Jesucristo es la resurrección y la vida

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Quiero compartir con ustedes un pasaje de la escritura que se encuentra en el Evangelio según San Juan, el capítulo 6. Queremos celebrar y memorizar este día tan especial en toda la cristiandad. Vamos a ir al versículo 37 y quiero conectar la resurrección de Cristo con nuestra propia esperanza de resurrección y explorar qué es lo que hace posible esa conexión entre esos dos aspectos. Juan 6:37 son palabras del Señor Jesucristo:

“…Todo lo que el padre me da vendrá a mí y al que a mí viene no le echo fuera...” Es importante que tu recuerdes eso, si tu has venido en este día y piensas quizás que no hay esperanza para ti o que las ofensas que tu has cometido a través de tu vida son demasiado grandes para que el Señor las persone o para que tu puedas gozar de comunión con el Padre, si tu estás viniendo a él, si has venido a él en este día y estás buscándolo a él el Señor no te va a rechazar, si lo estás buscando es porque él mismo te está invitando, no porque tu vinieras de tu propia cuenta sino por el Señor mismo quiere tener comunión contigo. Él no te va a echar fuera, él recibe a todos los que vienen a él.

“… porque yo he descendido del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió… – Y ahora estamos entrando más en materia – … y esta es la voluntad del Padre, el que me envió, que de todo lo que él me diere no pierda yo nada sino que los resucite en el día postrero…”

Hay una cantidad de términos del día postrero, de resucitar, de no perder nada de lo que el Padre ha dado, son conceptos muy importantes que tenemos explorar. Y el versículo 40 dice:

“…Y esta es la voluntad del que me ha enviado, que todo aquel que ve al Hijo… – ver al Hijo, ¿qué quiere decir eso de ver al Hijo? No lo podemos ver físicamente pero podemos concentrar nuestra mirada en él. – … todo aquel que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna y yo le resucitaré en el día postrero.”

Entonces, vemos aquí que el Señor dice que todo aquel que mira, que ve al Hijo y que cree en él tiene vida eterna, y el Señor promete resucitar a todo aquel que fija su mirada en él en el día postrero. Juan 11:25 también tiene una palabra muy linda para nosotros que hace conexión con eso. El Señor dice:

“…Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá y todo aquel vive y cree en mí no morirá eternamente. – Y entonces el Señor le hace una pregunta a Marta con quien estaba hablando en este caso y le dice – …¿Crees esto?”

Yo quiero preguntarte a ti en esta tarde, recibe esta pregunta como si fuera para ti solamente, ¿crees esto? ¿Crees tu que si tu crees en Jesucristo aunque estés muerto por un instante vas a vivir eternamente? Yo espero que tu respuesta sea sí, yo creo, que puedas afirmar eso.

Hoy, hermanos, de nuevo repito estamos aquí para celebrar el domingo de resurrección. Cristianos a través de toda la tierra han estado celebrando y continuarán celebrando la resurrección de Cristo Jesús. A mí me gusta a veces pensar al Señor sentado en su trono desde temprano, desde que comenzó este nuevo día, yo no sé cuál es el país que tiene la distinción de ser el primer país donde comienza el día, no estoy seguro cuál es la tecnología detrás de eso. pero imaginemos ese país que hace ya horas atrás no sé si es en Asia probablemente, en algún país de Asia, Nueva Zelandia, guau, tenemos aquí un geógrafo que conoce. ¿Hace cuántas horas estuvieron ellos celebrando entonces? Muchas horas atrás en Nueva Zelandia se levantaron cristianos tempranito en la mañana, quizás alguna hermana o hermano cuando tocaron as 12 de la noche ya estaban comenzando a darle gracias al Señor por la resurrección y a celebrar la resurrección de Jesucristo.

Desde que comenzó el día no ha parado esta humanidad de darle gracias a Dios por la resurrección de Jesucristo. Según la tierra ha ido girando para que el sol la alumbre, según ha ido amaneciendo en diferentes partes del mundo, cristianos, católicos romanos, griegos ortodoxos, rusos ortodoxos, adventistas, bautistas, evangélicos de todas las diferentes persuasiones y todas las variantes de cristianismo que hay en el mundo, han estado celebrando la resurrección de Jesucristo.

Y el Padre allá arriba sentado en su trono ha aspirado el olor de toda esa humanidad diciendo, Cristo vive, Cristo vive, y no terminará hasta que termine el día. 24 horas de incesante declaración de que Cristo ha resucitado. Se trata de una de las doctrinas céntricas de la fe cristiana. El hecho de que Cristo no solo no se quedó en la tumba, sino que resucitó activamente al tercer día de su crucifixión y que está a la diestra del Padre como dice esa gran confesión de nuestra fe.

La Biblia relata en hermoso detalle el evento de esas mujeres que van a la tumba temprano en la mañana un día como hoy, hace dos mil años y pico y encuentran que ese cuerpo que ellas pensaban que iban a estar viendo y adornando con especies como era la costumbre en aquel tiempo para que ese cuerpo no se descompusiera demasiado rápido, por así decirlo, esas mujeres que tenían una fe imperfecta, porque ya el Señor les había dicho lo que tenían que esperar pero no lo podían creer porque biológicamente era como imposible creer en algo tan raro como la resurrección de un muerto.

Pero esas mujeres cuando llegan a la tumba dice la palabra que encontraron que la piedra que cubría esa cueva donde estaba encerrado el cuerpo de Jesús había sido removida. Y la cueva a donde estaba el cuerpo de Jesús, esa tumba, estaba vacía.

Hay otro pasaje en la Escritura que dice que había un ángel que se sentó sobre la piedra que cubría la entrada a la tumba de Jesucristo, como en una señal de la victoria de la resurrección sobre la muerte, sobre todo obstáculo que impide que nosotros entremos en comunicación con ese magno evento de la resurrección de Jesucristo.

Nosotros también recordamos que el Señor se le aparece después de su resurrección a una cantidad de personas, no fue una resurrección así y entonces él se fue al cielo, sino que él estuvo en la tierra por un tiempo y se le apareció a Pedro que estaba triste porque había negado al Señor y le dio unas encomiendas. Se apareció a los 12 discípulos que estaban… o a los 11 porque ya Judas no pertenecía a esos 12, pero también se les apareció a ellos y los bendijo y confirmó la fe de Tomás que dudaba.

Y luego se le apareció a otro grupo de discípulos entre los cuales estaba Pedro también, que estaban pescando creían ya que no había esperanza para ellos y se le apareció a los 2 discípulos en el camino a Emaús y les recordó que él había dicho que él iba a morir y que tenía que pasar por un proceso y que eso era parte del cumplimiento de las Escritura.

Y dice el Apóstol Pablo en Primera de Corintios capítulo 15, que luego el Señor se le apareció también a más de 500 hermanos, 500 cristianos, 500 seguidores de Jesucristo y se presentó ante ellos. No era una alucinación porque 500 personas no van a tener la misma alucinación. Era una realidad. Y Pablo dice, cuando escribe eso dice que hay todavía algunos que viven, porque Pablo ya escribía algún tiempo después de la resurrección, 30, 40, 50 años después, quizás menos, y él decía, todavía hay unos que están vivos, dándoles como una nota de autenticidad a lo que él estaba diciendo.

Los primeros cristianos creían que era muy importante que ellos testificaran acerca de la resurrección de Jesucristo y Pedro en su primer sermón, en el Libro de los Hechos, el primer sermón que la iglesia predica en realidad después de la ascensión de Cristo, habla acerca de que ese Cristo que los judíos había crucificado, Dios lo había levantado de entre los muertos y lo había hecho Señor de toda la creación. Es porque la resurrección es el hecho central de la fe cristiana.

La crucifixión es bien importante también, pero sin resurrección no habría consumación de la deidad de Jesucristo. Es lo que garantiza la victoria de Cristo sobre la muerte, su divinidad, su carácter divino. Ninguno de los fundadores de las grandes religiones del mundo pretende haber resucitado, y ninguna de las grandes religiones del mundo asevera que sus fundadores hubieran resucitado.

Los musulmanes admiten que Mahoma murió y no reclaman como que él haya resucitado. Los budistas no afirman que el Buda que fundó su religión haya resucitado, es más, saben que él murió de un dolor de estómago, hasta saben de qué murió y tienen una tumba que memoriza la vida y la muerte del Buda. Y lo mismo con respecto a Confucio, que ese nombre creo que dice algo también, no sé, pero Confucio murió también y fundó una gran religión, pero falleció, no resucitó.

Pero los cristianos insistimos en que nuestro fundador vive y reina como lo hemos proclamado esta tarde. Él resucitó de entre los muertos. Y desafiamos al mundo a que nos pruebe lo contrario. Y durante dos mil y pico de años la gente ha estado tratando de meterle el clavo a esa afirmación de los cristianos y matar nuestra esperanza, pero no pueden, no lo han podido hacer. Nadie jamás ha podido desprobar que Jesús resucitó de entre los muertos. Los más desarrollados cerebros han tratado a través de los siglos pero no ha sido posible.

¿Por qué? Porque el hecho del nacimiento de Jesús es algo histórico porque generaciones de creyentes, nuevas declaran que el Señor ha resucitado, como lo hacemos nosotros aquí en el Siglo XXI en la ciudad de Boston en esta tarde.

Ha habido abogados muy desarrollados que han tratado de hacerle un juicio a la resurrección de Jesucristo y tratar de determinar si conforme a los principios de la jurisdicción o del legalismo, de lo legal, pueden desprobar y han tenido que bajar sus cabezas ante la evidencia que existe para la resurrección. Hay muchísima evidencia que junta hace un cúmulo de argumentos que resulta muy difícil desprobar la resurrección de Jesucristo. Yo he conocido gente que ha tratado de desprobar la resurrección de Jesucristo pero no han podido.

Yo les decía a los hermanos esta mañana, mi cuñado Eddie que quizás más adelante va a ver este programa, era un intelectual marxista, comunista, ateo, muy convencido de que la Biblia era una patraña y una cantidad de mentiras, y hace muchos años atrás algunos cristianos comenzaron a visitar a mi hermana Sari en Miami, y llegaban en los momentos más inoportunos de la semana y Eddie se metía en el dormitorio hasta que ellos se fueran. Le molestaba la presencia de estos cristianos. Y le molestó tanto que él decidió, mientras esperaba que ellos se fueran, pasar el tiempo y ponerse a leer la Biblia para desarrollar argumentos y un día ponerlos en vergüenza a todos.

Y pasaron varias semanas y Eddie comenzó a leer la Biblia solo, mientras estaban los demás evangélicos en la casa molestando, y un día Eddie salió de su cuarto convencido de que Jesucristo era el Hijo de Dios. Y hace ya varios años que él sirve como pastor en la ciudad de Miami y a veces yo creo que es más evangélico que yo en muchas de sus insistencias doctrinales porque Cristo es una realidad en el corazón del hombre. La resurrección de Jesucristo nos da esperanza a todos contra el más grande enemigo de la humanidad que es la muerte. Todo ser humano tiembla ante ese hecho irrefutable.

Un hombre o una mujer puede vivir una vida negando muchas cosas pero nunca va a poder negar la muerte. Sabe que en algún momento por más poderoso que sea, por más intelectualmente desarrollado que sea, por más dinero que tenga, por más logros, por más adulado que sea por la gente, un día como dice la Biblia, desnudo vino al mundo y así mismo desnudo se irá. Todos los juguetes se le quedan. Alguien ha dicho que nadie ha visto un féretro arrastrando un camión de mudanza detrás, porque todos tenemos que confrontar la muerte. Tu y yo sabemos que un día nuestra biología es irrefutable y todos los reclamos de grandeza y de independencia bajan la cabeza ante el hecho de que la muerte es una realidad y entonces qué, qué queda detrás de la cortina.

La Biblia declara que Cristo resucitó que nosotros también podemos resucitar después de la muerte si ponemos nuestra esperanza en él. Yo espero que en esta tarde tu puedas decir sí, yo he puesto mis ojos sobre Cristo Jesús y mi camino, mi destino eterno está asegurado. Yo sé en quién he creído como dice el Apóstol Pablo. Nosotros también como consecuencia de la resurrección de Jesucristo podemos tener nuestra propia resurrección.

Esa es una de las cosas más importantes que al poner nuestra mirada en Cristo y afirmar que él resucitó de entre los muertos, nosotros somos salvos también. La Biblia dice eso mismo, si creemos en nuestro corazón, si confesamos con nuestra boca que Jesucristo es el Señor y que Dios lo levantó de entre los muertos somos salvos. Tan sencillo y tan contundente como eso.

Jesús declara en Juan capítulo 11, “yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto, vivirá y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente.” Cristo es tan parte de la resurrección que dice que él es la resurrección y cuando tu conectas tu vida a él tu también eres parte de esa resurrección. La resurrección de Cristo pasa directamente también a tu propia vida.

Es interesante que cuando el Señor hace esa afirmación de que él es la resurrección y la vida y que todo aquel que en él cree no muere eternamente, él está haciendo esa declaración a Marta mirando a la muerte de su hermano Lázaro y ya Jesús presto a resucitarlo. Pero el Señor no se queda solamente en esa declaración teórica de que él es la resurrección y la vida, sino que él entonces le pregunta a Marta, “¿Crees esto?”

Yo creo que es importante no solamente escuchar pasivamente y asentir en una forma genérica que Cristo es la resurrección, sino que también es importante tener nuestra propia reacción a ello, afirmarlo con nuestra propia boca, con nuestras propias acciones y palabras. El hecho de la resurrección de Jesucristo demanda una reacción de todos nosotros.

Hay un libro que se escribió muy famoso que se titula “Evidencia que demanda un veredicto.” En otras palabras, ante la afirmación de que Cristo es la resurrección y la vida y de que si uno cree en él uno tiene vida eterna, hay que reaccionar, hay que dar un veredicto, o creo o no creo. Y en esta tarde mi deseo es ser como un peine que se pase a través de esta congregación y que se atore dondequiera que haya uno que no cree en Jesucristo como resucitado y levantado de entre los muertos y que se quede ahí un momentito estas palabras, y que hasta que tu no reacciones positivamente, tu digas, no, hoy yo no salgo de aquí sin afirmar mi fe en Jesucristo, sin creer, sin confesar que él es el Señor y que Dios lo levantó de entre los muertos. Ese es mi deseo, que esto sea un punto de referencia para cada uno de los que estamos aquí, porque eso es bien importante.

Por eso es que la iglesia de Cristo a través de los siglos ha pedido a la gente que haga una confesión pública de su fe en Jesucristo. Cómo sabemos, por ejemplo, en el Libro de los Hechos cuando Pedro predica ese sermón, el primer sermón evangelístico que registra la escritura podríamos decir, ¿cómo sabemos que se convirtieron 5000 ó 3000, hubo dos sermones? ¿O cómo sabemos que se convirtieron 3000 ó 5000? ¿Cómo se sabe? Yo creo que porque él les dijo, hey, ¿cuántos creen que ese Jesús que nosotros crucificamos es el Hijo de Dios y que resucitó de entre los muertos? Porque les pidió una reacción y porque más o menos se hizo un conteo rápido.

Porque es que siempre hay que tener una reacción. Mucha gente dice, no, yo creo en mi espíritu, yo no tengo que decirle nada a nadie porque eso es entre Dios y yo. No, hay algo muy importante de uno expresar externamente lo que uno ha creído en el interior. Por eso Pablo dice que si tu crees en tu corazón que Jesucristo es el Señor y confiesas con tu boca que Dios lo levantó de entre los muertos serás salvo. No se trague el humo, bótelo, sáquelo. No ingiera la resurrección, declárela también. Dé una afirmación de ello.

Hay que humillarse ante los procesos que Dios ha establecido. Hay que pasar por el proceso. Si un médico te dice, mire, haga esto, hago lo otro, usted lo hace porque su vida depende de ello probablemente y así mismo pasa con la escritura. La iglesia de Jesucristo ha dado una forma, Cristo mismo lo ha… Él dice, si alguno me confesare ante los hombres, yo le confesaré ante mi Padre que está en los cielos.

Hay que confesar a Cristo públicamente y esa confesión, mis amados amigos y hermanos, es la confesión más importante que un ser humano puede hacer y requiere una declaración formal y no solamente un asentimiento pasivo. Es más importante esa confesión que una declaración matrimonial, usted se paró ante su comunidad, ante sus familiares y amigos, y el pastor le dice, “Fulanito, ¿tu aceptas a fulanita como tu esposa para amarla?” Usted sabe el drill, ¿verdad? Y usted dice, “Sí, lo recibo, sí, la recibo.” Y ahí hay una foto que queda en el record. ¿Por qué hacemos eso? porque se trata de algo tremendamente serio.

Mire a ver si su novia se va conformar que usted diga, no, pero tu sabes que yo te amo y ya eso es suficiente para ti. No, ella quiere ver ese anillo, ella quiere vestirse ese traje, ella quiere agarrarlo a usted y que no se le pueda escapar, que usted recuerde que usted le dijo a ella que usted la iba a amar hasta que la muerte los separara. Algunos aún así se escabullen, imagínense si no lo hicieran.

Es importante. Cada vez que alguien hace algo de gran importancia siempre se requiere como un evento público. Es más, cuando uno se muere hasta hay que publicarlo a veces en los periódicos para que la gente crea, finalmente se murió ese malasangre. No lo puedo creer porque la hierba mala no muere, pero ahí está en el periódico así hay que creerlo.

Cuando usted se hace ciudadano de Estados Unidos o de cualquier país, hay una ceremonia, Vilma de ciudadanía, ¿sí o no? ¿Por qué? Porque usted está pasando a algo bien importante. Usted está en ese momento como confrontando a qué país usted pertenece y a qué país usted le está dando alianza y lealtad y eso requiere una declaración, algo solemne que afirme. Hay juramento de bandera, hay graduaciones donde una universidad certifica que esos que están allí han pasado por los requisitos de esa universidad y que merecen ese diploma que se les entrega en la mano y que entonces ellos cuelgan sobre una pared para que todo el mundo sepa que ellos son graduados de universidad y de tal universidad.

Toda cosa importante requiere firmar un contrato. Usted compra una casa, firma un contrato. Es más, usted le pide a su computadora que le cambie el operating system y hay un cuadrito que dice, yo estoy de acuerdo con los requisitos y qué se yo qué, de Google o de Apple o lo que sea, con 7 mil diferentes condiciones y usted dice, simplemente lo oprime y ya, I agree, porque es importante.

Toda gran decisión requiere una ceremonia específica, un momento. Y no hay decisión más importante en el mundo que la que va a determinar tu destino eterno, la que va a determinar lo que tu vas a hacer por el resto de la eternidad. La vida es un suspiro. La Biblia dice que el hombre es como la flor del campo que pasó el viento por ella y pereció y su lugar no la conocerá más.

Estamos en el mundo por un instante, 70, 80 años nos parece una eternidad sobre todo si tenemos achaques y queremos ya que Dios nos lleve de este mundo, pero en realidad cuando tu piensas en la eternidad algo que no tiene fin, que va por todo el tiempo de los tiempos, de los tiempos, tu miras la vida y esto que te parece tan importante y tan definitivo te parece como un abrir y cerrar de ojos, no tiene significado a la luz de la eternidad. Y sin embargo, tristemente mucha gente se va a la muerte sin haber determinado, sin haber asegurado qué va a pasar con su destino eterno.

Muchos de nosotros sacamos seguros y pagamos todos los meses 30, 40, 50 dólares a un seguro raro para asegurarnos unos cuantos años de vejez sin problemas, pero no aseguramos lo más importante que es nuestra eternidad. Y la Biblia dice que cuando nosotros entramos en una relación verbal, un asentimiento personal con Jesucristo, su resurrección, sus reclamos, solamente entonces podemos estar seguros de nuestra vida eterna. No es algo que podemos dejar para mañana, no es algo que podemos decir, bueno, yo soy demasiado joven.

¿Te gustaría a ti vivir la vida pendiendo de una cuerda que se te puede romper en cualquier momento y no tener debajo una malla de seguridad? Es una decisión que tenemos que hacer y tenemos que hacerla hoy. Hoy, dice la Biblia, es el día de salvación, hoy es el día que Cristo te pregunta, ¿crees esto? ¿Crees lo que yo he declarado?

Jesús dice, el que vive y cree en mí, poniendo ese énfasis ahora en el que vive en mí, en otras palabras, se trata no solamente de un asentimiento verbal sino también de adoptar un estilo de vida que muestre que creemos en él. Yo les invito, hermanos, al ustedes expresar su fe en Jesucristo también hacer un compromiso, a vivir una vida cristiana auténtica, a continuar creciendo en el Señor.

Dios ha puesto en nuestros corazones esta inquietud de traer muchos al conocimiento de Jesucristo, más de los que hasta aquí Dios nos ha permitido hacer, en una forma bien intencional pero también ha puesto en mi corazón este compromiso que tenemos que aprender entonces como iglesia cómo llevarlos a ustedes a una vida robusta en Cristo Jesús.

Porque recibir a Cristo es simplemente decir, I do, es ponerse el anillo, pero después entonces hay que vivir juntos, hay que hacer un hogar, hay que tener una relación con él, no simplemente venir de vez en cuando y tener una vida casual cristiana. No, quiero invitarte a echar raíces en tu fe cristiana y recibir todos los beneficios de tu relación con Jesucristo.

Eso quiere decir que no te dejes de congregar. La Biblia dice no dejemos de congregarnos como algunos tienen de costumbre. Sabes que cuando tu te congregas y adoptas una familia de fe y esa familia de fe te adopta a ti, así es que tu puedes seguir creciendo y conociendo más del Señor y cada día entonces conocer algo más de lo que Dios quiere para tu vida. La fe cristiana es un gran manual con instrucciones para todos los aspectos de la vida, para tu vida financiera, tu vida matrimonial, tus relaciones personales, tu vida profesional o de ama de casa o de obrero, cómo confrontar la enfermedad, las tragedias, las pérdidas, los sinsabores, los retos, los triunfos de la vida.

El cristianismo es un manual, esa Biblia tiene respuesta para toda situación que un hombre o una mujer pueda confrontar. Y para eso necesitamos crecer. Yo les confieso mi sentido de necesidad en este tiempo de como iglesia, no solamente aprendamos a traer a la gente a Jesucristo sino también a llevarlos a través de la carrera cristiana. Nosotros vamos a hacer nuestra parte, yo les aseguro, vamos a estar aprendiendo, vamos a estar desarrollando diferentes formas y entonces yo les invito a ustedes, cuando sirvamos la mesa, a tomar de ella. Cuando tu aceptes a Jesús comprométete entonces a buscar de él y a militar.

Ustedes pueden hacer una revolución en la ciudad de Boston, mis hermanos. Podemos traer a muchos jóvenes confundidos, a muchos que están atados en las drogas, en la desesperación de una vida sin significado y traerlos a un conocimiento de Jesucristo. Ahora mismo yo veo aquí cientos de evangelistas que queremos enviar a la ciudad para traer miles de creyentes al conocimiento de Jesucristo.

Ese fue el reto que yo le ofrecí esta mañana a los que vinieron al servicio en inglés. Esta iglesia, hermanos, es un paquete de dinamita que va a explotar no para matar vidas, como esos suicidas en Bruselas, sino para dar vida y distribuir la gracia de Dios a través de toda la ciudad.

Yo veo en cada uno de ustedes aún en los que han llegado hoy por primera vez, yo veo en ustedes mensajeros que pueden traer a sus amigos, a sus familiares, a las personas que trabajando con ustedes al conocimiento de Cristo para que vivan vidas transformadas. El mundo no le puede ofrecer a la comunidad latina – aunque sé que quizás hay otros de otra comunidad, pero así le hablé a los de la comunidad anglo parlante esta mañana – hermanos, el gobierno federal, las agencias sociales, las escuelas, no le pueden ofrecer a nuestra comunidad lo que nuestra comunidad necesita. Cristo y su Evangelio puede hacer la diferencia.

Yo pienso en nuestros niños, nuestros jóvenes, cuando abrazan la ética del cristianismo, cuando abrazan los valores morales de la fe cristiana entonces pueden convertirse en estudiantes saludables, entonces pueden prepararse para ser esposas y esposos saludables. Entonces los sistemas de esta ciudad informados por los valores sanos del Evangelio podrán encontrar la manera de crear estudiantes que puedan funcionar como deben. Y nuestro compromiso, nuestro deseo es que como iglesia nosotros aprendamos a ofrecerle a nuestra comunidad la enseñanza que necesita para vivir esa vida abundante que Cristo murió para darnos y que resucitó para asegurarnos.

Yo quiero que León de Judá se convierta en un transmisor y que tu te conviertas en un agente de transformación para nuestra comunidad porque el Evangelio de Cristo es algo revolucionario y hace la diferencia. Pero se necesitan cristianos comprometidos que estén educándose, que estén creciendo, que estén cambiando, que estén entregándole al Señor parte de su ser y de su vida cada día para que el Señor ponga nuevos componente en ellos y entonces puedan ser esa iglesia transformadora.

Ayer por la mañana 200 mujeres se dieron cita en el cuarto piso de nuestra iglesia y yo escuchaba esta conversación entre Meche y Eneida donde Eneida hablaba de la diferencia que hizo el Señor Jesucristo cuando ella pasó por años de crisis en su vida. Y yo veía esas mujeres muchas de ellas nuevas a la fe, pasándose los Kleenex como si fuera pan caliente, conmovidas e impactadas y recibiendo educación y enseñanza e identificándose con las verdades que estaban siendo intercambiadas en esa entrevista tan bella. Y yo decía, eso es lo que la iglesia puede hacer, tomar una mujer abusada, por ejemplo, y darle buena instrucción, buena enseñanza, cómo defenderse, cómo pasar por las crisis, cómo transmitir esa bendición a sus hijos.

Yo veía cómo una de las hermosas hijas de Eneida al final del servicio hablaba de lo que su madre había significado y el hecho de cómo su madre había hecho la diferencia a pesar de todo lo que ella había sufrido y padecido de abusos y decepciones, su madre les había transmitido la capacidad para ser saludables. Y esa joven tan atractiva, tan bien educada me mostraba a mí que cuando el Evangelio está metido en una situación de tragedia humana hace la diferencia y cambia las pérdidas en escalones para la grandeza y para la transformación y entonces en vez de legarles a nuestros hijos disfuncionalidad y enfermedad, les legamos salud, esperanza, buenos principios.

Y esa es la diferencia que hace Jesucristo y por eso yo les doy el reto en este día de resurrección, no solamente a recibir a Cristo, pero también a comenzar a vivir en Cristo y también entonces a transmitir a Cristo a otros y convertirse en cristianos capacitados y preparados para inducir esperanza en otros seres humanos.

Voy terminando, quiero hacer un par de puntos más. La resurrección de Jesús no solamente nos asegura vida eterna en el futuro, sino que también nos bendice aquí en la vida que tenemos y nos ayuda a vivir vidas libres, vidas abundantes. Porque el Señor ha dicho, “yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.”

Cuando nosotros creemos en la resurrección le perdemos el temor a la muerte que es algo tan importante. Usted puede vivir libre de ese miedo. Mucha gente, aún cristianos, le tienen miedo a la muerte, pero cuando tu crees en la resurrección de Jesucristo que hace posible tu propia resurrección, entonces tu estás libre de ese temor y entonces tu puedes vivir una vida donde ya la muerte ha perdido su aguijón, el sepulcro ha perdido su victoria. Sí es una realidad pero tu sabes que será como ese pinchecito de una aguja cuando entra pero ya, eso es todo. La muerte nos va a visitar pero tu sabes que inmediatamente tu pasas de una vida imperfecta a una vida perfecta y eterna ante la presencia de Dios. Ya tu no le tienes temor a la muerte.

Cristo dice, “y esta es la voluntad de quien me ha enviado, que todo aquel que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo le resucitaré en el día postrero.” Ese día postrero es el día del juicio, es el día en que la Biblia dice que llegará el momento en que todo individuo sobre la faz de la tierra, los que han vivido y los que están vivos y los que estarán vivos en unos próximos años, toda persona tendrá que comparecer ante la presencia de Dios y dar cuenta de lo que han hecho, sea bueno o sea malo, dice la Biblia.

En ese día postrero solamente los que han puesto su mirada en Jesús y han creído en su resurrección podrán permanecer eternamente ante la presencia de Dios. Los que no han hecho su paz con Cristo seguirán viviendo porque Dios no nos convierte en chatarra y nos apaga las luces cuando morimos. Su eternidad está en nosotros, pero viviremos apartados de la presencia de Dios si no hemos recibido a Cristo como Señor y salvador. Solamente aquellos que han puesto su firma en la parte de abajo del pacto entre Dios y los hombres a través de Jesucristo podrán disfrutar de esa vida eterna y perfecta que es solamente posible en Cristo Jesús.

Por eso es que creer en Cristo, afirmar que él vive y que él es real debemos hacerlo ahora para entonces poder estar libres para vivir la vida como Dios quiere y no tenerle temor a la muerte.

Hace poco, apenas una semana y pico, fui a la casa de nuestro hermano Efraín Ortiz que es un hombre que hemos conocido durante muchos años, fue miembro de nuestra congregación, fiel, generoso, participó en la iglesia, siempre estuvo disponible para ayudar en cualquier situación de necesidad, cualquier actividad, tenía un restaurante y siempre era muy generoso en su negocio con nuestras actividades. Se ganó el cariño de mucha gente. Hace poco, su ahora viuda, su esposa, nos llamó y él pidió que yo fuera a visitarlo a su casa. Sabíamos que él había estado enfermo pero yo no sabía que ya los médicos le habían dado 4 ó 5 meses de vida. Y el cáncer que él había estado combatiendo durante varios años ya finalmente lo había postrado en cama y ya no podía levantarse de la cama.

Y yo fui a visitarlos una tarde lluviosa hace pocos día y entré a su casa y llegué hasta su dormitorio y ahí estaba el hermano Efraín acostado, había perdido muchísimo peso, sus ojos habían adquirido un tamaño desproporcionado dado la pequeñez de su cuerpo y todo el peso que había perdido. Pero esos ojos en vez de ser ojos de desesperación y de tristeza, eran ojos de alegría y de paz y de dulzura. Eran ojos que tenían un conocimiento de algo que nosotros muchas veces no conocemos cuando estamos tan metidos en los afanes del mundo. Él sabía que su tiempo había llegado a menos que Dios no hiciera un gran milagro de resurrección prácticamente y me conmovió la expresión de paz que había en el rostro del hermano Efraín.

Él estaba tranquilo, no había desesperación en su rostro, estaba en paz. Pudimos conversar acerca de su situación con toda claridad. Y cuando yo miraba a través de la ventana de su cuarto, que era bastante amplio y estaba iluminado con dos grandes ventanas, fue interesante porque mientras yo hablaba con él me di cuenta que más allá del patio de su casa había un pequeño cementerio. Y me resultó dramático el hecho de que aquí estoy yo con una persona que está a unos pasos de la otra vida y allí hay como un cementerio recordándonos que hay algo que espera. Yo no le mencioné de hecho lo que estaba pensando en ese momento, pero mi mente estaba corriendo acerca de la realidad de la muerte, esperándonos a todos o muy cerca o muy lejos, pero ahí está.

Y la verdad es que yo salí de esa reunión edificado, bendecido y hasta confirmado en mi llamado pastoral porque yo digo, guau, nosotros los siervos del Señor podemos preparar a la gente para un evento tan importante como es la partida con Dios. Y este hombre hoy puede estar tranquilo esperando su momento sin terror, en paz con Dios y no hay dolor en su corazón, en su espíritu. ¿Por qué? Porque él había puesto su esperanza en Jesucristo, porque él sabía que la resurrección venía y que él simplemente iba a pasar de una vida imperfecta a una vida perfecta, que iba a haber un pequeño atrio de transición pero que inmediatamente que él expirara y que diera su último aliento inmediatamente estaba presente ante el Padre.

Así lo dice el Apóstol Pablo, estamos ausentes del cuerpo y presentes ante el Señor, y Pablo dice que estar con Cristo es muchísimo mejor. él estaba en problemas, dice Pablo, porque no estoy seguro qué es lo que prefiero, porque estar aquí en el mundo me permite bendecir a otros y ayudarlos a conocer a Jesucristo, pero estar en el cielo es 20 mil veces mejor para mí, así que estoy en aprietos, no sé cuál de los dos preferir.

Óigame, así yo quisiera que estuviéramos todos nosotros, en aprietos, simplemente estando en el mundo porque quizás podemos ser útiles al Señor pero sabiendo que nos espera la patria celestial, mucho más gloriosa porque estamos convencidos de nuestra fe.

Yo he visto esa misma convicción en los que han perdido seres queridos que saben que sus seres queridos están con el Señor. También hay esa tristeza dulce, mansa, de que sí, no tenemos el cuerpo físico y no tenemos a papá o a mamá para que nos de un abrazo, de esos abrazos que puede dar una madre, pero sabemos que un día les veremos y que celebraremos nuestra victoria juntos de estar en la eternidad.

Es lo que yo sentí cuando mi madre amada falleció a los 92 años hace casi 10 años ya y estábamos reunidos los familiares y me recuerdo bien ese círculo alrededor de nuestra Toñita en su cama de hospital y sabíamos que ya el tiempo estaba listo, estaba aún el médico que la había atendido durante muchos años con ella y Toña estaba en su cama y estábamos hablando con ella, orando con ella, sabíamos que ya el momento los médicos nos habían dicho, reúnanse porque ella va a partir en cualquier momento. Y todavía recuerdo, como si fuera ahora mismo ese momento en que Toña dio su último suspiro y se fue con el Señor.

Y nosotros lloramos hasta el médico estaba llorando porque había aprendido a amar a mi madre en los años que la había atendido, porque fue algo tan bello, tan dulce que fue como que vino un ángel y extendió la cortina alrededor de su cuerpo y dijo, “ya no pertenece a ustedes. Se fue con su Padre celestial.” Y nosotros lloramos calladamente, eso fue un sábado un poquito después de mediodía, y al otro día domingo, cuando le notificamos a la congregación yo pude predicar un sermón, tranquilo, porque yo sabía dónde estaba mi madre. Yo sabía que ella estaba con el Señor y que a los 92 años quizás ella quería ya que la entraran en la presencia del Padre. Y yo sé que ahora ella corre maratones a través de los planetas y de las galaxias y no se cansa, no tiene dolor del trigémino, sus sistema digestivo está funcionando perfectamente, es más no tiene ni siquiera, ¿para qué? No tiene que comer. Está libre.

Mi hermano, mi hermana, yo quiero que tu tengas también esa misma esperanza en esta mañana en la resurrección de Cristo Jesús. Yo quiero que tu prepares tu corazón ahora mismo, si te puedo pedir que inclines tu cabeza aquí, que todos estemos… puede que tu seas un joven lleno de vida todavía y lleno de fuerzas con unos molleros bien grandes, porque levantas pesas, y la muerte es lo que está más lejano de tu mente ahora mismo. O puede que tu seas un profesional con logros y con grandes ilusiones acerca del futuro y la muerte parezca que eso es para dentro de 50 años todavía. o puede que tu seas un anciano o una persona avanzada en edad y ya la muerte adquiere más realidad en tu vida. O puede que tu estés padeciendo de algún tipo de condición médica que te recuerde de tu mortalidad en una forma bastante contundente. No importa cuál sea tu condición, quizás algún niño puede entender lo que yo estoy diciendo, también los llamo a recapacitar y a pensar en lo que es la vida eterna y lo que es esa garantía que Cristo ofrece.

Yo quiero para ti la seguridad, yo quiero para ti la convicción, yo quiero para ti el contrato firmado por medio de tu declaración de que Jesucristo es tu Señor y que tu crees que él resucitó de los muertos y tu no tienes vergüenza de confesarlo ante los hombres y tu estás dispuesto a casarte con él, y tu estás dispuesto a decir, sí, lo recibo, sí, lo prometo, sí, me caso con él, sí, estaré con él en las buenas y en las malas, en las pruebas y en los triunfos. Jesucristo será mi Señor.

Yo quiero invitarte ahora mismo que lo confieses internamente y que todos nosotros aquí confesemos a Jesús como Señor y salvador, particularmente aquellos que no lo han hecho todavía. y yo quiero darles a todos la oportunidad y yo veo a varias personas venir aquí al frente si no muchos ahora mismo o levantar su mano donde usted está y decir, “Yo me comprometo con Cristo Jesús y su resurrección.”

Yo quisiera que tu levantaras tu mano ahora mismo, quiero pedirte que levantes tu mano, si tu has venido en esta tarde y no lo has hecho antes, entrega tu vida a Jesús ahora mismo. Levanta tu mano y dile al Señor, “Señor, yo te recibo.” Allá arriba en los balcones, aquí una mano se levanta, yo sé que hay muchos más. Usted ha venido esta tarde, entregue su vida a Jesús ahora mismo. Allí hay otra mano que se levanta. Levántela bien en alto.

Cristo dice, “si alguien se avergüenza de mí, yo me avergonzaré de él en el día del juicio.” Por qué no recibes a Cristo esta tarde. Entrega tu corazón al Señor. Ven a aquel que ha dado su vida por ti. Veo varias manos detrás también. Hay otros. Hermanos, tiene que haber un momento en el que tu te humilles delante del Señor y este es un momento precioso para hacerlo.

Ponte de pie, aquellos que han levantado su mano pónganse de pie dondequiera que usted esté. Póngase de pie. Yo quiero ver decenas de personas, porque yo sé que aquí hay muchos que necesitan hacer su pacto con Cristo Jesús. No tenga vergüenza de poner su fe en Jesús. Mientras más joven mejor, mientras más elegante mejor, mientras mejor educado mejor, mientras más lejos de la muerte mejor, porque entonces puede vivir muchos años a la luz de tu relación con Jesucristo.

¿hay alguien más? Si tu estás batallando ahora mismo, si ella quiere venir déjenla aquí adelante. Si estás batallando, es el Espíritu Santo que dice, recíbeme. No seas demasiado orgulloso para aceptar a Jesús. ¿Alguien más?

Hermanos, quisiera invitarles, pueden ustedes caminar con ellos y traerlos acá. Quiero que varios de los hermanos de la iglesia pasen aquí, algunos hujieres o diáconos o hermanos que son parte de nuestra comunidad, Peter y Eneida y otros, pasen aquí. Vamos a orar con ustedes. Vengan, vamos a hacer una gran multitud aquí, convertidos y no convertidos y convertidos por primera vez, vengan acá y vamos a celebrar la resurrección de Jesucristo.

Y hay otros acá, hay otros que deben venir también y hacer su pacto con Jesús. Vengan aquí adelante. Yo tengo fe para creer que muchos van a venir acá. Ven con tu pareja. Si no te has casado y están viviendo juntos, no se preocupen mejor, venga. Si tienes alguna adicción, algún problema, algún hábito y todavía no lo has resuelto, yo te necesito. Cristo te necesita acá.

Si estás batallando con algo y tu crees que estás demasiado enmarañado para recibir a Cristo, precisamente para ti es este llamado. Si no eres una persona muy religiosa pero tienes inquietudes espirituales ven y dile a Jesucristo, “Señor, vengo tal y como soy, con mis problema, mis ataduras, mi negocio que no estoy seguro si tu lo apruebas o no, mis malos hábitos, pero yo te necesito Jesucristo, y yo por lo menos creo dos cosas, que tu eres el Hijo de Dios y que tu resucitaste de entre los muertos y estoy dispuesto a confesar esto hoy ante una comunidad como esta.”

Y después comienza entonces a desempacar eso que tu has confesado. Yo le suplico que si alguien está de pie, algún creyente se acerque a ellos y los bendiga. Aquí veo esta pareja linda que está acá. Alguien que se acerque aquí, eso es hermana, venga, oren con ellos dondequiera que haya una vida. Allí hay otros, hermanos alguien que conoce al Señor, ore con esa persona, que no se quede nadie sin recibir afirmación de parte de alguien de la comunidad de fe.

El Señor está mirando, no se preocupe si alguien se acercó a usted, el Espíritu Santo se para a cada uno de ustedes como si fueran el único esta tarde y el Espíritu Santo está moviéndose en el corazón suyo ahora mismo en el en el nombre de Jesús. Yo creo que algo maravilloso está pasando aquí ahora mismo. Hay una unción especial. El Espíritu Santo te está tocando. El Señor está corriendo a través de esta multitud y tu dialoga con el espíritu de Dios, dile, “Señor, te recibo, yo creo que tu resucitaste de entre los muertos, yo creo que tu eres el Hijo de Dios, yo creo que tu eres mi salvador, yo creo que tu vienes por segunda vez, yo pongo mi fe en ti, yo no confío en mi propia justicia sino que confío en ti. Yo no tengo el capital para pagar por mis pecados pero tu lo tienes y yo tomo un préstamo de ti y con eso pago por mi vida eterna ahora mismo. Señor, eres tu el capitalista. Eres tu el que paga por mi salvación.” Dile así al Señor.

Señor Jesucristo yo voy a vivir mi vida creyendo en su resurrección y creyendo en tu divinidad y yo voy a caminar contigo todos los días de mi vida. Y entonces, mi hermano, mi hermana, ponte a pelear esa buena batalla hasta que Cristo se haga real en tu vida. Esta iglesia es tu iglesia, recuerda eso, es tan tuya como de la persona que más años… como mía, tenga en este lugar, y entonces comienza vivir una vida auténticamente cristiana. Dale tu vida al Señor.

Comienza a leer la palabra. Pídele al Espíritu Santo que te cambie, pídele al Espíritu Santo que entre en ti ahora mismo. Di, Espíritu Santo entra en mi vida y siéntate en el trono de mi vida y enséñame cómo ser tu hijo, cómo ser tu hija. Yo quiero conocerte. Dile al Espíritu Santo, quiero conocerte y quiero ser conocido por ti.

Hermanos, yo les prometo que vamos a hacer todo lo que esté de nuestra parte, dennos un tiempecito y nosotros vamos a montar una forma de ayudarlos a ustedes a crecer en la fe y yo les pido simplemente que se unan a nosotros y que nos den un poquito de su tiempo para instruirles y enseñarles, porque queremos que ustedes sean cristianos productivos, fructíferos, y que puedan experimentar el provecho de ser hijos de Dios y que todos los beneficios de la ciudadanía cristiana vengan a ser parte de ustedes.

Qué linda, veo una madre con su hija recibiendo a Cristo. Generaciones siendo bendecidas. De eso trata. Deja que el Señor te toque en esta tarde, deja que el Señor te toque.

Padre te damos gracias por esta cosecha de almas. Lo consagramos a ti, Señor, los atamos a ti, que puedan sentir tu amor esta tarde, Padre, que puedan sentir el amor de esta congregación. Señor, acompáñalos a través de su vida cristiana y que nada de este mundo les obstruye ni les escandalice de manera que se aparten de ti. Ayúdanos a ser una iglesia genuina que ame a los pequeños y los lleve hacia una vida firme y permanente en Jesucristo.

Oh, yo les bendigo en nombre del Señor en esta tarde. Cristo les ama y tiene grandes cosas para ustedes. Cada uno de ustedes es una joya ahora mismo en los ojos del Señor. Usted no sabe lo precioso que usted es, lo preciosa que usted es ante Cristo Jesús. Ahora mismo hay fiesta en el cielo, ahora mismo hay celebración, ahora mismo los ángeles están danzando alrededor del trono de Dios por cada uno de ustedes.

Y yo estoy en las nubes, estoy declarando grandes cosas para sus vidas. Ahora vivan esa vida poderosa en el Señor y comiencen a caminar. Estaremos en contacto con ustedes, pronto vamos a… queremos que ustedes tomen algunas clases básicas, unas cuantas horas que ustedes donen a este esfuerzo de convertirlos a ustedes en cristianos furctíferos. Les abrazo a cada uno en el nombre del Señor ahora mismo y declaro gracia sobre gracia, sobre gracia sobre sus vidas.

Cuando ellos regresen a sus asientos denles un abrazo también, estréchele la mano y dígale, te felicito por la más hermosa decisión que tu has hecho en tu vida. Están sellados. Aleluya! Sellados con la gracia del Señor. Les bendecimos en el en el nombre de Jesús. Amén. Amén.

Negociando para el Reino

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Quiero hablar acerca de negociando para el Reino, cómo negociar para el Reino. La palabra clave en este mensaje es negocios, negociar. Lo digo con toda intencionalidad. Nos referimos a una postura, una actitud que debemos tener cuando abordamos el trabajo cristiano, negociando para el Reino.

También este pasaje nos recuerda que predicar el Evangelio es algo serio, es algo que tiene que ver con vida o muerte. Es algo tremendamente deliberado. Y voy a leer la parábola que el Señor pronunció con respecto a este aspecto del Reino y recuerden que estamos en esta serie de sermones que tiene que ver con el llamado a evangelizar. Lo que quiero hacer y lograr a través de esta serie de sermones es aguzar su consciencia de la importancia de predicar el Evangelio, de ver esto como una responsabilidad seria, como una carga privilegiada que nosotros tenemos, el compromiso como creyente, el hecho de que nuestra identidad como creyentes reside en esa actividad evangelística, en ese llamado a compartir con otros lo que Cristo ha hecho en nuestra vida y lo que Cristo significa para nosotros.

Si nuestra vida no está saturada de esa urgencia de predicar el Evangelio entonces estamos viviendo la vida cristiana fuera de nuestro eje, porque el centro de nuestro llamado, de nuestra existencia es compartir la palabra de Dios. Y yo creo que esto se va a hacer bien claro a través de ese mensaje. Como digo, todos estos mensajes están destinados a enriquecernos y establecer un fundamento teológico, bíblico, sólido para que podamos proseguir con el llamado evangelístico con toda consciencia y con toda propiedad.

Entonces, dice aquí en el versículo 11, Lucas 19: “…Oyendo ellos estas cosas –porque ya el Señor había hablado de otras situaciones y otros temas – prosiguió Jesús y dijo una parábola porque cuanto estaba cerca de Jerusalén – y esto es interesante – y ellos pensaban que el Reino de Dios se manifestaría inmediatamente…”

Entonces el Señor ofrece esta parábola en una forma correctiva, para corregir un error de parte de sus discípulos, una percepción equivocada que ellos tenían acerca de la venida del Reino de Dios y cómo sería. Esta parábola es una corrección a esa percepción equivocada. Entonces, el Señor dice:

“…Un hombre noble se fue a un país lejano para recibir un reino y volver. – Pregúntese quién es este hombre noble y de qué se trata ese reino y qué quiere decir esto de que se fue a un país lejano. Es una parábola, tiene sus equivalencias. – “… se fue a un país lejano para recibir un reino y volver. Y llamando a 10 siervos suyos les dio 10 minas…” – minas se refiere a una moneda de cierto valor.

Yo estuve investigando un poquito acerca de esto y se dice que una mina era más o menos el equivalente de 100 dracmas, y si le dio 10 minas, eso quiere decir que le dio 1000 dracmas. Y una dracma era otro tipo de moneda, una dracma era el equivalente del salario de un día para un obrero. Es decir, que al darle 10 minas les estaba dando el equivalente de 1000 días de trabajo de un obrero, es decir 3 años prácticamente de trabajo. Era una cantidad bastante considerable. Hoy en día podría ser el equivalente casi de 100.000 dólares si estimamos que un obrero se gane 30.000 dólares o algo por el estilo al año. Entonces es una cantidad de cierto peso. Entonces les dio 10 minas a cada uno, mina es la moneda, una unidad de dinero.

“… Y les dijo, “Negociad entre tanto que vengo.” – Quiero que mediten esa palabra, negociad, porque no es una palabra casual. Para mí, cuando yo entendí el significado de la palabra negociad en el griego original, me abrió un entendimiento mucho más amplio, más profundo de esta parábola. Le dice:

“…”Negociad entre tanto que vengo.” – Y aquí el Señor añade interesantemente otro elemento que no necesariamente es esencial al resto de la parábola pero que me parece interesante. – “…Pero sus conciudadanos le aborrecían y enviaron tras él una embajada diciendo, “No queremos que éste reine sobre nosotros.”

Aquí el Señor en su narración añade un elemento de conflicto y de oposición, de drama en un sentido al resto de la narrativa. Tiene enemigos que no quieren. ¿Quiénes serán esos enemigos? Pregúntese mientras yo leo. ¿A qué se está refiriendo el Señor aquí acerca del Reino de Dios, el mundo y todas estas cosas y cómo mucha gente percibe a Jesucristo y al Reino de Dios y al Evangelio?

“…Aconteció que vuelto él después de recibir el reino, mandó llamar ante a él aquellos siervos a los cuales había dado el dinero para saber lo que había negociado cada uno….”

De nuevo, surge la palabra negociar. Y no se pone en términos de cuánto habían hecho, cuánto habían obtenido, no, cuánto había negociado cada uno, cuánto habían ganado como ganancia por medio de sus inversiones y sus esfuerzos de negocios específicamente. Es de ganancia lo que está hablando aquí, usando ese mismo término de negocios. Esta parábola está saturada con una atmósfera de negocio, de corporación, una corporación más bien, un negocio.

“…Entonces, vino el primero a quien ese hombre noble le ha dado 10 minas, – 100.000 dólares vamos a decir – diciendo, “Señor, tu mina ha ganado 10 minas.” – Interesante, piense también en eso, tu mina ha ganado. Qué interesante que él no dice, yo gané o yo hice. No, dice ‘tu mina ha ganado,’ un detallito bien interesante y revelador en mi opinión.

“… tu mina ha ganado 10 minas. Él le dijo, “Está bien, buen siervo, por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre 10 ciudades.” – Ganó 10 minas y ahora el Señor le da autoridad sobre 10 ciudades. Me parece un buen negocio, cierto esfuerzo pero ahora es gobernador de 10 ciudades completas.

“Vino otro diciendo, “Señor, tu mina ha producido 5 minas.” – Este ganó solamente la mitad de lo que ganó el otro y uno pensaría que quizás merecía menos aprobación o menos alabanza de parte del Señor, porque su rendimiento fue la mitad que lo del otro, pero fíjese que recibe la misma expresión de reconocimiento del Señor y también a éste dijo, – “Tu también sé sobre 5 ciudades.” – Conforme a su rendimiento le dan también una recompensa de 5 ciudades, pero lo alaban porque trajo rendimiento y se esforzó e hizo lo que su Señor le había mandado a hacer.

“Y vino un tercero diciendo, “Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guarda en un pañuelo.” – Yo me lo imagino sacando un pañuelito con 4 nudos y ahí está la moneda dentro y mientras se lo está diciendo está desenvolviendo los nudos uno a uno. – “Aquí está tu mina, la que he tenido guarda en un pañuelo porque tuve miedo… – Piensen en eso también. – … de ti por cuanto eres hombre severo que tomas lo que no pusiste y siegas lo que no sembraste.”

Esta es la percepción que tiene este siervo del hombre noble. Es interesante porque una de las cosas que me gusta de esta parábola es la forma en que proyecta este hombre noble. ¿Quiénes creen ustedes que es este hombre noble? Jesucristo, díganlo todos, Jesucristo. Este es el hombre… Jesús está diciendo la parábola pero está hablando de sí mismo, este hombre noble que se va a un país lejano. ¿Cuál es ese país lejano? El cielo. Entonces cuando él regresa del cielo, lo llama y este siervo conoce algo del carácter de este hombre.

Para mí esta parábola es bien reveladora también porque nos dice algo acerca de Jesucristo, para los que estamos acostumbrados a pensar que él es un corderito manso, siempre con los bucles rubios y ojos lánguidos y medio como low energy, como dice Donald Trump. Pero aquí se nos presenta una imagen severa de Jesucristo, es un hombre del cual hay que tener cuidado, porque este hombre sabe cómo es Jesús o cómo es su Señor. Y fíjese que el Señor este no le dice, “¿Cómo tu piensas eso, muchacho, si yo soy un pan de Dios? Tan bueno que yo soy, tan tranquilo.” No, él dice, mire cómo le contesta:

“…Entonces, él le dijo, “Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo… – en otras palabras, tienes razón, tu sabes que yo soy así, – …que tomo lo que no puse y que siego lo que no sembré, ¿por qué pues no pusiste mi dinero en el banco? Para que al volver yo lo hubiera recibido con los intereses.”

Por qué por lo menos, caramba, no me lo metiste en Cambridge Savings a coger 1.9 de interés, en vez de eso me traes el dinero aquí, ya la inflación se ha comido un 2 por ciento de ese dinero, por qué aunque sea no lo depositaste en un high yield de bond o algo así. Si tenías miedo de que se te perdiera, por lo menos, hubieras buscado una forma básica para que no quedara inactivo el dinero, si era el miedo lo que te hizo omitir algún tipo de actividad.

“Y dijo a los que estaban presentes, “Quítenle la mina, y dénsela al que tiene las 10 minas.” – esa es la lógica contra intuitiva del Reino de Dios – Y ellos le dijeron, “Pero Señor, si el otro tiene 10 minas, en otras palabras, es una injusticia, cómo tu le vas a quitar a este pobre hombre la mina que tiene y se la vas a dar al que tiene 10.” Y mire la respuesta del Señor:

“Pues yo os digo que a el que tiene se le dará más al que no tiene aún lo que tiene se le quitará.”

La idea es el que tiene poquito o casi nada, si no lo rinde, si no hace algo con ello aún ese poquito que tiene, que es casi nada, se lo van a quitar y se lo van a dar al que está… ¿A quién ustedes le quieren dar su dinero, hermanos? ¿A un inversionista que trabaja duro que conoce el mercado, que es diligente, sabio, astuto, o a un alcahuete que no hace nada, simplemente tirado en una cama todo el tiempo? ¿A quién usted le va a dar? A la persona diligente ¿verdad? ¿Y en quién el Señor va a invertir sus dones y sus recursos y su energía y su poder? En los que van a rendirle provecho al reino. Eso es algo muy lógico.

De nuevo, la lógica de esta parábola sale del mundo de los negocios. Como les digo, esta parábola está penetrada y saturada por la lógica y el ethos, el sentido del mundo corporativo, el mundo de los negocios, el mundo de las ganancias, el mundo de las inversiones. Y eso es interesante cuando lo aplicamos al Reino de Dios. Y dice entonces:

“…Y también aquellos, mis enemigos, – ahora volvemos al detallito ese que se nos perdió al principio que había gente que no quería que él reinara – Y también aquellos mis enemigos, que no querían que yo reinase sobre ellos traedlos acá y decapitadlos delante de mí…”

¿Cuántos pueden reconciliar esa última imagen con Jesús? Muy pocos, ¿verdad? Sin embargo hay un aspecto de Jesús que es así. El Cristo que viene en su segunda venida no es el que fue crucificado, es un juez, es un rey, que viene a tomar su herencia y viene a tomar cuentas, tanto de los que le sirven como de los que se oponen a su venida.

Ahora, aclaro aquí que no es para… los creyentes, los que han creído en Cristo Jesús, la salvación no es por lo que usted hace, usted se salva por gracias, pero hay un costo. La Biblia habla dice que los creyentes vamos a comparecer ante el tribunal de Cristo, hay varios pasajes en la escritura, no tengo tiempo para desarrollar ese punto demasiado ahora mismo. Vamos a comparecer ante el tribunal de Cristo pero no es para determinar si vamos a ser salvos o no, va a ser para determinar qué tipo de recompensas habremos de recibir.

Yo creo que en el Reino de Dios venidero va a haber todo tipo de gloria y de actividad. Yo creo que mucha gente piensa que el Reino de Dios en el cielo, todo se nos va a dar una bata blanca del mismo tamaño y un harpa para que nos sentemos en una nube a tocar por toda la eternidad. El Reino de Dios va a ser un lugar de tremenda actividad, la verdad es que para mí el infierno sería eso, tocar un harpa por toda la eternidad sentado en una nube con una bata blanca. Pero gloria a Dios que el Reino de Dios va a ser un lugar de diferentes niveles, de mucha actividad, de esfuerzo sin el filo que tiene el trabajo en este mundo caído, pero Dios va a permitir, yo no sé cómo va a ser eso, pero el Reino de Dios va a tener naciones, va a tener gobierno, va a tener gloria, va a tener diferentes estados, diferentes niveles de gloria y de autoridad. Y ¿qué va a determinar todo eso? lo que nosotros hagamos, el esfuerzo que nosotros recibamos acá.

Es como en una competencia se ofrecen medallas de bronce, de plata, de oro, para diferentes niveles de excelencia en el desempeño de un atleta. Algunos van a recibir una medalla de aluminio, otros prácticamente de madera si acaso, pero todos vamos a recibir algo según el nivel de esfuerzo que nosotros hayamos emprendido aquí en la tierra. Así que piense en eso.

Y la escritura es bien clara, hay muchos pasajes que sugieren esto, de que según nosotros hemos sembrado y esforzado aquí en la tierra, hemos invertido en el Reino de Dios en ese nivel vamos a recibir una recompensa equivalente. Entonces, me estoy adelantado un poco pero está bien que lo tengamos en mente.

Ahora bien, vamos un poquito hacia atrás. Lo que tenemos aquí es esta idea de un hombre noble que es Jesucristo y los discípulos piensan que el Reino de Dios va a venir inmediatamente, que Jesús no va a pasar por la cruz, no va a haber crucifixión, no va a haber muerte, nada de esto. Ellos se rehúsan a creer esto. Ellos están pensando que esto va a ser algo rápido, sencillo, por eso dice, “vendría inmediatamente.”

Cuando Jesús va hacia Jerusalén en este mismo tiempo, el Señor se va acercando… Semana Santa es ese acercamiento de Jesús a Jerusalén para ser crucificado. Pero ellos piensan que Jesús va a Jerusalén a tomar la ciudad, a declararse el Mesías y a establecer su reino y ellos cada uno van a tener un puesto de alguna importancia en este nuevo gobierno político. Pero el Señor les dice, “No, eso no va a ser así, se va a tomar tiempo, va a haber drama en el medio.” Entonces, por eso él les dice esta parábola y les dice, un hombre noble se fue a un lugar lejano, ese lugar lejano se ha tomado 2000 años, era un viaje bien largo. Para nosotros por lo menos sabemos que 2000 y pico de años era ese viaje.

Ese hombre noble se fue a un país lejano que es el cielo donde el Señor está sentado a la diestra del Padre esperando el momento preciso para descender otra vez y venir y tomar su Reino. Entonces, el Señor se va a un país lejano y antes de irse, como hizo el Señor Jesucristo, recuerdan en la gran comisión, Mateo 28, él les dijo, “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id, predicad el Evangelio, haced discípulos a todas las naciones, enseñándoles a obedecer las cosas que yo os he mandado.”

Y el Señor mientas estuvo aquí en la tierra estuvo preparando esos siervos. Estos 10 siervos son simplemente un ejemplo de todos aquellos hombres y mujeres con quiénes él trabajó mientras estaba aquí en el mundo, los entrenó, los puso a través de diferentes tipos de ejercicios evangelísticos y misioneros, les embutió su palabra, una cantidad de cosas y los preparó y les dejó una encomienda. “Vayan por el mundo, hagan crecer mi iglesia, hagan desarrollarse mi iglesia, prediquen el Evangelio,” y eso es lo que esta iglesia de Jesucristo ha estado haciendo durante los últimos 2000 y pico de años, evangelizando, sembrando la semilla, desarrollando el Reino de Dios, estableciendo todo tipo de instituciones, haciendo todo tipo de esfuerzos para avanzar el reino de Jesucristo, con diferentes tipos de éxito y de lucidez.

Pero el Señor estaba diciendo, esto no es fácil, se va a tomar tiempo. Yo me voy pero yo voy a volver. Entonces dice que los reúne y les da a cada uno una dotación, le da una mina a cada uno. Eso es símbolo de lo que cada creyente recibe cuando recibe el Espíritu Santo al recibir a Cristo como Señor y salvador. ¿Sabías tu que dentro de ti hay un don que Dios ha puesto, una mina? No importa tu nivel de educación, no importante si seas hombre o mujer, joven, anciano, Dios ha puesto algo de valor en ti, una capacidad, una dotación de poder, hay gracia dentro de ti. En ti hay un potencial que Dios ha infundido en tu vida. Di amén a eso. Tu lo tienes dentro de ti. Dios te ha dado algo, una capacidad para cantar, una capacidad para enseñar, una capacidad para dar, una capacidad para servir en los ujieres o en la enseñanza de los niños, o para ser un filántropo que avanza los intereses de la iglesia, o para dirigir, o presidir, algo hay en ti que Dios puso para que tu uses eso para que su reino avance.

Yo quiero que tu entiendas eso, hay una mina, y yo diría una mina en el sentido también que la conocemos esa palabra, hay una mina de posibilidades dentro de ti, tanto que Dios ha puesto en tu vida. El Apóstol Pablo le dice a Timoteo, “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que hay, que está dentro de ti.”

Así que si en esta mañana puedes apropiarte, internalizar esta idea de que dentro de Dios ha puesto algo que es de valor para su reino, quizás tu no lo sabes y una de las tareas del creyente es descubrir el don de Dios. Cuál es el don, cuál es la potencialidad específica que Dios ha puesto en mí. Pero no te preguntes, ¿habrá algo en mí de valor? No. di, lo que hay en mí de valor, cómo lo puedo yo usar para el Reino de Dios y cómo puedo yo entrar en el uso de ese don.

¿Cómo se desarrollan los dones? Ese es un tema para un sermón. Pero una de las cosas es sirviendo. Comienza con lo que tienes a la mano, comienza con lo más pequeño, lo más fácil, quizás lo más fácil para ti va a ser hablarle a tu hermano de carne y hueso, tu hermana de sangre, con quien tu te sientes cómoda, la conoces, es tu amiga, se llevan bien, pero no conoce a Jesucristo. Puedes comenzar por allí. Regálale un libro, enséñale un video, siéntala un día y háblale acerca de tu experiencia con Cristo. Eso es algo sencillo. Puede ser un amigo en el trabajo. Puede ser alguien en el autobús que tu te encuentras y comienzan una conversación y te dice acerca de su familia y de su hijo o que está enfermo y tu le preguntas, ¿puedo orar por ti? Te invito a la iglesia. ¿Tu conoces a Jesucristo? No importa, si tu conoces a Cristo no te preocupes que Dios está contigo, él te va a sacar adelante. Yo voy a orar por ti. Aquí tienes mi teléfono, llámame.

Lo que tienes a la mano, comienza. Ahora mismo estamos necesitando ayuda por ejemplo, para el domingo de resurrección con los niños. Muchos de nosotros decimos, Señor, llévame al África para que allá yo morir por ti, que son musulmanes, me martiricen y yo dar mi sangre… Pero si te dicen, mira, sirve a los niños un día aquí. ay, no eso es demasiado chiquito para mí. Yo quiero irme en una bola de fuego que me inmole, que me sacrifiquen.

Si en lo poco no eres fiel, en lo mucho tampoco vas a ser fiel. Comienza donde puedas, haz lo que puedas. Diezma, ofrenda, mucha gente, Señor, mi vida es tuya, haz lo que quieras de mí, pero cuando llega el momento de darle al Señor, ah, no, ahí nos congelamos. Muchos de nosotros no vamos a poder…

Hace poco me dijeron la historia de un grupo de jóvenes misioneros en el siglo XIX que querían servir al Señor predicando el Evangelio en las misiones foráneas, y no todos podían ir, entonces estos jóvenes – esto es real – hicieron un pacto y ellos dijeron, vamos a mandar, creo que eran como 10 de ellos, ustedes van a ir a la India, al África, donde fuera, ustedes van a ir como misioneros y nosotros nos vamos a quedar aquí en Estados Unidos y vamos a trabajar y hacer dinero para sostenerlos a ustedes. Y durante toda su vida estos jóvenes que se quedaron sostuvieron a los que se fueron en misiones en sus necesidades misioneras.

¿Cuál de esos dos usted cree que merecía más alabanza? Yo creo que los dos estaban trabajando como un solo organismo para avanzar el Reino de Dios. Hay gente que quizás no tiene un don misionero pero tienen el don de hacer dinero y podrían dar más para el Reino de Dios y servir de esa manera. Usted puede ayudar a avanzar el Reino de Dios usando, si usted trabaja en la tecnología por ejemplo como el hermano Javier Encina, al usted trabajar en la tecnología sabe cuántas cosas usted hace posible.

Veo al hermano Mario Ulloa allí detrás, sabe que esos dos primeros edificios fueron hechos posibles por la generosidad de gente como Mario Ulloa, como el hermano Roberto Naranjo y otros así que trabajaron tan arduamente. Y ahora el hermano Mario viene aquí y se sienta allí y nadie sabe quién es Mario Ulloa. Ese señor que está allí con la barba, ese señor pegado a la ventana es… sinceramente, hay poca gente que yo admiro tanto en esta tierra como ese hombre. Y hoy en día la gente viene y nadie sabe acerca de su trabajo sacrificial para la obra de Dios. Pero nosotros no estaríamos sentados aquí hoy sin el trabajo de gente como él.

Y para mí, gente como él vale 10 evangelistas porque hacen posible este tipo de trabajo, porque sus dones los están invirtiendo en el Reino de Dios. Hay algo que usted puede hacer para avanzar el Reino de Dios. La mina que tu has recibido en tu mano, qué estás haciendo con ella? Tienes que ponerla a generar, tienes que invertirla, tienes que pedirle al Señor, tienes que estar inquieto y decir, Señor, yo no quiero irme de esta tierra sin dejar mi marca en el Reino de Dios. Yo quiero hacer algo por ti, úsame. Ore, comience, en el proceso de comenzar y hacer algo Dios te va revelando la próxima etapa del viaje.

Cuando se usaban los carros que tenían los cambios que eran standard, bien pesados, usted recuerda si el carro está en neutro, yo no sé si todavía es así porque yo no manejo un carro standard, pero cuando el carro está parado si usted trata de mover el gear, es bien difícil. Ahora, cuando lo quita y lo pone en uno de los cambios y comienza a mover el carro, mucho más fácil mover el gear. Así pasa con los dones. Cuando usted comienza a moverse en fe y da un paso de fe detrás del otro y usted hace lo que tiene a la mano, y usted comienza en el nombre del Señor, Dios le va dando sabiduría sobre lo próximo.

En el principio de la Biblia que dice, “Ven buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.” Si tu eres fiel dándole un año de servicio al Señor trabajando con niños, por ejemplo, o como ujier, o limpiando algún aspecto de la iglesia, si tu eres fiel en eso y no te preocupas porque te den gloria y alabanza o te paren aquí al frente de la plataforma o lo que sea, pero tu lo haces para gloria del Señor, y eres fiel en lo que haces, el Señor te va a poner en otra cosas. Quizás un día vas a evangelizar multitudes, quizás vas a escribir un libro para gloria del Señor, quizás vas a cantar ante multitudes, pero comienza con algo sencillo y pequeño y sé generoso con Dios.

Yo he aprendido que cuando uno comienza así y sirve no para que nadie lo vea ni lo alabe, sino como que Dios lo está mirando y eso es lo que a usted le importa, el Señor le bendice su vida, bendice su don, lo multiplica, lo ensancha y lo usa en mayor escala. Así que no se deje intimidar porque usted no sabe dónde está su don. Comience a explorar. Métase en esa jornada maravillosa exploratoria que le va a durar toda una vida y poco a poco usted irá descubriendo nuevos aspectos de la dotación de Dios en su vida, pero tiene que comenzar con lo pequeño. No se preocupe por el resultado, preocúpese por ser fiel al Señor y obedecer esa comisión que usted ha recibido.

Entonces, este hombre se ha ido, se va a ese país lejano, sus siervos comienzan a trabajar, a invertir y la instrucción que él les da es bien importante. No quiero omitir esto, la palabra ‘negociad’, pracmateusaste es la palabra en el griego original. Es un imperativo. Usted vio la palabra pragmático, praxis, de ahí viene, práctico. Esta palabra en el griego original que se traduce al español negociad, su raíz es de trabajar en una forma práctica, en una forma coherente. Yo puse aquí una pequeña definición que nos refiere un poquito acerca de esta idea.

Dice aquí, el jefe de la corporación, porque es lo que es este hombre, les dice “Negociad entre tanto que yo vengo.” La palabra negociad en el griego original es pracmateusaste, esta palabra viene del mundo de los negocios. Lleva la idea de conducir negocios diligentes, invirtiendo gran energía y esfuerzo a fin de producir resultados efectivos.

No se trata meramente de trabajar en algo, sino de trabajar con diligencia, con un sentido de propósito, con disciplina y persistencia, con una meta clara en mente y una metodología bien delineada. En otras palabras, es un esfuerzo organizado, deliberado, disciplinado, calculado, estratégico, así debe ser el trabajo de la iglesia.

Las iglesias que trabajan indisciplinadamente, hoy una cosa, mañana la otra, manga por hombro porque todo es para el Señor y el Señor es misericordioso, no esperen hacer nada de excelencia. Yo siempre he creído que la iglesia de Jesucristo debe ser la organización más bien organizada y de mayor excelencia en todo el mundo, que use en manera más eficiente y efectiva los recursos que tiene a la mano.

Yo soy tacaño con el dinero del Señor. Cada dólar hay que sacarle el jugo, hay que multiplicar su rendimiento y la iglesia de Cristo que reflejar excelencia, tiene que reflejar eficacia y eficiencia, tiene que reflejar organización, disciplina, propósito. Para mí la iglesia de Jesucristo es un organismo de gran coherencia y la obra de la iglesia debe ser bien meditada, bien planificada, bien ejecutada, coherente, descentralizada, dirigida con buenos principios, protocolos y procedimientos, debe rebozar excelencia, porque nosotros tenemos la mente de Cristo. ¿Y qué quiere decir tener la mente de Cristo? Quiere decir tener la mente que ha estructurado el mundo, el universo, los átomos, las células de todos los organismos vivientes, el orden de un cuerpo viviente.

Esa mente, el logos, que creó el universo es lo que está dentro de ti. Por eso yo animo a los jóvenes y a mis hermanos a estudiar, a desarrollar su entendimiento, a esperar grandes cosas del Señor. Si usted va a estudiar, propóngase la meta de ser el estudiante más logrado de su clase, propóngase la meta de llegar al nivel más alto, no por orgullo sino porque el Señor ha puesto en usted algo increíblemente poderoso. Si usted va a ser una madre, prométase que usted va a ser la madre más exaltada del mundo, con más capacidad, más conocimiento, más sabiduría, más unción, porque el Señor está dispuesto a enseñarle los mejores principios de la maternidad.

Si usted va a ser un obrero en una fábrica asegúrese de que otros envidien la destreza y la disciplina y la excelencia con que usted hace su trabajo. No importa lo que nosotros hagamos, no importa cuál sea nuestro territorio, Dios nos ha entregado la tierra y se supone que nosotros trabajemos con todo sentido de disciplina y propósito. No me diga que usted no puede porque Cristo está dentro de usted. Y usted mismo ha dicho, todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

La mente de Cristo es una mente pensante, es una mente lógica, es una mente coherente y nosotros tenemos que proceder con ese mismo tipo de dotación, ese sentido de alta estima, no de nosotros mismos, sino del Dios que está dentro de nosotros. La iglesia tiene que rebozar excelencia. La iglesia es una gran corporación que negocia para el Reino de Dios y por eso tiene que ser estratégica en sus intervenciones, su planificación, su trabajo. Y nosotros somos obreros. Usted es un inversionista y también es un cliente y es un empleado, y por eso es que cada creyente tiene que vivir la vida cristiana con ese sentido de deber, pero también de privilegio, de dotación.

Dios no es Dios que le dice a usted que haga grandes cosas, pero le dota en una manera mínima. No. él le da gran dotación para que usted obtenga grandes resultados en todas las áreas de su vida. Los creyentes tenemos que ser excelentes en toda nuestra vida porque tenemos un Dios poderoso que se mueve dentro de nosotros.

Por eso Pablo le dice a Timoteo, “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,” que es lo que tiene este siervo infiel, cobardía, “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía o timidez – otra traducción – sino de poder, de amor y de domino propio.”

Y sabe que la palabra dominio propio es una mala traducción, el original griego es una mente sana, por eso es que en inglés “he has given us a spirit of power, of love and a sound mind.” Búsquelo en una de las traducciones. ‘Sound mind’ es una mente que piensa bien, es una mente que percibe con precisión la realidad. Esa es la mente que Dios nos ha dado. No es excusa para que nosotros no desarrollemos el don de Dios que está dentro de nosotros porque la dotación de Dios es tan grande.

Yo digo que hay dos formas en que el cristiano puede proceder en la vida, o desde una mente de suficiencia o de una mentalidad de carencia. Hay cristianos que todo es, yo no puedo, no tengo, no sé, no me dieron, no me hicieron, no me dieron la oportunidad, y se viven quejando de fulanito, del gobierno, de la injusticia del mundo, de que la gente es mala, de que los pastores son corruptos, de que las iglesias son malas, y entonces siempre están aplatanados, sentados en una banca sin hacer nada.

Eso se llama proceder de una mentalidad de carencia, de insuficiencia, como los 10 espías que vienen a lo de Moisés después de examinar la tierra y dicen, “Sí, Moisés, es cierto, esa tierra es tremenda, da unas uvas que una sola da una botella de vino completa, pero los hombres que están allí son unos gigantes, todos podrían ser miembros del MBA, miren 6 pies con 8 y tienen unos huesos que son durísimos y por lo tanto nosotros no podemos jamás meternos en esa tierra.”

Había dos, Josué y Caleb, que dicen, “Mira, si el Señor nos ha entregado la tierra lo vamos a comer como pan, como mantequilla.” Yo le añado la mantequilla. Si el Señor nos ha dado la tierra nosotros vamos a ganar esa tierra. Eso se llama proceder con una mente de suficiencia, de dotación. ¿Y quiénes fueron los que entraron a la Tierrra Prometida?” los 10 espías se quedaron muertos, solamente Josué y Caleb, de toda esa generación primera, entraron a la Tierra Prometida, todos los demás murieron en el desierto. ¿Por qué? Porque tenían un espíritu diferente, así lo dice la Biblia.

¿A qué grupo queremos nosotros pertenecer? ¿Al grupo de los 10 espías o de los dos espías como Josué y Caleb? Entonces, ¿a qué equipo tu perteneces? El que dice yo no tengo, yo no sé, no puedo, no me dieron, no me hicieron, o el grupo que dice todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Yo voy a predicar el Evangelio, yo voy a compartir con otros, yo voy a hacer todo lo que pueda para avanzar el Reino de Dios. De un aplauso al Señor.

Negociad entre tanto que yo venga. ¿Cómo puedes tu negociar para el Reino de Dios? ¿Qué puedes hacer para avanzar los intereses? ¿Cómo estás tu negociando para el Reino de Dios? Yo quiero que León de Judá negocie hasta que Cristo venga, que León de Judá sea una corporación conocida por la excelencia con que procede a ejecutar las directrices del CEO de la iglesia, que es Cristo Jesús, en todo sentido y que tengamos miembros que estén igualmente comprometidos con avanzar esta nave que es el Reino de Dios.

Entonces, dice esa parábola cuando este señor viene le pide cuentas a sus siervos. Me parece interesante. ¿Cómo viene él? Yo me lo imagino, él los pone en línea delante de él y le dice, okay, vamos a ve ahora. Esto no es cuestión, de que oh, hermanito, qué tal, ¿cómo te fue? Yo sé que es un favor lo que tu me has hecho y gracias a Dios que tu aceptaste esa mina. ¿Pudiste hacer algo con esa mina? No, él los llama a cuentas.

Hay otra parábola que está en Mateo 25:14 al 30 y usted la puede leer después y comparar un par de cositas. Tiene unas cositas diferentes pero es la misma parábola prácticamente. Los llamó a cuentas, los reunió y yo me lo imagino en una forma así, bien de negocios, okay, yo te di una mina, ¿qué hiciste con ella? Le dan el reporte de lo que cada uno hizo y entonces está el tercer hombre que le dice, “Mira, yo sé cómo tu eres, yo sé que si yo hubiera desperdiciado esa mina me hubieras cortado la cabeza así que lo que hice fue que la guardé debajo del colchón.”

Entonces la reacción, como he dicho, después y la actitud de este hombre nos revela algo. Sabe que cuando usted mira esa parábola de Jesucristo acerca de servicio y de cuentas al Señor y todo esto, todo esto está penetrado por una atmosfera de seriedad, de severidad, de expectativas claras y esto es interesante, hay un pasaje donde el Señor Jesucristo dice, “El que no recoge conmigo desparrama.” ¿Ha escuchado eso?

Qué interesante. Es como que hay dos extremos en la vida cristiana, o usted sirve como un instrumento para el avance del Reino de Dios o usted es un obstáculo, usted está robando energías. Perdone que sea tan claro, espero que nadie se ofenda porque eso no lo digo yo, lo dice la palabra, usted o es un facilitador o es un obstáculo para el Reino de Dios.

Déjeme ponerlo de esta manera, las ramas de un árbol, cuando un árbol sigue creciendo y creciendo se multiplica su ramaje y llega un momento en cada rama y cada hoja y cada extremo del árbol está pidiendo savia, está pidiendo energía porque necesita el alimento que el árbol está cogiendo de la tierra. Y cuando árbol tiene tanto ramaje el riesgo es que no dé suficiente fruto porque toda la energía se desperdicia en distribuirse a través de tantas ramas y entonces por eso llega un momento en que el fruto es débil, pequeño o agrio. ¿Y qué hace el agricultor? Poda, las ramas que no dan fruto las poda para que las que dan fruto tengan más alimento, para que den más frutos. Ese es el principio detrás de podar.

Entonces, yo creo que muchas veces, se me ocurre algo que no sé, yo lo someto a su consideración, no estoy seguro de que puedo decir esto, pero de todas maneras voy a rumiar libremente y usted me dice… se me ocurre que muchas veces nosotros los pastores queremos iglesias que tengan mucha gente aunque sean medio convertidos, aunque no crean ni en la luz eléctrica, pero que vengan porque queremos una iglesia grande, queremos una iglesia con mucha gente y a veces lo que hacemos es que bajamos el Evangelio a un nivel bien básico para que venga mucha gente.

Y yo me pregunto si en la mente del Señor eso es lo que verdaderamente Dios quiere. Yo no sé si Dios prefiere una iglesia de 100 personas que trabajan duro y que cada uno está comprometido con el Reino de Dios o una de 1000 en la cual 800 tienen dudas de si son salvos o no y no conocen el por qué han creído y por qué han sido llamados al reino y un sentido de compromiso y de deber y de entrega total al Señor. No sé. Yo les pregunto eso a ustedes. Me lo debo preguntar a mí mismo, porque es lo mismo, uno quiere un árbol frondoso, un árbol con muchas hojas, con muchas ramas, bien grande, bien bonito, bien llamativo, ¿pero es eso verdaderamente lo que constituye un árbol saludable?

¿Qué quiere usted, una higuera como el Señor vuestro a la higuera llena de ramas y de hojas y cuando metió la mano no encontró un solo higo y la maldijo? ¿O quiere usted un… hay unos arbolitos chiquitos de mango, no son muy altos, pero usted mete la mano y dondequiera agarra uno diez mangos? ¿Qué quiere usted un árbol con muchas hojas, grandísimo, sin mangos o un árbol pequeñito pero tupido?

Entonces, el Señor usa es principio. Si nosotros no damos fruto el Señor no está contento y a lo mínimo le va a poner una multa. Mucha gente se pregunta por qué es que yo no siento el gozo del Señor, por qué esas promesas que dicen en la Biblia no se han realizado en mi vida, por qué es que yo hago esto y lo otro y voy a la iglesia y no siento el gozo del Evangelio ni he visto esos cambios en mi vida.

Pregúntese si quizás está usted dando todo lo que usted puede al Señor, está orando, está ayunando, está leyendo la palabra, está adorando al Señor, está sirviendo, está dándole al Señor, está trabajando para el Reino de Dios.

Yo he aprendido que el gozo del Señor viene cuando le damos al Señor, cuando nos entregamos a él, cuando lo servimos. No hay mayor gozo que un alma conozca a Jesucristo a través de la obra de uno, no la obra de uno pero de Cristo en uno. Pero saber que mi vida sirvió para que alguien fuera bendecido por el Evangelio, guau, eso vale millones de dólares, sinceramente. Para mí el mayor privilegio es saber que yo estoy avanzando el Reino de Dios.

Qué me importa a mí la gloria del hombre y los aplausos de la humanidad si el gozo mayor es que un día voy a escuchar la voz de Dios que me dice, “Ven, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.” Ese es el mayor privilegio de un hombre o una mujer, servir al Señor. De qué nos sirve tener grandes cantidades de dinero metidas en una cuenta de banco si hay tantas cosas que podemos hacer para el Reino de Dios. No es que no ahorremos y que no seamos sabios, pero muchas veces nosotros agarramos y agarramos y agarramos, y el dinero se nos va como agua. Nos enfermamos y el médico se lo llevó todo o un abogado por un divorcio, una pelea matrimonial para dividir los bienes.

Pero cuando servimos al Señor, Dios nos bendice y nos rinde. Yo he aprendido, cuando tu le das al Señor y sirves al Señor lo poquito que tu tienes te sabe a gloria. Te comes un plátano con aceite de oliva y eso te sabe como un manjar de un chef francés, porque estás tranquilo, porque tu sabes a dónde vas y de dónde vienes y tienes la paz del Señor en tu vida. No hay nada como servir al Señor y escuchar esa voz de Dios, “Ven, buen siervo, aprobado.”

Entra en el gozo, entra en el disfrute de tu Señor. Hermanos, les dejo con ese pensamiento en esta mañana de que servir al Señor es algo serio, es un negocio, en el mejor sentido de la palabra. Es un negocio sagrado, sublime, glorioso, eterno, un privilegio tremendo y es una obligación que está acompañada de gran satisfacción porque el servir al Señor no es deber estéril, es disfrute continuo, es uno crecer y crecer sabiendo que la savia del Señor está corriendo a través de nosotros. Es un negocio. ¿Qué estás haciendo para servir el Reino de Dios? ¿Cómo estás negociando para el reino? Negociemos para el Reino de Dios. Amén.

Negociando para el Reino

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Quiero hablar acerca de negociando para el Reino, cómo negociar para el Reino. La palabra clave en este mensaje es negocios, negociar. Lo digo con toda intencionalidad. Nos referimos a una postura, una actitud que debemos tener cuando abordamos el trabajo cristiano, negociando para el Reino.

También este pasaje nos recuerda que predicar el Evangelio es algo serio, es algo que tiene que ver con vida o muerte. Es algo tremendamente deliberado. Y voy a leer la parábola que el Señor pronunció con respecto a este aspecto del Reino y recuerden que estamos en esta serie de sermones que tiene que ver con el llamado a evangelizar. Lo que quiero hacer y lograr a través de esta serie de sermones es aguzar su consciencia de la importancia de predicar el Evangelio, de ver esto como una responsabilidad seria, como una carga privilegiada que nosotros tenemos, el compromiso como creyente, el hecho de que nuestra identidad como creyentes reside en esa actividad evangelística, en ese llamado a compartir con otros lo que Cristo ha hecho en nuestra vida y lo que Cristo significa para nosotros.

Si nuestra vida no está saturada de esa urgencia de predicar el Evangelio entonces estamos viviendo la vida cristiana fuera de nuestro eje, porque el centro de nuestro llamado, de nuestra existencia es compartir la palabra de Dios. Y yo creo que esto se va a hacer bien claro a través de ese mensaje. Como digo, todos estos mensajes están destinados a enriquecernos y establecer un fundamento teológico, bíblico, sólido para que podamos proseguir con el llamado evangelístico con toda consciencia y con toda propiedad.

Entonces, dice aquí en el versículo 11, Lucas 19: “…Oyendo ellos estas cosas –porque ya el Señor había hablado de otras situaciones y otros temas – prosiguió Jesús y dijo una parábola porque cuanto estaba cerca de Jerusalén – y esto es interesante – y ellos pensaban que el Reino de Dios se manifestaría inmediatamente…”

Entonces el Señor ofrece esta parábola en una forma correctiva, para corregir un error de parte de sus discípulos, una percepción equivocada que ellos tenían acerca de la venida del Reino de Dios y cómo sería. Esta parábola es una corrección a esa percepción equivocada. Entonces, el Señor dice:

“…Un hombre noble se fue a un país lejano para recibir un reino y volver. – Pregúntese quién es este hombre noble y de qué se trata ese reino y qué quiere decir esto de que se fue a un país lejano. Es una parábola, tiene sus equivalencias. – “… se fue a un país lejano para recibir un reino y volver. Y llamando a 10 siervos suyos les dio 10 minas…” – minas se refiere a una moneda de cierto valor.

Yo estuve investigando un poquito acerca de esto y se dice que una mina era más o menos el equivalente de 100 dracmas, y si le dio 10 minas, eso quiere decir que le dio 1000 dracmas. Y una dracma era otro tipo de moneda, una dracma era el equivalente del salario de un día para un obrero. Es decir, que al darle 10 minas les estaba dando el equivalente de 1000 días de trabajo de un obrero, es decir 3 años prácticamente de trabajo. Era una cantidad bastante considerable. Hoy en día podría ser el equivalente casi de 100.000 dólares si estimamos que un obrero se gane 30.000 dólares o algo por el estilo al año. Entonces es una cantidad de cierto peso. Entonces les dio 10 minas a cada uno, mina es la moneda, una unidad de dinero.

“… Y les dijo, “Negociad entre tanto que vengo.” – Quiero que mediten esa palabra, negociad, porque no es una palabra casual. Para mí, cuando yo entendí el significado de la palabra negociad en el griego original, me abrió un entendimiento mucho más amplio, más profundo de esta parábola. Le dice:

“…”Negociad entre tanto que vengo.” – Y aquí el Señor añade interesantemente otro elemento que no necesariamente es esencial al resto de la parábola pero que me parece interesante. – “…Pero sus conciudadanos le aborrecían y enviaron tras él una embajada diciendo, “No queremos que éste reine sobre nosotros.”

