Sermón 19 de marzo 2017: Una perspectiva divina cuando nada hace sentido

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Hermanos, les invito a ir a la palabra de Dios. Vamos a ponernos ahora las sudaderas y vamos a trabajar en sacarle el provecho a la palabra del Señor, vamos a laborar en el espíritu y vamos a estudiar un poco del libro de Habacuc. Es un libro que pertenece a esa categoría de los profetas menores, no porque sea menos importante su mensaje sino porque la cantidad del libro es pequeña, son 3 capítulos, a diferencia de Isaías que tiene 40 y pico de capítulos, o Jeremías que son libros de mucha mayor alcance y envergadura. Pero el libro de Habacuc es un libro pequeñito, fácil de pasar por alto, porque además de eso, de ser un libro que no tiene tantos capítulos, su tema es un tema que requiere un poco de entendimiento del contexto en que el libro fue escrito. Es un libro muy histórico, condicionado a un tiempo específico en la historia y la vida del pueblo de Judá.

No por eso deja de ser vigente para nuestro tiempo. Como ustedes saben Dios ha deparado su palabra y la puso en un envase histórico de hombres que fueron inspirados por Dios y que fueron el reflejo de su tiempo y condicionado por la cultura en la cual vivieron y que hablaron de las cosas que pertenecían a su tiempo y de sus experiencias personales, pero Dios ha usado estas experiencias como un punto de partida para que nosotros las estudiemos y saquemos lecciones que son eternas, valederas para todos los tiempos. Y para este tiempo de la historia el libro de Habacuc habla en una manera muy profunda, muy elocuente. Por eso yo digo que Habacuc es un libro para nuestros tiempos.

Y Dios me ha hablado claramente de que este libro… y a veces eso me pasa, que Dios como que activa un pasaje de la escritura o un libro de la escritura o un patrón de su mover en la escritura, y lo aviva dentro de mí y como que me entra a verlo de una manera diferente. Es casi como eso de quitarle el sello a un libro. Y Dios está quitándole los sellos a muchas partes de su escritura en estos últimos tiempos en que vivimos, y está revelando otras dimensiones.

Y a mí me ha revelado creo, una forma de aplicar este libro. Yo creo que este libro, aunque fue escrito hace miles de años para una nación específica en un tiempo específico, está escrito también para nosotros, para el mundo, para la iglesia en este siglo XXI y en esta etapa específica de la historia de Estados Unidos que estamos viviendo. Porque recuerden que yo inicié hace un par de semanas esta serie con un sermón basado en la experiencia de Eliseo y su siervo y los sirios, que recordarán llegaron a la ciudad donde estaba Eliseo y su siervo para tomarlo cautivo. Porque Eliseo revelado por Dios le decía al rey de Israel, dónde venían los sirios a tenderle emboscadas. Y el rey de Siria mandó un ejército para capturar y neutralizar al siervo de Dios, Eliseo.

Y cuando llegó ese poderoso ejército y el siervo de Eliseo vio esa multitud alrededor de ellos se llenó de pánico y comenzó a quejarse de que estaban rodeados por ejército enemigo. Y Eliseo oró para que el Señor abriera los ojos de este hombre y pudiera ver la verdadera realidad, o una realidad alternativa podríamos decir, y era la realidad de Dios. y el siervo de Eliseo pudo ver que rodeando a ese ejército enemigo había otro ejército más poderoso, lleno de carros de fuego, poderosos ángeles que estaban allí para proteger al siervo de Dios y su siervo.

Y ustedes saben que esa historia que comenzó tan negativamente terminó con una gran victoria para el pueblo de Dios y una gran humillación para el pueblo sirio. Por qué? Porque había un hombre que podía leer la realidad del momento en una forma diferente, con los ojos de Dios, con la perspectiva divina.

Y yo decía que eso es lo que nosotros tenemos que hacer en estos tiempos de gran angustia en esta nación y en el mundo entero, y en esta nación específicamente donde ahora mismo vivimos tiempos de gran división en este país, gran incertidumbre, para la gente inmigrante es un tiempo de gran vicisitud, para la gente que se informa acerca de lo que está pasando a nivel internacional hay mucha zozobra, mucha incertidumbre.

Y como Eliseo nosotros también requerimos de Dios, o como el siervo de Eliseo, requerimos que Dios nos abra los ojos espirituales. Y como dijo Jesucristo el que tenga ojos para ver vea. Que nosotros podamos ver la historia, ver este momento a través de los ojos de Dios, y el inmigrante, el indocumentado, que quizás se siente que su vida está por terminar y que ya van a venir a su casa y van a tocarle la puerta y llevárselo cautivo, que sepa que todavía Dios no ha dado la última palabra, como decía nuestro hermano Isaías, que todavía Dios tiene muchas cosas que hacer y que Dios se compadece de los que le temen. Y que Dios todavía puede darnos una gran sorpresa y nunca debemos tirar la toalla nunca debemos llenarnos de pánico, nunca debemos huir de las circunstancias, nunca debemos mirar solamente al enemigo sino mirar el Dios que es más poderoso, el que está en nosotros es mucho más poderoso que el que está en el mundo, dice la palabra. Muchos más son los que están con nosotros que los que están con ellos, como dijo Eliseo.

Porque necesitamos la perspectiva de Dios. Estos son tiempos en la historia, viendo aún la política, el hombre que está ahora mismo en la presidencia, muchas personas sienten como que cómo puede Dios permitir esto? Tenemos que ver las cosas a través de los ojos de Dios. y lo que yo quiero es continuar abundando en ese tema, de adoptar la perspectiva de Dios. Cuando Dios no hace sentido. Ese es el tema de hoy, cuando Dios no hace sentido. Cuando vemos las cosas y decimos, cómo es posible que Dios obre de esa manera?

Yo empecé a leer el libro de Habacuc hace un tiempo atrás y he comenzado a verlo a través de este tiempo que estamos viviendo, y creo que este libro tiene mucho que enseñarnos. El diálogo que se da entre Habacuc y Dios, porque este es un libro diálogos. Habacuc le dice algo a Dios y Dios le contesta, Habacuc le contesta a Dios y vuelve y le contesta. Y finalmente Habacuc adquiere la perspectiva total de Dios.

