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Hemos hablado sobre poner la Fe en práctica y usar los principios de las enseñanzas de Fe que hay en las escrituras. Quiero dirigir, ahora, sus miradas hacia el Capítulo 15 del Evangelio según San Mateo, comenzando con el Versículo 21.
Hay allí una mujer que para mí es una mujer de Fe. Así como hemos hablado de Ana, hemos hablado de las Parábolas de Cristo del amigo a media noche, hemos hablado acerca de Bartimeo y muchos otros personajes de Fe: Mozafath, etc. Quiero hablarles acerca de la mujer Siro-Fenicia.
Ese no era su nombre, gracias a Dios; no sabemos su nombre pero era del área de Fenicia, de Tiro, de Sidón, una región pagana al norte de Galilea. Ya esta región no pertenecía a Israel, todavía no pertenece a Israel. Es en la parte de Siria ahora mismo, que son enemigos como lo fueron en estos tiempos también.
Esta mujer pertenecía a una nación enemiga, como todavía dos mil años después, es enemiga de Israel. Enemiga acérrima, de paso, de Israel, así como lo era en ese tiempo, también. Así que esta mujer no tenía derecho a recibir nada de parte de Jesús, porque pertenecía a una nación espiritualmente enemiga de Israel.
Pero el Señor fue en esa dirección y se encontró con esta mujer.
¡Qué interesante! que muchas veces en la Escritura, la gente que recibe de Dios, como la viuda de Sarepta, eran personas que no eran de adentro, era de afuera. Gente que no tenía… como el joven, el hijo pródigo, como la mujer samaritana, como Zaqueo, Bartimeo, eran gente de afuera, no estaban dentro del círculo, no eran gente religiosa. No eran gente que parecería que tenían derecho a recibir nada de parte de Jesús. Y el corazón de Jesús siempre se fue hacia esa gente que era como dudosa en términos de capacidades para recibir.
Algo que nos recuerda de que no es por merecimiento, ni justicia propia, sino que es por Gracia, Amén, que nosotros recibimos cualquier cosa. Y en el nombre de Jesús yendo a la persona correcta y por los méritos de Jesucristo.
Mateo 15:21. Esta mujer de Fe, enfoque la Fe de esta mujer, busque dónde está la Fe en este relato. Dice: 'Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón y he aquí una mujer Cananea que había salido de aquella región, clamaba...'
"Clamaba", ¿recuerdan a Bartimeo que clamaba, también? Al Señor le gusta la gente que grita, le gusta la gente gritona, le gusta la gente que toma en serio su necesidad. No vienen allí con una petición, ahí, de pañitos de agua tibia, sino, verdaderamente han definido su necesidad, saben lo que quieren, saben lo que buscan, saben a donde tienen que ir y no van a aceptar "NO" como respuesta. Están decididos, están claros. Al Señor le gusta la gente clara.
¿Qué dice la Palabra en Santiago? Dice que: 'El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos,' dice, 'No espere quien pide así que va a recibir nada del Señor, pero pida con Fe, no dudando' -dice Santiago- 'porque el hombre que duda es semejante a las olas del mar, que es llevado de un lado para otro' y dice 'no piense quien pide así que recibirá nada del Señor'.
Al Señor le gusta la gente clara, decidida, enfocada y que sabe que el Señor es galardonador de los que le buscan, como dice la Palabra. Y esta mujer 'clamaba', es una mujer decidida. Clamaba diciéndole: "Señor, hijo de David, ten misericordia de mí. Mi hija es gravemente atormentada por un demonio". Ahí está la petición específica de esta mujer.
Ella le dijo claramente al Señor cual era su condición e implícitamente lo que ella necesitaba de Él: que tuviera misericordia, que sanara a su hija; e inclusive por qué su hija estaba afectada y cual era la intervención que ella requería de parte de Jesús.
Pero surge algo interesante, Jesús no le respondió. Interesante.
Yo les invito a mirar como tres niveles de obstáculos que esta mujer encontró en el camino hacia su respuesta; que necesitaba. Tres etapas de obstáculo, conflicto, impedimento que ella tuvo que sobrepasar para poder recibir.
Hemos dicho muchas veces que la Fe no entiende de obstáculos, la Fe persiste, la Fe se mantiene enfocada en el objetivo, la Fe continúa, la Fe atraviesa los tiempos de desierto, la Fe se impone sobre las negativas, se impone sobre la duda inclusive, para llegar a su objetivo.
Pero miren aquí tres niveles de objeción y de dificultad que esta mujer tuvo que superar para poder recibir la respuesta que ella necesitaba.
Lo primero es que el Señor no le responde. ¿Cuántos de nosotros nos hemos encontrado con el silencio de Dios alguna vez en nuestra vida? Le hemos pedido al Señor y no hay respuesta. Los Cielos son de bronce, rebotan nuestras oraciones y caen inertes al piso. Pasan los días, las semanas, le pedimos al Señor y no parece haber respuesta y ¿cuál es nuestra tentación? A decir "¿Sabes qué? Aquí termino, este Dios no es un Dios fiel, no responde y nos "quiteamos" como dicen los portorriqueños. Nos olvidamos, nos vamos, y buscamos, quizá, otra oración que sea más fácil de alcanzar y dejamos de persistir.
