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Vamos a Hechos, capítulo 2. El domingo pasado estuvimos hablando, no entramos de lleno en el texto mismo del capítulo 2, del libro de los Hechos pero hablamos acerca de la necesidad de una iglesia avivada, a diferencia de la iglesia juanina, como yo la llamé. Juan predicó que él bautizaba con agua, pero que vendría uno después de él que bautizaba con el Espíritu Santo y con fuego, ese era el Señor Jesucristo.
Y hablábamos de la necesidad de esa iglesia que se moviera, fluyera en el pueblo de Dios y que fuera movida por el Espíritu Santo como nosotros hemos visto esta tarde en nuestro servicio, una iglesia que fluye en alabanza, fluye en ministración, fluye en palabra profética. No sé si usted sabe que eso es lo que estábamos haciendo, profetizando. Cuando nosotros decimos queremos a Cristo levantar y un paso hacia adelante y queremos ver a Cristo… eso es profecía. Cuando estamos cantando, un río de vida está fluyendo de tu trono, oh Dios. Que estamos diciendo, estamos haciendo una afirmación por fe, y estamos profetizando que eso es lo que va a suceder. A veces creemos que la profecía solamente, oh Dios, así te dicen Señor, escucha. No necesariamente. Profetizar puede ser simplemente anunciar, un mensaje de Dios en la unción del Espíritu Santo del momento. Profecía puede inclusive ser coger un versículo de la Biblia y proferirlo para un momento dado, para una persona.
Entonces ese versículo que es eterno y que es general cobra especificidad para ese caso, esa persona, esa ocasión, y entonces se convierte en una palabra profética. Así profecía es muchas cosas. Profecía puede ser alabar al Señor en la unción del Espíritu Santo como hizo Elizabeth cuando sintió su criatura, Juan, reaccionar a la criatura del Mesías que estaba en el vientre de María y Elizabeth profirió, alaba alma mía al Señor glorifique, y profetizó. Aunque era una alabanza simplemente. Así que profecía es muchas cosas.
Nosotros estamos profetizando esta mañana y cuando diferentes hermanos oraban había elementos de profecía en ellos también. Es decir, que estábamos fluyendo. Y es lo que dice el Apóstol Pablo, de paso, cuando habla dice, y qué hermanos cuando se reúnen entre ustedes que uno tiene palabra de profecía, uno tiene un himno, uno tiene un salmo; él está hablando de cómo esa adoración que tenía esta gente, esos primeros cristianos no tenían una historia de cómo se hace un servicio. Nosotros seguimos tradiciones de siglos de cómo se hace un servicio, pero eso ha sido algo que se ha ido desarrollando a través de los siglos de iglesia y de historia de la iglesia y hemos adquiriendo un programa, una forma de hacer las cosas.
De hecho, parte de ese programa nos viene de la tradición católica, de la cual se separó el movimiento protestante en el siglo XVI con Martín Lutero. Pero muchas de las cosas que nosotros hacemos y hemos convertido en algo evangélico, en realidad nos viene de esa larga tradición histórica de la iglesia católica y también de los tiempos antes de la iglesia católica, antes de Constantino y de los antiguos tiempos.
Pero yo creo que esos primeros cristianos cuando se reunían en una casa no tenían un ritual, no tenían unario, no tenían una Biblia como nosotros la conocemos, no tenían el Nuevo Testamento, ciertamente, no tenían ni siquiera a veces el Antiguo Testamento porque un rollo de esos costaba carísimo y no todo el mundo, es más, muy pocas personas podían ni siquiera una página de las Escrituras, cuanto menos un rollo de un libro de la Biblia. Estos cristianos se veían obligados en esos primeros tiempos de la iglesia cuando se reunían a improvisarlo todo. Como esos antiguos grupos pentecostales que se reunían en los campos de nuestros países, ahí simplemente a escuchar del Señor porque quizás el que fundía como pastor, ni siquiera sabía leer o escribir, pero tenía la unción de Dios y entonces se reunían y alababan y hablaban del Señor y oraban y la bendición de descendía sobre sus vidas. Y yo creo que cuando nosotros sacamos tiempo para romper la rutina y nos abrimos así a lo que el Señor quiera hacer, estamos como metiéndonos en esa tradición de gente que deja que el Espíritu Santo les dirija y haga lo que quiera con nosotros.
Y yo creo que ese tipo de iglesia está más cercano a la iglesia que Dios quiere para estos tiempos. Ahora bien, yo les digo que no quiere decir que vamos necesariamente tenemos que hacer eso todo el tiempo, todas las veces. Yo creo que cualquier cosa se puede convertir en rutina y lo que es de Dios un momento y lo que es el mover de Dios para un momento se puede convertir en un ritual como cualquier otra cosa.
