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Quiero continuar con el tema de la salud, de la sanidad emocional, de los consejos de la palabra de Dios para nosotros cuando estamos buscando navegar las crisis, las dificultades de la vida, los retos de la vida y queremos aprender esas enseñanzas que nos ayudan a vivir en la perspectiva de Dios y ver las cosas como Dios las ve.
Quiero comenzar, y recuerden voy a terminar, voy a desarrollar un poquito más y concluir el tema de que según tu perspectiva de los eventos que afectan tu vida, así será el efecto que tengan sobre ti, si negativo o positivo, según tu enmarques y veas las cosas que te suceden, si las ves a la luz de Dios y a la luz del involucramiento de Dios en tu vida, o si los ves como simplemente algo que te pasó a ti por coincidencia, por azar o porque el mundo es malo, lo que sea. Eso va a determinar la manera en que tu o creces siempre y estás en perpetuo desarrollo espiritual, porque todo lo que viene a tu vida tu lo usas para tu desarrollo o si los eventos de la vida te destruyen, te aprietan, te abruman y terminan teniendo un efecto negativo.
Quiero simplemente la primera parte de la canción, es una canción de Samuel. Esta mañana mientras yo desarrollaba el sermón me vino a la mente esta canción de que Dios siempre tiene el control, y es uno de los grandes pensamientos. Vamos a escuchar la primera parte y luego yo voy a tener la meditación y al final creo que vamos a ver si la cantamos también.
Canción.
Dios siempre tiene el control, por qué desesperarme.
Dios siempre tiene el control, por qué atemorizarme.
Dios siempre tiene el control, por qué cuestionarle.
Y aunque no entienda lo que sucede vivo tranquilo,
Yo vivo en paz porque Dios siempre tiene el control.
Soy bendecido, duermo tranquilo, yo vivo en paz
Porque Dios siempre tiene el control.
Dios siempre tiene el control, por qué desespérame.
Dios siempre tiene el control, por qué atemorizarme.
Dios siempre tiene el control, por qué cuestionarle.
Y aunque no entienda lo que sucede vivo tranquilo,
Yo vivo en paz porque Dios siempre tiene el control.
Soy bendecido, duermo tranquilo.
Yo quería establecer ese pensamiento como base de lo que quiero compartir con ustedes. De nuevo, desarrollando esa idea central de que una de las grandes claves y secretos para una vida saludable, una vida que aprovecha todo lo que sucede en nuestro entorno, es entender que de alguna manera todo lo que opera en nuestras vidas tiene un final, tiene un propósito benévolo, un propósito edificante, porque Dios está en control de todas nuestras circunstancias y que debemos enmarcar e interpretar todo lo que suceda en nuestra vida a la luz de esa verdad central.
El comunidad pasado yo usé en el servicio de las 9:00 la historia de José como una ilustración de que cuando uno puede mirar hacia atrás muchas veces y tiene el privilegio de poder ver lo que uno vivió en el pasado a la luz del presente glorioso de Dios, uno entonces está más preparado para ver. Guau, lo que yo pensaba que era una tragedia irremediable, una tragedia que no tenía ningún tipo de elemento redentor en ello, Dios lo estaba usando para mi bendición.
José después de largos años de cautiverio, de calumnias, de haber sido explotado y abusado por sus hermanos, llevado a Egipto, sus sueños aparentemente quebrados. Cuando sus hermanos comparecen ante él, una vez que ya él es el segundo en comando en todo Egipto, le dice a sus hermanos, “¿Saben qué? No se preocupen, yo los perdono porque ahora yo sé que Dios me envió,” no fueron ellos, en otras palabras, sino que Dios me envió a Egipto para preservación de vida.
José pudo ver su experiencia entonces a la luz del propósito divino y pudo entender que todo lo que parecía indicativo del olvido de Dios era todo lo contrario, era el amor de Dios que estaba realizando ese sueño que él tuvo cuando era niño de que sus hermanos y sus padres se inclinarían delante de él y que él tendría una gran autoridad.
Yo puedo decir que en mi vida ciertamente ha habido situaciones en que mientras yo las vivía yo pensaba, guau, ¿qué bueno puede salir de esto? ¿Qué cosa buena puede salir de lo que estoy viviendo? Y sin embargo, mirando hacia atrás puedo decir, guau, verdaderamente Dios estaba usando eso para formarme, para trabajarme, para hacerme un mejor hombre, un mejor siervo de Dios.
