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Juan 14 es uno de los Capítulos más bellos yo creo de todos los testamentos. En el versículo 15, el Señor da promesa a sus discípulos del espíritu santo. Dice aquí “.... si me amáis, Congregación León de Judá, si me amáis guardad mis mandamientos y yo rogaré al Padre y él os dará otro consolador para que esté con vosotros para siempre. El espíritu de verdad al cual el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros. Nos os dejaré huérfanos, vendré a vosotros. Todavía un poco y el mundo no me verá más pero vosotros me veréis porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mi y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama y el que me ama será amado por mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a él. Le dijo Judas, no el Iscariote, ‘Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo?, respondió Jesús y le dijo: ‘El que me ama, mi palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él. El que no me ama no guarda mis palabras y la palabra que habéis oído no es mía sino del Padre que me envió.” Amen.
Vemos aquí el Señor.... estos Capítulos del Evangelio según San Juan registran algunas de las últimas palabras y conversaciones que tuvo el Señor Jesucristo con sus discípulos antes de ser crucificado, antes de ser sometido a todo el proceso de juicio y todas las demás cosas que él padeció en su pasión. Y el Señor estaba, según Juan sugiere, dándole como unas últimas instrucciones a sus seguidores y estaba hablando de cosas bien importantes, y estaba.....
Ellos estaban tristes porque sabían que algo iba a pasar. Ellos sabían que su maestro iba a pasar por algo, y a veces no estaba seguro exactamente de lo que iba a ser, pero sabían que era algo bien serio: que su maestro iba a ser arrestado por los menos, iba a ser enjuiciado en alguna forma, y él les había dicho claramente, pero ellos es como que no podían entender la idea de que el Mesías, si él era el Mesías, que fuera a ser crucificado, porque eso no encajaba con lo que habían oído de sus maestros fariseos y judíos.
Pero el Señor los estaba preparando para lo que venía y les estaba diciendo: ‘no se preocupen, van a pasar muchas cosas serias y ustedes van a ver cosas terribles que van a sucederme, pero no se preocupen hay un plan que Dios tiene. El se va a encargar de que ustedes no se queden solos. No se apuren. Dios tiene un propósito.... voy a ser crucificado, me van a enterrar, yo voy a resucitar y después voy a ascender y voy a desaparecer de este mundo, pero no se preocupen que Dios tiene un plan. Dios va a estar haciendo ciertas cosas para asegurarse de que lo que yo he comenzado aquí en la tierra, en estos 3 años que he estado con ustedes no simplemente se termine así como de momento, sino que continúe la obra que yo he comenzado.’
Entonces él les dice acerca de..... uno de los elementos más importantes es el espíritu santo que va a estar con ellos, el consolador. En español como ustedes saben el Nuevo Testamento fue escrito en ¿qué idioma originalmente, en qué idioma? Bueno, en griego. Sí, arameo era el lenguaje vernáculo, el lenguaje que hablaba Jesús, pero fue escrito en un lenguaje un poco más formal que era el griego original y de ahí ha sido traducido en todos los idiomas de la tierra.
Pero en el griego original en que el Señor habló, él usó la palabra ‘paracletos’, para el espíritu santo. Y ‘paracletos’ se traduce ..... lo han traducido al español consolador, pero es una palabra bien compleja y bien amplia y ‘paracletos’ se refiere al animador, al fortalecedor, consejero, respaldador, el que fortalece, el que defiende, el que instruye; todas esas ideas estaban unidas dentro de la palabra ‘paracletos’, el que se para al lado de nosotros y nos ayuda y nos acompaña. Todas esas ideas el Señor las quiso incorporar bajo esa palabra que tiene una raíz histórica muy grande: ‘paracletos’.
