Escuchando bien para edificar mejor

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Vamos al mensaje y a cerrar la serie del Sermón del Monte. ¿Cuántos han sacado beneficio, provecho, de este mensaje, de poder entender lo que Jesús pide de nosotros?. No tan solamente lo que Jesús pide de nosotros si no más bien Él poder comunicar lo que son los valores del Reino de Dios, cómo aquéllos que somos identificados como discípulos de Jesús debemos vivir, el Sermón del Monte habla precisamente de eso, habla acerca de cuáles son las características que debe tener un verdadero hijo, una hija del Señor, y cómo debemos vivir a la luz de esos principios que Él ha comunicado.

Yo comenzé esta serie el 25 de abril, ¿se recuerdan cuando empezé a hablar de los dos fundamentos, o los dos constructores que edificaron sobre dos fundamentos?, ¿se acuerdan que habíamos dicho que esa palabra era la conclusión del Sermón del Monte?. Y hoy yo quisiera volver otra vez a ese punto de donde yo empezé, so he dado toda esta vuelta para volver una vez más a ese punto de donde salí, yo he titulado este mensaje de hoy escuchemos bien para edificar mejor, ese es el título de hoy.

¿Dónde fue que nos quedamos el miércoles pasado, se recuerdan?. Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas les serán añadidas, ¿cuántos viven por esos principios?. ¿Cuántos pueden decir que usted día tras día, hora tras hora, eso es una de las cosas que define todo su proceder?. Si no puede decir amén, está bien, no hay problema, n no lo voy a culpar, porque yo sé que es difícil vivir todos los días a la luz de ese principio. Hay veces que nosotros vivimos como que, ajá, yo sé que Dios quiere que busque el Reino de Dios primero pero ahora mismo necesito buscar leche en el colmado, y esas necesidades inmediatas son las primeras que tenemos entre ceja y ceja, y casi siempre son las que se llevan gran parte de nuestra atención.

Pero lo importante mis hermanos, es que en lo profundo de nuestro ser, en lo profundo de nuestro corazón, ahí es donde verdaderamente se mide este principio, en todo lo que nosotros hacemos desde que sale el sol hasta que se acuesta una vez más, que todo lo que nosotros hacemos lo que estamos buscando es que los propósitos de Dios se puedan cumplir en medio de nuestras vidas y que nosotros podamos vivir a la luz de esos principios, de esos deseos del corazón de Dios.

Ahora miren qué interesante, habíamos terminado en el capítulo 6, verso 34 que dice "No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse, bástele a cada día su propio afán." Habíamos terminado leyendo eso. Y miren como empieza el capítulo 7: "No juzgueis para que no seais juzgados", ¿qué conexión tiene esto con el capítulo 6 que acabamos de leer?. O sea, en el capítulo 6 estábamos hablando de no afanarse, no te preocupes por qué vas a comer, de qué vas a vestir, o de si te vas a estirar una o dos pulgadas más, no te preocupes por eso, no te afanes por eso, porque Dios es el que provee todas tus necesidades, pero entonces pues Jesús sigue diciendo, ahora después de haberte dicho eso, ten cuidado que no juzgues a otros.

¿Por qué ustedes creen que Jesús estaba diciendo eso?. Hoy yo me puse a pensar y meditar y me decía ok Jesús, ¿cuál es la idea con que Tú digas esto?, ¿por qué después de decirme que no me afane por el día de mañana ahora vienes y encima me dices no juzgues para que no seais juzgado, porque con el juicio con el que juzgáis seréis juzgados y con la medida con la que medís te medirán a ti también. ¿Por qué echas a ver la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas a ver la viga de cemento que está en el ojo tuyo?. Esa parte de cemento la añadí yo. O cómo le vas a decir a tu hermano, mira, déjame sacarte ese pelito que tienes en tu ojo y he aquí tienes esa viga de cemento en el tuyo.

