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El tópico que quiero compartir esta noche es un tema bien conflictivo. Y ya que estamos a dos semanas de las elecciones, obviamente yo he sentido en mi corazón la inquietud de poder compartir con ustedes algo al respecto. No es que voy a tener un sermón demasiado elaborado, solamente tengo unos puntos que me gustaría compartir con ustedes.
Y quisiera comenzar con una pregunta que yo sé que sucede en muchos creyentes, y siempre que viene el tiempo de elecciones, la pregunta es, por quién voy a votar? Cuántos se han hecho esa pregunta? Muchos de ustedes se acercan a nosotros, los pastores, y nos dicen, pastor, por quién usted cree que debo votar? Y lamento decirle pero nosotros no somos quién para decirle a usted por quién debe votar. Es más yo creo que esa pregunta es una pregunta equívoca.
Nosotros, como cristianos, como hijos e hijas de Dios, como pueblo de Dios, la pregunta que nos debemos hacer es cómo debemos votar? No, por quién sino cómo debemos votar? Y yo quisiera, primero que nada, basarme en un texto de la Escritura, quisiera que busquen conmigo Timoteo, capítulo 2, los versos del 1 al 4. Hay varias cosas que me gustaría leer aquí. Y yo espero, de nuevo, que esta meditación sirva de inspiración, tal vez, aún a nuestros hermanos que nos puedan estar viendo por internet, y yo quiero hacer un disclaimer, como quien dice, desde ya.
Al yo hablar de este tema, mis hermanos, no estoy diciendo que nosotros como iglesia, nos abanderizamos bajo algún partido en particular, Dios nos libre de hacer eso. Nuestro partido es el partido de Dios y Dios no se abanderiza bajo ningún color, bajo ningún partido, bajo ninguna institución. Al contrario, Dios se alinea al lado de aquellos que lo buscan y se humillan delante de él. Y yo quiero poner eso bien claro. Así que con lo que yo voy a decir, mis hermanos, no estoy diciendo, voten por demócratas, voten por republicano, voten por libertarios o absténgase de votar. No, yo solamente quiero instar algo en sus corazones.
Primera de Timoteo, capítulo 2, verso 1 dice:
“…Exhorto ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracia por todos los hombres – obviamente es un llamado a nosotros interceder, a nosotros ejercer ese rol como iglesia de estar en constante intercesión por todas las personas a nuestro alrededor. No tan solamente personas aquí a nivel de la iglesia, a nivel de contexto local, no tan solamente a nivel de nuestra familia, sino aún más allá. Nuestras oraciones, nuestra intercesión tiene que ir dirigida fuera de las cuatro paredes de este lugar. – por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en eminencia… − miren cómo dice – para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad porque esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad…”
Este texto pone como fundamento, mis hermanos, lo que yo quiero compartir con ustedes. Porque al nosotros pensar cómo un cristiano debe votar, yo creo que lo primero que tenemos que reconocer es esto, que Dios no es un Dios partidista. Dios nunca se va a abanderizar bajo un partido político, nunca. Ningún partido político puede contener lo que es Dios.
Pero sí yo creo que Dios tiene un sistema de gobierno, a través de su Reino que lo establece a través de la iglesia. Y Dios se ajusta a su sistema de gobierno. Su sistema de gobierno es lo que lo hace a él un Dios soberano, que aunque a nuestros ojos parece que las cosas se están saliendo de control, pero ante los ojos de Dios, las cosas se están poniendo perfectamente bien ante él, porque él es el que tiene el control de todas las cosas.
A nuestros ojos podrá parecer el diablo se está saliendo de las suyas, el diablo está moviéndose, rompiendo la sociedad, y nosotros podemos ver eso y Dios también lo ve, pero Dios en su soberanía dice, déjalo, yo me voy a encargar de él ya mismo. Y todo lo que él está haciendo va a funcionar para que mis propósitos se lleven a cabo.