Por ejemplo, los quakers que es una denominación evangélica que data del siglo XVIII, creo que es, que vino de un mover poderoso de Dios en las partes nortes de Europa, cuando ellos se reunían, eso fue parte de una avivamiento muy poderoso que hubo en Europa, cuando ellos se reunían temblaban, de hecho, la palabra quaker quiere decir una persona que tiembla, como earthquake. Usted ha visto la avena Quaker, como dicen los dominicanos, ese hombre que está pintado en la avena Quaker es el tipo de esa tradición religiosa evangélica que viene un avivamiento. Y los llamaban quakers porque era como ridiculizándolos, que temblaban a veces en los servicios y el Espíritu Santo venía sobre ellos y comenzaban a temblar y Dios los movía en maneras poderosas.
Bueno, hoy en día, los quakers aquí en Estados Unidos son unas de las denominaciones más liberales, esa gente no creen ni en la luz eléctrica. Muy liberales pero todavía retienen los orígenes, porque los quakers en un tiempo se reunían en sus santuarios, en sus salones bien sencillos, desprovistos de todo ornamentos, y se sentaban y simplemente se quedaban en silencio esperando una palabra de Dios, una palabra profética. Entonces, según Dios los iba iluminando ellos no tenían programa, y si alguien recibía algo del Señor se paraba y profetizaba y hablaba lo que el Señor le decía. Y estaban en silencio y simplemente fluían conforme a lo que Espíritu Santo les decía.
Hoy en día, ellos todavía retienen, y yo los respeto, son gente déjenme decirles, muy culta, muy decente, con un sentido de justicia social que nos dejan a nosotros chiquitos. Yo los bendigo. Entiéndanme lo que estoy diciendo. Mi crítica es respetuosa en un sentido. Pero hoy en día ellos retienen la forma de esos antepasados históricos en el sentido de guardar silencio y de esperar pero cuando usted analiza verdaderamente la matriz y la concepción religiosa que fundamenta eso que ellos hacen, es muy diferente. Su concepción de lo sobrenatural y de los espiritual es muy diferente, pero retienen el rito.
Así que déjenme decirles que si uno no se cuida las espontaneidad puede convertirse en un rito. Entienden lo que estoy diciendo? La espontaneidad puede convertirse entonces en la nueva rutina, así que el diablo se mete hasta en la sopa, en dondequiera si uno no se cuida. Uno tiene que estar siempre discerniendo el espíritu. Así que, lo que quiero decir con eso es que nosotros vamos siempre a buscar y tratar de escuchar del espíritu y ajustarnos a la manera en que Dios quiera, pero eso es lo que Dios quiere, una iglesia que siempre esté captando la nueva onda del espíritu y yéndose atrás de ella, no las modas del mundo pero sí el fluir del espíritu. Cristo dice que el espíritu va por donde quiere, nadie puede coger el viento y agarrarlo y meterlo en una caja. Y nosotros tenemos que fluir y esa es la iglesia, yo creo que Dios quiere en este tiempo para hacer algo poderoso a través de ella.
Y vamos a seguir indagando y buscando y experimentando y dejando que el Señor… yo espero que ustedes estén a tono con lo que queremos hacer y lo que Dios nos está llamando a hacer. Amén. Porque de nada sirve estar haciendo cosas si el pueblo está a mil millas de distancia. Cada uno de nosotros tiene que estar metido en esto y haciendo su parte para venir y traer la bendición de Dios a este lugar.
Otra cosa que decía, cuando estábamos cantando ese coro, queremos ver a Cristo en la ciudad y un paso a paso hacia adelante, cada oración un golpe de guerra, etc., etc., yo pensaba acerca de eso, de lo importante que nosotros entendamos lo que estamos diciendo. Yo creo que estamos en un tiempo y esto es lo que Dios cada día como que me sella más acerca de ese mensaje de llevar ese mensaje dondequiera y es que sí, nosotros estamos al borde de un gran avivamiento, de una gran conquista de la tierra, de un derramamiento del Espíritu Santo de proporciones mundiales, de una lluvia poderosa del Espíritu Santo, una cosecha de almas como nunca antes en la historia, una abundancia de señales, milagros y prodigios como nunca antes en la historia, una libertad para fluir en la unción del Espíritu Santo de parte del pueblo de Dios sin precedentes, todo eso viene.
