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Hay una batalla espiritual que cada uno de nosotros tenemos que perder y nuestro oponente no es Satanás, es una batalla contra el ser que nos ama más que cualquier otro ser en este universo. Es una batalla con Dios y nosotros. Es una batalla contra nosotros mismos. Todo el mundo, Gregory..... el pastor está mirando por Internet, no digas más blasfemias.
¿Sabes qué? Antes de usarte Dios tiene que conquistarte. Antes de usarte Dios tiene que conquistarte. Esa es la batalla más importante, hermanos. Lo otro, todo lo demás viene con eso. si peleamos esta batalla y si perdemos y ganamos esta batalla podemos conquistar en su nombre.
¿Sabes qué? Cada uno de nosotros somos un rebelde, caradura, stubborn, porfiado, yo hago la cosa como a mi me de la gana y nadie me va a decir a mi qué tengo que hacer yo. Algunos se ven muy lindos ahí sentados, se ven como muy buena gente. No se ven tan malos, pero yo se, son malos. Son rebeldes, quieren hacer lo que a ti te parezca bien y Dios tiene que romper ese orgullo, tiene que romper y quebrantar esta voluntad propia antes de que tu puedas ser un soldado bueno.
Los que han estado en el ejército que antes de pelear en la guerra, uno pasa por un entrenamiento y tu enemigo mortal es el sargento, el drill sargent, el sargento ahí que te pone en la cara, y te pone a gritar, escupiendo la cara, gritando malas palabras. Perdóneme Señor, diciendo eso, para romper tu voluntad. Porque un soldado no puede ser súper independiente, si somos todos independientes haciendo las cosas como nosotros quisiéramos podemos morir y matar a otros sin querer.
Yo visualizo un grupo de soldados en una zanja, en la trinchera, están ahí y el capitán les dice ‘miren, todos se tienen que salir’, aunque hay balas, hay bombas, ‘tienen que salir de esa trinchera, se tienen que meter en esta casa’. Y tu, como una persona independiente, dice ‘mire, capitán, no se si es muy buena idea que hagamos eso. Yo no se, hay balas, hay bombas, hay.....’ Bang,... y todos se mueren. Porque si nos ponemos a dialogar con nuestro capitán, si nos ponemos a dialogar podemos morir en el proceso. Lo que Dios quiere, El dice ‘mira, levántate, vete para allá’, y tu dices ‘Si, Señor, voy’. Amen.
Dios quiere que seamos un ejército de soldados que digan, como el dicho en inglés ‘if God tells you to jump, you say how high’. Si Dios te dice que des un salto, tu dices ‘bueno, ¿a cuánta altura?’. No dices, por qué es necesario hacer eso..... No, no, no El dice y tu haces. Y tu lo haces. Amen. Si, Señor.
¿Cuántos sabemos que un caballo no domado hace más daño que bien? Muchos de nosotros, yo diría, todos nosotros somos caballos salvajes. Todos tienen su forma, algunos son muy amables, muy lindos, pero son caballos salvajes. Y Dios tiene que domarte para poder montarse encima y usarte en la guerra. Amen. Amen.
Antes de usarte Dios tiene que conquistarte. Vamos a leer de la conquista de Josué, no la conquista que Josué hizo, sino la conquista de Josué, un gran hombre de Dios que estaba preparado para conquistar Jericó. Todos sabemos la historia de la escuela dominical, la ciudad con muros y todo eso y antes de la batalla, mira lo que se sucede:
Josué 5, versículo 13: “... y estando Josué cerca de Jericó alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano y Josué yendo hacia él le dijo ‘¿eres de los nuestros o de nuestros enemigos?’ y el hombre respondió ‘No, más como príncipe del ejército de Jehová he venido ahora’. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró y le dijo ‘Que dice mi Señor a su siervo?’ y el príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué ‘Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo’, y Josué así lo hizo.”
