Deuteronomio 11:18 "Pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma y las atareis como señal en vuestra mano y serán por frontales entre vuestros ojos y las enseñareis a vuestros hijos hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas para que sean vuestros días y los días de vuestros hijos tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres, que las había de dar como los días de los cielos sobre la tierra. Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que los cumpláis y si amareis a Jehová vuestro Dios andando en todos tus caminos y siguiéndole a él."
Son promesas para hoy, mi hermano y tu caminas así guardando cuidadosamente estos mandamientos del sr que tu amas a Dios, andando en todos tus caminos y siguiéndole a él, Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, es decir, a todos los enemigos del pueblo de Dios podríamos de decir, y desposeeréis naciones grandes y más poderosas que vosotros, todo lugar que pisare la planta de vuestros pies será vuestro desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental, será vuestro territorio. Nadie se sostendrá delante de vosotros, miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis como él os ha dicho.
Diga amen. Hermanos, estamos escuchando aquí palabras de Jehová para su pueblo, Israel, en un momento clave en la historia de Israel. El pueblo había pasado 40 años en el desierto, Dios lo había sacado de la tierra de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, dice la Biblia, había hecho grandes milagros para ellos. 40 años había pasado el pueblo judío con todo tipo de vicisitudes y problemas y tropiezos y obstáculos. Toda una generación había muerto en el desierto, todos los hombres y mujeres que salieron de Egipto murieron con excepción de Josué y de Caleb porque habían tenido un espíritu diferente. Y todos los que habían nacido en el desierto pudieron estar vivos para entrar en la tierra que Dios le había preparado al pueblo judío, porque esa otra generación no tuvo la visión de Dios, no tuvo fe en Dios, no honró a Dios, no guardó los mandamientos de Dios, hostigaron a Dios hasta que Dios se cansó de ellos y Moisés tuvo que venir e interceder una y otra vez para que Dios no los destruyera violentamente, pero Dios dijo, por lo menos yo no voy a permitir que este género, esta estirpe entre a la Tierra Prometida, todos van a morir y solamente una nueva generación va a entrar.
Imagínense, 40 años de historia y de experiencia y de preámbulo, y de expectativa acerca de esa tierra que no estaba tan lejos, nada, era como digamos, decir nosotros estando en Cambridge como estábamos y venir a Boston, que a veces uno lee el Antiguo Testamento, hermanos, y uno piensa como que estos países de Egipto y que el pueblo salió de Egipto y estuvo en el desierto y que después cruzaron el río Jordán y entraron a Canaán, y uno está pensando como en grandes extensiones de tierra, inmensas extensiones de tierra.
Sabe usted, que estos dramas de el Antiguo Testamento se desarrollan en un territorio como del tamaño de Texas, eso es todo, ahí están todos estos países comprendidos más bien. Y en esa cercanía en realidad, pero Dios no les había dado permiso al pueblo judío para entrar a la tierra prometida, estaba dando vueltas, ahí estaban esas naciones llenas de fuerza y de poder, esperando nada más que los judíos cruzaran el río para cortarles la cabeza. Y los judíos no podían porque Dios no había movido su poder a favor de ellos para que pudieran entrar en esta tierra.
Finalmente después de 40 años de espera, de preámbulo y de tantos eventos preliminares llega el día de cruzar el río y ya está todo preparado, los sacerdotes están en sus puestos, el pueblo está detrás de los sacerdotes, Josué ha sido llamado a reemplazar a Moisés y entonces Dios llama al pueblo y les dice, ok, antes de que ustedes pasen, antes de que ustedes puedan entrar en aquello que ustedes han estado esperando durante 40 años, yo quiero hacer ciertas advertencias a ustedes y poner en claro cómo es que ustedes van a tener éxito y cómo es que se va a cumplir mi promesa en sus vidas.
Imagínense en un momento tan sublime y tan solemne y de tanta envergadura como ese, Dios lo que él iba a decir tenía que ser algo muy importante, muy clave, muy fundamental para la vida de ese pueblo, y qué es lo que escoge Dios para señalarles en ese momento tan histórico de esa nación. En el momento podríamos decir, casi de la fundación de este pueblo porque los judíos celebran su regreso a Jerusalén y la fundación de la nación judía en 1948 y para ellos ese es un día terriblemente importante.
