TRANSCRIPT
Yo le pedí a Bob Baker que estuviera con nosotros esta mañana y nos trajera la palabra del Señor ya que él es miembro del ministerio en inglés y hay un micrófono ´más que no sé donde estará, quizás lo tengo aquí en frente mismo. Yo voy a estar traduciendo para Bob. De nuevo, ellos han sido pastores, Bob y Susy, su esposa, han sido pastores en Cape Cod en una iglesia que se llama South Chattam Community Church, varios años. Ellos están en transición ahora, Dios los ha traído en nuestro medio para que compartan y ha sido una bendición conocerlos, gente de carácter.
Bienvenido, un placer tenerte con nosotros. Es un honor, este micrófono todavía está caliente. La primera canción que yo aprendí cuando estuve en Chicago fue Fuego, Fuego, la iglesia quiere fuego. Y cantamos esa canción como 50 veces cada vez que la cantábamos. Y este blanquito de Massachusetts salió de esa iglesia cantando Fuego, Fuego.
El pastor Roberto ha estado predicando una serie de mensaje sobre la primera iglesia, la iglesia primitiva, y mi esposa Susy y yo sentimos aquí este mismo tipo de gozo y de expectativa en el momento que entramos por la puerta de la Congregación de León de Judá, ese mismo gozo, y recuerdo la bienvenida tan cálida que recibimos de parte del pastor Roberto. Pero también recuerdo la bienvenida cálida que me dio una hujier llamada Ascany, cuando llegamos.
Nosotros asistimos al segundo servicio que como saben es en español exclusivamente, y Ascany se aseguró de que tuviéramos aparatos de traducción. Nunca olvidaremos ese primer servicio, era el Día de la Madre, y la esposa del pastor Roberto, Mercedes, dio un sermón poderoso e inspirador. Ella comenzó con una serie de transparencias que captaron la atención de todo el mundo. Y luego ella captó la escencia de lo que es ser un padre, una madre cristianos.
Yo sinceramente creo que el Espíritu Santo nos dirigió a esta Congregación y por eso llegamos. Digan amén, aunque sea. Llegamos porque el espíritu nos trajo pero nos quedamos porque nos sentimos tan amados y apoyados por ustedes. Nos quedamos porque había una pasión tan fuerte en ustedes para seguir a Jesús. Sabemos que hay diferencias culturales y lingüísticas entre nosotros, pero hay una intencionalidad del espíritu de parte del pastor Roberto y los demás líderes de la iglesia y de parte de ustedes, cada uno de ustedes, para crear puentes que vayan más allá de las barreras que dividen las diferentes culturas y nacionalidades.
Y en esta mañana vamos a ver en la Biblia un hombre llamado Felipe cuyo llamado era para precisamente derribar barreras en el nombre de Jesús. No todo el mundo puede ser un gran teólogo como el Apóstol Pablo. Y no todo el mundo puede ser un líder tan carismático como lo era el Apóstol Pedro. Pero todos nosotros podemos ser constructores de puentes como lo fue el evangelista Felipe.
Vamos a ver tres aspectos esta mañana de la vida de Felipe. Felipe, el hombre de paz, Felipe el siervo líder o el líder siervo; y en tercer lugar, Felipe el evangelista, el hombre de paz, el evangelista y el siervo líder de Dios.
La primera vez que encontramos a Felipe lo encontramos en Hechos, Capítulo 6. La iglesia estaba creciendo en una manera extraordinaria. Y uno pensaría, bueno, ese es el tipo de problema que toda iglesia querría tener, y de hecho es así.
Pero mucha gente se pone un poco nerviosa cuando llega demasiada gente al servicio, sobre todo si se ven un poquito diferentes o actúan de una forma un poco extraña, o piensan en una forma diferente a como nosotros pensamos. Y ese precisamente era el problema que tenía la iglesia de Jerusalén. Hechos, Capítulo 6, comencemos allí con el versículo 1:
“…. En aquellos días creciendo el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos de que sus viudas eran menospreciadas en el ministerio cotidiano….”