Y el Señor les estaba diciendo ‘Dios va a enviar a alguien que se quede con ustedes y que les anime y les lleve hacia delante. Ustedes no se van a quedar solos, no se preocupen. Me van a ver irme pero Dios va a dejar un sustituto que continúe la obra en ustedes que yo comencé. Así como yo he caminado con ustedes estos tres años y les he instruido, les he fortalecido, les he dado mi autoridad para que sanen a los enfermos, los he enseñado en diferentes áreas del carácter de mi padre y de su plan para la humanidad. No se apuren que el que Dios va a enviar para sustituirme, él va a continuar con esa obra que yo he estado haciendo. El va a estar con ustedes, él les va ayudar, él les va a fortalecer, les va a aconsejar, les va a instruir y él va a estar con ustedes. Así que espérenlo y búsquenlo’.
Entonces, aquí el Señor les está dando ese tipo de instrucciones específicas. A la luz de lo que yo acabo de decir, miren algunas de las cosas que nos enseña este pasaje. El Señor dice en el versículo 15: “..... si ustedes me aman, guarden mis mandamientos”.
¿Cómo podemos nosotros gozar verdaderamente de comunión con Dios a través del espíritu santo? ¿Cómo podemos asegurarnos de que el espíritu santo va a estar en nosotros y va a aconsejarnos, y nos va a fortalecer y nos va a dotar con su poder? Bueno, obedeciendo la palabra del Señor.
¿Saben qué? No es cuestión de venir a la iglesia, hermanos, eso es bueno venir a la iglesia. Amen. No es cuestión ni siquiera de diezmar o ofrendar, aunque es bueno diezmar y ofrendar. No es cuestión de hablar en lenguas, eso es bueno. Amen. Pero, si no hay obediencia a la palabra de Dios todo lo demás, hermanos, está sobre un fundamento muy quebradizo, muy frágil. No hay nada como obedecer la palabra del Señor.
El Señor Jesucristo les decía a los judíos ‘¿por qué me llaman Señor, Señor y no hacen lo que yo digo?’. El Señor dijo ‘el que me ama, guarda mis mandamientos’. En otras palabras, ¿cómo sabes tu que tu amas al Señor? Bueno, si tu eres obediente a la palabra de Dios.
Tenemos que cambiar de mentalidad, hermanos, y tenemos que entender que la vida cristiana es ante todo una vida de obedecer la palabra de Dios. Es conocer la palabra y entonces obedecerla, incorporarla a nuestra vida. ¿Por qué tanta gente tiene problemas en la vida y tantos sinsabores y fracasos y dificultades? Si buscamos al fondo es porque no nos estamos ciñendo a la palabra del Señor.
Pidámosle al Señor que nos haga obedientes a su palabra y que si fallamos y nos apartamos de ella, que no pase mucho tiempo sin que confesemos nuestros pecados, reconozcamos que le hemos fallado al Señor y nos metamos de nuevo en el redil de Dios. Amen. Porque vamos a fallarle al Señor, pero lo importante es que no andemos por ahí dando excusas ni diciendo ‘bueno, yo nací así, así me voy a quedar. Es que soy débil.... o esto o lo otro’. No, si nos alejamos del Señor, si nos apartamos en alguna manera, inmediatamente busque meterse otra vez dentro y alinearse a la palabra de Dios. Que no pase mucho tiempo sin que usted esté bajo la sombra y la cobertura de la palabra del Señor porque eso es lo único que nos protege. Y eso es lo único que garantiza que el Señor se podrá mover dentro de nosotros con libertad, que podremos sentir el espíritu santo.
No es cuestión de emocionalismo. No mucho emocionalismo. A veces vemos eso en las iglesias pentecostales carismáticas. Todo es emoción, mucho saltar, mucho hacer esto. Pero estar obedeciendo al Señor, estar guardando la palabra de Dios, eso es lo más importante. Pidámosle al Señor que seamos gente obediente a la palabra del Dios. ¿ok?
No desobedezcamos al Señor adrede ni lo desobedezcamos como costumbre y como hábito, sino que la costumbre y el hábito sea la obediencia y la excepción sea la desobediencia y el pecado. Amen.
