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En esta mañana voy a estar hablando acerca del tema: "Dios te ha puesto en un lugar especial" usando como base contextual bíblica el Salmo 118 versos 4 al 6. ¿Cuántos de ustedes han ido a una entrevista de trabajo y esos días antes de la entrevista de trabajo usted se memoriza lo que aparece en esa descripción de trabajo, lo que están pidiendo? Ahora en estos tiempos no solamente nos memorizamos lo que piden sino también vamos al website y vemos qué esa compañía ofrece, qué es lo que hace para que cuando lleguemos a esa entrevista tengamos todo cubierto y no haya una pregunta que no sepamos contestar.
Y cuando comienza la entrevista empezamos con muchos nervios ¿no? y si antes de esta entrevista vemos que hay muchas personas aplicando para esa plaza más nerviosos nos ponemos porque vamos a competir con muchas personas. Yo no sé ustedes pero yo he estado en entrevistas que no solamente miro cuántas personas hay sino si son más jóvenes que yo porque no solamente tengo que competir con cuántas personas son sino que son más jóvenes. So yo he estado también en ese sitio esperando por la entrevista.
En una ocasión estoy esperando en la sala de espera del hospital para ser entrevistado por una plaza y en una de esas ocasiones tan raras que me llevo a mi mamá para la entrevista mi hermano voy para esta ciudad, vente conmigo te llevo para el paseo y observo este hospital ¿no? cuando llego a este hospital en particular, mi mamá me dice sentados en la sala de espera: hijo ¿qué tú ves raro en las personas que están cambiando la bombilla en ese lobby? esta es mi mamá.
Yo le digo: bueno que hay siete, una escalera y una bombilla. So ella me dice: hijo cuando vayas a la entrevista y te pregunten: ¿qué tú puedes traer nuevo a este trabajo? menciona lo que tú has visto hoy en esa sala de espera. So cuando llegué a la entrevista me hacen un sin número de espera y llego a la pregunta: ¿y qué usted puede traer a esta compañía? yo me sonrío ahí de oreja a oreja bien contento, bien seguro; aquí voy con una respuesta sencilla, básica pero real. Le digo: bueno yo te puedo ahorrar el trabajo de seis empleados y di mi ejemplo.
Y él me dijo a mí: el trabajo es tuyo, esta compañía tiene un lugar para ti porque puedes ahorrarle dinero a esta compañía. Y yo me sentí hermanos contento, le dije a mi mami: tengo un trabajo, ahora voy a empezar como jefe, tengo muchas personas, el jefe ha dicho que ese lugar él lo tiene para mí pero yo no leí los fine prints, yo no sabía que había behind de decirme: tenemos para ti un trabajo y me acuerdo que al transcurrir los próximos días en este trabajo en particular descubrí que el lugar que tenían para mí no era tan especial. Era un trabajo que requería tres diferentes turnos y en el segundo turno había un tráfico de droga increíble dentro del trabajo.
So de pasar de una entrevista muy contento: tengo un trabajo ahora tener que lidiar con issues no muy bonitos. Lo que parecía especial y muy bonito ¡hmph! no tenía nada ni de especial ni de bonito. Pero en esta ocasión yo quiero traerte a un lugar que Dios nos ha dado y ese lugar es especial. Digan ahora, estamos en Salmos 118 versos 4 al 6: "Los que temen a Jehová que para siempre es Su Misericordia. Desde la angustia invoqué a Jehová y me respondió Jehová poniéndome en lugar espacioso. Jehová está conmigo, no temeré lo que me pueda hacer el hombre."
Lo que hace de este lugar especial primero: que es un lugar que Dios ha puesto Su Nombre, so desde el momento que yo puedo entrar a ese lugar que Dios ha escogido para mí yo estoy pisando un sitio que lleva el Nombre de mi Dios ¿y qué implica eso? que no tengo que entrar ni tomar en cuenta mi preparación académica, que Él no ha tomado en cuenta cuán hondo o sumergido esté yo en el pecado, cuán rechazado esté yo por la sociedad, cuán marginado me tenga a mí mi comunidad; al momento de nuestro Señor llamarnos para ese lugar especial, heh, yo entro no porque me lo he merecido ni por lo que me he ganado ni por lo que he pagado ni por lo que he hecho es que ya Él ha puesto Su Nombre de gloria.
