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Mateo 1:18 dice así: “El nacimiento de Jesucristo fue así. Estando desposada María, su madre, con José antes que se juntasen se halló que había concebido del Espíritu Santo. José, su marido, como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente y pensando él en esto he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo, “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella se ha engendrado del Espíritu Santo es y dará a luz un niño y llamará su nombre Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”
Padre, gracias, que tu eres sabio, Señor y tu sabes hacer las cosas. Gracias que tus caminos a veces no son nuestros caminos ni tus pensamientos como nuestros pensamientos pero tu sabes lo que estás haciendo. Gracias por la manera sabia que tu organizaste que naciera tu Hijo en este mundo y gracias que tu eres el mismo ayer, hoy y para siempre y que tu también tratas con nosotros con sabiduría y con un plan especial para cada uno de nosotros. Te pido que bendigas este tiempo, que escuchemos la voz del buen pastor en el nombre de Jesús. Amén.
José, el padre terrenal de Jesús, el padrastro, el que crió a Jesús y cuidó a María. Cuando pensamos en esta historia como sucedió el embarazo divino, el ángel Gabriel visitó a María y le dijo que tu vas a concebir un niño. El Espíritu Santo va a caer sobre ti y la criatura dentro de ti será llamado el Hijo de Dios, un hijo concebido por una manera sobrenatural por el Espíritu Santo. El ángel se lo dijo y María se asustó pero se resignó al plan de Dios y aceptó del plan de que el ángel le dijo.
Así que ella sí concibió. Quiero comenzar esta reflexión con una pregunta. Por qué el ángel le habló a María y no tomó un viaje a la calle de al lado para hablar con José esa misma noche? Por qué el Señor hizo la obra de que ella estuviera embarazada por el Espíritu Santo sin decirle nada a José? En algún momento habrás pensado en eso? la Biblia dice que se halló que ella estaba embarazada, se halló, y que había concebido del Espíritu Santo.
Imagínate el sufrimiento de José. Un hombre de Dios, un hombre comprometido con una señorita buena, una hija de Dios y así él se descubre que ella está esperando un bebé, que ella está encinta. Me imagino que tuvieron una conversación al respecto. Y el Papá, Dios. Imagínate la conversación entre José y sus amigos en el taller. Qué pasó? Parece que todo estaba bien entre ustedes y sale embarazada. Quién es el papá? Ella dice que Dios es el papá. Imagínate.
José, imagínate las noches largas. Señor, cómo es que esto ha pasado? El dolor, la vergüenza, y mucho más peligro. Como sabemos en esa sociedad bajo la ley se puede castiga a una mujer que es encontrada en adulterio. Así que pudiera haberle castigada, por lo menos cortada de la comunidad de la sinagoga, exiliada de toda la sociedad, por lo menos, y tal vez peor.
Y José en agonía pensando, no quiero que sufra pero no sé. Ofendido, herido, traicionado. Dios, por qué no entiendo por qué esto está pasando? En esa noche larga, tal vez a las 2 ó 3 de la mañana, él decide, bueno, yo quiero protegerla, aunque me ha engañado. Yo no quiero que ella sufra, así que yo voy a divorciarme porque tenía que divorciarse, bajo la ley él no podía casarse con ella. Voy a divorciarla pero calladamente para que ella no sea expuesta a sufrimiento ni a ningún daño, que no sea perjudicada por la sociedad por eso.
No sé si fue en esa noche o el próximo día o pronto después, pero ahí por fin le visita el ángel Gabriel y le dice, “José, no temas de casarte con ella, porque lo que en ella de verdad es del Espíritu Santo, no está mintiendo.” Si yo fuera José yo diría, “Ahora me lo dices?” tu eres ángel, no es que hay tráfico entre esa casa y la mía, tu puedes directito… Por qué esperó el ángel?
Yo creo que Dios quería saber qué iba a hacer José en esta situación. Si él iba a demandar sus derechos y vengarse contra ella o si él tuviera un impulso para protegerla. Porque piensen eso, el Señor estaba escogiendo el hombre que tenía que cuidar a su Hijo en la tierra y la madre de ese Hijo y él no va a aceptar cualquier hombre. Ese hombre tiene que ser probado.