Aquí el Señor en su narración añade un elemento de conflicto y de oposición, de drama en un sentido al resto de la narrativa. Tiene enemigos que no quieren. ¿Quiénes serán esos enemigos? Pregúntese mientras yo leo. ¿A qué se está refiriendo el Señor aquí acerca del Reino de Dios, el mundo y todas estas cosas y cómo mucha gente percibe a Jesucristo y al Reino de Dios y al Evangelio?

“…Aconteció que vuelto él después de recibir el reino, mandó llamar ante a él aquellos siervos a los cuales había dado el dinero para saber lo que había negociado cada uno….”

De nuevo, surge la palabra negociar. Y no se pone en términos de cuánto habían hecho, cuánto habían obtenido, no, cuánto había negociado cada uno, cuánto habían ganado como ganancia por medio de sus inversiones y sus esfuerzos de negocios específicamente. Es de ganancia lo que está hablando aquí, usando ese mismo término de negocios. Esta parábola está saturada con una atmósfera de negocio, de corporación, una corporación más bien, un negocio.

“…Entonces, vino el primero a quien ese hombre noble le ha dado 10 minas, – 100.000 dólares vamos a decir – diciendo, “Señor, tu mina ha ganado 10 minas.” – Interesante, piense también en eso, tu mina ha ganado. Qué interesante que él no dice, yo gané o yo hice. No, dice ‘tu mina ha ganado,’ un detallito bien interesante y revelador en mi opinión.

“… tu mina ha ganado 10 minas. Él le dijo, “Está bien, buen siervo, por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre 10 ciudades.” – Ganó 10 minas y ahora el Señor le da autoridad sobre 10 ciudades. Me parece un buen negocio, cierto esfuerzo pero ahora es gobernador de 10 ciudades completas.

“Vino otro diciendo, “Señor, tu mina ha producido 5 minas.” – Este ganó solamente la mitad de lo que ganó el otro y uno pensaría que quizás merecía menos aprobación o menos alabanza de parte del Señor, porque su rendimiento fue la mitad que lo del otro, pero fíjese que recibe la misma expresión de reconocimiento del Señor y también a éste dijo, – “Tu también sé sobre 5 ciudades.” – Conforme a su rendimiento le dan también una recompensa de 5 ciudades, pero lo alaban porque trajo rendimiento y se esforzó e hizo lo que su Señor le había mandado a hacer.

“Y vino un tercero diciendo, “Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guarda en un pañuelo.” – Yo me lo imagino sacando un pañuelito con 4 nudos y ahí está la moneda dentro y mientras se lo está diciendo está desenvolviendo los nudos uno a uno. – “Aquí está tu mina, la que he tenido guarda en un pañuelo porque tuve miedo… – Piensen en eso también. – … de ti por cuanto eres hombre severo que tomas lo que no pusiste y siegas lo que no sembraste.”

Esta es la percepción que tiene este siervo del hombre noble. Es interesante porque una de las cosas que me gusta de esta parábola es la forma en que proyecta este hombre noble. ¿Quiénes creen ustedes que es este hombre noble? Jesucristo, díganlo todos, Jesucristo. Este es el hombre… Jesús está diciendo la parábola pero está hablando de sí mismo, este hombre noble que se va a un país lejano. ¿Cuál es ese país lejano? El cielo. Entonces cuando él regresa del cielo, lo llama y este siervo conoce algo del carácter de este hombre.

Para mí esta parábola es bien reveladora también porque nos dice algo acerca de Jesucristo, para los que estamos acostumbrados a pensar que él es un corderito manso, siempre con los bucles rubios y ojos lánguidos y medio como low energy, como dice Donald Trump. Pero aquí se nos presenta una imagen severa de Jesucristo, es un hombre del cual hay que tener cuidado, porque este hombre sabe cómo es Jesús o cómo es su Señor. Y fíjese que el Señor este no le dice, “¿Cómo tu piensas eso, muchacho, si yo soy un pan de Dios? Tan bueno que yo soy, tan tranquilo.” No, él dice, mire cómo le contesta:

“…Entonces, él le dijo, “Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo… – en otras palabras, tienes razón, tu sabes que yo soy así, – …que tomo lo que no puse y que siego lo que no sembré, ¿por qué pues no pusiste mi dinero en el banco? Para que al volver yo lo hubiera recibido con los intereses.”

Por qué por lo menos, caramba, no me lo metiste en Cambridge Savings a coger 1.9 de interés, en vez de eso me traes el dinero aquí, ya la inflación se ha comido un 2 por ciento de ese dinero, por qué aunque sea no lo depositaste en un high yield de bond o algo así. Si tenías miedo de que se te perdiera, por lo menos, hubieras buscado una forma básica para que no quedara inactivo el dinero, si era el miedo lo que te hizo omitir algún tipo de actividad.

“Y dijo a los que estaban presentes, “Quítenle la mina, y dénsela al que tiene las 10 minas.” – esa es la lógica contra intuitiva del Reino de Dios – Y ellos le dijeron, “Pero Señor, si el otro tiene 10 minas, en otras palabras, es una injusticia, cómo tu le vas a quitar a este pobre hombre la mina que tiene y se la vas a dar al que tiene 10.” Y mire la respuesta del Señor:

“Pues yo os digo que a el que tiene se le dará más al que no tiene aún lo que tiene se le quitará.”

La idea es el que tiene poquito o casi nada, si no lo rinde, si no hace algo con ello aún ese poquito que tiene, que es casi nada, se lo van a quitar y se lo van a dar al que está… ¿A quién ustedes le quieren dar su dinero, hermanos? ¿A un inversionista que trabaja duro que conoce el mercado, que es diligente, sabio, astuto, o a un alcahuete que no hace nada, simplemente tirado en una cama todo el tiempo? ¿A quién usted le va a dar? A la persona diligente ¿verdad? ¿Y en quién el Señor va a invertir sus dones y sus recursos y su energía y su poder? En los que van a rendirle provecho al reino. Eso es algo muy lógico.

De nuevo, la lógica de esta parábola sale del mundo de los negocios. Como les digo, esta parábola está penetrada y saturada por la lógica y el ethos, el sentido del mundo corporativo, el mundo de los negocios, el mundo de las ganancias, el mundo de las inversiones. Y eso es interesante cuando lo aplicamos al Reino de Dios. Y dice entonces:

“…Y también aquellos, mis enemigos, – ahora volvemos al detallito ese que se nos perdió al principio que había gente que no quería que él reinara – Y también aquellos mis enemigos, que no querían que yo reinase sobre ellos traedlos acá y decapitadlos delante de mí…”

¿Cuántos pueden reconciliar esa última imagen con Jesús? Muy pocos, ¿verdad? Sin embargo hay un aspecto de Jesús que es así. El Cristo que viene en su segunda venida no es el que fue crucificado, es un juez, es un rey, que viene a tomar su herencia y viene a tomar cuentas, tanto de los que le sirven como de los que se oponen a su venida.

Ahora, aclaro aquí que no es para… los creyentes, los que han creído en Cristo Jesús, la salvación no es por lo que usted hace, usted se salva por gracias, pero hay un costo. La Biblia habla dice que los creyentes vamos a comparecer ante el tribunal de Cristo, hay varios pasajes en la escritura, no tengo tiempo para desarrollar ese punto demasiado ahora mismo. Vamos a comparecer ante el tribunal de Cristo pero no es para determinar si vamos a ser salvos o no, va a ser para determinar qué tipo de recompensas habremos de recibir.

Yo creo que en el Reino de Dios venidero va a haber todo tipo de gloria y de actividad. Yo creo que mucha gente piensa que el Reino de Dios en el cielo, todo se nos va a dar una bata blanca del mismo tamaño y un harpa para que nos sentemos en una nube a tocar por toda la eternidad. El Reino de Dios va a ser un lugar de tremenda actividad, la verdad es que para mí el infierno sería eso, tocar un harpa por toda la eternidad sentado en una nube con una bata blanca. Pero gloria a Dios que el Reino de Dios va a ser un lugar de diferentes niveles, de mucha actividad, de esfuerzo sin el filo que tiene el trabajo en este mundo caído, pero Dios va a permitir, yo no sé cómo va a ser eso, pero el Reino de Dios va a tener naciones, va a tener gobierno, va a tener gloria, va a tener diferentes estados, diferentes niveles de gloria y de autoridad. Y ¿qué va a determinar todo eso? lo que nosotros hagamos, el esfuerzo que nosotros recibamos acá.

Es como en una competencia se ofrecen medallas de bronce, de plata, de oro, para diferentes niveles de excelencia en el desempeño de un atleta. Algunos van a recibir una medalla de aluminio, otros prácticamente de madera si acaso, pero todos vamos a recibir algo según el nivel de esfuerzo que nosotros hayamos emprendido aquí en la tierra. Así que piense en eso.

Y la escritura es bien clara, hay muchos pasajes que sugieren esto, de que según nosotros hemos sembrado y esforzado aquí en la tierra, hemos invertido en el Reino de Dios en ese nivel vamos a recibir una recompensa equivalente. Entonces, me estoy adelantado un poco pero está bien que lo tengamos en mente.

Ahora bien, vamos un poquito hacia atrás. Lo que tenemos aquí es esta idea de un hombre noble que es Jesucristo y los discípulos piensan que el Reino de Dios va a venir inmediatamente, que Jesús no va a pasar por la cruz, no va a haber crucifixión, no va a haber muerte, nada de esto. Ellos se rehúsan a creer esto. Ellos están pensando que esto va a ser algo rápido, sencillo, por eso dice, “vendría inmediatamente.”

Cuando Jesús va hacia Jerusalén en este mismo tiempo, el Señor se va acercando… Semana Santa es ese acercamiento de Jesús a Jerusalén para ser crucificado. Pero ellos piensan que Jesús va a Jerusalén a tomar la ciudad, a declararse el Mesías y a establecer su reino y ellos cada uno van a tener un puesto de alguna importancia en este nuevo gobierno político. Pero el Señor les dice, “No, eso no va a ser así, se va a tomar tiempo, va a haber drama en el medio.” Entonces, por eso él les dice esta parábola y les dice, un hombre noble se fue a un lugar lejano, ese lugar lejano se ha tomado 2000 años, era un viaje bien largo. Para nosotros por lo menos sabemos que 2000 y pico de años era ese viaje.

Ese hombre noble se fue a un país lejano que es el cielo donde el Señor está sentado a la diestra del Padre esperando el momento preciso para descender otra vez y venir y tomar su Reino. Entonces, el Señor se va a un país lejano y antes de irse, como hizo el Señor Jesucristo, recuerdan en la gran comisión, Mateo 28, él les dijo, “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id, predicad el Evangelio, haced discípulos a todas las naciones, enseñándoles a obedecer las cosas que yo os he mandado.”

Y el Señor mientas estuvo aquí en la tierra estuvo preparando esos siervos. Estos 10 siervos son simplemente un ejemplo de todos aquellos hombres y mujeres con quiénes él trabajó mientras estaba aquí en el mundo, los entrenó, los puso a través de diferentes tipos de ejercicios evangelísticos y misioneros, les embutió su palabra, una cantidad de cosas y los preparó y les dejó una encomienda. “Vayan por el mundo, hagan crecer mi iglesia, hagan desarrollarse mi iglesia, prediquen el Evangelio,” y eso es lo que esta iglesia de Jesucristo ha estado haciendo durante los últimos 2000 y pico de años, evangelizando, sembrando la semilla, desarrollando el Reino de Dios, estableciendo todo tipo de instituciones, haciendo todo tipo de esfuerzos para avanzar el reino de Jesucristo, con diferentes tipos de éxito y de lucidez.

Pero el Señor estaba diciendo, esto no es fácil, se va a tomar tiempo. Yo me voy pero yo voy a volver. Entonces dice que los reúne y les da a cada uno una dotación, le da una mina a cada uno. Eso es símbolo de lo que cada creyente recibe cuando recibe el Espíritu Santo al recibir a Cristo como Señor y salvador. ¿Sabías tu que dentro de ti hay un don que Dios ha puesto, una mina? No importa tu nivel de educación, no importante si seas hombre o mujer, joven, anciano, Dios ha puesto algo de valor en ti, una capacidad, una dotación de poder, hay gracia dentro de ti. En ti hay un potencial que Dios ha infundido en tu vida. Di amén a eso. Tu lo tienes dentro de ti. Dios te ha dado algo, una capacidad para cantar, una capacidad para enseñar, una capacidad para dar, una capacidad para servir en los ujieres o en la enseñanza de los niños, o para ser un filántropo que avanza los intereses de la iglesia, o para dirigir, o presidir, algo hay en ti que Dios puso para que tu uses eso para que su reino avance.

Yo quiero que tu entiendas eso, hay una mina, y yo diría una mina en el sentido también que la conocemos esa palabra, hay una mina de posibilidades dentro de ti, tanto que Dios ha puesto en tu vida. El Apóstol Pablo le dice a Timoteo, “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que hay, que está dentro de ti.”

Así que si en esta mañana puedes apropiarte, internalizar esta idea de que dentro de Dios ha puesto algo que es de valor para su reino, quizás tu no lo sabes y una de las tareas del creyente es descubrir el don de Dios. Cuál es el don, cuál es la potencialidad específica que Dios ha puesto en mí. Pero no te preguntes, ¿habrá algo en mí de valor? No. di, lo que hay en mí de valor, cómo lo puedo yo usar para el Reino de Dios y cómo puedo yo entrar en el uso de ese don.

¿Cómo se desarrollan los dones? Ese es un tema para un sermón. Pero una de las cosas es sirviendo. Comienza con lo que tienes a la mano, comienza con lo más pequeño, lo más fácil, quizás lo más fácil para ti va a ser hablarle a tu hermano de carne y hueso, tu hermana de sangre, con quien tu te sientes cómoda, la conoces, es tu amiga, se llevan bien, pero no conoce a Jesucristo. Puedes comenzar por allí. Regálale un libro, enséñale un video, siéntala un día y háblale acerca de tu experiencia con Cristo. Eso es algo sencillo. Puede ser un amigo en el trabajo. Puede ser alguien en el autobús que tu te encuentras y comienzan una conversación y te dice acerca de su familia y de su hijo o que está enfermo y tu le preguntas, ¿puedo orar por ti? Te invito a la iglesia. ¿Tu conoces a Jesucristo? No importa, si tu conoces a Cristo no te preocupes que Dios está contigo, él te va a sacar adelante. Yo voy a orar por ti. Aquí tienes mi teléfono, llámame.

Lo que tienes a la mano, comienza. Ahora mismo estamos necesitando ayuda por ejemplo, para el domingo de resurrección con los niños. Muchos de nosotros decimos, Señor, llévame al África para que allá yo morir por ti, que son musulmanes, me martiricen y yo dar mi sangre… Pero si te dicen, mira, sirve a los niños un día aquí. ay, no eso es demasiado chiquito para mí. Yo quiero irme en una bola de fuego que me inmole, que me sacrifiquen.

Si en lo poco no eres fiel, en lo mucho tampoco vas a ser fiel. Comienza donde puedas, haz lo que puedas. Diezma, ofrenda, mucha gente, Señor, mi vida es tuya, haz lo que quieras de mí, pero cuando llega el momento de darle al Señor, ah, no, ahí nos congelamos. Muchos de nosotros no vamos a poder…

Hace poco me dijeron la historia de un grupo de jóvenes misioneros en el siglo XIX que querían servir al Señor predicando el Evangelio en las misiones foráneas, y no todos podían ir, entonces estos jóvenes – esto es real – hicieron un pacto y ellos dijeron, vamos a mandar, creo que eran como 10 de ellos, ustedes van a ir a la India, al África, donde fuera, ustedes van a ir como misioneros y nosotros nos vamos a quedar aquí en Estados Unidos y vamos a trabajar y hacer dinero para sostenerlos a ustedes. Y durante toda su vida estos jóvenes que se quedaron sostuvieron a los que se fueron en misiones en sus necesidades misioneras.

¿Cuál de esos dos usted cree que merecía más alabanza? Yo creo que los dos estaban trabajando como un solo organismo para avanzar el Reino de Dios. Hay gente que quizás no tiene un don misionero pero tienen el don de hacer dinero y podrían dar más para el Reino de Dios y servir de esa manera. Usted puede ayudar a avanzar el Reino de Dios usando, si usted trabaja en la tecnología por ejemplo como el hermano Javier Encina, al usted trabajar en la tecnología sabe cuántas cosas usted hace posible.

Veo al hermano Mario Ulloa allí detrás, sabe que esos dos primeros edificios fueron hechos posibles por la generosidad de gente como Mario Ulloa, como el hermano Roberto Naranjo y otros así que trabajaron tan arduamente. Y ahora el hermano Mario viene aquí y se sienta allí y nadie sabe quién es Mario Ulloa. Ese señor que está allí con la barba, ese señor pegado a la ventana es… sinceramente, hay poca gente que yo admiro tanto en esta tierra como ese hombre. Y hoy en día la gente viene y nadie sabe acerca de su trabajo sacrificial para la obra de Dios. Pero nosotros no estaríamos sentados aquí hoy sin el trabajo de gente como él.

Y para mí, gente como él vale 10 evangelistas porque hacen posible este tipo de trabajo, porque sus dones los están invirtiendo en el Reino de Dios. Hay algo que usted puede hacer para avanzar el Reino de Dios. La mina que tu has recibido en tu mano, qué estás haciendo con ella? Tienes que ponerla a generar, tienes que invertirla, tienes que pedirle al Señor, tienes que estar inquieto y decir, Señor, yo no quiero irme de esta tierra sin dejar mi marca en el Reino de Dios. Yo quiero hacer algo por ti, úsame. Ore, comience, en el proceso de comenzar y hacer algo Dios te va revelando la próxima etapa del viaje.

Cuando se usaban los carros que tenían los cambios que eran standard, bien pesados, usted recuerda si el carro está en neutro, yo no sé si todavía es así porque yo no manejo un carro standard, pero cuando el carro está parado si usted trata de mover el gear, es bien difícil. Ahora, cuando lo quita y lo pone en uno de los cambios y comienza a mover el carro, mucho más fácil mover el gear. Así pasa con los dones. Cuando usted comienza a moverse en fe y da un paso de fe detrás del otro y usted hace lo que tiene a la mano, y usted comienza en el nombre del Señor, Dios le va dando sabiduría sobre lo próximo.

En el principio de la Biblia que dice, “Ven buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.” Si tu eres fiel dándole un año de servicio al Señor trabajando con niños, por ejemplo, o como ujier, o limpiando algún aspecto de la iglesia, si tu eres fiel en eso y no te preocupas porque te den gloria y alabanza o te paren aquí al frente de la plataforma o lo que sea, pero tu lo haces para gloria del Señor, y eres fiel en lo que haces, el Señor te va a poner en otra cosas. Quizás un día vas a evangelizar multitudes, quizás vas a escribir un libro para gloria del Señor, quizás vas a cantar ante multitudes, pero comienza con algo sencillo y pequeño y sé generoso con Dios.

Yo he aprendido que cuando uno comienza así y sirve no para que nadie lo vea ni lo alabe, sino como que Dios lo está mirando y eso es lo que a usted le importa, el Señor le bendice su vida, bendice su don, lo multiplica, lo ensancha y lo usa en mayor escala. Así que no se deje intimidar porque usted no sabe dónde está su don. Comience a explorar. Métase en esa jornada maravillosa exploratoria que le va a durar toda una vida y poco a poco usted irá descubriendo nuevos aspectos de la dotación de Dios en su vida, pero tiene que comenzar con lo pequeño. No se preocupe por el resultado, preocúpese por ser fiel al Señor y obedecer esa comisión que usted ha recibido.

Entonces, este hombre se ha ido, se va a ese país lejano, sus siervos comienzan a trabajar, a invertir y la instrucción que él les da es bien importante. No quiero omitir esto, la palabra ‘negociad’, pracmateusaste es la palabra en el griego original. Es un imperativo. Usted vio la palabra pragmático, praxis, de ahí viene, práctico. Esta palabra en el griego original que se traduce al español negociad, su raíz es de trabajar en una forma práctica, en una forma coherente. Yo puse aquí una pequeña definición que nos refiere un poquito acerca de esta idea.

Dice aquí, el jefe de la corporación, porque es lo que es este hombre, les dice “Negociad entre tanto que yo vengo.” La palabra negociad en el griego original es pracmateusaste, esta palabra viene del mundo de los negocios. Lleva la idea de conducir negocios diligentes, invirtiendo gran energía y esfuerzo a fin de producir resultados efectivos.

No se trata meramente de trabajar en algo, sino de trabajar con diligencia, con un sentido de propósito, con disciplina y persistencia, con una meta clara en mente y una metodología bien delineada. En otras palabras, es un esfuerzo organizado, deliberado, disciplinado, calculado, estratégico, así debe ser el trabajo de la iglesia.

Las iglesias que trabajan indisciplinadamente, hoy una cosa, mañana la otra, manga por hombro porque todo es para el Señor y el Señor es misericordioso, no esperen hacer nada de excelencia. Yo siempre he creído que la iglesia de Jesucristo debe ser la organización más bien organizada y de mayor excelencia en todo el mundo, que use en manera más eficiente y efectiva los recursos que tiene a la mano.

Yo soy tacaño con el dinero del Señor. Cada dólar hay que sacarle el jugo, hay que multiplicar su rendimiento y la iglesia de Cristo que reflejar excelencia, tiene que reflejar eficacia y eficiencia, tiene que reflejar organización, disciplina, propósito. Para mí la iglesia de Jesucristo es un organismo de gran coherencia y la obra de la iglesia debe ser bien meditada, bien planificada, bien ejecutada, coherente, descentralizada, dirigida con buenos principios, protocolos y procedimientos, debe rebozar excelencia, porque nosotros tenemos la mente de Cristo. ¿Y qué quiere decir tener la mente de Cristo? Quiere decir tener la mente que ha estructurado el mundo, el universo, los átomos, las células de todos los organismos vivientes, el orden de un cuerpo viviente.

Esa mente, el logos, que creó el universo es lo que está dentro de ti. Por eso yo animo a los jóvenes y a mis hermanos a estudiar, a desarrollar su entendimiento, a esperar grandes cosas del Señor. Si usted va a estudiar, propóngase la meta de ser el estudiante más logrado de su clase, propóngase la meta de llegar al nivel más alto, no por orgullo sino porque el Señor ha puesto en usted algo increíblemente poderoso. Si usted va a ser una madre, prométase que usted va a ser la madre más exaltada del mundo, con más capacidad, más conocimiento, más sabiduría, más unción, porque el Señor está dispuesto a enseñarle los mejores principios de la maternidad.

Si usted va a ser un obrero en una fábrica asegúrese de que otros envidien la destreza y la disciplina y la excelencia con que usted hace su trabajo. No importa lo que nosotros hagamos, no importa cuál sea nuestro territorio, Dios nos ha entregado la tierra y se supone que nosotros trabajemos con todo sentido de disciplina y propósito. No me diga que usted no puede porque Cristo está dentro de usted. Y usted mismo ha dicho, todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

La mente de Cristo es una mente pensante, es una mente lógica, es una mente coherente y nosotros tenemos que proceder con ese mismo tipo de dotación, ese sentido de alta estima, no de nosotros mismos, sino del Dios que está dentro de nosotros. La iglesia tiene que rebozar excelencia. La iglesia es una gran corporación que negocia para el Reino de Dios y por eso tiene que ser estratégica en sus intervenciones, su planificación, su trabajo. Y nosotros somos obreros. Usted es un inversionista y también es un cliente y es un empleado, y por eso es que cada creyente tiene que vivir la vida cristiana con ese sentido de deber, pero también de privilegio, de dotación.

Dios no es Dios que le dice a usted que haga grandes cosas, pero le dota en una manera mínima. No. él le da gran dotación para que usted obtenga grandes resultados en todas las áreas de su vida. Los creyentes tenemos que ser excelentes en toda nuestra vida porque tenemos un Dios poderoso que se mueve dentro de nosotros.

Por eso Pablo le dice a Timoteo, “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,” que es lo que tiene este siervo infiel, cobardía, “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía o timidez – otra traducción – sino de poder, de amor y de domino propio.”

Y sabe que la palabra dominio propio es una mala traducción, el original griego es una mente sana, por eso es que en inglés “he has given us a spirit of power, of love and a sound mind.” Búsquelo en una de las traducciones. ‘Sound mind’ es una mente que piensa bien, es una mente que percibe con precisión la realidad. Esa es la mente que Dios nos ha dado. No es excusa para que nosotros no desarrollemos el don de Dios que está dentro de nosotros porque la dotación de Dios es tan grande.

Yo digo que hay dos formas en que el cristiano puede proceder en la vida, o desde una mente de suficiencia o de una mentalidad de carencia. Hay cristianos que todo es, yo no puedo, no tengo, no sé, no me dieron, no me hicieron, no me dieron la oportunidad, y se viven quejando de fulanito, del gobierno, de la injusticia del mundo, de que la gente es mala, de que los pastores son corruptos, de que las iglesias son malas, y entonces siempre están aplatanados, sentados en una banca sin hacer nada.

Eso se llama proceder de una mentalidad de carencia, de insuficiencia, como los 10 espías que vienen a lo de Moisés después de examinar la tierra y dicen, “Sí, Moisés, es cierto, esa tierra es tremenda, da unas uvas que una sola da una botella de vino completa, pero los hombres que están allí son unos gigantes, todos podrían ser miembros del MBA, miren 6 pies con 8 y tienen unos huesos que son durísimos y por lo tanto nosotros no podemos jamás meternos en esa tierra.”

Había dos, Josué y Caleb, que dicen, “Mira, si el Señor nos ha entregado la tierra lo vamos a comer como pan, como mantequilla.” Yo le añado la mantequilla. Si el Señor nos ha dado la tierra nosotros vamos a ganar esa tierra. Eso se llama proceder con una mente de suficiencia, de dotación. ¿Y quiénes fueron los que entraron a la Tierrra Prometida?” los 10 espías se quedaron muertos, solamente Josué y Caleb, de toda esa generación primera, entraron a la Tierra Prometida, todos los demás murieron en el desierto. ¿Por qué? Porque tenían un espíritu diferente, así lo dice la Biblia.

¿A qué grupo queremos nosotros pertenecer? ¿Al grupo de los 10 espías o de los dos espías como Josué y Caleb? Entonces, ¿a qué equipo tu perteneces? El que dice yo no tengo, yo no sé, no puedo, no me dieron, no me hicieron, o el grupo que dice todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Yo voy a predicar el Evangelio, yo voy a compartir con otros, yo voy a hacer todo lo que pueda para avanzar el Reino de Dios. De un aplauso al Señor.

Negociad entre tanto que yo venga. ¿Cómo puedes tu negociar para el Reino de Dios? ¿Qué puedes hacer para avanzar los intereses? ¿Cómo estás tu negociando para el Reino de Dios? Yo quiero que León de Judá negocie hasta que Cristo venga, que León de Judá sea una corporación conocida por la excelencia con que procede a ejecutar las directrices del CEO de la iglesia, que es Cristo Jesús, en todo sentido y que tengamos miembros que estén igualmente comprometidos con avanzar esta nave que es el Reino de Dios.

Entonces, dice esa parábola cuando este señor viene le pide cuentas a sus siervos. Me parece interesante. ¿Cómo viene él? Yo me lo imagino, él los pone en línea delante de él y le dice, okay, vamos a ve ahora. Esto no es cuestión, de que oh, hermanito, qué tal, ¿cómo te fue? Yo sé que es un favor lo que tu me has hecho y gracias a Dios que tu aceptaste esa mina. ¿Pudiste hacer algo con esa mina? No, él los llama a cuentas.

Hay otra parábola que está en Mateo 25:14 al 30 y usted la puede leer después y comparar un par de cositas. Tiene unas cositas diferentes pero es la misma parábola prácticamente. Los llamó a cuentas, los reunió y yo me lo imagino en una forma así, bien de negocios, okay, yo te di una mina, ¿qué hiciste con ella? Le dan el reporte de lo que cada uno hizo y entonces está el tercer hombre que le dice, “Mira, yo sé cómo tu eres, yo sé que si yo hubiera desperdiciado esa mina me hubieras cortado la cabeza así que lo que hice fue que la guardé debajo del colchón.”

Entonces la reacción, como he dicho, después y la actitud de este hombre nos revela algo. Sabe que cuando usted mira esa parábola de Jesucristo acerca de servicio y de cuentas al Señor y todo esto, todo esto está penetrado por una atmosfera de seriedad, de severidad, de expectativas claras y esto es interesante, hay un pasaje donde el Señor Jesucristo dice, “El que no recoge conmigo desparrama.” ¿Ha escuchado eso?

Qué interesante. Es como que hay dos extremos en la vida cristiana, o usted sirve como un instrumento para el avance del Reino de Dios o usted es un obstáculo, usted está robando energías. Perdone que sea tan claro, espero que nadie se ofenda porque eso no lo digo yo, lo dice la palabra, usted o es un facilitador o es un obstáculo para el Reino de Dios.

Déjeme ponerlo de esta manera, las ramas de un árbol, cuando un árbol sigue creciendo y creciendo se multiplica su ramaje y llega un momento en cada rama y cada hoja y cada extremo del árbol está pidiendo savia, está pidiendo energía porque necesita el alimento que el árbol está cogiendo de la tierra. Y cuando árbol tiene tanto ramaje el riesgo es que no dé suficiente fruto porque toda la energía se desperdicia en distribuirse a través de tantas ramas y entonces por eso llega un momento en que el fruto es débil, pequeño o agrio. ¿Y qué hace el agricultor? Poda, las ramas que no dan fruto las poda para que las que dan fruto tengan más alimento, para que den más frutos. Ese es el principio detrás de podar.

Entonces, yo creo que muchas veces, se me ocurre algo que no sé, yo lo someto a su consideración, no estoy seguro de que puedo decir esto, pero de todas maneras voy a rumiar libremente y usted me dice… se me ocurre que muchas veces nosotros los pastores queremos iglesias que tengan mucha gente aunque sean medio convertidos, aunque no crean ni en la luz eléctrica, pero que vengan porque queremos una iglesia grande, queremos una iglesia con mucha gente y a veces lo que hacemos es que bajamos el Evangelio a un nivel bien básico para que venga mucha gente.

Y yo me pregunto si en la mente del Señor eso es lo que verdaderamente Dios quiere. Yo no sé si Dios prefiere una iglesia de 100 personas que trabajan duro y que cada uno está comprometido con el Reino de Dios o una de 1000 en la cual 800 tienen dudas de si son salvos o no y no conocen el por qué han creído y por qué han sido llamados al reino y un sentido de compromiso y de deber y de entrega total al Señor. No sé. Yo les pregunto eso a ustedes. Me lo debo preguntar a mí mismo, porque es lo mismo, uno quiere un árbol frondoso, un árbol con muchas hojas, con muchas ramas, bien grande, bien bonito, bien llamativo, ¿pero es eso verdaderamente lo que constituye un árbol saludable?

¿Qué quiere usted, una higuera como el Señor vuestro a la higuera llena de ramas y de hojas y cuando metió la mano no encontró un solo higo y la maldijo? ¿O quiere usted un… hay unos arbolitos chiquitos de mango, no son muy altos, pero usted mete la mano y dondequiera agarra uno diez mangos? ¿Qué quiere usted un árbol con muchas hojas, grandísimo, sin mangos o un árbol pequeñito pero tupido?

Entonces, el Señor usa es principio. Si nosotros no damos fruto el Señor no está contento y a lo mínimo le va a poner una multa. Mucha gente se pregunta por qué es que yo no siento el gozo del Señor, por qué esas promesas que dicen en la Biblia no se han realizado en mi vida, por qué es que yo hago esto y lo otro y voy a la iglesia y no siento el gozo del Evangelio ni he visto esos cambios en mi vida.

Pregúntese si quizás está usted dando todo lo que usted puede al Señor, está orando, está ayunando, está leyendo la palabra, está adorando al Señor, está sirviendo, está dándole al Señor, está trabajando para el Reino de Dios.

Yo he aprendido que el gozo del Señor viene cuando le damos al Señor, cuando nos entregamos a él, cuando lo servimos. No hay mayor gozo que un alma conozca a Jesucristo a través de la obra de uno, no la obra de uno pero de Cristo en uno. Pero saber que mi vida sirvió para que alguien fuera bendecido por el Evangelio, guau, eso vale millones de dólares, sinceramente. Para mí el mayor privilegio es saber que yo estoy avanzando el Reino de Dios.

Qué me importa a mí la gloria del hombre y los aplausos de la humanidad si el gozo mayor es que un día voy a escuchar la voz de Dios que me dice, “Ven, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.” Ese es el mayor privilegio de un hombre o una mujer, servir al Señor. De qué nos sirve tener grandes cantidades de dinero metidas en una cuenta de banco si hay tantas cosas que podemos hacer para el Reino de Dios. No es que no ahorremos y que no seamos sabios, pero muchas veces nosotros agarramos y agarramos y agarramos, y el dinero se nos va como agua. Nos enfermamos y el médico se lo llevó todo o un abogado por un divorcio, una pelea matrimonial para dividir los bienes.

Pero cuando servimos al Señor, Dios nos bendice y nos rinde. Yo he aprendido, cuando tu le das al Señor y sirves al Señor lo poquito que tu tienes te sabe a gloria. Te comes un plátano con aceite de oliva y eso te sabe como un manjar de un chef francés, porque estás tranquilo, porque tu sabes a dónde vas y de dónde vienes y tienes la paz del Señor en tu vida. No hay nada como servir al Señor y escuchar esa voz de Dios, “Ven, buen siervo, aprobado.”

Entra en el gozo, entra en el disfrute de tu Señor. Hermanos, les dejo con ese pensamiento en esta mañana de que servir al Señor es algo serio, es un negocio, en el mejor sentido de la palabra. Es un negocio sagrado, sublime, glorioso, eterno, un privilegio tremendo y es una obligación que está acompañada de gran satisfacción porque el servir al Señor no es deber estéril, es disfrute continuo, es uno crecer y crecer sabiendo que la savia del Señor está corriendo a través de nosotros. Es un negocio. ¿Qué estás haciendo para servir el Reino de Dios? ¿Cómo estás negociando para el reino? Negociemos para el Reino de Dios. Amén.

Algunas veces los milagros requieren tiempo y esfuerzo

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Leyendo desde Segundo de Reyes capítulo 5 versículos del 9 al 14, “Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró delante de la casa de Eliseo, y entonces Eliseo le envió un mensajero diciendo: “Ve y lávate siete veces en el Jordán y tu carne se restaurará, y serás limpio” 2 Reyes 5:10

“Y Naamán se fue enojado diciendo: “He aquí yo decía para mí saldrá él luego y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano, y tocará el lugar, y sanará la lepra”” 2 Reyes 5:11

“Abana y Farfar ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos ¿no seré también limpio?” Y se volvió y se fue enojado” 2 Reyes 5:12

“Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: “Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa ¿no la harías? ¿cuánto más diciéndote: lávate y serás limpio?”” 2 Reyes 5:13

“Él entonces descendió y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la Palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio” 2 Reyes 5:14

¿Cuántos pueden decir gloria a Dios? Y antes de comenzar quiero que haga algo: quiero que se torne a una persona que esté al lado suyo y quiero que le diga la siguiente Palabra a esa persona al lado suyo: algunas veces los milagros requieren tiempo y esfuerzo. Ahora recuerde esas palabras porque son el título de mi sermón y también constituyen el tema central de mi sermón.

En 1997 el reconocido cantante de salsa Domingo Quiñonez lanzó un álbum muy interesante con un título interesante así como con una carátula muy intrigante, el título del disco era “Se necesita un mialgro”, como vemos aquí en la tapa del álbum se podía ver a Quiñonez con sus manos levantadas y su rostro mirando hacia arriba como si estuviera clamando por un milagro.

Los historiadores de la música latina consideran a este álbum y esa tapa como de las más cautivadoras en toda la historia de la música latina. No se puede negar que ese título y esa tapa jugaron un papel muy importante en la carrera de Domingo Quiñonez y también tuvieron mucho que ver con el éxito de su álbum. La compañía discográfica que produjo este disco estima que más de la tercera parte o por lo menos una tercera parte de las ventas de este álbum se podían atribuir al título del disco y esa impresionante imagen de Domingo Quiñonez mirando hacia el cielo esperando un milagro.

Ahora vale la pena recordar que Domingo Quiñonez es un hombre de Dios, un hombre cristiano devoto, creyente que no tiene vergüenza de proclamar su fe y sus más profundas convicciones acerca de la música cristiana y su creencia en Jesucristo, y eso es lo que yo creo que denota y expresa esta canción.

Cuando uno examina la letra de esa canción encontramos que Quiñonez se lamenta del auge de la violencia en nuestra sociedad, el aumento no solamente acá sino en toda la tierra y en todo el mundo y la pérdida prematura de tantas vidas jóvenes debido a ese auge de la violencia. En esta canción uno encuentra a Domingo Quiñonez lamentando esa continua distancia y disparidad entre aquéllos que tienen demasiado y aquéllos que tienen poco, y también se queja de la corrupción de los sistemas gubernamentales que antes de llegar al poder prometen todo tipo de cambios y mejoras pero después se convierten en parte del problema ellos mismos.

Quiñonez se lamenta también de que en vez de mejorar y aceptarnos unos a otros por encima de nuestras diferencias de raza, género, religión, etnicidad, cultura mas bien continuamos peleando unos con los otros precisamente debido a esas diferencias, y después de lamentar todas esas cosas que él señala en sus canciones Quiñonez levanta una plegaria hacia los cielos y le pide a Dios que efectúe el milagro del cambio.

Ahora otra cosa interesante es que ese temor que vemos en Quiñonez reflejado a un mundo que va poniéndose peor y peor, y esa misma esperanza de un cambio milagroso también se expresa repetidamente en nuestros propios tiempos a través de la música popular y de la cultura popular, películas muy conocidas como The Matrix, Hijos del Hombre, Guerra Mundial Z, Soy Leyenda también, Distrito 9, A tiempo, Juegos del Hambre, también Divergente, estas y otras películas revelan un profundo temor de que en vez de las cosas ir en mejora y a pesar de todo nuestro aprendizaje, de la ciencia, de la tecnología los seres humanos parece que estamos encaminados hacia un destino de empeoramiento y de destrucción final, pero también estas expresiones como que se aferran a esa idea y esa esperanza de que un cambio todavía pueda verse y constatarse en nuestros tiempos.

Esa misma expresión de ansiedad por la condición humana y ese deseo de que un milagro lo cambie todo se puede ver en algunas de las series más interesantes de la televisión, por ejemplo podemos pensar en series de televisión como The Walking Dead y también Los 100, Continuum, Gotham, y todavía hay uno más que hay que mencionar, Penny Dreadful, pero aún si nos tornamos al mundo de la literatura o a nuestros periódicos veremos lo mismo y eso es un nivel significativo de preocupación en nuestras vidas colectivas e individuales y en anticipo siempre buscando ese milagro que sane nuestras vidas individuales y colectivas.

Ahora, les he mencionado todos estos ejemplos seculares porque ilustran, nos dicen algo, creo que están expresando una ansiedad colectiva de todo el mundo y un anhelo común de un cambio colectivo en la humanidad.

Ahora en el resto de mi tiempo con ustedes esta tarde quiero enfocarme en ese deseo que vemos, que entendemos de un cambio transformador porque lo que vemos en este deseo es que estamos anhelando diferentes tipos de milagros en diferentes formas, nos gustaría ver milagros que transformaran y curaran nuestras enfermedades colectivas, milagros que mejoraran nuestras comunidades locales donde vivimos, milagros que traigan sanidad y transformación a nuestros matrimonios, milagros que sanen nuestras mentes y nuestros cuerpos, milagros que traigan avivamiento y madurez espiritual a nuestras congregaciones, ese deseo de estos y otros milagros los podemos constatar en todos alrededor de nosotros.

Pero desgraciadamente lo que no veo normalmente es esa capacidad para rebotar, esa capacidad para seguir adelante, persistir, la perseverancia, la dedicación, esa disponibilidad para seguir, esa voluntad para luchar y mantenerse en la lucha, y también de la paciencia que se requiere para esperar a que llegue el milagro, mantenerse comprometido con la tarea y trabajar para hacer posible con Dios ese milagro que queremos experimentar.

Muchas veces parece como que nosotros queremos obtener mágicamente el milagro que estamos anhelando, una mentalidad mágica, todo lo que se requiere es que me siente, me ehe para atrás y simplemente espere a que Dios mágicamente me provea el milagro, es como si esperáramos que el milagro se diera instantáneamente, mágicamente, claro y que no requiera mucho esfuerzo de mi parte, pero yo creo que tenemos que meternos en el hábito de aceptar el hecho de que hay milagros que requieren tiempo y esfuerzo, amén. Me estoy poniendo pentecostal ahora (rie).

Es una lección muy importante que tenemos que aprender, ¿saben ustedes? Es muy fácil sucumbir a la mentalidad de que los milagros son siempre cosas que suceden inmediatamente al vapor. Después de todo nos encontramos sumergidos en una cultura que siempre espera ¿qué? Gratificación inmediata, una cultura acostumbrada a lo conveniente, una cultura que no está muy familiarizada con la idea de la paciencia, de esperar, de tener que sacrificar, tener que luchar para poder obtener lo que queremos. Nuestra época es la época de lo instantáneo, la era de los restaurantes de comida rápida e instantánea, la era de pasar rápido, comprar lo que tú quieres y seguir manejando, la idea esta de hacer las compras por el internet, y también esa idea ¿no? de comprar de que la mercancía que compramos nos llega al otro día, así que nos hemos acostumbrado a la idea de lo cómodo, lo rápido, lo conveniente.

Tenemos nuestros microondas y fíjese cuántos lo usan más de la cuenta a veces, (Pastor Roberto: el Señor reprenda eso) tenemos los cafés instantáneos, nada como un buen café hecho genuinamente, tenemos allí los restaurantes que tienen allí comida ya lista para que nos la llevemos, estamos tan apurados que no tenemos ni siquiera tiempo de sentarnos y disfrutar la comida, y simplemente la cogemos, nos la llevamos para la casa o la comemos en el camino, si queremos comprar ropa o zapatos o un aparato electrónico para el hogar ni siquiera vamos a la tienda ya, y si no queremos esperar al correo normal simplemente las ordenamos para que lleguen al otro día, y a veces cuando queremos perder peso por razones de salud tenemos píldoras que nos prometen que vamos a perder peso muy rápido sin hacer ningún cambio, nada de cambiar las tortillas, los frijoles refritos, las pupusas, nada de eso lo dejamos allí, la sal.

Bueno ustedes ya están cogiendo mi ritmo, entendiendo el punto que quiero explicar ¿verdad? nos hemos acostumbrado a recibirlo todo tan rápidamente, tan fácilmente, tan convenientemente que se nos ha hecho tremendamente difícil esperar, se nos hace hecho muy difícil reconciliar tales conceptos como paciencia, perseverancia, propósitos firmes y la lucha, el sacrificio para conseguir las cosas, y generalmente pues tendemos a pensar que las cosas de la vida nos van a llegar instantáneamente.

Pero yo creo que tenemos que entrar en el hábito de aceptar que algunas veces los cambios van a tomar tiempo y esfuerzo para llegar a nuestras vidas, que muchas veces los cambios que deseamos no van a llegar con tanta facilidad y en esa misma manera tenemos que entrar en el hábito de aceptar que algunos de esos milagros grandiosos que estamos deseando y algunos de los milagros que Dios quiere efectuar en nuestras vidas van a tomarse tiempo y esfuerzo.

Yo creo que necesitamos, Congregación León de Judá, entrar en el hábito de pensar que algunas de las cosas que Dios quiere llevar a cabo en nuestras vidas no se pueden meter ahí en una microondas para que se cuesan instantáneamente al vapor, algunas de las cosas que Dios quiere efectuar en nuestras vidas no se pueden meter en una cafetera instantánea para gozarse y degustarse en unos minutos, algunos de las cosas que Dios quiere llevar a cabo en nuestras vidas no pueden ajorarse, no pueden apresurarse, tienen que cocerse cuidadosamente, lentamente en una hornilla normal, tomarse su tiempo, tienen que cocerse lentamente en un horno normal y probablemente van a requerir paciencia, perseverancia y trabajo de nuestra parte. Amén, ¿lo están recibiendo? Amén, métalo allí en su corazón.

En realidad yo pienso que la Biblia está llena de textos que comunican precisamente ese mensaje. Por ejemplo en el Antiguo Testamento vemos pasajes como los siguientes, el Salmo 37 versículo 7: “Guarda silencia ante Jehová y espera” digan espera, “espera en Él”, Salmo 40 versículo 1: “Pacientemente esperé a Jehová, se inclinó a mí y escuchó mi clamor”, Isaías 40 versículo 31 también: “Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se fatigarán”. Si vamos al Nuevo Testamento también vamos a encontrar pasajes similares, Romanos 5 versículos 2 al 4: “Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios y no solamente esto, sino que también nos gloriamos en nuestros padecimientos y tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia o perseverancia, la paciencia produce carácter fuerte, y ese carácter probado produce esperanza en nosotros” amén.

También tenemos Romanos 8:25: “Porque si esperamos” dice la Palabra “en lo que no vemos todavía, con paciencia lo esperamos y lo recibiremos” podríamos continuar en muchos pasajes similares, pasajes similares a este nos recuerdan la importancia de la paciencia y de la perseverancia en el objetivo que perseguimos.

Yo creo que el pasaje que mejor se expresa respecto al mensaje y al tema que estamos tratando es el que leímos al inicio de nuestra meditación. Y el pasaje que leímos anteriormente narra la historia de un comandante del ejército militar llamado Naamán, desgraciadamente él había contraído una enfermedad terrible llamada lepra.

Ahora como usted quizás sabe, en los tiempos de Naamán contraer la lepra era prácticamente una sentencia de muerte, se trataba de una enfermedad terriblemente degradante y humillante, las personas que desarrollaban esta enfermedad muchas veces mostraban unas llagas supurantes muy feas, en ocasiones esas personas perdían miembros, extremidades de sus cuerpos porque literalmente se pudrían y se desprendían de sus cuerpos, dedos, extremidades de las manos, la nariz, los dedos de los pies y aún parte de las orejas mismas.

Y encima de todo esto como algunas formas de esta enfermedad se creía que eran contagiosas también había un estigma social y la gente que sufría de lepra muchas veces tenían que vivir vidas aisladas fuera del vivir común.

Ahora, cuando Naamán se da cuenta de que padecía esta terrible enfermedad y conociendo su destino final decide viajar desde la parte norte de Damasco descendiendo hasta la tierra de Israel buscando ese milagro de sanidad. Era un hombre muy importante, un soldado muy apreciado por el rey. Va directamente al rey de Israel quien entonces lo transfiere directamente al Profeta Eliseo.

Dice que aquí se pone la cosa interesante. Dice la Escritura que Naamán se le aparece de momento al Profeta Eliseo con sus carros, su comitiva etc. hecha de guardaespaldas, de sirvientes y claro, Naamán esperaba que siendo un general el Profeta iba a salir corriendo de su casa a recibirlo personalmente y entonces claro, procedería a sanarlo inmediatamente, pero en vez de salir y saludarlo parece que el Profeta simplemente lo mira a través de la ventana, qué hace este tipo aquí que se cree la gran cosa con ese gran grupo de personas que lo acompaña tipo Trump o algo así, yo creo que Naamán era mejor tipo que Trump pero bueno, eso es puramente mi experiencia personal, esto es puramente, León de Judá no se hace responsable (ríe).

Y entonces vemos que el Profeta decide darle a probar a Naamán una dosis muy grande de humildad así que simplemente le envía a su mensajero, su siervo con instrucciones muy específicas: váyase al río Jordán y sumérjase en las aguas del río Jordán siete veces. Dice la historia que Naamán se puso furioso y que salió caminando y refunfuñando diciendo algo como: caramba yo pensé que ciertamente el Profeta saldría a recibirme, no solamente saldría a recibirme sino que movería su mano a través de mi cuerpo y me sanaría al instante, pero en vez de eso el Profeta le dice: hey camina 25 millas hasta las aguas turbias del río Jordán y sumérgete allí, métete allí siete veces, necesitaba un trato así humillante, y ahora aquí viene lo interesante.

Debo onfesar que ya para este momento de mi vida he escuchado y he leído docenas de sermones acerca de esta historia precisamente, casi siempre estas historias lo que hacen es que golpean e insultan y ridiculizan a Naamán por su supuesta arrogancia, por esto de ser así como una persona malcriada acostumbrada siempre al trato preferencial con un mal temperamento y con una actitud negativa, yo entiendo, yo sé que es así, puedo ver que Naamán sí manifiesta algunas de estas características y es evidente que él estaba esperando un milagro ahí rápido y a la carta, pero quiero darle un poquito de amor al personaje de Naamán y a su historia, quiero extenderle un poco de comprensión y compasión, no debemos ser demasiado ásperos, demasiado exigentes tampoco con este personaje ¿por qué?

Porque si somos honestos tenemos que admitir que la mayoría de nosotros hubiéramos reaccionado de la misma manera ¿sí o no? algunos de nosotros quizá le hubiéramos dicho al Profeta: ¿sabes con quién estás tratando? ¡Yo vengo de Brooklyn! Hubieran dicho algunos, que tengo ahí mi cuchilla ya lista para (risas), o le hubiéramos dicho: yo soy guitarrista de León de Judá, o soy un profesor de seminario, o soy un diácono en la Iglesia, o un Pastor asociado, ujier en la Congregación León de Judá, bueno tengo una licenciatura o una maestría, un doctorado, yo soy el jefe de una compañía importante, muchas veces hemos hecho uso de ese mismo tipo de argumento.

Oh yo soy un ciudadano americano con ciertos privilegios o derechos, o quizás podríamos decir: soy un hombre o una mujer adulta y exijo un mínimo de respeto etc., etc. así que hey, no seamos tan duros con el pobre Naamán, probablemente hubiéramos reaccionado de la misma manera en su situación.

Además quiero enfocarme ahora en los dificultades y obstáculos que Naamán tenía que superar para poder obtener su milagro, vamos a ver contemos las formas. Primeramente él tenía que reconocer: necesito sanidad y tuvo que humillarse para recibir algún tipo de sanidad, algunos de nosotros hubiéramos quedado allí fritos no queriendo admitir que necesitamos ayuda. En segundo lugar tuvo que viajar aproximadamente 260 millas desde Damasco hasta llegar al sur a la tierra de Israel para entrevistarse con el Profeta Eliseo.

Ahora tengan en cuenta hermanos que 260 millas es una distancia considerable en un tiempo donde no habían taxis uber, no había jet blue, no habían grey hounds, no habían carros. Mi punto es que su viaje no fue ni fácil ni breve.

Tercero, tenemos que tomar en cuenta que en ese tiempo los leprosos que se sospechaba que sufrían de lepra no podían atravesar ciertos lugares públicos, habían leyes, habían reglamentos que se habían establecido que a veces requerían que estas personas fueran por una ruta apartada y eso evidentemente significaba que su viaje habría sido tremendamente difícil.

Cuarto, cuando finalmente llega a la casa del Profeta el Profeta procede a humillarlo y a hacerlo sentirse como un ciudadano de segunda clase.

En quinto lugar, el Profeta le dice: si quieres ser sanado tienes que viajar ahora 25 millas más para llegar al río Jordán así que vemos ahora que se alarga el viaje.

Hay algo más también que necesitamos tener en cuenta. En sexto lugar tenemos que tomar en cuenta la condición del río donde él tenía que lavarse. El río Jordán tenía la reputación de ser uno de los ríos más turbios y sucios de todo Israel, se parece un poquito al río Charles aquí traidor que es para sumergirse, estaba exagerando un poquito pero está bien; sí, es como un río ahí como dijo el Charles es digamos como si tuvieras que ir al lugar más sucio y más fangoso, pero ven mi punto ¿verdad?

Y finalmente en séptimo lugar tenemos que recordar que a Naamán se le indicó que tenía que sumergirse en esa agua tan turbia no dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco, ni seis tampoco sino siete veces, digan todos siete veces. Como puedes ver las cosas no se le hicieron fáciles.

Sin embargo para su beneficio después de quejarse amargamente Naamán decide seguir las instrucciones del Profeta y yo me imagino que cuando Naamán se sumergió la primera vez inmediatamente examinó su piel para ver si algo había mejorado, y no hay duda de que la segunda vez también hizo lo mismo, y la tercera vez, la cuarta vez, la quinta vez también, yo sospecho que ya a la sexta vez de hacer el movimiento comenzó a pensar: no creo que se vaya a dar este milagro.

Sin embargo vemos que obedientemente procede y se sumerge una séptima y última vez, y dice la Escritura que esta última vez después de emerge de las aguas Naamán notó que su piel había sido restaurada completamente, y no solamente había sido restaurada su piel sino que había sido restaurada hasta el punto de recuperar la tersura y suavidad y vitalidad de la piel de un bebé.

Y claro, la piel de Naamán fue restaurada hasta ese punto, claro porque eso es lo que uno esperaría que suceda, cuando Dios hace un milagro lo hace bien y eso es algo con lo que siempre podemos contar. Pero el punto de mi sermón es que el milagro de Naamán no llegó fácilmente, no llegó rápidamente sin resistencia y quizás también se trate a sí mismo en tu propia vida.

Los milagros, los cambios que quizás también nosotros estamos deseando, los cambios y transformaciones que estamos esperando en nuestra vida requieren tiempo, requieren esfuerzo pero ¿sabes qué? Dios está dispuesto si tú estás dispuesto, dilo conmigo: Dios está dispuesto si yo lo estoy.

Quizás vas a tener que viajar desde Damasco esa travesía hasta la tierra de Israel, quizás vasa tener que humillarte delante de Dios, quizás vas a tener que llegar hasta las aguas turbulentas del río Jordán, quizás vas a tener que sumergirte siete veces en esas aguas pero Dios está dispuesto si tú estás dispuesto. Yo creo firmemente que Dios todavía está en el negocio de ejecutar milagros si nosotros estamos dispuestos a invertir el esfuerzo y el tiempo en ellos.

Quiero terminar con lo siguiente: ¿qué milagro de transformación has estado tú personalmente anhelando? ¿qué milagro transformador has estado clamando al Señor para tu vida? ¿qué milagro transformador has estado pidiéndole al Señor que lleve a cabo en tu vida? ¿has estado clamando porque haya armonía y sanidad en tu hogar? ¿has estado anhelando un cambio de situación en tu matrimonio que anda triste? ¿has pedido al Señor que algún ser querido tuyo cambie su estilo de vida autodestructivo? ¿has estado tratando de alguna manera de liberarte de algún tipo de adicción pero no has podido? ¿has estado lidiando con algún problema depresivo o de ansiedad? ¿has estado lidiando con algún sentido de pérdida, de tristeza, de luto y no has podido zafarte de esa tristeza? ¿hay alguna enfermedad en tu vida, alguna condición de salud que has estado lamentando? ¿has estado pidiendo que avivamiento verdadero, genuino visite tu Iglesia, tu comunidad espiritual? ¿qué milagro de cambio has estado clamando al Señor y pidiéndole en tu propia vida? Dios está dispuesto si tú estás dispuesto.

Dios siempre está dispuesto, está dispuesto a efectuar algún cambio, algún milagro pero la pregunta que importa es: ¿cuán ardientemente tú estás anhelando un milagro de cambio, lo quieres suficiente como para presentárselo al Señor hoy? ¿lo quieres lo suficiente como para perseverar y esperarlo pacientemente? ¿lo quieres lo suficiente como para mantenerte firme en esa esperanza de recibirlo, como para mostrar perseverancia y persistencia? Una vez más te lo digo: Dios está dispuesto si tú lo estás, Dios les bendiga, amén, gloria a Dios, amén, amén gloria al Señor, dénle un aplauso al Señor, aleluya, gracias Señor Jesús, gracias Dios, recibimos Tu palabra Padre, recibimos Tu mensaje Señor, gloria a Dios, lo internalizamos.

Hermanos es un reto para todos nosotros, hemos aprendido durante todos los años sobre todo los pentecostales que creemos en el Poder del Espíritu Santo, en las intervenciones fulminantes de Dios que vemos a través de la Escritura, nos hemos acostumbrado a estar esperando cosas, milagros allí cocidos al vapor y es claro también a través de la Escritura que a Dios le interesa trabajar en nuestro carácter, crear hombres y mujeres como Cristo, desarrollar las virtudes del Evangelio en nuestros espíritus y la única manera en que eso se hace es a través de experiencias que nos enseñan, quebrantamientos, la espera, la oración a mitad de la noche, esa madrugada que quisiéramos que ya salga el sol que se ha hecho demasiada larga muchas veces, hemos clamado a Dios, nos hemos cocido en el fuego lento de nuestra ansiedad, nuestra agonía, nuestra espera y preguntamos ¿dónde está el Señor?

Somos como los discípulos movidos por las olas en el lago y diciendo pereceremos, y estamos allí desde que comienza la noche y estamos toda la noche remando porque el viento nos escoltará, y nos preguntamos ¿dónde está el Señor? El Señor está allí cultivando paciencia, ese es el reto de este mensaje para ti y para mí, el Señor está allí enseñándonos que Él es el Dios victorioso sobre las olas, sobre la tormenta, cuando Él está sobre esa barca esa barca no se va a hundir.

El cristiano tiene que aprender a esperar, a persistir y a veces el Señor nos alarga la espera para que maduremos, para que creemos complejidad psicológica, espiritual y la única manera en que se cultiva es a través de la espera, a través de la lucha, a través del esfuerzo, a través de la inversión, Dios no quiere crear pollitos allí que abren la boca y viene el aguilucho, y les mete de una vez la comida, Él quiere crear fieras que busquen su comida y la ingieran ellos mismos, la pasen a digerir, no quiere niños sino en el espíritu sino gente madura que puedan comer alimentos sólidos.

Recibe ese mensaje en el Nombre del Señor, un mensaje fundacional, formativo para nuestra Congregación. Tenemos décadas insistiendo como Iglesia, haciendo nuestro trabajo, trabajando duro, dando, perseverando, esperando, orando por una visitación poderosa del Señor y Dios nos ha permitido crecer como Iglesia de muchas maneras, internamente hemos visto a muchos de ustedes crecer y madurar, y como Iglesia también hemos crecido, somos un pueblo relativamente fuerte en una forma muy humilde, muy cotidiana un día a la vez poniendo un paso por delante.

Yo sé que Dios quiere hacer ese milagro de la proliferación, de florecer y que nuestro llamado se haga real en un instante también pero tenemos que sumergirnos siete veces también en el río. Creo que todo este tiempo de espera ha sido esa formación de Dios porque Dios nos da lo milagroso y lo estruendoso después de haber aprendido lo cotidiano, la oración día a día, el trabajo esforzado, pagar el precio, invertir, dar sin esperar nada sino simplemente ser fieles al llamado del Señor, y cuando hemos pagado el precio, cuando hemos hecho nuestra tarea el Señor va a decir: Tu lepra va a ser sanada instantáneamente.

Ay de mí, si no predico el Evangelio

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Lo que yo he estado haciendo en estos últimos domingos es ayudándonos a todos nosotros a ver los fundamentos bíblicos, teológicos, del llamado evangelístico y lo hemos estado mirando desde diferentes perspectivas. Que el Evangelio por ejemplo, con el tema del endemoniado gadareno, el Evangelio es guerra espiritual, es liberación, es liberar a la gente de los amarres y las ataduras del enemigo. Que el Evangelio es algo que nos ha sido encomendado y que la naturaleza misma de la iglesia y del cristiano es reproducirse, el grano de mostaza, la levadura.

De paso, después que prediqué el sermón ayer me puse a hacer pan y los beneficiarios, dos de ellos están acá, porque me interesó de nuevo. Dije, voy a volver a visitar acerca de la levadura y el pan, entonces hicimos pan y yo creo que lo estamos reflejando físicamente. Pero levadura que leuda toda la masa.

La naturaleza invasiva, en el sentido más bello de la palabra, del Evangelio, contagioso. Cada creyente debe ser una persona contagiosa que todo lo que toquemos sea leudado por el Evangelio. Es la naturaleza. Y todo esto está de nuevo diseñado en esa dirección.

Y hoy yo quiero hablar de nuevo de la misma idea y les quiero mostrar cómo a través de la escritura vemos claramente que desde los inicios mismos de los tiempos la idea de Dios ha sido que los principios de su reino sean incorporados en toda actividad de su pueblo. Esto no es opción, es una obligación, es la naturaleza misma del creyente, el llamado a evangelizar.

Y si usted me pidiera un título para mi sermón yo diría, “Ay de mí, si no predico el Evangelio.” Ay de nosotros si no predicamos la palabra de Dios. Y quiero invitarlos a ir a Primera de Corintios 9, versículos 16 al 23. Pablo hablando acerca de todos los beneficios que nosotros hemos recibido y de lo glorioso, lo privilegiado que es uno, anunciar la palabra de Dios. En el versículo 16 dice:

“…Pues si anuncio el Evangelio no tengo por qué gloriarme…” En otras palabras, cuando tu te pasas el día predicando el Evangelio y haces esfuerzos y das todo y haces todo lo que tu puedes, no te hagas ah, yo soy la gran cosa, qué buen cristiano yo soy. ¿Sabes qué? Dice aquí, siervo inútil soy. Después que tu has hecho todo y te has pasado todo el día… no es como si el Señor dice, ah, qué bueno, cómo puedo yo servirte a ti. Dice no, hiciste lo que tenías que hacer.

Pablo dice, si yo he predicado el Evangelio no tengo por qué gloriarme. Debemos entender eso, que todo lo que nosotros hacemos por avanzar el Reino de Dios, cuando tu sirves en la iglesia para que esos niñitos reciban la palabra, porque eso es evangelismo, ¿sabe? Cuando usted le predica a un niño, dicen por ahí que usted está salvando a un alma dos veces. ¿Sabe por qué? Porque la está salvando de todos los errores que a veces esa persona puede cometer en la adultez y también lo está salvando para la eternidad.

Así que en un sentido la actividad de educación de niños es una de las cosas más evangelístico. Estamos sembrando la palabra de Dios. Entonces cuando usted sirve y ayuda en eso, usted no lo ve como algo extraordinario que merece una alabanza especial, es simplemente eso es lo que yo hago. No me voy a gloriar de eso, no lo voy a ver como algo extraordinario. Todo lo que yo haga para avanzar el Reino de Dios es simplemente parte de mi job description. Eso está allí en mi currículo.

Entonces, él dice, “… porque me es impuesta necesidad…” Es una forma sofisticada de decir es obligación. Me lo han impuesto, me lo han obligado, me lo han impartido en una forma imperativa. Y mire lo que dice, “… y ay de mí, si no anunciare el Evangelio.”

Y eso es algo que yo quiero impartir a su corazón y a su espíritu de que primero, es una obligación, segundo, si no lo hacemos tiene consecuencias negativas en nuestra vida. No quiero usar de técnicas de miedo para animarlos, al contrario, yo creo que la satisfacción de ver a gente llevar a conocer a Jesucristo y ver el impacto en sus vidas, la transformación que trae el Evangelio cuando verdaderamente entra a un hogar o a una vida, eso es más que suficiente satisfacción para nosotros, y estímulo. Pero la realidad es que el domingo que viene, si Dios me lo permite, yo voy a hablar acerca de también esa dimensión digamos sombría de no predicar el Evangelio, de la importancia de que Dios lo ve como algo de suma seriedad, lo cual debe quitarnos ese sentido de complacencia, de que bueno, si yo lo hago, muy bien, si no eso es opcional. Es una obligación y es como algo que usted como ciudadano del reino tiene que llevar a cabo. Pero eso lo dejamos para después.

Pero Pablo es aquí bien claro. “Ay, de mí si no anuncio el Evangelio, por lo cual si lo hago de buena voluntad recompensa tendré, pero si de mala voluntad la comisión me ha sido encomendada.”

En otras palabras, aunque no me sienta con deseo de hacerlo, y si lo estoy haciendo porque es que tengo el compromiso y la comisión. Ahora, lo bueno es que uno lo haga evidentemente de buena gana.

“¿Cuál pues es mi galardón? Que predicando el Evangelio presente gratuitamente el Evangelio de Cristo para no abusar de mi derecho en el Evangelio…”

En otras palabras, Pablo está diciendo aquí, yo estimo como un privilegio tan grande predicar el Evangelio que yo lo hago gratuitamente. ¿Saben ustedes que Pablo era bi–vocacional? En otras palabras, Pablo construía tiendas de campaña para costear su trabajo evangelístico. Para él, él lo veía como un privilegio, que él no quería decir que nadie me robe el privilegio de predicar el Evangelio gratuitamente. Y él añade en el resto del pasaje que no lo voy a leer, cómo Pablo se humillaba a sí mismo y él hacía todo lo que fuera necesario. Si estaba hablando con gentiles, hablaba de cierta manera; si estaba hablando con judíos, piadosos, farisaicos, les hablaba de otra manera.

A él no le importaba porque él era un vendedor que lo que quería era ganarse la simpatía de sus clientes potenciales del Evangelio para que el Evangelio entrara con toda naturalidad en su vida.

Así que vemos aquí, yo quiero que se grabe en su corazón esa expresión, ay de mí, si no anunciare el Evangelio. Toda institución en esta tierra, sea un corporación, sea una universidad, sea un hospital, sea una agencia sin fines de lucro, toda institución corporativa tiene una visión, tiene una razón de ser, y tiene un modus operandi, algo que le da sentido a su existencia.

Los hospitales su visión es sanar enfermos y aumentar la calidad de vida física de la gente. Una universidad existe en última instancia para educar a las personas. Nike sirve para ofrecer recursos físicos para todo tipo de actividades atléticas. Cada institución tiene una razón de ser, una visión, una meta, un propósito que anima sus actividades.

Yo definiría visión como un principio unificador que guía y determina las diversas acciones de un individuo o una institución. En otras palabras, toda institución, todo individuo tiene muchas diferentes actividades. En el mundo corporativo existe un principio que se llama alineamiento, alignment, eso quiere decir que las actividades de cualquier institución necesitan alinearse y reflejar en un última instancia la razón de ser de esa institución. Si de una manera u otra no contribuyen al desempeño de esa visión, están fuera de base.

Todas las actividades diversas de una corporación y la iglesia en una manera es una corporación con naturaleza eterna y divina, pero es una corporación, necesita alinear sus diferentes actividades al propósito para el cual existe, a su visión. Y yo sostengo que la visión, misión, de la iglesia de Jesucristo es ganar almas e impactar el mundo para Cristo, e impartirle al mundo la naturaleza, la esencia del Reino de Dios.

La iglesia de Jesucristo obtiene su visión y misión de parte de Dios mismo. Él es fundador y él le ha impartido a la iglesia su visión. Y nosotros no podemos, ninguno de nosotros tiene la autoridad, para sustituir otra visión, no importa cuán exaltada o cuán digna de alabanza sea, el único que puede cambiar la visión de una institución es o la junta directiva original o el fundador o el dueño principal de una corporación. Y una iglesia puede hacer muchas cosas pero la pregunta es, cómo esas cosas encajan con la visión última.

Como yo decía, los niños, por ejemplo, nosotros hacemos una cantidad de actividades para los niños e invertimos mucho dinero, decenas de miles de dólares en personal y en programa y energía de parte de muchos de ustedes. Ahora mismo hay adultos allí dando de su tiempo para educar a nuestros niños. Eso está maravilloso pero si nosotros nos orientamos exclusivamente, okay, queremos ser una iglesia que sea conocida y que prepare los niños para ser buenos evangélicos. Sí, está bien pero hay muchas otras cosas.

Las actividades de ellos tienen que conducir a niños que amen al Señor y a adultos que un día sean miembros saludables del Reino de Dios. Entonces, en un sentido, como yo decía, eso está orientado hacia la visión evangelístico. El trabajo social que la iglesia hace aquí, nosotros invertimos mucho dinero y espacio para cantidad de cosas, esfuerzos migratorios, esfuerzos para la educación de los jóvenes para la universidad. Y nosotros creemos que todo eso es parte también de esa levadura que va penetrando toda la masa. La gente viene a León de Judá y entra en contacto con gente cristiana que sirve en esas posiciones. Respiran el aire de una institución cristiana cuando vienen a recibir información acerca de inmigración.

Los poderes seculares de políticos y sociales de la ciudad se percatan de que hay una iglesia que está haciendo actividades para servir y bendecir y sus corazones son suavizados y preparados para el Evangelio.

Esta mañana me tropecé con unos papeles buscando algo de cuando nosotros fuimos la base para el servicio de inauguración del gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, eso fue el año pasado o dos años atrás. Y yo leía en el Boston Globe un artículo que se dedicó a León de Judá y a mi persona específicamente por razones que son largas de explicar, y leía ese artículo muy extenso de hecho, donde se hablaba acerca de nuestra iglesia, nuestra posiciones teológicas y el hecho de que estaba sirviendo como base para ese gran evento en el estado de Massachusetts. Y de nuevo, free publicity, publicidad gratis para el Evangelio, la gente tuvo que leer acerca de nuestra identidad. Búsquelo en el Boston Globe, Charlie Baker servicio de inauguración. Formas de predicar el Evangelio.

Todo tiene que estar orientado en esa dirección. Si no podemos vincularlo con el llamado evangelístico que nos ha sido dado por Dios, entonces algo anda mal. Muy bueno, muy bonito, uno puede hacer una cantidad de obras… hay iglesias de hecho que al abandonar el Evangelio bíblico se han tenido que tornar simplemente a ser un lugar de servicios sociales, porque como no tienen ese contenido espiritual, eterno, sobrenatural, pues justifican sus obras más bien haciendo obras sociales, buenos conciertos de jazz, trabajando en la sociedad, diferentes maneras… ese no es el cometido del Evangelio.

Uno puede usar esas cosas y debe usarlas pero en última instancia cuántas personas estamos ganando para Cristo. Cómo estamos creciendo, qué impacto estamos teniendo, cómo estamos levantando al Hijo del hombre para que todo el que mire hacia él sea salvo. Entonces, todas esas son muy importantes pero la visión principal tiene que ser eso.

¿Sabe usted que desde tiempos antiguos el evangelismo no es algo nuevo cuando Cristo entra en el escenario? Evangelización no es solamente desde los tiempos de la iglesia primitiva, el evangelismo ya estaba metido en el ADN, en el código genético, del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Saben ustedes que Dios llamó a Abrahán para que fuera luz a las naciones.

Si usted lee lo que Dios le dice a Abrahán que iba a ser el padre de toda la nación judaica y por lo tanto progenitor de la raza humana en su relación con Dios, ya se suponía que Dios estaba levantando un pueblo que rodeado de naciones paganas e idólatras iba a ser un ejemplo para todas esas naciones. Israel al adorar al único Dios, en vez de muchos diferente dioses, un Dios santo, en vez de dioses impuros y sexualmente activos como eran los dioses paganos, y eran parte de prostitución supuestamente sagrada, eran orígenes de sacrificios humanos y de origen de sacrificio a niños y de gran violencia, este Dios santo que los judíos iban a adorar, único, no múltiple, uno solo, un pueblo prosperado, bendecido, sanado, con grandes valores éticos de servicio a los demás. Todo eso está en la ley original.

Israel se suponía que fuera un ejemplo y un recurso evangelístico en el sentido de predicar la verdad a un mundo que estaba en tinieblas. Pero ¿qué pasó? Israel se tomó ese privilegio para sí mismo y entonces se constituyeron en el pueblo escogido de Dios. No compartieron el Evangelio en el sentido del Dios este que quería ser levantado ante las naciones. Se pervirtieron ellos, permitieron que las naciones más bien los corrompieran a ellos, se convirtieron en un pueblo idólatra, materialista y dejaron su razón de ser, que Dios quería que ellos fueran sus testigos.

Miren Isaías 43, cómo Dios ve el llamado que les ha extendido a los hebreos. Isaías 43 versículos 10 al 12. Dice:

“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová…” De paso, hay grupos por allí que han tomado esto como para ellos solamente, pero si usted lee en el contexto original, Dios le está hablando a los hebreos y por extensión a todo su pueblo en general, no solamente a un grupito que se arroga como el derecho de usar ese versículo para sus propios propósitos.

“…Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí…”¿Cuál es ese siervo? El Mesías, Cristo. “… para que me conozcáis y creáis – eso es lo que tenemos que hacer nosotros, cada uno de nosotros, conocerlo a él, creer en él – y entendáis que yo mismo soy. Antes de mí no fue formado Dios ni lo será después de mí…”

En otras palabras, lo primero que uno tiene que hacer es conocer el Dios que uno sirve, tener una experiencia personal con Jesucristo, empaparse de ese sentido de relación personal con Dios. Quién es Dios, y entonces de ahí, dice, versículo 12:

“…yo anuncié y salvé e hice oír y no hubo entre vosotros Dios ajeno, vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios…”

En otras palabras, nosotros estamos llamados a testificar y a poner en evidencia la naturaleza de Dios. Claro que ahora en Cristo Jesús esa naturaleza divina se hace mucho más completa. Los hebreos conocían ciertas dimensiones de Jehová pero no conocían do debían ese Dios humilde, personal, inmediato, accesible, generoso, perdonador, lleno de gracia, que se hace hombre para experimentar nuestra condición e interceder ante el Padre en el misterio de la Trinidad. Ahora entendemos a Dios en una manera mucho más profunda, el Dios inmanente, el Dios que está en nosotros. Emanuel, Dios con nosotros.

El mundo hebreo conocía a ese Dios más como fuera de la creación, aunque era parte de la creación evidentemente, pero ese Dios temible hasta cierto punto y distante. Cristo viene a enseñarnos un Dios ahora mucho más amplio. Nosotros lo hemos conocido, nosotros lo hemos experimentado, nosotros somos testigos de su misericordia, su gracia, su perdón, su generosidad, su provisión, su poder sanador, su iluminación, su palabra completa, y se supone que ahora nosotros revelemos esa naturaleza a los que no lo conocen.

Dice el versículo 21, “…Este pueblo he creado para mí, mis alabanzas publicará – y el versículo 22 dice – y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel…” El dolor de Dios, de que su pueblo que él había comisionado para que fuera testigo y voz, portavoz del mensaje del Evangelio lo había dejado.

Pero esa era la misión de Israel, ser luz a las naciones, y ¿qué pasó? Que como Israel no desempeñó esa misión, ¿qué hizo Dios? Se la quitó. Cuando tu no usas los dones que Dios ha puesto en ti, cuando tu no usas la gracia, la energía, la dotación de Dios en tu vida para hacer lo que Dios te ha llamado a hacer, la Biblia dice bien claro, si el pámpano no da fruto, lo cortan, lo echan al fuego porque no sirve para nada. Si la sal pierde su sabor hay que botarla en la basura. Si un cristiano no se reproduce, si no está invirtiendo en el reino, si no está siendo un recurso para el Reino de Dios, si no está siendo usado en alguna forma creativa para avanzar los intereses y los propósitos del Reino de Dios, es un siervo inútil, es una vid que no da fruto y si da fruto es fruto agrio.

Es una higuera estéril. ¿Por qué Jesús se ofendió tanto cuando metió la mano en higuera famosa esta, estéril, muchas hojas pero cuando el Señor buscó fruto en ella no encontró nada y la maldijo. ¿Por qué? Porque fio en ella un símbolo de una nación que tenía todo un aparato religioso inmenso, como lo tenía Israel, pero no daba fruto, no avanzaba los intereses del Reino de Dios.

Y así todo creyente que no usa los dones en alguna manera para avanzar el Reino de Dios, en alguna forma, dar fruto puede tomar muchas diferentes manifestaciones, pero en última instancia el fruto que uno da es para avanzar los intereses del Reino de Dios y traer almas al conocimiento de Jesucristo.

Si tu no usas tus dones, tus dones se secan. La Biblia dice que el que tiene mucho se le dará más y al que no tiene aún lo que tiene le será quitado. Eso es una regla que vemos una y otra vez en la palabra de Dios, y lo vamos a ver bien claro el domingo que viene.

Entonces, Israel no usa sus dones y su llamado evangelístico y el Señor lo transfiere a la iglesia y llama a un pueblo que no era pueblo, los gentiles, para provocar celos a Israel. De paso les digo, Dios no ha terminado con Israel. Hay un propósito pero Israel está como entre paréntesis ahora mismo y lo que tenemos ahora es lo que la Biblia llama el tiempo de los gentiles, donde la iglesia gentil está llevando a cabo la obra de Dios. En algún momento Dios va a quitarle los paréntesis a Israel y va a reanudar su relación muy intencional con Israel. Pero mientras tanto la iglesia lleva a cabo la obra de ese Israel que se negó a aceptar la visión original que Dios le había impartido.

Y ahora pasa, primeramente al Mesías que va a ser el fundamento de la obra de la iglesia. Y Jesucristo mismo vio también su misión como una misión evangelística. Isaías 42, versículo 1, esto es un estudio bíblico también aparte de un sermón. Isaías 42, versículos 1, 6 y 7. En esta palabra profética del siervo de Jehová y cuál va a ser su naturaleza y su actividad fundamental, versículo 1 dice:

“…He aquí mi siervo, yo le sostendré, mi escogido a quien mi alma tiene contentamiento. He puesto sobre él mi espíritu y él traerá justicia a las naciones…”

La orientación divina siempre ha sido las naciones. Id por todo el mundo, predicad el Evangelio haciendo discípulos a las naciones. Y el Mesías va a traer justicia a esas naciones. El versículo 6 dice.

“…Y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones para que abras los ojos de los ciegos, saques de la cárcel a los presos y de casas de prisión a los que moran en tinieblas…”

Ese versículo lo leímos anteriormente. Cuando el Señor por primera vez comparece ante un grupo en público, lo primero que hace es que lee de ese pasaje. El espíritu de Dios está sobre mí y me ha dado poder para hacer estas cosas que están acá. El Señor sabía que su misión era eso.

Hay una instancia, por ejemplo, cuando él está ante ese pozo y se acerca una mujer que es como símbolo de todas las almas a través de la historia que han necesitado de Jesucristo y de cuál debe ser nuestro compromiso. El Señor está sentado ahí y los discípulos le dicen, vamos a ir a buscar algo de comer porque ya es la hora de comida y sabemos que tu tienes hambre. ¿Qué les contesta el Señor? Les dice, “Yo tengo una comida de la cual ustedes no saben. Mi comida es que yo haga la voluntad de mi Padre.” ¿Y cuál era su voluntad? Ahí estaba él en ese momento predicándole.

Ellos se sorprendieron que estuviera hablando con una mujer primeramente como un rabino que no se suponía, el ethos judío no se suponía que hubiera ningún tipo de contacto. El Señor amaba esa alma. Ella representaba una oportunidad evangelística y él puso a un lado su agenda y le predicó el Evangelio.

Y qué interesante, y eso es un estudio que quizás un día podemos hacer en términos de enseñanza y entrenamiento, cómo llevar un alma a Jesucristo. Él comienza con una necesidad inmediata que ella tiene, quiere sacar agua del pozo. Y él le habla acerca de eso, nosotros decimos, la engatusa, una expresión medio caribeña. Él le va… ah, tu quieres agua. Okay. Mira, hay un agua por ahí que si tu te la tomas no vas a tener sed jamás. Y entonces comienza y finalmente le mete la estocada, le dice, “Yo soy el que habla contigo, yo soy el Mesías.” La lleva y después la convierte a ella en una evangelista.

Fíjese qué interesante, ella sale de allí y va enseguida a su aldea y convierte a todo el mundo y se convierte en una de las primeras evangelistas en toda la historia. El ciclo, evangelización, recepción de la palabra, y esa persona se convierte en un ganador de almas.

¿Sabe lo que pasa en una congregación que se convierta en una iglesia verdaderamente evangelística? Que la gente de afuera, cuando viene y conoce al Señor se convierten en evangelistas. Sabe que los que tenemos 10, 15 años en el Evangelio prácticamente ya somos inútiles porque – y eso es un peligro, un problema – porque nos metemos en la cultura evangélica, hablamos evangélico, comemos con los evengélicos, y no tenemos contacto con la gente que no conoce al Señor. Y no debiera ser así pero muchas veces es así.

Ahora, la gente que se convierte y conocen a Jesucristo tienen eso que se llama el primer amor, que no debe ser primer amor debe ser el amor, punto, de Jesucristo pero están entusiasmado, Dios los toca, conocen 20 mil gentes en el trabajo, dondequiera que son inconversos y esos son los mejor evangelistas de todos. Y eso es lo bello que yo veo en esto, que cuando una iglesia logra desatar una dinámica evangelística eso es un organismo que se reproduce a sí mismo. Entonces, evangelismo hace más evangelismo, hace más evangelismo, hace más evangelismo. Más almas conocen al Señor, traen más almas, y esas almas traen más almas y esa es la gloria de Dios en la tierra.

Yo desearía que un día tengamos que tener 4 servicios el domingo. Van a tener que ser más cortos porque la garganta no le toca… o vamos a tener que tener más predicadores, o ustedes van a tener servicios más cortos y gloria a Dios, todo el mundo quiere eso. la idea es que tengamos que explotar esto.

Pero vemos al Señor sentado allí y él está aprovechando. ¿Por qué? Porque su llamado, su cometido es evangelizar. Él dijo, “Yo he venido a salvar a los perdidos.” Saqueo lo ve subido al sicómoro y le dice, “Bájate, necesito hablar contigo. Esta noche vamos a cenar en tu casa,” y allí Saqueo trae a todos sus amigos, una partida de sinvergüenzas todos como él, publicanos, colectores de impuestos y el Señor allí hace una obra evangelística tremenda. Todos se convierten al Señor y Saqueo se arrepiente públicamente de sus pecados.

La dinámica evangelística del Mesías llamado a evangelizar a las naciones. Y su mayor obra de evangelismo fue en la cruz del calvario porque allí él estableció el vínculo y el medio de que los hombres y las mujeres llegaran verdaderamente a reconciliación con Dios.

Israel llamado a evangelizar. El Mesías llamado a evangelizar. La iglesia de Jesucristo, ¿cuál era la visión de la iglesia primitiva en el libro de los Hechos? Ellos sabían que su principal cometido, su identidad residía en predicar el Evangelio y no tenían otra opción. Busque conmigo, Hechos capítulo 4, una famosa imagen donde vemos al concilio, el sanedrín, arrestan a Pedro y a Juan molestos porque esta gente está encendiendo en fuego todo Jerusalén y hay miles de personas que se están convirtiendo al Evangelio. Ellos están preocupados por su hegemonía religiosa en la ciudad y en Israel y arrestan a estos hombres y les amenazan de que no prediquen el Evangelio so pena de ser encarcelados o aún peor que esto. Y mire cómo Pedro y Juan les responden en Hechos 4:19.

“…Más Pedro y Juan respondieron diciéndoles, “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído…”

Qué le parece si decimos eso todos juntos. Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. Eso es tanto una confesión como un compromiso. Es una asignación también, no podemos dejar de compartir lo que hemos visto y oído. Si Dios ha hecho algo en tu vida, si tu has experimentado alguna medida de transformación, de gozo, de provecho, de ser un hijo de Dios tienes que compartir eso que tu has visto y oído. Como el gadareno, tu ve que compartirlo. El gadareno quería quedarse con Jesús, disfrutar de este hombre tan poderoso y dedicar su vida simplemente a vivir en compañía con el Señor. Y le dijo, “No, no, ve a tu casa, a tus amigos, a tus familiares y cuenta cuán grandes cosas Dios ha hecho contigo.”

Esa es el mensaje de la iglesia. Entonces Pedro y Juan hablando por toda la iglesia le dijo, miren, es que no podemos, esa es nuestra identidad, tenemos que predicar el Evangelio. La iglesia primitiva, cómo inicia su carrera en la historia. Pedro da su primer sermón. ¿Cuántos fueron que se convirtieron? ¿5000? Y después predicó otro sermón, se convirtieron 3000 más. Óigame qué evangelista, lleno del Espíritu Santo.

Y la iglesia prendió en fuego todo Jerusalén, en una lo llamaban los que están turning upside down Jerusalem, estaban como molestando y trastornando la vida de todo Jerusalén. Su impacto fue tan grande. Ellos dondequiera que iban predicaban la palabra de Dios. Léase los primeros versículos del libro de los Hechos. El libro de los Hechos registra el Evangelio corriendo a través de los primeros cristianos como pólvora. Y ¿sabes qué? Dios usó inclusive la persecución. Hubo una gran persecución en Jerusalén y estos cristianos tuvieron que huir de Jerusalén y se fueron a diferentes regiones de Israel y allí predicaron el Evangelio.

Sabe que yo creo algo que está pasando en esta nación ahora mismo, donde hay en un sentido tanta persecución. No es una persecución violenta pero sí es una persecución a veces institucional, política y social de los cristianos y yo creo que eso lo que está haciendo es advirtiendo a los creyentes y creando en nosotros un sentido de urgencia y de emergencia de predicar el Evangelio porque nos hemos dormido sobre nuestros laureles. Siempre que la iglesia de Jesucristo se hace fuerte y socialmente influyente como pasó en el tiempo de Constantino en el siglo IV después de Cristo, siempre que la iglesia adquiere una posición de hegemonía social se adormece y se convierte en una religión formalista. Y a veces Dios usa la persecución para despertar al pueblo de Dios.

Dios usa todos los medios y si nosotros no predicamos… sabe cuál es la mejor manera de evitar la persecución, póngase a predicar el Evangelio, porque así usted va a evangelizar a los que persiguen a los hijos de Dios.

Así que los primeros creyentes sabían, y si no iban a hacerlo ellos, Dios iba a usar otros medios para que predicaran el Evangelio. Ellos sabían que su misión venía de Jesucristo mismo. En Hecho 1:8 el Señor les dijo, “Recibiréis poder y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y en todas las regiones de la tierra.”

