeldía, cualquier pensamiento de indiferencia, cualquier pensamiento de whatever, mi Dios, que eso se caiga por completo y que seas tu trayendo revelación, revelación clara, mi Dios, una revelación que sea tan tangible que nosotros podamos decir, como que, sí, Señor, esto es lo que tu quieres. Por aquí es que tu quieres que caminemos.

Pero Padre, que no nos enfoquemos tanto en estas cosas sino que siempre podamos estar mirándote a ti por encima de todo, mi Dios. Estamos como parte de esta iglesia ahora, pero sabes, tu solamente sabes dónde nos pondrás después. Así que, mi Dios, por este interino de tiempo, por esta temporada de nuestras vidas, por esta época en la cual estamos viviendo, Señor, te pedimos que por favor, nos ayudes a vivir sabiamente, no como insensatos, ayúdanos, mi Dios, a poder tener esa iniciativa de buscar tu presencia para saber cómo, mi Dios, saber cómo conocer tu voluntad en medio de nosotros, de nuestras vidas personales, de nuestras familias, de nuestros lugares de trabajo, de nuestro vecindario, donde vivimos, de la iglesia donde nos congregamos, de la célula de que participamos, del ministerio donde estamos involucrados. Señor, en todos los lugares, aún donde hacemos compras, donde echamos gasolina, Padre, donde compramos ropa, en cualquier lugar, ayúdanos a conocer tu propósito y tu voluntad.

Queremos ver tu mano, Señor, obrando con poder en medio de nosotros. Así que, Padre, have your way, toma tu lugar, Señor, toma tu forma de saber cómo hablar a nuestras vidas y que nosotros tengamos el valor de poder decir como dijo Isaías, heme aquí, envíame a mí. Úsame a mí, transfórmame a mí, equípame a mí, Señor, para yo poder ser un buen colaborador tuyo en el establecimiento y la expansión de tu reino aquí en este mundo en el cual nos has puesto a vivir.

Te damos la gloria y la honra solo a ti, bendícenos mi Dios, a medida que nos preparamos para salir a nuestros hogares. Llévanos con bien, llévanos con tu protección, Señor, que ese gozo que tu nos das pueda permanecer con nosotros y Señor, que esta noche, tu nos des un sueño tranquilo, reparador, placentero, Padre, que podamos dormir en tu mano y que mañana si así tu lo permites, podamos levantarnos con nuevas fuerzas, nuevas energías, Señor, y cumplir con aquello para lo cual tu nos llamas. Bendice a tus hijos e hijas, lo pedimos en nombre de Jesús. Amén. Amén. ¡Aleluya! Salúdense unos a otros.

Buscar sabiduria

TRANSCRIPT

Vamos a hablar de búsqueda, y no de búsqueda de cualquier cosa, vamos a hablar de búsqueda de algo bien particular. Hay un verso en Santiago, Capítulo 1 verso 5 que dice lo siguiente. Yo no sé si alguno se lo sabe de memoria, pero Santiago Capítulo 1, verso 5 dice:

Si alguno tiene falta de sabiduría, pídasela a Rafael. Mire que este hombre es bien sabio. Caso perdido.

“….Si alguno está falto de sabiduría pídasela a Dios…”

Sabe usted que la sabiduría es una de las palabras más mencionadas en la Biblia? Particularmente entre los salmos, los proverbios y Eclesiastés. La sabiduría se iguala a la persona de Jesús que en Jesús se encuentra la sabiduría. Dice Proverbios, Capítulo 2, hay muchos proverbios que dicen esto, pero miren Proverbios, Capítulo 2 y si me lo podéis poner por ahí, mire esto, dice empezando en el verso 1:

“….Hijo mío o hija mía, si recibieres mis palabras y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría, si inclinares tu corazón a la prudencia que es una pariente de la sabiduría, si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz, si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios….”

Saben que cuando yo estaba en el tiempo de oración y yo me pongo a pensar, guau, son tantas las gentes que se desviven por buscar otras cosas en la vida, y obviamente cuando compara la sabiduría a la riquezas, hay mucha gente que se desviven, se vuelven locos y locas por tratar de adquirir los recursos financieros necesarios para poder vivir sus sueños. Y a cuantos de nosotros no nos ha pasado eso? Hay gente que se desviven por adquirir las ayudas financieras necesarias para poder estudiar, para poder aclarar sus papeles, para poderse comprar su casa de sueño, para poderse comprar el carro de sueño, para poderse comprar la ropa de sueño, para poder arreglarse partes del cuerpo, el viaje del sueño. Gracias a Dios que el paréntesis que dije ahí no lo oyeron. No lo voy a repetir. No.

Hay gente sí que gastan su dinero por tratar de verse un poquito mejor de lo que Dios los creó. Lo voy a decir de esa forma. No se dieron la liposucción que yo me hice? Hasta que como…. Se va la liposucción. Eso lo estoy sacado todo de Proverbios 2.

Pero mis hermanos, el asunto es que hoy más que nunca, yo no sé cuantos de ustedes estuvieron aquí el domingo y tuvieron la oportunidad de escuchar el mensaje que compartí. Pero ese mensaje a mí me ha seguido rodando, rodando en mi cabeza y en mi corazón. Y yo me digo, guau, Señor, o sea hoy más nunca literalmente, hoy más que nunca es tan y tan importante uno poder buscar de ti esa sabiduría que necesitamos para saber cómo proceder en todo lo que hacemos, en todas nuestras andanzas, para saber cómo vivir como seres humanos en nuestras relaciones con otras personas, para saber vivir como hijos e hijas tuyas, Señor, entendidos de qué es lo que tu esperas de nosotros, qué es lo que tu quieres hacer en nosotros, qué es lo que tu quieres hacer a través de nosotros, mis hermanos.

Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero para mí ya eso es un refrán. Cada vez que Dios nos bendice no es solamente, esa bendición no es para enriquecer tu vida personal, sino para que a través de ti tu puedas enriquecer la vida otro u otra persona a tu alrededor. La bendición de Dios es así, es como un efecto dominó, te toca a ti y por ahí sigue llegando a otras personas.

Y ¿Saben qué? Yo entiendo que hoy uno tiene que ser sabio también para poder entender y comprender cómo es que Dios quiere bendecirnos a nosotros. Esa sabiduría de la cual está hablando los Proverbios, de buscarla, y lo dice con tanta intensidad, mis hermanos, si ustedes siguen leyendo ese Capítulo 2 de Proverbios, ustedes se van a dar cuenta que Salomón está poniendo un sentido de urgencia tan y tan grande al poder encontrar la sabiduría, a poder buscarla y encontrarla y vivir de acuerdo a ella.

Y miren que estoy diciendo sabiduría, no como un concepto ético, estoy diciendo la sabiduría como una representación del mismo Jesús, de poder buscar su persona, de poder buscar quién él es, lo que el significa en medio de nuestras vidas, lo que él puede hacer en nosotros, y cómo él nos equipa para nosotros poder llevar a cabo nuestro diario vivir.

Hay que buscar esa sabiduría, mis hermanos, y cuando lleguemos a los momentos donde nos trancamos, miren esto, vayan conmigo a Eclesiastés, yo no sé cuántos de ustedes leen Eclesiastés, pero yo les sugiero que lean Eclesiastés. En el Capítulo 7 de Eclesiastés me crucé con estos versos que me parecieron bien interesantes. Y mire cómo dice, Eclesiastés, Capítulo 7 empezando en el verso 9, válgame, déjame empezar en el verso 5, es que es tan bueno el Capítulo que por eso es que sigo subiendo, subiendo para leer otras cosas. Miren estos dichos que salen aquí, dice:

“… mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios porque la risa del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla…” ahí me perdiste, déjame leerlo en esta versión que se oye mejor.

“…la risas del necio se parecen al crujir de las zarzas en el fuego –eso lo entiendo mejor- … y también son vana ilusión,- esto también es vanidad- …ciertamente la opresión hace entontecer al sabio y las dádivas corrompen el corazón. Mejor es el fin del negocio que su principio, ¿verdad? ¿Verdad que es mejor cuando usted cierra el día en la casa que cuando lo está empezando? ¿Verdad que es mejor cuando usted ya usted firma y le dan el carro, que cuando está empezando a buscarlo? ¿verdad que es mejor cuando, entre su esposo o su esposa, ustedes llegan a un acuerdo que tu vas a hacer esto y yo voy a hacer aquello, y están todos tranquilos, que el procesos antes que fuera como jalándose los pelos? Ah, pero que si tu no haces esto, no haces lo otro, ¿verdad? La gente se siente mejor cuando el negocio se cierra a que cuando se está empezando.

“… mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu… -sigamos pues, ahora -… no te apresures en tu espíritu a enojarte porque el enojo reposa en el seno de los necios…”

Óigame aquí fue donde este pasaje me empezó a atraer. Y lo voy a leer en esta versión Dios habla hoy, porque aquí me gustó como lo leí. Dice:

“… No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo es propio de gente necia…”

Ahora, no significa que no nos enojemos, yo sé que nosotros podemos experimentar el enojo, pero que el enojo vaya a dominar sobre nosotros, ahí es donde la necedad puede entrar a nuestras vidas, ahí es cuando, si uno se deja llevar por el enojo que nos pueden causar las situaciones, muchas veces el enojo nos puede cegar y entorpecer y entonces actuamos neciamente. Exacto, el necio dice locamente, o el enojo no nos ayuda, nos provoca a hablar neciamente. Cuando usted está enojado con alguien y dice algo que no tiene que decir, sabe dónde se ve la necedad? Cuando después usted tiene que venir con el rabo metido entre las piernas a pedir perdón. Y qué es lo primero que uno dice? Yo sé que hice mal. Yo sé que metí la pata, yo sé que actué mal. Y uno tiene que pedir perdón.

Pero siga leyendo, mira el verso 10, a mí me gustó el verso 10, porque hay muchos que decimos esto, dice:

“… No te preguntes por qué los días del pasado fueron mejor… “-cuántos han dicho, ay, los días de antaño, qué buenos eran esos días! ¿Verdad? Qué buenos eran aquellos días que la Coca Cola valía 5 centavos! Qué buenos eran aquellos días cuando me levantaban con caricias en el cutis y ahora me levantan ahí a regañadientes, ¡Levántate! Y prepara la cama! Qué buenos eran aquellos días donde cada pedazo de piel del cuerpo estaba en su lugar! Y ahora hay que mirarse en el espejo y como que… por algo estaba diciendo aquellas personas que gastan dinero en…óigame. Un chiste, Dios mío.

Padre debería decir esto, dame sabiduría para ver si tengo que decir esto o no. Es que saben por qué estoy diciendo eso, mis hermanos, porque es que ayer yo me estaba reuniendo con un amigo mío y estábamos en el Mall de South Plaza y cuando yo voy llegando, yo veo a esta mujer que viene caminando hacia mí, mis ojos se concentraron solamente en su boca. And you can tell, cuando una boca es de verdad y cuando una boca es artificial. So, yo había visto esas cosas en televisión pero cuando lo vi en carne y hueso, delante de mí, yo me dije, como que… dinero mal gastado, eso fue lo único que yo pude decir.

Pero, dónde estaba, ok, miren, no nos pongamos a soñar por los tiempos pasados pues mira cómo dice:

“… esa no es una pregunta inteligente…” Guau, eso a mí me cogió “… porque nunca de esto preguntarás con sabiduría…”

En otras palabras lo que está queriendo decir, por qué te vas a quedar soñando en los días de ayer, cuando tu tienes que vivir el día de hoy, enfocándote en lo que está adelante. Tal vez tu puedas adquirir experiencias del día de ayer, pero muchas veces esa experiencia del día de ayer no necesariamente te van a dar lo que tu necesitas para hacer lo que tienes que hacer en el día de hoy and beyond.

So, no gastes mucha energía cerebral pensando en los días de ayer. Miren, esto, verso 11, me gusta esta versión, me casé con esta versión, dice

“…Buena y provechosa es la sabiduría para los que viven en este mundo si además va acompañada de una herencia, porque la sabiduría protege lo mismo que el dinero, pero la sabiduría tiene ventaja de darle vida al sabio…”

Y ahora miren el verso 13, aquí sí que lo podemos leer, verso 13:

“… Mira la obra de Dios porque quién podrá….” defenderme, no, eso es el Chapulín Colorado, ¿verdad? Dice, “…. Quién podrá enderezar lo que él torció….”

Estoy siendo bien visual. Quién puede enderezar lo que él torció. Él mismo, gracias. Se recuerdan el mensaje del domingo que hay veces que uno está dándole la matraca como que, Señor, endereza esto, endereza esto, endereza esto, y él lo creó torcido por un propósito, y muchas veces no recibimos esa respuesta y estamos buscando, porque es que Dios quiere que se quede torcido por un tiempo. Y puede ser que después él lo tuerza del otro lado, y uno, no, no, tiene que estar derecho. No, yo lo quiero torcer del otro lado ahora.

Pero Dios es el que hace y deshace, o sea, eso es lo que yo veo ahí. Hay cosas que Dios determina, mis hermanos, que por más que lo peleemos it’s up to him. Depende de él. Pero si seguimos leyendo, miren esto, se va poniendo más interesante, verso 14, por favor, dice:

“… En el día de bien goza del bien, y en el día de la adversidad considera, porque Dios hizo tanto lo uno como lo otro a fin de que el hombre nada halle después de él…”

Ah, no, eso suena muy deprimente. No, no. Déjeme leerlo de acá.

“… Cuando te vaya bien mira disfruta de ese bienestar, pero cuando te vaya mal ponte a pensar, miren esto, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosas de Dios y que el hombre, ve aquí suena mejor, suena más poético, y que el hombre nunca sabe lo que le va a traer el futuro…”

En otras palabras está diciendo que mira, no, cuando las cosas te vayan mal no te quedes, ah, se me fueron a fuste mis planes que yo tenía, no voy a poder hacer nada más ahora. No. Qué es lo que dice Romano 8?

… que todas las cosas obran para bien a los que aman a Dios…”

So, eso es lo que yo estoy leyendo aquí. Cuando las cosas te vayan bien, gózate, fíjate tus pasitos de jazz, ponte tu ropa fina, vete a comer al Eagle Seafoods, mejor vete al colmado y compra el pescado y te lo comes tu en tu casa, sale más barato. Lo hacen en barbecue. Y mire, cuando te vaya mal, aquí es donde el fuego quema de verdad, porque muchas veces cuando va mal, hay veces que se nos hace difícil como poder decir como, Señor, pero por qué, por qué esto me sucede a mí? Pero miren ahí es donde está la sabiduría, mis hermanos, ahí es donde está la sabiduría espiritual. Déjame definirla así: la sabiduría que proviene de Dios se encuentra ahí, en el mero hecho de que cuando las cosas van bien, cuando las cosas van mal, Dios nos da a nosotros la capacidad de poder entender cómo vivir a través de esas cosas. Y de nosotros poder ver a Dios en medio de todas esas cosas.

Así que yo quiero resumir aquí ahora: tu estás escuchando estas palabra ahora mismo y tu entiendes muy bien cuál es el panorama de tu vida, tu entiendes muy bien en qué sentido tu estás necesitando sabiduría ahora mismo. Tal vez tu eres la madre de adolescentes y como que tus chicos están como que sus hormonas están corriendo y no están pensando inteligentemente, por algo es que Salomón escribió en Proverbios a su hijo, como que, mira, cuando lleguen esos años de locura, lee lo que te estoy diciendo, para que sepas bien cómo actuar. Pero lo que esas palabras se nos aplican a nosotros aunque nuestras hormonas estén tambaleando en otra forma, pero la enseñanza se aplica a nosotros como quiera.

Así que, mis hermanos, yo quiero animarles a ustedes, la sabiduría es un don de Dios que está ahí presta, está, Dios la tiene ahí en sus manos para darla a quien la pide. Si usted es el tipo de persona que se deja ahogar por las circunstancias que lo rodean, o por las cosas que diga la gente, o por lo que usted pueda ver con sus ojos naturales, mire, su capacidad de poder percibir las cosas como Dios intenciona se va a empequeñecer y a nublar. Pero si nosotros en medio de todo eso podemos decir, mira, Dios yo necesito que tu me des esa sabiduría sobrenatural para yo saber cómo hablar, sabe cómo hablarle a alguien y yo no sé, yo estoy diciendo estas cosas sabrá como esa gotita le está mojando la cabeza. Pero saber cómo hablarle a alguien, saber cómo tratar a su cónyuge, su pareja, saber cómo tratar a ese colega de trabajo, saber cómo tratar a ese hermano, esa hermana en la iglesia que piensa distinto a usted, que le gusta hacer las cosas distinto a usted. Es más, que Dios le de la sabiduría para usted saber tratar con usted mismo o con usted misma. Y ahí es donde verdaderamente la batalla se da.