Yo me imagino que Dios le dijo a José, “Felicitaciones. Esto ha sido una prueba y pasaste. A +, tu ganaste el trabajo de criar a mi Hijo en la tierra.” Porque cuál es el trabajo de José? De cuidar y proteger a ese bebé y a María y esto no es nada comparado a los peligros que ellos iban a enfrentar después con Herodes tratando de matar al bebé y él huyendo a Egipto protegiendo a la niña. Él tenía que pasar esa prueba para demostrar que él es un hombre aprobado.
Pero no podemos ser aprobados ni comprobados sin ser probados. Este sermón se titula “El Dios que hace pruebas. El Dios que nos prueba.” Porque no podemos ser comprobados sin ser probados. Y el Señor sabe que tiene llamado para José y lo pasó por una prueba para demostrar lo que había en su corazón, que él era un hombre digno del llamado que él iba a recibir y también para fortalecer su fe, para él recordar, yo pasé por esa noche larga, yo aprendí cómo proteger a esta mujer y así yo la voy a seguir protegiendo.
El Señor nos hace pasar por pruebas. Proverbios 17:3 dice:
“El crisol es para la plata y el horno para el oro pero Jehová es quien prueba los corazones.”
Satanás nos tienta para atraparnos, para que fallemos, para que fracasemos pero Dios nos prueba para que brillemos. Más grande la prueba, más grande la victoria. Más difícil la lucha, más gloriosa la victoria después. El Señor trata con nosotros igual. Si tu eres un hijo o hija de Dios vas a pasar por pruebas. El Señor no te va proteger de todo, pero puedes estar seguro que Dios sabe lo que está haciendo, que él nos prueba para entrenarnos, para prepararnos, para pulirnos para que brillemos como el oro.
Nuestro Dios sabe lo que está haciendo para probar nuestra fe, para hacernos la pregunta, de verdad confías en mí? Porque yo soy tu Dios. No sé si hay alguien aquí que a ti te gusta los exámenes en la escuela. No levanten la mano. Hay 2 ó 3 yo sé porque veo esposos mirando. A ti te gustaban los exámenes porque siempre salías bien. A la gente no le gusta el niño que le gustan las pruebas, pero la mayoría de nosotros no nos gustan. Por qué? Porque a veces colgamos el examen. Fracasamos. No se siente bien. Quemamos el examen. A nadie le gusta eso.
Y el Señor, él permitiría que nosotros fuéramos probados y que tal vez quemamos algunas pruebas? Alguien aquí que en algún momento de tu vida has pasado por una prueba y tal vez no sacaste una A delante de Dios. Habrá alguien? A veces el Señor nos empuja y nos deja caer un poquito pero no para que quedemos caídos sino para que aprendamos de eso.
Hay un dicho en inglés no pain, no gain. Eso es algo universal. Sin dolor no hay ganancia. El Apóstol Pedro tenía visiones de grandeza. Yo soy la roca, sobre mí se va a edificar la iglesia. Yo soy el que caminé sobre las aguas, por los menos unos pasitos.
Cuando Jesús hablaba de su entrega y de su sufrimiento él le dijo a Pedro, “Simón, Simón, no te voy a llamar Pedro porque eres Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo, pero yo he rogado por ti para que tu fe no falte y tu una vez vuelto confirmes a tus hermanos.” Pero Pedro le dijo, “Sí, Señor, yo sé que soy débil y tal vez puedo caer. Ayúdanos porque soy débil.” Eso es lo que le dijo Pedro? No. él le dijo, “Señor, estoy dispuesto a ir contigo no solo a la cárcel sino también a la muerte.” Y él le dijo, “Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tu niegues 3 veces que me conoces.” “No, nunca.”
Él tenía que aprender que él no era la última Coca Cola en el desierto. Tenía que aprender que no era el todo, él tenía que eat a little bit of humble pie. Pastel de la humildad. Imagínate. Si Pedro nunca había tenido su desliz, su problema, qué clase de hombre hubiera sido? Imagínate el orgullo con personas en pecado, “Arréglate.” Pero un hombre pecador puede pastorear a personas pecadoras, que somos todos.
A veces nosotros pensamos, ay, Señor, yo fallé, yo tengo cosas de mi pasado. El Señor usa estas cosas para que tu seas más comprensivo con los demás. La humildad que te enriquece, que te enseña cómo quieres caminar con el Señor, que no se repita. El Señor usa aún el fracaso para nuestra victoria.
