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Colosenses capítulo 3. Vamos a recibir esta palabra del Señor, quiero hablar de cuatro etapas en el camino hacia la santidad, cuatro etapas en el proceso de la santificación, la jornada de perfeccionamiento que Dios tiene para todos aquéllos que entran en su caminar. El subtítulo de esta presentación es yendo hacia la perfección, el Señor nos llama a ser perfectos como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto. La palabra perfecto quiere decir completo, redondeado bien, los atributos, las cualidades que Dios quiere para nuestras vidas. Y esto es una continuación sobre el tema que inicié el domingo pasado, acerca de cuáles son los distintivos de nuestra iglesia con respecto al tema de la santidad, ¿qué es lo que creemos?.
He querido definir mejor lo que creemos respecto del proceso de la sanidad y la santificación, y vamos a entrar de lleno en la palabra, aquí Colosenses capítulo 3, cuatro etapas de santidad, yendo hacia la perfección, dice el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses capítulo 3: "Si pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba". Hay una precondición y una condición, o una conclusión. ¿Cuántos han resucitado con Cristo?, yo espero que tú hayas resucitado con Cristo ya a través de su obra en tu vida. "Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios, poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra, porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo en vuestra vida se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria".
Hay una recompensa, después que nosotros luchamos aquí en la vida, Dios trata con nosotros, nos purifica, nos sana, nos limpia, nos perfecciona, hay una recompensa última, que es que nuestra vida se manifestará plenamente con Cristo en la gloria, ¿amén?. Así que, bien, entonces ¿sabe qué?, iba a hacer como esta mañana, el material que vamos a tratar está en los versículos 5, el que sigue, hasta el 14, pero voy por un momento, más bien para economizar tiempo lo voy a estar trabajando según vayamos tratándolo para apretar mejor. Entonces mis hermanos, esto es una meditación basada en la del domingo pasado, y así brevemente yo he querido apuntalar algunas cosas acerca de la santidad, cómo percibimos la santidad, como congregación, yo como pastor principal, el liderazgo de esta iglesia, hablamos de la santidad como un llamado de Dios desde el principio mismo de las escrituras, el comienzo del pueblo de Israel, Dios llamó a Israel a ser un pueblo santo, apartado de las contaminaciones, corrupciones de las sociedades que estaban alrededor, reflejando un estilo de vida diferente al del mundo que rodeba a Israel, y un Israel apartado también para representar a un Dios santo, diferente de los dioses paganos, corruptos, sensuales, falsos, que estas naciones adoraban.
Y yo decía que así se supone también que compartimos ese mismo llamado de ser apartados de y apartados para. También se supone que nosotros reflejemos un estilo de vida diferente, que eso nos capacite para ser testigos fieles y efectivos, para un mundo que nos requiere tener valores diferentes. Entonces estábamos hablando también de que la santidad en mi manera de verla, no es solamente algo que tiene que ver con la parte sensual de la vida, no significa solamente abstenerse de la inmoralidad aunque evidentemente eso es una parte esencial de ello, sino que también yo hablaba de una santidad vertical para con Dios, que nos recuerda de la santidad esencial y total del Dios que servimos, y se supone que nosotros reflejemos esa pureza, esa perfección moral de Dios, pero también hablaba de la santidad horizontal que se refiere a la que tiene que ver con la gente que está a mi derecha, a mi izquierda, que camina conmigo sobre la tierra.
Se supone que yo también refleje los valores de Dios en la forma en que yo me relaciono y trato a los demás, incluyendo mi esposa, mis hijos, mis hijas, los compañeros de mi iglesia, los colegas con quienes trabajo, la gente en la calle, se supone que yo refleje en mi vivir y en mi carácter también esos valores exaltados del evangelio. Y entonces lo que yo decía, que nuestra iglesia siempre tratará de mantener ese balance entre las dos cosas, y que para nosotros no es suficiente simplemente bueno, absténganse de la homosexualidad, de la inmoralidad, dejen de beber, dejen de fumar, dejen de decir palabras obscenas, todo eso es absolutamente importante, entiéndanme bien, de una importancia absolutamente clave, pero yo decía también que nosotros vamos a medir la madurez de nuestros feligreses también de la manera que nos comportamos unos con otros, y las cartas de Pablo reflejan mucho ese llamado, a amarnos los unos a los otros, a reflejar esa calidad de vida congregacional, pero también con que tratamos a los demás.
Por ejemplo dice, bendecid a los que os maldicen, bendecid y no maldigáis, perdonad a los que os ofenden, amad a los que hablan mal de ustedes, es decir hay una relación muy alta con los que hay afuera, y un llamado a una altura ética puf, absolutamente increíble, esa es la altura a la cual Dios nos llama, entonces santidad vertical, santidad horizontal. Ahora, yo quiero hablarles a ustedes cómo la palabra trabaja este valor, como la palabra de Dios, cómo digo yo, expresa estos valores y estos sentimientos tan importantes. Yo quiero que veamos cómo la palabra trabaja, porque quiero apuntalarla, quiero meterla hondo como una raíz que vá hondo en la tierra de nuestra congregación.
