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Escuche bien lo que dice la palabra del Señor en Primera de Samuel, Capítulo 7 versículo 12: “….Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen y le puso por nombre, Ebenezer, diciendo, hasta aquí nos ayudó Jehová…”
Puede decirle a su hermano, hasta aquí el Señor me ha ayudado. Puede decírselo? Hasta aquí el Señor ha abierto caminos. Hasta aquí el Señor ha mostrado su sanidad. Hasta aquí el Señor ha mostrado su provisión. Hasta aquí el Señor ha estado conmigo. Usted lo cree? Usted puede recordar un momento? Cierre sus ojos un momento y en estos pocos minutos vamos a tratar de hacer una memoria de a cuántas veces el Señor ha provocado su Ebenezer en nuestras vidas.
Cierre sus ojos un momento y recuerde a lo mejor una enfermedad, recuerde a lo mejor un problema familiar, un problema financiero, recuerde a lo mejor alguna situación incómoda donde solo la mano del Señor provocó el Ebenezer en su vida. No lo provoca emoción recordar el toque del Señor en un momento oportuno, en un momento determinado? Entonces, quiero invitarlos a celebrar el Ebenezer diariamente en nuestras vidas.
Cuando nosotros celebramos el Ebenezer en nuestras vidas, estamos celebrando la mano poderosa, la mano de provisión, la mano prodigiosa de nuestro Dios todo poderoso. Cuántos dicen amén?
Ebenezer, saben lo que significa Ebenezer? Significa piedra de ayuda, piedra de ayuda significa Ebenezer. Saben lo que movió al profeta a declarar el Ebenezer para el pueblo? Era el compromiso que el pueblo había tomado con Dios de dejar todos los dioses ajenos, de dejar toda una vida de paganismo, de dejar todos unos hábitos que no estaban de acuerdo a lo que Dios estaba exigiendo de su pueblo.
Si usted puede leer el Capítulo 7 en el versículo 1 se da cuenta, 1, 2 y 3, se da cuenta cómo Samuel comienza a desafiar al pueblo, dejen de vivir de esa manera. Si quieren nuevamente la gracia del Señor en medio de este pueblo dejen de vivir como están viviendo. Muchas veces el pueblo de Dios pierde la gracia del Señor porque comenzamos a mirar a Dioses ajenos, porque comenzamos a mirar las cosas que el Señor nos ha encargado que no miremos.
Esta palabra Ebenezer vino a mi corazón, es una palabra muy evangélico. Cuántos son evangélicos de nacimiento? Esto todos los años no escucho un sermón del Ebenezer, y qué significa? Hasta aquí nos ayudó Jehová. No, significa, piedra de ayuda.
Y me remonta a esta gran declaración de Pedro, en Mateo, Capítulo 16, versículo 18, la gran declaración de Pedro y dice:
“… Y tu Pedro, quién dices que soy yo? Y saben lo que le dice Pedro, Tu eres el Cristo, el Hijo de quién? El Hijo de quién? Parece que no está muy viviente el Dios. Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente, a lo cual el Señor le responde, Guau, Pedro, a ti no te lo reveló ni carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos, por lo tanto, sobre esta roca, sobre esta piedra edificaré mi iglesia…”
Quién era la piedra? Pedro o la declaración de Pedro? Lo que declaró Pedro, y quién era esa declaración? A quién le correspondía? A Jesús. Y si Jesús es nuestra piedra, él es nuestra piedra de ayuda, él es nuestro Ebenezer en estos tiempos. Cada día debemos declarar un altar con esa piedra de ayuda que se llama Jesucristo, en nuestras vidas.
Y yo quiero invitarlos hoy día a que podamos desarrollar en nuestra vida un modelo de vida agradable al Señor, y comencemos a dejar todas esas maneras de vivir que no le gustan al Señor, que no le corresponden, todas esas maneras de vivir, que muchas de ellas, sabe que dice Gálatas 5:19? Muchas de ellas no nos van a llevar, ni nos vamos a heredar el reino de Dios.
Ni las borracheras, ni una serie de listas que hay ahí, una lista grande de hábitos, de adoraciones, de maneras de vivir. Eso es lo que quiere el Señor, que como iglesia, podamos decir cada día, Ebenezer hasta aquí tu has sido mi ayuda, tu has sido mi roca, tu has sido mi fortaleza, tu has sido mi refugio, tu eres mi socorro, tu eres mi abrigo, tu eres mi sombra. Gracias Dios. Gracias Señor.