Oramos, Padre en el nombre de Jesús. Creemos que en el espíritu hay Señor, ángeles guerreros que están haciendo una guerra espiritual a niveles, Señor, más altos de lo que nosotros podemos imaginar. Y tu nos has llamado a nosotros a participar contigo en esta lucha espiritual para que los muros alrededor de esta ciudad se caigan, y tu has venido, el príncipe del ejército de Jehová, y tu estás aquí delante de nosotros con tu espada desenvainada y Señor, tu tienes un mensaje para nosotros. Te pido que escuchemos, en este día, que sea tu palabra hablándonos. En el nombre de Jesús. Amen. Amen.
Josué está caminando y él ve a un hombre con su espada. Es como nosotros ver a un hombre con una pistola ahí. ¿Qué vas a decir? ¿Eres para mi, de mi lado o eres del lado de mi enemigo? Y después hablan un poco y después Josué se cae de rostro abajo y dice la palabra que le adoró. ¿Quién es ese hombre? ¿Quién es ese hombre?
¿Saben qué? Por mucho tiempo yo pensé que era un ángel que se apareció a Josué en forma humana pero después me di cuenta: ¿qué hace Josué? ¿Qué dice la palabra? Versículo 14, “.... le adoró”. Ningún ángel recibe alabanza y adoración del ser humano. Los ángeles en la Biblia tu ves, cuando una persona lo ve, se cae al piso y trata de adorarlo y el ángel dice ‘no lo hagas, yo soy un ángel nada más’. Hay que adorar a Dios.
Yo creo que lo que tenemos aquí es una manifestación antes de la encarnación del hijo mismo de Dios. Yo creo que ese ángel de Jehová, es Jesús mismo antes de llegar en forma humana, aparecer y llegar como príncipe de un ejército de ángeles que vino para pelear una guerra. Jesús mismo. Ahí está Josué y Josué le dice lo que cualquiera diría ‘¿estás de mi lado o estás del lado de mis enemigos?’
Ahora, ¿qué esperamos que va a decir? Si Dios está de mi lado o del lado de mis enemigos. ¿Qué estamos esperando?’. Yo estoy de tu lado, estoy contigo. Amen. Pero ¿qué le dice? Mírelo, dice ‘estás de los nuestros o de nuestros enemigos’, versículo 14, y él respondió, todos digámoslo juntos ‘No, ninguno de los dos’. Jesús dice en este caso, el ángel de Jehová le dice ‘yo no estoy de tu lado ni del lado de tus enemigos. Yo estoy de mi lado’.
Vamos a entender una cosa muy bien. Yo soy el Dios del universo y tu no eres el dueño de mi. Yo soy de mi lado y el ángel dice la pregunta no es si yo estoy de tu lado o de tus enemigos, la pregunta es si tu estás de mi lado. No se si me explico. No importa, no es si Dios está de mi lado o para mis enemigos. La pregunta es si yo estoy del lado de Dios, porque no podemos tomar nada por sentado.
Si tu estás mal, Dios va primero a ponerse en tu contra, con disciplina de amor como un padre con hijos, para enseñarte, para salvarte, no como Satanás que quiere aplastarnos. Pero no somos dueños de Dios, El es más grande que cualquiera. Y ¿quién manda? El manda.
Saben que muchos queremos ser cristianos a nuestra propia manera. Decimos estoy dispuesto a servir a Dios, a venir a la iglesia, pero no te metas en mi vida personal. Mira, esto es mi cosa, ahí. Mira, Dios, cuando tu palabra de ciertas cosas, bueno, eres muy al estilo viejo. Yo quiero servirte pero a mi manera.
Y Dios dice ‘mira, aquí mando yo, no tu’. Y después El le da esas instrucciones locas. ¿Qué le dice a Josué? Que tiene que marchar alrededor de la ciudad 7 veces, después que gritar, después tiene que tocar la chofa, y toda esa clase de locuras, y los muros se van a caer y qué locura.... no me importa, Dios te dice a veces hacer cosas locas. A veces para probarte, para ver si estás dispuesto a obedecerle a El y no a ti mismo.