Y yo esta mañana, recordé que hace muchos años había predicado un sermón, y me fuí a una caja que tengo en el basement y la busqué y la encontré, y ahí había un sermón del año 1995, Enero 8 de 1995, haga la matemática, hace 17 años, es el sermón que yo he usado como base para lo que voy a predicar. ¿Y sabe?, que ví allí lo que leí, no hay nada allí que yo tenga que cambiar, eso es lo que yo siempre he creído, lo que siempre hemos predicado, porque es la verdad de Dios. Quizá lo hemos matizado un poquito más pero es la misma. Así que quiero hablar basado en esa meditación de Colosenses capítulo 3, para que ustedes vean cómo la palabra encarna esto, lo que yo le prometí el domingo pasado es el lente interpretativo, llámelo así, es el marco de referencia teórico-teológico.
Pero lo que quiero hoy enseñarles, cómo la palabra de Dios trabaja estas cosas y nos las presenta de una manera implícita, si usted tiene el lente correcto usted puede entonces separar lo que parece una totalidad pero es algo también muy bien estructurado, entonces cuatro etapas de santidad. Lo que quiero decirles, otra vez me traiciona el aparatito este, pero déjeme ver si yo puedo ser como, ahora lo apagué completamente, yo no soy buen técnico, bueno alguien vá a venir, no se preocupe. Escúcheme a mí entonces, la segunda transparencia nos dice algo, y es que la santificación es el trabajo de toda una vida, no termina cuando usted pasa al frente, mucha gente empobrece el evangelio pensando que yo ya pasé al frente, ponché la tarjeta, me dieron el sello de visa, mi pasaporte, ahora me echo a echar grasa simplemente por los próximos 40 años, y no tengo más nada que hacer, no, sabe que ahí comienza una jornada sublime y maravillosa, llena de aventuras, el camino hacia la perfección.
Dice Pablo prosigo al blanco, dice la palabra del Señor: "porque la senda del justo es como la luz de la aurora, que vá en aumento hasta que el día es perfecto". La vida cristiana debe ser un perpetuo superarnos, un perpetuo ser cosas nuevas, tenemos que ir siempre hacia la perfección. Lo que tenemos en los primeros cuatro versículos es una exposición teórica, teológica de lo que sigue en los demás versículos. Pablo dice aquí, en los primeros versículos: "Si habéis resucitado con Cristo", hay un énfasis que Pablo pone en la persona de Cristo, Pablo siempre es lo que llaman Cristocéntrico, nuestro llamado a la santidad y el punto de referencia que Dios quiere que seamos siempre es Cristo, cómo era Cristo, cómo se movió Cristo en el mundo, qué hizo Cristo en la cruz, y qué ganó Cristo para nosotros.
La base de todas nuestras aspiraciones y la fuente de nuestro poder para vivir como Dios quiere es Cristo, su sacrificio en la cruz hace posible todo lo demás, hay un pasaje también en Colosenses que dice que Jesús en la cruz derrotó a los principados y a las potestades, dice que los exhibió publicamente, es decir mostró su verguenza total, y anuló el acta de los decretos que nos era contraria, en la cruz Cristo ganó una serie de beneficios que nos dejan libres para seguir el camino a la santidad. Y tenemos que poner la mirada en Él, y lo que dice Pablo es que a través de la cruz nosotros hemos recibido ciertas virtudes, ¿dónde dice la biblia de paso que estamos sentados?. Usted dirá bueno, el 68 de la North Hampton Street ahora, bueno eso es físicamente, pero espiritualmente estamos juntamente con Cristo en los lugares celestiales, a la diestra de Dios, posicionalmente usted está sentado a la diestra de Dios Padre con Cristo Jesús.
Eso quiere decir hay autoridad, hay poder, hay perspectiva, desde arriba usted puede ver todo, hay libertad de las circunstancias que controlan al hombre, a la mujer que conocen a Cristo, hay una libertad nueva, hay una serie de valores nuevos, hay un llamado nuevo, una condición sublime, exaltada que usted recibe como hijo de Dios ahora. Entonces como consecuencia de eso, como usted está sentado allá arriba, ¿dónde deben estar su cabeza y su corazón?. Allá arriba, porque si usted allá arriba y su cabeza está aquí en el mundo, usted necesita una lobotomía, un cambio de algo, una operación seria. Muchos cristianos son así, su estado espiritual está en el suelo pero sus aspiraciones, cabeza, corazón, lealtades donde están, en el mundo, y Pablo dice no, ustedes han resucitado con Cristo, son ciudadanos del reino de Dios, destinados a la eternidad, sus valores, afectos, aspiraciones, su enfoque deben estar en las cosas de arriba también.
Muchos de nosotros somos amigos del mundo, y no estamos consagrados, la santidad comienza cuando tú entiendes que la totalidad de tus energías deben estar consagradas a Dios, entonces tienes que buscar las cosas de arriba, tú tienes que poner la mira en las cosas de arriba, la santidad comienza cuando tú entiendes ese llamado a establecer prioridades, ¿por qué?. Porque tú has muerto, ah tu estás vivo ahora pero sabes qué, espiritualmente con respecto al mundo tú estás muerto, desconectado, te desenchufaron del mundo, esa conexión que te ataba al mundo que hacía que el mundo tuviera ese poder definitivo en tu vida, se supone que desenchufaron ese cable, para propósitos del mundo tú estás muerto, dice que tu vida está escondida con Dios.
