olga martinez

Cuando desciende el rocío, el maná desciende con él

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Permítame en esta mañana hacer de una manera muy general y muy a groso modo un poquito de la historia del libro de Oseas. La situación la vamos a enfocar unos 200 años desde el momento en que Oseas profetizó. Antes de Oseas, 10 de las 12 tribus de Israel se habían separado del reino davídico. Y estas 10 tribus que se habían separado habían hecho su propio reino y el dios que tenían era un becerro de oro. Dios envía a Elías, envía a Eliseo, envía a Amos para que el pueblo regrese a los caminos de Dios.

Pero ellos en lugar de eso cada vez entraban más en la idolatría. Cuando Dios envía a Oseas, a Oseas le toca vivir la época del rey Jerobeam II y le toca vivir una época en Israel donde el pecado estaba por encima. El pueblo de Israel tenía una decadencia total en todas las áreas, y en todas las esferas de su vida. Tenía decadencia política, tenía decadencia religiosa y tenía decadencia social.

Oseas significa salvación. Y por dirección de Dios Oseas se casa con una mujer llamada Gomer y no le va muy bien con ella. Tiene que vivir por parte de ella una serie de infidelidades. Y entonces Oseas mira en su propia vida lo que es la infidelidad como la estaba viendo Dios en el pueblo de Israel. Pero Oseas también experimenta lo que es el juicio de Dios, la misericordia de Dios y el amor perdonador de Dios.

El libro de Oseas está dividido en cuatro partes. La primera parte que va del Capítulo 1 al 3 se habla de toda la infidelidad de Israel. Del 4 al 7 nos habla de los pecados de Israel. Y del 7 al 10 nos habla de los juicios. Pero del 11 en adelante en este libro nos habla del amor, de la misericordia de Dios y de cómo Dios les está diciendo que él es lo único que necesitan y de las promesas que les está haciendo. En todo el libro de Oseas vamos a ver mucho juicio pero también vamos a ver el amor perdonador de Dios.

Oseas insiste continuamente durante todo el libro en el amor perdonador de Dios. por eso a él se le llamó el profeta del amor del Antiguo Testamento. Oseas además de ser un profeta era un maestro. Y entonces él usa muchos símbolos para poder dar ejemplos de las cosas. Y en el Capítulo 4 vemos cómo él usa una gran simbología para manifestar cuál era la situación del pueblo de Israel.

Y entonces nos habla de la nube de la mañana. Y al hablarnos de la nube de la mañana lo que nos está diciendo es que hoy estamos y mañana ya no. eso le quería decía él al pueblo de Israel, que la vida era un momentito. Y en el Nuevo Testamento vemos en el libro de Santiago que nos dice lo mismo, que nosotros somos como hierbas del campo, que hoy estamos y mañana no. y que por eso le tenemos que decir al Señor cuando hacemos planes, si tu quieres iré a tal lugar.

Y también Oseas usa como símbolo una tarta a medio cocer. Porque le está queriendo decir al pueblo de Israel que ellos son como que no profundizan en lo que es su religión, no profundizan en nada, son superfluos y también a nosotros en el Nuevo Testamento qué nos dice el Señor? Nos dice que no seamos tibios, que seamos fríos o calientes pero que si somos tibios nos va a vomitar de su boca.

Lo que nos está diciendo es que no quiere cristianos de a domingo. Quiere cristianos de verdad. y el libro de Oseas también utiliza como símbolo la paloma, porque con esto estaba él explicando que el pueblo de Israel era voluble. No era estable, hacían alianzas políticas como les convenía. También Dios nos está diciendo a nosotros que nosotros estamos en el mundo pero no somos del mundo. Y que nosotros tenemos que ser luz para que ellos se conviertan a nosotros y no nosotros a ellos. Y que tenemos que tener mucho cuidado con las alianzas que hacemos, alianzas matrimoniales, alianzas de trabajo.

Y también Oseas, utiliza como símbolo un árbol. Y con eso está simbolizando que cualquier dependencia que haya que no sea la de Dios es inestable. Dios quiere que usted y yo dependamos única y exclusivamente del Dios verdadero. Y nos va a llevar situaciones en nuestras vidas en las cuales no vamos a tener más que depender totalmente de él.

La dependencia absoluta de Dios se reconoce dependiendo absolutamente de él. Y para eso muchas veces tiene que quitar otras dependencias, otras cosas de las que no estamos agarrando. Todos los libros de los profetas menores tienen tres tipos de enseñanzas, tienen una enseñanza histórica porque lo que está avalando el libro era una enseñanza que cubría una necesidad inmediata, una necesidad del pueblo en ese momento. Otra enseñanza es una enseñanza profética. En estos libros siempre se profetiza lo que va a suceder en el futuro, sea de juicio, sea de misericordia de Dios. y tienen también una enseñanza práctica, una enseñanza práctica para ellos pero práctica para nosotros también el día de hoy.

Yo quisiera por favor la siguiente transparencia. Yo quiero que usted vaya conmigo al libro de Oseas, en el Capítulo 14 y me busque por favor el versículo 5. Dice así:

“…Yo seré a Israel como rocío, él florecerá como lirio y extenderá sus raíces como el líbano. Se extenderán sus ramas y será su gloria como la del olivo y perfumará como el líbano. Volverán y sentarán bajo su sombra, serán vivificados como trigo y florecerán como la vid. Su olor será como de vino de líbano…”

Estas son las promesas que Dios le hace a Israel diciéndole que lo único que necesitan es a él. Y esto es para nosotros también el día de hoy. Porque usted y yo lo único que necesitamos verdadera y exclusivamente es a nuestro Dios. y así como acabamos de ver la historia de Israel usted y yo tenemos una historia y algunas historias son más bonitas que otras, otras son más largas, otras son más cortas y siempre cada mujer creemos que la historia nuestra es la mejor. La historia es la más bonita y si es trágica, la más trágica.

Pero cuando oímos otras nos damos cuenta que no es así. En el Capítulo 4 de Oseas usted va a encontrar que nos habla que él quería traer al pueblo de Israel con cuerdas de amor, con lazos de amor. Y usted y yo fuimos atraídas a él con cuerdas de amor. Algunos nos tuvo que tirar la cuerda un montón de veces, y cada vez que nos tiraba la cuerda, la cuerda tenía que ser más gruesa, ya parecía de aqueos. Y algunos de nosotros la cuerda de amor nos las tuvo que apretar tanto, tanto, tanto que dolía la cuerda, pero al fin ganó él y por eso es que estamos aquí. Pero ya que estamos aquí traídos por cuerdas de amor, porque por muy gruesa que haya sido la gruesa, por muy dolorosa que haya sido la cuerda a través de la cual venimos al Señor, era una cuerda de amor.

Y ahora lo que tenemos que tener cuidado es de no zafarnos de esa cuerda de amor. El pueblo de Israel se zafó de la cuerda y agarró su camino. Y sabe que zafarse de la cuerda de Dios es muy fácil. Zafarse de un tirón tal vez cuesta, pero la manera más fácil de zafarse de las cuerdas en que Dios nos tiene atados es poquito a poquito. Cuando a uno lo atan, no sé si a usted jugando o algo lo han atado alguna vez, se ha fijado que uno empieza a moverse así y la cuerda se va zafando. Y cuando un día no buscamos a Dios, y otro día tampoco porque estamos muy cansadas, hay mucho trabajo, hay muchas cosas que hacer, hoy no leemos su palabra porque… mañana, hoy la cabeza no me da para eso. Y mañana tampoco leemos la palabra, mañana menos nos va a dar la cabeza porque le cuento que el cerebro si no lo usamos, se entumece. No son los años los que envejecen el cerebro, es cuando no lo usamos, cuando se envejece.

Y hoy tenemos un pecadito pero… una mentirita y un chismito, pero como es tan chiquito no se lo confieso al Señor si total… y mañana otro, y pasado otro, y cuando venimos a sentir estamos zafadas de las cuerdas del Señor. Cuando venimos a sentir empezamos a irnos por nuestro propio camino, ya no estamos atadas a él.

Aquí Oseas nos habla simbólicamente del rocío. Y qué es el rocío? El rocío son las gotas del mar que se han quedado impregnadas como gotas de agua sobre las hojas después de una noche fresca. Y me llama muchísimo la atención, mire en la figura cómo las gotas se quedan ahí impregnadas. Y son unas gotitas transparentes y Dios le estaba diciendo a Israel a través del rocío que Dios sería para ellos como un rocío, que la gracia de Dios sería para ellos como un rocío, que los iba a refrescar, que los iba a vivificar.

Y Dios nos está diciendo también el día de hoy que él es para nosotros como un rocío que refresca, como un rocío que vivifica cuando usted y yo estamos sedientas, cuando usted y yo estamos en el desierto, cuando usted y yo no creemos ya en nada ni podemos hacer nada, entonces viene el rocío de Dios, se impregna sobre nosotros y nos da esa frescura.

El rocío de Dios está simbolizando aquí el amor poderoso de Dios. y si usted tiene su Biblia busque por favor Deuteronomio Capítulo 32 versículo 2. Es el cántico de Moisés que dice así:

“… Goteará como la lluvia mi enseñanza, destilará como el rocío, como la grama y como las gotas sobre la grama…”

Y vaya también al salmo 72:6, dice así:

“…Descenderá como la hierba cortada, como el rocío que destila sobre la tierra…”

Nos está hablando de su amor poderoso. Pero el rocío de Dios también simboliza el maná que usted y yo necesitamos. Vaya por favor a Números 11:9, dice así:

“…Y cuando descendía el rocío sobre el campamento el maná descendía con él…”

El Maná era lo que alimentaba al pueblo y el rocío venía con él. El rocío aquí está significando el alimento que Dios nos da. Y sabe que la palabra de Dios es el alimento que él nos da. Y nosotros somos los que debemos de comer ese maná, comer ese alimento que viene junto con el rocío que Dios nos da, junto con el refrescamiento que Dios nos da, está la palabra que significa el alimento.

Y el rocío también significa la bendición de Dios. si usted va por favor a Génesis, Capítulo 27, versículo 28, va a encontrar que cuando Jacob bendice a Isaac, mire lo que le dice Jacob bendiciendo a Isaac:

“…Dios pues te de del rocío del cielo y de la grosura de la tierra, y de la abundancia de trigo y de mosto…”

Lo está bendiciendo con todo tipo de abundancia. Y sabe que Dios nos bendice a nosotros con todo tipo de abundancia. Y mire, si usted va también por favor acá, dice así, cuando Moisés va a morir él le da una bendición a las 12 tribus, y miren la bendición que Moisés le da antes de morir a las 12 tribus:

“…Serán tierra de grano y de vino y también sus cielos destilarán rocío…”

Si se da cuenta, cada vez que Dios nos habla de abundancia, cada vez que Dios nos habla de darnos algo, nos está hablando de darnos el rocío. Y si usted va a Números 11:9 va a ver aquí también lo que dice:

“…Y cuando descendía el rocío sobre el campamento el maná descendía con él…”

Y mire cómo el rocío simboliza también la provisión de Dios. Vaya a Éxodo Capítulo 16, versículo 13, mire yo sé que voy muy rápido con… quizás creo que tengo que detenerme más. Quiere que le repita todas las Escrituras? Voy a terminar esta parte y le voy a repetir todas las Escrituras, no para que las busque sino para que se las lleve a su casa y usted las busque en su casa, de acuerdo? Si yo me detengo y dejo que las busque no las va a buscar en su casa, Éxodo, Capítulo 16, versículo 13:

“…Y venida la tarde recibieron codornices que cubrieron el campamento y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento…”

De nuevo tenemos el rocío relacionado con la abundancia y con la provisión de Dios. El rocío de Dios también significa la revelación de Dios. En el libro de Jueces, en el Capítulo 6, en el versículo 36, Gedeón le pide a Dios que como una señal de que él quiere estar seguro si el pueblo va a ser destruido por las manos de él, le de como señal que el rocío caiga sobre el vellón. Viene Dios y se lo concede. Aquí el rocío lo que está es revelando la voluntad de Dios. eso lo va a encontrar usted en Jueces, Capítulo 6, versículo 36 que dice así:

“…Pide a Dios que si el rocío está sobre el vellón él sabrá que entenderá que salvaré a Israel por su mano como ha dicho…”

Y el rocío también significa el poder de Dios. Cuando Dios le da dominio al rey David entre todas las palabras que le dice, le dice estas:

“…Tu tienes el rocío de tu juventud…”

Así es que mi hermana, el rocío también nos juvenece. Yo creo que eso es suficiente para que le pidamos a Dios cantidades a diario. Si a usted se le olvida todo lo demás que el rocío nos da, acuérdese de eso y que eso nos sirva para pedírselo a diario, cuando nos ponemos la cremita que nos de el rocío que rejuvenece.

Le voy a leer las Escrituras para que usted las tome si quiere, ya? Deuteronomio 32:2, salmo 72:6; Génesis Capítulo 27, versículo 28; Génesis Capítulo 33, versículo 28; Jueces Capítulo 6, versículo 36; Números Capítulo 11, versículo 9; Éxodo Capítulo 16, versículo 13.

Y para resumirle a usted el rocío nos refresca con el poderoso amor de Dios. el rocío nos da abundancia. El rocío nos da provisión. El rocío simboliza también la bendición de Dios, el rocío simboliza el poder de Dios.

Si usted mira ahí, hay un lirio. Es que el rocío nos embellece. Esta foto la tomé un día antes de venirme y la tomé en la casa de una amiga. Los lirios son unas flores que hay blancas y hay rojas y los lirios se abren así como unas campanas porque tienen 6 pétalos. Y la palabra de Dios usa mucho a los lirios, nos habla de los lirios del campo, que son los lirios blancos, pero también están los lirios rojos. Y cuando Dios le dice a Israel que ellos van a crecer como los lirios, les está hablando de un crecimiento hacia fuera, les está hablando de un crecimiento que se ve, les está hablando de un crecimiento que embellece.

Y mi amada hermana, usted y yo tenemos que ser como esos lirios que crecen y como esos lirios que se embellecen cada día más. La palabra de Dios nos manda que nosotros cada día debemos de crecer para llegar a la estatura del varón perfecto, y para tener la plenitud de él. Y cuando usted y yo vamos creciendo verdaderamente en los manos del Señor, el crecimiento se tiene que ver.

Y sabe cómo se tiene que ver? Con nuestras actitudes, se tiene que ver con lo que hablamos, se tiene que ver con lo que hacemos, se tiene que ver no solo con lo que decimos sino las actitudes y el comportamiento que lo acompaña.

Y en este crecimiento de los lirios pasa algo muy especial. Son unas varitas muy, muy largas y cada bulbo de lirio puede dar hasta 55 bulbos más. Se reproducen de una manera tremenda. Tienen una multiplicación tremenda. Y sabe cuál es la multiplicación que Dios quiere que usted y yo tengamos? La multiplicación que Dios quiere que usted y yo tengamos es la multiplicación a través del ejemplo.

Y la multiplicación a través del ejemplo tiene que venir primero en nuestra casa. Y ese reproducción para que tengamos la belleza de lirio tiene que venir cuando nosotros empezamos a romper los patrones relacionales que tenemos. Todos en nuestra casa tenemos patrones relacionales. Qué les quiero decir con esto? Maneras de relacionarnos unos con otros. Y como ya son tan continuadas las traemos ya de tanto tiempo, ni siquiera nos damos cuenta si se están convirtiendo en patrones relacionales disfuncionales.

De repente viene un observador, en mi país hace dos semanas tuvimos elecciones. Llegaron observadores de todo el mundo, a qué llegaron estos observadores? Porque ellos veían detalles pequeños y sabe que usted y yo tenemos un observador que está todo el tiempo viendo aún los detalles más pequeños. Y ese observador quiere que usted y yo rompamos esos patrones relacionales, maneras de hablarnos, maneras de contestarnos, porque si no nos damos cuenta pueden llegar a ser disfuncionales y se reproducen.

De repente vemos a los hijos tratando al hermano de una manera, por qué lo tratas así? Y si nosotros nos viéramos en un espejo, nos vamos a dar cuenta que nosotros nos estamos tratando así. Muchas veces si queremos conocer como somos veamos cómo se están comportando nuestros hijos. Al fin y al cabo de quien más han aprendido es de nosotros.

Y en ellos es muy fácil ver esos patrones disfuncionales pero en nosotros no. pero cuando usted y yo queremos crecer como el lirio para reproducirnos vamos a empezar a romper esos patrones. Y la manera en que vamos a romper esos patrones es primero dándonos cuenta que los tenemos.

Y cuando rompemos ese patrón es que yo empiezo a romper mi conducto, yo empiezo a romper mis estímulos o mis respuestas. Yo empiezo a comportarme de otra manera. Yo empiezo a contestar en otra forma. Y así el patrón se empieza a romper, pero la otra persona va a querer que ese patrón siga, continúe, pero si ya hemos vivido así tanto tiempo. Así somos nosotros, decimos. Así nos tratamos. Y uno dice, pero de veras? Sí, sí, ya nos acostumbramos. Dios no quiere costumbres. Dios quiere crecimiento. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

Cuando era niño actuaba como niño, ahora que soy adulto actúo de otra manera. Y cuando yo decido empezar a tener un estímulo diferente, empezar a tener una respuesta diferente aunque el otro al principio fuerce para que sigamos igual, si yo me mantengo el otro va a llegar un momento, o los otros van a llegar a un momento en que qué va a pasar? Ellos van a empezar también a contestar de otra manera, a dar estímulos de otra manera.

El patrón se ha roto. Yo crecí como persona y yo me reproduje porque estoy ayudando al crecimiento de ellos. Mis amados hermanos, el crecimiento nuestro es muy importante pero también tiene que haber crecimiento en nuestra familia. Cuando yo tomé esta foto de este lirio los lirios estaban unidos uno al otro de tal manera, porque se reproducen tanto que es así como un racimo precioso y cuando tomamos la foto, Dios habló a mi corazón y me decía que el perfume del lirio es algo que nosotros debemos exhalar. Pero que debemos exhalar el perfume de lirio no solo nosotros, que el perfume de lirio debe ser exhalado por toda la familia.

Sabe qué? Cada persona tenemos un humor diferente físicamente hablando. Pero cuando tenemos el aroma de Cristo, cuando tenemos el olor al Señor, y entramos en una habitación ese olor tiene que reflejarse. El aroma a Cristo tiene que llenar la habitación cuando tu entras. Cuando tu entras a trabajar, tal vez ahí hay tensión y aquella tensión que el cuchillo corta, pero cuando entra el aroma de Cristo, porque tu reflejas al Dios viviente, esa tensión tiene que quitarse porque el aroma de Cristo tiene que llenar toda la habitación.

Y cuando alguien muy perfumado se va, se va y deja una estela. Y cuando nosotros nos retiramos de los lugares no solo nosotros, sino que como familia esa estela de aroma a Cristo tiene que quedarse registrada. Ay, que bueno que ya se fue, ya viene otra vez. Si esas expresiones hay cuando llegamos a un lugar, es que no estamos reflejando el aroma del Señor. Pero cuando nosotros nos vamos de un lugar aún de la iglesia, que nos vayamos, lo que tiene que quedar reflejado es el perfume de Cristo, el aroma de Cristo que nosotros reflejamos.

Y cuando nosotros nos recordamos de una persona casi la olemos. Ay, cuando hablamos de alguien como que hasta el olor viene a nosotros. Y ese es el aroma que nuestros recuerdos deben de dejar en la gente, el aroma de Cristo. La belleza de lirio la encontramos en Mateo, en el Capítulo 6, versículo 28 y 29. Ahí se nos habla que el lirio crece entre espinos y se nos dice que ni aún la belleza de Salomón es tan linda y es tan grande como la belleza del lirio. Y a mí me llama mucho la atención que el lirio crece entre espinos. Y me llama más la atención que no habla que estos espinos rompen al lirio. Y muchas veces nosotros en lugar de ser ese lirio que crece entre espinos, porque si algo es difícil es a veces vivir entre espinos. Ay hermana, si usted conociera la familia que yo tengo, no hablaría del aroma de Cristo, pero aquí dice que el lirio crece entre espinos.

Y muchas veces los espinos no son de parte de los otros, los espinos son de parte nuestra. A veces parecemos el puercoespín. Sabe usted que es el puercoespín? Lleno de espinas. Espinas cuando hablamos, espinas cuando nos acercamos, espinas cuando tocamos, pero Dios quiere que usted y yo reflejemos la belleza de lirio y el aroma de lirio.

El lirio es mencionado en el libro de Cantares, en el Capítulo 5, en el versículo 13 dice:

“…Sus labios como mirra que destilan mirra fragante…”

Mi amada hermana, cuando usted y yo hablamos las palabras tiene que llevar el olor de la mirra fragante. Y Cantares, en el Capítulo 2, versículo 2 dice claramente_

“…Como lirio entre espinas es así mi amiga entre las dos ellas…”

Dios quiere que usted y yo seamos un lirio entre espinos. Y mire ahorita viene la parte que a mí me gusta. Ahí abajo hay una telaraña. El rocío tiene la capacidad de revelar las telarañas. Es tan bonito que se pone encima de las telarañas, mire ahí encima de las gotas de las telarañas se pone.

Y cuando nosotros lo vemos en la mañana vemos todas las telarañas que tejió en la noche, en la oscuridad, y que bueno que el rocío de Dios refleja sus telarañas y refleja las mías, porque le cuento que usted y yo tenemos un montón de telarañas.

Y lo hermoso es que las telarañas que nosotros tejemos Dios las conoce perfectamente. Dice en Job, en el Capítulo 34, en el versículo 21:

“…Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre y ven todos sus pasos…”

Yo le quiero hablar de tres tipos de telarañas. Yo sé que hay más, pero le voy a hablar de tres tipos de telarañas porque son los más conocidos. Una telaraña se empieza a tejer poquito, ¿verdad? y cuando venimos a sentir, es una gran telaraña que no sabemos dónde empezó.

Y existe la telaraña de las cosas ocultas, pensamientos ocultos. Ha tenido usted pensamientos ocultos? Todo el tiempo. Ha tenido usted motivos ocultos? Intenciones ocultas? Deseos ocultos? Y ¿Saben qué? Los motivos ocultos nos llevan a pensamientos ocultos, a deseos ocultos, a intenciones ocultas, y finalmente a actuaciones ocultas delante de otros y delante de Dios.

Y siempre las cosas ocultas, los pensamientos, los deseos, las intenciones, van siempre entrelazadas como una telaraña con la mentira, porque como son ocultas, son mentiras. Estabas pensando tal cosa? No. Tenés ganas de tal cosa? No. viene la mentira y empieza toda una telaraña.

Sabe que cuando nos encerramos en la telaraña de lo oculto empezamos a tener dos o más personalidades. Y de repente la hermanita en la iglesia es preciosa y si alguien describe nuestro perfil, ay que linda somos. Pero vayamos con los de la casa a preguntarle cuál es nuestro perfil, y parece que estuvieran hablando de dos personas diferentes que se llaman igual. Por qué? Porque no nos hemos fijado cómo las cosas ocultas pueden llegar a hacernos con dos o más personalidades.

Con mucha facilidad nos volvemos como ese animalito que cambia de colores, según la ocasión, el camaleón. Dios quiere romper las telarañas ocultas. Dios quiere que nosotros nos comportemos igual aquí abajo que allá arriba, igual en la iglesia que en la casa, que nos vistamos aquí abajo igual como nos vestimos allá arriba, que nos vistamos para la iglesia como nos vestimos también para cuando vamos a trabajar con cierto decoro.

Dios no quiere que tengamos personalidades múltiples. Dios no quiere telarañas ocultas. Y un ejemplo de las telarañas ocultas, hasta dónde nos pueden llevar, usted lo mira con David y Betsabé. Si ahí tejió toda una telaraña y dónde empezó la telaraña, un deseo oculto, una intención oculta la mandó a traer y después de que la mandó a traer usted sabe el resto de la historia? Tiene relaciones con ella, ella queda embarazada, él quiere empaquetarle el hijo al esposo de Betsabé. Empieza a tramar otra cosa, no le da resultado, no lo logra y como no logra toda su telaraña, a qué llega? A mandarlo a matar.

Y dónde empezó? Empezó con un deseo oculto. Mire, los deseos ocultos, los motivos ocultos, los pensamientos ocultos, mis amadas hermanas, son delicados, tienen que ser entregados a Dios desde el principio. No pueden ser acariciados, no pueden ser desarrollados, porque de lo contrario podemos terminar como David. David era un hombre de Dios y sin embargo dejó que la telaraña de las cosas ocultas se desarrollara.

Y otra de las telarañas que también tenemos las mujeres son la telaraña de las emociones. Esa sí que es entretejida y más que entretejida. La primera emoción del día, mi amada hermana, usted tiene que tenerle mucho cuidado porque cuando usted reconoce la primera emoción del día, y si usted se la entrega a Dios, usted empieza a caminar bien, pero cuando la primera emoción del día no la manejamos bien, las emociones queramos o no son en cadena, y una va a traer a otra, otra va a traer a otra, a veces hasta sin darnos cuenta. Y cuando termina la noche nosotros estamos hechas una telaraña de emociones. Terminamos como se dice en mi país, rematando con los que viven con nosotros. Y generalmente son los hijos, porque son los que nos aguantan, no les queda otra.

Y qué ha sido? Ha sido la telaraña de emociones. Y cuando no manejamos las emociones correctamente porque no las vamos identificando una a una, se las vamos entregando a Dios y entregando a Dios, nos van a suceder dos cosas, o vivimos una vida llena, llena de emociones que parecemos volcán, o vivimos una vida donde las emociones están guardadas, y donde las emociones están bloqueadas. Las dos cosas son problemáticas.

Las emociones bloqueadas, las emociones guardadas nos van a llevar a tener una vida, yo le diría, emocionalmente mediocre. Nos vamos a convertir en aquellas personas que todo lo guardan, todo lo retienen y ya no quieren expresar nada. Por qué razón? Porque en el momento en que esas emociones van a ser expresadas como han estado tanto tiempo guardadas, van a salir. Pero el reprimir las emociones, el no entregárselas a Dios va a tener problemas en nuestras interrelaciones personales y problemas en la relación con Dios.

En el Capítulo de Neemías habla que el pueblo cuando Neemías y Esdras se paraban enfrente a leer las Escrituras, sabe qué pasaba? El pueblo se regocijaba, el pueblo tenía contentamiento, el pueblo tenía gozo cuando podía entender una Escritura y el pueblo tenía una respuesta emotiva, pero a veces mis amadas hermanas, el gozo por leer la palabra de Dios se ha ido.

Y eso gozo por leer la palabra de Dios a veces empieza a irse por todas las cosas que tenemos guardadas. Mis amadas hermanas, el abrir la palabra de Dios y leerla tiene que ser un gozo. Ahí está la dulzura de todas las promesas de Dios, mi amada hermana, si es Dios hablándome cómo no va a producir gozo, como no va a producir una emoción en mi corazón, una alegría en mi corazón cuando yo entiendo una Escritura que no entendía, cuando hay una revelación de Dios para mi vida a través de esa Escritura, cómo no va a haber una respuesta emotiva.

En Guatemala, aclaro, a veces las personas no tienen gozo con la palabra de Dios. Hermano, amén, oye usted por ahí, un amén por ahí. Y uno tal vez cuando leyó la Escritura, amén. Revisemos, revisemos si realmente tenemos gozo por leer la palabra de Dios, si realmente despierta a mí algo o lo leo y ya la leí, pues, va, listo. No. dice que el pueblo cada vez que Neemías y Esdras abrían el libro de la ley el pueblo la tristeza se le iba, cada vez que leía una Escritura.

En el libro de Esdras habla de cuando estaban construyendo el templo y dice que cuando veían que estaban poniendo los cimientos en el templo, cuando veían que estaban poniendo los ladrillos, el pueblo se regocijaba y decía, que bueno es Dios. y sabe que nosotros tenemos que tener regocijo por las cosas que se están haciendo para Dios. Pero a veces vemos las cosas grandes que Dios está haciendo, vemos las cosas grandes que se están haciendo para Dios y ay, ojalá que lo terminen luego.

Mire, tantas cosas que decimos y hacemos, cuando lo que nos debe de dar es gozo, gozo por el crecimiento de la obra de Dios, gozo por las cosas que se están haciendo para Dios, aunque no sea mi grupo, aunque no sea mi iglesia, aunque no sea mi célula, es para mi Dios y el Dios suyo y el Dios mío es el mismo, mi amada hermana, y tenemos que tener ese gozo y ese regocijo por las cosas y por el crecimiento de Dios.

Si no hay ese gozo y ese regocijo es buen momento, yo lo he tenido que hacer en mi vida porque hay etapas así, hay etapas así por las que pasamos que me he tenido que poner de rodillas y le he tenido que decir, devuélveme el gozo de tu salvación, porque perdemos el gozo de la salvación por todas las cosas que nos suceden, o las cosas en las que nosotros nos metemos.

Pero cuando usted y yo nos ponemos de rodillas y le decimos, devuélveme el gozo de tu salvación, volvemos a entender qué significa la salvación en Cristo, volvemos a entender el sacrificio de la cruz, ese sacrificio que se nos olvida, que es para nosotros y que también es para otros. Dios quiere devolvernos el gozo de la salvación para que lo que todos hagamos en Cristo sea gozo no importa que lo haga yo o lo haga otro.

Sabe que otro gozo hemos perdido? El gozo de ver cuando la gente recibe al Señor Jesucristo. Dice que hay fiesta en los cielos, que los ángeles se regocijan y nosotros qué hacemos? Ay, pasaron cuatro. Yo ahorita sí le voy a presumir. En mi iglesia tenemos algo que se llama la vía dolorosa y la presentan tres veces al año, y en cada evento se conviertan como 180, pero creo que aún nos falta gozo de ver a esos 180 convertidos para que el año entrante sean 300 por función.

Pero, mi amada hermana, para eso necesitamos de nuevo recuperar el gozo de la salvación, que verdaderamente en su alma haya un regocijo cuando usted mira pasar a alguien aquí adelante a regocijarse con Cristo. A veces hasta nos volteamos a platicar con el vecino mientras está haciendo la confesión de fe. No tiene nada que ver conmigo, yo ya tengo a Cristo. Allá él que ahorita lo encontró. Yo hace rato.

Amada hermana, el gozo de Dios, usted no cree que Dios tiene gozo? Cuando alguien se reconcilia y ese gozo es para mí y para usted si queremos ser como Cristo.

Hay muchas telarañas, pero yo me voy a enfocar solo en tres, no se preocupen. Mire, la telaraña de la imaginación. Sabe que a la imaginación nadie le pone atención, pero la imaginación funciona y vaya si no. ya me imaginaba yo! Ni me lo imaginaba! Funciona. Y la imaginación se vuelve una telaraña.

Qué es la imaginación? La imaginación es la capacidad que usted y yo tenemos de concretar algo. Concretar los pensamientos, reducirlos de tal manera que le vamos a dar la forma de una imagen. Entonces, cuando esos pensamientos se reducen, se juntan, nosotros tenemos una imagen. Esa imagen generalmente está asociada con experiencias pasadas que yo he incorporado a mi vida. Pero también la imaginación basada en experiencias pasadas, que he incorporado a mi vida, va también a tener proyecciones futuras.

La imaginación funciona rápidamente y funciona en base al pasado con proyecciones futuras. Se ha imaginado usted cosas? La imaginación nos la dejó Dios. y para qué nos la dejó Dios esa capacidad? Nos la dejó para que usted y yo las imágenes que tengamos sean las imágenes de él, las imágenes del Dios verdadero, las características de Dios es lo que debe estar en las imágenes nuestras.

Pero usted sabe que con el pecado de Adán y Eva la imaginación igual que muchas cosas, se volvió corrupta. Y hoy tenemos una imaginación que tiene que ser sanada. Si algo tenemos malo en la imaginación. Es que yo me lo imaginé! Se ve la cara de picardía de aquello que nos imaginamos. Y la imaginación sigue como telaraña. Mire, ah, yo no sé por qué voy a decir, pero lo voy a decir, de acuerdo? Si usted mira por ahí a alguien y se imagina y luego se imagina más, y luego se imagina más y crece la imaginación, la imaginación tiene que ser sanada, porque empezamos a asumir cosas, es que yo asumí, que yo me imaginé que tu querías, que no querías, que sí querías, que pensabas. Y es tan vívido, porque ya no solo es el pensamiento, es la imagen que lo creemos y funcionamos así. Asumimos cosas, hacemos juicios, es una imaginación egoísta que siempre está pensando cosas malas por parte de otros o cosas malas que nos van a pasar. Es la imaginación que no ha sido sanada por la palabra de Dios. lo que tiene que estar en nuestra mente son las imágenes del Señor Jesucristo, la imagen de la palabra de Dios, pero si nosotros no leemos la palabra de Dios, si nosotros no estudiamos la palabra de Dios no pueden haber imágenes de la palabra de Dios y de Dios en nuestra mente.

Y cuando nos alimentamos, no tengo nada contra la televisión. A mí me gusta, hay programas que me gustan, pero cuando el alimento es la televisión, el internet y todas estas cosas, las imágenes que se va a producir van a ser… la imaginación tiene que ser sanada de 12 maldades. No voy a entrar a ellas, pero tiene que ser sanada de 12 maldades. Y tenemos que pedirles todos los días a Dios que sane nuestra imaginación para que no se empiecen las telarañas durante el día, porque quién sabe con cuánta telaraña nos vamos a acostar, de la imaginación. Y en la noche qué pasa? Es que anoche soñé no sé que cosa. Las telarañas del día. En la noche usted le da más vida.

Y tenemos que tener cuidado, mis amados hermanos, porque mire hay un versículo, creo que es este, a mí me preocupa, es Hebreos Capítulo 4 versículo 13, dice así.

“…Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia, antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta…”

Hay que darle cuenta a Dios de la imaginación. Y en la Biblia hay varios casos de cómo la imaginación funcionó. Usted tiene el caso de Mical. Mical cuando mira a David danzar porque había llevado el arca, piensa mal de él, se imagina cosas que no son y lo menosprecia. David cuando va con Saúl, que vienen de la guerra, y empiezan todas las mujeres, solo que esas sí gritaban así con pulmón, David, vamos a ver, David mató? Saúl mató a…? Y David a…? David mató 10 mil y Saúl a 1000. Eso decían las mujeres y entonces viene David y qué pasa? Dice ah, 9000 de diferencia, porque así es la imaginación. 9000 de diferencia, y encima hasta quiere ser rey. El otro no tenía nada que ver con lo que las mujeres gritaban. Ya había sido designado rey, no estaba pensando en eso. Pero viene Saúl, se imagina que el otro hasta quiere ser rey y desde ese entonces, dice la palabra de Dios, nunca más lo vio bien. y quién sabe, mi amada hermana, cuántas personas nunca más hemos vuelto a ver bien porque las cosas que nos imaginamos. La imaginación, mis amadas hermanas, es una telaraña que tiene que ser sanada todos los días.

Los lirios, como lo vimos anteriormente, crecen para arriba y es un crecimiento que tiene que verse. No podemos decir que estamos crecidas en el Señor si ese crecimiento no se ve. Tiene que verse. Pero juntamente como los lirios son frágiles, entonces Dios le está hablando a Israel que también les va a dar la fuerza, que también les va a dar el poder y entonces les dice que van a ser como cedros de líbano.

Los cedro de líbano son unos árboles grandísimos, pero enormes, el más grande tiene como 12 metros de alto y como 35 de ancho. Los cedros de Líbano son enormes y su madera es muy fuerte, su madera es muy fina y la casa de David estaba hecha con esa madera y el templo de Salomón también.

Y la característica especial de estos cedros de Líbano es que significan poder, significan estabilidad, significan que no se pueden mover fácilmente de un lugar a otro. Y lo que hace que los cedros del Líbano no se muevan de un lugar a otro son sus raíces. Mire cómo son las raíces de los cedros de Líbano.

Las raíces de los cedros del Líbano están extendidas totalmente. Y están agarradas a la tierra. Y cuando las raíces de un árbol están verdaderamente arraigadas a la tierra, el árbol no necesita que lo afirme externamente, no necesita ninguna presión para ser afirmado. Por qué? Porque sus raíces lo tienen afirmados.

Y usted y yo tenemos que tener nuestras raíces en Cristo, bien arraigadas, bien cimentadas, y no podemos arraigar las raíces si somos cristianos de a domingo. Eso no arraiga las raíces. Y para que las raíces se arraiguen nuestros afectos tienen que estar en Cristo. Y saben con qué facilidad los afectos ya no están en Cristo, están en otra cosa, dinero, trabajo, hijos, personas.

Y cuando los afectos empiezan a desviarse de Cristo, las raíces se empiezan a secar. Y cuando las raíces de un árbol se secan el tronco ya no sirve. Y algo muy hermoso de estos árboles es que son fuertes y vigorosos. Sin embargo, cuando viene la tempestad, cuando viene la lluvia, cuando vienen los relámpagos, a veces son tan fuertes que el árbol hasta se agacha un poco, no se quiebra, solo se agacha. Y las tempestades van a venir a nuestra vida tarde o temprano, son parte de la vida. Y que nos encuentre con las raíces puestas en Cristo para que nos agachemos, para que no nos quebremos.

Hace dos semanas mataron al hijo de una pareja amiga mía. Cuando yo vine, creo que fue hace dos años, yo les mostré el templo de la iglesia, [inaudible], les mencioné que la había construido un arquitecto amigo mío, pues mataron al hijo de este arquitecto. Le dieron dos balazos en la cabeza y apareció tirado en el carro. Un muchacho que había sido criado en los caminos del Señor. Yo podía ver el dolor de esa madre que llegó un momento en que lo único que salía de su boca era un sonido, porque ya no podía llorar.

Sin embargo, cuando esa mujer a la hora que sacaron el cadáver del hijo amado, porque era un muchacho criado con mucho amor, la familia ejemplar, cuando lo sacaron esta mujer, que es muy suave y muy dulce, parecía un roble. Estaba parada en frente del féretro y yo casi podía ver las raíces que la estaban sosteniendo. Y cuando esta mujer se paró y le habló a todos los amigos del hijo, haciéndoles ver que ellos eran una familia de promesa, y que por tanto su hijo era una semilla que se estaba sembrando para que todo los demás jóvenes llegaran a los caminos del Señor, y para que no se perdieron, y les habló a los jóvenes que estaban ahí, que se habían descarriados muchos de ellos hijos de pastores, y les habló con una fuerza y con una entereza pudiendo decir que su hijo era una semilla que se estaba sembrando, que realmente era porque sus raíces habían crecido como las del Líbano.

Hicieron el llamado al Señor y a los 8 días hicieron todavía otra reunión en la cual invitaron a mucho más jóvenes, e invitaron a los papás de estos jóvenes, papás de jóvenes que los dejan ir aquí y allá, por aquí, por allá, para hacerles ver la necesidad de que como padres, como familia, volvieran a Dios y enseñaran a sus hijos los caminos de Dios.

Y leyeron una carta que el joven había dejado. A los dos días de muerto un amigo llegó y les dio una carta que el joven había llevado. Y en esa carta que era para la mamá, el papá y la hermana, y le contaba a la mamá cómo se había reconciliado con Dios, cómo Dios le había dado la oportunidad, su misericordia de reconciliarse con él, y aquellos padres tuvieron la seguridad que no importa lo que había pasado, la promesa de Dios, tu y tus hijos había sido una realidad.

Y ella decía, yo tenía promesa de que iba regresar a la casa del Padre, pero no era la casa de su padre terrenal, era la casa de su Padre celestial. Para aquella pareja eran como robles parados hablándoles a todos. Por qué? Porque sus raíces tenían años de estar bien cimentadas en la palabra de Dios.

Y no tienen que ver los años de ser cristianos, mis amados, yo puedo tener muchos años de ser cristiana y no tener raíces fuertes. Puedo tener pocos años y tener raíces más fuertes. Las raíces hay que regarlas a diario con mi relación con Dios, con la palabra de Dios, con mis experiencias con Dios, con mis experiencias con la gente de Dios. Eso es lo que riega las raíces, eso es lo que hace raíces firmes porque sino cuando venga la tempestad nos quebramos, nos vamos a doblar.

Sí, ese día había un dolor impactante. Estaban doblados pero no quebrados. Y cuando no nos quebramos podemos seguir haciendo la obra de Dios, no importa lo que pase. Tenemos que tener raíces firmes.

Mire, Job, Capítulo 18, versículo 16, dice:

“…Abajo se secarán sus raíces y arriba serán cortadas sus ramas…”

Cuando las raíces se secan cualquier cosa, cualquier cosa va a cortar el tronco, cualquier cosa va a cortar las ramas.

Cuando Dios le da estas promesas a Israel son promesas muy hermosas. Le da el lirio que es el crecimiento para arriba, que se ve; le dice que también les va a dar el crecimiento de las raíces, el crecimiento que lo mantiene firme. Pero también les va a dar el fruto del olivo. El cedro del Líbano, el que acabamos de ver, es fuerte, es firme, da un perfume lindo, pero no saca fruto.

Pero entonces por eso también hace la comparación con el olivo. El olivo es una plantita chiquita, pero siempre verde. El olivo siempre está verde. Mire lo que dice, por favor, el salmo 52, versículo 8.

“…Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios…”

Ah, no está hablando de cualquier plantita, está hablando de la planta que es el rey de los árboles, porque en Jueces dice que cuando se juntaron los árboles para buscar un rey, a quién escogieron? Escogieron al olivo. El olivo chiquitito pero lo escogieron a él, porque el olivo siempre está verde, nunca se seca.

Pero el olivo dice que está plantado en la casa de Dios. no es una plantita que creció arriba en el techo porque llovió mucho, ni creció afuera de la casa de Dios. si nosotros queremos estar plantados, tenemos que estar en la casa de Dios.

Ay, no, hermana, yo no busco iglesia, yo mi relación con Dios porque las iglesias usted sabe… Yo lo que sé es lo que dice la palabra de Dios, que yo tengo que estar plantada en la casa de Dios y es aquí donde hay que permanecer. Mi amada hermana, Dios la plantó aquí, quédese aquí. Este es su lugar. Usted tiene que estar plantada en la casa de Dios.

Yo he visto jovencitos en Guatemala que los papás los dejan en la puerta, se van y ellos dan la vuelta también. Nunca vamos a estar verdes si no estamos plantados en la casa de Dios.

Esas son las ramas del olivo y ese es el fruto. Y si usted se da cuenta, las ramas del olivo son delgaditas, son de un gris verdoso, son delgaditas, son largas. Pero se extienden grandemente y el olivo está plantado en la casa de Dios pero sus ramas están extendidas.

Mi hermana, usted y yo tenemos que estar plantadas en la casa de Dios, pero con las ramas extendidas hacia fuera. Hacia dónde se están extendiendo sus ramas? Porque la primera parte es estar plantado en la casa de Dios, la segunda es extender las ramas hacia fuera. Si usted quiere ser un olivo verde, un olivo fructífero, que es lo que nos manda la palabra de Dios, dice que José era rama fructífera y José significa prosperidad, significa abundancia, significa amor y si nosotros queremos ser ramas fructíferas tenemos que estar extendidas hacia fuera. Hacia quién nos estamos extendiendo?

Hay tanto, tanto a quien extenderse para que podamos ser fructíferos. El olivo produce las aceitunas. Todos las conocemos. Y cuando esto se procesa se saca un aceite. Y para tantas cosas que sirve el aceite. Si cada una de nosotros diera un uso del aceite no terminaríamos acá. Si yo soy fructífera como el olivo, yo estoy siendo útil en un montón de cosas.

Es que a mí el Señor solo me dijo… Podemos ser útiles en tantas cosas. Yo puedo ser útil desde cuidar a un niño, desde sacarlo de aquí para que no haga bulla hasta tantas otras cosas más. Para ser fructíferos como el olivo, para estar plantados en la casa de Dios con las ramas extendidas hacia fuera.

Pero para que el rocío caiga hay condiciones. Para que el rocío de Dios caiga ya hemos visto todo lo que el rocío de Dios hace. Para que el rocío de Dios caiga se necesita primero que lo deseemos. Se necesita que lo pidamos. En los ejemplos que vimos, usted vio que el rocío era pedido. Pero el rocío, aparte de que lo pidamos, que lo queramos, Dios lo va a enviar cuando lo necesitamos. El maná junto con el rocío lo enviaba cuando el pueblo lo necesitaba. Y lo enviaba en la cantidad que lo necesitaba, a la hora de la comida y la cantidad exacta. Pero nosotros queremos [inaudible]

Dios va a enviar el rocío en la cantidad que lo necesitamos. Pero hay una condición y es que el rocío no cae donde hay pleitos. El rocío no cae donde hay divisiones. El rocío no cae donde hay contienda. El rocío no cae donde hay chismes. El rocío no cae donde no estamos perseverando en los caminos de Dios. el rocío cae donde hay paz. El rocío cae donde hay unidad. El rocío cae donde hay amor. El rocío cae donde va a ser bien recibido. El rocío cae donde se espera.

Yo le quiero citar una Escritura si es que la encuentro, y si no solo se la voy a leer, dice que:

“… que bueno es habitar los hermanos juntos en armonía porque ahí envía Dios bendición y vida eterna y es como el rocío de Hermón que cae…”

Es donde hay unidad, donde hay amor, donde están amándose los unos a los otros, que el rocío de Dios va a caer. Quiere usted que el rocío de Dios caiga en su iglesia? Bueno, ya sabe las condiciones. Quiere que caiga en su familia? Ya sabe las condiciones. Así va a caer el rocío de Dios.

Dice la palabra que Elías cuando estaba en frente de una cueva porque Dios le dice que salga de ahí, y se para en frente de Jehová, Jehová no estaba en el trueno, no estaba en el terremoto, no estaba en el aire, no estaba en el fuego, dónde estaba? Estaba en un cielo apacible. El rocío viene cuando nosotros estamos en paz delante de Dios esperando su revelación, esperando su refrescamiento, esperando su amor poderoso, esperando su poder sobre nosotros, esperando su provisión.

No viene agitada, no viene corriendo, no viene doblando los dedos, no viene la provisión de Dios. no. ahí no viene el rocío. El rocío viene cuando nosotros lo esperamos y cuando el rocío viene porque lo estamos esperando, usted y yo vamos a ser vivificadas, usted y yo vamos a ser familias vivificadas y usted y yo vamos a ser iglesias vivificadas por el rocío de Dios.

Cierre sus ojos y vamos a ministrar en esta mañana lo que Dios nos ha hablado. Padre, te damos gracias en esta mañana porque tu nos has hablado. La mayoría de las mujeres que estamos aquí necesitamos el rocío tuyo. Necesitamos ese rocío que refresca nuestras vidas, necesitamos ese rocío que representa tu amor poderoso.

Yo sé que aquí hay mujeres que en esta mañana están necesitadas del rocío de Dios que las refresque. El rocío de Dios con su amor poderoso, a ti mujer, dice el Señor, que has estado en esa sequía, en esa sequía de amor porque las personas que tienes cerca no te han rodeado para darte lo que tu necesitas, que has estado mendigando un abrazo y una palabra que te llene de amor, a ti mujer, yo te digo que te he traído hoy en la mañana porque yo quiero que el rocío fresco de mi amor, hoy venga sobre ti y te inunde. Recibe el rocío fresco del amor de Dios, recibe el rocío del amor de Dios que te inunda porque soy yo el que te llena, dice el Señor, soy yo el que extiendo mis brazos y te amo y te doy ese amor que has necesitado desde el vientre, porque yo soy el rocío que tu necesitas.

Has tenido dolor por esa persona que ha partido? Que has sentido, que has quedado con una parte de ti vacía, lo que esa persona se llevó en tu vida, fue parte de ti y parte de tu amor, pero yo hoy te digo que yo hoy vengo y yo lleno ese vacío porque hoy el rocío que refresca con mi amor poderoso viene sobre ti. Recibe, recibe el poderoso amor de Dios. Recibe el rocío de Dios refrescando tu alma.

Recibe ese rocío de Dios que refresca hoy tu alma porque yo hoy quito tu tristeza, yo hoy quito tu tristeza. Pongo mi amor, yo te doy hoy mi rocío, dice el Señor, mi rocío que refresca. Recibe mi amor poderoso porque en mi amor poderoso vienen las fuerzas que necesitas para seguir adelante.

Has estada cansada, abatida? Más yo hoy te doy la fuerza. Recibe el rocío de Dios que refresca. Que las gotas del rocío de Dios hoy se impregnen en tu alma refrescándola, dándote las fuerzas que necesitas, dándote el vigor que necesitas, dándote el amor que necesitas para seguir adelante. Recibe hoy el rocío de Dios que yo hoy lo deposito sobre ti y sobre tu vida, sobre tu corazón, sobre tu alma. Recibe. Recibe, recibe el rocío de Dios.

Recibe, recibe, recibe, recibe, recibe el rocío de Dios refrescando tu alma. Recíbelo, recíbelo, recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios que necesitas porque yo soy tu todo, dice el Señor. Yo soy tu todo. Yo soy el que te acompaña, dice el Señor. Yo, yo, yo, yo, dice el Señor, para ti soy como el rocío que refresca tu alma seca y sedienta.

Reciba el rocío de Dios. Reciba el rocío de Dios. Reciba, reciba, reciba el rocío de Dios que te refresca, que refresca cada una de las partes de tu alma. Recibe el rocío de Dios porque el amor por ti, dice el Señor, es un amor tan grande que tengo, es un amor que suple padre y suple madre porque yo soy tu Dios y porque tu no estás sola, porque tu no estás sola, porque yo estoy contigo.

Yo soy el que te acompaña todos días y te acompaña por las noches. Yo soy el que susurro a tu oído las palabras de amor que necesitas. Inclina a mí tu oído para recibir ese susurro de amor de mis palabras que yo tengo para ti.

Oh recibe el rocío de Dios que refresca tu alma. Oh recibe ese rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recibe, recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios.

Oh, Padre amado, hoy recibimos ese rocío que revela, ten una comunión con Dios y pregúntale qué tiene que revelarte Dios de tu interior. Quizás tienes adentro telarañas que tienen que ser sanadas. Empiece a pedirle a Dios que hoy las telarañas de tu interior sean sanadas. Recibe el rocío de Dios que refresca, recíbale sobre tu vida en el nombre de Jesús. Recíbelo sobre tu alma.

Deje que Dios le revele las telarañas de lo oculto. Quizás tiene cosas guardadas y cosas ocultas, pensamientos, intenciones, motivos que hoy tienen que ser puestos delante de Dios, que hoy tienen que ser puestos delante de Dios para que te sean revelados.

Entrégale todo aquello oculto que puede haber en tu vida. Pensamientos, intenciones, deseos que incluso tu no conoces, para que la telaraña de lo oculto no siga. Pídele a Dios que rompa la telaraña de lo oculto que puede haber en tu vida. No digas simplemente, yo no tengo nada oculto. Deja que Dios te lo revele. Deja que el rocío de Dios hoy inunde tu corazón, tu alma, tu espíritu.

Deje que el rocío de Dios le revele cómo está su corazón. Oh, recibe el rocío de Dios que te vivifica. Deje que el rocío de Dios le revele como están sus emociones. Pídale a Dios que hoy rompa alguna telaraña de emociones que se han formado en su vida. Que rompa esa telaraña emocional que hay en su vida, que usted no entiende, pero que sabe que la daña. Deje que el rocío de Dios rompa esa telaraña.

Pídale a Dios que le revele cómo está su gozo por la palabra de Dios, cómo está su gozo por las cosas de Dios, cómo está su gozo por aquello que Dios hace en la vida de otras personas, porque cuando Dios rompe esa telaraña está rompiendo telarañas de egoísmo para que podamos amor a otros.

Recibe el rocío de Dios sobre tu vida. Recíbelo para ser sanada de todo lo que necesitas. Oh, el rocío de Dios, el rocío de Dios.

Deja que el rocío de Dios hoy rompa la telaraña de tu imaginación. Quizás es un área de tu vida a la que no habías puesto atención y no sabes a dónde te pueda llevar. Deja que Dios hoy entre a la telaraña de tu imaginación. Rompa todas aquellas imágenes que se han levantado en tu vida que no son de Dios, imágenes de cualquier cosa.

Sabes que a veces imágenes del servicio de Dios pueden ocupar el lugar de Dios. Deja que el rocío de Dios hoy te limpia. Recibe el rocío de Dios. Recibe, recibe el rocío de Dios.

Deje que el rocío de Dios le quite todo lo que no la embellece, deje que Dios se lleve todo lo que no la embellece como el lirio. Usted sabe qué no la embellece. Yo sé qué es lo que no me embellece a mí. Deje que Dios se lleve todo lo que no la embellece en esta mañana.

Oh, rocío de Dios, el rocío de Dios sobre tu vida. El rocío de Dios. Sabe que todos tenemos áreas que no nos embellecen y si usted quiere la multiplicación en su casa, la multiplicación del crecimiento del lirio, la multiplicación de la belleza y del perfume del lirio, empiécele a pedir a Dios y a entregarle todo aquello que le ha quitado el perfume. Pídale a Dios que le revele si usted verdaderamente tiene el aroma de Cristo, si usted cuando entra a una casa usted realmente lleva el aroma de Cristo, y si no es así, pídale que le quite todo aquello que la hace no llevar el aroma de Cristo.

Padre, muchos de nosotros tenemos patrones relacionales disfuncionales. Cierre sus ojos y deje que Dios le revele si usted está caminando en patrones disfuncionales en su casa, patrones que usted ya se acostumbró. Tu me dices, yo te digo, me contestas, te contesto, si usted quiere romper esos patrones disfuncionales pídale a Dios que usted pueda empezar como el lirio a crecer para arriba, con ese crecimiento que se ve, que le ayude a romper esas respuestas que usted ha venido manejando, ese accionar que usted ha venido manejando que más bien es un reaccionar. Esos impulsos de sus palabras, esos estímulos que usted lanza para que el otro se enganche y conteste, en el nombre poderoso de Jesús, todo estímulo que nosotros lanzamos con nuestra boca, con nuestros gestos para que el otro se enganche y entremos en una relación disfuncional de la cual ya nos acostumbramos, hoy es roto, roto, roto, roto, roto, roto en el nombre de Jesús, roto, roto, roto, roto en el nombre poderoso de Jesús. Roto, roto, roto, roto, roto, roto, en el nombre de Jesús. Roto, roto en el nombre de Jesús. Roto. Deje que el espíritu de Dios lo rompa. Deje que el espíritu de Dios lo rompa. Deje que el espíritu de Dios lo rompa que usted empiece a tener respuestas diferentes, estímulos diferentes en el nombre de Jesús.

Roto, roto, roto, roto, para que haya crecimiento que se ve. Para que el cambio en usted vaya reproduciendo el cambio en la familia, para que usted pueda ser un ramo de lirios que embellecen cualquier lugar, para que usted pueda ser un ramo de lirios que perfuman cualquier lugar.

Cierre sus ojos, mi amada, cierre sus ojos para que tenga una comunión con Dios. Usted sabe como familia qué es lo que hace que en su familia no esté el perfume de Cristo. Usted sabe perfectamente qué pasa que su familia no puede ser esa familia que lleva el aroma de Cristo a donde va.

Ponga eso a los pies de Cristo hoy. La razón que sea, no la censure más, no la critique más, hoy póngala a los pies del Señor Jesucristo y deje que el rocío de Dios venga y sane eso. Refresque las relaciones familiares. Deje que el rocío de Dios hoy venga para refrescar sus relaciones familiares.

Cuesta, claro que cuesta. Son difíciles. Claro que son, pero cuando dejamos que el rocío de Dios nos empiece a refrescar a nosotros va a haber crecimiento. El crecimiento trae reproducción de los que están cerca. Clame a Dios por el rocío en su familia, por el rocío que embellece y hace que tengamos el perfume de los lirios.

Padre amado, venimos delante de ti solamente tu sabes cómo están nuestras raíces, solamente a ti, Padre, a ti no podemos engañarte, solamente tu sabes dónde están las raíces de nuestros afectos, pero hoy venimos delante de ti pidiéndote que si algún afecto se ha metido en alguna raíz y por eso el árbol se está secando, tu rompas hoy ese afecto. Si tienes afectos que están secando las raíces de tu árbol, que tiene que tener puesto todos sus afectos en Cristo, entrégaselos a Dios, entrega esos afectos que están secando todo tu árbol ponlos a los pies del Señor Jesucristo y pídele que los rompa para que todos tus afectos estén en él, porque tu quieres todas las raíces en él, quieres un árbol con tronco fuerte, con tronco firme.

Qué es lo que te está quitando la firmeza en Dios? Es que estás viendo cosas que no te gustan? Entrégaselos al Señor. No es en el hombre que tenemos que ver para tener raíces firmes, es en el Señor Jesucristo. Si son las actitudes del hombre los que están secando tus raíces, porque tal vez te has desilusionado y decepcionado, entrégaselo a Dios para que solo lo puedas ver a él, que tus raíces estén afirmadas en él, y en nada, en nada, en nada, en nada, en nada más que en él.

Si tu quieres ser como el olivo, plantado en la casa de Dios, te cuesta estar plantada en la casa de Dios, hay muchas distracciones, pero tu quieres ser como el olivo, plantada en la casa de Dios. Tu quieres ser como el olivo, no se distraiga, ya están atendiendo ahí.

Si usted quiere ser como el olivo plantada en la casa de Dios pero con sus ramas extendidas en el nombre poderoso de Jesús, todo, todo, todo lo que está impidiendo que usted esté plantada en la casa de Dios es roto, roto en el nombre de Jesús. Roto todo lo que está impidiendo que usted esté plantada en la casa de Dios, roto en el nombre de Jesús.

Oh, todo lo que impida que usted esté atada a Cristo, todo lo que ha hecho que las cuerdas, los lazos de amor de Cristo se aflojen en su vida, hoy son rotos en el nombre de Jesús, hoy son rotos porque con cuerdas de amor la ha traído a él, con cuerdas de amor la tiene sujetada.

Átese a Cristo en esta mañana. Átese a Cristo en esta mañana. Átese a Cristo. Átese a Cristo. Pídale que se lleve todo lo que la afloja, todo lo que ha aflojado las cuerdas, dígale que se lo lleve y que usted esté atada como nunca a él. Átese a Cristo. Átese a Cristo.

Padre amado, queremos que el rocío tuyo descienda todo el tiempo en nuestras vidas. Y para eso debemos de clamar por ese rocío, decirte que necesitamos ese rocío, dejar toda contienda, dejar toda división, dejar toda separación de relación. Empiece a poner delante de Dios todo aquello que puede impedir que el rocío de Dios se derrame sobre su vida.

Recuérdese que el rocío de Dios viene donde hay paz, donde hay unidad, donde hay armonía, donde hay entendimiento, donde se espera en paz, donde se espera confiadamente en que Dios va a derramar el rocío. Qué le quita la paz? Qué disensión tiene que hace que el rocío no descienda? Cuál es la falta de unidad que no deja que el rocío descienda?

Recuérdese que el rocío es provisión. El rocío es maná. El rocío es revelación de Dios. cuánto hace que no tiene la revelación de Dios con el rocío de Dios? el rocío es poder de Dios, es bendición de Dios, es abundancia de Dios.

Oh, deja toda contienda, toda división, perdona a quien tienes que perdonar, ponte a cuentas con Dios pero no dejes que ninguna disensión, pensamientos que tengas acerca de algo o de alguien, heridas que tengas, déjalas hoy a los pies del Señor para que el rocío de Dios pueda descender para que tu puedas en paz clamar a Dios para que el rocío descienda sobre tu vida. Rocío que refresca, rocío que revela, rocío que bendice, rocío que provee, rocío que da abundancia, rocío que da poder.

Ponte de pie. Padre, te damos gracias en esta mañana. Yo te pido que lo que tu empezaste en esta mañana tu lo continúes porque estamos necesitadas de tu rocío diario, estamos necesitadas de tu rocío diario, te pedimos, Padre, que ese rocío vivificador de tu poderoso amor venga todos los días a nuestra vida.

Cierre sus ojos. Padre, en esta mañana te pedimos una porción grande de tu rocío, que así como tu llenaste ese lugar de peces, pero también lo llenaste de tu rocío, te pedimos que tu vengas y llenes con tu rocío refrescante este lugar.

Oh, Dios cubre nuestras vidas con tu rocío, con ese rocío que refresca. Recibe la frescura de Dios, el rocío de Dios. Extiende tus manos y simbólicamente recibe la abundancia de Dios con el rocío, recibe la abundancia de Dios con el rocío, recibe la bendición de Dios con el rocío porque Dios te dice que él va a bendecir tu entrada, tu salida, va a bendecir tu artesa de amasar, va a bendecir a tu familia, empieza clamar que el rocío de Dios venga sobre tu familia para tener familia de bendición. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recibe el rocío de Dios para tu familia.

Recibe. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo, recíbelo, recíbelo. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recibe el rocío de Dios. Recíbelo, recíbelo, recibe, recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios para su familia. Recíbalo en el nombre de Jesús. Reciba el rocío de Dios.

Reciba, recibe, reciba el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recíbelo. Recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo por lo has esperado mucho, dice el Señor, lo has esperado por años, pero ese rocío viene, dice el Señor.

Oh, recibe el rocío de Dios para tu familia. Recibe, recibe, recibe, recibe el rocío de Dios. Recíbelo. Recíbelo, recíbelo. Oh, recibe el rocío de Dios en abundancia. Recíbelo, recíbelo. Recibe el rocío de Dios. Recíbelo. Recíbelo, recíbelo. Recibe, recibe el rocío de Dios para tu familia. Gracias Dios.

Gracias Dios. Gracias Dios. Gracias Dios. Padre, en esta mañana clamamos esperamos y recibimos el rocío de Dios para cada una de esas mujeres. Clamamos, esperamos y recibimos el rocío de Dios sobre nuestras vidas. El rocío de Dios sobre nuestras familias, el rocío de Dios sobre todo lo que tocamos. El rocío de Dios sobre nuestras vidas, el rocío de Dios sobre nuestras familias, Padre.

Yo declaro, Dios, que el rocío de Dios vendrá sobre esta iglesia trayendo bendición, trayendo abundancia, y trayendo revelación, revelación tuya, Padre, la revelación del rocío de Dios para tu vida. Declaramos, Padre, que el rocío de Dios que vivifica, que nos hace crecer como el trigo, que cuando muere da una semilla, y esta se reproduce, será la reproducción que tu nos darás para esta iglesia y para nuestra descendencia.

Yo declaro que el rocío de Dios la cubre a usted y a su familia en el nombre poderoso de Jesús. Gracias, Padre, gracias, Hijo y gracias.

Cuando desciende el rocío, el maná desciende con él

Transcripción

Permítame en esta mañana hacer de una manera muy general y muy a groso modo un poquito de la historia del libro de Oseas. La situación la vamos a enfocar unos 200 años desde el momento en que Oseas profetizó. Antes de Oseas, 10 de las 12 tribus de Israel se habían separado del reino davídico. Y estas 10 tribus que se habían separado habían hecho su propio reino y el dios que tenían era un becerro de oro. Dios envía a Elías, envía a Eliseo, envía a Amos para que el pueblo regrese a los caminos de Dios.

Pero ellos en lugar de eso cada vez entraban más en la idolatría. Cuando Dios envía a Oseas, a Oseas le toca vivir la época del rey Jerobeam II y le toca vivir una época en Israel donde el pecado estaba por encima. El pueblo de Israel tenía una decadencia total en todas las áreas, y en todas las esferas de su vida. Tenía decadencia política, tenía decadencia religiosa y tenía decadencia social.

Oseas significa salvación. Y por dirección de Dios Oseas se casa con una mujer llamada Gomer y no le va muy bien con ella. Tiene que vivir por parte de ella una serie de infidelidades. Y entonces Oseas mira en su propia vida lo que es la infidelidad como la estaba viendo Dios en el pueblo de Israel. Pero Oseas también experimenta lo que es el juicio de Dios, la misericordia de Dios y el amor perdonador de Dios.

El libro de Oseas está dividido en cuatro partes. La primera parte que va del Capítulo 1 al 3 se habla de toda la infidelidad de Israel. Del 4 al 7 nos habla de los pecados de Israel. Y del 7 al 10 nos habla de los juicios. Pero del 11 en adelante en este libro nos habla del amor, de la misericordia de Dios y de cómo Dios les está diciendo que él es lo único que necesitan y de las promesas que les está haciendo. En todo el libro de Oseas vamos a ver mucho juicio pero también vamos a ver el amor perdonador de Dios.

Oseas insiste continuamente durante todo el libro en el amor perdonador de Dios. por eso a él se le llamó el profeta del amor del Antiguo Testamento. Oseas además de ser un profeta era un maestro. Y entonces él usa muchos símbolos para poder dar ejemplos de las cosas. Y en el Capítulo 4 vemos cómo él usa una gran simbología para manifestar cuál era la situación del pueblo de Israel.

Y entonces nos habla de la nube de la mañana. Y al hablarnos de la nube de la mañana lo que nos está diciendo es que hoy estamos y mañana ya no. eso le quería decía él al pueblo de Israel, que la vida era un momentito. Y en el Nuevo Testamento vemos en el libro de Santiago que nos dice lo mismo, que nosotros somos como hierbas del campo, que hoy estamos y mañana no. y que por eso le tenemos que decir al Señor cuando hacemos planes, si tu quieres iré a tal lugar.

Y también Oseas usa como símbolo una tarta a medio cocer. Porque le está queriendo decir al pueblo de Israel que ellos son como que no profundizan en lo que es su religión, no profundizan en nada, son superfluos y también a nosotros en el Nuevo Testamento qué nos dice el Señor? Nos dice que no seamos tibios, que seamos fríos o calientes pero que si somos tibios nos va a vomitar de su boca.