Y quiero ahora poner esto en un contexto histórico. Lo que estaba pasando aquí es como sabemos, el pueblo judío había sido a través de toda su historia, esparcido debido a la persecución. Había comunidades judías en todas partes del mundo en ese tiempo y todavía lo hay actualmente. Quizás ustedes recuerden la historia de Daniel en el foso de los leones. Daniel era …. A Israel y se habían llevado sus propios prisioneros. Hay un término que se usa para este fenómeno histórico que se llama la Diáspora, y muchos de los judíos de la Diáspora, de ese esparcimiento, anhelaban regresar a su tierra nativa, Israel, especialmente deseaban regresar a Israel en su edad anciana y poder ser enterrados en su amada Jerusalén.
Y esos judíos de la Diáspora, de la expulsión, hablaban griego, pero los judíos que se habían quedado en Israel, en Jerusalén, hablaban arameo o hebreo. Y como es la naturaleza humana qué pasa, a uno le gusta asociarse con la gente que es igual a uno, y que habla como uno. Y esta gente, como vemos aquí, no tenían ninguna diferencia con nosotros en nuestras costumbres también. Los que hablaban griego, los judíos que hablaban griego, se juntaban con los que eran también de esa misma procedencia, hablaban también griego. Y los judíos que hablaban hebreo les gustaba asociarse con la gente de Jerusalén que hablaban y tenían la cultura más pura hebrea también. Y algunos comentadores de la Biblia piensan que ese tipo de problema lingüístico era solamente un aspecto muy mínimo de lo que era un problema mucho más amplio culturalmente hablando. Probablemente había otros prejuicios y problemas, intenciones que iban más allá de simplemente el idioma, la diferente idiomática.
Y cuando nosotros muchas veces exploramos la iglesia primitiva en el libro de los Hechos decimos, guau, ahí está una iglesia definitivamente perfecta. Hechos 4:32, por ejemplo nos dice que:
“… todos los creyentes eran de un mismo sentir, una misma mente, lo compartían todo, todo lo que tenían…”
Y eso me suena a mí como una iglesia perfecta. Pero solo dos Capítulos después aquí en el Capítulo 6, vemos que esa unidad de mente y corazón estaba siendo amenazada y estremecida. Una de las traducciones de la Biblia dice que había como temblores de descontento, había tensiones en el aire. Poco tiempo después que Susy yo nos casamos teníamos una secadora de ropa que precisamente temblaba cuando funcionaba y poco tiempo después se nos rompió la bendita secadora y tuvimos que ir al laundry para lavar la ropa.
Vemos aquí en el Capítulo 4 todo el mundo compartiendo con la gente que tenía necesidad, pero en el Capítulo 6 vemos que había muchas viudas necesitadas que no estaban recibiendo comida. Quizás usted pensó cuando llegó aquí primeramente a León de Judá que esta era la iglesia perfecta. Lo único que les puedo decir de mi propia experiencia es que quizás León de Judá era perfecta hasta que yo llegué. Pero en el momento mismo en que yo llegué ya dejó de ser la iglesia perfecta.
Recuerdo una señora que dice que oró, querido Señor, hasta aquí ha sido un día perfecto, no he pecado todavía, no le he gritado a los muchachos, mi mente no ha sido inundada con preocupaciones y tribulaciones, ni siquiera me he molestado con mi esposo todavía, pero ahora Señor, necesito levantarme de la cama y voy a necesitar tu ayuda. Cuántos pueden identificarse con esa señora?
La perfección solamente se da en el cielo, cuántos pueden decir amén a eso? Mientras tanto somos como el santuario nuevo que está siendo construido allá afuera en el estacionamiento. Esas grúas están sacando porquería que ha estado allí durante muchos años debajo de la tierra. Todos esos escombros tienen que sacarse antes de que ese hermoso edificio pueda ser edificado. Somos cristianos bajo construcción. Amén. Hay cantidad de basura en nuestra vida, las heridas del pasado, las distorsiones, los pecados, las tendencias pecaminosas que están ahí dentro de nosotros tienen que ser arrancados de raíz para que entonces el nuevo edificio que Cristo quiere construir sea edificado. Amén. Y ese proceso de construcción se llama con la palabra santificación y es un proceso que dura toda la vida.
De vez en cuando mi persona no santificada se manifiesta a través de mi vida, y si esto pasa como puede pasar a veces, en el camino a la iglesia los domingos, si alguien se me interpone en la carretera, entonces llego a la iglesia con mi ser no santificado. Alabado sea Dios que todavía no ha terminado de trabajar en mi vida.