Este sermón es precisamente qué hacemos cuando Dios no hace sentido. El domingo que viene si el Señor permite yo quiero hablar de cómo nosotros debemos comportarnos cuando nos encontramos en situaciones en que Dios parece que no hace sentido, cuando nos encontramos en situaciones difíciles en nuestra vida, cuando estamos en situaciones como la que vive esta nación y el mundo entero, cuál debe ser nuestro comportamiento y cuáles deben ser las actitudes que nosotros ejerzamos cuando Dios parece que no está obrando en una forma consistente, o no entendemos qué es lo que él está haciendo.

Los tiempos que estamos viviendo en Estados Unidos requieren una perspectiva divina, requieren que nosotros miremos a través de los ojos de Dios, que nos quitemos los lentes del inmigrante, del hispano, del republicano, del demócrata, del liberal o el conservador, del que tiene mucho tiempo acá o el que tiene poco tiempo, del que se preocupa por la justicia social como un valor importantísimo, de los que quizás no tienen tanta preocupación, que nos quitemos los lentes específicos, personales, partidistas, individuales y que miremos con los ojos divinos, eternos, como Dios ve la historia, como Dios ve las cosas del mundo.

Muchas veces vivimos experiencias que no parece que tienen nada que las redima, nada que las saque de lo simplemente sin sentido, pero cuando nosotros vemos a través de los ojos de Dios como vio Eliseo, vemos que no solamente hay una posibilidad de redención sino que hay una certidumbre, una abundancia de bendiciones que Dios quiere traer a través de las situaciones que estamos viviendo. Y así es en este tiempo de la historia.

Habacuc desarrolla este tema, cómo ver a través de los ojos de Dios. Cuando comienza el libro el primer capítulo, los primeros versículos, vemos que la perspectiva de Habacuc es una perspectiva sombría. Habacuc es un hombre justo, ama a Dios, es un profeta de Dios. y Habacuc se queja delante de Dios porque al él ver la condición de su pueblo Judá, él ve anarquía, ve injusticia, ve idolatría, ve opresión del pobre y Habacuc se pregunta, Señor, dónde tu estás? Cómo puedes tu tolerar estas cosas en medio de tu pueblo? Estás dormido? Qué vas a hacer al respecto?

Habacuc dice en el segundo versículo del capítulo 1, “Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré y no oirás?” cuántos se han sentido así alguna vez? Tres meses, 4 meses, una enfermedad, un problema matrimonial, un hijo rebelde, un tiempo de desempleo, y usted dice, Señor, mira, ya el agua me está llegando al cuello, has algo. Por qué te tardas? Cómo puedes tu tolerar esta situación? Te he servido, he dado, he hecho todo lo que he podido. Nos hemos sentido así, y este es un libro para aquellos que se sienten desesperados y que se sienten como que Dios no se está moviendo como debe.

“Cuándo daré voces a ti a causa de la violencia y no salvarás? Judá está poseído por gente violenta, gente que oprime a los demás. Por qué me haces ver iniquidad y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí y pleito y contiendas se levantan, por lo cual la ley es debilitada y el juicio no sale según la verdad.”

Esto podría ser una descripción de los tiempos que estamos viviendo. Hay violencia en la ciudad. Chicago ha experimentado el mayor número de crímenes violentos, el homicidio crece, la crisis del opio en Estados Unidos, más de 60 mil personas se están muriendo solamente por sobredosis en esta nación en este tiempo. Hay violencia, las gangas están por dondequiera, hay muchas áreas de criminalidad, la verdad parece que escasea. Usted lee los periódicos y usted se pregunta cómo es posible que haya tantas diferentes interpretaciones del mundo político. Usted lee a Fox y le dice una cosa, lee al New York Times y le dice otra. Y es como que dónde está la verdad?

Usted escucha a los políticos y escucha mentiras muchas veces, hermanos. Y uno se pregunta dónde está la verdad? Y hoy en día la gente lo que quiere es dime una mentira que yo pueda creerte y dímelo en una forma que yo pueda creerte. Y esta es una nación ahora mismo donde la verdad escasea y yo creo que el juicio también, la justicia escasea en nuestro tiempo.

Y Habacuc dice, Señor, estoy harto de ver tanta maldad en mí nación, tu nación. Por qué no mueves? Qué estás haciendo? Y Dios le responde entonces a Habacuc, porque cuando le preguntamos a Dios, sabe que a Dios no le molesta cuando nos sentimos frustrados, atemorizados, y venimos ante él y le decimos… Job le preguntó a Dios también, Señor, qué está pasando? Yo he hecho todo lo que puedo, me he portado bien y no respondes. Y Dios no se molestó con él. Le habló al final y le dio la perspectiva divina de su situación. Dios le contesta a Habacuc y aquí en el versículo 5 comienza la respuesta de Dios a Habacuc:

“Y Dios le dice a Habacuc, “Mirad entre las naciones… lo que pasa es que aquí no hay una transición clara, pero cuando uno lee el libro más y más se da cuenta que es un diálogo entre Habacuc y Dios.

“Entonces Dios le dice a Habacuc, “Mirad entre las naciones y ved y asombraos – esto es importante porque lo que está pasando en este tiempo de la historia no es solamente Estados Unidos. Si usted va a Inglaterra, hay el mismo tipo de desazón y de inquietud que hay aquí en esta nación. Usted va a Francia, Alemania, Suecia, Dinamarca, usted va a Holanda, Australia, ciertamente el Medio Oriente, Latinoamérica, Venezuela, Bolivia, Ecuador, muchas cosas están pasando en el mundo. Hay una inquietud, una desazón, el terrorismo, todas estas cosas.

“Y Dios le dice, “Mirad entre las naciones… porque de nuevo, este libro no es solamente como digo acerca de Estados Unidos, sino que nos enseña cómo interpretar lo que está pasando en el mundo y el mover complejo de Dios en este tiempo de la historia.

“Mirad entre las naciones y ved y asombraos porque haré una obra en vuestros días que aún cuando se os contare no la creeréis.”