Entonces dice: “si ustedes me aman, guarden mis mandamientos”, y como consecuencia de ustedes guardar mis mandamiento, yo voy a rogarle al Padre, y él os dará otro consolador. ¿Cuál era el primer consolador, porque dice ‘otro’, cuál era el primero? Jesús. Mientras él estuvo con sus discípulos él era el consolador, el fortalecedor, el maestro, el ayudador. Entonces el Señor Jesucristo dice ‘yo voy a rogarle al Padre para que les envíe otro consolador para que esté con vosotros para siempre’. El Señor envió el espíritu santo, Dios envió el espíritu santo para que esté con nosotros.
Ahora mire cómo el Señor caracteriza al consolador en este caso. Se puede hablar de muchas diferentes características del espíritu santo, pero mire una de las características que él señala, típica del espíritu santo. Dice el espíritu ¿de qué? el espíritu de..... de verdad al cual el mundo no puede recibir.
Una de las características del espíritu santo es que habla la verdad a nuestras vidas, nos confronta con la verdad. Hermanos, no resistamos la verdad nunca. No disfracemos la verdad. Hay mucha gente que vive una vida de autoengaño y se engañan a si mismos y usan palabras diferentes para definir las cosas y se ven a sí mismos como mejores de lo que son y no reconocen sus defectos de carácter y siempre están proyectando sobre otros los defectos de ellos. No son ellos el problema, es mi esposa el problema; es que la gente es mala; es que son traicioneros; es que no me aman; es que no se puede confiar en nadie; es que todo el mundo la tiene contra mí; y siempre están echándole la culpa a los demás. Pero no están viendo las áreas donde ellos necesitan cambiar ¿no? Entonces le echamos la culpa a los padres, le echamos la culpa a la sociedad, le echamos la culpa al pastor, le echamos la culpa a la iglesia. Pero no estamos mirando, bueno ¿y cuál es mi parte? ¿cómo debo yo cambiar para que mi vida pueda verdaderamente avanzar y seguir adelante y crecer?
Y el espíritu santo es un espíritu de verdad. El espíritu santo quiere traer medicina a nuestras vidas. El espíritu santo nos redarguye y nos habla de cómo debemos cambiar y cómo debemos ser y qué dice la palabra del Señor. Pidámosle al Señor de que abra nuestro entendimiento y nuestros oídos para que podamos escuchar la verdad de Dios a través de su palabra, y a través del espíritu santo.
Una de las cosas que Dios quiere hacer en tu vida es traer verdad. El Señor dijo en Juan, Capítulo 8, versículo 32 “....conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Los psiquiatras saben la importancia de la verdad y por eso tratan a sus pacientes.... todo el proceso del psicoanálisis, de consejería, de psiquiatría es traer la verdad a la vida de la persona que está reprimiendo la verdad, y que necesita escuchar la verdad para poder cambiar y para poder entenderse a sí mismo y poder entender sus relaciones con los demás, y su pasado. Y los psiquiatras y los psicólogos dicen que cuando uno conoce la verdad y entiende el por qué de sus acciones, el por qué de sus motivaciones, entonces uno puede comenzar a cambiar.
Ahora, lo bueno del espíritu santo es que te da la verdad y también te da el poder para vivir la verdad. Esa es la bendición de tener el espíritu santo dentro de uno. Entonces dice “....el espíritu de verdad al cual el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros.”
Sabe tu que ahora mismo el espíritu santo está dentro de ti. Tu no lo ves, quizás no lo sientes, no puedes.... si te hacen una radiografía no van a poder decir ‘ah, miren ahí está el espíritu santo, está entre la costilla 22 y la costilla 19 o lo que sea. Yo no se ¿cuántas costillas es que tiene la gente? Le estoy mandando más costillas a la gente de las que tienen.... ¿cuántas son? Yo ni se.
How many..... does anybody know how many ribs do we have? I don’t know.