Y este proceso de construcción, de santificación, como vemos, estaba dándose aquí en este pasaje, en la iglesia primitiva, y la pregunta iba a ser, cómo van ellos a responder a esas necesidades de estas viudas de habla griega? Se unirían en el nombre de Jesús? O la situación explotaría en sus caras y dividiría a la iglesia?
Los 12 Apóstoles, gracias a Dios, no trataron de simplemente meter la basura debajo de la alfombra y pretender que no estaba existiendo el problema. Ellos presentaron la situación ante la Congregación y le ordenaron a la Congregación que escogieran a 7 hombres para que ellos administraran el programa de suministro de alimentos que tenía la iglesia. 7 hombres llenos de sabiduría y del Espíritu Santo.
Necesitamos hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo que puedan usar sus habilidades para hacer el trabajo de Dios. No necesitamos gente que solamente esté llena de sabiduría del mundo, del intelecto. El colapso de las instituciones financieras que vimos en Wall Street en las finanzas aquí en Estados Unidos, se debió precisamente a gente que tenía conocimiento intelectual mundanal, pero no tenían conocimiento espiritual.
Y Felipe fue uno de esos hombres llenos del Espíritu Santo escogido para esta tarea. Felipe fue usado para traer paz, él fue un pacificador en medio de esta situación potencialmente explosiva. Y debido a que los líderes manejaron la situación en una forma piadosa y santa y adecuada, la iglesia pudo continuar creciendo en formas extraordinarias.
Y yo me imagino que había gente fuera de la iglesia que estaban observando este proceso para ver qué iba a pasar. Seguramente pensaron, guau, algo extraordinario debe estar pasando dentro de esa comunidad. Toda esta gente de diferentes culturas, que normalmente no se hablan unos a los otros, dirían ellos, están uniéndose juntos adorando a Dios. Y probablemente dijeron, guau, seguramente esta gente tiene algo que yo necesito en mi propia vida también.
Cuando nos unimos en el nombre de Jesús, cuando derribamos barreras en el nombre de Jesús, cuando perdonamos y nos amamos unos a otros en el nombre de Jesús le estamos dando al mundo exterior un atisbo, una visión inicial del cielo como será.
El libro de Apocalipsis nos da una visión de un grupo inmenso de personas de diferentes tribus, lenguajes, culturas, adorando juntos a Dios. Tienen vestiduras blancas y están ondeando palmas en sus manos y están declarando sus alabanzas y dicen, la salvación pertenece a nuestro Dios, él está sentado en el trono y salvación y alabanza al cordero. Si usted habla español esta mañana yo quiero que diga esto en español, a la misma vez que los que hablan inglés lo dicen en inglés, los que hablan español, lo dirán en español, y los que hablan inglés en inglés. Lo voy a repetir otra vez, “la salvación pertenece a nuestro Señor que está sentado en el trono y al cordero”.
Denle un aplauso al Señor. Amén. Gloria a Dios. Ven ustedes cuando oramos al Señor en español y en inglés nos prepara para el cielo.
Felipe era un pacificador, un hombre de paz. Y nosotros nos convertimos en pacificadores cuando nos unimos con otros que hablan otros idiomas, tienen otras culturas, gente que viene de un trasfondo cultural diferente al nuestro. Y hay otras maneras también de edificar la paz en nuestras iglesias. Edificamos la paz cuando nos rehusamos a escuchar chismes, digan amén. Traemos paz cuando hablamos la verdad en amor. Traemos paz cuando somos rápidos en perdonar y lentos en airarnos. Amén.
La Biblia dice, hagan todo tipo de esfuerzos para mantener la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz. Felipe era un hombre pacificador. Y en segundo lugar veremos que Felipe era también un líder siervo. Fue uno de los primeros diáconos de la iglesia. Ahí está en el versículo 2 del Capítulo 6. Dice aquí que:
“-… Los 12 Apóstoles unieron a todos y dijeron lo siguiente: no es correcto que nosotros dejemos el ministrarle directamente al Señor para atender a las mesas para resolver este problema.
La palabra que se traduce diácono en el griego original, literalmente quiere decir alguien que atiende a las mesas, un mesero, en un sentido como decía Lizette aquí. Levante su mano si usted ha sido mesero alguna vez en un restaurante. Yo financié mis estudios de seminario trabajando como mesero en un restaurant. Yo usaba un chalequito negro muy lindo y un lacito rojo en el cuello. Que mejor manera de prepararme para ser un líder que sirve en la iglesia.
