Shhhhh, la reina duerme

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Soy pastor de matrimonios, de familias. Me dedico a predicar siempre a la familia. Fui pastor de jóvenes 6 años. Conozco la problemática de los jóvenes. Aquí ayudé un año en mi iglesia a los jóvenes, así que también conozco problemáticas acerca de los chicos que llegan aquí a Estados Unidos, a veces sin hablar muy bien el lenguaje. Y yo siempre he tenido una percepción con respecto a los hijos de los latinos. Hay un fenómeno en Estados Unidos y es que cada vez la sociedad americana es menos congregacional, cada vez menos buscan a Dios, las iglesias en América se están vaciando, estando quedando solo los edificios.

Piense usted por un momento por qué cree que Dios permite que sus hijos vengan. Qué cree que Dios está pensando con los jóvenes latinos cristianos que aprenden al idioma, que vienen a esta cultura, y que como cristianos empiezan a fungir como torres como evangelizadores, como personas distintas que traen la bendición a esta sociedad americana. Por eso no tenga en poco la vida de sus hijos.

Como Pablo le decía a Timoteo, nadie tenga en poco tu juventud. Pero no es el tema del que voy a hablar. Las mujeres van a salir felices ellas, van a decir, ay, pastor tiene que invitarlo otra vez a ese hombre, y los hombres van a salir un tanto preocupados de decir, a qué horas entré yo aquí, Dios mío. Vamos a hablar de matrimonio, vamos a hablar de familia.

Para cuando uno va a hablar de matrimonio, nosotros tenemos una fuente de consulta que no falla, que es la Biblia, y además Dios se permitió poner en la Biblia un libro que hablar acerca de las relaciones matrimoniales, de relaciones sexuales inclusivo, de la relación entre un hombre y una mujer, es el libro de Cantar de los cantares, que fue escrito por Salomón. Entonces es una alegoría acerca también de la relación que hay entre el Señor Jesús y su iglesia, pero además habla acerca de matrimonio.

Entonces, le hago una breve descripción. Voy a hacer un anuncio. No voy a predicar lo mismo en los dos servicios, entonces pueden grabar esta predicación los chicos de sonido, no en video, pero sí en audio, y si quieren después dejarla a disposición de ustedes, sería bueno, para que tengan esta primera parte y luego la segunda parte en el siguiente servicio. Porque yo sé que muchas mujeres van a decir, ay, sí, la necesito.

Déjenme describir un poco qué es el libro del Cantar de los cantares. Lo escribe la persona que después del Señor Jesús es la persona más sabia que ha pisado este planeta, que es el sabio de sabios, Salomón, era muy sabio. Escribe esta historia que es como un clásico culebrón, a ver si puedo decir qué es un culebrón. Un culebrón es una novela clásica, como las mexicanas, como las venezolanas hace un tiempo, no sé si ustedes ven novelas, es decir, La rosa de los vientos, La flor deshojada, La esmeralda de no sé dónde, o sea, usted lee el libro del Cantar de los cantares y parece un culebrón.

¿Cómo son los culebrones, las novelas, sobre todo las mexicanas? Es la historia del niño rico, adinerado, guapo, bien presentado, de buen linaje que de pronto un día va pasando y ve a la mucama, la muchacha de servicio, la niña que viene de una familia muy pobre, que no tiene destino y de pronto cuando sus miradas se cruzan quedan eternamente enamorados y ahí empieza toda una trama de vencer todas las imposibilidades para que los dos terminen amándose. Ese es un culebrón, que no son como las novelas colombianas porque las novelas colombianas son muy cómicas. ¿Ven novelas colombianas aquí o no? No me digan que no vieron Betty la fea, Pedro el escamoso, Hasta que la plata nos separe, todas esas novelas y no sé si alguna vez vieron una serie de un tipo, de Pablo Escobar que hablaba así.

Bueno, las novelas colombianas son distintas, pero los culebrones mexicanos, venezolanos. No sé si vieron novelas venezolanas algún día, se acuerdan La ciega, Topacio. Esas novelas clásicas. Usted lee el Cantar de los cantares y es una historia similar. ¿Qué es? Salomón, el hombre más sabio que existe sobre el planeta tierra, el hombre más rico que existe sobre el planeta tierra, un hombre que algún día va a en su carruaje y de pronto ve a una muchacha, una sulamita. La sulamita, es la historia de amor entre Salomón y la sulamita. Fíjese que ni siquiera ella tiene nombre, no se llama Marta, Gloria, María, Teresa, no, le dicen sulamita, que es como decir, la nicaragüense, la hondureña, la salvadoreña, la ecuatoriana, la peruana, ni siquiera nombre tiene.

Y entonces cuando ellos se ven quedan eternamente enamorados es que se escribe el Cantar de los cantares, ni siquiera tiene un orden cronológico, o sea, no es una historia que empieza y termina. No, está hablando en algunas oportunidades de un tema y luego pasa a otro sin advertirnos de nada, y también está escrita de tal manera que a veces habla la sulamita, y a veces habla Salomón. Entonces, ella dice una cosa y él dice otra, y se escribe así, en una forma muy poética.

Pero además habla abierta y si usted quiere aprender sexualidad a la manera de Dios, tiene que leer el Libro del Cantar de los cantares. Yo cuando dicto los seminarios acerca de matrimonio, hay una charla que es de sexualidad y miramos qué se permite, qué se debe hacer, qué no se debe hacer, qué piensa Dios, o sea, ahí encontramos el manual por excelencia acerca de lo que debe ser un matrimonio en todos los aspectos.

Además, mire esto, este hombre le recuerdo que tenía 700 esposas y 300 concubinas. A ver, yo le pregunto si un hombre sabio, sabio, sabio, el más sabio de los sabios con 1000 esposas se escribe un libro sobre la sexualidad, yo me lo leo. ¿Sí o no? sabe por qué, porque ese sí sabía. Yo me lo leo. Además tenía que ser muy sabio porque para aguantarse mil esposas. Si usted y yo con una y a veces no sabemos qué hacer, a veces decimos en qué carretera abandonada la tiro. ¿Dónde la dejo? Con una y necesitamos sabiduría, imagínate ese pobre con mil! Además tenía que ser muy sabio porque no solamente tenía mil esposas, tenía mil suegras. Tenía que ser sabio, muy, muy sabio.

Y entonces él con la sabiduría escribe el libro del Cantar de los cantares. Usted abra su Biblia en el libro del Cantar de los cantares. Aquí yo tengo la Nueva Versión Internacional. De pronto si usted tiene un dispositivo electrónico busca la nueva versión internacional, ¿la ponen en la pantalla? Me pueden poner la Nueva Versión Internacional en la pantalla.

Mire cómo empieza el libro del Cantar de los cantares. Dice, la amada – o sea, la que está hablando es la mujer, dice, “Ay, si me besaras con los besos de tu boca, grato en verdad es tu amor, más que el vino, grata es también de tus perfumes la fragancia, tu mismo eres bálsamo fragantes, con razón te aman las doncellas, hazme del todo tuya, date prisa, llévame, oh, rey a tu alcoba.” Así empieza.

Y la que está hablando es una mujer. “Regocijémonos y deleitémonos juntos, celebremos tus caricias más que el vino. – y aquí me encontré con la primera frase que a mí me hizo detener y encontrar un punto óptimo en la relación matrimonial. – Sobran las razones para amarte.”

Escuche, es una mujer que dice de su amado, sobran las razones para amarte. Guau, no le parece romántico. ¿A mí sabe qué me parece? Me parece un punto óptimo, me parece un reto de uno poder llegar a esa posición como marido, como esposo, como padre, como productor, como líder, como cobertura de un hogar, que su esposa termine pensando cosas como estas.

Sabes una cosa, mi amor, sobran las razones para amarte. Pudiera verte en cualquiera de las cosas que tu haces y tu eres superior a todos. Guau! Dios te hizo a ti y rompió el molde. Eres todo mío, eres único, eres grande, guau! pues yo no sé, a mí me hace un doble reto. Primero, que la mujer tiene que admirar a su esposo por lo que él es, pero a mí me hace un reto como varón, que yo tengo que hacer que mi esposa me admire, que yo tengo que ser digno de admiración.

Señores, no sé si ustedes alguna vez hayan escuchado cosas como estas y yo continuamente en consejería las escucho. Mujeres después de varios años de matrimonio diciendo, pastor, yo no sé cuándo dejé de amarlo. ¿Usted ha escuchado cosas como esas? Yo no sé cuándo dejé de amarlo. Yo les digo generalmente, mire, yo sé cuándo una mujer deja de amar a un hombre, cuando la mujer deja de admirarlo. Porque la mujer ama lo que admira, admira lo que ama.

O sea, una mujer cómo hace para poder amar a un hombre, empieza por admirarlo, empieza por sentirlo que él es distinto a los demás. Los hombres no nos definimos por el aspecto físico, al hombre no lo define la belleza, muchos se ponen felices conmigo, gracias a Dios, Señor, están de acuerdo conmigo como… ¿ustedes creen que mi esposa está conmigo por el físico? No. porque la mujer ve en el hombre otras características, ve que es responsable, trabajador, líder, que habla bien, que es educado, que lo admira por su conocimiento, por su capacidad para hacer cosas. Las virtudes y las características de un hombre hacen que la mujer se enamore de él.

Por eso cuando usted es irresponsable, usted no es un líder en su casa, usted no es un buen padre, usted no se comporta como un hombre, pues usted no sé… imagínese, yo sin ciertas características que admira mi esposa, por el físico no tenía esperanza, yo hubiera muerto virgen.

