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Filipenses en el capítulo 4. Voy a comenzar con el versículo 4, pero en realidad lo que me interesa enfocar es una palabra que se encuentra en el versículo 5, pero para darle un poco de contexto vamos a leer del 4 al 7. Palabra del Apóstol Pablo tan conocidas.
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo, regocijaos. Dígale a alguien a su lado, regocíjate. Pero eso no es lo que quiero tratar aunque tenemos que regocijarnos en invierno cuando vemos que el invierno está llegando. Regocijarse en el Señor. Pero mire lo que dice el Apóstol Pablo a la luz de ese regocijo, ese gozo que debe caracterizar a los hijos de Dios. Tiene un consejo muy, muy interesante. Dice: “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres.” Yo quiero que usted enfoque esa palabra, gentileza. Qué entiende usted por gentileza? Qué asociaciones trae a su mente la palabra gentileza? Y él dice que la gentileza de ustedes sea conocida, que haya una reputación de gentileza, que cuando la gente piense en congregación León de Judá, cuando piense en uno de nuestros miembros dondequiera que esté en la ciudad, piensen, guau, qué gentil esa persona.
“Vuestra gentileza sea conocida de todos los seres humanos. El Señor está cerca por nada estéis afanosos. Si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Amén.
Padre, gracias. Encomendamos esta bella palabra a tu administración. Adminístrala tu, Padre, manéjala tu, Señor dásela a tu pueblo y configúrala y prepárala como tu quieras en nuestros corazones en el nombre de Jesús. Amén.
Yo quiero hablar acerca de la actitud amable, la actitud de amabilidad y de generosidad que Dios quiere que nosotros manifestemos como un distintivo de nuestra vida y de nuestras relaciones humanas. Y yo concebí esta meditación, en realidad mayormente esta mañana, a la luz de todo este conflicto y esta polarización que caracteriza a nuestra nación en estos tiempos, donde como que hay dos naciones, dos pueblos aquí en Estados Unidos ahora mismo, en pugna irresoluble uno con el otro.
Está lo que se llama la América roja y la América azul, el rojo está asociado con los republicanos y el azul con los demócratas. Una América conservadora y generalmente muy religiosa y fundamental en sus creencias bíblicas y muy insistente en la ortodoxia y en la Biblia y la palabra del Señor y los valores morales, etc. Y una América azul, generalmente asociada con los demócratas, liberal, intelectual, generalmente urbana, localizada en las grandes ciudades como New York, como Los Ángeles, como Chicago, y esa América conservadora que generalmente está asociada con el sur de Estados Unidos, con la franja mediana de este país.
Dos Américas que están en pugna y se odian a muerte, al rojo vivo. La América de Fox News, conservadora, y la América de CNN, liberal. La América que ama a Trump y cree que él es la encarnación del Mesías y la América que odio a Trump con todo su corazón y que le gustaría que viniera una nave espacial y se lo llevara al planeta Júpiter, lo más lejos posible. Dos Américas que creen que la otra América es el diablo puro. Y dos Américas que están en continuo conflicto una con la otra.
Yo leo ambos periódicos, yo leo el New York Times que es la fuente de liberalismo aquí en Estados Unidos, y leo también revistas muy conservadoras como Weekly Standard y muchísimos, New Republic u otros así, el Washington Times, porque me gusta saber lo que están pensando los dos lados.
Esta situación que ha afectado ahora mismo dentro de unos dos o tres días va a haber unas elecciones en Estados Unidos muy, muy significativas en Alabama, que tiene que ver con el Juez Roy Moore, que es un objeto de conflicto tremendo y hay toda una América que se identifica con este hombre y que quiere que él sea electo al Senado a pesar de todo el escándalo que ha habido alrededor de su persona y que no cree que las acusaciones que se le están haciendo, o que no son justos o por lo menos que no son verdad.
Y esa otra América que dice, cómo es posible que un hombre de esta calaña sea electo al Senado de Estados Unidos. Pero es porque esas dos Américas proceden desde dos perspectivas completamente diferentes, dos visiones de mundo diferente, dos formas de conjugar el mundo, parten de dos posturas muy diferentes y dos formas de ver la naturaleza humana, la condición humana, el pecado, los tiempos en que vivimos, la moralidad, etc.
Entonces, cada uno lo ve con unos lentes diferentes y ambos se odian a muerte y se tiran críticas unos a los otros y no pueden ver nada bueno en el otro lado. Y esa postura tan conflictiva es lo que caracteriza el tono que hay hoy en día que uno ve y escucha y lee en las noticias y en las revistas y en la televisión y que explica mucho de lo que está pasando en este país y en todo el mundo.
Es un tiempo de polarización extremada. Antes, la gente podía estar en desacuerdo con muchas cosas y más o menos convivir, pero hoy en día no, todo está bien polarizado y como definido en blanco y negro, en una forma muy fuerte. Esa postura, esa actitud de crítica, de juicio, de acusación, de no poder ver la bondad en el otro lado o por lo menos la razón en el otro lado, es lo que caracteriza este mundo y vemos que eso pasa en todas partes, en Israel, con la cuestión de si Jerusalén es la capital legítima de Israel o no, si los palestinos tienen el mismo derecho y eso evoca una cantidad de cosas.
