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Creo que la expresión de alabanza y de adoración en la iglesia del Señor debe estar siempre presente, no solo en nuestra boca, en nuestro corazón, en nuestra mente, cada día que pasa, cada día en cuanto nos levantamos y pasamos el día y la noche, nuestra vida debe tratar de estar envuelta en esta alabanza constante delante del Señor. Es la única manera, sabe que hay algunas propuestas, proposiciones bíblicas para que nosotros entendamos de que en la alabanza hay poder y Dios actúa.
Cuántos creen eso? La verdad es que cuando el pastor Omar llamó a la congregación al frente, el Señor me había movido hablar de un versículo en el libro de los Hechos, pero también estaba leyendo el salmo 146, y yo decía, Señor, cuál es? Dime cuál es? Los dos son muy buenos temas y yo he tratado de hablar. Y el Señor me respondió a través de este llamado que el pastor Omar hizo a la congregación y que bueno que podamos, en medio de nuestra dificultad, en medio de nuestra enfermedad, en medio de nuestros problemas, llegar en alabanza delante del trono del Señor, llegar en adoración delante del trono del Señor y decirle, Señor, no importa lo que yo esté pasando, y decirle, Señor, mira, yo le digo a mi alma, como dijo David, alma mía alaba al Señor y no te olvides de ninguno de sus beneficios.
Y a lo mejor el problema es fuerte, a lo mejor el diagnóstico del doctor no es tan auspicioso, no es algo que hubiésemos querido escuchar, y nuestra carne, y el enemigo por un lado, van a comenzar a decir, no, mejor que te deprimas, mejor que te estreses, mejor que comiences a comportarte mal porque ya esto ya no tiene arreglo, mejor vive tu vida de la peor manera, amargamente, como dice… hay una clase de discipulado que hay una persona que se llama Margarina, me encantó ese nombre. No se lo voy a poner a ninguno de mis hijas, por si acaso.
Entonces, el diablo quiere que no disfrutemos de lo que realmente el Señor es en su totalidad y nosotros debemos aprender a que nuestra vida en el Señor diga esto, no es circunstancial. No es por las circunstancias que yo alabo al Señor, sino que yo lo alabo y yo lo adoro por lo que él es, por lo que él significa para mi vida, por la salvación que he recibido a través de Jesucristo, así que…. Podemos estar enfermos toda la vida pero agradecidos del Señor, ser unos verdaderos adoradores y esa enfermedad será nuestro motivo de la alabanza al Señor.
Salmo 146, dice así en el nombre de Jesucristo.
“… Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida, cantaré salmos a mi Dios mientras viva. No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre porque no en él salvación, pues sal es su aliento y vuelve a la tierra en ese mismo día perecen sus pensamientos…”
Solo quiero dejarlo ahí. Vamos a leer más adelante de otro párrafo en este salmo. Cerramos nuestros ojos. Tome la mano de su hermano que está a su lado y comience a declarar alabanza y adoración al Señor en medio de la dificultad. Comience a declarar con su boca, comience a alabar al Señor ahí. Deje que fluya la alabanza, así como David cuando cantaba él fluía en la presencia del Señor y David pasó por tiempos malísimos. Así que, Señor Jesús, que mi alma te alabe con fervor, que mi alma te alabe con pasión, que mi alma te alabe no por las circunstancias sino por lo que tu eres, que mi vida sea una vida entera de alabanza y de adoración en el nombre de Jesús. Amén.
Leí estos versículos porque son importantes para la vida del cristiano, de aquel que ha decidido seguir al Señor, entender cuál es su manera de caminar dentro de los caminos del Señor. La verdad es que siempre hablamos, esto no es una religión, así como tantas que hay en el mundo, caminar en Jesucristo, caminar en la salvación, caminar en el beneficio del perdón, de la misericordia del Señor es un estilo de vida. Por lo tanto cambia toda la perspectiva que podemos tener cada uno de lo que es la vida, mientras algunos tienen una visión pesimista, negativa de lo que está pasando en el mundo, los cristianos a pesar de que sí sabemos lo que está pasando y lo que va a pasar, nuestra confianza está en el Señor.
