¿Por qué importa la Segunda Venida de Cristo?

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Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, mis hermanos, comenzando con el versículo 13. El viernes en la noche en el santuario original despedimos al hermano Gustavo Ortiz, hemos despedido a varios hermanos y hermanas, algunos ancianos, otros jóvenes, hasta bebés hemos velado en ese santuario. El Pastor Gregory abrió el servicio fúnebre leyendo este mismo texto. Declara la palabra de Dios:

“…Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza, porque si creemos que Jesús murió y resucitó así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él, por lo cual os decimos esto, en palabra del Señor que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor no precederemos a los que durmieron, porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios descenderá del cielo y los muertos en Cristo resucitará primero, luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor, por tanto alentaos los unos a los otros con estas palabra.”

El capítulo 5 sigue, “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones no tenéis necesidad hermanos de que yo os escriba porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche, que cuando digan, paz y seguridad entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Más vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas para que aquel día os sorprenda como ladrón porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas.”

¿Por qué nos importa en el siglo XXI, en el año 2016, por qué es importante que prediquemos, que creamos, que a cada rato nos recordemos que Cristo viene? Creen en el rapto. Y acaso qué sabemos, qué deberíamos saber y qué no se sabe acerca del rapto, acerca de la segunda venida de Cristo.

La tercera pregunta que vamos a indagar en esta mañana es a la luz de esta doctrina, a la luz de la venida de Cristo, ¿cómo pues viviremos? ¿Cómo se espera que nosotros esperemos a Jesús? ¿Por qué nos importa el rapto? ¿Por qué aún hoy nos importa la segunda venida?

Saben, mis hermanos, es raro, en verdad no me acuerdo la última vez que oí aparte de unos contextos muy específicos, muy pentecostales, usted se puede imaginar. Pero aparte de ese contexto no me acuerdo de la última vez que oí un mensaje dedicado al rapto, dedicado a la segunda venida de Cristo. Yo no creo que eso es un accidente. Es raro que se oigan mensajes estos días acerca del rapto.

¿Por qué? Bueno, primero, como el tema de la prosperidad, el rapto y la segunda venida de Cristo es una de esas verdades bíblicas que han sido abusadas y maltratadas, e incluso algunos han llegado a anunciar fechas finales para el rapto. O sea, a las 10 de la noche, el día 24 de julio, en medio de la barbacoa en mi casa celebraremos el rapto. Y dejando a algunos decepcionados cuando el rapto no llega en ese momento, y han hecho que la iglesia evangélica en sí se vea ridícula.

Y también, hey, han pasado más de 2000 años entonces dónde está el rapto? Esa pregunta no es única original al siglo XXI, 20 siglos atrás, en el primer siglo aún en ese entonces estaban preguntando, ¿y dónde está el rapto? El Apóstol Pedro escribe en Segunda de Pedro, capítulo 3, “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores – ¿habrán burladores en nuestra comunidad – andando según sus propias concupiscencias y diciendo, ¿dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron todas las cosas permanecen así, como desde el principio de la creación.”

O sea, como no ha acontecido en 2000 años, este sentir, esta actitud no es única al mundo. Muchos en la iglesia, es más, en el secreto de sus corazones, muchos predicadores nos hemos enfriado y atemorizado. Yo mismo luché francamente, se lo confieso al Señor y a ustedes, luché con el Espíritu Santo antes de traer esta palabra. No era la palabra que yo tenía en mente para esta congregación en esta mañana. Tenía algo mucho más seguro, un mensaje acerca de diezmos y ofrendas. Esa se la tengo guardada.

Pero fíjate, qué pasa. Hagamos este experimento. Quita de un momento, imagínate que la doctrina del Evangelio de Jesucristo es una casa, quitemos la viga de la doctrina del rapto, imagínese de la casa del Evangelio de Jesucristo que podamos quitar una de las vigas de esa doctrina, que eso sea la segunda venida de Cristo. ¿Con qué nos deja? Nos deja, primero, con una iglesia, que primero que se enfoca solo en este mundo. ¿Qué pasa cuando dejamos por alto este mensaje? ¿Cuál es el impacto? ¿Por qué nos importa? Porque nos deja con una iglesia, primero, que se enfoca solo en este mundo, solo en lo de aquí y lo de ahora. No quiero tomar al pobre hermano Joe Losting de punto a cada rato, pero él está acostumbrado a esto.