Cuantos de ustedes se soportan a sí mismos? Algunas veces, ok, algunas veces. Cuantos se soportan y cuantos unas veces es como si se pudiesen dar una patada, pórtate bien. Pero miren aún para eso, mis hermanos, porque ¿Saben qué? Muchas veces… la sabiduría de Dios actuó ahí. Pero miren hermanos, hay veces que lo que percibimos fuera de nosotros es provocado por lo que está en nuestro interior. Hay veces que esos pleitos que hay con otras personas a nuestro alrededor es porque no hemos sabido verdaderamente tratar el interior. Por eso es que si yo estoy leyendo esto, mis hermanos, que cuando estemos en esa búsqueda de sabiduría no estés diciendo, Señor, dame sabiduría para saber tratar con fulano, fulana, mengana y sutana. No, pídele sabiduría para saber cómo tratar conmigo mismo, conmigo misma.

Que esa sabiduría me ayude a entender que si hay algo que yo estoy haciendo incorrectamente, que si estoy pensando incorrectamente, que si estoy actuando en la forma que no es debida, permite que esa sabiduría me ayude a mí, a yo poder descubrir esas cosas que están en mí para entonces ver esos cambios que yo quiero ver a mi alrededor. Pero Dios primero tiene que obrar en uno, por eso es que ese libro de Proverbios dice, busca la sabiduría, búscala como un tesoro, búscala como agua fría cuando estás en medio de un desierto y no tienes nada de beber. Búscala. Busca la inteligencia, busca la prudencia, busca todos esos atributos de Dios que puedan transformar tu ser para que entonces tu te conviertas en un agente de transformación de las cosas que están a tu alrededor. Amén.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Amado Dios yo te doy las gracias de verdad porque tu sabes cómo trabajar con nosotros, Señor, tu sabes cómo tratarnos, tu sabes cómo llenar nuestras vidas como nadie más lo puede hacer. Y yo te ruego, Padre, yo sé como dije hace unos minutos atrás, yo sé que esta noche ha sido una noche de renuevo, una noche refrescante para muchos, y a la misma vez tal vez puede ser que haya algunas personas que hayan dicho, aquí no ha pasado nada, gente cantando, gente llorando, eso es lo que he visto. Pero Padre, tu sabes tus tiempos, tus temporadas con la gente. Y aquellos que han sido renovados, Señor, yo sé que tu vas a seguir cumpliendo tu propósito en medio de sus vidas. Y en el segundo grupo de personas, mi Dios, yo sé que tu tiempo también vendrá para ellos, donde tu palabra va a penetrar tan profundo en su corazón que no van a poderse contener.

Yo te pido que esta palabra de sabiduría que hemos compartido hoy, traiga luz a nuestras mentes y a nuestros corazones, para saber descubrir, conocer nuestro interior como tu lo conoces, para entonces podernos convertir en hijos e hijas útiles para ti en la transformación de las circunstancias de nuestro alrededor.

Padre llénanos, llévanos con bien ahora hasta nuestros hogares, permite Señor, que tu espíritu vaya con nosotros, que tu renueves nuestro ser, que nuestros sueños esta noche sean reparador, que aún en nuestro sueño tu te encuentres con nosotros y nos hables, nos reveles tus propósitos, tus intenciones para con nuestra vida. Gracias te doy, bendice a cada uno de mis hermanos y hermanas que han llegado hasta aquí esta noche, Señor, y yo sigo orando que tu sigas trayendo a aquellos que tu sabes que necesitan ese toque tuyo los miércoles por la noche.

Reclamamos tu bendición sobre nuestras vidas, tu paz, tu poder, tu amor, tu unción, Señor, y mañana es otro día, que tu nos permites vivir, Señor, para declarar tu gloria, tu bendición, tu majestad y vivir a la altura de lo que tu pides para nosotros, Señor. Te bendecimos, te damos la gloria y la honra en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gracias Señor.

El hombre propone y Dios dispone

TRANSCRIPT

El hombre propone y Dios dispone. Cuantos de ustedes viven de acuerdo a ese refrán en muchas ocasiones? Vivimos de acuerdo de eso, y ¿Saben qué? Es bien interesante porque muchas veces en nuestras vidas nosotros podemos hacer planes, podemos trazarnos metas que queremos alcanzar y en varias ocasiones las logramos alcanzar. Pero qué pasa con esos momentos donde no se alcanzan esas metas, qué hacemos? Qué hacemos en esos momentos cuando estamos orando por cosas que son bien duras, que son bien profundas en nuestro corazón y estamos orando y no recibimos las respuestas a esas oraciones, qué hacemos? Qué hacemos entonces?

Y yo quisiera preguntarles algo, solamente para hacerlos reflexionar. Qué sería de un niño o una niña si su papá o su mamá le diera todo lo que ese niño o esa niña pide? Qué sería de él o de ella? Qué sería de una pareja, de un matrimonio, de una pareja de novios si una de las partes siempre está buscando que la otra le satisfaga todas sus necesidades a expensas de lo que el otro pueda pensar o sentir? Qué sería de esa pareja? O es más, qué sería de cada uno de nosotros, qué sería de cada uno de nosotros si Dios nos concediera todos los caprichos de nuestro corazón?

Yo me atrevería a decir que necesariamente no sería un mundo mejor. Porque estaríamos llenos de personas consentidas por todos lados. Y yo no estoy diciendo que Dios no nos consienta a nosotros, yo sé que Dios nos consiente pero no en todo y es precisamente en esto, mis hermanos, en lo que yo quiero meditar. Qué pasa en nuestras vidas cuando no recibimos lo que estamos buscando? Qué hacemos cuando no recibimos aquello por lo cual estamos, como quien dice, desesperados por ello en alguna forma u otra?

Y yo quisiera contarles una historia, un relato para que ustedes puedan, más o menos, ver mi sentir que quiero comunicarles a ustedes. Hace un mes atrás yo salí de vacaciones con mi familia, y estábamos en Orlando, y fuimos a uno de los parques de atracción, fuimos a Seaworld que es uno de los favoritos de mi hijo Lucas, a él le encanta ver las ballenas, los delfines, las focas, todo eso, entonces cuando fuimos el ticket que compramos nos daba la oportunidad de tener una segunda entrada gratis al parque. So, yo me dije, bueno, mira que chévere como ahí en Seaworld hay muchas montañas rusas y a mí me encanta todo eso. Bueno, no es que hay muchas, hay como tres al menos. Pues, siempre me gusta meterme en esas cosas, me gusta ese adrenaline rush que le da a uno. So, yo me dijo, bueno, pues este primer día déjeme concentrarme en Lucas, vamos a caminar con él todo el parque, que él vea todo lo que quiera ver, y entonces el segundo día que vengamos pues yo me doy el gusto, y me meto en todas las montañas rusas que puedo.

So, así lo hicimos. El primer día fue concentración en Lucas total. Lo consentimos definitivamente hablando de esa pregunta. Y fuimos a todos los lados, compartimos con él, fue una chulería. Ahora, el segundo día cuando vino para nosotros ir, pues ahora yo era el que estaba como que, guau, ahora yo voy a disfrutar. Entonces nosotros llegamos y yo hablo con mi esposa, con mi suegro y ellos dicen, pues, mira, vete tu a la primera montaña rusa y nosotros nos quedamos con Lucas. Fantástico. Voy, me meto en la fila, y para mi sorpresa había una espera solamente como de 20 minutos. Entonces yo voy ahí bien emocionado, a mí me gusta meterme en la línea al frente, así cuando uno lo ve todo bajando, dando todas las vueltas. So, yo voy estoy en la fila, y estoy a ley de una vuelta para entrar y montarme en la máquina, y de repente sale este mensaje, la máquina la tuvimos que parar por desperfectos técnicos. Por favor, espere en la fila. Y yo me quedo ahí esperando, pasan 5, 10, 15 minutos y el mismo mensaje se seguía repitiendo, se seguía repitiendo. Y no fue hasta 25 minutos después que de repente salen y dicen, necesitamos que desaloje el edificio por desperfectos técnicos. Entonces todo el mundo tuvo que salir del edificio, y yo me quedé con las ganas.

