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Vamos a la palabra del Señor, Hechos, capítulo 16. Dijimos antes de hoy que queríamos dedicar todo el servicio y que bello espíritu de alabanza, a meditar sobre la adoración. Y yo quiero hacer una breve meditación sobre, yo llamo a este sermón, La adoración importa. Capítulo 16 del libro de los Hechos. Quiero solamente apuntar 3 ó 4 cosas importantes acerca de la adoración, por qué hoy hemos dedicado tanto tiempo a adorar a Dios y cómo la presencia del Señor se ha movido en medio de nosotros con tanta, tanta efectividad e impacto. Versículo 16, Hechos 16, versículo 16. Ya que estamos estudiando el libro de los Hechos, voy a extraer el texto base, de ahí mismo, de este libro y luego volveremos hacia atrás y no nos saldremos del libro de los Hechos. Porque hemos dicho que en todo lo posible vamos a mantenernos meditando. Y el libro de los Hechos en muchas ocasiones señala la importancia de la adoración como conviene a un libro que expresa la energía del Espíritu Santo en una manera tan gráfica y tan clara. Conocido pasaje del encarcelamiento de Pablo y Silas en Filipos, dice el 16:
“Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación….”
¿Sabía usted que los espíritus malos se especializan, van a la universidad de los espíritus y algunos salen de allí con un título de lo que sea, criminalidad, alcoholismo? Este espíritu tenía un doctorado en adivinación, y por esa esta muchacha reflejaba una capacidad para adivinar, le leía la mente a la gente, profetizaba. El diablo profetiza también, sabe? Y ese espíritu le daba una destreza especial. Hay dones diabólicos y hay dones también divinos, espirituales. Ella tenía este espíritu de adivinación.
“…. El cual daba gran ganancia a sus amos…” -adivinando, la llevaban por la ciudad y la exhibían, le daba palabra. Quién ha oído alguna vez, no levante la mano, a un gitano por allí para que le lea la taza o las hojas de te o lo que sea, el Señor reprenda esa práctica, no. Un hijo de Dios no tiene lugar para estar en ninguna de esas cosas, ni el horóscopo y nada. No me diga que usted, alguien me preguntó, pastor qué signo es usted? Yo le dije, hermana, ya yo dejé eso hace tiempo. Interesantemente, yo soy leo de León de Judá. No voy a ir allí… pero usted no tiene que estar viendo nada de esas cosas. Nosotros creemos en el Espíritu Santo, él sí que nos da palabra. Pero esta gente llevaba a esta muchacha a diferentes partes de la ciudad adivinando, y les daba gran ganancia, gran dinero.
“…. Y esta siguiendo a Pablo y a nosotros, los que acompañaba a Pablo, daba voces, diciendo, éstos hombres son siervos del Dios altísimo quienes os anuncian el camino de salvación…”
Óigame, sabe usted que el diablo sabe que Cristo es el Hijo de Dios y el diablo conoce a los que sirven al Señor también. Sabe usted que el diablo sabe que le espera el lago de fuego y azufre, pero no se convierte a pesar de todo eso. Es malo. Satanás es malo. Está empedernido, no tiene la gracia de Dios en él y por eso no puede convertirse.
Esta muchacha en su espíritu mismo de adivinación le daba capacidad para discernir en Pablo su compañero que era siervo de Dios, pero como esa confesión salía de un espíritu inmundo, Pablo discernió ese hecho y su espíritu rechazaba esa declaración objetiva. Yo no creo que ella quería adorar al Señor con eso, sino como que estaba compelida y obligada por la fuerza del espíritu en ellos de señalar ese hecho.
Yo no sé si usted ha tenido ocasión, yo he estado en situaciones donde he estado bregando con gente endemoniada y los espíritus confiesan que Jesucristo es el Hijo de Dios, tienen que confesarlo. Lo odian y detestan pero ellos saben que Jesucristo es el Señor, y confiesan el poder de la sangre de Jesús también. Si algo me convence a mí del poder de la sangre es cuando un demonio lo confiesa, déjenme decirle.
