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Sermón 26 de febrero 2017: Fluir en el rio de Dios

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Hay una bella escritura que quiero que el Pastor les lea, Ezequiel 47 si lo tienen allá arriba, Ezequiel 47, ¿me la pueden poner en español? Ezequiel 47 1 al 4, la pueden leer aquí:

“Me hizo volver a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar”

“Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y ví que las aguas salían del lado derecho de la casa.”

“Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.”

“Midió otros mil y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió otros mil y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos.”

Vemos aquí un pasaje que comienza con un momento de sacrificio que continúa después en este pasaje en este capítulo 47 de Ezequiel, el río sale desde el templo del lugar de sacrificio donde se ofrece sacrificio al Señor, y así son nuestras vidas, seguimos a Jesús y entonces comenzamos a fluir como ese río, y habla de que ese río fluía primero hasta los tobillos.

Cuando nos damos a Jesucristo pregúntese ¿cuánto de nuestra vida verdaderamente le entregamos a Jesús? Le decimos: Señor Jesucristo puedes tener esta cantidad de mi vida.

Cuando uno camina por un río uno levanta los pies y va donde uno quiere, pero después dice que el río subió más hasta las rodillas, ese es el río de Dios. Hermanos y hermanas: hay un río del mundo y hay un río que pertenece al Espíritu, el río del mundo quiere dinero, objetos, cosas materiales y más, y más.

Una vez cuando yo estaba en la universidad estaba en una clase de sociología y el profesor hizo esta pregunta: ¿qué grupo de la sociedad comete suicidio más que cualquier otro grupo en esta nación? yo dije: las prostitutas, él dijo: no, luego dije: los drogadictos, él dijo: tampoco, seguimos preguntando y nos seguía diciendo: no, ninguno de ellos, y entonces nos sorprendió a todos diciendo: relativamente en su grupo proporcionalmente, los millonarios son los que más cometen suicidio en toda la nación según su número.

Muchas veces la gente se esfuerza y pelean para llegar a cierto nivel y después descubren que es una ilusión, que no hay nada allí, entonces escuchamos a Jesucristo llamándonos preguntándonos: ¿Te gustaría compartir tu fe con tu prójimo, con tu vecino? ¿por qué no vas y hablas con alguien acerca de Mí? y uno no lo hace, uno camina ¿no? hasta los tobillos.

Interesante: estaba caminando por ciudad de Nueva York y vino este tipo a venderme drogas, yo le dije: no me interesan las drogas soy cristiano, y me dijo: Dios le bendiga hermano, yo le dije: ¿qué? y me dijo: yo también soy cristiano. Hay tanta gente que dice: oh yo amo al Señor pero en realidad ¿lo amamos al punto de obedecerlo?

El Señor dijo: Si usted me aman van a guardar Mis mandamientos, van a obedecerme, y no son veinte versos o treinta, es toda la Escritura, obediencia. El primer mandamiento que el Señor le dió a la Iglesia fue: Seguidme y Yo os haré pescadores de hombres.

Pero la Iglesia tiene una enfermedad, una enfermedad terrible, se llama la enfermedad SDI. Los cristianos se salvan y dicen: bueno, gran cosa, después son liberados espiritualmente y después de eso se aislan, muchos estudios indican que después de 18 meses de una persona hacerse cristiana pierde todo contacto con la gente que no son creyentes, nos convertimos en un grupo aislado dentro de la sociedad, simplemente nos compenetramos entre nosotros, sin embargo hay gente perdida por todo alrededor de nosotros y simplemente los ignoramos, no tenemos una visión para el Evangelio. Decimos: son demasiados y entonces ¿qué pasa? el río sube hasta tu cintura y se hace demasiado fuerte para tú hacer lo que a ti te da la gana.

Comienza a fluir en el río de Dios y de repente fruto saldrá de tu vida. La gente comenzará a venir a Jesús por ti, están siendo liberados del pecado por ti, y ahí uno descubre algo: las aventuras de Dios, las aventuras de Dios. Si tú te retienes, te aguantas nunca vas a conocer al Señor de la cosecha, nunca vas a entender acerca de ese guerrero Jesús.

Quiero decirte que el Señor de la cosecha es maravilloso, si te quedas ahí en la superficie de Dios nunca lo vas a conocer ni a Él ni Sus aventuras, no lo vas a encontrar aquí. El Señor dejó las 99 para ir a buscar esa oveja perdida, el Señor dejó las 99 para ir a buscar esa sola oveja, entonces el río comenzará a fluir y tú dirás: Señor sí, voy a orar y voy a buscar a esa persona, entonces Dios está buscando, mirando a esa persona que lo obedezca no importa en qué, en cualquier cosa. El Señor tiene aventuras y ministerios que tú no conoces y que ni siquiera has pensado.

¿Saben? yo amo la Iglesia pero si fuera solamente iglesia yo ya me hubiera aburrido hace tiempo de ella, vengo a la Iglesia pero me gusta alcanzar a los perdidos, traerlos a Jesús. Hermanos ¿entienden de lo que estoy hablando? ¿te gustaría quedarte simplemente allí en esa enfermedad que describo o quieres salir de ese aislamiento, de esa enfermedad? ¿cuántos quieren salir de ese aislamiento, amén? yo quiero salirme de ese aislamiento.

Mientras continuamos leyendo este capítulo vemos que el río sigue subiendo y subiendo, y hermosas cosas comienzan a fluir en ese río. Yo sé que este Pastor derrama muchas cosas lindas sobre ustedes, pero también hay un pantano, un lugar de aguas fétidas, un pantano es un lugar donde las aguas ya no fluyen, están estancadas y son mal olientes. Entonces cuando el agua se junta y no fluye a pesar de que sea buena agua como no puede fluir empieza a oler mal, ¿a quién le gustaría beber de un pantano?

¿Qué le pasa a las personas cuando se estancan así? viene la depresión, viene odio contra sí mismo, frustraciones y una falta de realización personal. Estas cosas suceden en un lugar así fétido un pantano.

Hay un programa de tv que se llama Swamp people o gente de los pantanos, usted no quiere que sus aguas se estanquen, usted quiere decirle: sí Señor, te oigo, pero tengo miedo.

Se cuenta una vez que el general William Booth, un gran evangelista estaba con su hija en la casa de ella, el hombre que fundó el salvation army, el ejército de salvación, su hija le dijo: papá ¿por qué no te tranquilizas? descansa un poco, baja la guardia, estás siempre tan activo todo el rato.

En ese entonces William Booth vivía en Londres, y de momento en ese tiempo cuando él estaba ahí relajándose vió niños huérfanos caminando por la ciudad, en ese tiempo Londres estaba en tan mala situación que estaba llena de niños huérfanos, eran como esclavos sujetos a sus dueños, las manos en las iglesias estaban caídas, era demasiado trabajo para esa gente. Pero entonces en esa misión él comenzó a ver a esos niños a través de los ojos de Jesús y entonces Él le dijo: William te voy a dar la fortaleza para que alcances a estos niños, te voy a dar la estrategia para que los alcances, te voy a dar la estrategia para que los alcances, y ciertamente después de eso comenzó a fundar orfanatos en todas partes de Inglaterra, y de momento casi sin saberlo se encontró alcanzando a casi cien mil niños. Londres comenzó a cambiar, el espíritu de esa ciudad del siglo XIX comenzó a cambiar porque un hombre se sentó frente al Señor y escuchó Su mandato.

¿Sabe usted que a la misma vez que William Booth estaba haciendo eso había otro hombre también ahí mismo? y este hombre ahí en esa misma ciudad fundó el comunismo, esa era la respuesta que este hombre tenía para la crisis de Londres, y sabemos que el comunismo nunca ha funcionado.

Si lo piensas tú ahora mismo estás sentado en tu silla y el Espíritu del Señor te está observando, y Él está tratando de determinar si tú estás dispuesto a obedecerlo o no, tiene un plan para tu vida, tiene un propósito para ti pero está esperando que tú digas: sí Señor.

Podrías decir: Señor estoy demasiado ocupado, no tengo tiempo para obedecerte pero Él te dirá: Oh si tú supieras las aventuras que Yo tengo para ti, si tú supieras lo que es el gozo de Mi Presencia.

Le voy a decir un secreto: yo muchas veces he encontrado mejor la Presencia de Dios en la calle que en la Iglesia. Una vez me encontraba en Alemania y Dios me habló mientras estaba comiendo algo y me dijo: Quiero que vayas a las prostitutas de la ciudad de Frankfurt, mi esposa estaba sentada al lado de mí y yo me dije a mí mismo: me pregunto si ella está abierta a que yo haga eso, a ir a las prostitutas. Yo le dije: Debbie, el Señor me acaba de decir que vaya a ver a las prostitutas, y ella me dijo: claro, necesitas ir.

Así que fui al líder y le dije: el Señor me está llamando a ir a predicarle a las prostitutas y él me dijo: claro, tú eres un hombre de Dios, tienes que ir, yo le pregunté: ¿quieres ir conmigo? y él me dijo: de ninguna manera, así que yo tomé tres personas conmigo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo conmigo.

Así que yo fui al downtown de Frankfurt, estaba allí frente a una casa de prostitución y le dije: Señor ¿cómo me voy a dar cuenta de lo que Tú quieres que yo haga aquí? y me dijo: Entra, ve a ese lugar. Yo le dije: Señor está bien, voy a entrar y sabía que todos los demonios me iban a saltar encima.