Y mire, otra cosa, también una conquista de los sistemas que sustentan a la sociedad y un re poseer la tierra, esa es la parte más radica de toda, es decir, un reclamar para Jesucristo y los valores del Reino de Dios de los diferentes sectores de la sociedad y de la cultura que ahora mismo están bajo la mentalidad del mundo, de lo secular, y en última instancia, de los demoníaco y de lo anti cristiano. Por ejemplo, en esta nación donde estaba leyendo algo que una hermana muy profética me dio al principio del servicio y entre las cosas que esta persona hablaba de lo que Dios….. porque es que está hablándole a sus profetas en todas partes.
Miren hermanos, déjenme decirles, o Dios está preparando algo o vamos a cerrar la puerta de esta iglesia y vámonos a dormir a nuestra casa y olvidemos esto de jugar a evangélicos, vamos a cerrar el negocio porque yo creo que si Dios no hace algo, porque es que dondequiera que uno va hay una inquietud y hay una expectativa de parte del pueblo de Dios de que estamos al borde de algo. Yo no sé cuánto tiempo se va a tomar para que el estallido poderoso y evidente se haga evidente pero estamos al borde de algo. Dondequiera hay señales.
Esto que yo leía hablaba, entre las muchas cosas que señalaba, Provincetown, cuántos saben dónde está Provincetown? Provincetown está allá por el Cape Cod, es el borde, uno de los puntos extremos de Massachusetts, del cabo Bacalao, Cape Cod, suena mejor Cape Cod, pero ahí fue donde llegaron los peregrinos cuando vinieron de Europa buscando libertad religiosa para sin ellos saberlos cabalmente, aunque ellos sabían que eran parte de un proyecto milagros de Dios, pero ahí llegaron los peregrinos, ahí aterrizaron ellos, desembarcaron cuando venían de Europa, hambrientos, muriéndose de frío, muchos enfermos, casi al borde de la muerte, llegaron allí. Interesantemente, no se suponía que llegaran allí de hecho, su viaje los dirigía más bien hacia Nueva York, era allí donde iban a desembarcar, pero por diferentes razones llegaron a ese punto de Massachusetts. Ahí comenzó esta nación en un sentido aunque había ya inmigrantes en Virginia, por ejemplo, y habían ido también otros a la Florida, españoles y otros grupos. Pero en realidad la única comunidad que floreció, porque todos los de Virginia murieron casi todos, y no se desarrolló allí una comunidad fuerte, que echara raíces, la inmensa mayoría, cientos de los inmigrantes ingleses que vinieron a Estados Unidos por primera vez a Virginia, murieron de hambre, enfermedad, matados por los indios, etc., pero este grupo con el Mayflower llegaron ahí a ese lugar y echaron raíz allí y de allí nació esta nación, y nació el gobierno de Estados Unidos y una cantidad de cosas. Y esta gente, ahí en Provincetown, se hincaron inmediatamente que pisaron tierra norteamericana e hicieron un pacto con el Señor, se llama el Mayflower Compact. Ellos lo hicieron en el barco de hecho antes de desembarcar, y declararon su propósito de fundar una tierra dedicada al Señor y un compact, se llama un pacto porque ellos pactaron entre sí de seguir al Señor y de establecer una tierra que adorara al Señor y de dedicarle esa empresa al Señor.
Y entonces ahí en ese lugar en Provincetown fue donde comenzó esta nación y donde comenzó la herencia espiritual que esta nación estableció. De ahí los peregrinos y puritanos, vinieron otros después de Europa, y se fueron esparciendo por diferentes pueblitos de Massachusetts y después de Rhode Island y siguieron llegando por Connecticut y siguiendo hasta Nueva York y otras partes, se fueron esparciendo por diferentes partes de Nueva Inglaterra, por eso se llama Nueva Inglaterra porque eran ingleses originalmente. Y dondequiera que ellos fundaban un pueblito nuevo, lo primero que hacían era establecer una iglesia. Ellos nunca fundaban un pueblo nuevo sin establecer una iglesia, y nunca establecían una iglesia sin hacer un pacto de entregarle ese pueblo al Señor. Y dondequiera que ellos iban ellos escribían su fe en el Señor.
Si usted va a la casa de gobierno de aquí de Boston, el State House, vaya un día, entre a los salones principales de la casa de gobierno. Usted puede hacerlo gratis. Y usted va a ver allí murales, inscripciones que hablan del señorío de Cristo y de la reverencia que se le tiene al Evangelio, aún en la casa de gobierno. Hoy en día, esa gente que está ahí en la casa de gobierno, los representantes y senadores se avergüenzan y tratan de minimizar su herencia cristiana. Y lo que tiene hoy en día, lo que hablan es del secularismo y del multiculturalismo, y el pluralismo. Es como la gente que se avergüenza de que su abuela es india o es negra, y tratan de esconderla cuando vienen los visitantes. Dónde está tu abuela? Recuerdan ese dicho en el Caribe?