Cuando yo andaba en Guatemala de viaje misionero, hace 10 años atrás, yo estaba con unos misioneros, y estábamos en un carro. Yo recién llegado y había un agricultor sembrando en el campo lejos. Y ellos dicen ‘mira, gringo, Gregory, sal de este carro y camina sobre.... y dele un tratado a ese agricultor.’ Yo, como qué..... qué va a pensar, ese gringo de la nada se le aparece en su campo con un tratadito así. Lo hice, caminé ok en el campo, ahí solo, permiso, Señor agricultor, Jesús te ama. Y él me mira ‘Dios te bendiga’ y volví. Prueba, si estás dispuesto a hacer cualquier cosa. Si estás dispuesto a hacer lo loco. Obedecerle a Dios a pesar de lo que tu quieres.
Pero ¿saben qué? nosotros no somos así. Queremos lo queremos hacer muchas veces es usar a Dios y ponerlo de nuestro lado para justificar lo que nosotros quisiéramos hacer ¿no? Israel era así. ¿Sabes lo que ellos hicieron una vez? Lo vamos a buscar en el Primero de Samuel, 4, versículo 1.
Antes de leerlo, fue una época en que el pueblo de Israel adoraba y servía a Dios a su manera. Ok, había un sacerdote, que se llamaba Elí, tenía dos hijos sacerdotes, sacerdotes malos, malos, malos. Cuando se ofrecían sacrificios, ellos decían ‘yo tengo hambre y los sacerdotes tenían permiso de sacar la carne pero dejar que la grasa se quemara en el sacrificio. Esos sacerdotes decían ‘mira, yo quiero la grasa, yo quiero una buena hamburguesa con grasa, un buen pastelón. Así que yo saco lo mejor para mi. Ellos no respetaban los sacrificios del pueblo de Dios santo, ¿no? y además estos sacerdotes andaban acostándose con las muchachas que trabajaban en el templo y creían que podían seguir siendo sacerdotes, haciendo las cosas a su propia manera. Así que ellos decidieron ‘vamos a pelear una guerra contra los filisteos, y Dios está con nosotros. Somos el pueblo de Dios’. Así que salen a pelear y mira lo que sucede:
Primero de Samuel 4, versículo 1: “ y Samuel habló a todo Israel. Por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos y acampó junto a Eben Ezer y los filisteos acamparon en Afec. Y los filisteos presentaron la batalla a Israel, y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en batalla, en el campo como a 4000 hombres. Y cuando volvió el pueblo al campamento los ancianos de Israel dijeron ‘¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos?’ Y mira lo que hacen: ‘traigamos a nosotros de Silo el arca del Pacto de Jehová para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos’.
Vamos a parar ahí. No se si tu has tratado eso, de usar a Dios para tener buena suerte. ¿Has tratado esto alguna vez? Tal vez antes de ser cristiano nadie, nadie, quiere decir amen a eso, ¿no? No se si alguien una vez tu has sacado una cosita, no se, tal vez un amuleto, un santo, algo para buena suerte, o tal vez la Biblia.
A veces, bueno, si yo ando con mi Biblia, bueno, todo me va bien, porque lo tengo ahí, así que todo me va bien. Yo conozco una hermana, no voy a decir el nombre ni los detalles que me compartió un testimonio que ella dijo que una vez iba una situación bien peligrosa en su vida y ella iba a llevar su Biblia con ella, y ella en oración sintió a Dios decir ‘bueno, si quieres andar con la Biblia, está bien, léela, pero si la dejas en la casa, está bien, en lo mismo porque yo voy contigo.’ Y yo no estoy en las páginas, no estoy en las palabras y lo que dice y debemos respetar ese libro, pero Yo soy más grande que el libro ¿no?
Y lo que sucede es que queremos.... yo recuerdo cuando joven, cuando tenía un examen grande, oh, me ponía a rezar bien duro, con mis rosarios: Señor, Señor, ayúdame, ayúdame. Después uno olvida de Dios. El te ayuda y después lo olvidas. Lo usamos para buena suerte.
