Una iglesia misionera

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Vamos a Lucas capitulo 10 y vamos a comenzar con el versículo 1 hasta el versículo 12. Evangelio según San Lucas. Yo quiero hablar acerca del llamado de Dios a hacer una Iglesia misionera. ¡Qué interesante que nuestros jóvenes, van a visitar Guatemala en una experiencia Misionera! Tenemos un misionero aquí.

Dios pone en mi corazón en realidad, sin que hubiera una conexión en mi mente, pero me doy cuenta ahora viendo todo esto, que hay una coincidencia divina. Dios quiere reforzar nuestro sentido del llamado a ser misioneros, a ser evangelistas, a trabajar a favor del Reino.

Diga conmigo: “Yo soy un misionero, o una misionera, yo soy una evangelista y Dios me llama a compartir su palabra con los perdidos”. ¿Puede usted decir amén a eso qué usted ha declarado? Hay un santo llamado de parte de Dios a su pueblo a compartir la palabra del Señor y este es un bello pasaje que nos afirma y nos confirma en ese llamado evangelistico que tenemos cada uno de nosotros.

Dice aquí Lucas capitulo 10 versículo 1: “Después de estas cosas designó el Señor también a otros 70” ¿Por qué ‘también’? Porque ya Él había designado a doce en otra parte del Evangelio según San Lucas y en otras partes del Evangelio, el Señor también envió a los doce. Esos doce eran parte de su círculo interior, pasaron a ser luego los apóstoles, pero también envió a otros.”

Estos setenta, y para mí es importante desde ese momento ya estamos entrando en la temática. Porque fíjese que, si Él hubiera enviado solamente a los doce, podríamos decir: “bueno eso es indicación de que el evangelismo es asunto de los profesionales, ¿no?".

Los pastores, los evangelistas, la gente que Dios dota en una manera excepcional, para predicar el Evangelio. Pero yo creo que el Señor quiso también, señalar a través de todos los tiempos que la obra misionera no era solamente, para esos súper escogidos, si no que también era para los demás y por eso escogió a estos setenta anónimos, completamente anónimos, no sabemos sus nombres. Es más algunos estudiosos de la Biblia piensan que quizá eran setenta y dos.

Hay un poquito de ambigüedad en los manuscritos griegos originales del cual procede la versión en español. Si eran setenta o setenta y dos y yo creo que aún en esa ambigüedad hay algo de importancia, son anónimos, no sabemos si eran setenta, setenta y uno, setenta y dos, porque como que Dios no quiere que nos enamoremos de ese numero 70, ni le asignemos algo especifico, eran parte, del grupo de Jesucristo y Él envió también a ese grupo.

Interesantemente la palabra “envió” es la palabra ‘Apostoling’ de donde viene la palabra Apóstol ¿no? Un Apóstol es una persona enviada para una misión especifica, en ese sentido yo creo que todos nosotros, todo hijo de Dios, toda hija de Dios tiene un llamado Apostólico, porque somos enviados. Amén.

Usted es enviado, yo soy enviado, el Señor Jesucristo en su gran comisión en Mateo 28, dijo “Id" y nos envía esa es la gran comisión. Dios nos ha comisionado, Jesucristo nos ha comisionado a predicar su palabra.

Entonces Él los envió, Él los apostolo, podríamos decir, a esos otros setenta, los envió de dos en dos delante de Él a toda ciudad y lugar donde Él había de ir y les decía “La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos. Por tanto rogad al Señor de la mies que envié obreros a su mies. Id, he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa que entréis primeramente decid, ‘Paz sea a esta casa’ y si hubiera allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él y si no se volverá a vosotros.

“Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den, porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis y os reciban comed lo que os pongan delante y sanad a los enfermos que en ella haya y decidles ‘se ha acercado a vosotros el reino de Dios’. Mas en cualquier ciudad donde entréis y no os reciban, saliendo por sus calles decid, ‘aún el polvo de vuestra ciudad que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros’. Pero esto sabed: ‘Que el reino de Dios se ha acercado a vosotros, y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad’”.

Bendiga el Señor su santa y divina palabra.

Hay un llamado para el pueblo de Dios, es un llamado a predicar el Evangelio. Yo creo que de todas las grandes responsabilidades que tiene una hija, un hijo de Dios, yo creo que una de las más sagradas es dar de gracia lo que de gracia ha recibido, compartiendo el conocimiento de Cristo Jesús como Señor y salvador.

No podemos retener eso, no tenemos el derecho de no compartir el Evangelio. Cuando nosotros entramos a los caminos del Señor cuando recibimos a Cristo como Señor y Salvador, cuando entramos a las filas del ejército de Jesucristo, cae sobre nosotros una sagrada responsabilidad de proclamar la palabra.

Dice el apóstol Pablo, “a tiempo y a destiempo, en toda ocasión”, en nuestros trabajos, nuestro edificio donde vivimos, las calles de nuestros vecindarios, nuestros familiares, tenemos que compartir la santa palabra de Jesucristo.

Usted es, un misionero, usted es, una evangelista, usted es, un apóstol en el sentido de que usted ha sido enviada, enviado para proclamar la palabra del Señor. Sobre sus hombros reposa esa sagrada obligación, sobre nuestra iglesia reposa esa sagrada obligación de ser un lugar donde la gente tenga oportunidad de iniciar su jornada personal con relación a Cristo Jesús.

Una iglesia por definición tiene que desempeñar una labor continuamente evangelistica. Un pastor, el Apóstol Pablo, le dice a Timoteo "haz obra de evangelismo". Porque yo sea Pastor no quiere decir, bueno le dejo a los evangelistas o aun a la gente de la iglesia que tiene ese don el trabajo de evangelismo. ¡No! Yo tengo que estar siempre, haciendo mi parte también y yo siento esa gran responsabilidad.