Y esa muchacha estaba confesando eso, tenía que hacerlo. Dice:
“…. Y esto lo hacía por muchos días más desagradando a Pablo, por él discernió la naturaleza demoníaca de esa confesión, éste se volvió y dijo al espíritu, ‘te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella’, y salió en aquella misma hora…”
Sabe lo que pasa? Que cuando el espíritu de Dios se manifiesta viene también la persecución y viene, eso es lo que decíamos, que donde está el espíritu de Dios, usted recordará un estudio que dimos hace tiempo, no solamente se manifiestan los dones, hay evangelismo efectivo, hay sanidades y milagros, hay profecías, sino que también hay persecución. Y mire lo que pasó aquí: cuando el espíritu se manifestó, esta muchacha fue sanada y liberada. Dice:
“… pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los trajeron al foro antes las autoridades y presentándolos a los magistrados dijeron, ‘estos hombres siendo judíos alborotan nuestra ciudad y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos’…”
Se pusieron muy patriotas de momento, saben? El dinero pone a la gente patriota enseguida y muy espiritual.
“… y se agolpó el pueblo contra ellos –azuzaron al pueblo-… y los magistrados rasgándole las ropas ordenaron azotarles con varas y después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel mandando al carcelero que los guardase con seguridad, el cual recibido este mandato los metió en el calabozo de más adentro… -el hombre tomó en serio la orden y los metió en solitario-…. Y les aseguró los pies en el cepo…”
¿Qué pasó? Los encadenó y les ató los pies en la mazmorra esta donde los metió. Pero mire qué interesante, dice:
“…. Pero a medianoche orando Pablo y Silas …” -qué hacían? Se quejaban de Dios, Señor, por qué tu permites que nos hagan esto si te hemos servido? Señor, si sacamos el demonio de esa muchacha ahora tu nos pagas permitiendo que nos azoten y nos metan a la cárcel. Eso es lo que nosotros hacemos cuando pasamos por prueba. Qué pasa? Nos quejamos de Dios. Pero Señor, si yo estuve en la iglesia el domingo y di mi diezmo, por qué ahora me botas del trabajo, por qué se me daña el carro, por qué se me acabó la gasolina en el medio de la ruta 93 y mira todos los carros aquí tocándome bocina. Padre, por qué tu permites esto. Nos quejamos y miramos las circunstancias en vez de mirar hacia Dios.
Pablo y Silas hicieron algo totalmente diferente, a pesar de su sangre que les corría, a pesar del dolor de los azotes, a pesar de la humillación, a pesar de no saber qué iba a suceder con ellos. Imagínense cómo se sentiría uno si le pasara esto que le ha pasado a ellos. No se crea, las cárceles en esos tiempos no tenían aire acondicionado, sabe? No tenían televisión a color con alta definición. Eran lugares terribles. Y yo me imagine que mientras sentían las patitas de las ratas encima de sus pies, encadenados, Pablo y Silas adoraban al Señor. Me imagino que con la sangre endureciéndose sobre los lugares donde habían azotado, ellos daban gloria y honra al Señor. Y qué sucedió cuando ellos escogieron mirar hacia arriba en vez de hacia abajo?
“…Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían y al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar pensando que los presos habían huido. Más Pablo clamó a gran voz, diciendo, no te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él entonces pidiendo la luz se precipitó adentro y temblando se postró a los pies de Pablo y de Silas, y sacándoles les dijo, ‘Señores, qué debo hacer para ser salvo?’….
Óigame que cambio de situación, eh? 180 grados. El hombre que estaba en total control de las vidas de estos misioneros, el hombre que los había azotado y los había metido en la última celda de la cárcel, ahora, se voltea la tortilla y ahora le está diciendo, qué tengo que hacer? Díganme.
Ahora, Pablo le salva la vida a él, lo salva de suicidarse. Eso es lo que pasa, hermano, cuando tu adoras al Señor, cuando tu te pones a tono con la dimensión del espíritu Dios cambia la situación. Ese es el poder de la alabanza. Ese es el poder de la adoración.
Óigame, se me ocurre ahora mismo, yo no hablé de esto esta mañana, pero, ahora mismo en esta nación todo parece como estar descrito aquí en la primera parte de ese relato. El diablo parece estar en control. La carne, el hombre, el orgullo, la arrogancia del hombre está en control en esta nación. El intelecto domina esta región.
