Quiero volver al capítulo doce: tomamos dos semanas para hablar acerca del bautismo del Espíritu Santo y para poner algunos toques a ese concepto, que creemos que si no esta explícitamente contenido en ese capítulo doce, esta ciertamente sobreentendido. No podemos entender estos pasajes de Primera de Corintios, si no los entendemos en el contexto de una Iglesia que se movía plenamente en los dones. Aunque desgraciadamente no en otras áreas que el Apóstol Pablo quería balancear.
"Pero estos capítulos no se pueden entender a menos que no sea en ese contexto de una Iglesia plenamente carismática y por eso toda esta referencia a los dones y como se usan en su contexto correcto y ahora lo que queremos es volver a analizar el texto sobre ese entendimiento de lo que es el Bautismo del Espíritu Santo. Vamos a entrar de lleno en algunas de las ideas que el Apóstol Pablo traza a través de este Capítulo 12.
Vamos a comenzar otra vez con el Versículo 1 dice: “No quiero hermanos que ignoréis acerca de los dones Espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba, llevando como se os llevaba a los ídolos mudos. Por tanto os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo y hay diversidad de operaciones pero Dios que hace todas las cosas en todos es el mismo.
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho, porque a este es dado por el espíritu palabra de sabiduría, a otro palabra de ciencia según el mismo espíritu a otro Fe por el mismo Espíritu y a otro dones de sanidad por el mismo Espíritu, a otros el hacer milagros, a otro profecía, a otro discernimiento de Espíritus, a otro diversos géneros de lengua, y a otros interpretación de lenguas.
“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular como él quiere, porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo siendo muchos son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
“Además el cuerpo no es un solo miembro sino muchos, si dijera el pie: porque no soy mano no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? y si dijera la oreja porque no soy ojo no soy del cuerpo ¿por eso no será del cuerpo? si todo el cuerpo fuese ojo ¿adonde estaría el oído? y si todo fuese oído ¿donde estaría el olfato?
Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo como Él quiso, porque si todos fueran un solo miembro ¿Donde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros pero el cuerpo es uno solo, ni el ojo puede decir a la mano no te necesito ni tampoco la cabeza a los pies no tengo necesidad de vosotros.
“Antes bien los miembros del cuerpo que parecen mas débiles, son los mas necesarios aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos a estos vestimos mas dignamente y los que en nosotros son menos decorosos, se trata con mas decoro, porque los que en nosotros son mas decorosos, no tienen necesidad.
“Pero Dios ordenó el cuerpo dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros, de manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él y si un miembro recibe honra todos los miembros con el se gozan. Vosotros pues sois el cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular y a unos puso Dios en la Iglesia primeramente Apósteles, luego Profetas , lo tercero Maestros, luego los que hacen Milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas, ¿son todos Apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todas lenguas? ¿Interpretan todos? Procurad pues los dones mejores, mas yo os muestro un camino aun más excelente”. Bendiga el Señor Su palabra.
Quiero simplemente correr a través de algunos versículos según el Señor nos dirija y hacer algunas observaciones acerca de lo que el Apóstol Pablo le está diciendo a la Iglesia de Corinto y también a nuestra propia congregación. Hemos dicho que estos pasajes, doce trece y catorce, estos Capítulos son parte de una unidad conceptual en la mente del Apóstol Pablo.
Tenemos que entenderlos en el contexto de una Iglesia dividida, una Iglesia superficial en cierto sentido, en ciertos aspectos espirituales, una Iglesia en la cual algunos hermanos se consideran súper espirituales en comparación con otros. Hay arrogancia espiritual, en ese contexto de la Iglesia. Hay división en esa congregación como hemos visto en varios capítulos anteriores. Hay una idea superficial de que las lenguas están por encima de todos los demás dones, hay un sobre énfasis sobre las lenguas aparentemente, no se dice así explícitamente, pero la lectura misma sugiere porque es una preocupación que sale una y otra vez.
Es la idea que la congregación se ha fijado, fijado en el sentido literal de la palabra, sobre las lenguas y como que todo su énfasis, toda su energía se está dando al cultivo de ese don, a expensas de las riquezas de dones que tiene el Espíritu Santo que dar. Hay también quizás en este contexto si se puede aplicar un poquito de lo que dicen los exégetas una especie de escatología súper desarrollada; queriendo decir , hay un énfasis demasiado fuerte en el hecho de que ya Cristo ha venido, de que el Reino de Dios está entre nosotros y no suficiente énfasis sobre el hecho de que aunque el Reino ya esta aquí en la tierra no se ha realizado plenamente todavía, sino que vendrá en el tiempo futuro cuando Jesucristo sea manifestado y revelado en toda su Gloria su segunda venida.
Y algunos hermanos están como viviendo prematuramente y las implicaciones Teológicas de esa conclusión errada no se han dejado esperar en términos de la vida de la Congregación. Yo creo que también hay -y lo que el Apóstol Pablo trata de corregir en el capítulo 13 en su Himno al amor, su poema al amor- es un énfasis de qué es más importante, ¿los dones o el fruto del Espíritu? Yo creo que estos hermanos han puesto un énfasis demasiado grande sobre los dones del Espíritu, los aspectos sobrenaturales o espectaculares, del poder de Dios y no han dado suficiente énfasis a la otra dimensión que ese fruto del Espíritu, ese amor, esa paz esa benignidad, esa tolerancia de los unos por los otros etc., que son parte de la evidencia también de la llenura del Espíritu en la vida del creyente.