Hermanos, preparémonos para cosas grandes que vienen para la tierra. Vienen juicios y movimientos de Dios muy grandes y muy fuertes para esta nación y para las naciones de la tierra. Y no digo eso para atemorizar a nadie, porque yo creo que las intervenciones de Dios por un rato pueden ser sombrías pero después son benévolas. Dios primero te da la nalgada y después te el Bengué para suavizarte. Dios muchas veces hace las cosas para quebrantar a las naciones, para traerlas a la humildad y a un reconocimiento de que él es el Señor.

Dios usó muchas veces el juicio y la persecución internacional para traer a Israel al conocimiento de Dios. entonces este es un libro que nos invita no solamente a ver la situación de Judá específicamente, sino a ver a todas las naciones también. Porque Dios se estaba moviendo en el nivel internacional.

Y Dios invita a Habacuc, dice, yo voy a hacer algo que va a sorprender a todo el mundo. óigame, y este es un tiempo de grandes sorpresas en esta nación, cuántos se sorprendieron hace poco con la victoria de Donald Trump? Confundió a todo el mundo. y quédese traquilito que yo no estoy aquí para ofrecer un comercial acerca de Donald Trump. Si él no es santo de su devoción, no se preocupe, le vamos a dar a él su nalgada antes de que termine el sermón.

Pero Dios dice, yo voy a hacer algo que cuando lo vean no lo creerán. Es interesante, cuántos vieron la noche de las elecciones y vieron la confusión de todos los periodistas y de todos los expertos en política, sociología de esta nación. Para mí me valió el dinero de la entrada solamente ver la confusión de los expertos que no sabían qué hacer.

De nuevo, no estoy hablando… no me estoy aventurando a decir una cosa o la otra, pero hay una confusión. Cuando vemos los movimientos de Dios en la historia, Dios está ensamblando las piezas de un tablero inmenso y el que crea que sabe la estrategia de Dios no conoce a Dios, porque Dios está haciendo cosas que van a sorprender a la humanidad.

Y una de las cosas que nosotros tenemos que hacer en este tiempo es soltar el guía, soltar el volante y dejar que Dios sea Dios. por eso yo les decía que cuando vino el tiempo de las elecciones yo no voté ni por Donald Trump ni por Hilary Clinton, voté por la divina providencia, una candidata que no es ni demócrata ni republicana. Porque dije, Señor, la verdad es que en este caso… yo no recmiendo que otros hagan eso, eso fue mi consciencia ministerial personal, yo dije, Señor, en este caso yo te voy a ceder a ti y voy simbólicamente a entregarte a ti la decisión que tu hagas, porque yo no podía en realidad identificarme con ninguno de los dos sistemas de valores, aunque tendía a un lado francamente, pero había otra cosas que yo no podía ser partidario de ellos.

Pero es sorprendente lo que Dios a veces hace. Y Dios le dice a Habacuc, son tiempos, Habacuc, que yo voy a sorprender a todo el mundo, cuando vean las cosas y se las cuentan no las van a creer. Y dice, “porque yo ahora levanto una nación en el mundo.”

En ese tiempo la gran potencia mundial era Asiria y eran enemigos de Israel y habían oprimido a los hebreos y tenían una reputación de ser un pueblo opresivo. Y se hubiera esperado que si el juicio iba a venir y la disciplina a Juda iba a venir, vendría de la nación poderosa en ese tiempo que era Asiria y más próxima a los judíos. Pero Dios le dijo, no, no son ellos. Yo voy a levantar una nación que todavía no está saliendo en los periódicos, está apenas comenzando a pujar y a levantarse en su poder, los babilonios, los caldeos, Nabucodonosor, ustedes saben esa nación.

Y dice, y esa nación no es como cualquier nación, es una nación despiadada, es una nación formidable y terrible. Mire el versículo 6:

“He aquí yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas agenas, formidable es y terrible. De ella misma procede su justicia y su dignifidad. Sus caballos serán más ligeros que leopardos y más feroces que lobos nocturnos.”

Es como si Dios hubiera dicho, por ejemplo, Rusia ha sido el enemigo tradicional de Estados Unidos, o la nación con la cual Estados Unidos más se ha identificado en contra por muchos años, la guerra fría y todas estas cosas. Es como Dios dijera ahora, y no es que estoy diciendo que vaya a ser así, pero por un ejemplo que Dios dijera, sabes qué? Yo voy a disciplinar a esta nación pero no van a ser los rusos, van a ser los chinos.

Sabe que China ahora mismo es una nación pujante, con billones de personas. A los chinos yo creo que muchos de ellos sentirían que se les hace un favor hasta cierto punto si desaparecen millones, porque es una nación sobre poblada, muy poderosa. Pero no estoy diciendo que sea eso, estoy diciendo que China es una nación muy poderosa, pujante económicamente, tecnológicamente, tiene una fuerza muy grande. Y que Dios dijera, sabe qué? No se preocupen por Putin ese no es, Xi Jinping es la persona que tienen que cuidarse. No estoy hablando de bowling, ese es su nombre.

Y esa nación es la nación que hay que mirar porque esa nación va a levantarse y va a traer la disciplina a Estados Unidos. Estoy poniendo un ejemplo, eso es todo. Pero hoy en día nosotros estamos acostumbrados a los esquemas normales. Y por eso es que por ejemplo, hoy en día cuando Donbald Trump dice, no, Rusia no es nuestro enemigo, todo el mundo se alza, cómo puede decir eso? no es verdad, hay que cuidarse de ellos, y todo eso. lo que pasa es que Dios puede estar haciendo cosas raras.

Y entonces Dios le dice a Habacuc, yo voy a levantarme una nación que todavía no está en los periódicos, y es una nación despiadada, terrible, cruel, no se quiere para nada. Esa es la versión Roberto Miranda.

“Y volarán como águilas que se apresuran a devorar, pues toda ella vendrá a la presa, escarnecerá a los reyes y de los príncipes hará burla. Se reirá de toda fortaleza y levantará terraplén y la tomará. – Y aquí hay algo interesante, – Luego pasará como el huracán y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.”

Babilonia fue una nación terriblemente idólatra y pagana, la madre de la idolatría y del horóscopo y del ocultismo y todas estas cosas. En Apocalipsis aparece de nuevo. Y vemos en varios pasajes de la escritura lo militantemente idólatra que eran los babilonios y le atribuían a su fuerza y a su rey y a sus estrategias militares su potencia. Dios dice, ese va a ser el pueblo.