Y hay muchos pasajes en la Escritura que nos muestran esa misma verdad que todo depende de cómo nosotros enmarcamos, cómo interpretamos, cómo vemos los eventos de nuestra vida y que nosotros siempre debemos usar los lentes bíblicos, los lentes divinos para interpretar todo lo que nos está pasando. Vemos que aún cosas que decimos, bueno, Señor, líbrame de esto, una enfermedad, un diagnóstico de que voy a tener que tomar pastillas el resto de mi vida, o que tengo una enfermedad degenerativa, por ejemplo, o que me van a quitar la casa, o que lo le debo al IRS es más de lo que yo pensaba, esas cartas que a veces nos llegan como en mayo o junio, después que pagamos los impuestos: “lamentamos decirle que usted debe todavía $500.00 más porque hicimos el ajuste de su planilla.” Y ese tipo de cosas,
¿Cómo podemos tener nosotros ya una mentalidad que vea las cosas, los inconvenientes de la vida, los sinsabores y que los interpretemos a la luz de la mentalidad divina? En el caso de Pablo, por ejemplo, ustedes recordarán el famoso aguijón del Apóstol Pablo. Nadie sabe exactamente cuál era el aguijón, el sufrimiento de Pablo, en qué consistía. El caso es que dice que Pablo tenía una aflicción en su vida, que personalmente yo creo que era algo de su vida espiritual, su carácter, algo que a él lo humillaba, lo hacía sentirse pecador, y que él lo hacía compulsivamente aunque no quería. Y 3 veces vino delante de Dios para que lo librara de esto, “Señor, por favor, dame la fortaleza.”
¿Cuántos de nosotros bregamos a veces con situaciones de nuestra vida, actitudes inclusive, circunstancias, que decimos, Señor, ya, ya es bastante, si tu me querías enseñar algo, ya me lo enseñaste, ya está bien? Pero Dios dice, “No.”
Y el Señor le dijo 3 veces, cada vez que él vino ante el Señor, quizás en un día o dos de ayuno, y el Señor le dijo, “Pablo, no te lo voy a quitar, bástate mi gracia.” En otras palabras, confórmate con mi gracia. Mi gracia quería decir mi misericordia, mi perdón, mi bondad para contigo. Dice, “… porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” En otras palabras, Dios quería usar ese contrincante en la vida de Pablo para darle más fuerza, en realidad fortalecerlo.
Y entonces dice, cuando él recibió esa respuesta del Señor, que le dijo, “¿Sabes qué? No eres tu, soy yo permitiendo algo para tu bien.” Dios le dio la clave interpretativa, que eso es lo que muchas veces nosotros no tenemos, cuando están sucediendo cosas en nuestra vida, cómo interpretarlo correctamente, a la luz del propósito benévolo de Dios. Porque si tuviéramos eso, guau, sería fácil la cosa.
Pero pablo ahora habiendo escuchado de parte de Dios y entendiendo que esto era para su bien, dice, “…Por tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades para que repose sobre mí el poder de Cristo…”
Y eso es lo que pasa muchas veces, que en las situaciones difíciles de nuestra vida el Señor está siendo glorificado. Así lo dice, creo, que Pedro en un pasaje donde dice que cuando estemos pasando por aflicciones más bien nos gocemos porque el poderoso espíritu de Dios reposa sobre nosotros. A veces cuando estamos más débiles, más cansados, más cargados es cuando el Señor está más cerca de nosotros, no más lejos.
Dice, “…Por lo cual por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias porque cuando soy débil entonces soy fuerte…”
En otras palabras, hermanos, hay mucha teología, mucha predicación hoy en día que glorifica solamente la fuerza, la prosperidad, las cosas buenas que nos suceden, y como que tenemos vergüenza de admitir que muchas veces Dios usa instrumentos un poco desagradables para fortalecernos. Y tenemos que aceptar también eso e interpretar todos los eventos de nuestra vida a la luz de la interpretación divina. Enmarca todo lo que sucede en tu vida a la luz de la forma en que Dios ve las cosas.
En el servicio de las 12:00 el domingo pasado también yo hablé acerca de Pablo, en su famosa epístola a los filipenses donde Pablo se encuentra en la cárcel y produce una de las epístolas más gloriosas y más optimistas y simpáticas de toda la Escritura. Y uno se pregunta, ¿cómo pudo un hombre metido en una cárcel, inseguro acerca de si iba a salir vivo de ella o no, producir una carta que rebosa alegría, gozo, esperanza, adoración, cariño hacia sus lectores? Y es porque Pablo había adquirido la perspectiva de un hombre de Dios que no veía las cosas solamente según su propio provecho carnal inmediato, sino conforme a la manera en que Dios veía las cosas.