El Señor les encomendó en la gran comisión, Mateo 28, “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id y practicad el Evangelio haciendo discípulos a todas las naciones y enseñándoles que guarden todas las cosas que yo os he dicho y os he mandado.”

El Señor les dejó su testamento a la iglesia y era predicar el Evangelio. La claridad de esta gente con respecto a su misión. A veces iba al punto de ser especializada, no solamente ellos sabían que tenían que predicar el Evangelio sino que sabían que lo tenían que predicar estratégicamente.

Pablo entendió, inspirado por el Espíritu Santo, que él necesitaba ir a las ciudades y por eso lo vemos predicando en Corinto, en Roma, en Éfeso, en Filipo, eran ciudades clave y él sabía que si él agarraba las ciudades iba a poseer también todas las aldeas alrededor. Esa fue una de las grandes intuiciones que el Espíritu Santo le deparó a los discípulos. Y Pablo predicaba el Evangelio en unas maneras muy estratégicas y muy orientadas. Por eso él dice, “Yo me hago con los hebreos como si fuera hebreo, con los esclavo como si fuera esclavo, aunque soy libre, con los libres como si fuera esclavo de Dios aunque también soy hijo de Dios.” Él hacía todas las formas.

Eran muy específicos. Pablo sabía, él decía, “Mi llamado es específicamente a los gentiles,” y por eso él predicaba en los lugares donde predicaba. Pedro era el Apóstol llamado a predicarle a los hebreos y sus cartas, por ejemplo, revelan su inclinación hacia los hebreos. La carta de Santiago está dirigida a judíos en la dispersión.

Es decir, que cada uno tenía su forma de predicar el Evangelio. Sabe usted que los 4 Evangelios, Mateo, Lucas, Marcos y Juan, cada uno está orientado hacia una audiencia diferente. Marcos, por ejemplo, se cree, por su orientación que está orientado hacia el pueblo romano, la manera en que Marcos predica. Juan es un Evangelio que contiene una cantidad de lenguaje griego, por ejemplo, en el principio el verbo, logos, y el verbo era con Dios. Un principio griego. Y el Evangelio según San Juan es predicado como para alcanzar a esa gente que ha sido helenizada para el mundo helénico hebreo y su orientación es en esa dirección.

Lucas es un Evangelio orientado más hacia los gentiles. ¿Cómo se presenta Jesucristo en el libro de Lucas? El Hijo del hombre. Cada Evangelio tiene… Dios está tan tremendamente estratégico y por eso es que nosotros tenemos que pedirle, Señor, enséñanos específicamente cómo tomar esta visión de evangelizar y orientarla específicamente a esta ciudad de Boston que es como un tipo de Corinto. Corinto era una ciudad extremadamente desarrollada intelectualmente, era un centro comercial muy poderoso y era también un lugar muy corrupto, grandemente intelectualmente desarrollado.

Boston es una ciudad tremendamente helénica en un sentido. Aquí hay grandes hospitales, grandes universidades, grandes museos como el Museo de Arte de Boston, el centro histórico de la nación, una cantidad de hispanos de todas las diferentes nacionalidades. No podemos predicar el Evangelio como orientado solamente a los caribeños o hacia los centroamericanos, tenemos que ser un poco más cosmopolitas. Entonces, esto requiere algo diferente, como Pablo orientó su predicación del Evangelio en diferentes maneras.

Y le estamos pidiendo al Señor, “Señor, danos intervenciones que sean muy adaptadas a esta cultura ultra sofisticada que es la ciudad de Boston.” Por eso estamos haciendo estas encuestas y otras cosas porque… siempre digo, me curo en salud, no tengo nada contra los tratados, yo creo que son un lindo gesto. Pero ¿sabes qué? Hoy en día usted le da un tratado a la gente en el tren y lo miran como que tiene 3 cabezas. ¿Qué está tratando de venderme? A veces ni siquiera lo leen. Hay otras maneras.

Ahora, si usted quiere distribuir tratados, gloria que Dios, eso puede ser bien útil. Hay gente que se ha convertido. Pero hay otras maneras, usando otros medios. Queremos desarrollar medios más drásticos, más atractivos, cosas más discretas pero todo con el mismo fin. Pero hay que orientarlo de manera que sea inteligente. Estas encuestas nosotros deseamos que nos ayuden a predicar el Evangelio en una forma más enfocada al contexto que nosotros estamos viviendo.

Ese enfoque que estos cristianos tenían los ayudó a ser muy efectivos en la predicación del Evangelio. Tenemos que decirle al Señor, “Señor, enséñanos.” No podemos estar como imitando y simplemente tomando prestados métodos. Yo creo que Dios no tiene límites en su creatividad y hay una forma que él quiere que nosotros evangelicemos y tenemos que encontrar esa manera porque él es infinitamente creativo y nos ayuda en nuestros propósitos.

Entonces, esa es la razón de ser. Otra cosa que quiero que tengan en mente es, ya lo señalé antes brevemente, los dones del Espíritu Santo son específicamente para ayudarnos a evangelizar. ¿Sabía usted eso? no es para que usted necesariamente exhiba su espiritualidad, es lindo cuando adoramos al Señor, es lindo cuando Dios sana a las personas, pero cuando usted vea a Jesucristo sanando a alguien era siempre para declarar su señorío, sea sobre el diablo, sea sobre la naturaleza, sea sobre la enfermedad, fuera lo que fuera, él hacía sus milagros para validar su carácter mesiánico, para declarar en formas gráficas su superioridad sobre cualquier principio del mundo.

Es decir, que todo lo que él hacía era para un propósito. Cuando Dios da los dones del Espíritu Santo a la iglesia o a un creyente, no se lo da por el mero uso de esos dones. Si una persona se sana, gloria a Dios, eso es lindo y es bueno, pero en última instancia eso se supone que valide y declare en una forma muy convincente y apologética el señorío, el poder, la actualidad, la vigencia del Dios que es el mismo ayer, hoy y por los siglos.

Entonces, si nosotros no evangelizamos los dones se estancan, las iglesias dejan de vivir. Es lo que decíamos antes, si la sal pierde su sabor para qué sirve. Si una iglesia no está trayendo almas al conocimiento de Jesús yo diría, hermanos, que eso contrista el Espíritu Santo y entonces el Espíritu Santo se retira en un sentido y esa iglesia entonces está tratando de vivir con una mano atada detrás de la espalda. Porque los dones hay que ponerlos en curso.

Mire, por ejemplo, un banco. ¿Usted cree que un banco recibe dinero simplemente para guardarlo en una caja fuerte? Los bancos existen para poner su dinero a correr. Entonces por eso ellos prestan dinero, ¿por qué? Porque le están sacando interés, por eso los bancos siempre están desarrollando diferentes tipos de estrategias, por eso ellos tiene, por ejemplo, Departamento de mortgages, de hipotecas, porque ellos prestan dinero, la comunidad lo usa y ellos crecen. Siempre están desarrollando… ellos tienen que poner el dinero a correr. Esa es su razón de ser.

McDonald’s tiene siempre que estar inventando nuevas cosas. Si McDonald’s estuviera solamente vendiendo hamburguesas como lo hacían hace 40 años ya se hubieran muerto hace tiempo. No, ahora usted va a McDonald’s y hasta DVDs de películas puede comprar a veces. McDonald’s tiene otras corporaciones que producen otras cosas, producen sándwiches de pescado, de pollo, desayuno, ahora hasta café, lattes y capuchinos. Imagínese, McDonald’s, Burger King haciendo capuchinos, Dios nos libre. Pero lo hacen, porque su cosa es hacer dinero, ponerlo a funcionar.

La iglesia, voy a hablar acerca de eso cuando el Señor le dice, “negociad entre tanto que yo vengo,” es uno de los pasajes más profundos de toda la Escritura. Trabajen en las mil maneras, cada uno de nosotros debe ser una pequeña agencia de trabajo, cada cristiano debe ser una unidad de combate, de iniciativas. Un grupo de hermanos que se aman y son amigos deben estar trabajando. Todos nosotros tenemos un don y la cosa es que Dios dice, eso te lo doy, pero será mejor que lo inviertas. Ponte a trabajar en ello.

Dios nos ha dado cosas maravillosas aquí. Tenemos una planta física idónea. Tenemos una comunidad como son ustedes, preciosas. Yo los veo desde aquí y digo, guau, qué linda comunidad. Denme aunque sea un aplauso por eso. Tan diversa. Tenemos aquí, hermanos, las diferentes razas, diferentes nacionalidades, diferentes niveles socio económicos, diferentes grupos generacionales, diferentes partes de la ciudad y de sus alrededores, es increíble lo que está aquí entre ustedes.

Ahora, eso hay que ponerlo a trabajar, hay que ponerlo a funcionar. Por eso es que siempre tenemos que estar inventando nuevas cosas, porque la iglesia tiene que estar siempre en acción, llevando a cabo… porque los dones hay que ponerlos a correr. Si los dones no corren se mueren y huelen mal. Cualquier cosa que no corre se estanca y se muere. Un agua que se supone que corra libremente si se estanca con el tiempo huele mal y apesta y hay que sanearla.

El agua del Evangelio se hizo para correr. Yo digo que el cristianismo es un río, no es un lago, no es un pozo encerrado. Ríos de agua viva, dice la palabra. La iglesia es identificada con el dinamismo, con la efusividad, con la efervescencia, con la multiplicación, con la multi formidad, por así decirlo, y los dones Dios los da para que prediquemos el Evangelio. Si tu no usas tu don, tu don se muere. Si la iglesia no predica, su dotación viene a ser simplemente innecesaria y Dios no va a invertir en algo que no redunde en beneficios para el Evangelio.

Lo último, cuando tu evangelizas tu entonces creces, cuando tu evangelizas experimentas el gozo del Señor, cuando tu evangelizas conoces a Dios mejor, cuando tu evangelizas el poder de Dios corre a través de ti y se queda en ti por un momento y bendice tu entorno y bendice tu casa también. Cuando la presencia de Dios está viva en una vida y esa vida está poniendo a correr los dones del Espíritu Santo ahí es donde viene la prosperidad, viene el gozo, viene el crecimiento.

Mucha gente dice, yo no siento el gozo del Señor, Dios no me habla, siempre lo mismo, estoy estancado, a mí me dijeron que esto iba a pasar si yo conocía… Bueno, ¿qué estás haciendo tu para predicar el Evangelio? ¿Qué estás haciendo tu para traer almas a Jesucristo? ¿Qué estás haciendo tu para poner en curso la bendición de Dios? El gozo del Señor es algo que se experimenta cuando nosotros estamos inquietos y estamos invirtiendo en nuestras vidas, cuando damos, cuando servimos, cuando invertimos en las cosas del Señor entonces tu creces y mientras tu más das, más recibes.

Juan, capítulo 15, versículos del 1 al 2. El Señor Jesucristo dice, “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador.” Jesucristo es la fuente de toda vitalidad. Él es el tronco, él es el origen de tu gracia, de tu poder.

Ahora dice, “Todo pámpano – es decir, toda rama – que en mí no lleva fruto, lo quitará.” Si tu vida no está dando frutos para el Reino de Dios, si en alguna forma tu no estás invirtiendo… y eso es lo que yo quiero, sacarnos de la complacencia, sacarnos de la idea de que el Evangelio es simplemente ser religioso y disfrutar del bien de la posición de cristiano. Es dar fruto y dar fruto es una expresión… la interpretación más inmediata es traer a otros al conocimiento de Jesucristo, pero dar fruto puede ser también invertir tu vida para Jesús, puede ser ayudar a esos niños a conocer el Evangelio, puede ser servir como ujier y avanzar de esa manera las operaciones de tu iglesia, puede ser orar para que el Señor vivifique su palabra en medio de la ciudad donde tu estás. Y también puede ser dar para una causa a tu iglesia regularmente, porque tu sabes que al hacer eso tu estás añadiendo a la solidificación, la estabilidad de tu comunidad evangélica, cristiana, para predicar el Evangelio. Puede ser como maestro y puede ser también contribuyendo con alguien, hablándole a alguien de Jesucristo, inquieto siempre pidiéndole al Señor oportunidades, mensaje, convicción.

Y cuando tu haces eso entonces tu llevas fruto y si tu llevas fruto puedes estar tranquilo porque estás haciendo la voluntad de Dios. Si no estás dando fruto la palabra es bien clara, dice, “todo pámpano que en mí no lleva fruto será quitado y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve más fruto…” Gloria al Señor.

Sabe qué pasa. Muchas veces si un árbol no da fruto el agricultor dice, mira, para qué está tomando espacio. Hay una parábola así. Vamos a cortarlos, vamos a sacarlo de allí. Ahora, cuando un árbol lleva fruto llega un momento en que después de dar muchos frutos las ramas comienzan a esparcirse y las hojas comienzan a crecer más porque el árbol, la savia está creciendo y hay vida en ese árbol.

Pero muchas veces su ramaje excesivo puede dividir y diluir la energía que sale del tronco. ¿Qué hace el agricultor? Lo poda para que sea más económico, para que su savia no se distribuya a través de demasiadas ramas porque entonces el fruto puede ser pequeño o dividido o agrio o lo que sea. El agricultor, por experiencia sabe que al reducir el ramaje concentra la savia en un número más limitado de espacios y eso hace que el árbol brote con más fuerza y de un fruto mayor. Ahí hay una lección para muchos de nosotros.

Sabe que muchas veces estamos pasando por pruebas y Dios está podándonos. A veces Dios está reduciéndonos para hacernos más fuertes y más poderosos. Si tu estás pasando a veces por situaciones difíciles en tu vida, no lo veas como que Dios se desentendió de mí, quién sabe si Dios está usando eso para hacerte más fructífero, para humillarte al tu ser obligado a orar más, a depender más de Dios, al acercarte más a su palabra, al sentirte más débil y por lo tanto más necesitado de la presencia de Dios y buscar más de él, Dios te está podando y preparándote para que cuando salgas de esa prueba salgas con más fuerza que nunca y puedas ser un cristiano más poderoso, un cristiano más efectivo, más humilde, que refleje más el carácter de Jesucristo y por lo tanto pueda ser más atractivo a las personas que Dios quiere usarte para evangelizar.

Entonces, Dios invierte en ti. Todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve más fruto. Mantente cerca del Señor. Versículo 7:

“Si permanecéis en mí, mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo queréis y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.”

En otras palabras, ¿cómo se es verdaderamente un discípulo? Llevando fruto para gloria de Dios. Yo quiero invitarlos a todos a ponernos de pie un momento como un gesto de compromiso delante del Señor. Tómate unos segundos. Si tu recibes lo que yo estoy diciendo como palabra de Dios y yo creo que he sido bastante convincente, por eso he estado citando tantos versículos, porque me quiero constituir en una especie de abogado del reino en este momento y hacer un argumento legal delante del pueblo de Dios.

Tu y yo existimos para una cosa y es claro, desde el inicio de los tiempos es para diseminar los principios del Evangelio, diseminar los principios de ese Dios poderosos que nosotros conocemos. Adán y Eva recibieron un llamado evangelístico. Dios les dijo, sojuzguen la tierra, ordénenla, creen cultura, creen diferentes tipos de manifestaciones de mi gracia creativa que yo pongo en ustedes. Tomen la naturaleza y dómenla. Creen ciudades, trabajen en la tecnología, hagan música, creen cine, y denme a mí la gloria.

Sabe lo que Dios ha querido es que nosotros tomemos su gran creatividad y toda su savia ilimitada y la corporicemos en diferentes expresiones que le den la gloria a él. El hombre sin embargo se ha arrogado para sí la gloria y ha colonizado el mundo en un sentido y la naturaleza pero no le ha dado gloria a Dios. Nosotros, como iglesia se supone que colonicemos el mundo para gloria de Dios por medio de una obra creativa tremendamente misericordiosa y generosa, no para subyugar a la gente ni explotarla, sino para permitir que la vida de Dios se manifieste en ellos.

Y tenemos que discipular a las naciones. Tenemos que completar ese mandato que se dio en Edén mismo de colonizar el mundo en la manera que Dios ha querido, sojuzgándolo y ordenándolo a la manera del reino y eso comienza un alma a la vez. Mañana cuando estés en tu trabajo, en el salón de clases, en el tren yendo hacia tu trabajo, regresando de él, manejando tu camión, ponchando algo, una máquina en una fábrica, en el salón de clases escuchando a un maestro y quizás respondiendo una pregunta en una forma inteligente, sabia, compartiendo con alguien en la hora del almuerzo, recuerda que tu tienes una comisión, tu tienes una identidad, tienes un llamado, tienes una obligación, tienes un privilegio, tienes un código dentro de ti operando, ser un salvador de almas, ser un reconciliador de almas.

Dios nos ha dado el mensaje de la reconciliación, queriendo decir que hay almas que están en enemistad con Dios y nosotros somos los que los vamos a reconciliar por medio de Cristo Jesús, predicando la palabra de la reconciliación. Quiera el Señor.

Yo le pido a Dios ahora mismo, Padre, en el en el nombre de Jesús mira este pueblo, Señor, tan hermoso, mira Padre, estos recursos físicos, materiales, financieros, culturales, que tu has puesto a nuestra disposición y a nuestro manejo e impártenos la vida del Espíritu Santo. Danos la autoridad, danos la sabiduría, danos el denuedo, danos las destrezas, la capacidad estratégica, la convicción, la persistencia, el sentido de que no hay otra opción, no hay otro estado legítimo que el de ganar almas para Cristo. Y fecúndanos con la vida del Espíritu Santo. Fecúndanos, Señor, con la capacidad de traer almas al conocimiento de Jesús.

Te ofrecemos esta nave. Te ofrecemos esta maquinaria, te ofrecemos este organismo, te ofrecemos esta comunidad, te ofrecemos esta familia, te ofrecemos este cuerpo con sus diferentes miembros, Señor. Tuyo es, avívalo como Adán inerte, breathe on us, Lord. Respira sobre nosotros, danos tu aliento de vida y conviértenos en un ser viviente que proclame tu palabra.

Reclamamos a Boston para Cristo. No solamente la comunidad latina, Padre, reclamamos afro americanos y asiáticos, reclamamos europeos, de diferentes razas, gente del Medio Oriente, indios de diferentes lugares, hindúes pero también de esta misma nación. Reclamamos las aldeas más recónditas, Señor, del norte de Nueva Inglaterra, en la frontera nórdica de Maine, Padre y en el sur de Connecticut, Señor, Rhode Island, reclamamos estas regiones para Cristo Jesús.

Somos sal en este cuerpo y queremos darle el sabor del Evangelio, Señor. Ayúdanos Padre, danos sabor para compartir. Yo bendigo este pueblo, Padre, bendigo esta concentración que tu has puesto en nosotros, Señor, esta visión. Ponle vida de manera que no estemos tranquilos hasta que no veamos la gloria tuya estallar, Señor, en esta ciudad y en esta región y a Cristo levantado en alto para que todo aquél que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. Recibimos ese llamado en el en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gloria al Señor.

Conoce tu identidad y vive conforme a ella

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Nuestra iglesia está llamada a fortalecer y a redoblar sus esfuerzos evangelísticos, yo estoy predicando una serie de sermones destinados a, primero, informarnos y educarnos acerca del llamado evangelístico. Segundo, llevarnos a reflexionar acerca del contenido bíblico y teológico que existe acerca de por qué tenemos que evangelizar. En tercer lugar, crear un sentido de urgencia y compromiso en el corazón de cada miembro de congregación León de Judá, incluyendo su pastor también, crear un sentido de urgencia y también de entusiasmo acerca del llamado evangelístico.

Y eso será parte de toda una serie de intervenciones. Un hermano se me acercó el domingo pasado en el servicio de las 12 y me dijo, “Pastor, está muy bueno que creemos consciencia a la gente acerca del llamado evangelístico pero también ellos necesitan instrucción y enseñanza,” y yo le dije, “Claro que sí, hermano, eso también está en el programa.” Vamos a estar también enseñando y dando entrenamiento acerca de evangelismo y vamos a estar evangelizando también, por eso usted oye de los servicios que estamos orientando hacia el evangelístico.

Y de paso, le digo que esto no se trata de una campaña evangelística, no es que vamos a estar dos meses y después business as usual, volvemos otra vez a la vida normal. No. yo les he dicho que durante todos estos años nos hemos estado dedicando una cantidad de nuestra energías a la construcción de edificios, renovación de planta física. Dios nos ha permitido ya concluir estos esfuerzos, 20 años de construcción. Tenemos una hermosa planta física, una infraestructura muy buena que Dios nos ha permitido establecer, y ahora, esas energías que se han liberado las queremos invertir en convertirnos en un organismo evangelístico, un organismo conquistador para gloria del en el nombre de Jesús en la ciudad de Boston y en esta región. Cuántos pueden decir amén aunque sea a las 10 de la mañana. Amén.

Quiero poner en ustedes un fuego evangelístico porque eso no se trata de un tiempecito que luego vamos a continuar con todo lo demás. No. yo quiero que nuestra iglesia como que ahora adquiera una naturaleza, un modo de vivir, una visión gobernadora con respecto al evangelismo. Queremos traer muchas almas al conocimiento de Jesucristo. Queremos conquistar esta ciudad. Por lo menos que la tierra que Dios nos ha dado la podamos preparar para el Señor.

Ya Dios nos ha permitido hacer muchas cosas bellas en esa área, pero yo sé que todavía hay mucho más que podemos hacer y entonces vamos a estar en las próximas semanas hablando, entrenando, preparando al pueblo y concientizándonos. Si nosotros entendemos la razón de ser de un creyente y si cambiamos las definiciones y entendemos cómo la escritura ve el llamado evangelístico y qué significa ser un seguidor de Jesucristo verdaderamente, auténticamente, qué significa ser un discípulo, qué Dios espera de ti. Cuando tu recibes a Cristo como Señor y salvador, entonces ¿qué? Bueno, ponchaste la tarjeta, te sellaron el pasaporte, te vas al cielo, okay, pero ¿es eso todo? Es la vida cristiana solamente venir a la iglesia los domingos y educar a nuestros hijos y la rutina evangélica de todos los días. Hay algo más. ¿Cuál es el significado verdaderamente de ser cristiano?

Cuando el Señor entra a tu vida, cuando el Espíritu Santo te toca, cuando tu adquieres esa nueva identidad de mujer, hombre nacido de nuevo, ¿qué cambios concretos se supone que se den en tu vida? ¿Para qué vives de ahí en adelante? ¿Cuál es la naturaleza de tu identidad?

Y vamos a hablar un poquito acerca de eso porque vamos a ver en la escritura que el Señor en todo momento vio la vida cristiana desde un ángulo bien específico y cuando quiso ilustrar lo que es un hijo de Dios, un seguidor de Jesucristo, un discípulo, usó una ilustraciones y unas expresiones muy concretas y muy específicas orientadas específicamente hacia un tipo de actividad y un tipo de mover dentro de la tierra de cada uno de los creyente y de la iglesia misa.

Entonces, vamos a ver algunos de estos pasajes. Miramos en Mateo capítulo 5, los versículos 13 al 16, dice:

“…Vosotros sois – los que asisten a la iglesia todos los domingos, los que leen la Biblia y se memorizan muchos versículos, los que trabajáis en el ministerio de ujieres, en las iglesias y los que son diáconos y ancianos y todo ese tipo de cosas. Mire lo que dice – …Vosotros sois la sal de la tierra. – dígase eso ahora mismo en su espíritu, yo soy sal de la tierra. – Pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? – porque no puede ser salada porque es sal ya. Si la sal pierde su sabor, hay otra expresión – No sirve más para nada…”

Entienda esto, si la sal no puede dar sabor, si por alguna razón pierde su capacidad para hacer lo que ella es, que es combinarse con diferentes materias, vegetales, carnes, todo este tipo de cosas, e impartirle su naturaleza salada, si no hace eso… porque uno pensaría, quizás puede hacer otra cosa, se pueden hacer muñequitos de sal, se puede hacer unas bolsitas muy bonitas de tela con sal adentro y vendérsela a la gente. Pero la sal no está hecha para eso, hay muchas otras materias que pueden hacer todo eso. La sal, su función, su naturaleza, su esencia, su identidad misma, su razón de ser, lo que justifica su existencia en la tierra es impartirle sabor y específicamente un tipo de sabor a las cosas. Y si la sal no hace esa función, no importa qué otra función haga, no está sirviendo su cometido. No está obrando según su identidad. Y yo creo que usted ya está comenzando a ver mi propósito.

“…No sirve más para nada…” Si una iglesia no hace lo que Dios la ha llamado a ser, no sirve para nada. Es simplemente otra cosa. Es un obstáculo muchas veces inclusive.

“…No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres…”

Guau! Esa terminología, echar fuera, es interesante porque el Señor la ha usado para siervos infieles echados fuera de la casa, y holladas, para ser pisoteadas por los hombres. Es interesante esto, que si la iglesia no lleva a cabo su función, sabe que se convierte en un objeto de ataque y de menosprecio e inclusive de opresión y abuso de parte de los hombres. Y yo creo que eso es parte de lo que está pasando en este tiempo en esta nación y en otras partes del mundo, que la iglesia ha adquirido una identidad diferente, no está haciendo su función, no está viviendo genuina, auténticamente como lo que Dios la ha llamado a ser, lo que Cristo vino a declarar que ella fuera, y entonces Dios se desentiende de ella, no está en contacto directo con los beneficios del Reino de Dios y entonces simplemente es hollada, es abusada, pisoteada, manipulada por los hombres.

Entonces, una imagen que el Señor usó para la iglesia es sal, que imparte su sabor. Otra imagen está al lado, en el versículo 14, dice:

“…Vosotros sois la luz del mundo…” Usted tiene que decir, yo soy luz. Dondequiera que la luz va despeja las tinieblas y alumbra. Esa es su naturaleza. Usted prende un bombillo y no sale música por el bombillo, no, lo que sale es luz, despeja las tinieblas. Si hay oscuridad desaparece la oscuridad y la luz impera y se impone y es invasiva. Un bombillo es pequeño pero arroja luz a todo su alrededor, mucho más grande que el bombillo mismo, la fuente de la luz.

“…Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se debe esconder…” yo recuerdo hace años atrás andaba con unos amigos viajando por México, estamos hablando más años de los que yo quiero recordar, cuando yo estaba en la escuela superior, imagínese. Hicimos un viaje por México cuando terminamos las clases que estábamos tomando en Guanajuato, México, y veníamos en la noche, íbamos a ir a Acapulco a predicar el Evangelio. Era de noche, la noche estaba bien oscura, íbamos en un van y habíamos atravesado un área montañosa y oscura y de momento dimos una vuelta y así a la distancia vimos las luces de Acapulco que estaba como en una altura donde nosotros estábamos. Y se veían todas esas luces brillosas, maravilloso, bello, eso infundió esperanza en nosotros. Ya estamos llegando, porque era tarde, se había hecho largo el viaje. Y pudimos ver las luces de Acapulco desde la distancia porque estaba en un punto alto.

Dice aquí que nosotros somos la luz del mundo y que una ciudad asentada sobre un monte no es posible que se esconda. Su naturaleza no se lo permite. “…Tampoco se enciende una luz y se pone debajo de un almud,” –es decir, usted no pone un bombillo y se lo pone debajo de la cama. Nunca he visto una conexión excepto quizás en la casa de un neurótico, debajo de una cama. Las luces se ponen en el techo o se ponen en las paredes porque así arrojan su iluminación sobre todo el medio ambiente. Se ponen en lugares despejados como para que todo el mundo pueda recibir su provecho.

Una luz no se enciende y se pone debajo de un almud, debajo de una almohada, debajo de una cama, “…sino se pone sobre el candelero y así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…”

Ese es el llamado entonces. Los hombres tienen que ver nuestra luz y esa luz se manifiesta en muchas maneras, se manifiesta a través de nuestro testimonio, comportamiento, vida noble, digna de admiración y respeto, nuestra generosidad y también nuestro testimonio, el cambio que Cristo opera en nuestras vidas. Cuando la gente ve la vida de la iglesia, cuando ve su forma diferente de vivir, la gente dice, guau, yo quiero creer en Jesucristo, yo quiero entregar mi vida al Señor, yo quiero lo que esa gente tiene. Pero nosotros tenemos que alumbrar y tenemos que ser sal.

Ahora vamos a otra sustancia, a otra esencia también que por su naturaleza misma tiene un comportamiento específico y un efecto específico. Vamos a Lucas, capítulo 13, versículo 18 al 21.

“…¿A qué es semejante el Reino de Dios y con qué lo compararé?” Vamos a ver, hermanos, ¿a qué se parece la iglesia de Jesucristo? ¿A qué se parece el Reino de Dios en la tierra? ¿A qué se parecen los valores y la economía del Evangelio.

“…Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto y creció y se hizo árbol grande – es un arbusto, es una planta que se esparce grandemente. Comienza con un granito pequeñito pero con el tiempo se va multiplicando, creciendo y puede llegar a ser una hortaliza inmensa. – Se hizo árbol grande y las aves del cielo anidaron en sus ramas…”

Qué imagen poética más linda la que el Señor escoge de seres vivientes que encuentran nutrición, refugio, descanso en ese árbol gigantesco que es el arbusto de mostaza, que nace de algo extremadamente pequeño. Si usted piensa la iglesia de Jesucristo con sus millones de personas en el mundo entero, que ha sido un elemento invasivo y determinante en la historia de la humanidad desde el primer siglo, comenzó en una pequeña aldea, en Belén cuando nació esa criatura santa y maravillosa que es Jesús, continuó con 12 discípulos pobres, insignificantes, ninguno de ellos altamente educado ni sobresaliente, un grupo de personas alrededor de él, mujeres piadosas que acompañaron a Jesucristo sin ningún poder, ninguna voz social, y de allí, desde ese pequeño y humilde comienzo, con un mártir crucificado se esparció por todo el mundo hasta llegar a ser esa fuerza poderosa y determinante que es la iglesia de Jesucristo. Comienza como algo pequeño.

El Señor siempre comparó el Reino de Dios con algo que comienza muy pequeño y se va haciendo más y más grande, más y más poderoso, más y más influyente. Y eso es lo que Dios quiere que nosotros seamos dondequiera que vayamos. Eso es lo que Dios quiere que esta iglesia, para gloria del Señor, sea más y más, como el grano de mostaza, comienza pequeñito pero se va expandiendo, creciendo hasta llegar a ser algo extraordinariamente invasivo y poderoso.

Y en el versículo 20… entonces tenemos sal, luz, grano de mostaza pequeñísimo que llega a ser algo grande y que se esparce y vamos a ver una cuarta sustancia o entidad que nos recuerda la naturaleza de la iglesia. Dice aquí, “… volvió a decir, ¿a qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que todo – digan todo – fue fermentado…”

¿Cuántos hacen pan aquí alguna vez? Cuando usted hace pan lo primero que usted coge es un sobrecito pequeñito de levadura, coge la harina, un poquito de agua tibia. Coge la levadura, echa la harina en agua tibia para que esa levadura comience a disolverse. Sabe usted que son organismos que comienzan a disolverse y comienzan a burbujear y a expandirse y entonces usted coge esa levadura que ha disuelto en agua tibia y la echa en la harina, con un poquito de sal, y entonces la mezcla y tiene que mezclarla muy bien, porque si usted la echa solamente en un poquito de harina y coge la harina y simplemente la mueve, pero una de las cosas que tiene que asegurarse es que esa levadura leude toda la masa, que se esparza por todas partes de la masa y entonces usted la coge, cuando la ha mezclado bien, la ha amasado bien, usted la esconde por un tiempo.

Le pone un pañito por encima, la pone a un lado y la deja una o dos horas y ¿qué pasa en ese tiempo? Que la levadura va creciendo dentro de la masa. Son burbujitas de aire que van empujando la masa. La cantidad de harina es la misma, pero las burbujas van expandiendo y entonces usted regresa un par de horas después y va a ver que si la levadura estaba buena, esa masa que era como una bolita así, se ha duplicado y quizás a veces hasta más si usted la deja más tiempo, porque se ha expandido. Está por todas partes en la masa y la hace mucho más grande. Y esas sustancias pequeñitas ahora como que han dominado, han tomado control de la masa y eso es lo que permite que el pan no sea un galleta, que sea pan las burbujitas, el aire, entonces usted coge ese pan… a veces lo que uno hace es que la vuelve a aplastar y otra vez vuelve y sube, como la iglesia de Jesucristo.

Usted la puede aplastar y perseguir pero otra vez vuelve y se expande. Entonces, vuelve otra vez porque va cogiendo el sabor de la fermentación y con la harina y todo eso, y finalmente usted tiene una masa que puede hacer un rico pan. Ya yo tengo hambre. Porque la levadura esa es su función, es expandirse, esa es su naturaleza, eso es lo que tiene escrito en su ADN.

Entonces, sal, luz, grano de mostaza, levadura. Entienda que en nosotros la naturaleza, la identidad de la iglesia, el ADN es expandirse, es ejercer influencia, es conquistar todo lo que está alrededor, es manifestar su naturaleza e imponer esa naturaleza sobre todo lo que está alrededor de ella.

¿Cuál es nuestra harina en la ciudad de Boston? La ciudad de Boston y cada uno de ustedes es un granito de levadura, en su trabajo, en la escuela, en la universidad, en el vecindario, en su edificio, en su club de lo que sea, en el tren, entra un granito de levadura, dondequiera que va un creyente entra un grano de levadura, entra un bombillo del Reino de Dios, entra en un grano de mostaza que tiene que expandirse. Esa es la naturaleza. Y cuando una iglesia, cuando una comunidad cristiana está funcionando conforme a su naturaleza es que se supone que crezca, se supone que se expanda, porque la vida de Dios está dentro de ella.

¿Sabe lo que es anormal en una iglesia? Que no crezca. ¿Sabe lo que es contra natura, lo que es un disturbio de la naturaleza? Es que una iglesia se quede siempre del mismo tamaño, pequeñita o que decrezca y se muera. Porque la naturaleza misma de una comunidad cristiana es expandirse, crecer, ser influyente y traer otros al conocimiento de Jesucristo. Eso es lo que tu tienes adentro de ti.

Y por eso es que las iglesias se mueren, porque dejan de crecer, dejan de expandirse, reprimen su verdadera identidad. Eso es lo que a mí me ha preocupado siempre para crecer y progresar. Usted ve que la naturaleza del reino es avanzar, todo lo vivo se mueve, hermanos. Ahora mismo la sangre dentro de usted está corriendo continuamente, si se paró, es porque usted ya está camino al cementerio. Su corazón está siempre latiendo. Las células de su cuerpo están siempre siendo reemplazadas, se mueren y son reemplazadas continuamente. Las células de su piel se despojan y crecen nuevas células para cubrir su piel. El mundo es dinámico. Los átomos no descansan un solo minuto. Esa silla firme sobre la cual usted está sentada es un universo que si usted lo viera se asustaría de lo dinámico que es, está hecho de átomos y partículas subatómicas que explotan y se chocan una con la otra y se recrean a una velocidad frenética.

Los planetas nunca dejan de moverse alrededor de sus estrellas, de sus soles. Las galaxias siempre se están expandiendo y moviéndose. El universo que Dios creó es un universo dinámico, expansivo y todo lo que se estanca se muere o huele mal, y la iglesia por igual, si la iglesia no se mueve… por eso es que ustedes me ven a mí siempre fraguando nuevas ideas. Okay, unas pantallas nuevas, no porque a mí me gusta simplemente la actividad por actividad, pero yo… uno siempre tiene que estar pensando cosas nuevas.

La iglesia de Cristo tiene que estar mejorando, perfeccionándose, puliéndose, adquiriendo nuevas destrezas, aprendiendo a ser la iglesia de Jesucristo. Usted como cristiano tiene que crecer, tiene que desarrollarse, tiene que aprender nuevas cosas, tiene que ser más como Cristo cada día. La vida cristiana es una vida dinámica. Hay que estar creciendo, aprendiendo. ¿Cuántos cogen lo que estoy diciendo? ¿Cuántos se atreven a vivir una vida dinámica, expansiva en el nombre del Señor?

Porque así tiene que ser. Y no se quede donde usted está nunca. No se quede son sus defectos y sus depresiones y sus limitaciones, diga, bueno, ya Dios me hizo así, yo he tratado. No, en el nombre del Señor vaya al nuevo nivel, porque Dios lo hizo a usted un espíritu expansivo y la iglesia de Jesucristo tiene que ser así. Gloria al Señor que nosotros hemos venido aquí a Boston, Dios nos ha bendecido grandemente, de cuando llegamos aquí un grupo de 200 personas más o menos, y Dios nos ha bendecido en muchas maneras, pero ha sido por su gracia y porque yo creo que la naturaleza de un pueblo es mejorar cada día, crecer cada día.

La naturaleza del pueblo de Dios, nuestro ADN, nuestra constitución interna como hijos de Dios, la identidad que Dios nos ha impartido, aunque no la reconozcamos, y aunque no la veamos, es una identidad de conquista, de triunfo, de impacto, de influencia. Dios te ha hecho por naturaleza influyente, te ha hecho grandioso y excelente.

Estaba leyendo, recordé algo, esta misma mañana la historia de unos niños vietnamitas, 4 de ellos, madres vietnamitas, sus madres eran prostitutas, mujeres que trabajaban en hoteles arreglando sábanas y camas y todo eso, y había un millonario norteamericano, su nombre Larry Hillblom y este hombre, este millonario norteamericano viajó a Vietnam del Sur y a las Filipinas y tuvo relaciones con varias mujeres mientras él iba a desarrollar sus hoteles y sus campos de golf. El caso fue que varias de estas mujeres concibieron hijos de este billonario y con el tiempo estas mujeres se combinaron varias de ellas y demandaron a Larry Hillblom, que ya estaba aquí en Estados Unidos, por paternidad. Varias mujeres, eran como 10 o más, y solamente 4 de ellas pudieron probar que sí, que sus hijos eran hijos de Larry Hillblom y cada uno de estos niños que ahora sus madres y ellos mismos quizás entendían su verdadera naturaleza, lo que tenían por dentro, cada uno de ellos heredó una fortuna de $90 millones de dólares por ser hijos de Larry Hillblom.

¿Por qué? Porque tenían el ADN de este hombre, no eran destinados a la pobreza, no cargaban dentro de ellas el ADN de un filipino o un vietnamita del sur, miserable y pobre, sino el ADN de un billonario y su vida fue transformada porque también ellos se dieron cuenta de su identidad. Sus madres se dieron cuenta de la identidad y se actualizó la identidad que ellos llevaban por dentro y eso se convirtió en una fortuna y en una vida transformada para ellos.

Y yo pienso que así el mundo está lleno de hijos, no de Larry Hillblom, pero del Rey de Reyes y Señor de Señores. El Señor nos ha impartido una nueva naturaleza, somos nacidos de nuevo, somos criaturas nuevas, las cosas viejas pasaron y aquí todas son hechas nuevas. Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza verdaderamente ahora. Nos ha impartido la identidad de ganadores, triunfadores, conquistadores, gente de influencia. Dios ha puesto en nosotros una dotación multibillonaria de poder. Lo que pasa es que la mayoría de los cristianos viven la vida cristiana y mueren sin actualizar y a veces sin percatarse de la verdadera identidad que llevan por dentro, no la actualizan, no la ponen en práctica, no comienzan a ejercerla, no leudan la masa, no cogen esa masa que tiene la levadura divina y comienzan a moverla y amasarla para que comience a expandirse. La dejan ahí simplemente guardada.

Yo creo que cuando la iglesia de Jesucristo se da cuenta de su verdadero llamado y de la dotación que tiene dentro de ella, lo que cada cristiano, cada creyente tiene dentro de él. Si León de Judá se da cuenta de que Dios nos ha hecho, esto es una bomba atómica, hermanos. Imagínese si con… gracias a Dios nosotros hemos hechos, no es tampoco que nos estamos echando tierra en la cabeza, Dios nos ha permitido hacer muchas cosas en esta ciudad precisamente por esa razón, porque la naturaleza… pero imagínese si nosotros ahora nos ponemos predominantemente a evangelizar y a expandirnos y a crecer y atraer vidas.

Eso es lo que a mí me asusta verdaderamente cuando yo pienso en este proyecto, porque lo que yo tengo en mente es algo grande y transformador para nosotros. Y me asusta porque eso quiere decir que hay tantos cambios que tenemos que hacer y que esto es como si yo decidiera irme a vivir ahora a la China y me olvidara de vivir en Estados Unidos y de volver a Estados Unidos y tuviera que hacer mi vida en otro país, con una identidad casi nueva totalmente y lo que significa cambiar el curso de una congregación. Esto me asusta tanto a mí casi como cuando salimos desde Cambridge para venir a Boston, el temor que uno sentía de… esto era ya como Cortés irse de España a México y cortar los puentes detrás de él cuando entró a ciudad México, porque no había vuelta atrás ya. Tenía que seguir adelante.

Porque esto va a significar un cambio radical en nuestra vida, en nuestras vivencias, en nuestras actividades. Y yo estoy anunciando esto tanto que cómo retrocede uno después de amarrarse en una manera tan grande y tan comprometedora públicamente. Porque lo que estamos hablando es algo grandioso. Yo creo que si nosotros hemos podido hacer las cosas que hemos podido hacer medianamente evangelísticos, qué no podríamos hacer nosotros si nos dedicáramos a eso. y yo estoy poniendo a prueba aquí la vigencia y la autenticidad y la legitimidad del Evangelio al declarar esto.

Porque si nosotros no crecemos y no vemos un cambio, yo lo consideraría un fracaso. Pero yo creo que no vamos a fracasar sino que vamos a prosperar en el nombre del Señor. Porque Dios nos ha hecho de esa naturaleza. El Padre nos ha inseminado, como Larry Hillblom, con una nueva vida interior, un nuevo poder.

El Señor les dijo a sus discípulos antes de subir al cielo, “Id y haced discípulos a todas las naciones.” Y como ustedes recuerdan que les dije el domingo pasado, primero dijo, toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. ¿Por qué dijo él eso? porque estaba extendiendo esa potestad también a la iglesia. Él estaba diciendo, esa potestad que está en mí, yo se las doy a ustedes y por eso les digo, vayan y hagan discípulos a todas las naciones. Y al final dijo, “Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”

En otras palabras, no teman, yo voy con ustedes y ciertamente eso fue lo que pasó. Este grupito de cristianos con el poder del Espíritu Santo comenzaron a cambiar toda la historia y un par de siglos después la potencia más grande en toda la historia, Roma, cayó a los pies del Evangelio. Y el mismo emperador Constantino se convirtió al Evangelio. Porque la iglesia es poderosa, la iglesia… hay peleas, hay batallas, sí, hay luchas que tienen que librarse, hay oposición del diablo, puede haber algunas caídas y algunas derrotas de una y otra batalla pero la guerra es nuestra, la victoria es definitivamente inevitable.

Ese es el llamado de la iglesia. Es ser sal, ser levadura, ser grano de mostaza en el mundo. La sal preserva. ¿Por qué el Señor escogió estas imágenes? Bueno, la sal sala, imparte un sabor, pero otra cosa que la sal hace es preservar la comida. Se usaba en aquellos tiempos, cuando no había refrigeradores, se usaba la sal para salar la carne en esos grandes viajes marítimos. Libra las cosas de deterioro y de corrupción. Sabe usted también que la iglesia como sal de la tierra es un preservador de la sociedad. La sal permite… donde la iglesia está, hermanos, se supone que haya un elemento de progreso, bendición, para la ciudad, para los vecindarios donde está la iglesia.

Y ciertamente para gloria del Señor y por testimonio aún de legisladores de la ciudad de Boston reconocen que nuestra venida aquí a este vecindario, ha sido para bendición y para preservación de vida. Dios ha permitido que esta iglesia… yo recuerdo, este lugar donde nosotros estamos ahora mismo posados, donde está este edificio, era una cueva de ladrones, esto era horrible. Aquí se tiraban drogas, aquí prostitutas practicaban su labor, aquí en este espacio santo ahora donde nosotros estamos alabando y glorificando el nombre del Señor. Aquí mataban gente en ese pasillo entre los dos edificios de Harrison y North Hamptom, mataron a dos prostitutas justamente antes de nosotros llegar en el primer edificio.

Y era un lugar de mala muerte literalmente, esta área toda por acá. Yo le digo a los hermanos siempre que una de las primeras cosas, cuando nosotros comenzamos… quizás usted conoce la historia, cuando nosotros abrimos el edificio primero que comenzamos a trabajar en él, comenzamos con voluntarios de la iglesia y un día, como los primeros dos o tres días de nosotros comenzar a trabajar acá, estaban los hermanos trabajando, era un sábado por la mañana o algo así, y estaban comenzando a romper paredes en el primer edificio, alguien toca a la puerta, que era una puertecita, la de vidrio primera aquí en North Hampton Street, tocan a la puerta y voy yo todo polvoriento y abro la puerta y había un hombre que estaban tocando la puerta con sangre corriendo desde la cabeza a toda la cara. Y me dice, “Mira, me acaban de dar un botellazo, unos hombres me agarraron.” Evidentemente él era narcómano también, era un adicto a drogas, se veía… parece que se metió en una pelea con ellos y le rompieron una botella en la cabeza y estaba botando sangre.

Para mi vergüenza, yo lo confieso, hermanos, ¿sabe lo primero que yo pensé? No pensé en el hombre, pensé, “Ojalá que esta gente adentro no vean a este hombre porque se me van a acobardar y van a pensar a dónde nos ha metido el pastor Miranda. Mire el vecindario donde nos trajo este hombre.”

Y yo estoy mirando para atrás y escuchándolo a él, entonces yo abrí la puerta, la cerré y hablé con él afuera de la puerta y llamamos a la policía y el hombre estaba bien. Pero era una imagen muy tétrica, ese era el vecindario donde nosotros llegamos aquí, hace menos de 20 años. Y el Señor ha bendecido este lugar en grandes maneras.

Yo siempre le digo a la gente que un estudio al lado de la North Hampton Street vale el doble de lo que nos costó todo el edificio con los 10 mil pies cuadrados donde está este edificio también. Porque nadie quería vivir en esta área en ese tiempo, pero Dios ha regenerado… esta área es un área ahora que todo el mundo quiere vivir en ella y por dondequiera están construyendo condominios.

Porque yo creo que cuando la iglesia… no somos el único show, yo entiendo eso aquí. Dios ha usado otras cosas, y también han venido otros gigantes a la tierra, pero este lugar ha sido transformado de una manera preciosa. Y dondequiera que uno va uno tiene que creer que Dios va, donde va un hijo de Dios va el poder de Dios, va la sal del reino, va la levadura del Reino de Dios, va la influencia y cualquier vecindario donde tu estás… cuando tu estás en tu vecindario cree que el Señor va contigo, el Señor está contigo.

Yo recuerdo Sommerville donde nosotros nos mudamos hace 30 años, era un área decrépita, nunca fue un vecindario malo pero sí no tenían nada que lo recomendara, simplemente un lugar ordinario. Yo creo que porque hijos de Dios están allí, nosotros incluidos, esa área ha sido bendecida grandemente, porque cuando uno va a un lugar uno cree que Dios va con uno. Dios bendice los vecindarios. La gloria de Dios está con usted.

Si usted vive Dorchester, si vive en Mattapan, hay droga allí, hay violencia, hay gangas, establezca una bandera de Reino de Dios y diga, aquí está el Reino de Dios. Comience a reprender al diablo en esa área donde usted está. Ore por su cuadra. Ore por el vecindario inmediato donde usted está. Ore por el edificio, para que Dios o convierta a las alimañas o se las lleve, pero que haya un cambio. Usted entre con la bandera del Reino de Dios. No entre a sufrir y a padecer y a aguantar, entre a conquistar, entre a cambiar la configuración de donde usted está, porque Dios va con usted.

El Reino de Dios avanza, dice, lo hace con fuerza, el Reino de Dios avanza con violencia. El Reino de Dios destruye todo lo que está por delante y lo conquista para el Reino de Dios. Todo pensamiento… dice Pablo que todo pensamiento rebajándolo al dominio de Jesucristo, todo lo que se levanta contra el nombre de Cristo se supone que nosotros tengamos guerra contra ellos y lo cambiemos.

Pero yo creo que se necesita una actitud aguerrida, por eso es que yo quiero estos sermones contagiarlos a mis hermanos con esa actitud de que tu no eres un energúmeno, un insecto bajo las fuerzas del diablo y del enemigo. Tu eres un agente de poder. Tu estás en control, porque tu eres un hijos de Dios, tu tienes el ADN, del Hijo de Dios dentro de ti y donde la iglesia entra es a conquistar, porque si nosotros creemos que simplemente este mundo está perdido y la gente está dura y está resistente y no quiere oír el Evangelio entonces no vamos a tener la fuerza que necesitamos.

Usted tiene que creer que usted tiene poder y que si esta congregación se dedica verdaderamente a proclamar el Evangelio y a buscar maneras, Dios no nos va a fallar y vamos a ver la gloria de Dios establecida.

Yo podría estar aquí mucho tiempo hablando de este tema, hermanos, pero yo creo que el meollo, el centro de este sermón es que Dios te ha puesto a ti para crecer. Dios te ha puesto a ti para conquistar. Hay gente en tu vecindario, en tu trabajo, que con la ayuda del Señor tu vas a usar el poder de Dios en ti para traerla al conocimiento de Jesucristo.

Me viene a la mente una última imagen bíblica de cuando los judíos, los israelitas estaban a punto de entrar en la tierra prometida de Canaán después de 40 años en el desierto y Dios le dijo a Moisés que enviara espías para ver la tierra donde él los había llamado. Y mandó a 10 espías entre los cuales estaba Josué y Caleb, ustedes recuerdan la historia. Y esos 2 espías entraron a la tierra, la examinaron y había dos elementos, un elemento de tiniebla y un elemento de luz. Un elemento positivo y un elemento negativo. Y estos hombres examinaron la tierra y cuando regresaron a donde Moisés para darle el reporte después de espiar y explorar la tierra, le dijeron a Moisés, “Moisés, ciertamente esta tierra donde Dios nos ha enviado es una tierra que como Dios dijo, fluye leche y miel, es fértil, hay ciudades enteras que nos podría convenir muy bien si las conquistáramos, hay riquezas bien grandes, pero hay un problema, dice que hay gigantes en esa tierra, la gente es grande, la gente es fuerte, son aguerridos, tienen bronce para lanzas y para carros de guerra y nosotros no tenemos ninguna de esas cosas. Sí, es cierto hay mucha promesa pero no podemos. Los obstáculos son demasiado grandes. ”

Dice la Biblia que Josué y Caleb en los cuales Dios había puesto otro espíritu, aunque yo creo que todos tenían el mismo espíritu, pero unos lo reconocían y otros no, dijeron, mis hermanos, nosotros no estamos de acuerdo con ese reporte negativo que ustedes hacen. Si Dios está con nosotros, dice, nosotros vamos a comernos como pan a esa gente. Nosotros vamos a conquistar esa tierra, porque Dios está con nosotros.

Los 10 espías tenían una mentalidad que solo se enfocaba en lo negativo, en su mente los elementos negativos imperaban sobre los positivos, eran mucho mayores y se dejaron atemorizar. Cuando yo pienso en esta ciudad yo veo todo los obstáculos que hay y parecería como que todo está cerrado, que es difícil verdaderamente tener un evangelismo avasallador y conquistador. Esos son los gigantes, la juventud está violente, que el mundo está secularizado, que la gente piensa que la iglesia es hipócrita, que el diablo ha endurecido el corazón de la gente, que la cultura es demasiado poderosa, que la gente no tiene tiempo para el Evangelio. Todas esas cosas se ofrecen, pero también yo veo que poder de Dios en nosotros. Yo veo la promesa de Dios, yo veo que Dios nos ha creado poderosos, yo veo que nosotros tenemos una palabra de victoria inevitable en nuestros corazones y en nuestras vidas.

Y como Josué y Caleb nosotros tenemos que decir, no, no vamos a deshonrar a nuestro Dios, vamos a poseer esa tierra en el nombre del Señor. Y por eso Dios bendijo a Josué y Caleb. Los hebreos entraron en la tierra prometida, pelearon muchas batallas y la conquistaron finalmente. Y dondequiera que hubo un rey que le creyó al Señor, Israel fue grande y poderoso y prosperado, donde hubo reyes que no le creyeron, hubo desgracia y desastre. Y cuando el pueblo hizo lo que tenía que hacer Dios siempre lo prosperó y siempre lo bendijo.

Entonces, yo les animo en el nombre del Señor, yo creo que el centro de este mensaje es conoce tu naturaleza y vive conforme a ella. Conoce la dotación de Dios para evangelizar, para traer a otros al conocimiento de Jesucristo, para bendecir familias, para ser sal en esta ciudad, para dejar sentir el sabor maravilloso del Reino de Dios, en todas las dimensiones de esta ciudad, en todos los aspectos de la vida de esta ciudad, para ser levadura que leude toda la masa, para alumbrar las tinieblas del crimen, la perversión, el secularismo, el rechazo del Dios. Vamos a alumbrar, vamos a darle sabor a esta ciudad, que la gente sepa que hay un pueblo que le cree que su Dios.

Baja tu cabeza en nombre del Señor o levanta tus ojos al cielo y yo te animo en el en el nombre de Jesucristo, quítate el atuendo húmedo, frío, pobre de un mero evangélico, convencional, y vístete con la armadura del Reino de Dios, vístete con el atuendo de una sacerdotisa. Vístete con la corona de un rey que Dios lo ha puesto para gobernar.

Dice la Biblia que Dios nos ha hecho un pueblo de reyes y sacerdotes, una nación santa, un pueblo que ha sido sacado de las tinieblas a la luz para que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Para eso es que hemos sido llamados. No hemos sido llamados para otra cosa, tu existes para ser sal, para ser levadura, para ser luz, para ser grano de mostaza.

En el nombre del Señor tu vas a evangelizar a tu familia, muchos van a venir al conocimiento de Jesucristo. Créelo ahora mismo y recibe autoridad en el nombre del Señor para conquistar esa tierra dura. Tu matrimonio, tus hijos, no se los cedas al diablo. Tu tienes autoridad espiritual, tu vecindario es bendecido y santificado, tu matrimonio, dice el Apóstol Pablo, es santo porque tu estás, seas mujer o seas hombre, tu santificas tu matrimonio en el nombre del Señor.

Donde está un hijo de Dios prevalece el reino de los cielos. Ármate de esa identidad, cambia tu programación ahora mismo en el en el nombre de Jesús. Di, fuera la idea de que yo soy una víctima, fuera la idea de que yo dependo del gobierno o de la gente para predicar el Evangelio y ser luz y ser buena influencia en el mundo. Entre la identidad de un guerrero, un hijos de Dios, un poderoso gigante espiritual usado por Dios para grandes cosas en el en el nombre de Jesús.

Padre, cambiamos la identidad de esta congregación, en el nombre de Cristo, en el en el nombre de Jesús, Señor, te agradecemos todas las cosas que hemos podido hacer en tu nombre. Almas que han venido al conocimiento de Jesucristo a través de nosotros, pero Padre, entendemos claramente que no hemos ni siquiera rozado la superficie, que tu tienes algo mayor, más poderoso y ahora, Padre, adoptamos una mentalidad de conquista en el nombre del Señor con todo lo que la acompaña, Padre, con la fortaleza y la santidad y la agresividad. Vivimos, viviremos en el poder del Espíritu Santo, conquistaremos nuestra tierra.

Tu nos has puesto aquí en Roxbury, Mattapan, Dorchester, Sound End, Jamaica Plain, Hyde Park, Sommerville, Cambridge, Revere, Wayland. Tu nos has puesto en estos lugares, Padre, con un propósito, Quincy, un propósito, Señor, y en el en el nombre de Jesús abrazamos nuestro identidad como creyentes, como hijos de Dios. Y Padre, no moriremos sino que viviremos y prosperaremos.

Gracias Señor, creemos que este mensaje se incrusta, se inyecta en la identidad de este pueblo, Padre, y veremos tu gloria, Señor, y consideraremos este un comienzo de algo extraordinario y transformador para gloria de tu nombre. Gracias Señor en el en el nombre de Jesús. Y el pueblo de Dios dice, amén.

Entrevista de parejas

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Y hoy tenemos algo muy único que fue de gran bendición esta mañana y que yo creo que va a ser de gran bendición para ustedes, Jhonatan y yo vamos a estar de Oprah y de Steve Harley, Don Francisco, queremos que ustedes reciban la Palabra de una forma nueva y diferente, una forma dinámica, hoy es el primer día de nuestro programa “CLJ presenta” y esto está al vivo a todo color por el internet, por todas partes.

Pastor Roberto: Sí señor y lo que queremos es presentar un tema que es muy adecuado para el tiempo que estamos celebrando, el amor, la amistad, las relaciones humanas y cómo el Evangelio de Jesucristo hace posibles transformaciones en medio de circunstancias difíciles, cómo Dios cambia las situaciones amargas y las convierte en algo maravilloso de crecimiento para todos los que están involucrados en el Reino de Dios, así que queremos hacerlo entrevistando algunos hermanos y reflexionando sobre cómo la fe puede transformar situaciones difíciles.

El hecho de que somos cristianos no quiere decir que estamos exentos de las luchas y las dificultades que todo ser humano tiene que pasar, la diferencia está ¿en qué, dirías tú?

Jonatán: La diferencia está en Cristo, está en Cristo, en la oración y en el desarrollo de una relación íntima con el Señor a medida que uno convive con otra persona, y hoy queremos hablar acerca de eso, de matrimonios que vencen. Vamos a hablar de historias reales de personas en nuestra Congregación que ejemplifican ciertas características que nosotros queremos resaltar el día de hoy, y también vamos a estar hablando acerca de la complejidad de muchas relaciones maritales en nuestra Iglesia porque no todo es color de rosa.

Roberto: Ciertamente, como digo somos imperfectos y el matrimonio yo creo que Dios lo diseñó para que sirviera como un mecanismo para el crecimiento y el perfeccionamiento del creyente, sabemos que el matrimonio estuvo allí en los comienzos mismos de la creación y Dios sabía que había algo muy especial en esa relación entre dos seres humanos que entran con sus imperfecciones, con sus bagajes que tienen y entonces proceden a formar un solo ser prácticamente, y que en ese proceso de aunarse más y más tienen que empezar a dejar cosas; a perdonarse, a tolerarse el uno al otro, a ver lo mejor en cada uno, a sacar lo mejor del otro a través de la relación matrimonial y es un maravilloso mecanismo.

Jonatán: Así es y queremos resaltar el rol y el poder del perdón en diferentes tipos de relaciones, relaciones de parejas, relaciones familiares, relaciones entre amigos y también la importancia de la reconciliación, de uno poder reconciliarse, los diferentes elementos que están involucrados en eso, la importancia de dejar el pasado atrás ¿verdad? y tratar de enfocarse en el presente con vista hacia el futuro.

Claro que sí pero espérese ¿ustedes han visto Despierta América verdad que sí? Nosotros vamos a invitar unas personas que vengan aquí pero nosotros queremos que ustedes les aplaudan, que haya algarabía ¿okay?

Roberto: va a haber una pantalla ahí que diga: ría y ustedes ríen, aplaudan y ustedes aplauden, digan “buu” y ustedes hacen “ooh yaay” hay que animar esto, hay que animarlos si no la gente se me aburre.

Jonatán: La primera pareja que queremos invitar ellos son originarios de la República Dominicana pero se conocieron en Puerto Rico, en la isla del encanto, sí, tienen 11 años de casados, dos hermosos hijos, 9 años en nuestra Congregación y queremos que ustedes reciban con un fuerte aplauso a Marino e Isabel López, fuerte el aplauso ¡wooo! ¡Bienvenidos, bienvenidos! Así me gusta, así me gusta con energía (recibe a los invitados con un abrazo) chévere, bienvenidos Marino e Isabel a CLJ presenta el programa inaugural de nuestra Congregación, cuéntenme ¿cómo se sienten?

Para que ustedes tengan una pequeña historia son una familia que han estado íntimamente involucrada en la vida de nuestra Congregación, por varios años ellos han servido en el ministerio de I Wanna, en el ministerio de la escuela dominical, actividades con parejas y son una familia joven que nosotros escogimos para que nos cuenten un poquito de su historia, cómo llegaron a nuestra Iglesia y cuáles han sido algunos de los retos que han enfrentado. Esta mañana fue de bendición y yo sé que esta tarde también Dios va a tocar muchos corazones.

Roberto: Bienvenidos Marino e Isabel, desde que ustedes llegaron a León de Judá se han hecho muy visibles, han hecho tantas actividades y yo siempre los viernes cuando estoy caminando por allí en los pasillos del santuario original viéndoles que ustedes han estado involucrados en la vida de nuestra Iglesia y resulta difícil pensar que hace relativamente poco tiempo ustedes no conocían al Señor y que estaban pasando por un tiempo relativamente difícil, dígannos ¿cómo llegaron ustedes a León de Judá, cómo conocieron la Iglesia, qué los llevó a venir a nuestra Congregación?

Isabel: Okay, bendiciones a todos, muchas gracias por la invitación. Nosotros como dice Jonatán nos conocimos en Puerto Rico y de Puerto Rico nos casamos y nos vivimos a vivir a Boston, entonces a través del transcurso de nuestros primeros meses de matrimonio fueron muy difíciles, muy difíciles porque yo venía con mucha expectativa, mucha cosa que uno pone en su cabeza y entonces empezaron los conflictos, los problemas, Marino y yo nos amábamos mucho, nos amamos mucho

Roberto: Y de paso parece que habían estado 8 años de novios así que uno pensaría: wow no hay nada que descubrir, todo ya está bien conocido pero no fue así, se supone que cuando estaban dentro del matrimonio como que ya la cosa cambia ¿no? porque hay otra perspectiva.

Marino: Si, los problemas comenzaron después que nos casamos, yo seguía como si hubiese el papel de matrimonio pero seguía soltero y eso es peligroso, entonces esa era mi mentalidad

Roberto: ¿En qué sentido te sentías como soltero, en qué formas se manifestaba eso en tu mente?

Marino: Bueno pues no había aceptado el rol del matrimonio de ser cabeza del hogar, de la responsabilidad que eso conlleva entonces eso nos estaba afectando en nuestro matrimonio grandemente

Roberto: Entonces ¿cómo pasando de ese tiempo así tan difícil que yo tengo entendido fue un tiempo amargo en que estaban pensando nos vamos a divorciar, nos vamos a separar pero algo sucedió que cambió esa situación?

Marino: Sí, llegamos al punto en que la primera palabra era el divorcio porque esa era la forma que pensábamos que era más fácil, o sea teníamos una pequeña discusión y mi esposa decía: vamos a divorciarnos

Roberto: Una pregunta porque yo creo que a veces el trasfondo familiar tiene mucho que ver, ¿dirían ustedes quizás que la cultura o el trasfondo familiar influyó o no o vienen ustedes de un pasado familiar digamos, de una familia extendida o de padres donde eso no existía?

Isabel: Yo vengo de padres divorciados pero más vengo de esa doctrina de que: ¡ah la mujer sin el hombre puede! Y yo sé que hay muchos casos que la mujer lamentablemente debe seguir adelante sin el hombre, pero también hay muchas oportunidades de trabajar en el matrimonio como nos pasó a mi marido y a mí, y ¿por qué no dar la oportunidad de poder sanar nuestro matrimonio y poder salir adelante?

Roberto: ¿Y tú Marino cómo?

Marino: Sí, en mi caso mis padres siguen juntos pero yo siempre ví en la costumbre latina que el hombre es el hombre y que puede hacer lo que quiera, eso es mentira, tenemos que simplemente entender y ponernos en el rol de que cuando ya somos casados tenemos una responsabilidad, un hogar y una esposa que merece respeto y que tenemos que valorar.

Jonatán: Wow eso es un punto muy interesante porque especialmente hoy en día las personas se conocen y ya son cada uno independientes, tienen su vida hecha, tienen sus círculos sociales lo que sea entonces cuando se unen cambia eso y eso afecta la dinámica ¿verdad?, entonces ¿a eso tú te refieres cuando decías que vivías como soltero estando casado?

Marino: Claro y tenemos que saber que en todo en el hogar somos uno, tenemos que estar de acuerdo en las finanzas, tenemos que estar de acuerdo en la crianza de nuestros hijos y en la comunicación.

Roberto: Y entonces están pasando ese tiempo difícil, están pensando en divorciarse, están en crisis y tengo entendido que algo sucedió entonces que les trajo a León de Judá, cuéntenos un poco acerca de eso y cómo fue ese comienzo, qué recursos y no tanto León de Judá porque León de Judá es simplemente un instrumento, un espacio donde ustedes hacen sus cosas, pero algo sucedió allí que por lo menos trajo un rayo de luz en esa situación tan difícil que ustedes estaban pasando.

Isabel: Marino y yo éramos católicos y cuando llegamos aquí pues dijimos: ah tenemos que ir a la Iglesia pero después, y yo le decía: bueno tenemos que ir, y él decía: el próximo domingo, y ese momento nunca llegaba, y entonces en el momento de quebrantamiento en el que vimos que nuestro matrimonio estaba a punto de terminar, que Marino y yo conversamos y él dijo: yo estoy dispuesto a hacer lo que tú me digas que tenga que hacer para yo recuperar mi matrimonio y no perderlo, entonces yo que uno viene con tanta expectativa yo llegué llorando a mi trabajo y hablé con mis compañeras, y les dije: yo no sé qué pasa porque no está funcionando mi matrimonio, y entonces una compañera mía habló con una amiga de ella que venía aquí a León de Judá y actualmente vive en Connecticut, y ella le dijo así: dile a tu amiga que vaya a la Congregación León de Judá que allí la van a ayudar y yo dije: wow.

Esa firmeza de esa Palabra que me envió esa hermana yo dije bueno: empecé a buscar en el internet, busqué en la página, me contacté con Ada y Luis Payez porque Marino dijo que estaba dispuesto a hacer lo que sea.

Roberto: Que de hecho Ada y Luis Payez una pareja tremendamente madura en el Evangelio tienen muchos años de casados y no sé cuántos saben que tenemos un equipo de personas incluyendo a mi esposa Meche, y otras personas que intervienen en el área de la consejería, y gracias al Señor esos recursos han sido de gran bendición a través de los años, inclusive una de las cosas que nosotros exigimos mucho es que las parejas tomen consejería pre-matrimonial porque sentimos que se necesita una base sólida espiritualmente hablando para casarse, y gracias a Dios por gente como ellos, ¿qué rol jugaron ellos en ese proceso de transformación?

Marino: Bueno desde mi punto personal yo venía con una rebeldía completa y sí estaba dispuesto a venir a consejería y abrir mi corazón, y ser honesto con lo que yo había fallado, y cuando nos reunimos la primera vez con Luis y Ada ese amor, ese abrazo y ese calor humano que nos dieron donde me dieron a entender que no era lo que yo pensaba, yo pensaba: la Iglesia evangélica ya vienen a prohibir qué vamos a hacer, ya vienen a cambiar la forma de pensar y entonces me acuerdo muy claro que Luis me dijo: aquí no vamos a cambiar nada y sí te vamos a dar consejería matrimonial, y en lo que nosotros podamos ayudar te vamos a ayudar pero el que tiene que cambiar eres tú (aplausos).

Roberto: Qué bueno, dos cosas que yo creo que son importantes señalar ahí es que le digamos a otros acerca del Evangelio como esa amiga tuya que te dijo vayan a la Iglesia, busquen del Señor ¿no? tenemos que dejarle saber a otros recursos que hay en el Evangelio, y en segundo lugar cuando vengan los que están buscando, digamos los incrédulos, la gente que está necesitando del Evangelio vienen a veces con malos entendidos acerca de lo que es la Iglesia y es importante que los recibamos en una forma afable, generosa dándoles tiempo y espacio, y mostrándoles el amor de Jesucristo que en última instancia es lo que más te cambia.

Jonatán: Así es, así es y algo muy interesante de la historia de ustedes es que la persona que les refirió a esta Iglesia ustedes todavía no conocen a esa persona ¿verdad?

Marino e Isabel: No sabemos quién es, no la conocemos

Roberto: Eso es un ángel

Isabel: amén, amén

Jonatán: Wow, nos hubiera gustado haberla descubierto y presentársela aquí

Roberto: Si nos está escuchando en alguna parte ahora venga e identifíquese, llámenos al 5441-4455 (ríe)

Jonatán: Sí si usted nos está viendo hoy llámenos porque sus hijos espirituales la quieren conocer

Isabel: amén (ríe)

Jonatán: Pero no, me llama la atención de que ustedes encontraron ese afecto como tú dices Marino sin siquiera ser miembros de esta Iglesia, vinieron a una Iglesia completamente extraña para ustedes con otra tradición espiritual y todo lo demás, ¿llegó un momento en que ustedes se sintieron incómodos? ¿cómo fue esa transición de la consejería a la Congregación en sí?

Marino: Sí, en medio de la consejería Luis y Ada nos invitaron a que viniéramos el domingo a la Iglesia y el primer domingo que vinimos nos dieron este papelito que uno llena con su información y decía: ¿alguna petición por la que quiere que oremos? y entonces yo llené ese papel con lágrimas en mis ojos y el ujier que estaba cerca de mí corrió y recibió ese papel, y vió que yo puse la petición que yo puse era orar por mi matrimonio y él me vió mi rostro, y empezaron a orar por nosotros, nos invitaron a una célula de pareja y para la gloria de Dios esa célula de pareja hizo un cambio en nuestras vidas.

Roberto: Extraordinario, a mí me encanta mucho, lo que veo en ti que me gusta tanto es esa ternura, que estabas abierto, muchas veces los hombres somos reacios a admitir que necesitamos ¿no? pero veo esa receptividad tuya y eso es tan importante ya sea hombre o mujer porque muchas veces tenemos problemas en el matrimonio pero no queremos hacernos frágiles, no queremos revelar nuestras debilidades ante otros, pero muchas veces ese quebrantamiento interno es la clave para que Dios pueda hacer algo.

Marino: Sí, hubo un quebrantamiento dentro muy grande durante el trayecto del problema donde yo ví que iba a perder a mi esposa y a mi hijo que ella me dijo: nos divorciamos, yo me voy con el niño y aquí se acabó, entonces yo, ahí el Señor sin ni siquiera haber venido a la Iglesia me quebrantó y entendí que tenía que dejar eso del machismo, aceptar que yo estaba mal y fue cuando le dije: yo estoy dispuesto a ir a consejería, a hacer lo que tenga que hacer, yo no quiero perder a mi familia y a pedir perdón, a aceptar que yo estaba mal.

Roberto: Divorcio, evidentemente esa palabra estuvo ahí desde temprano ¿cómo ven ustedes esta idea del divorcio cuando las cosas se ponen así tan agrias y tan difíciles, qué piensan ustedes ahora mirando hacia atrás?

Isabel: No es una alternativa para nosotros porque el Señor, como dice Marino hubo, él me pidió perdón, yo lo perdoné y hubo una sanidad. Ahora nuestro amor es diferente porque es pasado en el Señor, es un amor más genuino, más original porque antes uno se basaba mucho en el físico, ah me cae bien, me hace reír, ahora es un amor muy diferente. Yo veo a Marino de una manera muy diferente, él me complementa completamente gracias al Señor porque él refleja el Señor en él entonces por eso es diferente.

Jonatán: Wow, bien

Roberto: Wow eso merece un aplauso cuando una esposa habla así de su esposo

Marino: Gloria a Dios que así es yo en mi matrimonio veo a mi esposa con un amor diferente, yo la amo, la respeto, es mi compañera, mi consejera, esa palabra ya no está en nuestro vocabulario gracias a Dios, como ella dijo nos sanó, nos sentamos y conversamos, y dijimos: esta palabra del divorcio ya no va más, yo le pregunté a ella: ¿eso es lo que tú quieres que pase que nos divorciemos? Nos sentamos a hablar y dijimos: entonces saquemos esa palabra de nuestro vocabulario, no divorcio y trabajamos, oramos juntos y el Señor hasta aquí nos ha ayudado a superarnos.

Jonatán: Amén, amén

Jonatán: Algo muy interesante en cuanto a ustedes es que ha sido una combinación de varias cosas porque la Iglesia puede tener muchos recursos que la Iglesia ofrece a la comunidad pero esos recursos en realidad no sirven de mucho a menos que las personas tengan la disponibilidad y se integren, háblennos un poquito acerca de su experiencia integrandose a la Congregación porque ha sido clave el hecho de que ustedes han estado dispuestos a unirse a un grupo de células, a unirse a un grupo de parejas, a abrir sus corazones y conocer otras personas, contarles su vida, háblennos un poquito acerca de eso.

Isabel: Bueno en en el caso caso de nosotros cuando llegamos a la célula de parejas y eran muchas parejas nosotros llegamos a estar solos, nosotros no teníamos a nadie acá, es tanto así cuando terminé de cumplir años nosotros tuvimos que ir a Puerto Rico porque no teníamos a nadie, hoy en día tenemos tantos hermanos, nos sentimos tan amados, eso de haber estado en la célula y ahora estar en el ministerio de I Wanna nos ha hecho compenetrarnos aquí en León de Judá y saberla nuestra familia.

Hoy en día estamos más que bendecidos por el Señor que nos trajo hasta acá, que Él tenía Sus planes perfectos y eso nos ha hecho cada día más integrarnos.

Roberto: Y ahora me imagino que ahora todo estará bien, perfecto, no hay ninguna discusión entre ustedes

Isabel: ¡amén! (ríe)

Roberto: Todo cambió, esto es un romance 24 horas al día, 7 días a la semana no hay ningún problema ¿cierto?

Marino: No, seguimos siendo la pareja humana, seguimos teniendo esos momentos de dificultad donde hay momentos de discusión, donde no estamos de acuerdo pero yo creo que la comunicación, el orar, el poder decir: perdóname, discúlpame que yo hice algo que te molestara y que ella aceptara mi perdón o que ella me diga a mí de igual manera de yo perdonarla eso hace una gran diferencia.

Roberto: ¿Un consejo para parejas que están pasando por problemas y dificultades, algo que ha sido clave para ustedes en esta jornada para defender su matrimonio?

Marino: Claro que sí, buscar la ayuda del que todo lo puede el Señor Jesucristo, congregarnos, de cierta manera en las células, en los grupos, aquí hay grupos de hombres que también nos ayuda a crecer mucho, la célula que nosotros visitamos de pareja fue una ayuda tremenda, ahí tuvimos una familia en Cristo y empezamos a crecer, a conocernos en la Iglesia, y un consejo que yo le daría a cualquier pareja que busquen los recursos, que tengan comunicación, que sepan aceptar las diferencias, que se puedan pedir perdón y perdonar pero hay una clave que es Cristo Jesús.

Isabel: Un consejo que yo le daría a las parejas es que se junten con parejas similares, parejas que te animen a seguir adelante, que sean como un ejemplo a seguir porque por ejemplo en el caso mío y de Marino antes compartíamos con una pareja que no eran creyentes, cada uno andaba por su lado y Marino hacía eso, iba por su lado y yo por el mío, y estar aquí esa ha sido la diferencia, ver parejas que están luchando por seguir adelante, que aman a Dios por sobre todas las cosas y que cada día quieren ser mejores entonces yo creo que ese es el mejor consejo.

Jonatán: Sí, esta mañana tú decías que esta pareja con la que ustedes compartían el matrimonio de ellos no estaba muy fuerte y cuando habían actividades sociales tú te ibas con la esposa, ellos se iban a otra actividad y eso fue algo que te despertó a ti.

Isabel: Exacto, esa fue una parte muy difícil porque ellos vivían juntos pero estaban separados, entonces cuando yo llegué a vivir acá ya Marino tenía un año aquí previamente e íbamos a las actividades, y yo quería estar con mi esposo, estábamos recién casados y Marino se iba con el amigo, y yo: yo quiero estar con él y ella me decía: ay ¡déjalo! Los hombres fastidian mucho déjalo, porque ella estaba en esa onda y yo: yo no estoy en esa, entonces Marino seguía allá, yo acá y eso realmente no nos ayudó porque ese matrimonio estaba reflejando en nosotros cosas erróneas muy negativas, entonces dije: Marino vamos a salir de aquí y ahí fue cuando conocimos a León de Judá y pudimos empezar a caminar.

Roberto: La importancia de que haya esa cualidad entre nosotros como Iglesia que las parejas con más experiencia, con más conocimiento y madurez espiritual ayuden y mentoreen a otros, les animo hermanos a buscarse unos a otros y a las parejas jóvenes necesitan ser mentoreadas, necesitan gente que las apadrine, que las acoja, que las invite a salir y que les den buenos consejos, y que modelen lo que es un matrimonio saludable.

Y también nosotros tenemos que darnos nuestro tiempo y tener una mentalidad así paternal y maternal para ayudar a otros también, dar esas oportunidades de bendecir a otras parejas y mentorearlas también porque eso es clave, la Biblia dice eso ¿no? que las mujeres maduras busquen a las jóvenes y les enseñen a ser buenas esposas, buenas cristianas y ciertamente eso también para los hombres. Yo creo que estamos en un tiempo en que hay una crisis de masculinidad en que a nuestros jovencitos no se les está enseñando a ser un esposo que protege con su vida, que enamora, que provee por su familia, que tiene cierto rol y a las jóvenes por igual también, entonces estos jóvenes tienen que inventarse el mundo prácticamente a la luz de la mañana cuando entran a un matrimonio para el cual no están preparados.

Entonces necesitamos modelar buenos y sanos matrimonios y aplicar la Palabra del Señor a esas dimensiones específicas de la vida humana, y no quedarnos allá en la estratósfera espiritual con simplemente expresiones vagas y que no reflejan el Evangelio, hay que pisar tierra y encarnar la verdad del Evangelio.

Jonatán: Así es, algo que me encanta de ustedes dos es que ustedes han sido bien intencionales en involucrarse en las diferentes actividades que hay en la Iglesia y yo creo que eso es clave para cualquier persona que esté buscando comunidad en una Iglesia. La Iglesia puede organizar todos los eventos que sean pero si usted no se une a esos eventos, si usted no se involucra con ese grupo de parejas, si usted no se une al ministerio de I Wanna, tú mencionabas a I Wanna, una de las cosas más bellas del ministerio de I Wanna es que a mí me encanta verlos a ustedes compartiendo con otras familias y me gusta ver los hombres un grupito de hombres que se ponen a jugar y no sé qué, y esas relaciones se desarrollan de una manera orgánica y se trasladan afuera de la Iglesia.

Cuando ustedes se juntan ahora a compartir en los cumpleaños de los niños fuera de la Iglesia, es una comunidad que vive dentro y fuera de la Iglesia pero esto existe porque alguien tuvo que tomar el primer paso de hacerlo intencional y unirse al grupo.

Uno de los problemas es que la gente siempre se queja de que: nadie me busca, nadie me llama, en esa Iglesia nadie me saluda pero yo creo que la clave está en uno en decir: yo me voy a involucrar, me voy a hacer parte de esto y voy a comenzar a hacer parte de estas personas.

Roberto: Muchachos gracias por compartir su vida con nosotros

Jonatán: Sí pero ¡espérese un momentito Pastor espérese, espérese, no se vaya adelante, algo muy importante!

Roberto: ¿Tenemos más? ¡Wow, okay!

Isabel: (ríe)

Jonatán: Nosotros vamos a jugar un juego ahora con Marino e Isabel

Roberto: ¡pero si ellos ya se saben las preguntas, todo! (risas)

Jonatán: No, no, no, vamos a jugar un juego porque nosotros queremos conocerlos un poquito más a fondo a ellos y ustedes nos van a contestar de la misma manera que contestaron esta mañana sin pensarlo dos veces nada más, su primer instinto ¿okay? Marino agárrame aquí, Isabel agárrame aquí (les pasa unos carteles con respuestas a las preguntas que les van a hacer: Yo, Él o Ella)

Jonatán: Okay ¿quién es el peor conductor?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: Jaja, okay ¿quién maneja más rápido?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: Okay, okay, ¿quién llega tarde siempre a las actividades?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: Hah okay, ¿quién es el padre más estricto?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: (Ríe) Okay, ¿quién es el mejor vestido?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Quién es el mejor organizado?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién dura más en el baño?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Quién es el más sociable?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Quién es el que más come?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién duerme del lado derecho de la cama?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién limpia la nevera?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Y quién limpia el baño?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién se estaciona mejor?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Y quién inició el primer beso?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: Muy bien, muy bien, ¡gracias por acompañarnos, gracias por venir!

Isabel y Marino: ¡gracias! (se despiden de la Congregación)

Roberto: Un privilegio tenerles con nosotros gracias por compartir sus vidas, es una bendición tenerles en nuestra Iglesia, Dios les bendiga

Jonatán: Amén un fuerte aplauso para Isabel y Marino López, qué chévere, qué chévere. Bueno, pero esto no se queda aquí señores, tenemos otra pareja muy, muy especial también Pastor, una pareja un poco más madura con un trasfondo muy diferente, ella es guatemalteca ¿dónde están los chapines aquí en la Iglesia? y él es puertorriqueño

Roberto: Una receta yo diría para un matrimonio difícil

Jonatán: Ya lo sabes

Roberto: Sin embargo Dios los ha bendecido con 25 años de vida matrimonial

Jonatán: 25 años de matrimonio y Pastor ellos son una familia mixta, cada uno tiene un pasado y trajeron un hijo al matrimonio, y luego procrearon una hija en común, y eso representa ciertos riesgos también y ciertos retos en la relación

Roberto: De hecho creo que yo tuve algo que ver con que ellos se conocieran y llegaran a casarse, fui una especie de cupido para ellos también

Jonatán: (Ríe) así es, eso escuché, vamos a recibir con un fuerte aplauso a Carolina Barrutia y José León, ¡muy bien, bienvenidos!

Roberto: ¡Bienvenidos!

Jonatán: Carolina es la secretaria administrativa de nuestra Congregación por más de 16 años. José cómo estás, yo siempre le ando cambiando el nombre a José y le digo Luis, inclusive esta mañana en vivo le dije Luis y el Pastor me puso a corregir pero, José, José León bienvenidos a nuestro programa CLJ presenta

Roberto: José y Carolina we have gone a long way como dicen, tienen muchos años con nosotros, los años que tienen de casados y quizá un poquito más, entonces tienen aquí en Congregación León de Judá, una de las dos familias y de las dos personas que significan tanto para muchos de nosotros, y de paso Carolina, cuando nuestra Iglesia estaba comenzando a desarrollarse en el mover del Espíritu Santo Dios usó mucho a Carolina en el área profética, de hecho Meche mi esposa fue muy bendecida por Carolina en su ministerio y en su propio peregrinaje de buscar más del Espíritu Santo, y de recibir el bautismo del Espíritu Santo, Carolina fue vital en eso por lo cual le damos gracias al Señor, desempeña un papel precioso aquí en la Iglesia llenando muchísimos vacíos.

José es un ejemplar de una vida transformada, vino a León de Judá cuando su vida estaba destruida prácticamente y el Señor ha hecho de él de pasar de ser, una persona que pasó sirviendo muchos años en prisión y el Señor lo sacó de una prisión federal, y ha venido a ser un recurso tremendo para el Reino de Dios y para la Iglesia, así que ellos dos para mí representan dos de los testimonios más dramáticos que hay en León de Judá del Dios que transforma, que renueva, que restaura y aquí los tenemos casados y felices, 25 años de matrimonio, qué cosa, nadie lo hubiera dicho viendo a esta dama guatemalteca con toda su cultura y tan fina que es, y tan culta, y José ya se ha curtido bastante pero era un jibarito de Woolster por allá cuando se casó con un pasado también muy difícil pero un hombre muy sensitivo, muy especial, una riqueza interior tremenda, y uno hubiera pensado: caramba un guatemalteco y un puertorriqueño esto es contra la naturaleza, esto no se debe dar, pero aquí están como un testimonio del Dios que puede tomar caminos muy poco esperados.

Díganme un poco acerca de su jornada, cómo ustedes entraron así a tratarse y qué Dios hizo, qué Dios tuvo que hacer para que ustedes pudieran llegar a ser una pareja como son hoy en día, una bendición para todos.

José: Fue un proceso largo yo diría, fue un proceso donde muchas personas estuvieron involucradas incluyendo al Señor, como mencionaste al principio que fuistes como ¿cupido? Fue tu culpa

Roberto: Yo soy el culpable de todo

Jonatán: Cada vez que ustedes pelean se acuerdan del Pastor (risas)

José: Si me lo permiten voy a contar un poquito de lo que pasó, cuando Carolina y yo, había una amistad, Carolina y yo nunca fuimos novios, tan sólo fuimos amigos y éramos unos amigos que aunque siempre estuviéramos juntos, donde quiera íbamos donde quiera nos buscábamos, y pues llegaron unas circunstancias que me confrontaron a mí, que el hijo de Carolina para ese tiempo tenía 16 años, y me llamó preguntándome que por qué razón su mamá había llegado llorando y se la pasaba llorando, y pues yo le contesté que yo no entendía el por qué, entonces él me dice: ¿sabes qué? Que yo creo que tú te debes casar con mi mamá, ahí

Jonatán: El hijo de ella te dijo eso con 16 años

Roberto: Directamente al hígado

José: Entonces pues yo me quedé como dicen con la boca abierta, no sabía qué decir, entonces yo le dije: okay déjame hablar con ella, hablamos y por teléfono, y yo le dije a ella: ¿sabes qué? Debemos hablar con una persona que nos ama mucho y nos estima mucho, y para mí es más cercana a nuestro Señor, y es nuestro Pastor don Roberto, entonces pues ahí hubieron ciertas circunstancias donde nos reunimos con él, el Señor creó las circunstancias.