Y cuando yo comienzo a caminar por el lugar que Él tiene para mí que es un nombre de gloria significa que las cosas me pueden ir mal, que las cosas se pueden complicar, que me puedo quedar solo o me puedo quedar sola, que la enfermedad puede llegar a mi vida pero me recuerdo que dentro de esa circunstancia, que dentro de ese problema, que dentro de esa soledad, que dentro de esa circunstancia que me están señalando o me están rechazando lo que tengo que hacer es recordarme que yo estoy en el lugar que Dios me ha llamado y que Él ha puesto Su Nombre, un nombre que no pueden quitar, un nombre que no pueden borrar, un nombre que no le pueden dar delete y se fue el programa, no. Ese Nombre está ahí puesto para siempre.
Y aunque yo esté débil, aunque yo esté enfermo, aunque yo esté fatigado es un lugar que yo puedo doblar mis rodillas y veo Su Nombre. Puedo levantar mi cabeza al cielo y yo veo Su Nombre, puedo mirar al lado y veo Su Presencia. Es como sentirse ¿se acuerdan la experiencia de aquéllos tres en la transfiguración, Pedro, Juan y Jacobo que no se querían ir? ellos no se querían ir porque ese lugar era especial. ¿Qué tal si yo te dijera que nuestra experiencia en el lugar especial es más grande que el momento de la gran transfiguración? Porque ellos vieron a Moisés y Elías pero usted y yo heh, en ese lugar especial no tengo ni a Moisés ni a Elías yo tengo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo conmigo.
¿De qué otra manera yo puedo sobrevivir los embates de la vida si salgo fuera de ese lugar o cuántas tentaciones hay para salir de ahí? ¿a cuántos nos han dado una llave en algún momento de nuestra vida? La llave de la bendición, la llave que abre las puertas, la llave que encadena aquéllo que no es positivo ni espiritual pero por los embates de la vida hemos escondido o guardado, o perdido la llave y nos encontramos en ese sitio especial como perdidos, no sabemos qué vamos a hacer.
Clamamos y aparentemente no nos escuchan, lloramos y no hay quién preste oído a nuestro llanto. ¿Has pasado por eso alguna vez? que solo en tu recámara, en tu cuarto tu almohada es la que sabe cuántas lágrimas, cuánto dolor y a veces nos preguntamos: reunidos de tanta gente ¿quién se da cuenta de mi dolor? ¿dónde está ese Dios de los domingos? ¿Dónde está esa paz que se predica si en ese momento crucial yo me encuentro solo, yo me encuentro sola, yo me encuentro abatido?
Yo te quiero recordar en esta mañana que puedes estar derribado como decía Pablo pero no estás destruído. Puedes estar con congoja o abatido pero no podrás perder la paz porque esa paz que Dios ha dado está basada en el Nombre que ha vencido todo lo que existe en esta Tierra, un Nombre sobre todo nombre. Un Nombre que no está basado en una filosofía, un Nombre que no es una idea porque hasta donde yo sé el Nombre de Jesús a quien servimos, a quien adoramos todavía a esta altura, en este día, en este año siguen encontrando tumbas de Él pero siguen estando vacías lo que implica que Su Nombre sigue vivo, Su Nombre tiene poder, Su Nombre cambia, Su nombre lo respetan hasta en el infierno.
Por eso el salmista decía: aunque se levanten como río, aunque hagan mucho ruido, mucha turbulencia dice que Jehová plantará bandera porque está basado en Su Nombre, no en mi nombre, no en lo que yo tengo sino en el Nombre del Señor Jesucristo.
Mi esposa me decía esta mañana o ayer por la noche: Isaías tienes que predicarlo en dos servicios. Sí, cógelo con calma. Hay veces que yo creo que te va a dar un heart attack. Yo no sé ustedes pero yo me crié en esto y Dios me llamó a temprana edad a Su lugar especial y he mantenido siempre la vista en mi Dios a través de todas las circunstancias, porque he entendido que más grande que yo, heh, más grande que yo es el que me llamó a mí y cuando me he movido a ese lugar especial no me he movido porque lo planifiqué, porque lo busqué en Google o lo puse en GPS, el Señor ya había escogido, había definido, había fundado ya ese lugar especial para mí y también para ti.