Cómo? Eso es parte del misterio de Dios, mis hermanos. No me pregunte, eso es parte del misterio de Dios. Pero qué nos toca a nosotros hacer como iglesia? Qué nos toca a nosotros hacer como hijos e hijas de Dios en un tiempo como este? Usted me va a decir, sí, pastor, tenemos que orar. Seguro, oren, es lo que el texto dice, tenemos que orar. Nosotros como iglesia, tenemos un llamado a orar por aquellos que gobiernan sobre esta nación sean cuales sean sus perspectivas, sus ideologías, sus filosofías, Dios nos llama a orar por cada uno de ellos y ellas. Sea a nivel local, en nuestra ciudad, sea a nivel estatal, sea a nivel de la nación completa, Dios nos llama a orar.
Y yo me pregunto, cuántos de nosotros intencionalmente en nuestro tiempo a solas oramos por eso? No me responda. Pero yo me pregunto cuántos de nosotros intencionalmente tenemos en nuestra lista de oración los gobernantes de mi ciudad, de mi estado y de la nación. Yo les digo, yo no lo hago todo el tiempo, yo tengo que ponerme las pilas concerniente a esto. Hago esa confesión.
Si yo quiero ser fiel a la palabra de Dios yo me tengo que poner las pilas concerniente a esto. Y no es orar solamente cuando viene el tiempo de elecciones. Eso es una de las cosas que yo quiero decir. El llamado de la iglesia a estar en acción no es solamente cuando vienen las elecciones. El llamado de la iglesia a estar en acción es los 365 días del año. La iglesia está llamado a estar en acción.
Ahora, mis hermanos, cuando queremos responder a esta pregunta de cómo uno debe votar, cómo debe votar un cristiano, tenemos que pensar con una mentalidad del Reino de Dios por encima de todas las cosas y no con una mentalidad de la sociedad en la cual vivimos. Porque obviamente al estar delante de los dos candidatos que tenemos ahora mismo, que es como decir, escoge el menor de los dos males, como quien dice, por así decirlo, porque ninguno de los dos candidatos encierra por completo los principios del Reino de Dios.
Tal vez alguno se llega más que otro, pero ninguno de los dos puede encerrar la perfección de lo que es los valores del Reino de Dios. Por eso digo que uno se tiene que tirar ahora por el menor de ambos males, por así decirlo, the lesser of both evils.
Pero sí, mis hermanos, tenemos que pensar, proceder en nuestra decisión con una mentalidad del Reino de Dios. Me explico? Siempre cuando estamos procediendo en estos tratos, obviamente empezamos a medir, quién es el que puede mejor trabajar por la economía de la nación? Quién es el que puede verdaderamente proveer un buen seguro médico, porque todos necesitamos seguro médico, todos necesitamos alguna cobertura médica. Quién es el que puede proveer la mejor cantidad de trabajo, cosa que cuando un joven se gradúe de universidad que pueda tener la certeza de que va a conseguir un trabajo. Quién es el mejor que tiene una póliza de seguridad a nivel nacional y a nivel internacional. Quién es el mejor que puede trabajar o proveer mejores servicios de mercado con el exterior de importación, exportación. Quién es el mejor que trae todas estas cosas? Pensamos en términos de lo humano.
Y yo creo que tenemos que pensar así, sin duda alguna. Pero ¿Saben qué, mis hermanos? Si yo me dijo llevar por lo que dice la palabra, como cristianos, como hijos e hijas de Dios, como hombres y mujeres que hemos sido marcados por el espíritu de Dios, tenemos que pensar más en nuestra decisión a través de los principios del Reino de Dios. Y claro está, si yo sigo esta línea, mis hermanos, obviamente uno de estos partidos intencionalmente ha sacado a Dios por completo de su panorama y ha puesto una agenda totalmente inspirada por el diablo, por así decirlo, como parte de su plataforma. Y lo que está haciendo a través de esto, mis hermanos, es que está buscando cada vez más y más de poner a la iglesia, al cuerpo de Cristo, ponerlo contra la espada y la pared, en una esquina para que se quede callado, y decirle al pueblo de Cristo, tu vas a tener que hacer las cosas como nosotros decimos.
Habrá algún personaje bíblico que les recuerda a esto? Por casualidad Sadrac, Mesac y Abednego no se encontraron en una situación igual? Al sonar de las trompetas, de los címbalos, de los tambores ustedes se tienen que arrodillar ante este ídolo que he fabricado porque sino van para el horno de fuego. Se puede decir que esa historia, de alguna manera u otra, se está repitiendo ahora en estos tiempos.