Estaba leyendo en el Internet anoche, en DisneyWorld, que se supone que es el lugar donde celebra la familia, la inocencia, las cosas sencillas de la vida, este fin de semana, creo que es el primer fin de semana, o el fin de semana pasado, es el día para celebrar la homosexualidad y vienen 100.000 parejas y personas homosexuales pisoteando la inocencia, precisamente, en Disney.
El diablo es irónico, saben? El diablo es irónico. Y yo como les digo siempre, yo no tengo nada en contra de los homosexuales. Yo digo, hermanos, déjenme decirles de nuevo, si yo pudiera que todos ustedes se fueran de la iglesia y la iglesia se llenara de homosexuales buscando de Cristo, yo no lo pensaría dos veces. Yo los amo mucho, pero yo les diría, hermanos, búsquense otra iglesia que se queden ellos y llenen los asientos, sinceramente. Nada me honraría más que trabajar con mis hermanos y hermanas homosexuales y lesbianas. Cristo los ama y Cristo quiere redimirlos y Cristo dio su sangre por ellos. Yo jamás deshonraría a un homosexual burlándome de él o de ella, son gente digna de respeto la mayoría. Y muchos de ellos son más éticos que nosotros los cristianos, se los digo sinceramente. Pero están confundidos, están atados y están bajo el dominio de Satanás, y están haciéndose daño ellos y daño a los demás, y por eso el amor de Cristo nos compele a denunciar esto. Así que digo eso solamente para que entiendan.
Pero, uno mira esta nación y uno ve todo lo contrario, uno ve como que todo parecería estar oscuro, parecería que la iglesia está en el cepo, con los pies atados por cadenas, las manos, la boca con un tape plástico, de metal puesto sobre su boca y no puede anunciar el Evangelio, no puede dar la palabra.
Estoy leyendo un libro ahora de un autor James Davidson Hunter, creo que se llama, no recuerdo ahora, soy malo para los nombre muchas veces, profesor de religión en la Universidad de Virginia. Y este libro habla acerca de por qué nosotros no debemos lanzarnos a tratar de cambiar la cultura, por qué no debemos hablar de cambiar la cultura. Porque dice, es imposible, hay demasiados factores, es demasiado complejo. Se llama ‘To change the world’, si alguien quiere leerlo, ‘Cambiar el mundo’, es un título irónico. Y él da muchas razones, muy profundas, y por eso estoy leyendo el libro, por qué, yo concuerdo con muchas de las cosas que él dice, por eso me ha cautivado el libro, pero rechazo rotundamente su premisa de que por eso, por lo difícil que es, no debemos tratar de cambiar la cultura y cambiar el mundo.
Y parecería que es así, cuando uno mira esta nación, y uno ve que son las élites gubernamentales, financieras, culturales, intelectuales, científicas que controlan el mundo, y son eminentemente seculares. La iglesia parece como estar al margen, estar en el cepo, metida en lo profundo.
Qué va a cambiar esa situación? Cómo puede una situación totalmente sin esperanza, tétrica, que no parece abierta a cambios, cómo puede cambiar de la noche a la mañana? Con armas espirituales, alabando y glorificando en el nombre del Señor. Adorando en el nombre del Señor, suscitando la gloria de Dios que descienda sobre la tierra. Una iglesia que adora, una iglesia que declara el nombre de Cristo, una iglesia que vive la vida cristiana y que desata el poder de Dios.
Dios puede cambiar esta situación que estamos viendo en esta nación. Hermanos, yo me atrevo a decir de la noche a la mañana, con una visitación poderosa de su espíritu. Este escritor dice que una generación jamás será suficiente, se burla de otros que dicen que una generación, 20, 30 años, es más, yo creo hermanos, que en un día Dios puede cambiar todas las cosas, en un día si el Espíritu Santo visita verdaderamente a su pueblo. Yo sé que no lo va a hacer a través de ardides de hombres pero lo puede hacer a través del mover del Espíritu Santo, puede cambiar el ímpetu, por lo menos, el momentum del hombre secular diabolizado y puede cambiar las cosas y ponerlo en otro giro.
Y por eso es importante adorar al Señor. En un momento todo cambió en este pasaje. Y los que eran víctimas pasaron a ser protectores y salvadores. Los que eran impotentes pasaron a instruir a los que estaban en poder sobre cómo debían proceder para ganar la salvación y la vida eterna. Y yo digo, hermanos, que en una iglesia que adora como nosotros adoramos hace un rato, puede cambiar una nación. Si al Señor le place visitarnos con su poder y desatar la unción de Dios, Dios puede cambiarlo todo.