Yo me acuerdo que cuando él conversó conmigo él me dijo a mí estas palabras: yo los veo a ustedes casados y van a ser como dos tizones sacados del fuego que el Señor va a unir para bendecir muchas personas

Roberto: Tremendo, no me acuerdo de eso pero gloria a Dios

Carolina: Ese fue el tema de nuestra boda, cuando tú hablaste en nuestra boda tú hablaste de eso, lo que tú le habías dicho a él que éramos dos tizones sacados del fuego y que íbamos a ministrar muchas personas, te presto el video así te oyes tú mismo

Roberto: Han pasado tantos años de eso que ni me recuerdo en qué año

José: Ya ahí me acuerdo que decidimos unirnos a la Iglesia Bautista Central, ahí bajamos al basement y estaba Roberto, estaba Carolina y estaba yo, yo pensando que el Pastor nos iba a confrontar por lo que estábamos haciendo o por lo que pensábamos a hacer y pues nos pusimos a hablar, y él nos dice: yo creo que esto es del Señor y vamos a poner una fecha, y yo: ¡oh, oh! Y yo pensando dije: bueno pues quizás diciembre o el año que viene, se quedó mirando a su libreta y dijo: en agosto 4 los caso

Carolina: Y era junio

José: Y yo: ¿qué?

Roberto: Yo era más atrevido en ese tiempo ya me he puesto un poquito más suave

Jonatán: Yo creo que todavía sigue siendo atrevido (risas)

Roberto: Sí bueno, después hablamos tú y yo acerca de eso

José: Pues, eh bueno yo dije: no tenemos nada, apenas estamos empezando a trabajar y Roberto dijo: si es del Señor Él va a proveer todo, y así fue, hasta ahora ha proveído todo, ha proveído, me ha dado más y me ha dado muchísimo para bendecir a otras personas

Roberto: Una que yo siempre he creído es que, a veces nosotros buscamos, las parejas buscan como las compatibilidades obvias ¿no? en el caso de Marino e Isabel los dos son dominicanos, pero you know una pareja que está comenzando su vida matrimonial y una cantidad de cosas que uno diría: bueno no vas a tener ningún problema, sin embargo resulta que sí tuvieron problemas porque no estaba el Señor y en el caso de ellos tuvieron entonces que contar al Señor para que esas afinidades se manifestaran entonces verdaderamente, en el caso de ustedes es todo lo contrario; parecería que no hubiera ninguna afinidad porque venían de trasfondos diferentes, matrimonios ya quebrados, pasados los dos porque los dos.

Usted ve aquí esta señora tan bien comportada pero también tiene su historia y su pasado que el Señor la sanó. Pero ustedes venían con todo ese bagaje, pero lo que yo siempre pensé es que si Dios está en el asunto Él se encargará y todo se arreglará para combinarlo todo y traerlo todo a Su, y yo siempre digo eso porque muchas veces hay parejas que yo he casado que no parecería que tienen una posibilidad de tener éxito, pero yo he sentido en mi espíritu que no, hay una afinidad subyacente, interna establecida por Dios. Cuando eso está presente y el Señor está presente cualquier diferencia se puede pasar y se puede reconciliar, lo importante es eso que el Señor esté presente.

Ahora ustedes se casan y no fue tampoco un camino totalmente despejado, hubo tiempos en que la piña se puso agria también y hubieron dificultades

Jonatán: Háblennos un poquito Carolina en cuanto a la decisión de ustedes unirse porque en nuestra familia tenemos varias familias mixtas, hay hijos de relaciones anteriores, y esta mañana tú comentabas algo en cuanto a la reacción de tus padres cuando tú les comunicaste que te interesaba José, que te ibas a casar con José, háblame un poquito de eso

Roberto: De paso eso no quiere decir que todos los chapines piensen así de los puertorriqueños

Carolina: Ni todos los puertorriqueños son lo que mis papás pensaban, no quiero ofender a nadie

Roberto: Exacto

Carolina: En el momento en que decidimos casarnos José y yo mis papás tenían mucho temor de que yo volviera a casarme, yo estaba divorciada. En la sociedad que yo pertenecía en Guatemala era una sociedad donde el matrimonio se respeta, mis papás tuvieron un matrimonio de 50 años donde siempre se amaron, era un matrimonio precioso, mis tíos por igual, entonces para ellos era muy importante con quién yo iba a casarme en este país, y una de las cosas que le asustó a mi madre fue que él era puertorriqueño y que tenía un récord criminal, y para ella eso fue muy duro, hasta que yo le envié el casette del testimonio de José cuando él había dado el testimonio en nuestra Iglesia y eso alivió el corazón de mi mamá y bendijo nuestro matrimonio, porque para mí era importante recibir la bendición de mis papás, pero yo misma me preguntaba por qué me estaba casando con un hombre como José.

Compartí esta mañana que cuando yo leí el libro del doctor Cho, el Pastor de Korea, La Cuarta Dimensión ahí había un ejemplo de una mujer que le escribió una carta al Señor con lista de cómo quería el esposo y yo lo hice, yo le escribí una carta y le puse todo lo que yo quería en un esposo

Roberto: Tipo Robert Redford

Carolina: (Ríe) No, yo te dije en la mañana que él estaba muy bien complementado, él se cuidó muy bien en New York, todavía Pastor, todavía

Roberto: Se ve, se ve

Carolina: Y en esta carta dos cosas el Señor no me estaba dando, o sea me estaba dando una que le había pedido y otra que no le había pedido, y una era que fuera Pastor, y la otra era que, yo quería ser pastora de una Iglesia pero me estaba dando no Pastor, todo lo demás llenaba los requisitos sobre todo porque amaba a mi hijo y tenía una buena relación con él, y eso era algo muy importante para mí, y la segunda era que tenía un récord criminal. Y yo le dije: Señor ¿cómo es posible que me estés dando todo esto y esto que era lo más importante? Pero Dios siempre, siempre puso paz en mi corazón y el amor que Dios puso en mi corazón para José no era de este mundo.

Hay algo que yo siempre cuando hablo con mujeres es: en el mundo las mujeres vemos lo físico, vemos lo que el hombre tiene, yo mi primer matrimonio mi primer esposo fue un hombre con fincas, de mucha sociedad, de mucho apellido en mi país, aceptado por mis papás, blah blah blah y fue un total desastre, desastre, desastre. Cuando yo vine al Señor después de eso que afectó tanto mi vida me di cuenta que el hombre que Dios me diera tenía que ser un hombre que amara a Dios por sobre todas las cosas, lo demás era añadido, no tenía yo que ver su posición, su título universitario, inclusive su familia, su pasado, era su corazón, lo que él era, lo que Dios había transformado en él y este amor que el Señor me dió para él transformó mi vida porque él era para mí el complemento de lo que Dios quería para hacer Su Voluntad en mi vida, sin José como complemento yo no iba a llegar donde Dios quería que llegara.

Y una de las cosas importantes que mencionamos poco en la mañana fue la participación de nuestros hijos en nuestro matrimonio porque yo venía con Carlos Roberto que ya tenía 16 años, gracias a Dios no era un muchacho que daba problemas pero su problema era su rebeldía contra su propio padre y aceptar una autoridad encima de él, y José venía con su hijo Gio, Giovanni, un niño de 11 años con un trasfondo también dramático en Puerto Rico, y era muy difícil aceptar y adaptarnos a estos hijos que el mío no era de él y el de él no era mío.

Cuando el hijo de José vino a vivir con nosotros para mí fue traumático porque yo acababa de dar a luz a mi hija Gabriela que era de nosotros, y teníamos a Carlos Roberto ya de 18 años

Roberto: Y de paso la venida de él fue la respuesta en oración porque tú hacía años que no veía a su hijo

Carolina: Años que no veía a su hijo

Roberto: Y yo recuerdo cuando José salió de la cárcel que yo lo conocí por primera vez él hablaba del dolor que tenía de no haber visto a su hijo y no haber sido ese padre que su hijo necesitaba, y estaba totalmente su ex esposa reacia a que él lo viera, y el Señor hizo un milagro tremendo y lo trajo de nuevo a la vida de José, y entonces esto vino a complicar la situación, fue un milagro que Dios hizo

Carolina: Sí, fue un milagro pero yo como madrastra estaba reacia a hacerme responsable de una criatura que no era mía cuando ya yo tenía dos responsabilidades muy grandes, pero el Señor siempre ha sido tan bueno y siempre cuando habla a mi corazón, Él lo que me hizo ver fue que, que Gio viniera a nuestra vida era porque Dios tenía algo grande para este niño, o sea si él venía a nuestra vida era porque Dios quería que él fuera bendecido, entonces mi deber y mi obligación como esposa de José era ayudarlo con su hijo pero no fue fácil, fue muy difícil y tú fuistes parte clave de esta situación porque tú nos ayudaste muchísimo, la Iglesia como tal nos ayudó muchísimo.

Mencioné en la mañana que Nancy Miranda, tu hermana fue indispensable, ella fue madrina de nuestra boda y Nancy a mí me ayudó increíblemente en esa situación, lo mismo que Sofía y Hugo Pérez que ya no están acá pero estuvieron en la mañana, ellos fueron claves como personas de la Iglesia, como gente que ama a Dios en ayudarnos a nosotros.

José estaba más en paz, como que el corazón de José ya no dudaba de que nosotros hubiéramos venido a su vida porque Dios así lo quería para él pero yo tenía duda

Roberto: Y José también tuvo su propio drama pero algo muy interesante y muy bonito Carlos Roberto es que él también tuvo que pasar por su propio proceso, esto es una lección también para familias mixtas que a veces tienen que entrar a la vida matrimonial con el trasfondo de hijos adolescentes muchas veces, pero Dios ha hecho obras lindísimas en ustedes.

José: En mi caso pues, cuando nos casamos que vinimos a vivir juntos Carlos Roberto llegó a vivir con nosotros, llegó ¿como a los 16 años? y que yo empecé como hombre de la casa a tomar la autoridad y a mandar, a mandarlo a él, a ordenarle a tratar de que haga cosas que él quizás, que yo creía que yo estaba haciendo bien y no me daba cuenta como obligarlo a venir a la Iglesia, empujarlo y empujarlo a hacer ciertas cosas, y hubo una rebeldía de él para conmigo, en vez de vernos como padre e hijo a veces nos veíamos como enemigos ¿no?

Y yo pues me puse a orar, le oré al Señor y le dije: Señor ¿cómo se puede solucionar este problema? El Señor me contestó y me dijo: Simplemente se su amigo, se su amigo. Cuando yo decidí ser su amigo lo traté como uno trata a un amigo, o sea un amigo te llama y tú estás ahí para él, te cuenta los problemas y tú le aconsejas, y eso fue lo que yo hice, estar ahí con él.

Pues creció y seguimos creciendo juntos como familia donde él ya empezó a cambiar y de ahí empezó ya a llamarme papá, como papá ¿no? en estos momentos, en estos días pues ya sus hijos me dicen abuelo, me dicen grampa y pues me gusta, y él me presenta donde quiera como su papá. Unos meses atrás que estuvimos juntos y estuvimos compartiendo detrás de su casa me dijo: yo quiero hablar contigo, y yo: okay no hay problema, y empezamos a hablar y me dijo: yo quiero pedirte perdón, y yo le digo: ¿por qué me tienes que pedir perdón? Y me dice: por como yo me comporté contigo, y me dice: te quiero decir que ahora en este momento dos personas en mi vida que yo admiro y una es mi abuelo, y la segunda eres tú, para mí eso fue un honor, una dicha.

O sea el amor es bien importante en cualquier ser humano, de niño, de adulto, es bien importante y eso fue lo que Dios puso en mi corazón para esa persona.

Roberto: Tremendo. Hermanos les felicitamos por el ejemplo que ustedes son para esta Congregación, cómo Dios les ha usado y les está usando para bendecir esta comunidad, esta Iglesia como el trabajo, la obra evidente que Dios ha hecho en sus vidas.

Jonatán: Así es

Roberto: Ya ustedes no son tizones sacados del fuego, ya son lámparas que resplandecen en nuestra comunidad y son de gran, gran bendición para todos nosotros.

Jonatán: Carolina, para terminar con ustedes, esta mañana tú dijiste algo muy importante cuando te preguntamos que qué consejo tú le das a las parejas mixtas en nuestra Congregación que son más jóvenes, que están empezando, ¿qué fue lo que tú dijiste esta mañana?

Carolina: Primero que todo amarse mutuamente, mucha oración, buscar del Señor y hacer la Voluntad de Él, porque si Él nos puso juntos a nosotros no fue la voluntad nuestra, no fue decisión nuestra fue decisión de Él, entonces nuestro consejo es: haz la Voluntad de tu Padre. Si tu Padre te ha dado a ti, esto lo voy a añadir, si tu Padre te ha dado un niño que no es tuyo, él viene a tu vida porque Dios tiene un propósito con ese niño pero contigo también, porque Gio ahora es un hombre y él a mí no me dice Carolina me dice mom y me ama como mom, yo no soy su mamá pero para mí él es mi hijo y para él yo soy su mamá, y pienso que la aceptación de recibir a estas personitas en nuestras vidas hace una gran diferencia en la vida de ellos mismos, es la Voluntad del Padre.

Jonatán: Así es y me gustó mucho lo que dijiste esta mañana en cuanto a la perseverancia, que perseveraran, que se mantuvieran firmes, que lucharan, thank you, thank you

Carolina: La palabra es fight, pelear, pelear la buena batalla porque el enemigo anda buscando destruir familias, y nosotros éramos dos familias destruidas, él con su hijo y yo con el mío cada uno con un pasado totalmente distinto pero destruido y el Señor nos puso juntos, entonces a Satanás no le gusta eso porque si él nos destruía a nosotros destruía a nuestros tres hijos, entonces es mantenerse en batalla, mantenerse juntos, decisiones juntos, autoridad juntos, pelear la buena batalla juntos porque en la separación está el problema, pero mucha rodilla.

Jonatán: Amén, muchas gracias Carolina, José, gracias por compartir con nosotros, Dios les bendiga, ¡un fuerte aplauso para Carolina y José por favor, muchas gracias! El equipo de producción me está diciendo algo que no estaba en libreto pero yo quiero invitar a la Pastora Meche a que pase por aquí arriba, sí ¿dónde está la Pastora Meche? Que pase por aquí arriba, tenemos tiempo, tenemos tiempo

Roberto: Quiero que Meche diga una palabra aunque sea como un comentario acerca de lo que tú has experimentado, lo que has escuchado

Jonatán: ¡Un fuerte aplauso señores, bienvenida Meche, fue la producción que me dijo Meche no se preocupe! (riendo)

Roberto: Bueno, escuchando estas dos parejas como una persona que tiene mucha experiencia en la consejería y en la instrucción de parejas ¿qué resaltas, un pensamiento? Queremos escucharte

Meche: Lo que hace la diferencia entre no solamente el Señor aceptar Su Obra es asumir nuestra responsabilidad por nuestra parte en el problema. A menos que no hagamos eso, a menos que no tengamos instrospección y que haya un verdadero arrepentimiento, un deseo de volver a Él y de recibir de Él, de ser tratados por Él entonces no puede haber nada. Y ahora que la otra cosa es ser miembros de un mismo equipo.

Lo que pasa muchas veces es que cuando tenemos problemas uno se convierte en fan de los Yankees y el otro de los Red Socks, y entonces empieza a haber competencia, pelea, somos miembros de un mismo equipo. Yo no puedo ser efectiva si yo no estoy en armonía con él y él no puede ser efectivo a menos que tenga armonía conmigo. Tenemos diferencias todavía ¿verdad?

Roberto: Pocas, algunas de vez en cuando

Meche: Son 32 años y hemos como toda pareja, hay diferentes opiniones, diferentes maneras de hacer las cosas, diferentes temperamentos porque Roberto y yo somos totalmente diferentes, hay muy pocas cosas temperamentalmente

Roberto: Pero yo le estoy poco a poco enseñando a ser mejor

Meche: Lo que pasa es que yo no me dejo enseñar a veces mucho

Roberto: ¿Ven cómo salen las cosas así a la luz?

Meche: Pero dentro de la dificultad siempre lo que nos une es que el Señor me lo dió a él como un regalo y Dios me lo dió a mí como un regalo para él, eso es indiscutible, y si es así pues entonces hay que hacer lo mejor de cada día, cada día es una nueva experiencia, una nueva oportunidad para demostrarnos amor, servirnos el uno al otro, buscar armonía y eso en sí es una aventura.

Una de las cosas que yo he aprendido como mujer, que bueno es aprender eso bien temprano, pero es a no resistir el proceso de Dios sino a sujetarme al proceso de Dios, entender lo que Dios me quiere enseñar, y emocionarme, y gozarme en el proceso aún cuando sea difícil porque yo sé que si el Señor está en el proceso va a salir algo bueno.

Y después de 32 años, casi 33 que tenemos miren hermanos, si Dios me diera esta oportunidad otra vez yo otra vez me enamoraría de él y dedicaría mi vida a él.

Roberto: Lo mismo de mi parte definitivamente. Cuando nosotros dejamos que el Señor obre en nuestros matrimonios en nuestras vidas Dios nos trae lo que nosotros necesitamos, Dios usa el matrimonio para formarnos, y aún las dificultades del matrimonio para acercarnos más a Él y para hacernos más, es el instrumento como Cristo como sólo Dios lo puede inventar, lo que es el matrimonio para santificarnos, en ese roce diario de la pareja aprender a perdonar, aprender a tener visión a largo plazo, a ver lo que está escondido allí, lo positivo que Dios va a hacer, a tener fe, esperanza, perdonarnos unos a otros cuando nos ofendemos, muchas cosas bellas

Una pregunta que quiero hacerte como consejera que Dios te usa grandemente, yo siempre digo que Meche es mucho mejor consejera que yo y prefiero a todas las parejas que puedo y que ella puede con todo el tiempo que tiene a que ella sea su consejera porque tiene un don verdaderamente dado por Dios para la consejería, pero a la luz de tu experiencia en la consejería ¿qué dirías tú que es una de las cualidades más importantes que se requieren para salir del atolladero? Viendo parejas que han venido a ti para consejería matrimonial o para consejería remedial ¿qué has visto tú que hace la diferencia para que esas parejas salgan del estancamiento en que se encuentran y puedan entrar en una etapa de verdadero crecimiento espiritual?

Meche: Yo diría que lo primero es desear con todo su corazón honrar a Dios dentro de la relación, eso es lo que hace la diferencia. Las parejas que siguen adelante, que aceptan el consejo son las parejas que quieren agradar a su Padre celestial, cuando ese elemento no está es muy difícil, no es imposible pero es muy difícil y yo diría lo segundo es reconocer la responsabilidad de cada uno en llevar esto hacia adelante porque nadie cambia a nadie. Nosotros al principio de nuestro matrimonio a veces estábamos, yo deseaba cambiarlo a él, yo era como: ¡uh, ah! Y él: ¡Meche pero! Estábamos trabajando en direcciones contrarias hasta que nos dimos cuenta que somos miembros del mismo equipo y cada uno tiene que asumir su responsabilidad.

Cuando yo empecé a crecer en mis asuntos y él en los de él eso hizo toda la diferencia y eso es lo que yo veo en las parejas también, cuando cada uno dice que es mi responsabilidad trabajar en esto no es cambiar al otro es aceptar: yo tengo que crecer en esta área y voy a crecer, no solamente por mi pareja sino porque quiero agradar al Padre y porque sé que es algo bueno para mí, y si yo trabajo en mí mismo el otro también va a trabajar en lo suyo. Si los dos están deseando agradar al mismo Señor pues eso es la fórmula para tener éxito en un matrimonio, seguir adelante y seguir trabajando juntos en aquéllo que necesita cambiarse.

Roberto: ¿Qué rol crees tú que juega la transparencia? (aplausos para Meche) Está bien, aplaudan si quieren son verdades muy importantes. ¿Qué rol juegan la transparencia, el hacernos frágiles, el aceptar nuestras debilidades, qué dirías tú?

Meche: Es esencial, es esencial ser transparentes, otra vez aceptar todo como hemos mencionado, todos venimos al matrimonio con un bagaje, muchos de nosotros llevamos una maletita pequeña pero otros llevamos todo un set de maletas al matrimonio, y entonces tenemos que primero reconocer, mira, transparencia es por ejemplo: fallé en esto, perdóname, no debí haber hecho esto, no debí dicho esto, no debí haber hecho lo otro, eso es lo que es transparencia pero entonces la transparencia se tiene que dar en un ambiente de seguridad. Yo no me puedo hacer transparente si mi esposo me va a traer una bazuka y me va a disparar con una bazuka.

Ahora si hay un verdadero deseo de honrarnos el uno al otro yo puedo ser transparente, en mi fragilidad se acepta y yo hago lo mismo con mi esposo, entonces eso va a promover más transparencia. La gente habla de que en un matrimonio tenemos que hacer un lugar seguro donde el otro pueda abrir su corazón y no estar poniendo ¿qué pasa en el matrimonio? Nos ponemos pantallas, nos ponemos una barrera y pretendemos ser lo que no somos o nos endurecemos, o nos amargamos. Dios quiere que ame a Roberto como él es y Dios quiere que él ame a Meche como Meche es, y dentro de eso obviamente hay proyectos dentro de los que trabajar, pero definitivamente no podemos, si estamos cubriendo quién somos, cubriendo nuestra necesidad y no dejamos ver quién somos eso es un engaño, nos estamos engañando nosotros mismos tratando de engañar a nuestra pareja y no nos va a traer, no nos va a acercar un corazón al otro.

Cuando yo veo a Roberto siendo frágil mi deseo es enseguida aceptarlo y él lo mismo, necesitamos hacernos más frágiles y compartir más quien verdaderamente somos.

Portales de oración

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Hoy está con nosotros el artista que hizo los bellos portales que tenemos acá en León de Judá, esas creaciones hermosas fueron hechas por nuestro hermano Michael Varnet. Michael es un hombre usado por Dios en el arte y esos portales, Dios lo usó para hacer estos portales hace un tiempo atrás para su Iglesia que hace un tiempo por razones largas de explicar cerró en Maine, en Bangorg, y yo creo personalmente que verdaderamente Dios lo hizo para nosotros pero hermano, Dios sabe las cosas y Dios nos ha hermanado con Michael en una manera muy bella, y su esposa Ellaine, de paso, Ellaine la esposa de Michael es de descendencia nativo americana indígena de aquí de Estados Unidos, ella es de sangre indígena y una mujer que Dios usa mucho en el área profética, y de hecho ella dice que cuando estuvo aquí en el servicio de las 9 que sentía como que había un coro adicional adorando al Señor, ella discierne mucho en el Espíritu y ella siente que era también un coro de Dios angelical respaldando nuestra adoración.

El caso es que Michael fue usado por Dios en muchas maneras muy bellas, tiene un testimonio maravilloso, Dios lo ha usado grandemente, yo le pedí que viniera a Boston, queríamos honrarlo a él, reconocer este bello regalo que fue dado a nuestra Congregación en respuesta a oraciones específicas acerca de que Dios proveyera algo a la escala del tamaño del edificio y que fuera con gran significado artístico y Dios lo proveyó a él, y ha sido de gran bendición, y cada uno de estos portales tiene un significado muy específico, y yo le pedí que viniera y nos instruyera acerca de qué significa cada uno de estos portales así que hoy usted va a escuchar acerca del arte cristiano, y lo que es ser un artista cristiano.

Esta meditación va a ser acerca de eso, prepare su corazón, prepare su espíritu y déle un aplauso a él de bienvenida. De paso que él vino porque lo iniciaron en una sociedad de pintores de acuarela muy distinguida de aquí de Boston y estaba acá, y entonces aprovechamos de una vez, es un artista muy logrado así que gloria a Dios es un privilegio tenerlo.

Michael: Qué bella adoración tienen ustedes aquí, mi esposa y yo somos adoradores, amamos a Jesús. Hoy se trata acerca de la unción creativa y de Dios, el Señor te hará enterarte de Su unción creativa, y ya que parte de la unción inicial de esta Iglesia fue tener una unción creativa el Señor quiere desatar eso en tu vida hoy, aleluya.

Yo no entiendo una sola palabra de lo que están diciendo pero el Espíritu Santo es un lenguaje universal y cuando yo entré a este salón sentimos el Espíritu Santo, pero no siempre fue así en mi vida. Cuando tenía 18 años le entregué mi vida a Jesús y ahora he vivido con Él sin ningún tipo de arrepentimientos durante 40 años de mi vida o más y opero especialmente en el ministerio de las artes como artista del Señor.

Así que cuando recibí el Espíritu Santo a los 18 años de edad sólo entonces pude comenzar a entender las Escrituras ya que la Escritura está inspirada y provista por el Espíritu Santo uno tiene que tener uno mismo el Espíritu Santo para poder entenderla.

Antes de que yo recibiera el Espíritu Santo yo sufría de dislexia la cual es una enfermedad en la que la mente de la persona no puede leer sino que ve a veces las letras atravesadas, al revés, los números, es una enfermedad neurológica que le impide a la persona leer correctamente y ver las cosas de una manera correcta.

Yo me retrasé grandemente en mi educación, la nota más alta que yo podía alcanzar era una D o una C la cual es una nota bien, bien baja y yo siempre fui la última persona que alguien pudiera pensar que un día iba a ser maestro, pero cuando el Espíritu Santo llegó a mi vida me dijo: quiero que vayas a la escuela para que te conviertas en mi artista, así que fui a la universidad y de paso Dios me proveyó financieramente para pagar mis cuatro años de universidad.

¿Y saben qué más? durante ese tiempo nunca saqué menos de una B después de tener notas malísimas los cuatro años de universidad, gracias Señor Jesús. Cuando uno está prendido fuego en el Señor eso hace que uno comparta de Dios siempre en todas partes, hay gente que no entiende pero uno simplemente no puede aguantarse porque uno está enamorado de Jesús.

Así que después de asistir a la universidad por los primeros cuatro años continué con estudios graduados para convertirme en un maestro, un educador y también un artista, y en esos años de escuela graduada 4.0 lo mejor, A, siempre saqué notas perfectas, ¡nada es imposible con el Señor!

Así que hoy vamos a hablar acerca de sanidad, vamos a hablar acerca de revelación, vamos a hablar acerca de lo que significan estos portales de oración, que su historia y la idea de ellos vienen del Señor. La Iglesia donde yo asistía originalmente el Pastor se acercó a mí y de paso, si ustedes me ven aquí es porque no estoy acostumbrado a estar detrás del púlpito. Y cuando yo estaba ahí en la Iglesia como artista residente mas bien pues el Pastor se acercaba a mí y me decía: hey ¿por qué no haces unos banderines? me dijo ¿por qué no haces algo que se constituya como una especie de puerta entre el cielo y la tierra, algo que invite a la oración?

¿Cuántos saben que cuando uno ora uno está estableciendo una conexión entre tu vida y los poderes de Dios, estás alineándote con los propósitos de Dios? pero Dios siempre va cambiando, Dios se está moviendo en todo momento perpetuamente pero permanece siempre igual, el mismo también. Así que tenemos que alinearnos y también tenemos que movernos en sincronía.

Así que cuando yo regresé a mis antiguos amigos un día descubrí que se habían quedado ahí estancados haciendo las mismas cosas de siempre, pero yo había cambiado por el Señor porque yo había estado con el Señor. Así que el Señor me dijo: Quiero algo más que simplemente un banderín que fue el pedido original del Pastor, quiero un portal, quiero una puerta de acceso espiritual.

Y entonces el Señor me llevó al Libro de Génesis donde allí habla acerca de las 12 tribus de Israel, el Señor me habló acerca del efod, esta coraza en frente en el pecho que usaba el sumo sacerdote de Israel, un efod se llamaba eso, y allí en el pecho que ustedes ven habían doce piedras preciosas como una coraza, y esas piedras se llamaban antiguamente piedras de fuego, y el Señor me dijo: Quiero que pintes esas piedras de fuego y que las ubiques sobre una tela especial, y ese color que tienen todas, el color azul simboliza la realeza de Dios y el color rojizo púrpura es la sangre de Cristo.

Esos portales parece como que valen miles de dólares cada uno pero ¿sabe qué? Dios puede tomar algo bien sencillo y pequeño y convertirlo en algo bien abundante porque están hechas de espuma prácticamente, eso es una espuma dura la parte de ¿no? parecen como que están hechas o mejor dicho las piedras preciosas que simbolizan es simplemente espuma endurecida, eso no es nada costoso y están como empotradas con oro alrededor del marco, y esa piedra está engastada o encima de lo que es simplemente debajo plywood, madera cubierta con la tela alrededor marcada, un marco de metal de esos de 2x4 así que son materiales bien sencillos, bien básicos, ninguno de ellos es vistoso.

Nosotros disfrutamos de ellos mientras estuvieron en nuestro templo y los gozamos, tenían una unción así muy especial durante nuestros servicios también, y mi esposa y yo nos sentimos muy humildes de que ahora hayan encontrado este hogar acá en su Iglesia.

Les voy a presentar a ti y a tu Iglesia este libro que contiene todos los significados en extenso de estos portales de oración, y lo que quiero hacer es simplemente elaborar dos o tres de estos portales ante ustedes para que ustedes entiendan el significado espiritual que hay detrás y el simbolismo que hay detrás de ellos.

Lo que les voy a pedir es que según los vaya describiendo que entremos en oración alrededor de ellos, lo que vamos a hacer es como 3 o 4 muestras, yo quiero que como Iglesia nos unamos para orar específicamente por ese tema que encarnan ¿okay? y hagamos de este tiempo un tiempo de oración, impartición, intercesión, vamos a entrar en ello también para hacer y que en el futuro podamos usarlos así cuando usted pase por allí o quiere pararse ante uno de ellos y orar, y declarar según el mensaje.

Porque muchas veces cuando estamos orando cinco minutos ya se nos acabó el material para orar, este libro le va a dar un poco de información y esperamos que los adentre en la personalidad y los pensamientos de Dios.

Comencemos con uno que está en mi corazón ahora mismo es el que dice: revelación. Esa piedra, el portal ese que dice revelación abajo tiene escrito el nombre de la tribu porque cada uno de los nombres en hebreo que usted ve aquí abajo son el nombre de una de las tribus de Israel, estos portales están hechos según las tribus de Israel, así que este portal que dice en particular Simeon en hebreo es la tribu de Simeon y ese nombre de Simeon quiere decir: escuchar o discernir.

Entonces recuerden que en la Escritura ese efod, esa coraza, esa pechera del sumo sacerdote entraba, era adentrada a la Presencia de Dios, entonces en un sentido estamos rodeados ahora por esa Presencia de Dios a través de estas piedras simbólicas.

Así que el nombre de Simeon quiere decir escuchar o discernir, también implica obediencia, contenido, comprensión, entendimiento y testimonio, y ese nombre de Simeon estaba inscrito en la piedra de zafiro específicamente que quiere decir discernir. Otro significado de ese nombre Simeon es declarar, inscribir, enumerar, celebrar, proclamar, mostrar, y también dividir, separar o cortar.

Y nosotros escogimos la acepción de este rico nombre como revelación para este portal reconociendo la gran necesidad de recibir revelación como Iglesia tanto el oficio como la dotación del profeta y la profecía pueden ser activados y pueden ofrecer un ambiente de discernimiento para la Iglesia a través de la oración, así que oramos por discernimiento, para ser obedientes, para tener contenido profundo de Dios y para comprender la Palabra de Dios.

También oramos ahora para nuestro testimonio como creyentes de Jesucristo, para tener el denuedo, el atrevimiento, la fortaleza para inscribir, enumerar, celebrar, proclamar, manifestar nuestros testimonios personales. También oramos por revelación para conocer el tiempo correcto, para dividir o separar las influencias que no vienen de Dios en nuestras propias vidas.

¿Por qué no entramos en oración acerca de eso para pedirle al Señor revelación? Póngase de pie, Delmie I want you to lead us come over, nos va a dirigir alguien así pero entren conmigo en oración ahora mismo, para declarar revelación necesitamos revelación, yo siempre le pido al Señor para mi vida, para mi ministerio y para mi Iglesia revelación porque necesitamos instrucción de parte de Dios, necesitamos saber cómo proceder, no queremos la inteligencia del hombre.

Repudiamos la creencia de que por nuestra propia sabiduría podemos hacer nada que tenga significado para el Reino, tiene que ser Dios obrando en nuestra Iglesia, nos humillamos delante del Padre ahora mismo y pedimos que Dios desate una unción de revelación sobre este pueblo. Ore conmigo mientras Delmie nos dirige en oración, vamos a orar y clamar al Señor por revelación.

Delmie: Padre en el Nombre de Jesús Señor nos presentamos delante de Ti Señor clamando Padre por esa revelación que viene de Tu Santo Espíritu Señor. Padre en el Nombre de Jesús declaramos que invitamos Señor, invitamos Padre ahora mismo esa revelación que viene de Tu Espíritu Santo llenando cada corazón, llenando el espíritu de cada uno de nuestros hermanos, llenando nuestra mente, llenando todo nuestro ser Señor, nos metemos, nos sumergimos Señor en el Nombre de Jesús de Nazareth Señor, en este río de Tu Santo Espíritu Señor creyendo y confiando Padre que recibimos esos dones de revelación Señor, de interpretación de sueños Señor, de declarar la Palabra de sabiduría Señor, de entender Tus secretos Padre.

Tu Palabra santa nos dice que Tú nos mostrarás cosas ocultas que no conocemos que vienen de Tu Santo Espíritu Señor, como Iglesia nos paramos y declaramos sí y amén a Tu Voluntad perfecta Señor, Padre rendimos nuestro entendimiento Señor, traemos nuestro entendimiento cautivo a la obediencia de Cristo Jesús Señor y declaramos que nuestra mente y nuestro corazón están disponibles para Ti, para que se llene de esa creatividad, de esas cosas que quieres dar a Tu Iglesia, de esas formas Señor, esas estrategias Señor, esa creatividad Señor, ese fluir santo Señor de Tu Voluntad Señor Padre para que podamos Señor alinear nuestra vida y nuestra comunidad, nuestra familia Señor, esa Voluntad santa que Tú tienes Señor que quieres darnos, que estás deseoso de dar Señor, gracias Señor, gracias Señor, gracias Señor, recibimos Señor; abre tus manos, recíbelo, recíbelo en el Nombre de Jesús.

Padre decimos sí y amén, te damos gracias, te damos gracias, recibimos en obediencia y en fe Señor esos dones de revelación y te damos a Ti toda la gloria Señor en el Nombre de Jesús amén.

Pastor Roberto: Aleluya

Michael: La próxima es el portal de la sanidad, es el deseo de Dios de que todos sean sanados. Rubén era el primogénito de Jacob y su nombre quiere decir: ver, contemplar, percibir, discernir o conocer como conoce un hijo y el nombre de Rubén estaba inscrito como lo ven ahí en hebreo en la piedra de esmeralda específicamente que es como un tipo de piedra turquesa con cierto grado de oro contenido también en ella lo cual representaba vida sana, nacimiento, el agua del mar que fluye, dolores y movimientos internos, su color alude a la vida resucitada, restauración o perdón, una persona restaurada. Y de todas esas sugerencias escogimos sanidad para que fuera el enfoque de esa obra porque podemos ver de esa manera la Gracia del Señor Jesucristo fluyendo en sanidad, podemos percibir y contemplar, y discernir esa misericordia del Hijo de Dios.

Nada es imposible para Dios en esta vida, oramos por el poder de resurrección que hay en Cristo Jesús, se puede sanar todo dolor, toda enfermedad para que Dios nos conceda nacimiento saludable, aquéllos que no pueden tener hijos puedan dar a luz, la sanidad y el perdón de Dios pueden restaurar a aquéllos que han llegado a endurecerse en sus corazones y aún a aquéllos que hayan experimentado un trauma o un daño, o una herida de algún tipo que el Señor nos regenere y nos recree una vez más.

Okay, vamos a orar por ese poder sanador de Dios pónganse de pie, vamos a orar por eso ahora en el Nombre del Señor, gracias Jesús, gracias. Susan ven y ora específicamente por esa obra sanadora de Dios, restauradora del Señor en nuestras vidas. Si tú necesitas sanidad, si has venido con cargas esta tarde, si has venido herido de alguna manera o físicamente necesitas un toque de Dios este es el momento para creer, vamos a creer que Dios va a desatar un día un don de sanidad muy poderoso en esta Iglesia, vamos a pedirle al Señor que comience ya a establecer ese don de sanidad.

Si tú necesitas un toque de Dios aprovecha este momento y recibe gracia del Señor amén, vamos a orar, amén, amén por este niñito que su mamá trae acá en fe vamos a bendecirlo, mañana le van a hacer una cirugía. ¿Cómo se llama, Justin? aleluya ponte en son de guerra ahora mismo vamos a orar. Este momento es un momento sagrado, un momento lleno de la Presencia de Dios, vamos a orar por Justin y también por cualquier necesidad que hay en nuestros corazones y en nuestros cuerpos.

Hermano: Padre celestial, Dios bueno, en esta hora Dios eterno te damos gracias y estamos delante de Tu Presencia primeramente reconociendo que la salud de Tu pueblo es importante para Ti Señor y que Cristo en Su Ministerio fungió como un sanador Señor, y no solamente sanó a los enfermos en ese momento mientras estaba presente con la humanidad, sino que también allí en la cruz del calvario mientras Su sangre se derramaba iba fluyendo sanidad para nuestras vidas.

Tu Palabra dice que por tus llagas fuimos curados, en cada azote, en cada maltrato recibido se presentaba sanidad para nuestras llagas, para nuestras heridas y te damos gracias Padre amado porque esa sanidad no cesó en aquél momento sino que es impartida a través de los años, a través de los siglos para Tu pueblo, para Tu Iglesia y así nosotros lo aceptamos, y así nosotros lo creemos Padre celestial porque por Tus llagas fuimos nosotros curados.

No importa la enfermedad, no importa cuánto tiempo tu cuerpo haya estado enfermo o esté enfermo, la Palabra del Señor dice que en Él hay poder para sanarnos y así lo creemos no importa si tu enfermedad sea una enfermedad terminal, sea una enfermedad crónica, sea una enfermedad fuerte o liviana en el Señor hay poder para sanarte y así lo creemos, y damos gracias.

Levanta tus manos y da gracias porque la obra del Señor está siendo hecha en tu vida a partir de este momento, en el Nombre de Jesús damos gracias, gracias Señor amén.

Pastor Roberto: Vamos a orar por Michael también él está sufriendo de una situación también de salud so extienda sus manos hacia Michael, este hombre de Dios que es de tanta bendición para el Reino del Señor y declare sanidad.

(después de orar por Michael)

Michael: Uno de los que yo más amo de estos portales constituye lo que es el amor, el corazón del Señor y Dios tiene un corazón para todas las almas, y el nombre que está debajo de almas es Isacar, es una de las tribus de Israel, Isacar quiere decir recompensa o alquilar para recibir pagos por partes, y ese nombre estaba inscrito en la piedra de topacio que era de color amarillo y que representa el buscar, y de paso yo creo que Dios ha puesto en cada corazón un instinto para buscarlo a Él y encontrarlo así que de eso se trata esta parte ¿no? buscar.

Toda persona que no conoce a Jesús quizás no lo sepa pero están buscando así que esta tribu estuvo dispuesta a aceptar la impartición de ese nombre, esa energía y que ellos ya tenían ¿no? esa impartición de buscar. Dice la Biblia que los hijos de la tribu de Isacar eran hombres poderosos en el ejército de David. Dice que estos hombres, estos hijos de Isacar, la Biblia habla de ellos, tenían una habilidad para entender las señales de los tiempos en que vivían, interpretar las señales y dice que esa tribu se dejaba guiar por las declaraciones de estos hombres que podían discernir los tiempos.

Así que para este portal de oración escogimos ese tema de almas como un enfoque para que la Iglesia vaya detrás buscando esas almas y oramos que salvación a través de la redención que Cristo hace posible haga que personas juzguen y sientan la necesidad de buscar a Dios y de tener una relación personal con Él, que todas las almas sean inspiradas para aceptar voluntariamente lo que se les puso delante y estar dispuestas a ser usadas por Dios para su servicio, y que almas que una vez fueron débiles puedan ganar fortaleza, almas que una vez no tenían sabiduría como yo puedan obtener sabiduría, y que se puedan convertir en líderes que inspiren confianza en su tiempo, que tengan integridad de parte de Dios.

Pastor Roberto: Ana Cardona ven por acá y dirígenos en oración, yo sé que tú tienes un corazón para almas y para evangelismo, dirígenos en esta oración para que el Señor ene ste tiempo que estamos preparando para emprender iniciativas fuertes en evangelismo que el Señor unja a León de Judá con una unción para ganar almas.

Pónganse de pie, cada uno de nosotros pídale al Señor un instinto evangelístico, que Dios ponga en nosotros una desesperación por ver almas no para que León de Judá crezca no se trata de eso, repudiamos esa idea de que queremos simplemente una Iglesia más grande, no, queremos salvar almas, que sea ganar almas, salvarlas, rescatarlas para Cristo Jesús ¿amén? se queden aquí o no se queden aquí pero que sean salvas y que conozcan a Cristo el Señor.

Ana: Gracias Jesús. Padre: venimos delante de Tu Presencia Señor dándote a Ti primeramente la honra y la gloria Señor Jesús. Padre en esta hora yo quiero presentarte a cada vida, cada corazón, cada alma que no te conoce Señor amado, yo te ruego Espíritu Santo que Tú toques las vidas, que ese espíritu que hay en ellos, que Tú has puesto en ellos para buscar, para adorarte, para glorificarte Señor Padre amado Tú te lo avives en ellos Señor en el Nombre de Jesús Padre amado. Mira las prostitutas, los homosexuales, los drogadictos, Padre los homeless, los alcohólicos, las vidas que no te conocen que seas Tú tocando, libertando, transformando trayéndolas con un corazón lleno de agradecimiento a Ti para que te busquen en espíritu y en verdad Señor Jesús.

Te damos la gloria y la honra por cada corazón, por cada vida que Tú estás tocando Padre, rompe las cadenas, las ataduras y las ligaduras Señor que los atan y glorifícate de manera especial Padre, traélos a Ti con paso gigante Padre en el Nombre poderoso de Jesús Señor para Tu honra, para Tu gloria, para que te sirvan en espíritu y en verdad Señor, Padre amado para que ese plan y propósito que Tú tienes para cada vida se cumpla en sus vidas en el Nombre de Jesús, toma el dominio y control Señor de estas vidas Señor, mira cada vida que está alrededor de este vecindario Señor Padre amado, tráelos a Ti con paso gigante Señor Padre, trata con ellos en el silencio, háblales con voz audible Señor y manifiesta Tu gloria y Tu Poder sobre estas vidas Padre, en el Nombre de Jesús te lo rogamos, te lo suplicamos Señor por el poder de Tu Palabra Padre te damos gloria, te damos honra y alabanza Señor, te alabamos y te glorificamos Señor Padre amado porque sólo Tú mereces la gloria y la honra Señor, gracias por Tu gracia, por lo que estás haciendo y seguirás haciendo, en el Nombre de Jesús amén y amén.

Michael: El último que quiero compartir con ustedes es el que menciona a los pastores. De paso admito que cometí un error cuando elaboré este portal y algo que dice que va a corregir en algún momento porque puse el nombre equivocado, el nombre que está en hebreo no es el que representa los pastores, si hubiera aquí un erudito en el hebreo original se daría cuenta de eso, fue un erudito en hebreo de hecho el que se dió cuenta y me alertó de ese error.

El nombre verdadero es Manases o Manasés en judío que estaba inscrito en piedra de verilo, es una piedra extremadamente dura y que permite hacer anillos circulares completos en esa piedra, esta piedra representa impartir sabiduría a alguien en conocimiento. También se refiere al sacerdocio y el no tener propiedad porque los sacerdotes no tenían propiedad personal ni privada, no tenían herencia, aunque los demás tenían heredad los sacerdotes no tenían ningún tipo de heredad física.

Escogimos para este portal esta idea de pastores porque los pastores tienen un corazón para el pueblo y se nos recuerda en la Palabra que oremos por nuestros pastores, y oramos para que nuestros pastores reciban revelación fresca del Señor, y que aclaren y hagan sencillas, presenten sencillamente la Palabra de Dios en las sagradas Escrituras, y que puedan arrojar luz acerca de la verdad de Jesucristo, que sean capaces de hacer eso en sus vidas personales y en las vidas de los miembros de la Congregación. Oramos para que los pastores tengan buena salud y que a su vez inspiren y guíen nuestro caminar cada día como discípulos de Jesucristo.

También oramos para que hablen en una forma sin diluir la Palabra de Dios que Dios quiere para este tiempo y esta época, amén y amén, gracias Señor Jesús.

Pastor Roberto: Miriam y Papo vengan por acá, oren por nosotros y también de la ciudad, vamos a orar por pastores que están desalentados, los pastores de nuestra Congregación también, líderes pastorales pónganse de pie y Meche también acércate por acá, ven oren por nosotros ahora también y oren para que el Señor nos guarde y proteja, y nos cubra con Su protección y Su sangre para que podamos dirigir nuestra Iglesia en una forma como se necesita en este tiempo, que Dios nos proteja y nos guarde.

Miriam: Amén, aleluya. Padre: en el Nombre de Jesús nos elevamos ante Tu Trono Padre. Padre vamos a presentar en estos momentos a Tus escogidos Señor, a tus hijos, a los que Tú has llamado para pastorear esta Iglesia Señor. Señor nos ponemos ante Tu Presencia Padre pidiendo que Tú los revistas de sabiduría, de gracia Señor, que Tú les reveles cada día los planes y propósitos que Tú tienes para Tu Congregación maestro, Señor bendecimos nuestros pastores Señor, les bendecimos Señor salud espiritual, salud física Padre, Padre que ahora mismo sientan el Poder de Tu Espíritu Santo postrándose sobre ellos Padre.

Padre si en algún momento sienten que están decaídos Padre o sienten que les fallan las fuerzas Padre revélate en ese mismo instante y que ellos puedan sentir que Tú no los dejas solos en ningún momento Padre, que Tú eres Señor el que los diriges, el que los fortaleces, el que les da fuerza cada mañana aún cuando no tienen ninguna Padre. Señor gracias por nuestros pastores los bendecimos Señor, sígueles dando gracia, esa gracia hermosa que Tú has puesto en nuestros pastores Señor, sígueles dando Señor de Ti cada día maestro.

Sobre todo el Señor nos está llamando a ser santos

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El pastor Roberto Miranda ha estado transmitiendo una serie de mensajes escudriñando cómo vivir conforme a los tiempos que estamos viviendo. Y una respuesta inescapable que oímos de parte del Señor es esta, seamos santos. Dios nos está llamando, esto es inescapable, sobre todo lo demás que tal vez el Señor pida de su pueblo, sobre todo el Señor nos está llamando a ser santos.

En esta mañana mis hermanos, vamos a explorar dos preguntas. Primero, ¿qué quiere decir eso? a la verdad a qué nos está retando Dios cuando nos llama a ser santos. Segundo, ¿cómo se hace eso? cómo hacemos, si algo, para ser santos. Solo esas dos preguntas vamos a explorar en esta mañana y nos vamos de aquí.

Está proyectado el Reina Valera pero les voy a leer esta escritura en la versión Nueva Versión Internacional, para aclarar cierto idioma.

“Yo soy el Señor su Dios, así que santifíquense y manténganse santos porque yo soy santo. No se hagan impuros por causa de los animales que se arrastran. Yo soy el Señor que los sacó de la tierra de Egipto, para ser su Dios. Sean pues, santos porque yo soy santo.”

Mis hermanos, honestamente cómo usted reacciona a esa palabra ‘santo’, santidad. ¿Cómo reaccionas cuando lees eso? yo sé cómo yo reacciono y eso fue lo que me llevó, esa confrontación en mi espíritu, cuando el Señor me reveló esta palabra, en mi tiempo a solas con Dios y tuve que honestamente admitir al Señor, sabe, tal vez, Señor, si fuéramos honestos desearía pasar esta escritura por alto. ¿Cuántos no hacemos eso? vemos algo en la escritura, nos cae un poco pesado y preferimos pasar por alto esa escritura y tal vez imaginarnos que ya no se aplica a nosotros.

Si las leyes judías que es el énfasis de Levíticos, capítulo 11, es un estudio de las leyes judías gobernando lo que se come y lo que se deja de comer. Y si eso ya no se aplica a gentiles, a la alta mayoría de nosotros, bueno, tal vez tampoco esto, ¿verdad? Pero este mandamiento nunca se ha borrado, sigue en pie, aún en el Nuevo Testamento, aún después de la cruz.

Pedro, el Apóstol Pedro, cita este pasaje en Levíticos cuando él escribe en su primera carta, Primera de Pedro, “sino como aquél que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está aquí, citando este mismo versículo, sed santos porque yo soy santo.”

Y si algo, Jesús va aún más lejos llamándonos a ser perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Si algo, mis hermanos, el libro de Levíticos con su énfasis sobre nuestro comportamiento externo, lo que se oye, lo que se ve, lo que se habla, lo que se come, cómo andamos, cómo nos vestimos, Levíticos con su énfasis sobre lo externo, representa lo que yo llamaría una ruedita de entrenamiento en la bicicleta de la santidad. That’s good!

¿Cuántos le han enseñado a un niño? Padres han tenido el trauma y el privilegio de enseñarle a un niño cómo manejar una bicicleta. Y comienzan con unas rueditas, unas barras, para que dominan la capacidad mecánica de montarse sobre una bicicleta. Y es algo así con el libro de Levítico, y su énfasis sobre lo externo. Pero Jesús va más allá de las rueditas de entrenamiento. Fue como si el Señor dijera, ya eres grande Samuel, y te voy a quitar las rueditas. Ya es tiempo de quitarnos las rueditas.

Él va más allá de la santidad de lo externo. Él va más allá de lo que vemos y oímos a la condición de nuestro corazón, y para entender la santidad como lo ve Dios tenemos que comenzar allí. Tenemos que comenzar con la condición de nuestros corazones.

¿Sabe cómo llamamos santidad que no pasa de lo externo? Hay una palabra para describirlo. Una santidad que se queda en lo externo, ¿sabe cómo se llama? Religión. ¿Han oído esa palabra? Es más, yo voy más allá. Aquí secretamente tenemos varios refugiados de la religión buscando una amnistía de la religión.

Yo le voy a confesar, la gran preocupación del mundo legalista en que me crié fue esta preocupación externa. Yo tal vez mi español es un reto pero yo sé hablar pentecostal. Dios lo bendiga, varón, que la gracia del Señor siga sobre su vida. Aleluya! Amén. Lo hablo muy bien y con convicción. ¿Por qué? There’s nothing wrong with that. Pero el asunto es que nos pasamos mucho tiempo, oigo muchos hermanos decir, “Pastor, me entrenaron en cómo se viste la gente de la iglesia, cómo habla la gente de la iglesia, cómo se saluda la gente de la iglesia, cómo camina la gente de la iglesia. Yo estaba en la iglesia muy bien, el problema es que la iglesia no estaba en mí y lo sabía.”

Igual, mis hermanos, de trasfondo católico, huyendo también, refugiados también. ¿Por qué? Viendo ellos, la gente celebrando sus misas pero viviendo como si Dios ni siquiera existiera, la mayoría del tiempo. Tenían su vida compartimentada, tenían su misa, su domingo, tenían sus eras, tenías sus tiempos, pero la mayoría del tiempo Dios no era parte de su vivir. I know, isn’t that sad?

Es más, vamos más allá, la religión puede servir de estorbo para la verdadera santidad. Voy más lejos, tal vez es el engaño más peligroso y efectivo de Satanás. El engaño más efectivo de Satanás es convencerte que puedes ser religioso sin ser santo. ¿Ven la distinción? El convencerte que puedes ser religioso sin ser santo.

Cuántos hermanos he oído diciendo, “Pastor, quiero ser libre.” Vienen y pasan y buscan tantas experiencias buscando… es la misma oración, “Pastor, quiero ser libre.” Y Dios te escucha, hermano, y cuando Dios te escucha él entiende la verdadera oración de su corazón, la verdadera petición es, “Dios quiero ser santo.” Cuando él escucha, ‘quiero ser libre’ su corazón, que Dios creó a su imagen y semejanza, está rogándole ‘quiero ser santo.’ Porque una vida de religión sin santidad nos lleva a vivir vidas que yo llamaría huecas, por fuera magnífico, por fuera una obra de arte pero vacío por dentro, huecas, vidas huecas.

¿Usted no cree que un Dios que nos ama le parte el corazón al ver su creación divina así? Si Dios se enterara verdaderamente de su creación ¿cómo tu crees que Dios reacciona a eso? De tal manera Dios nos amó, porque nos ama Jesús nos llama a una santidad que va más allá de lo externo, nos llama a una santidad que llega a lo profundo de nuestro corazón y nuestro ser, lo que nos identifica, nos llama a santidad en lo escondido de nuestro corazón.

Y mucho del mensaje de Jesús fue dirigido a esto. El sermón del monte, mis hermanos, ustedes al leer el sermón del monte ustedes oyen al Señor una y otra vez usar esta frase, “oíste que fue dicho,” o sea, la ley declara esto, “pero yo os digo,” lo dice varias veces, “pero yo os digo” dice Jesús que ve nuestro corazón. Pero yo os digo no matarás, dice la palabra, pero su verdadero blanco es el odio y el rencor que mora en nuestro corazón. No cometerás adulterio, pero su verdadero blanco es la inmoralidad escondida en los rincones de nuestro corazón.

Una tarde un grupo de líderes religiosos, énfasis sobre ‘religiosos’, que se acercaron a Jesús para reclamar que sus discípulos no estaban guardando sus tradiciones religiosas, no es que no estaban guardando la ley de Dios, no estaban guardando tradiciones religiosas inventadas por los hombres. Y cuando ellos se acercaron a Jesús reclamándole, Jesús les instruye, en Marcos capítulo 7, “Todo lo que fuera que entra en el hombre no le puede contaminar porque no entra en su corazón, sino en el vientre y sale a la letrina – esto decía – haciendo limpios todos los alimentos.”

O sea, ahora usted se puede comer su langosta y su lechón asado con total libertad. Gloria a Dios. Pero eso no te hace más santo. Eso no nos hace cosher, pero no nos hace más santos. Y sigue Jesús, “Pero decía que lo que del hombre sale eso contamina al hombre,” porque de dentro, del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, etc. todas estas maldades de dentro salen y contaminan al hombre.

Dios exige en otras maneras, mis hermanos, Dios exige que le entreguemos nuestros corazones. Nunca sabrás lo que es ser libre hasta que lo hagas. La verdadera santidad es mucho más bella que un enfoque de lo externo, pero a la vez es mucho más difícil. Y vale la pena mucho más. El entregar el corazón a Dios siempre ha sido su propósito. Siempre ha sido su propósito que le entreguemos nuestros corazones y que allí seamos santos.

El Señor declaró citando al libro de Deuteronomio, “y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón,” esto es el Antiguo Testamento y ese es el blanco ya de Dios. Porque Dios es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos, “amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma y con todas tus fuerzas.”

La idea no es cambiar cómo nos comportamos, sino transformar quiénes somos. La idea no es actuar santo, la idea es ser santo. La idea no es cambiar su manera de actuar, la idea es totalmente recalibrar quién es usted, quiénes somos, nuestra manera de ser, entregando al Señor nuestro corazón.

Pastor, ¿cómo se hace eso? piénsalo. ¿Cómo hacemos para ser santos? Por cierto, mis hermanos, sepan esto, hay un papel en esto que le toca a Dios y solo a Dios y hay un papel que te toca a ti y solo a ti. Primero, ¿cuál es el papel de Dios en esto, el rol de Dios en hacernos santos?

Levíticos 11:45 comienza con esta declaración: “Yo soy el Señor que los sacó de la tierra de Egipto para ser su Dios.” Primero Dios nos rescata de nuestra esclavitud al pecado, de nuestro Egipto. ¿Cuántos aquí se acuerdan de su Egipto? Para algunos de nosotros nuestro Egipto fue anteayer, para otros tal vez, ustedes no pueden imaginar un mundo que no incluya a su Egipto. Si ese concepto es un poco difícil, para mí yo prefiero pensar en esta imagen.

Imagínense, mis hermanos, estar encerrado, yo lo veo así, la obra de Dios, lo que hizo Dios por mí, imaginar estar encerrado en las tinieblas de un edificio en medio de un incendio. A través del humo y las tinieblas Dios te ve, entra al edificio, te escoge, te llama por nombre, te toma de la mano, te encamina, es más, te carga afuera a la luz, al aire, a la seguridad, a la vida, fuera, libre. Él nos rescata, él nos salva. ¿Entienden esa palabra? Él nos salva, nosotros no éramos capaces de salir de allí. Si nos quedamos en el edificio nos asfixiamos, los quemamos, nos morimos, él entra como el bombero divino y nos rescata. Eso lo hace la sangre de Cristo, nos saca de allí, nos saca de Egipto.

¿Por qué? Mis hermanos, en el cielo nos vamos a dar cuenta verdaderamente de qué es lo que ha hecho Dios por nosotros. Verdaderamente de qué nos ha rescatado y a qué nos ha rescatado. Y si el Señor me da la oportunidad en el cielo, me imagino preguntándole a Dios, “Why did you do this? Why me? ¿Por qué lo hiciste? Dios, ¿por qué ser tan bueno conmigo? ¿Por qué tanto amor? ¿Por qué tanta misericordia? ¿Por qué?” y él responderá, “Para ser tu Dios, Samuel, para ser tu Dios, para ir delante de ti, para pelear tus batallas, para perdonar tus pecados, para sanar tus heridas, para sacarte del odio, para limpiarte el lodo, para rejuvenecerte como el águila. Te saqué de Egipto para ser tu Dios.”

Y ahora tu y las generaciones que te siguen son libres. Libres para vivir libres, libres para vivir en libertad. Estamos en la acera, gloria que Dios, estamos vivos. Puede ir dondequiera que quiera Dios te ha hecho libre y él te mira y dice, “Sígueme.”

En Colosenses así de clara, “el cual los ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo en quien tenemos redención por su sangre.” El perdón de pecados. De Egipto ya Dios nos sacó, gloria a Dios. Pero ¿ahora qué? ¿Ahora qué quiere él? Samuel, este mundo está en tinieblas, quiero que vea mi luz en ti, quiero que distingas lo puro de lo impuro, quiero que distingas lo santo de lo inmundo. Mis hermanos, no podemos hablar de santidad sin hablar de evangelismo, ni podemos hablar de evangelismo sin hablar de santidad.

¿Sabe el plan de Dios para Boston, el plan de Dios para Nueva Inglaterra? No hay un plan B este es el plan, no hay de huestes de ángeles listos con su caballería para salvar esta tierra si no funciona el plan A, este es plan A al plan Z, este es el plan, el plan es este. Este mundo en tinieblas descubrirá a este Dios a través de ti. ¿Qué es tener un Dios que te ama? Un Dios que te conoce, un Dios que toma interés en ti y te considera de él, un Dios que escucha tus oraciones, un Dios que te bendice, que te sana, que te incorpora a sus planes divinos ¿cómo es eso?

Y esta gente tal vez, ellos no le harán una Biblia pero pelearán a ti, le harán tu vida y se asombrarán en el en el nombre de Jesús de la manera en que Dios te transformará, la manera en que comienzas a pensar como él piensa, hablar como él habla y hacer las obras de Dios, y por que más cercanos que ellos sean a ti, más se asombrarán y más el en el nombre de Jesús será exaltado. Él nos sacó de Egipto para ser nuestro Dios. Él nos sacó de Egipto para que fuésemos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ese es el plan.

Él nos sacó del infierno, nos rescató de las llamas, nos liberó de una muerte segura. Si eso no fuera suficiente delegar sobre nosotros su unción y apartarnos para que fuéramos sus sacerdotes. Increíble.

Pero pastor, ¿cómo nos convertimos en eso, en esa gente, en ese pueblo, en ese sacerdocio? ¿Cómo se hace eso? hay un papel como dijimos, que le toca a Dios y solo a Dios, solo Dios pudo hacer por nosotros lo que él hizo. Ahora hay un papel que te toca a ti y solamente a ti.

Dice Levíticos 11:44, “Yo soy el Señor su Dios, así que santifíquense y manténganse santos porque yo soy santo.”

Una parte de la santidad ocurre al instante, la mano de Dios rescatándonos, eso se llama, los teólogos lo llaman justificación. Nuestro papel es consagrarnos o santificarnos, o sea, santificación. Déjenme explicarles, el consagrarnos o santificarnos es un proceso. ¿Y cómo es eso, pastor? El consagrarse es apartarnos y prepararnos para, es apartarnos en anticipación para quién, digamos. Cuando uno estudia la palabra que aparece en el Antiguo Testamento para esto, santifíquense, aparece en las distintas versiones cuando aparece esta palabra, y esta idea de consagrémonos o santifiquémonos, se traduce de distintas maneras. Se traduce conságrense, santifíquense, purifíquense, otra versión de estos mismos textos lee prepárense, interesante. Segundo, muchas veces cuando uno encuentra esta palabra, consagraos, dentro del mismo versículo o muy cerca dice, ¿por qué? Consagraos y luego declara por qué. Hay un por qué, hay una anticipación, la consagración es una sala de preparación.

Mi hermano Domínguez es médico y antes de una operación hay todo un proceso de esterilidad y preparación para entrar en ese proceso delicado. Es igual con la idea de consagración, por ejemplo, y ahora estoy leyendo de la Biblia Latinoamericana, en Éxodo 19, antes de que el Señor le rebele los 10 mandamientos al pueblo de Israel él le instruye a Moisés, “Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana porque – oyeron – porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo.”

Luego en el libro de Josué el Señor igual se revela a Josué, ahora tomando el liderazgo del pueblo de Israel, el Señor le dice a Josué, “Entonces, Josué dijo al pueblo, consagraos porque mañana el Señor hará maravillas entre vosotros.”

Congreguémonos, preparémonos, purifiquémonos porque la gloria de Jehová descenderá a la vista de todo el pueblo. Consagrémonos, preparémonos, purifiquémonos porque el Señor hará maravillas mañana entre nosotros. Consagrémonos porque algo precioso, algo divino, algo maravilloso, algo extraordinario, algo santo, algo bello, algo del otro mundo se nos va a revelar. Entonces vale la pena que nos consagremos porque ¿la santidad sabe lo que es? La santidad se trata de intimidad con un Dios santo. Es el mero hecho, es el ticket, el boleto que nosotros pagamos para entrar y mantenernos en la presencia de un Dios santo. Y eso ha sido el deseo de Dios.

Él nos inventó, nos creó para esto, creando al principio un jardín para estar en comunión, en comunicación con esta creación. El polvo de la tierra, él sopla hálito en sus pulmones y luego lo aparta y a cierta hora del día descendía la gloria de Dios. Y me imagino que era la hora favorita de Dios, estar en medio del jardín, intimidad con Adán. Y la historia bíblica termina con una gran boda y la palabra compara esta iglesia y la iglesia de Jesucristo a una gran novia. Y ahora, mis hermanos, nos estamos haciendo el moño, nos estamos maquillando, nos estamos perfumando, hemos buscado el traje más bello porque viene el novio y nos queremos presentar sin manchas, sin arrugas, perfectos porque vamos a entrar en intimidad con él.

Y entonces podemos entender cómo en Hebreos declara, sin santidad, ¿lo han oído, verdad? Seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá al Señor. Hemos oído, muchos hemos citado ese versículo, sin santidad nadie verá al Señor. ¿Qué quiere decir eso? nadie verá, nadie entrará en la presencia de él. Nadie conocerá la intimidad de, nadie oirá, nadie sentirá al Señor. Es imposible sin la santidad experimentar este Dios. La santidad no es para otros, la santidad no es para los sacerdotes, la santidad no es para los pastores. Si tu quieres sentir a Dios, oír a Dios, experimentar a Dios, estar en la presencia de Dios, necesitas pedirle al Señor santidad.

Y saben, mis hermanos, gracias a Dios como he dicho, el Señor ha abierto la puerta para eso.

Primeramente él te buscó, no dejas que Satanás te borre eso, él quiere esto contigo, él te llama por nombre, te saca de las llamas, él metió su mano y te sacó de allí como tizón entre las llamas, él quiere esto. Él lo desea, él lo anhela, para esto fuiste creado, él desea intimidad contigo y la consagración nos prepara para eso. El consagrarnos nos prepara para intimidad con un Dios santo.

Pero como he dicho, esto es un proceso. Yo quisiera mis hermanos, que administramos una pastilla o un remedio dominicano, una pastillita, que de momento, pastor, bébase uno de estos cada mañana y guau, eres consagrado. Compraríamos, volaríamos allá, llegaríamos con cajas de eso, pero no es así. Esto es un proceso. ¿Y pastor, cómo es este proceso? ¿Es fácil? Es fácil y a la vez es lo más difícil que ha hecho en su vida.

Es el resultado de miles de decisiones que nos forman. El 90% de ellos en el secreto de nuestro corazón. Una decisión de preferir lo puro en lugar de lo inmundo. Una decisión de obedecer, cuando sería mucho menos costoso desobedecer, Señor, por lo menos esta vez, para salir de este lío, una decisión de perdonar en lugar de guardar rencores. La santidad vale la pena, que te cueste eso.

Una decisión de preferir a Dios tal vez sobre un poco más dinero pero alcanzado a precio de su integridad y su tiempo con Dios. O de preferir a Dios tal vez sobre una relación que te satisface por ahora pero sabes bien que Dios jamás la podrá de bendición [00:41:42]. Con cada decisión que usted hace y lo haces prefiriendo a Dios, cada decisión que tu haces a favor de Dios en vez de nuestros apetitos o las cuales nuestros corazones se aferran, el Señor de una forma misteriosa expande los horizontes de la santidad en tu mente y en tu corazón.

Y no se apure, usted no está solo en esto. Puedes contar con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo susurrándote, el Espíritu Santo diciéndote, decide esto y no esto. El Espíritu Santo diciéndote, escoge esto y no eso. El Espíritu Santo dirigiéndote, sí, paga el precio, obedece y te irá bien y vivirás. El Espíritu Santo aconsejándote, el Espíritu Santo animándote, y cuando usted vea qué es lo que está haciendo el Espíritu Santo, el Espíritu Santo está haciendo más y más lugar para él en ti y esto se está llevando a cabo en tu mente y en tu corazón. Esta es la diferencia de la religión donde nadie lo ve, donde es imposible que un ojo, aparte del ojo de Dios, lo vea, y aunque nadie te aplaude y aunque nadie diga bien hecho, y que aunque nadie te de un hi five, tu Dios te dice y te dirá un día, “Fue buen siervo y fiel. Te conozco, sé lo que hiciste, vi lo que hiciste, oí lo que hiciste.”

Él lo sabe por eso, mis hermanos, como los sacerdotes de antaña el Señor escribirá sobre su frente en ese día, santidad a Jehová, sobre esa mente que ha entregado al Señor, santidad a Jehová sobre ese corazón que tu estás entregando al Señor. Y ¿sabes lo que vas a descubrir? Como la santidad es entrar y preferir la presencia de Dios, entrar y preferir comunión con Dios, usted mismo se sorprenderá de todo lo que será derramado sobre ti comenzando con la paz, el shalom de Dios.

Con la santidad viene la paz, con la santidad viene sabiduría, el temor de Dios es el comienzo de la sabiduría dice Proverbios. Al usted buscar la santidad el Señor derramará sabiduría sobre su mente. Pero yo diría más precioso todavía, con la santidad viene su identidad, porque no se trata de lo que hagas, se trata de lo que eres, quién eres. Con santidad el Señor comenzará a tomar el mármol de tu vida y con su cincel crear la obra de arte que eres tu, que él sabe que hay en ti, la grandeza encerrada en ti, los dones encerrados en ti, la nobleza que hay en ti, lo que eres proféticamente y lo declaramos sobre usted ya, lo que eres.

Al usted santificarse, usted se está acercando a lo máximo de la creación de Dios en ti y ese es su deseo. En otras palabras, la santidad es libertad. Te ama Dios tanto que él no pudo contener, ver desperdiciada la preciosa obra que él ha visto en ti, ver desperdiciada la belleza de su creación, aunque le cueste su Hijo y aunque le cueste su sangre. Vale la pena.

Bajemos nuestras cabezas. Voy a hacer un llamado en obediencia al espíritu de Dios. Si hay alguien en esta tarde que diga, pastor, yo quiero eso, pero yo necesito que Dios me saque de Egipto, me rescate, yo quiero recibir ese regalo, yo quiero recibir a Cristo en esta tarde. Si hay alguien aquí que desea hacer esa decisión, yo le invito a levantar su mano en el nombre de Jesús. Alguien que diga, quiero recibir al Señor en esta tarde, quiero ser rescatado.

God is with you y tiene grandes propósitos en cambiar al mundo a través de ti. Yo invito, tal vez mi hermana Blanca, si hay alguien más. Mi hermana te invito a orar esta oración conmigo.

Señor Jesús, yo he oído tu voz, yo he oído que me ha llamado por nombre, tómame de la mano y éntrame a tus propósitos y los propósitos de tu Reino. Hoy te declaro mi Dios y mi Señor. Escribe mi nombre en el libro de la vida, borra mis pecados con la sangre del cordero, lléname con tu espíritu y hazme tuya desde ahora y hasta que te vea en gloria en el en el nombre de Jesús. Te bendigo.

Dios busca adoradores

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Quisiera compartir esta mañana unos momentos sobre adoración verdadera en una era de relatividad y quiero ir al texto en Juan 4, quiero leer empezando de versículo 4 cuando Jesús sale de Galilea, sus discípulos están bautizando. Ya Jesús está delegando, multiplicándose por medio de los discípulos. Cuántos de ustedes saben que el trabajo no es del pastor Roberto únicamente? Digan amén más duro. Ya Jesús tenía a los 12 bautizando, él no había bautizado a nadie, dice en versículo 1 y 2 y sale de Galilea y tenía que pasar por Samaria.

“…Llegó pues a una ciudad de Samaria llamada Sicar cerca de la parcela de la tierra de Jacob dio a su hijo José y ahí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús cansado del camino se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta y una mujer de Samaria vino a sacar agua y Jesús le dijo, “Dame de beber,” pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces, la mujer samaritana le dijo, “¿Cómo es que tu, siendo judío me pides de beber a mí que soy samaritana?” – porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos. Respondió Jesús y le dijo, “Si tu conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, tu le habrías pedido a él y él te hubiera dado agua viva.” Ella le dijo, “Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es hondo, ¿de dónde pues tienes esa agua viva? ¿Acaso eres tu mayor que nuestro padre Jacob que nos dio el pozo del cual bebió él mismo y sus ganados?” Respondió Jesús y le dijo, “Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás.”

Digan amén. “Sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.” La mujer le dijo, “Señor, dame de esa agua para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla.” Él le dijo, “Ve, llama a tu marido y ven acá.” Y respondió la mujer, le dijo, “No tengo marido.” Y Jesús le dijo, “Bien has dicho, no tengo marido, porque cinco maridos has tenido y al que ahora tienes no es tu marido.” – ¿Cuántos saben que Dios sabe todo? –

“En eso has dicho la verdad.” La mujer le dijo, “Señor, me parece que tu eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.” Jesús le dijo, “Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis pero nosotros adoramos lo que conocemos porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Y Dios es espíritu y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.” La mujer le dijo, “Sé que el Mesías viene, el que es llamado Cristo, cuando él venga nos declarará todo.” Y Jesús dijo, “Yo soy el que habla contigo.”

Qué tremendo encuentro con esta mujer y Jesús en un lugar histórico como era, no solamente Samaria, sino en el pozo de Jacob. Es importante saber en estos tiempos de tanta transición, en la época o en la era informática de donde nuestros ciclos de noticias de 24/7 nos hacen llegar las noticias que ocurren en lugares muy lejanos que afectan mercados y afectan culturas y afectan la vida cotidiana de todas las personas. En los viejos días, hace un par de décadas, tu tenías que recibir revistas como Newsweek y Time Magazine para averiguar lo que estaba sucediendo alrededor del mundo y ahora tu te puedes levantar y entrar en tu computadora, en tu Ipad o teléfono y la noticia ya está de todo lo que sucedió alrededor del mundo ahí mismo, inmediatamente.

Y de cierta manera crea una dinámica donde, no sé si han oído esto, pero aparentemente todo se ha acelerado, el tiempo es más y más corto pero en realidad lo que sucede es que el tiempo sigue siendo 24 horas en un días, y 60 minutos en una hora, pero que nuestra capacidad de saber cosas que van mucho más allá de nuestro potencial que tenemos como seres humanos de poder procesar toda la información que está viniendo a nosotros. Entonces, crea ese ambiente de zozobra, ese ambiente de que todo está viniendo a nosotros a 100 millas por hora y no hay manera de detenerlo y no tenemos control de ninguna manera y viene aceleradamente hacia nosotros. Y por eso, inclusive noticias malas – ¿cuántos saben que las noticias malas venden más que las noticias buenas? – No sé qué hay en el ser humano que le gusta más esas noticias morbosas, esas cosas que uno ve que la maldición y la malicia del enemigo, que trata de destruir lo que Dios ha creado.

Y por ende tenemos todo tipo de situaciones en un momento histórico en la iglesia. Y te digo, con 7 mil millones de personas habitando en la tierra es interesante que esta escritura en Juan 4 está en el contexto, si uno sigue leyendo, de una cosecha que Jesús dijo, “Deja de decir que ahora viene, te digo de cierto, está aquí ya.”

Entonces, en medio de todas las noticias malas, y como tenemos el privilegio de viajar tanto a diferentes naciones, el Señor nos ha mostrado, y es un privilegio y una honra para nosotros, de tantos pequeñas fogatas y hombres y mujeres de Dios haciendo grandes cosas para él por todas las naciones. Es decir, hoy por hoy, cuando aparentemente hay una desesperanza que parece que el enemigo está ganando por medio de todas las noticias y uno simplemente recibe las noticias de estas emisoras o fuentes sociales, de medios sociales, uno juraría que el mundo se está cayendo a pedazos y que no hay nada que nadie pueda hacer.

Y en el medio de eso, y por eso me gustó muchísimo los talleres y el mensaje que no lo he escuchado, pero solo el título me llamó la atención, de cómo prosperar en un momento o en una atmósfera que se ve contraria a esa misma palabra. Porque Dios siempre viene y se revela contrario a la atmósfera o el estado de esa atmósfera en cualquier sitio. De hecho, de noche vino en pilar de fuego y de día en nube. Y Dios siempre viene en la manera distinta de lo que el mundo piensa que es lo normal y cotidiano. Por eso es que yo verdaderamente entiendo cuando una persona no creyente tiene miedo de los tiempos que vivimos pero me cuesta un poco, quiero ser sincero, cuando escucho al pueblo de Dios temerosamente andando, cuando el Dios que nos creó mora dentro de nosotros.

Es decir, que nuestra visión y revelación de quién es Dios tiene que ser mucho más grande y amplia de las circunstancias que rodean a nuestras naciones. Y por eso me encanta el punto de vista de lo que sucede hoy en el mundo, porque mis hermanos, quiero anunciarles que el Evangelio del reino de Jesucristo está avanzando hoy por hoy en una manera tan acelerada que jamás en la historia se ha visto tal fenómeno. Es decir, fíjense solamente en algunas pequeñas estadísticas, pero el año pasado cuando se celebraron las pascuas, 40 % de la población mundial fue a la iglesia a celebrarlo. Anda, 40% son más de 3 mil millones de personas. ¿Cuántos dicen amén, o algo?

Cada 7 a 10 días se convierten más de un millón de personas al Evangelio. En países musulmanes hay una explosión de la gracia de Dios sobre esas naciones, cuando todo el mundo está miedoso y temeroso en todo lo que puede hacer Isis o todo lo que puede hacer radicales y sus bombas y sus bombas suicidio y todo eso, Dios se los está comiendo de adentro hacia afuera, poco a poco Dios se revela en sueños y en visiones. Viene a aldeas y convierte a toda una aldea porque Dios es grande y grande es su misericordia.

30% de pueblo católico es carismático. Ahora que tienen toda la doctrina correcta, mi hermano, mientras más vivo más me doy cuenta que es importante la doctrina pero no lo principal, porque el corazón del hombre solo Dios lo conoce. Y Dios como vamos a ver y como estaremos hablando esta mañana está buscando verdaderos adoradores. Y eso es un tema que a medida que viajamos queremos levantar una generación que en estos momentos pueda tener una adoración que va más allá de la circunstancia que están viviendo para que Dios pueda glorificarse en todas las cosas, y que nosotros tengamos en nosotros la sal y la luz necesaria para no simplemente vivir para recibir un bienestar por ser hijos e hijas de Dios sino que podamos iluminar a otros que están metidos en la oscuridad.

Es decir, que en tiempos de cosecha no podemos estar diciendo simplemente vamos a preocuparnos de nosotros mismos porque Dios dice, te he llamado a ir y ser un trabajador en medio de esa cosecha. Y entonces yo digo en esta mañana y quiero declarar que Jesús ha ganado, Jesús está ganando y Jesús ganará. Y el Evangelio está avanzando y se están plantando iglesias y Dios está moviendo jóvenes y moviendo mayores y moviendo generaciones y es sino gran bendición en las naciones, e inclusive en el continente de Europa están sucediendo fenómenos, cosas que no se han visto por mucho, mucho tiempo y en mismo Estados Unidos y en nuestro mismo pueblo un avivamiento, un fuego de Dios que está consumiendo al enemigo.

Mañana celebramos el día de Martín Lutero y el año que viene celebramos 500 años de la reforma protestante. Bueno, Martín Lutero clava las tesis en la puerta de la iglesia en Wittemberg y en ese momento declara una proclamación profética de su tiempo. Él no pensaba que estaba viviendo una reforma, la historia dice que fue una reforma después, y quiero decirles, mis hermanos, que en medio de todo lo que está sucediendo hay una reforma silenciosa que está sucediendo a través de las naciones. Y una de las cosas es una introducción a la influencia de Juan como Apóstol en nuestras iglesias. Cuando se ha convertido ahora más y más se habla de una relación, no solamente con Dios, sino unos con otros y una adoración en espíritu y en verdad donde no solamente se trata de algo religioso sino de algo verdaderamente normal y sobrenatural en cada una de nuestras vidas. Por eso el pozo de Jacob es importante que aquí conoció a esta señora Jesús, o señorita, bien no se sabe.

Porque el pozo de Jacob había sido el pozo donde Jacob pudo abrir su propio pozo, la primera vez que fue a la tierra que Dios le dijo, tuvo que contender con otros que eran dueños de las aguas de esa tierra y después fue a otro pozo donde pudo compartir de las aguas, pero en este pozo Dios le dio la capacidad de abrirlo y poder tenerlo para crecer su familia. Es decir, en esos pozos antiguos, sobre todo aquí en Nueva Inglaterra, hermanos, donde hay pozos de aguas vivas, de avivamientos que tocaron a esta tierra de los cuales ustedes, al estar aquí viviendo van a poder entrar en la labor donde ustedes no sembraron.

Es decir que Dios ha preparado algo tan único para nosotros. Anda, dile a tu hermano, grandes cosas tiene Dios para ti. Hay una era de relatividad y Jesús siempre modelando él viene en contra de las costumbres de ese día y él bien dice a esta señora, “Estamos en tiempos de transición religioso, ya no va a ser ni en Jerusalén ni en este monte donde vamos a adorar. Yo estoy buscando algo nuevo, estoy haciendo algo nuevo. Te percatarías, te das cuenta con quién hablas, te das cuenta del momento que vives histórico, te das cuenta por qué Dios te trajo a este momento aquí, por qué te escogió en el siglo XXI. Anda, pregúntate. Son preguntas existenciales, por qué estoy aquí. Y te digo, estás aquí para más que pan y bebida, porque ella estaba enfrascada o simplemente en su mente pensando, yo quiero que me des esta agua para no tener que venir aquí y tener que hacer este trabajo.

Es decir, ella ni siquiera podía ir al lugar de entender lo que estaba haciendo en su gran misericordia con ella. Es decir, Jesús está hablando con esta señora, y ella ni siquiera se daba cuenta. ¿Cuántos de nosotros culpamos al diablo por cosas que Dios está haciendo? Digan amén. De repente el Señor está haciendo algo y Dios está ahí, Jesús está siendo bien claro y nosotros queremos echarle ese carro a Satanás y decir, no, eso no es con nosotros. Más Dios en su amoroso fuego está quemando cosas en nosotros. Está hablándonos y librando revelación, demostrándote a ti mismo en tu corazón, porque él ya lo conoce y él ya sabe quién tu eres, ¿verdad? ¿Cuántos saben que Dios no se levantó esta mañana y está asombrado de quién tu eres? Que él ya sabe y está bien claro las habilidades y las cosas con las cuales tu bregas.

Dios dijo, yo sé que ese no es tu esposo, yo sé que tienes pecado en tu vida. De hecho, como es el Apóstol Juan que escribe eso, él dice en su Primera Carta de Juan, “No digas que no tienes pecado porque mientes en contra de la verdad. Yo te digo, admítelo que yo te limpio si andas en la luz.”

Dios busca estos adoradores. Él prepara y mi deseo es preparar a estos verdaderos adoradores, que sean como prototipos y lo esencial es que estos adoradores adoran al Padre. Es decir, que hay una relación hijo e hija, no somos esclavos de Dios y no venimos a él con golpes de pecho, ustedes bien saben, seguro le han compartido desde este mismo texto, pero es un amor paternal y es el deseo del Padre de tener una comunión y habernos hecho hijos como dicen Juan 1:12, nos dio la potestad, la autoridad de ser hijos de Dios para quien lo recibe y crea en él.

Cuando el espíritu es derramado sobre la iglesia en Hechos 2, el espíritu profético de la iglesia es recibido primero, como dice Joel 2, por hijos e hijas, y no hay menciones de padres. Interesante ¿verdad? Que tus hijos y tus hijas profetizarán y el Padre celestial será el Padre de tus hijos y tus hijas. Él dará la inspiración para su generación, él dará la palabra en el contexto que fueron llamados y él les dará la capacidad de transformar su generación en su momento. Y Dios los levantará con una relación donde están enchufados con la voz celestial y Dios va a hacer que se muevan nuestros hijos e hijas para que cumplan sus propósitos.

Nosotros como hijos e hijas también teniendo esa relación de Padre e hijo, que lleva a mi segundo punto porque en Malaquías 4 dice que la tierra cae bajo una maldición cuando no hay una verdadera restauración de padre e hijos con sus padres. Si no hay una sanidad entre nosotros y nuestros hijos, Malaquías dice que la tierra o esa región entra en una maldición. Es decir, que el espíritu de Elías que reconcilia padres e hijos y padres e hijas, y los hijos a sus padres, es la manifestación de la gloria de Dios en estos días.

Cuando la falta de honra por el adulto, cosas que nos enseñaron cuando éramos muy jóvenes, de tener buenos modales y una crianza más o menos firme de respeto a aquellos que eran mayores, ¿verdad? ¿Cuántos se acuerdan de eso? y ahora todo el mundo, y no es que yo sea una persona formal, de hecho no lo soy, casi nunca me pongo la corbata para predicar. Aleluya! No es que yo quiera regresar a un formalismo de guantes blancos, pero el tuteo a nuestros mayores y la falta de honra de hijos a padres, Dios quiere transformar eso.

En la misma manera que honramos – acuérdese que el mandamiento de Dios es de honrar padre y madre, tanto en lo natural como en lo espiritual. A la misma vez nosotros como nuestros padres tenemos que honrar a nuestros hijos y darles lugar a ellos de poder ser individuos y quitar nuestras manos del control de sus vidas para que Dios haga con ellos lo que Dios ha propuesto hacer con ellos.

Es increíble lo que los jóvenes de hoy a través de las naciones están haciendo para avanzar el Reino de Dios. De hecho, hay un movimiento en Estados Unidos que ya está surgiendo de un nuevo mover como en los ’60, The Jesus People, es gente de Jesús, estos jóvenes llenos del poder de Dios están evangelizando sin ningún temor, con denuedo yendo a universidades y liceos y las calles, y lugares donde los adultos no quieren ir y están viendo realmente la manifestación de la gloria de Dios en esos sitios.

Y muchos de ellos se apellidan Rodríguez, anda, digan amén. No solamente son los Smiths y los Watsons sino los Gomez y los Rodríguez que están siendo utilizados y equipados por el Señor para poder ser lanzas y flechas en sus manos y penetrar en el corazón del enemigo dondequiera que él esté. Dios está haciendo cosas maravillosas.

Esta restauración de padre de hijo, ese espíritu de Elías, Dios quiere que adoremos al Padre y en el libro de Juan, y en las escrituras de Juan, las tres cartas y el Evangelio de Juan, Juan menciona la palabra Padre más veces que en todos los otros Evangelios. Solamente del capítulo 12 al 17 lo menciona más de 70 veces. Es una figura que introduce Cristo a la fórmula religiosa del día, que de hecho, lo crucificaron no tanto por las obras que hizo sino porque se dijo que soy Hijo de Dios.

Es decir, que mi Padre, y ella misma lo dice, “Mira, nuestro padre Jacob adoró aquí,” y Jesús dijo, “No, ahora hay que adorar a otro Padre, a un Padre que no es de este mundo, a un Padre que es espíritu,” que él está tratando de hacer que nuestro disco duro interno sea compatible con la esencial celestial que aparte de verdad, de que vivimos en la tierra, más somos gobernados de los cielos, que todo el ámbito de tierra y cielo es espiritual. Que no se trata que yo soy carpintero y no soy predicador y por ende tengo un valor menor en el reino, sino que nuestro trabajo en nuestro lugar de adoración. Digan amén. Que nuestros hogares y nuestra vocación es lugar de adoración, que en todo lo que hagamos lo hagamos para la gloria de Dios porque él es digno de recibirla.

Y entonces dejamos toda separación de clero y laico y entonces nos colocamos como entidades celestiales con el software celestial compatibles con los cielos, librando el gobierno de Dios sobre la tierra. Y es adoración que no tiene, sin ninguna ofensa hermano, nada que ver con la música. Digan amén. Que la verdadera adoración no es musical. No me miren así espantados.