24, ok, entonces no estaba tan mal, 22 por ahí, ¿ok? No, el espíritu santo no está ubicado en un sitio, es espíritu santo está dentro de nosotros disperso dentro de todas las partes de nuestro ser. Es espíritu ¿no? Está en nuestra mente, está en nuestro corazón, está en nuestro cuerpo, pero el caso es que cuando tu caminas el espíritu santo está dentro de ti.
El Señor Jesucristo dice “estará con vosotros y en vosotros”. El Señor dice que cuando nosotros lo recibimos a él, él entra y mora con nosotros y está en nosotros, porque el espíritu santo y Jesús es una misma cosa. Son el Padre, hijo y espíritu santo.
Entonces recuerda eso siempre. Cuando tu caminas en la vida, cuando tu estás en tu casa, cuando tu estás en tu trabajo el espíritu santo está dentro de ti. Tu no tienes que ir a un teléfono para llamar al espíritu santo para que te diga algo, o te hable. No, el espíritu santo está dentro de ti. Tu lo único que necesitas es ponerte a tono con él, un instante, una conversación, necesitas una respuesta para alguien. Espíritu de Dios, dame sabiduría.
Estás en un problema, en un aprieto: Señor, apelo a ti ahora. Espíritu de Dios, sácame de este aprieto. Fortaléceme, protégeme.
Cuando vas a leer la palabra: Señor, dame entendimiento. Espíritu de Dios, abre mi entendimiento para que yo pueda entender tu palabra. Habla con el espíritu santo continuamente porque él está dentro de ti, 24 horas al día. Apela al espíritu santo.
Hermanos, cultivemos la conciencia de la presencia del espíritu santo en nosotros. ¿Sabe una de las características de un cristiano pentecostal? Es eso: todo cristiano si cree en Jesús tiene el espíritu santo, pero los pentecostales han aprendido que el espíritu santo quiere ser usado, quiere ser llamado, quiere ser cultivado y nosotros tenemos que estar concientes, cultivar la conciencia de que yo tengo el espíritu santo, y Dios lo ha enviado para ser mi ayudador, para ser mi fortalecedor, para ser un recurso para mi vida.
Y mientras tu más te pones a tono con el espíritu santo, mientras tu más te vales de los recursos que tiene el espíritu santo para tu vida, más poderosa se hace la presencia del espíritu santo dentro de ti, y más acceso tu tienes a su unción y a su poder y a su instrucción. Mientras tu más lo usas a él, más él se desarrolla dentro de ti y con más poder obra dentro de tu vida.
Por eso es bien importante que nosotros siempre entendamos que la Trinidad tiene tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y que cada uno de ellos quiere ser usado, quiere ser glorificado, quiere que tengamos acceso a ellos. Cultivemos la conciencia del espíritu santo.
Dite a ti mismo: yo tengo el espíritu santo dentro de mi. Y yo puedo usar los recursos del espíritu santo para mi vida.
Y practiquemos la presencia del espíritu santo cada día. Hablemos en lenguas y oremos al espíritu santo. Oremos por los enfermos y pidámosle al Señor revelación en la noche, en nuestros sueños, y pidámosle al Señor que nos ayude a profetizar. Y si hay algo en nuestro corazón que creemos que viene del espíritu santo, o que Dios quiere que compartamos con alguien, con respeto, con amor, con humildad, con prudencia, activemos lo que Dios está poniendo en nuestros corazones. Porque muchas veces Dios nos habla pero nos quedamos callados y entonces el espíritu santo dice ‘bueno, pues no voy a seguir hablándote pues no me estás usando. Para qué entonces desperdiciar mi energía’.
Pero cuando tu activas el espíritu santo y tu lo ejercitas, el espíritu santo se va desarrollando dentro de ti. El mundo no puede recibir el espíritu santo, porque el espíritu santo se recibe a través de Cristo Jesús, pero tu sí lo puedes tener, lo tienes, porque tu tienes a Cristo en tu corazón.