Oh hermanos, si nosotros entendiéramos judicialmente lo que nosotros somos, lo que Dios nos ha declarado, porque todo comienza en tu identidad, según tu sentido de identidad así vá a ser tu desempeño en la vida. Muchos de nosotros todavía no hemos cambiado de identidad, no hemos cambiado de conciencia, entonces todavía estamos en el mundo y creemos que estamos vivitos y coleando para el mundo. El hombre, ese viejo hombre no está tan viejo nada, está fresquecito, hay amistad, compañerismo con el mundo. Pero Pablo dice no, pongan la mira en las cosas de arriba. Hermano, si tú amas las cosas del mundo, no eres un buen candidato para la santificación, porque el mundo te vá a estar halando, y vá a estar inyectándote su energía, y tú estás aquí dizque aspirando a ser como un hijo de Dios, hay una contradicción inherente, estructural que necesita ser corregida.
Por eso Pablo dice: "ustedes han muerto, su vida está escondida con Cristo". Siempre tiene que haber muerte primero para que después haya resurrección, como el caso de Jesús, tuvo que morir para entonces resucitar. El llamado entonces en el camino a la santidad es, establezcamos prioridades, ¿en qué tú estás enfocado, en qué están puestos tus afectos, qué tú piensas, qué tipo de música tú le das prioridad en tu vida?. Cuando tú escuchas cosas, inclusive anoche yo ví una película, se llama Hugo, se las recomiendo, preciosa película, yo veo películas de vez en cuando por si acaso hermanos, pero cuando yo veo una película así yo estoy pensando cómo eso me hace capacitado para entender las cosas de la cultura y del arte, cómo me ancha mi entendimiento intelectual de la cultura, del cine, del arte, de los valores humanos, todas esas cosas están allí.
Yo lo estoy viendo a través de los lentes de un pastor, ahora estoy disfrutando de la película, entiéndame, pero yo la estoy interpretando a la luz de lo que yo soy y cómo la puedo interpretar para la luz del reino de Dios como estoy haciendo ahora mismo, le estoy sacando jugo a eso que yo ví. No porque en la mira mía y la tuya debe estar siempre en las cosas de arriba, tú tienes que ver el mundo, las acciones de tu vida, las experiencias, las caídas y levantamientos, las aventuras, las victorias, las derrotas a la luz de la eternidad. ¿Qué me está diciendo Dios a través de esto?, ¿cómo yo puedo usar esto como un peldaño hacia la perfección a la cual Dios me llama?.
Pablo dice entonces en el versículo 5, como consecuencia de todo esto que Dios ha hecho, ¿dónde está tu mira, dónde está tu posición ontológica, espiritual?, como consecuencia de todo eso que tú eres, Cristo ha cumplido en ti todo lo que tiene para ti en la eternidad. Mira lo que dice entonces: "Haced morid pues", vé ese pues, ese pues ata lo que yo acabo de explicar con lo que sigue. "Como consecuencia de eso hagan ciertas cosas", y lo que yo quiero que ustedes vean conmigo es que hay cuatro niveles de crecimiento y perfeccionamiento a los cuáles nos llama la palabra, pero primero vean esto. En esos 4 movimientos hay dos categorías, dos de esos movimientos son para destruir, despojarse, desvestirse, y dos de esos cuatro movimientos son para vestirse, ponerse y revestirse. Hay un destruir para poder construir. Yo que he estado 17 o 18 construyendo, trabajando en construcciones, literalmente he entendido lo que significa esto.
Cada vez que nosotros hemos cogido un edificio como este, siempre me doy cuenta que hay que destruir, hay que cavar hay que deshacerse de, hay que quitar cosas viejas para poner cosas nuevas. La destrucción y el despojo siempre vienen antes de la renovación. Si tú quieres ser como Cristo, hay cosas que ocupan un lugar, hay una de las leyes de la física que dice que dos objetos no pueden ocupar un mismo espacio. Algo tiene que salir de tu vida, muchas veces nosotros estamos tan llenos de atributos viejos que los nuevos de Cristo no pueden llenar nuestra vida. Estamos tan llenos de la vida del mundo que la vida de Cristo no puede caber dentro de nosotros. Si tú quieres vivir tienes que morir, el Señor Jesucristo dijo si el grano de tierra no cae a tierra y muere, queda solo, queda infructífero, pero si muere, lleva mucho fruto. Siempre hay que morir para vivir, siempre hay que despojarse de algo para adquirir algo nuevo.
Hay cosas que tú amas y que tú valoras, que si no se las entregas al Señor primeramente no podrás recibir la buena cosa que Dios tiene para tu vida. Mire por ejemplo con Abraham, Abraham tuvo que despojarse internamente de lo que él más amaba, que era su Isaac, su posibilidad de permanencia, de herencia, de procreación, de fama, de influencia mundial como Dios le había prometido. Y cuando Dios le dá lo que él quería, los 100 años de edad, ahora le dice dámelo a mí, gloria a Dios que Abraham dijo parece una locura pero tómalo, porque Dios muchas veces lo que quiere es que tú te despojes de lo que tú más amas, hasta que tú no mueras no vas a vivir hermano. Y yo veo esa dinámica siempre en la escritura, cuando el hijo, el joven rico viene a donde Jesús lleno de ansiedad y de deseo de perfección, le dice Señor ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?.