Hipócrita, saca primero la viga que está en tu ojo para que entonces puedas ver bien y sacar esa pajita que está en el ojo de tu hermano, oiga no es por nada pero yo creo que Jesús estaba teniendo un poquito de sentido del humor cuando estaba diciendo esa parte ahí, yo se la tengo que dar ahí, estaba comunicando un mensaje, una verdad, pero yo creo que lo hizo con un tono humorístico. Porque el asunto es que Él estaba diciendo que, mira, yo sé que en tu afán del diario vivir, ese afán por alguna razón u otra siempre te va a causar que tú estés mirando lo que la otra persona tiene que tú no tienes, y al tú estar haciendo esto tú vas a estar juzgando a esa persona basado en lo que tiene que tú no tienes, y de esa manera tú vas a proceder con esa otra persona, y así como tú procedas con esa persona esa persona también va a proceder contigo.

Así que esta idea de lo que está diciendo que no juzgues, no es que está diciendo de que emitas un juicio de que si hizo algo bien o algo mal, si no más bien que tener cuidado de que en tu afán por tu diario vivir no vayas a estar juzgando a otras personas por lo que tú tienes o no tienes. Yo también recuerdo que el domingo pasado estaba diciendo que wow, cuánto desearía tener una familia como fulano o fulanita, y entonces empezamos a desear lo que otros tienen y no le damos valor a lo que nosotros tenemos en nuestro nido. Y al hacer eso nos afanamos por esta idea que está ya bien lejos de nuestra realidad, quitándole y restándole energía a lo que tenemos aquí, cuando Dios lo que verdaderamente quiere es que nosotros busquemos su Reino, aquí donde Él nos tiene, donde Él nos puso, para ahí ver la bendición de Dios en medio de ese núcleo de personas que Él nos puso a nosotros.

Pasa también con los pastores, ah que en esta Iglesia los pastores están muy ocupados y tengo que esperar tres meses para que me den una cita, mejor me voy a la Iglesia de la esquina que cuando llegue allí yo estoy seguro que el Pastor me va a recibir sin ningún problema. Puede ser que pase, como también puede ser que pasen 3 meses para que ese otro Pastor lo atienda, o más, o menos, o puede ser que el consejo que le den allá vaya a ser distinto del que le den aquí, porque aquí lo tratamos mejor, lo tratamos de familia, allá tal vez no te conocen tanto y uno puede manipular la historia de tal manera que te den el consejo que tú quieres oír.

Pero aquí como te conocemos pues, (risas), aquí como te conocemos bien te vamos a dar la medicina que tú necesitas, aunque sea un poquito amarga pero te la vamos a dar, porque sabemos que al final te va a hacer bien, esperamos que así sea, Señor por favor ayúdanos.

Pero el asunto es ese mis hermanos, otra de las características de una persona que no está ahí como que tildando a todo el mundo, ah mira aquél o aquéllo, o lo otro, y no le está prestando atención verdaderamente a lo que tiene en sí, y cómo Dios está proveyendo a lo que tiene en su vida, mira lo que dice: "Si estás en necesidad de algo, pide y se te dará, busca y hallarás, llama a la puerta" ¿y qué va a pasar?, te la van a cerrar en la cara, no, te la van a abrir la puerta, miren la logística de Jesús, "Busca primero el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas te serán añadidas", aquí Jesús te sigue enfatizando la misma idea, busca, pide lo que necesitas y tú vas a encontrar lo que estás buscando, no te van a dejar así guindando de un hilo si no que vas a encontrar lo que tú buscas.

Miren la referencia que hace Jesús: "Qué hombre hay de vosotros que si su hijo le pide pan le va a dar un pedazo de piedra, o si le pide un pescado le va a dar una serpiente?. Pues si nosotros siendo malos, en otras palabras siendo imperfectos, sabemos dar dádivas buenas a nuestros hijos, ¿cuánto más Dios que es perfecto", nos va a dar a nosotros las cosas que nosotros necesitamos?. No importa el contexto de vida en el que nos encontramos, en tristeza o alegría, en pérdida o en ganancia, el Señor sabe darnos lo que nosotros necesitamos.