En Alemania la nación está dividida también, en Francia igual, en Polonia, en Inglaterra con Brexit, el mundo está dividido, polarizado, hay conflicto. En esta nación cada grupo pide que sus derechos sean reconocidos: los afroamericanos hablan y dicen que el tema black lives matter, la clase trabajador, blue collar, aquí en Estados Unidos se siente ignorada y se siente vejada y violentada por la clase liberal. La clase liberal, a su vez, siente que sus derechos no están siendo considerados y están siendo abusados ahora mismo.
Es decir, hay una postura de acusación increíble. Lo que estamos viendo también, por ejemplo, con todo este asunto de las mujeres que han acusado a tantos políticos y tantos artistas y gente de las noticias y todo ese tipo de cosas, todo el mundo está peleando. Los homosexuales pelean por sus derechos, quieren que sus derechos sean reconocidos, los inmigrantes pelean por sus derechos y quieren que sus derechos sean reconocidos. Es un enjambre de acusaciones que tenemos en esta nación en este momento, lo cual contrasta con ese tono que trata de establecer la escrituras que debe caracterizar a los hijos de Dios, que debe caracterizar las iglesias, que debe caracterizar los lugares donde está la presencia del Señor. Un llamado a la armonía, un llamado a la generosidad, un llamado a la paciencia, un llamado a ponerse en el lugar del opositor y tratar de ver su perspectiva, una postura que se toma tiempo para sopesar las cosas antes de actuar en una forma impulsiva.
Y yo creo que eso es lo que está hablando este pasaje, vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. Usted no podrá entender todo esto a lo cual yo me refiero y la conexión que tiene todo esto que yo acabo de decir, a menos que no entienda esa palabra gentileza y qué es lo que Pablo quiere decir con esa palabra cuando la usa. Y para entender el peso total, cabal de la palabra que Pablo usa, que se traduce en el español gentileza. En inglés la traducción de Nueva Versión Internacional la traduce como gentleness, vuestra mansedumbre.
Usted tiene que ir al griego original que Pablo empleó cuando escribió esa carta en su lengua que estaba usando que era el griego que era conocido, el coiné, por toda la gente a quien le escribía porque le escribía a Filipo, una ciudad grecorromana, Y Pablo usa vuestro epieikes sea conocida de todos los hombres.
Qué quiere decir la palabra epieikes? Es una palabra tan compleja por eso es que diferentes versiones de la escrituras, diferentes traducciones usan diferentes palabras, porque es una palabra que abarca mucho y que es difícil contener todo su significado en una sola palabra en los idiomas a los cuales la Biblia ha sido traducida. Pero para el mundo greco romano la palabra epieikes tenía una cantidad de resonancias, algunas de ellas, vuestra amabilidad sea conocida de todos los hombres, moderación es otra palabra que incluye la palabra epieikes, suavidad, tolerancia, generosidad, magnanimidad, misericordia, paciencia, todas esas palabras están incluidas dentro de la palabra epieikes que nuestro español traduce como gentileza. Me gusta más que la palabra gentleness, gentileza se parece más a lo que Pablo tenía en mente cuando nos llamaba a nosotros por extensión a que toda la gente sepa de nuestra postura de gentileza.
Y la Biblia la usa en varias ocasiones y podemos entender mejor su universo cuando miramos, por ejemplo, si usted busca en Santiago capítulo 3, versículo 17 usted ve cómo la usa Santiago, dice, hablando de la sabiduría que viene de lo alto, la sabiduría que se parece a Dios en contraste a la sabiduría carnal, humana del hombre.
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable – ahí está la palabra epieikes otra vez. Pablo podría decir, vuestra amabilidad sea conocida de todos los hombres – benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.”
Si usted está pensando en el fruto del espíritu en Gálatas 5 es porque esta palabra epieikes como que resume el fruto del espíritu, bondad, benignidad, buena voluntad para con las personas, generosidad. Esa es la idea.
En Primera de Pedro, capítulo 2, el Apóstol Pedro también usa esa palabra en el versículo 18, dice:
“Criados estad sujetos con todo respeto a vuestros amos, no solamente a los buenos y afables – ahí está otra palabra, afabilidad, cuando una persona es gentil es una persona afable, de buena disposición, de buen humor, de buena voluntad – no se sujeten solamente a los buenos y afables sino también a los difíciles de soportar.”
En otras palabras, la amabilidad, la gentileza tiene su mayor resonancia cuando la usamos en situaciones donde los contrario sería lo natural, en conflicto, el ir en contra, el buscar revancha. Tito también, la Epístola a Tito nos recuerda de esta palabra también en el 3:2 dice acerca de cómo se deben comportar los cristianos:
“Que eestén dispuestos a toda buena obra, que a nadie difamen, que no sean pendencieros, queriendo decir… sabe usted que la palabra pendenciero no quiere decir una persona que está siempre como metiéndose en lo que no le importa. La palabra pendenciero más bien es una persona que está siempre peleando, una persona peleona, que siempre está metida en alguna pugna, alguna pelea,– que no sean pendencieros sino amables mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.”