Y por eso Pablo dice en el versículo 12 del capítulo 1 de Filipenses: “…Quiero que sepáis hermanos, que las cosas que me han sucedido – en otras palabras, estas cosas malas de quedar en la cárcel – han redundado más bien para el progreso del Evangelio… – y ya tenemos ahí una clave de cómo Pablo ve lo que le está pasando.
Él encontró la interpretación correcta y era que en esta cárcel Dios está siendo glorificado, porque él descubre que ahí en la cárcel, después de testificar a los soldados del pretorio… Es decir, son unos soldados del palacio del emperador. Por alguna razón él estaba cerca de ese palacio y se usaba a los guardias del pretorio romano y él le estaba testificando a hombres que eran muy influyentes en la sociedad romana y a través de esos soldados se iba esparciendo el Evangelio.
Entonces Pablo dice, guau, mira cómo Dios se está glorificando. Él vio el lado positivo y lo otro que yo creo es que Pablo era un hombre que ya había muerto al mundo. Y esa es una de las cosas, yo hace meses prediqué en esta serie larguísima que he tenido sobre este tema, que una de las cosas que nosotros tenemos que hacer para vivir vidas sanas y saludables es despegarnos del mundo y saber que el mundo no es nuestro hogar.
Yo creo que todo cristiano tiene que desarrollar un sano despegue del mundo y de las cosas del mundo y saber que nuestra vida ya está perdida en Cristo, estamos escondidos en Cristo Jesús. Nosotros no vivimos para este mundo. Yo no vivo para mi placer, yo no vivo para mi provecho, yo no vivo simplemente para que las cosas me vayan bien, yo vivo con un instrumento para la gloria de Dios. Yo vivo como alguien que Dios puede usar para avanzar los intereses de su reino. Amén.
Cuando yo llegue allá, al cielo, entonces me voy a gozar todo lo que yo quiero. Me voy a tomar todas las piñas coladas que no me pude tomar acá, voy a ir de vacaciones a Júpiter por mil años, voy a descubrir la belleza de la galaxia sin telescopio, porque allá es una eternidad sin ningún tipo de esfuerzo. Aquí en la tierra, hermanos, vivamos para gloria de Dios, vivamos para avance del reino. Cuando tu vives así sabes que entonces puedes ser feliz. Cuando tu te niegas a ti mismo, cuando tu mueres al mundo, cuando tu abandonas el deseo de aprovechar tu vida y tu te pierdes en el Señor, entonces tu puedes verdaderamente llegar a ser feliz.
Por eso Cristo dijo, “el que pierda su vida la ganará y el que gane su vida la perderá.” Porque cuando tu pierdes tu vida en Cristo y para Cristo entonces tu la ganas y entonces Dios te bendice en muchas maneras.
Entonces, Pablo ahí en la cárcel inseguro de si él va a vivir o morir, él dice en el versículo 19, “… porque yo sé que por vuestra oración y la suministración del espíritu de Jesucristo esto resultará en mi liberación conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado. Antes bien, con toda confianza como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo o por vida o por muerte, porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo lo cual es muchísimo mejor, pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros…”
¿Cuándo fue la última vez que usted razonó de esa manera? A mí me encantaría mucho mejor estar ya con Cristo, pero si quedarme aquí en la tierra redunda en provecho del Evangelio, en bendición para la obra de Dios, pues me voy a resignar y me voy a quedar acá. La mayoría de nosotros oramos, Señor, llévame contigo pero cuando yo tenga 99 años no ahora, por favor, Padre, déjame disfrutar todo lo que yo pueda aquí en la tierra. Entonces, decimos, no, quiero ir al cielo, quiero estar en la presencia del Señor, pero que venga el ángel y le diga, “Te quiero llevar conmigo esta noche,” pataleamos y rogamos todo lo posible porque no sea así porque amamos este mundo.
Pablo, sin embargo, había llegado el punto en que él veía que vivir en la tierra era un premio de consolación para él, era simplemente la segunda alternativa. La primera alternativa era irse con Cristo, porque él sabía ya que estar con Cristo era mucho mejor. Él despreciaba el mundo, él despreciaba las cosas del mundo y por eso si lo metían en una cárcel para él… él dice, “Yo he aprendido a contentarme en toda situación, cualquier cosa, sé vivir en abundancia y sé vivir en carencia y en pobreza.”