Así que todas las cosas que quieran que los hombres hagan con ustedes así también deben hacerlo con ellos. Ok, ¿cómo conectan estas dos ideas?. ¿Se pregunta usted?. Fácil, si está diciendo que no juzgues a otros, pues ya ahí te está diciendo, trata a la personas de la misma manera que tú quieres que te traten a ti, si tú no quieres que te juzguen pues tú no juzgues a las demás personas, si hay algo que tú quieres pide, busca, y se te va a abrir la puerta, si tú ves que otra persona necesita algo, haz tú por ellos lo que tú quisieras que hicieran por ti, ayuda a esa persona, a encontrar algo, también. Y esto no sale fácil mis hermanos, recuerden que esto Jesús lo está diciendo dentro de un contexto donde Él ya nos ha puesto el reto de aprender a amar a quienes no podemos amar fácilmente, y son usualmente esas personas las que nosotros tenemos que tratarnos a ellos de la manera que nos gustaría que nos tratasen a nosotros.

Obviamente aquí hay un aspecto de cortesía que uno le demuestra a la gente, yo quiero que a mí me traten con respeto y con cortesía, so yo voy a buscar tratar así a las demás personas, esa es la regla de oro, pero muchas veces la realidad es que aunque tú trates a una persona con respeto y cortesía del otro lado no te van a tratar igual, porque puede ser que esa otra persona no haya aprendido lo que significa tratar a alguien con cortesía, con respeto, con amor, entonces te va a tocar a ti el que tú con tus acciones, con tu cortesía, con tu respeto le enseñes a esa persona lo que significa tratar a alguien con respeto, con cortesía y con amor.

Oiga yo no sé usted pero a mí me hace eco bien grande en mi cabeza, y yo espero que lo esté haciendo con usted también. Yo creo que una pregunta retórica que puedo hacer ahora es ¿cómo cree usted que trata a su prójimo, cómo usted se conduce con las personas a su alrededor?. ¿Es usted uno de esos que siempre se conduce con un dedo acusador diciendo, ah mira, a ti te pasó eso, ese cáncer que te sacó es por los años que tú le hiciste la vida imposible a tu esposo, a tu esposa?. Ese dinero que tienes ahí en la cuenta es porque ibas a las barras y lo gastabas en licor todo, rápido nos ponemos a juzgar a la gente, aunque puede haber algo de verdad en lo que estás diciendo pero hey, no está en ti el juzgar a una persona por eso. Deja hacerlo a Dios que Dios se encargue de eso, no tú.

Ahora miren esto, para concluir este mensaje Jesús saca dos ilustraciones. Hay dos sendas, dos clases de frutos, dos clases de declaraciones, y dos clases de constructores. Así es como Jesús termina su sermón. Dos sendas, dos frutos, dos declaraciones, dos constructores. ¿Quiénes son estos?. Las dos sendas, Jesús empieza diciendo entra por la puerta estrecha, porque amplia es la senda y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos entran por ella, pero estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Dos sendas.

Ahora, yo no creo que Jesús está intencionando para que las cosas suenen demasiado difíciles, pero sí hay dos aspectos de la vida aquí, y eso mis hermanos, que uno aprende a apreciar más lo que cuesta ganarse que aquéllo que tú consigues ganarte fácilmente y que puf, no le das el valor que merece. Yo no sé si a usted le ha pasado eso, me imagino que sí, que usted está mucho tiempo, un ejemplo, usted se quiere comprar una computadora o algo, y usted estaba ahí wow, quiero la computadora, quiero la computadora, y después cuando la tiene, a la semana o al mes como que el aire que tenía con la computadora es como que la computadora está ahí, ya la tengo, déjame buscar algo más. Je, ahora me toca el Ipad, y voy a buscar el Ipad ahora.

