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Yo doy gracias al Señor por la oportunidad de estar hoy día con ustedes y quiero invitarle a que abran su Biblia en el libro de Colosenses, capítulo 2, versículos 13 y 14. Cuántos fueron a ver los fuegos artificiales el 4 de julio cuando se celebra el día de la independencia de los Estados Unidos? La mayoría de nosotros somos nacidos en otros países. Ustedes se recuerdan cuando es el día de la independencia de su país? Sí? Ahí lo disfrutan, no es cierto, hacen todas las comidas típicas ese día y al otro día se sienten culpable de haber subido unas cuantas libras. Es interesante poder entender este tema de la independencia, pero yo estuve leyendo en un portal de las redes sociales y me llamó mucho la atención un concepto acerca de la independencia. Era un escrito en español y que hablaba un poquito del sentimiento que afectaba en esos tiempos a quienes eran los que estaban siendo colonizados por el imperio británico.
Llegó un momento en que el imperio británico comenzó a hacer tantas cosas que hubo un grupo de personas alrededor de esta nación, aquí en estas áreas, que comenzaron a declarar algunas cosas hasta que al final decidieron separarse, independizarse del imperio de la corona británica. Era interesante porque dentro de las cosas que decía esta pequeña declaración que leí, decía, ‘ya no queremos depender de la economía que ustedes nos dicten, ya no queremos que ustedes nos digan cómo debemos vivir y asumir políticamente esta nación. Ya no queremos depender de ustedes en lo que son los términos militares. Ya no queremos tener de ustedes aún su concepto religioso, queremos independizarnos.’ Al punto que al final de la declaración dice, ‘en el fondo si ustedes no nos quieren hacer que esos deseos de nosotros se cumplan, entonces vamos a cortar relaciones con ustedes.’
Y así comenzó a fraguarse todo esto. Y así comenzó a desarrollarse el tiempo de independencia para esta nación en pocas palabras. Mi pregunta es con respecto a esto, usted ha declarado su independencia? Y me llamó la atención eso. Realmente nosotros hemos declarado nuestra independencia? Cuándo lo hicimos, cómo lo hicimos, con quién lo hicimos, por qué lo hicimos? Tiene fecha el día que usted declaró su independencia?
Y me llama la atención que muchos estando aún en la iglesia o en los caminos del Señor, siguen atados al imperio del enemigo. Y aún no se han dado cuenta que Jesucristo pagó el precio en la cruz del calvario por tu libertad, por tu independencia.
Él le dijo al diablo, ‘yo voy a hacer esto porque yo creo que hay muchos que no quieren vivir bajo tus dominios.’ El firmó la carta de independencia por nosotros, con sangre. Y me llevó a un versículo bíblico en el libro de Colosenses, capítulo 2, versículos 13 y 14, dice:
“… Y a vosotros estando muertos – estábamos muertos, por lo tanto si alguien está muerto, se le puede pasar por encima, se le imponen cualquier tipo de reglas, tiene que aceptar – muertos, en qué? En pecados y en la incircuncisión de vuestra carne…”
Perdón, dice, “… y a vosotros estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados – mire esta parte me llamó mucho la atención, versículo 14 – anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz…”
Guau! Yo pensé que el amén iba a ser más grande. Saben lo que hizo el Señor? yo comencé a investigar un poquito qué es lo que era en la palabras simples, esta acta de los decretos. Y tiene que ver con un resumen de todas las transgresiones y pecados de los cuales a nosotros se nos acusaba.
En estos tiempos estamos siendo o teniendo atención en los noticiarios por tantos juicios que hay públicos hacia personas reconocidas. Y se pasan días enteros, horas, exponiendo los abogados defensores, las fiscalías que acusan, exponiendo por semanas, por días, por meses, por años, al final viene el juez y comienza a leer en forma resumida para dar su veredicto final, el por qué de cada uno de las sentencias y las faltas que cometió el acusado.