¿Cuántos de nosotros podemos vivir así? Mira, si la gente me alaba, si me dan premios, si me reconocen, gloria a Dios, muchas gracias, coge el trofeo y lo pones en la mesa de un sitio, lo escondes por allá, porque no te importa tanto la alabanza de los hombres. Y si no te alaban, si te ignoran cuando tu llegas a un sitio, si te miran como una cosa más, amén, se lo pierden, gloria a Dios, lo voy a gozar yo solo con mi Dios.
¿Cuántos podemos vivir así, que el mundo no nos puede tocar? Porque ya nos desconectamos de él. Muchos de nosotros alabamos y adoramos nuestro cuerpo, adoramos nuestra juventud y cuando nos la están quitando día a día, pues nos deprimimos y nos aferramos a ella de cualquier manera.
Pero el hijo de Dios dice, “No, mira, Señor, llévate todo lo que tu quieras, yo aprenderé a gozarme en cualquier situación de mi vida, porque yo sé que tu estás trabajando.” Pablo dice, “¿Por qué esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria? Si el exterior se desgasta pero el interior se renueva de día en día.”
Ahí usted tiene una perspectiva correcta del cuerpo, aunque usted va desgastándose físicamente pero interiormente se va embelleciendo cada día más y más, entonces usted puede interpretar los sinsabores, las cosas de la vejez o de la pobreza en cualquier manera, mucho mejor que si lo hace pensando, oh, qué triste es la vida.
Entonces, esta idea de que todo lo que nosotros vivimos, todo lo que somos, todo lo que tenemos, tenemos que interpretarlo a través de los lentes del Evangelio, los valores del Reino de Dios, no los valores de la carne, no los valores del hombre, del yo.
Pablo dice en Gálatas 2:20, “…Con Cristo estoy justamente crucificado y ya no vivo más vive Cristo en mí…”
Mire ahí la interpretación, nos tenemos que morir al mundo, pero entonces miren lo que dice:
“… y lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios…”
Y es así, hermanos, todo lo que tu vivas en la carne, vívelo conforme a la fe, a la palabra, a los valores, a los principios del Reino de Dios, todo lo que suceda di, ¿cómo puedo yo interpretar esto a la luz de los principios del Reino de Dios, no a la luz de mis preferencias por ya yo morí, ya yo dejé de existir en un sentido como hombre? Entonces, esta idea de que lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios. Muchos de nosotros no tenemos esa mentalidad de vivir las cosas en la fe de Jesucristo.
También pienso en las palabras de Segunda de Corintios, capítulo 5, versículos 16 y 17, otro pasaje que lo podemos aplicar en esa manera, porque Pablo dice allí:
“… de manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne, y aún si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así…”
Yo podría decir, de aquí en adelante nosotros nada interpretamos según la carne, y aún si leemos la Biblia no la interpretamos según la carne, sino conforme a los lentes interpretativos de la palabra de Dios, como Cristo lo interpretaría, no como nosotros lo interpretamos. Tenemos que pedirle al Señor, “Señor, ayúdame a adquirir la perspectiva de un hombre, una mujer, que ya no vive conforme a los valores del mundo, ya no vive conforme a los valores de mi yo, sino conforme a los propósitos que tu tienes.”
Porque muchas veces los intereses de Dios para tu vida serán muy diferentes a los que tu tienes para ti mismo. Y si no has cambiado tu forma de ver la vida y ver los eventos de tu vida vas a mirar las cosas de la vida en una forma negativa y destructiva, y te vas a perder el oro escondido en muchas de las adivinanzas que Dios te da a través de los eventos de tu día.
La persona nacida de nuevo, verdaderamente nacida de nuevo, no interpreta los eventos de la vida según la carne sino según las reglas del espíritu y los propósitos de Dios. Lo que a la carne le parece negativo, al intelecto, al hombre, al razonamiento humano le parece negativo, el espíritu lo ve en una forma muy diferente y muchas veces positiva. Tenemos que creer que todo lo que sucede en nuestra vida tiene un propósito y es el propósito de Dios para ti que siempre será bueno. Nada en la vida del creyente sucede por inercia, accidente o por mera tragedia, sino que siempre hay un propósito benévolo en todo y Dios está en control.