Cuando Habacuc oye esto siente como que Dios le ha dado mucho más de lo que él le pidió y de lo que él puede procesar, porque él quería un poco de juicio, disciplina a mi pueblo, Señor. Pero le dice, no solamente lo voy a disciplinar, le voy a dar una tabanada que van a rodar por el piso y se van a quedar sin aliento. Les voy a mandar una disciplina pesada.

Y Habacuc se escandaliza al oír el dictamen de Dios. Dice, Señor, cómo es posible? Yo te estaba pidiendo pero no tanto. Aguanta un poquito, Padre. Y entonces Habacuc le responde a Dios en el versículo 12 y le dice:

“No eres tu desde el principio, oh Jehová Dios mío, santo mío? No moriremos. Oh, Jehová, para juicio lo pusiste y tu, oh roca, lo fundaste para castigar. Señor, – me recuerda a Pedro diciéndole al Señor Jesucristo, Señor, no dejes que te pase eso, cuando el Señor dice, me van a crucificar y me van a entregar y todo eso. – y Habacuc le dice, muy limpio eres de ojos para ver el mal ni puedes ver el agravio, por qué ves a los menospreciadores y callas cuando destruye el impío al más justo que él y hace que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que tienen quién les gobierne.”

Lo que está diciéndole Habacuc a Dios es, Señor, espérate, déjame ayudarte. Te equivocaste un poquito. Quiero corregir. Muchas veces los hombres cuando Dios hace algo que ellos no pueden entender porque Dios tiene un plan mucho más profundo, más abarcador que viola la razón, viola los esquemas humanos y teológicos, ellos responden como que quieren ayudar a Dios, quieren corregirlo, ajustar un poco su teología.

Eso fue lo que hizo Pedro cuando el Señor le dice, me van a crucificar, el Hijo del hombre va a ser escarnecido, va a ser azotado, va a ser crucificado, va a ser metido en una tumba, Pedro se escandaliza. No, Señor, no permitas que tal cosas suceda. Y el Señor lo reprende y le dice… y discierne el espíritu satánico que está detrás de las palabras de Pedro, el Señor te reprenda, Satanás, le dice, porque solamente pones tu mirada sobre las cosas de los hombres y no sobre las cosas de Dios.

Hermanos, cuando un creyente interpreta la historia, la experiencia personal a través de los esquemas de la razón y del precedente humano, está violando uno de los principios más poderosos. Nosotros miramos con la mente de Dios. El hombre, la mujer espiritual juzga conforme a la mente espiritual, al espíritu de Dios, así lo dice la palabra en Corintios. Nosotros se supone que juzguemos con los ojos eternos, los ojos de la escritura, los valores del Reino de Dios, no los valores del hombre.

Yo creo que en este tiempo de la historia una buena porción de la iglesia está equivocándose y errando en cómo interpretar lo que está pasando en esta nación y en el mundo porque están interpretando a través de los lentes interpretativos de la cultura, la política, el liberalismo o el conservadorismo, el ser latinos o hispanos, el ser inmigrantes o no inmigrantes, el ser color chocolate o blanco o venir del sur o venir del norte, vivir en una ciudad o vivir en el campo, en las áreas suburbanas o urbanas.

En vez de decir, yo me desvisto de mi identidad meramente humana, política actual y escojo ver con los ojos de Dios. Diga amén, aunque sea para alegrarme un poquito. Escojo ver a través de la perspectiva divina. Nosotros no debemos decir, ah, somos hispanos y por lo tanto si surge un candidato hispano vamos a votar por él porque es hispano y… No, usted pregúntese, representa los valores del Reino de Dios? avanza los intereses de la iglesia? Facilita el mover de Dios en la historia? Si es así, entonces usted vota por él, pero si es contrario, aunque sea su mamá, dígale, lo siento, te quiero mucho pero no voy a votar por ti. Sinceramente, porque nosotros nos apasionamos.

Yo creo que hoy en día el problema con tanto evangélico es que miran las cosas a través de la raza, la etnicidad, los intereses personales, en vez de mirar a través de los ojos divinos y lo que Dios está haciendo. Yo me enardezco muchas veces viendo la ignorancia, perdonen, yo sé que les estoy dando a algunos de ustedes. Yo les amo a pesar de lo que estoy diciendo, créanmelo. Pero veo mucha gente que compartamentaliza y para una cosa somos evangélicos y para otra cosa somos hispanos o latinos o lo que sea, o somos conservadores o lo que sea.

No, es lo que yo digo, cuando yo me paro aquí arriba, hermanos, yo no estoy predicando como un dominicano, estoy predicando como un siervo de Dios que no tengo nacionalidad, no tengo raza, no tengo educación excepto la palabra y los valores y lo que dicta el Espíritu Santo. Y así tenemos nosotros que gobernar, pastorear, enseñar, hacernos neutrales y transparentes y dejar que el espíritu sea el que hable a través de nosotros y que sea la palabra de Dios.

Desvístase de su identidad humana cuando se refiere a juzgar la historia y las situaciones que usted está pasando y vea con los ojos de Dios y todo lo que avance el reino, dígale amén, incorpórese y sirva en esa dirección.

Entonces, Dios le dice… lo que va a pasar Habacuc se confunde y le dice, Señor, cómo es posible que tu escojas una gente que son más injustos que Judá para juzgar a Judá? No lo permitas, Padre. Y entonces Dios vuelve y le responde. Sabe por qué le responde? Porque Habacuc dice algo en el capítulo 2 que es bien importante. Habacuc dentro de su gran sentido de frustración y de escándalo ante lo que Dios le dice que va a hacer y los medios que va a usar para disciplinar a Judá, Habacuc tiene un momento como de sobriedad. Yo creo que fue, se dio un baño de agua tibia, comió, el monstruo volvío otra vez a parecer un hombre normal, oró, 3, 4, 5 veces, reprendió al diablo varias veces y entonces dice algo que es bien importante.

