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Estamos estudiando acerca del Espíritu Santo y el libro de los Hechos es el mejor recurso que tenemos en la Escritura. Capítulo 2, volvamos a ese pasaje que hemos estado meditando sobre la venida del Espíritu Santo, versículo 1, capítulo 2, Hechos.
“…Cuando llegó el día de Pentecostés, un día como hoy, cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes, juntos y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego asentándose sobre cada uno de ellos y fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas según el espíritu les daba que hablasen…”
Tenemos ahí el comienzo formal, por así decirlo, del ministerio activo del Espíritu Santo dentro de los hijos de Dios. El Espíritu Santo evidentemente estuvo ahí en la fundación misma del mundo, se movió en las páginas del Antiguo Testamento. Pero el Señor Jesucristo había dicho, esperen hasta que reciban poder de lo alto, la promesa del Padre.
Juan dijo, Juan el Bautista dijo, yo bautizo con agua, pero viene detrás de mí uno que bautiza con Espíritu Santo y con fuego. Y eso fue el inicio. Esta fue la inauguración de ese ministerio activo del Espíritu Santo en la vida de los hijos de Dios, cada creyente.
Antes la unción del Espíritu Santo se manifestaba específicamente en gente escogida y privilegiada, excepcional como lo eran los reyes que eran ungidos con aceite para recibir la sabiduría y el poder y la unción de Dios para desarrollar su ministerio específico. Los sacerdotes eran ungidos con aceite también como símbolo de la unción del Espíritu Santo. Los profetas eran ungidos con el Espíritu Santo para desempeñar su función sobrenatural.
Pero la gente común y corriente tenía que bandeársela como podían para hacer la voluntad de Dios. Y Cristo dijo, ¿saben qué? ahora yo quiero que ustedes todos, mis hijos, mis seguidores, mis creyentes, tengan un recurso. El Espíritu Santo va a vivir dentro de ustedes. Antes estaba con ustedes, pero ahora va a estar dentro de ustedes.
Cuántos saben que el Espíritu Santo está dentro de usted? Usted es un hijo de Dios, usted tiene el Espíritu Santo de Dios. El Espíritu Santo es la fuerza motriz, es el motor, y es la gasolina que usted debe usar para todos sus esfuerzos y todas sus transacciones en la vida cristiana. Y aquí ese día de Pentecostés lo que vimos fue como que Dios dijo, ok, hoy, comienza una nueva dispensación en la vida de mi pueblo. Yo me voy a mover en ellos y yo quiero que cada uno de ellos busque esa experiencia pentecostal, esa experiencia de recibir poder para llevar a cabo las tareas de la vida cristiana.
Y el domingo pasado vimos que cuando eso sucede en el capítulo 2, entonces se desata una obra que vemos en todas las páginas del libro de los Hechos: en la vida de los primeros cristianos. Vemos el Espíritu Santo bautizando a otros, dándole poder a Pedro para predicar con unción extraordinaria, dándole valor a los cristianos para testificar ante las autoridades, para soportar la persecución que se desata. Lo vemos testificando, los vemos recibiendo revelación, como Ananías que el Espíritu Santo le dice, ve donde Saulo que este hombre es instrumento escogido, úngelo, imponle manos porque yo lo voy a usar grandemente.
Vemos a Felipe recibiendo instrucción de ministrarle al eunuco. Vemos a Pablo y a Bernabé recibiendo revelación del Espíritu Santo acerca de donde ir y predicar. Vemos sanidades que se dan, liberaciones de espíritus demoníacos que son expulsados bajo el poder del Espíritu Santo. Vemos muchas cosas que suceden porque el Espíritu Santo está allí.
En realidad el libro de los Hechos debiera llamarse el Libro de los Hechos del Espíritu Santo, no el libro de los Hechos de los Apóstoles, como se llama, o le dicen así. ese nombre se lo pusieron. En realidad es el Espíritu Santo orando.
Y la idea es en ese libro que así como el Espíritu Santo se movió en aquel tiempo, se debe y se puede mover también en la vida de la iglesia hoy en el siglo XXI también y se debe mover en la congregación León de Judá de esa manera.
