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Les invito que abran sus biblias en el capítulo de Marcos, el evangelio de Marcos, capítulo 2, que dulce estar en la presencia del Señor verdad?. Pues si es así no nos salimos de la presencia del Señor, es más, creo que Dios tiene unos propósitos lindos en esta noche, y como compartió el pastor Omar, nosotros conversamos, pero aún en esa conversación fíjate, fue una de los elementos de esa conversación fue, sabe pastor Omar, si el Espíritu Santo quiere hacer otra cosa, yo siempre hago esa aclaración, como buen hijo de un padre pentecostal, amén estamos abiertos a eso.
Y así digo ahora, nosotros dependemos del Espíritu de Dios, aún en este momento, en particular con lo que tenemos en mente. Cuantos aquí hace unas semanas, es más, fue durante nuestra celebración de la semana santa, y el Señor nos bendijo de tantas maneras, toda esa semana, y ese miércoles fue de tanta bendición para mí de estar aquí compartiendo con ustedes, en un momento en el servicio, oops, did I touch that? que sensible es eso. Bueno amén, en un momento en la oración, el Señor me dió esta frase que compartí con ustedes, que el Señor nos había llamado a ser camilleros espirituales, y eso inició un momento de intercesión, en que nosotros, el Espíritu Santo nos instó a traerla a otros, como si fuéramos nosotros cargándolos.
O sea extender nuestras manos al altar y simbólicamente dejar nuestros seres queridos a los pies del Señor. Ahora, esa imagen no se inventó para nada, lo vamos a explorar esta noche, y al explorarlo, la meta es que seamos intercesores más efectivos, la meta es explorar, de donde sale esta idea, de ser camilleros espirituales de traer a otros al Señor, y si el Señor nos ha llamado a eso, cuales son los principios que nos pueden ayudar a ser mejores camilleros espirituales, de donde sale esta idea.
There you go. Ahí está, ok. Mis hermanos, no se cuantos de ustedes han visto esta imagen, tal vez de allí no se ven tan claro, pero estas figuras no son ángeles, ustedes ven muy bien, son cuatro hombres que acaban de abrir el techo y uno en cada lado con una soga, bajando, este hombre paralítico, con cama y todo a los pies de Jesús. Jesús tenía que ser un predicador tremendo, si a mí me hacen, esto tal vez al pastor Omar no le molestaría, si a mí me hacen eso, me olvido del tema y de todo, pero eso fue, Jesús estaba esperando estos tipos, estaba esperando este hombre, eso era el propósito de Dios.
Nosotros vamos a leerles este pasaje bíblico, y ustedes me dirán, pastor Samuel, usted dice que el mensaje de hoy se trata de la oración intercesora, pero aquí no aparece oración. Adonde se habla de oración en este pasaje, y en que sentido son esta gente intercesores. Pero nosotros vamos a ver que regado por toda esta historia están los principios de la intercesión, amén. Leamos mis hermanos. Marcos capítulo 2, del 1 al 12, Señor gracias, te seguimos delante de tu presencia, ahora abre nuestros corazones, y ayúdanos Señor a traer a otros a tus pies, para que allí Tú hagas la obra que en tu corazón Tú deseas hacer entre nuestros medios, en el nombre de Jesús.
Entró Jesús otra vez a Capernaum, después de algunos días, y se oyó que estaba en casa, e inmediatamente se juntaron muchos, de manera que no cabían ni aún a la puerta, y les predicaba la palabra. Regresó de nuevo a Capernaum, estaba predicando, estaba sanando enfermos, se regó la voz, y muchos llegaron, se acercaban a Él. Entonces vinieron a Él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a Él a causa de la multitud, descubrieron, o sea abrieron, hicieron una rotura en el techo, de donde estaba y haciendo una abertura bajaron el lecho en que yacía el paralítico. "Al ver Jesús la fé de ellos, dijo al paralítico, Hijo, tus pecados son perdonados".
Estaban allí sentados algunos de los escribas, la mayoría de este mensaje se basará en lo que nosotros acabamos de leer en el versículo 5, pero hay mucho más, esto abrió una oportunidad para que la gloria del Señor se demostrara en una forma especial aquí. "Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones por qué habla este así, blasfemias dice. Quien puede perdonar pecados sino solo Dios. Y conociendo Jesús que cavilaban dentro de sus corazones de esta manera, les dijo: por qué caviláis así en vuestros corazones?. Qué es más fácil decirle al paralítico, tus pecados te son perdonados, o decirle, levántate, toma tu lecho y anda. Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, dijo al paralítico, a ti te digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó enseguida y tomando su lecho salió de delante de todos, de manera que todos se asombraron y glorificaron a Dios y dijeron, nunca hemos visto tal cosa".