No dejemos de adorar al Señor, no subestimemos la importancia de alabar el nombre de Jesús en esta manera, que nuestra vida, que esta iglesia se caracterice… cuando Dios me dio esa visión del León de Judá, una de las cosas que representa Judá es la alabanza. La tribu de Judá es una tribu que adora, que alaba al Señor. Búsquelo en la Biblia, y el león es el rey de la selva, el león es el animal más real que hay en toda la mitología humana.
Y Cristo en este tiempo requiere ser adorado como Rey de Reyes y Señor de Señores, y la llave que yo creo que va a desatar el mover del poder de Dios es la alabanza, la adoración. Esa es la llave mágica que abre la presencia de Dios.
Y lo que pasó aquí fue que este hombre les preguntó qué debo hacer para ser salvo. A mí me gustaría ver esta cultura cambiar su giro y que se llenara las iglesias de gente diciendo, cómo podemos ser salvos, cómo podemos encontrar la salvación. Y que hubiera iglesias preparadas para guiarlo como guiaron Pablo y Silas a este hombre.
“… Y ellos dijeron ‘cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa y él tomándonos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas y enseguida se bautizó él con los suyos. Y llevándolos a su casa les puso la mesa y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios…”
El Espíritu Santo me dice que aquí en este pasaje hay un paradigma. Esta es la segunda parte del sermón que yo prediqué esta mañana. Hay un paradigma aquí de cómo Dios cambia las cosas en un instante, que lo que parece imposible para el hombre, para Dios es absolutamente, como dijera yo, cómicamente fácil. Dios puede cambiar la situación de esta nación con un pueblo que lo adore, un pueblo que rete al diablo, que declare la gloria de Dios contra viento y marea, que se empecine en declarar, sí, Jesucristo es el Señor, Jesucristo es el Señor.
Eso fue lo que yo vi cuando yo tuve ese sueño de León de Judá mirando sobre la ciudad, sobre una manada de seres demoníacos, que cubrían todos rascacielos de la ciudad de Boston, desde donde yo estaba en la tierra yo apunté con mi dedo hacia el León de Judá que miraba sobre ellos con autoridad y dije tres veces, tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor. Y nosotros estamos aquí en esta ciudad de Boston, en este lugar que yo creo que es un lugar mágico, este sitio aquí, este culto en la ciudad de Boston es como si yo fuera místico, yo diría que este lugar es como un botón, aquí hay algo especial, en este lugar, en esta zona. Por qué usted cree que esta zona está llena….
Sabe lo que me decían hace poco aquí en el tiempo de oración que tenemos aquí todos los días en este grupo 333, no 666, 333, es diferente, aquí, Chris Odow, él me decía que vino hace poco un médico de Boston Medical Center a orar con ellos, viene a un tiempo de oración aquí y les dijo, el mayor centro de abortos en toda Nueva Inglaterra está a una cuadra de nosotros, detrás del edificio donde vivía Gregory, ahí es el mayor centro de abortos de toda Nueva Inglaterra. Yo no sé si lo han cambiado también pero el mayor lugar para enfermos mentales, el Salomon Carter Fuller Center está también a dos cuadras de aquí.
Yo tuve un sueño hace años cuando nosotros apenas comenzamos a trabajar este edificio, donde…. El edificio estaba echo escombros, estaba vacío, estaba ahuecado, solamente había ladrillos en este lugar, en el sueño yo me vi que estaba en el basement de este edificio, que en ese momento era una mazmorra, el basement daba miedo. Usted ve el basement ahora y usted jamás imaginaría lo que había allí. Allí había una caldera que era un monstruo, hecha de hierro colado, que los arquitectos que cuando llegamos nos dijeron, miren, ni siquiera traten de sacar eso de allí, porque no van a poder. Métanle una pared alrededor. El hermano Mario Ulloa, diseñó una forma, y yo creo que en menos de medio día la desarmamos y la sacamos. Domamos el monstruo del basement de León de Judá.