Uno no puede simplemente hacerse un pastor profesional ministrándole a la iglesia y bregando con la administración, con los asuntos corporativos de la iglesia. Yo tengo que estar continuamente atendiendo a ese llamado también en mi propia vida y nosotros queremos ser una iglesia evangelistica. Cada día sentimos más y más el llamado y la obligación de mejorar nuestros sistemas, nuestras formas de desempeñar la tarea evangelistica en nuestra iglesia.

Me gusta este pasaje porque nos enseña como hacer la obra de evangelismo. Este pasaje para mi es paradigmático, para usar una palabra dominguera, es un pasaje que establece unos lineamientos claros de cuales son los distintivos que deben caracterizar una persona o una iglesia evangelistica. Ese es el centro de mi sermón.

Yo quiero que analicemos las directrices que el Señor Jesucristo le da, a los setenta y que miremos esas cosas esas asignaciones que el Señor les da como asignaciones a nosotros -de como nosotros debemos desempeñar la tarea evangelistica.

¿Qué es lo que constituye a un obrero efectivo en el evangelismo? ¿Cuales son las cualidades que deben caracterizar una comunidad cristiana qué quieren hacer bien la obra del evangelismo? Fíjense que el Señor mismo, el mejor evangelista y el mejor maestro de evangelismo que jamás ha existido, está enviando esta gente, y les esta dando un mini curso, acerca de como comportarse y que actitudes sostener mientras hacen la obra del evangelismo.

Así que yo creo que amerita que pongamos atención ¿sí o no? Si yo quiero ser un buen evangelista, si yo quiero que mi iglesia sea una buena iglesia evangelistica voy a analizar que cosa le dijo el Señor que hicieran, como les dijo que se debían comportar al hacer la obra evangelistica.

Yo creo que estas cosas las debemos usar para nosotros decir: “Padre ayúdanos a incorporar esto. Ayúdame a incorporar algunas de estas cualidades de carácter, de actitud, de comportamiento para que mi vida pueda ser una vida atractiva y una vida efectiva en la obra del evangelismo”.

Lo primero que yo veo aquí es bien claro, ya lo he señalado: el Señor los designó y yo creo que cuando el Señor designa, cuando el Señor manda a alguien a ejecutar algo, yo estoy seguro que también el Señor los capacita, ¿sí o no? Amén.

Yo no creo que el Señor te va a mandar a hacer algo, sabiendo que tú no tienes lo que tú necesitas para hacerlo. Yo no creo que el Señor te va a enviar a un lugar si Él no está seguro que Él te está dando todo lo que necesitas para que esa obra se complete, porque el Señor no se equivoca. Cuando Él dice algo: eso es. Eso entra en acción con su mandato. Están también los nutrientes que se requieren para ejecutar el mandato.

Por eso el Señor en el pasaje de la gran comisión dice, antes de enviar a los discípulos a ir a las naciones, dice: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto, id”. ¿Por qué dice Él ‘por tanto’? Porque esa dotación de poder absoluto que había en Él, Él se la estaba delegando a ellos también.

Los discípulos estaban vinculados en una forma íntima, indisoluble con la persona de Jesucristo y al Él enviarlos estaba diciendo: yo les doy a ustedes también el poder que yo tengo para que ustedes también hagan la obra que Dios me ha dado a hacer. Nosotros somos la extensión de Jesucristo y también tenemos el poder de Jesucristo adentro de nosotros, Amén.

Entienda esto: cuando usted predica, cuando usted comparte usted tiene la autoridad del cielo detrás de usted, dentro de usted. Es el Señor Jesucristo quien le ha dado ese mandato, crea en eso, no se mire asimismo así como un energúmeno que no tiene nada que dar, nada que decir.

Diga: “Yo tengo la comisión de Cristo dentro de mi. Cristo me designó, Cristo me envió, Cristo ha puesto su poder, el poder de su espíritu. Si yo comparto con alguien algo bueno yo voy a dejar en su vida, una semilla aunque sea de inquietud”.

Y comparta la palabra, porque usted va en la autoridad de su Señor, usted tiene los dones del Espíritu Santo. El Señor es quien ha dado el designio, la orden de enviar. Yo creo que es interesante, designó el Señor, Él es el dueño, Él es el que manda, Él es el que tiene el poder, Él es quien tiene la autoridad y Él lo manda a usted. Así que muévase en ese poder, en esa autoridad.

Interesante. De nuevo subrayo esto que dice: “También a otros setenta” porque ya había enviado a otros. El Señor los estaba entrenando, los estaba comisionando para que continuaran esa obra misionera, eso es lo que a Él más le importaba. Dejar claramente preparados a sus discípulos para ejecutar la obra misionera. Esta era una obra de aprendizaje, pero también era una obra de efectivamente hacer evangelismo. Entonces dice aquí a quienes envió: “De dos en dos”.

Es interesante que si usted lee este pasaje, hay muchas cosas que parecerían extrañas y hasta innecesarias y superfluas. Hay cosas aquí que el Señor dice que en realidad no tienen sentido a nosotros a menos que no tengan una aplicación para nuestras vidas.

Hay cosas aquí raras, que Él le dice, porque Él les dice por ejemplo: no lleves bolsa, ni alforja, ni calzado. Esto no era una coincidencia, no era que el Señor quería hacerlos sufrir, simplemente. Había una razón pedagógica, había una enseñanza que Él quería impartirles a través de esto.

Yo espero poder iluminar un poco esto. Cada cosa que el Señor les dijo aquí, tenía una implicación espiritual misionera y eso de que los “envió de dos en dos” es un principio de unidad y de armonía. Los llaneros solitarios no convienen en el reino de Dios, hermanos.

Es bueno cuando uno comparte el Evangelio en todo lo posible. Primero ser parte de una comunidad cristiana. Yo le tengo un poquito de repelio a los evangelistas por ahí que no están vinculados a una iglesia.

La gente que simplemente se han declarado evangelistas o profetas y van de iglesia en iglesia, no están vinculados a una comunidad, no hay accountability como dicen en ingles. No responden a alguien y yo creo que es importante cuando uno hace obra de evangelismo ser parte de una comunidad que nutre, que instruye a uno. Pero más que eso también yo creo que es algo muy bonito cuando uno hace obra de evangelismo sobre todo en las calles, o en algún lugar donde hay una persona adicional con usted que es su compañero de trinchera, y eso le da fuerza eso le da confianza a usted.

