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Hoy es el día, este es el tiempo de las cosas nuevas. A cuántos les gustan las cosas nuevas? Cuando no nos alcanza para el carro nuevo a regañadientes nos compramos un auto usado y lo miramos por todos lados. Ya cuando estamos seguros nos llevamos el carro, pero justo se echó a perder la parte que no miramos. Las cosas nuevas traen sensaciones distintas al alma. Algunos que llegamos a este país a experimentar lo nuevo de vivir en otra cultura, algunos tuvimos que usar pantalones usados que nos regalaban. A cuántos les tocó vivir eso? No diga amén para que no se avergüence.
Cuántos tuvieron que usar esa camisa que usó cuántos años el vecino, y se la regaló a usted porque en invierno lo vio con una camiseta manga corta, y le dijo, tu no puedes andar así aquí. Pero cuando pudimos tener nuestro primer pantalón nuevo, pudimos comprar nuestra primera camisa, no importa si ha sido en Kmart o en alguna parte de esas o en Target, o en algún Dollar Store, también venden ropa ahí. Salvation Army, también a veces llegan cosas nuevas.
Que sensación distinta haber usado algo nuevo. Siempre le agradecemos al Señor por las experiencias que nos hace vivir. Pero hoy día quiero llevarlo por este concepto de cosas nuevas. Vivimos en un mundo donde lo nuevo tiene relevancia. Nadie le vende un auto usado en la televisión, todos procuran que usted compre un auto nuevo. Todas las cosas que son nuevas a uno lo hacen vivir mejores experiencias. De alguna manera no nos quejamos por tener algo nuevo, aún cuando no lo sabemos usar. Hoy día fue que sale el iphone 5, hoy día? Ayer, estos días salió. Es nuevo, pásenmelo a mí, seguirá nuevo el resto de su vida. No lo usaría para nada, no tengo idea cómo encenderlo. Es nuevo.
Interesante que aún en las cosas nuevas de la vida en Cristo, debemos abrir este manual y leer este manual todos los días para saber cómo usar las cosas nuevas que el Señor nos da. Gracias Señor por la llenura del Espíritu Santo y creemos que eso fue todo, y al otro día estaríamos caminando en el tercer cielo.
Es más, como Pablo creo que llegó al tercer cielo, llego Pablo, hasta el cuarto, nos animaríamos a llegar nosotros. Nos conformamos con la experiencia emocional y no nos ponemos a leer el manual de instrucciones para sacarle provecho a eso nuevo.
Usted tiene su ipad? Cuántos tienen su ipad? Yo quiero decirles que los que tengan ipad los felicito, si lo saben usar. Yo cada día veo a mi hijo y lo abrazo y le digo, gracias por enseñarme. Tiene dos años mi hijo. Maneja el ipad de mi esposa de una manera sorprendente. Bueno, dicen que está diseñado para los niños, para que los niños entiendan. Debe ser por eso que aún el Señor dijo, tiene que ser como niño para que tengas un ipad.
No se olvide hoy día el Señor tiene cosas nuevas. Isaías capítulo 42, versículo 9, quiero que tenga en su mente este versículo. Isaías capítulo 43 versículo 19 e Isaías capítulo 48 versículo 6. Tres expresiones, tres palabras que salen en cada uno de estos versículos que hacen interesante este concepto de cosas nuevas. Isaías capítulo 42, versículo 9 dice así, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Aquí no está el que escribió el otro día por internet y dice, Pastor, por qué usted lo dice todo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? Ese fue un comentario sobre un sermón que yo di.
“…He aquí se cumplieron las cosas primeras y yo anuncio cosas nuevas antes que salgan a la luz. Yo os las haré notorias…”
Guau! Versículo 19 del capítulo 43:
“…Yo anuncio, he aquí yo hago cosa nueva pronto saldrá a luz. No la conoceréis otra vez, abriré caminos en el desierto, si alguien está pasando por el desierto hoy día es el día que el Señor va a hacer cosa nueva, y ríos en la soledad… − alguien se siente solo? Alguien se ha sentido aislado? Hoy día subirán ríos que traerán acompañamiento, que traerán compañerismo – dice el versículo 20, … las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mí pueblo, mi escogido…”
Cuántos son escogidos del Señor? Yo te escogí dice Jeremías, el profeta dice, cuando el Señor habla dice, yo te escogí, yo te puse por nombre mío eres tu.