La Biblia nos dice que las mismas obras que hicieron estos hombres y mujeres las podemos hacer nosotros también, por eso ese libro está allí y por eso nosotros también tenemos que buscar la unción del Espíritu Santo.
Ahora, hay tres elementos que aparecen en este evento que nos podemos preguntar por qué Dios escogió estos elementos distintivos en ese momento tan especial. Qué significado tienen? Y qué propósito tenía ese Dios que nunca hace nada sin tener una razón y sin tener un propósito. Qué tenía Dios en esos tres elementos que quería decirnos? Qué mensaje quería él darnos?
Mire, aquí habla de que, vino del cielo un estruendo como de un viento recio, un viento recio. Por qué era esto? Es como que de momento se veía como si fuera un huracán que se había desatado. No sé cuántos han oído a veces lo que es un viento cuando está soplando como un huracán. Eso es terrible. Eso le mete miedo a cualquiera. Era un viento recio, un soplo, un rugido como de un huracán que de momento se desató donde ellos estaban. Un viento recio que soplaba.
Número dos, dice que se le aparecieron lenguas repartidas. Lenguas, eran como unas llamitas que reposaron sobre la cabeza de cada uno de los Apóstoles, o de las personas que estaban en el lugar donde se encontraban. Y esas lenguas repartidas eran como de fuego, eran llamitas, como dije hace un momento. Entonces, vemos aquí viento recio, viento, vemos lenguas que parecían como unas llamitas, así como prendidas, de fuego. Es decir, el elemento de fuego en realidad es lo más importante. Esas lenguas repartidas, dice, comenzaron a hablar en otras lenguas. Es decir, esas llamitas eran como símbolos también de unas lenguas que iban a ser distribuidas.
Entonces vemos que la gente habló en lenguas, hubo viento recio y hubo fuego involucrado. Por qué esos tres elemento? Lenguas, fuego y viento. Dios tenía un propósito en estas tres cosas. Por qué lenguas? Tomemos esa parte principalmente. Por qué esta gente habló en lenguas? No tengo tiempo ahora, ustedes saben lo que es hablar en lenguas. Lenguas es un idioma sobrenatural, inspirado por Dios. Es hablar en un idioma que no es el suyo. Ahora, ese idioma puede ser un idioma no de esta tierra, un idioma angelical, un idioma espiritual, que usted no conoce y que no existe en la cultura humana. O puede ser un idioma humano que tampoco usted conoce pero que Dios le da la facultad para hablarlo, de otra tribu, de otra nación.
El Apóstol Pablo dice que si yo hablara en lenguas humanas y angélicas. Entonces, eso es la lengua. Esta gente comenzó a hablar en otros idiomas, en este caso en particular porque Dios tenía un propósito en ello, esta gente habló en idiomas reconocibles, idiomas humanos, idiomas que pertenecían a todos esos hebreos que estaban en ese tiempo en Jerusalén celebrando precisamente el festival de Pentecostés y que venían de diferentes naciones y hablaban diferentes idiomas de las naciones de donde venían.
Y el Señor le dio a esos discípulos la facultad de hablar en ese idioma, esos idiomas diferentes porque él tenía un propósito en ello, un propósito simbólico. Él quería declarar algo acerca de eso para toda la historia.
Ahora, qué significaban? Esas lenguas, el hecho de que hablaran muchos idiomas de diferentes naciones, se refería al carácter universal y mundial del Evangelio. El hecho de que ahora el Evangelio iba a correr por toda la tierra y que iba a llegar a todas las naciones, que ese anuncio de que Cristo es el Señor y el salvador, era para toda la humanidad y no solamente para los hebreos. Con eso Dios estaba diciendo, este idioma será llevado a todas partes del mundo y es para todas las naciones.
En segundo lugar, yo creo que las lenguas hablan de algo importante y es que el lenguaje es clave para comunicar el Evangelio. Nuestra boca comunica la verdad de Dios. Y era como una consagración del lenguaje humano para predicar el Evangelio y para anunciarlo. Dios estaba diciendo, este lenguaje que los hombres usan para tantas diferentes cosas, yo ahora lo consagro para anunciar mi Evangelio. Dios estaba ungiendo la boca de sus discípulos en una manera sobrenatural.