Cuando yo hice ese apunte esta mañana fue que me vino la canción que Dios tiene el control, porque cuando tu sabes que Dios está en control de tu vida, dice la Biblia que ni un pájaro cae de un árbol si Dios no tiene el control, todos los eventos de nuestra vida están ya previstos por ese Dios benévolo. Si Dios permite o permitió algo triste en nuestra vida, es porque él tiene un propósito mayor en esto y con el tiempo lo veremos. Amén.
Y así pasa muchas veces en otras situaciones donde Dios está sembrando para el futuro pero en el momento no somos capaces de ver el propósito edificante. Por eso es que aunque tu no veas en el momento el significado de algo que te está pasando, dale tiempo al Señor, dale tiempo y espera para que él complete su trabajo. Dios es un artífice que cuando él comienza a trabajar no le gusta que estén mirando por encima de sus espaldas diciendo, “Espérate, ¿por qué estás haciendo esto? ¿Por qué no te apuras y por qué no le cambias esto?” A un artista jamás se atreva a acercarse y decirle, cambia esto, apúrate. No, no, los artistas son muy protectivos del proceso y el Señor él trabaja a veces a años y años, décadas de distancia preparando el escenario para lo que él quiere hacer en tu vida y hay que darle tiempo al Señor.
Otro pasaje que a mí me gusta mucho pero que está en otro contexto pero que se puede aplicar esta idea, es cuando Dios hace cosas que a veces no entendemos en el momento. Recuerdan cuando el Señor les pidió a los discípulos que se quitaran los zapatos porque él quería lavarle los pies como una señal de su carácter de siervo, líder siervo y Pedro se escandalizó. Porque los esquemas humanos, carnales de Pedro era que si una persona estaba en autoridad cómo podía servir a los que estaban bajo su autoridad. Eso no se da en el mundo. En el mundo tu te sirves de lo que están bajo tu autoridad, ciertamente ese era el esquema del tiempo de Pedro. Y aquí tenemos este hombre que es Dios, llena de toda autoridad lavándole los pies y asumiendo el rol del sirviente más inferior de toda la casa, el que lava los pies a los visitantes. Y Pedro le dice, “Señor, jamás permitiré que tu me laves los pies.” Y el Señor le dijo, “¿Sabes qué, Pedro? Si tu no me dejas que te laves los pies vete para tu casa, no quiero saber de ti, no tienes parte conmigo, porque esto es parte de mí.”
Y mire lo que le dice el Señor… Pedro dice, “Señor, ¿tu me lavas los pies?” Respondió Jesús y le dijo, “Lo que yo hago tu no lo comprendes ahora más lo entenderás después.”
¿Cuántas veces Dios te está diciendo eso a ti? Cuando está gritando, quejándote, pensando que Dios fue infiel en sus promesas, que él no cumplió lo que él te había dicho, que esto contradice todo lo que él te ha enseñado acerca de su procedimiento y su comportamiento para contigo. Y el Señor te dice, “Lo que yo hago tu no lo comprendes ahora más lo entenderás después.”
Pedro después a la luz del trato de Dios en la vida de él y de todas las cosas que le pasaron, inclusive negar a Jesucristo y todo esto, que lo fueron limando y desangrando y quitándole esa fuerza carnal masculina que él tenía, llena de testosterona, a los años Pedro escribe las dos cartas de Primera y Segunda de Pedro que son dos joyas acerca de la entereza y la fe en medio del sufrimiento y de la entrega al Señor y de buscar la divinidad e imitar la virtud completa de Jesucristo en el carácter.
Y evidentemente ese Pedro que décadas después escribe esas dos cartas, no era el Pedro este fogoso y carnal que no pueden entender. Porque cuando tu estás lleno de carne y sangre humana, y razonamiento humano los principios del Reino de Dios te parecen completamente foráneos y hasta escandalosos. Pero cuando tu has adquirido la mentalidad del Reino entonces tu puedes entender muchas cosas que antes no entendías, porque Dios te ha puesto a través de un trato, porque los tratos de Dios son misteriosos.
Yo le digo a toda persona que entra al Reino de Dios, será mejor que tu le firmes al Señor antes de entrar al Reino una carta que diga, Señor, tu puedes hacer lo que te da la gana en mi vida, yo lo quiero es parecerme más a Jesucristo. Eso es lo único que a Dios le interesa. A Dios no le interesa que tengas un carro brilloso y una casa de 4 ó 5 dormitorios. No, a Dios lo único que le interesa es que tu reflejes la virtud de Jesucristo y su carácter, y él hará todo lo que sea necesario para que tu llegues a eso.