Nosotros tenemos que recordar, hermanos, muchas veces el silencio de Dios tiene intención detrás de él. Y eso es lo que yo quiero que ustedes entiendan.
Esta mujer me impacta porque es algo interesante acerca de la Fe. La Fe es un proceso. Digan conmigo "Proceso"
La Fe es un proceso, la Fe tiene etapas, la Fe tiene zigzagueos, la Fe tiene complejidades. Muchos cristianos pecamos de un simplismo trágico con respecto a los asuntos de la Fe. La Fe es un drama muchas veces. Nosotros queremos muchas veces, "pedí y okay, enseguida queremos la respuesta y déjame ir a otra cosa"; pero Dios tiene otras intenciones, Dios es un Dios intencional.
Lo que yo quiero es que ustedes miren aquí que la oración es un proceso y en la oración hay dos, por lo menos dos protagonistas. A veces hay tres, el diablo, también es un protagonista en el proceso de oración. Pero por lo menos hay dos: la persona que pide y el Dios que escucha la oración.
A veces nos olvidamos de eso y así como nosotros hablamos, Dios también a veces habla y nosotros tenemos que estar atentos a las intenciones de Dios; que Dios a veces quiere sacar algo de nosotros a través de la espera. A Dios no le interesa simplemente darnos, porque Él puede hacer eso en cualquier momento, una respuesta Él te la puede dar en un instante.
Pero a Dios le gusta que a través de nuestras oraciones, nosotros aprendamos cosas. Siempre recuerda que cuando tú vienes ante el Señor, no solamente tú estás pidiendo y dirigiéndote a Dios, sino que Dios también quiere decirte cosas a ti. Y a veces su silencio es parte de su respuesta.
A veces, ¿sabes cuál es la respuesta de Dios? "Espera", esa es la respuesta de Dios. A veces te va a decir: "¿Sabes qué? No". Pero a veces te va a decir, "no, pero te voy a dar otra cosa". Hay muchas formas en que Dios responde, no es solamente dándote la paleta que tú quieres.
A veces Dios dice: "¿Sabes qué? No te voy a dar la paleta pero te voy a dar un platito de espinaca con un poquito de aceite verde porque eso es lo que tú necesitas". Depende. Dios es un Dios intencional, Dios no quiere niños malcriados que abren la boca y ahí viene la comidita a la boca y se crean parásitos. No, Dios quiere gente interactiva, gente que sepa bregar con sus principios, gente madura.
Y muchas veces la oración es el proceso que Dios usa para intervenir en nuestro interior y operar quirúrgicamente en nuestra sensibilidad espiritual y de sus silencios, sus esperas, sus "No", sus sustituciones, sus premios de consolación Dios nos enseña a que Él es Soberano, Él es Señor.Él sabe lo que Él hace. Nuestra parte es someternos a Su voluntad.
No ser niños malcriados que "Yo te pedí eso y no me lo diste, pues, no quiero nada". Esa no es la actitud. Y a veces Dios decide en el corazón y Él sabe que esa es la actitud con la que venimos y dice: "¿Sabes qué? Hasta que tú no aprendas tu lección no te voy a dar nada" Y nos aguanta allí.
Entonces la oración es proceso, la oración es una interacción entre Dios y la persona que pide. Y a veces hay un tercero que es el diablo que está forcejeando para impedir inclusive que nuestras oraciones lleguen al Trono de Dios; y a veces o para impedir que la Bendición de Dios llegue a nosotros.
Usted dirá "¡Guau! Eso es escandaloso. Ya el Pastor Miranda se volvió hereje". No, es Bíblico.
¿Recuerdan una oración de Daniel, cuando Daniel oró? y ¿Qué pasó? Veintiún días estuvo orando al Señor por su pueblo y nada sucedía. Hasta que en el día veintiuno se le apareció un ángel, no cualquier ángel... un Arcángel... el Arcángel Miguel creo que era... y el Arcángel le dijo: "Daniel, siervo de Dios, desde que tú te dispusiste para orar y ayunar tu oración fue recibida en el Trono de Dios. Pero se me interpuso el Príncipe de Grecia y hasta ahora he podido llegar a darte la respuesta a tu oración".
La Biblia no nos dice todos los detalles, pero hay una implicación aquí de que hubo una batalla espiritual en los aires entre los ángeles de Dios y los espíritus demoniacos que querían impedir que una Revelación muy poderosa le fuera dada a este hombre de Dios. Pero le llegó al final. Daniel persistió, había que resolver algunos asuntos en la dimensión espiritual pero finalmente vino la respuesta.
Muchas veces no entendemos que en nuestras oraciones, detrás de ellas, hay guerra espiritual. Hay muchas cosas.
La Palabra dice por ejemplo: 'Si vas a pedir algo y tienes algo contra tu hermano'... ¿Qué pasa? ¿Tienes primero que arreglar con tu hermano? ¿Verdad que sí? Antes de pedir al Señor -porque no vas a recibir nada mientras tienes resentimiento con tu hermano o con tu hermana- por eso es tan importante el perdón, la reconciliación. Cuando hay nubes, cuando hay resentimientos, interferencias entre nosotros y nuestros semejantes eso impide que la Bendición de Dios venga.