Lo que nos está diciendo es que no quiere cristianos de a domingo. Quiere cristianos de verdad. y el libro de Oseas también utiliza como símbolo la paloma, porque con esto estaba él explicando que el pueblo de Israel era voluble. No era estable, hacían alianzas políticas como les convenía. También Dios nos está diciendo a nosotros que nosotros estamos en el mundo pero no somos del mundo. Y que nosotros tenemos que ser luz para que ellos se conviertan a nosotros y no nosotros a ellos. Y que tenemos que tener mucho cuidado con las alianzas que hacemos, alianzas matrimoniales, alianzas de trabajo.

Y también Oseas, utiliza como símbolo un árbol. Y con eso está simbolizando que cualquier dependencia que haya que no sea la de Dios es inestable. Dios quiere que usted y yo dependamos única y exclusivamente del Dios verdadero. Y nos va a llevar situaciones en nuestras vidas en las cuales no vamos a tener más que depender totalmente de él.

La dependencia absoluta de Dios se reconoce dependiendo absolutamente de él. Y para eso muchas veces tiene que quitar otras dependencias, otras cosas de las que no estamos agarrando. Todos los libros de los profetas menores tienen tres tipos de enseñanzas, tienen una enseñanza histórica porque lo que está avalando el libro era una enseñanza que cubría una necesidad inmediata, una necesidad del pueblo en ese momento. Otra enseñanza es una enseñanza profética. En estos libros siempre se profetiza lo que va a suceder en el futuro, sea de juicio, sea de misericordia de Dios. y tienen también una enseñanza práctica, una enseñanza práctica para ellos pero práctica para nosotros también el día de hoy.

Yo quisiera por favor la siguiente transparencia. Yo quiero que usted vaya conmigo al libro de Oseas, en el Capítulo 14 y me busque por favor el versículo 5. Dice así:

“…Yo seré a Israel como rocío, él florecerá como lirio y extenderá sus raíces como el líbano. Se extenderán sus ramas y será su gloria como la del olivo y perfumará como el líbano. Volverán y sentarán bajo su sombra, serán vivificados como trigo y florecerán como la vid. Su olor será como de vino de líbano…”

Estas son las promesas que Dios le hace a Israel diciéndole que lo único que necesitan es a él. Y esto es para nosotros también el día de hoy. Porque usted y yo lo único que necesitamos verdadera y exclusivamente es a nuestro Dios. y así como acabamos de ver la historia de Israel usted y yo tenemos una historia y algunas historias son más bonitas que otras, otras son más largas, otras son más cortas y siempre cada mujer creemos que la historia nuestra es la mejor. La historia es la más bonita y si es trágica, la más trágica.

Pero cuando oímos otras nos damos cuenta que no es así. En el Capítulo 4 de Oseas usted va a encontrar que nos habla que él quería traer al pueblo de Israel con cuerdas de amor, con lazos de amor. Y usted y yo fuimos atraídas a él con cuerdas de amor. Algunos nos tuvo que tirar la cuerda un montón de veces, y cada vez que nos tiraba la cuerda, la cuerda tenía que ser más gruesa, ya parecía de aqueos. Y algunos de nosotros la cuerda de amor nos las tuvo que apretar tanto, tanto, tanto que dolía la cuerda, pero al fin ganó él y por eso es que estamos aquí. Pero ya que estamos aquí traídos por cuerdas de amor, porque por muy gruesa que haya sido la gruesa, por muy dolorosa que haya sido la cuerda a través de la cual venimos al Señor, era una cuerda de amor.

Y ahora lo que tenemos que tener cuidado es de no zafarnos de esa cuerda de amor. El pueblo de Israel se zafó de la cuerda y agarró su camino. Y sabe que zafarse de la cuerda de Dios es muy fácil. Zafarse de un tirón tal vez cuesta, pero la manera más fácil de zafarse de las cuerdas en que Dios nos tiene atados es poquito a poquito. Cuando a uno lo atan, no sé si a usted jugando o algo lo han atado alguna vez, se ha fijado que uno empieza a moverse así y la cuerda se va zafando. Y cuando un día no buscamos a Dios, y otro día tampoco porque estamos muy cansadas, hay mucho trabajo, hay muchas cosas que hacer, hoy no leemos su palabra porque… mañana, hoy la cabeza no me da para eso. Y mañana tampoco leemos la palabra, mañana menos nos va a dar la cabeza porque le cuento que el cerebro si no lo usamos, se entumece. No son los años los que envejecen el cerebro, es cuando no lo usamos, cuando se envejece.

Y hoy tenemos un pecadito pero… una mentirita y un chismito, pero como es tan chiquito no se lo confieso al Señor si total… y mañana otro, y pasado otro, y cuando venimos a sentir estamos zafadas de las cuerdas del Señor. Cuando venimos a sentir empezamos a irnos por nuestro propio camino, ya no estamos atadas a él.

Aquí Oseas nos habla simbólicamente del rocío. Y qué es el rocío? El rocío son las gotas del mar que se han quedado impregnadas como gotas de agua sobre las hojas después de una noche fresca. Y me llama muchísimo la atención, mire en la figura cómo las gotas se quedan ahí impregnadas. Y son unas gotitas transparentes y Dios le estaba diciendo a Israel a través del rocío que Dios sería para ellos como un rocío, que la gracia de Dios sería para ellos como un rocío, que los iba a refrescar, que los iba a vivificar.

Y Dios nos está diciendo también el día de hoy que él es para nosotros como un rocío que refresca, como un rocío que vivifica cuando usted y yo estamos sedientas, cuando usted y yo estamos en el desierto, cuando usted y yo no creemos ya en nada ni podemos hacer nada, entonces viene el rocío de Dios, se impregna sobre nosotros y nos da esa frescura.

El rocío de Dios está simbolizando aquí el amor poderoso de Dios. y si usted tiene su Biblia busque por favor Deuteronomio Capítulo 32 versículo 2. Es el cántico de Moisés que dice así:

“… Goteará como la lluvia mi enseñanza, destilará como el rocío, como la grama y como las gotas sobre la grama…”

Y vaya también al salmo 72:6, dice así:

“…Descenderá como la hierba cortada, como el rocío que destila sobre la tierra…”

Nos está hablando de su amor poderoso. Pero el rocío de Dios también simboliza el maná que usted y yo necesitamos. Vaya por favor a Números 11:9, dice así:

“…Y cuando descendía el rocío sobre el campamento el maná descendía con él…”

El Maná era lo que alimentaba al pueblo y el rocío venía con él. El rocío aquí está significando el alimento que Dios nos da. Y sabe que la palabra de Dios es el alimento que él nos da. Y nosotros somos los que debemos de comer ese maná, comer ese alimento que viene junto con el rocío que Dios nos da, junto con el refrescamiento que Dios nos da, está la palabra que significa el alimento.

Y el rocío también significa la bendición de Dios. si usted va por favor a Génesis, Capítulo 27, versículo 28, va a encontrar que cuando Jacob bendice a Isaac, mire lo que le dice Jacob bendiciendo a Isaac:

“…Dios pues te de del rocío del cielo y de la grosura de la tierra, y de la abundancia de trigo y de mosto…”

Lo está bendiciendo con todo tipo de abundancia. Y sabe que Dios nos bendice a nosotros con todo tipo de abundancia. Y mire, si usted va también por favor acá, dice así, cuando Moisés va a morir él le da una bendición a las 12 tribus, y miren la bendición que Moisés le da antes de morir a las 12 tribus:

“…Serán tierra de grano y de vino y también sus cielos destilarán rocío…”

Si se da cuenta, cada vez que Dios nos habla de abundancia, cada vez que Dios nos habla de darnos algo, nos está hablando de darnos el rocío. Y si usted va a Números 11:9 va a ver aquí también lo que dice:

“…Y cuando descendía el rocío sobre el campamento el maná descendía con él…”

Y mire cómo el rocío simboliza también la provisión de Dios. Vaya a Éxodo Capítulo 16, versículo 13, mire yo sé que voy muy rápido con… quizás creo que tengo que detenerme más. Quiere que le repita todas las Escrituras? Voy a terminar esta parte y le voy a repetir todas las Escrituras, no para que las busque sino para que se las lleve a su casa y usted las busque en su casa, de acuerdo? Si yo me detengo y dejo que las busque no las va a buscar en su casa, Éxodo, Capítulo 16, versículo 13:

“…Y venida la tarde recibieron codornices que cubrieron el campamento y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento…”

De nuevo tenemos el rocío relacionado con la abundancia y con la provisión de Dios. El rocío de Dios también significa la revelación de Dios. En el libro de Jueces, en el Capítulo 6, en el versículo 36, Gedeón le pide a Dios que como una señal de que él quiere estar seguro si el pueblo va a ser destruido por las manos de él, le de como señal que el rocío caiga sobre el vellón. Viene Dios y se lo concede. Aquí el rocío lo que está es revelando la voluntad de Dios. eso lo va a encontrar usted en Jueces, Capítulo 6, versículo 36 que dice así:

“…Pide a Dios que si el rocío está sobre el vellón él sabrá que entenderá que salvaré a Israel por su mano como ha dicho…”

Y el rocío también significa el poder de Dios. Cuando Dios le da dominio al rey David entre todas las palabras que le dice, le dice estas:

“…Tu tienes el rocío de tu juventud…”

Así es que mi hermana, el rocío también nos juvenece. Yo creo que eso es suficiente para que le pidamos a Dios cantidades a diario. Si a usted se le olvida todo lo demás que el rocío nos da, acuérdese de eso y que eso nos sirva para pedírselo a diario, cuando nos ponemos la cremita que nos de el rocío que rejuvenece.

Le voy a leer las Escrituras para que usted las tome si quiere, ya? Deuteronomio 32:2, salmo 72:6; Génesis Capítulo 27, versículo 28; Génesis Capítulo 33, versículo 28; Jueces Capítulo 6, versículo 36; Números Capítulo 11, versículo 9; Éxodo Capítulo 16, versículo 13.

Y para resumirle a usted el rocío nos refresca con el poderoso amor de Dios. el rocío nos da abundancia. El rocío nos da provisión. El rocío simboliza también la bendición de Dios, el rocío simboliza el poder de Dios.

Si usted mira ahí, hay un lirio. Es que el rocío nos embellece. Esta foto la tomé un día antes de venirme y la tomé en la casa de una amiga. Los lirios son unas flores que hay blancas y hay rojas y los lirios se abren así como unas campanas porque tienen 6 pétalos. Y la palabra de Dios usa mucho a los lirios, nos habla de los lirios del campo, que son los lirios blancos, pero también están los lirios rojos. Y cuando Dios le dice a Israel que ellos van a crecer como los lirios, les está hablando de un crecimiento hacia fuera, les está hablando de un crecimiento que se ve, les está hablando de un crecimiento que embellece.

Y mi amada hermana, usted y yo tenemos que ser como esos lirios que crecen y como esos lirios que se embellecen cada día más. La palabra de Dios nos manda que nosotros cada día debemos de crecer para llegar a la estatura del varón perfecto, y para tener la plenitud de él. Y cuando usted y yo vamos creciendo verdaderamente en los manos del Señor, el crecimiento se tiene que ver.

Y sabe cómo se tiene que ver? Con nuestras actitudes, se tiene que ver con lo que hablamos, se tiene que ver con lo que hacemos, se tiene que ver no solo con lo que decimos sino las actitudes y el comportamiento que lo acompaña.

Y en este crecimiento de los lirios pasa algo muy especial. Son unas varitas muy, muy largas y cada bulbo de lirio puede dar hasta 55 bulbos más. Se reproducen de una manera tremenda. Tienen una multiplicación tremenda. Y sabe cuál es la multiplicación que Dios quiere que usted y yo tengamos? La multiplicación que Dios quiere que usted y yo tengamos es la multiplicación a través del ejemplo.

Y la multiplicación a través del ejemplo tiene que venir primero en nuestra casa. Y ese reproducción para que tengamos la belleza de lirio tiene que venir cuando nosotros empezamos a romper los patrones relacionales que tenemos. Todos en nuestra casa tenemos patrones relacionales. Qué les quiero decir con esto? Maneras de relacionarnos unos con otros. Y como ya son tan continuadas las traemos ya de tanto tiempo, ni siquiera nos damos cuenta si se están convirtiendo en patrones relacionales disfuncionales.

De repente viene un observador, en mi país hace dos semanas tuvimos elecciones. Llegaron observadores de todo el mundo, a qué llegaron estos observadores? Porque ellos veían detalles pequeños y sabe que usted y yo tenemos un observador que está todo el tiempo viendo aún los detalles más pequeños. Y ese observador quiere que usted y yo rompamos esos patrones relacionales, maneras de hablarnos, maneras de contestarnos, porque si no nos damos cuenta pueden llegar a ser disfuncionales y se reproducen.

De repente vemos a los hijos tratando al hermano de una manera, por qué lo tratas así? Y si nosotros nos viéramos en un espejo, nos vamos a dar cuenta que nosotros nos estamos tratando así. Muchas veces si queremos conocer como somos veamos cómo se están comportando nuestros hijos. Al fin y al cabo de quien más han aprendido es de nosotros.

Y en ellos es muy fácil ver esos patrones disfuncionales pero en nosotros no. pero cuando usted y yo queremos crecer como el lirio para reproducirnos vamos a empezar a romper esos patrones. Y la manera en que vamos a romper esos patrones es primero dándonos cuenta que los tenemos.

Y cuando rompemos ese patrón es que yo empiezo a romper mi conducto, yo empiezo a romper mis estímulos o mis respuestas. Yo empiezo a comportarme de otra manera. Yo empiezo a contestar en otra forma. Y así el patrón se empieza a romper, pero la otra persona va a querer que ese patrón siga, continúe, pero si ya hemos vivido así tanto tiempo. Así somos nosotros, decimos. Así nos tratamos. Y uno dice, pero de veras? Sí, sí, ya nos acostumbramos. Dios no quiere costumbres. Dios quiere crecimiento. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

Cuando era niño actuaba como niño, ahora que soy adulto actúo de otra manera. Y cuando yo decido empezar a tener un estímulo diferente, empezar a tener una respuesta diferente aunque el otro al principio fuerce para que sigamos igual, si yo me mantengo el otro va a llegar un momento, o los otros van a llegar a un momento en que qué va a pasar? Ellos van a empezar también a contestar de otra manera, a dar estímulos de otra manera.

El patrón se ha roto. Yo crecí como persona y yo me reproduje porque estoy ayudando al crecimiento de ellos. Mis amados hermanos, el crecimiento nuestro es muy importante pero también tiene que haber crecimiento en nuestra familia. Cuando yo tomé esta foto de este lirio los lirios estaban unidos uno al otro de tal manera, porque se reproducen tanto que es así como un racimo precioso y cuando tomamos la foto, Dios habló a mi corazón y me decía que el perfume del lirio es algo que nosotros debemos exhalar. Pero que debemos exhalar el perfume de lirio no solo nosotros, que el perfume de lirio debe ser exhalado por toda la familia.

Sabe qué? Cada persona tenemos un humor diferente físicamente hablando. Pero cuando tenemos el aroma de Cristo, cuando tenemos el olor al Señor, y entramos en una habitación ese olor tiene que reflejarse. El aroma a Cristo tiene que llenar la habitación cuando tu entras. Cuando tu entras a trabajar, tal vez ahí hay tensión y aquella tensión que el cuchillo corta, pero cuando entra el aroma de Cristo, porque tu reflejas al Dios viviente, esa tensión tiene que quitarse porque el aroma de Cristo tiene que llenar toda la habitación.

Y cuando alguien muy perfumado se va, se va y deja una estela. Y cuando nosotros nos retiramos de los lugares no solo nosotros, sino que como familia esa estela de aroma a Cristo tiene que quedarse registrada. Ay, que bueno que ya se fue, ya viene otra vez. Si esas expresiones hay cuando llegamos a un lugar, es que no estamos reflejando el aroma del Señor. Pero cuando nosotros nos vamos de un lugar aún de la iglesia, que nos vayamos, lo que tiene que quedar reflejado es el perfume de Cristo, el aroma de Cristo que nosotros reflejamos.

Y cuando nosotros nos recordamos de una persona casi la olemos. Ay, cuando hablamos de alguien como que hasta el olor viene a nosotros. Y ese es el aroma que nuestros recuerdos deben de dejar en la gente, el aroma de Cristo. La belleza de lirio la encontramos en Mateo, en el Capítulo 6, versículo 28 y 29. Ahí se nos habla que el lirio crece entre espinos y se nos dice que ni aún la belleza de Salomón es tan linda y es tan grande como la belleza del lirio. Y a mí me llama mucho la atención que el lirio crece entre espinos. Y me llama más la atención que no habla que estos espinos rompen al lirio. Y muchas veces nosotros en lugar de ser ese lirio que crece entre espinos, porque si algo es difícil es a veces vivir entre espinos. Ay hermana, si usted conociera la familia que yo tengo, no hablaría del aroma de Cristo, pero aquí dice que el lirio crece entre espinos.

Y muchas veces los espinos no son de parte de los otros, los espinos son de parte nuestra. A veces parecemos el puercoespín. Sabe usted que es el puercoespín? Lleno de espinas. Espinas cuando hablamos, espinas cuando nos acercamos, espinas cuando tocamos, pero Dios quiere que usted y yo reflejemos la belleza de lirio y el aroma de lirio.

El lirio es mencionado en el libro de Cantares, en el Capítulo 5, en el versículo 13 dice:

“…Sus labios como mirra que destilan mirra fragante…”

Mi amada hermana, cuando usted y yo hablamos las palabras tiene que llevar el olor de la mirra fragante. Y Cantares, en el Capítulo 2, versículo 2 dice claramente_

“…Como lirio entre espinas es así mi amiga entre las dos ellas…”

Dios quiere que usted y yo seamos un lirio entre espinos. Y mire ahorita viene la parte que a mí me gusta. Ahí abajo hay una telaraña. El rocío tiene la capacidad de revelar las telarañas. Es tan bonito que se pone encima de las telarañas, mire ahí encima de las gotas de las telarañas se pone.

Y cuando nosotros lo vemos en la mañana vemos todas las telarañas que tejió en la noche, en la oscuridad, y que bueno que el rocío de Dios refleja sus telarañas y refleja las mías, porque le cuento que usted y yo tenemos un montón de telarañas.

Y lo hermoso es que las telarañas que nosotros tejemos Dios las conoce perfectamente. Dice en Job, en el Capítulo 34, en el versículo 21:

“…Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre y ven todos sus pasos…”

Yo le quiero hablar de tres tipos de telarañas. Yo sé que hay más, pero le voy a hablar de tres tipos de telarañas porque son los más conocidos. Una telaraña se empieza a tejer poquito, ¿verdad? y cuando venimos a sentir, es una gran telaraña que no sabemos dónde empezó.

Y existe la telaraña de las cosas ocultas, pensamientos ocultos. Ha tenido usted pensamientos ocultos? Todo el tiempo. Ha tenido usted motivos ocultos? Intenciones ocultas? Deseos ocultos? Y ¿Saben qué? Los motivos ocultos nos llevan a pensamientos ocultos, a deseos ocultos, a intenciones ocultas, y finalmente a actuaciones ocultas delante de otros y delante de Dios.

Y siempre las cosas ocultas, los pensamientos, los deseos, las intenciones, van siempre entrelazadas como una telaraña con la mentira, porque como son ocultas, son mentiras. Estabas pensando tal cosa? No. Tenés ganas de tal cosa? No. viene la mentira y empieza toda una telaraña.

Sabe que cuando nos encerramos en la telaraña de lo oculto empezamos a tener dos o más personalidades. Y de repente la hermanita en la iglesia es preciosa y si alguien describe nuestro perfil, ay que linda somos. Pero vayamos con los de la casa a preguntarle cuál es nuestro perfil, y parece que estuvieran hablando de dos personas diferentes que se llaman igual. Por qué? Porque no nos hemos fijado cómo las cosas ocultas pueden llegar a hacernos con dos o más personalidades.

Con mucha facilidad nos volvemos como ese animalito que cambia de colores, según la ocasión, el camaleón. Dios quiere romper las telarañas ocultas. Dios quiere que nosotros nos comportemos igual aquí abajo que allá arriba, igual en la iglesia que en la casa, que nos vistamos aquí abajo igual como nos vestimos allá arriba, que nos vistamos para la iglesia como nos vestimos también para cuando vamos a trabajar con cierto decoro.

Dios no quiere que tengamos personalidades múltiples. Dios no quiere telarañas ocultas. Y un ejemplo de las telarañas ocultas, hasta dónde nos pueden llevar, usted lo mira con David y Betsabé. Si ahí tejió toda una telaraña y dónde empezó la telaraña, un deseo oculto, una intención oculta la mandó a traer y después de que la mandó a traer usted sabe el resto de la historia? Tiene relaciones con ella, ella queda embarazada, él quiere empaquetarle el hijo al esposo de Betsabé. Empieza a tramar otra cosa, no le da resultado, no lo logra y como no logra toda su telaraña, a qué llega? A mandarlo a matar.

Y dónde empezó? Empezó con un deseo oculto. Mire, los deseos ocultos, los motivos ocultos, los pensamientos ocultos, mis amadas hermanas, son delicados, tienen que ser entregados a Dios desde el principio. No pueden ser acariciados, no pueden ser desarrollados, porque de lo contrario podemos terminar como David. David era un hombre de Dios y sin embargo dejó que la telaraña de las cosas ocultas se desarrollara.

Y otra de las telarañas que también tenemos las mujeres son la telaraña de las emociones. Esa sí que es entretejida y más que entretejida. La primera emoción del día, mi amada hermana, usted tiene que tenerle mucho cuidado porque cuando usted reconoce la primera emoción del día, y si usted se la entrega a Dios, usted empieza a caminar bien, pero cuando la primera emoción del día no la manejamos bien, las emociones queramos o no son en cadena, y una va a traer a otra, otra va a traer a otra, a veces hasta sin darnos cuenta. Y cuando termina la noche nosotros estamos hechas una telaraña de emociones. Terminamos como se dice en mi país, rematando con los que viven con nosotros. Y generalmente son los hijos, porque son los que nos aguantan, no les queda otra.

Y qué ha sido? Ha sido la telaraña de emociones. Y cuando no manejamos las emociones correctamente porque no las vamos identificando una a una, se las vamos entregando a Dios y entregando a Dios, nos van a suceder dos cosas, o vivimos una vida llena, llena de emociones que parecemos volcán, o vivimos una vida donde las emociones están guardadas, y donde las emociones están bloqueadas. Las dos cosas son problemáticas.

Las emociones bloqueadas, las emociones guardadas nos van a llevar a tener una vida, yo le diría, emocionalmente mediocre. Nos vamos a convertir en aquellas personas que todo lo guardan, todo lo retienen y ya no quieren expresar nada. Por qué razón? Porque en el momento en que esas emociones van a ser expresadas como han estado tanto tiempo guardadas, van a salir. Pero el reprimir las emociones, el no entregárselas a Dios va a tener problemas en nuestras interrelaciones personales y problemas en la relación con Dios.

En el Capítulo de Neemías habla que el pueblo cuando Neemías y Esdras se paraban enfrente a leer las Escrituras, sabe qué pasaba? El pueblo se regocijaba, el pueblo tenía contentamiento, el pueblo tenía gozo cuando podía entender una Escritura y el pueblo tenía una respuesta emotiva, pero a veces mis amadas hermanas, el gozo por leer la palabra de Dios se ha ido.

Y eso gozo por leer la palabra de Dios a veces empieza a irse por todas las cosas que tenemos guardadas. Mis amadas hermanas, el abrir la palabra de Dios y leerla tiene que ser un gozo. Ahí está la dulzura de todas las promesas de Dios, mi amada hermana, si es Dios hablándome cómo no va a producir gozo, como no va a producir una emoción en mi corazón, una alegría en mi corazón cuando yo entiendo una Escritura que no entendía, cuando hay una revelación de Dios para mi vida a través de esa Escritura, cómo no va a haber una respuesta emotiva.

En Guatemala, aclaro, a veces las personas no tienen gozo con la palabra de Dios. Hermano, amén, oye usted por ahí, un amén por ahí. Y uno tal vez cuando leyó la Escritura, amén. Revisemos, revisemos si realmente tenemos gozo por leer la palabra de Dios, si realmente despierta a mí algo o lo leo y ya la leí, pues, va, listo. No. dice que el pueblo cada vez que Neemías y Esdras abrían el libro de la ley el pueblo la tristeza se le iba, cada vez que leía una Escritura.

En el libro de Esdras habla de cuando estaban construyendo el templo y dice que cuando veían que estaban poniendo los cimientos en el templo, cuando veían que estaban poniendo los ladrillos, el pueblo se regocijaba y decía, que bueno es Dios. y sabe que nosotros tenemos que tener regocijo por las cosas que se están haciendo para Dios. Pero a veces vemos las cosas grandes que Dios está haciendo, vemos las cosas grandes que se están haciendo para Dios y ay, ojalá que lo terminen luego.

Mire, tantas cosas que decimos y hacemos, cuando lo que nos debe de dar es gozo, gozo por el crecimiento de la obra de Dios, gozo por las cosas que se están haciendo para Dios, aunque no sea mi grupo, aunque no sea mi iglesia, aunque no sea mi célula, es para mi Dios y el Dios suyo y el Dios mío es el mismo, mi amada hermana, y tenemos que tener ese gozo y ese regocijo por las cosas y por el crecimiento de Dios.

Si no hay ese gozo y ese regocijo es buen momento, yo lo he tenido que hacer en mi vida porque hay etapas así, hay etapas así por las que pasamos que me he tenido que poner de rodillas y le he tenido que decir, devuélveme el gozo de tu salvación, porque perdemos el gozo de la salvación por todas las cosas que nos suceden, o las cosas en las que nosotros nos metemos.

Pero cuando usted y yo nos ponemos de rodillas y le decimos, devuélveme el gozo de tu salvación, volvemos a entender qué significa la salvación en Cristo, volvemos a entender el sacrificio de la cruz, ese sacrificio que se nos olvida, que es para nosotros y que también es para otros. Dios quiere devolvernos el gozo de la salvación para que lo que todos hagamos en Cristo sea gozo no importa que lo haga yo o lo haga otro.

Sabe que otro gozo hemos perdido? El gozo de ver cuando la gente recibe al Señor Jesucristo. Dice que hay fiesta en los cielos, que los ángeles se regocijan y nosotros qué hacemos? Ay, pasaron cuatro. Yo ahorita sí le voy a presumir. En mi iglesia tenemos algo que se llama la vía dolorosa y la presentan tres veces al año, y en cada evento se conviertan como 180, pero creo que aún nos falta gozo de ver a esos 180 convertidos para que el año entrante sean 300 por función.

Pero, mi amada hermana, para eso necesitamos de nuevo recuperar el gozo de la salvación, que verdaderamente en su alma haya un regocijo cuando usted mira pasar a alguien aquí adelante a regocijarse con Cristo. A veces hasta nos volteamos a platicar con el vecino mientras está haciendo la confesión de fe. No tiene nada que ver conmigo, yo ya tengo a Cristo. Allá él que ahorita lo encontró. Yo hace rato.

Amada hermana, el gozo de Dios, usted no cree que Dios tiene gozo? Cuando alguien se reconcilia y ese gozo es para mí y para usted si queremos ser como Cristo.

Hay muchas telarañas, pero yo me voy a enfocar solo en tres, no se preocupen. Mire, la telaraña de la imaginación. Sabe que a la imaginación nadie le pone atención, pero la imaginación funciona y vaya si no. ya me imaginaba yo! Ni me lo imaginaba! Funciona. Y la imaginación se vuelve una telaraña.

Qué es la imaginación? La imaginación es la capacidad que usted y yo tenemos de concretar algo. Concretar los pensamientos, reducirlos de tal manera que le vamos a dar la forma de una imagen. Entonces, cuando esos pensamientos se reducen, se juntan, nosotros tenemos una imagen. Esa imagen generalmente está asociada con experiencias pasadas que yo he incorporado a mi vida. Pero también la imaginación basada en experiencias pasadas, que he incorporado a mi vida, va también a tener proyecciones futuras.

La imaginación funciona rápidamente y funciona en base al pasado con proyecciones futuras. Se ha imaginado usted cosas? La imaginación nos la dejó Dios. y para qué nos la dejó Dios esa capacidad? Nos la dejó para que usted y yo las imágenes que tengamos sean las imágenes de él, las imágenes del Dios verdadero, las características de Dios es lo que debe estar en las imágenes nuestras.

Pero usted sabe que con el pecado de Adán y Eva la imaginación igual que muchas cosas, se volvió corrupta. Y hoy tenemos una imaginación que tiene que ser sanada. Si algo tenemos malo en la imaginación. Es que yo me lo imaginé! Se ve la cara de picardía de aquello que nos imaginamos. Y la imaginación sigue como telaraña. Mire, ah, yo no sé por qué voy a decir, pero lo voy a decir, de acuerdo? Si usted mira por ahí a alguien y se imagina y luego se imagina más, y luego se imagina más y crece la imaginación, la imaginación tiene que ser sanada, porque empezamos a asumir cosas, es que yo asumí, que yo me imaginé que tu querías, que no querías, que sí querías, que pensabas. Y es tan vívido, porque ya no solo es el pensamiento, es la imagen que lo creemos y funcionamos así. Asumimos cosas, hacemos juicios, es una imaginación egoísta que siempre está pensando cosas malas por parte de otros o cosas malas que nos van a pasar. Es la imaginación que no ha sido sanada por la palabra de Dios. lo que tiene que estar en nuestra mente son las imágenes del Señor Jesucristo, la imagen de la palabra de Dios, pero si nosotros no leemos la palabra de Dios, si nosotros no estudiamos la palabra de Dios no pueden haber imágenes de la palabra de Dios y de Dios en nuestra mente.

Y cuando nos alimentamos, no tengo nada contra la televisión. A mí me gusta, hay programas que me gustan, pero cuando el alimento es la televisión, el internet y todas estas cosas, las imágenes que se va a producir van a ser… la imaginación tiene que ser sanada de 12 maldades. No voy a entrar a ellas, pero tiene que ser sanada de 12 maldades. Y tenemos que pedirles todos los días a Dios que sane nuestra imaginación para que no se empiecen las telarañas durante el día, porque quién sabe con cuánta telaraña nos vamos a acostar, de la imaginación. Y en la noche qué pasa? Es que anoche soñé no sé que cosa. Las telarañas del día. En la noche usted le da más vida.

Y tenemos que tener cuidado, mis amados hermanos, porque mire hay un versículo, creo que es este, a mí me preocupa, es Hebreos Capítulo 4 versículo 13, dice así.

“…Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia, antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta…”

Hay que darle cuenta a Dios de la imaginación. Y en la Biblia hay varios casos de cómo la imaginación funcionó. Usted tiene el caso de Mical. Mical cuando mira a David danzar porque había llevado el arca, piensa mal de él, se imagina cosas que no son y lo menosprecia. David cuando va con Saúl, que vienen de la guerra, y empiezan todas las mujeres, solo que esas sí gritaban así con pulmón, David, vamos a ver, David mató? Saúl mató a…? Y David a…? David mató 10 mil y Saúl a 1000. Eso decían las mujeres y entonces viene David y qué pasa? Dice ah, 9000 de diferencia, porque así es la imaginación. 9000 de diferencia, y encima hasta quiere ser rey. El otro no tenía nada que ver con lo que las mujeres gritaban. Ya había sido designado rey, no estaba pensando en eso. Pero viene Saúl, se imagina que el otro hasta quiere ser rey y desde ese entonces, dice la palabra de Dios, nunca más lo vio bien. y quién sabe, mi amada hermana, cuántas personas nunca más hemos vuelto a ver bien porque las cosas que nos imaginamos. La imaginación, mis amadas hermanas, es una telaraña que tiene que ser sanada todos los días.

Los lirios, como lo vimos anteriormente, crecen para arriba y es un crecimiento que tiene que verse. No podemos decir que estamos crecidas en el Señor si ese crecimiento no se ve. Tiene que verse. Pero juntamente como los lirios son frágiles, entonces Dios le está hablando a Israel que también les va a dar la fuerza, que también les va a dar el poder y entonces les dice que van a ser como cedros de líbano.

Los cedro de líbano son unos árboles grandísimos, pero enormes, el más grande tiene como 12 metros de alto y como 35 de ancho. Los cedros de Líbano son enormes y su madera es muy fuerte, su madera es muy fina y la casa de David estaba hecha con esa madera y el templo de Salomón también.

Y la característica especial de estos cedros de Líbano es que significan poder, significan estabilidad, significan que no se pueden mover fácilmente de un lugar a otro. Y lo que hace que los cedros del Líbano no se muevan de un lugar a otro son sus raíces. Mire cómo son las raíces de los cedros de Líbano.

Las raíces de los cedros del Líbano están extendidas totalmente. Y están agarradas a la tierra. Y cuando las raíces de un árbol están verdaderamente arraigadas a la tierra, el árbol no necesita que lo afirme externamente, no necesita ninguna presión para ser afirmado. Por qué? Porque sus raíces lo tienen afirmados.

Y usted y yo tenemos que tener nuestras raíces en Cristo, bien arraigadas, bien cimentadas, y no podemos arraigar las raíces si somos cristianos de a domingo. Eso no arraiga las raíces. Y para que las raíces se arraiguen nuestros afectos tienen que estar en Cristo. Y saben con qué facilidad los afectos ya no están en Cristo, están en otra cosa, dinero, trabajo, hijos, personas.

Y cuando los afectos empiezan a desviarse de Cristo, las raíces se empiezan a secar. Y cuando las raíces de un árbol se secan el tronco ya no sirve. Y algo muy hermoso de estos árboles es que son fuertes y vigorosos. Sin embargo, cuando viene la tempestad, cuando viene la lluvia, cuando vienen los relámpagos, a veces son tan fuertes que el árbol hasta se agacha un poco, no se quiebra, solo se agacha. Y las tempestades van a venir a nuestra vida tarde o temprano, son parte de la vida. Y que nos encuentre con las raíces puestas en Cristo para que nos agachemos, para que no nos quebremos.

Hace dos semanas mataron al hijo de una pareja amiga mía. Cuando yo vine, creo que fue hace dos años, yo les mostré el templo de la iglesia, [inaudible], les mencioné que la había construido un arquitecto amigo mío, pues mataron al hijo de este arquitecto. Le dieron dos balazos en la cabeza y apareció tirado en el carro. Un muchacho que había sido criado en los caminos del Señor. Yo podía ver el dolor de esa madre que llegó un momento en que lo único que salía de su boca era un sonido, porque ya no podía llorar.

Sin embargo, cuando esa mujer a la hora que sacaron el cadáver del hijo amado, porque era un muchacho criado con mucho amor, la familia ejemplar, cuando lo sacaron esta mujer, que es muy suave y muy dulce, parecía un roble. Estaba parada en frente del féretro y yo casi podía ver las raíces que la estaban sosteniendo. Y cuando esta mujer se paró y le habló a todos los amigos del hijo, haciéndoles ver que ellos eran una familia de promesa, y que por tanto su hijo era una semilla que se estaba sembrando para que todo los demás jóvenes llegaran a los caminos del Señor, y para que no se perdieron, y les habló a los jóvenes que estaban ahí, que se habían descarriados muchos de ellos hijos de pastores, y les habló con una fuerza y con una entereza pudiendo decir que su hijo era una semilla que se estaba sembrando, que realmente era porque sus raíces habían crecido como las del Líbano.

Hicieron el llamado al Señor y a los 8 días hicieron todavía otra reunión en la cual invitaron a mucho más jóvenes, e invitaron a los papás de estos jóvenes, papás de jóvenes que los dejan ir aquí y allá, por aquí, por allá, para hacerles ver la necesidad de que como padres, como familia, volvieran a Dios y enseñaran a sus hijos los caminos de Dios.

Y leyeron una carta que el joven había dejado. A los dos días de muerto un amigo llegó y les dio una carta que el joven había llevado. Y en esa carta que era para la mamá, el papá y la hermana, y le contaba a la mamá cómo se había reconciliado con Dios, cómo Dios le había dado la oportunidad, su misericordia de reconciliarse con él, y aquellos padres tuvieron la seguridad que no importa lo que había pasado, la promesa de Dios, tu y tus hijos había sido una realidad.

Y ella decía, yo tenía promesa de que iba regresar a la casa del Padre, pero no era la casa de su padre terrenal, era la casa de su Padre celestial. Para aquella pareja eran como robles parados hablándoles a todos. Por qué? Porque sus raíces tenían años de estar bien cimentadas en la palabra de Dios.

Y no tienen que ver los años de ser cristianos, mis amados, yo puedo tener muchos años de ser cristiana y no tener raíces fuertes. Puedo tener pocos años y tener raíces más fuertes. Las raíces hay que regarlas a diario con mi relación con Dios, con la palabra de Dios, con mis experiencias con Dios, con mis experiencias con la gente de Dios. Eso es lo que riega las raíces, eso es lo que hace raíces firmes porque sino cuando venga la tempestad nos quebramos, nos vamos a doblar.

Sí, ese día había un dolor impactante. Estaban doblados pero no quebrados. Y cuando no nos quebramos podemos seguir haciendo la obra de Dios, no importa lo que pase. Tenemos que tener raíces firmes.

Mire, Job, Capítulo 18, versículo 16, dice:

“…Abajo se secarán sus raíces y arriba serán cortadas sus ramas…”

Cuando las raíces se secan cualquier cosa, cualquier cosa va a cortar el tronco, cualquier cosa va a cortar las ramas.

Cuando Dios le da estas promesas a Israel son promesas muy hermosas. Le da el lirio que es el crecimiento para arriba, que se ve; le dice que también les va a dar el crecimiento de las raíces, el crecimiento que lo mantiene firme. Pero también les va a dar el fruto del olivo. El cedro del Líbano, el que acabamos de ver, es fuerte, es firme, da un perfume lindo, pero no saca fruto.

Pero entonces por eso también hace la comparación con el olivo. El olivo es una plantita chiquita, pero siempre verde. El olivo siempre está verde. Mire lo que dice, por favor, el salmo 52, versículo 8.

“…Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios…”

Ah, no está hablando de cualquier plantita, está hablando de la planta que es el rey de los árboles, porque en Jueces dice que cuando se juntaron los árboles para buscar un rey, a quién escogieron? Escogieron al olivo. El olivo chiquitito pero lo escogieron a él, porque el olivo siempre está verde, nunca se seca.

Pero el olivo dice que está plantado en la casa de Dios. no es una plantita que creció arriba en el techo porque llovió mucho, ni creció afuera de la casa de Dios. si nosotros queremos estar plantados, tenemos que estar en la casa de Dios.

Ay, no, hermana, yo no busco iglesia, yo mi relación con Dios porque las iglesias usted sabe… Yo lo que sé es lo que dice la palabra de Dios, que yo tengo que estar plantada en la casa de Dios y es aquí donde hay que permanecer. Mi amada hermana, Dios la plantó aquí, quédese aquí. Este es su lugar. Usted tiene que estar plantada en la casa de Dios.

Yo he visto jovencitos en Guatemala que los papás los dejan en la puerta, se van y ellos dan la vuelta también. Nunca vamos a estar verdes si no estamos plantados en la casa de Dios.

Esas son las ramas del olivo y ese es el fruto. Y si usted se da cuenta, las ramas del olivo son delgaditas, son de un gris verdoso, son delgaditas, son largas. Pero se extienden grandemente y el olivo está plantado en la casa de Dios pero sus ramas están extendidas.

Mi hermana, usted y yo tenemos que estar plantadas en la casa de Dios, pero con las ramas extendidas hacia fuera. Hacia dónde se están extendiendo sus ramas? Porque la primera parte es estar plantado en la casa de Dios, la segunda es extender las ramas hacia fuera. Si usted quiere ser un olivo verde, un olivo fructífero, que es lo que nos manda la palabra de Dios, dice que José era rama fructífera y José significa prosperidad, significa abundancia, significa amor y si nosotros queremos ser ramas fructíferas tenemos que estar extendidas hacia fuera. Hacia quién nos estamos extendiendo?

Hay tanto, tanto a quien extenderse para que podamos ser fructíferos. El olivo produce las aceitunas. Todos las conocemos. Y cuando esto se procesa se saca un aceite. Y para tantas cosas que sirve el aceite. Si cada una de nosotros diera un uso del aceite no terminaríamos acá. Si yo soy fructífera como el olivo, yo estoy siendo útil en un montón de cosas.

Es que a mí el Señor solo me dijo… Podemos ser útiles en tantas cosas. Yo puedo ser útil desde cuidar a un niño, desde sacarlo de aquí para que no haga bulla hasta tantas otras cosas más. Para ser fructíferos como el olivo, para estar plantados en la casa de Dios con las ramas extendidas hacia fuera.

Pero para que el rocío caiga hay condiciones. Para que el rocío de Dios caiga ya hemos visto todo lo que el rocío de Dios hace. Para que el rocío de Dios caiga se necesita primero que lo deseemos. Se necesita que lo pidamos. En los ejemplos que vimos, usted vio que el rocío era pedido. Pero el rocío, aparte de que lo pidamos, que lo queramos, Dios lo va a enviar cuando lo necesitamos. El maná junto con el rocío lo enviaba cuando el pueblo lo necesitaba. Y lo enviaba en la cantidad que lo necesitaba, a la hora de la comida y la cantidad exacta. Pero nosotros queremos [inaudible]

Dios va a enviar el rocío en la cantidad que lo necesitamos. Pero hay una condición y es que el rocío no cae donde hay pleitos. El rocío no cae donde hay divisiones. El rocío no cae donde hay contienda. El rocío no cae donde hay chismes. El rocío no cae donde no estamos perseverando en los caminos de Dios. el rocío cae donde hay paz. El rocío cae donde hay unidad. El rocío cae donde hay amor. El rocío cae donde va a ser bien recibido. El rocío cae donde se espera.

Yo le quiero citar una Escritura si es que la encuentro, y si no solo se la voy a leer, dice que:

“… que bueno es habitar los hermanos juntos en armonía porque ahí envía Dios bendición y vida eterna y es como el rocío de Hermón que cae…”

Es donde hay unidad, donde hay amor, donde están amándose los unos a los otros, que el rocío de Dios va a caer. Quiere usted que el rocío de Dios caiga en su iglesia? Bueno, ya sabe las condiciones. Quiere que caiga en su familia? Ya sabe las condiciones. Así va a caer el rocío de Dios.

Dice la palabra que Elías cuando estaba en frente de una cueva porque Dios le dice que salga de ahí, y se para en frente de Jehová, Jehová no estaba en el trueno, no estaba en el terremoto, no estaba en el aire, no estaba en el fuego, dónde estaba? Estaba en un cielo apacible. El rocío viene cuando nosotros estamos en paz delante de Dios esperando su revelación, esperando su refrescamiento, esperando su amor poderoso, esperando su poder sobre nosotros, esperando su provisión.

No viene agitada, no viene corriendo, no viene doblando los dedos, no viene la provisión de Dios. no. ahí no viene el rocío. El rocío viene cuando nosotros lo esperamos y cuando el rocío viene porque lo estamos esperando, usted y yo vamos a ser vivificadas, usted y yo vamos a ser familias vivificadas y usted y yo vamos a ser iglesias vivificadas por el rocío de Dios.

Cierre sus ojos y vamos a ministrar en esta mañana lo que Dios nos ha hablado. Padre, te damos gracias en esta mañana porque tu nos has hablado. La mayoría de las mujeres que estamos aquí necesitamos el rocío tuyo. Necesitamos ese rocío que refresca nuestras vidas, necesitamos ese rocío que representa tu amor poderoso.

Yo sé que aquí hay mujeres que en esta mañana están necesitadas del rocío de Dios que las refresque. El rocío de Dios con su amor poderoso, a ti mujer, dice el Señor, que has estado en esa sequía, en esa sequía de amor porque las personas que tienes cerca no te han rodeado para darte lo que tu necesitas, que has estado mendigando un abrazo y una palabra que te llene de amor, a ti mujer, yo te digo que te he traído hoy en la mañana porque yo quiero que el rocío fresco de mi amor, hoy venga sobre ti y te inunde. Recibe el rocío fresco del amor de Dios, recibe el rocío del amor de Dios que te inunda porque soy yo el que te llena, dice el Señor, soy yo el que extiendo mis brazos y te amo y te doy ese amor que has necesitado desde el vientre, porque yo soy el rocío que tu necesitas.

Has tenido dolor por esa persona que ha partido? Que has sentido, que has quedado con una parte de ti vacía, lo que esa persona se llevó en tu vida, fue parte de ti y parte de tu amor, pero yo hoy te digo que yo hoy vengo y yo lleno ese vacío porque hoy el rocío que refresca con mi amor poderoso viene sobre ti. Recibe, recibe el poderoso amor de Dios. Recibe el rocío de Dios refrescando tu alma.

Recibe ese rocío de Dios que refresca hoy tu alma porque yo hoy quito tu tristeza, yo hoy quito tu tristeza. Pongo mi amor, yo te doy hoy mi rocío, dice el Señor, mi rocío que refresca. Recibe mi amor poderoso porque en mi amor poderoso vienen las fuerzas que necesitas para seguir adelante.

Has estada cansada, abatida? Más yo hoy te doy la fuerza. Recibe el rocío de Dios que refresca. Que las gotas del rocío de Dios hoy se impregnen en tu alma refrescándola, dándote las fuerzas que necesitas, dándote el vigor que necesitas, dándote el amor que necesitas para seguir adelante. Recibe hoy el rocío de Dios que yo hoy lo deposito sobre ti y sobre tu vida, sobre tu corazón, sobre tu alma. Recibe. Recibe, recibe el rocío de Dios.

Recibe, recibe, recibe, recibe, recibe el rocío de Dios refrescando tu alma. Recíbelo, recíbelo, recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios que necesitas porque yo soy tu todo, dice el Señor. Yo soy tu todo. Yo soy el que te acompaña, dice el Señor. Yo, yo, yo, yo, dice el Señor, para ti soy como el rocío que refresca tu alma seca y sedienta.

Reciba el rocío de Dios. Reciba el rocío de Dios. Reciba, reciba, reciba el rocío de Dios que te refresca, que refresca cada una de las partes de tu alma. Recibe el rocío de Dios porque el amor por ti, dice el Señor, es un amor tan grande que tengo, es un amor que suple padre y suple madre porque yo soy tu Dios y porque tu no estás sola, porque tu no estás sola, porque yo estoy contigo.

Yo soy el que te acompaña todos días y te acompaña por las noches. Yo soy el que susurro a tu oído las palabras de amor que necesitas. Inclina a mí tu oído para recibir ese susurro de amor de mis palabras que yo tengo para ti.

Oh recibe el rocío de Dios que refresca tu alma. Oh recibe ese rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recibe, recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios.

Oh, Padre amado, hoy recibimos ese rocío que revela, ten una comunión con Dios y pregúntale qué tiene que revelarte Dios de tu interior. Quizás tienes adentro telarañas que tienen que ser sanadas. Empiece a pedirle a Dios que hoy las telarañas de tu interior sean sanadas. Recibe el rocío de Dios que refresca, recíbale sobre tu vida en el nombre de Jesús. Recíbelo sobre tu alma.

Deje que Dios le revele las telarañas de lo oculto. Quizás tiene cosas guardadas y cosas ocultas, pensamientos, intenciones, motivos que hoy tienen que ser puestos delante de Dios, que hoy tienen que ser puestos delante de Dios para que te sean revelados.

Entrégale todo aquello oculto que puede haber en tu vida. Pensamientos, intenciones, deseos que incluso tu no conoces, para que la telaraña de lo oculto no siga. Pídele a Dios que rompa la telaraña de lo oculto que puede haber en tu vida. No digas simplemente, yo no tengo nada oculto. Deja que Dios te lo revele. Deja que el rocío de Dios hoy inunde tu corazón, tu alma, tu espíritu.

Deje que el rocío de Dios le revele cómo está su corazón. Oh, recibe el rocío de Dios que te vivifica. Deje que el rocío de Dios le revele como están sus emociones. Pídale a Dios que hoy rompa alguna telaraña de emociones que se han formado en su vida. Que rompa esa telaraña emocional que hay en su vida, que usted no entiende, pero que sabe que la daña. Deje que el rocío de Dios rompa esa telaraña.

Pídale a Dios que le revele cómo está su gozo por la palabra de Dios, cómo está su gozo por las cosas de Dios, cómo está su gozo por aquello que Dios hace en la vida de otras personas, porque cuando Dios rompe esa telaraña está rompiendo telarañas de egoísmo para que podamos amor a otros.

Recibe el rocío de Dios sobre tu vida. Recíbelo para ser sanada de todo lo que necesitas. Oh, el rocío de Dios, el rocío de Dios.

Deja que el rocío de Dios hoy rompa la telaraña de tu imaginación. Quizás es un área de tu vida a la que no habías puesto atención y no sabes a dónde te pueda llevar. Deja que Dios hoy entre a la telaraña de tu imaginación. Rompa todas aquellas imágenes que se han levantado en tu vida que no son de Dios, imágenes de cualquier cosa.

Sabes que a veces imágenes del servicio de Dios pueden ocupar el lugar de Dios. Deja que el rocío de Dios hoy te limpia. Recibe el rocío de Dios. Recibe, recibe el rocío de Dios.

Deje que el rocío de Dios le quite todo lo que no la embellece, deje que Dios se lleve todo lo que no la embellece como el lirio. Usted sabe qué no la embellece. Yo sé qué es lo que no me embellece a mí. Deje que Dios se lleve todo lo que no la embellece en esta mañana.

Oh, rocío de Dios, el rocío de Dios sobre tu vida. El rocío de Dios. Sabe que todos tenemos áreas que no nos embellecen y si usted quiere la multiplicación en su casa, la multiplicación del crecimiento del lirio, la multiplicación de la belleza y del perfume del lirio, empiécele a pedir a Dios y a entregarle todo aquello que le ha quitado el perfume. Pídale a Dios que le revele si usted verdaderamente tiene el aroma de Cristo, si usted cuando entra a una casa usted realmente lleva el aroma de Cristo, y si no es así, pídale que le quite todo aquello que la hace no llevar el aroma de Cristo.

Padre, muchos de nosotros tenemos patrones relacionales disfuncionales. Cierre sus ojos y deje que Dios le revele si usted está caminando en patrones disfuncionales en su casa, patrones que usted ya se acostumbró. Tu me dices, yo te digo, me contestas, te contesto, si usted quiere romper esos patrones disfuncionales pídale a Dios que usted pueda empezar como el lirio a crecer para arriba, con ese crecimiento que se ve, que le ayude a romper esas respuestas que usted ha venido manejando, ese accionar que usted ha venido manejando que más bien es un reaccionar. Esos impulsos de sus palabras, esos estímulos que usted lanza para que el otro se enganche y conteste, en el nombre poderoso de Jesús, todo estímulo que nosotros lanzamos con nuestra boca, con nuestros gestos para que el otro se enganche y entremos en una relación disfuncional de la cual ya nos acostumbramos, hoy es roto, roto, roto, roto, roto, roto en el nombre de Jesús, roto, roto, roto, roto en el nombre poderoso de Jesús. Roto, roto, roto, roto, roto, roto, en el nombre de Jesús. Roto, roto en el nombre de Jesús. Roto. Deje que el espíritu de Dios lo rompa. Deje que el espíritu de Dios lo rompa. Deje que el espíritu de Dios lo rompa que usted empiece a tener respuestas diferentes, estímulos diferentes en el nombre de Jesús.

Roto, roto, roto, roto, para que haya crecimiento que se ve. Para que el cambio en usted vaya reproduciendo el cambio en la familia, para que usted pueda ser un ramo de lirios que embellecen cualquier lugar, para que usted pueda ser un ramo de lirios que perfuman cualquier lugar.

Cierre sus ojos, mi amada, cierre sus ojos para que tenga una comunión con Dios. Usted sabe como familia qué es lo que hace que en su familia no esté el perfume de Cristo. Usted sabe perfectamente qué pasa que su familia no puede ser esa familia que lleva el aroma de Cristo a donde va.

Ponga eso a los pies de Cristo hoy. La razón que sea, no la censure más, no la critique más, hoy póngala a los pies del Señor Jesucristo y deje que el rocío de Dios venga y sane eso. Refresque las relaciones familiares. Deje que el rocío de Dios hoy venga para refrescar sus relaciones familiares.

Cuesta, claro que cuesta. Son difíciles. Claro que son, pero cuando dejamos que el rocío de Dios nos empiece a refrescar a nosotros va a haber crecimiento. El crecimiento trae reproducción de los que están cerca. Clame a Dios por el rocío en su familia, por el rocío que embellece y hace que tengamos el perfume de los lirios.

Padre amado, venimos delante de ti solamente tu sabes cómo están nuestras raíces, solamente a ti, Padre, a ti no podemos engañarte, solamente tu sabes dónde están las raíces de nuestros afectos, pero hoy venimos delante de ti pidiéndote que si algún afecto se ha metido en alguna raíz y por eso el árbol se está secando, tu rompas hoy ese afecto. Si tienes afectos que están secando las raíces de tu árbol, que tiene que tener puesto todos sus afectos en Cristo, entrégaselos a Dios, entrega esos afectos que están secando todo tu árbol ponlos a los pies del Señor Jesucristo y pídele que los rompa para que todos tus afectos estén en él, porque tu quieres todas las raíces en él, quieres un árbol con tronco fuerte, con tronco firme.

Qué es lo que te está quitando la firmeza en Dios? Es que estás viendo cosas que no te gustan? Entrégaselos al Señor. No es en el hombre que tenemos que ver para tener raíces firmes, es en el Señor Jesucristo. Si son las actitudes del hombre los que están secando tus raíces, porque tal vez te has desilusionado y decepcionado, entrégaselo a Dios para que solo lo puedas ver a él, que tus raíces estén afirmadas en él, y en nada, en nada, en nada, en nada, en nada más que en él.

Si tu quieres ser como el olivo, plantado en la casa de Dios, te cuesta estar plantada en la casa de Dios, hay muchas distracciones, pero tu quieres ser como el olivo, plantada en la casa de Dios. Tu quieres ser como el olivo, no se distraiga, ya están atendiendo ahí.

Si usted quiere ser como el olivo plantada en la casa de Dios pero con sus ramas extendidas en el nombre poderoso de Jesús, todo, todo, todo lo que está impidiendo que usted esté plantada en la casa de Dios es roto, roto en el nombre de Jesús. Roto todo lo que está impidiendo que usted esté plantada en la casa de Dios, roto en el nombre de Jesús.

Oh, todo lo que impida que usted esté atada a Cristo, todo lo que ha hecho que las cuerdas, los lazos de amor de Cristo se aflojen en su vida, hoy son rotos en el nombre de Jesús, hoy son rotos porque con cuerdas de amor la ha traído a él, con cuerdas de amor la tiene sujetada.

Átese a Cristo en esta mañana. Átese a Cristo en esta mañana. Átese a Cristo. Átese a Cristo. Pídale que se lleve todo lo que la afloja, todo lo que ha aflojado las cuerdas, dígale que se lo lleve y que usted esté atada como nunca a él. Átese a Cristo. Átese a Cristo.

Padre amado, queremos que el rocío tuyo descienda todo el tiempo en nuestras vidas. Y para eso debemos de clamar por ese rocío, decirte que necesitamos ese rocío, dejar toda contienda, dejar toda división, dejar toda separación de relación. Empiece a poner delante de Dios todo aquello que puede impedir que el rocío de Dios se derrame sobre su vida.

Recuérdese que el rocío de Dios viene donde hay paz, donde hay unidad, donde hay armonía, donde hay entendimiento, donde se espera en paz, donde se espera confiadamente en que Dios va a derramar el rocío. Qué le quita la paz? Qué disensión tiene que hace que el rocío no descienda? Cuál es la falta de unidad que no deja que el rocío descienda?

Recuérdese que el rocío es provisión. El rocío es maná. El rocío es revelación de Dios. cuánto hace que no tiene la revelación de Dios con el rocío de Dios? el rocío es poder de Dios, es bendición de Dios, es abundancia de Dios.

Oh, deja toda contienda, toda división, perdona a quien tienes que perdonar, ponte a cuentas con Dios pero no dejes que ninguna disensión, pensamientos que tengas acerca de algo o de alguien, heridas que tengas, déjalas hoy a los pies del Señor para que el rocío de Dios pueda descender para que tu puedas en paz clamar a Dios para que el rocío descienda sobre tu vida. Rocío que refresca, rocío que revela, rocío que bendice, rocío que provee, rocío que da abundancia, rocío que da poder.

Ponte de pie. Padre, te damos gracias en esta mañana. Yo te pido que lo que tu empezaste en esta mañana tu lo continúes porque estamos necesitadas de tu rocío diario, estamos necesitadas de tu rocío diario, te pedimos, Padre, que ese rocío vivificador de tu poderoso amor venga todos los días a nuestra vida.

Cierre sus ojos. Padre, en esta mañana te pedimos una porción grande de tu rocío, que así como tu llenaste ese lugar de peces, pero también lo llenaste de tu rocío, te pedimos que tu vengas y llenes con tu rocío refrescante este lugar.

Oh, Dios cubre nuestras vidas con tu rocío, con ese rocío que refresca. Recibe la frescura de Dios, el rocío de Dios. Extiende tus manos y simbólicamente recibe la abundancia de Dios con el rocío, recibe la abundancia de Dios con el rocío, recibe la bendición de Dios con el rocío porque Dios te dice que él va a bendecir tu entrada, tu salida, va a bendecir tu artesa de amasar, va a bendecir a tu familia, empieza clamar que el rocío de Dios venga sobre tu familia para tener familia de bendición. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recibe el rocío de Dios para tu familia.

Recibe. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo, recíbelo, recíbelo. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recibe el rocío de Dios. Recíbelo, recíbelo, recibe, recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios para su familia. Recíbalo en el nombre de Jesús. Reciba el rocío de Dios.

Reciba, recibe, reciba el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recíbelo. Recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe el rocío de Dios para tu familia. Recíbelo por lo has esperado mucho, dice el Señor, lo has esperado por años, pero ese rocío viene, dice el Señor.

Oh, recibe el rocío de Dios para tu familia. Recibe, recibe, recibe, recibe el rocío de Dios. Recíbelo. Recíbelo, recíbelo. Oh, recibe el rocío de Dios en abundancia. Recíbelo, recíbelo. Recibe el rocío de Dios. Recíbelo. Recíbelo, recíbelo. Recibe, recibe el rocío de Dios para tu familia. Gracias Dios.

Gracias Dios. Gracias Dios. Gracias Dios. Padre, en esta mañana clamamos esperamos y recibimos el rocío de Dios para cada una de esas mujeres. Clamamos, esperamos y recibimos el rocío de Dios sobre nuestras vidas. El rocío de Dios sobre nuestras familias, el rocío de Dios sobre todo lo que tocamos. El rocío de Dios sobre nuestras vidas, el rocío de Dios sobre nuestras familias, Padre.

Yo declaro, Dios, que el rocío de Dios vendrá sobre esta iglesia trayendo bendición, trayendo abundancia, y trayendo revelación, revelación tuya, Padre, la revelación del rocío de Dios para tu vida. Declaramos, Padre, que el rocío de Dios que vivifica, que nos hace crecer como el trigo, que cuando muere da una semilla, y esta se reproduce, será la reproducción que tu nos darás para esta iglesia y para nuestra descendencia.

Yo declaro que el rocío de Dios la cubre a usted y a su familia en el nombre poderoso de Jesús. Gracias, Padre, gracias, Hijo y gracias.

Ser sensible al toque de Dios

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El autor Gary Chapman en su libro “Los cinco lenguajes del amor” habla de la importancia que el toque físico tiene en nuestras vidas. Él explica con mucha claridad cómo un abrazo, una palmada en la espalda, una caricia puede comunicarnos amor, afecto, aceptación y cuán necesario es esto en nuestras vidas.

También nos habla que el toque de una palabra puede ser una afirmación útil para que nosotros sigamos adelante y para que venzamos obstáculos. Y si esto hace el toque de una persona en nuestras vidas, y es tan necesario porque hay estudios que indican que cuando este toque físico, este toque de la palabra no está en nuestras vidas, nuestra espina dorsal emocionalmente se seca. Y somos personas con una personalidad disfuncional.

Para que la personalidad funcione emocionalmente bien necesitamos este tipo de toques. Cuánto más el toque de Dios es necesario en nuestras vidas para cambiarnos y para transformarnos. Por qué razón? Porque Dios nos ha creado y como él nos ha creado él es el que nos sostiene. Él es el que nos sustenta, él es el que nos sujeta, pero también él es el que nos transforma.

El toque de Dios lo podemos ver en su palabra en la naturaleza. Si usted tiene su Biblia vaya, por favor, al salmo 144:5. Dice así:

“…Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende, toca los montes y humeen, despide relámpagos y disípalos, envía tus saetas y túrbalos, envía tu mano desde lo alto, redímeme y sácame de las muchas aguas…”

Aquí podemos ver con toda claridad cómo el toque de Dios ha cambiado la naturaleza. También en la Biblia hay muchos personajes que fueron sensibles al toque de Dios, personajes que no solo recibieron el toque de Dios sino que dejaron que este penetrara en sus vidas, se apropiaron de ese toque de Dios y respondieron con obediencia a ese toque.

Uno de ellos es Jeremías. Yo quiero que usted me acompañe ahí en su Biblia, por favor, al libro de Jeremías y busque el capítulo 1 y luego el versículo 4. dice así:

“…Vino pues palabra de Jehová a mí diciendo, Antes que te formases en el vientre te conocí, ya antes de que nacieses te santifiqué, te di por profeta las naciones y yo dije, ah, Señor Jehová, he aquí no sé hablar porque soy niño, y me dijo Jehová, no digas soy un niño porque a todo lo que te envíe irás tu y verás todo lo que te mande. No temas delante de ellos porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová, he aquí he puesto mis palabras en tu boca…”

Aquí podemos ver con claridad el llamado que Dios le hace a Jeremías. Le hace ver el propósito que tiene para él desde antes de que nació. Le da el aliente de que va a ir con él a donde él lo envíe, pero también le da la capacitación. Toca sus labios y con esto pone palabra en su boca y lo capacita para lo que tiene que ir a hacer.

Y a usted y a mí Dios quiere hacer lo mismo en esta mañana. Todos tenemos que ir a hablar de Cristo. No necesitamos tener un gran ministerio, podemos ir a hablar de Cristo al vecino. Hace un rato el pastor Omar decía, llévenle un almuerzo a su vecino. Y claro, cuando nosotros llevamos algo físico al vecino también lo podemos acompañar y lo debemos acompañar con algo espiritual.

Y Dios va a tocar en esta mañana nuestra boca para que nosotros podamos hablar de Cristo a todos aquellos que tenemos cerca, para que no pase un solo día sin que nosotros hablemos de él.

Aquí vemos claramente el toque de Dios capacitándonos. No hay nadie que podamos decir, es que yo no puedo hablar de Cristo, es que yo no conozco mucho para hablarle a otro. Vemos que aquí Jeremías decía, soy niño. Dios le dijo, no digas que eres niño, yo te capacito, yo pongo mi palabra en tu boca.

Y este toque de Dios también lo podemos ver en Isaías. Vayan conmigo por favor a Isaías, capítulo 6, busque por ahí el versículo 5. Aquí tenemos algo muy hermoso, aquí en Isaías se nos habla que había un rey llamado Usías. Este rey había gobernado por 43 años, pero en estos 43 años le había entrado el orgullo. Entonces viene Dios y le manda una lepra y debido a eso este rey se muere. Y en ese mismo año Isaías tiene una visión del trono de Dios, tiene una visión hermosa del trono de Dios porque ve que encima de él hay serafines. Esos seres hermosos, esos seres celestiales que tienen tanta energía, que tienen 6 alas con las cuales dos cubren su cabeza, su cara, dos cubren sus pies y con las otras dos vuelas.

Se llenó de humo todo el lugar y vienen entonces Isaías que ante esa visión hermosa él se da cuenta de la santidad de Dios. Pero al mismo tiempo que se da cuenta de la santidad de Dios, de ese Dios que es tres veces santo, viene él y también se da cuenta de su impureza. Él se da cuenta de la impureza de los labios. Cuando usted y yo llegamos a la presencia de Dios ahí es donde nos damos cuenta de la santidad de Dios, viene la revelación de su santidad, pero junto con la revelación de su santidad viene la revelación de nuestras impurezas. Si nosotros no nos damos cuenta de todas las impurezas que tenemos, porque las tenemos, no somos perfectos, es porque no vamos a la presencia de Dios, porque es ahí en la presencia de Dios donde vienen esas revelaciones.

Y cuando Isaías se da cuenta de esto, miren lo que sucede, viene el ángel y viene volando hacia él y ahí en el altar agarra con su mano, con unas tenazas, un carbón encendido y lo pasa por los labios de Isaías, y dice Isaías:

“…He ahí que el ángel volando vino con un carbón encendido y tocó mis labios y me dijo, “he tocado tus labios, he quitado tu culpa y he quitado tu pecado.”

Es Dios limpiando la iniquidad en Isaías. Es Dios limpiando sus labios con el toque divino que cambia, que transforma y que limpia. Y por qué le ha limpiado también su corazón? Le ha limpiado su corazón porque cuando nos limpia los labios, cuando nos limpia lo que nosotros hablamos, nos está limpiando el corazón, porque los labios es el resultado de lo que tenemos en el corazón.

De la abundancia del corazón habla la boca. Y por qué limpió Dios esta área en Isaías? Por qué sus labios? Porque era el área donde quería usarlo. Después de que le limpia sus labios le dice,

“… Quién irá por nosotros? Isaías está ya listo para decirme, he aquí, envíame a mí…”

Y cuando yo usted y yo recibimos el llamado de Dios y le decimos, he aquí, envíame a mí, y por el llamado de Dios le vuelvo a decir, no se trata de un llamado a las naciones. No se trata de un llamado a otro lugar. Que bien si Dios lo da, pero a veces el llamado que Dios nos está haciendo es a nuestra misma familia, a veces el llamado que Dios nos está haciendo es a nuestro mismo vecindario. A veces el llamado que Dios nos está haciendo es a las personas con las que trabajamos.