En tercer lugar, muchos eruditos han dicho que en un sentido Dios estaba neutralizando la obra negativa de Babel. Saben lo que pasó en la torre de Babel? Qué sucedió? Los hombres trataron de glorificarse a ellos mismos y Dios, dice, que confundió. Antes, según dice la historia bíblica, la humanidad hablaba un solo idioma. Es interesante que los lingüistas hoy en día que no creen en la luz eléctrica, muchos de ellos, dicen que ciertamente los diferentes idiomas de la humanidad vienen de un solo lenguaje. Y siempre están buscando, tratando de buscar cuáles son las palabras en común que tienen todos los idiomas de la tierra. Ellos saben que los idiomas del mundo vienen de una lengua materna y de ahí se fueron desarrollando y dividiendo en los idiomas indoeuropeos, los idiomas germánicos, los idiomas romances, etc. pero vienen de una raíz común. Ellos entienden esto independientemente de la Biblia.
Ahora, cuando Bable dice que Dios confundió los lenguajes del hombre como un castigo para que no avanzaran en su idea de glorificarse a sí mismos. Y de ahí en adelante hubo una Babel, es decir, una cantidad de idiomas diferentes. Ahora, en este momento en que Dios está creando un pueblo escogido, él unifica en un sentido los lenguajes permitiendo que se hablen en todos los idiomas diferentes para que el Evangelio se anuncie y que la gente pueda comunicarse unos con los otros.
Es decir, era como que Dios estaba diciendo, ¿saben qué? Babel dividió a los hombres pero mi Hijo ahora los une y permite que se comuniquen unos con los otros.
Además de eso, yo creo que las lenguas son una forma sobrenatural de alabar y glorificar a Dios con un idioma sobrenatural. Es una forma de comunicarse directamente con Dios en un lenguaje recién hecho, sacado del horno, un idioma fresco que no tiene los elementos destructivos y caídos del idioma humano. Con una lengua sobrenatural inspirada por el Espíritu Santo usted puede comunicarse directamente con Dios. Ahora, usted quizás no sabe cerebralmente lo que usted está diciendo, pero su espíritu sabe. Y es una comunicación directa con Dios.
Dios quería comunicar sobrenaturalmente una experiencia sobrenatural. Yo creo que al esta gente hablar ese idioma sobrenatural Dios le estaba diciendo a la iglesia, ¿saben qué? la comunicación de mi palabra siempre tendrá que ser algo misterioso, espiritual, sobrenatural, hecho en el poder del Espíritu Santo.
Cuando usted comunique la verdad del Evangelio, hermano, hermana, piense en su corazón y en su mente, yo estoy hablando a la gente no en mi fuerza, sino en el poder del Espíritu Santo. Yo estoy comunicando este idioma del Reino de Dios en una manera diferente.
Yo diría también que Dios quiso hacer otra cosa y es que, si usted mira, el idioma es la cosa más fundamental, yo creo, que hay. El hombre se distingue por poder hablar. Los chimpancés y los monos en general tienen una capacidad para comunicarse muy básicamente y se ha descubierto, por ejemplo, que los chimpancés tienen un lenguaje bastante complejo pero comparado con el idioma humano, es absolutamente primitivo. El ser humano se distingue por hablar y hablar en una forma extremadamente complejo.
Mire todas las cosas que yo estoy comunicando ahora mismo a través del idioma humano. Entonces, como que Dios quería sellar ese elemento tan esencial de la raza humana con el toque de su espíritu. Y eso que es tan esencial para el hombre, Dios quería sellarlo con su espíritu.
Y yo creo que por eso, esta idea de las lenguas. Era algo tan especial lo que estaba pasando en ese momento que Dios quería que fuera marcado, tocando algo que era tan integral, una parte tan esencial de la raza humana como es el lenguaje. Y Dios quiso tocar su pueblo en ese sentido y por eso las lenguas. Ahora, después vamos a tener más tiempo para hablar acerca de las lenguas y su significado y su importancia.