El acta de los decretos tiene que ver con eso, con un detalle de todas nuestras trasgresiones que nos impedían tener relación fluida con Dios. Jesucristo no vino a la tierra a desautorizar los 10 mandamientos, Jesucristo vino a la tierra a poner un stop al enemigo por causa del pecado. Nosotros si nos guiábamos por la ley, si infringíamos una regla de esta ley, nos hacíamos pecadores o transgresores de toda la ley. Pero Jesucristo vino a cumplir la ley y a través de ese cumplimiento, a pesar de nuestros pecados, podemos entrar en el proceso de independencia del espíritu que él quiere para nosotros.
Me llama la atención este concepto de independencia, es comenzar a tomar nuestras propias decisiones, a correr nuestros propios riesgos. Yo me imagino que esta nación en sus comienzos se equivocaron muchas veces, tratando de hacer lo mejor para crear lo que es hoy día los Estados Unidos de América, declarando y reclamando los derechos que le correspondían.
La misión de Jesucristo para nosotros, sabe cuál era cuando vino a la tierra? Era morir por cada uno de nosotros para que nosotros pudiéramos tener la opción de salir del imperio del pecado de la muerte a un estado de vida y vida abundante y vida eterna y vida nueva. El enemigo vino para qué? Para robar, para matar y para destruir. Hay muchos que el enemigo siempre les roba su bendición, les mata su esperanza, y les destruye su deseo de ser feliz.
Pero yo he venido, dice la palabra, para que tengan vida y vida abundante. Hay algunos de nosotros que aún seguimos viviendo o pensando que el imperio del pecado, el imperio del mundo y lo que nos quieren imponer a nosotros como modelo de vida, no podemos luchar y tenemos que agachar nuestra cabeza y caminar porque todos caminan hacia allá.
Yo quiero decirle que en el sacrificio, en la cruz del calvario, ese día se anuló el acta que nos sujetaba, que nos subyugaba a lo que el diablo quería hacer con nosotros. Entienda una cosa, tu eres libre porque Cristo te hizo libre.
Cuántos son libres? Pregúntele a su hermano si es libre. El acta de los decretos que pesaba sobre nosotros era un libro que registraba cada falta, cada pecado, porque la paga del pecado es la muerte más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. la obra del Señor no era quitar la ley de Dios, sino el pecado que estaba entre medio de nuestra relación con Dios. Y así se cumple la promesa, dice en Isaías 43:25, “yo soy el que borró tus rebeliones.”
No pienso que si la economía está bien, usted va a estar bien. No piense que si la economía de este país está mal, usted va a estar mal. Usted piense que el único que maneja su economía es el Señor y en tiempos buenos y en tiempos malos, usted es independiente de lo que le pase al mundo, usted depende del Rey de Reyes y Señor de Señores.
Así que ya no es tiempo de vivir subyugados al enemigo, él nos hizo libres para cantar, para saltar, para gritar, para danzar. Él nos hizo libre para cantar, para gritar, para saltar, para danzar, para declarar, porque en él tenemos vida.
El Señor es fiel. Cuando el acta de decretos estaba sobre nosotros, afectaba no solo nuestras vidas sino a nuestras familias, aún muchos de nosotros llegamos al Evangelio trayendo generaciones de pecado sobre nosotros, que pesaban sobre nosotros. Aún algunos de nosotros probablemente hemos declarado sobre nuestra generación algunas cosas que debiéramos cortar porque el Señor trajo libertad y autoridad para hacerlo.
Ya es tiempo que actuemos como hijos libres y no que actuemos todavía con miedo a lo que el mundo, a lo que el diablo está tramando para nosotros. Dice la palabra del Señor que el infierno no va a prevalecer sobre la iglesia del Señor. Está diciendo que no hay nada en el mundo, no hay nada en las esferas espirituales, en los cielos ni debajo en la tierra, que pueda someter a un hijo de Dios que hay declarado ser libre.