¿Sabes lo que hizo Israel en este caso? Ellos piensan: no importa cómo estamos viviendo si tenemos el arca. El arca era un mueble santo, un mueble como un mueble que tenía puesto unas cosas súper sagradas. ¿Qué estaba en el arca? ¿Quién se acuerda? Maná del desierto, ¿qué mas?, las tablas de Moisés con los 10 mandamiento y la vara de Aarón. Estamos hablando de un mueble importante. No pierda ese mueble, por favor no ponga el café encima. Esto es santo. Si tu lo tocas te mueres. Ellos piensan que por cargar el arca a la batalla van a ganar porque es buena suerte. Y después mira lo que pasa. Vamos a leerlo otra vez:
Versículo 4 “... y envió el pueblo a Silo y trajeron el arca del pacto de Jehová de los ejércitos que moraba entre los querubines y los 2 hijos de Elí, nuestros amigos, Jofni y Pinjás estaban allí con el arca del pacto de Dios. Y aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento todo Israel gritó con gran júbilo, que la tierra tembló. Y cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo dijeron: ‘¿qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían ‘ha venido Dios al campamento’ y dijeron ‘ay de nosotros, pues antes de ahora no fue así. Ay de nosotros, quién nos librará de las manos de estos dioses poderosos. Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto. Esforzaos, oh filisteos y sed hombres para que no sirváis a los hebreos como ellos os han servido a vosotros, sed hombres y pelead. Pelearon pues los filisteos e Israel fue vencida y huyeron cada cual a sus tiendas y fue hecha muy grande mortandad pues cayeron de Israel 30.000 hombres de a pie y el arca de Dios fue tomada y muertos los dos hijos de Elí, Jofni y Pinjás”.
¿Cuántos aquí han jugado deportes, como football, balón cesto, no se qué? Muchas veces en los deportes tu tienes como un hombre, una persona vestido de animal, como una mascota, no se, en estos juegos con las universidades jugando balón cesto. Ellos tienen su mascota que viene y todos gritan y se ponen a celebrar: ‘Ya aquí está nuestra mascota, nos representa. ¡Vamos a ganar! Israel estaba tratando al arca de Jehová como una mascota y Dios dice ‘Yo no soy tu mascota. Yo soy tu jefe. Yo soy el Señor santo y aquí Yo vengo para mandar no para ser usado para que ustedes hagan lo que a ustedes les parezca bien’. Amen.
Dios nos está llamando a verlo a El con nuevos ojos, a reconocer ‘Dios, tu eres el Señor, y tu mandas y no yo’. Porque Dios, antes de usarte, tiene que conquistarte, tiene que conquistarte. No te estoy regañando. Los quiero. Saben que son buena gente. Yo veo, pero Dios tiene que quebrantar ese orgullo. Todos tenemos nuestra área, donde decimos ‘ahí no venga’. Yo, aquí, esto es mío. Dios dice: ‘Yo tengo que quebrantarte porque te amo y veo lo que voy a hacer con tu vida y te amo demasiado para dejarte como estás.’
Dios quebranta y trata con todo siervo que él llama a servirle. ¿Cuántos aquí han vivido esto? ¿Cuántos aquí han pasado por el trato de Dios? Están en buenas compañía.
Moisés, ¿qué pasó con Moisés? Cuando joven, él era el hombre ¿no?. El creció en el mismo palacio con faraón, creció ahí. Fue adoptado por faraón, creció como un príncipe y sintió el llamado de Dios para su vida, él sintió que Dios tenía un propósito para él, para salvar su pueblo. Así que un día, él mira a un egipcio maltratando a un hebreo y ¿qué hace Moisés? ¿Se acuerdan? Lo mata, aquí estoy. Mata al egipcio y lo entierra. El próximo día, dos israelitas peleando entre sí, Moisés viene y dice: ‘mira, ¿por qué pelean? ¿por qué están peleando de esta manera? Y ellos dicen ‘y tu qué?’. tu te crees el juez sobre nosotros, ¿quién te ha puesto ahí? ¿Y qué pasa con Moisés? Se tiene que ir corriendo hacia el desierto por 40 años. Anonimato total por 40 años, pasando por la escuela de Dios.