Recordemos que el Señor Jesucristo nos enseñó acerca del servicio cuando lavó los pies de sus discípulos. Recordamos que hoy marca el quinto aniversario del huracán Katrina que devastó Luisiana. Yo recuerdo como unos líderes siervos fueron llamados para ir a Biloxi, Mississippi, para ayudar a restaurar esos escombros. Yo fui con algunos de esos en ese viaje y les digo, que nunca había visto tranta destrucción en toda mi vida. Algunas de las casas simplemente desaparecieron completamente en el Golfo de México y otras fueron reducidas absolutamente a simplemente montones de escombros. Pero una iglesia en el centro mismo de la ciudad de Biloxi permaneció intacta y era una iglesia bautista. Amén. Y nos quedamos allí en esa iglesia bautista y recuerdo que dormíamos en colchones tirados en el piso de esa iglesia. Y esa iglesia se convirtió en uno de los puntos principales para la distribución de comida en toda el área afectada por el huracán Katrina. Pero el pastor me dijo lo siguiente el mismo día después que el huracán golpeó esa área, de hecho la única comida que tenían en grandes cantidades era arroz con frijoles y habichuelas, así que ellos simplemente cocinaron una gran cantidad de arroz con frijoles y se lo servían a toda la gente que estaba en el camino necesitados.
Pero de pronto un gran milagro sucedió: comenzaron a llegar a la iglesia grandes cantidades de agua y comida que la gente traía e inmensos camiones comenzaron a traer comidas y todo tipo de comestibles a la iglesia de todas partes del país. Iglesias y universidades cristianas enviaron miles de voluntarios para limpiar y para establecer el orden en esa área tan devastada por el huracán. Un grupo, por ejemplo, llegó y estableció una gran cocina y mucha gente a través de toda la costa del golfo me dijeron no fue el gobierno quien nos ayudó, decían ellos, fueron las iglesias cristianas, iglesia que establecieron un ejército y otras agencias cristianas como Bolsa del Samaritano y otras agencias de ayuda social cristianas.
Dos hermanos llegaron desde la Florida, uno de ellos era un tipo grandísimo como el actor de la película de cine que se llama la Roca, es inmenso el tipo este, y el otro parecía Don Johnson de Miami Vice. Ellos llegaron desde de la Florida trayendo consigo, arrastrando una especie de máquina para hacer barbacoa, pollo a la barbacoa, así que los llamamos los hermanos pollos, y yo lo decía con mucho respeto porque el tipo que yo digo que era grande podría fácilmente cargarme y tirarme si quería. Y los hermanos pollo ahumaban a veces hasta 500 pollos a la vez. Y entonces se iban con todos estos pollos a la barbacoa por diferentes vecindarios y los distribuían a la gente necesitada. Pero saben alto? Su meta era más que simplemente darles pollo a la gente. Su meta verdadera era darle a la gente comida espiritual, oraban por la gente. Un día me fui con ellos y parecería verdaderamente que esto era un avivamiento, una campaña evangelística. El espíritu de Dios era tan poderoso en ese momento. Milagros suceden cuando servimos a los demás en el nombre de Jesús.
Si usted sirve como diácono en esta iglesia yo le doy gracias a Dios y todos los que sirven por su servicio porque como pastor yo sé lo duro que ustedes trabajan detrás de bastidores, tras el escenario, ustedes ponen la mesa de comunión, visitan a los pobres, visitan a la gente en los hospitales que están enfermos. Quizás algunos de ustedes no tengan el título de diacono pero quizás usted estará sirviendo comida allá abajo en la cocina esta tarde, quizás usted es un maestro de escuela dominical, quizás usted sirva por ejemplo como hujier, o hace trabajo administrativo para la iglesia. Quizás sirve en el ministerio de adoración, o quizás usted es el que recoge las sillas y las ordena después del servicio, que limpia el lugar. Adoramos al Señor por ustedes, alabado sea Dios por todos ustedes que sirven en nuestra iglesia.
