21 de junio del 2010 - Por Carmen Ray-Calvo
De engaño y de violencia redimirá sus almas y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. Salmo 72:14
Somos una familia numerosa nos tratamos con mucho amor y respeto mutuo.
En Mayo 20, 1996 mi hermano más joven al cual tratamos todos como si fuera hijo de cada uno, Murió de un ataque al corazón de forma brusca. Que mañana tan triste; llenó nuestros corazones de tristeza y dolor. Fui a mi Biblia buscando una palabra de consuelo porque eso era algo tan inesperado y sorpresivo que no sabía cómo enfrentarlo. Oré y le pedí al Señor que me diera una palabra de consuelo. Abrí mi Biblia y al hacerlo mis ojos se fijaron en el versículo ya citado, tan pronto lo leí sentí que el Señor me dijo “Esto es para tí” Oré para que él me ayudara y me diera las fuerzas para consolar a mi mamá (ya anciana) y a mis hermanos. El Señor se manifestó tan bello no solo conmigo sino en todos nosotros para consolar a muchos que venían a consolarnos. Antes de irnos a la funeraria reuní a toda mi familia nos tomamos de la mano y oré al Señor para que nos diera paz, fuerza y sostén para enfrentar esta situación que es tan real pero que a la vez nos cuesta abrazarla.
En el cementerio hasta mi mamá habló de la vida de mi hermano e hizo un llamado a los presentes a buscar al Señor. Solo Dios puede hacer esto en el corazón del hombre y la mujer que ha puesto en él su confianza.
Oremos por las personas que han perdido seres queridos y aún no conocen al Señor como su único refugio.