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Quiero hablar con ustedes acerca de algo bien significativo y es el llamado a evangelizar, el llamado a ser evangelistas. Y voy a basar mi comentario en Lucas, capítulo 8, versículos 26 al 39. Con este sermón quiero iniciar lo que, con la ayuda del Señor, será una serie concientizándonos a nosotros mismos, como congregación, acerca del imperativo, el llamado, la comisión, la obligación de ser evangelistas, de ser testigos de Jesucristo, de ser también como iglesia, como institución, una iglesia de orientación evangelística. Déjenme leer el pasaje, es largo, y siento que debo leerlo.
“…Los discípulos y Jesús arribaron a la tierra de los gadarenos que está en la rivera opuesta a Galilea y al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad – interesante que es de una ciudad, como Boston quizás, más pequeña pero comparativamente en ese tiempo, una metrópolis – endemoniado desde hacía mucho tiempo…”
¿Cuántos creen que los demonios son reales? ¿Cuántos creen que el infierno es real? ¿Cuántos creen que la obra de Satanás en el mundo es real? Por lo menos la Biblia lo cree así. Y Jesús tuvo muchos encuentros con el poder del diablo, específicamente con Satanás y sus espíritus. Esto no es una ficción, ciertamente no es una creación de los pentecostales ignorantes. La Biblia dice claramente que los demonios existen, los demonios son reales, y todas las culturas de la humanidad, desde los budistas a los islamistas, los hindúes, las culturas nativo americanas de aquí de Estados Unidos, África, en Latinoamérica las culturas indígenas, en todas partes del mundo a través de todos los siglos, las religiones diferentes del mundo que se especializa en el área espiritual han creído y creen en la existencia de seres espirituales que se llaman demonios, Satanás, sus espíritus que afectan en una forma muy poderosa y a veces determinante el curso de las naciones y de las personas, de los individuos. Y este hombre ejemplificaba y ejemplifica en este texto una persona bajo el poder de Satanás.
“… endemoniado desde hacía mucho tiempo, – y mire el efecto de esta contaminación – no vestía ropa ni moraba en casa sino en los sepulcros…” donde está la muerte, donde está el decaimiento humano, donde está todo lo que recuerda lo eterno, oscuro, ahí moraba él.
“… Y éste, al ver a Jesús lanzó un gran grito y postrándose a sus pies exclamó a gran voz, “¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo?”
Miren algo, este hombre está confesando, este demonio, estos espíritus están confesando el señoría de Jesucristo, su naturaleza espiritual, Jesús, Hijo del Dios altísimo. A veces uno cree que los demonios no reconocen. La Biblia dice que los demonios creen y tiemblan. Ellos saben quién es Jesucristo. Ellos saben que Dios es Señor, ellos saben que están condenados a la condenación eterna. Y este hombre se acerca y dice:
“…“¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo?” – no el hombre, sino los espíritus que están dentro de él – “Te ruego que no me atormentes… – porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él. Y le ataban con cadenas y grillos pero rompiendo las cadenas era impelido – es decir, era empujado, era obligado por el demonio – a los desiertos – otro lugar de muerte, de esterilidad.
Los espíritu buscan lugares que sean afines con lo que ellos son, su naturaleza y desierto, sepulcros, oscuridad, tinieblas.
“… Y le preguntó Jesús diciendo, “¿Cómo te llamas?” y él dijo, “Legión,” porque muchos demonios habían entrado en él y le rogaban a Jesús que no los mandase ir al abismo…”
¿Qué es ese abismo? Ese es el infierno, es el lugar de las tinieblas. La gente cree que Jesucristo es demasiado bueno para mandar a nadie al infierno. Él no manda al infierno, la gente se condena a sí misma al infierno. Él no hizo ese lugar, Dios no hizo ese lugar para el hombre, lo hizo para los demonios, lo dice la Biblia. Pero desgraciadamente a algún lugar tenemos que ir cuando morimos. Nuestro espíritu es eterno y Dios no lo convierte en chatarra simplemente y lo deshace y lo pulveriza, el espíritu que está en nosotros es eterno y algo hay que hacer con él y hay dos sitios, o vamos al cielo o vamos al infierno, al abismo, donde estarán los demonios, donde ellos moran legítimamente. Ellos no querían ir prematuramente a ese lugar de prisión y de oscuridad y tiniebla terribles.
“… que no los mandase ir al abismo. Había allí un hato de muchos cerdos que apacentaban en el monte y le rogaron que los dejase entrar en ellos… – Otro lugar de afinidad para los demonios, sepulcros, desiertos, cerdos que les gusta el lodo, la inmundicia. Saben que los cerdos eran inmundos para los hebreos y hay algo allí en esa relación. – … y les dio permiso…”
Uno se pregunta por qué el Señor tuvo esa condescendencia con estos espíritus. Esos son los misterios de las relaciones de Dios y los poderes del infierno. Ahí yo creo que hay mucha tela que cortar, pero el caso fue que el Señor les concedió, no que se metieran en otra persona, sino en una manada de cerdos.
“… Y salido del hombre entraron en los cerdos y el hato se precipitó por un despeñadero al lago y se ahogó…”
A mí me gustaría ver una película con esa escena. No me gustaría pero sería impresionante, esta manada de cerdos poseída por estos demonios tirándose por un precipicio. Es terrible la imagen.
“…Y los que apacentaban los cerdos cuando vieron lo que había acontecido huyeron y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos, y salieron a ver lo que había sucedido y vinieron a Jesús y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio…” gloria al Señor.
Tuvieron miedo. Pregúntese por qué tuvieron miedo cuando vieron a este hombre vestido y en su cabal juicio.
“… Y los que lo habían visto le contaron cómo había sido salvado el endemoniado. Entonces toda la multitud de la región alrededor de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos pues tenían gran temor…” – yo lo hubiera invitado a que se quedara en la ciudad, con un pistolero como ese la ciudad hubiera estado más segura. Pero no, ellos sintieron miedo, terror de experimentar esta situación tan rara, confrontación de demonios, lo que eso suscitaba en su alma, el sentido de misterio, de no estar en control, poderes que complican la mente de la gente. Ahora su mundo se ha hecho un poco más complicado y más misterioso y su reacción es, “We don’t want this. No queremos eso, así que vete de aquí, queremos continuar con nuestra vida sencilla, nuestra vida simplista así que vete a otro lugar.”
“…Y Jesús entrando en la barca se volvió y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba – miren qué interesante – que le dejase estar con él, pero Jesús le despidió diciendo, “Vuélvete a tu casa y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo.” Y él se fue publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.”