Quiero decirles, delante de Dios estoy: entré a la misma presencia del cielo, ví a Jesús, ví ángeles al lado de Él y ví el cielo, y había entrado a una casa de prostitución. Dios me dió una escritura al entrar ahí, Proverbios capítulo 6 advirtiéndole a la gente de no ir donde las prostitutas y que si iban su final iba a ser terrible en el infierno, y me dijeron: ¿qué te parece este escenario aquí? yo le dije: no, yo soy un hijo de Dios, quiero leerles las Escrituras que hablan de juicio que viene para personas que se meten aquí, y uno de ellos comenzó a temblar, yo le dije: esto es fornicación y él salió arrancando del lugar.

Yo seguí yendo de casa en casa ministrando a miles de hombres y mujeres, ministré a hombres de todos los países allí en esas casas de prostitución. Y entré en una de las casas y ví a una mujer, yo le pregunté: ¿tú hablas inglés? y me dijo: sí, yo le dije: Dios quiere liberarte y ella comenzó literalmente a llorar, yo le dije: ¿por qué estás llorando tanto? y llegaron otras mujeres, parecía que le estaba pegando y me dijeron: ¿qué le estás haciendo? yo les dije: yo les voy a decir lo que le dije, Dios puede liberarte, así que me dijeron: ven y entra a nuestro cuarto.

Así que ahí estaba el Pastor Doug con seis prostitutas en un espacio predicando el Evangelio. Y el Espíritu de Dios cayó en ese lugar, y una de las jóvenes dijo lo siguiente, dijo: señor tengo una historia que quiero contarte. Hace tres días yo clamé al Señor y le dije: Dios si Tú eres real envía un hombre de Dios a mi puerta.

Y yo sé que el Señor miró por toda Alemania y preguntó: ¿qué loco habrá en este país que pueda tomar esa tarea? y dijo: ¡qué bien, Doug está aquí! tantas cosas que yo hacía para el diablo ¿por qué no hacerlas para Dios ahora?

Al día siguiente me llevé a noventa cristianos a las casas de prostitución, por dos meses nosotros ministramos en las casas de prostitución, cientos y cientos de hombres y mujeres vinieron a Cristo, y alquilamos un taxi especial, estas mujeres escapaban de esas casas y las llevamos al campo para liberarlas de esa condición de vida.

Un tipo por ejemplo amenazó mi vida el que era dueño de una de estas casas de prostitución, me dijo: si vuelves mañana te vamos a matar, así que me di cuenta que era hora de cambiar mi estrategia, Dios me dió la estrategia que necesitaba. Me dijo: Ve y busca en el Salmo 150, comienza allí hablando de adorar a Dios y que cuando tú le oras al Señor Él le hace una emboscada al enemigo, Él va a atar sus manos y va a atar sus pies.

Así que diseñamos dos equipos, teníamos un equipo de adoración y decíamos: el trabajo de ustedes va a ser adorar al Señor mientras nosotros entramos en las casas de prostitución, ellos adoraban al Señor, cantaban y nosotros entrábamos a ministrar y predicar a todos, cientos y cientos de personas adicionales vinieron a Cristo, la Iglesia en Frankfurt creció, mujer tras mujer fue liberada.

Una vez dos hombres salieron cada uno de un prostíbulo y empezaron a insultarme, mi traductor dijo ni siquiera te voy a traducir lo que dicen no quieres saber, así que los dos cada uno se montaron en un carro y comenzaron en cada carro a insultarme, y al fina se chocaron el uno con el otro, y yo dije: Señor ¿qué está pasando?

Y el Señor me recordó entonces de un Profeta que se encontró con un gran ejército entonces rodeándolo, y el otro, su sirviente dijo: ¿qué vamos a hacer? y el Profeta Eliseo dijo: abre sus ojos, sus ojos espirituales fueron abiertos y pudo ver un gran ejército de Dios todo alrededor de ellos, estaban por todas partes.

Así que continuamos yendo a esos lugares porque Dios me dijo: He establecido confusión en el campo del enemigo. Si tú recuerdas el Señor cegó a un ejército completo, lo mismo sucedió en Frankfurt. El enemigo fue confundido y cegado, y no sabía qué hacer, así que tomamos la tierra para Cristo.

¿Qué has hecho tú para Cristo? Mis hermanos: podríamos estar aquí todo el día contándoles historias así, mi esposa puede avalarlas, porque según tú te entras en el río puede ser la cosa más loca pero tienes que decirle: sí Señor, estoy dispuesto, ¿amén? Boston necesita de Cristo.

¿Saben? yo he vivido aquí en Boston 10 años ya, vivo actualmente en Summerville en un área que se llama Winterhill, somos Juventud con una Misión Boston. En los últimos diez años y medio hemos visto a través de la predicación evangelística 28.000 personas en el área circundante de Boston venir a Cristo.

¿Saben por qué tanta gente no está recibiendo a Cristo en esta ciudad? porque nadie les está predicando ¿están de acuerdo?

Mis hermanos: si usted no le predica a esas almas, si no les hablas de Cristo su sangre está sobre sus cabezas, si trabajas todos los días con ellos y no les hablas de Cristo.

Yo trabajaba en la fábrica de acero en Pensilvania cuando era más joven, no conocía a Cristo, era miserable. Era un carpintero allí en la fábrica de acero, casi me suicido pero llegué a conocer a Jesucristo y Él cambió mi vida. Comencé entonces a ser consejero en las campañas de Billy Graham, yo estaba entrenando a los demás consejeros y vino un hombre a mí, y me dijo: Doug, ¿cómo estás? yo trabajaba contigo allí en la fábrica de acero, yo le dije: gracias a Dios, qué bueno verte, gracias a Dios que te has hecho cristiano, y él me dijo: no, yo era cristiano cuando me conocías allá, yo le dije: te voy a matar, tú eres un idiota, ¡yo me iba a matar! y estaba en el peor tiempo de mi vida y ¿por qué tú no me hablaste acerca de Jesucristo? ¿por qué no me dijiste algo? Él me dijo: no sé, y yo le dije: ¿sabes qué? tú no eres mi amigo, vete de mi alrededor.

¿Quizás alguien te pueda decir lo mismo mañana? Quizás alguien venga y te diga: yo he estado sufriendo todo este tiempo y tú no me has hablado acerca de Jesús, sean tus vecinos, compañeros de trabajo, en la escuela.

Hermanos: Jesús quiere que lo obedezcamos. Primer mandamiento en el Nuevo Testamento: Les voy a hacer pescadores de hombres, y el último mandamiento que el Señor le dió a Sus Discípulos: Vayan y prediquen el Evangelio a toda criatura. Y la última cosa que Él dice antes de irse del mundo, el Señor les prometió: van a ser llenos de poder y me serán testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y en toda la Tierra.

¿Por qué nos da el Señor el Espíritu Santo? es para que seamos Sus discípulos, Sus testigos ¿amén? Él dijo: en Jerusalén, yo puedo imaginarme a los Discípulos diciendo: ¡ah, Jerusalén! eso es fácil, pero después el Señor dijo: Bueno, también en Judea, y ellos dijeron: pero Señor no hablamos con los gentiles, y luego dijo: y a Samaria, y ellos dijeron: pero Señor odiamos a los samaritanos, y entonces dijo: vayan a los extremos del mundo también.

Si uno ve desde el capítulo 1 de Hechos hasta el capítulo 8 hay como 30 años que transcurren en eso, la Iglesia nunca salió de Jerusalén, por treinta años se quedaron allí porque estaban disfrutando de conocer a Jesús, estaban pasándolo bien ¿para qué salir de Jerusalén? El Espíritu estaba moviéndose en Jerusalén, la gente estaba aceptando a Jesús, mi familia está aquí, mi iglesia está aquí, mi trabajo está aquí ¿para qué me voy a salir de Jerusalén?

Hum, quizás porque yo puedo obligarte a que vayas, así que en Hechos 8:1 y 2 pasa algo interesante, dice que vino una gran persecución sobre la Iglesia y las autoridades vinieron a sacarlos casa por casa, mataron a muchos de los cristianos, violaron a las mujeres y fueron esparcidos por todas partes, y dice la Biblia que fueron esparcidos precisamente a Judea, a Samaria, ¿no les dijo el Señor desde un principio vayan a estas ciudades y no lo escucharon? Por eso tienen ahora este caos, sus hogares destruidos.

Pero es interesante lo que hicieron estos Discípulos perseguidos. En el cuarto versículo dice que los Discípulos comenzaron a predicar la Palabra en esos lugares donde eran esparcidos, el Señor ama a todos y Él quiere que vayamos, y esos que no van experimentan depresión, falta de realización personal, los padres miran a sus hijos y dicen: ¿por qué mi hijo no está obedeciendo y siguiendo al Señor? porque tú no estás obedeciendo, no estás compartiendo el Evangelio con otros, entonces ¿para qué van ellos a compartirlo? Entonces vemos a nuestros hijos resbalándose y alejándose del Señor, y los vemos yéndose en otra dirección, y así te preguntas ¿qué pasó, qué hice de malo?

Por la Gracia de Dios yo puedo decir que mis hijos están prendidos fuego por el Espíritu Santo, sus esposos, sus esposas están prendidos fuego por el Señor, mis quince nietos todos están prendidos fuego por el Señor.

