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Vamos a hablar de búsqueda, y no de búsqueda de cualquier cosa, vamos a hablar de búsqueda de algo bien particular. Hay un verso en Santiago, Capítulo 1 verso 5 que dice lo siguiente. Yo no sé si alguno se lo sabe de memoria, pero Santiago Capítulo 1, verso 5 dice:
Si alguno tiene falta de sabiduría, pídasela a Rafael. Mire que este hombre es bien sabio. Caso perdido.
“….Si alguno está falto de sabiduría pídasela a Dios…”
Sabe usted que la sabiduría es una de las palabras más mencionadas en la Biblia? Particularmente entre los salmos, los proverbios y Eclesiastés. La sabiduría se iguala a la persona de Jesús que en Jesús se encuentra la sabiduría. Dice Proverbios, Capítulo 2, hay muchos proverbios que dicen esto, pero miren Proverbios, Capítulo 2 y si me lo podéis poner por ahí, mire esto, dice empezando en el verso 1:
“….Hijo mío o hija mía, si recibieres mis palabras y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría, si inclinares tu corazón a la prudencia que es una pariente de la sabiduría, si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz, si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios….”
Saben que cuando yo estaba en el tiempo de oración y yo me pongo a pensar, guau, son tantas las gentes que se desviven por buscar otras cosas en la vida, y obviamente cuando compara la sabiduría a la riquezas, hay mucha gente que se desviven, se vuelven locos y locas por tratar de adquirir los recursos financieros necesarios para poder vivir sus sueños. Y a cuantos de nosotros no nos ha pasado eso? Hay gente que se desviven por adquirir las ayudas financieras necesarias para poder estudiar, para poder aclarar sus papeles, para poderse comprar su casa de sueño, para poderse comprar el carro de sueño, para poderse comprar la ropa de sueño, para poder arreglarse partes del cuerpo, el viaje del sueño. Gracias a Dios que el paréntesis que dije ahí no lo oyeron. No lo voy a repetir. No.
Hay gente sí que gastan su dinero por tratar de verse un poquito mejor de lo que Dios los creó. Lo voy a decir de esa forma. No se dieron la liposucción que yo me hice? Hasta que como…. Se va la liposucción. Eso lo estoy sacado todo de Proverbios 2.
Pero mis hermanos, el asunto es que hoy más que nunca, yo no sé cuantos de ustedes estuvieron aquí el domingo y tuvieron la oportunidad de escuchar el mensaje que compartí. Pero ese mensaje a mí me ha seguido rodando, rodando en mi cabeza y en mi corazón. Y yo me digo, guau, Señor, o sea hoy más nunca literalmente, hoy más que nunca es tan y tan importante uno poder buscar de ti esa sabiduría que necesitamos para saber cómo proceder en todo lo que hacemos, en todas nuestras andanzas, para saber cómo vivir como seres humanos en nuestras relaciones con otras personas, para saber vivir como hijos e hijas tuyas, Señor, entendidos de qué es lo que tu esperas de nosotros, qué es lo que tu quieres hacer en nosotros, qué es lo que tu quieres hacer a través de nosotros, mis hermanos.
Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero para mí ya eso es un refrán. Cada vez que Dios nos bendice no es solamente, esa bendición no es para enriquecer tu vida personal, sino para que a través de ti tu puedas enriquecer la vida otro u otra persona a tu alrededor. La bendición de Dios es así, es como un efecto dominó, te toca a ti y por ahí sigue llegando a otras personas.
Y ¿Saben qué? Yo entiendo que hoy uno tiene que ser sabio también para poder entender y comprender cómo es que Dios quiere bendecirnos a nosotros. Esa sabiduría de la cual está hablando los Proverbios, de buscarla, y lo dice con tanta intensidad, mis hermanos, si ustedes siguen leyendo ese Capítulo 2 de Proverbios, ustedes se van a dar cuenta que Salomón está poniendo un sentido de urgencia tan y tan grande al poder encontrar la sabiduría, a poder buscarla y encontrarla y vivir de acuerdo a ella.
Y miren que estoy diciendo sabiduría, no como un concepto ético, estoy diciendo la sabiduría como una representación del mismo Jesús, de poder buscar su persona, de poder buscar quién él es, lo que el significa en medio de nuestras vidas, lo que él puede hacer en nosotros, y cómo él nos equipa para nosotros poder llevar a cabo nuestro diario vivir.