Y Dios necesita limpiar ciertas áreas en nuestra vida para usarnos. Si no estamos siendo usados por Dios, preguntémosle si lo que sucede es que no estamos dejando que limpie las áreas que tienen que ser limpiadas. Cómo las vamos a conocer? Cómo nos las va a revelar? Cuando nosotros vamos a su presencia, ahí viene la revelación de él, la revelación de lo que tenemos que cambiar, también viene ahí la decisión del cambio, la necesidad de cambiar, pero también viene otra parte muy linda, cuando Dios nos toca también viene la necesidad de obedecerlo.

Cuando Dios le dice a quién enviaré, él le dice, heme aquí, envíame a mí. Y Dios también nos da a nosotros voluntad para el servicio. Dios quiere que usted y yo, cuando Dios nos llama tengamos voluntad para el servicio.

Yo quiero que usted me acompañe a Primera de Samuel, en el capítulo 10. Tenga sus ojos en el versículo 27. Samuel había recibido la orden de Dios para ungir como rey a Saúl y viene y entonces agarra una redoma de aceite y lo coloca sobre su cabeza. Luego viene Dios y muda, cambia, transforma, el corazón de Saúl. Y Saúl, ya ungido como rey, y cambiado su corazón empieza a profetizar. En ese momento el pueblo de Israel tenía un gobierno teocrático. Dios los gobernaba directamente, Dios se había encargado de protegerlos, Dios se había encargado de cuidarlos, se había encargado de dirigirlos, sin embargo, el pueblo lo que quería era tener un rey de carne y hueso.

Ellos lo que querían era tener un rey como el de las otras naciones. Decían que un rey como el que tenían los otros pueblos, las otras naciones era el rey que los iba a defender a la hora que los atacaran. Y entonces viene Samuel y junta a todos los pueblos y les va a presentar a Saúl como rey, a Saúl como el escogido de Dios por la petición que ellos estaban haciendo. Y les hace ver Samuel a todo el pueblo que Dios les está dando ese rey porque ellos lo están pidiendo, porque no era la voluntad de Dios en ese momento para Israel.

Pero también aquí entra la voluntad permisiva de Dios, como lo pedían, pues Dios se los dio, era la voluntad permisiva de Dios aunque no era su voluntad soberana. Y cuando Samuel empieza a buscar a Saúl no lo encuentra. Era un jovencito y se hbái escondido por ahí entre los bagajes. Al fin aparece y lo presenta y cuando lo presenta muchos del pueblo empiezan a victorearlo, viva el rey! Viva el rey!. Y viene Samuel y entonces lee todas las leyes que tenía que presentarle al pueblo, las escribe también y después manda a su casa todos, inclusive a Saúl, a su casa en Gabá y dice aquí en la palabra de Dios, en el versículo 27 lo siguiente:

“…Saúl había sido ungido rey. Dios le había mudado su corazón y el espíritu de Dios había venido sobre él y estaba profetizando. Y luego dice así, y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabá y fueron con él los hombres de guerra cuyo corazón Dios había tocado…”

Es Dios el que toca nuestro corazón para que tengamos voluntad para servirlo. En esta mañana yo sé que Dios va a tocar su corazón para que usted tenga voluntad de servir a esos ministerios de niños que hace falta servidores. La mies es mucha lo vimos aquí, y los obreros pocos.

Yo creo que debería de haber sido al revés, que habían demasiados servidores y muy pocas familias, pero vimos que es a la inversas. En esta mañana yo clamo porque Dios toque los corazones de quien él quiere que vayan a ese servicio a ayudar a los niños, también a los niños especiales, y que seamos sensibles al toque de Dios y respondamos con voluntad.

Y los que Dios había tocado su corazón se fueron tras Saúl para servirlo. No vieron quién era el líder, no vieron si les gustaba, si no les gustaba, simplemente Dios había tocado su corazón y tenían voluntad de hacerlo. Pero los que Dios no tocó su corazón o tal vez lo tocó pero no dieron cuenta que Dios estaba tocando su corazón, miren lo que dice en Primera de Samuel 10:27:

“…Pero algunos perversos dijeron, cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presentes más el disimulo…”

El no llevarle presentes significaba que no lo reconocían como que Dios lo había puesto como rey. Y cuando Dios nos hace un llamado no tenemos que ver si el lugar nos gusta, si quien lo dirige nos gusta, lo que tenemos que ver es que Dios nos está haciendo un llamado a servirlo.

Elías también fue otro hombre sensible al toque de Dios. Elías era un hombre poderoso en Dios. Elías había sido un hombre tremendamente usado por Dios y no solo era tremendamente usado por Dios, era un hombre valeroso en todo el sentido de la palabra. Él se había atrevido a retar a todo los baales diciéndole que demostraran quién era el verdadero Dios. Y todos se habían puesto a clamar a sus dioses para ver cuál de todos hacía descender fuego del cielo porque ese era el verdadero Dios. Y el único que hace descender fuego del cielo fue nuestro Dios, el Dios suyo y el Dios mío, porque ese es el verdadero Dios.

Y yo quiero que usted le de un aplauso a ese verdadero Dios que es el único que hace descender fuego del cielo. Y Elías, después de esto, mata a todos esos hombres que eran como 40. y qué le parece a usted? Después de haber matado a 40 de los baales va huyendo y huyendo de una mujer llamada Jezabel. Esta mujer lo había mandado a matar, y el va huyendo, va cansado, va desanimado, va abatido porque encima de que lo están persiguiendo y encima de todos los logros que él ha tenido que habían sido bastantes, él quería que fueran más, él quería que todo el pueblo de Israel se volcara a Dios y eso no lo había logrado del todo. Se sentía abatido, decía, y ahora me persiguen a mí, soy el único que quedo de los profetas.

Y cuando está tirado en el suelo abatido, tan abatido que está dormido, qué es lo que sucede? Él empieza a clamar a Dios antes de acostarse a dormir, se sienta debajo de un enebro y le dice, Dios quítame la vida porque no soy mejor que mis padres. Y ese Dios tan sabio que tenemos no responde siempre a las peticiones de nuestro corazón, gracias por su sabiduría, porque imagínese lo que le estaba pidiendo este hombre, le estaba pidiendo que lo matara y venía huyendo de una mujer que lo quería matar.

Y a veces como que las oraciones que le hacemos a Dios son un poquito así de incongruentes, pero Dios que es sabio, sabe lo que necesitamos. Y nos responde muchas veces más a lo que necesitamos que a lo que le pedimos. Y sabía que lo que Elías necesitaba en ese momento era fortalecerse, lo que necesitaba era alimentarse. Y le manda una torta de pan y le manda agua. Elías obedece porque el ángel viene, lo toca y le dice, levántate y come. Elías obedece sensible al toque de Dios, se levanta y come de la torta. No se pone a averiguar quién hizo la torta, de qué la hicieron.

A veces cuando Dios quiere tocarnos a través de alguien, ay, pero yo no quiero que esa persona ore por mí, yo quiero que ore aquella. A mí me gusta. No, Elías obedeció al toque, se levantó y comió pero se volvió a dormir. Estaba muy cansado, muy abatido. Y vino Dios y le manda de nuevo otra vez al ángel y viene el ángel, lo toca por segunda vez y le dice, levántate y come porque largo camino te espera. Lo restaura, lo levanta, lo fortalece, pero también le da una orden que siga adelante y no se quede tirado. Y ya fortalecido Elías con el toque del ángel, ya fortalecido Elías con lo que ha comido, es capaz de caminar 40 km, creo que son 3 ó 4 días y 4 noches lo que Elías camina para hacer lo que Dios le manda hacer.

Dios lo fortalece y muchas veces en el caminar en el Señor nosotros vamos a estar como Elías, agotados, cansados, desanimados que ya no podemos más. Y podemos llegar al punto de decirle a Dios, quítame la vida. Y podemos llegar al punto de decirle a Dios, quítame la vida, sabe por qué? Porque no tenemos el propósito de Dios claro, el propósito de Dios en nuestras vida nos da fuerza, el propósito de Dios en nuestras vidas nos da aliento, el propósito de Dios en nuestras vidas nos va a dar alegría, nos va a dar gozo, nos va a dar alabanza, pero cuando se pierde el propósito de Dios viene la tristeza, viene la depresión. Por qué razón? No hay propósito, otro día igual. Pero cuando tenemos el propósito de Dios en nuestras vidas, claro, cada día es un día hermoso, porque sabemos que las misericordias de Dios nuevas son cada día sobre nuestra vida y sabemos que esas misericordias de Dios que yo recibo todos los días de mi vida tan altas como del cielo a la tierra, tan inmensas como la eternidad me va a servir para algo, para que yo pueda ser misericordiosa con otros como Dios es misericordioso conmigo.

Y yo creo que muchos de nosotros, yo lo he necesitado algunos veces en mi vida, he necesitado el toque de Dios despertándome. Y sabe de qué me ha tenido que despertar el toque de Dios? De la comodidad. Hay algo muy lindo que se llama comodidad. Todos queremos estar cómodos en todas las áreas de nuestra vida, hasta cuando venimos a la iglesia a sentarnos. Y es bueno. Yo les he presentado mi iglesia, yo les he presentado las butacas que mi iglesia tiene, son riquísimas, muy cómodos, pero la comodidad hay un límite en que ya no es buena. Y ese límite cuando estoy tan cómodo que ya no miro las necesidades de otro y Dios necesita despertarnos de esa comodidad.

A mí me gustaría un amén. A veces mi amado hermano estamos tan cómodos que ni hablar queremos. Elías fue sacudido de esa comodidad, como sabemos que hoy Dios nos va a sacudir a algunos de nosotros. Hemos visto ejemplos en el Antiguo Testamento, vamos a ver un ejemplo en el Nuevo Testamento del toque de Dios.

El toque de Dios en el Nuevo Testamento lo podemos ver sanando, lo podemos sanando personas. Usted sabe cuando Jesús viene y toca al leproso, lo toca y qué pasa? El toque de Dios le quita su lepra y ese hombre que estaba leproso deja de pronto por el toque de Dios dejar de ser leproso. Ese hombre que había sido rechazado por todos, ese hombre que lo marginaban, que cuando entraba a un lugar todos se corrían y le dejaban un espacio porque no querían nada cerca de él. Ese hombre es transformado, es cambiado, pasa del estado de la enfermedad al estado de la salud por el toque de Dios.

Y muchas veces nosotros somos sanados de diferentes tipos de lepra. Lepra de abuso, lepra de heridas, lepra de dolores emocionales, lepra de cualquier enfermedad, y en nosotros está la decisión de si recibimos ese toque de Dios y empezamos a caminar de una diferente manera. Quizás si venimos caminando como leprosos y tenemos que empezar a caminar como personas sanas, pero a veces Dios nos toca, Dios sana áreas de nuestra vida y seguimos caminando como si no nos hubiera sanado. Y es entonces la persona que Dios puede sanarte, Dios hoy te toca y te sana, ah, sí, y si no me sana? Y si aquí y 20, 30, 40 argumentos para determinar que Dios no puede sanarnos. Y tal vez Dios nos ha sanado de todas esas lepras y nosotros insistimos en seguir caminando como estábamos antes de ser sanados porque no conocíamos otra cosa.

Pero Dios puede sanar cualquier cosa de nuestro cuerpo. Dios puede sanar cualquier cosa de nuestro corazón. Podemos ver el toque de Dios cuando Dios sana a los ciegos. Ellos eran ciegos, reciben el toque de Dios en sus ojos y recobran la vista. Y un toque pero de los más significativos en la palabra de Dios es el toque que le da a la suegra de Pedro. La suegra de Pedro estaba postrada. El estar postrado es un estado desagradable, es un estado que nos impide hacer cosas, estaba aniquilada, tenía fiebre. Pero viene Jesús, le toca su mano y qué pasa? La fiebre la deja. Y ella se levanta y lo sirve.

Hay una pregunta. Qué ha aniquilado en nuestra vida el servicio a Dios? Qué ha detenido en nuestra vida el servicio a Dios? Qué nos ha postrado para no seguir adelante? A veces incluso en todo el caminar del Señor, nos empezamos a sentir estancados, sentimos como que estamos como estancados y tenemos que ir delante de Dios y preguntarle, qué me está estancando? Qué es lo que me está deteniendo? Qué me tiene detenido de que todo ese potencial que Dios me dio? Qué me tiene detenido de que todo ese potencial que Dios me dio para usarme? Qué me tiene detenido que todo ese potencial que Dios me dio puede ser puesto en práctica para que yo pueda hacer a través tuyo grandes cosas?

Y cuando el potencial que Dios nos ha dado se queda detenido, aniquilado por alguna razón, la vida se empieza a hacer monótona, la vida cristiana se empieza a volver rutinaria. Entro a la iglesia, salgo de la iglesia, entro, salgo, pero todo sigue igual. No veo las señales que dice su palabra que deben acompañarme. Sobre los enfermos pondrán manos y se sanarán, echarán fuera demonios, todas esas señales deben acompañarnos. Qué está aniquilando que ese poder de Dios nos acompañe como cristianos?

Se lo pedimos a Dios, Dios lo revela y Dios viene, toca esa área de nuestra vida y qué sucede? Nos sana. Si regresamos un poquito al Antiguo Testamento vamos a ver en el Génesis, vamos a ver la historia de Jacob. Eso lo va a encontrar en Génesis en el capítulo 32, ahí va a encontrar que Jacob va al encuentro de su hermano Esaú, y deja a su mujer, deja a sus hijos, deja a sus criados y se va él solo, y cuando él está solo le aparece el ángel de Jehová y empiezan a luchar, empieza esa lucha entre ellos dos y en esa lucha el ángel de Jehová viene y le toca aquí el encaje del muslo y le produce una cojera. Y entonces viene este hombre Jacob y se queda cojo de por vida.

Y lo que significa esa cojera en Jacob es que Dios lo que estaba haciendo era acostando una parte de su vida que se llama orgullo. Estaba eliminando, estaba anulando la voluntad personal de Jacob para que pudiera hacer solo la voluntad de Dios.

Y si algo tenemos todos es qué? Nuestra voluntad sale a cada ratito. Es muy fácil empezar a perder cuál es la voluntad de Dios para mi vida, para empezar a hacer la voluntad mía, incluso en el servicio. A veces empezamos muy bien, haciendo la voluntad de Dios pero pronto este orgullo que tenemos aquí empieza a levantar imágenes fuertes y yo empiezo a querer hacer mi voluntad aún en el servicio al Señor. Y entonces tiene que venir Dios que tiene diferentes métodos y utiliza que yo me vuelva coja en algunas áreas de mi vida.

Y saben que esa cojera es la que nos hace recordar todo el tiempo que el que tiene el control es él y no nosotros. Esa cojera nos recuerda todo el tiempo quién es nuestro Dios y quiénes somos nosotros.

El toque de Dios es necesario para que nuestra vida sea rendida a él. El toque de Dios va a venir en aquellas áreas que no le hemos querido rendir. El toque de Dios va a venir en aquellas áreas que no le hemos entregado la voluntad.

Dios, yo te entrego mi vida, toditita, toditita, pero mi bolsa…esa la manejo yo. Y viene Dios y nos produce una cojera en la bolsa. Mejor se la entregamos. Si se la entregamos el la va a abundar, si yo me quedo con ella… va a cojear. Es mejor entregarle las áreas que más amamos a él porque cuando se las entregamos a él, él las hace prosperar, pero si nos quedamos con ella Dios las tiene que bajar.

Y un toque muy hermoso aquí en la palabra de Dios es el toque que le da a Daniel. Usted lo puede encontrar en el libro de Daniel, me parece que es el capítulo 10. Daniel era un hombre que buscaba mucho a Dios. Daniel hace tres semanas de ayuno y después de esas tres semanas de ayuno viene y está a la orilla de un río. Y entonces se le aparece un ser sublime, vestido de lino aquí en sus hombros lleno de oro, y le empieza a hablar a Daniel. Pero la voz y toda la figura era tan maravillosa y era tan grande que Daniel no lo puede resistir y cae en dos pies y en dos manos con su rostro postrado en el piso.

Y entonces viene esa figura hermosa y lo toca. Y entonces eso hace que Daniel se levante, le dice, levántate. Y Daniel se levanta y le empieza a hablar esa figura, pero tiene una voz de trueno tan maravillosa que Daniel se impacta tanto que se queda mudo. Viene de nuevo esa figura hermosa y lo vuelve a tocar y entonces Daniel recupera el habla.

Y esa figura hermosa le empieza a decir a Daniel todo lo que va a hacer en su pueblo, todo lo que va a acontecer en los postreros días. Y le dice Daniel, “pero cómo voy yo a poder seguir hablándote y contestándote si eres tan hermoso, tan maravilloso que yo pierdo toda mi fuerza, pierdo todo mi vigor, me quedo totalmente sin nada de fuerzas, sin nada de vigor y hasta me quedo mudo?” Y viene esa figura hermosa que es Dios y le dice, “yo te doy la fuerza”. Y lo vuelve a tocar por tercera vez. Ya él se levanta y puede hablar.

Dios nos va tocar cuantas veces nosotros lo necesitemos. Y si nosotros queremos como Daniel tener esas revelaciones de Dios, esas revelaciones de Dios que me van a decir qué va a hacer con mi vida, esas revelaciones de Dios que me van a decir qué va a ser con mi familia, esas revelaciones de Dios que me dicen qué va a hacer con mi iglesia, esas revelaciones de Dios que me dice qué va a hacer con mi país. Si yo quiero tener esas revelaciones, yo tengo que hacer algo, tengo que buscar a Dios. Yo no puedo tener esas revelaciones y tener esos toques maravillosos de Dios que me van a mostrar esa presencia sublime y maravilloso de él, si yo no entro a su presencia.

Y sabe por qué a veces no entramos a su presencia, a tener esas revelaciones? No son solo para Daniel, no son solo para el Antiguo Testamento, esas revelaciones son para usted y son para mí. Sabe por qué no las tenemos? Porque hay algo que a veces se acaba en nuestras vidas, es el hambre de Dios. Hay etapas en la vida en que el hambre de Dios se acaba. Hay etapas en nuestra vida que tenemos hambre de todo menos de Dios. Hay etapas en nuestra vida que nos saciamos de muchas cosas, mis amados hermanos, menos de Dios.

No pueden haber revelaciones, no pueden haber esos encuentros personales con él si no lo buscamos. El hambre de Dios es necesaria. El hambre de Dios cada vez tiene que ser más grande. Sabe por qué? Porque el hambre de Dios es la que sacia. No hay otra cosa, no hay otro pan que lo vaya a saciar usted más que él, el otro pan se enmohece, es temporal, pero el pan que Dios nos da es eterno y es imperecedero.

Ahora, por qué se acaba el hambre de Dios? Por qué dejamos de buscar a Dios? El salmista decía, de madrugada te buscaré, mi alma te anhela, mi carne te anhela, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en lugares áridos. Estaba en situación difícil. Estaba en un desierto, no había agua, no había vegetación, no había nada. Y ahí anhelaba el salmista a Dios. Por qué razón? Porque él sabía que si lo buscaba de madrugada, cuando nosotros buscamos a Dios de madrugada, Dios nos va a revelar todas sus características, nos va a revelar todo lo que nosotros necesitamos para poder meditar en la noche en nuestra cama en él.

Él nos va a dar todo lo que usted y yo necesitamos para que en esas vigilias de la noche nosotros podamos estar cerca de él. Y saben, el salmista sabía que si él buscaba a Dios de madrugada, si su alma lo anhelaba, su alma se iba a llenar de grosura y de meollo e iba a poder decir, mi alma está pegada a ti. El alma suya y el alma mía debe estar apegada a él.

Pero para eso se necesita hambre de Dios. Saben qué nos hace a veces perder el hambre de Dios? Hay dos cosas básicos y fundamentales. Yo se las voy a pintar como un triángulo. Están una aquí y otra aquí, y cuando esas dos las tenemos, hay una tercera aquí en el triángulo que es el hambre de Dios. Cuando estas dos de las esquinas faltan, falta la tercera. Y sabe cuáles son? Temor reverente a Dios, es una. El temor reverente a Dios lo hemos perdido. No hay temor a las cosas de Dios.

Cuando nosotros tenemos temor a Dios, ese temor reverente hay algo muy importante, hay respeto. El respeto es parte del temor de Dios. Y cuando hay respeto, mis hermanos, ese respeto, respeto a su palabra, respeto a su presencia, sabe qué hace este respeto? Ese respeto hace que yo no esté en las conversaciones que no debe de estar. Ese respeto hace que yo no vaya a los lugares donde no debo ir. Ese respeto a Dios hace que yo no mire lo que no debe ver. Es necesario, mis amados, que el respeto como parte del temor a Dios vuelva a nuestras vidas.

Y saben qué otra cosa hemos perdido que también hace que se vaya el hambre de Dios? Nos hemos olvidado del sacrificio de la cruz. El sacrificio de la cruz representa el más grande amor que Dios haya tenido por usted y por mí, pero es un amor solo por usted y por mí, es un amor por los que están afuera, por los que no lo conocen y se nos olvida ese gran inmenso amor. Tenemos que regresar una y otra y otra vez a la cruz, a recordar ese inmenso amor de Dios de ese sacrificio de su Hijo por usted y por mí, y por otros.

Y cuando nosotros constantemente tenemos esas dos cosas, automáticamente el hambre de Dios viene. Si usted recuerda el amor de Dios por usted, el sacrificio en la cruz, si usted tiene el respeto a Dios, hay hambre de Dios. Y cuando hay hambre de Dios, cuando nos saciamos de madrugada para tener con qué meditar al mediodía y en las vigilias de la noche, ¿saben qué? Usted y yo vamos a estar tan saciados del amor de Dios y cuando estamos tan saciados del amor de Dios, no podemos dejar de dárselo a otro. Y es entonces donde no hay quién esté en frente a quien no le hablamos de Dios, porque lo tenemos abundantemente, porque estamos tan saciados de él que lo único que podemos es dar y dar de lo que tenemos.

Eso es lo que Dios quiere en esta mañana para usted y para mí. Dios quiere hoy tocarnos, Dios quiere hoy tocarnos. Dios quiere darnos hoy diferentes toques para eliminar todo aquello que nos está impidiendo servirlo y quiere darnos un toque muy especial, el toque que nos va a dar hambre de Dios.

Póngase de pie. Doy gracias, Padre. Padre, cierren sus ojos, es entre usted y Dios. Dios hoy lo va a tocar a usted en el área que usted necesite, recuerde una cosa, usted decide si es sensible o no es sensible al toque de Dios. Usted decide si se apropia de ese toque de Dios. Usted decide si se apropia, si lo recibe, si deja que lo cambie y si obedece ese toque de Dios.

Cierre sus ojos para que tenga esa comunión con Dios. No se distraiga de nada y deje que el toque de Dios venga sobre su vida. Padre, tócanos, tócanos en el área en que necesitamos. Tu conoces a cada uno por nombre, Padre, toca hoy a aquellos que están abatidos, toca hoy a aquellos que están dormidos por algunas circunstancia, toca hoy a los que están dormidos a las necesidades ajenas. Pon tu mano tocándolos hoy, Dios. Toca hoy, Padre, a aquellos que están desanimados, aquellos que están en situaciones cómodas, que se han estancado, que ya nos sienten que pueden seguir adelante. Tócalos hoy, Dios, tócalos.

Toca hoy a todo aquel que siente que se ha quedado estancado, que no ha llegado al límite de potencialidad, que no ha podido desarrollar su potencial, que tu le has dado. Toca a aquel que siente que su vida día con día, con día, es rutinaria, es igual, es estancada.

Tócalo hoy, Dios, tócalo hoy, despiértalo. Despierta, rompe de raíz aquello que nos ha llevado a ser rutinarios, aquellos que nos ha llevado a ser cómodos, aquello que nos ha llevado a no tener sensibilidad de la necesidad de otro. Tócalo, Dios.

Dios, tócanos para sacudirnos de la comodidad. Gracias por la comodidad que nos das, pero tócanos para que esa comodidad no pase al límite donde ya no sirve esa comodidad, Padre.

Si usted necesita que Dios en esta mañana lo sacuda, pídaselo. Dios, todos necesitamos el toque tuyo, no hay quien no necesitemos el toque tuyo. Si usted ha estado desanimada en su vida, desanimado en la obra de Dios, si siente que no hay llegado hasta donde Dios lo quiere, en el potencial de su vida, pídale un toque a Dios en esta mañana. Mire, Elías estaba a punto de muerte, a punto de muerte, tan abatido como tal vez usted y yo nunca hemos llegado de abatimiento, y sin embargo ahí vino el toque de Dios, los dos toques de Dios que usted necesita uno o dos, tres toques de Dios, porque su abatimiento es tan grande, pídaselo pero no se vaya sin el toque de Dios.

Ese toque de Dios que lo levanta y le va a dar la visión y el propósito para su vida. Ese toque de Dios que lo va a sacar de la comodidad, ese toque de Dios que lo va a despertar y le va a abrir sus ojos espirituales. Padre, en esta mañana toca nuestros ojos espirituales para que veamos la necesidad de otro. Toca nuestros ojos espirituales para que veamos lo que tienes para nosotros en tu reino, lo que tenemos que hacer para ti, Padre. Tal vez hemos hecho mucho, poco, pero Padre, abre nuestros ojos para ver cuánto más, cuánto más hay que hacer.

Padre, ven hoy y tocándonos, tocándonos, Padre. Toca las áreas que nos han tenido aniquilados, toca las áreas que como la suegra de Pedro, nos han tenido incompetentes. Toca las áreas que nos han tenido postrados. Pídale a Dios que le revele qué área de lo que lo ha tenido a usted detenido, aniquilado. Cuál es el área que no le ha dejado despegar en ese servicio a Dios?

Pídale un toque en esa área. Pídale también que toque el área en el que lo va a usar, para que usted le rinda a esa área y haya una limpieza total de esa área. Si usted Dios le revela que usted necesita que su boca tiene que ser tocada porque su boca está siendo abierta para otras cosas que no son la palabra de Dios, pídale que toque su boca. Pídale que toque sus manos para que puedan ser manos fructíferas en la obra de Dios, manos llenas para que usted pueda regresar en la noche a su casa con sus manos llenas de la cosecha de lo que usted ha hecho por Dios y no regresar con manos vacías.

Ríndale sus manos a Dios. Ríndale sus manos a Dios. Ríndale sus pies a Dios para que usted pueda ir a los lugares donde tiene que ir, que no haya impotencia, debilidad en sus rodillas, debilidad en sus pies para buscar lo que toque hoy sus pies, que los hago como de siervo para que usted pueda ir a donde lo envíe.

Padre, danos el toque que capacita, sea permeable al toque de Dios que lo va a capacitar. No hay nadie que no pueda hacer las cosas que Dios le pide que haga. Deje que Dios lo toque hoy capacitándolo. Pídale el toque de Dios que capacita. El toque de Dios que la va a capacitar para que usted pueda hacer lo que Dios le mande.

Pídale el toque de Dios que capacita, la fuerza que necesita, la fuerza que le dio a Elías, para ya no ir en su propia fuerza, para ir en la fuerza de Dios. Dígale, quiero ir en tu fuerza a hacer tu obra, en la fuerza de Dios para que usted pueda ver grandes cosas que todavía no ha visto, grandes cosas que todavía no ha visto. Sabe, el caminar en el Señor es más que venir a la iglesia, entrar y salir, el caminar en el Señor es hacer grandes cosas a través de él como él las hizo, cosas mayores harás, dice. Quiere ver usted que en su vida grandes cosas se vean? El caminar en el Señor tiene grandes cosas para usted. El caminar en el Señor tiene revelaciones grandes para su vida.

Pero sabe, esas revelaciones se encuentran cuando nos llenamos de su presencia. Si usted necesita el toque de Dios para tener hambre de Dios, pídaselo en este momento, Padre, yo te clamo tu toque de hambre tuya para esta congregación. Padre, tu conoces, toca a aquellos que tienen que ser tocados hoy para tener hambre de ti. Esa hambre que cuando nos saciamos queremos más de ti, Padre, toca a esta congregación para que tengan hambre de ti, hambre de ser saciados de ti, de tu presencia, para que sea una congregación que de madrugada te busque, que pueda meditar en ti en las vigilias de la noche; Padre, que sea una congregación para pueda decir, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela. de madrugada te buscaré.

Padre, yo te clamo que sea una congregación que pueda decir que tu la has saciado, que tu la has saciado con tu grosura, con tu meollo y por eso dicen, mi alma está pegada a ti. Padre, te clamamos por una congregación con almas apegadas a ti, por una congregación saciada de tu presencia, tan saciada, tan llena que lo único que puede hacer es dar, y dar, y dar a los que están afuera, porque tiene tanto de ti, está tan saciada, tan sobrante que puede dar y dar, y dar a otros, a los que están cerca y a los que están lejos.

Padre amado, yo declaro esta congregación es una congregación donde el respeto a ti impera. Yo declaro que es una congregación donde el respeto a tu palabra impera, donde tu palabra es oída con reverencia, donde tu palabra es implantada en el corazón de las personas.

Padre, yo declaro que es una congregación que vive tu palabra, yo declaro que es una congregación que va a la cruz todo el tiempo y todos los días a recordar el gran amor tuyo en ese sacrificio para que podamos darlo a otros, Padre. Yo declaro en esta mañana una congregación llena, llena, llena, saciada de ti, una congregación en la que el hambre por tu presencia jamás, jamás, jamás faltará en el nombre de Jesús.

Denle un aplauso a este Dios y crea, crea, crea, crea, crea, crea que Dios quiere que usted pueda decir, mi alma está apegada a ti. El Señor los bendiga grande y abundantemente.

Ser sensible al toque de Dios

Transcripción

El autor Gary Chapman en su libro “Los cinco lenguajes del amor” habla de la importancia que el toque físico tiene en nuestras vidas. Él explica con mucha claridad cómo un abrazo, una palmada en la espalda, una caricia puede comunicarnos amor, afecto, aceptación y cuán necesario es esto en nuestras vidas.

También nos habla que el toque de una palabra puede ser una afirmación útil para que nosotros sigamos adelante y para que venzamos obstáculos. Y si esto hace el toque de una persona en nuestras vidas, y es tan necesario porque hay estudios que indican que cuando este toque físico, este toque de la palabra no está en nuestras vidas, nuestra espina dorsal emocionalmente se seca. Y somos personas con una personalidad disfuncional.

Para que la personalidad funcione emocionalmente bien necesitamos este tipo de toques. Cuánto más el toque de Dios es necesario en nuestras vidas para cambiarnos y para transformarnos. Por qué razón? Porque Dios nos ha creado y como él nos ha creado él es el que nos sostiene. Él es el que nos sustenta, él es el que nos sujeta, pero también él es el que nos transforma.

El toque de Dios lo podemos ver en su palabra en la naturaleza. Si usted tiene su Biblia vaya, por favor, al salmo 144:5. Dice así:

“…Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende, toca los montes y humeen, despide relámpagos y disípalos, envía tus saetas y túrbalos, envía tu mano desde lo alto, redímeme y sácame de las muchas aguas…”

Aquí podemos ver con toda claridad cómo el toque de Dios ha cambiado la naturaleza. También en la Biblia hay muchos personajes que fueron sensibles al toque de Dios, personajes que no solo recibieron el toque de Dios sino que dejaron que este penetrara en sus vidas, se apropiaron de ese toque de Dios y respondieron con obediencia a ese toque.

Uno de ellos es Jeremías. Yo quiero que usted me acompañe ahí en su Biblia, por favor, al libro de Jeremías y busque el capítulo 1 y luego el versículo 4. dice así:

“…Vino pues palabra de Jehová a mí diciendo, Antes que te formases en el vientre te conocí, ya antes de que nacieses te santifiqué, te di por profeta las naciones y yo dije, ah, Señor Jehová, he aquí no sé hablar porque soy niño, y me dijo Jehová, no digas soy un niño porque a todo lo que te envíe irás tu y verás todo lo que te mande. No temas delante de ellos porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová, he aquí he puesto mis palabras en tu boca…”

Aquí podemos ver con claridad el llamado que Dios le hace a Jeremías. Le hace ver el propósito que tiene para él desde antes de que nació. Le da el aliente de que va a ir con él a donde él lo envíe, pero también le da la capacitación. Toca sus labios y con esto pone palabra en su boca y lo capacita para lo que tiene que ir a hacer.

Y a usted y a mí Dios quiere hacer lo mismo en esta mañana. Todos tenemos que ir a hablar de Cristo. No necesitamos tener un gran ministerio, podemos ir a hablar de Cristo al vecino. Hace un rato el pastor Omar decía, llévenle un almuerzo a su vecino. Y claro, cuando nosotros llevamos algo físico al vecino también lo podemos acompañar y lo debemos acompañar con algo espiritual.

Y Dios va a tocar en esta mañana nuestra boca para que nosotros podamos hablar de Cristo a todos aquellos que tenemos cerca, para que no pase un solo día sin que nosotros hablemos de él.

Aquí vemos claramente el toque de Dios capacitándonos. No hay nadie que podamos decir, es que yo no puedo hablar de Cristo, es que yo no conozco mucho para hablarle a otro. Vemos que aquí Jeremías decía, soy niño. Dios le dijo, no digas que eres niño, yo te capacito, yo pongo mi palabra en tu boca.

Y este toque de Dios también lo podemos ver en Isaías. Vayan conmigo por favor a Isaías, capítulo 6, busque por ahí el versículo 5. Aquí tenemos algo muy hermoso, aquí en Isaías se nos habla que había un rey llamado Usías. Este rey había gobernado por 43 años, pero en estos 43 años le había entrado el orgullo. Entonces viene Dios y le manda una lepra y debido a eso este rey se muere. Y en ese mismo año Isaías tiene una visión del trono de Dios, tiene una visión hermosa del trono de Dios porque ve que encima de él hay serafines. Esos seres hermosos, esos seres celestiales que tienen tanta energía, que tienen 6 alas con las cuales dos cubren su cabeza, su cara, dos cubren sus pies y con las otras dos vuelas.

Se llenó de humo todo el lugar y vienen entonces Isaías que ante esa visión hermosa él se da cuenta de la santidad de Dios. Pero al mismo tiempo que se da cuenta de la santidad de Dios, de ese Dios que es tres veces santo, viene él y también se da cuenta de su impureza. Él se da cuenta de la impureza de los labios. Cuando usted y yo llegamos a la presencia de Dios ahí es donde nos damos cuenta de la santidad de Dios, viene la revelación de su santidad, pero junto con la revelación de su santidad viene la revelación de nuestras impurezas. Si nosotros no nos damos cuenta de todas las impurezas que tenemos, porque las tenemos, no somos perfectos, es porque no vamos a la presencia de Dios, porque es ahí en la presencia de Dios donde vienen esas revelaciones.

Y cuando Isaías se da cuenta de esto, miren lo que sucede, viene el ángel y viene volando hacia él y ahí en el altar agarra con su mano, con unas tenazas, un carbón encendido y lo pasa por los labios de Isaías, y dice Isaías:

“…He ahí que el ángel volando vino con un carbón encendido y tocó mis labios y me dijo, “he tocado tus labios, he quitado tu culpa y he quitado tu pecado.”

Es Dios limpiando la iniquidad en Isaías. Es Dios limpiando sus labios con el toque divino que cambia, que transforma y que limpia. Y por qué le ha limpiado también su corazón? Le ha limpiado su corazón porque cuando nos limpia los labios, cuando nos limpia lo que nosotros hablamos, nos está limpiando el corazón, porque los labios es el resultado de lo que tenemos en el corazón.

De la abundancia del corazón habla la boca. Y por qué limpió Dios esta área en Isaías? Por qué sus labios? Porque era el área donde quería usarlo. Después de que le limpia sus labios le dice,

“… Quién irá por nosotros? Isaías está ya listo para decirme, he aquí, envíame a mí…”

Y cuando yo usted y yo recibimos el llamado de Dios y le decimos, he aquí, envíame a mí, y por el llamado de Dios le vuelvo a decir, no se trata de un llamado a las naciones. No se trata de un llamado a otro lugar. Que bien si Dios lo da, pero a veces el llamado que Dios nos está haciendo es a nuestra misma familia, a veces el llamado que Dios nos está haciendo es a nuestro mismo vecindario. A veces el llamado que Dios nos está haciendo es a las personas con las que trabajamos.

Y Dios necesita limpiar ciertas áreas en nuestra vida para usarnos. Si no estamos siendo usados por Dios, preguntémosle si lo que sucede es que no estamos dejando que limpie las áreas que tienen que ser limpiadas. Cómo las vamos a conocer? Cómo nos las va a revelar? Cuando nosotros vamos a su presencia, ahí viene la revelación de él, la revelación de lo que tenemos que cambiar, también viene ahí la decisión del cambio, la necesidad de cambiar, pero también viene otra parte muy linda, cuando Dios nos toca también viene la necesidad de obedecerlo.

Cuando Dios le dice a quién enviaré, él le dice, heme aquí, envíame a mí. Y Dios también nos da a nosotros voluntad para el servicio. Dios quiere que usted y yo, cuando Dios nos llama tengamos voluntad para el servicio.

Yo quiero que usted me acompañe a Primera de Samuel, en el capítulo 10. Tenga sus ojos en el versículo 27. Samuel había recibido la orden de Dios para ungir como rey a Saúl y viene y entonces agarra una redoma de aceite y lo coloca sobre su cabeza. Luego viene Dios y muda, cambia, transforma, el corazón de Saúl. Y Saúl, ya ungido como rey, y cambiado su corazón empieza a profetizar. En ese momento el pueblo de Israel tenía un gobierno teocrático. Dios los gobernaba directamente, Dios se había encargado de protegerlos, Dios se había encargado de cuidarlos, se había encargado de dirigirlos, sin embargo, el pueblo lo que quería era tener un rey de carne y hueso.

Ellos lo que querían era tener un rey como el de las otras naciones. Decían que un rey como el que tenían los otros pueblos, las otras naciones era el rey que los iba a defender a la hora que los atacaran. Y entonces viene Samuel y junta a todos los pueblos y les va a presentar a Saúl como rey, a Saúl como el escogido de Dios por la petición que ellos estaban haciendo. Y les hace ver Samuel a todo el pueblo que Dios les está dando ese rey porque ellos lo están pidiendo, porque no era la voluntad de Dios en ese momento para Israel.

Pero también aquí entra la voluntad permisiva de Dios, como lo pedían, pues Dios se los dio, era la voluntad permisiva de Dios aunque no era su voluntad soberana. Y cuando Samuel empieza a buscar a Saúl no lo encuentra. Era un jovencito y se hbái escondido por ahí entre los bagajes. Al fin aparece y lo presenta y cuando lo presenta muchos del pueblo empiezan a victorearlo, viva el rey! Viva el rey!. Y viene Samuel y entonces lee todas las leyes que tenía que presentarle al pueblo, las escribe también y después manda a su casa todos, inclusive a Saúl, a su casa en Gabá y dice aquí en la palabra de Dios, en el versículo 27 lo siguiente:

“…Saúl había sido ungido rey. Dios le había mudado su corazón y el espíritu de Dios había venido sobre él y estaba profetizando. Y luego dice así, y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabá y fueron con él los hombres de guerra cuyo corazón Dios había tocado…”

Es Dios el que toca nuestro corazón para que tengamos voluntad para servirlo. En esta mañana yo sé que Dios va a tocar su corazón para que usted tenga voluntad de servir a esos ministerios de niños que hace falta servidores. La mies es mucha lo vimos aquí, y los obreros pocos.

Yo creo que debería de haber sido al revés, que habían demasiados servidores y muy pocas familias, pero vimos que es a la inversas. En esta mañana yo clamo porque Dios toque los corazones de quien él quiere que vayan a ese servicio a ayudar a los niños, también a los niños especiales, y que seamos sensibles al toque de Dios y respondamos con voluntad.

Y los que Dios había tocado su corazón se fueron tras Saúl para servirlo. No vieron quién era el líder, no vieron si les gustaba, si no les gustaba, simplemente Dios había tocado su corazón y tenían voluntad de hacerlo. Pero los que Dios no tocó su corazón o tal vez lo tocó pero no dieron cuenta que Dios estaba tocando su corazón, miren lo que dice en Primera de Samuel 10:27:

“…Pero algunos perversos dijeron, cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presentes más el disimulo…”

El no llevarle presentes significaba que no lo reconocían como que Dios lo había puesto como rey. Y cuando Dios nos hace un llamado no tenemos que ver si el lugar nos gusta, si quien lo dirige nos gusta, lo que tenemos que ver es que Dios nos está haciendo un llamado a servirlo.

Elías también fue otro hombre sensible al toque de Dios. Elías era un hombre poderoso en Dios. Elías había sido un hombre tremendamente usado por Dios y no solo era tremendamente usado por Dios, era un hombre valeroso en todo el sentido de la palabra. Él se había atrevido a retar a todo los baales diciéndole que demostraran quién era el verdadero Dios. Y todos se habían puesto a clamar a sus dioses para ver cuál de todos hacía descender fuego del cielo porque ese era el verdadero Dios. Y el único que hace descender fuego del cielo fue nuestro Dios, el Dios suyo y el Dios mío, porque ese es el verdadero Dios.

Y yo quiero que usted le de un aplauso a ese verdadero Dios que es el único que hace descender fuego del cielo. Y Elías, después de esto, mata a todos esos hombres que eran como 40. y qué le parece a usted? Después de haber matado a 40 de los baales va huyendo y huyendo de una mujer llamada Jezabel. Esta mujer lo había mandado a matar, y el va huyendo, va cansado, va desanimado, va abatido porque encima de que lo están persiguiendo y encima de todos los logros que él ha tenido que habían sido bastantes, él quería que fueran más, él quería que todo el pueblo de Israel se volcara a Dios y eso no lo había logrado del todo. Se sentía abatido, decía, y ahora me persiguen a mí, soy el único que quedo de los profetas.

Y cuando está tirado en el suelo abatido, tan abatido que está dormido, qué es lo que sucede? Él empieza a clamar a Dios antes de acostarse a dormir, se sienta debajo de un enebro y le dice, Dios quítame la vida porque no soy mejor que mis padres. Y ese Dios tan sabio que tenemos no responde siempre a las peticiones de nuestro corazón, gracias por su sabiduría, porque imagínese lo que le estaba pidiendo este hombre, le estaba pidiendo que lo matara y venía huyendo de una mujer que lo quería matar.

Y a veces como que las oraciones que le hacemos a Dios son un poquito así de incongruentes, pero Dios que es sabio, sabe lo que necesitamos. Y nos responde muchas veces más a lo que necesitamos que a lo que le pedimos. Y sabía que lo que Elías necesitaba en ese momento era fortalecerse, lo que necesitaba era alimentarse. Y le manda una torta de pan y le manda agua. Elías obedece porque el ángel viene, lo toca y le dice, levántate y come. Elías obedece sensible al toque de Dios, se levanta y come de la torta. No se pone a averiguar quién hizo la torta, de qué la hicieron.

A veces cuando Dios quiere tocarnos a través de alguien, ay, pero yo no quiero que esa persona ore por mí, yo quiero que ore aquella. A mí me gusta. No, Elías obedeció al toque, se levantó y comió pero se volvió a dormir. Estaba muy cansado, muy abatido. Y vino Dios y le manda de nuevo otra vez al ángel y viene el ángel, lo toca por segunda vez y le dice, levántate y come porque largo camino te espera. Lo restaura, lo levanta, lo fortalece, pero también le da una orden que siga adelante y no se quede tirado. Y ya fortalecido Elías con el toque del ángel, ya fortalecido Elías con lo que ha comido, es capaz de caminar 40 km, creo que son 3 ó 4 días y 4 noches lo que Elías camina para hacer lo que Dios le manda hacer.

Dios lo fortalece y muchas veces en el caminar en el Señor nosotros vamos a estar como Elías, agotados, cansados, desanimados que ya no podemos más. Y podemos llegar al punto de decirle a Dios, quítame la vida. Y podemos llegar al punto de decirle a Dios, quítame la vida, sabe por qué? Porque no tenemos el propósito de Dios claro, el propósito de Dios en nuestras vida nos da fuerza, el propósito de Dios en nuestras vidas nos da aliento, el propósito de Dios en nuestras vidas nos va a dar alegría, nos va a dar gozo, nos va a dar alabanza, pero cuando se pierde el propósito de Dios viene la tristeza, viene la depresión. Por qué razón? No hay propósito, otro día igual. Pero cuando tenemos el propósito de Dios en nuestras vidas, claro, cada día es un día hermoso, porque sabemos que las misericordias de Dios nuevas son cada día sobre nuestra vida y sabemos que esas misericordias de Dios que yo recibo todos los días de mi vida tan altas como del cielo a la tierra, tan inmensas como la eternidad me va a servir para algo, para que yo pueda ser misericordiosa con otros como Dios es misericordioso conmigo.

Y yo creo que muchos de nosotros, yo lo he necesitado algunos veces en mi vida, he necesitado el toque de Dios despertándome. Y sabe de qué me ha tenido que despertar el toque de Dios? De la comodidad. Hay algo muy lindo que se llama comodidad. Todos queremos estar cómodos en todas las áreas de nuestra vida, hasta cuando venimos a la iglesia a sentarnos. Y es bueno. Yo les he presentado mi iglesia, yo les he presentado las butacas que mi iglesia tiene, son riquísimas, muy cómodos, pero la comodidad hay un límite en que ya no es buena. Y ese límite cuando estoy tan cómodo que ya no miro las necesidades de otro y Dios necesita despertarnos de esa comodidad.

A mí me gustaría un amén. A veces mi amado hermano estamos tan cómodos que ni hablar queremos. Elías fue sacudido de esa comodidad, como sabemos que hoy Dios nos va a sacudir a algunos de nosotros. Hemos visto ejemplos en el Antiguo Testamento, vamos a ver un ejemplo en el Nuevo Testamento del toque de Dios.

El toque de Dios en el Nuevo Testamento lo podemos ver sanando, lo podemos sanando personas. Usted sabe cuando Jesús viene y toca al leproso, lo toca y qué pasa? El toque de Dios le quita su lepra y ese hombre que estaba leproso deja de pronto por el toque de Dios dejar de ser leproso. Ese hombre que había sido rechazado por todos, ese hombre que lo marginaban, que cuando entraba a un lugar todos se corrían y le dejaban un espacio porque no querían nada cerca de él. Ese hombre es transformado, es cambiado, pasa del estado de la enfermedad al estado de la salud por el toque de Dios.

Y muchas veces nosotros somos sanados de diferentes tipos de lepra. Lepra de abuso, lepra de heridas, lepra de dolores emocionales, lepra de cualquier enfermedad, y en nosotros está la decisión de si recibimos ese toque de Dios y empezamos a caminar de una diferente manera. Quizás si venimos caminando como leprosos y tenemos que empezar a caminar como personas sanas, pero a veces Dios nos toca, Dios sana áreas de nuestra vida y seguimos caminando como si no nos hubiera sanado. Y es entonces la persona que Dios puede sanarte, Dios hoy te toca y te sana, ah, sí, y si no me sana? Y si aquí y 20, 30, 40 argumentos para determinar que Dios no puede sanarnos. Y tal vez Dios nos ha sanado de todas esas lepras y nosotros insistimos en seguir caminando como estábamos antes de ser sanados porque no conocíamos otra cosa.

Pero Dios puede sanar cualquier cosa de nuestro cuerpo. Dios puede sanar cualquier cosa de nuestro corazón. Podemos ver el toque de Dios cuando Dios sana a los ciegos. Ellos eran ciegos, reciben el toque de Dios en sus ojos y recobran la vista. Y un toque pero de los más significativos en la palabra de Dios es el toque que le da a la suegra de Pedro. La suegra de Pedro estaba postrada. El estar postrado es un estado desagradable, es un estado que nos impide hacer cosas, estaba aniquilada, tenía fiebre. Pero viene Jesús, le toca su mano y qué pasa? La fiebre la deja. Y ella se levanta y lo sirve.

Hay una pregunta. Qué ha aniquilado en nuestra vida el servicio a Dios? Qué ha detenido en nuestra vida el servicio a Dios? Qué nos ha postrado para no seguir adelante? A veces incluso en todo el caminar del Señor, nos empezamos a sentir estancados, sentimos como que estamos como estancados y tenemos que ir delante de Dios y preguntarle, qué me está estancando? Qué es lo que me está deteniendo? Qué me tiene detenido de que todo ese potencial que Dios me dio? Qué me tiene detenido de que todo ese potencial que Dios me dio para usarme? Qué me tiene detenido que todo ese potencial que Dios me dio puede ser puesto en práctica para que yo pueda hacer a través tuyo grandes cosas?

Y cuando el potencial que Dios nos ha dado se queda detenido, aniquilado por alguna razón, la vida se empieza a hacer monótona, la vida cristiana se empieza a volver rutinaria. Entro a la iglesia, salgo de la iglesia, entro, salgo, pero todo sigue igual. No veo las señales que dice su palabra que deben acompañarme. Sobre los enfermos pondrán manos y se sanarán, echarán fuera demonios, todas esas señales deben acompañarnos. Qué está aniquilando que ese poder de Dios nos acompañe como cristianos?

Se lo pedimos a Dios, Dios lo revela y Dios viene, toca esa área de nuestra vida y qué sucede? Nos sana. Si regresamos un poquito al Antiguo Testamento vamos a ver en el Génesis, vamos a ver la historia de Jacob. Eso lo va a encontrar en Génesis en el capítulo 32, ahí va a encontrar que Jacob va al encuentro de su hermano Esaú, y deja a su mujer, deja a sus hijos, deja a sus criados y se va él solo, y cuando él está solo le aparece el ángel de Jehová y empiezan a luchar, empieza esa lucha entre ellos dos y en esa lucha el ángel de Jehová viene y le toca aquí el encaje del muslo y le produce una cojera. Y entonces viene este hombre Jacob y se queda cojo de por vida.

Y lo que significa esa cojera en Jacob es que Dios lo que estaba haciendo era acostando una parte de su vida que se llama orgullo. Estaba eliminando, estaba anulando la voluntad personal de Jacob para que pudiera hacer solo la voluntad de Dios.

Y si algo tenemos todos es qué? Nuestra voluntad sale a cada ratito. Es muy fácil empezar a perder cuál es la voluntad de Dios para mi vida, para empezar a hacer la voluntad mía, incluso en el servicio. A veces empezamos muy bien, haciendo la voluntad de Dios pero pronto este orgullo que tenemos aquí empieza a levantar imágenes fuertes y yo empiezo a querer hacer mi voluntad aún en el servicio al Señor. Y entonces tiene que venir Dios que tiene diferentes métodos y utiliza que yo me vuelva coja en algunas áreas de mi vida.

Y saben que esa cojera es la que nos hace recordar todo el tiempo que el que tiene el control es él y no nosotros. Esa cojera nos recuerda todo el tiempo quién es nuestro Dios y quiénes somos nosotros.

El toque de Dios es necesario para que nuestra vida sea rendida a él. El toque de Dios va a venir en aquellas áreas que no le hemos querido rendir. El toque de Dios va a venir en aquellas áreas que no le hemos entregado la voluntad.

Dios, yo te entrego mi vida, toditita, toditita, pero mi bolsa…esa la manejo yo. Y viene Dios y nos produce una cojera en la bolsa. Mejor se la entregamos. Si se la entregamos el la va a abundar, si yo me quedo con ella… va a cojear. Es mejor entregarle las áreas que más amamos a él porque cuando se las entregamos a él, él las hace prosperar, pero si nos quedamos con ella Dios las tiene que bajar.

Y un toque muy hermoso aquí en la palabra de Dios es el toque que le da a Daniel. Usted lo puede encontrar en el libro de Daniel, me parece que es el capítulo 10. Daniel era un hombre que buscaba mucho a Dios. Daniel hace tres semanas de ayuno y después de esas tres semanas de ayuno viene y está a la orilla de un río. Y entonces se le aparece un ser sublime, vestido de lino aquí en sus hombros lleno de oro, y le empieza a hablar a Daniel. Pero la voz y toda la figura era tan maravillosa y era tan grande que Daniel no lo puede resistir y cae en dos pies y en dos manos con su rostro postrado en el piso.

Y entonces viene esa figura hermosa y lo toca. Y entonces eso hace que Daniel se levante, le dice, levántate. Y Daniel se levanta y le empieza a hablar esa figura, pero tiene una voz de trueno tan maravillosa que Daniel se impacta tanto que se queda mudo. Viene de nuevo esa figura hermosa y lo vuelve a tocar y entonces Daniel recupera el habla.

Y esa figura hermosa le empieza a decir a Daniel todo lo que va a hacer en su pueblo, todo lo que va a acontecer en los postreros días. Y le dice Daniel, “pero cómo voy yo a poder seguir hablándote y contestándote si eres tan hermoso, tan maravilloso que yo pierdo toda mi fuerza, pierdo todo mi vigor, me quedo totalmente sin nada de fuerzas, sin nada de vigor y hasta me quedo mudo?” Y viene esa figura hermosa que es Dios y le dice, “yo te doy la fuerza”. Y lo vuelve a tocar por tercera vez. Ya él se levanta y puede hablar.

Dios nos va tocar cuantas veces nosotros lo necesitemos. Y si nosotros queremos como Daniel tener esas revelaciones de Dios, esas revelaciones de Dios que me van a decir qué va a hacer con mi vida, esas revelaciones de Dios que me van a decir qué va a ser con mi familia, esas revelaciones de Dios que me dicen qué va a hacer con mi iglesia, esas revelaciones de Dios que me dice qué va a hacer con mi país. Si yo quiero tener esas revelaciones, yo tengo que hacer algo, tengo que buscar a Dios. Yo no puedo tener esas revelaciones y tener esos toques maravillosos de Dios que me van a mostrar esa presencia sublime y maravilloso de él, si yo no entro a su presencia.

Y sabe por qué a veces no entramos a su presencia, a tener esas revelaciones? No son solo para Daniel, no son solo para el Antiguo Testamento, esas revelaciones son para usted y son para mí. Sabe por qué no las tenemos? Porque hay algo que a veces se acaba en nuestras vidas, es el hambre de Dios. Hay etapas en la vida en que el hambre de Dios se acaba. Hay etapas en nuestra vida que tenemos hambre de todo menos de Dios. Hay etapas en nuestra vida que nos saciamos de muchas cosas, mis amados hermanos, menos de Dios.

No pueden haber revelaciones, no pueden haber esos encuentros personales con él si no lo buscamos. El hambre de Dios es necesaria. El hambre de Dios cada vez tiene que ser más grande. Sabe por qué? Porque el hambre de Dios es la que sacia. No hay otra cosa, no hay otro pan que lo vaya a saciar usted más que él, el otro pan se enmohece, es temporal, pero el pan que Dios nos da es eterno y es imperecedero.

Ahora, por qué se acaba el hambre de Dios? Por qué dejamos de buscar a Dios? El salmista decía, de madrugada te buscaré, mi alma te anhela, mi carne te anhela, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en lugares áridos. Estaba en situación difícil. Estaba en un desierto, no había agua, no había vegetación, no había nada. Y ahí anhelaba el salmista a Dios. Por qué razón? Porque él sabía que si lo buscaba de madrugada, cuando nosotros buscamos a Dios de madrugada, Dios nos va a revelar todas sus características, nos va a revelar todo lo que nosotros necesitamos para poder meditar en la noche en nuestra cama en él.

Él nos va a dar todo lo que usted y yo necesitamos para que en esas vigilias de la noche nosotros podamos estar cerca de él. Y saben, el salmista sabía que si él buscaba a Dios de madrugada, si su alma lo anhelaba, su alma se iba a llenar de grosura y de meollo e iba a poder decir, mi alma está pegada a ti. El alma suya y el alma mía debe estar apegada a él.

Pero para eso se necesita hambre de Dios. Saben qué nos hace a veces perder el hambre de Dios? Hay dos cosas básicos y fundamentales. Yo se las voy a pintar como un triángulo. Están una aquí y otra aquí, y cuando esas dos las tenemos, hay una tercera aquí en el triángulo que es el hambre de Dios. Cuando estas dos de las esquinas faltan, falta la tercera. Y sabe cuáles son? Temor reverente a Dios, es una. El temor reverente a Dios lo hemos perdido. No hay temor a las cosas de Dios.

Cuando nosotros tenemos temor a Dios, ese temor reverente hay algo muy importante, hay respeto. El respeto es parte del temor de Dios. Y cuando hay respeto, mis hermanos, ese respeto, respeto a su palabra, respeto a su presencia, sabe qué hace este respeto? Ese respeto hace que yo no esté en las conversaciones que no debe de estar. Ese respeto hace que yo no vaya a los lugares donde no debo ir. Ese respeto a Dios hace que yo no mire lo que no debe ver. Es necesario, mis amados, que el respeto como parte del temor a Dios vuelva a nuestras vidas.

Y saben qué otra cosa hemos perdido que también hace que se vaya el hambre de Dios? Nos hemos olvidado del sacrificio de la cruz. El sacrificio de la cruz representa el más grande amor que Dios haya tenido por usted y por mí, pero es un amor solo por usted y por mí, es un amor por los que están afuera, por los que no lo conocen y se nos olvida ese gran inmenso amor. Tenemos que regresar una y otra y otra vez a la cruz, a recordar ese inmenso amor de Dios de ese sacrificio de su Hijo por usted y por mí, y por otros.

Y cuando nosotros constantemente tenemos esas dos cosas, automáticamente el hambre de Dios viene. Si usted recuerda el amor de Dios por usted, el sacrificio en la cruz, si usted tiene el respeto a Dios, hay hambre de Dios. Y cuando hay hambre de Dios, cuando nos saciamos de madrugada para tener con qué meditar al mediodía y en las vigilias de la noche, ¿saben qué? Usted y yo vamos a estar tan saciados del amor de Dios y cuando estamos tan saciados del amor de Dios, no podemos dejar de dárselo a otro. Y es entonces donde no hay quién esté en frente a quien no le hablamos de Dios, porque lo tenemos abundantemente, porque estamos tan saciados de él que lo único que podemos es dar y dar de lo que tenemos.

Eso es lo que Dios quiere en esta mañana para usted y para mí. Dios quiere hoy tocarnos, Dios quiere hoy tocarnos. Dios quiere darnos hoy diferentes toques para eliminar todo aquello que nos está impidiendo servirlo y quiere darnos un toque muy especial, el toque que nos va a dar hambre de Dios.

Póngase de pie. Doy gracias, Padre. Padre, cierren sus ojos, es entre usted y Dios. Dios hoy lo va a tocar a usted en el área que usted necesite, recuerde una cosa, usted decide si es sensible o no es sensible al toque de Dios. Usted decide si se apropia de ese toque de Dios. Usted decide si se apropia, si lo recibe, si deja que lo cambie y si obedece ese toque de Dios.

Cierre sus ojos para que tenga esa comunión con Dios. No se distraiga de nada y deje que el toque de Dios venga sobre su vida. Padre, tócanos, tócanos en el área en que necesitamos. Tu conoces a cada uno por nombre, Padre, toca hoy a aquellos que están abatidos, toca hoy a aquellos que están dormidos por algunas circunstancia, toca hoy a los que están dormidos a las necesidades ajenas. Pon tu mano tocándolos hoy, Dios. Toca hoy, Padre, a aquellos que están desanimados, aquellos que están en situaciones cómodas, que se han estancado, que ya nos sienten que pueden seguir adelante. Tócalos hoy, Dios, tócalos.

Toca hoy a todo aquel que siente que se ha quedado estancado, que no ha llegado al límite de potencialidad, que no ha podido desarrollar su potencial, que tu le has dado. Toca a aquel que siente que su vida día con día, con día, es rutinaria, es igual, es estancada.

Tócalo hoy, Dios, tócalo hoy, despiértalo. Despierta, rompe de raíz aquello que nos ha llevado a ser rutinarios, aquellos que nos ha llevado a ser cómodos, aquello que nos ha llevado a no tener sensibilidad de la necesidad de otro. Tócalo, Dios.

Dios, tócanos para sacudirnos de la comodidad. Gracias por la comodidad que nos das, pero tócanos para que esa comodidad no pase al límite donde ya no sirve esa comodidad, Padre.

Si usted necesita que Dios en esta mañana lo sacuda, pídaselo. Dios, todos necesitamos el toque tuyo, no hay quien no necesitemos el toque tuyo. Si usted ha estado desanimada en su vida, desanimado en la obra de Dios, si siente que no hay llegado hasta donde Dios lo quiere, en el potencial de su vida, pídale un toque a Dios en esta mañana. Mire, Elías estaba a punto de muerte, a punto de muerte, tan abatido como tal vez usted y yo nunca hemos llegado de abatimiento, y sin embargo ahí vino el toque de Dios, los dos toques de Dios que usted necesita uno o dos, tres toques de Dios, porque su abatimiento es tan grande, pídaselo pero no se vaya sin el toque de Dios.

Ese toque de Dios que lo levanta y le va a dar la visión y el propósito para su vida. Ese toque de Dios que lo va a sacar de la comodidad, ese toque de Dios que lo va a despertar y le va a abrir sus ojos espirituales. Padre, en esta mañana toca nuestros ojos espirituales para que veamos la necesidad de otro. Toca nuestros ojos espirituales para que veamos lo que tienes para nosotros en tu reino, lo que tenemos que hacer para ti, Padre. Tal vez hemos hecho mucho, poco, pero Padre, abre nuestros ojos para ver cuánto más, cuánto más hay que hacer.

Padre, ven hoy y tocándonos, tocándonos, Padre. Toca las áreas que nos han tenido aniquilados, toca las áreas que como la suegra de Pedro, nos han tenido incompetentes. Toca las áreas que nos han tenido postrados. Pídale a Dios que le revele qué área de lo que lo ha tenido a usted detenido, aniquilado. Cuál es el área que no le ha dejado despegar en ese servicio a Dios?

Pídale un toque en esa área. Pídale también que toque el área en el que lo va a usar, para que usted le rinda a esa área y haya una limpieza total de esa área. Si usted Dios le revela que usted necesita que su boca tiene que ser tocada porque su boca está siendo abierta para otras cosas que no son la palabra de Dios, pídale que toque su boca. Pídale que toque sus manos para que puedan ser manos fructíferas en la obra de Dios, manos llenas para que usted pueda regresar en la noche a su casa con sus manos llenas de la cosecha de lo que usted ha hecho por Dios y no regresar con manos vacías.

Ríndale sus manos a Dios. Ríndale sus manos a Dios. Ríndale sus pies a Dios para que usted pueda ir a los lugares donde tiene que ir, que no haya impotencia, debilidad en sus rodillas, debilidad en sus pies para buscar lo que toque hoy sus pies, que los hago como de siervo para que usted pueda ir a donde lo envíe.

Padre, danos el toque que capacita, sea permeable al toque de Dios que lo va a capacitar. No hay nadie que no pueda hacer las cosas que Dios le pide que haga. Deje que Dios lo toque hoy capacitándolo. Pídale el toque de Dios que capacita. El toque de Dios que la va a capacitar para que usted pueda hacer lo que Dios le mande.

Pídale el toque de Dios que capacita, la fuerza que necesita, la fuerza que le dio a Elías, para ya no ir en su propia fuerza, para ir en la fuerza de Dios. Dígale, quiero ir en tu fuerza a hacer tu obra, en la fuerza de Dios para que usted pueda ver grandes cosas que todavía no ha visto, grandes cosas que todavía no ha visto. Sabe, el caminar en el Señor es más que venir a la iglesia, entrar y salir, el caminar en el Señor es hacer grandes cosas a través de él como él las hizo, cosas mayores harás, dice. Quiere ver usted que en su vida grandes cosas se vean? El caminar en el Señor tiene grandes cosas para usted. El caminar en el Señor tiene revelaciones grandes para su vida.

Pero sabe, esas revelaciones se encuentran cuando nos llenamos de su presencia. Si usted necesita el toque de Dios para tener hambre de Dios, pídaselo en este momento, Padre, yo te clamo tu toque de hambre tuya para esta congregación. Padre, tu conoces, toca a aquellos que tienen que ser tocados hoy para tener hambre de ti. Esa hambre que cuando nos saciamos queremos más de ti, Padre, toca a esta congregación para que tengan hambre de ti, hambre de ser saciados de ti, de tu presencia, para que sea una congregación que de madrugada te busque, que pueda meditar en ti en las vigilias de la noche; Padre, que sea una congregación para pueda decir, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela. de madrugada te buscaré.

Padre, yo te clamo que sea una congregación que pueda decir que tu la has saciado, que tu la has saciado con tu grosura, con tu meollo y por eso dicen, mi alma está pegada a ti. Padre, te clamamos por una congregación con almas apegadas a ti, por una congregación saciada de tu presencia, tan saciada, tan llena que lo único que puede hacer es dar, y dar, y dar a los que están afuera, porque tiene tanto de ti, está tan saciada, tan sobrante que puede dar y dar, y dar a otros, a los que están cerca y a los que están lejos.

Padre amado, yo declaro esta congregación es una congregación donde el respeto a ti impera. Yo declaro que es una congregación donde el respeto a tu palabra impera, donde tu palabra es oída con reverencia, donde tu palabra es implantada en el corazón de las personas.

Padre, yo declaro que es una congregación que vive tu palabra, yo declaro que es una congregación que va a la cruz todo el tiempo y todos los días a recordar el gran amor tuyo en ese sacrificio para que podamos darlo a otros, Padre. Yo declaro en esta mañana una congregación llena, llena, llena, saciada de ti, una congregación en la que el hambre por tu presencia jamás, jamás, jamás faltará en el nombre de Jesús.

