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Génesis capítulo 32 comenzando en el verso 22, dice: "Y se levantó aquélla noche, esto es Jacob, tomó a sus dos mujeres, sus dos siervas, sus once hijos, y pasó el bado de Jacob. Los tomó pues he hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenían, y así se quedó Jacob sólo, y luchó con él un varón hasta que rayara el alba". Así es como dice el texto bíblico, "y luchó con él un varón hasta que amaneció".
Yo quiero enseñarles a ustedes una foto, si tienen ahí la foto, esta es una obra de arte de un artista llamado David Costelo, no sé cuántos han escuchado hablar de él, pero él era un artista secular, y cuando él se convirtió, él empezó a tornar todo su arte, a ilustrar imágenes bíblicas, cosa que Dios ponía en su corazón. Y no sé si esta imagen la pueden apreciar bien, pero en esta imagen, esta se llama la bendición de Jacob. Y si ustedes ven es un varón brillante que tiene a Jacob como quien dice, pillado en el piso y está con su mano en el área de la cadera, como dice el texto que le tocó el área donde se conecta el muslo y se lo dislocó, tiene su mano ahí, pero si ustedes se dan cuenta Jacob todavía está agarrado del brazo de él. Mucha gente me ha preguntado qué es lo que tiene Jacob en la otra mano, yo no sé. pongan una lupa ahí, verán, pero yo no sé qué es lo que tiene en la otra mano.
Pero sí lo que me fijé es que Jacob está agarrando este ángel aún cuando está tirado en el piso. Yo quería hacer una demostración hoy, pero no sé si la voy a hacer porque veo que la persona que quería usar de ejemplo está herido so, yo tendría ventaja sobre él. Yo quería tomar a Medrad hoy y luchar con él, yo quería forcejear con él, pero como él tiene una mano mala yo sé que lo puedo lastimar aún más y no quiero hacer eso Medrad. Pero la razón por la cuál yo quería hacer eso es porque Medrad obviamente es un hombre más alto que yo, y yo quería demostrar qué es pelear, forcejear con una persona que es mucho más fuerte que tú, yo me imagino que aquéllos de nosotros que en nuestros tiempos de escuela eramos menos santitos de lo que somos ahora, y que peleábamos mucho, pues algunos de nosotros recordaremos lo que significa pelear, pero miren lo que yo me puse a pensar hermanos.
Qué pasa cuando Dios pelea con nosotros, qué pasa cuando Dios pelea con nosotros, y yo sé que esa pregunta sonará un poco rara porque, Dios pelear con nosotros, como va a hacer si Dios es amor, si Dios nos ama, nos quiere y anhela lo mejor para nosotros, pero se ha puesto a pensar si en algún momento Dios pelea con nosotros, que Dios lucha con nosotros?. Si estoy diciendo una aberración para usted, una herejía no se asuste, voy a poner esto en contexto. Vamos a pensar en Jacob un momento, todos sabemos que Jacob fué como quien dice el que después de este evento Dios cambió su nombre a qué?, a Israel, si no ha llegado a ese punto en su clase de nivel 1 no se preocupe que ya va a llegar, pero los que ya han tomado nivel 1 ya se supone que sepan esto, Jacob fué llamado Israel, y sobre su nombre, de la tribu de él fué que salió el pueblo de Israel que se conoce ahora. So a través de él fué que Dios continuó esa promesa que le hizo a Abraham.
Ahora, esas son cosas bonitas, bellas que nosotros sabemos de Jacob, pero Jacob no fué ningún santito, mis hermanos y hermanas, Jacob no fué ningún santito, no fué ningún hombre perfecto. Cuando yo me cruzé con esa imagen tiene como una reflexión de una persona que está interpretando esa imagen, y una de las cosas que menciona esta persona que a mí me chocó es que estaba describiendo a Jacob como normalmente no lo conocemos. Y describió a Jacob como un hombre que defraudó a su papá, un hombre que le robó a su hermano, un hombre que engañó a su suegro, y no tan solamente eso sino que era un mamma's boy porque necesitaba que su mamá lo sacara de todos los problemas que él se metía. Era un hombre que vivía con el rabo metido entre medio de las patas por el miedo que tenía de que, yo digo que el hombre tenía un grado de inferioridad bastante grave la verdad, el tipo se sentía inferior, el tipo era como que, yo no soy la gran cosa, y tenía un sentido de inferioridad bien marcado. Y yo me atrevo a decir que por causa de ese sentido de inferioridad, como él no fué el que salió primero de la barriga de la madre, que dicen que Esaú salió primero y agarrado de la pierna de Esaú venía allí Jacob, verdad, lean el relato bíblico ahí, no me lo estoy inventando, está ahí. Yo creo que ese sentido de ser como quien dice el segundo, el menos mejor, el más chiquito, lo dejó a él con este estigma de que no soy la gran cosa, y entonces él tenía que buscárselas para make his way, como quien dice para poder hacer lo que él tenía que hacer. Y lo hacía como acabo de mencionar, como fué que engañó a su papá, obviamente la madre también estuvo involucrada en eso así que las madres cojan oreja por favor, please, con sus hijos, la mamá estuvo involucrada en esto, y cuál fué la traba que le pusieron al papá, por un lado era robarle la primogenitura a Esaú, y por otro lado era engañar a Abraham para que lo bendijera a él.