Cuando tu sales de aquí cada aliento que tomas es momento de adoración, aquél que es digno de recibirla toda, en medio de todo lo que está sucediendo en tu vida. Hay una realidad en tu vida privada que se manifiesta en tu vida pública, que quién tu eres, eres verdaderamente aquél en ese lugar secreto y no aquél que luce cual papagayo, decimos, en lugares públicos lo que no es en secreto.

Y Jesús dice, el Padre está buscando estos adoradores y los está buscando, fíjense, está buscando no adoración sino adoradores, es decir, que Juan está diciendo, Dios está buscando personas. Digan personas. No algo que hacen sino alguien que son, no algo que haces sino alguien que eres. Hay una congruencia en quien tu eres en todo momento y que no cantas canciones para que Dios venga sino que cantas porque ya Dios está.

Y que te das cuenta que tu eres una canción que Dios quiere cantar. Que Dios está motivándote, llevándote al lugar donde te quiere mostrar las potestades celestiales y decir, mira, mi hijo, mira, mi hija, en él nos encuentra mal. ¿Por qué? ¿Porque son grandiosos y súper santos? No, porque yo moro en ellas. Y cuando yo los veo, los veo perfectos porque los veo por dentro de mi Hijo perfecto, donde ya no son ellos sino que yo vivo por medio de ellos. Yo busco adoradores en espíritu y en verdad, dijo Jesús. No busco adoración únicamente, busco adoradores, busco personas, no solamente en espíritu sino en verdad.

Sabes que Juan también se caracteriza por decir y hablar de lo que es verdad, más que en todos los otros Evangelios. De hecho, en el Evangelio de Juan el término verdad se utiliza 20 veces y en el resto de los Evangelios solamente 7. Y en sus cartas de 1 al 3, 17 veces menciona esa palabra. De hecho, abre el libro de Juan cuando dice, Jesús vino, no como Moisés que trajo la ley, sino vino para enseñarnos la gracia y la verdad. Y Juan lo lleva más allá cuando dice que amar a Dios es obedecer a Dios. Es decir, es andar en verdad.

Porque verdad no es algo que hacemos o creemos, verdad es una persona, Jesucristo. Y cuando queremos adorar – fíjense que en este momento, en estas escrituras se ve la Trinidad en unánime con nosotros. El espíritu, Jesús la verdad, adorando al Padre, esa realidad trinitaria, esa adoración no solamente profunda sino integral que quiere Dios que no seamos tan fragmentados, mis hermanos, que separemos las cosas como esto es espiritual, esto no es espiritual.

Te digo, pasar tiempo con tus hijos es espiritual. Manejar tu presupuesto bien es espiritual. Ser el mejor trabajador en tu empresa es espiritual. Digan amén. Lo que hagas, cómo lo hagas, es un reflejo de tu adoración, es un reflejo del Padre, es algo que él está como un espejo haciendo ver, que otros vean esa realidad. Y por eso dice que es verdad lo que yo busco, en el ser interior David decía, yo quiero tener verdad en mi ser íntimo, que no sea simplemente una híper espiritualidad, una Aleluya y gloria a Dios, en el templo, y allá afuera empiezas a vivir no tan santificado, vamos a ponerlo en términos eufemísticos. Que tu santificación es solamente una religiosa y que el verbo verdaderamente no se ha hecho carne en ti.

Y en nosotros, hermanos, el reto no es condenarse por lo que no somos, el reto es exaltar a aquél que es perfecto en nosotros. Y vivir según la vivencia y la potencia del espíritu que clama dentro de nosotros, Aba, Padre, que él nos lleva y nos saca de la limitación terrenal y nos introduce y sumerge en la realidad celestial donde no hay límites, hermanos. Y como verdaderos adoradores cuando levanten sus manos a él, – anden, levanten sus manos al Señor ahí donde están – cuando adoren al Señor en esta señal de rendimiento a él, te enchufas en el cielo abierto que está sobre tu vida y recibes de él todo perteneciente a la vida de la piedad. Dale gracias a Dios.

Te adoramos, te adoramos, Señor. Te adoramos, te adoramos. Eres digno Dios, eres digno de recibir la gloria, la honra. Eres digno de recibir todo, todo el universo. Amar a Dios es obedecer a Dios. Amar a Dios es adorar a Dios.

Y por último, Dios intencionalmente, queridos, intencionalmente busca estos adoradores. Porque parece muchas veces que Dios tiene favoritos. ¿Cuántos saben que no hay acepción de Dios, que todos somos sus favoritos? Pero por qué parece que Dios favorece a unos más que a otros. ¿Será quizás por su nivel de adoración? ¿Será quizás por su nivel de rendición? ¿Será quizás porque hay verdad, no solo espíritu? Que el ambiente del cielo está llenando no solamente ese corazón y ese vaso, sino que el ambiente alrededor de esa persona es como radioactividad, que cualquiera que se acerca es contaminado con la fragancia de Cristo, es contaminado con el bienestar celestial, es contaminado con un gozo que es tan profético porque nos regocijamos en el medio de nuestras dolencias declarando al mundo celestial que aunque nuestro cuerpo, nuestro espíritu vive para siempre, donde ya nuestra vida no está sujeta a las limitaciones terrenales y entramos en la morada de Dios.

Yo sí anhelo, como decía mi hermano esta mañana, he estado en momentos en mi vida, poca experiencia que tengo, tengo 30 y pico de años, me salvé como un loco universitario, no sabía cómo manejar mi vacío y lo llené con todo tipo de adicciones, y cuando Dios me encuentra, me llena del vino del reino. Y mire, mire, todo cambió. La manera en que veía las cosas, la manera en que hablaba y trataba con personas, ah, mi esposa está aquí, lejos de ser perfecto soy, pero mi hijo, mi esposa y yo servimos a Dios. Mi hijo es estudiante de ingeniería mecánica en la Universidad de Connecticut y es también el pastor juvenil de la iglesia donde estamos allá. De hecho, viene un grupo ahora de Carry the Love, a las universidades por aquí.

¿Se acuerda cuando Dios intervino en sus vidas? ¿Se acuerdan cuando empezó el proceso en ustedes de convertirlos en verdaderos adoradores? El prototipo celestial. Jesús que nunca rompió su conexión con el Padre a pesar de que pasó por una cruz, a pesar de que lo detestaron aquellos mismos que él creó. Si hay queja en ti hoy, si hay incredulidad, si hay algún tipo de pecado, si no conoces a Cristo, si tienes desánimo yo quiero invitarte hoy, no a que respondas a una invitación religiosa, sino que respondas a la invitación del Padre llamándote, quiero hacerte verdadero. Quiero que adores en una manera totalmente distinta, quiero que cada fibra de tu ser vibre con la vida eterna que yo brindo gratuitamente.

Anda ponte de pie. Si ese eres tu yo quiero ser el verdadero adorador, yo quiero que las verdades que ofenden a tantos, porque este mundo no cree en verdad absoluta, son híper sensibles cuando uno les dice ciertas cosas, porque la Biblia dice ciertas cosas, porque Dios dice, sé perfecto porque yo soy perfecto. Sean vasos de amor porque yo soy amor. Sean limpios y puros porque yo soy limpio y puro.

Como dice Romanos 12 que presentemos nuestras vidas como sacrificios vivos, llenos de fuego, como nuestro culto, como nuestra adoración racional, que la adoración no es algo que hacemos – acuérdense de esto – sino alguien que somos. Digan amén.

Comprométanse. Cuál es la palabra profética en 2016? Me preguntan a cada momento. Déjenme decirles, Dios está buscando auténticos adoradores. Quieren congruencia en nuestras vidas, quiere que seamos lo que decimos que somos por la gracia y el amor de Dios.

Señor yo te pido ahora por esta congregación, tremendo testimonio en medio de esta ciudad. Te pedimos en el en el nombre de Jesús que tu desciendas sobre este lugar, que venga tu reino y se haga tu voluntad aquí en este día, Señor. Que conviertas nuestros corazones, que hagas de nosotros personas íntegras, que rompas toda fragmentación, que nos unifiques en ti y que seamos verdaderamente un espíritu contigo, Dios. Que cuando nos vean, vean al Padre.

Di, Señor, yo quiero ser como tu eres. Díselo a él. Ahí dónde estás, hermano, si hay pecado en ti arrepiéntete. Si hay orgullo en ti humíllate. Si hay desesperanza en ti anímate, que Dios está con nosotros. Que en este día declares, el Señor es mí Señor y nada me faltará. Él es mi pastor, queremos mucho a nuestro pastor Mirando, pero el Señor es nuestro pastor. Y con el hombre siempre nos faltará pero con él jamás seremos abandonados ni rechazados como hijos e hijas somos recibidos en los cielos.

Declaramos en este día en el en el nombre de Jesús la ruptura de toda maldición relacional entre padres e hijos. Arrepiéntase y pide perdón por tener rencor hacia tus padres. Mañana voy a ver a mí papá en Venezuela, 80 años y ya débil, lo único que hace ahora es leer y orar. Tardé muchos años de poder reconciliarme con él pero ahora que se está preparando para ir a ver al verdadero Padre de todos, les digo, hermanos, el tiempo es corto. En nuestra familia, en nuestra realidad aquí, no estoy hablando apocalípticamente, así que perdona, ama, sirve, relaciónate, brilla tu luz, reconcíliate con tus hermanos y hermanas, vive en libertad como has sido libre, como has sido hecho libre y camina en la plenitud de lo que Dios tiene preparado para ti.

Deja de esperar que otros tomen responsabilidad de lo que Dios te ha dado a ti. Toma iniciativa de ser ese adorador, llénate del espíritu de Dios en tu lugar secreto y en tu lugar público verás la cosecha que Dios ha preparado para ti.

Necesitamos desesperadamente sabiduría

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Muchos de nosotros tenemos la costumbre al principio del año de hacer resoluciones, lo que llamamos las resoluciones del comienzo del año. Y de hecho una vez un niño le preguntó a otro, había oído mucho hablar de la resolución, la resolución de parte de sus padres al principio de un año y le preguntó a su amiguito, “¿Qué es una resolución?” y el amiguito muy sabiamente le contestó, “Es algo que nuestros padres hablan mucho acerca de eso por las dos primeras semanas del año,” y después muchas veces pasa eso, hacemos una resolución pero muy prontamente la dejamos a un lado porque se hace difícil, porque estamos haciendo otras cosas y las abandonamos.

Muchas personas tienen resoluciones y las firmemente, tienen unos pasos a seguir y las logran. Otros de nosotros, simplemente como que tiramos deseos al aire, ah, me gustaría en este año aquello, me gustaría lo otro, pero en realidad no nos hacemos una estrategia de cómo lograr esas resoluciones. Lo decimos como de paso. Y otros ni siquiera se ocupamos, nos ocupamos de hacer resoluciones porque hemos tenido malas experiencias en el pasado. Nos propusimos una vez rebajar y en vez engordamos. Nos propusimos canalizar nuestro enojo apropiadamente y no lo hicimos. Nos propusimos usar mejor nuestro tiempo y en vez de ver una hora diaria de televisión terminamos viendo tres por día. O nos propusimos no voy a estar tanto en Facebook pero lo que hicimos fue avanzar en el uso del Facebook.

Y entonces por eso mucha gente pues simplemente ni siquiera se establecen una visión y una meta para el año. Así qué te parece si este año en vez de simplemente hacer resoluciones superficiales de cambiar un hábito o aquel otro hábito, en vez de eso qué te parece si en vez de eso hacernos una resolución nos proponemos que haya una revolución. Y usted preguntará pero una revolución ¿en qué? Y la respuesta es, una revolución en el área de la sabiduría, de la búsqueda de la sabiduría.

Hay un versículo muy conocido en el salmo 90:12 que posiblemente muchos de ustedes se lo sepan de memoria, dice, “enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría.” Mi deseo es que en este año ese sea el clamor de nuestro corazón, estar tan conectados al Señor que podamos tener la seguridad que él nos va a enseñar cada día. Porque la vida se compone de cada día. Muchas veces pensamos a largo alcance, y eso es bueno, pero tenemos que ver cada día, qué yo voy a hacer con el tiempo que Dios me está dando ahora, porque el de mañana no lo tengo por seguro pero qué experiencias, qué me está enseñando él hoy que me va a traer al corazón sabiduría. Porque mi hermano y mi hermana, nosotros cada uno de nosotros necesita desesperadamente sabiduría. Nadie lo duda aquí ¿verdad?

Necesitamos desesperadamente sabiduría. Nosotros nunca sabemos lo que la vida nos va a traer. Nosotros tenemos muchas veces unos planes, unos diseños de dónde queremos ir, qué queremos hacer pero muchas veces las cosas que nos pasan son totalmente inesperadas. A veces nos dan con tanta fuerza que nos sacan el aire y de momento estamos en una situación y decimos, ¿y ahora qué hago? Esos son los momentos que si nosotros hemos pedido al Señor que nos enseñe a contar nuestros días de manera que traigamos al corazón sabiduría, vamos a saber, a lo mejor aún con temor y temblor, pero vamos a saber qué hacer, porque vamos a ser dirigidos por la sabiduría de Dios.

Cuántas conversaciones si se trataran con sabiduría podrían llevar a bien a bendición, y por el contrario cuando no hay sabiduría pueden degenerarse y traer algo peor. Cuántos conflictos que se nos presentan, situaciones difíciles que a menos que no las tratemos con sabiduría puede explotarnos en la cara. Todos nosotros hemos tenido esas situaciones y por eso necesitamos desesperadamente adquirir sabiduría. Nuestro corazón tiene que estar rebozando de sabiduría.

Porque imagínate qué pasaría si cada uno de nosotros de verdad creyera que Dios es un Dios sabio, si de verdad lo creyéramos, que en él está la sabiduría. ¿Qué pasaría? ¿Qué pasaría si tu y yo nos apropiáramos como para nosotros el caudal de sabiduría que Dios generosamente quiere darte a ti y a mí? ¿Qué pasaría si nos propusiéramos usar la sabiduría para tomar todas las decisiones de la vida? No solamente esas grandotas, sino aún las pequeñas que nos van enseñando a lo largo del camino. ¿Qué pasaría si nosotros usáramos la sabiduría de Dios para tomar esas decisiones, para expandir el Reino de Dios, para todo lo que tenemos que hacer? Es que la necesitamos para todo, para escoger un compañero en un negocio, para escoger esposo o esposa, para saber qué date aceptamos o no, para saber cómo usar nuestro dinero, todo, en todo absolutamente necesitamos sabiduría.

Ese debe ser el clamor de cada día de nosotros. Para mí lo es, así que yo hago todos los días sin falla, yo le pido, Señor, sabiduría. Aún cuando entro a una cita en mi trabajo, Señor, sabiduría, porque no sé lo que me voy a encontrar y si ya sé que va a ser una situación difícil, con más razón.

Antes de entrar a aconsejar siempre mi clamor es, Señor, sabiduría, tu presencia, sabiduría. ¿Saben por qué? Porque yo sé que en mí no hay sabiduría. La sabiduría que yo tengo proviene de lo alto, por lo tanto tengo que estar conectada todo el tiempo con esa sabiduría. Y lo importante es que vamos creciendo en sabiduría según nos acogemos a la sabiduría de Dios, pero necesitamos renovarla día a día.

Si piensan el Rey Salomón, ¿qué se decía de él? Que era el hombre más sabio de la tierra, ¿pero cómo terminó el Rey Salomón? Nada de sabiduría, tomó muchas malas decisiones, entre ellas tener 800 concubinas en vez de tener una sola esposa. Esa es la más grandecita. Así que si él que tanto habló acerca de la sabiduría, que era consultado por su gran sabiduría, si él también se apartó de ella, nos puede pasar a nosotros también. Tenemos que seguir siempre renovándonos en sabiduría.

¿Qué pasaría si nosotros renováramos nuestro entendimiento de tal manera que aprendiéramos a ver la vida a través de los lentes de Cristo y no a través de los lentes de nuestra propia carne? Porque el corazón humano, dice la palabra, es engañoso. A veces creemos que estamos haciendo lo correcto pero nos estamos engañando, por eso necesitamos renovarnos en la sabiduría continuamente.

Imagínate qué pasaría si cada palabra que saliera de tu boca y la mía fuera pasada por el colador de la sabiduría de Dios, eso sería maravilloso. Cuánta bendición habría en el mundo si todas las palabras corruptas, no con eso quiero decir malas palabras, sino palabra corruptas, dichas fuera de tiempo, donde la intención no es una intención pura del corazón, si todas esas palabras no se dieran y en vez de ellas hubiera el silencio cuando tiene que haber silencio, o hubiera una palabra sabia, qué diferente sería el mundo.

Nosotros lo vemos. Mire solamente en la carretera, todos los problemas que están habiendo en la carretera de lo que le llaman el rage, ira automovilística, ¿por qué? Porque alguien actuó sin sabiduría u otro respondió sin sabiduría y al final hubo un desastre. Dios nos quiere salvar a nosotros, nos quiere proteger de todo eso con su sabiduría. Así qué pasaría si todas esas cosas las hiciéramos de acuerdo a la sabiduría. Lo que pasaría sería que tendría una revolución, dentro de nosotros habría una revolución, nuestra vida se revolucionaría. Dios podría usarte con mayor poder, Dios podría ayudarte a que el llamado que él ha puesto en tu vida se materialice en todo su esplendor.

Muchos de nosotros tenemos llamados y sin embargo la falta de sabiduría nos deja cojos y enanos en vez de ayudarnos a seguir creciendo, porque necesitamos la sabiduría en todo el mundo, necesita desesperadamente hombres y mujeres, jóvenes, niños sabios y digo niños porque aún un niño bien criado en la sabiduría de Dios es sabio. A veces yo he escuchado cosas maravillosas de las palabras en el actuar de un niño, así que aún desde la niñez ya nosotros podemos estar manifestando la sabiduría de Dios.

Si comparáramos los resultados de la sabiduría del mundo o terrenal con la sabiduría de Dios, la sabiduría de Dios es perdurable, perdura, trae gozo y paz perdurables, mientras que la sabiduría terrenal o del mundo por un tiempo te da gozo, aparentemente te da paz pero a la largo no trae eso, es pasajero, se va y muchas veces deja frutos que nos hacen daño. Así que por eso es que tenemos que buscar la sabiduría que viene de lo alto.

Quiero que consideres estas preguntas. Estamos en el 2016, hace un año, al comienzo ahora en el 2016, ¿eres más sabio que al comienzo del 2015? Porque de eso se trata, ¿verdad? No nos queremos quedar en el mismo lugar, queremos seguir avanzando en la gracia, en el poder, en la sabiduría de Dios. ¿Tu te consideras hoy más sabio que hace un año? Si tuviste una situación difícil recientemente, hace meses, ¿puedes decir que la resolviste con sabiduría? ¿Usaste los elementos de sabiduría de la palabra, del espíritu de Dios para resolverla?

Y los que te conocen más de cera, si alguien les preguntara, ¿tu mamá es sabia? ¿tu esposo es sabio, tu esposa es sabia, tus hijos son sabios, tu tío es sabio? ¿Podrían contestar afirmativamente, sí, es sabio? ¿Va gente a donde ti a buscar consejo, a buscar dirección en diferentes áreas de la vida porque consideran que eres una persona sabia?

Sabe que todos nosotros somos ministros competentes, todos tenemos que dar la palabra a su tiempo, todos tenemos que aconsejar a su tiempo, todos somos llamados a eso. Eso no es solamente para los pastores, para los líderes. No, cada uno de nosotros tiene esa responsabilidad porque los líderes no van a dar abasto, los pastores no van a dar abasto, sin embargo alguien puede ir a donde ti y recibir el agua fresca que su alma necesita, y recibir un consejo sabio en el momento apropiado.

¿Y qué es sabiduría? ¿Cómo podríamos definir sabiduría? Pues mucho más que conocimiento, es mucho más que sentido común que dicen que es el menos común de los sentidos. Es mucho más que eso. La sabiduría es mirar la vida y mirar los retos de la vida a través de la perspectiva de Cristo, no a través de nuestro propio entendimiento humano que puede fallar sino a través de los ojos de Cristo. Eso es sabiduría, es saber discernir entre lo bueno y lo malo. Esa sería quizás la mejor definición, una persona sabia sabe discernir entre lo bueno y lo malo, sabe discernir aún entre lo bueno y lo mejor, sabe discernir entre los deseos de la carne y lo que verdaderamente quiere y agrada a Dios.

Podríamos decir también que sabiduría es hacer lo que le agrada a Dios en el momento correcto y en la forma correcta. Y Dios es el origen de la sabiduría, su esencia es amor, sabemos que Dios es amor, pero Dios es sabiduría. No hay nada más alto que la sabiduría de Dios y su sabiduría está plasmada en todo lo que nosotros vemos. Uno es la creación, qué maravilloso, como dice el salmo 19, versículo 1, dice, “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Todo a nuestro alrededor, todo lo que nosotros vemos en la naturaleza anuncia la obra de las manos de Dios, la sabiduría de Dios aún en la creación.

Quién de nosotros no se ha quedado pasmado con el paisaje de un atardecer con todos esos colores preciosos. Quién de nosotros nos e quedado pasmado ante la imponencia del mar, de las montañas, de la vegetación, de algo que a mí me encanta es escuchar el cántico de un riachuelo chocando contra las piedras, eso es tan precioso. Y esa es la creación de nuestro Dios. Quién no se ha maravillado con una nueva vida, con un bebé, pensar que estuvo en el vientre de su madre por 9 meses formándose cada cosa a su tiempo y después ver ese resultado tan precioso y verlo desarrollarse en una manera tan específica y siguiendo un diseño específico.

Quién no se ha maravillado con tantas otras cosas. El cuerpo humano mismo, a mí siempre me ha fascinado el ojo. El ojo es una pequeña esfera de menos de una pulgada y sin embargo dentro de esa pequeña esfera pasan cosas maravillosas. Y hay por lo menos 40 estructuras diferentes dentro de eso tan pequeñito que es el ojo y a través del cual nosotros recibimos estímulos sensoriales que van a nuestro cerebro y nos permiten disfrutar de toda la belleza de la creación.

Así que todo, dondequiera que nosotros pongamos nuestros ojos vamos a ver la mano sabia de Dios en su creación. Ahí vemos la sabiduría de Dios. Otro lugar donde la vemos es en lo que nosotros llamaríamos la providencia divina. Cuántos de nosotros no hemos tenido situaciones que después al tiempo nos dimos cuenta que Dios estaba trabajando tras bastidores. Nosotros veíamos una cosa pero después nos dimos cuenta que era otra.

Les voy a dar un ejemplo de nuestra propia congregación. Nosotros compramos el edificio original en 1993 y estábamos ubicados en Cambridge antes, pensábamos que en máximo dos años eso iba a ser resuelto y nos íbamos a mudar. ¿Sabe cuánto tiempo se tomó? Fueron 4 años de larga espera, y Mario Ulloa que estuvo en ese proceso desde el comienzo sabe lo largo que fueron esos 4 años. Y uno piensa pues qué desperdicio de tiempo, uno se molestaba, se ponía ansioso. Yo recuerdo días que no dormíamos por la provisión económica que no estaba para hacer este trabajo, que había que compra aquello, que la ciudad exigía tal otra cosa. Fue un proceso bien arduo y fue un proceso de 4 años. Y otra vez nos inquietábamos por la largura de ese proceso, pero después nos dimos cuenta que el Señor tenía un propósito con eso, en ese tiempo el pueblo, nuestra iglesia, se fue fortaleciendo más su identidad y Dios lo estaba preparando para la etapa siguiente. Así que no fue pérdida de tiempo, muchas cosas buenas pasaron en ese tiempo que solidificaron la congregación para entonces movernos acá.

Después, al poco tiempo nuestro deseo era comprar el edificio que está al lado, el que está en la esquina, y ese edificio por muchos años estuvo en litigio legal y los dueños querían venderlo, estaban desesperados por venderlo pero no podían porque había unas demandas legales que no lo permitían. Pero los ojos de la congregación estaban en ese edificio. Y cuando nuestra congregación estuvo ya en fe, preparada para poder comprar el edificio ahí se resolvió el litigio legal y el mismo día que se puso en el mercado, de hecho, no el mismo día, a las horas de que se puso en el mercado Roberto lo supo, alguien le avisó providencialmente, no sabemos por qué, alguien le avisó, “Mira, está disponible.” En ese mismo momento él fue enseguida, ni con mucho dinero, puso el depósito en fe y de hecho a los minutos vinieron otras ofertas, después que ellos lo aceptaron, vinieron otras ofertas mucho más grandes, pero ya nosotros lo teníamos.

Así que ¿qué hizo Dios? Nos puso el edificio en [inaudible], en el momento en que ya estaba listo, ahí estaba la congregación lista, ahí estaba. Y asimismo Dios obra en nuestras vidas, pensamos que estamos perdiendo tiempo, nos frustramos pero ahí es donde entra la sabiduría de Dios en nosotros, y la confianza en Dios. Señor, yo confío en ti. Esta espera es larga pero yo confío que tu tienes un propósito al final.

¿Se acuerdan de Romanos 8:28? Dice, “y sabemos que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” No es para todos, es muy bonito decir la primera parte, pero es a los que conforme a su propósito son llamados, implica alinearnos con la sabiduría y con el propósito de Dios.

Así que ya vimos que se manifiesta la sabiduría en la naturaleza, se manifiesta en la providencia de él y también se manifiesta en el maravilloso plan de salvación. ¿A quién se le hubiera ocurrido un plan de salvación así? Donde envió a su Hijo por amor a nacer de una virgen, a nacer en un pesebre, a predicar entre su pueblo, y después a morir en una cruz. Solamente a Dios se le puede haber ocurrido eso. y el asunto es que fue un sacrificio completo y ningún ser humano puede añadirle nada al sacrificio de Cristo. Está completo. La muerte y la resurrección de Cristo es una obra completa que abrió el camino para que cada uno de nosotros tenga acceso al Padre. Solamente Dios puede haber pensado en un plan así.

Así que nuestro Dios es definitivamente sabio, no hay duda de eso. Creó toda la naturaleza, actúa providencialmente, y mantiene su plan de salvación hasta el fin de los tiempos. Y si sabemos que él hace todo eso, nosotros tenemos que tener confianza, él me va a dar también sabiduría.

Romanos 8:32 dice “el que no escatimó ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Eso incluye la sabiduría. La sabiduría sobrenatural es un regalo y no se puede dejar escondida. Tiene que manifestarse en fruto, tiene que verse. Si alguien dice, yo soy sabio, pero no actúa sabiamente, por más que diga no es sabio, se ve en las obras. El hecho de que una persona se memorice la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, que esté en todos los ministerios de la iglesia, que tenga dones espirituales, eso no asegura sabiduría. Esto es mucho más que eso, implica una búsqueda sincera del corazón en crecer en el área de la sabiduría.

Y les voy a compartir un ejemplo. Un hombre de nuestra congregación de hace muchos años siempre tenía… él era una Biblia andante, no había que uno le dijera que no pudiera de memoria decirte el versículo y dónde está en la Biblia. Eso era continuo, era como un máquina casi. Él tenía grandes ambiciones en cuanto a ministerio dentro de la iglesia, sin embargo, él usaba esa misma palabra que él usaba que tan fácilmente citaba, la usaba para hacer daño y abusar verbalmente de su familia, de su esposa y de sus hijos, hasta hoy en día todavía no se ha podido sanar eso. Era un abuso y un control continuo. Así que su vida familiar era caótica e infeliz y a pesar de su fracaso como esposo y como padre, él se quejaba aquí en la iglesia de que la iglesia no le permitía a él ejercer sus dones. Él, un hombre tan sabio, y tan entendido en la palabra. Y por eso se fue de nuestra congregación.

Así que una persona así, obviamente aunque sepa muchas cosas, aunque te pueda recitar la palabra y a veces usarla correctamente eso no asegura que hay sabiduría. Tenemos que juzgar quién es sabio y quién no. porque la sabiduría de Dios y la sabiduría del mundo están en conflicto. Nosotros lo vemos desde la creación del ser humano.

En Génesis ¿qué nosotros vemos? Vemos a Dios que pone un límite sabio. ¿Cuál fue el límite? Fue prohibir de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Fue un límite que Dios le puso, pero le había dicho, “Ustedes son mayordomos de toda la creación. Póngale nombre a los animales, esto es para que ustedes sean los mayordomos.” Pero les puso ese límite, un límite sabio, igual que nosotros hacemos con nuestros hijos. Hijo, puedes tal cosa pero le ponemos un límite porque sabemos que es para su beneficios, para su protección. Pero ¿qué pasó? Satanás en forma de serpiente, se le acercó a Eva y retó el límite que Dios había puesto en su sabiduría, cuestionó los límites establecidos por Dios.

Porque una de las estrategias de Satanás es crear duda en nosotros acerca del carácter de Dios. Si nosotros nos analizamos podemos muchas veces que cuando nosotros tomamos una decisión errónea, una decisión no sabía, muchas veces lo que está detrás de eso, si no siempre, es incredulidad. No hemos confiado en Dios plenamente, no le hemos creído a Dios plenamente. Y entonces se le acercó Satanás a Eva, implantó una semilla de duda acerca del carácter de Dios y no solamente hizo eso, sino que también implantó una semilla de avaricia.

Le dijo, quizás tienes todo pero Dios está reteniendo algo todavía mejor. tu puedes tener más. Que muchas veces nos mete en grave problemas también. Cuando tenemos lo que Dios nos ha dado y queremos más o no estamos satisfechos, no hay contentamiento en nuestro corazón y a veces eso nos mete en problemas.

Así que eso está pasando desde el principio, desde Génesis nosotros vemos que esa es la estrategia que Satanás había establecido. Y hoy el mundo, la sociedad, nos invade con todo tipo de mentiras o medias verdades que a la larga, una media verdad es una mentira, no es la verdad absoluta. Y más que nunca nosotros estamos bombardeados con la sabiduría del mundo por todos los medios. Continuamente tenemos que estar discerniendo, ¿esto es de Dios o no es de Dios? Esto parece que es bueno pero ¿cuál es la motivación que está detrás?

Esa es la manera que nosotros tenemos que estar obrando todos los días porque sino perdemos la protección de la sabiduría de Dios y no podemos hacer eso. porque lo que el mundo nos enseña es a nutrir la carne, a nutrir los placeres carnales, no nos motiva a buscar de Dios, a buscar la sabiduría y a mirar arriba, nos enfoca nuestros ojos en el aquí y en el ahora, y si no la aprovechamos tenemos miedo a perder algo que podemos valorar.

Eso es lo que trata de hacer la sabiduría del mundo. Y muchas veces es difícil discernir entre una cosa y la otra si no tenemos cuidado. Por todos sitios qué nos dice la sociedad. Nos dice sigue tu corazón, ese es un slogan muy… sigue tu corazón, cree en ti, todo es en ti, en ti, haz lo que te venga en ganas, nadie tiene que decirte a ti lo que tu tienes que hacer, nadie tiene que ponerte límites. Eso es lo que estamos bombardeados, lo que nuestros hijos reciben continuamente, lo que nuestros jóvenes están tomando de esa agua de tu todo lo puedes, no hay consecuencia. Pero nosotros sabemos que cuando enfatizamos la carne, cuando alimentamos la carne a expensas del espíritu eso tiene siempre graves consecuencias y si no a la corta, a la larga las va a tener.

Y nosotros sabemos, si nosotros somos sinceros sabemos cuán fácil es distraernos de la búsqueda de la verdad y de la sabiduría. Vuelvo al ejemplo de Salomón, un hombre tan sabio y sin embargo permitió distracciones en su vida que lo apartaron de manifestar frutos de sabiduría en su vida. La palabra de Dios nos anima en muchísimos versículos a buscar de la sabiduría.

Y el hecho de que tu hayas obrado sin sabiduría en el pasado, lejano o reciente, eso no te impide que te renueves y que cambies el curso de tu vida y empieces a actuar y a dar frutos de sabiduría de lo alto. Eso es lo grande de nuestro Dios. En Dios hay perdón, en Dios hay todos los recursos que nosotros necesitamos para enmendar nuestros caminos y caminar por donde Dios quiere que caminemos, porque no podemos vivir sin ella. Y no podemos tampoco acogernos a una sabiduría y a otra, o sea, no podemos bailar al son de la sabiduría terrenal y esperar los frutos de la sabiduría de lo alto. Eso es imposible.

No podemos mantenernos neutrales tampoco. Lo que tenemos que hacer es buscar con ahínco la sabiduría de Dios. En esto no existe el happy medium, buscar el medio, aquí combino sabiduría del mundo con sabiduría de Dios. Eso no existe. Nos estamos engañando a nosotros mismos si tratamos de hacer eso.

Y yo debo aclarar que Dios es tan sabio, él conoce nuestro corazón. A veces hay personas que después de aceptar al Señor, y aún años después, están pasando tiempos difíciles y a veces no toman las mejores decisiones. Pero Dios conoce cuánto a veces nos enredan las cuerdas del mundo, unos más que otros. Hay otros que están tan enredados que necesita que venga Dios con una tijera gigante y les suelte las cuerdas y lo haga libre como pasó con Lázaro en la tumba. Dios conoce tu corazón.

Si tu estás dando algunos tumbones, porque siempre me gusta decir no solo que Dios dice, sino entender la misericordia y el corazón de Dios. Si no estás actuando sabiamente pero Dios conoce que tu corazón está deseoso de obedecerle, pues él te va a mirar con gracias y te va a dar lo que tu necesitas en esta etapa de tu vida. Así que si estás dando tumbones de algún tipo o los has dado recientemente, no te quedes ahí. Pídele a Dios sabiduría para salir de ahí, aunque te tome mucho tiempo, eso no importa, lo importante es que tu sigas avanzando, que no te quedes donde estás y que obviamente no vayas atrás, sino que sigas avanzando con un deseo sincero de ser transformado por Dios.

Es maravilloso lo que uno ve cuando una persona verdaderamente inclina su ser ante el Señor y se somete a su gracia, a su juicio, a su disciplina. Es maravilloso lo que Dios puede hacer. Muchos de ustedes son ejemplo claro de eso, que están en un lugar totalmente diferente, en un lugar de paz y de gracia porque un día invitaron la sabiduría de Dios a entrar a sus vidas y han podido salir de donde estaban.

Vamos a un pasaje que contrasta la sabiduría de Dios, se encuentra en Santiago 3:13 al 18, y la sabiduría terrenal o del mundo.

“Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica, porque donde hay celos y contención allí hay perturbación y toda obra perversa, pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz…”

Así que ahí vemos contrastados dos tipos de sabiduría. El pasaje comienza con una pregunta, ¿quién es sabio y entendido entre vosotros? Contestar esa pregunta puede ser difícil, cómo podemos saber si una persona es sabia o no. yo creo que lo contesta al siguiente dice, muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Así que siempre vamos a saber si alguien es sabio o no por sus obras, por los frutos que den su comportamiento.

Nosotros necesitamos sabiduría para discernir entre quién es sabio y quién no lo es también. Hay dos tipos de sabiduría trabajando en nuestras vidas, no nos engañemos, no solamente una, hay dos tipos de sabiduría. Una es la sabiduría de lo alto, como dice el pasaje, y la sabiduría terrenal. Y lo que quiere decir esto es que dentro de cada uno de nosotros hay una batalla, hay una guerra por ganar nuestro corazón y nuestra mente. Dentro de cada uno de nosotros hay guerra, hay conflicto, porque hay dos lados opuestos y cada uno de ellos se llama a sí mismo sabiduría.

Sin embargo, no puede haber dos tipos de sabiduría. Sabemos que puede haber una solamente. Así que dentro de nosotros hay una lucha por seguir la sabiduría de lo alto y por protegernos y no caer en la sabiduría terrenal. Esa es una lucha que cada creyente tiene, mismo Pablo habla de eso, en un versículo él dice que hace aquello que no quiere hacer y lo contrario. O sea, eso está en nuestro ser carnal está la sabiduría terrenal.

Pero la buena noticia es que mientras más nosotros caminamos en sabiduría el camino se va haciendo más fácil. A veces nos vienen sorpresas que nos sacan el aire, pero es más fácil. Eso es como un ánimo a nosotros. Sigue buscando la sabiduría y con el paso del tiempo será más fácil para ti. ¿Y qué caracteriza estos dos tipos de sabiduría? Si empezamos por la sabiduría terrenal, dice el versículo 14, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”

Auch, pensar que esa descripción está dentro de cada uno de nosotros. Alguna sabiduría que es terrenal, animal y diabólica. Y eso está marcado por la idolatría del yo, es una sabiduría egoísta y es una sabiduría que a la larga nos lleva a la competencia, a la envidia, a la amargura. Todo aquello que nosotros no queremos tener. Y es la sabiduría que la sociedad nos anima a seguir. Están los ídolos, los celebrities, muchos de ellos viven vidas así, donde ellos son el centro y buscan su propio placer, lo que su corazón desea, eso es lo que buscan. Esa es la sabiduría del mundo, que es dañina totalmente a nuestra fe.

Y nosotros debemos apartarnos de ella completamente. Nosotros quisiéramos creer que no la practicamos pero dondequiera que haya falta de perdón, dondequiera que haya chisme, dondequiera que haya calumnia, relaciones rotas, malas actitudes, todo tipo de desordenes, dondequiera que haya eso, quiere decir que hay una sabiduría que no es de lo alto, es la sabiduría terrenal, animal y diabólica.

Y muchos de nosotros tenemos la sabiduría por fuera, la cristiandad por fuera, pero por dentro todavía hay… la carne está demasiado viva y tenemos que buscar la sabiduría de manera que Dios nos lleve a vivir una vida que traiga más gozo a él.

Y Santiago en ese pasaje contrasta la sabiduría falsa terrenal con la sabiduría que viene de lo alto. En el versículo 17 dice; “pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.”

¿No les gustaría a ustedes, no me gustaría a mí tener esa sabiduría? Que eso sea lo que impere en mi vida, lo que guíe mi vida, una sabiduría así. Y se fijan que en este pasaje la sabiduría terrenal estaba enfocada en el yo, en lo que yo quiero, en mis deseos, en cumplir mis ambiciones, mientras que la sabiduría de lo alto tiene los ojos puestos en Dios. Como les decía antes, es lo que nos da una perspectiva diferente. Ya no estamos mirando a través de los ojos de la carne, ya nuestra carne está sujeta al señorío de Cristo. Esa es la sabiduría de lo alto.

Versículo 18: “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” Ese es el fruto, si nosotros buscamos y vivimos en la sabiduría de lo alto entonces tenemos frutos de paz y dondequiera que tu estés aunque te dé trabajo se va a imponer la paz del Señor. Esa es la sabiduría que tu y yo queremos.

La palabra de Dios valora grandemente la sabiduría y les voy a compartir un solo versículo acerca de eso, un pasaje en Proverbios 3:13 al 15. Miren lo que dice la paz acerca de la sabiduría:

“Bienaventurado el hombre o la mujer que haya la sabiduría y que obtiene la inteligencia porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata y sus frutos más que oro fino, más preciosa es que las piedras preciosas y todo lo que puedes desear no se puede comparar a ella.”

Imagínate, no hay nada en este mundo, no hay un billón de dólares, no hay ningún gozo, no hay nada en este mundo que se pueda comparar a tener la sabiduría, por eso es que tenemos que buscarla con todo nuestro ser. ¿Y cómo nosotros podemos obtener sabiduría divina? Primeramente cultivando la comunión con la fuente de sabiduría que dijimos que es Dios y solo Dios a través de la oración, de la adoración, de congregarnos con otros, de interceder, de tener amistad con Dios. Esa es la mejor manera que nosotros podemos obtener sabiduría.

Proverbios 2:6 dice, “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.” No hay otro lugar donde nosotros encontremos sabiduría sino en el temor a Jehová. ¿Cómo más podemos? Nutriéndonos con la palabra de Dios. Yo digo si Dios se ocupó de dejar un manual de vida para nosotros que es la Biblia, asume uno que debe ser esencial leerla y estudiarla porque él se ocupó de dejarla. Hay una razón para ello.

El salmo 119 dice, “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” Eso es lo que es la palabra. Recuerdo hace muchos años cuando teníamos una cabañita y de la cabaña a donde estaban los baños, que estaban separados, había un trecho significativo y a veces en la noche tenía que salir de la casa y llevar a las nenas, y recuerdo una vez que empecé el camino de la casa a los baños y yo tenía una linternita, de esas chiquititas que uno pone dentro del carro, que usaba quizás una batería nada más y yo iba agarrando con las nenas y la linternita y dando pacitos bien lentos y trabajosos porque no se veía nada con la linternita. Y mi esposo que siempre tiene buena ideas enseguida entró a la casa, buscó una linterna que era gigante, con una de esas baterías bien pesadas y me la dio y me dijo, “Toma para que puedas llegar mejor,” y con esa linterna poderosa veíamos muchos pies por delante y en vez de ir con pasos temerosos, íbamos con paso seguro y no había tropiezo.

Nos pasó como dice proverbios 3:23 “entonces andarás por tu camino confiadamente y tu pie no tropezará.” Porque eso es lo que la sabiduría te da, te permite andar confiadamente por el camino de manera que tu pie no tropiece. Así que vimos que a través de la comunión con él, a través de nutrirnos de su palabra y también simplemente podemos obtener sabiduría por pedirla, solamente pedirla.

Santiago 1:5 dice, “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría pídala a Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada.” Cuando tu y yo le pides a Dios sabiduría y él ve en ti un corazón sincero y dispuesto a obrar conforme a la sabiduría de él, a su respuesta, tu provocas la generosidad de Dios. A Dios no le queda otro remedio que dártela.

Yo he experimentado eso en mi vida continuamente. Cuando no veo soluciones y lo pongo delante del Señor y espero en él confío que él me va a dar la respuesta, y ahí está. No es por magia, no es porque yo lo merezca más que nadie más, es porque eso es lo que hace, tu provocas a Dios. Al ir delante de él pidiéndole sabiduría él dice, “sí, claro que sí, cómo no te lo voy a dar, si di mi Hijo, cómo no te voy a dar también en él todas las cosas, la sabiduría.”

Esas son 3 maneras que nosotros podemos recibir sabiduría de Dios. Y una persona sabia continuamente recarga sus baterías espirituales. Como hoy les dije, eso no es ayer nada más y cogerse unas vacaciones, es todos los días tenemos que hacer esas cosas para recargar nuestra batería espiritual, reconociendo que la sabiduría solamente puede venir de él, no hay otra fuente de la sabiduría.

Hay un versículo en Isaías 50:4 que es uno de mis favoritos, dice así: “Jehová, el Señor, me dio lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado, despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.”

Qué maravilloso que todos los días tu puedas levantarte con la confianza de que al pedir sabiduría el Señor va hablar sabiduría a tu oído y porque has escuchado la sabiduría de Dios entonces puedes hablar y actuar con sabiduría. Una persona sabia también cultiva un corazón, un espíritu enseñable.

La palabra nos anima a eso, a escuchar el consejo, a buscar consejeros sabios. Si pensamos yo lo sé todo, yo no necesito corrección, nadie tiene que venir a decirme cómo yo debo obrar, entonces nos vamos a quedar enanos, no vamos a crecer en el Señor. Tenemos que tener un espíritu enseñable. Tenemos que practicar el conocernos y examinarnos a nosotros mismos aunque nos duela. Tenemos que reconocer, tengo estas debilidades de carácter, tengo estas tentaciones y pedirle a Dios que él entre aún en esos lugares oscuros de nuestro ser. Porque sino otra vez no vamos a crecer y nosotros queremos crecer, queremos ser instrumentos exquisitos en las manos de Dios.

Otra cosa que hacen los sabios es que consultan a Dios en todo tiempo. Cuando vienen situaciones difíciles en vez de actuar con impulsividad, en vez de reaccionar vamos a consultar a Dios, vamos a hacer una tregua, si es una situación difícil familiar, por ejemplo, vamos a hacer una tregua y vamos a consultar a Dios. ¿Qué Dios quiere? En vez de añadirle más sal a la herida, en vez de empeorar las cosas, vamos a detenernos y vamos a consultar a Dios.

Cuántas veces yo en mi vida he practicado eso y al otro día me he dado cuenta el error tan grave que hubiera sido hacer lo que yo pensaba que era lo sabio hacer. ¿Por qué? Porque me tomé el tiempo de consultar a Dios y pedirle su consejo. Y eso lo podemos aplicar en todas las áreas de nuestra vida.

Así que yo no creo que aquí haya nadie que dude en cuanto la necesidad que tenemos nosotros de discernir entre lo que es la falsa sabiduría y lo que es la sabiduría que viene de lo alto. Y tenemos que comprometernos activamente a buscarlo. Si lo hacemos nuestros hogares van a ser transformados. Imagínate, un hogar donde hay sabiduría y eso se le transfiere a los hijos, se les enseña a pensar sabiamente, a discernir sabiamente, eso es el mejor regalo que usted le pueda dar. Es una herencia bendita que tu le estás pasando a tus hijos. No es solamente Biblia, es también sabiduría.

Mi yerno y mi hija tienen una práctica con Caleb, nuestro nieto mayor, que tiene 7 añitos, pero desde que era muy chiquitito casi aprendiendo a hablar, ellos le enseñaron a decir… le preguntaban, “¿Caleb, qué tu eres?” y él contestaba, “Yo soy un niño sabio, prudente y con dominio propio.” Eso me encanta. Y lo que pasa entonces cuando él hace algo muy sabio, muy bueno, lo felicitan, le dicen, “Guau, Caleb, verdaderamente tu eres un niño sabio, prudente y con dominio propio.” Y cuando se desvía del camino y hace algo que no debe, lo corrigen y le dicen, “Pero, papito, ¿qué tu eres?” “Yo soy un niño sabio, prudente y con dominio propio.” “Pues, entonces ¿qué tienes que hacer?” y entonces él mismo da la respuesta de qué es lo que tiene que hacer y reconoce su error.

Esa es parte de nuestra identidad. Nosotros debemos considerarnos que somos personas sabias. Tu sabiduría puede ser la herramienta que Dios use para transformar la vida de otro, aún para salvar una vida, para dar un consejo que llegue en el momento exacto que haga que una persona tome una buena decisión o que evite un desastre. Es una gran cosa tener sabiduría.

La sabiduría te va a traer orden y estabilidad a tu vida, aun cuando haya circunstancias difíciles te vas a sentir que estás en paz en medio de la tormenta porque eso es lo que la sabiduría de Dios trae. Te va a permitir también la sabiduría estar continuamente en una actitud de vigilancia en términos de tus propios defectos, de lo que tienes que hacer para mejorar y de discernir las maquinaciones sutiles del enemigo de nuestras almas que quiere desviarnos del camino correcto.

El enemigo nos susurra muchas cosas al oído que si las escuchamos vamos a ir en contra de la sabiduría de Dios y nos estamos alineando con la sabiduría terrenal. Pero la sabiduría verdadera te ayuda a discernir, te ayuda a verlo desde lejos. No tiene que llegar el mal a tu puerta, no tiene que tocarte, desde lejos tu puedes discernir el pecado, discernir la tentación y tomar medidas que te ayudan a vencer en el nombre del Señor.

Queridos hermanos, tu no puedes vivir sin sabiduría. Yo no puedo vivir sin sabiduría. Hay que buscarla como el tesoro más grande que hay. Permite que camines de manera que tu no tropieces. Permítele a la sabiduría alumbrar tu camino de manera que tu paso sea como Dios lo quiere y que no tropieces en el camino y búscala de manera que haya paz y gozo verdadero en tu vida, no el pasajero que el mundo da sino el verdadero gozo y paz que Dios solamente puede dar.

Al comienzo de mi mensaje yo les decía que quería extenderles un reto. ¿Aceptan el reto de no más resoluciones superficiales de principio de año sino una revolución en tu vida y en la mía en la búsqueda de la sabiduría y en la manifestación de los frutos de la sabiduría? Aceptan el reto?

Nos ponemos de pie. Quiero bendecirlos con una palabra que está en Efesios 1:17 al 19. Esta es una oración que Pablo habló sobre los efesios y quiero en este momento extenderla a mi propia vida y a ustedes.

“Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso les de el espíritu de sabiduría y de revelación para que lo conozcan mejor. Pido también que le sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales.”

Así que hermano, hoy tu te puedes ir de aquí con toda seguridad que si tu buscas la sabiduría de Dios y la invocas en todas las áreas de tu vida, él te la va a dar. Padre, sellamos esta palabra, sellamos tu propósito de este día, Señor, gracias porque tu no eres un Dios mezquino y egoísta, tu compartes todo lo tuyo con nosotros, con tus hijos. Señor, compartes tu sabiduría. Señor, que esa sea la luz que alumbre nuestra mente, nuestro corazón, nuestro espíritu, Señor, de manera que podamos dar pasos seguros, estables en la vida y que nada nos aparte de los propósitos que tu tienes para nosotros.

Señor, dale sabiduría a cada uno de mis hermanos, aquellos que están en tiempo de paz y donde no hay grandes problemas en su vida, y también a aquellos, Señor, que en este momento están en angustia y necesitan una palabra tuya, necesitan tu sabiduría. Señor, que cada uno de nosotros sepa dónde buscar, que ninguno de nosotros se contamine con la sabiduría del mundo, sino que vayamos siempre a ti. Que nuestro agrado, nuestro placer, nuestra pasión sea buscar de ti, buscar de tu sabiduría, de conectarnos contigo cada día, Señor.

Gracias, Padre. Gracias por tu misericordia, por tu perdón, por tus propósitos aún en medio de nuestra fragilidad humana. Gracias oh Dios. Amén.

Necesitamos desesperadamente sabiduría

Transcripción

Muchos de nosotros tenemos la costumbre al principio del año de hacer resoluciones, lo que llamamos las resoluciones del comienzo del año. Y de hecho una vez un niño le preguntó a otro, había oído mucho hablar de la resolución, la resolución de parte de sus padres al principio de un año y le preguntó a su amiguito, “¿Qué es una resolución?” y el amiguito muy sabiamente le contestó, “Es algo que nuestros padres hablan mucho acerca de eso por las dos primeras semanas del año,” y después muchas veces pasa eso, hacemos una resolución pero muy prontamente la dejamos a un lado porque se hace difícil, porque estamos haciendo otras cosas y las abandonamos.

Muchas personas tienen resoluciones y las firmemente, tienen unos pasos a seguir y las logran. Otros de nosotros, simplemente como que tiramos deseos al aire, ah, me gustaría en este año aquello, me gustaría lo otro, pero en realidad no nos hacemos una estrategia de cómo lograr esas resoluciones. Lo decimos como de paso. Y otros ni siquiera se ocupamos, nos ocupamos de hacer resoluciones porque hemos tenido malas experiencias en el pasado. Nos propusimos una vez rebajar y en vez engordamos. Nos propusimos canalizar nuestro enojo apropiadamente y no lo hicimos. Nos propusimos usar mejor nuestro tiempo y en vez de ver una hora diaria de televisión terminamos viendo tres por día. O nos propusimos no voy a estar tanto en Facebook pero lo que hicimos fue avanzar en el uso del Facebook.

Y entonces por eso mucha gente pues simplemente ni siquiera se establecen una visión y una meta para el año. Así qué te parece si este año en vez de simplemente hacer resoluciones superficiales de cambiar un hábito o aquel otro hábito, en vez de eso qué te parece si en vez de eso hacernos una resolución nos proponemos que haya una revolución. Y usted preguntará pero una revolución ¿en qué? Y la respuesta es, una revolución en el área de la sabiduría, de la búsqueda de la sabiduría.

Hay un versículo muy conocido en el salmo 90:12 que posiblemente muchos de ustedes se lo sepan de memoria, dice, “enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría.” Mi deseo es que en este año ese sea el clamor de nuestro corazón, estar tan conectados al Señor que podamos tener la seguridad que él nos va a enseñar cada día. Porque la vida se compone de cada día. Muchas veces pensamos a largo alcance, y eso es bueno, pero tenemos que ver cada día, qué yo voy a hacer con el tiempo que Dios me está dando ahora, porque el de mañana no lo tengo por seguro pero qué experiencias, qué me está enseñando él hoy que me va a traer al corazón sabiduría. Porque mi hermano y mi hermana, nosotros cada uno de nosotros necesita desesperadamente sabiduría. Nadie lo duda aquí ¿verdad?

Necesitamos desesperadamente sabiduría. Nosotros nunca sabemos lo que la vida nos va a traer. Nosotros tenemos muchas veces unos planes, unos diseños de dónde queremos ir, qué queremos hacer pero muchas veces las cosas que nos pasan son totalmente inesperadas. A veces nos dan con tanta fuerza que nos sacan el aire y de momento estamos en una situación y decimos, ¿y ahora qué hago? Esos son los momentos que si nosotros hemos pedido al Señor que nos enseñe a contar nuestros días de manera que traigamos al corazón sabiduría, vamos a saber, a lo mejor aún con temor y temblor, pero vamos a saber qué hacer, porque vamos a ser dirigidos por la sabiduría de Dios.

Cuántas conversaciones si se trataran con sabiduría podrían llevar a bien a bendición, y por el contrario cuando no hay sabiduría pueden degenerarse y traer algo peor. Cuántos conflictos que se nos presentan, situaciones difíciles que a menos que no las tratemos con sabiduría puede explotarnos en la cara. Todos nosotros hemos tenido esas situaciones y por eso necesitamos desesperadamente adquirir sabiduría. Nuestro corazón tiene que estar rebozando de sabiduría.

Porque imagínate qué pasaría si cada uno de nosotros de verdad creyera que Dios es un Dios sabio, si de verdad lo creyéramos, que en él está la sabiduría. ¿Qué pasaría? ¿Qué pasaría si tu y yo nos apropiáramos como para nosotros el caudal de sabiduría que Dios generosamente quiere darte a ti y a mí? ¿Qué pasaría si nos propusiéramos usar la sabiduría para tomar todas las decisiones de la vida? No solamente esas grandotas, sino aún las pequeñas que nos van enseñando a lo largo del camino. ¿Qué pasaría si nosotros usáramos la sabiduría de Dios para tomar esas decisiones, para expandir el Reino de Dios, para todo lo que tenemos que hacer? Es que la necesitamos para todo, para escoger un compañero en un negocio, para escoger esposo o esposa, para saber qué date aceptamos o no, para saber cómo usar nuestro dinero, todo, en todo absolutamente necesitamos sabiduría.

Ese debe ser el clamor de cada día de nosotros. Para mí lo es, así que yo hago todos los días sin falla, yo le pido, Señor, sabiduría. Aún cuando entro a una cita en mi trabajo, Señor, sabiduría, porque no sé lo que me voy a encontrar y si ya sé que va a ser una situación difícil, con más razón.

Antes de entrar a aconsejar siempre mi clamor es, Señor, sabiduría, tu presencia, sabiduría. ¿Saben por qué? Porque yo sé que en mí no hay sabiduría. La sabiduría que yo tengo proviene de lo alto, por lo tanto tengo que estar conectada todo el tiempo con esa sabiduría. Y lo importante es que vamos creciendo en sabiduría según nos acogemos a la sabiduría de Dios, pero necesitamos renovarla día a día.

Si piensan el Rey Salomón, ¿qué se decía de él? Que era el hombre más sabio de la tierra, ¿pero cómo terminó el Rey Salomón? Nada de sabiduría, tomó muchas malas decisiones, entre ellas tener 800 concubinas en vez de tener una sola esposa. Esa es la más grandecita. Así que si él que tanto habló acerca de la sabiduría, que era consultado por su gran sabiduría, si él también se apartó de ella, nos puede pasar a nosotros también. Tenemos que seguir siempre renovándonos en sabiduría.

¿Qué pasaría si nosotros renováramos nuestro entendimiento de tal manera que aprendiéramos a ver la vida a través de los lentes de Cristo y no a través de los lentes de nuestra propia carne? Porque el corazón humano, dice la palabra, es engañoso. A veces creemos que estamos haciendo lo correcto pero nos estamos engañando, por eso necesitamos renovarnos en la sabiduría continuamente.

Imagínate qué pasaría si cada palabra que saliera de tu boca y la mía fuera pasada por el colador de la sabiduría de Dios, eso sería maravilloso. Cuánta bendición habría en el mundo si todas las palabras corruptas, no con eso quiero decir malas palabras, sino palabra corruptas, dichas fuera de tiempo, donde la intención no es una intención pura del corazón, si todas esas palabras no se dieran y en vez de ellas hubiera el silencio cuando tiene que haber silencio, o hubiera una palabra sabia, qué diferente sería el mundo.

Nosotros lo vemos. Mire solamente en la carretera, todos los problemas que están habiendo en la carretera de lo que le llaman el rage, ira automovilística, ¿por qué? Porque alguien actuó sin sabiduría u otro respondió sin sabiduría y al final hubo un desastre. Dios nos quiere salvar a nosotros, nos quiere proteger de todo eso con su sabiduría. Así qué pasaría si todas esas cosas las hiciéramos de acuerdo a la sabiduría. Lo que pasaría sería que tendría una revolución, dentro de nosotros habría una revolución, nuestra vida se revolucionaría. Dios podría usarte con mayor poder, Dios podría ayudarte a que el llamado que él ha puesto en tu vida se materialice en todo su esplendor.

Muchos de nosotros tenemos llamados y sin embargo la falta de sabiduría nos deja cojos y enanos en vez de ayudarnos a seguir creciendo, porque necesitamos la sabiduría en todo el mundo, necesita desesperadamente hombres y mujeres, jóvenes, niños sabios y digo niños porque aún un niño bien criado en la sabiduría de Dios es sabio. A veces yo he escuchado cosas maravillosas de las palabras en el actuar de un niño, así que aún desde la niñez ya nosotros podemos estar manifestando la sabiduría de Dios.

Si comparáramos los resultados de la sabiduría del mundo o terrenal con la sabiduría de Dios, la sabiduría de Dios es perdurable, perdura, trae gozo y paz perdurables, mientras que la sabiduría terrenal o del mundo por un tiempo te da gozo, aparentemente te da paz pero a la largo no trae eso, es pasajero, se va y muchas veces deja frutos que nos hacen daño. Así que por eso es que tenemos que buscar la sabiduría que viene de lo alto.

Quiero que consideres estas preguntas. Estamos en el 2016, hace un año, al comienzo ahora en el 2016, ¿eres más sabio que al comienzo del 2015? Porque de eso se trata, ¿verdad? No nos queremos quedar en el mismo lugar, queremos seguir avanzando en la gracia, en el poder, en la sabiduría de Dios. ¿Tu te consideras hoy más sabio que hace un año? Si tuviste una situación difícil recientemente, hace meses, ¿puedes decir que la resolviste con sabiduría? ¿Usaste los elementos de sabiduría de la palabra, del espíritu de Dios para resolverla?

Y los que te conocen más de cera, si alguien les preguntara, ¿tu mamá es sabia? ¿tu esposo es sabio, tu esposa es sabia, tus hijos son sabios, tu tío es sabio? ¿Podrían contestar afirmativamente, sí, es sabio? ¿Va gente a donde ti a buscar consejo, a buscar dirección en diferentes áreas de la vida porque consideran que eres una persona sabia?

Sabe que todos nosotros somos ministros competentes, todos tenemos que dar la palabra a su tiempo, todos tenemos que aconsejar a su tiempo, todos somos llamados a eso. Eso no es solamente para los pastores, para los líderes. No, cada uno de nosotros tiene esa responsabilidad porque los líderes no van a dar abasto, los pastores no van a dar abasto, sin embargo alguien puede ir a donde ti y recibir el agua fresca que su alma necesita, y recibir un consejo sabio en el momento apropiado.

¿Y qué es sabiduría? ¿Cómo podríamos definir sabiduría? Pues mucho más que conocimiento, es mucho más que sentido común que dicen que es el menos común de los sentidos. Es mucho más que eso. La sabiduría es mirar la vida y mirar los retos de la vida a través de la perspectiva de Cristo, no a través de nuestro propio entendimiento humano que puede fallar sino a través de los ojos de Cristo. Eso es sabiduría, es saber discernir entre lo bueno y lo malo. Esa sería quizás la mejor definición, una persona sabia sabe discernir entre lo bueno y lo malo, sabe discernir aún entre lo bueno y lo mejor, sabe discernir entre los deseos de la carne y lo que verdaderamente quiere y agrada a Dios.

Podríamos decir también que sabiduría es hacer lo que le agrada a Dios en el momento correcto y en la forma correcta. Y Dios es el origen de la sabiduría, su esencia es amor, sabemos que Dios es amor, pero Dios es sabiduría. No hay nada más alto que la sabiduría de Dios y su sabiduría está plasmada en todo lo que nosotros vemos. Uno es la creación, qué maravilloso, como dice el salmo 19, versículo 1, dice, “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Todo a nuestro alrededor, todo lo que nosotros vemos en la naturaleza anuncia la obra de las manos de Dios, la sabiduría de Dios aún en la creación.

Quién de nosotros no se ha quedado pasmado con el paisaje de un atardecer con todos esos colores preciosos. Quién de nosotros nos e quedado pasmado ante la imponencia del mar, de las montañas, de la vegetación, de algo que a mí me encanta es escuchar el cántico de un riachuelo chocando contra las piedras, eso es tan precioso. Y esa es la creación de nuestro Dios. Quién no se ha maravillado con una nueva vida, con un bebé, pensar que estuvo en el vientre de su madre por 9 meses formándose cada cosa a su tiempo y después ver ese resultado tan precioso y verlo desarrollarse en una manera tan específica y siguiendo un diseño específico.

Quién no se ha maravillado con tantas otras cosas. El cuerpo humano mismo, a mí siempre me ha fascinado el ojo. El ojo es una pequeña esfera de menos de una pulgada y sin embargo dentro de esa pequeña esfera pasan cosas maravillosas. Y hay por lo menos 40 estructuras diferentes dentro de eso tan pequeñito que es el ojo y a través del cual nosotros recibimos estímulos sensoriales que van a nuestro cerebro y nos permiten disfrutar de toda la belleza de la creación.

Así que todo, dondequiera que nosotros pongamos nuestros ojos vamos a ver la mano sabia de Dios en su creación. Ahí vemos la sabiduría de Dios. Otro lugar donde la vemos es en lo que nosotros llamaríamos la providencia divina. Cuántos de nosotros no hemos tenido situaciones que después al tiempo nos dimos cuenta que Dios estaba trabajando tras bastidores. Nosotros veíamos una cosa pero después nos dimos cuenta que era otra.

Les voy a dar un ejemplo de nuestra propia congregación. Nosotros compramos el edificio original en 1993 y estábamos ubicados en Cambridge antes, pensábamos que en máximo dos años eso iba a ser resuelto y nos íbamos a mudar. ¿Sabe cuánto tiempo se tomó? Fueron 4 años de larga espera, y Mario Ulloa que estuvo en ese proceso desde el comienzo sabe lo largo que fueron esos 4 años. Y uno piensa pues qué desperdicio de tiempo, uno se molestaba, se ponía ansioso. Yo recuerdo días que no dormíamos por la provisión económica que no estaba para hacer este trabajo, que había que compra aquello, que la ciudad exigía tal otra cosa. Fue un proceso bien arduo y fue un proceso de 4 años. Y otra vez nos inquietábamos por la largura de ese proceso, pero después nos dimos cuenta que el Señor tenía un propósito con eso, en ese tiempo el pueblo, nuestra iglesia, se fue fortaleciendo más su identidad y Dios lo estaba preparando para la etapa siguiente. Así que no fue pérdida de tiempo, muchas cosas buenas pasaron en ese tiempo que solidificaron la congregación para entonces movernos acá.

Después, al poco tiempo nuestro deseo era comprar el edificio que está al lado, el que está en la esquina, y ese edificio por muchos años estuvo en litigio legal y los dueños querían venderlo, estaban desesperados por venderlo pero no podían porque había unas demandas legales que no lo permitían. Pero los ojos de la congregación estaban en ese edificio. Y cuando nuestra congregación estuvo ya en fe, preparada para poder comprar el edificio ahí se resolvió el litigio legal y el mismo día que se puso en el mercado, de hecho, no el mismo día, a las horas de que se puso en el mercado Roberto lo supo, alguien le avisó providencialmente, no sabemos por qué, alguien le avisó, “Mira, está disponible.” En ese mismo momento él fue enseguida, ni con mucho dinero, puso el depósito en fe y de hecho a los minutos vinieron otras ofertas, después que ellos lo aceptaron, vinieron otras ofertas mucho más grandes, pero ya nosotros lo teníamos.

Así que ¿qué hizo Dios? Nos puso el edificio en [inaudible], en el momento en que ya estaba listo, ahí estaba la congregación lista, ahí estaba. Y asimismo Dios obra en nuestras vidas, pensamos que estamos perdiendo tiempo, nos frustramos pero ahí es donde entra la sabiduría de Dios en nosotros, y la confianza en Dios. Señor, yo confío en ti. Esta espera es larga pero yo confío que tu tienes un propósito al final.

¿Se acuerdan de Romanos 8:28? Dice, “y sabemos que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” No es para todos, es muy bonito decir la primera parte, pero es a los que conforme a su propósito son llamados, implica alinearnos con la sabiduría y con el propósito de Dios.

Así que ya vimos que se manifiesta la sabiduría en la naturaleza, se manifiesta en la providencia de él y también se manifiesta en el maravilloso plan de salvación. ¿A quién se le hubiera ocurrido un plan de salvación así? Donde envió a su Hijo por amor a nacer de una virgen, a nacer en un pesebre, a predicar entre su pueblo, y después a morir en una cruz. Solamente a Dios se le puede haber ocurrido eso. y el asunto es que fue un sacrificio completo y ningún ser humano puede añadirle nada al sacrificio de Cristo. Está completo. La muerte y la resurrección de Cristo es una obra completa que abrió el camino para que cada uno de nosotros tenga acceso al Padre. Solamente Dios puede haber pensado en un plan así.

Así que nuestro Dios es definitivamente sabio, no hay duda de eso. Creó toda la naturaleza, actúa providencialmente, y mantiene su plan de salvación hasta el fin de los tiempos. Y si sabemos que él hace todo eso, nosotros tenemos que tener confianza, él me va a dar también sabiduría.

Romanos 8:32 dice “el que no escatimó ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Eso incluye la sabiduría. La sabiduría sobrenatural es un regalo y no se puede dejar escondida. Tiene que manifestarse en fruto, tiene que verse. Si alguien dice, yo soy sabio, pero no actúa sabiamente, por más que diga no es sabio, se ve en las obras. El hecho de que una persona se memorice la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, que esté en todos los ministerios de la iglesia, que tenga dones espirituales, eso no asegura sabiduría. Esto es mucho más que eso, implica una búsqueda sincera del corazón en crecer en el área de la sabiduría.

Y les voy a compartir un ejemplo. Un hombre de nuestra congregación de hace muchos años siempre tenía… él era una Biblia andante, no había que uno le dijera que no pudiera de memoria decirte el versículo y dónde está en la Biblia. Eso era continuo, era como un máquina casi. Él tenía grandes ambiciones en cuanto a ministerio dentro de la iglesia, sin embargo, él usaba esa misma palabra que él usaba que tan fácilmente citaba, la usaba para hacer daño y abusar verbalmente de su familia, de su esposa y de sus hijos, hasta hoy en día todavía no se ha podido sanar eso. Era un abuso y un control continuo. Así que su vida familiar era caótica e infeliz y a pesar de su fracaso como esposo y como padre, él se quejaba aquí en la iglesia de que la iglesia no le permitía a él ejercer sus dones. Él, un hombre tan sabio, y tan entendido en la palabra. Y por eso se fue de nuestra congregación.

Así que una persona así, obviamente aunque sepa muchas cosas, aunque te pueda recitar la palabra y a veces usarla correctamente eso no asegura que hay sabiduría. Tenemos que juzgar quién es sabio y quién no. porque la sabiduría de Dios y la sabiduría del mundo están en conflicto. Nosotros lo vemos desde la creación del ser humano.

En Génesis ¿qué nosotros vemos? Vemos a Dios que pone un límite sabio. ¿Cuál fue el límite? Fue prohibir de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Fue un límite que Dios le puso, pero le había dicho, “Ustedes son mayordomos de toda la creación. Póngale nombre a los animales, esto es para que ustedes sean los mayordomos.” Pero les puso ese límite, un límite sabio, igual que nosotros hacemos con nuestros hijos. Hijo, puedes tal cosa pero le ponemos un límite porque sabemos que es para su beneficios, para su protección. Pero ¿qué pasó? Satanás en forma de serpiente, se le acercó a Eva y retó el límite que Dios había puesto en su sabiduría, cuestionó los límites establecidos por Dios.

Porque una de las estrategias de Satanás es crear duda en nosotros acerca del carácter de Dios. Si nosotros nos analizamos podemos muchas veces que cuando nosotros tomamos una decisión errónea, una decisión no sabía, muchas veces lo que está detrás de eso, si no siempre, es incredulidad. No hemos confiado en Dios plenamente, no le hemos creído a Dios plenamente. Y entonces se le acercó Satanás a Eva, implantó una semilla de duda acerca del carácter de Dios y no solamente hizo eso, sino que también implantó una semilla de avaricia.

Le dijo, quizás tienes todo pero Dios está reteniendo algo todavía mejor. tu puedes tener más. Que muchas veces nos mete en grave problemas también. Cuando tenemos lo que Dios nos ha dado y queremos más o no estamos satisfechos, no hay contentamiento en nuestro corazón y a veces eso nos mete en problemas.

Así que eso está pasando desde el principio, desde Génesis nosotros vemos que esa es la estrategia que Satanás había establecido. Y hoy el mundo, la sociedad, nos invade con todo tipo de mentiras o medias verdades que a la larga, una media verdad es una mentira, no es la verdad absoluta. Y más que nunca nosotros estamos bombardeados con la sabiduría del mundo por todos los medios. Continuamente tenemos que estar discerniendo, ¿esto es de Dios o no es de Dios? Esto parece que es bueno pero ¿cuál es la motivación que está detrás?

Esa es la manera que nosotros tenemos que estar obrando todos los días porque sino perdemos la protección de la sabiduría de Dios y no podemos hacer eso. porque lo que el mundo nos enseña es a nutrir la carne, a nutrir los placeres carnales, no nos motiva a buscar de Dios, a buscar la sabiduría y a mirar arriba, nos enfoca nuestros ojos en el aquí y en el ahora, y si no la aprovechamos tenemos miedo a perder algo que podemos valorar.

Eso es lo que trata de hacer la sabiduría del mundo. Y muchas veces es difícil discernir entre una cosa y la otra si no tenemos cuidado. Por todos sitios qué nos dice la sociedad. Nos dice sigue tu corazón, ese es un slogan muy… sigue tu corazón, cree en ti, todo es en ti, en ti, haz lo que te venga en ganas, nadie tiene que decirte a ti lo que tu tienes que hacer, nadie tiene que ponerte límites. Eso es lo que estamos bombardeados, lo que nuestros hijos reciben continuamente, lo que nuestros jóvenes están tomando de esa agua de tu todo lo puedes, no hay consecuencia. Pero nosotros sabemos que cuando enfatizamos la carne, cuando alimentamos la carne a expensas del espíritu eso tiene siempre graves consecuencias y si no a la corta, a la larga las va a tener.

Y nosotros sabemos, si nosotros somos sinceros sabemos cuán fácil es distraernos de la búsqueda de la verdad y de la sabiduría. Vuelvo al ejemplo de Salomón, un hombre tan sabio y sin embargo permitió distracciones en su vida que lo apartaron de manifestar frutos de sabiduría en su vida. La palabra de Dios nos anima en muchísimos versículos a buscar de la sabiduría.

Y el hecho de que tu hayas obrado sin sabiduría en el pasado, lejano o reciente, eso no te impide que te renueves y que cambies el curso de tu vida y empieces a actuar y a dar frutos de sabiduría de lo alto. Eso es lo grande de nuestro Dios. En Dios hay perdón, en Dios hay todos los recursos que nosotros necesitamos para enmendar nuestros caminos y caminar por donde Dios quiere que caminemos, porque no podemos vivir sin ella. Y no podemos tampoco acogernos a una sabiduría y a otra, o sea, no podemos bailar al son de la sabiduría terrenal y esperar los frutos de la sabiduría de lo alto. Eso es imposible.

No podemos mantenernos neutrales tampoco. Lo que tenemos que hacer es buscar con ahínco la sabiduría de Dios. En esto no existe el happy medium, buscar el medio, aquí combino sabiduría del mundo con sabiduría de Dios. Eso no existe. Nos estamos engañando a nosotros mismos si tratamos de hacer eso.

Y yo debo aclarar que Dios es tan sabio, él conoce nuestro corazón. A veces hay personas que después de aceptar al Señor, y aún años después, están pasando tiempos difíciles y a veces no toman las mejores decisiones. Pero Dios conoce cuánto a veces nos enredan las cuerdas del mundo, unos más que otros. Hay otros que están tan enredados que necesita que venga Dios con una tijera gigante y les suelte las cuerdas y lo haga libre como pasó con Lázaro en la tumba. Dios conoce tu corazón.

Si tu estás dando algunos tumbones, porque siempre me gusta decir no solo que Dios dice, sino entender la misericordia y el corazón de Dios. Si no estás actuando sabiamente pero Dios conoce que tu corazón está deseoso de obedecerle, pues él te va a mirar con gracias y te va a dar lo que tu necesitas en esta etapa de tu vida. Así que si estás dando tumbones de algún tipo o los has dado recientemente, no te quedes ahí. Pídele a Dios sabiduría para salir de ahí, aunque te tome mucho tiempo, eso no importa, lo importante es que tu sigas avanzando, que no te quedes donde estás y que obviamente no vayas atrás, sino que sigas avanzando con un deseo sincero de ser transformado por Dios.

Es maravilloso lo que uno ve cuando una persona verdaderamente inclina su ser ante el Señor y se somete a su gracia, a su juicio, a su disciplina. Es maravilloso lo que Dios puede hacer. Muchos de ustedes son ejemplo claro de eso, que están en un lugar totalmente diferente, en un lugar de paz y de gracia porque un día invitaron la sabiduría de Dios a entrar a sus vidas y han podido salir de donde estaban.

Vamos a un pasaje que contrasta la sabiduría de Dios, se encuentra en Santiago 3:13 al 18, y la sabiduría terrenal o del mundo.

“Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica, porque donde hay celos y contención allí hay perturbación y toda obra perversa, pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz…”

Así que ahí vemos contrastados dos tipos de sabiduría. El pasaje comienza con una pregunta, ¿quién es sabio y entendido entre vosotros? Contestar esa pregunta puede ser difícil, cómo podemos saber si una persona es sabia o no. yo creo que lo contesta al siguiente dice, muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Así que siempre vamos a saber si alguien es sabio o no por sus obras, por los frutos que den su comportamiento.

Nosotros necesitamos sabiduría para discernir entre quién es sabio y quién no lo es también. Hay dos tipos de sabiduría trabajando en nuestras vidas, no nos engañemos, no solamente una, hay dos tipos de sabiduría. Una es la sabiduría de lo alto, como dice el pasaje, y la sabiduría terrenal. Y lo que quiere decir esto es que dentro de cada uno de nosotros hay una batalla, hay una guerra por ganar nuestro corazón y nuestra mente. Dentro de cada uno de nosotros hay guerra, hay conflicto, porque hay dos lados opuestos y cada uno de ellos se llama a sí mismo sabiduría.

Sin embargo, no puede haber dos tipos de sabiduría. Sabemos que puede haber una solamente. Así que dentro de nosotros hay una lucha por seguir la sabiduría de lo alto y por protegernos y no caer en la sabiduría terrenal. Esa es una lucha que cada creyente tiene, mismo Pablo habla de eso, en un versículo él dice que hace aquello que no quiere hacer y lo contrario. O sea, eso está en nuestro ser carnal está la sabiduría terrenal.

Pero la buena noticia es que mientras más nosotros caminamos en sabiduría el camino se va haciendo más fácil. A veces nos vienen sorpresas que nos sacan el aire, pero es más fácil. Eso es como un ánimo a nosotros. Sigue buscando la sabiduría y con el paso del tiempo será más fácil para ti. ¿Y qué caracteriza estos dos tipos de sabiduría? Si empezamos por la sabiduría terrenal, dice el versículo 14, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”

Auch, pensar que esa descripción está dentro de cada uno de nosotros. Alguna sabiduría que es terrenal, animal y diabólica. Y eso está marcado por la idolatría del yo, es una sabiduría egoísta y es una sabiduría que a la larga nos lleva a la competencia, a la envidia, a la amargura. Todo aquello que nosotros no queremos tener. Y es la sabiduría que la sociedad nos anima a seguir. Están los ídolos, los celebrities, muchos de ellos viven vidas así, donde ellos son el centro y buscan su propio placer, lo que su corazón desea, eso es lo que buscan. Esa es la sabiduría del mundo, que es dañina totalmente a nuestra fe.

Y nosotros debemos apartarnos de ella completamente. Nosotros quisiéramos creer que no la practicamos pero dondequiera que haya falta de perdón, dondequiera que haya chisme, dondequiera que haya calumnia, relaciones rotas, malas actitudes, todo tipo de desordenes, dondequiera que haya eso, quiere decir que hay una sabiduría que no es de lo alto, es la sabiduría terrenal, animal y diabólica.

Y muchos de nosotros tenemos la sabiduría por fuera, la cristiandad por fuera, pero por dentro todavía hay… la carne está demasiado viva y tenemos que buscar la sabiduría de manera que Dios nos lleve a vivir una vida que traiga más gozo a él.

Y Santiago en ese pasaje contrasta la sabiduría falsa terrenal con la sabiduría que viene de lo alto. En el versículo 17 dice; “pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.”

¿No les gustaría a ustedes, no me gustaría a mí tener esa sabiduría? Que eso sea lo que impere en mi vida, lo que guíe mi vida, una sabiduría así. Y se fijan que en este pasaje la sabiduría terrenal estaba enfocada en el yo, en lo que yo quiero, en mis deseos, en cumplir mis ambiciones, mientras que la sabiduría de lo alto tiene los ojos puestos en Dios. Como les decía antes, es lo que nos da una perspectiva diferente. Ya no estamos mirando a través de los ojos de la carne, ya nuestra carne está sujeta al señorío de Cristo. Esa es la sabiduría de lo alto.

Versículo 18: “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” Ese es el fruto, si nosotros buscamos y vivimos en la sabiduría de lo alto entonces tenemos frutos de paz y dondequiera que tu estés aunque te dé trabajo se va a imponer la paz del Señor. Esa es la sabiduría que tu y yo queremos.

La palabra de Dios valora grandemente la sabiduría y les voy a compartir un solo versículo acerca de eso, un pasaje en Proverbios 3:13 al 15. Miren lo que dice la paz acerca de la sabiduría:

“Bienaventurado el hombre o la mujer que haya la sabiduría y que obtiene la inteligencia porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata y sus frutos más que oro fino, más preciosa es que las piedras preciosas y todo lo que puedes desear no se puede comparar a ella.”

Imagínate, no hay nada en este mundo, no hay un billón de dólares, no hay ningún gozo, no hay nada en este mundo que se pueda comparar a tener la sabiduría, por eso es que tenemos que buscarla con todo nuestro ser. ¿Y cómo nosotros podemos obtener sabiduría divina? Primeramente cultivando la comunión con la fuente de sabiduría que dijimos que es Dios y solo Dios a través de la oración, de la adoración, de congregarnos con otros, de interceder, de tener amistad con Dios. Esa es la mejor manera que nosotros podemos obtener sabiduría.

Proverbios 2:6 dice, “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.” No hay otro lugar donde nosotros encontremos sabiduría sino en el temor a Jehová. ¿Cómo más podemos? Nutriéndonos con la palabra de Dios. Yo digo si Dios se ocupó de dejar un manual de vida para nosotros que es la Biblia, asume uno que debe ser esencial leerla y estudiarla porque él se ocupó de dejarla. Hay una razón para ello.

El salmo 119 dice, “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” Eso es lo que es la palabra. Recuerdo hace muchos años cuando teníamos una cabañita y de la cabaña a donde estaban los baños, que estaban separados, había un trecho significativo y a veces en la noche tenía que salir de la casa y llevar a las nenas, y recuerdo una vez que empecé el camino de la casa a los baños y yo tenía una linternita, de esas chiquititas que uno pone dentro del carro, que usaba quizás una batería nada más y yo iba agarrando con las nenas y la linternita y dando pacitos bien lentos y trabajosos porque no se veía nada con la linternita. Y mi esposo que siempre tiene buena ideas enseguida entró a la casa, buscó una linterna que era gigante, con una de esas baterías bien pesadas y me la dio y me dijo, “Toma para que puedas llegar mejor,” y con esa linterna poderosa veíamos muchos pies por delante y en vez de ir con pasos temerosos, íbamos con paso seguro y no había tropiezo.

Nos pasó como dice proverbios 3:23 “entonces andarás por tu camino confiadamente y tu pie no tropezará.” Porque eso es lo que la sabiduría te da, te permite andar confiadamente por el camino de manera que tu pie no tropiece. Así que vimos que a través de la comunión con él, a través de nutrirnos de su palabra y también simplemente podemos obtener sabiduría por pedirla, solamente pedirla.

Santiago 1:5 dice, “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría pídala a Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada.” Cuando tu y yo le pides a Dios sabiduría y él ve en ti un corazón sincero y dispuesto a obrar conforme a la sabiduría de él, a su respuesta, tu provocas la generosidad de Dios. A Dios no le queda otro remedio que dártela.

Yo he experimentado eso en mi vida continuamente. Cuando no veo soluciones y lo pongo delante del Señor y espero en él confío que él me va a dar la respuesta, y ahí está. No es por magia, no es porque yo lo merezca más que nadie más, es porque eso es lo que hace, tu provocas a Dios. Al ir delante de él pidiéndole sabiduría él dice, “sí, claro que sí, cómo no te lo voy a dar, si di mi Hijo, cómo no te voy a dar también en él todas las cosas, la sabiduría.”

Esas son 3 maneras que nosotros podemos recibir sabiduría de Dios. Y una persona sabia continuamente recarga sus baterías espirituales. Como hoy les dije, eso no es ayer nada más y cogerse unas vacaciones, es todos los días tenemos que hacer esas cosas para recargar nuestra batería espiritual, reconociendo que la sabiduría solamente puede venir de él, no hay otra fuente de la sabiduría.

Hay un versículo en Isaías 50:4 que es uno de mis favoritos, dice así: “Jehová, el Señor, me dio lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado, despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.”

Qué maravilloso que todos los días tu puedas levantarte con la confianza de que al pedir sabiduría el Señor va hablar sabiduría a tu oído y porque has escuchado la sabiduría de Dios entonces puedes hablar y actuar con sabiduría. Una persona sabia también cultiva un corazón, un espíritu enseñable.

La palabra nos anima a eso, a escuchar el consejo, a buscar consejeros sabios. Si pensamos yo lo sé todo, yo no necesito corrección, nadie tiene que venir a decirme cómo yo debo obrar, entonces nos vamos a quedar enanos, no vamos a crecer en el Señor. Tenemos que tener un espíritu enseñable. Tenemos que practicar el conocernos y examinarnos a nosotros mismos aunque nos duela. Tenemos que reconocer, tengo estas debilidades de carácter, tengo estas tentaciones y pedirle a Dios que él entre aún en esos lugares oscuros de nuestro ser. Porque sino otra vez no vamos a crecer y nosotros queremos crecer, queremos ser instrumentos exquisitos en las manos de Dios.

Otra cosa que hacen los sabios es que consultan a Dios en todo tiempo. Cuando vienen situaciones difíciles en vez de actuar con impulsividad, en vez de reaccionar vamos a consultar a Dios, vamos a hacer una tregua, si es una situación difícil familiar, por ejemplo, vamos a hacer una tregua y vamos a consultar a Dios. ¿Qué Dios quiere? En vez de añadirle más sal a la herida, en vez de empeorar las cosas, vamos a detenernos y vamos a consultar a Dios.

Cuántas veces yo en mi vida he practicado eso y al otro día me he dado cuenta el error tan grave que hubiera sido hacer lo que yo pensaba que era lo sabio hacer. ¿Por qué? Porque me tomé el tiempo de consultar a Dios y pedirle su consejo. Y eso lo podemos aplicar en todas las áreas de nuestra vida.

Así que yo no creo que aquí haya nadie que dude en cuanto la necesidad que tenemos nosotros de discernir entre lo que es la falsa sabiduría y lo que es la sabiduría que viene de lo alto. Y tenemos que comprometernos activamente a buscarlo. Si lo hacemos nuestros hogares van a ser transformados. Imagínate, un hogar donde hay sabiduría y eso se le transfiere a los hijos, se les enseña a pensar sabiamente, a discernir sabiamente, eso es el mejor regalo que usted le pueda dar. Es una herencia bendita que tu le estás pasando a tus hijos. No es solamente Biblia, es también sabiduría.

Mi yerno y mi hija tienen una práctica con Caleb, nuestro nieto mayor, que tiene 7 añitos, pero desde que era muy chiquitito casi aprendiendo a hablar, ellos le enseñaron a decir… le preguntaban, “¿Caleb, qué tu eres?” y él contestaba, “Yo soy un niño sabio, prudente y con dominio propio.” Eso me encanta. Y lo que pasa entonces cuando él hace algo muy sabio, muy bueno, lo felicitan, le dicen, “Guau, Caleb, verdaderamente tu eres un niño sabio, prudente y con dominio propio.” Y cuando se desvía del camino y hace algo que no debe, lo corrigen y le dicen, “Pero, papito, ¿qué tu eres?” “Yo soy un niño sabio, prudente y con dominio propio.” “Pues, entonces ¿qué tienes que hacer?” y entonces él mismo da la respuesta de qué es lo que tiene que hacer y reconoce su error.