Y entonces, es decir hay un balance, hay un sobre énfasis en áreas que deben ser tenidas en un balance mucho más adecuado y entonces este Capítulo 12 y el 14 y el 13 también en otro sentido, están diseñados no para decirle a la Iglesia de Corinto como se ha interpretado, que los dones no son importantes y que lo que importa es el amor o el fruto del Espíritu, sino para ponerlos en una relación adecuada.
Para administrar los dones en una manera adecuada, para regir el uso de los dones del Espíritu Santo en una forma legítima y conforme a lo que Dios ha establecido y por eso es que el Apóstol Pablo ha comenzado diciendo que no quiere que sean ignorantes acerca de los dones o de los asuntos del Espíritu y vimos las implicaciones de eso en términos del bautismo del Espíritu Santo por ejemplo.
Ahora vamos a pasar en el Versículo 4, 5 y 6, el Apóstol Pablo dice: “Hay diversidad de dones pero el espíritu es el mismo, hay diversidad de Ministerios pero el Señor es el mismo, hay diversidad de operaciones pero Dios que hace todas las cosas en todos es el mismo”. El Apóstol Pablo está de nuevo dirigiendo la mirada de los Corintios hacia ese hecho de que hay diversos dones, está comenzando, hay un juego en su pensamiento entre la unidad que debe haber entre los diferentes dones que se mueven en el ámbito de la Iglesia, la unidad y la diversidad, ambas cosas.
Los dones son muchos pero es un solo Espíritu, y hay un solo Espíritu pero los dones de ese Espíritu son muy diversos y tenemos que mantener ese balance en ambos lados, entonces el Aposto Pablo usa tres expresiones, Dones, Ministerios y Operaciones y dice que aunque los tres son diferentes y variados en su apariencia externa, lo que esta detrás de ellos es lo mismo. La palabra que el usa para Dones es “carismaton” que quiere decir regalos evidencia de la Gracia de Dios, Dios ha dado los Dones en una forma gratuita a la Iglesia para su enriquecimiento, para su edificación y para su funcionamiento.
Y el origen de todo esos dones es el mismo es el Espíritu Santo que da esos dones, el usa la palabra Ministerios, en el Griego original es “diacodión”, de donde viene la palabra Diáconos, es la idea de servicios. Hay diferentes maneras en que el servicio se manifiesta en la Iglesia, esos dones se manifiestan en cosas concretas, en forma de servir a la congregación y al mundo exterior.
Pero El Señor que es el dueño y El Señor el dador y el administrador último de esos Ministerios es uno solo que es Cristo Jesús y finalmente habla de Operaciones que en el Griego original es “energematon” y hay mucha diversidad en cómo se interpreta ese concepto y como se traduce. Al español se ha traducido Operaciones, en el inglés se dice workings.
La idea es hay muchos diferentes efectos, hay muchos diferentes resultados, muchos diferentes trabajos que hace ese espíritu y yo entiendo también que en esa palabra energematon, esta también la palabra energía, de donde viene nuestra palabra energía y yo creo que más se refiere el Apóstol Pablo a la idea que el Poder del Espíritu se manifiesta en diferentes cantidades y en diferentes grados de intensidad, pero el que esta detrás es el mismo, es por ejemplo Billy Graham es uno de los grandes o el mayor evangelista quizá que ha tenido el siglo veinte.
Millones de personas literalmente se han convertido a través del Ministerio de Billy Graham. Pero hay otros evangelistas, hay cientos de evangelistas, miles de evangelistas que Dios ha levantado a través de la historia y de este siglo. No tienen quizá el nivel de unción, o de poder o de autoridad que Dios le ha dado a un Billy Graham para proclamar el evangelio, pero son evangelistas. Hay diferentes niveles, el Apóstol Pablo dice que según lo que hemos recibido, según el grado de Fe que hay en nosotros, que lo usemos.
Dios asigna sus Dones pero da diferentes grados de autoridad y de magnitud en el uso de esos dones. Pero el Apóstol Pablo enfatiza en el Versículo 7 que lo que tenemos que recordar, es que a pesar de esa diversidad, a cada uno le es dada esa manifestación del Espíritu, para provecho.
Yo creo que la idea también esta aquí dirigir nuestra mirada a que los dones no es algo que simplemente usamos para despliegue o para nuestro propio beneficio. Ahí no dice para provecho del que los tiene por ejemplo, sino que los dones son dados para provecho de toda la Iglesia, para bendición de toda la Iglesia, para el fortalecimiento del reino de Dios.
