El odio crea rencillas, pero el amor cubre todas las transgresiones. Proverbios 10:12
Consérvense en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. Judas 1:21
Dios habla hoy sobre el amor: Es el amor justamente lo que nos hace parecer genuinamente maduros de cara al incrédulo y al creyente. Todo lo demás, esas tantas banalidades que el hombre ha heredado de un egocentrismo adámico desde la caída, se quedan muy por debajo de la primacía y la preeminencia del amor. Es el amor el arma y cualidad más potente que nos identifica como hijos del Altísimo en su Hijo, su ungido y Señor, como resultado de la obra regeneradora del Espíritu Santo en nuestras vidas.
El poder de un ministerio dinámico se basa en la sinergia y la armonía que debe existir (y predicarse) entre el fruto del Espíritu- sobre todo el amor – y los dones espirituales. En el ministerio del Espíritu Santo no podemos separar el fruto, de la ética, sobre todo en lo que concierne al amor, porque el sostén de todos los dones es el amor y es el espíritu de amor el elemento que nos califica para el ejercicio bíblico de los dones que proceden del Espíritu del Padre.
Nuestro Padre celestial busca, al mismo tiempo, hombres de carácter, que opten por los dones, pero con amor. Es el amor lo que perdura, lo que nos unirá a todos cuando todo sea perfecto y esa perdurabilidad es lo que hace que sea “mayor” (1 Co 13.13).
Faustino de Jesús Zamora V.