Yo creo que en el Evangelio uno ve siempre este principio de orar unos por los otros, fortalecernos unos a los otros, compartir unos con los otros. Eso nos da más peso, cuando nosotros compartimos el Evangelio. Ser parte de una comunidad aprender de la iglesia de Jesucristo como hacer la obra de evangelismo.

El Señor siempre los enviaba de dos en dos y eso tiene un principio espiritual muy poderoso, dice: “Delante de Él a toda ciudad y lugar a donde Él había de ir”. Interesante. Leyendo en el griego original la traducción al español: “delante de Él”, literalmente en el griego dice: “los envió de dos en dos delante de su rostro, delante de su cara, a la ciudad y lugar a donde Él había de ir”.

Es interesante esa expresión del escritor original de que Él los envía como que vayan adelante de su rostro, proclamando la palabra. Eso es una de las cosas que yo creo que hacen a Jesús como más poderoso porque la Biblia… ese rostro de Dios que nadie puede ver. Juan habla de ese rostro de Jesús, terrible, que él vio en su visión en el libro de Apocalipsis. Es como que levanta la dignidad de Jesucristo.

Pero también hay otra cosa importante en esto y es ese elemento de que nosotros, cuando nosotros anunciamos el Evangelio, a una persona a una comunidad, estamos yendo delante de Cristo, pero en realidad lo que nosotros tenemos que hacer, es poner a esa persona en contacto directo con Jesucristo y entonces nosotros nos echamos a un lado.

Podemos fortalecer a esa persona, discipularla, apoyarla en su crecimiento espiritual, animarla y darle el beneficio de la comunidad pero hay un elemento que es como cuando una novia se va a casar que su padre la acompaña.

El ministro dice: ¿Quién entrega esta mujer? y su padre dice: “Yo la entrego” y entonces pasa a la novia al brazo de su novio y ya como que entonces se aparta en un sentido. Ya esta pareja ahora tiene una parte de intimidad y de vida matrimonial que ya va más allá de la familia misma y entonces ya es una relación entre ellos dos.

Cuando nosotros predicamos el Evangelio, nuestra meta es ir delante de Jesucristo, ir delante de Él, unos cuantos pasos delante de Él. Presentarle a la persona el deseo de Jesús de entrar a sus vidas, hacer vida intima con ellos y cuando esa persona recibe a Cristo como Señor y salvador nosotros entonces le introducimos a Jesús y esa persona pasa ahora a un caminar directo con Cristo.

El Señor le dice: “Vayan delante de mí. Yo voy a ir a esa ciudad dentro de unos días vayan y preparen el camino. Hablen de mi persona, hablen de mi verdad mi palabra”. Nosotros somos transmisores de la persona de Jesús. ¡Qué privilegio tan grande hermanos! Nosotros estamos introduciendo a cada individuo a una vida de relación personal con Jesucristo.

Recuerde eso cuando usted le predique a una persona el Evangelio invítelo a establecer una relación personal, intima directa con la persona de Jesús. No es con una iglesia, no es con un sistema, no es con una religión, es directamente con la persona de Jesús. El Señor le comunicará lo que Él quiere de esa persona. El Señor entrará en una relación personal, llevará a esa persona a través de una serie de procesos y experiencias con Él.

Nuestra parte es ser intermediarios e iniciar a esa gente su experiencia con Cristo. ‘Los envió delante de Él de dos en dos a toda ciudad y lugar a donde Él había de ir y les decía’ y aquí el Señor hace como un comentario preludio a las instrucciones que les va a dar, le está poniendo un contexto, les dice hermanos la verdad: que el trabajo es mucho, la mies es mucha, la obra es grande hay mucha gente a la cual predicarle el Evangelio y que lástima los obreros que tenemos para llenar esa misión son relativamente pocos.

Órenle al Señor, al dueño de la obra, órenle al Padre para que envíe más obreros. Y yo creo que ese lamento de Cristo, esa observación de Jesús todavía sigue en pie. Hay mucha gente que necesita recibir el Evangelio y muy poca gente que se entregue a hacerlo.

Y no solamente porque no haya suficientes misioneros profesionales, sino porque que hay poca gente en realidad, pocos cristianos, que toman en serio su llamado a ser evangelistas.

Yo quiero preguntarte allí, no tienes que levantar tu mano, pero ¿cuándo fue la última vez que tú llevaste a alguien al conocimiento de Jesucristo? Otra pregunta que puedo hacer ¿alguien ha aceptado a Jesús como resultado de tu intervención? ¿Has ido tú delante de Jesús? ¿Vas tú delante de Jesús en tu trabajo, con tu familia, con tus amigos? No hay agentes encubiertos en el reino de Dios, hermanos. No hay gente por allí con un jacket esos de lluvia, con un coat, con una identificación secreta aquí de evangelistas. Somos cristianos y tenemos que ser obvios ante el mundo.

A mí me duele muchas veces cuando yo voy por la ciudad de Boston y voy a sitios de influencia, descubro cristianos por donde quiera. Pero ¿qué pasa? Están siempre detrás del closet, están metidos en el closet. Se sienten que no deben compartir porque el diablo nos ha vendido esta mentira demoníaca de que tenemos que respetar la privacidad de la gente, de que no podemos imponer nuestros valores.

Hermanos, métanle una llave inglesa, entra en el reino de los cielos a quien sea, que se salven, sea como sea. Métalos, empújelos para que entren al reino de Dios, fuerce la puerta un poco aunque sea. Comparta una palabra aunque sea identifíquese, denúnciese como un cristiano porque eso es un llamado.

Tenemos que, hay urgencia, el tiempo es corto. Los obreros son pocos, la gente se está perdiendo y la persona que usted menos piensa está deseosa de que alguien le predique el Evangelio o que lo invite a la iglesia, o que le de algo que leer, un buen documento que le inquiete.