Y era un lugar así, lleno de agua, se metía el agua continuamente. Bueno, un lugar feísimo. Entonces en el sueño yo me encontré, yo sabía que estaba solo, yo había entrado al edificio y había abierto con la llave que tenía, estaba solo el edificio y estaba en el basement. Pero de momento en el sueño yo percibí que había compañía, que había gente en el lugar y que estaban en el basement. Entonces yo me pregunté, pero cómo han entrado las personas si está cerrado el edificio? Y lo primero que yo vi fue en el sueño, una mujer, yo no sabía lo que era esta área del Southend, después entendí que este lugar es la concentración más grande de centros de trabajo social.
Aquí están, en esta área está el centro mayor para gente deambulante, el Pine Street Inn. Es el mayor centro para gente deambulante en todo Estados Unidos. No se si ahora hay más grande, pero ese es el primero y el más grande de todos. Está el primer, a nuestro patio aquí, está el primer centro de refugio para mujeres que han sufrido violencia y que Rosie’s Place, conocido nacionalmente, ahí mismo en nuestro patio, un centro inmenso para mujeres abusadas y sin hogar. Están algunos de los centros para tratamiento de adicción más grande en toda Nueva Inglaterra, aquí mismo. Estaban unos hospitales que servía y todavía sirve a los pobres, que es el Boston Medical Center, se ha mejorado muchísimo pero era un sitio donde usted no quería ir si tenía un accidente o le pasaba algo. Estaba uno de los centros más grandes de licor, era Blanchards, que gracias a Dios lo convirtieron ahora en una farmacia que vende medicina. Que lindo, ¿verdad? Antes vendía licor y ahora venden medicina y cosas para mejorar el pelo y para sanarse uno en vez de para enfermarse. Gloria a Dios por eso.
Y hay uno de los lugares más grandes también donde se reúne gente para de aquí ser llevados a la isla, no recuerdo, Long Island donde van cientos y cientos de gente sin hogar para dormir, pasar la noche y después regresan aquí, los lanzan por toda la ciudad en el resto del día hasta la noche y los vuelven a tomar ahí mismo también. Usted los ve en Albany con Massachusetts Avenue.
Entonces yo vi de momento cuando …. Yo no sabía nada de eso porque estamos apenas todavía comenzando a entrar en el vecindario este, estamos hablando del año 1994 para serle preciso. Entonces yo estoy en el basement y yo les dije que iba a ser breve…. Voy a terminar, porque esta es la segunda parte. Quieren que continúe o me callo? Estoy siendo coqueto.
El caso es que veo, digo, pero si yo estoy solo aquí, entonces se materializa frente de mí, o a una cierta distancia, una mujer alta, delgada, con el pelo hecho pasta, paja. Usted ha visto la persona cuando no se han lavado el pelo durante semanas y semanas, se le pone como si fuera paja, se le pega, una redecilla más o menos. Veo yo esta mujer con el pelo así y con una mirada vacua en la distancia simplemente y mal vestida y viene caminando hacia mí como si no me viera. Y yo entendí que era un espíritu de locura lo que había en ella. Y esta mujer viene caminado hacia mí, yo me lleno de pánico dentro del sueño, comienzo a hablar en lenguas y ella viene, hace así, y pasa a través de mí y sigue caminando, como si yo no existiera.
Y entonces volteo la mirada y veo a un hombre sumamente obeso sentado en un lazy chair, una silla bien gruesa, bien cómoda, pero estaba deshecha la silla, pero era una silla de esas que las llaman lazy chair, era una silla para holgazanes, quizá alguno de ustedes tiene una de esas en su casa frente al televisor. Y ese hombre sumamente obeso con una mirada de total hastío y sin propósito en la vida, sentado allí en ese asiento, simplemente con una encarnación de la falta de significado y de propósito en la vida. Y sentí que había también un espíritu como de fracaso que se había posado sobre este hombre y que simplemente no había futuro para él.
Y de momento el lugar se llenó de personas alrededor de mí y yo vi diferentes tipos de espíritus caminando. Y entonces yo entendí en mi mente que estos espíritus no se daban por enterados de que aquí había un edificio, para ellos la tierra era una gran plaza y ellos simplemente caminaban y ellos circulaban alrededor de este lugar, estaban simplemente caminando de un sitio para otro como si fuera un parque o una plaza inmensa. Y este edificio no tenía materialidad para ellos, ni les impedía moverse. Yo entendí entonces que estábamos como en un centro de infección.