Uno de los libros que más ha vendido el título es, “Your best life now.” “Tu mejor vida ahora.” Yo creo que el Señor nos prospera ahora, pero yo no creo que mi mejor vida es aquí y ahora. Y si es así el Evangelio es indistinguible de incontables programas de auto mejoramiento, indistinguible… para eso tenemos un programa de 12 pasos o yogo o budismo o lo que sea, es un programa más.

Segundo, sin la doctrina de la segunda venida nos deja una iglesia sin un sentido de una responsabilidad, accountability, sin un sentido de una responsabilidad a Dios, sin un sano temor nacido de la realidad que un día lo veremos, sin la realidad que un día le rendiremos cuentas al Señor. No hay nada que nos anime a una pureza personal interna.

¿Por qué importa lo que pienso? ¿Por qué importa lo que hago con mi corazón si nadie me va a juzgar a ese nivel? No hay nada que llame a pastores y predicadores a respetar la doctrina bíblica. ¿Qué importa lo que predique siempre y cuando le caiga bien a la gente y que vengan y que diezmen? No hay un sentido de responsabilidad a Dios.

Tercero, una iglesia sin esta doctrina es una iglesia con un Evangelio endeble. ¿Para qué? ¿Por qué recibir a Cristo como tu salvador? Bueno, para que vivas una vida mejor, para que te vaya mejor, para que se incrementen tus notas en la universidad o se mejore un poco la relación con tu cónyuge, pero eso lo puedo sacar de este programa o de este otro libro. ¿Qué importa el Evangelio?

Cuarto, nosotros comenzamos a creer eso también en nuestro secreto. Nosotros comenzamos a compartir la depresión y el desespero de este mundo. Nos olvidamos de la razón de nuestro gozo. Nos olvidamos de la fuente de nuestra esperanza, como abre aquí Pablo, “tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de lo que duerme para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.”

Y nosotros hemos llegado al punto en que la iglesia y el mundo son prácticamente indistinguibles en su aspecto y su relación con Dios. Y creo que mucho de eso tiene que ver con el adormecer y el ignorar esta doctrina, porque su parte Pablo, y de hecho la iglesia, por siglos creía en el rapto hasta sus huesos. En este pasaje léalo como usted leería un periódico, léelo en castellano, léelo en portugués, léalo en su idioma, léalo en el griego original y usted verá que Pablo es incontrovertiblemente claro en como él describe este evento. Él lo describe como un hecho, no una teoría como tantos más para él, era un hecho, era una cita, era una fecha.

Cristo viene por su iglesia. Punto. Y luego él escribe, “por tanto alentaos los unos a los otros con estas palabras,” se espera no solo que creamos esta doctrina sino que nos recordemos a cada rato que Cristo viene, animarnos con esas palabras, clavarlas a nuestros corazones y hacerlas nuestra esperanza. Eso es lo que se espera.

Pablo aquí está siendo insistente, mis hermanos, compartan a cada rato esta palabra los unos a los otros, aliéntense, animen a los que están quebrantados y entristecidos. Si no encuentra otra cosa que decir, a esa vida quebrantada, que esa vida sin esperanza, dile por lo menos, Cristo vive, te conoce y viene por ti. Aliéntense los unos a otros con estas palabras. Es una de las doctrinas más consistentes y coherentes de las escrituras.

Es increíble lo mucho que se habla de esto en la palabra y lo consistente que es la doctrina de la segunda venida de Cristo por toda la palabra. Nace de Jesús mismo, por ejemplo, como Pablo dice, “por lo cual os decimos, esto en palabra del Señor,” lo creemos porque Jesús lo predicó y lo prometió en cada uno de los Evangelios, como nosotros vamos a explorar ahorita. Igual, los profetas del Antiguo Testamento, Daniel, Jeremías, Isaías, Amos, etc. todos señalaron a este día.