Ok, salgo yo así, medio tristón, no fue gran cosa, había otra máquina. Voy y le digo a mi esposa, mira, nos sacaron por desperfectos técnicos, pues me voy a ir a la otra entonces. Pues, fantástico, vete a la otra. Entonces voy a la otra, y la línea de espera allí era como de 15 minutos. Y yo, ahora, esta es mi oportunidad. Voy, me meto en la fila y llego casi, casi al frente. Me toca esperar como unos 15 minutos, y déjeme decirles, era un día bien caliente en Orlando. Yo no sé cuantos ustedes han experimentado el calor de Orlando, Florida, pero es caliente. Eso es como un sauna, ese vapor que se siente ahí. Ahí estoy yoi en la fila, los abanicos que ponen en la fila, lo que sopla es aire caliente, y uno ahí como que me estaba empezando a sentir medio débil, no tenía agua, yo veía a otra gente bebiendo agua y yo… pueden compartir un poquito de agua?

El asunto es que yo veo que viene el carro, sale, y viene otro grupo y sale, y me voy acercando, y estoy, mis hermanos, literalmente ahí en el portón para pasar y montarme en la máquina. Y cuando llego ahí algo pasó de nuevo, pasan el mensaje y dicen, la máquina la tuvimos que detener por desperfectos técnicos. Por favor espere en línea. Entonces, desde donde yo estoy yo veo el carrito que venía entrando que se quedó parado en el sol, y la gente ahí, en el sol esperando. Y yo ahí espera, vuelve y pasan el otro mensaje que había que seguir esperando. Y de repente la muchacha que estaba al frente mío, yo veo que la muchacha se desplomó completa, y se quedó agarrada de la verja y de repente se cayó, así para atrás. Guau! Un heat stroke le dio a la muchacha que estaba ahí esperando.

Entonces tuvimos que cogerla, ponerla en el piso, alguien tiene agua, por favor, para atenderla, echarle aire. Vamos a llamar a los paramédicos, algo así, pero yo no sé la muchacha de repente se levantó. Y nosotros como que, mira, vamos a buscar los paramédicos, y ella, no, no, yo me quiero montar. Y yo, pero hello, te acabas de caer y te quieres montar. Como quieras! Te quieres desmayar ahí arriba trepada. No, no, déjeme aquí.

La cosa es que se quedó ahí parada y nosotros seguimos esperando. Y miren, después de 20 minutos, saben lo que pasó? Necesitamos que desalojen el edificio por desperfectos técnicos. Y yo, noo! So, yo voy saliendo y no hace mi esposa y mi suegro más que verme la cara y yo, voy así como, cerraron otra vez. Y se echaron a reír. Y ese fue el chiste del día.

La cosa fue que seguimos paseando el parque y ya como a eso de las 5.30, 6 de la tarde, que yo me empiezo a dar cuenta que mucha gente se empieza a ir, yo me digo, bueno pues, esta es mi oportunidad. Yo le digo a mi esposa, voy a ver si ahora tengo el break de ir a montarme aunque sea en una.

Entonces vuelvo otra vez a una de las máquinas y cuando voy entrando para hacer la fila, pasan un mensaje que dice: la máquina está cerrada por causas de una tormenta eléctrica. Y yo, nooo! Mi frustración fue tanta que yo lo puse en Facebook. Entonces los que me han visto en Facebook vieron que yo escribí ahí como que, este no fue mi día de montaña rusa definitivamente.

Pero el asunto fue, mis hermanos, que al yo pensar en esto, yo no sé cuántos de ustedes han dicho como yo, no, si Dios me tiene que decir algo, tiene que caer un rayo y decírmelo. Yo no sé cuantos de ustedes han dicho eso, pero yo lo he dicho. Y el asunto fue que para mí se dio literal, porque yo vi la tormenta eléctrica pasar definitivamente. Pero el asunto fue que cuando yo estaba ahí, después que mi esposa y yo nos reímos, mi suegro, hicimos un chiste de esto, yo me quedé pensando y yo me decía, caramba, la verdad es que yo sería bien ignorante y bien inmaduro si yo no me doy cuenta que hay algo que Dios me quiere enseñar a través de este experiencia.

Y literalmente, mis hermanos, así fue. En medio de ese pensar, sí, Dios me llevó a ese pasaje de Proverbios que leí, el hombre propone y Dios dispone, pero también estaba haciendo eco en mi cabeza ese texto de Eclesiastés, Capítulo 3, que dice “todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora”.

Pero asimismo como digo eso, me atrevo a decir que no todo lo que se quiere debajo del sol se va obtener. Me siguen? No todo lo que se quiere está intencionado para ser obtenido. Y aquí es donde quiero reflexionar con ustedes un poco.

Por qué yo hago mención de esto, mis hermanos, miren, este miércoles por la noche, el miércoles pasado, mientras estábamos aquí en el servicio de oración, que tuvimos un momento bien bonito, un momento de oración bien lleno de la presencia de Dios, que de hecho, recuerden, no se olviden de nuestro servicio de oración los miércoles por la noche, si tienen el tiempo les animamos. Vengan, congréguense aquí en la iglesia para ese tiempo de oración. Cierro el paréntesis.

Cuando estábamos ahí orando el Señor puso una impresión en mi corazón. Estábamos cantando el himno Grandes cosas ha hecho Dios por su pueblo, y mientras estábamos cantando eso, el Señor puso esta impresión y me dijo, dile a la gente que aún si no han recibido la respuesta a su oración, con toda la declaración de fe se ve cuando podemos decir que Dios ha hecho grandes cosas por nosotros. Que aunque vemos esa respuesta, como quiera, Dios hace grandes cosas. Y yo compartí eso y miren oramos en línea de esa petición. Es más, hasta hicimos algo que hace tiempo no hacíamos. Yo le dije a la gente, mire, saque su celular y llame a alguien que usted entiende que necesita esa palabra. Y lo hicimos, y oramos por la gente a través de los celulares.

Y yo sé que cuando hacemos eso hay una bendición que sale de aquí y llega a cada una de esas personas. Pero el asunto fue que a medida que yo salí de aquí ese día, y me quedé pensando y reflexionando y yo me digo, mira, Señor, yo sé que tu haces grandes cosas por nosotros, y que tu te interesas de responder a nuestras peticiones, pero a la misma vez yo sé que no todo el tiempo tu vas a responder a esas peticiones que nosotros te hacemos. Y tal vez usted me diga, pero Omar, cómo va a ser? Si la Biblia dice que pedir y se os dará, buscad y hallareis, tocad a la puerta y se os abrirá. Sí, pero aún esa enseñanza no significa que siempre vamos a recibir lo que estamos pidiendo, lo que estamos buscando, lo que estamos tocando.

Por qué? Les explico. Déjeme solamente darles unos ejemplos bíblicos de lo que estoy diciendo. Si ustedes se recuerdan de la historia de Moisés, qué fue lo que pasó con Moisés? Moisés fue el líder escogido por Dios para llevar al pueblo de Israel a la tierra prometida. Moisés entró a la tierra prometida? No. Usted cree que él quería entrar a la tierra prometida? Usted no cree que en su tiempo, aunque Dios le dijo, porque hiciste esto y aquello y lo otro, usted no cree que en algún momento Moisés habrá dicho como que, Dios, tu sabes, reconsidera, dame un break, déjame entrar? No? No, entró. No entró.

Qué fue lo que le pasó al profeta Elías? Después que degolló a los profetas de Baal y que se enteró que la reina Jezabel quería cortarle la cabeza a él, qué fue lo hizo él? Se asustó, salió corriendo y mientras iba corriendo en el desierto, qué era lo que le pedía a Dios? Se recuerdan del relato? Busquen, Primera de Reyes, Capítulo 19 y lo leen ahí. Él le estaba diciendo a Dios, se volvió suicida el tipo, él estaba, Señor, quítame la vida porque no puedo con esto. Él estaba pidiendo algo bien craso, que yo sé que tal vez alguno de nosotros también nos ha pasado por la mente. Y si sí, pues, en el nombre de Jesús cancela esos pensamientos porque eso no es de Dios.

Pero él estaba pidiendo eso, y usted cree que se lo concedieron? No. Que fue lo que Dios le dijo, un verso después? Le dijo, levántate y come porque largo camino te resta. Pero él quería terminar su vida, y Dios le decía, no papá, te falta más todavía, así que sigue por ahí.