A propósito, ese último versículo para mí, yo creo que esa es la meta de lo que Dios quiere hacer a través de la congregación de Judá y a través de la iglesia. Quiera Dios que cada domingo o cada vez que alguien pase por las puertas de esta iglesia, salgan de aquí declarando, Padre, no hemos visto cosa igual. Dios se movió de una forma inigual, no hemos visto cosa igual. Dios se glorificó de una forma tremenda. Hermanos, yo creo que eso está basado sobre un pueblo que sabe interceder. Y esta historia nos ayuda mucho acerca de intercesión. Yo quiero compartirles tres principios, y como dijo el pastor Omar, nosotros vamos a poner estos principios en práctica esta noche.
Cuales son los principios que nosotros podemos poner en práctica en esta noche?. Primeramente, principio número uno gloria a Dios. En la oración intercesora, dejamos a otros nuestro turno para dejar cargar a otros a Jesús. En la oración intercesora, nosotros dejamos pasar nuestro turno, nuestra oportunidad de ser bendecidos. Eso es lo básico de la oración intercesora, para dejar que otro sea bendecido. Sabe cuando yo leo esta historia, yo tengo una imaginación bastante activa, y primeramente mis hermanos, dice que este paralítico fue cargado por cuatro hombres, pero no dice que fueron solamente cuatro hombres quienes lo acompañaron, o lo cargaron, o aún ni siquiera dice, no sabemos con certeza cuanto tiempo estos hombres conocían este paralítico, o como fue que ellos llegaron allí, o cuales fueron las circunstancias que motivaron que estos hombres cargaran este paralítico a Jesús.
Puede ser que como muchos paralíticos este fue el paralítico que conocían en esta aldea de Capernaum. Y él no tenía la oportunidad de llegar a Jesús. Y puede ser que este hombre, viendo estos hombres llegando a la casa donde estaba Jesús ministrando, tal vez estos hombres salieron al principio a esta casa con sus propias ideas, y sus propias agendas, y sus propias necesidades, y este es el punto. Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias necesidades. Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia agenda. Y esa es la tentación. Todos nosotros podemos pasar nuestras vidas enteras, solamente pidiéndole a Jesús, por nuestras necesidades. Nosotros podemos dedicar todas las mañanas en devoción solamente pidiendo por nosotros.
Hay algunos hermanos que tienen un don de intercesión, amén hermanos, tienen una bendición especial, que para ellos es todo lo contrario, se les hace difícil pedir para ellos, ustedes conocen gente así?. Que para ellos la oración es intercesión, y les cuesta pedir por ellos mismos. Pero yo creo que la alta mayoría somos diferentes. La gran mayoría de nosotros somos, si nos enteramos que Jesús llegó a la aldea, está en nuestro vecindario, nuestro deseo sería, ahora me pegué la lotería, ahora yo sé, que mi oración será contestada. Ahora yo le voy a presentar al Señor lo que yo por tantos años quería que Él hiciera por mí. Qué tal, si estos hombres en el camino a esta casa con sus ideas, estos amigos tal vez compartiendo, yo tengo esta petición y yo sé que el Señor Jesús es un gran sanador, y yo sé que Él tiene poder de lo alto, y puede hacer esto esto por mí. Pasan por delante de este hombre, y de momento ellos oyen una voz, hey, mis hermanos a donde van, vamos a ver a Jesús. Me hacen un favor? como ven se me un poco hace difícil llegar hasta allá. Me dan ride, un jalón?. Como dicen allá en su país, me dan una bola, me dan un rabbit. Do me a favor, hazme un favorcito.
A veces cargamos gente que pide ayuda. En la oración intercesoria, muchas veces usted va a cargar a gente y eso hacemos a cada rato. A veces cargamos a otros porque pidieron que los cargáramos a Jesús. El apóstol Pablo no tenía pidiendo bola, o ride. Él terminaba cada una de sus cartas pidiendo ride, pidiendo oración, pidiendo intercesión. Hermanos, no se averguenzen de pedirle oración a otros, y no le niegue la oración a los que le piden. Eso es tan común, algo así como aconteció esta noche, y el hermano por favor me perdone, no quiero ni siquiera mirar allá. Pero orando aquí a solas, un hermano me llamó, esta es la cosa más común en el pueblo de Dios.