Gloria al Señor. Esos dos últimos versículos podrían ser el fundamento de nuestra meditación en esta mañana. El Señor nos llama a contar las grandes cosas que él ha hecho en nuestras vidas y a publicar en todas partes las cosas que el Señor ha hecho con nosotros.
Como decía, nos estamos preparando para iniciar nuestra… no es campaña evangelística, y he dicho estrategia evangelística, pero esta mañana yo quise decir nuestra vida, nuestra existencia evangelística como iglesia. ¿Por qué? Porque hemos sentido del Señor, he sentido del Señor un vivo celo como dice la Biblia, por comprometernos delante del Señor como iglesia a una existencia como evangelistas. Nuestra iglesia tenga una orientación evangelistica y estamos dando pasos en esa dirección porque no es algo que vamos a hacer por un mes, no es como que vamos a hacer una campaña de evangelismo. No. esto, hermanos, yo quiero que defina nuestra vida como congregación de aquí en adelante, un estilo de vida evangelístico, una existencia como iglesia que ponga el evangelismo en el centro mismo de nuestra vida como institución y como cuerpo.
Como les he dicho, hemos pasado 20 y pico de años construyendo edificios y Dios nos ha dado una planta física muy bella en la cual se pueden hacer muchas cosas. Tenemos salones de todos tamaños habidos y por haber, es un lugar muy bello en el medio de la ciudad y muy funcional, con muchos espacios para hacer muchas cosas en un lugar estratégico de la ciudad. Nos ha costado mucho trabajo y mucho dinero, y ustedes han sido parte de ese milagro maravilloso con su generosidad para con Dios y para con el Reino.
Pero no todo puede ser simplemente preparar lugares físicos. Los lugares físicos son simplemente una plataforma, son un espacio para que se haga algo con ellos y nosotros queremos usar estas cosas que Dios nos ha permitido elaborar para proclamar el Evangelio. Y ahora la plataforma está montada y tenemos que usarla. Con esas energías que habíamos tenido que dedicar a la construcción física, queremos ahora reinvertirlas en desempeñar el llamado evangelístico. Las energías han estado distraídas, no distraídas pero sí invertidas en trabajos físicos de construcción.
Pero yo siento que ahora tenemos que encontrar otra motivación que es la verdadera, y es la razón por la cual existen las iglesias y la iglesia de Jesucristo, es para proclamar el señorío de Cristo en las naciones. Diga amén. Es para declarar que Cristo es el Señor, que él tiene la solución a los problemas del hombre, que él es y siempre será el Hijo de Dios, el salvador de la humanidad. Y esa es nuestra razón de ser. Y yo quiero que pasemos los próximos años de nuestra vida explorando cómo hacer eso y como es algo de tanta envergadura tenemos que tomar tiempo para ir estableciendo la plataforma. Y por eso es que estamos en un proceso de reflexión, yo estoy anunciando estos propósitos de vez en cuando, hemos comenzado a predicar.
Pero hoy yo siento como que es para mí el inicio de otro paso más en esa dirección. Ya hemos tenido una consulta con líderes de la congregación acerca de algunas ideas y posibilidades. Yo he estado reflexionando mucho y tomando notas. Estamos dando pasos que ustedes quizás no se dan cuenta de ellos, pero sepan que toda esta maquinaria está comenzando a moverse para dar a luz una iglesia verdaderamente evangelística y estos talentos y dones y energías que Dios nos ha permitido utilizar para construir estos edificios, los queremos invertir ahora en una forma mucho más concentrada en la salvación de las almas. Y ustedes son necesarios para eso.
Y en esta mañana yo estoy declarando eso en una manera más intencional y estoy comenzando con esta serie de sermones porque quiero despertar en nosotros, en ustedes y en mí también ese compromiso a ser evangelistas y a ser testigos de Jesucristo. Porque la gente piensa que bueno, el pastor se encargará de eso, simplemente va a predicar sermones evangelísticos y va a hacer un llamado todos los domingos y la gente se va a convertir y eso es todo. No, en realidad ustedes son los evangelistas. Yo también tengo que hacer mi parte. La Biblia dice, creo que fue a Timoteo, haz obra de evangelismo. Los pastores también tenemos que ser evangelistas. Yo tengo mi parte pero en realidad soy muy limitado en lo que yo puedo hacer, pero ustedes son la levadura en esta ciudad, ustedes están en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los vecindarios, en los trenes, sus amistades, sus familiares, ustedes son sal de la tierra. Ustedes son granitos de sal en toda la comunidad, ustedes son levadura insertados en la masa de la ciudad, llamados a declarar el señorío de Jesucristo. Amén.
En sus conversaciones, en sus hogares, en su vecindario, con el vecino, con los amigos, a ser un testigo de Jesucristo. Y por eso es que Dios puso… yo tenía otro sermón en mi mente con respecto a este tema, pero esta mañana se me hizo la vida, como suele pasar a veces, más complicada porque en vez de usar algo que ya tenía, pero el Señor puso bien claro, por alguna razón, la imagen del gadareno para iniciar esta meditación, porque ilustran, muchas de las cosas que el Señor me ha hablado que deben caracterizar nuestra vida y nuestra estrategia evangelísticas, algunos de los elementos que deben formar parte de nuestra identidad evangelística. Y vamos a ver algunos de ellos para entender mejor este llamado.
Lo primero que yo veo aquí es a Jesucristo y a sus discípulos activos en el evangelismo. Los vemos viajando desde Galilea, cruzando ese gran lago de Genesareth para ir al otro lado, a una ciudad que se llama Gadara, de ahí el endemoniado gadareno. Era una ciudad. Había una serie de ciudades allí en esa área, diez ciudades de influencia griega y el Señor va a Gadara. ¿Por qué va allí? Porque va a evangelizar. El ministerio de Jesucristo es un ministerio itinerante, no era una oficina, él no tenía una oficina donde venía la gente a hacer una consulta y de allí enviar a las personas a hacer… no, él vivía moviéndose de un sitio a otro. Era un ministerio itinerante y él iba de ciudad en ciudad predicando la palabra y anunciando la venida del Reino de Dios y su persona como el Hijo de Dios, el Mesías prometido.
Y ellos están moviéndose de un lugar a otro llevando la palabra, y en ese esfuerzo de llevar la palabra ellos encuentran a este hombre, o él los encuentra ellos más bien. Porque es que cuando tu te mueves, cuando tu eres diligente en el evangelismo Dios va a traer oportunidades a tu vida, Dios te va a poner en posición para predicar el Evangelio, pero tu tienes que desear ser un evangelista, tienes que desear oportunidades, tu tienes que orar por las oportunidades, tu tienes que buscar esas oportunidades. Y cuando haces tu parte Dios hace la suya.