Esta gente se avergüenza de que sus antepasados declararan el señorío de Cristo. Ahora, ¿saben qué? Yo creo que cuando Dios hace un contrato él no se olvida, cuando Dios hace un pacto él no se olvida. Esta gente hizo un pacto con Dios, hay un título establecido, hay un documento legal en los cielos que declara que esta nación, sus instituciones, muchas de sus casas de gobierno, sus iglesias, pertenecen a Jesucristo. Y sabe lo que se necesita, simplemente que el pueblo de Dios reclame esas cosas y venga ante el diablo y diga, suelta eso porque yo tengo el título aquí que dice que esto es del Señor Jesucristo.
Yo pienso a veces en muchas de esas iglesitas exquisitas que hay en muchas de las aldeas de aquí de Nueva Inglaterra, bellas, antiquísimas, del siglo XVIII, siglo XVII, todavía están allí esas iglesias en las plazas de muchos pueblos de aquí de Nueva Inglaterra, y de otras partes de Estados Unidos. Esas iglesitas fueron fundadas por hombres y mujeres que creen en esa palabra, como la palabra de Dios. Pero con el paso del tiempo esas iglesitas fueron perdiendo su visión y las congregaciones que las sostenían fueron evolucionando y cambiando bajo enseñanza hereje y se fueron convirtiendo en iglesias liberales que no creen en esta palabra que nosotros creemos. Le dan algún tipo de reverencia formulaica pero no creen en el contenido sobrenatural de esa palabra. Y esas iglesitas que en un tiempo declaraban la palabra preciosa y sencilla de Dios hoy en día le dan a la gente que va allí una comida enfermiza, dañina y venenosa que les mata su espíritu y les corta la visión y les induce un sueño y un sopor que les impide entrar en contacto con la energía del Espíritu Santo, están cautivos. Están como el rey ese, en una de las trilogías, de la película The Trilogy, que está como cubierto por un demonio y está simplemente completamente hipnotizado y bajo un hechizo y necesita ser despertado.
Así hay tanta gente en Estados Unidos que están hechizados por una doctrina de demonios. Y yo lo digo eso con amor y con temor y temblor y van a esas iglesias y reciben una doctrina maligna. Es la Biblia la que llama a eso doctrina demonio, no yo, y hay que pedirle al Señor que libere esas iglesias porque esas iglesias pertenecen a Jesucristo. Harvard tiene una gran capilla que predica generalmente herejía y enseñanza contraria a la palabra de Dios. Esa capilla inmensa pertenece a Jesucristo. Harvard fue fundada para educar y preparar hombres para el ministerio, hoy en día, prepara hombres y mujeres para una doctrina secularista humanista, racionalista, anti cristiana. Pero yo creo que Harvard y sus edificios pertenecen a Cristo Jesús. Y nosotros tenemos que reclamarlos.
A dónde voy? Y este es mi mensaje, ni siquiera estamos ahí dando vueltas como un avión alrededor del tema del capítulo 2 del Libro de los Hechos. A donde vamos? Y es lo siguiente, cuando nosotros decimos queremos ver, Bruce, si tu puedes poner el coro ese, queremos ver a Cristo, queremos a Cristo levantar, etc… ponlo ahí, porque lo que estamos diciendo en este tiempo es, Señor, nosotros queremos que todas estas cosas que nos han sido robadas, que fueron establecidas por gente que te amaba, temía tu nombre, fundamentaba su vida en tu palabra, queremos que esas cosas le sean devueltas a tu pueblo, queremos conquistar las estructuras de la ciudad, queremos que City Hall y la casa estatal sean tomados por gente que ame a Cristo y que venere el nombre de Jesús y que tema el nombre de Jesús y que instituya leyes que reflejen los valores del Reino de Dios. Queremos que las universidades, de Harvard para abajo, de MIT para los lados, tengan profesores, presidentes, jóvenes que alaben a Cristo y que esos salones puedan estar llenos de alabanza y adoración y de gente que hayan bajado su intelecto ante los pies de Jesucristo.