En segundo lugar, el viento. Dice que fue como un viento recio, un estruendo que hubo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Por qué viento? El viento siempre ha sido símbolo del espíritu de Dios. Los hebreos hablan de ‘ruaj’. Mire la palabra aliento, la palabra aliento se refiere a el soplo, el aire que sale de nuestra boca, el aire que respiramos, el oxígeno. Pero también se refiere al ánimo. Me dejó sin aliento, muchas veces no quiere decir solamente que me dejó sin respirar, pero me dejó como sin ánimo, me dejó sin fuerzas. El aliento es la marca de la fuerza.
En el Antiguo Testamento, en las Escrituras, ‘ruaj’ es como eso, aliento, el viento de Dios, el aire de Dios, que es también el espíritu. Yo estaba leyendo algo acerca de eso en el internet. Dice aquí, en el Tanaj que es la Escritura hebrea, la palabra ruaj generalmente quiere decir viento, aliento, mente, espíritu.
En una criatura viviente, ruaj es el aliento, la respiración, ya sea de animales o de la raza humana. Dios es el creador de ruaj, de aliento. En las manos de Dios está el ruaj, el aliento de toda la humanidad. En la humanidad ruaj además de nota, indica el principio de vida que posee la razón, la voluntad y la conciencia, lo que llamamos el alma también. Ruaj imparte la imagen divina al hombre de Dios. Y constituye el elemento dinámico que resulta en el hombre siendo un ser viviente.
Recuerde que cuando Dios crea a Adán de la tierra, sopla sobre su nariz y le comunica vida. Pero yo creo que también Dios le comunicó su espíritu a través de eso. Entonces, siempre el viento se ha asociado con el espíritu de Dios y con el espíritu del hombre, el alma, la fuerza motriz del hombre.
Y entonces yo creo que aquí el viento estaba refiriéndose a muchas cosas. Es el ánimo, es la fuerza de Dios moviéndose. También yo creo que ese viento recio aludía a algo que el espíritu es poder, es dinámico. El viento puede romper, puede destruir cualquier cosa, mueve montañas. Entonces, ese viento recio aludía al carácter dinámico y poderoso del Espíritu Santo. El Espíritu Santo viene para bautizarnos con poder de lo alto.
Habla también, yo creo que el viento sugiere, el carácter impredecible e incontrolable del Espíritu Santo. Nadie puede controlar el viento. Cuando el viento sopla hay que echarse a un lado. Cristo dijo que el viento sopla por donde quiere. El Espíritu Santo hace lo que quiere. Nosotros nos sometemos al Espíritu Santo. Nosotros no controlamos el espíritu, el Espíritu Santo nos controla a nosotros.
Como el viento se mueve por donde quiere y asimismo yo creo que ese viento quería decir, yo me muevo como yo quiero, como me da la gana. El carácter soberano e impredecible del Espíritu Santo también.
Otra cosa, eso de que como un viento recio sugería algo misterioso, algo amenazante y sobrenatural. Si usted oye un viento soplando es como algo de otro mundo. Y yo creo que ese viento recio era como que, yo vengo de una región que ustedes no conocen. Se refiere a lo que yo llamaría la otredad de Dios. Que Dios pertenece a otra dimensión, es algo misterioso, es algo que no es de esta tierra. Ese viento sugería, yo vengo aquí, vengo de otro mundo y vengo a hacer cosas que ustedes no entienden y no pueden controlar.
Entonces, hablaba acerca del aspecto misterioso, sobrenatural, amenazante casi de Dios. También ese viento recio, poderoso sugería la dotación de poder y capacidad para obrar y transformar que tiene el Espíritu Santo a través de la vida de los hijos de Dios. El viento se usa para cosas productivas, por ejemplo, para mover un molino de viento y producir entonces energía. Y asimismo entonces el viento quiere decir energía para llevar a cabo cosas, para llevar a cabo tareas y eso es lo que hace el Espíritu Santo en nuestras vidas, nos capacita para llevar a cabo las tareas de la vida cristiana.