Yo he tenido aventuras por el Señor en 45 países del mundo, he metido biblias subverticiamente en la China, me agarraron, me quitaron el pasaporte, cuatro hombres me apuntaron al cuerpo directamente con ametralladoras, yo dije: Señor sería un buen momento para que me ayudaras.

Había una persona vendiendo helado y yo le dije a este tipo que me estaba molestando y persiguiendo: hey hace un calor tremendo, qué calor hace aquí. Tenía Biblias metidas en mi traje, 100 grados y yo tenía un traje puesto, y yo le dije: ese tipo está vendiendo helado, yo tengo como 50 dólares, yo les voy a comprar helado a todos los guardias, y ellos dijeron: ¡hagámoslo! (risas) así que yo los llevé donde estaban vendiendo todos los helados y mientras ellos estaban comiendo el resto de mi equipo metió 1500 biblias en ese lugar.

Yo quiero que tú tengas esas aventuras también, yo quiero que te metas en el río, yo quiero que descubras al Señor de la cosecha, ¿puedes decir amén? si puedes decirle: sí al Señor, quiero obedecer a Cristo, yo quiero entregarle a su Pastor una serie de DVDs de la organización Billy Graham, son DVDs evangelísticos, están hechos maravillosamente bien, duran 30 minutos y yo quiero que el Pastor, le voy a pedir que se los entregue a toda la Congregación, y usted puede invitar a un vecino, y él se va a salvar simplemente viendo la grabación.

Vamos a poner herramientas en sus manos, hay aplicaciones en el teléfono que yo quiero compartirlas con su Pastor. Tengo una aplicación que tiene todos los lenguajes del mundo con la Biblia así que si alguien no habla su idioma usted puede poner la película de Jesús y va a estar en ese idioma. Yo quiero poner estas herramientas en sus manos, se llama bible.is. Así que si usted habla con alguien de la India se la puede mostrar en su lenguaje con esa aplicación.

Hay una versión acortada de la película de Jesús para los niños, la otra es demasiado larga, enséñesela a los creyentes, mejor dicho a las personas adultas y eso los va a convertir y van a ser salvos. Una vez se la enseñé a treinta personas de Nepal y todos dijeron: yo quiero servir a Jesús. Queremos poner estas herramientas en sus manos, ¿amén?

¿Quieres escuchar a Jesús, Sus mandamientos? ¿quieres unirte al ejército de salvación de la gran comisión? Vamos a cantar una canción que dice: Toma valor, y cuando cantes esa canción toma valor, si tú quieres decir: sí, yo quiero unirme a ese ejército, ya no quiero ser un pantano, yo quiero que mi agua fluya, entre y salga, fluya, ¿sabes qué? cuando tú ves que el río fluye tu corazón se ensancha, se agranda, recibe más amor, más gozo, más paz, tienes la habilidad de ministrarle a más personas y de esa manera más agua puede fluir, más agua puede entrar a tu vida y de momento vas a tener fruto saliendo de tu vida a cada momento.

Así que mientras ellos dirigen esa canción si usted quiere unirse a ese ejército de salvación quiero que toda la Iglesia venga al frente y se esparza aquí. Y antes de que se vayan, hay hermanos que están nerviosos porque creen que no vamos a tomar las ofrendas.

Mientras ellos nos dirigen, ellos van a tocar algo, vamos a prepararnos hermanos. Yo les decía a los hermanos esta mañana así mismo: yo les he predicado antes; si va a haber una Iglesia que haga grandes cosas para el Señor tiene que haber un pueblo que le dé generosamente al Señor, las dos cosas van unidas ¿amén? porque para comprar materiales, hacer todas las cosas que una Iglesia como la nuestra tiene que hacer tiene que haber un pueblo generoso, un pueblo que sea radicalmente comprometido. Yo no puedo concebir que una persona radical comprometida con el Señor no haya comprometido también su bolsillo, sus finanzas, es uan contradicción.

El compromiso con Cristo involucra también un compromiso financiero, y si tú no puedes recibir eso está bien, no te preocupes, si tú no estás todavía en los caminos del Señor tampoco te preocupes.

Ahora: para los que creen en Cristo, los que conocen al Señor, los que saben el Reino de Dios sabemos que el Señor cuando le dijo al joven rico por ejemplo: hey, ¿tú quieres ser salvo? vende tus bienes, dáselos a los pobres y sígueme. En otras palabras el Señor quería asestarle un golpe mortal a ese apego al dinero que él tenía, y desgraciadamente ese joven no pasó la prueba, y prefirió su dinero, su posición social en vez de recibir ese gozo cuando uno le da al Señor su todo.

Yo quiero retarlos hermanos no solamente hoy sino siempre: si queremos ser esa Iglesia que tenga los recursos que se necesitan en esta ciudad para no tener que estar pensando; hay una hermana que me dijo: Pastor ¿por qué no ponemos un sign bien grande en alguna parte de la ciudad retando a la gente a que venga a la Iglesia, que venga al Señor? eso costaría miles de dólares, ¿tenemos el dinero? Ahora mismo nos falta porque necesitamos que más personas se alisten en las filas de los diezmadores, de los que dan generosamente al Señor.

Yo creo que si todos cargáramos un poco de la carga nadie tendría que sacrificar gran cosa porque todos cargaríamos el peso de una Iglesia evangelística como esta que tiene tantos ministerios, tantas cosas que hacemos para servir al Señor.

Así que yo quiero retarte: si tú quieres ir una de las primeras cosas que tú tienes que hacer es dar, pero primero tienes que darle tu corazón al Reino de Dios, si tu corazón está unido al Señor tu dinero va a fluir sin ningún problema.

 

Todo comienza con tener intimidad con Dios

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Quiero hablar de Jesús por un momento ahora y quiero hablar acerca de zapatos ¿qué tiene Jesús que ver con zapatos? Recuerdo una vez que yo estaba recibiendo entrenamiento misionero y esta mujer nos estaba enseñando cómo discernir la Voz de Dios, también estaba hablándonos del carácter de Jesucristo, todos los nombres existentes de Jesús y todas las características acerca de Jesús.

Y entonces ella nos dijo: quiero que todos ustedes salgan allá afuera hasta que reciban una Palabra de parte de Dios y puedan experimentar la Presencia de Dios. Yo dije: ok estaba en Concorde en New Hampshire en el estado de New Hampshire y entonces yo salí y me metí en el campo, aquí están estos árboles hermosos, los pinos y el granito que es típico de New Hampshire, estaba de pie adorando al Señor pero de momento es como que Él estaba presente físicamente delante de mí.

Yo no lo ví con mis ojos físicos pero el predicador Oral Roberts decía como que: tú sabes que sabes que sabes que es así y yo sabía claramente, convincentemente que Jesús estaba delante de mí en ese momento. Y Él estaba un poquito celoso y Él me decía: hey ¿tú te crees que lo que tú estás experimentando ahora es grandioso? déjame darte un vislumbre de lo que es el cielo.

¿Se imagina un día así bien oscuro y que de repente viene un rayo e ilumina todo el firmamento y que de momento usted puede ver como todo bien iluminado? y así fue mi vislumbre del cielo pero era magnífico, los árboles estaban plenos y eran como traslúcidos algo que nunca había visto, los colores eran colores que yo nunca había visto pero la mejor parte de esto era el gozo que abrumaba, llenaba todo mi corazón.

La Biblia habla de ese un gozo inexpresable de gloria ¿y sabe usted lo que eso quiere decir en realidad? es tener tanto gozo que uno no sabe qué hacer con su propio cuerpo, es como saber eso pero cuando tú tienes tanto gozo dentro de ti es como que uno no sabe expresar tanto gozo físicamente y así me sentía yo en ese momento en que el Señor me dió ese, era un gozo abrumador, consumidor.

Cuando yo estaba en la universidad yo era un jugador de fútbol americano y llegué a jugar fútbol semi-profesional americano y uno siempre como que se da cuenta un tipo ahí fuerte, fornido pero en medio de esa experiencia que el Señor me proveyó en ese campo yo totalmente solo con el Señor el Señor me dijo: hey, bailemos solos y yo me encontré danzando con Jesús, me volví loco danzando solo en ese campo. Y yo recuerdo que ahí en mi mente yo decía: espero que nadie me esté viendo.

Pero ese gozo era tan grande que yo tuve que hacerlo y entonces el Señor me habló de nuevo y me dijo: ¿qué quieres? te voy a dar lo que desees, así que yo miré mis zapatos, yo en ese tiempo estaba trabajando con un grupo de jóvenes, era miembro y las siglas eran YWAM, hay otra manera de ver esas siglas: Juventud Sin Dinero (risas) así que yo vi mis zapatos destartalados con hoyos en las suelas y yo dije: Señor me encantaría tener un nuevo par de zapatos y de nuevo como que el pensamiento me impactó nuevamente y pensé: hey Salomón le pidió sabiduría al Señor para dirigir toda una nación y aquí estoy yo pidiéndole zapatos al Señor y me dije: pero idiota que eres ¿qué has hecho?

Así que regresé al edificio y entonces estaba pasando por el pasillo del edificio y me preguntaba a mi mismo: ¿ese habrá sido Dios o mi imaginación? ¿me imaginé esto o lo fabriqué? Entonces uno de mis amigos sale de uno de los cuartos del salón y a este tipo lo veo todos los días, él dice: hey Doug Tony! yo digo: ok, él dice: no entiendes yo me encontraba en mi cuarto hace un momento y el Señor me acaba de dar una directiva, yo digo: bueno ¿qué te dijo? Él dijo: acabo de comprar un par de zapatos nuevos, los zapatos más caros que hay para correr deportivamente. Me preguntó: ¿de qué tamaño son tus pies? y éramos de la misma talla y yo tengo pies anchos.