Regálele a alguien, no tiene que ser un tratado; el tratado es simplemente una forma de miles de formas que usted puede usar para ser creativo en hacer la obra urgente esta del evangelismo. Hay tantos buenos videos, hoy en día que usted le puede regalar a la gente, hay buenos libros que usted puede regarle a una persona de evangelismo, una Biblia.

En una conversación, usted puede, quizás tener una conversación con alguien y esa persona le habla de algún problema que tiene en su vida y le dice ‘¿Sabes qué? Voy a orar por ti’, o ‘¿Tú me permites orar por ti? Vámonos a un lugar discreto ahora mismo’. Porque a la gente no le gusta que usted comience ahí al lado de la máquina de beber agua a clamar al Señor para que envíe fuego para este pobre pecador, ¡no! Sea discreto. Llévelo a un lugar discreto.

Ore por esa persona o dígale, ‘¿sabes qué? Yo te voy a regalar una Biblia y te invito a leer el Evangelio según San Juan. Vas a encontrar allí palabra acerca de Jesucristo. Y si te interesa más vamos a hablar, alguna explicación que tú quieras’.

Hay muchas formas creativas, hermanos, muchas formas elegantes inclusive. Muchas formas orgánicas, naturales de hacer obra de evangelismo. Yo quiero que usted se sienta implicado, que usted se sienta responsable delante de Dios porque la verdad es que hay mucha gente.

Yo creo que, definitivamente, los campos están blancos para la siega. Hay mucha gente, la persona que usted menos piensa, está desangrándose calladamente.

Ese jefe que usted ve allí con mucho dinero y que parece que se lleva el mundo por delante, esa persona quizá tiene hijos que no quieren saber de él, su matrimonio quizás se está deshaciendo, quizás anda con un cáncer y no se ha atrevido a confiárselo a nadie. Una palabra, quizás de ánimo y de inquietud puede llevar a esa persona a conocer a Jesucristo.

Pídale al Señor sabiduría y entendimiento porque hay una necesidad grande. El mundo, yo creo que, está listo. El mundo ha llegado a un callejón sin salida. La razón no da calor, no da alimento al hambre espiritual de la gente y hoy en día, esta sociedad que parece que está tan dura y resistente, yo he encontrado que hay gente que está deseosa que se le predique el Evangelio en una forma sana e inteligente y llena de gracia. Porque hay una gran necesidad.

Y oremos para que el Señor levante más personas, oremos para que haya un poder evangelistico que surja en medio de la iglesia.

‘Rogad al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies’. Vamos a pedirle a Dios y eso es lo que Cristo dice, vamos a pedirle a Dios, vamos a pedirle al Señor ‘Señor aumenta el número de gente que haga evangelismo’.

Otra cosa que yo diría aquí es que el Evangelismo debe estar unido a la oración también. Si usted no ora, no va a tener poder al testificar de Jesucristo. ¿Entiende lo que le digo? Hay que orar, hay que tener una sana vida devocional.

Cuando uno ora al Señor, cuando uno alimenta su vida espiritual, van a venir oportunidades para predicar el evangelio, Dios va a abrir oportunidades. Dios va a poner en usted una autoridad, una convicción bien fuerte y eso va a ser posible. Si usted nunca ora, si usted no tiene una comunión con Cristo Jesús, no va a generar el poder, el sentido de urgencia, el sentido de autoridad y de obligación para predicar la palabra.

Todo buen evangelista, toda buena evangelista está respaldado por una vida de oración.

Ahora Él dice: “Id, aquí yo os envío como cordero en medio de lobos”. ¿Por qué dijo el Señor eso? “Os envío como corderos en medio de lobos” Yo creo que aquí también hay un principio espiritual implicado y yo diría que es el principio de la guerra espiritual. Cuando nosotros preciamos el Evangelio, sobre todo en estos tiempos modernos, hay mucha hostilidad alrededor del Evangelio.

Estamos en una cultura que hasta cierto punto sí, colectivamente es hostil a la proclamación del Evangelio. Hay demonios, hay principados y potestades que quieren cerrarle la boca a los hijos de Dios y por eso hay tanta enseñanza, hoy día, en el mundo secular acerca de respetar la privacidad de la gente, del pluralismo, del multiculturalismo.

Hay mucha gente que hoy en día habla de que si usted le predica a alguien acerca de Jesucristo como Señor y salvador, usted está denigrando otras religiones. Usted está siendo un fanático, está implicando que usted es lo único y que las otras religiones no sirven. Bueno nosotros creemos que Cristo es el camino, la verdad y la vida y que nadie viene al Padre sino es por Él.

Yo no estoy diciendo que otra región no sirva pero estoy diciendo que sólo Cristo sirve. Y allá que ellos cojan las implicaciones de eso. Yo no le voy a decir a nadie ‘Tú religión no sirve, tú eres un sinvergüenza, tú eres un ladrón y salteador’, pero yo voy a decir, ‘Cristo es el único camino. Y si tú quieres decir eso, bueno eso es lo que dice mi palabra’. No se deje intimidar porque yo creo que el diablo siempre trata de congelar el corazón de los cristianos, poner temor. Mandar doctrinas de demonios en la cultura para cerrarnos la boca, para apagar nuestro ánimo evangelistico. Hacernos dudar de nuestro llamado espiritual, de nuestra dotación espiritual.

Hermano, reprenda eso en el nombre de Jesús. Estamos en guerra. El evangelismo es guerra. El evangelismo, hay una oposición. El Señor Jesucristo dice que nadie saquea la casa de un hombre fuerte hasta que primero no lo ata y entonces puede saquear su casa. El diablo tiene control ilegítimo de estas culturas. Y él no va a permitir que nosotros simplemente vengamos y tomemos sus almas que él tiene agarradas ilegítimamente por eso es que es tan importante la oración, la guerra espiritual.