Ahora imagínense el primer día de esa nación entrar en su herencia, y miren lo que Dios escoge para señalarles, porque eso nos ayuda a entender lo importante que es para Dios esto de lo cual yo estoy hablando. De qué les haba Dios en este momento fundamental en la vida de su pueblo? Les habla de su palabra, de guardar su palabra, de meditar en su palabra, de ingerir su palabra, obedecerla en todo, les habla acerca de en su corazón guardar la ley de Dios y amar a Jehová.
Eso iba a determinar el futuro de esa nación. Y hermanos, déjenme decirles que hoy no es diferente, lo que determina el éxito de un creyente, lo que determina el grado de bendición que el creyente recibe, lo que determina su efectividad en el Reino de Dios, lo que determina su capacidad para ser feliz y para tener éxito es su relación con la palabra de Dios. El Espíritu Santo te dice hoy de nuevo, mide tu relación con mi palabra. Cuán importante es mi palabra para tu vida? Cuando tu vienes a mi casa, qué te trae a mi casa, es simplemente un ritual social, religioso o vienes tu con hambre y apetito de escuchar mi palabra, de aprender de ella, de recibir instrucción, de poner en práctica lo que aprender, de tener una relación íntima con mi palabra y ser un hombre, una mujer que proyecte una relación de amistad íntima con mi palabra?
Esta es la diferencia hermanos, entre un creyente meramente parcial y tibio y religioso y un creyente radicalmente comprometido con el Reino de Dios. Por eso es que a mí, por más sofisticados que nosotros nos pongamos, hermanos, a mí siempre me encantará ver a la gente con su Biblia en la mano o debajo del brazo entrando a la casa de Dios, porque nosotros somos el pueblo de la palabra, hay algo importante. Pero la gente no se acostumbra que a veces hasta tienen vergüenza de que los vean con la Biblia en la mano, y perdemos este carácter, yo creo que es algo hermoso de que el pueblo de Dios, la gente lo vea con su Biblia en la mano y que nuestros jóvenes tengan sus Biblias, aunque a veces las dejen por ahí y hay que llamarlos para que la vengan a buscar. No mentira. A veces lo hacen los adultos y yo creo hay Biblias por ahí y que los dueños de ellas ni se acuerdan de que las dejaron hace tres meses.
Yo creo que es un símbolo, nosotros somos el pueblo de la palabra de Dios. Y saben ustedes algo hermanos, piensen en esto, los judíos pasaron dos mil años sin volver a su tierra. Usted ha oído la expresión de judío errante, dos mil años pasaron los hebreos fuera de Israel. En el año 75 fueron expulsados de su tierra amada y desde entonces hasta el año 1948 nunca volvieron como nación a visitar la tierra, o a estar en la Tierra Santa. Y los judíos fueron llevados por todas partes del mundo, por Europa, fueron perseguidos, fueron quemados, fueron vituperados, y dos mil años después como si nada, volvieron otra vez a coger su tierra y esa nación de Israel vivita y campante haciendo cosas increíbles.
¿Qué le ha permitido a ese pueblo durante dos mil años existir como nación y mantener su identidad cultural y religiosa? ¿Qué impidió que los judíos no desaparecieran o desaparecieran del mapa y que como tantas otras culturas que ha habido a través de la historia lo único que quedara serían documentos arqueológicos y restos de esa nación y de esa cultura, qué los salvó del exterminio cultural? Porque han tratado de exterminarlos físicamente, nazis y la inquisición y tantos otros grupos a través de la historia, ¿Qué le ha permitido a este pueblo mantenerse? La palabra de Dios. El amor al Antiguo Testamento.