A pesar de todas esas manifestaciones, Operaciones, Ministerios, todo es dado por el Espíritu con un solo propósito, un solo espíritu lo da y con un solo propósito que es la edificación, el fortalecimiento de la Iglesia de Jesucristo. Entonces él añade: “porque a unos les da” -aquí entra más bien en una especie de enumeración que es más bien una enumeración espontanea- mucha gente ha mal interpretado este pasaje y creen que solamente estos son todos los dones que Dios ha dado y se habla de nueve dones y eso es todo.
Pero en realidad los dones que Dios da, hay varias listas que el Apóstol Pablo tiene de dones. En algunas aparecen algunos de estos que da aquí, pero en otros aparecen otros que no da. En el mismo Capitulo 12 hacia el final, en los versículos 28 sobre todo, Versículo 28, usted ve que hay otros dones: “ a unos puso Dios en la Iglesia, Apóstoles, luego Profetas, tercero Maestros, luego los que hacen milagros, los que sanan, ayudan, administran” .
Yo he oído mucho hablar del don de Lenguas, he oído mucho hablar del don de profesa del don de sanidad, a muchos hermanos yo no los oigo decir Dios me ha dado el Don de ayudar, porque eso como que no suena muy sensacional, no suena a pararse uno ante grandes multitudes y hacer dramáticas declaraciones.
Cuantos oímos por ahí yo tengo el don de Administrar. Quizá hoy en día hay mucho énfasis sobre eso porque tiene cierto “caché" ser un administrador, pero en realidad, no son dones que parecen como muy espectaculares pero son parte de los dones. Y yo creo que Dios a provisto quizás miles de dones a su pueblo según las necesidades que surgen: el don de la consejería es un don tan necesario en una sociedad dividida y neurótica como en la que vivimos. La Iglesia necesita consejeros y yo creo que Dios ha provisto personas que tengan ese don para aconsejar y para escuchar las necesidades y dar una palabra adecuada.
Entonces el Apóstol Pablo dice: “aquí la palabra es sabiduría, la palabra que se usa en el Griego es “sophia”, donde viene Filosofía: amor hacia la sabiduría, que es yo creo y nadie está seguro porque no hay suficiente información acerca de que había en la mente de Pablo acerca de estos dones, se hace conjeturas y se observan ciertos fenómenos en la vida del Pueblo Carismático y de ahí se concluyen ciertas cosas. Pero en realidad Bíblicamente no tenemos palabras contundentes para decir esto es este don y punto.
Pero yo entiendo por palabra de sabiduría, es decir, y miren la manera en que lo pone "palabra de sabiduría" es un mensaje que viene de Dios en ocasiones especificas a un individuo que tiene ese don para, yo creo, dar una solución a problemas. Yo veo el sabiduría con sentido práctico de solucionar problemas, de dar respuestas prácticas, de dar respuestas que se puedan poner en práctica para los dilemas y asuntos de la vida.
La persona que tiene ese don, esa palabra de sabiduría, es una persona que en momentos de crisis de necesidad, sabe que palabra decir o qué consejo dar o que decisión tomar etc. No podemos detenernos demasiado tiempo en todo esto, pero más o menos esa es la idea, la diferencia a ese otro don que es palabra de ciencia.
El Aposto Pablo usa en Griego “gnosis”, de donde viene conocimiento o cognoscitivo y por el contexto mismo de otros pasajes en el que Pablo usa este concepto de ciencia, es la idea de conocimiento, de asuntos misteriosos, de revelación de profecía, es conocimiento de esos asuntos ocultos que vienen a la persona que tiene ese don en momentos una revelación de algo que va a suceder o que está sucediendo o de algo que no es accesible por medios racionales normales.
Él menciona también el don de Fe, vemos algo interesante y es que hermanos todo cristiano tiene fe ¿si o no? Porque a cada uno le he dado una medida de fe dice el Apóstol Pablo. Si no tuviéramos fe no seriamos creyentes. La misma expresión creyentes implica FE, pero hay individuos -es la implicación de esto y esto nos ayuda para entender otras cosas que vienen más adelante- hay personas que han sido dotadas aparentemente con una porción especial de FE que les permite moverse con cierta seguridad quizás, o entrar en ciertos ámbitos de la vida cristiana con un poder y una autoridad especial o quizás ser conductos del poder de Dios, en maneras muy llamativas y muy poderosas porque tienen esa FE para creer y para moverse en el nombre del Señor.
Yo creo que cuando David le acertó esa pedrada a la frente del gigante, él tenía una porción especial de FE que no tenían los demás miembros de la comunidad de Israel y del ejército Israelita. Dios le proveyó esa FE para que el en ese momento pudiera hacer esa hazaña tan grande y así hay personas que tienen ese nivel de FE para cometer grandes cosas en el nombre del Señor. Y fíjense que el Apóstol Pablo está continuamente enfatizando, por el Espíritu, según el mismo Espíritu, Fe por el mismo Espíritu y continua “dones de sanidades”, otro don que él menciona aquí.
Todo cristiano puede en algún momento imponer manos y orar por alguien y esa persona ser sanada ¿si o no? Nosotros creemos eso. Ahora “hay individuos” dice la palabra que “han recibido eso como una porción especial como un llamamiento especial” un Yiye Ávila.