Queremos que el arte de esta nación, la literatura, la música, la filosofía, los sociólogos, los que enseñan política, historia, ciencia, que todo el elemento intelectual, cultural también venga a los pies de Jesucristo. Que en vez del arte y el cine en Hollywood hoy en día promover una agenda homosexual, por ejemplo, y siempre que digo homosexual digo con amor y respeto a tanto cristiano que algunos en nuestra congregación que luchan como nosotros luchamos con otras inclinaciones, adúlteras y pornográficas, y abusivas, violentas y rencorosas, que ellos luchan con esas… con amor a ellos y con gran respeto y aceptación y gozo de que están en nuestra congregación, pero hay un movimiento homosexual, hermanos, que es demoníaco, es posesivo, es imperialista, quiere conquistar y quiere conformar a esta cultura a su imagen y semejanza, y nosotros queremos que esas regiones de Hollywood y del mundo intelectual, también bajen la cabeza ante el señorío de Cristo Jesús.
Y queremos que la levadura que es el Evangelio leude esa masa también. Y queremos asimismo, también, que el Evangelio penetre en Wall Street y que penetre en la Bolsa de Chicago, y que penetre en las grandes corporaciones que hoy abusan y explotan al pobre y que penetren la industria del real estate también, que ha causado tantos de los líos que ahora estamos pagando nosotros, todas esas cosas.
Y queremos que entre también el mundo de la salud donde hoy se predica también que los jóvenes no son capaces de mantener su zipper cerrado y por lo tanto no hay que darles condones, perdonen la expresión, para que no tengan hijos pero no se les puede enseñar que pueden controlar sus apetitos, y entonces lo que hay que hacer es animar y fortalecer como quiere este gobierno la industria del aborto que al llenar esta nación de clínicas de aborto para que cuando tengan que abortar haya una clínica en cada esquina, no tengan que ir muy lejos, ni tengan que pedirle permiso a sus padres, aunque sea menores de edad, y que haya abundante dinero para pagar todos los abortos que sean necesarios y mucho dinero para campañas promoviendo anticonceptivos, y nosotros queremos que en esos lugares también penetre el señorío de Cristo y una doctrina de continencia, de santidad, de buscar el rostro del Señor y de pelear la buena batalla, porque no es fácil vivir en pureza y en santidad en estos tiempos. Entendemos eso.
Pero queremos también que el señorío de Cristo entre en el mundo político donde se generan las leyes, allá en Washington, y que el señorío de Cristo sea puesto allí también, en el mundo de los hospitales, y del trabajo social, en todas esas áreas, en el mundo del Internet y de los medios de comunicación tan poderosos hoy en día que están siendo usados por Satanás para captivar las mentes con pornografía y a los jóvenes meterlos en una comunidad virtual donde no hablan con los adultos, y ni siquiera hablan entre ellos mismos, hablan al control remoto, a través de un twitter o como se llame, o de un iPhone o un Ipod, o lo que sea, pero no son capaces muchas veces de una buena conversación con un adulto y sentarse y escuchar de él y recibir bendición de una cabeza con canas.
Y queremos que el Señor penetre en el mundo de las comunicaciones también y que haya productores en Hollywood que produzcan películas de primera categoría pero con un sedimento de reverencia ante el Señor y que proclamen que sus talentos vienen de Dios y se lo entregan a Dios. Y que haya cristianos que hagan sinfonías y piezas musicales que rivalicen con cualquier gran pieza musical que pueda producirse en el mundo secular porque están ungidos con el Espíritu Santo. Y beben como David del espíritu de Dios y tocan su harpa bajo la unción del Espíritu Santo y el demonio de va de Saúl.
Y eso es lo que estamos pidiendo y lo último que digo al respecto, qué es lo que Dios quiere? Y por eso es que nosotros tenemos que estar llenando de una energía, una gasolina, un combustible Premium, súper Premium, que Dios quiere darnos para que este vehículo que es la iglesia pueda subir la empinada cuesta que representa esta cultura y pueda conquistarla, porque tenga una comida como la de Elías que le permita caminar en el desierto 40 días y 40 noches.
La iglesia que Dios necesita tiene que nutrirse de algo nuevo, diferente, esa comido. Por eso es que tenemos que buscar más del espíritu de Dios. Yo creo que Dios nos ha metido en ese estudio del libro de los Hechos en el año 2010, estamos en el 2010 ¿verdad? Sí, la última vez que chequee. En este año 2010 porque él quiere proféticamente decirnos sí, hijos, eso es lo que yo quiero. Yo quiero esa iglesia, yo quiero que usted mediten en lo que es el Espíritu Santo, lo que es la mentalidad sobrenatural. Yo quiero que ustedes metan su mente y su espíritu en los patrones, en los paradigmas que ese libro representa, porque yo puse ese libro allí en mi Escritura porque yo quería que siempre la iglesia que se sentiría tentada a abandonar los patrones que yo he establecido del espíritu, tuviera que volver y compararse con ese mover de mi espíritu que es la base y la norma, y el punto de referencia para cualquier iglesia a través de los siglos.