Y déjenme decirle que aún los más seculares de los judíos se les ha enseñado a respetar la Biblia, aunque sea culturalmente. Yo tuve una conversación de lo más interesante con un judío, pianista, un hombre de un talento artístico tremendo. Este judíos, yo no sabía que era judío, yo sabía que era ruso, comenzamos a hablar en su negocio esta semana y en el momento me doy cuenta que el tipo es judío. Tuvimos una conversación como de hora y media y un hombre tremendamente culto, descubrí que es un pianista excelente, toca en una sinagoga judía como músico. Pero cuando comenzamos a hablar y tuve una conversación ahí, estas conversaciones profundas me comienzo a dar cuenta que este hombre no cree ni en la luz eléctrica, como dicen por ahí. Comienza a hablarme acerca del hombre que es un animal y que los animales, y hay muchos hombres que esto se le aplica muy bien, seguro, pero comienza a decirme acerca de que no hay ninguna diferencia entre los animales y la raza humana y entonces entablamos una conversación bien interesante acerca de esto.
En un momento dado cuando tuvimos bastante confianza yo lo confronté acerca de, mira, yo decía, tu eres judío, ¿verdad? Y tu tocas en una sinagoga, y me habló acerca de su padre. Su padre le enseñó la palabra, la Biblia, el Antiguo Testamento en Rusia cuando estaban los marxistas, los leninistas, los comunistas en poder. Y él me decía que su papá que era cantor en una sinagoga judía cuando él era niño le enseñó el Antiguo Testamento, le enseñó el Torá, le enseñó el Pentateuco, toda la Biblia. Y dice que él en su casa recibía la enseñanza del Antiguo Testamento y después se iba a la escuela rusa donde le enseñaban que Dios no existía, que el hombre tenía que ser ateo, que la materia es lo único que predomina y que no hay tal cosa como espíritu, es un invento de los hombres. Y este hombre, un rato estaba leyendo la Biblia y otro rato estaba recibiendo una doctrina diabólica. Y yo le decía, ¿y cuál de las dos ganó? Viendo ahora lo que ha pasado en Rusia, dónde está el imperio marxista, leninista? Donde está el materialismo dialéctico desacreditado. Mira Rusia, escombros.
Pero lo que me cautivó de este hombre es que con todo su intelecto y toda su cultura, este hombre lo dramático es que a pesar de su incredulidad total, este hombre había sido formado desde niño por su padre y aún incrédulo todavía estaba trabajando con su pueblo, tocando en una sinagoga judía y escuchando la palabra de Dios. No se había podido escapar, no se había podido desamarrar de esta herencia.
Hola Dios te bendiga, te habla el pastor Roberto Miranda. Gracias por escuchar nuestros mensajes y nos da mucho gozo saber que este programa está siendo de bendición para tu vida.
Quiero dejarte con las palabras de bendición de Moisés al pueblo de Israel. Jehová te bendiga y te guarde, Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.
Es un privilegio para mí ser parte de tu vida, espero que sigas sintonizado a nuestro programa ‘Una cita con Cristo’. Te bendigo en el nombre de Jesús.
Y el judío de hoy aunque no cree en la Biblia como nosotros creemos en ella, o en el Antiguo Testamento, aunque sea van a la sinagoga y cantan los antiguos salmos y los cánticos hebreos y aman las enseñanzas y los relatos de la Biblia y celebran la pascua y celebran los diferentes festivales y la cultural judía a pesar de que es una cultural eminentemente secular en Israel, está amarrada a este libro. Este libro ha preservado al pueblo judío del exterminio cultural.
Fíjese el poder de la palabra que aún, es como los huesos de Eliseo que dice que cuando Eliseo murió un hombre andaba huyendo, tiraron a un muerto en la tumba de Eliseo y el muerto salió vivo, aún los huesos de Eliseo bendijeron a ese muerto. La Biblia, aún cuando es tratada como un mero documento cultural todavía bendice a los hombres, cuánto más con nosotros que la aceptamos como la palabra de Dios. A eso me refiero.
Si ese documento, es un esqueleto en las manos de los incrédulos culturales, puede todavía bendecir a la humanidad, cuánto más a nosotros que estamos comiendo de su tuétano, de su sangre, de su vida por medio de la fe. Y por eso es que, hermanos, nosotros tenemos que ser el pueblo de la palabra porque esta palabra tiene algo misterioso, algo maravilloso.