Entonces ven ustedes dondequiera que aparece esa palabra epieikes, gentileza, está asociada con resonancias de mansedumbre, humildad, amabilidad, afabilidad, gentileza. Según uno de los grandes críticos de la Biblia, estudiosos de la Biblia, William Barkley, un experto en el griego original, él dice que Aristóteles, el gran filósofo griego, que usó esa palabra con mucha ventaja, definió epieikes como justicia y mejor que justicia. En otras palabras, es un tipo de justicia que va más allá del juicio escueto y desnudo de tu hiciste esto, te mereces esto. No, es una justicia que toma en cuenta muchos diferentes factores, intensión, pasado, contexto, todas estas cosas antes de hacer un juicio definitivo.
Yo estuve esta semana visitando una corte en Boston, no porque yo tuviera nada que ver con eso, estaba allí simplemente como pastor, por si acaso. El caso fue que me di cuenta de lo abrumada que están las cortes con tantos casos, tantos juicios, y de los superficial muchas veces que son los juicios que hacen las cortes de justicia en esta nación, porque esa jueza tenía que procesar decenas de casos y me imagino que es el pan de cada día de ella y de los abogados que estaban allí, todos aburridísimos, estoy seguro que pensando en la novela que iban a ver esta noche, la serie que estaba esperándoles o el almuerzo que tenían que comer, porque están allí continuamente, caso tras otro, tras otro. Superficialidad, no hay ocasión, no hay oportunidad en realidad para sentarse y escuchar por qué tu hiciste esto, qué pasó, etc, porque no hay tiempo, todo es rápido. Venga el próximo.
La justicia a la cual Dios nos llama no es así, es una justicia que se toma tiempo, cuando alguien nos ofende, cuando alguien comete un error, cuando cometen un pecado, cuando hacen algo que no nos gusta, se supone que antes de rendir juicio nosotros pensemos bien en esa persona, que miremos su contexto, qué la llevó a hacer esto, quizás es que tenía hambre, quizás es que no durmió bien, quizás la esposa le quemó la comida la noche antes, cualquier cosa, pero que mira la totalidad de la situación y trata de ser paciente y generosa con la persona antes de poner la x y decir, tu no sirves, tu no vales, tu no eres bueno.
Es justicia y mejor que justicia. Es ir más allá de la justicia estricta y general y entrar en el ámbito de la misericordia y de tomar el contexto en cuenta. Alguien ha dicho que epieikes, la palabra amabilidad o gentileza, es prácticamente intraducible, no se puede traducir a ningún idioma porque es una palabra muy abarcadora. Tiene que ver con tolerancia tierna para con los demás, a pesar de tener la razón para ser intolerante con una persona.
Sabe quién fue el modelo que nos ilustra muy bien lo que es esa gentileza a la cual el Apóstol Pablo nos llama? Quién usted piensa? Jesucristo. Al observar su comportamiento uno ve esa gentileza con la cual él juzgaba a los demás. Piense en Saqueo. Saqueo es un vende patria, Saqueo es un colector de rentas internas que ha abusado de su posición. Saqueo como muchos colectores de impuestos de su tiempo publicanos, oprimía a la gente y se quedaba con parte del dinero y cobraba más de los impuestos que tenía derecho a cobrar. Era corrupto, era un ladrón, era una persona que los judíos no querían saber de los publicanos por esa razón, porque eran unos traidores y unos opresores.
Y este hombre, Jesús tenía todo el derecho para no darle ni siquiera la hora del día, y sin embargo, Saqueo tiene un drama interno que no le ha confiado a nadie. La gente solo ve el ladrón, la gente solo ve el opresor, el explotador, el corrupto, pero por eso Saqueo se sube a un árbol cuando escucha que Jesús viene a la ciudad, porque él ha oído hablar de este predicador que ama a la gente y que yo creo que el árbol era un poquito más alto que ese. Pero era una buena ilustración. Y yo creo que había muchísima gente más, pero así es el arte, está muy bonito nos ayuda a ver la idea. Hay una multitud grandísima y Jesús está caminando con ella y la multitud lo sigue por todas partes.
Saqueo, como era pequeño de estatura, se sube a un árbol, se gabea, como dicen los dominicanos, para ver aunque sea. Por qué? Porque Saqueo se lo está comiendo la culpabilidad y Saqueo se siente pecador, se siente rechazado por los hombres. Está solo como está tanta gente hoy en día solitaria, con su corrupción y su pecado comiéndoselo vivos. Saqueo ha oído que este predicador habla del amor de Dios, que es un verdadero profeta, no se vende a la gente. No es como los religiosos que lo acusan y le niegan la entrada a sus sinagogas. Hay esperanza para él. Y por eso se sube a ese árbol aunque sea pensando si yo tan solo lo veo, eso quizás me dará una medida de gracia y de descanso. Él no espera más nada.
Yo creo que ni siquiera quería que Jesús lo viera, pero cuando Jesús pasa la misericordia de Cristo lo imanta hacia Saqueo y cuando lo ve el Señor entiende totalmente su drama, entiende al hombre pecador pero entiende también al hombre que quiere redención y cambio en su vida. Entiende al hombre que quiere hacer el bien, pero como dice la palabra, me veo arrastrado, como dice Pablo, hacia otro poder que me lleva a hacer lo que no quiero hacer. El Señor se pone a tono con la condición de este hombre y conoce su psicología y por eso le dice, “Saqueo, bájate de allí porque hoy tenemos que comernos un plátano con bacalao en tu casa y yo voy para tu casa, así que prepáramelo.”
