Qué fruto estamos dando?

TRANSCRIPT

Quiero invitarle a abrir su Biblia en el libro de San Juan, capítulo 15 y reflexionar acerca de la necesidad que tiene la iglesia del Señor de llevar, de dar y llevar mucho fruto. El desafío para estos tiempos es ser una iglesia que muestre una alternativa creíble, deliciosa, no solo a la vista sino al paladar espiritual del mundo, para que vean que Jesucristo realmente es la solución. La iglesia tiene esa virtud de poder predicar el Evangelio de vida del Señor Jesucristo. San Juan capítulo 15, vamos a leer algunos versículos, dice así en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:

“…Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto lo quitará y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí y yo en vosotros como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí…”

Versículo 5, “… Yo soy la vid vosotros los pámpanos. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto porque separado de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece será echado fuera como pámpano y se secará y los recogen y los echan en el fuego y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y les será hecho…”

Gracias Señor por tu palabra. Gracias por la oportunidad, Señor, de ser expuesto, Señor, a una reflexión, a un consejo tuyo. Permite que tu palabra, Señor, traiga a nuestras vidas, Señor, lo que nuestra vida espiritual necesita para el alimento oportunidad, en el nombre de Jesús. Amén. Amén.

Hay una necesidad urgente de la iglesia en general, de la iglesia del Señor en este tiempo, de tratar de saber qué es lo que estamos dando o qué es lo que estamos mostrando al mundo. Muchas veces la palabra del Señor se va transformando en una especie de dogma religioso y estamos de una u otra manera, expuestos a que la rutina de la religiosidad nos vaya solo dejando creer que estamos haciendo las cosas bien.

Este pasaje ha sido importante en las últimas semanas en mi vida y he podido ser ministrado, desafiado por el Señor, a reflexionar, a mirar mi vida con respecto a lo que él desea. Él es el Señor y debemos estar pegados, amarrados, agarrados a él, es la única manera cómo vamos a dar la medida que él nos está pidiendo.

Fíjense que en este capítulo 15, hasta el versículo 17, se menciona 10 veces la palabra permanecer, 10 veces. Así que parece que el término no es menor, en lo que al Señor se refiera. Cada uno de nosotros debe entender que si permanecemos en el Señor, que si permanecemos en su palabra, si permanecemos haciendo su voluntad, los resultados que vamos a tener van a ser los que Dios quiere que tengamos. No hay otra manera.

Y es interesante porque esta porción bíblica puede dar para muchas cosas, pero lo más esencial, Cristo se muestra como una de las alternativas y la alternativa mejor para el hombre y la mujer que cree y ha aceptado al Señor. Muchos se aferran al concepto de la religiosidad, dice que yo soy la vid, él se declara, él te dice lo que él es, él dice, hay otras cosas de las cuales tu te puedes agarrar, o de las cuales tu te puedes aferrar, y hay otras manera también como tu puedes llevar fruto. Hay algunos que se aferran a la educación, hay algunos que se aferran al trabajo continuo, hay algunos que se aferran a la filosofía, hay algunos que se aferran a diferentes corrientes, a diferentes troncos o árboles centrales en su vida, Cristo se muestra como el lugar especial, como el lugar indicado para que el hombre y la mujer de Dios puedan dar lo que Dios está pidiendo de nosotros.

Algunos de nosotros nos aferramos a la religión. Hace muchos años cuando iniciaba en el ministerio era un joven, no es que ahora no sea joven, pero estoy menos joven que antes, voy a predicar en nuestros países, era muy tradicional salir a repartir tratados y predicar en las calles, y algunos se paraban en las esquinas a gritar, y algunos íbamos casa por casa, y me aparece uno que me dijo, “Yo soy… no te voy a recibir eso, porque yo soy católico, apostólico y romano.” Él estaba agarrado de ese concepto de fe. Para él eso era su manera de interpretar su relación con Dios. Seguramente él tenía algún fruto, habrá sido el fruto que Dios estaba esperando de él?

Cuando muchos de nosotros destinamos tiempo en la educación y dejamos nuestra vitalidad espiritual, esa conexión que hay con el Señor a través de su poder, a través de nuestra relación en la oración, el ayuno, en nuestra intercesión diaria, en nuestra relación con los hermanos y nos dedicamos a buscar otros argumentos dónde estar pegados para tener nuestro fruto. Cuando usted estudia una profesión los frutos que va a tener usualmente o normalmente serían frutos de conocimiento y financiero, porque después va a tener un buen trabajo probablemente.