Yo he leído cientos y cientos de libros en mi vida, pero no he visto antes, si a mí me dijeron que voy a estar en una isla desierta y me dijeran qué libro tu quieres llevarte, sin titubear yo diría, denme una Biblia, porque no hay libro que bendiga como la palabra de Dios. ¿Por qué? La Biblia misma dice en Hebreos 4, porque la palabra de Dios es viva y eficaz, dice, y es más cortante que toda espada de dos filos. Dice que discierne, que divide el alma del espíritu y discierne los pensamientos del corazón. Y dice que no hay impulso del alma humana, por más íntimo que sea que la palabra de Dios no lo discierna y no lo ilumine, no lo alumbre.
El libro más psicoanalítico de toda la raza humana se llama la Escritura, aquí está el corazón del hombre estructurado, dibujado, disecado, estudiado en todas sus ramificaciones. La palabra de Dios es viva. Y por es que cuando tu te alimentas, cuando tu enchufas tu vida a la palabra de Dios tu estás recibiendo, no mero conocimiento, no mera teoría, estás recibiendo electricidad, vida, energía, poder. Porque la Biblia tiene algo que yo creo que es una configuración mágica de sus letras que cuando están unidas así y bendecida por el espíritu de Dios, cuando tu lees esa palabra y esa palabra entra por tu mente y por tu cerebro, te bendice porque es la vida de Dios misma entrando a ti. Eso no lo puede hacer ningún otro libro porque ningún hombre puede producir vida, pero Dios misteriosamente todos los secretos, todos los arcanos del universo lo ha encerrado en un libro limitado. Lo infinito está contenido en lo finito. Solo Dios puede hacer eso, ninguna otra persona lo puede hacer.
Yo creo que todos los secretos del universo están comprimidos aquí en este libro. Las computadoras hoy en día han desarrollado la capacidad para tomar la información que está dentro de ella y comprimirla de manera que un espacio limitado puede contener más información. Dios es capaz de hacer eso infinitamente. Y en este libro pequeñito, relativamente hablando, Dios ha comprimido todos los secretos del universo, toda la vida, todo el conocimiento de la raza humana, del futuro, del pasado, del presente, está en este bello, misterioso, mágico libro que es la palabra de Dios.
Por eso, por más libros que tu leas, y más ungidos que estén las meditaciones, y los relatos de los hombres la palabra, la Biblia desnuda, siempre tendrá algo que no tienen los demás libros. Nunca debe ser un sustituto, leer meditaciones secundarias, en vez de ir directamente al fruto sacado del árbol, que es la palabra de Dios. La diferencia entre comerse usted unos vegetales enlatados y comérselos frescos de la tierra, con sus minerales y sus nutrientes intactos. Nunca vaya al libro de un hombre cuando puedes ir directamente a la palabra de Dios. Los libros de los hombres son buenos, son interesantes, son intuitivos, pero la palabra de Dios tiene algo muy especial.
Y déjenme compartir algo muy personal, quizás lo he dicho antes, y lo digo como un tributo a mi madre. Algunos de los recuerdos más hermosos de mi vida son levantarme temprano por la mañana, al olor del café, en mi país la República Dominicana, como niño, y levantarme y ver a mi madre sentada en su mesa leyendo la Biblia. Yo crecí con esa imagen y la he guardado como una inspiración a través de toda mi vida.
Y a pesar de todas las vueltas ni las volteretas que ha dado mi vida, esta imagen estuvo amarrada a mí y yo a ella a través de los años, y cuando llegó el momento de Dios tuve que regresar a su llamado. Y yo todavía guardo la Biblia de mi mamá de hace muchos años, toda deshecha y descuartizada y marcada con sus páginas sueltas de tanto uso, y espero poder guardarla a través de muchos, muchos años y que sea inspiración para mí porque hermanos, hay algo maravilloso de la herencia que tu le puedes dejar a tus hijos. Yo le doy las gracias a mi madre por la bendición que ha sido a través de mi vida, la inspiración, ese apego a la palabra de Dios. Ella me ha transferido. Es una herencia que ella me ha dejado a mi y que me dejará a través de todos los años.