El enemigo está buscando cómo callar la iglesia, mis hermanos. Está buscando que la iglesia se meta la lengua en el estuche y que no pueda hablar. Está buscando intimidar a la iglesia. Pero nosotros no podemos dejar que el enemigo haga eso. Hoy más que nunca como estábamos orando hace unos minutos, la iglesia se tiene que parar firme, se tiene que parar firme en los principios de la palabra de Dios, declarar su verdad y denunciar las injusticias.
Como dice en Efesios, capítulo 5, la multiforme sabiduría de Dios le ha sido otorgada a la iglesia a comunicarla a los principios y potestades de este tiempo en el cual vivimos. Hoy más que nunca, la iglesia no se puede quedar callada. Y yo creo, mis hermanos, que cuando nosotros estemos llegando a ese cubículo donde nos metemos, y cierre el plastiquito detrás de nosotros y usted tiene su papeleta de frente a usted, cuando usted vaya a tomar su decisión, yo le animo a pensar de esta manera, no piense solamente , este personaje me va a dar un mejor beneficio de plan médico. Dios, tu sabes los achaques que yo tengo, esos dolores que yo tengo en las coyunturas, duele, Señor, y esta persona está viéndose muy prometedora.
Tal vez usted va a estar en ese cubículo y va a estar pensando, Señor, mis papeles de inmigración, este personaje puede provocar que se haga una ley que yo pueda ya sentirme seguro en esta nación, que no tenga que estar corriendo con ese fantasma detrás de mí, y este personaje puede hacer algo para que yo pueda estar seguro en esta nación.
Tal vez usted va a estar en esa cajita de cartón con su papeleta a punto de marcar su X y va a estar diciendo, Señor, es tan difícil mi cuenta de banco está siempre casi raspando el cero, Señor, y yo tengo mi esperanza que este personaje al menos me puede dejar que no llegue, que no baje de 100.
Óigame si usted piensa así usted está poniendo su esperanza en el lugar equivocado, porque ningún hombre, ningún sistema va a poder proveer a nuestras vidas como Dios lo hace. Recuerde que al usted ser parte del pueblo de Dios, parte de ser una nación santa, recuerde que usted es como peregrino y extranjero en esta tierra en la cual Dios nos ha puesto, que nuestra verdadera ciudadanía está arriba en el cielo y no necesariamente aquí en la tierra, mis hermanos.
Así que yo quiero animarles a ustedes hoy en esta noche, tal vez yo pudiese extenderme en muchas otras temáticas, pero quiero ser fiel con el tiempo, mis hermanos, yo creo que usted está entendiendo la línea de por dónde voy. Consta que no estoy diciendo, vote por este o vote por aquél. Yo sí le estoy exhortando a que cuando usted llegue a ese momento de tomar una decisión, que usted decida de acuerdo a lo que Dios está demandando de su iglesia hoy día. La iglesia no se puede dormir en sus laureles y dependiente de quién termine en el poder, ese proceso de silenciar la iglesia se puede o extender un poco más o se puede achicar.
Yo creo que Dios está por hacer algo. Y ustedes saben que parte de nuestra enseñanza aquí en esta iglesia, en congregación León de Judá, de parte de nosotros los pastores, es que entendemos que muchas veces para nosotros ver la bendición de Dios obrando en nuestras vidas, obrando en nuestro medio, hay veces que las cosas se tienen que poner de color de hormiga roja, brava, para que entonces las cosas se rompan y la bendición de Dios pueda fluir. Podrá sonar irónico porque nadie quiere verse en una situación demasiado apremiante, demasiado apretada, o demasiado amedrentante pero por alguna razón u otra, Dios en sus misterio siempre funciona así, o la mayor parte de las veces, déjenme no decir siempre. Pero la mayor parte de las veces Dios funciona así.