Denle un aplauso a este Dios y crea, crea, crea, crea, crea, crea que Dios quiere que usted pueda decir, mi alma está apegada a ti. El Señor los bendiga grande y abundantemente.

Los cántaros que llevamos no nos dejan servir a Dios

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Quiero invitar a nuestra predicadora, a Olguita Martínez, la doctora Olguita Martínez, que pase por aquí. Vamos a dejar que el Señor nos hable, ustedes conocen a la hermana Olguita Martínez. Dios te bendiga hermana. Un gusto tenerte aquí con nosotros y adelante.

Te pedimos delante de ti para que tu palabra sea la que salga a través de mi boca y de mi espíritu pueda tocar el espíritu de las demás personas.

A ti, iglesia, a ti, iglesia yo hoy te digo, que es el momento, es el momento de que te levantes porque yo traeré a este lugar muchísimas personas. Tu tienes que preparar mesa para dar de comer a todos los que vendrán, una mesa espíritu porque tu serás quien alimente a muchas personas, por eso extiendo el sitio de tu carpa, lo extiendo para que tu puedas alimentar a muchos. No es el momento en que estés sentado, es el momento en que yo te digo ‘levántate para que cumplas el propósito para el cual yo a ti te he criado, porque a muchos de ustedes yo he venido a hablando y les he dicho que es el momento que se levanten a servir en este lugar, más no han oído mi voz y se han quedado sentados. Más yo te digo es el momento en que tu ingreses en las filas de mi ejército. Es el momento que tu pases a ser un soldado mío en este lugar. No es el momento que estés sentado, es el momento de que todo lo que yo te he preparado, de todo lo que yo te he dado, hoy vengas y lo des a los otros que yo voy a traer para que puedan poner en este lugar porque yo soy un Dios de multiplicación y verás mi mano, verás mi mano como se multiplica porque no es el número que cuenta sino que son las personas que yo traeré para que tu las levantes, para que tu las restaures. Vendrán personas y tu creerás que no necesitan mi restauración aparentemente no se verá la necesidad que traen de mí pero sus corazones vienen quebrados. Necesitarán restauración y tu eres el instrumento para esa restauración. Yo usaré tu boca, yo usaré tu corazón, yo usaré tus manos para esa restauración y para eso necesito abrir tu corazón. Algunos de ustedes su corazón se ha cerrado pero yo abriré su corazón para que tu puedas tener un corazón que los abrace, un corazón que los restaure, un corazón que los abrace, los restaure y puedan verme a mí en ti, eso es lo que quiero para esta iglesia, dice el Señor.

Gracias, Señor Jesús. Gracias, Señor. Gracias, Señor. Recibimos tu palabra, Padre. Gracias Señor Jesús. Amén. Amén. Amén. Gracias Señor. Te adoramos. Te bendecimos.

Por favor, abra su Biblia en Segunda de Samuel, capítulo 6, versículo 1.

“David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel frente a mí y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo para pasar de allí el arca de Dios sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos que mora entre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo y lo llevaron a la casa de Abinadad que estaba en el collado. Y Uza, hijo de Abinadad, estaba en un carro nuevo y cuando lo llevaban a la casa de Abinadad, que estaba en el collado con el arca de Dios, ahí iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera, de haya, con harpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios y la sostuvo porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza y lo hirió ahí Dios por aquella temeridad y cayó ahí muerto junto al arca de Dios. Y temiendo David a Jehová aquel día dijo, cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David y la hizo llevar David a casa de Obed Edom Geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed Edom Geteo tres meses y bendijo Jehová a Obed Edom Geteo y a toda su casa….”

El día era un día muy especial, habían reunidas todas las tribus. Estaban representantes de todas las familias, el arca de Dios estaba siendo trasladada, se estaba restaurando la adoración a Dios después de 20 años. Y de repente, algo inesperado sucedió: Uza toca el arca porque se iba a caer porque los bueyes tropezaban y queda fulminado.

Imaginémonos por un momento el cuadro, vamos a ver cómo la desilusión porque sucedió algo que no se esperaba. Estaban todas las personas estaban en ese lugar, es que la desilusión es algo que puede venir a nuestra vida en un determinado momento. La desilusión viene a nuestra vida cuando las cosas no son como nosotros las hemos esperado, cuando hay una diferencia en lo que yo espero y la realidad. Hay un vacío en lo que yo deseo y creo que va a suceder y lo que está sucediendo.

En la desilusión la realidad siempre está por debajo de lo que yo he esperado. La desilusión puede venir a nuestra vida a través de situaciones, personas o sucesos. En la Biblia leemos cuando David estaba desilusionado por la traición de un amigo. En el salmo 55 vemos que David tenía dolor en el corazón, lo había traicionado no su enemigo, porque eso lo hubiera él podido soportar. No era un desconocido, si él hubiera desconocido su traidor él hubiera podido huir, pero quien lo había traicionado era quien caminaba con él en la casa del Señor, con quien compartía dulces sueños en la casa del Señor.

Y es que cuando hay desilusión en nuestras vidas hay dolor profundo en el corazón. Y por qué sucede la desilusión? La base de la desilusión, la plataforma de la desilusión son las expectativas que ponemos en las cosas. Las cosas que nosotros suponemos son expectativas basadas en presuposiciones. Yo supongo que, yo presupongo que va a pasar tal cosa.

Ahora, esas presuposiciones tienen una base más profunda. Esas presuposiciones nacen de los deseos insatisfechos que nosotros tenemos, vienen de necesidades que todavía hay en nosotros, necesidades que pueden ser económicas o pueden emocionales, necesidades que aún no están siendo satisfechas totalmente por Dios, que no hemos dejado que Dios entre totalmente en esas áreas y venimos caminando en carencias emocionales.

Cuando se producen la desilusión en nuestras vidas el carácter de la persona desilusionada cambia. A veces las desilusiones son pequeñas pero se juntan, se van juntando y hacen algo grande en nuestra vida.

La mujer samaritana era una mujer que venía caminando de varias desilusiones, con cada marido que ella había tenido había tenido desilusiones, pero cuando ella tiene un encuentro verdadero con el Señor Jesucristo ella deja el cántaro y se va a hablar de Jesús. Ella deja el cántaro de todas las desilusiones y se va a hablar de Jesús. Ella va a hacer lo que tiene que hacer.

También tenemos en la Biblia cuando Josué después de haber tenido éxito en la batalla de Jericó, él vio cómo los muros de Jericó cayeron de una manera milagrosa, pero después tuvo un fracaso, una desilusión con la batalla de Hai. Él mandó a personas de su ejército que vieran como era el ejército de Hai, regresaron y le dijeron que no eran muchos y que con pocos que él enviara podía ganar la batalla. Pero no fue así. Él envió a unas personas y el ejército de Hai resultó que no era un ejército pequeño, era un ejército grande. Y cuando venían saliendo de la ciudad, bajando, los derrotaron. Y dice la palabra que su corazón desmayó como el agua, lo que ellos esperaban no sucedió.

Y cuando eso pasa en nuestras vidas nuestro corazón desmaya como el agua y hay desilusiones que quieren detenernos. Satanás las usa para detenernos de aquello que quiere que haga. Muchas veces las trae a nuestra vida después de una victoria o antes de que nosotros tengamos una victoria. Él lo que quiere es impedir que nosotros hagamos para Dios lo que tenemos que hacer.

Pero Josué lo que hizo es que dobló sus rodillas, puso su rostro en tierra, clamó a Dios, le preguntó qué había pasado pero le pidió dirección de qué tenía que hacer. No se quedó en la desilusión. No se quedó haciendo las preguntas que nosotros muchas veces le hacemos a Dios. Por qué a mí? Qué fue lo que pasó? Si yo no me hubiera entregado tanto a esa persona, si yo no hubiera trabajado tanto en ese ministerio, si no hubiera entrado a un paso más en tu servicio, y nos quedamos cuestionando las cosas.

Tenemos que tener cuidado que la desilusión no transforme nuestro carácter. La persona desilusionada tiene muchos temores, la mayoría de ellos infundados.

Elías era un hombre que había visto la gloria de Dios de una manera inmensa y después de haber visto la gloria de Dios, de haber como descendía la lluvia, cómo el fuego había descendido, cómo él había confrontado a otros profetas, cómo Dios le había respondido, en comparación de otros dioses, que no habían respondido los dioses paganos, Elías después de ese gran triunfo se encuentra atemorizado. Y Elías estando atemorizado le pide a Dios que le quite la vida. Elías realmente no sabía qué estaba pidiendo, él tenía por un lado temor de que Jezabel lo matara y por otro lado pedía que Dios le quitara la vida.

Y es que en la desilusión estamos perplejos, no sabemos qué es lo que queremos. Y empezamos a pedir cosas que no son la voluntad de Dios. Dios tenía otra cosa totalmente para él, él no iba a ser enterrado, él iba a ser arrebatado.

Y cuando tu y yo estamos en la desilusión no podemos ver las grandes cosas que Dios tiene adelante para nosotros, no podemos ver que la desilusión es un momento pero lo que Dios tiene adelante es grande porque los planes de él son planes de bien y no de mal para darnos (inaudible) que esperamos.

En la desilusión decidimos qué hacer, decidimos que hasta aquí llegamos, y en una desilusión tomamos decisiones equivocados, dejamos lugares, dejamos personas, dejamos iglesias y así no nos damos cuenta que estamos cortando el plan de Dios de lo que quiere hacer con nosotros en ese lugar, con esa persona y en esa situación. Nunca debemos movernos de un lugar, de una iglesia por una desilusión.

Cuando tenemos una desilusión creemos que no hemos progresado, creemos que estamos estancados, pero Dios es un Dios que nunca nos deja estancados. Dios es un Dios que trabaja día con día, todos los días en nuestra vida aunque nosotros no lo veamos por fuera, él está trabajando por dentro para que en un determinado momento lo que Dios ha trabajado por dentro nosotros lo podamos ver afuera. Y este es el momento en el que Dios ha trabajado en tu vida para que ahora tu empieces a dar todo lo que tienes a los que vienen aquí afuera. Este es tu momento. Este es el momento de poner tu privilegio. Este es el momento que Dios tiene para ti.

En la desilusión no vemos que lo mejor de Dios está por venir. Tu tienes que creer que lo mejor de tu vida está por venir. Tu tienes que creer que los años que faltan para tu vida son los mejores años, no importa la edad que tengas. No importa dónde te encuentres ahora. Lo mejor de tu vida está por venir.

Cuando Elías estaba desilusionado Dios no le dice que se quede ahí estancado en la desilusión, él trata de darle muchas excusas, le dice que está escondido en la cueva porque ha sentido un vivo celo por Jehová, Dios de los ejércitos porque los hijos de Israel han dejado su pacto, han derribado los altares, y han matado a espada a los profetas. Y él entra en auto lástima porque le dice que solito él queda y lo buscan para quitarle la vida.

Cuando estamos en desilusión entramos en auto lástima, pero Dios no quiere nuestra auto lástima, Dios quiere que sigamos adelante a cumplir el plan que tiene para nosotros. Dios quiere que el propósito para nuestra vida suceda.

Los resultados de la desilusión pueden ser devastadores, si tu y yo los dejamos. Pero no es la desilusión en sí lo que nos abate, es lo que nosotros pensamos de la desilusión. Tenemos que tener una mente renovada, una mente controlada que nuestros diálogos internos, o sea, todas esas conversaciones que tenemos adentro, puedan ser controladas por el espíritu. Es básico y esencial que nosotros tengamos el manejo de los diálogos internos producto de patrones que han venido de antes. Si no entendemos esto el resultado de la desilusión es detenernos en la obra de Dios.

Un escritor muy famoso, Charles Dickinson, escribió varios cuentos, uno de esos nos muestra esto con exageración. Una joven quedó plantada en el momento de su boda. Esta joven se quedó vestida de novia, se encerró en un cuarto, cerró las ventanas, y quedó ahí toda su vida. Nosotros no hacemos esto físicamente pero lo hacemos emocionalmente. Cerramos nuestro corazón a las personas y cerramos nuestro corazón a Dios.

En el fondo tenemos un resentimiento y un pleito con Dios. Dios no ha cumplido las expectativas nuestras. Dios a veces se mueve de diferente manera a como nosotros queremos. Pero usted y yo tenemos que tener la seguridad que la forma en que Dios hace las cosas es una forma mejor que la nuestra. Tenemos que tener la seguridad que los planes de Dios son mejores que los nuestros. Su palabra dice que los planes de Dios son planes de bien y no de mal para darnos el fin que nosotros esperamos.

Usted y yo estamos en las manos de Dios bajo los planes de Dios, bajo los planes que Dios tiene para esta iglesia. Y usted es parte de esos planes y nada va a detener que usted haga lo que tiene que hacer en este lugar.

Cómo entonces tenemos que vencer a la desilusión? Cuando viene la desilusión lo primero que tenemos que hacer es llorar, llore todo lo que quiera. Si quiere pasar días llorando, llore. Llore hasta el cansancio. Lo que no puede hacer es quedarse llorando toda una vida. Usted decide cuándo deja de llorar y cuándo empieza a caminar con Dios.

En Primera de Samuel 16:1 dice así: “… Dijo Jehová a Samuel, hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo ya desechado para que no sea rey sobre Israel. Llena tu cuerno de aceite y ven. Te enviaré a Isaí de Belén porque de sus hijos me he provisto de rey…”

Dios hoy te dice, llena tu cuerno de aceite y ve a donde yo te estoy enviando. No es momento de seguir llorando, es momento de detener las lágrimas y es momento de seguir adelante. No importa quién te desilusionó. No importa si fue tu pareja, no importa si fueron tus hijos, no importa si fueron los líderes, tu tienes que seguir con el único que nunca te va a desilusionar, nuestro Dios.

Lo segundo que tu tienes que hacer, rendir tu desilusión a los pies de Dios. Deja, como la mujer samaritana, el cántaro a los pies de Jesús. Ese cántaro lleno de cosas que a veces tenemos que nos detienen en la obra de Dios. La mujer samaritana no sabía mucho pero tenía un corazón de servicio y el encuentro que ella había tenido con Dios quería que todos lo tuvieran.

Tu has tenido un encuentro con Dios tal vez hace muchos o pocos años. Tu corazón debe de arder para que otros tengan ese encuentro con Dios, no es el momento de estar sentados, es el momento de hablar de Cristo a todo el que tenemos cerca.

Lo otro que tienes que hacer es esperar en Dios por lo que viene. David agarró el arca y la puso en la casa de Obed Edom Geteo y esperó ahí el tiempo de Dios. Cuando le dijeron que la casa de Obed Edom Geteo……, cuando le avisaron que ya era el tiempo de Dios él tomó el arca y la trasladó. Pero él hizo lo que tenía que hacer. No se quedó detenido en la desilusión.

Luego lo que tenemos que hacer es cambiar la perspectiva. En la Biblia tenemos a dos mujeres que no querían cambiar la perspectiva. Tenemos a Raquel y Leah. Leah siempre pensaba que si iba a tener más hijos su marido iba a estar cerca de ella. Fue hasta que ella cambia la perspectiva y mira la perspectiva de Dios, ella logra ver la perspectiva de Dios con su cuarto hijo.

Raquel, por el contrario, tenía el amor del esposo y quería los hijos. Y parece que usted y yo somos un poco así. Dios nos está dando la oportunidad de servirlo y nosotros no queremos servirlo.

Cuando Dios nos da una oportunidad como la que Dios está dando en este momento tenemos que aprovecharla. La iglesia de donde yo vengo, yo compartí el año pasado que el templo era para 14000 personas. Mucha gente decía, por qué un templo tan grande? Dios tenía el propósito de llevar mucha gente a ese templo para que lo conocieran a él.

En la semana mayor, la semana de la Semana Santa se realizó una representación teatral de la vía dolorosa. Se realizaron tres presentaciones con un lleno completo y el resultado de esas tres presentaciones fue que 285 personas recibieron al Señor Jesucristo en un fin de semana. Eso es lo que Dios quiere para esta iglesia también.

Naturalmente que eso implica que mucha gente tiene que participar en el trabajo de la iglesia para atender a 285 más gentes que han llegado en un fin de semana. Las personas de contacto y de los grupos de apoyo tuvieron que ponerse a trabajar ese mismo día. Los maestros de la escuela de liderazgo tuvieron que aumentar en número. Los encargados de la escuela dominical también, los encargados de parqueo, los ujieres, todos han tenido que aumentar en número. Eso ha traído cambios de estructura, cambios de funcionamiento y todos hemos tenido que caminar en ese cambio.

Y en esta iglesia Dios va a traer muchas, muchas personas. Cuando yo estaba preparando este mensaje Dios me lo repetía una y otra vez. Pero también me repetía una y otra vez que necesidad obreros, la mies es mucha y los obreros son pocos. No es el momento en que tu puedas quedarte sentado, es el momento en que si tu estás trabajando acá para el Señor tu tienes que incrementar ese trabajo. Tu vas a tener que hacer más de lo que estás haciendo y si tu no estás sirviendo al Señor en esta iglesia, es el momento que lo hagas.

Dios te está dando la oportunidad y cuando Dios da una oportunidad de servicio tenemos que tomarla porque si tu no tomas ese privilegio que Dios te da, se lo va a dar a otro con menos tiempo que tu en el Señor, con menos conocimiento de él, con tal vez, menos talentos y menos dones pero con un corazón de servicio que es lo que Dios quiere, con un corazón para recibir a los que van a venir, con un corazón abierto, con un corazón que abraza, un corazón que los va a hacer sentirse bienvenidos, con un corazón que va a restaurar sus vidas. Eso es lo que Dios quiere.

Y en esta mañana él te pregunta cuál es el cántaro que tienes que dejar? Cuál es la desilusión que debe ser dejada? Qué nombre tiene tu cántaro? Es desánimo? Es simplemente pereza? Es indiferencia?

Sabes que uno de los cántaros más grandes que llevamos por lo que no servimos a Dios es la indiferencia. Dios ya tiene arreglada nuestra vida, tenemos un trabajo, necesidades económicas cubiertas, tal vez nuestra familia ya conoce a Dios, estamos tranquilos. Dios quiere sacudirnos. Dios quiere que dejemos esa comodidad, Dios quiere que dejemos esas sillas, Dios quiere que salgamos afuera, Dios quiere que hablemos de él. Dios quiere que cumplamos la gran comisión que vayamos allá afuera y hablemos de él y de su palabra, del Evangelio, de lo que ha hecho en nuestra vida, de las bendiciones que nos ha dado, de cómo nos restauró, el amor que nos ha dado.

Dios quiere que vayamos ahí afuera y contemos cómo es el único que llena nuestras necesidades básicas, como es el único que nos ha llenado de amor, como es el único que nos ha llenado de aceptación, como es el único que nos ha dado una identidad, como es el único que nos ha dado un lugar, como es el único que nos ha llenado de gozo.

Dios quiere que la indiferencia se quede sentada ahí en esa silla. Dios quiere que hoy tu la dejes. Indiferencia al nivel que sea. Dios quiere que salgamos de la cueva, que si ya lo estamos sirviendo lo sirvamos aún más, que si tienes cansancio en el servicio lo dejes hoy y que si no lo estás sirviendo hoy es el día que debes empezar.

Y tal vez usted podrá decirme ahí en su silla, es que no tengo ánimo, no estoy viendo Jesús en mi vida, las circunstancias son tan grandes que no lo vea, no dejes que te pase lo de los discípulos. Jesús venía caminando a la par de ellos y ellos no lo veían. No importa lo que estés pasando Jesús va a la par tuya, aunque no lo veas, aunque no lo oigas, él te está hablando, aunque no lo sientas él está contigo y él te dice, nunca, nunca te dejaré ni te desampararé.

También te dice, levántate …. Al lugar que destino te tengo para ti, porque yo te llevaré dice el Señor, a lugares que nunca te has imaginado, la dimensión a la que yo llevaré a esta iglesia aún no la has visto, aún ni siquiera la has imaginado porque dones y talentos que han estado estancados, dones y talentos que tu ni siquiera sabes que tienes, potencial que la vida no ha dejado que desarrolles, será desarrollada dice el Señor. Porque yo, por eso, estoy haciendo espacio grande.

En esta mañana te voy a hacer una invitación. Yo no sé qué cántaro tienes tu que dejar pero ven a dejar ese cántaro aquí para que puedas servir a Dios como él quiere que lo sirvas. Si no lo estás sirviendo es el momento que vengas a hacer un compromiso con él, un compromiso de servicio no con el pastor, no con la pastora, sino con Dios. Es aceptar la oportunidad que él te está dando, es aceptar el privilegio que él te está dando, es aceptar el llamado que te está dando.

Cuando una iglesia crece no podemos decir, yo no tengo nada que ofrecer. Podemos ser útiles en muchas áreas, hay muchísimas cosas tu puedes hacer. No es el momento de estar pasivos. Es el momento de decirle a Jesús, aquí estoy Señor, usa mi vida, Señor, para lo que tu quieras. Y si tu ya estás sirviendo a Dios pero quieres que ese servicio pase a un nivel mayor, si tu quieres que ese servicio sea incrementado, tal vez has estado como Jonás haciendo un servicio rutinario, un servicio sin gozo, un servicio en el que prácticamente ya te acomodaste, si no estás caminando una segunda milla es lo que estás dando, es momento que lo vengas a poner a los pies del Señor para dejar el cántaro de la rutina.

Tal vez lo que tienes es cansancio en el servicio, y cansancio viene a la vida, el Señor nos dice que él da fuerzas al cansado, él multiplica al que no tiene, que te renueva (inaudible). Y eso es lo que tu tienes que pedirle en esta mañana, una renovación, un incremento de tu servicio.

Tal vez lo que tu no sientes, ese amor por las personas que no conocen a Cristo. Tal vez la situaciones de la vida te han puesto indiferente, este es el momento que vengas a dejar esa indiferencia delante del Señor, es el momento que le pides que tu corazón que se ha cerrado por algo, él venga y lo abra para que tu puedas tener un corazón abrazador para todos aquellos que van a venir. Este es el momento que dejes cualquier cántaro y entres al propósito de Dios.

Pon lo que te está deteniendo a los pies de Dios, Padre, en esta mañana ponemos delante de ti nuestro cántaro, lo que nos ha estado deteniendo, si es una enfermedad, también ven a dejarla aquí a los pies del Señor (inaudible) tenga de entrar al propósito del Señor. Un problema familiar, ven a dejarlo.

Padre, venimos delante de ti a dejar todas aquellas cosas (inaudible), Padre. Todas aquellas cosas que han impedido que te sirvamos como tu quieres que te sirvamos, todas las cosas que han impedido que entremos al propósito tuyo (inaudible) a los pies tuyos, a los pies de tu altar, Padre, aquí dejamos, Padre, el cántaro que hemos venido cargando (inaudible) un compromiso contigo de servicio entendiendo que es un compromiso contigo, Padre. Aceptamos el llamado que tu nos estás haciendo hoy en esta mañana, con toda nuestra conciencia y toda nuestra voluntad venimos a decirte, Padre, úsanos en aquello que tu quieras. Venimos a ponernos a tu disposición, estamos a tu disposición, Padre, para que tu nos uses como tu quieras. Usa nuestros talentos, Padre, usa todo, todo aquello que has puesto en nosotros, hoy te lo entregamos a ti para ser usado para ti, Padre. Te lo devolvemos para que tu lo uses como tu quieras. Es tuyo, venimos a rendir nuestra vida totalmente, Padre, dejamos todo, todo en esa silla, y estamos a tu disposición y a tu servicio.

Llévanos al nivel de servicio que tu quieras llevarnos, que podamos llegar a ese nivel de destino que tiene para cada uno de nosotros reconociendo que tus planes son planes de bien y no de mal.

Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 1

Transcripción

Una vez yo leí que todos nosotros debemos aspirar y buscar tener a alguien que está más atrás de nuestro propio camino, a quien nosotros mentoreamos. Que debemos tener a alguien a nuestro lado que esté en el mismo camino de nosotros, más como a nivel de amistad y de compartir, y que debemos también aspirar tener a alguien que está más delante de nuestro camino para recibir mentoría de esa persona. Así que yo tengo el privilegio de en esta mañana presentarles a alguien que está en ese lugar para mí, alguien a quien yo considero una madre espiritual, una mentora, a pesar de que estamos a tantas millas de distancia porque ella vive en Guatemala, y yo estoy aquí, pero de igual manera con Carolina, la misma cosa también, Olguita es muy cercana a ella y es su mentora también.

Así que es un privilegio tener personas que así que han dado más pasos que uno, no solamente por edad sino también por experiencia, profundidad, que valga la aclaración, ¿verdad? Que no es solamente por eso, sino por autoridad espiritual, por profundizar, por ejemplo, así que esa es la persona que la doctora Olga Martínez es para mí y yo sé que a través de … nosotros recibimos mentoría también a través de lo que leemos, de lo que escuchamos. A veces uno piensa que el mentor tiene que estar ahí al lado de uno, pero no es así. Uno puede tener un mentor aún a la distancia y en este caso, hoy, también ella va a mentorearnos a todos nosotros en lo que Dios le ha enseñado a ella para compartir. Olguita viaja internacionalmente impartiendo enseñanza tanto en el ámbito secular, entre comillas, como el eclesiástico. Es una miembro activa de su congregación.

Nosotros la conocimos a través de Carolina León Barrutia, ella comenzó un capítulo de Aglow hace casi 22 años porque yo sé que yo estaba esperando en ese tiempo, esperando a mi bebé. Ya mi bebé tiene 21 años así que… así que un poco después Olguita vino a invitación de Carolina, así que desde ese momento hemos tenido esa relación. Así que ella ha viajado varias veces acá. Tuve el privilegio de verla en su ámbito, en su ambiente natural, en diciembre, en Guatemala cuando visitamos Guatemala. Así que es un privilegio tenerla en esta mañana con nosotros. Yo sé que vamos a ser enseñada y bendecidas y el Espíritu Santo que está en ella también va impartir a nuestras vidas de una manera especial. Así que vamos a orar para que eso se quede ahí, bien adentro, y nos selle y nos transforme esta mañana, así que bienvenida Olguita.

Saben cuántos años tiene esta señora? Acaba de cumplir 70 años. Nadie lo diría, y saben, hablando de lo de la mentoría, ella hace ejercicios casi todos los días: va al gimnasio a hacer ejercicios, nada, así que a veces uno más joven dice, ay, levantarme temprano para ir a hacer ejercicios, no, conmigo, no. Y ella lo hace, así que no solamente mantiene su mente, su espíritu con ejercicios continuo todos los días, sino también su cuerpo así que ese es un buen modelo para todas nosotras imitar también.

He tenido la oportunidad de abrazar a algunas de ustedes y saludarlas, pero a otras no. Así es que ahí en su lugar reciba un abrazo mío, reciba un saludo mío, reciban mis cariños y reciban los cariños de mi país, Guatemala. Y ahora que ya saben mi edad, ¿verdad? Es el secreto de todas las mujeres. Está evidenciado pero realmente damos a gracias a Dios que nos permite llegar a estos años con salud, que nos permite servirlo y que nos deja a todas las que estamos aquí muchos más para poder servir. Ese es el propósito de nuestra vida y el propósito que él permite que podamos llegar a cierta edad sirviéndolo.

Padre, te damos gracias en esta mañana por lo que tu ya has hecho en nuestras vidas, en nuestros corazones. Te pedimos que sigas haciendo lo que tienes que hacer. Padre, yo te pido que esta enseñanza salga de mi espíritu unido a tu espíritu, al espíritu de cada una de las personas y hagas los cambios que tienen que ser hechos. Padre, te pedimos que no sea una enseñanza más, sino que realmente sea una capacitación que cambia nuestras vidas, que lo podamos poner en práctica. Te pedimos, Padre, que quites todas las defensas que a veces cada una de nosotras elaboramos pensando en que esto no es para nosotros, que ya lo sabemos, pero, Padre amado, hoy te pedimos que realmente tu nos confrontes por las cosas que tal vez ya sabemos, pero que tenemos que cambiar. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo, Jesucristo.

Vivimos en un mundo cambiante. Hoy día cada vez es mucho más fácil procesar la información, cada vez hay comunicaciones más rápidas y más fáciles. También hay cambios climáticos muy fuertes, hay cambios sociales, hay cambios culturales. Sin embargo, hay algo que permanece y es la palabra de Dios. Y las relaciones interpersonales están en el corazón de Dios.

Si usted toma la Biblia, usted se va a dar cuenta que desde la primera a la última página Dios de qué nos está hablando. Nos está hablando de relaciones interpersonales. Si pudiéramos definir los Evangelios en dos palabras, en una palabra diríamos, relaciones interpersonales. Las relaciones interpersonales son difíciles. No son fáciles. Son complejas y es lo que nos mete a veces en problemas.

Los países tienen problemas de relaciones. Las familias, cuáles son los problemas que tienen? De relaciones. Y entre las iglesias, cuáles son los problemas que tenemos? De relaciones. Y a veces no le damos la suficiente importancia, pero es básico, es central en nuestra vida y es básico y es central también en un liderazgo.

Vamos entonces a ver acá qué es un liderazgo. Liderazgo según John Maxwell es influencia. Y tenemos que relaciones según Don Marshall es el mutuo compartir de una vida. Si nosotros juntamos estos dos conceptos vamos a ver que un líder debe de estar preparado para desarrollar relaciones de sinergia.

Cuáles son las relaciones de sinergia? Las relaciones de sinergia es la acción combinada o cooperativa que incrementa la efectividad de la persona. Son aquellas relaciones que hacen que en un equipo todos se beneficien. Cuando en una relación las personas entran a esa relación con la capacidad, con la idea de dar va a haber un beneficio mutuo en la relación. Va a ser una relación sinérgica. Por qué razón? Porque ambos se benefician. Por qué? ambos van con la idea de dar lo más que pueden en esa relación y no de obtener. Cuando tenemos relaciones de sinergia, relaciones de beneficio mutuo, el equipo crece y tenemos un equipo de liderazgo saludable.

La definición que acabamos de ver hace un momento nos lleva a tener implicaciones. Vimos que una relación es el mutuo compartir de una vida. Esto nos va a llevar a tener implicaciones. Una de ellas es la reciprocidad. Qué queremos decir con la reciprocidad? Con la reciprocidad lo que queremos decir es que en una relación ambas partes deben de poner algo. Si ambas partes no ponen algo la relación no se desarrolla. Claro, hay veces que alguien pone más, no los dos o los 4 ó los 5 que se van a relacionar deben de aportar en igual cantidad. Por ejemplo, en el liderazgo, el líder es el que más tiene que aportar en la relación. Pero los miembros del equipo también tienen que aportar.

Si no hay este aportar de todos, no hay un crecimiento, no se desarrolla la relación. Naturalmente, cuando la relación se rompe, también todos tienen parte en el asunto. Se ha fijado que cuando una relación se rompe, siempre la culpa la tiene el otro? Yo, como que ni existo, soy sombra. La culpa, todo es culpa de los otros, yo, pobre angelito. No hice absolutamente nada.

Tal vez hay más parte de culpa de las otras personas posiblemente, pero siempre en toda ruptura de relación hay una parte nuestra. E igualmente para que la relación sea restaurada, se necesita que ambos quieran, se necesita que ambos pongan de su parte. De lo contrario la relación no puede ser restaurada, no hay relaciones unilaterales.

Y cuando tratamos de ver una vida compartida, qué quiere decir? Será que las relaciones interpersonales son solo acciones? No. Fíjese que en las relaciones interpersonales hay algo mucho más las acciones, que el comportamiento. Porque nosotros qué somos? Somos espíritu, alma y cuerpo. Y una verdadera relación, una relación significativa, la relación que nos hace vibrar, la relación que nos da vida, la relación que edifica, la relación que aporta, es la relación que va de nuestro espíritu al espíritu de la otra persona.

Y esto a veces no es fácil. Hay gente que tiene una facilidad para tocar desde su espíritu el espíritu de otras personas y hay a quienes les cuesta muchísimo. Y hay quienes nosotros queremos tocar el espíritu de esa persona, y no se puede porque su espíritu está cerrado. Pero un líder tiene que tener la capacidad de poder tocar el espíritu de las personas.

Cómo se toca el espíritu de las personas? Bueno, lo primero es nuestra relación con Dios. En la medida que nosotros tocamos el espíritu de Dios. Cuando usted y yo tocamos el espíritu de Dios, es una relación, bueno, estamos en el éxtasis con el Señor. Es una relación que nos vivifica, nos llena de energía, nos llena de ánimo. Cuando usted termina de estar en la relación con Dios, así como Moisés, está nuestro rostro, cambia. En la medida que nosotros tengamos esa relación con Dios vamos a tener la capacidad de tocar el espíritu de las demás personas. Va junto, no van separados.

Lo que yo me relaciono con Dios se va a manifestar en mi relación con las personas. Ah, no hermana, mire, yo con Dios, una relación linda, con los hermanos, no mucho. No, la cosa no es así. si usted tiene una linda relación con Dios, va a tener una linda relación con los hermanos. Y si tiene una relación con los hermanos va a tener también una linda relación con Dios.

De qué otra manera el líder puede mantener su espíritu abierto? Abriéndole su espíritu a Dios todo el tiempo. Cuando le abrimos nuestro espíritu a Dios todo el tiempo vamos a tener un espíritu abierto para las demás personas. Un equipo de liderazgo tiene que tener su espíritu abierto. Cuando el espíritu se ha cerrado, qué es lo que pasa? No podemos llegar a las personas. La persona no deja ser tocada, la persona que tiene el espíritu cerrado no es enseñable. La persona que tiene el espíritu cerrado es como que pone una barrera, que dice, aquí no entras.

Entonces tenemos que trabajar en el liderazgo para mantener nuestros espíritus abiertos en una buena relación con Dios presentándole tu espíritu delante de Dios, siendo totalmente franca delante de Dios. Nos damos en una relación cuando somos totalmente honestas, cuando nos damos totalmente, cuando somos francas, cuando somos sinceras. Cuando hacemos esto con Dios lo podemos hacer con facilidad con las personas. Cuando el espíritu está cerrado una de las maneras que el espíritu se abre es perdonando y pidiendo perdón. Por eso es tan importante el perdón, porque sino nuestro espíritu se cierra. Y el problema es que se cierra a una persona pero pronto se va a cerrando a las personas y vamos caminando con murallas que no dejan que nos relacionemos unos con otros.

Y qué es una tercera entidad? Qué entendemos por una tercera entidad en una relación? Esto es bien importante. Por qué razón? Una persona es una entidad, la otra persona en la relación es otra entidad, pero la relación en sí hace una tercera entidad. Y fíjese que nosotros muchas veces lo que queremos cambiar en una relación es a la persona, es que como ella no cambia, no va a cambiar, a no ser que deje que Dios la cambie. Lo que tenemos que cambiar es la relación con esa persona. Eso es lo que hay que cambiar. Ahí es lo que hay que trabajar.

Para ponerle un ejemplo: a veces usted mira parejas muy sencillos, sin mayor conocimiento de nada y se llevan tan bien la pareja. Por qué razón? Porque los dos están poniendo todo lo que son. Tal vez lo poco, pero lo están poniendo todo. Entonces logran una tercera entidad que se lleva bien. Pero por el contrario, de repente vemos una pareja; él con conocimiento de todo, magnífica persona; ella, con conocimiento de todo, magnífica persona, júntenlos y usted dice, pero si los dos son excelentes, sí, separados, pero por qué razón? Porque en la relación no están poniendo nada de su parte y en las relaciones hay que darse con honestidad, hay que darse con franqueza.

Y para tocar el espíritu de una persona no necesariamente tenemos que ser íntimo de esa persona. Yo no sé si usted ha ido a un almacén donde le aparece un dependiente que usted dice, aquí, no regreso. En un almacén, la cajera me gruñó en inglés y como yo no entiendo inglés, no entendí los gruñidos. No pude hacer la compra. Pero a los 10 minutos regresé y había otra cajera, y con esa cajera, miren, mi espíritu tocó el de ella y el de ella tocó el mío. Y en dos minutos estábamos platicándonos, ella me contó su vida, yo le conté a qué venía, me hizo otro descuento, me dio una tarjeta y miren cuál fue la diferencia en esa relación. Si a ninguna de las dos yo las conocía, la transacción fue la misma, pero qué pasó? Ella se dio por entero, tocó mi espíritu, pues yo pude tocar el de ella y las dos nos dimos en ese momento. Y hasta la invité a venir pero tenía que trabajar. Pero eso es tocar el espíritu de la otra persona.

Las relaciones también tienen categorías fundamentales. Cuáles son esas categorías fundamentales? Hay un tipo de relación que es cooperativa, con el propósito de lograr algo. Perdón, es cooperativa e instrumental. Qué quiero decirles con cooperativa e instrumental? Que las personas se juntan con el propósito de lograr algo. Tienen una meta. El liderazgo por ejemplo, tiene mucho de ese tipo de relación, porque hay un equipo que está para lograr algo.

Pero hay otro tipo de relación que consumatoria, que es la relación en sí lo que importa, por ejemplo, el matrimonio. Ahora, es muy difícil que las relaciones se den o solo cooperativas o solo consumatorias. Generalmente están combinadas. Y en el liderazgo a pesar de que hay más de la relación instrumental o cooperativa, también hay relaciones consumatorias, porque también es importante la relación en sí.

Y si entramos a las dimensiones fundamentales, entramos a un terreno difícil. Por qué razón? Porque nos habla de la cercanía o la intimidad entre las personas. Claro, en un matrimonio tiene que haber una cercanía, tiene que haber una intimidad. Y la pregunta siempre es, entre los líderes tiene que haber una intimidad, tiene que haber una cercanía? Bueno, eso hasta donde es esa intimidad, hasta dónde es esa cercanía, claro que tiene que haberla, hasta dónde es? El líder la decide con su equipo. Por qué razón? Porque si usted quiere entrar en intimidad con uno de los miembros del equipo y el miembro del equipo no quiere, usted shute. Sabe lo que significa la palabra shute? Que usted es metido. Metido, está invadiendo el espacio del otro. Y tal vez es el líder el que no quiere tanta intimidad y los del grupo están queriendo, entonces se siente como acosado. Estos límites tienen que ser definidos dentro del equipo, hasta dónde es necesario, hasta dónde no es necesaria la intimidad entre los miembros del equipo. Si se lograr una buena intimidad entre todos, pues, excelente, pero a veces depende mucho de las personalidades. Hay personalidades que usted no puede invadir, el espacio está nuevo, como que tiene que ir despacio, poco a poco.

Y aquí también vemos lo que se llama la acción y la extensión que también es importante tenerla presente. Esto quiere decir cuántas áreas de la vida de la persona yo tengo que abarcar. Si en este liderazgo dependiendo de lo que se trate el equipo, yo tengo que abarcar todas las áreas de la vida de la persona o solo abarcar algunas. Posiblemente no tengo por qué abarcar su trabajo, o no tengo que abarcar sus estudios. Hay que definir qué áreas se tienen que abarcar en un equipo de trabajo y hasta dónde se tiene que abarcar.

Y también acá va el factor tiempo. Definir cuánto tiempo del equipo yo voy a tomar para liderazgo. Porque de ahí resulta que quiero demasiado tiempo, y empiezan los problemas. Yo quiero llamar a su casa a cualquier hora y empiezan los problemas. Entonces, tenemos que saber cuánta extensión de tiempo y cuánto de la vida de la persona vamos a abarcar.

En toda relación interpersonal vamos a tener varios elementos. Ahí están. No hay ninguna relación interpersonal que no tenga estos elementos. Claro, según el tipo sea la relación, los elementos se van a dar mayor o en menor grado, y son más o menos importantes. Pero si nosotros los examinamos vamos a tener el amor. El amor usted dirá en una relación de liderazgo, tiene que haber amor? Claro que sí. El Señor nos da un mandato que dice: amaos los unos a los otros. No hay para donde. Claro, no tiene que ser en la misma intensidad como en un matrimonio, de la misma manera lógicamente. Pero el amor en un equipo de trabajo tiene que existir. El amor tiene que ser lo más duradero en un equipo de trabajo.

El respeto. El respeto en un equipo de trabajo entre los líderes es esencial. Tiene que haber respeto. Y sabe que el respeto es una de las cosas más olvidadas que hay hoy día. La confianza, yo le diría, que en un equipo de trabajo, entre el líder y los que están a su cargo, es el elemento más importante, la confianza. Un equipo de trabajo que no se tiene confianza, imagínese. Mejor se van para su casa definitivamente. Es básica la confianza en un equipo de trabajo.

La generosidad, la que menos nos gusta. ¿Verdad? Porque algunos en todas las áreas, usted sabe qué es esto? Sí? Codos, porque podemos ser codos, no solo en lo económico. Codos, hasta con la sonrisa. Hay quienes que parece que pagaran por sonreír. El entendimiento es lo que más cuesta. Le es fácil a usted entender a la gente? Ay, hay gente que de verdad cuesta. Y sabe una cosa, sabe cuál es el más difícil de entender? Uno mismo. A veces ni uno mismo se entiende, pero sí quiere que todos en la casa lo entiendan. Toda la iglesia lo entienda, pero usted no se entiendo. Y el día que usted amaneció de malas, ese día, hasta la cara lleva fea y quiere que toda la iglesia entienda que usted va de malas, que no se le acerquen, que usted va de malas. Entendernos es una de las cosas más difíciles que hay, pero es esencial en un liderazgo.

Veamos entonces el amor cómo debe manifestarse en un liderazgo. El amor en un liderazgo básicamente va a ser enfocarnos en los demás. Un líder tiene que dejar de enfocarse en él mismo y enfocarse en los demás. El líder que no puede enfocarse en los demás, más que en él mismo, no va a tener un liderazgo efectivo. Y la palabra de Dios es clara, miren lo que nos dice Mateo 7:12:

“…Así pues hagan ustedes con los demás, como quieran que los demás hagan con ustedes porque en eso se resume la ley y los profetas…”

La famosa regla de oro. Un líder tiene que tener lo que se llama un caminar alto. Cuál es el caminar alto? El caminar bajo es cuando el líder trata a los demás, ay, menos de cómo lo tratan a él si él es el líder. Un caminar medio es cuando el líder trata al equipo como el equipo lo trata a él. Pero un caminar alto es cuando el líder trata a los de su equipo mejor que como él es tratado. Y ese es el caminar que Dios quiere para nosotros. Ese es el caminar que él quiere en todas las relaciones interpersonales. Cuando en la familia nosotros tratamos mejor que como nos tratan. Es el ejemplo que dio Meche en la mañana hace un ratito. Esta mujer estaba siendo maltratada, pero cuando ella empezó a tratar mejor, las cosas cambiaron, el clima emocional cambió. Y el líder es el que va a marcar el clima emocional de su equipo. Todos influyen, ya lo vimos, todo influyen, pero el que va a marcar el clima emocional es el líder. Y lo va hacer con un caminar alto.

Cuál es el contenido del amor? Cuál es el contenido del enfocarnos los unos a los otros? Lo primero que tenemos es la preocupación. Un líder que no se preocupa por su equipo no va a funcionar. Tiene que dar el ejemplo porque el líder es un manual andando. Así de sencillo. Si él en su equipo se preocupa por otros, los otros se va a ocupar entre sí y se van a ocupar por él. Una de las mayores quejas que yo he visto en los equipos de liderazgo es: el líder nunca se preocupa de mí. El líder nunca me llama por teléfono. El líder nunca me visita si estoy enfermo.

Yo no le quiero decir que el líder tenga que estar todo el tiempo como que usted es un niño, cuidándolo. No. Pero las relaciones interpersonales se dan cuando nos preocupamos los unos por los otros. Y yo sí creo que debemos preocuparnos los unos por los otros, cuidarnos mutuamente. La preocupación es el cuidado mutuo que nos tenemos. Cuando yo la cuida a ella, ella me cuida a mí. Si esto se logra en un liderazgo vamos a caminar todos bien.

A veces tenemos la excusa, ah, no, si es servir al Señor, servir al Señor no tiene uno por qué estarle dando palmaditas en la espalda. Yo creo que cuidarnos, preocuparnos, sí es parte de la relación. Por qué lo creo? Porque Dios se preocupa por nosotros. Jesús se preocupa por nosotros. Dios se preocupó de tal manera que dio a su Hijo Jesucristo para que nosotros tengamos vida eterna. Y si queremos tener un liderazgo al estilo de Jesús tenemos que preocuparnos los unos por los otros.

La bondad. Fíjese que la bondad es el relacionarnos de una manera amable. Sabe que a veces cuesta ser amable. Hay veces que no tenemos ganas de ser amables. No estamos en condiciones de ser amables, sin embargo, es parte de la hermandad. Un hablar amable… que a veces somos groseros con nuestras palabras, groseros para tratarnos unos con otros en el equipo, groseros para tratarnos en la familia, y un hablar amable, un hablar bondadoso nos va a dar un sentimiento de hermandad, nos va a dar unidad. Fíjese que Dios nos habla de manera amable, hasta cuando nos da los jaloncitos nos habla de manera amable.

Simpatía. Ay, ese líder sí que es antipático. Tendrá que trabajar. Yo no puedo tener un líder antipático. Usted tiene un líder antipático? Sí, quieren un líder antipático. Eso es fácil. Más difícil es que sea simpática, que tenga simpatía. La simpatía la van a dar las acciones. Cuando usted mira las acciones de una persona, eso es la simpatía, no es tanto el físico, o que sea payaso, sino que son las acciones lo que van a dar la simpatía. Y eso es básico. Si usted es líder prepárese. Va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Y si está en un equipo de trabajo va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Usted sabe cuántas veces no podemos manejar un liderazgo, o estar en un equipo de trabajo si no estamos en el perdón.

Ahora vamos a ver cuáles son los principios relacionales del amor. Cómo podemos saber, aparte de los elementos que tenemos que poner en práctica, cuáles son los principios relacionales en un liderazgo para que se manifieste el amor?

La perspectiva. Qué es la perspectiva? La perspectiva es ver el cuadro completo. El líder no puede ver solo una parte de la situación en su liderazgo. No puede ver solo una parte de la persona, el líder tiene que ver un cuadro completo. Muchas veces los líderes cristianos solo vemos nuestro pedacito. Lo que a mí me toca y mi grupito, pero ¿saben qué? nosotros y nuestro grupito somos parte de otro grupote. Y ese grupote es parte de otro grupote. Y tenemos que ver el cuadro completo. No somos un equipito aislado, dependemos unos de otros. Y cuando no vemos el cuadro completo, qué nos puede pasar? Nos puede pasar lo que le pasó a Nabucodonosor. Fíjese que él era tan orgulloso que solo vio su pedacito. Él agarró a las personas más importantes, los más inteligentes, con esos se quedó y no vio el cuadro completo de la nación. Qué pasó? Dios tuvo que trabajar en él y después de que era rey, lo llevó a vivir de la peor manera, hasta que reconoció que Dios era el Soberano. Tenemos que ver el cuadro completo.

Qué otro principio tenemos? Tenemos el principio del intercambio. Ese principio es bien sencillo, difícil de hacer, ponerse en los zapatos del otro. Si algo es difícil es ponerse en los zapatos del otro. Pero cuando logramos ponernos en los zapatos del otro, vamos a entender al otro. Posiblemente nos vamos a dar cuenta que si yo estuviera en su lugar, haría lo mismo y peor todavía. Sí. Es cuando como cuando censuramos a los gobernantes, a saber, si nosotros fuéramos los gobernantes cómo seríamos? O cuando censuramos al líder, a saber, si yo fuera el líder cómo sería? A lo mejor sería peor que aquel que estoy censurando. Eso de ponernos en los zapatos del otro ayuda mucho.

Hay dos personajes que uno es ejemplo de lo que no debe ser un liderazgo y la otra, sí es un ejemplo. Está el caso de Abigail y su esposo Nabal. Nabal era…, espero no tenga ninguna similitud con ningún esposo acá, porque era feo. Me refiero a su actitud, me refiero a su modo de ser. Cuando le tiene que dar comida a los hombres de David que habían sido buenos con los hombres de él, qué hace? No le importa. No los quiere ayudar. Hay que ver lo que les pase. Solo vio su pedacito, nada más.

Pero qué hizo Abigaíl? Abigaíl es ejemplo de lo que debe de ser las relaciones en un liderazgo, y en todo tipo de relación. Qué hizo ella? Ella fue a dar, ella fue a ofrecer, ella agarró lo que tenía, ella se fue con David, ella fue amable, ella para cariñosa. Por qué? Porque era una mujer bondadosa, era mujer linda y qué pasó? Tocó el espíritu de David y lo tocó de tal manera y David tocó el espíritu de ella, lo tocó de tal manera que salvó a todas las familias del lugar. Una mujer que toca el espíritu de las personas puede salvar a su familia, puede salvar a las familias de la cuadra, puede salvar a todas las familias que tiene cerca cuando sabe tocar el espíritu de alguien. Y mire, y lo tocó tanto que después David se casó con ella. Ya esa parte, déjenla por un lado, ahí ya no entramos.

Y tenemos acá entonces otro principio: el principio del carisma. A veces decimos, ay, tan carismático, por qué? Su físico. No, realmente el carisma es interesarse por las personas. Y un líder tiene que interesarse por las personas, tiene que interesarse por las personas más que en sí mismo.

Jonatán apoyó a David para que fuera rey. Y un líder tiene que apoyar a su gente para que crezca, para que se levanten, para que un día sea su sucesor. Ay, pero a veces los líderes qué hacemos? Que no hay ninguno, solo a los de guate. Sabe que hacemos allá? Cuando alguien va creciendo y ya nos va a quitar del puesto lo apachamos de alguna manera. Y a veces somos expertos en buscar formas de apachar al que va creciendo en el grupo, cuando ya vemos que este nos puede pasar, ahí buscamos la manera de ver cómo lo apachamos. Por qué razón? Porque no queremos que crezca.

Para una reflexión: está aplicando usted estos principios en su liderazgo? Se están manifestando en su liderazgo? Se están manifestando en su familia? Se están manifestando en la mía estos elementos del amor? Eso solo Dios nos puede dar la respuesta. Solo Dios puede saber y confrontarnos que si realmente hemos estado aplicando este principio del amor en nuestro liderazgo, si realmente hemos dejado el de centrarnos en nosotros mismos y centrarnos en los demás. Si Dios nos muestra que tenemos que hacer un cambio en esa área, tenemos que pedirle a él que nos ayude a hacer ese cambio.

Cuánto realmente yo estoy centrada en mí misma, o cuánto realmente me interesan más los demás. Quién va primero? Yo o los otros.

Y ahora entremos a otro de los elementos que tenemos acá: el respeto. Qué es el respeto? El respeto es el reconocimiento de la dignidad de una persona. Y qué nos dice Colosenses? Miren, “…..compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo aprovechando al máximo cada momento oportuno que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así podrán saber cómo responder a cada uno….”

Mis amadas hermanas, como está nuestra conversación? Muy linda, muy interesante. Que bien! Saben que las conversaciones a veces van en detrimento, las conversaciones más altas son las que hablan de ideas, bajan un poquito de tono cuando hablan de cosas, y se van para abajito cuando hablan de personas. De qué será lo que más hablamos? De cosas, ideas o personas? Si somos honestas, de personas. Como que tenemos que elevar nuestra conversación.

En su equipo de liderazgo de qué habla? De ideas, de cosas o de personas? Si estamos hablando de personas subamos nuestro nivel.

Cuál es el contenido? En el respeto lo básico es valorar a los integrantes del equipo y que los integrantes del equipo valoren al otro con su valor intrínseco. El valor intrínseco que Dios nos ha dado. En la familia nos tenemos que valorar con el valor intrínseco que Dios nos ha dado. Ese valor que no se quita con nada aunque hagamos lo peor. Sabe que aunque su esposo haga lo peor, los hijos hagan lo peor, el líder haga lo peor, su valor intrínseco sigue siendo como persona. Porque es el valor que Dios le da.

Y en un liderazgo también tenemos que aprender a reconocer el valor del carácter. Qué es el carácter? A veces pensamos que carácter es, ay, yo soy muy dulce…. Mal carácter. No, carácter es otra cosa. El carácter es hacer lo correcto cuando tengo que hacer lo correcto. Y un líder puede cometer equivocaciones de cosas que no sabe, esas se corrigen aprendiendo, pero las equivocaciones de un líder por falta de carácter, esas pueden ser terribles. Un líder tiene que hacer lo que tiene que hacer cueste lo que cueste. Ay, que me va a ir mal…. Bueno, le va a ir mal, pero tiene que hacer lo que tiene que hacer, cueste lo que cueste, lo vea quien lo vea. Saber que Dios siempre está viendo.

El reconocimiento. Entre el equipo de liderazgo es importante, es otra de las áreas de problemas siempre. Es que no me reconocen lo que hago. Es que nunca me dan las gracias. Ha oído eso? Es que nunca me dicen que qué bien lo hice. Es que no son agradecidos. Claro, no nos van a dar las gracias todo el tiempo, pero sí tenemos que darnos las gracias, sí tenemos que reconocer lo que unos hacen por otros. Dios nos manda a ser agradecidos, a dar gracias a él todo el tiempo por lo que tenemos, pero también debemos de dar gracias a las personas que nos están rodeando.

Cuando empezamos a dar gracias por el equipo que tenemos y las personas que nos están rodeando, nos vamos a dar cuenta cuán hermosa es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor, cuál enriquecedora es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor. El problema saben en qué está? En que a veces somos buenas para ver los defectos y no para ver el potencial. Y un líder tiene que ver el potencial de la gente más allá del defecto. Para ver el defecto no necesita ser líder, para eso todos los vemos los defectos. Somos cazadores de errores pero ver el potencial de la gente eso es otra cosa. Saber ver lo que está debajo de la persona y hasta dónde se le puede llevar y cuánto puede dar, si se le respeta, si se le da reconocimiento, si se la da aprobación. La aprobación retroalimenta y en un liderazgo tiene que retroalimentadas las cosas buenas, tiene que haber aprobación. En la casa tenemos que tener aprobación los unos con los otros. Las mamás para corregir, buenísimas, doctorado… para aprobar las cosas buenas de los hijos… pasan por un lado y pasan por el otro. Tenemos que aprobar.

Y la aceptación, qué es la aceptación? En un equipo de liderazgo cada miembro debe sentirse aceptado, sentir que tiene un lugar, sentir que ahí está cómodo, sentir que ahí lo aprecian, que ahí lo respetan, de lo contrario, imagínese trabajar en un equipo donde usted no se siente aceptado, con qué ganas va a trabajar? Cómo va a hacer su trabajo? Malo. Tenemos que trabajar en el equipo de liderazgo para aceptarnos los unos a los otros, lo cual no es fácil, porque somos diferentes. Y qué bonito es aceptar a los que son iguales que yo, pero a los que son diferentes, ahí ya la cosa cuesta.

Pues bien, razones por las que las líderes no se ganan el respeto. Yo se las podría centrar en dos: una de ellas es que un líder cree que porque le dieron el puesto ya lo van a respetar. O porque es más grande, o porque tiene canas, o porque tiene más tiempo en el Señor. No, el respeto se gana. Y cómo se gana el respeto? Ya lo vamos a ver. Cuál es el comportamiento del líder para ganarse el respeto?

La otra razón por la cual un líder a veces no se gana el respeto, es porque tiene más necesidad de aceptación que de respeto. Y el líder que tiene entonces por su necesidad de aceptación quedar bien con todos, deja que le falten el respeto. Y empieza a no separar los límites, a pasarse sobre el límite.

Cómo se empiezan a pasar sobre el límite en un liderazgo? Las bromas. Y las bromas cada vez van subiendo más de tono, van subiendo más de color y cuando sentimos nos estamos faltando el respeto los unos a los otros. Hoy día yo he visto que a los líderes se les respeta poco, se les contesta mal. Yo les quiero decir, usted al líder no le puede contestar mal. Simple y sencillamente porque es el líder. El día que usted sea es otra cosa, pero al líder hay que respetarlo. Ay, sí, pero fíjese que es más chiquito que yo. No importa. Sabe menos que yo, que lo voy a respetar. No importa, es la autoridad delegada. Acaba de entrar en el Señor y yo mire cuántos años tengo. No importa, es la autoridad delegada.

Fíjese que en la iglesia está el pastor y está el pastor asociado que es el hijo del pastor. Es para mí un joven de 35 años. Mi hijo trabaja exactamente a la par de él, los dos juntos, ellos tienen leyes que han puesto, estatutos que han puesto, reglas que han puesto, y yo tengo que obedecerlas, yo tengo que sujetarme a lo que ellos me dicen y si me dicen, esto se puede hacer, esto se hace; esto no se puede hacer, esto no lo hago. Tengo que respetarlos aunque sea mi hijo y aunque sea, los dos que yo los puedo ver como unos jovencitos, pero son los líderes que Dios puso sobre mí.

Claro, el líder tiene que darse a respetar. Cómo va el líder a edificar el respeto? Fíjese que el líder tiene que hacer cosas para edificar el respeto. El líder tiene que empezar respetándose él mismo. Si él no se respeta, olvídese, no lo van a respetar. Cómo se respeta un líder? Lo primero que tiene que hacer es un buen desempeño. Usted va a respetar a un líder que se desempeña bien. Vamos a respetar a un líder que no cambia sus convicciones. No es un líder que hoy dice una cosa y mañana dice otra. Hoy está hasta arriba, mañana está hasta abajo. Puro yoyo. En todo lo que hace, en todo lo que dice, eso no es un líder al que nosotros vamos a respetar.

Qué otra manera se va a dar a respetar un líder? Un líder se va a dar a respetar sabe cómo, cuando es puntual, porque cuando el líder no es puntual, está robando la vida a la gente que está con él. Y los del equipo tienen que ser puntuales. La impuntualidad, mis amados hermanos, es quitarle la vida a otra gente. Por qué razón? El tiempo es vida. Y si yo lo hago esperar a usted una hora, le quité una hora de su vida. Así de sencillo. Eso es crucial en un equipo de trabajo.

El líder también tiene que ir más allá de las perspectivas del equipo. Por qué? porque el líder es el que marca la dirección. El líder tiene que ir al futuro, o sea, que el líder tiene que ir en su pensamiento como antes, tiene que ver las cosas como antes, tiene que visualizar antes lo que va a pasar. Por qué razón? Porque al visualizar antes las cosas que van a pasar, las puede prevenir.

Pero imagínese que un líder hasta que el asunto está grave toma cartas en él. No, el líder tiene que ver venir las cosas y tiene que ver muchas veces cómo las detiene. Y un líder tiene que ser exitoso en la medida de hasta donde puede, en todas las áreas de liderazgo: casa, trabajo, liderazgo. Ah, es que aquí en la iglesia, yo soy exitosa, pero en mi casa…. Aquello va fatal. Eso no puede ser. Tiene que haber un equilibrio en todo. Aquí miren, ja, pero en el trabajo… ahí casi que ya me sacan. Tiene que haber equilibrio. La vida es equilibrio y tiene que haber equilibrio en todas las cosas de nuestra vida.

Fíjese que a mí me llama mucho la atención lo que dice Primera de Tesalonicenses 5:12 y 13 dice:

“… que reconozcan a los que trabajan entre vosotros y los presiden en el Señor y os amonestan, y que los tengan en mucha estima a causa de su obra….”

Qué me está diciendo aquí? Me está diciendo que tenemos que tener al líder en estima, aunque nos amoneste. Hay que tenerlo en estima. Y cómo vamos a mostrar nosotros respeto? Una de las formas de mostrar respeto es la obediencia. Ahí va el líder, ni caso le hago, solo lo dejo hablando. Es falta de respeto y el líder también tiene que tener respeto por su equipo. El cumplir con lo que tenemos que hacer es una manera de lograr el respeto en un equipo. El hablarnos educadamente, si no necesitamos gritarnos ni decirnos cosas así, usted sabe, ….. así, esas, que usted se lo dice a Juan para qué? lo oiga Pedro. Y lo dice aquí para que lo oigan así. Esas son faltas de respeto que no deben darse en un liderazgo.

Pregunto para una reflexión: Cómo está el respeto en su equipo de trabajo? Hay que incrementarlo, incrementémoslo. Cómo está en la casa el respeto? Tenemos que incrementarlo? Tráeme la toalla. Apúrate, son las 6!! Te dije que corriendo, venís como que tortuga. Yo no sé de dónde me lo inventé. Y cuando llegamos a la iglesia, hermano, bienvenido. Y en la puerta otra vez, te dije que te apures que tengo hambre. Equilibrio. Equilibrio en todas las áreas que podamos ser personas que fomentamos el respeto. Mire, si algo se ha perdido hoy día es el respeto. Hablamos como queremos, decimos lo que queremos, herimos como queremos.

Vamos a entrar a otro que no se ve ahí, la confianza. Esta es la más importante en el liderazgo, bien difícil, porque miren lo que es la confianza. Es la condición por medio de la cual nos hacemos dependientes de otras personas para un resultado o consecuencia. Y Corintios 4:2 nos dice:

“… ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel…”

La confianza es una decisión. Usted toma la decisión de confiar en alguien. De hecho, las decisiones de confianza usted las toma todos los días desde que se levanta. Usted decide confiar en el que va manejando en el vehículo en el que usted se va. Ahí está la primera decisión de confianza. Usted cuando compra algo confía en lo que le están vendiendo. Cuando oye a alguien, confía en lo que le están diciendo. Es una decisión.

Pero también es un proceso relacional. Usted no va adquirir la confianza de sus líderes por una vez que hicieron las cosas bien. La confianza es un proceso que se va desarrollando. Y la confianza lo más difícil es que es un riesgo. Cuando usted confía en alguien usted confió y si le fue mal la decisión de quién fue? Suya. Es que yo confié, sí, pero quién decidió confiar? Uno. De quién es la culpa? Si a culpables vamos de uno. Por qué? Porque confió en la persona equivocada. No habría visto en esa persona los elementos o los contenidos de la confianza, que veamos cuáles son.

La confiabilidad. Usted sabe si una persona es confiable a medida de que le ha encargado varias cosas y ha funcionado. Entonces usted sabe que es confiable. De lo contrario no sabe si es confiable.

La responsabilidad. Si usted sabe que una gente es irresponsable y confía en ella, cuál va a ser el resultado? Porque mire, la confianza no puede ser fragmentada o la persona es confiable en todas las áreas, o no es confiable en nada. Pero no puede ser que usted tenga un equipo de liderazgo que puede confiar en esto, como que fueran rompecabezas. No. La confianza debe ser en un grupo de liderazgo total, todos entre todos y en todas las áreas.

La lealtad. Esto sí que…. Yo no sé si usted ha visto dentro de las otras iglesias como hablan del líder y después ay, que tal estás? Como me gozo en que seas mi líder! O al revés, ¿verdad? Ha oído eso?

El otro les decía a unas personas, ah, pero que tan mal se llevan pues con esa persona, pero es la primera que invitan a la hora de una reunión. Si no les gusta, si no la quieren ver, es la primera que invitan. Por qué? Porque no hay lealtad. La lealtad es algo en lo que tenemos que trabajar. No podemos ser desleales con la gente con la que trabajamos. No podemos ser desleales. No podemos, yo siempre he dicho que uno no puede morder la mano que le está dando de comer. Si usted está trabajando en un lugar no hable del jefe. El jefe le está dando de comer. Gracias al jefe compró su carrito, su casita y estamos hablando mal de él encima. Pero no nos gustaría que nos pasara a nosotros, que la persona que trabaja con nosotros hable mal después de que nosotros le estamos pagando y dando de comer. No nos gusta. La lealtad.

La fidelidad. Todo esto va combinado: la lealtad, la fidelidad, van combinados. Fíjese que Dios es un Dios fiel, fiel, fiel y si usted quiere un liderazgo al estilo de Jesús tiene que ser fiel en el equipo, tiene que ser un líder fiel. Si usted es un líder intermedio, tiene que ser fiel con los que están de cabeza suya y tiene que ser fiel con los que tiene en su equipo. Tiene que tener fidelidad en los dos niveles. Tiene que ser con fidelidad en los dos niveles.

Credibilidad. Sabe qué es la credibilidad? Si digo sí es sí. Y si digo no es no. No se preocupe, yo lo hago, yo lo hago. Y usted no hace nada. Yo traigo, yo traigo. Y no trae nada. Yo me hice responsable, no lo traje pero asumo la responsabilidad. Cuál responsabilidad si no lo trajo? Si usted se comprometió, se comprometió, aunque tenga que venir a hacerlo de cabeza, enferma, como sea, se comprometió, se comprometió. Usted dijo que llegaba y llega en burro, pero llegue. Sí, así de sencillo. Sí, pero llegue. Eso es la credibilidad. Con la mayor tranquilidad dice, ay, no pude, fíjate. Y deja al líder ahí, deja a todo el equipo porque no pudo. Y busca cualquier excusa que a lo mejor es hasta mentira. Porque si no lo va a poder hacer, llame antes, y arréglelo cómo lo puede cubrir. Así de sencillo. A veces hay trabones, llame antes y arregle cómo se puede cubrir. Pero hágalo.

Y luego vamos a tener la seriedad. Mi amada hermana, si usted se decidió a servir al Señor, de ser parte de un equipo, usted tiene que ser seria. Ay, hoy sí lo sirvo, pero mañana no porque estoy cansada. No. Las cosas en mi casa…. no, servir al Señor no es juguete. Estar en un liderazgo, en un equipo de trabajo no es juguete.

Yo veo que a veces para el trabajo somos serios, para las cosas del Señor, no. Ay, como es para el Señor, sí, precisamente como es para el Señor tiene que haber excelencia. Al trabajo sí llegamos puntual porque ni modo, pero a las cosas del Señor, no, porque es para el Señor. Eso no puede ser.

Y respuestas predecibles. Usted si quiere ser una persona confiable, de credibilidad, tiene que tener respuestas predecibles. Es que no sé como me va a salvar. No, las respuestas tienen que ser predecibles. No sé qué me va a decir. No, las respuestas tienen que ser predecibles. Usted tiene que trabajar en eso en su equipo de trabajo, que ahí todos los que digan es sí, lo que digan es no. Son confiables, las respuestas son predecibles.