Pero escúchenme, señoras, ustedes se definen por lo físico. Eso lo vamos a hablar no sé si alcancemos en esta charla o en la siguiente, pero la mujer es definible por el físico. Ayer hablábamos algo y decíamos, la mujer necesita sentirse bella y necesita sentirse deseada y atraída por su esposo. Eso es muy importante para una mujer, que se sienta bella, que pasan los años y él todavía admira su belleza. Para una mujer es importante ser bella. Punto. Si la mujer se sienta bella va a estar segura andando el sendero de la vida. Créamelo. ¿Son inteligentes las mujeres? Sí, mucho, pero una mujer no quiere parecer inteligente para llamar la atención, más que parecer bella y que ser bella, porque ella se define por lo físico.

Ayer hablábamos, cuando se encuentras dos mujeres ¿qué hacen? Ah, hola, qué lindo. Lo primero que busca es algo bello en esa mujer, ¿o no? ay, qué lindo el bolsa, la moña, el pelo, qué linda, linda, linda. ¿Por qué cuando las mujeres se saludan se dicen lindas entre ellas? Porque esta mujer sabe lo que la otra mujer necesita. ¿Qué necesita? Que le digan que está bella. Una mujer invierte miles de dólares en la liposucción, en el relleno, se pone aquí, se quita acá. No compran un solo libro, una enciclopedia, no, eso no, porque si las mujeres quisieran llamar la atención sencillo, se ponen un [inaudible] debajo del brazo y pasan por el lado de los hombres para que todos digan, guau, mira qué inteligente esa mujer que va ahí. No.

La mujer ¿en qué invierte su dinero? Invierte su dinero en hacerse los rayitos en el cabello, en cortarse aquí, en ir al spa, en pintarse las uñas, en ponerse el collar, que se vea bella porque ella necesita sentirse bella. Ah, son inteligentes, intuitivas, sí, tienen tantas virtudes pero las demás virtudes parece como que pasan a un siguiente plano porque ella lo que necesita es ser bella. Los hombres no. o sea, un hombre… yo, para hacer sentir cómodo al pastor o tener una conversación, o quiero, por ejemplo, darle un calificativo, le digo, “Pastor, usted es muy inteligente. Pastor, usted predica bien, usted sabe mucho.” Yo no puedo llegar a decirle, “oye, qué linda corbata tienes.”

Si yo me encuentro con su pastor y le digo, “oye, qué guapo estás.” El pastor dice, a este hermano no hay que invitarlo más acá. Se preocupa. Dice, hey, los hombres no… nos sentimos incómodos cuando alguien nos califica nuestro físico, aún nuestra mamá después de la adolescencia un varón no quiere que su mamá ande diciendo, qué niño lindo…

Entonces, ¿cómo nosotros somos valorados? Nosotros somos valorados por las virtudes y las capacidades. Tenga capacidades, ser responsable, ser un hombre inteligente. Al hombre lo definen tres cosas fundamentales. Estas son preguntas que se hace un hombre que tiene que resolver en su vida. ¿Quién es? ¿Qué hace? ¿Cuánto gana? Eso es importante para nosotros. El quién es, ¿qué nos da el quién es? Ah, les presento al pastor, su función como pastor lo define; al abogado, al odontólogo, al ingeniero. Ricardo, el ingeniero. Gabriel, el odontólogo. Nos definimos por el título que llevamos.

Escuche a una madre, una madre habla, mi hijo es ingeniero. Mi hijo es científico. Mi hijo es pastor, profeta, futuro arcángel, porque las mamás siempre querrán que… fanfarronear con sus hijos. Y a nosotros eso es importante, quién soy. Yo soy comediante. ¿Qué hace? O yo, hago records mundiales, programas de televisión y hago comedia. ¿Qué hago? Eso me define. ¿Cuánto gana? Porque en el cuánto gano significa que cuánto puedo darle a mi familia. Hay cosas que están atadas a ese cuánto gano, que significa que yo puedo cumplir mi rol como proveedor de una familia, como guardián de una casa, como el que paga la universidad de los hijos, como el que provee todas las cosas para que su esposa esté bella, confortable, para asegurar su futuro. Esas son cosas importantes.

Mire esto, dice la palabra de Dios, Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y lo puso en el huerto. Es que la palabra de Dios hace esto, dice Dios hizo al hombre y lo puso… o sea, lo puso a hacer cosas. Dios hace al hombre, lo pone en el huerto para que lo labrara y lo cuidara. Señoras, Adán estaba solo, Eva no había llegado todavía a este planeta, no estaba acá. Y ya Adán labraba, o sea, hacía, labraba, trabajaba, ganaba y se definía. Lo puso en el huerto para que lo labrara. ¿Qué era? Agricultor y lo cuidara, ¿qué era? Defensor de un lugar que se estaba preparando para lo que Dios habría de traerle.

Eva no estaba y ya Adán ganaba, trabajaba, tenía un título y laboraba por eso a nosotros nos define eso. Cuando usted encuentra un hombre que no provee para su hogar, que no cuida a sus hijos y su esposa, no cuida el edén, usted dice cosas como estas, hey, compórtese como un hombre! Ese no se comporta como un hombre, porque los hombres trabajamos, laboramos, cuidamos y proveemos. Esas funciones que tenemos que estar haciendo todo el tiempo.

A ver, aquí para hablarle un poquito a las mujeres. Díganlo sino que siente usted cuando usted llega a casa con su salario, y usted hace esto, ¿cómo entra? Usted no entra derrotado, usted acaba de recibir el fruto de su esfuerzo y usted entra orondo a su casa y usted saca ese cheque. No alcanza a sacar el cheque… o sea, usted lo ve por última vez. Yo en mi casa no soy José Ordoñez, yo en mi casa tengo muchos apellidos, José huevos, José leche, José el mortgage, José la renta, ¿cuántos apellidos tengo yo allá?

Pero cuando yo llego a mi casa y yo hago esto, créanmelo, llego de un viaje y traigo lo que me pagaron por mi show, que se vendieron los DVDs afuera, allá afuera van a estar en la mesa por si quiere comprarlos. Entonces, todo ese dinero yo no alcanzo a ver nada, llego y digo, toma. Y sabes una cosa, mi esposa lo toma y yo me quedo con una felicidad, me siento tan contento que cuando veo a mi hijo con los tenis nuevos, siento felicidad, cuando veo que mi esposa llega con su camioneta llena de mercado, guau, me paro en la puerta… porque cumplí la función para la que Dios me diseñó.

Claro, yo tengo también mi corazoncito. Yo le digo a mi esposa que ella es bella y la verdad ella es muy bella, pero también tengo mi corazoncito y cómo me gusta cuando mi esposa me dice, “eres único, como tu no hay 2. Gracias por traer el dinero. Sabes, me encanta saber que en 27 años de matrimonio en esta casa las necesidades tu las has cubierto para mí. Te admiro. Te amo.” Eso es lo que está haciendo la sulamita aquí que dice, “sobran las razones para amarte.”

La primera pregunta que le quiero hacer esta mañana a ustedes, queridas mujeres, es, ¿Cuántas veces usted valora lo que su esposo hace por usted? ¿Cuántas veces, señores, usted se hacen dignos de eso, usted cumple porque cumple porque cumple? Y se gana la admiración de su esposa. Además, si no lo valoras tu, si no lo ponderas tu, ¿quién esperas tu que te lo valore? Lo que tu no digas otra vendrá a decirlo. Lo que tu no valoras, hay personas prestas a valorar.

Estuve en Oklahoma hace como unos 6 meses. Me dio tristeza escuchar a un hombre después de esta predicación decirme, pastor, es triste para mí pero durante muchos años quería tener un acenso. Mi esposa siempre me preguntaba por un acenso en el trabajo, y el día que logré mi acenso, llegué a mi casa y le dije, “Amor, me dieron el acenso”, y ella me respondió, “Ya era hora.”

Eso degrada al hombre. Eso lo minimiza. Señoras ustedes tienen la capacidad de construir pero de destruir a un varón. Ustedes pueden hacer lo que le costó a una madre 25 años, usted lo puede dañar en 25 minutos, con lo que usted diga, con lo que usted haga. Necesitamos mujeres que aprendan a valorar a sus esposos, como necesitamos esposos que se hagan dignos de esa valoración.

Mire esto, nací en un hogar muy pobre. Los que han visto el video de Yo no pedí nacer, y vieron el show, yo he contado mi testimonio. Un hombre muy pobre, un hombre además que nació en una familia muy pobre con 5 hermanos más y que además fui desdeñado por mi familia. O sea, era complicado tenerme a mí como hijo porque nací hiperactivo, con una capacidad mental inusitada. O sea, pasaba algo y yo inmediatamente lo convertía en comedia con una velocidad…. Construía cosas, hacía, nada se me escaba, he tenido ese asunto desde que nací. Odié mi talento durante muchos años porque me metió en muchos problemas.

Cuando venía visita a la casa me tenían que esconder a mí porque yo siempre metía la pata. Si venía la señora y la señora decía y… entonces yo siempre estaba… Y luego cuando ya me inicié en la comedia reconozco que herí a muchas personas. Los comediantes somos eso, o sea, no sé si te hayas dado cuenta que un comediante… nunca caigas en labios de un comediante, por favor, porque un comediante puede agarrar al mismo presidente de un país y volverlo trizas. Se nos permite a los comediantes decir cosas que en boca de otras personas sonarían feas.

Y entonces yo crecí siendo desdeñado. Tu no sirves para nada. Tu eres la vergüenza de esta familia. Tu mamá no ha debido parirte. Tu eres un problema, ¿qué estaré pagando yo para tener un hijo como tu? Y crecimos en una sociedad en donde las calificaciones en la escuela eran las que denotaban quién era bueno y quién era malo. O sea, los niños buenos traían buenas notas, los niños malas no traen buenas notas como tu, que eres un mediocre. Y yo reconozco, yo era el que siempre estaba en la parte de atrás en la escuela. Yo no hice nada bien en la escuela. Yo lo único que aprendí a hacer bien en la escuela fue la firma de mi papá.