Cuando nosotros estamos pasando por situaciones difíciles y vemos a Dios obrar en maneras que no entendemos y no podemos explicar, esto es lo que tenemos que hacer. Versículo 1, capítulo 2, dice:

“Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie y velaré para ver lo que se me dirá.”

En otras palabras, Habacuc como que se visualiza a sí mismo. Dice, me voy a mover a un lugar bien alto y voy a estar mirando y estaré velando para ver qué revelación y qué explicación Dios me va a dar.

Hermanos, cuando estamos pasando por situaciones difíciles en nuestra vida personal, cuando Dios está haciendo cosas que no podemos entender, cuando todo parece oscuro y terrible, cuando parece como que Dios está siendo injusto en la forma en que nos está tratando o que está dormido, antes de tirar la toalla, antes de decir, sabe qué? Yo voy a dejar de ir a congregación León de Judá, voy a irme a otra iglesia a ver si me va mejor, voy a dejar de diezmar porque estoy viendo que no me resulta la cosa, voy a dejar de orar tanto y de alabar porque total… antes de usted hacer eso, vaya y retírese y busque respuesta de parte de Dios. Inquiera del Señor y dígale, Padre, lo que tu me digas yo voy a incorporarme a ello. Pido revelación de parte de ti. Busque el rostro del Señor.

El Apóstol Pablo dice en Filipenses, “por nada estéis afanosos, antes sean conocidas vuestras peticiones en toda oración y ruego con acción de gracias. Y el Dios de paz que sobrepasa todo entendimiento mantendrá sus pensamientos y corazones en Cristo Jesús, Señor nuestro.”

Busque la perspectiva divina. Ore, clame al Señor, pídale explicación, luche con el ángel hasta que Dios le hable y no deje de aclamar al Señor y honrarlo con su… a Dios no le molesta que usted venga y le diga un par de cosas respetuosas y amorosamente, como un hijo hablando con su papá. Por qué tu permites esto, papá? A Dios le gusta cuando nosotros forcejeamos con él en una manera reverente, en una mezcla como decir, Señor, yo creo que tu eres un Dios que hablas, tu haces sentido, tu eres un Dios justo, por qué está pasando esto? Háblame y revélame.

En vez de lanzarnos de una vez a buscar una solución por otra parte o consejo del periódico o lo que sea, pídale al Señor que le de la sabiduría. Busque en la palabra de Dios, métase en oración, ayune y busque la perspectiva divina, antes de encerrarse en su casa y cerrar la cortina para que la inmigración no lo agarre, llénese de fortaleza, busque la perspectiva de Dios y salga como un general en el nombre del Señor, y viva la vida que Dios le ha llamado.

Los siervos de Dios no nos acobardamos. Dios está en su trono y él pone y quita gobernantes, y él cambia las leyes si tiene que cambiarlas. Vamos a clamar al Señor y vamos a buscar perspectiva de parte de Dios.

Y Habacuc dice, yo estaré, estaré esperando a ver qué Dios ha de responder tocante a mi queja. Cómo yo voy a reaccionar? Y la palabra de Dios, la revelación divina no se deja esperar, versículo 2 dice:

“Y Jehová me respondió y dijo, Habacuc escribe la visión, declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella y aunque se tarde la visión – eso es importante, hermanos, los procesos de Dios a veces se toman tiempo, hay mucha gente que está diciendo, no, mis tarjetas de crédito las voy a llenar todas porque ya Cristo viene mañana y así no tengo que pagar nada. ¿Sabes qué? No se vaya tan rápido. Todavía hay tiempo en esta tierra que le queda. Todavía Dios está montando su escenario. Hay muchas cosas todavía. yo sé que Cristo viene pronto, pero ese pronto ya lleva 2 mil años.

Ahora, yo sé que puede venir y creo que va a venir más cerca de lo que pensamos. Yo vivo a la luz de la venida de Cristo, les digo eso sinceramente. Yo creo que hay una premura. Dios está acelerando las cosas como nunca antes en la historia, pero Dios es un Dios de procesos y hay que ir poco a poco, hay que dejar que él… y aunque la visión se tarde, aunque la respuesta se tarde, espérala que vendrá.

Tu tienes 10 años orando por ese hijo rebelde, ora un año más, no tires la toalla. Esa esposa, voy a cambiar las identidades porque siempre los esposos, esa esposa que no quiere convertirse, adóbala, ablándala en oración, métela a fuego lento en el horno de la oración, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza y cuando se le estén quemando los cabellos ella va a correr y va a venir al trono de Dios y se va a entregar. Persiste.

Nosotros tenemos que ser cristianos del fuego lento, cristianos que se mantengan hasta que Dios responda a nuestra oración. No nos quitemos como dijo un gran sabio español, creo que fue Cervantes si no me equivoco.

“Aunque la visión tardará aún por un tiempo, se apresura hacia el fin, no mentirá. Aunque tarde espéralo porque sin duda vendrá y no tardará.”

Dios le dice, yo te voy a hablar y te aseguro que eso va a venir, va a suceder. Se tomó tiempo de hecho para que los babilonios subieran al poder. Había décadas todavía de proceso pero Dios dijo, espéralo porque va a ser así. Y entonces al Dios responderle a Habacuc comienza a elaborar sobre la maldad de esta gente. Dice, sí, son malos. Y le desarrolla todo el perfil maligno y pecaminoso de ese pueblo que viene. Pero fíjese algo que también le añade otra parte. Entonces, el versículo 9 comienza otra parte que Dios le da, otro pago que le da a Habacuc y le dice….

Hay 5 ayes, ay del que, y esos ayes son dirigidos a esa nación que por un tiempo va a ser usada para traer justicia y disciplina y juicio a Judá. Pero Dios dice, lo voy a usar por un tiempo y ellos van a hacer lo que hacen, ser crueles, ser opresivos, ser imperialistas, pero ay de aquellos que obran en una forma que no es conveniente a mi corazón y a los valores de mi reino. Ay de aquellos que simplemente poseen y oprimen al pobre y se enriquecen y hacen injusticia, porque yo tengo algo preparado para ellos también.