Esa es parte de nuestra identidad. Nosotros debemos considerarnos que somos personas sabias. Tu sabiduría puede ser la herramienta que Dios use para transformar la vida de otro, aún para salvar una vida, para dar un consejo que llegue en el momento exacto que haga que una persona tome una buena decisión o que evite un desastre. Es una gran cosa tener sabiduría.

La sabiduría te va a traer orden y estabilidad a tu vida, aun cuando haya circunstancias difíciles te vas a sentir que estás en paz en medio de la tormenta porque eso es lo que la sabiduría de Dios trae. Te va a permitir también la sabiduría estar continuamente en una actitud de vigilancia en términos de tus propios defectos, de lo que tienes que hacer para mejorar y de discernir las maquinaciones sutiles del enemigo de nuestras almas que quiere desviarnos del camino correcto.

El enemigo nos susurra muchas cosas al oído que si las escuchamos vamos a ir en contra de la sabiduría de Dios y nos estamos alineando con la sabiduría terrenal. Pero la sabiduría verdadera te ayuda a discernir, te ayuda a verlo desde lejos. No tiene que llegar el mal a tu puerta, no tiene que tocarte, desde lejos tu puedes discernir el pecado, discernir la tentación y tomar medidas que te ayudan a vencer en el nombre del Señor.

Queridos hermanos, tu no puedes vivir sin sabiduría. Yo no puedo vivir sin sabiduría. Hay que buscarla como el tesoro más grande que hay. Permite que camines de manera que tu no tropieces. Permítele a la sabiduría alumbrar tu camino de manera que tu paso sea como Dios lo quiere y que no tropieces en el camino y búscala de manera que haya paz y gozo verdadero en tu vida, no el pasajero que el mundo da sino el verdadero gozo y paz que Dios solamente puede dar.

Al comienzo de mi mensaje yo les decía que quería extenderles un reto. ¿Aceptan el reto de no más resoluciones superficiales de principio de año sino una revolución en tu vida y en la mía en la búsqueda de la sabiduría y en la manifestación de los frutos de la sabiduría? Aceptan el reto?

Nos ponemos de pie. Quiero bendecirlos con una palabra que está en Efesios 1:17 al 19. Esta es una oración que Pablo habló sobre los efesios y quiero en este momento extenderla a mi propia vida y a ustedes.

“Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso les de el espíritu de sabiduría y de revelación para que lo conozcan mejor. Pido también que le sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales.”

Así que hermano, hoy tu te puedes ir de aquí con toda seguridad que si tu buscas la sabiduría de Dios y la invocas en todas las áreas de tu vida, él te la va a dar. Padre, sellamos esta palabra, sellamos tu propósito de este día, Señor, gracias porque tu no eres un Dios mezquino y egoísta, tu compartes todo lo tuyo con nosotros, con tus hijos. Señor, compartes tu sabiduría. Señor, que esa sea la luz que alumbre nuestra mente, nuestro corazón, nuestro espíritu, Señor, de manera que podamos dar pasos seguros, estables en la vida y que nada nos aparte de los propósitos que tu tienes para nosotros.

Señor, dale sabiduría a cada uno de mis hermanos, aquellos que están en tiempo de paz y donde no hay grandes problemas en su vida, y también a aquellos, Señor, que en este momento están en angustia y necesitan una palabra tuya, necesitan tu sabiduría. Señor, que cada uno de nosotros sepa dónde buscar, que ninguno de nosotros se contamine con la sabiduría del mundo, sino que vayamos siempre a ti. Que nuestro agrado, nuestro placer, nuestra pasión sea buscar de ti, buscar de tu sabiduría, de conectarnos contigo cada día, Señor.

Gracias, Padre. Gracias por tu misericordia, por tu perdón, por tus propósitos aún en medio de nuestra fragilidad humana. Gracias oh Dios. Amén.

Dios nos llama a prosperar en medio de tiempos difíciles

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Vamos a la palabra del Señor en el libro de Isaías, quiero compartir con ustedes un reto de año nuevo y lo que siento que es el llamado de Dios para nosotros, como iglesia, como congregación, muy a la luz, muy a tono con lo que Dios nos dio a través del tiempo de alabanza, adoración, ese llamado a ser una iglesia que rompa cadenas, que fortalezca las estructuras del Reino de Dios, que avance los intereses del Reino del Señor aquí en la ciudad donde Dios nos ha puesto, un pueblo saludable, un pueblo robusto en el Señor, con una mentalidad guerrera y agresiva para el Reino de Dios, un pueblo prosperado, un pueblo bendecido y capacitado para ir y traer a muchos al conocimiento de Jesucristo.

Isaías 60, vamos a leer unos cuantos versículos, sobre todo los versículos 1 al 3, establecen una buena base para nuestra meditación, un llamado y también una promesa. Dice:

“…Levántate, resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti…”

Guau, qué lindo mensaje. Qué hermosa promesa de Dios para nosotros.

“… porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad las naciones más sobre ti amanecerá Jehová y sobre ti será vista su gloria y andarán las naciones a tu luz y los reyes al resplandor de tu nacimiento…”

Recibe esa promesa de parte del Señor sobre tu vida y señalaría quizás algunas expresiones de aquí. Ese ‘levántate, resplandece, ha venido tu luz,’ pero también está ese ‘porque he aquí que tinieblas…’ Hay un contraste entre tinieblas y luz. Hay una promesa de luz pero también hay una advertencia de tinieblas que cubrirán la tierra. Pero en medio de eso hay una promesa sobre todo que enmarca todo, que las naciones andarán a nuestra luz y los reyes al resplandor de nuestro nacimiento.

Y hacia el final del capítulo 60 hay una bendición también en el versículo 22 dice: “… el pueblo pequeño vendrá a ser como mil y el menor entre nosotros, un pueblo fuerte, y dice el Señor, yo, Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.” Amén.

Y lo que yo quiero es en esta tarde traer a su espíritu una serie de pensamientos, retos para ustedes que yo veo que ahora como nunca después de haber predicado este sermón en el servicio de la mañana, veo que claramente Dios lo ha ensamblado como una totalidad, como algo coherente. Porque cuando yo lo escribí, lo escribí sabiendo que estas eran piezas que tenía que poner, pero no claro en cómo unificarlo y cómo presentarlo en una manera unificada delante de ustedes. Pero según lo predicaba el Señor iba armándolo a mi espíritu porque en realidad es uno de esos sermones proféticos que Dios nos da a veces y que simplemente lo proclamamos como palabra de Dios que insemine y que fertilice el espíritu de nuestros hermanos.

Y yo diría que pensamiento principal de todo este mensaje acerca del año nuevo que viene, acerca de lo que Dios espera de nosotros, acerca de las promesas que podemos esperar que se van a realizar en nuestras vidas, el mensaje principal es que Dios nos llama a prosperar en medio de tiempos difíciles. Esa es la palabra, Dios nos llama a prosperar en medio de tiempos difíciles. Piense por una parte prosperar, por otra parte tiempos difíciles.

Y la imagen gobernante de toda esta idea yo la encuentro en el libro del Éxodo, en el capítulo 11, sobre todo los versículos del 1 al 7 y ese capítulo 11 y 12 también, donde en medio del contexto del forcejeo que se dio entre Dios, faraón, Moisés, el pueblo hebreo, los egipcios, donde Dios estaba llamando a faraón y ordenándole que dejara salir a su pueblo y había una resistencia y hubo juicios que Dios entonces envió sobre Egipto para obligar a faraón a dejar a su pueblo salir.

Y Dios montó todo un escenario para exhibir su gloria. Faraón y Egipto siempre han sido símbolos a través de toda la escritura del hombre que resiste a Dios, el mundo pagano, el espíritu opresor en la historia, el hombre en su arrogancia, resistente a Dios. Y ciertamente este faraón que vivió en los tiempos de Moisés cuando Dios estaba llamando a su pueblo a entrar finalmente en la identidad que él tenía para ese pueblo y que lo había ido construyendo poco a poco a través de siglos, ese faraón representa ese espíritu soberbio, ese espíritu que quiere mantener al pueblo de Dios encadenado, que lo quiere mantener oprimido, que lo llama para impedir que entre en su plenitud, lo que Dios quiere que ese pueblo llegue a ser, impedir que los propósitos de Dios se cumplan en medio de su pueblo.

Y yo creo que esto es una cosa muy importante para nosotros como iglesia, y es un mensaje que se ha ido desarrollando más y más en mi corazón y mi sensibilidad como pastor y como siervo del Señor en estos últimos tiempos. Aunque yo siempre he tenido ese mensaje latente dentro de mi espíritu, de que nosotros estamos viviendo y Dios nos ha llamado a servir como iglesia en un tiempo estratégico de la humanidad, que nosotros estamos viviendo un tiempo de la historia extremadamente significativo, un tiempo de consumación de muchas cosas y que estos días que nos ha tocado vivir son tiempos extraordinarios y que tenemos que vivirlos como un pueblo extraordinario en una forma extraordinaria también en la cual Dios quiere hacer cosas inusitadas, cosas que nunca se han visto, y que la humanidad y la iglesia de Jesucristo a la misma vez, están llegando a un punto de consumación y de maduración.

Algo interesante que yo señalé hace unas semanas atrás, que dice que Cristo vino en el cumplimiento de los tiempos. Jesús vino en el momento preciso en que la humanidad había llegado a cierto nivel de desarrollo. El Imperio Romano servía como un elemento unificador en las naciones. Había un gobierno, había una filosofía, y también la cultura griega anteriormente había llevado a la humanidad a un nivel de sofisticación y de madurez muy grande y ese gobierno romano con sus grandes carreteras, con su lenguaje universal, con su poderío militar, que había unido muchas naciones, esa humanidad que había llegado a un nivel de desarrollo en términos de su filosofía, su ética, sus conocimientos filosóficos, estaba como preparada para recibir el anunciamiento de un mensaje diferente, el mensaje excelso, glorioso, sublime y sofisticado del Evangelio.

Incluyendo el mismo Apóstol Juan y el libro de Juan, se sirve de muchas de las imágenes y del lenguaje filosófico y teológico que Platón y Sócrates y los griegos habían desarrollado para hablar acerca de logos, de Cristo Jesús y muchas otras cosas. Es decir, que el Señor vino en el momento preciso en que la humanidad había sido llevada a un punto de maduración y su venida inicia todo un período de la humanidad que todavía está cumpliéndose.

Y en estos 2000 años de historia dentro de esa nueva dispensación que Cristo abre y que el Evangelio abre, hay muchas cosas que Dios ha estado también trabajando y llevando, porque Dios es un pensador estratégico. Dios se toma tiempo. Para él, dice la Biblia, que dos mil años es como un día y un día como mil años. Dios monta una pieza a la vez.

Yo creo que Dios ha estado esperando a que ciertos procesos se cumplan en esta creación, en esta criatura que eres tu y yo. Nosotros somos los hijos de Dios, somos criaturas de Dios y Dios se complace en tratar con nosotros como un padre trata con sus hijos, tanto los que creen en él como no, los rebeldes y los sumisos. Y Dios está cumpliendo un plan y por eso ahora, 2000 años después, 2016 años después la humanidad yo creo que llega a otro punto de su desarrollo como creación.

Hoy en día la humanidad que camina sobre la tierra, la cultura que camina sobre la tierra, es una cultura mucho más sofisticada que la que el Señor encontró cuando vino al mundo, cuando encarnó. Tenemos 2000 años de proceso donde la ciencia ha aumentado, la tecnología ha aumentado, las sutilezas en las cuales el hombre se puede involucrar en términos de dividir los matices del conocimiento, de la filosofía, de la ética, de la teología, son mayores que nunca a través de toda la historia.

La humanidad ha llegado a un punto de desarrollo en que ya es una criatura bastante adulta. Y yo veo algo que es que Dios adecúa sus tratos con la humanidad según esa humanidad va progresando y se va desarrollando. Y vemos por eso que alguna gente se pregunta, ¿bueno, por qué Dios permitió la poligamia, es decir, el matrimonio con más de una mujer en los tiempos antiguos? ¿Por qué Dios trató con los hombres en forma tan severa como mandando aniquilar toda una población y tribus enteras? ¿Por qué Dios trabajaba así con tanta aspereza en esos tiempos? Y después que Cristo viene como que trata con la humanidad en una manera diferente.

Bueno, porque Dios le da mucho crédito a su criatura, y Dios trabaja con el hombre conforme a su aspereza o su sutileza o su desarrollo o su madurez filosófica, ética y espiritual. Y yo creo que Dios en un tiempo de gran aspereza, violencia, ojo por ojo, diente por diente, guerra, exterminio, trabajaba con la humanidad en esa misma manera de fuerza porque Dios respetaba ciertas cosas que había, pero según la humanidad fue desarrollándose y siendo capaz de procesar cosas más profundas, más complejas, Dios fue también desarrollando su revelación más y más. Y Cristo fue la consumación de esa revelación, para una humanidad que había llegado a cierto punto de desarrollo.

Y ahora, en el tiempo que nosotros vivimos, en el siglo XXI, yo creo que la humanidad ha llegado a un tiempo todavía de mayor desarrollo, donde Dios también está tratando… yo creo que podemos decir que estamos en la consumación de los tiempos o por lo menos de un tiempo, pero es una consumación muy grandiosa, es una consumación muy poderosa. Por eso es que yo veo que ese versículo 22 dice, “yo, Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.”

Y hay otros pasajes en los libros proféticos donde Dios habla de eso de que las cosas se harán como en un momento. Hay cosas que Dios va a hacer en la humanidad que uno pensaría que se va tomar todavía mucho tiempo, pero yo creo que va a haber, por ejemplo, una cosecha de almas y unos cambios en la cultura humana y en el escenario humano tan dramático que uno pensaría que iban a tomar siglos, pero Dios los va a hacer en un momento. Una cosecha de almas muy grande, una transformación, una humillación del hombre muy poderosa, pero es en el momento de Dios.

Y Dios está trabajando en este tiempo y Dios está llevando a esta humanidad a un punto de postración donde esta criatura del siglo XXI que se cree tan fuerte, tan poderosa, tan independiente… recuerdan que yo prediqué hace poco en el salmo 2 acerca de ese pasaje que dice, “¿por qué se amotinan las gente y los pueblos piensan cosas vanas y hablan de echar de nosotros los yugos de Dios y conspiran contra Dios y contra su Hijo?” y dice que Dios se reirá de ellos y luego los confundirá en su ira.

Y estamos en ese tiempo precisamente en que vemos el escenario humano donde la humanidad – y también he aludido a esto, porque es como una insistencia, una voz de Dios que está hablándonos – donde la humanidad está llegando a un punto de tranque, aún mientras se desarrolla tecnológicamente, científicamente en maneras extraordinarias, pero también cuando uno observa los sistemas del mundo, uno se da cuenta que también Dios está llevando a la humanidad a un punto de humillación. Porque Dios siempre humilla al hombre cuando se pone demasiado engreído, lo hizo con Babel, ese espíritu explorador, ese espíritu que examina el cosmos, ese espíritu que siempre trata de indagar los misterios, ese espíritu que trata de construir homenaje y monumentos a la gloria del hombre, esa rebeldía, esa arrogancia que está en el corazón mismo del ser humano.

Y Dios siempre ha tenido controversia contra ese espíritu. Y siempre que ese espíritu llega a cierto punto de desarrollo, Dios lo humilla y lo que vemos en nuestro tiempo es que lo que está pasando – y por eso hablo dee tiempos difíciles – es que es un tiempo donde la humanidad y todo sus sistemas están llegando a un punto de atolladero y de tranque, como una máquina que a fuerza de trabajar y trabajar sin buena lubricación las piezas se trancan.

Si tuviéramos tiempo yo hice una análisis hace algún tiempo atrás, pero así rapidamente en otra manera lo desarrollo, donde vemos que la humanidad ahora mismo en todas las dimensiones, el mundo económico está en una situación muy precaria donde es interesante que hoy en día más que nunca los sistemas económicos están todos unificados. Lo que pasa en China, lo que pasa en Alemania, lo que pasa aquí en Estados Unidos, lo que pasa en el Japón, lo que pasa en la India, económicamente tiene efectos, porque el mundo es una gran aldea global. Los sistemas económicos están entrelazados unos con los otros.

Y si hay algún desastre de cierta magnitud lo van a sentir y lo sienten todas las naciones, lo que pasa en Europa definitivamente afecta a Estados Unidos y viceversa. Y vemos que este es un mundo muy precario donde las economías están muy, muy precarias y muy frágiles. Vemos un mundo donde militarmente cada día – la gente pensaba cuando cayó el imperio ruso que ya cuando terminara la Guerra Fría y la amenaza de la guerra nuclear entre los dos grandes poderes del mundo, Estados Unidos y Rusia, como que ya iba a venir un tiempo de prosperidad, porque todo ese dinero que se estaba destinando a armas nucleares y a todo eso, se iba a poder usar para grandes trabajos sociales y económicos, y no fue así.

Cuando el enemigo mortal de la guerra nuclear parecía que ya se había vencido, surgió el terrorismo. Y yo recuerdo décadas atrás cuando comenzaban a decir eso, el próximo gran enemigo de la humanidad, el próximo gran gigante que se va a levantar va a ser el terrorismo. Y eso parecía como una voz muy sutil y ciertamente ha sido así, se fue a un lado la amenaza más o menos de la guerra nuclear y surgió el gigante del terrorismo. El terrorismo hoy en día está estableciendo una gran inestabilidad en el mundo.

Es interesante también que cuando las naciones occidentales en su arrogancia secular, racional, decían ya Dios murió, ya el mundo está llegando a otra etapa donde ya eso de Dios y de lo sagrado y lo espiritual, eso está ya pasando de moda, esta es la gran liberación del hombre donde vamos a pensar solamente conforme a principios racionales, seculares. ¿Qué pasa? Todo lo contrario. Hoy en día, la humanidad está siendo en muchos sentidos afectada en manera poderosa por religiones para las cuales importa mucho lo sagrado. Islam es una religión poderosa y es interesante que lo ha dado soltura al terrorismo en este mundo es una religión que toma muy en serio sus escrituras y que cree en un Dios que determina su forma de vivir y ese azote que siempre ha sido islam para occidente ahora sale con venganza y está afectando la paz y la estabilidad del mundo.

Y es como que Dios están riéndose, en un sentido, de este hombre secular que siempre trata de poner a un lado las cosas del espíritu y le está diciendo, no, el espíritu está siempre allí presente, hay hambre en el hombre de las cosas divinas.

Entonces, tenemos un mundo económicamente frágil, un mundo también donde hay una religión que está haciendo grandes estragos en el mundo. Israel es una fuente de contaminación para las naciones también, porque hay una pugna bien grande entre el mundo musulmán e Isarel que odia, detesta a Israel. Israel, otro país tremendamente arrogante y severamente rebelde contra su Dios, también está siendo llevado a un punto de tranque, porque Israel ahora mismo tiene no sé cuántos millones de palestinos dentro de su propia tierra. Tiene una población enemiga, un ejército enemigo dentro de un pedacito de tierra del tamaño de Rhode Island, y hay allí una población que se consideran dueños de esa tierra e Israel no se puede deshacer de ellos evidentemente porque están allí y ellos creen que esa es su tierra y tiene un mundo que lo mira con gran crítica y con gran hostilidad y ese enemigo dentro de ellos, con el cual no pueden negociar ni tampoco pueden deshacerse de él, ni tampoco pueden destruirlo militarmente, Israel también está atrancada.

El mundo árabe, el mundo islámico, musulmán, dondequiera que usted mira, en cualquier país donde reina el islam es destrucción, muerte violencia, economías destruidas, gente que quiere salirse a como dé lugar, sea en Afganistán, sea Pakistán, sea Siria, sea Iraq, destrucción por dondequiera, celos étnicos, celos religiosos, trancado.

Estados Unidos ahora mismo está trancado también, dividido entre la gente conservadora y la gente secular. Hay pugna. Obama vino a ser como el gran elemento unificador, finalmente tenemos un afroamericano que sane las heridas de la esclavitud de esta nación, y ha sido todo lo contrario. Hay más división en esta nación ahora que nunca. El senado y la casa de representantes, los republicanos no le hablan a los demócratas y viceversa. Los candidatos que hay para la presidencia son tan divididos y tan diferentes como la luz y las tinieblas, el agua y el aceite. Hay una división total en esta nación, está trancada también en muchas diferentes maneras.

Europa, que con todo su racionalismo, todo su liberalismo, se ve ahora mismo también metida en una camisa de fuerza porque islam y la amenaza del terrorismo los obliga a violar y a violentar muchos de los valores liberales que ellos predican, de libertad, de expresión, de un gobierno bien limitado, todas estas cosas el terrorismo los está obligando… y el crecimiento del islam dentro de ellos mismos, también está trancado.

Lo que quiero decir, hermanos, es que yo creo que Dios está llevando y podríamos continuar con eso, Rusia, el oso ruso que pensábamos que ya se había ido de la historia, vuelva a alzar sus garras a través de Putin y su deseo de gloria en el mundo.

Yo le estoy dando un análisis al nivel geopolítico de lo que es una realidad más profunda bíblica, teológica, espiritual. Yo creo que a través de todas estas cosas Dios está avergonzando a la humanidad. Dios está llevando a la humanidad, la está dejando que proceda conforme a sus propios valores y patrones quitando sus manos de ella y diciendo, yo voy a ver lo que tu haces. Ahora que tu quieres vivir por tu propia cuenta, como hacen los padres, oh, sí, ¿tu crees que tu estás independiente? Okay, pues vete a vivir solo, a ver qué pasa. Y cuando se ve allá afuera comiéndose un cable sin dinero y sin trabajo y sin nada, tiene que volver a donde mamá.

Yo creo que Dios está haciendo eso con la humanidad. Estamos viendo que todos los sistemas del mundo como que se están trancando. Son tiempos difíciles. Son tiempos de juicios de Dios.

Y cuando yo miro este capítulo del Éxodo, que para mí es como una imagen gobernante de lo que Dios quiere hacer en nuestro tiempo con nosotros. Cuando usted mira el relato del éxodo y de la pascua, usted ve un pueblo hebreo que Dios quiere que salga ya de la tierra egipcia. Dios los ha tenido 450 años desde que José llama a su familia a venir a Egipto, 450 años dice la Biblia, que estuvieron los hebreos creciendo como nación, hasta llegar a ser un pueblo de 600 mil hombres más sus mujeres y sus niños, un millón y pico de personas.

Y Dios se tomó 450 años, porque Dios es un Dios de siglos. Dios no está deprisa. Él vive en la eternidad, nosotros estamos deprisa. Nosotros en 70, 80 años ya terminamos y por eso el tiempo cuenta tanto. Dios existe en la eternidad y él espera que las cosas maduren. Él trabaja en cooperación con el hombre. 450 años no son nada para Dios. Y cuando llegó el momento de que el pueblo hebreo saliera de Egipto, Dios dijo, este es el momento.

Y recuerden que antes de eso había 300 y pico de años, desde Abrahán hasta los patriarcas de Jacob, es decir, que 750, 800 años Dios se tomó para a desarrollar todo el drama desde Abrahán hasta la salida de Egipto.

Y en un sentido nosotros somos como ese pueblo hebreo. La iglesia de Jesucristo, Dios nos ha estado cociendo a fuego lento, preparándonos, y en un sentido yo creo que nosotros, en el siglo XXI, somos como el pueblo hebreo que Dios nos ha tenido desarrollándonos, creciendo, madurando, peleando diferentes batallas, pero está llegando un momento, yo creo, en que la iglesia de Jesucristo tiene que asumir la identidad para la cual Dios la ha creado en estos últimos tiempos. Dios está llamándonos ahora a un nivel de mayor madurez, a un nivel de consumación, a un nivel de entrar en esa plenitud de identidad que Dios tiene para nosotros.

Y como vemos en el pueblo de Egipto, que cuando llegó el momento de que faraón soltara al pueblo hebreo, había muchas cadenas que los ataban. Faraón tenía intereses económicos con el pueblo hebreo. No quería soltarlos. Eran fuente de su economía hasta cierto punto y Dios tenía que obligar a faraón a soltar a su pueblo. Y por eso Dios envía plagas, Dios envía juicios sobre faraón, que de nuevo, como digo, simboliza esa humanidad rebelde contra Dios.

Y yo creo que en este tiempo de la historia Dios también está enviando y continuará más y más, a enviar juicios contra la humanidad. Vivimos en un tiempo donde yo creo que vamos a ver cosas aún mayores y más difíciles que van a venir en este tiempo de la historia. Vamos a ver más ataques terroristas, vamos a ver más dificultades económicas, vamos a ver más violencia, vamos a ver hasta yo creo que cosas en el aire y en el clima, cambios climatológicos, grandes situaciones que van a suceder. Ese es el tiempo que estamos viviendo.

Y, hermanos, ustedes nunca me han escuchado hablar de estas cosas, de hecho, muchos de ustedes me han criticado a veces porque no hablo lo suficiente de los últimos tiempos, porque no he sentido en realidad la urgencia de hacer eso. Pero en este tiempo Dios sí está comenzando a hablarme de las cosas que han de venir y que tenemos que sonar la alarma y que tenemos que comenzar a vivir a la luz de lo que Dios quiere hacer en este tiempo de la historia. Yo siento que sí, que este es el momento de comenzar a tocar la trompeta y de comenzar a vivir como ese pueblo maduro que Dios quiere que seamos.

Hace 3, 4 días la hermana Kesia Sosa, una hermana brasilera que estuvo con nosotros varios años, me llamó. Una mujer que tiene un espíritu muy lindo, profético y de adoración muy especial, y Kesia me dejó un mensaje en mi teléfono diciendo, “Pastor, tuve un sueño. Yo no soy persona de sueños, pero tuve un sueño que me dejó verdaderamente afectada y que siento que es una palabra de Dios.” La historia es que ella veía en ese sueño que estábamos aquí en este santuario y de momento vio un tsunami, una ola inmensa. Y esta no es la primera vez que yo… yo creo que Vanesa ha tenido sueños similares y quizás algunos de ustedes también, a veces yo me he encontrado pasando por el puente de Boston y mirando hacia la izquierda viniendo hacia el sur, y sabiendo que el mar está allí cerca y me ha sobrecogido como una imagen de algo que puede… no sé, no quiero alarmarles ni nada por el estilo.

El caso es que Kesia me decía que vio esa ola, ese tsunami que venía y no voy a relatar todo el suñeo, pero gracias al Señor, veía que aunque esa ola estaba arrasando con muchas cosas se detuvo aquí al lado de este edificio donde estaba un elemento del pueblo de Dios, y que se neutralizó ese ataque.

Y va muy bien, ahora mientras lo pienso, con lo que quiero decir. pero yo creo que va a haber tiempos de grandes juicios. El Señor va a estar atacando a faraón, humillando a faraón y nosotros estamos dentro de ese Egipto. Pero Dios también nos dice que él nos va a proteger, nos va a guardar y nos va a prosperar en medio de esos juicios también. Quizás muchos de nosotros sí vamos a ser incomodados y quizás muchos de nosotros hasta vamos a ser afectados en maneras muy fuertes. Quizás vamos a perder nuestra vida en algunos casos, por eso es tan importante que tu vida esté claramente puesta en los brazos del Señor y que si te tienes que ir hoy mismo tu sabes que te vas con Cristo. Si mueres para él mueres, si vives para él mueras. Sea que vivas o que mueras para el Señor, del Señor tu eres.

Tenemos que despreciar nuestra vida hasta la muerte, como dice la palabra del Señor. Muchos de nosotros quizás, esos mártires que fueron martirizados por Isis frente al mar hace unos meses atrás, los ataques contra el pueblo de Dios. Israel, cuando estaba en medio de esos juicios y de esas plagas experimentó cierto grado de ataque también como consecuencia del contexto en el que se encontraban, pero también ese relato de la pascua y ese relato del éxodo nos dice que Dios también protegió al pueblo y que hubo también unos aspectos de bendición inclusive en medio de los juicios que Dios estaba llevando a cabo. Y por eso es que este mensaje es un mensaje mixto por eso es que yo hablaba de las tinieblas que cubrirán la tierra, pero también de la luz nuestra que ha de resplandecer, porque las dos cosas se van a dar más y más.

Y en este mundo donde Dios está juzgando a faraón, nosotros tenemos que estar preparados para las dos cosas. Por una parte, sí va a haber cierta incomodidad, va a haber problemas financieros, va a haber quizás problemas climatológicos, geopolíticos, etc. pero el patrón que Dios nos ha dado es ese patrón del éxodo donde el pueblo de Dios en medio de los juicios que estaba experimentando Egipto también dice, por ejemplo, la plaga de tinieblas donde Egipto experimentó una densa tinieblas donde nadie se podía mover porque era tan densa la oscuridad. Pero dice en el versículo 23 del capítulo 10 que “…ninguno vio a su prójimo ni nadie se levantó de su lugar en tres días más todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones…”

Hay una promesa de protección que nosotros vamos a experimentar si nos movemos en la obediencia que Dios pide de nosotros, si nos movemos en la actitud y en la postura de vigilancia, de alerta, de sujeción a la voluntad de Dios que Dios quiere para nosotros en medio de su mover en la humanidad.

¿Recuerdas ustedes también la plaga terrible de los primogénitos? Cuando Dios iba a destruir a todos los primogénitos de Egipto, todos los varones primogénitos del país. Sin embargo, Dios le proveyó a Israel una forma de cubrirse y de guardarse. ¿Cuál fue esa forma? Pintando la sangre de un cordero en el dintel de sus puertas. Y sabemos que esa sangre que estaba pintada, ¿qué simboliza? La sangre del cordero, Cristo Jesús. El Señor estableció todo un simbolismo y les dijo, ustedes a través de toda la historia guarden ese simbolismo de lo que yo he hecho hoy.

Es decir, Dios iba a destruir vida pero también a través del carácter expiatorio de la sangre del cordero estaba protegiendo al pueblo suyo del exterminio que habría de venir. Y yo creo que ese es un buen simbolismo para nosotros en este tiempo, hermanos. Y cuando yo hablo de evangelismo, que he dicho tantas veces que Dios quiere que este año nosotros comencemos a trabajar duramente, entonces estoy maquinando y madurando ese plan y en algún momento vamos a estar dialogando con los líderes de la congregación para cómo hacer esto.

Por eso les digo, otra parte de este sermón es que se necesita un pueblo generoso con su tiempo, sus energías, sus talentos, su dinero, porque para montar estrategias como esta se requieren todas esas cosas. Y se requiere un pueblo también entregado al Señor, se requiere un pueblo dinámico, se requiere un pueblo generoso, se requiere un pueblo consagrado, se requiere un pueblo que marche según la trompeta toca y que vaya conforme a los lineamientos que sus líderes espirituales establecen. Se requiere un pueblo aguerrido, hermanos, se requiere un pueblo que escuche la voz de Dios en estos tiempos. Nosotros no podemos ser una congregación normal, tenemos que ser una congregación extraordinaria, tenemos que ser una congregación entregada al Señor y cualquier persona que esté a medias, tibia, indecisa, no comprometida, es como un ejército en la guerra que cualquier cobarde, o cualquier persona que no esté clara va a arrastrar al resto del ejército y va a hacer daño y va a ser lento el progreso de ese ejército.

Tu quieres ser parte de esa fuerza que va hacia adelante. Tu quieres ser entregado, darle al Señor todo para que entonces esa salvación de almas, esa cosecha de almas en tiempos extraordinarios, en tiempos difíciles, se pueda dar. Porque lo único que puede salvar a la humanidad del juicio que viene es la sangre del cordero, el sacrificio de Cristo, la persona de Jesús y por eso es que también en mi mente ha habido esta idea de que nosotros no podemos presentar un evangelismo neutral.

El evangelismo que nosotros queremos presentar es un evangelismo que presenta a Cristo como un refugio, que presenta a Cristo como una cobertura, que presenta a Cristo como una defensa, que presenta a Cristo como una puerta de escape, que presenta a Cristo como un defensor que se para a tu lado y te defiende de los ataques del enemigo. Un evangelismo que es proclamado en el contexto de guerra espiritual y de fin de los tiempos, es un evangelismo que llama a la gente a escapar por su vida y tomar refugio en la sangre y en el en el nombre de Jesús y en su iglesia, que puede enseñarle a la gente cómo vivir en una forma que los ayude a escapar de la ira venidera. Y ese es el evangelismo que nosotros tenemos que hacer.

Y por eso es que en el contexto de ese Egipto que está siendo sometido a los juicios de Dios y de un pueblo que ya ha dicho, ahora yo quiero que tu entres en tu madurez, que entres en tu identidad, que salgas de Egipto, que te lances a ser un pueblo peregrino, que entres en la tierra prometida donde yo te he llamado. Ese pueblo tenemos que ser nosotros también ahora, que se prepare para hacer lo que Dios quiere que hagamos y que llamemos a muchos al conocimiento de Jesús pero que le prediquemos un Evangelio, de nuevo, de refugio, un Evangelio de refugiarse.

Visualice una persona que está escapando de alguien que lo está persiguiendo, un ejército que lo está persiguiendo y se mete en una cueva, en un refugio para tomar protección yu para descansar su cuerpo y para defenderse. Y esa es la idea, porque estamos en un tiempo donde a Satanás y a los espíritus malignos y a las fuerzas del mal se les ha dado más libertad que nunca.

Yo creo que estamos en tiempos en que el sucio será más sucio, el limpio se hará más limpio. Espíritus mentirosos han sido soltados sobre la humanidad. Dios le ha dado libertad a Satanás para que espíritus engañadores susurren más y más su doctrina demoníaca en el oído de los que no se refugien bajo la protección divina. Este mundo estará más y más definido por naciones e individuos que aceptarán el señorío de Cristo y su gobierno y naciones e individuos que rechazarán al Señor. Y a los que rechacen al Señor y no tengan ningún tipo de protección divina estarán a merced de cualquier poder demoníaco que quiera atacarlos, que quiera engañarlos, que quiera corromperlos. Los que se refugien bajo la sangre del cordero y la protección divina del Señor podrán gozar de cierto grado de descanso y de protección divina para sus vidas.

Y nosotros tenemos que presentarle a esta ciudad y a esta nación inclusive, si acaso Dios nos llamara, un Evangelio donde hay que decirle a la gente, mira, la única protección que resta para tu vida y para tu familia es Cristo Jesús, refúgiate bajo su nombre, refúgiate bajo su gobierno, refúgiate bajo su protección, toma sombra debajo de la sombra del Altísimo y entrega tu vida al Señor, tu familia, tus finanzas, tu cuerpo, tu matrimonio, tu trabajo, todo, entrégaselo al Señor y vive sabiendo que el único que puede hacerle frente a los poderes del mal es Cristo Jesús.

Faraón quiere destruir, faraón quiere mantener a la humanidad bajo su dominio, no quiere soltarla y se requieren un Dios todopoderoso con sus juicios, con sus acciones transformadores y un pueblo que obedezca al Señor y que haga lo que Dios quiere que haga para que se dé lo que Dios quiere hacer en este tiempo.

Así que cuando yo hablo en este tiempo de proclamar el Evangelio, esa sangre de Cristo que sana y que libera, tenemos que presentarlo de esa manera. Por eso es que yo creo que cuando hace años atrás yo tuve ese sueño de esas arañas venenosas que eran símbolos de poderes demoníacos que estaban sobre la ciudad de Boston y vi encima de ellas la cara, el rostro del león de Judá, eso me marcó y marcó la identidad de nuestra iglesia y por eso se llama congregación León de Judá. Esta no es una iglesia llamada a ser una iglesia simpática y bonita y agradable y mansa, esta tiene que ser una iglesia guerrera, una iglesia que ame, sí, una iglesia que ame y una iglesia que presente la gracia de Jesucristo, una iglesia humilde, sí, una iglesia que reconozca que somos como cualquier ser humano excepto por la gracia y la misericordia de Dios, no una iglesia arrogante ni que se crea la gran cosa en la ciudad, pero sí una iglesia también que no tenga temor de presentar a Cristo como lo que él es y de presentar los reclamos del Reino de Dios, no aguar el Evangelio, no usar de técnicas de mercadeo para traer a la gente.

Hay que presentarle a la gente un Evangelio claro, sencillo, limpio, como es y entonces decir, acéptalo y entra en ese Evangelio, esa revelación que Dios le ha dado a la humanidad. No una iglesia que trate como de engatusar a la gente para que vengan y nos hagan el favor de entrar en el Evangelio. El favor lo están haciendo ellos a sí mismos en entrar en el Evangelio. Tenemos a presentar un Evangelio claro y bien definido y esa iglesia que también tenga el poder, como cantábamos en este momento de gran adoración, rompiendo cadenas, Aleluya! Destruyendo principados y potestades, ahuyentando las obras del diablo, porque Satanás, como faraón, no va a dejar una sola alma entrar en el Reino de Dios sin un forcejeo.

Y yo creo que solo iglesias que tengan la unción y el poder del Espíritu Santo podrán resistir el mal que viene, podrán cosechar en medio de tiempos difíciles, podrán traer almas al conocimiento de Jesús. Y tenemos que ser esa iglesia que entienda, estamos en guerra contra faraón y faraón está en guerra contra nosotros y por eso yo predico estos mensajes con gran temor y temblor porque entiendo la gran responsabilidad que eso implica sobre mí y sobre cada uno de nosotros.

El enemigo se aíra cuando escucha el mensaje de la palabra predicado de esa manera y los ataques no se hacen esperar. Por eso tenemos que ponernos las pilas y tenemos que ponernos alerta y vivir como Dios quiere que nosotros vivamos. Pero recuerden otra cosa también, porque esto no es un mensaje solamente de fuego y azufre, este no es un mensaje solamente de terror y de destrucción, este mensaje también es que el pueblo de Dios tiene derecho a ser bendecido, a prosperar, a crecer, a brillar como la luz de la aurora en medio de tiempos de tinieblas también y que la gente vea en este pueblo que resplandece como un faro en medio de las tinieblas al cual acudir y orientarse por medio de la luz que emana de ese pueblo.

Es interesante que en el relato del éxodo también – léanse ese relato porque Dios me lo dio esta mañana así como una forma armada en los capítulos 11 y 12, sobre todo y todo ese forcejeo que se da gradual entre faraón, Moisés, Dios y Dios va construyendo todo un escenario y endurece su corazón para que su gloria resplandezca más y finalmente lo lleve a una consumación final.

Pero hay una cosa también y es que no solamente Dios preserva la vida de los hebreos que pintan la sangre del cordero sobre el dintel de la puerta de manera que el ángel pasa, y de ahí viene la palabra passover en inglés, el ángel pasa de largo, cuando ve una sangre pintada en el dintel, dice, aquí vive un hijo de Dios, no puedo tocar esa casa y pasa de largo, donde no ve la sangre es presa libre para el ángel de la muerte.

Pero la otra cosa interesante es que dice en el relato de la pascua, que Dios le dice a los hebreos que vayan a donde los egipcios y les pidan joyas. Y yo veo aquí una imagen de prosperidad en medio de la destrucción. Y miren qué interesante, muchos de usted quizás no saben este aspecto del relato de la salida del pueblo. Dios le dijo a Moisés en el versículo 11 capítulo 2:

“…Habla ahora al pueblo y que cada uno pida a su vecino – es decir, egipcio – y cada una a su vecina alhajas – es decir, joyas – de plata y de oro, y Jehová dio gracias al pueblo en los ojos de los egipcios. Dice que también a Moisés, dice que era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de faraón y a los ojos del pueblo…”

Dios le da prestigio a su iglesia. Dios le da realce a su iglesia. Porque la gracia no viene del hombre, yo creo que muchas iglesias están perdiendo su tiempo tratando de ser graciosos ante la gente, y eso es lo que son, graciosos, pero gracia solamente la da Dios, respeto, favor, admiración, autoridad, que cuando la iglesia proclama una palabra la gente escucha y tiene temor y hay algo, una gracia especial, que Dios pone, eso solo Dios lo puede hacer.

Y puede que el mundo te deteste o el mundo te vea como algo raro, pero te tienen que respetar porque ven también la bendición de Dios sobre tu vida. Y eso es lo que te da autoridad para tu proclamar la palabra de Dios. Cuando tu le hablas a la gente hablas con un peso, una autoridad y la gente dice, guau, ¿qué tiene esta persona? ¿Qué es lo que hay en su vida? ¿Por qué esta persona me habla de esta manera y yo siento algo que me mueve adentro? Porque es que hay un espíritu y nosotros tenemos que hablarle a la gente, cuando prediquemos el Evangelio, háblale a su espíritu, no le hables a su mente, no le hable a sus valores éticos, no le hable a su filosofía, no le hable a su cerebro, no le hable a su cultura, háblale de espíritu a espíritu.

Declara la palabra del Señor con humildad, con tacto, con mansedumbre, pero háblale de espíritu a espíritu, como una reacción química. Esta es una cosa química, es una ecuación química, háblale directamente y olvídate del aparato externo y habla en el poder del Espíritu Santo, habla con autoridad, porque Dios te va a dar gracia para declarar la palabra y para traer gente al conocimiento de Dios.

Dios va a dar una palabra de gracia sobre este pueblo. Y fíjese lo interesante cuando Dios le dice, “… ahora vayan cada uno a lo de su vecino egipcio y pídanle joyas…” Es como ir ante un enemigo tuyo, ir al presidente del Bank of America, por ejemplo, y decirle, “Yo vine aquí para buscar $15.000 dólares, por favor entréguenmelo.” O ir a Newton con los cuales tu trabajas cuidándole a sus niños y le dices, “Dios me dijo que le pidiera $5.000 dólares de bono para este año.” Y Dios le dijo, vayan a donde sus vecinos y pídanle joyas que yo voy a poner una gracia especial sobre ellos.

Y fue como que Dios hipnotizó al pueblo egipcio, los puso y los hebreos le pidieron, ‘dame dinero’, ‘sí, está bien, aquí está el dinero.’ Y miren lo que dice al final, cuando ellos salen dice que – y aquí está la importancia de ser obedientes, porque si Dios te dice ‘pinta el dintel’, pinta el dintel, si Dios te dice ‘pídele dinero a los egipcios’, pídeselo. Es interesante, hermanos, yo creo que por eso es que digo los creyentes, Dios tiene para nosotros un espíritu de conocimiento, ciencia y sabiduría para hacer cosas extraordinarias.

Pídele a Dios que te de conocimiento, pídele a que Dios que te sabiduría estratégica, pídele a Dios que te de conocimiento científico para tu negocio, para tu matrimonio, para tus emociones, para la manera de educar a tus hijos, para tu trabajo, para encontrar cosas baratas y buenas y para prosperar en tu vida, porque Dios va a poner esa palabra mágica sobre tu vida para que tu prosperes y seas bendecido para que tu dinero rinda, para que haya bendición en tu casa, para que tu compres pan y te dure el doble de lo que le dura a los impíos. Y sino para milagrosamente que no se llene de molde sino que dure mucho más tiempo. Que tu ropa te dure más tiempo, que encuentres esos especiales en Marshalls que nadie más lo vea, que esté allí, y pasen 10 mujeres por encima de ese vestido y no lo vean y seas tu quien lo vea y lo cojas y te lo lleves a la casa, por una tercera parte del costo.

Que cuando vayas a comprar un carro te lo den por la mitad del precio, que tu sepas a dónde están los mejores especiales, las mejores comidas, porque esa es la prosperidad y la bendición que Dios quiere milagrosamente poner sobre su pueblo, que lo obedezca y que camine en obediencia al Señor. En tiempos difíciles, en tiempos de escasez, en tiempos de juicio sobra la humanidad nosotros vamos a ser como Gosen. Gosen era el lugar donde vivían los hebreos, era el vecindario judío, donde estaba la prosperidad. A todo el mundo se le fue la luz pero allí en Gosen había luz. Todo el mundo estaba en luto pero en Gosen todos los hijos estaban a salvo, protegidos, cubiertos por la sangre del cordero.

Y dice la Biblia en el capítulo 12, versículo 35, dice: “… e hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés…”

Aquí está la cosa, muchas veces cuando la iglesia te dice, se obediente, dale al Señor, da tu tiempo, invierte, se sacrificial, se generoso, ah, esos son cuentos de viejas, ese es el pastor porque quiere darse unas vacaciones en Europa con el dinero mío, yo no se lo voy a dar a él, mejor me lo voy a comer yo. Y hay cantidad de gente que está continuamente desbebiendo al Señor. Lee la Biblia, busca la unción del Espíritu Santo, sirve al Señor. Ay, esos son cuentos de viejas, yo voy a la iglesia, voy a ponchar la tarjeta el domingo y me voy para mi casa y sigo igual que siempre.

Y desobedecen los principios. La gente sencilla, la gente humilde, la gente obediente, la gente entregada, la gente que sea como una masa blanda sobre la cual Dios pueda poner sus impresiones como él quiere, esa es la gente que va a ser bendecida, esa es la gente que va a ser prosperada, esa es la gente que va a ver a sus hijos crecer y prosperar y amar al Señor y ser protegidos de la ira venidera. Esa es la gente que va a ser bendecida y prosperada.

Dice que “…los hijos de Israel hicieron conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios joyas de plata y de oro y vestidos – y mire el versículo 36 – y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios y les dieron cuanto pedían…”

Diga, ‘cuanto pedían,’ pida por su boca. Y así dice, “despojaron a los egipcios.” Fue un despojo. Usted sabe que son los ejércitos que despojan a las naciones que vencen, sin embargo aquí los hebreos despojaron a los egipcios sin tirar un solo tiro, sin disparar nada, sin matar a nadie, sino que simplemente Dios les dijo, yo pongo gracia en ustedes, sean prosperados. Y les quitaron todo. Ese trabajo en balde de esclavitud que habían hecho durante tantos años, Dios se lo hizo regresar, se fueron llenos de riquezas y los pobres egipcios se quedaron en blanco, porque el Señor puso gracia sobre ellos.

Prosperidad en tiempos difíciles. Son tiempos duros, son tiempos extraordinarios lo que estamos viviendo. Esperen cosas que van a suceder, son tiempos de maduración, el cumplimiento de algo que Dios ha estado preparando, hay cosas que vamos a ver en diferentes dimensiones de la vida humana, en la escala económica, social, política, geopolítica, militar, natural, van a estar pasando cosas.

En todo lo que pueda ser conmovido será conmovido, dice la Biblia. Todo lo que requiera ser cuestionado del orgullo de la humanidad, va a ser cuestionado y Dios va a llevar a esta humanidad a un punto de gran tranca y de un callejón sin salida. Pero el pueblo de Dios puede aspirar a cosas buenas, no es desastre, no todo es desastre, pero se requiere santificación, se requiere consagración, se requiere una actitud de urgencia. No vivas tu vida simplemente como si todo va a seguir igual. No pases tu vida ahorrando dinero que quizás no vas a tener oportunidad de gastar. No pases tu vida construyendo tu propia gloria y trabajando solamente para esto y para lo otro, afanado, Dios quiere que tu vivas tu vida con un ojo puesto sobre la tierra pero otro ojo puesto sobre la eternidad, sobre los propósitos de Dios.

Una de las cosas que yo decía esta mañana es que Dios le dijo al pueblo que comiera su pan de pie, dice, no hay tiempo para hacer pan. Sabe que para usted hacer el pan se toma tiempo para levarse. La levadura que se le echa al pan se toma tiempo para esas burbujas hacerse grande y levantar la masa y después uno hace así y la aplasta y vuelve otra vez y se levanta, y entonces uno lo hornea. Y eso se toma hora. Dios les dijo, no hay tiempo para eso. Cuando faraón diga se me van, ustedes van a tener que correr de una vez, van a tener que irse. Estén preparados, cojan todos sus motetes y pónganlo en el camión [Inaudible] porque cuando faraón diga, se van, se tienen que ir.

Así que ellos tuvieron que comer su pan sin levadura, de ahí la tradición de las pascua de comer pan sin levadura, porque no tenían tiempo y tenían que comer su comida de prisa, rápido. Saben que el Señor siempre ha honrado a la gente que no se enamora de la comodidad, por eso en el relato de Gedeón él escoge a los que tomaban el agua rápido porque tenían un ojo puesto sobre el enemigo que podía venir. No se metían totalmente dentro del agua, estaban alertas. Y Dios dijo, esos 300 son los que van a ganar la victoria.

Dios siempre está midiendo el corazón de nosotros. Los que estén enamorados del mundo, los que estén apegados al mundo, los que piensen que esto va a durar para toda la eternidad, el cristiano tibio, no va a poder resistir la prueba que viene. Solamente la gente entregada completamente al Señor, el pueblo de la palabra, el pueblo que se está santificando, el pueblo que está trayendo el orden del Reino de Dios a su vida, a su matrimonio, su sexualidad, sus pensamientos, sus emociones, sus relaciones humanas, su trabajo, su comportamiento en el mundo, el pueblo que se está santificando y que está viviendo su vida como si ya la hubiera perdido, el que desprecia su vida hasta la muerte, ese es el que va a prosperar en este tiempo. Ese es el que va a experimentar la gloria de Dios. Y yo quiero que nuestra congregación sea ese pueblo y que en este año se sumen muchos de ustedes al ejército que Dios quiere preparar.

Vamos a orar para que Dios nos entre en nuestra verdadera identidad. Nosotros hemos sido un pueblo que Dios ha estado cociéndolo a fuego lento, poco a poco, haciendo cosas, montando piezas aisladas por aquí. Nosotros tenemos una buena maquinaria pero está suelta, necesita apretarse. Muchos de los sistemas que tenemos de discipulado, de evangelismo, otra cosas, hemos hecho ensayos pero ahora se necesita el poder de Dios para que lo ensamble, el poder de Dios que le de urgencia, el poder de Dios que le de filo, el poder de Dios que le de coherencia e intencionalidad. Este es el tiempo que estamos viviendo, purificarnos, santificarnos, prepararnos, circuncidar nuestra alma para que el Señor pueda hacer las grandezas que él quiere hacer en medio de nosotros.

Él no lo va a hacer con menos, hermanos, ese es el llamado de Dios para este año 2016 y para los años venideros. Pídanle al Señor que nos de a nosotros, a mí y a nuestros líderes, sabiduría para montar esa estrategia y para llevar a cabo… porque están son visiones grandes y que tenemos que después de anunciarlas de esta manera, será mejor que las realicemos. Así que vamos a orar para que el Señor cumpla su obra, cumpla su propósito en nuestras vidas.

Vamos a tener un momento de meditación antes de irnos. Yo quiero invitar a cualquier persona que está aquí en esta tarde si no ha recibido a Cristo todavía como Señor y salvador, si tu no has puesto la sangre en el dintel de tu puerta, si tu no has tomado la sangre del cordero que es Cristo Jesús y has pintado el marco de tu puerta, por donde entran las influencias y salen las energías de tu casa, de tu vida. El dintel de la puerta es lo que entra y lo que sale, es el lugar de acceso a ti, a tu vida, a tu negocio, a tu familia, a tu alma, y yo te suplico en el en el nombre de Jesús que no dejes tu puerta sin pintar con la sangre del cordero pascual.

Y si tu no lo has hecho todavía te suplico que no te vayas de este lugar sin decirle al Señor, “Señor, hoy yo pinto mi puerta, pinto mi dintel con la sangre de tu Hijo, Jesucristo y cúbreme del juicio venidero, cúbreme con tu bendición, permíteme gozar de acceso a tu protección y a tu prosperidad, a tu provisión en medio de tiempos difíciles.

Habrá alguien que quiera en esta tarde invitar al Señor a su vida y pintar el dintel de su puerta con la sangre de Cristo Jesús? Dondequiera que tu estés, te invito a levantar tu mano si tu has recibido ese llamado del Señor y quieres que oremos por ti en esta tarde. Te invito a levantar tu mano, ponerte de pie, venir al frente, como tu quieras. Dios te bendiga, hermano.

Habrá alguien más? Yo sospecho que aquí debe de haber otros, familias enteras quizás que necesitan invitar al Señor Jesús a entrar a su casa y que tomen en serio este llamado, salvación en tiempos difíciles. Ya esto está llegando a un punto muy serio y se requiere gente que entienda el llamado. La trompeta está tocando, estos no son cuentos de hadas, estos son tiempos de seriedad y de madurez y se necesita gente comprometida, gente que diga, ¿sabes qué? Si yo me voy a olvidar del bochorno y de los que me están mirando y voy a creer que esto es para mí vida. Habrá alguien más? Venga, levante su mano, lo que sea, pero pinte el dintel de su puerta con la sangre del cordero. Invoque la bendición de Dios sobre su vida.

Pase aquí adelante. Queremos orar por ti. Establece un pacto directo, personal con ese Cristo poderoso, ese cordero de Dios, ese León de Judá que quire protegerte, que quiere guardarte, que quiere prosperarte y que quiere salvarte de la ira, que quiere salvarte de los juicios, que quiere darte una razón para vivir. Habrá alguien más? Te vamos a esperar si quieres venir.

Hazlo en serio y prométete que vas a vivir una vida seria, vas a vivir un Evangelio de compromiso. No vengas a vivir un Evangelio a medias, entrégale al Señor su alma, entrégale al Señor tu vida. No es a la iglesia, tu no estás haciendo nada con la iglesia, excepto quizás un lugar donde puedes crecer y puedes ser instruido, pero tu pacto debe ser con el Señor Jesucristo.

Es el Señor Jesucristo estableciendo sus planes sobre tu vida. Si alguien más quiere recibir ese llamado solemne y yo le voy a pedir al Señor que haga posible cientos de almas que vengan a sus pies este año. Les doy una encomienda a ustedes, y es que busquen esas almas y que las traigan a la iglesia y que Dios nos prepare para tener grandes reuniones de invitación y de evangelización donde vamos a invitar a esta comunidad latina y norteamericana, afroamericana, asiática, lo que sea, a venir a los pies de Jesucristo en diferentes maneras.

Evangelismo es la consigna, salvación de almas, declaración del señorío de Cristo, invitar a la gente a tomar refugio bajo las alas del Altísimo. Eso es, de eso se trata, almas que sean salvadas para Cristo, almas que sean tocadas por el Señor. Ahora mismo yo declaro la sangre del cordero sobre tu vida. Dios pinta la sangre de Cristo sobre el dintel de tu puerta.

Cuando tu camines con la bandera del Cristo resucitado, crucificado, poderoso que ha de venir, cuando tu camines tu vida con la bandera de Cristo en tus manos eso te va a dar poder, eso te va a dar protección, eso te va a dar defensa de los ataques del enemigo y tu vas a ser prosperado y vas a ser bendecido.

Los que caminen bajo la bandera del Cristo resucitado tendrán gran poder en estos tiempos. Muchos van a sufrir cosas terribles porque no van a querer aceptar el señorío del Reino de Dios, otros lo aceptarán y serán prosperados, bendecidos, levantados, exaltados. Yo te insto ahora mismo a caminar tu vida con la bandera del Reino de Dios, la bandera de Jesucristo en tu brazo, en tu mano. Entra esa bandera en la escuela, entra esa bandera en la fábrica donde trabajas, entra esa bandera en el taxi que manejas, entra esa bandera en la oficina de banco, entra esa bandera en la universidad, entra esa bandera en la escuela superior, entra esa bandera en la cocina de tu casa, ponla a puerta de tu apartamento, la bandera de Cristo, cuando el diablo quiera entrar a hacerte daño y estrago en tu vida, que vea esa sangre pintada en el dintel de tu puerta y diga, ahí no puedo entrar.

Cuando el ángel de la destrucción quiera hacer sus daños que sepa que tiene que contender con el poder de Jesucristo. Recíbelo ahora. Invita al Dios todopoderoso a entrar a tu vida en la forma de Jesús. Te bendigo. Recibe a Cristo. Dile, Señor, entra a mi corazón, toma control de mi vida, voy a vivir en tu nombre, voy a vivir en tu poder, tu perdona mis pecados, tu salvas mi vida, tu me das vida eterna y me das bendición y prosperidad aquí en la tierra. Señor Jesús te recibo como mi salvador. Deja.

Gracias Señor, gracias Padre, te adoramos, te bendecimos. Bendigo tu vida en el nombre del Señor. Vive en el poder del Espíritu Santo. Te bendigo en el nombre del Señor. La gracia del Señor está contigo. Amén. Dios les bendiga mis hermanos.

Vamos a ponernos de pie, vamos a vivir esa vida poderosa que Dios nos llama a vivir. Vamos a vivir como el pueblo hebreo listo para su liberación, comiendo nuestro pan de pie, preparado para cuando Dios nos diga, salgan y hagan lo que tienen que hacer, listos para obedecer el llamado del Señor. Te bendigo en el en el nombre de Jesús. Amén.

Serás llamado reparador de portillos

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Isaías 58:12 establece el fundamento para nuestra meditación. Y dice: “…Y los tuyos – es decir, nuestra familia, nuestros seres queridos, nuestros descendientes, los que están cercanos a nosotros – y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar…”

Y ahí está la clave de nuestro texto “y serás llamado reparador de portillos.” Yo quiero hablar precisamente de esa idea de ser reparadores de portillos. Y quiero decirles que siento del Señor que este es un sermón más bien como profético, un sermón que en realidad lo debiera haber dejado para predicarlo el 31, porque creo que es una buena visión para nuestra iglesia. Pero tengo otras cosas también que quiero compartir el 31 en la noche, con una palabra de visión para nuestra iglesia. Así que es otra razón por la cual me encantaría que viniera para que no se pierda esta encomienda, este reto del Señor para nosotros en este año venidero.

Pero yo creo que estos dos sermones podrían ser parte uno del otro, de un conjunto que juntos constituyen una visión para tu vida y también para nuestra congregación. Esta mañana en las horas tempranas de la madrugada me vino a la mente esa idea, esa imagen, ese mensaje que no lo tenía en realidad en mente en absoluto, “reparadores de portillos.” Y sentí claramente del Señor que ese era el tema que él tenía para nosotros en esta mañana, que nosotros seamos reparadores de portillos.

Es el llamado de Dios tanto colectivamente para nosotros como congregación León de Judá, como para cada uno de nosotros, para ti, para mí, para tu familia, individualmente en este nuevo año, y en realidad para toda nuestra vida, pero que este año lo veamos así como esa palabra, ese llamado de Dios que nos viene a nuestros corazones de ser reparadores de portillos.

Si usted mira este capítulo 58, que de hecho es un capítulo muy conocido en la escritura, usted lee los versículos anteriores y se da cuenta que Dios le está hablando en una forma severa, en una forma como de corrección a un pueblo, al pueblo de Israel, que se había enterrado y sumido en un ritualismo religioso vacío. Se habían conformado con una rutina religiosa, una formalidad religiosa que no reflejaba un verdadero sentimiento emocional, espiritual, un verdadero compromiso con el Señor.

Le habían dado a Dios simplemente ritos vacíos para no darle a Dios su corazón y lo que Dios verdaderamente quería. Se habían olvidado de lo que constituye una verdadera espiritualidad que agrada al Señor. Y como consecuencia de su dejadez y de su indiferencia para con Dios, de haberse sumido en una religiosidad vacía, habían cosechado las malas consecuencias de su proceder.

Pero miren un poquito cómo Dios describe la actitud de esta gente al comienzo del capítulo 58 en el versículo 2 dice:

“… ustedes me buscan cada día y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia – ahí está el tema de todo ese capítulo, la justicia para con los hombres, para con los demás, la justicia social, pero más que justicia social – como si fueran gente que hubiese hecho justicia y que no hubiese dejado la ley de su Dios. – Me piden justos juicios y quieren acercarse a Dios – “¿Por qué, dicen, ayunamos y no hiciste caso, humillamos nuestras almas y no te diste por entendido? Y Dios le responde, “He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto – el egoísmo, el auto centrismo – y oprimís a todo vuestros trabajadores.”

Ellos creían que simplemente bueno con ayunar, sabe que el pueblo hebreo declaraba días de ayuno y ese día afligían su alma, y dejaban de comer durante el día, y creían que si nosotros hacemos eso al nivel externo, no tenemos que preocuparnos por el hecho de que cuando regresamos a nuestros hogares oprimimos a nuestros siervos, tratamos mal a la gente, no pagamos nuestra deuda, porque ya ayunamos, ya fuimos a la iglesia.

¿Cuántas personas viven en ese tipo de espiritualidad? Creemos que con ir a la iglesia, ponchar la tarjeta de evangélico, podemos ya irnos a nuestra casa y vivir como nos da la gana y Dios siempre ha dicho, “No, no puede ser así,” tu vida, tu vivencia, la manera en que tu tratas a los demás tienen que reflejar también lo que tu hace al nivel religioso, a nivel ritual, al nivel formal. Las dos cosas tienen que estar unidas. No es que Dios no quiera que vayamos a la iglesia, no es que Dios no quiera que participemos en ir al templo y adorarlo y servirlo y tener una vida congregacional, al contrario, la Biblia dice bien claramente que no dejemos de congregarnos como alguna gente por ahí tiene por costumbre, sino que debemos estar en la casa del Señor. Pero lo que Dios está diciendo es que además de eso tenemos que unificar nuestra vivencia, la manera en que tratamos a los demás.

Pienso por ejemplo, en nuestra propia nación de Estados Unidos, en el siglo XVIII, XIX, cuando tanta gente iba a la iglesia aquí sobre todo en el sur de Estados Unidos, y servían a Dios, todo el mundo iba a la iglesia en esos tiempos, pero después regresaban a sus casas a oprimir a sus esclavos, a azotarlos, a violarlos, a denigrarlos, a robarles su humanidad, y pensaban que no había ninguna división entre ese comportamiento horrible y cruel y deshumanizante de su prójimo y el hecho de que iban a la iglesia y alababan al Señor y hacían todo lo que una persona supuestamente piadosa hacía. y por eso esta nación sufrió las terribles consecuencias que fue la guerra civil donde murieron cientos y cientos de miles de norteamericanos y la nación se dividió entre el norte y el sur.

Porque es que Dios aborrece una religión vacía. Y no es que Dios no ama la religión, Dios quiere que lo adoremos, Dios quiere que lo busquemos pero él quiere que haya una unidad en la forma en que tratamos a los demás, nuestra postura, nuestra generosidad y bondad para con los demás y ese Dios al cual amamos.

Y entonces él le dice en el versículo 4: “…He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente, no ayunéis como hoy para que vuestra voz sea oída en lo alto…”

En otras palabras, recordemos siempre, hermanos, que cuando venimos a la casa del Señor se supone que vengamos para ser enriquecidos espiritualmente para que nuestro ser interno sea trabajado de manera que nuestro comportamiento para con los demás en nuestros hogares, en nuestro matrimonio, con nuestros hijos, nuestros amigos, en nuestro trabajo, reflejen esa espiritualidad alta que nosotros confesamos cada día.

Dios siempre está llamando a su pueblo a lo que es una espiritualidad verdaderamente profunda y total, unificada, donde no hay separación entre lo que tu eres y lo que tu haces cuando estás en la iglesia.

Tenemos las palabras que usaron nuestras hermanas, las mujeres, en su retiro de este otoño pasado. En Miqueas, capítulo 6, versículo 6 al 8. Dios está haciendo una pregunta como retórica, como si uno se hiciera esa pregunta:

“…¿Con qué me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?”

En otras palabras, uno se pregunta, bueno, ¿Cómo puedo yo agradar al Señor, haciendo sacrificios, dándole dinero, caminando hasta la iglesia de rodillas y subiendo las escaleras del frente de rodillas, desangrándome o haciendo un gran sacrificio?” El segundo versículo dice:

“…Se agradará a Dios – otra pregunta retórica, es decir, una pregunta que uno sabe la respuesta – ¿Se agradará a Dios de millares de carneros – como los hebreos usaban estos animales para sacrificarlos en honor a Jehová – o de 10 mil arroyos de aceite, – no barriles, sino arroyos de aceite – daré mi primogénito por mi rebelión, – en otras palabras, había tribus paganas que sacrificaban a sus hijos a dioses falsos en sacrificio, – tendré que darle yo a mi hijo primogénito, lo más valioso de mi familia, por mis pecados, o el fruto de mis entrañas o cualquier otro hijo por el pecado de mi alma? – Y aquí está la contestación del Señor a esas preguntas de sacrificio extremo. – Oh, hombre, – en otras palabras, oh cristiano, caramba dice él – él te ha declarado lo que es bueno, tu sabes cuál es la verdadera adoración al Señor, lo que verdaderamente agrada al Señor y qué pide Dios de ti, solamente hacer justicia y amar misericordia y humillarte ante tu Dios…”

En otras palabras, lo que Dios está diciendo es que Dios no espera grandes y terribles sacrificios de nosotros necesariamente, sino que lo que Dios quiere es un corazón que se humille delante de él, un corazón que lo ame, un corazón que quiera agradarlo, un corazón que sea sincero para con Dios y que haga justicia con los demás y ame la misericordia.

Ahora, fíjese algo que la Biblia no nos está llamando aquí necesariamente a una religión de obras, donde si tu haces lo bueno, eres salvo, porque sabemos que la salvación es por medio de Cristo Jesús, haber recibido a Cristo como Señor y salvador. No se trata de una cosa o la otra, no se trata de o ir a la iglesia y servir al Señor y darle a Dios o simplemente tener un buen corazón. No, lo que la Biblia dice es las dos cosas son importantes. Si tu te limitas solamente a hacer el bien y a hacer buenas obras y a darle a Dios y sacrificarte por él, pero no le das tu corazón, si tu no tratas a tu prójimo de una manera adecuada, entonces de nada te vale. Pero lo mejor es que hagas las dos cosas.

Cristo dijo una vez, es importante que hagan aquello sin dejar de hacer lo otro también. Entonces, son las dos cosas. Como ustedes ven en ese versículo de Miqueas, Dios en realidad es un Dios sencillo y en última instancia, hermanos, todo el aparato de la religión, todo el ritual, todas las leyes, todas las cosas que nosotros disponemos cada día cuando venimos a la iglesia, se puede resumir en las palabras de Jesucristo cuando le preguntó a un fariseo, “¿Cuál es el mayor de los mandamientos?” Dijo, “Bueno, amarás a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo.” Y el Señor le dijo, “Bien has respondido.

Esto tiene las dos cosas, amar a Dios de todo corazón y amar a su prójimo como a sí mismo, y el Señor dijo, en eso se resume toda la ley y los profetas, porque Dios es un Dios que lo que está buscando es el corazón, las cosas sencillas, la persona que se ha entregado a él y que ama y que sirve a los demás, porque es un corazón del cual él se puede agradar.

En este año que se aproxima, hermanos, Dios nos está llamando precisamente a eso. Primero, tratar con nosotros mismos, primero examinarnos a nosotros mismos. Dios nos está llamando como individuos, como congregación, a mí mismo como pastor principal de esta congregación, Dios nos está llamando que purificarnos, a santificarnos para lo que él quiere hacer a través de nosotros, a limar nuestras asperezas y amarlo a él de todo corazón y amar a nuestro prójimo de todo corazón.

Lo primero que yo les llamo a ustedes y a mí mismo en este año es hacer un propósito redoblado de ser mejores este año de lo que fuimos el año pasado. Amén. Yo sé que si tu buscas dentro de ti mismo y examinas tu corazón, tus relaciones humanas, tu vida familiar, hay muchas cosas que tu podrías poner en una listita, es decir, de cosas que puedes mejorar, ¿o yo soy el único? Yo creo que todos tenemos áreas que podemos trabajar, ¿verdad?

Y yo creo que podemos inclusive presentarle al Señor, tres o cuatro cosas en las cuales nos vamos a concentrar este año para ser mejores. No voy a patear el perro tanto como lo hice el año pasado, por ejemplo, lo voy a tratar mejor este año. Mi boca va a hablar cosas edificantes, voy a tratar mejor a mi esposa o mi esposo, no le voy a gritar tanto a mis hijos, voy a ser más generoso, voy a chismear menos, voy a leer la Biblia más, voy a ser más comprometido con mi iglesia financieramente, hay muchas cosas buenas…

Dios nos está llamando a prepararnos, a preparar la vasija, a preparar el instrumento, a preparar el canal a través del cual va a correr su bendición para esta comunidad y para este mundo en este año. Tenemos que comenzar con nosotros mismos.

¿Cómo está mi espiritualidad delante de Dios? ¿es mi espiritualidad simplemente algo superficial, llano, de obras, de acciones externas o estoy yo dejando que Dios me forme, que Dios me trate, que Dios me quebrante, que Dios me purifique, me santifique, me limpie, me sane, me haga un hombre, una mujer, digna de su nombre? Eso es lo primero que tenemos que hacer en este tiempo.

Este es un año para acercarnos más a Dios, para tratar de ser más como Cristo y hacer que la palabra de Dios encarne con más vigor dentro de nosotros. Tratemos de mejorar nuestros matrimonios, de restaurar nuestra relación con nuestros hijos, de ser una bendición para nuestros compañeros de trabajo, para nuestros jefes, y para toda la gente alrededor de nosotros, tratemos de ser más como Cristo Jesús. Y eso nos preparará para cumplir la misión que Dios quiere de nosotros. Y ¿sabe qué? Que también nos capacitará para ser más felices. En la medida en que nosotros seamos de bendición a los demás y nuestro corazón agrade al Señor, y nuestra gentileza bendiga a los demás, en esa misma medida nosotros también vamos a ser más felices y el poder de Dios se manifestará más a nuestro favor.

Porque Dios quiere que seamos reparadores de portillos, que nos santifiquemos, que nos purifiquemos, porque en realidad yo quiero hablar de esas dos cosas. Primero, que nos preparemos a nosotros mismos, que preparemos la vasija, que no seamos cristianos superficiales, que le entreguemos al Señor todo para que entonces él pueda hacer de nosotros lo que verdaderamente Dios quiere hacer.

Porque eso es lo que veo aquí en el mismo capítulo 58, en el versículo 6 él habla acerca de cuál es la verdadera religión que él está buscando, cuál es el verdadero ayuno. El ayuno es simplemente un símbolo de cualquier tipo de religiosidad. En el versículo 6 dice:

“…¿No es más bien el ayuno que yo escogí desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar libres a los quebrantados y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento y que a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y no te escondas de tu hermano?”

Dios está diciendo, ¿tu no ves que esas son las cosas que yo estoy pidiendo? Que tu vida sea de bendición a los demás, que tu corazón sea un corazón noble y generoso. Y mire lo que dice el versículo 8:

“…Entonces, – digan todos entonces – nacerá tu luz como el alba y tu salvación se dejará ver pronto e irá tu justicia delante de ti y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás y te oirá Jehová, clamarás y dirá él, “Heme aquí,” si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador y el hablar vanidad y si dieres tu pan al hambriento y saciares tu alma afligida, entonces en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como el mediodía…”

Usted ve hermano, que hay una correlación muy estrecha entre la forma en que nosotros tratamos a los demás, esa conducta, esa actitud de generosidad, de amor para con los demás, de ser de bendición a los que están alrededor de nosotros, de constituirnos en canales a través de los cuales corra libremente la gracia de Dios al mundo. Y esa debe ser la agenda de todo creyente, Señor, cada día yo quiero ser más y más como Cristo, cada día yo quiero limar un poquito, con la ayuda del Espíritu Santo, las asperezas que están en mí para que yo pueda ser verdaderamente una fuente de bendición.

Pero lo interesante es que en la medida en que nosotros nos constituimos más y más como canales de las bendiciones de Dios, nuestra propia luz resplandece. Dios escucha nuestras oraciones. Dios bendice nuestras vidas. Dios nos concede los anhelos de su corazón. Dios bendice nuestros hogares, nuestra salud, nuestras emociones porque estamos siendo canales. Cuando tu sirves para bendecir a otros entonces Dios te bendice a ti también. El problema de muchos seres humanos y de muchos cristianos es que estamos tan preocupados por nuestro propio bien que entonces Dios no puede bendecirnos.

Yo he aprendido que si yo me olvido de mí mismo y sirvo para bendecir a los demás, Dios me bendice más a mí también. Olvídate de ti mismo un poco y sirve a los demás y dale a los demás y dale a Dios y tu vas a ver cómo Dios te bendice a ti también.

¿Qué es un portillo? A veces pensamos que un portillo es una puerta, una puerta pequeñita. ¿Sabe lo que es un portillo? Y quizás ahí hay una imagen de un muro con una grieta en el medio. Un portillo es un hoyo en un muro, es como una grieta. Es como si alguien coge un martillo en un muro y le rompe un hoyo en el medio, eso es un portillo. O puede ser una grieta grande en un muro. Es como los hoyos que se le hacen a una piñata cuando se le da con un palo, esos son portillos.

Entonces, Dios nos dice que él quiere que nosotros seamos reparadores de portillos. Leo de nuevo el versículo 12:

“… y los tuyos repararán las ruinas antiguas, los cimientos de generación en generación levantarás y serás llamado reparador de portillos…”

En otras palabras, esa será tu identidad central. Cuando tu haces ciertas cosas en tu vida y tu te purificas a ti mismo, te limpias a ti mismo, te haces más y más como Cristo Jesús, Dios te bendice que ti grandemente y entonces eres conocido como una fuente de restauración, sanidad y bendición para todos los que están alrededor tuyo. Qué lindo.

Yo siempre pensaba, hermanos, que eso constituyo el llamamiento central de la congregación León de Judá desde sus inicios mismos aquí en la ciudad de Boston y antes en Cambridge, esa no era necesariamente nuestra identidad esencial. Dios nos puso en Cambridge como para prepararnos, fortalecernos, pero cuando llegamos aquí a Boston misioneramente, que cambiamos de residencia, y vinimos a esta área destruida de la ciudad de Boston hace 20 años casi, Dios creo que nos trajo aquí a Boston para ser reparadores de portillos, para ser una congregación, una iglesia, una comunidad que ayudara a la sanidad de la ciudad donde Dios nos ha puesto.

Y yo me gozo cuando veo, no solamente por nuestra exclusiva influencia, pero cómo Dios ha bendecido a esta comunidad y cómo pasó de ser un lugar de crimen terrible y de solares vacíos y de ruinas, a ser una de las áreas más cotizadas de toda la ciudad de Boston. Qué lindo es crecer con una ciudad. Nosotros vinimos aquí y nos plantamos acá y se podría decir que este vecindario alrededor nuestro ha florecido en tantas maneras y yo creo que un poquito tiene que ver con nuestras oraciones, un poquito tiene que ver con la influencia.

Y así lo entienden muchos de los legisladores de la ciudad de Boston y mucha de la gente de esta área, porque León de Judá ha sido de bendición. Y por eso yo creo que Dios cuando nosotros llegamos aquí nos puso a reparar edificios proféticamente y habilitarlos para el Reino de Dios.

Yo siempre he visto… los dos primeros edificios que nosotros ocupamos, que están al otro lado de esas puertas, fueron edificios arruinados que nosotros tomamos, los destruimos por dentro, los ahuecamos, le arrancamos todas las entrañas y lo hicimos de nuevo. Y yo le he cobrado a través de los años un gran amor a los edificios como esos porque ahí está un poquito de mi sangre, yo creo, metida en esos edificios y de muchos de nosotros que trabajamos como voluntarios para esos edificios, para repararlos, y el dinero que ustedes dieron sacrificialmente, y todo el esfuerzo que le costó a nuestra iglesia con sus escasos recursos que teníamos, sobre todo en aquel tiempo.

Venir y reparar dos edificios que habían estado arruinados completamente. El de la esquina, era una farmacia abajo y apartamentos arriba, que había estado arruinado por muchos años, no tenía ventanas, todo el agua se le había metido, se había corroído todo, nosotros tuvimos que reparar hasta ladrillos y enderezar vigas y pisos y una cantidad de cosas, porque había sufrido mucho daño porque toda el agua había estado corriendo durante mucho tiempo. Y el primer edificio de la 68 de Northhampton, donde está el santuario original, también era un edificio bastante en malas condiciones y ustedes saben todo el trabajo que nos costó repararlo.

Es interesante también, como una nota adicional, que entonces yo creo mucho lo que dice la palabra, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré. Después de esos dos edificios Dios nos dio un edificio nuevo, flamante como este que está aquí. Este lo hicimos desde cero, completamente desde cero. Pero era como Dios decía, bueno, yo quiero ver lo que tu haces con esos dos edificios primero, yo quiero ver lo que ustedes van a hacer, si son fieles en tomar edificios destruidos y tener la visión para renovarlos y entonces yo los pondré en algo flamante, de paquete, nuevo.

Porque es que cuando nosotros le creemos a Dios y nos ponemos a trabajar Dios bendice, y Dios te pone en abundancia entonces. Pero yo siempre he creído que ese acto de renovar cosas destruidas y restaurarlas para el uso del Reino de Dios y el avance del Reino de Dios es una imagen profética para congregación León de Judá. Eso puede ser un portillo definitivamente. Y así, de hecho, había muros en esos edificios que tuvimos que rellenarlos, el hermano Roberto Naranjo hizo mucho trabajo de rellenar huecos como esos.

Pero yo creo que nos había llamado desde el principio y yo no lo sabía completamente cuando llegamos aquí, a ser precisamente una congregación que reparara muros arruinados. En Isaías, capítulo 61, versículo 4 está lo que yo llamaría el lema de congregación León de Judá, dice:

“… Reedificarán las ruinas antiguas y levantarán los asolamientos primeros y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones…”

Gloria al Señor. Yo creo que eso amerita leerlo todos de nuevo. Léanlo todos conmigo. “… Reedificarán las ruinas antiguas y levantarán los asolamientos primeros y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones…”

Yo creo que ese es el llamado de Dios, esa es la visión para nuestra congregación, ha sido así muchos años y tiene que ser más que nunca renovadamente la visión para nuestra iglesia en los años venideros. Tenemos que ser una congregación refugio. Dios ha puesto en mi espíritu esa palabra, refugio. Tenemos que ser un refugio para las almas desamparadas ahí afuera. Tenemos que ser un refugio para que la gente alcoholizada, tenemos que ser un refugio para la gente neurótica que está sola, comiéndose un cable allá afuera, tenemos que ser refugio para los ancianos que sus hijos están viviendo en otras ciudades y están solitos ahí mirando por una ventana todo el día. Tenemos que ser refugio para los drogadictos, tenemos que ser refugio para los vecindarios llenos de crimen de la ciudad de Boston, tenemos que ser refugio para las madres solteras, tenemos que ser refugio para los jovencitos llenos de violencia y que no tiene sentido para la vida y creen que su comunidad debe ser una ganga que le hace daño a los demás, pero por lo menos tienen el calor de cierta compañía humana.

Tenemos que mostrarles una alternativa diferente. Tenemos que ofrecerle a esta comunidad a Cristo Jesús como reparador de vidas y de almas. Dios quiere que esta congregación sea una congregación refugio, un lugar para la restauración de portillos humanos, de portillos sociales, de portillos comunitarios, de huecos en los muros de esta ciudad, que vengamos y los reparemos con nuestra vivencia diaria, con nuestra obra generosa, congregacional. Tenemos que ser una congregación de buenas obras, de buen testimonio ante los incrédulos, que la gente vea nuestra buenas obras y digan, guau, ahí hay gente misericordiosa y gente bondadosa.

Tenemos que ser generosos para con Dios y para con los hombres. Yo les hablaba hace una cuantas semanas acerca de la importancia de que si nosotros íbamos a contribuir al avance del Reino de Dios en esta ciudad y en esta nación, tenemos que ser una congregación generosa porque esto no lo puedo hacer yo solo y tampoco lo podemos hacer con oraciones piadosas solamente, tenemos que aportar de nuestro dinero. Yo necesito una congregación que respalde la visión que Dios me ha dado, no la mía, sino la visión de Dios para nosotros. Y yo te animo en este año a ser despegado con tu tiempo, con tus talentos, con tus energías físicas y con tu dinero también para que esta iglesia pueda ser la reparadora de portillos que Dios quiere que sea.

Cuando nosotros cambiamos nuestro corazón, nuestra mente, nuestras actitudes, cuando nos despegamos, cuando amamos a Dios por sobre todas las cosas y amamos a nuestro prójimo, entonces Dios nos puede usar para llevar a cabo su obra de reparación en esta ciudad, para poder ser esa congregación verdaderamente reparadora de portillos.

Nuestra gentileza, hermanos, debe ser conocida por todos los hombres y las mujeres de la comunidad de Boston. El Señor Jesucristo dice así en su palabra, en Filipenses, dice que vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. Nuestro deseo es cada día más y más esta comunidad de León de Judá sea conocida en la ciudad y en Nueva Inglaterra como una congregación gentil, una congregación generosa, una congregación de buen testimonio y de buenas obras.

Esta mañana yo pensaba en la gente deambulante de la ciudad de Boston, los llamados homeless en esta ciudad, y esa comunidad deambulante es uno de los grandes retos para congregación León de Judá. Dios los ha estado trayendo a nuestra iglesia. Ahora mismo mientras nosotros celebramos el servicio aquí, hay un servicio en inglés que se está dando en el santuario original, del otro lado de esa puerta, y esta mañana cuando yo venía a estacionar mi carro, cuando lo entraba aquí, había 3 hermanos de esa comunidad, una norteamericana, un anglo parlante y un hispano, venían los 3 juntos y estaban allí. Y cuando yo los vi mi corazón se alegró de verlos, porque yo sabía que venían a escuchar la palabra de Dios.

Y cuando entré por las puertas principales había una hermana afroamericana sentada, tomándose un café, también de la comunidad homeless. Y yo me alegré de que ese espacio fuera un lugar donde ella pudiera tranquilita, antes de entrar a adorar al Señor, quizás ese iba a ser uno de los momentos más tranquilos, porque cuando duermen en los shelters de la ciuad eso es terrible. Tienen que dormir prácticamente con sus pertenencias agarradas porque se las pueden robar en medio de la noche, y hay ruido y hay abuso y hay malas palabras. Yo dije, guau, qué lindo.

Yo pude tener dos reacciones cuando la vi a ella sentada allí, una era la reacción del fariseo, ¿por qué usted está tomando café a la entrada de la iglesia? eso molesta a la gente. Pero no, al contrario, mi corazón se llenó de ternura, qué bueno que esta alma se siente capacitada para esta allí.

Así mismo me pasó los otros días también en el lobby, donde está el elevador en la entrada a este edificio, había dos personas allí con una donuts en la mano, encima de las rodillas, tomando café. Y de nuevo, mi reacción pudiera ser ¿por qué está esta gente aquí ensuciando el piso, tomando el café? No, para mí son almas tiernas que tenemos que cuidárselas al Señor, son seres frágiles que Dios nos los encomienda para ver si se los vamos a cuidar bien. Y entonces él dice, después que yo veo cómo tu me los tratas yo te mandaré más.

¿Tu quieres ser un reparador de portillos? Vamos a ver qué tu haces con esos portillos humildes. Y yo quiero que nosotros hagamos un pacto, es una comunidad muy retadora, a veces pueden ser traviesos también y crear sus problemas pero tenemos que amarlos porque yo creo que si León de Judá puede ayudar a restaurar esas vidas, podemos hacer cualquier cosa porque esos son escombros humanos muchas veces.

Y a eso Dios nos ha puesto. Cuando yo paso por ahí, por la Albany Street, [inaudible], o Massachusetts Avenue, veo docenas y docenas de esas personas que están en un tiempo difícil de sus vidas. Yo digo, Padre, tráelos a la iglesia, tráelos a nuestra iglesia, que León de Judá pueda ayudar a bendecirlos y sanarlos. Yo le pido al Señor que nos dé la sabiduría, el poder, la unción, la misericordia, el amor para bendecir esas vidas. Que se llene la iglesia de ellos y que nosotros podamos darle el alimento que ellos necesitan para poner sus vidas otra vez de pie. Porque la ciudad no lo puede hacer, las autoridades humanas seculares no… lo único que pueden hacer es darle mantenimiento, darle comida y una cama para que sobrevivan, pero restaurar sus almas, sus espíritus, sus mentes, eso solamente lo puede hacer Jesucristo, el Espíritu Santo trabajando en sus vidas y la unción de Dios en nosotros.

Un corazón generoso, un corazón bondadoso, un corazón que ejemplifique la gracia de Dios. Por eso tenemos que decir, Señor, dondequiera que hay necesidad, sea un niño, un jovencito que viene al shriners para curarse de alguna quemadura, sea con la gente deambulante, sea con familias que necesitan ayuda en alguna manera, sea estos jóvenes que van a edificar esas casa en Tijuana, sea las mil maneras en que esta congregación sirve al Señor a través del año ayudando a jovencitos a estudiar, a ir a la universidad a través de HIRC, inmigrantes que están necesitando diferentes tipos de asistencia aquí en la ciudad. Que Dios nos haga una congregación reparadora de portillos, reparadora de almas.

Que Dios nos ayude como iglesia también a este año ofrecerle a esta ciudad una alternativa que es Cristo Jesús, que las madres confundidas que no saben qué hacer con sus hijos adolescentes, que las personas quebrantadas y solitarias, que las personas que se van a ir al infierno si no reciben el anuncio del Evangelio, puedan venir acá y restaurarse, que encuentren una congregación capacitada para restaurar portillos en esta ciudad de Boston.

La última palabra que comparto con ustedes se encuentra en Ezequiel, capítulo 36, versículos 33 al 36, les dejo con esta visión del Señor para nosotros, que es una versión un poquito diferente de la misma idea que acabo de anunciar. Dice:

“…Así ha dicho Jehová, el Señor, el día que os limpie de todas vuestras iniquidades haré también que sean habitadas las ciudades y las ruinas serán reedificadas…”

Usted ve lo interesante que eso, esa equivalencia que yo digo, porque este mensaje está en dos partes. La primera parte somos nosotros que tenemos que comenzar con nosotros mismos, pidiéndole al Señor que nos limpie a nosotros primero, que trabaje nuestro corazón, que lime nuestras asperezas, que sane nuestras heridas personales, nuestras deformaciones de carácter. Dice:

“… el día que os limpie de todas vuestras iniquidades haré también que sean habitadas las ciudades y las ruinas serán reedificadas…”

Yo les digo, hermanos, el día que nosotros comencemos a purificarnos más y más, el día que nosotros nos dejemos trabajar más y más, que nuestras prioridades estén en el lugar correcto como congregación, ese día Dios va a hacer un milagro grande en esta región. El día que León de Judá se entregue más y más al Señor y se comprometa más y más con Dios, ese día vamos a ver la gloria de Dios manifestarse sobre esta ciudad.