Lo bonito de ese lugar es que yo no soy el dueño, hmph. So yo no tengo que pagarle renta ni firmar un list y como no soy dueño yo no lo he construído. Una de las cosas que nos pasa a menudo en el largo caminar del Evangelio es que a menudo estando en ese lugar especial viene a nosotros la desesperación por muchas circunstancias. A veces nos preguntamos: ¿cómo es posible que si yo estoy cumpliendo con el Señor, si yo he accedido a estar en ese lugar que Él ha preparado para mí, si yo creo que Él de verdad me ha llamado, si yo creo que de verdad Él me ha puesto, por qué me pasan tantas cosas negativas o malas?
Y aquél que es mi vecino, mi vecina o compañero de trabajo que no está en ese lugar especial, que ni conoce ni reconoce la gloria del Señor vive una vida como si nada le afectara y eso crea en nosotros una contienda interna espiritual: pero ¿cómo es posible que yo le sirva a un Dios tan y tan poderoso pero dentro de ese servir y ese caminar yo veo a otros que no te reconocen, que no vienen a la Iglesia, que no abren una Biblia, que no conocen de Dios, que se burlan del Evangelio, que se mofan de las cosas religiosas, que el domingo en vez de venir aquí están jugando golf prosperan? los promueven en sus trabajos, tienen dinero, no pierden los trabajos, no hay problemas en la familia aparentemente.
Entonces a los que estamos en el lugar especial es todo lo contrario, es como decía un amigo mío: mira lo ilógico de servir a Dios en un lugar especial es que tú llegas al Señor sin luggage, sin maleta, sin backpack y cuando sales de recibir al Señor Él te da luggage, backpack, maleta, muchachos, familia; alaba a Dios también.
¡Ah! so para ustedes la familia es un backpack, es un luggage (risas). Mire hermano, una de las bendiciones de ser ministro es que tú puedes ver a las familias en los momentos buenos y en los momentos malos y en los momentos difíciles como Pastor estando con ellos tú te enteras de todo lo que ha pasado en esa familia por años. Por ejemplo hace muchos años, eso no pasó en Massachussets ni pasó aquí voy a hacer este entierro ¿no?, voy a la funeraria, no es miembro de mi Iglesia pero me pidieron que ayudara so fui a la funeraria y veo que está la viuda, están los hijos y no hay mucha gente.
So comienzo a compartir más con ellos para saber más del que había fallecido, noto que la viuda no está hablando absolutamente nada y yo asumo que ella está bien dolorida por lo que ha pasado; es una familia que ha servido al Señor por cuarenta años so digo estas personas están en un lugar bien especial, cuarenta años para el Señor. So cuando termino de hablar con los hijos la viuda me dice: Pastor, quiero hablar con usted. Yo pensé: amen la hermana está, puede hablar positivo, ella me dice: le voy a pedir un favor. Sí dígame, un solo favor. Que usted se recuerde que cuando usted predique esta noche y mañana vayamos al cementerio no diga nada bueno sobre mi esposo.
Y yo dije: Señor Tu sentido del humor no hace sentido porque este lugar donde yo me encuentro ahora por fe sé que es Tu lugar, so yo comienzo a predicar manteniendo en mi mente: no puedo mencionar nada positivo pero yo no vine a predicar del muerto ¿entiende? Yo no vine a leer un elogio, yo vine a predicar el mensaje del Evangelio, mensaje de paz que cambia todo el tiempo. So cuando termino de predicar ella se para, me da las gracias y entonces me dice: Pastor mañana en el cementerio recuérdese, nada.
So llegamos al cementerio al día siguiente y hago mi parte y el señor que dirige el orden fúnebre me dice: Pastor es costumbre de esta familia que el más adulto hable y yo dije: bueno la de más edad es la esposa y yo no quise decirle a él que si ella habla no sabemos lo que ella va a hablar. So hermanos yo sigo orando y sudando ¿por qué Dios me mete a mí en estos lugares tan especiales?
Ella se levanta y pide la palabra, ya han tirado la rosa al ataúd ¿no? Yo estoy en la cabeza donde está el ataúd so al comienzo levanto yo, yo miré a donde estaba mi carro parqueado, cerquita, tengo la llave en mi mano so no hay problemas y ella se paró y dijo: yo quiero decirle a la familia y las visitas que este señor que fue mi esposo por 42 años, diácono de la Iglesia nos hizo vivir una vida de infierno. Y miren lo que ella dijo que es interesante: cuando llegaba del trabajo teníamos que mirar mis hijos y yo ok, el esposo llega en 15 minutos y teníamos que correr y sacar hielo de la nevera y ponerlo encima de la televisión para que cuando él llegase y tocase la televisión la encontrase fría so quería decir que la familia había estado orando.