Bueno, tú sabes lo que dicen los mandamientos, haz esto, pero se lo dijo con una sonrisita maliciosa en la boca, y el joven rico le dijo bueno Señor, pero si yo ya he hecho todo eso, bueno una cosita te falta, toma todos los bienes tuyos, toma toda tu riqueza, tus propiedades, tu reputación social, tu influencia, toma todo eso, véndelo, despójate de ello, y dáselo a los pobres y entonces ven y sígueme y vas a encontrar lo que tú quieres. Y dice la biblia que como tenía tantas posesiones, se puso triste y prefirió irse y seguir con su carga espiritual en vez de ser libre y despojarse de lo que lo ataba al mundo. Ahora yo siempre he dicho, que si ese joven le hubiera dicho al Señor bueno Señor, está bien, te lo entrego todo, cuando hubiera volteado la espalda, el Señor hubiera dicho oops, un momento, ven acá, estaba jugando contigo, como hizo con Abraham, sólo quería que tú hicieras la transacción adentro de ti, que tú transfirieras el dinero mental, espiritual, emocionalmente, ahora que lo hiciste, guárdalo, tómalo, úsalo para mi gloria, y sabes que el mortgage, el seguro está en un papel mío, cuando yo te lo quiera pedir tú me lo tienes que dar, vívelo como si lo tienes pero como si no lo tuvieras, úsalo como que es un préstamo mío para mí.
Y muchas veces Dios para bendecirnos tiene primero que cortar cosas de nosotros, para primero llegar donde Cristo tú tienes que despojarte de todo aquéllo que es humano, carnal, terrenal, diabólico, animal. Entonces el apóstol dice primero hagan morir, después vivan, entonces hay cuatro cosas ¿no?, que están aquí, hay cuatro secciones en ese pasaje que sigue, del 5 al 12, del versículo 5 al 7 hay un llamado, del 8 al 11 otro llamado, del versículo 12 al 13 y en el versículo 14 un llamado final, cuatro niveles de perfección espiritual. La biblia los llama un constante crecimiento, de un nivel a otro, de un nivel a otro. Hermanos todo lo que es vivo crece, si tú estás vivo en Cristo tú vas a crecer, hay una constante evolución, qué triste que muchas iglesias le hemos vendido a la gente esta maleficencia, yo no sé cómo llamarlo, esta mentira, de que cuando entramos al evangelio lo que tenemos que hacer es simplemente seguir una rutina, hablar de una cierta manera, aprenderse fórmulas, y cerrar con llave nuestro interior, todo lo contrario, ahí comienzan las cosas, y toda tu vida vá a tener que ser un ir, ir, ir hacia algo, cuando llegaste a un nivel, a otro, tienes que ir a otro, a otro, hay contínuo crecimiento, nunca nos detenemos, no podemos estancarnos, tú tienes que ser perpetuamente inquieto, deseando más para tu vida.
Yo a lo que quiero llamarlos mis hermanos es a que seamos cosmonautas del Espíritu, siempre explorando nuevas fronteras, como Star Trek, todos tenemos una cosita aquí Star Trek, estamos vestidos de cosmonautas, where no man has gone before, tenemos que ir a otras partes del universo del Espíritu, descubriendo muchas áreas de nuestra vida, hay muchos pasajes que nos dicen eso ir siempre añadiendo cosas, mire por ejemplo uno sólo, segunda de Pedro 1: 5 al 8: "Vosotros también poniendo toda diligencia, por esto mismo añadid a vuestra fé conocimiento, al conocimiento dominio propio, al dominio propio paciencia, a la paciencia piedad, a la piedad afecto fraternal, y al afecto fraternal amor". Ya yo estoy cansado de leer sólo lo que les acabo de leer. Necesito una Coca Cola, alguien por ahí que me ayude.
Es contínuo trabajo, bueno yo ya tengo virtud, me porto bien, soy una persona virtuosa, pero ¿sabes qué?, si no le añades a eso conocimiento de los misterios y sutilezas de la palabra de Dios, eres un bruto virtuoso, eres un ignorante que tiene buenas intenciones pero poco conocimiento, dice la palabra que por eso fracasó Israel, tenía mucho celo para con Dios pero le faltaba conocimiento, yo amo el conocimiento, y mucha gente desprecia el conocimiento de la palabra, ah no, el pastor se puso demasiado fino hoy, yo lo que me gusta ahí es una chuleta con dos papas y vamos a lo que vinimos. No, la palabra tiene sublimes verdades que hacemos bien, entonces después de la virtud viene el conocimiento, pero qué pasa, mucha gente tiene virtud y conocimiento y entonces, eso, como que se convierte en un fin en sí mismo, es como que se agarran de un cable de alto poder, pero se requiere de dominio propio para poder canalizar eso, manejarlo correctamente, porque si no mucha gente con virtud y conocimiento se vuelven orgullosos, entonces hay que dominarnos.
Hay un llamado de Dios a dominar los apetitos de la carne, dominar las emociones, dominar los malos recuerdos, dominar las malas experiencias que nos han deformado, y todo esto es parte del dominio propio, del control de nuestras facultades, entonces después del dominio propio, paciencia, porque si usted tiene virtud, conocimiento, y dominio propio, usted entonces ya no tiene paciencia con esos pobres diablos que se portan tan mal en la iglesia. Usted se convierte en una persona imposible de soportar, se necesita paciencia, con usted mismo y de paso con los demás. Entonces es un ponerse siempre nuevos atributos y cosas, porque qué dice la palabra, si estas cosas están en nosotros y abundan, no permitirán que seamos infructuosos, siempre habrá algo que hacer en el reino de Dios.
