El amor como la fuerza de nuestra motivación

TRANSCRIPT

Quisiera hoy compartir con ustedes una reflexión que he estado haciendo en estos últimos días. Yo creo que siempre que comienza un nuevo semestre de discipulado se abre la oportunidad para uno poder reflexionar en distintos principios que son muy básico para nuestra fe pero que a la misma vez tiene mucho significado y son de mucha profundidad.

Yo estoy seguro que cada vez que comienza un discipulado nuevo todos los maestros que ya han dado esta clase una y otra vez y no estoy hablando solamente de los discipulados del uno al cuatro. Aquí incluyo a crown, también incluyo a cualquier clase que se de aquí a nivel de la iglesia. Todos los maestros que dan estas clases de alguna forma u otra, porque sabemos que estamos trabajando con la palabra de Dios, sabemos que esas palabras infunden una vida nueva sobre nuestras vidas cada vez que nos exponemos a enseñar las mismas. Y así como Dios hace esa obra en las personas que enseñan, esa es mi forma de yo poder entender que Dios nos prepara a nosotros para poder ministrarle en la misma forma a los estudiantes que están en cada clase.

Por eso es que yo creo que a través del discipulado nuestras vidas son transformadas porque nos exponemos a lo que está en la palabra de Dios y a través de eso Dios nos habla, Dios nos forma, Dios nos reta y nos enseña la forma en la cual él quiere que nosotros vivamos.

Yo personalmente, que doy la clase de nivel 4, siempre la clase del nivel 4 tiene que ver acerca del liderazgo, nuestro servicio y como logramos adquirir esto a través del fruto y los dones del espíritu, y hacemos un estudio de todos estos temas, para prepararnos para mejor servir, no tan solamente en la iglesia sino también fuera de la iglesia.

Y una de las clases con las cuales yo siempre comienzo tiene que ver con el tema del amor. Y yo sé que tal vez para algunos el tema del amor suene como una historia vieja que ya se la saben, usted mismo la puede contar en su propia forma, pero en esta clase yo abarco el tema desde otra perspectiva, porque no estoy hablando tan solamente del amor de una pareja o de una amistad, sino que estamos hablando de ese amor ágape, ese amor que proviene directamente de Dios, ese amor que es sacrificial, ese amor que se deja a sí mismo por servir a otro.

Y nosotros abarcamos este tema. Yo hago distintas preguntas y hay veces que yo hasta me asusto porque yo hago preguntas que no son tan convencionales, donde yo fuerzo a la gente a pensar en formas que no habían pensado antes. Y hay veces que yo veo sus ojos cuando se abren que es como que, pastor Omar, ¿qué usted está diciendo? Pero no. no es que me alejo tanto de la Biblia, sino que yo me mantengo muy céntrico en la Biblia. Pero examinamos distintas cosas que están en esa dimensión de lo que es el amor de Dios.

Y yo quisiera hoy poder compartir con ustedes algunos pensamientos y algunas ideas y yo quiero que piensen en lo siguiente. Yo quiero que usted visualice el amor como la fuerza de nuestra motivación. A nosotros día tras día hay distintas cosas que nos motivan, usted si es jefe de familia, una de las cosas que lo motivan a usted poderse levantar todas las mañanas, sea la hora que usted se levante, y prepararse para ir a trabajar, como quien dice, y ganarse las habichuelas para esa semana, una de las cosas que más lo motiva a usted, a poder hacer eso, es su familia porque usted tiene que proveerle a su familia. Y usted se sacrifica por ellos, usted no quiere que su familia pase necesidad así que usted hace… eso es algo que lo motiva a usted para todos los días nieve, llueve, truene o ventee o haga sol o haga frío, o haga calor, usted se levanta y usted adquiere lo que tiene que adquirir para la provisión de su familia. ¿Verdad?

Una pareja encuentra su motivación en su cónyuge. Dios le ha permitido tener la esposa o el esposo que usted tiene y día tras día lo que le motiva a usted a poder expresar su amor a su pareja es el mero hecho de que esa persona está ahí. Y Dios quiere que usted nutra esa relación.

La personas que están a su alrededor en su ámbito de trabajo de alguna forma u otra si usted se considera a sí mismo como un creyente, como un hijo de Dios, Dios le está llamando a usted a que usted pueda reflejar ese amor de Dios en esos lugares donde usted está también, no importando el tiempo, no importando las circunstancias, somos hijos de Dios dondequiera que vayamos.

Pero yo me atrevo a decir que detrás de todo esto la motivación mayor que existe es el amor y es no cualquier amor, sino más bien el amor de Dios actuando en medio de nosotros.