Hay que buscar esa sabiduría, mis hermanos, y cuando lleguemos a los momentos donde nos trancamos, miren esto, vayan conmigo a Eclesiastés, yo no sé cuántos de ustedes leen Eclesiastés, pero yo les sugiero que lean Eclesiastés. En el Capítulo 7 de Eclesiastés me crucé con estos versos que me parecieron bien interesantes. Y mire cómo dice, Eclesiastés, Capítulo 7 empezando en el verso 9, válgame, déjame empezar en el verso 5, es que es tan bueno el Capítulo que por eso es que sigo subiendo, subiendo para leer otras cosas. Miren estos dichos que salen aquí, dice:
“… mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios porque la risa del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla…” ahí me perdiste, déjame leerlo en esta versión que se oye mejor.
“…la risas del necio se parecen al crujir de las zarzas en el fuego –eso lo entiendo mejor- … y también son vana ilusión,- esto también es vanidad- …ciertamente la opresión hace entontecer al sabio y las dádivas corrompen el corazón. Mejor es el fin del negocio que su principio, ¿verdad? ¿Verdad que es mejor cuando usted cierra el día en la casa que cuando lo está empezando? ¿Verdad que es mejor cuando usted ya usted firma y le dan el carro, que cuando está empezando a buscarlo? ¿verdad que es mejor cuando, entre su esposo o su esposa, ustedes llegan a un acuerdo que tu vas a hacer esto y yo voy a hacer aquello, y están todos tranquilos, que el procesos antes que fuera como jalándose los pelos? Ah, pero que si tu no haces esto, no haces lo otro, ¿verdad? La gente se siente mejor cuando el negocio se cierra a que cuando se está empezando.
“… mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu… -sigamos pues, ahora -… no te apresures en tu espíritu a enojarte porque el enojo reposa en el seno de los necios…”
Óigame aquí fue donde este pasaje me empezó a atraer. Y lo voy a leer en esta versión Dios habla hoy, porque aquí me gustó como lo leí. Dice:
“… No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo es propio de gente necia…”
Ahora, no significa que no nos enojemos, yo sé que nosotros podemos experimentar el enojo, pero que el enojo vaya a dominar sobre nosotros, ahí es donde la necedad puede entrar a nuestras vidas, ahí es cuando, si uno se deja llevar por el enojo que nos pueden causar las situaciones, muchas veces el enojo nos puede cegar y entorpecer y entonces actuamos neciamente. Exacto, el necio dice locamente, o el enojo no nos ayuda, nos provoca a hablar neciamente. Cuando usted está enojado con alguien y dice algo que no tiene que decir, sabe dónde se ve la necedad? Cuando después usted tiene que venir con el rabo metido entre las piernas a pedir perdón. Y qué es lo primero que uno dice? Yo sé que hice mal. Yo sé que metí la pata, yo sé que actué mal. Y uno tiene que pedir perdón.
Pero siga leyendo, mira el verso 10, a mí me gustó el verso 10, porque hay muchos que decimos esto, dice:
“… No te preguntes por qué los días del pasado fueron mejor… “-cuántos han dicho, ay, los días de antaño, qué buenos eran esos días! ¿Verdad? Qué buenos eran aquellos días que la Coca Cola valía 5 centavos! Qué buenos eran aquellos días cuando me levantaban con caricias en el cutis y ahora me levantan ahí a regañadientes, ¡Levántate! Y prepara la cama! Qué buenos eran aquellos días donde cada pedazo de piel del cuerpo estaba en su lugar! Y ahora hay que mirarse en el espejo y como que… por algo estaba diciendo aquellas personas que gastan dinero en…óigame. Un chiste, Dios mío.
Padre debería decir esto, dame sabiduría para ver si tengo que decir esto o no. Es que saben por qué estoy diciendo eso, mis hermanos, porque es que ayer yo me estaba reuniendo con un amigo mío y estábamos en el Mall de South Plaza y cuando yo voy llegando, yo veo a esta mujer que viene caminando hacia mí, mis ojos se concentraron solamente en su boca. And you can tell, cuando una boca es de verdad y cuando una boca es artificial. So, yo había visto esas cosas en televisión pero cuando lo vi en carne y hueso, delante de mí, yo me dije, como que… dinero mal gastado, eso fue lo único que yo pude decir.
Pero, dónde estaba, ok, miren, no nos pongamos a soñar por los tiempos pasados pues mira cómo dice:
“… esa no es una pregunta inteligente…” Guau, eso a mí me cogió “… porque nunca de esto preguntarás con sabiduría…”
En otras palabras lo que está queriendo decir, por qué te vas a quedar soñando en los días de ayer, cuando tu tienes que vivir el día de hoy, enfocándote en lo que está adelante. Tal vez tu puedas adquirir experiencias del día de ayer, pero muchas veces esa experiencia del día de ayer no necesariamente te van a dar lo que tu necesitas para hacer lo que tienes que hacer en el día de hoy and beyond.
