15 de noviembre del 2010 - Por Betsy Behan
Hermanos, orad por nosotros
1 Tesalonicenses 5:25
La conexión de una madre con su hijo no termina cuando se corta el cordón umbilical. El sentir de una madre es especial, y sobre eso, como tantas madres hay, hay experiencias que testificar, les testificaré de una: era el medio día de un bello día soleado, mi madre estaba en su habitación orando, mi abuela lavando, una hermana de la iglesia cocinando....de repente mami viene donde ellas, y les dice: “por favor dejen de hacer lo que están haciendo, vamos a orar”; mi abuela, y la hermana miran el reloj....no eran las tres de la tarde todavía (en mi casa se ora a las tres de la tarde..recuerdo ese reloj despertador que sonaba cada tarde a las tres, ¡sin fallar!) Mami continúa diciendo: “siento una gran necesidad, un sentir urgente de orar por la familia”.
Fue una oración de intercesión, después de terminada, y habiendo pasado solo dos o tres minutos, tocan a la puerta con la terrible noticia de que un carro había atropellado a mi hermano Ariel que para ese entonces era un adolescente, y a mi hermana Katia, la cual era una niña. El vehículo les dio de frente, el impacto hizo que mi hermanita saltara varios pies, y luego el vehículo le pasó por arriba, ella estaba grave, la operaron de emergencia, la cirugía duro alrededor de once horas. Ariel físicamente estaba bien, gracias a Dios, pero emocionalmente no; fue un tiempo bien difícil para todos. Hace dos días mi hermana Katia cumplió años, tiene cuatro hijos bellos Kayrim (17), Winnie (15), Jorge Roberto (12), y Katia Marie 2 años/8meses. Mi hermana es un milagro, un testimonio vivo de una oración oportuna.
Así como está esa conexión, ese sentir de madre a hijo, la cual viene de Dios, también está la conexión de nuestro Padre Celestial con nosotros. El sabe perfectamente por lo que podemos estar pasando, y es especial saber que El pone el sentir para que oremos unos por los otros. Nosotros le servimos a Dios, eso quiere decir que también estamos a Su servicio, por lo que cuando El ponga el sentir en nosotros de orar por alguien, o alguien simplemente llegue a nuestra mente, en ese mismo momento elevemos una oración por esa persona. En ese momento Dios sabe por la situación por la que está pasando; El luego se encargará de que nos enteremos del testimonio. Hay muchos, muchos testimonios de estos.
Amado Dios, te alabamos, y damos gracias por tu bondad infinita, y por esa misma bondad te presentamos en éste mismo momento cualquier persona que esté pasando una dificultad espiritual, familiar, emocional, de salud, de peligro, laborar, económica, sea la situación que sea, unidos te pedimos que derrames Tu poder, que desates lo que debe ser desatado, y que la liberación llegue, para Tu honra, y gloria, en el nombre de tu hijo Jesús, ¡Amén!