Sabe que a la gente le gusta, yo he visto eso, mire, usted es un criminal y usted lo trata como si fuera su amigo y lo tiene para toda la vida. Es así, porque están acostumbrados al desprecio y al miedo de la gente. Mire, cuando usted ve a los pecadores trátelos común y corriente, no ande por ahí como la persona más piadosa del mundo, ay, hijo mío, Dios te perdone. No hables así porque me duelen los oídos.
Y a veces la gente cuando yo estoy presente se les zafa una mala palabra, ay, pastor, perdóneme. Le digo, no, si eso es lo que tu dices todos los días, así que no te preocupes. Uno más no va a hacer tanto daño. Tenemos que ser transparentes, tenemos que ser sencillos, a veces los cristianos andamos con ese espiritualidad barata como si Dios no supiera lo que somos verdaderamente tras bastidores.
Y el Señor era así, era campechano. Saqueo, bájate de allí, vamos a comer a tu casa esta noche. Prepárame un sancocho o lo que sea. Esa postura. El Señor al conocer, al permitirse esa amabilidad, esa gentileza, se pone a tono. Y qué hace eso? devasta, destruye a Saqueo. Cuando Saqueo está allí los estreñidos fariseos, están diciendo, oh, si él conociera quién es este hombre, no se acercaría, y están todos los compañeros publicanos, opresores, amigos de Saqueo, el Señor está tranquilo porque él le gusta estar entre esa gente, porque a seo fue que él vino. Y Saqueo impactado por el amor de Cristo, por el epieikes de Cristo, le dice, Señor, me doy por vencido. Doy la mitad de mis bienes a los pobres y si yo he defraudado a alguien ahora mismo doy doble de lo que les robé. Porque el amor eso es lo que hace, la gentileza eso es lo que hace, más que la ley, la gentileza, el amor rompe.
Y yo creo que lo que las iglesias y los ministerios muchas veces no sabemos balancear porque o nos vamos del lado de la santurronería y el legalismo, o nos vamos del lado del liberalismo que todo lo acepta y todo está bien y Dios te ama así como eres, no te preocupes, sigue siendo la vergüenza del mundo porque Dios te ama y ya él murió por ti en la cruz. No sabemos cómo cocinar con una sazón, un poquito de jamón y un poquito de ajo y un poquito de sal. No, cocinamos bien salado o bien desabrido. Cuando Dios quiere balance. Dios quiere diferentes especies mezclándose para producir algo verdaderamente sabroso.
Esa gentileza que caracterizaba a Jesús y nosotros como iglesias tenemos que vivir en la atención entre la justicia y el amor, entre la paciencia y la verdad, entre la bondad y la claridad, entre la postura de verdad que Dios demanda y también su misericordia. Y ese balance que necesitamos. A veces en la predicación uno tiene que ser así, a veces habrá momentos en que uno parece un profeta de fuego y azufre, y a veces parecerá como ese pastor gentil que la gente necesita porque es el balance.
Dice la Biblia que el amor y la justicia se besaron y nosotros tenemos que vivir en ese punto intermedio. Los hombres que bajaron al paralítico por el techo, qué hermosa muestra de la postura generosa del Señor Jesucristo. Estos hombres tienen un amigo que está paralítico, ellos saben que la respuesta está en la casa donde está Jesús y que la casa está totalmente llena de gente. Y qué hacen ellos? Se ponen al frente de la línea, rompen el techo y bajan a su amigo por una soga y ahí está el Señor predicando y de momento empiezan a caer pajitas y todo el mundo mira para arriba y se abre un hoyo y bajan en una camilla al hombre paralítico.
Qué hace el Señor? Les dice, cómo se atreven ustedes a hacer eso, cómo se atreven a meterse en frente de la línea. Váyanse de nuevo y esperen y tomen un turno. No. el Señor se pone a tono con la situación de este hombre, el amor que estos hombres sientes para su compañero y eso lo conmueve, lo toca y lo lleva a atender la necesidad de este hombre.
Cuánto se necesita en este tiempo, en esta nación, esa postura de generosidad y de misericordia. Saben que hay muchos evangélicos hoy en día y gente de derecha que dicen que estos ilegales, estos indocumentados, que se han metido al frente de la línea y no han hecho lo que todos nosotros hemos hecho, que es llenar nuestros papeles y venir. No se ponen a tono con la urgencia que a veces sienten estos inmigrantes que vienen escapando de violencia, de pobreza extrema. Y entonces usan la ley, la justicia, hay sacarlos, hay que devolverlos, que vuelvan y entren como es debido.