También lo usa para enseñarnos que no somos tan fuertes de cómo pensamos que somos. El profeta Jeremía, cuántos aquí han estudiado la vida de Jeremías? Si no lo has hecho hay que hacerlo, hay vidas en el Antiguo Testamento hermosos, hay biografías, hay historias de lo que Dios ha hecho.
El profeta Jeremías fue llamado a confrontar al pueblo de Dios durante un tiempo de terrible idolatría. Él tenía que ser un hombre firme, como una columna de bronce porque todo el mundo iba a estar en contra de él. Y él tenía que ser un hombre fuerte, desafiado, decidido y firme cuando todo el mundo estaba en su contra. Qué trabajo lindo, no? yo te llamo a servirme, nadie te va a escuchar, todos te van a ayudar, pero tienes que ser fiel. Te van a echar en un pozo con lodo, te van a castigar, te van a dar golpes y después tu vas a salir en exilio con ellos. Felicitaciones. Eres aceptado en este negocio.
Pero el pobre Jeremías no tenía opción. Pero yo creo que él tenía la dicha de ser alguien que vivió el sufrimiento como Jesús mismo lo vivió. Tenía una cercanía con Dios hermosa. Pero él en el principio de su ministerio con algunos problemitas, la gente en contra de él, él se puso a quejarse con Dios. y escribió sus quejas en la Biblia. Algunos aquí se han quejado con Dios en algún momento? No lo admites?
Mira lo que él dice en Jeremías 12, creo que versículo 1 ó 2. Él dice, “Justo eres tu Jehová, sin embargo, alegaré mi causa ante ti. Por qué es prosperado el camino de los malvados? Pero tu Jehová me conoces. Me vistes y has probado mi corazón contigo. El Señor responde, “Tu que crees que puedes correr con caballos? Si corriste con los de a pie y te cansaron, cómo contenderás con los caballos y si en la tierra de paz no estabas seguro, cómo harás en la espesura del Jordán?”
La cosas se va a poner más dura y tu tienes que ser más duro y más fuerte, porque sino te van a vencer y no vas a cumplir tu misión. Yo te estoy castigando y haciéndote pasar por la prueba ahora para cuando venga la batalla de verdad tu tengas la fuerza para sobrevivir y cumplir tu misión. Tu crees que puedes correr con caballos y este hombrecito te cansa, la cosa se va a poner más fuerte.
“Aún tus hermanos dice el Señor, y la casa de tu padre, aún ellos, se levantaron contra ti.” No confíes en ellos aunque te digan buenas cosas. Un buen coach te hace sufrir a veces para que tu seas más fuerte. Hay un hermano de la iglesia que era soldado, que aprendió un dicho que era “hay que sudar en el entrenamiento para no sangrar en la batalla.” Si tu no estás sudando hoy tal vez vas a estar sangrando después.
El Señor nos prepara. Él nos prueba para que echemos raíces profundas en él. La prueba es la medicina para un cristianismo superficial. La Biblia dice que hay cristianos superficiales, que su tierra no va profunda. Jesús lo dijo así, son como las semillas que caen sobre los pedregales y los que son sobre la piedra son los que habiendo oído la palabra reciben la palabra con gozo, pero no tienen raíces. Creen por algún tiempo pero en el tiempo de la prueba se apartan y después aprenden, hay que sacar unas piedras para yo ser tierra buena para el Señor.
El Señor está comprometido con tu profundidad espiritual, con tu fuerza espiritual. No queremos que seamos cristianos blandengues, cristianos fáciles de vencer, pero para eso él nos pasa por unos entrenamientos duros. Como un buen coach que hace su equipo de futbol americano haga su práctica en la nieve, en el frío. Si está muy feo afuera vamos afuera, porque tu crees que el juego se juega cuando todo es lindo? No, es cuando está nevando, cuando hay lluvia, cuando hay viento. Yo te voy a entrenar en eso para que estés listo y que ganes el Super Bowl otra vez. Pero hay que sufrir.