Así que usted no es cualquier cosa, usted es el pueblo escogido del Señor. De hecho, usted ya no se llama ni Norma, ni Juanita, ni María, ni Pedro, ni Juan, se llama mío y mía, esos son los nombres. El Señor te hizo de él. Eres de su propiedad. Él pagó el precio en la cruz del calvario. Sabes para qué? Para darte cosas nuevas, para que en medio del desierto comiences a florecer, para que en medio de un tiempo de sequía comiences a dar fruto agradable, para que en medio de la tristeza el gozo del Señor sea tu fortaleza.
Capítulo 48, versículo 6:
“…Lo oíste y lo viste todo y no lo anunciaréis vosotros. Ahora pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tu no sabías…”
Está preparado para recibir cosas nuevas? En un tiempo donde necesitamos la frescura del Espíritu Santo, necesitamos entender que cada día el Señor trae un nuevo afán a nuestra vida. Yo no entiendo cómo la iglesia del Señor o algunos que se denominan ser la iglesia del Señor, pueden tener conceptos de el día lunes no me gusta. A cuántos les gusta el día lunes? Guau! Esta es una iglesia maravillosa.
Si el día lunes me levanto con un ánimo tremendo. A las 5 de la mañana tengo que estar levantadito. A cuántos les gusta el viernes? Y los más espirituales qué día les gusta? El domingo. Es necesario que experimentemos la renovación constante y diaria del Espíritu Santo en nuestra vida. El Señor está provocando en nosotros cada día que busquemos lo nuevo que cada día trae para nosotros.
Dice el Evangelio no nos preocupemos, no nos afanemos por el día de mañana, cada día trae su propia novedad, su propio afán, aún para los hijos del Señor, ningún día es igual, ningún día se parece. Todos los días son distintos y todos los días son mejores, porque tu acercamiento con el Señor cada día es más profundo.
Necesitamos una iglesia que muestre la novedad del Señor diariamente en nuestra vida. Si ayer dijiste 10 palabras feas, hoy día tenías que haber dicho 9 por obligación. Y mañana serán 8. Si pensaste mal ayer 10 veces, hoy día pensaste mal 9 nomás. Es más, ya no deberías pensar mal.
Necesitamos una iglesia que se levante a exponerle al mundo que nuestro Dios no es un Dios de rutinas, que nuestro Señor no es un Dios de casualidades, que nuestro Señor no es un Dios de repeticiones banales, sino que es un Dios que creativo. Me encanta leer el relato de la creación, Dios es un Dios creativo, cada día hizo algo nuevo, cada día.
Y cada día que pasaba la creación anterior se complementaba con la nueva creación del día siguiente. Yo no sé si a usted le interesan las cosas nuevas del Señor, o usted está sumergido en una posición religiosa. Usted está aquí porque no quiere estar en una parroquia. O está aquí porque no quiere estar en el salón del reino. Está aquí porque no quiere estar en la iglesia de los mormones, aquí le cae mejor todo. Todos cantan bonito, tocan bonito. Hay cámaras de televisión.
En una de esas el camarógrafo lo enfoca y sale al mundo y se hace famoso con esa imagen. Yo no sé cuál es lo que motivo su corazón en esto, pero hoy día es tiempo de que entendamos que el único que puede hacerse notar a través de nosotros es el Señor a través del Espíritu Santo, en nuestra vida, para que todos los días proyectemos cosas nuevas que él ha preparado para nosotros.
Hoy día el Señor te está diciendo, sal de tu rutina, sal de tu aburrimiento, sal de tu religiosidad, yo tengo cosas nuevas, te las anuncio ahora, las vas a ver, las vas a vivir, las vas a experimentar, hoy día te las digo, para que no digas que lo hizo el de las cartas de la esquina.
Cuando usted lee los relatos de estos tres capítulos que yo le di, hay algo en común además de esta cosa de que él nos anuncia cosas nuevas, nos hace cosas nuevas, y también nos motiva a oír que él nos ha dicho que hará cosas nuevas. Sabe qué es lo común en estos relatos? Que él dice, para que no le vayas a contar a nadie ni a decir a tus hijos que lo hicieron los dioses de esos otros, porque mi gloria no la comparto con nadie. Dios no hace adivinanzas, Dios te dice, yo te lo voy a dar, créelo y lo verás.
