sergio scataglini

Como persuadir a Dios

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Vengo con visión de avivamiento, al llegar a este lugar veo que esto es solo preparatorio, este edificio ya te quedó chico, el de al lado te va a quedar chico también, lo que Dios tiene va a superar, veo hogares incendiados por el amor de Dios, hogares donde el avivamiento se extiende porque no alcanzan los edificios locales, lo veo, siento lo mismo que mi padre sentía en su iglesia antes de venir el avivamiento en la ciudad de La Plata. El comenzó a pregonar, comenzó a anunciar, y le decía prepárate, eramos unos trescientos miembros, era la iglesia más grande de la ciudad, y mi padre nos decía, prepárate iglesia, viene una avalancha de gente, y si no estás listo, esa gente te tomará el ministerio y te sacará del asiento, parecía una amenaza mas que una profecía, diez años estuvo anunciando un avivamiento que vendría, solo él lo veía.

Yo recuerdo como adolescente estaba sentado allí en los bancos de la iglesia y pensaba que padre optimista que tengo, este hombre es tan positivo, pero no entendía que este hombre estaba profiriendo una palabra profética que venía un avivamiento, viene un avivamiento a Boston, viene un avivamiento del Espíritu Santo a tu hogar, a esta iglesia, a las iglesias conectadas, viene viene viene. Y fué en Marzo de 1984 que comenzaron las campañas y comenzó a venir la gente, primer día habían ciento cincuenta personas, pero ya al pasar los días había cientos, y después miles, la gente de un hospital cercano oía la palabra de Dios, se senaba, se cambiaba la ropa y venía a la iglesia a convertirse. Cuantos dicen sí amén, para Dios no hay nada imposible.

Y en ese avivamiento en Argentina se extendió por todo el país, se calcula que unas dos millones de personas vinieron a Cristo, y nosotros que Dios nos dió el llamado para venir a estar, a radicarnos en Estados Unidos, yo te quiero decir que mi pasión más grande es ver avivamiento en los Estados Unidos de América, Dios no ha terminado en esta nación, sé que estamos en momentos muy vulnerables, muy peligrosos, pero hay dos factores que me dicen que todavía puede haber un gran mover de Dios de costa a costa en Estados Unidos, el primero de ellos es, está la iglesia de Jesucristo, y por lo que veo está bien viva, es muy difícil dormirse mientras acá está la alabanza, cuantos saben eso, que si uno se quiere quedar quieto ya se le mueven solos los brazos, uno se quiere quedar quieto ya se le mueven los brazos, uno le dice a los pies que se queden quietos y ya está bailando, porque hay una alegría, un gozo, está el espíritu de libertad en este lugar, ya está la iglesia de Jesucristo, esta y muchas otras, pero hay un segundo factor, y eso completa la esperanza de un avivamiento, es que está el Espíritu Santo moviéndose sobre la iglesia, y donde hay iglesia, y donde hay Espíritu Santo, hay esperanza de un gran mover de Dios en toda la ciudad, y en todo el país, cuantos dicen lo creo, lo recibo, viene avivamiento, amén.

Bueno mira antes de ponernos de pie y orar un momento, quiero contarte que hemos traído munición espiritual, uno de ellos es nuestro libro Las doce transgresiones, esto es para toda persona que quiere servir a Dios, acá están doce vacunas contra ciertos virus espirituales que se quieren infiltrar en la iglesia, esto te va a dar una base sólida para tu ministerio, mira tú no estás destinado a caer, tú no estás destinado a colapsar, pero tienes que instruirte en la santidad, tienes que seguir siendo un estudiante de santidad y de avivamiento. Otro libro que hemos traído estará allí en una de las mesas de entrada, El fuego de Su Santidad, con este libro muchas miles de vidas han sido transformadas, desde Rusia, hasta China, hasta muchos otros lugares, y en nuestra amada América Latina, Dios ha contestado nuestra oración. Cuando a mí me pidieron que escribiera este libro con el testimonio de santidad que Dios me había dado, y lo primero que le dije a esa casa publicadora, le dije no soy escritor no puedo, ya estaba viajando demasiado, y me pidieron por favor órelo pastor antes de darnos respuesta, me fuí con mi iglesia en esos días pastoreaba en la ciudad de La Plata, vamos a orar y ayunar para ver que nos dice el Señor, y le pedimos Señor, si Tú quieres que escribamos un libro, que no sea un libro de información, que sea un libro de formación, de transformación, de avivamiento, y sabes, escribimos un capítulo del libro, solo uno, en borrador, y lo mandamos a varias personas amigas como digamos así probando a ver si esto iba a ser de Dios o no, sabe que en vez de mandarme correcciones de los manuscritos, me empezaron a mandar testimonios, una señora dice, me olvidé el manuscrito arriba de la mesa de la cocina, pasó mi hija de quince años que estaba apartada del Señor, y esa noche lo leyó y el poder de Dios cayó sobre ella y fue transformada y volvió a Jesucristo, ahí nos dimos cuenta que esto Dios lo estaba usando para transformar vidas.

Hermanos, para los que, cuantos hablan inglés ya, levanten la mano, cuantos quisieran aprender inglés, bueno una de las formas de aprender es con sermones cristianos, amén?, aquí tenemos tres mensajes que son la base de la doctrina de santificación, y los hemos elegido cuidadosamente para formar algo que es digamos un comprimido de todos los mensajes que venimos predicando, aquí está, si puedes llevartelo, y una cosa más y especialmente para todos pero para los jóvenes especialmente, esto también está en inglés, hay varios cds, hay un dvd, hay una tarjetita que puedes llevar a tu trabajo, cuantos tienen un carácter impulsivo a ver levanten la mano por favor, tres nada más, cuatro cinco seis, cuantos mintieron por no levantar la mano antes, otros diez levantaron la mano muy bien.