Simplemente me llamó y me compartió una petición que tenía en el nombre del Señor, y en el nombre de Jesús tuve la oportunidad de cargarlo a los pies de Jesús en esta noche, y pedirle al Señor por la petición de este hermano. Y orando por él, el Espíritu de Dios me reveló otras cosas, y de manera tal vez de bendecir a este hermano de maneras inesperadas. Y eso pasa cuando nosotros cargamos otros a los pies de Jesús. A veces cargamos gente que pide ayuda, a veces cargamos gente que no puede o tal vez ni siquiera quiere, ir a Jesús por su cuenta. Ustedes conocen gente así?.
Estos son paralíticos espirituales, paralíticos espirituales, son gente que usted como siervo de Dios sabe que lo que necesita esta persona es Jesús. Pero no tienen la capacidad por alguna razón. Tal vez es que ellos han sido tan heridos, el enemigo ha entenebrecido su mente de tal forma, que ellos no tienen la capacidad de ir al Señor por su cuenta. O tal vez, usted le habla del Señor, y ya tal vez se ha cansado de hablarle del Señor, o de invitarlo a la iglesia, o aún de pedirle si te permite orar por él, o por ella, porque te contestan de una forma negativa. Conocen tal vez a una persona o dos así?.
Lo que el enemigo quiere convencerte que es un caso perdido, no lo crea, esa es una mentira de Satanás, porque aún en última instancia, usted todavia tiene una arma guardada, todavía, usted todavía tiene una arma, usted puede cargar, quiéralo o no, te pida o no, te dé permiso o no, a solas con el Señor, usted puede cargar esa persona al Señor. Es más, tomemos un momento ahora, cierren sus ojos, alguien así te viene a la mente, el caso perdido, mira no me hables Samuel, ya, that's great for you, that's great, pero me deja quieto, respeta mi posición. Amén te lo voy a respetar pero sabes qué?, yo te voy a cargar delante del Señor.
Ahora, tiene ese rostro, ese nombre en mente? ok. Solamente, es más, vamos a tomar treinta segundos, y carga a esa persona delante del Señor, tráelo al Señor. Esto es lo que queremos, que usted sienta, que usted sienta la autoridad que el Señor te ha dado para poder hacerlo. Tráelo al Señor, bring that person to the Lord, menciónalo por nombre, quién es, who is it, Señor, aquí te lo traigo. No es un caso perdido, he is yours. No lo sabe todavía pero lo es. Y lo más que necesita es a ti. Toma treinta segundos y tráelo al Señor. Quita la venda de sus ojos. Let them see you Jesus. Let them know you. Tráelos a ti Señor. Te lo cargamos a ti. Amén. Gloria a Dios.
Mientras nosotros oramos por esta persona, recuerden bien esto. Mientras usted traiga ese caso perdido al Señor, ese paralítico al Señor, acuerdense del principio número dos, en la oración intercesora, la persistencia vale. No se rinda. En la oración intercesora, la persistencia vale. No se den por vencidos. Aquí yo les voy a compartir un testimonio de un caso perdido en mi vida. Hace años yo estaba orando por mi hermano mayor, mi hermano Antonio, yo le pregunté Tony you don' mind if I tell this testimony to, well, I don't care. Pero nosotros sabe, ya, la última vez que yo ví a mi hermano por su voluntad en la iglesia, yo era un niño y él era un joven, eso hacen, hacen muchos años, lots of years ago.
Y un año atrás como por ahí por esta época de la primavera, cuantos de ustedes el Señor lo ha sacado de la cama de vez en cuando, el Señor te dice, te suena la alarma y te encuentras de momento en la sala, en una vigilia forzada con el Señor, y usted dice bueno Señor, ya que me tienes aquí, que hacemos Jesús, y claro mi instinto, por eso es que yo les puedo predicar esto con tanta autoridad, mi instinto es pedir, pedir y pedir mis propias peticiones. Pero el Espíritu de Dios me habló muy claro y me dijo, Samuel, ora por tu familia, y comenzé a orar por ellos, por nombre, mi familia nuclear, claro, Señor bendice a mis hermanos, los mencioné por nombre, mi mamá, para eso mi papá vivía, amén. Y hace años que estoy orando por él.