Y finalmente la venida de Dios en el Antiguo Testamento, muchas veces la aparición del Espíritu Santo en un ambiente se asocia con el viento. Recuerdan, Elías cuando está allí que Dios le da esa visión, dice que venía un viento que rompía las piedras. Elías pensaba que ahí estaba Dios porque Dios se aparece en el viento, pero en ese momento Dios escogió no aparecerse a través del viento, pero sí está esa idea de que cuando está la presencia de Dios hay un viento que rompe y que destruye cosas.
Entonces, todo eso era. Yo creo que ese viento recio quería decir, mi espíritu poderoso, capacitador, dinámico, misterioso, amenazante, de otro mundo, todo eso era sugerido por ese viento que venía, era el aliento de Dios, ese soplo de Dios que iba a invadir y que iba a meterse en nosotros como se metió a través de la nariz de Adán, el soplo de Dios, de la boca de Dios y le dio vida para ser un ser viviente.
Y lo último, el fuego. Lenguas de fuego se aparecieron sobre sus cabezas. Por qué fuego? De nuevo, lo mismo, fuego sugiere entre otra cosas el poder consumidor de Dios, el fuego consume, el fuego derrite. Dios es todo poderoso. Así que Dios quería sugerir por medio de su fuego también de que échense a un lado porque yo vengo poderosamente.
La Biblia habla de Dios como un fuego consumidor. La Biblia habla de que al final de los tiempos los elementos, la tierra arderá. Todos los elementos, todo lo que compone la tierra se derretirá, se consumirá y Dios creará cielos nuevos y tierra nueva. Entonces esa idea de Dios como fuego consumidor.
En segundo lugar, fuego sugiere vida, energía y calor. No tenemos que enfatizar mucho eso. Si no hubiera el fuego… sabe que el sol es fuego, el sol es una bola de fuego y si el sol se apagara no podría existir la vida. Así que fuego sugiere la vida de Dios, la energía de Dios, el calor que Dios imparte cuando está presente como el Espíritu Santo nos da vida, nos da energía, nos da calor para llevar a cabo las tareas de la vida cristiana.
Fuego también habla de pasión y compromiso para testificar del Evangelio. Cuando la persona tiene el fuego del Espíritu Santo dentro de ella o de él, tiene pasión. Mucha gente es indiferente, mediana, tibia porque no tienen el fuego de Dios en sus vidas. Y por eso mucha gente le da lo mismo ir a la iglesia o no ir a la iglesia, cantarle al Señor o no cantarle al Señor, leer la Biblia o no leer la Biblia, orar o no orar.
Ahora, cuando una persona está llena de ese fuego del Espíritu Santo tiene necesidad de estar en la presencia de Dios. Es una persona comprometida con Dios, tienen energía del espíritu. Por eso yo le digo, Señor, ayúdanos, llénanos con el fuego de tu Espíritu Santo porque si tenemos tu fuego vamos a ser gente comprometida.
Entonces, el fuego sugería esa vida, esa energía, ese calor del espíritu que venía al pueblo de Dios. Y esa pasión, y ese compromiso para testificar del Evangelio. Fuego también sugiere esa convicción de que Cristo es Señor y salvador y que nos lleva a testificar de él también. Ese fuego que nos consume, que no nos permite estar callados, que uno de los profetas dice, traté de callarme y era como un fuego en mis entrañas, en mis huesos, no podía dejar de anunciar la palabra de Dios.
Fuego es lo contrario, evidentemente, de frialdad, formalismo, muerte espiritual. Donde está el fuego de Dios esa religiosidad rutinaria, barata huye. Ya la gente no puede estar en la rutina de la religión, simplemente venir y mostrarse allí y hacer algunas cosas raras y entonces irse a la casa igualito que como entraron. No, ya entonces la vida del pueblo de Dios se torna en algo activo, dinámico. Es todo lo contrario del formalismo y de la frialdad y la estructura rígida que mata.
Ya voy terminando. Fuego sugiere el juicio de Dios también. Un día el juicio de Dios se va a manifestar en fuego en la humanidad y la destrucción de este mundo. Y yo creo que también esta sugiriendo esa parte de Dios como juicio.