Y por eso Dios dice “el mundo no le conoce ni le puede conocer pero ustedes sí le conocen porque yo lo he enviado a ustedes”. Todo cristiano que tiene a Jesús en su corazón tiene al espíritu santo con todo los recursos que el espíritu santo lleva consigo. Tu tienes acceso a eso. No lo subestimes. No dejes de usar el espíritu santo en tu vida.
Mañana, cuando estés en tu trabajo, cuando estés en un problema, en una tentación, en una dificultad, en una lucha, en una necesidad, háblale al espíritu santo. Dios lo envió para que sea un recurso en tu vida.
El Señor dice por eso “no los voy a dejar huérfanos”, dice en el versículo 18. Es decir, no se preocupen, yo voy al Padre y me van a crucificar y todo esto, pero no se apuren ustedes no se van a quedar huérfanos. Yo vendré a ustedes.
¡Qué interesante! Miren eso, ¿eh? Por eso es que son pasajes como estos que llevaron finalmente a los teólogos cristianos hace siglos atrás a concluir que Jesucristo es Dios y que el espíritu santo es Jesucristo y que el espíritu santo es el Padre, y el Padre es el Hijo; porque vemos tantos pasajes donde la palabra hace equivalentes a Jesús y al espíritu santo o al Padre.
Por ejemplo él está diciendo que el espíritu santo va a venir a ellos, ¿verdad que sí, eso es lo que está diciendo? Pero entonces, miren lo que dice en el versículo 18 “....no los voy a dejar solos, sino que vendré a vosotros”. ¿Usted ve? Está diciendo, el espíritu santo es el que viene, pero también soy yo el que viene a ustedes. Es decir que hay que concluir que el espíritu santo y el Señor son una misma cosas. ¿Verdad que sí? ¿sí o no?, que me perdonen los Testigos de Jehová, pero yo prefiero mejor quedarme con lo que dice la palabra, que con lo que dicen los hombres.
Porque ahí lo que está diciendo es eso: el Señor va a venir a ustedes, yo voy a venir a ustedes en forma del espíritu santo. Voy a estar allá arriba con el Padre, pero también voy a venir a ustedes en el espíritu santo. Por eso es que el Señor dice “yo estoy a la puerta y llamo y si alguno escucha mi voz, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo”, porque es el espíritu santo el que está entrando y es Jesús el que está entrando, y es el Padre también el que está entrando a tu vida. Todo, tu tienes el paquete completo dentro de ti, al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, dentro de tu vida porque son una misma cosa.
“Yo vendré a vosotros. Todavía un poco y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis, porque yo vivo, vosotros también viviréis”. Gloria al Señor.
Y miren lo que dice el versículo 20, dice “....en aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mi y yo en vosotros”. Eso hay un enjambre de unidad: el Padre está en Cristo, Cristo está en nosotros, nosotros estamos en Cristo, estamos en el Padre, y es un gozo tremendo. Es una familia íntima lo que hay. Es una fiesta. Damos un group hug, un abrazo grupal ahí, todos estamos metidos ahí en el asunto. ¡Qué bendición!
El Señor le dice ‘yo estoy en el Padre, es decir, es lo que decíamos de Filipenses, Capítulo 2, donde dice que siendo igual al Padre no tomó el ser igual al Padre como cosa a qué aferrarse. El es Dios y él está en nosotros por medio del espíritu: el Padre, el hijo y el espíritu santo son una misma cosa. El hijo está en el Padre, y el espíritu santo está en el hijo, así que son la misma......
Por eso es que, como dicen los Testigos, ‘bueno, enséñenme dónde está la palabra trinidad.’ Bueno, la palabra trinidad no está en ninguna parte, pero lo que es la trinidad está en todas las páginas de la Escritura, simplemente le hemos dado un nombre a un hecho.
La palabra electricidad no está en la Biblia, pero mete el dedo en un enchufe eléctrico a ver si no se te paran todos los pelos. ¿Verdad que sí? El que esté la palabra o no, no importa, lo que importa es la realidad que está detrás de la palabra. Y yo veo en la Escritura continuamente la realidad de la trinidad.