Hechos, capítulo 1, el certificado de nacimiento de la iglesia. Ángeles les anunciaron a los discípulos que acababan de ver a Cristo ascender al cielo, que de esa misma manera Cristo volvería por ellos. Les dice, “varones galileos, por qué estáis mirando al cielo? Se nos fue nuestro héroe, nuestro Mesías, lo vimos desaparecer entre las nubes. ¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”

Pablo, por cierto, Pedro, especialmente en su segunda carta y en Apocalipsis Jesús promete, “he aquí, vengo pronto y mi galardón conmigo,” es más, las escrituras concluye con estas palabras, “el que da testimonio de estas cosas ciertamente vengo en breve, amén. Sí, ven Señor Jesús.”

El último suspiro de la palabra del Señor es ven Señor Jesús. Y hasta el siglo XXI la segundo venida de Cristo era una de las verdades incontrovertibles de la doctrina de la iglesia. ¿Ustedes han oído de la celebración del advenimiento? La iglesia católica, la iglesia anglicana celebran el advenimiento, no tan solo en nacimiento de Jesús, su primera venida, la encarnación en el tiempo de la Navidad, pero muchos no conocen esto. A la vez el advenimiento celebraba la promesa de la segunda venida de Cristo. Los cristianos de antaño concluían el año diciendo, ven Señor Jesús. Qué lindo, al llegar la medianoche y al anunciar un nuevo año, nuestros hermanos y hermanas de antaño invitaban que el Señor regresara.

Satanás nos ha robado este tesoro. Y es tiempo de reclamárselo. Es tiempo de volverlo al pueblo de Dios. ¿Qué sabemos y qué no se sabe acerca del rapto? En esta carta de Pablo a los tesalonicenses aprendemos por lo menos 5 principios claves acerca de la segunda venida.

Primero, comenzando con el versículo 14, sabemos que los muertos en Cristo resucitarán, despertarán primero. Uno los primeros principios claves acerca de esta doctrina. Este es un recordatorio de esta doctrina para muchos de nosotros que no lo hemos oído un buen tiempo. Escribe Pablo, “porque si creemos que Jesús murió y resucitó así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él,” o sea, vendrán de algún lugar, “por lo cual os decimos esto en palabra del Señor, que nosotros que vivimos que habremos quedado hasta la venida del Señor no precederemos a los que durmieron.”

O sea, la resurrección de Jesús de entre los muertos es el precedente para nuestra propia resurrección. Es la esperanza que nosotros también seremos levantados entre los muertos. Pablo explica que los muertos en Cristo, como mi hermano Gustavo, como mi mamá, como mi papá, como nuestros seres queridos, como cada funeral de cada creyente que usted ha asistido, duerme. Mami duerme. Papi duerme. Nosotros lloramos porque los extrañamos pero en este momento hay una separación por el momento entre sus espíritus y sus cuerpos. Por ahora sus espíritus están en la presencia del Señor, en el paraíso como Jesús le prometió al ladrón en la cruz.

Ahora, no voy a entrar en detalles si era el cielo u otro lugar, lo que importa es que estamos con el Señor. A mí no me importa si estoy en el sótano de la casa estatal si Jesús está ahí. Yo puedo pasar una eternidad en el baño, siempre y cuando él esté ahí. Estar con el Señor es lo que importa. Sus cuerpos inertes mientras tanto duermen esperando otro cuerpo, un cuerpo, como declara la palabra en otro lugar, incorruptible.

A la venida del Señor los que duermen recibirán el gran despertador eterno, porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios descenderá del cielo y los muertos en Cristo son los primeros en despertar.

Segundo principio, entonces nosotros, o seas, los que aún vivimos nos reuniremos con Jesús y con ellos en las nubes. Nosotros que los sobrevivimos, que llegamos a vivir hasta el momento de ese despertamiento, nos reuniremos con ellos en las nubes.