Sabe que uno de los grandes temas de la escritura es este, no envidies al malo cuando está en poder. No te descorazones cuando veas la injusticia. Hoy en día hay tanta injusticia en esta nación, las corporaciones se sirven con la cuchara grande del pobre, manipulan la inmundicia que hay en este mundo, la corrupción en todas las dimensiones, no solamente moral sino ética, financiera, gubernamental, política, judicial, corrupción por dondequiera. Y la Biblia nos dice no envidies porque su tiempo les llegará. Deja la justicia al Señor.

Si alguien ha hecho injusticia en tu vida no te envenenes, no dejes que tu corazón se llene de odio y de rencor, entrega la justicia al Señor y vive tranquilo que Dios juzga y al final Dios trae. Porque lo que Dios le dice es algo que también es un paradigma de la escritura y es que muchas veces Dios usa a un injusto para ajusticiar a su pueblo. Pero después enjuicia y castiga a ese injusto que enjuició a su pueblo porque no lo hizo con un corazón correcto.

Muchas veces a través del Antiguo Testamento usted verá que Dios usó naciones y usó hombres como Nabucodonosor, como Darío, como Siro, eran gente sanguinaria y los llamó mi siervo, no era porque aprobara de ellos sino porque ellos estaban haciendo el trabajo de Dios.

Sabe que Dios puede usar al diablo mismo para hacer su trabajo? Lo ha hecho. Usó a Satanás para llevar a Cristo a la cruz. Satanás estaba ahí metido haciendo el trabajo de Dios porque Cristo tenía que morir en la cruz. Y Satanás mismo se ató las manos llevando a Cristo, humanamente hablando, a la cruz. Porque Dios usó un espíritu mentiroso para llevar a Acab a una guerra donde iba a perder la vida.

Dice Dios, yo enviaré un espíritu de mentira que lo confunda y lo lleve a hacer una locura. Eso le vuela la tapa de los sesos a cualquier teólogo. Dios usa a veces medios turbios para llevar a cabo su obra en la tierra. Recuerde eso. es bien importante. Porque el hecho de que usted reconozca que alguien está en poder y que está haciendo la obra que Dios quiere que haga, no quiere decir que usted está diciendo, es de Dios, es bueno. Dios se agrada. Pero a veces creemos que para nosotros aceptar algo que está en el poder tenemos que aprobarlo. No, puede ser simplemente un instrumento sombrío y oscuro de Dios para llevar a cabo su obra. Pero después si no se regenera y hace lo que Dios quiere y lo hace en una manera correcta, Dios le dice, okay, ahora te viene a ti tu tiempo. Ven acá. Vamos a hablar. Te voy a disciplinar a ti también para que no lo vuelvas a hacer.

Es una mezcla de cosas complejas. Y entonces Dios le dice, esos versículos que siguen en el capítulo 2, son todos versículos que dicen, no te preocupes, Habacuc, yo los voy a usar pero los voy a ajusticiar también. Y en el versículo 19 dice:

“Ay del que dice al palo despiértate y a la piedra muda levántate, podrá él enseñar, he aquí, está cubierto de oro y plata y no hay espíritu dentro de él.”

Los babilonios idólatras, paganos, erigían sus dioses, y Dios dice, ay de ellos. Sí, los voy a usar, pero ay, de los que usan estas armas, estos instrumentos. Y ese capítulo 2 de Habacuc termina con el versículo 20 que yo creo que es Habacuc diciendo algo, es anteponiendo las pretensiones de los dioses falsos y del hombre embebido con su propia arrogancia humana, al Dios soberano que está sentado en su trono y que todavía gobierna la historia y gobierna las naciones.

Qué lindo versículo, muchos lo hemos visto en iglesias pentecostales cuando hemos ido, “más Jehová está en su santo templo, calle delante de él toda la tierra.” Aleluya! Digan amén. Hablen en lenguas un rato. Aleluya!

Aunque el cielo y la tierra pasen, la palabra del Señor no pasará. Los tiempos, la historia puede fluctuar, puede subir un gobernante y llevarse el mundo por delante, pueden venir otros que niegan el señorío de Cristo y la realidad de Dios pero todo eso está en el polvo de la historia y el Señor sigue sentado en su trono, exaltado por su pueblo. Dios gobierna sobre la historia.

Hermanos, nosotros tenemos que mantener tanto la mirada sobre ese Dios todopoderoso que está sentado en su trono que no tengamos tiempo para mirar a los pequeñitos que viene y van y suben y bajan y pasan por la historia simplemente por un momento y después dejan de ser.

Mire a su Dios, el Dios que está sentado en su trono. Y ese callar delante de él toda la tierra, quiere decir estar en un sentido de tanto asombro y tanto sobrecogimiento por la grandeza y el poderío y la soberanía de Dios que nos quedamos sin aliento, nos quedamos sin palabras.

Ese debe ser el sentido de los hijos de Dios. Estamos tan embebidos con su señorío, su presencia, su control, su majestad, su santidad, su justicia que no tenemos tiempo para dejarnos fluctuar ni cambiar por los vaivenes de la historia y de la cultura. Y eso es lo maravilloso, y eso es lo que el Señor nos invita a ver lo que está pasando en esta nación de esa manera.

Y este es mi último punto que dejo con ustedes. Vivimos en un tiempo en la historia de Estados Unidos y en el mundo en que la injusticia, la opresión, la pecaminosidad parecen prevalecer y muchos de nosotros, como Habacuc, estamos inclinados a pensar que Dios no hace sentido. Por qué Dios permite que sucedan estas cosas? Y Dios nos está invitando a decir, mire, no se apresuren tanto, no se dejen la aguja fluctuar de un lado para el otro porque está pasando esto o está pasando lo otro, manténganse firmes porque yo tengo un plan y yo sé a dónde yo voy.

Para muchos cristianos de una visión progresista, un poco más consciente de la justicia social y todas estas cosas, el pensar que un hombre como Donald Trump esté en el poder, cómo puede este cavernícola estar gobernando esta nación? Twiteando todo el tiempo y diciendo tonterías y haciendo pedazos de la dignidad de la presidencia de esta nación, pisoteando los principios de la justicia y de la equidad. Y se siente como que Señor, cómo tu puedes permitir eso? padre, ilumínalo o elimínalo. Sácalo de aquí ya pronto. Y están orando para que el Señor lo fulmine con un rayo del cielo. Dicen, tu no puedes permitir eso, Señor.