Mira, esto es todo un proceso de entrenamiento en la santidad diaria. Esta tarjetita te la llevás al trabajo y si tenés un carácter impulsivo, o agresivo, hay cristianos los llamamos los cristianos granadas, explotan en cualquier lado, y sabes que se van al trabajo y allí el jefe por ahí los trata mal y dicen no me voy a portar como cristiano me voy a portar como, y de repente explotan, mira tú te llevas estas tarjetas, que te van a estar hablando como reaccionar en esos momentos, la llevas siempre contigo, y antes de explotar sacas la tarjeta, la lees y el Señor te va a bendecir y te va a salvar el trabajo, sonríe que Jesús te ama, fuerte el aplauso a Jesús, Dios es bueno, Dios es bueno.

Vamos a estar de pie iglesia, Jesús está aquí. Yo me admiraba cuando esta joven cantó esa canción con todo el equipo de alabanza con como llamaban, arrebatando, dije pero como pero si no le mostré las notas del sermón, como sabe esta gente, como fué esto aquí, Dios tiene cosas preciosas, vas a arrebatar cosas que ni te soñás, mientras estábamos adorando al Señor, cada vez que uno adora al Señor y entra en su presencia algo pasa, nunca quedamos igual, pero sabe qué sentí allí proféticamente en mi banco, que muchos ni se daban cuenta pero Dios me estaba diciendo mientras me están adorando yo estoy actuando en sus hogares y en sus familias. Algo glorioso está sucediendo, algunos van a volver a encontrarse con sorpresas del cielo.

Hay gente aquí que cuando ha cerrado la puerta de su casa para venir acá, ha dejado detrás de esa puerta un dolor, ha dejado un trauma, ha dejado un signo de pregunta, cuantos saben que hay cosas que se nos escapan de las manos, cuantos saben que nada se le escapa a Él, y quizás tú dejaste una familia sufriendo, quizás tienes hijos apartados, quizás tienes gente en tu familia que está en la droga, que está reperdida, quizá ya no sabes ni como orar quizá hasta te cansaste de orar, pero hoy vamos a desatar nuestra fé. Uno de mis hijos que tiene una forma muy particular de hablar me dice, papá, tenemos que tener fé de monstruo. Ta bien. Una fé tan grande que es monstruosa, cuantos quieren tener una fé gigante. Y yo ruego al cielo que mientras predicamos un bautismo de fé caiga en tu vida. Siempre en toda situación hay una visión celestial, siempre. Quizá no es la misma que la nuestra pero siempre es mejor que la nuestra.

Vamos a orar, por favor pon tu mano sobre tu corazón, Dios va a hacer algo tan glorioso, ya está obrando en este lugar, y repite conmigo en voz alta: Padre Dios, gracias por las bendiciones del pasado, pero hoy me atrevo a perdirte algo nuevo, transfórmame otra vez, y transforma a mi familia, transforma a mi ciudad, te lo pido humildemente pero con mucha fé. En el nombre de Jesús, amén y amén. Dale un fuerte aplauso a Jesús.

Vamos a abrir nuestras biblias rápidamente en Mateo, el capítulo 15, Mateo 15. Quiero hablar del tema como convencer, como persuadir a Dios, para un milagro y un avivamiento. Alguno dirá pastor, como uno va a intentar persuadir a Dios, Dios sabe todo, conoce lo que va a hacer, escucha. No servimos a un Dios que es una nube eléctrica, no servimos a un Dios que no escucha no dialoga, servimos a un Dios que escucha la oración de su pueblo. Si tú no crees que puedes cambiar el cielo para qué oras. Si tú no crees que tus oraciones pueden afectar y hacer que el brazo de Dios se mueva para qué oramos entonces. Dios quiere convertirte en un persuasor. Mientras abres tu biblia, William Bud, el fundador del ejército de salvación, recibió un telegrama de dos de sus capitanes que estaban en Wellington, Nueva Zelanda. El telegrama era un telegrama triste después de muchos meses de intentar había fracasado la obra del ejército de salvación, y ellos piden, mandan el telegrama diciéndole, pedimos permiso para cerrar la obra en Nueva Zelanda.

Este capitán del ejército de salvación, les manda un telegrama, uno de los más cortos de la historia. Este telegrama tenía unas pocas palabras que decían intenten las lágrimas, nada más que eso, intenten las lágrimas, y ellos lo hicieron. Esta vez ellos ya no oraban para ver si Dios hacía algo o no, ya oraban con lágrimas, oraban con pasión, y el avivamiento irrumpió en Nueva Zelanda. Hace algo como un mes atrás estuve visitando esa nación, y justo en la ciudad de Wellington me invitan a participar de un desayuno de oración en el parlamento, y cuando veo esos capitanes uniformados allí del ejército de salvación le pregunté a mi pastor amigo como estaba denominación acá y me dice, llenos de fuego. No podía creer que no se cuantos años pasaron creo que ciento cincuenta años pasaron, y todavía les queda la llama, porque hubieron dos capitanes que lloraron delante de Dios y Dios les dió avivamiento.