Y les digo que el tema de la inmigración es muy complejo, hermanos, y yo sé que nuestra iglesia hay gente de muchas diferentes posiciones al respecto, y de nuevo, eso es lo que tenemos que entender. Hay un lugar para la justicia, es cierto, hay un lugar también para la gracia. Yo creo que la gracia es increíblemente, y lo que esta nación ha tenido muchas veces es la generosidad para con los inmigrantes, los pobres, los desvalidos. La generosidad de esta nación es increíble en muchas maneras, y yo creo que es un tiempo para usar generosidad, no justicia porque justicia demandaría deportación, pero sí gracia y misericordia y bondad porque eso siempre es de gran bendición para las naciones.
Y si esta nación usa de eso en este tiempo, va a ser grandemente bendecida. Hay que adoptar una postura de generosidad, como Cristo que en vez de decir, no, ustedes no tienen derecho, dónde está el pasaporte para meter a este hombre aquí? no. él lo atiende porque entiende el amor de estos hombres y lo conmueve.
La mujer con el flujo de sangre se mete entre la multitud violando la ley ritual de que una mujer con flujo de sangre no debe tocar a nadie porque es inmunda y pone en inmundicia a los otros que toca. Pero ella lo hace porque está desesperada y lleva 12 años con su mal y nadie la ha podido atender y se la está comiendo viva su enfermedad. Qué hace ella? Se mete entre la multitud, viola la ley y le roba a Jesús gracia, porque ella no le pide permiso al Señor. No le dice, Señor, me gustaría sanarme. No. Ella le roba, se la arranca al Señor, lo toca y el Señor siente un corrientazo que sale de él y dice, quién me tocó? Una mujer desesperada. Y ella piensa que quizás él la va a regañar. No, él lo que quiere es bendecirla y cuando él escucha su historia de 12 años de soledad, de tristeza, de rechazo, le dice, mujer, tu fe te ha salvado. Vete en paz. La bendice, la valida y la devuelve a su casa sin sentirse como que clandestinamente robó esa gracia.
Usted se imagina, ella quizás sintiendo toda su vida, esto yo no lo merezco, esto me lo robé yo. No, el Señor quería decirle, está bien, no te preocupes, vete en paz, hiciste lo que tenías que hacer. Mis hermanos, la misericordia de Cristo es tan grande jamás la podremos entender. Y el Señor me llama a mí y nos llama a todos nosotros a ejercer ese tipo de gentileza y es la manera en que nosotros debemos tratarnos unos a otros.
Lo único que preserva un matrimonio, que preserva una iglesia en armonía, que preserva una ciudad, que preserva a las razas y los grupos étnicos de morderse y comerse unos a otros, es esa postura de gentileza y de misericordia, que tiene paciencia con el otro y que se pone a tono con su necesidad.
Eso es lo que nosotros tenemos que pedirle al Señor. Porque los protocolos y las leyes y los procedimientos y las reglas de debate. Eso nunca llevó a una nación a la paz. Yo siempre he dicho que si en una iglesia no hay gente de misericordia, de paciencia, de bondad, de amor, de gentileza, no importa cuántos manuales tengas escritos, ni cuantas leyes, no va a haber paz, todo lo contrario, vamos a usar las leyes como pedradas para tirarnos unos a los otros.
Mira lo que dice aquí este procedimiento y lo otro, yo lo sé porque he visto iglesias llenas de leyes y de procedimientos y de protocolos y no hay paz porque todo el mundo está buscando el protocolo a para tirárselo al otro que tiene el protocolo b. es la misericordia, es el amor, es la paciencia. Contra esas cosas no hay ley ni se pueden tampoco prevenir las peleas a menos que no haya en nosotros la bondad y la misericordia que el Señor lo caracteriza.
Nuestro Padre Celestial, si Jesús es el modelo del epieikes, de la gentileza, Dios, el Padre… sabe que la gente asocian a Jesús con la gracia y a Jehová con la ira, el fuego y el azufre. Pero aún en el Antiguo Testamento ya Dios quería, el Padre quería que nosotros conociéramos su corazón de misericordia, de amor y de bondad y de tolerancia. Mire cómo lo describe el salmista en el capítulo 103, en el salmo 103:
“Misericordioso y clemente es Jehová, lento para la ira, grande en misericordia, no contenderá para siempre ni para siempre guardará el enojo.”
Mire aquí epieikes, gentileza. “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados, porque como a la altura de los cielos sobre la tierra engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.”
Me encanta ese último versículo 13, dice, “como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen porque él conoce nuestra condición y se acuerda de que somos polvo.”
Ese es la postura de Dios en el Antiguo Testamento. No fue que Dios como que maduró un poco en el Nuevo Testamento y toda la ira y la rabia del Antiguo Testamento se le fue. No. el Señor siempre, Dios ha sido siempre un Dios de compasión, de misericordia, de bondad. Él conoce nuestra condición. Y esa es la clave. En inglés, he knows our frame, él conoce el marco, nuestro esqueleto y él sabe que somos polvo. Él sabe que queremos hacer el bien pero muchas veces simplemente estamos hechos de carne y hueso.