No nos comportemos como condenados porque él ya pagó el precio por nosotros. Si pues habéis resucitado con Cristo, busca las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Si pues habéis resucitado con Cristo busca las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Sabe cuándo comenzamos? El día que abrimos nuestro corazón al Señor, ese día tomamos la promesa, cuando el Señor resucitó de entre los muertos, vivimos en la generación de los de la resurrección nosotros. Los de la resurrección experimentamos vida nueva, los de la resurrección experimentamos vida abundante, los de la resurrección experimentamos vida de salvación, de perdón. Los de la resurrección experimentamos la independencia que él pagó por nosotros con precio de sangre.
No dejes que nadie te robe tu bendición. No dejes que vengan los madianitas espirituales, cuando Gedeón estaba cansado de este pueblo madianita, que cuando venía Madián le quitaba todo, le dejaba sin nada. Muchos de nosotros aún vienen estos madianitas espirituales, levántate, porque el Dios que está contigo es mucho más fuerte, es más fuerte el que está con nosotros que el que está en el mundo, en él somos más que vencedores, en él avanzamos, abogado tenemos para con el Padre a Jesucristo, el justo. Así que si eres independiente del mundo, si eres independiente del sistema del pecado, entonces comienza a declarar tu libertad a voz en cuello, que la gente escuche que tu eres libre.
Ni la religión puede imponerse sobre ti. Sonríale a su hermano que está a su lado y analice su sonrisa. Bueno es Dios, bueno es el Señor. No vivamos como esclavos en medio de una sociedad libre.
El Señor no vino a hacer un sacrificio insignificante, él vino a hacer un sacrificio grande, significativo por ti, porque tu le importabas, porque tenías valor para él, porque no te quería ver seguir sufriendo, porque no querías que siguieras derramando lágrimas de sangre, porque quería que salieras de tu depresión, porque quería que salieras de tu enfermedad, porque quería que salieras de tu falta de felicidad. Él vino y lo hizo por ti para darte lo que él tiene, que es felicidad, que es alegría, es sanidad, es perdón de pecados, es amor.
Dios te ama. Dios te ama. No lo olvides nunca. Dios te ama. Él firmó el decreto de tu independencia y le dijo al diablo, “ya no tienes autoridad sobre él, sobre ella.” Tu eres libre. Gracias Señor.
Puede ponerse en pie un momento? Aún en este tiempo donde vemos países que parecen que son independientes y están subyugados al imperialismo económico de muchas otras naciones desarrolladas, nuestros países que son subdesarrollados, lastimosamente la mayoría de Latinoamérica viven subyugados al imperio económico y se hace lo que las grandes potencias quieren y mientras en algunos lugares el 1% de la población tiene el dinero de casi todos los habitantes de la tierra, hay una alto porcentaje en nuestras naciones que viven en la pobreza porque nuestros países en el área política nunca han dejado claro su independencia.
A veces nosotros vivimos sometidos y sujetos a conceptos de imperialismo del enemigo hacia nosotros. Mira lo que hiciste antes, mira cómo fuiste, no puedes ser tan perfecto ahora. No te olvides de dónde te sacó el Señor que allá mismo puedes volver. Y vivimos con esas cosas en nuestra vida y le prestamos atención, olvidándonos que el Señor clavó en la cruz el acta que nos acusaba.
Es que en algún momento vas a caer, es que en algún momento vas a tropezar y comenzamos a tener miedo. Viene el gigante y comienza a vociferar, a ver quién es tu Dios. El acta que nos acusaba quedó clavada en la cruz del calvario, quedó destruida, por eso hay libertad para cantar, para saltar, para danzar, y para gritar, y para decir gloria a Dios, y para decir ¡Aleluya! Y para dar gritos de júbilo porque no vivimos bajo el imperio de la muerte ni del pecado, porque el Señor trajo vida y libertad. ¡Aleluya!