Sean fieles en su servicio y los milagros continuarán. Su sonrisa como hujier le dará la bienvenida a un visitante, y quizás esa sea la primera sonrisa que ellos hayan visto en mucho tiempo. Maestro, tu compromiso será recordado por tus alumnos muchos años después que tomen tu clase. Tu diligencia como administrador, tu entusiasmo va a mantener la iglesia corriendo durante mucho tiempo, tus cánticos, el ministerio de alabanza audiovisual estarán en nuestros corazones durante toda la semana. Su consideración, gente que limpia la iglesia, será apreciada por las personas que se benefician.
El Señor Jesús dijo cuando servimos a los demás en verdad estamos sirviendo a él. Felipe entonces vemos aquí, el pacificador, el hombre de paz, esa es la tercera persona de Felipe. Vemos Felipe, el siervo líder, y ahora tenemos a Felipe, el evangelista. Luis Palao y Billy Graham son famosos evangelistas, pero cualquiera que comparte las buenas nuevas de Jesús es un o una evangelista.
Ahora, recordaremos que Felipe fue expulsado de Jerusalén por la persecución que se desató contra la iglesia. Quizás Felipe habrá pensado que ya su tiempo de servir a Dios había terminado cuando salió perseguido. Pero Dios puede usar tiempos de tribulación en nuestra vida para llevar a cabo cosas importantes en la vida de su iglesia, y eso es exactamente lo que pasó con Felipe. Capítulo 8, versículo 5 de Hecho proclama:
“… Felipe llegó a una ciudad en Samaria y allí proclamó la buena nueva del Evangelio…”
Ahora, recordemos que los samaritanos eran considerados como las ovejas perdidas de Israel, descarriadas de Israel. Eran extranjeros enajenados de la cultura judía porque se habían casado con personas de otras nacionalidades. Algunos los consideraban traidores simplemente y gente mezclada. Y algunos trataban de evitar Samaria e iban alrededor del pueblo de Samaria para continuar en su camino simplemente porque no querían mezclarse con gente que ellos consideraban impura.
Y qué de Jesús? Cómo actuó Jesús? Se nos dice que Jesús caminó y entró directamente a Samaria. Quizás ustedes recuerden cómo él se paró en el pozo de Samaria y le pidió algo de tomar a la mujer samaritana. Esa conversación que Jesús tuvo con la mujer samaritana, es la conversación más larga que registra la Biblia que el Señor tuviera con ningún otro personaje en la Escritura. Ahora, aquí vemos que entra Felipe a Samaria.
Recordemos que Felipe también en un sentido era un extranjero. Así que en realidad no había una mejor persona para hablarle a los samaritanos de Jesús que Felipe, otro extranjero, otro de los de afuera. Capítulo 8, versículos 5 y 6, dice:
“… Felipe volvió y fue a Samaria y predicó a Jesucristo y cuando la multitud oyeron a Felipe, su mensaje, y vieron los milagros, las señales milagrosas que él hacía en el nombre de Jesús le pusieron mucha atención a lo que decía Felipe, y se dice que con gritos espíritus inmundos salían de la gente cuando él predicaba, y paralíticos y gente con diferentes tipos de impedimentos fueron milagrosamente sanados también…”
Así que hubo gran gozo en toda la ciudad de Samaria. Gozo porque Jesús estaba vivo, había resucitado. Y ese fue el mensaje que Felipe le trajo a esa gente de Samaria. La salvación ha llegado al mundo a través de Jesús, el que fue crucificado en la cruz y enterrado en la tumba, ha resucitado y está dando vida hoy a los… Y todas las profesías acerca del Mesías fueron cumplidas a través de Jesús y ahora esas promesas que el Señor había hecho acerca del Espíritu Santo se estaban dando en ese momento. El Espíritu Santo vino con poder en ese momento. Hubo señales y prodigios. Los demonios eran sacados y los enfermos eran sanados, vidas quebrantadas eran sanadas y el gozo fue la reacción predominante de esa ciudad. Hubo gran gozo en esa ciudad.
Y a veces yo pienso en la Ciudad de Boston cuando pienso en esto de gozo en la ciudad. Nosotros nos gozamos cuando los Red Socks ganan el campeonato. Y yo creo que eso va a pasar de hecho, ellos van a ganar este año también. Nosotros nos animamos cuando vienen las elecciones y la política está al rojo vivo, pero la cosa más extraordinaria es cuando alguien da su corazón a Cristo Jesús.