Hay veces que Dios está esperando a que estemos ahí guindando del último cordel de la soga, que sentimos que ya nos estamos cayendo, y ahí en ese momento es cuando Dios viene y interviene de alguna manera u otra. Así, iglesia, yo creo que con este mensaje, con esta reflexión bien breve, mi deseo más bien es animarles a ustedes a lo largo de estas próximas dos semanas, en las conversaciones que usted tenga con colegas de trabajo, en la escuela, en la universidad, en el tren, en su mesa de su casa con su cónyuge o sus hijos, sea como sea, piense de esta manera.
Sea quien sea quien salga electo el martes 6, tenemos un llamado de orar por ellos, como iglesia, sea quien sea. Pero yo creo que hoy más que nunca la iglesia de Cristo, la iglesia genuina de Cristo, el cuerpo de Cristo, tiene la capacidad de hacer una marca y dejar su voz sentir. Tal vez no verbalmente, pero sí a través de una marca en una papeleta.
Así que, hermanos, yo les animo, yo les exhorto, pensemos a la luz de los principios y los valores del Reino de Dios, qué Dios demanda de ti y de mi como hijo, como hija suya en una decisión como esta. Como se dice en inglés, there is a lot of things at stake, y tal vez nosotros en nuestra mente finita no podemos calcular la magnitud de todas esas cosas, pero podemos como quien dice ver un vislumbre de cómo pueden ser las cosas si seguimos en el tren en el cual vamos y necesitamos que Dios intervenga de alguna manera u otra.
Bueno, Dios va a intervenir, tarde o temprano, mis hermanos, téngalo por seguro que Dios va a intervenir y la iglesia tiene que estar preparado para cuando eso se de. Eso va a requerir que de alguna manera u otra nosotros como iglesia nos preparemos, mis hermanos.
Yo cierro con esto, como iglesia nos tenemos que preparar y no le estoy diciendo para asustarnos, lo estoy diciendo para animarnos. No podemos ser una iglesia que solamente ora y alborota el polvo cuando estamos aquí orando gloria a Dios, ¡Aleluya!, tenemos que ser una iglesia entendida, mis hermanos, tenemos que ser una iglesia que nos sentemos de vez en cuando leer un par de libros que nos ayuden a entender con mayor profundidad las cosas que están sucediendo en nuestra sociedad, de poder ver un reportaje en el Boston Globe y lo que estemos leyendo podamos ir a la Escritura, Señor, qué tu dices de esta situación en tu palabra? Cómo tu palabra me anima, me exhorta?
La palabra de Dios puede ayudar a alguien a nivel individual. La palabra de Dios puede inspirar a una familia. La palabra de Dios puede dirigir a una iglesia. Pero también concerniente a asuntos de nuestra cultura, de nuestra sociedad, de la política en la cual estamos moviéndonos, esto también tiene mucho que decir.
Fueron muchos los profetas que influyeron sobre reyes y sus historias están aquí. Yo creo que este es el tiempo de que muchos profetas se van a empezar a levantar e influenciar sobre los gobernantes de esta nación. Esa tiene que ser nuestra oración, mis hermanos, así que de nuevo, yo les animo, yo les exhorto, tengamos esto en nuestra mente, en nuestro corazón, de nuevo, quiero cerrar con esto, mi intención no es decirle a usted, vote demócrata, vote republicano. Pero sí es importante para nosotros como iglesia, dejarle saber dónde estamos.
Si usted considera esta su iglesia, usted tiene que estar bien claro qué es lo que nosotros pensamos y creemos, y por esta línea es por donde nosotros vamos. Tenemos que defender los principios del Reino de Dios. Ese es el llamado que Dios tiene para nosotros, el legado que van a tener nuestros hijos, yo les digo, yo miro mis hijos, yo miro sus muchachos que están ahí sentados en su falda, yo los miro y yo me digo, guau, qué será de ellos, cómo van a ser las cosas cuando les toque a ellos estar aquí en el lugar donde nosotros estamos? Cuáles van a ser las dificultades que ustedes van a tener que enfrentar, que ustedes van a tener que denunciar y mucho de cómo ellos puedan lidiar, va a depender de cómo nosotros, ahora, tomemos acción.