Es una buena pregunta la que hizo el pastor Omar hace algunos minutos atrás. Cada uno de nosotros tenemos tiempos en que estamos tristes, en que probablemente algunas ansiedades nos van agobiando porque se van acumulando por el trabajo, por las relaciones personales, por situaciones familiares, pero nada de eso puede sobreponerse a mi relación de alabanza y de adoración con el Dios vivo. Nada de eso tiene autoridad para desplazar la alabanza que constantemente diariamente le tengo que dar al Señor.
Quiero decirles que a través de la alabanza podemos tener grandes victorias. A través de la alabanza podemos experimentar la mano poderosa del Señor, a través de la alabanza podemos experimentar que el poder y la autoridad del Señor se manifiestan aún en circunstancias difíciles, aún en circunstancias adversas, aún en circunstancias donde nosotros podemos decir, ya no hay solución, ya no hay salida, hasta aquí llegué y aquí moriré. El Señor en su palabra nos muestra tantos ejemplos de cómo hombres y mujeres han expresado esa confianza en el Señor a través de una alabanza genuina, de una adoración genuina que nace en el corazón, producto de la convicción que se tiene en el poder de Dios.
Hay un versículo en Mateo capítulo 28, versículo 17 y es una frase que me encanta, que Jesucristo dice:
“…Toda potestad me es dada en los cielos y en la tierra…”
Sabe qué quiere decir eso? Cuando hablamos de adoración y alabanza no le estamos adorando a un pedazo de palo, ni a una imagen, estamos adorando a aquel que tiene todo poder, aquel que tiene toda autoridad, aquel que ha declarado para que él no hay nada imposible y no solo eso, ha declarado que para el que cree todo, todo es posible.
Miren este concepto, que debemos entender a quién debemos expresar nuestra adoración y nuestra alabanza, a quién debemos expresar nuestro cántico espontáneo. Dice:
“…Alaba, alma mía…”, a quién? Al televisor, a la telenovela, al juego de los Red Socks? Alaba, oh alma mía, al carro que me compré, a la casa de mis sueños, alaba, oh alma mía, a Jehová.
Puede decirlo? Puede decirlo más fuerte? Ahora que se escuche. ¡Aleluya! Cuántos dicen ¡Aleluya! Cuántos dan gloria a Dios. Cuántos dan tres gloria a Dios. Yo ayer amenacé al pastor Omar con algo así.
Mire, lo que hace la alabanza bien orientada delante del Señor, una adoración bien orientada, nos recomienda aquí la palabra que no le pongamos confianza a los príncipes ni a hijos de hombre ni a seres humanos. Cuando el doctor le diga una cosa, usted dígale, déjeme preguntarle al Señor a ver si está de acuerdo contigo. Cuando el banquero le diga una cosa dígale, déjeme preguntarle a mi contador celestial a ver si está de acuerdo contigo. Cuando el diablo le diga tu familia no tiene solución, dígale, déjame preguntarle al que formó la familia mía. Déjame adorarlo. Déjame levantar su nombre. Déjame ir a ese momento, a ese tiempo de restauración en el santuario y humillarme delante de él, y llorar delante de él, y reconocer que él es maravilloso y después veamos si tienen razón, pero el Señor tiene poder.
Versículo 7, en la parte dice, “… Jehová liberta a quiénes? A los cautivos. Jehová abre los ojos, a quién? Cuántos eran ciegos antes? No solo ciegos naturales sino ciegos espirituales. Jehová levanta a los caídos. Cuántos han sentido esa mano que el Señor pone ahí para que se apoye y se levante? No es bueno ahí en ese momento decir, gracias Señor. No es bueno decir, gloria a Dios que no estoy solo. Jehová levanta a los caídos, a lo mejor en el mismo caminar de la fe, tratamos de no caernos y lo primero que hacemos es caernos. Y ahí está la mano del Señor, porque reconocemos que aunque podemos haber caído, aunque podemos haber fallado, podemos reconocer que él es el Señor. Y esa alabanza y esa adoración y esa expresión al Señor lo conmueven. El Señor se mueve con eso.
Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros, al huérfano a la viuda sostiene, y el camino de los impíos, qué dice? Trastorna. Todavía tiene ganas de alabar al Señor? Diga, Señor trastorna todo plan del diablo, trastórnalo, yo te alabo y yo te bendigo, yo te adoro, trastórnalo Señor.
Vamos a leer esto todos juntos, versículo 10:
“…Reinará Jehová para siempre, tu Dios, oh Zión, de generación en generación ¡Aleluya!
Cuántos dan un grito de júbilo por eso? Al enemigo o al diablo no le gusta estas expresiones de alabanza y sobretodo cuando las vamos añadiendo a nuestra vida diaria. En la iglesia, como somos todos cristianos todos gritamos, todos cantamos, bueno, si cantó el de al lado cómo no voy a cantar yo? Dice usted, si canta la hermana, cómo no voy a cantar yo? Si aplaude, bueno, yo también aplaudiré, porque aquí en la iglesia todas esas cosas se hacen. Se levantan las manos, algunos salen a danzar aquí al frente, allá voy yo, allá voy yo.
Esa expresión de alegría, de agradecimiento delante del Señor, no solo necesariamente porque la vida ha sido una vida de felicidad plena, sino porque a pesar de las circunstancias podemos entender de que no nos movemos por eso, nos movemos por un plan del Señor. Y ese plan necesita ser alabado y adorado porque el Señor lo diseñó para nosotros.
El libro de Josué en el capítulo 6, en la toma a Jericó hay una expresión de alabanza poderosa y es tan comparativo, me encanta ese relato porque cómo expresa, cómo afirma, cómo está escrito y diseñado para que nosotros entendamos que no hay nada tan alto, no hay nada tan ancho, no hay nada tan profundo que pueda resistirse a un pueblo, a una iglesia, que alabe y que bendiga el nombre del Señor.
No hay nada tan sofisticado, no hay nada tan complejo, no hay una alta crítica tan elevada en vocabulario que no pueda ser destruida por un hombre o una mujer que alabe y bendiga el nombre del Señor.
Mientras el mundo no te de la importancia que tu a lo mejor piensas que tienes, asegúrate que el Señor te de la importancia que él sabe que tu tienes a través de lo que le dices a él. Esta expresión de alabanza había todo un orden, había todo una disposición, el Señor había detallado cómo debía ser al final y solo él da este concepto de obedecer a la palabra del Señor.
Yo me imagino que era una locura dar vueltas a ese muro. Es una locura para usted comenzar a pensar que ese muro grande que se levantó para que usted no tuviera acceso a lo que el Señor tiene detrás de eso, es una locura pensar que se va a derribar simplemente porque usted está alabando al Señor. Pero quiero decirle una cosa aquí hay personas a quien se le han levantado muros tan grandes que van a caer delante de sus ojos porque su corazón está reconociendo que su Dios es un Dios todopoderoso.
En el libro de Jueces hay otro ejemplo, el ejemplo de Gedeón del capítulo 6, capítulo 7, capítulo 8. pero hay una expresión específica cuando el Señor da un sueño y Gedeón escucha la interpretación de ese sueño, hay una expresión muy corta ahí, dice que cuando Gedeón oyó el relato del sueño adoró.
Sabe, y esa palabra es tan impactante porque es el punto de partida de un proceso de victoria que el Señor iba a traer a través de este hombre a quien el Señor lo había escogido como hombre esforzado y valiente. Por ahí algunos dicen que era bastante miedoso, era bastante inseguro. Dice cuando Gedeón oyó el relato del sueño adoró y fue al pueblo.
Sabe, a un ejército tan grande como el Madián a veces hay ejércitos espirituales que se quieren levantar contra su vida, Madián representa esos ejércitos espirituales que van y le roban la bendición. Madián espiritual es en estos tiempos es aquel que le roba la bendición de diferentes maneras, usando diferentes personas, diferentes recursos. Pero sabe, el Señor quería toda la honra, toda la gloria y toda la alabanza, la quería para él. Y después de un llamado al servicio para pelear contra Madián solo se queda con 300 hombres.