Yo quiero que ustedes vuelvan y se metan en esas aguas, se mantengan allí por un tiempo, y beban y se impregnen, y sean marcados por las imágenes que emanan de ese libro de los Hechos. Yo les animo en el nombre del Señor…. Meditando en el libro de los Hechos, sigan meditando en ese libro. Sigan meditando en ese libro, léanlo como parte de su vida devocional, léanlo muchas veces y pídanle al Espíritu Santo que vaya impregnándoles de la energía que contiene ese libro de los Hechos.
Y vamos a pedirle al Señor que haga de la congregación León de Judá una iglesia verdaderamente íntegramente pentecostal, una iglesia que pueda fluir conforme a los patrones de la iglesia primitiva, la iglesia que se movía bajo la acción del Espíritu Santo, esa iglesia que conquistó toda la tierra a pesar de ser una iglesia en gran desventaja.
De nuevo, mire, aquí sí que concluyo con esto, escúcheme bien lo que el Espíritu Santo nos está diciendo. Mi escatología, sabe lo que es escatología? Escatología es el estudio de los últimos tiempos, cuando una persona estudia en un seminario hay toda una disciplina que se le enseña que se llama escatología. En el griego original escatología quiere referirse a eso, hacia el cumplimiento de los tiempos, hacia el final de las cosas.
Y durante años muchos de ustedes y yo hemos recibido la doctrina de que el mundo se va ir poniendo peor y peor y peor, que viene el anticristo y que la iglesia va a ser perseguida y que en algún momento este mundo va a ponerse tan feo, tan malo, tan terrible que el Señor va a tener que sacarnos de la tierra. Hay todo un escenario que se ha construido, entonces la mayoría de nosotros, es más, casi todos nosotros hemos crecido bajo esta idea que de paso les digo, es simplemente un modelo reconstruido de todos los diferentes pasajes que hay en la Escritura, pero así como está ese modelo hay otros modelos y yo lo que quiero es someterles a ustedes a que consideren lo siguiente:
Yo creo que sí, que viene el anticristo, yo creo evidentemente Cristo viene por segunda vez, todas esas cosas, pero aquí está lo que yo creo que Dios les está diciendo a la iglesia, y se lo está diciendo a muchos profetas de Dios, yo creo que Cristo no viene hasta que la iglesia no haya conquistado esas regiones de las cuales yo estoy hablando. Yo creo que, no sé cuanto tiempo la iglesia va a lograr conquistar esa tierra y retenerla, pero yo creo que todavía antes que se cumplan los últimos detalles de la escatología de la iglesia, hay algo que queda todavía por hacer, y es re poseer la tierra y entregarle al Señor lo que al Señor le pertenece.
Todo mi espíritu, todo mi ser, y de paso les digo, que yo he buscado mucho en la Escritura comparando lo que Dios me ha hablado para ver si yo estoy fuera de la Escritura, porque en última instancia es la Escritura la que tiene que determinar lo que nosotros queremos y yo no he encontrado nada que contradiga esto. Yo creo que la iglesia siempre ha pecado del aceleramiento, en nuestro deseo de ver a Cristo venir siempre hemos tratado de adelantarnos y siempre el Señor ha tenido que decir, hey, todavía falta, hay que hacer esto, tiene que pasar esto, tiene que pasar lo otro. Y yo creo, hermanos, que todavía falta un tiempo para que Cristo venga. Quizás yo lo veré, es más, yo creo que yo veré a Cristo venir, quizás sea un ancianito por allí con bastón, pero yo lo voy a ver. Y Cristo está cerca, Cristo está a la puerta, pero antes de eso hay que trabajo que hacer. Hay que reconquistar la tierra. Hay un gran avivamiento todavía que viene. Hay una última gran cosecha, hay un derramamiento del Espíritu Santo.
Esa Escritura de Joel a la cual aludió el Apóstol Pedro en el día de Pentecostés es interesante, esa Escritura sí, tuvo un cumplimiento parcial cuando Pedro alude a ella, como diciendo esto que ustedes ven es lo que señaló el profeta Joel, pero si usted lee el libro de Joel y en las complejidades de lo que es la declaración profética, hay profecías que se cumplen dos veces y esa profecía de Joel, sí, Pedro entendió que se refería a ese derramamiento del Espíritu Santo pero yo creo que hay un último derramamiento del Espíritu Santo que es aquello a lo cual verdaderamente se refiere el libro de Joel, que es para los últimos tiempos.