Estoy pensando yo en el abuelo, están relacionados, ok, gracias Pablo, ahí me está enseñando el nivel 2, a Isaac, entonces qué fué lo que la mamá le hizo, le puso así un cuero, Jacob era lampiño, esa era otra, pues la mamá le tuvo que poner unas cosas así en los brazos que tenía qué, piel de cabra, de oveja algo así?, yo le podía prestar un poquito de los míos, por si acaso. Y así fué que él le robó la primogenitura a su hermano y engañó a su papá para que lo bendijera a él en vez de a su hermano, ah? y le preparó comida, sí esa es otra. Pero el asunto es mis hermanos que yo creo, cuando yo leo esta historia, el mero hecho de que Isaac bendijo a Jacob y no a Esaú, Dios quizo honrar ese gesto de Isaac, aunque se supone que fuera Esaú, pero yo creo que Dios quiso bendecir lo que hizo Isaac, quiso cumplir esa promesa que él llevaba de Abraham a Isaac y de Isaac a Jacob. Y en este relato en el capítulo 32, al principio, habla de cómo Jacob iba de camino a encontrarse con su hermano Esaú, como quien dice para tratar de arreglar las cosas, y en ese camino le empiezan a llegar noticias diciendo mira Esaú es el que viene ahora en contra tuya, y él se asustó, empezó a tener miedo porque pensaba que su hermano le iba a quitar todo lo que tenía, sus esposas, sus siervas, sus hijos, su ganado, todo, y el hombre se asustó y empezó a maquinar un plan, no espérate, yo me tengo que escabullir de esta de nuevo, y empezó a tramar un par de cosas.
Y cuando él logró mandar a su familia en distintas direcciones que como el relato dice que él se quedó sólo, ahí fué que Dios tuvo que intervenir en la vida de este hombre, Dios le dijo mira ya tus maquinaciones, ya tus engaños, ya tus mentiras, eso ya es historia, yo voy a hacer algo distinto ahora, Dios lo que le dijo ahora fué Yo te voy a bendecir, Yo voy a hacer algo contigo, y le dijo más o menos la misma promesa que le dijo a Abraham, tu descendencia va a ser como la arena del mar, a Abraham le dijo tu descendencia va a ser como las estrellas del cielo pero a Jacob le dijo tu descendencia va a ser como la arena del mar, que siguen siendo muchos, trate usted de contar la arena del mar, bueno sí, la playa, la orilla. El asunto es que para confirmar esto ahí es donde viene esta pelea.
El mero hecho de que Dios tuvo que pelear con este hombre, yo quiero que usted se imagine esa batalla. Usualmente cuando nosotros vemos en una película la escena de una pelea la escena es dura, por ejemplo en el boxeo son doce rounds, cada round de 3 minutos, so haga usted la suma, la resta, la división, la multiplicación, la pelea termina siendo como de casi dos horas más o menos, si llega al último round, el asunto es que algunos se caen por knockout, cosas así, el asunto es que esta pelea duró toda la noche hasta el amanecer, e iba a durar más sino que el ángel dijo mira, se me acabó el tiempo, pasamos el round número 12, y llegamos hasta el 24, y me tengo que ir, es hora de irme, pero qué pasó, Jacob no quería soltar a este hombre.
