28 de noviembre del 2011 - Por Myriam Díaz
Día tras día se lo reclamaban; pero él no les hacía caso. Por eso lo denunciaron a Amán para ver si seguía tolerándose la conducta de Mardoqueo, ya que éste les había confiado que era judío. Ester 3:4
A medida que leía el libro de Ester, el cual he leído en varias ocasiones, Dios me enseñaba algo totalmente diferente y al mismo tiempo sorprendente. Algo que ademas de nunca haberme fijado en ello tampoco recuerdo haberlo escuchado hablar.
La Palabra nos dice que es nueva cada día, esto se cumple una ves más en mi vida. Era el capítulo 3 de Ester, donde se maquina contra todos los judíos. Amán los quería destruir, su corazón estaba encendido en ira por que Mordechai quien era de el pueblo judío rehusaba postrarse ante Aman, el nombrado de el rey sobre los demás funcionarios. Todos los demás funcionarios debían postrarse ante Aman y así lo hacían. Los plebes no se exceptuaban de este mandato. Mordechai debía postrarse por orden de el rey.
Dos cosas Dios me muestra, en el verso 4 : "Día tras día se lo reclamaban; pero él no les hacía caso. Por eso lo denunciaron a Amán para ver si seguía tolerándose la conducta de Mardoqueo, ya que éste les había confiado que era judío".
"Para ver si seguía tolerandose la conducta de Mardoqueo... ya que les había confiado que era judío"
Mardoqueo había confesado que era judío, no escondió su identidad. Ellos, dice la Palabra que para ver si Mardoqueo continuaba su conducta, si se mantenía, si no cambiaba cuando las cosas se pusieran serias y a ver si el rey se lo aguantaba, llevaron el asunto directamente a Aman.
Los judíos se mantenían callados, trabajaban con los demás, convivían, pero se mantenían separados en sus creencias y sus costumbres. Nosotros los cristianos somos así en nuestra sociedad. Casi nada los descubría, hasta que un día un decreto los trajo a la luz. Algo que estaba contra su Dios. Esto paso por que UNO de los judíos no hizo caso a la orden de el rey.
La segunda revelación que Dios me da es que Ester, aun después de casarse con el rey, nunca le dijo al rey que ella era judía. Ella escondió su identidad y lo planeaba hacer por siempre. La revelación es que, de Ester haber confiado en su rey y haberle descubierto a su esposo su identidad, el no hubiese firmado un decreto contra TODA su gente. La historia hubiese terminado en que Amán hubiese sido reprendido por el rey por querer destruir la gente de Ester. Hubiese sido totalmente diferente si Ester no hubiese escondido su herencia delante de el rey. Lo vemos cuando ella se lo declara finalmente después de los dos días de las fabulosas cenas ofrecidas por Ester al rey para luego confesarle la verdad de su identidad.
El rey responde enfurecido contra Amán y sale a buscar una solución contra su propio decreto.
En el trabajo y en las escuelas y en los vecindarios se están levantando tantas personas en contra de "los judíos" de el hoy de la Palabra. O sea en contra de los cristianos. El pueblo está lleno de mujeres como Ester, calladas y silenciosas, con miedo a que la autoridad las aplaste, no sabiendo que ellas tienen el favor del Rey y que el Rey se levantará enfurecido contra los Amans que la quieren destruir. Es tiempo que Ester hable y se identifique y lleve la autoridad a la Autoridad Suprema.
Tomemos la posición postrera de Ester, la cual sacó a su pueblo de la maldición de el decreto de el rey. Identificate antes de que el pueblo cristiano sea ejecutado en silencio.
Levántate Ester contra Amán y veras a tu Rey exhibir Su gloria a favor de tu gente. Amén.