Entonces es una visión a la que Dios nos llama, de constante crecimiento versus la visión pobre de la gente cristiana, muchas ocasiones, de una vida religiosa estancada y simplista. Entonces mire el primer nivel, que es lo más pronto que puedo, el primer nivel dice haced pues lo terrenal, digan todos terrenal, lo terrenal en ustedes, ese es el primer nivel, y ahí es muchas veces donde nos quedamos, yo llamo lo terrenal la vida biológica, humana, la vida carnal, la vida animal, las pasiones carnales y obvias, lo más obviamente pecaminoso, eso es lo que la gente piensa cuando piensa en santidad, bueno, yo no soy homosexual, yo no fornicador, yo no soy adúltero, yo no fumo, no bebo, no hago cosas malas, no pateo las viejitas en la calle, no le robo las paletas a los niños cuando los papás no están mirando, por lo tanto yo ya estoy listo para irme para el cielo.
Y hay mucha gente así que cree, bueno como yo ya dejé, y muchas iglesias de santidad como yo les digo, eso es, a eso limitan los sermones, los llamados, y qué pasa, hay gente santa pero feísima que yo no quiero cenar con ellos ni los quiero en mi casa, francamente, perdónenme que se los diga sinceramente, le hablo a la gente en la vida son un mal testimonio de la belleza del reino de Dios, porque para mí la santidad es bella, hermosa, atractiva, sonriente, como yo decía el domingo pasado, es algo hermoso, es algo que gana a la gente, simpático, nuestra gentileza sea conocida de todos los hombres dice el apóstol Pablo. Entonces mucha gente piensa en lo terrenal, en lo carnal, hermano, bien importante, si usted no ha bregado con ese primer nivel, no se vista como decía el domingo pasado, si usted no ha bregado con ese primer nivel usted está atado al diablo, hay un boquete bien grande por donde el enemigo puede meter todo lo que quiere hacer en su vida y hacer daño, robarle la energía y batutearlo, porque esa es la energía que él ejemplifica, y tenemos que depurarnos y bregar con eso.
Nunca nos vamos a desvestir completamente de lo carnal, lo animal, porque nuestra naturaleza misma, biológica, neurológica es terrenal, pero tenemos que montar una batalla contínua, una renuncia de nuestro ser interior a ello, un apelar a la fuerza y el poder del Espíritu Santo y la iluminación de Dios para que siempre esté limpiándonos, purificándonos. Tenemos que someter nuestro ser al trato de Dios. Nunca terminará la batalla contra la carne, estos diferentes niveles están continuamente dándose en nuestra vida en diferentes secuencias y relación una con la otra, pero definitivamente, el primer nivel es ese, y Pablo los menciona, algunas de las cosas que caracterizan ese primer nivel, fornicación, porneia, es decir todo lo que tiene que ver con, no había la palabra pornografía, todo lo que es impureza, no es solamente tener sexo antes o fuera del matrimonio, si no todo lo que es impuro, y todo lo que no conviene a la santidad y la pureza, sin mancha de Dios.
Impureza, pasiones desordenadas, avaricia, porque no es solamente lo sexual, es también la avaricia, las corporaciones que explotan a la gente, los medios de comunicación que envician a las personas, los ejecutivos que mienten y manipulan, y crean necesidades que la gente no tiene, que se van a sus casas con bonos obscenos sabiendo que están mintiendo y cocinando los libros, porque saben que después todo eso se vá a venir abajo, pero qué les importa a ellos si ya tienen su bono de tres millones de dólares, que se embrome quien sea, allá ellos, esa es la maldad del mundo, no es solamente lo sexual, es toda cosa que ata al hombre al aquí, el espacio, el tiempo, entonces dice Pablo líbrense de todo eso, batallen, contra todo eso.
Y dice aquí: "La ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuáles vosotros también anduvisteis, en otro tiempo, cuando vivías en ellas" pretérito imperfecto, queriendo decir hey, ya estoy asumiendo que eso ya no es un factor dominante en sus vidas, ustedes vivían en eso pero ahora, hermano Dios siempre asume que ahora, pero ya hemos bregado con esas cosas, por lo menos en lo básico, esta congregación, Dios nos está llamando cada día más y más hermanos a la santificación de nuestras vidas, a ese nivel primeramente, dejemos esas cosas, esa impureza, por favor jóvenes, hombres, yo sé que hay mucho apetito aquí, yo sé que el viejo hombre, la mujer, todavía está gritando y chillando dentro de ellos, de nosotros, pero la biblia dice hey, esas cosas son para la gente de afuera, ustedes vivían con eso, se movían con esas cosas, ahora ya la palabra asume que esas cosas están muriendo, nos estamos despegando de esas cosas en nuestra vida física, psíquica, no debe ni siquiera mencionarse dentro de nosotros, digo eso con temor y temblor, se asume que esto ya no es una realidad dominante en nuestras vidas, no practicamos eso, no nos dominan.
Mire la palabra, practicar, ser dominado por, estar inmersos en esto, es diferente a que hay momentos que caemos, tropezamos, nos levantamos, pero no vivimos en ello, no lo celebramos, no lo practicamos, no dejamos de sentir que nos hinca el arrepentimiento cuando practicamos estas cosas porque sabemos que estamos fuera de la voluntad de nuestro Padre celestial. Somos sensitivos al rechazo de Dios a estas cosas. Entonces la biblia nos llama, despojémonos de estas cosas, porque ya nuestra vida está con Cristo.