Otro ejemplo que les puedo mencionar tiene que ver con Daniel. No sé si ustedes recuerdan el relato de Daniel, entre los Capítulos 9 y 10, Daniel comienza a orar por el perdón de los pecados del pueblo de Israel. Y en el versículo 10 se cuenta el relato de cómo después de 21 días de oración, se le aparece el arcángel Gabriel y le da un mensaje, y como parte de ese mensaje, le dice a Daniel, Daniel, no te preocupes, porque desde el primer día que tu dispusiste tu corazón a orar por esto, tu respuesta fue dada.

Pero la respuesta no llegó. Por qué? Qué es lo que dice Gabriel? Porque el príncipe de Persia, él estaba hablando de Satanás, del enemigo, que estaba haciendo bulla allá arriba en los aires espirituales impidiendo que esa respuesta llegara a Daniel. So, muchas veces lo que nosotros pedimos encuentra en los aires resistencia, no porque Dios no quiera sino porque hay otro que está impidiendo que usted reciba lo que Dios quiere para su vida. Y uno tiene que entender esa dinámica también. Él lo recibió pero lo recibió más tarde.

Otro ejemplo que les puedo dar, Pedro, miren esto, Pedro en una conversación que tuvo con Jesús en el libro de Juan, Capítulo 13. Jesús estaba hablando acerca de la llegada de su muerte y Pedro de repente le pregunta, Señor, dinos a dónde vas? Porque él estaba insinuando, porque yo estoy dispuesto a ir contigo, yo quiero ir contigo. Y Jesús le responde como que, Pedro, a donde yo voy tu no puedes ir, tu no estás preparado para eso. Es más, antes de que cante el gallo, tu sabes lo que va a pasar? Tu me vas a negar 3 veces. Yo? Así mismo fue. Yo? Tu discípulo más fiel? Pero eso mismo fue lo que pasó, él estaba pidiéndole algo a Jesús que el mismo Jesús le dijo, ah, it’s not time for that yet. Todavía no es tiempo.

Y es más, miren este ejemplo de Pablo, a mí me gusta mucho este. Pablo en el libro de Hechos, Capítulo 16. En un relato muy interesante, porque esta fue una de las salidas de Pablo cuando fue en algunos de sus viaje misioneros, que Pablo tenía la intensión de parar en algunos puertos específicos, más sin embargo el relato cuando usted lo lee, dice específicamente que el Espíritu Santo le impidió él poder llegar a esos lugares. Porque lo que quería el espíritu de Dios es que él llegara a otro lugar.

Así que ustedes ven, mis hermanos, que bíblicamente y aún en nuestras vidas, nosotros podemos comprobar de que hay momentos que lo que nosotros pedimos no está intencionado a que se nos de. Y yo sé que podrá sonar algo fuerte, pero la intención que yo tengo con este mensaje, mis hermanos, el propósito que yo quiero compartir con ustedes, es que nosotros podamos hacer paz con la idea de que no siempre lo que estamos pidiendo se nos va a dar, y eso es algo que está en Dios.

Pero aún cuando digo eso, lo importante es que nosotros podamos buscar la forma de descubrir, de discernir y de entender por qué eso no se nos está siendo dado. Me siguen? Están conmigo?

Miren, déjeme darles unos cuatro puntos bien breves que quiero hablar, de por qué muchas veces cuando no recibimos algo, qué es lo que Dios está haciendo detrás de todo eso? Y lo primero que puedo decir, mis hermanos, es que plena y básicamente no te conviene. Cuando tu no recibes algo por lo cual tu estás pidiendo es básicamente porque no te conviene.

Acaso en Primera de Corintios, Capítulo 6, no hay un verso dice, “todas las cosas me son lícitas, pero qué dice después? ... pero no todo conviene”. Es más, hasta le añade, y no voy a dejarme dominar por ninguna. Pero eso es otro mensaje. Y más adelante en el Capítulo 10, versículo 23 y 24, también repite la misma frase. Pablo es bien intencionado porque él lo dice, todo me es lícito más no todo edifica.

Miren, ¿Saben qué? Salomón, cuando escribió Eclesiastés en el Capítulo 12 de Eclesiastés, él dijo, le dijo a la gente, se estaba dirigiendo a la gente joven, pero yo lo cojo para todos, él le estaba diciendo, mira, persigue los placeres de tu corazón, has todo cuanto tengas en tu mano de hacer, dondequiera tus ojos se siembren búscalo, aséchalo. Si un hombre que estás mirando y eres una mujer, y quieres ese hombre, persigue los deseos de tus ojos, y viceversa. Si viste un carro, busca ese carro. Si viste un cazón, vete y busca ese cazón. Pero lo que dice ese texto es que de todas esas cosas que tu decidas hacer, que va a pasar? Dios te va a juzgar por cada una de ellas.

So, definitivamente nosotros tenemos al alcance todas las cosas que nosotros queramos hacer, tanto lo bueno como lo malo, todo está a nuestro alcance. Pero sea bueno o sea malo, no todo nos es lícito, no todo edifica nuestras vidas. Yo puede decir, ah, pues, me voy a ir a Argentina, de misionero por un año, y puede sonar bien bonito, pero si no está en los planes de Dios, esa movida que yo estoy tratando de hacer no se va a dar. Porque no está intencionado.

Así que, si no recibe algo, mire, piense en eso, que tal vez no le conviene. Pleno y simple. El segundo punto, tal vez no es el tiempo de recibirlo. Tal vez no es el tiempo. Qué es lo que dice Eclesiastés cuando lo leímos ahorita? Todo tiene qué? Su tiempo. Lea el relato, ahí le dice un montón de cosas, hay tiempo para todo. Hay tiempo para llorar, hay tiempo para reír, tiempo para abrazar, tiempo para despegarse, tiempo para hablar, tiempo para estar en silencio. Hay tiempo para vivir y hay tiempo para morir.

Puede ser que por mucho tiempo usted tenga un familiar que está a punto de morir y usted está orando, orando, orando, Señor, que no se muera, dale vida, un milagro y es bueno orar de esa forma. Pero si es el tiempo de Dios de que el final de esa persona llegue, llega. Si Dios quiere hacer un milagro y darle vida, Dios lo puede hacer también. Pero tenemos que entender, mis hermanos, que si hay algo que no estamos recibiendo está en el tiempo de Dios o está en el tiempo de nosotros. Estoy yo queriendo ajustarme al reloj de Dios o estoy yo queriendo ajustar el reloj de Dios al mío, de que Dios haga las cosas en mi tiempo. Esto tiene que ser rápido, Dios, yo necesito esto inmediato, es como ir al ATH o el ATM, usted mete la tarjeta, saca los chavos y ya, Señor, así es como yo quiero que tu respondas aquí. Y consta, hay veces que uno tiene que orar de esa forma, diciendo Señor, esto es urgente. Y mire, puede ser que Dios en su misericordia responda inmediatamente, pero la mayor parte de las veces que yo sepa, Dios se toma su tiempo. Y nosotros tenemos que ajustarnos al tiempo de Dios.

Un tercer punto que les puedo mencionar, mis hermanos, es que tal vez la forma en la cual estamos orando no está en línea con la voluntad de Dios. Y esto es algo bien, bien importante de poder entender. Cuando hablamos de la voluntad de Dios muchas veces nosotros pensamos que la voluntad de mi Dios para mi vida es esto, esto así bien específico. Y yo sé, mis hermanos, que para algunas personas la voluntad de Dios es algo bien marcado, bien definido, muy determinado, pero aún cuando está eso ahí, la voluntad de Dios tiene, como puedo decir, tiene unos ámbitos que son bien vastos para explorar. Dios puede hacer muchas cosas y con todo y eso estamos en la voluntad de Dios.

Si yo hablo un poquito de mi ejemplo, cuando yo recibí mi llamado para ser pastor, yo creo que ya lo he compartido esto antes, yo recuerdo que yo completé mis estudios de bachillerato y para eso yo sabía que Dios me estaba llamando a ser pastor. Cuando me gradué de mi bachillerato yo quería venir aquí a hacer una maestría en fisiología del ejercicio, porque yo quería trabajar como un rehabilitador clínico. Y me vine aquí para estudiar eso y apliqué a universidades y ¿Saben qué? Ninguna de esas universidades me aceptó. Apliqué al seminario y en cuestión de dos meses ya me dieron beca y todo.