La Biblia nos enseña en Primera de Juan, Capítulo 4, verso 8 y verso 16 dice dos veces, dice lo siguiente, y lo que dice:

“…Dios es amor…”

¿Verdad? Cuantos de ustedes se recuerdan cuando eran niños que le enseñaron esa canción que decía:

Dios es amor, Dios es amor…

Guau, los llevé ahí… años luz, los llevé. Aprendimos eso de que Dios es amor. Y en Romanos 5, Pablo también menciona que a nosotros que hemos sido justificados por la fe, en otras palabras, los que hemos aceptado al Señor Jesús a través de la fe, el verso 5 de ese Capítulo 5 dice, que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.

Entonces, yo me pongo a pensar, ese amor de Dios que fue derramado en nosotros, cuál fue la mejor forma en que ese amor se manifestó? Obviamente a través de la persona de Jesús. Qué es lo que dice Juan 3:16? Ese es el verso más grande de la Biblia, recuerden eso, porque de tal manera, la manera más grande, amó, el amor más grande, Dios, el ser más grande, al mundo, la creación más grande, que ha dado a su único Hijo, su posesión más grande, Jesús, para que todo aquél que en él cree no se pierda más tenga vida eterna.

Ahí fue como se manifestó el amor de Dios, en la persona de Jesús. Nosotros cuando aceptamos al Señor en nuestros corazones, cuando lo hacemos parte de nuestras vidas, que no decimos que Jesús es solamente una persona guindando en un crucifijo en la pared de la sala de nuestra casa, sino que decimos que Jesús es parte de nuestras vidas, ese amor se ha activado ya en medio de nosotros, de acuerdo a esa palabra de Romanos 5:5. El amor de Dios ha sido puesto, inyectado, plasmado en medio de nosotros a través de la persona de Jesús.

Ahora, si ese amor está en nosotros, cómo lo podemos comprobar? Mi mejor respuesta para esa pregunta es, cuando nosotros podemos responder con amor a Dios y al prójimo. Esa es la mejor forma que podemos comprobar que el amor de Dios está en nosotros.

Su amor a Dios, cómo usted lo manifiesta? Yo sé que usted me va a decir, ah, pues, cuando me arrodillo al lado de la cama y estoy orando con Dios, hablando con él, cuando leo la Biblia, cuando me voy al campo y oigo los pajaritos cantar y así es mi forma de manifestarle mi amor a Dios. ¿Verdad?

Eso es parte de ello, no le voy a decir que no lo haga, eso es parte. Pero hay algo más que usted puede hacer, y es el mero hecho de que ese amor también se comprueba a través de nuestro servicio, de lo que nosotros podemos hacer a otras personas. En Mateo Capítulo 22, a Jesús le hacen una pregunta y la pregunta fue, Jesús, cuál es el mandamiento más importante? Recuerden que allá en el tiempo de los judíos había 600 y pico de mandamientos bajo los cuales esas personas vivían.

Pero de todos esos 600 y pico de mandamientos, Jesús se enfocó en uno que era doble y él le respondió, fácil, amarás a tu Dios con toda mente, con todas tus fuerzas, con todo tu corazón. Y qué fue lo que dijo después? Y a tu prójimo lo vas a amar como amas tu abuela, cómo es? Como amas a la suegra. Lo vas a amar como a ti mismo.

Oiga, yo me hago esta pregunta. Hágase usted esta pregunta. Cómo usted se ama? Cuánto amor usted se manifiesta a sí mismo? Usted es demasiado duro consigo mismo, como que la fregó en algo y está ahí dándose con palos por la cabeza, hasta que le salen dos o tres chichones. O usted es un poquito más suave, más tolerante consigo mismo?

Cómo usted come? Usted se la pasa comiendo pizza todos los días en Mc Donalds o cosas así? O de vez en cuando se prepara una buena ensalada con su lechuga, sus tomates, su brócoli y cosas así? Se la pasa bebiendo refrescos todos los días? yo conozco algunos por ahí que la Coca Cola es el agua que beben. Cómo usted se ama a usted mismo?

Usted está trabajando 50, 60, 70 horas a la semana? O usted trabaja las horas suficientes para poder subsistir y a la misma vez tener su propio tiempo de descanso, de down time, de chilling, de ir a jugar con los chicos, de salir a pasear con algunos amigos? Cómo usted se cuida? Cómo usted se ama?

Porque si yo estoy escuchando bien lo que está diciendo Jesús, así como yo me cuide y como yo me ame, así yo voy a amar a las personas que están a mi alrededor. si yo me preocupo por lo que es mi vida, lo que es el entorno de mi vida entonces yo creo que se me va a hacer un poco más factible poder amar de esa misma forma a otras personas a mi alrededor. Pero si yo vivo la vida al garete, perdonen la expresión, la vida loca, si vivo la vida loca entonces qué tipo de trato yo voy a tener con la gente a mi alrededor. y esto es una pregunta muy interesante porque en una de mis clases después que dije esto, yo me dije, pero miren, ¿Saben qué? Nosotros somos expertos en poner máscaras porque podemos falsear un tipo de amor que no tenemos también, solamente por ganar el aprecio de personas a nuestro alrededor.