Hay procesos; y a veces tenemos que arreglar una cosa con la otra. Dice: 'Si tú tienes algún problema con tu hermano y vienes a ofrecer tus sacrificios al Señor,' pon tu sacrificio "on hold", aguántalo, arréglalo con tu hermano y luego ven y ofrece tu sacrificio. ¿Cuantos saben que eso es Bíblico? Amén.
También hay otro, a los hombres les dice: 'Varones no sean ásperos con sus mujeres, para que sus oraciones no tengan impedimento' ¡Guau! Otra razón para... muchas veces nuestras oraciones tienen impedimento porque estamos siendo abusivos, opresivos con nuestras esposas.
Me imagino que también será con las esposas, porque hay esposas que también son opresivas. ¿Cuántos saben eso? ¿Cuántos pueden decir amén entre los varones? Amén. Es decir que no solamente las mujeres, aquí, no crean que el Pastor Miranda solamente tiene un azote que dice "hombres" aquí, no, eso va a los dos lados, para que todos estén molestos conmigo.
El caso es que la actitud opresiva, la actitud abusiva muchas veces puede también establecer... y hasta que esas cosas no se resuelven puede haber impedimento y va a haber proceso, va a haber controversia, va a haber contorsión en el proceso de la oración.
Es decir, la oración es una ciencia, la oración es muy compleja y aquí vemos algo interesante porque esta mujer se encuentra con proceso. El Señor no le responde, el Señor se queda callado y continúa su camino. No es la primera vez que Él hacía eso. Con Bartimeo igual, Él seguía caminando y Bartimeo seguía insistiendo "Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí". No se daba por vencido. El silencio.
Esta mujer pudo decir, "¿sabes qué? Este tipo es un descortés, no voy a seguir orando, este es un Evangelista que se cree el mejor de todos y no está poniendo atención", así que ella se hubiera podido dar por vencida allí, pero ella insistió. Ella sabía que el Señor tenía la respuesta.
Sigue insistiendo aunque tú no recibas una respuesta inmediatamente, sigue, persiste, sigue, día tras día… día tras día hasta que tú recibas del Señor una respuesta.
Entonces 'Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos le rogaron diciéndole: "despídela pues da voces tras nosotros" '.
Segundo obstáculo: los discípulos.
¿Saben que muchas veces hasta los hijos de Dios pueden ser un obstáculo en tu vida espiritual? Muchas veces tu familia, muchas veces la gente en la iglesia cuando no comparte tu visión, cuando una persona no sabe lo que Dios ha puesto en tu corazón, muchas veces lo que ven es locura, fanatismo, obstinación, falta de entendimiento y te van a decir: "Deja eso, no sigas, ya, está bueno".
Pero uno tiene que discernir verdaderamente "esto que yo siento, este llamado, este impulso, esta necesidad, este reto que yo siento en mi corazón, ¿es de Dios o es del hombre? ¿O es de la carne?" Si es de Dios, entonces yo tengo que persistir, no importa que.
Porque muchas veces bien intencionadamente gente que no entiende la visión que Dios te ha dado... va a imponer... porque muchas veces las cosas de Dios parecen locura a los que no comparten.
¿Recuerdan a Ana orando? Porque necesitaba, quería un hijo y Elí -un hombre que carecía de entendimiento a pesar de que era Pastor, Sacerdote- le dijo: "tú estas borracha, mujer, vete de aquí y digiere tu vino". Le dijo: "No, Señor, es que yo tengo una pasión en mí, yo quiero un hijo".
La gente que no entiende, muchas veces se va a oponer a tus visiones y donde tú ves oportunidad ellos va a ver peligro, van a ver obstáculos, va a ver obstinación, falta de discernimiento. Ahora cuando tú hayas discernido que las cosas son de Dios, miren, aún si es el Pastor -de vez en cuando, una que otra vez yo me he equivocado en mi vida, hermanos, muy raro pero me he equivocado- aunque sea el Pastor, usted persista en su visión. Aunque sea la persona que usted más ama, el anciano más sabio espiritualmente, si Dios te ha hablado y tú sabes que es de Dios, sigue adelante y pídele al Señor sabiduría y confirmación.
Es todo lo que te pido.
Pero hay veces que uno tiene que ser desesperado, ¿sabes? Aquí los discípulos se opusieron a ella, le dijeron, "señor, ya, deshazte de ella, nos tiene hartos ya. Está gritando demasiado esta mujer" y ella hubiera podido decir, "¿sabes qué? Mira, si estos son los discípulos de este hombre, si esos son los que Él escogió, este hombre no puede ser un Profeta verdadero. Así que no voy a seguir. Si estos son los cristianos yo no quiero saber de ellos".
¿Cuánta gente se va de las iglesias porque un cristiano hizo algo y perdieron la bendición? El problema es de ellos, claro, el cristiano también que se portó mal va a ser enjuiciado. Pero no se crean, la persona que se va por razones ilegítimas también va a tener que pagar las consecuencias.
No deje que la gente le quite su Bendición, no importa lo que usted vea; oiga, experimente en la iglesia... siga adelante. La gente que va a la iglesia a veces pueden ser los mayores obstáculos al crecimiento espiritual de una persona.