Segundo nivel, dice aquí entonces en el versículo 8, mire mire qué interesante: "Pero ahora dejad también". Es lo que le digo que la palabra trabaja y conjuga las cosas en una manera muy bella cuando lo entendemos, el Espíritu Santo guía al apóstol Pablo a decirle a los Colosenses y a nosotros por extensión, hermano, deja esas cosas violentas y feas de la vida animal del hombre sin Cristo, y la gente dice wow, gracias a Dios, ya dejé todo eso, ya no me domina, pero ahora, es decir, hay un segundo nivel, no te pongas tan cómodo, pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas, ira, enojo, etcétera, ¿cuáles son todas esas cosas?.
El primer nivel es acciones obvias, externas, el segundo nivel yo lo llamo algo interno, actitudes, razgos personales, hábitos del corazón, ira, enojo, malicia, blasfemia, palabra deshonesta, ¿por qué la distinción del Espíritu Santo?, porque es lo que yo digo, en muchas iglesias, y cristianos, y círculos cristianos la gente se enfoca en lo primero, y los pastores, los predicadores, el proceso de discipulamiento, la ética de una iglesia muchas veces, evitamos lo otro, el otro nivel, no hablamos tanto de eso, pero la biblia nos llama.
Yo creo que no podemos verdaderamente reflejar la bondad de Dios a menos que esa dimensión, no hayamos dejado que Dios la trate, y eso es lo que hace para mí tan agónico el camino cristiano, me señalo a mí mismo, porque cada día yo me mido a esa palabra y me encuentro falto, necesito el trato de Dios en mi vida. No puedo bajar la guardia, hermanos no se preocupen, no me voy a pegar un tiro dentro de los próximos 10, 20 años, no, no es que yo vivo tampoco neurótico por eso, no, pero yo sé donde está mi tarea, y la acepto gozosamente, porque yo sé que ya tengo la aprobación de mi Padre celestial, y Él está comprometido a trabajar conmigo, lo que yo entiendo es que yo no soy un corredor de 100 metros, soy un corredor de 26 millas, soy un maratonista, y tengo que correr la buena carrera de la fé hasta llegar al final, y Dios me llama a otros niveles de perfección que no tengo todavía, estoy tratando con ello no?.
Ira, enojo, malicia, blasfemia, muchas congregaciones, secretamente, familias, cristianos que sirven al Señor, hay cosas, ¿a cuántos de nosotros nos toca esto?, y Pablo diría cosas similares a estas, porque hay muchas otras cosas, murmuramientos, rencores, mentiras que decimos unos de los otros, actitudes que hay en nuestra vida, somos ultrasensitivos a las percibidas ofensas de los demás, incluso hay otras cosas, tendencia a despreciarnos a nosotros mismos, a despreciar a los demás, manipular a la gente, controlarlos, denunciar sus defectos, humillar a las personas con nuestra capacidad verbal, nuestro sentido del humor hiriente, muchas cosas que pertenecen a esa segunda dimensión de perfeccionamiento, es toda esa vida interna del yo que nos aprisiona también, y Pablo dice pero también estas cosas, no sólo lo sexual, inmoral, dejen también las actitudes indebidas, el trato inapropiado de los demás, pídanle al Señor que los sane.
Yo creo que también voy a hablar en el futuro acerca de ok, ¿cuál es el mecanismo que Dios usa para hacer efectivo el cambio en nuestras vidas?. Porque eso es también importante. ¿Cómo vamos a llegar a esto, no?. Entonces mire esta aclaración, hermano, ¿sabe qué?. Yo diría por experiencia personal, propia y observación, y no solamente esta iglesia, yo diría literalmente cientos de iglesias, ministerios, que esa frontera es la que más daño hace muchas veces en las congregaciones, la que más empobrece, la que más daña el testimonio de la iglesia, la que más afea los ministerios, la que más neutraliza a los líderes, la que más mata ministerios a los que Dios quisiera desatar, pero no puede, es lo que más de reputación trae al reino de Dios en la televisión, en las grandes iglesias, en los grandes ministerios, es el no dejar que Dios trate esa área, y no reflejar el trato de Dios, el desangramiento divino en esa dimensión.
Eso es lo que pone a líderes unos contra otros, las agendas secretas que gobiernan muchas veces a la gente, son las divisiones en las iglesias, los pastores que no dirigimos bien a nuestras congregaciones, nos dejamos poseer por el ego, el orgullo, dominar, el pantalleo, la explotación de los demás, es esa dimensión, por eso es que yo me detengo sobre ella y la palabra también se detiene. Estas cosas mis hermanos tenemos que dejarlas a un lado, deje que Dios trate el área de su mente, su personalidad, sus emociones, se conoce como el proceso de discipulamiento, de perfeccionamiento del yo. Óigame, esto mata matrimonios, esto es lo que está matando tantas familias, esto es lo que nos hace a mí y a los consejeros tan difícil el trabajo de consejería. Porque yo veo esta carencia de trato en esa dimensión en los cónyugues, está desangrando los matrimonios de gente que ama a Dios, viene a la iglesia pero los valores que ellos ejemplifican y como se tratan unos a otros, me hace a mí y a otros que queremos promover la sanidad de los matrimonios, casi nos ata las manos, porque hace difícil para la esposa soportar a su marido, hace difícil muchas veces para el marido tratar con el amor que necesita, hace que los hijos pierdan el amor y el afecto a sus padres.