Ayer por la mañana en el tiempo de oración con los hombres, de hecho les ánimo varones; los sábados hay unos tiempos muy bellos de oración que se están dando aquí a las 5 de la mañana. Yo se que para muchos de ustedes, las cinco de la mañana, usted ni siquiera puede concebir lo que es eso. Sábado por la mañana sobre todo, pero yo les animo en el nombre de Jesús, venga y tráigase un termo con –yo creo que trajeron chocolate ayer por la mañana- y cuando me quería agarrar sueño me tomaba mi traguito de chocolate.

Tráigase un termo con café o con chocolate y venga y cuide la alfombra por favor, si lo va a hacer. Ni siquiera debiera decir eso, me arrepiento. Tenga mucho cuidado.

Pero vengan a orar, es un tiempo precioso cuando los varones se reúnen y oran hay algo muy especial cuando hombres están adorando al Señor y orando y se está dando un lindo compañerismo entre los varones que se reúnen a orar los sábados por la mañana. Ore precisamente para que el Señor envíe obreros a su mies, ore para que nuestra iglesia sea más y más llena del espíritu Santo, ore para que el diablo sea frenando y amordazado para que no pueda hacer obra de impedimento para la predicación del evangelio.

Pero yo creo que cuando el Señor dice “los envío como corderos en medio de lobos,” está hablando de un mundo donde el diablo no quiere que las almas sean salvas y nosotros tenemos que cubrirnos con la sangre de Jesús. Tenemos que ir con esa conciencia del nombre poderoso de Jesús que nosotros representamos. Tenemos que frenar las obras del enemigo, tenemos que pedir protección sobre nuestra vida y sobre nuestra familia.

Lo que decir un hermano que compartió la palabra ayer, decía que la primera vez que le pidieron que compartiera el mensaje ante los hombres y es una persona que tiene cierta facilidad de palabra, se expresa muy bien y que no mostraba en ningún momento ningún tipo de timidez cuando habló.

Pero que la primera vez que el hermano Gilberto Sámano le pidió que trajera la palabra y él iba a hablar precisamente acerca del reino de Dios y todo eso. Dice que le entró un malestar emocional y espiritual tan grande y se sintió tan inepto y tan incapacitado y como que le cayó una frialdad espiritual que esa primera ocasión le pidió al hermano Gilberto que por favor lo perdonara -ya llegando a la iglesia no pudo hablar de lo que tenía que hablar- porque iba a hablar de algo serio: El reino de Dios, y de precisamente de llenarnos del poder de Dios y de la verdad de Dios para proclamar del evangelio y de reclamar nuestra herencia.

El diablo no quería que estos hombres recibieran eso y este hermano que viene de un trasfondo, de hecho de una secta falsa y que ha entrado finalmente en los caminos del Señor –yo creo que estaba todavía más abierto, más frágil al ataque demoníaco.

Gracias a Dios que en esta segunda vez, ya más fortalecido el hermano pudo desempeñar su labor en una forma muy, muy adecuada. Pero es así, cuando usted quiere proclamar la palabra, cuando hace una cita con la persona, se le rompe el carro a la persona, una goma por allá, cambia de opinión, lo que sea. Hay tantas trabas que el diablo pone y el mismo enemigo ha querido meter en la sociedad misma y en su doctrina contrariedad institucional contra el Evangelio.

Y tenemos que acompañar siempre la obra de Evangelismo con mucha guerra espiritual. Una congregación que está siendo efectiva en evangelismo, una persona que está haciendo obra evangelista debe siempre cubrirse con la sangre de Jesús. Debe asegurarse de que su vida de oración este fuerte, que esa persona esté fortalecida. Que entienda que está yendo en guerra contra ese poseedor de almas, ese esclavizador de almas que no quiere que una sola persona se salve. Y usted está implicado en ese forcejeo.

Cada vez que hablamos del reino de Dios en la Biblia, hablamos de algo de algo que van en contra de un reino ilegítimo que es el reino de las tinieblas. Entre el reino de Dios y el reino de las tinieblas hay una oposición a muerte. Y si usted representa el reino de Dios, si usted está tratando de expandir ese reino, sepa que usted entra en contra de ese reino de las tinieblas que va a hacer todo tipo de oposiciones.

Y tenemos que estar muy conscientes de esto. Así que el Señor dice “Yo los envío como corderos en medio de lobos”. Y entonces les dice en el versículo 4: “No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado”. Dejen la Mastercard y la Visa en la casa. El ATM déjenlo en la casa no lleven dinero en su cartera. ¿Por qué les dijo el Señor esto? ¿Por qué quería hacerles la vida difícil? No, yo creo que Él quería enseñarles un principio de fe a los discípulos.

Él les dijo: ‘¿Saben qué? Les voy a hacer la cosa difícil. Dejen en dinero en la casa, dejen las cosas bien cómodas’. No les está diciendo que fuesen descalzos, yo creo que lo que les está diciendo es que no lleven un par extra de zapatos. Hermanas, yo sé que para muchas de ustedes, eso es bien difícil. Salir así de viaje sin llevarse una maleta llena de cosas aunque también hay algunos varones que son tan vanidosos como las hermanas, déjenme decirles.

Hoy en día las cremas y las cosas, los varones están tan corrompidos como las hermanas también. ¡Tenemos una cantidad de metrosexuales por allí increíbles!

Pero el Señor quería darles un ejercicio espiritual a esta gente. Él les dice: ‘Yo quiero que ustedes vean que yo soy su proveedor y que si ustedes dejan de usar estas cosas yo les voy a proveer en el camino’. Y eso es bien importante, hermanos. Cuando nosotros nos lanzamos a una obra de evangelismo que nosotros creamos, que el Señor es capaz de proveerme. El Señor es mi proveedor, el Señor es mi fortalecedor.

Sin fe no es posible hacer obra de evangelismo. Entonces nosotros le pedimos al Señor: “Señor auméntanos la fe. Fortalece mi fe”. Muchas veces la falta de trabajo de evangelistico es porque nos falta fe. Es interesante cuando nosotros nos atrevemos en el nombre del Señor a hablarle a alguien es como que decimos ‘hermano me gustaría compartir algo acerca de Jesucristo’ y la persona dice ‘Okay’ y entonces uno dice ‘¿Qué que? ¿Qué sí?’ y nos quedamos como que no sabemos que hacer porque no esperábamos que nos dijera que sí.

