Transcripción
La temática para el día de hoy se titula: ¿Lo sabe Dios? Quiero invitarles a que nos ubiquemos, el Libro del profeta Oseas en el Antiguo Testamento, capítulo 8 versículos del 1 al 4 vamos a leer. Pero antes oremos: Padre, te damos gracias por Tu Presencia en este lugar. Hemos venido a adorarte y a bendecir Tu Nombre, pero también hemos venido a escuchar Tu Palabra, y abrimos nuestro corazón, llevando todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo Jesús, de tal manera que Tu Palabra haga en nosotros aquéllo por lo cual Tú la envías, amén.
Oseas 8, versículos del 1 al 4 leen de la siguiente forma: "Pon a tu boca trompeta. Como águila viene contra la casa de Jehová, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley. A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido. Israel desechó el bien; enemigo lo perseguirá. Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe."
Al leer este versículo bíblico, especialmente el versículo 4, cuando Dios declara esto de que yo no supe que ustedes constituyeron reyes, que ustedes constituyeron príncipes nos podríamos preguntar: ¿pero Dios realmente no sabía? Claro que no, Dios sí lo sabía. Y podríamos preguntarnos a nosotros mismos: ¿será posible que, en algún momento en nuestra vida cristiana, Dios diga de nosotros: Pero yo no lo supe?
Cuando el profeta Oseas le habla a Israel de esta forma, Dios a través del profeta Oseas, utiliza la ironía con la intención de captar la intención de Israel. O sea, Dios lo que les está diciendo realmente es: Yo sí realmente sabía lo que estaban haciendo pero también le da fuerza al hecho de que Israel no le consultó.
Pero lo interesante de todo el contexto y del momento de la vida de Israel en que esto ocurre es que Israel se había apartado de servir a Jehová y estaba adorando a otros dioses, pero a la misma vez quería intentar seguir adorando a Dios, así que toman determinaciones de instituir sus propios reyes, sus propios príncipes, pero no lo consultan con su Dios. Y haciendo cosas contrarias a la Voluntad de Dios todavía piensan que Jehová está de su parte y en su favor.
Ahora bien, si analizamos bien brevemente el trasfondo histórico del establecimiento de reyes en Israel, vamos a entender un poquito más lo que está ocurriendo aquí. Dios había establecido una teocracia donde Él gobernaba sobre Su pueblo. El pueblo ve que otras naciones, Israel ve que otras naciones son gobernadas por reyes y pide que un rey sea quien les gobierne, pero Dios responde a esa petición, pero consideró Dios que su primer rey, el primer rey que se establece en Israel, Dios lo consideró como elegido por el pueblo, no por Él, e inclusive les advierte de las cosas negativas que ocurrirían por causa de esa elección, y también les indica que haciendo esto estaban menospreciándole a Él, el Dios y Señor, y el Rey Todopoderoso.
Así que cuando Dios está diciendo: Y Yo no lo supe, realmente lo que está diciendo es: Me han menospreciado a Mí en sus elecciones, en sus decisiones. La frase: "Yo no lo supe" significa no asesorarse con Dios, desechar el gobierno divino y menospreciar al Señor.
Ahora bien, aplicando esto a nuestra vida podríamos decir, o hablar un poco acerca de lo que Dios "no sabía" de nosotros. Aunque no estemos necesariamente en una condición como en la que estaba Israel, en ocasiones siendo cristianos y teniendo una vida de oración búsqueda de Dios, podemos en algún momento en nuestras vidas querer no decirle o consultar con Dios algún asunto en particular. Como si el no decirle a Dios hiciera que Dios no lo supiese.
Y más que nada el que Dios sepa, porque Dios lo conoce todo obviamente, implica el hecho de una relación de intimidad con Dios donde no le ocultamos nada. Quiero ilustrar esto con un ejemplo de la vida cotidiana en cuanto a por ejemplo, la relación entre padres e hijos.
Cuando mi hijo menor Jonathan estaba hecho un adolescente, salió a correr bicicleta y decidió correr en el área donde no se le había permitido hacerlo y nosotros no lo sabíamos. Cuando toca mi puerta un policía yo quedo sorprendida y asustada pensando que algo terrible le había pasado a mi hijo, gracias a Dios no le pasó nada negativo, pero yo no lo sabía. De la misma forma, cuando no consultamos con Dios algún aspecto o asunto en particular podemos poner en riesgo nuestra vida cristiana, nuestra relación con Dios, relaciones de familia, relaciones sociales, ministerio, diferentes áreas y roles en nuestra vida.