Pero hay algo muy interesante, mis hermanos, y es que a Dios no lo podemos engañar. Y si nosotros lo que verdaderamente queremos transmitir es el amor de Dios, si nosotros no estamos en buena sintonía con ese amor, lo que vamos a estar transmitiendo es otra onda que no es la de Dios. y ahí tenemos que tener mucho cuidado.

Pero si yo entiendo que eso es un mandato que el Señor nos ha dado a nosotros, que hemos confesado al Señor Jesús, entonces yo puedo pensar, mis hermanos, y yo creo que es justo pensar esto, es un mandato, es una orden y nosotros tenemos cada día la decisión de actuar de acuerdo a ese mandato o no. bien interesante, mientras me preparaba me crucé con este pasaje en el libro de Gálatas, no sé si pueden buscar conmigo este pasaje, Gálatas Capítulo 5, los versos del 13 al 15. Tiene que ver acerca de cómo nosotros usamos nuestra libertad. La voy a leer en la versión Dios habla hoy, pero ustedes me pueden seguir ahí en la pantalla. Dice:

“…ustedes hermanos han sido llamados a la libertad, Dios quiere, miren esto, lo primero que nada es que Dios quiere que nosotros seamos entidades libres, que ninguno de nosotros estemos oprimidos por nada ni por nadie, que no seamos esclavos de nada y de nadie, Dios quiere que seamos libres. Pero esa libertad no se puede usar para darle rienda suelta a sus instintos, más bien sírvanse los unos a los otros por amor, porque la ley, obviamente lo que estábamos hablando los 600 y pico de mandamientos por los cuales vivía el pueblo judío, la ley se resume en este solo mandato, ama a tu prójimo como a ti mismo.

Si yo practico el amor con la gente a mi alrededor, no voy a tener que preocupar por las otras leyes, porque todas las demás leyes se encierran en eso. Cuando dice una de las leyes, no codicies lo que tu vecino tiene, no codicies el carro, la casa, el perro, la esposa o el esposo de tu vecino, no lo codicies, si tu operas en amor, si tu operas en el amor de Dios tu no te tienes que preocupar por codiciar esto porque en el amor de Dios tu entiendes que no puedes hacer eso.

So, por honrar a Dios y honrar a tu prójimo tu no te vas a ir en esa dirección. Si una de las leyes dice no matarás, y si yo vivo en el amor de Dios pues yo me voy a abstener de todo lo que me pueda llevar a eliminarle la vida a alguien. Si la ley de Dios me dice que no voy a tener ningún otro ídolo sino más que Dios, Dios va a ser mi único Dios. si yo estoy en el amor de Dios yo no voy a hacer que nada se convierta en un ídolo para mí.

Ay, estas flores me van a traer buena suerte hoy, mira que anaranjada, ah, este es mi ídolo, este es mi Dios ahora, florecita, florecita, que hay para mí mañana? No, si yo sé que Dios es el creador de esa flor, es bella y preciosa pero más bello y precioso que tu es Dios. así que hablamos después.

Si yo estoy en el amor de Dios yo tengo que proceder así. Ahora, mis hermanos, yo me tiro a un poco más allá, cómo yo puedo servir a la gente a mi alrededor? cómo yo puedo mostrar ese amor de Dios? cómo yo puedo dejarle saber a Dios que lo amo y que yo amo también a mi prójimo a mi alrededor?

Jesús habló acerca de una parábola en Mateo, Capítulo 25, los versos del 37 al 40, él habló de una parábola donde hay un rey y este rey estaba llegando el momento donde ya iba a dejar entrar a todas las personas que iban a ser parte de su reino. Y a uno lo identificó como ovejitas y los puso a su mano derecha y a los cabritos los puso a su mano izquierda. Y entonces comenzó a decir, ah, porque ustedes me vieron que tenía hambre y me dieron de comer, tenía sed y me dieron de beber, estaba desnudo y me vistieron, estaba enfermo y me visitaron, estaba en la cárcel y fueron a verme. Él dijo todas esas cosas a ustedes que lo hicieron, bienvenidos, ustedes van a ser parte de mi reino, ustedes son las ovejitas. Y las ovejitas de repente le dijeron al rey, pero rey, cuándo te vimos con hambre? Cuándo te vimos desnudo? Cuándo te vimos que estabas en la cárcel? Cuándo te vimos que tu estabas en una de esas situaciones? Y el rey dijo, por cuánto se lo hicieron a uno de estos más pequeños, a mí me lo hicieron.

