Dios habla hoy lunes, 30 de marzo 2020

La palabra de hoy contiene un video devocional con el pastor Faustino de Jesús Zamora de Ashdod, Israel. Ver el video

Todo lo que respira alabe al SEÑOR. Salmos 150:6 


Acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna. 
Hebreos 4:16 

DIOS NO ESTÁ EN CUARENTENA

Creo que no hay en estos momentos un tema más obligatorio de tratar en el pueblo de Dios que la pandemia que está azotando al mundo y que ha cobrado ya miles de vidas humanas en todo el planeta. Ante esta situación, los que hemos creído en el Dios altísimo de Israel y en su Hijo, sólo tenemos un recurso, confiar en él, en su provisión y misericordias y, aunque parezca contraproducente, alabarle. ¿De dónde vendrá nuestro socorro, sino es del corazón amoroso de nuestro Dios padre?

Ante la realidad que demuestra que el virus se propaga exponencialmente, la solución de los gobiernos ha sido el aislamiento de las familias y el distanciamiento social. Pero Dios no se aisla ni se distancia de su creación ni de sus hijos porque no está en cuarentena y nunca lo estará. Quizá algunos no tienen ojos para ver a Dios actuar de manera compasiva en estos tiempos, pero en el mundo se tejen cada día historias de héroes anónimos que no descansan para asistir al enfermo, cubrirlo con una simple oración de fe, y darle aliento a ellos y a sus familias.

En estos momentos, los médicos y el personal de la salud son los brazos extendidos de Dios en todo el mundo. La historia y las circunstancias no pueden amputarle los brazos a Dios. Cosas maravillosas y extraordinarias están sucediendo a nuestro alrededor y sabemos de antemano, que todo está bajo su control.

¿Qué nos corresponde hacer? En primer lugar, alabarle. Esta es una enfermedad que afecta básicamente las vías respiratorias. En cada acto de respirar, deberíamos darle gracias a Dios por las bendiciones que recibimos de él, a pesar de las dificultades. El confinamiento en casa puede también convertirse en bendición individual y colectiva mostrando nuestra gratitud a Dios en Alabanza.

Todo lo que respira, en hebreo es “todo lo que tiene alma”, alabe al Señor. Cada vez que respiramos podemos convertirlo en un acto de alabanza al Dios de Israel y Rey del Universo. Una persona sana respira entre 12 y 20 veces por minuto y no piensa en ello ni una vez y como es un acto natural y automático, damos por sentado que estamos aptos para la próxima inspiración y expiración del aire que respiramos.

Intentemos no entrar en pánico. Si nos acercamos a Dios confiadamente, si lo alabamos y buscamos en oración, encontraremos el oportuno socorro. Él está cercano. Algunos se podrán preguntar: ¿dónde está Dios en estos tiempos? La respuesta es: en su trono de gracia, como Rey del cielo y de la tierra. ¿qué hacer?: acercarnos a Él. ¿Cómo?: confiadamente. La expresión de la confianza hacia Dios es un acto de fe. Aún podemos verlo en toda la creación, en cada despertar. Es un clamor de Dios para llamar nuestra atención, y te vuelvas a él. Como en los tiempos de Noé, el mundo está al revés. Dios dijo que llegaría el día en que a lo bueno le diremos malo y a lo malo, bueno. Y así estamos.

A pesar de todo, hay esperanzas. Dios está en control, solo que no podemos ver su plan en vista panorámica. Este puede ser un buen tiempo para regresar al Padre, para acercarnos a él, para crecer espiritualmente. Respira y alaba a Dios en cada respiración. Acércate a él con confianza y fe y su gracia infinita te alcanzará.

Bendiciones, Faustino de Jesús Zamora Vargas