Después de eso yo entendí, supe que aquí estaba lleno de adictos a drogas, alcohólicos, gente con problemas emocionales y mentales, y entendí lo que era este lugar, esta área aquí. El Southend es conocido por todas esas cosas. Ahora se ha gentrificado y hay gente de todo tipo pero cuando nosotros nos metimos aquí todavía es un sitio muy complejo. Están los ricos y están los desechados de la tierra. Están los dos aquí en este lugar, conviven.
Entonces yo creo que por alguna razón Dios escogió este lugar para que aquí su nombre fuera exaltado y adorado. Así que entienda que usted habita, usted está en un lugar muy interesante por decirlo así. y que nuestra adoración tiene una cualidad muy significativa, porque es una adoración que es contra los poderes del diablo. Es una adoración de guerra como el león. Esta es una congregación que Dios la ha llamado para ser una congregación de guerra. Por eso es que usted tiene que vivir a la altura de su llamado. Esto no es aquí para jugadores de golf, esto no es para gente que le gustan los picnics, esto es para gente guerrera.
Si usted no está viviendo como un guerrero, no está viviendo a la altura de su llamado, de su herencia. Por eso es que Dios quiere gente, óigame, gente que ponga la vida donde ponen la boca. Dios no quiere gente simplemente de boca, hablando, hablando, adorándole, levantando manos y después viven como les da la gana o no están haciendo lo que tienen que hacer para el Reino de Dios.
Dios quiere que tu vivas como un guerrero, una guerrera. Tu eres realeza, tu eres gente noble, tienes que vivir a la altura de tu llamado. Tu estás en un lugar santo. Yo me atrevería a decir, como le dijeron a Moisés, quita las sandalias de tu pie porque el lugar que pisas santo es. Esto es un lugar santo. Este lugar tiene propósito, este lugar Dios lo ha escogido, esta congregación Dios la ha escogido para algo. Y por eso cuando nosotros adoramos al Señor, cuando exaltamos el nombre del Señor, yo creo que Dios nos ha llamado para cambiar las circunstancias. Nuestra alabanza cambia la situación.
Esta nación está bajo los poderes del diablo. La iglesia de Jesucristo está como estaban Pablo y Silas, aprisionada, amordazada, impedida de moverse. Pero una cosa nosotros podemos hacer y es adorar y glorificar el nombre de Dios. Nosotros podemos decir, tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor por encima de los principados y las potestades, Cristo reina. Cristo está sobre su trono.
Y nosotros podemos poner presión sobre el Reino de los Cielos, si cabe la expresión, para que el Señor envíe tiempo de refrigerio sobre su pueblo, para que el Señor quite la afrenta de su iglesia, para que el Señor levante la cabeza de su princesa y la ponga en el lugar donde él quiere ponerla, que es un lugar de autoridad.
Nosotros tenemos que seguir diciendo, Señor, ven, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo. Tenemos que declarar eso, tenemos que declararlo una y otra vez. Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre, vénganos tu reino, hágase tu voluntad. Esa es la esencia de la adoración.
La esencia de la adoración declara, tu eres el Señor. No es la circunstancia, no son nuestros sufrimientos, no son nuestras enfermedades, ni siquiera es nuestro pecado, eres tu, tu eres el Señor y tu tienes control. Yo declaro, Dios no ha terminado con esta nación. Dios puede cambiar las circunstancias si nosotros simplemente le damos gloria y honra a él, si vivimos las vidas que lo honren.
Pueblo de Dios, Dios te llama en este día. Cobra consciencia de la gran responsabilidad que tu tienes. Tu estás en un lugar escogido. Tu estás en un lugar misterioso. En este lugar tu moneda vale mucho más que lo que vale normalmente porque estás en un lugar mágico, magnético. Si fuera esa gente espiritista o algo así, diría magnético. Este es un lugar magnético. Este es un lugar claro donde habitan demonios y también habita la presencia de Dios y nosotros nos movemos en un lugar radioactivo y por eso nuestra alabanza tiene mucha importancia, mucho significado.