Con dolor de mi alma lo digo. Pero usted, ¿a quién usted ha creído? ¿Usted le ha creído a Dios, al Pastor o a la gente que está...? Ponga su mirada en Cristo, siga enfocado, no importa lo que la gente le diga, no importa lo que hagan, usted ha creído en Jesús y la iglesia es para todo el mundo, yo digo.
Muchas veces la gente dice "¡Ah! Qué fulanito me hizo esto, y yo me voy de la iglesia," y yo digo "Bueno, ven acá. Si porque fulanito te lo hiciera... bueno si te lo hubiera hecho el Pastor quizás podría entender y aún así ni siquiera. Pero ¿quién es fulanito? Fulanito no es Cristo, Fulanito no es la Iglesia. ¿Por qué te dejas escandalizar por una persona más de la Congregación?".
Eso es raíces de amargura que hay en el corazón y por eso la persona así no puede recibir, va a ser inconstante. Si Dios le ha dicho: "Este es tu lugar, tú sigue" y sigue buscando de Dios, pon tu mirada en el Señor, pon tu mirada en Jesucristo. No permitas que te quiten la Bendición. Persiste. Sigue buscando de Dios.
Y, entonces, finalmente viene un tercer obstáculo y esta vez este sí que es peligroso porque viene directamente de Jesucristo. Él respondiendo le dijo: "No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel." Entonces ella vino y se postró ante Él. Insiste. Aquí vino como un "subirle el volumen" a su Plegaria. Primero le dijo "Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí", pero ahora se le tira al frente, se postra.
A veces hay que ayunar, hay que clamar, hay que buscar esa entrada final al corazón de Dios. El ayuno es importante, el clamor a Dios, a veces hay que tirarse al piso y echar una perreta delante de Dios. A veces hay que echar lágrimas delante del Señor, a veces hay que venir desesperadamente, si Dios no te escucha sigue tocando a su puerta. Tócale más duro, grítale más duro, clama, llora, ayuna. Haz lo que tengas que hacer, ponte de cabeza tres días, lo que sea, pero subráyale a Dios lo urgente de tu necesidad. No te dejes acobardar, sigue adelante, persiste en el nombre del Señor.
A Dios le gustan esos gestos desesperados.
Ana: "Si no me das un hijo, yo me muero". Dios honra a veces las peticiones desesperadas. Se postró ante Él diciendo: "Señor, socórreme," respondiendo Él le dijo un insulto: "No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos". ¿Qué le estaba Él diciendo? Tú eres una perrilla, una perra, perdonen ustedes la expresión tan fuerte, que ni siquiera quiero decirlo.
Esta mujer era de Tiro y de Sidón, era Cananea, enemigos de Dios. El Señor está diciendo, "¿Sabes qué? Mi misión no es a los gentiles, es a los hijos de Israel."
Ahora yo sé que...
¿Hay alguien por aquí que tenga un teléfono? Si me pudieran ayudar con los celulares por favor. Me sacan la concentración. Apáguelo o póngalo en vibración o pida perdón. A veces se le olvida a uno pero, por favor...
Okay, hermanos, de nuevo, ¿dónde estaba? Si, esta mujer no merecía recibir nada. El Señor hasta en un sentido la insulta diciéndole "Mira, yo no soy llamado sino a los judíos".
Ahora yo creo que eso era ¿cómo dijera yo? Era para probarla. ¿Saben por qué? De nuevo proceso.
Muchas veces Dios te da respuestas a ver que vas tú a hacer con ellas. Muchas veces Dios está en silencio para ver si tú te vas a dar por vencido. Muchas veces Dios inclusive te sale, con algo totalmente escandaloso en tu vida para ver si tú lo sirves por los panes y los peces o porque Él es Dios y porque ¿a dónde iremos si sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna?
Yo pienso en esos jóvenes sobre los cuales oramos esta mañana, nosotros pedimos para que Dios los retenga aquí, pero, ¿qué si esos jóvenes se tienen que ir a su país? Yo espero que no sea así.
¿Qué pasa si son deportados? ¿Qué pasa? ¿Cuál es la actitud que esos jóvenes tienen que tener? Hermanos, después de orar, de clamar de pedir al Señor, si tienen que regresar a su país -algo que ellos absolutamente sería una tragedia para ellos- ¿podrán ellos servir al Señor allí donde están? ¿Podría yo en una situación...?
Yo siempre tengo que preguntar al Señor: 'Padre, si Tú me das una respuesta escandalosa en mi vida a una petición, ¿tendría yo el valor para seguir amándote, besar Tu mano, seguir orando a Ti, seguir clamando, seguir creyendo en Tu Misericordia y en Tu Bondad? No importa qué. ¿Para seguir, entonces, pidiendo una respuesta cuando todo parece haberse cerrado? ¿Estamos nosotros preparados para las respuestas escandalosas de Dios? ¿Las respuestas insultantes de Dios en nuestra vida? ¿Estas tú dispuesto para escuchar de parte de un médico que te diga: 'Tienes una enfermedad terminal'? ¿Estas tú dispuesto para escuchar de una oficina de emergencia de un hospital, 'un ser querido tuvo un accidente y está aquí en su lecho de muerte’?