Pero, pero, cuando usted se encuentra con algo que es un poquito más difícil de conseguir, si les pongo un ejemplo, usted lucha por su hijo o por su hija, y esos hijos que son así medio cabeciduros, vamos a hablarlo en el español que es así que todos entienden, esos hijos que son medio cabeciduros, que usted está ahí luchando con ellos y ellos siguen cayéndose en la misma cáscara de guineo, y usted sigue y sigue, y lucha para que se gradúen de high school, y puedan al menos conseguir un grado que les permita conseguir una profesión, y que puedan casarse y conseguir una familia solos, y usted ahí sufrió, tiene arrugas, verrugas, canas que no tenía le salieron por causa de esos muchachos, al final cuando usted ve a esos muchachos realizarse usted dice wow, valió la pena, y usted valora todo ese proceso por más doloroso que haya sido, usted lo valora y no hay quien se lo quite a usted, eso no pasa de moda de ninguna manera, eso no pasa de moda, lo material sí, un reloj nuevo pues me lo compré y ya lo tengo ahí, hay veces que hasta lo dejo cogiendo polvo.

Hay veces que hasta nos pasa con la Biblia, ay yo quiero esa Biblia, y después la compras, y está encima de tu mesa, agarrando polvo y no la vuelves a usar. Ah la quería porque es la misma que tiene el Pastor, ya, conseguiste ese trofeo, lo tienes en display, agarrando polvo, pero cuando estamos hablando de cosas que tienen más valor, y de eso está hablando Jesús aquí, esa puerta es una puerta estrecha que apunta hacia un camino de eternidad, eso tiene un valor interminable, un camino largo, difícil, pero lo que se consigue al final como dice aquí es vida eterna, lo demás es pasajero y casi todos se van por lo más fácil. Recuerden que vivimos en una sociedad donde casi todo es meter la tarjeta, pones el PIN, sale el dinero y por ahí lo sigues, pero con Dios no necesariamente es así, con Dios wow, te hacen un estudio de tu historial de crédito y van contigo paso a paso, paso a paso hasta que llegues a la vida eterna.

Los dos frutos, segundo ejemplo, los dos frutos, dice Jesús: "Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?. Así todo árbol bueno da buenos frutos, pero todo árbol malo da malos frutos. No puede el buen árbol dar malos frutos ni el mal árbol dar buenos frutos, todo árbol que no da buenos frutos es cortado y echado en el fuego, así que por sus frutos los conoceréis." ¿Qué tipo de fruto estamos produciendo nosotros?, ¿estamos produciendo un fruto bueno o estamos produciendo un fruto malo, amargo, que no va en línea con todo lo que Jesús está diciendo?. Y consta, esto no está afirmando de que uno tiene que vivir por acciones, que uno como que se tiene que ganar la salvación, no es eso lo que Jesús está diciendo, pero sí lo que Jesús está diciendo es que si tú dices llamarte un hijo, una hija de Dios, tu vida tiene que reflejar lo que es ser un hijo, una hija de Dios.

Tú puedes engañarme aquí en la Iglesia, pero a Dios tú no lo puedes engañar. Miren cómo dice el verso 21: "Tú puedes venir aquí y decir ah Señor Señor" pero no necesariamente porque digas Señor Señor significa que vas a entrar en el Reino de los cielos, si no que lo que Jesús está diciendo es que aquél que hace la voluntad de Jesús ese sí entrará. Ahí están esas dos declaraciones, la tercera ilustración de Jesús, dos declaraciones, Señor Señor de los labios para afuera, versus decir eso y hacer la voluntad de Dios, que mi vida, que mi fruto refleje que yo estoy viviendo para el Señor y que estoy buscando que su voluntad se cumpla en mi vida.

¿Ven cómo estas ideas se van combinando para llevar estas ideas a un final, para después decirnos a todos hay dos tipos de constructores?. "Y aquél que oye mis palabras se va a parecer a aquél constructor que hizo su casa sobre la piedra, vinieron las tormentas de la vida y su casa permaneció" pero si tú oyes las palabras que te digo y no las haces, si buscar hacer no la voluntad de Dios y solamente estás viviendo de la boca para afuera y estás diciendo Señor Señor y nada más, te voy a comparar entonces a un constructor que hizo su casa en la arena, y cuando llegaron las circunstancias de la vida su casa se fue a pique.