Lo más importante para Dios es que nosotros seamos como su Hijo. Y todo lo que va en ese proceso Dios lo va a hacer en tu vida, y muchas veces vas a tener tiempos gloriosos, tiempos de gran disfrute, tiempos de fiesta, tiempos de risa, tiempos de prosperidad, tiempos de bendición, pero puede también que vengan algunos momentos difíciles en tu vida, ¿y qué vas a hacer? ¿Vas a coger solamente lo bueno y rechazar lo malo? Dios sabe, Dios está en control de todas las cosas.
El marco interpretativo que nosotros asumimos en la vida y en los eventos de la vida es clave para determinar el efecto que puedan tener sobre nosotros las experiencias negativas o positivas de la vida.
Les quiero dejar resumiendo con unos principios que yo llamo ‘principios regidores’, principios que usted puede aplicar en toda situación que venga a su vida. Algunos de ellos serán ya resúmenes de lo que he dicho antes.
1. No reaccione automáticamente, irreflexivamente cuando vengan eventos negativos o positivos a su vida. No reacciones como sin pensar, sino detenga su reacción hasta pasar el evento a través del filtro de los principios de la palabra de Dios. Usted no puede controlar lo que sucede en su vida, pero usted puede controlar la manera en que usted reacciona a lo que sucede en su vida. Si usted reacciona simplemente conforme al programa que usted tiene metido allí, como lo programó su niñez, su pasado, su sufrimiento, los abusos que recibió y los desdenes que recibió y todo eso, cuando viene un evento negativo a su vida usted lo va a meter de una vez y a filtrarlo a través de su programa defectuoso.
No, lo que usted tiene que hacer es detener y poner el programa del Reino adentro para que procese lo que está pasando. ¿Me explico? O estoy siendo demasiado profundo. Diga amén aunque sea para ayudarme un poquito a entusiasmarme en lo que estoy predicando. Detenga, no reaccione inmediatamente con contrariedad, con rechazo de Dios, mira Dios lo que me hicieron o lo que tu me hiciste. No, diga, okay, Padre, ¿cómo puedo yo interpretar esto a la luz de lo que yo conozco de ti y de tu palabra, de carácter? Entonces, detenga, cuente hasta 10 y entonces interprete lo que le está pasando en una forma más tranquila, más comedida. Métase un ayunito ahí de un día o dos, busque revelación de parte de Dios en vez de actuar en una forma impulsiva y automática e instintiva, carnal. Busque el oro escondido.
2. Es muy importante esto. Trate en todo lo posible más y más en su vida conocerse a usted mismo y conocer los resortes de su formación, las cosas que le han formado en su vida. Una de las cosas que nosotros tenemos que ganar en la vida es introspección. Tome tiempo para analizar sus padres, su formación familiar, su entorno, cómo lo ha formado a usted y cuáles son esas áreas de su vida de quebrantamiento y de dolor y de deformación que hay en usted. No para deprimirse con eso sino para saber que muchas veces esas experiencias negativas van a condicionar cómo usted se relaciona con los demás y con los eventos de su vida.
Al usted conocerse a sí mismo usted va a saber cuando está pasando algo y usted está reaccionando en una manera negativa, ah, esto es por tal y tal razón. Una persona insegura por ejemplo, cuando viene alguien y lo alaba, lo pueden manipular como le den la gana. Oh, no, tu eres un gran hombre, yo te admiro y esto. ¿Me puedes prestar $20.00? Hombres, vente, toma $50.00 y si necesitan más llámame dentro de una semana que voy a buscar más. ¿Por qué? Porque lo manipularon, su inseguridad. Entonces, cuando usted sabe cómo usted es, usted dice, no espérate, un momentito. Usted se controla a sí mismo.
Entonces, conocerse a sí mismo y cómo las experiencias del pasado nos han formado y deformado, cómo nos han predispuesto a interpretar las experiencias de la vida en cierta manera, porque esto nos permitirá controlar nuestras reacciones con lucidez y dominio propio. Entonces, conózcase a sí mismo, pase tiempo con usted mismo. Muchos de nosotros pasamos todo el tiempo que podemos escuchando la radio, la televisión, y evitando todo lo posible conocernos a nosotros mismos porque quizás no nos gusta cómo somos primeramente.