Y obviamente conocemos el otro lado de la historia que estaban esas personas, que no pudieron entender, que no hicieron lo que el rey había mencionado y ellos se convirtieron en los cabritos que lamentablemente no pudieron entrar a gozar del Reino de Dios.

So, en esa historia se demuestra cuán importante está en el corazón de Dios el saber que lo que le preocupa, lo que Dios quiere, lo que Dios anhela, es que su creación esté bien, que su creación esté bien atendida. Muchas personas oran, es más yo les pregunto, cuándo ustedes han orado en algún momento, ah, Señor, entramos en este séptimo cielo, Señor, déjame conocer tu corazón. Y nos enamoramos allá arriba. Yo quiero conocer tu corazón.

Cuántos han orado así? Oh, yo soy el único. Okay. Yo les pregunto cuántos quieren conocer el corazón de Dios? un poquito nada más. Cuántos quieren conocer la mente de Dios? pues miren, sabe lo que hay ahí en esos lugares de Dios? nosotros. Eso es lo que hay en el corazón de Dios. Usted y yo. Gente como usted y yo. Gente que no está aquí es lo que hay en el corazón de Dios.

Y eso es lo que Dios quiere revelarnos a nosotros. Miren otro ejemplo de Jesús cómo él mostró ese amor, en Juan Capítulo 13, Jesús está reunido con sus discípulos y de repente acomoda a los muchachos, los sienta y él se para en medio de ellos con una vasija de ella, se quita su túnica de maestro y se amarra una toalla a su cintura y comienza a lavarle los pies a sus discípulos. Para que entiendan, los únicos que hacían eso eran como quien dice, los siervos de un hogar, era una posición que ocupaban solamente los que eran considerados más bajos en aquella época. Eran personas a las cuales nadie les podía hablar y ellos no les podían hablar a nadie. Eran solamente personas que estaban ahí para hacer un servicio cotidiano y en algunos casos un poquito sucios, pero ellas eran las personas que estaban destinadas a hacer eso.

Y Jesús se despojó de su autoridad como Maestro y como Señor y tomó ese lugar más bajo. Y le lavó los pies a sus discípulos, y qué fue lo que les dijo a sus discípulos? Así como yo les he hecho a ustedes, ustedes también tienen que hacerlo a otro. El servicio. El mismo Jesús nos dio ese ejemplo de servicio.

Tu quieres mostrar que tu amas a Dios? tu quieres mostrar que tu amas a tu prójimo? Sirve. Tan fácil como eso. Pero a la misma vez yo sé que no es muy fácil. Por qué no es fácil, mis hermanos? Y yo me voy a salir un poquito ahora de las notas que tengo aquí.

Yo sé que muchas veces personas han sido heridas porque supuestamente estaban participando de un amor que era genuino. A muchas personas se le ha dicho, yo te amo, tu puedes contar conmigo, puedes confiar en mí, pero ese amor en algún momento fue traicionado. Ese amor fue decepcionado. Esa idea de una vida perfecta que uno tenía de repente por un evento, distintos eventos que sucedieron, esa imagen de lo que era ese amor perfecto fue tergiversada y se esfumó ese escenario, ese sueño se desapareció.

Y cuando yo hablo de este tema, yo sé que a mucha gente se le hace bien difícil poder entender o incorporar en su manera de pensar el poder amar de esa forma, de una forma tan desmedida, de una forma tan sacrificial. La vida nos enseña a nosotros que tu tienes que buscar tu propio bien, cueste lo que cueste. La sociedad nos enseña eso, día tras día, noche tras noche. Busca lo que tu quieres, si le tienes que pisar los pies a alguien por tu alcanzar lo que tu quieres, hazlo. Es tu vida, nadie la va a vivir por ti.

Te dicen todos estos mensajes y uno como que los va absorbiendo, los va absorbiendo y tarde o temprano te das cuenta que tu estás como una ladilla chupándole la vida a otros para tu sacar tu propio provecho. U otros te están chupando la vida a ti para sacarte provecho a ti que ellos puedan ser beneficiados. Y esto se puede ver en distintas formas, esto se ve en el contexto de un matrimonio que si su base no es el amor de Dios, esa dinámica se puede dar.

En ustedes, muchachos jóvenes que están aquí, yo les digo, sus amistades muchas veces se pueden aprovechar de su nobleza y sacarles una energía que Dios ha puesto en ustedes también si no estamos bien claros en qué es lo que Dios pide de nosotros. A nosotros en el ámbito de profesión, donde nosotros trabajamos, mire, si usted no está bien pendiente colegas a su alrededor, se pueden escabullir de alguna forma u otra y tratar de adelantársele a usted hacer que usted no se vea muy bien delante de su jefe con tal que ellos puedan adquirir lo que supuestamente es suyo, o lo que debe ser suyo.