Así que él me regaló los zapatos y yo regresé a mi cuarto y me dije: bueno los zapatos son muy bonitos pero mucho mejor es que yo puedo disfrutar de este tipo de relación con Jesucristo, que Él es personal y que me habla directamente.

Así que vemos hoy en America, la gente pasa en promedio 3 minutos en oración porque no conocen el gozo de conocerlo a Él, no entendemos la majestad sublime de Jesús y el hombre promedio cristiano pasa solamente una hora total en un año en leer la Biblia así que por eso ni siquiera entendemos lo que dice esta Biblia, ni siquiera lo conocemos ya. Así que cuando yo tuve esa experiencia de los zapatos comenzó una forma nueva de experimentar a Jesús en una forma personal y maravillosa.

Comencé a viajar por todo el mundo predicando el Evangelio en diferentes partes del mundo. Durante mi vida he predicado y orado por unas 200.000 personas a través de diferentes países. He estado en 45 países en muchos de esos países 12, 15 hasta 20 veces y he experimentado la majestad de Jesús donde quiera que voy.

Recuerdo una vez fui a Mongolia todos allí son budistas, el cristianismo apenas llegó allí en 1995, Cruzada Estudiantil fue el primer grupo en llegar allá. Llega de momento un Pastor de las Asambles de Dios, ahora mismo solamente un cientoavo de un 1% es decir ni siquiera un 1% de la gente allí. Y Dios me dice: vé a Mongolia, hay que tomar un vuelo a Chicago, entonces viajar por encima del Polo Norte, llegar a Beijing en China y entonces de ahí uno toma otro vuelo hasta Mongolia. Entonces cuando uno llega uno toma el tren más lento que existe en el mundo a 100 grados de temperatura, no hay aire acondicionado en el tren y llegamos a nuestro destino cuatro o cinco días después ya listos para morirnos.

Y entonces me acerco a un Pastor y le digo: Pastor ¿cuál es su plan? Y me dice: bueno me gustaría comenzar una Iglesia aquí, yo digo: ¿cuándo? él dice: bueno voy a orar por siete años y entonces vamos a comenzarla, eso fue un viernes y yo le dije: hermano ¿por qué no la comenzamos el domingo? él dice: ¡pero no tenemos gente! Y esto es en Mongolia, la inmensa mayoría no ha escuchado de Jesús, de la Biblia ni siquiera una vez en sus vidas.

Pero entonces yo me metí en la Presencia del Señor dentro de mi propio corazón y le dije: Señor dame una estrategia ¿qué debemos hacer? ese pueblo en particular no tiene agua, hay que ir a un pozo para obtener agua. En ese tiempo yo tenía un equipo de drama y otro de danza conmigo y les dije: bueno vamos al pozo este, vamos a estar allí y veremos qué pasa vamos a encontrarnos con mucha gente que viene a buscar agua ahí en el pozo.

Así que todo el día sábado estuvimos allí haciendo nuestras presentaciones y en la noche fuimos a otro lugar. Y en ese día 112 budistas se convirtieron a Jesucristo, 112. Es más o menos una hora y media por cada persona así que hace falta un equipo grande. Y el monje budista más anciano de toda el área fue una de esas 112 personas que entregó su vida a Jesucristo. Había servido a Buda toda su vida.

Después fuimos a otra parte de la ciudad y toda esta gente se encontraba en un edificio escolar y ahí comenzamos a hacer nuestras presentaciones, era como una aspiradora y todos salieron del edificio escolar y se acercaron a nosotros. Recuerdo bien que estábamos ahí predicando el Evangelio y el director del colegio salió y dijo: esta gente vienen de parte del diablo, y dijo: si ustedes los siguen a ellos a estos blancos van a irse al infierno, no los escuchen y todos los estudiantes dijeron lo siguiente: nunca hemos escuchado estas palabras antes, este mensaje nunca había venido a nosotros; por favor déjenos escuchar, queremos escucharlo y decidir por nuestra propia cuenta así que ella finalmente se retiró y al final de esa presentación 300 personas vinieron a Jesucristo, todos budistas.

Usted tiene que entender: todo comienza con zapatos, comienza con la Persona de Jesús, tener esa intimidad con Él, conocer la Voz de Dios en su propia vida, pasar tiempo con Él. Uno no ora porque cree que eso no es valioso, uno piensa que no va a hacer una diferencia pero no tiene idea del poder que hay en la oración, la oración lo cambia todo hermanos.

Ore por sus hijos, ore por sus nietos, busque del Señor especialmente ustedes hombres. Hombres: ustedes necesitan orar, hermanos tomen tiempo de su día. Yo sé que ustedes están ocupados, necesitan hacer dinero ir al trabajo, yo lo entiendo pero miren lo que yo hago con mi propia persona. La carne no desea orar así que yo le digo a mi carne, extiendo mi mano y digo: hey vas a orar y yo me voy una bofetada a mí mismo y me digo: hey déjate de eso y ponte a orar porque no es con espada, no es con ejército, no es con fuerza humana es con el Espíritu de Dios.

¿Sabe? Dios hace estas cosas a través de nosotros. Y yo recuerdo ese próximo día cuando plantamos esa Iglesia, unas 130 personas llegaron a la Iglesia ese día y vino hasta el alcalde de esa ciudad y recuerdo las preguntas que nos hacían porque cuando se comienza este tipo de Iglesia van a haber muchas preguntas y uno tiene que tener las respuestas. Y una mujer levantó su mano, ella dijo: nosotros adoramos las montañas, adoramos los árboles y los objetos naturales; toda nuestra vida y durante 1500 años hemos adorado estos seres ¿a quién ahora entonces adoramos? Y yo le dije: ahora puedes adorar al que hizo todas esas cosas y que te hizo a ti también y entonces ella dijo: oh ahora entendemos.

Hermanos, hermanas yo quiero que ustedes también tengan esa experiencia, yo quiero que ustedes también tengan momentos como ese. ¿Saben? hace poco estuvimos en Downtown crossing ahí en el centro de Boston en la estación de tren Rogle's y nos tropezamos con un estudiante chino que nunca había escuchado el Evangelio de Cristo ni una sola vez y tuvimos la oportunidad de llevarlo a Jesucristo.

¿Saben? hay muchos chinos que creen que la Creación fue toda creada por pájaros. Si usted va a Mongolia y pregunta: ¿quién nos hizo? le dirán las aves, ellos creen en eso. Y poder decirles: no, hay un Dios, hay un Creador, un Dios vivo creador, real. ¿Saben ustedes? en el mundo hay dos billones y medio de personas que no han escuchado el Evangelio ¿cómo van a escuchar si no hay quién les predique, cómo sabrán si no vamos a ellos?

El centro de Boston es un lugar increíble para predicar el Evangelio. Yo les diría que la mitad del mundo pasa por Downtown crossing, hay que conocer unos cuarenta idiomas para poder hablar ahí en ese lugar. Una vez me pude sentar allí con turcos, nunca habían escuchado hablar de Jesús así en una forma personal. Tienen tanta curiosidad acerca de Jesús, le preguntan mil preguntas, la mayoría de ellos no van a aceptar a Cristo en esa primera ocasión pero nunca han escuchado el mensaje. Hermanos, hermanas ¿conocen ustedes quiénes habitan su ciudad?

El mundo ha venido a ustedes y sin embargo pasamos el día metidos en la casa, en las tiendas, en el trabajo ¿por qué no le entrega un poco de tiempo a Jesús y tiene una experiencia personal con Él?

Sabe cuando usted tiene esa experiencia personal con Cristo cosas maravillosas suceden. De paso otra Iglesia que plantamos allí añadimos 300 personas a esa otra Congregación, si usted quiere chequearlos Erdenet es la ciudad en Mongolia donde añadimos estas dos iglesias, una historia verdaderamente sorprendente. Pero cuando uno escucha estas historias uno puede entonces relatarlas a jóvenes como estos.

Y ayer Joe Campbell ¿quién estaba jugando fútbol soccer contigo? Pasen por acá los jugadores, los jóvenes que estaban jugando soccer, ellos estaban jugando soccer con unos vietnamitas, todos vietnamitas ayer. Y estos tipos nunca han escuchado el Evangelio de Jesucristo antes y al final del juego que tuvieron, Joe diles lo que pasó.

Joe: Yo entonces al final del juego pregunté: ¿puedo orar por ustedes o con ustedes? y estaban muy abiertos, estaban atentos, nunca habían escuchado acerca de Jesucristo antes. Así que yo oré como con unos diez y cada uno de ellos aceptó a Jesucristo.

Pastor: Y uno tiene así la oportunidad de transmitir este tipo de relatos a jóvenes como estos, gracias buen trabajo. Yo recuerdo una vez que mi hijo estaba una vez en Dorchester y él se encontraba en uno de estos proyectos caseros allá estaba ministrando y él lo describía como que la multitud y el grupo estaba delante de él, y había otro tipo por allá lejos encima de una escalera parado y Dios le dijo: Jeremy agárralo.