Pero dedique tiempo a conocerse y conocer tu trasfondo, su pasado, sus defectos y sea fiel a la verdad. Yo le decía eso a una persona con quien hablaba esta semana, enamórate de la verdad y donde te lleve la verdad síguela, porque la verdad nunca te traicionará. Y la verdad acerca de ti mismo es importante que tu la conozcas. Dios sabe ya que tu eres un sinvergüenza, así por qué disimular o negarlo. Admítelo y entonces vas a poder hablar con él. Muchos de nosotros le pinchamos la culpa a los padres, que al sistema social, que al entorno que nos hicieron esto, que al papá que no estuvo en la casa. No. tu, ¿cuál es tu responsabilidad? ¿Cuáles son tus defectos, cuáles son tus virtudes? Conócelas exactamente y al conocerte a ti mismo vas a estar más capacitado para aceptar las cosas y las maneras en que tu deformas los eventos que vienen a tu vida. Conócete a ti mismo.
3. El tercer principio es esto de que Dios siempre está en control, por eso ese coro que lo vamos a cantar al final. Dios siempre está en control, aunque tu no lo veas. Asume eso. asume que Dios siempre está involucrado en tu vida. Él nunca se toma vacaciones. El Señor dice, he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, es más, está en nosotros. El espíritu de Dios está dentro de ti. Dios no se olvida. Dios no se descuida. Dios no voltea la cara. Dios no toma siesta. Dios está siempre involucrado en tu vida. Él está en control. Es más, dice él que te tiene esculpido en las palmas de sus manos. Es la única vez que dice que Dios usa tatuajes en la Biblia, te tiene esculpido, escrito en la palma de sus manos para que no se le olvide quién tu eres.
Así que asume que todo lo que está pasando en tu vida, aunque tu no lo entiendas, tu tienes que decirte, sí, Dios está en control y si yo creo que no está en control es porque no entiendo lo que él está haciendo, pero con el tiempo yo voy a saber lo que él está haciendo. Y cree, cree, cree, confiésalo, aunque todo dentro de ti te grite, maldice a Dios y muere, como le dijo la mujer de Job, dice, no, yo sé que mi redentor vive y yo sé que un día lo veré, aún cuando te estés bebiendo las lágrimas en la boca. Bendice al Señor y dale gracias, aunque todo instinto dentro de ti carnal grite, Dios te traicionó. Di, no, Dios es fiel, Dios es bueno, Dios está involucrado en mi vida y yo sé que él me sacará hacia adelante y que yo lo veré con mis propios ojos, aunque no lo entienda pero confieso su bondad porque él siempre está en control y nada pasa fuera de su voluntad.
4. Un cuarto principio es ejercer paciencia hasta que el propósito de Dios sea plenamente realizado y esperar pacientemente hasta que recibamos la respuesta que necesitamos de parte de Dios. Uno de mis salmos favoritos comienza: “Pacientemente esperé a Jehová, pacientemente esperé a Jehová y se inclinó a mí y escuchó mi clamor y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del logo cenagoso. Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos, puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios, verán esto muchos y temerán y confiarán en Jehová. Aleluya!”
¿Cuántos de nosotros cuando nos encontramos en el pozo de la desesperación, en el lodo cenagoso podemos decir voy a esperar pacientemente hasta que apunte el alba, hasta que salga el sol de Dios otra vez? Y ¿sabes qué? Cuando tu sales de los tiempos de aflicción y de prueba Dios te da un cántico nuevo entonces, porque te da una personalidad nueva, te una forma nueva de ver a Dios y de ver la vida. Y otros dice, guau, mira cómo salió. Salió limpiecito, salió con 20 libras menos de pecado encima de él. Mira qué bien se ve, guau. Y ellos son confortados también y temerán y glorificarán a Jehová. Ejerce paciencia hasta que Dios muestre todo lo que él tiene para ti.
5. Entender que Dios a veces usa medios, instrumentos y procesos dolorosos y desagradables para bendecirnos y desarrollar el carácter de Cristo en nosotros. Mire la cruz, un instrumento de cultura tan siniestro que es la cruz. La crucifixión de un hombre es la cosa más horrorosa y terrible que uno se puede imaginar y el Señor la usó para bendición y redención de la humanidad. A veces Dios nos monta sobre la cruz a nosotros mismos también. Y a través de eso Dios saca unos resultados maravillosos. Dios usa instrumentos siniestros a veces para bendecirnos y desangrarnos. ¿Entiende eso? no vea solamente los instrumentos bonitos, el ramo de rosas, la alabanza del mundo, la prosperidad financiera, la mucha salud, la cuenta frondosa del banco. No. Dios a veces usará otros instrumentos para bendecirte, acéptalos también.