Y finalmente, fuego también sugiere conflicto, persecución y guerra que se desataría contra la iglesia de Jesucristo. Es decir, también estaba sugiriendo guerra. El fuego sugiere guerra, sugiere conflicto, sugiere también persecución.
Así que como ustedes ven, solo quería que ustedes vean que en este elemento esa venida del Espíritu Santo a través de las lenguas, a través del fuego y a través del viento, Dios estaba dando un mensaje subliminal acerca de todo lo que iba a componer la vida de la iglesia de Jesucristo, y lo que era verdaderamente la naturaleza del Espíritu Santo. Y ese fuego, esas lenguas, esa capacidad para comunicar cosas sublimes, sobrenaturales, espirituales y esa capacidad para movernos dinámicamente como se mueve el viento poderoso de Dios, es lo que Dios quiere en nuestra vida. Amén.
Ese es Pentecostés. Esa característica tan importante, cuando usted lea acerca del fuego, del viento recio y de las lenguas que se aparecieron, entienda lo que Dios estaba diciéndole, que Dios espera de su propia vida también a través de la presencia del Espíritu Santo en usted. Amén.
Hermanos, vamos a ponernos de pie y darle gracias al Señor. Hemos empacado mucho hoy, ¿verdad? Están cansados? Gloria a Dios. Si están cansados eso es bueno, porque eso quiere decir que trabajaron. A la iglesia de Dios hay que venir a trabajar. Si usted vino a dormir, mejor quédese en su casa. No, venimos a trabajar. El próximo domingo traiga sus majones, traiga unos jeans. Ok? Y una camisa de trabajo. Vamos a trabajas, si puede traiga un martillo también señal de que venimos a trabajar a la casa del Señor.
Vamos a bajar nuestras cabezas y darle gracias al Señor por todo lo que hemos recibido hoy. Váyase a su casa a vivir en el poder del Espíritu Santo. Padre, gracias, te hemos alabado, te hemos adorado tu nombre, nos hemos gozado de estar aquí en tu casa y queremos que tu sigas con nosotros el resto de este día. Bendice a mis hermanos, tanto los de habla inglesa como los hermanos hispanos que están aquí.
Gracias porque somos un solo pueblo. Gracias porque el fuego del Espíritu Santo derritió las barreras que dividían a la humanidad. Gracias porque las lenguas nos unieron, Señor, para poder comunicarnos como hermanos y hermanas en un idioma misterioso que solo tu sabes dar. Gracias porque tenemos el fuego transformador y el viento transformador del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Gracias por Pentecostés, Señor. Queremos que cada día esta iglesia sea una iglesia animada, fortalecida y dinamizada por el poder del Espíritu Santo. Te bendecimos. Despido a mis hermanos y declaro sobre cada uno de ellos la presencia y la bendición del Espíritu Santo.
Bendigo sus hogares, Señor, sus vidas, sus finanzas, sus cuerpos, su salud, sus sueños, sus luchas. Fortalece a los que están, Padre, débiles en este tiempo, los que están en crisis, Señor, llénalos de una nueva unción en este día, Padre. Y pedimos milagros, Señor, en la vida de tu pueblo. Padre, pedimos soluciones para los que tienen graves problemas ahora mismo. Padre, pedimos que tu abras las ventanas de los cielos y hagas milagros financieros en la vida de tus hijos, Señor.
Desatamos prosperidad en la vida de tus hijos. Los que necesitan trabajo, Señor, nosotros pedimos milagros y puertas que se abran. Los que necesitan su documentación, Señor, pedimos una solución a este problema también. Los que tienen problemas matrimoniales, hijos que necesitan un toque de tu espíritu, Padre. Problemas de salud en nuestros cuerpos, oh Señor, envía tu espíritu ahora mismo, Padre, y sácanos de aquí con esperanza y con gozo en nuestros corazones.
Gracias por tenernos delante de tu presencia hoy y por el privilegio de adorarte, Señor. Despídenos ahora con tu bendición en el nombre de tu hijo Jesucristo. Amén.