Es bien difícil muchas veces para algunos poder entender y vivir a la luz de ese amor que Dios nos llama a nosotros a vivir. Y aunque es difícil, mis hermanos, no es imposible. Saben por qué? Yo les hago mucho esta pregunta a mi clase de nivel 4. Yo les pregunto cuál es el propósito final que busca alcanzar el amor? Cuál es ese propósito ulterior, ese objetivo final que busca alcanzar el amor? Si hemos dicho que Dios es amor, estamos hablando que el amor no es tan solamente un sentimiento, una cosquillita que sentimos por dentro, sino que es una persona.

Así que cuando yo estoy preguntando cuál es el ese propósito final que busca alcanzar Dios, el amor? Si usted lo ve como un ciclo, lo que Dios quiere hacer es restaurar y reconciliar a todo lo creado de vuelta una vez más con él. Estarían de acuerdo conmigo en esa teoría? ¿sí o no? Dios lo que quiere restaurar todo una vez más con él, todo lo creado, vegetal, animal, material y aún humano, Dios lo quiere restaurar todo de vuelta con él.

Eso fue lo que él hizo a través de Jesús. Miren este pasaje en Segunda de corintios, Capítulo 5, por favor, esto es un pasaje que muchos de nosotros conocemos. Dice lo siguiente, en el verso 17, muchos de nosotros lo conocemos, dice:

“…De modo que si alguno está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron y he aquí todas las cosas son hecha nuevas. Usted y yo tenemos una naturaleza nueva, hemos crecido, hemos sido como quien dice, sembrados en una naturaleza nueva y hemos comenzado todo un proceso de transformación en nuestras vidas porque Dios lo hace posible.

Qué es lo que está diciendo? El verso 18.

“…Todo eso, toda esta obra de nosotros pasar de una vida vieja a una vida nueva, todo esto proviene de Dios quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación…”

Usted y yo tenemos el ministerio de la reconciliación. Si usted en algún momento se estaba preguntando, ah, pero yo no sé cuál es el llamado de Dios para mi vida? Pues, aquí tiene una idea. Una de las formas en que Dios quiere usarle es para reconciliar las vidas de otras personas a su alrededor. si usted se conforma con eso por el resto de su vida, amén. No tiene que ser pastor, pastora, consejero y erudito o lo que sea, usted con ser usted mismo y pedirle a Dios que lo use como un agente de reconciliación, ya está cumpliendo con gran parte del propósito de Dios en medio de su vida. Dios no quiere que usted sea un come banco aquí en la iglesia. Dios no quiere que usted caliente ese asiento. El asiento no le da ni frío ni calor. So, no se preocupe por calentar un asiento. Dios quiere que usted sea un agente de reconciliación.

Pero para usted poderse convertir en un agente de reconciliación usted tiene que haber reconciliado su vida primero con Dios. Usted tiene que haber reconciliado su vida con Dios. yo tengo que haber reconciliado mi vida con Dios.

Por qué digo esto? Yo no puedo dar lo que yo no tengo. Si yo no he experimentado esa reconciliación en mi vida, cómo voy a poder dirigir a otros a que experimente esa misma reconciliación con Dios? por lo tanto, una parte muy importante de este mensaje va a cada uno de nosotros, cómo yo, cómo usted está en ese proceso de reconciliación con Dios. Dondequiera que usted se encuentre en su vida, dónde está Dios en su vida? Como dije ahorita, está trepado en una cruz en la pared de su casa? Está colgando de su cuello en una cadena? Está en un tatuaje aquí? dónde está Dios en su vida?

Si usted reconoce que Dios está operando en su interior, usted va por buen camino. Dios ha mostrado un amor en usted. Dios ha mostrado un favor, una misericordia sobre su vida y mi vida que nosotros ni la merecíamos. Pero a Dios le plació hacerlo, aun cuando nosotros estábamos en nuestros pecados, el Señor como quiera dijo, no, yo voy a mandarte a ti Jesús por cada una de estas personas.

Imagínese usted si Dios hubiese dicho, yo? Yo no conozco a María? Por qué voy a mandar a mi Hijo por María? Yo no la conozco. Yo no conozco a Juan, por qué voy a mandar a mi Hijo por Juan? Ay, si Dios hubiese dicho eso. Yo me digo, gracias Señor que tu no pensaste así. Pero él lo mandó por cada uno de nosotros hace mucho tiempo atrás, todavía ese sacrificio sigue teniendo valor hoy día.