Yo creo que se mueve en ese ámbito y no es posible negar el don que Dios le ha dado a este hombre sin cerrar los ojos a una realidad que ha sido respaldada a través de décadas de Ministerio de este hombre Dios le ha dado un don especial a él y él se mueve en ese don y lo ha desarrollado en una manera muy impresionante. Hay personas que tienen el don de sanidad, otros tienen el don de hacer milagros.
En realidad en la escritura en el Nuevo Testamento por lo menos no tenemos muchas muestras de ese tipo de -excepto Jesucristo evidentemente tenía un don- cuando Cristo por ejemplo le dijo a Pedro que fuera y sacara dos peces del mar y que había dos dracmas yo creo en la boca de esos peces. Eso es un milagro a diferencia de hacer una sanidad por ejemplo o de una palabra de profecía, todos son Milagros pero hay situaciones y eventos que son más bien apropiados para ponerlos en esa categoría.
Elías cuando hizo caer fuego del cielo: Elías y Eliseo se movían en esa dimensión. Cuando mandó a los profetas a tirar algo en el río que se le había perdido un hacha, algo muy valioso en aquel tiempo, el metal no abundaba mucho, a uno de los profetas e hizo flotar el hacha a la superficie del agua eso fue un milagro. Es decir hay personas que se mueven en esa dimensión de eventos y de circunstancias muy extraordinarias.
A otros le daba el don de Profecía, por profecía hermanos yo entiendo un discurso inspirado y también entiendo una palabra específica ungida para un propósito especial. Yo resisto la tendencia semántica más bien en la escelcis moderna, a decir que profecía es todo aquello, es decir cuando yo me paro aquí a predicar estoy profetizando, si en un sentido, pero cuando yo veo en la escritura y cuando yo veo a Pablo hablando de lo Profético , la profecía, yo veo una conciencia clara de un ejercicio muy muy específicamente sobrenatural en que Dios está hablando, en una manera muy clara, y muy directa y muy especifica a una congregación o a un individuo en un momento dado.
Profecía no es solamente lo que va a suceder en el futuro, esa es una de las dimensiones de la profecía, pero es una declaración que viene directamente de la boca de Dios, para alguien o para algunos en un momento dado. Si ustedes buscan por ejemplo en primera de Corintios Capitulo 14, mire como Pablo sobrentiende esta idea, en el versículo 22, 14:22 dice: “Así que las lenguas son por señal no a los creyentes sino a los incrédulos, pero la profecía no a los incrédulos sino a los creyentes las profecías”.
El Apóstol Pablo lo está poniendo al mismo nivel de las lenguas, una manifestación muy muy sobrenatural y como una señal que sea evidente aun a los creyentes de que el poder de dios se esta moviendo dentro de ellos.
Hola. Dios te bendiga te habla el Pastor Roberto Miranda. Gracias por escuchar nuestros mensajes y nos da mucho gozo saber que este programa esta siendo de bendición para tu vida. Quiero dejarte con las palabras de Bendición de Moisés al pueblo de Israel: “Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.” Es un privilegio para mí ser parte de tu vida, espero que sigas sintonizado a nuestro programa "Una cita con Cristo". Te bendigo en el nombre de Jesús.
Miren el 24 y 25 dicen: "Pero si todos profetizan y entra algún incrédulo ignoto y por todos es convencido, por todos es juzgado, lo oculto de su corazón se hace manifiesto. Evidentemente la mente de Pablo, ese ejercicio profético en parte es descubrir lo que está escondido en el corazón de alguien. Alguien viene con algo, una situación en su vida o una necesidad o algo y una palabra profética revela lo que hay en el corazón.
Esa persona evidentemente va a ser abrumada por esa evidencia del poder de Dios y finalmente el versículo 29 y 30 dicen: "Asimismo lo profetas hablen dos o tres y los demás juzguen. Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero". Profecía se asocia con revelación y yo creo que esa revelación no es solamente… yo vi una vez un teólogo decir que hoy en día nos tenemos revelación sino que solamente iluminación.
Yo estoy en completo desacuerdo con esa idea. Yo creo que la revelación es para nuestro tiempo, también. No es tan abundante como algunos creen pero Dios revela todavía en formas muy extraordinarias cosas que hay escondidas en el corazón o en el mundo mismo a través de la palabra profética. Aunque no podemos depender. Hay mucha gente que depende de la profecía y entonces hay iglesias en que todo es profecía y si van a buscar un trabajo tiene que ir al profeta o al pastor de la iglesia para que le profetice y si se van a casar buscan una profecía. Eso, hermanos, es comienzo de brujerías en el seno de la Iglesia.
La profecía se puede endiosar hasta un punto en que ya como niños indefensos no nos podemos mover sino tenemos una palabra de profecía. Se convierte en una adicción dañina. En la inmensa parte de nuestra vida cristiana, tenemos que depender sí de esa iluminación del espíritu de Dios en nuestro corazón y del texto de la palabra que nos ilumina en ciertas áreas de la vida.
Pero también hay momentos en que Dios decide a través del ministerio profético hablar a un individuo o a la vida de la Iglesia. Busquemos ese ministerio, hermanos, y pidámosle al Señor que lo desarrolle en nuestra congregación.