Las personas en qué confían en el líder? Porque también las personas depositan su confianza en el líder. Y el líder tiene esa responsabilidad. Ser líder no es fácil. Es bien difícil. Solo se logra unido del Señor. En qué confía la gente en el líder? Bueno, en el juicio.

Usted sabe que su líder está cuerdo. Al menos eso cree. Cree que sabe a dónde lo lleva, cuáles son las metas. Porque si no cree que su líder está cuerdo, pues vamos mal, ¿verdad? Usted sabe que su líder es una persona íntegra en todas las áreas de su vida, que es franco, que no le dice mentiras blancas. Sabe cuáles son las mentiras blancas? Las mentiras sociales. Sabe que es un líder veraz, que si le dijo una cosa es porque es. En qué va a confiar usted en el líder? En la perseverancia. Usted no quiere un líder que a la primera de cambio, cuando las cosas se ponen feas, sale corriendo y los deje a todos en el equipo y ahora qué hacemos, a quién ponemos.

Usted tiene que desarrollar esas características si es un líder, tiene que desarrollar su carácter. Ya hablamos de esto. Tiene que ser honesto. Y un líder honesto, pues, es un líder que no tiene una imagen falsa, que como soy líder soy perfecto, fíjese, ya no tengo errores, ya no tengo emociones, ya no siento nada. Los líderes tenemos un montón de errores, cometemos equivocaciones, somos personas y podemos tener una imagen falsa. Hasta caminamos diferente porque somos el líder. No, eso no puede ser, no puede ser.

Esas son las características que un líder tiene que desarrollar. Por qué? Porque su equipo espera eso.

Vamos a ver cómo podemos edificar confianza en un grupo. La confianza definitivamente empieza en uno mismo. Ahí empieza la clave. Ya vimos como podemos ser un líder confiable. Un líder también edifica la confianza cuando es accesible. Antes yo lo podía hablar al hermano, a la hermana, ahora ya no porque es líder, ya tengo que pedir cita. Ya si lo saludo nunca me da la cita. Yo no lo puedo hablar ahí en el equipo porque ahora es líder. No. El líder tiene que ser accesible.

Fíjese que ahí en la Biblia tenemos un ejemplo de accesibilidad que a mí me gusta mucho, y es el caso de Rebeca. Le pongo ejemplos de mujeres porque estamos mujeres. Cuando a ella le piden agua para beber, qué hace ella? Ella es accesible y da el agua al siervo de Abraham, le da el agua, y no solo le da agua a él sino que le da agua a los camellos. Pero nosotros no queremos caminar un poquito más de ser accesibles, sino que exactamente lo que nos piden.

No, un líder tiene que caminar la segunda milla. Ay, le pidieron la camisa, tiene que dar el saco. Un líder tiene que dar siempre más. Tiene que ser accesible. Claro, usted no va a estar llamando al líder a su casa y a su trabajo, cada media hora, porque tampoco. Pero equilibrio para las cosas, pero sí tenemos que saber cuándo somos accesibles para atender a la gente.

Otra cosa bien importante para edificar la confianza es crea lo mejor de las personas. Si usted cree, el líder que cree lo mejor de su equipo, va a sacar lo mejor de su equipo. Por qué? Porque eso van a ser sus diálogos internos. Cuáles son los diálogos internos? Son estos pensamientos que hay aquí en la cabeza todo el tiempo. Y ahorita, yo sé que usted tiene algunos. Esos diálogos internos de lo que usted cree de la gente van a ser el resultado. Crea lo mejor de la gente. Es que me puedo equivocar, se puede equivocar, es un riesgo, pero creer en alguien da buenos resultados.

Para una reflexión: Cómo está la confianza en su equipo? La ha edificado? La tiene que edificar? Qué cambios tiene que hacer? Recuerde, un equipo en el que no hay confianza, no es equipo. Así de sencillo. Por qué? Porque estamos todos desconfiados los unos de los otros, no confiamos en que la gente va a hacer las cosas. No confiamos. No puede ser, tiene que edificarse la confianza.

Y veamos ahora, la generosidad. Es la inversión que nosotros hacemos en los demás. Cómo vamos a invertir en los demás? Preocupándonos los unos por los otros a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. Cómo vamos a ser generosos? Mire, en tiempo el líder tiene que tener tiempo para el trabajo del Señor, el equipo tiene que tener tiempo. Es que ya voy corriendito porque no tengo tiempo, y todo lo hacemos corriendito. En el Señor no puede haber corrienditos. El Señor no anda corriendito de nosotros. Nos da tiempo o usted lo tiene que corretear? Yo no veo. El Señor ahí está. Entonces, lo más que podemos hacer por él es darle tiempo, pues, si no nos pide mucho.

Usted tiene que dar información. Hay líderes que cómo saben y no enseñan nada. Por qué? Porque si el otro sabe mucho va a saber más que yo. Si usted quiere ser trascendente en un liderazgo enseñe, deje seguidores. Esa es la trascendencia. Usted se muere y los otros siguen. Porque le cuento que todos vamos por ese camino. Así es que muy líderes pero ese es el caminito.

Afecto. Mire, un líder tiene que dar afecto. Cuando un líder da tiempo, información y afecto, qué está dando? Está dando apoyo, y cuando da apoyo hay crecimiento del grupo y hay buenas relaciones.

Y veamos ahora los principios de la generosidad. El primer principio que tenemos es el principio de la huerta. Ahí tenemos a Moisés y Josué. Moisés y Josué estuvieron juntos por 4 décadas. Se dieron tiempo el uno al otro, se apoyaron el uno al otro por 40 años, en las buenas y en las malas. Las relaciones hay que cultivarlas. No se dan por sí solas, hay que regarlas y regarlas todos los días.

Tenemos el principio del ciento uno por ciento. Qué es este principio usted me dirá? Es que yo con mi equipo no tengo nada en común, todos somos tan distintos. Busque el uno por ciento que tenga en común y a ese uno por ciento dele toda la fuerza. Es que yo con mi esposo no tengo nada en común. Busque el uno por ciento con el que tenga acuerdo y dele toda la fuerza.

Mire, Pedro estaba defendiendo la inclusión de los gentiles que hizo Dios. Pedro fue amonestado porque le estaba predicando a los gentiles, y le estaba predicando a Cornelio. Y qué hizo él cuando lo confrontaron? No se puso a pelear, buscó el punto en el que estaba de acuerdo en común con los religiosos, que era que cada persona que verdaderamente tenía un convencimiento creyente en Jesús, tenía el Espíritu Santo. Ese era el punto en común, y eso fue lo que él tomó para entrar en unidad.

La celebración. Sabe usted dónde se prueba una verdadera relación? Cuando usted se alegra que le pasó algo bueno. Pero cuando se alegra de verdad. Ay, que bueno lo que te pasó y en el fondo, Señor, por qué no fue a mí a la que le pasó eso? No crea, no es fácil eso a veces. Es cuando verdaderamente usted se alegra del triunfo del otro, cuando verdaderamente usted se alegra que Dios le dio al otro lo que usted quería para usted. Ahí se mide una verdadera relación.

A veces estamos orando dos personas por lo mismo. Dios se la da a una y a uno no. No es fácil alegrarse. Pero ahí se prueba la verdadera relación. Usted se recuerda el caso de Saúl y David? David había vencido a Goliat, había vencido a los filisteos, iban de regreso a su casa y cuando las mujeres israelitas empiezan a decir, David, mató a diez mil, Saúl solo a mil, qué hizo Saúl? Se enojó, se puso bravo, lo empezó a perseguir. Por qué? Porque no pudo celebrar el triunfo de la otra persona.

Y por último tenemos el entendimiento. Toda relación debe de añadir valor a la persona. No quitarle valor. Una relación es significativa cuando usted se relaciona con la persona le da valor a la persona, añade a la persona, hace crecer a la persona, hace resaltar lo mejor de la persona, hace que la persona sea efectiva. Esas son las relaciones saludables que Dios quiere para nosotros. Por eso dice que dos son mejor que uno, porque si uno cae el otro lo sostiene.

Y veamos el contenido del entendimiento. Comunicación adecuada. Un líder que no tiene una comunicación adecuada con su equipo de trabajo no funciona. Que entiendo por comunicación adecuada? Una comunicación que es clara, concreta, directa, que puede dar las órdenes con claridad, con seguridad, concretas. No que yo te digo, porque yo creo para... una confusión. Que usted hasta cuando da una dirección lo mandan por aquí, y luego para allá y después…

El otro día una persona le daba una dirección para llegar a mi casa y le decía, mira, te venís por un banco que ahora es tal banco, y antes era tal otro, y antes era otro y después vas a llegar a otro banco, que ahora es tal banco y que antes era…. Imagínese esa persona, nunca llegó a mi casa, por supuesto. Anda todavía buscando los bancos.

La comunicación tiene que ser clara. La visión tiene que ser clara. Usted tiene que tener la visión de lo que está haciendo para transmitirla con claridad. Si no la tiene usted con claridad, no la puede transmitir al grupo. Todos tienes que tener la visión.

Cada quien debe de conocer su responsabilidad. Es que yo no sabía que me tocaba a mí. Ha oído usted eso? Es que yo creí que le tocaba a no sé quién. Es que yo no sabía que yo tenía que hacerlo. Tenemos que conocer nuestras responsabilidades y tenemos que saber lo que estamos haciendo. Si usted está en equipo de trabajo que lo que le toca hacer no lo sabe hacer, apréndalo. Así de sencillo.

Mire dónde lo aprende. Busque un libro. Métase al Internet. Pregunte. Vea qué hace y aprenda. Pero hágalo bien. Hágalo con excelencia porque es para el Señor, no para nadie más.

Y vamos a ver ahora los principios. Por favor escuche, escuche, escuche, escuche. No hable antes de que el otro haya terminado. Conoce a alguien así? uno va por la mitad y ya le contestaron. Uno va por la mitad y le ponen a uno el resto de la frase. Eso no es escuchar. No oiga, escuche, escuche es ir más allá de las palabras, es entrar al corazón de la persona, es entrar al espíritu de la persona, es entrar a las intensiones de la persona, es ponerme en el zapato del otro. Todo eso es escuchar.

Quiere buenas relaciones en su casa? Escuche. Es que me aburro. Escuche. Es que mi marido cómo habla. Escúchelo. Quiere buenas relaciones con los líderes? Escúchelos. Porque eso si nos gusta a que nos escuchen, eso es bonito.

La asociación. Miren, en un equipo de liderazgo tenemos que estar juntos porque si trabajamos juntos vamos a tener buenos resultados. Ahí no estoy yo solo, estamos asociados todos. Y debemos de gozarnos el equipo de liderazgo solo por el hecho de estar juntos. No porque tenemos que trabajar. Solo por el hecho de estar juntos debe de haber gozo. Por qué razón? Jesús tiene gozo de estar con su iglesia. Y la relación mejor que tenemos es la relación con Jesús, es una relación de gozo y así debe de ser la relación los unos con los otros.

Yo le voy a pedir ahora que se pongan un poquito de pie. Estamos un poco atrasados pero vamos a tratar de adelantar. Voy a pedirle que se estire un poquito. Vamos a hacer un poquito la gimnasia cristiana, usted diga, a veces estoy con Cristo arriba, arriba. Toque el techo. Toque el techo. Toque el techo.

A veces estoy sin Cristo, abajo, abajo. Vamos agáchese, hasta el suelito, hasta el suelito. Llegando, llegando. Pero como no me gustar arriba y abajo, arriba y abajo, mejor me quedo arriba, arriba, arriba, arriba. Ahora siéntese.

Y le voy a dar unos dos minutos, tres minutos para que usted con la persona que tiene a la par le comente de todo lo que vio aquí, en qué cree que su liderazgo anda muy bien, o en qué cree que su liderazgo necesita trabajar. Y si usted no es líder, pues, comente en qué cree que su casa está bien o qué cosas necesita edificar. Haga el ejercicio porque esto nos va a dar un poquito de auto revelación de cómo estamos. Trate de hacer el ejercicio.

Cambie con la otra persona para que sea recíproco. Muy bien, vamos a continuar. Tenemos todavía un poquito aquí adelante para no dejar esta parte inconclusa.

Y entonces vamos a ver qué perjudica una relación. Lógicamente una relación se va a perjudicar cuando no se trabajan estos elementos que vimos y cuando los principios relacionales que vimos no se llevan a cabo.

Entonces, se va a perjudicar la relación, puede ser que se perjudique en el área del amor, en el área de la confianza, en el área del respeto, en el área de la generosidad o el entendimiento. Identificar el área de problema es bueno porque es en esa área en la que hay que trabajar, y no se puede sustituir un área por otra.

Usted me dirá, mi equipo está mal en el área del amor, pero estamos bien en el área de la confianza. No, no se puede sustituir un área por otra. Tienen que edificarse todas las áreas. Qué pasa cuando hay problemas en alguna área? Bueno, viene el conflicto. El conflicto simple y sencillamente yo le diría que es un desacuerdo. En una palabra, un desacuerdo entre personas interdependientes, porque claro, para que haya conflicto tenemos que ser interdependientes.

Cuando hay conflicto nosotros podemos hacer muchas cosas. Una cosa es ignorarlo. Aquí no pasa nada. Aquí todo está bien. Negar el conflicto, hermana, yo veo que su equipo… No, aquí no pasa nada. Luego en su familia, no, no, no, todo bien. Todo de cabeza pero estamos bien. A veces huimos del conflicto. Tengo con conflicto en la iglesia, qué hago? Me voy para otra. Váyase a otra a tener conflicto a otra y así camine y salte. O qué puede hacer? Arreglar el conflicto de la índole que sea. Enfrentarlo a la manera de Dios.

Tenemos diferentes niveles de conflicto. El número 1 es el fácil de resolver y ahí es donde se deben resolver los conflictos. Por qué? Porque ahí todavía nos estamos hablando realmente, queremos resolver el conflicto, somos francos, con hablar las cosas se arreglan. Si dejamos pasarlo al número 2 pues vamos a entrar ya a los desacuerdos.

Ya los desacuerdos, la comunicación ya no es tanta, ya no nos hablamos con tanta franqueza. Ya somos medio hipócritas, ¿verdad? Nos saludamos así como que está todo bien, pero no está todo bien.

Si sigue su curso hay ruptura de la comunicación y ahí es más problema la solución. Y si seguimos nos volvemos personas antagónicas. Y el último nivel del conflicto es cuando entonces mejor me voy. Y salgo huyendo y dejo la obra del Señor tirada. La obra de Dios no se puede quedar tirada. No porque seamos insustituibles, usted no lo hace, lo levanta otro. Así. Tal vez con menos conocimiento que usted pero con más corazón para servir al Señor.

Veamos entonces ahora las etapas del conflicto porque mire, el conflicto no surge así de la nada. El conflicto tiene etapas que se pueden ver en la batalla de Hai. Mire, en la batalla de Hai, qué pasó? Creían que iban a enfrentarse a unos poquitos y resultó que enfrentaron a un montón y así nos pasa a nosotros en el conflicto. Está primero la etapa del síntoma. Nos damos cuenta que algo anda mal, yo como que veo que la fulanita no está igual conmigo, como que ya no me saluda igual, como que ya no viene a todas las reuniones, como que ya falta mucho. Es la etapa del síntoma. Vemos que lo cotidiano, lo que llevábamos tiene una interrupción, hay un vacío, empezamos a notar el vacío. Yo creo que mi marido ya no se me acerca mucho. Empezamos a ver una interrupción. Mis hijos ya no me buscan tanto. Hay una interrupción.

Luego viene la etapa de la confusión. Qué estará pasando? Se ha hecho esa pregunta? Por qué será que ya no viene la fulanita a las reuniones? Por qué será que ya no me saluda? Y tantas cosas, es la etapa de la confusión. Y en esta etapa de la confusión fíjese que es bueno hacer lo que hizo Josué. Qué hizo Josué? Josué agarró a los ancianos, postró rodilla en tierra y le preguntó a Dios, qué estaba pasando y que le diera sabiduría para saber lo que tenía que hacer.

Pero sabe qué hacemos nosotros? Está bueno que usted busque alguien de su confianza para orar, pero sabe qué hacemos nosotros? Buscamos a otro para contárselo y otro para contárselo y cuando venimos a sentir ya tenemos equipitos y grupitos. El conflicto ahí está.

Y luego viene la tercera etapa, la etapa de la revelación. Fíjese que Dios a Josué no se lo reveló todo, pero sí le reveló lo que estaba pasando, le reveló que había pecado, le reveló que había robo, le reveló que había desobediencia. Y cuando nosotros le pedimos revelación a Dios de qué está pasando, fíjese que Dios revela. Y sabe, Dios sabe qué nos revela a veces? Que la otra persona tiene conflictos personales, que la otra persona está pasando por dificultades económicas, que la otra persona tiene problemas familiares, y que tal vez el que no me salude o el que no venga no tiene nada que ver conmigo. Pero yo lo personalizo todo, como soy tan importante, parezco niño de dos años, todo gira alrededor mío. Y a lo mejor la persona… y eso lo revela Dios.

Entonces, revélate a ser. Si la persona tiene conflictos, problemas, qué voy a hacer? La busco para ayudarla. Así de sencillo. Qué hizo Josué? Fue con Acán y lo confrontó y cuando Acán le dice, sí, yo he robado, yo tengo ahí escondido todo lo que robé, pues, ahí Josué hace lo que Dios le había indicado, ¿verdad? Que era quemarlo porque esa era la ley.

Pero nosotros qué hacemos cuando Dios revela cosas? Porque también Dios nos puede revelar que el problema es nuestro, que las que estamos conflictuadas somos nosotros, que las problemáticas somos nosotros, y las que no andamos bien somos nosotros. Entonces ahí el conflicto se puede arreglar fácil. Tal vez con buscar a la persona, con hablarle, con cambiar de actitud. No me saluda, saluda. No me saluda la primera vez, la saludo dos. No me saluda dos, la saludo tres, a la cuarta me va a saludar. Y se arregló la cosa. A veces los conflictos son sencillos, a veces los conflictos son malos entendidos. Así de simple, ¿verdad?

El otro día me dice una persona, ahí al lugar donde yo voy a nadar, estás enojada conmigo? No, le digo yo, por qué? es que como no estás en tu casillero donde te viniste a la par del mío. Sí, le digo yo, porque el mío se arruinó. Me cambiaron de lugar porque se arruinó la chapa de tantas cosas que le meto al casillero. Pero ella ya pensaba… pero si no me lo dice qué pasa? Ay, está brava conmigo, qué será? Qué habré hecho? Y allá empieza uno a dudar, empieza uno a especular, a suponer cosas. Y si usted supone cosas, actúa sobre las suposiciones. Y cuando siente que hay un distanciamiento que se pudo haber arreglado con preguntar, qué te pasa? Así de sencillo.

Veamos entonces cómo solucionar algunos conflictos. Mateo 18:15 es muy claro:

“… si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano…”

Es decir, ir y hablar con la persona para reconciliarnos. Yo pienso que lo primero que tiene que haber es la reconciliación, porque se reconcilian las personas, no los problemas. Primero tiene que haber una reconciliación. Es prioridad porque si lo dejamos pasar mucho tiempo, qué va a pasar? Se endurece el corazón, se agranda el problema, se vuelven más triangulaciones, o sea más equipos, de unos sí y otros no, viene la raíz de amargura. Dios no quiere que tengamos raíz de amargura.

Entonces, quién toma la iniciativa? Mire, no importa quién la toma. Si usted la tiene que tomar, tómela. Si es la otra persona la que la toma, tómela, pero que alguien la tome. No, yo espero que venga. Hágalo en privado. Mire, a veces con pedirnos perdón, con perdonarnos se arreglan a veces las cosas, llevarlo a la cruz el conflicto, perdonándonos, reconciliándonos. Dios no quiere que nosotros estemos sin reconciliación. Cuando nos pedimos perdón la gracia de Dios baja sobre nuestras vidas.

Es que no tengo ganas. Mire, sabemos que no es cosa de ganas. Yo, una vez fui a pedir un perdón casi sin ganas, sin querer hacerlo, en obediencia de Dios y en ese momento, mire, Dios tocó mi corazón de tal manera que ya fui genuino porque Dios lo que quiere es obediencia.

Ahora bien, a veces si ya tenemos, aparte de que nos reconciliamos, a veces se tiene que quedar ahí. Pero hay veces que si el problema es mayor, hay veces que hay que arreglar situaciones de trabajo, hay que arreglar situaciones de vida, que a veces usted se va a tener que confrontarse con alguna persona. Ahora, a veces la confrontación se puede hacer el mismo día que nos reconciliamos. A veces no se puede. A veces se necesita un proceso unilateral. Qué quiero decirle con esto? Dios a veces necesita trabajar en nuestro corazón y en nuestra vida unilateralmente, necesita mostrarnos en qué fallamos, necesita mostrarnos nuestras emociones, necesita mostrarnos las equivocaciones, necesita mostrarnos los mecanismos de defensa que estamos usando.

A veces no es cosas de que perdonémonos y vivamos felices. Tiene que haber un proceso para la reconstrucción de la relación y Dios también va a trabajar en la otra persona. Si nosotros vamos guiados por el espíritu de Dios en el momento en que hacemos la confrontación, va a dar resultados. Por qué? Porque vamos guiados por el espíritu de Dios. Dios también ya trabajó en el otro, no solo en mí. En la confrontación lo que nosotros debemos de tratar es de arreglar las cosas porque si usted y yo vamos a la confrontación, es que yo le voy a demostrar que yo tengo la razón. Yo la voy a demostrar que yo soy más maduro por eso yo fui primero. Mejor que vayamos a la confrontación pues no es para eso. Hay que ir con el deseo de encontrarnos el uno al otro y que si Dios nos puso juntos vamos a encontrar el camino para ir juntos, yo con mis defectos, el otro con sus defectos, pero vamos a encontrar a veces dónde podemos darnos el brazo y caminar juntos para hacer lo que tenemos que hacer, lo que Dios nos ha mandado a hacer.

Y entonces en la confrontación veamos la actitud es básica. Yo tengo que ir con la actitud de encontrarme con el otro. Y el otro tiene que ir con la actitud de encontrarse conmigo, de buscar el camino juntos. Eso es básico. Si no llevamos esa actitud, no van a funcionar las cosas.

Y veamos algunos lineamientos para la confrontación. Lo primero que hay que hacer es orar, orar y orar hasta que Dios diga vaya. Separe a la persona de la acción. Qué difícil es eso! Cuando tenemos conflicto con alguien toda la persona la vemos negra, toda la persona la vemos horrible, toda la persona la vemos mala, toda la persona la vemos que está mal. …………………………… (inaudible) hay que separar a la persona de la acción.

Hable, no ataque. Es que yo le voy a decir…. Ni vaya. Vaya a hablar, no a atacar en lo personal porque entonces ya atacamos a la persona como persona porque ya revolvimos todo. Eso no es fácil. Qué más tenemos que hacer? Trate un solo asunto. Los que nos salimos por la tangente ¿verdad? Estamos hablamos de lo que pasó hace una hora y empezamos a hablar de lo que pasó hace 10 años, lo que pasó hace tres meses, lo que pasó hace 5 meses y aquello se vuelve un ….. por favor, hay que ser específico. Estamos hablando de esto, de esto. Qué me quieres decir con esto? Qué estás tratando de decir? Ser específicos, no generalidades, de que no sabemos ni de qué estamos hablando.

Ha tenido usted conversaciones así? no sabe ni de qué está hablando. Evite generalidades. Mire, no diga, siempre haces lo mismo. Nunca me escuchas. Nunca tal cosa. Toda la vida… eso no es cierto. Estamos exagerando. Y cuando decimos eso, hay defensa. Dígale a una persona, nunca me escuchas y si nunca la escucha, menos la va a escuchar ahora. Uno mismo se ata.

Evite el sarcasmo. Mire, algo pasó. Evite el sarcasmo. Como no nos están diciendo lo que queremos oír, a veces nos empezamos a reír así, como con sarcasmo, con desdén, ah, porque los gestos hablan mucho, una cierta sonrisa, el piecito lo empezamos a somatar.

Aclare, si necesita que le aclaren cosas, pida aclaración. Explore si necesita conocer más. Extiéndase, pida que se extiendan, si eso es la confrontación. Y por favor, escuche. Si no tiene la razón reconózcaselo y si la tiene cállese, no vaya a decir, te lo dije. Conoce eso, ¿verdad? Ya sabía yo.

Y si usted quiere hacer críticas a la situación preséntelas como una sugerencia, no como una crítica, como una sugerencia. Y cuando tenga que hacer una crítica a una persona, primero enfoque lo positivo, luego haga la crítica haciendo ver el error como algo que se puede arreglar y finalice valorizando a la persona.

Aquí tenemos el caso bíblico de Natán y David. Natán tuvo que confrontar a David, pero cómo lo confrontó. Primero había escuchado la voz de Dios, conocía bien, bien el problema, conocía la raíz, porque a veces queremos confrontar a la gente y ni sabemos el problema. Por ahí alguien nos contó de oídas. No, él conocía el problema, sabía la raíz del problema y sabía las consecuencias del problema, conocía bien y había oído la voz de Dios antes de la confrontación.

Cuándo es el momento de llamar mediadores? Si el conflicto no se arregló con la confrontación llamemos mediadores. Lo dice la palabra de Dios en la Escritura.

Cualidades de un mediador. Fíjese que no cualquiera puede ser un mediador. Tiene que tener empatía con los dos lados. Tiene que ser imparcial porque sino se va a ir de un lado. Tiene que ser profesional, yo le llamaría madurez en el Señor. No vaya a llamar de mediador a uno que el domingo pasado conoció al Señor. Y que tenga confidencialidad. Ah, mire, esto es clave. Contame qué pasó ahí adentro en la confrontación, pero me lo contás con detalles. Usted no puede contar nada ni con detalles, ni sin detalles. O sea, un poquito te voy a contar pero no vayas a decir nada. No, no, no. Sabe qué va ir a decir, pues, al otro también le dice que no diga nada. Todos los saben menos el confrontado.

Hay dos tipos de mediadores: un mediador pasivo y un mediador activo. Cuál es el mediador pasivo? El mediador pasivo, como su nombre lo indica, actúa poco en la mediación, más que todo el mediador pasivo lo que tiene que hacer es que los otros dos se encuentren, pero la comunicación entre las dos partes es directa, pues, uno se comunica con el otro. El mediador, más que todo, va orientando como va la comunicación entre uno y otro y facilitándola, y hace reuniones juntos.

Ahora, el mediador activo ya toma más parte en la mediación. El mediador activo ya a veces lo que hace él es lo que uno dijo hablarlo para que el otro lo escuche. Ya va tomando como una parte más directa, ya sirve como un canal de comunicación. Además el mediador activo ya tiene que saber bien, bien, cuándo preguntar, cuándo presionar, cuándo extenderse, cuándo concluir. Ya tiene que tener más cualidades el mediador activo.

Y el mediador activo por lo general primero se reúne con una parte y luego se reúne con otra. Y no importa cuántas veces necesita reunirse con A y cuántas veces necesita reunirse con B, hasta que considera que es el momento adecuado los junta. Y no importa cuántas veces los tiene que juntar.

Luego tenemos aquí los pasos para la mediación. Si usted va a ser un mediador, por favor, reúna toda la información, no vaya con lo que le contaron y con lo que le contó una de las partes. Tiene que identificar cuáles son los puntos de conflicto. A medida, a veces, lo que pasa es que se ha vuelto tan grande que ya no sabemos dónde empezó el conflicto. Como no somos ni francos ni honestos, ni siquiera con nosotros mismos, ni sabemos dónde empezó el asunto. Entonces, identificar los puntos de conflicto no es fácil. Tiene que formular preguntas, tiene que saber cuándo preguntar, cómo preguntar para ahondar. Tiene que hacer enunciados con sus palabras. Los enunciados tienen que ser fieles, no pueden ser interpretaciones. Tiene que repetir las frases claves. Siempre en una confrontación van a haber frases claves, puntos clave que el mediador activo tiene que conocerlos. Tiene que hacer aclaraciones. Tiene que buscar alternativas. Recuérdese que vamos a solucionar cosas.

En el mediador pasivo las alternativas, la solución, las buscan las dos personas confrontadas. Aquí el mediador activo busca él también soluciones. Él propone a las dos partes las soluciones. Y tiene que ir cerrando áreas de acuerdo. Ya hay acuerdo en esta área, cerrémosla. Ya hay acuerdo en este aspecto, cerrémoslo. Acuerdo en este otro aspecto, cerrémoslo. Acuerdo aquí, cerrémoslo. Son cerrar las áreas de acuerdo.

Y aquí para finalizar esta parte de hoy en la mañana, aquí tiene la bibliografía que yo utilicé para esta presentación. Usted puede consultar todos estos libros, verificar la veracidad de la información, ampliarla, aumentarla y utilizarla de la manera que considere conveniente.

Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 2

 

Transcripción

Vamos a seguir con nuestra enseñanza. Había una vez un hombre sentado a la orilla del camino, pasó un viajero y le dijo “Óigame, dígame ¿como son las personas que viven en este lugar?” el hombre que estaba ahí sentado le dijo “¿Cómo son las personas? Excelentes”. Él le dijo “las personas de donde yo vengo son horribles, criticonas, chismosas”. “Bueno, le dijo, aquí no va a encontrar algo diferente. Son muy parecidas las personas”.

Siguió ahí sentado el hombre y al rato vino otro viajero y le hizo la misma pregunta “Óigame, ¿Cómo son las personas de este lugar? ¿Qué personas voy a encontrar?” “Dígame usted, ¿Cómo son las personas de donde usted viene?” “¡Ah! Yo vengo de un lugar donde las personas son bondadosas, lindas, preciosas, amables, encantadoras, dadivosas, confiables”. “Bueno, lo mismo va a encontrar aquí”. ¿Por qué razón?

Porque la forma en la que nosotros nos vemos, vamos a ver a los demás. Y como nosotros veamos a los demás así los vamos a tratar. Por eso es que un líder tiene que auto conocerse. Tiene que saber quien es, que piensa, que siente y en que nivel del camino va. Hay un engaño que consiste en que ‘yo creo que lo que se lo estoy viviendo’. ¿Qué pasa entonces? Yo creo que estoy hasta aquí.

De repente viene una crisis, viene una situación difícil y ¡ay! Sorpresa, como reaccioné. ¡Qué sorpresa! Vi que no estaba hasta aquí, estaba hasta aquí. ¿Por qué razón? Las crisis lo único que hacen, las situaciones difíciles lo único que hacen es evidenciar el nivel en donde estamos. No nos cambian de nivel, solo evidencian el nivel en el que estamos. Y las reacciones que tenemos pues van a evidenciar el nivel en el que yo estoy.

Así es que el auto conocerme, verme yo en un espejo y saber exactamente en donde estoy y no creer que porque se mucho estoy hasta arriba. Toda mujer tiene que tener un auto conocimiento. Eso es básico. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo. Como me veo yo, voy a ver a otros. Yo soy criticona, voy a ver a los criticones; soy bondadosa los voy a ver bondadosos. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo, partiendo de cómo me veo yo a mi misma. Muy bien.

Yo tengo que tener conocimiento ¿en qué cosas? Yo tengo que saber en que nivel de restauración yo estoy. Porque todos vamos en niveles de restauración. Dios empieza a restaurar en nosotros áreas grandototas, aquellas que si no las restaura no podemos seguir adelante. Pero poco a poco la restauración es más fina. Nos deja pasar menos cosas. Entonces ¿en qué nivel de restauración yo estoy? Yo no he llegado a un nivel total.

Vamos a pasar toda la vida siendo restaurados. Vamos de gloria en gloria, de victoria en victoria pero no lo hemos alcanzado todo. Vamos camino a, y cada día tenemos que ser mejorados. Nuestro hombre interior tiene que crecer aunque el exterior se vaya desgastando. Yo tengo que saber como está la influencia del pasado en mi vida. Todos tenemos un pasado. Eclesiastés nos dice que “las cosas pasadas ya fueron y las que van a ser ya son”.

Pero yo tengo que saber como está mi influencia del pasado todavía manejando mi vida como líder. ¿Por qué razón? Porque de repente va a venir alguien y va a decir una cosita chiquitita y yo la sentí enorme. ¿Por qué razón? Hago de una pulga un elefante, ¿por qué razón? Porque se conectó con un área del pasado que todavía no había sido sanada. Y si yo la identifico y reconozco que una conexión del presente tocó el pasado y el pasado fue el que surgió, se lo voy a poder entregar a Dios y voy a ver sanada. ¡Que bueno que lo podemos evidenciar!

Pero tenemos que saber como voy con el pasado. Si usted es un líder, usted va a tener dolor. Y si es mamá va a tener dolor, y si es esposa va a tener dolor. Entonces tenemos que saber como estamos manejando el dolor. El dolor si no lo sabemos manejar puede ser devastador. Hay dolores que son profundos, que son intensos y tenemos que aprender a manejar el dolor en el liderazgo y el dolor personal para seguir caminando en el Señor.

El dolor no nos puede detener. Tenemos que aprender a manejarlo. Tenemos que pedir la ayuda que se necesite pero no dejar que el dolor nos detenga, que va a venir tarde o temprano a nuestra vida. A veces con más a veces con menos intensidad. Esto nos lleva también a los conflictos no resueltos. Los conflictos no resueltos son todas esas situaciones que nosotros no hemos hecho nada por resolver. Sí estamos de pleito pero no importa y seguimos caminando con el conflicto sin resolver.

Pero ¿qué pasa cuando tenemos muchos conflictos sin resolver? Al rato tenemos una carga encima con todos los conflictos que no tenemos resueltos. Dios no quiere que llevemos cargas. Tenemos que cerrar las gestalt. ¿Qué es el cierre de una gestalt? Es cierre de una gestalt es ir cerrando situaciones emocionales. A veces tenemos una situación emocional con una persona que no hemos cerrado, abierta la situación. Tenemos otra situación emocional con otra persona. Tenemos situaciones emocionales abiertas en el liderazgo, en la casa, en el trabajo.

¿Qué pasa entonces si no las cerramos? Si no le damos una finalización, un cierre adecuado. La energía que gastamos en ello es mucha, entonces estamos candados. Es exactamente como cuando tenemos cosas que no hemos terminado. Tengo una costura sin terminar, una carta sin terminar, un libro sin leer. La casa empiezo a barrer la cocina y la dejo sin terminar y me paso y barro la sala y la dejo sin terminar, quedó toda la casa sin terminar. El closet a la mitad, todo eso da confusión e igual es en lo emocional. Entonces cuando tenemos gestalt sin cerrar no podemos tener relaciones saludables.

Luego tenemos que aprender a caminar en los círculos de rechazo. Hay que saber si uno ya está sanado cien por ciento del rechazo. Puede ser que nos llevemos la sorpresa que no. Todavía me molesta que no me saluden, no hemos cerrado todavía el circulo del rechazo. Todavía me molesta que no me inviten. No hemos cerrado todavía el círculo del rechazo. Todavía estamos tomando ciertas situaciones como rechazos personales. Y cuando caminamos en círculos de rechazo: a mi me rechazan, yo empiezo a rechazar y tenemos entonces un liderazgo en un equipo en todos medio nos manejamos con cierto rechazo y no llegamos a ningún lado.

Luego, acá tenemos que tener con mucha claridad el nivel del manejo de aceptación. Ya vimos el manejo del dolor, los conflictos no resueltos, el cierre del gestalt, los círculos de rechazo y yo tengo que tener como está mi nivel de aceptación. De repente yo estoy como el de la figura y me miro en el espejo como que tengo un concepto un poquito elevadito del asunto. Y si yo me creo más, en mi país dicen ‘la mamá de los pollitos’ yo voy a ver a los demás para abajo.

Mi posición existencial va a ser ‘yo estoy bien, pero ustedes…’. Y si por el contrario yo tengo complejos del famoso complejo de inferioridad, que me creo menos, que me creo tonta, que no me creo capaz. Que en realidad es lo mismo que el de superioridad solo que con una manifestación diferente. Dios nos quiere que nos veamos ni más ni menos. Dios quiere que nos veamos exactamente como Él nos ve. Y Él es el mejor reflejo. Preguntarle a Él es verme con mis habilidades, mis cosas buenas, mis fortalezas y mis debilidades, ¿para qué? Para entregárselas a Él y que no afecten el liderazgo.

Cuando yo no tengo una buena imagen de mi misma, ¿qué va a pasar? Yo no voy a pedir ayuda porque si me siento muy poca cosa no merezco la ayuda, si me siento mucho no la necesito. Un líder hay momento que tiene que pedir ayuda. Hay momentos en que el líder tiene que aprender, tiene que reconocer que comete errores. Porque todos cometemos errores. Todos fallamos. El problema no es fallar, el problema es no corregir el fallo y no aprender.

Y podemos aprender de los que están más arriba que nosotros, de los que están al mismo nivel y de los que tenemos a nuestro cargo. De todos podemos aprender, siempre y cuando tengamos un espíritu abierto a aprender. Muy bien. Y aquí viene algo sumamente importante: como está mi madurez emocional. Yo puedo tener los años que tengo, no se los repito, y tener una madurez emocional muchos años atrás. Saber mi nivel de madurez emocional es importante. Ahora ¿cómo yo la conozco? Yo tengo que saber que tengo emociones.

A veces creemos que porque somos muy espirituales tenemos muchas revelaciones, Dios nos habla mucho ¡qué lindo! ¡Qué hermoso! Pero eso no quita que aún tenemos emociones y tenemos que aceptarlo. ¿Para qué? Para que Dios nos ayude a manejarlas. Si no lo reconocemos no podemos entregárselas a diario y pedirle ayuda para manejar las emociones. Las emociones van a influir en nuestras relaciones. Como líder tenemos que decidir que tipo de liderazgo quiero tener. Quiero tener un liderazgo emocional en el que dejo fluir mis emociones o quiero tener un liderazgo espiritual donde las manifestaciones del fruto del Espíritu se van a ver.

Porque las manifestaciones del fruto del Espíritu son relaciones: bondad, gozo, amor, paz, mansedumbre, paciencia son relaciones. Así de sencillo. Yo tengo que saber que tipo de liderazgo tengo y que tipo de liderazgo quiero tener. Ahora bien. Hay una emoción básica. Todos tenemos mínimo una emoción básica. A veces tenemos dos o más. ¿Qué es una emoción básica? Una emoción básica es aquella emoción que venimos manejando fuertemente desde la infancia. Todos de alguna manera hemos tenido situaciones traumáticas.

Todos, de una u otra forma. Si no las hemos tenido reales las hemos tenido en la cabeza. Pero las hemos tenido. Cuando una situación traumática, cuando hay un dolor, cuando hay algo que no podemos manejar, que no sabemos como responder hay emociones. Y esa emoción si no la aprendemos a manejar va perdurando durante la adultez. Entonces es la emoción o las emociones que ahora me cuesta manejar. Generalmente, las mujeres la emoción que nos cuesta manejar es la ira.

No nos enseñaron a manejarla y generalmente la reprimimos en la infancia y ahora venimos manejando mal la ira. ¿Qué pasa con un líder que no reconoce que es su emoción básica y no la maneja? Va a gritar a todos, enfrente de todos y nadie quiere estar cerca de un líder que grita. Nada quiere estar cerca de una mamá gritona, nadie quiere estar cerca de una esposa gritona, de una esposa enojona o de un líder enojón. ¿Por qué? Porque no hemos reconocido nuestra emoción básica.

Entonces puede ser que la estemos reprimiendo y reprimiendo y de repente una cosita nos conecta con eso y “¡fum!” estallamos, como la olla. ¿No han visto las ollas esas, Presto creo que se llaman? Yo de cocina no se así que no se si son Rinaweb o esto. Entonces las ollas ¡fum! Estallan. Así estallamos a veces y si no vamos reprimiendo y reprimiendo las emociones y llegamos a la depresión. A veces la emoción que no podemos manejar es la ansiedad. Por eso compre el CD.

Pero tenemos que reconocer cual es esa emoción que venimos manejando mal. Y no me diga que no tiene ninguna porque ¿sabe cuantas emociones hay? 180 emociones y a veces hay un día de paz pero a veces las 180 emociones se acuerdan en el día y es ese uno de esos días tormentosos que usted pasó por todos los estados emocionales y en la noche solo se tira en la cama porque ya no puede más. 180 emociones, ¿se da cuenta? Y a veces decimos “no yo no tengo que manejar ninguna”. Mentira. Si somos humanos, yo hasta creo que son más de 180, fíjese. Todavía le estoy quitando algunas.

Otra cosa que hay que reconocer son los disparadores emocionales. ¿Qué es un disparador emocional? Esos nunca los identificamos. ¿Sabe cuales son? Son esas palabritas, esos gestos, ese tonito de voz que cuando alguien nos lo dice rápidamente saltamos o nos defendemos. Yo se cuales son mis dos disparadores emocionales. Mire, estoy pidiéndole al Señor que siga trabajando en eso porque de repente son dos palabritas que me dicen y yo como que ‘pongo freno’. ¡Ay, Señor! Son los disparadores, ¿verdad?

Pero si no sabemos cuales son los disparadores, vamos a reaccionar y le vamos a echar la culpa al otro y no es la culpa del otro. Son mis reacciones, es lo que yo no he manejado que se dispara con las palabras del otro. A veces es un gesto, a veces solo basta que alguien nos haga “así” y saltamos, ¿verdad? “Este me dio mal”. Hay que conocer y un líder tiene que conocer cuales son sus disparadores emocionales, todos los tenemos. Y tenemos que reconocerlos para entregárselos a Dios.

Tenemos también que conocer cuales son nuestros estados anímicos. ¿Qué son los estados anímicos? Son esas tendencias a estar de cierta manera emocional y a veces no sabemos ni por que. ‘¡Ay! Es que hoy me siento, no se como… melancólica, triste, animadísima’. Son estados emocionales aprendidos muchas veces de la infancia. Patrones emocionales que venimos aprendiendo. Yo he tenido que luchar mucho con la ansiedad porque yo aprendí ese patrón emocional.

En mi casa siempre se manejaba la ansiedad, pero…. Sinónimo de responsabilidad. Entonces cuando yo llegué al Señor y me decían que echara toda la ansiedad sobre el Señor, yo dije “bueno, esto no es responsable, pues”. No es así la cosa. Lo que pasa es que pasa es que tenemos que aprender a manejar esas emociones pero tenemos que identificar esos estados emocionales aprendidos. Fíjese que a veces yo me empezaba a sentir ansiosa y no había razón. Tenía que decir ‘Olga, calma. Tranquila, tranquila. Come despacio, no vas a ningún lado. No te están quitando la comida’ y así.

Y yo sola calmarme, ¿por qué? Porque tenía un patrón aprendido de estar con ansiedad y con estados anímicos que no son los adecuados. ¿Qué son las emociones? Las emociones, pues son agitaciones internas producidas por situaciones externas a veces producidas por ideas, a veces producidas por recuerdos que nos van a dar una conmoción física que va a ser más o menos evidente. La mayoría de nosotros demostramos las emociones. Creemos que no, pero las demostramos: con los gestos, con la cara, con los ademanes, de alguna manera demostramos las 180 emociones.

Tengo que tener conocimiento de los conflictos del yo. O sea del ego. El ego es lo que me identifica como persona. Hermana, ¿yo tener ego? Ya no, si yo ya estoy crucificada. No lo creo. Todavía hay mucho de eso. Lo que pasa es que no lo veo porque son lo que se llaman los puntos ciegos. ¿Sabe que es un punto ciego cuando usted va manejando? Usted va manejando y mira para atrás y ve los carros que vienen pero hay un punto que usted que por más que haga así y se tuerza ya no mira y ¡zas! Le dan en el carro. Eses es el punto ciego. El punto que uno ya no ve.

¿Quiénes conocen nuestros puntos ciegos? Los que viven con nosotros, nuestro equipo de liderazgo y nosotros conocemos los puntos ciegos de nuestro equipo. Porque para conocer los puntos ciegos del otro, los puntos ciegos míos y que ni me los digan porque me enojo. Criticones que son. El egoísmo. Va junto con el orgullo. ¿Cómo miro yo si tengo orgullo? Yo hago, yo vuelvo, yo dirijo, yo esto, yo el otro y yo, yo, yo. Y cuando alguien es “yo” ¡ay! Que fácil verlo pero cuando yo soy no lo veo. Lo veo muy normal, pero en realidad voy a preguntarle al Señor si no realmente hay todavía esto de esto que van combinados.

Mire, la vanagloria. Creerme insustituible. No lo soy. Favor que me hace el Señor con usarme. Pero si yo me creo que el líder es insustituible… La altivez también es colocarme en una posición más arriba que los demás y a veces en el liderazgo –estamos hablando acá mas o menos de los liderazgos de mandos medios- aún de mandos medios a veces nos volvemos un poquito…. Y no nos damos cuenta. ¿Por qué? La altivez no la vemos pero cuando alguien nos la dice pues debemos llevarla delante del Señor para ver si es cierto.

Y la prepotencia, también. ‘Solo yo hago las cosas bien. Si se la doy a otro las va a hacer mal’. Mejor las hago yo. Tengo que enseñar a los que están conmigo, a mi equipo a que las hagan bien. ¿No las hicieron bien la primera? Tengo que enseñarle la segunda porque hay una cosa que usted necesita como líder: paciencia. Mire, la carrera más rápida es la de uno solito. Llega más rápido. Como no podemos ir solitos hay que tener paciencia.

Luego yo tengo que conocer, y esto es bien importante, mis estados mentales o sea los mecanismos de defensa. Repetirlos como yo se los voy a repetir ahorita es bonito, evidenciarlos en mi vida es difícil porque ya los he hecho propios, ya son míos, ya se volvieron parte de mí y tengo que dejar que Dios me los quite. Si Dios no nos quita los mecanismos de defensa, si no se los entregamos a diario vamos a seguir caminando en ellos y no vamos a crecer. No vamos a madurar emocionalmente, no vamos a tener aprendizaje, no vamos a ser enseñables.

Y ¿Cuáles son? La negación. Negamos lo que sentimos. ‘¿Te enojaste con lo que te dije?’ ‘No, si yo soy cristiana, ¿Cómo me voy a enojar?’ ‘Es tan colega conmigo ¿Cómo va a hacer eso? De ninguna manera’. La represión: yo introduzco las emociones y las guardo ahí adentro como una gavetita y de repente se ha fijado que en las gavetas usted mete y mete cositas y de repente un papelito y ya la gaveta no cerró. Y usted empuja y la gaveta ya no cierra. Igual es eso. Acumule cosas adentro y usted va a vivir cansada, confusa y de repente estallamos.

¿Por qué? Porque todo se lo guarda. Estamos equivocando el guardarnos todo con la bondad y la mansedumbre. Esas son manifestaciones del fruto del Espíritu reales. Esto es guardarse lo que siente: ‘estoy bien brava y me lo guardo’. Es otra cosa. Desplazamiento: usted está en su casa bien molesta con sus hijos y viene aquí y remata con los de su equipo. ‘¿Y a esta que le pasó?’ O al revés: nos enojamos con alguien al que no le podemos decir nada y vamos a la casa a ver quien nos las paga. Y ¿dígame si no funcionamos a veces así?

‘Pero mamá ¿Qué te pasa? Y entramos regañando a todos y por todo. Lo que usted ayer no regañó porque dejaron los escarpines tirados hoy se pone furiosa y regaña. Pero no son los calcetines los que nos tienen brava. Son otras cosas que no pudimos manejar. Y vivimos haciendo estas cosas muchas veces. La regresión: el líder o la persona del equipo que de repente Dios ‘me dijo que me fuera’. Pero hay veces que Dios no nos dice es que yo ya no quiero seguir en el asunto y que asumo una conducta infantil y todos saben que es el cuerpo que está peleando porque algo no le gustó y el único engañado es uno.

¿Por qué? Porque estos mecanismos de defensa son inconscientes. No son conscientes y a no ser que permitamos que el Espíritu Santo penetre a profundidad en el inconsciente, en el subconsciente y rompa todas estas cosas que traemos de la infancia, del pasado, vamos a seguir caminando engañadas. ‘¿Por qué se fue de la iglesia?’ ‘¡Ah! Es que no me gusta esto’ pero la hermana se fue, esa es la realidad. Formación reactiva: algo negativo lo convertimos en lo contrario. Entonces a veces aparecemos ‘hermanita linda, preciosa’ y usted sabe que en el fondo no es ni hermanita linda ni preciosa.

La mira con el tono de voz. Porque nos volvemos… ‘Si mi linda’ pero es un “Sí mi linda” que no es ni linda aparte de alguien que lo dice con sinceridad pero yo tengo discernimiento para saber cuando nos están diciendo de verdad o no. Y la gente no sabe que está haciendo eso porque inconscientemente está usando esos mecanismos para no decir y confrontar con lo que se siente y manejarlo.

Aislamiento: fíjese que a veces aislamos la parte emocional de la parte mental y entonces hablamos las cosas como que somos un palo, sin emoción. ¿Por qué? Porque el corazón se ha endurecido. Y mucha gente de la que viene al conocimiento del Señor viene así con las emociones aisladas porque son tan dolorosas, le han pasado tantas cosas en su vida que las ha tenido que aislar. Y cuando usted la trata de ministrar parece que no entra la ministración. Y usted trata y trata y parece como que hay un palo adentro, una dureza de corazón.

Y eso tiene que irse rompiendo poco a poco, con amor, con entendimiento, con dulzura, con palabras nobles, con comprensión, con paciencia y todo es trabajo que nos toca a nosotros con las personas. Luego tenemos la racionalización o justificación. Esa todas la usamos: ‘porque vino tarde’; ‘fíjese’, ‘fíjese’. Vinimos tarde porque salimos tarde. Y va la media verdad y la media mentira: porque en parte es cierta y en parte no. Pero para Dios o es verdad o es mentira. ‘Hermana, ¿verdad que usted estuvo orando por mi, intercediendo?’ ‘Claro que sí mi hermana’ y por dentro ‘¡qué pena, nunca oré!’. Que bueno que Dios ya le contestó.

Proyección: yo proyecto en otro lo que yo siento. En ese grupo donde estoy ninguno es amoroso. Me voy a otro ministerio, pero tampoco son amorosos y me voy a otro y resulta que tampoco. Entonces ¿toda la iglesia no es amorosa? ¿Quién será la que no es amorosa? Yo. Identificación proyectiva: yo me identifico tanto con ciertas actitudes de otra persona que si es en negativo pues me contamino y si es en positivo empiezo a actuar igual que la persona a vestirme igual que la persona y mucha veces ni siquiera me doy cuenta.

De repente, yo me visto igual que la líder, igual que la que dirige el grupo. ¿Por qué? Porque estoy usando este mecanismo. Dios nos ha hecho individuales, diferentes, únicos. Entonces esto es bien importante. Mire. Que todos los días vayamos delante de Dios y le preguntemos en toda situación difícil ‘Señor ¿qué mecanismos de estos estoy usando?’ No cuales usa el otro o la otra, ¿Cuáles uso yo? Yo se cuales son los que uso y estoy dejando que el Señor trabaje. Todavía tengo que partes que vamos caminando. No somos perfectas de ninguna manera. Yo se cuales uso.

Y hay que tener cuidado en eso y permitir que Dios entre a las capas profundas de nuestra personalidad. Que entre al inconsciente y al subconsciente. Eso es cuestión de pedírselo todos los días. Mire, engañoso es el corazón, mas que todas las cosas y por algo es escribista decía “Escudriña, ¡Oh, Dios! Mi corazón. Pruébame. Muéstrame que hay de malo en ello y enséñame el camino correcto” Y escudriñar es meter hasta el fondo, es entrar al consciente, subconsciente y el inconsciente.

Luego la vuelta contra si mismo. Esto es la persona que por la culpa empieza a auto agredirse. Y fíjese que este mecanismo a veces nosotros decimos “Bueno nosotros como cristianos ya no nos auto agredimos”. Fíjese que sí, no nos cuidamos ni físicamente muchas veces, ni emocionalmente ni espiritualmente. A veces es una forma de auto agredirnos. ‘Hermana, mire, usted lo que tiene que hacer es esto, esto y esto’ y van y no lo hacen.

¿Quién se está auto agrediendo? Uno. O si no: ‘Hermana tómese esta pastilla cuando el médico le mandó una pastilla’ y no la tomamos cuando nos dijeron. ¿Cómo nos queremos curar? O nos dice lo que hay que hacer y no lo hacemos. Entonces tenemos que preguntarle a Dios que mecanismos de estos estamos usando. En un equipo de trabajo yo voy a tener una personalidad y mi equipo va a tener otras personalidades. Y ahí viene la situación problemática. ‘Yo quiero que todos piensen como yo’, ‘Yo quiero que todos actúen como yo creo que deben de actuar’.

Y resulta que yo voy a tener una gama de personalidades y por ejemplo aquí podemos ver el que está siempre alegre. En ciertas clasificaciones le llaman el sanguíneo, otras le llaman el festivo, diferentes maneras. Pero es la persona que le gusta exhibirse, que siempre está contenta y siempre quiere exhibirse. Y ¿qué nos pasa? A veces decimos “el show es lo que le gusta”, “lucirse es lo que le gusta”. Es su personalidad y la podemos usar en algo que le gusta si eso lo hace bien.

Tiene buen contacto con la gente por lo que estar en la puerta es bueno para ella porque saluda a todos y se goza con todos. Y los saluda y los abraza y los hace sentirse bienvenidos. Pues, ¡que bueno! A veces tenemos otra personalidad. Podemos tener el que es muy serio. El que es muy serio va a decir ‘¡Uy! Tanta abrazadera, ¡eso no!’ ¿Por qué? Porque no es así. Simple y sencillamente lo que le gusta es estar pensando, analizando, viendo detalles. Yo no quiero saber cuantos abrazos dieron, yo quiero saber cuanto dinero entró. Son los contadores. Son los que llevan las finanzas porque esas personas son meticulosas y entonces ellos lo que necesitan son detalles.

Entonces sepamos que hay personas con personalidades así en nuestro grupo y que tenemos que usarlas correctamente. Podemos tenemos al que se llama el colérico o que se puede llamar también agresivo o que se llama emprendedor. Es aquel que lo que quiere es acción. Entonces a él démosle retos. Es que lo quiere hacer todo, ¡ah! Demoledle ya bastantes cosas. Le gusta estar haciendo cosas porque lo que le gusta es el reto. Él lo que quiere es: hagamos. En cambio podemos tener al –que en algunos lugares se llama- flemático, en otras clasificaciones pacifico.

Esta persona pregunta ‘¿Y cuál es la prisa?’ ‘¿Pero para qué estamos corriendo?’ Es calmado. Y el líder a veces quiere que el flemático vaya al ruido. Imagínese un colérico de líder y todos los que tiene son flemáticos. Los otros pobres no le pueden seguir el paso. Y en cada equipo tenemos que reconocer cual es la personalidad del equipo completo para manejarla, como se integran las personalidades y que está predominando. Porque imagínese donde tenemos un liderazgo donde todos somos sanguíneos. Todos viven felices, todos empiezan todo, nadie termina nada, después están las reuniones pero nunca llegamos a la meta.

Imagínese que nuestro equipo es de todos de coléricos. Pues, vamos a un ritmo muy fuerte y si todos somos serios, imagínese un equipo solo detalles, como que lo pensamos tanto que no hacemos nada porque demasiados detalles, demasiada planificación y nunca logramos hacer nada. Usted tiene que tener un equipo donde haya de todo para combinarnos, para balancearnos y yo como líder tengo que conocer mi personalidad y tener cerca de mi personas que me complementen y tengo que entender que no las puedo hacer igual a mi.

Me tienen que complementar. No quererlas cambiar y que todos nos volvamos iguales. Muy bien. Ahora vamos a entrar un poquito al manejo de las personas difíciles. Me voy un poquito rápido por razones de tiempo. Pero vamos a ver el manejo de las personas difíciles. Recordemos a la hora de manejar una persona difícil que lo que tenemos que manejar es la relación. Lo que hay que cambiar es la relación, lo que hay que encontrar es la manera de caminar con la persona persona difícil. Si yo la quiero cambiar me voy a pasar la vida entera cambiándola. La persona va a cambiar al ritmo que ella deje, con el Señor.

Primero vamos a tener aquí la palabra de Dios. Miren aquí la palabra de Dios dice que “vivamos en paz”. Vamos a tener al negativo. Como que en un grupo a todo lo que usted dice, dice “no se puede”. Aquí hay tres elementos que usted va a tener que usar en todas las personas difíciles que tenga que manejar en su casa o en el liderazgo o donde sea. Y el primero de ellos es: Reconozca al negativo interior. Todos tenemos algo de negativo: ‘¡Ah, no! Yo no’. Todos tenemos algo de negativo. En otro lo vemos fácil, pero todos tenemos algo de negativo.

Segundo: Acepte a la persona como es. Dios nos acepta como somos y en base de esta aceptación nos empieza a transformar. Tercero, estas tres cosas, mire, van para todo: Ore por la persona. A veces se nos va en criticarla y no en orar por ella. Especialmente cuando se vaya a juntar con él, ore para que usted pueda relacionarse bien con la persona negativa. ¿Qué hacer con una persona negativa en el grupo? Por favor no discuta con el negativo. El negativo dice que no y usted que sí. ¿Sabe que haga? Acepte el negativismo pero dígale que hay alternativas.

Le puede decir algo así como “Está bien, entiendo que no quiera que hagamos ese proyecto porque hay muchas cosas difíciles. Es cierto. Pero también hay alternativas que yo quisiera probar. Si en el camino vemos que las cosas que usted dice no se pueden solucionar buscaremos otras maneras”. Entonces usted sigue adelante con su grupo, no entró en discordia con el negativo pero tampoco dejó que el negativo le quite el impulso de caminar adelante. ¿Por qué razón? Porque el negativo lo que le pasa es que siente que no tiene el control de las cosas.

Le da miedo fracasar, le da miedo lo miedo. Entonces ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a fracasar? El no hacer nada. ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a correr riesgos? Pues no hace nada. ¿Por qué? Porque le teme a eso. Entonces si reconocemos al negativo interno y entendemos que le pasa al negativo vamos a poder relacionarnos con él aunque siga siendo negativo pero no nos va a detener. Luego tenemos a uno que no nos gusta para nada: el criticón. Mire ese todo el tiempo se queja, todo el tiempo aconseja sin que usted se lo pida.

Ahora todos tenemos un criticón interior. Dígame si no. ¿Nunca ha criticado? ¿Nunca ha dado consejos sin que se lo pidan? A cada rato: ‘Yo que tú haría’. Pero usted no es la otra persona. Ni le están pidiendo consejo ni le están oyendo tampoco. Y lo mismo, ore y acepte al criticón. Ahora bien. Cuando viene la crítica tenemos que diferenciar varios aspectos. Uno es ver de donde procede la crítica. Hay críticas que proceden de personas que valen la pena oír y hay criticas de personas que usted dice todo el tiempo ‘está en las mismas criticando’.

Hay críticas que no vale la pena oír y que hay que detener. Entonces nosotros tenemos que diferenciar: que críticas sí oír, que criticas no oír. Cuando alguien venga con la crítica escuchemos y llevémosla delante del Señor y veamos cual es la perspectiva de Dios. Puede ser que Dios diga ‘Sí, oye la crítica y corrige ese error’. Puede ser que Dios diga ‘No, no tienes ese problema’. Pero oigamos, veamos la perspectiva de Dios para la crítica.

La otra cosa que hay que ver es el número de los criticones. Fíjense que los criticones a veces hablan tan fuerte y son tan seguido lo que critican que parece que fueran muchos y a lo mejor son dos. Y uno dice ‘Es que todos me critican’. Veamos las cosas despacio. ¿Quiénes son todos? ¡Ah! Fulanita y ¿quién más? Zutanita y ¿Quién más? Menganita. Pero fácil decimos ‘todo el grupo me critica’. ¡No! Hay que ver cuantos son. Fíjese que a Jesús las cosas que le criticaron eran fuertes pero no eran muchas. ¿Por qué razón? Porque en realidad a veces no son muchos los que nos critican, a veces son pocos y entonces tenemos que tener ese cuidado.

Tenemos que evitar la triangulación. La triangulación es cuando la crítica empieza a correr y a correr y no se arregla para nada y tenemos ya una situación de crítica dentro del grupo. Y también en la crítica hay que ver los puntos débiles. Fíjese que así como los disparadores son palabras o gestos que nos llevan a reacciones, en la crítica hay veces que usted mira venir la crítica, mira venir una palabra y sabe que viene al punto que le duele. Usted la mira venir y sabe que le van a dar en el mero corazón ¿verdad? Y entonces antes nos ponemos defensivos.

Cuando viene la crítica ya no la oímos y empezamos a atacar. Tenemos que conocer los puntos débiles. Y lo pensamos y decimos ‘ya se por donde viene’. Ya empieza la defensa. Que Dios nos ayude para recibir las críticas que debemos de recibir y dejar a un lado las que no debemos de tomar y que no nos detenga la crítica. Porque le voy a decir algo: si usted es líder espere la crítica. Espérela de una vez, porque va a venir. Y si no viene es porque usted no está haciendo nada. Entonces ¡que bueno que venga!

El antagónico es aquel que pelea hasta con su sombra. ¿Ha visto que hay gente que pelea hasta con su sombra? Y de repente le sale en su grupo uno así. ¿Qué hace usted? ¿Qué hace con un antagónico? Con el antagónico hay que trabajarlo preventivamente. ¿Cómo se trabaja el antagónico preventivamente? Primero reconozca al antagónico interior. Todos tenemos un poquito. Acepte al antagónico y ore por él. Esto va con todas las personalidades. ¿Cómo puedo yo manejar el antagonismo para que no me ocasione problema en mi grupo?

Yo tengo que seguir todo lo establecido. Cuando yo soy líder, hay normas, hay reglamentos. Si yo los sigo, yo le quito oportunidad al antagónico. El antagónico tiene campo cuando yo no sigo los reglamentos. La otra cosa que tengo yo que hacer es darle toda la información por escrito. Darle todo con detalles y dárselo por escrito y darle las cosas anticipadamente. Con eso yo estoy manejando a un antagónico en el grupo. No le estoy dando el espacio para que trabaje su antagonismo y tengo que buscar también cierta distancia.

Recuérdese que en la mañana hablamos de los límites y de cuando dejar la intimidad y cuando no. El antagónico no puede tenerse muy muy cerca. Tiene que haber una cierta distancia en el manejo. El antagónico si usted lo aconseja o lo manda a consejería no va a funcionar. El antagónico también se detiene un poquito aceptándolo tal como es cuando entre los líderes hay un frente unido. Los diferentes liderazgos tenemos que estar unidos. Eso nos ayuda bastante. Y ahora tenemos a otro que usted conoce muy bien: el chismoso.

Todas tenemos algo de chismocitas. No nos gusta pero nos entretiene. Esparce rumores y divulga secretos. Cuando oiga que alguien está chismeando, córtelo. Porque nosotros decidimos el rumbo del chisme. ‘Contame más’, ‘Pero que más’ y ahí se va el chisme. Si usted deja que en su equipo de trabajo se meta el chisme, no vamos a tener relaciones saludables. Entonces tenemos que detener el chisme. No podemos entrar en controversia sino que simple y sencillamente podemos detenerlo diciéndole “No quiero oír mas de lo que estás diciendo”.

Y podemos decir algo bueno de esa persona. Con eso el chisme se detiene. El chisme es como el baile se necesitan dos. Y si usted lo detiene no hay chisme. Otra manera de evitar el chisme en nuestro grupo es: cuidemos nuestros comentarios. A veces se nos va la lengüita un poco, ¿verdad? Y como que hay que pedirle a Dios como que todos los días la sujete. Y mire, cuando hay un chisme que levantó alguien contra nosotros, un rumor que no es cierto. Pidámosle consuelo a Dios. Hay veces que podemos confrontar a la persona y podemos decirle ‘Mira estas diciendo esto, esto y esto de mi’ pero hay veces que no se puede.

Y que Dios nos de discernimiento porque hay gente que se crea sus propias mentiras y entonces se creen que lo que están diciendo es cierto y entonces ¿cómo les hace usted ver que no es cierto? Entonces que Dios nos de discernimiento para saber cuando hacerlo y cuando no. Y tenemos que crear un buen ambiente de trabajo que no tenga chismes y esto solo se logra cortándolo de raíz. Pero al líder le gusta el chismito eso se riega por todo el equipo.

¿Cuál es la razón básica? El chismoso quiere ser aceptado. El chismoso se siente superior porque tiene una información que los demás no tienen: ‘¿Ya supiste?’ y todos ‘¡Ay! ¿Qué es lo que tú sabes y nosotros no?’. Se colocó hasta arriba. Entonces que Dios nos ayude, pues, porque a veces las chismosas somos nosotras. Y tenemos aquí otro que no nos gusta que sea el controlador, dominante. Y si le aparece uno en su grupo tiene dificultades. El controlador dominante es invasor. Invade su campo todo el tiempo.

Reconozcamos que todos tenemos algo de controladorcitas. Si no que lo digan los hijos, ellos saben. Aceptémoslo y oremos por él. No luche por el control. El fuego no se apaga con fuego y a ver ¿Quién tiene el control en el grupo? ¡No! Lo que tenemos que hacer con el controlador es detenerlo. ¿Cómo lo vamos a detener? Mire, el controlador usted empieza a exponer y el controlador no la deja, se le adelanta y quiere exponer por usted. Pero si usted es el líder del grupo usted tiene que detenerlo y decirle ‘un momento estoy en el uso de la palabra’ y vuelve a repetir lo que estaba diciendo.