Ese amor que Dios mostró sigue teniendo acción y valor hoy día en cada uno de nosotros, en cada uno de ustedes, en cada uno de sus corazones. Dios quiere usarle. Ahora, lo que mencioné ahorita es bien importante, mis hermanos, yo no puedo aparentar un amor que yo no tengo. Yo no puedo aparentar que tengo este amor de Dios en mi vida si verdaderamente no lo he experimentado.

Primera de Corintios 13, cuántos de ustedes lo han leído? Es más, cuántos de ustedes lo han usado como el texto tema de su boda, si se recuerda, por así decirlo, en las bodas esto se lee mucho, el amor todo lo sufre, todo lo soporta. Gracias a Dios que es el amor de Dios, ¿verdad?

Mire a su esposa, su esposo al lado suyo, mírale a los ojos y dile, yo te amo con el amor del Señor, porque el amor del Señor está en mí te puedo amar. Se lo puedes decir así. Primera de Corintios 13, Pablo dice, mira si yo hablase la lengua de los hombres y lenguas de ángeles, pero no tengo amor, no soy nada más que un metal que resuena, un platillo que hace ruido y nada más. Y si tengo el don de profecía y entiendo todos los designios secretos de Dios y sé todas las cosas y si tengo la fe suficiente para decirle a este techo que se levante y se vaya al techo del otro edificio, pero no tengo amor, todo eso fue buchipluma nomás.

Y si yo reparto entre los pobres todo lo que yo poseo y aún si entrego mi propio cuerpo para decir, ay, sí, yo fui un mártir y entregué mi cuerpo por toda esta gente, pero no tengo amor, de nada sirve. Cada una de mis acciones, mis hermanos, cada uno de los gestos, su servicio, su ministerio, el contexto de vida en el cual usted esté, porque yo les digo, mis hermanos, esto que estamos hablando no es tan solamente para aquí, el contexto de la iglesia. No es para que usted entre por ahí y sale del carro y se pone la máscara de cristiano y entra aquí y ah, Dios te bendiga, y cómo está? Oh, el Señor te dice, y hacemos toda este vocabulario religioso de domingo y todo el mundo dice, guau, este hombre, esta mujer está encendido. Este hombre tiene el amor de Dios a fuerza viva, se le sale por los poros el amor de Dios. y cuando sale por esa puerta, que se monta el carro, mask off, y vuelve el viejo yo otra vez.

Tenemos que ser genuinos en esto, mis hermanos. Tenemos que reconocer que cuando hablamos de esta dinámica del amor de Dios es algo que lo tenemos que vivir día tras día. So, esto que estoy diciendo no es para la dinámica de nosotros como iglesia, es para usted en su casa, con su esposo, con su esposa, con sus hijos, con sus hijas, con sus vecinos, en su vecindario, en su área de trabajo, cuando usted va la marqueta o el colmado, como usted le diga, ahí usted puede reflejar el amor de Dios. No se tiene que preocupar por ponerse una máscara, es solamente una cuestión de un estilo de vida que usted tiene que adoptar. Todos nosotros tenemos que crecer, por eso es que yo digo que esto no es una historia de antaño, esto es una historia que es vital, que tiene validez, todavía al día de hoy, porque todos nosotros de alguna forma u otra necesitamos continuar creciendo en ese amor que solamente Dios nos puede dar y que a través del amor de Dios podemos entonces nosotros llevar a cabo nuestras vidas en todos sus aspectos, en todos sus entornos.

Si usted quiere que su esposo se levante por la mañana y le prepare desayuno, usted va a tener que reflejar el amor a su esposo. No estoy diciendo que le haga el amor, estoy diciendo que refleje amor a su esposo, okay? Déjeme aclarar. Eso es una parte, pero no estoy diciendo eso, estoy diciendo, reflejar amor a su esposo. Cómo usted refleja el amor a su esposo? Sirviendo. Y eso también se lo digo a los esposos. Si usted quiere que su esposa lo trate con un mayor aprecio, con un mayor respeto, usted va a tener que amar a su esposa también. no es tan solamente en la cama, es en la acción diaria de todos los quehaceres en la vida, cada oportunidad que uno tiene desde que uno se levanta hasta que uno se acuesta, si yo tengo una actitud de reflejar amor a mi esposa, una actitud de poder comprender quién ella es, cuáles son sus necesidades y cómo yo me puedo sacrificar a mí mismo para que ella pueda crecer, usted va a estar seguro que usted va a recibir un amor recíproco también ahí.

Lo mismo se puede aplicar a cualquier otro contexto de su vida, con sus hijos, con su colega de trabajo, con su mamá, con su papá, con el vecino de al lado, el vecino de arriba, el vecino de abajo, si vive en un three family home. Sea donde sea, es la misma receta se aplica.