¿Estamos nosotros dispuestos para una carta que dice: "Lo sentimos, no ha sido aceptada a la Universidad de sus sueños"? ¿Está usted dispuesto para las respuestas escandalosas de Dios y para tú continuar hacia adelante en tu vida de oración? Tenemos que prepararnos porque nadie sabe donde, que tiene Dios.
Muchas veces, recuerda, sin embargo, que las respuestas escandalosas de Dios son temporeras, después viene la Bendición, después viene la consolación, después viene el crecimiento. Dios nunca nos da simplemente una palabra destructiva para destruirnos. Muchas veces depende de qué hacemos con esa palabra, qué hacemos con ese decreto de Dios. Lo podemos tornar en gloria, lo podemos tornar en un escalón para ir a otro nivel de crecimiento y de madurez espiritual. Nadie creció jamás a menos que haya pasado por situaciones donde Dios le da respuestas escandalosas. Donde Dios nos dice: "No, y vete de aquí," y entonces Él espera ver si nosotros decimos: "Está bien, Señor" y besamos su mano y decimos "Yo esperaré a otro día".
Ese es el corazón que Dios ama y responde.
Quiera el Señor en nuestros corazones, nosotros estar dispuestos a decir, "Padre, aunque me mates yo seguiré amándote y creyendo" como le dijo Job al Señor, "aunque me mate yo se que mi Redentor vive y que yo le veré," y Dios escuchó y Job derrotó al diablo y Job se ganó la bendición de Dios y pudo ser de Bendición a multitudes y generaciones a través de la historia porque la respuesta escandalosa de Dios, la recibió con mansedumbre. Importante que nosotros estemos dispuestos a recibir las respuestas escandalosas de Dios con humildad, sujeción y entrega total a lo que él quiera.
Eso, hermanos, tiene un poder absolutamente arrollador y esa es la marca -yo diría- verdadera de un cristiano. Sigue orando, sigue pidiendo, sigue insistiendo pero en última instancia sabe que Dios es soberano. Dios es Señor y Él sabe porque hace las cosas que hace.
Esta mujer, cuando el Señor le da la respuesta escandalosa ella dijo -27-: "Sí Señor, si Señor". Nosotros tenemos que decir así "Sí Señor, si señor". "Pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos". ¡Guau!
Ella tomó el insulto del Señor y lo tornó contra Él en un sentido. Usó judo espiritual, usó el judo, usa la fuerza del contrincante para tumbarlo y vencerlo. Ella tomó la palabra de Cristo y dijo: ‘¿sabes qué? Voy a coger esa palabra. Pero, ¿tú dices que no es bueno echar la comida de los niños a los perrillos? Pero, ¿sabes qué? Aún un perrito, los niños a veces sueltan una migaja y eso es suficiente para ellos.’
Así que ¿qué le estaba diciendo?: "Señor yo creo en ti tanto que aunque Tú no me des la comida central, una migajita tuya es suficiente para sanar mi situación". Lo glorificó, lo alabó, tornó la palabra de Él en una oportunidad para adorarlo y para declarar su Fe en Él y no darse por vencida.
Y esa Palabra que ella declaró fue suficiente y, dijo entonces el Señor, “entonces respondió Jesús y dijo: ¡Oh mujer grande es tu Fe! Hágase contigo como quieres y su hija fue sanada desde aquella hora.” Ella tomó la palabra del Señor.
Yo quería compartir algo con ustedes -y con esto voy a terminar- acerca de ese aspecto de nuestra vida de oración: de tomar una palabra de Dios y de pararnos sobre una palabra de Dios. Pararnos sobre algo que Dios dice y usar eso como un argumento legal ante su presencia.
Yo estoy escribiendo un libro sobre la vida de Josafat y hay muchas cosas en este que Dios me ha abierto sobre la vida de Josafat. Cuando Josafat se ve invadido en Israel por una multitud de ejército terrible que viene a invadir Israel, Josafat se para ante la multitud, convoca a todo Judá y hacen una oración poderosa. Oran al Señor, claman a Dios y dicen que entre la multitud estaba Haziel un profeta de Dios, que se para cuando ha terminado Josafat de orar y le dice una palabra que para mí fue bien reveladora y que yo escribo sobre esto en el libro y Haziel le dice: "Paraos, paraos, estad firmes y ved la Salvación de Jehová". "Paraos, estad firmes y ved la Salvación de Jehová".
Yo digo, hermanos, que muchas veces nosotros tenemos que pararnos sobre la palabra de Dios. Ese 'paraos' tiene muchas implicaciones. Pero una de las implicaciones acerca de pararnos es lo que esta mujer hizo: ella se paró sobre la palabra que Jesús dijo y ella se paró sobre una palabra que esa palabra de Jesús la inspiró a ella.
Escuche esto, hay otra forma de interpretar este llamado de Dios a "pararse". En la jornada de Fe hay ocasiones en que el creyente tiene que buscar lo que yo llamo 'el eje espiritual', el punto de apoyo escritural, desde donde sea posible afincarse para desde allí emprender la batalla que esta por delante.
Puede ser un texto de la Palabra de Dios, puede ser una promesa que hayamos recibido, puede ser una palabra profética. De todas maneras, como hemos dicho antes con respecto a la oración, es importante que el creyente busque y descubra la declaración específica de Dios para cualquier batalla que haya de librar y que aprenda a pararse sobre lo que Dios ha dicho concerniente a su situación particular.