Y según Dios vaya trabajando en nosotros, porque yo creo que lo que pasa, hermanos, es que cuando la iglesia de Jesucristo deja de cortar la hierba, la hierba crece y vienen las alimañas, viene la maldad. El problema con esta ciudad y con estas regiones de Nueva Inglaterra no es en realidad la gente, no es en realidad el mal, es que la iglesia de Jesucristo no ha hecho su trabajo, es que el pueblo de Dios ha bajado la guardia y ha dejado de ser el pueblo de Dios. Pero cuando un pueblo decide vivir conforme a la palabra del Señor y decide vivir como misioneros, como reyes y sacerdotes en una ciudad, en una región, el poder del Reino de Dios acude a ese pueblo y lo bendice y lo constituye en una fuente de restauración y de bendición y de vida.

Entonces lo primero que tenemos que hacer es eso, que Dios nos limpie a nosotros y entonces él hará que sean habitadas las ciudades y las ruinas serán reedificadas. “…Y la tierra azolada será labrada en lugar de haber permanecido azolada a los ojos de todos los que pasaron…”

Usted sabe que esta región de Nueva Inglaterra hace muchos años atrás, siglos, fue la cuna del Evangelio. Fue aquí en Massachusetts donde nació el Evangelio para esta nación, donde vinieron los puritanos en el año 1620 a establecer una colonia. Vinieron de Europa, de Inglaterra y de Holanda a lo que era simplemente América, ni siquiera se llamaba América en ese tiempo, para establecer una comunidad que pudiera vivir conforme a los valores del Reino de Dios. Ellos vinieron aquí buscando libertad espiritual para vivir la vida que ellos sabían que tenían que vivir como hijos de Dios. En Inglaterra no les permitían vivir su fe como ellos creían que debían vivirla. Entonces vinieron acá, lo dejaron todo, sacrificaron todo para venir a esta nación a establecer una comunidad que fuera una vitrina al Reino de Dios.

Eso fue lo que animó a esos primeros inmigrantes ingleses que vinieron aquí a esta nación. Durante siglos esa visión de ellos animó y alimentó y fundamentó esta nación hasta que se convirtió en la nación más poderosa de la tierra, una nación respetada, una nación que nunca fue perfecta pero que amaba a Dios y temía a Dios en su mayoría. Cometían muchos errores, pero la ley de la tierra era el temor de Dios y el temor de la palabra de Dios y había respeto a las cosas del Señor y el gobierno reflejaba en muchos sentidos el temor a Dios.

Pero la iglesia de esta nación bajó la guardia, se dejó hipnotizar por las doctrinas de error que venían de Europa acerca del cristianismo y perdió su poder y perdió su unción. Y esta área que era un jardín espiritual hoy en día es un desierto espiritual, donde reina el intelectualismo, el racionalismo, el secularismo, donde las iglesias son mínimas, donde la herejía se predica desde una cantidad muy grande, por lo menos, de los púlpitos de esta región de Nueva Inglaterra, desde Maine hasta Connecticut es un desierto espiritual. Pero ¿sabe qué? No tiene que ser así para siempre, hermanos, yo creo que Dios todavía puede restaurar esta región y nosotros podemos ser parte de ese esfuerzo restaurador.

Nosotros podemos tomar los portillos de la espiritualidad de Nueva Inglaterra y esta comunidad de inmigrantes puede ser un recurso para el Reino de Dios y podemos bendecir a los gringos de Maine y a los afroamericanos de Boston y a los asiáticos de China Town, y ser de bendición para nuestra propia comunidad latina. Amén.

Podemos ser reparadores de portillos y entonces al nosotros bendecirnos y cambiar nosotros y constituirnos en verdaderos canales del poder de Dios, dice el versículo 35: “… y dirán, esta tierra que era azolada – en otras palabras, esta tierra de Nueva Inglaterra, esta ciudad de Boston que era un desierto espiritual – habrá venido a ser como huerto de Edén. Y estas ciudades que eran desiertas y azoladas y arruinadas estarán fortificadas y habitadas.”

Qué visión más linda para nosotros ser parte de ella. “…Y las naciones que queden en vuestro alrededor sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado y planté lo que estaba desolado, yo, Jehová, he hablado y lo haré…” gloria al nombre del Señor. Amén.

Dios está comprometido, hermanos, no me queda la menor duda de que los mejores años de esta congregación están por delante de ella. Dios la va a usar en maneras extraordinarias pero se requiere un pueblo que sea cada uno de nosotros una columna de esa maquinaria poderosa que estará avanzando como el Reino de Dios para bendecir esta región.

¿Dónde están tus prioridades? ¿Dónde están tus valores? ¿Para qué tu vives? ¿Quién eres? ¿Eres tu una persona simplemente que vive para que tu cuenta de banco crezca y para tener un retiro miserable cuando llegues a los 65? ¿O quieres tu que tu vida haga diferencia? Quieres ser tu un reparador de portillos. Cuando tu te vayas, que haya dos o tres vidas que reflejen tu vida generosa aquí en la tierra.

Yo prefiero una visión así mil veces a la visión de estar amontonando moneditas simplemente para morirme después y no dejar ninguna diferencia en el mundo. Yo quiero que esta congregación haga una diferencia en la ciudad de Boston, que seamos conocidos como una congregación reparadora de portillos y que tu vida también refleje ese valor y que la gente te conozca a ti como un reparador de portillos. Dondequiera que tu estés tu traes la luz del Reino de Dios contigo. Amén. Y que tu seas reconocido como un recurso para el Reino de Dios. Ese es nuestro llamado en esta mañana, reparadores de portillos como iglesia y como individuos. Que el Señor te bendiga.

Vamos a bajar nuestras cabezas o ponernos de pie un momento. O mejor levante su cabeza, Padre, danos sabiduría, danos unción, danos entendimiento, danos poder, danos autoridad, derrama tu espíritu sobre nosotros, Señor, sobre esta congregación, derrama el poder de tu espíritu, Padre. Que este año sea un año de evangelismo, que este año sea un año de conquista, Padre, que este año sea un año de restauración como nunca, que este año sea un año para nosotros ser sal de la tierra y luz del mundo, Padre.

Que este año Congregación León de Judá brille en la ciudad de Boston, no para nuestra gloria sino para gloria exclusiva del Dios al cual servimos y de su Hijo Jesucristo. No a nosotros, Señor, sino a ti sea la gloria. Queremos vivir para ti, queremos ser recursos en tus manos, Señor, purifícanos, límpianos, prepáranos, ahueca todo lo que tenga que ser arrancado de nuestros corazones, Padre, todo lo que sea carnal, humano, terrenal, egoísta y anos un corazón noble y generoso para bendecir esta ciudad, bendecir nuestra comunidad, bendecir a los que están alrededor de nosotros, Señor.

Y que la gloria tuya se manifieste en este lugar. Te adoramos y te bendecimos, Padre. Te damos gracias Señor Jesús. Antes de terminar siento del Señor hacer una pequeña… hay una pareja, el hermano Fernando, ven acá rápidamente, yo sé… dile que yo te di permiso para que abandones la cámara un segundo, pero ven por acá un momentito. Tu has dicho que vas a ayudar a una pareja, que estás levantando fondos para su hijita que necesita una ayuda. Quiero animarlos si alguien quiere dejar una ofrenda esta mañana, los hujieres si pueden poner allá un par de cestos en una mesita para que si alguien quiere dejar algo, una pequeña ofrenda para favor de ellos.

Dime rápidamente. Tengo un par de amigos chilenos, de mi patria, ellos están en una necesidad en este momento que una de sus niñas está con un problema de un trasplante de pulmón y por efectos de seguros no se ha podido realizar. So, hay necesidad de conseguir una equis cantidad de dinero para poder realizar esta operación. Esta niña está en este momento en un hospital respirando con ayuda de máquinas. So, luego se los puedo presentar, vamos a pararnos un rato ahí atrás y puede el que siente en su corazón, cooperarnos. Amén.

Una manera de ser reparadores de portillos es una forma que Dios nos da. Hay dos cosas que vamos a tener allá. Van a estar los hermanos, creo que es hoy, de Alfa? Van a estar proveyendo algo para esa construcción de una casita en Tijuana y también podemos bendecir a esta familia con una ofrenda, si usted siente en su corazón y sino el domingo que viene puede dejarla en un sobrecito y destínela a eso, que sea claro que es para eso y podemos ser de bendición.

Pero son formas simbólicas, lo que quiero es que en esta mañana Dios nos da la oportunidad y si podemos bendecir de esa manera, gloria a Dios, y poner en obra lo que estamos haciendo.

Padre, en el en el nombre de Jesús abrazamos esta visión. Gloria que Dios, abrazamos esta visión en el en el nombre de Jesús. Nosotros creemos que tu constituyes nuestra iglesia para gloria exclusiva de tu nombre, como una congregación reparadora de portillos, una congregación que bendice a los demás, una congregación generosa con sus bienes, una congregación que nos vamos a dejar trabajar por ti, Espíritu Santo en nuestro carácter, nuestro temperamento, nuestra forma de ser, porque queremos que tu nos puedas usar como instrumento tuyo y para eso sabemos que tenemos que limpiar nosotros mismos primeramente para que tu entonces puedas usarnos como tu quieres. Nos santificamos, queremos santificarnos, Señor para ti y para tu gloria, y queremos ser un pueblo de buenas obras en todas esas dimensiones que hemos mencionado en este día.

Gracias por lo que ya tu has permitido que nosotros logremos en este ciudad y por todo lo que tu has hecho y por todo lo que creemos que tu has de continuar haciendo en el futuro, Padre, desde ya anticipadamente te damos gracias. Y este sermón, Señor, esta palabra lo abrazamos como el llamado de Dios para nuestras vidas y creemos que veremos esta visión realizarse para gloria de tu nombre, en el en el nombre de Jesús y nosotros decimos amén. Dios les bendiga, mis hermanos, que la gracia del Señor sea con ustedes.

Dios con nosotros

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Vamos a ir a Mateo, capítulo 1, versículo 18 hasta el 23. Dice aquí que el nacimiento de Jesucristo fue de la siguiente manera: “…Estando desposada María, su madre, con José, antes que se juntasen, se halló que María había concebido del Espíritu Santo y José, su marido, como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo, “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es.” – Y aquí está la parte que yo quiero enfatizar a ustedes – “Y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Y todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta cuando dijo, “He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamarás su nombre Emanuel” – que traducido es Dios con nosotros…”

Digamos todos, Dios con nosotros. Dios en medio de nosotros. Ese el mensaje esencial, es el corazón del mensaje navideño. Es una de las cosas más misteriosas que puede procesar la mente o el espíritu humano. El hecho de que el Creador del universo en el cual todo subsiste y por lo cual todo es sostenido, se adelgazara a sí mismo de manera de poder entrar dentro de la propia creación que él encapsula y contiene.

Y Dios hizo esto con un propósito benévolo y misericordioso, entre otras cosas para sentir lo que nosotros sentimos. Él lo entendía abstractamente porque lo conoce todo, pero él quiso estar en nuestra condición y experimentar lo que nosotros experimentamos como hombres y mujeres. Y ese hecho estaba en la mente de Dios desde el principio mismo de la creación porque la Biblia nos dice que en el mismo huerto del Edén Dios dijo que de la mujer nacería algo que iba a golpear en la cabeza el principio del mal.

Esto no fue algo que se le ocurrió al Señor como a último hora, como un detallito más de la encarnación, sino que fue algo esencial en el mensaje navideño. Siglos antes de que Jesús entrara en el mundo, ya Isaías, capítulo 7, versículo 14 decía, en una profecía que se habría de cumplir en Jesús:

“…Por tanto el Señor mismo os dará señal. He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel…”

Y ese es el mensaje que Gabriel, el ángel, cuando le anuncia a José acerca de este ser misterioso, él dice que precisamente se está cumpliendo esa profecía y que su nombre esencial, su esencia misma será Emanuel, Dios con nosotros.

Ahora, esa es una verdad teológica exaltada, es un concepto tremendamente poderoso y grandioso. Pero ¿qué quiere decir eso para ti y para mí hoy en el año casi 2016 en el cual estamos entrando ahora mismo? Y cómo puede este mensaje ayudarnos en nuestra vida diaria, en nuestras luchas y nuestros retos que confrontamos cada día.

Bueno, lo primero ya lo hemos dicho, pero quiero resaltarlo ahora en una forma aislada. Y la razón por la cual quiero señalar este punto primeramente aunque parezca redundante es porque hay grupos hoy en día y a través de toda la historia, que han cuestionado esta verdad que yo les voy a señalar ahora mismo. En los primeros siglos del cristianismo esto fue un tema de mucho debate y mucha lucha interna en el pueblo cristiano.

Y lo que quiero decir es primeramente que Emanuel indica claramente que Jesucristo es Dios. Nosotros decimos que es la segunda persona de la Trinidad, el Padre, Hijo y Espíritu Santo, una manifestación muy consciente, muy personal de lo divino, la persona del Hijo de Dios, Cristo Jesús.

Y eso quiere decir, hermanos, que Cristo tiene toda autoridad y por lo tanto podemos creer cuando él establece un propósito en nuestras vidas, cuando él dice, por ejemplo, “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia,” eso se tiene que cumplir porque Jesucristo es Dios y su voluntad tiene que cumplirse en nosotros.

Cuando el Señor le dio la gran comisión a los discípulos les dijo, “toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id.”

El es Dios todopoderoso. Su voluntad se ha de cumplir en la tierra y en la historia. Aunque hoy en día veamos tantas cosas que están pasando que parecen contradecir la voluntad redentora de Cristo Jesús, sin embargo, su venida al mundo para anunciar su mensaje, para establecer el Reino de Dios sobre la tierra y para que nosotros discipuláramos a las naciones, eso se ha de cumplir irresistiblemente.

La palabra dice que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre. Y otra cosa que nos recuerda que Jesucristo es suficiente. No necesitamos a más nadie para venir ante la presencia del Padre. Cristo es suficiente porque él es Dios mismo.

El Apóstol Pablo escribió muchísimo en el libro de los Gálatas específicamente señalando que la salvación no es Cristo más otra cosa sino Cristo Jesús solamente. Cuando tu oras, no necesitas a nadie más que te ayude a orar, si tu oras en el en el nombre de Cristo Jesús. Cualquier otra cosa es simplemente innecesaria, es un desperdicio de tiempo. Cristo es todo lo que tu necesitas para venir ante el Padre Celestial.

Yo creo que otra cosa también es lo que hemos hecho hoy es que Cristo es digno de toda adoración y de toda alabanza, toda gloria y todo honor. Los magos lo adoraron, los ángeles lo adoraron, los pastores lo adoraron y nosotros también lo podemos adorar cada día en nuestras vidas. Amén.

Cada vez que nosotros venimos a la iglesia, al templo, recordemos eso. Cuando estamos señalando el en el nombre de Jesús estamos adorando al Dios vivo, al Dios viviente, al Dios suficiente y poderoso. Cristo es Dios mismo, orémoslo en esa actitud.

Y sabe otra cosa acerca de Jesús que me gusta cuando yo pienso que es Dios, con nosotros, Dios en medio de nosotros, es que ya no tenemos que tenerle miedo a Dios cuando nos acercamos a él. Tenemos un Dios que comparte nuestra naturaleza y todo lo que nosotros somos y que cuando nos acercamos a él nos estamos acercando a uno que fue como nosotros también.

Y eso es algo importante porque cuando uno mira en el Antiguo Testamento, en esa revelación progresiva que vemos a través de la escritura, uno ve en el Antiguo Testamento, aunque también hay pasajes que nos recuerdan que Dios es como una madre que nos cubre con sus plumas, y que es accesible también pero en realidad en aquellos tiempos, como decía la introducción a uno de los himnos, creo que eras tu cuando hablabas de que la gente a veces, y aún los cristianos, a veces se nos ha perdido de la visión esta idea de que Dios no está enojado, Dios no es un sangrigordo que tenemos que acercarnos con temor de nuestra vida, si la abortamos de alguna manera incorrecta. Él es como nosotros, nos entiende muy bien también, a través de Cristo.

Esta mañana cuando estaba elaborando más el sermón pensaba en ese pasaje en el Antiguo Testamento que nos habla de cuando Uza y su hermano estaban guiando el arca y Uza con muy buenas intenciones… el arca estaba siendo entrada a Jerusalén y estaba la carreta moviéndose un poco y como que parecía que se iba a caer y Uza, con la mejor intención del mundo, se acercó al arca y trató de agarrarla para protegerla, dice que el espíritu de Dios se enojó con Uza y ahí mismo pereció Uza y quedó muerto. Y esto fue una terrible tristeza para Israel y especialmente para David, el rey, que tenía tantos deseos de ver el arca entrar a Jerusalén.

Pero eso nos recuerda, con buenas intenciones pero usando la forma correcta tocó el arca y Dios se indignó con él y fue destruido. Eso nos dice algo acerca del contraste con este Cristo accesible que la palabra del Señor nos presenta. Hay un cambio, una fluctuación.

En contraste con eso… el aplauso es para Gregory que hizo un mejor trabajo traduciendo que yo diciéndolo. En contraste con eso, yo pienso en las palabras de Isaías que dice, porque un niño nos es dado, hijo nos es nacido. Es decir, Cristo nace como un bebé en la familia. Hace un momento celebrábamos todos estos niños, qué ternura provoca el nacimiento de un niño. Uno quiere tocar a un niño, besarlo, abrazarlo, y asimismo este niño que nace a la familia de Dios y a toda la humanidad, nos recuerda de ese Dios que es todo lo contrario de ese Dios que tenemos que acercarnos con muchas liturgias y muchos sacrificios y muchas fórmulas antes de poder tener acceso a él. Qué diferencia tan grande.

Y yo creo que eso era parte del plan de Dios, que lo viéramos como bebé, y por eso está ese relato. Quizás no era necesario en un sentido teológico relatar eso de que el bebé y verlo allí en el pesebre, y todas estas cosas, pero Dios quiso como que él creciera frente a nuestros ojos, con nosotros, y que pudiéramos tener ese sentido de que era parte de nosotros también y que sea familiaridad que Cristo provoca en nosotros con respecto a la persona de Dios.

Otra cosa que yo veo también, otra consecuencia de ese Dios con nosotros, es que Dios como ha vivido entre nosotros y en nuestra condición y nuestra naturaleza él conoce íntimamente nuestra condición y nuestra naturaleza.

Y asimismo lo dice el Salmo 103, porque él conoce nuestra condición. ¿Por qué? Porque él estuvo allí, él la experimentó, él la conoce íntimamente. Y aún mirando eso un poquito más concretamente, eso quiere decir que él puede entender nuestras tentaciones, por ejemplo. Si tu estás luchando con alguna condición en tu vida, algo que te causa dolor porque tu quieres controlarlo pero te es difícil, estás en lucha, tus pensamientos te traicionan a veces, hay situaciones en tu vida, un carácter que quieres mejorar, defectos en tu personalidad, cosas que a veces te atraen que tu sabes que no son convenientes para ti. ¿Sabes qué? Dios entiende muy bien tus tentaciones.

Aún mientras te animamos a buscar esa santidad de Dios y a cada día dejar que la persona de Cristo se forme más y más en ti, recuerda que te acompaña uno que conoce esa trayectoria progresiva hacia la santidad, esa lucha con la tentación porque él pasó, dice la Biblia, que fue tentado en todo pero sin pecado. Pero lo importante en este caso es que recuerdes que él conoce la dinámica de la tentación y él puede tener misericordia de ti y animarte para seguir adelante por medio del Espíritu Santo.

En tu jornada hacia la santidad recuerda que Dios está ahí a tu lado, diciéndote, adelante, sigue, no te preocupes, levántate, ponte de pie, sigue adelante hasta que hayas completado la carrera. Dios quiere que tu ganes la carrera.

Otra cosa acerca de esta consecuencia de que él conoce nuestra condición, es que él conoce también nuestras dolencias, él conoce nuestros padecimientos, nuestros dolores, nuestros quebrantamientos emocionales y espirituales.

Isaías 53:3 habla del Mesías como familiarizado con los padecimientos, experimentado, dice, en quebrantos y nosotros sabemos de todos los quebrantos. Él conoce acerca de la soledad, él conoce acerca de sentirse desamparado, él conoce acerca de la traición y el abandono, él conoce la incomodidad de un bebé con todo lo que padece, la pobreza, muchas otras cosas, es decir, todos esos padecimientos. Si tu estás padeciendo en este tiempo separación de tu familia, estás deprimido, te sientes confundido, cualquiera que sea tu situación emocional, recuerda que eso no quiere decir que Dios no está contigo, todo lo contrario, él conoce tus dolencias, se identifica con ellas y está también allí alentándote, sigue adelante, yo estoy contigo en medio de tu lucha y tu prueba.

Yo le quiero decir a los hermanos que tienen sus familiares en otras partes de Latinoamérica o Europa o el Caribe o donde sea, en este tiempo a veces uno se siente un poquito triste. Si estás en alguna manera separado por algo, si estás desempleado, lo que sea, recuerda que el Señor está a tu lado y él te bendice, te ama y él quiere llevarte a una victoria y va a usar todos esos elementos bendecir tu vida. Él conoce tu situación.

Una tercera cosa que a veces nos hace dudar acerca de ese Dios que promete estar con nosotros, es la enfermedad, simplemente enfermedad física. Muchos de nosotros quizás estamos padeciendo de alguna condición física que nos limita, estamos pasando en este tiempo quizás por algún tipo de padecimiento físico y eso a veces, yo sé que es natural y de nuevo, si tu te sientes a veces como que guau, ¿dónde está esa promesa de Dios de sanar, etc.? Y tu te estás cuestionando, ¿sabes qué? La encarnación tiene una palabra de ánimo para ti también.

Ese Dios que asumió un cuerpo físico conoce acerca también de lo que es estar enfermo. Yo no sé si al Señor le dio resfriados, la Biblia no nos dice acerca de eso, no sé, pero si le hubiera dado eso no me reduce mi amor, mi respeto y mi sentido de reverencia por él. No me voy a meter en eso, pero mire lo que dice Isaías 53:4, dice, “… ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido…” ciertamente él llevó nuestras enfermedades.

Y si tu estás pasando por algún tiempo de enfermedad, ese Cristo que padeció enfermedad, primero, su divinidad le da poder para sanarte y debes continuar creyendo y orando y pidiéndole sanidad, intervención sanadora en tu vida. Pero sabe también que si estás padeciendo esa enfermedad el Señor que entendió lo que es estar enfermo, estará contigo a través de ese proceso, y él usará todos los elementos de tu vida para bendecirte, fortalecerte y hacerte más y más como él.

Entonces tenemos un Dios que conoce nuestra condición cuando somos tentados, cuando estamos en dolores emocionales y espirituales, y cuando estamos padeciendo de diversas enfermedades físicas y eso lo hace a él sumamente accesible a nuestras peticiones, podemos confiar que él puede identificarse con nosotros y podemos presentar nuestras oraciones con toda confianza delante de él.

Me encanta lo que dice el escritor de Hebreos en el capítulo 4, ver 15, “… porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades…” escuche eso. el sumo sacerdote que nosotros tenemos, que interceda, que nos presenta ante el Padre, que lleva nuestras oraciones ante el Padre, no es el tipo de sumo sacerdote que no puede compadecerse. En otras palabras, sí puede compadecerse de nuestras debilidades.

Tenemos un mediador que entiende y que es accesible porque dice el escritor de Hebreos que tenemos un sumo sacerdote que fue tentado en todo según nuestra semejanza. Es decir, conforme a los procesos naturales humanos, así el Señor sintió toda esa gama de sensaciones, aunque salió victorioso de todas ellas.

Otra cosa que nos recuerda a ese Dios que está en la humanidad, es que la enemistad… a través de Cristo Jesús la enemistad entre Dios y la humanidad ha terminado, ha sido anulada completamente. No hay enemistad en el sentido de que tenga que ser así. Dios a través de su hijo Cristo Jesús anuló, para los que creen en Jesús cualquier tipo de contrariedad, cualquier tipo de conflicto y de enemistad con Dios. Ahora somos amigos de Dios, somos amigos de él también.

Efesios 2, versículo 12 al 16 dice que, “… En aquel tiempo – es decir, antes de conocer a Jesús, cada uno de nosotros, antes de aceptar a Cristo como nuestro Señor y salvador, – estábamos alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa sin esperanza y sin Dios en el mundo…”

Sabían ustedes que si no estamos en Cristo y con Cristo estamos alejados de Dios, estamos sin esperanza y sin ningún tipo de apelación o acceso al Padre Celestial. Si tu estás sin Cristo actualmente, si Cristo es simplemente algo lejano y bonito pero tu no has hecho de Cristo tu Señor y tu salvador, recuerda que no importa cuán buena gente tu seas, estás alejado del Padre, estás en enemistad con el Padre, dice la palabra, porque solo Cristo puede establecer amistad y comunicación entre Dios y el hombre.

Solamente Jesús es el intermediario, solamente Jesús activamente, siendo aceptado, invitado, recibido por nosotros, puede establecer esa comunicación directa con el Padre. Ahí mismo en Efesios 2:13 dice, “…Pero ahora en Cristo Jesús vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hecho cercanos por la sangre de Cristo…”

Y mire aquí acerca de esa enemistad que queda quebrantada en Cristo Jesús, en ese Dios encarnado, dice en el versículo 14, “… porque Jesús es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre haciendo la paz y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.”

Como pastores de esta congregación hermosa, yo le pido al Señor que siempre nos ayude a habitar dentro de nuestra gran diversidad en unidad, como un pueblo que ha sido unido por la sangre y la persona de Cristo Jesús.

El deseo de Dios para esta congregación este año venidero y en los años futuros, es que León de Judá junto con otras iglesias en esta ciudad sea como una pequeña vitrina de ese Reino de Dios en el cual las enemistades entre diferentes niveles socio-económicos, clases, grupos étnicos, todas las cosas que dividen a la humanidad, que esta iglesia pueda ser como una señal profética a la ciudad y a la nación de un pueblo muy diverso, pero que de alguna manera misteriosa y milagrosa hay amor entre nosotros, hay comunicación, hay aprecio mutuo, hay respaldo de unos por los otros.

Ya casi terminando, siento al Señor que tomemos un segundo antes de otros puntos que quiero desarrollar, que oremos un momento. Bajemos nuestras cabezas, cerremos nuestros ojos para que el Señor nos haga habitar en armonía juntos en armonía.

Gracias, Padre, que no hay barrera que tu no puedes romper. Tu cruzaste, Señor, tanta distancia para hacerte humano, para hacerte uno de nosotros, para enseñar que no hay nada que nos puede separar de ti, igual Señor, yo te pido que nos unas, como tu y el Padre son uno, Señor, que nosotros seamos uno en ti.

Padre, te pido Señor, que toda visión, que toda enemistad, que todo racismo o enoja pueda ser perdonado y que podamos, Señor, ser una señal profética del poder de Dios en este mundo, porque Cristo ha venido, ha hecho uno de nosotros, te lo pido en el en el nombre de Jesús.

Gracias, Gregory. Y ya lo último prácticamente que quiero decir es esto, es que Dios quiere morar no solamente en la naturaleza, en el mundo, en la materia, en el cosmos, sino que quiere morar también en tu corazón y en mi corazón.

Y en esta tarde yo quiero animarnos a todos nosotros a examinar nuestros corazones y preguntarnos verdaderamente ese Dios que se hizo hombre, que de alguna manera misteriosa, inclusive penetró en el cosmos mismo, en la naturaleza misma, por medio de su encarnación, ¿mora en mi espíritu? Porque la palabra dice que a través de nosotros invitarlo a entrar en nuestros corazones, él viene y entra y se sienta en el trono de nuestra vida.

El Señor dice en su palabra en Apocalipsis que él está a la puerta, él llama y si alguno escucha su voz, ese Cristo encarnado, si escucha su voz y lo invita a entrar, si uno abre la puerta, él indefectiblemente, inevitablemente entrará y cenará con nosotros, es decir, tendrá intimidad con nosotros y nosotros con él.

Yo quiero asegurarme que si alguien nos está visitando en esta tarde quizás usted ha sido invitado por alguien y usted no está seguro de que se ha dado ese acto de nacimiento de Jesús en su vida y en corazón, y usted quiere en este año que viene ser parte de esta familia de Dios, que se dé ese proceso que se dio en la historia y en el cosmos, que se dé en su vida, en su hogar, yo siento que Dios quiere hacer algo extraordinario en nuestra comunidad, aquí en esta ciudad donde Dios nos ha puesto y que él quiere que nosotros, entre otras iglesias en esta ciudad, seamos como un refugio de todo lo que está pasando allá afuera en la calle ahora mismo y en los vecindarios, y que León de Judá humildemente sea un lugar para que acudamos y encontremos esperanza para nuestras familias.

Si tu eres un padre que te preocupas por tus hijos, por ejemplo, tus hijos están llegando ahora a la adolescencia y tienes temor acerca de qué va a pasar cuando entren a la escuela superior, yo quiero que mis hijos produzcan, que hagan cosas buenas, que crezcan, que sean hombres y mujeres temerosos de Dios, pero tu sabes que allá afuera la cosa se pone cada día peor y peor, yo te invito a invitar a Cristo a entrar a tu casa este año.

Yo tengo un deseo muy grande en el Señor de que muchas familias de esta ciudad sientan que pueden venir a este lugar, así como a otras iglesias, pero vamos a hablar de León de Judá, y que puedan ver a este lugar como un refugio para sus vidas. Y la clave para eso va a ser que invitemos a Cristo a sentarse en el centro de nuestros hogares, en el centro de nuestros corazones, en el centro de nuestra paternidad, en el centro del gobierno de esta ciudad.

El único que puede neutralizar el poder del diablo ahora mismo en este mundo es Cristo Jesús. Y si tu quieres que tu familia prospere, sea bendecida, tu quieres prosperar tu mismo, tu matrimonio, lo que sea, yo te invito en este día responsablemente, valerosamente invitar a Cristo a entrar a tu corazón. Mientras yo traduzco eso al inglés quiero que tu medites eso. Te estoy haciendo una invitación frontal, clara, te estoy extendiendo una tarjeta de invitación para que recibas a Cristo con tu familia, con tu hogar en esta tarde. Piénsalo un momento.

Yo quiero invitarte en el nombre del Señor, bajemos nuestras cabezas un momento, no te dejes intimidar por el número de personas que está aquí, si tu has venido hoy con una necesidad y te atreves a reconocer tu necesidad de Cristo Jesús, yo quiero invitarte en el en el nombre de Jesús, dondequiera que tu estés, allá arriba, en un balcón, aquí abajo, que en esta tarde le dejes saber al Señor delante de tu comunidad que tu quieres que él entre a tu vida y a tu corazón y a tu familia. Y quiero invitarte a levantar tu mano dondequiera que tu estés, si tu sientes que ese llamado es para ti, quiero invitarte ahora mismo y si quieres levantarte con tu familia, con tu esposa, tu esposo, con quien sea que has venido, levanta tu mano y queremos invitarte a invitar a Cristo Jesús a entrar a tu corazón.

¿Habrá alguien que quiera hacer eso en esta tarde? Dios te bendiga mi hermano. Levante su mano, no tema. Mantenga su mano levantada. Recuerda que tu estás haciendo esto porque tu quieres que el Hijo de Dios entre a tu familia, a tu corazón, a tu vida. Vamos a comenzar algo extraordinario en esta comunidad, vamos a decirle a esta ciudad que Cristo ofrece respuesta y esperanza para toda situación de este mundo. Amén. Para esta ciudad Cristo ha nacido. Levanta tu mano en este momento.

Si tu sientes que esa invitación es para ti, tu quieres que el Señor entre a tu familia, entre a tu casa, entre a tu vecindario, entre al edificio donde vives, ponte de pie un momento. Si tu has levantado tu mano, ponte de pie. Esto no es un show, ahora mismo tu y Dios solamente. Es como si nadie te estuviera mirando excepto Dios. Él te ha dicho, yo entraré si tu me invitas. Y yo sé que hay más todavía, hay familias, hay hogares.

Invita al Señor, dile, Señor, yo voy a caminar contigo. Estoy cansado de pelear yo solo. Yo no puedo pelear yo solo. Te necesito a ti, Señor y que tu cambies mi vida, que tu cambies mi vecindario, que tu cambies mi naturaleza. Habita en mí.

Alguien que ore con cada una de esas personas, que ore por ellos. Y yo quiero invitarlos, están allá arriba, algunos han levantado su mano les bendigo en el nombre del Señor. Alguien más por acá, ore con ellos. El Cristo nacido a la humanidad, y yo declaro en el en el nombre de Jesús que esa presencia del Todopoderoso Cristo, va a revolucionar tu vida. Ese Cristo está dentro de ti. Él entra a tu corazón, él entra a tu vida, él entra a tu familia, él entra a tu casa, él entra a tu vecindario por medio de tu persona, él entra a tu edificio.

Dios va a hacer algo que te vas a asombrar tu mismo. Yo declaro en el en el nombre de Jesús que tu vas a poseer toda la tierra que pise la planta de tus pies. Yo declaro nuevas cosas que van a pasar en tu vida. Dios está rompiendo el poder del diablo sobre tu vida y está ordenando, comenzando ahora mismo todas las áreas de tu ser. Cristo se compadece de ti, te conoce, camina contigo, sabe exactamente tu condición, escucha tus peticiones, se identifica contigo, está a tu favor, todo eso yo lo declaro sobre tu vida, tu familia, tus seres queridos en esta tarde.

Invita a Cristo, dile, Señor, entra a mi corazón, te recibo como mi Dios, mi Señor, mi salvador, mi intermediario. Por medio de tu muerte en la cruz tu sanas mis dolencias, tu me haces una nueva criatura y vas a comenzar a ordenar todos los aspectos de mi vida y me das mi tierra, todo lo que yo pise, todo lo que yo anhelo para bien tu lo concedes en este día. Entra a mi vida, Hijo de Dios. Aleluya! Te adoramos, Señor. Gracias.

Padre, que ese espíritu navideño sea toda la semana y todos los días de este año que viene. Enséñanos cómo anunciar este mensaje de esperanza a la humanidad. Te bendigo en el en el nombre de Jesús, bendigo tu vida. Te bendigo. Cosas buenas y grandes, sigue viniendo a la casa del Señor, sigue aprendiendo, sigue creciendo. Dios tiene grandes cosas para ti, que la gracia del Señor sea con esta comunidad y con toda esta familia. Les bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Discerniendo los tiempos

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En el Evangelio según San Lucas, capítulo 2, versículos del 1 al 8. Dice allí: “…Aconteció en aquellos días que se promulgó un edicto de parte de Augusto César que todo el mundo fuese empadronado – eso quiere decir que hubiera un censo, que todos fueran registrados. El imperio romano quería saber dónde estabas todas sus gentes, incluyendo en otros países me imagino también, porque dice todo el mundo, pero cuando dice todo el mundo está refiriéndose a todo el mundo del imperio romano, que estuvieran en la India, porque hasta allí llegó una vez Roma y Grecia, estuvieran en Turquía, en todos los países del área mediterránea o países como Israel que estaban bajo el imperio romano y su gobierno. Y parece que Augusto César quería saber dónde estaban todos sus territorios y censar todos sus habitantes, porque el imperio romano era un imperio muy bien organizado y tenía todas sus cosas bien establecidas, así que quería tener un record de cuán grande era el imperio, cuántas personas había, dónde estaban, cómo se llamaban, etc. Entonces, Augusto César hace que haya ese censo general.

Dice que este primer censo se hizo siendo Sirenio gobernador de Siria, ve algo también aquí el aspecto histórico de la Biblia. Ahí está señalando quién era el gobernador y los historiadores pueden ir a los records históricos de esos tiempos y reconocer que sí, que había un gobernador de Siria específicamente llamado Sirenio. Porque la Biblia es confiable, la Biblia es histórica, la Biblia no es un cuento de hadas, no es algo inventado. El nacimiento de Jesús es algo real, histórico, verdadero, confirmable. Hay más evidencia acerca de la existencia de Jesús que de la existencia de Platón, de Sócrates, de muchos de los emperadores del mundo, y muchas otras cosas, porque hay tantos records históricos que aseveran la exactitud de los records bíblicos.

Entonces, el gobernador se llamaba Sirenio, de una provincia que se llamaba Siria, y todos iban a ser empadronados, cada uno a su ciudad y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David.

El domingo pasado estábamos estudiando acerca de David cuando Samuel viene a ungirlo como rey. Y ustedes recordarán que Dios lo envió a Belén, a la casa de un hombre que se llamaba Isaí, su padre. José es descendiente directo del linaje de David y por eso él tenía que ir a Belén a registrarse porque esa era la ciudad de origen de su familia.

Pero mire también que Dios estaba moviéndose en todo eso, porque había una profecía que decía que el Mesías iba a nacer en Belén de Judea. Y entonces, para ser empadronados con María, su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí se cumplieron los días de su alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.

Entonces, quiero ir ahora a Gálatas, capítulo 4, versículos 2 y 4. Aquí se nos dice:

“…Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo Dios envió a su Hijo nacido de mujer y nacido bajo la ley para que redimiese a los que estaban bajo la ley a fin de que recibiésemos la adopción de hijos…”

Amén. Bendiga el Señor su santa palabra. Quiero adoptar un giro diferente al mensaje típicamente navideño que sugeriría ese pasaje de Lucas que acabo de leer, porque en realidad no me interesa tanto como enfatizar el nacimiento y el aspecto meramente navideño de ese texto, pero quiero hablar un poco acerca de los tiempos que estamos viviendo actualmente que se parecen en un sentido a los tiempos en que nació Jesús, vamos a ver eso.

Quiero comparar cierto aspecto de la vida de María y de José con nuestras propias vidas y las cosas que podemos aprender de su experiencia y cómo la podemos aplicar a nuestra propia experiencia. El tema de mi mensaje es discerniendo los tiempos. ¿Por qué quiero hacer esta comparación? Cuando Jesús nace hay como una confluencia, una unidad, un juntarse de circunstancias en muchas diferentes dimensiones que están más allá de la vivencia individual, familiar de José, María y Jesús.

José y María están viviendo una vida puramente cotidiana. María es una jovencita de una aldea insignificante de Israel que el Señor le da una visión de que va a concebir un hijo y de que ese hijo va a ser algo tremendamente especial. Lo concibe en la virginidad. José entra en el drama, pero a veces hay cosas que Dios hace en nuestras vidas y Dios nos ha dicho algo, nos ha impartido una palabra profética a nuestros corazones pero como que a uno le resulta difícil vivir plenamente dentro de esa palabra que uno ha escuchado.

Yo me imagino que María y José se involucraron en la vida cotidiana, el ir y venir, tienen que arreglar sus maletas, ir a esta ciudad con todas las incomodidades de un viaje de ese tipo, y ellos no están plenamente conscientes de lo que está pasando en su entorno político, geográfico, internacional espiritual. Ellos simplemente están viviendo sus vidas a nivel cotidiano, a nivel normal.

Sin embargo, alrededor de ellos son tiempos tremendamente significantes que habrían de cambiar la historia de la humanidad totalmente, su futuro, su pasado y su presente. Ellos están en el medio de una vorágine y no lo saben. Ellos están viviendo una vida, parece, común pero alrededor de ellos están dando vueltas inmensos movimientos de todo tipo de fuerzas. Los astros están conmocionados por el nacimiento de ese hijo que ellos van a tener. Hay una estrella que unos hombres en tierras lejanas, ven esa estrella que está apuntando hacia cierto lugar y ellos saben que esa estrella tiene un significado tremendo.

Hay documentos escritos siglos antes que hablan de lo que ellos están experimentando y ellos no lo saben. El cosmos mismo, el espacio mismo está moviéndose con respecto a ellos y lo que ellos están viviendo. Científicos ricos y nobles, que llamamos magos, que eran gente muy desarrollada en la ciencia pero también eran una casta noble y real, se movilizan de otros países y vienen viajando largas distancias haciendo sus cálculos astronómicos para llegar a donde ese niño va a nacer. Y la estrella sabe dónde va a nacer, pero María y José no están seguros. Ellos simplemente van porque les dijeron las autoridades que tenían que ir a su aldea de origen.

Pero aún la ciencia y la nobleza de otros países está movilizando para ir a ver este recién nacido. Un imperio poderoso, Roma, que ha creado carreteras y un gobierno que une a la humanidad, y una cultura y un lenguaje común, se habla de la pax romana, que fue establecida por el imperio romano alrededor de toda la tierra. Y ese imperio es el momento preciso de la historia donde ahora las buenas nuevas de salvación que Cristo ha de ofrecer podrán correr por todas partes del mundo a través de los caminos, las carreteras, el gobierno que Roma ha establecido.

Por eso el escritor de Gálatas, Pablo, dice eso, que Cristo vino en el cumplimiento de los tiempos, es decir, en un momento preciso de la historia, cuando Dios quería, en el momento como que todas las cosas han afluido a un punto especial, el hombre estaba preparado para escuchar las noticias en el sentido de que había carreteras, había un lenguaje común, el hombre había llegado a cierto nivel de desarrollo cultural, filosófico y podía concebir y entender el mensaje sublime del Evangelio.

Había profecías declaradas siglos antes que ahora se estaban cumpliendo con ellos y José y María no lo sabían. Ellos simplemente van obedientemente hacia Belén, me imagino que llenos de incomodidad, inseguros. Cuando llegan a Belén todos los hoteles están llenos, nadie quiere recibirlos y el Hilton, que es quizás el único hotel donde podían estar es demasiado caro para ellos, así que yo me imagino que María, incómoda por sus 9 meses, se está quejando con José, le duelen los pies, tiene los tobillos hinchados, ella está quejándose simplemente de caramba, qué mala suerte que nos tocó en este tiempo tener que venir aquí.

Pero ella no sabe que ella va empujada por una fuerza espiritual que dice, ahí es donde yo quiero que nazca mi Hijo, en Belén, y lo voy a hacer coincidir con tu embarazo. Y yo quiero que nazca no en el Hilton, yo quiero que nazca en un establo, encima de la paja que se reserva para los bueyes, porque quiero que mi Hijo sea un símbolo del Dios que ama al pobre, al insignificante, el Dios que desprecia al altivo y que mira con amor al humilde.

Y lo voy a anunciar a pastores, no va a ser en el palacio donde voy a dar la noticia de que ha nacido el ser más maravilloso del universo, no, lo voy a anunciar a los pobres. Sabe que los pastores eran de las personas más despreciadas en la ciudad hebrea porque cuidaban animales y ese era un trabajo muy despreciado, era casi impuro. Sin embargo, a esos pastores el Señor anuncia, porque él tiene un mensaje también que quiere darle al mundo acerca de que los que escuchan las noticias de Dios son la gente sencilla de corazón, los que son como los niños, no los sofisticados, no los ricos, no los poderosos.

Todas estas cosas están pasando. Dios moviliza ángeles y manda a un ángel, el arcángel, a hablarle a María. En otra parte de la región, Elizabeth, la prima de María y Zacarías, un sacerdote común y corriente, un pastor local, conciben un hijo ya en la vejez después que no habían tenido ningún hijo en toda su vida. Y ese hijo va a ser parte del proceso también. Es ese heraldo que dice la Biblia en otro pasaje del Antiguo Testamento que va anunciando, declarando la buena nueva, el profeta Juan que va delante del Mesías, y Dios también está preparando eso en otra parte del país, sin que ellos se den cuenta una cosa de la otra.

Este censo romano que mueve a toda la humanidad por todas partes del mundo romano, del imperio greco romano, tienen que ir gente a diferentes lugares. Usted se puede imaginar, si usted tuviera un avión que hubiera podido viajar a lo alto y ver todos esos países, la gente moviéndose como hormiguitas para ir a los lugares de su nacimiento porque el imperio romano quiere saber dónde están sus ciudadanos.

Y hay un rey malévolo que ha escuchado de ciertas profecías, porque estos magos le han dicho y entonces también se moviliza y está inquieto y quiere matar a ese heredero que él sabe que es una amenaza para su permanencia, porque el mundo, el hombre cuando entiende que sus intereses están siendo amenazados, también se levanta y trata de destruir los propósitos de Dios.

Y también hay otra pareja por allá en los recintos del templo, Ana y Simeón, gente profética, gente llena del espíritu a quien Dios también decide hablarles y le dice a Simeón que esté preparado, que en un momento dado va a llegar ese niño, ese bebé y él lo va a tomar en sus brazos y lo va a bendecir, porque él esperaba la consolación.

Entonces, vemos que José y María están allí, como decimos nosotros, quitados de bulla, simplemente allí haciendo sus cosas, viviendo una vida perfectamente cotidiana, quizás quejándose de su pobreza, de las molestias que tienen que experimentar, creyendo que sus vidas son vidas totalmente comunes y corrientes pero no saben que son gente extraordinario y que el mundo entero, la creación, las profecías, el espíritu mismo de Jehová está obrando con respecto a sus vidas y ese bebé maravilloso que ellos cargan. María y José no entienden ninguna de estas cosas, no entienden claramente la escala de lo que están experimentando.

Y así pasa con nosotros, aquí está un poco la aplicación de lo que yo quiero decirles, así pasa con nosotros frecuentemente. Dios está obrando alrededor de nosotros en manera portentosas, en maneras sistemáticas, para usarnos y llevarnos a dónde él quiere pero nosotros no lo entendemos. Los que vemos solamente… estamos mirando para abajo solamente y mirando el círculo inmediato de nuestra vida, pero no podemos entender lo que está pasando alrededor de nosotros. Y por eso pensamos que nuestra vida es insignificante, o es problemática, o es difícil, porque no podemos ver los tiempos que estamos viviendo.

Y nos sucede como Jacob, en Betel, que Jacob está huyendo de su hermano Esaú que lo quiere matar, y se para en un sitio donde le coge la noche y él cree que es un sitio común y corriente y que él está viviendo un drama simplemente familiar, un inconveniente negativo familiar, se acuesta a dormir y tiene una gran visión, pelea con un ángel toda la noche y ve una escalera que sube del cielo a la tierra y viceversa, y cuando él se da cuenta de dónde él ha estado, Betel, el significado terrible de ese lugar, él exclama, “Cuán terrible es este lugar, no es otra cosa que puerta del cielo y casa de Dios.” Él creía que era un pedacito de tierra cualquiera y eso era como un hoyo que conducía directamente al trono de Dios, ese espacio. Porque hay espacios que son tan sagrados, tan imantados y él no lo sabía.

Y así nosotros muchas veces estamos pisando terreno sagrado como Moisés, y se necesita que Dios nos diga, “Quita las sandalias de tus pies, el lugar que pisas santo es.” Yo creo que nosotros vivimos tiempos así en este momento, son tiempos preñados, son tiempos extremadamente significativos, pero nosotros no lo entendemos. Solo vemos las cosas malas que están sucediendo con nosotros, en nuestra familia, alrededor de nosotros, las noticias, los problemas, el terrorismo, la crisis económica, todo eso, pero no entendemos el significado mayor que Dios tiene en mente y cómo tantas diferentes circunstancias y situaciones, lo que están haciendo es conspirando para llevar a la humanidad a dónde Dios la quiere llevar.

Y quizás nosotros somos parte directa de ese drama y Dios nos quiere usar a nosotros también en alguna manera para los propósitos que él tiene y no lo sabemos. Vivimos tiempos así increíbles, poderosos y no sabemos que son casa de Dios y puerta del cielo. Lo que vemos es simplemente algo cotidiano y sencillo.

Si lo entendiéramos probablemente no nos causaría tanto dolor y confusión lo que estamos experimentando. Ustedes recuerdan que yo he predicado antes que la manera en que nosotros interpretamos nuestra vivencia determina la manera en que nos afectan las cosas. Si tu ves las cosas como terribles, sin redención, como que es un callejón sin salida, cómo me puede pasar esto a mí, qué de bueno puede salir de esto, mi vida está destruida, mi vida está deshecha, ya no hay redención posible, así mismo va a pasarte y así mismo te va a afectar lo que has experimentado.

Pero si tu lo ves como Dios obrando en tu vida, si tu lo ves como que a los que a Dios aman todas las cosas ayudan a bien, si lo ves como que ahora quizás tu lo ves como una tragedia pero mañana quizás Dios te va a revelar verdaderamente lo que él tiene en mente y que si tu tienes fe a todo se le puede sacar provecho y bendición. Que Dios siempre está obrando en tu vida. Entonces tu podrás ver tu tragedia y tu dolor en una manera diferente, que tenga un elemento redentor dentro de ello.

Por eso es tan importante entender los tiempos, discernir los tiempos, saber lo que Dios está haciendo, poder entender, pedirle al Señor sabiduría. Una cosa que tenemos que pedirle a Dios cada día más y más, Padre, dame sabiduría para entender lo que estoy viviendo y lo que tu estás haciendo en mi vida, no ver solamente el piso, mirar hacia los cielos también y ver las estrellas y ver tu gran plan, porque tu te tomas tiempo.

Dios es un Dios sistémico, cuando Dios obra, Dios obra 360 grados y él también piensa en el mañana, piensa a cien años de distancia, piensa a mil años de distancia y nosotros estamos aquí pensando en mi propia vidita solamente y que me estoy poniendo viejo, y que tengo que hacer algo porque sino voy a perder el bus. Y Dios tiene otros planes para nosotros.

Tenemos que vivir la vida a la luz de los grandes planes de Dios. Tenemos que pedirle al Señor, Señor, dame tus ojos para ver con tus ojos. Como hay un coro que dice así mismo, ayúdame a ver mi vida, la vida, el mundo, a la luz de tus planes, de que tu eres un Dios que no te equivocas, tu tienes el tablero de ajedrez infinito y ves todas las piezas y sabes todas las movidas posibles, desde antes de que se muevan, y en tu estás avanzando tu amor, tu plan es bueno para con nosotros.

Y al final todo sale bien porque Dios está en control. Por eso es importante pedirle al Señor discernimiento, sabiduría para entender el contexto en que estamos viviendo. Es importante poder discernir los tiempos, sobre todo en esta época de la historia en que estamos viviendo.

¿Cuántos han oído hablar de los hijos de Isacar? Los hijos de Isacar se habla de ellos de vez en cuando en la escritura, en Primera de Crónicas, capítulo 12:32, dice que entre los guerreros que vinieron acudieron a donde David para declararlo rey, después de la muerte de Saúl, vinieron diferentes tipos de guerreros y diferentes tipos de hombres y entre ellos, dice:

“…Vinieron 200 hombres de los hijos de Isacar, 200 principales – eran hombres importantes – eran entendidos en los tiempos y que sabía lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos…”

Guau! si eso se pudiera decir de nosotros. Si eso se pudiera decir de la iglesia en el siglo XXI, que la iglesia es entendida en los tiempos, saben lo que el mundo debe hacer y su dicho todos sus semejantes lo siguen. Tenemos que aspirar a ser así, como pueblo de Dios, hermanos, entender los tiempos.

Si esta nación de Estados Unidos en este momento de elecciones pudiera entender los tiempos y saber lo que deben hacer, a quién deben escoger, qué líder, qué tipo de líder, qué corazón, como yo decía el domingo pasado, deben escoger. No busque lo llamativo de un aspirante a gobierno, no busque ni siquiera sus promesas, no busque lo bien que habla, no busque si se viste con corbata roja o azul, si tiene mucho pelo o poco pelo, si tiene dientes blancos y bonitos y grandes o no tiene dientes. Busque su corazón, lea su corazón, discierna y entienda los tiempos.

¿Qué es lo que Dios está fraguando? ¿Qué es lo que Dios está tramando en este tiempo? Y qué tipo de líder necesita esta nación. Eso es lo que tenemos que buscar nosotros. Eso es lo que tenemos que entender. Tenemos que ser los hijos de Isacar, que entendemos los tiempos y sabemos lo que tenemos que hacer. Pídele al Señor, Padre, dame entendimiento para yo saber el tiempo que estoy viviendo en esta etapa de mi vida, la economía de mi familia. ¿Qué es lo que tu estás haciendo en mis hijos? ¿Qué es lo que tu quieres hacer conmigo? ¿Qué estás haciendo en mi matrimonio? ¿Qué estás haciendo en el ministerio que yo dirijo? ¿Qué estás haciendo en esta nación, en esta ciudad de Boston?

Pídale sabiduría y discernimiento al Señor porque de eso dependerá la manera en que usted viva la vida. Si usted la vive a una escala minúscula, pequeña, micro cósmica, o si la vive a nivel macro cósmico, de todo lo que Dios quiere hacer. Nosotros tenemos que vivir la vida a nivel de la eternidad, hermanos, somos seres eternos, somos seres sublimes. No la viva como un pordiosero del pan a la boca todas las mañanas, levantándose, vistiéndose, metiéndose al carro, manejando en el frío y volviendo otra vez a la casa a refugiarse y ver la novela. Viva su vida a otro nivel, viva la vida a una escala de rey, de señor de la tierra, como Dios lo ha llamado a vivir.

La perspectiva que adoptamos cambia el efecto de las circunstancias que vivimos. ¿Cuáles son las circunstancias que estamos viviendo en este tiempo? Como María y José, ¿podemos nosotros discernir qué está haciendo Dios en estos tiempos?

Hace tiempo yo prediqué otro sermón, porque Dios está hablándome de estas maneras, en el Salmo 2 usted lo puede ver, porque todas estas cosas están unidas. Dios me está inquietando acerca de lo que está pasando en el mundo en este tiempo, y que es lo que está haciendo con la humanidad y por qué nosotros tenemos que estar listos para posicionarnos en el momento preciso, para saber cómo surfear la ola que viene. En el Salmo 2:

“…Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas. Se levantarán los reyes de la tierra, príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido diciendo, rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá, el Señor se burlará de ellos, luego hablará a ellos en su furor y los turbará con su ira, pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte, yo publicaré el decreto. Jehová me ha dicho, “Mi hijo eres tu, yo te engendré hoy. Pídeme y te daré por herencia las naciones, y con posesión tuya los confines de la tierra…”

Este es un salmo mesiánico escrito cientos de años antes de que Jesús naciera. Yo creo que es un salmo que se aplica hoy, es un salmo profético. Las naciones se amotinan contra Jehová, se quejan de la religión y de la fe. En Estados Unidos, en toda Europa, en todo el mundo occidental, intelectualmente desarrollado, los hombres quieren echar de sí el dominio de la palabra, de la moralidad cristiana, bíblica, de la ética milenial que los hombres han seguido y quieren crearse sus propios diseños acerca de la sexualidad, acerca de la relación entre hombre y mujer, acerca de la moralidad, acerca del aborto, de los hijos, la genética, manipularla, controlarlo todo, quitarse de encima el yudo de Dios y decir, nosotros somos soberanos, somos autónomos, no necesitamos ningún Dios, ninguna escritura que nos diga lo que tenemos que hacer, nos vamos a inventar nuestra propia moralidad, nuestra propia sociedad, nuestros propios sistemas.

Y están felices porque creen que ya lo han logrado. Dice la Biblia que Dios se reirá de ellos y que luego los turbará. Ponga una raya de esa palabra, los turbará, los confundirá, los llenará de confusión y temor con su ira.

Yo creo que eso es lo que está pasando en este tiempo de la humanidad. El hombre cree que puede echarse de encima el yugo de Dios pero Dios lo está turbando. Cuando usted mira el mundo actual, estos tiempos que estamos viviendo, lo que vemos es confusión y temor por dondequiera. Ahora mismo se hizo una encuesta aquí en Estados Unidos que dice que el temor del terrorismo es igual que los días inmediatamente después del 9/11. Imagínese. Hay ese mismo temor, ese mismo sentido de que viene un ataque terrorista inminente y que nuestros líderes no nos pueden asegurar nada.

El pueblo norteamericano no sabe ahora mismo a dónde ir y a dónde acudir. Por eso, este hombre Trump, yo no soy fanático de él quizás se habrá dado cuenta de ello, pero está ganando y violando todas las cosas que predicen los expertos acerca de quién podría llegar al nivel donde él ha llegado. Porque el pueblo norteamericano tiene tanto miedo de un ataque terrorista y de lo que está pasando en el mundo islámico ahora mismo que ellos se agarrarían de un clavo caliente simplemente para que los ayuden y los liberen de la situación.

Hay confusión en el ambiente. Y yo creo que una persona como este hombre, el que llegue a ese nivel, es un repudio también de esa nación contra la ética liberal, intelectualista, que representa el Presidente Obama y toda la administración actual, que se ha ido detrás de una rebeldía contra Dios, contra la moralidad, contra todo lo bueno y lo noble del espíritu. Y Dios los está confundiendo y esta nación está rechazando.

Yo leo a cada rato los análisis de los observadores políticos de esta nación y yo creo que no se atreven a admitir que la razón por la cual esta nación se está yendo detrás de un hombre que no parecería posible que tuviera ni siquiera un 1 por ciento, es porque la gente está cansada ya, hastiada de lo que han tenido hasta ahora, tanto de sus líderes conservadores como de sus líderes liberales.

No hay liderazgo ahora mismo en la nación y hay que escoger entre uno malo o uno peor, porque la gente no quiere ni siquiera a Hillary ni los demócratas. Lea hoy en día las observaciones, ni aún los mismos demócratas quisieran una alternativa, pero no la tienen. Los conservadores quisieran una alternativa y no la tienen tampoco, porque Dios está confundiendo, está turbando a las naciones.

En Europa, las naciones europeas están yendo detrás de la derecha, están repudiando la ética liberal izquierdista que ha reinado en Europa durante muchas décadas y hoy en día están ganando. En Francia acaba de ganar una victoria muy grande el grupo de derecha, Marine Lepin. En Polonia están también desechado la política liberal porque la gente está hastiada ya del rechazo. Tampoco quieren abrazar a Dios pero saben que el abrazar al no Dios tampoco llega a nada bueno. Entonces, no saben qué escoger porque Dios los está confundiendo, los está turbando, los está llevando a un callejón sin salida.

Y en el islam el mundo islámico, que es un billón y pico de personas o más, también está confundido. Islam ha llegado también como a un punto ya extremo donde es guerra por dondequiera, sus naciones están decrépitas, bancarrota. Hay millones de inmigrantes de todas las partes del mundo islámico saliendo del Medio Oriente, masas, buscando precisamente el occidente que odian y detestan, tratando de encontrar refugio allá porque su religión lo que produce es muerte, violencia, conflicto y odio étnico, sectario.

Yo creo que si el mundo islámico entendiera lo que está pasando con esta crisis migratoria, tendría que entender que ha fracasado totalmente el islamismo y tampoco es capaz de ofrecer una salvación y una solución a la humanidad.

Entonces, hermanos, lo que veo… me gustaría seguir un poco más este análisis pero el tiempo pasa. Nosotros también estamos viviendo tiempos preñados, tiempos terriblemente importantes y significativos donde Dios está haciendo algo con la humanidad. Mire que yo leo mucho acerca de los tiempos apocalípticos y trato de medir los tiempos, pero aún mis expectativas están siendo aceleradas porque las cosas que están pasando ahora mismo en el mundo que definitivamente nos recuerdan que no estamos viviendo tiempos comunes.

José y María que eres tu y yo, tienen que darse cuenta de lo que significan sus vidas. Aún la iglesia vive tiempos difíciles, la herejía, la apostasía, que uno ve. Usted lee los periódicos, anoche mismo leía el New York Times un artículo acerca de ciertas iglesias en Los Ángeles y uno dice, guau, ¿esta es la alternativa? Iglesias con efectos especiales, muchas luces, gente cool, tomando lates mientras escuchan el sermón. ¿y dónde está Cristo? ¿Dónde está la cruz? ¿Dónde está la santidad? ¿Dónde está el llamado a dejar el mundo? ¿Dónde está la búsqueda de la salvación entregando tu vida hasta la muerte?

Lo que yo veo son simplemente jovencitos malcriados con sus jeans rotos y pastores vestidos como ellos tratando de darles lo que ellos quieren escuchar. Perdóneme si soy old fashioned pero la verdad es que esas cosas me llenan de una ira santa, una indignación, yo no sé cómo llamarla. Pero la verdad es que no es bueno lo que vemos, tampoco en la iglesia.

Estamos en los últimos tiempos. Primera de Timoteo, capítulo 4, versículo 1 habla de que el espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

Esto es en estos tiempos que estamos viviendo ahora mismo. En Segunda de Timoteo, capítulo 4, versículo 3 dice Pablo que te aconsejo que prediques la palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Estamos en estos tiempos en que hoy en día si tu predicas lo que dice la palabra, tu eres un sangrigordo, un aburrido, un farisaico, que quieres aguarle la fiesta a la gente y que no quieres ponerte a tono con los tiempos.

Yo a veces he pensado comprarme unos jeans y una camisa un poquito estrecha para ver si soy un poco más popular con la gente, porque la gente quiere ver lo que ellos quieren y quieren escuchar lo que ellos quieren. Si tu hablas la verdad, la palabra de Dios, olvídate, vamos a buscar a otro que nos diga lo que queremos oír. Decimos como le dijo el oficial a Pablo, “Bueno, ya te escucharé otro día, ahora mismo tu estás medio loco.”

Tenemos que vivir a la luz de lo que Dios quiere hacer. Voy a cerrar con esto, hermanos. ¿Cuál es la alternativa para ti y para mí específicamente? ¿Cómo tenemos que vivir en estos tiempos? Las personas que discernimos los tiempos cómo se espera que vivamos. Yo puedo ofrecerles simplemente dos o tres cositas. Yo lo llamo esto, la sagrada alternativa ante los tiempos que estamos viviendo. En vez de hacer lo que el mundo está haciendo, cómo debemos nosotros vivir en estos tiempos portentosos en que estamos viviendo.

Quiero remitirles, por ejemplo, a Segunda de Pedro, capítulo 3, hay muchos pasajes quizás tenga tiempo para este solamente. Pedro habla acerca de los tiempos que están viviendo, dice en el versículo 3:

“…Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores andando según sus propias concupiscencias, y diciendo, “¿Dónde está la promesa de su advenimiento?” Porque desde el día en que los padres durmieron todas las cosas permanecen así, como el principio de la creación.

Hay tantos siglos que la iglesia ha anunciado que Cristo viene, que Cristo viene y ya hemos cantado todos los coritos, se nos agotaron ya los coritos de que Cristo viene y no ha venido, que ya uno como que tiene miedo de hablar de la segunda venida, hablar de los postreros tiempos. Y la gente dice, sí, pero eso ya lo vienen diciendo tanto tiempo, lo mismo, lo mismo, y ya como que se ha perdido esa expectativa de que Cristo viene. Pero cuando usted lee y discierne los tiempos, usted ve que algo muy especial está pasando en la humanidad en este tiempo y como dice Pablo, dice en el versículo 1:

“Amados, esta es la segunda carta que os escribo y en ambos despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento para que tengan memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas. En otras palabras, les estoy hablando para que recuerden lo que han dicho los profetas acerca de la venida del Mesías. No se deje llevar por los que dicen que esos son cuentos de hadas, cuentos de viejas.

Entonces, en el versículo 5 dice; “esa gente que dice así burlonamente ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la tierra. Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por esa misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres. Y no ignoréis esto que para el Señor un día es como mil años y mil años es como un día.”

Dios piensa sistemáticamente. Él tiene su reloj, él tiene su plan, se ha tomado tiempo pero es porque él está llevando al cumplimiento de los tiempos. Los profetas anunciaron la venida del Mesías siglos antes y se cumplió. Los Apóstoles anunciaron la segunda venida de Cristo, han pasado siglos, pero se va a cumplir y el Señor dijo, mire los tiempos que los campos están blancos para la siega, miren cuando las flores comienzan a salir usted sabe que la primavera está cerca. Cuando las predicciones de la escritura comienzan a coincidir en la manera como lo están haciendo sabemos que algo se avecina.

Yo no sé si va a ser la última venida de Cristo o si es simplemente un tiempo terriblemente importante de la humanidad pero yo sí sé, hermanos, que yo oigo el sonido de la lluvia. Yo oigo el viento que algo va a pasar, y tenemos que prepararnos. No podemos seguir viviendo nuestra vida común y corrientemente. Estos son tiempos importantes. Tenemos que discernirlos.

El Señor está tardando, ha retrasado un poco porque ha querido que una gran parte de la humanidad, mucha gente entre a arrepentimiento, pero va a venir el día del juicio. Entonces, el versículo 11 dice.

“… puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, cómo no habéis vosotros de andar en santa y piadosa manera de vivir…”

Yo creo que en estos tiempos, hermanos, que no son comunes, que cosas grandes van a pasar y están pasando, el pueblo de Dios tiene que ceñirse los lomos, tiene que levantar la cabeza porque el día de su redención está cerca. Tenemos que vivir como gente que está esperando una visitación. Tenemos que vivir dándole importancia a las cosas del espíritu, no estés pensando en pajaritos en el aire, no desperdicie su tiempo. Arregle su vida. Arregle su carácter, arregle su matrimonio, conságrese al Señor, viva como que vive para la eternidad. Arréglese su uniforme, plánchelo bien, viva como un soldado de Jesucristo, viva con fortaleza, consagrado al Señor, como gente que vive la vida en serio. Tenemos que vivir la vida cristiana en serio, porque los tiempos son peligrosos, son importantes. Viva su vida en santidad, viva su vida en entrega al Señor, mida su dinero, su tiempo, sus energías, a la luz de lo que Dios está haciendo, invierta en el Reino de Dios. Viva para el Reino de Dios.

Arregle su vida. Conságrese al Señor. Tome en serio las cosas de Dios porque los tiempos son peligrosos, dice la palabra. Nosotros esperamos según sus promesas cielos nuevos y tierras nuevas, por lo cual, oh, amados, estando en espera de estas cosas procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha, irreprensibles en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano – este mensaje es una advertencia, este mensaje es una palabra profética de Dios para esta iglesia y para el mundo si lo quiere escuchar también.

Los tiempos que se avecinan son tiempos significativos, tiempos importantes. José y María, que eres tu y yo, no vivamos nuestra vida simplemente quejándonos de que no lo puedo echar gasolina súper al carro y tengo que echarle regular porque tengo un Chevrolet en vez de un Cadillac.

No vivas tu vida matándote por cosas materiales que a nada conducen. Vive tu vida con una mirada santa, sagrada, consagrada al Señor, amando lo que Dios ama, aborreciendo lo que Dios aborrece, poniendo tus intereses donde importa, viviendo como un ciudadano del Reino, tu mirada puesta en lo eterno, como un peregrino y un extranjero en el mundo, no como ciudadano que viene a vivir aquí al mundo, vamos de paso. Este no es nuestro hogar.

Así que, vosotros amados, sabiendo de antemano guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y salvador Jesucristo, a él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

Gloria a Dios. Mis hermanos, que esta palabra de advertencia, hay muchos otros textos que quisiera poder discutir con ustedes. Quizás el Señor tendrá oportunidad de dejarnos meditar un poco más sobre esto, porque yo siento que esto es muy importante, estos son tiempos de consagración, estos son tiempos de entrega, estos son tiempos de dejar de jugar ya a los niños. Ya no son tiempos para estar jugando a iglesia, estos son tiempos para vivir como sacerdotes, como mártires, como gente completamente vendida al Reino de Dios.

Olvídese ya de circunstancias normales, usted no está viviendo tiempos normales ni usted tampoco es una persona normal, usted es un anormal para Cristo, en Cristo. Amén. Así que abrace ahora mismo, póngase de pie, abrace el llamado de Dios, abrace su condición, abrace su ciudadanía, abrace su identidad, renuncie a la ciudadanía del mundo ahora mismo, entréguese al Señor, mire a su alrededor, vea los tiempos que son peligrosos, son significativos, y diga, Señor, yo abrazo mi destino, abrazo mi identidad de siervo tuyo, te entrego mi familia, voy a vivir para ti, voy a vivir como José y María porque estoy cargando dentro de mí la redención del mundo, el glorioso mensaje del Evangelio. Estoy preñado con la palabra de Dios y con el significado de Dios para la humanidad y mi vida ha sido cambiada irremisiblemente por mi identidad como hijo tuyo, siervo tuyo. Y ayúdame a vivir de esa manera, mi familia, mi hogar, que sea un santuario, un templo para ti, que mi vida valga para ti en estos tiempos.

Padre, abrazamos tu verdad en estos tiempos navideños, Señor, ayúdanos a ponernos en el lugar de José y María, de Juan, de Elizabeth, de Zacarías, de Ana, de Simeón, y entender lo que estamos viviendo a la luz de tu eternidad y a la luz de tus propósitos históricos, cósmicos, Señor. Te bendecimos, sácanos de aquí con un sentido de importancia y de solemnidad con respecto a quiénes somos y lo que estamos viviendo.

Yo bendigo a tu pueblo, Padre, gracias por traernos a tu casa, tu santuario, tu refugio, Señor, sigue con nosotros en el próximo servicio también y llénanos con tu paz, tu presencia, tu amor y renuévanos, Padre, para vivir la vida que tu quieres que vivamos. Te adoramos en el en el nombre de Jesús. Amén y amén.

La verdadera medida del éxito

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¿Qué es el éxito? ¿Qué es ser una persona exitosa en la vida? Y lo que quiero sugerirles a ustedes es que la verdadera medida del éxito estriba en la calidad de nuestro corazón, lo que somos, la calidad de nuestra vida interna, nuestro carácter, nuestra contextura espiritual, lo que somos delante de Dios y cómo Dios nos ve. Esa es la verdadera medida del éxito. Quiero animarlos a pensar en esa idea principal. Y cómo al entender esto eso debe reconfigurar nuestras aspiraciones y nuestras ambiciones para poner nuestras energías donde debemos ponerlas a fin de llegar a ser gente verdaderamente exitosa y entonces sentirnos felices con nuestra vida.

En Primera de Samuel, capítulo 16 nos habla acerca de Samuel, el profeta, y cómo Dios lo dirige a ir a la casa de un hombre en específico que se llama Isaí. Isaí vive en la aldea de Belén, y me imagino que para muchos de ustedes que conocen la Biblia inmediatamente eso dispara una asociación porque Jesús nación en Belén y David es progenitor, es ancestro, es antepasado de Jesús. Jesús vino de la tribu de Judá de donde venía David y hay un linaje directo sanguíneo, que va de David pasando directamente hasta Jesús. Es decir, que él era un antepasado directo en la carne de Jesús.

¿Qué cosa interesante? Que Dios tiene una larga memoria. Mire cómo Jesús había de nacer en Belén mil y pico, casi dos mil años después y aquí tenemos a su antepasado David viviendo en Belén donde él va a ser escogido para algo muy especial. Es que el Señor siempre piensa en largos tiempos. Él es muy intencional en todo lo que hace, él está pensando en términos de miles y cientos de años en cosas que él va a hacer. Y él no ve como nosotros vemos.

Entonces, dice aquí en el versículo 1, el Señor mandó a Samuel para que llenara su cuerno de aceite y lo envió a donde vivía Isaí, de Belén, dice:

“… porque de sus hijos me he provisto de rey – uno de los hijos de Isaí era el hombre que Dios había escogido para que fuera el rey próximo de Israel en sustitución de Saúl, que había desagradado al Señor y no tenía un corazón como el que Dios quería. El corazón de Saúl no era agradable a Dios y de nuevo, hablando acerca del corazón, ¿tu corazón, tu sensibilidad cómo es? Dios lo envía allá y dice en el versículo 3:

“… y me ungirás al que yo te dijere,” es decir Dios tomó eso muy a lo personal. Tu me vas a ungir al que yo te diga. Dios estaba muy involucrado en ese proceso. Entonces Samuel hizo como le dijo el Señor y luego que llegó a Belén los ancianos tienen miedo de Samuel porque Samuel es un hombre que encarna la voluntad de Dios. Me imagino que ellos tenían una consciencia un poquito culpable.

Le preguntas si su venida es pacífica o si viene a crear problemas. Yo deseo el día que la iglesia cree problemas. A veces pensamos que la iglesia solamente está allí para decirle cosas bonitas a la gente y agradar a la gente. Yo creo que cuando la iglesia está llena del Espíritu Santo es peligrosa, eso se lo doy gratis, eso no es parte del sermón, pero lo dejo allí para que usted lo piense también. Los que quieren hacer de la iglesia solamente un gato amaestrado están muy equivocados.

Entonces le dicen, ¿es apacible tu venida o…? Y él le dice, “Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová.” Y entonces dice más adelante que…

“… aconteció que cuando ellos vinieron él vio a Eliab, unos de los hijos de Isaí, y dijo – vio a este muchacho que era guapo, fuerte, grande, fornido, un tipo guerrero, apuesto seguramente y dijo, “Este tiene que ser, no hay duda, este hombre tiene que ser el que Dios ha escogido.”

Fíjate que aún Samuel, un hombre tan entendido en las cosas del espíritu se estaba dejando llevar por valores humanos, carnales, culturales. Y ¿qué le respondió el Señor a Samuel?

“… le dijo, “No mire a su parecer ni a lo grande de su estatura, porque yo lo deshecho.” – Es una palabra fuerte. Yo lo deshecho. – “… porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos pero Jehová mira el corazón.”

Recuerde eso siempre. No se preocupe tanto por lo físico, lo externo, preocúpese por su corazón, ¿cómo está tu corazón? Cuando Dios mira, cuando Dios entra a la habitación de tu corazón, ¿cómo le huele? ¿Cómo se siente? ¿Está cómo él allí en el espacio de tu templo interior o se siente incómodo y no le gusta lo que ve y lo que siente? Por eso es que tenemos que preocuparnos por la habitación interna, porque es allí donde Dios vive y eso es lo que toca y afecta su propio corazón.

“…Entonces llamó Isaí a otro, a Abinadab – era como un concurso de belleza, cada uno de los hijos de Isaí se suponía que comparecieran ante el sacerdote. Imagínense cómo se habrán sentido esos muchachos de que sabiendo de que de ahí iba a salir siendo ungidos. – “…y entonces vino a Abinadab y lo hizo pasar delante de Samuel el cual dijo, “Tampoco a éste ha escogido Jehová.” – Samuel esta vez escuchó de parte de Dios, dijo, “No, ese no es.”

“… E hizo pasar luego a Sama y él dijo, “Tampoco a éste ha elegido Jehová.” E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel, pero Samuel dijo a Isaí, “Jehová no ha elegido a éstos.”

Aún el propio padre de todos estos muchachos no estaba sintonizado con el valor de estos muchachos ni tampoco con lo que verdaderamente le importaba a Dios. Es más, Samuel mismo, y eso es algo tan importante porque yo creo que hoy en día en la iglesia de Jesucristo, de paso entrando ya en la materia de mi sermón, hay mucha superficialidad acerca de lo que constituye una mujer de Dios, un hombre de Dios, una persona exitosa, una persona digna de atención. Aún yo creo que en esta nación ahora mismo en estas elecciones nacionales es terrible cómo este pueblo, tanto republicanos como demócratas, yo creo que más los republicanos que los demócratas porque me identifico a veces más con los valores del Partido Republicano, aunque entiendo su corrupción y todas sus cosas más que nunca, pero aún hoy en día en esta nación en las elecciones nacionales nos estamos dejando llevar precisamente por eso, por cosas externas, quién grita más, quién habla más duro, quién es más bocón, quién más parece que es la persona fuerte, la persona que nos va a salvar de nuestra crisis.

Y no estamos mirando los issues, los temas de la justicia, del amor de Dios, la complejidad del hombre que está delante de nosotros, la persona que va a tener que bregar con situaciones, que va a necesitar más bien sobriedad, generosidad, justicia, intelecto, amplitud cultural, entendimiento de todas las diferentes dimensiones morales y espirituales, tan importante es eso, que tienen que ser tenidas en cuenta. Una persona que tenga temor de Dios, sano temor de Dios, no tenemos que pedir un genio espiritual, yo no necesito un pastor evangélico en la presidencia de Estados Unidos, pero sí necesitamos un hombre, una persona temerosa de Dios, a lo mínimo, una persona con sano temor de Dios y cuya vida refleje, por lo menos, una base espiritual. Eso es necesario.

Pero aquí vemos esto que ni el papá mismo de estos muchachos podía entender esos valores, cuando llega el momento de escoger al que va a dirigir una nación. Y entonces, pasan todos los muchachos y no se le ocurre pensar en el que Dios ha escogido. Hasta ese punto llega su ignorancia espiritual. Y Samuel le dice:

“…”¿Son éstos todos tus hijos? – porque Dios le ha dicho, es allí donde está el hombres que tu has escogido, le pasan a todos los muchachos y ninguno es y Samuel dice, “¿Me habré equivocado de dirección? ¿Estos son todos los hijos tuyos?” y mire cómo le responde el padre:

“… Queda aún el menor que apacienta las ovejas… – ah, sí, se me había olvidado, hay uno más. – Y dijo Samuel a Isaí, “Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.” envió pues por él y le hizo entrar y era rubio, hermoso de ojos y de buen parecer…”

Es interesante porque sí Dios también escoge personas, él es muy amplio, pero fíjese que es más bien que era un hombre dulce, era delicado, era una persona que no era en realidad el guerrero que se necesitaba para pelear con los filisteos que estaban oprimiendo a Israel. David era un poeta, un salmista, era un romántico, era un muchacho más bien espiritual, y era delicado hasta cierto punto en su parecer y en su forma. Él hubiera sido un buen candidato quizás para director de la cultura en Israel, pero no para ser el guerrero rey que quería la nación.

Pero Dios miraba la delicadeza de su corazón, miraba la otra parte. Cuando David quiso ponerse la armadura de Saúl, ¿recuerdan la historia? Para pelear con Goliat, le bailaba el cuerpo dentro de la armadura porque no era un hombre inmenso, era un muchacho joven, quizás un adolescente, no estamos seguros de qué edad tenía, pero era una persona delicada más bien, rubio, hermoso de ojos y de buen parecer.

Quizás a las muchachas de la iglesia lo escogerían a él pero no hubiera sido bueno en realidad para un presidente guerrero, que era lo que se necesitaba cuando Isis estaba en el aire haciendo de las suyas.

“…Entonces Jehová dijo, “Levántate y úngelo porque ése es.” Es ese el que yo quiero. “…Y entonces Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos y desde aquel día en adelante el espíritu de Jehová vino sobre David…”

Lo que yo les decía, hermanos, es que esta idea, lo que verdaderamente nosotros tenemos que aprender en la vida a mirar cómo Dios mira las cosas. Yo creo que mucha gente viene a los caminos del Señor, pasan al frente, conocen a Cristo, lo reciben, pero nunca se lanzan en lo que es la verdadera jornada del espíritu, que es la reprogramación de su cerebro, de sus valores y de sus preferencias y de sus aspiraciones. Lo más difícil de la vida cristiana no es dejar de fumar o mujerear o de robar, es el cambio interior, la reprogramación del ser humano, el cambiar los valores, el cambiar los apetitos, el cambiar la forma en que vemos el mundo, en que tratamos a los demás, nuestro carácter interior. Ahí es donde está la verdadera batalla, yo les digo, de la vida cristiana.

Mucha gente piensa con todo lo que nosotros enfatizamos a veces de dar dinero al reino, de servir, piensan que eso es como que queremos sobornar a Dios. Creen que si yo le doy a Dios y yo hago esto, si yo hago lo otro, todo externo, que Dios va a estar contento conmigo, pero no se preocupan por el interior. Su corazón sigue podrido de orgullo, de mal hablar, de tratar mal a la gente, de violencia, rencor, todas esas cosas que son las que en realidad a Dios le interesa que sean tratadas para él poder hacer las cosas que él quiere hacer en nosotros.

Por favor, renuncie ahora mismo a esa idea de que la vida cristiana es quitarse una cantidad de cosas externas. No, es llegar a ser un nuevo hombre, una nueva mujer, un nuevo corazón, un corazón de carne no de piedra. Es valores diferente, el fruto del espíritu, la humildad, el amor, la mansedumbre, la paz, el gozo, la benevolencia, la bondad, la justicia, la generosidad para con los demás, la gracia, esas son las cosas que verdaderamente indican que una persona agrada al Señor y que ha entendido lo que es caminar en los caminos de Dios.

Y eso es lo que define verdaderamente a una persona de éxito. Yo vinculo esto a lo que hemos estado hablando de cómo ser felices en la vida, de cómo tener vidas saludables emocionalmente y cómo estar satisfechos con la vida. Porque muchos de nosotros sentimos como que hemos fracasado y que Dios nos ha fallado, porque no hemos llegado a las aspiraciones externas que teníamos. Yo quería compra una casa y pensaba que ya a los 40 años la iba a tener yu no la tengo, Dios me falló porque he orado, he diezmado, he venido a la iglesia todos los días y no me ha dado la casa.

Yo quería que Dios me diera un gran trabajo o un negocio, no me lo ha dado, Dios me falló. Yo quería casarme cuando tenía 20 años, no me he casado, Dios me falló. Entonces, miramos todo en términos de cosas externas y medimos a la gente por las cosas externas. Y eso nos hace sentir fracasados y nos hace sentir ignorados por Dios o que el Evangelio nos ha fracasado, cuando Dios está interesado en un set muy diferente de cosas y sus prioridades no son como las nuestras, como las del mundo.

Si vamos a vivir en Cristo tenemos que mirar con los ojos del Reino de Dios y nosotros trabajar en nosotros mismos. La clave del éxito, hermanos, es que tu corazón agrade al Señor. Si tu corazón agrada a Dios, si tu personalidad agrada a Dios, tu temperamento, tu carácter, tu forma de tratar a los demás, tu vida interna, tu vida mental, si eso agrada al Señor lo demás vendrá por añadidura.

Dios te va a dar los anhelos de tu corazón en una manera que te va a sorprender, pero primero tu corazón tiene que ser agradable, porque el corazón es la fuerza motriz del hombre o de la mujer. Si tu corazón es bueno va a traer cosas buenas, yo te lo aseguro. Si tu corazón está dañado, aún cuando tienes buenos sentimientos, pero hay rencor, hay heridas que no se han sanado, hay cosas que no están bien con Dios, no tiene que ser odio, no tiene que ser violencia, a veces simplemente sentimientos de rechazo, agendas con Dios escondidas, sentido de victimización, que no nos permite disfrutar de lo que Dios ha hecho, orgullo, todas estas cosas, entonces esos son impedimentos. Nuestro corazón no puede atraer el bien porque en el mundo del espíritu las cosas buenas traen cosas buenas, las cosas malas atraen cosas malas.

El diablo opera donde hay un corazón torcido. El diablo opera en las cosas que se parecen a él que están en nuestro corazón. Cuando hay cosas de Dios el diablo le es muy difícil operar en ese corazón porque él se siente atraído por lo que huele mal en nosotros. Y por eso es que nuestra agenda primordial debe ser limpiarnos de todo lo que no huela a Jesucristo y al Reino de Dios.

Yo conozco mucha gente, aún en nuestra propia congregación y quizás a mí me aplica en parte también, que necesitan entender esta verdad y yo creo que juzgan muy superficialmente acerca de lo que es verdaderamente ser una persona agradable ante los ojos de Dios, y por eso tropiezan y sus ministerios y su vida están limitados. No pueden llegar a todo lo que Dios quiere que lleguen, porque esto no se trata de cuánto tu le das a Dios externamente. No, es tu corazón, cómo tu corazón agrada.

Y lo que yo veo aquí es esto, que David era un hombre, dice la Biblia que “era conforme al corazón de Dios.” No era perfecto, David cometió muchos errores graves como padre, como rey, como guerrero, cometió muchísimos errores, pero había algo en el corazón de David que es lo que yo digo siempre, mira, si en tu corazón tu tienes buenos deseos de agradar al Señor, si tu amas a Dios con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, si tu quieres hacer el bien, si tu eres sencillo de corazón, si te arrepientes cuando ofendes al Señor, yo te juro, voy a usar esa palabra, que Dios no se va a cansar de trabajar contigo.

Dios nunca te va a desechar. Dios nunca te va a golpear con la parte trasera de su mano. Te va a dar una cachetada amorosa pero no te va a desechar porque Dios ama al corazón humilde. Dios ama al corazón que lo ama a él y que está tierno para con él, que quiere hacer el bien, aunque falle.

Y eso es lo que tenía David, él tenía un corazón así. Yo creo que por eso es que David tuvo éxito en el futuro de su vida y era un hombre exitoso en ese mismo momento en que estaba en el anonimato de las ovejas detrás de la casa, en el patio o en el campo. Y nadie lo ve, cuando él pasaba por la aldea, nadie se inmutaba mucho en verlo. Ahora cuando pasaba uno de los otros muchachos guau, las mujeres se quedaban embebidas de uno de ellos. Y David pasaba por allí tranquilito pero era el más exitoso de todos porque su corazón era agradable al Señor. Y Dios tenía un propósito para con él.

Muchos de nosotros queremos que Dios nos use grandemente en la vida pero no dedicamos suficiente tiempo a la calidad interna de nuestro espíritu, nuestras cualidades como seguidores de Jesucristo. Y por eso no tenemos éxito.

Por otra parte, hay gente en una iglesia, como en la nuestra, que quizás nunca han predicado un sermón ni lo predicarán, quizás nunca han dado una clase de escuela bíblica o nunca han ni siquiera hablado en público en esta iglesia, pero son gente que agrada a Dios y que Dios se agrada de ellos. Y cada vez que vienen a la casa del Señor el Señor recibe su alabanza y recibe su adoración y se goza que ellos estén en su templo, porque su corazón es un corazón que ama al Señor.