Habla también de discernimiento de espíritus: la capacidad de uno intuir si es espíritu bueno o espíritu malo el que está moviéndose en un ambiente o en un individuo. Aunque yo también voy más allá y creo que discernimiento de espíritus se refiere también a la capacidad de discernir ciertos rasgos de la personalidad humana. Es la capacidad de poder entender lo que hay a veces así como a manera de sombra y luz; ciertas áreas del corazón de los individuos.
Poder ponerse a tono muy rápidamente con la personalidad de alguien y entender ciertas dimensiones de su personalidad; a veces que dones tienen, que ventajas ofrecen, de que cosas hay que cuidarse de ellos etc, etc. Esto es parte de ese ministerio de discernimiento de espíritu. No solamente se refiere a discernir espíritus malignos o diabólicos sino también yo creo espíritus en el sentido de espíritus humanos. A otros diversos géneros de lenguas, de nuevo la capacidad de moverse en el don de lenguas.
Y aquí hay que aclarar algo. Hay muchos hermanos que dicen que cuando Pablo dice que algunos solamente se le dan diversos géneros de lenguas o cuando Pablo habla de: “¿Hablan todos lenguas?” Queriendo decir como evidencia que no todo cristiano puede hablar en lenguas y esa no es la idea. Como ustedes ven todo el mundo tiene fe pero a alguno les da una medida de fe muy poderosa. Todos pueden hacer dones de sanidades pero a algunos les ha dado un don de sanidad, todo cristiano puede en algún momento de su vida o como parte de su vida diaria hablar en lenguas.
Pero hay personas –es la implicación y yo creo que me respaldan muchos de los exegetas que he consultado acerca de este pasaje- la idea de que hay personas que según el apóstol Pablo reciben una porción especial del don de hablar en lenguas y tienen ese don aunque no necesariamente quiere decir que no todo creyente pueda participar en él. No es algo exclusivo pero sí es algo que para usted decir que yo tengo el don de lenguas o Dios le asigne ese don, usted debe moverse en un grado de una generosidad de ese don que Dios le ha dado a usted.
Finalmente, habla de interpretación de lenguas que es la capacidad para entender y traducir esos idiomas angelicales o humanos que está hablando una persona cuando habla en lenguas. Bien, entonces, él continúa. ¿A qué está yendo el Apóstol Pablo al decir todo esto? En el versículo 11 está la conclusión a la cual quiere llevar a los corintios.
Dice: “Pero todas estas cosas,” es decir, “todos esos dones, todos esos ministerios, esos dones, esas operaciones y todas estas cosas que yo acabo de mencionar, hermanos corintios, yo quiero que ustedes entiendan que hay un solo espíritu que la hace, que es el espíritu santo. Y ese espíritu reparte a cada uno en particular como él quiere.” Y aquí el apóstol Pablo comienza a enfatizarle a estos hermanos de Corinto esa idea de que tienen que dejar la mirada y dejar de ponerla solamente en uno o dos dones, sino mirar la riqueza de los dones y reconocer que todos esos dones tienen un propósito, tienen un origen que Dios nos ha dado para que enriquezcan a la iglesia.
No podemos menospreciar unos y poner unos por encima de los otros, sino que Dios da como a Él le da la gana. Es lo que quiere decir. Como Él quiere y tenemos que respetarlos en esa manera. Hay un llamado nuevo a esta idea de la unidad y la variedad, hay un juego de los dos conceptos. Y aquí, yo añado algo, hermanos, porque de nuevo se habla mucho de interpretar la Biblia en su contexto adecuado y hay personas que usan este pasaje para hablar inclusive de cosas que no son dones.
Yo creo también que cuando el apóstol Pablo está invitando a la iglesia a respetar todo los dones tampoco está invitando, hermanos, a la iglesia necesariamente a respetar todas las teologías. Porque hay personas que entienden esto como una idea de que nosotros tenemos más bien que creer, aceptar todo lo que se predica por allí, que son todos, parte de la riqueza de la iglesia.
Yo creo que es cierto, hasta cierto punto. Pero cuando el apóstol Pablo le habla acerca de respetar esa diversidad que hay en el pueblo, se está refiriendo, específicamente a los dones que Dios da. No se está refiriendo a diferentes teologías. A veces se hace muy difícil en una sola congregación que convivan por demasiado tiempo diferentes teologías radicalmente diferentes.
En algún momento tiene que irse hacia una unificación aunque un contexto de respeto sí, pero tarde o temprano si algunos creen o uno cree algo radicalmente diferente o muy contrario a lo que creen otros, va ha haber conflicto. Y la iglesia tiene ir hacia una unidad, eso es inevitable ahora siempre respetando el derecho de otros a creer como ellos creen. Eso es cierto.
Pero hay un llamamiento aquí a una congregación que yo creo, que, de nuevo Pablo está hablándole a una iglesia que acepta digamos, el uso de los dones. Una iglesia carismática, esta iglesia se mueve en los dones y no está diciendo ninguna cosa más que eso. Hay que respetar diferentes dones que el espíritu Santo da y que ese espíritu reparte esos dones como él quiere.