6. Entender que a todo le podemos sacar provecho. De todas las cosas de la vida podemos salir edificados y fortalecidos si tenemos la perspectiva divina. Pablo dice, “antes en todas estas cosas somos más que vencedores, tribulación, angustia, hambre, desnudez, peligro, espada.” Todas las cosas, en todo el creyente puede ser edificado y fortalecido. El creyente es un gran alquimista que todas las cosas bajas las torna en cosas nobles y hermosas por el poder de Dios en nosotros.
7. Empaparnos de la narrativa divina, la narrativa bíblica y de los paradigmas de la Biblia. Eso suena muy grande. Empaparnos digamos de la perspectiva bíblica y de los patrones de la Biblia de manera que todo lo que vivamos y experimentemos lo podamos interpretar a través de los tratos de Dios con su pueblo. Sabe que la Biblia es la mejor fuente de perspectiva. Y eso es el trabajo de toda una vida, por eso es que nosotros tenemos que vivir metidos en la palabra, porque cuando tu te metes en la palabra, la palabra se mete dentro de ti y colorea los lentes que tu usas para interpretar la vida. Yo creo que nosotros tenemos que estar tan compenetrados con la palabra de Dios que todo lo que sucede inmediatamente lo vemos a través de una mentalidad sobrenatural bíblica, del Reino.
Para muchos de nosotros, nosotros no pasamos suficiente tiempo metidos en el contexto del Reino, de la escritura, entonces nuestra es más carnal que divina, más mundana que bíblica y tu tienes que vivir metido en la palabra, porque esa palabra te va a formatear, para usar un anglicismo, esa palabra te va a configurar. La palabra de Dios dice, “es viva y eficaz” y escudriña el interior y te conforma. Cuando la palabra se mete dentro de ti, verdaderamente que tu la recibes, ella cambia los contornos de tu mente, de tu cerebro. Tu comienzas a ver las cosas a través de la palabra y entonces tu puedes entender mejor los procedimientos de Dios para tu vida. Así que empápate y satúrate de los principios de la palabra del Señor.
8. Tu debes verte a ti mismo como un proyecto incesante de Dios. Él está elaborando una obra maestra en cada uno de nosotros y está usando las circunstancias, los eventos, los padecimientos de nuestra vida para elaborar esa obra de arte que tu y yo hemos de ser. Y Dios a veces usa el martillo, el cincel para esculpirnos pero este permite que lleguemos a ser lo que Cristo quiere que seamos. Amén.
Así que en esta mañana, yo voy a dejar allí, yo quiero invitarte a ponerte los lentes interpretativos del Reino de Dios. Por qué no bajas tu cabeza ahora mismo un momento. Quiero invitar a los hermanos que yo hablé con Vanesa y con Orlando, que pasen por acá y nos ayuden, los hermanos de los músicos también, del grupo de alabanza. Como digo, esto se me ocurrió… yo desgraciadamente no soy de los pastores que preparo mis sermones con 10 semanas de anticipación. El Señor me los da y entonces yo los preparo y esta mañana mientras trabajaba el sermón, me vino así que pido disculpa a los hermanos del grupo de alabanza por haberlos llamado temprano y dejarles saber… Thank you, dear. I am glad you… está usando los lentes interpretativos del Reino. Amén. En vez de decir, este pastor sangrigordo que nos molesta por la mañana. Dice, No, este hombre de Dios trabajando el sermón a las 5:00 de la mañana, qué gigante espiritual.
Entonces, ese coro de Samuel dice que Dios siempre tiene el control. Yo quiero que tu lo confieses. Vamos aprenderlo. Tenemos hoy una orquesta completa. Póngase de pie, reciba la palabra de Dios. Di, Señor, gracias porque tu estás en control de mi vida y que nada sucede por coincidencia.
Por favor pongan el video, a menos que ustedes… ¿ustedes lo querían interpretar? Okay. Tremendo, bueno, amén, no estoy usando los lentes del Reino. Gloria a Dios. Dios me está dando más de lo que yo pensaba. Amén.
Vamos a cantar ese coro, Dios siempre tiene el control y por qué atemorizarnos, por qué cuestionarnos si él está en control de todo. Reciba esa palabra, sales de aquí con la benevolencia de Dios sobre tu vida. Tu Papá no te deja, tu Papá te acompaña, tu Papá tiene un propósito en tu vida. El diablo no se va a salir con la suya. Tu vas a estar en victoria todos los días de tu vida y vas a llegar a la meta que Dios ha destinado para ti. Gracias Señor, te alabamos Señor.