Y de momento sentí que el Señor me dió otra vez, again, otra vez. Y mis hermanos, yo no sé cuantos de ustedes han tenido esta experiencia, usted ora y ora esta primera vez, y ora la segunda vez, pero siente un vacío, como un abismo, que todavía el Señor quiere que usted llene. Y me encontré orando por mi familia, por ellos, y por Antonio en especial, hasta que me encontré brotando lágrimas por él. Esto fue como dos semanas antes de la semana santa. El domingo de resurrección del año 2010. llamé a mi hermano que es Carlos, que ama al Señor, un siervo de Dios, el estaba esperando mi llamada, estaba loco por compartirme este chisme.
Crazy, he's just waiting for, "I knew you were gonna call". Of course it's Easter, I'm gonna call. He says, "sabe quien estaba en la iglesia el viernes santo?". Y yo le dije, bueno mencioné medio mundo, y dijo, Antonio?, no me diga. Y el domingo, sunday, el domingo de resurrecciñon? He was there. Y que fue que llegaron sus suegros y se vió obligado?, y dijo: "no, he came on his own, él llegó por su cuenta". Dije gloria a Dios, tuvimos una buena semana. Pero sabe, yo ni siquiera llamé a Antonio, yo no lo quería dañar. Es más, pasaron seis meses sin yo ponerle el tema, porque yo no lo quería dañar, el solito por su cuenta, algo hizo Dios. Ahora, largo camino le resta, pero él está bajo la cobertura del Señor.
Hermanos, no se den por vencido, con su petición. Pero recuerden. Mientras estén orando y orando, y requeteorando por esta gente, el principio número tres, en la oración intercesora, nuestro papel es cargar a alguien a Jesús. Eres un camillero nomás, no eres el doctor. Eres el camillero, eres el IMT, no eres el doctor. Jesús se encargará de allí en adelante. Ahora, esta es una de las lecciones más difíciles en la oración intercesora. Esta gente tenía su agenda, y para ellos la necesidad de este hombre era obvia. Un paralítico, Jesús es nuestro sanador, por qué no traerlo y Jesús que haga la obra.
Que fue lo primero que Jesús le dijo a este hombre, hijo, tus pecados te son perdonados, de donde salió eso. Saben hermanos, como parte de este principio, sepan esto, el resultado que pedimos tal vez no sea lo que Jesús permite o desea. El resultado que pedimos en la oración intercesora, usted orando por otros, lo que usted ha pedido, tal vez no sea lo que Dios permite o desea. Y eso no quiere decir que Jesús no ha contestado su oración. Al contrario. Primeramente, su trabajo es, nosotros somos camilleros, Jesús hace el diagnóstico. Miren el interior de este corazón, y hay dos principios en juego, primeramente, qué es la verdadera necesidad de esta alma. Que es lo que verdaderamente necesita y el Señor bien sabe. Número dos, qué es lo que le dará gloria a Jehová. Qué es el resultado, porque mis hermanos, fin y al cabo esto se trata de exaltar y engrandecer el nombre de Jesús. Y el Señor sabe cual es el resultado que mejor engrandecerá y exaltará el nombre de Jesús. Y esto fue la oportunidad perfecta, aquí el Señor batió un home run.
Porque primeramente Él pudo diagnosticar, Dios sólo sabe. Si este hombre fue un paralítico espiritual como físico, no choice, ellos me recogieron, me cargaron, llegamos a la casa, uh está lleno, vámonos chicos, qué va a hacer. Suena como uno de nuestros hombres ahí a las cinco de la mañana. Yo no me imagino un hombre de la congregación de Judá darse por vencido. No way pastor. Donde pastor, hay techo? ruuumm, cccsshhh. buscan un taladro ahí lo podemos abrir. Tenemos que cavar un túnel, ahí te vamos a traer a los pies del Señor. Tal vez evitando sus ojos. Es donde menos el quería estar. Y el Señor le dice mira, aquí es donde te quiero. Hay un lugar para ti a mis pies.