Evidentemente el contexto del libro de Joel, y después lo vamos a ver, no se refería exclusivamente a Pentecostés, se refería a los últimos tiempos. Porque si usted lee ahí en el libro de Joel dice que en aquellos tiempos derramaré de mi espíritu…
Déjenme aunque sea para que no se me vayan así todos confusos y temerosos de que el pastor Mirando se está volviendo un hereje, miren lo que dice en el versículo 28 del capítulo 2 de Joel:
“… y después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijos, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones y también sobre mis siervos y las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días….”
Siempre que la Biblia habla de aquellos días, es los últimos días. Y miren lo que dice:
“… y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo…”
Eso no se refería a los tiempos de Pedro, se refiere a los últimos tiempos. Lea cualquier profecía acerca de los últimos tiempos y habla de estas señales, sangre, fuego, columnas de humo.
“… el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que venga el día grande y espantoso de Jehová…”
Esa declaración de un último avivamiento, un derramamiento del Espíritu Santo sobre toda carne donde los jóvenes verían visiones, los ancianos soñarían sueños, los humildes de la tierra profetizarían, y habría unas señales en la naturaleza terribles, se refiere a ese último tiempo antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.
“… y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo….”
Viene un tiempo, hermanos, en que en la India van a evocar el nombre de Jehová y muchos, millones de personas van a ser salvos. En Asia, en Japón, en Corea, en Vietnam, en Cambodia mucha gente invocará el nombre de Jehová y no podrán recitar las 4 leyes, pero invocarán a ese Dios y serán salvos.
Y en África, en Latinoamérica, en Australia, en Norte América, en Canadá, en Estados Unidos, invocarán el nombre de Jehová millones de personas y serán salvos también. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo. Ese es el avivamiento ese que viene, esa gran visitación del Espíritu Santo, esa cosecha de almas inmensa antes de que venga ese último..
“… porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación….”
Saben, hermanos? Lo otro que se van a convertir los judíos en Jerusalén, en Israel habrá grandes conversiones masivas de judíos, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado. Hay un remanente del pueblo hebreo que también se convertirá al Señor.
Entonces, cuando nosotros decimos queremos a Cristo levantar y ver su bandera en la ciudad, que todos conozcan su verdad, que él es el camino al cielo. Mire, eso es concreto, lo que estamos diciendo eso no es poesía vana, vaga, esotérica, metafórica, lo que estamos diciendo es nosotros queremos ver la bandera de Cristo puesta en la casa de gobierno, en la alcaldía de Boston, en la Casablanca, en la casa del presidente de Harvard, queremos verla en el Museo de Bellas Artes de Boston, queremos verla en el Symphony Hall de Boston, queremos verla en los salones donde se escriben las novelas y donde se componen las piezas de música de esta sociedad.
Estamos diciendo, queremos reconquistar, y lo queremos ver en Provincetown, que hoy donde aterrizaron esos peregrinos y lo que yo decía, ahí se estableció un monumento a los peregrinos, un monumento, un museo hace 100 años y pico lleno de alusiones a la fe cristiana, a los peregrinos, hoy en día, saben ustedes que la comunidad gay, la comunidad homosexual, se ha apoderado de Provincetown, Provincetown es un pueblo homosexual, uno de los pueblos más bellos de Estados Unidos y de Nueva Inglaterra es un pueblo homosexual. Ellos controlan allí.
Usted cree que eso es coincidencia? Que donde comenzó, en la cuna de esta nación donde vinieron hombres y mujeres con apetito de establecer el señorío de Cristo, hoy en día, el diablo ha puesto su bandera allí en una manera bien poderosa y hoy gobierna allí? Y han quitado muchas de las referencias a Cristo y al cristianismo de ese Museo. Está allí pero completamente eviscerado de referencias al cristianismo. Nos han robado la casa, nos han robado nuestra herencia.
Y yo creo que el Señor dice, yo quiero que ustedes vayan y re posean a Provincetown, yo no sé cómo lo vamos a hacer, hermanos, lo único que yo sé que la gasolina, eso es lo que yo quiero, la gasolina, con la gasolina yo no sé si vamos a ser cocteles de molotov, pero algo vamos a hacer con la gasolina. Pero con la gasolina vendrá la estrategia también, con la gasolina vendrá el poder de Dios, con la gasolina vendrán las señales y prodigios y los actos proféticos de Dios que obligarán a los que no quieran crujiendo los dientes, los obligarán a entregarle las llaves de las propiedades que le robaron a Jesucristo. Va a haber conflicto, va a haber lucha, Enrique pasa por acá, miren, va a haber lucha, va a haber guerra, va a haber conflicto, quizás va a haber hasta sangre, yo no sé, no está hablando de violencia para aclarar bien, va a haber quizás derramamiento de sangre de cristianos y de gente que va a dar su vida para que esto se de. Y va a haber gente violenta que se va a levantar contra esa iglesia avivada y contra las profetas de Dios que van a declarar la verdad.