Después de 40 años Dios aparece a Moisés en la zarza ardiente y le llama ‘Tu vas a salvar a mi pueblo’. Y ahora Moisés, ¿qué dice?. ‘Por fin, alguien reconoció mi talento. Por fin Dios se ha dado cuenta del tesoro que él tiene en mi’. El dice ¿quién soy yo, quién soy yo? Y después Dios dice ‘¿sabes qué?, antes de darte poder quiero enseñarte dos o tres cosas. Toma esta vara que está en tu mano, tírala al piso, ¿alguien recuerda qué pasa con la vara? Una serpiente, comienza a moverse y él corre. Dios le enseña, ¿saben qué? el poder que tu vas a usar es más grande que tu, es más grande de lo que tu eres. No es tu poder para usar. Tu eres mi vara en mi mano y quiero que respetes el poder que tienes y no lo uses mal. Y una vez Moisés, lo usó más y fue disciplinado por eso, pero eso es otra historia.
Después Dios dice ‘ahora te voy a enseñar tu corazón. Quiero que metas la mano aquí dentro de la chaqueta, y Moisés lo hace. ‘Ahora sácala’, saca la mano, la saca. Está blanca con lepra. Ah! y Dios está diciendo ‘quiero que tu veas tu corazón. No eres tan puro como tu crees. Ahora póntelo de regreso y está sano, pero no olvides, no olvides, que tu no eres la gran cosa, pero Yo si soy grande y Yo voy a estar contigo, y Yo te voy a usar.
Y Moisés, la Biblia dice, era el hombre más manso sobre toda la tierra. Y fue usado para hacer grandes milagros. Y saben que yo he visto así: los hombres y mujeres de Dios que hacen, que de verdad son usados por el Señor, pero tu los conoces, tu ves que ellos han sido quebrantados, que son humildes. Ellos saben que no son nada y por eso Dios les da más y esto es parte del trato de Dios.
Pasó también con Pedro, ¿no? ¿Se acuerdan de lo que pasó con Pedro? Cuando Jesús está en la santa cena, están comiendo, Jesús dice ‘saben que todos ustedes me van a negar’, y ¿qué dice Pedro? ‘Ah, yo no. Yo soy la roca, yo soy ..... todos te van a negar menos yo. Yo soy la roca’. Y Jesús dice: ‘Esta misma noche me vas a ..... tu no eres la gran cosa como tu crees.’ Y después de meter la pata, cuando vuelvas, fortalece a tus hermanos. Y después fue usado por el Señor.
También pasó con otros siervos de Dios. El Apóstol Pablo, ¿qué pasó con él? La Biblia dice que él recibía grandes revelaciones del espíritu santo, veía cosas. ¿Cuántos sabemos que es posible ser orgulloso de tus dones espirituales? ¡Ah, Dios me habla! Todos. Si tu sirves a Dios y si Dios hace milagros a través de ti, es natural comenzar a sentir orgullo.
¿Saben lo que Dios dice? Pablito, te quiero tanto que ¿sabe qué?, te voy a dar un regalito, mi hijito, Pablito, te voy a dar un aguijón para tu carne, para que no te enorgullezcas. Mi lenguaje en español es mi aguijón en la carne para mantenerme humilde aquí, créanme. Es un regalo de Dios. Porque él te ama y él no quiere que tu te pongas todo orgulloso y después metas la pata y vivas en pecado y después....... No, El te ama. El quiere que estés bien, así que te da estos regalos: aguijón en la carne.
