El Señor DIOS me ha dado lengua de discípulo, para que yo sepa sostener con una palabra al fatigado.
Isaías 50:4
El nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
2 Corintios 1:4