Cada día Dios pone oportunidades en nuestro camino, en el tren alguien se acerca, se sienta y comienza una conversación con nosotros y sabemos que tenemos 4, 5 ó 6 minutos. Es importante que le pidamos al Señor, “Señor, dame la oportunidad,” aunque sea invítalos a la iglesia y ahí puede desatarse una conversación acerca de Jesucristo. En tu trabajo, hay personas que tienen problemas y dificultades de todo tipo y tu tomas te con ellos y a veces comes con ellos, estamos nosotros secretamente mientras hablamos con esa persona pidiéndole al Señor, “Señor, abre su corazón, abre su mente para que me provea una entrada a su vida.”
Porque hay que ser también sabio, hay que ser prudente, hay que ser responsable. De paso, te digo, si tu te están pagando por trabajar no uses el tiempo de tu trabajo para predicar el Evangelio. No desvistas un santo para vestir a otro. Tenemos que ser responsable en nuestro trabajo. Y también vivimos en un ambiente hostil al Evangelio y no queremos tampoco crear animosidad innecesariamente. Aproveche las oportunidades legítimas para hablarle a los demás de Jesucristo. Y en su corazón pídale al Señor, “Padre, despierta en mí hambre y necesidad de compartir tu palabra con otros y hazme una persona de energía y unción evangelística, facilítame, no soy fácil de palabra,” dile al Señor. “No tengo esa soltura que otros tienen. Me intimida la idea de predicar a otros del Señor Jesucristo, pero dame tu el valor, dame tu la unción, dame las oportunidades.” Ora en tu casa para que Dios… eso es lo que yo estoy haciendo, hermanos, para nuestra congregación y pidiendo para mí mismo sabiduría para dirigirles a ustedes y para que nuestro ser esté embargado por un sentido de llamado.
Y si tu le pides al Señor y si tu haces del evangelismo algo central en tu vida, Dios te va a proveer oportunidades para que así sea, pero tienes que movilizarte, tienes que estar atento. El Señor, su vida era el evangelismo y los discípulos él los entrenó, dondequiera lo vemos hablando con ellos, dándoles ideas, retroalimentándolos después de experiencias, mandándolos a misiones de aprendizaje evangelístico, pero el Señor se movía, él sabía que ese era su propósito de ser. Él necesitaba que otros vinieran a él.
La Biblia dice que el Hijo del hombre necesita ser levantado ante los ojos de los hombres para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. Como Moisés dice, levantó la serpiente de bronce en el desierto, cuando estaba muriendo por picaduras de serpientes y esta serpiente Dios le dijo a Moisés, “Haz una serpiente de bronce, ponla en un lugar alto para que todo aquel que mire la serpiente se sane en vez de morir envenenado.” Y Moisés lo hizo y el Señor recordó esa imagen y dijo, “Así es necesario que yo sea levantado ante los ojos de los hombres porque los hombres están siendo picados por serpientes, para que cuando miren a mí, sean salvos.”
El llamado de Cristo a nuestras vidas es eso, levantar a Jesús en todo momento, en todo lugar en formas sabias, en formas inteligentes, inclusive con nuestra propia vida, más importante que todo. Por eso es que tenemos que esforzarnos por vivir vidas que justifiquen la predicación del Evangelio, por eso es que tenemos que ser consistentes en la forma en que nosotros vivimos para que el mundo diga, guau, yo quiero lo que esa persona tiene. Y esa persona tiene autoridad para hablarme, porque yo veo el fruto del Espíritu Santo en su vida.
Pero vemos que el llamado es muy importante, en Mateo 28:19 vemos cuando el Señor da su gran comisión, antes de salir de esta tierra el Señor los llama, los junta y les dice, “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto… – hagan iglesias grandes y bonitas y quédense allí los domingos y adórenme. No. – … por tanto id y haced discípulos a todas las naciones bautizándoles en el en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, mandándoles que guarden todas las cosas que os he enseñado. He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”
¿Sabe con quién está Jesucristo? Con los que evangelizan. Por eso él dice, he aquí, como consecuencia yo estoy con vosotros, no se preocupen, yo voy a estar ayudándolos. Cuando tu concibes un llamado a evangelizar el Señor dice, yo estoy contigo. ¿Sabe por qué Dios no bendice más iglesias y las unge con su espíritu y derrama sus dones? Porque para qué, si no están haciendo nada, para qué darles los dones. Los dones son para evangelizar. Los dones son para hacer la obra de Dios. Dios bendice a las iglesias que hacen, que trabajan las personas.
¿Tu quieres entender lo que es el poder del Evangelio? comienza a poner a correr la palabra evangelismo en tu vida. Habla, invita a las personas a venir al Reino de Dios y comparte tu testimonio, comparte la palabra. Vamos a estar, con la ayuda del Señor, enseñando también y dando instrucción de cómo compartir un testimonio, cómo evangelizar a otros. Todo esto es parte del proceso que queremos seguir.
En Hechos, capítulo 1 versículo 8 vemos allí también que el Señor antes de su partida le dice a sus discípulos, “Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Samaria, en Judea, y hasta lo último de la tierra.”
Me vas a ser testigo en Hyde Park, en Jamaica Plain, en Boston, en Massachusetts, en Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, en toda la tierra, en tu país, dondequiera que tu vayas, hasta lo más extremo de la tierra, yo te voy a hacer un evangelista, un testigo. Eso es lo que el Señor quiere que nosotros seamos ante todo, testigos de su resurrección y testigo de su poder y de su señorío.
Los primeros discípulos fueron escogidos para ser testigos de lo que habían visto y oído. Pedro dice, “Lo que hemos visto y oído eso os anunciamos.” Los discípulos eran ante todo testigos, nosotros ante todo somos testigos. Se supone que testifiquemos por doquier de lo que hemos experimentado como creyentes en Jesucristo, que traigamos a otros al conocimiento de Jesús.
¿Eres tu un maestro, eres un trabajador social, eres una ama de casa, trabajas en una fábrica de Boston, manejas un taxi, conduces un autobús, vendes algo en alguna parte, manejas un camión? Todas esas cosas representan oportunidades para predicar el Evangelio, para ser un testigo. Dios te pone continuamente en lugares y el Señor está buscando gente que testifique de Jesucristo y usted no tiene que ser un teólogo, usted no tiene que ser un predicador graduado, hable de su testimonio, hable de lo que Dios ha hecho en su vida, cómo Dios le ha transformado, cómo Dios le ha cambiado. Todos podemos decir algo de lo que Dios ha hecho en nuestra vida. ¿Sí o no?