Así que mis hermanos, vamos a ponernos de pie, vamos a orar, vamos a cerrar este tiempo y pedirle al Señor su dirección total, su revelación total, no tan solamente sobre nosotros sino sobre toda la iglesia a través de esta nación, de costa a costa, de las Dakotas hasta Misisipi vamos a orar.
Amado Dios, entiendo que esto es un tema muy delicado, Señor, de poder abordar y hay veces que el tiempo no da, y hay tanta tela para contar en esta temática, Señor, y tantas perspectivas para tratar de reconciliar. Pero, Señor, la intención de esta noche es más bien nosotros podernos alinear a los principios de tu palabra, Señor, y que en toda decisión que nosotros podamos tomar, máxime concerniente, Señor, a nuestras responsabilidades civiles, yo te pido que ahora más que nunca los principios de tu palabra verdaderamente iluminen nuestra mente, nuestro corazón, nuestra capacidad de raciocinio, nuestra capacidad de decidir, Señor, y que no nos dejemos llevar necesariamente por las presiones o la corriente en la cual va esta sociedad, la dirección en la cual va esta sociedad, Señor. Ayúdanos a permanecer firmes en ti, Señor, y poder defender aquellas cosas que tu defiendes, defender aquellas cosas por las cuales tu lloras, por las cuales tu te conmueves, por las cuales tu te desbordas.
Ayúdanos a ser la iglesia que tu quieres que seamos en estos tiempos, Señor. Quita todo temor de nosotros, Jesús, aún en conversaciones que podamos tener, Señor, con colegas de trabajo, en la oficina, Señor, hay veces que estas son los tipos de conversaciones que se tratan de evitar, pero de alguna manera u otra surgen, y con estas conversaciones surgen temáticas que pueden ser bien conflictivas. Señor, mi oración es que a cada uno de mis hermanos y hermanas, incluyendo mi persona, que tu nos des la sabiduría, nos des la sagacidad, la mansedumbre, el discernimiento, Señor, y el valor, Jesús, para poder denunciar y declarar aquellas cosas que son y hablan de tu verdad y de tu justicia.
Prepáranos como iglesia, Señor, para las cosas que puedan estar por venir sean buenas o malas, Señor, prepáranos. Para nosotros podernos mover en sintonía contigo, Señor, y a tu paso, a tu tempo, Señor, poder seguir detrás de ti. Ayúdanos a ser la luz en medio de las tinieblas, Jesús, que tu nos llamas a ser, y enséñanos, Padre, enséñanos. Abre nuestra mente, abre nuestro entendimiento, Jesús, que no seamos cerrados sino que podamos estar abiertos a tu voz, a tu dirección, a tu enseñanza, Señor, sobre nuestras vidas.
Te pedimos todas estas cosas, Padre. Queremos ser una iglesia fiel, Señor, en estos tiempos, queremos ser fieles a ti. Ayúdanos a perseverar en tu verdad, Señor, en estos momentos, ahora más que nunca. Y de nuevo, esto no es una oración de debilidad o de duda, Señor, es un clamor que elevamos delante de ti, Señor, porque sabemos que la presión del enemigo ahí afuera va a seguir creciendo, Jesús , y ahora más que nunca tu estás llamando a una iglesia que no se acobarde sino que pueda poner su mano en el arado sin mirar atrás y continuar en ese curso que tu tienes para nosotros.
Pero una vez más nos declaramos en victoria seguros en ti, Señor. Se con cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche, Padre, llévanos con bien hacia nuestras casas, llévanos con tu paz, llévanos con tu protección, Jesús, concédenos un descanso profundo, reparador en esta noche y Padre, que si así tu lo permites mañana cuando nos levantemos, que podamos levantarnos con nuevas fuerzas, nuevas energías, nuevo ánimo, nuevo gozo, Señor Jesús, nueva esperanza, una fe fortalecida en ti, Señor, para enfrentar todo lo que el día de mañana pueda traer, te pedimos así en el nombre de Jesús, a quien le damos toda la gloria y toda la honra, amén y amén. Gracias Señor. Hermanos y hermanas salúdense unos a otros con la paz del Señor. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, nos veremos el viernes a los que vengan a discipulado, sino hasta el domingo. Bendiciones.