Así que la declaración de Pedro para estos tiempos es el punto de partida para nuestro Ebenezer. Cada día cuando usted se levante, usted debe decirle al Señor, gracias porque hasta aquí has permitido que mis ojos se abran. Gracias, Señor, porque tu ayuda no ha sido condicionada a nada y siempre has estado conmigo, siempre me has protegido.
En Mateo, Capítulo 7, versículo 24 y 25 hay otra característica de esta piedra de ayuda, sirve para construir un modelo de vida. El hombre sabio que construyó su casa sobre la roca. Así que si usted quiere construir un modelo de vida adecuado, si usted quiere construir un modelo de vida que realmente exalte el nombre del Señor comience a construir su casa sobre esta piedra de ayuda, cada día esta piedra va a ser la base de su casa y vendrán vientos, vendrán tormentas, vendrán lluvias, vendrán terremotos, vendrá lo que sea y su casa no se caerá. Lo que usted ha edificado con la base de Jesucristo no se puede caer. El diablo no tiene poder para derribar lo que el Señor ha construido. Esa es nuestra piedra de ayuda.
La roca del Señor está diseminada por todas las Escrituras. Allá en el Antiguo Testamento con Moisés, en Éxodo, Capítulo 17, ahí estaba Cristo como la peña de Oreb donde te agua en un agua que tienes sed. Gracias porque ese ha sido mi Ebenezer, Señor, porque cuando he tenido sed tu has sido quien ha saciado ese momento en mi vida.
Ebenezer. Es una palabra que no debiéramos olvidarnos. No por ser una moda, sino porque representa un cambio de actitud del pueblo de Dios para su Dios. No creer en el Ebenezer solamente por las bendiciones, no diga ya voy a meter el Ebenezer en mi cabeza para que el Señor me siga bendiciendo. Ponga su Ebenezer en su corazón por amor a Dios, porque él lo amó primero, porque él ha diseñado esta estructura de bendición para su vida, para mi vida.
Ebenezer. Hasta aquí el Señor nos ha ayudado. Ebenezer, hasta aquí el Señor nos ha guardado. Ebenezer hasta aquí el Señor nos ha sostenido. Ebenezer, hasta aquí el Señor siempre me ha recogido. Cada día está su mano estirada con sus ojos de amor y con su mano de poder, está esperando que su pueblo lo mire y le diga, gracias, Señor. Yo siento que estás conmigo.
Salmo, Capítulo 18, quiero invitarlos a ver esos versículos, versículo 2:
“… Tu eres roca mía, castillo mío…”
Salmo Capítulo 18, versículo 31: “… Y qué roca hay, mire esta pregunta, y qué roca hay fuera de Dios?...”
Qué hay más fuerte fuera de Dios? Que hay más resistente fuera de Dios? Qué hay más grande fuera de Dios? Si nada, no hay Dios antes ni habrá un Dios después, este es el Dios todopoderoso. Qué roca es más fuerte que él?
Usted no está aquí simplemente porque se cambió de una religión a otra. Usted está aquí porque entendió que Jesucristo es su fortaleza. Porque Jesucristo es su pronto auxilio, porque Jesucristo es el dador de la salvación, del perdón, de la misericordia. Esa es la roca inconmovible, esa es la roca que no tiene comparación, esa es la roca de ayuda que cada día necesitamos levantar en adoración y en alabanza.
Dice el salmista en el salmo 61, versículo 2 dice: “…Llévame a la roca que es más alta que yo, ahí estarás seguro…”
El salmo 40 dice, “…Pacientemente esperé a Jehová y se inclinó a mí y oyó mi clamor, me hizo sacar del pozo cenagoso, del lodo de la desesperación…”
Mire lo que dice el siguiente versículo “… puso mis pies sobre peña…”, sobre esa piedra de ayuda, sobre esa piedra que me estabiliza, sobre esa piedra que me da firmeza, sobre esa piedra que me da seguridad.