Dice que la fe viene por el oír, y el oír la palabra de Dios. Así que escuchemos las cosas nuevas que el Señor ha preparado para nosotros. En Ezequiel capítulo 36, versículos 26 y 27, dice:
“… Os daré – cuántos tienen corazones nuevos? No, no hay mucho amén. − … Os daré corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros…”
Ha experimentado eso en su vida? Fíjense, vamos a Segunda de Corintios 5:17,
“…De modo que si alguno está en Cristo – qué es lo que es? Cuántos el Señor los hizo nuevos? A cuántos el Señor los hizo nuevas criaturas? A cuántos de nosotros ya las cosas viejas ya pasaron definitivamente? − ….os daré corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne… − versículo 27 − … cuando nosotros comencemos a vivir con un corazón nuevo y un espíritu nuevo y pondré dentro de vosotros…− qué? Está convencido de eso usted? Cuántos tienen al espíritu del Señor dentro de su vida? Cuántos tienen al espíritu del Señor en su vida? − … y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra…”
Así que ya no puede existir un cristiano con síntomas de derrota. No puede existir un cristiano con síntomas de ser un perdedor, con síntomas de quejas, no puede haber un hijo del Señor que haya experimentado cosas nuevas y que tenga el espíritu del Señor en su vida, y experimentar cosas que no son del Señor. El desafío de hoy día es que cada uno de nosotros podamos entender de que cada día las misericordias del Señor son nuevas en nosotros.
Cada día el Señor quiere que entendamos que su poder actúa para cosas nuevas en nosotros. Estás luchando con algo? Cree, cree, el Señor te ha dicho, haré cosas nuevas, yo ya te las anuncié, te dejé que las escucharas, ya has visto las cosas primeras que yo hice, no voy a poder hacer las otras?
Todo aquel que está dispuesto a vivir experiencias de cosas nuevas debe estar vestido del nuevo hombre. En Efesios capítulo 4, versículo 24, que debemos ser un hombre vestido de nuevo, creados según Dios, dice que debemos despojarnos, desnudarnos del viejo hombre…
Cuántos se quieren deshacer del viejo? Del viejo hombre. De la vieja mujer. No, esa parte del viejo hombre habla de universalismo para que nadie se ofenda. Debemos ser vestidos del nuevo hombre, debemos estar revestidos de Cristo, sacando de nosotros toda actitud, todo hábito pecaminoso que ofenda el plan renovador, el plan de nueva vida que Dios tiene para con nosotros. Debemos vestirnos de Cristo. El vestirnos de Cristo me lleva a pensar en el fruto del espíritu.
En Gálatas, capítulo 5, versículo 22:
“…Más el fruto del espíritu es amor…”
Nadie que no tenga a Cristo puede amar, nadie que no esté vestido de Cristo puede amar. Dice,
“…Más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…”
Nadie que no esté vestido del nuevo hombre puede practicar esas cosas. Es el desafío de una iglesia que cada día muestre a un Dios creador. Es no solo tenerlo de concepto, tenemos el logos en nuestra cabeza, la palabra en nuestra cabeza, debemos hacer la vida, que sea un lema constante, que fluya a través de nosotros, cuando abras tu boca que salga palabra de vida.
Dice la palabra del Señor que impondrán las manos sobre los enfermos y sanarán. No sé qué pasa últimamente muchos terminan más enfermos todavía. Qué cosas nuevas estamos entregando. Yo me imagino a Pedro, la sombra de Pedro no podía hacer nada, pero como Pedro estaba vestido del Cristo, de la gloria, cuando su sombra pasaba en las calles, dice que había señales, había sanidades, había milagros.
Sabe, una iglesia que predica y pregona cosas nuevas está hablando de un Dios vivo, de un Dios real que no hay nada imposible para él, que él todo lo puede, el que creó los cielos y la tierra, el que creó la naturaleza, no me importa lo que diga la ciencia, no me importa si algunos creen que vienen del mono, yo no. aunque a veces me levanto con una cara que a veces dudo.
Cada día podemos gozarnos en la novedad del Señor. Mañana tienes un desafío, preguntarle al Señor qué es lo nuevo que él tiene para ti. Mañana tienes un desafío, aún cuando salgas de aquí, le dices al Señor, qué es lo nuevo que vas a traer para mí? Tienes a Cristo en tu vida? Si has nacido de nuevo, si has entregado tu corazón a Jesús entonces debes experimentar la novedad del Señor. Todos los días. Este Dios que nosotros tenemos es inagotable.