Podemos decir que en nuestra relación con Dios es fundamental mantener en estima quién es el Señor, cuando no consultamos con Él debidamente estamos despreciando el Señorío de Dios en nuestras vidas. Ahora, quiero aclarar: no implica que Dios está vigilándonos como un policía a ver hacia dónde nos movemos y qué hacemos, y cada detalle de nuestras vidas tenemos que estar desesperadamente corriendo ante la Presencia de Dios porque Él lo conoce todo, pero Él sí espera que vayamos a Él diariamente, constantemente en una relación de amor, en una relación de intimidad y de cercanía con Dios.
¿Estaba Israel jugando a las escondidas con Dios? podríamos preguntarnos. Pareciera que sí. En las Escrituras vemos también muchos casos donde personas trataron de jugar a las escondidas con Dios, como Adán y Eva en la creación, como David cuando pecó con Betsabé que trató de ocultar a Dios, pero Dios lo sabía todo.
A veces hay algún asunto en particular que no queremos llevarlo a Dios por la razón que sea, por las razones que sean y lo guardamos en nuestro interior y no lo sacamos ante la Presencia de Dios, y eso precisamente es lo que puede afectar nuestras vidas.
Les cuento cuando mi hijo estaba en sexto grado, pasé a recogerlo a la escuela y estaba sentado en el asiento de atrás cuando íbamos para la casa. De momento mi hermana estaba conmigo, mira al asiento de atrás y no ve a nadie, y se asusta, y yo me asusto, detengo mi carro y no entiendo qué es lo que pasa porque mi hijo estaba en el asiento de atrás. Silencio, no pasa nada y de momento, el asiento de atrás se baja y era que estaba escondido en la cajuela, o el baúl. ¡Tremendo susto!
A veces queremos jugar a las escondidas con Dios pero no podemos ocultar nada ante la Presencia de Dios, nada está oculto, Dios lo conoce todo, pero Él espera que vayamos ante Su Presencia, Él espera que le consultemos todos los asuntos de nuestras vidas.
Ahora, retornando a Israel Dios no lo supo pero los ídolos sí. Estaban adorando a Baal, un dios pagano, el dios de la lluvia, estaban tratando de seguir adorando a Dios pero ¿adorando qué? falsas religiones. ¿Y qué llevó a Israel a esta condición? voy a mencionar unos puntos brevemente.
Primero: traspasar y rebelarse. Oseas 8:1 decía: "Porque traspasaron Mi pacto y se rebelaron ante Mi ley." El pacto era un pacto de amor, un pacto donde había que cumplir con la ley establecida pero detrás de esa ley estaba el amor de Dios. Detrás del aspecto del principio de consultar con Dios está el amor para con nuestra vida que desea cuidarnos, protegernos, guardarnos en medio de cualquier circunstancia que pueda venir a nosotros. Pienso que a veces, como Israel, faltamos en comprender la magnitud del amor de Dios para con nosotros.
Te cuento la experiencia de una mujer que conocí, que se casó y tuvo un hogar muy tranquilo pero en el aspecto económico era muy limitado, aunque todas las necesidades eran cubiertas, todas las necesidades. Un día un hombre la enamora, un hombre de posición económica que le ofrece bienestar y muchas cosas materiales, y decide dejar su hogar. Ella menospreció el cuidado y el amor de su esposo y se fue a otros brazos con tal de buscar otras áreas, y que esas áreas fuesen suplidas.
Un día la encontré en un restaurante y con lágrimas en los ojos me dijo: "perdí lo mejor que tenía." A veces podemos perder, en algún sentido el grado de intensidad de relación con nuestro Dios ¿por causa de qué? por causa de no estimar el Dios al cual servimos.
Otro aspecto que quiero mencionar en cuanto a Israel para aplicarlo a nosotros es: la falta de congruencia entre lo que se dice y lo que se hace. El versículo 2 decía: "A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido." Pero es interesante que esto Israel lo va a clamar ¿cuándo? cuando venga el tiempo de juicio por causa de la condición en que el pueblo está. "Te hemos conocido" ¿pero qué? pero no te estamos sirviendo Señor, no hay congruencia entre lo que declaran y lo que hacen.
Y conocer a Dios no es simplemente conocer a Dios, es tener intimidad con Dios. De hecho relación de Israel con Dios en el Libro de Oseas está descrita con el ejemplo, la imagen del matrimonio, y el amor de Dios para con Israel se describe de esa manera en este Libro, pero también la infidelidad se describe con la misma imagen.
En Oseas 11:7 Dios le declara: "Mi pueblo está aferrado a la rebelión contra Mí. Aunque me llaman El Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer." Una cosa es lo que dicen y otra cosa es lo que hacen. Debemos tener armonía entre lo que decimos y lo que hacemos. Jesús declaró: "¿Por qué me llamais: Señor, Señor, y no hacéis lo que Yo os digo?