Algunos Dios nos ha sanado, a otros nos ha liberado de depresión, a otros literalmente nos ha librado del poder de los demonios y las tinieblas, a otros nos ha transformado emocionalmente, algunos ha sanado nuestro matrimonio, a otros nos ha sacado de la miseria y la pobreza, a otros nos ha librado de la muerte en algún momento, o nos ha sanado de alguna enfermedad extrema. Algo Dios ha hecho en tu vida, usa eso como un arma, usa eso como un instrumento. Que la gente pueda contar muchas cosas que tu le digas, pero no pueden argumentar con lo que Dios ha hecho en tu vida. Si tu lo predicas en una forma humilde, sencilla, natural, esto fue lo que Dios hizo en mi vida, yo te invito a dar prueba al Señor, prueba a Jesús, dale una oportunidad para que tu veas cómo él va a cambiar tu vida.
Entonces, vemos que el Señor y sus discípulos vivían en movimiento continuamente. Y es uno de los temas que nosotros tenemos como iglesia pedirle al Señor que nos haga a cada uno de nosotros gente con una urgencia evangelística, una identidad evangelística y una actividad y una vida. No hay nada más lindo que ser un obrero del Señor. Que tu seas cualquier otra cosa pero también tu eres un obrero del Señor.
Mi hermana Fany, la pongo en aprietos un momentito, porque yo tengo contacto con ella, la conozco bastante bien, muchos años, ella es maestra en el Departamento de escuelas de Boston y es una mujer que aprovecha muchas oportunidades en su trabajo para ser sal de la tierra, para sus estudiantes, a los padres, hablarles acerca de… porque ella tiene contacto con mucha gente. Yo sé que muchos de nosotros también tenemos oportunidades para mostrar la bondad de Jesucristo. Así que estemos activos y alertas y pidiéndole al Señor unción para el evangelismo.
Otra cosa que vemos aquí en este pasaje es la condición de los que nosotros tenemos que evangelizar. Este hombre está endemoniado, está poseído totalmente por los poderes de las tinieblas. Su condición es tremendamente penosa. Y quizás las personas que nosotros encontramos cada día no están en esa condición tan terrible, no están echando espuma por la boca o los ojos dándole vuelta en la cuenca de su cabeza, pero están igualmente dominados bajo la autoridad y el dominio de Satanás.
Una persona no tiene que estar totalmente endemoniada para estar legalmente, judicialmente bajo la potestad de las tinieblas. Es más, a los espíritus no les interesa tanto, son demasiado inteligentes para que la gente ande por ahí como esas películas de zombis en las calles llenas de zombis por dondequiera, todo lleno del demonio. No, él es mucho más sutil que eso. En los grandes lugares de autoridad en el mundo, en las grandes universidades, en las grandes corporaciones, en los lugares de leyes y negocios, academia, medios de comunicación, en Hollywood, en diferentes partes de este mundo hay personas que están bajo el poder de Satanás aunque no lo expresan de esa manera como lo expresaba el endemoniado.
A Satanás lo único que le importa es que tu te vayas al infierno y si él te puede mandar en un transatlántico en una gira turística para que te vayas al infierno, a él no le importa. Lo importante es que al final él tenga tu alma y cómo él te lleva allí no importa, sea con un revolver matando gente o robando, o dando dinero para filantropía, a él no le importa. Lo que le importa es que tu alma se pierda y que tu no recibas a Cristo como tu Señor y salvador.
En este mundo hay mucha gente de primera que se visten con trajes bien caros todos los días, pero están bajo el poder de Satanás. Se van a ir al infierno porque no tienen a Jesucristo porque lo único que salva al ser humano es la obra que hizo Jesús en la cruz del calvario donde pagó por los pecados de todos nosotros y entonces el que firma bajo esa obra que Cristo hizo en la cruz puede participar del beneficio de lo que él hizo, pero sino esa persona está abandonada simplemente a su propios recursos para entrar al cielo. Y nadie puede entrar al cielo por sus propios recursos porque nadie es perfecto lo suficiente como para hacerlo. Tiene que ser la perfección de otro que es Jesús.
Entonces toda la humanidad que no está bajo Cristo Jesús, está bajo el poder del infierno, así lo dice la palabra. Este hombre lo único era que estaba poseído de una manera tan obvia por alguna razón que su vida manifestaba eso, sus ropas eran harapos, vivía en los sepulcros, tenía una fuerza sobrenatural, su mente estaba totalmente poseída, daba alaridos como un animal salvaje y es como una ilustración gráfica de lo que es la vida bajo el poder de Satanás, pero eso es todo, es un extremo. Pero de ese extremo hay miles de variantes de estar y vivir bajo la potestad del enemigo.
Nuestras ciudades están bajo el poder del enemigo. Hay personas en sus casas que están deprimidas, ansiosas, sus vidas son un desastre y están bajo el señorío de Satanás y no lo saben y necesitan a alguien con el poder y la unción de Jesucristo que les enseñe el camino, ore por ellos, declare el señorío de Cristo sobre su vida, rompa sus cadenas espirituales. Esa es la iglesia.
Dios ha diseñado un sistema bien sencillo, hay gente con necesidad, hay una persona que es Cristo Jesús que tiene el poder, y hay intermediarios que somos tu y yo, que les anunciamos que vayan a Cristo y que consigan lo que necesitan para recibir su sanidad en sus vidas. Y nosotros tenemos que hacer nuestra parte.
Pero el mundo, dice la Biblia, está bajo el señorío de Satanás. Desde que Adán y Eva pecaron y el hombre ha ido en un proceso de continua degeneración. Hoy en día en el siglo XXI como nunca antes, las sociedades se han apartado de la protección que solo Jesucristo puede ofrecer. Un mundo sin Cristo es lo que veíamos cuando Cristo vino a la tierra hace 2000 años, un mundo en tinieblas, un mundo de paganismo, un mundo de ídolos, un mundo de esclavitud, un mundo de guerras totales por dondequiera. Hoy en día, la humanidad que se ha apartado de Cristo tanto y de Dios, como estaba apartada esa humanidad que Cristo encontró en el año 0 hace 2000 años y pico atrás, la humanidad ahora está peor que ese tiempo atrás.
Tenemos vacunas y tenemos computadoras y tenemos cohetes que van a la luna, pero la condición del hombre es peor que en ese tiempo. Hay guerras y rumores de guerra, hay terrorismo por dondequiera, hay neurosis, hay división de familias, hay adicción a drogas, hay una sensualidad desaforada, hay una insatisfacción en las naciones, la familia está en deterioro, los padres no saben qué hacer con sus hijos.