Hágalo en el nombre del Señor. Crea. Órele al Señor, pídale fe y entonces crea que el Señor va a estar allí honrando su acción de fe. Y que Él le va a proveer para el camino. Se necesita fe para ser un evangelista adecuado y cuando nosotros, entonces, aprendemos que Dios provee y que Dios abre las puertas, eso aumenta todavía más nuestra fe.

Dice “y a nadie saludéis por el camino”. ¿Quería el Señor que sus seguidores fueran odiosos y que adquirieran la reputación de ser cariduros? No, yo creo que había un principio allí también y yo creo que ese es el principio de enfoque, de concentración. De que predicar el Evangelio es cosa seria. Él no quería que estuviesen entreteniéndose con largas conversaciones en el camino y cosas. Y

O creo que, cuando el Evangelismo tiene que ser algo que capte nuestra concentración y que entendamos que esa es una labor sagrada que el Señor quiere que hagamos y que estemos concentrados en ello, que lo practiquemos, que aprendamos acerca de ellos, que lo pongamos en práctica en nuestra vida.

Yo he hablado anteriormente eso de que cuando uno está en una misión, la gente que es poderosa en el espíritu tiene como esa cualidad de –no es que son odiosos pero hay una cualidad de-seriedad en los asuntos de Dios.

Yo creo que Dios quiere más y más que su pueblo adquiera ese sentido de la seriedad que está implicada en el reino de Dios. Nosotros nos permitimos todo tipo de libertades en los caminos del Señor y hay una actitud de laxitud y de relajamiento que no conviene en tanto cristiano.

Si quiero evangelizar, pues lo hago; si quiero diezmar eso es cosa mía, si quiero ir a la iglesia un domingo y el otro domingo me quiero quedar en la casa viendo televisión eso es asunto mío; si quiero vivir una vida de santidad o no el Señor entiende.

Hermanos, la vida cristiana es cosa seria, la vida cristiana es cosa de concentración. La vida cristiana es para que nosotros al llenarnos del espíritu santo adquiramos una cualidad de seriedad y de concentración y de obediencia y de sujeción a las cosas del reino de Dios. Yo creo que según uno va creciendo en los caminos del Señor hay un elemento profético que toma posesión de uno.

Y de nuevo, yo creo que uno puede reírse, uno puede disfrutar de la vida, uno puede disfrutar de un buen chiste pero también hay un sentido de que yo soy un ‘soldado en el reino de Dios’, yo estoy en los negocios del Rey, yo estoy concentrado y no tengo tiempo para estar perdiendo tiempo en conversaciones vanas y en asuntos que me roban el tiempo a lo que yo tengo que hacer.

Hermano, examine en que usted usa su tiempo y yo estoy seguro que hay por allí cosas que usted puede cortar y dedicárselas más a las cosas del reino de Dios, aprender más de la palabra. Esa novela que tanto tiempo le roba, hermano, hermana, reprenda al diablo, éntrese en ayuno; déjela a un lado y dedíquese tiempo a conocer de la palabra de Dios. Estudie más de la palabra del Señor.

Yo me sorprendo cuantos buenos videos hay hoy en día de educación cristiana. Tantos recursos que hay en el internet. En estos tiempos que yo he dejado de ver televisión, hermanos, yo les aseguro he aprendido tanto, me he educado, he dicho ¿sabes qué? El tiempo que voy a estar -me he comprado una cantidad de videos de historia de Estados Unidos, del mundo, de cultura y tantas otras cosas. Y me estoy enriqueciendo muchísimo. Es como si estoy otra vez en la universidad y estoy aprendiendo tanto porque creo que mi tiempo ahora, ese tiempo que dejé de ver televisión se lo voy a dedicar al Señor y voy a aprender y me voy a preparar para ser un mejor evangelista, un mejor siervo, un mejor obrero de Dios.

Use su tiempo adecuadamente. Usted está en una cosa, usted es un siervo del reino de Dios, un representante del reino de Jesucristo. Apriete su vida, concéntrese en lo que vale, en las cosas eternas. Cuando esté allá en el cielo usted podrá entrevistar a los artistas de cine y usted podrá cantar mejor que Beyoncé o JLo o quien sea. Dedíquese aquí al servir al Señor. Allí arriba usted puede hacer todo, usted tendrá billones de años para mejorar su voz y hace todo este tipo de cosas.

Concéntrese ahora en redimir el tiempo porque el tiempo es corto. Dice ese himno ‘pronto la noche viene, tiempo es de trabajar’. Vamos a concentrarnos en las cosas del Señor. Yo creo que eso fue lo que el Señor quiso implicar en esto: “Y a nadie saludéis por el camino. Vayan a lo que van e involúcrense en lo que yo les he enviado”.

Ustedes tienen una misión, cumplan esa misión. Nosotros tenemos una misión mientras estamos en la Tierra, vamos a dedicarnos a esa misión, hermanos y el Señor enviará entonces su bendición. Al que mucho se le da, entonces Dios le dará más, al que hace más, Dios le dará más para que pueda hacer más todavía. Y al que no usa los dones que tiene ese poquito que tenga le serán quitados, dice la palabra.

Invierta el tiempo en lo que tiene que hacer. Dice también ‘en cualquier casa que entréis, primeramente decid “paz sea a esta casa” y si hubiera allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él y si no se volverá a vosotros’.

¿Qué principio había allí? Hermanos, nosotros cargamos como representantes del reino de Jesucristo un caudal de bendiciones que podemos proferir sobre la gente a la cual nosotros le predicamos el evangelio.

Déjenme decirles, cuando usted entre en una casa y hay rencilla, hay rencores, hay violencia, hay desorden, está la presencia del diablo allí amordazando y deshaciendo y azuzando a esa gente para que como perros vivan comiéndose unos a otros -hay hogares así, hermanos- llenos de la maldad del enemigo, la música a todo lo que da, violencia, todo tipo de perversiones, los niños están siendo entrenados para ser fierecillas cuando sean más grandes.