Y Dios quiere que tu seas un adorador siempre, siempre. Quiero que los músicos pasen por aquí rápidamente. Quiero plasmar ahí en tu corazón y en tu mente y le voy a pedir a Ernst, estos dos sermones, son parte de un solo sermón así que pongámoslos los dos y Miguel, también que pongamos los dos sermones en la radio porque los dos son importantes, se complementan. Mi primer sermón habla de una cosa, este sermón habla de otra y el Señor quiere que ambos sean parte de una sola totalidad.
Pero pueblo de Dios, recuerda lo siguiente, cuando los muros de Jericó tenían que caer y era imposible para el pueblo de Israel derribar los muros de Jericó, ellos no tenían las armas, no tenían los medios, no tenían el equipo, Dios simplemente les dijo, den vuelta alrededor de los muros. No les dijo, búsquense por ahí unos lanza-piedras o lo que fuera para derribar estos muros. Les dio una fórmula bien sencilla: les dijo simplemente denle vueltas a los muros. No le tiren piedras a los muros, no cojan palos para tratar de derribarlos. No le tiren lanzas. No cojan martillos para derribarlos, simplemente denle vueltas alrededor, denle 6 vueltas. Una vuelta cada día.
Yo me imagino que ellos se habrán sentido medio avergonzados. Imagínense, allí unos cuantos judíos impotentes, dándole vueltas a unos muros, mientras desde arriba…. Esos muros eran, dicen los muros de Jericó, podían varios carros con caballos correr paralelo el uno al otro de tan grueso y altos que eran. Y estos pobres judíos dando vueltas. Y Dios les dijo, denle 6 vueltas y en el séptimo día denle 7 vueltas y a la séptima vez griten.
Yo creo que ese grito fue un grito de alabanza, fue un grito de obediencia al Señor. Eso fue todo. Y qué pasó? Dios les dijo cuando den ese grito, los muros se van a caer. Yo sé que mi amigo, el escritor de ese libro, se reiría a carcajadas si él hubiera estado allí, él hubiera dicho, que impotente, que inútil, que ridículo, darle un grito a unos muros. Pero es que precisamente cuando el hombre no puede hacer nada, yo creo que ya el tiempo pasó para cambiar esta cultura con esfuerzos meramente humanos. Ya esta cultura pasó de ese punto. Si hay esperanza para esta cultura tiene que ser por una obra de Dios. Y entonces lo único que nosotros podemos hacer es convertirnos en alambres a través de los cuales corra la energía de Dios. Eso es lo único que la iglesia puede ser, un conductor de la energía divina que tenemos que hacer bajar del cielo con un grito de alabanza, con una persistencia, con una insistencia. Tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor. Al séptimo día la vuelta número 13 los muros de Jericó cayeron y Dios les dijo, ahora, vayan adelante, no miren para ningún lado, metan mano y hagan lo que tienen que hacer. Y ese día el pueblo de Dios ganó una gran victoria. Todo cambió en un solo día, en un solo día.
Yo creo eso es lo que Dios quiere en este tiempo, que nosotros le creamos y que adoremos, adoremos y vivamos la vida cristiana y sigamos persistiendo, no dejemos de anunciar la palabra de Dios. No nos acobardemos. Hagamos lo que la iglesia siempre hace, mantengámonos en nuestro lugar.
Dice el Apóstol Pablo, cuando venga el día malo, estar firmes y habiendo pasado todo, estar firmes. Y eso es lo que la iglesia hace, en los tiempos de encarcelamiento y persecución, la iglesia se planta sobre la verdad de Dios y adora y declara la gloria de Dios. Y el diablo tiene que huir. En algún momento se rompe el hechizo y viene la bendición.
Pueblo de Dios, vamos a adorar al Señor. Es importante adorar. Nunca piense, nos estamos tomando demasiado tiempo. Si estuviéramos adorando por inercia y por hábito y religiosidad, pues sí, entonces sí, pero si el espíritu del Señor se está moviendo y hay gasolina para adorarlo, tenemos que adorarlo, hasta que él nos diga, ok, ya, hicieron lo que tuvieron que hacer. Dios quiere un pueblo aguerrido, un pueblo adorador.
León de Judá Dios te llama. Se un pueblo adorador, porque la adoración cambia las cosas. La adoración importa. La adoración, tu adoración es importante. Gloria al Señor. Padre, haznos un pueblo de adoradores. Danos ojos para ver, danos un corazón para sentir, danos una mente para entender tu verdad.