Usted sabe, nosotros nos reímos ahora porque no somos la familia pero eso pasa en el siglo XXI en Estados Unidos. Y ella dijo: pero ese aguijón de esposo nos hizo unirnos como familia y buscar a Dios más y más de cerca. A veces llegaba el viernes, bueno ya predicó un mensaje, a veces llegaba el viernes y no había comida y había que esperar que él llegara a la hora que a él le diera su gana para entonces comenzar a cocinar a las 12 de la noche. Y dice ella: ¿y sabe lo que él hacía? escupía su comida para que nosotros no comiésemos de esa comida.
En ese lugar especial años después dos de los hijos son ministros. Ella partió con el Señor, salva pero siempre pudo decir: en ese lugar especial Pastor que para mí fue un infierno Dios pudo mantener lo más importante que yo tenía que era mi familia porque confié que había puesto mis pies como mujer en un lugar que tenía el Nombre del Señor Jesús. Dile al que está a tu lado: yo estoy en el lugar especial.
Gózate en esta mañana que eres parte de una familia que está en un lugar especial, un lugar clave, un lugar que nos define, un lugar que es para ser no solamente líderes de nombre sino para hacer en este mundo una diferencia. Y yo te diría más: Dios le habló a esta Iglesia años atrás y se ha construído un lugar especial que todavía no ha visto el máximo de su gloria, nos acercamos pueblo a un lugar especial que Dios puso Su Nombre como lo ha puesto en este templo. Cuando llegue el momento de inaugurar ese Templo, esa Arca, ese sitio del Señor piensa, medita: estoy entrando en el sitio que primero Él puso Su Nombre antes de construír, antes de romper, antes de hacer préstamo, antes de planificar Dios había escogido ese sitio para poner Su Nombre para glorificarlo, para hacerlo diferente.
Hermanos esto es tan especial ¿ustedes se acuerdan qué era lo que había ahí? pero llegó la Iglesia a su lugar especial creyendo en fe, la comunidad cambia. La gente cambia porque no pueden resistir al Nombre que es sobre todo nombre que viene con Su Gloria, que viene con Su Poder. Gózate en esta mañana que estás en el lugar especial; danza, brinca, baila porque es Dios que ha puesto Su Nombre, es Dios que ha puesto Su Nombre.
Algunos puede que estemos en la trinchera, otros estamos en el paraíso, otros estamos a mitad de camino pero sea en el paraíso o a mitad de camino o en la trinchera todos estamos en nuestro lugar especial, todos estamos en el lugar especial.
¿Qué sería de nosotros si no estuviésemos en el lugar especial? ¿cómo serían las pruebas si Dios no estuviera sustentándonos en ese lugar especial? Puedes pensar y meditar o reflexionar en tu propia vida, en tu propia familia, en tu comunidad. Los momentos en tu trabajo cuando parece que vamos a perder la paciencia o los momentos que no tenemos esa fe. Yo he tenido algunos de 19 años en Puerto Rico y me acuerdo de esta hermana que llega a nuestra Iglesia, miembro de la Iglesia cuando el esposo llegó llorando esa mañana domingo en la mañana porque hacía tres días que sus dos hijos varones no aparecían.
Imagínate se detuvo el servicio para consolar esta familia, para orar con ellos y me acuerdo que la madre hizo una exclamación de angustia y dijo: Pastor toda mi vida en la Iglesia dedicándole a Dios mi vida para estar en estos lugares especiales y hace tres días que no sé de mis dos hijos. Lo que supe fue que ellos dieron un tumbe de droga y están desaparecidos. Pastor dijo, vamos a hacer una oración y todos pasamos al altar.
Cuando todos estamos en sintonía y todos estamos en el mismo lugar que Dios quiere que estemos Dios puede hacer milagros. Y me acuerdo que hice una oración rara, diferente, dije: Señor donde quiera que estén estos muchachos yo quiero que Tú los arrestes y los traigas aquí. Terminó la oración, se continuó con el servicio.