Fíjense que aquí el Señor dice -en otro pasaje que está en Marcos, Capítulo 7- el Señor le dice a esa mujer: "Por esta palabra que tú has dicho, ve. El demonio ha salido de tu hija".
Cuando esa mujer le dijo a Jesús: "Si los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa." Esa palabra fue la que sanó a su hija. No fue siquiera el Señor Jesucristo. Esa palabra dicha a través de Jesús sanó la hija de esta mujer.
Es importante eso de encontrar esa palabra para pararnos. Esa declaración, ese impulso profético que Dios ha puesto en nuestro corazón y pararnos sobre eso. Y hacer palanqueo con esa palabra que a veces Dios nos da. Entonces, continúa aquí diciendo: "Por eso es tan importante que aprendas bien la palabra de Dios y que cuando seas confrontado con un reto en la vida o asumas una lucha, una jornada, una aventura espiritual, puedas encontrar esa palabra específica en la Biblia que tiene que ver con el drama personal que estas viviendo.
Y cuando Dios dé esa palabra, rema a tu espíritu, recíbela y haz de ella tu bandera. Conviértela en lema de tu batalla. Medita en ella constantemente, presenta tus peticiones en términos de su contenido. Satura tu espíritu con las imágenes que de ella emanan. Repítela una y otra vez hasta que tu espíritu se haya empapado de su mensaje y haya extraído de ella todos los nutrientes espirituales que encierra".
En ocasiones Dios me ha hablado así, mientras he estado leyendo la Biblia, un texto particular como que ha cobrado relieve en mi ser interior y ha adquirido tres dimensiones dentro de mi espíritu. Y Dios me ha dicho: "Ese es el texto que quiero que uses para desatar y canalizar el poder de Mi Espíritu en esta jornada especifica que has emprendido".
La mujer Siro-Fenicia se le acercó a Jesús con una petición desesperada: su hija estaba gravemente afectada por un espíritu inmundo. ¿Podría Él liberarla de su aflicción? le preguntó. El Señor le respondió para probarla con una Palabra descorazonadora y hasta levemente insultante. Su nacionalidad la descalificaba, no era bueno dar la comida de los hijos, los judíos a los perrillos gentiles como ella y su hija. "Si, Señor", respondió ella muy humildemente "Pero aún los perrillos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos". Impactado por esa respuesta tan astuta, tan específica y tan llena de Fe, el Señor le dijo: "Por esta palabra, ve. El demonio ha salido de tu hija".
La mujer encontró la palabra específica que desató el poder sanador de Jesús. Se paró sobre esa respuesta y reformuló su caso empleando la misma imagen que el Señor había utilizado para rechazarla.
El Maestro no tuvo otro remedio que premiar con una respuesta afirmativa el contundente argumento espiritual que ella le planteó.
Los procesos de la Fe se asemejan en muchos aspectos a los procesos legales que conocemos en el mundo secular. En un proceso judicial el abogado defensor investiga cuidadosamente el Código Legal para encontrar el argumento específico, el ángulo de defensa más apropiado para extraer de parte del Juez el veredicto deseado. De igual manera, en ocasiones, el Espíritu nos depara la forma especifica que debemos emplear para acercarnos a Dios".
¿A cuantos de nosotros nos ha pasado que en un momento de oración hemos formulado una petición con palabras tan inesperadas de nuestra boca que nos dejaron sorprendidos? ¿Les ha pasado a ustedes alguna vez eso? ¿Ha usted orado y algo ha salido de su corazón? y dice, ¿De donde salió esto?
Sin embargo, entendimos oscuramente que esas palabras extrañas y desacostumbradas eran precisamente las que se requerían para que nuestra oración diera en el blanco y desataran la respuesta que estábamos necesitando. Quizás esta sea la mejor manera de explicar las misteriosas palabras del Apóstol Pablo en Romanos 8:26, concerniente al Ministerio intercesor del Espíritu Santo a favor nuestro. Dice el Apóstol Pablo allí: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Pues ¿qué hemos de pedir como conviene? No lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cual es la intención del Espíritu. Porque conforme a la voluntad de Dios, intercede con los Santos."
En otras palabras, a veces nosotros no sabemos con seguridad ni lo que debemos pedir, ni cómo debemos pedirlo. Nuestra mente no sabe como formular apropiadamente nuestra petición ante la Corte Celestial y se requiere la guía experta del Espíritu Santo para ayudarnos a emplear el lenguaje específico del Cielo; para proveernos de la palabra específica sobre la cual podamos pararnos cuando presentemos nuestra petición delante de Dios.
Como un buen abogado, el Espíritu nos manda a guardar silencio mientras él se sustituye por nosotros y presenta nuestra petición ante el Juez Celestial, conforme a la voluntad de Dios.
En otras palabras, empleando el lenguaje que Dios necesita escuchar y armonizando nuestras peticiones con la voluntad de Dios.