Escuchando bien para edificar mejor. Esa es la idea de todo lo que Jesús está queriendo decir a través de todo este mensaje. Jesús sabía que compartió muchas cosas en cada una de esas palabras, pero al final lo que está diciendo es si aunque sea una de estas las oyes y las pones en práctica, tu vida va a estar bien. Miren mis hermanos, les voy a compartir un secreto y con esto terminamos. Todos necesitamos las pruebas de la vida. Nadie, ninguno de nosotros puede pasar la vida sin pruebas, necesitamos las pruebas que trae la vida, porque solamente así se va a validar el tipo de calidad del fundamento sobre el cual nosotros hemos hecho nuestras vidas, solamente así las pruebas de la vida son las que van a saber si tu fé es sólida o no, las pruebas de la vida son las que van a comprobar verdaderamente si lo que tú dices con tu boca está verdaderamente ahí en tu corazón.

Y no que cuando vengan las situaciones te acobardas y te echas para atrás, si no que sea cual sea la situación tú puedes siempre levantar tus ojos y decir de ti es que viene mi socorro, y a ti yo me voy a agarrar, en ti yo voy a confiar, porque de ti vienen mis fuerzas, aunque mi padre me deje, aunque mi madre me deje, aunque mi novia me deje, aunque el esposo, la esposa me deje, aunque el jefe me deje sin trabajo, aunque el tren me deje en la esquina yo me voy a agarrar de ti Señor. Esos son los que verdaderamente pueden decir, sí, yo he oído, he escuchado Tu Palabra y he decidido vivir, he decidido hacer lo que Tú mandas, lo que Tú pides de mí. Esos son los verdaderos discípulos del Señor, los que ponen su mano en el arado y no miran para atrás si no que miran para adelante, ahí está la prueba.

Saben mis hermanos, este mensaje no tiene un corte condenativo, para hacerte sentir a ti como que pero ah, si yo leo otra vez desde el capítulo 5 hasta el 7 me voy a dar cuenta que tal vez he fallado en muchas de esas cosas que Jesús dice, que es algo que yo siempre he comunicado, nosotros todos estamos en proceso, algunos van más adelante que otros, otros van más lento que otros, o más rápido que otros, pero el asunto es que todos estamos en esta misma carrera, y la idea es que Jesús está ahí para apoyarnos a lo largo del camino, Él tiene estaciones de agua, Él tiene oasis cada milla para asegurarse de que tú te puedas mantener bien hidratado a lo largo del camino, para que tú puedas llegar a la meta que Él tiene para ti.

Muchas veces esos oasis vienen en el momento en que tú menos te lo esperas. Yo siendo Pastor me lo administró en una forma que no me lo esperaba, ni llegué aquí y es como que un domingo más, toma, ¿tú quieres un domingo más?, mira lo que yo tengo para ti. Y yo me alegro que eso haya pasado porque eso confirma algo en el corazón, confirma oraciones que uno está haciendo, delante del Señor, y puede ser que esos sean los oasis más bellos, más hermosos que el Señor trae a lo largo del camino. Adicional a aquéllos otros que ya están ahí marcados que tú sabes que en cualquier momento puedes llegar ahí y vas a encontrar el agua que necesitas para seguir adelante.

Pero todo esto viene mis hermanos cuando nosotros logramos edificar nuestras vidas sólo sobre el fundamento que es Cristo. Estas son palabras que Él habló miles de años atrás, pero son palabras que siguen teniendo eficacia el día de hoy, son palabras que siguen siendo relevantes a nuestra naturaleza hoy día. Compruébelo usted, ¿acaso todas las cosas que hemos hablado no le hace sentido hoy?. ¿No le hace sentido hoy lo que significa vivir en amor y armonía con otras personas a nuestro alrededor?. ¿En poder descubrir ese misterio que cuando uno busca primeramente las cosas de Dios es como que de repente todo lo demás se ordena y va cayendo cada cosa en su lugar, en el tiempo preciso de Dios?. Todo va cayendo en su lugar, y uno va viendo como la vida de uno va creciendo, uno va viendo como wow, Tú me sacaste Señor de aquél hoyo en el que estaba, mírame donde estoy ahora, yo pensaba que yo era una viña así toda mal nutrida, que no iba a dar ningún tipo de fruto, y mira ahora, no tan solamente estoy viendo fruto si no que otros se están beneficiando de ese fruto también, y eso es algo que solamente Dios lo hace posible.