Un buen coach te hace sufrir y tu lo amas por eso. el Señor es un coach que te va a entrenar con las pruebas. La Biblia lo llama diversas pruebas que Dios nos da. Él tiene una variedad de entrenamientos. Hablamos de algunos. Primero, el Señor nos prueba con ciertas decisiones que tenemos que tomar. Si vamos a seguir sus instrucciones o si vamos a tomar el camino más fácil. Un caso de eso, el pastor una vez habló de los recabitas en el Antiguo Testamento también del libro de Jeremías. Era un grupo de personas que eran descendientes de un hombre que se llamaba Recab y ese hombre puso su descendencia bajo un juramento, prométeme que nunca vas a tomar vino ni vivir en casas normales. Van a viajar y no van a tomar vino y Dios los va a bendecir. Fue un voto que ellos tomaron con su abuelo, con su papá.
El Señor mandó que Jeremías invitara a los recabitas al templo del Señor y que pusiera en una mesa delante de ellos unos vinos de los mejores que hay, de Chile o Argentina, unos buenos vinos los puso ahí delante de ellos. Y después Jeremías los manda, “Toma,” este no es el amiguito en el bar, este es Jeremías mandándote tomar vino. Ellos dijeron, “No, por favor, hicimos una promesa, tenemos que seguir las instrucciones.” Y el Señor dice, “pasaste la prueba,” y él lo usa como un ejemplo para el pueblo de Israel. Si ustedes van a seguir mis mandamientos o no.
En la Biblia daba maná en el desierto y dice así, “Jehová dijo a Moisés, ‘mira, yo os haré llover pan del cielo. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de un día para que yo lo pruebe si anda en mi ley o no.” solo puedes recoger pan para un día, si tu guardas para dos, excepto sábado que el día antes del día de reposo, pero días normales, tu recoges para un día. Si tu tienes de más se va a poner feo, podrido. Vamos a ver qué hacen. Qué ustedes creen? Ay, vamos a guardar mucho. Y se pone feo, ya lo sabía.
Ustedes están negándose a obedecer mis instrucciones. Vamos a tener pruebas. Comienzan con pruebecitas y si pasamos Dios nos confía más. También Dios nos va a dar responsabilidades y ver si somos fieles con lo poco para que seamos confiados lo mucho. La Biblia dice así, el que es fiel en lo muy poco también en lo más es fiel. Y el que en lo muy poco es injusto también en lo más es injusto.
Una de las cosas pequeñas, aunque no lo creas, que Dios nos confía como una prueba espiritual es el dinero. Señor, pruébame con mucho dinero, por favor. Todo el mundo dice, pero es así. A veces ganando más dinero es una prueba qué vas a hacer con este dinero. Vas a ser fiel con Dios con este dinero? Porque el Señor responde y dice, si en las riquezas injustas no fuiste fiel, quién os confiará lo verdadero? Fiel en lo poco, fiel en lo mucho. Fiel en lo terrenal, fiel en lo espiritual. Fiel, comprobado, confiado más.
A veces yo he visto en mi vida el Señor nos tira, y aquí en la iglesia, el Señor nos tira una situación pequeña para saber qué vamos a hacer con esta persona o esta situación que el Señor nos trajo. Nos envía una sola persona y ver si vamos a ser fiel con esta persona, entonces él nos envía más. Por eso tenemos que tener ojos de fe.
Nosotros decimos, Señor, queremos ministrar a tal clase de persona. El Señor lo envía y lo rechazamos. Qué va a pasar? Yo he visto esto. Años pasados, 15 años atrás, ver cómo el pastor decidió ministrar a ciertas personas que nos vinieron de las calles, que no tenían vivienda y como el pastor y la iglesia los recibió y los trató con respeto, hicimos muchos errores y todo eso, pero fiel. El Señor envía más y más y ahora cada sábado hay 100 personas de la calle en nuestro sótano recibiendo ministerio, porque los hombres de esta iglesia y las mujeres de esta iglesia se han comprobado fieles.
El Señor dice, yo no voy a confiar mis personas preciosas si yo no sé si tu eres confiable. Tu tienes que probarlo. El amor es sin condiciones, pero la confianza se gana. El confiar en una persona que no es confiable, no es amor y no es sabio. Y para saber si una persona es confiable, la persona tiene que probarlo con acciones de demostrar que es fiel y entonces uno confía más.