Cerca del final del servicio yo estaba funcionando como ujier en la parte de atrás de la Iglesia y veo este van que viene manejando corriendo, abre la puerta y tira dos personas so yo corrí a ver qué pasó: los dos muchachos. Vimos y no les había pasado nada. Cuentan ellos que cuando estaban para matarlos ese domingo en la mañana el que tenía la pistola jaló el gatillo tres veces y no salió una sola bala. Dice que el jefe que quería matarlos le quitó la pistola y cuando fue a disparar el cuarto tiro vió una tercera persona alta blanca, aleluya al lado de esos dos muchachos.
Y él dice: yo no creo ni en la luz eléctrica pero esto es algo especial, yo no quiero problemas con quien ustedes le sirven y ¿sabe qué dijeron ellos? nosotros no servimos a Dios pero mi mamá que está en un lugar especial que ha sido creado por el Nombre de Jesús me imagino que habrá hecho una oración con gente especial que está en lugares especiales, aleluya. Y cuando uno hace una oración desde un lugar especial se abren los cielos, se ata al diablo, los demonios corren porque se ha aclamado al Nombre que es sobre todo nombre dentro de ese lugar especial ¿cuántos alaban a Dios en esta mañana? Oh alaba a Dios en esta mañana, oh alaba a tu Dios en esta mañana. Es lugar especial, es lugar de bendición, es lugar de victoria; se sufre, se sufre pero también se goza, se goza, se goza aleluya (aplausos). Alabado sea el Señor.
Un secreto que yo quiero compartir con ustedes: cada vez que predico los nervios me quieren heh, es increíble y eso siempre me hace acuerdo que al momento de predicar desde ese momento y ese lugar especial is not about me, there's nothing about me no tiene que ver conmigo, tiene que ver con el que me llamó y no me dejó solo; está conmigo en el lugar especial aunque yo no lo pueda ver, aunque yo no lo pueda sentir, aunque yo no lo pueda agarrar yo creo que Jesús está a mi lado en todo momento en mi lugar especial.
A veces hay que decirle a la gente, a la gente Señor ábrele los ojos para que vean que Tú estás ahí, que Tú estás ahí. Quiero terminar en esta mañana con una historia. Hace algunos años estando en un hospital atendiendo los días finales de una persona hermana de la Iglesia ella no se quería ir porque su familia no era convertida, no conocían al Señor y sus hijos estaban completamente perdidos. So después de haberle declarado que iba a morir en las próximas horas, días de alguna manera Dios aguantó ese cáncer por tres años más y en esos tres años ella regresó a su casa, ella tenía cinco hijos y su esposo, nadie era convertido.
Me acuerdo que tenían una casa de dos pisos, ella le pidió a la familia que quería dedicar un cuarto para el Señor de esa casa como un lugar especial y ella oró por cerca de tres años la misma oración: Señor antes de que Tú me lleves salva a mi familia, esa era su oración, oración de madre. Señor antes de partir contigo dame ese privilegio de ver a mi esposo y a mis hijos en Tus caminos.
Dice que yendo ellos en un viaje a las vacaciones manejando ella estaba con ellos en ese vehículo, fueron impactados por un tractor trailer; el vehículo dió varias vueltas, cayeron a un precipicio de unos 30, 40 pies, todos fueron al hospital, nadie sufrió absolutamente nada y estos muchachos cuentan con el esposo que mientras estaban dando vueltas con el vehículo todos tuvieron la misma visión: Yo estoy aquí porque Yo soy el Dios de su mamá y soy el Dios de tu esposa, ustedes han sido salvados porque tu esposa y tu mamá ha pedido desde el lugar especial por ustedes.
Cuando salieron del hospital fueron directamente a una Iglesia y lo gracioso es que durante el servicio ellos están sentados en la parte de atrás y le preguntan a los ujieres: nos queremos convertir, nos queremos convertir ¿cuándo tenemos que pasar? y los ujieres: tienen que esperar que pase el devocional, que se cante, que haga la predicación, que haga un llamado. So estuvieron dos horas hasta que pasaron con su mamá; cuando pasaron con su mamá que se convirtieron ella se desmayó y duró 48 horas. Estando en el hospital ya para partir ella despierta y se sienta en su cama y les dice a ellos: veo a seis y ellos se miraban: pero somos cinco, no. Es que el sexto me ha venido a buscar porque ahora yo estoy ready, Él me escuchó desde mi lugar especial. Dios le bendiga.