Lo que tú haces hoy en la presencia del Señor va a marcar generaciones hasta que Cristo venga. Lo que tú haces hoy tu oración, tu fervor, tu pasión, no queda acá, mientras nosotros estamos aquí Dios tiene todo el poder para hacer así (chasquido de dedos), y despachar miles de ángeles que vayan a todos nuestros hogares, a nuestros familiares, a los inconversos, a los hijos e hijas pródigos, cuantos dicen sí amén. Cómo persuadir a Dios por un milagro, pero pastor antes que usted me predique esto, será bíblico?. Mira, conozco de un hombre que se paró delante de Dios, Dios le dijo córrete, hazte a un costado, voy a destruir esta nación, y ese hombre se paró y le dijo no los destruyas, mas vale ráeme a mí del libro de la vida, ese hombre cambió la historia de un millón de personas en un momento en la presencia del Señor. Hay gente que se ha parado frente a Dios y Dios por esa gente dijo está bien no voy a destruir, escucha, cuánta fuerza tendría Moisés, que altura tendría Moisés, tantos músculos tenía, que podía parar el poder de Dios?. Sin embargo Dios le dice córrete, como si necesitara, permiso voy a destruir, voy a traer el castigo que se merece esta ciudad, voy a traer el desastre el juicio que se merece esta nación, pero la iglesia sabe muy bien está aprendiendo como persuadir al cielo para que Dios se abstenga de usar su juicio y que use su misericordia, cuantos creen que Dios puede hacerlo. Alguno dirá pero y si Dios es bueno porque no lo hace de todos modos, no escucha, la oración se pone en una balanza que satisface la justicia de Dios. Por eso hay que pedir, por eso le rogamos.

Sabe por qué ruego yo, aún habiendo caminado tantos años delante de Dios, porque yo sé que lo que le voy a pedir no lo merezco ni lo merece la gente por la cual se lo pido, no lo merezco pero aplica misericordia, no apliques juicio, no apliques ni siquiera justicia porque no la podríamos resistir, aplica misericordia en esta nación, esa es la gente que puede cambiar el país, esa es gente que puede cambiar naciones enteras, cuantos dicen sí amén a esto.

Dios está buscando persuasores, dice busqué a una persona que se pare en la brecha para no tener que destruir a este pueblo. Cuantos quieren pararse en ese lugar clave y decirle Señor, mi familia no están todos bien, pero yo te pido ten misericordia, no los he abandonado, los sigo cubriendo en oración, intercedo por ellos hasta que Tú extiendas misericordia y me los salves a todos. Cuantos dicen sí amén, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa, si Dios te da fé para una nación te tiene que dar fé para una familia, cuantos dicen sí amén.

Mira uno de los personajes que más me impactan en la biblia es una mujer. Una mujer que era extraña, una mujer que era forastera para el pueblo de Dios, pero esta mujer consiguió persuadir a Jesús. Mateo capítulo 15 versículo 21 al 28, yo leo un versículo, leemos todos en voz alta el siguiente así en forma antifonal. Leo el 21: "Saliendo Jesús de allí, se fué a la región de Tiro y de Sidon", escuche, esa no era región de ministerio, esa no era región de milagros para Jesús, no era la región santa donde él enfocaba su ministerio primario, se retiró dicen otros evangelios para estar a solas con sus discípulos, vamos a leer juntos en voz bien alta el versículo 22, "Y he aquí una mujer Cananea que había salido de aquella región clamaba diciéndole: Señor, ten misericordia de mí, mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercandose sus discípulos le rogaron diciendo despídela, pues da voces tras nosotros. Él respondiéndo dijo, no soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel".

En otras palabras no tengo tiempo para atender a esta señora. Estoy ocupado con mi ministerio primero que es ministrarle a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Solamente en la cruz Jesús iba a traer a todos a sí mismo, y su ministerio mundial iba a ser completado, pero en este momento Jesús se enfocaba en los israelitas, versículo 25 leemos en voz alta, "entonces ella vino y se postró ante Él diciendo: Señor, socórreme!". Diga conmigo pero con pasión, Señor, socórreme!. Dígalo una vez más y con fé, Señor, socórreme!. Dios está escuchando esto, Dios está escuchando esto, gracias Jesús.

"Respondiendo Él dijo: no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo" a quien?, "a los perrillos". Mira, si esa respuesta la hubiéramos experimentado nosotros, cuantos hubieran dado el portazo y se hubieran ido, cuantos hubieran dicho me voy a otra religión, me voy a otra iglesia, ya este maestro, esto no es para mí. Muchos desisten, muchos abandonan la búsqueda porque no aprendieron como esta mujer, a ser persuasores de Dios. Muchos se hubieran ofendido, leemos el versículo 27 todos juntos: "y ella dijo, sí Señor, pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús dijo: oh mujer, grande es tu fé, hágase contigo como quieres, y su hija fue sanada desde aquella hora". Eso es poder. Escucha la hija ni siquiera estaba presente. A la hija la dejó detrás de la puerta de la casa atormentada por demonios. Hija quédate acá, tengo algo que hacer, mira a veces hay que dejar el problema e ir a la presencia. Si tú te enfocas en el problema muchas veces nos desgastamos en el problema, hay momentos en que hay que decir, no lo abandono pero dejo esto para enfocarme en aquél que tiene la solución.

Alguien dijo no ores el problema, ora la solución. No estés repasando los fracasos, los dolores, está bien que te lamentes, cuantos saben que es bíblico lamentarse, mira hasta hay un libro de la biblia llamado Lamentaciones, el problema es si veinte años después todavía estás en lamentaciones y nunca llegaste a los evangelios, nunca llegaste al testimonio. Laméntate, llora, vacíate de ese dolor, déjalo a los pies de la cruz y después dile Señor, ahora necesito el milagro, ahora necesito el testimonio, no me voy a quedar toda la vida lamentándome, necesito tu poder, necesito avivamiento, necesito el milagro. Su hija fue sanada desde aquella misma hora, mi padre fue un hombre que predicó con tanta fé, y él muchas veces, él no quería que le interrumpieran los sermones pero había gente que se caía, gente que gritaba, a veces desde las gradas del edificio, empezaba la gente a los gritos porque se le sanaba un hijo allí nomás, algo había pasado y empieza a los gritos que pasó, y después al rato seguíamos con la predicación, porque mi padre también tenía la fé que mientras se predica la palabra se pueden producir milagros, mientras Pedro predicaba la gente fue llena del Espíritu Santo, aleluya.