Y yo siempre estaba atrás porque la profesora explicaba en 5 minutos y a mí me bastaban 5 minutos para entender lo que la señora estaba diciendo. Los otros 40 minutos de la clase yo no necesitaba estar repitiendo, repitiendo y explicando, yo ya había entendido, 40 minutos libres para poner nicknames, sobrenombres, burlarme, hacer, imitar, siempre estaba yo allá atrás, entonces reconozco que fui un mal… no me interesaba estudiar. Yo fui un estudiante así, estas eran mis calificaciones, raspando, raspando, raspando. Perdió, perdió, raspando. Va a perder. Aceleró, pasó.

Cuando ya decían, ya usted va a perder el año, yo aceleraba al final de año estudiaba, sacaba las notas, para afuera. Listo. Siguiente. Entonces, esto va para los padres de familia, jamás le digas a un hijo que no sirve para nada. No es que tu hijo no sirva para nada, es que tu hijo no sirve para todo. A mí me dijeron que yo era un don nadie y que no servía para nada, solo porque no traía buenas notas. Y te lo voy a decir con conocimiento de causa, jamás le digas a un hijo que no sirve para nada, no vaya a ser que estés maltratando al hombre que va a bendecir tu vejez.

La Biblia es un manual, la Biblia te muestra familias por todos lados, y yo no sé si te hayas dado cuenta que en la Biblia siempre hay un hijo que es el educado, juicioso, que estudia, las mejores notas y otro que es una cosa tan rara, ¿o no? Jacob y Esaú, Esaú salía, cazaba… Jacob en la casa debajo de la mamá. Usted ve la historia del hijo pródigo. Un hijo que siempre hacía lo correcto y un hijo… que necesito la plata, que me voy… relajado. Y el otro que era el perfecto, era tan perfecto que cuando vino su hermano no cabía… yo nunca te he desobedecido, jamás me he comido el becerro gordo.

No sé si te das cuenta que en la Biblia siempre está el psico rígido y el relajado. Yo en mi casa tengo uno, está por graduarse en la universidad de Bayola en Los Ángeles, lo invitaron a estudiar en Harvard. Le llegó su cupo, él dijo… es un tipo… Y tengo otro qué te dijera… yo le digo, “Andrés, el mundo se va a caer,” él se corre para un lado. Usted se está identificando, ¿o no?

Okay, pero escúchenme esto. Yo fui víctima de sentirme un don nadie porque no funcionaba donde funcionaban mis hermanos. Y entonces he aprendido como padre que tengo que pastorear a mi hijo, porque a los hijos se les educa pero se les pastorea, se les corrige pero se les pastorea. Entonces, he tenido que decirle a mi hijo, “Hey, Andrés, puede ser que tu hermano sea superior a la hora de estudiar, pero eso solo lo hace superior en esa área de la vida porque tu tienes otras áreas de la vida en donde tu eres muy superior a él. Una nota mejor no te hace más hijo mío. ”

“La nota no dice que te tengo que amar menos. Tu vales por lo que vales, por el talento que Dios ha puesto en ti. Ah, me tienes que estudiar y tienes que hacer el esfuerzo de sacar las mejores notas. Haz el esfuerzo. Pero no creas que te vuelves más hijo mío cuando me traes las mejores notas. Eres mi hijo y te amo. Basta. Punto. Te amo.”

Entonces, yo crecí creyendo que yo era un don nadie. ¿Por qué? Porque tenía un talento que metía en problemas a todo mundo y porque no era el que traía las buenas notas. Entonces, siempre se me dijo, “No sirves para nada.” Y yo fui un muchacho que creía durante muchos años que no servía para nada. Fui vendedor ambulante, no terminé mi estudio, hasta que cumplí 21 años y yo – y esto es inexplicable, los médicos le han dado ya un diagnóstico que es un crecimiento retardado – yo conozco a mi esposa a la edad de 21 años y desde que conozco a mi esposa y le doy mi palabra de que esto es así, yo he crecido 5 cm más. Yo era diminuto, enjuto, flaco, insignificante, o sea, los colombianos que están acá saben que yo inventé un personaje que se llama Pablo Remalas porque a él no le pasa nada bueno, es muy de malas, de malas. Montó una fábrica de hielo y se le incendió.

Oiga, una cosa, tienen que entrar ahí en YouTube y buscan Mundo José Ordoñez y ahí están todos los personajes. Yo inventé a Pablo Remalas debido a esa área de mi vida, ese capítulo de mi vida en donde yo creía que no servía para nada. Cuando yo conozco a Jazmine yo siempre he sido un tipo soñador y le cuento los sueños a mi esposa.

Tengo 21 años aquí acumulados de gente que me ha dicho, “Tu no sirves, tu no puedes, ¿tu quién eres?” tan insignificante era yo que el día que yo me casé con mi esposa mi familia no vino al matrimonio. Yo tengo 5 hermanos y 5 medios hermanos y tengo un papá y una mamá. Pero el día que yo me casé una hermana vino, mi papá no estaba, mi mamá no estaba, mis hermanos no estaban, porque era un tipo tan insignificante que no merece ni siquiera que se vaya al matrimonio de él.

Me caso yo con mi muñeca, con mi esposa, y le cuento mis sueños y cuando yo le cuento mis sueños, es que no vine a poner a mi papá ni a mi mamá en el patíbulo, no. fui mal hijo, mal estudiante, pero aparte de eso qué sentirías tu si le preguntas a tu hijo de 9, 12 13 años y le dices, “¿Qué quieres ser en la vida?” y él te dice que quiere ser cuenta chistes. La gente le tiene miedo a la gente rara, pero ojo que la gente rara es la que cambia el mundo, la gente que se atreve a pensar distinto, a creer distinto y a emprender distinto, esos cambian el mundo.

Steve Jobs decía, “La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo das.” Entonces, era complicado. El chistocito, el que se va dedicar a echar chistes. Y es verdad, nosotros los comediantes somos empíricos, o sea, no tenemos una universidad, no hay una universidad de comediantes. Yo no vengo a decirles, hola, buenos días, soy comediante, graduado en la universidad de Jajaja Harvard. No existe la Jajaja Harvard. Entonces, puedo entender un poco, pero escúchame, nadie vino a mi matrimonio.

Cuando yo le cuento mi sueños a mi esposa, mi esposa me dice, “Y lo vas a lograr porque tu eres único en el mundo.” La palabra de Dios dice, “el que halla mujer, halla el bien.” O sea, yo me casé con mi esposa e inmediatamente encontré la aliada número 1 de mi vida. Ojo con esto, que cuando mi esposa habla de mí, habla la persona sobre el planeta tierra que tiene más poder, más autoridad para bendecirme, porque con ninguna otra persona yo soy uno. Yo no soy uno con mi papá, yo no soy uno con mi mamá, ni con mis hermanos, ni con mis amigos, ni con mi compadre, ni con mi comadre, yo soy uno con Jazmine. Lo que ella dice tiene una importancia y una relevancia en mi vida como ninguna otra persona.

¿Entendiste, querida mujer, lo que significa cuando tu abres tu boca para bendecir a tu esposo, para bien decir de él? Tu eres único, así me llamó desde el primer día que le conté mis sueños. Hice un record en España, hice 80 horas de chistes para el libro de los Guinness Records en Madrid. Antes de hacer el record le mando la solicitud al libro de los Guinness y el libro de los Guinness responde y dice, “Señor Ordoñez, llene por favor esta solicitud para que usted pueda hacer ese intento de romper ese record para el libro de los Guinness.” Terminé de llenarlo y abajo después de la firma decía, “bienvenido al libro de las personas únicas en el mundo.”

La pregunta es, ¿quién lo dijo 23 años antes? Mi esposa cuando habla me bendice como ninguna otra persona o me destruye como ninguna otra persona. Aprende a hablar bien de tu esposo. Pero él no tiene nada bueno, lo mejor que tiene es un primo en segundo grado, no más. Pondérele el primo en segundo grado, bendígalo. Algo bueno ha de tener. Además no se ofenda usted misma, porque ¿quién lo escogió? A veces les digo, ¿y quién lo escogió? Es que mi marido es un borracho, que es un mujeriego. ¿Quién lo escogió? ¿Dónde lo conociste? En una discoteca. Él era el novio de mi mejor amiga. Y ahora vienes a quejarte porque él es alcohólico y mujeriego, ¿no te diste cuenta?

Una vez íbamos en un crucero para matrimonios, iba el cantante Marcos Barrientos, iba Cash Luna y José Ordoñez, íbamos en una van aparte, adelante estaba Marcos, en la mitad estaba Cash y aquí estaba yo con mi esposa. Entonces, dice Cash echando un chiste, “Sería un desastre si Marcos echara chistes, yo cantara y Ordoñez predicara.” O sea, él cambió los roles para echar un chiste. Y eso no le sentó bien a mi esposa. Y menos mal íbamos en la parte de atrás y me pegó un codazo, clásico codazo de mujer herida. Y me dice mi esposa, “Si él supiera que esas tres cosas tu las haces mejor que ellos.” Guau!

Pueda ser que yo no cante como Marcos Barrientos, puede ser que yo no predique como Cash Luna, en el humor sí ellos son unos simples mortales, eso no es lo importante aquí. ¿Sabe qué es lo importante aquí? es el concepto que mi esposa tiene de mí, que cree que yo predico como el mejor, canto como el mejor, y puede unirse a lo que dice la sulamita, sobran las razones para amarte.