So, no gastes mucha energía cerebral pensando en los días de ayer. Miren, esto, verso 11, me gusta esta versión, me casé con esta versión, dice
“…Buena y provechosa es la sabiduría para los que viven en este mundo si además va acompañada de una herencia, porque la sabiduría protege lo mismo que el dinero, pero la sabiduría tiene ventaja de darle vida al sabio…”
Y ahora miren el verso 13, aquí sí que lo podemos leer, verso 13:
“… Mira la obra de Dios porque quién podrá….” defenderme, no, eso es el Chapulín Colorado, ¿verdad? Dice, “…. Quién podrá enderezar lo que él torció….”
Estoy siendo bien visual. Quién puede enderezar lo que él torció. Él mismo, gracias. Se recuerdan el mensaje del domingo que hay veces que uno está dándole la matraca como que, Señor, endereza esto, endereza esto, endereza esto, y él lo creó torcido por un propósito, y muchas veces no recibimos esa respuesta y estamos buscando, porque es que Dios quiere que se quede torcido por un tiempo. Y puede ser que después él lo tuerza del otro lado, y uno, no, no, tiene que estar derecho. No, yo lo quiero torcer del otro lado ahora.
Pero Dios es el que hace y deshace, o sea, eso es lo que yo veo ahí. Hay cosas que Dios determina, mis hermanos, que por más que lo peleemos it’s up to him. Depende de él. Pero si seguimos leyendo, miren esto, se va poniendo más interesante, verso 14, por favor, dice:
“… En el día de bien goza del bien, y en el día de la adversidad considera, porque Dios hizo tanto lo uno como lo otro a fin de que el hombre nada halle después de él…”
Ah, no, eso suena muy deprimente. No, no. Déjeme leerlo de acá.
“… Cuando te vaya bien mira disfruta de ese bienestar, pero cuando te vaya mal ponte a pensar, miren esto, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosas de Dios y que el hombre, ve aquí suena mejor, suena más poético, y que el hombre nunca sabe lo que le va a traer el futuro…”
En otras palabras está diciendo que mira, no, cuando las cosas te vayan mal no te quedes, ah, se me fueron a fuste mis planes que yo tenía, no voy a poder hacer nada más ahora. No. Qué es lo que dice Romano 8?
… que todas las cosas obran para bien a los que aman a Dios…”
So, eso es lo que yo estoy leyendo aquí. Cuando las cosas te vayan bien, gózate, fíjate tus pasitos de jazz, ponte tu ropa fina, vete a comer al Eagle Seafoods, mejor vete al colmado y compra el pescado y te lo comes tu en tu casa, sale más barato. Lo hacen en barbecue. Y mire, cuando te vaya mal, aquí es donde el fuego quema de verdad, porque muchas veces cuando va mal, hay veces que se nos hace difícil como poder decir como, Señor, pero por qué, por qué esto me sucede a mí? Pero miren ahí es donde está la sabiduría, mis hermanos, ahí es donde está la sabiduría espiritual. Déjame definirla así: la sabiduría que proviene de Dios se encuentra ahí, en el mero hecho de que cuando las cosas van bien, cuando las cosas van mal, Dios nos da a nosotros la capacidad de poder entender cómo vivir a través de esas cosas. Y de nosotros poder ver a Dios en medio de todas esas cosas.
Así que yo quiero resumir aquí ahora: tu estás escuchando estas palabra ahora mismo y tu entiendes muy bien cuál es el panorama de tu vida, tu entiendes muy bien en qué sentido tu estás necesitando sabiduría ahora mismo. Tal vez tu eres la madre de adolescentes y como que tus chicos están como que sus hormonas están corriendo y no están pensando inteligentemente, por algo es que Salomón escribió en Proverbios a su hijo, como que, mira, cuando lleguen esos años de locura, lee lo que te estoy diciendo, para que sepas bien cómo actuar. Pero lo que esas palabras se nos aplican a nosotros aunque nuestras hormonas estén tambaleando en otra forma, pero la enseñanza se aplica a nosotros como quiera.