Y el controlador le vuelve a quitar la batuta y usted solo dígale ‘continuo en el uso de la palabra’ y siga diciendo lo que tiene que decir. No se deje quitar el lugar sin entrar en contienda. Porque si entra en contienda se vuelve problema. Pero sí, no permita. Dele alternativas, dígale: ‘en este momento yo estoy en el uso de la palabra. Después vas a hablar tú. Cuando yo termine tú vas a hablar’. Eso se llama la técnica del “disco rayado”. Si hay necesidad de volver a repetir lo que empezamos lo volvemos a repetir, pero no dejamos que el controlador nos quite lo que estamos exponiendo.

Porque cuando venimos a sentir es él el que tiene el grupo a su cargo, es el líder que le llaman el líder virtual: agarra las cosas y a nosotros si el Señor nos puso a nosotros nos dio el lugar y debemos mantenerlo sin entrar en contienda. Y ¿cuál es lo que le ofrece el controlador? Mire, debe ser vulnerable y por eso quiere tener el control. Si entendemos que todas estas personalidades difíciles tienen problemas de aceptación, problemas de valorización, problemas de manejar sus vidas emocionales vamos a entenderlos más. Vamos a llevarnos mejor con ellos y no los vamos a rechazar.

Y también tenemos el traicionero. Esto si es dos caras, ¿verdad? Usted sabe ya quien es. Todos, también, adentro tenemos un traicionerito por ahí. Ahora el traicionero rastrero, mire, sepa quien es. Y ponga usted algunas formas en su grupo de que su puede como se dice corrientemente curar en salud. Y si usted ve que hay alguien traicionando usted enfréntelo y hágale saber lo que está haciendo. Y si ve que está traicionando a alguien deténgalo. No lo puede dejar avanzar, sin entrar en conflicto pero si puede detenerlo. También aquí nos ayuda mucho la red de confianza y de unidad que tengamos entre los líderes.

Porque cuando venga alguien así, pues, nosotros estamos unidos. Tenemos una red de confianza entre si. Y ¿Qué le pasa al controlador? Tiene un sentimiento de impotencia y quiere controlándolo todo sentirse que las puede. El controlador siempre va a creer que sabe más que usted. Entonces por eso no la deja hablar, ni quiere que usted exponga. Él sí sabe y usted no. Se le detiene dándole alternativas para que después hable. Dándole después la opción pero usted toma su lugar. Tenemos también el competidor: cree que todo es superarnos unos a otros. No entremos en el juego. Nosotros tenemos nuestras metas que Dios nos ha dado.

No tenemos por que entrar en la competencia a ver quien lo hace mejor. ¡No! Usted tiene sus metas, llévelas como Dios se las ha dado, no entre en el juego. Y el competidor fácilmente puede ser una persona con un poquito de envidia. Orémosle al Señor, que el Señor nos de la cautela para esto y sigamos con nuestras propias metas. El competidor también es inseguro. Estas personalidades difíciles, que esperamos no sean las nuestras ¿verdad? Porque si nosotros somos el líder y tenemos esto pues también hay que trabajar. Y finalmente ya para terminando ¿Cómo manejar lo que los demás piensan de mi?

No gastemos la energía en esto. El único que nos debe interesar que piensa de nosotros es Dios. No finjamos que somos perfectos. Si la gente ve que tenemos errores, tenemos errores. Si la gente ve que cometimos un error arreglémoslo pero no tenemos que fingir que todo es maravilloso, que todo es perfecto. No es así y no podemos complacer a todos. Siempre va a haber alguien que no está complacido. Y algo que nos puede ayudar mucho, mire, es el consejo. La multitud de consejos siempre es buena. El consejo es bueno.

Y veamos también si de repente tenemos una persona que no habla dentro del equipo. Aquí lo mejor es usar lo que se llama la psicología invertida o si usted tiene un hijo que no habla use la psicología invertida. Le puede decir: “Se que tienes algo que decir. Respeto tu silencio. Cuando tengas tiempo me lo dices, cuando quieras me lo dices”. Le quitamos un poquito la presión y al quitarle la presión va a empezar a hablar. Pero eso sí tengamos cuidado que cuando logremos que hable escuchémoslo.

Porque de repente por timidez, por temor, por las razones que sean no habla y cuando habla no lo escuchamos o rapidito le decimos ‘No, no es así’. Ya no vuelve a hablar. Porque a veces la gente en los grupos toma esa actitud: ‘No vuelvo a decir nada’. Y nos quedamos con esa actitud de ‘No vuelvo a decir nada’. Entonces aprendamos a usar la psicología de invertir en esos momentos para que cambie la presión, o hacerle preguntas como ‘Dime que te pareció tal cosa’ pero tratando de que no solo diga sí o no; sino que tenga que dar una descripción de las cosas. Esto también ayuda.

Y ya finalmente ¿Cuáles son las actitudes a tomar en el manejo de las personas difíciles? Mire si no tenemos humildad, si no estamos determinadas a llevarnos bien con ellos a pesar de la forma que son porque nunca vamos a tener un equipo perfecto. Si usted espera ser un líder con un equipo que todas las personalidades son ajustadas, lindas, preciosas, quizás el primero que se tendría que ir sería uno mismo como líder. ¿Verdad?

Entonces aceptémoslos. Dios nos acepta a nosotros. Ayudémoslos, crezcamos junto con ellos, busquemos la manera de relacionarnos y tengamos esperanza que Dios nos va a ayudar. ¿Por qué razón? Porque los fuertes en la fe debemos ayudar a los más débiles. Y el líder, una de las razones por las que está puesto, es porque es más fuerte que nadie. Así que yo es que le quiero pedir que usted se ponga de pie. Vamos a orar.

Padre te damos gracias en esta tarde porque Tú nos has ayudado a reflexionar de muchas cosas que hay adentro de nosotros. Padre amado a veces cuando vemos tanta cosa que tenemos que cambiar, cuanta cosa en la que tenemos que mejorar, Padre a veces pensamos que nunca lo vamos a lograr. Que es tanto y que es mucha la demanda que hay sobre nosotros en el puesto que Tú nos has puesto de liderazgo, o es mucha la demanda que Tú nos has puesto como líderes en nuestra casa Padre.

Pero sabemos que cuando Tú nos das una posición de padres, de madres, de madres espirituales en la iglesia, de líderes en la iglesia Tú no nos dejas solas. Que Tu palabra dice que siempre estarás con nosotros y que Tú nos ayudarás y que Tú nos consolarás y que Tú eres el que nos lleva de gloria en gloria. Sabemos que la transformación de todas estas cosas no se va a llevar de un día para otro. Sabemos que todo esto es un proceso pero lo que sí pedimos, venimos a pedirte en esta tarde Señor Jesús es que nosotros podamos ver las áreas que tenemos que someter a Ti todavía.

Las áreas de todo esto que estamos viendo Padre que todavía necesitan ser mejoradas. Gracias por enseñárnoslas, Padre. Porque sólo conociéndolas te las podemos entregar a Ti Yo les quiero pedir a ustedes, si usted tiene un área en la que tiene que ser trabajada por Dios en cada una de estas cosas yo le voy a pedir que venga aquí enfrente con toda sencillez, con toda sencillez para Dios empiece a trabajar en cada una de estas áreas.

Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 2

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Vamos a seguir con nuestra enseñanza. Había una vez un hombre sentado a la orilla del camino, pasó un viajero y le dijo “Óigame, dígame ¿como son las personas que viven en este lugar?” el hombre que estaba ahí sentado le dijo “¿Cómo son las personas? Excelentes”. Él le dijo “las personas de donde yo vengo son horribles, criticonas, chismosas”. “Bueno, le dijo, aquí no va a encontrar algo diferente. Son muy parecidas las personas”.

Siguió ahí sentado el hombre y al rato vino otro viajero y le hizo la misma pregunta “Óigame, ¿Cómo son las personas de este lugar? ¿Qué personas voy a encontrar?” “Dígame usted, ¿Cómo son las personas de donde usted viene?” “¡Ah! Yo vengo de un lugar donde las personas son bondadosas, lindas, preciosas, amables, encantadoras, dadivosas, confiables”. “Bueno, lo mismo va a encontrar aquí”. ¿Por qué razón?

Porque la forma en la que nosotros nos vemos, vamos a ver a los demás. Y como nosotros veamos a los demás así los vamos a tratar. Por eso es que un líder tiene que auto conocerse. Tiene que saber quien es, que piensa, que siente y en que nivel del camino va. Hay un engaño que consiste en que ‘yo creo que lo que se lo estoy viviendo’. ¿Qué pasa entonces? Yo creo que estoy hasta aquí.

De repente viene una crisis, viene una situación difícil y ¡ay! Sorpresa, como reaccioné. ¡Qué sorpresa! Vi que no estaba hasta aquí, estaba hasta aquí. ¿Por qué razón? Las crisis lo único que hacen, las situaciones difíciles lo único que hacen es evidenciar el nivel en donde estamos. No nos cambian de nivel, solo evidencian el nivel en el que estamos. Y las reacciones que tenemos pues van a evidenciar el nivel en el que yo estoy.

Así es que el auto conocerme, verme yo en un espejo y saber exactamente en donde estoy y no creer que porque se mucho estoy hasta arriba. Toda mujer tiene que tener un auto conocimiento. Eso es básico. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo. Como me veo yo, voy a ver a otros. Yo soy criticona, voy a ver a los criticones; soy bondadosa los voy a ver bondadosos. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo, partiendo de cómo me veo yo a mi misma. Muy bien.

Yo tengo que tener conocimiento ¿en qué cosas? Yo tengo que saber en que nivel de restauración yo estoy. Porque todos vamos en niveles de restauración. Dios empieza a restaurar en nosotros áreas grandototas, aquellas que si no las restaura no podemos seguir adelante. Pero poco a poco la restauración es más fina. Nos deja pasar menos cosas. Entonces ¿en qué nivel de restauración yo estoy? Yo no he llegado a un nivel total.

Vamos a pasar toda la vida siendo restaurados. Vamos de gloria en gloria, de victoria en victoria pero no lo hemos alcanzado todo. Vamos camino a, y cada día tenemos que ser mejorados. Nuestro hombre interior tiene que crecer aunque el exterior se vaya desgastando. Yo tengo que saber como está la influencia del pasado en mi vida. Todos tenemos un pasado. Eclesiastés nos dice que “las cosas pasadas ya fueron y las que van a ser ya son”.

Pero yo tengo que saber como está mi influencia del pasado todavía manejando mi vida como líder. ¿Por qué razón? Porque de repente va a venir alguien y va a decir una cosita chiquitita y yo la sentí enorme. ¿Por qué razón? Hago de una pulga un elefante, ¿por qué razón? Porque se conectó con un área del pasado que todavía no había sido sanada. Y si yo la identifico y reconozco que una conexión del presente tocó el pasado y el pasado fue el que surgió, se lo voy a poder entregar a Dios y voy a ver sanada. ¡Que bueno que lo podemos evidenciar!

Pero tenemos que saber como voy con el pasado. Si usted es un líder, usted va a tener dolor. Y si es mamá va a tener dolor, y si es esposa va a tener dolor. Entonces tenemos que saber como estamos manejando el dolor. El dolor si no lo sabemos manejar puede ser devastador. Hay dolores que son profundos, que son intensos y tenemos que aprender a manejar el dolor en el liderazgo y el dolor personal para seguir caminando en el Señor.

El dolor no nos puede detener. Tenemos que aprender a manejarlo. Tenemos que pedir la ayuda que se necesite pero no dejar que el dolor nos detenga, que va a venir tarde o temprano a nuestra vida. A veces con más a veces con menos intensidad. Esto nos lleva también a los conflictos no resueltos. Los conflictos no resueltos son todas esas situaciones que nosotros no hemos hecho nada por resolver. Sí estamos de pleito pero no importa y seguimos caminando con el conflicto sin resolver.

Pero ¿qué pasa cuando tenemos muchos conflictos sin resolver? Al rato tenemos una carga encima con todos los conflictos que no tenemos resueltos. Dios no quiere que llevemos cargas. Tenemos que cerrar las gestalt. ¿Qué es el cierre de una gestalt? Es cierre de una gestalt es ir cerrando situaciones emocionales. A veces tenemos una situación emocional con una persona que no hemos cerrado, abierta la situación. Tenemos otra situación emocional con otra persona. Tenemos situaciones emocionales abiertas en el liderazgo, en la casa, en el trabajo.

¿Qué pasa entonces si no las cerramos? Si no le damos una finalización, un cierre adecuado. La energía que gastamos en ello es mucha, entonces estamos candados. Es exactamente como cuando tenemos cosas que no hemos terminado. Tengo una costura sin terminar, una carta sin terminar, un libro sin leer. La casa empiezo a barrer la cocina y la dejo sin terminar y me paso y barro la sala y la dejo sin terminar, quedó toda la casa sin terminar. El closet a la mitad, todo eso da confusión e igual es en lo emocional. Entonces cuando tenemos gestalt sin cerrar no podemos tener relaciones saludables.

Luego tenemos que aprender a caminar en los círculos de rechazo. Hay que saber si uno ya está sanado cien por ciento del rechazo. Puede ser que nos llevemos la sorpresa que no. Todavía me molesta que no me saluden, no hemos cerrado todavía el circulo del rechazo. Todavía me molesta que no me inviten. No hemos cerrado todavía el círculo del rechazo. Todavía estamos tomando ciertas situaciones como rechazos personales. Y cuando caminamos en círculos de rechazo: a mi me rechazan, yo empiezo a rechazar y tenemos entonces un liderazgo en un equipo en todos medio nos manejamos con cierto rechazo y no llegamos a ningún lado.

Luego, acá tenemos que tener con mucha claridad el nivel del manejo de aceptación. Ya vimos el manejo del dolor, los conflictos no resueltos, el cierre del gestalt, los círculos de rechazo y yo tengo que tener como está mi nivel de aceptación. De repente yo estoy como el de la figura y me miro en el espejo como que tengo un concepto un poquito elevadito del asunto. Y si yo me creo más, en mi país dicen ‘la mamá de los pollitos’ yo voy a ver a los demás para abajo.

Mi posición existencial va a ser ‘yo estoy bien, pero ustedes…’. Y si por el contrario yo tengo complejos del famoso complejo de inferioridad, que me creo menos, que me creo tonta, que no me creo capaz. Que en realidad es lo mismo que el de superioridad solo que con una manifestación diferente. Dios nos quiere que nos veamos ni más ni menos. Dios quiere que nos veamos exactamente como Él nos ve. Y Él es el mejor reflejo. Preguntarle a Él es verme con mis habilidades, mis cosas buenas, mis fortalezas y mis debilidades, ¿para qué? Para entregárselas a Él y que no afecten el liderazgo.

Cuando yo no tengo una buena imagen de mi misma, ¿qué va a pasar? Yo no voy a pedir ayuda porque si me siento muy poca cosa no merezco la ayuda, si me siento mucho no la necesito. Un líder hay momento que tiene que pedir ayuda. Hay momentos en que el líder tiene que aprender, tiene que reconocer que comete errores. Porque todos cometemos errores. Todos fallamos. El problema no es fallar, el problema es no corregir el fallo y no aprender.

Y podemos aprender de los que están más arriba que nosotros, de los que están al mismo nivel y de los que tenemos a nuestro cargo. De todos podemos aprender, siempre y cuando tengamos un espíritu abierto a aprender. Muy bien. Y aquí viene algo sumamente importante: como está mi madurez emocional. Yo puedo tener los años que tengo, no se los repito, y tener una madurez emocional muchos años atrás. Saber mi nivel de madurez emocional es importante. Ahora ¿cómo yo la conozco? Yo tengo que saber que tengo emociones.

A veces creemos que porque somos muy espirituales tenemos muchas revelaciones, Dios nos habla mucho ¡qué lindo! ¡Qué hermoso! Pero eso no quita que aún tenemos emociones y tenemos que aceptarlo. ¿Para qué? Para que Dios nos ayude a manejarlas. Si no lo reconocemos no podemos entregárselas a diario y pedirle ayuda para manejar las emociones. Las emociones van a influir en nuestras relaciones. Como líder tenemos que decidir que tipo de liderazgo quiero tener. Quiero tener un liderazgo emocional en el que dejo fluir mis emociones o quiero tener un liderazgo espiritual donde las manifestaciones del fruto del Espíritu se van a ver.

Porque las manifestaciones del fruto del Espíritu son relaciones: bondad, gozo, amor, paz, mansedumbre, paciencia son relaciones. Así de sencillo. Yo tengo que saber que tipo de liderazgo tengo y que tipo de liderazgo quiero tener. Ahora bien. Hay una emoción básica. Todos tenemos mínimo una emoción básica. A veces tenemos dos o más. ¿Qué es una emoción básica? Una emoción básica es aquella emoción que venimos manejando fuertemente desde la infancia. Todos de alguna manera hemos tenido situaciones traumáticas.

Todos, de una u otra forma. Si no las hemos tenido reales las hemos tenido en la cabeza. Pero las hemos tenido. Cuando una situación traumática, cuando hay un dolor, cuando hay algo que no podemos manejar, que no sabemos como responder hay emociones. Y esa emoción si no la aprendemos a manejar va perdurando durante la adultez. Entonces es la emoción o las emociones que ahora me cuesta manejar. Generalmente, las mujeres la emoción que nos cuesta manejar es la ira.

No nos enseñaron a manejarla y generalmente la reprimimos en la infancia y ahora venimos manejando mal la ira. ¿Qué pasa con un líder que no reconoce que es su emoción básica y no la maneja? Va a gritar a todos, enfrente de todos y nadie quiere estar cerca de un líder que grita. Nada quiere estar cerca de una mamá gritona, nadie quiere estar cerca de una esposa gritona, de una esposa enojona o de un líder enojón. ¿Por qué? Porque no hemos reconocido nuestra emoción básica.

Entonces puede ser que la estemos reprimiendo y reprimiendo y de repente una cosita nos conecta con eso y “¡fum!” estallamos, como la olla. ¿No han visto las ollas esas, Presto creo que se llaman? Yo de cocina no se así que no se si son Rinaweb o esto. Entonces las ollas ¡fum! Estallan. Así estallamos a veces y si no vamos reprimiendo y reprimiendo las emociones y llegamos a la depresión. A veces la emoción que no podemos manejar es la ansiedad. Por eso compre el CD.

Pero tenemos que reconocer cual es esa emoción que venimos manejando mal. Y no me diga que no tiene ninguna porque ¿sabe cuantas emociones hay? 180 emociones y a veces hay un día de paz pero a veces las 180 emociones se acuerdan en el día y es ese uno de esos días tormentosos que usted pasó por todos los estados emocionales y en la noche solo se tira en la cama porque ya no puede más. 180 emociones, ¿se da cuenta? Y a veces decimos “no yo no tengo que manejar ninguna”. Mentira. Si somos humanos, yo hasta creo que son más de 180, fíjese. Todavía le estoy quitando algunas.

Otra cosa que hay que reconocer son los disparadores emocionales. ¿Qué es un disparador emocional? Esos nunca los identificamos. ¿Sabe cuales son? Son esas palabritas, esos gestos, ese tonito de voz que cuando alguien nos lo dice rápidamente saltamos o nos defendemos. Yo se cuales son mis dos disparadores emocionales. Mire, estoy pidiéndole al Señor que siga trabajando en eso porque de repente son dos palabritas que me dicen y yo como que ‘pongo freno’. ¡Ay, Señor! Son los disparadores, ¿verdad?

Pero si no sabemos cuales son los disparadores, vamos a reaccionar y le vamos a echar la culpa al otro y no es la culpa del otro. Son mis reacciones, es lo que yo no he manejado que se dispara con las palabras del otro. A veces es un gesto, a veces solo basta que alguien nos haga “así” y saltamos, ¿verdad? “Este me dio mal”. Hay que conocer y un líder tiene que conocer cuales son sus disparadores emocionales, todos los tenemos. Y tenemos que reconocerlos para entregárselos a Dios.

Tenemos también que conocer cuales son nuestros estados anímicos. ¿Qué son los estados anímicos? Son esas tendencias a estar de cierta manera emocional y a veces no sabemos ni por que. ‘¡Ay! Es que hoy me siento, no se como… melancólica, triste, animadísima’. Son estados emocionales aprendidos muchas veces de la infancia. Patrones emocionales que venimos aprendiendo. Yo he tenido que luchar mucho con la ansiedad porque yo aprendí ese patrón emocional.

En mi casa siempre se manejaba la ansiedad, pero…. Sinónimo de responsabilidad. Entonces cuando yo llegué al Señor y me decían que echara toda la ansiedad sobre el Señor, yo dije “bueno, esto no es responsable, pues”. No es así la cosa. Lo que pasa es que pasa es que tenemos que aprender a manejar esas emociones pero tenemos que identificar esos estados emocionales aprendidos. Fíjese que a veces yo me empezaba a sentir ansiosa y no había razón. Tenía que decir ‘Olga, calma. Tranquila, tranquila. Come despacio, no vas a ningún lado. No te están quitando la comida’ y así.

Y yo sola calmarme, ¿por qué? Porque tenía un patrón aprendido de estar con ansiedad y con estados anímicos que no son los adecuados. ¿Qué son las emociones? Las emociones, pues son agitaciones internas producidas por situaciones externas a veces producidas por ideas, a veces producidas por recuerdos que nos van a dar una conmoción física que va a ser más o menos evidente. La mayoría de nosotros demostramos las emociones. Creemos que no, pero las demostramos: con los gestos, con la cara, con los ademanes, de alguna manera demostramos las 180 emociones.

Tengo que tener conocimiento de los conflictos del yo. O sea del ego. El ego es lo que me identifica como persona. Hermana, ¿yo tener ego? Ya no, si yo ya estoy crucificada. No lo creo. Todavía hay mucho de eso. Lo que pasa es que no lo veo porque son lo que se llaman los puntos ciegos. ¿Sabe que es un punto ciego cuando usted va manejando? Usted va manejando y mira para atrás y ve los carros que vienen pero hay un punto que usted que por más que haga así y se tuerza ya no mira y ¡zas! Le dan en el carro. Eses es el punto ciego. El punto que uno ya no ve.

¿Quiénes conocen nuestros puntos ciegos? Los que viven con nosotros, nuestro equipo de liderazgo y nosotros conocemos los puntos ciegos de nuestro equipo. Porque para conocer los puntos ciegos del otro, los puntos ciegos míos y que ni me los digan porque me enojo. Criticones que son. El egoísmo. Va junto con el orgullo. ¿Cómo miro yo si tengo orgullo? Yo hago, yo vuelvo, yo dirijo, yo esto, yo el otro y yo, yo, yo. Y cuando alguien es “yo” ¡ay! Que fácil verlo pero cuando yo soy no lo veo. Lo veo muy normal, pero en realidad voy a preguntarle al Señor si no realmente hay todavía esto de esto que van combinados.

Mire, la vanagloria. Creerme insustituible. No lo soy. Favor que me hace el Señor con usarme. Pero si yo me creo que el líder es insustituible… La altivez también es colocarme en una posición más arriba que los demás y a veces en el liderazgo –estamos hablando acá mas o menos de los liderazgos de mandos medios- aún de mandos medios a veces nos volvemos un poquito…. Y no nos damos cuenta. ¿Por qué? La altivez no la vemos pero cuando alguien nos la dice pues debemos llevarla delante del Señor para ver si es cierto.

Y la prepotencia, también. ‘Solo yo hago las cosas bien. Si se la doy a otro las va a hacer mal’. Mejor las hago yo. Tengo que enseñar a los que están conmigo, a mi equipo a que las hagan bien. ¿No las hicieron bien la primera? Tengo que enseñarle la segunda porque hay una cosa que usted necesita como líder: paciencia. Mire, la carrera más rápida es la de uno solito. Llega más rápido. Como no podemos ir solitos hay que tener paciencia.

Luego yo tengo que conocer, y esto es bien importante, mis estados mentales o sea los mecanismos de defensa. Repetirlos como yo se los voy a repetir ahorita es bonito, evidenciarlos en mi vida es difícil porque ya los he hecho propios, ya son míos, ya se volvieron parte de mí y tengo que dejar que Dios me los quite. Si Dios no nos quita los mecanismos de defensa, si no se los entregamos a diario vamos a seguir caminando en ellos y no vamos a crecer. No vamos a madurar emocionalmente, no vamos a tener aprendizaje, no vamos a ser enseñables.

Y ¿Cuáles son? La negación. Negamos lo que sentimos. ‘¿Te enojaste con lo que te dije?’ ‘No, si yo soy cristiana, ¿Cómo me voy a enojar?’ ‘Es tan colega conmigo ¿Cómo va a hacer eso? De ninguna manera’. La represión: yo introduzco las emociones y las guardo ahí adentro como una gavetita y de repente se ha fijado que en las gavetas usted mete y mete cositas y de repente un papelito y ya la gaveta no cerró. Y usted empuja y la gaveta ya no cierra. Igual es eso. Acumule cosas adentro y usted va a vivir cansada, confusa y de repente estallamos.

¿Por qué? Porque todo se lo guarda. Estamos equivocando el guardarnos todo con la bondad y la mansedumbre. Esas son manifestaciones del fruto del Espíritu reales. Esto es guardarse lo que siente: ‘estoy bien brava y me lo guardo’. Es otra cosa. Desplazamiento: usted está en su casa bien molesta con sus hijos y viene aquí y remata con los de su equipo. ‘¿Y a esta que le pasó?’ O al revés: nos enojamos con alguien al que no le podemos decir nada y vamos a la casa a ver quien nos las paga. Y ¿dígame si no funcionamos a veces así?

‘Pero mamá ¿Qué te pasa? Y entramos regañando a todos y por todo. Lo que usted ayer no regañó porque dejaron los escarpines tirados hoy se pone furiosa y regaña. Pero no son los calcetines los que nos tienen brava. Son otras cosas que no pudimos manejar. Y vivimos haciendo estas cosas muchas veces. La regresión: el líder o la persona del equipo que de repente Dios ‘me dijo que me fuera’. Pero hay veces que Dios no nos dice es que yo ya no quiero seguir en el asunto y que asumo una conducta infantil y todos saben que es el cuerpo que está peleando porque algo no le gustó y el único engañado es uno.

¿Por qué? Porque estos mecanismos de defensa son inconscientes. No son conscientes y a no ser que permitamos que el Espíritu Santo penetre a profundidad en el inconsciente, en el subconsciente y rompa todas estas cosas que traemos de la infancia, del pasado, vamos a seguir caminando engañadas. ‘¿Por qué se fue de la iglesia?’ ‘¡Ah! Es que no me gusta esto’ pero la hermana se fue, esa es la realidad. Formación reactiva: algo negativo lo convertimos en lo contrario. Entonces a veces aparecemos ‘hermanita linda, preciosa’ y usted sabe que en el fondo no es ni hermanita linda ni preciosa.

La mira con el tono de voz. Porque nos volvemos… ‘Si mi linda’ pero es un “Sí mi linda” que no es ni linda aparte de alguien que lo dice con sinceridad pero yo tengo discernimiento para saber cuando nos están diciendo de verdad o no. Y la gente no sabe que está haciendo eso porque inconscientemente está usando esos mecanismos para no decir y confrontar con lo que se siente y manejarlo.

Aislamiento: fíjese que a veces aislamos la parte emocional de la parte mental y entonces hablamos las cosas como que somos un palo, sin emoción. ¿Por qué? Porque el corazón se ha endurecido. Y mucha gente de la que viene al conocimiento del Señor viene así con las emociones aisladas porque son tan dolorosas, le han pasado tantas cosas en su vida que las ha tenido que aislar. Y cuando usted la trata de ministrar parece que no entra la ministración. Y usted trata y trata y parece como que hay un palo adentro, una dureza de corazón.

Y eso tiene que irse rompiendo poco a poco, con amor, con entendimiento, con dulzura, con palabras nobles, con comprensión, con paciencia y todo es trabajo que nos toca a nosotros con las personas. Luego tenemos la racionalización o justificación. Esa todas la usamos: ‘porque vino tarde’; ‘fíjese’, ‘fíjese’. Vinimos tarde porque salimos tarde. Y va la media verdad y la media mentira: porque en parte es cierta y en parte no. Pero para Dios o es verdad o es mentira. ‘Hermana, ¿verdad que usted estuvo orando por mi, intercediendo?’ ‘Claro que sí mi hermana’ y por dentro ‘¡qué pena, nunca oré!’. Que bueno que Dios ya le contestó.

Proyección: yo proyecto en otro lo que yo siento. En ese grupo donde estoy ninguno es amoroso. Me voy a otro ministerio, pero tampoco son amorosos y me voy a otro y resulta que tampoco. Entonces ¿toda la iglesia no es amorosa? ¿Quién será la que no es amorosa? Yo. Identificación proyectiva: yo me identifico tanto con ciertas actitudes de otra persona que si es en negativo pues me contamino y si es en positivo empiezo a actuar igual que la persona a vestirme igual que la persona y mucha veces ni siquiera me doy cuenta.

De repente, yo me visto igual que la líder, igual que la que dirige el grupo. ¿Por qué? Porque estoy usando este mecanismo. Dios nos ha hecho individuales, diferentes, únicos. Entonces esto es bien importante. Mire. Que todos los días vayamos delante de Dios y le preguntemos en toda situación difícil ‘Señor ¿qué mecanismos de estos estoy usando?’ No cuales usa el otro o la otra, ¿Cuáles uso yo? Yo se cuales son los que uso y estoy dejando que el Señor trabaje. Todavía tengo que partes que vamos caminando. No somos perfectas de ninguna manera. Yo se cuales uso.

Y hay que tener cuidado en eso y permitir que Dios entre a las capas profundas de nuestra personalidad. Que entre al inconsciente y al subconsciente. Eso es cuestión de pedírselo todos los días. Mire, engañoso es el corazón, mas que todas las cosas y por algo es escribista decía “Escudriña, ¡Oh, Dios! Mi corazón. Pruébame. Muéstrame que hay de malo en ello y enséñame el camino correcto” Y escudriñar es meter hasta el fondo, es entrar al consciente, subconsciente y el inconsciente.

Luego la vuelta contra si mismo. Esto es la persona que por la culpa empieza a auto agredirse. Y fíjese que este mecanismo a veces nosotros decimos “Bueno nosotros como cristianos ya no nos auto agredimos”. Fíjese que sí, no nos cuidamos ni físicamente muchas veces, ni emocionalmente ni espiritualmente. A veces es una forma de auto agredirnos. ‘Hermana, mire, usted lo que tiene que hacer es esto, esto y esto’ y van y no lo hacen.

¿Quién se está auto agrediendo? Uno. O si no: ‘Hermana tómese esta pastilla cuando el médico le mandó una pastilla’ y no la tomamos cuando nos dijeron. ¿Cómo nos queremos curar? O nos dice lo que hay que hacer y no lo hacemos. Entonces tenemos que preguntarle a Dios que mecanismos de estos estamos usando. En un equipo de trabajo yo voy a tener una personalidad y mi equipo va a tener otras personalidades. Y ahí viene la situación problemática. ‘Yo quiero que todos piensen como yo’, ‘Yo quiero que todos actúen como yo creo que deben de actuar’.

Y resulta que yo voy a tener una gama de personalidades y por ejemplo aquí podemos ver el que está siempre alegre. En ciertas clasificaciones le llaman el sanguíneo, otras le llaman el festivo, diferentes maneras. Pero es la persona que le gusta exhibirse, que siempre está contenta y siempre quiere exhibirse. Y ¿qué nos pasa? A veces decimos “el show es lo que le gusta”, “lucirse es lo que le gusta”. Es su personalidad y la podemos usar en algo que le gusta si eso lo hace bien.

Tiene buen contacto con la gente por lo que estar en la puerta es bueno para ella porque saluda a todos y se goza con todos. Y los saluda y los abraza y los hace sentirse bienvenidos. Pues, ¡que bueno! A veces tenemos otra personalidad. Podemos tener el que es muy serio. El que es muy serio va a decir ‘¡Uy! Tanta abrazadera, ¡eso no!’ ¿Por qué? Porque no es así. Simple y sencillamente lo que le gusta es estar pensando, analizando, viendo detalles. Yo no quiero saber cuantos abrazos dieron, yo quiero saber cuanto dinero entró. Son los contadores. Son los que llevan las finanzas porque esas personas son meticulosas y entonces ellos lo que necesitan son detalles.

Entonces sepamos que hay personas con personalidades así en nuestro grupo y que tenemos que usarlas correctamente. Podemos tenemos al que se llama el colérico o que se puede llamar también agresivo o que se llama emprendedor. Es aquel que lo que quiere es acción. Entonces a él démosle retos. Es que lo quiere hacer todo, ¡ah! Demoledle ya bastantes cosas. Le gusta estar haciendo cosas porque lo que le gusta es el reto. Él lo que quiere es: hagamos. En cambio podemos tener al –que en algunos lugares se llama- flemático, en otras clasificaciones pacifico.

Esta persona pregunta ‘¿Y cuál es la prisa?’ ‘¿Pero para qué estamos corriendo?’ Es calmado. Y el líder a veces quiere que el flemático vaya al ruido. Imagínese un colérico de líder y todos los que tiene son flemáticos. Los otros pobres no le pueden seguir el paso. Y en cada equipo tenemos que reconocer cual es la personalidad del equipo completo para manejarla, como se integran las personalidades y que está predominando. Porque imagínese donde tenemos un liderazgo donde todos somos sanguíneos. Todos viven felices, todos empiezan todo, nadie termina nada, después están las reuniones pero nunca llegamos a la meta.

Imagínese que nuestro equipo es de todos de coléricos. Pues, vamos a un ritmo muy fuerte y si todos somos serios, imagínese un equipo solo detalles, como que lo pensamos tanto que no hacemos nada porque demasiados detalles, demasiada planificación y nunca logramos hacer nada. Usted tiene que tener un equipo donde haya de todo para combinarnos, para balancearnos y yo como líder tengo que conocer mi personalidad y tener cerca de mi personas que me complementen y tengo que entender que no las puedo hacer igual a mi.

Me tienen que complementar. No quererlas cambiar y que todos nos volvamos iguales. Muy bien. Ahora vamos a entrar un poquito al manejo de las personas difíciles. Me voy un poquito rápido por razones de tiempo. Pero vamos a ver el manejo de las personas difíciles. Recordemos a la hora de manejar una persona difícil que lo que tenemos que manejar es la relación. Lo que hay que cambiar es la relación, lo que hay que encontrar es la manera de caminar con la persona persona difícil. Si yo la quiero cambiar me voy a pasar la vida entera cambiándola. La persona va a cambiar al ritmo que ella deje, con el Señor.

Primero vamos a tener aquí la palabra de Dios. Miren aquí la palabra de Dios dice que “vivamos en paz”. Vamos a tener al negativo. Como que en un grupo a todo lo que usted dice, dice “no se puede”. Aquí hay tres elementos que usted va a tener que usar en todas las personas difíciles que tenga que manejar en su casa o en el liderazgo o donde sea. Y el primero de ellos es: Reconozca al negativo interior. Todos tenemos algo de negativo: ‘¡Ah, no! Yo no’. Todos tenemos algo de negativo. En otro lo vemos fácil, pero todos tenemos algo de negativo.

Segundo: Acepte a la persona como es. Dios nos acepta como somos y en base de esta aceptación nos empieza a transformar. Tercero, estas tres cosas, mire, van para todo: Ore por la persona. A veces se nos va en criticarla y no en orar por ella. Especialmente cuando se vaya a juntar con él, ore para que usted pueda relacionarse bien con la persona negativa. ¿Qué hacer con una persona negativa en el grupo? Por favor no discuta con el negativo. El negativo dice que no y usted que sí. ¿Sabe que haga? Acepte el negativismo pero dígale que hay alternativas.

Le puede decir algo así como “Está bien, entiendo que no quiera que hagamos ese proyecto porque hay muchas cosas difíciles. Es cierto. Pero también hay alternativas que yo quisiera probar. Si en el camino vemos que las cosas que usted dice no se pueden solucionar buscaremos otras maneras”. Entonces usted sigue adelante con su grupo, no entró en discordia con el negativo pero tampoco dejó que el negativo le quite el impulso de caminar adelante. ¿Por qué razón? Porque el negativo lo que le pasa es que siente que no tiene el control de las cosas.

Le da miedo fracasar, le da miedo lo miedo. Entonces ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a fracasar? El no hacer nada. ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a correr riesgos? Pues no hace nada. ¿Por qué? Porque le teme a eso. Entonces si reconocemos al negativo interno y entendemos que le pasa al negativo vamos a poder relacionarnos con él aunque siga siendo negativo pero no nos va a detener. Luego tenemos a uno que no nos gusta para nada: el criticón. Mire ese todo el tiempo se queja, todo el tiempo aconseja sin que usted se lo pida.

Ahora todos tenemos un criticón interior. Dígame si no. ¿Nunca ha criticado? ¿Nunca ha dado consejos sin que se lo pidan? A cada rato: ‘Yo que tú haría’. Pero usted no es la otra persona. Ni le están pidiendo consejo ni le están oyendo tampoco. Y lo mismo, ore y acepte al criticón. Ahora bien. Cuando viene la crítica tenemos que diferenciar varios aspectos. Uno es ver de donde procede la crítica. Hay críticas que proceden de personas que valen la pena oír y hay criticas de personas que usted dice todo el tiempo ‘está en las mismas criticando’.

Hay críticas que no vale la pena oír y que hay que detener. Entonces nosotros tenemos que diferenciar: que críticas sí oír, que criticas no oír. Cuando alguien venga con la crítica escuchemos y llevémosla delante del Señor y veamos cual es la perspectiva de Dios. Puede ser que Dios diga ‘Sí, oye la crítica y corrige ese error’. Puede ser que Dios diga ‘No, no tienes ese problema’. Pero oigamos, veamos la perspectiva de Dios para la crítica.

La otra cosa que hay que ver es el número de los criticones. Fíjense que los criticones a veces hablan tan fuerte y son tan seguido lo que critican que parece que fueran muchos y a lo mejor son dos. Y uno dice ‘Es que todos me critican’. Veamos las cosas despacio. ¿Quiénes son todos? ¡Ah! Fulanita y ¿quién más? Zutanita y ¿Quién más? Menganita. Pero fácil decimos ‘todo el grupo me critica’. ¡No! Hay que ver cuantos son. Fíjese que a Jesús las cosas que le criticaron eran fuertes pero no eran muchas. ¿Por qué razón? Porque en realidad a veces no son muchos los que nos critican, a veces son pocos y entonces tenemos que tener ese cuidado.

Tenemos que evitar la triangulación. La triangulación es cuando la crítica empieza a correr y a correr y no se arregla para nada y tenemos ya una situación de crítica dentro del grupo. Y también en la crítica hay que ver los puntos débiles. Fíjese que así como los disparadores son palabras o gestos que nos llevan a reacciones, en la crítica hay veces que usted mira venir la crítica, mira venir una palabra y sabe que viene al punto que le duele. Usted la mira venir y sabe que le van a dar en el mero corazón ¿verdad? Y entonces antes nos ponemos defensivos.

Cuando viene la crítica ya no la oímos y empezamos a atacar. Tenemos que conocer los puntos débiles. Y lo pensamos y decimos ‘ya se por donde viene’. Ya empieza la defensa. Que Dios nos ayude para recibir las críticas que debemos de recibir y dejar a un lado las que no debemos de tomar y que no nos detenga la crítica. Porque le voy a decir algo: si usted es líder espere la crítica. Espérela de una vez, porque va a venir. Y si no viene es porque usted no está haciendo nada. Entonces ¡que bueno que venga!

El antagónico es aquel que pelea hasta con su sombra. ¿Ha visto que hay gente que pelea hasta con su sombra? Y de repente le sale en su grupo uno así. ¿Qué hace usted? ¿Qué hace con un antagónico? Con el antagónico hay que trabajarlo preventivamente. ¿Cómo se trabaja el antagónico preventivamente? Primero reconozca al antagónico interior. Todos tenemos un poquito. Acepte al antagónico y ore por él. Esto va con todas las personalidades. ¿Cómo puedo yo manejar el antagonismo para que no me ocasione problema en mi grupo?

Yo tengo que seguir todo lo establecido. Cuando yo soy líder, hay normas, hay reglamentos. Si yo los sigo, yo le quito oportunidad al antagónico. El antagónico tiene campo cuando yo no sigo los reglamentos. La otra cosa que tengo yo que hacer es darle toda la información por escrito. Darle todo con detalles y dárselo por escrito y darle las cosas anticipadamente. Con eso yo estoy manejando a un antagónico en el grupo. No le estoy dando el espacio para que trabaje su antagonismo y tengo que buscar también cierta distancia.

Recuérdese que en la mañana hablamos de los límites y de cuando dejar la intimidad y cuando no. El antagónico no puede tenerse muy muy cerca. Tiene que haber una cierta distancia en el manejo. El antagónico si usted lo aconseja o lo manda a consejería no va a funcionar. El antagónico también se detiene un poquito aceptándolo tal como es cuando entre los líderes hay un frente unido. Los diferentes liderazgos tenemos que estar unidos. Eso nos ayuda bastante. Y ahora tenemos a otro que usted conoce muy bien: el chismoso.

Todas tenemos algo de chismocitas. No nos gusta pero nos entretiene. Esparce rumores y divulga secretos. Cuando oiga que alguien está chismeando, córtelo. Porque nosotros decidimos el rumbo del chisme. ‘Contame más’, ‘Pero que más’ y ahí se va el chisme. Si usted deja que en su equipo de trabajo se meta el chisme, no vamos a tener relaciones saludables. Entonces tenemos que detener el chisme. No podemos entrar en controversia sino que simple y sencillamente podemos detenerlo diciéndole “No quiero oír mas de lo que estás diciendo”.

Y podemos decir algo bueno de esa persona. Con eso el chisme se detiene. El chisme es como el baile se necesitan dos. Y si usted lo detiene no hay chisme. Otra manera de evitar el chisme en nuestro grupo es: cuidemos nuestros comentarios. A veces se nos va la lengüita un poco, ¿verdad? Y como que hay que pedirle a Dios como que todos los días la sujete. Y mire, cuando hay un chisme que levantó alguien contra nosotros, un rumor que no es cierto. Pidámosle consuelo a Dios. Hay veces que podemos confrontar a la persona y podemos decirle ‘Mira estas diciendo esto, esto y esto de mi’ pero hay veces que no se puede.

Y que Dios nos de discernimiento porque hay gente que se crea sus propias mentiras y entonces se creen que lo que están diciendo es cierto y entonces ¿cómo les hace usted ver que no es cierto? Entonces que Dios nos de discernimiento para saber cuando hacerlo y cuando no. Y tenemos que crear un buen ambiente de trabajo que no tenga chismes y esto solo se logra cortándolo de raíz. Pero al líder le gusta el chismito eso se riega por todo el equipo.

¿Cuál es la razón básica? El chismoso quiere ser aceptado. El chismoso se siente superior porque tiene una información que los demás no tienen: ‘¿Ya supiste?’ y todos ‘¡Ay! ¿Qué es lo que tú sabes y nosotros no?’. Se colocó hasta arriba. Entonces que Dios nos ayude, pues, porque a veces las chismosas somos nosotras. Y tenemos aquí otro que no nos gusta que sea el controlador, dominante. Y si le aparece uno en su grupo tiene dificultades. El controlador dominante es invasor. Invade su campo todo el tiempo.

Reconozcamos que todos tenemos algo de controladorcitas. Si no que lo digan los hijos, ellos saben. Aceptémoslo y oremos por él. No luche por el control. El fuego no se apaga con fuego y a ver ¿Quién tiene el control en el grupo? ¡No! Lo que tenemos que hacer con el controlador es detenerlo. ¿Cómo lo vamos a detener? Mire, el controlador usted empieza a exponer y el controlador no la deja, se le adelanta y quiere exponer por usted. Pero si usted es el líder del grupo usted tiene que detenerlo y decirle ‘un momento estoy en el uso de la palabra’ y vuelve a repetir lo que estaba diciendo.

Y el controlador le vuelve a quitar la batuta y usted solo dígale ‘continuo en el uso de la palabra’ y siga diciendo lo que tiene que decir. No se deje quitar el lugar sin entrar en contienda. Porque si entra en contienda se vuelve problema. Pero sí, no permita. Dele alternativas, dígale: ‘en este momento yo estoy en el uso de la palabra. Después vas a hablar tú. Cuando yo termine tú vas a hablar’. Eso se llama la técnica del “disco rayado”. Si hay necesidad de volver a repetir lo que empezamos lo volvemos a repetir, pero no dejamos que el controlador nos quite lo que estamos exponiendo.

Porque cuando venimos a sentir es él el que tiene el grupo a su cargo, es el líder que le llaman el líder virtual: agarra las cosas y a nosotros si el Señor nos puso a nosotros nos dio el lugar y debemos mantenerlo sin entrar en contienda. Y ¿cuál es lo que le ofrece el controlador? Mire, debe ser vulnerable y por eso quiere tener el control. Si entendemos que todas estas personalidades difíciles tienen problemas de aceptación, problemas de valorización, problemas de manejar sus vidas emocionales vamos a entenderlos más. Vamos a llevarnos mejor con ellos y no los vamos a rechazar.

Y también tenemos el traicionero. Esto si es dos caras, ¿verdad? Usted sabe ya quien es. Todos, también, adentro tenemos un traicionerito por ahí. Ahora el traicionero rastrero, mire, sepa quien es. Y ponga usted algunas formas en su grupo de que su puede como se dice corrientemente curar en salud. Y si usted ve que hay alguien traicionando usted enfréntelo y hágale saber lo que está haciendo. Y si ve que está traicionando a alguien deténgalo. No lo puede dejar avanzar, sin entrar en conflicto pero si puede detenerlo. También aquí nos ayuda mucho la red de confianza y de unidad que tengamos entre los líderes.

Porque cuando venga alguien así, pues, nosotros estamos unidos. Tenemos una red de confianza entre si. Y ¿Qué le pasa al controlador? Tiene un sentimiento de impotencia y quiere controlándolo todo sentirse que las puede. El controlador siempre va a creer que sabe más que usted. Entonces por eso no la deja hablar, ni quiere que usted exponga. Él sí sabe y usted no. Se le detiene dándole alternativas para que después hable. Dándole después la opción pero usted toma su lugar. Tenemos también el competidor: cree que todo es superarnos unos a otros. No entremos en el juego. Nosotros tenemos nuestras metas que Dios nos ha dado.

No tenemos por que entrar en la competencia a ver quien lo hace mejor. ¡No! Usted tiene sus metas, llévelas como Dios se las ha dado, no entre en el juego. Y el competidor fácilmente puede ser una persona con un poquito de envidia. Orémosle al Señor, que el Señor nos de la cautela para esto y sigamos con nuestras propias metas. El competidor también es inseguro. Estas personalidades difíciles, que esperamos no sean las nuestras ¿verdad? Porque si nosotros somos el líder y tenemos esto pues también hay que trabajar. Y finalmente ya para terminando ¿Cómo manejar lo que los demás piensan de mi?

No gastemos la energía en esto. El único que nos debe interesar que piensa de nosotros es Dios. No finjamos que somos perfectos. Si la gente ve que tenemos errores, tenemos errores. Si la gente ve que cometimos un error arreglémoslo pero no tenemos que fingir que todo es maravilloso, que todo es perfecto. No es así y no podemos complacer a todos. Siempre va a haber alguien que no está complacido. Y algo que nos puede ayudar mucho, mire, es el consejo. La multitud de consejos siempre es buena. El consejo es bueno.

Y veamos también si de repente tenemos una persona que no habla dentro del equipo. Aquí lo mejor es usar lo que se llama la psicología invertida o si usted tiene un hijo que no habla use la psicología invertida. Le puede decir: “Se que tienes algo que decir. Respeto tu silencio. Cuando tengas tiempo me lo dices, cuando quieras me lo dices”. Le quitamos un poquito la presión y al quitarle la presión va a empezar a hablar. Pero eso sí tengamos cuidado que cuando logremos que hable escuchémoslo.

Porque de repente por timidez, por temor, por las razones que sean no habla y cuando habla no lo escuchamos o rapidito le decimos ‘No, no es así’. Ya no vuelve a hablar. Porque a veces la gente en los grupos toma esa actitud: ‘No vuelvo a decir nada’. Y nos quedamos con esa actitud de ‘No vuelvo a decir nada’. Entonces aprendamos a usar la psicología de invertir en esos momentos para que cambie la presión, o hacerle preguntas como ‘Dime que te pareció tal cosa’ pero tratando de que no solo diga sí o no; sino que tenga que dar una descripción de las cosas. Esto también ayuda.

Y ya finalmente ¿Cuáles son las actitudes a tomar en el manejo de las personas difíciles? Mire si no tenemos humildad, si no estamos determinadas a llevarnos bien con ellos a pesar de la forma que son porque nunca vamos a tener un equipo perfecto. Si usted espera ser un líder con un equipo que todas las personalidades son ajustadas, lindas, preciosas, quizás el primero que se tendría que ir sería uno mismo como líder. ¿Verdad?

Entonces aceptémoslos. Dios nos acepta a nosotros. Ayudémoslos, crezcamos junto con ellos, busquemos la manera de relacionarnos y tengamos esperanza que Dios nos va a ayudar. ¿Por qué razón? Porque los fuertes en la fe debemos ayudar a los más débiles. Y el líder, una de las razones por las que está puesto, es porque es más fuerte que nadie. Así que yo es que le quiero pedir que usted se ponga de pie. Vamos a orar.

Padre te damos gracias en esta tarde porque Tú nos has ayudado a reflexionar de muchas cosas que hay adentro de nosotros. Padre amado a veces cuando vemos tanta cosa que tenemos que cambiar, cuanta cosa en la que tenemos que mejorar, Padre a veces pensamos que nunca lo vamos a lograr. Que es tanto y que es mucha la demanda que hay sobre nosotros en el puesto que Tú nos has puesto de liderazgo, o es mucha la demanda que Tú nos has puesto como líderes en nuestra casa Padre.

Pero sabemos que cuando Tú nos das una posición de padres, de madres, de madres espirituales en la iglesia, de líderes en la iglesia Tú no nos dejas solas. Que Tu palabra dice que siempre estarás con nosotros y que Tú nos ayudarás y que Tú nos consolarás y que Tú eres el que nos lleva de gloria en gloria. Sabemos que la transformación de todas estas cosas no se va a llevar de un día para otro. Sabemos que todo esto es un proceso pero lo que sí pedimos, venimos a pedirte en esta tarde Señor Jesús es que nosotros podamos ver las áreas que tenemos que someter a Ti todavía.

Las áreas de todo esto que estamos viendo Padre que todavía necesitan ser mejoradas. Gracias por enseñárnoslas, Padre. Porque sólo conociéndolas te las podemos entregar a Ti Yo les quiero pedir a ustedes, si usted tiene un área en la que tiene que ser trabajada por Dios en cada una de estas cosas yo le voy a pedir que venga aquí enfrente con toda sencillez, con toda sencillez para Dios empiece a trabajar en cada una de estas áreas.

Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 1

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Una vez yo leí que todos nosotros debemos aspirar y buscar tener a alguien que está más atrás de nuestro propio camino, a quien nosotros mentoreamos. Que debemos tener a alguien a nuestro lado que esté en el mismo camino de nosotros, más como a nivel de amistad y de compartir, y que debemos también aspirar tener a alguien que está más delante de nuestro camino para recibir mentoría de esa persona. Así que yo tengo el privilegio de en esta mañana presentarles a alguien que está en ese lugar para mí, alguien a quien yo considero una madre espiritual, una mentora, a pesar de que estamos a tantas millas de distancia porque ella vive en Guatemala, y yo estoy aquí, pero de igual manera con Carolina, la misma cosa también, Olguita es muy cercana a ella y es su mentora también.

Así que es un privilegio tener personas que así que han dado más pasos que uno, no solamente por edad sino también por experiencia, profundidad, que valga la aclaración, ¿verdad? Que no es solamente por eso, sino por autoridad espiritual, por profundizar, por ejemplo, así que esa es la persona que la doctora Olga Martínez es para mí y yo sé que a través de … nosotros recibimos mentoría también a través de lo que leemos, de lo que escuchamos. A veces uno piensa que el mentor tiene que estar ahí al lado de uno, pero no es así. Uno puede tener un mentor aún a la distancia y en este caso, hoy, también ella va a mentorearnos a todos nosotros en lo que Dios le ha enseñado a ella para compartir. Olguita viaja internacionalmente impartiendo enseñanza tanto en el ámbito secular, entre comillas, como el eclesiástico. Es una miembro activa de su congregación.

Nosotros la conocimos a través de Carolina León Barrutia, ella comenzó un capítulo de Aglow hace casi 22 años porque yo sé que yo estaba esperando en ese tiempo, esperando a mi bebé. Ya mi bebé tiene 21 años así que… así que un poco después Olguita vino a invitación de Carolina, así que desde ese momento hemos tenido esa relación. Así que ella ha viajado varias veces acá. Tuve el privilegio de verla en su ámbito, en su ambiente natural, en diciembre, en Guatemala cuando visitamos Guatemala. Así que es un privilegio tenerla en esta mañana con nosotros. Yo sé que vamos a ser enseñada y bendecidas y el Espíritu Santo que está en ella también va impartir a nuestras vidas de una manera especial. Así que vamos a orar para que eso se quede ahí, bien adentro, y nos selle y nos transforme esta mañana, así que bienvenida Olguita.

Saben cuántos años tiene esta señora? Acaba de cumplir 70 años. Nadie lo diría, y saben, hablando de lo de la mentoría, ella hace ejercicios casi todos los días: va al gimnasio a hacer ejercicios, nada, así que a veces uno más joven dice, ay, levantarme temprano para ir a hacer ejercicios, no, conmigo, no. Y ella lo hace, así que no solamente mantiene su mente, su espíritu con ejercicios continuo todos los días, sino también su cuerpo así que ese es un buen modelo para todas nosotras imitar también.

He tenido la oportunidad de abrazar a algunas de ustedes y saludarlas, pero a otras no. Así es que ahí en su lugar reciba un abrazo mío, reciba un saludo mío, reciban mis cariños y reciban los cariños de mi país, Guatemala. Y ahora que ya saben mi edad, ¿verdad? Es el secreto de todas las mujeres. Está evidenciado pero realmente damos a gracias a Dios que nos permite llegar a estos años con salud, que nos permite servirlo y que nos deja a todas las que estamos aquí muchos más para poder servir. Ese es el propósito de nuestra vida y el propósito que él permite que podamos llegar a cierta edad sirviéndolo.

Padre, te damos gracias en esta mañana por lo que tu ya has hecho en nuestras vidas, en nuestros corazones. Te pedimos que sigas haciendo lo que tienes que hacer. Padre, yo te pido que esta enseñanza salga de mi espíritu unido a tu espíritu, al espíritu de cada una de las personas y hagas los cambios que tienen que ser hechos. Padre, te pedimos que no sea una enseñanza más, sino que realmente sea una capacitación que cambia nuestras vidas, que lo podamos poner en práctica. Te pedimos, Padre, que quites todas las defensas que a veces cada una de nosotras elaboramos pensando en que esto no es para nosotros, que ya lo sabemos, pero, Padre amado, hoy te pedimos que realmente tu nos confrontes por las cosas que tal vez ya sabemos, pero que tenemos que cambiar. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo, Jesucristo.

Vivimos en un mundo cambiante. Hoy día cada vez es mucho más fácil procesar la información, cada vez hay comunicaciones más rápidas y más fáciles. También hay cambios climáticos muy fuertes, hay cambios sociales, hay cambios culturales. Sin embargo, hay algo que permanece y es la palabra de Dios. Y las relaciones interpersonales están en el corazón de Dios.

Si usted toma la Biblia, usted se va a dar cuenta que desde la primera a la última página Dios de qué nos está hablando. Nos está hablando de relaciones interpersonales. Si pudiéramos definir los Evangelios en dos palabras, en una palabra diríamos, relaciones interpersonales. Las relaciones interpersonales son difíciles. No son fáciles. Son complejas y es lo que nos mete a veces en problemas.

Los países tienen problemas de relaciones. Las familias, cuáles son los problemas que tienen? De relaciones. Y entre las iglesias, cuáles son los problemas que tenemos? De relaciones. Y a veces no le damos la suficiente importancia, pero es básico, es central en nuestra vida y es básico y es central también en un liderazgo.

Vamos entonces a ver acá qué es un liderazgo. Liderazgo según John Maxwell es influencia. Y tenemos que relaciones según Don Marshall es el mutuo compartir de una vida. Si nosotros juntamos estos dos conceptos vamos a ver que un líder debe de estar preparado para desarrollar relaciones de sinergia.

Cuáles son las relaciones de sinergia? Las relaciones de sinergia es la acción combinada o cooperativa que incrementa la efectividad de la persona. Son aquellas relaciones que hacen que en un equipo todos se beneficien. Cuando en una relación las personas entran a esa relación con la capacidad, con la idea de dar va a haber un beneficio mutuo en la relación. Va a ser una relación sinérgica. Por qué razón? Porque ambos se benefician. Por qué? ambos van con la idea de dar lo más que pueden en esa relación y no de obtener. Cuando tenemos relaciones de sinergia, relaciones de beneficio mutuo, el equipo crece y tenemos un equipo de liderazgo saludable.

La definición que acabamos de ver hace un momento nos lleva a tener implicaciones. Vimos que una relación es el mutuo compartir de una vida. Esto nos va a llevar a tener implicaciones. Una de ellas es la reciprocidad. Qué queremos decir con la reciprocidad? Con la reciprocidad lo que queremos decir es que en una relación ambas partes deben de poner algo. Si ambas partes no ponen algo la relación no se desarrolla. Claro, hay veces que alguien pone más, no los dos o los 4 ó los 5 que se van a relacionar deben de aportar en igual cantidad. Por ejemplo, en el liderazgo, el líder es el que más tiene que aportar en la relación. Pero los miembros del equipo también tienen que aportar.

Si no hay este aportar de todos, no hay un crecimiento, no se desarrolla la relación. Naturalmente, cuando la relación se rompe, también todos tienen parte en el asunto. Se ha fijado que cuando una relación se rompe, siempre la culpa la tiene el otro? Yo, como que ni existo, soy sombra. La culpa, todo es culpa de los otros, yo, pobre angelito. No hice absolutamente nada.

Tal vez hay más parte de culpa de las otras personas posiblemente, pero siempre en toda ruptura de relación hay una parte nuestra. E igualmente para que la relación sea restaurada, se necesita que ambos quieran, se necesita que ambos pongan de su parte. De lo contrario la relación no puede ser restaurada, no hay relaciones unilaterales.

Y cuando tratamos de ver una vida compartida, qué quiere decir? Será que las relaciones interpersonales son solo acciones? No. Fíjese que en las relaciones interpersonales hay algo mucho más las acciones, que el comportamiento. Porque nosotros qué somos? Somos espíritu, alma y cuerpo. Y una verdadera relación, una relación significativa, la relación que nos hace vibrar, la relación que nos da vida, la relación que edifica, la relación que aporta, es la relación que va de nuestro espíritu al espíritu de la otra persona.

Y esto a veces no es fácil. Hay gente que tiene una facilidad para tocar desde su espíritu el espíritu de otras personas y hay a quienes les cuesta muchísimo. Y hay quienes nosotros queremos tocar el espíritu de esa persona, y no se puede porque su espíritu está cerrado. Pero un líder tiene que tener la capacidad de poder tocar el espíritu de las personas.

Cómo se toca el espíritu de las personas? Bueno, lo primero es nuestra relación con Dios. En la medida que nosotros tocamos el espíritu de Dios. Cuando usted y yo tocamos el espíritu de Dios, es una relación, bueno, estamos en el éxtasis con el Señor. Es una relación que nos vivifica, nos llena de energía, nos llena de ánimo. Cuando usted termina de estar en la relación con Dios, así como Moisés, está nuestro rostro, cambia. En la medida que nosotros tengamos esa relación con Dios vamos a tener la capacidad de tocar el espíritu de las demás personas. Va junto, no van separados.

Lo que yo me relaciono con Dios se va a manifestar en mi relación con las personas. Ah, no hermana, mire, yo con Dios, una relación linda, con los hermanos, no mucho. No, la cosa no es así. si usted tiene una linda relación con Dios, va a tener una linda relación con los hermanos. Y si tiene una relación con los hermanos va a tener también una linda relación con Dios.

De qué otra manera el líder puede mantener su espíritu abierto? Abriéndole su espíritu a Dios todo el tiempo. Cuando le abrimos nuestro espíritu a Dios todo el tiempo vamos a tener un espíritu abierto para las demás personas. Un equipo de liderazgo tiene que tener su espíritu abierto. Cuando el espíritu se ha cerrado, qué es lo que pasa? No podemos llegar a las personas. La persona no deja ser tocada, la persona que tiene el espíritu cerrado no es enseñable. La persona que tiene el espíritu cerrado es como que pone una barrera, que dice, aquí no entras.

Entonces tenemos que trabajar en el liderazgo para mantener nuestros espíritus abiertos en una buena relación con Dios presentándole tu espíritu delante de Dios, siendo totalmente franca delante de Dios. Nos damos en una relación cuando somos totalmente honestas, cuando nos damos totalmente, cuando somos francas, cuando somos sinceras. Cuando hacemos esto con Dios lo podemos hacer con facilidad con las personas. Cuando el espíritu está cerrado una de las maneras que el espíritu se abre es perdonando y pidiendo perdón. Por eso es tan importante el perdón, porque sino nuestro espíritu se cierra. Y el problema es que se cierra a una persona pero pronto se va a cerrando a las personas y vamos caminando con murallas que no dejan que nos relacionemos unos con otros.

Y qué es una tercera entidad? Qué entendemos por una tercera entidad en una relación? Esto es bien importante. Por qué razón? Una persona es una entidad, la otra persona en la relación es otra entidad, pero la relación en sí hace una tercera entidad. Y fíjese que nosotros muchas veces lo que queremos cambiar en una relación es a la persona, es que como ella no cambia, no va a cambiar, a no ser que deje que Dios la cambie. Lo que tenemos que cambiar es la relación con esa persona. Eso es lo que hay que cambiar. Ahí es lo que hay que trabajar.

Para ponerle un ejemplo: a veces usted mira parejas muy sencillos, sin mayor conocimiento de nada y se llevan tan bien la pareja. Por qué razón? Porque los dos están poniendo todo lo que son. Tal vez lo poco, pero lo están poniendo todo. Entonces logran una tercera entidad que se lleva bien. Pero por el contrario, de repente vemos una pareja; él con conocimiento de todo, magnífica persona; ella, con conocimiento de todo, magnífica persona, júntenlos y usted dice, pero si los dos son excelentes, sí, separados, pero por qué razón? Porque en la relación no están poniendo nada de su parte y en las relaciones hay que darse con honestidad, hay que darse con franqueza.

Y para tocar el espíritu de una persona no necesariamente tenemos que ser íntimo de esa persona. Yo no sé si usted ha ido a un almacén donde le aparece un dependiente que usted dice, aquí, no regreso. En un almacén, la cajera me gruñó en inglés y como yo no entiendo inglés, no entendí los gruñidos. No pude hacer la compra. Pero a los 10 minutos regresé y había otra cajera, y con esa cajera, miren, mi espíritu tocó el de ella y el de ella tocó el mío. Y en dos minutos estábamos platicándonos, ella me contó su vida, yo le conté a qué venía, me hizo otro descuento, me dio una tarjeta y miren cuál fue la diferencia en esa relación. Si a ninguna de las dos yo las conocía, la transacción fue la misma, pero qué pasó? Ella se dio por entero, tocó mi espíritu, pues yo pude tocar el de ella y las dos nos dimos en ese momento. Y hasta la invité a venir pero tenía que trabajar. Pero eso es tocar el espíritu de la otra persona.

Las relaciones también tienen categorías fundamentales. Cuáles son esas categorías fundamentales? Hay un tipo de relación que es cooperativa, con el propósito de lograr algo. Perdón, es cooperativa e instrumental. Qué quiero decirles con cooperativa e instrumental? Que las personas se juntan con el propósito de lograr algo. Tienen una meta. El liderazgo por ejemplo, tiene mucho de ese tipo de relación, porque hay un equipo que está para lograr algo.

Pero hay otro tipo de relación que consumatoria, que es la relación en sí lo que importa, por ejemplo, el matrimonio. Ahora, es muy difícil que las relaciones se den o solo cooperativas o solo consumatorias. Generalmente están combinadas. Y en el liderazgo a pesar de que hay más de la relación instrumental o cooperativa, también hay relaciones consumatorias, porque también es importante la relación en sí.

Y si entramos a las dimensiones fundamentales, entramos a un terreno difícil. Por qué razón? Porque nos habla de la cercanía o la intimidad entre las personas. Claro, en un matrimonio tiene que haber una cercanía, tiene que haber una intimidad. Y la pregunta siempre es, entre los líderes tiene que haber una intimidad, tiene que haber una cercanía? Bueno, eso hasta donde es esa intimidad, hasta dónde es esa cercanía, claro que tiene que haberla, hasta dónde es? El líder la decide con su equipo. Por qué razón? Porque si usted quiere entrar en intimidad con uno de los miembros del equipo y el miembro del equipo no quiere, usted shute. Sabe lo que significa la palabra shute? Que usted es metido. Metido, está invadiendo el espacio del otro. Y tal vez es el líder el que no quiere tanta intimidad y los del grupo están queriendo, entonces se siente como acosado. Estos límites tienen que ser definidos dentro del equipo, hasta dónde es necesario, hasta dónde no es necesaria la intimidad entre los miembros del equipo. Si se lograr una buena intimidad entre todos, pues, excelente, pero a veces depende mucho de las personalidades. Hay personalidades que usted no puede invadir, el espacio está nuevo, como que tiene que ir despacio, poco a poco.