Y para otros cristianos que son más conservadores, más de otro tipo de inclinación, haber pensado 8 años de Barack Obama, Padre, te estás durmiendo, qué pasa? La justicia falla, la moralidad está flaqueando. Tu iglesia está siendo perseguida. Los valores de la inmundicia están prevaleciendo y están dirigidos por un gobernante que está como consagrado a facilitar la inmoralidad en esta nación.

Porque yo les digo algo, hermanos, y esto se los doy gratis, perdonen porque estas son cosas que son profundas y los sermones de 20 minutos como que a mí se me hace difícil muchas veces porque hay tantas cosas que la palabra de Dios nos habla. Pero tenemos que tener cuidado. A veces yo oigo personas decir, bueno, sí, pero hay injusticia, esta gente también son injustos. Tu hablas de justicia y hablas de los valores de la vida y de la familia, tanto un grupo como el otro… yo digo, hermanos, y esto es lo que creo, se me hizo más claro esta mañana después de tomarme una taza de café, como que el cerebro se me iluminó un poquito más.

Hay dos tipos de injusticia en el mundo para que juzguemos. Hay un tipo de injusticia que yo lo llamo injusticia corruptiva, injusticia que corrompe, injusticia que amenaza las estructuras mismas del espíritu en una nación, de la salud moral y espiritual de una nación, injusticia que Dios considera abominación, que ofende el corazón de Dios, injusticia que corrompe a una sociedad, injusticia que abarata su espíritu y que la debilita, y que daña la estructura de una nación.

Hay un pasaje que dice, cómo permanecerán… la idea es que las columnas cómo permanecerán si son socavadas, si los fundamentos son socavados. Hay injusticia que atenta contra los fundamentos morales y espirituales de una nación. Hay un tipo de injusticia que persigue a la iglesia, que le hace la vida difícil a la iglesia, que le hace difícil a la iglesia ser la iglesia, que persigue a la iglesia, persigue activamente los valores del Reino de Dios, que trata de amordazar la palabra que sale de la boca de la iglesia y que tiene como algo enconado contra el Evangelio y los valores del Evangelio.

Ese es un tipo de injusticia, para mí es la injusticia más peligrosa y más dañina. Hay otro tipo de injusticia que yo la llamo injusticia genérica, injusticia común, que es la injusticia que es consecuencia natural de la caída. Es la injusticia que ha prevalecido desde que el mundo es mundo. Ningún gobierno es justo, ningún gobierno es perfecto. Todos los gobiernos son parciales, todos los gobiernos obedecen a ciertos intereses de un grupo que los ha puesto en el poder. Hay opresión, hay explotación en el mundo desde que el mundo es mundo porque esa es la naturaleza del mundo. Y no desaparecerá esa injusticia genérica, común y corriente hasta que los escombros de la caída hayan sido restaurados y Cristo venga y establezca un nuevo sistema en la historia.

Y esa injusticia la tiene cualquier gobierno. Esa es la base fundamental de toda otra… de todo gobierno humano. Alguna gente dice, esta nación… qué es esto de que esta nación ha sido una nación cristiana. Siempre ha habido injusticia y esto y lo otro. Cierto. Pero cuando usted compara lo que es esta nación hoy a lo que era hace 50, ó 100 años atrás, era una nación conocida por tener cierto temor de Dios. Usted no escuchaba legislarse desde la presidencia inmoralidad. Había un temor sano, había por lo menos una aceptación de ciertos valores, temor de Dios. se alababa la familia, los presidentes oraban y respetaban a la iglesia y respetaban al cristianismo y se sabía que ciertas cosas se violaban pero no se legislaban.

Nosotros hemos pasado de la injusticia común, genérica de la caída, a la injusticia activa, voluntariosa, arrogante, del hombre que no tiene el sello de Dios y el temor de Dios en su corazón. Eso es diferente. Y eso es lo que yo siempre estaré en guerra, contra ese tipo de injusticia, ese tipo de pecado. Y es lo que tenemos en nuestro tiempo.

Y mucha gente se ha escandalizado correctamente, Señor, cómo tu permites que desde la misma Casa Blanca se alaben ciertos valores, matrimonio homosexual, transgenerismo, aborto masivo y destructivo, degeneración en todos los sentidos, bajo ciertos nombres de legalidad y de justicia social? Y tanto unos como los otros, los progresistas dicen, Señor, dónde tu estás? Los conservadores, Señor, dónde tu estás? Pero en ambos lugares estaba Dios.

Y Dios ha estado moviéndose, haciendo su trabajo en la historia. Yo he aprendido que nosotros servimos a un Dios misterioso que se mueve y a veces escoge a uno y lo pone por un tiempo y después lo quita y pone a otro, y enjuicia al que usó para hacer sus cosas, para avanzar sus fichas. Es como un jugador de ajedrez que sacrifica un peón para neutralizar una reina o un caballero.

Dios a veces se mueve de esa manera y por un momento de la historia parecería como que Dios no está presente, pero no, él es un jugador de ajedrez que tiene billones de año jugando el juego y su tablero es infinito y él siempre sabe y él ve a 100 movidas de distancia, o mil o millones de distancia. Y nosotros tenemos que como Habacuc callar delante de él, callar, mirar con asombro sus movimientos en la historia, decir, Padre, voy a callar, como María voy a rumiar el misterio. María miraba a su hijo, no sabía qué es lo que Dios le había dado. Dice que María guardaba las cosas en su corazón.

Los cristianos tenemos que guardar las cosas en nuestro corazón en este tiempo, como nunca antes. No nos desesperemos, no tiremos la toalla, no nos quejemos demasiado, no nos partidicemos demasiado, no tomemos demasiado rápidamente helados, no juzguemos conforme a nuestros valores hispanos o latinos o políticos. Señor, dame la sabiduría para mirar a través de tus ojos, para ver como tu ves, para sentir como tu sientes.

