8 de noviembre del 2010 - Por Myrza Marilys Lassús
“Pero hágase todo decentemente y con orden”. 1 Corintios 14:40
“Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo”. Colosenses 2:5
Hay un programa de TV que se llama “Horders”. Estas son personas que guardan todo. No votan nada. Tanto es lo que tienen, que muchos no tienen por donde caminar en sus propias casas. Muchos no pueden usar sus cocinas para preparar sus alimentos. Muchos no pueden usar sus baños. Muchas casas se veían lindas y grandes por fuera; pero, por dentro eran basureros contenidos en cuatro paredes. En fín, sus vidas están tan desorganizadas que algunos terminan en hogares de refugio.
Ver este programa me dio una perspectiva diferente acerca de lo que llamamos organización. Este programa habla de la falta de organización de la persona en lo físico, pero a medida que las personas hablaban de su problema, se nota claramente que sus mentes, sus pensamientos, sus emociones, sus vidas espiritualmente estaban desorganizadas también. Es más, podría decir que estaban atados a ser esclavos de su falta de control propio.
Esto me lleva a una ocasión que eran tantos los papeles que yo tenía en casa, desorganizados, que cuando por fin me organicé me encontré con un cheque de más de $200 de un reembolso que me habían mandado. Gracias a Dios que no estaba expirado, pero por la falta de organización, no me había percatado que tenía posesión del cheque.
¿Por qué hablo de esto? El programa me llevó a meditar en la vida espiritual. Cuando recibimos a nuestro Señor como Salvador, estábamos llenos de cargas, de basura, nuestras vidas estaban desorganizadas. Con el recibimos amor, paz, libertad, gozo y muchas cosas más. Pero, ¿andamos en Sus caminos como dice la palabra? ¿Estamos manteniendo nuestras vidas en orden? La vida de estas personas con sus casas llenas de posesiones y basura no estaban siendo beneficiadas. Al contrario, estaban confundidos y llenos de mucho pesar y mucha tristeza. No entendían que esas posesiones les estaba llenando de carga. Sus vidas estaban en puro caos. Así es la vida del cristiano sin orden. Si no tenemos orden en nuestro diario vivir, en nuestro andar, en nuestras mentes, en nuestros corazones, seremos como esas personas llamadas “horders”. Dios nos manda a que saquemos de nuestra casa (corazón)toda basura y posesión que no nos corresponde. Una vez estas personas lograron sacar todo de sus casas, toda basura, todo lo que estaba de más, sus vidas cambiaron. Muchos lograron que sus familias regresaran a visitarles, comenzaron a comer bien y a mantener su salud. La organización en nuestro hogar, en nuestras finanzas, en nuestros trabajos, en nuestra vida espiritual trae paz, gozo, tranquilidad, libertad.
Si no estas organizada, comienza. Si necesitas ayuda, pídela. Seamos ejemplos del orden divino con nuestras vidas. Cuando nuestras vidas están en orden, las situaciones del diario vivir se pueden enfrentar mejor, podemos ayudar al hermano necesitado, podemos ser más eficientes como esposas, madres, hijas, cristianas….podemos ser organizadas y ser llamadas mujer virtuosa. Proverbios 31:10-31.
Señor Jesús, gracias por tu dirección divina trayendo a nuestras vidas orden, paz, y libertad. Agradecemos tus mandamientos y estatutos que nos bendicen y nos liberan de la esclavitud del pecado, del mundo, de todas las cosas que nos atan. Gracias por tu libertad. Amén.