¿Hay alguien aquí que tal vez tiene un aguijón en la carne? No mires al esposo ni los hijos, no quiero nada de eso. El aguijón está aquí. No sabemos lo que es para Pablo, pero tenía algo para mantenerlo humilde delante de Dios. Pero él pedía que se le quitara ¿no? ¿Cuántas veces, alguien se acuerda? Tres veces. ¿Y que le dice Dios? Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Y él dice ‘Y más bien voy a estar orgulloso de mis debilidades, porque cuando yo soy débil, así fuerte soy’. Amen.
Si tu te sientes débil estás bien. Fortalézcase en el Señor, Dios tiene grandes cosas para ti. ¿Qué es tu aguijón? Quiero que pienses en eso. ¿Qué está haciendo Dios tal vez para hacerte depender más de El?
Hay otro que también pidió tres veces que Dios le ayudara.
Dios te bendiga, bueno, bombas de los cielos, un llamado, una llamada de los cielos. Cuídense ahí por favor. Les queremos en la casa de Dios pero cuidado con los celulares allá arriba.
Bueno, what in the world was I just talking about? Estamos hablando de que todos tenemos nuestras cosas, todos tenemos nuestro desierto. Todos tenemos situaciones difíciles que pasamos, que Dios usa para quebrantarnos. Y hay algo que quiero decirte: no estás solo en esto. Hay otro que sabe lo que tu estás pasando y viviendo. Hay otro que pasó por una situación que él no quería pasar y que él pidió tres veces no tener que pasarla. ¿Quién era? ¿Dónde? En el huerto de Getsemaní, antes de la crucifixión, Jesús dice ‘Padre mío, 3 veces, si es posible que pase de mi esta copa’. Si es posible que pase de mi...... Y le pidió tres veces, ‘Señor, no quiero ir a la cruz’. No fue solamente la muerte física. Jesús cuando murió en la cruz, fue separado de su Padre Celestial, sufrió una separación inimaginable, que no podemos ni imaginar. Y él decía ‘Señor, si es posible que pase de mi esta copa.’
¿Has orado así? Señor, si es posible..... si es posible..... Y después él dice algo poderosísimo, él dice ‘pero no se haga mi voluntad sino la tuya’. ¡Ah! Todos nosotros cuando estamos en esta lucha, Jesús dice ‘Yo estoy contigo’.
¿Saben qué? Cuando Jesús estaba en su juicio con Pilatos y él está ahí, estaba totalmente tranquilo. ¿No te acuerdas? El está ahí y Pilatos mirándolo con asombro, diciendo ‘¿Cómo puede ser que ese hombre está ahí tranquilo, parado, no diciendo nada? Y él dice ‘No entiendes que yo tengo poder para matarte o dejarte vivir?’. ¿Te acuerdas de lo que le dice Jesús? ‘Tu no tienes ningún poder ni autoridad sobre mi, si no se te fuera dada por Dios.’ Un hombre resignado, un hombre fuerte, un hombre parado firme, pero él pudo hacer esto, porque él pasó por el huerto de Getsemaní, pasó por el sufrimiento, luchó, sudó sangre, sudor con sangre y por eso salió con nuevas fuerzas.
Después de conquistarte, tu llegas a ser un conquistador. Después de ser vencido por Dios, tu llegas a ser un vencedor, una vencedora. ¿Qué pasó con Israel? Después de que Josué se pone ahí delante del ángel de Jehová Dios le da las instrucciones. El dice ‘mira, aquí no mando yo, aquí mandas tu.’
No es cosa de ser todo débil ni nada por el estilo. Saben que esto es algo que voy a aprovechar a hablar un poquito de nuestro pastor ya que no está aquí. Por favor apague la computadora si está mirando. Hay algunos que tienen.... Dios les ha dado carácter fuerte, gracias a Dios, ¿no? Y Dios lo hace porque tiene que ser líderes en cierta manera y van a necesitar cierto carácter para resistir al diablo. Pero, ¿saben qué?, y yo observo esto en nuestro pastor, que uno puede tener el carácter fuerte y ser tan dócil como un bebé con Dios. Y decir, ‘Dios, lo que tu digas, yo hago, sea lo que sea, aunque me incomode, aunque no quisiera, si tu lo dices, yo lo hago lo mejor que yo pueda, porque aquí no mando yo, mandas tu’.