Y aquí también vemos lo que se llama la acción y la extensión que también es importante tenerla presente. Esto quiere decir cuántas áreas de la vida de la persona yo tengo que abarcar. Si en este liderazgo dependiendo de lo que se trate el equipo, yo tengo que abarcar todas las áreas de la vida de la persona o solo abarcar algunas. Posiblemente no tengo por qué abarcar su trabajo, o no tengo que abarcar sus estudios. Hay que definir qué áreas se tienen que abarcar en un equipo de trabajo y hasta dónde se tiene que abarcar.

Y también acá va el factor tiempo. Definir cuánto tiempo del equipo yo voy a tomar para liderazgo. Porque de ahí resulta que quiero demasiado tiempo, y empiezan los problemas. Yo quiero llamar a su casa a cualquier hora y empiezan los problemas. Entonces, tenemos que saber cuánta extensión de tiempo y cuánto de la vida de la persona vamos a abarcar.

En toda relación interpersonal vamos a tener varios elementos. Ahí están. No hay ninguna relación interpersonal que no tenga estos elementos. Claro, según el tipo sea la relación, los elementos se van a dar mayor o en menor grado, y son más o menos importantes. Pero si nosotros los examinamos vamos a tener el amor. El amor usted dirá en una relación de liderazgo, tiene que haber amor? Claro que sí. El Señor nos da un mandato que dice: amaos los unos a los otros. No hay para donde. Claro, no tiene que ser en la misma intensidad como en un matrimonio, de la misma manera lógicamente. Pero el amor en un equipo de trabajo tiene que existir. El amor tiene que ser lo más duradero en un equipo de trabajo.

El respeto. El respeto en un equipo de trabajo entre los líderes es esencial. Tiene que haber respeto. Y sabe que el respeto es una de las cosas más olvidadas que hay hoy día. La confianza, yo le diría, que en un equipo de trabajo, entre el líder y los que están a su cargo, es el elemento más importante, la confianza. Un equipo de trabajo que no se tiene confianza, imagínese. Mejor se van para su casa definitivamente. Es básica la confianza en un equipo de trabajo.

La generosidad, la que menos nos gusta. ¿Verdad? Porque algunos en todas las áreas, usted sabe qué es esto? Sí? Codos, porque podemos ser codos, no solo en lo económico. Codos, hasta con la sonrisa. Hay quienes que parece que pagaran por sonreír. El entendimiento es lo que más cuesta. Le es fácil a usted entender a la gente? Ay, hay gente que de verdad cuesta. Y sabe una cosa, sabe cuál es el más difícil de entender? Uno mismo. A veces ni uno mismo se entiende, pero sí quiere que todos en la casa lo entiendan. Toda la iglesia lo entienda, pero usted no se entiendo. Y el día que usted amaneció de malas, ese día, hasta la cara lleva fea y quiere que toda la iglesia entienda que usted va de malas, que no se le acerquen, que usted va de malas. Entendernos es una de las cosas más difíciles que hay, pero es esencial en un liderazgo.

Veamos entonces el amor cómo debe manifestarse en un liderazgo. El amor en un liderazgo básicamente va a ser enfocarnos en los demás. Un líder tiene que dejar de enfocarse en él mismo y enfocarse en los demás. El líder que no puede enfocarse en los demás, más que en él mismo, no va a tener un liderazgo efectivo. Y la palabra de Dios es clara, miren lo que nos dice Mateo 7:12:

“…Así pues hagan ustedes con los demás, como quieran que los demás hagan con ustedes porque en eso se resume la ley y los profetas…”

La famosa regla de oro. Un líder tiene que tener lo que se llama un caminar alto. Cuál es el caminar alto? El caminar bajo es cuando el líder trata a los demás, ay, menos de cómo lo tratan a él si él es el líder. Un caminar medio es cuando el líder trata al equipo como el equipo lo trata a él. Pero un caminar alto es cuando el líder trata a los de su equipo mejor que como él es tratado. Y ese es el caminar que Dios quiere para nosotros. Ese es el caminar que él quiere en todas las relaciones interpersonales. Cuando en la familia nosotros tratamos mejor que como nos tratan. Es el ejemplo que dio Meche en la mañana hace un ratito. Esta mujer estaba siendo maltratada, pero cuando ella empezó a tratar mejor, las cosas cambiaron, el clima emocional cambió. Y el líder es el que va a marcar el clima emocional de su equipo. Todos influyen, ya lo vimos, todo influyen, pero el que va a marcar el clima emocional es el líder. Y lo va hacer con un caminar alto.

Cuál es el contenido del amor? Cuál es el contenido del enfocarnos los unos a los otros? Lo primero que tenemos es la preocupación. Un líder que no se preocupa por su equipo no va a funcionar. Tiene que dar el ejemplo porque el líder es un manual andando. Así de sencillo. Si él en su equipo se preocupa por otros, los otros se va a ocupar entre sí y se van a ocupar por él. Una de las mayores quejas que yo he visto en los equipos de liderazgo es: el líder nunca se preocupa de mí. El líder nunca me llama por teléfono. El líder nunca me visita si estoy enfermo.

Yo no le quiero decir que el líder tenga que estar todo el tiempo como que usted es un niño, cuidándolo. No. Pero las relaciones interpersonales se dan cuando nos preocupamos los unos por los otros. Y yo sí creo que debemos preocuparnos los unos por los otros, cuidarnos mutuamente. La preocupación es el cuidado mutuo que nos tenemos. Cuando yo la cuida a ella, ella me cuida a mí. Si esto se logra en un liderazgo vamos a caminar todos bien.

A veces tenemos la excusa, ah, no, si es servir al Señor, servir al Señor no tiene uno por qué estarle dando palmaditas en la espalda. Yo creo que cuidarnos, preocuparnos, sí es parte de la relación. Por qué lo creo? Porque Dios se preocupa por nosotros. Jesús se preocupa por nosotros. Dios se preocupó de tal manera que dio a su Hijo Jesucristo para que nosotros tengamos vida eterna. Y si queremos tener un liderazgo al estilo de Jesús tenemos que preocuparnos los unos por los otros.

La bondad. Fíjese que la bondad es el relacionarnos de una manera amable. Sabe que a veces cuesta ser amable. Hay veces que no tenemos ganas de ser amables. No estamos en condiciones de ser amables, sin embargo, es parte de la hermandad. Un hablar amable… que a veces somos groseros con nuestras palabras, groseros para tratarnos unos con otros en el equipo, groseros para tratarnos en la familia, y un hablar amable, un hablar bondadoso nos va a dar un sentimiento de hermandad, nos va a dar unidad. Fíjese que Dios nos habla de manera amable, hasta cuando nos da los jaloncitos nos habla de manera amable.

Simpatía. Ay, ese líder sí que es antipático. Tendrá que trabajar. Yo no puedo tener un líder antipático. Usted tiene un líder antipático? Sí, quieren un líder antipático. Eso es fácil. Más difícil es que sea simpática, que tenga simpatía. La simpatía la van a dar las acciones. Cuando usted mira las acciones de una persona, eso es la simpatía, no es tanto el físico, o que sea payaso, sino que son las acciones lo que van a dar la simpatía. Y eso es básico. Si usted es líder prepárese. Va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Y si está en un equipo de trabajo va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Usted sabe cuántas veces no podemos manejar un liderazgo, o estar en un equipo de trabajo si no estamos en el perdón.

Ahora vamos a ver cuáles son los principios relacionales del amor. Cómo podemos saber, aparte de los elementos que tenemos que poner en práctica, cuáles son los principios relacionales en un liderazgo para que se manifieste el amor?

La perspectiva. Qué es la perspectiva? La perspectiva es ver el cuadro completo. El líder no puede ver solo una parte de la situación en su liderazgo. No puede ver solo una parte de la persona, el líder tiene que ver un cuadro completo. Muchas veces los líderes cristianos solo vemos nuestro pedacito. Lo que a mí me toca y mi grupito, pero ¿saben qué? nosotros y nuestro grupito somos parte de otro grupote. Y ese grupote es parte de otro grupote. Y tenemos que ver el cuadro completo. No somos un equipito aislado, dependemos unos de otros. Y cuando no vemos el cuadro completo, qué nos puede pasar? Nos puede pasar lo que le pasó a Nabucodonosor. Fíjese que él era tan orgulloso que solo vio su pedacito. Él agarró a las personas más importantes, los más inteligentes, con esos se quedó y no vio el cuadro completo de la nación. Qué pasó? Dios tuvo que trabajar en él y después de que era rey, lo llevó a vivir de la peor manera, hasta que reconoció que Dios era el Soberano. Tenemos que ver el cuadro completo.

Qué otro principio tenemos? Tenemos el principio del intercambio. Ese principio es bien sencillo, difícil de hacer, ponerse en los zapatos del otro. Si algo es difícil es ponerse en los zapatos del otro. Pero cuando logramos ponernos en los zapatos del otro, vamos a entender al otro. Posiblemente nos vamos a dar cuenta que si yo estuviera en su lugar, haría lo mismo y peor todavía. Sí. Es cuando como cuando censuramos a los gobernantes, a saber, si nosotros fuéramos los gobernantes cómo seríamos? O cuando censuramos al líder, a saber, si yo fuera el líder cómo sería? A lo mejor sería peor que aquel que estoy censurando. Eso de ponernos en los zapatos del otro ayuda mucho.

Hay dos personajes que uno es ejemplo de lo que no debe ser un liderazgo y la otra, sí es un ejemplo. Está el caso de Abigail y su esposo Nabal. Nabal era…, espero no tenga ninguna similitud con ningún esposo acá, porque era feo. Me refiero a su actitud, me refiero a su modo de ser. Cuando le tiene que dar comida a los hombres de David que habían sido buenos con los hombres de él, qué hace? No le importa. No los quiere ayudar. Hay que ver lo que les pase. Solo vio su pedacito, nada más.

Pero qué hizo Abigaíl? Abigaíl es ejemplo de lo que debe de ser las relaciones en un liderazgo, y en todo tipo de relación. Qué hizo ella? Ella fue a dar, ella fue a ofrecer, ella agarró lo que tenía, ella se fue con David, ella fue amable, ella para cariñosa. Por qué? Porque era una mujer bondadosa, era mujer linda y qué pasó? Tocó el espíritu de David y lo tocó de tal manera y David tocó el espíritu de ella, lo tocó de tal manera que salvó a todas las familias del lugar. Una mujer que toca el espíritu de las personas puede salvar a su familia, puede salvar a las familias de la cuadra, puede salvar a todas las familias que tiene cerca cuando sabe tocar el espíritu de alguien. Y mire, y lo tocó tanto que después David se casó con ella. Ya esa parte, déjenla por un lado, ahí ya no entramos.

Y tenemos acá entonces otro principio: el principio del carisma. A veces decimos, ay, tan carismático, por qué? Su físico. No, realmente el carisma es interesarse por las personas. Y un líder tiene que interesarse por las personas, tiene que interesarse por las personas más que en sí mismo.

Jonatán apoyó a David para que fuera rey. Y un líder tiene que apoyar a su gente para que crezca, para que se levanten, para que un día sea su sucesor. Ay, pero a veces los líderes qué hacemos? Que no hay ninguno, solo a los de guate. Sabe que hacemos allá? Cuando alguien va creciendo y ya nos va a quitar del puesto lo apachamos de alguna manera. Y a veces somos expertos en buscar formas de apachar al que va creciendo en el grupo, cuando ya vemos que este nos puede pasar, ahí buscamos la manera de ver cómo lo apachamos. Por qué razón? Porque no queremos que crezca.

Para una reflexión: está aplicando usted estos principios en su liderazgo? Se están manifestando en su liderazgo? Se están manifestando en su familia? Se están manifestando en la mía estos elementos del amor? Eso solo Dios nos puede dar la respuesta. Solo Dios puede saber y confrontarnos que si realmente hemos estado aplicando este principio del amor en nuestro liderazgo, si realmente hemos dejado el de centrarnos en nosotros mismos y centrarnos en los demás. Si Dios nos muestra que tenemos que hacer un cambio en esa área, tenemos que pedirle a él que nos ayude a hacer ese cambio.

Cuánto realmente yo estoy centrada en mí misma, o cuánto realmente me interesan más los demás. Quién va primero? Yo o los otros.

Y ahora entremos a otro de los elementos que tenemos acá: el respeto. Qué es el respeto? El respeto es el reconocimiento de la dignidad de una persona. Y qué nos dice Colosenses? Miren, “…..compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo aprovechando al máximo cada momento oportuno que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así podrán saber cómo responder a cada uno….”

Mis amadas hermanas, como está nuestra conversación? Muy linda, muy interesante. Que bien! Saben que las conversaciones a veces van en detrimento, las conversaciones más altas son las que hablan de ideas, bajan un poquito de tono cuando hablan de cosas, y se van para abajito cuando hablan de personas. De qué será lo que más hablamos? De cosas, ideas o personas? Si somos honestas, de personas. Como que tenemos que elevar nuestra conversación.

En su equipo de liderazgo de qué habla? De ideas, de cosas o de personas? Si estamos hablando de personas subamos nuestro nivel.

Cuál es el contenido? En el respeto lo básico es valorar a los integrantes del equipo y que los integrantes del equipo valoren al otro con su valor intrínseco. El valor intrínseco que Dios nos ha dado. En la familia nos tenemos que valorar con el valor intrínseco que Dios nos ha dado. Ese valor que no se quita con nada aunque hagamos lo peor. Sabe que aunque su esposo haga lo peor, los hijos hagan lo peor, el líder haga lo peor, su valor intrínseco sigue siendo como persona. Porque es el valor que Dios le da.

Y en un liderazgo también tenemos que aprender a reconocer el valor del carácter. Qué es el carácter? A veces pensamos que carácter es, ay, yo soy muy dulce…. Mal carácter. No, carácter es otra cosa. El carácter es hacer lo correcto cuando tengo que hacer lo correcto. Y un líder puede cometer equivocaciones de cosas que no sabe, esas se corrigen aprendiendo, pero las equivocaciones de un líder por falta de carácter, esas pueden ser terribles. Un líder tiene que hacer lo que tiene que hacer cueste lo que cueste. Ay, que me va a ir mal…. Bueno, le va a ir mal, pero tiene que hacer lo que tiene que hacer, cueste lo que cueste, lo vea quien lo vea. Saber que Dios siempre está viendo.

El reconocimiento. Entre el equipo de liderazgo es importante, es otra de las áreas de problemas siempre. Es que no me reconocen lo que hago. Es que nunca me dan las gracias. Ha oído eso? Es que nunca me dicen que qué bien lo hice. Es que no son agradecidos. Claro, no nos van a dar las gracias todo el tiempo, pero sí tenemos que darnos las gracias, sí tenemos que reconocer lo que unos hacen por otros. Dios nos manda a ser agradecidos, a dar gracias a él todo el tiempo por lo que tenemos, pero también debemos de dar gracias a las personas que nos están rodeando.

Cuando empezamos a dar gracias por el equipo que tenemos y las personas que nos están rodeando, nos vamos a dar cuenta cuán hermosa es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor, cuál enriquecedora es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor. El problema saben en qué está? En que a veces somos buenas para ver los defectos y no para ver el potencial. Y un líder tiene que ver el potencial de la gente más allá del defecto. Para ver el defecto no necesita ser líder, para eso todos los vemos los defectos. Somos cazadores de errores pero ver el potencial de la gente eso es otra cosa. Saber ver lo que está debajo de la persona y hasta dónde se le puede llevar y cuánto puede dar, si se le respeta, si se le da reconocimiento, si se la da aprobación. La aprobación retroalimenta y en un liderazgo tiene que retroalimentadas las cosas buenas, tiene que haber aprobación. En la casa tenemos que tener aprobación los unos con los otros. Las mamás para corregir, buenísimas, doctorado… para aprobar las cosas buenas de los hijos… pasan por un lado y pasan por el otro. Tenemos que aprobar.

Y la aceptación, qué es la aceptación? En un equipo de liderazgo cada miembro debe sentirse aceptado, sentir que tiene un lugar, sentir que ahí está cómodo, sentir que ahí lo aprecian, que ahí lo respetan, de lo contrario, imagínese trabajar en un equipo donde usted no se siente aceptado, con qué ganas va a trabajar? Cómo va a hacer su trabajo? Malo. Tenemos que trabajar en el equipo de liderazgo para aceptarnos los unos a los otros, lo cual no es fácil, porque somos diferentes. Y qué bonito es aceptar a los que son iguales que yo, pero a los que son diferentes, ahí ya la cosa cuesta.

Pues bien, razones por las que las líderes no se ganan el respeto. Yo se las podría centrar en dos: una de ellas es que un líder cree que porque le dieron el puesto ya lo van a respetar. O porque es más grande, o porque tiene canas, o porque tiene más tiempo en el Señor. No, el respeto se gana. Y cómo se gana el respeto? Ya lo vamos a ver. Cuál es el comportamiento del líder para ganarse el respeto?

La otra razón por la cual un líder a veces no se gana el respeto, es porque tiene más necesidad de aceptación que de respeto. Y el líder que tiene entonces por su necesidad de aceptación quedar bien con todos, deja que le falten el respeto. Y empieza a no separar los límites, a pasarse sobre el límite.

Cómo se empiezan a pasar sobre el límite en un liderazgo? Las bromas. Y las bromas cada vez van subiendo más de tono, van subiendo más de color y cuando sentimos nos estamos faltando el respeto los unos a los otros. Hoy día yo he visto que a los líderes se les respeta poco, se les contesta mal. Yo les quiero decir, usted al líder no le puede contestar mal. Simple y sencillamente porque es el líder. El día que usted sea es otra cosa, pero al líder hay que respetarlo. Ay, sí, pero fíjese que es más chiquito que yo. No importa. Sabe menos que yo, que lo voy a respetar. No importa, es la autoridad delegada. Acaba de entrar en el Señor y yo mire cuántos años tengo. No importa, es la autoridad delegada.

Fíjese que en la iglesia está el pastor y está el pastor asociado que es el hijo del pastor. Es para mí un joven de 35 años. Mi hijo trabaja exactamente a la par de él, los dos juntos, ellos tienen leyes que han puesto, estatutos que han puesto, reglas que han puesto, y yo tengo que obedecerlas, yo tengo que sujetarme a lo que ellos me dicen y si me dicen, esto se puede hacer, esto se hace; esto no se puede hacer, esto no lo hago. Tengo que respetarlos aunque sea mi hijo y aunque sea, los dos que yo los puedo ver como unos jovencitos, pero son los líderes que Dios puso sobre mí.

Claro, el líder tiene que darse a respetar. Cómo va el líder a edificar el respeto? Fíjese que el líder tiene que hacer cosas para edificar el respeto. El líder tiene que empezar respetándose él mismo. Si él no se respeta, olvídese, no lo van a respetar. Cómo se respeta un líder? Lo primero que tiene que hacer es un buen desempeño. Usted va a respetar a un líder que se desempeña bien. Vamos a respetar a un líder que no cambia sus convicciones. No es un líder que hoy dice una cosa y mañana dice otra. Hoy está hasta arriba, mañana está hasta abajo. Puro yoyo. En todo lo que hace, en todo lo que dice, eso no es un líder al que nosotros vamos a respetar.

Qué otra manera se va a dar a respetar un líder? Un líder se va a dar a respetar sabe cómo, cuando es puntual, porque cuando el líder no es puntual, está robando la vida a la gente que está con él. Y los del equipo tienen que ser puntuales. La impuntualidad, mis amados hermanos, es quitarle la vida a otra gente. Por qué razón? El tiempo es vida. Y si yo lo hago esperar a usted una hora, le quité una hora de su vida. Así de sencillo. Eso es crucial en un equipo de trabajo.

El líder también tiene que ir más allá de las perspectivas del equipo. Por qué? porque el líder es el que marca la dirección. El líder tiene que ir al futuro, o sea, que el líder tiene que ir en su pensamiento como antes, tiene que ver las cosas como antes, tiene que visualizar antes lo que va a pasar. Por qué razón? Porque al visualizar antes las cosas que van a pasar, las puede prevenir.

Pero imagínese que un líder hasta que el asunto está grave toma cartas en él. No, el líder tiene que ver venir las cosas y tiene que ver muchas veces cómo las detiene. Y un líder tiene que ser exitoso en la medida de hasta donde puede, en todas las áreas de liderazgo: casa, trabajo, liderazgo. Ah, es que aquí en la iglesia, yo soy exitosa, pero en mi casa…. Aquello va fatal. Eso no puede ser. Tiene que haber un equilibrio en todo. Aquí miren, ja, pero en el trabajo… ahí casi que ya me sacan. Tiene que haber equilibrio. La vida es equilibrio y tiene que haber equilibrio en todas las cosas de nuestra vida.

Fíjese que a mí me llama mucho la atención lo que dice Primera de Tesalonicenses 5:12 y 13 dice:

“… que reconozcan a los que trabajan entre vosotros y los presiden en el Señor y os amonestan, y que los tengan en mucha estima a causa de su obra….”

Qué me está diciendo aquí? Me está diciendo que tenemos que tener al líder en estima, aunque nos amoneste. Hay que tenerlo en estima. Y cómo vamos a mostrar nosotros respeto? Una de las formas de mostrar respeto es la obediencia. Ahí va el líder, ni caso le hago, solo lo dejo hablando. Es falta de respeto y el líder también tiene que tener respeto por su equipo. El cumplir con lo que tenemos que hacer es una manera de lograr el respeto en un equipo. El hablarnos educadamente, si no necesitamos gritarnos ni decirnos cosas así, usted sabe, ….. así, esas, que usted se lo dice a Juan para qué? lo oiga Pedro. Y lo dice aquí para que lo oigan así. Esas son faltas de respeto que no deben darse en un liderazgo.

Pregunto para una reflexión: Cómo está el respeto en su equipo de trabajo? Hay que incrementarlo, incrementémoslo. Cómo está en la casa el respeto? Tenemos que incrementarlo? Tráeme la toalla. Apúrate, son las 6!! Te dije que corriendo, venís como que tortuga. Yo no sé de dónde me lo inventé. Y cuando llegamos a la iglesia, hermano, bienvenido. Y en la puerta otra vez, te dije que te apures que tengo hambre. Equilibrio. Equilibrio en todas las áreas que podamos ser personas que fomentamos el respeto. Mire, si algo se ha perdido hoy día es el respeto. Hablamos como queremos, decimos lo que queremos, herimos como queremos.

Vamos a entrar a otro que no se ve ahí, la confianza. Esta es la más importante en el liderazgo, bien difícil, porque miren lo que es la confianza. Es la condición por medio de la cual nos hacemos dependientes de otras personas para un resultado o consecuencia. Y Corintios 4:2 nos dice:

“… ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel…”

La confianza es una decisión. Usted toma la decisión de confiar en alguien. De hecho, las decisiones de confianza usted las toma todos los días desde que se levanta. Usted decide confiar en el que va manejando en el vehículo en el que usted se va. Ahí está la primera decisión de confianza. Usted cuando compra algo confía en lo que le están vendiendo. Cuando oye a alguien, confía en lo que le están diciendo. Es una decisión.

Pero también es un proceso relacional. Usted no va adquirir la confianza de sus líderes por una vez que hicieron las cosas bien. La confianza es un proceso que se va desarrollando. Y la confianza lo más difícil es que es un riesgo. Cuando usted confía en alguien usted confió y si le fue mal la decisión de quién fue? Suya. Es que yo confié, sí, pero quién decidió confiar? Uno. De quién es la culpa? Si a culpables vamos de uno. Por qué? Porque confió en la persona equivocada. No habría visto en esa persona los elementos o los contenidos de la confianza, que veamos cuáles son.

La confiabilidad. Usted sabe si una persona es confiable a medida de que le ha encargado varias cosas y ha funcionado. Entonces usted sabe que es confiable. De lo contrario no sabe si es confiable.

La responsabilidad. Si usted sabe que una gente es irresponsable y confía en ella, cuál va a ser el resultado? Porque mire, la confianza no puede ser fragmentada o la persona es confiable en todas las áreas, o no es confiable en nada. Pero no puede ser que usted tenga un equipo de liderazgo que puede confiar en esto, como que fueran rompecabezas. No. La confianza debe ser en un grupo de liderazgo total, todos entre todos y en todas las áreas.

La lealtad. Esto sí que…. Yo no sé si usted ha visto dentro de las otras iglesias como hablan del líder y después ay, que tal estás? Como me gozo en que seas mi líder! O al revés, ¿verdad? Ha oído eso?

El otro les decía a unas personas, ah, pero que tan mal se llevan pues con esa persona, pero es la primera que invitan a la hora de una reunión. Si no les gusta, si no la quieren ver, es la primera que invitan. Por qué? Porque no hay lealtad. La lealtad es algo en lo que tenemos que trabajar. No podemos ser desleales con la gente con la que trabajamos. No podemos ser desleales. No podemos, yo siempre he dicho que uno no puede morder la mano que le está dando de comer. Si usted está trabajando en un lugar no hable del jefe. El jefe le está dando de comer. Gracias al jefe compró su carrito, su casita y estamos hablando mal de él encima. Pero no nos gustaría que nos pasara a nosotros, que la persona que trabaja con nosotros hable mal después de que nosotros le estamos pagando y dando de comer. No nos gusta. La lealtad.

La fidelidad. Todo esto va combinado: la lealtad, la fidelidad, van combinados. Fíjese que Dios es un Dios fiel, fiel, fiel y si usted quiere un liderazgo al estilo de Jesús tiene que ser fiel en el equipo, tiene que ser un líder fiel. Si usted es un líder intermedio, tiene que ser fiel con los que están de cabeza suya y tiene que ser fiel con los que tiene en su equipo. Tiene que tener fidelidad en los dos niveles. Tiene que ser con fidelidad en los dos niveles.

Credibilidad. Sabe qué es la credibilidad? Si digo sí es sí. Y si digo no es no. No se preocupe, yo lo hago, yo lo hago. Y usted no hace nada. Yo traigo, yo traigo. Y no trae nada. Yo me hice responsable, no lo traje pero asumo la responsabilidad. Cuál responsabilidad si no lo trajo? Si usted se comprometió, se comprometió, aunque tenga que venir a hacerlo de cabeza, enferma, como sea, se comprometió, se comprometió. Usted dijo que llegaba y llega en burro, pero llegue. Sí, así de sencillo. Sí, pero llegue. Eso es la credibilidad. Con la mayor tranquilidad dice, ay, no pude, fíjate. Y deja al líder ahí, deja a todo el equipo porque no pudo. Y busca cualquier excusa que a lo mejor es hasta mentira. Porque si no lo va a poder hacer, llame antes, y arréglelo cómo lo puede cubrir. Así de sencillo. A veces hay trabones, llame antes y arregle cómo se puede cubrir. Pero hágalo.

Y luego vamos a tener la seriedad. Mi amada hermana, si usted se decidió a servir al Señor, de ser parte de un equipo, usted tiene que ser seria. Ay, hoy sí lo sirvo, pero mañana no porque estoy cansada. No. Las cosas en mi casa…. no, servir al Señor no es juguete. Estar en un liderazgo, en un equipo de trabajo no es juguete.

Yo veo que a veces para el trabajo somos serios, para las cosas del Señor, no. Ay, como es para el Señor, sí, precisamente como es para el Señor tiene que haber excelencia. Al trabajo sí llegamos puntual porque ni modo, pero a las cosas del Señor, no, porque es para el Señor. Eso no puede ser.

Y respuestas predecibles. Usted si quiere ser una persona confiable, de credibilidad, tiene que tener respuestas predecibles. Es que no sé como me va a salvar. No, las respuestas tienen que ser predecibles. No sé qué me va a decir. No, las respuestas tienen que ser predecibles. Usted tiene que trabajar en eso en su equipo de trabajo, que ahí todos los que digan es sí, lo que digan es no. Son confiables, las respuestas son predecibles.

Las personas en qué confían en el líder? Porque también las personas depositan su confianza en el líder. Y el líder tiene esa responsabilidad. Ser líder no es fácil. Es bien difícil. Solo se logra unido del Señor. En qué confía la gente en el líder? Bueno, en el juicio.

Usted sabe que su líder está cuerdo. Al menos eso cree. Cree que sabe a dónde lo lleva, cuáles son las metas. Porque si no cree que su líder está cuerdo, pues vamos mal, ¿verdad? Usted sabe que su líder es una persona íntegra en todas las áreas de su vida, que es franco, que no le dice mentiras blancas. Sabe cuáles son las mentiras blancas? Las mentiras sociales. Sabe que es un líder veraz, que si le dijo una cosa es porque es. En qué va a confiar usted en el líder? En la perseverancia. Usted no quiere un líder que a la primera de cambio, cuando las cosas se ponen feas, sale corriendo y los deje a todos en el equipo y ahora qué hacemos, a quién ponemos.

Usted tiene que desarrollar esas características si es un líder, tiene que desarrollar su carácter. Ya hablamos de esto. Tiene que ser honesto. Y un líder honesto, pues, es un líder que no tiene una imagen falsa, que como soy líder soy perfecto, fíjese, ya no tengo errores, ya no tengo emociones, ya no siento nada. Los líderes tenemos un montón de errores, cometemos equivocaciones, somos personas y podemos tener una imagen falsa. Hasta caminamos diferente porque somos el líder. No, eso no puede ser, no puede ser.

Esas son las características que un líder tiene que desarrollar. Por qué? Porque su equipo espera eso.

Vamos a ver cómo podemos edificar confianza en un grupo. La confianza definitivamente empieza en uno mismo. Ahí empieza la clave. Ya vimos como podemos ser un líder confiable. Un líder también edifica la confianza cuando es accesible. Antes yo lo podía hablar al hermano, a la hermana, ahora ya no porque es líder, ya tengo que pedir cita. Ya si lo saludo nunca me da la cita. Yo no lo puedo hablar ahí en el equipo porque ahora es líder. No. El líder tiene que ser accesible.

Fíjese que ahí en la Biblia tenemos un ejemplo de accesibilidad que a mí me gusta mucho, y es el caso de Rebeca. Le pongo ejemplos de mujeres porque estamos mujeres. Cuando a ella le piden agua para beber, qué hace ella? Ella es accesible y da el agua al siervo de Abraham, le da el agua, y no solo le da agua a él sino que le da agua a los camellos. Pero nosotros no queremos caminar un poquito más de ser accesibles, sino que exactamente lo que nos piden.

No, un líder tiene que caminar la segunda milla. Ay, le pidieron la camisa, tiene que dar el saco. Un líder tiene que dar siempre más. Tiene que ser accesible. Claro, usted no va a estar llamando al líder a su casa y a su trabajo, cada media hora, porque tampoco. Pero equilibrio para las cosas, pero sí tenemos que saber cuándo somos accesibles para atender a la gente.

Otra cosa bien importante para edificar la confianza es crea lo mejor de las personas. Si usted cree, el líder que cree lo mejor de su equipo, va a sacar lo mejor de su equipo. Por qué? Porque eso van a ser sus diálogos internos. Cuáles son los diálogos internos? Son estos pensamientos que hay aquí en la cabeza todo el tiempo. Y ahorita, yo sé que usted tiene algunos. Esos diálogos internos de lo que usted cree de la gente van a ser el resultado. Crea lo mejor de la gente. Es que me puedo equivocar, se puede equivocar, es un riesgo, pero creer en alguien da buenos resultados.

Para una reflexión: Cómo está la confianza en su equipo? La ha edificado? La tiene que edificar? Qué cambios tiene que hacer? Recuerde, un equipo en el que no hay confianza, no es equipo. Así de sencillo. Por qué? Porque estamos todos desconfiados los unos de los otros, no confiamos en que la gente va a hacer las cosas. No confiamos. No puede ser, tiene que edificarse la confianza.

Y veamos ahora, la generosidad. Es la inversión que nosotros hacemos en los demás. Cómo vamos a invertir en los demás? Preocupándonos los unos por los otros a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. Cómo vamos a ser generosos? Mire, en tiempo el líder tiene que tener tiempo para el trabajo del Señor, el equipo tiene que tener tiempo. Es que ya voy corriendito porque no tengo tiempo, y todo lo hacemos corriendito. En el Señor no puede haber corrienditos. El Señor no anda corriendito de nosotros. Nos da tiempo o usted lo tiene que corretear? Yo no veo. El Señor ahí está. Entonces, lo más que podemos hacer por él es darle tiempo, pues, si no nos pide mucho.

Usted tiene que dar información. Hay líderes que cómo saben y no enseñan nada. Por qué? Porque si el otro sabe mucho va a saber más que yo. Si usted quiere ser trascendente en un liderazgo enseñe, deje seguidores. Esa es la trascendencia. Usted se muere y los otros siguen. Porque le cuento que todos vamos por ese camino. Así es que muy líderes pero ese es el caminito.

Afecto. Mire, un líder tiene que dar afecto. Cuando un líder da tiempo, información y afecto, qué está dando? Está dando apoyo, y cuando da apoyo hay crecimiento del grupo y hay buenas relaciones.

Y veamos ahora los principios de la generosidad. El primer principio que tenemos es el principio de la huerta. Ahí tenemos a Moisés y Josué. Moisés y Josué estuvieron juntos por 4 décadas. Se dieron tiempo el uno al otro, se apoyaron el uno al otro por 40 años, en las buenas y en las malas. Las relaciones hay que cultivarlas. No se dan por sí solas, hay que regarlas y regarlas todos los días.

Tenemos el principio del ciento uno por ciento. Qué es este principio usted me dirá? Es que yo con mi equipo no tengo nada en común, todos somos tan distintos. Busque el uno por ciento que tenga en común y a ese uno por ciento dele toda la fuerza. Es que yo con mi esposo no tengo nada en común. Busque el uno por ciento con el que tenga acuerdo y dele toda la fuerza.

Mire, Pedro estaba defendiendo la inclusión de los gentiles que hizo Dios. Pedro fue amonestado porque le estaba predicando a los gentiles, y le estaba predicando a Cornelio. Y qué hizo él cuando lo confrontaron? No se puso a pelear, buscó el punto en el que estaba de acuerdo en común con los religiosos, que era que cada persona que verdaderamente tenía un convencimiento creyente en Jesús, tenía el Espíritu Santo. Ese era el punto en común, y eso fue lo que él tomó para entrar en unidad.

La celebración. Sabe usted dónde se prueba una verdadera relación? Cuando usted se alegra que le pasó algo bueno. Pero cuando se alegra de verdad. Ay, que bueno lo que te pasó y en el fondo, Señor, por qué no fue a mí a la que le pasó eso? No crea, no es fácil eso a veces. Es cuando verdaderamente usted se alegra del triunfo del otro, cuando verdaderamente usted se alegra que Dios le dio al otro lo que usted quería para usted. Ahí se mide una verdadera relación.

A veces estamos orando dos personas por lo mismo. Dios se la da a una y a uno no. No es fácil alegrarse. Pero ahí se prueba la verdadera relación. Usted se recuerda el caso de Saúl y David? David había vencido a Goliat, había vencido a los filisteos, iban de regreso a su casa y cuando las mujeres israelitas empiezan a decir, David, mató a diez mil, Saúl solo a mil, qué hizo Saúl? Se enojó, se puso bravo, lo empezó a perseguir. Por qué? Porque no pudo celebrar el triunfo de la otra persona.

Y por último tenemos el entendimiento. Toda relación debe de añadir valor a la persona. No quitarle valor. Una relación es significativa cuando usted se relaciona con la persona le da valor a la persona, añade a la persona, hace crecer a la persona, hace resaltar lo mejor de la persona, hace que la persona sea efectiva. Esas son las relaciones saludables que Dios quiere para nosotros. Por eso dice que dos son mejor que uno, porque si uno cae el otro lo sostiene.

Y veamos el contenido del entendimiento. Comunicación adecuada. Un líder que no tiene una comunicación adecuada con su equipo de trabajo no funciona. Que entiendo por comunicación adecuada? Una comunicación que es clara, concreta, directa, que puede dar las órdenes con claridad, con seguridad, concretas. No que yo te digo, porque yo creo para... una confusión. Que usted hasta cuando da una dirección lo mandan por aquí, y luego para allá y después…

El otro día una persona le daba una dirección para llegar a mi casa y le decía, mira, te venís por un banco que ahora es tal banco, y antes era tal otro, y antes era otro y después vas a llegar a otro banco, que ahora es tal banco y que antes era…. Imagínese esa persona, nunca llegó a mi casa, por supuesto. Anda todavía buscando los bancos.

La comunicación tiene que ser clara. La visión tiene que ser clara. Usted tiene que tener la visión de lo que está haciendo para transmitirla con claridad. Si no la tiene usted con claridad, no la puede transmitir al grupo. Todos tienes que tener la visión.

Cada quien debe de conocer su responsabilidad. Es que yo no sabía que me tocaba a mí. Ha oído usted eso? Es que yo creí que le tocaba a no sé quién. Es que yo no sabía que yo tenía que hacerlo. Tenemos que conocer nuestras responsabilidades y tenemos que saber lo que estamos haciendo. Si usted está en equipo de trabajo que lo que le toca hacer no lo sabe hacer, apréndalo. Así de sencillo.

Mire dónde lo aprende. Busque un libro. Métase al Internet. Pregunte. Vea qué hace y aprenda. Pero hágalo bien. Hágalo con excelencia porque es para el Señor, no para nadie más.

Y vamos a ver ahora los principios. Por favor escuche, escuche, escuche, escuche. No hable antes de que el otro haya terminado. Conoce a alguien así? uno va por la mitad y ya le contestaron. Uno va por la mitad y le ponen a uno el resto de la frase. Eso no es escuchar. No oiga, escuche, escuche es ir más allá de las palabras, es entrar al corazón de la persona, es entrar al espíritu de la persona, es entrar a las intensiones de la persona, es ponerme en el zapato del otro. Todo eso es escuchar.

Quiere buenas relaciones en su casa? Escuche. Es que me aburro. Escuche. Es que mi marido cómo habla. Escúchelo. Quiere buenas relaciones con los líderes? Escúchelos. Porque eso si nos gusta a que nos escuchen, eso es bonito.

La asociación. Miren, en un equipo de liderazgo tenemos que estar juntos porque si trabajamos juntos vamos a tener buenos resultados. Ahí no estoy yo solo, estamos asociados todos. Y debemos de gozarnos el equipo de liderazgo solo por el hecho de estar juntos. No porque tenemos que trabajar. Solo por el hecho de estar juntos debe de haber gozo. Por qué razón? Jesús tiene gozo de estar con su iglesia. Y la relación mejor que tenemos es la relación con Jesús, es una relación de gozo y así debe de ser la relación los unos con los otros.

Yo le voy a pedir ahora que se pongan un poquito de pie. Estamos un poco atrasados pero vamos a tratar de adelantar. Voy a pedirle que se estire un poquito. Vamos a hacer un poquito la gimnasia cristiana, usted diga, a veces estoy con Cristo arriba, arriba. Toque el techo. Toque el techo. Toque el techo.

A veces estoy sin Cristo, abajo, abajo. Vamos agáchese, hasta el suelito, hasta el suelito. Llegando, llegando. Pero como no me gustar arriba y abajo, arriba y abajo, mejor me quedo arriba, arriba, arriba, arriba. Ahora siéntese.

Y le voy a dar unos dos minutos, tres minutos para que usted con la persona que tiene a la par le comente de todo lo que vio aquí, en qué cree que su liderazgo anda muy bien, o en qué cree que su liderazgo necesita trabajar. Y si usted no es líder, pues, comente en qué cree que su casa está bien o qué cosas necesita edificar. Haga el ejercicio porque esto nos va a dar un poquito de auto revelación de cómo estamos. Trate de hacer el ejercicio.

Cambie con la otra persona para que sea recíproco. Muy bien, vamos a continuar. Tenemos todavía un poquito aquí adelante para no dejar esta parte inconclusa.

Y entonces vamos a ver qué perjudica una relación. Lógicamente una relación se va a perjudicar cuando no se trabajan estos elementos que vimos y cuando los principios relacionales que vimos no se llevan a cabo.

Entonces, se va a perjudicar la relación, puede ser que se perjudique en el área del amor, en el área de la confianza, en el área del respeto, en el área de la generosidad o el entendimiento. Identificar el área de problema es bueno porque es en esa área en la que hay que trabajar, y no se puede sustituir un área por otra.

Usted me dirá, mi equipo está mal en el área del amor, pero estamos bien en el área de la confianza. No, no se puede sustituir un área por otra. Tienen que edificarse todas las áreas. Qué pasa cuando hay problemas en alguna área? Bueno, viene el conflicto. El conflicto simple y sencillamente yo le diría que es un desacuerdo. En una palabra, un desacuerdo entre personas interdependientes, porque claro, para que haya conflicto tenemos que ser interdependientes.

Cuando hay conflicto nosotros podemos hacer muchas cosas. Una cosa es ignorarlo. Aquí no pasa nada. Aquí todo está bien. Negar el conflicto, hermana, yo veo que su equipo… No, aquí no pasa nada. Luego en su familia, no, no, no, todo bien. Todo de cabeza pero estamos bien. A veces huimos del conflicto. Tengo con conflicto en la iglesia, qué hago? Me voy para otra. Váyase a otra a tener conflicto a otra y así camine y salte. O qué puede hacer? Arreglar el conflicto de la índole que sea. Enfrentarlo a la manera de Dios.

Tenemos diferentes niveles de conflicto. El número 1 es el fácil de resolver y ahí es donde se deben resolver los conflictos. Por qué? Porque ahí todavía nos estamos hablando realmente, queremos resolver el conflicto, somos francos, con hablar las cosas se arreglan. Si dejamos pasarlo al número 2 pues vamos a entrar ya a los desacuerdos.

Ya los desacuerdos, la comunicación ya no es tanta, ya no nos hablamos con tanta franqueza. Ya somos medio hipócritas, ¿verdad? Nos saludamos así como que está todo bien, pero no está todo bien.

Si sigue su curso hay ruptura de la comunicación y ahí es más problema la solución. Y si seguimos nos volvemos personas antagónicas. Y el último nivel del conflicto es cuando entonces mejor me voy. Y salgo huyendo y dejo la obra del Señor tirada. La obra de Dios no se puede quedar tirada. No porque seamos insustituibles, usted no lo hace, lo levanta otro. Así. Tal vez con menos conocimiento que usted pero con más corazón para servir al Señor.

Veamos entonces ahora las etapas del conflicto porque mire, el conflicto no surge así de la nada. El conflicto tiene etapas que se pueden ver en la batalla de Hai. Mire, en la batalla de Hai, qué pasó? Creían que iban a enfrentarse a unos poquitos y resultó que enfrentaron a un montón y así nos pasa a nosotros en el conflicto. Está primero la etapa del síntoma. Nos damos cuenta que algo anda mal, yo como que veo que la fulanita no está igual conmigo, como que ya no me saluda igual, como que ya no viene a todas las reuniones, como que ya falta mucho. Es la etapa del síntoma. Vemos que lo cotidiano, lo que llevábamos tiene una interrupción, hay un vacío, empezamos a notar el vacío. Yo creo que mi marido ya no se me acerca mucho. Empezamos a ver una interrupción. Mis hijos ya no me buscan tanto. Hay una interrupción.

Luego viene la etapa de la confusión. Qué estará pasando? Se ha hecho esa pregunta? Por qué será que ya no viene la fulanita a las reuniones? Por qué será que ya no me saluda? Y tantas cosas, es la etapa de la confusión. Y en esta etapa de la confusión fíjese que es bueno hacer lo que hizo Josué. Qué hizo Josué? Josué agarró a los ancianos, postró rodilla en tierra y le preguntó a Dios, qué estaba pasando y que le diera sabiduría para saber lo que tenía que hacer.

Pero sabe qué hacemos nosotros? Está bueno que usted busque alguien de su confianza para orar, pero sabe qué hacemos nosotros? Buscamos a otro para contárselo y otro para contárselo y cuando venimos a sentir ya tenemos equipitos y grupitos. El conflicto ahí está.

Y luego viene la tercera etapa, la etapa de la revelación. Fíjese que Dios a Josué no se lo reveló todo, pero sí le reveló lo que estaba pasando, le reveló que había pecado, le reveló que había robo, le reveló que había desobediencia. Y cuando nosotros le pedimos revelación a Dios de qué está pasando, fíjese que Dios revela. Y sabe, Dios sabe qué nos revela a veces? Que la otra persona tiene conflictos personales, que la otra persona está pasando por dificultades económicas, que la otra persona tiene problemas familiares, y que tal vez el que no me salude o el que no venga no tiene nada que ver conmigo. Pero yo lo personalizo todo, como soy tan importante, parezco niño de dos años, todo gira alrededor mío. Y a lo mejor la persona… y eso lo revela Dios.

Entonces, revélate a ser. Si la persona tiene conflictos, problemas, qué voy a hacer? La busco para ayudarla. Así de sencillo. Qué hizo Josué? Fue con Acán y lo confrontó y cuando Acán le dice, sí, yo he robado, yo tengo ahí escondido todo lo que robé, pues, ahí Josué hace lo que Dios le había indicado, ¿verdad? Que era quemarlo porque esa era la ley.

Pero nosotros qué hacemos cuando Dios revela cosas? Porque también Dios nos puede revelar que el problema es nuestro, que las que estamos conflictuadas somos nosotros, que las problemáticas somos nosotros, y las que no andamos bien somos nosotros. Entonces ahí el conflicto se puede arreglar fácil. Tal vez con buscar a la persona, con hablarle, con cambiar de actitud. No me saluda, saluda. No me saluda la primera vez, la saludo dos. No me saluda dos, la saludo tres, a la cuarta me va a saludar. Y se arregló la cosa. A veces los conflictos son sencillos, a veces los conflictos son malos entendidos. Así de simple, ¿verdad?

El otro día me dice una persona, ahí al lugar donde yo voy a nadar, estás enojada conmigo? No, le digo yo, por qué? es que como no estás en tu casillero donde te viniste a la par del mío. Sí, le digo yo, porque el mío se arruinó. Me cambiaron de lugar porque se arruinó la chapa de tantas cosas que le meto al casillero. Pero ella ya pensaba… pero si no me lo dice qué pasa? Ay, está brava conmigo, qué será? Qué habré hecho? Y allá empieza uno a dudar, empieza uno a especular, a suponer cosas. Y si usted supone cosas, actúa sobre las suposiciones. Y cuando siente que hay un distanciamiento que se pudo haber arreglado con preguntar, qué te pasa? Así de sencillo.

Veamos entonces cómo solucionar algunos conflictos. Mateo 18:15 es muy claro:

“… si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano…”

Es decir, ir y hablar con la persona para reconciliarnos. Yo pienso que lo primero que tiene que haber es la reconciliación, porque se reconcilian las personas, no los problemas. Primero tiene que haber una reconciliación. Es prioridad porque si lo dejamos pasar mucho tiempo, qué va a pasar? Se endurece el corazón, se agranda el problema, se vuelven más triangulaciones, o sea más equipos, de unos sí y otros no, viene la raíz de amargura. Dios no quiere que tengamos raíz de amargura.

Entonces, quién toma la iniciativa? Mire, no importa quién la toma. Si usted la tiene que tomar, tómela. Si es la otra persona la que la toma, tómela, pero que alguien la tome. No, yo espero que venga. Hágalo en privado. Mire, a veces con pedirnos perdón, con perdonarnos se arreglan a veces las cosas, llevarlo a la cruz el conflicto, perdonándonos, reconciliándonos. Dios no quiere que nosotros estemos sin reconciliación. Cuando nos pedimos perdón la gracia de Dios baja sobre nuestras vidas.

Es que no tengo ganas. Mire, sabemos que no es cosa de ganas. Yo, una vez fui a pedir un perdón casi sin ganas, sin querer hacerlo, en obediencia de Dios y en ese momento, mire, Dios tocó mi corazón de tal manera que ya fui genuino porque Dios lo que quiere es obediencia.

Ahora bien, a veces si ya tenemos, aparte de que nos reconciliamos, a veces se tiene que quedar ahí. Pero hay veces que si el problema es mayor, hay veces que hay que arreglar situaciones de trabajo, hay que arreglar situaciones de vida, que a veces usted se va a tener que confrontarse con alguna persona. Ahora, a veces la confrontación se puede hacer el mismo día que nos reconciliamos. A veces no se puede. A veces se necesita un proceso unilateral. Qué quiero decirle con esto? Dios a veces necesita trabajar en nuestro corazón y en nuestra vida unilateralmente, necesita mostrarnos en qué fallamos, necesita mostrarnos nuestras emociones, necesita mostrarnos las equivocaciones, necesita mostrarnos los mecanismos de defensa que estamos usando.

A veces no es cosas de que perdonémonos y vivamos felices. Tiene que haber un proceso para la reconstrucción de la relación y Dios también va a trabajar en la otra persona. Si nosotros vamos guiados por el espíritu de Dios en el momento en que hacemos la confrontación, va a dar resultados. Por qué? Porque vamos guiados por el espíritu de Dios. Dios también ya trabajó en el otro, no solo en mí. En la confrontación lo que nosotros debemos de tratar es de arreglar las cosas porque si usted y yo vamos a la confrontación, es que yo le voy a demostrar que yo tengo la razón. Yo la voy a demostrar que yo soy más maduro por eso yo fui primero. Mejor que vayamos a la confrontación pues no es para eso. Hay que ir con el deseo de encontrarnos el uno al otro y que si Dios nos puso juntos vamos a encontrar el camino para ir juntos, yo con mis defectos, el otro con sus defectos, pero vamos a encontrar a veces dónde podemos darnos el brazo y caminar juntos para hacer lo que tenemos que hacer, lo que Dios nos ha mandado a hacer.

Y entonces en la confrontación veamos la actitud es básica. Yo tengo que ir con la actitud de encontrarme con el otro. Y el otro tiene que ir con la actitud de encontrarse conmigo, de buscar el camino juntos. Eso es básico. Si no llevamos esa actitud, no van a funcionar las cosas.

Y veamos algunos lineamientos para la confrontación. Lo primero que hay que hacer es orar, orar y orar hasta que Dios diga vaya. Separe a la persona de la acción. Qué difícil es eso! Cuando tenemos conflicto con alguien toda la persona la vemos negra, toda la persona la vemos horrible, toda la persona la vemos mala, toda la persona la vemos que está mal. …………………………… (inaudible) hay que separar a la persona de la acción.

Hable, no ataque. Es que yo le voy a decir…. Ni vaya. Vaya a hablar, no a atacar en lo personal porque entonces ya atacamos a la persona como persona porque ya revolvimos todo. Eso no es fácil. Qué más tenemos que hacer? Trate un solo asunto. Los que nos salimos por la tangente ¿verdad? Estamos hablamos de lo que pasó hace una hora y empezamos a hablar de lo que pasó hace 10 años, lo que pasó hace tres meses, lo que pasó hace 5 meses y aquello se vuelve un ….. por favor, hay que ser específico. Estamos hablando de esto, de esto. Qué me quieres decir con esto? Qué estás tratando de decir? Ser específicos, no generalidades, de que no sabemos ni de qué estamos hablando.

Ha tenido usted conversaciones así? no sabe ni de qué está hablando. Evite generalidades. Mire, no diga, siempre haces lo mismo. Nunca me escuchas. Nunca tal cosa. Toda la vida… eso no es cierto. Estamos exagerando. Y cuando decimos eso, hay defensa. Dígale a una persona, nunca me escuchas y si nunca la escucha, menos la va a escuchar ahora. Uno mismo se ata.

Evite el sarcasmo. Mire, algo pasó. Evite el sarcasmo. Como no nos están diciendo lo que queremos oír, a veces nos empezamos a reír así, como con sarcasmo, con desdén, ah, porque los gestos hablan mucho, una cierta sonrisa, el piecito lo empezamos a somatar.

Aclare, si necesita que le aclaren cosas, pida aclaración. Explore si necesita conocer más. Extiéndase, pida que se extiendan, si eso es la confrontación. Y por favor, escuche. Si no tiene la razón reconózcaselo y si la tiene cállese, no vaya a decir, te lo dije. Conoce eso, ¿verdad? Ya sabía yo.

Y si usted quiere hacer críticas a la situación preséntelas como una sugerencia, no como una crítica, como una sugerencia. Y cuando tenga que hacer una crítica a una persona, primero enfoque lo positivo, luego haga la crítica haciendo ver el error como algo que se puede arreglar y finalice valorizando a la persona.

Aquí tenemos el caso bíblico de Natán y David. Natán tuvo que confrontar a David, pero cómo lo confrontó. Primero había escuchado la voz de Dios, conocía bien, bien el problema, conocía la raíz, porque a veces queremos confrontar a la gente y ni sabemos el problema. Por ahí alguien nos contó de oídas. No, él conocía el problema, sabía la raíz del problema y sabía las consecuencias del problema, conocía bien y había oído la voz de Dios antes de la confrontación.

Cuándo es el momento de llamar mediadores? Si el conflicto no se arregló con la confrontación llamemos mediadores. Lo dice la palabra de Dios en la Escritura.

Cualidades de un mediador. Fíjese que no cualquiera puede ser un mediador. Tiene que tener empatía con los dos lados. Tiene que ser imparcial porque sino se va a ir de un lado. Tiene que ser profesional, yo le llamaría madurez en el Señor. No vaya a llamar de mediador a uno que el domingo pasado conoció al Señor. Y que tenga confidencialidad. Ah, mire, esto es clave. Contame qué pasó ahí adentro en la confrontación, pero me lo contás con detalles. Usted no puede contar nada ni con detalles, ni sin detalles. O sea, un poquito te voy a contar pero no vayas a decir nada. No, no, no. Sabe qué va ir a decir, pues, al otro también le dice que no diga nada. Todos los saben menos el confrontado.

Hay dos tipos de mediadores: un mediador pasivo y un mediador activo. Cuál es el mediador pasivo? El mediador pasivo, como su nombre lo indica, actúa poco en la mediación, más que todo el mediador pasivo lo que tiene que hacer es que los otros dos se encuentren, pero la comunicación entre las dos partes es directa, pues, uno se comunica con el otro. El mediador, más que todo, va orientando como va la comunicación entre uno y otro y facilitándola, y hace reuniones juntos.

Ahora, el mediador activo ya toma más parte en la mediación. El mediador activo ya a veces lo que hace él es lo que uno dijo hablarlo para que el otro lo escuche. Ya va tomando como una parte más directa, ya sirve como un canal de comunicación. Además el mediador activo ya tiene que saber bien, bien, cuándo preguntar, cuándo presionar, cuándo extenderse, cuándo concluir. Ya tiene que tener más cualidades el mediador activo.

Y el mediador activo por lo general primero se reúne con una parte y luego se reúne con otra. Y no importa cuántas veces necesita reunirse con A y cuántas veces necesita reunirse con B, hasta que considera que es el momento adecuado los junta. Y no importa cuántas veces los tiene que juntar.

Luego tenemos aquí los pasos para la mediación. Si usted va a ser un mediador, por favor, reúna toda la información, no vaya con lo que le contaron y con lo que le contó una de las partes. Tiene que identificar cuáles son los puntos de conflicto. A medida, a veces, lo que pasa es que se ha vuelto tan grande que ya no sabemos dónde empezó el conflicto. Como no somos ni francos ni honestos, ni siquiera con nosotros mismos, ni sabemos dónde empezó el asunto. Entonces, identificar los puntos de conflicto no es fácil. Tiene que formular preguntas, tiene que saber cuándo preguntar, cómo preguntar para ahondar. Tiene que hacer enunciados con sus palabras. Los enunciados tienen que ser fieles, no pueden ser interpretaciones. Tiene que repetir las frases claves. Siempre en una confrontación van a haber frases claves, puntos clave que el mediador activo tiene que conocerlos. Tiene que hacer aclaraciones. Tiene que buscar alternativas. Recuérdese que vamos a solucionar cosas.

En el mediador pasivo las alternativas, la solución, las buscan las dos personas confrontadas. Aquí el mediador activo busca él también soluciones. Él propone a las dos partes las soluciones. Y tiene que ir cerrando áreas de acuerdo. Ya hay acuerdo en esta área, cerrémosla. Ya hay acuerdo en este aspecto, cerrémoslo. Acuerdo en este otro aspecto, cerrémoslo. Acuerdo aquí, cerrémoslo. Son cerrar las áreas de acuerdo.

Y aquí para finalizar esta parte de hoy en la mañana, aquí tiene la bibliografía que yo utilicé para esta presentación. Usted puede consultar todos estos libros, verificar la veracidad de la información, ampliarla, aumentarla y utilizarla de la manera que considere conveniente.

Los desafíos de Dios

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Hermanos, Dios nos ha bendecido hoy con un mensaje precioso de parte de nuestra hermana, la Doctora Olga Martínez, ella está con nosotros hoy. Denle un aplauso a la Doctora Martínez que esta aquí y yo sé que Dios tiene palabra para nosotros en esta tarde.

Olguita -como cariñosamente la llamamos- es una amiga querida de muchos años; ha venido a León de Judá varias veces. Siempre que viene deja un depósito, deja un depósito de Dios, un depósito del Espíritu y ella ha Bendecido Lorens este fin de semana.

El Señor dirigió a nuestra hermana Carolina León Barrutia que también trabaja aquí como Secretaria Ejecutiva de nuestra Iglesia para bendecir a Lorens, abrir brecha allí.

Lorens es una ciudad que necesita mucho, hablamos de Puerto Viejo, Ecuador. Pero Lorens esta aquí mismo a 30 minutos al norte de Boston y necesita mucho de Dios y allí estuvo Olguita y la hermana Carolina y su esposo José estuvieron encabezando un esfuerzo para bendecir la ciudad de Lorens y declarar el Señorío de Cristo allí en Lorens la hermana Olga Martínez llevó la Palabra de Dios.

Gran Bendición esta mañana nos bendijo aquí y yo sé que Dios tiene una Palabra fuerte para nosotros. Den un aplauso de bienvenida a la Hermana Olguita y vamos a preparar nuestros corazones, vamos a abrir nuestros espíritus, porque Dios tiene algo muy especial que darnos este día.

Olguita bendecida y bienvenida a la casa del Señor.

Dra. Olga Martínez: Muy buenos días. Es un gusto para mí estar aquí, ver rostros y abrazar personas a las que les tengo mucho cariño, de las veces anteriores que hemos estado en este lugar. Inclinen sus rostros un momento, cierren sus ojos y vamos a orar:

“Padre, te damos gracias en esta mañana por permitirme de nuevo estar aquí en este país y estar en Tu casa. Gracias Padre por cada una de las personas que puedo volver a ver y por las personas nuevas que estoy conociendo.

Padre, en esta mañana ponemos este mensaje delante de Ti para que seas Tú quien tome el control, que seas Tú el que hable a nuestros corazones. Tomamos autoridad sobre toda fortaleza mental que quiera impedir lo que Tú tienes para nosotros en esta mañana.

Gracias Padre, Gracias Hijo y Gracias Espíritu Santo. Amén”.

Estamos en épocas de desafíos, los gobiernos tienen desafíos. Los bancos, las instituciones tienen desafíos y el pueblo de Dios tenemos fuertes desafíos.

Si usted mira la Palabra de Dios va a encontrar que todos los escogidos de Dios han tenido desafíos, si usted y yo somos escogidos de Dios tenemos desafíos. Un desafío de Dios tiene ciertas características. Una de ellas es que parte de una necesidad: la necesidad de resolver algo para beneficiar a otros, para beneficiar a muchos.

Otra característica es que un desafío de Dios es mucho más grande que lo que las personas podemos hacer. En Lucas 18:17 dice: ‘Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios’.

Otra característica es que cuando Dios da un desafío, da exactamente las especificaciones de lo que se tiene que hacer. Cuando Dios le da a Noé el desafío de construir un Arca, le da específicamente cómo debe de hacerla. En Génesis 6:14 dice: ‘Hazte un Arca de madera de Gofer, harás aposento en el Arca y la calafatearás con brea por dentro y por fuera’. Luego le sigue dando todas las especificaciones del material que debe de usar, el tamaño, el número de compartimientos, las ventanas, las formas de las ventanas, qué debe de hacer con el Arca, quienes deben de introducir en esa Arca porque en los desafíos siempre hay involucradas varias personas.

Y luego, en Génesis 6:22, vemos que dice: ‘Y así lo hizo Noé conforme a todo lo que Dios le había mandado’. Conforme a TODO, no a una parte, no a lo que le gustó, no a lo que quiso, no a lo que le pareció, conforme a todo lo que había mandado.

Cuando Dios le da a Josué un desafío, que lo podemos ver en Josué 1:2 le dice: ‘Mi siervo Moisés a muerto ahora pues levántate, cruza este Jordán tú y todo este pueblo a la Tierra que Yo les doy a los hijos de Israel’. Y más adelante vemos que le está diciendo que lo que él tiene que hacer es esforzarse y ser valiente o sea hacer las cosas bien hechas, seguir las instrucciones que Dios le está dando y que sí hace eso todo le saldrá bien, en todo va a ser prosperado. ¿Por qué razón? Porque tenemos que entender que otra de las características del desafío de Dios es que es de Él, no es del hombre, es de Dios.

Él da al desafío, Él está en el asunto y la victoria es de Él.

En el momento que da el desafío ya tiene la victoria. Cuando Dios le da a Josué el desafío para que le va a entregar la ciudad de Jericó, primero se la entrega, le dice en Josué 6:2: ‘Mira yo he entregado en tu mano a Jericó y a su Rey con sus varones de guerra’. Primero se la entrega después le da todo lo que tiene que hacer usted ya sabe: dar una vuelta, cada día por seis días el último día dar siete vueltas, siete varones van a tocar las trompetas y al final esta ahí la victoria. Josué 6:16, 'y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez Josué dijo al pueblo: “Gritad porque Jehová os ha entregado la ciudad”’, ya está la victoria.

Si a usted y a mí Dios nos da un desafío, tenemos que saber que Dios está en control de ese desafío y que si nosotros hacemos lo que Él nos dice y lo hacemos bien hecho y nos esforzamos, la victoria ya está dada. ¿Qué se necesita para recibir un desafío? Para recibir un desafío lo primero que necesitamos es estar cerca de Dios.

Cuando Moisés recibe el desafío de Dios lo recibe en el momento en que se acerca a la zarza, no lo recibe cuando está lejos, lo recibe cuando está cerca. Dice en Éxodo 3:4: “Viendo a Jehová que él iba a ver lo llamó Dios de en medio de la zarza y dijo: ‘Moisés, Moisés’ y él respondió: ‘Heme aquí’”. Él oyó la voz de Dios, estaba cerca de Dios, tenía su corazón dispuesto.

Lo segundo que tenemos que hacer para recibir un desafío es creerle a Dios. A veces los desafíos que Dios nos da son tan grandes, mucho más grandes que lo que nosotros podemos hacer, que cuesta creerle. Y en Éxodo 3:10 dice: “Ven por tanto ahora y te enviaré a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”. El desafío era grande, el desafío era poderoso, el desafío era de importancia.

Otra de las cosas que se necesita para recibir un desafío es ser persona de compromiso. Dios da desafíos a las personas de compromiso. Si Dios le está dando a usted desafíos es porque sabe que usted es una persona de compromiso. Dios le da el desafío a un líder para que las personas de compromiso lo sigan.

Y, ¿cómo enfrentar un desafío?

Lo primero que tenemos que hacer al recibir un desafío para enfrentarlo es lo que hizo Nehemías. Nehemías cuando recibió el desafío que tenia que reconstruir los muros de Jerusalén, lo primero que él hizo fue orar. No podemos enfrentar un desafío si no tenemos oración. En Nehemías 1:4 dice así: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré e hice duelo por algunos días y ayuné y oré delante del Dios de los Cielos”.

Luego, lo segundo para enfrentar el desafío tenemos que ver que tenemos, con qué recursos contamos, qué es lo que tengo yo en mí poder, qué es lo que Dios ya me ha dado para poder enfrentar ese desafío.

En Éxodo 4:12 vemos lo siguiente: “Entonces Moisés respondió diciendo: ‘He aquí que ellos no me creerán ni oirán mi voz, porque dirán: ‘No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: “¿Qué es eso que tienes en tu mano?”, y él respondió: “Una vara”’.

¿Sabe, usted sabe? La vara representa la autoridad y cuando Dios le da a usted y a mí un desafío junto con el desafío nos da la autoridad, porque no nos manda solos, nos manda con la victoria y nos manda con la autoridad de Él. Si usted tiene un desafío ya tiene la victoria, ya tiene la autoridad de Dios para cumplir el desafío, lo que tiene que hacer es hacerlo bien, esforzarse y cumplir las especificaciones de Dios.

¿Qué hace un desafío? Un desafío hace cosas en nuestra vida.

Lo primero que hace un desafío es que cambia la manera de pensar. Nos hace pasar del “No puedo”, al “si puedo”. Nos hace pasar del “no sé cómo se hace” a “sí sé cómo se hace”; nos hace pasar de “no tengo” a “sí tengo”. Porque Dios cuando da un desafío da las instrucciones, sabemos como hacerlo y da también los medios para lograrlo.

Mire lo que dice en Éxodo 4:10: “Por favor Señor”, dice Moisés, “Nunca he sido hombre elocuente, ni ayer ni en los tiempos pasados, ni aún después que has hablado a tu siervo. Porque yo soy tardo en el habla y torpe de lengua” y Dios le dice: “Ahora ve y Yo estaré en tu boca y Te enseñaré lo que debes de hablar”. No lo mandó solo, no le dijo: ‘¡Ay! a ver como te va, a ver que haces’. No, le dio todo lo que tenía que hacer; le dio los medios, le dio la forma, le proveyó lo que tenía que decir, lo que tenía que hacer.

Un desafío, cambia nuestro destino.

David enfrentó muchos desafíos de Dios y su destino fue totalmente cambiado. Pasó de ser un pastor de ovejas, pasó a ser un Rey. Y, ¿sabe que si nosotros aceptamos los desafíos de Dios, nuestro destino cambia? Nos lleva a lugares que nunca nos hemos imaginado, nos lleva a niveles que nunca habíamos sospechado que llegaríamos. Nos pone con personas que nunca habíamos conocido.

El desafío de Dios cambia nuestro destino para bien porque Él siempre nos lleva de Gloria en Gloria, de victoria en victoria.