Y nosotros tenemos que tener esa bondad, esa misericordia. De nuevo, hay que tener balance pero sí se necesita porque lo opuesto a esa gentileza es el conflicto, estar siempre a la defensiva, siempre exigiendo nuestros derechos, ser rápido para ofenderse, rápido para atacar. Sabe que eso es lo que envenena los lugares de trabajo muchas veces, las oficinas, y las iglesias, hay un grupo de personas conflictivas, vengativas, exigentes, murmuradoras, que siempre están tirando piedras y son como espíritus malignos que le imponen su tenor a una congregación, a una institución. Usted va a oficinas a veces y usted ve que la gente cuando lo atiende tiene una amargura, una sequedad por dentro.
Busque que detrás de eso hay dos o tres sangrigordos que están siempre envenenando todo el ambiente y creando esa postura y tiene que haber gente de paz. Por eso es que el Señor Jesucristo dice, bienaventurados los pacificadores. El mundo necesita pacificadores, hermanos. En este tiempo nosotros necesitamos ser esos pacificadores, esa gente de misericordia y de bondad.
Jesús de nuevo, nuestro modelo. Sabe que Jesús nunca demandó sus derechos. Todo lo contrario, él los entregó. Dice la Biblia, haya pues en vosotros – Filipenses 2 – el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús el cual siendo igual a Dios no se aferró al ser igual a Dios o no, no consideró el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, se robó a sí la idea, y entregó sus derechos, entregó todo su haber y se hizo como un hombre. Bajó del cielo, se desvistió de su gloria divina y caminó la tierra experimentando todas las cosas que nosotros experimentamos para que nosotros pudiéramos ser salvos.
Si el Señor hubiera dicho, yo soy igual a Dios, cómo tu me pides, Señor, que yo entregue mis derechos y baje a esta inmundicia del hombre que está allá abajo que ni siquiera están buscándote, que ni siquiera te desean, están sumidos en sus pecados, como dice el Apóstol Pablo en otro pasaje. Nosotros cuando estamos sumidos en nuestros pecados y nuestra perversión, Cristo murió por nosotros. El Señor se despojó de sus derechos y nosotros tenemos que aprender, hermanos.
Sabe que si en un matrimonio no hay alguien que se despoje de sus derechos en un momento, no se rompe el tranque, y están los dos cada uno mirando por una ventana, durmiendo con las espaldas uno al otro. No, que ella me pida perdón porque ella ofendió. Y ella, que él me pida perdón porque él fue el primero que hizo esto y lo otro. A menos que no hay uno que rompa el tranque y busque la reconciliación. No, que se suponía que ayer él lavara los platos así que yo no lo voy a lavar hoy. Él se supone que saque la basura y que yo arregle la cama.
Hermanos, esa gente que vive 50/50 no va para ningún lado. La vida tiene que ser 100/100 cada uno da el 100% y el Señor se las arregla para que siempre haya bendición. Mis hermanos, saben ustedes que la mejor manera de uno vivir una vida saludable emocionalmente y de tener paz en su corazón es cuando uno es generoso y misericordioso y perdonador, cuando uno hace más de lo que se espera de uno.
Hay gente que en el trabajo dice, no, esto no está en mi descripción de trabajo. Mire, aunque no esté hágalo y de ejemplo y va a ser bendecido. Yo soy pastor, ese papel está allí, a mí no me pagan, yo soy demasiado grande para bajarme y coger ese papel. El Señor reprenda al diablo. Usted tiene que, no uno solo sino cien. Por qué? Porque usted sabe que cuando usted hace eso usted está entrando en el corazón mismo de Jesús y Dios le bendice y le recompensa y le prospera. Siempre haga más de lo que se exige de usted. Siempre vaya a la segunda y tercera milla. Siempre perdone no 7 veces sino 70 veces 7, y sepa que su Padre Celestial que ve en secreto, lo recompensará en público porque esa es la clave. Esa es la diferencia.
Cuando uno en vez de atacar uno dice, no, si yo me pongo aquí en medio de esta iglesia y armo un lío y hecho una gritería, quién se glorifica? El diablo. Y quién es escandalizado? Los pequeñitos que ven eso que están al borde del precipicio y el diablo los empuja diciendo, mira, tu ves lo que hacen los evangélicos? Mira cómo se comportan. Mira cómo resuelven las cosas. Qué diferencia hay entre una cosa y la otra?
Ahora, aquel que se calla y sufre el agravio en aras del avance del Evangelio y el provecho de Dios, esa persona va a ser bendecida, recompensada y prosperada grandemente, hermanos. Hermanos, hágase pobre y usted llegará a ser rico. Haciéndose pobre en el nombre del Señor, no por cobardía ni porque no pueda hacer otra cosa, sino porque usted lo hace por un principio del espíritu, porque el Señor busca esa gentileza.
Hermanos, cuando nosotros vivimos así yo les digo, que es la gloria de Dios porque usted entonces tiene a un padre que va a estar comprometido con usted ciento por ciento. La clave a la salud espiritual es como digo, la generosidad y esa bondad, esa gentileza que va más allá del llamado del deber y que sacrifica en aras del espíritu de Jesús que sea glorificado.
Sabe otra cosa también, que solamente la gente verdaderamente fuerte puede ser gentil. Parecería una contradicción, uno pensaría que los débiles son los que son gentiles por cobardía. Nietzsche, el gran filósofo alemán, pensaba así y decía que la ética de Jesucristo de voltear la mejilla y ve la segunda milla, que eso era una mentalidad de esclavo y por eso Jesús aconsejaba eso, porque era una mentalidad más bien de debilidad. El súper hombre tiene una postura de guerra, de agresividad, de resistencia.