Entonces él continua: “Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros pero todos los miembros siendo muchos son un solo cuerpo así también Cristo.” El usa ahora el modelo del cuerpo, y yo creo que esa es una bonita imagen de lo que es la iglesia, lo que es una comunidad como esta. Es un cuerpo, somos una sola entidad, somos un organismo.
Dios nos ha llamado a funcionar como una sola fuerza que se mueve en una dirección definida con propósitos claros y que estamos todos trabajando para la edificación del reino de Jesucristo. Y me gusta esa imagen de que así también Cristo en la idea de que nosotros estamos todos centrados en Jesucristo, la vida de Cristo se mueve dentro de nosotros y ciertamente Cristo no está divido y tampoco debe estarlo la iglesia de Jesucristo. Él habla de que todos hemos sido bautizados en un solo espíritu.
El espíritu santo ha venido a toda la iglesia. Todo cristiano, siempre hemos dicho, tiene el espíritu santo. Todo creyente, toda persona que confiese a Cristo como un salvador tiene el espíritu. Hemos dicho que eso no excluye la idea de que hay esa búsqueda del bautismo del espíritu santo, que es algo diferente.
En ningún momento queremos que nadie piense, que cuando se dice que hay que buscar el bautismo del espíritu santo, se le está diciendo a algún cristiano: ‘Tú no tienes el espíritu santo.’ Todos hemos sido bautizados en un solo espíritu, todos hemos sido sumergidos y ese bautismo en un solo espíritu destruye toda diferenciación de razas o de niveles sociales en el caso de judíos o griegos o de esclavos o libres. Todos somos una sola cosa en un solo espíritu que es el espíritu de Dios.
Entonces el apóstol Pablo se dirige a la idea de nuevo de que no podemos excluir algunos dones porque no parezcan sobrenaturales o no parezcan estrepitosos o estruendosos, eso no quiere decir que no sean dones. La persona que tiene el don de servicio es tan importante como la persona que predica. Yo les digo a los hermanos que trabajan, por ejemplo en la limpieza de la iglesia:
“Hermanos, Dios les ha dado a ustedes un llamamiento al servicio”. Y hay hermanos que se mueven en eso y a través de los años los hemos visto cuando la iglesia necesita algo están allí. Cuando hay que traer algo de comida para una actividad, son los primeros que se ofrecen. Cuando hay que hacer algo para la construcción en la iglesia o para el mejoramiento del edificio, ellos tienen un llamamiento. Yo creo que tienen un genuino don de servir y de darse a otros.
Y hay otras dimensiones también, de servir. Pablo dice: “Porque la mano diga ‘no soy mano, no soy del cuerpo’ ¿por eso no será del cuerpo?” Hermanos, no subestimen la importancia de lo que Dios le ha dado. Quizás Dios no le ha dado un don de evangelismo, de predicación, pero quizás le ha dado el don de oración o el don de consolación o el don de aconsejar.
No crea usted, como que Dios no le ha dado nada. Dios no me ama, yo no sirvo para nada. Por el hecho de que usted no reconozca no quiere decir que no sea parte de eso. Dios le ha dado a cada individuo algo, un don, un llamamiento y tenemos que recibir lo que Dios nos ha dado, gozarnos en ello, desarrollarlo al máximo.
Aún también mientras anhelamos, porque yo no creo que una cosa excluye lo otro. Pero no nos subestimemos, pero no nos miremos como que somos inferiores a los que tienen esos dones evangelistas.
Todo el mundo quiere ser evangelista, todo el mundo quiere ser predicador. Pero si solo fueran predicadores quien enseñaría, quien limpiaría la iglesia. Es decir, todos jugamos un papel importante en la economía del reino de Dios.
Y el apóstol Pablo continúa en el versículo 18: “Más ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso” enfatizando una vez más: nosotros no podemos usurpar esa función de Dios. Dios es quien da, Dios es quien asigna y nosotros no podemos decirle a algunos: ‘ustedes son mejores o son más necesarios que los otros’. Sino que Dios da las cosas sabiendo como son de necesarias en un momento dado.
Entonces el Apóstol Pablo continua en el versículo 21 y se refiere ahora no a los que se subestiman a ellos mismos sino a los que subestiman a los otros y dice: “Ni el ojo puede decir a la mano ‘no te necesito ni tampoco la cabeza a los pies’”. Tú no tienes derecho a decir que fulanito no es necesario en la vida de la iglesia, ni que fulanito es inferior. Y los Corintios estaban haciendo eso, parece que si la persona no tenía un don de lenguas o un don de hacer milagros como que ya entonces no tenía importancia y había algunos que ya estaban inflados por los dones que tenían.
El apóstol Pablo dice: “Ustedes no pueden decirle a nadie. La iglesia es una comunidad”. Yo creo que esa es la imagen que debe resaltar de todo este pasaje y de esa analogía que usa el apóstol Pablo. Cada día yo me veo obligado a ver más y más la iglesia como una comunidad pastoral. Hermanos, muchas veces nosotros pensamos que el pastor es el único Pastor en toda la Congregación. Qué si alguien tiene un problema pues, vaya donde el Pastor y que el Pastor lo aconseje y que el Pastor le diga lo que tiene que hacer.
