26 de septiembre del 2011 - Por Betsy Behan
"Exhorto ante todo, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencias, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad " 1 Timoteo 2:1-2
Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; "pero la iglesia hacía sin cesar oración por él." (Hechos 12:5)
El señor envió un ángel a la misma cárcel, las cadenas se cayeron de las manos de Pedro, la puerta de hierro que daba a la ciudad, se les abrió por si misma, el ángel lo escoltó hasta la calle, y Pedro fue libre. Este es sólo un testimonio de como Dios obra cuando oramos.
Los tiempos que vivimos nos llaman a tener una "vida de oración". La oración no es solo orar por nosotros y los nuestros, va más lejos; no es repetir una lista de peticiones y deseos. La oración es la más importante comunicación que podemos tener cada día, hora, minuto, segundo...porque la oración no se limita a un tiempo especifico. Es de suma importancia tener nuestro tiempo de oración en intimidad, y también orad sin cesar
(1 Tesalonicenses 5:17).
Una "vida de oración" nos fortalece, ayuda, nos da la victoria, libera, nos bendice y bendice a todos por los cuales oramos. Una "vida de oración" va desde orar por nosotros, nuestros familiares, vecinos, pastores, iglesia, comunidad, ciudad, país, gobernantes, etc... hasta por el que pide en las calles, porque aunque se alegran por unas cuantas moneditas, una oración sin que lo sepan los bendecirá en gran manera. La oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16b).
Más la oración de los rectos es su gozo (proverbios 15:8b). Dios se goza con nuestra oración mucho más cuando nos proponemos una "vida de oración" - Su gozo será mayor, y nosotros seremos más fuertes en El porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Más el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 1 Pedro 4:7
Amado Dios, hoy más que nunca, queremos vivir en oración, tener una "vida de oración" entender lo importante que es presentarnos ante ti en oración continua, en una efectiva comunicación contigo, porque una vida de oración te agrada. Ayúdanos Señor, por tu hijo Jesús. ¡Amén!