Otras posibles razones por las cuales, aplicándola ahora a nosotros, nosotros podemos tratar de evitar hablar con Dios algún asunto en particular, y les voy a mencionar brevemente: el temor a la respuesta. Deseamos algo tanto y tanto, y pensamos que Dios nos va a decir que no, y como nos va a decir que lo vamos aguantando un poquito, un poquito y no lo consultamos con Dios.
Quiero dar un ejemplo: en una ocasión quería pedirle algo a Dios y oraba sobre el asunto pero no directamente, pero entonces en un momento dado le estoy diciendo: Señor yo necesito colocar esto delante de Tu Presencia y que Tú me hables, me digas sí o me digas no, y nadie sabía esto. Recibo una llamada de una mujer de Dios que Dios usa en la profecía y en el don de conocimiento, y aunque no debemos estar buscando este tipo de cosas, pero Dios tiene estos dones en medio de su pueblo. Y Dios me habló y me dijo: Si te digo A vas a estar contenta; no estoy contando lo que era, solamente asignándolo como A. Si te digo B, Yo sé que me vas a obedecer.
Osea, si Dios me contestaba de una forma yo iba a estar contenta, eso era lo que yo quería, pero si Dios me decía la otra forma que no era lo que yo hubiese deseado Él sabía que yo le iba a obedecer.Y en esa manera de Dios hablarme en ese momento en particular me dejó ver el amor, el cuidado de Dios y que Él entiende mis luchas internas, y que entiende mi corazón. Hay ocasiones, para mencionar algunas otras posibles razones, en que las experiencias que hemos vivido en nuestra vida, y emociones, nuestras emociones afectadas, son las que quieren impedir que nos acerquemos a Dios.
Te cuento la experiencia de un hombre que cuando yo oraba en público, me refería a Dios como "Papito." Y entonces resulta ser que este hombre, este hermano está escuchando y al terminar la oración se acerca a mí y me dice: "yo no puedo llamar a Dios papito." Dialogando con él descubro que su padre, su padre terrenal no lo trataba con amor, no lo trataba con cariño sino que le hablaba fuerte. Así que él no tuvo la experiencia, la figura de un padre amoroso, por lo tanto esa experiencia afectiva en la infancia la trasladó a su relación con Dios.
Podrían haber muchas otras razones que podríamos mencionar, como el dejarnos engañar por el enemigo, como el descuido y la falta de la disciplina espiritual de oración, búsqueda de Dios, lectura de la Palabra y muchas otras razones, pero quiero mencionar unos puntos principales en cuanto a qué hacer si es que Dios no lo supo.
Y lo primero que Dios le dice a Israel es que se vuelva a Él, "Tú pues vuélvete a tu Dios." Y este volverse a Dios implica un cambio de dirección, y un cambio en el corazón, y un cambio en la acción. Así que podemos preguntarnos: ¿lo sabe Dios? y si Dios no lo sabe, tornemos nuestro corazón a Él.
Otro punto rapidito que quiero mencionar: permitir que Dios ocupe el primer lugar y adorarle sólo a Él. Israel se tornó a la idolatría pero hay personas, no nosotros, ninguno de nosotros, que se pueden tornar a la idolatría por el trabajo, por la carrera, por la posición social. Las amistades, la casa, el automóvil, las posesiones que tengamos. En las diferentes etapas y experiencias en nuestra vida podemos correr el riesgo de caer en algún sentido de idolatría y dejar a Dios en segundo lugar.
Por ejemplo: en las conferencias de mujeres me he dado cuenta que muchas mujeres, mientras están casadas, tienen una relación con Dios muy animosa, muy cercana con Dios, tienen una experiencia negativa en su matrimonio y ya esa relación se enfría, la relación con Dios se enfría por causa de los eventos ocurridos. O personas que han estado solas y cuando se casan, y ya tienen una pareja entonces la relación con Dios se enfría. O por ejemplo una persona anciana que tiene una desmedida preocupación por la salud y se la pasa visitando médicos, visitando médicos, y la preocupación por la salud ocupa prioridad en su vida.
No estoy diciendo con esto que estamos ajenos o que estoy ajena a las necesidades que atravesamos en la vida, necesidades y carencias emocionales por las cuales atravesamos y experimentamos. Cuando les digo esto se los estoy diciendo con toda honestidad y diciéndoles que lo que digo y lo que predico lo he vivido. Estando acompañada, o estando sola, yo serviré a mi Dios. Y el que tenga oídos para oír, oiga.