Cuando el joven Samuel -en un pasaje de la Biblia- escucha por primera vez la voz de Dios es totalmente inexperto en discernir las cosas del Espíritu. Dios lo llama tres veces en medio de la noche y tres veces Samuel piensa que es él, Elí, quien lo esta llamando. A la tercera vez, Elí, entiende que es Dios quien está tratando de comunicarse con el joven profeta. Elí instruye a Samuel acerca de la forma específica de responderle a Jehová y le dice: 'Ve y acuéstate. Y si te llamare otra vez, dirás: "Habla Jehová porque tu siervo oye"'. Elí le dice exactamente lo que tiene que decirle al Señor.
En otras palabras, hay veces en que nosotros somos espiritualmente torpes y no sabemos en que términos comunicarnos con el Señor. En esos casos necesitamos el Espíritu Santo que nos instruya y que nos provea con las palabras precisas sobre las cuales hemos de pararnos para presentar nuestras peticiones delante de Dios.
Esta mujer se paró sobre lo que el Señor le dijo y lo que ella le respondió: ‘¡Ah! ¿Tú me dices esto?’ Una palabra que salió inspirada por el Espíritu Santo de ella, la negativa de Cristo estaba diseñada para sacar de ella una palabra especifica, contundente, certera que movilizara la gracia de Dios y ella encontró esa palabra: "Sí, Señor, pero aún los perrillos comen de las migajas" y Él le dijo: "¿Sabes qué mujer? Por esa palabra la sanidad se ha de dar en la vida de tu hija".
Y eso es lo que yo quiero que enfoquemos, hermanos, los procesos de la oración están diseñados para extraer de nosotros ese nivel de especificidad, de poder, de exactitud para que podamos recibir lo que Dios quiere darnos. Tenemos que perder el "baby fat" como dicen en inglés, la inocencia en cuanto a la oración y tenemos que saber cuan profundo, cuan complejos son los procesos de Dios.
Hace tiempo cuando iniciamos el esfuerzo para construir un nuevo Santuario para nuestra Congregación me vi involucrado en un arduo proceso de negociación con diversos grupos y organizaciones de la comunidad, con mucha influencia para determinar si la ciudad nos daría o no los permisos necesarios para la construcción. Eso hace un par de años atrás. En ocasiones hubo resistencia, cuestionamiento de nuestras motivaciones y hasta abierta hostilidad de parte de individuos que no querían ver una iglesia cristiana expandirse en el vecindario donde nos encontramos.
Nuestra comunidad está muy politizada y es extremadamente liberal y muy contraria a todo lo que representa nuestra iglesia moral y teológicamente. Hubo reuniones tensas y desagradables. El futuro de nuestro proyecto estaba en peligro. Durante ese proceso, Dios me dio -yo lo llamo así- el Salmo 144 y en esa página de mi Biblia yo escribí una nota que dice -miren yo la tengo aquí-: 'Salmo de mi batalla por la construcción del nuevo Templo'.
El Salmo 144. Entre otras cosas ese Salmo declara:
"Bendito sea Jehová mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla
Y mis dedos para la guerra.
Misericordia mía y mi castillo.
Fortaleza mía y mi libertador.
Escudo mío en quien he confiado.
El que sujeta mi pueblo debajo de mí"
El Espíritu Santo me estaba guiando a enmarcar mi esfuerzo en términos de una guerra espiritual. Adoptar una postura de batalla y a declarar la fortaleza y capacitación del Señor sobre mi vida, que son los Versículos 1 y 2. Ese Salmo continúa declarando que los hombres y las agencias sociales y gubernamentales están bajo el dominio de Dios.
Dice aquí: "¡Oh, Jehová, ¿qué es el hombre para que en él pienses? O ¿el hijo del hombre para que lo estimes? El hombre es semejante a la vanidad, Sus días son como la sombra que pasa."
El hombre está sujeto a lo que Dios quiere hacer. Invita además al Señor a tomar control y afirmar su dominio sobre los asuntos humanos. Versículos 5 al 8: "¡Oh Jehová inclina tus Cielos y desciende, Toca los montes y humeen, despide relámpagos y disípalos, envía tus saetas y túrbalos, envía tu mano desde lo alto. Redímeme y sácame de las muchas aguas, de las manos de los hombres extraños."
Continua empleando la alabanza como una manera de afirmar la protección de Dios sobre su siervo mientras él emprende la batalla. Versículos del 9 al 11: "Tú, el que da victoria a los Reyes, Él que rescata de maligna espada David su siervo, rescátame y líbrame de la mano de los hombres extraños cuya boca habla vanidad y cuya diestra es diestra de mentira.
Y finalmente ese Salmo culmina con una declaración profética del Shalom y la prosperidad de Dios, descendiendo del pueblo de Dios que habita seguro y confiado bajo la mirada generosa de su Padre Todopoderoso.
“Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio, nuestros graneros llenos provistos de toda suerte de granos. Nuestros ganados que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos.”
Estas palabras me dieron fortaleza y confianza durante ese tiempo difícil. Estas palabras, en realidad, me animaron a seguir adelante en la batalla. Me encontraba peleando una ardua y desgastadora guerra, pero sentía que Dios me estaba diciendo: ‘Aprópiate esa declaración y ve con ella al campo de guerra.’ Yo hice mío el contenido de ese Salmo y lo convertí en el lema de mi pelea.
Ya terminó con esto.