Versículo 17, “luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado seremos arrebatados – diga arrebatado – juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire y así estaremos siempre con el Señor.”

Un nuevo capítulo comienza. Nuestra eternidad comienza en ese momento. La palabra que aquí es traducida arrebatar, también puede ser traducida como agarrar, arrancar como arrancar de raíces, o sacar a alguien a la fuerza salvándole su vida. Ven, muchacho cabeza duro, ven. Todavía estoy en fila para el pastelito. Ven, muchacho. Agarrarlo en ese momento. También se usaba en este contexto, reclamando algo o alguien para uno, eso es mío, ese es mi mulito. Este es mi hijo. Esta es mi hija. Esta es mi iglesia. En latín esta palabra es traducida raptus. La palabra que se usa para arrebatar aquí se traduce raptus y de ahí sacamos la palabra rapto.

Y cómo será eso? tal vez el que mejor lo explica es el mismo Jesús. Él describe en Mateo 24, “entonces estarán dos en el campo, el uno será agarrado, tomado, y el otro será dejado; dos mujeres estarán moliendo en un molino, la una será tomada y la otra será dejada.”

¿Cómo dejaste la telenovela anoche? Bueno, fíjate, en ese momento… ¿Y dónde se fue Josefa, dónde se fue? Tomada. “Por eso velad pues porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir velaría y no dejaría minar a su casa.”

Interesantemente Pedro escribe “pero el día del Señor vendrá como un ladrón.” Pablo usa también precisamente la misma ilustración que Jesús – hay una consistencia increíble en la palabra – “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, versículo 1, capítulo 5, no tenéis necesidad hermanos de que os escriba porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche.”

Ese es el tercer principio, no sabemos el día. No sabemos la hora y esa es la idea. Esa es precisamente la idea. Como ladrón en la noche, es lo que la palabra una y otra vez dice. Ningún ladrón deja una nota en su puerta avisando, “mañana a las 3 de la tarde me voy a subir a la ventana del sótano de su casa y le voy a llevar hasta el perro.” Ningún ladrón hace eso. Allí estaríamos esperando tal vez con un guardia al lado o la pala de la escoba esperándolo, bienvenido! Pero no anuncian. No sabemos el día, no sabemos la hora.

Es el secreto mejor guardado del universo. Yo creo que esa fecha está escrita en un papel con tinta invisible encerrado en una caja fuerte al lado del trono del Padre y solo él conoce la combinación. Dijo Jesús en Marcos, capítulo 13, “porque de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo.“ Ni el Hijo sabe esa hora, sino el Padre. Lo más que sabemos es que puede acontecer en cualquier instante, que sería mejor que veláramos.

Por cierto, mis hermanos, las iglesias atraen ladrones como moscas a un asado. Por eso usamos cámaras y atalayas como Luis Campo y Frances Devaris, por qué? Sabemos cuándo llegará alguien para… sabe que una vez nos llevaron hasta las cámaras. Velando. No es chiste, es cierto.

Cuarto principio, por qué velar. Porque las cosas se pondrán peor, antes se pondrán mejor. Esto sí sabemos, esto sí nos advierte que las cosas se pondrán peor before they get better. Dice la palabra, sigue Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 5, versículo 3, “que cuando digan paz y seguridad entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina como los dolores a la mujer encinta y no escaparán.”

Paz y seguridad. Tengo suficiente edad para recordar que 20 años atrás al derrumbarse la Unión Soviética se esperaba un mundo de paz y seguridad, el fin de las guerras. Pero nunca nos hemos sentido menos seguros que ahora, nunca nos ha faltado más la paz. La muerte nos puede sorprender en el día de hoy dondequiera aún en unas vacaciones en Francia. Francia, who would have ever thought? Orlando, Disney, y te puedes pegar la muerte. Dondequiera.