Sabes lo que yo me puse a pensar, yo creo que Jacob tuvo un momento de convicción, y él en algún momento tuvo que entender que estaba peleando con alguien que representaba algo divino, y él tenía que saber que esa iba a ser su oportunidad para redimir su vida. Qué fué lo que le dijo a este varón cuando le dislocó la cadera que yo me imagino el dolor que tuvo que sentir ese hombre al sentir ese hueso fuera de sitio, y estar pillado como quien dice en el piso, pero a la misma vez estar agarrado con la mano y no quererlo soltar, qué fué lo que le dijo, no te voy a dejar ir hasta que me bendigas, no te voy a soltar hasta que me bendigas. Hemos escuchado muchos mensajes de esto, de cómo uno tiene que insistir, que pelear por la bendición, bla bla, todo eso es bueno, pero saben lo que yo me puse a pensar, por alguna razón yo me puse a combinar ese relato con el relato de Javes, en Primera de Crónica capítulo 4, Javes fué más ilustre que sus hermanos, porque su mamá lo llamó Javes, lo engendré con dolor, so cuál era el destino de Javes? una vida llena de qué? de dolor, pero qué fué lo que dijo Javes, cuando dice que Javes invocó al Dios del cielo y qué fué lo primero que dijo? "Oh Señor, si me bendijeras, que Tu bendición esté conmigo."
Mira cuando uno invoca la bendición de Dios sobre su vida, tú lo que estás pidiendo es un cambio total en tu vida. Eso es lo que es la bendición de Dios. La bendición de Dios no es un, Dios te cuide, Dios te bendiga y ay que te vaya bien. (corte)
La bendición de Dios sobre esa persona, Jacob sabía que su vida tenía que cambiar, y esa promesa de Dios se iba a cumplir en él, todo ese pasado, algo tenía que suceder ahí en esa pelea, que las cosas tenían que coger un rumbo distinto. En él su manera de pensar, su manera de ver su vida, su manera de proceder con las cosas, algo tenía que cambiar, y cuando él luchó, forcejeó con este hombre, él sabía que había algo de Dios ahí. Y él reconoció en un momento, hah, aquí es donde está mi bendición, no es la que viene de mi padre Jacob sino la que viene directamente de ti, y no lo soltó, ustedes se imaginan mis hermanos, que aún en medio del dolor que este hombre estaba sintiendo, el cansancio que él tenía, después de horas de estar luchando, yo me imagino que tal vez este varón de Dios estaba jugando con él, se paraba y pum al piso, se paraba de nuevo y pac al piso de nuevo, y volvía y se paraba y pac al piso, hay veces en que yo le hago eso a Lucas, no le digan que yo les dije esto a ustedes.
Hay veces que Lucas viene y yo solo le agarro la cabeza y lo tumbo, y pah pal piso, y vuelve y se levanta y pah, pal piso, y no lo dejo ni que me alcanze, pam pal piso, otra vez? otra vez, y yo soy el que me canso de estar tirándolo al piso, pero conste que eso no es un abuso, ok?, estamos jugando. Yo me imagino que este varón de Dios estaba haciendo lo mismo con Jacob, ah te vas a parar de nuevo? pangara, oh, otra vez?, otra zancadilla, ah de nuevo?, uh huh!, y yo me imagino que hubo su forcejeo fuerte, se sintió ese cansancio, es más, yo me atrevo a decir que hasta miedo le cruzó a Jacob por la frente, bueno, por su mente. La incertidumbre de cómo va a terminar esto, me voy a morir, no me voy a morir, me van a llevar al cielo, me van a mandar pal infierno, o sea cómo va a terminar esto aquí?.
Así que imagínense ustedes la mezcla de cansancio, miedo, incertidumbre, y encima de eso, dolor por una cadera dislocada, encima de eso poder decir y agarrarse y decir no, tú no te vas hasta que me bendigas, yo quiero que mi vida cambie, yo quiero algo distinto, imagínate tú en medio de tu cansancio, en medio de los miedos de tu vida, en medio de las incertidumbres que tú puedas tener, en medio de los dolores que tú puedas padecer, que con todo y eso, tú puedas agarrarte de Dios y decirle Señor yo necesito que Tú me bendigas, yo necesito que Tú me des un nuevo nombre, qué significa un nuevo nombre, nueva identidad, yo necesita una nueva razón de ser, yo no puedo seguir arrastrando con las bobadas que yo estaba arrastrando, yo necesito algo totalmente nuevo, yo necesito un hard drive totalmente nuevo, yo necesito borrón y cuenta nueva, eso es lo que yo necesito Señor.