Cinco barreras que tenemos que quebrar para lograr persuadir a Dios, para que haga el milagro. Primero, quiebra la barrera de la indiferencia. Quiebra esa barrera. Esta mujer la quebró por qué, había dolor. Sabes que podemos capitalizar en el dolor, en el sufrimiento. Algunos dirán no tengo tanto dolor pero escucha, hay dolor de sobra. Esta ciudad tiene dolor de sobra. Hay por demás dolor. Y tú puedes tomar ese dolor y hacer que te encienda el corazón con pasión. Algunos nunca se afirman en el cristianismo, hasta que pasan momentos de dolor o ven a alguien cercano pasar un momento de dolor. No te lo deseo, oramos en contra de eso, pero escucha, Dios puede usar tu momento de dolor para despertar tu pasión. Esta mujer no dijo Jesús hijo de David, si quieres haz algo conmigo, y si no está bien, no hay problema, me voy a casa a mirar televisión. Será o no será. Algunos tienen esa filosofía. Lo que será, será. Se ponen en manos de la casualidad. Se ponen en manos del destino. Que te parece si nos ponemos en manos de Dios. Para que Él haga como quiera en nuestras vidas pero nosotros le vamos a orar a Él.

Quiebra la barrera de la indiferencia. Estábamos en Cuba, le pregunté a ese pastor de diecinueve años, cuanta gente hay en tu iglesia, setencientos me dijo, y yo noté que estábamos en la casa pastoral que era una sola pieza, no había coche, no había vehículo, no había ni siquiera bicicleta, también noté que contiguo a la casa pastoral o a la iglesia pastoral, había un templito pequeño y le dije como hacés para poner tanta gente aquí, me dijo pastor esta noche cuando usted venga a predicar usted lo va a ver. Cuando hice el llamado a recibir la santidad, nunca voy a olvidar, casi dejo de ministrar, porque había cientos de personas allí apretadas adentro pegadas y por las rejas de las ventanas ponían las manos, yo también quiero recibir santidad, eso es pasión, pasión, pasión.

Mi amigo Harold Caballeros de allí de Guatemala city, le pregunté cómo hacen ustedes para poner cien personas en un hogar si no tienen muchas casas, son tan pequeñas, me dice nuestros hermanos hacen un contrato con el vecino, y el día que van a tener reunión hogareña sacan la mesa del comedor, sacan las sillas, vacían lo más que pueden toda la casa, y allí llenan la casa para que reciban el mensaje. Estuve también en otro lugar también en La Habana, Cuba, me llevaron a un edificio, empezé a comer con un grupo de líderes muy pequeño, pero allí me dijeron que allí se reunían cientos de personas, el lugar era chiquito así, entonces mi curiosidad le pregunté cómo lo hacen?, y me dijo mire, venga acá pastor, párese acá, y me pararon en un lugar justo y me dijo, mire, desde aquí se vé la cocina, de aquí lo ven de las habitaciones, aquí se ve el patio de atrás, y por aquí se ve la calle, abrieron una ventana, y dice, a veces hay unas cien personas o más adentro, pero por ahí cientos de personas afuera, y le pregunté y cómo hacen ustedes, porque cuando empiezan a cantar, y yo noté que eran bien fogosos, y dice teníamos problema, pero ahora todos los pisos son creyentes, se convirtió todo el edificio. Aleluya, pasión, pasión, pasión, dale a Dios lo que Él te dió en la mano.

En segundo lugar quiebra la barrera del silencio. Muchos se apartan del evangelio porque dicen a mí Dios no me habló, a mí Dios no me contestó. Bueno, te digo a esta mujer, Jesús le contestó con fffff, silencio, como un teléfono desconectado. Algunos no soportan el silencio del cielo y se van, creyendo que ya se terminó el diálogo. Cuando tú escuchas silencio en el cielo, tú no dejes que se haga silencio en la tierra. Señor te noto muy callado, pero yo sé que me vas a responder. Hubo un silencio en el cielo cuando yo le pedía Padre, salva a mi tío ateo, salvalo, tú me mandaste a orar por él un año, dos años, cinco años, iba pasando mi juventud, y yo seguía orando por mi tío, para que se convirtiera, y habían voces que me decían estás loco, estás perdiendo años, no se va a convertir, pero yo decía Dios me mandó a convertirlo, decía Padre Padre sálvalo, mi tío era un militante ateo, y el nos dijo a mi padre y a mí, el día que lleguemos al poder en Argentina, nos vamos a encargar de ustedes, ya nos había amenazado con persecución, él se burlaba de los pastores, sus chistes eran contra las iglesias.

Yo pensé este blasfemo no se va a convertir más. Pero sabes qué lo que yo pensé estaba equivocado. No digas quien subirá ni quien bajará. Eso pertenece a Dios. El juicio viene de Dios, tu trabajo y mi trabajo es traer cuanta más gente podamos al reino de los cielos.