Sabe lo más impactante de esto? Es que el Señor se encargó de confundir esas mentes y lo único que hubo ahí fueron trompetas, gritos y cántaros rotos. Y no porque quebraron los cántaros arriba de la cabeza de los otros, sino porque era un expresión de júbilo, de ruido, de seguridad porque el Señor ya había entregado a todo ese ejército en las manos de este hombre.
Así que usted ya sabe el plan del enemigo. La Biblia nos relata pero también nos dice cómo podemos vencerlo, así que no importa cuál sea la circunstancia, no importa cuál sea el motivo, no importa cuál sea la manera como el diablo se va a levantar, usted declare la victoria y adore al Señor, alábelo con todo su corazón porque ahí estará su ganancia, ahí recuperará lo que el Señor le ha dado, ahí tomará lo que el Señor ha diseñado para usted.
Una iglesia que alaba y adora al Señor es una iglesia que camina en las calles alabando y adorando. Parecen locos, cualquiera diría que van hablando por teléfono con estos bluetooth. No, no tienen nada en la oreja, ni una parte, es una tecnología especial que el mundo no ha podido conseguir, es una tecnología donde no necesitamos cable, no necesitamos cargar nada, solo decirle, Señor, yo te adoro, Señor, yo te alabo.
Si alguien dice que la iglesia no tiene recursos modernos, que alguien haga algo parecido a esto, esta relación fluida con el Señor. Te vas a subir al bus, te vas a subir al tren, vas a estar en la fábrica, en la oficina, vas a estar con tu familia, y tu alabanza va a ser permanente. Por qué? Porque eres un hombre, una mujer agradecida que reconoce que tu victoria está en el Señor.
Necesitamos una iglesia en estos tiempos que comience a marcar la diferencia y no que ande cantando bachatas. Yo me sé algunos nombres pero no los voy a decir porque puede causar melancolía en algunos, o salsa, o algún bolero, alguna canción norteña. Comience a cantar salmos y cánticos espirituales delante del Señor, no importa el ritmo que tenga, si tiene el ritmo de bachata, ya, pero no importa. Si tiene un ritmo de cumbia no se preocupe, déle al Señor nomás. Pero trate de ser original, no cambie la letra por la misma música. Esa es la iglesia que tiene que moverse en esta sociedad, nos quedamos callados, en silencio.
Estos días tuve la oportunidad de estar en una sala de clases y había tantas personas diciendo, cuál era su día preferido. Y yo puse el día domingo y puse porque me gustaba ir a la iglesia, me gustaba estar en comunión con mis hermanos, compartir con la comunidad de la fe. Y había otros que parecían cristianos, pero saben lo que más me ha dado esto? Es que hay otros que también están haciendo lo mismo. Había una hermana brasileña dentro del grupo y decía, a mí me gustar adorar al Señor, ese día es mi día preferido.
Había otra por allá que era de unos haitianos que decían, yo voy a la iglesia los domingos y me gusta estar ahí. Ese es el día que me gusta. La maestra estaba un poco impactada porque la mayoría prefería los viernes y sábados, no sé por qué. Yo no voy a decir nada, pero no se olviden de venir el domingo, que yo también soy amigo del pastor Roberto.
Bueno, sabe lo que me vino a mi mente? Porque eso es una expresión de alabanza, reconocer que te gusta estar con el Señor, me gusta estar en tu casa compartiendo con tu pueblo. Me acordé del relato de Elías, cuando Elías pensaba que andaba solo en el mundo haciendo la obra del Señor. Dice, no Elías, no te preocupes todavía hay muchos ahí. Hay 7000 que no han doblado sus rodillas delante de Baal. Hay 7000 que todavía me adoran. Hay 7000 que todavía están llenando mi trono de alabanza, de adoración porque creen que yo tengo poder para darle libertad a este pueblo.
Así que no estás solo. Ahora mire a su hermano si tiene cara de alabanza, y dígale, ahora sí te veo esa cara. Alabe y adore al Señor en todo lugar, en todo tiempo. No se avergüence porque el Señor se merece toda la gloria, toda la honra, y toda la alabanza.
Démosle un aplauso al Señor. Gracias Jesús, gracias Señor. Te adoramos.