Y es por eso lo que yo estoy peleando, no tan solamente en mi vida personal, eso yo lo declaro para el resto de las cosas que rodean mi entorno y el entorno de ustedes, discusiones todas las mañanas, sea con quien sea dentro de la casa, ya estoy cansado de eso, yo quiero una bendición nueva, yo quiero una nueva manera de pensar, de hablar, de bendecir, para mi gente a mi alrededor. Refunfuñando todo el tiempo, ah, yo quiero una bendición nueva, te la pasas quejándote de toda la gente al lado tuyo, no, yo quiero algo nuevo, yo no puedo seguir así, yo no puedo contribuir a mi iglesia si me estoy quejando de todo el mundo, que si aquél es más ungido que el otro, que si aquél habla más bonito que el otro, que si aquél es más inteligente que yo, que si aquél tiene más dinero que yo, no puedo ser de bendición a la iglesia si estoy mirando las cosas así. Yo tengo que agarrarme de la mano de Dios y pelear, luchar con eso y decir Señor, yo necesito que Tú me bendigas.
Tenemos que aprender, es más, yo sé que ustedes lo saben, pero poner en práctica el verdadero significado. Sabes que cuando nosotros estamos bien centrados, que el mero hecho de que tú saludas a alguien y le das un Dios te bendiga como debe ser, tú no sabes cuánto eso puede hacer en la vida de esa persona. Que tal vez así de inmediato no lo puedes ver, pero el mero hecho de que tú declares esa bendición teledirigida del Espíritu Santo hacia esa persona, que eso pueda iniciar algo en la vida de esa persona. Que tal vez consecuentemente a medida que te vayas encontrando con esa persona y sigues y sigues, algo va a suceder, tienes a tu hijo en tus manos, noche tras noche cuando se acuesta a dormir, te bendigo en el nombre del Señor, pero no un te bendigo ya ok, apagas la luz y nos vamos del cuarto, no, intencional, lo acobijas, y mientras estás poniendo tus manos alrededor de su cuerpecito así tiernito, estás diciendo Señor cúbrelo, guárdalo, que pueda crecer como Tú quieres, que él te conozca en algún momento, que él pueda saber quien Tú eres, declaras esa bendición sobre él, sobre ella.
En tu esposo, en tu esposa, si están peleados, discutidos, si uno está por una orilla de la cama y el otro por otra, mira, muérdete la lengua y haz así con la mano, Señor, por favor, no hagas esto, no le quites la sábana tampoco por favor, pero que tu mano se acerce así por la cama y aunque sea le toques la puntita del codo, de él o de ella, y Señor bendícelo bendícela. Llama a alguien por teléfono, invítalo a salir a comer, al cine, pero si termina la conversación dile, mira, Leo, Dios te bendiga, bien intencionado te lo digo, declaro todas las cosas de Dios sobre tu vida, oigan mis hermanos, Dios te puede usar a ti para transformar la existencia de una persona, pero tenemos que estar bien concientes de ello, tenemos que estar bien seguros de ello, pero para nosotros poder vivir y experimentar eso es porque hemos pasado por ese proceso primero nosotros.
Yo no puedo dar lo que no tengo, y tal vez ninguno de nosotros vamos a tener una lucha como esta, yo no le deseo a nadie que le disloquen una cadera, créanme que no, yo no le deseo eso a nadie, yo veo a Malta que viene ahí con su bastón, y llega ahí hasta el altar y suelta el bastón pero nada la detiene de levantar sus manos, eso para mí es un ejemplo vivo de. Veo a Medrad ahí con su yesito en la mano pero eso no lo detiene de levantar la mano así y darle su gloria a Dios como quiera. Cada uno de nosotros tenemos nuestras luchas en la vida, y esas luchas se manifiestan en distintas formas, en distintas maneras. Hay veces que son luchas que está acá adentro, hay veces que están afuera y como que nos atacan a nosotros, hay veces que son luchas que se manifiestan en el cuerpo en distintas maneras, pero en medio del cansancio, en medio del miedo, en medio de la incertidumbre, en medio del dolor, agárrate, agárrate duro, que se le pare la circulación al brazo de Dios por lo duro que le estás agarrando el brazo, y reclama esa bendición sobre tu vida.