Cuánto tiempo dejó de estar pegado del Señor por dedicarse a esto? El Señor está diciendo que él es la manera correcta de cómo nosotros podemos tener resultados correctos, frutos agradables, no solo en nuestra vida espiritual, sino también en nuestra vida persona, cuando nosotros somos trabajadores, cuando nosotros somos padres, cuando nosotros nos casamos, cuando nosotros formamos familia, no importa lo que hay alrededor si estamos pegados a la vid verdadera, a ese tronco central, a ese cuerpo central que es él, entonces el fruto que vamos a dar donde estemos parados va a ser agradable, vamos a ser el mejor esposo, vamos a ser la mejor esposa, vamos a ser los mejores padres, vamos a ser los mejores hijos, vamos a ser los mejores vecinos, vamos a ser los mejores trabajadores, vamos a ser los mejores jefes, vamos a ser los mejores emprendedores, porque estamos pegados a la vid verdadera, que es Jesucristo. Todo nace ahí.

Muchos se equivocan en dónde van a poner su confianza, de dónde se van a agarrar. Yo hoy día le digo, agárrese del Señor, incrústese en el Señor. Deje que ese tronco central, esa vid verdadera vaya trayendo en usted la vida que usted necesita como esa rama que va a dar el fruto que Dios está esperando de usted.

El salmo capítulo 1, hay un texto muy interesante, el fruto se da cuando hay agua abundante, agua correcta. Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos ni estuvo en camino de pecadores, ni en sillas de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita, reposa, ora, piensa, de día y de noche, será como árbol plantado junto a corriente de agua que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace…”

Así que ahí está la respuesta. Dónde está recibiendo usted la fuerza, el agua que va a dar que su fruto sea el correcto.

Hay algunos detalles interesantes que podemos ver. Aún en el libro de Mateo, capítulo 3, nos habla de que el fruto, nosotros debemos ser personas que ser dignos de fruto de arrepentimiento. Y eso trae toda una línea de cómo debemos mostrarnos. A cuántos les gusta comer fruta? Hay algunos que cambiamos la fruta por algún tiempo por pollo frito y hamburguesas. La fruta o vegetal que había era ese pepinillo que estaba alrededor de la hamburguesa. Eso es todo el vegetal y fruto que comíamos algunos de nosotros.

La fruta es saludable. Hay diferentes tipos de frutas. En nuestras culturas, en la cultura latinoamericana, y en la cultura centroamericana y caribeña aún hay frutos que no se dan en Latinoamérica, en Sudamérica, no se dan los mismos frutos que se dan en el Caribe. Y cada fruto tiene elementos que van a ser beneficiosos para nuestro organismo, ya sea si come una manzana o una naranja o un banano, o uvas, o blueberries, mangos, trae unos elementos la fruta a nuestro organismo que nos dan energía. Hay frutas que dan energía.

Algunos de nosotros abrimos un Red Bull mejor en vez de comer una fruta correcta. Hay frutos que traen limpieza para nuestro estómago, `para nuestras digestión, hay otros frutos que traen la elasticidad que nuestra musculatura necesita, aquellos que practican levantar pesas, tienen que comer mucho banano para poder sostener el músculo. Usted tiene que comer banano para cuando usted hace peso, para que no provoque calambres, no se le recojan los músculos, y con el tiempo usted va a ir entendiendo. La fruta trae elementos necesarios para nuestro cuerpo. Yo no soy ni doctor ni agricultor y a mí no me gusta sacar las frutas de los árboles, yo prefiero comprarla en el supermercado. Eso es todo la actividad agrícola que yo hago. Voy al supermercado y me pongo a recoger manzanas.

A algunos les gusta el campo, otros lo miran desde una perspectiva científica, pero trae esos elementos necesarios para nuestro cuerpo. Sabe qué? Me encanta esta figura de la fruta porque es tan deliciosa, cuando usted ve los mira, frutos grandes, frutos deliciosos, jugosos, usted sabe cuando una fruta es buena solo al mirarla. Cuando una fruta se ve bien cuando usted la toca.

Muchos de nosotros estamos llamados, la iglesia del Señor está llamada a ser un pámpano, una rama que lleve frutos agradables para que el mundo, la gente vea que estando pegados a Jesucristo es la manera correcta de cómo presentarse.

Sabe que hay unas interpretaciones de Gálatas, capítulo 5, versículo 22, pero simplemente yo lo veo así, todo aquel que lleva un fruto agradable del Señor debe tener los siguientes elementos para que el mundo vea quiénes somos, qué estamos dando y qué el Señor está produciendo a través de nosotros .

Gálatas, capítulo 5, versículo 22 habla de los elementos que trae el fruto del espíritu. Dice:

“…Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…”

Sabe, el fruto que usted y yo debemos dar estando pegados a la vid que se llama Jesucristo, debe tener esos elementos. Si ese fruto que estamos dando tiene esos elementos, entonces la persona que se coma ese fruto va a recibir salud, va recibir vida, va a recibir energía, va a recibir las proteínas y las vitaminas espirituales que necesita tener, pero siempre y cuando nosotros estemos dando el fruto correcto con los elementos correctos.