Y entonces a veces uno, hermanos, uno no sabe qué decirle, por favor ayuden al Espíritu Santo, pidiéndole al Señor que trate con su vida, con la mía, pidiéndole que nos queme, nos mate, nos corte, nos desangre, para que la vida de Cristo pueda manifestarse dentro de nuestras familias, nuestra espiritualidad. Para que entonces la palabra del Señor pueda encarnar como es debido en la vida de los hijos de Dios.
Sabes cuando tú dejes que Dios trate con esa área de tu vida vas a ser una persona diferente. Se molestan conmigo porque les hablo así mis hermanos, yo espero que no, es la palabra de Dios hablando a sus vidas, esa dimensión tiene que ser tratada, yo espero que nadie se vaya molesto de aquí conmigo, yo no le estoy señalando su llaga, estoy apuntando para lo que Dios quiere para su vida, mírelo posivitamente, y eso le vá a ser de bendición en su trabajo, relaciones humanas, en todo, deja que el cuchillo quirúrgico de Dios entre dentro de ti y extirpe esas cosas, y las reemplaze con el carácter de Cristo Jesús. Deja que Dios te forme.
Hay un tercer nivel, carnalidad, biología meramente biológica, carnal, terrenal, segundo, desvístase de los atributos esos secretos que afean la personalidad humana, las heridas y deformaciones del pasado, que te convierten en una espina en el costado de los demás, esas venas secretas, negras que corren en tu vida. Pídele al Señor que te desangre y salga de ti para que tú puedas ser más como Cristo. Hay una transfusión de sangre, de la sangre humana, carnal a la sangre de Cristo dentro de ti. Pero el tercer nivel es un nivel más excelso todavía, vamos de lo más bajo, y concreto, y duro, a algo un poco más leve, hasta algo todavía más sublime.
Mire lo que dice, entonces en el versículo 12, voy a saltar tres versículos, una transición, versículo 12 dice, ahí está: "Vístete", los dos primeros son despójate, desvístete, suéltate de, echa abajo, aquí dice: "Vestíos", ponte, asume, revístete, estás desnudo porque ya supuestamente te has librado, ahora vístete, recuerda que yo dije que hay que destruir para construir, "Vestíos pues como escogidos de Dios". Sabe lo que la palabra nos llama a asumir y a vivir como la identidad de hijos de Dios que nosotros tenemos. Tú eres un hijo de Dios, entonces Dios te dice vive ahora como un escogido, no vivas una vida esquizofrénica, con un estado sublime y noble y real dentro de ti pero viviendo como un pordiosero y un vagabundo.
Vive como Dios te ha hecho, ¿cómo se supone que nos vistamos, cuáles se supone que sean las cualidades que expresemos, que nos caracterizen externamente?. Santos y amados. ¿Qué quiere decir amados?. Fáciles de amar yo diría, benignos, bondadosos, simpáticos, queribles, tiernos, santos y amados, de entrañable misericordia, de mansedumbre, de paciencia, y otras cosas similares, transparencia, honestidad, misericordia, perdón, gozo, paz, mansedumbre, templanza, dominio propio, todas estas cosas que hablamos, estas son las virtudes que nosotros debemos estar asumiendo día tras día tras día en nuestras vidas.
Yo quisiera tener tiempo, no lo voy a hacer pero detenerse en cada una de estas cualidades, ¿cuántos de nosotros delante del Señor diciendo? Padre, yo quiero ser como Cristo, yo quiero ejemplificar el carácter de Jesús, no estoy contento con simplemente haber dejado las cosas viejas, yo quiero vestirme de cosas nuevas que te glorifiquen, y adornen mi vida Señor. ¿Cuántas veces estamos pidiendo al Señor estas cosas hermanos?. Ahí entra lo positivo, ¿no?. Esto nos recuerda a algo más, dice soportándoos y perdonándoos unos a otros. ¿Por qué?, porque mire mi hermano, nadie ni usted mismo se comporta con ese nivel, y tarde o temprano tenemos que soportarnos a nosotros o a otros, y eso es lo que finalmente si alguien nos ofende perdonarlos y perdonarnos incluso a nosotros mismos.
Tenemos que sumergirnos en un comportamiento, vestíos, quiere decir que te cubras completamente, te llenes, déjate gobernar por ese comportamiento a la altura de nuestra condición. Recuerde el fruto del Espíritu en Gálatas 22, amor, paz, paciencia, benignidad, bondad, fé, mansedumbre, templanza, hay una cantidad, hay listas, todo lo bueno, todo lo noble, todo lo puro, todo lo amable, todo lo perfecto, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digo de alabanza en esto pensad, contínuamente hay listas de esos llamados, esas cualidades, que nos apuntan a una cosa, niégate a ti mismo, ama a los demás, vive para los demás, esa negación del yo. El mundo, la selva es para el más fuerte, mis necesidades, Cristo dice no mires tus necesidades tanto como las de los demás.
No mires tu gloria como la gloria de Dios, es lo opuesto de la gratificación carnal que busca la gratificación del yo a cualquier costo. El yo debe morir, debe ceder a la consideración de los demás, esa es la base del amor, es un principio más alto al cual nos llama la escritura. El último nivel, tenga paciencia y deme unos minutitos más, el último nivel, el amor, entonces deja lo terrenal, deja las cualidades impuras y no nobles, desvístete de todo eso, ponte virtudes conforme al reino de Dios, de bondad, paciencia, y entonces la corona, y yo diría la joya que está encima de la corona es el amor. El completarlo todo, el amor, dice el apóstol Pablo es el vínculo perfecto, lo que nos une unos a otros en forma indisoluble y orgánica.