¿Usted cree que eso es civilización? Es una civilización en apariencia, pero el gadareno está tan endemoniado como lo estaba cuando Jesús lo encontró hace 2000 años. La condición del hombre… vaya a nuestras ciudades. Alguien me decía que visitó una parte de la ciudad hace poco aquí en Boston y se sorprendió de que cada esquinita de 4 esquinas de dos calles que se cruzan, había una cruz y una ofrenda por alguien que había sido matado en ese vecindario. Dice que el vecindario estaba lleno de flores y ofrecimiento de flores por jóvenes que habían sido asesinados en esta ciudad.
¿Por qué pasa eso en una de las ciudades más civilizadas de toda la tierra como es Boston? Porque el endemoniado no tiene a nadie que le diga, ve, o si lo tiene lo que pasa es que también están rechazándolo. Pero nosotros tenemos que anunciar. Hay mucha gente en esta ciudad que necesita, que solo necesita que alguien les diga que Cristo es la solución.
Y también nosotros queremos ser… una de las cosas que le estoy pidiendo al Señor es que nos haga el tipo de congregación y de comunidad que cuando la gente venga aquí se sienta bienvenida. Y nosotros tenemos que ser parte de ese proceso. Una de las cosas que tenemos que hacer es ser una iglesia hospitalaria, si alguien viene y le pide que usted se eche para un lado en su asiento para pasar, asegúrese de hacerlo con un rostro bien sonriente, no como ahora me tengo que parar como si usted estuviera en un cine y le están molestando. Esta es la casa del Señor.
Y nosotros también por igual, si usted tiene que pasarle a alguien, usted no sabe a quién usted le está pidiendo que le dejen pasar, hágalo con una sonrisa. Cuando termina el servicio salude a alguien y dígale, Dios te bendiga, en vez de tornarse hacia la persona que usted más conoce. Si hay una madre que está teniendo algún problema con su niñito hagamos todo lo posible, quizás un ujier puede venir y decirle, “Mira, te podemos llevar,” pero usted no le voltee los ojos, no le dé mala cara y comience a criticarla. Yo he oído de personas que han dicho a madres jóvenes, “Mejor se queda en su casa.” Tenemos que ser mucho más cuidadosos con eso, tenemos que tener mucho cuidado porque queremos ser una iglesia.
Si viene una persona con una situación de homosexualidad, alcoholismo, droga, mal vestido, mal oliente, lo que sea, aguántese la nariz y ponga una buena cara y dele la bienvenida al Señor. Seamos una iglesia generosa. No miremos los pecados de la gente, primero miremos nuestros propios pecados y olvídese de hacer juicio. Preséntele a Cristo simplemente, deje que Cristo se encargue de ellos, porque si vamos a traer a la gente… Dios no va a enviar a la gente para que sean dañadas por una iglesia farisaica y odiosa, llena de murmuración y de conflictos y de gente que no ha tenido un verdadero encuentro con Jesucristo. La gente dice, para eso me quedo en mi casa mejor.
Si vamos a ser una iglesia evangelística y efectiva, tenemos que ser una iglesia que ejemplifique los mejores valores del Reino de Dios. Y eso comienza contigo y conmigo. Tenemos que pedirle, “Señor, santifícame, trata conmigo, ayúdanos a ser una iglesia generosa, una iglesia donde la armonía se respire en el aire cuando la gente entre, donde la presencia del Señor pueda morar con toda comodidad.” Tenemos que ser ese tipo de congregación.
El mundo está endemoniado. La predicación evangelística es guerra espiritual. Eso es algo que el Señor me ha hablado también. Una de las cosas que yo siento que nuestro mensaje evangelístico debe tener un tema, una temática, y es precisamente que Cristo rompe las cadenas de Satanás. Cristo rompe el dominio del enemigo. Cristo ahuyenta las tinieblas, Cristo hace que el hombre sea libre.
Cristo dijo, “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” Sabe usted que evangelizar es guerra espiritual. Cristo es el único que puede hacerle frente a los poderes del diablo, por eso es que Dios lo envió, por eso es que las naciones sin Jesucristo jamás pueden esperar tener éxito en su lucha contra la guerra, la violencia, la pobreza, el hambre, el crimen, la disfuncionalidad humana, porque todas esas cosas vienen de los poderes de Satanás y solo Jesús puede hacerle frente a los poderes de las tinieblas, por eso el Señor envió a Cristo al mundo para que derrotara el poder del diablo.
Él vino a deshacer las obras del diablo, dice la palabra. Y el Evangelio tiene que ser presentado como la solución a la hegemonía de Satanás en el mundo y en las sociedades, en las culturas, en las familias, en la vida de los individuos, en los hogares, en los vecindarios, en las calles. Tenemos que presentar a Cristo como la solución a los problemas.
Por eso es que este pasaje me cautivó, cuando Dios lo puso en mi mente, porque coincidía con esa idea que Dios me ha dado que nosotros tenemos que predicar el Evangelio en términos de guerra espiritual. No es que vamos a estar hablando de demonios por dondequiera. No, tenemos que hacerlo en una forma inteligente, pero tenemos que saber que el trasfondo es ese.
La Biblia dice que nuestra lucha no es contra sangre y carne sino contra principados y potestades, contra las tinieblas que están en los aires que gobiernan la cultura y gobiernan la economía de este mundo y Jesucristo es la solución a nivel colectivo y a nivel individual.
Es interesante, primero eso, que aquí vemos un evangelismo que se da en términos de primero liberar a la persona del poder del diablo, liberarlo, romper sus cadenas, hacerle posible una vida normal y abundante por medio del poder de Jesús. Qué poder tiene Jesús que estos demonios se ven impelidos a venir ante Jesús, no es ni siquiera que el Señor los llama, es como que él con su poder los obligó a venir encadenados ante él. ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo del Dios altísimo? Ellos se ven impelidos a revelar su condición y su acción porque hay tanto poder en Jesucristo.
Y mire cómo ellos reconocen el señorío de Cristo. Ellos saben que no tienen alternativa. Tienen que salir. Y luego le dicen, mira, déjanos aunque sea no ir al abismo, mándanos a esta manada. Hay misterio allí, yo no tengo la respuesta para todo ese misterio. ¿Por qué los envía a un… y qué pasó después con esos cerdos y qué pasó con ellos cuando los cerdos murieron? La Biblia no nos da respuesta a todas las cosas. Yo tengo mi conjetura pero eso no importa ahora mismo.