El Señor lo hace con nosotros. Y hace lo mismo con los diáconos. En la Biblia, en el Nuevo Testamento, la Biblia dice claramente, alguien no puede servir como diácono antes de ser puesto a prueba. Yo no sé qué es eso. Yo creo que no es una prueba por escrito, yo creo que es ver su vida un tiempo, que no vino ayer y lo pusimos en liderazgo. La persona tiene que ganarse la confianza.
Qué hizo José con sus hermanos? Sabe la historia? En el Antiguo Testamento un joven que se llama José, sus hermanos lo tiraron en un pozo y después lo vendieron a esclavitud. Después José va preso y después él termina en Egipto como el número 2 de faraón mismo. Y sus hermanos vienen después de 15 años y yo siendo José, yo los abrazaría, ay, mis hermanos aquí están, mira. No. José los pasó sus hermanos a ciertas pruebas. Has leído eso? él pone un vaso de oro en la bolsa a ver qué hacen, si ellos van a devolverlo o robarlo. Él los pone a prueba para que ellos puedan probar que son hombres honestos, para el bien de ellos, para el bien de José, para que se restaure la relación. El Señor los pasó por una prueba.
Y el Señor lo hace con nosotros también. Si somos fieles Dios nos da más, fiel en lo poco, fiel en lo mucho. También el Señor nos prueba y eso es lo más duro, y yo entro en eso con cierto temor y temblor pero tenemos que hablar de eso. El Señor a veces suelta el mismo diablo para probarnos. La Biblia dice que Jesús dijo, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo. Y Jesús dejó que el enemigo los tentara por un tiempo.
No sé si has leído el libro de Job, pero el Señor permitió que el enemigo atacara a Job por un tiempo, dentro de límites, pero permitió el horno de la aflicción contra él. El Espíritu Santo mismo empujó a Jesús al desierto para que él fuera probado y tentado por Satanás por 40 días y él pasó la prueba. Jesús dice, no temas lo que has de padecer, a los cristianos en Esmirna. El diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados y tendréis tribulación por 10 días, sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. Porque aunque el diablo tiene ciertas acciones él siempre, en la vida del creyente termina sirviendo las intensiones de Dios.
Las acciones de Satanás no pueden cancelas las intensiones de Dios para el creyente. El Señor saca bien aún del mal. El Apóstol Pablo habló de eso, que el Señor le dio aguijón en mi carne, te acuerdas de eso? un mensajero de Satanás que me abofetee para que no me enaltezca. El Señor sabía que el orgullo iba a matar a Pablo. Él necesitaba una medicina para su orgullo, aguijón en la carne.
Es mejor no ser orgulloso para que el Señor no tenga que darte la medicina. Amén. Prefiero humillarme a mí mismo para que el Señor no tenga que hacerlo. Porque él nos ama demasiado para dejar que el alma se piedra. Bástate mi gracia, él dijo, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. El Apóstol Pablo era más útil para el Señor por ser probado aún por el enemigo. Nuestro Dios gana. Nuestro Dios sabe lo que está haciendo y lo va a hacer en nuestras vidas también.
Salón de clases, el salón de prueba, el salón de clases que el Señor prefiere usar en la Biblia es el desierto. Siempre el Señor escoge sus mejores y los envía al desierto para ser probados. Lo hizo con Jesús, lo hizo con el pueblo de Israel, y le dice, ‘te acordarás de todo el camino por dónde te ha traído Jehová, tu Dios.’ estos 40 años en el desierto para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Te afligió, te hizo pasar hambre, te sustentó con maná. Por qué hace él sufrir en el desierto? porque es la única manera para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Tu vas a vivir un milagro que solamente se puede vivir en el desierto. El Señor demuestra su poder en la prueba en maneras que no podemos vivir en el lugar de paz. Qué pasó en el horno cuando los 3 amigos de Daniel estaban allí? Encontraron un ángel, un ser divino, alguien como hijo de hombre que dice, ‘cuando pases por el fuego estaré contigo, y aunque pases por las aguas estaré ahí contigo.’ el Señor te dice, te encuentro ahí, no te voy a dejar solo.