Jeremy mide 6'3'' así que Jeremy se mandó detrás del tipo este y el tipo comenzó a correr y Jeremy se mandó detrás de él y lo agarró y el tipo le preguntó: ¿qué quieres, qué quieres? ¿Sabe uno tiene que entregarlo todo, tiene que darlo todo para Jesús. Mi esposa y yo lo hemos entregado todo todo el tiempo entregamos todo, no puedo decirles cuántas veces he tenido el privilegio de vaciar mi cartera de todo dinero, les aseguro no es gran cosa porque no hay mucho dinero pero uno transmite eso a la gente.

Así que el tipo le dice: ¿sabes? no me interesa lo que tienes para decirme. Y Jeremy se acababa de comprar un reloj bien caro y le dijo al tipo este: si me dejas relatarte esta historia que tengo para decir te regalo este reloj y el tipo lo miró y dijo: alright adelante, me tienes agarrado; es un reloj muy bonito me gusta.

Es bueno relatar estas cosas a sus hijos, lo que importa es el Reino de Dios. Así que este hombre, este varón escucha a Jeremy durante 30 minutos y le dice: tú no sabes quién soy yo, yo soy el dueño del negocio de la droga, yo controlo y vendo la droga en este vecindario. Y Jeremy lo mira y le dice: déjame decirte algo este es un momento muy importante y significativo en tu vida, tu vida está pendiendo ahora en la balanza, esto no es una decisión que puedes posponer para mañana.

Y le dice: ¿tú me conoces? Jeremy le dice: no, no te conozco. Él le dice: mañana voy a corte, es ya mi tercer strike, probablemente el juez me va a meter a la cárcel y Jeremy le dice: sí tu vida está pendiendo ahora mismo de la balanza ¿qué vas a hacer? y él le pregunta: ¿qué puede hacer Cristo por mí? Jeremy le dice: bueno lo primero que va a hacer es transformar tu vida, él le pregunta: ¿me va a sacar de la cárcel? bueno no, probablemente vas a ir a la cárcel por todo el tiempo que tienes que ir pero el Señor va a estar contigo por todo el tiempo que estés ahí y él le dice: bueno voy a entregar mi vida a Jesús.

Así que este hombre oró con Jeremy y entonces le preguntó: bueno ¿qué hago mañana? Y Jeremy le dice: bueno haz algo que nunca haz hecho dile al juez toda la verdad, tú estás loco le dijo me va a meter a la cárcel por 30 años no 20 y Jeremy le dice: mira si dices la verdad Dios estará contigo, si mientes como siempre lo haces el Señor se va a alejar de ti así que di la verdad.

¿Saben lo que sucedió? este hombre fue a la corte los próximos días, lo tiró todo frente al juez. El juez quedó absolutamente sorprendido, si alguien desea independientemente saber el nombre de esta persona se lo puedo decir y el juez le dijo esto a este hombre: te he conocido desde que eras un jovencito, esta es la primera vez que me dices la verdad. Tu vida dice el juez es diferente, no vas a ir a la cárcel; te voy a mantener fuera de la cárcel. Una historia verdadera.

Este tipo nunca más volvió a vender una sola droga, se separó de las gangas, texteaba y mensajeaba a Jeremy casi todos los días ¿y sabe de qué le preguntaba? Preguntas bíblicas, no podía dejar la Biblia se enamoró de ella, estaba leyendo la Biblia cuatro o cinco horas al día, su vida fue transformada, va a la Iglesia en la avenida Blue Hill y ahora es uno de los líderes de su Iglesia, mire lo que Dios puede hacer cuando uno transmite el Evangelio.

Siempre me es interesante siempre he estado en el campo misionero, hemos estado en muchas partes del mundo, hemos vivido muchas veces en Europa y una vez terminé otra vez en el mismo edificio donde relaté esta historia en Concorde New Hampshire, y así mientras caminaba por este edificio y hacía memoria dije: wow Señor aquí fue donde comenzó todo, fue aquí la historia de los zapatos donde primeramente me encontré contigo, fue aquí la primera aventura. Para mí Jesucristo es todo, es Él solamente.

Así que en ese momento ahí en Concorde en ese edificio me arrodillé, adoré al Señor y le doy gracias al Señor por esa relación personal, íntima con Él. Y después de eso fui a la Iglesia y estaba allí adorando al Señor y había una dama cerca de mí y de momento la ví que se volteó violentamente y comenzó a mirarme así fijamente, yo chequeé mi ropa para ver si todo estaba bien, todo estaba bien. Entonces la mujer se fue.

Yo dije: bueno. Continué adorando al Señor, el servicio terminó y me encuentro en la recepción de la Iglesia y esta mujer entra otra vez y me dice: durante el servicio Dios me habló, me dijo que saliera de la Iglesia, fuera a Maysey's la tienda y que comprara el mejor par de zapatos italianos con suelas de cuero que pudiera encontrar allí y te los regalara, y el Señor incluso me dijo tu talla de zapatos.

¿Y sabe lo que me estaba diciendo el Señor en ese momento? y yo quiero que capten esto. Así como tanto disfrutamos de Él y Su Presencia Él disfruta de nosotros, Él disfruta, quiere tener intimidad con nosotros, a Él le encanta cuando uno se vuelve loco y lo adora y pasa ese tiempo con Él así que hermanos, hermanas: pasen tiempo con Él. Él no es sordo, Él sigue hablando, te conoció antes de que tú nacieras, sabe lo que tú necesitas; Él quiere llevar esa relación aún más allá porque tarde o temprano vas a descubrir algo.

Recuerdo un tiempo que estaba administrando una escuela y llega un hombre a la escuela, el tipo estaba loco, ofendía a todo el mundo y le digo: ¿qué haces en mi escuela? Él dice: hey no me caes bien no quiero tener nada que ver contigo pero Dios me ordenó, me dijo que tenía que estar acá. Yo dije: ok tremendo. Siempre nos dividíamos en grupos pequeños, todo mundo en mi grupo pequeño me abandonó y yo le dije: cuéntame tu historia.

Él dijo: soy un veterano de Vietnam. Cuando yo estaba en Vietnam una vez me emborraché porque mi mejor amigo acababa de morir al lado mío y entonces comencé a tomar drogas. Entonces fui a una aldea ese mismo día borracho, drogado, me llevé mi ametralladora y maté a todo el mundo que pude ese día. Fui a la cárcel por 20 años.

Tenía psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales todo mundo tratando de ayudarme. Y le dije: con mi escuela vamos a Nueva York y hacemos evangelismo y él dijo: yo voy contigo. Él vino con nosotros y ahí nos encontramos en un parque en Brooklyn, comienzo a hablarle a un tipo que está sin hogar y este hombre nos dice: hey tengo una historia que quiero compartir con ustedes. Yo soy un veterano de Vietnam nos dice este hombre.

Y dice: cuando yo estaba en Vietnam había un jovencito con una bomba puesta sobre sus espaldas y este jovencito suicida con una bomba en las espaldas iba dirigiéndose hacia 20 soldados y este hombre sin hogar dice: yo le disparé y maté al jovencito pero nunca he podido recuperarme de eso así que él dice: yo ahora me encuentro sin hogar a propósito, lo que quiero hacer es atormentarme por el resto de mi vida por haber matado a ese jovencito.

Y yo le dije: bueno mira tengo aquí a un tipo que hizo algo mucho más horrible que lo que tú hiciste, él es cristiano y necesita hablar contigo. Así que los tres están allí y comienzan a hablar los 3. El Pastor dice: hey yo también, yo era un piloto de helicóptero y estos tres comenzaron a hablar; lo interesante es que estos dos hombres traumatizados en una ocasión habían estado con este Pastor en el mismo helicóptero que él manejaba. Este hombre el primero que vino conmigo que había matado, masacrado a toda esta gente en Vietnam que estaba deprimido todos los días de su vida a pesar de ser cristiano, a pesar de estar buscando de Dios, a pesar de estar en mi clase escucha el testimonio, el relato de este otro hombre le apunta y dice: te voy a decir lo siguiente, no hay pecado que tú puedas cometer que Dios no pueda perdonar.

Y cuando él dijo esto de momento por primera vez en su vida mientras lo decía él se dió cuenta él mismo que también era verdad para su propia vida y también recibió liberación por su propia Palabra y comenzó a adorar al Señor y se olvidó acerca del otro hombre, y se regresó a casa con nosotros; esto era en New Hampshire y este primer veterano traumatizado entonces llevó a su psiquiatra y a los psicólogos y trabajadores sociales a Cristo porque ellos dijeron: mira si tú puedes cambiar Dios es real.

Así que cuando tú haces algo por Cristo Él te libera, Él hace milagros en tu propia vida. Y entonces uno dice: bueno yo puedo decirle a otros acerca de Cristo pero no quiero hacerlo, pero cuando uno simplemente lo hace por obediencia no por deseo Él nos pone en situaciones que van a traer liberación mientras testificamos nosotros, van a liberar nuestra propia vida y entonces uno puede experimentar la Gracia de Dios en una manera personal. ¿Amén? hey, buen material ¿qué les parece? Amén.

¿Cuál es la razón número uno por la cual usted no comparte su fé?

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Si tiene su Biblia me gustaría que miráramos juntos Marcos capítulo 1 versículo 17. Y si usted mira cuidadosamente verá que este es el primer mandamiento que el Señor Jesucristo le dió a la Iglesia Nuevo-testamentaria. En este momento Él no tiene seguidores, no tiene discípulos y este es su primer mandamiento a aquéllos que han de seguirlo.