¿Sabe que un desafío nos saca de la comodidad? ¿Le gusta la comodidad? ¿Le gusta estar sentado en la banca, ahí cómodo? Prepárese.

Dios con el desafío lo va a sacar de la banca porque la comodidad hace que nos estanquemos. Siempre hago lo mismo, siempre hago lo cómodo, lo que ya sé hacer, donde no me esfuerzo. Vengo a la iglesia y me siento en la misma silla y que nadie me la vaya a quitar porque es mía. Y ahí me siento yo.

Y, ¿sabe qué los desafíos de Dios nos sacan de la comodidad? Nos sacan de lo conocido a lo desconocido, nos mandan a niveles donde no sabemos cual es el siguiente paso, a niveles donde tenemos que confiar en Dios por lo que no sabemos lo que viene adelante.

Hace que el potencial que tenemos ahí sea sacado. Ese potencial que tenemos guardado ¡por quién sabe cuantos años!

Pero cuando viene el desafío descubrimos lo que somos capaces de hacer en el poder de Dios. El desafío trae nueva revelación de quién es Dios; conocemos a Dios de cerca, conocemos la magnificencia de Dios, el poder de Dios, lo que Dios puede hacer en nuestras vidas; cosas que antes nunca nos había revelado nos empieza a revelar Dios cuando entramos al desafío.

Mire lo que dice Éxodo 13:14: “Dijo Moisés a Dios, ‘he aquí que llego yo a los hijos de Israel y les digo “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”. Si ellos me preguntaren “¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?” y respondió Dios a Moisés: “Yo soy el que soy,” y dijo así: “Dirás a los hijos de Israel ‘Yo Soy, me envió a vosotros’ “.

¿Sabes qué? Nosotros entonces en el desafío conocemos el poder de Dios y podemos decirle a la gente yo voy en nombre de Dios porque Él es el que es y conozco mayor que nunca antes la revelación de Dios y la magnificencia de Dios y el poder y la soberanía de Dios sobre todas las cosas.

Y un desafío tiene otra cosa muy hermosa: nos hace conscientes de la necesidad que hay alrededor nuestro. ¿Sabe qué es muy fácil no darnos cuenta de la necesidad que hay alrededor nuestro? Nos volvemos cómodos, tenemos cierta seguridad, cierta tranquilidad y se nos olvida que alrededor nuestro, muy cerca aún muy cerca en nuestra propia familia hay mucha necesidad.

En Guatemala, mi país, Dios ha dado grandes desafíos en los últimos años. Los desafíos que Dios a dado para Guatemala son el de hacer templos. ¿Por qué razón? Porque teníamos un problema. Había una necesidad y el problema que teníamos allá en Guatemala es que somos demasiados y no cabíamos en los Templos.

A mí me gusta este tipo de problemas. ¡Ojalá todos los problemas fueran así! ¡Qué no cabemos en un Templo!

Y allá en Guatemala mire, habíamos cumplido al pie de la letra el mandato de Génesis 1:22 que dice: “Creced y multiplicaos”. Habíamos crecido y nos habíamos multiplicado y Dios es un Dios de crecimiento, Dios no es un Dios de estancamiento, Dios es un Dios de proyectos.

Un proyecto es algo que está en la mente; puede estar en un papel, es una idea que se va a llevar a cabo; es algo que se tiene que realizar. La antítesis de un proyecto es el estancamiento: no hay ideas, no hay proyectos, no hay nada por realizar. Pero mire lo que dice Hebreos 3:4: “Porque toda cosa es hecha por alguno, pero el que hizo todas las cosas es Dios”.

Y mire en Hebreos 11:10 dice: “Porque esperaba la ciudad que tiene fundamento”, pero el arquitecto y constructor es Dios y como Dios es Dios de proyectos le dio a la Iglesia donde yo estoy ‘Fraternidad Cristiana de Guatemala’, le dio un desafío. El desafío se lo dio al Pastor, el Doctor Jorge. H. López.

Nosotros somos una Congregación que tenemos un Templo para seis mil personas, hay un colegio a la par y bueno, el Templo tiene todos los servicios que ya conocemos en una iglesia. Y teníamos cuatro servicios y de pronto Dios le da el desafío. Le dice las palabras de Isaías 54:2: “Ensancha el sitio de tu tienda y tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas”.

Y el Pastor viene y plantea a la Congregación el desafío. El desafío consistía en un Templo para doce mil personas. Tenía que tener un espacio para tres mil vehículos, escuela dominical para tres mil niños, más todos los demás servicios. El desafío tenía un costo de 30 millones de dólares. Para un país con una economía en desarrollo eso no es un desafío. Para un país como Guatemala que no es que vayamos a entrar a la crisis, no es que hayamos entrado a la crisis, en Guatemala vivimos en crisis todo el tiempo. ¡Es la realidad!

Y ahí se le ocurre a Dios hacer el desafío. Cuando nosotros oímos aquello, de inmediato -nosotros nuestra moneda es el quetzal- y es un equivalente al 8 por 1. De inmediato hicimos la multiplicación: 30 millones por 8. Es esa cantidad que usted ya multiplicó, es esa misma. En millones de quetzales, que es nuestra moneda y lo que nosotros ganamos.

Cuando oímos ese desafío, las respuestas de la Congregación fueron variadas.

Ustedes saben que hay diferentes gustos, diferentes opiniones. Hubo quien se ofendió, y se fue de la Congregación; hubo quien pensó muy cómodamente: "Pero si lo que quieren es más espacio para más gente, ¿por qué no hacen otro servicio?". Usted sabe que siempre hay gente que quiere que otro haga las cosas, pero no hacer nada.

Y hubo quien dijo: "¿Y cómo gastar en un Templo cuando pueden hacer escuelas, pueden hacer un hospital, pueden hacer tantas cosas?" Pero el desafío era de Dios, la orden era de Dios y la mayoría sí entendimos que el desafío era de Dios. La mayoría sí entendimos que era un PRIVILEGIO que Dios nos estaba dando: escoger a una Congregación para hacer un Templo grande que lo que iba a demostrar era la grandeza de Dios. Iba a ser el reflejo de la magnificencia de Dios.

La mayoría sí entendimos que era un privilegio que Dios nos estaba dando; poder entrar en un desafío de Él. Y miren lo que dice aquí en Lucas 14:28-30: “¿Porque quién de vosotros queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él diciendo, ‘este hombre empezó a edificar y no pudo terminar.’ “

Porque lo importante es empezar, continuar pero también terminar los desafíos de Dios.

El Pastor nos presentó la situación, el terreno que teníamos ya estaba pagado, ya se había pagado al contado, no se debía, ni se había hecho préstamo. El terreno estaba. La cantidad de dinero con la que se contaba era el 30 por ciento del total. O sea que teníamos un 30 por ciento y el 70 por ciento restante tenía que venir por Fe.

Hebreos 11:3 dice "Por la Fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía". Hebreos 11:6 dice: "Sin Fe es imposible agradar a Dios," y en el Versículo 7 dice: "Por la Fe, Noé cuando fue advertido por Dios acerca de las cosas que aún no se veían con temor preparó el Arca para que su familia se salvara".

Y el grupo que entendimos que el desafío era de Dios y lo vimos como un privilegio entramos a caminar en él. El desafío implicaba muchas cosas; implicaba que saliéramos de la comodidad de nuestra silla y nos involucráramos mucho más en la Iglesia. En todos los Ministerios de la Iglesia. Había que preparar personas para que sirvieran en un Templo de 12 mil personas, personas para que estuvieran en los seis niveles de parqueo; personas que atendieran a 3 mil niños en la escuela dominical, nuevos líderes de células que pudieran cubrir a todos los nuevos convertidos y muchas de las personas cómodamente en una banca salieron de la comodidad, enfrentaron el desafío y empezaron a prepares.

Y toda la Iglesia como equipo entramos en la parte económica. Porque usted sabe que la Iglesia somos un equipo, somos un cuerpo. Mire lo que dice Génesis 1:26: "Entonces dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza". Dios dijo 'Hagamos' no dijo 'Hago'. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

En Génesis 2:18 dice: "No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él", forma un equipo. Romanos 12:5 dice "Así nosotros siendo muchos somos un cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros," un equipo grande. Y en Mateo 18:19-20 dice: "Otra vez os digo que si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la Tierra acerca de cualquier cosa que pidiesen les será hecho por mi Padre que está en los Cielos. Porque donde están dos o tres en mi nombre ahí estoy Yo en medio de ellos".

Acuerdo, equipo, unidad para trabajar juntos. Y en Nehemías 2:17 vemos que Él dijo: "Venid y edifiquemos el muro. No estemos más en oprobio". No dijo 'Yo lo voy a edificar'. Reunió a todos y les dijo "Venid y edifiquemos todos juntos." Y en Eclesías 3:4-9 dice: "Mejores son dos que uno porque tienen mejor pago de su salario".

Los que entendimos que éramos el equipo de Dios para trabajar en él. Les voy a decir algo: los que entendimos que no éramos el equipo del Pastor, éramos el equipo de Dios, porque el desafío era de Dios a través de un hombre que era el líder que nos iba a guiar, el que Dios había escogido. Pero el desafío era de Dios.

Y empezó la labor de hormiga, ¿por qué le digo labor de hormiga? Porque para la construcción nunca se hizo un préstamo bancario, nunca se le prestó dinero a nadie, nunca se debió un centavo. Los materiales se compraron siempre al contado, nunca recibimos una donación de un país extranjero, nunca ninguna institución privada, pública o estatal nos dio un centavo. Los aportes para los 30 millones de dólares en un país en crisis fueron única y exclusivamente las ofrendas y las promesas de Fe de la Congregación.

El Templo estaba contemplado para una construcción de cuatro años, sin embargo nos tardamos seis porque íbamos al ritmo que íbamos ofrendando y dando nuestras promesas. Si eso se aligeraba todo marchaba rápido; si eso se detenía un poco, pues la obra también se detenía un poco.

A medida que se fue viendo la construcción del Templo nos sucedió lo mismo que le sucedió a Nehemías, que cuando empezó a verse que estaba reconstruyendo el muro, aparecieron los Ambalath enojados, con oprobio para Nehemías. Así nos pasó a nosotros. Sólo empezaron a ver el tamaño del Templo y aparecieron los comentarios.

Los comentarios venían de la propia Iglesia, de otras Iglesias y de cualquier Institución. Los comentarios al principio eran en relación al origen del dinero. “¿A saber de dónde había sacado la Iglesia el dinero?“ Ya se imagina usted de dónde decían que había sacado la Iglesia el dinero.

Después los comentarios eran en relación a que la Iglesia se estaba hundiendo, el terreno se estaba partiendo en dos porque no habían hecho estudio de suelos. ¡Y lo decían con una firmeza, qué usted no se imagina! Para que se ría un poquito: El arquitecto que estaba construyendo el edificio se juntó un día con unas personas y le dijeron, '¿sabes tú que a la construcción de la MegaFrater se está hundiendo el suelo?', '¡Ah!, ¿sí?' les dijo él '¿De veras? y ustedes ¿cómo lo saben?’ 'Y nosotros hemos pasado por ahí y vemos que se está hundiendo'... '¡Ah! Les dijo. ‘Pues qué raro porque yo soy el arquitecto que la construye, voy todos los días y no veo que se está hundiendo'.

Después la problemática que decían era que el techo se estaba cayendo. Y, ¿saben qué nos ayudó a subsistir todos esos comentarios? Dos cosas: la primera sabíamos que el desafío era de Dios; lo segundo sabíamos que eran nuestros aportes, nuestras ofrendas que Dios nos estaba proveyendo para el Templo, y lo tercero era que siempre nos habían mantenido informados del proceso de la construcción.

Cuando la gente decía, "se está hundiendo, no hicieron estudio de suelos", nosotros habíamos visto las gráficas porque se nos presentan en la pantalla, todas las fases: la fase que terminaba y la fase que empezaba, los problemas que se estaban encontrando en la construcción. Nosotros sabíamos, habíamos visto que, sí se había hecho un estudio de suelos. Habíamos visto quienes eran las personas que habían llegado para encargarse de ese estudio de suelos. Nosotros sabíamos que el techo se estaba deteniendo un poco en la aceleración de terminarlo porque era demasiado alto y tenían que ir muy lento por la seguridad de las personas que lo estaban haciendo.

Sabíamos también que un huracán había detenido que los materiales llegaran a tiempo. Nosotros sabíamos cual era la verdad de nuestra situación.

Después de seis años, se llegó el momento del proyecto terminado. Y así fue como un día pudimos ver el desafío de Dios cumplido. Y cuando Dios nos da el desafío de construir un Templo tenemos que tomar en cuenta varias cosas. Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es que ese Templo es para la Gloria de Dios. ¡Qué Él es el desafío, Él fue el que lo construyó y es para Su Gloria!

Si lo va a aplaudir, ¡apláudalo bien!

Mire, tenemos que saber que no es para la Gloria ni de un grupo, ni de una Iglesia, ni de un nombre, ni de un país... es para la Gloria de Dios. Tenemos que entender también que es para que nos lo gocemos, para que nos los disfrutemos nosotros y otras personas.

No es para que digamos: '¡Ay! ¡Tener que dar las ofrendas y las Promesas de Fe!'. ¡No!, es para saber que vamos a tener un lugar que nos lo vamos a gozar y disfrutar nosotros y otras personas.

Hoy día los cuatro servicios que teníamos antes en el Templo anterior, siguen vigentes. Tienen la misma cantidad de personas que antes asistían; y yo me atrevería a decirle que el Servicio de las 12 aún tiene más que antes. Tenemos también el Servicio de la Megafrater o sea el Templo Grande a las 9 de la mañana en el cual todos los domingos se llena con un 80 por ciento. Cuando son servicios extraordinarios se repleta, no caben las personas, hay personas que han tenido que quedarse afuera porque ya no pueden entrar.

Para la Semana Santa tuvimos una obra teatral que se presentó tres veces, ahí en la MegaFrater, tuvimos más de seis cientos nuevos convertidos.

¿Por qué? Porque para eso fue que Dios nos dio el Templo... para alcanzar mucho más almas.

El día de la inauguración pudimos decir como dice Efesios 3:21: "A Él sea la Gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por todos los siglos de los siglos, amén".

Y pudimos decir también como dice Lucas 18:27: "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios," y pudimos decir también como dijo Nehemías: "La mano benéfica de Dios estuvo sobre nosotros".

Yo quiero que en este momento podamos ver algunas tomas de la Iglesia el día de la inauguración. Quiero que por favor cuando lo vea piense en un desafío de Dios, en un país llamado "País del Tercer Mundo" en el que siempre se vive en crisis…

[Interrupción]

Esas son las cosas que Dios hace. Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. A Él sea toda la Gloria y a Él sea toda la honra.

Como usted puede ver, si usted llega a Guatemala y nos quiere llegar a visitar y no quiere llegar en carro puede llegar en helicóptero. Ahí hay espacio para que usted aterrice.

Póngase de pie y vamos a orar, porque cuando Dios da un desafío, si nosotros le obedecemos, si nosotros lo tomamos como un privilegio que Dios nos da de escogernos para ese desafío, porque cuando Dios escoge a un grupo para un desafío, es porque sabe que a las personas que les está dando el desafío, son personas de compromiso.

¿Se recuerda qué vimos que es una de las características del desafío? Entender que es más grande que lo que nosotros podemos hacer. Entender que cuando lo da, ya está la victoria, sólo es cuestión de seguir lo que Él ordena que se haga. Entender que Él está con nosotros todo el tiempo del desafío; entender que está cambiando nuestro destino y el destino de muchas personas más.

Está cambiando nuestra manera de pensar y nos está sacando de la comodidad, y si nosotros nos esforzamos y somos valientes y le creemos a Dios y entramos como equipo a trabajar en el desafío el resultado es la Gloria y la Victoria de Dios.

El resultado es que el mundo pueda ver, a través de un Templo, la grandeza y la magnificencia de Dios. El resultado es que podamos tener muchas personas más que conozcan a Cristo y que podamos decir, ¡qué bueno y qué hermoso es habitar los hermanos juntos en armonía! Porque ahí envía bendición Dios.

Yo sé que ustedes tienen el desafío de construir un Templo. Yo le voy a pedir que cierre sus ojos y vamos a orar y le vamos a clamar a Dios, porque todos como Congregación juntos, podamos entender el privilegio que Dios le ha dado a esta Congregación, de llamarlos para un desafío. El privilegio que Dios les ha dado como Congregación de tomarlos en cuenta y decirles: “este es mi equipo”.

Porque no es el desafío de una persona, es el desafío de Dios y usted es el equipo de Dios que Él ha escogido y que Dios le dice en esta mañana: “Mira que te mando, que te esfuerzo, que seas valiente.” Lo que Dios quiere en esta mañana es que usted le crea a Dios en ese desafío que no es una casualidad ni un capricho que los haya escogido a ustedes como Congregación.

Lo que Dios quiere es que entendamos que si Él quiere un Templo mayor Dios es soberano, Dios es sabio, Él sabe por qué lo quiere y que no es cosa de que a mí me gusta o no me gusta. Creo que debe de ser o no debe de ser. Dios es soberano y si yo he rendido mi vida a Dios yo tengo que rendir mi voluntad a la de Dios y si esa es la voluntad de Dios yo tengo que entrar en la voluntad de Dios.

Dios quiere que entendamos que somos un equipo, que tenemos que pasar a un nuevo nivel de trabajo, a un nuevo nivel de servicio, a un nuevo nivel de credibilidad, a un nuevo nivel de unidad y de apoyo los unos por los otros y qué cuando nosotros seguimos las especificaciones de Dios el resultado ya está logrado. ¡Porque grandes maravillas ha hecho Jehová!

Padre amado, ponemos a esta Congregación delante de Ti. Primero te damos gracias, Padre, Gracias por el privilegio que Tú les das de haberlos escogido para hacer algo más grande, algo que pueda mostrarle al mundo la magnificencia Tuya.

Gracias, Padre, te damos por esta Congregación que Tú has escogido porque sabes que son personas de compromiso. Por eso es que Tú los has escogido porque sabes que son personas de compromiso que están con su oído cerca a Ti y que cuando Tú los llamas como los estás llamando ahora como llamaste a Moisés ellos te dicen: ‘heme aquí, aquí estoy, Señor, para lo que Tú me quieras’ Gracias Padre, Gracias Padre.

Gracias, Padre, por esta Congregación, Padre, que está entrando como equipo; el equipo Tuyo a Tu servicio. Gracias, Padre, porque sus talentos, su potencial va a ser desarrollado como nunca se ha visto para Tu obra. Gracias Padre por la involucración de toda la Iglesia en Tu servicio y Gracias, Padre, porque Tú proveerás todos los medios necesarios para que todo todo, todo el monto total de lo que se necesita, Padre amado, yo me atrevo a declararlo sea como Tú lo hiciste con nosotros: con Guatemala -un país sin recursos.

Para que sea sin préstamo; para que sea sin deuda; para que el pueblo pueda ver lo que son Tus finanzas. Para que la gente conozca que los Cielos están abiertos para nosotros los hijos de Dios. Gracias, Padre.

Gracias, Padre, porque pronto podremos ver las maravillas que Tú vas a hacer. Si nosotros somos obedientes a Tu mandato, obedientes a Tus especificaciones, nos unimos todos y todos de lo que Tú nos das, porque sabemos que entre más damos, más Tú nos das. Y todos de lo que Tú nos das vamos a aportar nuestras Promesas de Fe y nuestras ofrendas para que Tu Templo, Tu Casa sea construida.

Gracias Padre, Gracias Hijo, Gracias Espíritu Santo. ¡Gloria a Dios!

Pastor Dr. Roberto Miranda: Gloria Señor.

Hermanos, ¡Qué más puede uno decir! Sólo quiero aclararles una cosa para que entiendan bien el contexto de esta Palabra. Es que yo no había hablado con Olguita desde que ella llegó de Guatemala.

Yo hubiera podido decirle bien fácil: “Olguita estamos en construcción. Trae tu mensaje de ánimo para la Iglesia y etc.”. Pero no, no había podido conversar con ella y hace años que no hablaba directamente con Olguita. Así que yo creo que eso le da un poquito más todavía de peso y de validez al reto que Dios nos emite o que refuerza en esta tarde.

Esta mañana yo compartía con los hermanos lo que Dios puso en mi corazón al escuchar eso.

Me vino inmediatamente las palabras de Pablo citando un Versículo del Antiguo Testamento en Romanos 10:19 donde Pablo citaba este Versículo y decía que Dios le decía a los judíos, “yo les voy a provocar a ustedes a celos con un pueblo que no es pueblo.” Queriendo decir los judíos habían recibido la revelación de Dios, el llamado de Dios, los dones de Dios, la tierra de Dios y habían desperdiciado el don de Dios y lo habían despreciado inclusive y entonces Dios dijo: “Yo les di a ustedes ese don, les di ese llamado, les di Mí recurso, les di Mi tierra. Se la quité a otros y se las di a ustedes, ustedes lo despreciaron. Está bien, yo voy a llamar a otro pueblo”.

Y llamó entonces a los gentiles –nosotros- y les dijo: “Yo les voy a dar a ellos el don que yo les había dado a ustedes originalmente.” Y por eso Pablo habla de ese versículo donde, “yo los voy a provocar a celos con un pueblo que no es pueblo”.

Esta nación recibió el llamado de Dios. Hace 400 años aquí se fundó una nación sobre fundamentos Bíblicos, cristianos. Esta nación fue luz e inspiración y fuente de evangelización a Guatemala, a Asia, África. De aquí fueron muchos de los primeros misioneros a esa nación.

Esta nación impactó naciones con el Evangelio. Hoy en día esta nación ha renunciado, se ha revelado contra Dios. El presidente Obama hace poco cuando le preguntaron si Estados Unidos era una nación cristiana, se apresuró a decir que “Estados Unidos no es una nación cristiana”.

Pues eso es una declaración espiritual y por esa esta nación y la iglesia de esta nación… porque hay que confesar algo, hermano, los cristianos en Estados Unidos, nos hemos empobrecido hemos carecido de visión, nos hemos acomodado, nos hemos vuelto cómodos y medimos cada centavito, cada esfuerzo, cada iniciativa. Somos muy conservadores, no somos conservadores para otras cosas, pero somos muy conservadores cuando se trata de darle a Dios y de esforzarnos para Dios. Esa es la verdad.

Y cuando un pueblo pierde la visión, cuando un pueblo pierde la capacidad para sacrificar y darle al Señor, cuando un pueblo pierde la pasión por Dios, cuando un pueblo se vuelve tímido y conservador y mide todo con una cucharita de medir, el Espíritu de Dios se retira, se estanca, se contriza y deja de moverse. Esta nación debiera estar construyendo Templos como ese, por donde quiera hoy en día. Cientos de Templos como ese y más grandes todavía porque los recursos de esta nación son prácticamente ilimitados.

Por eso es que yo digo que Dios está provocando a celos a un pueblo.

No es que Guatemala no sea pueblo, es más pueblo de Dios sabemos que los Estados Unidos. Pero ese pueblo subdesarrollado nos da ejemplos como ese.

Yo creo que detrás de eso no solamente estaban los dignatarios que estaban allí, había invitos y gente pobre que había dado de su dinero para que se construyera ese Templo. Porque muchas veces en las grandes inauguraciones, pues, viene la gente hermosa pero detrás de eso también hay gente pequeña que dio sacrificialmente. Esos son los que verdaderamente Dios… yo creo que, ¡guau!

Hermanos, lo que les quiero decir es que para un pueblo que tiene visión y un pueblo que le da al Señor con Fe y atrevimiento, no hay límite lo que Dios puede hacer y Dios me provoca celos sentado allí, me provoca celos. Yo digo, “Oye, Señor, ¿qué es lo que nosotros estamos haciendo comparado? Pero es un celo Santo. Yo se que eso es lo que Dios quiere por ahora y eso es lo que viene lo demás.

Yo siempre he dicho: “Ese templo no es simplemente, no es ni siquiera para que podamos poner más gente allí”. Para mí es un símbolo, es una declaración profética, es un abrir la matriz, es forzar la matriz romperla para que quepa más.

Es una pedrada al diablo que dice que el cristianismo se esta muriendo en América y es algo que yo quiero que hagamos para inspirar, motivar, despertar a tanto cristiano evangélico norteamericano en esta área de Nueva Inglaterra que no hay Templos. Se están muriendo los templos, el cristianismo está decayendo y nos quejamos de que la gente no quiere creer de que el mundo esta duro.

Mire, el que está duro es la Iglesia. La Iglesia es la que está durmiendo. El día que la Iglesia se despierte, el día que la Iglesia tome visión, el diablo tiene que mandarse a huir, el diablo ocupa el terreno que la Iglesia le permite ocupar. El diablo es una entidad que no existe en si mismo, excepto cuando nosotros le damos espacio. Él no tiene poder en sí mismo, no tiene vida, no tiene capacidad para nada. Sólo lo que él ocupa: el espacio negativo que nosotros le abrimos, le permitimos. Eso es así. Nosotros tenemos la autoridad, nosotros tenemos el poder.

¡Quiera el Señor usar esto para apuntalar el propósito en nosotros de ser fieles al Señor! Dar una declaración de Fe. Cristiano, cristiana yo te motivo en el nombre del Señor, sella tu promesa delante de Dios, no permitas que el diablo te robe el privilegio de darle al Señor en esta empresa de Fe.

Y algunos de ustedes, yo…, todavía quizá no han hecho su promesa. No lo digo acusativamente sino lo digo para que usted no se pierda el privilegio de ser parte de algo que está en el corazón de Dios.

No deje de hacerlo por cobardía o por racionalismo o lo que sea. Hágalo por Fe y déle al Señor. Uno de los lemas de nuestra campaña ha sido: 'Cada uno dé, cada uno dé, que no se quede nadie sin dar'.

Yo aprovecho esta oportunidad santa para decirle, mire, conciba un sueño grande, una misión grande en Dios, atrévase en el nombre del Señor.

Estos son actos proféticos que abren la matriz, estos son actos proféticos que le dan el mentís al diablo que dice que el Cristianismo está decayendo en Estados Unidos y que está muerto, ya.

Vamos a creerle a Dios. Si estos guatemaltecos subdesarrollados lo pueden hacer, ¿por qué nosotros no? y lo digo con respeto porque hablamos del tercer mundo y todas estas cosas. Toda esta gente está más desarrollada que nosotros. Nosotros tenemos que aprender de ellos.

Así que, hermanos, vamos a creerle a Dios, vamos a renovar el fuego de Dios. Yo creo que hay un celo Santo que dice, "¿cómo es posible? Tenemos nosotros que ponernos al día", eso es lo que Dios provoca hacer, Dios nos está provocando a celos, vamos a creerle a Dios.

Recuerde esta Palabra que es una Palabra profética de Dios. Yo no la solicité, no la pedí, pero Dios la trae desde allá con autoridad de Dios. Créanle al Señor.

Levante su mano, dígale, "Padre, yo me comprometo con Tu Espíritu, me comprometo con la visión, me comprometo con Tu llamado para darte, para derrotar al diablo; para darle esa pedrada central a Goliat y derribarlo de una vez por todas y abrir espacio para una conquista. Para la reconquista de la Tierra."

Nosotros somos el pueblo de Dios, declaramos, somos los Hijos de Dios, somos los dueños de la Tierra. Tú nos has entregado la Tierra, Padre. No importa que gigantes se presenten, nosotros somos autoridad y declaramos esa autoridad y nos moveremos en Fe, Señor. Conquistaremos, llegaremos a la meta y la sobrepasaremos, Padre, para Gloria exclusiva del nombre de Jesús. ¡Aleluya! Gracias Señor, Amén, Amén. Gloria a Dios.

Vamos a declarar algo: 'aquel que la buena obra empezó será fiel en completarla'. El que comenzó esta obra, el que la declaró no fue Roberto Miranda, no fue el Diaconado de León de Judá, fue el Espíritu Santo y nosotros tenemos que llenarnos de esa autoridad.

Vamos a ser un pueblo feroz, un pueblo concentrado, un pueblo peligroso para las huestes del infierno.

Vamos a decir: 'Señor, Tú comenzaste esta obra, Tú la vas a terminar'.

Los desafíos de Dios

Transcripción

Hermanos, Dios nos ha bendecido hoy con un mensaje precioso de parte de nuestra hermana, la Doctora Olga Martínez, ella está con nosotros hoy. Denle un aplauso a la Doctora Martínez que esta aquí y yo sé que Dios tiene palabra para nosotros en esta tarde.

Olguita -como cariñosamente la llamamos- es una amiga querida de muchos años; ha venido a León de Judá varias veces. Siempre que viene deja un depósito, deja un depósito de Dios, un depósito del Espíritu y ella ha Bendecido Lorens este fin de semana.

El Señor dirigió a nuestra hermana Carolina León Barrutia que también trabaja aquí como Secretaria Ejecutiva de nuestra Iglesia para bendecir a Lorens, abrir brecha allí.

Lorens es una ciudad que necesita mucho, hablamos de Puerto Viejo, Ecuador. Pero Lorens esta aquí mismo a 30 minutos al norte de Boston y necesita mucho de Dios y allí estuvo Olguita y la hermana Carolina y su esposo José estuvieron encabezando un esfuerzo para bendecir la ciudad de Lorens y declarar el Señorío de Cristo allí en Lorens la hermana Olga Martínez llevó la Palabra de Dios.

Gran Bendición esta mañana nos bendijo aquí y yo sé que Dios tiene una Palabra fuerte para nosotros. Den un aplauso de bienvenida a la Hermana Olguita y vamos a preparar nuestros corazones, vamos a abrir nuestros espíritus, porque Dios tiene algo muy especial que darnos este día.

Olguita bendecida y bienvenida a la casa del Señor.

Dra. Olga Martínez: Muy buenos días. Es un gusto para mí estar aquí, ver rostros y abrazar personas a las que les tengo mucho cariño, de las veces anteriores que hemos estado en este lugar. Inclinen sus rostros un momento, cierren sus ojos y vamos a orar:

“Padre, te damos gracias en esta mañana por permitirme de nuevo estar aquí en este país y estar en Tu casa. Gracias Padre por cada una de las personas que puedo volver a ver y por las personas nuevas que estoy conociendo.

Padre, en esta mañana ponemos este mensaje delante de Ti para que seas Tú quien tome el control, que seas Tú el que hable a nuestros corazones. Tomamos autoridad sobre toda fortaleza mental que quiera impedir lo que Tú tienes para nosotros en esta mañana.

Gracias Padre, Gracias Hijo y Gracias Espíritu Santo. Amén”.

Estamos en épocas de desafíos, los gobiernos tienen desafíos. Los bancos, las instituciones tienen desafíos y el pueblo de Dios tenemos fuertes desafíos.

Si usted mira la Palabra de Dios va a encontrar que todos los escogidos de Dios han tenido desafíos, si usted y yo somos escogidos de Dios tenemos desafíos. Un desafío de Dios tiene ciertas características. Una de ellas es que parte de una necesidad: la necesidad de resolver algo para beneficiar a otros, para beneficiar a muchos.

Otra característica es que un desafío de Dios es mucho más grande que lo que las personas podemos hacer. En Lucas 18:17 dice: ‘Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios’.

Otra característica es que cuando Dios da un desafío, da exactamente las especificaciones de lo que se tiene que hacer. Cuando Dios le da a Noé el desafío de construir un Arca, le da específicamente cómo debe de hacerla. En Génesis 6:14 dice: ‘Hazte un Arca de madera de Gofer, harás aposento en el Arca y la calafatearás con brea por dentro y por fuera’. Luego le sigue dando todas las especificaciones del material que debe de usar, el tamaño, el número de compartimientos, las ventanas, las formas de las ventanas, qué debe de hacer con el Arca, quienes deben de introducir en esa Arca porque en los desafíos siempre hay involucradas varias personas.

Y luego, en Génesis 6:22, vemos que dice: ‘Y así lo hizo Noé conforme a todo lo que Dios le había mandado’. Conforme a TODO, no a una parte, no a lo que le gustó, no a lo que quiso, no a lo que le pareció, conforme a todo lo que había mandado.

Cuando Dios le da a Josué un desafío, que lo podemos ver en Josué 1:2 le dice: ‘Mi siervo Moisés a muerto ahora pues levántate, cruza este Jordán tú y todo este pueblo a la Tierra que Yo les doy a los hijos de Israel’. Y más adelante vemos que le está diciendo que lo que él tiene que hacer es esforzarse y ser valiente o sea hacer las cosas bien hechas, seguir las instrucciones que Dios le está dando y que sí hace eso todo le saldrá bien, en todo va a ser prosperado. ¿Por qué razón? Porque tenemos que entender que otra de las características del desafío de Dios es que es de Él, no es del hombre, es de Dios.

Él da al desafío, Él está en el asunto y la victoria es de Él.

En el momento que da el desafío ya tiene la victoria. Cuando Dios le da a Josué el desafío para que le va a entregar la ciudad de Jericó, primero se la entrega, le dice en Josué 6:2: ‘Mira yo he entregado en tu mano a Jericó y a su Rey con sus varones de guerra’. Primero se la entrega después le da todo lo que tiene que hacer usted ya sabe: dar una vuelta, cada día por seis días el último día dar siete vueltas, siete varones van a tocar las trompetas y al final esta ahí la victoria. Josué 6:16, 'y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez Josué dijo al pueblo: “Gritad porque Jehová os ha entregado la ciudad”’, ya está la victoria.

Si a usted y a mí Dios nos da un desafío, tenemos que saber que Dios está en control de ese desafío y que si nosotros hacemos lo que Él nos dice y lo hacemos bien hecho y nos esforzamos, la victoria ya está dada. ¿Qué se necesita para recibir un desafío? Para recibir un desafío lo primero que necesitamos es estar cerca de Dios.

Cuando Moisés recibe el desafío de Dios lo recibe en el momento en que se acerca a la zarza, no lo recibe cuando está lejos, lo recibe cuando está cerca. Dice en Éxodo 3:4: “Viendo a Jehová que él iba a ver lo llamó Dios de en medio de la zarza y dijo: ‘Moisés, Moisés’ y él respondió: ‘Heme aquí’”. Él oyó la voz de Dios, estaba cerca de Dios, tenía su corazón dispuesto.

Lo segundo que tenemos que hacer para recibir un desafío es creerle a Dios. A veces los desafíos que Dios nos da son tan grandes, mucho más grandes que lo que nosotros podemos hacer, que cuesta creerle. Y en Éxodo 3:10 dice: “Ven por tanto ahora y te enviaré a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”. El desafío era grande, el desafío era poderoso, el desafío era de importancia.

Otra de las cosas que se necesita para recibir un desafío es ser persona de compromiso. Dios da desafíos a las personas de compromiso. Si Dios le está dando a usted desafíos es porque sabe que usted es una persona de compromiso. Dios le da el desafío a un líder para que las personas de compromiso lo sigan.

Y, ¿cómo enfrentar un desafío?

Lo primero que tenemos que hacer al recibir un desafío para enfrentarlo es lo que hizo Nehemías. Nehemías cuando recibió el desafío que tenia que reconstruir los muros de Jerusalén, lo primero que él hizo fue orar. No podemos enfrentar un desafío si no tenemos oración. En Nehemías 1:4 dice así: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré e hice duelo por algunos días y ayuné y oré delante del Dios de los Cielos”.

Luego, lo segundo para enfrentar el desafío tenemos que ver que tenemos, con qué recursos contamos, qué es lo que tengo yo en mí poder, qué es lo que Dios ya me ha dado para poder enfrentar ese desafío.

En Éxodo 4:12 vemos lo siguiente: “Entonces Moisés respondió diciendo: ‘He aquí que ellos no me creerán ni oirán mi voz, porque dirán: ‘No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: “¿Qué es eso que tienes en tu mano?”, y él respondió: “Una vara”’.

¿Sabe, usted sabe? La vara representa la autoridad y cuando Dios le da a usted y a mí un desafío junto con el desafío nos da la autoridad, porque no nos manda solos, nos manda con la victoria y nos manda con la autoridad de Él. Si usted tiene un desafío ya tiene la victoria, ya tiene la autoridad de Dios para cumplir el desafío, lo que tiene que hacer es hacerlo bien, esforzarse y cumplir las especificaciones de Dios.

¿Qué hace un desafío? Un desafío hace cosas en nuestra vida.

Lo primero que hace un desafío es que cambia la manera de pensar. Nos hace pasar del “No puedo”, al “si puedo”. Nos hace pasar del “no sé cómo se hace” a “sí sé cómo se hace”; nos hace pasar de “no tengo” a “sí tengo”. Porque Dios cuando da un desafío da las instrucciones, sabemos como hacerlo y da también los medios para lograrlo.

Mire lo que dice en Éxodo 4:10: “Por favor Señor”, dice Moisés, “Nunca he sido hombre elocuente, ni ayer ni en los tiempos pasados, ni aún después que has hablado a tu siervo. Porque yo soy tardo en el habla y torpe de lengua” y Dios le dice: “Ahora ve y Yo estaré en tu boca y Te enseñaré lo que debes de hablar”. No lo mandó solo, no le dijo: ‘¡Ay! a ver como te va, a ver que haces’. No, le dio todo lo que tenía que hacer; le dio los medios, le dio la forma, le proveyó lo que tenía que decir, lo que tenía que hacer.

Un desafío, cambia nuestro destino.

David enfrentó muchos desafíos de Dios y su destino fue totalmente cambiado. Pasó de ser un pastor de ovejas, pasó a ser un Rey. Y, ¿sabe que si nosotros aceptamos los desafíos de Dios, nuestro destino cambia? Nos lleva a lugares que nunca nos hemos imaginado, nos lleva a niveles que nunca habíamos sospechado que llegaríamos. Nos pone con personas que nunca habíamos conocido.

El desafío de Dios cambia nuestro destino para bien porque Él siempre nos lleva de Gloria en Gloria, de victoria en victoria.

¿Sabe que un desafío nos saca de la comodidad? ¿Le gusta la comodidad? ¿Le gusta estar sentado en la banca, ahí cómodo? Prepárese.

Dios con el desafío lo va a sacar de la banca porque la comodidad hace que nos estanquemos. Siempre hago lo mismo, siempre hago lo cómodo, lo que ya sé hacer, donde no me esfuerzo. Vengo a la iglesia y me siento en la misma silla y que nadie me la vaya a quitar porque es mía. Y ahí me siento yo.

Y, ¿sabe qué los desafíos de Dios nos sacan de la comodidad? Nos sacan de lo conocido a lo desconocido, nos mandan a niveles donde no sabemos cual es el siguiente paso, a niveles donde tenemos que confiar en Dios por lo que no sabemos lo que viene adelante.

Hace que el potencial que tenemos ahí sea sacado. Ese potencial que tenemos guardado ¡por quién sabe cuantos años!

Pero cuando viene el desafío descubrimos lo que somos capaces de hacer en el poder de Dios. El desafío trae nueva revelación de quién es Dios; conocemos a Dios de cerca, conocemos la magnificencia de Dios, el poder de Dios, lo que Dios puede hacer en nuestras vidas; cosas que antes nunca nos había revelado nos empieza a revelar Dios cuando entramos al desafío.

Mire lo que dice Éxodo 13:14: “Dijo Moisés a Dios, ‘he aquí que llego yo a los hijos de Israel y les digo “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”. Si ellos me preguntaren “¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?” y respondió Dios a Moisés: “Yo soy el que soy,” y dijo así: “Dirás a los hijos de Israel ‘Yo Soy, me envió a vosotros’ “.

¿Sabes qué? Nosotros entonces en el desafío conocemos el poder de Dios y podemos decirle a la gente yo voy en nombre de Dios porque Él es el que es y conozco mayor que nunca antes la revelación de Dios y la magnificencia de Dios y el poder y la soberanía de Dios sobre todas las cosas.

Y un desafío tiene otra cosa muy hermosa: nos hace conscientes de la necesidad que hay alrededor nuestro. ¿Sabe qué es muy fácil no darnos cuenta de la necesidad que hay alrededor nuestro? Nos volvemos cómodos, tenemos cierta seguridad, cierta tranquilidad y se nos olvida que alrededor nuestro, muy cerca aún muy cerca en nuestra propia familia hay mucha necesidad.

En Guatemala, mi país, Dios ha dado grandes desafíos en los últimos años. Los desafíos que Dios a dado para Guatemala son el de hacer templos. ¿Por qué razón? Porque teníamos un problema. Había una necesidad y el problema que teníamos allá en Guatemala es que somos demasiados y no cabíamos en los Templos.

A mí me gusta este tipo de problemas. ¡Ojalá todos los problemas fueran así! ¡Qué no cabemos en un Templo!

Y allá en Guatemala mire, habíamos cumplido al pie de la letra el mandato de Génesis 1:22 que dice: “Creced y multiplicaos”. Habíamos crecido y nos habíamos multiplicado y Dios es un Dios de crecimiento, Dios no es un Dios de estancamiento, Dios es un Dios de proyectos.

Un proyecto es algo que está en la mente; puede estar en un papel, es una idea que se va a llevar a cabo; es algo que se tiene que realizar. La antítesis de un proyecto es el estancamiento: no hay ideas, no hay proyectos, no hay nada por realizar. Pero mire lo que dice Hebreos 3:4: “Porque toda cosa es hecha por alguno, pero el que hizo todas las cosas es Dios”.

Y mire en Hebreos 11:10 dice: “Porque esperaba la ciudad que tiene fundamento”, pero el arquitecto y constructor es Dios y como Dios es Dios de proyectos le dio a la Iglesia donde yo estoy ‘Fraternidad Cristiana de Guatemala’, le dio un desafío. El desafío se lo dio al Pastor, el Doctor Jorge. H. López.

Nosotros somos una Congregación que tenemos un Templo para seis mil personas, hay un colegio a la par y bueno, el Templo tiene todos los servicios que ya conocemos en una iglesia. Y teníamos cuatro servicios y de pronto Dios le da el desafío. Le dice las palabras de Isaías 54:2: “Ensancha el sitio de tu tienda y tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas”.

Y el Pastor viene y plantea a la Congregación el desafío. El desafío consistía en un Templo para doce mil personas. Tenía que tener un espacio para tres mil vehículos, escuela dominical para tres mil niños, más todos los demás servicios. El desafío tenía un costo de 30 millones de dólares. Para un país con una economía en desarrollo eso no es un desafío. Para un país como Guatemala que no es que vayamos a entrar a la crisis, no es que hayamos entrado a la crisis, en Guatemala vivimos en crisis todo el tiempo. ¡Es la realidad!

Y ahí se le ocurre a Dios hacer el desafío. Cuando nosotros oímos aquello, de inmediato -nosotros nuestra moneda es el quetzal- y es un equivalente al 8 por 1. De inmediato hicimos la multiplicación: 30 millones por 8. Es esa cantidad que usted ya multiplicó, es esa misma. En millones de quetzales, que es nuestra moneda y lo que nosotros ganamos.

Cuando oímos ese desafío, las respuestas de la Congregación fueron variadas.

Ustedes saben que hay diferentes gustos, diferentes opiniones. Hubo quien se ofendió, y se fue de la Congregación; hubo quien pensó muy cómodamente: "Pero si lo que quieren es más espacio para más gente, ¿por qué no hacen otro servicio?". Usted sabe que siempre hay gente que quiere que otro haga las cosas, pero no hacer nada.

Y hubo quien dijo: "¿Y cómo gastar en un Templo cuando pueden hacer escuelas, pueden hacer un hospital, pueden hacer tantas cosas?" Pero el desafío era de Dios, la orden era de Dios y la mayoría sí entendimos que el desafío era de Dios. La mayoría sí entendimos que era un PRIVILEGIO que Dios nos estaba dando: escoger a una Congregación para hacer un Templo grande que lo que iba a demostrar era la grandeza de Dios. Iba a ser el reflejo de la magnificencia de Dios.

La mayoría sí entendimos que era un privilegio que Dios nos estaba dando; poder entrar en un desafío de Él. Y miren lo que dice aquí en Lucas 14:28-30: “¿Porque quién de vosotros queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él diciendo, ‘este hombre empezó a edificar y no pudo terminar.’ “

Porque lo importante es empezar, continuar pero también terminar los desafíos de Dios.

El Pastor nos presentó la situación, el terreno que teníamos ya estaba pagado, ya se había pagado al contado, no se debía, ni se había hecho préstamo. El terreno estaba. La cantidad de dinero con la que se contaba era el 30 por ciento del total. O sea que teníamos un 30 por ciento y el 70 por ciento restante tenía que venir por Fe.

Hebreos 11:3 dice "Por la Fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía". Hebreos 11:6 dice: "Sin Fe es imposible agradar a Dios," y en el Versículo 7 dice: "Por la Fe, Noé cuando fue advertido por Dios acerca de las cosas que aún no se veían con temor preparó el Arca para que su familia se salvara".

Y el grupo que entendimos que el desafío era de Dios y lo vimos como un privilegio entramos a caminar en él. El desafío implicaba muchas cosas; implicaba que saliéramos de la comodidad de nuestra silla y nos involucráramos mucho más en la Iglesia. En todos los Ministerios de la Iglesia. Había que preparar personas para que sirvieran en un Templo de 12 mil personas, personas para que estuvieran en los seis niveles de parqueo; personas que atendieran a 3 mil niños en la escuela dominical, nuevos líderes de células que pudieran cubrir a todos los nuevos convertidos y muchas de las personas cómodamente en una banca salieron de la comodidad, enfrentaron el desafío y empezaron a prepares.

Y toda la Iglesia como equipo entramos en la parte económica. Porque usted sabe que la Iglesia somos un equipo, somos un cuerpo. Mire lo que dice Génesis 1:26: "Entonces dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza". Dios dijo 'Hagamos' no dijo 'Hago'. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

En Génesis 2:18 dice: "No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él", forma un equipo. Romanos 12:5 dice "Así nosotros siendo muchos somos un cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros," un equipo grande. Y en Mateo 18:19-20 dice: "Otra vez os digo que si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la Tierra acerca de cualquier cosa que pidiesen les será hecho por mi Padre que está en los Cielos. Porque donde están dos o tres en mi nombre ahí estoy Yo en medio de ellos".

Acuerdo, equipo, unidad para trabajar juntos. Y en Nehemías 2:17 vemos que Él dijo: "Venid y edifiquemos el muro. No estemos más en oprobio". No dijo 'Yo lo voy a edificar'. Reunió a todos y les dijo "Venid y edifiquemos todos juntos." Y en Eclesías 3:4-9 dice: "Mejores son dos que uno porque tienen mejor pago de su salario".

Los que entendimos que éramos el equipo de Dios para trabajar en él. Les voy a decir algo: los que entendimos que no éramos el equipo del Pastor, éramos el equipo de Dios, porque el desafío era de Dios a través de un hombre que era el líder que nos iba a guiar, el que Dios había escogido. Pero el desafío era de Dios.

Y empezó la labor de hormiga, ¿por qué le digo labor de hormiga? Porque para la construcción nunca se hizo un préstamo bancario, nunca se le prestó dinero a nadie, nunca se debió un centavo. Los materiales se compraron siempre al contado, nunca recibimos una donación de un país extranjero, nunca ninguna institución privada, pública o estatal nos dio un centavo. Los aportes para los 30 millones de dólares en un país en crisis fueron única y exclusivamente las ofrendas y las promesas de Fe de la Congregación.

El Templo estaba contemplado para una construcción de cuatro años, sin embargo nos tardamos seis porque íbamos al ritmo que íbamos ofrendando y dando nuestras promesas. Si eso se aligeraba todo marchaba rápido; si eso se detenía un poco, pues la obra también se detenía un poco.

A medida que se fue viendo la construcción del Templo nos sucedió lo mismo que le sucedió a Nehemías, que cuando empezó a verse que estaba reconstruyendo el muro, aparecieron los Ambalath enojados, con oprobio para Nehemías. Así nos pasó a nosotros. Sólo empezaron a ver el tamaño del Templo y aparecieron los comentarios.

Los comentarios venían de la propia Iglesia, de otras Iglesias y de cualquier Institución. Los comentarios al principio eran en relación al origen del dinero. “¿A saber de dónde había sacado la Iglesia el dinero?“ Ya se imagina usted de dónde decían que había sacado la Iglesia el dinero.

Después los comentarios eran en relación a que la Iglesia se estaba hundiendo, el terreno se estaba partiendo en dos porque no habían hecho estudio de suelos. ¡Y lo decían con una firmeza, qué usted no se imagina! Para que se ría un poquito: El arquitecto que estaba construyendo el edificio se juntó un día con unas personas y le dijeron, '¿sabes tú que a la construcción de la MegaFrater se está hundiendo el suelo?', '¡Ah!, ¿sí?' les dijo él '¿De veras? y ustedes ¿cómo lo saben?’ 'Y nosotros hemos pasado por ahí y vemos que se está hundiendo'... '¡Ah! Les dijo. ‘Pues qué raro porque yo soy el arquitecto que la construye, voy todos los días y no veo que se está hundiendo'.

Después la problemática que decían era que el techo se estaba cayendo. Y, ¿saben qué nos ayudó a subsistir todos esos comentarios? Dos cosas: la primera sabíamos que el desafío era de Dios; lo segundo sabíamos que eran nuestros aportes, nuestras ofrendas que Dios nos estaba proveyendo para el Templo, y lo tercero era que siempre nos habían mantenido informados del proceso de la construcción.

Cuando la gente decía, "se está hundiendo, no hicieron estudio de suelos", nosotros habíamos visto las gráficas porque se nos presentan en la pantalla, todas las fases: la fase que terminaba y la fase que empezaba, los problemas que se estaban encontrando en la construcción. Nosotros sabíamos, habíamos visto que, sí se había hecho un estudio de suelos. Habíamos visto quienes eran las personas que habían llegado para encargarse de ese estudio de suelos. Nosotros sabíamos que el techo se estaba deteniendo un poco en la aceleración de terminarlo porque era demasiado alto y tenían que ir muy lento por la seguridad de las personas que lo estaban haciendo.

Sabíamos también que un huracán había detenido que los materiales llegaran a tiempo. Nosotros sabíamos cual era la verdad de nuestra situación.

Después de seis años, se llegó el momento del proyecto terminado. Y así fue como un día pudimos ver el desafío de Dios cumplido. Y cuando Dios nos da el desafío de construir un Templo tenemos que tomar en cuenta varias cosas. Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es que ese Templo es para la Gloria de Dios. ¡Qué Él es el desafío, Él fue el que lo construyó y es para Su Gloria!

Si lo va a aplaudir, ¡apláudalo bien!

Mire, tenemos que saber que no es para la Gloria ni de un grupo, ni de una Iglesia, ni de un nombre, ni de un país... es para la Gloria de Dios. Tenemos que entender también que es para que nos lo gocemos, para que nos los disfrutemos nosotros y otras personas.

No es para que digamos: '¡Ay! ¡Tener que dar las ofrendas y las Promesas de Fe!'. ¡No!, es para saber que vamos a tener un lugar que nos lo vamos a gozar y disfrutar nosotros y otras personas.

Hoy día los cuatro servicios que teníamos antes en el Templo anterior, siguen vigentes. Tienen la misma cantidad de personas que antes asistían; y yo me atrevería a decirle que el Servicio de las 12 aún tiene más que antes. Tenemos también el Servicio de la Megafrater o sea el Templo Grande a las 9 de la mañana en el cual todos los domingos se llena con un 80 por ciento. Cuando son servicios extraordinarios se repleta, no caben las personas, hay personas que han tenido que quedarse afuera porque ya no pueden entrar.

Para la Semana Santa tuvimos una obra teatral que se presentó tres veces, ahí en la MegaFrater, tuvimos más de seis cientos nuevos convertidos.

¿Por qué? Porque para eso fue que Dios nos dio el Templo... para alcanzar mucho más almas.

El día de la inauguración pudimos decir como dice Efesios 3:21: "A Él sea la Gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por todos los siglos de los siglos, amén".

Y pudimos decir también como dice Lucas 18:27: "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios," y pudimos decir también como dijo Nehemías: "La mano benéfica de Dios estuvo sobre nosotros".

Yo quiero que en este momento podamos ver algunas tomas de la Iglesia el día de la inauguración. Quiero que por favor cuando lo vea piense en un desafío de Dios, en un país llamado "País del Tercer Mundo" en el que siempre se vive en crisis…

[Interrupción]

Esas son las cosas que Dios hace. Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. A Él sea toda la Gloria y a Él sea toda la honra.

Como usted puede ver, si usted llega a Guatemala y nos quiere llegar a visitar y no quiere llegar en carro puede llegar en helicóptero. Ahí hay espacio para que usted aterrice.

Póngase de pie y vamos a orar, porque cuando Dios da un desafío, si nosotros le obedecemos, si nosotros lo tomamos como un privilegio que Dios nos da de escogernos para ese desafío, porque cuando Dios escoge a un grupo para un desafío, es porque sabe que a las personas que les está dando el desafío, son personas de compromiso.

¿Se recuerda qué vimos que es una de las características del desafío? Entender que es más grande que lo que nosotros podemos hacer. Entender que cuando lo da, ya está la victoria, sólo es cuestión de seguir lo que Él ordena que se haga. Entender que Él está con nosotros todo el tiempo del desafío; entender que está cambiando nuestro destino y el destino de muchas personas más.

Está cambiando nuestra manera de pensar y nos está sacando de la comodidad, y si nosotros nos esforzamos y somos valientes y le creemos a Dios y entramos como equipo a trabajar en el desafío el resultado es la Gloria y la Victoria de Dios.

El resultado es que el mundo pueda ver, a través de un Templo, la grandeza y la magnificencia de Dios. El resultado es que podamos tener muchas personas más que conozcan a Cristo y que podamos decir, ¡qué bueno y qué hermoso es habitar los hermanos juntos en armonía! Porque ahí envía bendición Dios.

Yo sé que ustedes tienen el desafío de construir un Templo. Yo le voy a pedir que cierre sus ojos y vamos a orar y le vamos a clamar a Dios, porque todos como Congregación juntos, podamos entender el privilegio que Dios le ha dado a esta Congregación, de llamarlos para un desafío. El privilegio que Dios les ha dado como Congregación de tomarlos en cuenta y decirles: “este es mi equipo”.

Porque no es el desafío de una persona, es el desafío de Dios y usted es el equipo de Dios que Él ha escogido y que Dios le dice en esta mañana: “Mira que te mando, que te esfuerzo, que seas valiente.” Lo que Dios quiere en esta mañana es que usted le crea a Dios en ese desafío que no es una casualidad ni un capricho que los haya escogido a ustedes como Congregación.

Lo que Dios quiere es que entendamos que si Él quiere un Templo mayor Dios es soberano, Dios es sabio, Él sabe por qué lo quiere y que no es cosa de que a mí me gusta o no me gusta. Creo que debe de ser o no debe de ser. Dios es soberano y si yo he rendido mi vida a Dios yo tengo que rendir mi voluntad a la de Dios y si esa es la voluntad de Dios yo tengo que entrar en la voluntad de Dios.

Dios quiere que entendamos que somos un equipo, que tenemos que pasar a un nuevo nivel de trabajo, a un nuevo nivel de servicio, a un nuevo nivel de credibilidad, a un nuevo nivel de unidad y de apoyo los unos por los otros y qué cuando nosotros seguimos las especificaciones de Dios el resultado ya está logrado. ¡Porque grandes maravillas ha hecho Jehová!

Padre amado, ponemos a esta Congregación delante de Ti. Primero te damos gracias, Padre, Gracias por el privilegio que Tú les das de haberlos escogido para hacer algo más grande, algo que pueda mostrarle al mundo la magnificencia Tuya.

Gracias, Padre, te damos por esta Congregación que Tú has escogido porque sabes que son personas de compromiso. Por eso es que Tú los has escogido porque sabes que son personas de compromiso que están con su oído cerca a Ti y que cuando Tú los llamas como los estás llamando ahora como llamaste a Moisés ellos te dicen: ‘heme aquí, aquí estoy, Señor, para lo que Tú me quieras’ Gracias Padre, Gracias Padre.

Gracias, Padre, por esta Congregación, Padre, que está entrando como equipo; el equipo Tuyo a Tu servicio. Gracias, Padre, porque sus talentos, su potencial va a ser desarrollado como nunca se ha visto para Tu obra. Gracias Padre por la involucración de toda la Iglesia en Tu servicio y Gracias, Padre, porque Tú proveerás todos los medios necesarios para que todo todo, todo el monto total de lo que se necesita, Padre amado, yo me atrevo a declararlo sea como Tú lo hiciste con nosotros: con Guatemala -un país sin recursos.

Para que sea sin préstamo; para que sea sin deuda; para que el pueblo pueda ver lo que son Tus finanzas. Para que la gente conozca que los Cielos están abiertos para nosotros los hijos de Dios. Gracias, Padre.

Gracias, Padre, porque pronto podremos ver las maravillas que Tú vas a hacer. Si nosotros somos obedientes a Tu mandato, obedientes a Tus especificaciones, nos unimos todos y todos de lo que Tú nos das, porque sabemos que entre más damos, más Tú nos das. Y todos de lo que Tú nos das vamos a aportar nuestras Promesas de Fe y nuestras ofrendas para que Tu Templo, Tu Casa sea construida.

Gracias Padre, Gracias Hijo, Gracias Espíritu Santo. ¡Gloria a Dios!

Pastor Dr. Roberto Miranda: Gloria Señor.

Hermanos, ¡Qué más puede uno decir! Sólo quiero aclararles una cosa para que entiendan bien el contexto de esta Palabra. Es que yo no había hablado con Olguita desde que ella llegó de Guatemala.

Yo hubiera podido decirle bien fácil: “Olguita estamos en construcción. Trae tu mensaje de ánimo para la Iglesia y etc.”. Pero no, no había podido conversar con ella y hace años que no hablaba directamente con Olguita. Así que yo creo que eso le da un poquito más todavía de peso y de validez al reto que Dios nos emite o que refuerza en esta tarde.

Esta mañana yo compartía con los hermanos lo que Dios puso en mi corazón al escuchar eso.

Me vino inmediatamente las palabras de Pablo citando un Versículo del Antiguo Testamento en Romanos 10:19 donde Pablo citaba este Versículo y decía que Dios le decía a los judíos, “yo les voy a provocar a ustedes a celos con un pueblo que no es pueblo.” Queriendo decir los judíos habían recibido la revelación de Dios, el llamado de Dios, los dones de Dios, la tierra de Dios y habían desperdiciado el don de Dios y lo habían despreciado inclusive y entonces Dios dijo: “Yo les di a ustedes ese don, les di ese llamado, les di Mí recurso, les di Mi tierra. Se la quité a otros y se las di a ustedes, ustedes lo despreciaron. Está bien, yo voy a llamar a otro pueblo”.

Y llamó entonces a los gentiles –nosotros- y les dijo: “Yo les voy a dar a ellos el don que yo les había dado a ustedes originalmente.” Y por eso Pablo habla de ese versículo donde, “yo los voy a provocar a celos con un pueblo que no es pueblo”.

Esta nación recibió el llamado de Dios. Hace 400 años aquí se fundó una nación sobre fundamentos Bíblicos, cristianos. Esta nación fue luz e inspiración y fuente de evangelización a Guatemala, a Asia, África. De aquí fueron muchos de los primeros misioneros a esa nación.

Esta nación impactó naciones con el Evangelio. Hoy en día esta nación ha renunciado, se ha revelado contra Dios. El presidente Obama hace poco cuando le preguntaron si Estados Unidos era una nación cristiana, se apresuró a decir que “Estados Unidos no es una nación cristiana”.

Pues eso es una declaración espiritual y por esa esta nación y la iglesia de esta nación… porque hay que confesar algo, hermano, los cristianos en Estados Unidos, nos hemos empobrecido hemos carecido de visión, nos hemos acomodado, nos hemos vuelto cómodos y medimos cada centavito, cada esfuerzo, cada iniciativa. Somos muy conservadores, no somos conservadores para otras cosas, pero somos muy conservadores cuando se trata de darle a Dios y de esforzarnos para Dios. Esa es la verdad.

Y cuando un pueblo pierde la visión, cuando un pueblo pierde la capacidad para sacrificar y darle al Señor, cuando un pueblo pierde la pasión por Dios, cuando un pueblo se vuelve tímido y conservador y mide todo con una cucharita de medir, el Espíritu de Dios se retira, se estanca, se contriza y deja de moverse. Esta nación debiera estar construyendo Templos como ese, por donde quiera hoy en día. Cientos de Templos como ese y más grandes todavía porque los recursos de esta nación son prácticamente ilimitados.

Por eso es que yo digo que Dios está provocando a celos a un pueblo.

No es que Guatemala no sea pueblo, es más pueblo de Dios sabemos que los Estados Unidos. Pero ese pueblo subdesarrollado nos da ejemplos como ese.

Yo creo que detrás de eso no solamente estaban los dignatarios que estaban allí, había invitos y gente pobre que había dado de su dinero para que se construyera ese Templo. Porque muchas veces en las grandes inauguraciones, pues, viene la gente hermosa pero detrás de eso también hay gente pequeña que dio sacrificialmente. Esos son los que verdaderamente Dios… yo creo que, ¡guau!

Hermanos, lo que les quiero decir es que para un pueblo que tiene visión y un pueblo que le da al Señor con Fe y atrevimiento, no hay límite lo que Dios puede hacer y Dios me provoca celos sentado allí, me provoca celos. Yo digo, “Oye, Señor, ¿qué es lo que nosotros estamos haciendo comparado? Pero es un celo Santo. Yo se que eso es lo que Dios quiere por ahora y eso es lo que viene lo demás.

Yo siempre he dicho: “Ese templo no es simplemente, no es ni siquiera para que podamos poner más gente allí”. Para mí es un símbolo, es una declaración profética, es un abrir la matriz, es forzar la matriz romperla para que quepa más.

Es una pedrada al diablo que dice que el cristianismo se esta muriendo en América y es algo que yo quiero que hagamos para inspirar, motivar, despertar a tanto cristiano evangélico norteamericano en esta área de Nueva Inglaterra que no hay Templos. Se están muriendo los templos, el cristianismo está decayendo y nos quejamos de que la gente no quiere creer de que el mundo esta duro.

Mire, el que está duro es la Iglesia. La Iglesia es la que está durmiendo. El día que la Iglesia se despierte, el día que la Iglesia tome visión, el diablo tiene que mandarse a huir, el diablo ocupa el terreno que la Iglesia le permite ocupar. El diablo es una entidad que no existe en si mismo, excepto cuando nosotros le damos espacio. Él no tiene poder en sí mismo, no tiene vida, no tiene capacidad para nada. Sólo lo que él ocupa: el espacio negativo que nosotros le abrimos, le permitimos. Eso es así. Nosotros tenemos la autoridad, nosotros tenemos el poder.

¡Quiera el Señor usar esto para apuntalar el propósito en nosotros de ser fieles al Señor! Dar una declaración de Fe. Cristiano, cristiana yo te motivo en el nombre del Señor, sella tu promesa delante de Dios, no permitas que el diablo te robe el privilegio de darle al Señor en esta empresa de Fe.

Y algunos de ustedes, yo…, todavía quizá no han hecho su promesa. No lo digo acusativamente sino lo digo para que usted no se pierda el privilegio de ser parte de algo que está en el corazón de Dios.

No deje de hacerlo por cobardía o por racionalismo o lo que sea. Hágalo por Fe y déle al Señor. Uno de los lemas de nuestra campaña ha sido: 'Cada uno dé, cada uno dé, que no se quede nadie sin dar'.

Yo aprovecho esta oportunidad santa para decirle, mire, conciba un sueño grande, una misión grande en Dios, atrévase en el nombre del Señor.

Estos son actos proféticos que abren la matriz, estos son actos proféticos que le dan el mentís al diablo que dice que el Cristianismo está decayendo en Estados Unidos y que está muerto, ya.

Vamos a creerle a Dios. Si estos guatemaltecos subdesarrollados lo pueden hacer, ¿por qué nosotros no? y lo digo con respeto porque hablamos del tercer mundo y todas estas cosas. Toda esta gente está más desarrollada que nosotros. Nosotros tenemos que aprender de ellos.

Así que, hermanos, vamos a creerle a Dios, vamos a renovar el fuego de Dios. Yo creo que hay un celo Santo que dice, "¿cómo es posible? Tenemos nosotros que ponernos al día", eso es lo que Dios provoca hacer, Dios nos está provocando a celos, vamos a creerle a Dios.

Recuerde esta Palabra que es una Palabra profética de Dios. Yo no la solicité, no la pedí, pero Dios la trae desde allá con autoridad de Dios. Créanle al Señor.

Levante su mano, dígale, "Padre, yo me comprometo con Tu Espíritu, me comprometo con la visión, me comprometo con Tu llamado para darte, para derrotar al diablo; para darle esa pedrada central a Goliat y derribarlo de una vez por todas y abrir espacio para una conquista. Para la reconquista de la Tierra."

Nosotros somos el pueblo de Dios, declaramos, somos los Hijos de Dios, somos los dueños de la Tierra. Tú nos has entregado la Tierra, Padre. No importa que gigantes se presenten, nosotros somos autoridad y declaramos esa autoridad y nos moveremos en Fe, Señor. Conquistaremos, llegaremos a la meta y la sobrepasaremos, Padre, para Gloria exclusiva del nombre de Jesús. ¡Aleluya! Gracias Señor, Amén, Amén. Gloria a Dios.

Vamos a declarar algo: 'aquel que la buena obra empezó será fiel en completarla'. El que comenzó esta obra, el que la declaró no fue Roberto Miranda, no fue el Diaconado de León de Judá, fue el Espíritu Santo y nosotros tenemos que llenarnos de esa autoridad.

Vamos a ser un pueblo feroz, un pueblo concentrado, un pueblo peligroso para las huestes del infierno.

Vamos a decir: 'Señor, Tú comenzaste esta obra, Tú la vas a terminar'.