Yo les decía a los hermanos esta mañana, mire, no le pida a Dios amor porque no es que Dios te vá a dar con una varita mágia amor. El amor es la conclusión de una vida entregada al trato de Dios. El amor es aquéllo que cuando tú has asumido todas las virtudes a las cuales te llama la palabra, juntos constituyen una actitud y una postura que se llama amor. Por eso cada día tenemos que someternos al trato de Dios, entregarnos al ser del Señor, saber a la altura a la cual nos ha llamado, y poco a poco entonces el amor se vá constituyendo en la cualidad distintiva de nuestras vidas. El amor perfecto es el resultado de toda una vida de perfeccionamiento y trato de parte de Dios. Sin amor dice el apóstol Pablo, si no tengo amor nada soy, si no tengo amor de nada me sirven las cosas que yo hago, si la motivación de mi vida no es bendecir a los que están alrededor de mí, si la motivación de mi vida no es manifestar el amor de Cristo, si la manifestación de mi vida no es el despojarme de mí mismo sean y vivan.
Si yo no reflejo la abnegación de Cristo en mi vida, entonces nada de lo que yo hago tiene en última instancia valor o significado. ¿Usted entiende la altura a la cual Dios nos llama hermanos?. Cuatro niveles de santificación es lo que embellece, ennoblece y afinca todas las demás cualidades espirituales. Despójate de tu cuerpo que te grita y te controla, despójate de las emociones y las deformaciones que te afean, asume las cualidades y virtudes del carácter de Cristo, y por encima de todo que tu vida refleje amor para con los demás, un amor que sólo Dios puede manifestar a través de ti porque en nosotros no está manifestar un amor tan alto, una cosa tan alta y sublime como esa.
Hermanos yo espero haberles complicado la vida un poquito en esta tarde, los que todavía me están escuchando, yo espero que usted se vaya de aquí pensando wow, esto es más complejo de lo que yo pensaba, pero también más interesante, ahora yo entiendo por qué yo me aburría tanto en la vida cristiana, y es porque yo había empobrecido y simplificado demasiado la jornada del cristianismo, esto es algo serio, hermoso, para ser un poquito mejor, desangrarme un poquito más, si tú eres afortunado en la vida cristiana, cada día Dios vá a venir y te va a meter una jeringuilla y te va a sacar un poquito de sangre. Te vá a debilitar un poco para que tú manifiestes un poco más el amor de Dios en tu vida, te vá a ahuecar un poco para que quepa más la unción de Dios dentro de ti.
Te va a empobrecer un poquito para enriquecerte un poco más, te va a sacar un poco de carne para poner de su Espíritu, quiera Dios que sea esa la bendición de nuestras vidas, yo le pido a Dios que esta iglesia y este pastor cada día podamos ejemplificar un poco más del Reino de Dios para que este mundo crea que Jesucristo es el Señor. Póngase de pie, gloria al nombre del Señor Jesús, damos gloria y honor a su nombre.
Padre, esta palabra es demasiado alta para nosotros, pero la emitimos de todas maneras y la recibimos, nos metemos dentro de ella porque si nos la ponemos nos queda grande, Señor, pero queremos crecer, crecer, crecer para llenar esa palabra, yo pido que este pueblo pueda en tu misericordia, pueda mientras esta iglesia permanezca aquí, reflejar esos valores, comienza conmigo Padre, yo admito frente a tu pueblo que no estoy a la altura de la palabra que yo mismo predico y necesito Tu trato, Espíritu Santo, llévanos al nivel que necesitamos ir, manifiesta Tu energía, no la energía del mundo, queremos que la energía de Cristo, llene estas familias, estos hogares, esta comunidad aquí representada, y que ese poder, esa energía tuya llene ese mensaje sublime tuyo, comienze a expandirse como un vapor santo, una nube de gloria hacia los cuatro vientos, llenando esta comunidad, estableciendo un ejemplo, predicando un mensaje, proyectando una vida, un ejemplo Señor para que la gente lo pueda ver, comienza conmigo, mi hogar, mi familia, sigue con cada hombre, cada mujer, cada hogar aquí representado.
Yo envío tu gloria ahora a este pueblo Padre, envío tu energía, mata todo lo que tiene que ser muerto en nosotros Padre, Señor envía tu cuchillo ahora a cortar todo lo que no sea tuyo, trata con nosotros, no dejes de tratar con nosotros, Señor clávala, una estaca, una señal, en el corazón de esta iglesia Padre, hasta que Cristo venga, ayúdanos a estar a la altura de ese mensaje Señor, para gloria tuya, te adoramos, gracias por lo que hemos experimentado hoy en este santo lugar, nos lo llevamos como una llamita, que nada la apague, la vamos a proteger y la vamos a guardar, la vamos a poner en el altar de nuestras casas, para que alumbre nuestras vidas y nuestro hogar, sácanos de aquí como llamas ardientes que ejemplificamos el evangelio de Jesús, su buena palabra, gracias, en el nombre de Jesús, oramos, amén y amén.
Pueblo de Dios recibe esa palabra y pídele al Señor que la haga real en tu vida y en la mía, estamos bendecidos.