A veces yo temo pensar cómo será ser un joven de 12, 13, 14 años criándose en este ambiente. Cómo procesar 50 murieron acá, 80 murieron acá, 120 murieron acá. En la ciudad de Somerville tenemos una bandera que desciende a mitad en símbolo de duelo en momentos de desastre y se me ocurrió la semana pasada al ver esa bandera a la mitad que ni siquiera sé cuál desastre estaban ellos velando. Cuál de las tantas? Baton Rouge, Dallas, Minneapolis, cuál? Nice, Turkey, Munich? Esa bandera por semanas se ha mantenido semana tras semana a mitad anunciando un desastre más, un duelo más. Ese es el mundo de 2016.

¿Cuándo es la última vez que usted se ha sentido allá afuera totalmente seguro o en paz? Y por eso el Señor nos recuerda, “oiréis de guerras y rumores de guerra – Mateo 24 – mirad que no os turbéis, pueblo de Dios, porque es necesario que todo esto acontezca pero aún no es el fin.” Y eso nos trae al quinto principio que exploramos acerca de la venida del Señor.

No os turbéis. Veamos lo que veamos, los que esperan a Jesús y anhelan su venida son hijos de luz. Ustedes oigan, nación contra nación, pueblo contra pueblo, cuando ustedes oigan de desastres y guerras y rumores de guerra, acuérdate, respira hondo, primeramente sobre ti declaro, yo soy hijo de Dios, cubierto por la sangre de Cristo, mi Mesías me advirtió. Vea la cuna de sus hijos, pon manos sobre ellos dondequiera, eres hijo de luz, en esta casa estamos cubiertos por la sangre de Cristo. Si es ya un adulto, ya tiene su familia, tiene su hogar, tiene sus hijos, saque su celular, en el tiempo de intercesión, mira esas fotos de ellos, de sus nietos y en el en el nombre de Jesús, Señor, los cubro con la sangre del cordero, los cubro, son hijos de luz. No nos turbaremos. No somos de este mundo.

En vez de turbarnos nos emociona porque sabemos que nuestra redención se aproxima. Sino como hijos de luz velamos y seamos sobrios. Sigue el versículo 6, “… por tanto no durmamos como los demás – este es otro tipo de sueño, esto es un sueño de falta de velar. El sueño de la iglesia en muchas maneras es no buscar, anhelar la venida del Hijo, eso es un tipo de sueño. El no anhelar, la iglesia al no anunciar la venida de Jesús, la iglesia no anhelar la venida de Jesús es un tipo de la iglesia durmiendo y la palabra nos dice, “no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios pues los que duermen de noche duermen, y los que se embriagan de noche se embriagan, pero nosotros que somos del día seamos sobrios y habiéndonos vestido con la coraza de fe y del amor y con la esperanza de la salvación como yelmo.”

Armémonos con la palabra del Señor. Armémonos con esta fe. Armémonos con el amor. ¿Qué es lo que Pablo está diciendo aquí? en vez de turbarte cuando oiga estas cosas, haga esto tu instinto. Ah, gracias por recordarme Señor, tu vienes, tu vienes pronto. La próxima vez que CNN te mande un anuncio de un desastre más, o veas otra demostración o vea a los políticos quitándose los cantos y una falta de liderazgo… un desierto de liderazgo en este país, recuérdate, Samuel, that’s right, es cierto, Cristo viene. E importa cómo vivimos. Si es así cómo velamos? ¿Cómo debemos vivir a la luz de la venida de Cristo?

Concluimos este mensaje con por lo menos 3 maneras en que Pablo y las escrituras sugiere que nosotros vivamos si es que estamos velando por la venida de Cristo ¿qué debes hacer? ¿Cómo deberíamos vivir?

Primero, vivir en santidad. Vivir para agradar a Dios. Vivir para complacer a Dios. Haga eso su obsesión. Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versículo 1, “Que sigan progresando en el modo de vivir que agrada a Dios,” y luego en versículo 3, “la voluntad de Dios es que sean santificados.” Esa es la traducción de la Nueva Versión internacional.

