28 de marzo del 2011
Por Myrza Marilys Lassus
1 Juan 5
Esta mañana, escuché un pensamiento acerca de la obediencia y la confianza en el Señor. No es que yo no sepa o no lo haya escuchado anteriormente, sino que nos olvidamos a diario que nuestra falta de fe y nuestra duda en el Señor ofenden a Dios. Tuve que presentarme delante de Él y pedirle perdón profundamente por haber dudado en Su fidelidad y en Sus promesas.
Dios no pide nada más y nada menos que le obedezcamos. Y a diario le desobedecemos con nuestra falta de fe. Entonces, ¿cómo pretendemos que Dios nos escuche, que El escuche nuestras oraciones? Su palabra dice que nosotros demostramos que le amamos cuando obedecemos Sus mandamientos. Y, verdaderamente, eso no es fácil.
Mientras escuchaba, me di cuenta que he pecado tanto con mi falta de fe. He ofendido al Señor y he hecho lo que dice la palabra, que le he puesto a El cómo mentiroso por dudar en Su palabra. Le pedí perdón y le pido mil veces perdón por haberle ofendido. Debemos, como hijos de Él, redimidos por Su sangre, confiar en El. El nos oye cuando le pedimos algo que a Él le agrada. Y como dice la palabra, que así como sabemos que El oye nuestras oraciones, ya sabemos que El ya nos ha dado lo que hemos pedido. Ah, pero algo bien importante, nuestras oraciones tienen que estar en dirección de Sus propósitos y voluntad en nuestras vidas y tenemos que estar en obediencia con El.
La vida en el Señor no es fácil, pero tampoco imposible. Debemos de orar siempre con gozo, con confianza y fe (Filipenses 1:4). Porque esto es agradable a Dios. Dios rechaza las oraciones de los que no le obedecen (Proverbios 29:9). Esta palabra es dura, pero es palabra de Dios. Su palabra dice que si confiamos en El y no dudamos de Su poder, todo lo que pidamos en Su nombre, el nos lo dará.
No dudes de Su palabra. Obedezcamos con gozo, en confianza, sabemos que todo lo que pidamos en Su nombre en nos lo otorgará. Solamente, el pide obediencia. 1 Juan 5
Gracias Señor porque Tú nos habla y nos revela lo que está en Tu corazón a nuestras vidas a través de Tu palabra. Gracias Señor porque vamos hacia ti con fe y confianza y sabemos que eres Dios Soberano. Tú tienes control Señor de nuestras vidas y tienes misericordia para con nosotros. Agradecemos Dios tu revelación en nuestras vidas. Pedimos Señor perdón por nuestra falta de fe. Ayúdanos siempre a mantener nuestra mirada en ti y en tu camino. En el nombre de Jesús. Amén.