Empiezo a terminar. Necesito ir al siguiente versículo, esta capacidad que tengo de hablar, Dios mío… si usted puede quedarse a la segunda, chévere, si no invite y sino después consigue el audio de la segunda.

Dice la amada, “Morena soy pero hermosa, hijas de Jerusalén; morena como las carpas del Cedar, hermosa como los pabellones de Salmá. No se fijen en mi tez morena ni en que el sol me bronceó la piel, mis hermanos se enfadaron contra mí y me obligaron a cuidar las viñas y mi propia viña descuidé…”

Ella cuenta una historia. Ella dice, morena soy, empieza a describirse. Morena soy, pero hermosa. Ojo con esto, cuando usted dice algo y luego le pone un pero significa que eso que acaba de decir no es del todo cierto o hay alguna duda. O sea, morena soy, pero hermosa. O sea, que ella está diciendo que del todo no es hermosa, que ella quisiera sentirse hermosa pero que ella sabe que no es hermosa, pero que le gustaría que la vieran como hermosa. Porque las mujeres ¿por dónde se definen? Por su físico, por su belleza.

Entonces, ella dice, morena soy, pero hermosa. Morena como las carpas del Cedar – las carpas del Cedar no eran morenas, eran negras. En ese tiempo las personas de piel morena, de piel negra, eran tenidas como de una menor ralea. O sea, con un estatus más abajo. Entonces ella dice, morena soy pero hermosa. O sea, quisiera sentirme hermosa. Y empieza a contar una historia, la historia de su vida, ¿sabe por qué, caballeros? Porque las mujeres cuando llegan a nuestros brazos traen una historia para contar.

Dice, les quiero contar por qué soy morena, porque es que mis hermanos se enfadaron conmigo y me pusieron a trabajar al rayo del sol, dice en otra versión, y el sol tostó mi piel. O sea, yo me moreneé de tanto estar trabajando y mis hermanos me esclavizan, yo tengo que trabajar para mis hermanos y ni siquiera tengo la oportunidad de trabajar para mí. O sea, yo no tengo plata, no tengo futuro, tengo unos hermanos que me esclavizan. Pregúntese usted, por qué unos hermanos esclavizaban a su hermana. La primera pregunta que me sale a mí es, ¿y dónde estaban los padres? O tenemos padres que permiten que los varones maltraten a las mujeres o tenemos una mujer que es huérfana, cualquiera sea el caso, ella trabaja de sol a sol. Ella es ruda. Imagínese una mujer que está labrando la tierra todo el tiempo y dice – hay una parte de esa herencia que me toca a mí pero yo no tengo tiempo para trabajarla porque tengo que trabajar para ellos. Ellos me explotan laboralmente y yo no tengo vida.

Eso cuenta, yo quisiera sentirme bella pero estoy maltratada por mis hermanos. Lo cuenta y por qué lo cuenta. Vuelvo y les digo, señores, tu esposa cuando llegó a tu vida, a los 23, a los 18, a los 25, traía una historia familiar, traía una manera, una cultura. Vivimos en un país en donde muchas veces nos casamos entre culturas. No puedes desconocer la cultura de donde viene, la familia de donde viene, el contexto cultural, el contexto socio económico, no puedes desconocer ningún factor de tu pareja cuando llega a vivir contigo porque eso inmediatamente tiene un impacto de cómo vas a vivir con esa persona, de cómo pensamos los colombianos, los dominicanos, los salvadoreños, los peruanos, los bolivianos. Se viene con una manera cómo nacemos, como crecimos, cómo nos educó, lo que papá y lo que mamá dijeron. Eso vino ahí.

Y sabe una cosa, que uno no puede decir, ah, yo voy a tomar la parte que me interesa de mi esposa, pero la otra no. ¿Se acuerda lo que hablábamos ayer? No. te casaste con los problemas, también te casaste con sus traumas, te casaste con sus errores. Los errores de tu mujer son tus errores. Lo que a ella le duele a ti te tiene que doler. Lo que en la vida de ella no esté resuelto tu lo tienes que resolver. Esa parte donde no le va muy bien, tu la tienes que resolver. Tu eres el varón, eres la cabeza del hogar, estás para resolver el problema de tu mujer.

¿Porque qué hace Salomón inmediatamente? Le dice, versículo 8, “Si no lo sabes, bella entre las bellas” – y tenía mil, pero le dijo, hey, no lo sabes, bella entre las bellas.” ¿Qué hace un hombre sabio? Donde ella es débil yo la vuelvo fuerte, donde a ella le va mal yo le fortalezco. Los maltratos que sufrió en su infancia por parte de su papá que nunca la cuidó, la poca estructura educacional que tiene, la parte de su formación, amor, “en dónde eres débil porque acabas de encontrar la respuesta a tus problemas. Yo soy las respuestas a tus interrogantes, yo soy la calma para tus aflicciones, yo soy el resolver tu vida. Tu vida es vida desde que mis ojos vieron tus ojos.”

Entonces, el hombre en una discusión ¿sabes qué hace? Tenemos esta tendencia. Donde ella es débil, sacamos su debilidad, la ponemos en público y la exponemos. Tu qué sabes si tu nunca tuviste, si tu mamá es igual a ti. Sacas todo eso que a ella le duele, donde tiene una vida sin resolver, y solo lo utilizas para refregárselo en la cara en una discusión. Donde ella es débil tu la desnudas. Expones sus errores, cuando deberías cubrirla porque los hombres cubrimos. Donde eres débil yo te hago fuerte, mi amor.

En una discusión hacemos esto, tu qué sabes, tu eres bruta. Tu no sabes, tu eres bruta. Okay. Digamos que es bruta, juguemos a que es bruta. ¿Y quién tiene que resolver el problema? Se supone que se casó contigo y que tu al ser el líder de tu casa, que estás para protegerla, para bendecirla y para cuidarla, donde ella es débil la tienes que hacer fuerte. Jamás le digas a tu esposa que es bruta si no estás dispuesto, acto seguido, en ir a una universidad y matricularla para que estudie.

¿Cuántos años de educación le faltan a tu esposa? Preguntémonos ahí, ¿cuántos años le faltan de educación? ¿Cuántas veces escuchas en tu matrimonio cosas como estas, que tu esposa dice, “Yo pude haber hecho, yo pude haber sido, yo pude haber logrado”?

Sabe cómo envejecen nuestras mujeres, hablando de frustraciones, de cosas inconclusas, irresueltas, y el hombre se permite llevar a una mujer a la vejez a ese estado. Mi esposa se casó conmigo cuando tenías 18 años, yo pagué su universidad. Actualmente estudia inglés y está pensando en empezar una siguiente carrera, porque quiero que cuando estemos viejos mi esposa nunca diga, “Yo pude haber sido,” no, tu eres. Amor, gracias por haber hecho posible mi sueño. Yo soy el realizador de los sueños de mi esposa. Yo soy.

Señores, el matrimonio es diario. Ese el problema que tenemos, que el matrimonio es diario. No pienses nunca un matrimonio de 30, de 35, piensa en el hoy. El matrimonio se vive día a día. Hoy te vas a levantar y todas las preguntas que tiene tu esposa, las vas a resolver. Y si ella hoy se levantó con una aflicción tu la tienes que resolver. Si hay algo que le molesta, es tu problema, resuélvelo.

Porque Salomón dijo, cómo que fea. Bella, entre las bellas. Y en la siguiente predicación vamos a ver qué hizo él para que esta mujer terminara siendo una de las mujeres más felices de la Biblia. Una historia que empezó en medio de la penuria, del dolor y de la aflicción, y terminó de la manera adecuada. Por ahora le dejo todo esto para su reflexión.

Póngase sobre sus pies y oremos. Si tiene a su muñeca ahí al lado, abrácela, abrace su muñeca, abrace su muñeco. Hagamos una oración, Señor, necesitamos que tu hagas algo hoy por la familia, por el hogar, por las esposas, por los esposos. Necesitamos que tu actúes de manera conveniente en la familia que está representada acá. Y queremos pedir perdón por todas las veces que nosotros como varones, que ellas como mujeres, Señor, han fallado y levantamos el rostro a ti para decirte que hagas tu maravillosa obra. La vida de José Ordoñez solo cambió el día que le entregó su corazón a Jesús.

SEGUNDA PARTE

Voy a hacer un pequeño resumen de lo que dijimos en el primer servicio. Hablábamos acerca del libro del Cantar de los cantares, que es el compendio que Dios permitió, no sé cómo se traducirá compendio. Pobre del que esté traduciendo, Dios mío, dale sabiduría porque traducir a José Ordoñez no es fácil, hablo rápido y fuera de eso hablo en términos de comedia y cosas culturales que al hacer la traducción eso no… entonces yo los pongo a sufrir. A las personas que hablan inglés aquí, de todas maneras disfruten ver reír a los demás.

Entonces, decía, que el libro del Cantar de los Cantares fue escrito por Salomón, que es la persona después del Señor Jesús, la persona más sabia que ha pisado este planeta. Es el sabio de los sabios. Aparte de eso es un hombre rico, poderoso y se cuenta la historia en el libro del Cantar de los cantares de cómo él se enamora de la sulamita, que es una mujer que cuenta una historia desgarradora, dura, dice ella cuando empieza a describirse:

“Yo morena soy, pero hermosa…” O sea ella no se sentía hermosa sino que decía morena pero… pero, pero, y hablábamos acerca de la importancia de que a la mujer la define el físico, la mujer es definible por su físico. Dime qué tan bella se siente una mujer y yo te diré qué tan segura está. O sea, si ella se siente bella, ella se siente segura. Si una mujer se siente poco agraciada, se siente fea, va a estar siempre insegura, va a sentir como que no tiene cabida en los lugares de preeminencia, en un lugar adecuado. La mujer nació para sentirse bella.