Es verdad que la respuesta puede ser distinta dependiendo al contexto en el cual estemos hablando, pero no significa que uno vaya a dejar de actuar en esa forma. Sea donde sea que estemos, si queremos reflejar nuestro amor a Dios, porque ese es el inicio de todas las cosas, si yo quiero decirle a Dios que yo lo amo de verdad, pues, yo tengo que entonces poder vivir en esta forma en todos los otros aspectos alrededor de mi vida, de yo poder mostrar un amor genuino a la gente a mi alrededor, aunque se la pasen pisándome los cayos, pero que usted pueda seguir reflejando el amor de Dios.

Yo les digo algo, mis hermanos, yo creo que gran parte del propósito de Dios para esta iglesia, es de esta iglesia que pueda ser como un agente de reconciliación en las vidas de todos los que participan de lo que es León de Judá, desde niños, desde el más chiquito, el bebecito de Sara Cuna, hasta el más adulto aquí en la iglesia. Dios quiere que esta iglesia pueda funcionar con un agente de reconciliación.

Por alguna razón Dios nos puso en este sector de la Ciudad de Boston, porque son muchas las personas que necesitan reconciliarse con Dios y con otros significantes a su alrededor también. mucha gente necesita reconciliarse y puede ser que ahora mismo estas palabras que yo estoy diciendo, alguno le esté pasando ahí por encima, pero yo pido que usted agarre esa palabra y se la traiga al corazón, porque usted, yo, necesitamos esa dinámica de reconciliación.

Mire, la reconciliación, si yo quiero reconciliar dos puntos que están peleados, que están aparte, qué es lo que hace la reconciliación? Hace fuerza para qué? Para unir esas dos partes otra vez, ¿verdad? y si algo se resiste, uno vuelve y trae, y hace fuerza para traer eso. Esa es la idea de reconciliar, de volver a conectar dos partes que estaban apartadas, sea cual sea la razón que se apartaron. Si yo me pongo ahí bien profundo, yo sé que hay aspectos de la ciencia que dice obviamente, positivo y negativo se atraen, pero si usted coge dos polos uno es positivo y qué es lo que hacen? Como es el imán, si usted lo coge así que tiene sus dos polos opuestos, qué es lo que va a pasar? Se van a resistir. Eso es otro sermón, pero yo sé que eso pasa a veces. Que la resistencia fuerte y uno no puede cambiar lo que ya está designado a resistirse. Pero hay otras cosas que sí, que los propósitos de Dios, esas dos fuerzas pueden unirse una vez más y cumplir un propósito grande de lo que Dios tiene intencionado en medio de sus vidas.

Usted y yo jugamos ese rol. Usted y yo jugamos ese papel. Yo hice esta ilustración, y con esto voy terminando. Yo hago esta ilustración, hace unas dos semanas en una de las clases de discipulado me crucé con una hermana que me hizo una pregunta que tenía que ver con toda la violencia que está consumiendo a nuestras jóvenes y a medida de esa conversación yo no me quise apresurar a responder, sino que me quedé pensando y meditando y en lo que yo pensaba otra hermana que estaba ahí, dice, lo más doloroso de todo esto es que nuestros propios hijos se están matando unos a otros.

Y cuando yo escuché eso yo me quedé, como que guau, espérate, aquí hay algo revelador. Yo le tengo que prestar atención a esto. Y mientras seguía escuchando la conversación yo me doy cuenta que es que muchos de estos muchachos que están en gangas, que se pelean por terreno, por territorio, por quién domina más que quien, eran muchachos que cuando tenían 5, 6, 7 años eran familia, familia de sangre de verdad, que eran relacionados por un abuelo, por un tatarabuelo, o algo y se conocían y eran miembros de una familia, y eran los chicos que crecieron juntos, corriendo bicicleta, tirándose bolas de nieve, y llegaron a una etapa en sus vidas donde de repente, hay una rivalidad increíble y se pelean y se matan los unos a otros.

Cuando yo estaba escuchando esta conversación yo me dije, guau, qué reto tan grande tiene la iglesia, porque yo rápido me puse a pensar esas familias están aquí representadas, esos sectores de donde nosotros venimos están aquí representados, Mozart park, vía Victoria, [inaudible] corner en Dorchester, todos esos lugares están aquí representados. Y yo me puse a pensar, imagínese usted que nosotros hagamos algo para tratar de unir a todos estos muchachos de todos estos sectores, vamos a tener que traer a Swat, la fuerza de choque, la policía de Boston para poder mantener el orden aquí, porque se van a tirar a palos unos a otros.