Me emociona lo que escribe el Apóstol Pedro en Segunda de Pedro, y esto es usando la traducción de Dios habla hoy, en Segunda de Pedro, capítulo 3, versículo 11, él escribe, “puesto que todo va a ser destruido de esa manera, ¿con cuánta santidad y devoción deben vivir ustedes? Esperen la llegada del día de Dios y hagan lo posible para apresurarla.”

Interesante. Nosotros tal vez no conozcamos el día ni la hora pero aquí implica Pedro que la iglesia de una forma misteriosamente tiene la capacidad de apresurar la venida del Señor, viviendo en santidad, dedicándonos a santidad. Ciertamente en Primera de Tesalonicenses Pablo escribe al principio en el contexto de cuidarnos de la fornicación e impureza sexual, eso lo vemos en versículo 3 y 5, pero también nos exhorta en el versículo 6 “que ninguno agravie ni engañe en nada,” dice ahí, en nada, o sea, estafar, mentir, apoderarte de, salir con la suya a su hermano. “Porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.”

Vivir sabiendo, un día de estos… la idea de Apocalipsis de la iglesia sin mancha, sin arrugas, purificándose, preparándose para el día en que nosotros veamos a Jesús ojo a ojo, cara a cara y rindiéndole cuentas de cómo nos tratamos los unos a los otros, y a la luz de eso esta segunda sugerencia, cómo velamos.

Amémonos los unos a los otros. Primeramente, vivamos en santidad, traducción, respete a Dios, respete su palabra, viva para agradarlo. Sal de tu zona de confort para complacer a tu Dios, número 1. Número 2, ama tu hermano, ama a tu hermana, amémonos los unos a los otros.

Versículo 9, “pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba porque vosotros mismo habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros.” Como dice Pablo, debe ser obvio, ¿verdad? Pero él no está hablando de un sentir amor como una emoción, esto se trata de vivir esperando la venida del Señor. El amor es nuestra misión en la vida, es una obsesión. No es algo que sentimos, es algo que usted se ha dedicado a hacer. Yo me voy a dedicar, mientras esté yo sobre esta tierra, mientras yo tenga la oportunidad de expandir el Reino de Dios me ocuparé de amar activamente, notablemente, con palabras, con hechos, con generosidad. Me conocerán por uno que amaba, que ama. Es una obsesión.

¿Cómo puedo ser luz e izar a aquellos alrededor de mí? Piensen entonces, hermanos, en círculos concéntricos, primero su familia, su esposa, su cónyuge, ámalos. ¿Cuál es el lenguaje de amor de su esposa? ¿Cuál es el lenguaje de amor de sus hijos? ¿Cómo puedes ser tu un representante del amor de Jesucristo, una conducta del amor de Jesucristo a ellos? De ahí el círculo expande ya a la iglesia, a tus hermanos, a tus pastores, ¿cómo puedo amar más? En vez de ser meramente un receptor, alguien con grandes necesidades, ¿Cómo puedo yo amar a aquellos que están a mi alrededor?

Y eso se expande, hermanos, ya al trabajo, ya a su vecindario. Entre poco, ya la ciudad entera se convierte… el que no ha experimentado esto está perdiendo su vida. Esto es como un hilo que uno lo jala y jala y cuando uno se da cuenta tiene una mano de misericordia que comienza amando, simplemente amando a esos niños, amando a esos jóvenes, se convierten en lazos de amor que comenzó meramente orando, corazones quebrantados por ellos. Y uno los ama y los ama y Dios te da más, y Dios te da más, y Dios te bendice más y por más que usted ama, y por más que usted sirve más Dios te da la capacidad para amar, más Dios expande tu horizonte. Jurc, comenzando con 40 jóvenes en 1999 y ahora llegando casi a 2000 y nuevas escuelas públicas. ¿Pero cuál es el secreto? Son misioneros que enviamos allí para amar esas escuelas. El Señor expande.

Agencia Alfa, hermanos, el secreto de estos ministerios es el amor, entonces el rey dirá a los de su derecha, venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, estuve desnudo y me cubristeis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a mí. Nunca te cansarás de amar.