Cuando tenemos esa relación con Dios de cercanía podemos entonces confiar en Dios y no en nuestros caminos, y es precisamente el otro punto que quería mencionar en cuanto a qué tenemos que hacer: confía en tu Dios que Él te sostendrá en medio de tus circunstancias. Dios no se ha bajado de Su Trono, Dios sigue reinando.
El otro punto que quiero mencionar es que debemos conocer y obedecer la Palabra de Dios. Precisamente en Oseas Dios le dice al pueblo: "Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento" y luego de tener el conocimiento de la Palabra de Dios, llevarla a la acción.
El otro punto que quiero mencionar brevemente es que debemos amparar el principio de contarle o decirle todo a Dios. A veces queremos esconderle algo a Dios y eso es lo que nos puede precisamente causar daño. Les sugiero que cuando por alguna circunstancia en particular quisiéramos guardarle nuestro corazón le digamos: Señor, no sé cómo te voy a contar, o dígale: tengo algo que debo decirte pero me cuesta sacarlo hacia afuera, pero aquí estoy Señor. El Señor conoce tus luchas, tus tentaciones, tus problemas y Él está dispuesto a ayudarte.
Recuerda que nuestra relación con Dios se basa en amor. Dios no está esperando que tú vayas a Su Trono y desde antes de tu llegada está señalándote con el dedo, al contrario, está con los brazos abiertos para recibirte, no importa lo que tú vengas a contarle o a decirle.
El otro punto que quiero mencionar es: apelar a la misericordia de Dios. Oseas declara: "Llevad con vosotros palabras de súplica, volved a Jehová y decidle: quita toda iniquidad, acepta lo bueno, te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios" y luego dice: "Porque en Ti el huérfano alcanzará misericordia." Así que esa imagen metafórica de un huérfano alcanzando misericordia me habla a mí que nosotros en el nuevo pacto no somos huérfanos, somos hijos, hijas de Dios y en Él tenemos misericordia.
Quiero contar brevemente la experiencia de una joven en Costa Rica que tuvo que apelar a la misericordia de Dios porque se enferma con una condición en el estómago, los médicos no encuentra qué tiene, era cristiana y dada esta situación se aleja de Dios y se enoja con Dios. Los médicos determinan que tiene una bacteria en el estómago y ella sigue con una condición espiritual alejada de Dios. Su cuerpo se deteriora, enflaquece gravemente.
Y un día decide regresar al Señor. Se reconcilia con el Señor y va a un campamento de mujeres que yo iba a estar ministrando. Cuando hice el llamado ella quedó en el lugar arrodillada, esperando pues a que la fila estuviera más bajita y le dijo al Señor: yo necesito que Tú me sanes, yo necesita sanidad del alma, cuerpo y espíritu. Cuando ella pasa al frente y yo voy a orar por ella, lo primero que Dios me muestra y lo declaro: Señor sánala de espíritu, alma y cuerpo. Y antes de declarar esa Palabra Dios me llevó a colocar mi mano sobre su estómago. Yo no lo sabía pero Dios sí lo sabía.
Así que la misericordia de Dios está disponible para nosotros. Cuando Dios lo sabe, Su Gracia está sobre nuestras vidas, y agradecemos esa gracia que se nos concede. Cuando Dios sabe nosotros sabemos que Dios es nuestra ayuda. Cuando Dios sabe tenemos el cuidado de Dios. Somos personas productivas, llenas de ánimo en Dios. Y cuando Dios lo sabe podemos tener paz en medio de las circunstancias y aceptar la soberanía de Dios.
Cuidémonos de consultar todo con el Señor. Antes de enviar tu mensaje de texto o postear en Facebook cualquier cosa, consulta primero con tu Dios. Pregúntate a ti mismo, a ti misma: ¿lo sabe Dios? en toda decisión a tomar pregúntate: ¿lo sabe Dios? puestos de pie por favor.
Te adoramos Dios. Te damos gracias Señor, por Tu Palabra. Gracias porque el ejemplo de Israel nos sirve a nosotros para concientizarnos de que tenemos que estar en contacto Contigo. Venimos ante Tu Presencia reconociendo que si en algún momento hemos fallado, no importan las veces que así haya ocurrido, Tus brazos están extendidos para abrazarnos. Y en esta hora yo te pido Espíritu Santo que Tú ministres a cada vida. Espíritu de Dios, yo te pido que ocupes cada corazón que se abre a Ti Señor, que está reconociendo la necesidad en su vida de acercarse más a Ti consultando todo Contigo Señor.
Y en esta hora Señor ministro Tu paz, ministro Tu Gracia, ministro Señor Tu Presencia de amor sobre cada corazón, y declaro que de aquí en adelante vamos a caminar en más cercanía Contigo, consultando todo Señor, porque en Ti encontraremos ayuda. Gracias Señor, amén, amén.