Pero yo descubro más y más mientras observo nuestra propia congregación que la mayoría de las bendiciones pastorales que recibe nuestra iglesia son dadas por miembros como ustedes que le ministran a un enfermo, que le llevan una comida a una persona que está en su casa y no puede salir, que le ministran a alguien que está pasando por una crisis familiar o matrimonial o de salud. Que llaman a alguien cuando no lo ven en la iglesia por un par de domingos.
Definitivamente, según nuestra iglesia va creciendo proporcionalmente, menos podré yo hacer y aunque tenemos ahora nuestro Pastor asociado, no crean que eso resuelve todos los problemas, no crean que eso les exime a ustedes de ese llamamiento que Dios nos ha dado a funcionar como un solo cuerpo.
Por eso es que el apóstol Pablo dice: “Para que no haya desavenencia en el cuerpo”, en el versículo 25, “sino que los miembros todos se preocupen, los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. La palabra que él usa: preocupen es en el griego original “merinnao” que se refiere a afán a preocupación, ansiedad, es algo negativo.
Pero la idea del apóstol Pablo es que la iglesia debe adoptar una actitud de que lleguemos al punto de que estemos ansiosos por el bienestar de nuestros hermanos, de que estemos preocupados los unos por los otros. Si hay una crisis en la familia, que la iglesia se una toda a orar por esa crisis. Que si alguien está padeciendo algo podamos ir allí en masa para ayudar a nuestros hermanos. Que nos conozcamos unos a otros.
Hermanos, no dejemos que solamente nuestra experiencia congregacional se limite a un grupúsculo de personas que hemos escogido y eso es todo. Hagamos esfuerzos por conocer más a los demás. Cuando venga un visitante a la iglesia, dale un saludo, salta de tu banca, moléstate en ir a donde está esa persona y decirle:”Estamos contentos de que usted vino hoy a la iglesia”.
Si usted ve su rostro demacrado o triste, ve a donde esa persona y preguntale”Hermano, ¿Puedo orar por ti?”. Si usted sabe que alguien está teniendo un problema vaya: “Hermano, voy a orar, te tengo en mis oraciones” o apártese a un lado y coja sus manos y ore con ellos. Cuando estamos en un momento de intersección ¡qué lindo es cuando vienen hermanos y ponen sus manos sobre algún otro creyente o visitante e intercedemos los unos por los otros!
Eso es mucho más profundo y más poderoso que cuando nos limitamos simplemente a que el Pastor lo haga todo o que dos o tres líderes escogidos. Dios nos ha llamado a ser una comunidad en la cual todos nos pastoreemos, todos nos ministremos, todos velemos y todos nos preocupemos unos por los otros. Y mientras más corre ese amor, mientras más se disemina ese amor en el pueblo de Dios, más gloria para el Señor.
Nosotros, podríamos quizás algún día tener una tropa de consejeros profesionales y quizás podrían aconsejar en una manera mucho más efectiva pero yo creo que a la larga la gloria del Señor no sería la misma. Y tampoco creo que a la larga la efectividad espiritual de esa ministración sería la misma como si la congregación completa fluye en esa preocupación de los unos por los otros. Si nos movemos con un solo cuerpo, si tratamos de ayudarnos unos a otros.
Esta semana tuve una conversación que me convenció más y más que no podemos subestimar la importancia de reunirnos con alguien y escuchar sus necesidades y orar con ellos y ministrarles en su momento de necesidad. A veces uno creo que “¿Ah, qué voy a hacer? Quizás esa persona ni siquiera está interesada.” Pero uno descubre que hay una avidez y un deseo tan grande muchas veces de que alguien nos ministre y eso es maravilloso.
Muchas veces, no es orar, así en términos de imponer manos y que algo sobrenatural suceda, sino también es el acto mismo de que alguien vea una mano posarse sobre su cuerpo y sentir ese sentir de que no estoy solo; de que alguien está conmigo y de poner aceite sobre la frente de una persona, no es –de nuevo- el aceite no hace nada, yo lo se, pero también esa manifestación concreta de la unción del espíritu de Dios, de algo que se posa sobre nosotros y simboliza eso que lubrica nuestra vida, la suaviza, la sana.
Eso es hermoso, aunque yo también hay poderes sobrenaturales en eso de imponer manos. Yo creo que hay una dimensión también misteriosa en todas estas cosas. No lo quiero tampoco etimologizar más de la cuenta. Pero las dos cosas son importantes y lo que yo creo que el apóstol Pablo llama en toda esa imagen de la iglesia como un cuerpo, como un organismo. Como que estamos involucrados en una unidad. No podemos permitir que nada, es la idea del apóstol Pablo, que ninguna otra cosa nos separe de ese concepto de la iglesia como una familia.
Cuando esos dones se sobre enfatizan entonces ya estamos subestimándonos unos a otros. Los Corintios sufrían de eso. Las mujeres que decían “ya estamos liberada. No necesitamos ponernos velos”, estaban escandalizando a la sociedad incrédula y a sus maridos muchas veces. Entonces estaban usando su libertad en una forma irresponsable, no estaban preocupándose por qué efecto estaba teniendo eso sobre los demás.