Veintitrés años después, algunos dirán por qué pastor, porque mi fé era como galope de gusano, subía bajaba, subía bajaba, si yo hubiera tenido una fé intensa como la de esta mujer lo hubiera logrado antes yo creo. Pero ahí estaba, oraba una semana antes, y me acordaba, el Espíritu Santo me recordaba, sigue orando por tu tío ateo, veintitrés años después estoy predicando en Costa Rica y recibo un llamado de mi madre, me dice, a que no sabés quien se convirtió. Sabe que le respondí, por eso tardé tanto me parece, no tengo idea. Veintitrés años orando y le digo no tengo idea. Pide Señor auméntame la fé. A veces tenemos fé que da lástima. Fé pobrecita. Y aún con esas migajas, con ese poquito Dios puede hacer algo. Me dice tu tío se convirtió. Cuando mi tío falleció, falleció con un intercesor a la mano derecha, y con un profeta a la mano izquierda. Abrió los ojos y se fué en paz. No llegué para el velatorio, no pude darle ese abrazo final, pero no importa, vamos a pasar millones de años en el cielo, le voy a dar un fuerte abrazo.

Rompe la barrera del silencio, quiébrala. Jesús no le respondió palabra, pero esta mujer no se fué, esta mujer no se agotó, quizás tú estás pasando por el silencio de Dios, quiebra esa barrera, quiébrala con alabanza, quiébrala diciendo Señor yo se que estás, me estás probando, pero yo quiero pasar el examen y quiero graduarme, quiero persuadirte, te estoy pidiendo algo de acuerdo a tu voluntad, esto no es para forzar el brazo de Dios, y pedirle cualquier capricho, vamos a pedir lo que sabemos que es la voluntad de Dios, cuantos dicen amén.

En tercer lugar quiebra la barrera del rechazo. Los discípulos mismos se acercaron, Señor, échala, despídela, porque esta mujer está a los gritos, el que dijo no soy enviado sino las ovejas perdidas a la casa de Israel, no tengo nada que ver con esta mujer, no la pueda atender, entonces imagínese una iglesia donde los ujieres le están pidiendo al pastor, pastor la podemos sacar a esta mujer porque perturba, que se vaya, imagínate como te sentirías, ella no tenía una carpeta, una alfombra roja de bienvenida, sin embargo esta mujer, habia algo en ella, mira, a medida que pasa el tiempo más simple quiero ser con el evangelio, más como un niño, creerle más a Dios, y en estos años que empezamos a vivir esa simpleza del evangelio, es cuando vivimos los testimonios más espectaculares, escucha, quiebra la barrera del rechazo, aparentemente el Señor la estaba diciendo, no soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel, yo creo que Jesús actuaba así, pero su corazón estaba latiendo cada vez más rápido, estamos en una prueba, estoy probando si esto es curiosidad, o si esto es fé, tu fé está pasando por el fuego, no te detengas porque lo que vienes a buscar lo vas a recibir.

Mira, fuí a Argentina, estuve ahí en La Plata ministrando, y esta señora como una mujer cananea, vino a una de nuestras reuniones, era nuevita, Dios la había salvado de la muerte, un cáncer avanzado, se le fué del cuerpo, y ella vino y trajo un pañuelo, y con dos ministros oramos, y se lo llevó, pero dice que cuando ella agarró el pañuelo le quemaban las manos, y no sabía que hacer, y lo puso en la cartera, y se le olvidó en la cartera, unas semanas después la invitan de Buenos Aires, le dicen mira tu sobrino se está muriendo, le dieron catorce días le dieron los médicos máximo, ya le sacaron todos los cables, porque tenía cáncer de laringe avanzado, y le dijeron ya no hay más nada que hacer, ya ni suero le daban, que se muera en cualquier momento, y cuando esta mujer va, le habla al sobrino moribundo y le dice mira, los pastores han orado por este pañuelo, y quiero usarlo para orar por ti, sabe que dijo con voz de moribundo este joven?, yo no creo en eso, no quiero que me ore, muy bien, sabe que hicieron esas dos hermanas creyentes?. Esperaron que se durmiera.

La tía en vez de ofenderse ah, me llevo el pañuelo al otro lado, se quedó, esperó el momento, y cuando se durmió, ella me contó, levantaron la sábana y le pusieron el pañuelo en los pies, todavía no sé porque le pusieron el pañuelo en los pies y no en la garganta, a las dos semanas, hora de morir, el joven ya había sido sanado y estaba jugando al fútbol en las calles de Buenos Aires, no sólo eso, a la otra semana el solito se fué a una iglesia y se convirtió.

Rompe la barrera del rechazo. Algunos fueron rechazados por padre, madre, algunos fueron traicionados por amigos, y cuando escuchan algo que parece que, ya se apaga su fé, no te apagues, levántate en fé porque Dios tiene algo muy grande no sólo para esta iglesia, para tu vida. En cuarto lugar, rompe la barrera de la ofensa. Esta es más profunda todavía. Porque cuando ella vino a Jesús Él le dijo no está bien sacar los manjares, los milagros, las cosas que traigo para Israel y tirarla a los perrilos. Diga conmigo wow, que fuerte, shff. Cuando Jesús prueba tu fé la prueba. Hay que quebrar la barrera de la ofensa.

Estaba en un estadio en Cincinati. Mi amigo Claudio Frayson me había reservado un asiento, él estaba lleno de la unción, yo estaba con cinco bajo cero de la unción, congelado, no tenía nada, tenía depresión. Y lo busqué, lo llamé, donde vas a estar, quiero que ores por mí, voy a estar en un estadio viene un evangelista, me puedes reservar un asiento, yo no puedo ni entrar a primera fila, me reservó el asiento, me siento allí, un minuto antes de empezar la reunión viene un ujier así grandote, alto, se para justo frente a mí, había veinti pico de miles de personas allí, se para justo frente a mí, y me dice ese asiento está reservado para otra persona. Yo me tomé del asiento, me aferré y empezé a orar en silencio, Señor no me saques de aquí, Tú sabes que viajé hasta aquí. Pero el ujier no se conmovía, yo pensé que iba a empezar a llorar el ujier, estaba parado así, y como vió que yo no me movía, me dijo con voz más fuerte, tiene que salir de este lugar porque ese lugar está reservado.