León de Judá si vamos a llegar a hacer la batalla espiritual que tenemos que hacer, tenemos que ser como niños y no niños rebeldes, sino niños sometidos, niños quebrantados, personas que digan ‘Señor, aquí estamos.’ Somos fuertes, pero somos más débiles que nunca. Y tu nos puedes pedir hacer la cosa más loca y si viene de ti lo hacemos. Y lo hago en mi vida. Dios te está llamando a ser un conquistador, una conquistadora. Te va a usar, Dios te ha escogido. Todos, todos. Algunos que todavía ni conocen a Dios como vas a conocerlo un día, pero Dios te ha escogido y quiere usarte para hacer grandes cosas y El ve que tu vas a conquistar así que El está en el proceso ahora de conquistarte a ti.
Y yo quiero que comencemos a pensar. Y yo voy a invitar a los músicos y los demás, vamos terminando. Pero quiero invitarte a pensar en tu vida. ¿Cuáles son las áreas en que no eres un soldado sometido? ¿Cuáles son las áreas de tu vida que todavía estás viviendo a tu manera y no has caído sobre tu rostro delante de un Dios santo para decir ‘aquí mandas tu, Señor?
Y Dios nos está llamando con misericordia porque El nos ayuda. A veces hay luchas, pero si venimos a la luz, buscamos misericordia, hay misericordia para ayudarnos y Dios te conoce y El va a cumplir su propósito en tu vida. Te va a usar, pero antes te va a conquistar. Y estamos en un tiempo de ayuno y oración. Y ¿saben qué? no importa tanto los detalles de tu ayuno, algunos me preguntan, ¿está bien tomar jugos, y jugo de naranja? ¿Está bien tomar leche cuando estoy ayunando? How about si echo un ..... de azúcar en mi café? ¿Esto es pecado, cuando estoy ayunando?
Mira, no importa, lo que importa es el corazón. Jesús dijo ‘lo que entra en la boca no te contamina’. Es lo que sale de la boca. Tu puedes ayunar súper bien y estás maldiciendo y hablando como un marinero, tratando mal al esposo y esto sí cancela el ayuno. Esto sí, esto sí está mal, pero el...... No vamos a ser legalista en estas cosas.
Pero Dios nos está llamando a ayunar para someternos, para someter la carne, venir ante El y decir ‘Señor, tenemos necesidad de ti. No vamos a pelear esta batalla nosotros, te necesitamos, Dios. Y por eso es que te buscamos con ayunos y oraciones. No para hacer alardes y decir ‘¡oh! Somos los fariseos. No, porque te necesito y cuando yo ayuno me doy cuenta de mi debilidad humana, que yo necesito mi Dios, porque sin comida me canso, soy tan frágil. ¿no? Y así somos.
Y en ayuno decimos ‘Dios, aquí mandas tu en mi vida y tu vas a hacerme un conquistador porque yo estoy en el proceso de ser conquistado por ti’. Amen.
Vamos a orar y yo quiero invitar, vamos a todos orar en algún momento pero antes quiero dar chances. ¿Hay algunos que tu quieres de verdad aceptar a Cristo en este día? Quieres decir ‘yo quiero orar y recibir a Jesús. No quiero esperar más, yo quiero hacerlo hoy’. Y vamos a orar y yo voy a darte oportunidad para hacerlo. Así que yo te invito, todos a ponerse de pie y cerrar los ojos.
Y Señor venimos ante ti en este día. Señor, gracias que tu eres el Señor de los ejércitos. Tu eres, Señor, el capitán de los soldados celestiales de Jehová y Señor, estamos aquí delante de ti, en este día y queremos conocerte mejor.