Hay algunos que en su entendimiento tratan de separar 9 frutas de Gálatas 5:22, yo no sé, yo no he estudiado teología tan profundamente. No es que no me interese, pero mi impresión es que nosotros no podemos tener 8 elementos solamente, son 9. Podemos tener gozo, paz, no podemos dejar de tener amor. No podemos dejar de tener paciencia. No podemos dejar de ser bondadosos. No podemos dejar de tener templanza. El fruto que nosotros estamos dando debe estar compuesto por estos elementos espirituales que van a traer sanidad espiritual a la persona que lo va a probar a través de nosotros.

El fruto de arrepentimiento está llamado así, está llamado a llevar estos elementos que permitan que otros puedan ser testigos del poder de Dios a través de nosotros. Lo que nosotros podamos mostrarle al mundo no es solamente por nuestra manera de creer, sino de lo que estamos creyendo está produciendo algo para que otros puedan probarlo.

Usted está llamado no solo a llevar fruto, sino a llevar mucho fruto. El Señor en estos versículos nos invita a que seamos dependientes de él. Versículo 5 dice,

“…Yo soy la vid verdadera, vosotros los pámpanos, el que permanece en mí – pero además agrega – y yo en él…”

Aquí hay una participación en este proceso. No es solo el creer, estar pegados a la vid que es Jesucristo, sino es que nosotros tengamos la convicción de que en esta relación, en esta unión que hay con él, él también esté fluyendo a través de nosotros en esta rama que está saliendo. El que permanece y yo en él, hay un concepto de dependencia de Dios, dependemos de Dios. Si Dios no deposita en nosotros su poder, su gracia, entonces preocupémonos, porque algo está pasando que no está fluyendo. Dice:

“…Éste lleva mucho fruto – mire la última parte – porque separado de mí nada podemos hacer, nada podemos dar…”

Somos incapaces de llevar un buen fruto solos. Él tiene que estar proveyéndonos de ese elemento de vida a través de su Espíritu Santo fluyendo entremedio de toda esta estructura para que podamos llevar fruto. Aquel que no está llevando fruto correcto, o aquel que no lleva un fruto, dice que lo va a cortar. Pero a otros los va a cortar, sabe para qué? Para que lleven más fruto. Es interesante esta dinámica porque aún llevando fruto el cansancio puede venir sobre ti, la rutina puede venir, el Señor se va preocupar de cortar eso que no está trayendo vida para que pueda tener una vida más prolongada.

Aceptemos la recomendación del Señor. Aceptemos el desafío del Señor. Qué fruto estamos dando? Es agradable? La gente está comiendo de ese fruto a través de nosotros, de nuestro testimonio? El Apóstol Pablo habla de fruto de justicia, de gracia. Que nosotros damos frutos para glorificar al Señor. Es el desafío de la iglesia, siempre, todos los días, no solo a la hora que viene al servicio sino todos los días.

Los que vienen a la iglesia esa es la hora donde manejan mejor en la calle, porque vienen a la iglesia, no pueden pecar diciendo nada. Es la hora donde menos malos pensamientos tenemos, donde no hablamos tan feo, de repente. Pero el Señor que llevemos fruto constante.

Y si algo está pasando, me acuerdo de una palabra profética en el libro de Isaías, uno de los profetas dice que él derramaría lluvia sobre el sequedal y la tierra seca volvería a reverdecer y a dar fruto. Si no estamos dando fruto, dejemos que el Espíritu Santo venga y traiga sobre nosotros esa lluvia que nos va a permitir reinsertarnos en la vid verdadera, que es Jesús.

Cierre sus ojos. Señor, te agradecemos porque este es un tiempo donde tu iglesia, Señor, está siendo desafiada a mostrar realmente lo que tu eres. Y estás levantando a una iglesia que está mostrando tu poder no solo a través de sus testimonios, sino que producto de sus testimonios, Señor, tu estás haciendo señales, trayendo sanidad, estás obrando prodigios y milagros en un tiempo donde parece que Dios estuviera lejano.

Señor, somos tu iglesia y permítenos que estemos pegados a ti, que no nos despeguemos, no dejes que nos sequemos, Señor, sino que corta todas aquellas estructuras que están trayendo sequedad y muerte, falta de vida en nosotros y que producto de ese corte, podamos llevar el fruto que tu estás pidiéndonos, un fruto agradable, un fruto que honre tu nombre, un fruto que traiga vida, que traiga salud, que traiga los elementos espirituales que la gente necesita hoy día tener.

Gracias, Señor, en el nombre de Jesús. Amén. Amén.