Lo importante es que Satanás es real. Yo he tenido tantas experiencias a través de 30 años de ministerio pastoral con gente en esta misma congregación que manifiestan presencia de poderes demoníacos en sus vidas y que son liberadas por el poder de Jesucristo. Yo creo que puedo decir, sin equivocarme, que nunca ha habido una confrontación con un demonio en mi vida pastoral, que la persona no fuera liberada, porque Cristo tiene el poder. Yo siempre lo creo así.
Yo nunca me conformaré con una persona que dice, “¿Sabés qué? Hemos tratado…” Ha habido a veces días que he tenido en confrontaciones no 24 horas al día, 3 días, pero sí en sesiones diferentes y finalmente esos poderes han tenido que irse. El demonio es real. Satanás es real, hermanos. Se lo dice una persona muy lógica y muy coherente, muy pensante. Yo no estoy creyendo en todas las cosas que veo por allí y todos los mitos y todo eso. yo he visto mucho en este mundo y les puedo decir que la presencia del diablo y el infierno es algo muy real y verdadero y la iglesia necesita entender esto.
Los riesgos son serios, el infierno es real y nosotros tenemos que comprarnos un seguro, ni siquiera comprarlo, obtenerlo y es el seguro que Cristo provee, su sangre, su obra. ¿Qué va a ser de nuestra eternidad? ¿A dónde vamos después de morir? Es la pregunta más importante que un hombre o una mujer se puede hacer. ¿Cuál va a ser tu destino eterno? Cuando tu cuerpo se separa de tu alma, cuando tu diste tu último aliento y se terminó tu carrera aquí en la vida, ¿a dónde tu vas a ir por toda la eternidad? Esa es la pregunta más importante de todas las preguntas y el diablo se pasa mucho tiempo tratando de evitar que la gente se haga esa pregunta, entreteniéndolos con todo tipo de actividades y placeres para que no se vea un día confrontado con la pregunta.
Piensa en lo que es la eternidad y lo que es tu vida ahora aquí, 70, 80 años comparados con la eternidad, algo que no termina. Tu vida aquí en la tierra ni siquiera es el parpadeo de un ojo comparado con la eternidad y millones de almas se irán a la eternidad sin Cristo, sin salvación porque nadie les habló y como estuvieron bajo el poder de Satanás aquí, estarán bajo el poder de Satanás en la eternidad también. Eso es terrible pensarlo y cada persona tiene que hacer su paz con Dios a través de Jesucristo y nosotros tenemos que anunciar ese mensaje con gran urgencia.
No hay nada más importante en este mundo. Es más, si yo entendiera la envergadura de lo que estoy diciendo, hermanos, yo creo que yo no comería anunciando el Evangelio. Es porque en su misericordia Dios como que templa un poquito el sentido de urgencia. ¿Qué hay más importante en este mundo que ayudar a un alma a salvarse del infierno? ¿Qué cosa puede haber más importante que eso? no lo hay.
Yo le pido al Señor que me embargue con un sentido de desesperación por hacer su obra aquí en la tierra en los años que nos quedan como congregación o personalmente. Yo les he dicho que el Evangelio es guerra espiritual y les dije esta mañana que yo no estoy creyendo en todas… yo no veo al diablo hasta en la sopa, como algunas personas por allí, pero yo sé, yo he tenido experiencia con los poderes del diablo y sé que es real.
Y esta mañana cuando nosotros entramos aquí toda esta cuestión del sonido y todo este problema del sonido, es porque… yo he entendido eso, que cuando se habla de Satanás los demonios se despiertan y tratan de hacer daño. Ellos no pueden pero tratan. Y tratan de proveer trabas y complicaciones y hacer la vida difícil y quitar la paz. Ese es su efecto. Pocas veces hemos tenido tanto problema con el sistema de sonido como lo hemos tenido esta mañana.
Es interesante que antes de que el Señor encuentre a este endemoniado, si usted lee el pasaje anterior a eso, hay una tempestad. Cuando ellos van hacia Gadara surge una tempestad en el mar. Ahí está, en los versículos anteriores, dice que “…mientras navegaban él se durmió y se desencadenó una tempestad de viento en el lago y se anegaban y peligraban…”
¿Por qué? Yo creo que hay una conexión, porque los poderes del diablo saben cuando alguien va a un lugar y déjenme decirles que esas victorias sobre el endemoniado gadareno les ha dado mucho material a los hombres a través de los siglos para meditar en el señorío en el poder de Cristo sobre las tinieblas. Yo creo que el infierno sabía lo que se iba a dar en Gadara y molesto con ellos hizo todo lo posible y desató una tormenta para ver si les podía impedir que llegaran a Gadara, pero no se recordaban que el Señor estaba dentro de la barca. Y cuando los discípulos vienen atemorizados, “Maestro, Maestro, que perecemos.” El Señor está de lo más tranquilo durmiendo en el barco y dice que “…despertando él reprendió al viento y a las olas y cesaron y se hizo bonanza…” Aleluya!
Sabe que tenemos que también prepararnos, cuando una iglesia está haciendo obras de evangelismo efectivo y está trayendo almas al conocimiento de Jesucristo y está denunciando y desenmascarando la obra del diablo en la sociedad, en las culturas, en los individuos, va a haber represalias y va a haber contraataque del enemigo y él va a tratar de hacer todo lo posible, así que si vamos a hacer esto tenemos que pedirle al Señor, “Señor, cúbrenos con la sangre de tu Hijo, cúbrenos con un espíritu de santidad y de integridad para que él no tenga nada de qué aprovecharse.” Y tenemos que orar, tenemos que clamar al Señor, tenemos que proteger nuestra iglesia, tenemos que orar por nuestros líderes, tenemos que orar por entendimiento para que el Señor nos guarde.
Porque esta es distracción que eso es todo, harassment, esto es simplemente una distracción leve, sin consecuencias en última instancia, pero es lo que pasa. Cuando se va platicar un sermón que desenmascara al enemigo y pone a la luz lo que él verdaderamente hace y cómo él es, y yo lo reprende en el en el nombre de Jesús él trata de hacer daño. Cúbranme con la sangre de Cristo, hermanos, oren por mí como líder de esta congregación principal, hermanos. Yo les suplico en el en el nombre de Jesús que tomen en serio su oración por mi persona, mi esposa, mi familia, mi hogar y se lo pido como un favor. Y también cubramos el resto de los líderes y nuestra congregación porque si Dios nos permite ser efectivos en esto que vamos a emprender va a haber contraataques y en nombre del Señor lo ponemos todo bajo la sangre y la cobertura de Cristo.