Una vez más sabe que no se puede desobedecer, yo no estaba desobedeciendo, estaba procastinando, estaba posponiendo. Ya sabía que en cualquier momento me tenía que ir, y me aferré al asiento y se levanta un misionero, gracias Dios por los misioneros, estaba en tercera fila detrás mío, me conocía, se levanta y le habla bien fuerte al ujier y le dice mire, este pastor nunca estuvo en estas reuniones, por favor déjelo, yo cedo mi asiento a la persona, y cedió su asiento y se fué sabe donde?, afuera del estadio, ya no había más lugar, había miles de personas afuera, hasta el día de hoy digo gracias Señor por los misioneros, y sabes que me quedé allí, al final de la reunion pongo mis manos así y digo Claudio ora por mí, no acá, espérame, tengo una cena con el evangelista pero si se cancela la reunión vuelvo. Mirá que, como?, está bien, me quedé, con la biblia bajo el brazo, caminando frente a la plataforma, pasó tanto tiempo que se vació el estadio, ya venía la gente a limpiar el lugar, y yo decía yo soy el único tonto que creí en esto, ahora mi amigo seguro está cenando, disfrutando una cena, y yo estoy acá esperándolo para que me ore, me tengo que ir, no me puedo ir, me tengo que ir, no me puedo ir, siempre que vas a recibir un milagro hay una lucha.

Como a los diez minutos apareció, había pasado como dos horas, quince, no sé cuanto, viene mi amigo y me dice vamos a cenar, mira yo no quería cenar, quería que me ore, pero aunque me hubiera dicho vamos a jugar al tenis hubiera ido, lo que fuera, basta que me ores. Fuimos a cenar, y él me seguía contando de la unción en Argentina, de los milagros, y más me contaba, yo más me desesperaba, y trataba de disimular en el restaurant porque estábamos comiendo la cena, terminamos la cena, pedimos el café, el postre, y yo ya no lo pude tolerar más, me paro en el restaurant, y le digo, por favor ora por mí ahora, y me dice no después del postre, vamos a orar al hotel, mira era como la una de la mañana, todavía recuerdo esa caminata al hotel, y fuimos, llegamos a la habitación de él, me empieza a mostrar videos, cosas de las campañas, me dice no, no sabés lo que está pasando, y yo ya estaba desesperado, y le digo Claudio ora por mí, y sabes qué me dijo, veníte a una de mis cruzadas en Argentina, y estábamos en Cincinati, Ohio, y le dije no puedo esperar.

Dios lo estaba usando a este hombre, años después Dios me explicó por qué se hizo esperar para darme la unción, para ministrarme, y oró por mí, al otro día comenzé a notar que algo cambiaba en mi vida, algo había venido, Dios me había dado lo que le había pedido. Escucha, tienes que persuadir al cielo, si vas a cambiar tu ciudad para Cristo, si vas a cambiar una familia para Cristo, tienes que ponerte de acuerdo con Dios, y tú no desistes hasta que el cielo se abre y hay respuesta para tu vida. Quiebra la barrera de la ofensa.

Y finalmente, esta es la más difícil, quiebra la barrera del orgullo. Muchos tienen fé a corto plazo. Escuché el otro día un joven que decía bueno si Dios va a hacerlo que Él venga a mí, yo estoy acá. Hay muchas posibilidades que se quede esperando cien años por esa respuesta. Si se humillare mi pueblo, ese es el pueblo que yo voy a bendecir dice el Señor. Algunos sin impacientes, dicen ah Dios no me contestó, Dios no me habló, Dios me dió otra cosa, yo no quería esto, no se ponen de acuerdo con Dios, pero ella dijo versículo 27, si Señor, si tú quieres ser una persona poderosa en Cristo tienes que aprender a poner esas dos palabras juntas, sí Señor.

Hay otros que creen pero dicen no Señor. Las palabras no y Señor no deben ir juntas. Sí Señor. Lo que tú dices tiene razón. No merezco que me des el manjar de la mesa, pero no te olvides y ahí se humilló, que aún los perrillos comen de las migas que caen de las mesas de sus amos. Las mesas en esa oportunidad eran muy pequeñas y ahí venían a veces los perrillos a lamer las migajas. Esas migajas dice aunque sea las migajas de ahí yo recibo mi milagro, y sabe que le dijo Jesús, esto es asombroso, el Señor le contesta, mujer, grande es tu fé. Los discípulos se habrán dado un codacido y dicho, que dijo?, grande es tu fé, no no puede ser. Si nos viene retando a nosotros hombres de poca fé, y nosotros estamos en el instituto bíblico de Jesús. Y esta mujer que no sabe nada, no entiende nada, no es de nuestra religión, no es de nuestra raza, y esta en el lugar equivocado y ella viene y Jesús le dice oh mujer, grande es tu fé. Hay gente que parece que no, pero sí. Lo va a lograr, lo vas a lograr. El evangelio no es para los complicados. Hay gente que se fué complicando con los años y ya se enojan, se ofenden, tienen orgullo, se van, dan el portazo, hay gente que se cambia de iglesia, parece que son turistas espirituales, de un lugar a otro, no le gustó este sermón, ya tienen la dirección de la próxima iglesia que van a ir, y yo te digo en el nombre de Jesús echá raíces donde Dios te plantó, hasta que tu arbol dé fruto, aleluya, aleluya!.