So, dígame usted cuando uno trata, como quien dice, de, ah, Señor dame un break de tu voluntad, déjame venirme por acá y hacer esto en otra forma. Miren, si Dios tiene algo, Dios lo va a hacer. Pero asimismo le doy otro ejemplo. Ya una vez yo estaba en el ministerio, yo entonces estaba explorando, ok, Señor, cuál es la forma específica ¿verdad? Porque nosotros no nos convencemos con algo tan general, siempre queremos algo más al dedillo. Si yo así en el ministerio digo, ok, Señor, dónde tu quieres que yo esté? Tu quieres que yo esté aquí, que yo esté allá, o por allá, o que haga esto con esta persona, con aquella otra? Y uno se pone a explorar, así en todas esas áreas, y ahí es donde yo digo, mis hermanos, que ahí es donde yo veo que la voluntad de Dios tiene sus, cómo puedo decirlo? Tiene sus áreas que son medio nébulas, por así decir. Me explico? Hay nébulas, es como si usted va por una calle y está todo el día soleado y de repente llega a un área de neblina, que cuando usted prende los headlights del carro usted solamente puede ver como 10 ó 15 metros al frente de usted, y tiene que reducir la velocidad, ir con precaución para poder ver por donde es que está yendo el camino, pero usted no discierne el camino hasta que no esté ahí.

Así muchas veces es la voluntad de Dios. Y no para todos pero sí con algunos. Que hay veces que nosotros estamos buscando, Señor, cómo tu quieres que yo te sirva? Qué tu quieres que yo haga? Y parece que el camino se pone medio nébulo. Y uno está tratando de discernir, Señor, qué es lo que tu quieres? Y uno tiene el miedo de que uno se está saliendo de la voluntad de Dios porque uno cree, no, porque la voluntad de Dios tiene que ser clara, no puede haber ningún tipo de sombra de duda, porque es la voluntad de Dios. Así fue como lo enseñaron. Pero mire, Dios permite que vengan esos tiempos de nébulas, para ver cómo uno va encaminándose y como uno va tanteando las cosas hasta que llegue el momento donde esa neblina se esfuma y uno puede ver que, all along the way, que a través de todo el camino usted estaba en los propósitos, en los planes, en la voluntad de Dios.

Tal vez uno estaba atrás freaking out, como quien dice, ya perdí de línea lo que Dios quería. Olvídate, aquí me fregué. Pero no, cuando usted sale al otro lado y usted mira para mira usted dice, guau, tu estabas ahí todo el tiempo. Tu estuviste ahí todo el tiempo conmigo.

Y eso yo lo traigo, mis hermanos, en este sentido de que muchas veces cuando pedimos, estamos pidiendo en línea con la voluntad de Dios. Miren esto: yo tuve una etapa de mi vida donde mi oración era toda centrada alrededor de mí, myself, and all mine. Ha escuchado esa expresión? Mi oración era eso, todo el tiempo. Yo sé que a ninguno de ustedes les pasa, yo sé que ustedes oran por muchas otras personas, usted nunca ora por usted. Pero yo no sé si usted se ha escuchado mucho a veces que uno está como que, Señor, has esto por mí, y Señor, yo quiero esto, y Señor, aquello otro conmigo. Y Padre, yo necesito que tu hagas esto en mi vida. Y ah, sí, Señor, acuérdate de Javier, pero Señor, yo necesito esto conmigo, esta es mi presión ahora mismo. Me siguen por donde voy? Es como que nuestra oración es todo nuestro entorno.

Y miren, saben lo que pasa? Cuando usted se queda orando mucho tiempo en ese entorno, usted pierde perspectiva de cuál es la voluntad de Dios para su vida y para otros a su alrededor. Y por ende, cuando termina orando, sabe lo que va a pasar? Va a estar orando más bien para satisfacer, usted lo que va a estar buscando es que Dios satisfaga caprichos suyos, en vez de que verdaderamente Dios opera en usted de acuerdo a su voluntad para su vida.

Miren esto, en Santiago, hay un pasaje en Santiago que cada vez que lo leo me fascina cada vez más y más, en Santiago, Capítulo 4. Hay un texto muy interesante. Santiago Capítulo 4, verso 1 dice: “… De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes, no es precisamente de esas pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? En otras palabras, de esos caprichos que uno tiene, esos anhelos, esos deseos empedernecidos que uno tiene por dentro.

Ustedes desean algo y no lo consiguen, matan y sienten envidia y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se echan a la guerra, no tienen porque no piden, y cuando piden no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Yo no sé pero para mí ese verso es bien revelador. Estaba leyéndole la nueva versión internacional, por si acaso, porque me di cuenta que no era lo mismo. Entendieron la idea? Cuando uno pide en oración, uno tiene que saber como alinearse. Señor, estoy pidiendo solamente por mero caprichos esto. O estoy pidiendo porque verdaderamente hay algo que tu me estás mostrando?

Así que ese es el tercer punto, mis hermanos, es bien importante. Medite en ello. Cuando usted ore, cuando usted pida algo, está pidiendo en línea con la voluntad de Dios? O está pidiendo en línea con la voluntad suya? Es más, déjeme darle otro ejemplo, este es el favorito de todos.

Miren lo que le pasó a Jesús. Qué le pasó a Jesús cuando estaba en Getsemaní, que estaba a horas de ser arrestado. Si yo recuerdo bien el relato bíblico, me pueden corregir si estoy mal, pero yo creo que en su oración él estaba llorando amargamente hasta que en un punto él dijo, Dios, Papá, tu hiciste este plan, tu me mandaste aquí con un propósito, pero ese propósito se me está haciendo difícil. Si es posible, podemos cambiar los planes? Se lo dijo así? Obviamente, si es posible pasa de mí esta copa. Pero entiendan, se lo estoy diciendo en la versión popular. Si es posible podemos cambiar los planes, Dios? Porque esto se me está haciendo bien difícil. Pero qué fue lo él dijo después? Pero que no sea mi voluntad sino que sea la tuya.

Miren lo que pasa, mis hermanos, cuando nosotros logramos discernir si estamos orando o no, de acuerdo a la voluntad de Dios, miren, nuestras oraciones se acomodan a lo que Dios quiere hacer en nosotros. Jesús mismo en un momento estaba diciendo, Señor, esto es duro, esto es muy difícil, yo no sé si estoy listo para morir por todas estar personas, así que vamos a cambiar los planes. Envía tus ángeles y vamos a hacer otra cosa para salvar el mundo. Pero cuando Jesús se dio cuenta que esa no era la intención, que ese no era el propósito de Dios, Jesús mismo tuvo que ajustar su oración y empezó a decir, yo me imagino, leyendo yo entre líneas el relato. Yo me imagino que Jesús tuvo que haber dicho, bueno , mira Dios, yo sé cuál es tu plan, yo sé cuál es tu propósito, así que yo te pido que tu me des fuerza para poder resistir todos los azotes que me van a dar. Yo te pido que tu me de s el valor moral que necesito para aceptar que uno de mis discípulos me va a negar. Yo te pido que tu me des la gracia para perdonar a ese ladrón que me va a pedir que me lo lleve conmigo al reino cuando estemos en la cruz.

Hermanos, ustedes se imaginan. Si Jesús hubiera seguido con sus deseos, como él lo quería, nosotros no estaríamos aquí ahora mismo. Más sin embargo, porque él entendía cuál era la voluntad del Padre, se sujetó a esa voluntad y supo cómo alinear su oración en línea con esa y por él nosotros estamos aquí ahora.

Un último punto que les quiero decir, y con esto voy terminando. Cuarto, saben por qué muchas veces no recibimos lo que queremos? Porque es parte de la disciplina de Dios para cada uno de nosotros. Hay algo que Dios quiere formar, hay algo que Dios quiere moldear en usted y en mí. Uno de los problemas más grandes que Dios tiene con nosotros, sabe lo que es? Nuestro orgullo. Tenemos problemas con nuestro orgullo. Vamos a ser honestos. Yo puedo levantar las dos manos, los pies. Yo tengo problemas con mi orgullo. Y ¿Saben qué? Uno de los mejores recursos que Dios usa para lidiar con nuestro orgullo es ponernos al lado de una persona que es más orgullosa que nosotros todavía. Yo creo que hay matrimonios que pueden probar esto. Yo creo que hay relaciones de colegas de trabajo que pueden probar esto. Muchos de ustedes pueden decirme, ese jefe mío, sí, esa jefa tuya, los dos. Dios te los pone ahí.