Y por último, no nos aferremos a este mundo, mis hermanos. Primera de Tesalonicenses, capítulo 11 y aquí lo leeré en la Biblia Latinoamericana. “Y a qué tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila – en inglés se traduce, live a quiet life – y os ocupéis en vuestros propios asuntos – en inglés, mind your own business – y trabajéis con vuestras manos tal como os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera y no tengáis necesidad de nada.”

Ahora, esto parece una contradicción. Una vida tranquila no parece una ambición, ¿verdad? Y ese es el punto, mientras estemos sobre esta tierra, hermanos, no te afanes, no pierdas tiempo por si te reconocieron o si te dieron el aumento o si se hicieron tu amigo, o si se recordaron de ti antes de partir de este mundo. Si eso ocurre, amén, pero ama la tranquilidad, lo que Dios ya te ha dada, los que Dios ya te ha confiado. Aprovecha mejor este tiempo amándolos y lo radical es esto, si usted dice, “Sabe, yo no soy de este mundo, mis tesoros están en otro lugar,” y usted se dedica a eso, a vivir tranquilamente lo que Dios dio Dios quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si hoy tenemos tortillas y huevos, amén, si mañana pasteles y mondongo amén, si el próximo día tenemos que llamar a los chinos, amén. Cada día Dios provee. Ser diligente, ser confiable.

Sabe lo que te conviertes en ese momento? Te conviertes en un imán. La gente aunque no conocen a Cristo se acercarán a ti. Quieren estar alrededor de este tipo que siempre lo ven tranquilo, este bombazo explotó por ahí, esta otra cosa explota por allá, pero tu siempre tienes una palabra de amor, tus ojos se parecen a los ojos de Cristo y si a nadie más pueden confiarle esa tarea te lo pueden confiar a ti porque te conocen como alguien sobrio, serio, confiable, una persona de integridad y quieren estar cerca de ti.

Y te preguntarán, pero ven acá, David, why are you different? Y le puedes responder, “Mira, si vivo estoy bien, si duermo estoy bien, al fin del día yo gano, al fin de mis historia estoy con Jesús para siempre.” Eso es imborrable. Isis no puede borrar eso. Ningún político puede borrar eso. La cuenta de valores no puede borrar eso. El Boston Globe no puede borrar eso. Me puedes matar, me pueden partir en mil pedazos, más pronto estoy con el Señor. O sea, no me pueden quitar esta vida, esta esperanza.

¿Qué acontece con una vida que vive así? Una mente que hace eso su enfoque, alguien que sale a su trabajo sea con su mochila o sea con sus herramientas o sea con sus cachivaches, para subir al tren, mira los cielos por un momento antes de comenzar el día, mira a los cielos buscando la señal del Hijo del hombre, te espero Señor. Yo tengo mi agenda para este día pero tienes todo el permiso de venir a buscarme en este día, Señor.

Ven Señor Jesús. Bajen sus rostros. Si esto tiene sentido para ti, te acuerdas del día que entregaste tu vida al Señor y le pediste, “Señor, cúbreme con tu sangre.” Hoy en el en el nombre de Jesús te recuerdo de por qué lo hiciste y qué es lo que esperamos y qué es lo que está en juego. Ahora en tu espíritu tal vez como no lo has hecho en un buen tiempo, mira al Señor y dile, ven, ven Señor. Ven Señor.

Yo te espero como siempre te espero todos los días, espero tu presencia, espero que me guardes, espero que me prosperes, espero que me protejas, espero que me sanes, espero que me acompañes, espero que me des sabiduría cuando me vea turbado, me de la paz, Señor, cuando me vea retado. Tu sabes lo que quiero decir, Señor, te invito Jesús en la forma que te de la gana en este día, ven, ven a mí. Ven Señor. Ven Señor. Esta iglesia dice, ven. En este momento en Boston te necesitamos más que nunca, en este país, en este mundo, ven Señor.