No hay que temer, pero no hay que descuidarse. La Biblia dice, “Sed sobrios y velad porque vuestro adversario, el diablo, anda como león rugiente alrededor buscando a quién devorar.” Si tu estás haciendo la obra de Dios el enemigo va a querer hacer daño en tu vida y va a haber confrontación, porque el evangelístico es guerra espiritual, es confrontación con los poderes de Satanás, es saquear las huestes del enemigo, es arrebatar almas y él no está contento cuando eso se hace.
Y entonces tenemos que pedirle al Señor que nos de fortaleza, nos de denuedo, nos de sabiduría y nos purifique y nos defienda de todo ataque del enemigo. Tenemos que mostrarle a la sociedad, a la gente ahí afuera, tus problemas matrimoniales, tus problemas emocionales, tus problemas de familia, muchas veces no siempre tus problemas de salud, tus problemas materiales, tienen a veces un elemento, no siempre, pero muchas veces tienen un elemento demoníaco. El diablo no quiere que tu entres en la abundancia de vida que Cristo ha hecho posible.
Y mientras tu estás sin protección él se sirve con la cuchara grande, de tu familia, de tus hijos, de tu salud, de tu vida espiritual, tu matrimonio, y de la sociedad también. Yo le pido al Señor que llegara el día en que naciones enteras reconozcan que necesitan a Cristo y que sus gobernantes, sus presidentes, sus primeros ministros, congreguen a la nación y a través de los medios de comunicación digan, “Esta nación queda sometida a los reclamos de Cristo Jesús como Señor y pedimos que él entre y que transforme nuestra cultura, nuestra economía, nuestra sociedad, nuestros hijos.” Óigame, yo creo que habría cambios en esas naciones si hubiera hombres y mujeres verdaderamente temerosos de Dios que entiendan lo que es guerra espiritual y lo que es convocar el poder de Dios y del cielo para que favorezca y bendiga, y traiga progreso a una nación, a una sociedad, y traiga iluminación y sabiduría a sus líderes para que pueda haber verdadero progreso en las naciones.
Tenemos que pedirle al Señor que nos de la sabiduría para hacer esto, porque es guerra espiritual, es desconectar naciones y sociedades y ciudades del poder del diablo y conectarlo con el poder transformador de Cristo Jesús. Eso es evangelístico, hermanos. Eso es guerra espiritual. Y Cristo es el único que tiene el poder y la autoridad para arrancarle almas al diablo, como se la arrancó a este gadareno.
Lo último que dejo con ustedes, dos cositas, la condición de este hombre después que Cristo interviene, dice que este hombre que antes era… gritando por los sepulcros, morando en los sepulcros totalmente loco, neurótico, totalmente desquiciado, un harapo humano, dice que ahora lo vieron vestido y en su cabal juicio. Fue tan grande el cambio en este hombre que la gente tuvo miedo, ni siquiera se asombraron, les dio miedo, había pasado años este hombre y nadie… ¿sabe una cosa? ¿Qué es lo único que podían hacer ellos? Atar a este hombre con cadenas y ni siquiera con eso.
Una de las cosas que yo veo en esta ciudad ahora mismo, en Boston y lo veo en todo Estados Unidos, el endemoniado, la capacidad más alta que ninguna sociedad ha tenido para afectar la conducta de las sociedades es esta, el siglo XXI y sin embargo impotente completamente para mejorar su condición de la gente.
Cuando Meche y yo veníamos para llegar aquí a la iglesia esta mañana como siempre todos los domingos, había una multitud de gente, no solamente deambulante, sin hogar, porque eso sería hasta cierto punto menor, pero uno ve la corrupción en sus corazones y en sus mentes, están atados del vicio muchos de ellos, y alcohol, sexo, droga, neurosis, rebeldía, violencia, eso es lo que se ve en los shelters, en los refugios de la ciudad. La ciudad no tiene poder para cambiar la condición de esta gente, esa gente está demasiado avanzada en su deterioro. Es más, la iglesia necesita una unción especial de parte de Jesucristo para liberar a esas personas, hermanos, porque están tan idos ya, muchos de ellos no digo que todos, pero los que están en esas condiciones más avanzadas, solo una intervención divina puede cambiar el destino de esa gente.
La sociedad no puede, hermanos, cambiar los muchachos que están en las gangas matándose unos a otros. No tienen el poder. Lo único que tienen es cárceles para meterlos, eso es todo. Sabe que el encarcelamiento es el gran escándalo de esta nación. Estados Unidos encarcela más gente que cualquier otra nación del mundo por mucho. Lo único que pueden hacer es encadenarlos, meterlos en la cárcel, no pueden hacer más nada. Le tiran millones de dólares el Departamento de Servicios Sociales y el Departamento de Salud Pública. El Departamento de Salud Pública lo único que enseña es lesbianismo, homosexualidad, hacen bien hasta cierto punto pero son lugares controlados por la cultura gay. Muchos de los que están, y yo hasta tengo temor de decir esto en público pero es la realidad, hermanos. El Departamento de Salud Pública de Boston están en gran medida afectado, influenciado por la cultura homosexual porque ellos saben que ese es un lugar estratégico y yo sé que hay mucha gente buena allí y que se hace mucho bien, pero el sistema jamás va a poder bregar con las condiciones, las necesidades de esta sociedad.
Los Departamentos de Children y Family por igual, no dan abasto, nada está cambiando en esta sociedad. ¿Por qué? Porque el endemoniado lo único que pueden hacer es meterlo en la cárcel, controlarlo, darle una droga para que se muera y ande por ahí todo atontado para que no haga daño, no tenga fuerzas para hacer daño, como tanta gente o darle otra droga, que sustituye a la droga que usan para que no tengan que matar para conseguirla, pero están drogados todavía. Porque el endemoniado gadareno solo un cambio de adentro puede cambiar su condición y solo Cristo tiene esa respuesta, hermanos. Lo único es un cambio de corazón, un cambio de mente.
Y la sociedad, la iglesia tiene que proveer. Cuando este hombre tiene un encuentro con Jesucristo y desde adentro se abren las puertas de su cárcel, él queda lúcido para reconocer los reclamos de Jesucristo y eso es lo que nosotros tenemos que hacer. Padre, enséñanos cómo llevar nuestra cultura a Cristo Jesús y que esté vestida y en su sano juicio a los pies de Jesús.
Y lo último que les digo es que aquí está la clave de todo este sermón. Este hombre cuando experimenta por primera vez quizás en décadas el bienestar que se siente cuando Cristo está en el centro y todas sus emociones y todas sus facultades están girando ordenadamente como planetas alrededor de su sol, y él puede por primera vez sentir paz en su corazón y computar como un hombre normal y sano, ¿qué quiere hacer él? Él quiere quedarse con Jesucristo, “Señor, déjame estar delante de ti y contigo todos los días de mi vida, yo quiero ir contigo.” Pero el Señor le dice, “No, hay algo más importante todavía. Ve y cuenta a tus familiares, a tus amigos, a tus vecinos, cuán grandes cosas Dios ha hecho contigo.”