Mis hermanos, qué bendición más grande ustedes les pueden dejar a sus hijos que el recuerdo de un padre o una madre que amaron la palabra de Dios por sobre todas las cosas. Le podrá dejar millones de dólares y les podrá dejar títulos y otras cosas, pero ojalá que usted les deje la imagen de un padre o una madre que reverenciaron, estudiaron y conocieron y honraron y obedecieron la palabra de Dios porque esto los va a perseguir a través de la vida y aunque se salgan y den sus vueltas por ahí, lo que sea, esta imagen va a ser como un sabueso que los va a estar buscando, buscando, buscando hasta que se rindan y digan, ok, me entrego, porque dice la Biblia dice, instruye al niño en su camino y cuando viejo no se apartará de él.
Esta es una bomba de tiempo que tu pones en sus entrañas. Podrá durarse años para estallar pero un día estalla y arropa todo el ser y esta persona tiene que caer a los pies del Señor. Hermanos, tenemos que amar la palabra de Dios, tenemos que reverenciar la palabra de Dios por eso Dios le dio tanta importancia porque él sabía que lo que él les estaba dando era vida, que Dios estaba encerrando su vida, su espíritu, su revelación en la materia misma de la palabra, en el verbo mismo que él les estaba dando, le estaba dando todos los secretos y todos los nutrientes y todas las leyes del universo. Y cuando ellos entraban en relación íntima, personal, de fe con esa palabra, se actualizaba lo que esa palabra declaraba y les daba vida.
Entonces Dios les dice allí, cuando ustedes entren a esta tierra que yo les he prometida, a guerrear naciones mucho más poderosas que todos ustedes, estas naciones se los podrían comer vivos y ni siquiera se darían cuenta de que se los tragaron, de lo poderosas que son. Cuando ustedes entren a guerrear con estas naciones será mejor que ustedes lleven mi palabra con ustedes, que ustedes la amen, que ustedes la estudien cuidadosamente, que ustedes ingieran las estrategias que están dentro de ella, porque eso es lo que les va a asegurar victoria cuando ustedes crucen el río. Y va asegurarse que su vida nacional sea una vida fructífera y una vida positiva, y una vida de progreso y de bendición.
Por qué las naciones decaen? Por qué el gran imperio ruso con todo su poder y con todos sus armamentos y con su visión tan precisa y tan intensa, por qué ese imperio, la extensión del imperio ruso, usted no se la puede imaginar, miles y miles de millas, cubrir no solamente Asia sino también otros países donde alcanzaron, parte de Europa, partes de Latinoamérica, África, se extendió por todas partes, dónde está el famoso imperio ruso hoy con toda su grandeza? Escombros, destrucción, muerte, luto, arrepentimiento. Qué es la nación rusa hoy? Un país del tercer mundo. Por qué? Porque se atrevieron a levantar su orgullo contra la palabra del Altísimo, y las naciones prosperan mientras se mantienen alineadas con la revelación de Dios. Dura cosa te es dar coces contra el aguijón, dice la palabra del Señor. Dura cosa es pretender vivir la vida conforme a una estructura diferente a la cual Dios ha establecido a través de su palabra. Dios ha declarado su palabra y su palabra reverbera a través del universo. Hay círculos y hay canales secretos que rigen este universo y los hombres solamente pueden prosperar cuando operan y funcionan conforme a esas ondas secretas que Dios ha establecido para la vida humana y para el universo. El que viola eso está yendo contrario y va a tener que fracasar, va a tener que ser destruido tarde o temprano. Lo que Dios quiere es que tu te alinees a tu palabra. Y cómo te vas a alinear si no la estudias, si no la escudriñas, si no la lees? Por eso Dios les dice, por tanto pondréis estas, mis palabras, en vuestro corazón y en vuestra alma y las atareis como señal en vuestra mano, serán por frontales entre vuestros ojos, las enseñareis a vuestros hijos, hablando de ella cuando se sienten, cuando se levanten, cuando anden por el camino, cuando se acuesten, las escribirás en los postes de tu casa y en tu puerta.