Siempre peleo con este concepto, a nosotros nos enseñaron el concepto de Dios, en esta área del mundo, este concepto de Dios tiene que ver con el concepto griego, ese Dios casi místico, ese Dios casi muy lejano. Debemos entender que el Dios que nosotros conocemos, del que nosotros hablamos, del que realmente hace las cosas nuevas, es el creador, el todopoderoso, el soberano, el Señor, el que creó hasta el que pensó en el Dios griego. Al que escribió del Dios griego, el Dios de nosotros lo creó.
Qué cosas nuevas está experimentando? En este momento me viene a la memoria un texto bíblico que dice, cosas que ojo no vio, que ni oído oyó, ni en subido a corazón de hombre, son las que Dios ha preparado, ya las preparó para lo que le aman.
Así que no se preocupe por lo que no haya visto. Después de la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Apocalipsis capítulo 21, versículo 5:
“… Y el que estaba sentado en el trono dijo, he aquí yo hago nuevas todas las cosas y me dijo, escribe porque estas palabras son fieles y verdaderas… − versículo 6 − ….y me dijo, hecho está...”
Ya está. Lo crees? Lo crees? Lo cree usted? Ya está. Levante su mano y dígale, Señor, dame lo que preparaste porque hecho está. Vamos a ponernos de pie.
Vamos a darle un aplauso al Señor. Denle un aplauso fuerte al Señor. Y vamos a cerrar nuestros ojos porque ya el Señor ha sembrado en nosotros la semilla de lo nuevo. Ponlo ahí en el altar, ponlo ahí en el trono, dile, Señor, gracias. Señor Dios todopoderoso, honramos y declaramos que tu eres Dios, que no hay nada que se compare a ti. Tu eres el dador de la vida, el que creador de todas las cosas, tu eres el que hace nuevas cada mañanas tus misericordias. Tu eres el que nos da nuevas oportunidades.
Señor, aquí hay un pueblo que está sediento de cosas nuevas. Aquí hay un pueblo, Señor, que está sediento de la experiencia de tu espíritu cada día, Señor. Señor, imparte una unción nueva cada día sobre cada uno de mis hermanos. Señor, que tu unjas su vida para hablar, para declarar, para desatar, para decretar que vivamos como una iglesia, Señor, que experimenta el afán tuyo cada día, Señor, con alegría, con gozo, con esperanza.
Y que cada uno de mis hermanos, Señor, pueda ver aún en sus anhelos más profundos que lo nuevo que has preparado para ellos ya lo has hecho, ya lo has hecho, Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
Un minutito más, les voy a pedir un minuto más. Yo entiendo muy claro que Dios ha hablado bien directo a nuestras vidas hoy, al menos a mí ha venido una palabra muy directa. Y Señor, mi oración es que no tomemos esta palabra en una forma muy ligera, Señor, sino que podamos meditar profundamente en lo que tu nos acabas de decir, Señor.
Las implicaciones de esta palabra, tu lo has hecho ya. Es una realidad, así que ya basta de estar viviendo en la perspectiva de lo poco, la perspectiva de lo mediocre, abre tus ojos a lo que ya Dios ha hecho. Escucha bien, no más quejas, no más excusas, muévete a esa dimensión donde ya todo está hecho. Abre tu oído a lo que yo he dicho ya. Siembra en tu corazón la realidad de aquellas cosas que ya yo he hecho para ti, para los tuyos. Persíguelas. Persíguelas y las encontrarás, día tras día, un vislumbre nuevo para ti, para que tu puedas disfrutar de esas cosas bellas, preciosas, abundantes que yo he hecho para ti, te dice el Señor, nos dice el Señor.
Gracias Jesús, de lo más profundo de nuestro ser, gracias por esta palabra, Señor, una palabra rema a su tiempo, Señor, sazonada como solamente tu lo puedes hacer. Así que, Señor nos vamos de aquí ahora, de este lugar, con la convicción de que esas cosas nuevas tu las tienes hechas ya, es cuestión de nosotros ya adentrarnos a eso. Ayúdanos a despojarnos de ese viejo hombre y dái tras día vestirnos de ese nuevo hombre, esa nueva mujer que tu tienes ya, que tu has declarado ya para con nosotros.
Llévanos con bien, Señor, hacia nuestros hogares, que aún en nuestro descanso de la noche esta palabra pueda seguir haciendo eco en nuestra mente, en nuestro espíritu, en nuestro corazón, y que en el día de mañana, Señor si así tu lo permites, cuando comience un nuevo día, que comience una nueva manera de ver la vida, Señor, la vida que tu ya nos has dado, en el nombre de Jesús. Amén, Señor, amén, amén, hermanos y hermanas que el Señor les bendiga, el Señor les guarde.