Y la realidad de Cristo en mi vida, hoy, en el siglo XXI el Señor está en mi porque él lo prometió. El se iba, dice, ‘yo estoy allá en el cielo pero estoy también con vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama. Y el que me ama será amado por mi padre y yo le amaré y me manifestaré a él.” Gloria al Señor.
Oh, hermanos, que el Señor se manifieste en nuestra vida. Yo le pido al Padre, ‘Señor, cada día manifiéstate más en mi vida.’ Porque no es cuestión solamente de ser religioso, no. uno se cansa de la misma tontería de..... si solamente fuera venir a la iglesia a hacer genuflexiones y a levantar las manos, qué aburrido sería eso.
Yo amo el Evangelio porque es también la manifestación del poder de Dios en mi vida, para cambiar, para ser un hombre mejor, para que mi familia sea bendecida, para ser de bendición a otros, para que Dios me sane, para que Dios me hable, para que Dios se manifieste a través de mi. Eso es la vida cristiana, es la manifestación del espíritu de Dios en nuestra vida. Nosotros debemos ser gente que no se conforme con simplemente una vida religiosa, sino con la manifestación del espíritu de Dios en mi vida para sanar, para como dice el coro, para salvar, para aconsejar, para liberar. No se conforme con una vida meramente religiosa, sino que sea ambicioso y busque la manifestación del poder de Dios en su vida, que se sienta. Busque sentir al Señor en su corazón y en su vida.
Cuando usted venga a la iglesia dígale: ‘Padre, yo no solamente quiero tener una experiencia superficial, sino que quiero sentirte. Yo quiero entrar en el lugar santísimo, como dice ese coro. Y cuando usted desarrolla apetito por el espíritu santo y por las manifestaciones del poder de Dios, hermanos, cosas comienzan a suceder en su vida.
Hay algo maravilloso cuando la persona se convierte en ambiciosa en el Señor y le pide a Dios que haga cosas en su vida, y su oración es una oración agresiva y militante y comenzamos a esperar manifestaciones del poder de Dios. Entonces Dios comienza a manifestarse. Dice ‘ah, tu ves, sobre esa persona yo quiero obrar’.
Tenemos que abrirle espacio dentro de nosotros al espíritu santo. Y tenemos que pedirle al Señor y esperar que él se va a manifestar en nuestra vida. No dejes de anhelar la manifestación del espíritu de Dios en su vida. Yo vendré a él y yo y mi Padre nos manifestaremos en él.
Miren esa existencia, con esto termino ya. El versículo 23 y 24. Ese texto termina como comienza. “El que me ama, mi palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él.”
Fíjese ahí el Padre y el hijo y el espíritu santo, los 3 dice ese texto, vamos a hacer morada con él. ¡Qué maravilloa expresión de nuevo de la Trinidad otra vez! El hijo está hablando y le dice: ‘mi Padre le amará, vendremos a él, es decir, el Padre y el hijo, y acaba de hablar del espíritu santo, y vendremos a él y haremos morada con él. El que no me ama no guarda mis palabras, y la palabra que habéis oído no es mía sino del Padre que me envió.” Gloria al Señor. Amen.
Podemos creer en esa palabra en esta noche porque es el Padre quien se la dio al hijo para que nos la diera a nosotros. Esa palabra tiene el sello del Padre, del creador de la tierra. Por eso es una palabra confiable, hermanos, podemos creer en ella.
Por que no nos ponemos de pie en esta noche y le pedimos al espíritu santo que se active en nosotros. Si ha habido alguna interrupción por alguna actitud de nosotros, algún pecado, algo que ha contristado al espíritu santo, porque la palabra habla de no contristar al espíritu santo.
El espíritu santo es una persona y se entristece cuando nosotros lo ofendemos con un comportamiento indebido, una palabra indebida, una actitud indebida, el espíritu santo es como que se encoge en nosotros y entonces tenemos que pedirle al Señor que nos perdone, que nos limpie, que nos sane y que quite cualquier obstrucción para que él pueda de nuevo manifestarse libremente en nosotros.