Evidentemente ese texto captaba todos los aspectos de mi drama en ese momento. Se constituía en una hermosa imagen de mi jornada espiritual con poderosos elementos que podía usar para darle cuerpo a mis oraciones y obtener ánimo y esperanza en momentos de lucha y fragor. Dios me dio la victoria finalmente, en ese aspecto de la batalla, y cada vez que me encuentro con ese Salmo en mi Biblia y la nota que escribí en esa página me gozo y le doy gracias a Dios por su dirección, su amor y su fidelidad para conmigo.
En ocasiones cuando Dios activa un texto de la Escritura para aplicarlo de alguna manera en mi vida, yo marco ese texto con algún comentario y una Fecha a fin de recordarlo y usarlo como fuerza orientadora durante los diversos procesos de mi peregrinaje espiritual personal.
Ese recurso ha sido de gran bendición para mi vida sobre todo cuando he visto el contenido de alguno de esos textos realizarse a lo largo del tiempo y he podido constatar que no se trataba de una mera impresión emocional o de una proyección de mi carne.
Hermanos, yo comparto esto con ustedes, porque de nuevo quiero dejarles ver como a veces en las escrituras nosotros tenemos que apropiarnos... en la jornada de Fe, una de las cosas más importantes -yo he descubierto- es encontrar la palabra específica, encontrar el punto de apoyo, encontrar la imagen de Dios adecuada.
A veces Dios se va a presentar ante ti como un guerrero con una espada poderosa de fuego en su mano y tú tienes que usar la imagen del guerrero que está delante de ti. A veces se presentará como el pastor que dice:"Nada me faltará mientras yo camine con Él". A veces Dios se presentará como una nube que cubrirá tu vida en tiempos de sol y quemazón en tu vida.
A veces Dios se presentará como una madre que te va a querer arrullar en sus brazos cuando estás asustado, triste o derrotado. A veces Dios se presentará como el que te ilumina, el que te da sabiduría en tiempos de confusión y de necesidad y de no saber qué hacer.
Hay diferentes maneras, Dios tiene diferentes nombres: Jehová Rafa, Jehová Giré, Jehová Nissie, muchos nombres que representan diferentes encarnaciones de Dios. La Biblia está llena de promesas, está llena de puntos de apoyo y por eso es importante que tú y yo conozcamos la palabra de Dios para usar esos puntos de apoyo.
¡Qué la palabra de Dios nos hable, escuchar de Dios! A veces Dios va a querer decirte: "Mira, deja de pedirme y escucha algo que te estoy diciendo".
Pero nosotros estamos tan metidos en lo que estamos pidiendo que no estamos escuchando lo que Él.... "Mira yo quiero que tú te me acerques de esta manera." Los Reyes tienen formas de que la gente se les acerque a ellos, hay protocolos. Y Dios es un Dios que le gusta que nosotros nos acerquemos a Él en ciertas maneras, pero Él quiere que le pidamos al Espíritu Santo: ‘Espíritu Santo, enséñame como acercarme al Padre. Enséñame como formular mis oraciones. Enséñame la palabra de apoyo sobre la cual yo me pare y Dios diga: ¿sabes qué? Por esa palabra que tanto me halagas, recibe lo que has pedido,’ y eso solo lo puede hacer el Espíritu Santo iluminándote y tú dispuesto a escuchar.
La oración es proceso, la Fe es proceso. Dios no solamente quiere darte lo que tú le pides, Dios quiere enseñarte a ser un guerrero, un hombre, una mujer más profunda, más entendida con respecto a su corazón.
Esta mujer Siro-Fenicia nos enseña ese principio tan importante de buscar, buscar, tocar, argumentar hasta que encontremos la palabra precisa que pueda abrir el corazón de Dios.
Vamos a ponernos de pie. Vamos a pedirle al Señor: ‘Padre ayúdame a ser un hombre, una mujer sabia, entendida, un hombre discernidor del Espíritu, que yo entienda que esto no es Aritmética, esto es cosas muy profundas, muy vastas.’ El Universo del Espíritu, de la oración de la Fe y Dios quiere hombres y mujeres sabios. Padre en el nombre de Jesús, pedimos, ilumínanos, danos tu entendimiento, Señor. Haznos hombres y mujeres entendidos en las cosas del Espíritu.
Enséñanos a encontrar la palabra precisa, enséñanos como desatar Tu poder, como hablar a Tu corazón de Padre, como llegar temprano hasta donde Tú estás sentado y escuchar de ti la próxima etapa de la jornada, Señor. Queremos ser gente del Espíritu, gente entendida, gente que conozca Tu corazón y que sepa como abordar tu Gracia, Señor.
Gracias, porque Tú no solamente nos llamas a orar sino que nos enseñas como orar, a través de esos gemidos que da el Espíritu Santo. Yo pido que este pueblo sea guiado, Señor, cada día hacia lugares más profundos en su caminar contigo.
Gracias, porque Tú eres un Dios que siempre contestas, siempre contestas, Señor, aunque sea con silencio pero siempre contestas. Te adoramos y te Bendecimos. Gracias Señor. En el nombre de Jesús. Amén y Amén.
Que el Señor les continúe bendiciendo, mis hermanos. Amén, amén.