¿Sabe? todo el mundo tiene algo que le gustaría hacer en la vida y hay muchas causas en las que uno le gustaría involucrarse que claman nuestra atención. Vemos ahí mucha gente vestida de rosado porque están luchando contra el cáncer por ejemplo y eso es bueno pero hablemos acerca del llamado central, el primer llamado que Cristo nos hace a nosotros como creyentes, como seguidores de Él. No hay nada de confuso en ello. Vengan y síganme, libérense de sus pecados. Libérense, sean liberados de su miseria. Permítanme ayudarles.

Y eso es lo que Él hizo para mí. Mi vida era un verdadero desastre. Me había casado, divorciado, quería suicidarme, planifiqué el asesinato de un hombre, llegué a hacer eso, bebía alcohol todos los días y un día alguien se acercó a mí en el campus universitario y me preguntó: ¿conoces a Jesús?. Y es raro mientras les digo todas esas cosa yo aún asistía a la Iglesia. Yo era un diácono, yo servía la comunión todos los domingos y si me hubieras preguntado ¿eres cristiano? yo hubiera dicho: ¡claro que sí!, porque yo estaba viviendo en una gran oscuridad, no tenía la menor idea de lo que verdaderamente significaba ser cristiano.

Así que este hombre me testificó y me habló acerca de Jesús. Y yo le pregunté: ¿cuál es la diferencia entre tú y yo? él me dijo: tú conoces acerca de Jesús pero yo conozco a Jesús. Y cuando tú conoces a Jesús no puedes vivir en pecado y Él te sanará y es maravilloso. Así que yo doblé mis rodillas ante Jesús y mi vida fue transformada. Y dos semanas después me dijo: ¿sabes qué? ven conmigo a testificar en la universidad hoy y yo le dije: hey pásalo bien, yo no voy para allá. Él dijo: no, tú vienes conmigo y yo le dije: no, no yo no hago eso.

Lo único que me gusto es esa parte que dice que Él me bendice a mí, me da dinero, me permite sacar buenas notas, eso es lo que me gusta de Él. ¿Y sabes lo que me dijo? bueno me imagino entonces que no quieres ser cristiano. Yo le dije: claro que quiero ser cristiano, me dijo: bueno un cristiano obedece a Dios y Jesús nos dijo que teníamos que hacer eso, Él me dijo: Yo os haré pescadores de hombres. Él no dijo: oren a ver si es así, Él no dijo: piénsenlo, Él dijo: Yo los haré pescadores de hombres.

Así que ese es el primero llamado, que Él nos da liberación pero ¿sabe qué? no tenemos que estar totalmente liberados y libres para compartir nuestra fé porque aún esas primeras veces que yo comencé a testificar, aún en ese tiempo yo todavía estaba planeando asesinar a un hombre. Yo testifiqué durante todo un mes y entonces conocí a esta mujer. Comenzamos a conocernos y a salir juntos y ella me dijo una vez: hay algo malo en ti, tienes una tiniebla alrededor de ti, de tu vida y yo dije: bueno eso es asunto mío.

Ella continuaba preguntándome: ¿qué es, qué es, qué es lo que te pasa?. Bueno yo le dije: yo lo que voy a hacer es que quiero matar a un hombre y entonces le voy a pedir al Señor que me perdone y después voy a servir a Jesucristo. Y ella me dijo: ¿por qué no lo perdonas? y yo le dije: de ninguna manera, nunca lo voy a perdonar. Ella me dijo: Jesús no te permite matar a ese hombre. Y entonces yo le dije: bueno pues me iré al infierno porque yo lo voy a matar y Dios no me va a detener y el diablo tampoco me lo va a impedir, yo voy a matar a este hombre.

Así que dijo: ¿sabes qué? no voy a salir más contigo, tú eres un lío. Yo me imagino que ella debe haber orado por mí porque poco tiempo después de momento comencé a cobrar cariño hacia este hombre, mi corazón fue transformado. Tomó como un mes más después de eso de simplemente orar y entonces el Señor entró, y un día me dió amor por este hombre que yo estaba pensando matar. ¿Sabe? nosotros servimos un Dios grande y poderoso.

Pero ¿saben? yo vivía en una terrible oscuridad y Jesús me liberó. Ese hombre poco tiempo después trató de matarme a mí y mientras él trataba de matarme yo seguía gritándole que lo amaba. Finalmente ese hombre bajó sus manos y me dijo: ¿cómo puedo yo matar un hombre que me dice que me ama y verdaderamente siente eso, siente amor por mí?, así de grande es nuestro Dios, amén.

Desde ese tiempo en mi vida yo he ido a más de 45 naciones a través de toda la Tierra. He orado por gente en todas partes del mundo y como doscientas mil personas han venido a Jesucristo así que es mucha gente pero hay un precio que pagar, no es fácil. Una vez me encontré en Liberia en África Occidental y regresé después de eso a New Hampshire donde vivía, y me di cuenta que había contraído malaria. Casi me morí dos veces, no sabía qué hacer y le dije al Señor: Señor gracias por sacarme de África y Él me dijo: ¿sabes qué? quiero que regreses a África. Yo dije: estás loco, el doctor dijo que me moriría si vuelvo.

¿Y sabe lo que se me metió en la mente? la cruz. Pensé: mira lo que Él hizo por mí. Él recibió tantos golpes que casi era irreconocible y murió para salvar a los pecadores. Él no murió para bendecir a los cristianos, Él murió para salvar a los pecadores y ¿sabes qué dije? Señor voy a África de nuevo. ¿Sabe? la gente tiene cantidad de diferentes causas pero es solamente hasta que uno es quebrantado que uno arropa y abraza esa causa para la cual Dios llamó.

Hace poco estaba en CBS la farmacia y regresaba de allí, había allí un tipo deambulante, mi corazón saltó hacia él y me pregunté a mí mismo: ¿quién le habrá dicho jamás a este hombre que Cristo lo ama?. Y le dije: hey qué tal ¿cómo te va?. Y él dijo: ¿qué, quién me está preguntando? y él se dió cuenta que yo verdaderamente sentía amor.

Anoche estaba en un restaurante chino y le pregunté al mesero: ¿conoces a Cristo? este hombre nunca había oído de Cristo, no sabía quién era Jesús. ¿Qué es lo que me obliga, me lleva a hacer esto después de cuarenta y cinco años de ministerio?, ¿qué me obliga, me compele a decirle a la gente acerca de Jesús? pienso en la cruz. Pienso en lo que Cristo hizo por mí, pienso en el hijo pródigo, cómo el Señor llora por aquéllos que no están con Él y yo sé que el corazón de Dios está quebrantado por los perdidos, y yo le digo: Señor quebranta mi corazón con aquéllo que quebranta Tu corazón?. Si Tu corazón está quebrantado por los perdidos por qué no puede mi corazón quebrantarse ante los perdidos también?.

¿Has llorado tú alguna vez por Boston?, ¿has clamado por la gente de esta ciudad alguna vez?. ¿Qué precio estás dispuesto a pagar?. Sabe yo he metido de contrabando biblias en la China algunas veces, he trabajado con la iglesia subterránea allí, son la gente más maravillosa y asombrosa que usted se pueda imaginar. Hay un hombre por ejemplo que toma un taxi todos los días y va a alguna parte desconocida de la ciudad y después toma un segundo taxi y entonces en ese taxi él le testifica al chofer de ese taxi a riesgo de su vida, y me dice: uno de cada dos taxistas a los que yo le testifico acepta a Cristo como su Salvador.

Y eso es lo que la Iglesia subterránea en la China me ha dicho que le diga aquí a la Iglesia aquí en América: por favor no oren para que cese la persecución en China porque la persecución nos ha hecho fuertes y no nos vamos a detener por nada.

Cada día están siendo asesinados en China, perdiendo sus trabajos, sus casas porque están predicando el Evangelio. Solamente en una ciudad hay 35 iglesias que el gobierno aprueba que prediquen como iglesias aprobadas pero hay 35.000 iglesias subterráneas. En China nosotros administramos escuelas para entrenamiento evangelístico. Es ciento por ciento ilegal hacer esto. Recientemente el gobierno descubrió que había una escuela en un cierto lugar. Las autoridades irrumpieron en el lugar, golpearon a los estudiantes, arrestaron al personal, golpearon al personal por tres días seguidos. En el cuarto día el persona evangelístico este entrenador comenzaron a recibir correos electrónicos de parte de los estudiantes preguntando: ¿cuándo comienza la escuela de nuevo?, ¡estamos listos!, ¿están bien?.

Dios mío qué compromiso tiene esta gente. ¿Saben ustedes que 35.000 personas llegan a Jesucristo en la China cada día?. China está cambiando por día. Sólo un dos por ciento de los cristianos americanos comparten su fé. Hemos perdido nuestra capacidad para compartir nuestra fé con la gente.

¿Cuál es la razón número uno por la cual usted no comparte su fé?. La razón es el temor. Uno tiene temor de ser rechazado. Uno no se siente equipado o capacitado, uno no sabe qué hacer así que uno se encierra. Quiero que haga algo para mí por favor ahora mismo. Quiero que mire a la persona al lado suyo ahora mismo, mírelo directamente a los ojos y quiero que diga: Cristo te ama, dígale: Cristo te ama y tú le importas, ahora déle un abrazo a la persona. Cristo te ama (ríen). Eso es ya somos evangelistas todo el mundo. Mi esposa quiere decir algo:

Esposa: Yo le dije esta mañana a mi esposo: no me pidas que hable ¿prometes?, siempre se da la misma historia. Para mí a mí me consideran evangelista por estar casada con él y es un tomador de riesgos, a él le gusta estar al borde del abismo, casi le gusta irse de boca. Cuando la policía viene y amenazan con cerrar las puertas de su ministerio él está feliz. Esa no es mi vida pero a mí me encanta decirle a la gente sobre Cristo porque tengo una historia, algo que contar.