Esa gente son esclavos del diablo.

Cuando un hijo de Dios entra, entra el orden del reino de Dios con él o con ella. Cuando usted entra, entra el poder vivificador, el poder que da vida, luz, orden, coherencia al universo con usted. Usted lleva eso. Y Cristo le ha dado el poder para usted declarar eso sobre esas vidas. Cuando usted entra a una casa y dice “paz”, los hebreos usaban la palabra “shalom”, y para el hebreo shalom quiere decir bienestar, bendición. No es simplemente paz así en el sentido genérico de la palabra.

Era una palabra cargada de implicaciones: bienestar físico, emocional, espiritual, material, financiero, familiar, todo eso estaba implicado en la palabra. Entonces el Señor Jesucristo le da una nueva autoridad a esa palabra, dice: “cuando ustedes entren a un hogar, en su modalidad evangelistica, ustedes entren y declaren la paz del Señor sobre esa casa donde ustedes entran y mi respaldo estará sobre eso”.

Cuando usted le predique el evangelio a una persona, sepa que usted tiene poder para orar, para que Dios bendiga a esa persona. Usted tiene poder para declarar bienestar. Si esa persona está ansiosa, si hay desorden en su vida, si hay ataduras en su vida, mire ore, llénese de una autoridad apostólica y profética y declare como que usted sabe lo que está haciendo. La paz del Señor sobre esa persona, ore por sus problemas, bendiga ese hogar, bendiga ese individuo.

Dice el Señor que si esa persona tiene fe para recibir lo que usted está orando y si hay en esa persona algo digno de la aprobación del Señor, esa paz suya va a reposar sobre él o sobre ella.

A mi me impresiona esto que dice “y vuestra paz reposará sobre él”. Usted comparte la paz que usted tiene dentro de usted, la que usted comparte con esa persona. ¡Qué interesante! Es como si usted le transfiere su propia esencia de paz a ese individuo, a esa persona. Si esa persona recibe su oración y es digna de esa oración delante de Dios, esa paz va a reposar y es interesante –para que ustedes vean los misterios del espíritu- si hay algo en esa persona que rechace esa paz, si hay alguna impureza, si hay algo que no es de Dios en esa persona, su palabra de paz va a rebotar y va a volver a usted.

Misterios. Son cosas espirituales. Nosotros nos movemos en un mundo tremendamente misterioso. Nuestra parte, sin embargo es proferir paz. La parte del Señor es determinar que se hace con esa paz.

Ore por alguien, bendígalo y entonces deje el resultado al Señor. Como dice asimismo el himno “Sembraré, sembraré, dejaré el resultado al Señor”. Los dominicanos antiguos, esos evangélicos de antes conocen ese himno muy bien.

‘Sembraré, sembraré,

Sembraré, sembraré,

Dejaré el resultado al Señor’

Óigame ¡qué bueno son esos viejos himnos! Tenemos que aprenderlos, por eso es que no podemos olvidarnos de ellos. Son himnos que nos refuerzan en ese valor evangelistico, ¿no? Usted ore, usted bendiga y deje el resultado al Señor. Comparta la palabra, deje, entonces que el Señor se encargue.

Si esa personas, si Dios tiene un propósito con ella, al usted predicarle el evangelio, Dios hará lo que tiene que hacer. Si no, si Dios no tiene propósitos con ellos, eso es asunto de Dios y ellos. Su parte usted la descargó como un vigía, como un atalaya, si usted advierte del desastre que viene y esa persona sigue durmiendo y no le importa lo que usted dijo, eso es problema de él o de ella, usted ya descargó su responsabilidad “sino se volverá a vosotros”.

Dice “posad en aquella misma casa comiendo y bebiendo lo que os den. Porque el obrero es digno de su salario”. Es interesante. Hay dos veces en que el Señor les dice que coman y beban lo que les den. En este caso lo que al Señor le interesa es señalar que usted está haciendo una obra importante. Estos hombres y mujeres iban a ir predicando el evangelio, Él les ha dicho ‘no lleven comida,’ no lleven una cantina con comida ni nada por el estilo, dependan de lo que les den.

Y entonces cuando lleguen a una casa entiendan, ustedes están haciendo una obra bien importante y si les dan de comer, recíbanlo y no anden por allí con temores, ni con vergüenza porque ustedes están haciendo una obra bien importante. Y ustedes merecen que les pague. El obrero es digno de su salario. El estaba señalando la importancia de predicar el evangelio y de que no tuvieran temor al respecto, no fueran falsamente modestos o temerosos.

Dice “No os paséis de casa en casa”. Hay un principio aquí de estabilidad y de carácter, yo creo. Él estaba diciendo no anden por ahí de lugar en lugar, creando una mala impresión de que ustedes son unos lambones, pidiendo comida donde quiera y pidiéndole a la gente y aprovechándose de la gente, ¿no?

‘Quédense en un hogar, creen relaciones sólidas en esos hogares, dense a conocer’. Yo creo que aquí hay un principio de carácter. La gente que tiene algo que esconder no quiere que lo conozcan y va de sitio, en sitio saltando de lugar en lugar. Pero el Señor dice ‘¡No enseñen esta habilidad! Si hay una casa que les recibe quédense en esa casa y de ahí hagan obra de evangelismo’.

El carácter es muy importante. Alguien ha dicho ‘No se puede predicar la moralidad en calzoncillos’. Mucha gente esta predicando el evangelio y no representan el carácter del evangelio. Entonces alguien dice por ahí ‘tus obras hablan tan duro que no puedo escuchar tus palabras’. Nosotros tenemos que tener un carácter estable, tenemos que desarrollar relaciones que afirmen lo que nosotros somos.