Hermanos, escúchenme esto bien, Cristo no vino a traer paz, vino a traer espada para que ese avivamiento que Dios tiene se de, va a haber guerra, va a haber conflicto, va a haber violencia, los dientes le van a crujir a los enemigos de Dios, cualquier cristiano que quiera por allí ganarse a la gente con una sonrisita y andar por allí muy simpático y creyendo que así el diablo se va a convertir al Evangelio, váyase a su casa a dormir porque primero va a haber guerra, va a haber conflicto, va a haber una lucha de poder, va a haber un forcejeo, porque el Reino de Dios cuando camina y cuando se mueve, se mueve como un témpano de hielo, rompiendo los montes, las rocas, los caminos, abriéndose paso con fuerza, dice el Evangelio. Y solamente la gente que sabe moverse con fuerza posee el Reino de Dios.
Así yo le pido, Señor, llena nuestros corazones de vigor, llena nuestros corazones del corazón de un león que no retrocede aunque los cazadores sean muchos y grandes y poderosos. Llena tu iglesia de un fuego del Espíritu Santo, llena tu iglesia de un apetito de agradarte a ti en vez de agradar a los hombres, llena tu iglesia de una convicción de aunque me cueste la vida o la muerte yo voy a ser fiel a la palabra del Señor, yo voy a anunciar la palabra del Señor, yo voy a vivir para el Señor, yo voy a reconquistar la tierra.
Esa es la iglesia que va a tomar esta nación. Pónganse de pie y pídale al Señor que esto que yo estoy declarando, hermanos, lo haga real en nuestras vidas. Yo declaro estas cosas, me estoy escuchando diciéndolas, las digo por obediencia, porque yo creo que estamos en el tiempo para anunciar estas cosas y para pedirle al Señor que se levante un pueblo en el mundo hispano, afro americano, anglosajón renovado, un pueblo del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, un pueblo pentecostal, un pueblo con fuego en los ojos y fuego en el corazón, un pueblo que ya haya muerto y no le importe morir físicamente porque ya está muerto de todas maneras, y lo que quiere es irse a la eternidad. Pero que le entregue al Señor la tierra y que le de al Señor lo que es suyo, que recoja las gavillas y se las presente al Señor, le diga, ok, Señor, ahora ven, porque tu iglesia ha hecho lo que tu le dijiste que hiciera, que es discipular a las naciones y predicar el Evangelio en todas partes del mundo.
Falta tiempo, hermanos, falta tiempo, falta tiempo, hay mucho que hay que hacer todavía, hay mucho que hay que hacer antes que Cristo venga. Hay mucho trabajo, hay mucha tierra que hay que conquistar. Quien sabe si estamos hablando de algo de 3, 5, 7, 10 años que va a tomar eso, pero yo sé que hay un tiempecito todavía antes de veamos al Hijo del hombre venir en las nubes.
Y hay un último Pentecostés que tiene que venir y quien sabe si este es el tiempo y esta es la hora, para que ese Pentecostés caiga sobre el pueblo de Dios en diferentes naciones. Yo sé que yo quiero ser parte de ese Pentecostés. Vamos a buscar, vamos a pagar el precio.
Así que damos gloria y honra al Señor. Padre, te adoramos, te bendecimos. Glorifique el nombre del Señor. Dele gloria al Señor y pida que esta palabra se grabe en nuestros corazones y que Dios nos ayude a hacerla real, a hacerla vigente. Reclamamos la tierra, Señor, reclamamos la tierra, reclamamos la tierra, reclamamos las ciudades, reclamamos las naciones, reclamamos las regiones del mundo y enséñanos a caminar en tu perfecta revelación. Y ayúdanos a hacer tu voluntad. Bendigo a tu pueblo, Señor, llena a tu pueblo, llena a tu pueblo, Padre con esa fresca unción.
Vamos a cantar ese coro una última vez, bien suavecita y luego veremos cómo el Señor nos dirige, veremos a Cristo levantar, ver su bandera en la ciudad, y cántelo con el entendimiento que este mensaje yo espero que haya añadido a su vida.