Vamos a estar de pie iglesia, milagro del cielo. Por favor ponte de pie, el evangelio no es palabra sino es poder. Jesús Tú estás aquí para liberar, tú estás aquí para bendecir, Tú estás aquí para romper cadenas viejas Señor. Tú estás aquí para darnos ese avivamiento. Escucha yo no soy un predicador de fé, tengo fé pero soy un predicador de santidad. Pero recientemente un profeta amigo Jack Fiertz, con el cual estamos alineados en el ministerio con otros siervos, Pedro Wagner y otros, los cuales saben que es muy importante trabajar en equipo y no trabajar solos, se acabó la era de los llaneros solitarios, de los soldados solitos, vamos a trabajar en el ejército, vamos a trabajar en familia, vamos a trabajar en unidad amén?.

Y este hombre me dijo mira van a haber reuniones, donde la gloria de Dios que caiga va a traer convicción de pecado, y aunque no lo predique la gente lo va a sentir igual. Y mira yo buscaba la santidad, tres veces por día le pedía perdóname, a la mañana perdóname, a la tarde perdóname, a la noche por las dudas Señor perdóname, hay gente que vive así, ese no es el poder del evangelio, hay gente que sale a la calle y dice ah yo no sé si soy santo, tú vas a ser como el apóstol Pablo que dijo mi conciencia está limpia, vas a persuadir al cielo para que te dé un baño de santidad, la pureza, el perdón, no se fabrican, no se compran, no se producen con nuestra fuerza o esfuerzo, es un regalo del cielo, cuantos quieren un regalo del cielo, cuantos quieren santidad, aleluya!.

Lo primero que vamos a hacer mira, inmediatamente vamos a llamar a la gente que dice yo necesito santidad ciento por ciento. Hay cristianos que dicen por una parte yo necesito santidad y por la otra ni hablar, cuantos creen que en un momento Dios te puede abrazar y regalar pureza de carácter, puede quebrantar las adicciones, los vicios, la pornografia, la lujuria, la mentira, el robo, y puedes llegar a ser la persona que el pastor estaba describiendo, una persona íntegra, una persona sin nada que esconder sin nada que avergonzarse, alguno dirá pastor ni sé si soy cristiano, si viene Cristo esta noche ni sé si me voy con Él, sabes algo, hoy puedes salir de aquí con seguridad de tu salvación, no hay que pagar, ya lo pagó Jesús, hay que aceptar, hay que arrepentirse, renunciar a nuestra mala manera de vivir, y aceptar que necesitamos al Salvador y al Santificador.

Toda persona que no tiene santidad completa, pero quiere entrar en una nueva dimensión, así como entraste un día en la salvación, por fé, hoy por fé entras en una santidad que te va a abrazar, después vas a crecer, vas a ser discipulado en esa santidad, pero primero viene la unción de Dios. Cuantas personas dicen yo no tengo esa santidad pero quiero tenerla, voy a pedirle a todo aquél que desee esta santidad que pase adelante, escuche, esto no es una fiesta, esto es un funeral, aquí vamos a morir a nuestros caprichos, a nuestro orgullo, a nuestra altanería, al odio, al no perdón, a la inmoralidad sexual, si usted está en una relación promiscua, inmoral, venga aquí al altar a dejarlo todo ante Jesús. Si usted miente, si usted dice malas palabras, si usted maldice, si usted odia, venga acá nos encontramos la santidad del cielo.

Venga venga que Dios lo está haciendo, Dios te ama, Dios te llama. Ya ya ya, ya fué pago, ya fué pago. Por eso hubo una cruz, por eso fué tan alto, por el peso de nuestros pecados, de nuestro mal carácter, de nuestras actitudes, de nuestras rebeliones, de nuestra desunión, si tú necesitas la santidad de Jesús ven a este altar ahora, y levanta tus manos al cielo ahora y dile Padre Dios, dícelo en voz alta Padre Dios, yo reconozco que me falta santidad. Quiero la santidad de Jesús, quiero recibir la pureza de Jesús, por eso hoy renuncio a todos mis pecados, renuncio al porcentaje que me quedaba de impureza y te pido Señor, purifícame, límpiame, lavame más y más de toda mi maldad, y ahora yo declaro que odio mi pecado, rechazo mi maldad, y amo a Dios con todo mi corazón, voy a vivir en santidad, pertenezco a la luz, renuncio a las tinieblas, pertenezco a la luz, pertenezco al reino de los cielos, gracias Dios mí, por haberme escuchado, gracias Señor por perdonarme, ahí está haciendo una obra milagrosa inexplicable el Señor.

Así como el milagro de la salvación fluye de la cruz, el milagro de la santificación fluye del mismo lugar, de la cruz. Recíbelo, recíbelo, recíbelo, recíbelo, es para todos no hay excepción, recibiendo fuego de santidad, bueno el bautista dijo Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego, viene el fuego, viene el fuego, viene la santidad, viene la pureza, viene un manto nuevo sobre tu vida, se acabó la inmoralidad, corta corta con los vicios yá, no con tus fuerzas, con el fuego que viene del cielo, se acabó la inmoralidad, se acabó el vicio, se acaban las ataduras, después la iglesia te aconseja, la iglesia te ministra, la iglesia te enseña a caminar en la nueva dimensión de santidad, pero primero tú tienes que obtener este fuego, este fuego que Dios me dió te lo doy a ti en el nombre de Jesús.