Pero yo he descubierto a través del tiempo que solamente la persona verdaderamente segura de sí misma y llena de fe en el Señor es la persona que puede ser generosa, gentil, humilde, perdonadora y paciente con los demás. Por qué? Porque usted está como un avaro contando sus moneditas y usted cree que nada más tiene tres chelitos cuando le hacen algo, usted como que pela los dientes como los perros cuando le quieren quitar el hueso. Es así, porque usted piensa, este es el único hueso que yo tengo y si me lo quitan me voy a quedar sin nada. Entonces, cuando le hacen algo, usted enseguida saca las uñas, pela los dientes, se le engrifan los pelos para parecer más grande, todo, para que la gente le coja miedo. Usted grita, usted pelea, usted araña, porque dice, esto es todo lo que yo tengo y si me lo quitan me quedo sin nada.
Cuando usted sabe que usted tiene al Padre Celestial, el Todopoderoso con usted, que toda buena dádiva, todo don perfecto le ha sido entregado a usted, que usted no puede perder porque Dios está comprometido con usted, usted se puede dar el lujo de perder mucho y de esperar el tiempo, porque usted sabe que el Señor es parte de esa batalla. Cuando usted piensa que usted solo es el que está peleando, entonces, claro que sí, usted va a pelear con uñas y dientes, usted va a estar desesperado.
Pero cuando nosotros sabemos, hermanos, que en el mundo en que vivimos hay multitud de testigos alrededor de nosotros. Cuando hay una pugna en el matrimonio, en el trabajo, en la escuela, en la universidad, alguna injusticia, sabe que hay una nube de testigos alrededor de nosotros. Estoy yo, está el contrincante, pero también está Dios, hay ángeles y está el demonio. El diablo también y sus demonios también mirando a ver qué va a pasar acá, si Dios va a ser glorificado o si el diablo va a ser glorificado.
Y a veces nosotros estamos viviendo nuestros dramas pensando que no, yo soy el único aquí. si yo no me defiendo a mí mismo nadie me va a defender. Pero cuando usted vive a la luz de ese Dios que está presente en sus luchas y en sus batallas, usted entonces puede darse el lujo de esperar, contar hasta 3, respirar hondo, darle tiempo a la persona, mirar a la gente con mayor generosidad, con mayor bondad, darle oportunidad a las personas, irse a su casa y pensar.
Hermanos, las cosas no tienen que resolverse en el momento. Sea paciente. Y muchas veces absorba usted la deuda y el Señor se encargará de bendecirle en algún momento. Tenemos que vivir la vida en una manera más compleja. Me conmueve siempre la parábola de Jesús del buen samaritano. Este hombre ve a este ser destruido y herido por sus ladrones, por la gente que le ha hecho daño y él detiene sus quehaceres y su diligencia, toma a este hombre, lo monta en su asno, lo lleva al hospital para que sea atendido y dice algo que a mí siempre me persigue, antes de irse, le dice al mesonera, atiéndeme a este hombre y haz lo que tengas que hacer con él y después envíame la cuenta. Cuando yo vuelva yo te voy a pagar.
Y me encanta esa idea de que muchas veces nosotros tenemos que asumir la cuenta. Y tenemos que pagar nosotros el mal de los otros, de los demás. Pero qué bendición viene de parte de Dios cuando nosotros hacemos eso, hermanos. Porque este mundo necesita gente que no saque la espada, que no la desenvaine, porque todo el mundo ya la tiene sacada. Se necesitan pacificadores, se necesita gente que se sepa que Dios está mirando cada momento, que los dramas del mundo son mucho ´más complejos que simplemente tu y yo. Hay principios que si usted los respeta y navega la vida conforme a esos principios usted va a ser bendecido y si no los respeta, por más que usted trate, no va a llegar a nada.
Sabe quién es la gente más miserable de este mundo? la gente que siempre está tratando de explotar a los demás, la gente que siempre dice, a mí no me lo van a hacer, yo no me voy a dejar. Esa es la gente que siempre tiene que estar peleando, siempre anda con los ojos amoratados, siempre están amargados en la casa, en una mansión con muchas cosas pero estériles por dentro porque no respetan los principios de la eternidad.
Cuando usted vive la vida conforme al corazón de Jesús nadie le puede hacer daño. Usted es poderoso y usted necesita preventivamente. Yo los animo a todos nosotros es a abrazar esa gentileza de Cristo Jesús. Yo no sé cómo usted va a aplicar ese mensaje a su vida porque cada uno de nosotros tiene su propia manera pero yo sé que eso me habla a mí, le habla a usted, y nos habla a todos. Hay formas en la universidad, en el lugar de trabajo, en mi matrimonio, mi paternidad o maternidad, mi iglesia, mi ministerio, yo puedo expresar esa gentileza que caracterizó a Cristo Jesús, al Padre Celestial lo caracteriza y que toda la gente madura, que vive a la luz de la eternidad los caracteriza.