“… Puso mis pies sobre peña y no solo conforme con eso, dice, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanzas al Señor …”
Cuántos alaban al Señor? Pueden cerrar sus ojos y levantar sus manos al cielo y decir, Señor, yo quiero que cada día adorar el Ebenezer que tu has declarado sobre mi vida. Ese Ebenezer que es Cristo, ese Ebenezer que ha hecho que yo pueda ser transformado, pueda estar un momento en la presencia del Señor y declarar que la roca que lo mueve, la roca que lo sostiene, es Jesucristo.
Tómese su tiempo, deje que el Espíritu Santo hoy día pueda revelarle, pueda recordarle cuán maravilloso ha sido él con su vida. Hay alguien que hay sido tocado por el poder sanador del Señor? Entonces, todos los días usted y yo necesitamos levantar esa roca, esa piedra de ayuda y decir, Señor, Ebenezer, hasta aquí tu me has ayudado. Señor, Ebenezer, hasta aquí tu has sido fiel. Oh Ebenezer, hasta aquí tu has sido mi refugio, mi fortaleza. Tu llenas mi corazón.
Baje su mano un momento. El Ebenezer nos representa una tradición religiosa. El evenzer diario sabe lo que demuestra? Que cada día mi amor por el Señor es más grande, que cada día este Ebenezer representa que el conocimiento que tengo de Dios me permita entrar mucho más en el amor de Dios para entenderlo en mi vida.
Usted y yo, como hijos de Dios, estamos, tenemos la responsabilidad de levantar esta piedra de ayuda y declarar el Ebenezer del Señor sobre cada una de nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros trabajos.
Hace un momento atrás, el pastor Omar nos motivaba a orar por las comunidades, por los vecindarios, por las ciudades donde estamos viviendo, por la comunidad inmigrante. Declarar esa piedra de ayuda en cada uno de estos lugares donde estamos nosotros viviendo, donde nosotros estamos participando.
Usted y yo hoy día tenemos el privilegio, no solo la responsabilidad, el privilegio de declarar ante el mundo entero que Dios es quien me sostiene, que Dios es quien me lleva adelante, y no importa lo que diga el sistema, y no importa lo que diga la economía, no importa lo que diga la política, Dios es el que alumbra mi camino, Dios es el que me lleva sobre la roca firme que es Jesucristo.
Cada día el Espíritu Santo está motivándonos y llevándonos a esa instancia. Agradeciste hoy día? Agradeciste? Te has declarado un hijo agradecido de las bondades de Dios, de la misericordia? Te has declarado un hijo agradecido de los milagros, de las señales y los prodigios que Dios está haciendo en tu vida diariamente?
A veces pasamos tan ocupados que no tenemos tiempo para ese altar para el Señor. A veces pasa nuestra vida de un full time a un part time y de un part timecito como dicen otros, no tenemos tiempo para ese altar, para reconocer la piedra de ayuda en su momento diariamente.
Quiero invitarle a que seamos verdaderos hijos agradecidos y que reconozcamos el poder de Dios sobre nosotros. Cierre sus ojos un momento y vamos a orar al Señor, y vamos a declarar su amor sobre nosotros.
Gracias, Señor Jesús. Puede ponerse en pie un momento. Pónganse en pie. Tome la mano de su hermano que está al lado. Muchas veces esta piedra de ayuda tiene que ser establecida por el pueblo, cuando nos sentimos acompañados de esta piedra ayuda, toma fuerza. Ya no necesitamos poner una piedra físicamente porque ya es Jesucristo la roca de nuestra salvación.
En él está nuestro descanso, en él está en el agua que tomamos, espiritual. Pablo nos recuerda en Primera de Corintios, Capítulo 10 que esa agua que el pueblo tomó allá en Oreb era el agua que es Cristo hoy día para nosotros. Señor Dios, oh Espíritu Santo, Dios trino, ven sobre este lugar y muévete, muévete de una manera tan profunda pero tan poderosa, Señor, sobre nuestras vidas que no haya un minuto en que no declaremos un altar delante de ti, reconociendo que tu has sido nuestra piedra de ayuda, reconociendo que tu has sido nuestro Ebenezer, que hasta aquí tu has sido fiel, que hasta aquí tu has sido nuestro ayudador, que hasta aquí tu has sido mi Señor. Gracias, Señor. Gracias, Señor Jesús.