Eso es lo que tenemos que hacer, hermanos. El servicio del domingo es muy bonito, hay buena música, un lugar cálido, sillas bastante cómodas, gente bastante decente, un sermón más o menos, pero eso no es el lugar de descanso para nosotros. Si todo lo que hacemos es venir a la iglesia y reportarnos de domingo en domingo y meternos una metadona espiritual que nos dure la semana y volver el domingo que viene, hemos perdido el objetivo verdadero. Usted viene a la iglesia para fortalecerse. Usted viene a la iglesia para prepararse. Usted viene a la iglesia para educarse. Usted viene a la iglesia para sanarse. Usted viene a la iglesia para obtener armas y recursos para que anunciéis las verdades del que os sacó de las tinieblas a su luz admirable.
Venimos aquí para ser capacitados, para sanarnos de nuestras heridas, sí, pero para que el endemoniado sea liberado y para que entonces tengamos más recursos para anunciar cuán grandes cosas Dios ha hecho con nosotros. Esa es la razón de ser. Señor, qué bueno, aquí está Elías, aquí está Moisés, y aquí estás tu, vamos a hacer tres tiendas y quedarnos aquí en el monte de la transfiguración y el Señor le dice, “No, tenemos que bajar porque allá abajo hay un padre con un hijo endemoniado y hay que sanarlo, hay que liberarlo.”
Dios no nos hizo para estar siempre regodeándonos en su presencia y celebrando lo bueno que él es con nosotros. Es que compartamos la verdad con otros y traigamos a otros al conocimiento de Jesucristo.
Yo quiero dejarte ese reto en esta mañana, quiero animarte en el en el nombre de Jesús. Póngase de pie y reciba ahora mismo un llamado de parte de Dios y yo quiero invitar si hay alguien en esta mañana que siente el deseo de recibir a Jesús como Señor y salvador y de poner su vida bajo la cobertura y la protección de Jesucristo, su familia, su cuerpo, su vida, su economía, yo te invito a levantar tu mano porque quiero orar por ti en esta mañana.
Habrá alguien que invite a Jesús a entrar a su corazón. Bajemos nuestras cabezas un momento y piense en mi llamado y ore por alguien para que Dios permita que esa persona pueda recibir a Cristo. Si usted quiere recibir a Jesús y quiere invitarlo a controlar su vida y gobernar sobre su familia, sobre su cuerpo, sobre sus emociones, si usted sabe que necesita al único que puede darle solución a sus necesidades, yo le invito a levantar su mano ahora en el en el nombre de Jesús. Si no lo ha hecho antes, una hermana allí detrás, otra hermana aquí también, esto es guerra espiritual, requiere valor.
Nos quejamos y nos quejamos y queremos soluciones pero hay que pagar un precio. Si usted no hace su parte Dios no hará la suya. El Señor Jesucristo dice, “Si me confesareis ante los hombres yo os confesaré ante mi Padre.” Quiere decir que si tu no lo confiesas ante los hombres él no te confiesa a ti. Hay algo en ese proceso de confesar a Cristo, decir, no, yo soy un seguidor de Jesús y yo ante los demonios y ante los hombres yo reconozco que Cristo Jesús es mi Señor y mi salvador. Eso tiene poder, eso rompe cadenas, eso obra cambios en la vida de una persona.
Hay que humillarse, hay que dar ese paso y si usted dice no, es no. si usted se queda callado, si no hace lo que tiene que hacer está diciendo no, entiéndalo bien. Usted está negándose a hacer algo que Dios le está llamando a hacer. De hecho esa manos, por favor, levántense.
Yo quisiera orar por ustedes, ahí donde están, si alguien que levantó su mano quiere pasar al frente, le invito a hacerlo, sino simplemente mantenga su mano en alto en esta mañana y crea. Yo libero en el en el nombre de Jesús a toda persona para que haga lo que Dios le llama a hacer ahora mismo. Si hay resistencia del diablo, Satanás te ato en el en el nombre de Jesús y declaro libertad en este lugar santo, Señor, que los propósitos de Cristo sean cumplidos. Que las almas vengan al conocimiento de Jesús. Rompe cadenas, Padre, rompe obstáculos en sus mentes y déjalos libres para que puedan recibir.
Padre, nosotros declaramos que tu palabra correrá como un río en esta ciudad. Muchos vendrán a los pies de Jesucristo, familias enteras, gente decente, gente noble, gente bien comportada, gente próspera vendrá porque reconocerán que por más bien que les vaya, sin Cristo están perdidos y los que estén necesitados, la gente humilde y sencilla también sus vidas serán levantadas, serán capacitados, serán prosperados, serán iluminados, verán la gloria de Dios en sus familias. Y Padre, nosotros pedimos que nos constituyas a nosotros en testigos eficaces de la obra transformadora y regeneradora de Jesús de Nazaret. Haznos testigos, Señor, eficientes, que la transformación que hubo el día de Pentecostés, cuando esos hombres y mujeres asustados se convirtieron en leones evangelísticos, que eso se de también en nuestra iglesia León de Judá, Padre. Que tu león aquí en Boston ruja con la misma efectividad con que rugió ante los demonios que aprisionaban a este hombre, Señor.
Abrazamos el llamado evangelístico, abrazamos la invitación tuya a ser testigos dondequiera que vayamos. Suelta nuestras bocas, suelta nuestros pies, suelta nuestros recursos, suelta nuestra unción espiritual. Danos valor y efectividad y pasión y autoridad para predicar el Evangelio, para vivir vidas que respalden nuestra posición como evangelistas.
Señor, abre tu cielo y derrama lluvia, derrama poder, derrama autoridad, derrama entendimiento, Espíritu Santo alcanza a los que están aquí y los que están lejos en esta mañana, Señor, nosotros desatamos el poder evangelístico. Padre, declaramos que las almas son liberadas, jóvenes son sueltos para que consideren los reclamos de Jesús. Madres solteras, matrimonios, profesionales, gente deambulante, obreros son liberados, sus mentes aclaradas. Desatamos el poder de Dios sobre esas vidas y atamos los poderes de Satanás.
Diablo, te reprendemos en el en el nombre de Jesús. Anunciamos que Cristo vino a deshacer tus obras. Cristo vino a rescatar las almas. Tu no tienes poder sobre las almas que Dios envió a su hijo para redimir. Yo bendigo a mi hermana, aquí adelante.