Les voy a poner un ejemplo. Yo tengo 4 hijos, 2 niñas, una ya se casó, tiene 26 años y la otra tiene 14 años. Las niñas han hecho siempre esto y quiero que los hombres me ayuden a ver si no les pasa igual. Que las niñas cuando están pequeñitas, 6 años, 4 años, 5, 9, no sé, se ponían siempre la mejor ropa, mis hijas, se ponían sus colitas, sus trencitas, se ponían brillo en los labios, hermosas y adivinen, luego de ponerse bellas, adivinen a quién era el primero que iban a buscar. Les pasa ¿verdad? Y me buscaban a mí y esto hacen las niñas, buscan al papá y preguntan, “Papi, ¿cómo estoy?” ¿Qué hace uno de padre? “Bella, estás hermosa.” ¿Tu te preguntaste alguna vez por qué las niñas hacen eso?

Nadie se los enseña. Pero mis hicieron lo que tus hijas hacen, porque ellas necesitan desde pequeñas saber que son bellas. Nadie se lo enseñó, ella necesita la voz de un varón que le diga que es hermosa, porque si ella se siente hermosa, se siente segura. Un niño no. los varoncitos no hacen eso, bueno, por lo menos un niño normal no.

Yo creo que usted se preocuparía si su hijito de 7 años viene y le dice, “Papi, ¿cómo estoy?” Usted dice, vea, yo era la oveja negra de la familia y este me resultó la oveja rosada. Usted se preocupa si un niño está demasiado preocupado, medio narciso, preocupado por su belleza, porque a los hombres, como lo hablábamos en el primer servicio la belleza no es importante nosotros. Hace parte, como decir, para una mujer es importante ser inteligente pero no es lo más importante. Una mujer no querrá parecer más inteligente que bella, siempre querrá ser bella e inteligente. Pero bella, bella, por esos sus grandes gastos en la vida de una mujer son el bolso, los zapatos, los rayitos del pelo, el arete, el perfume, el collar. Eso hace parte de la femineidad para sentir que ella está siendo valorada. Desde niñas necesitan una voz, listen to me, la voz de un varón que dice, estás bella.

Lamentablemente en nuestros países latinoamericanos, no sé cómo sea aquí en Estados Unidos, cómo es el padre americano, pero lamentablemente en nuestros países nosotros provenimos de una raza, de una generación en donde los padres asumían que si eran tiernos con sus hijos, entonces eran débiles. Y nunca les dijeron a sus hijos… Yo tenía 6 años cuando vine y le di un beso en la mejilla a mi papá por su cumpleaños y me dijo, “No me beses, los hombres no se besan.” No culpo a mi papá porque a su vez mi abuelo le dijo eso a mi papá. Entonces, muchas veces si un hombre acaricia a su hija, juega con ella, a veces siente que está siendo demasiado tierno y está siendo débil.

Entonces, cuántas mujeres crecieron sin escuchar la voz de su padre diciéndoles que estaban bellas, que estaban hermosas. Y es miserable crecer en una familia así y luego casarse con un hombre que sigue en la misma tónica, que no ha entendido que la mujer nació para ser amada y admirada por su físico.

Cuando usted toca o habla el físico de su esposa está tocando la parte más almática y más sensible de una mujer. Jamás haga chistes sobre el cuerpo de su esposa. El pecado no había entrado a la raza humana, y dice que Adán y Eva estaban desnudos y no sentían vergüenza. Eso quiere decir que Dios diseñó el físico del esposo y de la esposa que se admiren mutuamente y entiendan el proceso lógico del envejecimiento sin dejar de admirarse. Jamás se ría de las nalgas de su señora, de sus pechos, de sus arruguitas, de sus canitas, de la vena várice que le está saliendo. Jamás le diga que es que tiene la instalación por fuera. No se burle. Si usted va a hacer un comentario jocoso, aprenda a hacer comentarios jocosos que construyan no que destruyan, porque es un acto violatorio hablar mal del cuerpo de la mujer y luego querer estar con ella. Las mujeres necesitan sentirse bellas.

Las mujeres aquí van a decir, “Vuélvalo a invitar, pastor, ese tipo…” Mire, les voy a dar este versículo que las mujeres van a correr a apuntar con una velocidad inusitada. Malaquías capítulo 2, versículos del 13 al 16. Apúntenlo, ténganlo ahí como una reliquia, si quiere lo puede mandar a amplificar en su casa, no se lo voy a leer pero si lo quieren lo pueden leer. Le voy a decir, porque necesito parafrasearlo, necesito meterlo dentro del contexto cultural actual.

Dice Dios, Dios es el que está hablando, “Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas mi altar, vienen, lloran, me traen sus diezmos y luego vienen y me preguntan a mí, Señor, ¿por qué no nos oyes, por qué no nos contestas, Señor? ¿Me preguntan por qué no los oigo? Porque yo soy testigo de la manera como ustedes tratan a sus esposas y hasta que ustedes no aprendan a tratar bien a sus esposas yo no los oigo.”

Léalo que ahí está. No recibo su ofrenda con agrado, no escucho sus oraciones, no me vengan a decir, vengo a ti, Señor, porque no oigo, porque con esa misma carita de mamo santo que me vienes a poner aquí en la iglesia los domingos, con esa misma voz con que me cantas, esa misma voz la utilizas para gritar a tu esposa el martes. Escuché cuando le hablaste mal el miércoles, el jueves en la madrugada me di cuenta de cómo tu la tratabas, y mientras tu no resuelvas este asunto, y como dice la palabra de Dios, dejé de cubrir sus vestiduras de violencia, hasta que no aprendas a tratar a tu esposa tu y yo no hablamos. ¿Cómo la vio?

Por eso me disgusto cuando hay gente en la sociedad que dice que la Biblia es un libro machista. Usted dice, eso es Malaquías, eso es el Antiguo Testamento. No, vámonos al Nuevo Testamento, el Apóstol Pedro, que era el Apóstol más sanguíneo de los 12 que tenía el Señor. Sanguíneo porque era un tipo explosivo, violento. Ese fue el que le bajó la oreja a Malco, ¿se acuerda? Sí. Ahora, fue que Malco se agachó, Pedro no iba a bajar la oreja, lo que pasa es que Malco tenía reflejos, cuando vio venir el machete, hizo… y le bajó la oreja, pero Pedro iba por la cabeza. Ese mismo Apóstol que hace cosas como esas termina en una de sus cartas, dice el Apóstol Pedro, “traten a sus mujeres como a vaso más frágil, denle honor a sus muñecas, a sus esposas para que sus oraciones no tengan estorbo delante de Dios.”

¿Acaso no es lo mismo que dice Malaquías? Es lo mismo. Dice el Apóstol, bajo la inspiración del Espíritu Santo, dice, “cuando usted grita a su esposa, cuando usted no la trata como vaso frágil, todas las oraciones que usted hace, todas las peticiones que usted hace, tienen estorbo, el cielo se cierra para usted.” Les acabo de decir por qué a muchos de ustedes no les dan el aumento que andan pidiendo, no le sale el contrato que andan buscando, no les han dado todo ese trabajo que ustedes están esperando, no se han sanado de la enfermedad por la cual ustedes le viven clamando a Dios. Todas esas oraciones que ustedes andan pidiéndole a Dios, Dios no las escucha porque escucho más fuerte el grito que le pegaste a tu esposa.

¿Vio lo que le dije que las mujeres iban a salir, sí, sí? Y algunas vinieron solas y están diciendo, “Ay, no vino, no vino.” Sencillo, usted después consigue los Cds de la predicación, donde dice José Ordoñez, borrá ahí José Ordoñez, y pone Paquita la del barrio y se la da a su marido. Pero necesito retomar.

¿Qué decía yo en la primera parte? La sulamita empieza a contar una historia sobre su vida. Ella era una mujer que ni siquiera nombre propio tiene la Biblia para ella. Era la sulamita, era de Sulám. O sea, ella cuenta esta historia, yo morena soy, o sea, me siento… en ese tiempo las mujeres de tez morena eran tomadas como de baja ralea, entonces ella dice, morena soy pero hermosa, pero bonita. O sea, como que queriendo decir, necesito sentirme bella.

Y hablábamos en ese contexto cuando encontramos lo que decía la sulamita misma en el Cantar de los Cantares, capítulo 1, versículo 8, le responde Salomón. ¿Qué le responde Salomón? Dice Salomón, cuando escucha que ella dice, yo no soy tan bonita… y otra cosa, ella dice, ¿ustedes saben por qué yo soy morena? Porque es que he sido maltratada, abusada por mis hermanos durante muchos años. Mis hermanos me esclavizan. Ellos se enojaron conmigo y me pusieron a trabajar para ellos y ni siquiera yo tengo mi dinero, ni puedo trabajar para mí mismo, y entonces estoy descuidada. Ella misma se dice descuidada. Mi propia viña descuidé.

Entonces imagínese una mujer que está trabajando al rayo del sol, su piel la tostó el sol y está maltratada por sus hermanos, pobre, harapienta, y de pronto pasa Salomón, el hombre más poderoso del planeta por aquel tiempo, el hombre más rico que ha existido y el hombre más sabio después del Señor Jesús que ha pisado este planeta. Y la ve, sus miradas se cruzan, se enamoran y ¿saben qué hace Salomón? Hace lo que hacen los hombres sabios, aquí concluimos nuestra primera predicación. ¿Qué hace un hombre sabio? Un hombre sabio no desconoce las debilidades de su esposa, tiene que necesariamente aprender cuáles son sus debilidades.