Es una historia de relaciones, de esperanza, de conectarse unos con otros. Así que cuando yo entro a su Iglesia y soy penetrada por estos sonidos del español por todas partes como hoy por ejemplo hay algo que ya inmediatamente sé acerca de ustedes, que en su corazón hay esta importancia acerca de las relaciones, las amistades. La gente viene, me besa y agarra mi mano, no les importa que tenga la flu, me aman.

Así que algo yo sé: es que si hay un pueblo en esta Tierra que debiera poder compartir el Evangelio, que saben cómo amar, ustedes saben cómo comunicar si ustedes no pueden hablar se mueren, necesitan hablar con la gente, tienen que hacerlo. Y si ustedes no comparten eso se sienten secos por dentro. Ustedes fueron construídos latinos para comunicar el Evangelio. De hecho pienso que el pueblo latino tiene un llamado especial para compartir el Evangelio.

Ese avivamiento que está fluyendo por el mundo está tan enfocado en ustedes el pueblo latino. Es algo que no tiene precio, hermoso que ustedes llevan con ustedes mismos. Y esta atmósfera de Boston uno nota como que quiere arrancarles ese calor que ustedes tienen, quiere decirles: ah si ustedes quieren éxito no hablen acerca de Jesús. Si tú eres educado tú no vas a compartir, uno no quiere ofender, uno no quiere ser poco inteligente o demasiado que empuja a la gente, y esas voces que nos invitan a no hablar del Evangelio no vienen de Dios. Es el espíritu orgulloso de esta ciudad que trae frialdad y separación.

Así que mi Palabra para ustedes esta mañana es que sean quienes son, gente ambiciosa para con Dios, que tienen amor en su corazón y deje que ese amor hacia los perdidos neutralice esa voz de timidez y de privacidad y de no compartir el Evangelio. Yo he visto por ejemplo he observado madres hispanas con sus niños, nada les detiene de expresar lo que sienten acerca de sus niños. Uno vence el temor con amor eso es escritural ¿no?. Yo he visto padres tomar a sus niños, no les importa el peligro van a proteger a sus hijos.

Así que yo veo ustedes son un pueblo protector, compasivo que ama y eso es todo lo que se requiere para tener un avivamiento, simplemente lo que tienen que hacer es darle un poquito de ese amor poderoso para los perdidos, ese amor hacia la familia dénselo a los demás con quien usted trabaja, la gente que está en diferentes partes, la gente que educa a sus hijos, los maestros, compartan el Evangelio con ellos. Tenemos que simplemente romper los candados que encierran sus puertas y soltarlos. No tengan temor ustedes tienen una Palabra que compartir.

Pastor: ¿saben ustedes? de la misma manera que se tornaron hacia una persona al lado suyo y le dijeron: Dios te ama ¿por qué no hacer lo mismo con su compañero, su vecino en su vecindario?. El Señor te manda, te ordena que lo hagas. Él no dice: ora a ver si es para ti, Él dice: id por todo el mundo y predicad el Evangelio.

Este Marcos 16:15 es el mandamiento final en el Evangelio según San Marcos. Así que vamos el primer mandamiento de Jesús en Marcos, vayan y anuncien el Evangelio y el último mandamiento: vayan y anuncien las buenas nuevas. Vemos su primer mandamiento, su último mandamiento son significativos. Este no es un mandamiento más son mandamientos significativos. Vayan por todo el mundo prediquen el Evangelio a toda la humanidad.

Así que tenemos que hacerlo ¿no creen ustedes?, ¿lo están haciendo?, déjeme preguntarle ¿usted lo está haciendo?, ¿está compartiendo su fé con alguien?. El truco más grande que tiene el diablo es cerrarle la boca a los cristianos, no oré suficiente así que no puedo hoy predicar el Evangelio, peleé con mi mujer hoy así que no puedo hablar de Cristo hoy. Mire si yo esperara a que fuera así nunca predicaría el Evangelio.

Mi esposa y yo tenemos una muy buena relación, treinta y ocho años no hay nada que ella se calla, me lo dice todo pero aún así yo voy y comparto el Evangelio con la gente y al final de todo nos amamos, nos besamos. Así que vamos ahora a Hechos capítulo 1 versículo 8, Hechos 1:8. He aquí las últimas palabras que el Señor da en Hechos antes de su ascención, después de ese mandamiento Él se va y hace 2.000 años que se fue. Una vez más un mandamiento significativo muy importante y si usted está de acuerdo diga amén conmigo.

No es como que: ah esto es una cosa más que quiero decirles antes de irme. Discípulos: estas son mis últimas palabras obedezcan este mandamiento. Dice: "Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya descendido sobre vosotros y me seréis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y por toda la Tierra."

Así que ¿vemos algo no? recibimos el Espíritu Santo para una sola razón: ser testigos. ¿Está usted testificando? es por eso que usted recibe el Espíritu Santo y la Biblia que después de decir estas palabras Él asciende. Es interesante notar esto, que los discípulos no eran de Jerusalén ellos venían del área de Galilea a setenta millas al norte de donde ellos estaban, eran Galileos así que el Señor les dice: hey quiero que vayan y prediquen en Jerusalén.

Hace un par de años algunos de nosotros fuimos a Jerusalén y fuimos por todo Jerusalén y predicamos el Evangelio ¿y sabe lo que nos dijeron los cristianos?. Si ustedes tratan de predicar en Israel los van a apredear, los van a escupir y probablemten los maten, y entonces ellos me dijeron: ¿qué van a hacer? y yo dije: voy a predicar el Evangelio porque el Señor no dijo: vayan y prediquen solamente donde es agradable, donde hay la gente amistosa. Él dijo: vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la gente.

¿Qué quiere decir la palabra todo? quiere decir todos, todo el mundo. Yo recuerdo el primer día cuando llegamos a Telaviv todos los cristianos decían: es imposible no intenten, yo dije: no, tengo que hacerlo porque Él me lo ordena. Y ahí en Telaviv esa ciudad, segunda ciudad más importante en Israel llevamos a cabo nuestras presentaciones y yo le pregunté a los judíos: oigan ¿qué piensan de lo que acaban de ver?. Decían: hey creemos que es un maravilloso mensaje pero no sabemos quién es este Jesús del cual ustedes hablan. Yo dije: ¿están seguros?. ¿Saben que Él caminó por aquí hace un tiempo? era donde pasaba el tiempo hace tiempo atrás, me decían: no sabemos quién es y a nosotros nos resulta difícil pensar que hay tal cosa como un Salvador, no sabemos qué quiere decir eso de Salvador pero nos encanta su mensaje, por favor llévenlo a todas partes del país.

Y entonces cuando llegamos a Jerusalén los cristianos decían: han tenido éxito en todos lados pero no tuvieron éxito aquí. Así que nosotros llevamos unos parlantes portátiles, unas bocinas portátiles y hacíamos así presentaciones en las calles. Así que en un momento fuimos a un callejón. Todo el mundo se puso su maquillaje y todas sus cosas, oramos, tomamos nuestros parlantes portátiles, nos miramos unos a otros y dijimos: Dios te bendiga, te amo, ¡adelante, vamos! y nos pusimos ahí mismo en el medio de Jerusalén y comenzamos a hacer nuestra presentación.

Llegó la policía y les gustó y entonces comenzó a formarse un gentío, y había como setenta personas allí en ese momento. Y un tipo grandísimo, bien alto me dijo: hey será mejor que no hables acerca de Jesús porque te voy a derribar. Yo le dije: señor hombres más grandes que usted me han dicho lo mismo pero usted no se va a meter conmigo se va a meter con el Dios viviente si me toca.

Y entonces esta mujer que estaba al lado de él se volteó hacia él y comenzó a hablarle en hebreo, yo no sé lo que le estaba diciendo pero no parecía placentero lo que estaba diciendo porque luego de un minuto ese hombre salió corriendo y entonces ella se fue, y quedamos libres para predicar el Evangelio. Después de tres horas en la ciudad de Jerusalén yo comencé a llamar a las iglesias diciéndoles: hey todavía estamos aquí, algunos soldados acaban de aceptar a Cristo ahora mismo, madres aceptando a Jesús con nosotros. Y admitieron: ¿sabe qué? jamás había escuchado tal cosa.

Entonces las iglesias mandaron espías para que nos observaran como a cien yardas encubiertos para que nos observaran a nosotros porque sabían que lo que nosotros estábamos haciendo parecía imposible pero tanta gente vino a Jesucristo que ahora la Iglesia está saliendo también en Israel. ¿Vieron hermanos? ustedes pueden cambiar las cosas, pueden cambiar el medio ambiente, pueden cambiar el espíritu en una nación, pueden cambiar el miedo que hay en la ciudad si ustedes demuestran el amor de Dios y predican el Evangelio de Jesucristo abiertamente, libremente.

Así que en Hechos 1 el Señor da ese mandamiento y ellos predican en Jerusalén pero notamos aquí que no van a la segunda parte que es Judea. Judea está por el sur de Israel y en esa área hay muchos gentiles actualmente, ahí es donde están los beduinos.