Uno puede mirar y decir mira Señor, yo no he visto todavía cumplirse X, Y cosa, pero yo estoy confiado en que Tú te vas a encargar de hacerlo, y que me vas a ayudar a yo poder seguir caminando a lo largo de esa senda la cual Tú me has trazado para mí. Y mira, uno se mira así mismo y dice tengo un corte aquí, tengo otro corte acá, estoy sucio por aquí, las manchas del camino, pero así mismo nos levantamos, nos limpiamos, una curita, el yodo para que la sangre pare, y seguimos. Eso es todo posible con Dios, cuando nuestro fundamento está en Él. Yo te animo mi hermano, yo te animo mi hermana en esta noche, van a haber momentos en que yo puedo hacer fiestas, villas y castillas y a ti no te van a oler las azucenas, como también a mí no me van a oler las azucenas y tú vas a estar de villas y castillas, pero contigo y conmigo, sea cual sea la situación ahí está el Señor, ahí está Él, enseñándote el camino por el cual debes andar. Vamos a ponernos de pie mis hermanos y vamos a orar.

Padre yo te doy gracias una vez más, por la oportunidad que nos concedes de poder reflexionar en esta última parte que Tú compartiste hace tantos años atrás, sin embargo sigue teniendo tanta relevancia en el día de hoy, y Jesús yo reconozco una vez más que muchas de estas palabras son bien difíciles de poder vivir a la luz de ellas en el día de hoy, hay tamtas cosas que pueden halar nuestra atención en distintas direcciones, pero creemos y confiamos Señor que cuando nos enfocamos en ti, cuando buscamos Tu Reino, que Tu Voluntad sea hecha aquí en la tierra como lo es en el cielo, podemos ver que Tú te conviertes en ese proveedor de pan de todo momento, en esa porción necesaria para cada día, podemos ver que Tú eres ese sustento que nos levanta, nos anima a seguir adelante, podemos ver como Tú vas poniendo distintas relaciones a nuestro alrededor, las vas poniendo en armonía, en paz.

Podemos ver como Tú vas añadiendo o quitando, podemos ver como nuestra manera de pensar va cambiando de una totalmente egoísta a una totalmente dadivosa. Podemos ver como nuestras ambiciones personales de salir de un origen de mero capricho, se va tornando en el capricho de poderte satisfacer a ti, y de traer una sonrisa a Tu rostro. Jesús sé con nosotros, yo te pido que estas palabras sigan afirmando nuestros corazones, sigan trayendo convicción a nuestras vidas mi Dios, para que en cada paso que nosotros demos Señor, que seas Tú dirigiéndonos, que seas Tú redarguyéndonos y enseñándonos el tipo de hombre o mujer que Tú quieres que seamos, y que podamos verte a ti Señor obrando en nuestras vidas de una forma que nada ni nadie lo puedan contradecir, si no reconocer que Tú eres el Rey, el Señor de nuestras vidas, y que en ti se encuentran la victoria y el poder.

Bendice a tus hijos e hijas en esta noche Señor, a medida que salimos de aquí y llegamos a nuestros hogares, llévanos con bien y con Tu protección, concédenos un sueño profundo, reparador en esta noche Señor, y que mañana si así Tú lo permites podamos levantarnos con nuevas fuerzas y energías para enfrentar lo que el día de mañana traigas, gracias te damos Jesús, amén y amén. Dios les bendiga mis hermanos, hermanas, salúdense unos a otros, nos veremos el próximo domingo, bendiciones.