Eso es lo que Dios quiere. Hermanos, vamos a renovar nuestro amor por la palabra de Dios en este día. Vamos a prometerle que vamos a ser amantes, enamorados de la palabra de Dios porque esa palabra tiene tantas cosas. La palabra de Dios da dirección e iluminación. Dice la Biblia, lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. La palabra de Dios te dará consejo cuando tengas dilemas, cuando tengas problemas, cuando tengas situaciones difíciles, ve a la palabra de Dios, ella te dará un camino a seguir. Ella te abrirá el entendimiento, te dirá lo que tu tienes que hacer. Da dirección, da iluminación, la palabra de Dios da inteligencia y sabiduría.
Dice el salmista, la entrada de tu palabra ilumina el rostro. Muchos de nosotros no hemos ido a una escuela, somos quizás hasta semi analfabetos, no hemos ido a high school pero ¿saben qué? Muchos de nosotros parecemos profesionales y hasta tenemos doctorado porque hemos estado años en trabajo con la palabra de Dios. Uno ve como el pueblo evangélico a fuerza de estudiar la palabra va progresando, sus hijos son bendecidos, se hacen gente inteligente, que proyecta más autoridad de la que tiene en realidad según los títulos o las experiencias académicas que han tenido. ¿Por qué? Porque la palabra de Dios los ilumina, a fuerza de escuchar sermones como este, y escuchar clases, y de manejar la Biblia y de leer y de todo esto, va iluminando su rostro, parecen gente inteligente aunque no lo sean, estoy jugando. Pero te ilumina, la persona estudiada tiene algo, una configuración, es algo, el mover de una ceja, el giro de la boca, algo que expresa la riqueza que está adentra. Ustedes son ricos en la palabra de Dios, somos ricos en la palabra del Señor. Eso ilumina el rostro, da inteligencia, da sabiduría.
La palabra nos liberta de ataduras, de prejuicios, de temores. El Señor Jesucristo dijo, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Los hombres viven presos de todo tipo de sicosis y de neurosis y de complejos y de temores y de angustia. Hermanos, en la palabra de Dios hay liberación, las cadenas, los yugos son quitados y la fe viene por qué? Por el oíd. Pero tu no vas a poder crecer en tu fe si tu no estás creciendo en la palabra. Cuánto tiempo pasas tu leyendo la Biblia? En la semana, cuántas veces has tomado ese libro y te has sentado con él para leerlo, para estudiarlo, para saborearlo, cuánto? No lo digo para que te sientas culpable. O sí, siéntete culpable, está bien. Lo digo para que vayas a tu casa, cuando salgas de aquí hagas un pacto con Dios de que yo voy a tomar más en serio la palabra y voy a dedicar tiempo.
Nadie tiene tiempo, yo lo sé, pero miren a veces ni tienen tiempo para respirar, sin embargo usted lo hace, verdad que sí? Porque sabe cuál es la consecuencia de no hacerlo, pues la palabra de Dios es más importante todavía. Nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, porque eso es lo que dice, que discierne los pensamientos de las intensiones del corazón. No hay nada, los hombres y las mujeres viven en neurosis y en problemas porque no se conocen a sí mismos. La Biblia es le mejor instrumento para que uno se conozca a sí mismo.
Por medio de la Biblia tu al ver a David en sus problemas, al ver a Pedro con sus tribulaciones, y ver a Abraham con sus fracasos y a Jacob, y tu vas a conocerte a ti mismo porque te vas a ver retratado en diferentes maneras, diferentes perspectivas y vas a conocerte a ti mismo, los resortes que mueven tu alma, tu mente, tu subconsciente. La Biblia es un tremendo libro de psicoterapia, de psicoanálisis, de introspección. Cuando tu conoces la Biblia a fondo te vas a conocer a ti mismo también.
Finalmente la Biblia nos asegura el éxito en la vida. Como ustedes ven en este pasaje de aquí, Dios les dice a los judíos, si ustedes hacen esto y hacen lo otro, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía, recogerás tu grano, tu vino y tu aceite, daré también hierba en tu campo para tu ganado, comerás y te saciarás, muchos de nosotros comemos y no nos saciamos, tenemos hambre espiritual, emocional, porque no tenemos la palabra de Dios. Pero Dios quiere asegurarnos éxito en la vida.