Y uno ve eso a través de todas las páginas de la escritura. Tenemos, por ejemplo, el caso de la viuda que dio la ofrenda. Había gente daba mucho más que ella, había magnates que venían al templo y daban miles de dólares, de su diezmo o lo que fuera, pero Dios no se inmutaba con ellos. Lo recibía quizás pero no lo agradaban tan íntimamente, pero esa mujer que reveló su corazón dando todo lo que tenía porque amaba al Señor, esa mujer inspiró la atención de Jesucristo y él llamó a sus discípulos y dijo, “Miren cómo los ricos dan grandes cantidades de dinero, pero eso no es lo que a mi padre le interesa.” Esa mujer, esa peseta que ella echó allí que era su última para comprarse un café en Dunkin Donuts, que ni siquiera hoy en día lo puede comprar con 25 centavos, pero esa peseta ante los ojos de Dios es mucho valiosa que un millón de dólares porque ella dio todo su bien.

Es que hay cosas que revelan la calidad de una persona. Y eso era lo que David tenía. ¿Cómo sabemos cómo era el corazón de David? Recuerdan la historia de Goliat, está en el próximo capítulo, ya Dios está obrando en la vida de David, lo está preparando y viene ese momento en que este gigante está continuamente insultando al pueblo de Dios e insultando a Jehová el Dios de Israel. Están reunidos los dos ejércitos en un gran valle, me imagino, y todos los días sacan a este hombre que mide como 8 pies de altura, y todos los días él se para y le grita al ejército de Israel y le dice, “Saquen a uno de los suyos, cobardes que son, ¿Dónde está el Dios ese que ustedes dicen?” todos los días insultaba a Jehová, insultaba al pueblo de Dios y no había un hombre… porque veían, era un guerrero que había descabezado a cientos de personas, tenía una espada inmensa, era un guerrero armado hasta los dientes. Nadie se atrevía a meterle mano.

Pero David por casualidad va un día… sus hermanos que son guerreros, son fuertes, son granes, son poderosos, están en el ejército pero ninguno de ellos tampoco le mete mano. Y a David lo mandan como muchachito de mandados a llevarle unos quesos y una comida a sus hermanos que están en el ejército. Y llega allí David con su cesto de comida y sus cosas y de momento sale el gigante al otro lado y comienza a insultar a Dios, insultar al pueblo. Y David pone sus quesos ahí debajo y pregunta, ¿qué es lo que está pasando? Oh, que hay un gigante que viene todos los días e insulta a los israelitas, insulta a Jehová. Y David pregunta, ¿pero no hay nadie aquí que se atreva a meterle mano a este hombre? No, nadie, es demasiado grande. Sería un problema terrible.

Y los hermanos de David que están ahí al lado reprenden a David, le dicen, mira este pendenciero aquí hablando y diciendo esto. Vete para tu casa, muchacho. Estas son cosas demasiado serias para usted. Fíjense de nuevo, los valores. A David le preocupa la reputación del Señor, le preocupa la reputación de su pueblo, se enardece y se indigna y dice, “Yo lo voy a hacer.” Aunque no tiene ninguna calificación para ser un guerrero. Nunca ha estado en el campo de guerra, pero él no piensa en las limitaciones. Es que su corazón ama tanto a Dios que él no puede soportar la idea de que todos los días estén insultando el nombre de Jehová. Él dice, “Yo lo voy a hacer.”

Y es interesante, este es un detallito muy interesante para complicarle la narrativa, y es que… fíjese que uno no tiene que ser más santo que el Papa tampoco, porque a David le interesaba – y yo digo eso porque hay hermanos que cuando se habla de que Dios te bendice, Dios te prospera, se enamoran tanto… o mejor dicho hay otros que se escandalizan tanto con la idea de que Dios te bendice si tu corazón es adecuado y Dios te prospera, que se olvidan de que no hay nada de malo con desear buenas cosas en la vida, y que Dios bendice al corazón que le agrada.

Fíjese cómo David le pregunta a los hermanos cuando él ve lo que está pasando, dice en el versículo 26, del capítulo 17:

“….¿Que harán la hombre que venciere a este filisteo y quitare el oprobio de Israel?”

En otras palabras, cuál es el premio. ¿Le van a dar algo? ¿Le van a dar un Cadillac, le van a dar una casa, le van a dar un retiro o algo? Él está interesado. Él quiere saber cuál es el premio que le van a dar. David no es un tonto.

Yo creo que no hay nada de malo que tu vengas a la casa de Dios y que esperes que Dios te va a prosperar y te va a bendecir. Pero lo importante es que tus prioridades estén correctas. Lo primero es agradar al Señor. Porque yo veo aquí en el corazón de David estos dos elementos, que por eso es un personaje tan complejo, dice:

“….¿Que harán la hombre que venciere a este filisteo y quitare el oprobio de Israel? Porque quién es este filisteo circunciso para que provoque a los escuadrones del Dios viviente…”

Están las dos cosas en él. Yo creo que podemos, Dios quiere bendecirnos, Dios quiere prosperarnos, Dios quiere usarnos. No hay nada de malo con que tu quieras tener una buena vida, pero tus prioridades tienen que estar correctas y tienen que ser en el orden apropiado. Entonces él se indigna y está dispuesto a confrontar a este gigante y de hecho lo hace, vence al gigante, porque tiene la unción del Espíritu Santo que le vino cuando fue ungido con el aceite en la casa de su padre por Samuel, porque han pasado ya meses desde que él recibió la unción del Espíritu Santo a través del aceite que derramó el profeta sobre su cabeza.

Ahora, en el momento de la crisis el Espíritu Santo surge dentro de él y se llena de ese ardor por la gloria de Jehová, dice, “Yo lo voy a vencer.” Cuando tu corazón es agradable al Señor y el espíritu del Señor está dentro de ti, mi hermano, mi hermana, tu eres invencible. Lo que tu emprendas te irá bien, dice la palabra, serás bendecido. Pero ese es el orden, ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Ahí comienza, ese es el bien del hombre.

Deja que Dios obre en tu vida, en tu corazón, en tu mente, en tu carácter, en tus prioridades, deja que Dios reprograme tu mente porque todos los que entramos al Reino de Dios necesitamos que Dios nos reprograme, todos. Y el problema está en que mucha gente no se deja reprogramar cuando vienen al reino. Vienen al reino y se quedan intocados por dentro, no le quieren ceder al Señor su interior y por están siempre patinando en la vida y en el Evangelio. Y usted los ve que no progresan, no reciben los nutrientes, porque su espíritu no es capaz de procesar los valores del reino y las bendiciones que Dios da. Son como esas personas que tienen problemas procesando las vitaminas y comen y siempre están delgados y débiles porque su sistema no puede procesar ciertos nutrientes.

Y así somos nosotros y nuestro corazón, nuestra mente, nuestro espíritu, nuestros valores no están conformes al corazón de Dios, mire, eso es lo que más daña un ministerio, un matrimonio, las finanzas, las profesiones, la carrera de la gente, los hijos, es la calidad de nuestro corazón. Hasta que el corazón no está en sus prioridades correctas, el orden de Dios y eso, yo te voy a decir algo, si tu quieres que tu corazón cambie tu no lo vas a poder hacer por ti mismo. Esa es una operación quirúrgica que solo Dios puede lograr. Tu parte es ponerte en la mesa de la cirugía y soltarte para que Dios a través de los años vaya creando en ti un corazón nuevo, un corazón contrito y humillado.

Recuerda la palabra, pon en mí un corazón nuevo, renueva mi corazón, un corazón contrito y humilde. Eso es lo que David le pide al Señor en el Salmo 51. Y eso es lo que más Dios quiere hacer. Cuando tu entras a los caminos del Señor pídele al Señor que reconfigure tu personalidad.

Por eso Pablo dice en Romanos 12, “os ruego por la misericordia de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios…” El presentar nuestros cuerpos, nuestros miembros, nuestra biología, nuestra carne, nuestra mente al Señor es eso. Yo visualizo, cuando yo escucho esa palabra de presentar nuestros cuerpos, yo visualizo una persona llegando a una cámara bien blanca, resplandeciente. En ese espacio no hay nada, absolutamente nada, es puro, perfecto, blanco, blanco, y hay una camilla de operación en el centro y esa persona cuando llega a la puerta, antes de abrirla se desviste completamente, se desnuda, abre la puerta y entra y hay una luz que lo convierte totalmente transparente a esa persona, se ve todo. Y esa persona viene solemnemente y se sube a esa camilla y se tiende allí, y entonces una fuerza sobrenatural comienza a operar y a reconfigurar el interior de ese individuo. Esa es la vida cristiana.

Y eso se toma toda una vida. En un sentido nosotros estamos sobre esa camilla de operaciones hasta el último día de nuestra vida. La vida cristiana tiene que ser una continua intervención de Dios sobre nosotros, cada día. Dios operando con su escalpelo, su bisturí y a veces sus serruchos porque a veces hay cosas que hay que sacarlas a pedazos grandes, todos los días.

Y todas las cosas que tu experimentes en tu vida, los fracasos, las decepciones, las traiciones, las enfermedades, los dolores, todo eso, va a ser parte de esa operación quirúrgica, porque Dios va a usar todos los elementos de tu vida, todo, para ir reconfigurando tu corazón para que tu corazón pueda ser agradable a él. Todo lo que pasa en la vida del creyente tiene un solo propósito y es conformar nuestro corazón según el corazón de Cristo, todo lo que pasa.

Por eso es que podemos ver todas las luchas de la vida como parte del trabajo de Dios en nosotros. No verlo como callejones sin salida, como fracasos. Mira, todo lo que ha pasado en tu vida aún, déjame decirte, antes de que tu entraras en los caminos del Señor, porque no es como que Dios no sabía quién tu eras cuando tu naciste. La Biblia dice que Dios te formó en el vientre de tu madre, él tenía propósitos para ti, y él permite que aún las cosas antes de que tu lo conozcas sean parte de tu preparación para donde él te quiere llevar.

Cuando tu entras en los caminos del Señor es simplemente un momento en que Dios dice, okay, ahora vamos a bregar en otra manera pero ya él está bregando contigo, por eso es que si tu fuiste abusado sexualmente, cuando eras niña o niño, si cometiste errores en la vida, si cometiste crímenes, si lo que fuera que pasara en tu vida, si perdiste fortuna, lo que sea, no vivas tu vida lamentándote lo que te hicieron y lo que te pasó cuando eras niño, o cuando eras niña, y no vivas como una víctima lamentando todo eso, porque aún eso Dios lo puede usar para su gloria. Y aún todo eso es parte de la trayectoria de Dios para tu vida.

Porque no es como que David vino a los ojos de Dios solamente cuando Samuel se le apareció. No, David nació en Belén, Dios tenía un plan milenial y el hecho de que él naciera en Belén era parte de lo que Dios quería hacer en la vida de él. Ahí va a nacer su hijo también, Jesús, y una cantidad de otras cosas. Es decir, que Dios estaba no solamente pensando en David, estaba pensando en miles de años atrás, David era parte.

Yo me imagino a David en el monte de donde lo llamó su papá para que compareciera ante Samuel, pensando, mírame aquí cuidando ovejas, mis hermanos allá en el ejército y exitosos y tan grandes y tan fuertes, y yo aquí cuidando una oveja, yo que quería ir a la universidad, yo que quería ir a la escuela superior. Quizás David se habría sentido fracasado, ignorado, que se le había ido el bus y lo había dejado. Pero no, yo creo que lo que estaba pasando era que Dios lo estaba preparando para reinar en la soledad del campo.

Porque qué interesante que David era pastor de ovejas. Dios ama los pastores de ovejas, la Biblia dice que David era como el dulce pastor de Israel. Yo creo que el pastorado de ovejas estaba preparando a David para ser pastor de su pueblo y también estaba anticipando el gran pastor, el pastor de pastores, que iba a ser su descendiente Jesús. Es que Dios es irónico y Dios es intencional y a Dios le encanta mirar la tierra y sonreírse con cosas que nosotros no vemos que están pasando.

Entonces Dios estaba formándose un rey y los reyes muchas veces no se forman en los concursos de belleza y en los campos de golf, los reyes se forman en actividades que van preparando su carácter para lo que Dios quiere hacer con ellos. Y entonces Dios los esconde y los pone a trabajar en las cosas, para que puedan retener la bendición que él tiene para ellos después. La vida es así de intencional.

Me vino a la mente ahora cuando yo estaba en la Universidad de Harvard haciendo mi doctorado, yo me tomé un año libre después de mi segundo año. Fue una crisis espiritual que yo tuve que Dios estaba trabajando en mi vida, llamándome en una manera muy fuerte y yo dejé la universidad porque también entendía que quizás era otra cosa lo que Dios me estaba llamando pero no estaba seguro de qué era. Y entonces me tomé un año libre y yo estaba pensando entrar en los negocios, dejar lo que… yo vine a estudiar literatura y sí, me voy a morir de hambre estudiando literatura, y había cosas que no me gustaban acerca del Departamento de Literatura también y dije, me voy a tomar un año.

Y entonces comencé a investigar las posibilidades de comenzar a trabajar en el mundo de los negocios y de conseguir un empleo en alguna corporación o algo así. Conociendo un poco del mundo de la universidad yo pensé, va a ser fácil para mí conseguir un trabajo en cualquier agencia de negocios o algo así, así que me voy a tomar un tiempo libre y comencé a buscar y no vi resonancia, se me cerraron las puertas en esa área.

Era un momento clave en mi vida en muchos sentidos porque Dios me estaba preparando para llamarme al ministerio pero yo no estaba seguro de eso. Tenía una idea más o menos pero no todavía no había decidido nada. Jamás se me había pasado de que fuera el pastorado específicamente. Y entonces comencé a buscar, no conseguí nada, me puse a hacer un trabajito allí académico en un lugar y entonces interesantemente eso coincidió con la apertura de esta iglesia que fue fundada en ese año. Ya Dios estaba trabajando en el mundo exterior también y yo comencé a asistir a la iglesia cuando el pastor Vergara la fundó en el ’82 y comencé a asistir a esa iglesia mientras me tomé ese año libre, o un poquito antes de tomarme el año libre fue que yo comencé a asistir.

El caso fue que estaba trabajando allí. Estaba viviendo con mi madre y mi hermana Marina en Lawrence, me fui allá, era como que Dios me cogió y me puso en el exilio. Dejé Harvard, después de estar en Harvard, haber estado en Princeton, años de gloria, de viaje y una cantidad de cosas, me metió a Lawrence a vivir con mi mamá a los 27 años, por ese tiempo. Y me puso allí en el exilio y en el anonimato.

Y un día, mientras yo estaba allá, me llegó una carta del Departamento de Servicios Sociales, en ese tiempo de llamaba Children and Families, me llegó una llamada de la supervisora del Departamento de Servicios Sociales de Lawrence y yo cogí el teléfono y ella me preguntó si yo era Roberto Miranda, le dije que sí y me dijo, “Mira, nosotros hemos recibido un resumé tuyo.” “Yo nunca he enviado un resumé a ustedes.” De hecho, yo jamás se me habría ocurrido trabajar en servicios sociales, ¿qué sabía yo de servicios sociales, de trabajador social? Me dijo, “Hemos recibido tu resumé y aunque yo sé que tu no tienes experiencia en esa área, pero nos interesaría entrevistarte para una posición de Senior Social Worker en el Departamento de Servicios Sociales.

Yo me estaba muriendo de hambre de todas maneras, dije voy a ir a ver. Así que fui, me entrevisté con ella, hablamos de todo menos de servicios sociales, una conversación bien amena. Y yo estaba esperando, ¿cuándo me va a preguntar acerca de qué yo sé acerca de esto y lo otro? Al final de como una hora de conversación me dijo, “Mira, yo sé que tu no tienes ninguna calificación para este trabajo, pero quiero dártelo, si te interesa el trabajo es tuyo.” Y comencé a trabajar en el Departamento de Servicios Sociales como trabajador social. Estuve ahí un poquito menos de un año.

Pero aquí está lo interesante, no es eso lo interesante. Porque de nuevo, mire cómo Dios soberanamente, porque yo les aseguro que yo nunca envié un resumé. Yo no sé jamás, todavía yo no sé cómo llegó un resumé mío al Departamento de Servicios Sociales, yo no me explico. Pero fíjese, Dios sabía que en dos años, después de eso yo iba a terminar pastoreando una iglesia, comenzando a pastorear, él me estaba preparando, porque nosotros comenzamos en el ’84, primavera en un sentido básico.

Y en ese trabajo de trabajador social me encargaron 20 familias latinas de Lawrence, esa era mi iglesita. Dios me dio una iglesia de 20 familias, me dio para que me las pastoree, aprende a ser pastor. Me estaba entrenando. Es como que me estaba diciendo, yo no te quiero a ti haciendo dinero, ganando dinero en negocios, yo te he preparado para pastorear mi pueblo. Y entonces soberanamente me consiguió un trabajo de pastor y me pagaban, qué bueno, en servicios sociales. Me pagaron bien. Y esas 20 familias, Dios me permitió hacer tantas cosas que yo no tengo tiempo para decirles, cómo Dios me usó con esas familias en el tiempo que yo estuve trabajando como trabajador social.

Yo la aprendí a amar, trabajé con jóvenes desorientados, con mujeres alcohólicas, familias que estaban pasando por tribulaciones terribles. Meche sabe porque en ese tiempo nosotros también nos comprometimos y ella fue testigo de una forma grande y poderosa en que Dios me usó con una de esas familias. Y yo creo que si hubiera sido solamente eso lo que yo hice, en todo el tiempo que estuve allí, me consideraría más que justificado en esa intervención.

Pero Dios sabía lo que yo iba a hacer y entonces me puso entre las ovejas a pastorear ovejas porque él quería entrenarme para ser pastor. Y entonces después de eso yo me convertí en ayudante, era la mano derecha – lo digo sin ningún tipo de alarde – del pastor Vergara. Yo serví al pastor Vergara por un año y medio hasta que Dios lo llamó a que regresara a Puerto Rico como tu teniente. Y allí Dios me enseñó a dirigir alabanza, a pastorear jóvenes, dar clases de escuela dominical, todas esas cosas yo las hice en ese tiempo. Y aprendimos y ahí nos casamos y no íbamos a tener hijos por mucho tiempo porque Meche era una mujer profesional que quería terminar… y a los 11 meses de casados ya teníamos a Sonia porque Dios necesitaba también padres que supieran lo que es ser padre.

Es que Dios es soberano. Tu ves cuando Dios está obrando en una vida y cuando Dios tiene un plan Dios trabaja en el micro cosmos, en las cosas pequeñas de la vida. Pero todo está en que Dios lea tu corazón y que él vea que él te puede usar, que él entienda que tu lo amas y entonces Dios no se cansará de intervenir en la forma más minuciosa en tu vida.

Porque yo les digo que si nosotros solamente entendiéramos cuán minucioso Dios es en bregar en la vida de un hombre, una mujer, cuando ese hombre o esa mujer le agrada a él, es que eso cambiaría todo. Pondríamos nuestras fuerzas y nuestro énfasis en esas cosas que nadie ve porque lo único que Dios está viendo es tu corazón, es tu interior, la cámara interna de tu vida. Si eso le es agradable, yo te prometo que todo lo demás va a venir y Dios va a usar tu vida cada día, él va a estar cosiendo e hilvanando el tejido que va a ser tu vida. Y Dios se va preocupar por ti, te va a atender, va a atender tus necesidades, va a atender a los que tu amas, pero la prioridad tiene que ser que mi corazón sea agradable a Dios.

Y si tu te mueres un día y nunca alcanzaste una gran gloria material, déjame decirte que si tu corazón fue agradable a Dios tu eres la persona más exitosa del mundo. Yo iba a leer la historia de Lázaro pero no hay tiempo, porque en la parábola de Lázaro y el hombre rico, el hombre rico tenía todo lo que un hombre exitoso podría desear. Llegó a la cúspide de la gloria, tenía casa, tenía gente que lo respetaba, posesiones materiales pero nunca hizo una cosa buena, nunca hizo una buena obra, no tenía un corazón misericordioso. Pasaba por Lázaro todo el tiempo andrajoso, harapiento, lleno de llagas y Lázaro le pedía 50 centavos y él ni siquiera lo miraba, porque su corazón era todo material, su corazón no era agradable a Dios.

Tenía éxito financiero, y todo lo demás, quizás tenía todo lo que un hombre podía desear físicamente, pero tenía un corazón podrido, o quizás peor, un corazón muerto, un corazón como una tierra seca y dura y apretada, no agradable a Dios. Y Lázaro parece que su ternura y su corazón, aunque era andrajoso y miserable en el sentido humano de la palabra, agradaba al Señor. Y dice la Biblia, cuando murieron el hombre rico se fue al infierno y ese hombre pobre que nunca hizo nada grandioso en la vida se fue al seno de Abrahán, así lo llama la escritura.

Y esa es la clave. Yo creo que cuando nosotros lleguemos allá arriba, al cielo, habrá grandes evangelistas, habrá pastores de iglesias de miles y miles de personas, y van a estar en la cola, atrás, en lo último de la cola, y quizás algunos ni siquiera van a entrar. Y habrá gente en el frente, esperándolos, entrando, teniendo franca entrada, que nunca predicaron un sermón, nunca hablaron en público, nunca hicieron nada tremendamente grandioso para Dios, pero su corazón agradó a Dios.

Yo sé que aquí hay gente así. Yo me agrado cuando veo muchos de ustedes, porque veo su corazón, veo su sencillez, veo su amor a Dios, veo su sana espiritualidad y eso yo digo, gracias Señor, porque esta gente está en esta iglesia, porque para mí eso es una responsabilidad increíble. Ver ese tipo de personas en mi congregación yo entiendo el peso tan grande que es pastorear esas vidas, porque son joyas delante de Dios. No todo lo que brilla es oro, no todo el que hace grandes cosas necesariamente Dios recibe su ofrenda. Es el corazón.

Y por eso fue que Dios llamó a David. Lo preparó primero y David pensando, fracasé. No. tu vida estaba por comenzar entonces, David, y Dios tenía grandes cosas para ti. Tus sueños se iban a cumplir.

Mi hermano, mi hermana, en esta mañana sal de aquí con tus prioridades correctas. Pídele a Dios que te haga un hombre, una mujer exitosa porque tu corazón agrade al Señor, porque tu vida sea un olor suave delante de Dios, porque el fruto del Espíritu Santo se manifieste en tu vida y pelea por eso y sé una ofrenda agradable delante de Dios. Que cada vez que tu camines sobre la tierra tu vida despida un olor que agrade al Señor y bendiga a los hombres.

Eso es lo que es ser exitoso en la vida, todo lo demás es totalmente secundario. Que el Señor te bendiga. Bajemos nuestras cabezas. Pidámosle al Señor que nos ayude a entender estas verdades en esta mañana. Todos tenemos que aprender algo de eso. Señor, ayúdanos a ser como Cristo y cúbrenos con la coraza de tu justicia y tu amor, tu gracia, tu bondad, tu humildad, tu mansedumbre, tu generosidad para con los demás.

Que esta iglesia siempre refleje los mejores valores de tu palabra y de tu reino, Señor. Que ese sea el distintivo de esta comunidad todos los días que esté sobre la tierra. Padre, danos la gracia de ser un pueblo de buenas obras y de amor, de armonía y de preferencia unos por los otros. Te pedimos perdón por las muchas maneras en que te ofendemos con nuestra vida interior, Padre. Y hoy te suplicamos ayúdanos a ser mejores de lo que fuimos ayer. Bendice a tu pueblo y derrama tu dulce ungüento sobre nuestros corazones.

Abrazamos el fruto de tu santo espíritu, Señor. Gracias, Padre, en el en el nombre de Jesús. Amén. Dios les bendiga mis hermanos.

El valor de la generosidad y de la gratitud

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Primera de Crónicas, capítulo 16. Vemos a David que acaba de entrar el arca de nuevo a Jerusalén después que el arca había sido capturada por los filisteos y David declara una ofrenda especial al Señor en gratitud. Cuando David finalmente logra traer el arca del pacto de nuevo, símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo David declara una ofrenda especial, un día especial de gratitud al Señor. En el capítulo 16 dice:

“…Trajeron el arca de Dios y la pusieron en medio de la tienda que David había levantado para ella y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante de Dios. Y cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz bendijo al pueblo en el en el nombre de Jehová y repartió – es interesante esto – a todo Israel, así a hombres como mujeres a cada uno una torta de pan, una pieza de carne y una torta de pasas. Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová, Dios de Israel….”

Vemos esta santa convocación que hace David como expresión de gratitud por el favor recibido de parte de Dios, de poder tener el arca que es el símbolo de la presencia activa de Jehová en medio de su pueblo.

Vemos entonces este acto de bendición de parte de Dios y una reacción de gratitud al Señor de parte del rey y de parte del pueblo de Dios. La semana pasada yo hablé con la congregación hispana acerca de la gran comisión y del papel, el rol que juega la generosidad en el llamado del Señor Jesucristo a discipular a las naciones durante esa gran comisión.

El pueblo de Dios tiene que ser un pueblo generoso para que esta gran comisión de alcanzar a las naciones, de bendecir las ciudades, de llevar a cabo actos de misericordia, actos de evangelismo, actos de construcción de edificios, actos de poder soportar y apoyar a los serivos de Dios y las siervas de Dios en toda la tierra, es necesario un pueblo que respalde esos proyectos y sin un pueblo generoso no hay gran comisión.

El pueblo de Dios es un ejército, es un ejército de misericordia, de amor y de gracia pero es un ejército, y también es una corporación que requiere liderazgo, requiere organización, requiere inversiones, requiere disciplina, requiere visión, requiere soporte de los que trabajan, inversiones de todo tipo, publicidad, etc., todas esas cosas y más son requeridas y todo eso solo puede darse, según Dios lo ha establecido, por medio de la generosidad del pueblo de Dios. Se requiere un pueblo generoso.

Todo lo que disfrutamos como iglesia en este tiempo, esta maravillosa reunión y un lugar para tenerla, nuestra planta física, los demás recursos que tenemos, pastores que apoyan diferentes familias en sus tiempos de necesidad y de celebración, maestros, todo eso lo debemos primeramente a un Dios generoso, y luego a un pueblo generoso que comparte sus bienes para el avance del Evangelio. Amén. Denle un gran aplauso al Señor.

Mi deseo mayor, hermanos, es que con el paso del tiempo nuestra iglesia llegue a ser un pueblo que no tenga límites en su generosidad para con el Señor, que le de al Señor siempre generosa, alegremente, sabiendo que así como dan así también reciben, y que si dan es porque ya ha recibido y porque no le faltará nada bueno a aquellos que son generosos para con Dios.

Yo quiero señalar también otro valor, aparte de la generosidad, que es el valor de la gratitud. Digan todos gratitud. Sin gratitud no puede haber verdadera generosidad porque si tu le das al Señor simplemente mecánicamente, externamente, pero no hay un sentido de deuda, de gratitud al Señor por lo que tu has recibido, entonces tu ofrenda no tendrá sentido.

Y recuerda las palabras del profeta en el capítulo 12 de Hebreos, dice:

“…Así que recibiendo nosotros un reino inconmovible tengamos gratitud y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia…”

Lo que yo veo aquí es eso de que habiendo recibido del Señor tantas grandes bendiciones, un reino inconmovible, una esperanza eterna, una salvación que no tiene medida, nosotros entonces de ese sentimiento de endeudamiento con Dios servimos al Señor, le damos al Señor, y avanzamos el Reino de Dios. En el contexto de este día de Acción de Gracias, nos congregamos como un solo pueblo para expresar nuestra gratitud al Señor.

Dios nos ha bendecido como congregación, nos ha bendecido en formas extraordinario y en este fin de semana de Acción de Gracias Dios me ha hecho recordar como nunca antes, todas las bendiciones que él ha tenido para con nosotros. Yo jamás pensé cuando nos mudamos a Boston hace 18 años, y cuando compramos este edificio hace 20, 21 años, jamás pensé que veríamos tantas bendiciones como las que hemos visto en estos años.

Yo nunca me imaginé, vine simplemente en obediencia, vinimos en obediencia a una visión que Dios nos había dado de ir a la ciudad y comenzar el ministerio en la ciudad y ser de bendición a la comunidad alrededor de nosotros. Y mi visión era muy estrecha aún dentro de lo amplio que era ya por lo que Dios me había dicho que quería hacer. Pero nunca pensé que veríamos tantas bendiciones y que hoy, por ejemplo, tendríamos un servicio como el que estamos teniendo. Yo estoy lleno de gratitud al Señor por todas sus bendiciones y sus bondades.

Yo recuerdo que cuando llegamos aquí un poco cansados y tuvimos las actividades de inauguración tuvimos unas proyecciones de diferentes momentos del proceso de la construcción y Dios me dio el pasaje de Salmos 126, los versículos 1 al 3, y cuando lo leímos en ese tiempo yo no pensaba que todo lo que Dios tenía en mente para nosotros. Dice el Salmo 126:

“…Cuando el Señor, cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión seremos como los que sueñan… – en esa cautividad de Sión para nosotros en aquel tiempo era salir de Cambridge, que no quiero decir que fuera una cautividad, pero era como un desierto preliminar donde Dios nos tenía allí, nos estaba formando, nos estaba disciplinando, estaba tratando con nosotros, enseñándonos muchas cosas y entonces él había de sacarnos de Cambridge, cruzar el Río Charles, como lo hicimos. La iglesia literalmente marchó desde Cambridge hasta Boston, ¿cuántos recuerdan eso? yo sé que hay algunos hermanos que recuerdan ese tiempo. Era como que Dios nos estaba sacando de Egipto y del desierto y finalmente nos hacía cruzar el Río Jordán y nos entraba a nuestra identidad como congregación aquí en la ciudad de Boston.

Y el salmista sigue diciendo, “…seremos como los que sueñan, – y yo sentía eso acerca del futuro de nuestra congregación, que cuando el Señor nos hubiera sacado del Cambridge para venir a Boston todo el trabajo de la primera construcción que fue tan arduo y tan difícil para una pequeña congregación, entonces nuestra boca se llenaría de risa, nuestra lengua se llenaría de alabanza, entonces dirían entre las naciones, en la comunidad, que vieran nuestra bendición, grandes cosas ha hecho Jehová con éstos, grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros, estaremos alegres.

Hemos visto cómo gente en la comunidad dice, Dios los ha bendecido como iglesia, los ha bendecido como pueblo. Y eso en parte es por la obediencia que hemos tenido al Señor. Dios bendice la obediencia y nosotros no vinimos a Boston buscando propiedad, vinimos a Boston, al contrario, con temor y temblor porque esta área de Boston era un desierto, peligrosísimo todo esto por acá, áreas llenas de basura y de escombros y Dios ha bendecido esta comunidad y nos ha bendecido a nosotros también. Y por eso bendecimos al Señor de esta manera.

En este pasaje que leí de Primero de Crónicas, vemos a David así mismo, bendiciendo al Señor porque ha sido fiel con su pueblo. David da gracias al Señor, convoca a todo el pueblo por la bendición de haber traído el arca al tabernáculo de nuevo. Y él quiere marcar esa gran ocasión con un tiempo de adoración extraordinaria.

La manera en que él decide honrar al Señor es ofreciendo holocaustos y sacrificios de paz. Yo me tomé el trabajo esta semana de explorar un poco acerca de los rituales de sacrificios y ofrendas especiales y hay una cantidad de ofrendas a lo largo del año que Dios ordenaba al pueblo que tuviera en mente.

Vemos aquí que David lo que hace es que convoca al pueblo y entonces declara sacrificios y holocaustos, y como yo decía, esta semana examinando veo, se me hizo claro una serie de ofrendas especiales a través de todo el año, aparte de los diezmos y las ofrendas que se supone que el pueblo trajera al Señor, había también momentos en que honraban a Dios y como que le traían un regalo al Señor. Venían a la casa de Dios y le traían un animal, se ofrecías bueyes, se ofrecían ovejas, se ofrecían pájaros también, se ofrecían vegetales de la cosecha, se ofrecían también tortas de diferentes tipos, libaciones también, aceite también se ofrecía al Señor. Todas esas cosas se derramaban delante de Dios. Los sacerdotes tomaban estos ofrecimientos de parte del pueblo y en algunos casos los mecían, los presentaban delante del Señor simbólicamente para que el Señor los recibiera y entonces o lo comían los sacerdotes o lo comía la familia después de dejar una parte como sacrificio y así puntualizaban su vida como congregación y como pueblo a lo largo del año.

Porque muchas veces nosotros hemos tenido tantas ofrendas a través de los años y la gente como que dice, bueno, ¿por qué tantas ofrendas? Bueno, es una tradición bíblica, a través de los siglos el pueblo de Dios siempre ha sido convocado para traer ofrendas al Señor, en diferentes momentos y honrar al Dios de Israel.

En el versículo 11 del capítulo 7 de Levíticos dice:

“…Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová. Si se ofreciere en acción de gracias ofrecerán por sacrificio de acción de gracias tortas sin levaduras amasadas con aceite, hojaldre sin levadura untadas con aceite, flor de harina frita en tortas amasadas con aceite, con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz…”

Léase los primeros capítulos de Levítico y usted verá cuántas diferentes ofrendas que requerían una inversión de material hogareño para honrar al Señor.

“…Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escogiere en las fiestas solemnes de los panes sin levadura y en la fiesta solemne de la semanas y en la fiesta solemne de los tabernáculos, y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías…”

Es importante lo que David hace y lo que el pueblo de Israel siempre hacía. Antes de ofrecer ofrendas de paz, bendiciones y alabanza al Señor, lo que vemos aquí en este pasaje, es que David primero ofrece sacrificios y holocaustos por el pecado, por la purificación. Y cuando nosotros traigamos nuestras ofrendas al Señor en esta tarde, yo quiero que tu lo hagas con un corazón contrito y humillado. Gracias a Dios que no tenemos que ofrecer hoy en día machos cabríos ni bueyes ni nada, porque ya Cristo completó esa parte. Nosotros podemos simplemente remitirnos a la gracia del Señor y a su sangre preciosa y decir, Señor, hemos pecado contra ti, hemos pecado contra nuestros hermanos y ahora purifícanos, límpianos, sánanos y entonces acepta nuestra ofrenda.

Y eso es lo que yo quiero que tu hagas ahí en tu corazón. Si hay algo que tu sientes que tiene que ser arreglado con Dios quiero que tomemos un momento para arreglar cuentas con Dios, presentar cualquier ofensa que hayamos traído, que haya ofendido al Señor en alguna manera durante este año, presentar al Señor nuestro arrepentimiento. La palabra de Dios dice que al corazón contrito y humillado Dios jamás lo rechazará.

Yo quiero que te tomes un momento para reconocer, que nosotros como iglesia, más allá de la ofrenda, como iglesia en nosotros no hay nada bueno excepto lo que Dios pone en nosotros. Nosotros no somos mejor que nadie allá afuera en la calle, excepto que nos cubrimos con la sangre de Jesús y reconocemos nuestros pecados delante de Dios. Y como iglesia yo quisiera que hoy que estamos juntos hagamos un pacto con Dios de vivir en todo lo que el Espíritu Santo nos permita, en santidad delante del Señor y agradar al Señor en todas las cosas y que pidamos perdón por toda ofensa.

Tome un momento ahí donde usted está y si usted ha ofendido a su esposa, a su esposo, quizás ha ofendido a uno de tus hijos, quizás no has sido todo lo que Dios quiere tu seas como padre o como madre, quizás en alguna manera tu has ofendido al Señor en este año, toma un momento porque queremos ofrecer nuestra ofrenda al Señor con limpieza de corazón.

Vamos a comprometernos como iglesia, caminar en obediencia al Señor y cuando fallemos abogado tenemos para con Cristo Jesús, dice la palabra. Pero comprométete con el Señor y dale a gracias a Dios por la manera en que te ha bendecido este año, que ha bendecido tu familia, quizás Dios ha bendecido tu familia que está en otro país, quizás tu estás solo, quizás eres soltero, dale gracias a Dios por su misericordia, su compañía, su bondad para contigo. Quizás eres un trabajador y has sido prosperado en alguna manera, dale gracias al Señor por las bendiciones recibidas, por la salud que tienes, por conocer a Cristo Jesús como Señor y salvador.

Dale gracias a Dios aun si no estás donde tu quisieras estar y donde todavía hay cosas que tienen que ser arregladas en tu familia, en tu carácter, en tus finanzas, en tu salud. Recuerda la palabra del Señor, yo sé los pensamientos que tengo para ustedes, pensamientos de bien y no de mal para darles el fin que ustedes desean. Y mira hacia adelante con gran esperanza por lo que Dios va a hacer en tu vida y honra al Señor.

Nosotros damos gracias al Señor. Y aún cuando Dios no hubiera bendecido a nuestra nieta, como la ha bendecido, aún así tendríamos a darle gracias a Dios porque no siempre las cosas resultan como uno quiere, pero sabemos que siempre sí resultan como Dios quiere y lo que Dios quiere es bueno y siempre resulta para bien, a largo plazo el Señor arregla todas las cosas. Yo bendigo esa familia, por eso digo, esa familia que ha perdido su hijita no podemos entender a veces todo el significado de las cosas, pero con el tiempo si somos pacientes y humildes, Dios nos revela la coherencia y el propósito de lo que él hace.

Sosténgase allí mientras tanto y bendigan al Señor y crean que Dios en su momento les dará la paz y la conformidad que ustedes necesitan. Te damos gracias, Señor, bendecimos tu nombre Señor, alabado y glorificado sea tu nombre. Gracias Señor Jesús. Aleluya! Amén. Gloria al nombre del Señor.

Generosos para el Reino

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Yo quiero hablar acerca de generosidad para el Reino de Dios. Y quiero que usted medite en esa virtud de la generosidad que la palabra de Dios alaba muchísimo. Pero quiero fundamentarme primeramente en un texto de la escritura y un momento clave en la vida de la iglesia de Jesucristo a nivel histórico que es lo que se conoce como la gran comisión. Se encuentra en Mateo, capítulo 28. Y el Señor me hablaba ayer mientras yo le pedía la temática y la orientación específica del mensaje me vino a la mente la conexión que hay entre cumplir y realizar la gran comisión que Cristo le dejó a la iglesia y la generosidad del pueblo de Dios.

Y yo quiero conectar esas dos cosas para ustedes esta tarde. La Biblia nos dice en Mateo 28:16 que:

“… los 11 discípulos de fueron a Galilea al monte donde Jesús les había ordenado… – allí están estos hombres, no sabemos si había otros con ellos, pero estaban estos 11 discípulos. ¿Por qué 11? Porque el número 12, Judas, había traicionado a Jesús y se había suicidado, ahorcado, pero había 11 que habían sido fieles al Señor y estos iban a encabezar los esfuerzos de la iglesia, a iniciar. El Señor había de ascender al cielo, iba a enviar el Espíritu Santo y estos adolescentes se iban a convertir ahora en adultos, encabezando los esfuerzos de la iglesia. Y el Señor les deja una última encomienda, una encomienda clave que todavía nosotros estamos cumpliendo en el siglo XXI.

En el versículo 17 dice; “… cuando vieron a Jesús los discípulos, le adoraron…” Guau! ¿Por qué lo habrán adorado cuando lo vieron? Quizás lo vieron… porque recuerde que este no era el mismo Jesús que había caminado con ellos durante 3 años, este es un Jesús que tiene ahora una autoridad diferente. Acaba de resucitar. Es un Jesús que traspasa paredes, se aparece milagrosamente en medio de una reunión, tiene una autoridad… la Biblia dice inclusive que posiblemente fue al infierno mismo a declarar la victoria de la cruz. Y ha vencido a la muerte y en toda su gloria, antes de ascender, ellos lo ven y se sienten motivados a adorarlo. Y el Señor recibe su adoración.

Y yo creo que es una de las cosas más importantes que nosotros tenemos que entender que Jesucristo es Dios y que él merece nuestra adoración y todo… yo me imagino que ellos se postraron delante de él y le rindieron toda su alabanza y toda su adoración a ese Cristo todopoderoso. Y es interesante lo que dice aquí,”… pero que algunos dudaban…” porque siempre en todas las empresas del Reino de Dios ha habido algunos que son difíciles de convencer. Por eso yo creo que había más de 11, aunque que quizás entre ellos mismos había algunos que dudaban, pero yo creo había otras personas y entre esa gente había algunos que todavía no estaban convencidos, aún habiéndolo visto resucitar no estaban convencidos.

Y eso me recuerda que muchas veces en la iglesia, cuando nosotros hablamos de vida generosa para con Dios, de entrega, de servicio, de todas las cosas que requiere una vida cristiana vital, hay muchos que resisten, hay muchos como que hay que arrastrarlos a la entrega total de sus vidas al Señor Jesucristo, y aún de sus bienes, y están siempre cavilando y buscándole 3 patas al gato. No, que el diezmo será para ahora o era solamente para los tiempos del Antiguo Testamento o que esto, que lo otro. Siempre ha habido esa controversia. Y algunos sí son generosos y se dan al Señor totalmente, algunos dudaban. Pero eso no es lo que me interesa enfatizar, sino lo que sigue, dice:

“…Jesús se acercó y les habló diciendo, ‘Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto id y haced discípulos a todas las naciones’…”

Ahí está la clave de este pasaje, “id y haced discípulos a todas las naciones.” ¿Qué quiere decir eso de hacer discípulos a todas las naciones? Estamos hablando que eso incluía el continente de África que en ese tiempo no sé en qué punto de su cultura estaba, los mayas y los aztecas en Centroamérica y en Sudamérica, su propia cultura, la India con sus propios procesos históricos, las naciones de Europa, el imperio Romano y el Señor está diciendo, esos 11 hombres comunes y corrientes que vayan… y a los que habrían de seguirlos a ellos hasta nuestro propio tiempo, que vayan a todas esas regiones del mundo y se acerquen a esas naciones, a esas sociedades, a esas culturas y las conviertan en discípulos de Jesucristo.

Y él dice, “bautícenlas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén…”

Esa fue la encomienda de Jesucristo para la iglesia. Hagan discípulos de todas las naciones. Piense que es un mandato colectivo, no es solamente evangelizar hombres y mujeres individuales, sino evangelizar naciones, sociedades, sistemas, culturas y tornarlos en alineamiento con los valores del Reino de Dios.

Y uno se pregunta cómo iban ellos a llenar esa gran comisión, esa comisión de sujetar las naciones de la tierra a los principios del Reino de Dios. Yo no creo que se requiera un genio sociológico para entender que las naciones todavía no han sido sujetadas, no han sido convertidas en discípulos del Reino de Jesucristo. Porque eso de discipular y de hacer discípulos de las naciones, los pueblos, es una orden muy pero muy grande, significaba convertir cada nación en seguidores de Jesucristo. Las naciones, Estados Unidos, Rusia, sujetos a la voluntad de Jesucristo, dirigiendo sus gobiernos conforme a los principios del Reino de Dios, estableciendo leyes y reglas morales y sociales y judiciales que reflejasen los valores de la santidad, el amor y la justicia según lo define la palabra de Dios y el espíritu de Jesucristo. Eso es el llamado a la iglesia, hermanos.

¿Cómo iban a lograr eso los pocos seguidores que Jesús dejaba en la tierra cuando ascendía al cielo? Primero, lo iban a hacer, como él mismo sugiere aquí, por medio del poder del Espíritu Santo, que él haría descender sobre ellos comenzando en el día de Pentecostés. El Señor les dijo, “No salgan de Jerusalén sin antes ser envestidos del poder de lo alto porque ustedes van a necesitar ese poder para llenar esta tremenda encomienda que yo les he dado.”

Así que, número 1, era llenándose del espíritu de Jesucristo. Número 2, dedicando sus vidas, sus posesiones y sus talentos totalmente al avance del Reino de Dios. Él lo iba a hacer a través de discípulos que darían luz a otros discípulos porque usted no puede hacer un discípulo a menos que usted no viva como un discípulo, porque hacer discípulos quiere decir que usted le imparte su espiritualidad, su ADN, su genética espiritual, usted se la imparte a otro. Entonces, el cumplimiento de esta gran encomienda requería que la iglesia los que entraban en el Reino de Dios se convirtieran ellos mismos en gente que fueran discípulos, que siguieran a Jesucristo, que entregaran sus vidas al Señor. Como dijo Pedro, “Señor, lo hemos dejado todo por ti.” Y el Señor le dijo, “¿Sabes qué? No hay nadie que no haya dejado todo por mí y que un día no recibirá mil veces más en el reino de los cielos.” Pero aquí en la tierra uno tiene que vivir como un discípulo, como un peregrino y un extranjero hasta que uno llegue al cielo y reciba su recompensa.

La conquista de las naciones para Cristo, su conversión en discípulos de Jesús requiere, hermanos, entre otras cosas también una organización bien financiada y muy bien estructurada. La iglesia de Jesucristo es una corporación en un sentido, la iglesia de Jesucristo es una compañía, es un ejército, es un gobierno que tiene una meta, una visión, unos valores, un producto, un sistema y que se supone que esté fundamentada en una plataforma sólida, tanto estructural, por eso es que yo enfatizo tanto la organización, el orden, la excelencia, la atención al detalle, la minuciosidad, las cosas pequeñas, la disciplina, la perseverancia, el liderazgo, porque la iglesia de Jesucristo es un ejército, es una organización, es una corporación, tiene un propósito, Dios la ha llamado a ser una conquistadora de naciones.

Y entre las cosas que requiere un ejército, y requiere una corporación, es buen financiamiento. Sin buenas finanzas ningunas compañía, ningún ejército llega a ser poderoso o próspero. El avance del Reino de Dios requiere una organización bien financiada y esto quiere decir, requiere un pueblo generoso financieramente para con Dios. Es que tenemos que conectar esas dos cosas. ¿Cómo va la iglesia a conquistar el mundo, cómo va la iglesia a hacer lo que Dios quiere hacer en el siglo XXI? Yo les digo, hermanos, yo siento en mi espíritu en una manera muy fuerte que nosotros estamos al borde de un gran cambio en la manera en que la iglesia de Jesucristo va a caminar sobre la tierra, y antes de que Cristo venga, yo creo que la iglesia va a ser llamada a ejercer gran autoridad sobre las naciones.

Yo todavía no estoy empacando mi maleta para irme para el cielo o en el rapto de la iglesia, yo creo que todavía nos queda trabajo que hacer antes de que Cristo venga. Todavía hay mucho que hacer aquí y yo creo habrá tiempos en que la iglesia de Jesucristo va a ejercer gran dominio y gran autoridad sobre las naciones, pero para eso se requiere un fundamento sólido, estructural, organizativo y financiero. Yo creo que todavía la iglesia no ha llegado al punto crítico que…

Hermanos, es un tiempo especial, un tiempo kairos y se requiere un pueblo que entienda el llamado que Dios tiene para nosotros. Y voy, a riesgo de alargar un poquito el sermón, ir hacia atrás un momento porque también Dios me habló acerca de eso esta mañana mientras yo meditaba, de que cuando el Señor se para ante esos discípulos yo nunca había conectado la gran comisión que Dios le da a la iglesia en ese momento con otro evento igualmente o aún mayor en importancia que es cuando Dios crea a Adán y a Eva y les dice, lo siguiente, esto está en Génesis, capítulo 1. Porque yo vi claramente esto de que lo que está pasando en Mateo 28 es… porque la iglesia ahora en Cristo es una nueva creación, así lo dice la Biblia, cuando Cristo muere en la cruz, declara los principados y las potestades vencidos. Los que vienen después de la cruz es una nueva creación, es un pueblo redimido ahora en Cristo Jesús, entonces es como Dios le está diciendo a esa nueva creación sometan el mundo, señoreen sobre el mundo, formateen, alineen el mundo con mis valores. Ustedes van a ser una fuerza conquistadora, una fuerza que va a alinear el mundo con mi reino.

Y en Génesis 1:27,28 el Señor bendice al hombre que ha creado y dice: “… y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó – mire lo que dice allí también – varón y hembra – no fue varón y Aarón, sino varón y hembra que lo creó, eso es gratis – … varón y hembra los creó y los bendijo Dios y les dijo, ‘Fructificad, multiplicaos, llenad la tierra, sojuzgadla – eso quiere decir, sometan la tierra, cultívenla, tomen esa agricultura salvaje, silvestre y creen surcos y lugares para sembrar, encausen los ríos y los lagos y creen cultura y ordenen la humanidad y creen sociedades – señoread los peces del mar, las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra…”

Fue una gran comisión que Dios le dio al hombre en el Huerto del Edén, de tomar control de la tierra y someterla al orden de Dios. Y ahora el Señor Jesucristo habiendo cambiado el curso de la historia, habiendo iniciado un tiempo nuevo en la historia de la humanidad, a estos hombres que acaban de recibirlo como Señor y salvador y adorarlo y que ahora son el nuevo Adán, una nueva creación. Jesucristo es el nuevo Adán que da a luz ahora a una nueva humanidad y a esa nueva humanidad embriónica que está ahí presente ante él y esos 11 hombres, él les dice, “sometan a las naciones a los valores de mi reino,” muy similar a lo que le dice a Adán y a Eva, “sujeten la tierra.”

Hermanos, eso a mí se me prendió el bombillo de que lo que nosotros estamos haciendo es continuando con el mandato, con la encomienda que Dios le da a una nueva humanidad. Nosotros tenemos el llamado de someter a las naciones a los valores del Reino de Dios. ¿Cómo lo vamos a hacer? Proclamando el Evangelio, viviendo vidas de excelencia, convenciendo al mundo de la virtud del Evangelio, trabajando arduamente para el Señor en el poder del Espíritu Santo, viviendo la palabra de Dios, entregando nuestras vidas, dándolo todo al Señor, viviendo sacrificialmente, reconociendo que este mundo no es nuestro hogar, que todo lo que tenemos y todo lo que somos pertenece al Señor y está disponible cuando él lo quiera.

Y esa generación nueva, esa nueva humanidad es la que va a conquistar el mundo para Cristo y prepararlo para lo que él tiene para esta humanidad. Eso es lo que nosotros tenemos que hacer y tenemos que vernos… Yo creo que los cristianos no son generosos para con el Reino de Dios porque no entienden lo grandioso y lo magnífico de lo que están viviendo. La mayoría de nosotros creemos que ser evangélico es ponchar una tarjeta, tener un carné evangélico y venir a la iglesia, cantar un par de coritos tibios y nos vamos a la casa hasta el domingo que viene y eso es el Evangelio. Mentira del diablo.

El Evangelio es algo sublime, es una empresa, es una aventura, es una épica, es algo heroico, glorioso, donde vivimos una aventura con Dios y todo lo que tenemos, todo lo que somos lo hemos puesto… Por eso es que yo creo que es tan importante que ellos adoraron a Jesús, nuestras coronas las tiramos a los pies, le decimos, “Señor, todo lo que tengo, todo lo que soy, todo lo que valgo, todo lo que puedo hacer, para tu gloria y tu honra solamente.” Que lo que yo viva aquí en la tierra sea para avanzar tu reino y cumplir con tus mandamientos. Eso es lo que cada cristiano, eso es lo que un discípulos debe hacer, vivir solamente para Cristo.

Y el Señor dice que nadie, como decía antes, nadie que haya dado su vida por el Señor aquí en la tierra dejará de recibir bienes y bendiciones, y riquezas en el siglo venidero. Tu recompensa está allá en el cielo, mientras tu vives aquí vive para él, por él, para su gloria, para su honra, para avance de su reino, todo dispuesto, tirado a los pies del Señor, toda corona, toda virtud, todo recurso, todo don, todo talento que tu tengas, toda pertenencia, todo, Señor, tómalo, ¿qué tu quieres? ¿Qué tu necesitas? Todo para ti, todo para tu gloria. No hay mejor manera de vivir que esa.

El avance del Reino de Dios requiere una organización que esté consciente de su llamado a ser una fuerza que señoree, que conquiste, que alinee el mundo. Sin un buen fundamento financiero la iglesia no puede, no va a poder llenar la gran comisión porque todas las instituciones prósperas del mundo tienen detrás de ellas personas generosas que las financian. Siempre es así.

Yo usaba el ejemplo de la universidad de Harvard, ¿cuántos han oído hablar de Harvard? La universidad más poderosa, más elite, más ilustre que hay en el mundo. ¿Sabe cuánto es el fondo financiero que tiene Harvard, la reserva financiera que tiene Harvard? Es solamente su reserva, su cuenta de ahorros, ¿sabe cuánto dinero tienen ellos? Que nunca lo usan, ellos ese dinero no lo tocan, sino que ese dinero vive de los intereses para sus trabajos y todas sus cosas. El fondo financiero de Harvard es 36 billones de dólares. Esa es la reserva de la Universidad de Harvard, más grande que el presupuesto nacional de muchas naciones del mundo. ¿Y sabe cómo ellos han acumulado ese dinero? Todo ese dinero ha sido dado por gente generosa que se identifica con los valores y los propósito educativos de esa gran institución, los graduados de Harvard, la gente que admira Harvard o la que gente quiere gloria poniendo su nombre en algún edificio, en algún programa.

Esta semana, por ejemplo, el sábado leí en el internet que el billonario John Paulson donó esta semana a Harvard 400 millones de dólares para mejorar su Departamento de ingeniería. Y lo hizo en gratitud a la universidad que le había dado sus conocimientos financieros para hacer él una fortuna de unos 19 billones de dólares. Así que para él dar 400 millones es como usted y yo sacar una papeleta de 20 dólares. Y de hecho su nombre va a estar puesto en un edificio, o mejor dicho, creo que es el programa entero de ingeniería de Harvard va a tener el nombre de John Paulson. Lo compró con 400 millones de dólares.

Porque es que los hombres… hay dos cosas que motivan a los hombres a darle a las grandes instituciones. 1) es gratitud y deseo de avanzar los intereses de esa institución y 2) es identificarse a sí mismo con algo grandioso, poderoso, que los trascienda cuando ellos mueran.

Y yo les digo, hermanos, nosotros hacemos lo mismo. Nosotros podemos dar, porque creemos en los valores del Reino de Dios o también… ¿sabe por qué? Dé también porque un día usted va a recibir gloria y honra y porque no hay nada más glorioso que darle al Rey de Reyes y al Señor de Señores.

De paso, el donativo de John Paulson de 400 millones de dólares es parte de una campaña financiera, de muchas campañas financieras que Harvard ha emprendido, y esa campaña financiera es para colectar 6.5 billones de dólares, la campaña lleva como 2 años y medio y ya han recaudado 5 billones de dólares. Y yo les puedo decir que desde que yo conozco a Harvard, cuando entré a estudiar en la universidad en el año 1979, Harvard nunca ha dejado de enviarme correos a la casa, continuamente pidiendo dinero. Desgraciadamente, se equivocaron… y déjenme decirles algo, yo le decía a los hermanos esta mañana, también Princeton es lo mismo, Andover es lo mismo, me envían continuamente…

Mire, yo agradezco mucho que esas universidades me permitieron estudiar gratis, siempre con becas, soy una persona de una familia lo menos pudiente que usted se puede imaginar, pero el Señor me dio el beneficio y el privilegio de estudiar en esas grandes instituciones, porque gente generosa dio dinero para que estudiantes como yo pudieran beneficiarse. Y ¿sabes qué? Aunque yo confieso que nunca he enviado dinero a esas instituciones, yo he pensado que mi dinero lo estoy bendiciendo dándoselo al Reino de Dios y mi vida entregándosela al avance y al Reino de Dios. Y esa es mi forma de servir también.

Yo creo que esas instituciones serán bendecidas porque han ayudado a siervos de Dios a prepararse para avanzar el Reino de Dios. Y yo estoy bendiciendo los valores de esas instituciones, bendiciendo la sociedad y la cultura, sirviendo al Reino del Señor, por eso yo me siento muy alineado con ese espíritu de generosidad. Aunque decido mejor, mi dinero se lo doy al Reino de Dios. Mi vida, mis talentos, mis dones, son para avanzar y para bendecir a la sociedad y bendecir a la cultura, porque cuando ustedes hacen cosas en la sociedad y bendicen los vecindarios, entonces yo también estoy siendo bendecido y estoy bendiciendo, una cadena de bendición continua.

Pero esa generosidad legendaria de instituciones como Harvard es lo que ha hecho posible su gran excelencia, su grandeza intelectual, como poderosas instituciones. Y asimismo, hermanos, de igual manera, lo único que puede asegurar el avance y la efectividad de la iglesia de Jesucristo en su propia empresa de conquistar el mundo aquí en la tierra, es la generosidad del pueblo de Dios, lo cual incluye la generosidad financiera.

Y antes de terminar yo quiero marcar a ustedes con un par de pasajes que nos hablan acerca de la generosidad, lo importante que es ser generoso con el Reino de Dios y de tener un corazón generoso para con el mundo. Busquen Isaías capítulo 32, hay un pasaje lindísimo acerca de la persona de corazón generoso, versículo 8, dice:

“… pero el generoso pensará generosidades y por generosidades será exaltado…”

Guau! yo quisiera poner eso en una pared de la iglesia donde todo el mundo entre. El generoso pensará generosidades. Sabe que una persona de corazón generoso está siempre pensando cómo puede ser de bendición a otros, siempre está maquinando generosidades. Esta mañana cuando yo venía a la iglesia, mi esposa y yo hablábamos por teléfono y hablábamos de necesidades que hay en nuestra familias extendidas y de cómo nosotros tenemos que meter mano y ayudar en diferentes maneras a nuestros familiares. Y yo le decía, “Mira, Meche, olvídate, si Dios quiere que nosotros… vamos a hacerlo, vamos a bendecir,” y siempre lo hemos hecho porque yo creo que uno siempre tiene que estar maquinando cómo ser generoso con nuestros familiares, con la gente necesitada, con la iglesia de Cristo, con el Reino de Dios.

El cristiano debe ser una fábrica de generosidad, que dondequiera que nosotros vayamos vaya la bendición del reino con nosotros. Y cuando usted vive así la miseria huye de usted, la bendición le persigue, la provisión le busca, hermanos. La mayor forma de quitarle la cabeza al gigante de la miseria es siendo generoso y dándole al Señor. Tener una mente que siempre esté pensando generosidades y que por esas generosidades sea digno de admiración y de exaltación y que Dios se goce en decir, “Ese es mi hijo, esa es mi hija.” El generoso piensa generosidades.

Otro pasaje es Proverbios capítulo 11, versículo 24 y 25. Dice:

“…Hay quienes reparten y les es añadido más…”

Eso es lo que yo digo, lo interesante es que cuando tu das se te añade más, dice la Biblia que al que tiene se le dará más y al que no tiene, aún lo que no tiene le será quitado, queriendo decir que cuando tu pones a correr los talentos que Dios te ha dado, cuando tu pones a correr lo que Dios te da y lo pones a gestionar y a moverse como un capitalista, entonces te rinde lo que tu tienes. Eso es lo maravilloso. Es como batir un huevo, cuando usted bate un huevo comienza cerrado, usted lo bate y el aire se entra y comienza a espumarse y a hacerse más grande. Bata su dinero y usted verá cómo Dios lo va a bendecir. No lo deje ahí aplatanado en el plato, no, muévalo. Eso es tan importante.

“…Hay quienes reparten y les añadido más y hay quienes retienen más de lo que es justo pero vienen a pobreza…”

Asegúrate que lo que tu retengas sea justo delante de los ojos de Dios. No retengas lo que no es tuyo, no retengas por ejemplo, lo que es de Dios porque si lo retienes vas a ir a pobreza. Y finalmente dice:

“…El alma generosa – digan generosa – será prosperada.”

Esa es la clave. El alma generosa. Tiene que salir del corazón, tiene que salir del asiento de la voluntad.

“El alma generosa será prosperada y el que saciare él también será saciado…”

Generosidad para con Dios. Éxodo capítulo 35, Moisés llamó al pueblo a dar una ofrenda para la construcción del tabernáculo porque siempre todos los grandes proyectos del pueblo de Dios a través de la historia han requerido convocaciones para que el pueblo generosamente de al Señor para llevar a cabo los propósitos del Reino. Se necesitaba un tabernáculo para que el pueblo adorara en el desierto. Moisés convocó al pueblo para que trajera ofrenda y dice en el capítulo 35, versículo 5:

“… y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel diciendo, “Esto es lo que Jehová ha mandado, tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová, todo generoso de corazón la traerá a Jehová…”

Y otro pasaje bien interesante es en Primera de Timoteo, capítulo 6, y con eso ya voy cerrando porque hay muchas cosas bien interesantes que podríamos sacar de esta enseñanza. Versículo 17 al 19:

“…A los ricos de este siglo – este es Pablo hablándole a Timoteo, el pastor, para que le predique a la congregación que él está pastoreando, y entre ellos está gente que quizás tenía dinero o que ese sea el mensaje de la iglesia en general a la gente – a los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la riquezas, las cuales son inciertas sino en el Dios vivo que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. – y aquí está la clave – Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos, atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna…”

¿Cuántos de nosotros hemos echado mano de la vida eterna? Eso quiero decir que se agarren, es como una garra, que la agarren y vivan dentro de la vida eterna. Y eso es lo que Dios nos manda a nosotros. Nosotros vivimos muy bien aquí en Estados Unidos, aunque nos consideremos gente de clase trabajadora, pero cuando yo voy ahí a Star Market y veo esos carros de nuestros hermanos centroamericanos y dominicanos, ellos tienen que mirar así por arriba para poder manejar el carro. Yo no sé dónde encuentran para comer tanto en una semana, pero se están desquitando de toda el hambre que pasaron en sus países ahora aquí, olvídese. Esas neveras estás atisbadas de comida.

Nosotros tenemos mucha abundancia y el Señor nos dice, “Miren, no se enamoren de eso ni se apeguen a eso, más bien sean generosos, sean dadivosos, atesoren para la tierra venidera, el siglo venidero, para la patria celestial.” Sean generosos con el Reino de Dios. Ese es el llamado de Dios para nuestras vidas.

Por eso yo digo que esta ofrenda debe ejemplificar todo lo que Dios quiere que nosotros seamos como iglesia. Sin generosidad no hay gran comisión. Sin un pueblo de corazón generoso, una iglesia como la nuestra no puede hacer las cosas que hace.

Termino con una ilustración personal. Ayer antes de la boda que celebramos de una pareja de la iglesia, la esposa es de descendencia haitiana e invitamos a dos pastores de la congregación a la cual ella asistía a oficiar conmigo la ceremonia y estábamos sentados ahí mismo, donde está Ángel y su familia, antes de que comenzara la ceremonia, estábamos hablando y ellos me decían acerca de lo mucho que estaban deslumbrados admirando este espacio y las cosas que habíamos logrado en el Señor como congregación y los edificios que tenemos y todas estas cosas. Y me hablaban acerca de sus propias luchas y penurias tratando de construir un edificio que no pudieron al final. Compraron una tierra, compraron un edificio y al final después de haberlo comprado no pudieron construirlo porque la ciudad no les dio permiso y el vecindario se opuso a ellos y no fueron a ningún lado.

Y yo pensaba dentro de mí, guau, el Señor ha sido tan misericordioso con nosotros. Durante 20 años de construcción, 3 edificios, y Dios nos ha librado de la boca del león como 100 veces, hermanos, sinceramente. Tantos obstáculos que hemos tenido que sobrepasar para llegar a donde hemos llegado y yo me siento tan agradecido al Señor.

Pero lo interesante es esto, que cada vez que vienen pastores, vienen ministros de diferentes partes a León de Judá siempre manifiestan su admiración por nuestra planta física y sobre todo por este santuario, porque ven su belleza y su calidad y todo lo demás. Yo siempre que me dicen eso hago 2 cosas, número 1, le doy gloria a Dios primeramente y le expreso mi gratitud al Señor por lo que él ha hecho en bendecirnos en la manera en que nos ha bendecido.

Y lo segundo que hago siempre es que le doy crédito a mi congregación también y les digo, ¿sabe qué, hermano? Esto es el fruto sacrificial de muchos hombres y mujeres de nuestra congregación que han dado sacrificialmente para hacer esto posible. Porque el Señor no hizo llover dinero del cielo ni vino un multimillonario y me dijo, “Aquí usted tiene, pastor, 10 millones de dólares para hacer lo que a usted le da la gana.” No. eso ha sido el sudor de mis hermanos, la fe de ustedes, la visión de ustedes, su obediencia al Señor, su decir, estamos presentes, cuando se ha hecho un llamado para emprender una de estas actividades. Los que han trabajado sacrificialmente y que pueden mirar alrededor una alfombra que ellos pusieron, unos paneles que ellos ayudaron a cortar y a teñir, unos paneles alrededor, pintura, paredes, luces, electricidad, tantas cosas que han hecho posible la belleza de este lugar.

Aquí hay sangre, literalmente, en espacios de este lugar, hay lágrimas, hay sudor, hay golpes de martillo en los dedos, hay sustos que se pasaron, hay noches de desvelo, y hay hermanos que dieron, que a mí no deja de admirarme, su generosidad para con el Reino de Dios. Esa es la iglesia, cumpliendo con la gran comisión. Y cada vez que un alma se convierte al Señor y viene a los pies de Cristo, cada vez que una pareja – como una que me encontré al final del primer servicio al pie del elevador, que vinieron donde mí, unos hermanos centroamericanos tan lindos, para decirme cómo llevan 6 meses aquí en la iglesia, se quieren bautizar, cómo Dios está bendiciendo su matrimonio, cómo quieren traer a sus hijos al conocimiento del Señor y dándole gracias a Dios por este refugio que ellos encontraron aquí.

Yo digo, gracias, Señor, porque esa es la gran comisión. Y eso es posible porque hermanos le dan al Señor, son generosos. Y cada vez que un jovencito o que uno de nuestros empleados va a una escuela en Boston para hacer mentoría o tantas cosas que se dan acá, un inmigrante es ayudado a ordenar sus papeles o lo que sea, detrás de todo eso hay hermanos que cada domingo vienen y dan su diezmo, dan sus ofrendas. Cuando queremos hacer algo como lo que hicimos ahí abajo, de poder aislar el piso para que ustedes puedan estar cómodos acá, hay hermanos.

Por ejemplo, el ministerio de los pastelitos, usted sabe que cada domingo ellos me dan un reporte, no bien yo he llegado a mi casa, muchas veces ya hay un reporte que me entra por texto. Roberto, hoy vendimos 892 dólares. Hoy vendimos 1000 y pico de dólares. Y cuando ellos regresan a sus casas tienen que mandar su ropa al dry cleaner porque están saturados de la bendición, pero son generosos con Dios.

Yo le digo a esos hermanitos, a mí ese aceite me huele a perfume de gardenias. Miren, ni Yves Saint Laurent ni Pierre Cardin huelen tan bueno como esa grasa de esos pastelitos. Y esa gente se pierde los servicios, se pierde los discipulados, pero ellos están invirtiendo en la gran comisión, están haciendo posible, y más de la mitad del costo de eso que ahora usted puede estar tranquilo y cómodo, esos hermanitos lo han dado.

Hermanos, eso es vivir la gran comisión. Mi anhelo es que esta iglesia sea un pelotón del ejército de Dios, un batallón lleno del poder, unción, provisión, finanzas, organización, disciplina, visión, orden, sujeción a los valores del Reino de Dios, gente viviendo como soldados del Reino de Dios, avanzando. Y el Reino de Dios avanzando como una maquinaria conquistadora que va avasallándolo todo y reduciendo todo pensamiento al señorío de Cristo Jesús.

Yo quiero preñarles a cada uno de ustedes con esa visión del Reino de Dios para sus vidas. Dite a ti mismo, yo soy un soldado del reino, yo soy un discípulo del reino, yo soy un elemento central, una columna del Reino de Dios. Mi vida es parte de ese reino que avanza. Y ahora mismo postra tu espíritu delante de Dios, adóralo y dile, Señor, todo lo que yo tengo, todo lo que soy, te lo entrego. Conságrate al Señor.

Pongase de pie. Vamos a ponernos de pie y ahora mismo estoy oliendo los pastelitos, cómo es el cerebro, ahora lo reconocí. Pontte de pie y baja tu cabeza, inclínala y como yo me inclino delante del Señor ahora mismo y le rindo mi corona delante de Dios. Todo lo que tengo, todo lo que soy, y yo renuevo mi pacto con Cristo de vivir solamente para él, todo talento primero él me lo ha dado, todo conocimiento ha venido porque él lo ha hecho posible, toda experiencia que me ha enriquecido culturalmente en alguna manera, él lo ha hecho posible y todo es de él, todo es para él, todo es por él, todo es para su gloria y mi placer será deshacerme para que su reino avance.

Y yo quiero que tu también adoptes esa visión dondequiera que tu vayas, dondequiera que tu estés di, Señor, mi placer, mi privilegio será servirte solamente a ti, que todo lo que yo tengo, todo lo que soy.

Salir de la cueva

Transcripción

Por favor, acompáñenme en esta mañana a Primera de Reyes 18. En esta historia Elías retó a los profetas de Baal. Seguramente se acuerdan de la historia. Israel andaba, el pueblo de Dios andaba muy lejos de los caminos del Señor, se habían ido tras los baales, estaban siguiendo los dioses del Rey Acab y de Jesabel. Y él entonces hace una competencia, él lanza un reto a los profetas de Baal y él dice ahora vamos a ver quién es el verdadero Dios. Él dice, ustedes hacer un altar para Baal y clamar a Baal y pedirle mandar fuego sobre su altar, y yo haré un altar para Jehová y clamaré a Jehová y le pediré mandar fuego. Y entonces así se hace y los profetas de Baal hacen su altar y pasan, dice la palabra, toda la mañana y hasta la tarde clamando a Baal para que mande fuego. Y Elías empieza como a fregarlos, como a decirles, “Griten más duro, tal vez está dormido.”

Entonces él dice, “Ya es mi turno.” Y entonces él manda a construir el altar, construye el altar de Jehová y entonces él clama al Señor. Y vamos a leer ahora de Primera Reyes 18, del 36 al 40.

“…Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo, “Jehová, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tu eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme para que conozca este pueblo que tu, oh Jehová, eres el Dios y que tu vuelves a ti el corazón de ellos.” Entonces, cayó fuego de Jehová y consumió el holocausto, la leña, las piedra y el polvo y aún lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo se postraron y dijeron, “Jehová es el Dios, Jehová es el Dios.” Entonces, Elías les dijo, “Prended a los profetas de Baal para que no escape ninguno,” y ellos los prendieron y los llevó Elías al arroyo de Cisón y allí los degolló.”

En este pasaje vemos el anhelo de Elías y el propósito con el cual el había hecho esto. Él está clamando por un avivamiento nacional. ¿Cuántos aquí quieren ver un avivamiento nacional? Como el pastor Roberto estaba diciendo en esta mañana. Queremos ver un avivamiento nacional.

Entonces él dice esto, “que sea hoy manifiesto que tu eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas para que conozca este pueblo que tu, oh Jehová, eres el Dios y que tu vuelves a ti el corazón de ellos.” Para que la nación sepa quién es Dios, para que la nación vea quién es Dios.

Y el Señor respondió y no de cualquier manera. Él mandó un fuego tan fuerte que consumió el buey, la leña, hasta el agua en la zanja estaba ardiendo con el fuego que él mandó. Él hizo exactamente lo que Elías le había pedido. Y ahora la escena está puesta para un avivamiento nacional. Y ahora Dios hace otro milagro:

“…Entonces Elías dijo a Acab; sube, come y bebe, porque una lluvia grande se oye. Acab subió a comer y a beber y Elías subió a la cumbre del Carmelo y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas y dijo a su criado, “Sube ahora y mira hacia el mar.” Y él subió y miró y dijo: “No hay nada.” Y él le volvió a decir, “Vuelve 7 veces.” A la séptima vez dijo, “Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre que sube del mar.” Y él dijo, “Ve, y di a Acab, “Unce tu carro y desciende para que la lluvia no te ataje.” Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel.”

Aquí vemos el gran hombre de Dios, un hombre de fe, un hombre que no se movía sin consultarle al Señor, un hombre íntegro, un hombre que amaba al Señor con todo el corazón. Y él allí ora dos veces y el Señor hace dos milagros grandes. Primero el fuego y después ya la lluvia, después de 3 años y medio que no había llovido.

Pero ahora vamos a ver su lado humano. Ahora en el versículo 46, si podemos leer esto en voz alta, al mismo en español e inglés.

“…Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.”

¿Qué hacía un profeta santo corriendo con un rey pagano y perverso? ¿Por qué se unió con Acab? Cuando nosotros miramos las vidas de los profetas yo no sé por qué en este tiempo todo el mundo quiere ser o Apóstol o profeta. Porque cuando miramos a las vidas de los verdaderos Apóstoles y verdaderos profetas, les costó, no les fue muy fácil. Elías vivía largos tiempos totalmente aislado. Vemos a Elías vez tras vez en el desierto, allí totalmente solo, alimentado por los cuervos. Y él tenía una relación preciosa con Dios pero yo creo que le hacía falta la relación humana también. Y tal vez le hacía falta también la aprobación de seres humanos.

Y aquí él no consultó con el Señor antes de correr. Cuando tu miras la vida de Elías él siempre preguntaba, él siempre esperaba dirección de parte del cielo, y cuando el Señor le hablaba entonces él actuaba. Pero aquí no. y yo pienso conociendo la naturaleza humana que tal vez él pensaba que ahora sí lo iban a aprobar. Había caído fuego impresionante. Había caído agua después de 3 años y medio. Impresionante. Y tal vez él pensaba, ahora sí van a tener que aceptarme. Entonces, él va corriendo con Acab hasta llegar a la ciudad, pero la recepción no es nada buena allí.

Vamos a leer el 19, versículos 1 y 2.

“Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces, envió Jezabel a Elías un mensajero diciendo, “Así me hagan los dioses, y aún me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.”

Ahora él está en una posición difícil pero no imposible. Acaba de ver caer fuego del cielo, acaba de ver caer lluvia del cielo, Jezabel lo amenaza, ¿cómo reaccionará nuestro héroe de la fe? Versículo 3 todos juntos en español y en inglés también.

“…Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.”

¿Y el avivamiento? ¿Y qué del sitio que Dios había hecho para él? ¿El puesto que Dios le había asignado? Si nos podemos poner en los zapatos del pueblo de Israel en ese momento, mirando la escena y este héroe de la fe clama y cae fuego y después clama y cae lluvia, y el pueblo está gritando, “Es el verdadero Dios.” Dice allí que es el verdadero Dios.

Y de repente el gran héroe de la fe se levanta y sale corriendo. El Señor nos ha asignado entornos en esta vida, él nos ha dado posiciones, nos ha puesto en ciertos lugares. Y el propósito de tu presencia en ese lugar es dar luz, pero no siempre son fáciles esos lugares y muchas veces quisiéramos ser como Elías y salir corriendo.

¿Cuántos están en un trabajo difícil? ¿Cuántos están trabajando en el mundo secular, rodeados de oscuridad? ¿Cuántos están estudiando en lugares donde hay mucha oscuridad espiritual? ¿Cuántos están en familias donde honestamente de vez en cuando tu quisieras salir corriendo? Nos puede pasar. ¿Cómo vamos a reaccionar? ¿Para cuántos el Señor ha hecho grandes milagros? Para él también, pero él se olvidó del fuego y del agua. Con las palabras de Jezabel se le fue toda la victoria. Frente al reto grande él no tenía temor pero frente al reto pequeño se derrumba.

¿Cuántos aquí dirían honestamente, fuera todo espíritu de religiosidad, cuántos dirían, eso me pasa a mí también? Y él sale corriendo. Entonces versículo 4.

“…Y él se fue por el desierto un día de camino y vino y se sentó debajo de un enebro, y deseando morirse dijo, “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.”

Él realmente no quería morir porque de haber querido morir se queda allí y Jezabel le hace el favor con mucho gusto. Él estaba descontrolado emocionalmente. Pero yo creo que aquí él ya había caído en cuenta de la gravedad de su error, porque él había abandonado una posición que Dios quería usar para traer avivamiento nacional. Y por eso él dice, “Basta, Señor, yo no soy mejor que mis padres. Quiero morir, Señor.”

Estaba quebrantado. Estar quebrantado es una buena posición porque cuando estamos quebrantados el Señor viene y nos levanta y nos ministra. Entonces él allí está y él dice esto al Señor, entonces versículos 5 al 7.

“…Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó y le dijo, “Levántate, come.” Entonces él miro y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas y una vasija de agua, y comió y bebió y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó diciéndole: “Levántate y come, porque largo camino te resta.”

Ahora aquí está Elías, le ha fallado en grande al Señor. Y el Señor viene y no lo regaña, el trato de Dios con Elías en este pasaje a mí me quebranta el corazón, viendo su ternura. Una falla grande de abandonar su puesto y ahora el Señor lo pone por versículos a dormir y a comer y manda un ángel para alimentarlo. Y él allí cuida de él físicamente, él estaba agotado. Había corrido a través del desierto en su propia fuerza, estaba agotado emocionalmente y físicamente.

A veces cuando nosotros estamos agotados empezamos a reprender demonios de cansancio. O yo soy la única aquí, alguien más ha cometido ese error? Que no les vaya a pasar lo que me pasó a mí. En mi apartamento hace unos años teníamos un piano muy antiguo y yo estaba sentada en la mesa del comedor, más o menos a 2 metros del piano y yo estaba sola en casa, y el piano empezó a sonar y yo mirando el piano y el piano sonando. Entonces yo pensé, ese es un demonio que me quiere asustar pero yo no me voy a dejar asustar, lo voy a ignorar. Seguí estudiando, seguí preparando y entonces el piano siguió sonando y me cansé y me paré ya para reprender ese demonio toca piano, pero antes de reprenderlo se me ocurrió abrir la tapa del piano, había un ratoncito de este tamaño. Estaba comiendo la felpa y jalaba y sonaba la tecla. Yo estaba por reprender un demonio y era un ratón en avivamiento alabando a Dios con el piano. Dile a alguien a tu lado, Ojo, hay demonios pero no todo es demonio.

Entonces, el Señor aquí de manera muy linda le ministra físicamente. Dile a alguien a tu lado, tenemos que cuidar de este templo. Ahora versículo 8:

“…Se levantó pues y comió y bebió, y fortalecido con aquella comida caminó 40 días y 40 noches hasta Horeb, el monte de Dios.”

Esa sí era una comida que nutría. 40 días y 40 noches y allí dice el versículo 9:

“…Y allí se metió en una cueva donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo, “¿Qué haces aquí, Elías?”

Y cuando él responde, pareciera que hubiera pasado los 40 días y 40 noches caminando, memorizando una respuesta religiosa. Debajo del enebro él estaba quebrantado, reconocía su error, pero ahora ha preparado una defensa ante Dios. El versículo 10 demuestra esto.

“…Él respondió, “He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas y solo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida.”

El Señor le dice, ¿qué haces aquí, Elías? Y él dice, “Es culpa de ellos, Señor. Yo no he fallado, todos los demás han fallado.” ¿Cuántos aquí tienen un tendencia y pueden reconocer lo de echar la culpa a otras personas? Estoy con mi mano levantada, ¿hay alguien más aquí? honestidad en esta mañana.

Entonces, él le echa la culpa a los demás, está metido en la cueva con una mentalidad de víctima. Yo soy la víctima de los demás. Si nosotros seguimos con mentalidad de víctima nunca nos vamos a levantar a salir adelante. El Señor le pregunta ¿qué haces aquí, Elías? Y él dice, “No es mi culpa, es culpa de los demás.” Si él tan solo hubiera dicho, “Señor, he fallado. Señor, soy culpable. Señor, corrí por miedo, me asusté aún después de verte mandar fuego y lluvia, me asusté y abandoné el puesto que me había asignado.” Y yo creo que el Señor hubiera movido el cielo y la tierra para volver a ponerlo en este puesto y la historia de Israel hubiera sido diferente. Pero él no hizo eso, él dijo, culpa de ellos y yo soy inocente.

Cuidado. Hay una tendencia en nosotros de meternos en la cueva, de meternos en el desánimo, de meternos en la depresión pensando que somos víctimas de los demás. Pero la palabra dice que somos más que vencedores en Cristo Jesús. Necesitamos romper esa mentalidad de la cueva. Necesitamos ser honestos delante de Dios y delante de los demás, poder bajar la máscara, poder quitar la máscara de religiosidad, de que soy perfecto y tengo todas las respuestas. Dile a alguien a tu lado, yo a veces fallo. Dice, yo a veces cometo errores. Dile a alguien a tu lado, yo no soy perfecto. Y si estás con algún familiar aún mejor. Es más, dile a veces yo no soy fácil. Y ahora dile, es más, a veces yo soy difícil. ¿Para cuántos eso es verdad? Bienvenidos a mi club. El Señor nos está cambiando.

El Señor le pregunta ¿qué haces aquí? y él responde con esta, que pareciera una respuesta memorizada, porque de hecho, la repite otra vez más adelante. Y entonces el versículo 11.

“…Él le dijo, “Sal fuera y ponto en el monte delante de Jehová.” Y he aquí Jehová que pasaba y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová, pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento, un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego, pero Jehová no estaba en el fuego.”

Tres manifestaciones muy fuertes: un poderoso viento, un terremoto y un fuego., pero Jehová no estaba en ninguna de esas manifestaciones. En otras partes de la palabra el sí se manifiesta con exactamente esas 3 manifestaciones. Poderoso viento, Hechos 2. Terremoto, Ezequiel 37 y Hechos 4. Y un fuego en el capítulo anterior. Pero en esta ocasión cuando Elías estaba tan mal emocionalmente, el Señor no le habló en voz fuerte. Dice la palabra:

“… Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.”

Elías fue llamado por Dios de esa manera. Él no habló en voz fuerte, él hizo lo siguiente: Elías! (silbando) él lo llamó con ternura. Lo llamó con voz suave porque él amaba Elías, porque él quería restaurar a Elías. Era una situación para que él pudiera estar muy bravo con Elías pero no.

Y si tu le has fallado al Señor y has tenido temor de acercarte a él, él te llama en esta mañana. Sal de la cueva. Te llama con ternura. Te llama con ternura. Y puede que le hallas fallado bastante pero él quiere restaurarte, quiere levantarte.

“…Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz diciendo, “¿Qué haces aquí, Elías?” Él respondió, “He sentido un vivo celo…” – la misma respuesta religiosa.

Él no se quebrantó con la ternura del Señor. ¿Cómo respondemos tu y yo a la ternura de nuestro Dios? ¿Cómo es tu relación con el Señor? La relación con el Señor debería ser algo maravilloso en la vida de cada quien, que nos despertamos cada mañana anhelando ese día con él, que nos quedemos dormidos sintiendo la presencia de su amor sobre nosotros.

Él quiere una relación tan estrecha, tan cercana contigo. Eso es el anhelo de Dios para ti. Y tantas veces nosotros colocamos allí barreras religiosas, en lugar de bajar las barreras que hemos puesto en el corazón para decirle, “Sí, Señor, así soy yo. He fallado. Ten misericordia. Perdóname.”

Dios tiene propósitos grandes para cada quien en este lugar. Él anhela tenerte en ese lugar que él te puede ministrar directamente sin ninguna barrera, porque su amor por ti no se puede expresar en palabras ni con español e inglés combinado. No se puede. Es demasiado grande su amor.

Y en esta mañana quiero orar por varias cosas. Primero, si tu le has fallado al Señor, te metiste en la cueva y has estado echando culpa sobre otros, y tal vez lo que pasó, pasó hace tiempo, pero tu recuerdas lo que pasó y otra vez das la vuelta de quién tenía la culpa. Te has hecho la víctima, te sientes víctima. Y si hoy tu quieres salir de ese lugar, por favor ponte de pie allí donde estás porque Dios quiere hacer algo en tu vida.

Y si tiendes a echar la culpa a los demás y quieres decirle, “Señor, yo quiero reconocer mis errores delante de ti y delante de los demás. Quiero ser valiente para enfrentar mis errores. Ponte de pie, por favor, y levante sus manos. Esta es una decisión tuya, solo tu puedes hacer esto. Este cambio no puede venir por la oración de alguien más, es una decisión tuya. No voy a seguir así.

Levanta tus manos y reconoce delante de Dios en tus propias palabras, hable con él suavemente, cuéntale, mira honestamente tu culpa y pídele perdón. Y pídele perdón por haber echado la culpa a otras personas. Y ahora dile, Señor, quiero cambiar hoy. dilo en voz alta, por favor. Dile, yo renuncio a la tendencia de echar la culpa a los demás. Ayúdame a ser transparente, a ser honesto, a tomar responsabilidad de mis propias decisiones y mis propias acciones. Perdóname, Dios. Cámbiame, Dios. Yo soy más que vencedora en Cristo Jesús y todo lo puedo en Cristo Jesús quien me fortalece. Yo no soy víctima de nadie. Yo soy miembro del Reino de Dios, yo soy hijo o hija de Dios. Oh, gracias Señor. Gracias Señor.

Gente Dios. Y quiero orar por una cosa más. El llamado de Dios no se cumple automáticamente, requiere de nuestra participación, requiere de nuestro sí rotundo. Elías dejó el llamado de Dios para ese avivamiento y salió corriendo. Y si tu estás en una posición difícil, sea un matrimonio, sea un trabajo, sea estudio, y Dios no te ha dicho salir de allí pero vez tras vez hay un deseo en tu corazón de dejar todo tirado, y en esta mañana tu quieres decirle, Señor, yo quiero ser valiente, quiero permanecer hasta que tu me digas que salga.

Quiero que puedas cumplir tus propósitos en ese lugar a través de mi vida, y si en esta mañana tu quieres decirle, sí Señor, úsame allí hasta cuando tu sepas. Levanta tus manos, por favor, y dile al Señor, Señor, yo tomo la decisión en esta mañana de ser valiente, de permanecer en un lugar difícil. No quiero salir corriendo, ayúdame, Dios. Fortaléceme, Dios. Señor, dame de tu espíritu, dame de tu palabra, Señor, por favor minístrame en ese lugar. Prepárame para conquistar ese terreno en tu nombre, en el nombre de Jesús. Amén.