El Señor dice que cuando un pecador se arrepiente en el cielo hay fiesta. Los ángeles se gozan y celebran, hay canto y danza por una sola alma que se convierte y es salvada en el cielo. Uno de mis domingos favoritos fue cuando el pastor Roberto y otros comenzaron a danzar y a dar vueltas alrededor de la iglesia. Es como un pequeño gustito de lo que va a ser la cosa en el cielo algún día.
Vidas quebrantadas fueron sanadas, corazones quebrantados y heridos son sanados y la tristeza se convierte en gozo en el nombre de Jesús, hay poder en el nombre de Jesús. Pero en el mismo medio de esa gran campaña evangelistico del Apóstol Felipe mientras la gente era salvada a diestra y a siniestra vemos que Dios llamó a Felipe y lo sacó de la ciudad por un momento. Y el Espíritu Santo le ordenó a Felipe que comenzara a viajar en el camino de Jerusalén a Damasco. Uno se pregunta, por qué Dios le ordenaría a su evangelista que hiciera tal cosa?
Felipe hubiera podido argumentar con Dios. Señor, mira todo la buena obra que estoy haciendo por ti aquí en Samaria, no puedo detenerme ahora. Las cosas están pasando, se están dando. Pero no, Felipe inmediatamente obedeció a Dios y se dirigió por ese camino desértico.
Ven ustedes, Dios tenía algo en su mente mucho mayor de lo que ni siquiera Felipe pudiera imaginarse. A la misma vez que Felipe estaba caminando por ese sendero, Dios estaba trayendo convicción al corazón de un hombre que venía del lejano país de Etiopía. Este etíope venía desde Jerusalén donde había ido a adorar a Dios y no era un hombre cualquiera, déjeme decirle, era el Tesorero oficial del país de Etiopía. Y ahora vemos que este hombre, este tesorero, este oficial iba de regreso a su país de Etiopía, y él iba en gran carro oficial y estaba leyendo las Escrituras. Estaba leyendo en el libro del profeta Isaías, leyendo profecías acerca del Mesías que había en el libro de Isaías, y el Espíritu Santo se acercó a Felipe y le susurró y le dijo: ve habla con ese hombre.
Y la Biblia dice que Felipe inmediatamente corrió a donde estaba este hombre en su carro, se subió al carro de este hombre y comenzó a hablarle acerca de Jesús, porque todo lo que este hombre estaba leyendo en Isaías era acerca de Jesús, profecías acerca de Jesús, y el corazón de este hombre fue quebrantado y entregó su vida a Jesucristo.
Y ahí se las arreglaron, encontraron agua y hasta tuvieron un servicio de bautismo ahí también para el hombre. Ustedes recordarán cómo el Señor Jesucristo le dio la gran comisión a sus discípulos, y les dijo, ustedes recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en Judea y Samaria y hasta los fines de la tierra.
Ven ustedes, Felipe encarnaba la gran comisión, era la gran comisión encarnada. Sirvió al Señor en Jerusalén, dirigió esas grandes cruzadas en Samaria y finalmente los fines de tierra llevó a este etíope de un país lejano a Jesús. Pero no se para allí la historia.
La Biblia dice que el etíope siguió su camino gozoso, gozándose, y Dios usó a ese hombre para traer el Evangelio a Etiopía, lo cual en la literatura antigua se conocía como precisamente los fines de la tierra, como había dicho Jesús, era conocido geográficamente.
Felipe era la gran comisión en persona. Y usted es la gran comisión con piel y huesos. Ahora, uno se pregunta, el Espíritu Santo trabajará en esta misma forma en los días actuales? Creemos nosotros que el Espíritu Santo todavía une a la gente en el tiempo correcto, el lugar correcto para traerlos a Dios?
Permítanme cerrar mi serón con una historia precisamente del huracán Katrina. Esta historia me la relató un amigo mío, Gary Lane. Gary Lane era el pastor que estaba encargado de dirigir a más de 9000 voluntarios en esta iglesia de la cual yo hablaba que estaban ayudando a la gente en Katrina, y él les enseñó a todos los voluntarios lo siguiente: si hay algo que ellos necesitaran, antes que me lo pidan a mí, pídanselo directamente a Dios. Y una y otra vez se pudo confirmar que Dios proveyó exactamente lo que se necesitaba en esa respuesta a las oraciones de sus hijos.