Tómalo, recíbelo, levanta tus manos al cielo y recibe bautismo de sangre y fuego. En el nombre de Jesús, gracias padre, gracias padre. Dios es bueno. Un momento así, sazonándonos en la presencia del Señor, algo está haciendo Dios aquí, presencia de Dios, si Jesús, presencia de Dios, invítalo, rompe la barrera del silencio, invítalo, porque unos momentos vamos a cantar esa canción de arrebatar, tú vas a tener una fé resucitada, una fé gigantesca, veo aquí unos dones de sanidad divina, personas con dones administrativos sobrenaturales, dones de liderazgo sobrenatural se levantan aquí, se levantan políticos santos, se levantan los Danieles, los Ezequieles, los Isaías que servirán en las corte del rey, se levanta un pueblo que va contra la corrupción y a favor de la luz, del reino de la luz, de la verdad.

Prepárate para el encuentro con tu Dios, díle Señor bienvenido a mi corazón, bienvenido a mi vida Señor. Más más más más más más más. Pero antes que el Señor sane nuestros hogares, Dios quiere hacer sanidades aquí, baje las manos por un momento. Por años sufrí la depresión, había voces que me decían te vamos a matar, no vas a durar mucho tiempo, yo pensaba que ya era el fin, y era tan joven, y me estaba preparando para el ministerio. Pero sufría esa soledad, esa amargura, esa tristeza que no la podía explicar, una noche le dije con lágrimas Señor perdóname que te pida esto, pero yo no quiero amanecer mañana, que triste cuando un joven predicador le pide a Dios que se lo lleve antes de tiempo, y Dios me habló, me dijo hijo mío, yo no te dí la depresión, como parte del evangelio.

Y hoy comienzo tu sanidad de tu depresión. Y tiempo después me volvió a hablar y me dijo hijo mío, ya completé tu sanidad, y te voy a usar para sanar a los quebrantados de corazón. Hermanos hemos visto gente con ataques de pánico que se liberó. Gente con planes y herramientas de suicidio que se liberaron. Gente deprimida por años liberada, sanada. Quiero que los que luchan con depresión levanten sus dos manos ahora porque el Señor tiene planes de sanar. Padre mío Dios mío con esta sanidad que Tú me diste, yo les ministro a ellos sanidad, y declaro que en esta hora el aceite sanador está descendiendo sobre sus vidas, esa alma angustiada, esa alma dolorida, ese temor al futuro, esa tristeza crónica, angustia, yo ahora arranco esa raíz en el nombre de Jesús. Tristeza responde a la palabra de Dios y sal de las mentes y de las emociones. Y le hablo ahora a la amargura, raíz de amargura te desharraigo, por el poder que Dios me ha conferido. Te ordeno que te seques, como la higuera maldita, y maldigo esa enfermedad. Amargura de espíritu suelta!. Diga conmigo yo renuncio a la amargura. Yo renuncio a la tristeza. Algunos tienen que decir esto yo renuncio al no perdón, yo renuncio al resentimiento.

Renuncio al odio, perdono a mi ofensor, pido a Dios que tenga misericordia, Dios hará justicia, pero yo renuncio a mi odio, renuncio a la ofensa, renuncio al desprecio, yo me libero en esta tarde, me libero, en el nombre de Jesús se rompen mis cadenas, soy libre, y ahora yo recibo la paz del Señor en mi vida, bautismo de amor, bautismo de poder, bautismo de fuego, take it take it, recíbelo, recíbelo, más más más más, more more more, Jesus is here, the Holy Spirit is healing, el Espíritu Santo está sanando a la gente (suspiro).

Ataque de pánico te ato y no te dejo operar más. Todo desequilibrio en el cuerpo aún todo desequilibrio químico en el cuerpo, Padre ministramos sanidad física, sanidad emocional, sanidad a los nervios, sanidad mental, sanidad al espíritu en el nombre de Jesús, reciba reciba reciba (suspiro), aleluya. Wow. Antes de tomar autoridad con esta canción ya, despedimos la ministración pero escucha, hay personas aquí que si les preguntamos si Jesús viene esta noche te irías al cielo?. Algunos dirán, sí, otros dirán no, y algunos van a decir no estoy seguro. Tú puedes estar en una reunión bendecida como ésta pero salir con dudas. Llegó tu hora, llegó tu momento. La biblia dice prepárate para el encuentro con tu Dios.

Todas aquéllas personas que no estan seguras si su nombre está escrito en el libro de la vida, si usted ya hereda la vida eterna si usted no está seguro, levante la mano derecha, Dios te ama, llegó el día. Algunos son cristianos quizá de años pero les falta la confirmación, o no dice la biblia el Espíritu Santo dice a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Vas a salir de aquí con una voz interna que te va a decir está sellado, eres hijo de Dios. Todos los que no estaban seguro si sus nombres estaban escritos en el libro de la vida levanten otra vez sus manos al cielo, hay otros más que van a levantar, y repite esta oración conmigo ahora con toda tu fuerza, con todo tu temor santo de tu corazón dile Padre Dios, en esta hora, yo me entrego a ti, sin reservas, sin condiciones, no vine a negociar, vine a entregarme, me rindo a ti, perdóname, sálvame, escribe mi nombre en el libro de la vida, y no lo borres nunca más.

Llénalos Señor ahora de tu Espíritu Santo. Sigan con las manos alzadas para que el Espíritu los llene, llénalos llénalos llénalos Señor, llénalos de tu Espíritu Santo Dios mío, en el nombre de Jesús. Tú acabas de abrir una puerta para tu familia también, con tu fé tú acabas de abrir una puerta desde aquélla misma hora, desde aquélla misma hora Dios concedió el milagro a esa mujer. Y desde esta misma hora Dios está operando milagros, ahora rompo la barrera del silencio, quiebro la barrera del orgullo, y declaramos a los perdidos, a los familiares inconversos, a los que se habían apartado, vuelvan a casa, vuelvan al reino, vuelvan a Cristo, vamos a cantarle al Señor.