Cuando te casaste con tu esposa, hay una parte que te encantaba, que te gusta. Ella tiene la parte donde es fabulosa, donde parece que nadie la supera. No sé, todas las mujeres tienen ese encanto maravilloso y uno que otro detallito, dificultad, error, defecto, poquitico, chiquitico. Hay un área de tu esposa que es la que no te gusta, con la que te sientes incómodo. Venía ahí, hay hubieses querido hacer esto, tomar solo la parte buena y rechazar la parte mala, pero no se puede. Ella todita, todita, es para ti, en lo malo y en lo bueno, por eso aquí cuando vienes a casarte nosotros los pastores te decimos, ¿la aceptas en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza? Tu respuesta no fue, sí, no, sí, no, sí, no. ningún hombre responde así. ¿Cómo respondiste? ¿Qué dijiste? Sí, y ese sí incluía sí, la parte que no me gusta de ti también la acepto, también es mía. Tu parte problemática, el trauma que traes de tu infancia es mío. Yo tomo tu carga, querida, hermana, amiga, amante mía, tu parte en donde no eres buena es mía. Yo tengo que resolver donde eres débil yo soy fuerte, porque los hombres sabios hacen esto, se dan cuenta e inmediatamente trabajan para resolver los problemas de su esposa.

¿Qué hace el hombre moderno? Donde ella es débil la debilita más. Por ejemplo, su padre siempre dijo que ella era fea, que ella era bruta. Los latinos crecemos escuchando cosas imbéciles, perdóneme la expresión, de nuestros padres, porque a su vez ellos recibieron esa educación. Tu no sirves para nada, quítate de aquí. Yo no espero nada de ti, tu eres imbécil, tu eres igual a tu mamá. Quién sabe cuántas cosas y cuántos traumas se volcaron sobre la vida de tu esposa o de tu esposo. Y ¿qué hace el hombre moderno? Donde ella es débil la debilita más. Donde ella es débil esa es su herramienta favorita de discusión y de pelea. Le repite lo que su papá le repitió, lo que sus hermanos, como en el caso de la sulamita, hicieron con ella. En vez de ser nosotros una fuente donde ellas puedan sanar sus heridas, construirse como personas, desarrollarse como personas.

Un hombre debe vivir con una mujer haciéndole entender esto. Yo soy la respuesta a tus preguntas. En mí encuentras refugio, calma, desarrollo, prosperidad. ¿Qué hace Salomón? Ella dice, soy pobre y fea y ¿qué dice Salomón? Versículo 8:

“Si no lo sabes, bella entre las bellas” – y tenía mil en el palacio, pero él dijo bella entre las bellas, donde eres débil yo te fortalezco.” Guau. Yo creo que tu conoces el área débil de esposa, ¿verdad? Por qué no la cubres, por qué no la bendices. Tu no puedes decirle a tu esposa, yo te quiero a ti pero sin la costumbre y sin la manía aquella y yo te amo a ti pero a tu mamá no la paso, pero a tu hermano no, pero a tu familia, pero tus costumbres… no, no, no, cuando un hombre le dice a una mujer que la ama pero… ese pero inmediatamente acaba de poner un límite al amor que ese hombre tiene por esa mujer.

O sea, yo te amo, pero hasta allá no me pidas porque tampoco te voy a amar tanto. ¿Y sabes qué dice la palabra de Dios? La palabra de Dios en el capítulo número 5 de Efesios dice, “maridos, amen a sus esposas como Cristo ama a la iglesia,” o sea, como Cristo te ama, así tu ama a tu esposa. Perdón, ¿Jesús qué dice en algún momento? Bueno, yo te quiero, me interesas como hijo pero hay una partecita tuya que esa sí no… yo hasta allá no te puedo amar, yo hasta allá no me puedo entregar por ti. Yo ese problema no te lo puedo resolver. Siempre que vienes a Dios, siempre que vienes a Jesús, Jesús te dice, “todo lo puedes conmigo.” Todo lo puedes hacer, todo lo puedo en Cristo.

Jamás vas a venir a Dios y Dios te va a decir, ay, no, no es que recursos no hay, tiempo no hay. No, esa enfermedad todavía no hemos descubierto la cura. Todas las respuestas las hayas en Jesús. Y él dice, así como tu vas a Jesús y en él encuentras todas las respuestas, que tu esposa viva contigo de la misma manera. Jamás permitas que tu esposa salga de tu presencia sin la respuesta que anda ella buscando. Si no sabes la respuesta le dice, mira, no sé, pero yo me encargo de resolver este problema.

¿Cómo vas a pagar la renta? No tengo, no sé cómo, pero es mi responsabilidad si mañana me tengo que levantar a vender empanadas, si mañana tengo que ir a limpiar casa, a lavar autos, si mañana tengo que salir a barrer calles, yo lo voy a hacer, porque te casaste con un hombre que resuelve todos tus problemas. Cuando estás insegura yo estoy inseguro, cuando estás herida yo estoy herido por lo cual, como somos uno yo resuelvo, yo pago, yo hago, yo sano.

¿Qué hace el hombre moderno? El hombre moderno ve a su mujer con el problema, ve con el trauma, y más encima le cae, más le maltrata. Viene una mujer, “Amor, ¿cómo vamos a pagar el mortgage?” “No sé.” Esa es la respuesta favorita. “¿Y qué quieres que haga si no me alcanza? ¿Qué quieres que haga?” puros gallos, kikikiriki. ¿Qué quieres que haga? ¿Es que aquí dice banco o qué? ¿Tu crees que tengo un árbol allá atrás en el patio que bota dólares o qué? Oye, qué clase de respuestas son esas. Eres un varón. Los varones dicen, no sé, pero yo pago. Yo respondo. Yo te doy. Me puse bravo.

Para una mujer debe ser espectacular vivir con un hombre que ella sabe que cada vez que le consulta algo él tiene la respuesta. Que diga, a las mujeres les encanta tener… mire, dejémonos de bobadas. Cuando la mujer gobierna un hogar, la culpa es del hombre porque la mujer en el fondo le encanta tener un hombre al timón de una familia, al gobierno de un hogar. Un hombre que resuelve. A la mujer le encanta decirle a sus hijos, “Tu sabes que si papá se entera de esto, tu sabes cómo es papá, y se lo voy a contar a papá porque él resuelve.”

Hombres que resuelven decíamos en el primer servicio. Dios crea al hombre a su imagen y semejanza y lo puso en el huerto para que labrara y para que cuidara. Nosotros recién estamos hechos, cuidábamos, trabajábamos, producíamos, éramos hombres. Esa es la definición de un hombre. Barro. ¿No lo ves en el niño? Un niño cuando está pequeño jamás viene y te dice, “Papá, ¿estoy lindo?” ¿Sabes qué hace un niño? Te cae a patadas. Ironman. Spiderman. ¿Sabe qué es eso? barro.

El Señor Jesús dice, “te tienes que volver como un niño,” ¿o no? habla con un niño de 6 años, de 7 años que no está contaminado y ¿qué dice un niño? Si ese niño de 7 años se da cuenta que alguien se mete con su hermana, él da su vida por su hermana. Si él se da cuenta que alguien vino a ofender a su mamá, no tiene problema con agarrar un palo, un cuchillo, si el niño ve que la vida de su mamá está en peligro, aaaah, va a matar o a morir por defender su familia. La pregunta es qué nos pasa mientras crecemos. Qué nos pasó?

Ese niño puede decir que va a conquistar los planetas, que es Ironman, que tiene poderes superiores a los de Spiderman, que defenderá su familia, que honrará a su mamá y empezamos a crecer y tu hablas con ese mismo, que fue un niño soñador y corre porque el bill del agua llegó $47 dólares más costoso y ante eso huye. No sabemos qué hacer. Se nos pierde la varonía. ¿Dónde la dejamos? En qué parte del camino hacia la adultez dejamos la capacidad de ser varones y de entender que podemos cuidar y dar nuestra vida por una familia.

Entonces, Salomón que es un hombre sabio resuelve el problema. Para ustedes, caballeros, que están mirándome con esa cara de disgustados y dicen por dentro, a qué horas me metí yo a esta iglesia, yo aquí no vuelve. El comediante, el desgraciado ese, todo eso que están pensando… yo le hago una pregunta a usted, se la hago sinceramente, ¿cuántas cosas están sin resolver en la vida de su esposa? Resuélvalas y me sería fabuloso si las mujeres al llegar a casa me ayudan un poquito y le dicen, “Cuando el pastor dijo eso, yo sentí que tu en tu vida conmigo te hace falta esto, esto, esto, esto y esto, y esto y esto y esto… con todos los dedos.” Eso quiero yo, a aprendas a ser un varón como la Biblia dice, no como tus amiguitos ni la sociedad dice.

No hemos resuelto esto, no hemos hecho esto, me siento insegura. Yo les decía en el show, en Emparejados, ayer por cuestión de tiempo no pude decirlo pero, la mujer nació para estar tranquila. Deja de pagarle un mes de mortgage a tu esposa y ahí la vas a tener. El hombre puede dormir debiendo tres meses, entró en foreclosure, le van a quitar la casa y él…. Si no le das seguridad.

Mira, a una mujer se le ama pagándole los biles. Suena tonto, suena interesado pero escúchame, yo no puedo decirle a mi esposa que la amo con excelencia si la estoy llenando de deudas. Yo no puedo decirle a mi esposa que yo la amo verdaderamente si todas las cosas que la rodean no dicen lo mismo que yo estoy diciendo. Yo te amo pero tienes la refrigeradora como la fuente de un parque principal de nuestros países, solo agua y luz, no más. No, no, yo te digo que yo te amo, pero ve y mira la heladera, la nevera, y esa nevera va a decir lo mismo que yo estoy diciendo, yo te amo pero ve y mira la cuenta bancaria, lo que yo me esfuerzo, lo que yo trabajo para ti… y con esto no estoy diciendo, ay, es que tienes que llenarle… tienes que hacer que ella te vea comprometido con que estás dando todo. No te está pidiendo un palacio, te está pidiendo que te comprometas, que luches, que madrugues, que trasnoches, que inviertas, que sueñes, que sigas creyendo que Ironman existe.