Jesús también lo hizo con sus Apóstoles. Muchos de ustedes están pensando, mira, yo perdí una hora de sueño para eso. no quiero pruebas, quiero victorias. No hay victoria sin pruebas, por eso están hablando de eso. Jesús en el desierto con los Apóstoles, no había comida, multitudes viniendo. La Biblia dice en el Evangelio de Juan que Jesús ya sabía su plan, ya sabía qué iba a hacer, pero él probó a sus Apóstoles. Él mira a Felipe que era de esa área y le hace la pregunta, Felipe, qué vamos a hacer con toda esa gente? Dónde vamos a buscar comida para toda esa gente? Qué hace Felipe? Pasó la prueba? Jesús no solucionó la cosa muy fácil para él.
Cuántas mamás, papás, abuelitos, abuelitas saben que si tu no le haces a tu hijo ningún favor si solucionas todos sus problemas para ellos, si haces su tarea por ellos. Jesús los hizo sufrir un poquito. Felipe saca su teléfono, dónde hay comida aquí cerca? Cuánto cuesta? Siri, comida cerca, dónde? Nada.
Pero había otro, hay un Apóstol que se llama Andrés que muchas cosas lindas pasaban con él y nunca hablamos de él. Andrés no sacó su teléfono, él sacó un niño que tenía 2 pancitos y unos pececitos, él dice, ‘mira aquí hay unos panes y unos peces, no sé qué va a hacer, pero aquí están.’ Qué vamos a hacer? Pero Jesús los hizo pasar por esto, porque él sabía… mira, ustedes van a estar en situaciones, cuando van a haber multitudes delante de ti y tu no vas a saber qué hacer, cómo voy a servir a tanta gente y darles comida de la palabra. Y yo quiero que recuerdes este día y que no trates de hacerlo en tus propias fuerzas sino que tu lo hagas con mi poder, que nunca olvides que yo puedo multiplicar panes entre 5000 hombres y otras 10 mil personas. Yo soy el Dios que puede dar pan en el desierto a través de ti.
El Señor no es cruel. Él lo hace para enseñarles, para prepararles para su destino. Dios ha llamado a cada uno de nosotros a servir al Señor. Y todos estamos en la escuela de la preparación. Si nos dejamos aprender el Señor nos va a usar. Cuál es tu desierto? todos tenemos uno. No sé cuál es la situación que tu estás viviendo pero yo sé que Dios quiere usarlo como tu escuela, como tu gimnasio, como tu campo de entrenamiento.
No endurezcáis vuestros corazones, dice la palabra, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres y me pusieron a prueba y vieron mis obras 40 años. El ser probado nos da músculos de la fe y comienza poco y va creciendo.
Un ejemplo más, y vamos terminando, Abraham fue probado cuando el Señor le dijo, Abraham, tu tienes que dejar tu casa, dejar tu país, dejar tu familia e ir a un lugar que yo te mostraré. Dejar todas tus bendiciones aquí y yo te bendeciré y tu serás bendición para las naciones.
Una prueba. Abraham tenía que decidir si va a ser un hombre de fe. Para ser un hombre de fe él tenía que comenzar con un paso de fe, un pasito. Y así comenzar y la Biblia dice que Abraham obedeció y fue aún sin saber para dónde iba. Dios no te va a decir el destino a veces. No nos va a explicar cómo se va a resolver todo.
Él dice, quiero que me sigas hoy, que tomes un paso de fe y después yo te enseño el otro paso. Comienza con un paso. Pero la vida de Abraham, y sabemos, que Abraham fue probado varias veces y él no pasó todas sus pruebas. Solo tiene que preguntar a su esposa, porque cuando él tenía miedo él decía, ay, mi esposa, la bonita que tu quieres es mi hermanita, dos veces. Sinvergüenza. Y así ella como… what are you doing here? Él no pasó todas sus pruebas pero al final la Biblia dice, en Génesis 22, aconteció que Dios probó a Abraham de verdad. Dice Abraham, aquí estoy, toma tu hijo, tu propio hijo, tu único hijo Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moría y ofrécelo en holocausto sobre una de las montañas que yo te diré.
Ahora, no quiero que tu hagas esto en la casa, por favor. Esto fue Abraham una vez en la historia. Pero Dios lo probó en grande. Primero fue una prueba, después fue un examen final. Y esto requiere no solamente un pasito de fe, sino un salto de fe, un brinco de fe, donde tu te vas a tirar y confiar que Dios te va a sostener en sus manos. Cómo lo hizo?