Cuantos de nosotros hemos sido el paralítico?. No levante sus manos. Cuantos de nosotros estamos aquí porque alguien nos cargó a los pies de Jesús?. Cuando menos nosotros estábamos nosotros capaces de llegar por nuestra cuenta, alguien no se cansó hasta vernos a los pies de Jesús. Y al encontrarnos a los pies de Jesús, sus ojos se encontraron con nuestros ojos, su corazón con el nuestro, el Espíritu de Jehová intercediendo con nuestro espíritu, con gemidos inefables, y gloria a Dios, aquí está usted, ya no paralítico, aquí estoy yo. Porque alguien me cargó, alguien te cargó, alguien nos cargó, alguien nos cargó!. Porque no éramos capaces de llegar por nuestra cuenta, alguien tuvo misericordia de nosotros, y nos cargó a Jesús. Y esto le da gloria a Jesús.
Así los hombres saben, mira esto no es un curandero, es el hijo de Dios encarnado, el hijo de Dios entre nosotros. Mis hermanos, otro ejemplo de mi familia, otra anécdota. Creo que ustedes saben, mi papá falleció este diciembre, ok, real story. Unos treinta y cinco años atrás mi papá le dio un derrame cerebral, de noche a la mañana, él llegó a perder su vista, el peligro era que él llegara a perder su vida, yo tenía nueve años, de esto me contaron. Y cargaron a papi al Señor. Esa noche intercedieron por él, intercedieron por mami, intercedieron por mi familia, Señor haz un milagro, no permitas esto, no permitas que el pastor Carlos, este no es su tiempo, esta no es su hora, yo se lo que los doctores están diciendo, pero Tú eres el último doctor, Tú tienes la última palabra.
Pum el Señor contestó, hubo un milagro. Dieciséis años atrás. Otra vez mi papá. Esta vez le dá un ataque cardíaco. Me llama mi hermana, ven Samuel, no se ve muy bien esta cosa, no se sabe si papi va a sobrevivir, ven para acá. Llego allá, esta vez si yo estoy ahí. Otra vez la gente dando vueltas, orando por papi, pidiendo por papi, intercediendo por él. Otra vez el Señor le hace un milagro, le regala dieciséis años más. Noviembre de 2010, oigo las mismas noticias, papi no se ve muy bien, oremos, y de nuevo nosotros nos rodeamos y vinimos delante del Señor, y levantamos la camilla y lo trajimos al Señor y dijimos, así como hiciste algo treinta y dos años atrás, dieciséis años atrás, el Señor dijo, no, esta vez no, pero Samuel, trust me, yo se lo que estoy haciendo.
Mis hermanos, para hacerle corta la historia, el Señor ha hecho todas las cosas perfectamente bien, perfectamente bien. Mis hermanos, lo que importa es su fé, más que los resultados que usted está pidiendo, más que su palabra, el Señor dice "viendo Él la fé de ellos", la gente que estaban cargando este hombre a sus pies, hermanos como podemos, dentro de usted, esa fé, es un horno de poder, hay combustible dentro de ustedes, que el Señor quiere desatar. Y no depende de sus palabras. Esta gente, estos intercesores, no dijeron una palabra. Lo que ellos tenían en común es que ellos creían que este Jesús a donde iban era el hijo de Dios, la respuesta a la necesidad de esta persona. Eso es lo único que los califica como un intercesor. Entonces como hacemos. A lo largo, orando, aprendemos a orar a tono con el Espíritu de Dios. Esto se hace con práctica, como todo lo demás, esto se perfecciona con la práctica.
Pero mientras esté orando, terminamos con estos dos consejos, primeramente, ora derramando su corazón al Señor. Hermanos cuantos de ustedes se han dado cuenta, hay veces que nosotros oramos, y hay veces que nosotros -oramos-, y las veces que nosotros -oramos-, muchas veces son muy pocas las palabras. Es más, por más que sea apasionada que sea su oración, muchas veces son menos las palabras, y más tal vez las lágrimas. El Señor quiere oír su corazón. Número dos, aprenda a orar declarando las promesas de Dios. Aprenda a orar declarando las promesas de Dios. Señor Tú prometiste, cree en Jesucristo y serás salvo tú y tu casa. Eso incluye a mi hijo, en donde él esté, eso incluye a mi esposo, el está en mi casa, haz algo con él!.
Señor Tu palabra promete, joven fuí, no he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan, haz algo en esta hermana, hermanos, aprenda a poner a Dios en un aprieto con esas promesas, algunos de los milagros más fuertes que yo he visto al Señor hacer, es porque yo no me atrevería a orarlas a menos que el transfondo para eso no estuviera en su palabra. Pongámonos de pie un momento.