Es desgastante para una mujer casarse con un hombre que tiene que estarlo arriando – en Colombia decimos – hey, levántate, pero trabaja, pero paga, pero…. Eso desgaste. Mire, no hay como una mujer que por inercia la velocidad y el liderazgo de su esposo lo sigue, y ella está tranquila porque entre menos ella tenga que trabajar para producir más tiempo tiene de calidad para dedicarle a sus hijos, que es la labor más grande y elocuente que puede tener una mujer. Pero sabe qué nos pasa al fenómeno de hoy en día, la mujer está laborando, trabajando. Ah, ¿entonces no debemos trabajar? No, yo no estoy diciendo eso. el hombre desconoció sus obligaciones y como el hombre desconoció sus obligaciones la mujer asumió el rol de ser la que provee en casa.

Ahora, una mujer nunca – escuchen esto, muchachos – nunca te dará algo si no pide algo a cambio, porque ella – ah, con gusto te ayuda, con gusto trabaja, okay, un mes no te alcanzó, entonces ella trabaja, porque como ella no puede dormir con las deudas, pero qué raro al mes siguiente tampoco le alcanzó al tipo. Entonces, ella puso un poco más, y un poco más pero ella se da cuenta de algo, si paga más, manda más. Ella no te dará esto, este mes pagué más, mando más y llega un momento en que una mujer se abroga el derecho de decirle a tu esposo, “Tu cállate que yo aquí pago todo.”

En ese momento ¿sabes qué hace? El infierno aplaude. Lo logramos. ¿Qué logramos? Logramos opacar, desdibujar al varón, que es lo que está buscando desde el comienzo el diablo siempre con la sociedad, que el hombre sea borrado. ¿Por qué? ¿Por qué la serpiente se mete con Eva y no con Adán? Porque ya sabía que si venía con propuesticas él le daba dos patadas y la mandaba… pero ella dijo, no, no, no, le vamos a destruir el radar a Adán primero. Cuando dañemos la mujer, lo dañamos y lo anulamos a él. Y mira esto, ¿qué hace la sociedad actual? Saca a la mujer de la casa y la pone en el sector productivo tapando todos los huecos y las cosas que su marido no paga. Y las feministas salen y dicen que quedarse en casa es un acto que degrada a la mujer.

¿Tu eres boba? Tu te vas a quedar lavando ropa, cuidando niños, limpiando baños, tu te vas a quedar allá cocinando. ¿Para eso estudiaste? Qué estúpida que eres dedicada a la casa, teniendo todo un mundo por delante para que logres todos tus sueños. Y pregunto, ¿está mal la mujer ejecutiva que logra sus sueños y que tiene un gran sueldo? No está mal, pero no es el camino mejor, no llamemos un camino bueno como un camino mejor, porque no es bíblico. Tratamos mal a la mujer en la casa, es una imbécil, y ponderamos a la que está en el escritorio de ejecutiva. Entonces, le damos más valor al escritorio de ejecutiva y dañamos la cuna.

Esta es una imbécil que está criando niñas y niños. Y es un camino bueno, pero no es el mejor. y tu escoge con libertad. Porque les pregunto, séanme sinceros, ¿quién está criando los niños hoy en día? Aquí tengo una respuesta, el hombre, ¿alguien me ayuda más? Las niñeras, las baby sitters. Ayer venía en el avión con una baby sitter colombiana y me decía, “Yo me he disfrutado ´más esos niños que sus propios padres. Yo los vi dar el primer paso. Yo los monto en bicicleta y ellos me dicen, ma.” No, no, pero no hablemos de la sociedad americana, hablemos de la sociedad latinoamericana.

¿sabe quién está criando nuestros hijos en Latinoamérica? La muchacha de servicio, la abuela. Ahorita hablamos de eso. Nuestros hijos están llegando a nuestras casas y lo máximo que encuentran es un papel en el microwave. Nuestros hijos están llegando a casa y nadie les está educando cómo hacer las tareas, cómo cepillarse los dientes, cómo bañarse, cómo orientarse. Nuestros hijos están llegando a casa y están inmersos en la internet metidos en pornografía todo el día, toda la noche. ¿Quién está cuidando la casa si el baluarte que Dios puso en el hogar, está siendo productivo? Porque tiene que responder por lo que un no sé qué calificativo ponerle, sinvergüenza de estos no cubre. Y si usted cree que debe ser ejecutiva, salir y ganar dinero, por favor hágalo. No estamos en contra de eso, pero aprenda a escoger siempre un camino mejor. porque cuando usted se jubile quizás va a tener que utilizar el cheque de su jubilación para pagar el tratamiento contra las drogas de sus hijos, el alcoholismo o tantos problemas que puede acarrear el hecho de que la mamá la quitamos del hogar.

Piénselo. Esto allá afuera suena retrógrado, ambiguo, que estúpidos que son esos cristianos, todavía quieren encerrar a la mujer. Entonces, Salomón hace esto, resuelve el problema de ella, pero no lo resuelve solamente diciéndole, no, no, acaso no lo sabes, bella entre las bellas… Mira lo que hace Salomón, versículo 9.

“Tu y tus adornos amada mía, me recuerdan a las yeguas enjaezadas de los carros del faraón.” Ella dice, “Yo soy fea,” y él le dice, “mi yegua.” Las yeguas para el rey eran de las pertenencias más costosas y más preciadas porque eran una yeguas traídas de Egipto, que valían un ojo de la cara, pero que además… No está tratando a la mujer como un animal, entienda muy bien el término alegórico, poético, que cuando ellas entraban… usted ha visto un caballo percherón o de fino paso, se abre, todo mundo hace ¡Guau! o sea, la imponencia cuando un ejemplar de estos ingresaba… esos caballos abrían, eran varios caballos y abrían paso entre la gente e inmediatamente la gente sabía que venía el rey. Y él dice, “ah, pero eres así,” pero no se fije en lo de yegua, que eso tiene una connotación, como que feíta, mi yegua. No.

No, fíjese en esto. Le pregunto, ¿Cómo que él le dice, tu y tus adornos? ¿Cuáles adornos? Ella, dos versículos atrás está diciendo, yo soy pobre, tengo que trabajar para mis hermanos, soy una esclava que no tiene ni qué ponerse. ¿Por qué Salomón le dice ‘tu y tus adornos’? Porque un hombre jamás le dice a su esposa que está bella, si no corre inmediatamente a comprarle todas las cosas y proveérselas para que ella esté bella.

Señores, que el acto de decirle bella a su esposa sea el acto más costoso de su vida, en eso hay bendición. Jamás le diga a su esposa que está bella si no corre y le compra un bolso para la bella, y un collar, y un perfume, y una crema, y un vestido. En esta parte de la predicación las mujeres se vuelven unas lobas. Les pregunto, ¿hace cuánto que su esposo no le regala un vestido sin que usted le haya dicho que se lo regale?

Empiezo a terminar. Mira, él hace esto, bella, y le pone los aretes, bella, y le pone el collar, bella y le pone el vestido, tu eres bella. ¿Sabes por qué tu esposa no te cree cuando tu le dices que está bella? Porque mero hablar, está bonita, está bella. Sí, pero afloje algo. Eso no. yo a mi señora… mire, no sé es mi manera de pensar, para mí es un acto de deshonra que mi esposa me diga, “Oye, mira que ya…” Bueno, ella siempre lo dirá, “No tengo qué ponerme,” así tenga igual… pero yo voy. Mire, yo no me dejo robar la bendición. Yo voy con ella en un centro comercial y le digo, “Tu cabes en ese vestido, te lo voy a comprar ya.” Y se lo compro. Ahora, no hagan lo que a veces mi esposa hace, no sean bobas, porque ellas tienen la costumbre de hacer esto. “Te voy a comprar este vestido aquí.” “Ay, eso está costoso.” Ya dijo, lo compra. ¿Quién te dijo que lo que tu marido te tiene que comprar tiene que ser en una rebaja, en un garaje sale? Si le cuesta así… ámame porque no soy barata. Sí, que te lo compre.

Entonces, él le dice bella, pero grandes recursos de Salomón se iban para hacer sentir bien a su muñeca porque su muñeca era la pertenencia más grande que él tenía.

Vamos al capítulo número 2 del libro del Cantar de los Cantares, capítulo 2 versículo 1. Quiero que ustedes lo lean, quiero que se den cuenta lo que pasa en la vida…pongan mucha atención en lo que pasa en la vida de esta mujer. Dice, está hablando ella, la amada:

“Yo soy una rosa de sarón, una azucena de los valles.” Capítulo 1, “yo soy fea, yo soy pobre, yo no soy bonita.” Capítulo 2, “yo soy una rosa de Sarón, yo soy una azucena de los valles.” Capítulo 1, “yo soy fea.” Capítulo 2, “yo soy una rosa de Sarón.” Pregunta, ¿qué pasó? Escuche, a ella se le notó que se había encontrado con ese hombre, porque a las mujeres se les tiene que notar que hay un antes de su esposo y un después de su esposo. Se le tiene que notar.