Todas las promesas de Dios para Abraham dependían de este niño, toda su descendencia, la tierra, toda la bendición, todo depende de Isaac. Cómo es que Dios pudo pedir que se lo ofreciera? Sabe que la Biblia nos da la respuesta. El libro de Hebreos es toda una explicación de lo que pasó en el Antiguo Testamento y la Biblia dice que Abraham tenía una lógica. Yo no creo que él esperaba que Dios lo fuera a interrumpir y agarrar la mano. Yo creo que Abraham esperaba matarlo y que después Dios lo levantara de la muerte.
La Biblia dice, porque pensaba Abraham que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos. Abraham sabía, mi Dios puede hacer cualquier cosa. Yo he sido probado y yo he visto la mano de mi Dios y no hay nada que mi Dios no pueda hacer, aún levantar los muertos.
Para ser un cristiano qué tenemos que creer? Que Dios es poderoso para levantar los muertos, que levantó un hombre de la tumba y levantará también a nosotros con él. Cuando somos probados sabemos que Dios es grande, que Dios es fiel. Podemos decir como Moisés, una y otra vez yo he pasado por el desierto y muchos de ustedes pueden decir eso. yo he pasado por el desierto y yo he visto que Dios camina en nube y fuego. Yo he pasado hambre pero yo sé de experiencia que no solamente de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre porque he vivido.
Muchos de ustedes han visto el Dios poderoso y tu puedes decir, yo estaba en el desierto entre la espada y la pared y yo vi al Señor partir las aguas. Él puede tumbar todo un ejército. El Señor es poderoso, más poderoso, más fiel, más confiable que cualquier otra cosa en este mundo y cuando soy probado yo sé que mi Dios que me ayudó antes me ayudará otra vez.
Él es el mismo ayer, hoy y para siempre. Hermanos míos, dice Santiago, gozaos profundamente con os halléis en diversas pruebas sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, perseverancia. Pero tenga la paciencia su obra completa para que seáis perfectos y cabales sin que os falte cosa ninguna.
Cada vez que somos probados encontramos a Dios en una manera diferente. En ese monte Abraham conoció a Dios como Jehová Jireh, mi Dios suplirá toda necesidad que yo tenga. Jacob luchando con el ángel toda la noche, aprendió que mi Dios es el poderoso de Israel. José en la cárcel en Egipto, aunque no había hecho nada malo. Él aprendió que para los a aman a Dios que son llamados según su propósito todas las cosas les ayuden para bien, que el enemigo no puede cancelar el plan de Dios conmigo. Él lo sabía por experiencia.
David corriendo en el desierto con sus enemigos detrás, él aprendió, Jehová es mi pastor, nada me faltará. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida porque él fue probado y él fue cuidado por Dios. Por fin Jesús, la Biblia dice que Jesús es el fundamento del edificio de la iglesia, una piedra probada, piedra angular, precisa, de cimiento estable. Jesús fue probado en el desierto. Jesús fue probado por los fariseos. Jesús fue probado en esa noche larga en el huerto de Getsemaní y él es fiel, confiable, probado por la misma muerte y salió de la tumba. No solamente probado, sino comprobado, aprobado, el que puede cumplir cualquier cosa en nuestras vidas y nosotros también seremos probados con él.
Más fuerte la prueba, más gloriosa la victoria. Bienaventurado el hombre que soporta la tentación porque cuando haya resistido la prueba, recibirá corona de la vida. Mejor que cualquier trofeo de futbol o de la copa mundial, en los cielos va a haber una celebración delante del trono y toda prueba será celebrada en victoria de Dios.
Así que el Señor está con nosotros. Job dijo lo siguiente, él dice, más él, Dios, conoce mi camino. Si me prueba saldré como el oro. Hay personas, muchas, que brillan como oro y no pasó de la nada porque han sido probados y conocen un Dios fuerte. Tengo algo que decirlos, los que ya han sido probado mucho lo mejor está por venir.
El Dios que hizo la victoria antes tiene más victorias. Y si hay más pruebas, bueno, tu sabes que tu Dios es grande y él está contigo en esto también. Vamos a ver la mano de Dios como nunca.