Hechos capítulo 1 si uno va de Hechos 1 a Hechos 8 vemos que los discípulos no van ni a Judea ni a Samaria ni hacia los confines de la Tierra, se rehúsan los discípulos a ir a esas áreas, Jerusalén les gustaba demasiado muchas cosas buenas estaban sucediendo allí. Quizá treinta años después vemos lo siguiente: que la Iglesia tenía gran poder en Jerusalén pero no en las otras partes del mundo.

Así que entonces vamos más adelante a Hechos capítulo 8, antes de eso no habían ido a Judea ni Samaria y dice que hubo una gran persecución de la Iglesia en Jerusalén y entonces fueron esparcidos, la Iglesia fue esparcida por la persecución a las regiones de Judea y Samaria excepto los apóstoles. ¿Ven ustedes? no obedecieron el mandamiento de ir a Judea y a Samaria así que Dios entonces permitió una gran persecución para obligarlos a ir a estas regiones.

Pablo habla muchas veces acerca de esto en sus enseñanza. Dice que ellos llegaron a todas las casas de Jerusalén, la persecución alcanzó y el caos cundió entre todos los discípulos en Jerusalén. Pero la Biblia dice que después que se fueron de Jerusalén comenzaron a predicar el Evangelio en todos estos lugares. ¿Saben ustedes? Jerusalén puede ser su glesia por ejemplo, su lugar. Uno llega a su Iglesia y se siente cómodo, qué bendición estar allí pero después de eso salgan y si ustedes no obedecen una gran carencia de paz entonces va a resultar en sus vidas, carencia de gozo.

Por ejemplo ¿saben ustedes que el Señor se llama a sí mismo como el Señor de la mies, el Señor de la cosecha?. Es increíble, es maravilloso. Una vez me encontraba en una aldea en el África. El brujo de la aldea tenía un control absoluto del pueblo. Había violado a todas las jovencitas cuando tenían ocho años, había puesto maldiciones sobre la gente y la gente vivía en completo miedo, temor de ese hombre.

Yo no conocía la historia pero llegué a la aldea, comenzamos a predicar el Evangelio y el brujo se puso sogas en las muñecas y me dijo: si alguno de ustedes se atreve a quitar esas sogas de las muñecas la persona morirá allí. Liberia tiene el nivel más alto de muerte infantil en todo el mundo. Así que ellos ponen esos amuletos, esas sogas, las ponen en los cuellos, en las muñecas, en los tobillos de los niños supuestamente para protegerlos de la muerte.

Todo el mundo allí era negro y quizás ustedes se habrán dado cuenta de que yo soy blanco y sin embargo yo comencé a predicarles que Jesús es el Señor de señores, Rey de reyes y que ese brujo no es nada comparado con nuestro gran Dios. Y esos brujos comenzaron a amenazar nuestras vidas pero en medio mismo de mi predicación algo maravilloso sucedió: el brujo salió del área donde estaba, corrió y se tiró de bruces a mis pies y comenzó a clamar por misericordia y dijo: estoy equivocado, he cometido graves errores, pidió que lo perdonara. Y yo le dije: mas bien pídele a Dios y a la gente de la aldea que te perdone.

Y cuando este hombre se arrepintió los africanos comenzaron a danzar allí mismo con el gozo que ustedes jamás podrían imaginarse. Y yo les dije: corten las sogas esas, y ellos dijeron: no pero nos vamos a morir si hacemos eso. Yo les dije: corten las sogas, y ellos dijeron: es que nos vamos a morir. Así que yo le dije a un viejo: señor usted no se va a morir y él cortó las sogas, la gente estuvo esperando allí que el hombre cayera muerto.

¿Saben ustedes el relato de Pablo cuando esa serpiente lo mordió? la gente esperaba que Saulo muriera allí mismo, él esperaba morir. Treinta segundos después esto es lo que sucedió: este hombre dijo aleluya, nunca he conocido tanta alegría, tanto gozo.

¿Saben ustedes? seiscientas personas cortaron esas sogas ese día. Nunca había tenido una Iglesia cristiana en ese lugar y una de las iglesias más poderosas que tenemos en Liberia se encuentra en esa aldea y el brujo desapareció, se fue de la aldea. Los niños tenían sueños de que él los estaba persiguiendo con un machete, se levantaban gritando todas las noches. Después de ese día jamás volvieron a soñar que estaban siendo perseguidos.

Hace poco recibí un correo electrónico de otra aldea que visité el año pasado. Un demonio de diez pies de alto estaba aterrando pero encontró que Jesucristo lo aterró. Cuando nosotros comenzamos a orar para que ese demonio saliera de esa aldea la gente estaba muriendo de ataques cardíacos por miedo cada día, colapsos nerviosos. Entramos a esa aldea, predicamos el Evangelio, llevamos a esa aldea a Jesucristo, echamos a ese demonio y unos meses después recibí un correo electrónico; la gente no había plantado nada en tres años por el temor que tenía, ahora están volviendo a plantar cosas. Nadie ha muerto de un ataque cardíaco, la paz del Señor está en la aldea me dicen la gente.

Este grupo étnico jamás había escuchado el Evangelio fue la primera vez que ese grupo étnico había escuchado el Evangelio en África, y ahora ellos están llevando el Evangelio de aldea, en aldea, en aldea. Uno puede cambiar el mundo, usted puede cambiar el mundo en el poder de Jesucristo y el diablo quiere mantenerlo callado.

Ahora tenemos un video que queremos mostrarles y mi hijo Jeremías va a venir y va a presentar este video.

Jeremías: ¿cómo están ustedes?. Le quiero mostrar un video que titula: ¿A quién le importa?. Está escrito por un señor William Booth ¿recuerdan el líder del Ejército de Salvación? Salvation Army. ¿Sabe que? el Salvation Army no era siempre esta organización que está ahí pidiendo dinero frente a Walmart, originalmente se trata de uno de los movimientos de Evangelismo más poderosos que han visitado nuestra nación en nuestra historia. Así que William Booth escribió este poema por el amor tan grande que le tenía a los perdidos.

Y nosotros tomamos ese poema de William Booth e hicimos un video con él así que usted puede tomar su mente ahora mismo y ubicarla como si estuviera en medio de un océano, imagínese una roca masiva en el medio de ese océano y usted va a ver que hay muchos tipos diferentes de personas encima de esa roca en el medio del océano, gente con diferentes amores, intereses, pasiones, ídolos, pecados diferentes y gente que también están metidos en el océano mismo. Y ustedes van a ver que hay un mundo inmenso alrededor de nosotros que se está perdiendo.

Pero la gente que se encuentra sobre la roca sólo se preocupa sobre sí mismos y les importa más su propia felicidad que sacar a la gente del agua. Hay una cita que me encanta que dice: el tener misericordia o compasión no sustituye la acción. Si nos sentimos mal por esos dos billones de personas en el mundo que no conocen a Jesús el que nos sintamos mal no los va a llevar a ellos a que conozcan a Jesús pero si tomamos un paso hacia adelante y decimos: voy a arriesgar algo para decirle a la gente sobre Jesucristo eso es lo que va a traer avivamiento al mundo, sobre todo en esta generación donde todo lo que necesitamos hacer es simplemente el pueblo, la gente que lo haga así que espero que disfruten de este video, muchas gracias.

Vamos a cantar una canción con ustedes la cual habla acerca de la gran comisión que nosotros tenemos, de cómo hemos sido llamados por Dios para decirle a la gente acerca de Jesús y eso le va a costar algo, le va a costar su vida pero ¿saben? van a recibir una mejor vida. Porque ¿saben ustedes? cuando uno se da a los demás y uno se da a los perdidos uno entonces descubre a Jesús.

¿Sabe dónde está Jesús? no está en la roca ahí en la seguridad, está en el agua allí con los perdidos, Él está acercándose a ellos alcanzándolos y Él les dice lo siguiente en Lucas 2:2: Oren al Señor de la mies para que los labradores, los trabajadores vayan a trabajar en la mies porque la cosecha, es decir la mies es mucha pero los obreros, los trabajadores son pocos.

Hermanos, hermanas el problema no está con la cosecha, el problema está en los obreros, la mies está ahí. Así que si ustedes quieren decirnos a nosotros sus pastores y quieren compartir con nosotros diciendo: ¿sabe qué? yo quiero ser uno de esos que compartan su fé. Es más si uno no sabe cómo hacerlo simplemente testifique, diga su historia. Nada puede derrotar la historia que usted tiene para decir, nadie podrá decirle: oh tu testimonio está equivocado porque es su historia.

Quizá usted le puede decir a una persona: mira yo no tengo gran mensaje pero déjame decirte lo que Jesús hizo por mí. Nosotros queremos regresar con ustedes, queremos decirles exactamente cómo hacerlo y queremos ayudarlos a llegar a ser poderosos guerreros en el Evangelismo pero hoy mismo usted podría comenzar simplemente con su testimonio compartiendo su experiencia. Ahora si usted quiere decirnos a nosotros: sí quiero hacerlo, quiero comenzar obedeciendo a Jesús y decirle a otros acerca de Jesús, según mientras cantamos esta canción póngase con nosotros si usted siente ese llamado y cante con nosotros, le invitamos ahora si usted desea tener esa efectividad evangelística póngase de pie y le invitamos a cantar con nosotros ahora.