Y eso tenemos que de vez en cuando hacer una higiene espiritual, y decirle al espíritu santo: ‘Señor, vuelve otra vez a moverte dentro de mi. Actívate en mi vida.’
En esta noche yo voy a pedir que la presencia del espíritu santo sea contigo. Vamos a pedirle al Señor una visitación fresca del espíritu santo, que salgamos de aquí llenos de nuevo espíritu.
Young people that’s for you. Two young ladies here tonight. I see that you’ve been listening attentively and that’s wonderful. Ask the Holy Spirit to move in your life tonight.
Vamos a pedirle al Señor dame una dosis fresca del espíritu santo en esta noche, una dosis que despeje temores, angustias, ansiedades, tristezas, dudas. En esta noche, Señor, llévate todo eso. Sopla, Padre, sopla sobre las tinieblas en el nombre de Jesús, despejamos los aires del espíritu Señor en esta noche.
Padre, nos deshacemos de la tristeza, nos deshacemos de la incertidumbre, nos deshacemos de la duda, nos deshacemos del temor, nos deshacemos del pecado, Señor, en esta noche. Renovamos nuestro pacto con Cristo. Perdónanos si te hemos ofendido, Señor. Si hemos dudado de la presencia de tu espíritu en nuestra vida, perdónanos Señor en esta noche.
Y activa, espíritu santo, te invito a moverte de nuevo en mi con renovado poder, con renovada intensidad. En esta noche, Señor, visita tu pueblo.
Father touch your people tonight with the fresh anointing of the holy spirit, with the fresh visitation of the Holy Spirit.
Tócanos Señor, en esta noche. Cada niño, cada joven, cada hombre, mujer, anciano en este lugar, Señor, yo declaro la activación fresca del espíritu santo en esta noche. Recibe el espíritu santo. Aspira hondo y recibe una nueva porción del espíritu en esta noche para que vayas a tu casa renovado, recauchado en el espíritu. Amen. Gloria a Dios.
Dios te da un tune up espiritual en esta noche, en el nombre de Jesús. Así lo declaro, así lo declaro. La inmediatez del espíritu santo en tu vida. Recíbela en esta noche. Padre, queremos el gozo de tu espíritu en nosotros, Señor. Energía fresca.
Ven, espíritu santo. Ven espíritu de Dios. Recibimos nuevas lenguas, Señor. Recibimos la capacidad para profetizar en el espíritu. Activamos, Señor, nuestras antenas espirituales para recibir revelación en esta noche y mañana de lo que tu quieres de nuestras vidas, de cómo tu quieres que obremos, Señor, cada día.
Recibimos poder para sanar enfermos, Señor. Recibimos poder para declarar liberación sobre los oprimidos del diablo. Recibimos poder, Señor, para evangelizar y para declarar con autoridad el Señorío de Jesús y ser presencias activas, Señor, de tu reino, Padre. Activa el espíritu santo en esta noche en nosotros. No solamente sobre los que están aquí, Señor, sino sobre los que están en sus casas que pertenecen a esta congregación, también activamos, Señor. ..... de tu espíritu alcance a muchos en esta noche, padre. Que esta noche marque, marque un nuevo avance, Señor, un refrescamiento de tu santo espíritu, Señor. Ven y llénanos, Señor.
Ven espíritu de Dios. Te damos gracias Señor. Tu lo haces, Padre. Tu lo haces. Tu fortaleces a tu pueblo. Señor, una visitación fresca, un soplo de tu espíritu. Ven, Señor. Síguele pidiéndole al Señor que te active en esta noche espiritualmente, que llene tu copa, que te llene de su unción. Gracias, Señor. El lo va a hacer en esta noche. El lo está haciendo. Va a hacer algo nuevo, algo diferente. Yo lo recibo también. Yo que estoy hablando de esto, recibo una fresca porción del espíritu santo para sanarme, para llenarme de fortaleza y de unción. Gracias Señor. Gracias Dios.