Sí, Trump está en el poder. Dios puso a los caldeos para enjuiciar a los hebreos. Dios ha puesto un caldeo en la presidencia. Es un babilonio. Dios está haciendo cosas extraordinarias en esta nación. A esa gente altanera, intelectual, racionalista, los está humillando con un cavernícola que los está gobernando ahora mismo. Si Trump fuera más inteligente y más culto quizás no harías las cosas que está haciendo, que son buenas muchas de ellas. Se necesita un hombre tosco, torpe y áspero. Si fuera un hombre sabio y tierno y generoso no podría bregar con estos demonios que están hoy en día en la cultura del siglo XXI en esta nación. Se necesita un Elías.

Y yo no apruebo de muchas de las cosas, yo sangro con mis hermanos inmigrantes que sienten el dolor de la incertidumbre, sangro con los afroamericanos que están siendo perseguidos ahora por gente, fieras que están usando esto como excusa para darles presión a su racismo en muchas partes de esta nación. Pero también creo que están pasando algunas cosas que eran necesarias. Hay correcciones que se están dando que son importantes porque esta nación no podía seguir en la línea en que iba y había que haber una corrección.

Si Donald Trump aprende pronto y se civiliza un poco y aprende a ser un presidente e incluye a la generosidad, la bondad, el amor, la justicia, en su economía política Dios lo va a bendecir y lo va a afirmar. Y no seamos nosotros encontrado luchando contra lo que Dios ha puesto. Ahora, si no, si usa su poder para enriquecerse él, enriquecer a sus amigos alrededor de él, las grandes corporaciones que están explotando esta nación y corrompiendo nuestra cultura, si él usa eso para soltar las fieras del racismo y de la opresión y la superioridad blanca en esta nación, Dios lo va a ajusticiar, hermanos, porque Dios es un Dios de justicia y Dios ama a los pobres y defiende al débil y al que no tiene voz.

Lo usará por un tiempo y lo enjuiciará. Y nuestro lugar es orar y clamar y esperar y callar y hacer todo lo que podamos, evangelizar, ser el pueblo de Dios, hacer la obra de Dios en la tierra, gozarnos en este Dios todopoderoso que tenemos, que está en control de la historia. Mi pasaporte, hermanos, está sellado y sobre sellado. Aleluya! Yo tengo todos los sellos habidos y por haber, afuera y adentro del pasaporte. Yo sé dónde voy. Yo no pertenezco al mundo y a la historia, pertenezco al Reino de Dios y a la eternidad.

La Biblia dice que tenemos que despreciar nuestra vida hasta la muerte. Y yo digo, Señor, aunque pase lo que pase si tu estás haciendo tu obra yo quiero estar donde tu estás trabajando, no importa lo que suceda. Si tengo que comer pan vacío, aunque sea con un poquito de aceite de oliva, Señor, amén. Hágase tu voluntad. Si tengo que perecer, hermanos, si tengo que salir de mi casa porque están cogiendo fuego, Dios nos libre, a media noche, porque algo ha sucedido y yo soy una víctima de ese proceso divino más abarcador, que así sea. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, no importa lo que sea.

Hermanos, este es un tiempo para vivir la vida de un creyente hasta el cabo. O somos o no somos. El tiempo pasó de jugar a la iglesia, paños tibios. Somos o no somos. Son los tiempos de Elías en que Dios dice, decídanse qué van a hacer, o sirven a Baal o sirven a Jehová. O se meten los valores del Reino de Dios en su corazón o no vengan a la iglesia, no digan que son evangélicos, ni digan que son cristianos, o viven como cristianos o cállese la boca y vea la televisión y vea un programa de televisión mientras se come unos cereales, pero no contamine el Reino de Dios con una mediocridad espiritual que es aborrecible ante el Señor.

Porque la palabra dice que Dios vomitará de su boca a los tibios. Mira, tiene que ser caliente o frío, lo tibio me da nauseas, dice el Señor. Hermanos, este es un tiempo para definición. Los tiempos que vivimos son tiempos de premura, tiempos de definición y tenemos que entregarle al Señor todo, nuestras finanzas, nuestro matrimonio, nuestros placeres, nuestro trabajo, nuestras aspiraciones, nuestros sueños, nuestra carrera, todo del Señor si vivimos para él vivimos. Si morimos, para él morimos. Sea que vivamos o que muramos, somos del Señor y estamos aquí para avanzar la obra de Dios.

Póngase de pie y vamos a darle gloria y honra al Señor en esta tarde. Padre, que se haga tu voluntad en la tierra. Sigue obrando, Señor, queremos ver tu gloria establecida en la ciudad y en las naciones, Padre. Queremos que el nombre de Cristo sea puesto en alto por las azoteas de la ciudad. Que la gloria del Señor brille y que los altaneros que niegan la presencia de Dios sean reducidos al polvo, Padre. Glorifícate, Señor, y haz todo obra. Comienza con nosotros, Padre, que podamos ofrecerte un sacrificio acepto delante de ti.

Nos ponemos como holocausto ante el altar. Nos presentamos delante de ti como un sacrificio vivo, santo, agradable a ti, Señor. Ayúdanos a tomar esa medicina, Padre, hasta la última gota. Tus valores, tu palabra, tus demandas, tus principios, tus mandamientos, Señor, perdónanos porque no sabemos lo que decimos francamente, Padre, pero queremos serte agradables. Trata con nosotros, Señor, queremos presentarte un pueblo que sepa como mirar la historia, que sepa cómo moverse en la historia, que sepa ser el pueblo de Dios. Cambia nuestros ojos, Señor. Quita el convencionalismo, quita el cristianismo barato y tibio y convencional y pon en nosotros un nuevo sistema, Padre, nuestro fundamento, nuevos principios, Señor. Que despreciemos nuestras vidas hasta la muerte, Padre.

Comienza conmigo, Señor, que hago esta oración. Cámbiame, cámbianos, purifícanos, sánanos, límpianos, re estructúranos, Señor. Prepáranos para estos tiempos en los cuales hemos sido llamados a vivir y podamos ser tu iglesia verdaderamente, Padre, que no fallemos en el momento crucial de la historia, que podamos estar preparados como instrumentos tuyos, Señor, que tu puedas usar para la redención de tu creación en este tiempo de la historia, como testigos verdaderos de Cristo Jesús.

Comienza en nuestros hogares, Señor, en nuestra intimidad, en lo secreto de nuestra mente y de nuestros sentimientos. Nos consagramos a ti, Señor.