No sé si usted conozca casos como estos, familiares diciendo, “Oye, tu te acuerdas la muchacha esta, cuando íbamos allá a la casa que estaba toda pobrecita, nadie le ponía atención a esa niña, no llamaba la atención para nada, que era feíta, tenía unas gafas anchas, ¿tu te acuerdas? Con unos zapatitos viejos y que la mamá y el papá siempre… esa niña no era importante en la familia, nada, pero mira esto, no es por chisme pero te lo quiero contar. Tu sabes, consiguió un muchacho, mira tu lo que es el muchacho, ay, no tu vieras. El otro día me la encontré en la calle, yo no la reconocí, con su peinado, con unos aretes, con un bolso, con unos zapatos, caminaba tan segura, le brillaban los ojos. Venía con un par de niños, era hermoso acababan de llegar de crucero porque se había ido de tercera luna de miel. Cuando ella me dijo, hola, mira, que yo soy Marcela. Mira, yo casi me voy de para atrás, dije, qué le pasó a esta nena si esta nena se perdía pasando un túnel, Dios mío. Esta no servía para nada. Esta era una mucama que no servía para nada. Mira, pero encontró a este tipo, el tipo la llenó de honor, le tiene su casa, trabaja para ella, le paga la universidad, los niños, ayudó a su mamá porque él está ayudando inclusiva a su familia. Mira, que hay unas que corren con una suerte en la vida, mamita. ¿Por qué no me tocó a mí?”

No sé, yo te lo acabo de contar en versión José Ordoñez que es la versión de humor, pero llévala a la vida diaria. Es que sí se tiene que notar. Es que se tiene que notar que una mujer diga, mi vida era una hasta que te vi, hasta que te encontré, mi amor. Sobran las razones para amarte, porque mi vida es vida desde que mis ojos vieron tus ojos. Qué placer es vivir la vida con un hombre como tu, un varón que refleja la imagen de Dios aquí en la tierra. Guau!

O sea, este es un llamado a que el hombre sea lo que Dios dice que es, no lo que la sociedad dice, ni lo que tus amigos en el bar dicen que tu eres. Tu eres la imagen de Dios, eres el sacerdote de tu casa, eres la cobertura de tus hijos, eres la cobertura de tu esposa. ¿Cuándo lo vas a entender? Deja de vivir con la mediocridad matrimonial con que vive la sociedad. En la Biblia hay vida y vida en abundancia, no en ambulancia.

Y mira la perla que me encuentro abajo. Versículo 7, y ponga cuidado porque con esto concluyo. El que habla es el amado, o sea, Salomón, mire lo que dice:

“Yo les ruego mujeres de Jerusalén por las gacelas y cervatillos del bosque, que no desvelen ni molesten a mi amada hasta que ella quiera despertar.” O sea, él decía, shhhhh, la reina duerme. Escucha, cuando yo leí este versículo entendí mi función como hombre al envejecer con mi esposa. Yo creía que era la única vez que me iba a encontrar con esta idea pero usted va a encontrar que ese mismo versículo se repite 3 veces en el Cantar de los cantares. Búsquelo que lo va a encontrar.

Y usted se va a dar cuenta cómo Salomón va subiendo el tono, la primera vez dice, mire, yo les ruego por favor, a todas las mujeres que por favor la sulamita está durmiendo, no quiero que me la despierten. Pero la segunda vez él dice, mire que les pido que mientras la reina esté durmiendo, nadie me la despierte. Y la tercera vez empieza como diciendo, ay de aquel que me despierte a mi muñeca mientras ella está descansando. Y sabe la alegría que me dio y el reto que recibí como hombre al leer una cosa como estas. Porque Salomón se convirtió en el descanso de su muñeca, porque todo esposo se convierte en el descanso para su esposa.

Tenemos un problema, nadie defiende a la mujer actual. Necesitamos hombres en casa que se levanten y digan, “Lo siento, queridos hijos, mamá durante 25 años de su vida se ha levantado a las 5 de la mañana a hacer desayunos, mamá durante muchos años ha lavado ropa y los ha cuidado a ustedes, pero queridos hijos, hasta ese tiempo terminan. Así que mamá no madruga más.”

Necesitamos hombres en casa que se paren y digan, hey, si no te gusta lo que mamá cocinó, cocina tu, porque mi muñeca no es tu muchacha de servicio. Estoy hablando de un hombre que confronta a sus hijos. ¿Sabe cuál es el problema? Que el hombre hoy en día hasta de sus propios hijos se esconde. Les tiene miedo a sus hijos. Si el hijo se le enoja, él se frustra. Uno, como consejero va y habla con los hombres que tienen problema con sus hijos. Me dicen, “Pastor, ya estoy cansado de decirle.” ¿Quién te dijo que ser papá es algo para lo que uno se da el permiso de cansarse?

Si hay algo en lo que no te puedes cansar es en cumplir la misión que Dios te ha entregado como padre. Yo ya no le digo más, ya estoy cansado de decirle. No, tu le vas a decir una vez, y otra vez y otra vez y vas a ser como una gotera con tu hijo, porque tu hijo no puede pasar por encima de tu autoridad. Es tu hijo. Los papás no se jubilan. Jubílate como gerente pero te entierran como papá. Eres papá hoy y siempre.

Necesitamos en casa hombres que digan, “Hijo, lo siento, sé que mi disciplina te disgusta y te doy todo el derecho de disgustarte. Puedes enojarte todo lo que quieras conmigo, pero lo que yo he dicho se va a cumplir en esta casa porque yo no soy tu padre por democracia. Yo no hice una campaña electoral para que me eligieras a mí como tu papá. No llené la casa de afiches, vota por mí como tu papá. No te debo el lugar que Dios me ha dado. Soy tu papá porque en el cielo se dijo que yo era tu papá y si necesito mirarte tu celular lo voy a ver, y si necesito quitártelo te lo voy a quitar y si necesito desconectártelo, y si necesito rompértelo te lo voy a romper. Yo soy tu papá, no existe la república federal independiente de tu habitación. Entraré a tu habitación cuantas veces se me dé la gana, y miraré tu celular y no me vengas a amenazar que me vas a demandar. Demándame si crees que debes hacerlo, pero mientras vivas en esta casa aquí hay una ley que la dicta Dios y yo, tu padre, la va a hacer cumplir. No le vuelves a hablar así a mamá.”

Vivimos en una sociedad donde los hijos les hablan como se les da la gana a mamá en presencia del papá y el papá no se levanta a defenderla. Hay que tener problemas con los hijos. “Tu eres mi hijo, pero si le vuelves a hablar así a mamá, no vaya ser que se me olvide y deje de verte como hijo y te vea como un hombre. A mi muñeca, a lo más sagrado que tengo en mi vida me la respetas, me le hablas en tono bajo, me la miras a los ojos y me la honras porque es tu madre.”

Es lo mismo, transcríbalo. Es Salomón parado en el palacio diciendo, shhh, la reina duerme. O sea, él dice, hey, esta mujer ya se fregó mucho en la vida, esta mujer fue maltratada por su infancia, esta mujer fue maltratada por la vida en su adolescencia, en su juventud hasta que llegó a mis brazos. Y cuando llega a mis brazos yo le doy el refugio y la calma que ella necesita. Suficiente, hijo, suficiente.

Hubo un tiempo en que esta mujer se quitaba el pan de la boca para dártelo, no lo sabes, querida hija, pero para que vistieras tu vestido de 15 años y ponerte hermosa, para comprarte los zapatos que siempre quisiste, tu mamá usaba brasier cocido con hilo de otro color, pero hasta para eso hubo un tiempo, querido hijo, hasta para eso, porque ya eres un varón, ya eres una mujer, responde por tu vida porque ella es mí muñeca y tiene quién la defienda.

Hay un momento en la vida, por eso la Biblia dice que los hijos son… en el salmo 127, son como flechas. Usted no se queda con las flechas, los hijos se van, se disparan, dice. Usted para disparar una flecha tiene que pasar por tensión, las flechas no se disparan si no hay tensión. Es tensionante ser padre pero un padre de familia hace esto. Ya están grandes, mi muñeca y yo nos debemos un crucero. Ay de aquel que se meta con mí muñeca, podrá ser mi hijo, podrá ser el que sea, pero mi muñeca no tiene por qué andar criando los nietos.

Tu te preguntas por qué nuestros países son tercermundistas, llenos de pobreza, mucho tiene que ver con un hombre desconsiderado, que su hijita se fue y se embarazó y ella no tiene problema con venir a darle su hijo para que se lo crie la mamá y tenemos en nuestras sociedades latinoamericanas abuelas criando esclavizadas criando nietos, y eso trae pobreza porque la palabra de Dios dice, honra a tu mamá para que te vaya bien. El que no honra a mamá le va mal, produce pobreza, muerte, miseria.

¿Sabías que deshonrar al papá trae muerte? Hónralo para que seas de larga vida. ¿Qué hace una mujer cuando le entrega, o un varón, cuando viene con un hijo y se lo entrega a la abuela para que se lo críe? La condena, porque los nietos están para disfrutarse.

La misión en la vida, querido varón, es que tu seas la imagen de Jesús en tu casa, que cubras y que bendigas. La Biblia está diseñada para que más o menos entre los 55 y los 60 años agarres del brazo a tu muñeca y le digas, “Amor, ya los graduamos, ya pagamos la casa, vámonos para nuestra luna de miel.” Shhh, la reina duerme. Ay del que me la despierte. Ella tiene derecho a tener vida.

Cierre sus ojos. Señor, tus palabras son vida, son siempre, son ahora, son eternas, no pasan de moda, el cielo y la tierra pasan pero tu palabra permanece. La palabra que nos enseña cómo tener una familia adecuada. La palabra que nos enseña cómo debemos criar hijos, cómo debemos tener un comportamiento en el matrimonio. Por eso Señor, honramos tu palabra en esta tarde, en este lugar y te damos gracias por habérnosla dado.