Por eso es tan importante. Si yo le voy a predicar alguien será mejor que mi comportamiento afirme lo que yo estoy diciendo. Hay gente por allí y usted lo ve en las carreteras, con un gran afiche: Cristo te ama y se están metiendo entre todo el mundo en la carretera, pitándole a la gente, abriendo la ventana y maldiciendo y luego la suben. Tremendo cartel Cristo te ama. ¿Quién va a creer en un evangelio así? ¿No?

Mi hija habla de un día que fue a Market Basket ahí en Sommerville y una señora -ella estaba esperando para entrar en un estacionamiento- y vino esta señora y bump le cogió el estacionamiento y tenía tremendo coso que decía así, ‘Dios te ama’ en el carro. ¿Qué tipo de predicación es esa? Nuestra predicación tiene que tener el respaldo de una vida, un carácter que le de autoridad a lo que nosotros predicamos.

Yo creo que el Señor estaba implicando eso, ‘quédense en un lugar estable.’ Proyecten una imagen de seriedad, sobriedad. No hagan nada que arroje duda acerca de las motivaciones que ustedes tienen para predicar el Evangelio. Entonces dice aquí algo bien importante, dice [ya voy terminando hermanos] “Comed lo que os pongan delante”.

De nuevo ¿por qué dijo el Señor eso? Tenemos que ser humildes. Yo creo que hoy en día hay tanto evangelista por allí quedándose en hoteles de 5 mil dólares por noche y lo que están haciendo es negando el Evangelio.

Hay tanto desprestigio que ha caído sobre el pueblo de Dios tanta gente, tanto Pastor, tanto evangelista que están esquilando las ovejas y aprovechándose del dinero del pueblo de Dios, con salarios de millones de dólares y todo lo pasan por este asunto de que ‘Yo soy un siervo de Dios. Yo tengo que encarnar la prosperidad de Dios’. ¡Qué buen argumento! Así cualquiera, ¿verdad que sí?

Hace poco, desgraciadamente, uno de los evangelistas más conocidos aquí en Estados Unidos, un hombre que yo sé que es serio, ama al Señor, integridad, viene de un trasfondo familiar increíblemente sólido y que yo sé que es una persona comprometida. Pero se hizo un exposé, un periódico secular, [está en una semana] se quejó de que su salario es de 1 millón punto 2; 1.2 millones de dólares. Y es interesante de que representa un ala del Evangelio norteamericano que no se esperaría un salario así.

Porque atacan a los Pentecostales, los carismáticos, como Joyce Mayer y otras así Paula White, este tipo de evangelistas Pentecostal Carismático, porque tienen salarios grandes. Pero este hombre, calladito ahí, está recibiendo 1.2 millones de dólares de salario. Este hombre tuvo la sagazidad o la obendiencia como sea de entregar uno de los salarios y ya solamente él gana 500 mil y pico, el pobre. Oremos para que el Señor le provea siempre.

Pero muchas veces estos evangelistas que se precian de tener tanto dinero y que creen que hay que pagarles sumas reales, de reyes, no ven estos pasajes comodamente “coman lo que les pongan por delante”. Dicen “bueno, si me ponen bistec y langosta entonces me voy a comer”. ¡No! Coma lo que sea que le ponga por delante. De muestra de ser parte de la comunidad, de compartir los dramas de la gente.

Muchas cosas.

Lo último “Sanad a los enfermos que en ella haya y decidles ‘Se ha acercado a vosotros el reino de Dios’ “.

Hermanos, tenemos que pedirle más y más al Señor unción del espiritu santo, llenura del poder de Dios. El Señor Jesucristo ha querido, le ha placido que la proclamación del reino de Dios sea acompañada de señales y prodigios. Él ha dado los dones del espritu santo para fortalecer y respaldar nuestra proclamación del evangelio. Yo creo que Dios quiere que en estos últimos tiempos su iglesia adquiera más y más poder para proclamar un evangelio de autoridad.

El reino de los cielos le da el metiz, contradice todo lo que el diablo ha establecido en el mundo. Si el diablo representa enfermedad, el reino de los Cielos representa salud, si el reino de las tinieblas representa disfuncionalidad, neurosis, violencia, conflicto entre los seres humanos, el reino de los Cielos representa salud emocional, orden armonía, el amor de uno para con los otros.

Si el reino de las tinieblas representa esclavitud, ataduras, y hábitos que se poseen de nosotros, el reino de Dios representa libertad mental, dominio propio, capacidad para controlar y domar y sujetar las pasiones al orden de Dios. Es todo lo contrario. Dios nos ha dado el poder. Cristo dijo que estas señales seguirán a los que creen en mi nombre. “Sobre los enfermos pondrán las manos, sanarán”.

Dice la palabra: “Levantaremos muertos, libertaremos a los cautivos del diablo, hablaremos nuevas lenguas”.

Todas estas cosas Dios ha querido que sean parte de nuestro ajuar, nuestra herencia. Yo creo que no hay más manifestación del poder de Dios en la iglesia porque no hay más evangelismo. A veces estamos esperando que haya manifestaciones para que entonces haya evangelismo.

¿Qué les parece si nos ponemos a hacer evangelismo para que haya manifestaciones? ¿Para que va a dar Dios señales si no hay gente que no…? Las señales son para evangelismo. Así que cada día sentimos más y más el Señor ha puesto en mi corazón.

Yo creo que en esta mañana a tener a estos jóvenes aquí, al tener al misionero Ira, Dios nos está diciendo “pueblo mío, yo tengo una bendición para ustedes. Yo tengo un llamado, este es un tiempo de cosecha”. Yo creo que estamos en los últimos tiempos y que Dios quiere que nuestra iglesia fluya más y más en obra de evangelismo. Así que recibe ese llamado.

Ponte de pie en esta mañana, vamos a pedirle al espiritu Santo que descienda sobre nosotros ahora mismo y una investidura de poder caiga sobre esta iglesia y reconozcamos este llamado.

Y si hay alguien en esta mañana que no ha recibido todavía a Jesús como Señor y Salvador queremos abrir ese espacio para orar por usted e introducirlo a esa hermosa relación con Cristo, como Señor y Salvador.