Y saben por qué digo eso? Porque…hasta cuando, hasta cuando, Señor. Yo no sé es el tiempo de Dios. Pero mira, saben por qué digo eso? Porque así como tu piensas de esos superiores que están por encima de ti, que tienen un problema de orgullo, lo mismo pensarán otros de ti, que están por debajo tuyo también. Y esto es re fácil, hermanos, yo estoy hablando esto con las muelas de atrás. Estoy siendo bien honesto.

Pero así es como Dios nos enseña. Eso es una de las formas que Dios usa para moldearnos a cada uno de nosotros. Porque él sabe que lo que él quiere darnos, que es mucho mejor de lo que nosotros podemos pedirle a él, nuestra forma de pedir siempre está limitada. Pero lo que él quiere darnos es mucho más de lo que usted puede pedir o entender, si yo leo bien el contexto bíblico.

Y como él quiere darle algo mejor, él se tiene que asegurar que ese vaso, que ese instrumento sobre el cual va a depositar su bendición tiene que estar en la forma apropiada, tiene que tener la capacidad apropiada para entonces poder depositar toda su gracia sobre cada uno de nosotros.

¿Saben qué? Jesús le dijo a sus discípulos cuando se estaba preparando para morir, él les dijo a sus discípulos, aún tengo muchas cosas que revelarles, que mostrarles, que hablarles, pero todavía ustedes no las pueden sobrellevar. No es el tiempo para mostrarles todas estas cosas. Ven? La bendición de Dios cae sobre nosotros cuando usted ora por algo, tal vez usted está pidiendo, Señor, yo quiero un Mustang rojo convertible y que la capa sea negra, y que los aros sean de cuántas pulgadas? De 22 pulgadas los aros, y que tenga el …., y que tenga sillas de cuero y cosas así. Y ¿Saben qué? Puede ser que Dios te día, de verdad? Pues, mira te voy a dar un Volki del 86 color azul, con los asientos que lo más seguro es que se los vas a tener que tapizar, y que para prenderlo le vas a tener que dar manigueta.

Aprende a apreciar ese tipo de convertible. Tu querías un convertible? Te dio un convertible. No era el que tu pedías, pero al menos te dio un convertible. Si tu lo que tu querías era quemarte ahí en el sol, y fiebrar ahí con el sol y que el aire te pase mientras ibas a la playa, pues al menos lo tienes. Eso es un ejemplo bien… pero siguen la idea ¿verdad?

Hay veces que lo que tu pides, Dios te lo da pero en otra forma. Te lo da en otro paquete. Te lo da con otro nombre. Te lo da con otro sabor. Te lo da con otros olores. Te lo da a través de otras personas. Y uno tiene que aprender que, ah, no, yo no puedo ser tan orgulloso que yo diga, no se dio a mi forma, no me lo dieron como yo quería, no estaba well done, estaba médium regular, metí el cuchillo y salió sangre todavía. No lo quiero. Si usted se porta así con Dios, sabe lo que va a pasar? Usted se va de time out. Usted se va ir de time out porque Dios que es nuestro Padre, él se procura en disciplinarnos a nosotros.

Miren, yo se los digo, yo como papá ahora, yo veo esta dinámica de Dios conmigo como yo la veo con Lucas ahora mismo. Cuantas veces yo le he tenido que poner a Lucas en time out, porque él se empeña en algo, y yo sé que no es el tiempo para dárselo, más sin embargo él está ahí, y dale y dale, y yo, ah sí, tu quieres? Nos vamos de time out. Y allá empieza a llorar y a pataletear como hacíamos nosotros.

Miren, quién de sus padres, dígame si es verdad o no, quién de sus padres cuando usted le pedía algo y le decía que no, usted… rápido se entrompaba rápido. Y empezaba a pataletear, y empezaba a hablar entre dientes, o se encerraba o se empezaba a dar cabezazos en la pared o algo o lo que sea para que su padre le diera lo que usted quería, ¿verdad?

Yo veo algunos por ahí que tienen chichones en la cabeza. Miren, y ¿Saben qué? Lo más interesante es que yo veo que Dios muchas veces nos trata igual. Es más, hay veces que los padres, para mantener el interés de sus hijos los dejan como quien dice, en standby. Yo no sé si a usted le pasó que cuando usted quería algo y su papá se lo quería dar, pero le decía después. ¿Verdad? Ahorita te lo doy, ahorita no, bueno, el ahorita mío puertorriqueño es como ahorita, más tarde. Pero el ahorita de algunos de ustedes es como que ya, ahora. So, a mí me decían, Omar, ahorita. Y saben lo que pasaba cuando me decían ahorita? Yo me llenaba de esperanza porque ok, me lo van a dar, tal vez no ahora, pero a los 5 minutos, qué pasaba? Yo volvía. Ahora sí me lo das? Después. Ok, volvía seguía haciendo lo mío, jugando por ahí, pero yo sabía en mi mente, ah, lo que yo quiero me lo van a dar. So, a los 5 minutos volvía de nuevo, mami, ya? Ahora? Ya mismo? Ok, ya mismo, ya no es después, ahora es ya mismo. O sea, se está acercando el momento.

Miren, dígame usted si Dios no trata con nosotros igual, que nos mantiene, como quien dice, on the hook, nos mantiene ahí enganchados y nosotros estamos orando, estamos orando, y Dios te puede traer una palabra que esa palabra profética, lo que está diciendo, ya mismo, después, sigue esperando, ya viene. Y usted, va y viene, y usted va y viene, esa es la única forma que Dios tiene para mantenerlo a usted ahí interesado. Porque si se lo da todo, sabe lo que va a pasar? Es más, qué es lo que pasa cuando usted obtiene lo que quiere? Ya, lo tengo, yo quería un teléfono y estaba esperando que me dieran la oportunidad de hacer el…. gratis para no tener que pagar gratis, so, me llegó el …. y todo el mundo corre a la tienda, coge su nuevo teléfono y una vez que lo tiene es como, y qué? Ya lo tengo. Tu querías tu carro convertible, pues, ya lo tienes, y ahora qué? Ahora necesito una compañera al lado para compartir el carro.

Miren, mis hermanos, yo traigo este mensaje de verdad porque para mí esto ha sido algo bien revelador. Yo no estoy tirando por el piso la enseñanza bíblica, yo sé que Dios quiere que nosotros oremos a él, que nosotros pidamos, que nosotros nos llenemos de valor para poder buscar aquellas cosas que él tiene para nosotros, pero cuando no recibimos lo que estamos esperando, mis hermanos, yo creo que Dios no intenciona con ese propósito. Dios no quiere niños consentidos y niñas consentidas, aunque muchas veces lo puede hacer. Hay veces que yo entiendo que Dios me ha consentido en algunas cosas. Pero aún así, Dios también me mantiene en la línea, no todo el tiempo me dice, Omar, esto todavía no va a llegar. Y yo sé que así ha pasado con muchos de nosotros.

Pero miren, nosotros tenemos que seguir buscando. Acaso, miren como dice el Salmo 37. Bruce lo tienes por ahí? El salmo 37 otra vez. Uno de mis salmos favoritos, cada vez que yo lo leo, me inspira, me da nuevas fuerzas, pero miren, como dice el salmo 37? Dice, confía en el Señor, lo estoy leyendo en otra versión, pero dice, confía en el Señor y has el bien. Confía en Jehová y has el bien y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate, aquí está la clave, deleita asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.

Miren, mis hermanos, la Biblia está llena de todas estas promesas. El mismo Jesús nos enseñó a nosotros a pedir que se nos va a dar, a buscar porque vamos a encontrar, a tocar a la puerta porque tarde o temprano esa puerta se va a abrir. So, ese sentido de pedir, de búsqueda, es necesario, tenemos que insistir en ello.

Pero cuando no se vea la respuesta, cuando no se vea la respuesta al menos como a nosotros nos gustaría recibirla, entonces tenemos que entrar en un proceso de discernir, ok, qué es lo que está pasando aquí? Será que lo que estoy pidiendo no me conviene?, número 1. Será que lo que estoy pidiendo, no está en el tiempo de Dios?, número 2. Será que lo que estoy pidiendo está fuera de la voluntad de Dios y tengo que reajustarme en ese sentido? Y número 4, será que lo que estoy pidiendo, Dios necesita trabajar algo conmigo primero para entonces poderme dar aquello que él quiere darme.