Un último punto y termino con esto. Sabes que ese reclamar la bendición de Dios no es de acuerdo a tus deseos. Reclamar la bendición de Dios debe ser de acuerdo a los deseos que Él tiene para ti, de acuerdo a los planes que Él tiene para ti. Sabes por qué digo eso? y lo veo en esta imagen. ¿Tú sabes lo que es que te tengan pillado en el piso y que tú no puedas hacer nada?, ¿qué significa eso?, ya me rindo no más, en parte eso significa eso, me rindo, no sigo más, en lucha libre le agarran el brazo, se lo tiran así, le aprietan así, y ay!, ya ya, no más, cuando uno está en esa posición y puede decir Señor bendíceme es porque en mi criterio, si en mis términos no ha funcionado, en los tuyos yo sé que va a funcionar. Todos nosotros estamos en distintas luchas en la vida, todos nosotros, todos ustedes, allá adentro, yo sé que cada uno de ustedes tiene su lucha también, pero sea cual sea la lucha, no suelten, no se rindan, no lo dejen ir, aunque esté amaneciendo no lo dejen ir, no, yo quiero que Tú me bendigas, si en mis términos no ha funcionado yo sé que en los tuyos va a funcionar, ayúdame a reconocer la parte que me toca para yo responder a esa bendición que Tú tienes para mi vida.
Así que mis hermanos, mis hermanas, estás en una lucha esta noche, mañana, ayer, no sueltes, no sueltes el brazo de Dios, aunque te duela, no sueltes, reclama esa bendición de Dios, sobre ti, y cuando la recibas, impártela sobre otros, que el próximo Dios te bendiga que tú le digas a una persona, que no sea igual, sino que sea intencional, cuando se saluden por ahí a medida que vayan saliendo por la puerta, piénselo, y si no estás listo para decirlo pues mira mejor no lo digas, de verdad prefiero que no lo digas, si no estás listo para bendecirme con la intencionalidad que esta bendición vá, prefiero que no me lo digas, prefiero mejor que me digas Buenas noches Pastor Omar, nos vemos la próxima. Y cuando usted tenga tiempo de procesar y meditar todo esto, que me vé entonces el domingo entonces me puede dar un apretón de manos, y yo voy a sentir ese corrientazo y voy a decir wow, esta persona sí que lo está sintiendo hoy, yo voy a decir espérate ay se metió Dios aquí ahora.
Mis hermanos mis hermanas, vamos adelante, yo creo que Dios nos está llamando a vivir ese tipo de vida, una vida intencional, que reconozcamos que en medio de nuestras luchas, la mano de Dios está ahí, y nosotros tenemos que agarrarnos de esa mano, lucharla, y recibir esa bendición de Dios, ¿amén?. Vamos a ponernos de pié y vamos a orar.
Amado Dios te doy las gracias, gracias por Tu palabra Señor, gracias por la biblia que tenemos estas historias aquí plasmadas, que son tantas las cosas que podemos aprender de ellas, podemos aprender cosas buenas que podemos repetir y buscar, y cosas malas que ni en esa dirección debemos mirar, pero con todo está todo ahí plasmado para nosotros. Gracias por esta palabra que también se habló. Señor yo sé y declaro que esta palabra no se va a quedar en el aire, sino que va a llegar profundo al corazón, y que Tú te vas a encargar de que esta palabra dé sus frutos Señor, como Tú lo intencionas. Señor cada uno de nosotros tenemos nuestras luchas en la vida, tenemos nuestras batallas, y quién sabe si alguno de nosotros estamos literalmente en una batalla contigo, pero sea cual sea la situación Señor, hay algo que podemos aprender de Jacob, y eso es que a pesar del cansancio, a pesar del miedo, a pesar de la incertidumbre, o a pesar del dolor, no debemos soltarte hasta que Tú nos bendigas.
Así que Señor hoy te decimos que estamos bien agarrados de ti, y queremos tu bendición, la bendición que nos dá una nueva identidad, la bendición que transforma nuestra realidad, la bendición que nos dá un futuro lleno de esperanza, esa es la bendición que queremos de ti, para nuestras vidas, y para nosotros así impartirlas a nuestro alrededor. Permite que esa bendición podamos compartirla no tan solamente con nuestras palabras, sino también con nuestras acciones, con nuestros hechos, Tú quieres que seamos de bendición para nuestro prójimo, lo hemos hecho, lo estamos haciendo, y yo declaro que lo seguiremos haciendo en Tu nombre Señor Jesús, gracias.
Señor, llévanos con bien hasta nuestros hogares esta noche, cobíjanos bien en nuestra cama, y que Tú nos permitas tener un sueño tranquilo, reparador, un descanso que ministre una paz sobrenatural sobre nuestro cuerpo Señor, y que mañana si así Tú lo permites Señor, podamos levantarnos con nuevas fuerzas para lograr hacer lo que tenemos que hacer, lidiar con las personas que hay que lidiar, y lidiar con ese yo que Tú quieres que se alinee cada vez más y más, llévanos con bien Señor, y a todos danos Tu bendición, por tu Hijo Jesús oramos y te damos las gracias, amén y amén.