Ahora, por ejemplo, uno de esos momentos en que sucedió esto. Se acuerdan de todo ese pollo que estaban sirviendo los hermanos pollo de los cuales les hablé anteriormente? Todo ese pollo llegó de una gran compañía suplidora de pollo que estaba en Mississippi. Llegaba en unos trailers, unos vagones de 53 pies de tamaño. El chofer del camión dejaba un tráiler lleno de pollo, un congelador lleno de pollos en la iglesia y entonces se llevaba el vagón ya cuando estaba vacío y lo regresaba otra vez a su lugar de origen. Así que siempre en la iglesia había un tráiler, un congelador lleno de pollos continuamente, y ese proceso se dio durante muchas semanas. Pero un día el chofer dijo que la iglesia podía tener todo el pollo congelado que había, es decir, se podían quedar con todos los pollos congelados pero desgraciadamente él tendría que llevarse los dos trailers, el que traía y el que tenía que llevarse. Tenía que llevarse los dos.
Y el pastor tuvo el gran dilema de decidir si iba a poder aceptar dos vagones, miles y miles de libras de pollos que no sabía qué hacer con todo ese pollo. Y como se iban a llevar los vagones congeladores no había ningún lugar donde ponerlos excepto ahí en el piso, en el asfalto. El pastor Gary unió a varios voluntarios con él y juntos oraron al Señor. Y luego dice, bueno, los vamos a tomar.
Así que todo ese pollo congelado lo sacaron y lo pusieron en el estacionamiento y ese sol calentísimo de Mississippi comenzó a derretir esos pollos congelados. Gary los cubrió con una tarpa, un plástico, le impusieron manos a los pollos y simplemente continuaron haciendo su trabajo. Y en menos de dos horas después que ellos oraron llegó un camión a la iglesia. El chofer de ese camión venía desde Carolina del Sur. Este hombre había sentido el Espíritu Santo decirle que arreglara su camión y que lo trajera a ese lugar para ayudar a la gente ahí en Mississippi, pero no sabía a dónde ir. Simplemente comenzó a manejar y cuando llegó a esa iglesia él simplemente entró con su camión. Y llegó al pastor Gary y le dijo, pueden ustedes usar mi camión? Y Gary no lo podía creer.
Dios había provisto un tráiler de 53 pies congelador y la iglesia lo podía usar todo el tiempo que le diera la gana. Y esos voluntarios tomaron todo ese pollo y lo metieron en el congelador dándole gracias al Señor. El Espíritu Santo todavía a la gente y los une en el momento preciso en el lugar preciso.
No todos nosotros tendremos el gran privilegio de dirigir una gran cruzada como Billy Graham o Luis Palao, pero Dios nos puede usar para esos encuentros divinos cada día cuando nosotros estamos en nuestros propios quehaceres para tener encuentros divinos con otras personas que necesitan, y nuestra obra, nuestra tarea puede ser en nuestro trabajo, en la escuela donde estamos, en la comunidad donde vivimos, el Espíritu Santo nos provee oportunidades para compartir esa esperanza que nosotros tenemos en Jesús. Él nos capacita, como capacitó a Felipe para ser constructores de puentes para dejarle saber a otros acerca de Dios también. Nosotros podemos edificar puentes de amor más allá de las barreras y los abismos culturales y lingüísticos. Exactamente como Felipe, Dios nos da oportunidades para servirnos unos a los otros en amor.
Y mientras la Congregación León de Judá continúe desarrollando y desempeñando su misión y su llamado lo cual es la gran comisión de Jesús, habrá gozo en la ciudad, habrá gozo en la Ciudad de Boston. Bendecido sea el Señor. ¡Aleluya! Denle un gran aplauso al Señor. Amén. Gloria a Dios. Gloria a Dios. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Gloria al Señor.
Nuestros músicos por favor vengan rápidamente. Gloria a Dios. Sí, Señor, gracias, gracias.
Vamos a orar y vamos a darle gracias al Señor, selle ese mensaje. Que podamos ser verdaderamente líderes siervos, que podamos ser hombres y mujeres de paz, pacificadores y también que podamos ser gente que evangelice y que comparta las buenas nuevas de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo. Amén.