Miren, como dije, aquello que él quiere darme. No lo que yo quiero. Yo creo, mis hermanos, que hoy más que nunca, escuchen bien estas palabra, hoy más que nunca, Dios está llamando a su pueblo a que pueda perseverar en él en sus promesas. Saben por qué lo digo? Porque hoy más que nunca cientos de cristianos, porque no reciben las respuestas a sus oraciones el mundo los seduce fácilmente y terminan yéndose como el hijo pródigo.

Y Dios no quiere que eso pase con su pueblo. Sabiendo que estamos en tiempos finales, hoy más nunca Dios quiere mantener a su pueblo bien unido, bien cubierto, bien protegido, bien nutrido. Dios quiere hacer eso. Pero nosotros como pueblo tenernos que tener eso en mente también. Fácilmente en el mundo en el cual estamos viviendo, cualquiera de nosotros puede ser engatusado por las mentiras del mundo y ponerse a pensar en papas fritas y en hamburguesas. Pero si estamos bien alertas, de poder discernir qué es lo que Dios quiere hacer en nosotros y a través de nosotros, a través de nuestras vidas como una comunidad, como una familia, miren, mis hermanos, ahí es donde está nuestro llamado de poder perseverar.

Es bien fácil tirar la toalla y hacer otra cosa. Es bien fácil poder hacer eso. Pero si nosotros seguimos el ejemplo de Jesús que no tiró la toalla cuando lo pudo haber hecho, más sin embargo se mantuvo ahí con los guantos puestos y aguantó, y a través de su triunfo nosotros estamos entonces donde estamos.

Yo creo que nosotros también podemos esperar en nuestro tiempo, podemos esperar a esas oraciones que no han llegado, que en el tiempo de Dios llegarán. Podemos entonces entender que tal vez que si lo que estoy pidiendo no está en línea con la voluntad de Dios, que entonces yo pueda sacrificar, entre comillas, que yo pueda sacrificar ese deseo, que yo pueda sacrificar ese capricho, que yo pueda sacrificar esa pasión interna, por entonces ajustarme a lo que Dios quiere.

Eso es lo que Dios está llamándonos a nosotros a hacer ahora más que nunca, mis hermanos. Así que yo quiere inspirarte un sentido de esperanza hoy. Yo los miro a ustedes aquí, y yo no sé si algunos de ustedes han sentido como que, para qué seguí orando por esto si no funciona, para qué voy a seguir insistiendo en esto si no llega. Y tu has sentido tal vez como que tu ánimo como que ha mermado, como que ha bajado. Si tu te sientes así hoy, yo creo que hoy es una oportunidad para coger nuevas fuerzas y seguir adelante.

Si tu estabas demasiado centrado en algo y tal vez Dios lo que te está queriendo dejar saber es como que tweak your prayers, ajusta tus oraciones de alguna forma, busca orar en una forma distinta para ver si entonces no vas a ver tu respuesta. Si se te hace difícil cambiar el enfoque de tu oración, pues mira, pídele al Señor que te muestre entonces qué es lo que hay ahí, para que tu oración pueda tener entonces la certeza con la cual Dios quiere que tu le des ….., por decirlo así. Si tu estás en un tiempo donde tu estás tratando de ajustar el reloj de Dios para ajustarlo al tuyo, definitivamente ten bien claro que el reloj de Dios es más importante que el tuyo. Nunca, escucha bien, nunca Dios se deja manipular. Dios es un Dios de amor, Dios responde a sus hijos, pero nunca se deja manipular. Dios sabe lo que hace en su tiempo.

Yo puedo ayunar, yo me puede tirar de cabeza en el piso, puedo caminar por fuego, Señor, estoy haciendo todo esto porque quiero esa respuesta, pero si no está en Dios, me quemé los pies.

Quiero que se pongan de pie, mis hermanos, que vamos a orar. A mi me gusta cuando todo el mundo se queda así bien callado. Yo sé que están reflexionando. Ya yo he aprendido mi lección. Pero hermanos, yo quiero orar por ustedes, esas cosas que yo he dicho aquí, usted sabe dónde usted está, usted sabe qué parte de este mensaje le llega a usted. You know better than me. Usted lo sabe.

Y si hoy usted necesita ajustarse, afirmarse, coger fuerzas, o mire, quién sabe si hasta alguno de nosotros tengamos que pedirle perdón a Dios, quién sabe si alguno de nosotros aquí tenemos que llegar delante de la presencia de Dios y decir, Señor, perdóname porque he sido un hipócrita, he sido un orgulloso. Aún eso, mis hermanos, si tenemos que pedirle perdón a Dios, estas son las oportunidades para poderlo hacer.

Así que yo te animo ahí donde tu estás, tu sabes, tu sabes lo que tu necesitas. Tu sabes cómo este mensaje se aplica a las circunstancias en las cuales tu estás, y Dios te está hablando a ti ahora mismo. Yo lo creo así, Dios te está hablando. No es el pastor Omar, yo sé que es el espíritu de Dios ahora mismo que está redarguyendo tu corazón.

Así que espíritu de Dios, en esta misma solemnidad yo te pido que seas tu operando en los corazones de mis hermanos y hermanas. Permite que ellos puedan recibir de ti hoy la fuerzas que necesitan para poder seguir adelante en su búsqueda de ti, su búsqueda de esa respuestas, de esas peticiones que tanto están anhelando, en cualquier forma que eso se pueda manifestar. Puede ser que estén orando por algún familiar, por alguna situación en el trabajo, alguna situación financiera, por alguna sanidad física, Señor, puede ser que hasta haya alguien que está pidiendo que tu confirmes un llamado en su vida y todavía esa confirmación no ha llegado. Puede ser que están pidiéndote que tu les des algún don específico y ese don todavía no se ha manifestado. Se puede aplicar de tantas formas, Señor, pero yo te ruego que de acuerdo a tu conocimiento sobre la vida de cada uno de nosotros, Señor, que esta palabra cobre vida y que tu traigas convicción sobre nuestros corazones. Trae convicción en nuestras mentes, de lo que tu verdaderamente quieres revelarnos a nosotros.

Señor, si nuestra respuesta no llega porque no conviene, pues, mira, Señor, let it be. Que nosotros no sigamos empujando en algo que tu no nos vas a dar, que podamos entonces re enfocarnos en alguna otra dirección.

Señor, si lo que estamos tratando de hacer es que tu te ajustes a nuestro tiempo, cuando lo que tu quieres es que nosotros nos ajustemos a tu tiempo, mira, Señor, danos la sensibilidad de espíritu para hacer precisamente eso. Si estamos orando fuera de tu voluntad, si estamos pidiendo cosas que no están en línea con lo que tu quieres para nosotros, si estamos pidiendo cosas que no están en acorde con esos planes de bien que tu tienes para nuestras vidas, pues, mira Señor, ayúdanos a discernir tu voz para saber acomodarnos entonces a lo que tu tienes, lo que tu mandas.

Y Señor, si en algunos de nosotros tu lo que estás haciendo es dándonos una disciplina para poder moldear nuestro carácter, para poder moldear la forma en que hablamos con otros, para poder moldear la forma en que pensamos acerca del mundo a nuestro alrededor, o quién sabe si hasta poder cambiar la forma en que nos apreciamos a nosotros mismos, Señor, entonces ayúdanos a recibir esa disciplina porque tu a quien amas disciplinas, porque somos tus hijos, tus hijas, sino fuéramos unos bastardos.

Pero porque somos tuyos, somos tu posesión, somos parte de familia, tu buscas corregirnos. Así que, Señor, sea cual sea la etapa, o la situación de vida en la cual estemos, yo te pido que tu nos hables y que nosotros podamos responder al llamado de tu voz, que sepamos discernir cuáles son tus intenciones, mi Dios, para entonces vivir en esa vida abundante que tu tienes para cada uno de nosotros. Te damos la gloria y el honor, solamente a ti Señor y como decía al principio aunque no veamos la respuesta, Señor, tu pueblo te dice gracias, porque son grandes las cosas que tu has hecho, son grandes las cosas que tu estás haciendo, y son grandes las cosas que tu harás en nosotros, en favor de nosotros y a través de nosotros. Por eso mismo entonces, Señor, te damos toda la gloria y toda la honra, por tu hijo Jesús te bendecimos, Señor. Amén. Amén.