Así que, mis hermanos, yo quiero animarles a ustedes, la sabiduría es un don de Dios que está ahí presta, está, Dios la tiene ahí en sus manos para darla a quien la pide. Si usted es el tipo de persona que se deja ahogar por las circunstancias que lo rodean, o por las cosas que diga la gente, o por lo que usted pueda ver con sus ojos naturales, mire, su capacidad de poder percibir las cosas como Dios intenciona se va a empequeñecer y a nublar. Pero si nosotros en medio de todo eso podemos decir, mira, Dios yo necesito que tu me des esa sabiduría sobrenatural para yo saber cómo hablar, sabe cómo hablarle a alguien y yo no sé, yo estoy diciendo estas cosas sabrá como esa gotita le está mojando la cabeza. Pero saber cómo hablarle a alguien, saber cómo tratar a su cónyuge, su pareja, saber cómo tratar a ese colega de trabajo, saber cómo tratar a ese hermano, esa hermana en la iglesia que piensa distinto a usted, que le gusta hacer las cosas distinto a usted. Es más, que Dios le de la sabiduría para usted saber tratar con usted mismo o con usted misma. Y ahí es donde verdaderamente la batalla se da.
Cuantos de ustedes se soportan a sí mismos? Algunas veces, ok, algunas veces. Cuantos se soportan y cuantos unas veces es como si se pudiesen dar una patada, pórtate bien. Pero miren aún para eso, mis hermanos, porque ¿Saben qué? Muchas veces… la sabiduría de Dios actuó ahí. Pero miren hermanos, hay veces que lo que percibimos fuera de nosotros es provocado por lo que está en nuestro interior. Hay veces que esos pleitos que hay con otras personas a nuestro alrededor es porque no hemos sabido verdaderamente tratar el interior. Por eso es que si yo estoy leyendo esto, mis hermanos, que cuando estemos en esa búsqueda de sabiduría no estés diciendo, Señor, dame sabiduría para saber tratar con fulano, fulana, mengana y sutana. No, pídele sabiduría para saber cómo tratar conmigo mismo, conmigo misma.
Que esa sabiduría me ayude a entender que si hay algo que yo estoy haciendo incorrectamente, que si estoy pensando incorrectamente, que si estoy actuando en la forma que no es debida, permite que esa sabiduría me ayude a mí, a yo poder descubrir esas cosas que están en mí para entonces ver esos cambios que yo quiero ver a mi alrededor. Pero Dios primero tiene que obrar en uno, por eso es que ese libro de Proverbios dice, busca la sabiduría, búscala como un tesoro, búscala como agua fría cuando estás en medio de un desierto y no tienes nada de beber. Búscala. Busca la inteligencia, busca la prudencia, busca todos esos atributos de Dios que puedan transformar tu ser para que entonces tu te conviertas en un agente de transformación de las cosas que están a tu alrededor. Amén.
Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Amado Dios yo te doy las gracias de verdad porque tu sabes cómo trabajar con nosotros, Señor, tu sabes cómo tratarnos, tu sabes cómo llenar nuestras vidas como nadie más lo puede hacer. Y yo te ruego, Padre, yo sé como dije hace unos minutos atrás, yo sé que esta noche ha sido una noche de renuevo, una noche refrescante para muchos, y a la misma vez tal vez puede ser que haya algunas personas que hayan dicho, aquí no ha pasado nada, gente cantando, gente llorando, eso es lo que he visto. Pero Padre, tu sabes tus tiempos, tus temporadas con la gente. Y aquellos que han sido renovados, Señor, yo sé que tu vas a seguir cumpliendo tu propósito en medio de sus vidas. Y en el segundo grupo de personas, mi Dios, yo sé que tu tiempo también vendrá para ellos, donde tu palabra va a penetrar tan profundo en su corazón que no van a poderse contener.
Yo te pido que esta palabra de sabiduría que hemos compartido hoy, traiga luz a nuestras mentes y a nuestros corazones, para saber descubrir, conocer nuestro interior como tu lo conoces, para entonces podernos convertir en hijos e hijas útiles para ti en la transformación de las circunstancias de nuestro alrededor.
Padre llénanos, llévanos con bien ahora hasta nuestros hogares, permite Señor, que tu espíritu vaya con nosotros, que tu renueves nuestro ser, que nuestros sueños esta noche sean reparador, que aún en nuestro sueño tu te encuentres con nosotros y nos hables, nos reveles tus propósitos, tus intenciones para con nuestra vida. Gracias te doy, bendice a cada uno de mis hermanos y hermanas que han llegado hasta aquí esta noche, Señor, y yo sigo orando que tu sigas trayendo a aquellos que tu sabes que necesitan ese toque tuyo los miércoles por la noche.
Reclamamos tu bendición sobre nuestras vidas, tu paz, tu poder, tu amor, tu unción, Señor, y mañana es otro día, que tu nos permites vivir, Señor, para declarar tu gloria, tu bendición, tu majestad y vivir a la altura de lo que tu pides para nosotros, Señor. Te bendecimos, te damos la gloria y la honra en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gracias Señor.