Pero entienden lo que estoy diciendo? La dificultad… ninguna institución, miren esto, mis hermanos, ninguna institución de este mundo va a poder lograr hacer eso porque no tiene el elemento que tiene la iglesia, y el elemento crucial que tiene la iglesia es el poder de Dios obrando en medio de nosotros. Solamente la iglesia puede lograr hacer esto.

Y ¿Saben qué? Esto es tan solamente un ejemplo, un ejemplo de rivalidades entre gangas que nuestros jóvenes están siendo afectados, pero detrás de todo esto hay familias enteras y cómo Dios puede usar la iglesia para que todas estas familias puedan ser reconciliadas? Que todos estos vecindarios puedan ser reconciliados, que un vecindario no le esté tirando piedras al otro, sino que pueda tirarle flores, mejor dicho, porque el amor de Dios está en acción en medio de cada uno de ellos.

Y sí la iglesia tiene que ir y meterse en esos vecindarios pero la mejor forma de que esto suceda es cuando usted, representando la iglesia, hace lo que tiene que hacer en medio de esos vecindarios, que en vez de decir, ah, mira aquel, le pegó una piedra a la ventana de aquel otro y me escondo, yo no sé nada, yo no sé nada, yo llegué ahora mismo, si algo pasó, yo no estaba aquí.

Pero que en vez de hacer eso y podemos actuar en amor y demandar justicia cuando hay que demandarla, mire, yo estoy seguro que Dios puede usar cada una de esas intervenciones para el beneficio de nuestras comunidades y para que el propósito que Dios tiene con la iglesia se pueda seguir llevando a cabo. Dios quiere usarnos como un agente de reconciliación. Dios quiere hacer una obra redentora en usted, en su familia, en su vida y a través de usted en la vida de otros.

Pero para que eso se de, mis hermanos, tenemos que conocer verdaderamente ese amor de Dios. Nunca se canse, yo cierro con estas palabras, nunca se canse de crecer en el amor de Dios. Nunca se canse de crecer en un amor que puede llenar su vida como ningún otro lo puede llenar. Mientras más usted se adentre en conocer el amor de Dios, más su vida va a ser transformada y alineada a los propósitos y las intenciones de Dios.

Vamos a ponernos de pie, mis hermanos, yo invito a los ujieres que pasen, yo sé que tenemos la cena también, y vamos a hacer esto rápido pero con mucho respeto también, mis hermanos. Yo sé que me he pasado, pero les pido que me den diez minutos más y cerramos aquí.

Pueden pasar los ujieres, vamos a prepararnos para la cena también. yo les digo esto, mis hermanos, el amor de Dios es incomparable. El amor de Dios no conoce fronteras. El amor de Dios no conoce límites. El amor de Dios aunque nosotros nos resistamos a, el amor de Dios siempre sigue fluyendo en favor de cada uno de nosotros. Pero nosotros tenemos que ser intencionales en conocer, en adentrarnos en ese amor. Yo no lo puedo hacer por usted, usted lo tiene que experimentar, usted lo tiene que probar. Conocer ese tipo de amor no sucede así en un abrir y cerrar de ojos, conocer ese amor es un proceso de una larga vida. No se desespere si no logra conocerlo todo en un momentito, sino que piense que esto es algo que va a largo plazo, de cómo Dios puede infundir el amor de él en medio de su corazón y que a través de usted ese amor se pueda dejar sentir en las personas más cercanas al núcleo de su vida y también a otros más allá.

No te preocupes por alcanzar a todo el mundo. Preocúpate por alcanzar las personas que Dios pone a tu alrededor. Dios se va a encargar de identificar a otras persona que alcance a aquellos a los cuales tu no puedes alcanzar. Pero al menos a los que Dios pone cerca de ti, preocúpate por alcanzar a esos, por dejar conocer el amor de Dios a esas personas.

Señor Jesús, en estos momentos yo te suplico que a medida que nos preparamos para participar de la cena, de este pan, de esta copa, yo te pido que estas palabras, Señor, puedan seguir haciendo eco en nuestro corazón, Señor, en nuestra mente y que nos ayuden a profundizar aún más en los misterios de tu corazón hacia nosotros que somos tu creación.

Señor, yo te pido que este momento que vamos a compartir ahora nos ayude a reforzar y afirmarnos en ese amor que tu demostraste por nosotros a través de tu Hijo Jesús. Cubre este momento, Señor, que tu traigas convicción a cada uno de nuestros corazones, Señor, de cómo tu amor está en acción en medio de nuestras vidas, de cómo tu amor se ha manifestado en nosotros, y cómo se puede seguir manifestando a través de nosotros a la vida de otros a nuestro alrededor.

Gracias te damos, Señor, por tu hijo Jesús. Amén y amén. Pueden sentarse, mis hermanos, un momentito.