Los que comían comida sacrificada de los ídolos decían: “Dios es soberano de todos. Los ídolos no son nada” pero había personas de conciencia débil que se escandalizaban viendo un hermano de la Congregación yendo a un templo de ídolos, comiendo comida sacrificada de los ídolos y su conciencia era herida.
Esos hermanos, entonces, no estaban viendo la idea esa de la iglesia como una comunidad. Los que llegaban a la Santa Cena y se hartaban mientras otros padecían, los humillaban y los hacían sentir mal. No estaban usando del amor de Dios. Estaban simplemente pensando en ellos mismos. Y la iglesia tiene que ser esa comunidad hermanos, el llamamiento del Señor a nuestra vida: es que la iglesia se mueva.
En esa idea de que no podemos ser tan espirituales que olvidemos que el mejor camino es el amor. Todas las demás cosas son simplemente instrumentos, son medios. Y ustedes saben que nuestra iglesia está yendo más y más en esa dirección del cultivo de los dones. Yo no pido disculpas por eso. En el contexto de hablar acerca de los dones, el espíritu de Dios se mueve, en el contexto de dar gloria al espíritu el espíritu de Dios es glorificado y el espíritu, entonces es invitado y él comienza a moverse y vimos la efectividad y el poder que hay en los dones.
Vimos la liberación que puede venir de un don bien usado, vimos como puede unir a la comunidad, vimos como puede haber palabra de revelación y de aclaración de ciertas cosas que están pasando en la vida de la iglesia. Vimos como vidas son tocadas y son movidas y son revolucionadas cuando al espíritu santo se le da el lugar que necesita.
Hermanos, yo no quiero que perdamos eso, todo lo contrario. Estamos comprometidos a seguir hacia adelante hasta que esta iglesia se mueva completamente en ese poder que Dios ha dado a los dones. Ahora habiendo dicho eso, hermanos, yo les digo –así como lo he dicho tantas otras veces- que nunca perderemos visión tampoco de la importancia del fruto del espíritu y de que el amor debe ser el contexto dentro del cual nosotros ejerzamos todos esos dones. Y que por más dones que tengamos, si el fruto del espíritu n se manifiesta en tu vida, de nada te sirve. Nada eres, como dice el apóstol Pablo.
Estamos buscando un balance, ¿Okay? A eso espero que digamos Amén, también. Buscando ese balance entre el fruto y los dones del espíritu. Una iglesia que camine en el don del poder de Dios y por otra parte también defensivamente, dando evidencia de que Cristo y su carácter viven en mí. Y estamos siendo llamados a esa –nadie excluya, hermano, una cosa por la otra- y ni tampoco los que no quieren saber de los dones sobreentiendan o malentiendan lo que se está diciendo. O los que no quieran saber del fruto, tampoco malinterpreten lo que se está diciendo.
Dios les llamo, hermanos, en este día a una visión abierta, a una visión balanceada a buscar las dos cosas. La iglesia de Jesucristo está dividida. Porque hay los que enfatizan el fruto del espíritu y todo es el fruto, el fruto, el fruto y se olvidan de los dones que Dios ha provisto como armas explosivas para abrir brecha en las filas del diablo.
Y hay otros que enfatizan tanto el don, el don, el don que son superficiales y débiles e infectivos a la larga porque sus vidas no respaldan su comportamiento y su caminar no respalda lo que Dios ha puesto en ellos.
Vamos a hacer una admiración balanceada. Pero el Señor nos llama hoy a esa idea de una iglesia que se preocupen unos por los otros, que ponga el amor por encima de todas las cosas.
El apóstol Pablo le escribió a una congregación dividida. Con la ayuda del Señor nosotros no estamos divididos. Cristo no está dividido, nosotros tampoco. Nos amamos unos a otros, estamos en una búsqueda unos con los otros. Esa búsqueda no excluye el conflicto y la fricción, eso es parte de toda realidad en este mundo caído.
Ahora lo importante es que allí haya también perdón, que haya tolerancia, que haya comunicación honesta, que haya oración, que haya mucho amor, que haya al confesar unos a los otros nuestros pecados que haya el hacer un pacto fijo de que nadie me va a agarrar a mi hablando de otro hermano, en una manera negativa. Como decía el Epístola Tito “que nadie disfame a nadie”, que en ninguna casa de esta iglesia resuene una palabra destructiva acerca del Ministerio o el carácter de otro hermano, sobre todo si ese hermano no está presente. Qué seamos honestos y transparentes en nuestra comunicación unos con los otros.
Yo no puedo hablar de mi hermano porque tarde o temprano me estoy destruyendo a mi mismo y somos parte de un solo cuerpo. Es como si yo me jalo la oreja todo mi cuerpo se va a resentir. Seamos hermanos de un solo cuerpo, una sola comunidad. Amémonos entrañablemente. Cometámonos que vamos a subsistir como una iglesia unida, unificada, poderosa en el nombre del Señor.
Vamos a adorar a nuestro Dios, todos en el contexto del amor y de la preocupación cristiana unos por los otros. Qué el Señor nos continúe bendiciendo.