Viva su vida a la luz de lo eterno. Viva su vida a la luz de las verdades de la palabra de Dios porque eso es lo que dice aquí. es Señor está cerca. Uno se pregunta por qué Pablo dijo, vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres, y entonces añade inmediatamente, el Señor está cerca. Es como que una cosa ni sigue la otra, pero sí, conforme a la lógica interna del espíritu solamente la gente que vive a la luz de la idea de que Cristo está cerca, puede ser gentil. Ya sea que Cristo está cerca en el sentido de que él está conmigo ahora mismo, mi situación, o que él viene pronto y por lo tanto para qué yo estarme peleando por huesitos pequeños, porque la eternidad es más grande, son temas de la vida son mucho más sublimes que eso, esa cosita pequeñita. Para qué pelearme con eso? por qué perder tanto sueño si el Señor está cerca, si está conmigo, si viene pronto, si la eternidad está a la vuelta de la esquina.
Cuando el mundo se mete en el contexto de la eternidad, se hace bien pequeñito. Ahora, si usted vive solamente conforme al mundo, el ahora y el aquí, claro que sí, todo lo que usted hace tiene importancia de vida o muerte. Vivamos la vida a la luz de la eternidad, a la luz de la palabra, de los principios de la escritura y entonces el Señor siempre estará a nuestro favor.
A quién quiere usted defendiendo su causa, usted solo o al Padre Todopoderoso? Métase entonces en coinonía con él, viva la vida a la luz de su postura generosa para con los demás, internalicemos esta verdad, hermanos, e incorporémosla en todas las áreas de nuestra vida.
Si alguien ahora mismo que tu tienes que perdonar en tu vida, mira, no sigas amargándote, no sigas manteniéndole en una celda. Cierra sus ojos un momentito, internalice estas verdades. Hay alguien a quien tu tienes que perdonar, te hizo daño? Okay. Debiera estar en la cárcel mil veces, debiera podrirse en el infierno, pero tu tienes ahora mismo la oportunidad de ser gentil y de fluir conforme al corazón de Cristo y decirle, ¿sabes qué? Te suelto. Te abro la celda en que te tengo metido durante años y vete. Te perdono. Sé libre como yo voy a ser libre también. Perdona a quien tengas que perdonar, perdónalo.
Alguien te tomó dinero y no te pagó? Por qué no lo perdonas ahora mismo? Si te lo pagas después, amén, si puedes pedírselo en una forma gentil, amén. Hazlo. Pero si no, mire, no te comas y no pierdas tu tranquilidad pensando en cuánto te debe y cómo te robó. Suéltalo. Déjalo irse.
Hay alguien que te ha tratado mal, no te ha tratado con la dignidad que tu mereces? Perdónalo. Hay alguna situación en tu trabajo ahora mismo que te está quitando la paz, te está comiendo por dentro? Por qué no sueltas eso, y di, Señor, tu eres mi defensor. Yo tengo más de lo que yo necesito. Tu me has perdonado mil veces y todavía tienes tantas buenas cosas para mí. Me esperan tantas buenas cosas. Veo ese futuro brillante que tu tienes para mí, no voy a vivir ahora aprisionado por eso. lo suelto, lo dejo ir. Encárgate tu, Señor, yo voy a vivir mi vida feliz, voy a bendecirte. Un cántico nuevo en mi boca. Voy a mirar las cosas buenas. Recibe el llamado.
Hermanos, que nuestra iglesia sea conocida por su gentileza. Que tu vida, tu familia, tu hogar, si comienzas contigo, no te preocupes por tu esposo, tu esposa, comienza tu porque muchas veces ese va a ser tu crucifixión. Alguien tiene que ser crucificado para que una gota de sangre de bendición salga y bendiga un hogar. Si alguien no es crucificado no hay salvación. Muchas veces nosotros no queremos subir a la cruz porque es el otro que tiene que estar en la cruz. Súbete tu y haz lo que Cristo hizo, que en la cruz derrotó al poder del diablo, en la cruz.
Muchos de nosotros no queremos la cruz y por eso decimos, no, cómo me voy a subir yo a la cruz? Es otro quien tiene que estar allí. Si eso hubiera pasado dónde estaríamos nosotros? No te aferres a tus derechos, entrega y tu vas a ser la persona más poderosa. No pienses que si tu haces eso te van a pisotear, te van a abusar, se van a aprovechar de ti.
Mire, hermano, yo les digo que esa postura tomada como un principio de vida, reflexionada, con rigor espiritual y luego adoptada con un principio de vida, es la cosa más revolucionaria que hay en el universo, mayor que una bomba atómica. La persona verdaderamente gentil, con todo el peso de esa palabra, es inviolable. El diablo huye de esas personas y Dios las bendice las defiende como a la niña de sus ojos porque representan los valores más altos del Evangelio.
Nunca va a ser abusado ni oprimido porque seas un hombre, una mujer de paz. Y cuando entregues tus derechos en aras del Evangelio Dios te los devolverá cuadruplicados. Que el Señor nos ayude como iglesia. Recibe ahora mismo ese llamado de Dios, di, es para mí. Eso es para mí. Es para mí, Roberto Miranda, es para ti, recíbelo en el nombre de Jesús.